enseñanza de la filosofía como problema filosófico

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RESÚMENES DE PONENCIAS SESIONES TEMÁTICAS ESPECÍFICAS III CONGRESO COLOMBIANO DE FILOSOFÍA Cali, octubre 19 al 22 de 2010 Sociedad Colombiana de Filosofía - SCF Depto. de Filosofía - Universidad del Valle 2010 Octubre de 2010 PROGRAMACIÓN GENERAL

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2010 III CONGRESO COLOMBIANO DE FILOSOFÍA Cali, octubre 19 al 22 de 2010 Sociedad Colombiana de Filosofía - SCF Depto. de Filosofía - Universidad del Valle Octubre de 2010 PROGRAMACIÓN GENERAL Oscar Barragán - Universidad Autónoma de Colombia, Universidad El Bosque Edgar Bravo - Colegio Jefferson, Cali Ernesto Hernández - Investigador independiente Elías Manaced Rey - Corporación Universitaria Minuto De Dios

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Page 1: Enseñanza de la filosofía como problema filosófico

RESÚMENES DE PONENCIAS SESIONES TEMÁTICAS ESPECÍFICAS III CONGRESO COLOMBIANO DE FILOSOFÍA Cali, octubre 19 al 22 de 2010 Sociedad Colombiana de Filosofía - SCF Depto. de Filosofía - Universidad del Valle

2010

Octubre de 2010 PROGRAMACIÓN GENERAL

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SESIÓN TEMÁTICA 3 Enseñanza de la filosofía como problema filosófico

Oscar Barragán - Universidad Autónoma de Colombia, Universidad El Bosque Título: Enseñanza de la filosofía y aburrimiento Resumen: El profesor de humanidades, ante una clase particularmente de alumnos

inscritos en carreras ajenas a las humanidades, de entrada tiene a contracorriente la atención que mínimamente se puede prestar a sus contenidos para sacarles un mínimo de provecho. El estudiante se pregunta qué relación tiene lo que le están enseñando con las materias esenciales de su pensum. De manera que el profesor tiene que despertar al estudiante, enderezarlo hacia el gusto propio de las materias humanísticas. Muchas veces los estudiantes manifiestan un acentuado aburrimiento, no les interesa aquello de que les habla el profesor, bostezan. Y es que el profesor de humanidades tiene que enseñar temas muy especializados, con un lenguaje pulido que encierra una comprensión difícil de aquello de lo que se habla. En materias como la filosofía, el profesor hace derroche de un lenguaje abstruso que lleva dos mil años de trajín. No se puede esperar a que en un curso de un semestre o dos, máximo tres, el alumno asimile lo que ha tardado tanto tiempo en irse asentando, con tantas vidas de filósofos entregados a ello. ¿Cómo construir puentes que, a contracorriente, establezcan vías para que el estudiante se atreva a pensar por sí mismo, y sin embargo no sienta que es gracias al profesor que pudo empezar a hacerlo? ¿Cómo no ver que el profesor le está diciendo que piense por sí mismo sin tener precedentes para hacerlo a excepción de los que el profesor le hace entrega? ¿No es sentir un vacío en el que el horror le debe impulsar a abandonar la timidez que le impedía pensar por sí mismo? Pensar por sí mismo sería pues el primer puente para deshacer el aburrimiento que el estudiante suele manifestar ante una clase de humanidades, en especial de filosofía. ¿Es con el movimiento que realizará por sí mismo, empero a instancias del profesor, éste a su vez encomendado por la institución para lograr el objetivo de que se lleve a cabo dicha realización?

Edgar Bravo - Colegio Jefferson, Cali Título: Acerca de la naturaleza de la enseñanza de la filosofía Resumen: La cuestión acerca de la enseñanza de la filosofía o del filosofar es inseparable

de la tarea de quien se dedica a la filosofía, en la medida en que la actividad filosófica implica siempre, al menos desde Sócrates, un diálogo. La enseñanza de la filosofía reviste la complejidad propia de la filosofía misma. Tal complejidad se manifiesta cuando nos preguntamos si efectivamente se trata de enseñar filosofía, de enseñar a filosofar, de aprender filosofía, o de aprender a filosofar. La cuestión es clásica desde Kant. Si bien lo que es la filosofía y lo que es el filosofar son cuestiones diferentes, no están separadas sino, antes bien, íntimamente relacionadas. La pregunta que surge es ¿se puede enseñar filosofía sin filosofar, o al revés, se puede filosofar de espaldas a la filosofía, es decir, a la tradición filosófica? Lo problemático de nuestro objeto de estudio, la filosofía, obedece a su propia naturaleza. Dicho de otro modo, la pregunta

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misma ¿qué es la filosofía? es una pregunta filosófica y, por consiguiente, esta cuestión se debe abordar desde la filosofía misma. Es un problema filosófico y, por tanto, no podemos abordarlo ‘desde afuera’, como si fuera una cuestión externa, o un ‘antes de’, un preliminar a la filosofía misma. Por el contrario, se trata de un problema exclusivamente filosófico que sólo podemos abordar en la filosofía. Sólo sabremos lo que es la filosofía en la medida en que filosofemos. Entonces, ¿en qué consiste ese filosofar? Si bien ya el filosofar es el camino para la filosofía, ¿filosofar es en sí mismo hacer filosofía? Me interesa abordar aquí las cuestiones propuestas.

