ENSAYO LITERARIOJOSUÉ CARDUCCI

Por ANTONIO EDGARDO BURGOS

(Para ESTUDIOS)

Vamos a hablar de un gran escritor italiano no pococonocido y traducido en América, aunque nunca lo bastantea sus merecimientos : aludimos a Josué Carducci.

Sin presentar una árida biografía, vamos a discurrirsobre él, considerando al hombre desde el punto de vistade sus pasiones, de sus ideas, de su carácter, y estudiandoen su obra literaria al prosador fuerte y noble y al poeta.Uno que otro signo biográfico o algún episodio de su vidano quedarán sin embargo fuera de lugar.

Carducci nació en .1836, precisamente en aquella Toscana que fue patria de Dante Alighieri, de Miguel Angel

Buonarroti, de Leonardo de Vinci, de Galileo Galilei y quedio al mundo una pléyade tan sorprendente de hombresinsignes.

Consideramos necesario abrir ahora un paréntesis paradar una idea de lo que era la literatura italiana en la épocade la infancia y juventud de Carducci . Imperaba entoncesen la prosa y en la poesía una escuela, la romántica, capita-neada por un verdadero genio : Alejandro Manzoni, el au-tor de la novela maravillosa "Los Novios". Sincero es-píritu cristiano, Manzoni había abolido en la poesía todoslos sujetos, las citas y los parangones extraídos de la Mi-tología, de la Historia Griega y Romana, sustituyéndolos conargumentos y anotaciones pertenecientes a la Historia Sa-

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grada y a la Medioeval ; y todo ello porque decíase cansado

de e sólo y siempre en la poesía que leía durante su ju-

ventud, los rancios repetidos sujetos y las comparaciones de

la Mitología, pagana y de la Historia Antigua : Apolo y

Prometeo las Ninfas y las Parcas, Aquiles y Leonidas,

Alejandro y Aníbal.

Destruyó Manzoni. semejante escuela, por demás exan

gue ll a mada. clásica y condujo la poesía a los temas que

la religión suministra en abundancia, a cantar

serenamente la fe, los beneficios producidos por ésta a la humanidady los episodios inspirados por la misma en la Era Antigua

y en el Medio Evo.

Análoga reforma introdujo Manzoni en la prosa, dandoprincipio, con su célebre obra maestra, a la novela históri-

ca ; composición literaria que tiene como base ora uno oravarios conocidos episodios medioevales, a cuyo rededor seenlazan las alternativas de personajes históricos y fantás-

ticos .Y respecto del estilo quiso que la prosa, emancipándose

de las atrevidas construcciones latinizantes de los perío-do, de la elevación de tono, del puritanismo, impuéstolespor la escuela clásica, descendiese a una dicción abierta y

familiar, sugiriese minuciosa y naturalmente los

sentimientos de los hombres, fuese más analítica y detalladasirviéndose de los vocablos que corren en boca del. pueblo y que se

usan en el hablar común, sin afectaciones, pero, por

supuesto, también — sin despropósitos, impropiedades y desaliños.Y Manzoni, inteligencia superior, triunfó en su intento,dando a la luz ''Los Novio, " , modelo, en lo que dice al estilo,

de fineza, naturalidad y sencillez ; maravilloso en su

contenido, por el análisis profundo del alma humana, por el co-nocimiento completo de cualquier rango de personas, de

cualesquiera mentalidad y psicología, por la viveza y perfec-ción en las representaciones y descripciones y el espírituobservador que discretamente se manifiesta en cada línea.

Y como poeta, él, a pesar de no haber llegado a la altu-ra que alcanzó como prosador, dio el primer impulso a laescuela que fundó, con dos tragedias y varias poesías his-

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tóricas, patrióticas y religiosas, perfectas casi todas en su

género. Desgraciadamente ----y aquí estribó el mal— loque supo realizar una mente del temple de la de Manzoni,no supieron continuarlo dignamente sus discípulos y admi-radores : algunos de ellos provistos también de alta inteli-gencia y de vasta cultura, siguieron, sin degenerar, las hue-llas del maestro ; pero la mayor parte se ilusionó con alcan-zar fácilmente en su prosa la sencillez y naturalidad apete-cidas, sin pensar en las dificultades inmensas que el mismoManzoni debió vencer, ni en el sordo, largo, tenaz trabajode lima a que se vio esclavizado, con el fin de darle tales

méritos a su obra. De donde resultó que el estilo llano yfamiliar, pero fino, ingenioso y elegante de Monzoni degeneró y se convirtió, baja la pluma desecuaces, en una pulpa plebeya, rellena de idiotismoscampesinos

y de pedestrerías, sin contar el fastidio que causa-ban la retorcida artificiosa longitud de los períodos y lainsipidez de las observaciones . Los argumentos religiososasomaban por doquiera, pero en forma tal que habrían he-cho bostezar a un muerto! Por otra parte —excepciónhecha de algunos felices ensayos— se desbordó un torren-te de baladas, canciones y poemitas a hoscos tintes medioe-vales, repletos de horrores, de leyendas del doscientos, desupersticiones religiosas, de esqueletos danzantes, de rap-tos, apariciones, duelos y trágicos amores Y todo

esto en estruendosos decasílabos, en septenarios esdrújulos oen fugaces quinarios . O si no, languideces arcaicas, a basede desdichados amores platónicos, de aspiraciones etéreasy desesperaciones sin causa, de tísicos a los veinte años yde muertes inmaturas, de pasiones misteriosas y destinosineluctables : todo arcano, todo incomprensible y todo

en versos sueltos, melosos y suspirantes . De una parte

rimbombo y trueno ; de la otra languidez y lamento : en am-

bos casos, vaciedad e inconsistencia desconsoladoras.

He aquí el momento en que surge Josué Carducci.Ya desde niño exteriorizaba éste su índole combativa, des-deñosa y noble. Su padre era manzoniano, católico fer-viente y patriota, y con frecuencia castigaba severamente

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la vivacidad revolucionaria de Josué, quien, de doce añosapenas, organizaba con sus condiscípulos batallas continuas,insurrecciones contra los tiranos, restauraciones de las glo-riosas repúblicas de la antigüedad, en todas las cuales me-nudeaban palizas a ciegas y puñetazos a manos llenas.

"Qué benditas pedradas --narra en prosa él mismo, re-cordando su infancia-- no lancé contra César que se ha-llaba a punto de pasar el Rubicón ! En aquel día el tiranotuvo que refugiarse no sé dónde con sus legiones, y se sal-vó la República! Pero el rumor de estas hazañas llegabauna que otra vez a oídos de mi manzoniano padre, quien en-tonces, para nada conmovido de mis decorosas heridas, mecondenaba a largas prisiones, en medio de las cuales élreaparecía de cuando en vez para revisarme el latín, y medejaba tres libros sobre la mesa, diciéndome seria y seca-mente : "Lee aquí y persuádete de que el tarantantán clá-sico no es para estos tiempos" . Los tres libros eran : "LaMoral Católica " por Alejandro Manzoni, "Los Deberes delHombre" por Silvio Pellico, y " La Vida de San José deCalasanz", escrita por el padre Poseti

Hasta los catorce años estuvo Carducci solamente bajole educación del padre, quien le enseñó el latín y le dio aconocer algunos libros que, según sus opiniones, le pare-cían adecuados, y entre los cuales figuraba en primeralínea "Los Novios" ; pero el pequeño Josué, a escondidas,había leído la "Ilíada", la "Eneida" y la "Jerusalén Liber-tada", y, en prosa, la "Historia de la Revolución

Francesa"por Thiers; de modo que ya desde niño, rehacio a seguirlas tendencias paternas, abrevaba por su propia cuenta enfuentes de puro y selecto clasicismo.

A los catorce años cumplidos ingresó en el Colegio;después no se sabe a ciencia cierta lo que hiciera, pero laverdad es que a los veintidós años era maestro de segundaenseñanza en San Miniato, pequeña ciudad toscana, y quedesde entonces, aunque lejos de poseer la ilimitada erudi-ción a que llegó en la edad madura, lucía sin embargo unarelevante cultura y una fuerte vena poética. Vivía puesen San Miniato con varios amigos, profesores noveles como

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él ; su sueldo mensual ascendía a noventa liritas, lo suficien-te para no morir de hambre . Pero Josué y sus amigos nose descorazonaban por tan poca cosa y no economizaban nien comida ni en vino, a punto de que al terminar el mes,las cuentas del mesonero y del fondista subían a alturas que,sin ser vertiginosas, eran siempre inaccesibles a los flacosbolsillos de los famélicos jovenzuelos. Uno de los cuales

propuso un día a Carducci : "Publiquemos tus versos yquizá así pagaremos lo que adeudamos". Al principio elpoeta rehusó, pero estrechado por los amigos, por el meso-nero y por el fondista, acabó por ceder ; y las primeras ri-mas de aquél que durante cincuenta años debía tener el do-minio de la literatura italiana, aparecieron en San Miniatoen un mísero librito, allá por el año 1857 . Mas dejemos

concluir al autor : "Queda ahora en firme que yo lo di a laluz, no con el soberbio propósito de abrir una vía nueva oreabrir una vieja vía, y ni siquiera con la esperanza mo-desta de estímulo por parte del público italiano, sino con elpropósito honrado y la atrevida esperanza do pagar misdeudas. Pero ¡qué digo atrevida, descarada! —debiera de-cir. Las deudas en lugar de extinguirse, se desbordaron.Una mañana de agosto tuvimos que salir furtivamente dela "Torre Blanca" (la posada en que se alojaban) . El me-sonero nos persiguió en carretela y por correo el fondista.Trombino (uno de sus condiscípulos) volvió ; yo no : en-trambos, gracias a nuestros papás y mamás, pagamos has-ta el último centavo . Y las rimas quedaron expuestas a lacompasión, a los desprecios, a los insultos

Tal es el comienzo de los grandes : ellos levantan el lá-baro luminoso de su genio entre la burla, la hostilidad, larabia del mismo mundo que ha de exaltarlos ; y es porqueéste es siempre tardío y envidioso para poder compren-der y admirar a quien se eleva sobre él!

Mientras tanto, entre el furioso desencadenarse de losinsultos que le lanzaban los pedantes y sabihondos, surgíauna cierta fama en torno de Carducci, y su genio nuevo,poderoso, original, su erudición siempre creciente, se afian-zaban con otras poesías y prosas .

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Pocos al principio los secuaces, pero de inteligenciasuperior algunos ; muchísimos y con frecuencia fuertes losenemigos (estaba entonces en auge —como ya dijimos-la escuela manzoniana) ; mas, para decirlo brevemente, elpoeta, joven y batallador como nadie, despreció o rasguñóapenas a los adversarios débiles y se lanzó impetuoso con

tra los más importantes y renombrados : ante su dinámica,cerrada, sintética prosa, en que la lógica, la honradez, la

erudición y el estilo no ofrecían un solo punto flaco a los ene-migos, éstos, desbandados, se vieron obligados a reconocersu error o a callar, en espera de una mejor oportunidad paravolver a acometer . Pero cada nuevo ataque era reprimidocon tanto encarnizamiento, que la voces de protesta, prime.

ramente asordantes, se debilitaron, disminuyeron y se apa-

garon casi por completo. Mientras de tal suerte se de-

rrumbaba el romanticismo, la escuela carducciana, com-

puesta de jóvenes y resueltas energías, se erguía poderosa

y compacta .

