ensayo ruptura

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Caracas, 7 de enero de 2014. Universidad Católica Andrés Bello. Introducción al Conocimiento Científico. Profesor Diego Larrique. Daniel Méndez C.I 20.794.625 -- Cesar Ramírez C.I 21.615.178 La ruptura Bourdieu P. (2004) opina que el sociólogo posee grandes obstáculos al momento de realizar alguna investigación de carácter social: “La familiaridad con el universo social […] produce continuamente concepciones o sistematizaciones ficticias, al mismo tiempo que sus condiciones de credibilidad” y “le es igualmente difícil establecer la separación entre la percepción y la ciencia” (p. 27). El término de vigilancia epistemológica está vinculado con la idea de que toda operación a realizar por más rutinaria y repetida que sea, debe ser repensada y reflexionada en función del caso particular para que el investigador pueda encontrar y solventar en su investigación los errores cometidos en la metodología aplicada, para poder trabajar en función y en contraste a los desaciertos para construir así un descubrimiento final veraz y confiable; produciendo conocimientos sociales útiles. El empleo de la vigilancia epistemológica debe ser

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Ruptura

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Caracas, 7 de enero de 2014.Universidad Catlica Andrs Bello.Introduccin al Conocimiento Cientfico.Profesor Diego Larrique. Daniel Mndez C.I 20.794.625 -- Cesar Ramrez C.I 21.615.178La rupturaBourdieu P. (2004) opina que el socilogo posee grandes obstculos al momento de realizar alguna investigacin de carcter social: La familiaridad con el universo social [] produce continuamente concepciones o sistematizaciones ficticias, al mismo tiempo que sus condiciones de credibilidad y le es igualmente difcil establecer la separacin entre la percepcin y la ciencia (p. 27).El trmino de vigilancia epistemolgica est vinculado con la idea de que toda operacin a realizar por ms rutinaria y repetida que sea, debe ser repensada y reflexionada en funcin del caso particular para que el investigador pueda encontrar y solventar en su investigacin los errores cometidos en la metodologa aplicada, para poder trabajar en funcin y en contraste a los desaciertos para construir as un descubrimiento final veraz y confiable; produciendo conocimientos sociales tiles. El empleo de la vigilancia epistemolgica debe ser constante y subordinado al empleo de distintas tcnicas y conceptos. Para realizar provechosas investigaciones sociales es necesario coherencia, adems de tener una permanente atencin readecuacin en lo que se hace y el modo en el cual se realiza en funcin al objeto de estudio.El constante empleo de la vigilancia epistemolgica permite que el investigador social realice una ruptura entre la percepcin y la ciencia, es decir, adoptar una postura de distanciamiento respecto al sentido comn y las prenociones existentes. Para Bourdieu P. (2004) las opiniones primeras sobre los hechos sociales se presentan como una coleccin falsamente sistematizada de juicios de uso alternativo (p. 28) por lo cual el autor cree conveniente que el conocimiento cientfico, til y necesario para un socilogo debe construirse en contraste a la simple lectura de lo real y las percepciones que propone para poder conocer la verdadera razn del hecho social. Es por lo cual que el socilogo debe romper con las relaciones ms superficiales, las cuales son las ms comunes y las que ms se exaltan al momento de realizar el contacto, ya que el objeto final de estudio nunca se encuentra dado de antemano, tal como cita (Bourdieu P., 2004, p.29) una investigacin seria conduce a reunir lo que vulgarmente se separa o a distinguir lo que vulgarmente se confunde de estar manera se logra hacer surgir un nuevo sistema de relaciones entre los elementos y as fundar el conocimiento final abstracto. Este objeto final deber ser el resultado de una construccin terica, exenta de prenociones. Finalmente, una vez construido el objeto, es necesaria la comprobacin. Las prenociones por la conexin tan arraigada que presentan con el investigador, es un inconveniente difcil de suprimir en la investigacin, es por ello que es necesario la aplicacin de tcnicas que permitan una objetivacin de los resultados obtener, tal como lo son la estadstica y la definicin previa del objeto como construccin terica provisoria. Adems hay que tener en cuenta al momento de definir la verdad de un fenmeno cultural el aislar el estudio de su historia y sus relaciones sociales del cual forma parte. Evitando as la naturalizacin del producto de lo social, tal como lo explica Bourdieu P. (2004): La frmula de Durkheim conserva todo su valor, pero a condicin de que exprese no la reivindicacin de un objeto real, efectivamente distinto del de las otras ciencias del hombre, ni a pretensin sociologista de querer explicar sociolgicamente todos los aspectos de la realidad humana, sino la fuerza de la decisin metodolgica de no renunciar anticipadamente al derecho de la explicacin sociolgica o, en otros trminos, no recurrir a un principio de explicacin tomado de otras ciencias, [] en tanto que la eficacia de los mtodos sociolgicos no haya sido completamente agotada. (p. 36).

