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    27ELITE EPISCOPAL Y PODER EN LA IGLESIA CATLICA EN MXICO

    ESTUDIOS POLTICOS, NM. 22, NOVENA POCA, ENERO-ABRIL, 2011, pp. 27-40

    lite episcopal y poder en la

    Iglesia Catlica en MxicoVicente Godnez Valencia*

    Resumen

    El presente trabajo centra la atencin en la estructura actual de la Iglesia Catlica en M-xico, mediante la cual se ubica, histricamente, a sta como un poder fctico en el m-bito sociopoltico. Ciertamente este acercamiento a la Iglesia no es idntico, ni tiene la mismanaturaleza que tiene una institucin poltica, pero s tiene analogas. De all que los peligros

    son tambin anlogos, no idnticos. Un anlisis de la Iglesia en su mera dimensin insti-tucional, comete el error de reducir el todo de la Iglesia a una de sus partes (la jerarqua),

    situacin que sin duda empobrece su conocimiento.

    Palabras clave: Iglesia catlica, Mxico, sistema poltico, participacin poltica,instituciones.

    Abstract

    This paper focuses on the current structure of the Catholic Church in Mexico, by which it islocated historically as a de facto power in the sociopolitical sphere. Certainly this approchto Church is not is identical, nor has the same kind that has a political institution, but hasanalogies. Hence, the dangers are too similar not identical. An analysis of the Church in

    its institutional dimension alone, makes the mistake of reducing all of the Church to one ofits parts (the hierarchy), situation that undoubtedly impoverish their knowledge.

    Palabras clave: Catholic church, Mexico, political system, political participation,institutions.

    E

    * Maestro en Sociologa por la Universidad Metropolitana de Tokio, Japn. Profesoradscrito al Centro de Estudios Tericos y Multidisciplinarios en Ciencias Sociales de la

    Facultad de Ciencias Polticas y Sociales, UNAM.1 M. Weber, Economa y sociedad, Mxico, FCE, 1988, pp. 193-217; 364-376.

    n sus ms de dos mil aos de existencia, la Iglesia Catlica ha pa-

    sado por un largo, ambiguo, pero sin duda exitoso proceso de insti-tucionalizacin. De acuerdo con Max Weber, dicho proceso habra

    que entenderlo como el resultado de la objetivacin y habituacin de lo

    carismtico, en uncontinuumorientado por la burocratizacin, as comopor la complejizacin.1

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    Con estas reflexiones se quiere sealar que la dimensin institucio-nal de la Iglesia es una necesidad antropolgica, sociolgica, psicol-

    gica e incluso teolgica, ya que sin esa dimensin el carisma y elmovimiento originario se pierden sin remedio. Pero tambin habra quedecir que las instituciones concretas en que dicha dimensin se plasma,histricamente son relativas y precarias.

    El presente trabajo centra la atencin en la estructura institucionalactual de la Iglesia, mediante la cual se ubica histricamente como unpoder fctico en el mbito sociopoltico. Ciertamente este acercamientoa la Iglesia no es idntico, ni tiene la misma naturaleza que tiene unainstitucin poltica, pero s tiene analogas. De all que los peligros son tam-bin anlogos, no idnticos. Un anlisis de la Iglesia en su mera dimen-

    sin institucional, comete el error de reducir el todo de la Iglesia a unade sus partes (la jerarqua), situacin que sin duda empobrece suconocimiento.2

    El presente artculo est estructurado en cuatro partes: en la pri-mera, se sealan las tendencias sociopolticas al interior de la IglesiaCatlica; en la segunda, se revisan, con base en los estudios de HctorAcua, Roberto Blancarte y Soledad Loaeza, las tendencias sociopolticasal interior de la Iglesia Catlica en Mxico; en la tercera; se analizan losrelevos al interior de la jerarqua catlica mexicana; y en la cuarta, seplantean las perspectivas posibles para la elite institucional de la IglesiaCatlica.

