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ELTIEMPODELASORQUÍDEASSALVAJES

NicoleC.Vosseler

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CréditosEdiciónenformatodigital:diciembrede2016Títulooriginal:ZeitderWildenOrchideenTraducción:MaríaJoséDíezPérez©2014byNicoleC.Vosseler©2014byWilhelmGoldmannVerlagUnadivisióndeVerlagsgruppeRandomHouseGmbH,Múnich,

Alemaniawww.randomhouse.de Este libro ha sido negociado a través deUteKörner LiteraryAgent,S.L.U.,Barcelonawww.uklitag.com

©EdicionesB,S.A.,2016ConselldeCent,425-42708009Barcelona(España)www.edicionesb.comISBN:978-84-9069-595-1Todos los derechos reservados. Bajo las sanciones establecidas en el ordenamiento jurídico, queda rigurosamente prohibida, sin

autorización escrita de los titulares del copyright, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento,comprendidoslareprografíayeltratamientoinformático,asícomoladistribucióndeejemplaresmediantealquileropréstamopúblicos.

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ELTIEMPODELASORQUÍDEASSALVAJES

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EllibroEn torno a 1840, Singapur acaba de cumplir veinte años, fundada por la Compañía de las Indias

Orientalespara ejercerde contrapeso inglésde laholandesaBataviaymarcadapor el comercio.AhívivelapequeñaGeorginatraslamuertedesumadre,abandonadaasusuertelamayorpartedeltiempo.Supadreahogasuspenasenlosnegociosyapenassepreocupaporsuhija.Laniña,decabellooscuroyojos azulvioleta, campaa sus anchaspor el exuberante jardínde la casa, situada juntoalmar,dondeolvidasusoledadalmenosduranteuntiempo.

Un día, en un rincón oculto del jardín, Georgina se encuentra a un muchacho herido: Raharjo,pertenecientealpueblooranglaut, los«señoresdelmar».Ytrabanamistad.PerounamañanaRaharjodesaparece, y pocodespués el padre deGeorgina cede a la insistencia de su hermana en Inglaterra yenvíaallíasuhija.Sinembargo,comotrazadosporeldestino, loscaminosdeGeorginayRaharjosecruzanunayotravezalolargodelasdécadas,yeseamorquenopuedesercambiaráparasiemprenosolosusvidas...

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Paratodoslossoñadoresdeestemundo,cuyocorazónestanprofundoyvastocomoelocéano

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Ataquesextrañosdepasiónheconocido;ymeatreveréadecir,

perosoloaloídodelamante,loqueunavezmesucedió.

WILLIAMWORDSWORTHElcorazónessupropiodestino.

PHILIPJAMESBAILEY

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Elcieloestabaenllamas.Vivaslenguasdefuegoiluminabanelhorizonteyascendíanhaciaelcielo.Losprimerosbancosde

nubesseencendieron,yconelresplandorquegoteabadesusbordeselmarsetiñóderojo.Aúnresonabanlosdisparosenelagua.Unecodelestridenteymetálicoentrechocardelasespadas.

El tenue recuerdodevocesdehombres,heridosen la luchaydiseminadosen lanegrurade lanoche,flotabaaladeriva.

Élnisiquierasabíacómohabíacaídoporlaborda,justoantesdequelasestrellaspalidecieranylaoscuridad se deshilachara. Antes de que el sol restregara el horizonte e hiciera saltar las primeraschispasdeluz.

Quizáperdieraelequilibrioalesquivarungolpedeespada.Odebidoalimpactodelproyectilqueacertóenél.Opuedequesedejaracaersinmás,talvezinclusoquesaltara,espoleadoporundeseodevivirdesenfrenado,movidoporunacobardíahumillante.

Sehundiócomounapiedraenlastenebrosasaguas,queclavaronsuscolmillosdesalensusheridas,yundoloragudo,lancinante,ledesgarrólacarne.

Uninstantedevacíoaturdidor.Unanadasinlímites.Después,recuperóelconocimiento.Unaopresiónenelpecho,lospulmonesapuntodeestallar,empezóamoverlosbrazosylaspiernas.

Yporfin,porfin,saliódelaguaycogióaireconavidez.Elvientolesabíaahumo,apolvorojoyaceniza.Avanzabaconunapiernayunbrazoentumecidos,

inservibles,atravésdeunaluzdoradacomoazafránlíquidoqueseentremezclabaconlabrumaazuldela madrugada. Bajo la sombra de los pájaros, que describían círculos y despertaban al nuevo díadesgañitándose.Endirecciónalaislahacialaquesubrújulainteriorhabíapuestorumbofijo.Comounatortugaquerecorrelosocéanosdurantedécadasy,sinembargo,siempresabevolveralaplayaenquenació.

Elmarhabíaperdidolapaciencia,loasediabaportodaspartes,lozarandeabasincompasión.Antesincluso de oírla, sintió la ola que se aproximaba. Se sometió dócilmente a su voluntad, dejó que seapoderasedeélyloarrastrara,ytampocoopusoresistenciacuandoloengullórápidamente.E,igualquelaúltimacontracciónfuertequeloexpulsódelvientredesumadreylohizoveniralmundo,alcaboloescupióalaorilla.

Conun zumbidoqueparecíaperforarle losoídosy el corazón latiendo condesenfreno, se alejó arastras,sinaliento,deaquelmarturbulento.Laarenaledesollabalasheridas,laspiedrasylashierbaslodespellejaban.

Elblancosatinadode lascasas reflejaba la luzdel solnaciente,y,cegado,entornó losojos.Unassombras esbeltas se materializaron en árboles, mudos guardianes de los cuidados jardines que seextendíanalotroladodeunastapiasbajas.Ningunosealzabaensolitario,y,sinembargo,entreunoyotrohabíaunadistanciaamplia,quenoofrecíaamparoalguno.

Reparódeprontoenunaoscuranubedehojas.Unaisladeespesurasolitaria,casiirreal,envueltaenvelos de vaho y humo, allí donde la polvorienta cinta de la carretera Jalan Pantai, contra la que yarompíanlasolas,describíaunacurva.

Demasiadocansadoparacontinuarhastaelrío,demasiadojovenparadarseporvencido,titubeó.Laniñasehallabaenelumbraldelacasa,conlabarbillaaltaylaespaldarecta.«Estedíaimportantehanvenidotodos.Todosmiscaballerosynobles.Todoslossabiosylosmagos,

lashechicerasy lashadas.Hanvenidode los rinconesmás remotosdemi reino,de loscuatropuntoscardinales,paraexpresarmesugratitud.»

Lapequeñaextendiólosbrazos,abriendoconafectaciónlosinfantilesdedos.–Levantaos.«Conelfrufrúdelostejidosmásexquisitos,lamultitudsemeciócomoelmarconlasolascuandolos

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hombresconcluyeronsuobsequiosareverencia,ylasmujeres,suampliagenuflexión.Ycualfloresquegiraranhaciaelsol,todoslosrostrossevolvieronhaciaella.»

Laniñaserecogióconlasmanoslaestampadafaldacruzadaybajólaescaleradespacio.«La corona le pesaba en la cabeza, pero se sentía orgullosa de lucirla. La seda de sumagnífico

vestido crujía de un modo prometedor, y las paredes, que brillaban como las piedras preciosas,devolvíanelecodecadaunodesuspasos, lospiesenfundadosenlaschinelasrecamadasenoro.Suspasoseranligeros,comosiapenasrozasenlalisapiedradelsuelo.»

Una leve sonrisa asomó al rostro de la niña mientras continuaba caminando por la baja, ásperahierba.

«Elgentío,reverente,seapartabaasupaso.Unmurmullodenumerosasvocesrecorríalasala,seibaextinguiendoentrelasimponentescolumnasdemármoloscuroyseperdíabajolabóvedadeesmeraldasylapislázuli,tanaltayvastacomoelmismocielo.»

Sucorazónlatíaconfuerza,lecostabamantenerlaregiapostura.«Los ojos de la multitud se fijaron en el aguerrido héroe que hincaba una rodilla en el extremo

opuestodelasala.Conlacabezamuybaja,enseñaldehumildad,comosinosupierasileaguardabalarecompensa o el castigo por las proezas con las que había logrado romper el encantamiento de lamalvadabruja.Laesperabatímidamenteelunicornioblancoplateadoqueeljovensosteníaasuladodelosarreos,lososcuros,brillantesojosclavadosenella.Comosi...»

–MissGeorgina,buenosdías.Laniñadiounrespingo.Laespléndidasalaempezóadesdibujarseantesusojoshastaesfumarse,yel

vientosellevólosdeslustradosrestoscomosidepolensetratara.Másalládelosarbustosylascopasdelosárboles,cuyofollajehizocrepitar,mientrasenlasramasaltaslospájarostrinabanygorjeaban.

–Notehabréasustado,¿no?Georginaparpadeódeprisa.Entresurtidoresdeflorespúrpuraycarmesí,delicadascomofarolillos

depapeldeseda,estabaAhTong,apoyadoenelrastrillo.Unasonrisadesatisfacciónenelrostro,uncueroamarillocurtidoporelsol.

–¿Quétetraetantempranoporaquí?LasmejillasdeGeorginasetiñeronderojo;susdedosestrujaronconfuerzalateladesufaldayla

hierbaseleclavóenlosdescalzospies.EnsupechoanidabantantascosasdelasquequeríahablarleaAhTong,delashadasylosgentileshombresyloscaballerosydesusaventurasenelmágicoreino,quecasinopodíarespirar.Sinembargo,cadapalabraseleasentabapesadamenteenlalenguaantesdequepudierapronunciarla,ycomosituvieselabocallenadepiedrecitas,sequedócallada.

–Hacesmuybien.–AhTongsiguió rastrillando las floresmarchitas–.Retozaporel jardínmientrasaúnestéseco.

Georginamiró al cielo: las nubes, que la noche había dejado inmaculadas y a las que ella habíasaludadoalegrementeporlaventananadamáslevantarsedelacama,paraentoncesyaestabantiznadas.Oprimíanpesadamentelaisla,yelcielo,antesdeunazulceleste,eradeungrislechoso.

–Y amímásme vale que acabe las tareas de hoy.–Ah Tong desprendió las flores que se habíanquedadosujetasenlosdientesdelrastrillo–.Novayaaserque,ademásdelalluvia,tambiénmecaigaencima...

Ah Tong inclinó ante Georgina su alta y descarnada figura, en la que le bailaban los pantalonesholgadosylacamisa,demaneraqueunadesuslargasyfinastrenzaslecayósobreelhombro.

–Lairadenuestraamayseñora.Semiraronalosojosconcomplicidad,ymientrasenelrostrocurtidodeAhTongseextendíauna

sonrisa,máspícaraaúnporsusdientes,torcidosyladeados,Georginasoltóunarisita.Tapándoselabocaconlamano,miródeprisahacialacasa,cuyablancafachadarelucíacomoelinteriordeunacaracola.YesquealaagudavistayelfinooídodelaesposadeAhTongyayahdeGeorginanoselessolíaescapar

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nadadeloquesucedíaenyalrededordeL’Espoir,lacasaqueCempakagobernabaconescobadehierroyestridentegriterío.

–Mira.–AhTongcogiódeunodelosarbustosunaflordeunrojovivoqueofrecióaGeorgina–.Seacabadeabrir.¿Recuerdascómosellama?

Georginaasintió.–Bungaraya–dijo.Volvíaatenerlabocalibre,lalenguasuelta–.RosadeChina.Zhujin.Ohibisco.–¡Muybien!–exclamóAhTong,ysoltóunarisadesatisfacción–.Toma,esparati.DepositócondelicadezalaflorenlasmanosahuecadasdeGeorgina,queapenaspodíanabarcarel

anchocáliz.Laniñacontemplófascinadaelprominentepistiloconelpolvillodoradoysedeleitóconlasuavidaddelospétalos.

–Gracias–repusoenvozqueda,feliz.Porlogeneral,AhTongnocogíanadadeesejardínquecuidabaconprimor;elúltimoramodeflores

locortóparamaman.Mirandoembelesadalaflor,diomediavueltaypusounpiedelantedelotroconcuidado.«Unasantorchasllameantesiluminabanelimponentetemplo,construidohacemilesdeaños.Eljuego

de las llamas y las sombras hacía titilar dibujos ymisteriosas inscripciones en las sólidas columnas.Demonios, dioses y criaturas fabulosas esculpidas en la piedra recorrían las paredes en una danzafrenética,letal.»

–Mirad–musitóconvozgraveyroncadebidoalatensión–,ostraigoelfuegosagrado.«Portaba,concentrada,eldoradocáliz; las llamassealzabanvivasyvigorosas.Unmovimientoen

falso, un paso demasiado presuroso o una respiración demasiado profunda y el fuego sagrado, querepresentabalavidaeterna,seapagaría.Parasiempre.Peronoenvanolosdioseslahabíanelegidosumasacerdotisadelfuego.Dabaunpasotrasotrohaciaelgransantuariodelosdiosestancircunspecta,tancautelosa,contalsolemnidad,quelasbrillantesalhajasquellevabanohacíanelmenorruido.Inclusoelpesadobrocadodeorodesuvestidoguardabasilencio.»

AhTongseguíaconlamiradaaGeorgina,quecaminabadandograndeszancadasjuntoalossetosdebambúylosracimosdefloresazulesdelheliotroposilvestre,comounagrullaporlaorilladelrío.Sushirsutas cejas se unieron en el arranque de la nariz cuando el viento le llevó retazos del soliloquiosusurradoyvioquelaniñafinalmentesearrodillaba,despacio,delantedelmangostánconsuvastacopayhacíaentregaalárboldelaflordelhibiscocomosideunaofrendasetratase.

Másqueunaniñaqueestuvieraabstraídaensujuego,lapequeñaparecíacompletamenteinmersaensumundode ensueño.Como si únicamente allí pudiera ser libre y no tener preocupaciones. Solo allíolvidabalatristezaqueensombrecíasumiradadesdequelamemnoestaba.

–Pobrecita–musitóAhTong,ysacudiólacabeza,compasivo,porlasingularhijitadetuanFindlay.Undestelloazulhizoqueeltemplodepiedraseestremecieraytemblase.Conelsegundodestello,se

derrumbó. Georgina, perpleja, levantó la vista. Observaba embelesada el revoloteo de las dosmariposas,criaturasdesedacelestialquenadabanenunocéanodeaireyluz.

Las siguió con la mirada hasta que desaparecieron al otro lado de las lenguas flamígeras de lasorgullosascañasdeIndiasyselevantódeunsalto.Echólacabezahaciaatrás,cerrólosojosyextendiólosbrazostodoloquepudo.Seimaginóqueeradiminutaeingrávidayteníadosalasirisadas,yechóacorrer.Corríamásymásdeprisaalencuentrodelasnubes,sintiendoenelpechouncosquilleojubiloso,listaparaalzarelvuelodeunmomentoaotro.

Las primeras gotas le dieron en la frente y formaron fríos arroyuelos que corrieron por su rostromezclándoseconelsudorquecubríasupiel.Gritandodealegría,Georginamirólalluvia,dandosaltitosyvueltasporlahierba,ysiguiócorriendohaciaelmar,quebramabaencrespadoalotroladodelatapiadeljardín.Haciaelmurodesombrasquesolodecercaseconvertíaenlostupidosárbolesymatasdeunbosquecillo.

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Unpedazo de naturaleza indómita, encantada y prácticamente olvidada, sobre el que las palmerasasentían con benevolencia. El reino de Georgina, suyo y solo suyo, en el que nadie salvo ella seadentraba.NisiquieraCempaka,queestabaconvencidadequeentrelasraícesdelosárboleshabitabanespíritusmalignos.

La lluviarepiqueteabaen lashojasysedesbordabacuandoGeorginase internóen laespesura.Elaire le envolvió la piel y los pulmones como un pañuelo húmedo y caliente. Olía a lluvia y a hojasmojadas, a arena empapada y tierra roja, y entremedias se abría paso el aroma embriagador de lasorquídeassalvajes,queconlaluzcrepuscularbrillabancomoestrellasdecolores.

Una junglaen laquedecuandoencuandoespiabaaun tigrecomehombres, intentabaconjurara lareina de todas las serpientes, de un blanco reluciente, con poderes mágicos, o buscaba al unicornioplateado,quelallevaríaaunpaísremoto,fabuloso,subidaasulomo.

Sinembargo,lomásbellodeesapartedeljardíneraelpabellón.Entrelosladrillossobrelosquedescansaba,lamalezaeratandensaquedabalaimpresióndequeel

pabellónnadabaenunfrondosolago.El castillodehadasdeGeorgina.Unavetustamansiónhabitadapor fantasmas.La isladesiertade

Robinson.Elpalaciodeunrajá.Unaguaridadepiratas.Al igual que la gran casa que su padre le construyó a su madre, tres de los abiertos muros del

pabellónsefundíanconlaverdura.Porel ladoquemirabaalmarseabríaaunaampliaveranda,yelescarpado,inaccesiblepeñasco,intercaladoentresetosvivosconfloresrojasjustodelantedelatapia,paraGeorginaunasveceseraunaatalayaenelnidodepiratas,yotras,unfaroolamontañamásaltadelaTierra,alaquesolosepodíasubiraduraspenasycorriendograndespeligros.

Georginasubió losescalonesde laveranda.Lamadera,alabeada,crujíabajosuspies,y lahierbaque crecía entre los peldaños le hacía cosquillas en los tobillos. Al cruzar el umbral a Georgina larecibióel familiarolorahumedad,asalyamateriaendescomposición,bajoelcualsepercibíaotrodulceymaloliente.

La naturaleza se había apoderado hacía tiempo del pabellón. El liquen recubría el tejado y lasparedes como si fuese escamas de un lagarto. Árboles y arbustos se colaban por las ventanas,oscureciendo las dos estancias y bañándolas en la tornasolada luz azul verdosa de los mundossumergidos. Los rincones que ocupaban el diván enmohecido y el armarito del reloj parado estabancubiertosdemusgo,yelvientoylasolas,quesolíanrebasarlatapiaduranteelmonzón,habíanhechoenvejecerdeprisalamaderaylapiedra.Comosiunospocosañossehubiesenconvertidoensiglos,queallí,eneselugar,encerrabanunasgotasdeeternidad.

LaarenasedejóoírenelsuelocuandoGeorginadiolavueltaa lamesaylassillas,y lascostrasblancasquedejabaelmarensusvisitascrujieronbajosuspies.Hastaquelaniñasedetuvobruscamente,losojosmuyabiertosyconteniendolarespiración.

Soloseoíaelbatirdelasolasylalluviaquecaíafueraygoteabaporlasrendijasdeltejado.Sequedóobservandoconperplejidadlafiguraqueteníadelante,tendidaenelsuelo,inmóvil,igual

queunasombra,deprontosindistinguirlarealidaddelossueños.Laspiernasletemblaban;queríasalircorriendodeallí,irhaciaelvacíoopresivo,desoladordelacasa,delqueporlogeneralhuía,enbuscade protección o a pedir ayuda aAh Tong. Pero no se podíamover. Un gran nerviosismo y un terrorespantosolecorríanporlasvenas,yalcabosearrodilló.

Elqueestabaallíencogidonoeraunhombre,pero tampocounniño,sinoalguienamediocaminoentre ambos. Quizá tuviese la misma edad que Boy Three, que se ocupaba de que su padre siempretuviera loszapatos relucientes.Estemuchachoeradelgado,perodeunadelgadezdistintade ladeAhTong: unmanojo larguirucho de codos y rodillas huesudos, canillas nervudas y unos pies demasiadograndes.En la piel cobriza de su desnudo torso se veía alguna que otra cicatriz y rasguños recientes,ademásdelasestríasblancasquehabíadejadoelaguasaladaalsecarse.Parecíauntrozodemaderaque

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elmarhubieraarrojadoalaplaya,igualdegastado,igualdemuerto.Georginanopudoevitarqueselepasaraporlacabezaelpájaromuertoqueunavezseencontróenel

jardín,unovillodeplumasalborotadascondospatitasfinascomoalambres,y lacarablancacomolapareddemaman,sumanofríacomolapiedra.

Debatiéndoseentrelacuriosidadyelhorror,alargóunbrazo.Loarrancarondesombríosabismosysalióauncrepúsculoencapotadoquenotardóendespejarse,y

eldolorpalpitantequesentíaenelbrazoylapiernalodespertódefinitivamente.Levantólospárpados,yconcadapestañeolaimagentitilantequeteníadelanteibacobrandonitidez.Noestabasolo.

Unasacudidalerecorrióelcuerpo.Queríalucharohuir,peroelatrozdolorquesentíaseloimpidió.Vomitósinquerer,ysusmúsculoscontraídossolosedistendieroncuando lamanchaclaraque teníaalladotomólaformadelakebayablancadeunamuchacha.Unaniñaaún,quelomirabafijamenteconlosojosmuyabiertosyunamanoenelpecho.

–¿A...gua?–pidióconlagargantaabrasada,lalenguacomounahojaseca.Agotado,cerrólosojos,oyóunfrufrúdetelaylospasospresurososdeunospiesdescalzosquese

alejaban,sedejabandeoíryseacercabandenuevo.Elmurmullodelalluviaamenazabacondevolverloa la negrura cuando notó una mano pequeña, caliente bajo el hombro, una rodilla puntiaguda que lososteníayelbordedeunrecipienteensuboca.

Bebiólafrescaaguadelluviaconunasedqueparecíainsaciable;habríapodidodejarsecostodoslosríosdelaisla.Conlacabezamuyechadahaciaatrás,sorbiólasúltimasgotasantesdeincorporarseamediasypasarselamanoporlabocaylamojadabarbilla.

–Estásherido.–Laniñaseapartódeél–.Iréabuscarayuda.–¡No!Inclusoaéllesonóestridentesuvoz,tantocomolafuerzaconlaqueagarróporlamuñecaalaniña.

Lanotódescarnada,comounaramitaquepodíaquebrarsebajosusdedos.Yesquelaniñaeramuypocacosa.Elcabello,oscuroyenguedejasalhabersemojado,lecaíaporelrostropequeño,dorado,queerademasiadopocodulce,demasiadopocoredondeadoparaserbonito.Pocoinfantil,casi,porsuformadetorcerloenseñalderecelo.Ysuceñofruncidoledijoqueleestabahaciendodaño,aunquedesubocanosaliósonidoalguno.

–No.–No era su intención parecer tan brusco, pero lo dijo con lamisma voz bronca, aunquemásbaja–.Noquieroquenadiesepaqueestoyaquí.¿Meprometesquenoselodirásanadie?

Laniñaasintió,losojosmuyabiertos.Eranunosojosextraños;oscuros,perosinelfulgordelosojosnegros, sino con un brillo peculiar. Enmarcados por unas pestañas espesas, como si alguien hubieseagarradounpincel y hubiera pintado con tinta chinaunas líneas rizadas quehacia las sienes se uníanhaciafueraenundelicadotrazoascendente.Unosojosqueloestabandevorandodirectamente,yaflojólapresióndelamano.

Miródereojoeltajolargo,abierto,queteníaenlospantalones,losbordesdeunmarrónoscuro,ytiesosdebidoalasangreylasal.Elcorte,nomenoslargo,delapierna,concostrasysangrereciente.

–¿Podríastraermeagujaehilo?¿Yalgoparavendarmelapierna?Laniñaasintiódenuevo,estavezmásvacilante.AGeorginalakebayaselepegabaalaespalda,yellonosedebíaúnicamentealalluvia,bajolaque

había ido a casa corriendo y vuelto de nuevo, temerosa en todomomento de queCempaka la pillararevolviendoarmariosyelcosturerodesumadreysaliendoaljardínconunbultograndeenlosbrazos.

Elsudorlecorríaporlassienes,leperlabalanarizyseleremansabaenellabiosuperior;sepasabaunayotravez lamangade la blusapor la caray se secaba lasmanoshúmedas en la falda.La agujaatravesólapieldemalagana,eltorzaldeslizándosedetrás.Debidoalesfuerzo,Georginaapretabalosdientes;procuróhacerloexactamentecomoleexplicóelmuchachocuando,trasvariosintentostorpes,lequitólaagujadelosendeblesdedos.

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Habíaperdidolacostumbredeestartancercadealguien.Ymenosaúndeesemodo,conlapielaldescubiertoyunaheridaabierta,quesangrabaensusmanos.Ydesdeluegonoconunmuchachomoreno,que tenía la voz grave de un hombre y olía a sal y algas y un poco a cuero curtido. Un completodesconocido,delquenisiquierasabíasunombre.

–¿Cómotellamas?Georginalevantólacabeza;lomiróunosinstantesalosojos,negrosybrillantescomopiedrapulida,

despuéssecentróconredobladaatenciónenelcortedelapierna.–Georgina–musitó.A excepción de Ah Tong prácticamente nadie se dirigía a ella por ese nombre, e incluso él con

frecuenciapreferíallamarlaayu,nombrequehacíaqueGeorginasesonrojaraysesintieraunpocomásmayor,yaquesignificabaguapa.Paramamancasisiempreerachouchouop’titange,yparasupadre,Georgie.Elcik-cik,oseñorita,deCempakanuncasonabaamableni respetuoso,sinosiempreun tantodespectivo. Y cuando se enfadaba mucho, Cempaka llamaba a Georgina hantu, porque iba por ahímetiendoruidocomounfantasmayhaciendopayasadas.

–PerocasisiempremellamanNilam–seapresuróaañadir.AsílallamabaKartika,apartedeCempakalaúnicamujerquehabíaenlacasa;Anish,elcocinero,

quedejóCalcutaparatrabajarconsumadreysupadre,ylostresBoys,chinoscomoAhTong,conlamismatrenzalarga.

–¿Nilam?Georgina asintió, hizo un último nudo y cortó el hilo con las tijeras de costura algo oxidadas de

maman.–¿Ahoraelbrazo?El muchacho se miró el brazo, al que habían arrancado un pedazo de carne. La herida no era

profunda,perosífea,comosilehubierandadounmordisco.–Noharáfalta.Securaráasí.Georginaseencogiódehombros,empapóuna tirade lienzoenel recipienteconaguade lluvia, la

escurrióyretirócondelicadostoquecitoslasangrerecientedelaheridadelapierna.Sinlevantarlavista,alcabodeunratopreguntóenvozqueda:–¿Ytú?¿Cómotellamas?Miróalaniña,queechabaunasgotasdetinturadeunfrasquitomarrónenlaheridacosida.Sintióque

ardía en el acto, un fuego abrasador que le devoró deprisa la pierna y después quedó reducido a unenérgicopalpitar.

«Georgina.»Salvolosmechonesqueteníapegadosenelsudadorostroyelcuello,elcabelloselehabíasecadoformandoondasgruesas,desordenadas, sibienseguíasiendocastañooscuro,casinegro.«Nilam.»

–Raharjo–repusoélalcabo,aúnnoestabaacostumbradoacómosonaba.Noeraelnombrequelehabíanpuesto,sinoelqueélmismohabíaescogido.Lapromesaquesehabía

hecho,comounaprofecía,dequesussueñosseharíanrealidad.Ella lomiróun instanteyacontinuaciónsepusoahacer tirasde la telablancaquehabía llevado

cortandoconlastijerasyrasgando.Comosiquisieradarleaentendercuánapropiadoeraunnombrequeprometíariquezasparaundesharrapadocomoél.Leardíanlasmejillas,yensuvientreanidabalaira.Así todoencogiólapiernaparaquealaniñaleresultaramásfácilvendarle laherida,yleofreciódemalaganaelbrazoparaqueasimismolelimpiaralazonaporlaquelehabíapasadorozandoelproyectilyselavendase.