~icsdo por qué y cómo abatió Carducci alna ; 1 ;caemos ahora a e e iuiuor en

n 1e ;a cs 'uela . Antes que todo,ul ortuno parénteas. Al de-

ai,,

mr onianos y al romanticismo, ja-más el-

i

-tu- .que de teorías e ideas opuestas,respetó siernl_ p 1 espíritu amplio y profundo queél clasificaba cntrc tos diez más grandes de toda la literatu-ra italiana, y no ocultó la admiración que sentía por la no-vela inmortal "Los Novios" y por muchas de sus composi-ciones poéticas ; pero Carducci no podía ser manzoniano,porque detestaba la degeneración, la insulsez y las afecta-ciones, a que los maldiestros románticos manzonianos ha-bían arrastrado la lengua y literatura italianas . Ademássu índole, su temperamento, sus tendencias (recordemoslas memorias de infancia ya citadas), eran muy distintosde los de Manzoni . Mas, tengámoslo presente, no contra

este último, sino contra los sucesores, contra el sistema ysus consecuencias combatió Carducci.

'a emOS e le

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Y volvamos a éste . Su escuela poética era y es (pues

to que todavía impera en Italia con Gabriel D 'Annunzio y

otros menos conocidos), la renovación y la reintegracióndel clasicismo. Manzoni había suprimido el clasicismo de ..

crépito de su tiempo y fundado el romanticismo, éste fueeliminado cuarenta años después por Carducci, quien losustituyó con el clasicismo, al cual infundió vida diversa

y nuevo vigor . En primer lugar urgía libertar la lengua

de aquella inundación de pr:•ovimralismos ,1' vosa .bios imporos, impropios, Forasteros, de que la habían impregnado

los románticos ; restituirla a la pureza cristalina, a la ea-

quisite. de voces y de frases que ella ostentaba en el _sigloX V, que bien podría llamarse el de oro de la literatura ita-liana. l~:n efecto, la poesía y particularmente la prosa es-

piran una natural frescura de términos y una viveza es-

pontánea y selecta de expresiones ; sin que en ellas nada

contraste con el modernismo de las ideas y del estilo, que-

damos con la impresión de leer a uno de los mejores auto-res del siglo XV que, vuelto a la vida, escribiera en nuestra

época. Y ni por asomo palabras difíciles ni construcciones

de forzada elegancia ni fáciles efectos de poca esencia : don-

dequiera una vigorosa naturalidad que atrae y conquista,

puest que sin caer en un tono familiar y apocado ni en elartificio y la redudancia, ha sido obtenida con el gustodelicado que es fruto de largo, perseverante y amoroso es-tudio de las fuentes de donde brotó límpida la lengua, y

con arte original y poderoso. Pero rio sólo es ésta la obradel poeta : en los metros, en las imágenes, en los sujetos

de la poesía, como en el estilo, en los conceptos, en los argu-

mentos de la prosa, su reforma fue radical . No trató elromance ni la novela ni la comedia : sus estudios severos, suíndole, que lo llevaban a considerar m ías las vastas eues-tionea históricas y artísticas que las sociales y psicológicas,

su arpor mismo a la verdad, lo apartaron siempre de talesgéneros, así como por iguales motivos, no cultivó en poesíani la tragedia ni la epopeya ni el poema.

Vastas, líricas evocaciones, agudas críticas sobre te-

mas literarios y sobre escritores antiguos y modernos, po

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lémicas dinámicas con las mejores inteligencias contempo-ráneas, análisis profundos sobre las obras, vida y pasionesde los celebérrimos escritores italianos (Dante, Petrarca,Ariosto, Tasso, etc .), con reconstrucciones espléndidas delas épocas en que vivieron, y en fin uno que otro recuerdojuvenil narrado con melancólica gracia, algún adiós a unamigo desaparecido, tales los temas de la prosa carduccia-na. En todos flotan siempre el amor por Italia y el grandey constante anhelo de mejorar la mentalidad de la juventuditaliana.

Como ya dijimos, en poesía, exceptuando el poema, latragedia y la epopeya,, todo lo cultivó : desde la copla de ti-po popular, desde la balada heiniana o sentimental, desdeel ditirambo satírico y mordaz, con algún rasgo de melan-colía, hasta el soneto breve y escultóreo, la canción amorosay patriótica y la oda vibrante de clasicismo . Pero no es esto

todo : con un sentimiento admirable del ritmo y de la armo-nía, él consiguió adaptar a la lengua italiana los antiguosmetros griegos y latinos que parecían pertenecer sólo a lasmajestuosas construcciones y a la flexible amplitud de losperíodos de las lenguas clásicas . Y hé aquí que el épicoexámetro y hé aquí que el pentámetro y la estrofa alcaicay la sálica surgen a nueva vida y resuenan, al compás delos dáctilos y los espondeos, en pura lengua italiana . Es-tas poes`as que marcaron acaso las más altas manifestacio-nes del arte carducciano, fueron denominadas por su autor

"Odas Bárbaras" o sea extranjeras : bárbaras, porque—pensó él con ironía un tanto amarga— ellas debían apa-recer así al gusto de los contemporáneos habituados a los

metros de siempre. Pero en esta vez se equivocó : las " OdasBárbaras" fueron admiradas por todos los italianos, imi-tadas por muchos y, por nadie superadas, conservan la ju-ventud de lo que nunca muere.

Decir por qué el clasicismo de Carducci sea nuevo yoriginal, diverso del de Manzoni, es empresa demasiado ar-dua para nuestras fuerzas : quienquiera lea al poeta se

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apercibirá inmediatamente de ello ; y en los versos de las"Odas Bárbaras" le parecerá sentir a veces el ímpetu deI-Ioracio y de Píndaro o el amor patrio de Arquíloco, a ve-ces la velada melancolía de Catulo y Minnermo, ora la pa-sión de Alceo y de Safo, ora la jovialidad de Anacreonte.

Pero ya hemos hablado lo bastante del arte carduccia-no ; presentemos mejor alguna. muestra de ella . Por desgra-cia es carga superior a nuestros hombres la de traducir enverso yen el mismo metro las poesías de semejante autor, demanera que nos conformaremos con ofrecer en prosa al-gunas versiones : perderán grandísima parte de su belleza,faltándoles la armonía del verso y la originalidad del metroy de la construcción, mas quedará siempre lo suficiente pa-ra inducir al lector a conocerlas en el texto italiano.

Hé aquí este "Ave" con motivo de la muerte de G . P.,escrito en armonioso metro clásico ; vea el lector si es posi-ble consagrar con mayor fineza un recuerdo al amigo quemuere durante el crudo invierno:

"Ahora que las nieves cubren —sábana funérea—. latierra y las almas, y que el pulsar de la vida se pierde débilpor las auras invernales, tú pasas ¡oh dulce espíritu! Talvez te acoge la nube pálida allá por las soledades del vés-pero y se desvanece tenue contigo . Cuando a los soles ti-bios un deseo lánguido invade las almas y con las flores quese abren vuelve Perséfone de ojos cerúleos, nosotros pen-saremos en tí ¡oh gentil!, que no vuelves . Bajo la cándi-da luna de abril veremos vagar tu imagen querida, salu-dando".

Ofrecemos otra joya con la poesía "En el Claustro delSanto", escrita en el mismo metro . El "Santo" es un ve-tusto y artístico convento ; Carducci, dentro del claustro, me-dita inspirado por la soledad y el encantamiento del lugar.Nótese cómo una simple observación de las cosas provoca ala fantasía del poeta una similitud respecto del estado de suánimo, e inmediatamente después, un concepto filosóficomás vasto e inquietante:

"Cual copos de humo cándido pasan las nubes en des-file sobre las aéreas cúpulas, sobre las fantásticas torres

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del Santo ; pasan por el cielo turquí, límpido, fresco de llu-via reciente ; entre las bóvedas que abrazan las tumbas, pa-rece el eco sonido de un mundo lejano. Asimismo, sobrelas audacias de los años juveniles, por dentro de mí, poeta,pasaron los cánticos, y ahora sólo murmura su eco solitarioen el alma recogida . Como esas nubes, como esos cánticos,huyen las edades breves de los hombres : ante mis ojosextraviados, qué pide, sombra informe, el infinito?"

Desgraciadamente, por la dificultad en el traducir einterpretar, y con el propósito de no prolongar demasiadoeste artículo, no podemos presentar aquí, por entero, lasmás complejas y largas líricas carduccianas, célebres tam-bién por la erudición que en ellas está esparcida . Sin embargo no (lucremos privar al lector de algunos trozos.

"Sobre el Monte Mario "

El "Monte Mario" se yergue cerca de Roma, y Carduc-ci ve extenderse desde su cima a la Ciudad Eterna. El es-pectáculo sublime, al morir del día, exalta al poeta : la vistade los monumentos y de las ruinas majestuosas de aquellaque fue la capital del mundo y en la que vivieron tantos mi-llones de hombres, lo conduce a pensar en la caducidad, enla brevedad de esta existencia, en el sucederse vertiginosode tantas generaciones y, por último, en nuestro fin, cuando—según la hipótesis de los científicos-- la tierra, apagándo-se el calor interno que le da vida, quedará reducida a un de-sierto de hielo.

lIé aquí el final de la oda (estrofas saneas) :

"Mañana moriremos como murieron los que amamos;lejos de los recuerdos, lejos de los afectos, tenues sombrasleves desapareceremos . Moriremos ; y al rededor del almosol, fatigosa siempre, girará la tierra, chisporroteando acada instante miles de vida como centellas ; vidas que palpi-tarán a nuevos amores, vidas que vibrarán a luchas nue-vas y a nuevos dioses cantarán los himnos del porvenir.Y vosotros, que todavía no habéis nacido, a cuyas manospasará la antorcha que estuvo en las nuestras, ""osotros tara-

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bién os desvaneceréis, legiones radiosas, en el infinito!¡Adiós, tú, tierra, madre de mi pensamiento breve y de mifugitiva! Cuánta gloria y cuánto dolor no llevarás peren-nemente contigo al rededor del sol! Hasta que la exhaustaprogenie, estrechada bajo el ecuador, detrás de los últimosrastros del calor que se extingue, quede reducida a una solamujer, a un hombre solo, que erguidos sobre los escombrosde los montes, entre los bosques muertos, te vean, lívidos,con ojos vítreos, descender ¡oh sol! sobre la inmensa he-lada".

La mujer querida se va ; es un día de noviembre triste,lluvioso y frío ; plúmbeo es el cielo y los pasantes semejansombras que vagan silenciosas y el tren se lleva a Lidia,que el poeta había conocido en el verano luminoso ; ella sealeja y él se queda solo entre la neblina, la lluvia y el frío.Veamos los últimos versos (estrofas alcaicas) :

"Va el monstruo impío ; con empuje horrible, sacu-diendo las alas, so lleva "mis amores . Ay! el blanco rostroy el velo sutil se pierden saludando en las tinieblas! Ohdulces semblante de palidez rosada, ojos resplandecientesde paz, oh cándida frente suavemente inclinada entre losfloridos bucles! Hervía la vida en el aire tibio, hervía elverano cuando ellos me sonrieron ; y el sol naciente de ju-nio se complacía en besar, entre los reflejos castaños delcabello, la blanda mejilla ; más bellos que el sol, mis sue-ños ceñían como una aureola a la figura gentil . Bajo lalluvia entre la calígine, vuelvo ahora y en ellos quisiera con-fundirme. Tambaleo como ebrio y me toco : es que seréyo también un fantasma Oh gélida, continúa, muda, sor-da caída de hojas sobre el alma! Yo creo que sólo, queeterno, que todo en el mundo es noviembre! Mejor paraquien perdió la conciencia del ser ; mejor esta sombra, estacalígine : yo quiero abandonarme en un tedio sin fin!

He presentado hasta aquí poesías de dulzura y de tris-teza, excepción hecha de la del "Monte Mario", en la cualse cantan, con sáfico lirismo, contemplados en toda su gran-

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deza, el fenómeno de la vida y el de la muerte en esta tierray la lucha perenne de la humanidad y el trágico fin que aésta predice la ciencia impasible . Queremos ahora tradu-cir una poesía de fuerza, como otras muchas escribió Car-ducci. Es un soneto alegórico, como bien puede verlo ellector : la existencia del poeta es un navío azotado por latempestad ; sus esperanzas abatidas, sus memorias doloro-sas son los pasajeros del barco ; pero el espíritu del poeta,de pie sobre la popa, desafía el huracán e incita la hoscaturba que puebla el navío, a hacer el último viaje hacia elolvido y la muerte:

"Pasa mi nave sola, entre el lamentode las gaviotas, por el mar furioso;el ímpetu de la ola, el rayo, el vientola envuelven y la baten sin reposo.

