Esbozo del desarrollo tipográfico en Bogotá (1992-2012)Por César Puertas1 e Ignacio Martínez-Villalba2

Introducción

Cuando hablamos del desarrollo de la tipografía en un lugar, podemos en realidad estar refiriéndonos a cualquiera de las acepciones del vocablo, que por culpa de la popularización del término y las malas traducciones de escritos en otros idiomas, hacen del concepto algo verdaderamente ambiguo.

En primer lugar, tenemos la técnica de impresión, que depende de la escritura con letras prefabricadas3. En segundo lugar podríamos referirnos al uso de los caracteres tipográficos, en sintonía con el interés de artistas y diseñadores que han hecho de la letra uno de los modos de expresión más populares. En una tercera instancia podríamos hablar del diseño mismo de los caracteres tipográficos o de imprenta, que siempre han tenido una o varias personas detrás, generalmente invisibles para el público lector. Por último podríamos estar hablando simplemente de los letreros, avisos y mensajes hechos con letras (no necesariamente tipográficas) y de los cuales depende buena parte de nuestra comunicación con otras personas en la esfera de lo público.

Este ensayo tiene como propósito mencionar algunos aspectos del desarrollo tipográfico en Bogotá desde la llegada de la imprenta hasta la primera década del siglo XXI, con un énfasis en el tercer aspecto de la lista mencionada anteriormente, esto es el diseño de los caracteres de imprenta; y los últimos veinte años (1992-2012) por tratarse de un período con abundantes fuentes primarias y sin embargo escasez bibliográfica. Para ello acude a los rastros dejados por diseñadores colombianos en Internet, así como a entrevistas personales y muestras tipográficas impresas. Por otra parte deja intencionalmente de lado aspectos tales como la composición con caracteres tipográficos y su impacto en la vida y la cultura bogotanas.

La imprenta en la Nueva Granada

La colonización española y la censura que trajo consigo impidieron durante siglos el desarrollo libre de la imprenta en la Nueva Granada y su implantación constituyó por mucho tiempo un monopolio eclesiástico. Aunque inventada por Gutenberg en 1453, fueron los jesuitas quienes trajeron a Bogotá en 1737 la primera imprenta y su primer trabajo fue una novena titulada Septenario al

1 Diseñador gráfico y docente de la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá.2 Diseñador gráfico y docente de la Pontificia Universidad Javeriana.3 Noordzij (2001), p. 9.

corazón doloroso de María Santísima, de características muy rudimentarias, con un tamaño de 14,5 × 9,5 cm y 36 páginas de extensión.

Figura 1. Frontispicio del Septenario al corazón doloroso de María santísima, primer impreso de Colombia, 1738.

Sobre los elementos para la impresión y los resultados de los jesuitas en aquel momento, Tarcisio Higuera en su libro La imprenta en Colombia (1970), comenta lo siguiente:

“Es muy posible que las cajas de tipos que llegaron de España para la primera imprenta santafereña no fueron ni mucho menos nuevas, sino ya bastante usadas y gastadas en otro taller de la península. (...) Además de los defectos de impresión, por deficiencia de las máquinas, de las tintas y también de técnica, se pueden apreciar tipos rotos y bastante deteriorados por el uso y por el tiempo, hasta el punto de que hay páginas casi ilegibles4.”

La imprenta de los jesuitas subsistió por treinta años y sus trabajos, como es de suponer, fueron exclusivamente de carácter religioso. Luego de algunas intermitencias, la imprenta cierra sus puertas en el año de 1767 debido a la supresión de la Compañía de Jesús por parte del papa Clemente XIV.

En el año 1787 se imprime el libro más importante hasta ese momento en Colombia, al menos en cuanto a formato se refiere. Se trata de la Historia de Christo paciente, una obra compuesta por dos tomos con más de doscientas páginas cada uno e impreso en papel con marca de agua y refilado a

4 Garzón Marthá (2008), p. 32.

15 × 20,5 cm. Fue realizado por el impresor español Antonio Espinosa de los Monteros, encargado en ese momento de la Imprenta Real en Bogotá.

A pesar de sus defectos y de la imprenta todavía rudimentaria, este impreso no tiene mucho que envidiar a sus contemporáneos realizados en Europa y en cambio constituye una muestra de las posibilidades y capacidad de los trabajadores de captar las enseñanzas del oficio y de asimilar las técnicas por parte de los pocos maestros tipógrafos llegados de la península ibérica.