En las ciencias sociales, la historia del objeto de estudio es inseparable de la investigacin, ya que los acontecimientos sociales son irrepetibles y nicos tal como lo explica Giner S. (2004): A lo sumo puede admitirse algunas semejanzas y paralelos entre ambos mbitos, pero en el humano no hay regularidades generalizables en espacio y tiempo. Cada sociedad y pas poseen su itinerario propio en el mbito de la historia (Teora Sociolgica Clsica. p. 271). En las ciencias sociales no existe un saber definitivo ya que el objeto de estudio es dinmico, es por ello que es necesario el constante cuestionamiento de los principios mismos de sus propias construcciones tal como lo dice Bachelard para poder as conseguir un progreso.

Otra tcnica de ruptura es sustituir las nociones del sentido comn por una primera nocin cientfica (Mauss M., 1901, p.173), es por ello que uno de los pasos importantes a ejecutar previo a alguna investigacin es reforzar la vigilancia epistemolgica a travs de una crtica lgica y lexicolgica al lenguaje que el investigador emplea, ya que el lenguaje es el principal ente transmisor de prenociones y representaciones comunes de la sociedad, tal como lo explica Bourdieu P. (2004) El lenguaje comn encierra en su vocabulario toda una filosofa petrificada de lo social siempre dispuesta a resurgir en palabras comunes o expresiones complejas construidas con palabras comunes que el socilogo utiliza inevitablemente. (p. 37) este fenmeno ocurre ya que el investigador social al ser un miembro activo de un grupo o comunidad le es inevitable no compartir significados comunes con el resto de los actores sociales. Slo el anlisis del lenguaje comn puede dar al socilogo el medio de redefinir las palabras comunes dentro de un sistema de nociones, sometiendo a la crtica las categoras, los problemas y esquemas que la lengua cientfica toma de la lengua comn. (Bourdieu P, 2004, p. 38). El investigador social corre el riesgo de emplear inevitablemente estos trminos de la lengua comn produciendo as una influencia de las nociones colectivas, pudiendo distorsionar el resultado final de la investigacin. El principio de la no-conciencia es una tcnica epistemolgica necesaria para el socilogo al momento de la realizar la ruptura entre la opinin comn y la ciencia. Bourdieu P. (2004) explica lo siguiente: La sociologa no puede constituirse como ciencia separada del sentido comn sino bajo la condicin de oponer a las pretensiones sistemticas de la sociologa espontnea la resistencia organizada de una teora del conocimiento de lo social cuyos principios contradigan, punto por punto, los supuestos de la filosofa primera de lo social. (..) El artificialismo, representacin ilusoria de la gnesis de los hechos sociales segn la cual el cientfico podra comprender y explicar estos hechos mediante el solo esfuerzo de su reflexin personal, descansa sobre el presupuesto de la ciencia infusa que funda tambin la filosofa espontnea del conocimiento del mundo social. (p. 30) adems Durkheim E. (1897) dice: Creemos fecunda la idea de que la vida social debe explicarse, no por la concepcin que se hacen los que en ella participan, sino por las causas profundas que escapan a la conciencia (p .648). Con estos planteamientos realizados por los autores se entiende al principio de la no-conciencia como una herramienta metodolgica que le permite explicar al socilogo la vida social a travs de las causas profundas que escapan a la conciencia.

El principio de la no-conciencia propuesto por Bourdieu ayuda al investigador social a descubrir y despojarse de su velo de la transparencia el cual acta en el individuo como un filtro, lleno de prenociones y prejuicios ante la realidad que se observa. Adems impulsa a investigar mucho ms all del sentido comn de las cosas que se perciben, ya que las sociedades y sus individuos no son transparentes.

