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  • 8/2/2019 Ellul_DineroPoder

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    DINEROY PODER

    Jacques Ellul

    Quito2004

    DINERO

    Y PODERJacques Ellul

    Quito2004

  • 8/2/2019 Ellul_DineroPoder

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    NOTAS1. Como un ejemplo entre miles, tomemos el siguiente texto, que queda-

    r como annimo:Por mucho tiempo los hombres han credo queconstruan el reino proclamado por Cristo: confiaban en el deseo depoder y verdad que bata en sus corazones,y comprendieron esto paraalcanzar justicia. Pero, quin ha visto a Dios en la inteligencia de loslistos, el triunfo de los fuertes, o incluso en la olvidada dicha de lasmultitudes? l ya no est en estas cosas,si alguna vez estuvo. Cuandomiro al hombre y a las obras de su razn,y a esta formidable tarea lle-vada adelante en la tierra,no descubro a Jess. Cuando veo a la tierradesgarrada por la injusticia y cegada por la tozudez,no encuentro ras-tros de la gracia de Dios,y las r eligiones que carecen de poder o actancomo cmplices deberan ser rechazadas.Ahora, de repente,Dios se levanta en el nico lugar donde debi habersido buscado: en el sufrimiento de los humildes.Cmo puedo pensaren l sin hacer que los rostros de estos mendigos,estos cautivos,estoshambrientos,estos despreciados,estos nios no deseados,estos hom-bres y mujeres a quienes nadie ha invitado al banquete de la vida,pa-sen frente a mis o jos? Su angustia es Dios .

    FIN

    Traducido de la versin inglesa de Lavonne Neff,

    publicada por Downers Grove,IL, InterVarsity Press,1984con el ttulo Money and Power, por Jacques EllulVersin en espaol: Oveja Perdida EdicionesTraduccin y notas: Ivn Balarezo PrezRevisin y coordinacin editorial: Luis Carlos MorenoQuito-Ecuador, 2004

    199

    199

    DINERO Y PODER

    DINERO Y PODER

    Traducido de la versin inglesa de Lavonne Neff,publicada por Downers Grove,IL, Inter Varsity Press,1984con el ttulo Money and Power, por Jacques EllulVersin en espaol: Oveja Perdida EdicionesTraduccin y notas: Ivn Balarezo PrezRevisin y coordinacin editorial: Luis Carlos Moreno

    Quito-Ecuador, 2004

    NOTAS1. Como un ejemplo entre miles, tomemos el siguiente texto, que queda-

    r como annimo:Por mucho tiempo los hombres han credo queconstruan el reino proclamado por Cristo: confiaban en el deseo depoder y verdad que bata en sus corazones,y comprendieron esto paraalcanzar justicia. Pero, quin ha visto a Dios en la inteligencia de loslistos, el triunfo de los fuertes,o incluso en la olvidada dicha de lasmultitudes? l ya no est en estas cosas,si alguna vez estuvo. Cuandomiro al hombre y a las obras de su razn,y a esta formidable tarea lle-vada adelante en la tierra,no descubro a Jess. Cuando veo a la tier radesgarrada por la injusticia y cegada por la tozudez,no encuentro ras-tros de la gracia de Dios,y las r eligiones que carecen de poder o actancomo cmplices deberan ser rechazadas.Ahora, de repente,Dios se levanta en el nico lugar donde debi habersido buscado: en el sufrimiento de los humildes.Cmo puedo pensaren l sin hacer que los rostros de estos mendigos,estos cautivos,estoshambrientos,estos despreciados,estos nios no deseados,estos hom-

    bres y mujeres a quienes nadie ha invitado al banquete de la vida,pa-sen frente a mis ojos? Su angustia es Dios.

    FIN

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    Contenidodel Cristianismo ha llevado a los telogos a extraer de lostextos bblicos juicios y comportamientos que,fuera de sucontexto social y un siglo o dos ms tarde,parecen mons-truosidades.Ya no podemos imaginarnos cmo los cristia-nos pudieron haber llegado a tales conclusiones.

    En el origen de la Inquisicin, del constantinianismo,de las Cruzadas, del cesaropapismo, de la idea del dinerocomo bendicin,siempre ha habido un punto de partida

    justo, bblico y verdadero. Pero la multiplicidad de argu-

    mentos que nos alejan ms y ms del texto, produciendouna construccin que encaja en la ideologa de la poca (yque por tanto aparece como obvia en ese escenario), loslleva a espantosas perversiones que emanan del Prncipede las Mentiras. Hoy, partiendo de la profunda y funda-mental verdad evanglica sobre los pobres,atestiguamos lamisma perversin,la misma bofetada en el rostro de Cris-to.Y los pobres, que creen que estn siendo liberados,soncada vez arrojados a una esclavitud peor que la primera.

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    JACQUES ELLUL

    JACQUES ELLUL

    del Cristianismo ha llevado a los telogos a extraer de lostextos bblicos juicios y comportamientos que,fuera de sucontexto social y un siglo o dos ms tarde,parecen mons-truosidades.Ya no podemos imaginarnos cmo los cristia-nos pudieron haber llegado a tales conclusiones.

    En el origen de la Inquisicin, del constantinianismo,de las Cruzadas, del cesaropapismo, de la idea del dinerocomo bendicin, siempre ha habido un punto de partida justo, bblico y verdadero. Pero la multiplicidad de argu-mentos que nos alejan ms y ms del texto, produciendouna construccin que encaja en la ideologa de la poca (yque por tanto aparece como obvia en ese escenario),los lle-va a espantosas perversiones que emanan del Prncipe delas Mentiras. Hoy, partiendo de la profunda y fundamental

    verdad evanglica sobre los pobres,atestiguamos la mismaperversin,la misma bofetada en el rost ro de Cristo. Y lospobres, que creen que estn siendo liberados,son cada vezarrojados a una esclavitud peor que la p rimera.

    Contenido

    Presentacin 5

    Captulo 1:El problema del dinero:De la teora a la realidad 7El problema:Individual o corporativo? 7El error de la aproximacin sistmica 11La hipocresa y cobarda de una aproximacin sistmica 15

    Capitalismo, Socialismo y Cristianismo 20Capitalismo 20 / Socialismo 21Un enfoque cristiano 25Respuestas cristianas tradicionales y recientes 29El dinero como bendicin 31Los peligros de la mayordoma 32El desafo hoy 35

    Captulo 2: L a riqueza en el Antiguo Testamento 36Los ricos virtuosos 37Abraham 38 / Job 41 / Salomn 42tica de la riqueza 44La riqueza le pertenece a Dios 44La tentacin de la riqueza 49Obtencin y uso de la riqueza 52Dinero y deseo 57La riqueza como recompensa y bendicin 59La riqueza como recompensa 60La riqueza como bendicin 62

    La riqueza como escndalo 65La riqueza como sacramento 68Las cosas que significa 71Implicaciones ticas 74La desacramentacin de la riqueza 77

    Captulo 3:Dinero 81Lo que en realidad es el dinero 81Lo que hace el dinero 86Amar a Dios o amar a Mamn 92

    Presentacin 5

    Captulo 1:El problema del dinero:De la teora a la realidad 7El problema:Individual o corporativo? 7El error de la aproximacin sistmica 11La hipocresa y cobarda de una aproximacin sistmica 15Capitalismo, Socialismo y Cristianismo 20Capitalismo 20 / Socialismo 21Un enfoque cristiano 25Respuestas cristianas tradicionales y recientes 29El dinero como bendicin 31

    Los peligros de la mayordoma 32El desafo hoy 35

    Captulo 2: L a riqueza en el Antiguo Testamento 36Los ricos virtuosos 37Abraham 38 / Job 41 / Salomn 42tica de la riqueza 44La riqueza le pertenece a Dios 44La tentacin de la riqueza 49Obtencin y uso de la riqueza 52Dinero y deseo 57La riqueza como recompensa y bendicin 59La riqueza como recompensa 60La riqueza como bendicin 62La riqueza como escndalo 65La riqueza como sacramento 68Las cosas que significa 71Implicaciones ticas 74La desacramentacin de la riqueza 77

    Captulo 3:Dinero 81Lo que en realidad es el dinero 81Lo que hace el dinero 86Amar a Dios o amar a Mamn 92

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    La col ectivizacin es el re sul tado de la adopcin por lateologa moderna de ideas soci opoltic as. Ya no es el indi-viduo pobre sino la clase pobre la que importa . De modosim i la r, se me pide no responder a la necesidad direct a ,i n-med i a ta, personal del pobre que encuentro, sino ir a lasca usa s, es deci r, al rgimen econ mico y poltico queprodujo esta situ ac i n . Lo que el Evangelio proclam a lospobres es que son po l tic am ente liberados de las disti ncio-nes de cl ase. Por cierto,es fcil condenar con dureza la ca-

    ridad privada que es una coa rt ada para cubrir y tolerar lainjusticia social. Es fcil queja rse del hecho que amamoscon palabras y no con obras. Todo esto es cierto. Pero, sig-nifica esto que debemos pasarnos a las filas de la lucha declase,al deseo de destruir la raz de la pobreza por mediospolticos?

    En cualquier caso debemos notar que con esta globali-zacin hemos perdido el contacto con el pobre que cono-cemos personalmente. Trabajamos en abstracto hacia la li-beracin de una categora social con la que nunca noshemos encontrado. Conocemos a los lderes polticos deesta clase, que dejaron de ser ricos.Y esta globalizacin,es-ta despersonalizacin de los pobres,significa que una per-sona que es pobre simplemente porque est enferma o la-menta la prdida de un ser querido o ha sido humilladapor un fracaso en la vida no despierta inters si pertenecea la clase explotadora.

    Debemos darnos cuenta de que todo esto es resultadode la ideologa poltica y no del Evangelio, y teolgicamen-te es el extremo de una larga cadena de razonamientos. Va-mos del individuo pobre al pobre,al pobre como grupo, ala clase pobre,al rgimen que lo convierte en clase,a la ex-plotacin en la que se basa el rgimen,al mal de esta explo-tacin porque los pobres son buenos,a la lucha contra es-te rgimen, a la poltica o la revolucin... Pero ste es

    justamente el tipo de razonamiento que desde el comienzo

    1974

    1974

    DINERO Y PODER

    DINERO Y PODER

    Liberados y no condenados 96La futilidad de la reconciliacin 99El dinero como prueba 101Caractersticas de Mamn 104Un panorama de la gracia 108El dinero en la vida del cristiano 111Alinearse con la humanidad contra el dine ro 111No amen el dinero 115El rechazo de los ahorros 116Libertad de la preocupacin 119Profanar el dinero 123La atencin de Dios hacia nosotros 128

    Captulo 4:Los nios y el dinero 132Enseanza realista 132Fundamentos para la enseanza 134

    Posesin y liberacin 139Buscar las cosas de arriba 141Un espritu generoso 144Aprender a vivir 147Enfrentar abundancia y hambre 150

    Captulo 5:Los que tienen y los que no tienen 156Los ricos 156Los pobres en dinero y espritu 162Sin esperanza excepto Dios 165El Pobre de Jehov 167Imgenes del Pobre 169La pregunta de Dios y nuestra respuesta 172La iglesia es rica 174Los ricos confrontan a los pobres 175Eludir la pregunta 176Responder a los pobres 178La necesidad de compromiso personal 181Meditacin 184

    Ricos y pobres llamados por igual 185Posfacio (1979) 189Discusiones teolgicas contemporneas sobre los pobres 193

    La col ectiviz acin es el re sul tado de la adopcin por lateo loga moderna de i deas soc i opol tic as. Ya no es el indi-viduo pobre sino la clase pobre la que import a. De modosim i la r, se me pide no r es ponder a la necesid ad direct a ,i n-m ediata , pers onal del pobre que en c u entro, sino ir a lasc au s as, es dec i r, al rgimen econm i co y pol ti co qu eprodujo esta situac in . Lo que el Evangelio proclam a lospobres es que son poltic amente liberados de las distincio-nes de cla s e. Por cierto, es fcil condenar con du reza la ca-rid ad privada que es una coa rt ada para cubrir y tol erar lainjusticia social. Es fcil queja rse del hecho que amamoscon palabras y no con obras. Todo esto es cierto. Pero, sig-nifica esto que debemos pasarnos a las filas de la lucha declase,al deseo de destruir la raz de la pobreza por medios

    polticos?En cualquier caso debemos notar que con esta globali-

    zacin hemos perdido el contacto con el pobre que cono-cemos personalmente. Trabajamos en abstracto hacia la li -beracin de una categora social con la que nunca noshemos encontrado. Conocemos a los lderes polticos deesta clase, que dejaron de ser ricos.Y esta globalizacin,es-ta despersonalizacin de los pobres,significa que una per-sona que es pobre simplemente porque est enferma o la -menta la prdida de un ser querido o ha sido humilladapor un fracaso en la vida no despierta inters si pertenecea la clase explotadora.

