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ALGO SOBRE LAS RELACIONES DE PAU CON FRANCISCO DE PAULA JIMÉNEZ MUNUERA por MANUEL LAÍNZ, S.J.* Resumen LAÍNZ, M. (1994). Algo sobre las relaciones de Pau con Francisco de Paula Jiménez Munuera. Anales Jará. Bot. Madrid 52(1): 67-79. Exlractos epistolares y reflexiones que iluminan, por de pronto, lo personal y, en alguna oca- sión, se diría constituyen aportaciones de aún más elevado interés para la historia de la Botáni- ca española de la época. Palabras clave: Historia de la Botánica, Jiménez Munuera, Pau, España. Abstract LAÍNZ, M. (1994). On the relationship between Pau and Francisco de Paula Jiménez Munuera. Anales Jará. Bot. Madrid 52(1): 67-79 (in Spanish). Extracts from letters and some thoughts which shed light on personal aspects and which may be of greater interest to the history of Spanish botany. Key words: Botanical history, Jiménez Munuera, Pau, Spain. Como parece razonable no dilatar en exce- so el cumplimiento de un buen propósito (cf. LAÍNZ, 1991:214), pedí el verano último a J. M* Montserrat fotocopia de las cartas en cuestión, las que ordené y me tiré al coleto in- mediatamente. Procedí luego a ordenar mis ideas, bolígrafo en ristre -que otro tipo de or- denadores parecen poco recomendables en el caso-. E iniciada la tarea "editorialista", he decidido rematarla bien y pronto, por dar ejemplo a colegas que lo necesitan muy mu- cho. No es mi ánimo historiar formalmente, lo que pediría elementos y tiempo de que no dis- pongo: me debo a otras cosas. Bien sería que lo hiciese, como es debido, algún historiador profesional de la Botánica. Voy a limitarme a probar que fueron bastante objetivas mis arri- ba señaladas apreciaciones, al tiempo que so- lazo con algún párrafo selecto de Jiménez a los aburridos lectores de los Anales... y de otras publicaciones periódicas, presuman o no éstas de amplio espectro "botanicoide". A falta de toda necrología o trabajo biográ- fico referente a don Francisco de Paula, co- menzaré diciendo que inició sus relaciones con Pau el 20-XM900, tras haber sostenido algunas con Lázaro y Bolívar. A la sazón te- nía unas 500 plantas, bien o mal determina- das; y algunos libros,* más bien poco útiles. Viudo reciente, con una hijita de muy corta edad y madre anciana-carta del 26-ÜI-1901-, vio en la Botánica el tubo de escape que a sus penas y a sus intensas actividades profesiona- les convenía en aquel momento. Casado años después en segundas nupcias, tuvo sin dila- ciones un "pequeño botánico", lo que fami- liarmente acabó de hacerle feliz. Sigúese de Apartado 425. E-33280 Gijón (Asturias).

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ALGO SOBRE LAS RELACIONES DE PAUCON FRANCISCO DE PAULA JIMÉNEZ MUNUERA

por

MANUEL LAÍNZ, S.J.*

Resumen

LAÍNZ, M. (1994). Algo sobre las relaciones de Pau con Francisco de Paula Jiménez Munuera.Anales Jará. Bot. Madrid 52(1): 67-79.

Exlractos epistolares y reflexiones que iluminan, por de pronto, lo personal y, en alguna oca-sión, se diría constituyen aportaciones de aún más elevado interés para la historia de la Botáni-ca española de la época.

Palabras clave: Historia de la Botánica, Jiménez Munuera, Pau, España.

AbstractLAÍNZ, M. (1994). On the relationship between Pau and Francisco de Paula Jiménez Munuera.Anales Jará. Bot. Madrid 52(1): 67-79 (in Spanish).

Extracts from letters and some thoughts which shed light on personal aspects and which maybe of greater interest to the history of Spanish botany.

Key words: Botanical history, Jiménez Munuera, Pau, Spain.

Como parece razonable no dilatar en exce-so el cumplimiento de un buen propósito(cf. LAÍNZ, 1991:214), pedí el verano último aJ. M* Montserrat fotocopia de las cartas encuestión, las que ordené y me tiré al coleto in-mediatamente. Procedí luego a ordenar misideas, bolígrafo en ristre -que otro tipo de or-denadores parecen poco recomendables en elcaso-. E iniciada la tarea "editorialista", hedecidido rematarla bien y pronto, por darejemplo a colegas que lo necesitan muy mu-cho.

No es mi ánimo historiar formalmente, loque pediría elementos y tiempo de que no dis-pongo: me debo a otras cosas. Bien sería quelo hiciese, como es debido, algún historiadorprofesional de la Botánica. Voy a limitarme aprobar que fueron bastante objetivas mis arri-ba señaladas apreciaciones, al tiempo que so-

lazo con algún párrafo selecto de Jiménez alos aburridos lectores de los Anales... y deotras publicaciones periódicas, presuman o noéstas de amplio espectro "botanicoide".

A falta de toda necrología o trabajo biográ-fico referente a don Francisco de Paula, co-menzaré diciendo que inició sus relacionescon Pau el 20-XM900, tras haber sostenidoalgunas con Lázaro y Bolívar. A la sazón te-nía unas 500 plantas, bien o mal determina-das; y algunos libros,* más bien poco útiles.Viudo reciente, con una hijita de muy cortaedad y madre anciana-carta del 26-ÜI-1901-,vio en la Botánica el tubo de escape que a suspenas y a sus intensas actividades profesiona-les convenía en aquel momento. Casado añosdespués en segundas nupcias, tuvo sin dila-ciones un "pequeño botánico", lo que fami-liarmente acabó de hacerle feliz. Sigúese de

Apartado 425. E-33280 Gijón (Asturias).

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68 ANALES JARDÍN BOTÁNICO DE MADRID, 52(1) 1994

ahí que no sería mayor que Pau, contra lo quereiteradamente sugieren sus cartas. Pareceque murió en 1913 de modo imprevisto, añoen que su nombre figura por vez última entrelos de los miembros numerarios de la Socie-dad Aragonesa de Ciencias Naturales: nadie,que sepamos, dio cuenta del suceso, en letrasde molde.

Su entrañable amigo Francisco AntonioIbáñez Díaz, a quien daba -como loa suma-por "botánico furioso", persona "de buenapasta", era mucho mayor, evidentemente, yalguna relación de trabajo tenía con el Arsenalde Cartagena; él, según todas las apariencias,era en la empresa comercial de Mariano Sanz-consignataria de buques, etc.- el segundo dea bordo, aunque mero empleado, antiguo -no-ticias en su mayoría que se han podido espi-gar, de modo concreto, en las cartas últimasde 1903.

Jiménez hizo todo lo posible por asegurar-se un magisterio como el de Pau, que sin dudanecesitaba mucho. Queda claro que fue un es-clavo fidelísimo -valioso y eficiente- del dic-tador de Segorbe; aunque su esclavitud fue li-bre del todo y pródiga en satisfacción huma-na, tanto como científica. El botanófilo do-minguero se mató, con gusto, en servicio detirano al que idolatraba y que, a veces, no erademasiado formal en dichas relaciones; aun-que síes bien cierto que ambos llegaron a pro-fesarse una mutua y muy real amistad, bastan-te más firme que la de Pau y Merino. La mejorprueba son sus frecuentes invectivas recípro-cas. Tenemos delante las de Jiménez a Pau,tan sólo; pero hay en ellas referencias muy ne-tas a las del maestro, que no debieron de serpocas ni leves.

Mi problema de hoy es elegir entre muchostextos de antología. Las primeras cartas -mo-delo de planteamiento por parte de Jiménez-vienen a ilustrarnos acerca del sistema de Pau:contestación fulminante a esa del 20-XI y aotras dos, muy seguidas, más las oportunasexcusas antes de aminorar el ritmo. Llega laprimavera y se cuentan mutuamente desgra-cias familiares, ya en 1901. Sigue Jiménezplanificando su trabajo botánico. Da permisoal maestro para publicar lo que le plazca ycomo le plazca, en todas las ocasiones

(cf. PAU, 1901; LAÍNZ, 1969:256). La "nue-va" Genista jimenezii (cf. PAU, 1902: 29-30),de que pronto le habla, es una gotita de opor-tuno lubricante y, acto seguido, ya el homena-jeado se propone ir a Segorbe para su mejororientación; pero Pau, también a escape, ledijo que se iba de caza -concretamente, a per-dices. ..