La tensiónque antes le corría conun ímpetu abrasadorpor las venasy lohabíamantenido enpiecesó, llevándose consigo sus últimas reservas. Una leve ingravidez fue extendiéndose por su cuerpo,subiendohacialacabeza.

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Yaerabastantemalodependerdeesaniñapequeña;paranoperderelconocimientodelantedeella,porañadidura,sacudiódemalaganalacabezayrespiróhondo.

–Ahíhayunacama–lesusurróellaaloído–.Tepuedesacostar.Consuayudasepusodepieyechóaandarconpasovacilante;aunqueintentabanocargarenella

todosupeso,notabaperfectamentelafuerzaqueejercíasobresusestrechoshombros.Elsuelooscilababajosuspiescomolamaderadeunperauenuntemporal,ylecostabamantenersemedianamenterecto.Laspiernasseledoblaron,ysedejócaerenunablandanubequenotóhúmedaalcontactoconlapiel,perodeunfríoquelehizobien.

De su valentía, su voluntad indomable, no había quedadomucho. Se veía empequeñecido y débil,directamentedesvalido.Unasensaciónhumillante,unaheridaabiertaensuorgullo,ysinembargoeraunconsuelosentirseasalvoeneselugar.Resguardado.

–Gracias–farfullóaregañadientes,intentandoabrirunospárpadosqueselecaían.Elmurmullodelalluviahabíaenmudecido.Lassuavescintasdeluzqueentrabandefueratrazaban

undibujocambianteenelrostrodelaniñayleencendíanlosojos.Entoncessupoélquéeraloqueteníandesingularesosojos.

–Nilam–musitó.«Zafiro.»Ensubocasedibujóunasonrisa,antesdequecerraralosojos.Losojosdelaniñaeranazules.Georginaseacomodóenlabutacaderota,quenoestabaniadospasosdelacama,enunrincón,y

crujiólevementecuandoellasubiólospiesydoblólaspiernas.Suslabiosdibujabanunayotravezsunombre,«Raharjo»,sinquesulengualopronunciara.Los párpados del muchacho se contraían convulsivamente, el entrecejo fruncido, y pese a todo

parecía relajado. Sobre todo su boca, que entonces, mientras dormía, parecía demasiado delicada,demasiadovulnerableparaeserostro,enelqueunmentónenérgico,unanarizpoderosa,ancha,yunospómulosmarcadossuponíanunfuertecontraste.Unrostroinacabado,quetodavíanohabíaencontradosuforma, yque, sin embargo, daba la impresióndequeRaharjoyahabíavividomásde loque loharíanuncaGeorgina.

Lacintamarrónestampada,descoloridaysucia,quellevabaenlacabezaapenaslograbacontenersunegrísimacabellera.Elsol,elvientoyelaguademarhabíanhechodeellaunamasarebeldedepuntasyremolinos,y los extremos se le enroscabanen lanuca. Irradiabaunalgodesenfrenado, impetuoso.Unairedelibertadilimitada.Comosisuhogarnofueseunpedazodetierra,sinolavastedadabiertadelossietemares.Comosifueseunpirata.

Era lamisma habitación de siempre, queGeorgina conocía como la palma de sumano.Como surespiración,queencontrabasuecoenelmurmullodelmar,desdequeteníausoderazón.Lasparedesconfiligranaylapuertadelaveranda,porlaquesiempreentrabalabrisa,yelpisodemadera,desgastadoporlaarena,elaguaylasal.Lagrancamabajolamosquiteraagujereada,lassábanasylosalmohadonesconmanchasdehumedad,queprobablementenadiecambiaseya.Loslibroshinchadosdelestante,alqueGeorginasolollegabasiponíalabutacadebajo,yelsencillotocadorconsulámparadeaceite,lajofainaabolladayelaguamanildelquehabíadadodebeberaRaharjo.

Una habitación en la que nadie entraba probablemente desde hacía años, hasta que Georgina ladescubrióyseapropiódeella.

Pese a todo a ella nunca le había parecido vacía. Si en algún lugar del jardín de L’Espoir habíafantasmas,eraentreesascuatroparedes,queparecíanimbuidasdeunpasadodesdibujado.Unespaciolleno de recuerdos que no eran los de Georgina, repleto de quimeras y sentimientos de añoranza sinnombre.Deloscomienzosnebulosos,aúninformesdeunahistoriaqueaguantabapacientementehastaquellegara el momento de ser contada. Que entonces, con ese muchacho desconocido, quizá se fuesedesvelandopocoapoco.

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ElcorazóndeGeorginaempezóaaletearagitado,unasensacióndolorosayalmismotiempodulce.–Cik-cik!LavozdeCempakarasgóelcapulloqueenvolvíaelpabellónyasustóaGeorgina.–Cik-cik,¿sepuedesaberdóndetemetes?¿Esquesiempretetengoquesacardelamaleza?Georginadejólabutacadeprisaycorriendo,atemorizada,pueslairadeCempakapodíasermayor

quesussupersticiones.–Volveré mañana por la mañana–susurró, y cubrió con la mosquitera a Raharjo, que no hizo

movimientoalguno.–Cik-cik!!Georginasaliódelpabellóndepuntillas,culebreóentrelasmatasyechóacorrerporlahierbahacia

lacasa.El ufano cielo se cernía, sombrío, sobre el jardín, engullendo toda la luz y los colores. El viento

azotabalascopasdelosárboles,yseoíaunretumbardetruenosprocedentedelmar.TambiénGeorginaandabarevuelta.Enellasehabíadesatadounatormenta,embriagadorayangustiosaalmismotiempo,quele resultabaconfusa.Arremetiócontraellacon todassus fuerzas,corriendo lomásdeprisaquepodía.Furiosa,serestregóconlospuñoslosojos,alosqueasomaronlasprimeraslágrimas.

–¡AhTong!¡AhTong!LavozdeGeorgina,estridentedebidoalmiedo,asustóaAhTong.Laniña,quecorríaporeljardíndirectaaél,tropezóenplenacarreraysecayó,selevantóysiguió

corriendo.InclusodesdeesadistanciaAhTongveíaloagitadaqueestaba.–¡MissGeorgina!–Dejócaerelrastrilloenlasfloresdejazmínconmanchasparduscasysalióasu

encuentro,hastaqueellafrenóensecojustodelantedeél,sinalientoyconlasmejillasalrojo–.¿Quéhapasado?–inquiriópreocupado,agachándose–.¿Tehaasustadoalgo?¿Tehashechodaño?O...

Pensarenloinefablehizoquenopudieseterminarlafrase.LastapiasquediscurríanparalelasaBeachRoad,interrumpidasaintervalosregularesporunpasoo

unaverja,noeranmuyaltas.Tansololosuficienteparaprotegerlosjardinesdelmar,yendiciembre,elmesenqueelmonzónquesoplabadelnordesteazotabaconmásfuerza,amenudonisiquieraparaeso.Tampocoeraninexpugnablesparalosmaleantes,tantomáscuantoqueentrecasaycasalosjardinessoloestabanseparadosentresíporsetosogruposdeárboles.

YSingapuraúnera joven,considerablementemás jovenqueAhTong,ni siquiera teníaveinticincoaños.

Altos,sinduda,pero toscos, losmurosde lascasaseuropeas,erigidosporcientosdepresidiariosindiosparalosquehabíanlevantadounacárcelhacíatansolounaño,unbarnizquebradizo,imperfectodelmododevidaeuropeo.Entrelosmulticoloresgodowns,enlosquesealmacenabanmercancíasdelmundoentero, lascallejuelasdeNiuCheShui, el animadobarriochino,alotro ladodel río,yde lasviviendasmalayasdemaderayhojasdepalma,Singapureraunaciudadtosca,embrionaria.Comotodosloslugaresenlosquesepodíanamasarfortunas,unimántantoparaaventureroscomoparalachusma,unbazarorientalllenodevidaenmediodelosindómitostrópicos.

Sedecíaquelosmalayosylosbugis,consusíndromeAmok,siempreandabanconlasdagasfuera.Lostigresvagabanporlajunglaenelcorazóndelaislaydecuandoencuandoseatrevíanaacercarsealacosta,yserpientesyescorpionesoscuroscomoelcaféseocultabanentrehojasyhierbas.Bandasdetríadaschinas,avecesdehastadoscientoshombres,conelrostroembetunado,irrumpíanporlanocheenlascasasparasaquearyasesinar.Unasombríaamenazacontralaquenadapodíanhacernilaminúsculaguarnicióndecipayosindiosnielpuñadodeguardianesdelordenvoluntarios,quepreferíanponerseasalvoellosmismos.Ylasaguasestabaninfestadasdepiratasnativos,ávidosdeoro,esclavosyavecesinclusosangre.

Ah Tong tragó tanta saliva que la huesuda nuez le subía y le bajaba. Cogió a Georgina por los

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hombrosconcuidadoylaatrajohaciasí.–O...o...¿tehahechoalguienalgo?Laniñasacudiólacabeza,peroseagarróconlasdosmanosalasanchasmangasdelacamisadeAh

Tong.–¿Se puede saber a qué viene ese griterío?–rezongó alguien desde la casa–. A estas horas de la

mañana.AhTongreprimióunsuspiroyvolviólacabeza.Cempakaestabaenlaveranda,conlasmanosenlas

caderas.Ensuredondorostro,adecirverdadbello,doradocomolanuezmoscada,sedibujabaunafeamuecadeira,ylososcurosojosechabanchispas.

–Nopasanada,querida.EssoloqueMissGeorginasehaasustado,yomeocupo.Cempakapusocaradedesprecio.Eracomosideunmomentoaotrofueraaescupirsaposyculebras;

sinembargo,secontentóconresoplardemalaganaymeterseencasa.AhTongsevolviódenuevohaciaGeorgina,quetemblabaentresusmanos.

–Vamos,vamos,ayu,nopasanada.–Leacariciabatorpementelacabeza–.¿Nomevasadecirloquetepasa?

«¡Elmuchacho,AhTong!Elmuchachoqueestáescondidodesdeayerenelpabellón.Raharjo.Ayerestabadelomásdespierto,yhoy...hoy...»

Georginacasiseatragantabaconlaspalabrasqueseacumulabanensugarganta,ylabocaseleabriósola.

«Noquieroquenadiesepaqueestoyaquí.¿Meprometesquenoselodirásanadie?»Cerrólaboca.Ladisyuntivadepedirayudaaunadultoahoraquelonecesitaba,peroalmismotiempocumplirla

promesaquelehabíahechoaRaharjo,amenazabacondesgarrarla.–Plantas...medicinales–logródecir al cabo–. ¿Sabes... sabes salgodeplantasmedicinales?–Cogió

aire–.¿Parabajarlafiebre?LaanchafrentedeAhTongsellenódeprofundasarrugas.–Unpoco.–Ladeólacabeza,perplejo.Laniñaestabablancacomolaparedydabalasensacióndeir

avomitardeunmomentoaotroantesuspies–.¿Tepasaalgo?¿Estásenferma?AGeorgina le costó resistir la mirada de preocupación de Ah Tong, que casi era como si se le

metiesebajolapiel,yseapresuróacabecear.ElsemblantedeAhTongseiluminó.–¿Esparaun...juego?Georginabajólosojosyasintió.–Voyaecharunvistazo,¿teparece?–AhTongselevantó–.Parabajarlafiebre,dices,¿no?Laniñaasintiódenuevo.–Pero...peroqueseadeverdad,AhTong–advirtióaladelgadafigura,quesealejabadandograndes

pasos.Ah Tong se volvió a medias, le hizo una señal afirmativa acompañada de una pequeña sonrisa y

realizóunalevereverencia.–Naturalmente.Tienesmipalabra,MissGeorgina.Lapequeñalosiguióconlamirada,sinsabersiirtrasélono,aunqueCempakalehabíaprohibido

terminantemente acercarse a lashabitacionesde los criados.Laspiernas, queempezarona flaquearle,tomaronladecisiónporella.Temblando,yabrazándoseelcuerpo,nosemoviódelsitio,muertadefríoapesardelbochornobrumosodeesamañana.

Apretandocontrasíelfrasquitomarrónconelpreciadopolvo,Georginacorrióalpabellónycogióconmanosvacilantesunodelosvasosyunacucharaoxidadadelarmarito.

–Veráscómodentrodenadateencuentrasmejor–musitóalentrarenlahabitacióncontigua.

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Más para infundirse valor a ella misma que para otra cosa, ya que Raharjo seguía inmóvil,exactamente igual que se lo había encontrado antes. Solo su respiración superficial, entrecortada, losescalofríosquelesacudíanelcuerpodevezencuandoyeltitilardesuspárpadosrevelabanqueseguíaconvida.

Georgina tomó la medida del polvo cuidadosamente, lo disolvió en un vaso con agua y, trassostenerlelacabezaaRaharjo,selodioabeberasorbitos.Elmuchachopesabamuchomásqueeldíaanterior,tantoeraasíqueellajadeabadebidoalesfuerzo,yestabaardiendo,detalmodoqueaGeorginaleinvadióunasensacióndeopresiónenelpecho.Lesoltólacabezatorpementeyselevantódelacama.

–Tienesqueponertebien–lesusurrómientrasseagachabaenelsueloparaintroducirunpañoenelrecipienteconaguadelluvia,loescurríayselopasabaporlacara,empapadaensudor–.¿Meoyes?Nopuedes...Notepuedesmorir.

Seestremeciócuandounosdedosfríosyhúmedossecerraronsobresumano.Lamanodelmuchachoerahuesudaynervuda,llenadeásperascallosidades,lasnacaradasuñasnegras.Unamanodehombre,enlaquecasidesaparecieronsusdedosdeniña.

–¿Noquieres...noquieresquevayaabuscarayuda?Raharjocabeceólevemente.–Yosolanovoyapoder–selamentóGeorgina.Lacargaquesehabíaechadoencimacuandoesedesconocidoaparecióallí,herido,comosielmarlo

hubiesearrojadoa laplaya,deprontose leantojódemasiadopesada.Demasiadopenosaparaalguienquenisiquierateníadiezaños.

Élleapretólamanoyenarcólascejas,comosiquisieracontradecirla.Georginasedesplomóyapoyólamejillaenlacama,cuyassábanasolíanamoho.Sucaraestabatan

cercadeladeRaharjoquedistinguíaelsudorqueperlabasupiel.Unacicatrizminúsculaenelarranquedelanariz,otrajustodebajodelacejayalrededordelabocaunasombradebarbaoscura.

–Tetienesqueponerbien–lesusurró,respirandosualientosulfuroso.Raharjo hizo un leve gesto de asentimiento, en los agrietados labios se vislumbró un amago de

sonrisa.Losdedosdelmuchachoseabrieronpasoentrelosdeella,queaúnsosteníanelpañohúmedo,ycomo

sisellaranunpacto,seentrelazaron.Georginacontemplabalaoscuridad.El corazón le tamborileaba en el pecho, daba una y otra vez dolorosos trompicones y seguía

martilleando.Decuandoencuandorompíaasudar,empapandoelcamisónylassábanas.Teníaganasdevomitar, y no era capaz de dormirse. Lo que la mantenía en vela era el miedo, el miedo de queamaneciera unnuevodía.De lo quepodía esperarle en el pabellón.De siRaharjo estaríamejor o sihabríamuertodebidoalafiebredurantelanoche.

De día las voces de los hombres y lasmujeres conferían cierta apariencia de vida a la casa, suspasos, susmovimientos, grandesypequeños, y sus risas comoel bullir de laboriosos insectos enunaconstrucción demasiado grande. De noche, sin embargo, el silencio paralizador, que rondaba la casacomounfantasma,sehacíasentir.ComosielespíritudeL’Espoirsehubieseapagadodesdequemamannoestaba.

Un silencio que para Georgina era tantomás importuno cuanto que Cempaka ya no dormía en lahabitaciónconella.

Lamayoríade lasveceshacíacuantopodíaparanocruzarseenelcaminodeCempaka,quenuncahabíasidoespecialmenteafectuosa,yquedesdelamuertedesumadrelacastigabadirectamenteconsusmuestrasdeascoydesprecio.Sinembargo,ennochescomoesalehabríagustadotenercercaalmenoslapesadarespiracióndeCempaka.

Nodejabadeatormentarlalaideadesihabríahechoalgomalcuandoseocupabadelasheridasde

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Raharjoyporesoelmuchachoestabatanmal.SilospolvosquelehabíadadoAhTongerandeverdadyellano sehabría equivocadocon la cantidad.Si la tinturade árnica con laquemaman le curaba loscodosdespellejadosylasrodillasdesolladasnosehabríaestropeadoynohabíahechosinoempeorarelestadodeRaharjo.Preguntasquelaangustiabanydudasquelaasaltabansincesar.

Teníaganasdellorar;echabademenosaalguienquelacogieraenbrazosylaestrechara.Alguienaquienpudieracontárselotodo,quelaconsolarayleprometiesequetodoibaairbien.Alguiencomosumadre.

Unruidollamósuatención,yGeorginacontuvoelaliento.Parecíanuncaballoyuncarro.«¡Papá!»Apartó sinmásnimás lamosquitera, se levantóde la camay salió al pasillo. «Papáha

vuelto.»Sedetuvoarriba, en laescalera,yaguzóeloído.Bajoel chacoloteoyel crujidodel caballoyel

carro, que se alejaron y finalmente enmudecieron tras la casa, oyó pasos firmes y después voces. Lagrave, secade supadreyel agudocanturreodeBoyOne,que siempre loesperabapor lanocheparahacerse cargo del sombrero y la levita y llevarle las pantuflas y algo de beber, por tarde que fuera.Cuando abajovolvió a hacerse el silencio,Georgina esperóunpoco, entre intranquila y esperanzada,antesdebajardespaciolaescaleradelustrosamaderahastalaplantadeabajo,queestababañadaenunasuaveluz.

Atravesóelfríosuelodelrecibidordescalzayseapoyóenelmarcodelapuertadeldespacho.La lámparadelescritoriorecortabauncírculode luzamarilloempolvadoen laoscuridad.Una luz

crepuscularyprofundassombrassedeslizabanpormontonesdepapelesyunapiladecartas,haciendobrillar el vasomedio vacío y esculpiendo conmayor dureza incluso los rasgos de su padre.La narizprominente,quedominabaelperfil,yel firmementón.Laboca,quea lo largode losúltimosañossehabíavueltounalínea,ylossurcosquesehabíanabiertoaamboslados.Aunqueensupobladocabelloseveíaunatisbodebrilloplateado,lasgruesascejasseguíansiendonegrascomoelcarbón,ylehacíansombraalosojos,queeranazules,comolosdeGeorgina,soloquemásclarosypenetrantes.

Georginanotóunaextrañasensaciónenelvientre.–Papá–dijoconunhilodevozaguda.Supadrelevantólacabezadelacartaqueteníaenlasmanos.–Georgie.Quizáfueralaluz,peroGeorginacreyóverunbrilloensusojos,que,sinembargo,seapagóenel

acto.Suscejas,queaGeorginasiemprelerecordabanasendasorugaspeludas,sefruncieron.–¿Cómoesquenoestásenlacama?Laniñaencogióunhombroysepusoaretorcerunapuntadelcamisónconlosdedos.–Nopuedodormir.Unodesuspiesavanzóconcautelaporelumbral,peronoseatrevióamás.–¿Puedopasar?Concibióesperanzasalverquelacaradesupadreparecíaablandarse,perosedesinflócuandose

percatódequevolvíaaendurecerse.–Vuelvealacama.Esmuytarde–repusosupadre,ysecentródenuevoenlacarta.Parecíacansado,

lavozcomorasposa–.Buenasnoches.–Buenasnoches–musitóGeorginaconunnudoenlagargantayunsaboramargoenlaboca.Regresóalrecibidorconlacabezagacha,procurandonopensarenelpadrequehabíatenidoensu

día.Unpadrequesereíamucho,bromeabaconellaysabíacontarhistoriasdelomásinteresantes.Quelalevantabaenvolandasyledabavueltas,lacogíaenbrazossiemprequelaveía,laabrazabaconfuerzayledabaunbeso.Encuyoregazoellasolíaaovillarsecuandoporlatardesesentabaenlaverandaalaluzdelalámpara,conunbrazoalrededordeloshombrosdemaman,hastaquelossusurrosdeambosylassuavesmanosdemaman,queleacariciabanelpelo,hacíanquepocoapococayeraenunbeatífico

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sueño.Ynoentendíaporquénohabíapodidosalvarnadadelabismoquehabíaabiertolamuertedesumadreyquehacíaquedesdeentoncessupadreparecieseunacaracolavacía.

Sedetuvoenmediodelrecibidoryserestrególosojos,queleescocían.DeseabadetalmodoestarjuntoaRaharjoque ledolía.Peronuncahabíaestado soladenocheenel jardín,queen laoscuridaddesplegaba su lado indómito. Poblado de sombras incesantes y repleto de miríadas de voces queparloteabanysusurraban,murmurabanycuchicheaban.Igualqueelmarseencrespabasintrabasporlanoche,subravuraysudesenfreno,unecodesusprofundidades.

–Buenasnoches,Nilam.Georginalevantólacabeza.Conlalevitacepilladadesupadreenunbrazo,BoyOnesehallabajunto

a la escalera, una sonrisa compasiva en el rostro, que a la luz de la lámpara parecía tan claro ytransparentecomoeldeunamuñecadeporcelanachina.

Georginasolopudoasentirmientrasempezabaasubirlaescalera,despacio,parairasuhabitación.HacíatodoloquepodíaparanomiraraRaharjoabiertamentemientrascomía,procurabaponertoda

suatenciónenhacer tirasunasábanalimpia.Nololograba;nopodíapormenosdemirarlounayotravez,sorprendidayencantadaalverquedespuésdeundíaconfiebreydosamodorrado,exhausto,esedíaparecíadenuevodespabilado.Muertodehambre,seabalanzósobreelplatodedaltadkaconarroz,loschapatisy losplátanos,partede locualellahabíaapartadodesupropiacomida;el restose lohabíapedidoaAnishosencillamentelohabíaescamoteadodeladespensa.

Cuando Raharjo puso a un lado todos los platos, vacíos salvo por las pieles de los plátanos,Georgina se acercó.Le levantóconcuidado laperneray le retiró elvendajepara limpiar la costrosaherida,tratarlacontinturayvendarladenuevo.ConfiabaenqueCempakatardaraendarsecuentadelarapidezconquehabíabajadoelmontóndesábanasdelgranropero.

Alverqueelmuchachoseestremecía,ellaparó,asustada.–¿Duelemucho?Sacudiólacabeza.–Noesnada.Georginasemordióellabioinferiorparanoformularlelacantidaddepreguntascuriosasqueteníaen

lapuntadelalengua.–¿Cómote...?–soltóalcabo,cuandonopudoaguantarsemás–.Merefieroaqué...quién...–Conlos

ojosfijosenlaheridadelapierna,enmudeció.–Unalucha.Enelmar.Georginalevantólacabezadespacio,sentíaenelvientreuntemblequeoagitado.–¿Eres...eres...unpirata?Una de las comisuras de la boca se alzó, formando una sonrisa que hizo que sus blancos dientes

brillaran.–¿Quésabestúdelospiratas?Porsucabezadesfilaronloscuentosylashistoriasdeaventurasquesumadreleleíaantes,paralos

queprontodejódeteneredad.ParaGeorginalospiratasnoerangallardosbucanerosconpantalonesporlarodilla,nihombressuciosymalhumoradosconunparcheenelojoyunsablequesurcabanlosmaresbajounabanderaconunacalavera,sinopersonasdecarneyhuesoqueasaltabanyrobabanenelmar,procedentesdeChinaodelainfinidaddeislasquesehallabantraselhorizonte.

Unapreocupaciónconstanteparasupadreylosdemáscomerciantesdelaciudad,perotambiénparasutíoÉtienne,enPondichéry;másdeunavezGeorginahabíaoídoasupadrecontar,conunamezcladeirayresignación,quedenuevoteníaquedarporperdidouncargamentoprometedor.EllasabíaqueelgobiernodeCalcuta,trasmuchosruegos,finalmentehabíaenviadocañonerosparaerradicarlapiratería.Peroal igualqueantes, las rutasmarítimasqueuníanChinay Japón, la India,EuropayAmérica,quepasabanporelestrechodeMalacacomoelhiloporelojodelaaguja,erantodomenosseguras.

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Conlacabezamuyalta,sostuvolamiradadeRaharjo.–Sindudasémásdeloquetúcreesquesé.Raharjonoentendíaaesaniñaextraña.Debíadetenermásomenoslamismaedadquesushermanaspequeñas,peroajuzgarporlatorpeza

conqueseocupabadeél,noparecíaestaracostumbradaaarrimarelhombrocuandohabíatrabajoquehacer. Con frecuencia parecía una niña pequeña, y, sin embargo, le faltaba la alegría, la chispeantedespreocupaciónconlaqueélrecordabasuinfancia.Laenvolvíaunaseriedadprematura.Casicomosilasombraquearrojabasumenudocuerpocuandoelsollanzabasusrayosentrelosaguacerosfuesemásoscuraqueladelosdemás.

Supielerademasiadoclaraparaserunaniñadeesaislaodelcontinente,perohablabaelmalayodela zona como si fuera nativa. De cuando en cuando se le escapaba una palabra en inglés, sin queparecieradarsecuenta,yenocasionesenotralenguaquesonabajuguetona,talvezfrancés.

Susojos...Nilamteníaunosojospeculiares.Cambiantes, como el cielo de la isla. En realidad tan azules como el zafiro, sobre todo cuando

echabanchispas,comoenesemomento.Dependiendodecómocolocaselacabezaydecómoledieralaluz,quizátambiéndeloqueselepudieraestarpasandoporlacabeza,sucolortirabaalvioletaoscurode las orquídeas salvajes que crecían arriba, junto al río. Y a veces se oscurecían de tal modo queparecíantannegroscomolossuyosylosdesushermanosyhermanas.

Sololosorangputihteníanlosojosazules,peroraravezelcabellotanoscurocomoeldeGeorginanilapieltanmorena.Sobretodoentreellosapenashabíamujeres,yRaharjonuncahabíavistoaunniñoblanco,yesoquehabíarecorridobastantelaisla.

La niña con los dos nombres, el pelo siempre un poco alborotado, con una kebaya salpicada demanchasylospiesllenosdepolvo,eratodounenigmaparaél.

Traslaoscuridadrojadelafiebre,sehabíavistoarrastradoporlavigiliayelsopor,ycadavezquevolvíaensí,suspensamientosgirabanentornoaeseenigma.Georgina.Nilam.Cik-cik,comolallamabaenmalayounaestridentevozdemujeralaquelaniñatemía.

Laúnicaexplicaciónqueseleocurríaeraqueunorangputihhabíacedidoalosruegosdelacarneyhabíaengendradoaesaniñaconunamujerde la isla,y laniñapodíavivirallí,en lacasagrande,sintenerquetrabajar.Unaniñadedosmundos,queprobablementenopudieraecharraícesenningunodelosdos. Fuese a donde fuese siempre sería una extraña. Siendo así, era normal que fuese tan solitaria yparecieraestartanperdida.

–Nilam.Pronunciósunombreenvozbaja.Contino,comosiquisieraaveriguarcuáldelosdosleagradabaa

ellamás.La aludida apartó los ojos de la herida del brazo, a la que estaba aplicando un vendaje nuevo.

