¨ensueños de la mente¨ dedicados a la juventud centro

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Page 1: ¨Ensueños de la mente¨ dedicados a la juventud centro

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•• A~ ·••AAAAAAAAAA.)

ENSUEÑOS DF, LA MENTE ,., --c.,_,>_

DE . .C.llPllRR.ll, -1 111· lllc .\ Po,- §

.. :A LA JUVENTUD CEKTRO-AMERICAXA._- · • ·o .

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Page 3: ¨Ensueños de la mente¨ dedicados a la juventud centro

"f NS Uf ÑOS Df ll Mf NTf''

POR

JESUS DE LJPARQA DEDICADOS

} LA JUVE~TUD GENTRO-)ME~CAN).

GUATEMALA.

Colección Luis wján Mui'\oz Universidad fr¡ncf)co Marroquín www.ufm.MU · Guatemala

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..)

ADVERTENCIA. Entre las composiciones inéditas que

ah01·a publico, con el ttlulo de "Ensueños de la mente," se encuentran insertadas al­f]Unas de las que se imprimie1'on en I854,

por obsequiar los deseos de varios amigos que me lticieron esta indicacion.

~e.sus tlc ~nirnrra.

Guatemala, Marzo de 1884 .

\

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<..

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• . ····••una•••···· ............ _ .... , ... HHHOOH• .. ··•·•-· · ------

"

EL MUNDO. ---•~----.:_-

:o _],;,JAI))[(,; en paz, mentidas ilnsione::,, Dejadme t.'11 paz, encantadores sneüos. Pensamientos snblímes, halagüef'ios, lf echiceras, anjMicas visiones.

· Dejadme sola atra\"1.>sar la vida. :,,ola. con mi dolor v mi tristeza; De espinas coronacÚ mi cabeza Y con el alma de frialdad henchida .

D{•jame en paz, bellísima esperanza. ~ o ajites y.í, mi corazon doliente: ])éjanw ,·1•r con calma indiferent.<· . · El 1111111<10 material en loutan:rnza. i:'

(~11ie1·0 admirar los enadros diferentes QtH:' se 1weseuta11 á mi fantasía, t; nos 11P a legre y })l.ícida armonía. Y otros 11P q11f'jas tristt0 s :,· dolientes.

All:í apa1·ect• la dichosa i11fancia, C:índida y pura en avacible enna, . Sin 1·O11O1·e r pesar, ni pena al~mrn ,' Cual una 11or de celestial fragancia.

En HlllOl'OSOS brazos aITtillalla_, En\'uelta <'11 gasas y nc,•ado· ;1riuii19, Hoza feliz el maternal cariito, · i ~ Qllf' })j(,s 11• <lit•ra al l'l'l_':tl'le 'rle l¡_,) iada .

1

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2 JD,SUEXO:-5

¡Salve mil veces, tierno amor profundo, Materno afecto, sacrosanto y bello: Del corazon de Dios, dulce destello, Unico bien que existe en este mundo!

Unico apoyo e~ la áspera carrera De la senda funesta de la vida; Pues es la madre anjelical, querida, El ,Jénio que nos vela por do quiera.

Ella es la sola que devéras ama, La que nos dá la vida con su aliento: La que nos dá el amor, el sentimiento. La que inocentes lágrimas derrama.

Pasa veloz, ¡oh, cuadro! de mi mente! Con tus bellos encantos y poesía, (~ue ya veo en mi yerta fantasía Otro grapo bellísimo, inocente.

Es la nifiez alegre y bullicio:m, Con sus juegos y plácida sonrisa. Mas pura qne el suspiro de la brisa, Entreabriendo el capullo dP la rosn.

En esa edad, el corazon palpita Con sus sencillas, snáves ilusiones. Sin conocer aún, de las pasiones, El fuego abrasador que Je marchita .

Mas, ahí viene el trn¡wl De la juventud florida, Entre ilusiones perdida, Entre delírios de amor;

Llena de nobles pasiones, Todavía el aln¡a pura, Corre á buscai: la ven tura En ún nrnndo eormptor.

L

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Con un fantasma en la mente Que llaman felici<lad, El jóve11 con ansiedad Sueiía que le va :í. encontrar.

Incauto se precipita 8iempre tras una ilnsion, Palpitante el (•.ornzon En un contín110 sof1nr.

¡Pobre jóven! snefw, sneíia, ~Iientras que puedes sofü1r; Que va te irá :í despertar .AlglÍn agúclo dolor.

Suefla, mientras puedas creer Qne cada }1ombre es un hermano: Que toma tn franca. nrnno Con dnlce, fraterno amor .

. Sneiía, q ne es la, edad feliz De creer con ferviente ardor, Que en nlgnn ideal amor Está. la feliciclnd.

Antes que ,·enga el engriíw, La falsedad, la traicion, A destroznr tu ilusion Con la triste renlidad.

Porque, en el munuo Todo es mentira, Todo respira Perversidnd. Y tú, no sáhes, ¡Pobre inocente! Que entre la gente De sociedad,

Todo es palabras. Todo ficciones, .Adulaciones, Urbanidad:

.3

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Todo es comedia El social trato, Todo aparato,· Nada Yerdacl.

[;nos engafian Por interés, Otros tal vez Por diversion; Represt>n ta ndo Falso papel, ¡ Podr.í ser Jiel en corazon!

De las pasione:s Viles. sin nombre, .Jugnete el hombrt• Viene Ít perder. El brillo dnln· De la rnzon, Y el corazon .\ corromper.

El falso orgullo. La negra envidia Y la perfi<lia, \-an á empafüu·, La bella esencia Del alma pura, Que en sombra oscum Se vé tornar.

Y la ::imbieion. Y la venganza, Que nada alcanza Nunca á saciar: Hórridas fieras, Que sed mantienen, Y al hombre vienen A deYorar.•

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Este es el mundo hala.gíiE>í10, .Jóven donde rns :'t entra1-. Con tn divino soflar Y tn t.i0rno corazon. ¡Infeliz! pones la planta Lleno ele noble pur&Z'.t, En un ,·nos d1! vileza, De crímen, ,le nul<licion.

Y tus Ldlas il11siorn.•~ .\lli rnn :Í, s1wn111bir, Cnan<lo empieces :í, sentÍJ' J~o_s golpes <le ln, trai<'i<,>ll; ( ~IH', :Í, ,·ec-<>s al s(i bio ensi->íw r~:l <l ol ni-osa l'S ¡w1·i(>ll(',Í:I. La <lnra y arn:11-ga 1·h~nei:1. La sal nflablP lf'cdon.

Pa1·a i:1·nzur t•l camino BoJTaseoso 1le la vida. Cual pobre nare pnclÍda .. :-,in n~lúrnt•11. sin ti 111011. · -

Pero, pasn juv .... ntn<l. Con In r11i<1osa alegl'ia, Qut.>, tt-'mblunclo <>l :tima mfo, Divisa nn cna<lro <1c honor. ¡.Ahí las dctimus denen De los vicios detPstab]Ps. I•:ntre harapos miserables, Entre el llanto r t->I 00!01·:

ViPnet~l ébrio Llast"t ... mando Con sii semblante asqneroso, ~in tiendo el gas espantoso Y pü1ientlo nrn's licol',

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Y el asesino. con fiera, Torva mirada, infernal. Clava el sangriento pufiaJ En su hel'mano. ron furor.

Viene 11hí la esposa infame, (;rue], hollando con el pit>, La eterna, sagrnda fé, Que jnrára en el altnr. Viene la madre maldita. Con el crímen en la frentt·. Que al infeliz inocente .Al Limbo Hcalia de eclwr.

Viene la mujer perdida. Sacrific:índole al oro Su hermosura. su de<'oro. Su corazon, su virtnd. Sin pensar q11P, en la \"ejt>:t., Llegará el n•ntordimiPnto, Ha m hre, enf Prrnella<l. tornu•11 to' ... Y dt>:-pnc,~. PI a ta h úd !

\'iPOP ,,J j11;;:11lo1·. hora 11dn De sus padrt>s el haher. O de la inft•liz 11111jf'1• (lne ¡,or esposa tomó: El brutal Pnamorado, Sin honor v siu condP1win. Perdrticnclo la inoct>Jll'i:t. Que sin piPtlad cn,!r.1i1í1.

Buscando :i quh·n cfospojar, Rl ladron y t>l usurero. Por interú; del dinero. Mil delitos cometiendo. En fin, veo al perezoso. Con el rost.ro macilent(,,

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Un miserable alimento, De puerta en puerta pidiendo.

Pasa, vision espantosa, Qne mi nlma está amedrentada: Quiero volver la mirada A la bondad y honradez; Y contemplar con delicia, Del hombre justo y virtuoso El apacible reposo. La venerable ,·ejcz.

¡Ahí se acerca un liomhre respetable, Guya benigna mano se há ocupado,

En enjugar el llanto al miserable, Y el bien y siempre el bien há practicado'.

Su mirar dulce, su sonreir afable, Grato consuelo presta al desvalido, Y disfruta la calma inalterable, Del hombre, que :í sí mismo se há vencido.

Semejante al hermoso astro del clia. Lentamente á su ocaso vá llegando: La muerte viene ya, la tumba fria, 811" despojo terrestre está esperando.

Pero, tranquilo, con serena calnw. Vé acercarse el fatídico momento: La muerte espera. sin angústia su nlma, Sin amargura, sin remordimiento.

Y este es el mundo, qne en mi triste mente Conteipplar quise, y vi con sentimiento. Falsos placeres, sueilos solamente, Pasiones, vícios, lágrimas, tormento.

iEn dónde existe, 1rnes, la ideal ventura! ;.Dónde no hay penas, ni ·aólór profundo~ En lo interior de .la <;onciencia .pura, Qne no há manchado el lodazal del mundo.

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_,_, hE dOBI{E\Tc

JO~·~ ijALVA~O:R m~ ~A V. EX EL THA DE SU X,\TALlCIO.

PA1L\ c:mtnr <le tn· nntnl PI din. ¡,Quién nie diHa del ánjel la dnlznra. De las m:rdres lu c(•Jica trmnra Y de todos los bnrdos la pot>sín i

t.Qi1ién me diera el faYor de la Iort1111:1. Pnra colmarte d0 <1elicia~. tnntas, Que jamás pa<lerierns pena nlgnna Y poner mil Uf'lícins· á tns plan tns?

Porque, yo te m110 de~de qne ern::i niilo. Cunndo .tn m¡H.lrr, rno1·i1nmda es tnun, Tu cnndorosa frente adll'iciaha. Límpida, · como el blanco del :u mif10.;

Ahorn, en tu bella ju,·enhH1 tim-kb . Lenrnto nl cielo mi plrgarin nnliente, Tmplornn<lo del Dios Omnipotente. De gracias llene tn preciosa vitln:

Que don·ae pases, solo encurnt1·es~lo1P:-.. Grata sonrisn, placentna cn1ma, Y nunca "rengnn :í. tnrbar de tu alma J4i c}n1Ge paz: .los 1wgros sinsabores! ... ;.... .

, . ·---♦• ◄ .... · ► • •--J.,-

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DE L.\. ~IE~TE.

A MI HERMANA VICENTA. EN SUS DIAS.

-·--p JtENOA precio::;:t de mi madre amada Que allá en tu infancia te' ai-rulló en miH hrazo.-1 ¡Al verte ele congojas drcnnclada Mi pobre cornzon se hace pedazos'.

Porque es tn villa nn cáli;,; de mnarµ:111 ·:1. Un dia sin fragancias y 8Ín 111;,;. Enchicla ele coutín ua de8n:'ntnra Cargando llevas, tn pesada cru;,;.

Y ntravie8as el :í.spero ca!Yario 8in halln1· una flor f'n tn en mino Solo ·dolores, llanto funer~u·io, :\mnrga hiel y ¡wnetr:mte espi110.

¿Pero qne importa padecer Vice11ta Angu¡;tia erut>I fatídfro quebranto 8i un ánjel del Seüor tas pasos cuenta Y re<'oje las gotas do tn llanto?

Y tomanclo e'n tn8 sienes Ia8 medida8 Una rejia. corona va teji(,ndo, 'l'ns lágrima~ en joy:1s con vertidas Y el helio q ncrnbin dice sonriendo.

Tú padeces porque ert->s i~scojich Animo, que tú. patria esta en el cielo, Donde tendras delicias sin l1H'clida .... Dijo, y cruzo el espacio , Pn raudo v 1wlo.

El ánjel que ti:: guarda vida mia, El Paraíso te enseíia en lontananza; Animo pobre mártfr, que algnn día, Te colmara, el Seflor de venturanza.

En tanto por doquiera yo te sigo Cc)mo la madre á su querido nif10; • .Mientras exista viviré con tigo, Porqne grnndf' Ps, mi fraternal eariiío .

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A LA IXSPmAUA POETISA

en contest8/~1Df\ a r-n pr·eciosa poesi"li

¡{J ur¡;;x eres jenio hen11oso que cantas mis dolore:-t Uon cólica ternura, con dulce inspiracioni icQuién eres que comprendes 111is negros sinsabores'~ ;Hay! y del alma mía la cruel desolacion.

Comprendes que mi vida es !lll martirio lento Un cáliz de amargura, un grito de dolor, Que vivo en la tristeza hencltida de tormento Sin ver en mi camino ni siquiera una flor.

Snfrienclo mil congojas sm tre~ua ni deseanso Cargada con el peso de cruel ancianidad, Por escarpada senda con paso tardo a rnnzo Llorando de fatiga á la honda eternidad. · Pero entre los suspiros de mi alma atribulada De tu brillante lira las notas escuché; Oí que me decias: ¡no temas desdicháda _\traviesa el decierto sin bambolear tu pié!

Y como el ánjel bello de la dulce esperauia Poetisa encantadora, te dirijes á mí, Sonriendo me sefütlas un cielo en lontanan7 . .a, Y cantas, ese cielo tambien es para tí.

Yen, pues, it consolarme, yo quiero ser tu amiga; Cantar de tu alma pura la bella inspiracion Y con tn dulce acento que calmes mi . fntiga. Y Sf't','iH <le mi vi<la la poética ilusion.

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DE LA )IEXTK

SONETO_

:BELLO, cam recuerdo delicioso, Aun te presentas, lleno de alegria , Dulce, como la plácida armonía De algun sonido tierno y melodioso_

En mi mente refleja venturoso ~Jl tiempo grato de la infancia mia, Cuando yo era feliz! y sonreia Con el reir de los niüos tan dichoso.

tMas donde estás, feliz edad primera, [nocente existencia sin dolores, Cuando un hermoso porvenir se espera, De espléndidos y májicos coloresl Pasaste, como un suei'to afortunado, ¡Y solo tu memoria me ha quedado!

L, .1\.. v ·_r:SION

Pasas, dulce visiou. Encantadora Y bella Cual fúljida centella De fuego abrasador: Pasas, yaquíenmimente Queda tu imájen pura, Radiosa de hermosura. De inspiracion, de amoi·.

Pasas como el meteoro .Esplendido y divino, Cual jénio peregrino. Criador de la ilnsion,

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;,Serás el suef10 grato (Jne arrulla el alma mia? ;,Serás la simpatía, Que endulza e1 coi'azon!

¿Serás acaso el ánjel De las temprnnas fton•,;, De los castos a mores De Ja felici<la<l, Que pasas á dejarme lJn encanto t·isuPño, Un recuer<lo halagüef10, De tí, en mi soledad?

Cn pem;amiento dnkP, Una idea ngra<lable. Un placer inefable, Sublime sin iguaP Pei-6 iq11ién eres tú, Que, sin saber por quC• Al verte yo no sé Que siento de inmortal.

Ni éres arna11t,e mio. Ni eres mi amigo ama<lo Ni mi padre nclorado, Ni mi herm:rno querido: ;Por qné, pues, tn mirada Brilla dentro de mH iPQr quó pienso yo en tí! 1Y por, qué no te olvido'!

\' tienes tu morada Aquí, en mi fantasía. Y toda el alma mia Te rinde adorncion, Contigo el pesar . hny(•. ? Yienfl 1:l nleg-ria:

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DJ, LA .MEXTE.

¡.Serás, pues, la poesia, La bella. inspiracion?

Enigma incomprnnsible, Angel, hombreó muger, ¿Quién te dió ese poder Sobre mi corazon? Yo no ti:' quiero amar, Y suspiro por tí, ~Cómo te llamas, dH ¡Serás confrontacion/

Dicen que así te llama::,, Y que eres muy temible. Que al corazon sensible Atas ¡Dnra prision! ¡Ah! Yo temo tus Iaws, No mas te quiero ver. Pues libre quiero sel' ¡Engaüosa Yision!

,j.. LA flUINA DE ,SAN ?fLVADOR.

- - ·••---

)Iusa. de la tristeza y del quebranto Ven con todos tus ecos mol'ibundos, Tiende tus negras alas trae el llanto

Y los ayes profundos. De funesto cipres .la sien ceñida,

Yen á mojar mi pluma en amargura, Para pintar de una ciudad perdida

La triste desventura. Era In. noche: el virjinál semblante

De la luna1 brillaba en el Oriente .

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El silencio reinaba en ese instante, Y dormia el ambiente.

El terremoto estaba encadenado. llnizá esperando nna seüal terriblé, Y el pecador vivia descuidado

Entre el crímen horrible. Sin recordar que hay una eternidad

Y que hay un Ser Supremo, Omnipotente. Que sabe castigar la b1iquidad

Y perdona clemente. Cuando el Arcánjel esterminador

Fijó en la tierra su mirar divino, Tremendo entónces se movió el temblor.

Y bramó el torbellino.

Un ruido sordo y cruel sacuuimiento Vino á turbar el sueüo uelicioso, De la ciudad se estremeció el cimiento. Y se azotaba el huracan furioso. ·

Los edificios todos desplomados Cayeron en pedazos convertidos, Y los hombres corrian espantados Dando gritos agudos, doloridos.

La madre que sacára al tierno infante En sus brazos. llorando le estrechaba; Y el hermano, la esposa y el amante .'\. su familia entre el pavor- llamaba.

El tierno padre por salvar su esposa, Y por los hijos de sn casto amor, Vuelve á las ruinas con la faz llorosa, .A. perecer con ínclito valor.

Y por el denso polvo sofocados Agua pedian todos por piedad: ;Agua, _por Dios! decian asfixiados, Y ni una gota habia en la ciudad.

Secas las fauces, por la sed ardiente La multitud apénas respiraba, Y entre el tropel confuso de la gente Sus víctimas la muerte seflalaba!

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La mnerte, con su mano de~carnada. li'iera, implacable, ]a Regnr blandia. Y con Júgnbre risa y vista airaiia P,l miserable pueblo recorria.

Aquí en las tristes ruinas se ese11chab:1 ·El último suspiro de agonía: Allá talvez un hombre blasfemaba, Y otro, misericordia á, Dios pedia.

Aquí jimiendo de mortal congoja, Y entre el dolor, la angustia y el tomwnto. La jóven inocente se sonroja, Y al ver su desnudez huye al momento.

tl\las donde hnir, si todo es confosion. Todo lamentos, todo desconsuelo? gscombros, muerte, horror, tribnlacion! r~úgrimas. ayes, amargura y <lnelo!

El inocente niüo desmayado, m anciano decrépito abatido, El justo moribundo resignado Y el incrédulo absorto, arrepentido.

Los helados sepulcros se entreabriero11. Y los muertos que estaban ya o1vidados. Al mandato de Dios aparecieron; Y los vivos quedaron sepultados.

