ensayo pedro jorge vera

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PEDRO JORGE VERA “LUTO ETERNO”, “LA GUAMOTEÑA”,”EL ROSTRO DE LA VÍCTIMA” Pedro Jorge Vera es uno de los escritores más representativos del siglo XX del Ecuador. No solo fue reconocido por su vasta creación literaria sino también por la participación activa que desarrolló por los ideales de izquierda. Vera nació en la ciudad de Guayaquil, su familia paterna estuvo ligada a los ideales revolucionarios de Alfaro. En su vida profesional fue periodista, catedrático y político. Pedro Jorge Vera es una especie de continuador de la obra de la Generación del 30. Y debe ser por la gran comunión que hubo entre ellos: Fue Joaquín Gallegos Lara quien lo introdujo en los ideales comunistas al ingresarlo al PCE. Posteriormente José de la Cuadra habría publicado su primer cuento denominado Hacia la escuela, él lo envió a una editorial y así se daría el inicio de uno de nuestros mejores escritores. Pero hay diferencias, como es obvio entre los personajes de la literatura de los treinta y la de Pedro Jorge Vera. Si bien Vera adopta personajes que provienen de estratos bajos no son las eternas victimas del sistema político social. Son también seres humanos que victimizan a sus iguales. Son personajes de mayor complejidad, están verdaderamente dentro de las limitaciones de su clase social. «Luto eterno», «El destino», «Un ataúd abandonado», «Los ojos secos», «La muerte propia», en los mejores cuentos de este autor la muerte canta y ronda desde el título, y sin embargo, no es la muerte su gran tema –como lo es para Dávila–, sino las circunstancias sociales y políticas que la envuelven, pues de los cinco nombres de la transición, Vera es quien más cerca se halla de las posiciones ideológicas y estéticas del 30. LUTO ETERNO Luto Eterno fue su segundo libro de cuentos. Se publicó en el año de 1957 y el cuento de mayor relevancia y reconocimiento de denomina de igual manera. En esta narración se encuentran varios puntos de interés. Las protagonistas de este cuento son mulatas, un grupo étnico

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Page 1: Ensayo Pedro Jorge Vera

PEDRO JORGE VERA

“LUTO ETERNO”, “LA GUAMOTEÑA”,”EL ROSTRO DE LA VÍCTIMA”

Pedro Jorge Vera es uno de los escritores más representativos del siglo XX del Ecuador. No solo fue reconocido por su vasta creación literaria sino también por la participación activa que desarrolló por los ideales de izquierda. Vera nació en la ciudad de Guayaquil, su familia paterna estuvo ligada a los ideales revolucionarios de Alfaro. En su vida profesional fue periodista, catedrático y político.

Pedro Jorge Vera es una especie de continuador de la obra de la Generación del 30. Y debe ser por la gran comunión que hubo entre ellos: Fue Joaquín Gallegos Lara quien lo introdujo en los ideales comunistas al ingresarlo al PCE. Posteriormente José de la Cuadra habría publicado su primer cuento denominado Hacia la escuela, él lo envió a una editorial y así se daría el inicio de uno de nuestros mejores escritores.

Pero hay diferencias, como es obvio entre los personajes de la literatura de los treinta y la de Pedro Jorge Vera. Si bien Vera adopta personajes que provienen de estratos bajos no son las eternas victimas del sistema político social. Son también seres humanos que victimizan a sus iguales. Son personajes de mayor complejidad, están verdaderamente dentro de las limitaciones de su clase social.

«Luto eterno», «El destino», «Un ataúd abandonado», «Los ojos secos», «La muerte propia», en los mejores cuentos de este autor la muerte canta y ronda desde el título, y sin embargo, no es la muerte su gran tema –como lo es para Dávila–, sino las circunstancias sociales y políticas que la envuelven, pues de los cinco nombres de la transición, Vera es quien más cerca se halla de las posiciones ideológicas y estéticas del 30.

LUTO ETERNO

Luto Eterno fue su segundo libro de cuentos. Se publicó en el año de 1957 y el cuento de mayor relevancia y reconocimiento de denomina de igual manera.

En esta narración se encuentran varios puntos de interés. Las protagonistas de este cuento son mulatas, un grupo étnico discriminado generalmente de las letras ecuatorianas. El texto empieza narrando sobre la muerte de la madre de cuatro mulatas y toda la parafernalia dolorosa que se da en torno a este acontecimiento. Las tres primeras hermanas siempre guardaron resentimiento a su madre por haber sido negra, a pesar de los muchos esfuerzos que ella hizo para mantener en pie su hogar. En cambio su padre un mestizo agraciado se ganaba el cariño de sus hijas gratuitamente, este mantenía con su familia una relación de egoísmo y frialdad.