El sentido de las acciones personales y ms transparentes no pertenecen al sujeto que las ejecuta sino al sistema total de relaciones en las cuales, y por las cuales se realizan. (Bourdieu P., 2004, p. 33) es decir, todo individuo cree ser poseedor y propietario de el mismo y de sus propias verdades, mostrando cierta ingenuidad humana, ya que la sociedad a la cual pertenece el sujeto es quien produce sus intencionalidades, pensamientos y pretensiones; por lo cual no existe tal voluntad propia. Este mtodo ambiguo permite el intercambio entre el sentido comn y el sentido comn cientfico.

Bourdieu P. (2004) manifiesta que: Un segundo principio de la teora del conocimiento de lo social que no es otra cosa que la forma positiva del principio de la no-conciencia: las relaciones sociales no podran reducirse a relaciones entre subjetividades animadas de intenciones o motivaciones porque ellas se establecen entre condiciones y posiciones sociales y tienen, al mismo tiempo, ms realidad que los sujetos que ligan (p. 33) dndole as un gran protagonismo a las funciones latentes de los individuos en las relaciones sociales, las cuales en su mayora pasan desapercibida al encontrarse inconscientemente en el sujeto.

El principio de la no-conciencia impone, que se construya el sistema de relaciones objetivas en el cual los individuos se hallan insertos, es decir analizando el contexto de relaciones inconscientes con las que interacta el sujeto.

La sociologa tiende a mantener una relacin opaca que siempre corre el riesgo de encontrar su lgica en la relacin entre el autor-pblico, o incluso a veces entre el profeta-auditorio. El socilogo est expuesto ms que cualquier otro especialista al veredicto ambiguo y ambivalente de los no especialistas que se creen autorizados a dar crdito a los anlisis propuestos, del mismo modo son inducidos a impugnar la validez de una ciencia que no aprueban sino en la medida en que se repita en el buen sentido, mucho ms en el mbito docente.As Bennet M. Berger, explica:La desilusin suscitada entre los intelectuales por los socilogos que, encerrndose en su especialidad, se niegan a ser intelectuales, ilustra a contrario la incitacin al profetismo que implican las expectativas del gran pblico intelectual, ansioso de enfoques de conjunto que hagan pensar, de compromisos sobre los valores ltimos, de consideraciones sobre los grandes problemas, o de sistematizaciones abusiva y alusivamente dramticas, muy adecuadas para provocar el temblor existencial.De all, reconocemos que el socilogo que comulga con su objeto no est nunca exento de ceder a la complacencia cmplice de las expectativas escatolgicas que el pblico tiende a transferir hoy sobre las ciencias humanas. El lenguaje sociolgico incluso en sus usos ms controlados, recurre siempre a palabras del lxico comn tomadas en una acepcin rigurosa y sistemtica. La experiencia comn encuentra en un orden disperso: de todas las explicaciones sencillas, las explicaciones por lo sencillo y por la gente sencilla son las ms frecuentemente esgrimidas por los socilogos profticos. Debido a esto nos encontramos con que una explicacin cualquiera es referible a una falta de explicacin.El socilogo como profesor sabe que la competencia en el nmero de oyentes logrado, da lugar a que las universidades den a menudo la preferencia a un profeta, por pequeo que sea, pero que consiga llenar las aulas, dejando de lado al erudito, por sabio y buen pedagogo que sea en su especialidad. As es como existen numerosos profetas acreditados por el Estado que en vez de tomar el riesgo de ser juzgados o de entrar en discusiones en lugares pblicos en donde sus ideales pueden ser refutados, prefieren aprovechar la oportunidad de desarrollar sus conocimientos en aulas que les conceden un silencio aparentemente objetivo, es decir, un pblico que gracias a su ignorancia y desconocimiento del campo sociolgico de ver obligado a mantenerse pasivo dentro del esquema comunicacional. De all que Schmoller postule todo cuanto se desarrolle dentro de las aulas debe quedar vedado a la informacin pblica. As podemos estar de acuerdo al afirmar que existen notables diferencias entre la leccin y la conferencia de un socilogo. B. M. BergerSegn B. M. Berger, la crtica principal dirigida a los socilogos cabe en que la funcin de los intelectuales consiste en la interpretacin de la experiencia contempornea. Del mismo modo, explica que si la imagen contempornea del intelectual es, la de un hombre de letras, no es porque la esencia de las obras y textos literarios califique a sus autores como intelectuales, sino porque, al escribirlas se presentan como intrpretes de la experiencia contempornea.De esta forma, los socilogos se relacionan o reconocen como ejercedores del papel intelectual porque estn liberados de la especializacin tcnica, son libres de emitir juicios de valor y estn eximidos de las coerciones que impone una institucin.