(Misericordia! el pueblo desdichado, ¡Misericordia!, al Rec1entor pedía; Y ese clamor contrito y humill~do Al Gran Jehobá Je presentó :Maria.

Y al ruego de la reina inmaculadn _g¡ Padre Celestial se conmovió, Y vol viendo á la tierra su mir!l.da, m severo castigo suspendió.

Cesó el temblor, y el huracan furioso En fresca y pura brisa se tornó, Pasó la noche cruel y el sol hermoso En el signiente din al fin brilló .

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:\fas ¡ay que ese astro radiante, Que al perderse en oc-ridf:'ntP Su bella luz refuljente Una ciudad alumbró: _-\l asomar otra vez · .\fajestuoso en el oriellte. Tristes ruinas solament<..-y escombros solo encontr(,.

Y de la eiudad predo~a. Que al presente ya no Pxi~tt•, Sola la memoria triste En el corazon quedó. Y el viajero esclamarií Con acento de dolor: "¡Aqní fné Sa11 S:1lrndoi-'. ··.Aquí fnC• donde existir,:··

Así se pierde en el 111 mHlo La riqueza y el poder: ..:\sí se torna el place1· En sufrimiento voraz; Pues los bienes de la ,·ida Polvo son, que al poh·o nwlrPn. Y se pierden, se c1isueln~n, Cnal una sombra fugnz.

Erns ayer, dudad des\'entumda. Un eden de delicias y de amores: Hoy, dentro el frio j)olvo sepultada. :Eres panteon de fúnebres horrores!

Y por la mnno del Seí10r destr11iila. En la posteridad sen'í tu nomlm• Un funesto sarcnsmu de la vida, Una leccion terrible pnra el homhre!

Tns infelices hijos desdichados ~~JTantes ya. sin patria y sin hognrl•s,

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1JE LA MENTE.

Andan pidiendo asilo infortunados, Víctimas de la angustia ? los pesare¡;.

Pi-oscrito yá, desde su infancia el nifto, Huérfano, des,·alido, suspirando, En vano busca el maternal cariño. Sus tiernas manecitas levantando.

La pobre viuda, que perdió á su esposo, Como insensata en su feroz tormento, Le llama á gritos, sin hallar reposo, Y el llanto y la amargnra es su alimento.

El triste anciano, con sn voz temblante. Presa de la miséria y desconsuelo, Con el dolor pintado en el semblante, Sns ya cansados ojos vuelve al cielo.

¡Excelso Dios, qne allá en vuestros arcanos~ Mover quisistes el temblor furioso, Enjuguen ya vuestras piadosas manos, D8 nuestro pueblo el llanto doloroso!

¡ V uestrn sagrada voluntad, suprema, Cúmplase ya, potente, Dios divino! Levantad, Padre tierno, el anatema, y (lllRdarit.se quieto e] torbellino.

~ r El 1)eca<lor contrito' y lmmilládo.

En tn augusta presencia, revnente. Con lágrimas larnndo su pecado \ 'olwrá á vuestra gracia, Dios clemente. . /

.) l

2

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ENSUEXOS

AL INSPIItADO FOETA

S1Pt }D)(O)JN l 1E-1Ll1'?JE ~1(1L 1! A~ .. t ~

EX COXTESTACJOX .A. SG PRECIOS.\ POf:SL\.

;_,Quieres, ~ardo, qne cante la existencia Del sacrosantp Dios de la hermos~ua, La deslumbrante ,glori!l, qnA fnlgura Allá entre su eternal mag11ificencia?

¡,Que cante de los niüos la inocencia, Y de las flores la: fragancia pura; De los bosqnes 'la poética frescnm. Y del étér .la bella trasparencia?

¡,Cómo cantar, si seca en mi garganta. Está mi voz, por el ,·oraz tormento! Y las espinas crecen á mi planta. Y sus heridas penetrantes :,iento~ Por eso entre mi fúnebre qriebranto. Te dedico nna gota de mi llanto.

_¡-\ _ I .... A ~JjjRO~R_l~.

O)ñ'-'t. _. f}1Ht,\.tfu pe c'e ~C(,t<.f<.,i,, 1

i:x 1..l :il\;ERTE IH) st·s CUATRO IIIJ.\:,. ·,

- -••·----¡,Qué buscas en el triste cementerio,

Bella matrona, en hora silenciosa, Y env ndta entre las sombras del misterio Una oracion levantas, fervorosa?

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Ei:itre las ti1mpas gimes solitaria, .. Transida de dolor Y. de. quebranto; Y besando la cripta funeraria, ¡Cuatro sepulcros-riegas con tu llanto'.

Y llámas ú las hijas de tu vida, gn la mansion funesta de la rnnerte; ¡Y solo encuentras, madre bendecida, Ca<l:í.veres, no mas, y J)olvo inerte!

.,.! ' • ' • • ' :No las húsques a!li, levanta al•cieló, ,J óven virtuosa, tu mirada tierna: Los ángeles no· habitan .en el suelo, Es su morada la ,mansion etcr¡rn. ..

1

Por eso val'iós qnernhines bellos,r • De blancas álas, célica hermosnra, .Azúles ojos, de oro los cabellos, · ' (hatas 1-wnrisas 'y mirada pnra; l

·¡

I.JaS almas de' tns hijas ' se llevaron Al coro d~ los nif10s. inocentes, Y ante el trono de Dios las presentaron Doblando la rodilla, reverentes.

:\Ias allá de ese bello firmamento, De luceros magníficos regado: ·

/ !

<~ne á la voz del Séñor, en un momento, De la. profnnc1a nada fué sacado: 1 • r

1

:Mas allá de esos mundos sostenidos Con solo su palabra omnipotente, ' , que de. fúlgida lumbre revestidos, , ~ ,íiran en el vácio eternamente, ¡T ' .

• l I I Í• .1 ¡ 1 #"

Escuchan las melífluas consonancias , De mil orquestas al compáf'\ sonoro, , 1

Page 26: ¨Ensueños de la mente¨ dedicados a la juventud centro

20 ENSUE~O~

Y aspiran del Empírio las fragancias. Entre el sonido de las harpas de oro.

Y en ese mar inmenso de delícias, Sin término, sin nombre, sin medidas. ¡De todo un Dios reciben las carícias, Siempre y por siempre de ventura hencliidai-l

EN LA TUMBA DE MI PADHE.

El triste rayo de la luna alumbra, Es de la noche la hora silenciosa. Y sobre el mármol de tu fria loza. ¡Corre mi llanto, funeraria tumbat

Porque en tn seno tenebroso, helmlo, El sempiterno sneño de la mnel'te, Durmiendo está y para siempre, inerte! Mi tierno padre, bondadoso, amado.

¡Ay! ya no veo su sonrií-a afable, No escucho de sn acento la. duJznrn: Ni la sublime, paternal ternmrl Reflejando en su rostro venerahle . .

Cuando iba á saludarle, cada dia, . Una ardiente.plegaria murmuraba: Y su tierna mirada en mí fijaba Y con inmenso amor me bemleeia.

, Pero ¡ay! no existes ya, padre amoroso,

Y tu alma bella se escondio en el cielo: Solo me queda el funerario duelo, Triste horfandad y llanto doloroso.

Pór donde paso, hiérese mi planta Con las espinas qne hallo en mi camino.

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DJ:: LA ME.NTB.

Víctima siempre del fatal destino, Cargando elpeso de desdicha tanta:

' 2f

Cual negra sombra del panteon saJid;i. ¡Yo llevo siempre el corazon rasgado, Y de tormentos crueles, circundado: Es la :nnargura, mi doliente vida?

LAS LAG 1\_I1v1AS.

Hay lágrimas comprimidas, Que en el corazon cayendo, Son gotas de lava ar<liendo, Que en el silencio vertidas, Tras una risa escondidas, Con fatídi0a inclemencia, Hieren con dura violencia! Y sin que lo sienta el mundo, }.fatan de dolor profundo, Y <li:Jst,ruyen la existencia.

'.l'iempo, que inclemente tal~:;, La juventud, la belleza, · .La alegria, _la :dgueza, 11

Y de la naturaleza, · r,as ·u~as esi)l~n<'.).er:ites, gal,as; 1

' Y en tu furiosa corriente, Arrebatas las pasiones, . Los imperios, las naciones, Y las bellas ilusiones · ,, De la niñez inocente:

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. , 'rú, qt!~ hl ¡ieso d~.t~1 pl_ant:i,

.Marohitas ld edad primera, \

:h 1 Bl:mqnea~ la cabellera:

; Yá la jfrveh hechicMa · 1

D9b]as' \a gentil gm·ganta .... , • • f ~ ! ~ ) . - f •

Tú, q ne· apagatás un c1 ia. Con tus i1asos destrnctores, De ese sol los resplandores: Vuela, ¡ó tiempo! y ]os <lolores. Llórnte, dt'l alma m~a.

1 I

(

1A CREACION DE:1 UNIVERSO. ,ll ¡¡·J • t',

• 1 l •. l n J r 1•

Allá, en su q ·1;el¡,¡\ \'te1·1)itla<l estaba Solo el Sefün·, goi:ínq.ose t'll sí mismo, Y de la nud:\ el-in~onclablp abismo, Con in/ini~u, .<rprqp~si(in rnirnlm. ·

Y su DidhH ' jj\Jtfp,h,tad, sagr':Hla;l' En su Conséjó sob<•1,1110, piensa 1 •

¡Sacar la ee.plénclida t'l't>a<:ion i11111bJ1sa . De aquella misma, miserable 11ada!

"¡Hágase!'i~dijo •.-J Dios de la gmndt>za : ¡Tembló la 1ind:1 á su palabra santa! ;'l'endiéronse los cielo:-, :í. sn plnnta. Los migeles·b:ij:\i-on l:i rábez:i! 1 ..... , 1 1 l 11 !

"¡Gloria al Seiibh!" ' firirner:t ,•ez éa11taro 11 Mil ejércitos <le :íng~les, 1inñs bello l Que del ·Sol 1lós·•1ti:'tgnífieó::; clestello::1, Y á los pies del Eterno se postraron .

• • ·•1·1·H» ' f f , '(

l\Ias, ¡ay! que entre esos lingeles 'hermoso:-. Muchos qne:por.soherbios se· perdi.eron. ¡l\fas veloces que el rayo tfosctmdieron. Del cielo á los intiemos .espnntosos! I

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En tanto, qne los vastos elementos . . Se formóron tambien, en e}'.ins.tante; Se dP¡rramó la ,beJla)J1z radi~nt'E)1 . .1 ; .• 1

Y comenzaron á silbar,fos. viento8 .

. ''¡ H{lgase)'' , dijo ~~ :Pios ,del ,Poderío, Y el estupendo tirrname~to, creanslo, ¡ L~1? cri.s,talinas ~g,n.11s, v/Pªfvtmélo, 1 . '{

Puso, nn:.¡¡ gran pprq~on rin el vací91 r

Y .sa¡.;ndióndq ;m PJ"P.f1,rnrlo seno, ,. Brot(, hJ na.da el, rayg y .la~ c~ntellas. ¡ Y en ]¡1t¡ entrnjhu; ele las, p qb~s. b~llas. , ~onú,Hl tr,p-ihle; ' fnl~nÍlfllllt\1 tr_qenQ!

1 '¡llágase!':; clijo.t:l/ l~o,clo_µod~.:i;9s0: f Lm; aguas de Josrmare¡c; ,~r-dnntaro11,. 1 ,,

Sn~ eni:n:<:s11:.HJas ola~. Jflvantaron, H l 'l ;Y' resonv .el .r~t;un1b,o e~trepitoi;;o/ 1 1 • (1

Las pln:nfa'S; t1e ln. tierra ·a11areoieron, Los ríos y ·his fn~hte1,< circúiafoif,f r;; ,< Y los sonrbríos .hosques,se 1fórma.ron. , ~.1 Y los campos do floros•s~1vjstiero11."J ' '

"¡Húgaser,'1,dijo. el rDi~is Onmipotente: Y brillm;on ila lnna.yrlo:;;,luoeros1,r11 r,, Y tíl sol, con st1.S1anliontes.¡re}:,erbern:-1, 'M:Jjes.tnoso as~nnó ,por e\_.Odenteliu11

.f1D.e1la!noche~as ,sumbras t~1i~bl'.osas~ ~e apm:ttu:o,n \deli bello,1 claro drn: .¡ i!J J f:le, crió,ftl calor,1fa 1blancat11ieve_, fria; i •1,.l Y~la,~ 'cuat¡_r.o;.estacionEl_s ,asorflbrosas.r 1 l

23

: '!¡Hágas1;tH: dijo BLDimule.los :poi't~ntos: Coµmovidos los. mares;· retumbal'ori, ?n.....'.> Los peces en eL acto .se 1formaron,1 'J r l (h1ardando los,üh·inos manda~iento,s1 (l

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24 .ENSUE~OS - ------,-------------- -- ---

y se escuchó la duJce melodia Con que las aves, por la vez primera, Cantaban en el bosque y la pradera, La rutilante luz del claro dia.

"¡Hágase!" dijo Dios: y hechos fueron. Los reptiles y béstias de la tierra, Y cuanta maravilla el mundo encierra . .A la voz del Señor, ¡todas se hicieron!

Estando el Universo ya concluido, :Mirándole el Creador, se complacía; Pero, faltaba un rey á quien quería Favorecer, como á hijo muy querido.

Y el Hacedor <le maravillas tantas, Sin oríjen, sin fin, de gloria lleno, · El Dios de las borrascas y del trueno, Que la honda eternidad tiene á sus plantas ....

Y ante el acatamiento Soberano De su Divinidad Omnipotente, Es el vasto Universo, solamente, Un pequeño juguete de su mano ....

El Señor de la Bienaventuranza. De Majestad inmensa revestido, · Dice: •'hagamos al hombre" conmovido. "A nuestra imájen misma y semejanza.''

Y ese Dios, de la gran magnificencia, A un puñado de polvo dá figura, Le infunde con su aliento el alma pura, Y el bello A dan se postra en su presencia.

¡Gloria eterna al Sei10r de las cri::ttnras! Cantó Adan, asombrado, entemecido, Y el Universo entero, estremecido, Repite: "¡Gloria al Dios de lasAltnrns!''

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----------- -----•· - ·----No contentó el Sefíoreon criaral hombre.

Y re~alarle la Creacion entera, Le dió espósa, ¡oh, dolor! fné la primera Que cometió la iniquidad sin nombre!

Ella anastm Ít sü esposo en el delito. Cayó Adan, ¡oh, deHgracia lamentable, Que atrajo la justicia formidahle Del Altísimo ,Juez, Santo y henclito!

Del bello Paraíso que habitaban, Uual dos ángeles llenos de hermosnra . Y en un mar de delíeias y ventura, La gracia del Señor, en paz gozaban.

De ese janlin bellísimo Je flores, .A.dan y Eva salieron al momento, j.A este valle de llanto y de tormento, l)e amargara, 8nspir-os y dolores!

LA POBREZA.

P omu:zA, 1berdugo eres, Que á la tumba me encaminas Y me circundas de espinas, Y me destruyes, me hieres.

·Uruz, que .me haces espirar Bajo tµ peso terrible, .Agonia -indefinible, · · ¡Lento snplício, sin par!

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Por tí ~e .baja la. frente Dó qui~r, pi_diendo farol: Y c1e_l dei;;precio, el dolor, , Por tj, en ,silencio. se¡.sie~te!

P(?r tí, me. ipsu~tan y ~tfrentan11 Sin piedad, mis acr~aores1 1 . • Y sufro mil siñshbores Cnanílp á cdbrªr 'sq '. presentun,

. . • • \ •• 1 ' 11

¡Cuiín dura cosa es deber, Cuándo nb hay co'n·9ilé pagar. Xi qué ,·ender ó empef1ár, ¡Dio's mio!: ni qué córner! .

, . - ' ! ,,_

¡Oh, triste pan l1 e quebranto! :Mísero, , escaso· ali m <:n to. ., Irn pregna<l.o <le tormen t_q .1

,Y regado c911 mi,llaiJto. . : q¡ ¡--< • ¡Cuántas ,·eces se resisk

~\.. pasarte, mi garganta; Porque, es tu amargura tant a, Que todo 01 sabor perdist0!

¿De\q~té }llü in:J~ pqesí:J, En mi lamentable suerte, Si eres cÍlntico de muerte. Triste grilo de agonía~ (

¡Pol>reza!)•,marthfo •cr,u~l. j l~nis.contínna.tortm:a. 1 Y copa:de -dés,•-eütnra. / Llena -dé .acibar y hiel.. ! .. 1 { ..

N::is, ¿de. q1Ji• in.e qul'j9 yq. Lamentando;(1,1s i;igo[·es, · 1

Si el Grai1 V~u;pn ~d~ '<1ólo~·~.,, El mis_nw, D~os .te_ su[.rió! . ,_l

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DE- L.\ .ME~TE,

Delante vá' con la Cruz, El Nazareno ,Divino, , · · 1 ~ Em\eüúndome .el cámÍlio r r De la verdad y Ja luz. 1 , • 1

Los cuenol? y las raposas,. 'L'ienen,- 13us.' é;iie,·as,' decía; . i. i

1:ero ~l Hijo_· de ·iraría1 '.', ,ti f,,n sn:-; h(!rn~ ¡ dplo~·o,sas:_ . 1 • H

No hnlmí donde reclinar S:! ensri4~rerú:it1:q~apeza, '.• . .N1 una got:l,11ert su vo9reza: ! De agu:~ pnra 'el rialüdai•!, 1·•

• • • 1 ,1;1 J ' .1 ' ' ( ¡Perdon, Redentor amable.

,1\f' o mireis mi desrnl'io! ·r · ·¡ Pues sinne quejo ~s, ,Dios mi<;,; Porqué· .soy muy ·rniser:1;ble. • /

, lfl', ., 1 ,i I t if 1, 11'- l 1•0'')

Datlme aquella fortaleza Que (lais á ,los esc,qjidos, , y em11e9-\~¡ ,c1( iü~ t~rti4,◊s:' .. 1 ¡Benc~rcy:e, lU 1VPY!l'~ª l111 1 11,)

< Id l{ffl ,, f: li' nr'ifl J.; "f ,,·1·11 )

EL DI~Jl.1YiHflJ.'Ifi~.RS,~)1. • _,: 'l . H t I r 1 '."'I ; 1 • n 1 { e ; ',' >· f ,dn ,· .1f,1 t¡;. f h '/

m:cA de cuatro mil años Hace, que la tierra era, TJna inmn:n:da · madriguera De crímenes y de engaños. · ·

En la pobre juventud, Tanta corrupcion había, Que ya no se conocía, · Xi el nombre de la virtud .

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28 l:SSUEX0:6

En tanta degradacion, Se habia tornado el hombre, En una béstia sin nombre. De impúdica conupcion. ·

En nn animal feroz, Entre la materia hundido. Del todo babia perdido Hasta la idea de Dios.

Solo una familia había, Que no estaba contajiada, Ni en el vício encenegada, Y al Eterno Dios temía.

Eran Noé y su descendencia. Que la ley de Dios amaban Y sus preceptos guardaban Con pum y límpia conciencin .

El justo Noé, predicaba: Pero se burlaban de él, Con duro sarcasmo cruel, Cuando el Dilúvio anunciab:1 .

Y el Eterno le mandú ·• Que su familia guardára,

Y en el arca la encerrára, Y el Patriarca obedeció

. . . . . . . . . . . . . . . .

. . . . ·- . . . . " . . . . . . . . .. .