Un hecho para destacar es la impresión de Los Derechos del Hombre y del Ciudadano por parte de Antonio Nariño, realizada en una imprenta que él mismo había importado en el año 1793 y que bautizó bajo el nombre de “La Patriótica”. Como no se conserva copia alguna, su referencia constituye más un símbolo que un aporte cierto al desarrollo de la tipografía local.

Época republicana

Los hechos derivados de las guerras de independencia no favorecieron a corto plazo el desarrollo de la tipografía nacional, que no contó con un buen repertorio de tipos de letra sino hasta bien entrado el siglo XIX5.

En este período es de destacar la imprenta del Neogranadino, fundada por Manuel Ancízar en 1849 cuando es comisionado por el entonces presidente Tomás Cipriano de Mosquera para organizar un instrumento de difusión oficial de las ideas del gobierno, ante los continuos ataques de los partidos liberal y conservador.6

En 1881 aparece en Bogotá el Papel Periódico Ilustrado, publicación quincenal de 16 páginas de las cuales cuatro eran ilustradas con grabados. Compuesto en caracteres Ionic, a dos columnas, en sus páginas se ve reflejado por primera vez el trabajo coordinado de editor, grabador y tipógrafo para una publicación periódica. Duró hasta 1888 y se alcanzaron a publicar 116 números, los cuales se recopilaron en 5 volúmenes. Ha sido catalogado como una de las obras gráficas más importantes de Colombia y en sus escritos figura la condensación de la cultura bogotana del siglo XIX.

5 Ibid.

6 Loaiza Cano, 1999, pp. 65-86.

Figura 2. Primera página del Papel Periódico Ilustrado, Bogotá, 1881-82.

La modernidad y el siglo XX

La llegada del linotipo en 1910 y su popularización como tecnología de composición en los periódicos de mayor popularidad, transformó la velocidad con la que se levantaban textos en las imprentas más grandes, marginando a los componedores de máquinas tradicionales y agremiando a los nuevos operarios en torno a agrupaciones como la Sociedad de Linotipistas de Bogotá. Este sería el primero de los grandes cambios (después de la invención de la imprenta misma) que afectarían el diseño a partir de la popularización de una herramienta más veloz que la anterior, un fenómeno cíclico que siempre ha hecho parte de la historia del diseño.

Las imprentas en Colombia se surtieron de material tipográfico diseñado e importado desde Europa y Estados Unidos. Un ejemplo anecdótico lo constituye la importación del material tipográfico de la fundición Schriftguss de Alemania que hizo la comunidad religiosa de los Salesianos, el cual se ofrecía a través de catálogos diseñados por ellos mismos. En estos catálogos se veían ejemplos de uso y aplicación de los diferentes tipos de letra cuyos nombres impronunciables en alemán cambiaban por nombres de ríos, regiones y ciudades colombianas.

El trabajo de Sergio Trujillo Magnenat durante los años 20 y 30 del siglo XX es digno de mención por su uso de la letra trazada y dibujada en numerosas publicaciones diseñadas por él mismo. Frontispicios, carátulas de libros, afiches, revistas y composiciones diversas se valieron de ella para conseguir efectos más allá de la mera lectura de los textos en las páginas. Su interés por la caligrafía

y el uso creativo de la misma produjeron piezas memorables y de belleza exótica. Las carátulas de las revistas Rin Rin, Vida y De las Indias y la revista Hojas de la Cultura Popular Colombiana fueron ejemplos claros de su ingenio para dotar a sus textos hechos a mano de un particular sabor tipográfico.

Figura 3. Ejemplos de trabajos realizados por Sergio Trujillo Magnenat. A la izquierda una página de la revista Hojas de la Cultura Popular Colombiana. Derecha: Cubierta para un libro, 1937.

Algunas décadas después y en pleno auge de la publicidad y el diseño gráfico en Norteamérica y Europa, David Consuegra vuelve a Colombia luego de realizar sus estudios de pregrado y posgrado en la Universidad de Yale. Su preocupación por la ausencia de una profesión en el país lo lleva a fundar las carreras de diseño gráfico en las universidades Jorge Tadeo Lozano (1962) y Nacional de Colombia (1963). Incontables trabajos de diseño entre los cuales se encuentran libros, carteles y marcas gráficas son evidencia de su interés por las letras como elementos fundacionales de las estrategias de comunicación visual. Luego de su muerte en 2006, aparecen evidencias adicionales que apuntan al diseño de tipografías entre las que merece la pena mencionar a Frut-all (1963) y Croydon (1982), por ser de las primeras diseñadas en Colombia como complemento a programas de identidad visual.

Figura 4. Artes finales de Frut-all, tipo de letra complementaria al programa de identidad visual diseñado por David Consuegra, 1963.