Miran hacia la tierra ya perdidamis memorias con ojo desolado;yacen las esperanzas de mi vidacansadas sobre el remo quebrantado.

Mas, erguida en la popa, el alma míaescruta el cielo y el mar y canta fieradel viento a la salvaje sinfonía:

"Boguemos triste turba compañera,del olvido a la gran rada sombría,de la muerte a la cándida escollera "

Cerraré esta serie de traducciones con unos pocos ver-sos que en mucho reflejan el alma del poeta. Después deinvocar por la grandeza de su patria, que surja en ella unageneración nueva, sana y gallarda, exclama:

"Si es ésta la esperanza que llevo en mi corazón, toda-vía del alma desangrada echaré mi canto en la vida . Yclavada la rodilla en tierra, como el gladiador tirreno, re-frescados la cabellera y el ardiente pecho por las auras ma-rinas, moriré combatiendo ."

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Quiero, para concluir, completar la narración de la vi-da del poeta. Su ingenio se impuso pronto por doquiera,y Carducci pudo ocupar, joven todavía, la cátedra de laUniversidad de Bolonia, enseñando en ella bellas letras.De esa cátedra descendió sólo para ir a morir tranquilo enuna villa, cuarenta años después . Toda su vida fue consa-grada a la juventud y al arte : su escuela fue una fragua enla cual se caldearon y se templaron casi todas las más ele-vadas inteligencias de Italia . De allí salieron los grandesGabriel D`Annunzio y Giovanni Pascoli, y muchos otrosmenores, aunque también ilustres, como Guido Manzzoni,IIéctor Itomagnoli, Annie Vivanti y Ugo Ojetti.

El propósito constante del maestro fue no sólo el de en-cauzar lao mentes a los estudios severos y a las más purasbellezas del arte, sino también el de fomentar en las almasel culto a la honradez, sea en la literatura, sea en todos losactos de la vida. Odiaba la pedantería de muchos viejos yel saber mal digerido de muchos jóvenes, así como la super-ficialidad, la inconsistencia, la hojarasca ; pero lo que másaborrecía eran las "zancadillas retóricas", las pequeñasestafas literarias, la mala fe en el discutir . Se enfurecíaviendo la impudencia de los poetastros y críticos jovenzue-los (como él los llamaba), que, sin instrucción, experienciay pudor artístico algunos, se creían con derecho para llenarlos periódicos, las revistas y gacetas de los inmaturos y ra-quíticos frutos de su inspiración ; o para estropear o alabaren sus artículos, con tono doctoral, los escritosy los actosajenos . Y decía que él hubiera deseado ver condenados,cual falsarios del arte, a los que, limpios de estudio y detrabajo, ofrecían al público, con ambición de ganancia ode fama, sus fealdades literarias, y penados por difamacióna los que no menos ignorantes, atentaban con sus críticasal renombre de escritores autorizados.

Puede ser que al expresarse así el maestro fuese dema-siado severo ; mas sumado todo, tenía razón. No es posibledecir cuánto bien haya hecho' con tales enseñanzas —fueradel que hizo con su arte— a la juventud que lo rodeaba, loamaba y lo escuchaba con veneración . Por lo mismo desea-

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riamos, en bien de nuestro país, que aquí surgiera otroCarducci, para que, ejercitando su influjo poderoso, destru-yera la tendencia a la superficialidad, a la hojarasca y a larutina que todavía con frecuencia se advierten en nuestraliteratura.

Desde 1907 el poeta descansa en el sueño de la tumba:muchísimos siguen sus huellas, mantienen intacta su me-moria, estudian sus obras y trasmiten sus enseñanza . Suretrato se ve en todas las escuelas y su imagen barbuda ysevera vive todavía en la juventud, a la que tanto amó.Sus versos están siempre en los labios y en el alma de todoslos italianos, y el mundo los admira : su fama durará mien-tras viva entre los hombres el culto y el amor por la bellezadel arte y del saber.

Panamá, 2 de Diciembre de 1923 .

PROBLEMAS SOBRE MEZCLAS

Por CRISTOBAL ADAN DE URRIOLA

Cuentan que en algunas bodegas españolas hay un

archivo de vinos que ha sido formado por un empleado de

larga práctica que se ocupa únicamente de combinar los

diferentes líquidos para darles determinado color, un sa-

bor o un olor especial etc ., y cuando lo ha conseguido, colo-

ca la fórmula (?) sobre un frasco previamente envasado

con el licor obtenido . Allí no se necesita del conocimiento

de altas Matemáticas pues la labor es de paciencia, pacien-

cia cansada de buey . Naturalmente ese trabajo, en el que

las posibilidades son tan numerosas, desanimaría al de me-

jor buena voluntad si conociera las ciencias exactas . En

efecto dos objetos se pueden combinar de dos maneras di-

ferentes ; tres, de seis ; cuatro, de veinticuatro ; cinco, de

ciento veinte y pare Ud de contar. Pero, no sólo hay difi-

cultad por ese lado sino por el mismo camino de las mezclas

donde cualquiera se desliza en el ancho campo del vacío y

donde a cada momento se encuentra con un sinnúmero de

respuestas en algunos casos al parecer sencillos.

Un problema, en sentido matemático, es una cuestión

que se trata de resolver dando ciertos datos precisos para

buscar determinada respuesta. Los problemas pueden ser

determinados cuando los datos cumplen con precisar y no

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ESTUDIOS

permiten a la imaginación volar por el país del ensueño, y

más que determinados, cuando tienen más datos de los que

se necesitan . Las mezclas, cuando no tienen esas caracterís-

ticas, no podrían llamarse problemas según el criterio ma-

temático y por lo tanto, no podría hablarse de la resolución

de ellos.

Cuando el caso que se presenta tiene una infinidad de

respuestas, podríamos incluirlos entre los llamados indeter-

minados y esta clase de cuestiones no podrán, en ningún

caso, tratarse con jóvenes cuyo criterio no esté mediana-

mente desarrollado . Sinembargo hay personas que pre-

sentan tales problemas (?) a niños de escuela primaria

siendo así que sólo podría tratarse en las escuelas secunda-

rias o en las superiores. Tal vez hayan leído la famosa

Aritmética de Diofantes de Alejandría.

Vamos a presentar y discutir dos casos, de los cuales

se desprenden muchos otros, y para dar más fijeza y fuerza

como también claridad, en vez de la Aritmética, vamos a

utilizar el Algebra, que para algo ha de servir siquiera por

una vez.

Sea por ejemplo:

¿En qué proporción debe 'mezclarse azúcar de 10 cts.

la libra con azúcar de 15 cts . la libra para vender la libra

de la mezcla a 12 cts .?

Naturalmente en este caso no se trata de ganar ni

perder.

Azúcar de la primera clase x

; Precio

10x

"

" segunda

" y 15y

Mezcla total x + y "

12(x + y)

ESTUDIOS

911

10x -F 15y = 12x -{- 12y

3y = 2x

O colocando en forma de proporción 3 x

2 y

Es decir, se deben tomar 3 partes de la primera por cada

2 de la segunda.

¿Seria, por ejemplo, 6 partes de la primera por 4 par-

tes de la segunda una nueva respuesta? La igualdad de

dos razones es lo que forma la proporción, y la razón en la

proporción dada es 3 :2=1,5 y en la que aparece como nueva

respuesta es 6 :4=1,5. No habiendo cambiado la razón

¿cómo puede cambiar la proporción? Ninguno de los múl-

tiplos, si multiplicamos ambos números por la misma can-

tidad, dará una nueva respuesta. Este tipo tiene nuestro

pase para alumnos de la escuela primaria, pues aquí está

el problema claro y bien determinado. Los problemas de

mezclas en los que se da un precio superior y otro inferior

para vender a un precio medio dado entran en la categoría

de problemas matemáticos.

Tenemos, ahora, este otro caso:

¿En qué proporción ha de mezcLarse Marina de 30 cts.

la libra con harina de 50 cts . y de Coeta . la 1.b ra para vender

la libra de la mezcla a 40 cts .?

Tampoco hay périda ni ganancia.

De la primera hay x ; Precio

30x

" " segunda " y

50y

" " tercera "

z ;

60z

Mezcla total x -{- y -F z " 40 (x + y + z)30x + 50y + 60x = 40x -F 40y + 40z

10x = 10y + 20z

912

ESTUDIOS

O

x=y+2z

Con semejante ropaje, bonita proporción podemos sa-car! Presentemos el resultado obtenido en forma de pro-blema : Búsquese un número que equivalga a la suma de otroy el doble de un tercero . ¡Qué problema más claro! Co-mo se ve el caso es más que complicado . Hagámoslo mássencillo : La suma de dos números es 9 ¿cuáles son ellos?Por ensayos sucesivos se tienen 8 y 1 ; 7 y 2 ; 6 y 3 ; 5 y 4etc. Si incluimos los números negativos, los quebrados(positivos y negativos) los números irracionales y los ima-ginarios, las respuestas posibles serían más numerosas quelas gotas de agua de los océanos. Por otro lado, cualquieraque conozca un poco el Algebra sabe que una ecuación conmás de un incógnita o un sistema de ecuaciones simultá-neas con más incógnitas que ecuaciones, tendría todas lasrespuestas que quisiera o en términos matemáticos, el nú-mero de respuestas es infinito.

En nuestra ecuación x — y + 2z usaremos de tanteospara obtener algunas respuestas. Podemos desechar lasnegativas y las imaginarias pues irían contra la naturalezamisma del enunciado. Para mayor comodidad usaremossólo números enteros . Dando, pues, valores enteros posi-tivos, cualesquiera que sean a y a z se tendrá:

Cuando y=: 1, z= 1

,

x vale 1 -j- 2 -= 3y==2

,etc .

z--1

,

x

"etc .

etc .2+2—4

Para comodidad pongamos los resultados que obten-gamos en forma de tabla:

x y z

3 1 14 2 15 3 17 3 27 1 3

etc . etc. etc.

ESTUDIOS

913

Con los seis ejemplos anteriores tendríamos unas de

las innumerables respuestas que podrían obtenerse. Los

valores infinitos numéricos que podemos dar a las letras y, z,

tomando sólo los números enteros positivos, vencen a la

imaginación del más soñador. No hay términos de compa-

ración para señalar los resultados obtenidos si se usaran

fracciones y números irracionales.

Probemos con un par de respuestas obtenidas en nues-

tro caso para ver si son correctas.

1°)

3 partes a 30 cts . valen 90 cts.

1 parte " 50 cts. vale 50 cts.

1

"

" 60 cts. "

60 cts.

5 partes valen

200 cts.

1 parte vale 200 : 5 -- 40 cts . que re-

presenta el precio medio de nuestro enunciado.

2°)

4 partes a 30 cts . valen 120 cts.

2

"

" 50 cts. "

100 cts.

1 parte

" 60 cts . vale

60 cts.

7 partes valen 280 cts.

1 parte vale 280 : 7 -= 40 cts .

Y así podemos seguir efectuando las pruebas con las

respuestas restantes y siempre aparecerá 40 cts, como pre-

cio medio.

Tales casos no son problemas en el sentido estricto de

las matemáticas y no deben presentarse en la escuela pri-

maria ni como pasatiempo o rompecabezas.

Empleando el mismo raciocinio para casos en donde

entren cuatro, cinco o más precios diferentes y el precio me-

dio se llegará a la misma conclusión . Se pueden obtener

todas las respuestas que se quieran.