    Tendencias sociopolticas al interiorde la Iglesia Catlica

    La Iglesia no es un monolito uniforme. Dentro de ciertos mrgenes, lamanera como la Iglesia se auto-comprende, as como el modo de en-tender su misin y presencia en la historia, vara de poca en poca y

    de regin en regin. Esto es lo que ha dado lugar a lo que aqu sedenomina tendencias.Se trata por supuesto de constructos tericos que intentan explicar

    lo que mueve a determinados individuos dentro de la Iglesia a agru-parse (consciente o inconscientemente) para perseguir ciertas causas,ubicarse sociopolticamente (ad extray ad intrade la propia institucin)y orientar su accin en una coyuntura histrica y eclesial determinada.

    2J. B. Libanio, La vuelta a la gran disciplina, Buenos Aires, Paulinas, 1986, p. 17.

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    Los perfiles de tales tendencias se construyen resaltando algunosrasgos en detrimento de otros, de acuerdo con el marco terico de

    quien realiza tal tarea, as como el propsito que gua su accin. Parael caso que aqu nos ocupa, el de la Iglesia respecto al mbito poltico,es necesario contar, en un primer momento, con un cuadro de tenden-cias desde el interior de la misma institucin, ya que al final de cuentas,la manera como sus miembros (y de manera especial los clrigos) com-prenden su papel y su misin religiosa en el mundo contemporneo,determina su ubicacin y actitud respecto al mbito sociopoltico.

    Para tal efecto, volvemos al texto de Juan Bautista Libanio que se-ala, a manera de hiptesis, que a partir de Concilio de Trento (sigloXVI) la Iglesia construy una identidad catlica, esto es, un cuerpo doc-

    trinal, prcticas y estructuras institucionales jurdicamente firme, cohe-rente y estable que se mantuvieron vigentes durante largo tiempo (porlo menos hasta 1960).

    Dicha identidad podra caracterizarse fundamentalmente por unadistincin ontolgica y funcional al interior de la Iglesia entre clrigos ylaicos, por una estructura organizativa altamente jerarquizada, y por launiformidad, ahistoricidad y universalidad en la doctrina y en las prc-ticas rituales. En opinin de Libanio, esta identidad lleg a su fin con elConcilio Vaticano II. A partir de ste, habra que explicar la coyunturaeclesial actual por los intentos de restauracin o la destruccin de talidentidad catlica por las diversas reacciones que ello ha generado y,consecuentemente, por los diferentes proyectos pastorales que de ahse desprenden.3

    Tal tensin y forcejeo ha generado en la Iglesia de hoy una ciertaanomia que parece crecer de manera constante; y cuya causa segnel autor radica en la inseguridad e incertidumbre de amplios sectoresde la Iglesia, nostlgicos del orden anterior al Concilio. Teniendo comoteln de fondo este contexto, Libanio distingue cuatro tendencias, cua-tro comprensiones de la identidad catlica:

    1. La primera considera irreversible la situacin y propugna por la de-saparicin de una identidad comn, dejando a la libertad y a la espon-taneidad de pequeos grupos la perpetuacin del mensaje de Cristo.De acuerdo con esto se podra decir que, esta tendencia es una es-pecie de postura posmoderna en la Iglesia.4

    3Ibid., p. 19.4Ibid., p. 125.

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    2. La segunda posicin se localiza en el extremo opuesto. No slono reconoce la irreversibilidad del desmoronamiento de la identidad

    tridentina, sino que se lanza ardorosamente a su mantenimiento o re-construccin. Se trata, en suma, de una postura conservadora querefuerza los pilares tradicionales que sustentaron la identidad tridentina,a fin de combatir a todos los factores disolventes, vengan de dondevengan. El obispo Marcel Lefebvre encarn y vivi esta corriente comoun smbolo.5