Entonceseranazulesclaroscomoelmarenundíasoleado,lascejasfruncidasendelicadosarabescos,formulandounapreguntamuda.

–Estoyendeudacontigo.Siempreloestaré.Lamiradadeellatemblóyrehuyólasuya.Seruborizó,yensubocasedibujóalgosemejanteauna

sonrisa;laprimeraqueélleveía.–Aúnmedebesunarespuesta.Éltambiénsonrió.–Puedequelosorangputihahoradiganqueestaislaessuya,perolosríosyelmarsiempreserán

nuestros,delosoranglaut.«Losoranglaut.Losseñoresdelmar.»Desdequeoyóhablarporprimeravezdeesospueblos,nómadasdelmarquenovivíanencasas,sino

enbarcosconlosquesedesplazabansindescansoporelmar,Georginaseimaginabaalosorang laut

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comoseresfabulosos.Personasqueenlugardepiernasteníanunacoladepezescamada.Criaturasqueen tierra eran como losdemás, peroque en el agua se transformabanen animalesmarinos.Sumiradadescansó en los pies de Raharjo, cada uno de los dedos, cada depresión, cada protuberancia comotalladaporunamanodiestraenluminosamaderatropical,esmeriladaypulida.

–¿Quépasa?–Nada.–Denuevolasangreafluyóasurostro.–¿Meleesunpocomás?Raharjo señaló con el mentón la butaca, donde descansaba un libro abierto sobre las onduladas

páginas,ellomodeshilachadoycorvocomoelpicoabiertodeunpájaro.El libroquehabía estado leyendoel día anteriorGeorginamientrasvelaba el sueñodeRaharjoy

esperaba a que llegara la hora de administrar la siguiente dosis de los polvos contra la fiebre deAhTong.Recordabavagamentequeenunmomentodadohabíaescuchadosupropiavozparacontrarrestaruntantoeladormecedormurmullodelmarylalluvia.CreyendoqueRaharjodormíaprofundamenteynolooía.

–¿Entiendeselinglés?Élladeólacabeza.–Notodo,perosímucho.GeorginanotóquelosojosdeRaharjolaseguíancuandosebajódelacamaparairporellibro.–Tupadre...¿esinglés?–Escocés.DeDundee.Peronoestáallídesdehacemucho.Antesdeveniraquíviviómuchosañosen

Calcuta.Algúndíavolveráallíconmigo.Con lamayornaturalidaddelmundose sentó juntoaRaharjo, la espaldacontrael cabecerode la

cama,ellibroenlasdobladaspiernas.Unimpulsodelquesearrepintiódeprisa,yaquesucercaníaleprovocabainseguridad,aligualquesumiradaescrutadora,queibayveníaentreelrostrodeGeorginaylas páginas impresas. Su propia voz se le antojó extraña, distorsionada y demasiado aguda, y a cadapocosrenglonesseatascabaylalenguaseletrababa.

–¿Prefieres... prefieres leerlo tú solo?–dijo al cabo, interrumpiendo la lectura con una leve risa yofreciéndolealmismotiempoellibro.

El brillo de sus ojos, que reflejaba deseo de saber, desapareció, y los músculos de su fuertemandíbulasetensaron.

–Estoycansado–adujoconvozbronca,yseestirócuanlargoeraysediomediavuelta,deespaldasaGeorgina.

Confusa,actoseguidocayóenlacuenta.Yseacaloró.–Perdona–musitó–.No...nopenséque...Quétontahesido.Raharjonosemovió,yaGeorginaelestómagoseleatenazódetalmodoquesemareó.–Si...siquieres,tepuedoenseñar.Noestandifícil.Raharjocerrólosojosynodijonada.Georginadespertóconsuavidaddeunsueñoprofundo,lakebayaempapadadesudorylasmejillas

comopegajosas.Enlahabitaciónentrabalapesadaluzdeúltimahoradelatarde,yfuerachirriabanlascigarras;debíadehaberparadodellovermomentáneamente.

Parpadeóunascuantasveces,adormilada,ydespuésabriólosojos.TeníaelrostroapoyadoenelpechomorenoytersodeRaharjo,quesubíaybajabacadavezqueél

respiraba,loslatidosdesucorazóneranunpalpitartranquilo,regularensuoído.Norecordabahabersequedadodormida,ymenosaúncómohabíaacabadomedioencimadeél,medioacurrucadaenelplieguede su brazo. Georgina contempló el vientre liso, la prominente cresta de la cadera de Raharjo, y sedetuvo,curiosa,enlafinalíneadepelillosnegrosquebajabadesdeelombligoyseperdíadebajodelpantalón,yenlaquenosehabíafijadoantes.Apartólavistadeprisaylevantólacabezaconcuidado.

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Raharjotambiéndormía,rodeándolaconunbrazo.Georginasintióunextraño,dulcecosquilleoenelvientrequeleresultóturbador,yalmismotiemposeavergonzódehabersepegadotantoaélsinquerer;seguroqueaélledesagradaba.Sacóelcododedebajoparaapoyarseenélyescabullirse.

UnasacudidarecorrióelcuerpodeRaharjo,yGeorginasepusorígida.Él lamiró, lospárpadospesados,yacto seguidoa subocaasomóuna sonrisa.Cogiendoairecon

fuerza,setumbódecostado,haciaGeorgina,ylaabrazóconfuerza.Resistiéndoseuninstante,sindarcrédito,Georginaseabandonóalapresióndesusbrazosysedejó

caerdenuevocontrasupecho.Aspirósucalor,suoloramaryalgas,comocueroycanela,ysintióqueelcorazónleestallabadedicha.

Comounapiedraquecaeenaguasmansasyrizalaespejeantesuperficie,dibujandoondasytrazandocírculos,RaharjodionuevaformaalosdíasdeGeorgina.

El deambular sin rumbo entre horas vacías se acabó. El infinito, calmo océano de tiempo atrásempezó a llenarse de playas y costas rocosas, una estructura de arrecifes coralinos e islas verdes,sinuosas.Yrecibióunnombre:«Nusantara»,quedescribíauncontinenteconabundanteaguaeislas,queseextendíahastamásalládedondealcanzabalavista.

Galang.Bintan.Mesanak.Temiang.Singkep.IslascuyonombreeratannuevoyajenoparaGeorginacomoalgunasdelasexpresionesdelmalayo

de Raharjo. Por la noche soñaba conmundos bajo el agua, la luz de un azul tornasolado y turquesa,resplandeciente, titilante. En esos sueños ella flotaba en medio de peces de colores irisados, entreestrellasdemaryfantásticosanimalesmarinos,enlosbosquesdepiedrablanquecinosdeloscorales.Enunsilencioingrávido,apacible.

Elmareraelhogardelosoranglaut,lapatriadesusantepasados,sucolumnavertebralysudestinodesdequeeltiempoeratiempo.

EldeRaharjoeraunmundoarcaico,enéllasgentesseguíanviviendoigualquehacíamilesdeaños.Pescandoysumergiéndoseenbuscadetesorosmarinosydedicándosealtrueque.Señoresdelosmares,guerreros del mar que hoy escoltaban a los comerciantes y mañana exigían para sí todo cuanto seencontrabaabordodelasembarcacionesquesurcabansusaguas.Unavidaqueseregíaportradiciones,valores y ritos propios, vetustos, sustentada por la tupida red de la familia, el clan y el linaje.SubordinadosaltemenggongdelsultándeJohor,unsoberanosimilaraNeptuno,cuyoreinocomprendíamuchamásaguaquetierra.Sealzabasobreolasyarenaynosobrepiedray,sinembargo,parecíaeternoeintemporal.

GeorginaasimilabaconavideztodoloqueRaharjolecontabasobreesemundoajeno,queparecíasalidodeuncuentoyquenoobstanteexistíadeverdad.Raharjotrajoasuvidaaventurasquenisiquieraensussueñosmásaudaceshabríapodidoimaginardeesemodo.Yaunqueenelcursodetodosesosdíasestuvotancercadeélquenolecabíalamenordudadequeeraunmuchachodecarneyhueso,avecesseleantojabaunacriaturamíticadelocéano.

Unacriaturamarina.UnhijodeTritón.Ounodeesosselkiesdelosqueanteslehablabasupadre,focasquesedesprendíandesupielparaconvertirseensereshumanosypoderiratierra.

Mientras queGeorgina no eramás que una niña pequeña normal y corriente, que había nacido entierrayestabaligadaaesatierra.

Cuyoúnicotesoroeraelconocimientodelaspalabras,queRaharjodeletreabaconsuayuda,ambascabezaspegadaseinclinadassobrelaspáginasdeloslibros.Signosnegros,finoscomopatasdearaña,frágiles como el papel desgastado que les servía de fondo. Pobres en comparación con la magia deRaharjo.

–Algúndía–dijoRaharjoenvozbaja,conlamiradadirigidaalmar,másalládelasramascuajadasdefloresrojas–,algúndíaserérico.Ricoypoderoso.Ytendréunbarcograndequeserásolomío.

Georgina,queestabasentadaasu lado,enelpeñasco, lomiródereojocondisimulo.Susoscuros

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ojosbrillabanconundeseoqueparecíaunecodelossueñosdeGeorgina.Estaseabrazóconmásfuerzalasrodillas.

–¿Mellevaráscontigo?–preguntó,vacilante.Éllepreguntóconungestoburlón:–¿Acasosabesnadar?Georginasacudiólacabeza,avergonzada.Raharjohizounamuecaychascólalenguaconpesar.–Amibarconosubiránadiequenosepanadar.Ellaasintiólevementeysepusoatirardeunhilosueltodelsarong.–Pero–oyóquelesusurrabaaloído–tepuedoenseñar.–Lepropinóungolpecitoconelhombro–.Pues

claroquetellevaré.UnamagodesonrisatrémulaafloróalrostrodeGeorgina,quesetornóradiantealverqueRaharjole

devolvíalasonrisa.Georginanosabíasi legustabamásconlaincipientebarbaocuandoteníaelmentónylapartede

alrededordelabocalisosysuaves,despuésdehacerusodelaviejanavajadeafeitarquehabíaenelcajóndeltocador.Perosísabíaquelegustabanlospequeñoshoyuelosqueseleformabanaambosladosdelabocacuandosonreía,ylablancuraluminosadelosregularesdientesenelrostromorenocuandosusonrisa se ensanchaba. Le gustaba la vivacidad con que se movían sus cejas cuando hablaba, y legustabansusojos,quelerecordabanagotasrepletasdeunocéanonegro,unasvecesserenosydeunaprofundidad insondable; otras, de una naturaleza tempestuosa. Y cuando la miraba como lo estabahaciendo en ese momento, notaba cosquillas en el estómago, como si tuviera dentro un puñado deescarabajos.

Pegómás aún las piernas al cuerpo involuntariamente; sentía en los dedos un hormigueo inquieto,puesechabandemenosocuparsedelasheridasdeRaharjo.

–¿Cómotieneslapierna?Elmuchachoabriócondosdedoslarajadelpantalónyechóunaojeada.Acontinuaciónsemiróel

puntorosadodelbrazo.–Cicatrizabien.–Sevolvióhaciaellarisueño–.Lascicatricessiempremerecordaránati.DeprontoGeorginanotóelairefríoenlapiel,ypestañeó.HabíaalgoenlosojosdeRaharjocuandomirabanmásalládelastapiasyseguíanlasvelasdelos

barcoshastaqueseperdíanenelhorizontequeledecíalomuchoqueañorabaelagua.Deélsehabíaapoderadounainquietudqueibaenaumentoamedidaquerecuperabalasfuerzas.

YGeorginatemíaquellegaraeldíaenquelallamadadelocéanofuesedemasiadopoderosayelmarlearrebataraaRaharjo,antesdequeellaencontrarasupieldefocaylapudieraesconder.

Georginacruzabaeljardínconpiesligerosyelcorazónlatiendoalritmodesuspasos,libreyveloz.Apretando contra el cuerpo el plato de humeante arroz con curry del desayuno, se abrió paso por laespesuraysubiólosescalonesdelaverandadandosaltitos.

–Buenosdías–saludódesdeelumbral,conunaalegríadesconocidaenlavoz.Lahabitaciónestabadesierta.Sevolvióymiróhaciaelpeñasco,portodaspartesenladensamaleza.–¿Raharjo?Mordiéndoseellabioinferior,sevolviódenuevo.Conelrabillodelojosepercatódequearriba,en

elestante,habíaunhueco:faltabandoslibros.Cuandosumiradadescansóenlaramadeorquídeasrosasquehabíaenlacama,losupo.Dejó la comida en el tocador conmanos temblorosas. Sus pasos sobre lamadera eran pesados y

lentos;setumbóenlacama,sinfuerzas,ysehizounovillo.En su vientre ardía un fuego voraz, que lo devoraba todo y enviaba oleadas abrasadoras que le

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recorríanelcuerpoentero.Estrujólatelaconlasmanos,hundióelrostroenlassábanasylasalmohadas,yaspirólaesteladelolordeRaharjoyelperfumedelasorquídeas,queaplastóconlamejilla.

CadamañanaGeorginaacudíaalpabellónconlatrémula,leveesperanzaenelpechodevolveraveraRaharjo.Ysiempreencontrabalasdoshabitacionesigualdevacías,igualdeabandonadasqueantes.

Díatrasdíasesentabaenelpeñasco,delantedelatapia,ycontemplabalasiluetamarróndelaisladeBatam,elvientoalborotándoleelpelo,elsol,lasalylalluviadándoleenlapiel.Mirabaalmar,esavastedadsiempreigual,siemprecambiantedeseda,grisperla,verdeturquesa,índigo,yenelcaprichosocielo,pelícanos,gaviotasyfragatas.

Apenas sedignabamirar loscochesdecaballosy los tirosdebueyesque traqueteabanporBeachRoad, levantando polvo los díasmás secos.Miraba a los pescadores, que traían a tierra las pesadasredes,trasellosunabandadadepájarosagitados,porsientreellosdistinguíaaRaharjo.Ylosorgullososbarcosdevela,lasembarcacionesgrandesypequeñasquesurcabanlasolas.Quizásalgunodeellos,enalgúnmomento, fuesehaciaella,conRaharjoabordo,quevolvíapara llevarlaconélalancho,vastomar.

Díatrasdíasuvidatranscurríaentreelflujoyelreflujo.Enuniryvenirdeesperanzaydecepción,yenlasinfinitasolasdeltiempo.

Hastaqueelimpetuosoríodelavida,quefluíaimparable,agarróaGeorginayselallevóconsigo.

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IFiebre

1849-1851Comoseincendiaelalción,lalibélulaseinflama;comotumbadasdelpretilderotundospozossuenanlaspiedras;igualquecadacuerdatañidadice,cadacampanaalmecerseensuarcohallalenguaparalejosproclamarsunombre;cadacosamortalhaceunacosayunasola:dispensaelserquedentrodecadacualhabita;seafirma–vahaciasí;diceydescifrayomismo.Gritando:«Loquehagosoy:paraesovine.»

GERARDMANLEYHOPKINS

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1Singapur.La«ciudaddelosleones».LaantiguaTemasek,la«ciudaddelmar».LongYaMen,la«Puertadelosdientesdedragón»ylapuertaaChina.Laciudadazotadaporelviento,dondeterminaunmonzónyempiezaotro.Laislaflotabaenelaguacomounahojadeginkgo.Separadaúnicamentedel cuerpode cocodrilode la penínsuladeMalacapor la pequeña cintadel

estrechodeJohor,seabríaalvastoazuldelestrechodeSingapur.Yaunqueelríoqueserpenteabaporlas selvas tropicales, por manglares, marismas y bancos de arena, al encuentro del sol naciente, erapequeñoyestrecho, tambiénerasumamentepoderoso.Undragón fuerte, las faucesdeafiladosdientesabiertashacialacosta,allídondesusaguassefundíanconlasdelmarenunapasionadobeso.

De esta relación nació un puerto natural, protegido de la furia de los elementos por las islascircundantesycomocreadoparalograrqueallílatieraelcorazóndeunafactoría.

SirStamfordRaffles tuvoelvalordeplantar enmitaddelverdey el azuldelmary la jungla esasemillaquellamóSingapur.AmparadaporlabanderadelaCompañíaBritánicadelasIndiasOrientalesyrespaldadaporcontratosyproyectos,lasemillagerminódeprisaenelfértilsuelodeunavasta,secularred de rutas comerciales. Singapur creció y floreció, dio abundantes frutos y continuó ramificándosesobrelasnumerosaspersonasalasqueelpuertofrancoatraíacomouncomederoespecialmenterepletoabandadasdepájaros.

Y eso queSingapur carecía de raíces, como la orquídea.Una ciudad sin historia, sin pasado, quesurgiódelanochealamañanayfloreciócondesenfrenoydesmesura.AellallegaronoleadasdegentesprocedentesdeChinaylaIndia,delossultanatosdelapenínsuladeMalaca,deJava,Sumatra,Baliytodas las demás islas del archipiélago, de Arabia y Armenia, contenidas por escoceses, ingleses yalemanes. Una ciudad de hombres, que acudían a ella solos, para dedicarse al comercio, encontrarempleoyhacersericosantesdevolverallugardelqueprocedían.

Singapureraunaciudadllenadeavesdepaso,enlaquenadieechabaraíces,quenoeraelhogardenadie.Enlaquelanostalgiasazonabacadaplatodearroz.

GeorginaIndiaFindlay,sinembargo,se llenó lospulmonesconelaire tropicaldeesa islacuandorespiró por primera vez. El sol abrasador, la lluvia cálida y la brisa salada del mar fueron suscompañerosdeviaje,eigualqueeneljardíndeL’Espoirdiosusprimerospasos,vacilantes;alasombradeljazmínperdiósuprimerdientedeleche,yalolargodesusdiezprimerosañosdevidaechóraícesenelreducidosuelodelaisla,encontrósusosténenlatierraroja,laarenayelbarro.

Unas raícesquedeundíaparaotro fueroncortadas sinmiramientos.Unaheridaabiertade laquecreyómorirdesangrada,hastaque,conlaflexibilidaddeunalmainfantil,seacostumbróasunuevavidaenelextranjero.Yaunanostalgiaque,conel tiempo,se tornóunpalpitarsordo,peronodesapareciónunca.

Felizycontenta,Georginasedejababañarporelcalorhúmedo,apenasmitigadoporelviento,quehacía a bordo del sampán que los llevaba a ella y su equipaje a la isla.Aunque tenía las cintas delsombreropegadasalapielylaespaldadelvestidodefinamuselinaempapadaensudor,allínovolveríaapasarfrío.

«¿Quéeslocontrariodenostalgia?¿Alegríaporvolveracasa?»Sucasa.EsoeraalgoqueGeorginadecíaenvozbaja,sobria,quemásindicabaunadirecciónque

expresabaunsentimiento.Yesoquetodoloquerelativoaesavueltaacasahabíasidomuyintensoyhabíaidoacompañadode

fuertessensaciones.Lasdisputasconsutía,acaloradasdebidoalasangreescocesaquecorríaporlasvenas de ambas, en las que ni siquiera alguien tan bonachón como su tío Silas había sido capaz de

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mediar. Las lágrimas de su primaMaisie, para la queGeorgina era como una hermana y a la que noqueríarenunciar.LaincreíbledichadeGeorginacuandoalcabolatíaStellacedióydiosuaprobación.Lafebrilimpacienciadepartirdeunavez,dellegardeunavez,queresultóserunacontumazcompañeradeviajeenellargocaminoporaguaytierra.

Jirones de nubes veteaban un cielo de seda vaporosa, de un azul empolvado. Sus voluptuosashermanassearrimabanasusanchasenlascolinas,queseextendíanenellitoralcomoblandoscojinesdemusgo.GovernmentHill y su bandera, visible desde lejos, hacía las veces de vigía delmar y de losbarcos que llegaban; la casa del gobernador, más blanca aún ante el verde de la cima de la colina,parecíaaguardarexpectanteaGeorgina.Comosiquisieradecirle:¡Porfinhasvuelto!¿Teacuerdasdemí?

LosúltimosrecuerdosqueGeorginateníadeSingapurestabandistorsionadosporunmiedoatrozyuna rabia sorda, ella arañando a su tío Étienne e intentando pegarle y gritando como si le estuviesenarrancandoelcorazón.Seacordabadelamiradadesupadre,rebosantedepreocupaciónyavergonzadodealivio,antesdedarmediavueltasindecirpalabrayvolveracasa.Dequesusfuerzasseagotaronencuantosubióabordoy,abúlica,dejóquesutíoÉtiennelacogieraenbrazosylaconsolara,ylaslágrimasnoladejaronvermás.

Elsampánseabríapasoporelbosquedebarcosybarcasque,ancladosantelacosta,semecíanydabanbandazos,bajoelramajedemástilesychimeneas,velas,pabellonesyvistososgallardetes.Entreelloshabíagrandesvaporesderuedas,comoeldelacompañíaPeninsular&OrientalSteamCompany,que llevó allí a Georgina desde Suez, pesados buques de velas y ágiles y veloces clípers. Georginareconociólosjuncoschinos,consucascoenformadeherradura,pintadosderojo,amarillooblanco,convelasquerecordabanaabanicos,ylasvelastriangularesdelosbarquitosdeCochinchina.Lasvelasdelosperahus malayos eran rectangulares, y las embarcaciones de los bugis se distinguían por la altasuperestructuradelapopa.

La cinta de casas blancas y tejados rojos de terracota se aflojaba detrás de la Esplanade, laexplanadaqueseabríaalotroladodelasnuevasyesbeltastorresdelaiglesiadeSanAndrés,yseuníaalosjardinestropicalesquecrecíanalolargodeBeachRoad,dandolugaraunopulentoestampadodecachemira,palmetasyflorecillas.UnadeesascasasteníaqueserL’Espoir,Georginanosabíaacienciaciertacuál;velosdenieblaleempañabanlavista,oquizáshubiesepasadodemasiadotiempo.

Barcosdepescapasabanpor delante, y gabarras llenas de racimosdeplátanos; enotras se veíancestasconmangosyrambutanespeludosyrojosabordo,concaracolasycorales,omonoschillonesyavesdevistososcoloresenjaulasdebambú.

Allídondeelríodesembocabaenelmar,elclaroribetedelaciudadseplegabasobresímismo,ylasdosorillasdelríoseestirabancomosiquisierandarselamano.Elsampánentróconbrusquedadenelangostopaso,yalencuentrodeGeorginasaliólavidaenelríoSingapur,contodosucoloridoytodosuruidoysubullicio.

Docenasymásdocenasdebarcasychalanas seapiñabanen lasparedesde lacortinadelmuelle,ibanríoarribaydespuésríoabajo,alolargodelaperfectamedialunaqueformabanlosgodowns.Portodas partes se oían voces y ruidos que se entretejían en unmurmullo, un cencerreo, un zumbido; losrostros, las ropas de la gente eranun caleidoscopiode todas las caras deAsia.En el aire flotabaundensoolorafrutapasadaeinmundicias,apescado,polvoysudoryalfangodeloscercanospantanos,sazonadoconsalyalgas,elaromadelasespeciasyelhumodelosfuegosdecarbónvegetal.

Aorillasdeestemarburbujeantedecolores,olores,sonidosypersonas,enlapartederechadelrío,lafresca,laidílicaisladeunpabellónconcolumnasblancasdiolabienvenidaaGeorgina.Asusombraaguardabandoscaballerostrajeados,cadaunoporsucuenta,alospasajerosquellegaban.ElpadredeGeorginanoeraunodeellos.

Georginaeludiósusmiradascuriosasyrechazóconamabilidadaunculichinoqueseaproximópara

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ofrecerlesusservicios.Conunasonrisatrémulaenlacara,buscólafiguraextremadamentedelgadayaltadesupadre,yelalmaselecayóalospies.

Con alegres exclamaciones, estrechar de manos y palmaditas en los hombros, ambos caballerosrecibieronalosreciénllegadosquefueronbajandodelossiguientessampanes.Unodeelloshizounlevegesto de asentimiento aGeorgina; un joven nomuchomayor que ella, con el cabello rubio claro y elrostro enrojecido, asimismodeLondres, que había viajado en elmismobarco y cuyo nombre ella yahabíaolvidado.

Susvocesalegresysuspasosresonabanentrelascolumnas.Despuéssehizoelsilencio.Georgina observaba a los culis chinos, que en la orilla opuesta descargaban de las barcas cajas

llenasdeespeciasyté,sacosdepimienta,sagúytapioca,cestosconfrutasyhacesderota,ylosllevabanalosgodownsoviceversa.Comohacíaellaantesconsupadre,cuandoeramuypequeña.Contemplabalasgaviotas,que,dandogritosestridentes,describíancírculossobreelagua,enbuscadelosrestosdecomidaquepudierahaberpara ellas en algunaparte, y lospelícanos, elegantesveleros en el aire; entierra,sinembargo,erantorpesycómicos.

Aintervalosregulares,laasustabaelrelojdeuncampanariocercano.Unsonidoque,sienLondresseleantojabafamiliar,allí leresultabafueradelugar.Ensuinfancia,enSingapur,nohabíacampanasque dieran las horas, tan solo los cañonazos deGovernmentHill anunciaban el despuntar del día, elmediodía y el atardecer. Y aunque ella no los contaba, cada sonido del reloj le decía que el tiempopasabainexorablementemientrasellaestabaallí,esperando.

Evitabalasmiradasdeinterrogacióndelosquellegarondespuésqueella.Lasdeloscaballerosquepocoapocoibanentrandoenelpabellónparairabuscaraalguien.Hacíaverquenosedabacuentadecómolaescudriñabanlossycesmalayosdesdelospescantes.

Mientrastodoytodosasualrededorsemovían,Georginaseguíaparadaenelsitio;unainmovilidadforzosa,quecreabaunaespeciedevacíoen tornoaellay leproducíaunasensacióndeabandono.Lasonrisasehabíaborradohacíatiempodesurostro,elcorazónlelatíaatrompicones,perdido.

Sesentódespacioenlamayordesusmaletas,mirandoalfrente.–¿MissFindlay?Unavozdehombre,graveysonora,acompañadadeunospasosrápidos.Georginasevolvió.–¿Sí?–GraciasaDiosquetodavíaestáaquí.Conunazancadabriosa,esparrancada,quedenotabaenergía,eldesconocidofuedirectohaciaella,

sinperderniunápicedesuaireresueltocuandosuspasosseralentizaronyal finalsedetuvieron.Lacautivadora,sibienimpersonalsonrisaquelucía,noobstante,cayócomounamáscara;deprontoparecíadesconcertado,casiinseguro.

AGeorginaseleparóuninstanteelcorazón,yselevantóvacilante.–¿Le... le pasa algo ami padre?–preguntó, con la garganta seca, aferrándose al bolso con ambas

manos.–No–respondióélconvozinexpresiva,queda.Despuésotrasonrisa,másgenuinayfrancaestavez,

asomó a su rostro, dotándolo de un aire juvenil–.No, enmodo alguno.Mister Findlay quería venir arecogerlaenpersona,perosehatenidoqueocupardeuncargamentoquehallegadorepentinamente.Poresomeenvíaamí.–Lasonrisacobróseguridadyseensanchócuandosesituójustodelantedeellayletendiólamanoderecha–.EncantadodeconocerlaMissFindlay.SoyPaulBigelow.TrabajoparaFindlayandBoisselot.¿Hatenidobuenviaje?

El alivio que Georgina acababa de experimentar se esfumó, dando paso a la decepción. AsintiómaquinalmenteyestrechólafuertemanodePaulBigelow.