914

ESTUDIOS

Debemos, por lo tanto, desechar tales problemas (?)

como inútiles y perjudiciales en la escuela primaria porque

no sirve de nada a los niños y por el contrario suministra

material a los alumnos para creer que las Matemáticas es

una ciencia que se presta para toda clase de componendas,

quitándole así prestigio y falseando el concepto de ciencias

exactas. Hay que desviar esas atajos que conducen a te-

rrenos movedizos que muchas veces rodean el campo firme

y lozano de las Matemáticas .

ESPECIA LIZA CIONY EDUCACION INTEGRAL

(ENSAYO)Por 13AI.TASAR ISAZA y C.

I

INTRODUCCION

(1) Imposibilidad de una educación única y universal .—Vallas quese oponen .—El argumento histórico .—Las divergencias entre los pue-blos, entre los individuos .—Una suposición .—Inadaptabilidad de esesistema a nuestro actual orden de vida . (2) Qué debe entendersepor educación integral . Dificultades que se oponen a una especia-lización prematura .—Concepto de la educación integral .—Importan-cia de definir la individualidad.—La escuela para el niño y no el

niño para la escuela—Individualidad y multiplicidad.—Dobleinterés de la educación.

1? Imposibilidad de una educación única y univer-sal .--Ante los múltiples aspectos de la vida moderna ; anteel vasto campo científico que el larga evolución cultural seha labrado la humanidad ; ante los profundos y diversosproblemas que todavía contempla por resolver el hombre;ante la pequeñez de la mentalidad humana, en general, pa-ra apropiarse el Inmenso cúmulo de conocimientos y expe-riencias, fruto de una prolongada vida intelectual del ele-mento pensante del universo, desarrollada en el transcursode los siglos, es posible aspirar a una educación universaly única para todas las inteligencias?

¿No se opone, además, el testimonio fehaciente de lahistoria, demostrando que ni aún en las épocas de más ru-

416

ESTUDIOS

dimentaria cultura ha sido dable establecer un mismo cul-tivo educacional para todas las mentalidades?

¿Y no hablan también en son de protesta contra la rea-lización de este descabalado juicio, las marcadas diferen-cias que separan las razas, los pueblos y los individuos?

¿Y si por un momento imagináramos, para el caso, unasociedad en la cual todos sus miembros fueran educados deigual suerte, bajo una norma definida e invariable —pre-suponiendo que no existiera la valla de las divergencias in-dividuales— no se pondría de manifiesto en seguida lo im-posible de su estabilidad, puesto que de ser todos capacesde bastarse a sí mismos —hermosa paradoja— desapare-cerían las relaciones sociales que nacen de las necesidadesrecíprocas y del mutuo concurso o ayuda?

Fácil es comprender que al llegar a tal extremo, no ha-bría gobiernos porque a nadie le importaría su existencia;no se formarían ciudades porque cada cual viviría en elaislamiento conveniente al libre funcionamiento de sus ac-tividades, las cuales se extenderían a todas las que —men-tales y materiales— ejercitan en el orden actual los diferen-tes individuos, desde el dirigente y el capitalista hasta elsimple jornalero ; se destruiría toda probalidad de comerciopor la inutilidad del intercambio y circulación de productos,supuesto todo sér humano estaría en las condiciones de pro-veerse a sí mismo de cuanto se le ofreciera ; se estancaríael progreso que proviene de la comunidad de esfuerzos di-rigidos hacia un fin común, y el hombre regresaría, en fin,por inhabilidad para continuar en un estado de cosas se-mejante, a su primitivo estado de desenvolvimiento.

¿Y acentuando más este análisis, no se observa a lasclaras que para concebir una colectividad en la que ningunonecesitara del otro habría que destruir hasta los lazos de lafamilia y dar por sentado que todos nacieran con la prepa-ración adecuada para vivir sin la anuencia de los demás,pues que al existir la educación ya habría menester quienesla impartieran, y al haber educadores, ya habría motivode servicios que prestar a los de éllos menesterosos?

En gracia a lo expuesto, justicia es reconocer que una

ESTUDIOS

911

comunidad en la que la educación se dé a todos por igual,no es adaptable a nuestro presente orden de vida, cuandosus múltiples manifestaciones reclaman una minuciosa re-partición de los medios de subsistencia entre los hombres,de acuerdo con sus aptitudes vocacionales, para poder ase-gurar el equilibrio social.

2°Qué debe entenderse por educación integral.—Perosi no está en los límites de lo posible aspirar a una educacióncomún para todos los hombres, ¿se puede acaso, ante la in-mensa complejidad de múltiples mentalidades, determinarconcienzuda y acertadamente, a penas el niño ingresa a laescuela, el género de cultivo que mejor le conviene, sin in-currir en el grave error de imponer un molde convencionala una naturaleza que antes necesita manifestarse en toda laplenitud de sus poderes y dotes individuales? ¿No es evi-dente que un proceder ajustado a tales normas conduceindefectiblemente a un lastimoso fracaso educativo, en-tendido que la mente infantil es una masa plástica que pre-cisa modelar bajo diferentes aspectos, antes de encauzarlaen determinado sentido?

Efectivamente, la educación, aún con sus modernos ade-lantos, carece de la facultad de predecir cuál ha de ser laorientación particular que corresponde a cada caso ; y, anteesa dificultad, no le queda otro camino que prescindir detodo intento de especialización prematura y procurar todoslos medios indispensables al desarrollo de la personalidaddel niño.

Sólo así, ofreciendo vasto campo para que los poderesinternos del educando tengan ocasión de mostrarse en lamagnitud de que son susceptibles naturalmente ; es decir,alejándose de todo propósito definido y procurando estimu-lar en lo posible el libre ejercicio de las actividades del niño,para, más tarde, poder formular, con mayor o menor exac-titud, de qué manera podrá reportar mejores frutos esa pe-queña semilla cuya germinación ha sido objeto de tantos ytan singulares cuidados.

Esta primera etapa de la educación, que no estableceotras diferencias que las conducentes a un perfecto desen-

918

ESTUDIOS

volvimiento de la personalidad ; que sólo varía de rumbospara introducirse cautelosamente en los más secretos rin-cones hacia donde se dirige la inteligencia vivaz del pe-queño discípulo ; que no corta por ningún caso la libre ini-ciativa individual y que, por el contrario, la estimula ; queconsidera la mente infantil como fértil terreno inculto que,con diestra habilidad, procede prepararlo para ulteriorescultivos ; que tiende a ampliar, en fin, los horizontes de lavida intelectual del educando, es lo que podríamos llamaruna educación integral o común.

Pero la educación, dentro de este aspecto general, nodebe mirar a todos los niños como meras reproducciones deun tipo invariable, nó . No se quiere decir que desatiendaparticularmente los séres a los cuales se aplica para ceñirsea un criterio de estrecha uniformidad . Por el contrario,sin perder de vista el concepto del interés colectivo, debeadaptarse indefectiblemente a la mentalidad que modela,para procurar su efectivo desenvolvimiento, y no esperarque ésta se amolde a una norma fija y general que nuncapodría contemplar debidamente los múltiples casos a loscuales pretende aplicarse.

3° La escuela para el niño y no el niño para la es-cuela.—Es forzoso ya, en consuno con los modernos avan-ces en materia educativa, abandonar la vieja rutina que ha-cía de la escuela un marco caprichoso, al que debían amol-darse, en rígida igualdad, tantas y tan variadas inteligen-cias, descuidando por completo el sello de lo individual.La escuela debe, en concepto de I3erbart, "dejar tan intactacomo sea posible la individualidad " (1) . Y no de otromodo puede llenar su cometido, podría agregarse, si esque realmente trata de formar hombres de personalidad.¡Qué de fracasos ocurren constantemente por esa otra con-cepción errónea de la enseñanza! Cuántos niños descuidael maestro, asignándoles el duro calificativo de "brutos", tansolo porque no son capaces de ajustarse a su proceder dog-

(1) Herbart, Pedagogía General .—Traducción de L . Lazuria-gag página 51 .

EsTuDIos

919

mático y absolutista . Y es bien sabido que la mayoría deesos casos reportados como inservibles, en otra forma edu-cativa más armónica con sus caracteres particulares se ma-nifestarían en sorprendente eficacia. Importa, pues, quesea la escuela la adaptable al niño y no el niño quien seadapte a la escuela ; que sea variable lo capaz de variar, yno lo conformado en definidos rasgos por la naturaleza.

de Individualidad y multiplicidad .--¿Pero cómo pue-de asociar la escuela las múltiples formas que une a su fincolectivo (educación integral) con los intereses individualesque a un mismo tiempo se propone? ¿Se puede aspirar auna finalidad múltiple a la vez que se pretende un desarro-llo de la individualidad? ¿No hay contradicción entre es-tos dos principios? Aparentemente, sí la hay . Mas al con-&dürar que un hombre no es otra cosa que el reflejo de laespecie a que pertenece, es perfectamente justificable quecomprenda, en su sér individual, todos los variados as-pectos de la vida social, los cuales lo condicionan para viviren la comunidad . Por consiguiente, la escuela debe tenercomo base fundamental de su actuación, no el individuocomo tipo aislado sino como miembro de una institucióncolectiva ; es decir, ha de educar al niño en relación íntimacon la sociedad de que forma parte.

De aquí nace un doble interés de la educación que sesintetiza en la educación integral y la especialización : laprimera como exigencia de la sociedad y la segunda comoexigencia del individuo. Aquélla tiende a preparar conve-nientemente el educando, como un sér social que es, paraque pueda agitarse eficientemente en el medio en donde vi-ve, y es, por tanto, general para todos los humanos ; la se-gunda contempla al hombre en la gama de todas sus nece-sidades materiales, que requiere ejercitarse en una activi-dad determinada para ganar su modo de subsistencia, sino quiere exponérsele al triste y miserable destino del queanda en continuos vaivenes por el mundo, sin otro créditopersonal que el de su individualidad trunca e incapaz, porlo tanto, de llenar cometido digno en la comunidad .

920

ESTUDIOS

II

EDUCACION INTEGRAL

(1) Concepto. (2) Factores que la legitiman . (a) Necesidadde una cultura común como base, para el desarrollo de aptitudes de-terminadas. (b) La condición variable de la existencia infantilno permite una educación unilateral sin la previa formación de lapersonalidad .—Errores que se cometen a este respecto en materia deeducación : influencia nociva de los padres, de los maestros y del am-biente .—Imposibilidad de una igualdad estable y única en la vidaindividual . (c) Los accidentes de la vida suponen una reservamental del individuo para adaptarse a otro medio de vivir si así loexigen las circunstancias . (d) La formación de una conciencia na-cional . (3) Contenido de la educación integral .—La lucha contrael analfabetismo.—Necesidad de un sistema democrático de educa-ción .—La escuela primaria ; su principal función .—Los liceos.--La

educación integral después de la escuela.

1° Concepto . La educación integral, hemos visto ya,es la que considera en conjunto a todas las mentalidades,con el fin de conocerlas en la plenitud de sus poderes y crearlos fundamentos indispensables al manejo de los interesessociales comunes a todos los hombres . Según ésto, quedaexcluida toda base de diferenciación dentro de la finalidadcolectiva, de manera que sólo son aceptables aquellos aspec-tos individualistas que se refieren al mejor desenvolvimien-to de la personalidad del niño . En sentir de Fróebel (1) :"Todo hombre debe de ser considerado como miembro real ynecesario de la humanidad, y bajo este título ser objeto decuidados inteligentes y particulares" . Este concepto deleminente educador alemán ilustra suficientemente el hechode que la educación se preocupe en etimular cuanto le seaposible la individualidad del educando, pues sólo conocien-do sus caracteres individuales es posiblq asignarle el come-tido que pueda desempeñar en la comunidad . Más adelan-te dice el mismo célebre educador (2) : "Si no se aplican

(1) Fróebel : La educación del hombre. Traducción de J . A.Núñez, página 13.

(2) Fróebel.—Op. cit., página 23.