    Debemos darnos cuenta de que todo esto es resultadode la ideologa poltica y no del Evangelio, y teolgicamen-te es el extremo de una larga cadena de razonamientos. Va-mos del individuo pobre al pobre,al pobre como grupo, ala clase pobre,al rgimen que lo convierte en clase,a la ex-

    plotacin en la que se basa el rgimen,al mal de esta explo-tacin porque los pobres son buenos,a la lucha contra es-te rgimen, a la poltica o la revolucin... Pero ste esjustamente el tipo de razonamiento que desde el comienzo

    Liberados y no condenados 96La futilidad de la reconciliacin 99El dinero como prueba 101Caractersticas de Mamn 104Un panorama de la gracia 108El dinero en la vida del cristiano 111Alinearse con la humanidad contra el dine ro 111No amen el dinero 115El rechazo de los ahorros 116Libertad de la preocupacin 119

    Profanar el dinero 123La atencin de Dios hacia nosotros 128

    Captulo 4:Los nios y el dinero 132Enseanza realista 132Fundamentos para la enseanza 134Posesin y liberacin 139Buscar las cosas de arriba 141Un espritu generoso 144Aprender a vivir 147Enfrentar abundancia y hambre 150

    Captulo 5:Los que tienen y los que no tienen 156Los ricos 156Los pobres en dinero y espritu 162Sin esperanza excepto Dios 165El Pobre de Jehov 167Imgenes del Pobre 169La pregunta de Dios y nuestra respuesta 172La iglesia es rica 174

    Los ricos confrontan a los pobres 175Eludir la pregunta 176Responder a los pobres 178La necesidad de compromiso personal 181Meditacin 184Ricos y pobres llamados por igual 185

    Posfacio (1979) 189Discusiones teolgicas contemporneas sobre los pobres 193

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    Presentacinpensamiento, de la preocupacin por el buen estilo y losefectos literarios, pero esta falta de conocimiento es en smuy iluminadora.

    La segunda gran transformacin de la teologa de lospobres es poltica.A pesar de las distorsiones textuales,esimposible decir que Jess estuvo involucrado en la polti-ca, que l se aline con una clase y foment una revolucina favor de los oprimidos.l no se relacion con o habl delos pobres como una categora social o econmica, como

    un grupo;es siempre a individuos, pobres especficos, quel distingue y a quienes se acerca.l no fund el par tido delos pobres. No instig su revolucin:siempre respondi alas expectativas de los dems en otra forma. Al pobre quepidi dinero, Pedro le contesta,No tengo oro ni plata, pe-ro lo que tengo te doy.

    ste es el tipo de respuesta de Jess. Pero nuestros te-logos modernos estn sobre todo imbuidos con las ideassociopolticas de la poca,y porque los socialistas del siglo19 se alinearon con y defendieron al proletariado (no a to-dos los pobres,los campesinos pobres apenas les interesa-ban), estos intelectuales cristianos estn, con la consi-guiente distancia en el tiempo, imbuidos con socialismo.

    Esta situacin tiene dos resultados importantes para lateologa de los pobres.El primero es que los pobres son vis-tos desde un punto de vista exclusivamente econmico. Lospobres son quienes no tienen dinero, los que son explota-

    dos en su trabajo y privados del fruto de sus labores. Cuan-do los telogos modernos hablan de los hu m i l de s ,h a bl a nen trminos de pobreza financiera .E s to va directamente encontra de la imagen bblica de los pobres, como hemosmostrado.Jess pasa tiempo con los ricos (publicanos) queson pobres (mal juzgados y escarnecidos) socialmente. Pa-sa tiempo con los oficiales romanos que son pobres porqueestn afligidos. Todo esto se olvida para sostener nada msque la privacin de medios econ m i co s.

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    JACQUES ELLUL

    JACQUES ELLUL

    pensamiento, de la preocupacin por el buen estilo y losefectos literarios, pero esta falta de conocimiento es en smuy iluminadora.

    La segunda gran transformacin de la teologa de lospobres es poltica.A pesar de las distorsiones textuales,esimposible decir que Jess estuvo involucrado en la polti-ca, que l se aline con una clase y foment una revolucina favor de los oprimidos.l no se relacion con o habl delos pobres como una categora social o econmica, comoun grupo;es siempre a individuos, pobres especficos, quel distingue y a quienes se acerca.l no fund el partido delos pobres. No instig su revolucin: siempre respondi alas expectativas de los dems en otra forma. Al pobre quepidi dinero, Pedro le contesta,No tengo oro ni plata, pe-

    ro lo que tengo te doy.ste es el tipo de respuesta de Jess. Pero nuestros te-

    logos modernos estn sobre todo imbuidos con las ideassociopolticas de la poca,y porque los socialistas del siglo19 se alinearon con y defendieron al proletariado (no a to-dos los pobres,los campesinos pobres apenas les interesa-ban), estos intelectuales cristianos estn, con la consi-guiente distancia en el tiempo, imbuidos con socialismo.

    Esta situacin tiene dos resultados importantes para lateologa de los pobres. El primero es que los pobres son vis-tos desde un punto de vista exclusivamente econmico. Lospobres son quienes no tienen dinero, los que son explota-dos en su trabajo y privados del fruto de sus labore s. Cuan-do los telogos modernos hablan de los humildes, hablanen trminos de pobreza financiera .E s to va directamente encontra de la imagen bblica de los pobres, como hemosmostrado.Jess pasa tiempo con los ricos (publicanos) que

    son pobres (mal juzgados y escarnecidos) socialmente. Pa-sa tiempo con los oficiales romanos que son pobres porqueestn afligidos. Todo esto se olvida para sostener nada msque la privacin de medios econ micos.

    Desde la cada del socialismo en 1989, el capitalismo seautoproclam el mejor de los sistemas econmicos posiblesporque pudo resistir mejor que su oponente septuagenario

    los sacudones de fines de siglo. Una dcada de s p u s ,c ua ndolos noventas agonizaban, el siglo 21 se avizoraba solitario deopciones, hurfano de proyectos. Y aburrido,segn el contro-vertido Francis Fukuyama, porque en su paraso neoliberalno habra otra cosa que hacer que negocios. En algn torcidosentido, la combatida tesis del fin de la historia del graduadode Harvard y Yale se confirmaba prematuramente.

    Ahora,a quince aos del derrumbe de la utopa socialis-ta, el mundo actual vive un tiempo literalmentesingular.Porque vivimos en singular: un solo discurso, el de la liber-tad que ofrece el capital. Un solo sistema, el del mercado ysu mano presuntamente invisible y siempre bendita paraquienes manejan sus hilos. Un solo mundo, el globalizado,homogenizado, aplanado para el dudoso desfile de la victo-ria del poder del dinero.

    Mamn est vivo y coleando en esta sociedad triple-mente singular.Tanto la idea griega del hombre como la me-

    dida de todas las cosas y la idea cristiana de Dios como elcentro del universo han debido hacerle campo a laidea deleconomicismo neoliberal: el dinero es la medida de todas lascosas y el centro de todos los universos.

    Desde la cada del socialismo en 1989, el capitalismo seautoproclam el mejor de los sistemas econmicos posiblesporque pudo resistir mejor que su oponente septuagenariolos sacudones de fines de siglo. Una dcada des p u s ,c u an dolos noventas agonizaban, el siglo 21 se avizoraba solitario deopciones, hurfano de proyectos. Y aburrido,segn el contro-vertido Francis Fukuyama, porque en su paraso neoliberal nohabra otra cosa que hacer que negocios. En algn torcidosentido,la combatida tesis del fin de la historia del graduadode Harvard y Yale se confirmaba prematuramente.

    Ahora,a quince aos de l derrumbe de la utopa socialis-ta, el mundo actual vive un tiempo literalmente singular.Porque vivimos en singular: un solo discurso,el de la liber-tad que ofrece el capital. Un solo sistema, el del mercado ysu mano presuntamente invisible y siempre bendita para

    quienes manejan sus hilos. Un solo mundo, el globalizado,homogenizado, aplanado para el dudoso desfile de la victo-ria del poder del dinero.

    Mamn est vivo y coleando en esta sociedad triplemen-te singular. Tanto la idea griega del hombre como la medidade todas las cosas y la idea cristiana de Dios como el centrodel universo han debido hacerle campo a laidea del econo-micismo neoliberal: el dinero es la medida de todas las cosas

    y el centro de todos los universos.

    Presentacin

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    Pero desde este punto de partida debemos avanzar auna identificacin ms completa. Jess no es nada ms queel pobre,y cada pobre es por s mismo la presencia de Cris-to (presencia,y no-referencia o seal). Los pobres se vuel-ven un tipo de sacramento. Bsicamente no hay otro men-saje evanglico que la pobreza. Un paso ms:los pobres sonreveladores por excelencia. Puesto que conocemos a Diosslo por medio de Jess, en la tentacin moderna Dios de-saparece (o no nos interesa ms) y deja nicamente su

    imagen. Miramos a Jess nicamente en su humanidad.Pero no conocemos a Jess mismo;los evangelios son tes-timonios dudosos. Por lo menos sabemos una cosa con se-guridad: l se identific con los pobres. En consecuencialos pobres se volvieron la nica representacin que pode-mos hacer de Jess.

    Ahora que hemos dejado de escrutar los cielos para en-contrar un Dios oculto, dejemos de escrutar la Biblia paraencontrar un Jess igualmente oculto: tenemos en medionuestro todo lo necesario. Cualquier p ersona pobre es, enella misma y por ella misma, Jess. Contemplemos a estepobre,y tenemos todo lo que hay que tener de Jess.Y deaqu procedemos a dar un paso ms abajo. No hace faltaapelar a un tercer elemento para dar valor al pobre. Es in-necesario imaginar algn tipo de Jess trascendente; el po-bre es suficiente a s mismo; por s mismo l es la revela-cin de Dios.