Continúan los envíos, más las preguntas detoda índole. Jiménez se va embalando y, a24-V, se atreve a decir ya lo que transcribo-con ortografía levemente adecentada y ac-tualizada.

Respecto a mis adelantos, hay que pensar queno tienen nada de extraño: lo raro sería que no ade-lantase con un guía como V.

Sobre dos o tres plantas de las últimas clasifica-das tengo que llamar la atención de V., por si estáconforme conmigo en las diferencias de las des-cripciones de Amo y Mora [...].

Le doy a V. estos detalles para que vea V. queno es solo por torpeza mía por lo que me quedantantas plantas sin clasificar, sino que también es porinsuficiencia de las descripciones.

Tras otro par de cartas, el 16-VII tiene quepresentar excusas ante recriminación para laque no parece haber causa muy grave.

No me eche V. a mí toda la culpa si me he exce-dido en el número de ejemplares para los cambios,pues en su carta del 18 de Marzo, en la nota de cla-sificación, hay un párrafo que dice: "De los núme-ros 20,22 y 27 (Biscutella erigerifolia, Helianthe-mum viscarium var. hispanicum y Genista Jimene-zii) recibiría con gusto hasta cien ejemplares decada uno". Y yo le envié a V. aquéllos, a reserva decompletar el número pedido.

Dígame V. enseguida qué tres plantas son lasque he de enviarle solamente en número de 20 plie-gos de cada una para buscarlas si aún es tiempo,pues si no tiene V. bastante libertad para hacermeesos agradables encargos, entenderé que no deboyo tampoco molestar a V. con mis repetidas con-sultas.

Y -prueba evidente de las confianzas que leprodigaba ya Pau en su correspondencia- ledice a continuación.

Desearía saber, con toda reserva por mi parte,naturalmente, qué juicio tiene V. formado deD. Blas Lázaro e Ibiza. Me encantan sus retratos apluma.

Se reanudan los envíos en otoño, el 5-X; yecha Jiménez por delante, con humildad± franciscana.

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M. LAÍNZ: RELACIONES DE PAU CON JIMÉNEZ MUNUERA 69

Es una vergüenza para mí que tenga V. que co-rregirme tantos errores de clasificación. ¡Qué ideatan pobre tendrá V. de mí! ¡Tendrá que ver su filia-ción en mi catálogo de conocimientos!

Por gansada clara, en esa misma carta, seatreve a preguntar a su corresponsal si ya se hacasado. Y termina:

En dos meses y pico pueden pasar muchas co-sas.

Nuevo envío de material para cambios el25-XI.

Tengo el gusto de remitirle adjunto talón de unpaquete que contiene los ejemplares de Saturejaobovata Lag. que se sirvió V. encargarme. Quierohacer constar, por lo que pueda ocurrir, que me pi-dió V., cien ejemplares. ¡Ño tengamos líos! Si no lorecuerda V., le mando su carta.

La de Jiménez referida, es la última de1901. Las de 1902 fueron veintiocho, al me-nos. En la inicial, de 27-1, se dice que le ha in-vitado Pau a reunirse con él en Orihuela; invi-tación que acepta encantado. Coincidieronallí a fin de abril y debieron de hablar largo ytendido; aunque no tanto como en mayo y ju-nio, cuando estuvo Pau en casa de Jiménez ala ida y al regreso de Almería y Granada(cf. PAU, 1903a: 11-12). Las reminiscenciasde aquellos días felices afloran una y otra vez-así como una compenetración y confianzamáximas-en las cartas ulteriores. Transcribo,en primer término, dos párrafos, expresivos,deladelló-VIII.

Quedaron en mi poder sus muy estimadas cartasdel 25 y 30 del pasado, pero no ha llegado aún laque tenía que escribir desde Aragón soplándose losdedos de frío. Con las glorias se fueron las memo-rias. Supongo estará V. de vuelta en Segorbe y re-cogido en su farmacia, como debe estar todo ciuda-dano farmacéutico. Supongo también que le habráido bien en su expedición, que habrá visto al Sr. Za-pater y sobre todo que habrá V. exterminado todaslas codornices, excepto, naturalmente, las hembrasque estuvieran en estado interesante. ¡Cuente V.hombre, eche V. por esa boca, que estamos desean-do oír de sus campañas cinegéticas! ¡Nada menosque 300 tiros se llevó mi hombre! Pues aunque solohaya matado 4 codornices de cada tiro, resulta lafriolera de cien docenas de pájaros, machos ellos yen la edad de las ilusiones, como quien dice.

En dos paquetes remito hoy las plantas que letengo guardadas y que me encargó no remitierahasta la Virgen de Agosto, que fue ayer. Dichos pa-quetes contienen [...]. Además, ejemplares únicosy otro paquetito para determinar.

El 10-IX se inicia el envío de sus cuartillaspara el proyectado catálogo florístico de Car-tagena. La frase que más ha llamado ahora miatención -cf. LAÍNZ, 1991: 216-, eco de Pauque se repite, dice:

Corte V. sin miedo por donde quiera, que yo nohe de emanciparme como el P. Merino.

Enladel22-LXleo:Usted me da prisa con el catálogo y luego me

riñe porque tengo prisa. ¡Qué cosas tienen los hom-bres de Segorbe!

Y en la del 30 del propio mes:

Respecto a la publicación de mis notas, estoypara seguir el consejo de V. de tragar saliva y man-darlas a la Sociedad. Mi prisa no es por mí precisa-mente. Ya sabe V. que aquí vienen a lo mejor ex-tranjeros a tomar el vapor para Argelia, y durante eldía se dan un paseo por los alrededores. Pues bien,uno de esos caballeros ve aquí cualquiera de esasplantas nuevas o no citadas, y [...]. Esa es mi prisa,patriotismo puro y nada más.

El 2-X mandó a Segorbe las últimas cuarti-llas del catálogo. El siguiente 16 ya dice:

A propósito del catálogo escribo hoy a D. Igna-cio Bolívar pidiéndole recomiende su pronta inser-ción en las Memorias. Ya comprenderá V. que estoes inocente, o al menos así lo parece, pero cuandole envíe a V. copia de la carta que le dirijo, verá quehay unos párrafos que han de servir para dar la vozde alerta a la Sociedad y hacerles comprender queen provincias no nos dormimos. Tal vez sea ésta laprimera señal de rebelión de los más contra los me-nos. Yo me propongo no cejar en mi propósito, sihay quien me ayude, para ver de nivelar los dere-chos y que no estemos todos a merced de unoscuantos caballeros de Madrid.

En este caso, todo funcionó razonablemen-te, contra los temores de Jiménez, pues el ori-ginal fue a Madrid el 15-XI y el catálogo encuestión (JIMÉNEZ, 1903), por lo visto, estuvoen la calle antes del verano.

De las cuatro cartas últimas de 1902, me li-mito a transcribir algo de la del 26-XJJ.

Le agradezco a V. su ofrecimiento de pasar poraquí, pero no me satisface. Esa oración en condi-cional no me entra. "Si voy a Huelva procuraré a lavuelta visitar a todos Vds.". Eso debe decirse así:"Si voy a Huelva, visitaré a Vds. a la vuelta". Y yoañado: Y si no vas, vendrás aquí de las orejas, aun-que me cueste a mí ir a traerlo. A propósito, ¿se citamucho la Sierra de Espuña entre los botánicos? Esees un viaje muy cómodo. Una buena parte de esasierra está dedicada a plantaciones para la repobla-ción de los montes y se puede subir en carruaje has-

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ta lo más alto. Tal vez tuviera para V. algún atrac-tivo.

Jiménez habló más veces de la Sierra de Es-puña, como de una de sus metas botánicasmáximas; pero, al fin y a la postre, no la llegóa visitar jamás.

Veintisiete son las cartas de 1903 que tengodelante. Ha de faltar, al menos, la primera, enla que le comunicaría Jiménez a Pau la defun-ción de su madre -a la que simplemente aludela del 4-III y que había dado pie a un sinceropésame de Pau el 18-1 — . Jiménez, por cierto,indefectiblemente se interesó en sus cartaspor la madre de Pau; a la que profesaba éste,como es bien sabido, un cariño que parece sa-lirse de lo normal.