ESTUDIOS

921.

todos los cuidados al desarrollo del hombre en los primerosgrados de su vida, dificúltase para más tarde la marchade la educación ; este olvido, esta negligencia harto común,es frecuentemente causa deplorable de que el hombre seaparte del fin a que tendían sus facultades y aspiraciones".A este respecto nada habría que añadir, sino que la educa-ción debe empeñarse tesoneramente en analizar con deten-ción cada inteligencia, para cerciorarse de lo que por natu-raleza es capaz, para, consiguientemente, darle aplicacióndefinida.

Importa también, desde otro punto de vista, que la edu-cación común propenda a crear en el alumno aquellos ele-mentos necesarios para su actuación en la sociedad . Y esque por sobre las actividades peculiares a los individuos,existe una actividad común, un interés colectivo que nacede la igual condición humana, siendo así que todo sér ra-cional es un ejemplar típico de la especie, y acreedor, por de-recho congénito, a todos los merecimientos y designios apli-cables al sujeto "hombre". Existe para la generalidad delos pensantes una conciencia colectiva que no se ajusta aningún criterio de individualidad ; y es el alma que da ca-rácter y vida a toda institución humana, por encima de laspreocupaciones e intereses individuales . Hay una faz dela vida que compete por igual a todos los habitantes de unpaís, por ejemplo, y es la profesión ciudadana, en relacióncon los asuntos sociales ; y dentro de esta significación, muyamplia si se quiere, mira el hombre su obligación de coo-perar en el progreso general de la comunidad a que perte-nece . Se sale pues, en esta labor, del radio de sus valoresparticulares, para atender , en un campo más vasto, a laparte que le incumbe como colaborador en la obra del ade-lanto social.

Se desprende lógicamente que una faz educativa con-formada a tales fines tiene vital importancia en toda forma,porque satisface, puede decirse, lo que es dable esperar comoprimera etapa de la educación.

2? Factores que la legitiman . (a) ¿Se puede aca-so, sin peligro de adoptar una determinación aventurada,

922

ESTUDIOS

destinar al niño, a penas pisa el umbral de la escuela, a unaprofesión definida? No está en pugna contra este pensarla voz autorizada de la naturaleza, protestando de un hechoque se dispone sin su consentimiento? Es indiscutible quetoda educación conscientemente orientada, debe prescindirde un propósito semejante . Sus recursos se concitan ainspeccionar, explorar primero el terreno en que labora, amanera de hábil labrador que, en su afán de obtener máspingües y hermosas cosechas, examina cuidadosamente latierra con que cuenta, la ara, la remueve, le suministra abo-nos, y la prepara, en fin, para depositar en élla una simien-te que se desarrolle y fructifique con fecundidad y lozanía.Esa simiente no es otra cosa que la profesión que, conoci-das las aptitudes y fuerzas productoras de la mente, se echaa germinar en élla, regalándola con todas las condicionesfavorables a su desarrollo y perfeccionamiento.

Nada más lógico, pues, que una cultura general queabarque, en el radio más amplio, el mayor número de opor-tunidades que sea dable, —intelectuales, artísticas, manua-les, profesionales, etc .— como una base de experimentaciónpara el cultivo de inclinaciones determinadas.

(b) Observando la vida de un niño, no es difícil com-prender cuán suave e inconscientemente se deja arrastrarpor los impulsos del momento y por las pasiones más in-significantes. Si en el teatro hay un actor que le fascinapor sus prodigios de fuerza, por ejemplo, allí le oiremosdecir : "Yo quiero ser un Maciste". Si en la calle advierteun espectáculo extraño, un hecho cualquiera que le avive sucuriosidad, es de ver la consagración, la asiduidad, la sim-patía que manifiesta en seguida, presa su alma impresio-nable de la más sincera e ingenua de las decisiones, decisio-nes que duran las más de las veces igual que lo efímero yque perduran otras por cierto tiempo, pero que siempre soncorno llamaradas que se encienden repentinamente, paradejar tan solo, después de extinguidas, la huella indecisadel humo que se aleja Tal es el niño : una masaplástica en la que imprimen su toque las más extravagantesideas y los más desinteresados propósitos . De aquí la con-

USTUDIOS

923

veniencia de que el fondo dormido en su interior, despiertey se revele en caracteres definidos ; de que su personalidadse desenvuelva, para encauzarse en el sendero que le seña-lan sus potencias de acción.

Y sin embargo, cuántos fracasos no experimentan amenudo tantos séres cuyo medio de vida está en completodesacuerdo con su verdadera vocación . Profesión que leimpuso el maestro antojadizamente a un alumno suyo —sinla intención quizás de perjudicarlo, creyendo más bien

beneficiarle--guiado por un deseo de convertirlo en un granabogado, para el caso, cuando era mejor dispuesto a queabogaran por él . ¿ Y los padres? ¿No se da frecuentemen-te el caso de que un padre someta su hijo a un aprendizajeque si es posible éste detesta, obedeciendo a un mero capri-cho, a. un simple supuesto de que le agradaría verlo trans-formado en tal o cual personalidad? Y a más de los padres,¿no interviene también el medio social donde se agita elindividuo en el sentido de subordinarlo en cierta forma a unorden do actividad que es el resultado de una complicaciónpolítica, de un estado de pasividad general, etc .? ¡Cuántasveces el común de los hombres son arrastrados hacia undestino completamente opuesto a sus sentires particulares,porque así lo exigen las circunstancias especiales de untransitorio régimen de vida! Y en otras ocasiones, cómoel ambiente de indiferentismo y letargo moral e intelectualde una sociedad, condena al suplicio de la obscuridad eter-na, espíritus idealistas, divorciados con las tendencias ava-salladoras del progreso, por más que en vano intentan salirdel obscuro fondo en donde yacen confundidos con la im-potente medianía!

Mas, aun cuando la profesión o género de actividad aque nos consagremos respondan a la verdadera vocaciónpersonal, se pone de relieve en seguida que la vida estásometida a un proceso de continua transformación, segúnel cual no hay igualdad perenne e inmutable . Hasta lamisma individualidad está sujeta a este género de cambioincesante, regido por la ley trasmutadora del tiempo . Consideremos, si no, el notable contraste que ofrece el período

924

ESTUDIOS

de juventud, pletórico de ideales, de ilusiones y de generosooptimismo, al compararlo con el de adulto, desprovisto de lasenergías constructivas y entusiasmos juveniles, y hasta con-frontado con las decepciones y contingencias que traen con-sigo las luchas de la existencia . Y al equiparar la etapade adulto con la de la vejez, ¿no se advierte igualmente laincongruencia que las separa? En la vejez toda fuerza deacción ha decaído, toda pasión se ha amortiguado, todo,en fin, ha llegado al eclipse de su valer, a manera de luz queque despide sus últimos reflejos, falta ya del combustibleque la alimentara. Si el hombre varía, pues, por naturale-za, cómo no legitimar la corriente modificadora que invadelos más secretos rincones del universo? ¿Cómo no justifi-car la modificabilidad del ambiente y, con ella, el cambioinevitable de los medios de vida, a medida que la civilizaciónavanza, las necesidades se multiplican y hay, por tanto, me-nester mayores recursos con los cuales contrarrestarlas?

(c) Si los accidentes y mutaciones de la vida son con-secuencia directa de un proceso de evolución constante dela humanidad, es claro que el hombre no debe contentarsecon poseer una profesión a la cual concrete todo su sér, res-tringiendo así su campo de acción a tal punto que lleguea tornarse incapaz de eficiencia en otro sentido ; exigen,por el contrario, una preparación más vasta, un grado com-prensivo del sistema social, que, no obstante una consagra-ción particular, permita redimir, cuando las circunstanciaslo requieran, una sii ;uación creada por la imposibilidad decontinuar ejercitando un orden determinado de actividad.Este concepto amplificado de la cultura individual, bienque prive la especialización, puede obtenerse por medio deuna educación común que presente el mayor número de opor-tunidades para el conocimiento, aunque no a fondo, de losdistintos géneros profesionales.

(d) Lo mismo que los individuos, los pueblos tambiéntienen una personalidad que es como la suma total de uninmenso número de factores similares, producto común deuna misma manera de sentir y de pensar : es la idea o ideas,los caracteres particulares que les dan representación y

ESTUDIOS

925

que sirven para distinguirlos, en el consorcio de las nacio-nes, como entidades caracterizadas y estables . Los paísesque carecen de esta personalidad, no han adquirido aún elverdadero sello de la autonomía, porque sus actos no obe-decen a un espiritu director que debiera guiarlos y son, portanto, fruto de un estado que dista mucho de ser definitivo.Incumbe a la escuela, como fuente de toda alta misión, for-mar en los niños ese parte importantísima que representala esencia de la vida nacional, creando un fondo de expe-riencias comunes, de aspiraciones colectivas, coma base pa-ra la homogeneidad de la raza y de la nación.

3° Contenido de la educación integral. Las modernasorientaciones democráticas que invaden poco a poco el com-po de la enseñanza, hacen cada día más indispensable elestablecimiento de centros de cultura general, para ofrecera la generalidad de los hombres, —pobres y ricos, grandesy humildes— la oportunidad de disfrutar los beneficios dela educación . Y esta medida liberal y salvadora se imponetanto más cuanto que todos los países deben abrir seriacampaña contra el analfabetismo, peligroso mal que desgra-ciadamente abarca gran número de víctimas en nuestrospueblos, y que es un gran obstáculo para la marcha haciael progreso. ¡Cuántas mentalidades fecundas se pierden,

además, en la multitud de los que hallan las puertas cerra-das para dirigirse hacia la luz que redime y magnifica : in-justo destino para los que bien merecen abrirse paso en lalegión de los privilegiados de la inteligencia! Este régi-men privativo de educación, trae como consecuencia, muchasveces, una posible superioridad de aquéllos que, por encon-trarse en ocasión de recibir las luces de la instrucción, pue-den llegar a un nivel superior a que no logran ascender otrosque, contando con los dones propulsores de la inteligencia,permanecen alejados del bien inapreciable a que legítima-mente tienen derecho.

Para remediar este estado de cosas, es necesario abrirlas puertas de la escuela a todos los individuos, en ecuani-midad democrática ; pero eso si, la educación que recibendebo ser una educación que responda a fines sociales, enten-

926

ESTUDIOS

diendo por éstos, los dirigidos a suministrar elementos quecapaciten para la vida práctica . La institución educativaque mejor responde a esta exigencia es la escuela primaria.De aquí el primordial empeño que ha de ponerse en organi-zar con acierto y precisión los programas de enseñanza deestos centros de cultura. Y es porque si no todos tienenla posibilidad de continuar estudios de especialización, to-dos deben tenerla, al menos, para encauzarse someramenteen los senderos de la verdad y de la luz ; todos deben adqui-rir un horizonte intelectual que los saque de los abismosobscuros de la ignorancia ; todos deben disfrutar, si bienescasamente, el más hermoso y supremo bien que puede con-cederse al hombre ; todos deben poseer, en fin, una prepara-ción cultural que los condicione para poder enfrentarse alas necesidades y contingencias del vivir, llevando comosalvaguardia para el combate, el arma más poderosa y efi-caz : el arma del saber.

Además de la escuela primaria, podrían considerarsecomo agencias do cultura integral, los colegios de segundaenseñanza tales como los liceos . En efecto, los liceos no sonsino centres de educación en los cuales se prosigue, aunqueen términos amplios, la educación primaria : en éllos la en-señanza se concreta a ampliar los horizontes de la vida inte-lectual por medio de estudios científicos generales ; ningún

ramo o asignatura se profundiza en especial ; acaso en elúltimo año algunos introducen un curso preparatorio paraulteriores actividades profesionales, pero todos tienen porfin proporcionar al educando los elementos intelectualesbásicos para una futura especialización.

No puede decirse lo mismo de las escuelas normales, enlas que ya se persigue un fin profesional : el adiestramientode jóvenes para el ejercicio del magisterio, aunque en losprimeros años de estudio también se les da un cultivo men-tal de carácter integral, con el objeto de extender su visiónintelectual.