    Entre estos dos extremos se sitan las otras posiciones:3. Una neo-fundamentalista moderada, que se propone crear una

    identidad que sea la verdadera codificacin del Concilio Vaticano II. Es-ta tendencia parte de dos presupuestos: la irreversibilidad de la diso-

    lucin de la identidad tridentina y la necesidad de que haya siempre unaidentidad clara y comn a todos. Su estrategia es, por tanto, procedercon el Vaticano IIa la manera de Trento, o sea, elaborar de modo sim-ple, compacto y conciso una identidad, e inculcarla recurriendo a la au-toridad eclesistica. Por consiguiente, desde esta perspectiva ya no setrata de experimentar en la Iglesia, sino de encuadrar para volver a lagran disciplina. Esta postura de acuerdo con Libanio se identificarams con la lnea seguida, particularmente, por Juan Pablo II.6

    4. La ltima tendencia es la que Libanio denomina como va delpluralismo y del compromiso. Tomando al Concilio Vaticano II comoplataforma de lanzamiento y no como punto de llegada, esta tendenciapropugna por una identidad catlica ms dialctica, histrica y din-mica,7 que se construye por la va del compromiso y del pluralismo en elcontexto actual de Amrica Latina; tal como lo intentaron las Conferen-cias del Episcopado Latinoamericano en Medelln (1968) y Puebla (1979).Esta tendencia se identifica con la denominada teologa de la liberacin.

    Tendencias sociopolticas al interior

    de la Iglesia Catlica en Mxico

    Con relacin a la Iglesia Catlica en Mxico, existen diferentes cuadrosde tendencias propuestos por estudiosos del tema. Entre los ms des-tacados expondremos, someramente, los propuestos por Hctor Acua,Roberto Blancarte y Soledad Loaeza.

    5Ibid., p. 129.6Ibid., p. 146.7Ibid., p. 174.

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    Cuadro de tendencias de Hctor Acua

    De acuerdo con un estudio realizado por Hctor Acua y otros autores,si se toman como criterio de ubicacin las declaraciones del Episco-pado Mexicano, lase la CEM,8se pueden distinguir cinco tendencias:9

    1. En primer lugar, tenemos la llamada tendencia vaticanaque, en-cabezada generalmente por el nuncio apostlico, manifiesta los intere-ses, objetivos y polticas entronizadas en el Vaticano con el arribo deJuan Pablo II []; atribuye a la jerarqua una representacin popularante el Estado.10

    2. Una segunda tendencia es denominada como la misin espiritual,

    y se caracteriza por sus postulados abstractos y doctrinales. Dicha ten-dencia afirma que [...] la misin de la Iglesia es espiritual, eterna y nobusca el poder [...] el clero est por encima de los partidos.11

    3. La tercera tendencia es la que llaman los autores denominan chi-huahuense, y la ubican como netamente conciliar, liberal vaticana. Alrespecto sealan que la caracterstica distintiva de esta tendencia es lademanda de su derecho a pronunciarse, en la perspectiva de la polticadel bien comn, sobre asuntos que afectan a la sociedad mexicana,para lo cual requiere, entre otras cosas, el reconocimiento jurdico de lainstitucin eclesistica. Esta tendencia, pues, no pretende que la jerar-

    qua represente a otro que no sea ella misma, para lo cual exige se lereconozca e intenta ganar el derecho de iluminar, con la luz de la fe, elcampo de la realidad poltica.12

    4. La cuarta tendencia es la denominada tendencia del sur, la cualencabezan los prelados del Pacfico Sur. Esta tendencia [...] se inspiraen corrientes teolgicas latinoamericanas, especialmente sensibles alas precarias condiciones de vida de las mayoras: pretende, adems,promover la organizacin y la toma de conciencia popular para que seanlos propios grupos campesinos e indgenas los que se representen y

    pronuncien.

    13

    Los obispos que se ubican en esta tendencia se oponen8Conferencia del Episcopado Mexicano.9H. Acua et al., La Iglesia y lo poltico: hacia una caracterizacin de la jerarqua ca-

    tlica mexicana, Estudios Sociales A.C., mimeo, Mxico, 1987, citado por E. Luengo, Lapercepcin poltica de los prrocos en Mxico, en Religin y poltica en Mxico, Univer-sidad Iberoamericana, Mxico, 1992.

    10El Financiero, 6 de enero de 1989, p. 50.11Idem.12Idem.13Ibid., pp. 50-51.