Elapretónfuefirmeenexceso,lamanocalienteyalgohúmeda.Susojosquedabanalamismaaltura,

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puesPaulBigelownoeraespecialmentealto,mientrasqueGeorginasíqueeraespigadaparaunamujer,esbeltaydelgada,comotodoslosFindlay.

–Comopuedever–conunrelajadomovimientodemanoseseñalólacamisa,remangadaysudadatraslostirantes–,hesalidotandeprisadeldespachoquemehevenidosinlachaqueta.–Sepasóunamanoporelcabellocastañoclaro,corto–.Ysinsombrero.

Lamirócon lacabezagacha,yensubocase formóunasonrisa, amododedisculpa,aunquemáspícara,yGeorginanopudoevitarsonreírasuvez.

–Agradezcoquehayavenidousted,MisterBigelow.Susojosseiluminaron.–Gracias,MissFindlay.Confiabaenqueasífuera.LlamóadosculischinosquepasabanyleofrecióelbrazoaGeorgina.–Vamos,lallevaréacasa.Peseaquehabíaventanillassobrelasbajasportezuelasycelosíasenlascuatrocaras,enlaliterade

maderaalaquelaayudóasubirPaulBigelowhacíauncalorsofocante;laayudómásporgalanteríaqueporverdaderanecesidad,puesnoeramuchalaseparacióndesdeelsuelo.

Condedossudorosos,Georginadesatóellazoquellevabaatadobajoelmentón,sequitóelsombrerodelacabezalanzandounsuspirodealivioyactoseguidosepasólamangadelvestidoporlafrenteylassienes.

–ABeachRoad,porfavor–dijoaPaulBigelow,quesubióporelotrolado.–Losé.–Risueño,eljovenhizounalevereverencia–.Permítamequeledigaquesoysuinquilino.Y,

dichoseadepaso,mehetomadolalibertaddeenviaraalguienaL’Espoirparaqueinformedequevaustedencamino.

Frunciendoelentrecejo,Georginaasintió.PaulBigelow dio unos golpecitos en la puerta por fuera, y el carro dio una sacudida y avanzó a

trompicones con sus finas ruedasmetálicas.En los coches,medianamente cómodos, que recorrían lascalles de Londres, Georgina había olvidado lo mucho que era zarandeado uno en un palanquinsingapurense.Entrabaairecalientedelexteriory,después,cuandolaliteraenfilóelcaminodelaplaya,secolóunabrisamarinabochornosa.

GeorginaestiróelcuelloparaverlafachadablancadeSanAndrés,lapequeñaiglesiafinanciadaporGordonFindlayyotroscomerciantesescocesesdelaciudad.ParaGeorginadesdesiempreelverdaderoemblemadeSingapur,sunorteenelcaminohaciasucasa.

El empleado de su padre, con el que en adelante viviría bajo el mismo techo, era robusto,directamentecompacto,y,sinembargo,joven;alosumoestaríaenelecuadordelaveintena.Eigualquecaminabaesparrancado,así ibasentadoenelcochefrenteaella, lospies,conloszapatosrelucientes,apoyadosconfirmezaenelsuelo,recostadoconindolencia,conlosbrazosabiertosenelrespaldo.Unosbrazossorprendentementefuertes,yligeramentemorenos,comosipasaramástiempocargandocajasquesentadoalamesadelacompañía.Conlaluzdelsol,eltupidovelloteníaunbrillodorado,yaunquesoloeraprimerahoradelatarde,yaseinsinuabalarubiasombradelabarbaaambosladosdelaboca,unanotaosadaensuporlodemáspulcraimagen.

Susojos,deunazulcautivador,secruzaronconlosdeGeorgina,queladeólacabezadeprisaysepusoamirarporlaotraventanilla,losbarcosybarcasquebailoteabansobrelasolas.

–SegúnmehacontadoMisterFindlay,hapasadoustedestosúltimosañosenInglaterra.Lodijoconuntonoqueoscilabaentrelacortesíaforzadayelinterésgenuino,sobrioycircunspecto

almismotiempo.–Losprimerosmesesestuveen la India, enPondichéry.Conmi tío, elhermanodemimadre,y su

esposa.–Georginalomiródereojo–.Seguroqueloconoceusted:ÉtienneBoisselot.PaulBigelowasintió.

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–Sinduda.Meocupodedespachargranpartede lacorrespondenciaconMisterBoisselot.El añopasadoestuvoaquíunassemanas.

Suinglésteníaunacentovibrante,quealargabayvolvíaplanosalgunossonidos.¿Seríadelnorte?–¿LlevaustedmuchotiempoenSingapur?–Debedehaceryacuatroaños.–Arrugólafrente–.EmpecéatrabajarenBoustead,yllevodosaños

en Findlay and Boisselot. Sí, vine aquí hace exactamente cuatro años. –Esbozó una sonrisa desatisfacción–.DesdeManchester«Maaanchastaaa».

–YohepasadocasisieteañosenLondres,conlahermanademipadreysufamilia.–¿Cuántosañosteníacuandosemarchódeaquí?–Diez.–Lodijoconvozdébil,unecodelarupturaquepartióenmilpedazossuvidadefinitivamente,

unavidaatravesadademasiadoprontoporprofundasgrietas.–Diez–repitióélenvozbaja,inesperadamentesuave–.Mefiguroqueseríamuyduroparausted.Susojoseranprofundosyoscuros,comounmarencalmaenundíanublado,perosinviento.Dejarondemirarsedebidoalabruscasacudidaquedioelpalanquinaltomarunacurva,yGeorgina

dejóqueel trémulo juegode la luzdelsoly lasombrade losaltosárboles leacariciarael rostro,ensilencio.

El corazón le latía con fuerza cuandovio lasprimeras casas en sus jardines floridos,deunverdevivo,yempezóabailotearcuandoelpalanquinfranqueóunportónysedetuvoeneltúnelensombradeltechadoacceso.

Enelactoaparecióunmalayo,queabrió laportezuelade la literaehizounaprofundareverencia;quizá fuese uno de los dos syces que en su día cuidaban de los caballos y los carros de L’Espoir yllevabanasupadrealaciudad.

–Debovolveraldespacho–leoyódeciraPaulBigelowcuandolaayudóabajar–.Hastalanoche.Georginaselimitóahacerungestoafirmativo;teníalamiradafijaenlaspersonasqueestabanenfila

enlospeldañosdelaveranda.Comosifueseunsueño,diounpasoadelanteyelinmóvilcuadrovivientecobróvidaenelacto,exaltada,escandalosamente,ahogandoelruidoquehacíaelpalanquinalalejarse.

–Selamatdatang!Bienvenida,bienvenida.El personal corrió a su encuentro, riendo y dando voces, y la rodeó. Primero los tres boys,

sorprendentementemuypococambiados,comosiporellosnohubiesepasadoeltiempo,quelasaludaronconformalidadymuytiesos,peroconunaanchasonrisa,antesdeirporelequipaje.

–¡Miradla!¡Miradlabien!–exclamóKartikaalmismotiempoquerodeabaelrostrodeGeorginaconsusmanoscolorcafé–.NuestrapequeñaNilamestodaunaseñorita.Unaauténticaseñorita.¡Ytanbella!Tanbellacomoloeranuestramem.

–Toma,Nilam.Anish, con su inmaculado turbanteblanco, alqueGeorgina sacabaentoncesmásdeunacabeza, la

barba con los extremos retorcidos completamente cana, se pegó a Kartika y ofreció a Georgina coninsistenciaunplatoconcoloridosbocaditos.

–Hechosexpresamenteparati.Paraquetengasunbuencomienzo.ElrostrocurtidodeAhTongreflejabaturbación,perotambiénorgulloyalegría;ensuslarguísimasy

huesudasmanossosteníaunaguirnaldadeorquídeasensartadas,lospétalosdeunblancoluminosoconellabelocoronadodeamarillo.

–Ennombredetodosnosotros–dijoconsolemnidadyvisiblementeemocionado–,megustaríadartelabienvenidaacasa.Ay...MissGeorgina.

Conunaleveinclinaciónlecolocóelcollardeflores,yesafraganciaquecasihabíaolvidado,cuyaintensidadlaconmovió,hizoqueGeorginapugnarapornollorarmásquecualquierotracosa.

–Terima kasih banyak-banyak –musitó con un nudo en la garganta, el malayo terco en su lenguadespuésdenohaberlopracticadodurantetantotiempo–.Gracias,muchasgracias.

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Se formularon preguntas sobre el viaje y su estado de salud, sobre Inglaterra y sus parientes, ysiempredejandobienclarolomuchoquesealegrabandequehubieravueltosanaysalvaylomuchoquehabíacrecido.Kartika,antañouna jovencita,eraunamujervoluptuosaqueadmirócondetenimientoelvestidoverdeclarodeGeorgina,conlasampliasfaldas,ynosecansabadeacariciarle lacabezayelbrazoodecogerlelamano.

DetrásdeKartika,losazulesojosdeGeorginasecruzaronconlosojososcurosdeunamujerquenose movió de la escalera. En su rostro color canela se marcaban las primeras arrugas, y en el negrocabello acharolado, como de costumbre recogido en un severomoño, se distinguían ya algunos hilosplateados.

–Selamatsejahtera,Cempaka–dijoGeorginaenvozqueda,utilizandosindarsecuentaunafórmuladesaludorespetuosa.

Durante un instante dio la impresión de queCempaka iba a decir algo, pero después una sombracubriósurostro.LediolaespaldabruscamenteaGeorginaycorrióameterseencasa.

Trasrefrescarsedándoseunbaño,conelcabelloaúnhúmedosueltosobreelsaltodecama,Georginaseplantódelantedelarmarioabierto.Conelcalordeldíatropical,seresistíaabregarconloscorchetesdelcorsé,ponerseunvestido,por ligeroque fueseel tejido,ademásdevariasenaguas, sobre la ropainterior.

FueacogersinmuchoentusiasmounodelosfinosvestidosdeveranoquepreviamenteKartika,entreexclamacionesefusivassobrelostejidosylaconfección,sobrelascintas,losencajesylasjaretas,habíasacadodelasmaletasycolgadoenelarmario.Dejócaerlamanoysevolvió.

Diminutasmotasdepolvobailabanenlamantecosaluzdelsol,quesecolabaporlasaberturasdelascelosías de bambú, y por debajo del canto de las cigarras se percibían elmurmullo de las olas y elcrujidodelashojas.

Suantiguahabitación,decuandoerapequeña.Queseguíaigualquesiempre,y,sinembargo,yanoeralamisma.Lacamabajolamosquitera,queen

sudíaleparecíatangrandecomoelvientredeunbuquedelasIndiasOrientales;lassábanas,unfríoycrujientepaisajepolar,muchoantesdequevieralanieveyelhieloporprimeravez.Elarmario,queeracomounahabitaciónensímismayenelqueavecesseescondíadeCempaka.Lacómoda,ensudíaunbaúl de tesoros inagotables para las infantiles ganas de jugar, a lo largode los siete años quehabíantranscurridohabíasidosaqueadasinpiedadyelvacíoabsolutohabíasidollenadodemanerainsuficienteconlaropainterior,lasmediasylosguantesdeGeorgina.

Descalza,diounospasosindecisos,quefinalmentelasacarondelahabitación.Laspuertasalotroladodelabalaustrada,bajolaquesehallabaelrecibidor,antesaunocéanode

distancia,ahoraestabanmuycerca;posiblemente,PaulBigelowocupaseunadeesashabitaciones.EracomosilacasaenteradeL’Espoirhubieseencogidoysehubieravueltomásangostayoscurade

lo que ella la recordaba. Georgina, una giganta que después de siete años había vuelto a un antiguopalacioquehabíaperdido todo su esplendory estaba condenado a la ruina.El aire del trópicohabíahecho que la piedra se desmoronara, lamadera se deformase, el espejo perdiera parte del azogue; lahumedaddelmarhabíadecoloradolostejidosylasesterasdecañaydibujadosombrasenlapared.

ElmarreclamabaparasíaL’Espoirconsuhúmedohálito,ylacasaparecíadispuestaacaerrendidaensusbrazos.

Vacilante,casimedrosa,Georginaabrió lapuertacontiguaalcuartodeaseoyse tambaleóbajoelpesodelosrecuerdosquecayósobreella.Laslevitas,fracs,camisasysombreros,zapatosybotasdemontar de su padre a un lado; al otro, el arcoíris de vestidos y trajes de noche de sumadre.El olorinconfundibledelcuartodestinadoalaropa,aseda,lanayalgodónhúmedos,amaderadeneem,tabacodepipaycuero,apolvoyflores.

Georgina enterró las dosmanos en las exquisitas telas con voracidad y hundió el rostro en ellas.

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Aspiró cada resto amarillento, cada aroma desaparecido, cada gota de recuerdo, tan valiosa yextraordinariacomounaalhajareluciente.

LosvistosossarisdebrillantesbordadosquesumadresellevódelaIndiahacíatantosañosteníanmanchasoscurasdehumedadyolíanamoho;sinembargo,lossarongsylaskebayas,queeraloquemáslegustabaponerseencasa,olíanalimpio,aaguaderíoyjabón,comosiundhobi-wallahacabasedelavarlosyplancharlos.ComosienL’Espoirseesperasecadamañanalavueltadelamem,mientrasquelas huellas deGeorgina habían sido borradas tan a fondo como si allí nunca hubiese habido una niñapequeña.

Georginasequitóelsaltodecama,sepusounsarongconelfondoazulyunadelasfinaskebayassobrelacamisilla.

–¡¿Esquenotedavergüenza?!–Cruzadadebrazos,Cempakaestabaenlapuerta,sinmolestarseendisimularsumiradadedesaprobación–.¡Esassonlascosasdelamem!

Avergonzada,Georginatiródelakebaya,quelequedabademasiadocortademangas;aligualqueelsarong,sololellegabaporlamitaddelapantorrilla.

–Sololashetomadoprestadas–alegóenvozbaja–.Paraahora.Hastaquemecomprealgonuevo...LavozselefueapagandobajolafuriosamiradadeCempaka.–No te hagas ilusiones, no te vayas a pensar que ahora eres la señora de la casa.A nuestramem

Joséphinenuncalellegarásalasueladeloszapatos.ElconsabidotemorextendiósusfríasgarrashaciaGeorgina.–Siento...sientohabertecomplicadolavidaantes–musitó,intentandoelegirlaspalabrasadecuadas–.

Cuandoeraunaniñatraviesa.Peroyanosoyunaniña,y...–Sindecirpalabra,Cempakadiomediavueltaysefue–.¡Cempaka!–lallamóGeorgina–.¿Esquenovasadejardeguardarmerencornunca?¿Despuésdetodoestetiempo?¿Oalmenosintentarlo?

Cempakasevolvióamedias,elrostromenosrebosantedeiraquemarcadoporelcansancio.–¿Porquéhastenidoquevolver?–Uncansancioqueapagabayminabasuporlocomúnpotentevoz–.

Traerásladesgraciaaestacasa.Comoyahicisteantes.Sindignarsemirarlamás,Cempakasemarchó.Georginalasiguióconlamirada,ensilencio.Eljardínbullíabajouncieloempolvado.Laclaraluzdelamañanasefiltrabaenelsuelo,yungris

crepuscularprematuroanulabaloscoloresdelashojasylasflores.Concualquiermovimiento,porpequeñoquefuese,rompíaasudar,elairequeGeorginarespirabase

le asentaba en la garganta y los pulmones como si de una película caliente y viscosa se tratase.Unapesadezplúmbeasehabíainstaladoensusextremidades,elecodelafatigadeunviajetanlargo,hastaparauncuerpojovenyfuertecomoelsuyo,mientrasquesuespírituestabaagitado.

Agradecíalacalmaquereinabaenlaveranda,aunquesubocadibujabaunasonrisasiemprequeoíaenlacasaalosBoys,tansimilaresensumelódicotonodevoz.LavozbroncadeAhTong.LavozgraveylarisaatronadoradeAnish.LasrisitasdeKartika.Inclusoeltonoimperioso,durodeCempakadelejosteníaalgofamiliar,íntimo,aunquecadavezquelooíaGeorginasesobresaltabasinquerer.

Tambiénel jardínguardabasilencio,entrerecogidoyexpectante;soloelmarparecía intranquiloyfarfullabaparasí,comounoráculo.

Un viento fuerte sacudía y hacía crepitar la copa de las palmeras y alborotaba el follaje de losárbolesaltos.Lashojassemecieroncuandocayeronlasprimerasgotas,yconelestrépitodelostruenosseabrieronlascompuertasdelcielo.

Elbosquecilloquecrecíaaorillasdelmarparecíanohabersidotocadoporlamanodelhombre.Sulugarpreferidocuandoerapequeña.Igualdeexuberanteeimpenetrable,igualdeencantadoquelaúltimavezquelovio;posiblementenadiehubierapuestounpieallídespuésdeella,yelpabellónsehubiesedesmoronadohacíatiempo.

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Allí donde un día que llovía igual que ese se encontró a un muchacho, herido y debilitado. Unacriaturamarina.Unselkie.Alqueentregósucorazóninfantil,cadadíaunpocomás,yquelerompióesepequeñograncorazóncuandounamañanadesapareció.

Ellacruzóelmar llevandoconsigo su rostro, suvoz,queconservóen lamemoriacomoun tesorovalioso.Sutalismándurantetodasesasnochesenlasqueunanostalgiaespantosalaprivabadelsueño;eldestinoquesereservabaensuimaginación,unreencuentroconelquenoparabadefantasear,sunorte.Hastaqueelrecuerdosefuedesdibujando,suimagenllegóavolverseirreconocible.

«¿Porquéhastenidoquevolver?»Unresplandoratravesóelcielo,elsiguientetruenodesgarróelaireconunlatigazoquehizotemblar

la veranda y que a Georgina le zumbaran los oídos. En la hierba se formaron unos charcos que notardaronenconvertirseenestanques;lalluviacaíacomounacascadaporelrebordedelalero,yantelacasapasabantorrentes.

«Teníaquevolverporesto.»Georginaechólacabezaatrásycogióaireconfuerza.Unairequeserespirabaconmayorfacilidad,

que era claro y puro y llevaba consigo un poco demar. Se bañó en la furia de los elementos, en laimpetuosidaddelosrayosylostruenos,delalluviayelviento,quetantohabíaechadoenfalta.Yunapartedesuserquesehabíaquedadoentumecidaenesepaísextranjerosobrioyfrío,quenoconocíalosextremos,cobróvidadenuevo.

Se lepasópor lacabeza lapalabraqueutilizaban losmalayosparadesignar lapatria:Tanah air.Tierrayagua.

Lalluviaaflojó;caíasincesarencintasgrisperla,yalolejos,allídondelasnubessedeshilachaban,asomabauncielodeunazulluminoso.Sielaireaúnestabacomoreciénlavado,empezabaacompactarseyvolversesofocante.Enelmurmullodelalluviaseentreoíanlostruenos,queseibanalejando.Cuandopresintióqueyanoestabasolaenlaveranda,Georginavolviólacabeza.

Altoy espigado, y sin embargo fornido, los caídoshombros lohacíanparecerun sauce llorón.Eltiempohabíamarcadoconfuerzalaslíneasqueyateníaeneldelgadorostroyteñidoaúnmásdeplatasuoscurocabello,sibienlasvelludascejasseguíancomosiempre.

–¿Georgie?«Papá»,pensó,perolapalabranolesalió;selevantótantomásdeprisa,deunsalto.El evidente asombroque reflejaron sus ojos al ver a la niñaquehacía siete añoshabía dejado al

cuidadodesucuñadoyquehabíavueltoconvertidaenunajovenmujercomodelanochealamañanatitilóyseapagóenelacto.Deprontosumiradaparecía reservada,yél,cohibido,a juzgarporcómotoqueteabalacadenadelrelojdelchaleco,lasfruncidascejas,laexpresióndeunsentimientodeculpa,quizásinclusodeundolorqueveníadelejosynohabíasidosuperado.

Como una cabritilla, Georgina corrió con la cabeza gacha hacia esemuro inaccesible y se lanzócontraél,seagarróconfuerzaydioriendasueltaaunasinfantileslágrimas.

–Papá.–Llorócontra lapecherade lacamisa,queolíaa jabónverde,a tabaco,asolyhojasde tésecas,yaunainfanciaquehabíadesaparecidohacíatiempo–.Papá.

Por un momento, Gordon Findlay se sintió inseguro, mostrándose distante e indeciso, o quizásúnicamentedesamparado.AlcaboapoyólasmanosenlaespaldadeGeorginaylaacariciócontorpeza.

–Yapasó–dijoconvozbronca–.Yapasó.Sinlevantarlacabeza,Georginaasintió.Sí,todohabíapasado,volvíaaestarencasa.Alargandouncarraspeo,supadrelacogióporloshombrosylaapartó.Levantóunamano,comosi

quisierapasárselaporelcabellooporelhumedecidorostro,peroactoseguidodejócaersinmásambasmanos.

–Seguro...–Una tosecilla lo interrumpió y lo obligó a empezar de nuevo–. Seguro que querráscambiarte de ropa.–Titubeó, tocó de nuevo la cadena del reloj e hizo un gesto afirmativomientras se

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disponíaamarcharse–.Lacenaesalasseis.Unacohibicióndensacomoel calorde la tarde tropicalqueentrabapor laverandae inundabael

comedor,enlaplantasuperior.Elpunkah-wallah,unmuchachomalayoescuálido,acuclilladoenelsueloyconlamiradavidriosa,

manteníaenmovimientoelchirrianteabanodeltechotirandomonótonamentedelacuerdaquelouníaalotroextremo.Unsoplodeairehacíatitilarlasvelasdelcandelabroquedescansabaenlamesa,sibienapenaspodíahacernadacontraelpertinazbochorno.ComotampocoeracapazGeorginadedistenderelambienteenlamesa.

Mientras saboreaban los coloridos curries, con los que Anish creaba una explosión de saboresdulces,afrutados,picantes,directamenteabrasadores,saladosyácidos,GeorginadescribiósuviajeporelmarMediterráneoyeldescoyuntadortrayectodeAlejandríaaSuez,enelqueviolaspirámidesylaesfinge.HablódeElizayWilliamHambledon,unmatrimoniojovencísimoacuyocuidadofueconfiadadurante la travesía yquedeSingapur seguíahastaHongKongpara llevar lamedicinay la formaciónoccidentalesylafecristianaaChina.YhablólargoytendidodelatíaStellayeltíoSilasysucasaenRoyalCrescent;delosconciertosylosmuseosylosjardinesquevisitóydelasexcursionesalcampoquerealizó,ydesusprimosStu,DickieyLeeydesuprimaMaisie.Esbozostrazadosatodaprisa,sinalientoysinprofundidad,paraquenopudierahacerseunsilencioincómodoenningúnmomento.

Georgina creía sentir en todomomento losojosde supadre fijos en ella.Enunahija a laquenoconocía,laadultaqueteníasentadaaladerecha,conelcuerpodemangacortaylasfaldasahuecadas,elcabellopeinadoconrayayrecogidocuidadosamente.Sinembargo,cadavezquelomiraba,teníalavistaclavadaenelplatooenlacopa.EraPaulBigelowelqueasentíaenseñaldeconformidad,formulabaalgunapregunta,efectuabaalgúncomentarioosereíacuandonomirabayaaGordonFindlay,yaasuhija.

–La tíaStella y el tíoSilas temandan recuerdos–se apresuró a decirGeorgina a supadre, la vozaguda,casiestridente–.SobretodolatíaStella.

GordonFindlayasintiócircunspectoyactoseguidodejóloscubiertosenelplato.Conmovimientostorpes,untantoceremoniosos,cogiólaservilletadelregazo,ladejóaunladoenlamesayselevantó.

–Si me disculpas. Tengo trabajo que hacer. Buenas noches.–Saludó con la cabeza, en un gestocontenido,aamboslados–.MisterBigelow,nosvemosmañana.

PaulBigelowselevantóuntantoeinclinólevementeeltorso.–Buenasnoches,señor.Hastamañana.Georgina escuchó los pasos de su padre, que se alejaban deprisa por el corredor y bajaban la

escalera.Elrestodesucurrysedesdibujóantesusojos,queseanegaronenlágrimas.Seoíaelestridentecantodelascigarras,uncoromaliciosoqueseburlabadelasilusionesquese

habíahechodequedespuésdetantotiempoentresupadreyellahubiesecambiadoalgo.Yelchasquidoentrepesarosoy reprobador, las sonorasquejasquesalíande lashúmedasgargantasde las ranas toroerancomouncontinuo:ahítienes.Telopodríamoshaberdichonosotras.

–Delealgodetiempo–oyódeciraPaulBigelowcontiento,casicondelicadeza–.Ydéseloaustedtambién.Nosevendesdehaceunaeternidad.

Mordiéndoseellabioinferior,Georginaasintió.–Sí.–Parpadeóconfuriaparanolloraryledirigióunamiradadeagradecimiento–.Sí,seráeso.BoyTwo semovió del sitio que ocupaba, junto al trinchero, ymirando con cara de interrogación

primeroaGeorginayluegoaPaulBigelow,lesofrecióvino.Alverqueasentían,lesllenólascopas.Elpunkah-wallah,quesehabíadetenidouninstante,probablementepensandoquelasalidadetuan

Findlayeralaseñalparaquelosdemásselevantarandelamesa,empezódenuevoatirardelacuerda,ysevolvióaescucharelfamiliarchirridodelabano.

Conelbrazodobladoapoyadoenelrespaldo,PaulBigelowestirólaspiernasycogiósucopa.–¿LaenviaronaInglaterraporalgúnmotivoconcreto?Noesmiintenciónserindiscreto–seapresuró

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aañadir–.Essolo...curiosidad.–¿Esquenolehacontadonadamipadre?Susojosseiluminaronuninstante.PaulBigelowlamiróporencimadelbordedelacopaybebióun

sorbodespacio.–El señor Findlay es escocés. Yo soy inglés. No hablamos mucho de cosas personales. Solo de

negocios.–Sufinabocaformólasonrisapícaraqueparecíacaracterísticadeél.YGeorginasonrióasuvezsinquerer.–Perdone.Lohabíaolvidado.PaulBigelowrioquedamente.Georginafruncióelceño,ysumiradaseperdióentrelaporcelanaylaplatadelamesa.–Dijeronqueaquí,eneltrópico,meembrutecería,alcuidadoúnicamentedecriadosnativos.Yque

Singapurnoeralugarparaunaniña.Ensimismada,cogióunchapatidelacestayempezóadesmigajarloenelplato.«Unniñonecesitaalgomásqueuntechosobresucabeza.–Ensusoídosresonabalavozenérgicade

sutía–.Algomásqueropaqueponerseycomidaenlamesa.»–Esemismoaño,cuandoelcóleraempezóacausarestragos,casicadanocheseproducíanrobosen

casasportodaspartesylasagresionesalaluzdeldíaaumentaban,mipadrepidióamitíoÉtiennequeviniera a buscarme. Tanto más cuanto que ese año los negocios no le fueron especialmente bien yacariciabalaideadecerrarlafactoríadeaquíyvolveralaIndia.

–Cosaquenohizo.–No.Yyotampocopasémuchotiempoallí.–Aúnselesubíalasangrealacaracuandorecordabala

rabia,lafuribundaobstinaciónconquetratóasutíoÉtienne,asutíaCamilleyasusprimitos–.Debídeteneruncomportamientoterrible–musitócabizbaja,ycogióotrochapati–.YtambiéncuandovinoeltíoSilasymellevóaLondres.