    Esto tambin provee una de las interpretaciones mo-dernistas de la resurreccin (toda la cual intenta eludir lacuestin de la nueva vida del cuerpo!).La resurreccin deJess es el hecho que l mismo est presente en todos lospobres. No hace falta pensar en un cuerpo glorificado quesale de la tumba, porque Jess dice, a m me lo hicieron.Por consiguiente l est del todo presente en los pobres; suresurreccin son los pobres,aqu y ahora. Por supuesto, to-do esto es resultado en realidad de una gran laxitud de

    1956

    1956

    DINERO Y PODER

    DINERO Y PODER

    La religin tambin ha imitado esta mutacin de patro-nes de medida y de centros. Dios y el hombre han quedadosubordinados al nicodios verdadero de nuestra poca, elmercado. El cristianismo, de manera especial, ha ido desli-zndose lentamente por la misma pendiente por la que seprecipitaron en su tiempo Ananas y Zafira. Ahora la reli-gin del marquetin presenta a Cristo en un contexto inhe-rentemente contradictorio con el espritu de su mensaje yese dislocamiento hace que el verdadero Cristo vaya per-diendo en los corazones de la gente al tiempo que va gana-do millones para los bolsillos de los modernos ejecutivosde Dios.

    En este crucial momento, el logrado estudio que JacquesEllul desarrolla en las prximas pginas sobre el dinero y el

    poder que escribi hace varias dcadas es sorprenden-temente actual y viene como un sacudn necesario para to-dos los creyentes y la iglesia cristiana en general.Qu es eldinero? Qu es el poder? Qu nos dice la Escritura sobrelas riquezas? Cmo vivir la fe en una poca que rinde cultoa Mamn?

    Sli do pen sador, gran bi bl i s t a ,c reyente com prometidocon su poca , hombre de ministeri o, Jacques Ellul nos en-trega en esta obra* elementos muy importantes para refle-x ionar sobre un tema que com pete a todos quienes deseanasumir un serio compromiso de fe en una poca de cons-ta n tes cl a u dicacion es .

    Los Editores

    * Nota importante: Para evitar confusiones entre las notas explicativas del traductor ylas notas de referencia del autor,las primeras aparecen como notas al pie,distinguidaspor asteriscos.Las segundas se presentan al final de cada captulo.

    Pero desde este punto de partida debemos avanzar auna identificacin ms completa. Jess no es nada ms queel pobre,y cada pobre es por s mismo la presencia de Cris-to (presencia,y no-referencia o seal). Los pobres se vuel-ven un tipo de sacramento. Bsicamente no hay otro men-saje evanglico que la pobreza. Un paso ms:los pobres sonreveladores por excelencia. Puesto que conocemos a Diosslo por medio de Jess, en la tentacin moderna Dios de-saparece (o no nos interesa ms) y deja nicamente suimagen. Miramos a Jess nicamente en su humanidad.Pero no conocemos a Jess mismo;los evangelios son tes-timonios dudosos. Por lo menos sabemos una cosa con se-guridad: l se identific con los pobres. En consecuencialos pobres se volvieron la nica representacin que pode-

    mos hacer de Jess.Ahora que hemos dejado de escrutar los cielos para en-

    contrar un Dios oculto, dejemos de escrutar la Biblia paraencontrar un Jess igualmente oculto: tenemos en medionuestro todo lo necesario. Cualquier persona pobre es, enella misma y por ella misma, Jess. Contemplemos a estepobre,y tenemos todo lo que hay que tener de Jess.Y deaqu procedemos a dar un paso ms abajo. No hace faltaapelar a un tercer elemento para dar valor al pobre.Es in-necesario imaginar algn tipo de Jess trascendente; el po-bre es suficiente a s mismo; por s mismo l es la revela-cin de Dios.

    Esto tambin provee una de las interpretaciones mo-dernistas de la resurreccin (toda la cual intenta eludir lacuestin de la nueva vida del cuerpo!). La resurreccin deJess es el hecho que l mismo est presente en todos lospobres. No hace falta pensar en un cuerpo glorificado que

    sale de la tumba, porque Jess dice, a m me lo hicieron.Por consiguiente l est del todo presente en los pobres; suresurreccin son los pobres,aqu y ahora. Por supuesto, to-do esto es resultado en realidad de una gran laxitud de

    La religin tambin ha imitado esta mutacin de patro-nes de medida y de centros. Dios y el hombre han quedadosubordinados al nico dios verdadero de nuestra poca, elmercado. El cristianismo, de manera especial, ha ido desli-zndose lentamente por la misma pendiente por la que seprecipitaron en su tiempo Ananas y Zafira. Ahora la reli-gin del marquetin presenta a Cristo en un contexto inhe-rentemente contradictorio con el espritu de su mensaje yese dislocamiento hace que el verdadero Cristo vaya per-

    diendo en los corazones de la gente al tiempo que va gana-do millones para los bolsillos de los modernos ejecutivosde Dios.

    En este crucial momento, el logrado estudio que JacquesEllul desarrolla en las prximas pginas sobre el dine ro y elpoder que escribi hace varias dcadas es sorprenden-temente actual y viene como un sacudn necesario para to-dos los creyentes y la iglesia cristiana en general.Qu es eldinero? Qu es el poder? Qu nos dice la Escritura sobrelas riquezas? Cmo vivir la fe en una poca que rinde cultoa Mamn?

    S l ido pens ador, gran bi bl i s t a ,c reyen te com prometidocon su poca, h ombre de ministerio, Jacques Ellul nos en-trega en esta obra* elemen tos muy importantes para refle-xionar sobre un tema que compete a todos qu ienes des e anasumir un serio com promiso de fe en una poca de cons-tantes cla u d i c ac i one s .

    Los Editores

    * Nota importante: Para evitar confusiones entre las notas explicativas del traductor ylas notas de referencia del autor,las primeras aparecen como notas al pie,distinguidaspor asteriscos.Las segundas se presentan al final de cada captulo.

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    7/100

    Captulo 1

    El problema del dinero:De la teora a la realidad

    Siempre que hablamos de dinero t endemos a ver el te-ma a travs de los ojos de la sociedad en que vivimos. Ennuestra sociedad significa verlo desde la perspectiva de lossistemas econmicos. Hoy ya no vemos al dinero comouna sustancia para acumular, como un cofre de oro y joyas,alguna vez la nica forma de riqueza.El dinero es una ideams compleja. El dinero en esencia se diluye en sus ideasafines: moneda de curso legal o riqueza econmica y po-der. Aunque el trmino dinero se usa todava en el hablacotidiana, rara vez lo usan los economistas.E inclusive enla forma de hablar comn,tener dinero ms probablemen-te significa tener poder de gasto (es decir, tener ingresos yusarlos) que tener metal precioso acumulado, alguna vez elnico significado de la frase.

    El problema:Individual o corporativo?

    Ya no podemos hablar de dinero sin pensar en la econo-ma total. Estamos muy conscientes de que el dinero estcercanamente vinculado a todos los fenmenos econmi-cos, pues afecta a cada uno de ellos. Tambin sabemos queun individuo no puede tener y gastar dinero sin ser parte delcomplejo juego de la gran economa. En realidad, el dinerono es sino el smbolo de la economa como un todo.

    Por un lado, como medida del valor, la distribucin ocapitalizacin de la riqueza tiene una funcin econmica

    Siempre ha visto a Dios como un Rey brbaro y a Cristocomo un rgido gobernante todopoderoso. Afortunada-mente, desde 1968 estos telogos han restablecido la ver-dad acerca de Jess pobre luego de veinte siglos de error.Yapenas exagero.1

    Esta gente sencillamente olvida que la reflexin sobre laauto humillacin de Cristo,sobre su identificacin con lospobre s ,s obre los pobres (el leproso) como imagen de Cris-to son los centros del pensamiento patrstico, especialmen-

    te el de los padres del desierto. Es tambin el pensamientocentral de todo el periodo medieval. Los pobres son los au-tnticos representantes de Dios sobre la tierra .E s te nfasisva desapareciendo en la Reforma (y sta es una de las qu e-jas de muchos pensadores catlicos contra la Reforma,porejemplo Len Bloy) y tiende a desaparecer con el ascenso dela clase media. Pero hace falta humildad para ponerse bajola tutela de la Edad Media ms que enorgullecerse por teneruna hermenutica tan encantadora.

    Sin emb argo, la discusin actual sobre los pobres ti e-ne dos caracter sticas nu evas . Prim ero ha oc urri do uni mport a n te desvo de la teol oga clsica ( recordada en miens ayo) en la que Jess se des poja de su divini d ad , de supoder, de su gra ndez a, y el ige converti rse en el Pobre. E spor su el ecc i n , esta dec is in, que los pobres se han con-verti do en la imagen de Cri sto. Ellos no tienen dign idadni valor por s mismos; no es la pobreza lo que revela a

    Dios o santifica al hombre. Es porque Jess les sosti eneque los pobre s, al provocar nues tro amor, son para noso-tros una seal del amor de Di os. Los pobres son una se-al que apunta a alguien ms grande que ell o s ,i n cluso s iJess se iden tifica ra con los pobres (u stedes me lo hicie-ron a m). Sin embargo, los pobres no son todava nadapor s mismos. Jess no se ha de s va n ec i do y de s a p a rec i-do ; l es quien da a los pobres su signi f i c ado y su impor-tancia radical .

    7194

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    JACQUES ELLUL

    JACQUES ELLUL

    Siempre ha visto a Dios como un Rey brbaro y a Cristocomo un rgido gobernante todopoderoso. Afortunada-mente, desde 1968 estos telogos han restablecido la ver-dad acerca de Jess pobre luego de veinte siglos de error. Yapenas exagero.1

    Esta gente sencillamente olvida que la reflexin sobre laauto humillacin de Cristo, sobre su identificacin con lospobre s ,s obre los pobres (el leproso) como imagen de Cris-to son los centros del pensamiento patrstico,especialmen-te el de los padres del desierto. Es tambin el pensamientocentral de todo el periodo medieval. Los pobres son los au-tnticos representantes de Dios sobre la tierra .E s te nfasisva desapareciendo en la Reforma (y sta es una de las que-jas de muchos pensadores catlicos contra la Reforma, por

    ejemplo Len Bloy) y tiende a desaparecer con el ascenso dela clase media. Pero hace falta humildad para ponerse bajola tutela de la Edad Media ms que enorgullecerse por teneruna hermenutica tan encantadora.

    Sin em b a r go, la discusin actual s obre los pobres t i e-ne dos caracter s ticas nu evas . Prim ero ha ocu rri do unim porta n te desvo de la teo loga clsica (record ada en mien sayo) en la que Jess se de s poja de su divi n id ad , de supoder, de su grande za , y elige converti rse en el Pobre . Espor su el ecc i n , esta dec is i n, que los pobres se han con-vertido en la imagen de Cristo. E llos no tienen digni d adni val or por s mismos; no es la pobreza lo que revela aDios o santifica al hom bre. Es porque Jess les sosti en eque los pobres , al provocar nues tro amor, son para noso-tros una seal del amor de Di os. Los pobres son una se-al que apunta a alguien ms grande que ell o s ,i n cluso siJess se identi fi c a ra con los pobres (us tedes me lo hicie-

    ron a m). Sin em b a r go, los pobres no son tod ava nad apor s mismos. Jess no se ha de s va n ec i do y de saparec i-do; l es qui en da a los pobres su sign ificado y su impor-tancia rad i c a l.