La educación integral después de la escuela . Pero pormás que la escuela se esmere en llenar su cometido con elmayor grado de eficiencia, siempre deja por modelar una

RSTUDTOS

927

parte importantísima de la naturaleza humana, y es la vi-sión práctica de la existencia, que sólo se adquiere confron-tándose con las realidades de la vida . La escuela podráacortar a la mente el mayor número de ideas, ideales, rum-bos de acción, etc ., pero lo ea muy difícil ofrecer un campode actividad idéntico al del ambiente social, porque no pue-de crear necesidades ofectivas, las que sólo se presentan enel curso de la vida práctica . Efectivamente, nada hay queestimule y aguce más el intelecto en busca de solución paraun problema dado, como el hecho de que se ofrezca inter-puesto en aras de un propósito perseguido en la realidad:la inteligencia se ofuzca, trabaja, investiga, vence al fin,llevada por el interés que se deriva de la cosa apetecida.

Se infiere de aquí, pues, que si la vida, en la gama desus complicaciones y reveses, exige una función tan impor-tante de la inteligencia, es obvia la necesidad de continuarnutriéndola en la gran escuela que es la realidad, para adies-trarla cada día más y hacerla capaz de salvar los escollos deque está sembrado el camino de la existencia La culturageneral debe, en consecuencia, prolongarse después de laescuela ; pero será una labor del hombre por sí mismo, unalabor que tienda a aquilatar los poderes intelectuales y ro-bustecer la personalidad.

Creer que cuando salimos de las aulas nuestra educa-ción ha terminado y que, por tanto, todo ulterior aprendiza-je es inútil, no pasa de ser sino uno de los más grandeserrores que puede cometer el hombre : no volver a abrir unlibro para apreciar el contenido de sus páginas, es condenar-se a dar por inservible todo lo anteriormente aprendido,porque las fuerzas intelectuales empequeñecerán, decaeráigualmente el contenido mental, y la mente sufrirá un es-tado parecido al de un tesoro enterrado que, aunque for-mado de magníficas joyas, al no pulirlas y usarlas con re-gularidad, se cubren poco a poco del moho que envuelve loabandonado a la acción destructora del tiempo y se tornan,pues, en material desmerecido y escaso de valor.

Desechemos ese concepto estrecho que re' ,ja y descui-da nuestras adquisiciones mentales : es preciso aumentar

928

ESTUDIOS

nuestro caudal intelectual antes que empequeñecerlo ; be-hamos la savia pura y vigorizadora que encierra en sí lalectura sana y fecunda en sugestiones ; modernicemos nues-tro espíritu poniéndolo al corriente del movimiento civiliza-dor de la humanidad en sus diversas manifestaciones ; re-

cojamos la enseñanza que a cada paso nos suministran lasexperiencias nuevas que a diario nos afectan ; mantegamosnuestra mente perpetuamente joven, intensamente impre-sionable, profundamente afecta a los placeres verdadera-mente superiores que se sintetizan en los nobles ideales, lasconfortantes ideas y los elevados pensamientos, y habremosrealizado labor digna y meritoria en la sociedad.

III

ESPECIALIZACION

(1) Concepto . (2) Por qué se justifica . (a) A nadie le serla

dable, dentro de los límites humanos, poseer toda la cultura del mun-

do .—Cómo se impone la división del trabajo . (b) Las diferencias

individuales . (3) El problema de la especialización . (a) Defi-

ciencias que aquejan a la escuela .—Su , campo restringido no permite

definir la vocación individual ; fracasos por desconocimiento de lavocación verdadera . (4) Campo quo abarca la especialización.

1? Concepto . A medida que la civilización avanza,la vida humana experimenta hondas y múltiples transfor-maciones, determinadas por el proceso evolutivo del progre-so : aumentan las necesidades, se multiplican las activida-des, se complican los medios de trabajo, de modo que se ha-ce indispensable cada día más una preparación particularde los hombres para atender tan numerosos y variados as-pectos . Así las cosas, la escuela no puede aspirar a un idealde cultura universal, y ha de contentarse con que, a más deuna fase integral, cada individuo adopte el rumbo de espe-cialización que le señalan sus aptitudes personales . Es éstauna situación impuesta por la imposibilidad de adoptar otrosistema, y parece, naturalmente, que nada habría que aduciren su contra, supuesto la legitiman fuerzas superiores atodo esfuerzo humano que quisiera contrarrestarlas ; sin

embargo, da margen a alguna discusión .

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Augusto Comte, citado por Rodó (1), dice que la es-pecialización tiene para él el grave inconveniente de facili-tar la aparición de espíritus "muy capaces bajo un aspectoúnico, o monstruosamente ineptos bajo todos los otros".Este concepto del eminente autor obedece tal vez a un su-puesto de que la especialización comenzara sin antes dar aleducando una cultura general que le proporcione una visiónintelectual amplia que, no obstante una consagración espe-cial, permita activar la mente en otro sentido . Ha de re-conocerse, no obstante, que sí hay justificada razón en elaserto del pensador francés si, juzgando el asunto por elejercicio de las profesiones manuales o físicas, se consideraque la inteligencia desempeña un papel poco menos que in-significante . El herrero que, por ejemplo, dedica todas susenergías al trabajo del taller, en lucha constante con el ace-ro, mal podrá ejercitar sus poderes intelectuales en el senti-do de escapar del círculo que le señalan los límites de sucondición obrera, hecho como está su sér al monótono resta-llar del yunque y concentradas sus fuerzas para levantarcon mayor vigor el mazo que le proporciona el sustento:naturaleza perennemente esclavizada a un tipo de ocupaciónque, a más del fin utilitario, no podrá reportar beneficioalguno a la vida que se aparte de los estrechos límites delmaterialismo.

Género de esclavitud espiritual que hizo exclamar almaestro del Plata con dolorosa exasperación : "Todo géne-ro de meditación desinteresada, de contemplación ideal, detregua íntima, en la que los diarios afanes por la utilidadcedan transitoriamente su imperio a una mirada noble yserena tendida de lo alto de la razón sobre las cosas, perma-nece ignorada, en el actual orden de sociedades humanas,para millones de almas civilizadas y cultas a quienes la in-fluencia de la educación o la costumbre reduce al automa-tismo de una actividad en definitiva material" (2).

La educación debe luchar, pues, por extirpar del común

(1) Rodó, Ariel .—Editorial Prometeo, página 30.

(2) Rodó, Ariel.—Editorial Promgteo, página 82.

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de los hombres esa especie de restricción espiritual tan fre-cuente y tan funesta, dirigiendo sus influencias a procurarun efectivo desarrollo de los elementos culturales que, si bienel individuo adquiere un destino profesional, la capacitenpara vivir a la vez que la vida del cuerpo, la vida psíquicao intelectual . La especialización, en tales circunstancias,no atrofiará las funciones del intelecto, sino que sólo roba-rá una parte del sér, la material si se quiere, para dejar in-tacta la parte superior de la individualidad.

20 Por qué se justifica . (a) En el transcurso de lossiglos, acaso como raras excepciones, han surgido hombrescapaces de abarcar para sí la cultura de su época ; pero,en rigor de apreciación, esos son casos anormales que, rom-piendo el círculo de lo igual y lo común, cual animados poruna potencia de universalidad que los impulsara, se hanapropiado el cúmulo de experiencias tan costosamente ga-nadas por la humanidad, y aún han abierto nuevos horizon-tes para el progreso, en la sed infinita de verdad y de luz;verdaderos genios --tal es el término que merecen— capa-ces para todo con igual seguridad de eficiencia, a juzgarpor éllos no se aventurará la educación a seguir ningúncriterio de universalidad, porque contadas veces se presen-tan a la admiración del mundo.

En tanto, la civilización avanza y, con élla, la cienciada agigantados pasos hacia su amplitud y perfeccionamien-to : crece la obra de la inteligencia colectiva, mas el cerebrocomún de los hombres acaso permanece fiel a un tipo más omenos estable, incapaz de abarcar siquiera una pequeña par-te de la cultura del universo . Parece paradógico, en con-secuencia, todo intento endilgado a hacer una misma laeducación de los humanos.

El adelanto, en las diferentes esferas de la vida social,no puede verificarse, por otra parte, sin una minuciosa re-partición del trabajo. La ciencia, de preferencia, no puedeadelantar sin un sistema de especialización que haga posi-ble un avance particular de las diversas partes y, por consi-guiente, del todo . Así, es necesario que diferentes indivi-duos se dediquen a diferentes ciencias —unos a las mate-

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máticas, otros a la filosofía, quienes a la astronomía, etc .—con el objeto de que, teniendo cada cual uno sola preocupa-ción puedan investigar, adentrarse en los más serios pro-blemas que precise solucionar en cada caso, hacer descubri-mientos, derivar conclusiones y hacer avanzar, en fin, elgénero de la actividad a que están consagrados . Aún en elmismo campo de una ciencia dada, la medicina, por ejem-plo, se impone la conveniencia de que unos médicos se es-pecialicen en un ramo determinado de la profesión, algunosen otro, etc., para que todos contribuyan, cada cual en suesfera, al adelanto general de los estudios medicinales.

Como se ve, el desarrollo de la especialización, es unacondición necesaria de progreso y el único medio, además,para asegurar la existencia individual.

(b) La especialización halla otro de sus más sólidosfundamentos en el hecho de que los individuos sean radi-calmente diferentes entre sí . Efectivamente, esta ley dediferenciación rige aun en los séres más acercados por loslazos de la sangre : hasta en los hermanos gemelos se ad-vierte un grado notable de disparidad que, si no en el ordenfísico, es crecido en el orden intelectual ; la similitud mentalque podría existir entre éllos sólo llegaría a manifestarseen la igualdad de sus actos, tendencias y afecciones, pero,sabemos, es raro hallar un caso parecido . Las diferenciasindividuales se legitiman, pues, poi' una norma natural queobedece, precisamente, al proceso evolutivo que dirige el sis-tema del mundo . Y, no de otro modo puede concebirse elorden natural a que estamos sujetos, porque de ser todoslos hombres indénticos, es decir, de pensar, sentir y proce-der análogamente, la humanidad permanecería en un estadoestático, explicable en la circunstancia de que el progresosólo sería realizable hasta el límite que le determinara elvuelo intelectual de la colectividad, uniformes como seríantodas las manifestaciones de los miembros que la integrasen.Nace de aquí, que el principio de la diferenciación individual,es el factor indispensable para el adelanto de la cultura hu-mana. La educación debe, por tanto, estimular las dife-rencias individuales antes que reprimirlas ; ha de ser pro-

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fundamente flexible para adaptarse convenientemente a losdistintos séres a los cuales se aplica y debe, por último, con-tinuar esa labor individualizadora por medio de una espe-cialización acorde a las aptitudes y disposiciones personales.

30 El problema de la especialización . Precisa confe-sar que la educación, aún con sus modernos avances, adole-lece, en términos generales, de ciertas deficiencias que entor-pecen en gran manera su acción cultural . Acaso un asomode regeneración tiende hoy día a romper con los regímenestradicionales, tan de hondas raigambres en el espíritu de lahumanidad entera . En materia educativa, un conceptomeramente formalista ha prevalecido por largo tiempo, des-de su alborear en los antiguos estudios humanistas . Estecriterio que hace de la escuela un centro de mero desarrollomental sin ningún matiz práctico, es uno de los grandesobstáculos que se oponen a la fórmula que en muchos paísesavanzados se tiene ya de la educación, y que se la define co-mo "eficiencia social". "Ningún hombre incapaz de ga-narse la vida —dice el profesor Bagley— podría ser social-mente eficiente " (1) . Se infiere de ésto, entonces, que eltérmino "socialmente eficiente" sólo se le aplicará a aquellaescuela que prepare al individuo para vivir honradamente,mediante el ejercicio de una actividad condicionada a suscaracteres individuales.