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!JE L.\. MENTE, -------------------

El dia del castigo se acercaba, Y ante el exelso trono, refulgente, Del Altísimo Dios, Omnipotente, Una brillante orquesta resonaba.

Mil ejércitos de ángeles cantaban ¡Gloria al Sefior y hendicion! decian, ¡Gloría al Sef10r! á repetir volvían Y plegando las alas se inclinaban.

Un Arcángel de rostro peregrino Y mas bello que el Sol en el Oriente, Prosternado escuchaba reverente Rl mandato del gran~e Dios divino.

Daudole un cáliz de color brillante, El Altísimo dijo: "Anda á la tierra " Y del arca de Noé la puerta sierra " Y derrama este cáliz'al instante.' '

El ministro de Dios bajó la frente Tendió ]as alas, descendió del Cielo, Se11ó el arca, subiendo en radioso vuelo, Fné á pararse en la Luna refnljente.

Y al derramar el cáliz que tenia, Solo una gota del divino enojo, ¡El Sol se revistió de un tinte rojo -, Y la Luna entre sombras se cubría!

El borrascoso mar se bamboleaba Al tremebundo choque de los vientos. Y temblaron los vastos elementos , r · Y la espantosa tempestad tronaba! ·. 1

Esas brillantes y doradas nubes • f Que bordan el estenso firmamento, • ,· Blandamente mecidas por el viento , 1

Y shTen de escabel á los Querubes., r •

29

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EXSGEXOS

El rosado celaje trasparente Que anuncia de In aurora la sonrisa, , Cuando aHá en lontananza se divisa Y tan bella aparece en el Orienté.

Esas pubes mas blancas que la nien~ Otras pardas, y negras, y aplouiadas. Que allá en · el Iforizon te a.glomeradaR El impulso del'viento no las mne,·e.

¡.Ay! todas esns nubes se tornaron En uná. inmensa sabana. sombría, ¡Que el mundo entre sns pliegues envolvia Y los astros del Cielo se ocultaron!

Sus grandes cataratas se rompieron Y entl'U ~l• fragor de un rnido t'strepitoso Resonaba el retumbo borrascoso

- ¡ Y millares de raj:os de:;ceudicron!

¡Hay un Dios justiciero predicaba El espantosó trneno reventando, Y el brillante relúmpago ccrpeanclo ¡Gloria al Dios polleroso contestaba!

Se rasgaron las fuentes del abismo Y saltaron los mares sus barreras, Inundando los bosques, las pradera~ Con rapidez, en el momento mismo.

Los arboles robustos se tronchaban Del hnrac¿fo al remesan tremendo: Solo los hombres criminales, riendo1

.A los nefandos vicios se entregaban.

¡ Y lluvia á torrentes! y las fieras Temblaban de pavor-(>stremecidas. Huyendo de los·montés y guaridas Y rnjian 1 de.miedo las panteras.

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¡Y lloyia y llovía ií tocla hora! Sin que el Sol alumbrara ni nn momento, Sin que hubiera en el ilegro firmamento Ni nn rlestf'llo <1e' ]ntnbn· bienhechora.'

Y seguía Jlodem1o noche y din, Y <"rnzalrnn los ravos '.fulrninante:-i, ; Y las aguas subi:in por ilistantes Y Mmenzó la angnstia y ]a agonía!

Las 'm11jereres, los uiftós, los ancianos, Y cuantos habHnntes exislian; . \. los montes rnils altos ascen<lian ¡Mm; todos su~ 0sfner:ws enrn YaT}OS!

¡Ay! y entre los gritos de las jentes, Y ('] fragor de ]as negras tempestades, ;Las .Aldeas, los pncblos, las Ciudades, 1 '

DPsparecieron bajo las crecientes!

~\filiares de millares perecian, Y entre los desgraciridos q ne quednban, ¡.Moribundos á el arca ¡;¡e acercaban H('cílwnos b11én No(\ abre! deei:rn.

Pern el justo debía obedecer El niandato del Dfos de la grandeza; ¡ Y miraba lloranllo_ de tristeza, .A todos sns· hermanos perecer.

¡Trihulacion como jamas se viera! Entre los gritos de dolor profundo, ¡Se convert.ia el anchuroso mundo, En nn mar 'es¡Jimtoso, sin ribera!

Los iingefosspbian -y bajaban · Recojiendo· e'n sus alas trasparentes, Las almas de los ni.110s inocentes Qne en 1el 'seno ·ae Abrahmn dspositaban.

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¡ Y ~olo se escuchaba resonar Del espantoso rayo el estampido! ¡De los vientos el hórrido bramido. Y los retnmbos del hirdente mar!

Tremendo cataclismo que arrazaha Con toclos los vivientes de la tierra, Y solo la familia q ne se encierra En el :u~a dP. Noé .se precf'ITalia.

Sobre aquel mar sin playas, tt·1::111Pbunclo Solo vagaban los despojos yertos, De la infinita. multitud de muerto:; Qne antes vivian f'll el ancho mundo.

Y ese diluvio universal qtw Pspnnta Es nn agtulo grito de tristeza, Qne anuncia del etemo la gra11deza. ¡Y sn justicia estremecido canta'.

La nrca de :N" oé tranquila caminaba Sobre montníias de agua resbalando, Y en en el inmenso mar que iba :,;nrc:rndo Un bello arcángl'I del ~ef1pr la ~uiah:1.

La tiena de terror se estrerneeia Envuelta entre los negros nubmTon1•:-.. Pero n l fin recojiendo sus crespo11P:, Se vió brillnr la claddnd del din.

Callado estaba el rayo estrepitoso Ya no bramaba el huracan violento. De un polo al otro polo en el mo111P11to Apareeioseme iris majestuoso.

Sn curra. colosal se le,·antaba Hasta el Zenit, radiante de hern10sum. De Yerdc y de oro, y de escarlata pum Con la lnrnhrf> del Sol se ilmninaha.

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,

DE LA _MEXTE, • 33 Cesó la lluvia pero no podia

El justo Noé dejar el arca Santa, Pues ¡Ay que horror! para sentar la planta ¡De tierra un palmo ni siquiera habia!

Hasta la cumbre del mas alto monté Cubierto estaba por un mar inmenso, Y Noé miraba con dolor intenso Un ancho oceano en todo el horizonte:

Un globo de agua el mundo parecia De Sur á Norte, de poniente á Oriente; ¡En agua hundido todo ser viviente, Inmensa tumba de cristal tenia!

Y pasaban los dias y los meses Sin que ;ni el cráter de un volean se viera, Angustiado el patriarca en grm_1 manera Ofrecia al Seí10r ardientes preces'.

Cuando sobre las plurna~.de los vientos Vino un ángel de cándido semblante, ¡Bajad, rlijo á las aguas al instante . En el nombre del Dios de los portentos!

. ' Y al contacto de su ala sonrosada

Retumbaron las aguas conmovidas, Y en aquel mar inmenso sin medidas, Pijó -el_ f n~el su límpida mirada. -

Y las aguas se fueron ·replegando Cual montones de líquidos cristales, Sus espnmeantes olas colosales Hasta las nube~ iban levantando. , 1

j . ~ I J Súbitamente e~ arca se detiene

Del Mararat en , la arrogante cum_bre, ., Era de noche, y la brillante l~mbre Del nuev9 dia á iluminarla viene. • 1 :

~-. t f Mandó el patriarca un cuerrn que observára

Si la tierra se habia ya secado, 3

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34: EXSUEXOS

Y el cuervo á sus instintos_ entregado .famas vino á avisar lo que mirara.

A lnnnisma mision envió el Patrhtrca -Cna palóma que con,raudo vuelo, ' Recorre el cam1,o· y' tuvo el desconsnelo De verla presto regres:ir á la aren.

Ni una flor ni una rama le traía La inocente y graciosa mensajera, Que algun alivio á su amargura diera, Porque em cruel la pena q ne tenia.

Buscando ií, sn dolor nn lenitivu Y ol dó á mandarla. y su congoja crece, )las la palopia ·al regresar le .ofrecé Un verde-ramo ele fragante olh-o.

(

El Patriar¡;.'l bajando la cah~za ¡Gloria al Seí1or, v bendicion dccia! Y totla la faÍniJiaw repetia., . ¡Gloria eterna .al Señor de Ja grandeza!

Despue::;; de un c<;>rto tiempo llegó el dia ,. Que saltaban ií,' ~ierra aq!1e1las jentesi Con mtlchos ammales diferente·, qne dentro el arca J.. oé, guardado hnhin.

' 1 •

Pero hl ver los 1estragos espantosos Del gran dilnv'ío en to"do el ancho mundo,. ¡Tembló el Patriarca, de pavor profundo, Y exhalaba jemido~ dolorosos! ·

,... 11"

De la jnstioia, delr Seiíor divin,.,, ;Cayó una g9ta, el globo fué tornado En campb dé1cacláveres regado, Quedlin'do solo desfrt'l.cción y ruina.

••·r lur •• 1 •1 • i ¡Ay e~a tierra! qne tan b~lla era,

Perdió sns flores, su frngancin, pura. S'ns lrnbit:mt~s ·toílos, sü l1ermm,nrn1• 1

¡ y se tornó 'en honenda cnla vera!

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..

Y :sou1:e· aquellos f únelm.,:s des1>ojos, llizo el Patriarca grande sacritido, ~ne recibiéndolé el Sei1or, propicio, \' ol viú á la tierra sus divinos ojos!

\ • 1 t

~LA MISERIA. - - - . 'D ' / l . '/ i E qué me siives, mísera poesía

Si éres el grito de la-desventnra, ... El hórrido est~rtor <le la agonía . . , n e una inielir., quf; i:irnere' de arnnrgura?

. . ¡ f' '. ,

Ya siento que la vida se me acaba De tanto padecerá toda hora; Pues la miséria, corno ardiente lava, ~fe destruye, mfl hiere, me devora.

r-...,.-- --r''t'/ /'· ~ En ot!J) ji(:')ll_J)o, yo.cante las flores,

El perfumauo soplo <le la brísa; ... Del íris, los magníficos colores, Y del alba la pláciaa sonrisa:

Las encrespadas ólas de los mares · .C, La. tempestad: r el' fnlminmité trueno, IT r . De -las•ávf~;''lúS po~ticos ·cantare~ J ' '.>'I 1.' Y el firmamento·, de ·luceros lleno. ,.¡, ·,

El anchuroso 'V ·azülado espacio;! 'C El rntilarite sol1é'IÍ<él Oriente, , i·, 1··r 1, ,

CortsU:s celaje's rdé oí·o.y 'de '.topació.·. • 1 • 1

Y de·la fona la sereh:i frente. 1 -, '· ·,. :)

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Cantl• la heJla jnYentucl. lozana. í la gr~ciosa, inmaculada infancia, )Jas pura que la flor de Ja, maflana, Qne en el pensiJ. derrama su fra,i:rancia .

Ahora, las cuerdas de mi lira, rotas. ¡Ay! solo exhalan lúgubre gemido. ¡ Y de mi llanto las amargas gotas Hacen temblar mi corazon herido!

_Del infortunio entre la garra fiem. nctima siempre del fatal destino. Hondo martírio encuentro por doquiern, .Xegros abrojos, penetrante espino.

l\Ias, si qnereis que la tremenda carg:1 De los trabajos lleYe, Dios inmenso. Hasta morir bebiendo hiel amarga: ¡Recihidla. Seiwr, cual puro incienso!

CÁNTICO. ----

;, Qud~x es ese jndío, tan jól"en y elegank. De blonda cabellera y mas bello que el sol, Cuando allá en el Oriente aparece nidiante. -Llenando el ancho espacio de esplt'.:•ndido arrt>hol !

De avellanados ojos, serena frente pura, Boca de gracia llena, perfilada nariz, De voz tan- agradable y hencl1ida de dulzura, Que el que oye_ sus J)a]abrns, será siempre feliz.

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8u barba dividida. en dos risos preciosos, )fas iinos qne la seda de Tiro y de Sidon: ~n rostro peregrino, sus pasos majestuosos. Es nn lwllo portento de suma perfeccion.

De cútis trasparente y blanco y sonrosado, "\fas terso qne las hojas de las tlores de Abril: )fmi, iquién es ese jóven tle cuerpo contorneado, .\mable, compasivo, simpático y gentil?

iDe rara y nunca vista, deslumbrante belleza, <ine para retratarle, no hay pluma ni pinceH Es el Rey de los re>yes, el Dios <le la grandeza, .J esns el Nazareno, el Salvador tle Israel.

Por eso donde pasa, el trneno le obe<lece, Se calma la borrasca ; se duerme el huracan, Y el universo entero, de gozo se estremece, Porque, (~les el inmenso, el gran Dios de Abrahan.

El que dijo ÍL las agnas: "Dejad lugar al hombre, .\1 hombre á quien yo amo, vosotras servireis," Y poniendo sns diques, con un amor sin nombre, Dijo al gran elemento: ''de aqni no pasareis.''

Las aguas al instante se fueron levantando En montes colosales de perlas y cristal, Y con fuertes retnmhos en sus ólas, cantando l>elDivino Mesías el poder inmortal.

Anúncia, su justicia 'el tenebroso in tierno, Y su misericordia la ensangrentada Crnz, :-;11 deslnmbrante gloria el .Paraíso eterno, Y sn Sabiduría la fn]gnrosa lnz.

Si qniere, tornar puede, la creacion á la nada, Y de la misma nada otro universo crear, ~\. su divina planta, sú ·voluntad sagrada, El tPrremoto espera y el fnrihnndo mar .

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. EXSVEX05

La hirviente catarnta y el rayo estrepitoso. El ronco torbellino, la negra, t1;mpesta~l. Allí. hajo la planta del galileo hen_uoso, T:irnl>ien eslú la muerte y la honda eternidad.

Y cuando en su designio dh-ino y Soberano. quiere qne sns criaturas ya dejen de existir, La muerte en el instante. sn dl:"scarnada. mano. Por todas partes tiende bw;;candu á quien herir.

Con pálida sonrisa, eón pa$o silencioso, Se acerca al ·Potentado sn vida á arrebatar. Sin que le valga el oro, ni el alto puesto honroso. Para que sn existencia se pueda prolong:u·.

Y mnere el rico, el pobre y el ntlieute l1111P.l'e,

.El niüo y la doncella en s11 1lorida edad. El ¡iecador y el justo, la mnerte :í todos hiffe. Porqi1e del Dios Potente. esa es la Yoluntad.

También es comp:1sh·o. inmenso y Poderoso. Los· cielos son su trono, b tierra su esca1wl: El es mi Rede11tor, elemente v bondadoso. ¡Oh! ·;quién llll' diera mn:u·lt>, frnsta morir por í•l !

Millnres de Qnernlws le doblan lit rodilln. Su j:>lnnta delicada hesarnlo con ft>n-01': La .Majestad y gloria t>Il sn mirada. hl'Ílla, Y la ternura inmenf'\a del gr:rnde t:;alvndo1·.

Porque. Seüór, quisísteis haj:ir del alto Empírio \' al seno de una Yirjen venísteis tí encarnar. K acPr en un pesebre, sllfrir hondo mnrtírio Y el árido desierto, enundo nifto, cruzar.

l\Ias tanle, sel' rnnclido por un amigo fabo. Azote cruel y espinas, qnisísteis jll)'! sufrir. Cal'gando Cruz enorme, subísteis al cndalz<>, Regando n1estra Sangre, Dios mio, hasta morir.

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DE LA lllE:'.'iTE. :rn Por l'edimir al hombre, ingrato, mise1;able, ·

Raquítico gusano qne siempre os ofendió, Y n1estro amor inmenso, .sublime é inefable. 1Ay! siempre con ofensüs y ofensas os pagó.

A lvíI QUE}t_IDA AMIGA

DÑJ\. CARME~ IZOUIE~DO DE MOLI~A, e:'1 .eon._testaciol'\_ a UI\_á preciosa poesh.

--••-•---

E NTJrn las amarguras dé mi vida. Donde solo hay. espinas punzadoras, Y de congojas y dolor henchida, , Los aiios pasan y las tristes horas.: 1

Vino á arr:ullai~ mi corazon doliente Un agradable, melodioso canto, Y levantando mi abatida frente, Secáronse las gotas de mi llanto.

Era la voz de un ánjel de consuéló, De aquellos que atraviesan por el mundo Recojiendo las lágrimas de duelo, , Con rostro amable, con amor· profundo:

Ese ánjel, seüalando en. Jontananza·, Un paraíso de.fragantes·flores,; , i·• 1

Hace brillar-un rayo c1e:e,speránza, ·, ·. '1

Y al instante calmaron mis dolores. ;,, l

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40

Ese ánjel, eres, dulce amiga. mia. Que cantas mi destino malhadado. Derramando suavísima ambrosía · Sobre mi corazon despedazado.

Y en tu inspirado verso se l'etleja La belleza del alma bendecida,

. Cuando con tierna, lastimera queja. Lamentas la tortura de mi vida.

--- •

¡ QUE existe Dios, me dicen las e:-;t1dla~! ¡Que existe Dios, repite el escnmpi<lo, Y el corazon latiendo, í'Onmovi1lo, Doquier encuentra sus radiosas huella:--'.

¡ Y el Eterno Seí1or, Omnipotentl•, Qne en el vacío hace rodar los mm1<.los Y en los decretos sáLios y profundos Que forma all{t en sn Soberana mente'.

Quiso quehubiel'a Jui: Ja Lella ¿\u rora Con sus celajes de carmín y rosa, Cantando "existo Dios," viene l'füliosn, Y los perfiles de los montes clara.

Y entre el fragante aroma de fas ílores Y el cándido arrullar de 1a paloma, Por el Oriente, majestuoso asoma El So], con sus brillnntes re~plandores.

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DE L.\. ME~TE.

El ancho espacio con su luz llenando, La n1tilante aureola de su frente, .\.1 cruzar por el éter trasparente, La existencia c1e Dios viene cantando.

Y al contemplar la Luna, suspendida En la bóveda azúl del Firmamento, Dulce como un hermoso pensamiento: ··¡Existe Dios!" exclama, confnndidu.

Oigo rodar el trneno en lontananza, Dentro la nube el rayo cnlehrea, :::ie enluta el cielo, crece la mar~a, Y la terrible tempestad avanza.

Rasga la nube la centella ardiente: · ·¡Qne existe Dios!'' en el espacio escribe Y la plegaria del mortal recibe . • \.ll1í, ilesc1e su trono rcfnljente.

El hondo mar, sn:s ólas encrespando, ·•Hay Dios,'-' me dice, con tremendo ruido,

41

Y entre los montes y el Yolcan erguido, ··Hay Dios,'' cont~sta el huracan, braman<lo.

Cnal si (L salirse l1e sus quícios f11era, Por el temblor, la tierra conmovida, .A los mortales dice, estremecida, '·;Exi_ste Dios, en 1n celeste esfera!"

Si recojiénclose el capuz oscuro, Cesa la llúda, calma la tormenta, Y de la bella Inna amarillenta Yeo el reflejo cristalino y puro:

Oigo el suspiro ele la mansa· brisa, Y entre el celaje ele oro y ele topácio, Creo me dice desde el ancho espácio Un Qnerubin '¡Hay Dios!' con dulce risa .

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42 EXSUEXOS

Desde su honda caverna _el tigre exclnma "¡Existe Dios!'' con hórrido bramido. 't la blanca. paloma en sn jemido: "¡Existe Dios!" arr!11la entre la rama.