    Captulo 1

    El problema del dinero:De la teora a la realidad

    Siempre que hablamos de dinero tendemos a ver el te -ma a travs de los ojos de la sociedad en que vivimos. Ennuestra sociedad significa verlo desde la p erspectiva de lossistemas econmicos.Hoy ya no vemos al dinero como una

    sustancia para acumular, como un cofre de oro y joyas, al-guna vez la nica forma de riqueza.El dinero es una ideams compleja. El dinero en esencia se diluye en sus ideasafines: moneda de curso legal o riqueza econmica y po-der. Aunque el trmino dinero se usa todava en el hablacotidiana, rara vez lo usan los economistas.E inclusive enla forma de hablar comn, tener dinero ms probablemen-te significa tener poder de gasto (es decir,tener ingresos yusarlos) que tener metal precioso acumulado, alguna vez elnico significado de la frase.

    El problema:Individual o corporativo?Ya no podemos hablar de dinero sin pensar en la econo-

    ma total. Estamos muy conscientes de que el dinero estcercanamente vinculado a todos los fenmenos econmi-cos, pues afecta a cada uno de ellos. Tambin sabemos queun individuo no puede tener y gastar dinero sin ser parte del

    complejo juego de la gran economa. En realidad, el dinerono es sino el smbolo de la economa como un todo.Por un lado, como medida del valor, la distribucin o

    capitalizacin de la riqueza tiene una funcin econmica

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    el experimento se hundi en la neblina.En lo que concier-ne a China,no queda nada de su antigua condena al dine-ro. No escribo esto como un ataque a los regmenes comu-nistas (estoy conven c i do de que en estos pases elexperimento fue llevado a cabo tan bien como fue posible);solamente sealo el poder increble del dinero, que sobre-vive cualquier prueba,cualquier tumulto, como si el mun-do de la conciencia hubiera sido permeado por una men-talidad mercantil de tal modo que ya no hay posibilidad de

    ir contra l.Y como se vio en la [ex] URSS,tan pronto sereinstaur el dinero, reaparecieron todas las consecuenciasque conocemos en un rgimen capitalista (por ejemplo, lasorprendente posibilidad de prestar dinero con inters). Loque hemos mencionado brevemente confirma en la vidareal lo que ya hemos dicho sobre el extrao, embrujador,independiente poder de algo que nunca debi ser conside-rado nada ms que un instrumento neutro.

    Discusiones teolgicas contemporneassobre los pobres

    Pero otro rasgo que parece caracterstico de este perio-do de t reinta aos es el hecho que, en los crculos cristia-nos occidentales, el tema de los pobres se ha vuelto un cli-ch en los escritos religiosos e incluso teolgicos. Ya nopodemos abrir un libro o dar un vistazo a un artculo sinentrar en la letana sobre los humildes y oprimidos;parece

    que nuestros autores religiosos ya no son capaces de nin-guna otra reflexin. Sea que tenga que ver con la fe, Dios,la salvacin,la encarnacin,la escatologa o el reino, ahoralos pobres son la clave de todo, la explicacin,la referencia,el terreno comn.

    Y por supuesto esta cohorte de autores en su impetuo-sa juventud piensa que dice algo que por lo menos es nue-vo y autntico en oposicin a la horrible teologa del poder.Fiel a su tiempo, la iglesia siempre ha estado equivocada.

    definida.Pero en un sentido ms amplio, el dinero en s notiene valor ms all del que la economa, de acuerdo con supropia prosperidad,le atribuye. Desde el siglo 19 el dinerose ha transformado, se ha vuelto abstracto e impersonal.

    El dinero se ha vuelto inmaterial porque el individuoya no puede llevar en sus manos algo considerado valioso;ya no puede atribuir un sentido inmutable al dinero queusa.El metlico, tanto como el papel moneda,se han con-vertido en smbolos abstractos.El individuo no est ligado

    a su billete de diez dlares,o de diez francos,sino a su po-der de compra.El smbolo en s,igual que la realidad eco-nmica que representa,se ha vuelto ms abstracto.

    El dinero se ha vuelto impersonal porque, de maneracreciente,hay la impresin de que su uso no es un acto in-dividual ni significa control personal,sino que es el resul-tado de interacciones distantes y complejas de las cualesnuestros actos son apenas ecos. Ya no existe ninguna rela-cin real entre el indiv iduo y su dinero, porque este dine-ro es abstracto e impersonal.En consecuencia,los proble-mas morales que conciernen al dinero parecen ya noexistir.

    Al mirar al dinero desde un punto de vista puramentenaturalista (lo cual debemos hacer si queremos entender laperspectiva prevaleciente), aparentemente ya no somosresponsables p or nuestro dinero, de cmo lo ganamos ogastamos,pues en el juego impersonal de la economa,so-

    mos del todo insignificantes.El trabajo, as como la administracin, tienen esta ac-titud. Ya no existen los avaros,pues el oro conforma sola-mente una parte infinitesimal de las existencias de dinero.Tambin han desaparecido los despilfarradores, los ladro-nes,los ambiciosos. Todas estas categoras son irrelevantesen la perspectiva naturalista.

    Hay que reconocer que el problema con el dinero per-manece. Pero este problema es impersonal y abstracto co-

    1938

    1938

    JACQUES ELLUL DINERO Y PODER

    JACQUES ELLUL DINERO Y PODER

    definida. Pero en un sentido ms amplio, el dinero en s notiene valor ms all del que la economa, de acuerdo con supropia prosperidad,le atribuye. Desde el siglo 19 el dinerose ha transformado, se ha vuelto abstracto e impersonal.

    El dinero se ha vuelto inmaterial porque el individuoya no puede llevar en sus manos algo considerado valioso;ya no puede atribuir un sentido inmutable al dinero queusa.El metlico, tanto como el papel moneda,se han con-vertido en smbolos abstractos.El individuo no est ligadoa su billete de diez dlares,o de diez francos,sino a su po-der de compra.El smbolo en s,igual que la realidad eco-nmica que representa,se ha vuelto ms abstracto.

    El dinero se ha vuelto impersonal porque, de maneracreciente,hay la impresin de que su uso no es un acto in-

    dividual ni significa control personal,sino que es el resul-tado de interacciones distantes y complejas de las cualesnuestros actos son apenas ecos. Ya no existe ninguna rela-cin real entre el individuo y su dinero, porque este dineroes abstracto e impersonal.En consecuencia,los problemasmorales que conciernen al dinero parecen ya no existir.

    Al mirar al dinero desde un punto de vista puramentenaturalista (lo cual debemos hacer si queremos entender laperspectiva prevaleciente), aparentemente ya no somosresponsables por nuestro dinero, de cmo lo ganamos ogastamos,pues en el juego impersonal de la economa,so-mos del todo insignificantes.

    El trabajo, as como la administracin, tienen esta acti-tud. Ya no existen los avaros, pues el oro conforma sola-mente una parte infinitesimal de las existencias de dinero.Tambin han desaparecido los despilfarradores,los ladro-nes,los ambiciosos. Todas estas categoras son irrelevantes

    en la p erspectiva naturalista.Hay que reconocer que el problema con el dinero per-

    manece. Pero este problema es impersonal y abstracto co-

    el experimento se hundi en la neblina.En lo que concier-ne a China,no queda nada de su antigua condena al dine-ro. No escribo esto como un ataque a los regmenes comu-nistas (estoy conven c i do de que en estos pases elexperimento fue llevado a cabo tan bien como fue posible);solamente sealo el poder increble del dinero, que sobre-vive cualquier prueba,cualquier tumulto, como si el mun-do de la conciencia hubiera sido permeado por una men-talidad mercantil de tal modo que ya no hay posibilidad deir contra l.Y como se vio en la [ex] URSS,tan pronto sereinstaur el dinero, reaparecieron todas las consecuenciasque conocemos en un rgimen capitalista (por ejemplo, lasorprendente posibilidad de prestar dinero con inters). Loque hemos mencionado brevemente confirma en la vida

    real lo que ya hemos dicho sobre el extrao, embrujador,independiente poder de algo que nunca debi ser conside-rado nada ms que un instrumento neutro.

    Discusiones teolgicas contemporneassobre los pobres

    Pero otro rasgo que parece caracterstico de este perio-do de t reinta aos es el hecho que, en los crculos cristia-nos occidentales, el tema de los pobres se ha vuelto un cli-ch en los escritos religiosos e incluso teolgicos. Ya nopodemos abrir un libro o dar un vistazo a un artculo sinentrar en la letana sobre los humildes y oprimidos;pareceque nuestros autores religiosos ya no son capaces de nin-guna otra reflexin. Sea que tenga que ver con la fe, Dios,la salvacin,la encarnacin,la escatologa o el reino, ahoralos pobres son la clave de todo,la explicacin,la referencia,el terreno comn.

    Y por supuesto esta cohorte de autores en su impetuo-sa juventud piensa que dice algo que por lo menos es nue-vo y autntico en oposicin a la horrible teologa del poder.Fiel a su tiempo, la iglesia siempre ha estado equivocada.

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    mo el dinero mismo; todas nuestras actitudes dependen decmo resolvemos este problema. No hace falta hacer unadecisin individual para cuestionar sus propias acciones: eldinero es sencillamente una realidad en un tipo de econo-ma.Es intocable; el individuo no puede hacer nada al res-pecto. Todos tenemos nuestra parte de dinero, y lo gasta-mos.Qu ms podemos hacer? Si las cosas no van bien,loms que podemos esperar es un cambio en la economa. Yen efecto, si el dinero es una realidad econmica estrecha-

    mente ligada con el complejo social, qu podemos hacercomo individuos cuando vemos injusticia, desequilibrio ydesorden? En la presencia de una maquinaria econmicatan grande,difcilmente el individuo puede ser tomado se-riamente.

    Si aceptamos la abstraccin e impersonalidad del dine-ro, queda por ltimo una sola pregunta que hacer: Cmose distribuir este dinero? ste es el nico problema queparece digno de c onsideracin porque es en s impersonaly abstracto:los actos individuales no cambiarn en casi na-da esta distribucin. Por consiguiente buscamos un siste-ma,sea el capitalismo, colectivismo, socialismo, comunis-mo, el que sea.* En cualquier caso, miramos la cuestin deldinero desde su perspectiva global,y tratamos de resolvertodo el problema econmico con la idea de solucionar, deuna vez por todas, el problema del dinero. Desde nuestraperspectiva presente,este procedimiento es perfectamente

    normal y coherente.Siempre que hablamos de dinero, terminamos pregun-tando, cmo deberamos organizar la sociedad? O inclu-so, a cul sistema econmico debera apoyar? Al momen-

    bienes para satisfacerlas. Por estas dos medidas,los bienesobviamente dejaron de ser mercanca.Se producan con elconsumo directo en mente y no eran objeto de intercam-bios sucesivos.

    La t ercera medida llev a numerosas discusiones. Hasido llamado estmulo moral o ideolgico. Slo mencio-nar esto: el trabajador debe producir y trabajar porquecree en la utilidad de su trabajo, porque desea construir elcomunismo, porque est bien entrenado ideolgicamente,

    nunca para provecho o ventaja personal.El hecho que untrabajador pueda tener una productividad particularmen-te alta, que pueda aplicarse con dedicacin a su trabajo, nodebe traducirse en ganancia suplementaria,lo cual intro-ducira la desigualdad. Recprocamente,no se debe propo-ner ningn bono de produccin para lograr que la gentetrabaje ms y mejor, porque eso sera seguir el seuelo dela ganancia, lo cual ira contra la conciencia socialista, yaque los bonos y la paga suplementaria son vistas como unaspecto de una economa monetaria. El comunista autn-tico y bueno,no trabaja ms que por honor, y su nica re-compensa es ser considerado como un ejemplo para suscamaradas.