Unasensacióndecalidez,untantoopresoracasi,inundósucorazóncuandoseacordódesutíaStella,una mujer excepcional, con los ojos azul acero y el cabello oscuro de los Findlay. A primera vistasumamente fría y severa cuando era preciso, pero que hizo todo cuanto estuvo en su mano, con lapacienciadeunángel,paradarleunhogaraGeorgina.SutíoSilas,corpulentoydemenorestaturaquesuesposa,que lesacabacasiunacabeza,probócon todaclasedebromasparaque laniña,queprimeroestabahechaunafuriaydespuéssemostróobstinada,olvidarasuspenasyserieraoalmenossonriese.YMaisie,consusgruesas trenzasysus redondosojosazules,quecediódebuenagana lamitaddesuhabitaciónaGeorginae incluso le regalósusegundamuñecapreferida,consucorrespondiente ropita,que se mostró encantada en todo momento con su «nueva hermana», demostrando siempre un afectodesbordante,quehizoquelatercaresistenciadeGeorginanotardaraendesinflarse.

–Seguroquenopeorquenosotros,loschicos,depequeños–repuso,risueño,PaulBigelow–.Soyelmenor de cinco hermanos. El hijo tardío. Siempre el más bajito. Ya se imaginará cómo nos lasgastábamosencasa...yloquesucediódespués,cuandoporfinfuilobastantemayorparapagarlesconlamismamoneda.

GeorginarecordóaStu,DickieyLee,queenunprincipiolamirabanconunamezcladecuriosidadyestoicaindiferencia,perodespuéspasaronatratarlaconelmismoafectorudoyfraternalmaliciaqueaMaisie,ynopudopormenosdesonreír.

–Sí,creoquemeloimagino.El sonido de la campana de una iglesia se coló por la veranda, infatigable y persistente en la

oscuridad que reinaba al otro lado de las ventanas, y Georgina miró a Paul Bigelow con cara deinterrogación.

–LacampanadeSanAndrés.Tocatodaslasnochesalasocho,anunciaeltoquedequeda.Georginaenarcólascejas,yPaulBigelowsonrió.

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–Metemoqueaquínohancambiadomucholascosas.Singapursiguesiendotodomenosunaciudadsegura.Sobretodocuandocaelaoscuridad.

En silencio, Georgina se dejó envolver por el sonidometálico, vivo de la campana, que subía ybajabadeintensidad.

–Mitíaestabadecididamenteencontradequevolvieraaquí–dijoalcabo,envozbaja–.Aunquesolofueraporlolargodelviaje.Teníamiedodequeenfermaradefiebretifoidea.Pornohablardecómoseviveenestaciudad.

PaulBigelowsesentórectoyapoyóelreciénafeitadomentónenlamano;elmovimientohizoqueaGeorginalellegaraunlevearomaajabónacre.Lacálidaluzdelasvelashizoquetodoloqueteníadeaniñadosurostrosedesvaneciera,resaltandosuladoenérgico,masculino.Elperfilangulosodelmentónylasmejillas.Lavigorosanariz,lascejasbajas,rectas.

Sololaplanabocaparecíadócil,casimaleable;enlosojosmostrabaunbrillosereno.–Ypeseatodo,havuelto.–Sí.–Sonóinsegura,comosinoterminaradecreérselo–.Peseatodo,hevuelto.

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2Sentadaenlaveranda,Georginacontemplabalalluvia,quesederramabasobreeljardín.Habíavuelto.Habíadejadoatráslanieblagris,elruidoensordecedordeLondres,querecordabaal

ajetreoqueprecedea lapartidaenunamañanasempiterna,habíavueltoa la tardeeternadeSingapur,calurosa,silente,idílica.

Latensa,enocasionesagitadajornadaenRoyalCrescent,alaqueenunprimermomentoseresistióencarnizadamenteyconeltiemposesometió,allídiscurríaentreelprimercafé,aldespuntareldía,elarrozconcurrydelasnueve,eltiffindemediodíaylacena.UnalentitudcasiindolentequesentóbienaGeorgina y acabó con el cansancio que arrastraba tras el largo viaje.Una curiosamezcla de vacío ylibertadporlaquesedejaballevarduranteeldíayqueladevolvióasuantiguanuevavida.

Yahabíaescritotodaslascartasquedebíaescribir:asutíaStella,enlaquedabarecuerdosasutíoSilasyasustresprimos;unaaparteaMaisie;unaterceraaHongKong,agradeciendounavezmásalosHambledonsucompañíaduranteelviaje.Yanoteníanadamásquehacerparaocuparlashorasdeldíaen cuanto su padre yPaulBigelow iban a la ciudaddespués dedesayunar y volvían al términode lajornada.

Habíavuelto,peroaúnnosesentíacomoencasa.SeguíasintiéndoseunaintrusaenL’Espoir,alguienquetrastocabalosarraigadosritualesdelosdos

hombres.Cuandoenlamesalasconversacionesgirabanentornoalospreciosyalmargendebeneficiode la nuez moscada y el índigo, el hilo de cobre, el arroz y la caña de azúcar. A las dificultadeseconómicas que, desde hacía dos años, seguían retrasando la apertura–aplazada una y otra vez– delhospital para menesterosos en Pearl’s Hill, erigido por el towkay chino Tan Tock Seng. Cuando secomentabanlosúltimosrumoresqueafirmabanqueEdwardBoustead,competidordeFindlay,despuésdeque abandonara su socio el año anterior, asimismo no tardaríamucho en apartarse de la compañía yregresar aLondres, y se especulaba sobre las posibles consecuencias tanto paraBoustead como paraFindlay&Boisselot.

HastaqueamboshombrescaíanenlacuentadelapresenciadeGeorginaenlamesa,interrumpíanlaconversaciónconunastosecillasy,trasunapausaembarazosa,cambiabandetemaypasabanahablardealgomássuperficial,casisiempredeltiempo.Antesdeque,pocodespuésdetomarelpostre,seretiraranal despacho o a la veranda para seguir dedicándose a los negocios, fumando o tomando una bebidaespirituosa,sinquenadielosmolestara.

Georginasesentíacomosifueseunavisitainesperadaeinclusountantoimportuna,deesasqueenelfondounodeseaquesevaya.Porlasescasasyparcasobservaciones,comoirrelevantes,desupadre.Unamago de sonrisa de cuando en cuando, leve y circunspecto, casi furtivo. Por la forma en que PaulBigelowleofrecíasaliradarunpaseoacaballoaprimerahoradelamañanaconélyunodelossyces,se interesabapor susplanespara eldíay leproponía ir aver elgodown deFindlay&Boisselot, enCommercial Square, «si se presenta la ocasión».Una cortesía diligente, tras la que de vez en cuandoasomabaotracosa,que,sinembargo,nosellegabaaarticular.

«¿Quévasahacerenesesitio?»Una pregunta que su tía le planteaba una y otra vez, y queGeorgina despachaba encogiéndose de

hombros.AalguiencomosutíaStella,quesemovíacomopezenelaguaporlamarañadelestilodevidabritánico,conelqueestabafamiliarizadadesdequeerapequeñayconelquehabíacrecido,nopodíahacerleentenderhastaquépuntosupazinteriordependíadeeseregreso.

Noparaempezardecero,comosifueseunahojaenblanco,comosinohubierapasadonada.Noparareanudarsuantiguavidaenelpuntoenquehabíasidointerrumpidahacíasieteaños,quizásinclusoantes.Sinopara tomar las riendasde los lazosque launíana esa isla.Unos lazos sin losquenuncaestaríacompleta. Telarañas delicadas y frágiles, y, sin embargo, duraderas e indestructibles, que encerraban

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antiguossecretos.Preguntasqueseguíansinrespuestaporqueaúnnohabíansidoformuladas.Historiasqueaúnestabanporcontar.

«¿Cómoserátuvidaenelfuturo?»A la tía Stella le resultaba inconcebible que Georgina pudiera desviarse del camino que tan

cuidadosamente y no sin esfuerzo había trazado para ella. Instruyéndola, enseñándole modales y losnecesariosmaticesdelaetiqueta.Paraquealgúndíasusobrinafueseunbuenpartidoydemostraseserunmiembrovaliosodelasociedadburguesa.

NoentendíaqueGeorginatuvieraquevolveralpasadoparapodermirarhaciadelante.Una vez más su mirada descansó en la espesura del bosquecillo, que brillaba con la humedad y

goteaba ahora que la lluvia remitía, desprendiendo vapor con el calor del sol, que había salido derepente.Cadadíaseproponíarecorrerlaviejasendaqueatravesabaladesbordanteverdura.Comprobarloquequedabaallídesuinfancia,reencontrarseconsusrecuerdos,evocarloolvidado.Sinembargo,ensudeambularporeljardínsolosehabíaatrevidoaacercarseaesaislaagreste,ensudíatanqueridayunrefugioseguroparaella.

Comosiyafueselobastantemayorparacreerenlosfantasmasqueacechabanenella.Georginadoblólaspiernasy,ensimismada,sepasólamanoporlafina,descoloridateladelsarong

estampadomarrón.CuandosupadreyPaulBigelownoestabanencasa,ibadescalzayseguíallevandolaropade sumadre, enpartepor tristezaynostalgia, enpartepara fastidiaraCempaka.Quizáshubiesellegadoelmomentodecomprarsesuspropiossarongsykebayas.AúnlequedabaalgodeldineroquesutíoSilaslehabíaentregadoparaelviaje,yseguroquesupadreledabaalgosiselopedía.

Selevantóyentróencasaparaponersedeprisaunodesusligerosvestidosdeverano.Losrecuerdosafluyeronmientrasrecorríaelaccidentadocaminodelacostaenpalanquinyporlas

ventanillas,queantessololellegabanporlapuntadelanariz,desfilabanaunladocasas,yalotro,olasybarcos.

«Viens,monp’titange!Vamosabuscarapapáaltrabajo.»Amenudomamanibaconellaalaciudad,algodowndesupadre,ynuncasinunacestitaounalata

con dulces caseros: kozhukattai, saquitos de harina de arroz y coco rallado; kaju katli, una pasta deanacardostrituradosespeciadaconcardamomoycortadaenformaderombo;yladdu,bolitasdulcesqueAnish hacía siempre de distintas variedades y colores, con almendras o pistachos, frutas o sésamo,blancas,amarillas,verdesoanaranjadas.

Siempre que iban a verlo, su padre se alegraba, ymientras tomaba una taza de té con sumadre,Georgina, con la barriga llena de azúcar, jugaba en el suelo conmonedas de otros países y construíapalaciosconcajitasdecigarrospuros.

Por el camino,maman le iba hablando de lo que veían o le enseñaba cancioncillas infantiles. Ocantabancancionesjuntasquelagrand-mamandeGeorginahabíallevadoalaIndiadesupaísnatal.

Surlepontd’Avignon,L’onydanse,l’onydanse...

AlrostrodeGeorginaasomóunasonrisa,ysindarsecuentaabrazóconmásfuerzalalataqueteníaenelregazo:khaja,pastitasdeharinadetrigo,blandasyembebidasdemelazapordentro,quelehabíasacadoaAnishpormediodehalagos.

El ruido de la ciudad,metálico, estruendoso, estridente, entraba en elpalanquin y lo zarandeabacomosideunatormentaimpetuosasetratase.Georginaoyólasimprecacionesdelsyceyactoseguidoelcochefrenóenseco.

AlmirarporlaventanillaGeorginaviounfardoenormederopalimpiaenequilibriosobrelacabezade un dhobi-wallah. El palanquin estaba embutido entre otras literas que querían ir en la mismadirecciónoendireccióncontraria.

–¡Jati!–exclamó–.¿Quépasa?

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Delanteelsyce sevolvióenelpescante.Elpalanquin de losFindlay era unode los pocosde laciudadqueseguiabadesdeesesitio,yaqueaGordonFindlayleparecíainhumanalaprácticahabitualdeque el syce caminase junto al caballo, motivo por el cual Jati se sentía orgulloso de su trabajo, delpalanquinydetuanFindlay.

Surostro,tostadoyarrugadocomounanuez,estabacompungido.–Mintamaaf,lepidodisculpas,MissGeorgina.Ahoramismoseguimos.Georginaprofirióunsuspiroyseretrepóenelasiento.Unadesusrodillasempezóamoversesola,

susdedostamborileabanvelocessobreelbordedelalata,ysacólacabezaporlaventanilla.Vioquemás adelante había un tiro de bueyes atravesado, que a todas luces no avanzaba ni retrocedía ni uncentímetro. La pareja de animales, de un gris delicado, se negaba a moverse, con la cabeza gacha,haciendooídossordosalasórdenesdadasagritos,lasllamadaspersuasivasyloslatigazos.

Tras el carrodebueyesya sedistinguía el arcodel puente, por el que avanzaban, cadauna enunsentido,doshilerasdecarrosyliteras,yaatrompicones,yaconfluidez.

Georgina recordó que antes el syce siempre las llevaba hasta ese puente, que entonces era másestrechoyporelquenotransitabanliteras.Apartirdeesepuntoseguíanapie,Georgina,bienagarradadelamanodesumadre,queconsusampliasfaldascaminabaabuenpaso,lacabezaaltaylasalasdelenormesombrerodepajaondeandoalviento.Georginanosecansabademiraryadmirarasumadre,queera delgada y grácil, pero parecía tan orgullosa y resuelta que todo el mundo la dejaba pasar deinmediato.ComosiselenotasequeenlaIndiaacompañabaasushermanoscuandosalíanacazartigres.

Parecíauna leona,pensaba amenudoGeorgina, con los almendradosojos castaños, salpicadosdedorado y verde, sobre todo por lamañana y por la noche, cuando llevaba el cabello castaño oscurosuelto, cayéndole por la espalda, abundante y liso como la seda. ParaGeorgina, con sus cuatro años,aquellaeraunamarchaeldobledeintensa,traslacuallamayoríadelasvecessequedabadormidaenelregazode sumadre en el caminodevuelta.Un tramoque ahora salvaría enunpispás, no le cabía lamenorduda,puesSingapurnoeraunaciudadgrande,casiresultabademasiadopequeñaparalacantidaddepersonas,carrosyabundantesmercancías,ylasdistanciasnoeraninsalvables.

Georginanoaguantómás:abriólaportezuelaysebajódelpalanquin.–Voydelante–informóalsyce–.Túvencuandopuedas.Jatiabriólosojosdeparenparysoltóungallo.–¡No,MissGeorgina!¡Perosinoserámuchotiempo!¡Espere!Porfavor,MissGeorgina.Lamuchachasedespidióalegrementedeélyseabriópasoentrelasdemásliteras.

...surlepontd’AvignonL’onydansetoutenrond.

Conlalatadepastasbajoelbrazo,Georginacanturreabaparasí,yelsombrero,atadodelanteconcintas, bailaba a la espalda al ritmo de sus largos pasos. Se sentía libre y ligeramientras salvaba lasubida del puente, al encuentro de las vistosas fachadas de los godowns chinos; en los rótulos, loscaracteres negros y dorados, que recordaban a grullas y pagodas, a ramas en flor, hojas de palma yamelos,sobreunfondorojoescarlata.Enunaocasión,muchodespués,estuvoenesemismositioconAhTong;cuándoexactamenteyporquéeraalgodeloqueyanoseacordaba.Perosíquerecordabaaúnlastiendecitasylospuestosquehabíaalotroladodelosgodowns,unmontóndecosasextrañasycoloridasyoloressumamenteintensos,enparteemocionantespordesconocidos,yrostroschinosquelamirabanconamabilidad.

Si antes casi daba saltos de impaciencia, ahora se detuvo en el puntomás alto del puente, en unextrañoestadodeindecisión,entrelaalegríadesbordanteyladichaserena.Conlosantebrazosapoyadosenelpretil,miróalsolentornandolosojosparareunir fragmentosde luz,colores,olores, imágenesysonidos.

Elmurmullodelríocontraloscascosdelosbarcos.Elbríoconelquelosculissepasabancajas,los

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tendonesylasvenasdelosdelgadosbrazosabultadoscomoelresistentebramantedelospaquetes.Verdejade.Azuldeultramar.Rojoamapola.Carcajadasenalgunaparteyunaalegrecancioncillasilbada.Elolorahumedad,amohodelbarro,ybajoesteelposocomodecivetodenightsoil,la«suciedaddelanoche»,comollamabanallíalasaguasnegrasdelaciudad.Laacidezdelapiedra,lamaderayelmusgomojados,putrefacciónymoho.Pasospresurososdetrásdeella;unchacoloteodecascos,eltraqueteodelasruedasdeloscoches.Rápidascadenasascendentesydescendentesdelossonidossibilantesnasalesdel chino y los más bajos, volubles de los dialectos malayos. Los ojos pintados en la proa de lostongkangs, cuya aguda vista debía descubrir los peligros del camino.La forma y la estructura de lasnubesenelcielo.Unaromaacanelaycardamomo,polvodecarbónyvirutasdemadera,yeloloracre,embriagadordelincienso,quesequemabaparaprotegerdelmalyamododeofrendaenelmuelle.Elsonidodemetal contrametal yun centelleodorado a lo lejos.El aire en supiel, un aireque llevabaconsigoelsaludodelcercanomar.

LosGillinghamnotuvieronlaculpadequeenLondresnollegaraasentirsenuncacomoencasa.Peseaqueporsuaspecto,elcolordesupielysusojoseraunaFindlaydepiesacabeza,allísiempresehabíasentido una extraña, en lo más profundo de su ser moldeada y marcada a una edad temprana por eltrópico.Legustabalacomidapicanteyconabundanciadeespecias,lodulcenuncaeralobastantedulceparaellaamenosqueledolieranlosdientes,ysuscolorespreferidoseransubidoshastarozarlochillón.Al parecer su sangre no era lo bastante espesa para la fría Inglaterra, incluso en verano, y se sentíafácilmentesusceptible,desmesuradaensussentimientos.Cosaquenoparecíacasarconella,quedecaraalosdemásamenudoeratancallada,tanreservada,quedabaunagrataaparienciadedocilidad.

Bajolasuperficiedefiligranacincelada,discretayordenadadeInglaterra,siempreechabademenosalgoprimitivo,elemental.Exuberanciaentodoslossentidos.Algodepasión.Algodemagia.

Georginasepusodepuntillasyseinclinósobreelpretil.Comosiallíabajo,enlasmansas,pardasysalobresaguasdelríoSingapur,pudiesenosolorecuperarsuinfancia,sinotambiénversufuturo.

Unosgritosbreves,repentinoslaasustaron.Enunadelasbarcasdelmuelle,dosculislaescrutabanconunaanchasonrisayledecíancosasqueellanoentendía.

Georginasesonrojóyseapartódeinmediatodelpretil,dispuestaadarsemediavueltaatodaprisa.Perounosojososcuroshicieronquenosemovieradelsitio,atrayéndolademanerairresistible.

Unos ojos como gotas repletas de un océano negro, serenos y de una profundidad insondable;inquisitivos,escépticos,esperanzados.

Levantólavistamovidoporlacuriosidad,cuandoestabaizandolaveladesubarca.Porlamañanaaún cargada con los tesoros del mar, se mecía levemente, como un corcho en el agua, y tiraba conimpacienciadelasogaconqueestabaamarradaalmuelle.

Suchinonoeramuybueno,sereducíaapocomásdelonecesario:palabrasaisladasymodismosquehabíaidoaprendiendoconeltiempo.Enlosgodownsdelostaukehs,enlosquelosaludabanenmalayoy regateaba en malayo. En las calles de la ciudad y allí, en Boat Quay. Sin embargo, le bastó paraenterarsedeloquetantoalterabaalosculisqueteníaallado.Conlaagradablesensacióndetenertodoel tiempo del mundo el resto del día, incluso para prestar atención a semejante nimiedad, sus ojossiguieronlasmiradasdelosculis.Hastalamuchacha,casiunaniñaaún,queestabainclinadasobreelpuenteThomson.

Mientraslosculisdiscutíansieraunaangmocharbor,sierablanca,aunquenoteníaelcabellorojoni rubio, omás bien una chap cheng kia, unamujer de sangremezclada, la sonrisilla se borró de surostro.

Lascicatricesdelbrazo,delapierna,quenoeranlasmásrecientesdesucuerpoysehabíancuradohacíatiempo,empezaronalatirlevemente.Delicadoytrémulocomounalademariposa,elrecuerdolorozóantesinclusodequeéllareconocierarealmenteoreparaseenelparecido.

Losdosculis le lanzabancomentariosquesonabancomoprobablementelohicieranenelrestodel

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mundo cuando los hombres querían llamar la atención de unamujer que les gustaba: cumplidos entretorpes y obscenos. Ella se irguió a toda prisa, y el recuerdo lo golpeó con toda su furia. Como unpuñetazoenelestómagoquelecortólarespiración.

Sucabello,conrayaenelmedioyrecogidoenlanuca,eratanoscurocomoéllorecordaba,castañovivo,comolamaderadepalmapulida.Gruesosmechonesonduladosenmarcabanelaúndelgadorostro,ensudefinidocontornomásabiertoqueantes,conun toquededelicadeza femenina, la justaparaqueparecieseinteresanteenlugardeúnicamentebello.

Elleveruborqueteñíasusaltospómulossetornómásintensocuandosumiradasecruzóconladeél,ysuentrecejo,hacíauninstantefruncidodebidoalenfado,serelajóyacontinuaciónseenarcóenunapreguntamuda.

Lacuerdadelavelaseleresbalódelasmanos,mudodeasombroalverenquésehabíaconvertidolaextrañaniñaqueloencontróenaquellacasitadeljardín,lecosiólapiernaysostuvosumanocuandoteníafiebre.

Debíandehaberpasadosieteaños,loshabíaidocontando.Soplaban vientos del este, como ahora, una época que en el calendario de los orang putih

correspondía a los meses de febrero, marzo y abril, dependiendo del año incluso hasta bien entradomayo.

Fueronsusojoslosquedespejaronlasúltimasdudas.Esosojossingulares,deoscuraspestañas,delmismoazulintenso,casivioleta,delcielovespertinopocoantesdequecayeselaoscuridad.Unosojosquereconoceríaentremiles.

Nohabíavueltoaverunosojosasí,yesoquesiempresefijaba.«Nilam.»Subocaformósunombresinpronunciarlo,ydespuéslevantólamanodespacio.Por el brillo de lamiradade lamuchachavioque lo reconocía, y a él empezaron a zumbarle los

oídos.Ycuandosubocadibujóunatímidasonrisa,estaloarrastróconsigocomoantañohicieralaolaquelodevolvióalaorilla.

Poruninstanteeltiemposedetuvoyretrocedió.Georginavolvíaatenernueveaños,casidiez.Susmanossentíanlapieldeljovenpirataqueelmarle

llevóparadespuésarrebatárselo.Lacriaturamarinaqueconsusrelatosdelextrañomundodelqueveníalafascinóyembelesó.

Recordaba lamarea de su respiración cuando dormía. Las cabezas inclinadas sobre las hojas dellibro,casi tocándose,supequeñamanoenladeél.Suselkie,que ladejóconelcorazónrebosantedenostalgia.

GeorginavolvióbruscamentealpresentecuandoelhombrequeteníalosojosdeRaharjosaltódelabarca al muelle y salió corriendo hacia el puente. Sueño y realidad, pasado y presente perdieron elequilibrioychocaronentre sí, enfureciéndose,yaGeorgina le faltaron lospies.Depronto inseguraytímida,quisosalircorriendo,buscaratodaprisaunlugardondeesconderseyagazaparseenél.Perosuspiernas no la obedecían; con la lata apretada contra el cuerpo con los brazos cruzados, lo mirabafijamente;elestómagoeraunmardesensaciones.

Alrostrodeélasomóunasonrisa,claray luminosaensumorenapiel,comolacamisablancaquellevaba.Aflojóelritmoysedetuvoanteella.

GeorginaseaovillóantelamiradadeRaharjo,conlaquedabalaimpresióndetomarnotadecadadetalle,porpequeñoquefuese;oquizásesolazaraenella,noestabasegura.

–Nilam.–Con lamayor naturalidad delmundo, le pasó lasmanos por lasmangas del vestido azulceleste,deteniéndoseuninstanteenloscodos,contantadelicadezaqueellasintiópocomásqueuncalorfugaz–.Mírate.Estáshechaunanyonyaelegante.

Suvozsehabíavueltomásgraveaún;sonabamelodiosayáspera,unaalfombraoscuraytupida.

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«Raharjo.»Tuvoquelevantarlacabezaparamirarloalacara.Ellarguiruchocuerpojuvenildeantaño,quenoerasinoángulosmarcadosyhuesospuntiagudos,era

entonceseldeunhombreágilyfuerte.Ytambiénsusrasgoshabíanalcanzadounaarmoníamasculina,compacta,casidura,ydeunabellezaaustera.

Georgina logró a duras penas dejar de mirarle la boca, esos labios sensuales, sinuosos, que laturbaban,yseñalóelmuelle.

–¿Tubarca?–Mibarca–confirmóél–.Yen elmar, ante la costa, está ancladomibarco.Noesgrande,pero sí

veloz.Georginaesbozóunasonrisaqueseborrócasienelacto,cuandolaatenazóelpesardeantaño.–¿Porquénovolviste?–musitó,conlacabezabaja.Notabasusojosfijosenella.–Regresé,Nilam.Másdeunavez.Peronotevolvíaver.Georginaasintió.–Estuve...–Su lengua lidiaba torpementecon los sonidosdelmalayo–.Paséunosaños fuera.Con...

parientes.Hevueltohacesolounosdías.Sumiradavagabainquieta,hastaquesedetuvoenRaharjo.Éllamirabacomosibuscaseensusojosalaniñitaquevioporúltimavezhacíasieteaños.Comosi

intentaseaveriguardóndehabíaestado,quéexperienciashabíavividoyenquiénsehabíaconvertido.–¡MissGeorgina!Laaludidasevolvió.ElpalanquindeL’Espoirsubíaporelpuenteentreunahilerafluidadecoches,

yJatilehacíaseñasconlamano,agitado,desdeelpescante.–Aquí,MissGeorgina,aquí.Lamuchachasevolvióuntanto,aregañadientes,peronosemoviódelsitio.Nosabíaquéhacer.–Espera.–Raharjolacogióporelcodoylaatrajohaciasí–.¿Mañana?¿Ennuestrositio?Georginasolopudoasentir.Despuésechóacorrerporelpuente,comosipisaranubes.Antesincluso

dequeelpalanquinpararadeltodo,abriólaportezuelaysesubióaél.Laliterareanudólamarcha,yGeorginaseinclinóhacialaventanilla.Raharjoseguíaallí,mirándolaerguido,descalzo,consuspantalonesclarosylasencillacamisa,el

vientopeinandosunegrocabello.–¿Vatodobien,MissGeorgina?–oyóquelepreguntabandesdedelantecuandosiguieronpuenteabajo

yelladejódeveraRaharjo.–Sí,Jati.Georginarespiróhondo,seapoyóenelrespaldoyescuchóeltamborileodichosodesucorazón.Suselkiehabíavueltoasulado.

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3Inclinadayconlacabezaencogida,Georginaseadentróenlaespesura,querezumabahumedadpor

todos susporos. Iba apartando ramas conambasmanos, a cadapocospasos seveíaobligada apararporqueelsarongselehabíaquedadoenganchadoenalgo.Laacribillabaelcantochillóndelascigarras,que acallaba el bramido de las olas. En alguna parte algo se deslizó inquieto por las copas de losárboles,talvezunaardillagrisalaquehabíaasustado.