Y dó quier que yo n1elrn fa mirada. La potenc!a de Dios, grande, infinita, Con indelebles rasgos halla escrita En la rnsta Creacion, mi alm:i asombrada.

''Hay Dios,'' me dicen los risuef10s prados. El árido desierto, el bosque nmbrio, Qup cruza, nrnrnrnrando. d and10 río. Al trnvés de los ceibos f'lerndos.

·;A~· Dios," dice la gota de nif.'Ío. Y de Mayo la límpida 111ai1:ma, La J>almera meeiéudost', lozana. J,a fresca Priman•ra y seco Estío:

El clelidoso aroma de las flore~. De lns áves la poética armonia. La rntilnnte luz del darn din. Y del fris los májicos colort's:

El insecto que rneda por el suelo, Tan admirablemente prodijioso. · Como e.l exct•lso ('urso majestuoso Del planeta que eruza el ancho Ch·lu.

¡El Gniverso, Pstremt.><"itlo, canta La gloria de ese Dios. que en el momento Q11izo crear dti In nada el Firmamento. Y los Cielos tPndi(•1'orn,e ú sn plnnta !

Yo, mujer infeliz, grnno de are1w; En ht insondnble inmensidnd penlidn: '·!Existe Dios!" exclamo. estremecida, Y 1110 prosternó; de entusins1110 llena.

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DE LA MEKTE. ,t;l

Soberbio, impío insecto miserable. · A tomo vil, efímero gusano, , , Qne correr osa tu pequeñ'a mano, 1 • 1

De lo jnfinito el velo impenetrable:

¿En d<)nde estabas tú, cien años hace, Y ú dónde estarás, quizií, ,maflana? l ¡Ay, que solo eres,' cual la sombra, vana; Pobre planta que muere, apénas nace! ·1

De la Creacion, admira la belleza:: Recuerda qne polvo eres, solamente, 1

Y ante la Majestad Omnipotente, Bajar:ís, confundido, la. cabeza. , .1

" 1 \

M, . . . . ~ •f • i ' r• 1 1 f • f

==iE NDWANDO un socorro, voy y 'vengo, Estií, Hoviendo y tengo mucho frio, 8e mojan mis harií,pos y no tengo Mas, que secar!qs. en el cu~rpo mjo .

• Oscuro luto viste el firmamento,

Cruza el relámp'ago,' revienta e~ ,trueno, Y al remesón.' del hurácan violento Me bamboleo, ·c1e ~ongojálll~no. ·•

¡Ay! y si me arrebatan las crecientes En est~i noche memorable;oscnra; ¡No tengo yo, ni amigos; ni parientes Qne visiten mi triste .sepultura! 'l

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4-1

Todas las puertas para mi cerradas, Siento del hambre el vértigo terrible, :.\fis mejillas en lágrimas bañadas Por el tormento crnel, indefinible.

¡)ladre tierna, que duérmes en la tumba. Padre amado, que tanto me querías, Vuestro recuerdo, es la luz que alumbra En mi desdicha, las tiniPblas mías!

¡Infeliz! de tortura circundallo, ~o hay para mí, ni un dia de Yentnra: Pobre, menesteroso, desgraciado, Es mi existencia nn cáliz de amargura!

Porque, pedir limosna, es un supliPio, Una cruz espantosa, sin medida, g¡ mas duro, tremendo sacrificio, Qne hace un infiemo de mi triste Yida.

El infeliz anciano. así decía, En tauto que un Querúhe le miraha. lJna egréjia corona preparaba, Y sus h1grimas tristes recojia.

LA Rlb.A ISTJ~IUC.\.

Hay una risa sin nombrt>, Solo de Dios comprendida. Risa sin placer ni vida, Risa de negro dolor:

Funerarin, envenenada. ~!ns dolorosa que el llanto; Porque es engaíioso manto Donde se Of'nlta el dolor.

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DE L.\ .\!ESTE.

Risa que, al salir del lábio Para animar el semblante, Deja una huella punzante De amargura y sinsabor.

¡ Infeliz, desventurado. Es aquel que así se ría! Qne esa risa es de agonía, Es de muerte, es de pavor,

Como e] esfuerzo supremo que estremece al moribundo Al despetlirse del mnndo, Para nunca mas tornar,

Dilatada la pupila, Rie con indiferencia, Despreciando la existencia Que por siempre va á dejar .

.A.sí es la risa funesta · De un corazon desdichado, Por un dolor, desgarrado, · Que no se puede arrancar.

Lleva la muerte con sigo, Y rie sin esperanza; Porque, nada, nada alcanza Su martírio á disipar.

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ENSl:E:~OS

J 1 (

EL AMOR VERDADERO.

i e O:llJ>REXDE$ tú, clel nardo el suave arom~•­y de la luz el bello resplandor: El cándido arrullar i;le la paloma. Y el sereno rocío de la flor1 .

Hay un afecto, pues, del alma, aroma. Del corazon celeste resplantlor, Tierno, coip.o el ~antar de la palouw, Y casto, c<,>mo el únjel clel pudor.

Ese afecto sagrado, es inocente,. Como el reir di,) lor; nii10s en la cuna: Pnro, como la lumbre re(nljey.te De la apacibl~, silen~iosa Luna.

Es el eco .de un alma, que en otrn alma, 8n dulce vibrácion hace sonai:~ .. Y sin perder el corp.zon la calma · Siente 11n1·:Cuegq1 q!1~ ah1wJJra si'n quemar:

Es una llama fúljida y hermosa, Del mismo Dios, divina enrnnacion, Que se levanta al cielo, majestuosa, Sin ajitarse en mundanal pasion:

Es la eléctrica. chispa fomaterinl, Que hermoséa la mísera existencia; El espíritu noble é inmortal, Del corazon, en fin, la bella esencia.

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m: LA :IIE:S-TE.

La btwna f6 es sn trono delicioso, ~11 l'ica ¡wa11a, la fidelidad, El eomzon, sn tP111plo misterioso, Y Hll )pngnaje p111·0, la. vertbcl.

Es la s11hlinw, (lt1lce melodía l)p <los nwes que fornm11 un· nc1.mto: Es la músic~a snave. la armonfo He /los almas y 1111 solo ¡wnsamiento.

Yin• 11n. Sf'l", clt>l rPrut'r<lo e.le Ótro SPI',

En la 11wnte PstA fija sil mdm<l:i. ~in ha hlarst', se saben com prén<lel': ~n indPfinihl<i idioma es la lllÍrncla.

EsP nfn·to es h gota e;·istalina ,De l:t suprema. ·idf'al felieidad, . Q1w el gmn ,Jelim::í, por sn hondncl <li\'Ína, .\1 hombre-envía <l<• ht ·etp'rnidad. ·

47

Unando criG ii Aclnn lleno d</ f~rn'l:ia nctirn, Y dióle el mundo en la cn'ncion énter:i, ( ' ., 1 •· . ' ¡ .. • ,! ,} ,no a mnJer, no para SPr caut1n1~ · ,. Sino ele] homlm•: tiemh compaiiéi':i.

Ser í'l apoyo am'able, el protector ' De la mujer, •es la misióri' dél hornbr~'; Y (1sta. el •jénio de ¡foz y de éandor,' ~ J,a santa nure<Jla debffsér dél n'ómbre.'

Comprende, pnés, :el ,·e~dader<l túíÍor, (~ue han 1irofanado todós lós 1inor.tal~s, ', <~ne quieren dar un nothb'rc encantador A las pnsiones ,·iles· y '1S1!r1t:'tles:· 1 ~

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LA ORACION DEL HUERTO. ---•--

BELLO fanal de luz, tu blanco rayo. Melancólico y triste se des1iza, Sobre la flor que duerme sobre el tallo. Y se colúmpia al soplo de la brisa.

Rodando en el espacio, rnajt•stnoso, Anúncias la {?randeza del Eterno: Y tu pálida trente, luminosa. Inspira sentimiento dulce y tierno.

Así brillabas, Luna, en el Oriente, Cuando un jóven de rostro peregrino, Gallardo cuerpo, inmaculada frente. Blondos cabellos y mirar divino:

,. 1fas puro, que los ánjele3 del Cielo 1' mas bello que el Sol en el Ocaso. Se encami,naba, 'triste y sin consuelo, A un solitario lrnerto, paso á pnso.

Su .Yoz era. dulcísima, y mas suave Que las melífiuas arpas de Judéa: Meditabundo, compasivo y gral'e, Sn sacrificio consumar deséa.

La caridad, con toda su hermosura. El grande lloderío y la clemencia Se reflejaba en su mírnda pura, Al J)nr que de los niños la inocencia.

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DE LA ::llE~TE.

Varios hombres le haéian compafüa, Mas al profand<;> sueí10 se rindieron: "Orad, v(;llad con migo," les decia; Pero, velar una hora, no · pudieron.

:Mas, ¿quién era ese bell:) Nazareno, Que f. la borrasca. enmudecer mandabá, Y suspendia el fulminante trueno Y el terribie Aquilon se sosegaba~

¿Quién era, que paseaha. majestuoso Sobre las aguas del inmenso Océano, Y callaba el retumbo estrepitoso A una seí1a1 de su potente mano~

A los muertos ·mandaba. le,:antarse Y los muertos volvian {L la vida: Al instante sentian animarse, ¡Y la tumba temblaba, conmovida!

Para besnr su planta clelicatla, Las flores ~e inclinaban blandamente, Y flotaba su túnica sagrada, Al perfnmado soplo del ambiente.

Al entrar en el huerto :silenoioso, Se estremeció la fro11da del Olivo; J>orqne, ese Galileo tan hermoso, ¡Era el Hijo bendito de Dios vivo!

Le ,:iste, blanca Ll1na, prosternarse, Gimiendo de dolor, amargamente, Y en tristísimas lágrimás baíiarse, Bajando al polvo sn divina frente.

r ,,. , .r Estaba solo, de pesar llorab~, .'

Grande, ¡muy grande! ,sn cóngoJa era, Y nn rayo de tu lumbré acariciaba . Los risos· de tu blonda c'abellera.

4

4!J

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50 E~ UEXOS

Sabia que ya la hora se acercaba. De consumar su sacrificio inmenso, Y su .oracion ferYiente, levantaba, Mas pura qne el aroma del incienso.

Los azotes, los cl:wos, las espinas Y el horrendo cadalso .. contemplaba, Y corrían sus lágrimas diYinas, Y sus manos purísimas plegaba.

Bajo el peso de todos los pecados Y los nefandos crímenes del mundo, Presentes, y futuros y pasados, ¡Sangre, sudaba, con dolor profundo!

Cual se cleshoja el perfumado líifo, En una noche tempesrnosn. y fria, Entre la garra del atroz m:utírio, Despedazado el cornzon tenia.

lPor qué llornba el nios ele la Iernencfa, Con tan amargo sentimiento tierno·? Porque las almas :una con vehemencia, Y muchas se hundinín <>n el infierno.

Sabia qne seria despreciado De su amor el inmenso s:l<'ri1icio De morir en el Gólgota. nfrentndo, En mt tremendo y b:írbaro suplicio.

Y con sarcasmo indiferPntc y frio, La Hedencion seria desechada, Y bnjo el pió llel pecador impio, Su sangre predosí ima ultrajada.

Y al Yer el Hombre-Dios, precipitarse :Millares de hombres en el hondo abismo, Comenzaba, llorando, á desmayarse, Sintiendo do la muerte el paroxismo.

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o

I~E _LA ME~'fE.

"¡Padre!" dijo, con ,·oz indetinible, Entre la cníel angústia y la agonia, " Pase ·ae mí este cáliz, si es posible; " :Mas tn v9luntad sea, y no la mia."

Un arcánjel del alto -fjrmamento, Mas bello ·que la risa de la Aurora, Del Empíreo desciende, en el momento, Y al Santo Verbo, reverente adora.

La lnz del c.ielo en su mirada brilla, Y ante el Divino Salvador del mundo, .T nnta las álas, dobla la rodilla, Y sus piés besa con ª:nor prof nndo.

De sus sienes, quitando la diadema, Dijo el o-]orioso Príncipe sagrado: " Es la Divina volt\ntad Suprf,)ma, "Qne el _sacrificio sea consumado." •

51

"Pero, ¡ay! del desgraciado, infeliz hombre " Que ten1~rario, ingrato y atrevido, " Ose negar vuestro sagrado Nombre, "l\Iás le Yaliera nunca haber nacido."

'' El negro cáliz del dolor, Dios mio, " Apure ya vuestra_ diYina boca; " Pero ¡ay! del nécio, miserable impio, '' Que la J nsticia del Sef10r provoca.'' -

" Mas, es llegada la hora," le, decía Con blando acento, de ternura lleno, 1 Y con sus blancas ála1¡ recojia Las lágrimas del Santo Nazareµ9. r

Y al escuchar_ el celestial mensaje, , ¡Sangre sudaba, hasta regar ~l suelo! Y al través de un blanquísimo celaje, El bello arcángél se escondió en el" cielo.

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52 EXStJEXOS

En tanto, resonaba nn sordo rnido, Semejante á la hiniente catarata, Y al espantoso y hórrido bramido Del terrible Aquilon que se desata.

Rumor de pasos y de gente armada. Confusos gritos, qne decían: ·' :;\fuera~" Porque en tropel venia sublernda, Contra el Seiior, Jerusalen entera.

La inmaculada víctima, inocente, Límpia el sudor con la orla de sn manto: Con réjia majestad, alza la frente, Sacnde la tristeza y seca el llanto.

Ya llegaban Jas turbas sediciosas, Porque el pérfido .Judas le há Yendido, Y lanzando blasfémias horrorosas, Se acercan al Mesías prometido.

Y el qne tiene á sus piés el ronco trueno, El terremoto y la centella ardiente, Se levanta paeífico y sereno Para. entregarse al pnel>lo, delincuente.

qLA. JlUl~RTE Ul~ ) ll JI.ADUE."

E 1u la noche, triste v p:worosa, Todo en silen.cio se¡rnicral estaba: Ln bla.ncla lmsa apenns hnlag-nba l~l purpurino cáliz <le la rosa.

}:nnielta en sombra, la creacion dormia , P rofunda cal ma por doguier reinaba, Mientras vo sola ó infeliz, Yebba. Al pálido· bri llar de una. bnjia. ,

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o

IJE LA MENTE.

La ronca vibracion de la. campana, Con lúgubre compás las doce dió; Y en el cóncavo cielo se perdió. . Su imponente clam9r, su voz lejana,

Torna el silencio á dominar de nuevo, Naturaleza está sin movimiento: Funesto cruza ·por mi pensamiento, Temor horrible, que espantoso llevo.

Y al contemplar la fúnebre agonia De aquella. madre tan qnerida y santa, Seca. la voz estaba en mi garganta, Y opreso, inquieto, el corazon latia.

¡Ay! yo ví m•uchitarse su color, Y ví desparecer su risa amable, Cuando la muerte cruel, inexorable7 Andaba de su lecho en derredor.

Cuando batió sus álas, despiadada, En torno de la sieu, descoloridn, ¡De aquella. madre que medió la vida! ¡De aquella madre, con delírio amaua!

Ella, en el borde del sepnkro nmbrio, Y ngando entre la vida y la nadn, Vuelve á sus hijas, pálida mirada, Y sn frente se baña en sudor frío.

1

¡Ay! en sus ojos, prontos á cenarse, Brilla radioso, puro, anjelical, Aquel amor, sublime '/ siri igual, ·, Qne solo en una madre puede hall arse ....

· El grito dese;perado Que mi corazón lanzó, Dentro el pecho tortnra'do, Su muerte me reveló.

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EXSUEXOS

Sí, ánjel cte hendiciori, Al Empíreo te has_ lanzado. Y envuelta en clesolacion, Tn hija infeliz há queclailo.

~Qné serú. ele mí, sin tí? ;,Quién se soiireir[i al mirarme? ¡Madre santa! te perdí; · Y 11n abismo va ÍL trngarme.

¡Quién me amará con tu amor? ;, Dónde le podré encontrar! ¡Huérfana voy ii quedar .. Perdida entre mi dolor! ...

Como la débil barqnilln, En rne<lio del bmvo mar, Sin vel:ímen y sin quilla. Próxima ya lÍ. n:u1fragar.

Pnsnrá. la noehe, el dia, Y mi dolor ser:i E:'l mismo. Snmida en el hondo abismo De un pesar que no rnria.

X egro, profun~lo, incansable En rasgar mi cora:wn, Sin pie<.l:ul, ::;in compasion, Es inmenso, es inmutable.

¡Ay! un ch•sit•1to esC"abroso Es el mmHlo pam 1ní: La vida, un suci10 espantoso, Porqne todo lo J>C'rdí.

Me siento sola en el munclo, De negra amargura henchida, En el \·ah·en ele la vida, ¡ Desdichada sin segundo!

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DE LA )1EN"TE.

,, : J '- I

---•---

ff ocnB · triste y' ehlutn.cla, Puneraria, tenebrosa, • Cnal tu sombra pavorosa, Es mi ·negr!? porvenir. ' · ¡Insensata! Y o deliro: ¡Noche!' tú tienes maifana, Yo, ¡ni una esperanza vana ' Qne ilumine mi existir!

Sin una esperahza bella, · Honda· tinjebla es mi vida, · ¡Ah! de tormentos· circuida: ¡Yo ncttengo ·qué esperar! Corren mis élias 'helados, Envueltos en amargufa, · ¡Sin un rayo de luz pura, 1

(

Que venga mi alma ái alumbrar!

¡Sin una ilusion divina, Sin un pensamiento bello, Sin un pálido destello; : Dónde. la vis~u. fijar! , ' : '1 Seco el corazon;' nrnrchito; iQué me ÜÍ1poita 'el lüiiverso, Si mi cru~l 'destino;' adverso,·· ' Es padece':r;"es'llcirar?, 1 ,.,. /'

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56 , E~SUEXOS

Cual fantasma solitaria, Que vaga en las tumbas frias, Veo los funestos dins De mi existencia cruzar: Y ert9JS,' da opaco c_olpr, Llenos de penas, sm goces, Unos trás ofros, ,~eloces Pasan para nq_t9rnar.

La salud arrebatando, La juventud carcomiendo, Pasan y se van perdiendo Entre la honda eternidad: De la vidn, en .el confin, La muerte me est:í esperando, Inexorable, contando Mis horas con ansiedml

Muerte, de todos temida, Cuando te acérques á mí, fMe dar:í.s descanso, dH ¡,O tendré qué sufrir mas1 ¡Hasta tu sombrio seno Me seguirá la amargura, Y ele- tanta desventura, No me libraré jamasi

¡Tenclrú yo algun anatema! ¡Dios Eterno, ó infinito: K o arrastro ningun lklito Para tanto padecer! ¡Perclóna, Dios de bomlad, Este pensamiento impio; Pues tus arcanos, J?ios mic1

Nadie los puede saber!

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DE LA UEKTE.

Tal vez lo que creo un mal, Será un bien q ne me destinas, O es el camino de espinas, Pam llegar hasta tí: ¡,Qué soy yo~ Un miserable Atomo, en ]a inmensidad: ¡ Piedad, Dios mio, piedad! ¡Tened compasion de mí!

UN A:~IOR SECRETO. (A PETICION DE UN AJ!IGO. )'

""'-.TO .l ví tn mirar, tierno y seductor: De tu voz, la dulzura percibí, Y sin saber por qué, me estremecí De un gozo indefinible, encantador.

Un misterioso y cándido temor, Se apoderó ele mi alma, junto á tí; Y aqni en el corazon, nacer sentí ; La abrazadora llama del amor.

