ensayo cap. i, ii y iii. tÉcnica y cultura
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ENSAYO
CAP. I, II Y IIITÉCNICA Y CULTURA
MIGUEL ÁNGEL QUINTANILLA
LEIDY ROCIO GARZÓN GÓMEZID: 000130734
Trabajo presentado al profesor: PABLO MUNEVAR
CORPORACIÓN UNIVERSITARIA MINUTO DE DIOS
FACULTAD DE EDUCACIÓN
LICENCIATURA EN TECNOLOGÍA E INFORMÁTICA
CPC – CULTURA TECNOLÓGICA
BOGOTÁ D.C.
2011
DE LA TÉCNICA A LA CULTURA
Si bien es cierto, en la cotidianidad es posible identificar y aplicar el concepto de
técnica y más aun en el marco de un contexto social y cultural. La sociedad
aglomera conocimiento y a medida que evoluciona la tecnología, su desarrollo
cognitivo y racional aumenta. Por lo anterior, cada ser humano se ve inmerso en y
para ser parte de un método sistémico, pues intrínsecamente la manipulación de
artefactos e instrumentos técnicos lo llevan a tener una estrecha relación con los
mismos y actuar de manera operante, hermética e intencionada.
Es así, como se evidencia la relación cultural – material con el ser humano, pues
éste último apropia conocimiento previo y posterior para analizar, manipular y
regocijarse en las herramientas que creen “le facilitan la vida”, empleando
sistemas técnicos y tecnológicos en los quehaceres de la vida diaria. Ahora, lo
realmente inquietante es indagar en la necesidad de identificar con apropiación y
claridad los conceptos mencionados y cómo las personas hacen uso de los
mismos.
Por una parte, según Quintanilla, (1998) la técnica se define como: “un conjunto de
habilidades y conocimientos que sirven para resolver problemas prácticos”;
(Técnica y cultura, Quintanilla Miguel Ángel, 1998: 50); visto de éste modo se
creería que las dificultades se resuelven partiendo de un supuesto y haciendo uso
básicamente de los conocimientos para la solución. Ahora, si se enfoca este
concepto desde su aplicabilidad a diferentes contextos, es posible percibir el
desacertado uso por parte de las personas, pues medianamente se logra
identificar un problema y a su vez solucionarlo. Se entendería que al aplicar
asertivamente la técnica en un ámbito de la vida diaria se lograría la solución, pero
se deja de lado los demás componentes y elementos que facilitan el análisis,
desarrollo y solución de la misma. Es por esto que se requiere concientizar y
culturizar a la humanidad en contextos afines a la técnica y a la tecnología,
partiendo de la hipótesis de la identificación de un sistema técnico.
Para entender un poco más, se describe un sistema técnico como: “dispositivo
complejo compuesto de entidades físicas y de agente humanos, cuya función es
transformar algún tipo de cosas para obtener determinados resultados
característicos del sistema”; (Técnica y cultura, Quintanilla Miguel Ángel, 1998:
53); así, el concepto de técnica pasa a ser un elemento del sistema, aún
conservando el planteamiento inicial pues siguen coexistiendo conocimientos y
habilidades para lograr un objetivo, sólo que ahora se hace desde un campo más
específico del saber.
En la actualidad, se debe entender la técnica como elemento compuesto y
empleado en diferentes contextos culturales, y el reto es generar la culturización e
ideología en la sociedad de que funciona así; tarea difícil, pues además de lo
expuesto anteriormente se debe entender la tecnología a su vez, y relacionarla de
forma sistémica y cognitiva. Es por esto, que nace la imperiosa necesidad de
transformar y “modelar” los conceptos dados, teniendo como intermediario la
Educación.
La Educación permite al individuo obtener conocimiento y aplicarlo a sus
experiencias vividas; de esta manera se habitúa a patrones y comportamientos
propios de la sociedad que lo conducen a la enmarcación de una cultura y sus
raíces de origen. Siendo más especifico en el tema, cuando una persona obtiene
conocimiento y entiende que éste hace parte de la técnica para solucionar un
problema práctico, lo emplea y lo contextualiza dependiendo el caso y lo mismo
sucede en la tecnología; pues al definirse como: “conjunto de conocimientos de
base científica que permiten describir, explicar, diseñar y aplicar soluciones
técnicas a problemas prácticos de forma sistemática y racional” (Técnica y cultura,
Quintanilla Miguel Ángel, 1998: 50);la sociedad identifica la problemática y así
mismo, se siente en la capacidad de ser y hacer parte de un sistema técnico,
como agente intencional en la gestión, desarrollo y transformación del sistema.
No obstante, no se puede dejar de lado el desconocimiento no intencional de
cierta parte de la sociedad, que está sujeta a la desvinculación de la Educación, y
aunque se les niega e impide el derecho fundamental a la formación académica,
también hacen uso de la técnica en lo que para ellos es cultura socialmente
hablando. Dicho de otro modo y tomando como ejemplo, una ama de casa puede
no haber asistido a un Colegio, pero fácilmente está en la capacidad de analizar,
identificar y emplear un instrumento tecnológico en los quehaceres de la casa, y
así, estaría empleando la técnica en sus labores cotidianas, apropiando cultura en
el entorno que la rodea.
Por lo anterior, es importante reconocer que la técnica y la tecnología hacen parte
de un sistema que el ser humano apropia, manipula y transforma dependiendo la
acción a ejecutar; también, que es posible emplearla en cualquier situación
vivencial y que se determina su percepción sin importar el conocimiento y la
habilidad que se tenga de la misma.