eric d. weitz, la alemania de weimar
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Eric D. Weitz, La Alemania de Weimar. Presagio y tragedia
Capítulo I: Un comienzo agitado
Durante la primera guerra mundial alrededor de un 20% de los hombres fueron llamados a la guerra
y en 1918 la mayoría volvía a su país con heridas y mutilados, además de sentir que las penas
impuestas por los vencedores dejaban a su patria subyugadas a su voluntad. La mayoría de la gente
aplaudió en su minuto la partida de los hombres a la guerra, sin embargo también hubo opositores
como Rosa Luxemburgo quien argumentaba que la guerra era una prueba de la falta de humanidad
del capitalismo. Debemos entender la guerra siempre afectará a toda la sociedad, los hombres que
volvían a su país se encontraban mutilados, desfigurados, desmoralizados y profundos traumas
psicológicos, de hecho los médicos trataron los traumas psicológicos post-guerra como una nueva
patología todo esto debido a la guerra de trincheras, lugares húmedos y de condiciones insalubres
para el diario vivir. Las mujeres fueron un apoyo vital para el ejército Alemán ya que trabajaron en
los puestos que los hombres habían dejado vacios, industrias como la metalúrgica y de armamentos
se repletaron de mujeres llenando los cartuchos con pólvora por ejemplo. Las condiciones laborales
de esa mujeres eran igual de angustiosas que las que tenían sus maridos y no cambiaron a lo largo
de la guerra, de hecho las mismas mujeres empezaron a provocar revueltas y protestas en contra de
las situaciones vividas. De igual forma las mujeres pudieron sentir cierta libertad al tener ese dinero
que antes no y permitió un sentimiento de emancipación respecto al mundo masculino representado
en sus padres y miembros de la iglesia.
Cuando Alemania se logró dar cuenta de que la guerra estaba pérdida realizaron cambios en su
estructura política con el fin de que los responsables de la guerra no fueran ni el poder ejecutivo ni
los militares sino que el parlamento. Así también iniciaron conversaciones de paz con los
estadounidenses, ellos se dieron cuenta que el cambio era un maquillaje y que los seguidores del
káiser Guillermo II seguían tan vigentes como antes. Los gringos colocaron varias condiciones para
lograr algún tipo de acuerdo lo que fue mal visto en el lado alemán, frente a este escenario algunos
oficiales de la marina alemana intentaron iniciar una nueva ofensiva, buscando quizás la
recuperación del orgullo nacional y demostrar el temple del ejército alemán. Sin embargo los
marineros hicieron caso omiso a estas acciones y en cambio iniciaron una revuelta en la ciudad de
Kiel, se amotinaron y en un primer momento pidieron mejorar las condiciones laborales, luego
fueron al ámbito político: fin de la guerra y abdicación del káiser (hasta el momento Alemania era
un imperio, gobernada por un káiser). Un nuevo concepto que nació con esta revuelta fue el comité
que si bien estaba presente en la revolución rusa de 1905 no lo estaba en Alemania.
Se buscaba encausar el poder político que los marineros, trabajadores y solados tenían ya que ellos
habían soportado las situaciones más adversas durante la guerra, situación que también era
homóloga en toda Europa. Este incipiente espacio logró que se formaran comités en todos los
ámbitos posibles desde marineros hasta agricultores, se buscaba la participación democrática y que
abarcara a todos. El motín de Kiel, se expandió por el resto de Alemania y su petición sobre el fin
de la guerra y al káiser encontró buena acogida dentro de los millones de ciudadanos.
Las revueltas tuvieron eco y finalmente la cancillería del Reich se coloca en manos de Fiedrich
Ebert, jefe del partido socialdemócrata, luego de esto se proclama la Republica en Alemania. Este
momento es el inicio de lo que posteriormente sería la Republica de Weimar.