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    a reproducir en sus dicesis la estructura verticalista de la Iglesia, por loque propician el trabajo de sus fieles y comunidades a favor de un cam-

    bio de estructuras, ya que su proyecto de sociedad y de Iglesia (aunqueindefinido) se opone al vigente.14

    5. Finalmente se menciona un quinto grupo que no tanto una ten-dencia y se le denomina la mayora silenciosa. Para los autoresconstituye la tendencia ms numerosa (cerca del 70% de un total de106 obispos), y al mismo tiempo la ms difcil de definir, ya que losprelados ubicados en este grupo evitan hacer declaraciones y expresarpblicamente sus opiniones. No resulta fcil ubicarlos en alguna co-rriente, a partir de los criterios seguidos en este cuadro de tendencias.Sin embargo, los autores indican que lo ms lgico sera pensar que la

    gran mayora de sus integrantes estn ms cerca de la tendencia querepresenta los intereses y posturas tradicionales de la Iglesia.

    Cuadro de tendencias de Roberto Blancarte

    Por su lado, otro analista de la Iglesia Catlica en Mxico, Roberto Blan-carte, explica las diversas tendencias en el campo religioso catlicomexicano, con la ayuda de categoras tomadas de connotados estu-diosos.15 Este autor menciona que para un estudio serio de la Iglesia es

    necesario realizar un mnimo de anlisis conceptual de adjetivos o defi-niciones que se emplean en el estudio a tal institucin.

    De principio propone abandonar esquemas dualistas (por ejemplo,conservadores contra progresistas; reaccionarios contra revolucionarios;izquierda contra derecha; etctera), as como los esquemas cripto-dua-listas que aaden un tercer grupo para esconder su esquema maniqueo(centro, reformistas o moderados).16El cuadro de tendencias que cons-truye Blancarte obedece bsicamente a la relacin que guard la Iglesiaen Mxico en el segundo tercio del siglo XXcon las cuestiones sociales

    y polticas.Al respecto, el autor seala que en la Iglesia predominan dos ten-

    dencias: la integral-intransigente y la conciliadora (transigente) o prag-mtica. A estas dos tendencias se agregan por lo menos otras dos, las

    14Idem.15R. Blancarte, Historia de la Iglesia Catlica en Mxico, FCE, Mxico, 1992, pp. 23-26.16Ibid., p. 14.

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    cuales se definen mejor en el periodo posterior al Concilio Vaticano II(1962-1965): la integrista y la neo-intransigente. Estas ltimas son en

    gran medida producto de las primeras.Expliquemos brevemente cada una:

    1. La corriente integral-intransigente agrupa a todos aquellos quese oponen a un compromiso con el Estado e impugnan la imposicindel modelo social de la Revolucin Mexicana.

    2. La corriente conciliadora o pragmtica es aquella que, sin rene-gar de los principios y doctrina catlicos, propone una cooperacin conel Estado mexicano. Comparte con ste los anhelos de justicia del mo-vimiento popular, aunque no la totalidad de sus valores.

    3. La corriente integrista es un producto de la integral-intransigentey se desarrolla en la medida en que sta no es dominante y pierde te-rreno ante las otras corrientes. Est integrada por los elementos msreacios a cualquier transformacin o adaptacin de la Iglesia al mundomoderno.

    4. Por ltimo la corriente neo-intransigente surgida tanto de lasfilas de la intransigencia cuanto de los grupos conciliadores, defiendelas tesis conciliares que intentan poner al da a la Iglesia para difundirmejor su proyecto social en el mundo moderno.17

    A pesar de que reconocemos que este cuadro de tendencias en laIglesia Catlica en Mxico tiene valor (por ejemplo, su crtica a los cua-dros simplistas de tendencias), tambin presenta serias limitaciones,entre otras, el autor trabaja una etapa (1938-1982) que no contempla loscambios ocurridos a partir del sexenio de Carlos Salinas (1988-1994).Esto podra ser irrelevante si no fuera por el importante giro que tom lasituacin jurdica de las iglesias a partir de 1992 y el cambio, conse-cuente, ocurrido en el tono del discurso de obispos y polticos.