Ernesto Hernández - Investigador independiente Título: El concepto: del profesor-alumno al maestro-discípulo Resumen: "La filosofía es devenir, no historia, coexistencia de planos no sucesión de

sistemas" (Deleuze y Guattari, ¿Qué es la filosofía?). Siendo así, ¿cómo orientarse en esta compleja coexistencia de planos para poder establecer la naturaleza y la potencia de cada concepto respecto de su historia, pero también respecto de su posición y de sus relaciones con los otros conceptos, de sus devenires o eventuales resurgimientos? Hay una especie de doble vínculo maestro-filósofo presente a lo largo de la historia de la filosofía –con la extraordinaria excepción de Baruch Spinoza–, que en los casos singulares se aboca a una experimentación colectiva en la que el maestro, como dice Jacques Rancière, "disocia la maestría del saber", mientras el filósofo "enseña eso que aún no sabe", lo que está en proceso de crear. Acogiendo la multiplicidad de saberes y experiencias del alumno, el maestro lo lanza en la aventura de relacionar su saber y experiencia con aquello que él ignora, mientras el filósofo lo arroja en plena mar forzándolo a pensar. En cierto modo, ese maestro-filósofo es una especie de implacable provocador que enseña a no satisfacerse con lo que se sabe, que empuja siempre al alumno a ser un buscador, un experimentador. En esencia, una pedagogía del concepto, sin renunciar al rigor del conocimiento y de la historia de la filosofía, cuenta fabulosas historias de poder, de potencia, que se convierten en protocolos de experimentación para afirmar la disparidad, la diferencia, la potencia de creación de nuevos conceptos.

Elías Manaced Rey - Corporación Universitaria Minuto De Dios Título: Filosofía y filosofar en la educación Resumen: Con extrema normalidad encontramos educadores en filosofía con didácticas

cerradas cuando la "enseñan", pues han olvidado que ella se puede entender de muchas maneras, ya que cada filósofo tiende a comprenderla en función de sus propios intereses, épocas, horizontes, inclinaciones, modo de hacerlo, experiencia de vida y hasta de personalidad, entre otras variantes; en últimas, el hombre entero es quien filosofa, diría Scheler. Por tanto cerrarse a la riqueza que esta disciplina y dimensión humana posee, es anular la esencia de ella. Kant nos hace ver esto con su propuesta en relación a la enseñanza y aprendizaje de la filosofía, el filosofar. Pero, ¿qué implica esta manera de enseñar y aprender la filosofía? ¿Qué es en sí filosofar? ¿Cómo se lleva

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efectivamente al aprendiente a que filosofe? ¿Cuáles son los principales problemas para el filosofar? ¿Cómo entiende la filosofía el filosofar?

Ciro Alonso Páez - Universidad Autónoma de Colombia Título: Alcibíades o de la educación Resumen: El filósofo neoplatónico Proclo asume una suerte de metodología para

estimular la lectura y la reflexión sobre los diálogos de Platón. A modo de juego, nos reta a determinar en ellos tres elementos: su propósito (skopos), su materia (hylé) y su género (eidos). Lo importante de esta metodología es que se reconoce el carácter abierto de los diálogos platónicos. Después de Platón, por el afán de domesticar unos diálogos que parecían demasiado problemáticos para los fines pedagógicos –pues la pedagogía se ha entendido siempre como "conducción de niños", de modo que había que apartar lo inquietante, lo inseguro, lo problemático, lo ambiguo, lo contradictorio–, se optó por marcarlos permanentemente con un subtítulo resolutivo; por ejemplo: "Alcibíades o de la naturaleza del hombre". Nosotros nos proponemos aceptar el desafío de Proclo en relación con tres diálogos que tienen en común dos cosas: tener como personajes a Sócrates y Alcibíades, y ocuparse de la educación. Así, nos permiten seguir a las figuras del maestro y del discípulo según tres representaciones diferentes, pero complementarias. Estos diálogos son el Alcibíades I, el Alcibíades II y el Banquete. A partir de ellos reconstruiremos el itinerario seguido por Platón para pensar el tema de la educación, y pensaremos los conceptos utilizados por él: pudor (aidós), espera (elpís), deseo (euqué, eros), calma (esuquía), cuidado (epimeleía), sabiduría (sófía), locura (manía), entre otros. Queremos contribuir así a la reflexión sobre la enseñanza de la filosofía, desde la filosofía, y al redescubrimiento del diálogo platónico como obra todavía enigmática y abierta.