A 26-11, ya olvidado el golpe, Jiménezvuelve a pitorrearse de los madrileños, uno desus desahogos favoritos. El pagano principal,en esta ocasión, es Gredilla, comisionado conAterido -"¡aterido se vea!"- para la realiza-ción de algunas herborizaciones en el sur. Tiracon bala. Y remata su carta:

Que se divierta V. en la perdiz y que vuelva con-ducido por la Guardia Civil le desea su buen amigo

F. de P.Jiménez

El 14-IJJ pone a Pau en contradicción conFoucaud, al que había llamado antes "mama-rracho" -palabra ésta que prodiga, cariñosa-mente a veces, y que aprendió tal vez de sumaestro-. El asunto se cierra con el parrafitoque sigue.

Ruego a V. que se fije en las muestras de estastres especies (en las que yo le envié a su tiempo) yme diga si tiene razón Foucaud o si la tiene el gran

• Pau, un botánico cazador que hay allá por tierras deSegorbe.

Coinciden el 26 de abril en Alicante(cf. PAU, 1904b: 167). El 27 y 28 se detuvoPau en Cartagena -por haberse retrasado elbarco para Huelva — y fueron a La Unión. Ji-ménez le muestra en su casa el famoso Haloc-nemum, género nuevo para la Península(cf. PAU, 1904b: 168) -nuevo para Europa re-sultó por entonces lo que hoy se llama Tetra-clinis (cf. PAU, 1903b, 1904a)-. Las cartas demayo y junio se centran ahora en "el gran Ba-rras" y sus envíos a Pau desde Huelva, que Ji-ménez reexpide. A 8-VI hace frente de nuevoa Pau, con desparpajo.

Respecto a errores de determinación, no tomeV. muy a pecho lo que le digo: quiero solo indicar-le que cuando le llame algo la atención me lo digapara corregir mis etiquetas. Esa cuestión del Ero-dium fue, como V. podrá suponer, involuntaria porparte mía. Poca debe de ser la diferencia entre el lit-torale y el otro cuando ninguno de los dos caímosen la cuenta. Y respecto a ese punto, me reservo lapalabra para cuando esté de humor de polémicas.No porque V. sea un doctor en Farmacia que gastaartillería gruesa me va V. a convencer de ciertas du-das que abrigo respecto a caracteres diferencialesen las especies, ahora que estoy leyendo detenida-mente el gran libro de Darwin "Origen de las espe-cies".

E130-VIledice:Veo que en sus dos cartas cumple V. el encargo

de darme bombo con mis plantas: siga V. así y meverá trabajar. Cuando haga V. el trabajo para laAragonesa, ¡golpe al bombo!, a ver si consigo ha-cerme botánico importante y puedo codearme conlos colegas.

El 5-VUJ, la cantilena de antaño:

Ya verá V. que no trato de emanciparme de sututela, como lo hizo el Rdo. Padre Merino.

Yelll-Vín:Me entusiasma y me entristece la pintura que

me hace V. de los Pirineos, pues a pesar de su reco-mendación me moriré con el deseo de extender misalas por esas regiones. Eso queda para los favoritosde la fortuna. ¿Cuánto ha gastado V. en su viaje?Yo me daré por muy satisfecho si alguna vez puedovisitar las sierras de mi provincia.

El 2-X, el diablo se mete a predicador:

Ya me tenía un poco inquieto la tardanza en re-cibir su carta, pues como nunca tarda V. tanto encontestar, creía que estaría V. enfermo o de viaje,pero, francamente le diré, que no pasó por mi men-te nunca la idea de que estuviese V. ocupado en elestudio, hasta el punto de olvidarse de los buenosamigos. Más vale que haya sido así, pues con esotodos ganamos. Tendrá que ver lo que haya salidode esa mollera durante tantos días, digo, si es queha hecho V. algo de provecho, y no ha pasado eltiempo filosofando como acostumbra.

Me parece a mí exagerada la idea de V. respec-to a tener que aislarse del mundo para el estudio dela ciencia. No quiero oír hablar de semejante aisla-miento y mucho menos oírlo de labios de V., aquien tengo por propietario de una cabeza bien or-ganizada. Por no sacarle a V. los colores a la cara,no le copio aquí mismo lo que dice el gran filósofoBalmes, a propósito de esos aislamientos, perocomo reincida V. en esas ideas, no vacilaré en po-nerle las orejas encarnadas, pasándole por los hoci-cos el libro de Balmes; el nunca bien ponderado"Criterio", del ilustre catalán. Se puede muy bien

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M. LAÍNZ: RELACIONES DE PAU CON JIMÉNEZ MUNUERA 71

ser sabio y hasta santo sin apartarse del mundo ygozando de sus dones, ejemplo: San Luis, rey deFrancia, Büchner, el filósofo alemán, y muchosotros que podrían citarse, que sin dejar de ser san-tos y sabios, gozaron de todo cuanto el mundo dadesf.

La carta del 15-X es botánica, larga. Su pe-rorata final, más bien desconcertante; aunqueacaso ilustrativa.

El último párrafo de su carta me ha dejado ano-nadado. ¿Qué diablos quiere V. decir allí? Segura-mente si se le ocurre escribirlo en griego o en chi-no, lo hubiera entendido lo mismo.

Que se alegró a la primera impresión..., que seentristeció después..., que mis alardes... (¿dequé?), que no quiere halagar mi vanidad..., que noquiere hablar mal de nadie..., que su melancolía...Vamos, que si no está V. orate del todo, le falta al-gún tornillo en el palomar. Expliqúese V. con dosmil demonios, que me tiene V. en ascuas y rabian-do por descifrar ese enigma. Pero no le dé V. car-petazo a la cosa, y conteste claro y pronto.

La del 21 corresponde a una del 17, con loque supongo que la perorata en cuestión que-dó sin respuesta directa. La del 22 anunciasimplemente paquete... Y el 7-XI, volvemosa temas diversos, entre los que me suena enparticular el párrafo que sigue.

Comprendo perfectamente el inmenso trabajoque lleva consigo nuestro estudio favorito y que aveces se desanimará V., pues en muchísimo menorescala me ocurre a mí lo mismo. Usted por lo alto yyo por lo bajo y animándonos mutuamente, deja-ríamos tamañitos a todos esos sabios de pega quepululan por los centros oficiales.

En la carta del 28 se inicia el conocido "af-faire" Reverchon, que se prolongó largamen-te: Jiménez compraba las plantas, por cuentade Pau; y éste, apenas recibidas, imprimía suscirculares de título Carta á un botánico.

El 7-XII cuenta Jiménez algo que puedeservirnos como botón de muestra en lo que serefiere a sus actividades profesionales, inten-sas y destacadas.

Le decía a V. en mi carta anterior que pasé par-te del mes en Madrid. Fui a hacer proposiciones a lasubasta de carbones para los buques de guerra porcuenta de mi jefe; pero me quedé sin ella, porqueotro ofreció precio más bajo. Es un asunto compro-metido y no siento haberme quedado sin ella (sin lasubasta), pues una pequeña elevación de precios ode cambios hubiera sido desastrosa en un asuntoque importa más de dos millones de pesetas. Solosiento que se me escapara de las manos porque a

ello iba unido otro negocio mío que estribaba en labuena suerte del negocio. Tenía permiso de mi jefepara pasar una semana de volina si me salía bien elasunto, y esa semana estaba dedicada por mí a dar-le a V. una sorpresa presentándome en la botica degolpe; pero no ha podido ser, por más que no aban-dono la idea de cogerlo a V. en su madriguera.

Solo tengo delante catorce cartas de 1904,aunque alguna otra me consta que hay o hubo.En la del 23-11, noticia bomba:

¡Pásmese V.! ¡Estoy en vísperas de casarme!¡Voy a reincidir! Aprenda V., hombre, aprenda V.a cumplir el precepto evangélico de "creced y mul-tiplicaos". Sí señor, me decido a casarme y con unamujer de primera clase, por dentro y por fuera. Yala verá V. La cosa será por Mayo, Dios mediante,cuando Natura vista sus galas, así es que tendrá V.algo que dispensarme en el puntual cumplimientode sus encargos, si por acaso me retrasara en ello.Espero que no dirá V. de mí lo que del amigo Ba-rras. No seré hombre perdido para la ciencia, sinoque perseveraré en mi culto a Minerva y a Ceres:tales son mis proyectos.