    Cuadro de tendencias de Soledad Loaeza

    Finalmente, otra analista social, Soledad Loaeza, al hablar de la distri-bucin de fuerzas al interior de la Iglesia Catlica, hace mencin de laizquierda cristiana o ala progresista vinculada con organizaciones ymovimientos sociales de origen popular; de laderechao fuerzas con-

    17Idem.

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    servadoras; y de una posicincentristaen el clero mexicano, centrismopoltico que significa obediencia a las posturas oficiales del Vaticano y

    crtica al Estado mexicano desde posiciones anti-autoritarias prximas alas de la derecha democrtica.18

    A manera de balance podemos decir que los tres cuadros de ten-dencias aqu presentados, tienen muchos elementos en comn. Pornuestra parte, preferimos retomar el cuadro de tendencias de Hctor Acu-a, que se ha mencionado, pues a pesar de que dicho cuadro se arma partir de las declaraciones de los obispos referida a ellos, parece serde utilidad, para ubicar a la Iglesia respecto al mbito de lo poltico, conalgunas precisiones que ahora se mencionan.

    Hay hitos en la historia de la Iglesia Catlica que se han convertido

    en parteaguas. Se trata de acontecimientos que, si bien ocurren alinterior de ella, no por eso dejan de hacer referencia a cambios que sedan en la sociedad en su conjunto, tan universal como regionalmente.Es el caso precisamente del Concilio Vaticano II y de la II ConferenciaGeneral del Episcopado Latinoamericano realizada en Medelln, Colom-bia, en el ao de 1968; en donde se intent marcar la orientacin pecu-liar de la Iglesia en Amrica Latina, a partir de los horizontes abiertospor el Concilio recin celebrado.

    Con base en estos acontecimientos, se pueden diferenciar tres co-rrientes o tendencias al interior de la Iglesia Catlica:

    1. Tendencia pre-conciliar (premoderna o misin espiritual). Estatendencia no acepta los cambios propuestos por el Concilio Vaticano II,esto es, no acepta al mundo moderno; mucho menos la misin que elConcilio le seala a la Iglesia en ese mundo, y por consiguiente la nuevaconcepcin teolgica de Iglesia planteada en dicho evento eclesial.

    2. Tendencia conciliar modernizante (o chihuahuense). Se caracte-riza por identificarse plenamente con el Concilio Vaticano II, tanto en loque toca a la nueva concepcin de Iglesia, como al papel de sta en el

    mundo de hoy.3. Tendencia progresista(o Pacfico Sur). Esta ltima tendencia asumeel aporte conciliar, pero lo profundiza o complementa con las reflexio-nes y compromisos asumidos por la Iglesia Latinoamericana en la Con-ferencia de Medelln.

    18S. Loaeza, La Iglesia catlica mexicana y el reformismo autoritario, Foro Interna-cional, vol. XXV, nm. 2, octubre-diciembre de 1984, pp. 151-152.

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    A nivel terico, la tendencia predominante es la conciliar moderna.Sin embargo, por estados observamos que Guanajuato y Zacatecas

    manifiestan una fuerte presencia de la tendencia misin-espiritual opremoderna. Por ltimo, en los estados donde se observa una notoriapresencia de la tendencia progresista o Pacfico Sur son San Cristbalde las Casas, Chiapas, Tehuantepec, Oaxaca, Jalapa y Chihuahua.

    El Bajo constituye una de las regiones geogrficas mejor integradasdel pas. Es difcil establecer si la caracterizacin de esta regin comointegrada por una sociedad catlica, agraria, tradicional e hispanista, esen realidad, la ptima para describirla en sus mltiples manifestaciones.Lo que queda claro es que es posible encontrar un nmero importantede expresiones, que hablan todas de la presencia de una formacin so-

    cial que s se ajusta a esa caracterizacin de la regin y que, sobretodo, es una formacin social que se ha probado altamente eficaz en loque concierne a la formacin de cierto tipo de clero en el pas, que seha dado en llamar: la hegemona abajea.