En 1973, un diseño de Gustavo Pardo Sarmiento fue seleccionado en la convocatoria internacional de tipografía Letraset: la letra Tangui, con la cual un diseñador colombiano figura por primera vez en la escena tipográfica mundial7. Tangui fue producida en 84, 72, 60 y 42 puntos8 y la versión digital de esta tipografía, redibujada y ampliada en su juego de caracteres por Jonathan Hill en 2009, se comercializa actualmente bajo el nombre Tengu por parte de la fundición inglesa The Northern Block.

Figura 5. Muestra tipográfica de Tangui, diseñada por Gustavo Pardo Sarmiento y seleccionada en la convocatoria internacional de tipografía Letraset, 1973.

La fundación de programas académicos de pregrado en diseño trajo como consecuencia la formación de varias generaciones de diseñadores con conocimientos profundos de la letra tipográfica en sistemas de composición manual y automática. Estos diseñadores se desempeñaron profesionalmente en el diseño de libros, catálogos, revistas y cubiertas en los sectores público y privado. Camilo Umaña, Gabriel Suárez, Brian Cubaque Rey, Fredy Chaparro, Orlando Beltrán e Ignacio Martínez-Villalba son buenos representantes de este período de auge de lo editorial.

Historia reciente: la era digital

A partir de la última década del siglo XX, el computador personal y los programas de diseño se hicieron obligatorios en las escuelas de diseño de la ciudad. En 1995 se implementaron los primeros servicios de correo electrónico y navegación en salas de internet en universidades como Los Andes y Nacional de Colombia y los programas curriculares de diseño se ven forzados a incorporar estas nuevas tecnologías en sus prácticas.

7 Ese año hubo 2.590 trabajos participantes de 43 países. El jurado estuvo conformado por Derek Birdsall, Roger Excoffon, Colin Forbes, Armin Hoffmann, Herb Lubalin y Marcello Minale.

8 Letraset (1974) p. 115.

Exposiciones como las de Hermann Zapf en 1996 y Lucian Bernhard en 2003, organizadas en el Museo de Arte de la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá, motivaron a varios estudiantes de diseño y los sensibilizaron frente a las diversas formas que puede adquirir la escritura, sembrando así la semilla para la explosión digital que vendría a partir del cambio de siglo.

Se puede afirmar que Bogotá y Colombia no tuvieron diseño de tipografía propiamente dicho sino hasta finales del siglo XX, por sus dificultades de conceptualización, producción y comercialización; por lo tanto, con excepción del logro alcanzado por Pardo Sarmiento en 1973, fue con la popularización de los computadores y el acceso a los programas de creación de tipos de letras digitales que se dio en el país algún auge del diseño tipográfico.

Aunque las evidencias son escasas y ameritan mayor investigación, se puede afirmar que las primeras tipografías digitales producidas en Colombia son Muisca Sans y Macondo, ambos diseños de John Vargas Beltrán. Cabe anotar que mientras la primera se trata de su trabajo de grado para obtener el título de diseñador gráfico en 1997, la segunda en cambio fue realizada por pedido de Andrés Marquínez, un amigo suyo que se graduaba por la misma época con el trabajo de grado titulado Un tarot para Macondo.

Figura 6. Muisca sans, de John Vargas Beltrán, es posiblemente la primera tipografía colombiana en formato digital, 1997.

Pero las primeras tipografías digitales no fueron todas realizadas dentro de un ambiente puramente académico. Iván Castiblanco, egresado de diseño gráfico de la Universidad Nacional y tipógrafo autodidacta presenta sus diseños Maca y Macris, que son seleccionados en la bienal Letras Latinas 20049 dentro de la categoría de texto. Ese mismo año, Germán Olaya, diseñador graduado de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, publica sus tipos Kab, Mosketa y Fashyon bajo la clara influencia del deconstructivismo iniciado por David Carson en los últimos años del siglo XX.

9 Revista Tipográfica 60, p. 51.

Al menos durante la primera década del siglo XXI, el diseño colombiano de tipografía ha estado dominado por autodidactas. La bienal de Letras Latinas 2004, iniciativa del tipógrafo argentino Rubén Fontana y rebautizada en 2008 como Tipos Latinos, fue un catalizador importante en toda la región y Colombia no se sustrajo a esta tendencia. A los primeros tipos de letra de Iván Castiblanco, se sumaron otros de autores diversos en las bienales posteriores.

