enfoques postestructuralistas
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Enfoques postestructuralistas. Neohistoricismo y postmodernismo
En esta oportunidad nos enfrenta el autor con los enfoques post-estructuralistas,
señalando que este término aglutina una amplia gama de enfoques teóricos, diferentes y
discrepantes entre sí, de la arquitectura, las artes, la literatura, la filosofía y los
estudios culturales y textuales, caracterizados, entre otras cosas, por su disconformidad
con la búsqueda de formas binarias y su oposición a la crítica y los valores de la
Ilustración. En estos enfoques, como se observa, entran los estudios textuales y
literarios. El estructuralismo intentaba revelar los secretos del texto y dio paso al
postestructuralismo, como indica el autor, Después de la década de los sesenta surgió
una nueva generación de teóricos resueltos a leerse a sí mismos en el texto y a elaborar
en la disciplina de los estudios bíblicos estrategias de lectura que reflejaran los puntos
de vista de sus propios enfoques del texto bíblico en la línea de la respuesta del lector.
El postestructuralismo rechaza la obsesión del estructuralismo de descubrir en el texto
oposiciones binarias por doquier y, especialmente en su modalidad deconstructiva,
hace hincapié en la inestabilidad del significante.
Se observa que el postestructuralismo surge en contra del enfoque histórico-
crítico de lectura de la Biblia, puesto que, nuevos modos de leer el texto iban
penetrando lentamente desde la periferia de la investigación para atacar la zona media
(cuando no las alturas). Conforme el milenio iba llegando a su fin, estos nuevos
enfoques seguían atacando intensamente el territorio en otro tiempo poseído en
seguridad por el modernismo crítico. Si el estructuralismo busca la forma (estructura)
para encontrar el significado del texto dentro de determinada cultura o como forma de
relacionarla con otras culturas, luego el postestructuralismo pone en tela de juicio los
métodos estructuralistas.
Aunque pareciera que el postestructuralismo beneficia la interpretación bíblica,
pues al acercarse al texto discrepa un tanto de de los métodos críticos inflexibles, no
obstante, asume igualmente posturas que salen de la interpretación natural de los
mismos, como se observará en el caso del neohistoricismo.
El neohistoricismo es fundamentalmente un alejamiento de la teoría y un
movimiento orientado hacia la cultura, la historia, la política, la sociedad y las
instituciones como contextos sociales de la producción de textos. Esta forma de
abocarse al texto apunta a especificar la cultura y a la inserción social de todas las
modalidades de escritos, al reconocimiento de la historia a la que ofrecen acceso.
Según el autor, el intenso interés suscitado entre los especialistas bíblicos
profesionales por la controversia en torno a las lecturas más recientes de la Biblia
como «historia», y de la historiografía bíblica como reflejo de las actividades sociales
de un período mucho más tardío de lo que normalmente pensaban la mayoría de los
especialistas bíblicos, constituye el comienzo de un neohistoricismo emergente en los
estudios bíblicos. El autor hace mención de algunos autores que han influido en esto,
por lo que, en los años setenta empezaron a dar paso a una crítica más radical que
sometía, tanto el texto bíblico como los restos materiales arqueológicos, a un riguroso
análisis crítico…. con el resultado de que, las narraciones bíblicas se han leído como
productos textuales de un período mucho más tardío que el que normalmente se les
atribuía, incluso por parte de la investigación bíblica modernista. Ahora la Biblia
hebrea empieza a parecer un producto del período persa o, más especialmente, griego,
y no tanto de los períodos asirio o babilónico anteriores.
En el mismo orden leemos, Los enfoques neohistoricistas de la Biblia pretenden
corregir la historia en favor de los silenciados y reprimidos de la historia (de otros),
habitualmente los desheredados de la tierra. Pues actualmente se considera que la
Biblia representa un rimero de escritos historiográficos que aíslan, excluyen, reprimen
y falsean en la misma medida en que cabe considerar que propugnan. Esto parece
hacer culpable al texto bíblico de no dar mayor auge a otras civilizaciones mientras que
se exalta la historia de Israel. Debe considerarse que la Biblia no pretende ser un libro
de historia no obstante cuando trata el asunto histórico lo hace con responsabilidad, de
modo que los escritores bíblicos sin pretender ser buenos historiadores, se entiende que
quisieron mostrar como verdaderamente sucedieron las cosas. Un hecho peculiar es que
no se escondan los hechos vergonzosos de algunos líderes hebreos cosa que suele
suceder cuando el escrito es meramente humano, lo cual deben tener presente los que se
acercan al texto bíblico, pues la tendencia parece ser otra según se observa, la inclusión
de los excluidos y la ruptura de los silencios que han durado desde que los documentos
de la Biblia fueron escritos y al final incorporados a las diversas colecciones de libros
a las que ahora llamamos «la Biblia». Ahora bien, algo importante es que no existe un
movimiento organizado como tal, por lo que pudiera pensarse que se trata de una idea
muy particular de alguien, según lo hace ver el autor, Los enfoques de estos autores,
muy diferentes, que escriben sobre la historiografía bíblica conllevan también
cuestiones más amplias. No forman una escuela, ni siquiera un enfoque unificado. …
cada autor tiene un enfoque muy personal y propio de los problemas de la
historiografía y la Biblia.
Pasando a la postmodernidad, algunos ven al postestructuralismo como una
vertiente de ésta, y el autor relaciona ambos enfoques según nos dice, La mayoría de los
enfoques postmodernos de la Biblia que han aparecido en los últimos años han sido
propiamente combinaciones selectivas de lecturas postestructuralistas impulsadas por
ideologías de género, raza e igualitarismo. Además apunta a que, La postmodernidad
se puede concebir como una modernidad consciente de su verdadera naturaleza:
modernidad para sí. Los rasgos más notorios de la condición postmoderna -pluralismo
institucionalizado, variedad, contingencia y ambivalencia- han sido producidos por la
sociedad moderna en cantidades cada vez mayores…
Entrando en el tema que nos ocupa, leemos, El estudio de la Biblia desde puntos
de vista postmodernistas está en pañales en los estudios bíblicos, excepción hecha de la
refinada obra de Stephen Moore sobre lecturas postmodernas de los evangelios y los
estudios neotestamentarios. Más ampliamente podemos observar la esencia del asunto,
Barman en Intimations of Postmodernity), es en sí un ejemplo perfectamente
representativo de dicha postmodernidad, pues trata una amplia gama de enfoques
postestructuralistas e incluye capítulos sobre la lectura de la Biblia desde los puntos de
vista de la crítica de la respuesta del lector, estructuralista y narratológica,
postestructuralista, retórica, psicoanalítica, feminista y mujerista, e ideológica.
Además de esto, el autor se centra en presentar lo que varios autores exponen sobre el
acercamiento postmodernista al texto bíblico, que siguiendo las pautas del mismo, no
habría ninguna premisa que pueda ser base para la verdad y ninguna verdad existiría
objetivamente, no obstante, el autor parece quedarse en la forma, pues dice, En mi
opinión, son representativos (los libros al respecto) de una parte del mejor trabajo que
se está llevando a cabo actualmente en el campo de los estudios bíblicos.
Rafael Guedez