    As, el nmero abrumador de obispos nacidos en esa zona tendranque agregarse rasgos muy significativos de esta relacin entre el cato-licismo mexicano y esta regin del pas. Entre ellos podra citarse el dela toponimia, que en su conjunto parece sacada de los ltimos rinco-nes del santoral catlico y que expresa una cierta manera de entenderel mundo y ubicarse en l.

    Tampoco pueden perderse de vista hechos cruciales para la historiade la regin, como lo fue la participacin de importantes contingentesde abajeos en los ejrcitos cristeros;19 todo ello ha favorecido el queesta regin rena caractersticas quizs nicas cuando se le compara conla geografa fsica o humana de otras regiones del pas.

    El Bajo parece tener varias vocaciones: cuna de jerarcas catlicos,y de movimientos de fuerte raigambre campesina, como el sinarquismoguanajuatense o el cardenismo michoacano; principal proveedor, enMxico, de emigrantes hacia Estados Unidos; as como entusiasta afi-

    cionado al ftbol.De igual modo parece ser propicio para el surgimiento de un mar-cado conservadurismo en distintos rdenes de la vida cotidiana quelleva a frecuentes confusiones entre los principios que tendran que opodran regir la vida de los individuos y aquellos que se imponen, gra-cias a las leyes, en la esfera de la vida pblica.

    19Vase J. Meyer,La Cristiada, Mxico, Siglo XXI Editores, 1979, pp. 8 ss.

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    En opinin de Pablo A. Serrano:

    La homogeneidad territorial, geogrfica, econmica, social y cultural de laregin del Bajo ha permitido caracterizarla como una regin tradicional deMxico. La integracin interregional y supra-regional ha sido una caracte-rstica del Bajo como formacin histrica, producto de la combinacinintegrada de las actividades econmicas, la organizacin y relaciones so-ciales, la organizacin poltica, la geografa territorial y el sistema cultural.20

    Las tendencias identificadas obligan a plantear el problema de lasposibles consecuencias que tiene para la Iglesia el dominio de jerarcasnativos del Bajo o formados en seminarios de esa regin. Es difcil es-tablecer criterios definitivos sobre el particular, pues sera muy fcil caeren generalizaciones que podran resultar groseras al espritu crtico, peros es posible advertir claras tendencias en la informacin disponible.

    Incluso si por alguna razn se deseara dejar de considerar a Aguas-calientes, Durango y Zacatecas, el peso de Michoacn, Jalisco y Gua-najuato es suficiente para ofrecer un perfil muy claro del episcopado ensu conjunto.

    Por lo anterior, es posible sealar que los patrones observados otor-gan al Episcopado Mexicano una cierta identidad cultural adicional a laque por s distingue a esta lite de otras que actan en Mxico. Este

    hecho que puede beneficiarle en la medida que, por esa homogenei-dad cultural, puede ser ms eficaz en el planteamiento y consecucinde sus objetivos.

    Al mismo tiempo que, por proceder de regiones distintas a la de lamayora de los polticos, empresarios, intelectuales y militares, poseeuna visin distinta de la realidad y de los problemas que sta plantea.Por otra parte, esta ventaja tambin puede resultar perjudicial en lamedida que se convierta en una lite que no logre considerar las ne-cesidades, problemas y perspectivas de otras regiones, especialmentede las zonas urbanas, as como regiones que no logran una represen-

    tacin significativa en el mosaico geogrfico-cultural del episcopado.Otro punto que tambin es interesante sealar, es el reducido n-

    mero de obispos provenientes del llamado clero regular, las rdenesreligiosas. Este factor funcionalmente hablando, ha generado algunasfricciones al interior de la Iglesia. Recurdense los casos del VicariatoApostlico de la Tarahumara (1993), cuando la Compaa de Jess

    20 P. Serrano, La batalla del espritu. El Movimiento Sinarquista en El Bajo (1932-1951), Mxico, CONACULTA, 1992.

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    perdi el control de esa prelatura, cuando el Delegado Apostlico Pri-gione favoreci el nombramiento como obispo de un sacerdote ajeno a

    esa orden religiosa. Sin abundar en este rubro, es interesante destacarque las rdenes religiosas que ms obispos han aportado son la de losFrailes Menores, los franciscanos, y la de los Misioneros de la Natividadde Mara.