Notó un revoloteo intranquilo en el estómago cuando subió los pasos de la veranda, cuyamaderacrujióbajosuspies,descalzos.Respiróhondoyentróenlaluzcrepuscularverdeirisadadelpabellón.La envolvió un olor amusgo, amoho y podredumbre dulzona que sabía a infancia, a horas dichosas,extasiadasyasoledad,ylaslágrimasselesaltaron.

Elcrujidodelaarenaylasallaacompañóensurecorridoporlaestancia;fueacariciandoconmanostemblorosaslosmuebles,quehabíansidovíctimasdelasinclemenciasdeltiempo,comosiexploraseunbarcohundidoenelfondodelocéano.Elaireporelquesemovíaerahúmedoypesado;sielmaraúnrondabalacasadeL’Espoir,elpabellónlepertenecíadesdehacíatiempo.

–¿Raharjo?–musitóenelumbral,aunquevioquelahabitaciónestabadesierta.Lafamiliarsensacióndeabandonoseadueñódeella,yseabrazóelcuerpo.

Sumirada descansó en el tocador, al que se acercó sorprendida. Sonrió al pasar lamano por lascosasquehabíaallí.

Unaconchaovalada,casi tangrandecomounpuño,conlarelucientesuperficiemanchadacomounleopardo, resbaladiza debido a la humedad y al velo demusgo que se había asentado en ella con eltiempo.Unpeineconfiligranadecareyatigrado.Unapiedranegra,porosa,queGeorginahizogirarentrelos dedos, perpleja, hasta que su semblante se iluminó al ver en ella un junco chino. El abanico demadera,abierto,sehabíadeformadoporcompleto,elpapelonduladoyconmanchasdemoho,lapinturacorridaenalgunospuntos.Encontrade loquedictabaelsentidocomún, intentóponerse lapulseradeconchitas ensartadas. Puesto que había sido hecha para la mano de una niña, le resultó demasiadopequeña;hacíaunosañossindudalehabríaentrado.

–¿Tegusta?–DelapuertadelaverandalellególavozquedadeRaharjo.Sinlevantarlavista,Georginaasintió,contemplandocadaunadelasconchitasdecolorespastelque

teníaentrelosdedos.–¿Estodoparamí?–Cadavezquevenía aquí traía algo.–Se acercó–.Algoqueme encontré o comprépor el camino.

Algoquepensabaquetegustaría.–¿Porqué?–Lomiróconlosojosmuyabiertos.Portodarespuestaélseencogiódehombros.–Puedohacértelamásgrande–musitócuando llegóhastaellaycogió lapulseraconeldedo índice

mientraslepasabaporencimaelpulgar–.Ohacerteotra.–No.–Georginacabeceó–.Noquierootra.Yquierodejarestacomoestá.QueRaharjonosoloseacordaradeella,sinoquehubieseestadopensandotodoeltiempoenellala

subyugó,casieramásdeloquepodíasoportar.–Cuéntamequéhasidodeti,Nilam–pidió.Bajo lamalla de lamosquitera, Georgina le habló de la India y de la lejana isla en el fríomar.

LugaresquesehallabanmásalládelasaguasquelosoranglautrecorríanensusbarcosyqueRaharjosoloconocíadeoídas.Georginanosediocuentadecómoseentretejíanlosrecuerdosquesumadresehabía llevadode la India; lashistoriasde supadre, los cuentos, losmitosy las leyendas con losquehabíacrecido.Sussueños,susesperanzasydecepciones,ylamagiaqueseguíadesprendiendoRaharjo.Cómoadornabaaquíalgo,dejabafueraalgoallí,retomabaenotropuntounhilosuelto.Tendidaenesas

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sábanasqueolíanamoho,hilóunpañodevivoscolores,conbordadosprimorososyribetesbrillantes,queextendiósobreellayRaharjo.

Frenteafrente,sesumergieronenlamiradadelotroytendieronunpuenteentresusrecuerdosyloscambios que el tiempo había ocasionado.Hasta que el gris ahumado de los nubarrones se coló en laestanciaylallenódeoscuridad.

Elretumbardelostruenos,elmurmullodelalluviaquerepiqueteabaeneltejado,caíaygolpeabaelsuelo acallaron las palabras. En la súbita claridad de los rayos lograban verse, rara vez más de uninstante.

LabocabiendibujadadeGeorgina,lacurvaenérgica,casiporfiadadelabarbilla.LaoquedaddelnervudocuellodeRaharjoyelpronunciadosurcoqueseabríaalolargodelaclavícula,quedejabaaldescubiertolaaberturadelacamisa.Elremolinorebeldedelcabello,aunquelollevabamáscortoqueantes.UnasuertedehoyueloenlasmejillasdeGeorginacuandosonreíadeunamaneradeterminada.LabocadeRaharjo,tandelicadaencomparaciónconladuralíneadelamandíbula.

Merosdetalles que solo eranvisibles fugazmente antesdeque ambos se convirtierandenuevo ensombrasquetendíandemaneraimperceptiblelaunahacialaotra,atraídasporlacercanía,elcalordelotro.

Secolóunaluzazul,tanvivaqueiluminólaestanciahastaelúltimorincónehiriólosojos;antesdequeseextinguieraseoyóelrestallardeuntrueno,ensordecedorydesgarradorensufuria,conelquelatierra se estremeció, el pabellón tembló y pareció inclinarse hacia el embravecidomar. Un demoniodesatadoquesealejóaregañadientesyestruendosamente.

LamanodeRaharjoseposóenelhombrodeGeorgina.–Notengasmiedo.Nopasanada.–No–repusoella,másasombradaqueasustada–.Nopasanada.Elpesodelamanocedió,comosifueseaapartarla;luego,trasvacilaruninstante,Raharjolerodeó

conmásfuerzaelhombro.LacabezadeGeorginadescansóensupecho,yenvueltaensuoloracueroycanela,amaryalgas,enlostranquilizadoreslatidosdesucorazón,lamuchachacerrólosojos.

Solomástardesupieronqueelrayohabíacaídocerca:enlanuevatorredeSanAndrés,porsegundavez.

Unmalaugurio,ajuiciodeloschinosymalayosdelaciudad,quealimentabalosincesantesrumoresde que la iglesia estaba maldita y la visitaban malos espíritus. Y aunque la iglesia se mantuvovalientementeenpie,pesealosdañosenlamamposteríaylasvigas,esedíaelrayoquecayódecidióeldestinodeSanAndrés.

Losúltimosretazosdenubesplaneabansobreelcalmomardetinta,dejandotrasdesíunrastrodebrillante luzceleste.Conrenovadobrío lasespumeantesolasseacercabanaBeachRoad,mientrasunsilencioabsoluto,satisfecho,envolvíaeljardín.Solodetantoencuantohendíalanochelavocecitadeunacigarra,unaranatorocroabayenalgunapartecaíanlasúltimasgotasdelascopasdelosárboles.Elaireeracálidoyzalamero,directamentebalsámico.

Unanochequeeracomounapromesa.Unanochequeerademasiadohermosaparadormir.Con el cabello suelto y sin zapatos, pero aún vestida con la ropa de la cena,Georgina salió a la

veranda a tan tardía hora. En un rincón oscuro entre las columnas bebió la noche a grandes tragos ycelebrócadaunodesuspensamientosenRaharjo.

Oyóqueseacercabanpasos,lentosy,sinembargo,decididos,yGeorginavolviólacabeza.ContralatenueluzdelaplantainferiorserecortólasiluetadePaulBigelow,queseacercóalabalaustrada,dejóunvasoencimayseencendióuncigarropuro.Georginaestabasopesandosidaraconocersupresenciaonocuandoélalzólacabezaymiróhaciaellaamusgandolosojos.

–¿MissFindlay?Disculpe,nosabíaqueestabaaquí.He...Gesticulóconelpuroencendido.

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–Nosepreocupe,nomeimporta.Sin embargo, él parecía intimidado al expulsar el humo al jardín; un olor acre, rasposo, que

especiaba el dulzorde lanocheydespertaba recuerdos.De lasvisitasque llegaban antes aL’Espoir,sobretodocaballerosconlevitacuyasruidosasvocessetornabanunplácidomurmullocuandolehacíancosquillasbajoelmentóna lapequeñaGeorgina,antesdequesereunieranconsupadreparabeberyfumar.Mientrastantolasescasasdamaspresentessequedabanconmaman,ynoparabandeexpresarsupasmoalverelcontrastedelcabellooscuroylosojosdelapequeña,«azulescomolasvioletas».

UnacomparaciónqueaGeorginano ledijonadahastaquea losonceaños,en Inglaterra,vioporprimera vez un campo repleto de violetas. Con la enfermedad de sumadre las visitas a L’Espoir sevolvieronmenos habituales, y poco después inexistentes, hasta que el único invitado acabó siendo elseñorde la casa,quevolvía aL’Espoir tarde,parapasarseunashoras eneldespachoydescansarunpoco.

–Menuda noche–comentó Paul Bigelow, pensativo, entre trago y trago–. Y después de semejantetormenta.

Georginaprofirióunsonidodeaquiescencia.–NosésillegaréaacostumbrarmealtiempodeSingapur–añadióconunacarcajada–.Estecalor.Y

estosaguaceroscasiadiario.–Sin duda–repusoGeorgina; la conversación trivial, cortés, no era uno de sus fuertes, siempre le

poníaunpoconerviosa–.Cuandolleveunosañosmásaquí...–Tododependedelrumboquetomenlascosas.–PaulBigelowhizogirarelcigarroentrelosdedosy

respiróhondo–.Sí,contodaseguridadaúnmequedanalgunosaños.Cómonosabíaquédeciraeso,Georginaselimitóaasentir.Éllamirabadereojo.–¿Podréconvencerlaalgunavezdequesalgaadarunpaseoacaballoconmigo,MissFindlay?Ellasonrió.–Lociertoesquenomegustanloscaballos.Ymetemoquetampocomontomuybien.–Yolepuedoenseñar.Georginaserio.–Se esforzaría usted en vano,MisterBigelow. Inclusomi tía se vio obligada a admitir que había

tiradoporlaventanaeldineroqueinvirtióenlasclasesdeequitación.Élseapoyóenlabalaustradaylamirófijamente.–Creo que esmejor que sepa que no acepto un no por respuesta sinmás nimás. Puedo sermuy

insistente.Uncomentarioque,aunquehechoalegremente,eraserioydenotabaseguridadensímismo.–¿Quierequeletraigaalgunacosamás,tuanBigelow?Cempakaaparecióenelumbral,conlasmanosunidasdelantedelpecho.Unasiluetaesbelta,comola

de un pájaro, contra la suave luz del interior de la casa, mantenía la cabeza baja, de un mododesconcertantementesumiso.

–No,muchasgracias–contestóPaulBigelowconama-bilidad.–¿Deseaalgunaotracosa?–Suvoz,porlocomúntanruda,eraaterciopeladacomoelairenocturno.–No,gracias,Cempaka,todoestáperfecto.–Enesecasoledeseoquepaseunabuenanoche,tuanBigelow.Cempakadiomediopasoatrásconairevacilante.–PeroquizáMissFindlay...–Sutonoteníaalgoenérgico,provocador.Cempakalevantólacabezacomosifueraunagrulla,dispuestaadefendersuterritorioutilizandoel

picocomoarma.–Gracias,noquieronada–seapresuróadecirGeorgina,casiatragantándoseconlaspalabras–.Me

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iréalacamapronto.Cempaka asintió majestuosa y entró en la casa con la cabeza bien alta, toda ella expresando su

antipatía.GeorginacaptólamiradadeinterrogacióndePaulBigelowyseencogiódehombros.–Nosoydesuagrado.–Yamehedadocuenta.Ynoes laprimeravez.–Volvió la cabeza–.Cempaka llevamucho tiempo

aquí,¿noescierto?–Desdequetengousodememoria.–GeorginasaliódesuoscurorincónyfuehaciaPaulBigelow–.A

mimadrelasigueidolatrandoadíadehoy,porencimadetodaslascosas,peroamísiempremehacesentirculpable,comosihubierahechoalgomalo.Algoterriblequenomepuedeperdonar.

–No debería pensar eso.–Levantó la mano como si fuese a tocarle el brazo, pero en el últimomomentopareciócambiardeparecerypensarquenoeraapropiado,demaneraquese lapasóporelcortopelo–.Aunqueyoyaeraunmuchachocuando,enelplazodeunaño,perdíprimeroamimadreydespuésamipadre,seríaincapazdeimaginarquéhabríasidodemísinmishermanos.–Sumiradavagóporeljardínhastadetenerseenella–.Suinfanciatuvoquesermuysolitaria.

DeprontoGeorginasesintióadisgusto,comosiestuvieradelantedeélamediovestir,yserodeóelcuerpoconlosbrazos.Élseechóhaciadelante,tantoquesualientolerozólasmejillas.

–Megustaríamuchoserunbuenamigosuyo,MissFindlay–dijoenvozbaja.Trasellosseoyóunatos,yPaulBigelowretrocediódeprisa.–Buenasnoches,MissFindlay.–Cogiósuvaso–.Buenasnoches,señor.Gordon Findlay farfulló algo a modo de respuesta cuando Paul Bigelow pasó por su lado y a

continuaciónseacercóaGeorgina.Sucorazónlatióesperanzadoalverasupadre,enlacrepuscularluz,unabedulnudoso,grisplateadoynegro.

–Fuemuyamableportupartequetepasarasayerporeldespacho–aseguróalcabodeunrato–.Unasorpresa,perograta.

Las impresiones que Georgina tenía del godown de la compañía Findlay & Boisselot estabanborrosas,desdibujadasunayotravezporeldelirioenquelasumióelreencuentroconRaharjo,ysolohabíaquedadoenpieunpuñado.

Porextrañoquepudieraparecer,elgodownnohabíacambiadomucho,ajuzgarporelterriblecaosdecajas,sacosybarrilesdelaplantabaja,quedesprendíanunoloramaderaymetal.Apimienta,téyjengibreyatodoslosdemásgénerosquesealmacenabanprovisionalmenteallí.Tampocoeldespacho,en la planta de arriba, con sus libros de contabilidad y susmontones de papeles y losmapas de lasparedes,elairesofocanteapenasrefrescadounpocoporlosabanosdelospunkah-wallahs.

GordonFindlaycarraspeóconairereservado.–¿Ya...yatehasaclimatado?–Unpoco,sí.–Georginasonrióparasí.Si allí, en la casa, con ella, su hija,GordonFindlay parecía torpe y vacilante, en el despacho se

mostrabadecididoyenérgico, igualqueantes.AhoraconPaulBigelowcomosi fuera su sombra,quedirigíalacompañíaconélcomoelengranajedeunrelojperfectamenteengrasado.

Susdedosacariciaronlabalaustrada,inquietos.–¿Piensasquedarte?¿Muchotiempo?Lapreguntafuecomounabofetada;Georginatardóunpocoenrecuperarse.–Naturalmente.–Suvozsonóherida–.Estaesmicasa.–Sí.Claro.–Expulsó el aire ruidosamente, enuna especiede suspiro–.En ese casoprobablemente

tendréquepedirleaMisterBigelowquesebusqueotrositiodondequedarse.Elpesarquedestilabansuspalabrasfuecomoungolpeenlaotramejilla.–Antesdequelagenteempieceahablar.–Asintiócongestocircunspecto–.Sí,probablementesealo

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correcto.Georginamirabaalfrente,cegadaporlaslágrimas.–Nosécómoseráestoparati–leoyódecirasupadrealcabodeunrato–.Desdehaceañosapenas

cultivorelacionessocialesalmargendelosnegocios.Devezencuandounacenaounascopas,siempreentrehombres.Aquínohaynadiequesepuedaocupardequeterelaciones.Ahoraodentrodeunoodosaños.Bailes,tésoloquequieraquehagáislosjóveneshoyendía.Notengonilamásremotaideadeloquenecesitaunajovendamacomotú.Ynoséacuáldelaspocasdamasqueresidenaquílepuedopedirqueteprestesucompañía.NecesitaríasaquíaalguiencomoStellaocomo...comoJoséphine.

Elúltimonombrefuesolounsusurro,aplastadoporelpesodeldolor,queseguíaoprimiéndolo.–Nonecesitonadadeeso–espetóGeorgina–.Yosoloquieroestaraquí.GordonFindlaymiróasuhija.Largamente.Asusemblante,comoesculpidoenpiedra,asomaronlasprimerasgrietas;después,hendiduras;una

fracturaquepareciócausarledolor.–Teparecestantoatumadre...–musitóconvozbronca.«Eresunahijadeltrópico,monchouchou,comoyo.»UnalágrimalecorrióporlamejillaaGeorgina.–Yotambiénlaechomuchodemenos.–Sí.–Fue la huera respuesta de su padre. Su mirada se tornó un tanto inquieta, como espantada,

sorprendidaycasiculpable,yladesvió–.Sí.

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4Laquilladelbarcohendíalasolassilbando.AlasombradeltoldoGeorginacontemplabaelverdeturquesayelazulíndigodelmar,sinpararde

sacarsedelabocamechonesdecabelloqueelvientoleechabaenlacara.HabíandejadoatráshacíaunbuenratolosbungalósquesealzabanalolargodeBeachRoad.Istana,

elpalaciodelsultándeJohor,unasuntuosavilladedosplantasenmediodeampliosjardines,yelbarriomalayoyárabedeKampongGlam,consupequeñoyanimadopuerto.Aexcepcióndecoloniasaisladasdesencillascasitasdemaderaconeltejadodepalmayconstruidasmedioenelaguasobrepilotes,desdehacíaalgúntiempoaorillasdelmarsolohabíajungla.Unaltomurodeárbolesyfollaje,desbordanteensuverdor,ensuprimitivismo.Eserecorridoeracomohacerunviajealpasado,devueltaalosorígenesdelaisla.

Georginavolviólacabeza.–¿Nomevasadeciradóndevamos?Conlavistasiemprealfrente,enlacaradeRaharjosedibujóunasonrisa.–Solocuandohayamosllegado.Gobernabaelbarcorelajadoy,sinembargoconlossentidosdespiertos.Devezencuandolevantaba

lamanocuandounperahusecruzabaconélopasabanpordelantedeunaflotadebarquitospesqueros,ydevolvíaunsaludoenlaparticularlenguadelapoblaciónnativa.

Suformademoverseporelbarcocondesenvoltura,casicomoungato,demanejarloscabosylasvelas con lamayor naturalidad delmundo, igual que respiraba, revelaba lomucho que en el mar sehallabacomoencasa.Comosisucuerpoyelcuerpodelbarcofuesenuno,ambosesbeltos,amboságiles,ylamaderapulidacasidelmismocolorquesupiel.

Máspequeñoqueunjuncochino,elbarco,noobstante,eramayordeloqueesperabaGeorgina,conunaampliabodegabajolacubiertayuncamaroteenelqueladesnudezespartanaalojabaelcaosdeunavida sencilla: un par de camisas y pantalones, cacerolas de hierro y tazones de barro esmaltado, unalámpara. Eramás grande que losperahus queGeorgina veía desde la playa; probablemente igual degrandequelosbarcosdelosbugisyconellargobaupréstambiéndeformasimilar,comounpezespada.

–¿Porquénotienenombretubarco?Élenarcólascejas.–¿Acasoesnecesario?–¡Desde luego que sí!ComoSeagull oMorning Star. Algo que tenga que ver con elmar. Como

NeptunooTritón.Elnombredeunaciudadodeunrío.Ounnombredemujer.Haymuchosbarcosconnombredemujer.ComoMaryAnn,Emmao...

–¿...oNilam?–Suslabiossecurvaronenunasonrisa.Georginaseruborizóybajólavistaalosdoslibrosqueteníaenelregazo,queRaharjolehabíadado

antes bajo cubierta. No los dos que notó que faltaban la mañana que él desapareció: cada vez queRaharjovolvíaalpabellón,devolvíaloslibrosquehabíatomadoprestadosysellevabaotros.

Georginaacariciócondelicadezalasrozadurasylasrajasdelatapa,elcantoestropeado,ondulado.Pensó que esos libros habían acompañado a Raharjo en sus viajes por el archipiélago deNusantara,quizásallímismo,encubierta,durantesushorasociosas,oalaluzdelalámparaunanocheencalma,ancladoenunabahía.

YdeseóquelospensamientosdeRaharjoaveceslollevaranhastalaniñitaquefueensudía.No se cansaba demirarla. Precisamente durante esos instantes en los que estaba abismada en sus

pensamientosycreíaquenadielaobservaba;posiblementenosospechasequecadaunadesusemocionessereflejabaensurostrocomoeljuegodelasnubesyelsolenelagua.

RecorríaunayotravezconsumiradaelnítidoperfildeGeorgina,ysiempresequedabaprendado

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del aleteo de las espesas pestañas, debatiéndose entre el temor y la esperanza de que ella alzara lacabezaactoseguidoylosorprendieraobservándola.Bajosucalmasiempreparecíaacecharunatormentaquesepodíadesatardeunmomentoaotro,yaligualqueunaislatropical,quecuandoelcalorllegaasupuntomásaltoansíalatormentaqueleprocuraráalivio,élsemoríadeganasdehallarseenmitaddeesadescarga.

Sinembargo,seguíasinentenderlomásmínimoaesaextrañamuchachaqueeraNilam.Queiba,comosiempre,descalzayconsarongsykebayasdeslucidos,mientrasquelagrancasaque

se alzaba al otro lado de la espesura traslucía dinero y poder. De la que ni antes ni ahora parecíapreocuparsenadiecuandoseescabullíaparadesaparecerdurantedíasenunrincónocultodeljardín.

Loasaltabaunairasordacadavezquepensabaenelpadredelamuchacha,esetuandistinguidodelquenoconocíasurostronisunombre,eseorangputihalquesuhijaeracompletamente indiferenteydejabacrecercomolahierba,sembradaaccidentalmenteenarenasmovedizas,sinquesupieracuálerasusitio.

Alamuchachalarodeabaunhalodeprofundatristeza,enparticularcuandohablabadesumadre,quehabíamuertohacíatiempo.Unabandonotandolorosoqueélnoseatrevíaapreguntarparanoremoverelsufrimiento.Noeradeextrañarquelaacompañaseunasombralúgubre,susojosavecesparecíancasiheridos,comounhematomareciente.

Georginalevantólacabezaeinterceptósumirada;sinembargo,desviólasuyaenelacto,comosifueraellalaquehubiesesidosorprendida,antesdecaptarladenuevo.Susojosseiluminaron,unbrilloradiantequeseextendióportodosurostroyaéllohizoflaquear.

Lodespertóuncambioapenasperceptibleenelritmodelasolas.–Yahemosllegado–anuncióconlavozquedaybronca.Georginaviocómoguiabaelbarcohacialacosta,echabaelanclayarrizabalasvelas.Elladejólos

librosysepusoenpie.–¿Lohacessiempretodosoloenelbarco?–Avecescontratoaunoodoshombres–respondiómientrasbajabalabarcadeabordo–.Oranglaut

comoyo.Quemeechanunamanoabordoyvigilanelbarcocuandovoyatierra.–Bajóporlaescala.–Perohoyno–musitóGeorginadesdelaborda,comosisoloahoracomprendieraqueestabanlosdos

completamentesolos.Confiabaenélciegamente.–No.–Lamirócongravedadyletendiólamano–.Hoyno.Elbarcoestabafondeadoenunpequeñoestrecho,allídondelacostadeSingapuribaalencuentrode

lapenínsulamalaya,yentremediasbrillabanal solpequeñas islasqueerancomoesquirlasdecristalverde.Labrumadifuminabaelcontornodelascolinasydelosimponentesmangles,quelanzabanalmarsuredderaícesaéreasycreabancavidadesumbrosasbajoramascolgantes.

Unlugarsecreto,reservado.Eltemplodeunadivinidaddelagua.Unrefugiodetesorosenterrados.Unaguaridadepiratas.

–PulauSeranggong–informóRaharjovolviendo lacabezamientras impulsaba labarcaconpaladasfuertes,regularesporelaguadecolorturquesa–.LaislaSeranggong.

Un nombre tan paradisiaco como la agreste islita hacia la que se dirigían.Que encerraba el azulluminosodelaguayelcieloyelverdedelajungla.

–Seranggong.–Georginadejóquesu lenguaacariciara lossuavessonidos–.Nosemeocurremejornombreparatubarco.

Raharjo no dijo nada, pero ella vio que la propuesta le gustaba. La quilla arañó tierra firme, yRaharjo se bajó de la barca de un salto parameterla en la playa; Georgina lo imitó. Con un rápidomovimiento,sequitólacamisaporlacabezaylalanzóalabarca.

–Yahoravasaaprenderanadar.CogiódelamanoaGeorginaysaliócorriendodetalmodoqueella,risueña,mediocorriendoasu

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lado,mediodandotraspiés,notuvomásremedioquemeterseenelagua.Raharjoeraunbuenmaestro.Sienunprimermomentoelaguaparecíademasiadofugazparasostenerla,sucuerpo inamovibley

compacto como una piedra, condenado a hundirse, poco a poco Georgina aprendió a confiar en elhúmedoelemento.Dejarsellevarporélyavanzarporsuspropiosmediosprontoseleantojólacosamásnaturaldelmundo.AuncuandosesentíatorpeypesadaalladodeRaharjo,quehabíaaprendidoanadarantesdeandarconpasofirme.

Sedeslizabaconmovimientoselegantesysesumergíaágilmentehastaelfondo,alparecersinsentirelimpulsodecogeraire.Nomuydistintodelasvelocesnutriasalasqueestuvieronobservandocuandose sentaron en la arena hasta que se secaron los pantalones de Raharjo y el sarong y la kebaya deGeorgina.

Elensimismamiento,lamelancolíaquedecuandoencuandoseapoderabandeél,volviendosuceñoadusto, endureciendo sumirada, enel aguadesaparecían.Allí se transformabaenunacriaturamarina,exentadepreocupacionesylibre,veíacumplidossusdeseos.

Su esbelto torso, nervado de músculos, y sus caderas estrechas, sus brazos fuertes, musculosos,estabanhechosparavivirenelocéano.AvecesGeorginacasicreíaverenélunvestigiodeagallasomembranasnatatorias,quedesaparecíanalinstante.Cadavezquesalíadelmaryseechabahaciaatráselcabello empapado, sonriendo, el agua goteando de su piel morena como el azúcar de palma, ycorriéndoleentrelosmúsculos,ellasealegrabadepoderrefrescarseelardienterostroenelagua.

ParaRaharjoellaeracomounaondinaquesehabíaalejadodesulugardeorigeneldíaquenacióyal que por fin había vuelto, un tanto torpe aún en esemundo nuevo, pero cada vezmás familiar.Unasirenaquelodeslumbrabacuandoelsarong se lesubíaydejabaaldescubiertosus largaspiernas.Lasangre le corría estrepitosamentepor lasvenascuando la telamojada se lepegabaa lapielydejabatraslucirlasredondecesaúntímidasdesucuerpo,flexiblecomoelbambújoven.

Ycuandosedejabacaerenlaarenaasulado,enesaluzverdejade,entrelazandosumanoconladeél,elcabello librecomolossargazosy,en la risueñaboca,burbujitasdeaire,eracomosiasusojosasomarasualma.

Allí,enlasplayasargénteasdelestrechodeJohor,RaharjosentíacuánfuerteeraellazoqueuníaelalmadeNilamalaisladeSingapur.