Agradece la felicitación de Pau el 17-V y leofrece su nuevo domicilio. Piensa ya en el su-ministro abundoso de plantas para los inter-cambios del maestro. Al proseguir en otoñosus actividades, recibe confidencias de Pauque provocan sus comentarios, discretos, aun-que alguien podrá tildarlos de machistas. Unacarta que sigue, del 11-XI, parece consecuen-'cia de otra que no ha llegado a nosotros; y sucomienzo -el resto de la misma es normal- sehace difícil de comprender.

No sabe V. el pesar que me ha producido la últi-ma parte de su carta, siempre grata para mí. ¿He co-metido alguna indiscreción, hija acaso de la muchaconfianza que V. me inspira? Como no quedó copiade la carta, y ésta fue escrita con intermitencias, enel despacho, teniendo que dejarla a cada momento,no recuerdo si se deslizó alguna frase o conceptopoco correcto. Si es así, ruego a V. encarecidamen-te que la tache y la dispense, pues V. no puede su-poner que haya tenido más alcance de una distrac-ción. ¿Quedamos en eso?

Por otra parte pienso si será algún indicio de laneurastenia que hace tiempo padezco y que V. havisto sin duda, lo que le hace aconsejarme los airesde la sierra.

De todos modos, quisiera merecer de V. que seclareara un poco, y de todos modos le agradezcode veras el interés que demuestra.

La del 28-XI aclara bastante las cosas, conlo que Pau queda, en ella y en la siguiente, unavez más, como buen amigo y consejero.

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72 ANALES JARDÍN BOTÁNICO DE MADRID, 52(1) 1994

Recibí sus gratas cartas de 15 y 22 del corrientey el paquete de plantas.

Y ahora hablemos un poco de mi enfermedad olo que sea. Ante todo le diré que estoy obligadísimocon V. por la atención que me demuestra. Efectiva-mente, hay que leer con detenimiento la correspon-dencia de un amigo para poder apreciar una dife-rencia en una de las cartas, escrita de cierto modo,que no sé cómo calificar. Yo no sé si la neurasteniapuede producir esos efectos, pero como no lo atri-buya a esa causa, le digo con ingenuidad que no séa qué atribuirlo.

Después de unos años acá no he tenido ningunacausa que justifique esa debilidad mental que V.sospecha, y mi situación de hoy no ha cambiadosensiblemente en nada, antes al contrario, me en-cuentro hoy con más obligaciones, es cierto, perotan satisfecho como hace tiempo no lo había esta-do. Sin embargo esa picara neurastenia me hace pa-sar algunos días malos: me molesta todo, me pongode un humor fatal, pero en cuanto tomo medio gra-mo de bromuro de potasio, concluye todo y vuelvoa recobrar mi buen humor. Para esta afección mehan prescrito unas duchas de agua fría en la colum-na vertebral, que recibo resignado todas las maña-nas al despertarme. Yo creo que estoy mejor, perono puedo asegurarlo. ¿Y V. cómo se encuentra?Dígamelo con franqueza.

Como ahora estoy tratando esta enfermedad porel bromuro, ruego a V. que me diga qué efectosproduce ese compuesto en el organismo. Quierodecir, si ataca a algún órgano en particular comosucede con la antipirina, por ejemplo, o si se elimi-na sin dejar huella estable de su paso. Hasta ahorano había conocido en V. más que al botánico. Aho-ra veremos al doctor en farmacia.

La del 31-XII comienza:

Recibí su grata carta del 7, a la que no contestépor no tener nada de particular que comunicarle. Leagradezco muy de veras sus consejos higiénicos,que sigo al pie de la letra, en cuanto me es posible.Obligado a procurarme el pan nuestro de cada díaen un trabajo sedentario, hasta cierto punto, no pue-do dedicar el tiempo al sol y al aire más que los díasde precepto, y esto no dejo de hacerlo.

De 1905, tengo delante quince cartas de Ji-ménez. En la del 3-III hace planes de los quenunca llegaron a cumplirse. Aguardaba hijo-que llegó a finales de abril- y antes hubo depasar en Madrid y Albacete mes y medio. Pro-testa el 2-VIII por el silencio de su "ex buenamigo". El 4-LX acusa recibo de "su grata del27 pasado" y anuncia envío, mezquino por lasequía y demás. Dice que se le agota el filónde las plantas vasculares locales y que deberíameterse con las criptógamas, de tener otro donCarlos... Desearía verse con él en Madrid. Y

queda claro que acabaron viéndose, por la car-ta última del año. Tira el 4-X, en especial,contra Lázaro -a quien acusa con algunaprueba de haber plagiado a Gillet & Magne-,pero también contra Reyes, Gredilla y el di-funto Colmeiro. Excusa el 7-XI su largo si-lencio y, en su larga carta, entre otras cosas,dice lo que transcribimos a beneficio de in-ventario.

El viajecito a Madrid con V. me ha causado unperjuicio tan grande como yo no me podía esperar.Yo tenía un concepto pobre de los personajes cien-tíficos, pero cuando vi la muestra viva, el conceptose convirtió en una nube, que después ha venido aaclarar, bien cruelmente por cierto, su última cartade V. ¡Qué cosa tan triste es ésta, de tener que bus-car en el extranjero un refugio, para que no le pro-fanen a uno, después de muerto, lo que tantas fati-gas le ha costado en vida! Y lo peor es que tiene V.razón. La idea de que su herbario de V. vaya fuerade España me subleva, me irrita, pero ¿qué hacer?Sí, tiene V. razón, hay que mandarlo a Alemania.¿Pero cómo se justifica, ante la gente sensata, antelos que no están en el secreto de estas miserias, esafalta de patriotismo? Tiene V. que hacer un testa-mento público, quiero decir, que lo conozca la gen-te honrada, explicando lo que se ha hecho con elherbario de Cavanilles y otros, y poniendo a salvono solo su nombre científico, sino su nombre de es-pañol honrado.

Por este camino no llegaría nunca al fin. Voy aacomodarme a la nueva vida, pensando que la cien-cia es una cosa así como una familia que ha venidoa menos, y hoy no tiene más representante que elgran boticario Pau y, como émulos suyos, Ibáñez yJiménez. Como yo, por regla natural, he de ir al otrobarrio antes que V., no me importa nada lo que an-tes he dicho del herbario. Ea, punto final. Todo estoes del género fúnebre, y no era para esto por lo queyo iba a escribirle.

El 8-XII aprovecha la festividad para poneral corriente la correspondencia, en detalle,tras haber ponderado sus ocupaciones. El 31-XII agradece muchísimo las "Notas botáni-cas" de Pau, que pudo éste proporcionarle ín-tegras. Y critica el hecho de que Reyes nohaya firmado la sátira que dedicó a Lázaro [en"El Alacrán"], a un lado ulteriores considera-ciones.

Catorce son las cartas de 1906 que tengodelante, incompleta la que parcialmente yapubliqué (LAÍNZ, 1991: 215) a propósito de laflora de Merino y pido ahora en vano a Barce-lona. En la de 22-ü, que se refiere, discreta-mente, a un flagrante caso de tráfico de in-

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M. LAÍNZ: RELACIONES DE PAU CON JIMÉNEZ MUNUERA 73

fluencias por el que no pasó en Madrid, se au-todefine como "franco y montaraz", frente aciertos elementos de la clase política. El 20-III, entre otras cosas, dice que le ha escritoReineck para proponerle intercambio -perono picó, al revés que otros muchos (cf. BE-NEDÍ, 1987, más epílogo en prensa)- y planeapara Semana Santa, una vez más, lo de SierraEspuña; pero ya el 5-IV concreta incluso losnombres de los buques madereros cuya des-carga se lo impide. Vuelve a excusar retrasoscorresponsales el 9-V y cuenta que se dieronel jueves y viernes santos, él e Ibánez, la granpaliza de ir al cabo Tinoso. El 18-V habla de"Anthemis Jimenezii Pau" y "Tamarix Jime-nezii Pau", con su indefectible humor; perorenuncia solemnemente a todo lo que sea ven-der plantas ante insinuaciones de Pau que,más adelante, se habrían de concretar en unacolaboración honoraria en las "Plantes d'Es-pagne" de Sennen. El 21-V bromea sobre labiblioteca de Pau y los desembolsos que oca-siona: "¡Que Dios recorte la salud públi-ca!"... Y propone salir hacia la Sierra de Es-puña el 3 de junio; pero el 4 explica ya su con-traorden telegráfica, la que se ha debido a unlío con la Marina de Guerra -cuyo depósito decarbones llevaban ellos en contrata-, en el quese juegan demasiado. El 13 contesta rápida-mente dos cartas de Pau. Y como éste pidió unpar de meses de vacaciones, por sus campañasveraniegas, vuelve a la carga, con puntuali-dad, a fines de agosto -Pau, durante las mis-mas, le mandaba tarjetas postales para mante-ner el fuego sagrado-. Por abreviar, digamosque Jiménez aprieta el acelerador por todoslos medios, pide órdenes para todo -festiva-mente — , amenaza, denuesta e incluso refriegacontradicciones más o menos reales cuando leresulta posible. Una frase que tal vez iluminaproblema futuro es la que asoma en la cartadel 6-XI:

Siga V. tan famoso, guardando perras para com-prar el huerto, y cuando lo tenga, para ensancharlo,que eso es lo positivo.

