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ENCUENTRA

LOS GANADORES

DEL SEGUNDO

PREMIO INTERNACIONAL

“LETRAS DE IBEROAMÉRICA”

ensentidofigurado

CONSEJO EDITORIAL

Editores

José Antonio Álvarez Di Stasio

Inmaculada Barranco

Juan Barroso

José Antonio Durand

Judy García Allende

Ángel González González

José Gutiérrez-Llama

Pedro Herrero

Carlos Hidalgo Villalba

Elisa Luengo

Emilia Oliva

Cony Pedraza

Juan Pablo Varela

Asistencia Editorial

Víctor Cáceres A.

PORTADA

“Sin título”

Ángel González González

España

EDITADA EN

Alemania - Andorra

Argentina - España

EEUU - Francia

México - Puerto Rico -

Uruguay

Contenido

1.- Especiales 10.- Introducción – José GUTIÉRREZ-LLAMA (5) 11.- Acta de Fallo del Segundo Premio Literario Internacional “Letras de Iberoamérica 2018”– En sentido figurado (7) 12.- Categoría MICRORRELATO a.- Antes que después – Gustavo Eduardo GREEN (10) b.- Los niños de paja – Javier GUERRERO SOLORIO (13) c.- Inmolación – Samuel PÉREZ ORTEGA (15) d.- El padre no se alegró – Lucía BORSANI GARCÍA (18) e.- El visitante – Natalia GONZÁLEZ AMORIN (21) f.- Memorias – Irene CEDENILLA BOTE (23) 13.- Categoría CUENTO CORTO a.- Estudio de caso – Barbarella D´ACEVEDO (26) b.- El folio azul – Fernando GARCÍA FLÓREZ (30) c.- Kaax – Alena PASHNOVA (34) d.- El puente – Eduardo René CASANOVA EALO (38) e.- Un golpe de vida – Martha CUPA LEÓN (45) f.- Espejismo – Jesús Antonio GUTIÉRREZ RODRÍGUEZ (49) 14.- Categoría ENSAYOS a.- El sistema ama a los idiotas – Fluvio Ugo GUERRA LEMUS (52) b.- Canto y olvido – Hugo CENTURIÓN MERELES (57) c.- El lenguaje al servicio del villano en “Ricardo III de W. Shakespeare – Mayra Lucelia VALIJE (64) d.- Mil mesetas – Juan REY LUCAS (71) e.- La familia y su relación con el Estado en Locke y Aristóteles – Diego Gerardo TINOCO ARREDONDO (77) f.- La insatisfacción fáustica – Kevin Humberto TORRES LLANES (82) 15.- Categoría POESÍA a.- Exorcismo – Carlos Alberto PÉREZ TRIANA (89) b.- Confesión – Ángel Pascual LARRAMENDI MECÍAS (93) c.- Tranvía – Aarón Carlos ANDRÉS GARCÍA (97) d.- Cuadro para un crepúsculo – Carlos Camilo TORRES (100) e.- Otras manos – María José COLLADO ROMERO (103) f.- Sopa de tomates – Yonnier TORRES RODRÍGUEZ (105)

5

10

26

52

89

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ensentidofigurado

EN SENTIDO FIGURADO

Año 11 Número 5

Julio/Agosto

2018

Es una publicación de:


Es una revista literaria de

publicación bimestral de

difusión vía red de cómputo.

Blvd. Adolfo López Mateos

314, Colonia Tlacopac.

C.P. 01049 México, D. F.

MEXICO.

Tel: (52.55) 54.81.55.61.

www.ensentidofigurado.com

Reservas de Derechos al

Uso Exclusivo No. 04–

2011–082909412300-

203. ISSN: 2007-0071. Esta

publicación se terminó de

editar el 13 de agosto de

2018.

Las opiniones expresadas

por los autores no

necesariamente reflejan la

postura del editor de la

publicación.

El contenido de los textos es

responsabilidad del autor.

EN SENTIDO FIGURADO los

incluye en apoyo a la

libertad de expresión y el

respeto a la pluralidad.

Queda estrictamente

prohibida la reproducción

total o parcial de los

contenidos e imágenes de la

publicación sin previa

autorización de EN SENTIDO

FIGURADO.

Publicación sin fines de

lucro que no admite

patrocinios y es sufragada

con recursos propios.

PROHIBIDA SU VENTA.

16.- Conversación con Hans Paul Manhey – José GUTIÉRREZ-LLAMA (108) 17.- Selección de poemas – Hans Paul MANHEY (118)

2.- Academia Literaria de la Ciudad de México 21.- Amanecer – Carla Cecilia CEJUDO (129)

22.- El extraterrestre – José Antonio DURAND (132) 23.- Atrapada – Esther TIRADO SORIANO (138) 24.- El pueblo – Guillermo TORRES (144)

3.- Desde el taller 31.- Taller: Rubén D´Alba (Presentación) – Lauro MARAUDA (148)

32.- Buscavida – Eduardo SANTUCHO (151) 33.- El agujero – Patricia BARBONI (153) 34.- Dos textos – Luis GADEA (155) 35.- Miedo – Jorge CHAGAS (157) 36.- La certidumbre de una muerte sin honor – Dardo ARBIZA (158) 37.- Oscuridad amarilla – Magdalena PORTILLO (160) 38.- Tiempo de nacer, tiempo de morir – Mariella HUELLA (161)

129

148

GRACIAS POR COMPARTIR ESTOS AÑOS

DIRECTORIO

Editor Responsable: José Gutiérrez-Llama

[email protected]

Suscripciones:

[email protected]

PARA ENVIAR COLABORACIONES

Micros: Pedro Herrero

Inmaculada Barranco

[email protected]

Cuentos: Cony Pedraza

[email protected]

Ensayos: Judy García Allende

Juan Pablo Varela

[email protected]

Poesía: Emilia Oliva

Ángel González.

[email protected]

Letras pequeñas: Judy Garcia Allende

[email protected]

Academia Lit. CDMX: José Antonio Durand

[email protected]

Traducciones: Elisa Luengo

[email protected]

Fotografía: Ángel González González.

[email protected]

Ilustraciones: Ángel González González

[email protected]

Video: José Gutiérrez-Llama

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Artes plásticas/audio: ESF

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en sentido figurado. revista literaria. año 11 num. 5. jul/ago. 2018 5

josé gutiérrez-llama

INTRODUCCIÓN

"Frente a nuestra casa, en el cerro, una luz inmensa

de encendidos colores se dirige hacia el arroyo"

–Isabel Píriz–

Lamentable la muerte de la escritora uruguaya Isabel Píriz, una muy

reciente colaboradora nuestra a través de la sección “desde el taller”.

Y bueno, en su memoria hagamos un muy festivo homenaje por

medio de esta publicación donde damos a conocer los ganadores

del Segundo Premio Literario Internacional “Letras de Iberoamérica”,

2018.

Así, abrimos el ejemplar con un ESPECIAL sobre este premio que

contiene: el Acta de Fallo, las obras ganadoras y un breve perfil de

cada uno de sus autores. A todos ellos, y a todos quienes

gentilmente se animaron a participar, agradecemos su confianza y

sobre todo su gran talento. Si bien la cantidad de trabajos recibidos

rebasó cualquier expectativa, la calidad de los mismos ha ido aún

más allá de lo imaginado. Felicidades a todos.

Luego el número camina con cierta disformidad en sus secciones

pero con la certeza en la virtud de su contenido.

En primera instancia, la conversación con el escritor de origen

chileno Hans Paul Manhey, complementada con algunos de sus

poemas. Más tarde, las secciones de la Academia Literaria de la

Ciudad de México y “desde el taller” únicamente, en virtud de que

nuestras tradicionales secciones (“en pocas palabras”, entre cuentos”,

6 en sentido figurado. revista literaria. año 11 num. 5. jul/ago. 2018

“entre ensayos y tanteos”, “palabra en verso”, “cine desde el diván” y

“recomendaciones literarias” han cedido su espacio para la

publicación de los textos premiados. A todos los editores de estas

secciones mi agradecimiento sincero y como siempre, mi total

reconocimiento por su compromiso con este proyecto.

Y bueno, es importante destacar que en este número lanzamos a mi

querido amigo y poeta, Ángel González, como portadista de nuestra

publicación, luego de que por muchos años nos ha regalado su obra

plástica para ilustrar la sección de poesía.

En verdad un número especial desde cualquier ángulo que lo mire…


Editor

REVISTA LITERARIA “EN SENTIDO FIGURADO”

ISSN: 2007-0071 www.ensentidofigurado.com

SEGUNDO PREMIO LITERARIO INTERNACIONAL

“LETRAS DE IBEROAMÉRICA 2018”

ACTA DEL FALLO DEL SEGUNDO PREMIO LITERARIO INTERNACIONAL “LETRAS DE IBEROAMÉRICA 2018” CONVOCADO POR LA REVISTA LITERARIA “EN SENTIDO FIGURADO”. Con objeto de proceder al Fallo del Segundo Premio Literario Internacional “Letras de Iberoamérica 2018” y siendo las 10:00 horas de la Ciudad de México, del día dieciséis de julio de dos mil dieciocho, inicia la sesión a distancia y por medios electrónicos, del Jurado conformado por (en orden alfabético): Presidente: D. Ángel González González (Madrid, España) Vocal: Dña. Inmaculada Barranco (Murcia, España) Vocal: Dña. Judy García Allende (San Juan, Puerto Rico) Vocal: D. Pedro Herrero Amorós (Barcelona, España)* Vocal: D. Carlos Hidalgo Villalba (Castellón, España) Vocal: Dña. Elisa Luengo Albuquerque (Cáceres, España) Vocal: Dña. Emilia Oliva García (Cáceres, España) Vocal: Dña. Cony Pedraza (Querétaro, México) Vocal: D. José Sánchez Hernández (La Habana, Cuba) Vocal: D. Juan Pablo Varela Cordero (Ciudad de México, México) y Secretario: D. José Gutiérrez-Llama (Ciudad de México, México). *Solo en el género de Microrrelato Tras un largo proceso en que previamente se dio lectura a los más de dos mil trabajos presentados a Concurso, los miembros del Jurado coinciden en reconocer y valorar el esfuerzo acreditado en los textos recibidos, cuyo número ha desbordado con creces las más optimistas previsiones. De igual forma, los componentes del Jurado ratifican que en su valoración final se privilegió la creatividad y la originalidad de las propuestas, así como su calidad formal. Una vez realizadas las deliberaciones oportunas, el Jurado decide, por unanimidad de sus componentes, otorgar los siguientes premios:



Categoría: POESÍA

- 1er. Lugar: “Exorcismo”, de Carlos Alberto Pérez Triana (CUBA).

- 2o. Lugar: “Confesión”, de Ángel Pascual Larramendi Mecías (CUBA).

- 3er. Lugar: “Tranvía”, de Aarón Carlos Andres García (ESPAÑA).

Mención de Honor para:

- “Cuadro para un crepúsculo”, de Carlos Camilo Torres (COLOMBIA) - “Sopa de tomates”, de Yonnier Torres Rodríguez (CUBA) - “Otras manos”, de María José Collado Romero (ESPAÑA)

Categoría: CUENTO CORTO

- 1er. Lugar: “Estudio de caso”, de Barbarella D´Acevedo (CUBA)

- 2o. Lugar: “El folio azul”, de Fernando García Flórez (ESPAÑA)

- 3er. Lugar: “KAAX”, de Alena Pashnova (RUSIA)


- “El puente”, de Eduardo René Casanova Ealo (CUBA / USA) - “Un golpe de vida”, de Martha Cupa León (MÉXICO) - “Espejismo”, de Jesús Antonio Gutiérrez Rodríguez (COLOMBIA)

Categoría: MICRORRELATO

- 1er. Lugar: “Antes que después”, de Gustavo Eduardo Green (ARGENTINA)

- 2o. Lugar: “Los niños de paja”, de Javier Guerrero Solorio (MÉXICO)

- 3er. Lugar: “Inmolación”, de Samuel Pérez Ortega (MÉXICO)


- “El padre no se alegró”, de Lucía Borsani García (URUGUAY) - “El visitante”, de Natalia González Amorin (URUGUAY) - “Memorias”, de Irene Cedenilla Bote (ESPAÑA)



Categoría: ENSAYO LITERARIO

- 1er. Lugar: “El sistema ama a los idiotas”, de Fluvio Ugo Guerra Lemus (MÉXICO)

- 2o. Lugar: “Canto y olvido”, de Hugo Centurión Mereles (PARAGUAY)

- 3er. Lugar: “El lenguaje al servicio del villano en “Ricardo III” de W. Shakespeare”, de Mayra Lucelia Valije (ARGENTINA)


- “Mil mesetas”, de Juan Rey Lucas (MÉXICO) - “La familia y su relación con el Estado en Locke y Aristóteles”, de Diego

Gerardo Tinoco Arredondo (MÉXICO) - “La insatisfacción fáustica”, de Kevin Humberto Llanes (MÉXICO)

Antes de dar por concluida la sesión, el Presidente del Jurado agradece a todos los miembros su valiosa colaboración para que este Concurso se haya podido desarrollar sin ningún contratiempo y en un marco de absoluta cordialidad y transparencia. Por otra parte, el Presidente instruye al Secretario para que realice las gestiones necesarias a fin de que los concursantes premiados reciban las constancias que los acreditan como ganadores del Concurso, tan pronto como sea posible y una vez que el Fallo se haga público a través de los medios establecidos en numeral trece de las Bases de la Convocatoria. Siendo las 13:00 horas del día arriba señalado, el Presidente del Jurado da por concluido el Acto de Fallo del precitado Concurso del que, como Secretario del mismo, doy fe y levanto la presente acta que suscribo y firmo, con el visto bueno del Presidente y de los miembros del Jurado.

José Gutiérrez-Llama Secretario del Jurado

10 en sentido figurado. revista literaria. Año 11 num. 5. jul/ago. 2018

CATEGORIA

MICRORRELATO

SEGUNDO PREMIO LITERARIO

INTERNACIONAL

LETRAS DE IBEROAMÉRICA 2018

ANTES QUE

DESPUÉS

Gustavo

Eduardo GREEN

Argentina

La ceguera amorosa inicial muchas veces no nos deja

descubrir severas diferencias que existen en las parejas.

Diferencias que, en mi caso, se hicieron notables segundos

después de proferir el ceremonioso: “¡sí, quiero!”.

Débora emprendió la salida de la iglesia antes que yo y así

llegamos al atrio, ella un paso adelante de mí. Sí, estoy de

acuerdo, no es una diferencia para exagerar, pero fue un

claro indicio de lo que sobrevendría. A partir de allí eran

comunes sus frases reiterativas: “te lo dije”, “si me hubieras

escuchado”, “piensas demasiado las cosas”, “hay que

actuar más rápido”, “te quedaste dormido”, y demás

sentencias por el estilo que dejaban de manifiesto mi

https://www.google.com.mx/url?sa=i&rct=j&q=&esrc=s&source=images&cd=&cad=rja&uact=8&ved=0ahUKEwjjv-KU6KnVAhUl2IMKHS5zDvQQjRwIBw&url=https://es.dreamstime.com/fotos-de-archivo-libres-de-regal%C3%ADas-primer-lugar-ejemplo-de-la-medalla-de-oro-image36459628&psig=AFQjCNEz7iJ3nTTPdvVFhzUu_hr0mXGJYw&ust=1501256969659002


lentitud de pensamiento, palabra y obra. Actitud que

contrastaba notablemente con su gran virtud para

anticiparse a los acontecimientos. Por supuesto que yo no

estaba de acuerdo con ninguna de esas afirmaciones.

No sé por dónde se fue el amor pero sí sé que dejó las

puertas abiertas, de par en par, para la llegada del odio,

sentimiento tan o más poderoso que el primero. Sí, porque

ese desprecio constante, esa soberbia, no hacían más que

alimentar mi bronca.

Y sucedió lo que debía de suceder en estos casos, por más

educación que uno haya recibido y por más amorosos que

sean los recuerdos del noviazgo, la acumulación de

humillaciones lleva en forma rápida −o lenta−, pero

inevitable, a la reacción violenta, desmedida, irracional. Así

fue como esa noche, en el lecho matrimonial, harto, clavé

un gran cuchillo en su espalda; ¿y ella?, ella… ya se había

envenenado.


Gustavo Eduardo Green (Buenos Aires, Diciembre de 1954).-

Reside en San Antonio de Areco. Casado con Mercedes y padre de

Tomás, Rocío y Candela. Realizador cinematográfico, egresado del

Instituto Nacional de Cine. Obtuvo premios en cine, fotografía,

diseño gráfico, teatro y literatura. Desde el año 1999 al 2003 y del

2009 al 2011 fue Director de Cultura del Municipio de San Antonio

de Areco.

Comenzó a escribir cuentos y poesías a fines del año 2003,

recibiendo hasta el momento 332 premios literarios, nacionales e

internacionales (Argentina, España, México, Israel, Perú, Venezuela,

Checoslovaquia, Puerto Rico, Estados Unidos de Norteamérica, Cuba,

Colombia, Ecuador, Chile, Uruguay).

Sus obras integran más de 70 Antologías Literarias. En el año

2009 se editó su cuento infantil “Instrucciones para doblar una

Jirafa”, en versión bilingüe (español-portugués).

Fue distinguido por el Honorable Concejo Deliberante de San

Antonio de Areco por su labor literaria.


LOS NIÑOS DE

PAJA

Javier

GUERRERO

SOLORIO

México

Cada inicio de verano Manuel, María y yo venimos a casa

de mis tíos. Es un rancho muy bonito porque tienen

animales y una milpa a la que vamos a jugar todas las

tardes. Bajo “El Gran Árbol”, junto a la cerca donde nadie

nos ve, dibujamos un círculo con una varita y entramos en

él, y así nos mantenemos a salvo. Para que Él no nos haga

daño le traemos gallinas. Dice que le gustan también los

gatos, así que hoy le trajimos a Rómulo. Mi tía Marcela lo

estuvo buscando para darle de comer pero no lo encontró.

Ojalá piense que se escapó y ya nunca va a volver. No me

gusta que le diga a Manuel que me toque, aunque sus

manos son suavecitas como el algodón, pero su cara se

vuelve otra cuando lo hace. Él nos observa desde las ramas

y se ríe. Cuando cae la noche, regresamos a casa. Nos dijo

que ya no quiere más animales. Manuel y yo decidimos

que el año que viene le toca a María.

https://www.google.com.mx/url?sa=i&rct=j&q=&esrc=s&source=images&cd=&cad=rja&uact=8&ved=0ahUKEwiGvbuh6KnVAhXDyoMKHZjXAH4QjRwIBw&url=https://mx.depositphotos.com/37842961/stock-illustration-second-place-silver-medal-illustration.html&psig=AFQjCNH3-eGtQdkHHOc3j0GLZX8-wl2pzA&ust=1501256995735975


Javier Guerrero Solorio (07 de abril 1996 - Uruapan, Michoacán,

México). Estudiante de Lenguas y Literaturas Hispánicas en la

Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Participante en

el 2do y 3er Encuentro de Poetas del Cupatitzio en Uruapan (2016 y

2017 respectivamente); del 2do Encuentro de Jóvenes Escritores de

Morelia organizado por la Escuela Nacional de Estudios Superiores

(Universidad Nacional Autónoma de México, 2018). Ha publicado en

algunas revistas literarias como La Sirena Varada, Estado del Arte, así

como en las antologías literarias Mar Crepuscular (Editorial Drea-

mers. 2018) y Todos Somos Migrantes (Editorial Benma. 2018).


INMOLACIÓN

Samuel PÉREZ

ORTEGA

México

El crepúsculo surge en lontananza; desciende la hora sexta.

El pueblo se congrega alrededor de una pira monumental

para solazarse con el escarmiento que habrá de imponerse

a la hechicera.

Una adolescente de hermosura extraordinaria es la

inculpada. Y pese a su estado deplorable, a los atuendos

ajados y a la colérica mirada, hemos sido trastornados. La

carne mórbida nos seduce. Su boca deliciosa, el pelo

escarlata, la menudencia de sus pies... todo en ella incita a

la lascivia.

Una vez retenida a la viga principal le son arrebatadas las

exiguas vestiduras. Permanece en su exquisita desnudez.

Ahora, será consumida por el parsimonioso fuego de

nuestras lúbricas miradas.

https://www.google.com.mx/url?sa=i&rct=j&q=&esrc=s&source=images&cd=&cad=rja&uact=8&ved=0ahUKEwig5Mys6KnVAhUM0oMKHYxqABMQjRwIBw&url=https://es.dreamstime.com/fotos-de-archivo-tercer-lugar-medalla-de-bronce-image36459593&psig=AFQjCNFNPniIkwV0mAMUhANwIWf_XRPltQ&ust=1501257019760361


Samuel Pérez Ortega.- Estudió la licenciatura en Lengua y

Literatura Hispánicas en la Universidad Nacional Autónoma de

México (UNAM). Asimismo es egresado del Centro de Arte

Dramático A. C. (CADAC) de Coyoacán, Ciudad de México.

Ha impartido y tomado cursos y talleres en el ámbito de las artes

escénicas, la literatura, la plástica, la docencia y la promoción

cultural. De igual modo ha fungido como jurado en múltiples

certámenes de oratoria, declamación, teatro, literatura y cine.

Es docente del Centro de Actividades Culturales de la

Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMEX) desde 2011.

Fue jefe de departamento adscrito a la Dirección de Servicios

Culturales del Instituto Mexiquense de Cultura (2006-2011);

coordinador de actividades de la Casa de Cultura de Toluca, hoy,

Centro Regional de Cultura de Toluca (1996-2006); catedrático de las

asignaturas de Teatro, Literatura y Artes Visuales en la Escuela

Preparatoria Oficial N.° 23 de Lerma (1991-1996), e instructor de

teatro en las Casas de Cultura de Sultepec, Almoloya del Río, Lerma,

San Pedro Tultepec, entre 1987 y 1994, y en la de Toluca, de 1985 a

la fecha.

Como actor, participó en el grupo «Teatro Artístico Popular» del

Instituto Mexiquense de Cultura y en los grupos de teatro «Ludus» y

«Drao» de la UAEMEX. Ha dirigido y actuado en más de un centenar

de obras teatrales de distintos autores y géneros; ha sido actor,


guionista y director de varios cortometrajes.

Fue ganador, por el Estado de México, del Certamen de

Literatura en las emisiones XVIII y XXI de los Juegos Nacionales

Culturales de los Trabajadores «Ricardo Flores Magón». Tiene

publicados diversos cuentos y artículos en revistas, periódicos y

suplementos culturales del Estado de México, y en «Castálida»,

revista literaria del Instituto Mexiquense de Cultura.

Es cartonista y columnista del periódico La voz del Nevado.

Expuso una serie de caricaturas sobre el arte, titulada justamente,

«caricaturizARTE», en la Biblioteca Pública Municipal de Toluca «José

María Heredia», en las Casas de Cultura de Atlacomulco, Ixtlahuaca,

Almoloya de Juárez; en la Escuela Preparatoria «Cualcán» y en el

Centro de Actividades Culturales, entre otros espacios. Así también,

ha exhibido una serie de dibujos a lápiz y tinta, denominada «Entre

el silencio y la mirada».


EL PADRE NO

SE ALEGRÓ

Lucía BORSANI

GARCÍA

Uruguay

Compré el test de embarazo en la farmacia más cercana, a

las cuatro de la tarde. Hacia las cinco ya tenía el resultado.

Hacia las seis el padre recibió la noticia. Se puso a rezar,

pero no de alegría, me cuestionó como si solo yo tuviera la

responsabilidad de lo sucedido. Le dije que lo amaba.

A la mañana siguiente me vestí con el hábito gris y dejé el

convento para siempre.



Lucía Borsani García (Paysandú, Uruguay, 5 de noviembre de

1971).- De profesión nutricionista-dietista, docente y terapeuta floral

de Bach, escribe poesía desde temprana edad y comienza a publicar

en el año 2004 para el festival de poesía popular Sueñapalabra, del

que fue miembro propulsor durante diez años. A partir de entonces

se vincula con poetas y músicos de la región realizando recitales

poético-musicales, entre otros integra el grupo Aire Nuevo (2006-

2008).

Libros editados: Loca por la luna (2006) y Vestida para salir

(2010).

Antologías: Versos plurales (2004), Sueñapalabra (2006), Octubre

azul (2007), Versoñadores (2008), Antología de poetas sanduceros

(2008), Príncipes del Talión (2009).

Premios y publicaciones: 2005 (Argentina): Primer y Tercer

premio en concurso internacional de poesía, integra Voces

hispanohablantes en el mundo y Escritores hispanoamericanos en el

mundo; 2006-2007 (España): Autor seleccionado en Relato corto y

poesía: Las lagunas-Arscreatio; 2008 (México): Autor seleccionado

para antología de poesía erótica femenina Al filo del gozo: 2013

(Grecia): Tercer premio en narrativa en español, modalidad Carta,

Concurso de Biblioteca Fimba y Umbrales Ediciones para el mundial

de Maxibásquet; 2013 (España) Autor seleccionado para la antología


del I Concurso de Microrrelato de VivelibroEditorial; 2013 (España):

Autor seleccionado para la antología del II Concurso de

Microrrelatos de temática libre Pluma, tinta y papel; 2013 (España):

Autor seleccionado en el IV Premio de Nanorrelato del Taller de

Escritores; 2014 (España): Primer premio en Poesía, en el Concurso

organizado por el restaurant y bar literario El dinosaurio todavía

estaba ahí de Madrid; 2014 (España): Autor seleccionado en el

Concurso de Cartas Breves de Letras con Arte, para integrar su

antología Cartas; 2014 (España): Autor seleccionado en el I Concurso

de Microrrelato La primavera la sangre altera, de Diversidad

Literaria; 2014 (Argentina): Mención en el V Concurso Literario de

Cuentos y Relatos, categoría Relatos, de la Sociedad Italiana Unión y

Benevolencia de San Pedro (Bs. As.); 2014 (Colombia): Mención en

categoría Poesía en el X Concurso Literario Bonaventuriano de

Poesía y Cuento de la Universidad de San Buenaventura Cali, con

inclusión en antología; 2015 (Orlando, USA): Mención en categoría

Microrrelato en el Concurso de Biblioteca FIMBA y Umbrales

Ediciones, para el mundial de Maxibásquet, inclusión en antología

Relatos mínimos; 2016 (Colombia): Mención en categoría Cuento en

el XII Concurso Literario Bonaventuriano de Poesía y Cuento de la

Universidad de San Buenaventura Cali; 2017 (Italia): 3er. Premio en

categoría Cartas en el Concurso de Biblioteca FIMBA y Umbrales

Ediciones para el mundial de Maxibásquet 2017, antología en

edición; 2017 (Uruguay): Muestra conjunta con el artista plástico

Fernando Irecio: “Ángeles” (pintura y poesía).


EL VISITANTE

Natalia

GONZÁLEZ

AMORIN

Uruguay

Viene a mí en la noche cuando cierro los ojos para dormir. Se

sienta al borde de la cama y con inquietante determinación me

acaricia la frente hasta que lo miro. Entonces, en tono falsamente

compasivo me pregunta: “¿Cómo te sientes hoy con respecto a ti

misma? ¿Algo que te avergüence, algún remordimiento tal vez?”.