¿Cumplen, ahora, nuestras escuelas con ese fin? Des-de las primeras observaciones bien acertadas, podría afir-marse lo contrario . Esta grave deficiencia estriba, hemosdicho, en una concepción errónea de la educación, en virtudde la cual los establecimientos de enseñanza han permaneci-do absolutamente divorciados con los intereses propiamentesociales. Se acostumbra llenarle la cabeza al niño de teo-rías y conocimientos abstractos, creyendo que con ese sim-ple desarrollo disciplinario la labor educativa ha terminado.Mas cuando ese niño es hombre y se halla en presencia de larealidad, he aquí que él mismo reconocerá la inutilidad de

(1) Bagley, Proceso Educativo. Traducción de Darlo E. Sa-las, página 57.

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lo aprendido, tal vez ya olvidado en su mayor parte, por-que no le sirve para gran cosa en la práctica.

La principal deficiencia de la escuela consiste, pues,en proporcionar conocimientos de escasa utilidad real ; éstoen cuanto a la faz general de la enseñanza.

¿Se preocupan, además, nuestros colegios, de estimularla personalidad del educando? Por regla general, las ten-dencias educativas se han encaminado a tomar determinadonúmero de asignaturas que se suponían suficientes para lavida, pretendiendo que ellas producían toda la habilidaddeseable para enfrentarse a los problemas sociales . Estees un error que se funda en la antigua creencia de que lamente, ejercitada en determinado sentido, es capaz de de-demostrase eficientemente en cualquier aspecto de activi-dad que se le presente . Hay en ésto suficiente demostra-ción para inducir que la mayor parte de los centros de ense-ñanza, apegados a esos viejos conceptos, pierden de vistael punto importantísimo de la individualidad . De consi-guiente, la escuela sólo ofrece un campo restringido al desa-rrollo individual, siendo así que somete todas las inteligen-cias a un molde igualitario ; de donde todo iniciativa, todorasgo del "yo" personal se ahoga irremisiblemente en la rí-gida forma de una ecuanimidad infundada. Resulta así, enúltimo análisis, que sólo las mentalidades mediocres puedenadaptarse a esa nivelizadora educación, mientras las supe-riores quedan relegadas a un grado de inferioridad, por nohallar ambiente propicio para su desenvolvimiento.

En consecuencia, la escuela carece de medios para defi-nir la vocación individual, y perpetúa uno de los mayoresmales educativos, ya que gran número de educandos salensin orientación definida para una ulterior especialización,y corren el serio peligro de adoptar un rumbo elegido alazar, probablemente en contradicción con las tendenciasde su propia personalidad, lo que fácilmente se demostrarámás tarde, cuando, ante la lucha con la realidad, se dencuenta de un fracaso originado por la influencia nociva dela educación.

4? Campo que abarca la especialización. La especia-

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lización propiamente tal no comienza sino después de la edu-cación integral. Sin embargo, podría entenderse que cier-tos elementos do cultura general como los trabajos manua-les, por ejemplo, dan alguna habilidad práctica al alumnoy sirven a manera de iniciación en los cursos profesionales;pero en todo caso, el niño sólo adquiere una noción generalda las diversas ocupaciones, acaso más acentuada en el gé-nero de labor que mejor le agrada.

Si la escuela de primera enseñanza extendiera su radioen el sentido de establecer, ya en los últimos años, un siste-ma de aprendizaje que permitiera a los educandos ejercitar-se en los diferentes ramos profesionales, es claro que se ade-lantería mucho en el logro de los fines sociales de la educa-ción porque aquéllos que, por algún motivo, no pueden con-tinuar estudios de especialización, irían a la vida con cier-ta preparación para trabajar con mejor éxito que los sali-dos de las aulas sin ninguna orientación práctica y que seconvierten, por su incapacidad para vivir mediante sus pro-pios esfuerzos, en pesada carga social.

La verdadera especialización comienza cuando el alum-no ha cursado los estabecimientos de cultura integral . Con-viene recalcar aquí que la especialización ha de tener por ba-se el conocimiento de la vocación personal, ya que, de locontrario, se expondría a un fracaso, bien porque el indivi-duo no demuestre, al cabo, capacidad para la clase de pro-fesión a que se le destina, bien porque, aún cuando logreterminar el aprendizaje, más tarde se convencerá de que suslegítimas inclinaciones vocacionales estaban muy lejos deser las que adoptó en un principio.

IV

CONCLUSION

(1) Especialización y educación integral .—Cuál debe ser el primer cui-dado de la educación . (2) La educación y la disciplina formal . (3)Modernas orientaciones de los sistemas educativos .—Socialización dela enseñanza.—La escuela del ,trabajo. (4) Cuál sería la escuela ideal.

1? Especialización y educación integral . ¿Son, aho-ra, la especialización y la educación integral, aspectos fijos

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y determinados que se suceden el uno al otro y ocupan etapasdefinidas en la vida del educando, o pueden fundirse en untodo que las considere conjuntamente?

Se ha dicho que el primer cuidado de la educación noestriba en figurarse el hombre de negocios, el abogado, elmédico, el carpintero, etc., en la pequeña criatura que se pre-senta por primera vez a la escuela, sino mirarla como loque realmente es : una naturaleza tierna e inculta que impor-ta examinarla cuidadosamente para apreciar su contenido:removerla para despojarla de todo lo que en sí lleva de per-judicial y nocivo y realzar, en cambio, toda aquella partepródiga y fecunda ; suministrarle lo que indispensablementeexige para manifestarse en la virtualidad de sus potenciasy prepararla, en fin, para sembrar en élla la simiente quemejor acogida halle en su seno y que puedar dar más ju-gosos y sazonados frutos.

De aquí se infiere que la primera cultura que debe re-cibir el niño es aquélla que tiende a ponerlo en capacidadpara una futura especialización . Indudablemente es for-zoso reconocer que un pequeñuelo que se acerca a las aulasva ignorante en lo absoluto de la organización social en quese agita : como todo lo obtiene de sus padres, no es capazde comprender la dura lucha para ganar el sustento, a pe-nas si se dará cuenta de lo que es el trabajo ; igualmentedesconoce para qué ni por qué existe, y mal podría entenderque está llamado a trabajar más tarde para poder vivir;ignora asimismo que no podrá saberlo todo y que, en con-secuencia, es obvia la necesidad de ejercitarse en el mediode vida más en acuerdo con las aptitudes individuales . ¿Esposible, ahora, que un sér en la atrofia completa de todaidea reveladora de su actuación social y hasta de su mismapersonalidad, adopte un rumbo definitivo en el cual encau-zarse para arremeter contra el porvenir? Todo razona-miento a este respecto no serviría sino para demostrar unavez más la inutilidad de nuevas consideraciones en contra-rio.

20 La educación y la disciplina formal. Mas al discu-tir el punto anterior , no se ha querido sino poner de relieve

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ÉSTÚDTOS

que toda especialización prematura es un grave error edu-cativo. Pero es lógico admitir que al aceptar la educaciónintegral como medio de simple desarrollo mental, se incurri-ría en otro no menos grave error que consiste en atribuirleun valor meramente formal ; y este último carácter, sabemos,es práctica descartada, por su ineficacia, de las actualesorientaciones pedagógicas y que sólo representa un vestigiode los antiguos estudios humanistas. La pedagogía moder-na trata, más bien, de juzgar la importancia educativa delo que se enseña por el valor práctico que entraña ; en otraspalabras, por la utilidad que pueda reportar en la vida dia-ria. Se nos presenta, pues, un problema que requiere so-

lución : ¿cómo puede la escuela llenar su función de cultu-ra general sin arriesgarse a desempeñar un papel exclusi-vamente disciplinario?

Para aclarar el asunto, conviene precisar que la edu-cación integral entendida como disciplina formal de la men-te, se desvía del verdadero objeto que fundamentalmente

se propone . Y es que desde el punto de vista social, nadasignifica una preparación abstracta y desprovista, por en-de, de todo elemento prácticamente útil, ya que el individuodebe probar sus capacidades mentales confrontándose conla realidad de la vida . Sin embargo, la fase teórica hapredominado por mucho tiempo en la enseñanza, a tal pun-to que se la extremó a descuidar en lo absoluto toda partici-pación de las actividades prácticas en la preparación deleducando.

3? Moderna orientación de los sistemas educativos.

Hoy las tendencias educacionales, en vía de subsanar lostradicionales yerros, reconocen a la escuela un campo deacción más vasto, y tratan de relacionarla cuanto es posible

con la comunidad en que funciona. Tal es la norma queactualmente preside los más avanzados sistemas pedagó-gicos, y es el movimiento que se denomina "socialización

de la enseñanza" . En efecto, ningún medio tan fecundo ensugestiones como éste que excluye definitivamente el viejocauce rutinario que hacía del centro que debe ofrecer ma-yores placeres al niño, un lugar fastidioso y hasta abo-

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rrecible donde la palabra dogmática del maestro era verdadacabada que todos los discípulos debían aceptar con religio-sa credulidad . En ese régimen de despotismo educativose ahogaba toda manifestación hija del deseo insatisfechode aprender por parte del alumno ; toda libre iniciativa quediera vislumbres de personalidad, todo gesto generoso del"yo" íntimo que caracteriza particularmente a los indivi-duos. El que aprende esclavo del que enseña, he aquí ladivisa inexorable, el proceder inrestricto ante el cual hansucumbido tantos nobles pensamientos, tantas ingenuas ori-ginalidades, tantos escondidos tesoros dignos de mejorsuerte.

Este movimiento regenerador que actualmente imprimecarácter y vida a los establecimientos educativos, procuraen primer término que la enseñanza descarte por completoese papel teorizante de otros tiempos, sustituyéndolo en elsentido de proporcionar al discípulo conocimientos prác-ticamente utilizables ; buscar, de otra parte, el modo de desa-rrollar hasta la altura de que son tapetes, las fuerzas querepresentan la individualidad del que se educa . ¿Cómo?

Si la educación persigue un fin social, es indiscutibleel hecho de que sólo puede alcanzarlo llevando a la escuelalos elementos educativos condicionados a su propósito . Elalumno debe hallar en élla, por consiguiente, todas las for-mas de actividad que se compaginen con los intereses so-ciales. Se desprende de ésto que unido al interés común dela educación debe existir un interés individual . El interéscomún propende a desarrollar los aspectos culturales queson indispensables para la vida comunal, es decir, desen-vuelve los poderes sociales que necesitan por igual todos loshombres . El interés individual se dirige a proporcionaral educando todas las posibilidades concernientes al desen-volvimiento de sus disposiciones personales.

Inspirada en este último objetivo ha surgido en Alema-nia la llamada "Escuela del Trabajo" . Esta agencia educa-dora, como su nombre lo indica, al par que le suministra alniño una cultura intelectual, le ofrece el mayor número deartes manuales e industriales, para que adquiera una idea

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práctica de cada una de éllas y pueda, si sus aptitudes in-

dividuales se inclinan a determinada profesión, continuardefinitivamente en la rama de trabajo a que por naturalezaestá condicionado . Los principios que caracterizan la es-cuela del trabajo los resume el profesor alemán J . Kers-chensteiner (1) así : "1° La escuela del trabajo es una es-cuela que enlaza todo lo posible su actividad educadora a

las disposiciones individuales de sus alumnos, y multiplicay desarrolla hacia todos los lados posibles estas inclinacionese intereses, mediante una actividad constante en los res-

pectivos campos de trabajo. 29 La escuela del trabajo esuna escuela que trata de conformar las fuerzas morales dealumno dirigiéndolo a examinar constantemente sus actos

de trabajo para ver si éstos expresan con la mayor plenitudposible lo que el individuo ha sentido, pensado, experimen-tado, querido, sin engañarse a sí mismo, ni a los demás.