Tras múltiples brincos, llegamos a 1907,año del que solo tengo a la vista siete cartas.Una posterior aclara que se le habían traspa-pelado a Jiménez, sin leerlas, dos de Pau es-critas a finales de octubre; lo que nos aclara,

en parte al menos, la subsiguiente laguna. Yparece faltar la del 10-Vill, que no habría lle-gado a manos del destinatario. El 2-1 Jiménezcontrafelicita, etc. El 11-II habla de una gripeque le ha tenido en cama doce días y cuyosefectos aún duran. El 22-11 lamenta no haber-se percatado antes de que Merino le habíapuesto una dedicatoria en su flora -segundovolumen-, etc. El 26-IV se pitorrea de la pren-sa, por lo mucho que ha exagerado la noticiade que hay en Cartagena peste bubónica. El10-VUI, por lo visto, preguntaba simplemen-te a Pau por sus viajes veraniegos. El 4-X leofrece su casa para la convalecencia tras unasfiebres palúdicas y repite que le amenaza elparo botánico. El 15-X, a un lado el resto de lacarta, sentencia:

No me extraña que haya V. salido alcanzado ensu balance, porque aún no se ha descubierto, que yosepa, el medio de repicar y andar en la procesión. Sidespués de estar en la Albufera y en Gredos te gas-tas dos o tres mil pesetas en librotes, ¿cómo has desalir? El milagro será que te quede camisa.

El 31-XÜ, finalmente, felicita el año nuevodesde Madrid, donde se le ha complicado unasunto que le tiene allí desde hace casi unmes.

Las cartas de 1908 vuelven a ser catorce,por lo menos. La del 11-U corresponde a unade Pau referente a líos que le cogen de nuevas,porque lee tan solo, cuando el maestro no es-cribe allí, el sumario de los boletines madrile-ño y zaragozano... Sí había recibido la circu-lar zaragozana del 9-1, pero no sabe de qué vala cosa. El 24-ÜI ha vuelto de Madrid, hartode burocracia, y de su larga carta -en la quehay juicios favorables a Reyes Prósper y otrosdesfavorables a la gestión del "pae Navás"(cf. LAÍNZ, 1962: 179-182), ligeros los últi-mos, con evidencia- me limito a transcribirhoy los párrafos que siguen.

Cuento con tan pocos elementos para publicarnada, que me da pena decir que lo haré (el suple-mento a que se refiere su carta) cuando realmentees V. quien lo ha de hacer. Si a poner unos nombresdebajo de otros llama V. publicar un suplemento,pase, pero si hay que dar alguna nota critica o algoque llame la atención sobre alguna especie ya sabeV. que no puedo hacerlo, pues mis conocimientosno pasan de poder determinar con más o menosacierto algunas plantas de esta comarca. No crea V.que me achico: no es que yo me crea incapaz, sino

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que me falta lo principal, los libros, y eso no estoyen disposición ni edad de adquirirlo. Con elemen-tos apropiados, haría yo lo que cualquiera otro pue-da hacer. Conque V. dirá lo que hacemos de ese su-plemento.

Hay que hacer algo por vemos este verano, puescuando yo me lo eche a V. a la cara tiene V. que es-tarme oyendo tres días seguidos, pues tengo cuerdapara rato. He de hablarle a V. de mil cosas..., peroestá uno tan sujeto al trabajo que temo que ese gus-tazo no va a llegar a mí.

El 8-IV, como consecuencia de una insi-nuación o invectiva de Pau, salen a flote lasdos cartas extraviadas, que ahora contesta Ji-ménez, en parte incisivamente. Ahí van algu-nos de sus párrafos.

Si Porta y Rigo encontraron aquí ese Trichone-ma, no le quepa a V. duda que agotaron la especie,pues aquí y o no he visto más Romulea que la que leenvié hace la mar de años y V. me determinó enMarzo de 1901 con el nombre Romulea ColumnaeS. et M. Si es la misma, V. será el que reposa en elseno de Abraham, mientras el Sr. Porta se come labreva. Me parece muy difícil que alguien haya vis-to cosas aquí que hayan pasado desapercibidas paranosotros.

Una cosa así ha ocurrido con la Gagea que leenvié, que después de estar V. empollándola tres ocuatro años, sacó pollo Terracciano y nos queda-mos todos a la luna de Valencia. Y la Viola arbo-rescens ídem que te ídem... Y no me busque V. lalengua, porque nos oirán los sordos.

Tengo mucha curiosidad por conocer la obra deese Dr. Chodat, de que me habla V. Aunque esté enalemán yo buscaré quien me la lea, por lo menos loreferente a Cartagena, y veremos si se le puedenmeter al suizo las dos patas por un calzón.

Al final de esa carta hay una nota que voy a co-piar para que V. la recuerde: "Ha de escribir V. unanota poniendo reparos a las determinaciones deesos suizos, en la Española. Yo le daré a V. la cosahecha, V. la pone a su gusto y, así, cuando otros pa-sen por ahí le quitarán el sombrero, pues no se res-peta más que al que se teme. Si V. la manda a laAragonesa, se pueden figurar que es cosa mía; en laEspañola, no, porque no quiero nada con ellos yesto se sabe; pero dejemos pasar algún tiempo y...recordármelo, si se me olvida. ¡Que no haya falta!¿Estamos? Pero de Cartagena solamente."

Bien claro se ve el interés de V., que yo hagomío por la parte que me toca, tratándose de la patriachica. Conque diga V. lo que hay que hacer, que yaestoy impaciente por mandarlo a la Española y quelo publiquen antes de la clausura.

El 6-V ya manda Jiménez a Pau las cuarti-llas referentes al viaje de Chodat, sigue conReyes y discrepa, en buena lógica esta vez, de

Navás, quien había dicho en carta reciente aPau que los de Madrid parecían estar pensan-do en saltarse lo de Zaragoza e irse directa-mente a Granada.

Corte V. por donde quiera y como quiera. Si tie-ne V. que añadir algo interesante, que sea sobre es-pecies que tenga yo ya incluidas en "Las plantas deCartagena". Si es sobre otras cualquiera, diga V.poco y reserve lo bueno para el Suplemento. Lagente de Madrid, con poco tiene bastante, porquesu entendimiento no es mucho, y en cambio nos po-dremos lucir en la Aragonesa, abocando V. el sacoen las notas para el Suplemento.

... Irán allí, no harán nada de provecho para na-die, y a la vuelta publicarán pomposos artículos enel Boletín o en otros periódicos científicos y los quelos lean sin estar en autos, que son la mayoría de lasgentes, verán y palparán el exitazo que la Real hatenido en Zaragoza. Eso mismo hicieron con el Ho-menaje a Linneo y bien reciente está para que sehaya olvidado. Verá V. cómo el pae Navás se equi-voca en esta ocasión, y los madrileños van allá y seponen por montera a los aragoneses.

Que se los pusieran o no por montera, es di-cho cuyo alcance futurológico podrían hoyprecisar las actas y memorias de ambos con-gresos y su respectiva exégesis.