HastaquépuntoerahijadeNusantara,comoél.LabarcasemecíaconsuavidadporelsungaiSeranggong,elríoSeranggong.Elaire,queenladesembocaduraribeteadadebarcasdepescaaúnteníalaacreligerezadelmaryel

frescorsaladodelcercanomercadodepescado,allíerapesadodebidoalatierrayelestiércolmojadosyaldulzordelafrutamadura.Entrelaspequeñascabañasdemaderaconsuscuidadosjardincitos,enlosque trajinabanmujeres y hombresmalayos y las gallinas piabany cacareaban, ascendían penachos dehumo.

Allíeltiempoparecíahabersedetenido,muchoantesdequesirStamfordRafflespusieraporprimeravezelpieenlaisla;quizásallíeltiemponuncahubieradesempeñadopapelalguno.

Cempakadebíadeserdeunantiguoasentamientomalayocomoese.Georginanosabíamuchodesuayah;tansoloquehabíanacidoysehabíacriadoenesaisla,antesdequeacudieraaL’Espoircuandonació Georgina. Después Ah Tong sustituyó al viejo jardinero malayo, demasiado achacoso ya paradesempeñaresetrabajo;cortejóaCempakalargotiempoymásadelante,conlabendicióndeltuanylamem,acabaroncasándose.Georginacreíarecordarvagamenteunapequeñafiestaeneljardínymúsicaycancionesquesalíandelasdependenciasdelaservidumbrehastabienentradalanoche;aunqueeramuyposiblequesololohubieseoídocontar,puesporaquelentoncesdebíadesermuypequeña.

En un momento dado, un puñado de niños desnudos salió de entre los jardines, echó a corrersiguiendolabarca,lanzandogritosdejúbilo,ysezambullóensuestelachillandoydandovoces.

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Risueña,Georginavolvió amirar al frente, aRaharjo, que remaba río arriba.También él sonreía,mostrandoensusojosunbrilloalegre.

Tras los jardines se extendía un mosaico de bancales y pequeños sembrados, que despuésdesaparecíabajovigorosasmatas,yelríoseadentraba,serpenteante,enunabóvedaumbrosa.

Losárbolessealzabanhaciaelcieloyseinclinabanlosunoshacialosotros,dejandotansolounaestrecha franja azul sobre la cabeza de Georgina. En ocasiones, entre las frondosas copas se abríanmanchas troqueladas de cielo y sol cuando el mástil de la barca rozaba ramas colgantes. El verdeesmeraldayazuladodelashojas,queenocasionestirabaaamarilloorojo,avecescasinegro,moteabalasuaveluz,enlaquelasgarzasalzabanelmajestuosovuelo,ylasavespiabanygorjeaban.

Raharjo se fue internandomásymásenesemundoquesehallabaalmargendel tiempohastaquefinalmente sacó del agua los remos y dejó que la barca se detuviera.A continuación cogió una ramavigorosa,acercólabarcaaellaylaamarró.

Raharjoestuvounratosentadoconlosantebrazosapoyadosrelajadamenteenlasrodillas,sinmás,contemplandoelsinuosorío,másalládeGeorgina.

–Esassonmistierras–dijoalcabo–.Desdeahí–añadió,señalandoellugardelquehabíanvenido,ydespuéssevolvióuntanto–.Hastaahí.–Cubrióconlamanolaorillaquequedabaasuizquierda–.HastaSerangoonRoad;todoestoesmío,desdeayer.–Comosituvieraquecerciorarsedeello,repitióenvozbaja–:Mío.Aunqueaúntardaréalgúntiempoenlevantarlacasaquetengoenmente.

LamiradadeGeorginarecorrióelmágicoterrenoaorillasdelrío;seríamagníficovivireneselugar.PorprimeraveztuvounaideadeloquehacíaRaharjocuandoavecespasabafueraalgunosdías;eso

queélsiempreresumíaenunlacónico«negocios»yquehacíaqueeltiempoquepasabaconélfueseaúnmásvalioso. Intentó imaginar laclasedecasaqueconstruiríaallíRaharjo,perono loconsiguió.ParaellaelhogardeRaharjoeraelmar;sumorada,esebarcoquetodavíanoteníanombreyqueaGeorginalerecordabaalaconchadeloscangrejosermitañosquepululabanporlasplayasdelaisla.

–¿Túyunacasaentierra?Labocadeéldibujóunasonrisaentrealegreyburlona.–Nosotros,losoranglaut,siemprehemosconstruidocasas,Nilam.Haypueblosquelevantanaldeas

enterassobrepilotesenelagua.Peronoconstruimospensandoenlaeternidad.Casisiemprelevantamosúnicamentepondoks,sencillascabañasenlaplaya,deloquenosproporcionaelbosqueenlacosta.Paraloqueduraunmonzón.Ocuandounadenuestrasmujeresprefieretraeralmundoasuhijoalabrigodeunpondok.Despuésderribamoslascabañas,aprovechamoslamadera,elbambúylashojasparanuestrasbarcasyseguimosnuestrocamino.

Miróalrío.Suspensamientossereflejabanensurostro,enmovimientosleves,apenasperceptibles,comoelmardefondoenaguasencalma.Hastaquesuscejassefruncieronyclavólavistaenlasmanosmientraspasabaelpulgardeunaporlapalmadelaotra.

–Los tiempos han cambiado, Nilam. Sobre todo para nosotros, los orang laut. Para los malayossiemprefuimosunpueblosalvajeconcostumbresextrañasyunalenguaincomprensible.Unpuebloconsuspropiasleyesysinunaauténticareligión.Caníbalesyhechiceros.

Una sonrisa iluminó su rostro, dejando a la vista sus dientes blancos, rectos; en los ojos sevislumbrabalallamadelorgulloquesentíaporlossuyos.Porloqueera.

–Siemprenoshantenidoenpocaestimayalmismotiemponoshantemido.Porqueenelmarsomosguerrerosfuertes,intrépidos,yllevamoselvientoyelmarenlasangre.MientraselsultándeJohorysutemenggongnosnecesitaron,fuimosrespetados.Éramoslosguardianesdesureino,sussoldadosenlaguerra.Construíamossusbarcosysusbarcasynosencargábamosdequesusarcasestuviesenrepletas.–Torcióelgestoenseñaldemenosprecio,casidesdén–.Estostiemposacabaron.Ahoralosorangputihson los señores de losmares.Con sus barcos de guerra, sus armasmejores.Ahora son ellos los quepreservanelpodery la riquezadel sultányel temenggong.Acambiohacen todo loposibleparaque

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cesenlascorreríasdelosoranglautporlasaguasdeSingapury,deesemodo,noenojara losorangputih.Eltemenggonginclusorecibióunaespadahonoríficademanosdelgobernadordelosorangputihcomodistinciónporsusserviciosenlaluchacontralospiratas.

Georginaflexionómáslaspiernas,apoyóenellaslosbrazoscruzadosyelrostroenestos.NuncasehabíaparadoapensarhastaquépuntocomerciantescomoGordonFindlaycambiabanesa

partedelmundo.Soloconsumerapresenciadesequilibrabanunsistemaqueexistíadesdehacíasiglosyledabannuevaforma.YesoqueentodocuantohablabansupadreyPaulBigelowenlamesahabíaalgoprovisional,efímero,comosiSingapur,esaciudadquevivíadelcomercio,fueseunaburbujaquepodíaestallardeunmomentoaotro.

Poresolascalleserantanmalas,estabanllenasdeinmundiciasyperrosvagabundos,seinundabancuando se desbordaba el río Singapur y, cuando caía la oscuridad, la iluminación eramásmala quebuena.LaadministracióndeCalcutadejabaeldestinodelaciudadenmanosdeloscomerciantes,cuyaatención,sinembargo,ibadirigidaúnicamentealacompra,laventayeltransportedemercancías,noaconvertirSingapurenunaciudadenlaquesepudieravivirbien.Porqueningunodeellossabíasialdíasiguienteodentrodeunañoseguiríaallí.

–Porordendel temenggongmipueblo tuvoqueestablecerseaorillasdelsungaiKallang.–Suvoz,porlocomúntanaterciopeladaqueaGeorginaleentrabanganasdeenvolverseenella,sonabaásperayrasposa–.YalpuebloquevivíaenelríoKallangdesdequeenlaislahaypersonaslotrasladaronaJohorparaquetrabajara,esclavizado,enlosbosquesdelsultán.Hastaqueunaepidemiaquesedesatóallícasiacabóporcompletoconél.

GeorginasentíaopresiónenelpechoportodaslascosasquequeríadecirleaRaharjoydelascuales,sinembargo,ningunaleparecíalobastantebuenanilobastanteconfortante.Alversumirada,élcabeceóconsuavidad,losojossúbitamentedurosybrillantescomolapiedrapulida.

–No,Nilam.Notenemosporquélamentarnos.Sabemoscómosonlascosas.Sabemosquelavidaestanvolublecomoelmaryelcielo.

Georgina asintió; sí, eso lo entendía.Aunque su propia vidamás bien se asemejaba a un río quediscurríalento,comoelSerangoon,quecadapocosañosbarríauntemporaldevastador,queasupasonodejabamásqueescombros.

–¿Por eso estas tierras?–preguntó ella al azar–. ¿Una casa? ¿Porque ha llegado el momento delcambio?

LamiradadeRaharjotitiló,yelmuchachoseencogiódehombros.–Esposible.Susojosadquirieronunbrilloanhelante,soñador.–Losmalayos cuentanque losorang laut sonmás peces que hombres.Moradores delmar que en

tierraperecen.Puedequeseacierto.Sindudayopereceríasinopasaraalgúntiempoenelmar.Sinaguacercademí.Peroenunacasaaquí,aorillasdeesterío,podríavivirbien.

–Megustaríavertucasa–musitóGeorgina.Raharjo lamirócongravedadysinningunaemociónensusojosnegroscomolanoche.Unosojos

que,ensuprofundidad,laatraíancomounimán.Enlosquedeseabadejarsecaersinmás,ylaagitaciónqueleprovocóesaidealahizotragarsaliva.

Raharjo se levantó bruscamente, y Georgina, asustada, se agarró con fuerza al borde de latambaleantebarca.

–Vuelvoahoramismo–ledijoconvozbroncadesdeelextremo,ysaltóalaorillaydesaparecióentrelasmatas,quesecerrarontrasél.

Con el corazón desbocado,Georgina escuchó los distintos ruidos que se extendían deprisa por lamaleza, quizá pequeños roedores a los queRaharjo había asustado.Surcaban el aire pequeñas llamasrojizas: libélulas que revoloteaban, se perseguían y se peleaban ruidosamente, dispuestas a prenderse

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fuegomutuamente.Alzó la cabezacuandoRaharjo salióde la espesurahaciendocrujirhojasy ramasy se subióa la

barca. Esta vez con cuidado, de manera que la embarcación solo se meció con suavidad y volvió aoscilarcuandosesentójuntoaGeorgina.

Sonreía,yellacogiólaflorqueleofreciósindecirpalabra:unaorquídeaquenohabíavistonunca,deuncolorazuloscuro,casivioleta.

–Aquí crecen a orillas de todos los ríos–contó–. Hace unos años también se daban en el sungaiSingapura.–Yconunavozapenasmásaltaqueelsonidodelviento,añadió–:sondelmismocolorquetusojos.

El corazón amenazó con romperle las costillas, y algo en ella cedió; convencida de que seprecipitaríaalvacíoactoseguido,seinclinóhaciaRaharjoyposósubocaenlasuya.

Unbesocasto,infantil,conelrostroenllamascuandoseseparó,deprisa,deél;yanoeracapazdemirarloalosojos.

–Hoyesmicumpleaños–repuso,amododejustificación.LamanodeRaharjo,fría,descansóensusacaloradasmejillasantesdequesubocaacariciaralade

ella,pronunciandosunombreenunsusurro,yellaseolvidóderespirar.Con la cabezaapoyadaenelhombrodeRaharjo,Georginacontemplaba las copasde los árboles,

panículasdehojasdanzarinasqueconquistabanunpedazodecieloazuloscuro.Elvientohacíadesfilarantesusojosdelicadosnidosdenubes,yelsusurrodelosárboleshallabasuecoenelborboteodelrío,enelquelabarcasebalanceabalentamentedeunladoaotrodelcabo,yenelcantodelospájaros.

–¿Túcreesenundios?AGeorginalegustabaentrarenlapequeñaiglesiadeSanAndrés,consucampanarioenruinas,que

solollevabaunadécadaenpie,peroyateníamusgo.Enaquellosbancoshacíatantocaloryhabíatantahumedadqueellaesperabavercualquierdíaorquídeastrepandoporsusmuros.Sinembargo,enlamisa,Georginanuncasentíanadacomparablealoquesentíaenelmaroallí,enelríoSerangoon.Algoquellenarasuespírituylahiciesecantar.

Contempló el rostro de Raharjo. Su poderoso perfil. Las líneas marcadas, contundentes, de sumandíbulainferior.Lacurvaturadesuboca.Ysintiómariposasdedichaenelvientre.

–Yocreo–empezóél, despacio– en el poderdelmarydel cielo.Yen el del viento.Esos son lospoderesquerespeto.Queveneroeidolatro.

–¿Creeseneldestino?Raharjovolviólacabeza,quedescansabaensubrazodoblado.–¿Enquelascosasestándeterminadasdeantemano?Ellaasintióyélvolvióamiraralcielo.–No.Creoenlabuenasuerteyenlamalasuerte.–Sonrió–.Sobretodoenlabuenasuerte,queestáde

partedelquelabarrunta.Delquesabeagarrarlayretenerla.–MiródereojoaGeorgina–.¿Ytú?¿Creeseneldestino?

–Nolosé–admitió.AcaricióconairepensativoelbrazoqueRaharjolehabíapasadoporencimayunasonrisillailuminósurostro–.Sí.Avecessí.

–Mira.–Raharjoseñalóalgoconelmentón–.Uncit-cit.Georginayahabíavistoalgunosmartinespescadoresallí,enelrío;piedraspreciosasaladasdecolor

anaranjadoyazulirisadoquesezambullíanenelaguavelocescomoflechasyemergíanigualdedeprisa.Peroningunoposado tan tranquilamente comoese enuna ramaque sebalanceaba sobre labarca.Susojos,negrosybrillantes,recorríanunayotravezlazonaantesdevolveramirarlosaellos.

–Elseñordelosríosylosmares,capazdeconjurartormentas–susurróRaharjo–.Poresotraesuerteyriqueza.

GeorginaalcanzóavercomoelmartínpescadoralzabaelvuelodelaramayRaharjoseinclinaba

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sobreella;despuéscerrólosojos.Naturalmenteensuvidahabíahabidomujeres,enlasislasdeNusantara.Ennochesestrelladasenlas

que bastaba una mirada, una sonrisa para ponerse de acuerdo. Para compartir una ebriedad de lossentidosantesdequecadacualsiguierasucamino,sinpromesas,sinarrepentimientos.

PeroningunahabíasidocomoNilam.No era solo el fuego con que devolvía sus besos y con que reclamaba besos, las chispas que le

recorríanlaespaldacuandoellaenterrabasusdedosensucabello,sentirsupielbajosusmanos,loquelohacíaflaquear.Eramásquelaolagigantequeloarrebatabacuandosepegabaaél,ymásqueelfragorque percibía en sus oídos cuando palpaba la silueta y las curvas de su cuerpo a través de los finostejidos;eradifícilnoperderlacabeza.

Comosialolargodetodosesosañoshubiesellevadosunombregrabadoenelfondodesualma,esoera,ycuandoellalomiraba,riendodedichaconlosojos,lavidacobrabaunnuevosentido.

Eramuyposiblequeaquellavezhubiesesalidoadelantesolo,enaquelesconditealquelocondujosubuenasuerte;peroprobablementesinlaayudadeesaniñitaahoranoestaríavivo.Sinlospensamientosqueemergíande las tinieblasysemetíanconélen lacamalasnochesqueyacíadespiertoporque lasheridasleardíanypalpitaban.Esospensamientosquesellevóconsigoalmaryquecambiaronelcursoquesiguiósuvida.

Uncursoquehabíavueltoacambiar.Cadaunodesusviajesteníaunúnicodestinofinal:Nilam.Profiriendounsonidoprolongado,casiunsuspiro,Georginaexpulsóelaireyfrotóelardienterostro

contraelduropechodeRaharjo.–Deboausentarmeuntiempo–musitóélcontrasucabello.Ellaabriólosojosdegolpe.–¿Másdeunosdías?Lebesólafrente.–Unosmeses.Georginaseincorporó,desconcertada,yseabrazólasfle-xionadaspiernas.–Yatendríaquehabermehechoalamar.Hacealgúntiempoquesoplaelvientodelsur.–¿Cuándo?–Teníaunnudoenlagarganta–.¿Cuándopiensaspartir?–Mañana.«Mañana»,dibujaronsuslabios.Él se incorporó a su vez y resiguió con la mano el surco de su espalda. A ella la recorrió un

escalofrío.–Nopuedoaplazarlomás.Lasgentesdelasislasesperanquevayaacomprarlessusmercancías.Y

yovivodelasgananciasqueobtengodesuventa.Georgina,mordiéndoseellabioinferior,hizoungestoafirmativo.Sí,losabía;dayang,lapalabraque

enmalayosignificabacomercio,queequivalíaaviaje,ypeseaellosesintiódesdichada.–Estarédevueltacomotardecuandoelvientosopledenuevodeleste.Ellaasintióunavezmásydejócaerlacabeza.Raharjo se acercómás aGeorgina, le pasó un brazo por los hombros y volvió su rostro hacia él

tomándolodelmentón.Susojoseranserios,conunbrillorebosantedeesperanza.–¿Meesperarás,Nilam?–Todalaeternidad–lerespondió.

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5Elcielomatutinolucíasuazuldeultramarmáslímpido,tanradiantequeencomparaciónconéllos

coloresdelmarpalidecían,tornándoseverdejadeylavanda.Enelhorizonteseveíanapaciblesbancosdenubes,ylaclaraluztodavíanoteníalapesadezcalimosadelmediodía.

–Hoyhaidomuybien–alabóPaulBigelow,todavíasinafeitar,dadalatempranahora.DesmontóconbríodesucastradozaínoparaayudarabajaraGeorginadelayeguabaya.Laagarróconfuerza,comotambiénfuerteerasuolor,atierradelaborcompactaypelodeanimalcaliente–.Estáhaciendograndesprogresos.

Jatiguioasuponiunpocomásabajoporlaplaya,seapeódeslizándoseporellomodelanimalyseagachóenlaarena,dondebostezóconganasymiróalmar,ocioso.

PaulBigelow cumplió su palabra: semostró tan tenaz tanto tiempo que al caboGeorgina no tuvocorazónparaseguirrehusandosusinvitaciones.Eraunbuenjinete,sesentíaseguroenlasillaysemovíacongranarmoníaconelcaballo,consusbotasyunospantalonesdemontarceñidosqueacentuabanlapoderosa musculatura de sus muslos, por la abertura de la desabotonada camisa asomando un vellodorado.

Risueña,Georginasemetiótraslasorejaslosmechonesdecabelloqueselehabíansoltadoysepasólamangadelvestidodeveranoporelsudadorostro.

–Peseatodonocreoquellegueasernuncamipasión.Lacamisadealgodóndecolormalvaselepegabaportodoelcuerpo,aunquesoplabaunabrisaleve,

agradable,yen laplayacorríaelaire; resultabaagotadormantenerseenequilibriosobre lasilla,yeldoloryelardortardabanendesaparecerdesusmúsculos.

–Tampoco es preciso que lo sea–respondió, impasible, Paul Bigelow–. Me basta con que no loconsidereuna torturaexcesivayquizásalgúndía llegueahallarunpocodeplacerenello.–Sepusoatrajinarenlasilla–.Encualquiercaso,disfrutomuchodenuestrospaseosmatutinos.

Cohibida,ellaapartólamirada.–¿Querríasalirundíadeestosconmigo?Georginavolviólacabezabruscamente.–ConelbeneplácitodeMisterFindlay,comoesnatural–seapresuróaañadirPaulBigelow.GeorginarecordólostésquedabasutíaStella,lasveladasdeRoyalCrescent.Unjuegodedestreza

cuyasreglaslehabíanenseñado,peroquenodominaba.Enelquellegóasentirconsumaclaridadquesuinfanciahabía transcurridoenunmundocompletamentedistinto,siempredemasiadolentoparaalgunascosas,demasiadorápidoparaotras.Amenudoseleescapabanlasalusionesveladastrasloquesedecía,y en ocasiones le faltaban las palabras adecuadas, como si no hablase la misma lengua que suinterlocutor.

Seencogiódehombrosmaquinalmente.–Nomeiráadecirahoraquetampocolegustanlasreunionessociales–exclamóPaulBigelowcon

fingidaseveridad,yrompióareír–.Esustedtanjoven...Deberíapasarselasnochesbailando–Notengomuchotalentoparaelbaile.Georginabajólacabezayenterrólosdedosdelospiesenlaarena.Afaltadeunasbotasdemontar,

en un principio se ponía unos zapatos que le resultabanmedianamente cómodos para salir a dar esospaseos, pero después de que Jati tuviera que darmedia vuelta constantemente para ir en busca de unzapatoperdido,pasóamontardescalza.

–Metemoquenotengotalentoparanada.AdiferenciadeMaisie, que tocaba el piano como los ángeles, le entusiasmabapintar ydibujar, y

creabapequeñasobrasdearteconhilodecolores, lasdestrezasdeGeorginasepodíancalificar,a losumo,demodestas;talvezporquenosehabíainiciadoenellasdepequeña,talvezporquelefaltabala

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pasión.–Aunqueasífuera–contestó,categórico,PaulBigelow,yGeorginasonrió–.Noobstantemediaciudad

hacecábalassobreMissFindlay,queyallevaaquícasimedioañoyalaque,sinembargo,nohavistonadieaún.Queposiblementepadezcaunamisteriosaenfermedad, tengaunpiezopo,unamanchaen lapieloalgunaotracosaquelaafee.HayquientambiénconsideraposiblequenoseamásqueunfantasmaquesedejacaerporL’Espoir.

UnamiradadereojoconfirmóaGeorginaqueelmuchacholetomabaelpelo,ynopudoevitarreírse.AfindecuentascadadomingosesentabajuntoasupadreyPaulBigelowenunodelosbancosdelaiglesiadeSanAndrésy tendía lamanoa loscaballerosy lasescasasdamasque intercambiabanunaspalabrasconellosdespuésdelserviciodivino.ComoelgobernadorButterworthysuimponenteesposaoeldoctorOxleyysuesposa,Lucy,ysuscuatrohijos,deloscualesIsabella,lamayor,soloteníatresañosmenosqueGeorgina.Elmédicosiempre ledirigíamiradasabsortasomelancólicas,yaque recordabatanto a la recién nacida Georgina como también haber acompañado en su último viaje a JoséphineFindlay. El señor Guthrie, de Guthrie & Company, o el señor Little, que regentaba los pequeñosalmacenesLittle,Cursettjee&Co.,enCommercialSquare,ycomprabamuchosdesusartículosaFindlay&Boisselot.

–Confío en que sea consciente de la amarga decepción que depara a los numerosos solteros deSingapur,queardenendeseosdeveraunadamajovenybella,quizásinclusodehacerlelacorte.Porlocualdisfrutodelolindosiendoobjetodeenvidiaporelprivilegiodevivirbajosumismotecho.

Georginaentornólosojosdebidoalsolyseesforzóporborrarlasonrisaqueantesseensancharadeprontoensurostro.Sisupadreenefectolehabíapedidoasuinquilinoquesebuscaraotroalojamiento,hastalafechanadahabíaqueindicasequePaulBigelowledaríalaespaldaaL’Espoirpróximamente.Seguíaocupandolasdoshabitacionesconbañopropiodelotroladodelaplanta,ysemovíaporlacasacomosifuesesuya,iluminándolaconsubuenhumoryhaciendoreíramenudoaGeorgina.

–¿Sepensaráalmenoslodesalirconmigoalgunavez?Georginaasintió.–Melopensaré.–Bien.Mealegro–afirmó,comosiellayahubieseaccedido.Losojos,azulescomoelcieloquese

extendía sobresucabeza, lanzaronundestelloantesdequesevolvierahaciaelcaballoyempezaraaacariciarle el flanco–. Me preocupa usted, Miss Findlay, ¿sabe? Me preocupa que se pueda sentirdemasiadosola.MepreguntocómosonsusdíasmientrasMisterFindlayyyoestamoseneldespacho.Cómoseráparaustedpasarsetodoeldíasolaencasa,rodeadaúnicamentedecriados,queesposiblequeparaustedseancomodelafamilia,peroquetendránquededicarseasusocupacionesmientrasustedsequedacompletamentesola.

–Megustaestarsola–sedefendióGeorginaconciertaporfía.Éllelanzóunamiradaveloz,yasubocaasomóunasonrisapícara.–¿Parapoderescaparseparairanadar?Georginasequedópetrificada,yélsubióunhombro.–Hevueltoacasa tempranounaodosvecesyhevistoporcasualidadcómoentrabade tapadillo.

Completamenteempapada.–Susonrisateníaalgodesafiante–.Loquehacequemepreguntequéhabráeneserincónagrestedeljardínqueejerceenustedsemejantepoderdeatracción.

ElsemblantedeGeorginaseensombreció.–¡Esono le incumbe a usted!Ese esmi sitio–le espetó, la voz comoun cuchillo afilado, que, sin

embargo,rebotóenél.–Ay, unamujer con secretos.–Apoyó la sien contra el caballo ymiró aGeorgina–.Esomegusta–

musitó;ensuvozhabíaunavibraciónprofunda,antesdesepararsedelanimal–.Sussecretossonsuyos,faltaría.Ysuescondite.

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Georginalediolaespalda.Abrazándoseelcuerpoyconelmentónadelantado,clavólavistaenelmar.

Allí, enalgún lugardeesa inmensidadazul, estabaRaharjoconsubarco.Enun laberintode islascubiertasdejungla,habitadasporpueblosextraños.

Eldeseodelanzarsealasolasyabandonarseaellas,apartarlasaguasconsusbrazosysuspiernasydejarse llevar, casi era demasiado fuerte. Cuando iba a nadar almar, no solo se despertaban en ellarecuerdosdelosdíaspasadosconRaharjoenlasplayasdeSerangoon;cadaolaquerompíaensucuerpopodíaserlamismaqueanteshendieralaquilladelbarcodeRaharjo,enlaqueélmismohabíanadado.

Elviento,quesoplabadeloeste,lerefrescóelacaloradorostro,yGeorginapidióensilencioaesevientoquecambiaradeprisayletrajesedevueltaasuselkie.

AGeorgina siempre le había gustado estar sola, incluso cuando se hallaba en compañía de otraspersonas.

Prefería guardar silencio. Observar, escuchar, replegarse antes o después en ese mundo interiorpropioenelquepodíasaborearformasyolercolores.Enelqueentendíaellenguajedelosanimales,yárbolesyríosestabananimadosylaspiedrasrespiraban.Unmundoquehabíadescubiertodelamanodesumadre,conloscuentosylasleyendasdelaProvenza,deMadrás,MaharashtrayBengala,yquetraslamuertedemamanhabíapasadoaserun refugiodondesehallabaasalvo.Esemundoencuyascostasrompíanlasolasdelocéano,queeraelhogardelosoranglaut.