3e La escuela del trabajo es una escuela de comunidad detrabajo en la que los alumnos, en tanto que su desarrolloes suficientemente alto, se perfeccionan, ayudan y apoyan

recíproca y socialmente a sí mismos y a los fines dela escuela, para que cada individuo pueda llegar a la pleni-tud de que es capaz por naturaleza".

Como ya se ha dicho, la escuela del trabajo no sólo sepreocupa de facilitar el desarrollo de las disposiciones pro-fesionales del discípulo, con lo que se restringiría a ser un

centro de cultura eminentemente profesional, sino que atien-de igualmente al desentrañamiento de cualesquiera otrasinclinaciones personales, ya de orden intelectual, ya de or-den social, ya de orden artístico, etc. Se conforma, pues,a un plan de labor amplia y significativa, como que presen-to a todos los alumnos igual ocasión para que muestren loque hay en éllos de particular y característico . Respecto aeste punto dice Mr . Fisher, Ministro de Educación inglés

(1) Revista de Pedagogía .—Año I ; número 9 ; editada en Ma-drid .—"La escuela del trabajo" por J . K. Kerschensteiner.

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(1) : "El gran problema estriba en dar a todos los niñosuna igualdad de oportunidades. Es preciso que los quetengan la capacidad intelectual y el vigor moral para ele-varse por encima de la condición en que nacieron, poseanlos medios de triunfar ; es preciso que el creador, el inven-tor, el hombre de acción, el jefe, que, ignorado por sí mismoestá oculto en el niño que se sienta en el banco de la escue-la, encuentre en élla ambiente favorable para su desarrollo.Es preciso que se implante un sistema de instrucción na-cional amplia y libre para conducir al talento y al méritoa la realización de su destino" . Como se ve, la educaciónconcilia, aún en los centros de cultura general, un interésindividual y un interés múltiple, porque teniendo este doblecarácter, es fácil que se manifieste la individualidad delalumno, de acuerdo con el ejercicio de las actividades quemejor se conformen a sus inclinaciones.

Si la educación le presenta vasto campo para ejercitarsus poderes individuales, es claro que podrá demostrarsemás hábil en determinado sentido, si esta tendencia obede-ce a su vocación personal.

No quiere esto decir que la especialización comienceantes de su debido tiempo, sino que se la prepara de ante-mano, para no hallar más tarde formidables escollos antelos cuales fracase todo intento dirigido a encauzar defini-tivamente el destino profesional del individuo, ora porquela profesión ha sido escogida sin consultar el verdadero dic-tamen de la personalidad del educando, ora porque halagaen apariencia pero en el fondo va en pugna directa contrala propia naturaleza, y lleva, en consecuencia, el germenpara un futuro y desconsolador desengaño que significa mu-chas veces una profunda decepción de la existencia.

4^ ¿Cuál sería la escuela ideal? La escuela ideal seráindudablemente aquélla que funciona a manera de un peque-ño teatro por el tenor del escenario inmenso de la comuni-

(1) Revista de Pedagogía ..—Editada en Madrid, Año I, nú-mero 8.—Informaciones.—La Educación de los más aptos .—(Refo-rencia) .

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dad ; la que, alejada de todo elemento formalista, se presen-ta cual un vasto campo de experimentación en el cujzl seejercitan las fuerzas vivas del alumno ; la que, en fin, abar-ca eI mayor radio de influencia decisiva en la vida del edu-cando y hace de él, no el iluso que al hallarse frente a la rea-lidad sufre un estado de ofuscación e incertidumbre talesque no ve el derrotero más conveniente para encauzar supersonalidad, sino el hombre que consciente de su cometidosocial, marcha con paso firme hacia la meta de sus aspira-ciones, a manera de barco que provisto de buena brújula yseguro timón, se echa sin temor a la inmensidad del océano,en la fundada confianza de que, por más que lo abatan lasolas, siempre llegará a su destino.

OBRAS CONSULTADAS:

Frbebel, La educación del hombre (Introducción) .—Herbart,Pedagogía General (Introducción, Capítulo I) .—Rodó, Ariel ; Moti-vos de Proteo .--Bagley, Proceso Educativo (Fin ético de la educa-ción) .Compayre, Educación.—Revista de Pedagogía, números 8 y O.(La escuela del trabajo .—La educación de los más aptos, arts .)

SANTIAGOPor JOSE RAFAEL WENDEHAKE

(Especialmente para la Revista ESTUDIOS)

Cuando a través del Istmo, recorremos una distanciade 70 kilómetros, para internarnos en el antiguo Gran Du-cado de Veraguas, encontramos como capital de la provin-cia del mismo nombre, a la ciudad de Santiago con sus vi-viendas coloniales, rojos techos sombreados de verdes pal-meras, en cuyas vecindades se contemplan llanuras inmen-sas y corren riachuelos con sus caidas de aguas pintores-cas

Al ver por vez primera sus silenciosas calles, sus ca-sonas ruinosas, sus derrumbadas torres y respirar ese am-biente de melancolía cementerial, nos sentimos invadidosde una tristeza infinita que nos oprime y asfixia el corazón.

Dónde residen pues, se pregunta el viajero, los tesorosy el mérito de esta villa española, cuyo territorio el GranAlmirante dió fama de rico y recomendara en sus cartas alRey Fernando de Aragón, después de navegar por las cos-tas atlánticas?

Los archivos de Indias nos cuenta que aquí llegó deEspaña en 1518, un grupo de virtuosas familias de purascostumbres patriarcales, a fundar una sociedad ejemplary cristiana en esta región soledosa del corazón del Itsmo.

Pasada aquella primera y triste impresión, si pene-tramos el portal de sus viviendas tranquilas, comprendere-mos por qué vale y se afama esta ciudad prócera, cuna dejustos varones, de hidalgos caballero, de matronas fecun-

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das en virtudes y en prole, y que en su seno guarda como enuna ánfora sagrada, las cenizas del desinteresado y nobleLibertador del Itsmo!

Allí encontraréis en el apacible ambiente de la familia,a la madre santiagueña rodeada de sus hijas, en cuyos ros-tros de vírgenes cristianas, se dibuja la ingenua sonrisade las almas buenas. Y momentos después, cuando vues-tras frases se dirijan a ellas, por los verdaderos senderosque conducen al corazón, comprenderéis por qué la donce-lla de esta villa católica y legendaria, es enemiga de la de-mocracia callejera, del snobismo yanqui y de los modernosfestines del jazz, para amar el silencio de sus casonas sola-riegas, donde ellas sueñan con los tiempos idos de nobleza yde galantería, con aquella vida gentil y ceremoniosa de lacolonia, con sus serenatas al filo de la media noche, susaventuras caballerescas y sus románticos amores

Sin embargo, aquellos rostros bellos, dulces y suave-vemente placenteros que contemplarnos por primera vezen los hogares santiagueños, los veremos cambiar bajo lainfluencia mágica del divino Cupido, en semblantes alegres,risueños y expresivos, derrochando toda la simpatía y lagracia hispana, con ese sello siempre de refinamiento su-premo, que revela al momento el distinguido abolengo.

Físicamente la damita de Santiago presenta todas lasvariantes de la castiza cepa ; ora es la morena de pupilasmeridionales, de roja boca que ríe adorablemente y dondeno viven sino instantes las bravatas, con esa gracia y movi-lidad en sus andares que nos recuerda a las muchachas dela alegre Andalucía ; o es ya la rubia tiernamente compa-siva, de mirada nostálgica y romántica, mejillas con eltinte y lisura de porcelana, boca de finos labios con un sua-ve rictus de bondad, realzando el conjunto la sencilla al-tivez de un cuerpo señoril, que reúne en sí todas las deli-cadezas, y, en cuya presencia, es imposible resistir el in-flujo de su sutil fascinación

Es la damita santiagueña por raza y por temperamen-to, susceptible como ninguna a los impulsos de la pasión.Ella no ama nunca cerebralmente, y cuando entrega su co-

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razón no retrocede jamás. Tal vez en ninguna de las mu-jeres del mediodía de América, esté tan arraigada comoen ellas la virtud de la fidelidad, y me atrevería a afirmarque quieren tanto a sus hijos, porque idolatran a sus mari-dos. Para ellas la amistad es un sentimiento sagrado, no-ble y consolador, y en las horas de prueba, veréis en susdulces pupilas de madonas, la mirada ingenua y llena debondad, que revela sus delicados sentimientos, como queellas provienen del seno de una raza purísima, sometida auna fina y larga selección.

Y al evocar el recuerdo de las vírgenes santiagueñas,yo nunca podré olvidar una fiesta campestre que hicieronen mi honor un grupo social en las afueras de la población.El sol aquella tarde incendiaba con sus fulgores cárdenosla sabana del Canto del Llano, en cuyo extremo bajo unfrondoso huerto da ciruelos y naranjos, se bailaba sobre elverde césped, en un ambiente de alegría y de felicidad.Durante aquellas horas dichosas tan propicias a los deleitesdel amor y de la amistad, pudimos contemplar allí los másfrescos semblantes femeniles, de una blancura verdadera-

mente inmaculada, ojos rasgados, ardientes y bellísimos,capaces de dar vida a corazones entristecidos, y, bajo lasfrondas de ese bosque magnífico, se veía también una jovenpareja de enamorados que en su actitud romántica nos hizorecordar a los legendarios amantes de Varona! Y cuandoel sol detrás de la sabana undía sus últimos rayos en el le-jano horizonte, al compás de la orquesta aun bailaban bajoesas frondas perfumadas de azahares, cordiales caballerosy doncellas, que en sus actitudes desenvueltas y la esbeltezde sus gentiles portes, poco tenían que envidiar a aquellassublimes muchachas florentinas, que Boticelli inmortalizaraen su lienzo la alegoría de primavera.

Pero si la damita santiagueña tiene como sello distinti-vo la exquisita gracia de maneras de las doncellas antiguasy nos recuerda por sus virtudes y noble sencillez, la grandezadel corazón de IJispania, el caballero de esa villa cuando loes, sabe serlo, también en su totalidad . Ninguno le aventa-ja entonces cuando es amigo leal, en riqueza de afectos y

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espíritu de consecuencia. Su amor por la Patria quedóevidenciado cuando surgió el conflicto de fronteras de CostaRica. Santiago vió desfilar por sus calles en ejerciciosmilitares, unidos, al más humilde hijo del pueblo, junto aldescendiente de linajuda familia . Hubo en esos días deangustia y zozobras, patriarcas de cabezas plateadas queenviaron todos sus hijos a la milicia y se suscribieron conempréstitos a la Defensa Nacional con sumas que ellos nopodían casi disponer, dando un ejemplo de abnegación muygrande, que revelaba por la dignidad del gesto, que no envano corría por sus venas, la más pura sangre patricia.

flistórica, noble y culta ciudad de Santiago : el viajeroque viene de lejanas tierras y como yo convive en tu senocerca de cinco años, sintiendo palpitar su corazón en lasnoches de duelo y en los alegres días de vuestras fiestas so-ciales, tiene que querer con fraternal cariño a vuestras fi-nas gentes, en cuyos modales se conserva por fortuna e]más rancio sello de la cultura peninsular . son tan gran-des, misteriosos e inefables los encantos de vuestra apaci-ble existencia, que si algún día el destino me alejara devuestros amados lares, os querría con sincero afecto y enmi memoria viviríais para siempre como la urbe colonial delas viejas torres, de las medioevales calles, de las proce-siones devotas, de los amigos leales, de las mujeres bellas yfieles y de los hogares patriarcales que han dado virtuosasvírgenes, que a] eco de tus campanas centenarias han levan-tado el vualo como castas palomas, para ir hacia lejanasciudades a fundar los más felices nidos de amor!

NorA :—Los archivos da Indias dicen que Santiago fuó fundadaen 1518 por Diego de Albitez y Gaspar de Espinoza, pero el reputadoJurisconsulto Don Julio J . Fábrega en su importante estudio sobrela Provincia de Veraguas cree que hay error en esa aseveración .