Mauricio Rojas - Universidad Jorge Tadeo Lozano Título: La pertinencia del filosofar: una aproximación a la didáctica filosófica en

la antigüedad clásica Resumen: Ciertamente, la historia de la filosofía constituye un compendio de los

interrogantes, las motivaciones y los sueños que han acompañado al hombre en los diferentes momentos de su trasegar histórico y cultural. Desde el nacimiento de la filosofía como disciplina específica, en la Grecia antigua, y a partir de ese maravillarse ante el mundo que más adelante destaca Aristóteles, puede verse un desdoblamiento infinitamente valioso y significativo en la filosofía: por una parte, ella ha encarnado durante más de dos milenios –y lo sigue haciendo aún para nosotros– un camino racional y analítico que, estimulado por el mágico asombro ante el universo, está orientado fundamentalmente a alcanzar la verdad, la comprensión y el conocimiento; y, por otra parte, constituye no solamente un saber sino también una actitud vital ante la existencia y sus implicaciones, y una búsqueda constante de la virtud y la felicidad. Así las cosas, y estando anclados en nuestro presente y en los desafíos de nuestra realidad vital, política e histórica, ¿qué puede ser más pertinente y enriquecedor que repasar algunos momentos y autores de la antigüedad en relación con la pregunta sobre la pertinencia del filosofar, y sobre la cuestión vinculada a ella de la enseñanza tanto del conocimiento

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filosófico como de la actitud filosófica? Esta ponencia propone, entonces, un recorrido muy sucinto por algunos de los paradigmas que fueron propuestos para la didáctica de la filosofía en la antigüedad clásica, para, desde allí, reflexionar sobre nuestros propios procedimientos educativos y aprender un poco más sobre el bello oficio del filosofar.

Jorge Eliécer Sierra - Universidad Autónoma de Colombia Título: La contingencia de los problemas filosóficos y la enseñanza de la filosofía Resumen: En el abordaje de la historia de la filosofía, Rorty utiliza una forma de

argumentación neohumeana según la cual los criterios de racionalidad no son ajenos al tiempo ni a la historia. Ya no es posible dar por descontado que el futuro es idéntico al pasado en asuntos de racionalidad, lo cual es equivalente a presuponer que los seres humanos llegarán a un acuerdo, antes de establecer acuerdos, con base en principios universales a priori sin necesidad de una modelo dialógico de la verdad. Tal supuesto nos llevaría a afirmar, temerariamente, que, en lo sucesivo, no aparecerán argumentos sólidos y nuevas ideas que nos obliguen a revisar nuestras pretensiones de verdad para hallar otras prácticas justificatorias que validen nuestras creencias. Además, tampoco es posible sostener que la meta de la investigación en filosofía sea la verdad, pues nunca sabremos si hemos llegado al final de la indagación. Dado lo anterior, es preciso redefinir la concepción de la historia de la filosofía y verla como la historia de un relato, más que como la sucesión inequívoca de problemas esenciales a los que debemos inexorablemente dar respuesta. Me interesa examinar los retos, en la enseñanza de la filosofía, a los que nos veremos abocados si asumimos una visión contingente de los problemas filosóficos.

Ysis Vélez - Universidad del Quindío Título: Retórica y pedagogía en la Antigüedad. Una aproximación al

planteamiento aristotélico Resumen: La problemática del discurso escrito en la academia platónica está articulada

con las creencias socráticas sobre la formación ciudadana o la areté política. Tanto Sócrates como Platón intentaron construir discursos verdaderos y claramente diferenciados de los persuasivos. De este modo, se inicia una oposición entre filosofía y retórica. Mi intención es considerar en primer lugar, la propuesta platónica del Gorgias y el Fedro, consistente en convertir a la retórica en esclava de la filosofía, y con ello, en proponer un tipo de ciudad que tiene en cuenta únicamente a la comunidad de hablantes autorizados por la verdad. En segundo lugar, me detengo en la denuncia de Aristóteles frente a los excesos de la ciudad platónica, es decir, en la exclusión de la singularidad por medio del poder de la palabra, inseparable de las acciones del filósofo gobernante. Así, el estagirita se acerca, no sin cautela, a la idea de formación ciudadana, expuesta por el sofista Protágoras; esto significa que su nuevo enfoque retórico le permite pensar en otro modelo de polis más tolerante y plural; y por ende, le da un giro a su propuesta pedagógica, estableciendo una conexión entre filosofía y retórica en virtud de su planteamiento ético-político.