Ebert formó un gobierno con radicales y el partido socialdemócrata independiente, el cual se
propuso llevar la transición a la democracia cuanto antes, además del fin de la guerra. Debemos
recordar que las condiciones impuestas a Alemania eran terribles para el pueblo alemán y muchos
consideraban que socavaban su moral y dignidad. Los militares que no estaban de acuerdo con la
firma de estos acuerdos para conseguir la paz empezaron a construir un discurso que sería muy
explotado por Hitler, este era de que por culpa de los traidores representados por los
socialdemócratas (coalición gobernante), judíos (cada día con mayor influencia y poder en el país) y
católicos (quienes firman el fin a las hostilidades) no habían podido ganar la guerra. Es desde acá,
es decir antes de firmar formalmente la rendición o los acuerdos de paz, que un sector de alemán
construye un discurso que será ocupado por el régimen nazi y avalando la teoría de que Alemania
está así por culpa de la traición de algunos.
Se terminó la guerra y los soldados alemanas volvían a casa con una pseudo alegría, la de estar
nuevamente con sus familias pero a la vez la angustia y el dolor de perder a familiares, amigos y el
trauma físico y psicológico que significó tal evento en sus vidas. Las mujeres nuevamente se vieron
involucradas y sus fuentes laborales dejaron de ser lo que eran durante la guerra, las fábricas de
armamento en las que antes fueron pieza fundamental ahora debían dejar sus puestos a los escasos
hombres que regresaban del frente.
La vuelta de los hombres trajo consigo múltiples consecuencias: se encontraban desmotivados, sin
trabajo, no lograban insertarse en la sociedad ni volver a sus vidas, había un clima de profundo
descontento social hacia las cúpulas dirigentes quienes los habían obligado a participar de la guerra
y ahora sus vidas se habían vuelto despreciables. Las revueltas se multiplicaron, como también los
comités a los que cada día fueron incluyendo a más ex soldados, se pedía la socialización de las
industrias, que los comités ingresaran al mando militar etc. Estos motines como antes dijimos eran
basados en comités o asambleas donde gente común y corriente daba su palabra y opinión sin
distinción de sexo, rango, o económica, en estas asambleas se buscaba dar salida o alternativa a las
difícil situación que vivían millones de alemanes.
Sin embargo Ebert, el hombre fuerte del gobierno no consideraba que estos comités fueran la base
para la participación democrática, más bien los veía como el nacimiento de una política basada en el
conflicto y un movimiento radicalizado, no quería que Alemania viviera el mismo proceso de los
Bolcheviques en Rusia, y se consideraba a este país como un claro ejemplo de caos económico y
terror político, justamente lo que ellos no querían. Desde este momento se buscaría una alianza con
los militares para sofocar cualquier atisbo de revolución, los capitalistas reconocieron los sindicatos
y respetarían las 8 horas laborales y el gobierno se comprometió a respetar derechos de propiedad.
La clase política se encontraba aterrada frente a una posible revolución con tintes bolcheviques,
algo que sin embargo se encontraba más bien distante de la realidad. Los intentos de esta revolución
no dan muchos frutos y luego de un congreso organizado por los socialdemócratas del cual salieron
fortalecidos, avanzan hacia el desarrollo de una asamblea constituyente, de ahí emanan los
principios básicos de lo que se llamara la republica de Weimar, ya que fue en esta ciudad y no en
Berlín donde se redacto la constitución. El 11 de agosto de 1919, se consagran libertadas
fundamentales como la de expresión y la de prensa, igualdad entre la mujer y hombre. Cobertura en
caso de desempleo por parte del Estado y ayudas en la maternidad e infancia. Alemania seria un
Estado federal, el gobierno estaría encabezado por el canciller que debía responder ante el
parlamento. Sin embargo faltaban aspectos para que Alemania se proclamara una nación
democrática.