Su voz parece que arrastrara piedritas, pero al mismo tiempo es

suave y pastosa, como si saliera del fondo de un lago.

–Estoy en paz, gracias. Nada me preocupa –me aventuro a

responder en el recinto de mi mente, ya que nuestra conversación

no necesita de aparatos fonatorios.

Se hace una pausa y el aire de la habitación queda muerto. Por un

instante creo ilusamente que he logrado engañarlo, ¿o

engañarme?, pero una parte muy profunda dentro de mí sabe la

verdad. Su misión no conoce de apuros ni da marcha atrás. “¿Estás

segura, querida? Piénsalo mejor”. Yo, por supuesto, no puedo

evitar obedecerle y él me recompensa, inclemente, ofreciéndome

su compañía hasta el amanecer, mientras desmenuzo

meticulosamente cada una de mis torpezas y miserias.



Natalia González Amorín (1976, Montevideo, Uruguay).-

Profesora de inglés, que actualmente intenta encontrar su voz como

narradora, siendo el cuento su género literario predilecto. Colabo-

radora habitual de la revista rumana “Horizonte Literario Contem-

poráneo”. Reciéntemente se publicó su libro Recuerdos de la Infancia

(Editorial Pim, 2018).

Entre sus relatos se encuentran “La señora Graciela”, “El

visitante”, “El beso”, “El olvido”, “Venecia” , “Sigillum” y otros.


MEMORIAS

Irene

CEDENILLA

BOTE

España

Rotas, del color de las olivas y la jara, raídas a más no

poder, estaban las mangas. Éstas cubrían unas manos

viejas y deshechas que apoyaban sobre una pegajosa

madera sobre la que también apoyaban otras manos, y

otras botellas. Lentos y acompasados eran los

movimientos: miraba a lo lejos, miraba a los lados, y no

veía nada más que un par de recuerdos que se le cruzaban

en la mente de vez en cuando. ¿Ocurrieron de verdad?

¿Llegó a ser feliz en algún momento? Iban y venían como

luces intermitentes, como algo que se quiere perseguir,

algo escurridizo y rápido: el recuerdo, escurridizo y rápido.

Perseguía el hombre a sus memorias en su cabeza pero no

las alcanzaba; a veces las rozaba con la punta de los dedos

y llegaba incluso a sentir sensaciones ya experimentadas

antes, pero no llegaba a ver nada. A veces se preguntaba si

le habrían olvidado a él como este a sus memorias. A

veces, en esas escasas milésimas de segundo en que

dejaba de mirar de lado a lado, a lo lejos, y se encontraba

en su mirada algo de cordura, algo del hombre que fue

algún día, en su juventud, en su vida. Cuando tenía

memorias. ¿Tendría familia? Nadie parecía ir a buscarle,



nadie parecía echarle de menos en su rutinaria vida que se

apoyaba en la pegajosa barra de madera. A veces los

bebedores lo saludaban. A veces los camareros también lo

hacían. Le daban limosna en la calle, comida en los

albergues, ropa en la Iglesia… el pan, los martes, de cada

día… Pero nadie le devolvía sus memorias. No había nadie

que le devolviera su vida.


Irene Cedenilla Bote. Tengo 20 años. Descubrí la belleza de la

literatura en una clase de primaria del colegio en que estudié bajo la

influencia de la que era mi profesora en aquella época. Desde

entonces soy una gran aficionada a la escritura y a cualquier

actividad creativa en general, lo que me llevó a estudiar Arqui-

tectura en la Universidad Politécnica de Madrid y a presentarme a

otros concursos como el I Concurso de Poesía del Puerto de Santa

María, donde fui premiada.

Espero que este sea el comienzo de una fructuosa aventura

literaria que haga posible seguir compartiendo mis escritos con

todos aquellos que deseen leerlos. Por ello quiero agradecer a la

revista la oportunidad de hacer visibles las obras de los nuevos

escritores que con ilusión y esfuerzo se animan a perseguir su sueño.


CATEGORIA

CUENTO


INTERNACIONAL


ESTUDIO DE

CASO

Barbarella

D´Acevedo

Cuba

De todos los casos de mi carrera algunos me han impresionado

más que otros. He podido presenciar asesinatos guiados por la

pasión de un momento, o bien premeditados con minuciosidad,

suicidios bajo los efectos del pánico, violaciones, atentados

contra la racionalidad. Pero solo un crimen en particular ha

logrado convocar mi asombro. Ocurrió meses atrás. Ya he

superado la edad en que comienza a hacerse fácil trazar una

línea de acción para atrapar al culpable. Sin embargo este me

sacó del paso, como suele decirse. Para empezar, las evidencias

eran mínimas. Tan solo una captura de video en internet, y eso sí,

la confesión de uno de los participantes. Sin embargo, qué

confesión. No permitía, después de todo, entender el devenir de

los sucesos. Desarrollé una suerte de obsesión con el tema.

Consulté una parte considerable de la literatura sobre el asunto,



entrevisté a un psicoanalista, divagué en bares junto a otros

compañeros y aun así no pude arribar a conclusiones. La relación

víctima-culpable era, a mi juicio, confusa. Tal era el meollo del

asunto, el nudo de la cuestión. Ante determinados crímenes hay

que desprenderse de los prejuicios, disponerse a aceptar y eso

no siempre es fácil. Uno, por la profesión que ejerce, está

adaptado a la violencia. No era este después de todo un material

donde la sangre se antojara extrema. Había sido filmado sin

artificios. La imagen dejaba ver a dos personas sentadas de un

modo cotidiano como si estuvieran a punto de iniciar una

conversación. Un exceso de sangre me habría impresionado

menos. Es difícil entender que un asesinato, si es que esto lo era,

transcurra en un plano proclive a las sutilezas. Y ahí estaban ellos,

como si fueran a tomarse una taza de café o a degustar un vino.

La víctima sonreía y daba su consentimiento para lo que iba a

pasar, libraba de culpas a su contraparte. Cómo condenar,

después de todo a un asesino, que es usado como vehículo, para

facilitar a otro cumplir un destino de su elección. Luego se

inyectó algo en el brazo y asintió. El otro entonces preparó sus

instrumentos. Siempre se busca un motivo, lo que se dice el

móvil. Aquí no existía más que un pacto. Se habían conocido en

internet y habían acordado tal cita. Nada tenía razón de ser. Un

trozo de carne se desprendió muy despacio. A lo mejor son los

medios los que favorecen tales conductas. Apenas se pudo

entrever un líquido, una viscosidad. El agresor, si así podía

llamársele, lo limpió con unos paños que luego arrojó a un

recipiente donde ardía un fuego. He visto el video infinitud de

veces. Un exceso de sangre me habría resultado más cómodo. La

tranquilidad de sus participantes me resultaba agresiva, repulsiva

también. Luego ambos comieron con la serenidad de quien

saborea un filete mignon sin hacer ascos. Era algo terrible,

malsano. Tal vez el alma sea más proclive a lo perverso de lo que

uno espera. Siempre he querido creer lo contrario, a pesar de mi

trabajo, de la vida que llevo. Ahí estaba la víctima y su sonrisa se

hizo risa, estruendo ante la cámara. Nunca he sido un fanático de


la tecnología. Sin embargo, como tantos, no he podido

sustraerme a sus influjos. También he buscado falsear la soledad

al marcar una cita en un chat. Si él hubiera dudado lo habría

dejado ir, dijo en su confesión. Cierto es que el internet hace que

todo se expanda más rápido. Tenían vidas hasta entonces

corrientes. Ya ocurrió otras veces, añadió. Me pregunto ¿qué

significó él en esas vidas que fueron eximidas de la muerte, que

transformó en ellas? Y el “culpable” limpió las comisuras de los

labios sin inmutarse, el rostro exhibiendo una mueca de

asombro, para arrojar después la servilleta al fuego. Cualquiera

habría podido ser uno de ellos. Eso es lo que me encandila. No

dejó de reír cuando el otro se acercó despacio e hizo con

precisión aquel gesto que lo dejó inerte. ¿Y si un día es el vecino

de al lado? ¿Y si un día soy yo? Estudio variables para cada

pregunta. He visitado la escena del crimen varias veces,

acompañado de un equipo y también solo. Todavía este caso me

obsesiona. Nada en ella delata los sucesos que allí han acaecido.

Solo la cámara en una esquina conecta el espacio a los eventos,

como si se tratara de un puente a un mundo otro. Un asesinato

sin cuerpo; la historia registra otros casos pero ninguno se

asemeja a este. Es un crimen acontecido en un espacio-tiempo

marcado de singularidades, como la mente humana. De algún

modo habría que incurrir en alabar la piedad del asesino. El

cuerpo se descolgó un poco hacia un lado, como si fuera a caer

de la silla. No hubo motivos, ni sangre. Enciendo la cámara, una

luz en rojo indica que está grabando. Hace minutos que tocan a

la puerta. Se hace preciso fingir serenidad. Quizá esta vez reciba

un sí como respuesta.


Barbarella D´Acevedo.- Nació en la Habana, Cuba. Escritora.

Profesora de Teatro Asiático en el ISA (Instituto Superior de Arte),

Universidad de las Artes. Editora en jefe de la Revista “Cúpulas”, del

sello editorial Cúpulas.

Licenciada en Arte Teatral, perfil Teatrología. Estudió un Máster

en Educación por el Arte en ISA, Universidad de las Artes y graduada

del curso Técnicas Narrativas en el Centro de Formación Literaria

“Onelio Jorge Cardoso”.

Estudió en IPU “Raul Cepero Bonilla”, en la escuela secundaria

básica “Raúl Cepero Bonilla”.

Es casada y vive en Playa, Ciudad de La Habana, Cuba

*Perfil y fotografía tomados de Facebook.

https://www.facebook.com/ISA.Universidad/?timeline_context_item_type=intro_card_education&timeline_context_item_source=100012184328060&fref=tag

https://www.facebook.com/IPURaulCeperoBonilla/?timeline_context_item_type=intro_card_education&timeline_context_item_source=100012184328060&fref=tag


EL FOLIO AZUL

Fernando

GARCÍA

FLÓREZ

España

—¿Qué te pasa, muchacho? Me has arrollado. Caminas distraído —

le dijo un anciano muy delgado al chocarse con él en la acera.

—Lo siento, señor. Iba pensando —contestó el joven.

—¿Y en qué piensas? ¿Puede saberse? —requirió el anciano.

—En el amor. Busco el amor y no lo encuentro. Ninguna joven de

esta pequeña ciudad me quiere —respondió el joven.

—Pues yo sé de una que se muere por ti —dijo con aplomo el

anciano.

—¿Y usted cómo lo sabe? —preguntó el joven.

—Lo sé y punto —manifestó el anciano.

—¿Quién es usted? ¿Quién es ella? —preguntó el joven.

—No importa quién sea yo. Y quién sea ella, te lo debe decir ella,

no yo. Ocurre que ella es el colmo de la timidez y no se atreve a

decírtelo a la cara. Le convenceré para que te escriba una carta, eso

se le da de maravilla. Es posible que cualquier día recibas esa



sorpresa. Siempre escribe sus cartas en folios azules. Si recibes uno

de ese color, ya sabes. Sólo quiero decirte que es una jovencita muy

guapa, cariñosa e inteligente. Una joven muy especial. Si te escribe,

trátala con todo el cariño del mundo. Me voy, tengo prisa.

—Gracias señor. ¿Le volveré a ver? —preguntó el joven.

—Jamás volverás a verme —contestó el anciano.

El anciano partió sin más, dobló la esquina y desapareció entre la

multitud.

A los dos días, una mañana de fuerte viento, cuando el joven salía

con prisa de casa, abrió su buzón, y recogió los dos sobres que

había. Uno era del banco, y el otro no llevaba remite. Lo abrió.

Contenía un folio azul. Se puso muy nervioso. Este folio —pensó—

contiene una declaración de amor de una joven muy especial.

Mientras eso pensaba, el fuerte viento le arrancó el folio de las

manos y se lo llevó. Comenzó a correr muy deprisa, yendo detrás

del folio por calles y plazas, sin perderlo nunca de vista. Se ocultaba

al sobrevolar un tejado y reaparecía por la calle siguiente.

Persiguió el folio durante mucho tiempo, por ciudades, por

bosques, por montañas, con sol, con lluvia, con niebla, de día, de

noche, en invierno, en verano. A veces, durante unos días lo perdía

de vista. Pero él preguntaba y seguía buscando, y siempre lo

reencontraba.

—¿Por qué persigues durante tanto tiempo ese folio? —le

preguntaban.

—Ese folio me lo ha escrito el amor de mi vida, y no sé quién es —

contestaba.

—¿Y cómo estás tan seguro que te lo ha escrito el amor de tu vida?


—le preguntaban.

—Me lo aseguró un anciano —respondía.

—¿Y si el anciano te engañó y en el folio hay escrito un chiste? ¿Y si

el folio está en blanco? —le preguntaban algunos.

Él no respondía y continuaba corriendo tras el folio azul, que a

veces se posaba sobre el suelo cuando amainaba el viento,

volviendo a elevarse cuando arreciaba. Pasó muchas veces por los

mismos sitios, las mismas ciudades, las mismas calles, los mismos

bosques, las mismas montañas.

Tras un infinito trayecto de muchos años, el viento, por fin, paró un

buen rato. El folio se posó en la acera justo delante del portal de su

casa. Él se aproximó con pasos cortos y cansados. Recogió el folio

con su mano temblorosa, subió en el ascensor al piso segundo

donde vivía, y lo leyó: "Mi amado Robert: Soy Rosa, tu vecina del

quinto. Te amo desde la primera vez que te vi. Nunca me he

atrevido a decirte nada. Me ha animado papá. Él trabaja en el

extranjero. Esta tarde se va. Tan sólo ha estado aquí una semana. Te

conoce porque el otro día te vimos de lejos en la calle y le confesé

que eras el joven de mis sueños. Te espero. Un beso".

El joven, ya anciano, lloró como un niño. Estaba muy cansado. Se

acostó pensando en Rosa, esa jovencita de bucles de oro, de ojos

azules, de cintura de avispa. Nunca se había atrevido a decirle nada

por considerar que le iba a rechazar, por entender que era tan bella

que era inalcanzable para él. "Mañana será otro día —pensó—.

Rosa me está esperando. Comenzaré una nueva vida con ella". Se

quedó dormido. Para él, el mañana no llegó. Se sumergió en el

eterno silencio y nunca despertó, mientras el folio azul posaba

impertérrito sobre la mesilla de noche.


Fernando García Flórez nació en Roales de Campos, provincia

de Valladolid (España) en 1959. Es licenciado en Derecho por la

Universidad de Valladolid y Secretario de Administración Local de

primera categoría, ejerciendo actualmente como Oficial Mayor en el

Ayuntamiento de Salamanca (España). En el campo literario ha

publicado “El tesoro de Mansada” (novela de fantasía épica), “El

príncipe de cristal” (novela negra), “Oasis” (libro de relatos), “Una

infancia inquietante” (biografía), “Historias para leer sin prisa” (VVAA

relatos), “S.O.S.” (VVAA relatos), “Antología del Segundo Certamen

de microrelatos Ateneo Sociocultural Laguna de Duero” (VVAA

microrelatos). Ha ganado numerosos premios en certámenes de

cuentos y relatos, como el primer premio del “I Certamen Literario

DomusVi El Campello”, el tercer premio del “VXII Concurso de

Relatos Cortos para Adultos Asociación Cultural El Carpio”, finalista

del “VIII Certamen Picapedreros”, finalista del “I Concurso Literario

Manuel V. Segarra Berenguer”, finalista en la “XXII Edición del

Concurso de Relatos Cortos Juan Martín Sauras”.


KAAX

Alena

PASHNOVA

Rusia

El día empezó muy mal. Desapareció Kaax, nuestra gallina negra,

la única que tenía nombre, mi favorita. Yo la cargaba en mis

brazos desde que era una pollita. Me di cuenta que ya no estaba

porque todas las mañanas les doy de comer a los animales. Es mi

responsabilidad. Con el corazón temblando la busqué por todos

lados, pero no, no estaba. Le hablé a mi mamá por celular. Casi

nunca le hablo, ya que las llamadas son muy caras y sólo me

ponen 30 pesos “para las emergencias”. Hoy es sábado y mi

mamá se fue temprano a la carretera. Allá vendemos cocos fríos

a las personas que van hacia Celestún.

…dicen que en Celestún hay flamencos y que el mar es bien bonito

yo nunca he ido al mar María fue con sus papás el año pasado es

que ellos tienen un coche allá en Celestún dice María que conoció

un chico extranjero y él le regaló una concha blanca no sé si

debería creerle siempre dice un buen de mentiras pero esta historia

sí me gusta la imagino con el chico cerca del mar y luego me

imagino a mí en su lugar ella también dice que el chico la besó en

esto sí le creo porque después ella se besó con Ricardo de mi salón

los vi atrás del sauco en el patio de la escuela quisiera saber cómo

se siente besar a alguien…

Cuando supo mi mamá lo de Kaax, me regañó muchísimo. Dijo



que era mi culpa. Debí de haber vigilado bien a los animales. Me

dijo entonces que yo tenía que encargarme del puesto y que ella

iría buscar a Kaax. A decir verdad no me gusta vender cocos.

Odio cuando pasan los señores en sus coches, se detienen y

estoy sola. A veces me dicen de cosas. Una vez un señor empezó

a tocarme los senos y preguntar si quería ir con él a Mérida.

Decía que allá tenía una casa azul cielo preciosa… Me acuerdo

que cerré los ojos, tenía miedo, no podía moverme. Después el

señor se fue.

…me duelen los senos, pero no le he dicho nada a mamá María

dice que es porque ya vamos a ser mujeres y tener bebés yo no le

creo nada porque ella siempre quiere llamar la atención pero

mejor no le digo a mamá es que ella apenas y saca para mis cosas

los uniformes si tengo un hijos seguro me echa a la calle…

Llegué al puesto. Mamá me dio una cachetada fuertísima y se

fue enojada. Me sentí muy mal. Muy, muy, muy mal. Me senté,

empecé a pensar en Kaax y lloré. Me daban ganas de irme a

algún lado, irme con mi Kaax, pero no sabía adónde. Un rato

después me tranquilicé y me puse a jugar con mi celular.

No escuché, cómo se detuvo el coche, ni cómo salió el señor. Lo

vi cuando estaba ya enfrente de mí. Era un señor alto, con una

playera blanca y muy pegada. Se parecía a los actores de las

novelas que mi mamá ve en las tardes.

…siento una ola de calor que sube a mi pecho, mi cara ufff apenas

y respiro como en el día más caluroso del año ay qué pena mejor

miro el piso el corazón late en la garganta qué me está pasando

seguro el señor se dio cuenta…

Me pidió un coco frío y después preguntó qué tanto quedaba

para Celestún y que si era bonito. Hablaba raro, pero le entendí

de todas formas. Le dije que quedaban unos quince kilómetros y


que el mar por allá está hermoso. Después no sé por qué pero

empecé a decir puras mentiras: que tenemos una lancha allá, que

un día yo había encontrado una concha blanca enorme en la

playa… No sé si me creyó, pero sonrió y me dio dinero. Cuando

agarré el billete sentí su piel por un momento. Me quemó. El

señor se fue.

…esta noche no puedo dormir cierro los ojos y la piel de mi mano

está ardiendo y también arden mis senos doy vueltas en mi

hamaca recuerdo su voz su cara sus brazos como caminaba su

sonrisa estoy durmiendo creo el señor me toca la mano y me lleva

a Estados Unidos y luego una enorme concha blanca que da

vueltas en el aire…

El domingo en la carretera, muy cerca del puesto de cocos

encontramos a nuestra Kaax. Muerta. Atropellada.


Alena Pashnova.- Mujer migrante, poeta, feminista y escritora.

Nació en Kurgan, Rusia. Su carácter nómada la llevó a dejar la casa

de sus padres y a sus 17 años irse a Moscú para estudiar Periodismo

Internacional y, años más tarde hacer su maestría en Políticas

Culturales en Jyväskylä, Finlandia. Después de terminar sus estudios

migró a México, donde vive actualmente. Traduce y escribe en

español, ruso e inglés. Sus textos se han publicado en revistas

literarias de Rusia y México y han sido galardonados en varios

concursos internacionales.


EL PUENTE

Eduardo René

CASANOVA

EALO

Cuba / EEUU

en memoria de Rolando Fraga

“Toda historia es un pedazo de una verdad que se escribe de codos en la

mesa, con los ojos llenos de lágrimas, con las únicas fuerzas que quedan en el

corazón, cuando uno se siente culpable de la crueldad del Mundo.”

Aquí en esta oscuridad repentina, no siento miedo. Recuerdo

cada detalle, de manera perfecta y ordenada, como si tuviese un

poder privilegiado para volver atrás segundo a segundo, hasta el

momento en que sonó el despertador en la madrugada. No me

considero arrogante, si digo que sentí un aguijonazo de pura

indignación al calmarse el polvo, y junto con la más absoluta

oscuridad, sobrevino el silencio.

El asunto no era solo el silencio, es que no podía mover un

músculo de mi cuerpo, como si todo el peso del planeta

estuviese encima de mi cabeza. Había sentido antes ese tipo de

sensación paralizante. Algunos años atrás, en medio de la

corriente del golfo cuando Fito se nos cayó de la balsa. La Vía

Láctea lucia su esplendor y las olas agitadas, como siempre

ocurre en los meses de octubre, zarandeaban la ya maltrecha

embarcación. Aunque todos gritamos, dando golpes en el agua,

nada pudimos hacer. El tiburón partió en dos el cuerpo de Fito y

yo que estaba más cerca de su mano extendida, pude escuchar



el sonido horripilante de las mandíbulas rompiendo sus huesos.

Siempre he dicho que la culpa de mis adversidades en la vida se

debe a la dictadura “bondadosa” e inalterable que Fidel Castro y

sus seguidores, implantaron en Cuba. Incluso esta, en la que me

encuentro ahora, superficialmente no tiene nada que ver, ni

ocurre en una mugrienta calle de La Habana, pero ha sido

minuciosamente planificada por el destino para que esté

relacionada.

Debo aclarar que no creo en el destino, como tampoco en

ningún creador. No soy capaz de esa proeza reservada a muchos

de imaginar a un creador infinitamente benévolo, omnipresente

y todopoderoso, que nos crea a su semejanza, nos trae a este

mundo, creado por él, que vigila y cuida por nosotros, y mucho

menos, si cumplo todas sus reglas, tendré reservado una

eternidad de dicha y descanso después de mi muerte. Creo que

Fito estaría de acuerdo conmigo. Si dios creo a Fito y al tiburón

que lo partió en dos, bajo la luz maravillosa de la Vía Láctea,

aquella noche de octubre, ese dios no merece ser nombrado

ahora, en esta oscuridad donde estoy. Porque Fito fue tremendo

hombre y un gran amigo.

La mejor hora para robar helado de la nevera en el pre en el

campo, fue siempre a las tres de la madrugada. Fito siempre se

despertaba gracias a la luna. Como dormía en la litera de abajo,

la luz penetraba a esa hora por las persianas rotas y entonces él

le daba una patada tenue, para no hacer mucho ruido, a la tabla

de bagazo de mi cama. Fito era extremadamente flaco y cabía

por el hueco de la claraboya en el almacén. Después era cuestión

de sacarse la copia de la llave que colgaba de su cuello para abrir

el candado de la nevera. Yo debía estar atento a su corto silbido,

porque detrás venía la tina de helado por el mismo hueco por

donde Fito había entrado. Solo una tina por noche para

compartir con los muchachos del pueblo y evitar ser


descubiertos.

Con el pasar de los años he tratado de buscar una justificación

moral a ese acto. Violando todo lo que me habían enseñado mis

abuelos, le robaba a la escuela una simple tina de helado que

luego compartía con mis amigos. Solo los que han vivido una

situación surrealista como la de nacer y crecer en un país como el

mío, pueden desplegar un descomunal ejercicio de

justificaciones y explicaciones, para acercarse a la lógica de ese

tipo de cosas. Aún sigo sin tener una justificación contundente

para ese tipo de comportamiento colectivo, tan solo, el recuerdo

plácido de la primera cucharada de mantecado frío aplacando el

hambre en algunas madrugadas.

La insensatez y la intolerancia me han perseguido como sombras

toda mi vida, multiplicando la desconfianza y el odio hacia todo

aquel que venga con marcadas evidencias de ello, en especial,

porque es el común denominador de los caudillos. El caudillo

siempre es un mediocre ser humano, embestido por el azar o

por su tenaz capacidad y aspiraciones en controlar a otros

hombres. Todo caudillo disfruta desde su infancia, una siniestra y

egoísta predisposición a devastar y malograr a otros hombres. En

Cuba, conocí a muchos hombres-caudillos. Abundan en cada

esquina como ejemplo palpable de que, desde el punto de vista

biológico y social, la especie humana es racional solo en parte.

Las luchas fratricidas son parte del experimento social cubano.

Ese fenómeno, entre otros, fue el catalizador que me motivó para

montarme en aquella balsa con Fito, el día 3 de octubre del 1994.

Con el pasar de los años, quise en vano dejar atrás mi

desconfianza hacia los hombres-caudillos. Miami, la ciudad que

me abrió las puertas, parecía ser el lugar donde aún, cuando se

equivocaban, dejaban traslucir sus inevitables sesgos, para bien

de toda la comunidad. Fue un grave error bajar mi guardia y

olvidar el principio de que, aunque el universo se altere, las


contradicciones seguirán siendo contradicciones.

Ahora en estos últimos minutos de mi existencia no tengo

posibilidades para corregir la suma de acontecimientos que me

condujeron hasta este punto de la geografía de Miami, donde

me encuentro atrapado entre el polvo y la oscuridad. Pero me

saltaré por un momento el final que todos esperan, porque debo

seguir recordando a algunos hombres-caudillos. Si algo aprendí

en estos años, es que, tras la campaña de histeria y

lamentaciones nacionales, cuando ocurre una desgracia en este

país, los hombres-caudillos no comenten suicidio colectivo, por

el contrario, se alinean todos, frente a las cadenas de televisión

haciendo proselitismo barato y pidiendo que oremos por el

descanso de los muertos. Pero de eso y de mucho más, debo

hablarles después, antes de que sepan cómo llegué a formar

parte de las estadísticas.

Iba manejando el Isuzu camino al aeropuerto aquel día de

septiembre, a recoger unos muebles brasileños importados para

un cliente pudiente, ajeno a lo que estaba sucediendo en el aire.

Todavía el cuarto avión no había caído en aquel prado de

Pensilvania a escasos veinte minutos de vuelo de su destino. La

cadena de acontecimientos y el nombre de todos los implicados

en esos hechos, forman parte de otra historia. Antes de llegar a

los almacenes, la ciudad había cambiado su ritmo, en la radio

José Alfonso Almora, en un absurdo sermón, afirmaba que todos

los muertos se encontraban en ese momento en el paraíso y que

no iban a regresar con nosotros, aunque pudieran hacerlo. “Esto

es una mierda radial” me dije: ¿cómo Almora podía conocer el

actual paradero de las almas y además cuáles eran sus deseos

póstumos? Algo no estaba bien, algo siniestro se iba a

desencadenar. Esas afirmaciones, el propio Bin Laden las estaba

haciendo en nombre de los 19 asesinos que habían cometido los

atentados. Las cosas comenzaron a deteriorarse inmediatamente.

