ensayo la ciencia busca a dios
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Un interesante ensayo que habla acerca del debate más grande siempre ha existido.TRANSCRIPT
LA CIENCIA BUSCA A DIOS
En el devenir de los tiempos, en el transcurso de todas las edades póstumas
y aun hoy, la única especie pensante se hace una serie de interrogantes
cósmicos ¿Existe Dios? ¿Cómo surgió la vida? ¿Cómo llegamos y qué
hacemos aquí?... y un sin fin de preguntas más que a la data no tienen
réspices contundentes y fiables. Por consiguiente, en este panorama difuso
se encuentran dos grandes instituciones desafiándose para responder a las
dudas del hombre, por un lado la Ciencia y por el otro la Religión. Durante
siglos han sido totalmente opuestas, contradictorias y supuestamente
eternamente rivales; la primera por su parte, busca las respuestas a través
de la experimentación y la segunda, tiene las respuestas sin evidencias,
basadas en la fe.
La ciencia no se ha compaginado con la religión porque sigue buscando a
Dios en el laboratorio, en vez de adentrarse en el interior del hombre,
escudriñarlo y encontrarlo. Esto puede parecer gracioso o quizás suela
confundirse con una película de suspenso, pero es totalmente la realidad que
hoy se palpita. Mientras la humanidad espera contestaciones a la pregunta
clave, ¿si Dios existe? la ciencia a toda prisa explora los rincones más
remotos del firmamento, y aun así no halla satisfacción y plenitud en el
conocimiento; en contraste, la religión sin mucho esfuerzo sigue llenando los
vacios de la mente, sosteniéndose y siendo arraigada en dogmas.
La ciencia de última generación y la conjetura de la evolución han pretendido
suprimir sin anestesia la existencia de un Ser Superior; bajo la insignia de
“hasta no ver no creer”, ésta rama sigue buscando evidencias físicas de
Dios; día a día, se efectúan nuevas investigaciones y se invierten sumas
millonarias, para buscar al caporal de este mundo mediante centros
especializados con exuberantes aparatos sofisticados.
Rolf Heuer dijo cierta vez: "el poder de la ciencia es incierto. Todo es incierto,
pero la ciencia puede definir esa incertidumbre", por eso la ciencia está de
moda, porque deja al descubierto lo que expresa. Aun cuando se diga que
Dios existe, las palabras pueden ser vanas y las dudas siempre socavarán la
mente. El hecho es que la ciencia no se cansa y con esfuerzo y
perseverancia intenta armar un rompecabezas que parece tener fichas
colosales, tratándose así de encontrar a Dios.
A la ciencia le han salido canas, tratando de buscar al Altísimo, sin tener
éxito; en discrepancia, la religión vive contenta sabiendo que Dios, el
fundador de todo cuanto existe, vive en el fondo del corazón de cada ser
humano que cree y confía por fe. Lo seguro es que mientras se siga
buscando al Hacedor en lo material, no se tendrá victoria y se vivirán vidas
desahuciadas, corriendo detrás de una paloma blanca que no está dispuesta
a descender su vuelo.
El Capataz Celestial desafía a la ciencia incrédula a través de su palabra. Un
prototipo de ello es el verso categórico consignado en el libro de Job 38:4,
allí Él habla: “¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? Házmelo
saber, si tienes inteligencia”. Esta es una viva muestra de que la mente
humana es finita y limitada, lo cual no la acredita para especular sobre
cuestiones magnas y divinas.
En virtud de culminar estas líneas de conocimiento descomunal, es propicio
decir que Dios no es palpable, simplemente se deja sentir en lo más
recóndito del corazón. El supremo resulta ser una clarividencia universal que
conduce el cosmos en función de un propósito divino. La ciencia en
constancia se encuentra aminorada y restringida ante lo que es inescrutable,
sin embargo la cuestión es atrayente ¿Existe Dios?