    Es digno de considerar tambin el hecho que en los ltimos aos dela gestin de Jernimo Prigione haya aparecido un nmero importantede obispos seleccionados de congregaciones recientemente fundadasen Mxico: Misioneros de la Sagrada Familia, Misioneros de San Jos,Legionarios de Cristo, Cruzados de Cristo Rey.

    Por su parte, las rdenes tradicionales slo se vieron beneficiadas

    con el nombramiento de Ral Vera, de la Orden de los Predicadores(dominicos) como obispo coadjutor de San Cristbal de Las Casas,mientras la gran perdedora de este proceso es la Compaa de Jess,que de los dos prelados que contaba en 1986, ya no cuenta con obispoalguno en 2004, ni siquiera en su tradicional territorio de Misin en elnorte del pas, la Prelatura Tarahumara que fuera convertida en dicesisen 1993.

    Relevos

    A pesar de ser una lite mucho menos dinmica que la poltica o la mi-litar, la jerarqua catlica mexicana ha acumulado a lo largo de los lti-mos veinte aos un nmero significativo de relevos. Estos cambios,unidos a otros elementos de anlisis, podran facilitar que se formarauna imagen mucho ms detallada y fiel de los procesos de cambio ge-neracional que han tenido lugar en el interior de la jerarqua catlicamexicana.

    Ya se haba apuntado en algunos prrafos anteriores, el carcter

    subjetivo del proceso de seleccin y nombramiento de los obispos enMxico. Este procedimiento incorpora una vasta y muy compleja red detransmisin en el interior de la Iglesia. Es por ello inevitable pensar queen esa caja negra, que es el proceso de seleccin y nombramientode obispos en Mxico y en cualquier parte del mundo catlico, el papelde los delegados o nuncios apostlicos es significativo en ms de unsentido.

    Son ellos los que, por ejemplo, tienen la obligacin de integrar las ter-nas definitivas en cada caso y es su facultad informar sobre cualquier

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    conducta impropia que eventualmente podra impedir el arribo de unpresbtero a la condicin de obispo o que favorecieran o inhibieran el

    nombramiento de un obispo ya ordenado para alguna posicin quetuviera una mayor importancia.Sera muy difcil emitir juicios definitivos sobre el asunto que nos

    ocupa, pues el impacto del papel desempeado por Jernimo Prigioneen la Iglesia Catlica en Mxico est todava por escribirse. A pesar delo anterior, s es posible apuntar que desde su llegada en 1979 hasta suretiro en 1997, el delegado y posteriormente nuncio apostlico tramitel nombramiento de por lo menos 55 de los 117 obispos que existan enMxico a mediados de 1998. Si bien no es posible definir con precisinlos alcances de la influencia del anterior representante papal en Mxico,

    s es posible pensar que esos obispos tuvieron el visto bueno (es decir,no fueron vetados) del nuncio Prigione.

    Perspectivas

    La Iglesia catlica es, hoy por hoy, altamente vertical, centralizada y je-rrquica. Esto se ha dado gracias a un largo proceso histrico, que seprofundiz en el sigloXIXen el Concilio Vaticano I, donde el poder delPapa alcanz una proyeccin importante.

    En el Concilio Vaticano II, con el principio de colegialidad (contra-parte, al interior de la Iglesia Catlica, de la democracia en la socie-dad), pretendi revertir un tanto esa verticalidad y centralismo.

    Sin embargo, a partir de la dcada de los ochenta, se comenz amostrar una importante fuerza restauradora al interior de la jerarquacatlica, misma que ha venido cobrando fuerza considerable a nivel mun-dial. Telogos, seminarios, obispos, conferencias episcopales, movimien-tos eclesiales, institutos, rdenes y congregaciones religiosas, confe-rencias de religiosos, etctera, han visto cmo la colegialidad se reduce

    tanto en la teora (teologa), como en la prctica (accin pastoral).Este proyecto restaurador, si bien dependa de la voluntad de JuanPablo II, adquiri una estratgica posicin para el futuro, puesto quedurante su papado nombr una enorme cantidad de obispos, que afian-zaron y profundizaron su posicin. De suyo, las corrientes conciliares y,an ms, las progresistas al interior de la Iglesia Catlica han venidoresintiendo esto en los ltimos aos.