La decepción fue para mí mucho mayor, al leer, días después, los


comentarios de John Ashcroft, el fiscal general: “Estados Unidos

no conoce rey, más que Jesús”. Me di cuenta entonces que la

travesía en balsa, el riesgo a ser devorado por un tiburón al igual

que Fito, las largas horas de trabajo en la factoría de Hialeah,

viviendo cada día con la ilusión de que estaba en el país donde

impera la razón y la libertad de expresión, había sido una

quimera. Lo que se desató después aún me revuelve el

estómago, sensación similar a la que en estos momentos estoy

sintiendo, al parecer, por el sangramiento interno, sumado a la

perdida de la visión que confunde mis recuerdos.

Tal vez el deseo de la destrucción del mundo anide secretamente

en algunos de nosotros. El culto a la muerte debe venir de

aquellos quienes desean poner fin a la duda que siempre

amenaza a la fe.

Si lo peor llega a suceder supongo que no podré hacer nada

para evitar las posturas por defecto en mi entierro: “era su día”,

“solo dios sabe”. Casi todos mis conocidos nunca rechazaron el

culto a dios de manera opcional, como en su momento yo me lo

propuse. Ni siquiera estoy seguro conozcan quien fue Sócrates.

No estábamos para esos temas, cuando de lo único que

hablábamos era del precio por las instalaciones, o del abuso por

trabajar sesenta horas en una semana de seis días. Un círculo

vicioso del que no podíamos escapar.

La mujer del mercedes blanco que iba delante de mi jeep seguro

si pudo escapar de esta desgracia. Es muy probable que ahora

esté abrazando a sus hijos, si los tiene, llorando y dando gracias a

dios por haber salido con vida. Qué ironía observar a las

personas que la rodean con una sonrisa obsequiosa y las manos

tendidas, ofreciendo consuelo, solidaridad, apoyo, mientras yo

aquí en mi pose patética, rodeado por la oscuridad y el polvo

que no me deja respirar las ultimas bocanadas de aire. En una

película que no recuerdo su nombre, un astronauta salva a la


Tierra montado en el tope de unos cohetes nucleares, que

peligrosamente apuntaban desde el espacio. La imagen del

hombre recostado a una piedra en la superficie de la Luna,

adonde llegó a alunizar, me viene ahora a la memoria.

Marita siempre estuvo enamorada de la luna, y cuando salíamos

a pasear por Bay Side, yo le infundía miedo con el cuento de José

Martí. Era un cuento muy lindo que me sabía de memoria. Sobre

una niña que estaba enamorada de la luna y no la dejaban salir a

mirarla, alzaba los brazos, queriendo atraparla y de tanta

desesperación se desmayaba. Marita me miraba con aquellos

ojos enormes y profundos, en los que siempre me sumergía y

agarraba mejor las palabras ajenas, para contar mejor las

historias. “Sigue contando“, me interrumpía. A mí no me gustaba

llegar al final, porque era muy triste. Algunos cuentos no

deberían ser escritos de la misma manera que termina siempre la

realidad. En especial cuando una niña enamorada de la luna, por

no poder tenerla y de tanto llorar, se muere una noche de luna

llena.

“Nadie se debe morir mientras pueda servir a otros”, le decía

tratando de aplacar su pena. Marita me daba la espalda y se

quedaba mirando a la luna sobre el puente de la autopista,

iluminando las negras aguas de la bahía. Luego nos íbamos

despacio cogidos de la mano, hasta el parqueadero, con la luna

en el fondo. Me gustaría que pusiera esa foto en el periódico de

mañana, cuando escriban sobre mi trágica muerte. Y no la foto

del puente convertido en un amasijo de concreto bajo el que me

encuentro ahora, donde no somos más nosotros y adonde ya no

llega la luz de la luna llena, del cuarto día.

Miami 25 de abril del 2018.


Eduardo Rene Casanova Ealo (13 de abril de 1960). Natural de

Quemado de Güines, provincia de Villa Clara, Cuba. Primera Mención del

Concurso de Cuentos Ernest Hemingway, Finca La Vigía, Cuba, 1994. Ha

publicado “Navegación Impasible” Premio Calendario de la Editorial Abril

1998. Poemas suyos han sido publicados en “Aldea Poética” Madrid 1997.

Recientemente, fue incluido en la antología “La Isla de los Peces Blancos”

Veinte años de los Premios Calendarios, Editorial La Luz, Cuba, de donde cito:

Dentro de La isla de los peces blancos…, los autores también hacen gala de

un recurso bastante común en la época contemporánea: la intertextualidad.

De esta forma, Eduardo René Casanova, también merecedor del premio en

1998, le dedica su Conversación muy personal con la gloria a Juan Carlos

Valls: “Siempre quise imaginar otros horizontes / donde la tristeza no impulsara

/ las almas hacia el negro horizonte”.

El autor vive en la ciudad de Miami desde 1999. Su libro de poemas “Al

Otro Lado del Mundo” Mención del Concurso de Poesía para Autores con

Rostro, acaba de ser puesto a la venta en Amazon.com. Tiene en proceso de

terminación la novela “El Polvo Rojo de la Memoria”.


UN GOLPE DE

VIDA

Martha CUPA

LEÓN

México

Macul

–En este estado no es posible saber cuánto tiempo más vivirá:

pueden ser horas, días, incluso meses –exclamó Elena.

–No conviene que continué así: pasan los días y crece la cuenta…

No podremos pagar –agregó Andrea.

–Lo mejor es que muera pronto. Si vive le quedarán secuelas, no

podrá valerse por sí misma y ¿quién la cuidará? No cuenta con

servicios médicos y Orlando es incapaz de hacer algo útil por ella.

Ahora mismo él solo nos está estorbando.

–Además ha estado convulsionando y esto la mina rápidamente.

Adela escucha aterrada las palabras de sus hermanas, quienes son

médicas; creen que, debido a su estado de coma, no las oye.

Intenta decirles que desea vivir, pero la garganta aborta la voz. Trata

de quitarse las sondas que la anclan a esa cama del pequeño

hospital, pero solo consigue mover, de modo imperceptible para

las visitantes, un dedo índice bajo las sábanas.

–Le diré al médico que la desconecte y nos la llevaremos a casa



para que descanse…

–Sí, y llamaré a la funeraria para encargar un féretro. Les diré que es

para mañana.

–Sí, es lo mejor –dice Elena suspirando profundamente.

La hermana mayor sigue debatiéndose entre la muerte y su

inmenso deseo de vivir. Lamenta mucho haberse excedido en

comida dulce durante la fiesta de cumpleaños de su vecina. Adela

le atribuye a eso su postración. Disfrutó mucho el convite, pero al

día siguiente Orlando, su pareja, no la pudo despertar, por lo que,

tartamudeando y temblando a consecuencia de las secuelas de la

meningitis que él sufrió cuando era adolescente, se dio a entender

en el teléfono para pedirles ayuda a sus cuñadas. Estas llegaron a

Ciudad Hidalgo, procedentes de la Ciudad de México, diez horas

después e inmediatamente llevaron a su hermana al hospital. Allí el

médico les informó que tenía un coma diabético.

Cuando Elena y Andrea salen del cuarto de la clínica, Adela cae en

la desolación: sabe que la siguiente vez que entre el médico será

para desconectarla y, por tanto, matarla. En ese momento su vida

agonizante se anima y reintenta moverse. Consigue levantar los dos

dedos índices para luego yacer inmóvil durante algunos minutos.

Su cuerpo paralizado se llena de coraje: al borde mismo de la

muerte se atreve a desafiarla y se niega a perecer.

Se reviste de vigor y se dispone a ponerse a salvo de aquella

muerte que le promete ser inminente. Intenta moverse con todas

las fuerzas que su estado le permite: esta vez puede levantar la

mano derecha casi dos centímetro de la cama. Debe salir de ese

cuarto. Su debilidad mortal es como un océano en el que se

percibe sumergida, nadando con torpes brazadas en el mar de las

sombras; sin embargo, merced a su poderoso espíritu, encuentra

un jirón de voluntad y vuelve a intentarlo con renovado brío.


Logra un movimiento sorprendentemente brusco que la tira al

suelo, el suero cae en la cama amortiguando el ruido. El jalón de la

caída despega las cintas que mantenían la aguja dentro de su

muñeca y la saca; también se le salen las sondas de la nariz: está

libre de ataduras y, si se lo propone con el mismo ímpetu, logrará

huir de ese cuarto y ¿por qué no?, del hospital para sobrevivir.

Se arrastra y la vida que agoniza en ella se revitaliza. Avanza unos

centímetros hacia la salida, su instinto de supervivencia la impulsa a

seguir adelante. El fuerte golpe de la caída, el estirón de la tela

adhesiva y la salida abrupta de la aguja de su muñeca y las sondas

de la nariz ya no le duelen. Cuerpo y espíritu se remolcan

mutuamente tratando de conservar el tenue hilillo que los une.

Durante algunos minutos yace inmóvil: está exhausta. Se concentra

nuevamente en su objetivo, sus actos deben obedecer

exclusivamente a la razón y esta la acucia a levantarse y salir de allí.

Asombrosamente puede ponerse de pie y logra caminar, como lo

hace el agonizante. El lugar está completamente solo a esa hora

crepuscular en la que médicos y enfermeras suelen merendar en el

comedor del nosocomio pueblerino. Su espíritu se resiste a

abandonar su cada vez más abatido cuerpo; el cansancio y el sueño

amenazan con doblegarla: se recarga en la pared para descansar…

–Seguramente tuvo una convulsión y los movimientos bruscos la

tiraron de la cama –escucha como entre sueños la voz lupina de

Elena. –¡Llegamos a tiempo! Nos costó mucho trabajo volver a

acostarla y conectarla! Ya le di tres gotitas para que no vuelva a

convulsionar y pueda tener una muerte digna.

–¡Sí, afortunadamente nadie nos vio! ¿Le diste tres gotitas de

clonazepam? –quiso saber Andrea.

–No: de algo mucho más fuerte que la mantendrá profundamente

dormida hasta que el médico venga a desconectarla.


Martha Cupa León.- Estudió Periodismo y Comunicación Colectiva en la

Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Trabajó como reportera

en los diarios El Universal y El Sol de México. Fue coordinadora de ediciones en

Editorial Diana, así como correctora de estilo y redactora en la Editorial

Alfaomega.

Publicó el libro de cuentos La quimera palpable, es coautora de Ellas son un

cuento de la Editorial Temoayán, de la Antología de Los escribas de la editorial

Manantial entre arenas y de la antología Cortocircuito, Fusiones en la minificción

editada por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. La editorial

argentina Tahiel ediciones seleccionó una poesía de Martha en su Antología

Poesía 2017.

También es autora de tres cuentos del Volumen 1 del Libro 1 historia por 1

sonrisa del Programa Diamante, de Argentina. Sus relatos se han publicado en

la revista La Pluma del Ganso, el Diario de Chiapas, Notifrance y El mollete

literario. Asimismo los ha leído en los programas de radio La orquesta filosófica

y La madriguera del cuento.

Impartió un taller de escritura creativa en la 39 Feria del Palacio de Minería

(primero de marzo de 2018). En este evento también leyó algunos cuentos de

su autoría (2 de marzo de 2018).

Participó en la Fiesta del Libro y de la Rosa de la UNAM (20, 21, 22 y 23 de

abril). En este evento leyó textos de su autoría sobre Juan José Arreola y Jorge

Ibargüengoitia; realizó lectura en voz alta de la obra de los escritores

mencionados, así como de Pita Amor.


ESPEJISMO

Jesús Antonio

GUTIÉRREZ

RODRÍGUEZ

Colombia

Ahora que me encuentro en una dimensión desconocida, haciendo

eterna cola como si fuera a pagar los servicios divinos, esperando

que algún personaje bíblico de barba blanca me albergue en

alguno de los tres recintos de la Divina Comedia, observo con

intranquilidad (actitud que disentía con la paciencia que tuve

cuando me empotré de lleno y mucha ilusión de solicitar un

préstamo a una de las tantas entidades bancarias, para tener por fin

un espacio digno en donde vivir y levantar a mi familia), que las

cosas no salían como yo quería. Por supuesto mi señora y mis dos

hijos atendieron como pudieron y con algunas ideas propias, las

tertulias caseras cuando hacíamos hincapié en las cuotas que había

que pagar mensualmente a la entidad financiera, sobre todo no

retrasos para evitar intereses puestos por la entidad bancaria, sin

oportunidad de abstracciones a su valor, y si por desgracia, y esto

es común en nuestro sistema laboral, se perdiera el trabajo por

reestructuración de la empresa (esa es la cartita clásica para

rescindir el contrato o que el empleado se estuviera acercando a los

diez años laborales…), pues a gastar los exiguos ahorros que con

gran sacrificios se metían por la abertura del marranito, a veces

parecía imaginario, y si esto no era suficiente, pues empeñar hasta

lo que no se tenía, y como último recurso, solicitar el apoyo del



vecindario, hacer huelga de hambre o tirar piedras o encender

llantas (actos que por lo regular son pataleos de ahogados) a

diestra y siniestra para defenderse del desalojo tan cotidiano en

estos casos, comandados por un grupo de policías que parecían

androides, que llegaban con aparatos de acero de guerra,

mangueras anacondas y humos que no eran señales de algún

cacique indio, que congestionan el cuerpo y el espíritu, pagados

por cerebros monetarios, y cuya acción la hacían fríamente, y lo

triste de esta secuencia no era el desalojo sino la pérdida total de la

propiedad, y sin derecho al reintegro del dinero dado, ni siquiera

sus intereses, no importando los años de sacrificios pagados, y bien

pagados porque el negocio redondo era dos casas y a veces tres

por una, de manera pues que la plusvalía para ellos era total, y no

había abogado o mejor justicia (los abogados, por lo regular,

serruchan cualquier negocio) alguna que remedie esta acción

mísera... Bueno, estas acciones represivas, estorbos para alcanzar

este logro material e espiritual después de tanta luchas, no sucedió

conmigo cuando pisaba la tierra, a pesar que surgieron algunos

problemas que logré poner en orden, y luego de mi partida, les

dejé ese legado a mi señora y mis hijos para su continuación sin

descanso, y con el avanzar de los días, pudieran por fin llevar a cabo

este logro, y fue alentado por sonoros sofismas, entre ellos, nuevos

programas por parte del gobierno, como auxilios de vivienda, pero

que en realidad era el retrato fiel anterior, y con una modificación

más caótica, las mensualidades e intereses ya volaban por las

nubes, difíciles para los bolsillos; en fin, todo era utópico, mi señora

y mis hijos me alcanzaron y están a mi lado, y los hijos de mis hijos,

allá abajo, siguen en la lucha como una cadena infinita…, y lo

insólitamente análogo es que estamos esperando a que nos den

un lotecito, ¿será acaso que aquí el horizonte también es una copia

mundana, y que tendremos que esperar esa cajita de Pandora per

secula seculorum.


Jesús Antonio Gutiérrez Rodríguez.- Nací en el municipio de

Caicedonía, Valle del Cauca, el 26 de enero de 1947. Hice mis

estudios de básica primaria en la ciudad de Cali, en la escuela marco

Fidel Suarez, Santa Teresa de Jesús y el Colegio Alemán Nuestra

Señora del Pilar. La básica secundaria la compartí mis primeros años

en el Colegio Bolivariano (Caicedonía) y mi cartón de bachillerato en

el Colegio San Bernardo, corregimiento de Barcelona, Quindío. Soy

licenciado en Literatura, Universidad del Valle.

Tengo escrito cuatro libros inéditos: Cuadritos (cuentos),

Muchachadas (cuentos), Cuesta Arriba (novela corta) y Pinceladas de

mi pueblo (pasajes pueblanos).

Publicaciones: Relato El recado, incluido en el libro Cuadritos,

participé en el Primer Concurso de Cuento “Gobernación del

Quindío (1979); el texto fue recomendado por el jurado, y

posteriormente publicado por el Instituto Colombiano de Cultura

con el título de 17 cuentos colombianos.


CATEGORIA

ENSAYO LITERARIO


INTERNACIONAL


EL SISTEMA

AMA A LOS

IDIOTAS

Fluvio Ugo

GUERRA

LEMUS

México

Somos indiferentes por naturaleza, el ser humano ya perdió el

asombro, seguimos en la ruta del individualismo sin importar lo

que pase a nuestro alrededor, aunque sea horrible e inhumano;

¿Por qué ante la extrema pobreza y la brutal explotación no hay

grandes manifestaciones de repudio? ¿Por qué ante la impune

violencia y la hiriente injusticia no caen Gobiernos? ¿Por qué las

personas se conforman con Gobiernos mediocres, ladrones y

cínicos sin que hagan nada al respecto?… ¿Por qué hay tan poca

resistencia ante el poder?… ¿Por qué toda resistencia se desvanece

y se olvida tan rápido?

Algunas respuestas a estas preguntas se descifran en la

manipulación y la dominación que actualmente gobierna las mentes



de las personas que se ha trasformado en un método más amable y

digerible para la sociedad, la violencia y la represión ya no son

usados como medios para dominar a los pueblos en todos los

casos, ahora se busca un estabilizador digerible para continuar con

el sistema explotador de exclusión social, solo en algunos casos

extremos se utiliza la fuerza, pero el verdadero secreto de la

ceguera colectiva se debe a que el poder estabilizador del sistema

ya no es represor, sino seductor y cautivador. Ya no es tan visible

como en el régimen disciplinario de épocas anteriores, el

neoliberalismo convierte al trabajador oprimido en persona

unilateral excluida de su entorno social por la ambición y el sueño

del consumo, las culpas de su infortunio ya no la tiene el sistema

sino se cuestiona a sí mismo y se avergüenza de su falta de

oportunidades para poder encajar en la máquina de compra y

venta, la maquinación de este sistema manipulador se basa en que

no funciona a través de la prohibición y la sustracción, sino a través

del deleite, el placer y la realización, con estos paradigmas va

creando seres dependientes en lugar de seres obedientes.

Se mencionan alabanzas a este sistema porque supuestamente

todos los individuos son libres y el Estado no restringe su conducta,

lamentablemente la realidad termina siendo más siniestra, porque

la libertad está supeditada a el valor que tienen en este sistema las

personas cuantificado en dinero, la persona sometida no es ni

siquiera consciente de su sometimiento, se cree y se ufana libre,

este sistema de dominación neutraliza la resistencia de una forma

muy efectiva y absoluta, todo lo anterior causa inmunidad al

sistema contra toda resistencia porque hace uso de la libertad en

lugar de someterla y restringirla, el régimen neoliberal es muy

estable y amable, se inmuniza contra toda resistencia porque hace

uso de la libertad, en lugar de someterla. La opresión de la libertad

genera de inmediato resistencia. En cambio, no sucede así con la

explotación con la libertad.

La no reflexión y la exclusión de la práctica contestataria fomentan


relaciones sin fricciones y proporciona un sentimiento de confianza

y seguridad, mata a la larga el conocimiento, la creatividad, y

proporciona estrechez de miras.

“Vivimos en un mundo depredador, pero creo que por lo menos

tenemos el derecho a elegir la salsa con la que seremos comidos”:

Eduardo Galeano

En la actualidad y en la forma en que funcionan las empresas

oligarcas que están por encima de los Estados nacionales que

además dominan al mundo y a su mercado laboral, no parece

haber lugar para la solidaridad y el humanismo. Las inmensas

industrias extractivas, el sistema financiero global, la producción y

venta de armas, la guerra como negocio infalible a cualquier plazo, la

acumulación territorial, el despojo a los pueblos, la prostitución de las

constituciones nacionales y todas las demás tareas del capitalismo

avanzado necesitan de esta progresiva estupidización y degradación

del ser humano, apoyados por la publicidad, la televisión, el

consumismo y la esclavitud por otros medios.

Hoy compiten todos contra todos, la competencia total conlleva un

enorme aumento de la productividad, fatiga y aislamiento,

asimismo destruye la solidaridad y el sentido de comunidad, por

ende, no se puede formar una masa revolucionaria con individuos

agotados, depresivos, aislados.

Lo que queda claro con este sistema de estúpidos manejados por

las grandes oficinas de publicidad es que no es necesario abrir

nuevos espacios de cultura, educación y reflexión que permitan a

las clases oprimidas defenderse de la embestida neoliberal, hoy nos

volcamos con euforia en el más vacío consumismo y en la efímera

popularidad de gente ignorante que solo es una maquinación de

una gran industria de explotación.

“El momento dulce es permanente en la medida en que uno hace lo

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que quiere”: Julio Anguita

Con esta lógica inhumana ya no es posible la amabilidad

desinteresada, en una sociedad de recíproca valoración también se

comercializa y se vende la amabilidad, lamentablemente la mayoría

de la sociedad se hace amable para recibir mejores valoraciones

ante los ojos de otros, esto también es la economía basada en la

dura lógica del capitalismo, en este fingido compartir nadie da nada

voluntariamente, este sistema triunfa y se hace más fuerte cuando

lo revolucionario y lo contestatario se encauza en los métodos

dóciles y pactados con el poder, pero además también se vende

esta supuesta revolución como mercancía.

En esta sociedad fracturada por la simulación quien no posee dinero,

tampoco tiene acceso a las virtudes de esta gran “felicidad”, es por

ello que lo único que importa es mostrar las bondades del dios

dinero sin importar los valores que unen a las sociedades, en

realidad más que un modelo económico estamos hablando de un

impuesto estilo de vida en el que la solidaridad es despreciable,

bajo el neoliberalismo se lleva al extremo la idea de que la sociedad

es un apéndice del mercado y que las relaciones mercantiles son la

esencia de la naturaleza humana, dando como resultado que en

lugar de que las relaciones de mercado estén incrustadas en un

marco de relaciones sociales, son las relaciones sociales las que se

encuentran subordinadas al predominio de las leyes del mercado,

convirtiendo al ser humano en un estúpido robot que sigue la

programación impuesta sin que se dé cuenta e incluso cree que es

feliz y libre de poder decidir por sí mismo, cuando existe todo un

guion predeterminado para conseguir su exterminio antes de que

termine de gastar lo más que pueda en estúpidas e inútiles cosas

que no necesita.

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Fluvio Ugo Guerra Lemus.- Escritor mexicano, fotógrafo, artista visual, dj y

activista social con estudios en Economía y Derecho, que gusta de la

interpretación artística por medio de diferentes disciplinas, cuenta con una gran

diversidad de escritos en varios géneros literarios como son el ensayo, el cuento,

la poesía y la crónica.

Su actividad literaria se ha enfocado en esgrimir el arma de la palabra con

una conciencia social activa y propositiva, participando en colectivos y

publicaciones individuales como: Diario de Poesía, Trajín literario, Antología Todos

Somos Migrantes, entre otras, así mismo ha participado con ensayos en

publicaciones como Mundo del trabajo, Trabajadores mexicanos, Economía crítica,

Cuentos de la Ciudad, etc.

Ha recibido diversos reconocimientos por sus escritos entre ellos del

Instituto Federal Electoral, la Secretaria de Gobierno de la CDMX, la Consejería

Jurídica, la Secretaria de Trabajo y Fomento al Empleo, la Asamblea Legislativa de

la ciudad de México, Delegación Cuauhtémoc, Grupo Editorial Benma,

Ayuntamiento de Zaachila, entre otras instituciones, colectivos y organizaciones.

En el ensayo El sistema ama a los idiotas trata de dar una explicación social,

cultural, política y económica de la era en la que está inmerso el ser humano en

sus múltiples relaciones ante la sociedad y el mundo, con la manipulación

mediática que tiene toda esa maquinaria llamada “sistema”, para no permitir el

libre pensamiento y por ende la facultad de cuestionar.


CANTO Y

OLVIDO

Hugo

CENTURIÓN

MERELES

Paraguay

Introducción

El talón de Aquiles que refleja la alta vulnerabilidad de los pueblos

indígenas y campesinos ha sido y son las políticas desarrolladas.

Problemas relacionados con la tierra y los recursos. Es bien conocido

el despojo sistemático de que fueron objeto los pueblos indígenas.

¿Nunca hemos dicho por qué hemos arrinconado a los indígenas?

Se sabe que las causas de la exclusión pueden ser y son distintas

para quienes la padecen, pero los resultados vienen a ser los

mismos. No voy a hablar de lo mal que están los pueblos indígenas

en el Paraguay. Es una obviedad. De un modo general, el

desenvolvimiento económico del país está ligado a un proceso

colonialista de exclusión, cada vez mayor de los pueblos indígenas.

Siempre me he hecho la siguiente pregunta: ¿Cómo siendo mi país

pequeño, la justicia y la libertad no alcanza para todos? Verdad, tan

pequeño y todo queda lejos: la educación, la libertad, la vivienda, la

salud, la comida, en fin, parece todo. ¿Será qué es así porque es tierra

asfixiada con tierra? Sea cual fuere tu vida es maravilloso vivir en este

mundo, más aún en este pequeño país.

La sociedad toda quiere que el campesinado y los pueblos

originarios se mantengan lo más posible en su cultura, pero a la vez



cada día esta sociedad es menos tolerante y más opresiva. Cada día

es mayor el despojo, ni visos de solución a la problemática de la

tierra. Con opresión no puede existir libertad. Los paraguayos nos

vanagloriamos de llevar sangre de ascendencia Guaraní pero

ignoramos al indígena que deambula de un lugar a otro en busca de

un poco de tolerancia. ¿Será esta la razón por la que los indígenas

siguen tan apegados al “teko1” modo de ser, al canto que los hace

diferentes frente a nosotros? ¿Serán libres por el canto?

Un poco de lenguaje y canto

En la concepción, es la palabra la que viene en sueños al futuro

padre; palabra que comunicada a la mujer, se engendra, toma

asiento en el vientre y va conformando al nuevo ser; al nacer el

hombre es una palabra que se pone de pie y se yergue hasta su

estatura plenamente humana. Así es como cada persona es una

encarnación de la palabra divina. Somos la palabra. Cada indígena

Guaraní por la palabra-alma es sagrado, desde que nace está en

condiciones de recibir las palabras verdaderas venidas de arriba,

estas palabras reveladas por su carácter son sagradas. El concepto de

la vida es el centro de toda cultura. La noción de palabra-alma

pertenece, por tanto, de acuerdo al pensamiento Guaraní, al ámbito

de los seres sagrados.

En realidad, se puede afirmar que el canto coincide con el

surgimiento del lenguaje; no hay orden de sucesión. El canto nació

con la palabra. Desde el inicio de los tiempos el canto está ahí. El

lenguaje debe haber surgido y evolucionado en un contexto

simbólico de rituales, danzas, fiestas, música, es decir en un contorno

de expresiones no discursivas.