American Type Design & Designers, el último libro de David Consuegra, publicado en 2004 y enteramente dedicado a realizar un análisis bastante representativo del trabajo de los principales diseñadores de tipografía de Estados Unidos, es realizado a partir de las investigaciones de su autor como profesor de diagramación con el propósito de atraer a los interesados en el tema. La obra, presentada en Colombia en el congreso Supervisual de ese mismo año, coincide plenamente con las inquietudes de quienes más tarde formarían parte de la primera generación colombiana de diseñadores de tipografía.

La fundación de la Asociación de Diseñadores Gráficos de Colombia (ADGCO) en 2006, facilitó la formación del colectivo El Tipográfico, que se inició como una simple lista de discusión a partir de las inquietudes de varios tipógrafos aficionados en los foros digitales de la asociación y que aún hoy se reúne periódicamente. De este período se pueden destacar los trabajos de Carlos Fabián Camargo, Manuel Corradine, Carlos Roldán, Fernando Forero y Sergio Ramírez (este último entonces radicado en Medellín) quienes constituyen la primera aparición colectiva de diseñadores colombianos en el escenario internacional. Con la publicación y comercialización de sus trabajos en Myfonts.com se inicia una nueva etapa, en la cual sus diseños adquieren reconocimiento más allá de las fronteras y son utilizados en toda clase de proyectos de diseño incluyendo editoriales, de identidad visual y de modas.

Con la muerte de David Consuegra en 2004 y el análisis concienzudo y la recopilación de su obra en 2010, aparecieron documentos desconocidos hasta el momento que dejaron evidencia de su gran interés por el diseño de tipografía, y al mismo tiempo de las limitaciones que tuvo que enfrentar para concretar sus ideas en forma de juegos de letras intercambiables10.

No todo el diseño tipográfico colombiano ha sido realizado por autodidactas. Ante la imposibilidad de realizar estudios formales de posgrado en el área del diseño de tipografía dentro del país, numerosos diseñadores han tomado la decisión de formarse en el exterior. Inicia la tendencia César Puertas (KABK11, 2008-2009), seguido de Viviana Monsalve, María Mercedes Hernández, Angélica Díaz, John Vargas, Mauricio Jurado (UBA12, 2009-2010), Ernesto Sandoval, Camilo Alzate, Carlos Francisco Escobar, Sonia García, Óscar Guerrero, Edmi Montoya, Andrés Peñaranda (UBA, 2010-2012), Janduy Barreto y Jhésus Gallardo (CEG13, 2010-2012) y Julián Moncada (UoR14, 2010-2011).

Algunos tipos de letra diseñados recientemente por bogotanos se destacan por su sofisticación. La tipografía Legendaria de Manuel Corradine (2011) y Lemona de Julián Moncada (2012) han

10 Puertas, en Autores varios (2010) p. 197.

11 Koninklijke Academie van Beeldende Kunsten, o Real Academia de Artes, en La Haya, Países Bajos.

12 Universidad de Buenos Aires, en la ciudad de Buenos Aires, Argentina.

13 Centro de Estudios Gestalt, en Veracruz, México.

14 University of Reading, o Universidad de Reading, en Reading, Reino Unido.

alcanzado un alto grado de desarrollo. Legendaria, un tipo de letra emulación de lo manuscrito, con más de 1500 caracteres y prestaciones avanzadas de programación OpenType, le permiten imitar un estilo caligráfico refinado. Por su parte Lemona, diseñada como trabajo final para la maestría en diseño de tipografía de la Universidad de Reading, cuenta con un enorme juego de caracteres que incluye, además del latino completo, los del sistema de escritura griego, posiblemente una de las primeras familias tipográficas multilingües de Colombia, junto con Robofan (2011) de César Puertas y Sra. Stencil (2008) de Sergio Ramírez.

Figura 7. Muestra tipográfica de Lemona, trabajo final de Julián Moncada en la maestría de diseño de tipografía de la Universidad de Reading, 2011.

Son tipografías digitales realizadas por profesionales del diseño de caracteres de imprenta las que más se destacan internacionalmente. En 2005, Dulcinea, de John Vargas Beltrán es seleccionada como una de las finalistas de la convocatoria española Tipo-Q, que buscaba un tipo de letra exclusivo para una edición especial del Quijote. En 2007 la Urbana de César Puertas es destacada por parte de la revista Typographica.org como uno de los tipos de letra favoritos de ese mismo año. Y en 2012, la tipografía para el diario económico La República, de Puertas, alcanza notoriedad por ser seleccionada en Tipos Latinos y la Bienal Iberoamericana de Diseño en Madrid, premiada por el Type Directors Club y ganadora del XV Premio Lápiz de Acero, donde fue nominada junto con Enriqueta de Viviana Monsalve (Col.) y Gustavo Ibarra (Arg.) en la recién creada categoría de Tipografía.