Especializacin:Para quien estudia humanidades, y particularmente la historia literaria, ser especialista es tener una competencia particular a propsito de un perodo histrico dado y a propsito de los personajes importantes asociados a este perodo. Ser especialista en los estudios humansticos, orienta hacia el enfoque de conjunto y estimula a discutir e interpretar el marco social, cultural, intelectual, espiritual de aquel campo del que se declara conocedor.Juicios de valor:En los comentarios de la cultura contempornea, en interpretaciones de estas experiencias, los escritores intelectuales, no se encuentran excesivamente sometidos a la obligacin del desapego y de la objetividad. A diferencia del socilogo, el cual se encuentra estrictamente obligado a separar los hechos y los valores. En el caso del intelectual se espera una escritura en la cual juzgue pero que tambin valore, que elogie y condene, tratando de conquistar a las personas hacia su punto de vista, logrando que lo defiendan de sus adversarios.Esta polmica de los libres debates entre los intelectuales, son realizados en los distintos medios universitarios, mejor conocidos como corriente de pensamientos. Mientras que en la sociologa, no existen tales debates, o corrientes de pensamientos, que podran hacer que las personas queden desconcertados, poniendo en duda los conocimientos de dichos socilogos.Sin embargo, en el campo de las humanidades, se espera que existan estas diferentes corrientes de pensamientos, dndole juicios de valor, desarrollo de punto de vistas personales y proponer interpretaciones divergentes.Libertad de las imposiciones institucionales:A pesar de la fuerte burocratizacin de la vida intelectual, en los Estados Unidos, estos hombres de letras han sabido resistir dicho movimiento, gracias a la gran variedad de mercado que existe en dicho pas, ofrecindoles diferentes oportunidades para la literatura de ficcin o para simplemente vender sus crticas o comentarios a revistas de mediano o gran porte.Tambin existen los escritores independientes, que logran subsistir sin depender de algn sueldo que provenga de alguna universidad u organizacin y tienen la completa libertad de escribir, interpretar, analizar o investigar sin ninguna imposicin institucional. De resto, la gran mayora de la investigacin sociolgica se realiza dentro de equipos, a su vez pertenecientes a organizaciones que delimitan la libertad con la cual se desarrolle el proyecto. Por otro lado, cuando el socilogo se ve en la intencin de conocer o interesarse como especialista por la situacin de sus contemporneos se le toma como un acto de afirmacin a que este posee un mayor conocimiento sobre el que pueda tener el intelectual en su misma posicin. Esto, es tomado por los intelectuales como un nuevo objeto al que dirigir la crtica. Incluso los intelectuales que se encuentran a favor a la sociologa esperan que los socilogos se consagren a los grandes problemas. As mismo, los cientficos establecen que exhortar al socilogo a consagrarse a los problemas es pedirle que no sea un cientfico, sino ms bien un humanista, un intelectual.Estos intelectuales que viven en esta tradicin creen, que los fines que plantea las ciencias sociales implica que los poderes de creacin del hombre sern objeto de explicaciones reductoras, negacin de su libertad, mecanizacin de su naturaleza, y reduccin a frmulas de todo lo que tiene de milagroso el hombre para la sociedad. (Para hablar como Cummings). 1 ser rebajado a la condicin de un producto social limitado y determinado en el que cada misterio, cada cualidad trascendente puede ser, si no precisamente denominada, al menos formulada en los trminos de una teora sociolgica cualquiera. No puede sorprender que una visin tan inquietante suscite la doble conviccin de que una ciencia de la sociedad es a la vez imposible y nociva. Bennet M. Berger.