El lenguaje existe solo cuando es oído y hablado; el receptor-oyente

es un participante indispensable, por eso debe poner todo su ser en

juego; los cantos-rezos solo son completos si operan en la

experiencia de otros distintos de su cantor. Por eso cuando todavía


no le ha bajado el canto a los que no poseen ninguno, tienen que

convertirse por compensación en receptor, hasta que llegue ese

primer canto y pueda cantarlo; si no cantan están escuchando con

los ojos. También hay que saber guardar silencio. El silencio, principio

y fin de todo canto. Somos lo que somos capaces de percibir

sensorialmente (ver, oír, gustar, oler, sentir), aún más poderosa y

profundamente de lo que somos por el conjunto de ideas

almacenadas en nuestras cabezas. El indígena Guaraní es un

inacabado que no ha dicho su última palabra, siempre habrá una

palabra por decir. El verdadero lenguaje no nació todavía.

Se ha dicho y repetido que la vida del Guaraní tiene mucho de sueño

y canto, en el sentido de que es ella una invitación a lo desconocido:

con el canto se traza la primera línea pero se ignora lo que viene

después. Se puede decir que toda la vida del Guaraní gira en torno al

sueño. De ahí la importancia del sueño y de la memoria del sueño;

los contenidos de los sueños recordados, tienen mucha importancia

para los Guaraní. Lo bueno de soñar es que se puede hacerlo con sol

o con luna. Es preciso señalar que el destinatario de cada canto

individual, lo recibe de la misma deidad o sus emisarios, que se

manifiestan en sueños otorgándolo, y como son cantos sagrados,

muchos de ellos son ininteligibles, sujetos a la no traducción ni

explicación. Tampoco hay que pensar que uno va con la mente vacía

a recibir un canto, eso es una falacia, siempre uno lleva de antemano

algo en la mente, producto de la realidad social.

¿Por qué es tan importante cantar en la cultura Guaraní? A través del

canto uno tiene dignidad humana, esa libertad personal sin la cual

dejarían de ser lo que son. Las palabras son libradas como don, sin

más. El canto es vida, y el exceso de canto es señal de que estamos

cerca de la tierra perfecta, libres de todo mal. Sin economía del don

el mundo Guaraní no es posible, es una economía de reciprocidad.

La justificación de un tal gesto –que pasa en la economía occidental

de libre cambio es igualmente una paradoja y una irracionalidad,

puesto que lo que ella pretende es respetar las leyes de la


naturaleza− es precisamente el hacer aparecer algo que puede ser

llamado alteridad.

Los Guaraní tienen necesidad del canto. Pero: ¿Qué tiene que ver el

canto con la libertad? Nada en este mundo puede impedir al

indígena Guaraní sentirse nacido para la libertad. Por la palabra está

capacitado para expresar lo que piensa. Es innegable el nexo íntimo

entre la cultura de un pueblo y su lengua. La lengua transmite no

solo contenidos sino una cosmovisión particular del mundo, sin

olvidar que la lengua no es la única forma de comunicarse. Cada

canto es un canto para la vida, si se quiere decir así, pero no para el

consuelo. El canto anuncia esa parte libre de nosotros mismos. Si se

les roba la posibilidad de cantar, la cultura Guaraní no es posible. La

sociedad sucumbiría si el canto se extingue. La sociedad Guaraní es

una sociedad que aspira a ser liberada de este mal presente (mundo

imperfecto)2, se rebela contra ella por el canto, pero desconoce esas

otras actividades más elevadas y significativas por cuyas causas

merecería ganarse esa libertad. La vocación del poeta-cantor

llamado a convertir la materia de sus penurias en materia de su

canto; llamado a darle a la palabra, una existencia diferente, buenas

palabras, ininteligibles muchas veces, que comunican la temperatura

del alma. Somos almas-palabras, o almas que hablan.

El indígena Guaraní es un “jara´ỹ”, sin dueño, es libre; esa libertad que

consiste en ser dueño de sí mismo sin que nadie me lo impida para

serlo. Se es libre cuando se es uno y único. Cada hombre tiene su

carácter, sus habilidades, sus aspiraciones y sus fines específicos. Es

posible afirmar que la identidad Guaraní es sentida en distintas

formas o con distintas intensidades. El cuerpo humano no puede en

ningún caso dejar de depender del poderoso universo en el que está

preso, el mundo imperfecto; aun cuando el hombre cesara de estar

sometido a las cosas y a los otros hombres por las necesidades y los

peligros, estaría aún más completamente librado a ellos por las

emociones que conmoverían continuamente sus entrañas y de las

que ninguna actividad regular lo defendería ya. Si se debiera


entender por libertad la simple ausencia de toda necesidad, esta

palabra carecería de toda significación concreta, pero no

representaría para nosotros aquello cuya privación quita valor a la

vida.

El auténtico florecer de la vida del espíritu se produce fuera del

mundo, el lugar donde se quedan los elegidos no aparece sobre la

tierra; implica un lugar nuevo aunque no desconectado de éste

porque lo divino es trascendente. El mundo presente representa lo

negativo, malo y corrompido. La transición de este presente al futuro

definitivo no se presenta como un proceso gradual, sino como un

salto revolucionario a otro nivel de existencia no conocido,

totalmente distinto.

Se puede decir de este lugar que es utópico, inalcanzable, que es un

sueño, pero se diferencia de este último porque guarda relación con

la realidad. Por la realidad que vivimos, no puede tener cabida en

ella, un hombre con todo el gozo y la menor cantidad de fatigas que

padece; el hombre siempre tiene necesidad. Con el “Yvy Marane´ỹ”

−Tierra Sin Males− llegamos a la conclusión de la inexistencia de la

libertad como un valor humano, nombrándolo como un anhelo

utópico, inalcanzable en esta tierra en la que nos encontramos,

sombra y remedo de lo verdadero. Error de tierra, en donde todo

está desequilibrado, caótico y sin sentido.

Consideraciones finales

Ante las coacciones de un mundo saturado de violencia, a pesar de

las crisis de identidad, de los problemas económicos y políticos, de

los embates de una sociedad dominante, de un pasado y un

presente que todavía intentan reconciliarse, las culturas originarias

siguen considerándose como el último bastión para la tan añorada

sostenibilidad del planeta Tierra; son portadores de una cultura-

identidad, cuyas posibilidades son inmensas ante los retos que se

presentan. Cada día tendremos más indígenas en las ciudades, se ha


vuelto incontrolable la situación, con más razón en las grandes

ciudades, en donde las posibilidades de sobrevivencia son mayores.

Los fuimos despojando de lo más importante “la tierra” y ahora

están regresando.

En primer lugar, no cabe la menor duda de que la libertad del

indígena Guaraní está fundada en la palabra-alma, en el canto,

imprescindible para buscar el estado de gracia, en donde se logra el

bienestar pleno tanto en lo individual como en lo colectivo como fin

último. Sin canto la vida no es igual, es como si el cuerpo estuviera

amputado en uno de sus miembros. La vida sigue igual; la vida no es

igual, falta algo. Sin canto no se puede aspirar a la libertad, menos

aún aspirar a una vida perfecta basado en el respeto al modo de ser,

imprescindible para aspirar el estado de gracia.

Debemos construir una sociedad que permita el florecimiento del

canto, de la belleza, de la palabra, y que no sea la tumba de los

sueños. ¿Es mucho pedir esto? Ojalá nunca les llegue el miedo al

canto, porque si es así estamos a un paso del holocausto de la

humanidad. El canto siempre será libertad del alma. La verdadera

libertad siempre necesita de palabras.

Finalmente urge cantar en este mundo caótico que va a la

destrucción, pues con ella se lograría la felicidad verdadera y

duradera, aquella que no está en este mundo, sino en la Tierra Sin

Males. No les quitemos a estos indígenas lo último que les queda: el

sueño y el canto. El desafío es encontrar en el pensamiento Guaraní

una fuente de inspiración y de diálogo con la otredad y en especial

con la filosofía de la palabra-canto.

Referencias.

1.- La palabra teko según la adjetivación tiene diversos significados. Estos son: modo de ser,

modo de estar, sistema. Ley, cultura, norma, comportamiento, hábito, condición,

costumbres… .

2.- La condición humana del trabajo es la mundanidad. Por eso una de las primeras

acciones en emprender Ñanderu Guasu sobre la tierra es preparar para su chacra y su casa.


Hugo Centurión Mereles.- Nació en San Ignacio Guasú, Misiones, el 1 de

abril de 1969. Antropólogo, cuentista, novelista, ensayista. Obtuvo su Licenciatura

en Pedagogía por la Universidad Católica “Nuestra Señora de la Asunción” en el

año 1992, y una Maestría en Desarrollo con Especialización en Antropología y

Sociología Ambiental por la Universidad Nacional de Asunción en 1996.

Ganador del Primer Premio de Antropología “Dra. Branislava Susnik”,

organizado por el Museo Etnográfico “Andrés Barbero” y el Centro de Estudios

Antropológicos de la Universidad Católica en el año 2000. Tiene varios trabajos

publicados sobre la temática indígena en México, Uruguay, Brasil, Argentina y

Paraguay.

Autor de “Pore ỹ rape” segunda novela en idioma guaraní, publicada en 2016.

En el 2014, obtuvo el Segundo Premio en el II Concurso Nacional de Ensayos

“Rafael Barrett” por su trabajo “El Paraguay que duele”. En el 2015, obtuvo el Primer

Premio en el III Concurso Nacional de Ensayos “Rafael Barrett” por su obra “Kuña

Guarani. Takuapu, temitỹ ha tataypy pa´ũre”. Su cuento “Flor de Jasuka”, fue

merecedor de una Mención, en el concurso de cuento corto “Elena Ammatuna”,

en 2016; en el IV Concurso Literario “Homenaje a Horacio Quiroga”, organizado

por la Sociedad Argentina de Escritores Filial Misiones, la Municipalidad de San

Ignacio y el grupo literario los Fanáticos de los Cuentos de Horacio Quiroga, fue

merecedor de una Mención Especial por su cuento “Alma de cedro”, en 2017.

Mención Especial en el IV Concurso Nacional de Ensayos “Rafael Barrett” por su

trabajo “El poder de la palabra”, en 2017. Su cuento “El perro negro” obtuvo el 5to.

Premio, en el concurso de cuentos “Relatos Asombrosos”, organizado por EUSKO

ETXEA (casa vasca) de Corpus Christi, Provincia de Misiones, Argentina, en 2018.


EL LENGUAJE

AL SERVICIO

DEL VILLANO

EN “RICARDO

III”, DE W.

SHAKESPEARE

Mayra Lucelia

VALIJE

Argentina

El presente estudio analizará el dominio del lenguaje de Ricardo III

como móvil que expresa su crueldad y ambición. Este personaje es

uno de los más grandes villanos creados por el gran dramaturgo

isabelino, quien estructura toda la obra en torno a esta figura,

centro vital y activo del que dependerá toda la acción.

Ricardo, duque de Gloucester, se encuentra dotado de una

compleja psicología que da a conocer a través del discurso, medio

que revela el entramado de sus actos inescrupulosos. Desde el

comienzo de la trama, se expone su relación con el lenguaje y

cómo expresa su conciencia oscura a través de él.

La acción de este drama histórico comienza en el punto en que

termina la saga Enrique VI. William Shakespeare toma sustancia de

fuentes determinadas, como la visión que presentó Tomás Moro

de este monarca en su Historia del rey Ricardo III, y se basa en la

Guerra de las dos rosas, la larga y sangrienta lucha por el poder

entre la casa Lancaster y la casa York, dos ramas de una misma

familia con una compleja trama de matrimonios por interés,

fratricidios y aspiraciones políticas.

En el caso de la obra ficcional, Shakespeare plantea meditaciones

sobre la legitimidad de los reyes al heredar el trono por derecho



natural y la perversión que supone la usurpación del poder por la

fuerza. El autor transforma los valores de su época, al mismo

tiempo que crea nuevas vías de comprensión e interpretación de la

historia de Inglaterra.

“Ricardo III” es una de sus producciones históricas más ambiciosas y

uno de los dramas más espectaculares y crueles. El número de

nobles que se asesinan en el correr de sus cinco actos es

proporcional al de los herederos a la corona que se interponen

entre Ricardo y su codicia sin freno. La búsqueda del poder se

convierte en un camino siniestro plagado de traiciones y asesinatos,

donde el duque de Gloucester es el agente de todas las muertes.

No duda en sacar del camino a sus competidores y, aun siendo

consciente de sus crímenes, se empeña en multiplicarlos.

El lenguaje, expresión de su maldad

La acción inicia con el célebre soliloquio de Ricardo, cuyas primeras

palabras anticipan su ironía macabra. El soliloquio es un discurso

corto e ininterrumpido que actúa como medio directo para la

auto-revelación y permite descubrir sus deseos macabros,

expresados mediante su conciencia: “Pues entonces me casaré/ con

la hija menor de Warwick/ ¿Qué importa que yo haya matado/ A su

esposo y a su padre?” (SHAKESPEARE, Acto I, Escena I, p.43)

La crueldad, la muerte, el enfoque del tiempo y la necesidad de

rapidez en la obra son recursos que permiten captar la atención de

la audiencia, pero es el lenguaje el más importante que utiliza el

autor para atraer al público. Por medio de este, se muestra a

Ricardo como un hipócrita que juega con las personas para

engañar y conseguir sus propósitos, sin importar los medios.

Experimenta un placer perverso en obrar mal, seducir, asesinar y

mentir. No tiene ningún tipo de miramiento y es retratado como

un asesino vil, ambicioso y corrupto.


La mentalidad del protagonista es oscura y siniestra como su

lenguaje; más las ideas que determinan su habla y su conducta

varían, ya que frente a otros personajes es una persona, pero en su

estado de aislamiento se vuelve un monstruo con intereses

inescrupulosos, lo que produce tensión y distanciamiento. Los

apartes del duque de Gloucester dejan adivinar su carácter deforme

y posibilitan penetrar en su psicología y en su búsqueda de poder:

“Tramas he urdido, principios peligrosos,/ Por medio de ebrias

profecías, calumnias y sueños,/ Para poner a mi hermano Clarence y

al rey/ en mortal hostilidad el uno contra el otro” (SHAKESPEARE, I, I,

p.36)

Sin embargo, el villano tiene una virtud: posee un manejo excelente

de la dialéctica, por lo tanto, su poder está unido estrechamente a

la palabra. Ricardo es el maestro del lenguaje persuasivo y por

medio del discurso, manipula a los otros que, engañados, caen en

su trampa, dado que resulta difícil resistirse a su maquiavélico

encanto y elocuencia.

Su maldad se expresa en sus diatribas y la palabra todo el tiempo

muestra su doble juego: a la vista está su perversidad, aunque

pretenda demostrar lo contrario. No caben dudas de que su

oratoria convincente le aseguró llegar al poder. Goza de una

superioridad cognitiva y lingüística que lo hace una figura vital. El

lenguaje que emplea para darle voz al villano es realista, auténtico y

natural, pero expresado de una manera que deja en evidencia la

corrupción. Asimismo, tiene atisbos artificiosos como todo lenguaje

poético, particularmente, del género dramático. De esta forma, se

puede observar en la obra el gran impulso lírico del poeta y la altura

que su creación alcanza.

El estilo del lenguaje presenta énfasis, ritmo y una enorme potencia

comunicativa. Al rigor de las ideas contenidas en la obra, se unen

exclamaciones y expresiones que proclaman un exaltado

reconocimiento del mundo terrenal y del poder, por medio de


analogías, símbolos, sonidos, palabras bien seleccionadas. Todos

ellos son de una unidad de estilo perfecta y poseen un equilibrio

admirable en la distribución de los pensamientos, de los matices de

expresión y de la fuerza sugestiva. El gran dramaturgo elabora un

habla natural y artificioso, y allí reside su genialidad.

Ricardo es un personaje muy rico, que más allá de su degradación,

tiene un don absoluto de la palabra, tanto en los parlamentos que

usa para convencer a sus adversarios, como en la reflexión en

soledad o en la arenga a sus tropas.

No obstante, el protagonista carece de interioridad durante la obra,

y cuando el autor intenta infundirle una intimidad angustiada en la

víspera de su batalla final y fatal, el resultado es un pathos poético y

dramático que deriva en catástrofe. En el campo de batalla, Ricardo

III queda aislado, sin voz, sin caballo, atrapado y despojado de todo

poder. Es muy significativo que se le quite el habla, puesto que de

esta forma el villano termina por convertirse en un ser vacío al que

se le niega identidad y humanidad.

En el campo de Bosworth, en su última batalla, es despojado del

lenguaje que tanto le sirvió para alcanzar el poder. El duelo y su

posterior muerte, que obedece a la ironía dramática, se desarrolla

sin palabras. En el fragor del combate, Ricardo pronuncia la famosa

frase: “¡Mi reino por un caballo!, ya que el suyo cae muerto y debe

combatir a pie y cuerpo a cuerpo contra Richmond. Este último lo

mata y se coloca la corona, para convertirse en Enrique VII y

prometer la unión de la rosa blanca de la Casa York y la roja de

Lancaster en el nuevo escudo de la Casa Real de la dinastía Tudor.

Conclusión

No se conoce hasta qué punto, en el deseo de Shakespeare de

representar la perfidia y ambición del protagonista, respeta al

personaje histórico de Ricardo o si, simplemente, lo transforma en


materia poética. Lo que sí se interpreta es la excelente utilización del

lenguaje para representar la maldad.

La conducción de las palabras es el encanto del vil monarca, quien

demuestra la supremacía que ejerce sobre los otros personajes de

este drama, con una mezcla de encanto y de terror. A su vez, al

seducir al público, permite la identificación en sus ansias de poder

hasta que se le condena, como también lo hizo el autor en la obra.

Shakespeare crea una figura completa y perversa para hacerla

involucionar hasta su propia destrucción. De esta manera, se arriba

a la certeza de que el arma más letal de Ricardo es el lenguaje y su

poder está íntimamente ligado a la retórica, gracias a ella conquista,

accede a sus objetivos y alcanza el trono, pero también signa su

caída: la ausencia de palabras es su trágico fin.

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Mayra Lucelia Valije.- Nació en Capital Federal, Buenos Aires, Argentina, el

1 de febrero de 1990. Desde chica, su pasión por la lectura fue in crescendo.

Mientras esperaba todos los días a su mamá, quien trabajaba como odontóloga

en su consultorio, decidió cambiar la Barbie dentista por los libros, los cuales leía

una y otra vez.

A los 7 años decidió que estudiaría Letras, carrera que empieza a sus 18 años

en la Universidad del Salvador, donde se recibe primero de Correctora Literaria,

luego de Licenciada en Letras y por último, como Profesora en Letras.

En la misma casa de estudios, se desempeñó como Asistente de Cátedra en

Normativa, Corrección y Retórica. Actualmente es Asistente de Rectorado en

Universidad CAECE.


MIL MESETAS

Juan REY

LUCAS

México

Mil Mesetas: Capitalismo y Esquizofrenia: el cuerpo sin órganos

en Gilles Deleuze y Félix Guattari.

“Pero ya se está en él, arrastrándose como un gusano, tanteando como un ciego o

corriendo como un loco, viajero del desierto y nómada de la estepa. En él

dormimos, velamos, combatimos, vencemos y somos vencidos, buscamos nuestro

sitio, conocemos nuestras dichas más inauditas y nuestras fabulosas caídas,

penetramos y somos penetrados, amamos”.

Gilles Deleuze & Félix Guattari.

El libro construido con un plegamiento de más de quinientas

páginas es hecho al alimón por los franceses Gilles Deleuze

(filosofo) y Félix Guattari (psicoanalista). Dentro de la multiplicidad

de sus mesetas –como a ellos les gusta llamar a las secciones de su

libro− abarcaremos una de los más profundos y tenaces moldes-

noción para la contemporaneidad de la literatura y la filosofía.

Elaborado por el poeta Antonin Artaud y después agenciado por

ellos: el concepto “cuerpo sin órganos” sirve como materia de

secreción o animal reptilíneo para suministrar extensión y

volatilidad en la literatura, la filosofía, y la ciencia. Los franceses

Gilles Deleuze y Félix Guatarri promulgan por que la filosofía dentro



de su más honda vocación sea la que siempre vaya en la

arquitectura de nuevos pensares, novedades de ideas; es decir, por

la creación de nuevos conceptos para abarcar lo inabarcable, para

pensar lo impensable: para vivir lo invivible.

Es desde este punto de inflexión donde el cuerpo sin órganos

emana como monstruo que muta en toda conexión, en todo

vínculo. Pero aquí la particularidad que queremos sobresaltar es la

deformidad exuberante que desencadena en cuestión de la

literatura. El proceso de lectura y escritura junto con el cuerpo sin

órganos derivan en la transformación de las dos máquinas: tanto la

escritural, como la lectora en movimientos disformes, en actividades

amorfas que nutren la existencia. No se queda en la sola

identificación o asimilación de los saberes, sino en la convulsión que

haga una transformación en las existencias. Un plus, un extra, un

devenir. El universo literario: tanto el que esta creado, y el que se

crea en todo momento son castillos de arena que se alzan y

levantan como gigantes de tierra para la constante fortificación de

los entes que apelen a ese des-organismo que no obedece a

patrones ni normalidades; sino a un cuerpo tullido que surge de

todas las fuerzas con las que pueda y requiera adherirse en su

momento de mutación. El acto lector de la misma manera es

afectado y contagiado de este giboso que por su misma

desemejanza conecta todos los territorios en desproporción no

para hacer guerras; sino para formar reinos. Transitar caminos

discontinuos que surjan siempre inciertos, guiados por el misterio,

la temeridad, y la ferocidad. Claro que siempre habrá de tener a la

mano un bastión de prudencia para no caer en el auto

aniquilamiento. Pues siempre se corren riesgos. Enfoque osado.

Toda zona que logre transitar el cuerpo sin órganos a través de

nosotros –o siendo atravesados− tendrá su propio peso, es decir,

no será una valoración jerárquica. No. La estimación de cada nexo

es igual desde lo más minúsculo, hasta lo más grande, ya que es ahí

donde aparece la riqueza: en todas partes se encuentra una nueva


energía con la que podemos hacer eslabón, con la que podemos

sorprendernos, o ellas mismas pueden acrecentarse. Intercambio

de flujos. Son universos, plegados sobre universos. Tanto las

celeridades, como morosidades serán siempre requeridas. Ya que

no es ir de un menor a mayor, sino ya sea volviéndose sosegado en

beneficio de la profundidad o viceversa. El cuerpo sin órganos

trabajara en sus fallas siempre activándolas para poder en todo

momento regenerarse. Todas las edades fluctúan no para retornar

a nuestro pasado o vislumbrar nuestro futuro. No. Todo el tiempo

de nuestra existencia circula para devenir una infancia o un porvenir

externo del nuestro, entre los que podemos avizorar para jamás

dejar de producir pensamiento. Vida de más. El cuerpo sin órganos

no obedece a las similitudes, a los equilibrios, a las analogías, a las

afinidades. Eso no fomenta nada en una vida que quiera volverse

un coloso, un mineral, un animal, una aberración fructífera.

El cuerpo sin órganos se mueve en la multiplicidad, en la diversidad,

en los contrarios, en las desigualdades inimaginables ya sean que

resulten o no, ése es el mérito: lograr lo imposible para acrecentar a

la vida. Nietzsche, Tolstoi, Kafka, Beckett, Whitman, Woolf, etcétera,

todos ellos funcionan como maquinarias mutantes creadoras de

potencialidades deformantes y nutritivas. Ideas inhóspitas para

todo pensar, y que se desplazan con peligro, pero ese es el carisma

de toda fortaleza inorgánica: su innata amenaza. El cuerpo sin

órganos no es un enemigo, no es un asesino, ni algo a lo que

tengamos que liquidar. Es claro, que es lo temerario, lo inesperado,

el elemento perturbador; pero es la alimaña con la que podemos

cohabitar para volvernos nosotros otra especie más de la que ya

somos: un esperpento genuino. El boxeador que golpea sin

estrategia, el nadador que aletea sin la dinámica apropiada, el

corredor que acelera en su lugar. Es la originalidad inadecuada.

Hay que recalcar que el cuerpo sin órganos no es una

trascendencia, o un extra ser que sea idealizado, sino, una materia

ya sea palpable o no, que en toda circunstancia obviamente se


percibe indiferente para todos –pero así también ella misma lo es,

no pudiendo ser de otra manera−. Colisiones de cuerpos con

vitalidad inanimada para propiciar los más lamentables sucesos o

los más grandiosos aconteceres. La gran literatura (hablándola

como aquella que escarba en sí misma haciendo vórtices

inextensos y que no solamente se quede en un gusto o disgusto

petulante) será aquella que nos suministre, devuelva, o contagie de

aditamentos inexplicables para re-crearnos en todo instante: para

bien y para mal. Es natural que haga pauta en un o cualquier ente

pero su proyección en el universo es el diluir de las intensidades

hacía todos lados y para todo corpus que pueda ser capaz de

fabricarse uno –aunque en todo momento ya se encuentre

reptando furtivamente−.

Podríamos dar una elucidación un poco más amplia en el cómo es

que el cuerpo sin órganos aplica sin representación. Es decir, el

camino de las magnitudes recorren diferentes estrinques para

generar lo que siempre se ha manifestado en todos los tiempos

posibles y no posibles: vida. Para Deleuze y Guattari las

(in)expresiones humanas como el sadomasoquismo, el

homosexualismo, el alcoholismo, el toxicómano, el esquizofrénico

son cigotos tántricos (una denominación más del cuerpo sin

órganos) que son inentendibles para la sociedad, y todas ellas son

emanaciones que recurren a diferentes dispositivos para jamás

dejar de colmar la vida. Ir siempre más allá de uno mismo. Un

deseo eternamente famélico. Tal vez el que estas vías resulten

catastróficas o inapropiadas dependiendo de la personalidad de

cada ente, eso es lo de menos, pues, lo que interesa es la variedad

de edificaciones que se pueden lograr para conseguir alcanzar o

extender los tentáculos del orbe. El Yo de cada uno tiene que ser

difuminado –más no desaparecido− para congratularse con lo

extraño y poder convivir con lo más excéntrico que sea capaz de

darle bienvenida.

Así es como lo perciben Deleuze y Guattari con respecto a designar


la Ética de Spinoza como el Gran Libro proto-precursor de los

cuerpos sin órganos; de la misma manera podríamos dar un

pequeño ejemplo de cómo transitarían las intensidades

actualmente: La Biblia (independientemente de la creencia de cada

quien) se vuelve un resorte, un boomerang, una prótesis de demás

cuerpos sin órganos que dispara a todas direcciones corpus

inorgánicos para cambiar existencias, para transformarlas, para

redimirlas –aunque es tan sólo un vislumbre porque en el cuerpo

sin órganos uno de sus mayores desafíos será siempre luchar

contra el juicio de Dios−. Pero he ahí el gran secreto: la conexión

con lo otro que hace cambio de naturaleza tanto de uno como con

el que se hace engarce. Darle la oportunidad al cuerpo

condicionado de ver de lo que es capaz, de lo que pudiera ser

inaudito, de lo que pueda lograr.

El componente corpóreo en todo momento nos ofrece prodigios,

inadvertidos por nuestra sociedad que nos vuelve aletargados. Aquí

no solamente abarcamos la noción de cuerpo como la tenemos

concebida, sino que en todo momento hay intersección de cuerpos

por doquier. Siempre hay que combatir los tres ejes supeditados

para todo cuerpo: el organismo, la subjetivación, y el significado.