    Tambin hay que notar que estas tres orientaciones an-tidinero ya fueron afirmadas en la URSS en 1918. Pero deforma progresiva en Cuba y China, como en la URSS cua-renta o cincuenta aos antes, estos imperativos tuvieron

    que ser abandonados.El dinero como medio de intercam-bio, luego el dinero como medio de ahorro, reaparecieron.Finalmente tuvo que reconocerse que el estmulo ideolgi-co haba fracasado por completo, y se regres a los bonosde produccin en efectivo.

    Despus de restablecer al dinero en todas sus funcio-nes, Cuba organiz un modelo en pequea escala de unasociedad comunista ejemplar en la Isla de Pinos por 1970.Pero luego de algunos despachos noticiosos prometedores,

    9192

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    JACQUES ELLUL DINERO Y PODER

    JACQUES ELLUL DINERO Y PODER

    bienes para satisfacerlas. Por estas dos medidas,los bienesobviamente dejaron de ser mercanca.Se producan con elconsumo directo en mente y no eran objeto de intercam-bios sucesivos.

    La tercera medida llev a numerosas discusiones. Hasido llamado estmulo moral o ideolgico. Slo mencio-nar esto: el trabajador debe producir y trabajar p orquecree en la utilidad de su trabajo, porque desea construir elcomunismo, porque est bien entrenado ideolgicamente,nunca para provecho o ventaja personal.El hecho que untrabajador pueda tener una productividad particularmen-te alta, que pueda aplicarse con dedicacin a su trabajo,nodebe traducirse en ganancia suplementaria,lo cual intro-ducira la desigualdad. Recprocamente,no se debe propo-

    ner ningn bono de produccin para lograr que la gentetrabaje ms y mejor, porque eso sera seguir el seuelo dela ganancia, lo cual ira contra la conciencia socialista, yaque los bonos y la paga suplementaria son vistas como unaspecto de una economa monetaria. El comunista autn-tico y bueno,no trabaja ms que por honor, y su nica re-compensa es ser considerado como un ejemplo para suscamaradas.

    Tambin hay que notar que estas tres orientaciones an-tidinero ya fueron afirmadas en la URSS en 1918. Pero deforma progresiva en Cuba y China, como en la URSS cua-renta o cincuenta aos antes, estos imperativos tuvieronque ser abandonados.El dinero como medio de intercam-bio, luego el dinero como medio de ahorro, reaparecieron.Finalmente tuvo que reconocerse que el estmulo ideolgi-co haba fracasado por completo, y se regres a los bonosde produccin en efectivo.

    Despus de restablecer al dinero en todas sus funcio-nes, Cuba organiz un modelo en pequea escala de unasociedad comunista ejemplar en la Isla de Pinos por 1970.Pero luego de algunos despachos noticiosos prometedores,

    mo el dinero mismo; todas nuestras actitudes dependen decmo resolvemos este problema. No hace falta hacer unadecisin individual para cuestionar sus propias acciones: eldinero es sencillamente una realidad en un tipo de econo-ma.Es intocable; el individuo no puede hacer nada al res-pecto. Todos tenemos nuestra parte de dinero, y lo gasta-mos.Qu ms podemos hacer? Si las cosas no van bien,loms que podemos esperar es un cambio en la economa. Yen efecto, si el dinero es una realidad econmica estrecha-mente ligada con el complejo social, qu podemos hacercomo individuos cuando vemos injusticia, desequilibrio ydesorden? En la presencia de una maquinaria econmicatan grande,difcilmente el individuo puede ser tomado se-riamente.

    Si aceptamos la abstraccin e impersonalidad del dine-ro, queda por ltimo una sola pregunta que hacer: Cmose distribuir este dinero? ste es el nico problema queparece digno de consideracin porque es en s impersonaly abstracto:los actos individuales no cambiarn en casi na-da esta distribucin. Por consiguiente buscamos un siste-ma,sea el capitalismo, colectivismo, socialismo, comunis-mo, el que sea.* En cualquier caso, miramos la cuestin deldinero desde su perspectiva global,y tratamos de resolvertodo el problema econmico con la idea de solucionar, deuna vez por todas, el problema del dinero. Desde nuestraperspectiva presente,este procedimiento es perfectamentenormal y coherente.

    Siempre que hablamos de dinero, terminamos pregun-tando, cmo deberamos organizar la sociedad? O inclu-so, a cul sistema econmico debera apoyar? Al momen-

    * Todos estos sistemas han tenido, en diversos momentos de la historia y en escalasdistintas, su oportunidad. Todos han fallado, pues no han conseguido resolver elproblema del dinero y los conflictos inherentes a la ambicin humana, acaso porquetodos,paradjicamente,parten de un supuesto equivocado desde el punto de vistabblico:la bondad innatadel ser humano o, en trminos de Ellul,la neutralidadde la naturaleza humana.(NdT)

    * Todos estos sistemas han teni do, en diversos momentos de la historia y en escalasdistintas, su oportunidad. Todos han fallado, pues no han conseguido resolver elproblema del dinero y los conflictos inherentes a la ambicin humana,acaso porquetodos,paradjicamente,parten de un supuesto equivocado desde el punto de vistabblico:la bondad innatadel ser humano o, en trminos de Ellul,la neutralidadde la naturaleza humana.(NdT)

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    do, y la primera cosa en que pensamos en cualquier rea esen la mercanca.Es la realidad de la mercanca lo que da anuestra sociedad su carcter. Nada escapa a su predominio.Sabemos que Marx demostr que el carcter inhumano delmundo moderno est atado al estado de mercanca,y quepodemos entender las relaciones humanas (distorsionadas,pervertidas, degradadas) solo en tanto comprendamos quetodo se ha c onvertido en mercanca en estas relaciones.

    Pero la ley de la mercanca existe donde existe dinero.

    No resulta slo de un uso equivocado o de una estructuraeconmica particular: el dinero est implicado por su na-turaleza. El nico problema es saber si el dinero es domi-na n te o no, es dec i r, si los i ndividuos y estructu ras dan li-bert ad de reinar al dinero y su ley. La conexin nece s a riaentre dinero y merca n c a , as como las caracter s ticas es-peciales de la merc a n c a , se han estudiado con mayorprofu n d idad y se han compren d ido mejor en los lt i mo sdiez aos. E s te con oc im ien to me parece fundamental ypo si tivo ; pero, c ara mb a, no basta para sacudir al poderdel dinero.

    De modo que si podemos sealar un desarrollo positi-vo, debemos mencionar por contraste un hecho negativoen una rea ms importante.En los ltimos v einte aos he-mos visto esfuerzos indiscutibles para quebrar el poder deldinero.Todos han fracasado. Mencionar solamente a Cu-ba y China. Incluso con las diferencias locales y las peculia-

    ridades basadas en el tamao y la complejidad econmicade sus pases, el principio era todava el mismo. Ambospases intentaron las mismas tres cosas.

    Primero, se deshicieron del dinero como medio de in-tercambio, reemplazndolo con cupones de consumidor.Segundo, hicieron imposible ahorrar dinero, acumularlo,para hacer capital.Las reservas no eran ni tiles ni desea-bles porque las necesidades deban cubrirse a medida queocurrieran y, por supuesto, a medida que se produjeran

    to, explicamos,puede que no use el dinero como debie-ra, pero cuando se instituya el nuevo sistema (cualquieraque sea),cuando el problema general del dinero se resuel-va,me volver una persona justa.

    De este modo subordinamos los problemas morales eindividuales al problema colectivo, al sistema econmicototal. Si el hombre es un ladrn, no es su culpa; sus condi-ciones econmicas eran tales que no pudo hacer otra cosa.Alertas. Si aceptamos esta disculpa en favor de una persona

    pobre, debemos aceptarla para todas las dems personas.Tanto el capitalista que explota a los trabajadores como elcampesino que trafica en el mercado negro estn involu-crados en condiciones econmicas impersonales que lesdejan sin opciones. Tan pronto aceptamos la supremaca delos asuntos globales y del sistema, tan pronto convenimosen que las condiciones materiales nos privan de nuestra li-bertad de elegir, absolvemos a todos los individuos de todaresponsabilidad por su uso del dinero.

    Visto con esta luz,cmo puede el capitalismo ser msvlido que el comunismo,o el comunismo que el capitalis-mo? El mismo error permanece en el corazn de ambos: elescape de la responsabilidad y la bsqueda de una coarta-da. Cuando hablamos de dinero, todos presentan su siste-ma. Si hay un problema de dinero, es porque el sistemaeconmico es d efectuoso. Todo lo que necesitamos hacerpara resolver el problema del dinero es cambiar el sistema

    econmico. Esto lleva a supuestamente predecir que elhombre se volver justo y bueno, que sabr con exactitudqu hacer con su dinero, que no codiciar los bienes de suprjimo, que no robar, que dejar de sobornar a las mu-jeres y a los funcionarios pblicos, que no acumular sudinero ni lo despilfarrar, que abandonar el sueo de lamovilidad social vertical, que no utilizar su fortuna acu-mulada para ganar poder en la sociedad, que no usar sudinero para humillar a los dems.

    19110

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    JACQUES ELLUL DINERO Y PODER

    JACQUES ELLUL DINERO Y PODER

    to, explicamos,puede que no use el dinero como debiera,pero cuando se instituya el nuevo sistema (cualquiera quesea),cuando el p roblema general del dinero se resuelva,mevolver una persona justa.

    De este modo subordinamos los problemas morales eindividuales al problema colectivo, al sistema econmicototal. Si el hombre es un ladrn, no es su culpa; sus condi-ciones econmicas eran tales que no pudo hacer otra co sa.Alertas. Si aceptamos esta disculpa en favor de una person apobre, debemos aceptarla para todas las dems personas.Tanto el capitalista que explota a los traba jadores como elcampesino que trafica en el mercado negro estn involucra-dos en condiciones econmicas impersonales que les dejansin opciones. Tan pronto aceptamos la supremaca de los

    asuntos globales y del sistema, tan pronto convenimos enque las condiciones materiales nos privan de nuestra liber-tad de elegir, absolvemos a todos los individuos de toda res-ponsabilidad por su uso del dinero.

    Visto con esta luz,cmo puede el capitalismo ser msvlido que el comunismo,o el comunismo que el capitalis-mo? El mismo error permanece en el corazn de ambos: elescape de la responsabilidad y la bsqueda de una coarta-da. Cuando hablamos de dinero, todos presentan su siste-ma. Si hay un problema de dinero, es p orque el sistemaeconmico es defectuoso. Todo lo que necesitamos hacerpara resolver el problema del dinero es cambiar el sistemaeconmico. Esto lleva a supuestamente predecir que elhombre se volver justo y bueno, que sabr con exactitudqu hacer con su dinero, que no codiciar los bienes de suprjimo, que no robar, que dejar de sobornar a las mu-jeres y a los funcionarios pblicos,que no acumular su di-

    nero ni lo despilfarrar, que abandonar el sueo de lamovilidad social vertical, que no utilizar su fortuna acu-mulada para ganar poder en la sociedad, que no usar sudinero para humillar a los d ems.

    do, y la primera cosa en que pensamos en cualquier rea esen la mercanca.Es la realidad de la mercanca lo que da anuestra sociedad su carcter. Nada escapa a su predominio.Sabemos que Marx demostr que el carcter inhumano delmundo moderno est atado al estado de mercanca,y quepodemos entender las relaciones humanas (distorsionadas,pervertidas, degradadas) solo en tanto comprendamos quetodo se ha convertido en mercanca en estas relaciones.