Capítulo VIII: Cultura y sociedad de masas
Uno de los acontecimientos que marcó la escena teatral durante 1928 fue la opera de cuatro cuartos,
Bertolt Brech realizó el libreto y Krut Weill la música, intentaron acercar a la gente autores como
Mozart o Verdi, fue una puesta en escena transgresora, realzando sentimientos como el amor y la
belleza. Se buscaba retratar los conflictos y aspiraciones populares de aquel entonces. El teatro no
era un mero espacio para ir a divertirse, debía hacer pensar al público y desenmascarar todo lo falso
del capitalismo, el gusto por las apariencias, los lujos, las injusticias. Se utilizaba un lenguaje rápido
y corto con lo que se esperaba provocar al público y que reaccionara frente a lo representado.
El filosofo Heidegger desechaba toda la filosofía occidental realizada después de Sócrates, él
intentaba situar al hombre en el mundo en el cual vive e interactúa, dándole valor a los objetos que
lo integran ya que ellos tienen una existencia propia. Heidegger concibe el proceso de conocimiento
como una continua relación con la naturaleza, es una revelación y no precisamente un
descubrimiento de un saber. El conocer algo involucra saber que tanto objeto como sujeto
interactúan en el mundo y que el tiempo también es un factor determinante.
En opinión de Heidegger las masas irrumpieron en la escena pública, política y social después de la
Revolución Francesa en la cual se había impuesto una ideología liberal individualista. Pese a toda la
crítica que el autor hace no logra encontrar un punto de retorno, un punto donde se vuelva a pensar
en el ser y en los fundamentos de la filosofía occidental. Para el filósofo los periódicos eran una
clara muestra de la decadencia por la que atravesaba la sociedad, sin embargo la pintora Hannah
Höch los usaba como inspiración. Seleccionaba imágenes de distintas fuentes, mezclarlas y hacer
arte. Sus fotomontajes fueron una exaltación y también una crítica al estilo de vida imperante,
abogaba por la libertad e igualdad de la mujer y detestaba la forma en que era utilizada como una
mercancía al igual que si fueran objetos de consumo.
Capítulo VIII: Cuerpos y sexo
La guerra había traído consigo múltiples consecuencias, una de ellas hace referencia a la vida sexual
de las personas y su desenvolvimiento con respecto al mundo. Tras la caída del sistema imperial y
el establecimiento de la Republica de Weimar, la censura que estaba impuesta fue abolida. Poco a
poco los alemanes fueron mostrando una mayor apertura en temas sexuales, hubo cierta liberación
con respecto a las normas rígidas que antes se tenían, los horrores de la guerra ayudaron a tal
percepción puesto que la vida desde ahora se debía disfrutar con todos los placeres que estaban al
alcance. El sexo dejó de ser una cuestión privada, se convirtió en algo con un fin social y político.
El médico holandés Theodor Hendrik van de Velde manifestaba en sus escritos que la mayoría de
los hombres no sabían mantener una relación sexual que fuera placentera para su mujer, era más
bien un ente que buscaba su propio goce. El hecho de que la mujer no alcance un orgasmo durante
la relación era principalmente porque el hombre no sabía manejar la situación y utilizaba técnicas
que no sirven.
Debemos tener en cuenta que el espacio y las circunstancias para tener sexo eran bien precarios,
incluso si hablamos del propio hogar, miles de familias vivían hacinados en reducidos lugares y
donde no hay espacio para la intimidad. En Alemania muchos pedían que se despenalizara el aborto
con el fin de que se practicase con seguridad para la mujer. La imagen de la mujer moderna era la
que al trabajar tenía dinero para costearse sus lujos, era una imagen obviamente sobredimensionada
puesto que muchas trabajaban en fábricas y oficinas recibiendo bajos sueldos. Esta idealización
representaba a la mujer como una persona autónoma, que tenia sexo cuando ella quería, sin
embargo mucho de eso no se daba en la cotidianeidad.
Es evidente que existió una mayor libertad de la mujer, así como también del hombre y esto dado
por una progresiva pérdida del respeto hacia la autoridad, ya sea moral o política. Se desafió las
reglas y se impusieron nuevos cánones bajos los cuales actuar. Además la irrupción de los medios
de comunicación masiva, es decir, televisión, radio, cine, periódicos, lograron difundir mucho más
y de mejor forma los ideales que se querían seguir, la exhibición de cuerpos desnudos o
semidesnudos abundó en estos medios y el estimulo visual fue usado fuertemente.