Inorgánico para no estar sobre codificado; desubjetivado para no

cometer el error del juicio tanto intrínseco como extrínseco; y

asignificado para no quedar dominado por la representación. Ellos

son los que se alzan como líderes de dominio hacía los cuerpos. De

ellos el cuerpo sin órganos se enfrasca en un acérrimo combate

para jamás dejar de entrar al juego: perder o ganar es charada

barata. Lo heroico es jamás dejar de pelear. Los Dioses jamás

sabrán a lo que huele o sabe una caída o una subida, porque su

circunstancia eterna se los impide. El cuerpo sin órganos delira

altibajos para añadir espíritu. Exacto. Un advenir Tyler Durden, un

Alex Delarge, un Mark Renton, un Mickey Knox.


Juan Rey Lucas (Alias Dux): Filósofo, ensayista, cuentista, poeta. Estudió en la

Facultad de Filosofía y Letras, en la Universidad Nacional Autónoma de México

(U.N.A.M), campus Ciudad Universitaria. Habiendo tomado cursos de redacción

autobiográfica en la Casa Universitaria del Libro (siendo alumno de la escritora

Rosa Nissan); también cursos de Redacción y Literatura Creativa en el Museo del

Escritor. Así mismo ha incursionado en semanarios de la red (Concepto Arte,

Edición Veinte, Revista Monolito, Revista Areté, Diversidad Literaria, Cuadernos de

Papel). Ha trabajado como docente en Centros Sociales en el área de huma-

nidades para personas de escasos recursos para apoyo de exámenes de la SEP,

COLBACH, Y CENEVAL.


LA FAMILIA Y

SU RELACIÓN

CON EL

ESTADO EN

LOCKE Y

ARISTÓTELES

Diego Gerardo

TINOCO

ARREDONDO

México

El concepto de familia en el ser humano es un fenómeno que se ha

interpretado a lo largo de distintas épocas de maneras similares y a

la vez muy contrastantes. El término familia proviene del latín

‘famulus’ que significa esclavo o sirviente. La definición anterior es

muy diferente al significado que la gente le daría en la actualidad. Sin

embargo, el concepto de una familia tradicional −que consiste de

una pareja e hijo(s)−, ha existido desde las primeras civilizaciones;

algo que posteriormente Locke denominaría como la "primera

sociedad". El pensamiento acerca de este concepto se puede percibir

posteriormente en la filosofía de Rousseau: "La más antigua de todas

las sociedades y la única natural es la de la familia".

Aristóteles y Locke construirán su concepto de familia a partir de

estas dos características y formulará su postura acerca de cómo debe

comportarse teniendo como base su doctrina ética. Para esto,

primero se dividirá la familia en tres relaciones fundamentales: amo-

esclavo, marido-esposa y padre-hijo. Estas mismas relaciones las

contrastaré con las posturas de ambos filósofos para hacer notar las

similitudes y discrepancias entre sí.



Relación amo-esclavo

Comenzando por la primera, Aristóteles señala el orden natural que

se da entre el amo y el esclavo en Política: "Mandar y obedecer no

solo son cosas necesarias, sino también convenientes, y ya desde el

nacimiento algunos están destinados a obedecer y otros a mandar."

Aristóteles justifica con su teoría ética y política las condiciones bajo

las cuales un individuo pasa a ser esclavo de forma legítima, entre las

cuales se tendría la obtención de sirvientes mediante la guerra justa

o por simple condición social que se transmite de generación en

generación. Por otra parte, tenemos a Locke con su idea de libertad

que va en contra de los argumentos aristotélicos que justifican la

esclavitud: "The natural liberty of man is to be free from any superior

power on earth, and not to be under the will or legislative authority of

men but to be ruled only by the law of nature." Una crítica que la

postura de Locke hace a la aristotélica es que a muchos individuos le

son arrebatada esta condición natural debido a que traen consigo

un estatus social de por medio y son en consecuencia víctimas de

una injusticia al hacerse esclavos sin siquiera ser tomada en cuenta su

libertad. Locke enfatizará que en un estado de naturaleza todos los

hombres nacen con el potencial de ser iguales y libres, por lo tanto,

de poder ser dueños de sus propias capacidades. El judeo-

cristianismo será una gran inspiración para Locke, en donde ya se

empiezan a notar ciertos cambios con respecto la condición del

esclavo: "Si compras un siervo hebreo, te servirá seis años, pero al

séptimo saldrá libre sin pagar nada".

La relación marido-esposa

Aristóteles pondrá como autoridad principal en esta relación al

marido con la idea de que "el hombre es por naturaleza más apto

para mandar que la mujer". El estagirita tendrá la idea homérica de la

autoridad del padre sobre la familia: "Cada uno es legislador de sus

hijos y esposas". Locke estará alejado de esta visión autónoma del


padre sobre la mujer, en la cual pondrá a la mujer a la par del

hombre con respecto a la autoridad sobre los hijos: "Whatever

obligations are laid on children by nature and the right of generation

must certainly bind them equally to each of the joint causes of their

being generated."

Este punto de discrepancia que parte del rol de la mujer en el hogar

se hará notar claramente en su idea de Estado. Aristóteles al

considerar a la mujer por naturaleza menos apta para mandar en el

hogar, la verá incapaz de dirigir en el Estado. Locke, por otro lado,

será uno de los principales defensores de la idea de que la mujer

puede igualar al hombre intelectualmente, dándole la capacidad de

tomar puestos en el Estado.

Relación padre-hijo

Como se discutió en el tipo de relación anterior, vemos en Locke una

autoridad doble de padre-madre sobre los hijos, mientras que en

Aristóteles vemos solamente al padre como figura autoritaria, por lo

tanto la crianza de los niños en ambos casos será diferente. Por un

lado tenemos la visión liberal de Locke: "if this supposed absolute

power over children had been called ‘parental , for that would have

given away the fact that it belonged to the mother too". Esta

perspectiva tendrá como objetivo una educación del niño en la que

tanto el padre como la madre ejercerán, según sus cualidades, la

crianza del niño hasta llegar a una edad adulta. Ambos tendrán el

mismo nivel de autoridad y cargarán con las mismas

responsabilidades en su educación y desarrollo.

Por otro lado, Aristóteles verá la relación padre-hijo similar al de un

sistema monárquico, en el que el padre es el único responsable de

educar al hijo según le convenga. En esta perspectiva Aristóteles

mantiene la autoridad del padre sobre el hijo a lo largo de su vida,

mientras que Locke le da una duración hasta que el niño sea adulto.

Familia y el Estado


El papel de la familia en el Estado será tanto para Aristóteles como

para Locke la fundación de la sociedad que determinará la

prosperidad de la ciudad. Para empezar, tenemos a Aristóteles

dando a conocer su visión del mejor régimen en la Política: "Pues

bien, es evidente que el régimen mejor es esa organización bajo la cual

cualquier ciudadano puede prosperar y vivir felizmente (…)".Como

necesariamente la formación del ciudadano comienza en la familia,

deberá el político determinar bajo qué condiciones la familia vive en

mayor armonía y paz. En Locke y Aristóteles se encuentran ideas

fundamentales en el concepto de familia, en particular en su objetivo:

"El fin de la ciudad es, pues, el vivir bien, y esas cosas son para ese fin.

Una ciudad es la comunidad de familias y aldeas para una vida

perfecta y autosuficiente". Para ambos, el Estado será un vínculo

necesario de unión entre las familias cuya finalidad será alcanzar el

mayor bien de todos; que es la vida buena.

Una de las grandes diferencias entre ellos se debe a la oposición de

Locke a la idea de monarquía absoluta. Influido por Francis Bacon y

el judeo-cristianismo, Locke rompe con la noción de monarquía que

se refleja en la familia en el pensamiento de Aristóteles. Hoy en día, el

concepto de familia en Locke se asemeja más al del siglo XXI que el

concepto de familia aristotélico. Aun así, la teoría ética-política de

Aristóteles no rompe crucialmente con ideas que son fundamentales

en la filosofía de Locke; como lo son el de la propiedad privada, la

autoridad paternal en el hijo y la necesidad de lazos afectivos entre

los familiares.

Para examinar al Estado y poder diagnosticar sus fallas y posibles

mejoras necesariamente se debe estudiar a la familia, pues es el

primer núcleo en él. La dirección que tome el Estado comenzará con

la familia, pues como dice Aristóteles: "toda ciudad es una cierta

comunidad y que toda comunidad está constituida con miras a algún

bien (...)".En la actualidad, habrá que reflexionar sobre nuestro estado

actual desde nuestros hogares y observar hacia qué bien estamos

dirigiéndonos.


Diego Gerardo Tinoco Arredondo. Nació el 24 de julio de 1996.

Actualmente estudia Finanzas en la Universidad Panamericana de la Ciudad de

México. Su autor favorito es Fedor Dostoievski y su filósofo favorito Aristóteles.

Disfruta escribir poesía y ensayos sobre filosofía en relación con la vida actual.


LA INSATIS-

FACCIÓN

FÁUSTICA

Kevin

Humberto

TORRES

LLANES

México

La Ilustración fue un movimiento cultural e intelectual que surgió en

Europa durante el siglo XVIII y se caracterizó por ser un período en

donde la razón comenzó a manifestarse en contra del orden y los

conocimientos establecidos por los dogmatismos religiosos y las

conveniencias políticas. Como consecuencia de dicha corriente,

emergieron diversas revoluciones ideológicas y sociales en todo el

mundo.

Fue cuestión de tiempo para que la influencia del racionalismo que

imperaba en el Siglo de las Luces comenzara a expandirse hacia las

artes. Las producciones que se desprenden de la corriente

neoclásica ejemplificaron el pensamiento racional de la ilustración, o

edad de la razón (Hodge, 2017, p. 25). Como consecuencia de la

ferviente convicción de los artistas neoclásicos por revivir los ideales

de la cultura grecolatina, comenzaron a reproducir con minucia las

formas estéticas de la antigüedad, hecho que detonaría un nuevo

giro en la historia del arte de la cultura occidental.



El romanticismo fue un movimiento cultural que surgió en Europa a

finales del siglo XVIII y que alcanza su apogeo entre 1800 y 1850. Se

trata de una corriente que surge como antítesis al neoclasicismo. Se

caracterizó por brindar énfasis a la subjetividad del artista, es decir,

sus pasiones y sus emociones por encima de los planteamientos

racionales y los lineamientos clásicos y tuvo sus raíces en Alemania y

en un nuevo movimiento literario llamado Sturm und Drang, o sea,

“Tormenta e ímpetu” (Macgowan, 2010, p. 220).

Johann Wolfgang Von Goethe fue un novelista y dramaturgo

alemán nacido el 28 de agosto de 1749. Reconocido por ser uno

de los máximos exponentes del romanticismo, entre sus obras

literarias destacan Las penas del joven Werther (1774) Los años de

aprendizaje de Willhelm Meister (1796), y por su versión dramática

del Fausto (1808).

Sobre el drama

El Fausto tiene su origen en una leyenda germánica, presuntamente

inspirada en un alquimista que intercambió su alma con el diablo

para obtener conocimientos ilimitados y satisfacciones mundanas.

Su vida es recogida en un libro popular y anónimo, impreso en

Frankfurt en 1587 (Balló, 1997, p. 221). Cabe destacar que antes de

la versión de Goethe, la historia ya había sido llevada a los

escenarios teatrales con La trágica historia del doctor Fausto de la

pluma del dramaturgo inglés Cristopher Marlowe en 1604.

Fausto es una tragedia que fue publicada en dos partes, la primera

entrega se escribió en 1808 y se compone de un acto único. Cuenta

la historia de un erudito que hace un pacto con Mefistófeles

(representación del diablo), en donde entregaría su alma a cambio

de sabiduría y poder. También se desarrolla la relación entre Fausto

y Margarita, una joven de la que se enamora, pero después de una

serie de eventos desafortunados, ella muere. La segunda entrega se

publicó en 1833 y está constituida por cinco actos. Fausto inicia un


nuevo ciclo de aventuras fantásticas; al final del drama, el

protagonista logra burlar su inminente descenso al infierno con la

ayuda de Margarita.

Entre las principales características del Fausto de Goethe se

encuentran los constantes y a veces muy abruptos cambios de

espacio, las diversas tramas que se desarrollan dentro de la misma y

los juegos con la temporalidad, que denotan el rechazo a las

unidades aristotélicas de tiempo, espacio y acción. La utilización de

paisajes naturales, casi siempre con una ambientación nocturna, así

como lugares sombríos, la presencia de personajes y situaciones

grotescas. El lenguaje es mayormente en prosa, aunque también

existe un singular avistamiento a las tradiciones clásicas con la

utilización del coro, da lo mismo si representan a un pueblo que a

un grupo de insectos.

El presente ensayo analizará el Fausto con las características

románticas expresadas por Eduardo Aunós en Romanticismo y

política (1951).

La añoranza.

La carga religiosa que se manifiesta en el discurso moralista de la

obra, es factible interpretarla como una mirada nostálgica hacia los

convencionalismos y a los valores de la Edad Media, es decir, un

guiño a las creencias religiosas que el movimiento de la Ilustración

comenzaba a desplazar.

En la primera escena aparecen las representaciones del bien y del

mal, las cuales son encarnadas por Dios y Mefistófeles, ellos hacen

una apuesta por el alma del doctor Fausto

- El señor. ¿Conoces a Fausto?

- Mefistófeles. ¿El doctor?

- El señor.- Mi siervo.


- Mefistófeles.- ¡Ya! ¡Es preciso confesar que os sirve de modo

extraño! ¡Pobre loco! ¡No sabe alimentarse de cosas terrenas!

- El señor.- Si me sirve hoy en el tumulto del mundo, quiero en

breve conducirle a la luz.

- Mefistófeles.- Apostemos a que lo perdemos aún, si me

permitís atraerle poco a poco mi camino.

(Goethe, 2000, p.12).

Más pasión, menos razón

Una de las principales características del romanticismo literario que

señala Aunós, es el encuentro del hombre con sus más bajas

pasiones, lo que ocasiona que los personajes con influjo romántico

se alejen de los ideales ortodoxos o de los márgenes

convencionales de la sociedad a la que pertenecen.

El hambre de poder de Fausto es motivada por su creciente

frustración debido a los escasos resultados que le había dejado

dedicar su vida al estudio de las ciencias, motivo que lo orilla a

adentrarse en el mundo del ocultismo.

Fausto. ¡Ah! Filosofía, jurisprudencia, medicina y hasta teología, todo

lo he profundizado con entusiasmo creciente, y ¡heme aquí!, ¡pobre

loco, tan sabio como antes! Es verdad que me título maestro, doctor,

y que aquí, allá y en todas partes cuento con innumerables discípulos

que puedo dirigir a mi capricho, pero no lo es menos que nada

logramos saber. Esto es lo que me hiere el alma. No tengo bienes,

dinero, honra, ni crédito en el mundo, por esto no he tenido otro

recurso que consagrarme a la magia (Goethe, 2000, p.17)

Desgraciado amor

El idilio que vive Fausto con Margarita y el posterior desenlace de

ella, es probablemente uno de los más representativos matices de

las piezas románticas, es decir, un amor apasionado que sobresalta


la racionalidad de los personajes y los conduce a ejecutar acciones

poco prudentes o grotescas que los llevan a finales desdichados.

- Margarita: Tú rompes mis cadenas y vuelves a admitirme en

tu seno. ¿Cómo es que mi vista te causa horror? ¿Sabes,

querido mío, a quién das libertad?

- Fausto: Ven, Ven, porque es la noche menos oscura.

- Margarita: Maté a mi madre y he ahogado a mi hijo, que lo

era también tuyo. ¡Y eres tú! Apenas lo creo. Dame tu mano

para que me convenza de que esto no es un sueño; dame tu

mano querida. ¡Ah! Pero está húmeda, ¡enjuágala! Me parece

que está ensangrentada. ¡Dios mío! ¿Qué has hecho? Te

suplico que envaines esa espada (Goethe, 2000, p.99).

Bella natura

El lenguaje del texto es rico en la utilización de metáforas, que

generalmente suelen tener como referencia algún aspecto de la

naturaleza, esta apasionada exaltación por el entorno en el que se

desenvuelven los personajes, es otro elemento que se puede

apreciar en la obra. También aparecen seres provenientes de

universos fantásticos, como elfos o brujas, haciendo a un lado la

racionalidad y abriendo camino a espacios con un mayor sentido

lúdico.

Ariel (canta con acompañamiento de melodiosas arpas.) Si el manto

primaveral al descender del cielo se tiende por los valles y colinas; si

brillan las doradas mieses a los ojos del labrador complacido; si, en

fin, parecen renacer en todas partes la animación y la vida, marchan

por enjambres los pequeños elfos a donde el dolor les llama, para

llevar a un consuelo a cada corazón que sufre (Goethe, 2000, p.105).

Comentario final

El Fausto abre un espacio de reflexiones y críticas sociales, políticas y


estéticas. En el plano social se vislumbra la insatisfacción que

caracteriza a la condición humana, en la que constantemente se les

mira anhelando lo que les hace falta, ocasionando que desprecien

lo que ya poseen y a un consecuente estado de frustración,

momento en donde encontramos al doctor Fausto; en el rubro

político es factible interpretar una crítica al pensamiento racional

que imperaba en la Ilustración, en donde la excesiva sistematización

del conocimiento, estaba generado el abandono a las creencias

tradicionales; y en el ámbito estético, el drama emplea elementos

clásicos, por ejemplo, usar un hecho histórico para generar una

fábula, es una idea que se desprende de la poética de Aristóteles,

que no es propio de los dramas románticos, los dramaturgos

clásicos y neoclásicos lo ejercitaron en notables ejemplos, y por

supuesto, algunos dramas contemporáneos continúan ejerciendo

dicha propiedad.

La metaficción dentro del drama es otro punto que es interesante

señalar, desde los ritos que son ejecutados para la convocación de

espíritus, hasta la aparición de personajes provenientes de otras

dimensiones literarias, como el caso de Helena de Troya.

El dialogo inicial entre Dios y Mefistófeles recuerda a la trama de El

libro de Job, en donde Dios castiga a uno de sus más fieles

seguidores para demostrarle a Satanás la fidelidad de este.

Otros rasgos muy notorios son los diálogos extensos, las

transiciones abruptas entre las escenas, la cantidad de personajes y

la extensión de la obra, los cuales hacen parecer el traslado del

Fausto a los escenarios, una proeza difícil de lograr.

En la actualidad, el influjo fáustico puede percibirse no únicamente

en la literatura, como el caso de El retrato de Dorian Gray de Oscar

Wilde, sino también en la búsqueda de las sociedades por

adentrarse con mayor profundidad en las ramas del saber, ¿podría

ser el Fausto una advertencia a las sociedades del mundo? ¿Qué


tanto podrían llegar a hacer las civilizaciones humanas por el poder

que otorga el conocimiento? ¿Hemos firmado un pacto en donde

nuestras insatisfacciones son subsanadas por constantes

revoluciones tecnológicas que nos acercan al futuro, pero que nos

alejan del pasado, y en algunos casos, también del presente?

BIBLIOGRAFÍA

Alatorre, Claudia Cecilia. (1986). Análisis del drama. México: Editorial Gaceta.

Aunós, Eduardo. (1951). Romanticismo y política. Madrid: Sociedad General

Española de Librería.

Balló, Jordi. Pérez, Xavier. (1997). La semilla inmortal. Barcelona: Editorial

Anagrama.

Byron, Lord. (2008). Poemas. Trad. Equipo editorial. España: Edimat libros.

Díaz, Guillermo. (1953). Introducción al estudio del romanticismo español. Buenos

aires: Colección Austral.

Goethe. (2000). Fausto. Barcelona: Sol 90.

Hodge, Susie (2017). Breve historia del arte. Barcelona: Blume.

Hugo, Víctor. (1972). Teatro escogido de Víctor Hugo. España: Editorial Bruguera.

Macgowan, Kenneth, Melnitz, William. (2010). Las edades de oro del teatro.

México, D.F: Fondo de Cultura Económica.

NOTA:

LAMENTABLEMENTE NO FUE POSIBLE CONSEGUIR LA

SEMBLANZA NI LA FOTOGRAFÍA DEL AUTOR.


CATEGORIA

POESÍA


INTERNACIONAL


EXORCISMO

Carlos Alberto

PÉREZ TRIANA

Cuba

a Mary

este que soy

no aquel

no otro

no el impostor de los espejos

o sombra escurridiza en el asfalto

no el que tu boca trashumante calla

ni el que polvo peregrino

se esparce en tu memoria



el intruso

desconocido

innominado

hechura de espejismo

y sobresalto

el que me aterra

de revés los ojos

como un faro decapitado de luz

se aferra a la palabra

que brota

desborda

despeña

al abismo

donde el verbo es carne lacerada

inescrutable voz rodando sigilosa

a la heredad de un proscrito lenguaje

casi humano

a salvo

de ti


Carlos Alberto Pérez Triana.- (1967)

Pedro Betancourt. Matanzas. Cuba.

Narrador y poeta.

Integrante y miembro fundador del Taller de Formación Literaria

“Onelio Jorge Cardoso”, Ciudad de La Habana, 1999.

Licenciado en Educación en la carrera de Informática. En la

actualidad ejerce dicha profesión en la Dirección Municipal de

Cultura de su pueblo natal.

Premiado en diferentes concursos literarios en los géneros de

cuento y poesía, entre los que se destacan: Finalista en los IV

Premios literarios Constantí 2005 y I Certamen Nacional de Relatos

Ultra Cortos de Torrelavega (Cantabria) 2006, España. Ganador del V

Concurso Radial y III Concurso Televisivo de cuento breve y poesía

de la Librería Mediática 2008 de Venezuela. Finalista en I Concurso

Internacional de Cuento Breve del Salón Hispanoamericano de la

Ciudad de México en el 2008. Mención especial en 4º Certamen

Literario Internacional de Cuento Breve y Poesía "Cosme Sebastián

Reneiro" Argentina, 2009. Mención en Concurso Nacional

“Hermanos Loynaz” 2010, por el libro de cuentos “Tropical Island”.

Ganador del Concurso Latin Heritach American. E.U.A., 2010. Finalista

en los XII Juegos Florales del Tercer Milenio de Matanzas, Cuba,

2013, y del I Concurso de Poesía “La Textulia de Rosenda”. EUA,

Miami, 2016.


Sus obras han sido publicadas en su localidad de residencia, así

como en España, México, Argentina y Estados Unidos como parte de

antologías de diversos concursos literarios.

Obras publicadas en antologías: Premis Literaris Constantí.

España, 2005; Poetas y Narradores. EE.UU. 2005; Nubes de papel.

España, 2006; Encuentro. Argentina, 2007; Voces con Vida. México,

2008; La Mujer Rota. México, 2008; Cuento Breve y Poesía. Argentina,

2009; La Noche y los Guerreros de Fuego. EE.UU. 2011; Sensaciones y

Sentidos. España, 2014; I Concurso de Poesía La Textulia de Rosenda.

EE.UU. 2016.


CONFESIÓN

Ángel Pascual

LARRAMENDI

MECÍAS

Cuba

Soy la casa,

quiero decir un rostro,

un grito desprendido del árbol.

Mis dudas son el polvo,

el miedo ante la puerta derribada

del otro lado de la lluvia.

Soy la casa

y solo escucho el brotar de la hierba

más allá de la sed y los desiertos.

Soy silencio,

oscura palabra que se levanta y atestigua.

Mi sueño es otra puerta

con los ojos abiertos al sol y la esperanza.

Soy la casa;

hierba y grano,

piedra y paso,

agujero de luz que se desplaza.

En mi recodo mueren pájaros y flores.

A pocos importa ya el amor

y la tristeza de mañana.

A pocos preocupan los fantasmas

que duermen de espaldas a la luna.



Soy la casa,

culpable de la Vida y de Muerte;

del perdón y la venganza.

Soy la casa

y he espantado la lluvia y el silencio

de los senderos que conducen a mi puerta.

Soy un pedazo de alguien por descubrir.


Ángel Pascual Larramendi Mecías*.- Manzanillo, Cuba, 1961.

Licenciado en Estudios Socioculturales. Obtuvo Mención Poesía

Concurso Provincial “Mangle”, Niquero, 1991; Premio Poesía

Concurso Provincial “Batalla de Guisa”, Guisa, 1993; Mención

Poesía Concurso Municipal “Juan Francisco Sariol”, Manzanillo,

1990, 1992; Premio Poesía Concurso Municipal “Juan Francisco

Sariol”, Manzanillo, 1994; Mención Poesía para niños Concurso

Nacional “El Pequeño Príncipe”, Las Tunas, 2009; Mención Poesía

para niños Concurso Provincial “Luís Díaz Oduardo”, Jiguaní, 2010;

Premio Nacional “La Puerta de Papel” por el poemario Yo sueño un

circo, La Habana, 2012; Premio Poesía para niños Concurso

Provincial “Tras las huellas de Cervantes”, Campechuela, 2013;

Diploma Concurso Solidaridad con el pueblo palestino, La Habana,

1988; Reconocimiento “La puerta de papel”, por su libro para niños

Yo sueño un circo, Instituto Cubano del Libro, 2012.

Bibliografía: Justificación de la dicha, (Plegable) Ed. Orto,

Manzanillo, 1991; Las dos orillas (Antología cubano-española), BIZ,

1995; Poesía Cubana, Ed. Hojas del Caminador, Argentina, 1996; Al

Sur está la Poesía (Compilación), Ed. Bayamo, 1997; Vértice,

Suplemento del Periódico La Demajagua, Bayamo, 2000;

Manzanillo, la perla del Guacanayabo. Editorial Pablo de la

Torriente, La Habana. 2000; La revelación absurda. Selección

Cuentos “Vértice”, Ed. Bayamo, Bayamo, 2002; El Reverendo del


nogal, Ed. Orto, Manzanillo, 2003; A bordo del arcoiris, Ed. Orto,

Manzanillo, 2004; Manzanillo: ciudad cantada (Plegable), Ed. Orto,

Manzanillo, 2005 y 2013; Revista Áncora, Nro. 3-4, enero-diciembre,

Ed. Orto, Manzanillo, 2005; Anaquel de los sueños. Antología de

poesía para niños. Ed. Bayamo, 2006; Poemas para Heidi, Ed. Orto,

Manzanillo, 2007; Yo sueño un circo, Ed. Orto, Manzanillo, 2011;

Revista Ventana Sur, Nro. 11, enero-junio, Bayamo, 2011; Nro. 12,

año: 2012; La Campana, Suplemento Cultural de la revista Ventana

Sur. Nros. Enero, Marzo, Junio y Diciembre, Bayamo, 2012; Órbita

de Orto (Selección y prólogo). Ed. Orto, Manzanillo, 2012; “La

Campana”, Suplemento Cultural de la revista Ventana Sur. Nros.