El 8-V remite a Pau la postal con que vienea jubilarse Reverchon y -esto le honra- diceque rectifica los conceptos más o menos lige-ros, así como frasecillas mortificantes y algúnchiste que a su costa se ha permitido en la co-rrespondencia, "pues burlarme de un anciano,no entraba en mi programa". El 16-V agrade-ce "las láminas de la obra de Willkomm", quele han causado impresión. El 10-VI habla deun ataque de reuma en la rodilla, que le ha he-cho perder el mes último; y, entre otros intere-santes, va el párrafo que sigue.

No sé si me aludirá en esa catilinaria que entonaen su carta respecto a las excelencias de no tener fa-milia y campar cada uno por su respeto; pero, si esasí, conste que no recojo la alusión, pues si a V. leva bien de solterón a mí me va perfectamente de pa-dre de familia, y los cuidados de mi mujer y las ca-ricias de mis hijos son para mí tan gratas como paraV. sus librotes y yerbajos. Conforme con que a V.le estorbaría la familia para dedicarse de lleno a labotánica y que del modo que está conquistará nom-bre glorioso en la ciencia; pero como yo no voy porel camino de la inmortalidad, me va muy biencomo estoy y no le envidio a V. más que su saber,ante el cual no solo me descubro, sino que me que-do en cueros si es menester. Conque ya puede V. irretirando la filípica, que no me ha causado ningunaimpresión.

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M. LAÍNZ: RELACIONES DE PAU CON JIMÉNEZ MUNUERA 75

A 14 de julio, nueva carta sobre asuntos di-versos, de la que se impone transcribir otropárrafo.

Ya habrá V. visto la nota en el Boletín, pero nosé si se habrá V. fijado en que han suprimido párra-fos enteros del principio, con lo que ha quedado elsentido de algunos tan seco que hacen daño al oído.Ignoro con qué derecho puede nadie hacer modifi-caciones en cosas ajenas, y de buena gana protesta-ría, pero no estoy muy seguro de tener razón. De to-dos modos, creo que eso es una porquería y un avi-so para no confiar nada a la Real. Buscaremos lamanera de pinchar cuando se presente la ocasión yprocuraremos hacer todo el mal posible.

Me falta la carta del 2-VIII. En la del si-guiente 19 se queja de que no se haya dejadover Pau en Cartagena, camino de Sierra Neva-da; y le concreta que se ha inscrito con el nú-mero 123 entre los participantes en el futurocongreso naturalístico de los zaragozanos,tras lo que pone colofón como el que sigue.

Usted verá si va bien o no la cosa, puesto quelleva el alta y baja de todos los naturalistas de Es-paña.

Debe luego de haberse perdido alguna car-ta referente a su comunicación (cf. JIMÉNEZ,

1909: 251-273) al congreso referido -PrimerCongreso de Naturalistas Españoles-, ya quela del 21-X supone a Pau "en la muy heroicaZaragoza, codeándose con la high Ufe de lasabiduría": él no sabe nada -regresa de un via-je - y pide noticias. Pau, de hecho, tampocoasistió -acaso contra su voluntad, como va-mos a ver-, aunque mandó comunicación(cf. PAU, 1909: 243-249).

Regresa Jiménez el 7-XJJ de otro viaje.

También he encontrado el impreso para la vota-ción de la Aragonesa. Dígame V. si tiene interés enesa elección y en ese caso dígame a quién hay quevotar. Ya sabe V. que me tiene bajo su ferula.

La revista de Montserrat quedó también en mipoder y me he enterado de lo que dice la Ola Negra.La censura al presidente por no admitir trabajos encatalán me parece injustificada, pues la misma ra-zón hay para escribir para el público en cataláncomo para escribir en valenciano o en gallego, y anadie se le ocurre hacerlo.

No sé nada de nada y le pido por Dios que meentere de algo de lo mucho que habrá llegado a susoídos, especialmente de Zaragoza.

El 30-XII confirma la carta precedente y fe-licita el año nuevo. En Segorbe no estaba el

horno para bollos, como vamos a ver de unavez en la catilinaria que sigue -aunque tam-bién es posible que a Pau no le agradaran lascomparecencias en reuniones de tipo ± grega-rio, digo yo.

De 1909, tengo delante siete cartas. En ladel 5-1 llama en particular mi atención elasunto de los dos curiosos párrafos primeros.Luego se inicia otro asuntillo que habría decolear ampliamente.

Recibo su carta que me deja medio suspenso,viendo lo que cambian los hombres por mor de lasperras. No hace mucho, con no sé qué motivo, ter-minaba yo una carta deseándole a V. salud y perras,y V. me puso desventurado, diciéndome que hastame había vuelto roñoso, que eso de las perras eramúsica celestial y que no había que acordarse paranada de esa miseria. Pues aplica el caso y no rabiesahora porque no las tienes. Después de todo, ése esun mal que no lo padece más que el noventa y nue-ve por ciento de los mortales; así es que a cualquie-ra que se lo cuentes se asombrará de que te llame laatención una cosa tan común como el no tener di-nero. ¿Pues qué te creías, boticario, que vivir en elmundo era lo que tú hacías? ¡Como te aprieten defirme, verás tú ló que es bueno! Pero es claro que elchico estaba acostumbrado a otra cosa y "al que noestá hecho a bragas"..., etc. Conque no te calientesla cabeza. Compra, si no tienes más remedio, ycuando llegue el caso de pagar, paga si puedes, y sino, buscas el dinero y te aplazas a pagarlo cuandolo tengas, y entonces te encontrarás en el mismocaso en que se encuentran más de cincuenta perso-nas de las que tú estás viendo todos los días. Nopienses más en eso, y hazte cuenta de que eres unode tantos.

Respecto a que no está V. para botánica ni esassublimidades de la ciencia, tendría algo que repli-car. Me rio yo del que se ocupa de un estudio más omenos serio sin que le estorben las moscas, peroque tiene que interrumpirlo cuando se vuelve paramirar al mundo. ¡Vaya un mérito, recontra! Si tu-viera V. que buscar plantas para el Hermano Sen-nen o para otro hermano cualquiera en los cortosinstantes que le quedan libres las manos de la luchacontra las patatas y los zapatos de la familia, de otramanera cantaría V. Si alguna vez he dicho o he pen-sado que era V. un hombre superior, me retracto delo dicho y lo dejo a la misma altura que a otro cual-quiera.

Y vamos al cese mío y de Ibáñez en la Españo-la. Es claro que no hay que pensar más que en laforma en que nos hemos de dar de baja. Si decimosque nuestras ocupaciones, etc., podrá quedar laduda de que sea verdad, y eso no molesta. Hay quedar una razón que escueza un poco y que aunquelos de allá tengan cara de baqueta se aperciban deque no es prudente jugar con los provincianos, quesuelen sacar las uñas. Dígame, pues, algo de lo ocu-

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nido o la forma en que V. se ha dado de baja, parahacerlo en el mismo sentido y que se vea que el dis-gusto de V. es el que nos disgusta a los demás. Esodará al cese carácter de solidaridad que hará ver allíque V. no es una personalidad aislada, sino que dis-pone de un núcleo de amigos dispuestos a secundarsu actitud.

Y en cuanto a lo de las molestias y demás cosasque dice V., conste que están completamente fuerade razón. Aunque a mí me cause mucha molestiadarme de baja en la Española, no por eso dejaría dehacerlo, pues a ello estoy obligado, y poco amigosería el que, por no sufrirla, dejara de secundar losplanes de V. Lo sensible será que no haya más quenuestras tres bajas, porque el efecto no será tangrande como lo sería si los ceses fuesen más nume-rosos.

Ibánez me encarga que salude a V. en su nombrey, como yo, le desea prosperidades y perras, sin-tiendo ambos tener que contarle entre el inmensonúmero de los desperrados.

Tan pronto como tenga noticias de V. escribire-mos a Madrid poniendo a disposición de los Sres.Bolívar y consortes nuestra investidura de natura-listas.

Pau, luego, anduvo con vacilaciones o dila-ciones. Por fin, causaron baja los tres en la nó-mina madrileña de 1913.

A 2-III, entre otras cosas, dice Jiménez apropósito de la Iris descrita como novedad re-cientemente:

Crea V. que siento de veras la plancha del PaeMerino, que aparte de ser fraile [a pesar de ser frai-le, quiere decir, que se mostraba un poquillo anti-clerical, de dientes afuera por lo menos], era perso-na simpática para mí. Ahora me gustará saber cómose apaña el cura para enmendarla, después de ha-berla publicado con su correspondiente retrato. In-convenientes de volar sin tener las alas desarrolla-das. Ya se irá jasiendo.