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Sí: yo te adoro hasta la idolatría, Eres mi hermoso y bello pensamiento, ' El ideal suei'lo de mi fantasía; Mas ¡ay ele mí! ¡cuán duro sufrimiento! Mi destino es callar, ¡tormento impío! ¡Nunca sabrás qne te amo, clueflo mió!

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58 E~SGEXOS

---•---E HES, divino pensamiento bello, Tan agradao,é, dt1lc~ y Jí.•01ijéro, Como el encanto clel amor primero, O de los cielos, limpido destello.

Ere~ la tierna y plácida armonia, Que snavizár-a mi fproz destino: Eres la flor que mi lÍspéÍ-o camino, Grata hermosetira la existencia rnia.

Mas, ;donde está tn májica hermosura, Que tan dichosa, tan feliz me hacía, Y me inspfrnba tiL•rna melodía, Para cantar del 801, la lumbre pura?

¡Todo paso! y en p:ílida memoria Te has conn!rtido, dulce ¡wnsamiento: En 1wgra :;omura, en hórrido tormento, Arrebat:rndo mi ilnsion, mi glorb.

Brilló rni dicha, y espiró en J:1 cuna; Y en vano busco sns radiosas huellas En la apaeible luz c1e ]as estrellas, En la fulgente y majestuosa. Luna.

;Ah! si co11templo las hermosas Jlores, Triste recuerdo viene al corazon, Y una mortal, prof nn<la sensacion Ajita mi alma en fúnebres dolores.

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DE LA :MENTE.

Es de fa noche, la hora silenciosa, Rora de llanto, pen:i y sufiimiento, En que, abatida, todo e\ peso sientq r

De una memoria amarga y dolorosa . .-·,!, 1 • J 1'

Hora en que cruzan por mi fantas.ía, Unos tras otros, to'dos mis ' tormentos: , Hondos pesares, negros sufrimientos;' ', ¡Gran Dios! tú solo, í:uiras mi .agpníá.

• • ,,,,. .,. l Ir'.

Sola en el mundo, yo 'nó' tengo· amán te, Ni madre, ni amistad, hijos, ni esposo, Ningun mortal escuúhanÍ, piadoso, . , De mi horfandad et ' po pernftrante.

Ningnn viviente estenderá su ma,no Para enjugar mi solitario llanto: ¡Oye, Seüor, eJ. funetario canto, 1 De la estranje'ra entre el linajé 1rnn:'l'ano!

. J 1) JI 1

¡Dios del tien\ po y las edades! Qne el implacable furor, 1 Cálmas de las tempestades; ¡Calma, calma mi dolor!

'rí1, que al ·plmto-haces callar Al espantoso· Aqnilon, · Manda, manda sosegar Mi ajitado corazun.

Tú, q ne los soberpio~ mares Contienés de una mirada, ;, Torna en gozo los pesares De una mujer clesdicha'da!

Tú, i'qüe' al planeta 1señalal '1 I ; (,

Camin'o 'en el firina.ínento, ' .,,. ' ' 1

Manda 'al 'tierríp6 1cfµe;'~·n, 'süs ah·s; Arrebát'e 1mi t6rrr1ento. 1

59 1

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60 EXSUEXOS

T~empo, q ne incansable talas La Juventud, la belleza, La alegria, 1a riqueza, , Y de la naturaleza · Las mas espléndidas galas;

Y en ta furiosa corriente Arrebatas Ins pasiones, · Lós imperios, las na~iones, Y ' las bellas ilusionés Dei amor caf$to, inocente:

Tú, que al paso de tu planta Marchitas la edad primera, Blanqueas la cabellera, Y á la jóven hechicera. Doblas la jentil garganta:

Tú, que apagar,ís un uia, Con tus pasos c.lestrnctores. De _ese sol, los resplandores: Vuela , ¡oh tiempo! y los dolores, Llórnte, del alma mía.

S osÉ que era feliz: una esperanza Dulce, se deslizaba por mi mente, Y el placer mas supremo é inocente

Sentí en mi corazon,

Yo ví un risueí10, cuadro delicioso, Reflejarse en mi yerta fantasía, Y extasiada mi alma) se mecía

:En tan bella ilusio11.

..

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DE LA )fE~TE.

Yo columbraba un porvenir de flores, Una existencia alegre y venturosa: En mi suei10 feliz, gocé dichosa

La gloria del Eden.

Yo ví un hermoso G-énio, tutelar, Encantador, como la madre mia, Y soüaba que afable me decía:

'' Pobre huérfana, ven:

"Yo enjugaré tu doloroso llanto, " Yo arrullaré tn triste corazon, " Y te daré la noble inspiracion

" De practicar el bien."

Al contemplar sn frente majestuosa, Al escuchar su melodioso acento, Un elevado, heróico pensamiento

Coronaba mi sien.

Ví con horror el corrompido mundo, }.fe estremecí de celestial tE;rnnra, E idolatré la imájen casta y pura

De engai10sa vision.

Cuando infeliz desperté, • Entre la cruel realidad, Atroz perfidia y maldad, ¡Ay! espantada, encontré . .

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62 E~SUEXOS

A 1UN AMilIG-0º

<Dedicada al Sr. Licenciado Don Manuel Diegnev

t'll \:IIANTA del cruel destino la dure7.a, Los golpes de la snerte y el rigor; Canta con dulce acento 1a tristeza,

Amable trovador.

Canta de los pesares.la amargura, Canta los desengaf1os de la vida, El profundo dolor, ln. desventura,

¡Y la ilusion perdida!

Víctima siempre de la adversidad, Canta tus pesar~::; y tus sinsabores, Como el canario en :.verta soledn<l,

Arrnila sus dolores.

Mas, ¿qné importa la b:í.rbara perfidia De este mundo, incapaz de comprenderte, Si sabe despreciar la negra enndia

'l'n alma sensible y f uertc?

¡,Qué te importa la efímera alegría Del mundo positivo y material, Si allii, en tu poderosa fantasía

Llévas un cielo ideal?

Allí tienes amores inmortales, Alli veriis beldades peregrinas, Pensamientos sublimes, celestiales,

¡Ilusiones divinas!

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llE LA MENTE. G3 Y tu alma ardiente, de entnsiasmo henchida, Visita el.t,ol, la luna, las estréllas, ' Y sola, allá en la inmensidad perdida,

Signe <le Dios las huelhs.

},fídes del rayo el fnl'ib1111do estrnendo, Y del torrente el hórrido hrnrnido: Contemplas tú, el hondo niar hin-iPndoz

Y de Aqnilon el mino.

Feliz l'Ccorres todas las creaciones, Y sábes leer Pll la natnralt>z:i, Sintien<lo gratas, nuerns scnsudones,

De belleza en be1leza.

Comprendes el idioma de las floras, Compl'encles el suspim de la brisa, El dulce cnnto ele los rnise11ores.

Y del Alba la risa.

Tienes tu mundo, bardo afortunado, Llevas tu Eden de májka armonia, Tienes de Dios, un Üon priYilejiado

De celestial poesía.

Cuando :urobado, allá en tn inspiracion, Feliz pnseas por el ancho espacio, Y tu mirada abraza la creacion, .

El cielo es tu palacio.

Y en tu carro de fuego, allá elevado, ¡_Qné es para tí la tierra miserable? Un átomo á tns plantas, encontrado

De cieno despreciable.

Suene tu laud y burla del destino La zafia cruel, ·el bárbaro furor: Pulsa tu lira, y riega tu camino

De espléndido fulgor.

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64 E)."SUEXOS

Canta de n·uestro Sol, la lumbre 1mm, La eterna primavera, la grendeza: Canta de nuestros paises la hermosura, · La salrnje belleza.

Canta nuestros volcanes elevados, Con entraflas de plata, fuego y oro, Y los fértiles campos dilatados,

De .América tesoro.

Las :.iltaneras cimas encumbradas, Que aun no há tocado el hombre corrompido, J)onde el iíguila iija su mirnda

Para formar su niuo.

Canta nuestros frutales, nuestras ilores, I~l precioso naranjo, el verde higuera, Las ü ,·es de magníficos colores,

El fresco li manero.

Canta, génio sublime. iilza la frente Que el Eterno llenó <l1-> pensa111iento, Y le-cií1ó la aureola refnljentP

Del i11mortt1l talento.

1rnpiivido resiste los azares De la existencia en la :íspera carrera, Que la felicidad tsin los pesares,

Habita en otra esfera.

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EL ~AI~DO-

e ~ ,\NDID.A, lozana flor, Bello nardo perfumm1o, Eres ern blema sagrado De un casto v sublime amor,

Que aquí, clentro el corazon, Solo de Dios, comprendido, :Mora, enal nii10 escorn1ido En solitaria mansion.

Si alguna vez un 1:mspiro Del alma, á, mi lábio asoma, ]~s puro como tn aroma, El amor que yo respiro;

Y como tú, es inocente, Cándido nardo1 precioso, El afecto ideal, hermoso, Que se retrata en mi mente.

LA. MARIPOSA.~

Brillante mariposa afortunada, Revestida di-~ espléndido color, De tu fn .. sea mafia.na en el albor, .Meciéndote en el áura, perfumada:

Halaf:aS á, la rosa nacarada, Al cán(tido jazmín de snave olor: Córres, vnelas fugaz, de flor en flor, _ De todas y de nadie enamorada. . ."

En los sneüos deseas, orgullosa, _ • Cuantas bellas adornan el verjel; · Porque eres, inocente mariposa, Del voluble Cnpido, imágen fiel: Que ama la variedad por ambicion, Sin que nada le llene el corazon.

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66 EXSUE~OS

LA ESPERANZA.

C uAXDo Adan, de su culpa arrepentido: Quiso lavar con llanto su pecado, Prosternóse, confuso y nbatido, Pidiendo á Dios le fuera perdonado.

Una inefable, paternal sonrisn, El lábio del ..Altísimo ajitó, Y al suave soplo de celeste brisa, La esperanza sus úlas desplegó.

Llena de encantos, descendió cltl cielo Unn beldad an~e1ical, divina, Que al desgramado, llena de eonsne]o, Con su mirada dulce y peregrina.

Sin tí, gmta esperanza (qué se1fa Del mortal rniserahle, desdichado! Ningun nlívio en su dolor tendrín, El que sufre un destino malhadado.

1

Cuando cerca ele mí, sueles pasar, Tu fúljiclo esplendor en mi alma brilla, Y una dulce ilnsion viene á enjugar La, lágrima que tit:>rnbla en mi mejil1a.

Y al contacto de tu alma tmsparente, Vuelve por un momento á mí la vida, Borrando la amargura 9-ue en mi frente, La h,1ella del dolor dejo esculpida.

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DE LA ME~TE.

¡ Bella divinidad, consolndora, Hija de la sonrisa del Eterno, Rasgo de In, Potencia creadorn, Destello de su amor sublime y tierno!

No me nbandones mns, y mis dolores Hollados en tu plantn qnednnín: ~lis agúdas espinas serán flores Que aromada fragancia, te darán.

LA AMARGURA. --•--

jD ESHRACIA, inseparable compaftera! Tú sola eres constante para mí: Tmplncable me sigues por <loquiera~ Tn víctima infeliz, ¡::ir: siempre fuí.

Te complaces, con hónido placer,. En amargar mi vida miserable: Tu dedo crnel, me seíinló al nacer,. Para seguir mis pasos, incansable.

Todos tienen sn parte de ventura: Todos, una esperanza y una flor; Sola yo, impregnada de amargura, ¡Mi único compailero, es el dolor!

Si alguna vez asoma á mi semblante Una furtiva, pálida sonrisa, Es. cual la suave lumbre que, al instante, Sobre un negro sepulcro se desliza.

Es el destello frío, inanimado, De mi triste, abatido cornzon, Qne tiembla, que palpita infortunado, Entre el llanto, horfandad, desolacion.

G7

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68 EXSUEXO~

Soln, sola, cual sombra funeraria, Atravieso lá mísera existencia, Cual la planta marchita y solitaria, Que combate del viento la inclemencia.

¡Vivir sin alegrin, ni esperanza! Es mi bárbaro, horrible, cruel destino. ¡Sin nn rayo de luz en lontananza, Que ilumine un momento mi camino!

De tnnto pndecer, ¡ay! ya cansada, Veo en mi derredor, hondo vacio; :Mas, si solo á llorar fuí destinada, ¡Cúmplase en mí tn voluntad, Dios mio! -------

]L ñ1I RONETO.

D ESCIENDE del Parnaso venturoso, Musa de Jo sublime, de lo ideal:

e,

Ven, que suene tu ,·oz angelical, Canta de mi entusiasmo, lo grandioso.

De la Música un golpe melodioso, Grato, como la risa ma ternrtl, Me hizo sentir que mi :tlma es inmortal. Y de placer tembló mi perl10 ansioso.

Yo, extasiada con t>l dulce acento De los prelÍldios q 11e oía resonar, Creí ver ele par t>II par el tinnamento, Y al Eterno en su trono dil'isar: Mas, ¡ay! cesó el sonido encantador, Y yo vol\'Í :í este mnmlo de dolor.

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llE LA .MEXTE-

EL SARCAS1'10.

A uaJXAS palabras hay, (~uP se quedan resonando, Y en el corazon punzando, Cnal mortífero aguijon: Cúusti<'as, envenenadas, Se deslizan, hasta el almn, Y arrebatando la calma, Son sarcasmo y malclicion.

REMEDIO PARA HACER CONSTANTE A LA MUJER.

SO~ETO ANÓ~IMO

G9

l'l'Bl,ICAIJO EX El, CAl,E:-1D.\HIO DE LA PAZ EN El, A~O o•: J1,(í:J.

'F Ú)lEXSE diez mil duros bien contados Y en nn tnller de modas c1errPtidos, Pónganse seis libras de advertidos, 1\lezclados con aceite de cuidados:

Echese precaucion por t9dos lados Y pólvos de malícfa, bien surtidos; T>os onzas de regaflm,, bifm molidos, Y de lht,·e de puerta tres pnfiados:

Póngase todo á fuego de costura, Sin que tenga una gota de ventana, Y cúbrase la casa con regalo;

Désele á noche, tarde y á mafrnna, Y si quedáre floja esta tintnrn, Revnélvase á menudo con un palo.

(Aprobado por la Fac11llad. )

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70 EXSUEXOS

CONTESTACION

DE LA SitITA. LAPARR} AL ANTERIOR SONETO.

A todo f'Se tlhwro bien ront:ulo, Opóngasele orgullo derretiao; Pnes solo un corazon muy ,·01-rompido Podr,í, por vil mont->cla, ser r,amhiado.

Contra la cr111>l malíci:i, el pP-cho honrado Prepnrc un fuerte poh·o bien molido; Y de hnl'la, de risa v frio olvido, Sen nl momento nn ;::,íustico aplir·nclo.

De profun<lo clesp1·ecio y óclio lino, Píldorns pnra siPmprP, :í to<la horn, 'l'ómc el pohrP rnnri<lo y f'I amante, Qne careciernlo de tnlento y tino P ara hacerse ndor:1r ele una SPÍlora, Con nn palo la q11iere hacer const:rnte.

H'.A Y 1111 santuario sagrado, Un bello templo sin nombre, Que lleva consigo el hombre, Donde .se guarda el pasaclo;

Una potencia divina, Escribe dPntro del alma, Cnadros de pl:ícidn calma, Cuadros ele luz diamantina.

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DE L.-\. .:IIE.:llTE

Cuadros de inocencia pura, De amor y pura ilnsion, Y cuadros de maldicion Y de amarga desventura.

Cuadros de felicidad Y de fantásticos snef10s, Deliciosos, halagüeflos Y de triste realidad.

Cuadros, en fin, ele la vida, De tliferentes colores, De sonrisas, ele dolores, De creencias y fé penlicla.

Y toda la larga historia. Del mísero hombre infeliz, Con indeleble matiz, Se retrata en la memoria..

Y esta celeste potencia Nos trae cada. momento, El grato, el amable acento Del bien qne roba la ausencia.

Que desde el confin del mundo Al punto le hace venir: Quizá le vemos sonreír O lanzar un ¡ay! profundo.

Ella, descorriendo el velo Que esconde el triste pasado, Nos trae al objeto amado, Cual un ánjel de consuelo.

Vemos las tiernas miradas Y los semblantes queriílos, De aquellos sé res perdidos Dentro las tumbas heladas.

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72 EXSUEXOS

Al huérfano hace escuchar La sublime despedida, Que una madre bendecida Le dejára al espirar;

Y la ultima voluntad, O mandato respetable De su padre venerable, Al irse á la eternidad.

Nos repite del hermano Las palabras carií10sas, Y las horas venturosas De otro tiempo ya lejano.

Evoca los juramentos Del amante y del esposo, El desengaí10 penoso, Las quejas, los sufrimientos.

Trae el plarer y las penas, Y de los mas tiernos lazos, 'l'rae tambien los pedazos De las destruidas cadenas.

Dulce y plácida memoria Que al hombre signes dó quiera, Déjame en paz, cruel quimera, Sombra vana é ilusoria:

Déjame, memoria viva, No me hagas mas padecer, Qne ya siento desprender Una lágrima furtiva,

Y en mi mejilla rodar La lágrima, y nn suspiro Dentro el áire que respiro, Siento á mi lábio asomar.

(

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DE LA ME:\'TE.

Porque la dicha pasada, Qne el tiempo se arrebató, Fantasma fnó que se hundió, Dentro la insondable nada.

Y el tiempo que ya pasó, No pnecle retroceder, Porque en sn eterno correr Nunca los pasos volvió.

EL VOLCAN

DE J,A

G wANTr~ colosal y rnnjestuoso, Que tranqnilo y altivo te levantas, Y con fuerte retumbo estrepitoso El poderio del Eterno cuntas.

En tu soberbio cráter arrogante La borrascosa tempestad se sienta, Y te circunda el rayo fnlminante Y el ronco trueno aterrador revienta. ,

:Miras hundirse las generaciones En la sombria funeraria tumba, Y con todas sus bellas ilusiones Que el trono de los reyes se derrumba.

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74 E~SUEXOS

Los siglos se deslizan ÍL tu planta Sin destruir tn titánica figura, Y el transcurso del tiempo no quebranta 'J'u salvaje, magnífica hermosura.

Centinela del Dios Omnipotentfl Y cantor de sn gloria deslumbrante, Haces temblar al hombre delincuente Y de pavor, lo llenas al instante.

Y ele espantoso combustible lleno Por la Snprema volnntad divinn, El negro luto llevas en tu seno, El terremoto y la tremenda ruina.

El esterminador Arciingel viene Cemién<lose severo en t>l vacío; Horrendo látigo en la mano tiene, .Airado rostro y el mirar sombrío.

Pálida frente, negra. cabellera, Oscuras alas y flotan te VP.lo, La destrnccion le signe por <loqniera, La muerte, el llanto y el fnnesto dnelo.

Ministro del S<•í1or, lleva consigo La. peste, el han,bre y la sangrienta gnerrn, Y las víctimas cuenta <lel castigo l◄'ijando sus miradas, en la tierra!

Y por eso terrible :í tí desciende; Tu alth·a cmnhre con sus alas toca .... En tu profundo seno el fuego prende, Y abres al punto, tremchumln boca.

Y á la sefial del Angel poderoso Tiembla la tierra, el mar se bambolea, Cae la choza y el palacio hermoso, Y silva el viento y crece la marea.

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DE LA )!ENTE.