Febrero, Marzo, Abril, Octubre, Noviembre, Bayamo, 2013; Revista

Infantil Ilustrada Papalote, Nro. 2, Bayamo, 2012; Yo sueño un circo

(La Puerta de Papel), Ed. Orto, Manzanillo, 2013; Revista Infantil

Ilustrada Papalote, No.3, Bayamo, 2013; “La Campana”, Suplemento

Cultural de la revista Ventana Sur. Nros. Marzo, Junio, 2014;

Memorias de una Isla, II. Antología de poesía. Apostrophes

Ediciones, Chile, 2014.

*Fotografía y semblanza obtenida con información de la Red Mundial

de Escritores en Español (REMES).


TRANVÍA

Aarón Carlos

ANDRÉS

GARCÍA

España

Apearse descalzo

como un árbol huido que frecuenta sus hojas

o el numen del titán que apenas duerme

bajo la quilla seca de los párpados.

Apearse del todo

bajo el Sol que se envuelve ondeando las sedas

de un océano pulcro.

Como el alba que asciende al revés que las horas

escribir para el día

(cada verso es el rayo)

o viajar con los dedos arbóreos

por la tecla desnuda.

Señalar a tus nubes maduradas un tiempo

de estaciones feroces,

alambradas internas

y hacer que sus cenizas pasajeras

merodeen la llama.



Apearse en el aura

casi siempre o siempre

aunque el páramo nazca con quejidos ambiguos

y enarbole palabras donde duelen suburbios

o manadas de dientes.

Alma mía sin rostro,

apearse contigo,

tierna luz de tus pasos

o dejar de apearse

para hacer el trayecto de esa aurora sonámbula

que conduce a la gente

y ver cómo te escribes para el resto

de los labios redondos.


Aarón Carlos Andrés García. Nació en Villafranca del Cid

(provincia de Castellón, España) en 1972. Reside actualmente en

Castellón de la Plana. Es licenciado en Derecho por la Universidad de

Castellón. Publicó en 2013 sus primeros poemas en las revistas

literarias Letralia, tierra de letras y Ariadna r.c., así como el artículo “El

diván de Lorca” en el Periódico de poesía de la UNAM. En 2017 ganó

el Premio “Xavier Casp” de poesía en valenciano por su libro “Vents

de paraula” (publicado por editorial Neopàtria). Asimismo fue

finalista en 2017 del Premio Internacional de Poesía “Ángel Ganivet”

por el poema “Solsticio del árbol”.


CUADRO

PARA UN

CREPÚSCULO

Carlos Camilo

TORRES

Colombia

Teclea el dolor un crepúsculo de hojas y banderas.

Se alzan las manos en la floración del viento,

su pluma de efímera lucha, es silencio,

mientras el niño imita la huella vespertina de la luciérnaga

y la luz maquilla el sudor del obrero:

envejece cada día reconstruyendo su obra.

Nada hay en la lectura de los signos

cabe el vacío en un parpadeo, en el nido y la ventana,

nada sobre la nube, ni en los remordimientos de la lluvia.

El llanto busca nombres, del aire al nervio

y el domingo se cura el olvido con una flor en el camino.

Pero es ella, es él, son los niños

que llevan el polen por prados y lirios,

respiran el aire con sabor de azufre:

la almendra de la quirúrgica adivinanza

de una telaraña en la lengua.

Son ellos,

los de a pie… como los robles.



Ella pasa sin saborear el labial del día,

cose sus dolores con sombras de sastre,

pero el ojal de la patria

se construye con perfumes de la palabra muerta,

y visita el gato desvelado en la ciudad de los candados.

Olvida el canto sin hijos, que bebió toboganes de recuerdo

en las mejillas de leche.

Se busca pintar el sueño del rosal, con el reloj de luz

en un cuadro frío de palabras,

pero en los cuerpos siempre arden los silencios.


Carlos Camilo Torres.- Bogotá, Colombia. Ingeniero Industrial

de profesión, Director de la emisora local letras del tiempo*,

dedicada a la cultural y las artes. Gestor cultural en poesía,

recuperación y reconstrucción de la memoria oral colombiana. Entre

sus publicaciones en poesía están: Testigo por un día, Editorial

Cuadernos Negros; La Escena de la vida o el libre juego de las

palabras publicado por Caza de Libros 2018.

Ha obtenido varios reconocimientos en poesía: Primer premio II

concurso Internacional de poesía “Versos Compartidos”, Uruguay

2016, ganador tercer premio X Concurso Nacional de Poesía

“Eduardo Carranza”, Colombia, tercer ganador Concurso Nacional de

Poesía “Ciudad De Cali”, 2015, finalista en el Concurso Internacional

de Poesía “Gonzalo Rojas Pizarro”, 2018, Chile, y menciones de

honor en UPF Argentina y Toledo-España, “Letras como Espada”,

2017

*www.letrasdeltiempo.wix.com/radio

http://www.letrasdeltiempo.wix.com/radio


OTRAS

MANOS

María José

COLLADO

ROMERO

España

En sus palmas los frutos de un otoño feraz,

los surcos del destino que labra la lluvia,

la planicie veteada de algún aeropuerto,

la cáscara del frío, bajo ella la lumbre.

Un lenguaje de signos aletea en el aire,

es la clave que asciende transmutada en

cóndor,

de cada cicatriz una amapola surge

y corre por la piel lacerada su savia.

La memoria de los dedos quiere impregnarse

del olor a tierra y a cuerpos amados,

bajo la epidermis capitanea la sangre

la inestable barcaza de las emociones.

Sus uñas forman túmulos, tiempo

enquistado,

y a la vez presagian la tormenta, huyen,

son animales salvajes sobre las ruinas

donde depositan la nieve de su tiempo.

Si las manos saben lograr la permanencia

de cuanto redactaron escribas del pulso,

será porque leen en los archivos del tacto

y sacan a la luz sus insomnes tablillas.



María José Collado Romero.- Nacida en Jerez de la Frontera, (Cádiz),

reside en Sevilla donde trabaja de administrativo.

Colaboraciones en: Agenda de la tolerancia, revista Océano,

Cuadernos de Roldán, Aldaba, Diálogo, Jirones de azul, En sentido

figurado, Tinta china. Revista Grisú, Nueva Grecia. Las afinidades

electivas, etc. Ha participado en antologías como: I y III Encuentro

hispano marroquí de poesía. Versos para derribar muros, Especial Poesía

Andaluza vol.1 En sentido figurado. Miradas sin fronteras. Alquimia del

fuego, Alquimia de la sal, El Quijote anarquista. Gutenberg en Maguncia,

antología poética Teatro Romano de Itálica, Libro de artista El Aleph.

Antología poética Edith Checa “In memoriam”.

Publicaciones individuales: Pliego La Cuerda del Arco. Poemarios: La

luna en el laberinto (1987). Arde la vida bajo el cobre lunar (1992). Tapiz

de agua (2011). Bruñidas sombras (2012). Aún la lumbre (2014).

Centinelas del frío (2015). Pájaros de cristal en el jardín de invierno

(2017).

Premio de poesía del IV Certamen Internacional Traspasando

Fronteras, Universidad de Almería 2010. 2º Premio del III Certamen de

Poesía Erótica Galería-Taberna Ánima 2015. Finalista de varios

certámenes.

Gestiona el blog: elmiradordelasestrellas.blogspot.com


SOPA DE

TOMATES

Yonnier

TORRES

RODRÍGUEZ

Cuba

Mi madre pone la mesa/ coloca platos/ cubiertos/ una

fuente de sopa de tomates/ y me habla de los ancestros.

Todos han matado a sus bestias en las afueras de Ceylán/

dice mi madre. Me hace repetir que el Patriarca Cirilo

cosechaba tomates de Etiopía/ sus huestes cruzaban el

estrecho de Gibraltar/ regresaban con cientos de miles de

semillas. Los tomates de Etiopía son de corteza dura/ y

corazón blando. Hasta el comedor llega el ruido de las

gallinas en el patio/ Mi madre me enseña a batir la sopa/

Dice que el Emperador Constantino/ poseía un terreno en

la zona alta de Cantabria/ para cosechar tomates de

Egipto/ Sus huestes marcaban el desierto/ trazaban líneas

de ida y vuelta. Los tomates de Egipto son de piel rosada/

y capas limpias como arena. Paulino de Tirso/ cuenta mi

madre/ fue rodeado por doscientos hombres a caballo/

mientras regresaba de las Islas del Mar Caribe/ y se

internaba/ con un cargamento de tomates/ en las Tierras

de Patrófilo de Shitópolis. Desde Alejandría le llegaban

sueños y entrañas de aves tenebrosas/ asegura mi madre/

lo último que vio antes de morir fue el vuelo de los

pájaros/ dibujando círculos en el cielo. Las gallinas cruzan

los límites de la cocina/ dan pasos cortos hacia el



comedor/ Soplo con cuidado la superficie caliente de la

sopa/ Las rodajas de tomate emergen/ como cadáveres en

las oscuras aguas del río. Narciso de Nenorias/ señor de

los tigres/ fue cercado por ochenta arqueros/ mientras se

internaba/ con diez vagones de tomates/ en el reino de

Teodoto de la Odisea/ Lo último que vio antes de morir/

fue un ejército de nubes con forma de pájaros. Las gallinas

cruzan al comedor/ se pasean entre las patas de la mesa/

Mi madre agarra una por el pescuezo.

Esa no/ le pido. Todos han matado a sus bestias/ repite.


Yonnier Torres Rodríguez (Placetas, 1981). Sociólogo, Poeta y

Narrador. Entre sus últimos títulos publicados se encuentran los

libros de cuentos “Puntos de luz” (Áncoras, 2015), "Quinientas

formas de morir" (Editorial Reina de Mar, 2016), las novelas “Cerrar

los puños” (Editorial Gente Nueva, 2015), “Azul pálido” (Ediciones La

Luz, 2016) y el poemario "Dios no me tiene en cuenta" (Editora Abril,

2017). Cuentos y poemas suyos aparecen publicados en revistas,

antologías y selecciones de España, Colombia, Argentina, Bolivia,

Alemania y Cuba.

IMPORTANTE

TODAS LAS IMÁGENES QUE ILUSTRAN LOS TEXTOS GANADORES

HAN SIDO OBTENIDAS DE:

www.google.com

http://www.google.com/

108 en sentido figurado. revista literaria. año 11 num. 5 jul/ago. 2018

CONVERSACIÓN

CON HANS

PAUL MANHEY

José

GUTIÉRREZ-

LLAMA

México

2018

Hoy tengo el gusto de conversar con el extraordinario escritor de

origen chileno, radicado en México, Hans Paul Manhey, cuyas

credenciales se encuentran al final de esta conversación, mismas

que han sido extraídas de la Antología “Poetas del Siglo XXI”,

desarrollada digitalmente por Fernando Sabido (aquí agregaré lo

contenido del blog).

1.- Retomo las palabras de Irina Bokova, quien fuera Directora

General de la Organización de las Naciones Unidas para la

Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), y que en relación al Día

Mundial de la Poesía dijera: “La poesía es una ventana a la

diversidad excepcional de la humanidad. La poesía es una

manifestación de la diversidad en el diálogo, de la libre circulación

de las ideas por medio de la palabra, de la creatividad y de la

innovación”, para luego añadir: “La poesía contribuye a la

diversidad creativa al cuestionar de manera siempre renovada la

forma en que usamos las palabras y las cosas, y nuestros modos de

percibir e interpretar la realidad. Merced a sus asociaciones y

metáforas y a su gramática singular, el lenguaje poético constituye,

pues, otra faceta posible del diálogo entre las culturas”. Sin duda

una definición interesante y bastante estructurada, lo que en lo

personal me parece no cuadra del todo con mi propia definición de

en sentido figurado. revista literaria. año 11 num. 5 jul/ago 2018 109

poesía (en su parte relacionada al utilitarismo) pero eso no tiene

importancia. ¿Para usted qué es la poesía?

R.- Agradezco esta oportunidad de expresar algo de lo que ha ido

dejando mí ya largo paso por la vida y, en particular, de una

relación un tanto azarosa con la poesía. En cuanto a su pregunta,

me permito distinguir dos aspectos, muchas veces entrelazados.

Uno es el de la poesía en sí misma, independiente de quienes son

sus cultores. Lo otro es el oficio y los afanes de quienes anidan la

poesía en su visión del mundo y procurar expresarla mediante

poemas u otras formas poéticas.

La poesía, como tal, es una entidad abstracta que, en forma similar

a la justicia, la fe, la alegría, el amor y la verdad, existe por sí, aunque

no sea asimilada por los hombres. La propiedad básica de la poesía

es su capacidad para albergar símbolos complejos que contienen y

articulan las incógnitas, conjeturas y opciones de búsqueda

respecto a realidades difícilmente abordables por la pura razón, y la

etérea belleza implícita en su presencia.

De ahí que en un poema habrá poesía en la medida en que en él

se perciba un atisbo del símbolo que lo inspira y en la belleza que

logre su expresión.

La poesía, como oficio del poeta (o de quien ni siquiera se da

cuenta que lo es), se manifiesta por el afán interrogante, por el

intento de ver más allá de las apariencias. El poeta busca entender,

desentrañar y convertir en lenguaje lo que no resulta accesible a su

razón. La emoción del poeta trasciende las palabras e intenta unirse

a la sabiduría universal de la poesía misma.

2.- He leído que durante la resistencia chilena en 1973, fue

quemada lo que hasta entonces era su obra publicada: dos

novelas, dos libros de cuentos y tres poemarios, así como muchos

manuscritos, sus obras en proceso y hasta sus antecedentes


académicos fueron “borrados” de los registros. De acuerdo con lo

señalado por el escritor estadounidense Paul Auster en la pasada

FIL en Guadalajara, en momentos históricamente desfavorables,

como los que actualmente vive EEUU (a su decir) y como los que

vivió Chile en esos tiempos (guardando la distancia desde luego),

“el escritor tiene la obligación de escribir lo mejor que pueda y

hacer las mejores oraciones que pueda, porque una buena oración

es el fruto de un trabajo intenso y también de un trabajo espiritual.

Ahí encuentra el escritor el reflejo de su integridad”. Y finaliza: “El

artista o el escritor no debe permitir que el desencanto público de

un momento determinado, lo distraiga de esa atención rigurosa

que le debe prestar al trabajo que realiza”. ¿Qué piensa usted

acerca de lo expuesto? En su caso, ¿cuál fue su reacción como

escritor y como ciudadano (quizá la literatura en esos momentos

pasó a un segundo plano)? Desde luego no lo incito a polemizar

con Auster pero… lo dejo a su criterio.

R.- Un periodista, historiador o novelista ejerce un oficio de tiempo

completo y tiene la responsabilidad de dejar testimonio de los

sucesos, especialmente si son infaustos. El poeta no es, o no debe

ser un “testimoniador”. La poesía, como tal, llega en momentos

imprevistos u ocurre cuando menos el poeta lo espera. Al estilo del

Cohélet, podríamos decir que “hay un tiempo de sufrir y un tiempo

de expresar lo sufrido”, a lo que agregaría: “siempre que sea

necesario y así se sienta”. Lo otro se lo dejamos a quienes tienen

por oficio dejar testimonios. O bien, podemos incorporar los

momentos nefastos en nuestra narrativa.

Para mí, la quema de mis libros y apuntes fue una suerte de

catarsis. Salí al exilio con las manos vacías; aunque ansioso de

reinventar mi vida y mis pasiones.

3.- Siguiendo con Auster, este nos dice que en la vida de toda

persona ocurre lo que denomina “punto de no retorno”, que no es

otra cosa sino algún acontecimiento o recuerdo que cambia de


manera radical la vida de las personas: “La conciencia que lo que

separa la vida de la muerte es tan delgado que parece

transparente, que el Universo puede ejercer una violencia al azar,

enorme, y también que el suelo que uno pisa no es sólido”. En lo

personal, ¿Ha habido este “punto de no retorno”? Si es así, ¿de qué

forma influyó en su escritura (si acaso lo hizo)? A la distancia, ¿sigue

siendo ese recuerdo que evoluciona y ejerce un influjo sobre usted

o sus textos?

R.- Interesante planteamiento. Es algo así como pensar: “no debí

tomar este camino y buscaré regresar a mis pasos perdidos”. No es

mi caso. Siempre he mirado hacia adelante, intrigado por saber qué

me espera cada nuevo recodo del camino. Llegué a México y me

dispuse a vivir intensamente las nuevas opciones. Disfruté haciendo

lo nuevo: escribí argumentos de historietas, letras de canciones, fui

cajero en un antro nocturno, editor de libros juveniles; hasta que se

me presentó la oportunidad de dar clases en la Universidad

Nacional Autónoma de México. Todo más interesante y fecundo

que mis antiguas cuitas.

Toda mi vida ha sido eso: buscar lo que me ofrecen las nuevas

oportunidades y exprimirlas al máximo. Mi poesía y mi narrativa

han sido resultados de esa disposición.

4.- Para finalizar con Auster, este menciona que “la curiosidad por

la vida, por la muerte, por la naturaleza y por todo lo que le rodea,

ha sido determinante en su creación literaria. Asegura que haber

fincado su literatura a partir de recuerdos, anécdotas, vivencias,

sueños y deseos, suyos y de otros. “Sus historias nacen de la

curiosidad, de mirar con ojos frescos la vida…”. “El mundo está en

mi cabeza y mi cuerpo está en el mundo”. En su caso, ¿Dónde ancla

su literatura, antes y después, en caso que suceda esto?

R.- Esta afirmación de Auster me parece muy acertada, en lo que

alcanzo a entender. En los muchos momentos de mi vida he escrito


porque tenía algo que decir respecto a lo que iba aconteciendo a

mí alrededor y como eso modificaba mi visión del mundo. Me

divierte pensar en lo que me ha ocurrido después de cumplir mis

ochenta años. Esta edad se caracteriza por las ausencias. Por un

designio estadístico, muchos de mis amigos y personas que he

apreciado se han ido muriendo. Los lugares han ido cambiando y

no alcanzamos a ponernos al día con los avances tecnológicos.

Pero, también ocurren novedades: uno va conociendo nuevas

personas interesantes; los recuerdos, aunque un tanto fantaseados,

son más ricos. Al cumplir mis ochenta años me pregunté cómo

sería esta nueva etapa. No tuve mucho tiempo para pensarlo. De

pronto comenzaron a ocurrir cosas extraordinarias: escribí nuevos

poemas, muy distintos a los anteriores; he participado en varios

encuentros y a la gente le gusta mi forma de leer mis poemas. Me

han invitado a varios encuentros y he tenido que viajar y preparar

próximas giras; entre ellas, volveré a mi país después de una larga

ausencia.

5.- Si le parece, regresemos un poco a lo elemental. Inicialmente,

George Orwell describió: “Todos los escritores son vanidosos,

egoístas y perezosos, y en el fondo de sus motivos se encierra un

misterio”. A mi juicio parecía demasiado rudo, y supongo que en su

juicio también, así que para tratar de dilucidar ese misterio, en 1946

publicó su ensayo “Por qué escribo”, donde expone que hay cuatro

causas principales que mueven al escritor. “Dejando de lado la

necesidad de ganarse la vida, creo que hay cuatro motivos para

escribir. Desde luego existen diferentes grados en cada escritor, y

en todos ellos las proporciones pueden variar”. (1) El puro

egoísmo.- Incluye el deseo de parecer inteligente, que se hable de

él, que se le recuerde después de su muerte, etc. Asegura que es

una patraña fingir que este no es un poderoso motivo y que la

gran masa de seres humanos, no son a tal extremo egoístas. (2) El

entusiasmo estético.- Implica el gusto por la belleza del mundo

externo, por las palabras y su correcta disposición, por el impacto

de un sonido a otro, por la firmeza de una buena prosa o el ritmo


de un poema. Si bien argumenta que la estética es un motivo débil

en muchos escritores, afirma que hasta el panfletario o el escritor

de libros de texto tienen palabras y frases favoritas a las que apelan

no por razones utilitarias. (3) El impulso histórico.- Involucra el

deseo de ver las cosas como son, de averiguar los hechos

verdaderos y almacenarlos para la posteridad y (4) El propósito

político (dando a la “política” el sentido más amplio posible).-

Abarca el ánimo de empujar al mundo en una dirección

determinada y de alterar la idea de los demás sobre algún contexto

o concepto social. Al botepronto parecieran demasiado

descarnados, aunque me parece que habría que analizar dichas

causas con más detenimiento. Hagámoslo, si no le parece

imprudente mi petición. ¿Usted por qué escribe y qué piensa de lo

expuesto por Orwell?

R.- Mi respuesta es más simple: Escribo porque me gusta hacerlo,

porque me he esforzado en hacerlo bien y, más que nada, porque

tengo algo que decir.

No me identifico con lo dicho por Orwell. Si fuera por ganar dinero,

sé hacer otras cosas que son más redituables y que me permitirían

el tiempo y los recursos necesarios para seguir escribiendo sin más

apremios que los soportables.

No me interesa ser reconocido ni alcanzar fama. Eso es bastante

efímero y hasta obliga a hacer unas cuantas concesiones. Me

fascina que alguien recuerde un verso mío que le sirvió, aunque no

recuerde al autor. Ni siquiera he tenido la curiosidad de enterarme

cuál fue ese verso.

En el aspecto histórico, no es mi vocación ser “testimoniador”. Es

frecuente que mi imaginación me aleje de la “verdad objetiva”. En

lo político, a la hora de protestar y lanzar piedras, es lo que he

hecho. A la hora de escribir, evito las consignas panfletarias.


6.- Dos preguntas más y lo dejo descansar. Luego de tantos años

como escritor, ¿cómo piensa que se ha transformado la literatura

(no la suya en particular, sino en términos generales)? ¿Qué

diferencias nota entre la literatura chilena y la mexicana, en cuanto

a fondo y forma?

R.-La literatura ha ido cambiando en la medida en que cambia la

realidad del entorno. Los tiempos, el ritmo, hasta la extensión

cambian a causa de los estilos y formas predominantes en la

televisión, el cine y las redes sociales. Vivimos tiempos veloces, que

no van acordes con textos pausados y de baja densidad

informativa.

En cuanto a la comparación solicitada, en general la literatura

mexicana es un tanto más universal, ya sea por razones geográficas

como por el acceso a la cultura europea y norteamericana. La

literatura chilena sigue siendo, hasta donde conozco, un tanto más

provinciana.

7.- Lo prometido, llegamos al final. He visto que durante su carrera

ha recibido innumerables reconocimientos y premios pero, ¿cuál

considera que ha sido su mayor logro como escritor (entendiendo

que en muchas ocasiones el logro no pasa por los galardones)?

R.- Los reconocimientos recibidos no son como para vanagloriarse.

Sirven un poco para abrirse caminos, aunque no muchos. En

cuanto a logros, me ha emocionado la opinión y aceptación por

parte de mis alumnos, algunos comentarios de personas no

familiarizadas con la lectura y el cariño con que mis obras han sido

recibidas por mis hermanos, hijos y vecinos. También me ha

gustado el entusiasmo de personas que me han escuchado en

recitales en sitios públicos: quioscos de plazas, escuelas y recitales

improvisados.


En fin, estimado Hans Paul, no me resta sino agradecer por su

tiempo y sobre todo por su paciencia hacia mis preguntas.

Hans Paul Manhey.- Nacido en Santiago de Chile, el 18 de Enero de 1938.

Con el afán de conocer el mundo ingresé a la Escuela Naval. Me fue bien,

aunque resulté un marino poco disciplinado, egresé como Guardiamarina y

luego me dediqué a viajar por mi cuenta y anduve por casi toda la faz de este

planeta; después de lo cual exploré las aulas universitarias. Estudié Ciencias de la

Comunicación en la U. Católica y además incursioné en Sociología, Psicología

Social y Lingüística (eran tiempos de currículum flexible). Obtuve maestría en

Antropología Cultural y diversos diplomados. Trabajé en la Editorial ZigZag

como gerente de promoción y fui miembro del Consejo Editorial, hasta que las

cosas cambiaron en Septiembre de 1970.

Durante el Gobierno Popular, con un grupo de compañeros mantuvimos

una librería en Providencia y organizamos la distribución de libros de Quimantú

en sindicatos y cordones industriales.

En septiembre de 1973 fuimos allanados y dispersados. Por mi parte, tenía

publicadas dos novelas, dos libros de cuento y tres poemarios; todos los cuales

resplandecieron en las fogatas de la barbarie armada. Idéntica suerte corrieron

mis manuscritos, ejemplares de otras publicaciones y obras en proceso.

Asimismo, mis antecedentes académicos y hasta mis certificados de

estudios fueron eliminados de los registros oficiales, al tiempo que fui exonerado

de las dos universidades en que impartía clases.

Permanecí un año trabajando por la Resistencia y ya en diciembre de 1974

viajé a México, sin más antecedentes literarios que los que traía en la cabeza.

Estuve escribiendo textos para historietas de la Editorial Novaro. Comencé a dar

clases en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM y me

desempeñé como instructor de cursos de capacitación en la Secretaria del

Trabajo, Cámara de Diputados, Procuraduría General de la República, Bolsa

Mexicana de Valores y otras instituciones del sector público.

Uno de mis conocidos, vicepresidente de Editorial Novaro, fundó una nueva

editora y trabajé con ellos durante cinco años, en calidad de editor; tiempo

suficiente para normalizar mi calidad migratoria; después de lo cual me dediqué

a ser asesor en comunicación de empresas; así como dar mayor atención a mis

clases en la UNAM y los cursos de capacitación.

Durante ese tiempo, de 1980 a 2000, sólo escribí en los escasos ratos libres;

aunque entre 1984 y 1990 obtuve siete premios en poesía, entre ellos el

Hispanoamericano, de Quetzaltenango, Guatemala (1984); los cuales dieron

origen a dos libros editados por iniciativa de amigos. La experiencia en


Guatemala resultó muy fecunda, ya que permanecí un mes recorriendo

poblados indígenas y leyendo mis poemas en plazas, escuelas y con diversos

grupos interesados.

Otros premios fueron en Ciudad del Carmen, Campeche, en la

Municipalidad de Santiago de Chile (1985), el del Pen Club de Chile y otros.

En 1996 realicé la presentación teatralizada de mi libro Papaloapan un

cantar de peregrinos, en un teatro de Coyoacán. Fue una sola presentación, pero

se llenó el lugar. Mis amigos de la Bolsa Mexicana de Valores me pidieron

presentar lo mismo en el Auditorio del Centro Bursátil, lo que ocasionó que me

pidieran el libro y conseguí un editor. En preventa, entre directores y

subdirectores de la BMV se colocaron 1.250 ejemplares en una semana.

Después de eso, en librerías solo se vendieron cinco ejemplares en seis meses. El

resto ha tenido mayor aceptación en recitales y lecturas ente mis alumnos en

universidades y centros municipales. En estos últimos casos ha sido ventajoso el

uso de la voz y cierta habilidad en el manejo de auditorios. Fui invitado a leer mis

poemas en plazas públicas, escuelas de enseñanza media y media superior; así

como en tertulias organizadas por mis amigos.

Mi experiencia como editor, el sentido muy mercantilista que prevalece en

la actualidad en el ámbito editorial y el impacto que me produjo ver mis libros

quemándose, me alejaron del afán por ver mis libros publicados. No obstante lo

cual, por iniciativa de amigos, fueron publicados en México tres poemarios;

Pirámide y Eclipse, De la Piel el Universo y Papaloapan, un cantar de peregrinos.