El 3-IV, aunque no derrotado, se le ve másbien pesimista.

Tan pronto como pase la Semana Santa tendréque emprender de nuevo un viaje a Madrid y, de re-greso, a la provincia de Ciudad Real. Esto me lle-vará seguramente todo el mes y, sumado con lo ma-lísimo del año por falta de lluvias, resultará que labotánica se irá a paseo esta temporada. Por otra par-te, V. ya no necesita nada, a lo que parece, de suer-te que tendremos que cortarnos la coleta, como estono se enmiende. Yo pensaba tomar la venia de V.para hacerle una visita estos días festivos, pero laida a Madrid ha desbaratado mi combinación.

Reenhebra el 7-VI.

Aunque le parezca a V. mentira estoy vivo y consalud, habiendo estado fuera de mi casa más de unmes. Esta vez he ido a la corte a trabajar y no de se-

ñorito, así es que no he visto a nadie con quien ha-blar de nuestras aficiones [...].

A mi vuelta me he encontrado con la novedadde que mil doscientos setenta y tantos conciudada-nos míos me han elegido para que los represente enel Ayuntamiento [...].

Tengo unas ganas terribles de saber cómo andaV. con sus líos de obras y casas nuevas, si ha refor-mado V. la botica, si se le ha casado el dependien-te, si tiene salud completa su madre, si se ha casadoV. o su criada, en fin, lo que ha pasado durante losaños transcurridos desde que no sé de V.

Hace dos o tres días ha llegado a mis manos larevista de la Aragonesa [...]. Realmente, el introitode su escrito es de primera clase y, al pronto, lo ex-trañé, pero luego vi que mi extrañeza no tenía másmotivo que no ser el familiar que V. usa en sus car-tas íntimas. En cuanto a erudición [...].

Las actas del Concilio de Zaragoza siguen en lamente de Dios y, por lo que se ve, no hay indiciosde que vean la luz [...].

No sé lo que se me queda por decirle, pero elloera algo que me interesaba; lo más esencial para míera darle fe de vida [...].

Nuevo salto hasta el 12-X y nuevos datosinteresantes, de índole varia.

Ya supongo que me habrá V. llorado por muer-to después de tanto tiempo como estoy sin darle no-ticias de mi humilde personalidad, pero no hemuerto, no señor. Estoy aquí, como siempre, a sudisposición.

Desde los primeros días de Mayo, puedo decirque no he estado tranquilo en mi casa ni dos sema-nas: continuos viajes, negocios difíciles de mi casade comercio que no permitían el más pequeño des-cuido y que me han ocupado semanas enteras,como el suministro de carbón a los buques de gue-rra; en fin, una serie de cosas que yo creía que noiban a acabar nunca. Después la tensión constantedel espíritu por los sucesos públicos, la anarquíaenseñoreada en Barcelona, los dolorosos sucesosde África y, por último, el estado de embarazo demi esposa, que me tenía hondamente preocupado,han sido la causa de que no estuviera en disposiciónde ánimo de dedicar una hora a la agradable tareade escribirle a V.

A su tiempo debido recibí su folleto relativo ados plantas nuevas de Gredos [...]. También recibílos ejemplares del Suplemento a las Plantas de Car-tagena publicado en la Aragonesa y que aún no hetenido tiempo de enviarle, y por último el tomo ter-cero de la Flora de Galicia, que me ha mandado elPadre Merino con una halagüeña dedicatoria. ElHermano Sennen me remitió un paquete de plantas

Creo firmemente que habrá terminado para V. lacrisis de las perras y se encontrará V. con el recuer-do de los malos ratos pasados, es verdad, pero conla propiedad de la finca, que es asunto positivo. Ycomo consecuencia de la normalidad del cajón de

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la botica habrá V. emprendido este verano algunaexcursión provechosa por lejanas tierras, de la quetendremos noticias por la Aragonesa... o por "ElConsultor de los Ayuntamientos", porque segúnparece V. no se para en barras.

Si después de este prolongado mutis es V. tanbenévolo que lo echa en olvido y en cualquier ratode buen humor se decide a escribirme, le agradece-ré noticias de la salud de su madre y de la suya pro-pia, y además de lo que pasa por el mundo científi-co, del que he estado apartado durante tanto tiempo.

Es claro que Pau acabó rompiendo el silen-cio, ante las delicadas cartas de Jiménez. Noslo viene a decir la brevísima del 20-XII, nota-bilísima ella.

Según le ofrecí a V., hoy he facturado a su con-signación dos paquetes de plantas con destino a lapublicación del Hermano Sennen. En el más pe-queño de los paquetes van unas plantas destinadasa V. Son algunos pliegos de la Gagea iberica, unaavena que no veo clara y un Astragalus nuevo, quehay que ponerse las gafas para verlo. Digo que seránuevo porque yo no he podido dar con él a pesar deestar en las mejores condiciones para determinarlo.Si me sale V. luego diciendo que es alguno de losconocidos y está en mis libros, me declararé desdeluego pollino de solemnidad.

Transcribo de la del 30-XII tan solo el pá-rrafo referente a lo que PAU (1910:130-131)publica sin dilaciones como Astragalus nitidi-florus Jiménez & Pau, especie que había defumarse andando el tiempo "Hora Europaea"(cf. LAÍNZ, 1969: 254), pero que se da hoy porindiscutible (cf. PODLECH, 1990:554).

Mucho me alegro de no haberme equivocado enla apreciación del Astragalus. Allá V. con él, queno soy yo aficionado a apropiarme de los trabajosajenos. V. lo bautiza y lo publica, y asunto conclui-do. Tengo que hacer constar que, al decirle que lasflores son de un amarillo brillante, no queria refe-rirme a que tengan brillo los pétalos, sino que el co-lor es puro, como el de la Calendula, por ejemplo, yno terroso o pálido. Tengo en mi poder tres o cua-tro ejemplares de esa planta, y hasta el mes deMayo no puedo coger mas.

De 1910, tengo seis cartas delante; aunque,por lo visto, hay otras dos en Barcelona. Ladel 9-JJ, en la que se planifica el viaje a Meli-lla de Pau y se trata de atraerlo a Cartagena ca-riñosamente, no tiene desperdicio. Tampocolo tiene la del 13-IV, tras nueva estancia enMadrid -y tras la que hubo, al menos, una ter-cera-, ni otra del 2-VI, por la que se ve quePau seguía teniéndole muy falto de informa-

ciones. Pero habremos de saltárnoslas, en vis-ta de que no aportan muy especiales noveda-des... y vamos alargándonos mucho. El 20-VI, por fin, acusa recibo, con alborozo, de unacarta en la que Pau le medio promete visita; ynos da noticias diversas. La del 16-VII corres-ponde a otra de Pau, contestación a la última;pregunta por "aquel viaje en proyecto", queno es el ya realizado a Melilla; y se lamenta deque la sequía le haya hecho imposible prepa-rarle a Sennen absolutamente nada. Vuelve acorresponder a otra de Pau el 24-IX, con algu-na extensión. Sobre todo se congratula de quese cuente con Pau -y no con Lázaro...- paraestudios rífenos. En lo humano, han llamadomi atención los dos parrafitos que siguen.

Ibáñez me encarga que le diga a V. de su parteque, aunque está bastante trasfollado y algo mama-rracho, todavía le quedan fuerzas y ganas de ocu-parse de la botánica, y que esas fuerzas (o lo quesea) las pone a su entera disposición.

Siento que ande V. tan trasfollado, como diceIbáñez, a consecuencia de los dolores: yo los dejéhace más de un año, y no los echo de menos. HagaV. lo mismo, que eso de tener dolores no es del me-jor gusto.

No he visto una carta del 24-XII, posible-mente ilustrativa, si no se reduce a simple fe-licitación de fiestas.

Llegamos a 1911 y, enigmáticamente, casial fin del epistolario disponible. La carta del25-1 viene a explicarnos algunas cosillas y ainformarnos de otras.

El inventario, el obligado inventario de fin deaño, es el causante de que no haya contestado antesa su carta de 26 del pasado. Ya pasó la racha y arre-meto contra V.