'l'n tremenda esplosion haces bramando Sacudiendo tn cráter altanero, ¡Y torrentes de fnego vomitando Anundas qüe el Sef10r es justiciero!

Y tn la,·a candente se derrama, ]3el1o manto de fuego te rodea, Y en tu flotante abrasadora llama 'l'u grnndioso penncho balancea.

Y retumbando estremecido arrojas Enormes piedras con horl'ible estruendo, ¡ Y te coronas de PspÍl'ales rojas Que en tu fuego vornz caen nrdiemlo!

Y lanzas inflamados borbollones De humo, cenizn, y calcinada arenn, Que cubre de enlutnclos 1iabellones El ancho espacio, y de tinieblas llena.

Y signen los temblores cada instante Y comienza (L llover menuda escoria; Y resuena el ietumbo amenazante Cantando del Altísimo la gloria.

Del terremoto el remezan violento ¡Gloria, al Sef10r de la justicia dice; ¡Gloria repite en su bramido el viento, j Y la tierra y el cielo le bendice!

El carnÍYoro tigre huye espantado De su caberna saJe conmovido, Diciendo que el Señor está enojado Con atronante y hórrido bramido.

¡Ay! las hermosas fincas se volvieron Anchas playas de arena pedregosa, Y muchos jornaleros perecieron En la tribnlacion mas horrorosa.

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7G EXSUEXOS

Corren las fieras, y dejando el nido Las aves vuelan sin hallar reposo, Y retruena otra vez el estampido Y otra vez el retumbo estrepitoso.

Y si tu altivo ,:ráter se sumiera De tu concavidad en el abismo, ¡Oh, qué horror! Guatemala pereciera En el mas estupendo cataclismo.

:Mas de sesenta leguas ha regado La tierra que despides de tu seno, 1\farchi tando las Hores en el prado Y cubriendo-de ruina el campo ameno.

Entre la ancha cortina pavorosa Que intercepta la luz pura y brillante, .Avientas con pujanza poderosa Relámpagos <le fuego fulminante.

Gran mortero del Todopoderoso Que disparas volcánica metrnlla, Contra tu ardiente fuego borrascoso No hay cai"iones, fortines, ni atalayn.

Y de tu fuego abrasador, candente, tQuién apaga la roja llamarada1 ¡Solo el Dios Sempiterno Omnipotente Qne sacó el unh·erso de la nada!

¿Quién sosiega el ternhlo1· amena1~1nte Y calla del retumbo el estampido? Vos, Seflor·, cuya gloria desh1m~mrnte Canta el volean, de fuego re,·est1do.

Yo infeliz miserable mujercilla En vuestro acatamiento Soberano, ¡Bajo la frente, doblo la rodilla, Y la pluma se cae de mi mano!

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DE LA MENTE.

EL COLERA MORBUS. ~ t"J • ;1 ~ or,1mA :'IIOirnus! ¡anatema horrendo! ¡De un Dios airad.o ¡maldicion terrible! Doquier que pasas, la segur blandiendo, La muerte siembras y el veneno horrible.

¡'fu negro aliento tmlo lo marchita! Seca la. vida, la existencia acaba; Y á la infeliz raza de .A<lan proscrita, Destruyes tú, cual fulminante lava.

Por todas partes el dolor y el llanto, Dejas; y la honda y triste desventura, Por todas partes orfandad, quebranto, El lúgubre lamento y la amargura.

Bajo tu fria descarnada planta Veo jemir la bella patria mia; Azote cruel, aterrador que espanta,. Y llena de congoja y agonía.

Y con sarcástica y glacial sonrisa A donde fijas tu fatal mirad.a, La juventud, en flor se pulveriza, Y la belleza tornase á la nada.

¡Ay! Al contacto de tu mano yerta, El corazon palpita y se estremece; Al ver la inmensa eternidad abierta Que va á tragarnos, y el espanto crece.

Hundes feroz, á la doncella hermosa, Y al triste anciano, en el eterno sueí10, Y de los brazos de la tierna esposa, Arrancas cruel, á su querido dneüo.

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78 EXSC'EXOS

De los amantes los risueüos lazos De bellas flores y esperanza ideal, Cubres de luto; y caen en pedazos, Dentro la helada tumba funeral!

iN o te conmueve en tu furor sombrio, Y en tu insaciable emponsoñada zaña, La tdste madre, que el cadáver frío, Del tierno niiw, con su llanto baírn?

Y en el delirio de su amor sublime, Quiere animar {¡, su hijo inanimado; l\fil y mil veces, en su frente imprime, Osculo tierno, santo, immaculado.

Hórrida plaga, sin color, sin nombre, Tu pestilente soplo corrompido, A envenenar al miserable hombre, ¡Acaso del infierno hahra salido!

Mil veces nó; sal pensamiento osado De mí insensato y abatida rnentP; Que es 1111 arcánjel del 'ef1or enviado Rl que estermina al pueblo delincuente.

El que la pl::iga fulminante rije, Es un querube poderoso y gr:mrle, Que la tremenda tempestad dirije Y el justo azote del eterno blande.

A una sefial del lf.tcedor divino. Bate las alas, el espacio hiende, Desata el lrnmhre, suelta el torbellino, Revuelve el mar y la centella enciende.

El es, El es, el que quebranta fnertc De los mortales la soberbia impía: Y el que nos trae el morbus y la muerte Justo castigo, que el Creador envia.

c..

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DE LA :\lE~TE.

Destruid, Seüor, destmid el polvo vil Que osa pecar en Vuestra real presencia, Llenad la tierra de tormentos mil, .Mas recordad, mi Dios, vnestra clemencia.

ELPANTEON.

---•---Frio palacio de la muerte impia,

l\fansion funesta del dolor y el llanto, Del negro luto y el mortal quebranto, De la tristez,t silenciosa, umbria.

Aqni mora _el suspiro funerario, Y el triste descngaüo y el olvido; Aqni resuena el lánguido jemido, Aqui vago el lamento solitario.

Imperio hasto de la inmoble nada, Ilabitaciou funesta de los muertos, De los despojos, de los huesos yertos, De la q ne fué, jeneracion pasada.

Trono imponente de verdad fatal,

7!)

Verdad que dice al hombre: "Has de morir Y en frio polvo te has de convertir, Quizá maüana, mísero mortal."

Que lo que hoy fnó, no es rnaftana, Y en nada se ha convertido, Dice el lúgubre tañido De la fúnebre campana.

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80 EXSUEXOS

Y esa horrible cala,~era Que hoy miramos con pavor, Ayer inspiraba amor Qne era una bella hechicera .

. Jó,·en, hermosa y jentil. Llena de encantos, lozana, Era una rosa temprana En su ven turoso .Abril.

Y hoy rodando :í nuestros pies, iQuién se recuerda lo que fné! Nadie en el mnndo, porque Lo que hoy fué. maíiana no es.

Allá en aquel mausoleo Descansa una tierna esposa. Apagó la fria losa Las luces de sn HimE>neo.

Y el juramento sagrado Que sn esposo le hizo ayPr, Se olvidó, y :í otra mujer Su corazon ha entregado .

.Aqui duerme un fiel :rnrnnle, Que en su alegre prinmn·ra, Marchitó la. mnerte liera. Esé corazon constante.

¡Ay' y aquella cuyo nombre .Al espirar pronunció, A un nuevo amor se entregó, Y ya es la esposa de otro hombre.

Ahí en esa tumba helada Que guarda un nif10 inocente, Orando está reverente Una madre arrodillacfa. ,

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DE LA :MEXTE.

Porque el santo amor materno .Jamas le borra el olddo, Y por el Hijo querido Pide humilde al Ser Eterno.

Y sin encontr:ir consuelo No se cansa de llorar, Hast.a qne le va á encontrar Venturoso allá en el Cielo.

Este mármol con ternura Besa, la huérfana triste Y por el bien que no existe, Uua plPgaria. murmura.

Quizá la sombra evocando De los padres q ne perdió, La frente al polvo inclinó Su corazon palpitando.

En este sepulcro está, Un soberbio, gran sef1or, Lleno de oro y de esplendor jSe creyó inmorta\ quizá!

Preguntad, pobres humanos, jQué hay de tanta vanidad! .... Triste olvido y soledad, Tierra y fétidos gnsanos.

En ese alto monumento Yace un sabio tan profundo, Qne dejó admirado al mundo Con sus luces y tale_nto.

j.-\y! y el silencio elocuente De s11 cripta inanimada; __ Nos dice "Qde el hombre ·es nada" Dios, es sabio solamente.

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6

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82 E~SUEXOS

Y tristísimo es pensar Que nadie puede saber, Si el sol, que se va á esconder Verá otra vez alumbrar.

O si al son de esa campana Al rayar el nuevo dia, En esta mansion umbría Acaso estará maí1ána.

EL CLAVEL.

A PETICIOX DE UXA XÓVI,\.

;,Qué dices, hermosa flor, En tu cándido lenguaje? ¿Me traes algun mensaje, .Algun recuerdo de amor?

;,Oculto entre tu fragancia Viene un precioso suspiro, Que al comtemplarte respiro, C'omo prueba de constancia'!

i Y en tn cáliz, escondida, Me traes una delicia, Una inocente caricia, Una sonrisa querida?

iLa esperanza lisonjera Entre tus hojas perdidn, Viene ú embellecer mi vida, V:iene á ser 111i co111pa11era!

Una lágrima furtiva, Viene entre el líquido frio, De esta gota de rocio, Cual tierna memoria mia'!

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DE LA Ml~XTE.

Cuando á cortaros llegó, ¿Qné <lijo, bello davel? ¿:Me amad., me sed, fiel/ ¿Dime, de mí se acordó?

2Su corazon palpitaba? Su mirada ¡cómo era1 ~Era dulce, era severa? Dime ¿reia ó suspiraba?

Ven, lozana, hermosa flor, Como un recuerdo adorado: Serás emblema sagrado De inocente y pnro amor.

CÁNTICO.

m MIS mi dulce creador, El que tiene los Cielos por sn trono, Y la tierra á los pies por esca bel; No hay voz q ne sea digna de nombrarle1

Ni pluma ni pincel, Que pneda ni siquiera bosqnejarle.

Para cantar mi Dios De vuestra Majestad la eterna gloria 1

¡,Quién me diera del Angel la dulzura Y del Qnerúbe el aromado incienso, Cuya fragancia pura, Reverente os ofrece, Dios inmenso?

l\fas los pobres gusanos, Aun en su misma pequeflez anuncian Que Vos sois infinitamente sabio; Y al pronunciar Vuestro sagrado nombre Valbucea el labio, Y se prosterna confundido el hombre.

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84 EXSUEXOS

Todo lo creasteis Vos, De la nada sacasteis maravillas Y pusisteis del Cielo los cimientos Y teneis his medidas del Infierno, ¡Sef10r Je lo~ portentos! Vuestro poder es granue y sempiterno!

Siempre jó-;en y bello, Trascurrirán los siglos de los siglos Sin dejar una arruga en vuestra frente, Pues sois la suma perfeccion Sei10r, Y el didno torrente. De inagotahle santidad y amor.

Solo Vos sois increado, Solo Vos sin oríjen y sin fin, Y ántes de crear el Orbe portentoso En Vuestra exelsa gloria, Dios potente, Erais tan venturoso, ¡Cbmo sois y sereis eternamente!

Estais en todas partes Nada se esconde á Yos porque estais viendo Cuanto pasa en los Cielos y en el muru1o, Y hasta del hondo abismo tenebroso ::i\Iirais lo mas profundo, Porque Vos sois el Todopoderoso.

Ese Sol deslumbrnnte Es el be1lo cantor de nwstra gloria, Cuando esplendido asoma en el Oriente Sus rutilnntes luces derramando, Se esconde rn el Poniente. Los dias y los siglos seírnlnndo

Y marcando los tiempos Cual inmenso reloj del ancho Cielo, En su fn lo-ente rotacion alumbra, Millares ele m illnres de vh"ientes

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o

DE LA MENTE.

Que se hunden en la tumba, Y sus rayos derrama en nuevas jentes.

Con ,~ os está, mi Dios, La admirable belleza de los campos, Y la s11arn {ragancia de las ttorPs; Con Y os está la plácida rnaüana Con sus ricos idbores, Y la hermosura de la flor temprana.

La fuente cristalina Que se va deslizando en la pradera, Hasta perderse en los inmensos mares; Y de las aYPS ele pintada pluma Los poéticos cantares, .f unto al torrente de nevada espumn.

85

i,Qnién como Yos, Sefwr. que á vuestrn planta, Crumn los rayos y revienta el trneno, Y en ,füs fragores el retumbo eanta llue sois el Dios, de Omnipotencia lleno'~

Solo Vos qne sabeis de qné ingrediente, Hicisteis esa lnz clara y ,brillante, Y haceis partir el rayo fulminante Desde el oscmo Ocaso, hasta el Oriente.

j Gran Señor! solo Vos! te neis con ta dos Los momentos de vida de los hombres, Y llamais á los Astros por sus nombres, Y teneis sus caminos sefwlados.

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86 E:'i'ST'EX08

Solo Vos, solo Vos, sabeis Dios mio Cuanto Juró la impenetrable nada, Antes q ne la creacion fu era formada, Con Vuestro Omnipotente poderío.

¡ En dóncle estaba yo cnando tendiais El' majestnoso manto cle los Cielo~, Y de las n n hes lo~ hermosos ,·elo:::, Y los planetas con querer haciaisi

Ahora Sefior. en el estenso mundo, Soy de la tierr;1 impt->rceptihle grano Peqne110 arista entre 0 1 linaie lrnmano, :Mas .os aclo1·0 con amor profnndo.

P LEG ..t\..l~ l..t\...

-----Eres mas pnra qne el fragante lirio

Qne se rol11111pia al soplo ele] ambiente, 1\fas santa que el (J11ernhe del Empirio Y mas hella que l'l Sol en d Oriente.

Cuando paiwas en el ancho espacio Donile :-1ientas tu planta delicada, Tiende el Angel sus alas de topacio

.Y canta tu pureza inmaculada. Eres mas lwlla que niat:1ra alguna

Madre ele Dios y virgen pudorosa, Es tu radiante pedestal la Luna Y de luceros tu corona hermosa.

Por este ¡meblo qne tu nombre invoca Y tn pureza fenoroso canta, Una plegaria de tu elnlce bo~a, Al Dios eterno por pied:Hl le,·anta.

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A LA MUERTE DEL SALVADOR,

El santo, <le los Santos desfallece: ¡ Vedle allí! en 11n cadalso ensangrentado De espantosa tortura circundado, Su corazon amante se estremece.

Afrentado en la cruz, escarnecido, Es su carne :í. pedazos arrancada, Su cabeza de espinas coronada, Y su inocente cuerpo todo herido,

Destilando la sangre mas preciosa Con ínclita bondad sufre paciente, De b nacion impía: irreverente, Las blasfemias, la burla ignominiosa.

Y la mano que hizo el firmamento, Y sacó al hombre ingrato do la nada, Con sacrílego acero profanada, Siente horroroso y bárbaro tormento.

Ya de la parca la segur cortante Hiere atrevida el cueJlo del Unjido, Y resuena el tristísimo jemido De su divina madre agonizante.

¡ Y tú espiras, Seí10r, en esa Cruz, Brotando sangre tus amantes brazos, Sin que los mundos caigan á pedazos Y torne al caos la brillante luz!

¡Sin que chocando en sí los elementos, Se oiga el estruendo de tu maldicion, El ancho mar arrase la creacion Y los rayos estallen en los vientos!

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88. EXSUEXOS

¡Sin que de tn Angel esterminador, Brille al punto la espada formidable Y destruya la raza miserable Del indigno é ingr,ato pecador!

Lejos de eso, en tn frente majestuosa, Vive la santa paz y la indnljencin, Y vuelves con magnánima clemencia Tu mirada tan dulce y bondadosa.

¡Vedle, alma mía, al cielo levantar, Los ojos derramando amargo llanto Y entre el dolor, la pena y el quebranto~ El perdon de los hombres implorar!

Su voz cruzó el espacio -y se perdió, Dentro del corazon del Soberano Que levantando sn potente mano, Del Reuentor las preces escuchó.

Su excelsa Majestad palideció, Y solo él sabe lo que sentiri::t Al ver de su hijo amado la agonía, Cuando la reuencion se consumó.

"Es mi hijo' ' decia entemecido, Volviendo hácia la tierra su mirada, "Por tan preciosa víctima inmolada El perdon que me pide es concedido."

Y tocó el cetro en la dorada 1rnerta De su palacio esplendido y divino Se oyó crujir el gozne diamantino, Y quedó para el hombre siempre abierta.

Pero retrocediendo conmovido El rostro con las manos se cubrió, Al escuchar el lúgubre jemido, Que la creacion atónita. exhaló.

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Los ángeles de rostro peregl'ino, Su mirada en el Gólgota 1ijaro11, Y lágrimas copiosas <len·amaron Al espirar el Saha<lor Didno.

En tanto el Hombre Dios yn no existía, Las :ffes en el bosque s11spirahnn Y las frngantes tlores se inclinaban Acompafümdo el llanto de Maria.

El Sol oscnreció sn resplanc1or, Ablandaron las piedras :m dureza El leon se saendia en la rnalez'.t Y la tierra te111 hlal.m <le dolor.

Los brutos daban qnejas lastimosas, Con ronca furia se agitaba el viento, El hondo mar bramó d·e sentimiento, Encrespando sus olas espumosas.

Solo el hombre feroz tranquilo estaba, En medio dPl rlolor univers:tl, Y co~ mirada impávitla y glacial De Sil Creador la 11111erte contemplaba.

Pero temblad, raza infeliz ele Aclan, Que llegará de la :justicia el clia, Y de esa sangre sacrosanta y via, Severa, estrecha enenta os pedirán.

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90 EXSUEXOS

MI NUME N.

ff O soy poetisa, lector: Es mi núrnen la amargura, Mi musa, la des,·entnra, Mi inspiracion, el dolor.

Nunca en la cnstalia fnente Se humedeció mi garganta, Y si es mi ignorancia tanta, Ser,ís conmigo induljente.

Carede111lo de instrnccion Pam formar un soneto, Una décima, un cuarteto, Escriho por aficion.

,Jamás reso11ó en mi oido ne Erato el dulce cantar, Y solo puedo imitnr Del cuervo el ronco graznido.

¡,En dónde estás, madre mia, Que no escúchas mis lamentos, Ni endulzas mis sufrimientos Y mi profunda ngonia~

¡Ay! te llamo y no respoucks A mis dolorosas quejas, Y solitaria me dPjas, tDónde estás, <lónde te escondes!

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DE LA !tIE!tITE

Bajo esta fúnebre loza, Regada en mi tierno llanto, jDuermes, mi bien, y yo en tanto Te busco, madre amorosa!

Por todas partes tu recuerdo amado, 'l'engo en el corazon tan esculpido, Que al través de los af1os que han pasado En que yo te perdí, ¡jamás te oh,ido!

.Jamás se horra de la mente mia El tiempo grato de n1i dnlce infancia, Cuando eras tú la célica fragancia Que tan dichosa, tan feliz. me hacia!

¡Ay! todavía siento aqui en mi frente . 'fns carifwsos besos, madre santa, Y escncho tn voz <lnlce cuando canta, Para arrullarme con amor ferviente.

Y siempre, siempre sin cesar te miro, 'fu im:íjen lleYo aq ni, dentro del alma, Y all:í en mi juventud, y ahora en la calma, De mi triste vejez, por tí suspiro.