Casi en su totalidad estos ejemplares fueron adquiridos por mis alumnos

universitarios y participantes en los cursos de capacitación en instituciones.

Entre 1974 y 2008 escribí mucho; preferentemente poesía, aunque también

incursioné con entusiasmo en narrativa. Sin embargo, la mayor parte de mi obra

está inédita. La verdad es que disfruto más leyendo ante un auditorio. Me gusta

ver la cara que ponen los oyentes, responder a sus preguntas y comentarios y

disfrutar del entusiasmo con que reciben mis palabras.

En 2002, al cumplir 70 años, decidí reinventar mi actividad. Me propuse

buscar nuevos cauces para mi trabajo literario y, pese a que me resultaba muy

satisfactorio, reduje mi dedicación a la docencia. Dejé mis clases en la

universidad, así como los cursos en Cámara de Diputados y otras instituciones.

Mantuve un conveniente contrato con la Procuraduría de Justicia, lo cual me ha

permitido obtener un ingreso suficiente y disponer de gran parte de mi tiempo.

Revisé, completé y pulí cuatro novelas, algunas de ellas iniciadas hace más de

quince años. Tengo otras tres en proceso. Todavía no sé qué hacer con ellas;

pero disfruté escribiéndolas.

Sus Obras.- Novela terminadas y revisadas: Simulgeo. Un amor

intergaláctico; Mondargas. El ogro de San Roque; Mi padre es Néstor Balaz; Aquel


antiguo y persistente sueño. Novelas en preparación y/o revisión: Los discípulos;

La brújula perdida; Inciertos despertares; Margarita y el mercado de valores. Poesía

terminada y revisada: La saga primordial; Morral del peregrino descalzo;

Naufragio; Resplandor que regresa; Universo y reverso; Exaltación volcánica.

Poesía en preparación o revisión: Cantares de claroscuro; Sentires sumergidos;

Sonetos inevitables. Obra editada: Pirámide y Eclipse (Poesía); De la piel, el

Universo (Poesía); Papaloapan, un cantar de peregrinos (Poesía); Noche de ronda

en viernes (Novela. Incinerada); Arrullos y murmullos (Poesía. Incinerado); La

estrella roja del Orión (Relatos de viaje. Incinerado); Lamentos australes. (Poesía.

Incinerado)

Imagen:

Fotografía de Hans Paul Manhey

Cerramos esta interesante conversación con algunos poemas que

Hans Paul Manhey nos presta para la revista…


SELECCIÓN

DE POEMAS

Hans Paul

MANHEY

Chile

VIDA QUE PERDURA

Un fuego demencial irrumpió en nuestras vidas.

Huellas del infortunio encendieron el cielo;

quemaron la esperanza, destrozaron los sueños;

sepultando la flor, el trigo, la sonrisa.

Funestas convulsiones de los hijos del caos

y sus devastadores mensajeros de muerte.

Negras aves rapaces rondaron sobre el valle;

ávidas, implacables, invadieron tu nido.

Quedaron tus polluelos piando en desamparo.

En su cubil de horrores, purgatorio gratuito,

la música ahogaba alientos profanados.

A lo lejos, los cerros, los árboles, las nubes,

incubaban el germen del fin de la tormenta.

Brisa fresca anunciaba el caudal de agua viva.


TEZONTLE NEGRO

Negra huella.

Tezontle.

Áspero filo.

Noche.

Viejo fulgor dormido en el manto montuoso,

bajo el tezontle negro.

Sobre piedras quemadas invoco la presencia.

Piedras sueltas,

guijarros,

roca despedazada;

por el viento,

el granizo,

los cinceles del hielo;

porosas,

fragmentadas;

del volcán los furores,

turbia espuma.

Cobijan mi vigilia. Piedras negras. Tezontle.

Por tus poros sedientos,

testigos de la noche y el silencio,

desciendo hacia sepulcro de los pasos perdidos.

Afuera de mi piel, florece el universo.

Lecho en el polvo de estrellas.

Viento que tañe las piedras.

Fuego grabado entre breñas.

Tezontle negro;

tezontle.

Agua en lágrimas del cielo

cubre sus poros de espuma

sobre la sed del tezontle.

Tezontle negro.

Tezontle.


MURMULLOS DEL CENZONTLE

En lo alto de la ceiba, el cenzontle alza el trino.

Breves y dulces gorgeos y en sus agudos acordes

anidan en su garganta todas las voces del bosque.

Testigo de noche y día, agorero del destino.

Su canto enseña a los hombres a bendecir los favores

de los bosques opulentos, de los montes y los ríos;

de los árboles frutales y de los verdes plantíos.

Su dulce canto da fuerzas para emprender las labores.

Fiel testigo y pregonero del esfuerzo cotidiano

de la sangre que palpita en la pesca y en la caza

y lucha por subsistir, con esfuerzo sobrehumano.

Cuando las fuerzas flaquean, suena un canto de esperanza.

Fatiga, hambre y miseria encuentran eco en el canto

del cenzontle milenario, voz primordial de una raza.

FERVOR TZOTZIL

Beso las toscas manos que abren surco en el barro

en torno a las raíces del cedro, del ocote

de la ceiba frondosa y el doliente zapote.

Manos que abrigan sueños con la palma de guano.

Beso las firmes manos que encienden sus hornillas

y otorgan al pozol aromas y sabores.

Manos que hilan, bordan y entregan sus colores

para obtener a cambio unas cuantas tortillas.

Manos tiernas de niños, de mujeres y ancianos


que se quedan vacías a causa del despojo

del café, del cacao, del plátano y los granos.

Los niños, desnutridos, su esperanza se pierde

al ver que las mercedes de un suelo generoso

sucumben, devoradas, por la cruel peste verde.

COFRE DE NOSTALGIAS

Escarbo en mis recuerdos los agrestes rincones

del sur; sus ventisqueros, sus fiordos y sus lagos.

Aún palpito al sentirme navegando canales,

estrechos y caletas entre islas chilotas.

Bordean mis ensueños derroteros fueguinos;

me envuelvo en los azares del canal Moraleda.

He regado mis sueños por todos los caminos.

Alzo mi voz antigua bajo cielos distintos,

elevando los salmos que conjuran un nombre;

en un febril intento por descifrar los signos

grabados en las nubes y el curso de los ríos.

Mi canto se sumerge en los diáfanos lagos.

Profesé de andariego, navegante, viajero,

mis huellas son testigos de mi andar solitario;

náufrago de mí mismo, invoco mis raíces.

Añoranzas del valle prisionero en rigores

en el andino cerco de montañas solemnes,

que vieron a mi abuelo apurando el ganado.

Vengo del sur del mundo, del extremo olvidado,

donde la falda de la madre Tierra se deshace en jirones;

allí, donde furiosos los pillanes sin rostro,

borrachos de mudai, abrazan los océanos


anudan su inclemencia al lecho de los ríos;

despiertan tempestades en el golfo de Penas.

Recuerdo el verde oscuro de los trémulos bosques,

áspero verde seco del boldo y del canelo,

verde gris de los álamos y de llorosos sauces.

Mis manos aún conservan el sudor de los surcos.

Animan la nostalgia los bosques centenarios.

Mi añeja soledad se oculta y reaparece.

Una luz centellea en mis noches de insomnio,

como si presagiara un encuentro sublime.

Tal vez, en un recodo, hay alguien que me espera.

Los bosques milenarios avivan remembranzas;

mientras sigo las pasos de antiguos transhumantes,

que intentaron hallar la flor de la esperanza.

MENSAJERO DE PAZ

Mis pasos se aproximan, tras el largo camino,

a buscar las reliquias de olvidados abuelos.

Peregrino descalzo, rebosante de anhelos,

surqué los farallones del meridiano andino.

En mi morral, pequeño, sólo traigo simientes

de amor y de esperanza, de paz y de justicia.

Busco entre campos yermos una tierra propicia,

para que ella broten vástagos indulgentes.

Prejuicios y consignas dividen voluntades,

se desatan pasiones, se confunde el instinto

y se van pisoteando los valores humanos.

Alzo mi voz antigua pregonando verdades


que abatan el temor a todo lo distinto.

La paz nos hará libres, solidarios, hermanos.

ANHELADO RETORNO

Regreso a mi lugar sobre la esfera;

a la lejana herencia de mis propios abuelos,

al rito de mi infancia, mis primeros fervores,

al olvidado origen en que fui señalado.

Aunque la adversidad parezca insoportable,.

Envuelto en nuevos bríos imagino un mañana

en que renazca un árbol con savia vigorosa.

Gestos benevolentes acarician mi sombra.

Renacer sobre ruinas, como el mítico Fenix,

recobrando latidos de vidas anteriores.

Por distintos senderos acuden a mi encuentro

los rostros del pasado; sonrisas, bendiciones,

recuerdos generosos mitigan mis insomnios.

Encamino mis pasos por desiertos y valles

al rumbo que conduce a la mansión del Padre.

Detrás del horizonte adivino un sendero.

Tengo una antigua cita con Aquel que me espera

para evocar sus voces en los nuevos caminos;

con la Madre admirable que me hizo su heraldo,

aunque olvidé el mensaje y torcí mis caminos.

El Dador de la Vida, Aquel por quien se vive,

abre su corazón a distintos senderos.

Él nos da una señal en lo alto de un monte,

en las sendas nevadas de las cumbres andinas,

en medio del desierto, o a la orilla de un río.


Sangre de barro y nieve de otras latitudes

circula por mis venas de peregrino errante.

Volveré a mis montañas y a la tierra desierta,

Regreso del exilio colmado de infinito,

aunque mis huesos queden bajo tierras lejanas.

Regreso esperanzado, confiado, penitente,

sin rostro definido, sin cargar equipaje.

El invierno preserva la savia que perdura.

Fogoso sol de estío fecunda nuevos bríos

Desde lejos, el aire reaviva la esperanza.

Después de muchos años regresaré a mi tierra;

la distancia y el tiempo esfuman mis recuerdos.

La primavera envuelve de pétalos el fruto.

Mi otoño se recubre, tapizando el retorno

hacia el Sur, donde aguardan mis sueños florecidos.

TIERRA DESOLADA

Mi evocación se nubla cuando veo el despojo

de los bienes que entrega esta pródiga tierra.

Los bosques son talados sin un plan sustentable.

El roble, la araucaria, el alerce y los pinos

terminan derribados por manos codiciosas,

convirtiendo en eriales las extensas laderas.

La riqueza marina también es absorbida

por empresas mezquinas y sus barcos voraces

que dejan sin opciones a pescadores pobres;

con riesgo de sus vidas recogen lo que pueden

en las franjas costeras y lo poco que obtienen

no encuentra compradores en los grandes mercados.


Las frutas, las verduras, las carnes y los vinos

se exportan con provecho a distintos países.

Lo que no alcanza el grado de las normas foráneas,

se destina al consumo de abnegados paisanos.

Pequeños productores venden a exportadores,

a los injustos precios que no cubren su esfuerzo.

La riqueza del suelo queda en manos ajenas.

Cada día son menos los que lucran con todo.

En cambio los empleados, enfermeras, maestros,

el pueblo asalariado y los que se jubilan

ven que no les alcanza para una vida digna.

Poco es lo que les queda de este país tan rico.

ENTRE REJAS

Inocentes

Ellos son inocentes

como miles y miles de víctimas migrantes,

cuyo único delito

consiste en ser infantes

desvalidos y pobres,

Inocentes

los niños que son encarcelados,

en ominosas jaulas,

lejos de sus familias,

sin saber de sus padres.

Víctimas condenadas por la vil injusticia

del maligno despojo,

del capricho perverso de dueños del poder.

El castigo es gratuito

cuando no existe culpa.


Su delito es ser hijos de padres sin recursos

que quisieron librarlos

del hambre, la miseria, la violencia y la muerte

en sus pueblos de origen.

Una vana esperanza

los obligó a emprender

los múltiples peligros de un viaje aventurado.

Saqueos, vejaciones, peligros, violaciones

fueron el duro precio

de ese largo trayecto.

A muchos de estos niños se los tragó la noche.

Aquellos que pudieron traspasar la frontera

sufrieron el acoso de guardias implacables.

Los que viajaban solos fueron encadenados,

golpeados, humillados, encerrados en jaulas.

Se extravió su futuro,

carecen de ilusiones.

Los niños tras las rejas

han sido despojados de sus ingenuos sueños,

de las tiernas miradas,

del regazo materno.

Los niños,

esos miles de niños enjaulados

por la burda impotencia

de padres desdichados.

Los niños,

esos niños,

no merecen castigo.

Ellos son inocentes.

Los niños.


CLAMOR MAPUCHE

Retumba por los bosques

el quejido solemne del cultrún milenario.

La trutruca repite

prolongados lamentos por la madre humillada.

Despojada, violada,

la ñuke mapu extiende

su manto desgarrado.

Sorda neblina envuelve al rehue venerado,

ante la rogativa de machis y de loncos.

Guenechén, impotente, escucha las plegarias,

acalladas por voces de mestizos sumisos

que acatan los dictados

de espurios gobernantes e insaciables consorcios.

La sangre antigua enciende

clamores del admapu en menguados reductos.

El pueblo milenario

que floreció en los bosques y los fértiles valles

entre los grandes ríos, el frondoso gualmapu,

ha sufrido el despojo.

Colonos extranjeros, voraz huinca ladino;,

empresas saqueadoras inundaron sus campos,

consorcios implacables aserraron sus bosques;

Esbirros indolentes destruyen sus viviendas,

humillan a sus hijos, disparan si clemencia

contra altivas mujeres y jóvenes indómitos,

ante la indiferencia de las autoridades.

Por más de medio siglo

los hijos de la tierra sufrieron el engaño

de falaces decretos, parlamentos, acuerdos

y leyes sin efecto.


Despojo y atropello a su propio destino,

a sus heroicos loncos, a su forma de ser,

a su antigua cultura.

En los años recientes su tenaz exigencia

ha sido señalada como acción terrorista,

castigada con saña con actos represivos.

“Huracán y Paciencia” han sido operaciones

que buscan aplacar esas justas demandas,

mientras se entregan tierras a empresas forestales,

grandes usurpadores e invasores impíos.

Negación de derechos, represión y martirio,

incluso autoatentados y agresión al ambiente.

La dura represión y el engaño mediático

no han logrado acallar la condena del mundo.

Los grandes organismos de Naciones Unidas,

grupos ambientalistas, de derechos humanos

y la voz de los pueblos que se unen solidarios

en clamor de justicia.

Nueva fuerza

el gueichafe eleva su proclama:

negüén marichigüeu

Cien veces venceremos.

Imagen:

Portadas de algunos libros de Hans Paul Manhey

en sentido figurado. revista literaria. año 11 num. 5 jul/ago. 2018 129

Academia Literaria de

la Ciudad de México

josé antonio durand

AMANECER

Carla Cecilia

CEJUDO

México

Cuando llega a su casa todo está en silencio. Olga, su mujer, le

comentó en la mañana que tenía un compromiso y regresaría

hasta tarde, los niños se quedarían con sus suegros. Así que

aprovechó para llamar a Sandra, pero esta fue inflexible, hoy no lo

podía recibir.

Entra a la cocina para ver si cena algo, solo toma una cerveza del

frigobar. A oscuras se apoltrona en el sillón, toma el control

remoto, pero no enciende el televisor. Está molesto, le rogó a

Sandra que lo recibiera, le prometió que besaría su espalda, que

acariciaría sus piernas, sus nalgas, que tocaría sus pechos hasta

que ella se lo permitiera, todo fue inútil. Le enfurecía saber que

había perdido poder en esa relación.


Desde hace tiempo su relación personal y por ende sexual con

Olga es casi inexistente, nunca coinciden en casa, y cuando lo

hacen ambos se evitan. Es más, aceptan la falsa excusa del

cansancio. Ambos, en un silencio cómplice consienten el engaño

de parte de él, para compensar, él se ha convertido en un

excelente proveedor.

Mientras divaga escucha el apagador de una luz que se enciende,

se asoma a la escalera y ve luz por debajo de la puerta. Ah,

entonces llegó temprano… no, mejor ni entrar… seguro que no se ha

dado cuenta que ya llegué… ¿Son risas? Sí, pero esa no es su risa…

¿Otra mujer? Las mujeres de verdad están locas. ¿Por qué se van a

platicar al cuarto y no lo hacen en la sala como toda la gente

normal? En fin, por mi mejor, ya se sentirán raras cuando bajen y

me encuentren aquí.

Le da el último trago a la cerveza y va por otra. Mientras la

destapa, escucha otra risa, una risa inconfundible de mujer, es la

risa de Olga, que hace mucho no escuchaba; los recuerdos se

agolpan en su mente, ella solo ríe así cuando… El pensamiento

atraviesa su mente como un relámpago: dos mujeres, puede

cumplir su fantasía.

La noche no pinta tan triste después de todo, tal vez aprenda

algunos trucos para sorprender a Sandra, tal vez Olga todavía

puede ser divertida.

Se acerca al cuarto sigilosamente, sonríe, disfruta previamente su

fantasía, se asoma por el ojo de la cerradura y ve a Olga acostada,

distingue sus pechos un poco caídos después de dos embarazos,

sus caderas ligeramente anchas. Recuerda qué tan apetecibles se

ven cuando se coloca boca abajo.

Ve dos manos expertas que la recorren despacio, la otra figura

femenina de espaldas y con el cabello recogido le besa los


hombros, Olga lleva alguna mano a su cara para sentir una suave

caricia y disfruta el roce continuo de los labios despacio en su

cuerpo, oye cómo emite suaves ronroneos y se pregunta hace

cuanto tiempo que él no los escucha.

Goza de ese placer con los gemidos de ella. Su respiración se

acelera, el calor invade su cuerpo y sin poder evitarlo su pene se

engrosa.

A través del ojo de la cerradura distingue cómo Olga monta a la

otra mujer, el sexo le queda de frente, puede estimular el clítoris y

penetrarla con sus dedos, mientras la otra mujer, acaricia nalgas y

espalda. Se convierte en una melodía de compases perfectos:

clítoris, caricias, suaves penetraciones, caricias. Diferentes ritmos y

presiones. Se oye y se ve cómo ambas lo disfrutan.

Siente su pene completamente erecto, desabrocha el cinturón y se

baja los pantalones, en la prisa no se percata que la hebilla del

cinturón se atora contra el pomo de la puerta. Al tiempo que esta

se abre, ambas mujeres detienen sus movimientos.

Él, ahora sí, tiene oportunidad de ver la escena completa. Pero solo

escucha las risas de Olga y Sandra.

Meses después, cuando les pregunta a sus hijos qué piensan

acerca de que la tía Sandra se haya mudado con ellos, ambos le

responden “Me encanta, ahora tú y mamá llegan temprano a

casa. Además amanecen de muy buen humor”.

Imagen:

www.google.com



EL EXTRA-

TERRESTRE

José Antonio

DURAND

México

El día de la tragedia la cafetería se decoró con globos. Marcial, el

joven mesero, bajó la cortina encerrándonos al cocinero y a los

seis clientes: dos ancianos, una señora y sus dos hijos (de entre 8 y

10 años aprox.) y yo, de 50.

El ruido de la cortina provocó que volteáramos hacia la puerta,

donde Marcial blandía una pistola.

—¿Qué hace usted? —pregunté

—¡Cállese, güey! —dijo a gritos el mesero apuntándome con el

arma. Luego vino su ridícula confesión:

—Yo no soy un mesero terrícola como ustedes piensan, sino un

extraterrestre de planeta lejano cuyo nombre no diré, por motivos

de seguridad.

—¿Y por qué utiliza esa rústica pistola y no una de rayos

desintegradores? —increpé

—Porque la de rayos desintegradores la dejé en la nave


—¿En cuál nave? —pregunté.

—En la que me trajo de Marte. ¡Ay!, ya me hizo decir el nombre

secreto del planeta —señaló Marcial.

—Pero si en Marte no hay vida —argumenté.

—Se equivoca usted. Sí hay vida, lo que pasa es que vivimos

debajo de la tierra...

—¿Tierra? ¿En Marte hay tierra?

—Bueno, no es tierra, tierra, lo que se llama tierra, pero si le digo el

nombre de la corteza que envuelve a mi planeta no me

entendería, porque es un nombre en marciano...

—A ver, dígalo.

—Strafumblrsañviwazxañayesp.

—A ver, ahora repítalo —le pedí retadoramente.

—Strafum... Strafum... ¡Basta, aquí el que manda soy yo porque

traigo la pistola.

La madre de los niños me dijo:

—¡Señor, le suplico por favor que ya no insista...! —pero yo seguí

cuestionando:

—¿Y cómo es que llegó la nave sin que nadie la hubiera visto?

—Pues... porque vinimos a las doce de la noche y con luces

apagadas.


—Pero tampoco nadie escuchó los motores de la nave al

momento de aterrizar.

—No los oyeron porque no aterrizó, se detuvo a veinte mil metros

de altura, arriba de un lote baldío de la colonia Doctores.

—¿Ah sí, y cómo bajó usted desde esa altura?, ¿con una escalera

grande y otra chiquita? —dije en el colmo de mi chacota.

—Simplemente abrí la compuerta LX-26 del flanco derecho de la

nave espacial y salté al terreno.

—Huy, ¿y por qué no se mató del salto?

—No me lastimé porque caí en brazos de una linda criatura.

—Y ella, ¿murió aplastada o qué hizo?

—Me tapó con su lindo vestido y corriendo a esconder me llevó...

—Jua, jua, jua. Esa es letra de “Me caí de la nube” del compositor

norteño Cornelio Reyna —dije, riendo.

Preocupada por una posible reacción violenta por parte del

mesero, la señora señaló: “Por favor ya cállese que nos expone a

todos...”. Marcial “explicó”:

—Cornelio Reyna fue el único testigo que presenció mi llegada

del espacio. Y con esa experiencia se inspiró para escribir su

canción de la nube...

—¡Miente, Marcial, miente usted! ¿Qué demonios tendría que

hacer el compositor norteño en un lote baldío de la colonia

Doctores a las doce de la noche?


—Vino a cobrar un cheque sin fondos con el que le pagaron un

acordeón Harmony

—¡Dios mío, pero qué cuento es este! Además, si eso fuera cierto,

un marciano no se pone a repetir y repetir en la sinfonola la

canción que narra su aterrizaje, sobre todo si viene de incógnito a

cumplir una misión a la Tierra.

De nuevo la angustiada señora intervino: “Señor, le ruego por lo

que más quiera que ya no provoque al marciano...”

—¡Qué marciano ni qué nada!, de seguro Marcial nació en la

Doctores —dije.

En ese momento el cocinero gritó:

—Marcial, ya déjate de marcianadas y saca los botes de basura,

porque apestan. —el joven, furioso, le lanzó un envase de cerveza

“caguama” que al estallar en la pared esparció pedazos de vidrio, y

el cocinero ya no volvió a asomarse.

Uno de los niños lloró asustado y Marcial, para calmarlo, le llevó

un refresco. En ese momento la señora le pidió la cuenta:

—Me dice, por favor cuánto le debo.

—¿Qué fue?

—Dos tortas de jamón, una leche malteada y la Coca-cola que

acaba de traerle al niño.

—Del refresco no es nada, porque es una cortesía de la casa. ¿Las

tortas iban con queso?

—Sí, sí, iban con todo.


—Son ciento veinte pesos.

—Aquí tiene doscientos, pero ya déjenos salir.

—¡Nadie sale de aquí hasta que yo diga! —gritó Marcial y

continuó con sus absurdas y esquizofrénicas explicaciones.

En relación a mi comentario sobre su insistencia por escuchar la

canción “Me caí de la nube”, señaló:

—Si usted se encontrara en un lejano planeta extranjero le

aseguro que pondría muchas veces el disco de “México lindo y

querido”.

—Pruebas, joven, pruebas de que es usted marciano, pedí.

—Voy a demostrar mi marcianés…

—¿Su qué?

—Ya dije: voy a demostrar mi marcianés al desmaterializar la bala

que dispararé contra esa lámpara y todos verán que a la lámpara

no le sucederá nada. —dijo, y jaló el gatillo. A la lámpara, en

efecto, no le pasó nada, pero el estruendo del balazo provocó

pánico. Los niños lloraban; la anciana pegó un salto sobre su

asiento; el viejito se orinó y yo proseguí con el desafío

—Se me hace Marcial que sus balas son de salva —dije.

—Qué tal si le disparo a usted —señaló apuntándome el arma

hacia el pecho. Ante el riesgo de que el joven psicótico hubiera

cargado la pistola con balas de salva alternadas con verdaderas,

no quise exponerme y para distraerlo pregunté:

—¿Así es que usted también puede materializar las balas?


—Claro que sí, yo puedo desmaterializar y materializar las balas a

mi antojo. Por algo soy marciano.

Tomé uno de los globos que decoraban la cafetería y le propuse:

—A ver, ponga este globo junto a su cabeza y dispare en su sien.

Si logra usted que la bala atraviese su cabeza sin dañarlo y luego

la misma bala revienta el globo, entonces no habrá duda de que,

como buen marciano, usted puede desmaterializar y materializar

las balas.

El muchacho dijo que no dispararía a su cabeza, sino a la yugular,

porque era con la cabeza que materializaba las balas. Colocó el

globo junto a su cuello, jaló del gatillo y ¡Pum!

La sangre no sólo se regó por el piso y las paredes, sino que

también bañó a los niños; la madre de ellos daba gritos como loca

llamándome “¡Asesino, asesino, asesino!”; Marcial tirado en el

suelo pataleaba en medio de convulsiones, vomitaba sangre y

emitía los estertores de la muerte; la viejita se desmayó, el anciano

volvió a orinarse en los pantalones, los niños gritaron y lloraban, y

yo salí del lugar canturreando: “Me caí de la nube que andaba /

como a veinte mil metros de altura.../ por la suerte caí entre los

brazos / de una linda y hermosa criatura…

*Basado en el cuento “El Marciano”, en De canibalismo y otras filias,

UNAM, 2005

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ATRAPADA

Esther

TIRADO

SORIANO

México

Índigo y añil, fusionados por la hora, se mecen con el viento

estremeciendo y coloreando las aguas de la laguna. Diseña su figura

los meandros y sinuosidades del manglar, tupido, impenetrable y

coronado de esmeraldas. Mar y laguna tienen algunos lugares por

donde se visitan y acarician. Ahí el mar pierde su exageración salada

y da sabor a las aguas que con él se mezclan. Paradisíaco rincón que

combina fiereza y tranquilidad de salobre y dulce vida.

Pequeño chalet habita Katherina. La bella extranjera compró ese

pedazo de edén para residir y desechar el tedio, hastiada de las

futilezas y excesos de su ambiente. Situada cerca de la playa, junto a

una entrada de la laguna, es inmejorable. Ella gusta de perderse mar

adentro en su lancha, donde los nativos pescan y le buscan alimento,

mientras ella disfruta del agua palpando su cuerpo y juega a ser

sirena. Otras ocasiones, la tranquilidad peligrosa de la laguna la atrae,

y a ella explora. Sabe que la engañosa quietud de las aguas alberga

riesgos. Allá, en la lejanía, donde la fronda se cierne, hay criaturas

feroces a las que no gusta profanen sus dominios: monos y tigrillos,

cocodrilos y aves de vistoso plumaje, un pantano movedizo que se

esconde entre las piedras y aguas cantarinas con fosforescencia de

peces.