Toda esa catüinaria que V. estampa en su cartaestá muy bien traída, muy razonada, y también es-taría muy en su lugar si no fuera porque se le ha idoa V. un pequeño detalle, cual es el que la última car-ta cruzada entre nosotros fue la mía, no la de V.V. me escribió el día 18 de Setiembre, diciéndomeque Odón de Buen le ofreció los materiales recogi-dos en África, para que V. publicara la memoria, ya esa carta le contesté yo el día 24 del propio Se-tiembre, congratulándome del asunto, por la im-portancia que yo le concedía, y dándole a V. misplácemes por la justicia que se hacía a sus talentos.Usted nada volvió a decirme ni yo supe ya nada delo que después sucediera; pero a pesar de eso, no te-

. niendo yo para nada en cuenta aquello de que "alamigo y al caballo, no cansallo" ni lo de "gallo queno canta" etc., aproveché la coyuntura que me pre-sentaba la costumbre de las felicitaciones de pas-

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cuas pata ponerle a V. tímidamente la lacónica car-ta, escrita solo "por salir del paso", como V. dice.Pero no era el objeto ése: era recordarle a V. que unamigo lo tenía presente, para ver si de ese modo learrancaba algunas palabras relativas al asunto quetanto me interesaba. Lo toma V. por otro lado, em-puña las disciplinas y, equivocadamente, me sacu-de con ellas cuando el zurrado debía ser V., a me-nos que ya no haya justicia en la tierra.

Resultado práctico de todo esto: que en lo pre-sente y en lo futuro certificaré las cartas que te es-criba, para que no achaques al correo tu falta de me-moria. .. por no decir otra cosa.

Le participo a V., antes de que se me olvide, quehe trasladado mi domicilio. Vivo ahora en un barrioextramuros, distante unos dos kilómetros de la ciu-dad, para donde hay tranvía eléctrico cada diez mi-nutos. Es una hermosa casa, cómoda y espaciosa,rodeada de su correspondiente jardín. Mis hijos vi-ven allí como los pájaros, al aire libre, robustos ysanos, y su alegría me tiene alegre y su salud ro-busto y vigoroso. La nueva vida de campo, sin sercampo, los cuidados de la instalación y el continuotrabajo del despacho, han caído sobre el más débil,sobre la botánica, que está conmigo echando bom-bas por tenerla completamente abandonada. Mepropongo reanudar con ella mis relaciones en lapróxima primavera, pero sin poder asegurarlo com-pletamente.

La noticia que me da V. relativa al ofrecimientode Bolívar, me llena de satisfacción. Sea lo quequiera lo que ofrezca, acepte V. o no, siempre re-sultará palpable que hemos vencido, que tienen quereconocer nuestra superioridad y que esa sociedadde pensiones siente la nostalgia de que nuestronombre esté unido a los que han de figurar en el ca-tálogo de sus publicaciones. ¡Hemos vencido! Di-ces que te aconseje, ¡pues acepta! La parte moralqueda a salvo. Te buscan, pues te necesitan. De to-dos modos tienes deseos de estudiar el Pirineo ara-gonés, pues recoge las perras y eso te ahorras, ha-ces tu capricho, ellos publican tus apuntes (que des-pués de todo alguien los ha de publicar), y al fin dela jornada siempre aparecerá lo que debe aparecer,que eres indispensable en toda obra científica y quetienen que sucumbir a ti los que quieran hablar debotánica.

El ofrecimiento de Bolívar a Pau se hizo encarta sumamente diplomática, del 12-XII-1910, que dicté yo hace casi ocho lustros auna mecanógrafa de mi padre. Tal ofreci-miento se tradujo en la visita de Pau al Guada-rrama y en la nota subsiguiente (cf. PAU,1912), aragonesa ella, con discreto reconoci-miento del mecenazgo. En lo pecuniario, éstese concretó en la cantidad -entonces aprecia-bilísima- de 4.500 pesetas.

El 2-II, misiva incisiva, tan original comobreve.

Querido boticario: Ayer recibí el adjunto talón,relativo a un paquete de plantas que te remite elHno. Sennen. Me alegraré de que te aprovechen.

Recibiste mi carta, ¿eh? ¡Ahora te chinchas!

Y el 18-11, la última de que disponemos,notable; la que no es, evidentemente, punto fi-nal del diálogo que nos ocupa.

Mi querido amigo: ¡No hay que torcer el gesto!Ésta va certificada para evitar que se extravíen lasque te devuelvo, después de enterado y muy ente-rado de ellas. Luego hablaremos de esto.

La carta del día 6, no la he podido digerir toda-vía. Toda esa historia que me cuentas para decir, enresumen, que no tienes lugar de escribir a los ami-gos ni de ocuparte de las plantas, porque estás ocu-pado en no hacer nada, me llama a escama y sospe-cho que lo dices por mí; pero si es así, estás equivo-cado en más de la mitad. Yo tengo que ganar la vidadependiendo de otra persona, y no envenenando alpúblico como tú haces, por lo cual solo de algunosratos puedo disponer. Y al decirte, en mi últimacarta, que estaba ocupado en el traslado de mi casa,era tan cierto como mentira es lo que tú me dices delevantarte y escopeta y botica y demás zarandajas.Además, me harás el pequeño favor de estableceralguna diferencia entre tú y yo. Si yo dejo una tem-porada de buscar plantas, el único que podrá sentir-lo es mi zapatero, porque no rompo botas, pero sidejas tú de hacerlo, somos muchos los que lo echa-mos de menos. ¿Te vas enterando? Si yo no escri-bo, tú pensarás de vez en cuando si me ocurre algoa mí, exclusivamente a mí, pero cuando tú callaspienso yo, no solo qué te pasará, sino también loque pasará por el mundo de las ciencias naturales,al cual no puedo asomarme más que por tus ojos.¿Te enteras? Con que no me vengas a mí con ser-mones ni con metáforas que ni enriendo ni quieroentender.

Y ahora pregunto yo sobre la carta de Odón deBuen. Esa publicación, ¿va a ser oficial o es cosa deunos cuantos particulares que publican sus estudiossobre el Riff? De cualquier modo que sea, me pare-ce que la cosa es importante, por lo que significa.¿Cómo vas ahora a recoger velas con la Aragonesa,si ya has mandado cuartillas? En fin, con eso tú tearreglarás. Lo que importa es que se publiquenpronto esos estudios, antes de que vaya algún otroy meta la pata. ¿Te ha mandado de Buen algo quevalga la pena?

¿Y el bueno de Cadevall? ¿No era ése de losnuestros, quiero decir, de los protestantes? Pues seha lucido el hombre. Se ha tasado en poco más delo que vale una buena mula. Si los de Madrid si-guen comprando sabios a ese precio, pronto podránformar una academia, que les saldrá por una friole-ra. ¡Guarda, boticario, no te metas en eso, que siven que te pasas al enemigo, aunque sea por cincomil pesetas, van a creer que te has vendido barato!¡Guarda, guarda!

Y tu madre, ¿cómo está? Y tú, ¿qué piensas, sies que piensas algo fuera de las manijas? ¿No te ca-

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sas? ¿Esperas a echar novia y casar cuando seasviejo, y tengas que arrendar algún amigo joven quete ayude?

Tu buen amigoJiménez

Cadevall, entiendo que habría recibido unaoferta semejante a la que Pau aceptó por sen-sato consejo del propio Jiménez, quien ahorase divierte condenando lo que antes aprobara.Esa mula vendida, supongo que sería lo deCADEVALL (1911), artículo único del autorque se publicó en la Española; pero J. M.8

Montserrat me dice que no ha dado con la co-rrespondiente carta de Bolívar que yo le seña-laba para caza y captura -sí con otras a Pauque deberán publicarse.

Jiménez desaparece de la escena por la rá-pida, sin que nadie le dedique ni el más míni-mo recuerdo; pero todavía figuró en 1913, yase ha dicho, como numerario de la SociedadAragonesa... La correspondencia, pues, nopuede haberse truncado con la carta últimaque transcribimos. El hecho es que no apare-cen otras en Barcelona; y que tampoco se con-servaría ninguna de la familia ni de Ibáñezque notifique la defunción; cuya fecha, y al-gún dato biográfico más, podrían fácilmenteser concretados en los archivos cartageneros.

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Aceptado para publicación: 14-1-1994