    Pero la ley de la mercanca existe donde existe dinero.No resulta slo de un uso equivocado o de una estructuraeconmica particular: el dinero est implicado por su na-turaleza. El nico problema es saber si el dinero es domi-na n te o no, es decir, si los individuos y estru cturas dan li-bertad de reinar al d inero y su ley. La con exin nece s a ri a

    en tre dinero y merc anc a, as como las caracter s ticas es-peciales de la mercanca, se han estu d i ado con mayorprof undi d ad y se han com prendi do mej or en los lt im osdiez aos. Este conoci mi en to me parece fundamental ypos itivo; pero, ca ram ba , no basta para sacudir al poderdel dinero.

    De modo que si podemos sealar un desarrollo positi-vo, debemos mencionar por contraste un hecho negativoen una rea ms importante.En los ltimos veinte aos he-mos visto esfuerzos indiscutibles para quebrar el poder deldinero. Todos han fracasado. Mencionar solamente a Cu-ba y China. Incluso con las diferencias locales y las peculia-ridades basadas en el tamao y la complejidad econmicade sus pases, el principio era todava el mismo. Ambospases intentaron las mismas t res cosas.

    Primero, se deshicieron del dinero como medio de in-tercambio, reemplazndolo con cupones de consumidor.

    Segundo, hicieron imposible ahorrar dinero, acumularlo,para hacer capital.Las reservas no eran ni tiles ni desea-bles porque las necesidades deban cubrirse a medida queocurrieran y, por supuesto, a medida que se produjeran

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    El error de la aproximacin sistmicaIncluso si, por casualidad, existiera tal estado de cosas

    en el mejor de todos los sistemas posibles, este sistema, amenos que sea una temible dictadura,se corrompera rpi-damente. Intentar resolver el problema del dinero por me-dio del sistema econmico total es tanto un error como unacto de cobarda.Es un e rror precisamente porque se resis-te a considerar el elemento humano del problema.Se sitaen la estricta neutralidad de la naturaleza humana,como si

    las pasiones humanas y el mal no fueran factores del pro-blema del dinero y no siempre existieran, como si el capi-talismo o el comunismo se pudieran edificar en lo abstrac-to, sin tomar en cuenta a la naturaleza humana.

    Sin duda, Marx quiso demostrar que el capitalismo esintrnsecamente malo, que conduce de forma impersonal ymecnica a la degradacin del hombre, pero cuando estu-diamos los acontecimientos y las situaciones histricas antesque rendirnos a nuestro deseo del sistema, vemos que nohay razn fundamental para que el capitalismo desemboqueen la explotacin.

    Como teora, la idea de Adam Smith* de la armonaentre los intereses privados y pblicos es perfectamente v-lida. Sin embargo, requiere que consideremos a la natura-leza humana en abstracto. Si la naturaleza humana es neu-tral (no hace falta exigir que sea buena), entonces losintereses pblicos y privados coinciden. Acepto eso.Pero la

    de venta en todos lados.Ahora la distribucin va al mismonivel de la produccin, bajo la forma de subsidiarias deproduccin establecidas en todos los pases. As nos move-mos a una nueva estructura econmica. Ahora ya no estdirigida por la ganancia comercial sino por el beneficio in-dustrial. Pasamos de una compaa internacional, dondecada firma se localiza dentro de las fronteras de un pas yhace negocios en el exterior, a una economa mundial, conredes econmicas de produccin que han anulado prcti-

    camente la divisin nacional.Estas enormes firmas multinacionales arrastran a lospases ms diversos a su rbita. Porque el sistema no operanicamente para los pases pobres del Tercer Mundo, sinotambin para Europa en conexin con firmas norteamerica-nas y japonesas.Adems, es obvio que estas multinacionalesno corren peligro por los cambios polticos: si se corta untentculo, el animal est todava completo y desarrollarotro.Lo que resulta ms interesante es que los pases socialis-tas tambin estn listos para saltar al juego.Los mercados en-tre China y Japn, la apertura de China a la instalacin de f-bricas de Francia o Alemania, listas, muestra la obviaposibilidad de expansin multinacional (camuflada) haciaCh i n a . s te es un aspecto de este crecimiento del poder deldinero.

    Tambin deseo sealar una transformacin en la direc-cin de una mejor comprensin actual de la idea de la

    mercanca.Sabemos que la idea de la mercanca es centralen Marx, pero desde entonces ha sido un poco relegada.Desde 1968,sin embargo, parece que una cierta relecturade Marx est restaurando a la mercanca a su lugar paraentender la sociedad. No es slo la estructura capitalista,sino realmente el poder del dinero en s, el que reduce to-do a mercanca.En efecto, no slo que todo se compra y sevende,sino que todo se hace con la intencin de compraro vender. Adems, el valor se define como valor de merca-

    11190

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    JACQUES ELLUL DINERO Y PODER

    JACQUES ELLUL DINERO Y PODER

    de venta en todos lados.Ahora la distribucin va al mismonivel de la produccin, bajo la forma de subsidiarias deproduccin establecidas en todos los pases.As nos move-mos a una nueva estructura econmica. Ahora ya no estdirigida por la ganancia comercial sino por el beneficio in-dustrial. Pasamos de una compaa internacional, dondecada firma se localiza dentro de las fronteras de un pas yhace negocios en el exterior, a una economa mundial, conredes econmicas de produccin que han anulado prcti-camente la divisin nacional.

    Estas enormes firmas multinacionales arrastran a lospases ms diversos a su rbita. Porque el sistema no operanicamente para los pases pobres del Tercer Mundo, sinotambin para Europa en conexin con firmas norteamerica-

    nas y japonesas. Adems, es obvio que estas multinacionalesno corren peligro por los cambios polticos: si se corta untentculo, el animal est todava completo y desarrollarotro. Lo que resulta ms interesante es que los pases socialis-tas tambin estn listos para saltar al juego.Los mercados en-tre China y Japn, la apertura de China a la instalacin de f-bricas de Francia o Alemania, listas, muestra la obviaposibilidad de expansin multinacional (camuflada) haciaCh i n a . s te es un aspecto de este crecimiento del poder deldinero.

    Tambin deseo sealar una transformacin en la direc-cin de una mejor comprensin actual de la idea de lamercanca. Sabemos que la idea de la mercanca es centralen Marx, pero desde entonces ha sido un poco relegada.Desde 1968,sin embargo, parece que una cierta relecturade Marx est restaurando a la mercanca a su lugar paraentender la sociedad. No es slo la estructura capitalista,

    sino realmente el poder del dinero en s, el que reduce to-do a mercanca.En efecto, no slo que todo se compra y sevende,sino que todo se hace con la intencin de compraro vender. Adems, el valor se define como valor de merca-

    El error de la aproximacin sistmicaIncluso si, por casualidad, existiera tal estado de cosas

    en el mejor de todos los sistemas posibles, este sistema, amenos que sea una temible dictadura,se corrompera rpi-damente. Intentar resolver el problema del dinero por me-dio del sistema econmico total es tanto un error como unacto de cobarda.Es un error precisamente porque se resis-te a considerar el elemento humano del problema. Se sitaen la estricta neutralidad de la naturaleza humana, como silas pasiones humanas y el mal no fueran factores del pro-blema del dinero y no siempre existieran, como si el capi-talismo o el comunismo se pudieran edificar en lo abstrac-to, sin tomar en cuenta a la naturaleza humana.

    Sin duda, Marx quiso demostrar que el capitalismo es

    intrnsecamente malo, que conduce de forma impersonal ymecnica a la degradacin del hombre, pero cuando estu-diamos los acontecimientos y las situaciones histricas antesque rendirnos a nuestro deseo del sistema, vemos que no hayrazn fundamental para que el capitalismo desemboque enla explotacin.

    Como teora, la idea de Adam Smith* de la armonaentre los intereses privados y pblicos es perfectamente v-lida. Sin embargo, requiere que consideremos a la natura-leza humana en abstracto. Si la naturaleza humana es neu-tral (no hace falta exigir que sea buena), entonces losintereses pblicos y privados coinciden.Acepto eso. Pero la

    Economista y filsofo escocs (1723-1790).Es considerado el padre de la Econo-ma como ciencia desde la publicacin de su obra La riqueza de las nacionesen 1776.Ellul destaca aqu nuevamente el problema de la presunta neutralidad de la natura-leza humana al criticar implcitamente uno de los prrafos clsicos de la teora deSmith, extrado de la obra mencionada: Cada individuo est siempre esforzndosepara encontrar la inversin ms beneficiosa para cualquier capital que tenga [...] Alorientar esa actividad de modo que produzca un valor mximo,l busca slo su pro-pio beneficio, pero en este caso como en otros una mano invisible lo conduce a pro-mover un objetivo que no entraba en su propsitos [...] Al perseguir su propio inte-rs frecuentemente fomentar el de la sociedad mucho ms eficazmente que si dehecho intentase fomentarlo. (NdT)

    * Economista y filsofo escocs (1723-1790).Es considerado el padre de la Econo-ma como ciencia desde la publicacin de su obra La riqueza de las nacionesen 1776.Ellul destaca aqu nuevamente el problema de la presunta neutralidad de la natura-leza humana al criticar implcitamente uno de los prrafos clsicos de la teora deSmith, extrado de la obra mencionada: Cada individuo est siempre esforzndosepara encontrar la inversin ms beneficiosa para cualquier capital que tenga [...] Al

    orientar esa actividad de modo que produzca un valor mximo,l busca slo su pro-pio beneficio, pero en este caso como en otros una mano invisible lo conduce a pro-mover un objetivo que no entraba en su propsitos [...] Al perseguir su propio inte-rs frecuentemente fomentar el de la sociedad mucho ms eficazmente que si dehecho intentase fomentarlo. (NdT)

  • 8/2/2019 Ellul_DineroPoder

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    Posfacio (1979)*

    Desde 1950, cuando se escribi este libro, mucho hacambiado en apariencia, muy poco en la realidad.Las ten-dencias hacia el crecimiento del poder del dinero han au-mentado;la reflexin teolgica sobre los pobres se ha ex-pandido. stos son dos puntos que me gustara mencionarrpidamente.

    El poder del dinero? Despus de todo, hoy no es msagresivo que lo que fue en el siglo 19. Seguro,hemos pasa-do de un periodo de capitalismo a un periodo de imperia-lismo, de una sociedad de produccin a una sociedad deconsumo. Pero hoy igual que ayer, todo se compra y todose vende... probablemente no mucho ms que antes. Noobstante,creo que ser de utilidad recordar tres factores.

    Primero, en el rea de las instituciones,el fenmeno delas corporaciones multinacionales. Las grandes firmas fa-bricantes ya no se contentan con invadir el mercado mun-dial para vender sus productos o para establecer bodegas

    naturaleza humana no es neutra l. Y ahora, p ue s to que lagente codicia el dinero,el capitalismo se est convirtien doen una mquina para oprimir, esclavizar y endurecer a losindividuos. El gran error de hoy es creer que debemoscambiar el capitalismo, ya sea para retornar a una aut n-tica economa de merc ado o para intentar el socialismo oel comu nism o.