La laguna se ofrece a Katherina como cofre de un tesoro inacabable,


subyugante y enloquecedor. Meandros, sinuosidades, playas

arenosas, todo lo explora. Los días los esfuma ahí sin percibir su paso.

A veces atraca en una orilla y se funde a la naturaleza disfrutando el

trino del pájaro, el rugido del aire entre la maleza, la diversidad de

animalillos que pululan por el lugar, las tonalidades del follaje, el color

del agua, el olor perfumado por la diversidad de plantas…

Un día, lo pasa recorriendo y hurgando los misterios del lugar. Al

decidir emprender la retirada, al ocaso, la lancha se niega a arrancar.

Infructuosos intentos terminan por ahogar la máquina. La soledad

del lugar mata la esperanza de ayuda. El poblado se encuentra muy

lejos; solo algunas perdidas chozas a veces confunden su techo de

copra con secas palmeras. Las sombras tragan la luz con rapidez. ¡No

puede quedarse ahí! Enfrente está el manglar como selva hermética,

enigmática en sus designios. A un lado, el pantano insondable, y a

sus espaldas las negras aguas pobladas de cocodrilos. Con

desesperación sigue intentando arrancar el motor. El tiempo vuela.

Tufo de gasolina y humo se esparce en el ambiente… De repente, un

ruido acapara su atención… sigiloso, el sonido se acerca por entre el

follaje… ella piensa en fieras. Por su espalda descienden gotas de

sudor que erizan la piel y el corazón late fuerte retumbando en la

sien y asciende hasta la garganta amenazando ahogarla. Los dedos

se crispan con desesperación en la llave de la marcha hasta agotarla.

Las piernas tiemblan, siente desfallecerse, una silueta alta y robusta

surge de las sombras… Con paso seguro se acerca a ella…

─No se asuste señora, vengo a socorrerla.

Es Ramiro, un pescador nativo que a veces la provee de pescado y

mariscos.

─El olor de gasolina y el humo me guiaron hasta aquí. ¡Suerte que

andaba cerca!

Baña el rostro de Katherina un llanto convulsionado e incontrolable


temblor recorre su cuerpo.

─La noche ha caído y me muero de miedo ─susurra.

Ramiro trata de calmarla; la ayudará. Revisa la lancha.

─No hay nada que hacer. Necesita una marcha nueva y esperar a

que el motor seque.

─¿Cómo saldré de este lugar? ─pregunta.

─Me temo que tendrá que pasar la noche aquí. Mañana iré a buscar

la refacción a la ciudad.

─No puee…doo… quedarme aquí, ─la voz se le rompe, las lágrimas

escurren incontenibles─ es muy peligroso, gime.

─Dormirá en mi choza.

─¿Atravesar el manglar entre animales? ¿Cruzar el pantano?

¡Imposible! ¡Moriremos!

─¡No! Vivo en el remanso de la laguna, en la orilla arenada como la

playa del mar; yo la guiaré.

─No puedo.

─Entonces… ¿qué propone?

─No lo sé… ¡Tengo tanto miedo!

Pesada, siniestra, cargada de ruidos amenazadores, la oscuridad

provoca en Katherina escalofríos. Después de muchas preguntas,

dudas y ninguna alternativa, se deja guiar por Ramiro. Camina

pegada a él, aspirando el olor del cuerpo varonil, aferrada a su brazo


robusto como criatura indefensa frente a una fiera. Siente ramas

arañando su rostro; los ojos, incapaces de penetrar la lobreguez, no

miran el suelo; sus pies a veces tropiezan contra piedras disparejas,

troncos salidos o se hunden en lodo que la llena de pánico

imaginando que el pantano la tragará. Escucha el correr de criaturas

a su paso, huyendo; sapos, iguanas, tarántulas, baladros y clamor de

monos, chirriar de lechuzas, ulular de aves burlándose de su pánico.

Todo la aterroriza. Interminable le parece el recorrido. La fatiga la

abruma. Por fin, el contorno de una cabaña se vislumbra entre la

penumbra como fantasma a punto de desplegar el vuelo.

El lugar es amplio y está limpio. Macetas con plantas se amontonan

en los espacios. Una colcha colorida y mosquitero viste la cama

pegada a la pared. La rústica mesa con dos sillas y un trastero lleno

de vasijas, pomos, recipientes, los reciben. Huele a hierbas

aromáticas, especias, tabaco y fuego…

─Disculpe el desorden de tanta yerba. ─exclama mientras las junta

en manojos─ son para curar a los nativos que acuden a mí. No hay

doctor o enfermera que se atreva a llegar hasta aquí, y a ellos, llegar a

la ciudad les lleva varios días y a veces… a encontrar la muerte.

Katherina pasea la vista por el lugar. Se siente como prisionera en

una jaula, pero al fin… segura.

─Usted usará la cama, yo colgaré la hamaca. Mañana iré por las

refacciones y trataré de componer la lancha.

Cuando Katherina despierta, el sol está alto. Un recipiente con frutas

y el desayuno sobre la mesa, la espera. Al salir de la cabaña la luz

deslumbra las pupilas. A sus oídos sorprende el rumor de la jungla,

como orquesta lejana que toca un concierto ejecutado por animales:

croar de ranas, zumbar de insectos, murmullo de agua, coro de aves,

silbido del viento a través del follaje… el añil del cielo fundiéndose en

la laguna… y toda la gama del arcoíris escondida entre la fronda. El


espectáculo le hace olvidar por un momento la preocupación y

queda absorta… tendrá que esperar hasta que Ramiro regrese. No

puede hacer nada, cautiva como está por la naturaleza.

Las sombras se alargan en la soledad de la interminable demora.

Katherina acecha con atención cada punto en el infinito, cada sonido

diferente a los de la ciénaga. La vigilancia tan larga quema su

paciencia y la serenidad huye del pecho. ¿Qué habrá pasado? ¿Por

qué no aparece Ramiro? ¿Acaso no sabe que estoy desesperada?...

¿Será confiable? ¿Querrá hacerme daño? ¿Me secuestrará? ¿Pedirá

rescate?..., se pregunta, y un remolino de dudas se agita en su

cabeza, llenándola de recelo y desasosiego…

Un batallón de mosquitos la ataca con indescriptible fiereza y la

obliga a levantarse de la piedra en la que permaneció sentada,

dispuesta a resguardarse en la cabaña de los embates de los

combativos insectos. Un dolor agudo acomete su pierna. Dispuesta

a matar al intrépido moscardón levanta la mano para hacerlo y…

queda suspendida en el aire ante el horror de ver una tarántula de

patas peludas y cabeza roja como cereza, que se desplaza por su

pierna huyendo a saltos. Gritos de pánico desgarran la garganta. Su

mente se paraliza. El cuerpo tiembla. El piquete punza y, un hilillo

púrpura se desliza como río de lava por la piel… los minutos pasan

sin ninguna reacción… finalmente va a lavar la herida…

Enrojecido, el pinchazo se ha inflamado y aguijonea. Katherina siente

la garganta reseca y dificulta la entrada del aire… está adormecida

por la larga espera y se tiende en el lecho…

Inerte la encuentra Ramiro a su regreso. Trata de reanimarla… ella

musita:

─Piquete en la pierna.

Al examinarlo, Ramiro se alarma. Lo lava y desinfecta, está muy


hinchado, aplica una compresa de hierbas en la herida y la venda.

Prepara una infusión. Después de beberla Katherina siente náusea…

está afiebrada…

A la mañana siguiente, se encuentra muy débil. El vómito no le

permite retener comida. Hay infección en la llaga. La fiebre la

adormila. Ramiro le proporciona medicamentos y controla la fiebre

implacable. Le prepara infusiones y cura la herida.

Katherina desea huir, no permanecer ahí ni un segundo más, ni

escuchar los aterradores sonidos selváticos, la amenaza de los

animales que la acosan y en cualquier momento la puedan atacar, el

pantano siniestro que la circunda… quiere irse a casa… visitar un

doctor… olvidar esa pesadilla horrenda que la tiene al borde de la

muerte… pero, cómo desaparecer de ese maldito lugar que tanto la

aterra si no puede mantener los ojos abiertos más de cinco minutos

sin caer de nuevo en sopor… ni sostenerse en pie… se siente morir y

depende de Ramiro.

Implacable, la infección hace estragos. El color huye de las mejillas, la

piel adherida al hueso da testimonio de la gravedad…los cuidados y

paciencia de Ramiro son infinitos…

El tiempo con acelerando paso transcurre. Esto permite hacer efecto

a las medicinas, a los cuidados de Ramiro y a la naturaleza de la

juventud...

Hoy, ha pasado un mes, Katherina es otra. Ha sanado y… ya no

quiere irse de ahí.

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EL PUEBLO

Guillermo

TORRES

México

El camión foráneo, viejo, de esos que la fumarola avisa su arribo y

les suena todo, estaba por llegar a la terminal del pueblo, faltaba

un tramo de terracería. Los pasajeros, acostumbrados a esos viajes

que revolvían el estómago, platicaban a gritos, porque era la única

manera de escucharse. Al fondo, Eusebio miraba el camino por la

ventana, miraba sin mirar, no había nada en el paisaje que

detuviera la avalancha de pensamientos que lo atormentaba.

El viaje fue tan corto para él, que no daba crédito a lo que veía

hacia abajo del camino. El pueblo ha crecido, pensó. Siempre

había admirado la vista desde allí, desde que era un niño y su

padre lo mandaba a vender quesos que, desde hacía varias

generaciones, elaboraba de manera artesanal su familia.

Así conoció a Amada, una mujer delgada, de cuerpo armonioso,

tez oscura y mirada profunda, escrutadora, intimidante, pero

dulce, cuando su sonrisa blanca la eclipsaba. Eso lo atrapó: su

forma de mirar, su desafiante pero encantadora forma de mirar.

Cuando el negocio prosperó ya hacía entregas en camioneta. Su

padre le había encargado que tuviera mucho cuidado en el

camino, particularmente con las entregas a crédito, pero sobre

todo con lo que hacía en sus ratos libres, no fuera a hacer

pendejadas, decía su padre. Eusebio conocía perfectamente el

negocio: de lunes a viernes se elaboraban los productos y el


sábado era el día de entrega. El domingo era de descanso, pero

iba al pueblo en camión, para descansar de la camioneta. Decía

que era el mejor día para visitar posibles clientes, pero todos

sabían que siempre tenía otros asuntos.

Así, un día de descanso había conocido a Amada, lo recuerda

bien: llegó al puesto del mercado donde él platicaba con el

dependiente, venía de la iglesia, traía puesta una sencilla mantilla

tejida en la cabeza y, al alzar el rostro para hacer su pedido, sus

miradas se encontraron, los ojos claros de él se dejaron arrasar en

el torbellino de la mirada de Amada. El mundo desapareció. El

cuerpo de pronto se tornó más liviano. Aún después de que ella

pagara y se retirara por donde había venido, esos ojos claros no

supieron entender lo que había sucedido.

El domingo siguiente allí estaban esos jóvenes y decididos ojos

claros de Eusebio, listos para no perder el equilibrio, para no

dejarse llevar por esos ojos atormentadores de ensueño y esa

linda sonrisa blanca. Llegó más temprano y se retiró tarde, pero

ella no apareció. El dependiente de la tienda no supo el motivo de

su presencia, pero aun así pasó el tiempo platicando y dejando

que el día se hiciera más llevadero. Aunque tuviera que hacer la

conversación él sólo porque Eusebio estaba distraído.

Siete días después, se presentó en la primera misa del día. Sentada

en las primeras bancas y de espaldas a él, la mantilla tejida la

delataba. Esperó que el ritual terminara. Le siguió los pasos,

salieron por la puerta principal y única, en el atrio ella se detuvo a

saludar y él tuvo que pasar de largo. La esperó afuera y la observó

con detenimiento. De la humildad de sus ropas emergieron las

prejuiciosas palabras de su padre; pero inmediatamente se

sacudió ese pensamiento como se espanta una mosca. No se

amedrentó. Al salir de la iglesia la siguió; pero se detuvo, eran

persistentes esas palabras que había escuchado toda su vida. Así

pasó un mes completo entre misas, pensamientos y espías


acompañamientos.

Pero un día ella fue por otro camino, dio vuelta en una calle y lo

esperó, él casi tropieza con aquella mirada severa que esta vez no

mostraba su blanca sonrisa. Lo enfrentó. Casi le gritó exigiéndole

explicaciones de su extraño comportamiento. Ya lo conocía desde

hacía tiempo, desde antes de que hiciera el papel de espía.

Cuando ella lo mencionó, él se tranquilizó un poco, sabía que

todo iría bien. Después de un rato de explicaciones y disculpas

fueron a tomar un helado.

Al final del día, la encaminó a su casa, conocía el camino de

memoria. En la terminal, el último camión de regreso lo esperaba.

Las palabras del padre fueron sepultadas.

Habían pasado diez años desde ese día de enfrentamientos y

perdones. Se veían un rato, comían juntos a veces el lunes, el

miércoles o el viernes, pero los domingos aprovechaban todo el

día para pasar más tiempo juntos. El amor les había

correspondido con dos hijos; ambos parecidos a él: ojos claros y

tez blanca. Los cuatro disfrutaban el día caminando, yendo al

parque o haciendo días de campo. A veces dejaban a los niños

con la tía con la que vivía ella y disfrutaban solos las tardes.

Aunque era limitado, ella se conformaba con el dinero que

Eusebio le daba para los gastos; sin embargo, siempre estaban

presentes las preguntas sobre el día en que pudieran casarse y

vivir los cuatro juntos. Él decía que era lo que más deseaba: vivir

juntos los cuatro, aunque fuera en una pequeña casita con una

huerta donde tuvieran gallinas y un puerco, pero le pedía tiempo

para juntar el dinero suficiente, independizarse de su padre y

poner su propio negocio.

Aunque creía en él, cuando Eusebio le prometía, le juraba un

futuro en donde estarían juntos, donde los cuatro serían felices, no

podía impedir esa mirada profunda, fría y escrutadora, que


traspasaba la mirada de él y descubría un silencio de más entre las

palabras, una duda en las frases, un desvío inmediato apenas le

juraba que es lo que más deseaba, un pensamiento oscuro que se

interponía entre ellos.

Era sincero el amor de Eusebio, en ella había descubierto lo que

era la entrega sin condiciones. El cariño había evolucionado de la

pasión inicial, de la necesidad de la carne urgente. Ella había

modulado la explosividad, el ímpetu descontrolado de la pasión

juvenil, y él le había entregado su amor, sus palabras tiernas, su

corazón en donde sentía que vivía. Juntos habían crecido, habían

construido un espacio en donde eran felices, habían construido un

hogar, sin tener mucha consciencia de ello.

Hoy, como todos los domingos, vería a Amada y a sus dos

pequeños. Ellos lo esperaban en el jardín de siempre. Amada

había preparado todo, incluso un pastel, porque el más pequeño

cumplía años y lo celebrarían en el día de campo que habían

organizado. En las bancas de madera de la terminal permanecía

sentado Eusebio, sentía que le faltaban las fuerzas, allí estaba

acompañado de las palabras que le había dicho su padre en la

mañana, antes de partir: Debes arreglar tus asuntos si quieres

quedarte a cargo del negocio, la hija de mi compadre no va a

soportar que todos los domingos te largues sabrá Dios donde, ni

yo tampoco. Vete haciendo a la idea de que formar una familia no

es cosa de muchachos.

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148 en sentido figurado. revista literaria. año 11 num. 5 jul/ago 2018

josé álvarez di stasio

TALLER LITE-

RARIO RUBÉN

D´ALBA*

Presentación

Lauro

MARAUDA

Coordinador

Montevideo

Uruguay

2018

El Taller Ruben D´Alba, con 23 años de existencia, constituye uno

de los de mayor trayectoria en Montevideo y el país.

En la actualidad se compone de tres grupos que funcionan en

forma ininterrumpida desde 1996, desde del mes marzo hasta el

mes diciembre.

Metodológicamente, consta de una parte de análisis de textos y


otra de ejercicio de escritura, con una posterior puesta en común.

Ha realizado encuentros y actividades con otros Talleres en todo el

país.

Publicó cinco libros colectivos y más de treinta libros individuales,

por el sistema de Consorcio.

El Consorcio constituye un Fondo Solidario de Publicaciones

surgido a instancias de la donación de un tallerista, el poeta

Orosmán Mayol, que sigue funcionando hasta el día de hoy. Por

esta actividad, recibió un Premio Morosoli institucional, único en

recibir este galardón.

Por su parte, numerosos talleristas han publicado ediciones de

autor.

También dio lugar el Taller Ruben D´Alba al grupo literario

“Tintazur”, y trabajos de siete integrantes suyos fueron

musicalizados por el Taller de Poesía y Música Popular de

Washington Benavides, Numa Moraes y Mario Paz.

Sus talleristas han recibido más de 150 premios (incluidas

menciones) en concursos nacionales, oficiales e institucionales

entre ellos el Ministerio de Educación y Cultural (M.E.C.) la

Intendencia Municipal de Montevideo (I.M.M.), la Fundación

Banco de Boston, la Editorial Banda Oriental, etc.

Por diferentes períodos, han pasado por el Taller escritores

reconocidos como el propio Ruben D´Alba, Tomás Stefanovics,

William Johnston, Jaime Monestier, Mireya Soriano, Eduardo

Curbelo, Jorge Chagas, Lilian Hirigoyen, Mary Vázquez, Manuel

Soriano, Gustavo Esmoris, Nelson Mezquida, Elaine Mendina, y

otros.


Desde hace cinco años, el Taller Ruben D´Alba organiza un ciclo

de lectura de los trabajos realizados por integrantes de los

Talleres Literarios a nivel nacional, en el Espacio Quijote del Centro

Comercial Mercado Agrícola Montevideo, los penúltimos y

últimos sábados de cada mes. Incluye música para amenizar.

En 2017, la editorial “Rayuela” de Milán, Italia, publicó una edición

bilingüe de relatos de integrantes del Taller, primer libro traducido

a otro idioma de una organización literaria uruguaya.

*Ruben D’Alba.- Nació en Montevideo, Uruguay en 1939. Se destaca

como Narrador y Poeta. Publicó Javier (poemas 1994-96); Asalto al límite (1997)

y en libros colectivos Juntapapeles, Polifonías. Participó de distintos talleres y se

le reconcerá siempre como un excelente narrador de lo cotidiano y del humor.

Falleció el 5 de enero de 2007.

Imagen:

Dibujo de Rubén D´Alba realizado por el retratista “Cholo” Gómez, para la tapa

del libro “La red en la azotea”


BUSCAVIDA

Eduardo

SANTUCHO

Montevideo

Uruguay

2017

Siempre me consideré un hombre valiente. Trabajé en un circo sin

utilizar red. Claro, yo solo barría.

Toda profesión tiene sus riesgos. También trabajé en un

hipódromo. Casi me mata un caballo, a pesar de que solo vendía

café. A un jockey se le ocurrió pedirme uno mientras corría.

Recuerdo que luego de perseguirlo durante un rato, lo alcancé.

Era muy lento. Los que le habían apostado estaban furiosos.

A raíz de eso, cambié de empleo. Entré a trabajar de sereno. La

primera noche no hubo problemas pero la segunda, empezó a

entrar una cantidad de gente que tuve que correr a tiros ya que se

supone, era una finca deshabitada. Después me dijeron que esa

casa no era, sino la de al lado.

También fui vendedor puerta a puerta.

Llegaba a casa arrastrándome de cansancio, sin haber logrado

vender nada. Y ahí me di cuenta de que debía cambiar de

mercadería. Nadie compraba yunques. Unos amigos me dijeron

que tuviera paciencia, que ellos estaban por abrir un almacén.

Abrieron el almacén pero la policía los atrapó justo cuando


estaban entrando por el agujero que habían hecho en la pared.

Hasta que por fin, desesperado, me metí en el negocio de la

droga. Entré a trabajar a un dudoso local que realiza comidas al

paso. He visto cómo las preparan y creo que cualquier droga es

más sana.

Pero es completamente legal y de algo hay que vivir.

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EL AGUJERO

Patricia

BARBONI

Montevideo

Uruguay

2015

Toda su vida se había sentido insignificante. No solo por ser un

agujero, lo que ya por definición vendría a ser la ausencia de un

trozo de algo, sino que necesitaba a ese algo para justificar su

propia existencia. Había agujeros necesarios y otros

completamente inútiles. Él por suerte pertenecía al primer grupo.

Pero eso no lo hacía sentir mejor. El tornillo le decía que no sería

nadie sin él. Pero no era verdad. El tornillo era algo en sí mismo,

aunque estuviera metido en una caja de herramientas. Él en

cambio, era una completa nada. Solía ir a un grupo de terapia

junto con otros agujeros. Todos, de alguna manera, sentían el

mismo vacío existencial. Un día llegó un visitante inesperado. Era

un taladro. Los agujeros se miraron entre sí buscando la respuesta

a tan insólita visita.

—Señores, por sus expresiones deduzco que se preguntan qué

hace un taladro en una reunión de agujeros. Me comentaron de

su difícil no-existencia y quise venir a decirles algo. Mi propósito

en la vida es hacer agujeros. No tengo otro. Si los agujeros no

fueran necesarios, yo no tendría razón de ser. Yo dependo de

ustedes así como ustedes dependen de que algo necesite ser

agujereado.


Los agujeros intercambiaron cómplices miradas de alivio.

Unos días después, alguien retiró el tornillo del agujero y lo

reemplazó por un poco de masilla.

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DOS TEXTOS

Luis GADEA

Montevideo

Uruguay

2016

EL ESPEJO

El espejo

me mira

me advierte

Es mi conciencia

Condena o aplaude

No puedo mentirle

es como yo

rostro, figura, dibujo

Sonríe conmigo

envejece con mis años.

Felizmente

atestigua

que estoy vivo

LA ESPERA

La esquina estaba casi desierta. La noche amenazante hacía más

larga la espera. Hacía mucho que no la veía. Me había prometido


estar ahí, entrada la oscuridad. La espera se hacía larga. Poco a

poco comencé a preocuparme. Me puse tenso, nervioso. Mi reloj

marcaba la hora, lentamente. Me fui convenciendo de que no

vendría. Me puse triste. Algunas gotas de lluvia comenzaron a caer

sobre mi rostro. Me fui confundido. No sabía si las gotas venían

del cielo o alguna lágrima mojaba mi corazón.

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MIEDO

Jorge

CHAGAS

Montevideo

Uruguay

¿Por qué tengo miedo? Todo lo he logrado. Soy en realidad un

superviviente. He sido revolucionario, federal en los tiempos de

aquel que está en Paraguay, fui Barón de Tacuarembó y amigo de

Lecor; fui luchador por la independencia después de darme un

abrazo a orillas del arroyo Monzón con Lavalleja y ahora soy

Presidente de la República. ¿Por qué tengo miedo? A todo he

sobrevivido. He sido astuto, me he movido en las aguas

turbulentas de la Revolución y he sabido acomodar el cuerpo en

cada momento. Nada significa para mí la lealtad. Nada. Cuando

tuve que tomar decisiones no me importaron amistades ni

juramentos de fidelidad. Los mismos charrúas que no supieron

adaptarse a los nuevos tiempos lo comprendieron muy bien en

Salsipuedes. ¿Por qué tengo miedo, entonces?¿Es acaso por esos

sueños en que veo al Jefe de los Orientales, aquel que llamaron

Protector de los Pueblos Libres, alzar su índice, señalándome y

exclamar, con voz ronca, ahogada por la ira:

- ¡Traidor!-?

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LA

CERTIDUMBRE

DE UNA

MUERTE SIN

HONOR

Dardo

ARBIZA

Montevideo

Uruguay

2016

El soldado estaba herido, de espaldas contra el suelo. No estaba

seguro de si uno de sus miembros estaba roto, o de si

simplemente lo había perdido pero sentía un dolor agudo,

mortal. Tampoco estaba seguro de si conservaba sus vísceras, o

yacían despedazadas fuera de su cuerpo. No era capaz de ver y

sus sensaciones podían ser engañosas. De lo que sí estaba seguro

era que no se podía mover. Y de alguna forma, también estaba

seguro que iba a morir.

Por un segundo todo fue negrura, y después ya se encontraba

moribundo. No sabía dónde estaba, y su herida mortal no le

permitía concentrarse en reconocer el lugar. Aunque todo era

blancura, lo que rompía la posible ilusión de la llegada al Paraíso

eran los gritos, gritos insoportables, agudos, atemorizantes, de

horror. Pensó en gritar, pero nadie lo escucharía. Sabía

perfectamente que no había ningún compañero alrededor.

De pronto, sintió que ya podía moverse, y entonces estuvo seguro

de que ya no tenía una pierna. Sus otros miembros se movieron

frenéticamente, y los gritos aumentaron su intensidad.


Ya se desplazaba por el suelo, sin objetivo, sin dirección, apenas

escapando de un enemigo que no conocía, pero con el que no

podía medir sus escasas fuerzas. En poco tiempo llegó a una

esquina oscura y los gritos se interrumpieron. Otra presencia

estaba allí.

Nuevamente sintió los gritos. Reconoció otro tipo de desaforados

gritos, así como también, el hecho, inevitable, de que estaba

paralizado. Ahora tenía la certeza de que en aquella esquina

encontraría su fin. Ya desfalleciendo, lo vio acercarse: la cámara de

gas…

—Mátala, mamá, mátala —decía el niño.

La mujer dejó de oprimir el botón del aerosol para observar a su

víctima.

—Ya está muerta —dijo.

A la pequeña cucaracha, muerta en aquella esquina, le faltaba una

pata y sus vísceras quedaron dispersas sobre el piso.

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OSCURIDAD

AMARILLA

Magdalena

PORTILLO

Montevideo

Uruguay

2017

Aquella noche se cortó la luz en el barrio.

Prendimos una vela.

Nuestras sombras parpadeaban

entre la oscuridad amarilla del cuarto.

Queríamos que lloviera

pero no llovió.

Éramos casi niños

en un barrio desconocido.

Los vecinos insultaban.

Querían que la luz regresara

para morir en sus vidas nuevamente.

Son insectos, buscan la luz

decíamos mientras temblábamos

(no de frío)

Nos quedamos así, quietitos

recostados en el colchón

esperando

no solo la luz

en un barrio que no era el nuestro.

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TIEMPO DE

NACER,

TIEMPO DE

MORIR

Mariella

HUELLA

Montevideo

Uruguay

2017

“Tiempo de nacer, tiempo de morir” reza el predicador.

Ahora, cara a cara con mi vida-muerte

con mis destiempos, desnudo los crucifijos del presagio

rompo la cáscara vacía que engendró el fuego.

Gira el almanaque su feroz espejo.

Vuelve la luna a iluminar tu cielo.

Mas, al fondo de la noche crecen cuervos.

Llevan en sus garras el primer beso

la túnica blanca, mi blanca cuna

el dolor certero, la alegría triste

y todos mis muertos.

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