Una dicotomía que sucede con respecto a los cuerpos es el boxeo, este deporte representó la
virilidad, la masculinidad, el cuerpo perfecto y bien conservado, atlético y deportista, todo lo
contrario a lo que en las calles de Alemania se veían a diario ya que debemos recordar que los
hombres después de la guerra llegaron con sus cuerpos mutilados, muy delgados, encorvados por la
dura lucha que les tocó vivir en las trincheras. El boxeador era volver a los ideales griegos de un
cuerpo bien cultivado y armónico además el boxeador representaba el heroísmo y el espíritu de
lucha del pueblo alemán.
A tanto llegó esta adoración por los cuerpos sanos, deportistas, que todo el espectro politio alemana
gustaba de ese estereotipo y consideraban que la vitalidad de la nación se asentaba en poseer un
cuerpo sano y convivir con la naturaleza.
La concepción de mujer moderna, fina, elegante y refinada no iba de acuerdo con los ideales de la
derecha más radical, ya que este prototipo de mujer no aportaba mucho al ideal de raza, nación, de
familia que ellos sostenían, de hecho se alejaba profundamente de su concepción.
Un crítico de la concepción de mujer moderna fue Siegfried Kracaucer quien manifestaba que la
preocupación por el cuerpo era solo una forma de ocultar la represión del capitalismo y el creciente
consumo de masas.
La religión como siempre se hizo presente y dio su opinión en cada una de las instancias posibles, tanto la iglesia católica como la protestante y/o evangélica condenaron la degradación en la que estaba sumida la sociedad y culparon a la republica por su excesivo libertinaje que socavaba los fundamentos de la sociedad, es decir, destruiría la familia. Estaban contra la exhibición de los cuerpos desnudos y ligeros de ropa e insistían en la degradación moral y espiritual que imperaba en la sociedad. Ellos pedían un Estado fuerte, con sólidos principios morales que permitieran un ambiente sano para el desarrollo de la familia como sostén de la sociedad, por lo tanto la vida en matrimonio era defendida fuertemente por ambas iglesias. El fuerte descenso de la natalidad. El incremento de abortos y de los casos de enfermedades venéreas fueron temas que horrorizaron a los cristianos, otros aspectos como la virginidad antes del matrimonio y que nacieran hijos fuera del mismo causaron gran polémica debido a que las iglesias no toleraban prácticas de este tipo y e insistían en la degradación moral de la sociedad. Todo esto debido al socialismo e individualismo imperante, además del aliciente de que la republica apoyaba el libertinaje. Ambas iglesias se opusieron a que se suavizaran leyes contra el aborto o del divorcio, ya que nuevamente la familia se vería debilitada y por lo tanto también el Estado, los ataques contra la familia eran considerados contra el Estado y se emprendería una guerra a brazo partido contra toda la inmoralidad reinante. Mientras unos se alegraban porque la republica había traído más libertad, otros acusaban a la republica de promover el libertinaje y la inmoralidad, unos agradecían poder disfrutar del sexo y los otros castigan las prácticas del Estado en este tema. Además debemos mencionar que siempre se acusó a la mujer de ser parte de la degradación que vivía la sociedad, de ya que con su emancipación que tenía al trabajar la familia y en especial la crianza de sus hijos quedaban absolutamente de lado.
Capitulo IX: Revolución y contrarrevolución de la derecha
Los enemigos mas acérrimos de lo que fue la republica de Weimar eran los miembros de la derecha,
en especial la derecha más radical, también estaban contra la republica la Iglesia protestante y
católica. La derecha radial estaba compuesta por arzobispos, terratenientes, banqueros, secretarios
de Estado, todos ellos deseaban volver al orden que se tenía antes de la republica, a ese pasado
autoritario que representaba el imperio alemán. Varias circunstancias fueron las que llevaron al
régimen Nazi al poder, el descontento popular y de las clases medias, la crisis que produjo la caída
de la bolsa en 1929 y la posterior depresión además de la profunda crisis política que vivía por ese
entonces Alemania, no podemos dejar afuera el enorme magnetismo que generaba la persona de
Hitler sobre la población.