Y en la escarpada senda de mi vida, Cuando mi planta hieren los abrojos, Levanto al cielo mis cansados ojos, Donde creo que estás, madre querida,

Mas allá ele esas pálidas estrellas, l\fas allá ele esa luna titilante, Vuelves :í mí tu angelical semblante, Veo ele tu alma las radiosas huellas.

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92 EXSC:EXOS

Por eso en mi horfandad y desventura, Te llamo, cuando triste estoy llor:mdo, Y tu nombre pronuncio, suspirando, Y te vuelvo á llamar en mi am:ngura.

Que, aunque no me respondes, yo sé bien Que desde el alto cielo me estás viendo Y mis lágrimas tri:c;tes recojiendo, Y me bt>ndices desde allá tarnbien.

~l ~r. iirrnriabo ~on iJ. ©. EX COXTEST.ACIOX A LA PRECIOS.A POE~J.\ Ql,ElJE DEDICÓ

¡C u~\NTAS nngústfas y mortal tormento! Dó- quier que vuelvo mis cansados ojos, ¡Ay solo encuentro pálidos nbrojos, Y el corazon despedazado y yerto.

De la copa fatal de la amargura, Siempre bebiendo ,·enenosas gotns, Quiin ya tengo lns entraíias rotns Por la terrible y hórrida ternura.

Ancinna miserable, es mi pasndo Un panorama fúnebre, sombrio, Que con el llanto silencioso mio Y con acibar cruel est:i regado.

Cargando el peso de una enorme cruz, Voy caminando al lúgubre calrnrio, Cual peregrino triste y solitario Que atra desa el dt>sierto ya sin luz.

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DE LA MENTE.

Cnal dudoso crepúsculo que espira Entre la noche vagarosa y fria, Y al ocultarse entre la noche umbria Tristeza, solamente, nos inspira:

Así es mi vida, en la indijencia suma. Sufro el desprecio atroz, que el desvalido Devora en un tristísimo jemido, Y que no puede bosquejar mi pluma;

!)3

Pero hay un bardo, qne con dulce acento Canta de mi existencia los dolores Y de mi cruel <lestino los rigores, Pesares mil y lágrimas sin cuento.

Alma sensible, de piedad sublime, Tú sí comprendes la desgracia agena, ¡Y cu:íntas veces llorarás de pena Por todo aquel que el infortunio oprime!

Por eso, Vate, mi dolor te inspira Cuando cántas mi negra desventura, Y de tn plectro de oro ln,' dulzura, Hace vibrar mi destemplada lira.

Por eso quiere el corazon herido Enviarte en gratitn<l un tierno canto; Mas, solo tengo el funerario llanto, Y del martfrio el lánguido gemido.

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9-! EXSUEXOS

LAMENTACION.

AL último reflejo funerario Del gran dia con lágrimas marcado, Se descubre un cadalzo ensangrentado, Sobre las pnrdas rocas del Calvario.

AHí al pié del patíbulo tremendo, Jime una hermosa jóven israelita, Y es la doncella del Sei1or, bendita, De cruel congoja y de dolor muriendo.

No lrny dolor comparable á su dolor, Ni hay pesar que se iguale á su pesar; De acerbas a,.,.onias es un mar La Inmaculada Madre del Criaclor!

¡Tiene en sus brnzos el cadáver Santo Del Soberano Salvador del mundo: Besa sn frente con amor profnndo Y sus heridas lava con sn llanto!

Y por las sienes del Seí10r, sagradas, Pasa la mano con dulzura tiernn, Y le acarici:\ con piedad materna Y las espinas tócale, clavadas!

Tiembla la Santa Vírjen, bendecida, Y al desprender cada punzante espina, Con esa mano matern~l, dil'ina, Besa, llorando, al Hijo de su vida.

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DE LA ~!ENTE. 95

Recnerd.a el tiempo en que, cuando era niüo, Ella peinaba su cahello hermoso Y contemplaba sn mil'ar radioso, ¡Ay! y gozaba su infantil cari110.

Y en la hefü•zn del Mesias piensa, Belleza, tantn, qne januís. se viern, Y al gran SPñor de la celeste esfera, Contempln ahornen sn amargura inmensa.

¡Cual un leproso le há dejado el hombre! De la cabeza á la divina planta, Es una llaga cárdenn, que espanta, Es un destrozo de crueldn<l, sin 110mbre.

Mas, ¡oh, hondnd ! en su dolor ma temo, ¡,Qué hace la límpia virginal MariaJ La sangre ofrece, ofrece la agonía, Y :í su Hijo mneito, ofrécelo al Eterno!

La libertad y salvacion del mundo Pide por esa. ,;íetima preciosa: ¡Bendita séns, ~ladre Dolorosn. Eres bendita en tu dolot· profundo!

CllUCIFICA.LE.

iº RUCffÍCALE! grita el pueblo impío, Y prorrumpe en horrendn carcajnda, Se11:1lando á la víctima sngrada; "Crucifícnle," dice el cruel judío.

Y al escuchar el grito pronunciado Contra ese jóven de lHmnosura tanta, Toda la Corte celestial se espanta, Y el arcánjel le adora prosternado;

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96 E~Rl'EXOS

Porque ese req tau escarnecido, Que ante PiJatos la sentenda espera, ¡ Es el Creador de la. celeste esfera, Es el Eterno, el Soberano Unjido!

Atroz perfidia, iniquidad nefanda: "M nera." repite In 11acion hebréa. Pilatos dice: ·'castigado séa," Y al Rey de Reyes, azotarle manda.

Y el gran .Jehoní, ele )Iajestad gloriosa, Que la creacion, humilde IP ohedecP. Al impío ,;erdugo. El mismo ofrece Sn Omnipotente :Mano Poderosa.

Y :í la columna ignominio~a, ata<1 ') Es, por,s:ilvar den1t:11te :í sus eriat u s, Y d qnc vistió ele Pstrellas las .\ltn s, De sn túnica santa es despojado.

Mira, alma mia, <"Omo sf• t>nroject• Sn Sacrosanto 1·11erpo vi1·jinal, Y sobre el inflamado ca nlt>nal, Cae el azote y l'1 tormPnto nece.

¡Qné horror! ¡qné horror'. por las heridas brota La Sangre real del Hacedor dl'l 111nrHlo, Y hasta los huesos, 1·011 dolor profundo, Se están rniran<lo entrn la carne rota.

¡ Piedad, piedad! no le azotPis ya mas, Verdugos cnwles, b:írharos impíos! ¡Mirad sn Sangre derramarse :i ríos, Mirad su angústia, sn dolor voraz!

Miracl, in,,.ratos, como palidece Y moribnnclo cae (lesmayado: Mirad su cuerpo todo ensangrentado, Cómo palpita, tiembla y se estremece.

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DE L.\. ~IEXTE.

i Por qué, Se11or y Dios de la hermosura, A ese tormento os en tregais Y os mismo, ¡Ah! por salvar ,11 hombre del abismo, Del YÍCio infame, ele la culpa impura.

Porque el pecado detestable, horrendo, Al:\ jnsticia del Sef10r provoca, Sin vuestra Sangre, que el perdon invoca, Su santo enojo estallar{L tremendo! ·

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¡Y Yos, que sois el Santo, el inculpable, Pagais, Sef10r, por rescatar al hombre? ¡Bendito sea vuestro Santo Nombre! ¡.Misericordia, Redentor amable!

EN y\ MUE~TE DE JESUS (MVAR~ETE, NIÑA DE ON_CE jÑOS.

L ANZABA el sol su matutino rayo Entrn celajes ele oro y de topacio, Cámlicla rosa del florido Mayo, Cuando tn alma fpliz cruzó el espacio . .

Un Querubin de célica belleza Vino á encontrart~, niña bendecida, Y ante el ~xcelso Dios ele la grandeza, Por el Qnerúbe fuiste conducida.

Y complacido se sonrió el Eterno Al contemplar tu frente inmaculada; Y la J\Iadre de Dios, con eco tierno, :Fijando en tí su virjinal mirada,

Dijo: ''Esta es una de mis bellas flores, "Yen, niüa hermosa, porque tú eres mia;" Y entre los deslumbrantes resplandores De inmensa gloria, vives con Maria.

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98 EXSGEXOS

LA DIVIXA IXl ... ANCI.A.

--••-- -

I L que, con su palabra sostiene en el vacío, La infinidad de mundos que ruedan sin cesar, El Dios Omnipotente, cfo grande poderío, Que seírnló sus diques al encrespado mar:

Dá plumas á las áves y dulce melodía, A los campos belleza, perfumes á la flor: Aparta las tinieblas del esplendente dia, Sacude el terremoto, y al sol dá resplandor ....

Que pinta los celajes, de nácar y topacio: El Dios de la hermosura, de inmensa )fajestad, El que sobre los rayos pasea en el espacio, Y canta su grandeza, la negra tempestad:

Convertido en humilde infante, pequeírnelo, Llorando est:í, de frio, en 1111 triste portal; Y el Dios del unin'rso, que no cabe en el Cielo, Por vestidura tiene, un mísero paíial.

Y ese Nií10 que sabe cuánto duró la nada, Antes que, con su aliento, form:ira la creacion, Y cuenta los luceros, con solo una mirada Les llama por sus nombrt's y sabe cuántos son.

Por reLlimir al mundo, con infantil contento, En un duro peséhre se quiso reclinar; P or eso las milicias del alto firmamento, Sus harpas diamantinas, se aprestan :í. pulsar.

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DE LA .ME:-iTF. 99 Y hajan á la tierra, sus álas desplegando,

Y en pléyades brillantes, rodeados de esplendor, 8e acercan al pesóbre, la gloria vublicando, Del Niño á quien ador~n con infinito amor.

Allá desde su trono, complácese el Eterno, Viendo cómo palpita de su Hijo el corazon: Una dulce sonrisa le envia el Nifto tierno, Qne los ángeles llernn á la celeste Sion.

¡Gloria! resuena en todos los ámbitos del cielo: ¡Gloria! repite el ánjel de pudorosa faz, Y vienen"los Querubes en fnlgoroso vuelo, Cantando, y á los hombres, de Dios la dulce paz.

Adoran del l\Iesias los designios sagrados, Y plegando sus álas con profunda humildad, Le besan los divino piesitos, sonrosados, Que tienen las medidas de la honda eternidad.

La noche está. serena; la ·silenciosa luna, Desde el cenit, alumbra con pálido f1ilgo1\ El áspero pesebre que le sirve de cuna Al delicado cuerpo del grande Salvador.

Y las .flores del 11l'ado, con su fragante aroma, Meciéndose en sn tallo, perfn.man á sn Dios, Los l)ájaros del bosque, ln. nítida paloma, Le ofrecen alabanzas con armoniosa voz.

Su l\Iadre, es la doncella de célica hP.lleza, Que con su diminuto y contorneado pié, Del arcánjel soberbio quebranta la cabeza, Porque ele gracia llena, eternamente fné.

Por eso la revisten del sol los reverberos Y la fuljente luna le sirvA ele escabel, Su fre1üe inmaculada circundan los luceros, Y es la honra de su pueblo, la gloria de Israel.

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100 EXSüEXOS

Es el Padre adoptirn del Niüo prodijio.,o, Un pobre carpintero, aunque de extirpe real, Por excelencia, santo, humilde y jeneroso, Que lleva en su semblante la aureola virjinal.

Maria vé, extasiada, de su Hijo la belleza, Besando con ternura sus manos de jazmín: .José tambien adora del Nif10 la grandeza, Yiendo como se entreabren sus lábios de earmin.

Un Querubín de rostro peregrino. Cabellos de oro y célica sonrisa, ..Al Nacimiento del Criador Dh·ino, ..A los pastores de Belen avisa. ·

Y le\·antando su serena frente, :Mas veloz que el relámpa9-o se lanza, Y revela á los Reyes del uriente, La nneva que les llena ele espemn1,a.

De gozo, llenos, y <le amor f erdentt>, Los Reyes se encaminan al instante, Guiados por una estrella refnljente, A rendir homenaje al bello Infante.

Y cuando llegan al portal derruido, Se estremecen de \'eral Dios inmenso En un peqnet'10 Xií10 com·ertido, Y Je ofrecen ele ..:\ráhia el pnro incienso,

Y de la mirra la fra:;antP esencia Le dan humildes y con ÍL' spncilla: Oro le tl:in talllhien, y en f.ll preseneia Bajan la frente y doblan la rodilla.

El Nií10 les ·clirije una mirada Donde se encierm un poema de ,·entura; Y la Madre de Dios, inmaculada, ''¡Benditos seais!'' les dice con dulzura.

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DE LA )lE~TE.

Y en tanto que los pastores Y los :Monarcas aclornn Y hnrnildes la gracia imploran Del Seftor ele los SPÍlüres:

Heródes, inícuo rey, Y mas feroz que una 1iern, QuiPre que el Mesías muera Y d:í, una espantosa ley.

Con satánica sonrisa. Decreta que, E'Il el instnnte, Se degüelle á, todo inf.mte, Y á, sus esl>irro:s a visa.

La din b(J1ica espera mm Es que ruede la cabeza Del Seí1or de la grandez:i, En la tenible matanza.

Tiembla la nacion llebréa; Pero todo esfuerzo es vano, Porque el decreto inhumano, .:\fonda que cumplido sóa.

Corre la sangre á, torrentes, Y ¡Jasa á tilo de espada, Sn gente, de mano arm:llla, Catorce mil inocentes.

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Lot,; gritos de Ins madres se escnchan por doqnierar Por toda partes ayes, lamentos y dolor: Con mm; ferocidad que el tigre y la pantera, .Arrancan de sns brazos los hijos de su amor.

Y en medio de la horrible y atroz carnicería, Un ánjel se aparece al Patriarca ,José, Diciendo: "Huye al instante con ,Jesus y Maria, " A las tierras de Egipto, qne allí te lrnscar8.''

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102

Y batiendo sus álas, remóntase al Empíreo, Entre bellos celajes de nácar y zatir: El Niüo, m ts hermoso que el perfnmar1o lírio. En brazos de sn :Madre comenzaba ,i dormir .

. José llama ii la puerta, despiértase el Infante. Sns bellos ojos abre y comienza ú llorar: '· ¡Vamos!, dice el Patriarca, hnyamos al instante!'" Pero el Divino Nif10, no se quiel'e <"aliar.

Le Vírjen le ncarieia, y sin mas equipaje Que nnos pohrt>s paf1:1les y 1111 pedazo de pan, Emprenden al momento tan fatigoso ,·faje. Y regando el desieno con triste llanto, rnn.

---•---

A ]11 HEIOL\.N A YICJ~N ri1.A ,

EN CONTESTACION AL VERSO QUE ELLA TITULA "SU CUMPLE-ANOS."

H O es el arcúnjel de la desn•ntnra El que regó ele llanto tn camino: Es el inmenso Dios de la hl'l"mos1ua. Qne t:>n tí 1ijaba su mirar divino.

Por eso allá, desde tn edatl primera, Tu pobre corazon Sü hizo pedazos: 'I't:> circnncló de espinas por doquiera, Y descargó la crnz sobre tus brazos.

¡Sígueme! dijo c>l bello Nazareno: Sufre por mí, tormentos y dolores. Que tengo un Cielo de delícias lleno, Donde te g11a1·do perfumadas llores.

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DE LA .MEXTE.

¡Animo, pues, hermana muy querida! De amarguísima hiel, el cáliz bebe, Que es transitoria la penosa vida, La gloria aterna y el tormento leve.

Sacude la tristezri, álza la frente, Ya no quieras llorar, dulce Vicenta: Que todo un Dios inmenso, Omnipotente, Te está mirando y tus suspiros cuenta.

tN o rnírás en risnefia lontananza Un deslumbrante trono levantado, Y el bello q uern bin de la esperanza, -Qne dice: para tí está preparado?

Alégrate, porque eres escojida Discípula del Santo Nazareno, Que si el tormento circundó tu vida, Será tu porvenir de goces lleno.

- ~~MEDITACIO N.~-

"!JA no se oye el acento del canario Espresando la dicha y el amor; Solo el bnho se q neja, solitario, .Junto á las tumbas, lleno de dolor.

Hundido en el Ocaso el claro dia. Ya no abrillanta al horizonte el sol, Lucha la lnz con la tiniebla umbría Y no luce en el cielo el arrebol.

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104 E~SUESOS

Hora sin nombre, que á pensar convida, Tienes algo del último extertor Qne oprime el pecho cuando el alma herida Se exhála en un suspiro de dolor.

Es la noche; y de pálidas estrellas, Salpicada la azúl concavid:H1, Descubre al hombre las radiosas huellas Del Dios oculto en esa inmensidad.

Llena ele asombro se prosterna el alma En la presencia <lel Supremo Ser, Y enn1elta en dulce y misteriosa calma, Su deslumbrante aureola, creo ver.

Cámbiala escena: bordan el Oriente Flotantes gazas de nevado tul, Y entre ellas alza su ratliosa. frPnte La blanca luna en el espacio azul.

Algnn celaje rnga silencioso, Como nn velo de nácar y safír, Donde se escond e el ánjel bondadoso, Que las quejas de mi alma qttieró oír.

Acaso escucl1a el grito dolorido Que exh:íla moribundo el corazon, Grito que lanza ele dolor trnn~iclo, Al ver desvanecida su ilnsion.

¡Hermosa noche! en tu tranqníla cnlnrn, Sola con Dios, yo vengo á meditar, Y de tormentos agodada el alma, Mi llanto triste corre sin cesar.

Cuando por mil pesares destro1~1.cla, .Apurando mi cáliz de dolor, Busco mi po1Tenir .... ¡veo la nada~ Y punzantes espinas en redor.

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DE LA MEXTE.

~ . ~ RES bendita, ántes que el sol brill:íra, Eres bendita, ántes que el mundo fnem, jY ántes que el Univer:--o se formara, Tn límpia Concepcion, bendita era!

En Sil mente, el Seí1or, te formó bella, Excelsa, te formó, cándicla y pum: ¡Antes que ereára la primera estrella, Y que apartáse la tiniebla oscura!

Allí estabas con Dios, tlnlee ~laria, En sn santo, divino pensamiento, ¡Cllando el cimiento colosal tendía Del grandioso, azulatlo firmamento!

Allí estabas, Seí1orn, cuando hacia Los luceros y el rayo estrepitoso, Y mirándote, afable te decía, Al formar el inlierno tenebroso:

" No es para tí esa cárcel espantosa," Y tocando Sil diPstra Omnipotente, En tu bem1ita frente, candorosa, Dijo: "¡seré contigo eternamente!''

" Concebida serás, sin mancha alguna: " Serás Madre. qnedantlo Vírjen purn, " Pondré á, tus piés la refnljente Luna, "Y el Sol se apagará con tu hermosura.'~

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" ~li San to Verbo, encarnará en tu se1101

'· Porqne, esa es mi Yolnntad Sagrada; " Y al Dios de los relámpagos y el trneno, "Nutrirás, con tu leche Inmaculada.''

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lOG EXSUEXOS

Y bendijo el Señor tu Santo Kombre, De la culpa fatal, salvarte quiso; Y al sacar de la nada al primer hombre, 're nombró Emperatriz del Paraíso.

Y. eternamente libre del pecado, Eternamente Inmaculada y santa: jEternamente quedará h11111illado El soberbio Luzbel, bajo tu planta!

Mas léjos que el Oriente del Poniente, :Mas distante que el cielo del infierno, Está de tu alma pura é inocente, Aun la culpa venial, desde ah-eterno.