    Por supuesto, el eslogan A cada cual segn su trabajoy A cada uno segn sus necesidadeses tan admirable co-

    mo el principio de Adam Smith. No existe una razn te-rica para que ste no produzca una estructura excelente.(Pero, despus de todo, las metas del capitalismo son tam-bin admirables).El problema es que, en la medida en queno se puede cambiar la naturaleza humana,esta admirableestructura llegar a un fin miserable porque los individuosla utilizarn no con objetividad cientfica,sino en una apa -sionada bsqueda de poder.

    Estoy muy consciente de la promesa marxista de que lavida moral cambiar con las circunstancias econmicas.Esta esperanza se basa en la suposicin de que no hay talcosa como la naturaleza humana,sino nicamente una si-tuacin humana. Si los individuos se comportan mal,es acausa de las condiciones econmicas. Sin embargo se debereconocer que esta condicin humana est firmemente an-clada;est conformada por costumbres ancestrales de lar-ga data, y que ciertamente no cambiarn en pocos aos.

    Puede ser necesario un largo tiempo para efectuar tal cam-bio.Ahora,si construimos un sistema tcnicamente perfec-to pero dejamos a la gente en su estado natural,ella rpida-m en te lo echar a perder, como lo hicieron con elcapitalismo. Por consiguiente hay que esclavizar a la gente,sujetarla con todos los frenos polticos y sicolgicos posi-bles por medio del trabajo de la polica, la propaganda, eltemor,para evitar que ella d rienda suelta a su malvada co-dicia por el dinero, que descarrilara el maravilloso meca-

    18912

    18912

    JACQUES ELLUL

    JACQUES ELLUL

    naturaleza humana no es neutra l. Y ahora, puesto que lagente codicia el dinero, el capitalismo se est convirti en doen una mquina para oprim i r, esclavizar y endurecer a losin dividuos. El gran error de hoy es creer que debemoscam biar el capitalismo, ya sea para retornar a una aut nti-ca econ oma de mercado o para intentar el socialismo o elcomunismo.

    Por supuesto, el eslogan A cada cual segn su trabajoy A cada uno segn sus necesidades es tan admirable co-mo el principio de Adam Smith. No existe una razn te-rica para que ste no produzca una estructura excelente.(Pero, despus de todo, las metas del capitalismo son tam-bin admirables).El problema es que, en la medida en queno se puede cambiar la naturaleza humana,esta admirable

    estructura llegar a un fin miserable porque los individuosla utilizarn no con objetividad cientfica,sino en una apa-sionada bsqueda de poder.

    Estoy muy consciente de la promesa marxista de que lavida moral cambiar con las circunstancias econmicas.Esta esperanza se basa en la suposicin de que no hay talcosa como la naturaleza humana,sino nicamente una si-tuacin humana. Si los individuos se comportan mal,es acausa de las condiciones econmicas. Sin embargo se debereconocer que esta condicin humana est firmemente an-clada;est conformada por costumbres ancestrales de lar-ga data, y que ciertamente no cambiarn en pocos aos.Puede ser necesario un largo tiempo para efectuar tal cam-bio.Ahora, si construimos un sistema tcnicamente perfec-to pero dejamos a la gente en su estado natural, ella rpida-m en te lo echar a perder, como lo hicieron con elcapitalismo. Por consiguiente hay que esclavizar a la gente,

    sujetarla con todos los frenos polticos y sicolgicos posiblespor medio del trabajo de la polica,la propaganda,el temor,para evitar que ella d rienda suelta a su malvada codiciapor el dinero, que descarrilara el maravilloso mecanismo

    Posfacio (1979)*

    Desde 1950, cuando se escribi este libro, mucho hacambiado en apariencia, muy poco en la realidad.Las ten-dencias hacia el crecimiento del poder del dinero han au-mentado; la reflexin teolgica sobre los pobres se ha ex-pandido.stos son dos puntos que me gustara mencionarrpidamente.

    El poder del dinero? Despus de todo, hoy no es msagresivo que lo que fue en el siglo 19. Seguro, hemos pasa-

    do de un periodo de capitalismo a un periodo de imperia-lismo, de una sociedad de produccin a una sociedad deconsumo. Pero hoy igual que ayer, todo se compra y todose vende... probablemente no mucho ms que antes. Noobstante,creo que ser de utilidad recordar tres factores.

    Primero, en el rea de las instituciones, el fenmeno delas corporaciones multinacionales. Las grandes firmas fa-bricantes ya no se contentan con invadir el mercado mun-dial para vender sus productos o para establecer bodegas

    * Ellul escribi Dinero y p oderhace ms de 50 aos y le aadi este posfacio ha-ce 25. Lo que dice en estas ltimas pginas alude, obviamente, al contexto so-cio-econmico-poltico mundial de entonces. Y el panorama de principios del

    siglo 21 tiene rasgos en algunos casos impensables en 1979:la URSS ya no exis-te,la China otrora socialista ahora ha adoptado una economa abiertamente ca-pitalista. Por su lado, Cuba vive un aislamiento ms duro que antes y su proyec-to revolucionario tambalea por la zancadilla de sus propias contradicciones.En lo religioso, la teologa de la liberacin sigue en su remanso de estupor yfalta de ideas.En lo econmico, el proyecto globalizador impuesto por las po-tencias amenaza con mayor fiereza a las endebles economas latinoamerica-nas y las coloca frente a un destino incierto.Todos estos datos, entre otros, debern ser tomados en cuenta para actualizarla r eflexin bblica sobre el dinero y el poder, cuyas imp ortantes bases hapuesto Ellul con esta obra. Los cristianos tienen esta importante tarea pen-diente.(NdT).

    * Ellul escribi Dinero y poderhace ms de 50 aos y le aadi este posfacio ha-ce 25. Lo que dice en estas ltimas pginas alude, obviamente, al contexto so-cio-econmico-poltico mundial de entonces. Y el panorama de principios delsiglo 21 tiene rasgos en algunos casos impensables en 1979:la URSS ya no exis-te, la China otrora socialista ahora ha adoptado una economa abiertamentecapitalista. Por su lado, Cuba vive un aislamiento ms duro que antes y su pro-

    yecto revolucionario tambalea por la zancadilla de sus propias contradicciones.En lo religioso, la teologa de la liberacin sigue en su remanso de estupor yfalta de ideas.En lo econmico, el proyecto globalizador impuesto por las po-tencias amenaza con mayor fiereza a las end ebles economas latinoamerica-nas y las coloca frente a un destino incierto.Todos estos datos, entre otros, debern ser tomados en cuenta para actuali-zar la reflexin bblica sobre el dinero y el poder, cuyas importantes bases hapuesto Ellul con esta obra. Los cristianos tienen esta importante tarea pen-diente.(NdT).

  • 8/2/2019 Ellul_DineroPoder

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    nismo econmico marxista diseado por el supremo biende la humanidad.

    Quin sabe? Si el capitalismo hubiera usado el mismomtodo, si hubiera creado una enorme dictadura en 1820,*obligando a la gente en todos los sentidos, pudiera habertenido xito en crear un sistema estable,dando a cada unosegn sus necesidades y produciendo eventualmente unanaturaleza humana satisfactoria.

    Pues, tan pronto se levanta una dictadura, ya no sabemos

    lo que causa el cambio en la naturaleza humana. Es el siste-ma econmico o el estado policial? Obviamente, no es sufi-ciente la sola economa; el experimento ruso lo prueba. Peroal final, podra ser posible que una dictadura, que dur unlargo tiempo, aplastara completamente el espritu humano.

    Puesto que la Unin Sovitica todava tiene saboteado-res, espas,disidentes,no-patriotas (todos acusados de a c-tuar por dinero), debemos concluir que ni el poder del sis-tema econmico ni el de la fuerza policial han tenido xitohasta aqu en extinguir la codicia por el dinero o en subor-dinar al individuo al dinero. Pero no es impensable queluego de tres, cuatro, diez generaciones de totalitarismo,los individuos puedan en efecto ser tan aplastados que notengan ms inters en el dinero, ni pasin de ninguna cla-se; sencillamente se conformarn al modelo que la socie-dad haya preparado para ellos. Concluimos que si el pro-blema del dinero se resuelve eventualmente, no tendr

    nada que ver con la excelencia del nuevo rgimen econ-mico; en su lugar, ser el resultado de una dictadura que fi-nalmente quebrante el espritu humano.

    Una forma similar pero ms rpida de resolver los pro-blemas econmicos y el problema del dinero sera matar a

    NOTAS1 . La palabra hebrea pobre se traduce con los cuatro trminos si-

    g u i en te s:I. anawo anisignifican, como he indicado en el texto, infortunado,

    con el doble significado de pobre en dinero o pobre en espritu.Estambin el humilde, el manso, el humillado. Este trmino se rela-ciona con el verbo anah (la raz de nuestro adjetivo sustantivo), eimplica la idea de humillacin y postracin. Pero tambin debemosenfatizar que este verbo, en su sentido ms general,significa res-ponder. De modo que no es una deduccin azarosa cuando uni-mos la idea de responsabilidad a la presencia de los pobres.El po-

    bre es en efecto una persona que necesita una respuesta; su mismaexistencia cuestiona nuestras vidas.Esto se asume por la relacin designificado que enfatizaremos ms tarde.

    II. ebion tiene un significado que est ms marcado p or la idea de in-digencia.El carcter econmico de la pobreza se enfatiza ms aqu.En este sentido, el ebion es un hombre que desea. Pero el significa-do espiritual cie rtamente no est ausente.Slo necesitamos recor-dar la naturaleza religiosa de los ebionitas en Israel; en este puntotodos los historiadores parecen coincidir. Pero tambin nos pregun-tamos si la raz (bh), que incluye una tendencia a consentir, permi-tir, no incluye ya que el Ebion tiene una cierta actitud hacia su po-breza material. Puede significar ms que su humillacin delante deDios.En cualquier caso, como A.Cau sse,cuyo trabajo sobre los ebionitases fundamental,seala:el que o ra se llama a s mismo el humildeo el pobre: anio ebion...

    III. dalimplica la idea de escasez, debilidad, inferioridad social.Estetrmino se usa ms para indicar pertenencia a una clase pobre,laclase baja.

    IV.El cuarto trmino no se compara en absoluto: ras se usa con mayorfrecuencia en Proverbios. Tambin significa pobre, conectado con

    una raz que implica la idea de necesidad, pero desde un punto devista material significa pobreza en dinero;no tiene el mismo signi-ficado espiritual en absoluto. Ms bien,es todo un grupo de trmi-nos que implican la idea de pecado o de veneno. Tiene un significa-do negativo desde el punto de vista espiritual.Esta diferencia no significa que haya pobres buenos y malos,sinoque la pobreza material sola,sin la compaa de pobreza espiritual,es un estado negativo, es un estado sin significado especial.