    Uno de los elementos clave de este proyecto restaurador es su ca-rcter centralizador episcopal en la toma de decisiones. Todo parece

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    39ELITE EPISCOPAL Y PODER EN LA IGLESIA CATLICA EN MXICO

    ESTUDIOS POLTICOS, NM. 22, NOVENA POCA, ENERO-ABRIL, 2011, pp. 27-40

    indicar que dicho proyecto y sus sustentantes, no estn dispuestos anegociar esto ni un pice. De ah que, dada su estratgica posicin, sea

    sta la tendencia dominante dentro de la Iglesia a nivel mundial.Por su parte, la jerarqua catlica mexicana ha sido, a raz de lossucesos particulares de nuestra historia nacional, fiel seguidora de laslneas vaticanas, pues ante un Estado agresivo, sta ha buscado todoel apoyo poltico-diplomtico exterior posible. Ello no significa que nohaya voces disonantes e incluso radicalmente opuestas al interior delmismo clero en Mxico, sobre todo aquellos sectores provenientes deldenominado bajo clero, los prrocos.

    CUADRO1

    Tendencias sociopolticas al interior de la Iglesia Catlicaen Mxico: 1979-2004**

    Autor Tendencia Dicesis* Obispos+

    AcuaBlancarteLoaeza

    AcuaBlancarteAguirreLoaeza

    VaticanaIntegral-intransigentePre-conciliar

    Misin espiritualConciliadora oPragmticaConciliar

    Morelia; Guadalajara;Puebla; Yucatn;Zamora; Papantla;Quertaro; Ecatepec

    Acapulco,Aguscalientes;Celaya; Len; Mxico;San Luis Potos;Tuxtla Gutirrez;Zacatecas

    Estanislao Alcarz+Alberto SurezJos Salazar +Juan J. PosadasJuan SandovalRosendo Huesca

    Manuel CastroEmilio BerlieEsal RoblesCarlos SurezGenaro Alamilla+Mario de GasperinOnsimo Cepeda

    Rafael BelloFelipe Ramn Godnez+Victorino AlvarezJ. Gpe. MartnErnesto Corripio+Norberto RiveraArturo SzymanskyLuis MoralesFelipe AguirreRogelio CabreraJavier LozanoFernando Chvez

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    CENTRO DE ESTUDIOS POLTICOS, FACULTAD DE CIENCIAS POLTICAS Y SOCIALES, UNAM

    VICENTE GODNEZ VALENCIA

    CUADRO1 (CONTINUACIN)Tendencias sociopolticas al interior de la Iglesia Catlica

    en Mxico: 1979-2004**Autor Tendencia Dicesis* Obispos+

    AcuaAlmeida+Talams+BlancarteLoaeza

    AcuaBlancarteLoaeza

    ChihuahuenseDel SurNeo-intransigenteProgresista

    Mayora silenciosaIntegristaPre-Conciliar

    Chihuahua; CiudadJurez; Tarahumara;Oaxaca;San Cristbal de lasCasas; Chiapas;Tehuantepec; Jalapa,Ver.; Cuernavaca;Coatzacoalcos, Ver.

    El restoEl restoEl resto

    Adalberto ManuelJ. Alberto Llaguno+Bartolom Carrasco+Samuel RuizArturo LonaSergio ObesoSergio Mndez+Carlos Talavera+

    El restoEl restoEl resto

    ** FUENTE: Cuadro elaborado por Vicente Godnez Valencia, con informacin de laCEM y de los autores: H. Acua, R. Blancarte y S. Loaeza.

    * Total de dicesis vigentes en 2004: 89; total de obispos activos: 110.+ Obispos fallecidos.