Mil ejércitos de :íngeles gloriosos, Te bendicen y adoran tu pureza; Y tiemblan los demonios espantosos Al oir tu Nombre, y bajan la cabeza.

Todas las f(uias del abismo, en vano, Sus asechanzas ií tus pies pondran, ¡Porque en la palma de 8U augusta mano Te lleva el Poderoso Dios c1e Abran!

Virgen, ántes del parto, eres, :Maria, Y en el parto, Purísima doncella, Y mas hermosa qne la luz del dia, Despnes del parto, Inmaculada y bella.

El Altísimo te halla tocla hermosa, La corona imperial cií1e Pn tu frente: Te llama Hija querit1n, ~ladre, Esposa, Y te sienta en un trono refnljente.

Y el Dios que hace brotar las tlores bellas, El Dios de la creacion, que te ama tanto, Quiso escribir con pálidas estrellas En la orla diamantina de tu manto.

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DE LA l\IE~TE.

¡Reyna del cielo y de la tierra, eres, Madre de Dios, en virjinal pureza, Y bendita entre todas las mujeres, Toda criatura cante tn grandeza!

¡Reyna del cielo y de la tierra, eres! Entonan las supremas gerarqufos, Y bendita entre todas las mujeres, Repiten con cele~tes melodías:

Millares de millones de millares De arcángeles hermosos, inocentes, 'fe alaban en dulcü:imos cantares, Y tu grandeza admiran re,·erentes.

Es tu guardia de honor, alta criatura. Un batnHon de excelsos Principados, · Que radiantes de gozo y de hermosura, Tus órdenes esperan inclinados.

De tu Altísimo trono fnlgoroso, De ánjeles, nn brillante rejimiento, Sostiene el réjio pabellon, glorioso, Rebosando de dicha y de contento.

Y resuena del orbe en los confines, De tu Nombre la dulce melodía, Y cantan los celestes Querubines: ¡Gloria al Eterno, que formó á María!

lOi

Despues de Dios, ¡oh, Vírjen Sacrosanta! No hay belleza q ne iguale á tu belleza, No hay perfeccion que llegue ni á tu planta 1

Ni dignidad que alcance á tu grandeza.

Gloria eterna al Sei10r de la hermosura, Que te dió las virtudes con su aliento: Que te hizo bella, Inmaculada y pura, Cual su divino y santo pensamiento .

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108 EX8!jEXOS

A lI. .. u~ JL 1UN A .

l"IJ lJJuAXDO el hombre pecó la vez primera, El Eterno lloró ele sentimiento. Salpicó con su llanto el 1ir111a111ento. Las estreJlas brillaron en la e.sfern,

Una l:ígrima de esas. cristalina Del ojo del Dios justo, 1lesprendidn, En el eúncavo Cielo suspemlidn, Eres tú, be)]a, Luna diam:rntina.

Por eso al contemplarte, siente mi alma l.Jn estremecimiento misterioso, Un no se qué de tierno y doloroso, Al ver tn hermosa y ap:wihlt:> ealrna.

¡Cn:íntas generaciones se han pasado! ¡Cuántos siglos el tiP111po luí. consumido! ¡Cuántos n•yes al poh·o han dt>scC'nclido, Y tu dulce tristezn no hii rnriado!

Melancólica siempre', aunque tan bella, Emblema. del dolor nunea horrado, Por un amor divino mal pngado, Que el hombre ingrato con p<>1fülia sella .

Y cuando tlel Criador fuiste vertida, .Al caer de su pupila magestuosn, Dijo: '' SC'rt1s testigo silenciosa, ·' Del horror de esa tierra maldecidn:

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DE LA }!ENTE.

"Mientras dures pendiente en el espacio " Los hombres confundidos quedarán; "Miserables, sin mí, nada podrán "Todos, hasta el monarca en su palacio.''

Dijo, y el rayo retumbó en el viento, Tembló el infierno y de su seno inmundo Arrojó las pasiones sobre el mundo, Y el hombre fné infeliz desde el momento.

EN SU :NAT A LI CIO.

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Que nunca el triste llanto, empafie tns mejillas Ni sientas las congojas, del hórrido dolor, Que sean venturosos, de tn vida los dias De dicha circundados, querido Salvador.

Diez y seis aíws hace, que por la vez primera, Sobre tu tersa frente, mil besos imprimí, Por eso las delicias, del bello Eden quisiera Que tú las disfrn taras-, q ne fueran para tí.

Por eso rebosarnlo lle plácida alegria A recibir el Santo Bautismo te llevé, Y en tanto que el :Ministro de Dios te bendecia, l\fi férvida plegaria al Cielo levanté.

Para que la mirada del Dios de la hermosura, Te colme de su gracia, presérvete del mal, Los :ínjeles del Cielo, circunden tu alma pura Y que jamas te manche el cieno mundanal.

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110 EXSUEXOS

LA ROSA SECA.

¿Dónde estan tus colores, muerta rosa, Y el aroma que suave despedías, Cuando fresca y lozana te mecías En el pensil cual reina. victoriosa?

¿Y tu beldad magnífica y pomposa Donde está con las gracias que tenias En otro tiempo, allá en mejores dias, Cuando en mi mano estabas tan hermosa?

¡Flor infeliz! marchita y deshojada, Tu belleza en despojos convertida, Tu ideal encanto se tornó á la nada, Como la dicha para mí perdida, Entre el materialismo Y la fealdad De una negra. espantos:1 realidad.

EL ~~IBASOL. BC>N"ETC> .

iPor qué abatida en tn ílorido mayo, Lloras, padeces, amorosa flor, Y, agoviada de mortal dolor, Pálida, yerta duermes sobre el tallo?

¡Infeliz! amas, y el fuljente rayo Del astro bello de tn ideal amor En el ocaso esconde sn esplendor, Y quedas sola, en lánguido <1esmayo.

Pero dichosa, le Yer:ís maítana En el Oriente apnrecer radioso, Y á contemplarle te alzarás lozana Miramlo fija su semblante hermoso; :Mas ¡ay! se ausenta, y vuelves á llorar, Cándido emblema del que sabe amar.

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DE LA ME,XT.E.

EL CORAZON.

Corazon desventurado ¡Ann palpitas todavía, Y snspiras, desdichado, En tn fúnebre agonia!

¡Siempre amnr! ¡siempre sufrir, Es tn bárbaro destino, Y de llanto hasta morir, Triste riegas tu camino!

Snngre viel'tes, abatido En tu negro y cruel pesar, Y hasta tn último latido, El dolor ha de marcar.

Solitario, desgarra<lo, En pedazos convertido, Te estremeces desolado En tns penas sumerjido.

¡Ay! escondete en tí mismo, Desgraciado eorazon, Huye del profmHlo abismo De nn amor de maltlicion.

-, Ven, funesta indiferencia, Yen amargo, frio hielo, Y o te invoco, á mi dolencia, Dad mortífero consuelo.

Por piedad Ven :í destruir Mis afectos mas hermosos, Y mi pecho á convertir En escom brot;; silenciosos .

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....

112 EXSüESos

Torna en yerta peüa clnra Mi sensible corazon; Y ele amor la 1Iama pura. Apagad, por compasion,

Que jamas vuelva ú latir, Conmovido en este mnndo, Ni :i amar mas, ni mas sentir. Gozo ni dolor profundo .

.Muerto á toda sensacion, Por siempre estoico y helado, Sepúltate en la innccion, Cormmn desventnrndo.

(DEDICADA AL SR. LDO. DON A. B.)

¿Quieres que cante <·11amlo triste lloro, Del infortunio al apurar !ns g-otas, Cuando en silt>ncio mi dolor devoro, Y estan )as cuerdas ele mi lira rotas!

No es el cantar de mi enlutmla lira El que en arp(,~ios f:íciles reshala; Que el númen del dolor es quien me inspira Y mi canto (>S un ¡ay! que el a)ma exhala.

Yíctima siempre del fatal destino, Do quier que vueh·o mis cr1nsaclos ojos,

. Sembrado está de espinas mi camino, Y de punzantes y :ísperos abrojos.

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DE LA. MEXTE.

Mi exi»' ·!1cin es un mar de desventurnJ :Mi pasado es un poema de tormento, Mi presente nn instante de amargura, Y el porvenir el hondo sufrimiento.

ne vez en cuando, allá en mi fantasfo, Veo pasar un ángel de consuelo, ¡Ay! es la sombra de la madre mia Que para siempre remontóse al cielo.

Grato recuerdo de mi tiPrna infancia, Viene :L arrnllar mi corazon doliente, Cándida flor de cólica fragancia Que arrebató del tiempo la corriente.

l~l delicioso panorama ,·eo De mi nií1ez dichosa y placentera, Cuando en mis dulces horas de recreo, De contento saltaba en la pradera.

De mis padres queridos todavia, Creo sentir los ósculos sagraclos Cuando yo era feliz" y no sahia, Que hay en la tierra Seres desgraciados.

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Porque en la ne,:.;m adversidad se siente: El dolor de las crueles decepciones, Si alguna vez. crnzaron por la mente Lisonjeras, mentidas il nsiones.

Pues en el mundo se ama la riqneza, La vanidad y el falso poderío, Y la virtud, envnelta en la pobreza, I~s vil juguete del sarcasmo impío.

Tal es la suerte q ne a 1 mortal espera En el estéril páramo del mundo, jAU:í, en el Cielo hay dicha verdadera, Aqui pesares y dolor profundo!

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114 E~SüEXOS

CANTICO-- - -+ - -

Allá desde sn trono refnljentt~, El Altísimo Dios de la hermosura. Sn didna mira1ln clnlcementP Fijaba en una niiia eon ternura .

Y sobre Xazaret de Galil[•a. Su omnipotente mano lev:rntaha, Y de('ia ,,] Sef1or ¡Bendita S0a! Y :'t la nifia, ele gi-acia circundaba.

En tanto que los Angeles dt>c·ian, ¡Qui[•n es esta '! Y sus alas desple~ando. Del Empirt•o ii la tit>rra desct•ndian, l~n melodiosos eoros L•ntonando.

¡,Quien es? qne dt>l dt•sierto se lernnta Majestuosa, y mas lwlla que la. aurora, Que entre suaves 1wrfu111es se adt>lanta Al blando rayo que el rdnge dora.

Mas hermosa qne el Sol en el Orientf' En la maí1ana del sereno Ahril, Cuando haf1a su luz resplanclerientc ])e los montes el :íspero perfil.

Fuerte como un ejército tf'nihle Qne aparece cmd sólida mm111Ia, De rn lien tes soldndos, im·encihle Y prepnrado en únlen de hatal1a.

Tiene á sus plnntas la fulgente luna, Y los lneeros cif1en su cabeza, 1•:n tanto duerme en su pequeíia cuna. ]>orq11e ella ignora su inmortal grandeza .

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DE LA }lE)lTE

Y de esa niña, todo un Dios inmenso Recibe afable sn infantil sonrisa, Como el aroma del fragante incienso Entre el suspiro de celeste brisa.

Un Querubín de célica belleza, Blondos cabellos, sonrosada frente, Cantaba ¡Gloria al Dios de la grandeza! Y mecia la cuna blandamente.

Otros que en el espacio se cernían Con sus nítidas alas le formaban "Cn réjio pabellon, y sonreian, Y á In preciosa nifla contemplaban.

De los ángeles de alta jerarquía. 1)e blandas alas, rostro peregrino, Dulce mirada en donde irradía La venturanza del amor divino.

Guardia <le honor á la nif1ita hacia, Un deslumbrante ejército qne estaba, De pié jnnto á la Cuna en que dormía, Y plegando las alas se inclinaba.

iQuien es esa bellísima criatura 'Que atrae las miradas del Eterno. Y los ángeles cantan su hermosura Y hace temblar el tenebroso infierno?

¡,Quien es esa, tan limpia y candorosa Que complacido el mismo Dios deciai

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''No hallo manchas en ella, es toda hermosa," ¡De rodillas, Cristianos, es Jfaria!

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116 EXSUEXOS

EL COMETA.

Magnífico .viajero que pasas majestuoso Cubriendo con tu cauda de mundos nn millon, Y cantando la gloria del Todopoderoso, Del Oriente al Ponientt>, del Snr al Setentrion.

iEn que rejion estabas cuando en 1a tierra había Un bello Paraíso de delicias sin Jin? Lugar afortunado de célica poesía, De flores sin espinas espléndido jardín.

Brillantes panoramas eterna primavera, Y fuentes y cascadas y rutilante Sol, Distintos animales se veian por doquiera Y bellas mariposas de hermoso tornasol.

Las aves de los bosques con dulce melodia Cantaban por doquiera la gloria del Seí1or, Cantábale la lumbre del placentero clia, Y en los risueí10s prados la perfumada flor.

De los soberbios montt>s la poética hermosura, Los mares con sus olas venían á besar, Y todo era armonía, t0tlo fragancia pura, Y solo se gozaba inmenso bienestar.

Y en ese Paraiso Adan y Ern habitaban Henchidos de delicias beliísimos los dos, Los Angeles del Cielo con ellos conversaban Viviendo circundados de la gracia de Dios.

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DE LA MEXTE.

Mas hay los desventurados Un delito cometieron, Del Paraíso arrojados Pura siempre desterrados A este desierto vinieron.

¡Les viste cometa hermoso D'erramar el primer llanto! Y tornarse el puro gozo, En suspirn doloroso Y en funerario quebranto.

Ya no pran los inocentes . .Arcáng8les de hermosura, · Sino pobres delincuentes Que entre jemidos dolientes Sufrían la desventura.

Y un Quernbin por el Señor mandado, Algun día verás cometa hermoso, ¡.Jurando por el Todopoderoso Que ya el fin de los tiempos ha llegado!

Dominando los bastos elementos De Majestad y de hermosura lleno, Anunciará con una voz de trueno La justicia del Dios de los portentos.

Apagará del Sol los resplandores, Con voz terrible llamará, á los muertos, Hará crujir de espanto los desiertos, Y con su aliento secará las flores.

¡Y tu verás los mundos desquiciarse Chocando unos con otros con estruendo! Y el mar enfurecido levantarse, De sus inmensos límites saliendo .

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118 nSGEXOS

Y el globo de la tierra bamboleando Cnnl nn peqne110 arista en el Yacío, Y millares de rnyos reYentando, Y desatado el huracan brtlYÍO.

Quién sabe si tu nncleo refnljente En roja llamarada com·ertido, Envolverá la tierra en fuego ardiente. ¡Ay entónces del mundo corrompido'.

A MI SO J3I-~ IX 1 \_,

Ana Maria de la Cerda, en su dia.

---•---No quiero ¡,ara tí felicidades

Que pasan cual la tlor de la mairnna, Pues solo vanidad lle vanidades Hay t>n la miserable raza humana.

La jn\·entucl con toda su hermosura. Con su graciosa y plácida sonrisa, Y con sus ilusiones de ,·entura, ]~ntre el curso del tiempo se desliza.

Y cada dia es una pincelmla Que va desti~nrando el rostro bello. Y la vejéz nctnsta dt>spiadada, Viene á imprimirle un terrible sello.

La fama, los honore~, la riqnc7.a, Con sn espléndi<lo lujo y poderío, Y los snei10s de gloria y de grande7..:I, Yan ú perderse en el sepulcro frio.

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DE LA )1EXTE.

Si una réjia corona te ofreciera, Poca cosa seria, aunque deslumbra, Porque los potentados de alta esfera Bajan tambien á la funesta tumba.

Por eso te deseo el alto Cielo Donde jamas penetran los dolores, Ni las funestas lágrimas de duelo, Ni los pesares y los sinsabores.

Levanta pues la mirada A esa rnansion esplendente, Recuerda que el mundo es nada, Y cantarás, extasiada jSolo Dios es permanente!

...

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INDICE. -♦-

PAJISAS. PAJISA ~ •

.Advertencia . . . . . . . . . . . . . . . I A la noche.. . . . . . . . . . . . . . . 55 El mundo . . . . . . . . . . . . . . . . 1 Un amor secreto..... . . . . . . . 57 A mi E-obrino José Salvador Un pensamiento............ 58

de la C., en su natalicio . . . S El sueflo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . HO .A mi hermana Vir.enta, en sus A un amigo................ fl2

dias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9 El nardo.... . . . . . . . .. . . . . . . li5 A la inspiradn poetisn Sra. La mariposa . . . . . . . . . . . . . . . fl5

Ona. Cármen P. de Silva, La esperanza . . . . . . . . . . . . . . 6/l en contestacion á su precio- La amargura............... fi7 :;a poesía................. 10 La música (Soneto) . . . . . . . . . fi8

Un recuerdo [ Soneto J . . . . . . . 11 El sarcasmo . . . . . . . . . . . . . . . IHI Ln vision. . . . . . . . . . . . . . . . . . 11 Remedio para hacer constante .A la mina de San Salvaclor... 13 á la mujer.-Soneto anóni-.Al inspirado poeta Sr. D. Fe- 1110 publicado en el Calen-

lipe Sih·a, en contestacion á dario de la Paz el aflo 1853. 6!) su preciosa poesía.. . . . . . . . 18 Contestacion de la Srita. La-

A la Sra. Dfla. Guadalupe de parra, al anterior Soneto. . . 70 Sarávia, en la muerte de sus La memoria . . . . . . . . . . . . . . . 70 cuatro hijos.............. 18 El Volean de In Antigua Gua-

En la tumba de mi padre.... 20 temala ................. . Las lágrimas. . . . . . . . . . . . . . . 21 El Cólera mórbus .......... . El tiempo. . . . . . . . . . . . . . . . . . 21 El Panteon ................ . La Creacion del Universo.... 22 El clavel ................. .

73 77 70 82

La pobreza............. . . . . 22 Cimtico.................... H:l El Dilúvio universal. . . . . . . . . 27 Plegárin. . . . . . . . . . . . . . . . . . HI, La miséria................. 35 A la muerte del Salvador ... . Cántico.................... 36 ~Ii númen ................ . .A mi querida amiga Dna. Cár- A mi madre ....... .

men Izquierdo de Molina, Al Sr. Lic. Don P. G., en con-

87 !10 !JO

en contestacion á una pre- t~stacion á la p_re,ciosa poe-ciosa poesía.............. 30 s1a que me dedico...... ... !J:!

La existencia de Dios . . . . . . . 40 Lamentacion. . . . . . . . . . . . . . . !14 El m_em!ig~ .. . . . . . . . . . . . . . . . 43 Crucifícale. . . . . . . . . . . . . . . . . !J5 La risa 1ster1ca............. 44 En la muerte de Jesu.~ Gavar-El amor verdadero. . . . . . . . . . 46 rete . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . !J7 La Oracion del Huerto....... 48 La Divina infancia.... . . . . . . ! 8 •• L:t mul!rte de mi madre". . . 52 A mi hermana Yicenta, en

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J PA.JISAS.

contestacion al Yerso que ella titula, "Su cumple-afios" 102

)Ieditacion ..............•. 103 La Pureza de Maria ......... 105 A l:i Luna. . . . . . . . . . . . . . . . . 108 A mi sobrino J. S. de la Cer-

da, en su natalício ........ 109 La rosa seca . . . . . . . . . . . . . . . 11 O

p A.JISA.S.

El mirasol, Soneto .......... 11(1 El corazon ..... ·. . . . . . . . . . . . 111 " ;,Quieres que cante?" ...... 112 Cántico ................... 114 El Cometa ................. 116 A mi sobrina Ana Maria de la

Cerda, en su dia. . . . . . . . . . 118

~

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