Figura 8. Muestra tipográfica de La República, diseñada por César Puertas para el diario económico del mismo nombre, 2010.

La detección de un nicho escasamente explorado como es el diseño de tipografías digitales también ha motivado en Bogotá la formación de nuevos estudios de diseño dedicados a este campo como son Andinistas (2003) con Carlos Fabián Camargo y María Angélica Estrada; Typo5 (2005) con Germán Olaya; Corradine Fonts (2006) con Manuel Corradine; Typograma (2010) con César Puertas, Macrotipo (2010) con Santiago Silva y Manuel Méndez y FontFuror (2012) con Viviana Monsalve.

Aunque el desarrollo del diseño de caracteres tipográficos en Bogotá fue francamente escaso hasta la popularización del diseño digital, se ha incrementado con rapidez desde entonces y el interés creciente de diseñadores jóvenes por su estudio vaticina un papel destacado de Colombia en el escenario tipográfico internacional. El incremento en la participación en listas de correo y redes sociales de las cuales fue pionera El Tipográfico, así como la creación de cursos de diseño de tipografía en la universidades Nacional de Colombia, Jorge Tadeo Lozano y Piloto han ayudado a consolidar una comunidad interesada en discutir y desarrollar nuevos tipos de letras comercialmente viables que además de representar una opción rentable, puedan repercutir a largo plazo en la formación de una cultura del diseño tipográfico en el país.

Referencias impresas

● Asociación de Diseñadores Gráficos de Colombia, ADG Colombia, Letras Latinas 2006, catálogo, Bogotá, 2006.

● Asociación de Diseñadores Gráficos de Colombia, ADG Colombia, Tipos Latinos 2008, catálogo, Bogotá, 2008.

● Asociación de Diseñadores Gráficos de Colombia, ADG Colombia, Tipos Latinos 2012, catálogo, Bogotá, 2012.

● Autores varios, David Consuegra: pensamiento gráfico, Editorial Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 2010.

● Biblioteca Nacional de Colombia. Impresiones de la independencia. Proclamas, bandos y hojas volantes 1782-1830. Bogotá, 2010.

● Garzón Marthá, Álvaro, Historia y catálogo descriptivo de la imprenta en Colombia (1738-1810), sin editor, Bogotá, 2008.

● Consuegra, David, Graphica et Lettera. 100 alfabetos y más de 100 ejemplos seleccionados de los archivos personales. Editorial Triblos Ltda. Bucaramanga, 1975.

● Consuegra, David, Hermann Zapf, calígrafo, diseñador y tipógrafo. Catálogo de la exposición de Herman Zapf en el Museo de Arte de la Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 1996.

● Consuegra, David, American Type Design and Designers, Allworth Press, 2004.● Jaramillo, José Agustín, “El alma invisible de un libro” en revista El Librero, año 2 número

15, noviembre de 2011.● Jaramillo, José Agustín, “Tipografía: un campo en busca de raíces” en La Revista, Editorial

Universidad Nacional de Colombia, abril de 2012.● Letraset, catálogo de letras transferibles, 1974.● Loaiza Cano, Gilberto, “El Neogranadino y la organización de las hegemonías. Contribución a

la historia del periodismo Colombiano” en revista Historia Crítica 18, diciembre de 1999.● Martínez de Souza, José, Diccionario de edición, tipografía y artes gráficas, editorial Trea,

Asturias, 2001.● Noordzij, Gerrit, The stroke theory of writing, Hyphen Press, Londres, 2001.● Raventós, Cien años de publicidad gráfica, 1880-1980.● Updike, Daniel Berkeley, Printing Types: their history, forms and use, Dover Publications,

Nueva York, 1980.● Sin autor, Alfabetos latinoamericanos, en revista Tipográfica 60, abril-mayo de 2004.

Referencias en internet

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● El Tiempo, “El Tiempo vive una gran transformación en los años setenta (1971 - 1980)” <http://www.eltiempo.com/100/dk100/cronologia_centenario/ARTICULO-WEB-PLANT_NOTA_INTERIOR_100-7938120.html> Consultado el 1 de junio de 2012.

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● Sin Autor. La imprenta: fundamental en la divulgación de las ideas políticas. <http://www.bogota.gov.co/portel/libreria/php/decide.php?patron=01.30> 2010. Consultada el 1 de junio de 2012.

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el 11 de septiembre de 2012.