    2. Ploeg,Les pauvres dIsrael,en: Etudes sur lAncien Testame nt7,1950.3. Gelin, Cahiers Sioniens, 1951.

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    JACQUES ELLUL DINERO Y PODER

    JACQUES ELLUL DINERO Y PODER

    NOTAS1. La palabra hebrea pobre se tradu ce con los cuatro trminos si-

    gu ien te s:I. anawo anisignifican, como he indicado en el texto, infortunado,

    con el doble significado de pobre en dinero o pobre en espritu.Estambin el humilde,el manso, el humillado.Este trmino se relacio-na con el verbo anah (la raz de nuestro adjetivo sustantivo),e im-plica la idea de humillacin y postracin. Pero tambin debemosenfatizar que este verbo, en su sentido ms general,significa res-ponder. De modo que no es una deduccin azarosa cuando unimosla idea de responsabilidad a la presencia de los pobres.El pobre esen efecto una persona que necesita una respuesta;su misma existen-cia cuestiona nuestras vidas.Esto se asume por la relacin de signi-ficado que enfatizaremos ms tarde.

    II. ebion tiene un significado que est ms marcado por la idea de in-digencia.El carcter econmico de la pobreza se enfatiza ms aqu.En este sentido, el ebion es un hombre que desea. Pero el significa-

    do espiritual ciertamente no est ausente.Slo necesitamos recor-dar la naturaleza religiosa de los ebionitas en Israel; en este puntotodos los historiadores parecen coincidir. Pero tambin nos pregun-tamos si la raz (bh), que incluye una tendencia a consentir,permi-tir, no incluye ya que el Ebion tiene una cierta actitud hacia su p o-breza material. Puede significar ms que su humillacin delante deDios.En cualquier caso, como A.Cau sse,cuyo trabajo sobre los ebionitases fundamental,seala: el que ora se llama a s mismo el humildeo el pobre: anio ebion...

    III. dal implica la idea de escasez, debilidad ,inf erioridad social.Estetrmino se usa ms para indicar pertenencia a una clase pobre,laclase baja.

    IV.El cuarto trmino no se compara en absoluto: ras se usa con mayorfrecuencia en Proverbios. Tambin significa pobre, conectado conuna raz que implica la idea de necesidad, pero desde un punto devista material significa pobreza en dinero;no tiene el mismo signi-ficado espiritual en absoluto. Ms bien,es todo un grupo de trmi-nos que implican la idea de pecado o de veneno. Tiene un significa-do negativo desde el punto de vista espiritual.Esta diferencia no significa que haya pobres buenos y malos,sinoque la pobreza material sola,sin la compaa de pobreza espiritual,es un estado negativo, es un estado sin significado especial.

    2. Ploeg, Les pauvres dIsrael, en: Etudes sur lAncien Testament7,1950.3. Gelin, Cahiers Sioniens, 1951.

    econmico marxista diseado por el supremo bien de lahumanidad.

    Quin sabe? Si el capitalismo hubiera usado el mismomtodo,si hubiera creado una enorme dictadura en 1820,*obligando a la gente en todos los sentidos, pudiera habertenido xito en crear un sistema estable,dando a cada unosegn sus necesidades y produciendo eventualmente unanaturaleza humana satisfactoria.

    Pues, tan pronto se levanta una dictadura, ya no sabemoslo que causa el cambio en la naturaleza humana. Es el siste-ma econmico o el estado policial? Obviamente, no es sufi-ciente la sola economa; el experimento ruso lo prueba. Peroal final, podra ser posible que una dictadura, que dur unlargo tiempo, aplastara completamente el espritu humano.

    Puesto que la Unin Sovitica todava tiene saboteado-res, espas,disidentes,no-patriotas (todos acusados de a c-tuar por dinero), debemos concluir que ni el poder del sis-tema econmico ni el de la fuerza policial han tenido xitohasta aqu en extinguir la codicia por el dinero o en subor-dinar al individuo al dinero. Pero no es impensable queluego de tres,cuatro, diez generaciones de totalitarismo, losindividuos puedan en efecto ser tan aplastados que no ten-gan ms inters en el dinero, ni pasin de ninguna clase;sencillamente se conformarn al modelo que la sociedadhaya preparado para ellos. Concluimos que si el problemadel dinero se resuelve eventualmente, no tendr nada quever con la excelencia del nuevo rgimen econmico; en sulugar, ser el resultado de una dictadura que finalmentequebrante el espritu humano.

    Una forma similar pero ms rpida de resolver los pro-blemas econmicos y el problema del dinero sera matar a

    * Ellul alude probablemente a los intentos revolucionarios que se produjeron en Eu-ropa como un eco de la Revolucin Francesa de 1789,en la dcada de 1820, en 1830y 1848.En todo caso,e stos tumultos marcaron un punto de quiebre crtico en el afi-nanzamiento del liberalismo y nacionalismo europeos.(NdT)

    * Ellul alude probablemente a los intentos revolucionarios que se produjeron en Eu-ropa como un eco de la Revolucin Francesa de 1789, en la dcada de 1820,en 1830y 1848.En todo caso, estos tumultos marcaron un punto de quiebre crtico en el afi-nanzamiento del liberalismo y nacionalismo europeos.(NdT )

  • 8/2/2019 Ellul_DineroPoder

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    pequeo nio que Herodes quera sacrificar. Estos reyesmagos rompieron con la solidaridad poltica.En el viaje deida, tuvieron por supuesto que consentir reunirse con He-rodes. El poder se encontr con el poder. Tenan interesesmutuos. Pero en el viaje de regreso, estaban del lado de Je-ss y traicionaron sus propios intereses. Ya no obedecan aHerodes y le ocultaron lo que ahora saban sobre el verda-dero Rey del mundo.

    Pobres y ricos, testigos por igual porque fueron igual-

    mente llamados.Fueron convocados primero, antes de quehicieran nada y su situacin no ha cambiado. Cada unovuelve su trabajo. Los pastores cuidan ovejas,los magos es-tudian. No les interesa Dios. Dios est interesado en ellos yles llama. Les llama a adorar, a ofrecer lo ms querido,por-que Dios les da, primero que todo, lo que le es ms amado:su Hijo.

    Para el rico y el pobre,la adoracin de Navidad es unaadoracin que se auto vaca porque Dios en Navidad se va-ci a s mismo. Tom la iniciativa y dej su poder, su eter-nidad, su yo, para venir a este lugar donde finalmente pu-dimos verle.

    todo el mundo! En efecto, las masacres necesarias paramantener el capitalismo por medio de las guerras o paraestablecer el comunismo por medio de las revolucionesparecen apuntar en esta direccin.En cualquier caso, todorgimen econmico asume la eliminacin de aquellos que,a causa de su necesidad o de su codicia,amenazan con de-sestabilizar una economa bien organizada.

    Algunos, trabajadores hambreados por el sistema capi-talista,amenazan con la alteracin del sistema porque ne-

    cesitan dinero. Luchan contra el sistema para conseguirloy de este mo do evitan que la economa funcione. De mo-do que, de cuando en cuando, la guerra restaura el o rden.Otros, kulaks* que traicionan al socialismo,no quieren en-tregar su dinero. Combaten para mantener sus ahorros ysus herencias y as bloquean el establecimiento del comu-nismo.Otros, oficiales pblicos aprovechados,usan su po-sicin para ventaja personal, robando al pueblo y al estado,con lo cual evitan que el plan fascista o sovitico produzcabuenos resultados. De manera que, de cuando en cuando,una purga sangrienta restaura el o rden.

    Pero en todos estos casos parece ser la naturaleza hu-mana (con su codicia por el dinero) la que corrompe al sis-tema.Y sa es la razn por la cual es terriblemente errneocreer que el problema del dinero puede ser resuelto por unsistema.Es terriblemente errneo defraudar las esperanzasy la sed de virtud y honestidad del ser humano. Quieren

    justicia? Entonces establezcan mi sistema. ste es el errorde todos los economistas comprometidos y de otros quecreen que pueden resolver el problema sin considerar lanaturaleza humana.

    18714

    18714

    JACQUES ELLUL DINERO Y PODER

    JACQUES ELLUL DINERO Y PODER

    todo el mundo! En efecto, las masacres necesarias paramantener el capitalismo por medio de las guerras o paraestablecer el comunismo por medio de las revoluciones pa-recen apuntar en esta direccin.En cualquier caso, todo r-gimen econmico asume la eliminacin de aquellos que, acausa de su necesidad o de su codicia,amenazan con deses-tabilizar una economa bien organizada.

    Algunos, trabajadores hambreados por el sistema capi-talista,amenazan con la alteracin del sistema porque ne-cesitan dinero.Luchan contra el sistema para conseguirlo yde este modo evitan que la economa funcione. De modoque, de cuando en cuando, la guerra restaura el orden.Otros, kulaks* que traicionan al socialismo, no quieren en-tregar su dinero. Combaten para mantener sus ahorros y

    sus herencias y as bloquean el establecimiento del comu-nismo. Otros, oficiales pblicos aprovechados,usan su po-sicin para ventaja personal,robando al pueblo y al estado,con lo cual evitan que el plan fascista o sovitico produzcabuenos resultados. De manera que, de cuando en cuando,una purga sangrienta restaura el o rden.

    Pero en todos estos casos parece ser la naturaleza hu-mana (con su codicia por el dinero) la que corrompe al sis-tema.Y sa es la razn por la cual es terriblemente errneocreer que el problema del dinero puede ser resuelto por unsistema.Es terriblemente errneo defraudar las esperanzas

    y la sed de vir tud y honestidad del ser humano. Quierenjusticia? Entonces establezcan mi sistema. ste es el errorde todos los economistas comprometidos y de otros quecreen que pueden resolver el problema sin considerar lanaturaleza humana.

    pequeo nio que Herodes quera sacrificar. Estos reyesmagos rompieron con la solidaridad poltica.En el viaje deida, tuvieron por supuesto que consentir reunirse con He-rodes. El poder se encontr con el poder. Tenan interesesmutuos. Pero en el viaje de regreso, estaban del lado de Je-ss y tr aicionaron sus propios intereses. Ya no obedecan aHerodes y le ocultaron lo que ahora saban sobre el verda-dero Rey del mundo.

    Pobres y ricos, testigos por igual porque fueron igual-mente llamados. Fueron convocados primero, antes de quehicieran nada y su situacin no ha cambiado. Cada unovuelve su trabajo. Los pastores cuidan ovejas,los magos es-tudian. No les interesa Dios. Dios est interesado en ellos yles llama.Les llama a adorar,a ofrecer lo ms querido, por-

    que Dios les da, primero que todo, lo que le es ms amado:su Hijo.

    Para el rico y el pobre,la adoracin de Navidad es unaadoracin que se auto vaca porque Dios en Navidad se va-ci a s mismo. Tom la iniciativa y dej su poder, su eter-nidad, su yo, para venir a este lugar donde finalmente pu-dimos verle.

    * El trmino alude a los campesinos ricos de la Rusia imperial anterior a la Revolu-cin Rusa de 1917,que fueron considerados los enemigos naturales de la revolucinpor su condicin de terratenientes. Por extensin, el trmino kulakse aplic luego atodos los enemigos del rgimen comunista.(NdT)

    * El trmino alude a los campesinos ricos de la Rusia imperial anterior a la Revolu-cin Rusa de 1917, que fueron considerados los enemigos naturales de la revolucinpor su condicin de terratenientes. Por extensin, el trmino kulakse aplic luego atodos los enemigos del rgimen comunista.(NdT)

  • 8/2/2019 Ellul_DineroPoder

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    La hipocresa y cobarda de una aproximacin sistmicaPero es ms que un error: tambin es hip ocresa y co-

    barda. Porque entonces no pido ms que creer al cons-tructor del sistema. Resulta tan conveniente. No necesitopensar en lo que hago. No tengo que in