La hipocresía es otro de los temas de este cuento. Las hijas siempre se sintieron en desventaja con relación a los hijos ilegítimas del padre, Manuel Murillo. Sus hijas ilegitimitas eran guapas y conocidas como la “Murillo Carne”, sus hijos habían avanzado por contraer matrimonio previamente arreglados, así escalaron posiciones y se les llamaba los

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“Murillo Oro”. Estos hijos llenaban de orgullo a su padre, no así las legítimas que eran menos que agraciadas y malditas por el color de su madre.

Tres años fueron de luto por la muerte de la madre, luto que sirvió para ganar protagonismo, para levantar la cabeza por encima de las Murillo Carne y de los Murillo Oro. El reconocimiento les devolvía la existencia que probablemente nunca tuvieron mientras vivía su madre, viviendo bajo la sombra de los ilegítimos. Trece misas celebraron en honor al alma de su madre, se jactaban de ser respetuosas, lloraban para obtener las condolencias de los otros. Directa o indirectamente recibieron la atención del pueblo por ser consideradas buenas hijas.

Otro de los aspectos es la contraposición al estereotipo del negro ecuatoriano. El afroecuatoriano en el Ecuador es reconocido por la alegría, el dinamismo con el cual se desenvuelve. La sincronía entre la alegría de los tambores y el latir de su corazón. Pero en la obra no se demuestra así. El negro como color no comunica nada más que tristeza, oscuridad y reclusión. El negro de la piel toma posesión de las vestiduras, la vivienda y la forma de vida. Siendo mulatas esta característica extrema del duelo hace semejanza a la idiosincrasia serrana. Es un excelente recurso que utiliza el autor para adentrarnos en el mundo del dueloeterno.

La guamoteña

La Guamoteña se deprende del libro de cuentos que posee el mismo nombre. Este fue publicado en el año de 1947 en México. Esta serie de cuentos es la primera dentro de la narrativa. Sus primeras publicaciones fueron hechas en base a su poesía (1930).

En La Guamoteña, la protagonista como su nombre lo indica es oriunda del cantón Guamote pero a diferencia de muchas publicaciones anteriores no es la indígena sufrida y maltratada, destruida por el mal ánimo de sus patrones. Al contrario esta mujer es una empresaria en ascenso. Ernestina, la guacamoteña junto con su esposo Ambrosio viajan a la ciudad de Guayaquil en busca de mejores días.

Ernestina y Ambrosio son los verdugos de esta narración, en contraposición a la biografía dolorosa de los indígenas ecuatorianos. Verdugos de un desventurado costeño que al final del relato paga por los pecados de los tres.

La novela consta de una estructura in media res, lo cual le da mayor credibilidad a la historia. Todo gira en torno a la venganza. Venganza de un hombre que es traicionado por aquellos a quienes un día tendió la mano. Este es otro cuento de Vera donde se cumple la muerte como final, la muerte como personaje recurrente. Personaje que siempre está merodeando sobre todos los demás pero que al final consigue vencer sobretodos. Consigue viabilizar su presencia y su poder sobre todas las decisiones y situaciones humanas.

El Retrato de la Víctima

Este cuento, al igual que la Guamoteña se desarrolla en ambientes urbanos y comunican la decadencia de la selva de cemento, el caos que repercute en la psiquis de los personajes. La influencia del ambiente sobre la psicología de los protagonistas.

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El protagonista es un niño, Felipe Barcia repartidor de periódicos, canillita. Este niño es víctima de las injusticias, de las acciones provocadas por sus padres. Su padre Medardo Barcia abandonó a su madre, ella, luego, por bajas condiciones económicas obliga a su hijo a trabajar y meses después le consigue un padrastro a Felipe.

A lo largo de la narración se evidencia la soledad del niño, y la ansiedad por el regreso de su padre. El odio al impostor de su progenitor.

Dentro del relato hay escenas que modifican el clímax magistralmente. Hay dos aportes esenciales:

“Más tarde, al dormirse, llegó Medardo Barcia, imponente y fiero como siempre. Llegó cuando Orrala sacudía las costillas del niño y reconvenía a Dominga, por intervención protectora…. Medardo Barcia, de un solo empujón, hizo desaparecer al usurpador y se quedó en su casa, ya para siempre”

En el fragmento se evidencia la necesidad de afecto del niño y la crueldad con la que es tratada no solo por su padrastro sino también por la realidad que lo engaña vilmente con sueños que se desmoronan con los golpes de Orrala.

De repente el escenario cambia abruptamente, tal como sucede en la vida real. Un suceso rutinario como es el de la venta de periódicos es manchado por la muerte de un alguien que aparentemente no tiene importancia.

Como la noticia del asesinato tiene gran acogida parte del morbo de los lectores. El niño interesado también lee el periódico y ve que el rostro es el de su madre. Gran paradoja ganar dinero por la muerte de su madre

Bibliografía

Narradores ecuatorianos de la década de 1950:poéticas para la lectura de modernidades periféricasMARTHA RODRÍGUEZ

Una escritura en tránsito:apuntes sobre la narrativa de los 50 CRISTÓBAL ZAPATA Un siglo del relato ecuatoriano ABDÓN UBIDIA