El discurso que tenían los nazis no era nuevo, fue articulado desde el fin de la primera guerra
mundial y sus exponentes fueron personas ligados a la derecha y también a las iglesias. Así también
se fue forjando una identidad nacional que entre otros tópicos tenía que eran un pueblo trabajador,
decente, ordenado, austero y ligados por la misma sangre (Volkstum, Deutschtum). Esta noble
sangre se había contaminado con elementos foranos, como los polacos o judíos, estos últimos se
estaban haciendo ricos a costa de los alemanes y dejando en la miseria miles de compatriotas,
además del creciente poder y influencia que este grupo tenía en ámbitos como el económico,
político y social. Había pues que fundar un tercer imperio (los dos anteriores eran el Sacro Imperio
Romano y a la Alemania antes de 1918, pre Republica de Weimar), este nuevo imperio o Reich
estaría presidido por un jefe que tendría toda la esencia del pueblo Alemán, este jefe obviamente
lucharía contra los que dominaban al país y llevaría a Alemania hasta el dominio mundial.
Oswald Spengler fue una figura que expuso ideas sobre las que se apoyo el nazismo y la derecha
más radical, el decía que todas las civilizaciones llegaban a un auge y luego decaían
irremediablemente. Sostenía que la guerra debía ser un estado permanente en el ser humanaos, el
momento en el cual el hombre demuestra toda su virilidad, masculinidad y poderío frente al resto,
exaltaba la violencia hacia el resto de los que no eran alemanes y más sobre aquellos grupos que ya
se encontraban estigmatizados. Para salir de la total crisis que vivía Alemania un líder se haría
cargo de la lucha que el pueblo alemán emprendería y también lideraría el permanente estado de
guerra para que el Estado y la sociedad se vieran fortalecidos.
Jungler era mucho más radical, sostenía que solo gracias a la muerte y los actos violentos se podía
alcanzar un equilibrio con la belleza de la naturaleza, la violencia conduce a una existencia superior
y a la dominación del resto. Si bien tanto para la iglesia Católica como la protestante no tenían
como fundamentos la discriminación racial, si tenían otros preceptos que ayudaron a que la derecha
más radical llegará al poder. Defendían a la familia como base del Estado, este Estado debía hacerse
más fuerte para evitar la degradación moral que atacaba a la sociedad alemana. Debemos mencionar
que hay un caso de un orador luterano llamado Paul Althaus, el cual afirmo que el espíritu alemán
representaba una amenaza para el pueblo alemán, estas palabras afirman el sentimiento de gran
parte de la sociedad de los años 20, el antisemitismo fue alimentado durante años y siempre se
recalcaba la influencia que este grupo tenía en Alemania.
Los nazis no usaron un nuevo discurso sino que se valieron del que la derecha moderada y más
radical usaban a diario, así temas como el tratado de Versalles fueron hablados como la imposición
de Versalles que generaba la esclavitud del pueblo alemán. El partido nazi logró aglutinar personas
de todos los espectros sociales, eso sí tenían un alto componente de las clases medias y bajas
además adhirieron personas de distintas religiones. El nacionalsocialismo fue una alternativa para la
degradación que como sociedad ellos vivían, permitió hacer frente al marxismo y demostrar que no
era el camino para llegar a una mejor sociedad ya que bastaba ver el caso de Rusia con su violencia
política y social. Además muchos de los compartían ideales nazis querían ver a su patria
nuevamente engrandecida y no dominada por extranjeros, estaban resentidos por los castigos de la
guerra y como su pueblo había perdido toda la dignidad.