Raharjohabíatrastocadosusoledad.Noerasoloqueecharademenossuproximidad,suvoz,susbesos,elcalordesupiel.Habíadejado

enellaeldeseodemás,undeseoquelaconfundía.Elsueñodeunavidaquesolopodíaimaginarsedemanera imprecisa.Que ledabamiedo,porqueeravagoe inaccesible,nada salvouna sensaciónen suvientre,unanheloquetirabadeellapoderosamentey leprovocabadesasosiego.ComosiesemarquealejabaunayotravezaRaharjolallamasetambiénaella.

¿Teatrevesaamar?,ledecía.¿Teatrevesavivir?Uncielovidriososecerníasobreeljardín.Elvientoquesehabíalevantadosacudíalascopasdelos

árboles,trasloscualesyaseentreveíanlosgrisesjironesdenubarronescargadosdelluvia.Georginasemordíael labio, tensa,mientrasmirabaaAhTong,queretiraba laspequeñasestrellas

marchitasdelosracimosdevivasfloresrojasyrosasdelossetosdejejarum,elgeraniodelajungla.–¿Teoprimealgoelcorazón,ay...MissGeorgina?GeorginanorecordabaniunsolodíaenqueAhTonghubieseidoconprisascuandosededicabaa

sus quehaceres en el jardín. Sosegado y con solemne devoción, desherbaba, rastrillaba, sembraba,plantaba, cortaba y serraba. Un sacerdote que en ese templo verde, suntuosamente ornado de flores,llevabaacabosussagradosactos,parahonraraunadiosadelabellezaylafertilidad.Comosisiempreestuvieseenpazconsigomismoyconelmundo.

–¿Eresfeliz,AhTong?–quisosaberGeorgina.–Ah,sí.–Asintiósinpensárseloniunsegundo,sinapartarlavistadelasexuberantesbolasdeflores–.

Soyunhombremuydichoso,MissGeorgina.Losdioseshansidobuenosconmigo.–Dejócaerunpuñadodelasfloresquehabíaescogido,quitóunahojaamarilladelfollaje,yluegootra,yacontinuaciónpasóalsiguienteracimo–.SoydeunazonamuypobredeFukién.Éramosdemasiadoshijosparaelpequeñoarrozaldemipadreyelhuertecitodemimadre.Losañosmalosnosfaltabadetodoypasábamoshambre.Dosdemishermanosmurieronymispadres tuvieronquevenderamis treshermanas.Cuando tuve laedadsuficiente,fuialmarabuscartrabajo,yallíhabíaunhombrequenecesitabagenteparairatrabajaraSingapur.Deculi.Yoerafuerte,peronolobastanterápido,yporellorecibíamuchaspalizas.Enunaocasióneltuanlovioymepreguntósisabíaalgodeplantas.–AhTongescrutóelseto,recorriótodaslasfigurasredondeadasdehojasenbuscadealgunahojitamustiaquepudierahabérselepasadoporaltoyasintióparasí–.Yasífuecomolleguéaquí.–Seagachóparaagarrarelrastrilloyrecogerlasestrellitas

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marchitasdelahierba–.Ymírameahora,MissGeorgina.Tengountrabajomejordelquehabríapodidosoñarypor elquemepaganbien.Unhogar agradablequenomecuestadinero.Medandecomerenabundanciaypuedoapartaralgúndineroparamivejez.Yporañadiduraelcielomeharegaladoaunabuenamujer.

Comosilehubierandadoelpie, losgruñidosdeCempakarompieronelsilencioquereinabaeneljardín,lasexcusasdeKartika,auncuandotambiénaducidasavozengrito,apenasmásqueelzumbidodeuninsectoencomparación.

Georginatorcióelgesto,yAhTongdejóalavistalostorcidosdientesalsonreír.–Olvidépediral cieloque fuesedelicadaydócil.–Se rioa socapaantesdemiraraGeorginacon

seriedad–.Cempakaesunamujerbuenadeverdad.Ycréeme,enelfondodesupecholateuncorazónbondadoso.

Georginacruzólosbrazos;lecostabacreerlo,tantoenelpresentecomoantes,cuandoerapequeña.–Verás,MissGeorgina...Algunasfloressolopuedenflorecersiechanespinas.Porqueesasespinas

protegenalaplanta,impidenqueseaheridaymuera.EsomismolesucedeaCempaka.Nohablamuchodelpasado,pero séque tuvounavidadura, llenadepobrezay sufrimiento, antesde llegar aquí.–UnasombraseinstalóenelrostrodeAhTong–.Esciertoquemidichaseríacompletasinoshubiesensidoconcedidoshijos.–Susemblanteseiluminó–.Peroacambioestabastú.Unaniñaqueridaytanllenadevidaqueaquí,enlacasa,todostereclamábamos.–Conelceñofruncido,retiróunasfloresdelosdientesdelrastrilloyactoseguidoplantóelutensilioenelsueloyseapoyóenél–.Yparatodosnosotrosfuedurovercómoenfermabalamemysedebilitabadedíaendía.Comosiunmalespírituladevorasepordentro.Peroparanadie fuemásduroqueparael tuan.–Susojillosvagaronporel jardínmientras suscejasserelajabanyvolvíanafruncirse–.Avecespiensoqueseechalaculpa.Porhaberlatraídoaquí.Porquenopudodarconnadaquelasalvase.Nadadeloqueledioeldoctorniningunadelashierbasyraícesquecompréyoenlaciudad.–Suspiróycontinuópasandoelrastrilloporeljardín–.Siguesiendounbuentuan,comoantes,peroenterrósucorazónconsumem.–DirigióaGeorginaunamiradabreve,tierna–.Ypornadiemeduelemásqueporti,MissGeorgina.

Ellapensóensupadre,quetambiénparecíaunsetodeespinasimpenetrable.YelmiedodequeelmarpudieraencabritarseduranteunatempestadyengulliraRaharjolequitabaelairedelospulmones;sindudatambiénellaseconvertiríaenunsetoespinososilepasabaalgoaRaharjo,sinolovolvíaaver.

–¿Cómosepuedeseguirviviendodespuésdealgoasí?–musitó.–Hayquemostrarseagradecidopor loque losdioses le regalanauno–repusoAhTong–.Antesde

quelequitenaunoloqueleesmásquerido.Ytambiénmostrarseagradecidoporlaspequeñascosas.–Seagachóycogióunaflordekembojaqueelvientohabíaarrastradoporeljardín;reciéncaídadelárbol,aúnestabacompletamenteblanca,conelcentrodeunamarillovivo–.Esoesalgoqueaprendoaquítodoslosdías.Amostrarmeagradecidoporloquemehacaídoensuerte.Agradecidoporlabellezaquemerodea.–Torcióelgesto–.Quizáseaundon.Quizásimplementehayaqueintentarlo.Nuestramemlosabíahacer,losupohacerhastaelúltimodíaquepasóenlaTierra.Cempakanoescapaz.Yeltuantampoco.–Risueño,leofreciólafloraGeorgina–.Yesoquelamemledejóaunahijaporlaquedeberíamostrarseagradecidotodosycadaunodelosdías.

Elpalanquinpasódandosacudidaspordelantede la iglesiarodeadadecolumnasdelaminúsculacomunidadarmeniaycontinuópendientearriba.Jatiapenashabíadetenidola literaalpiedelacolinacuandoGeorginaabriólaportezuela,serecogiólasfaldasysebajódeunsalto.

–Notardarémucho–aseguró–.Vuelvoahoramismo.Jatifarfullóalgoincomprensibleparasí,debatiéndoseentresudeberdeejercerdeescoltadeMiss

Georginaycuidardelcocheyelcaballo.Recorrióconunamiradasuspicazel recintocercado,queaesahoraestabadesierto,peroafinde

cuentasnuncasesabía.Yesqueenlasconstruccionesalargadascontejadoacuatroaguassehallaban

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confinados los penados indios, que cadamañana, antes de que saliera el sol,marchaban en fila paracumplirconsus trabajosdiariosen laciudad.Yadesde lejosseoían losmelancólicoscantosconqueacompañaban sus tareas cuando encauzaban el curso superior del río Singapur o retiraban la parteinferiorlaarenayelbarroquesehabíandepositado,ycuandobajolasórdenesdesucapatazlevantabanunacasanuevaylaenlucíanconchunam,esapeculiarmezcladeclaradehuevo,fibrasdecoco,azúcarmorenaycaldeconchasqueconferíaa lascasasdeSingapureseblancoradiante inconfundibleyesasuperficiepulidaybrillante.

Nomenospreocupado, Jatiobservabael cielo,que secernía sobre la islaoscuroygemebundo,yhacíadelaireunamasacalienteypegajosa,inamoviblepesealasráfagasdevientoquesecolabanporlas copas de los árboles y las hierbas, arrancándoles susurros y crujidos, como si fuesen criaturassobrenaturales.

Jatiseestremeció.NoenvanolosmalayosllamabanBukitLarangan, laColinaProhibida,alcerroqueparalosbritánicoseraGovernmentHill.

–Noesunbuendíaparavisitaralosmuertos–refunfuñóparasusadentros.Profiriendo un hondo suspiro, se resignó a su suerte y siguió con unamirada atribulada tanto los

alrededoresdelpalanquincomolaesbeltafiguradeMissGeorgina,queibacolinaarriba.Conunacestadehojasdebananotrenzadasenlasmanos,Georginafranqueóelarcodeladrillorojo.

Perpleja,dejóvagar lamiradaporel jardíndegranitoymármol,ydespuésdeambulósinrumboentreobeliscos,lápidasyestatuas;alpasaribadescifrandolasinscripciones,algunasdelascualesempezabanaborrarse.

Allíhabíaenterradosmarineros,GeorgeColeman,elarquitectoirlandésqueconfirióaSingapursuinconfundiblesello,ycomerciantesyempleadosdelaadministracióndeBengala.Ysusesposas,muchasdelascualessoloeranunosañosmayoresqueGeorgina,amenudoconsushijos.

Habíamuchastumbasinfantiles.LapequeñaKate,detansolosieteaños;John,dediezmesesydiecinuevedías;doshermanas,Lauray

Lorena, de cuatro años la una y cuatromeses la otra, fallecidas en el plazo de escasas semanas; doshijitasdelosOxley.

PétreostestigosdelafragilidaddelavidaenSingapur.DelasuertequehabíatenidoGeorgina.Reparó en un ángel de mármol que, sentado en el borde de una lápida, miraba entristecido la

inscripciónqueteníaalospies;elcorazónlediounvuelco,yapretóelpaso.Georginanosabíasihabíaestadoallíalgunavez,sihabíaoídohablardeeselugarosihabíasoñado

conél;susrecuerdosdelaépocaquesiguióalamuerteyelentierrodesumadreeranborrososyestabandesdibujados, y sin embargo creyó reconocer dicho ángel. Mientras que el musgo y los líquenesamarillentos de aspecto escamoso tapizaban las otras tumbas, ese ángel y la losa eran de un blancoabsoluto, reluciente,comounpedazodeSingapur.Alguiendebíadededicarmucho tiempoyesmeroamantenerlimpialatumba,quizásAhTong.

Algoeneldelicadorostrodemármolseasemejabaa losrasgosarmoniosos,serenosdesumadre,pero Georgina no estaba segura de lo que era. Ojalá por aquel entonces se hubiese inventado ya eldaguerrotipo,eseespejodelrecuerdoentonossepia,oalmenostuvieraunretratodemamanalóleooalcarboncillo.Peroaexcepcióndeun lienzoquehabíaencasade su tíoÉtienneenelque seveíaa lafamiliaBoisselotalcompletoanteunpaisajefluvialverdeconuntemplo,pintadocuandomamanaúneraunaniñapequeña,Georginanoteníaningúnretratodesumadre.Tansololaimagenqueconservabaensumemoria,desgastadayerosionadademasiadodeprisaporelflujodeltiempo.

Cuandoseoyóuntruenocercano,Georginasepusoderodillas,dejólacestaenelsueloypasólostemblorososdedosporlasletrasdoradas.

JoséphineAurélieFINDLAY,desolteraBoisselot,

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queDiostengaensugloria.Amadaesposade

GordonStuartFindlay,ymadrede

GeorginaIndiaFindlay.Fallecidael27deoctubrede1837,alos33añosy4mesesdeedad.

*Alamparoyasalvodeldolorylascuitas.

Georgina sentía el pecho desbordado de todas las cosas que deseaba confiar a su madre, y, sinembargo, no logró proferir palabra alguna; ni siquiera fue capaz de reunir los pensamientos paramantenerunaconversaciónmuda.Todoenellaledolía;teníaelrostrocontraído,ylasprimeraslágrimasempezaronacorrerleporlasmejillas.

Sollozando,cogióunasfloresdelacestaquehabíallevadoylasdepositóenlatumba,peroelvientose las llevó en el acto. Con la siguiente ráfaga, Georgina se levantó, las manos llenas de kembojasblancasyrosascéreas,deunolordulzón.Elvientolealborotólasfaldasyelcabello;unrayolacegó,yel truenoque siguió lepuso la carnedegallinayabrió lasmanos.Sevioenvuelta enun remolinodefloresantesdequeelaireesparcieralaskembojasportodaspartesyaellalecortaralarespiración.

Permaneció allí, jadeante, junto a la tumba de su madre, Singapur a sus pies. Un campocuidadosamentelabradodecasasblancascontejadosrojosymarrones,lastorresdelasiglesiascatólicay armenia y deSanAndrés comoguías en los senderos que recorrían ese campo.La tormenta que seavecinabaseabriópasoporladensaverduradelaciudad,sacudiendoárbolesgigantescos,zarandeandolaspalmerasyenfureciendoalmar.

Rayos y truenos empezaron a competir entre sí, la lluvia caía del cielo en enérgicos riachuelos.Georginacerrólosojosyechóatráslacabeza,ylasgotasdelluviaseentremezclaronconsuslágrimas.

Sintiócuánlargasyfuerteseransusraícesycuánprofundassehundíanenlatierrarojadelaisla,unatierraquelalluviareblandecíabajosuspies.Seapoderódeellaeldeseo,poderosoydesmesurado,deasirlavidaconlasdosmanosydevorarla,sintemerelarrepentimientooeldolor,paranodesperdiciarnilamásmínimagotadedicha.

Sesacudiócomounanutria,depuraalegríadevivir,rebosante,serecogiólasfaldasyechóacorrercolinaabajoentre las tumbas, levantandobarro,yenmitadde la tormentaquebarría la isla, sentíaelcorazónrebosantedealegría.

LatormentaquesedesatóesedíadeoctubreenSingapuracabóconeldesasosiegoquepesabasobreelcuerpoyelalmadeGeorgina.Losdíasgrises,húmedosdelmonzóndelnor-deste,queinundabalascallesdelaciudadynisiquierasedeteníaantelastapiasdelosjardinesdeBeachRoad,pasaronenunestadodeserenidadyalegría.

Susdíastranscurríanencompañíadeloslibrosquesacabadelarmariodelsalónentrelosasientosderota, la veranda y el pabellón, aunque a menudo se perdía soñando despierta con el libro abierto.SaboreandoelrecuerdodecadamomentovividoconRaharjo,seimaginabaconélabordodesubarco,navegando hacia costas lejanas. Imaginaba cómo sería su casa a orillas del río Serangoon; quizás unbungaló amplio, espacioso e inundadode luz.Conunaverandade laque se salía aun jardín agreste,exuberante, llenodemariposasypájaroscantando,desdeelqueseveíael ríoy sepodíaobservarelvuelodelosmartinespescadores.

LlegaroncartasdeInglaterra,desutíaStellaydeMaisie,yunadelaseñoraHambledon,deChina,yun par de veces Jati las llevó a ella y aKartika a la ciudad, para comprarse sarongs y kebayas. Unperiododetiempotranquilo,casideensueñoparaGeorgina,enelquevolvióaencontrarseenelritmodevidadeL’Espoir, comocuandouno seponeunvestidoviejo,usado,que sacadel armarioal cabode

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muchotiempo.Entretanto,enlosgodownslaactividaderaintensa.Noviembre,elmesenelquecaíaeldíadeSan

Andrés,marcabaelfinaldelatemporadaparalosbugisdeSulawesi,Célebes,BaliyBorneo,quetraíanaSingapur en sus panzudosbarcos los tesoros del sudeste asiático.Distintas clases de algas para lascocinas japonesaychinayaletasde tiburón.Nidosdegolondrinas,quesepodíanvenderaChinapormuchodinerocomomanjarexquisitoy remediomedicinal.Maderadeébanoy sándalo, rotayarrozyespeciasnobles.Elcachú,unasustanciaqueseextraíadeunaespeciedeacaciadeJavaySumatra,decuyashojasseobteníauntintemarrón,casinegro,paraelalgodónylaseda,peroquesobretodoeramuycodiciadaparacurtir lapiel.Paracuando finalizaba lacarreraporconseguir losmejoresgéneros, losmejorespreciosysegestionabaelposteriortransporte,elañoprácticamentetocabaasufin.

Diciembre y enero suponían un descanso para tomar aliento en la dinámica vida comercial de laciudad. Llamada por los malayos de la isla «la época de las desembocaduras cerradas», los fuertesaguacerosylosvientostempestuososimpedíaneltráficomarítimo.Tansoloalgúnqueotrocomercianteintrépidode JavaoSiamseguía llegandoa lospuertos;negociosqueademás sepodían llevar abuentérminosiunoteníalamanolarga.

La Natividad venía y se iba, y llegaba el nuevo año, tranquilo y sereno, en comparación con lacelebracióndelnuevoañochino,enfebrero.Loschinosrecibieronelañodelperrodemetaldemaneracoloristayruidosayencendiendobuscapiés.AhTongfruncióelceñoenseñaldepreocupación,yaqueenunañoasísealternabanladichayladesdichaenprofusión,ylasviruelas,quesepropagabanporlaisla,erancomounmalaugurioparaelnuevoaño.

GordonFindlay,encambio,mirabaelnuevoañollenodeconfianza,despuésdeque,comomiembrode la Cámara de Comercio, tuviera la ocasión no solo de estrecharle la mano a lord Dalhousie, elgobernadorgeneraldelaIndia,conmotivodesuvisitadetresdíasdeduración,sinotambiéndecambiarunaspalabrasconél,deescocésaescocés,deveteranodelaIndiaaveterano.TantoDalhousiecomosuesposaparecíanencantadosconSingapur,queaunquepocomásqueunpueblodepescadores,eramejorqueunacoloniapenal.UnavisitaquealimentólaesperanzadequeDalhousieseocuparadequeenelfuturoSingapurrecibieramásapoyo,ysobretodoconmayorrapidez,deCalcuta.

DuranteestetiempoGeorginasalióendosocasionesconPaulBigelow,conelconsentimientodesupadreyensucompañía.Veladasenmarcosmodestos,enlasquesecomíamucho,sebebíaaúnmás,sebailaba un poco y, sobre todo, se hablaba de negocios. Y en tales ocasiones sociales Paul Bigelowresultó ser más o menos igual de torpe que ella, si bien no permitía que eso le aguara la fiesta, unentusiasmoquecontagiabaaGeorgina.Asítodofueronnochesdeoropel,resplandecientesalaluzdelaslámparas,perosinunvalorduradero,ynotardaronenserolvidadas.

En cuanto se avistó el esperadísimo primer junco desde Government Hill, la enarbolada banderaanunciandosullegada,lanoticiacorrióporlaciudadcomounreguerodepólvora.Yesqueaeseprimerjuncosiguieronmuchos,muchosmás,cargadosdepreciadosobjetosprocedentesdelImperiodelCentro,paralosquehabíamercadoenelmundoentero.Losasdegranitoyazulejos,loza,porcelanayparasolesdepapel.Tallarinesymanzanas,albaricoquesymelocotonesdesecadosytodaclasedehierbas,raícesypolvos curativos. Pebetes y dinero fantasma: vistosos billetes de papel pintados y decorados que loschinosquemabanparahonrarasusmuertos.Harinaygalletitasdulcesosaladas,confitesysemillasdelotoyjengibreescarchados.Nanquinesamarillos,verdesyazules,saténysedasdecolores.

Y,claroestá,té,grancantidaddetédedistintasvariedadesycalidades.Nopocasveceselvalordelcargamentodeunúnicojuncoalcanzabalacifradediezmildólaresespañoles,lamonedaoficialconqueserealizabanlosintercambioscomercialesenSingapuryotroslugares.

DuranteestetiempoGeorginasolíarefugiarseenelcalorhúmedodelaiglesiadeSanAndrés.Enesetrocito de su antigua patria, escocés por los cuatro costados, que habían erigido en ese extremo delmundocomerciantescomoGordonFindlay.Ycadavezquelohacía,pedíaasanAndrés,elpescadordel

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lagodeGenesaret,patróndelospescadoresylosmarineros,cuyosrestosmortalesllegaronintactosalascostas deEscocia, los confines delmundo antaño, tras naufragar, que le devolviera aRaharjo sano ysalvo.

Lalluviacedió,losdíassevolvieronmásclarosyprontosealternaronloscielosdeunazulirisadoyelsolconfuertestormentas.

Y,porfin,porfinelvientocambióysoplódeleste.

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6Georginacaminabaporladurahierbadandograndespasos.Elaireeracálido,sinsersofocante,yen

élflotabaunaromaembriagadorakembojayjazmín,aheliotropoylosracimoscolorchampándelárboltembusu.

Traslasfuerteslluviasquehabíadejadoasupasoelmonzónalolargodelosmesesanteriores,eljardíneraunaexplosióndecolor.Lasramasdeárbolesyarbustoscolgabanpesadamente,cargadasdeexuberantefollaje,portodaspartesbrotabayproliferabaelverde,detalmodoqueAhTongapenasdabadesírecortandoyarrancandomalashierbas.

Georginaseadentróen laespesura,en laquehabíavueltoaabrirunaestrechasenda,unavereda.Cadadíaelcorazónlelatíadesbocado,esperanzado,cuandosubíalospasosdelaveranda,ycadadíaaceptaba como buenamente podía la desilusión que la embargaba al encontrarse ambas habitacionesdesiertas.SinnadaqueindicasequeRaharjohabíaestadoallí.

Semovíaágilmenteporlatrémulaluzcrepuscularazulverdosadelpabellón.Porelsusurrodelashojasqueelvientohacíaentrechocarcontralaconstrucciónyelsuavecantodelasolasdelmar.

Sedetuvobruscamenteenelmarcodelapuerta.Traslamosquiteradelacamasedibujabaunasilueta.AGeorginaseleparóuninstanteelcorazón

antesdeempezaralatiratrompicones,jubiloso,yseacercódepuntillas.Estiradocuanlargoera,Raharjodormíaprofundamente,elpechosubiendoybajandoconcalma.Estabamás delgado de lo que recordaba Georgina, tan solomúsculos y tendones bajo la camisa

ligeramente sucia, los pantalones deshilachados, el rostromás anguloso enmarcado por el desgreñadocabello.Probablementeellosedebieratambiénalabarbaquerodeabasubocaylasúltimasseñalesdeagotamientoenlosrelajadosrasgos;eracomosihubiesecruzadoanadounocéanoparallegarhastaella.

Concuidadoparanodespertarlo,sesentóenelbordedelacamaysubiólospies.Dandounrespingoy cogiendo aire profundamente, Raharjo levantó la cabeza y miró a su alrededor con el entrecejofruncido,hastaquelavio.

–Nilam–musitóconesavozcomodecafésolo,fuerte,conmuchoazúcar,yseincorporó–.Porfin.Susmanoslerodearonelrostroysubocabesósuslabios.Sabíaalasaldelmar.Seaferróaellacomounnáufragoaalgoque flotaenelagua,yGeorginanoseopusoaqueél la

desvistiera,aquesustoscasmanossedeslizaranpordebajodelakebaya,tirandoconimpacienciadelosfinostejidosdelablusa,lacamisillayelsarong,tantoquelascosturassedejaronoír:Georginayahabíaesperadobastante.

Parecía lo más natural del mundo estar tendidos juntos desnudos, tocar al otro, saborearlo. Yacariciarlascicatricesdelasviejasheridas,lasmismasquetuvobajosusmanosdepequeña,rozarlasconloslabiosfuecomocumplirundeseodeldestinoanheladotiempoatrás.

GeorginaadmiróelcuerpodeRaharjo, tan familiar, tandesconocido,queconvirtióel suyoenunalluviadearena,barridaporunaola trasotra.Lossonidosquesalierondesubocacuandosumanosedeslizóporeloscurodeltadeentresuspiernasfueronbroncosyseductorescomolosdeunavemarina.

SeahogóenunestadofebrilysetornóunmarprocelosoenelqueRaharjoseprecipitó,unnadadorquedividíalasolascontantovigorcomodelicadeza,yRaharjodescubrióqueunamujerpodíaserauntiempotierraymarycuáncercapodíanhallarsedospersonasalsolylasestrellas.

ConlaardorosamejillacontraelpechodeRaharjo,Georginaescudriñabalapenumbradelcamaroteyescuchabaelsonidodelasolasquerompíancontraelcascodelbarcoylomecían.

Allíabajohacíauncalorsofocanteypegajosodebidoalsudordeambos,yelolordulzónypesado,especiadoyacredelcalorquedesprendíanloscuerposyeldeseocolmadoseentremezclabaconeldelocéano.

Alzólavistaparamirarlo.Conlosojoscerrados,Raharjodabalaimpresióndeestardurmiendo,con

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esaexpresiónsoñadoradeunadichasaciada,serena,quesereflejabaenlabeatíficaindolenciadesusextremidades.Solosumano,queleacariciabasincesarelmuslo,revelabaqueestabadespierto.

Georginaextendiólapierna,seapoyóenuncodoysetendióbocaabajosobreRaharjo.Duranteunbesolargo,quelosdejóaambossinaliento,yestuvoapuntodemorirdedichacuandoéllamiró,lospárpadospesados,comosiparaélfueseelmundo.

–¿Tútambiéntieneshambre?–musitómientrasjugueteabaconmechonesdelcabellodeGeorgina.Estaenarcóunacejacondescaroypególosmuslosasumiembro,fatigadoyblando,queempezóa

despertarsedenuevo.Raharjoserio;esarisagrave,queda,queellatantoamaba,comoelrugidodeuntruenoaúnlejano.–Merefieroahambredelaotra.Leapartó con suavidadunasguedejasy le acarició lamejillamientras con laotramano seguía la

curvadelanalga.Georgina asintió. Esas horas extáticas pasadas conRaharjo en el pabellón o allí, en su barco, la

dejabansiemprecomoextenuadaencuantoquedabasaciadoelotrodeseo,másapremiante.–Enesecasoiréapescaralgo.Saliódedebajodeellaconsuavidady,sobrelaesteraquecubríaelinestablesuelo,echómanode

lospantalones.El sol de mediodía cegó a Georgina cuando subió a cubierta, y entornó los ojos. El viento que

soplabademarabiertojugueteabaconsucabello,conelsarongyhacíaquelakebayatremolaracomolas velas, que hasta entonces habían llevado desplegadas. A lo lejos vio pasar barcos y perahus demenortamaño,ytrasellosdistinguióuntramodecostaquelabrumadifuminabahastaconvertirloenunalíneatrazadaconungiscolorpastel.

ObservóaRaharjo,quemetíaenlabarcaauxiliardistintaslanzasconpuntasmetálicasquelanzabandestellospeligrosos,soltabalaembarcaciónyactoseguidobajabaporlaescala.

Conunospasoságiles,Georginaseacercóalbordedelbarco.–¿Puedoircontigo?Raharjoserio.–¿Sabesloquesignificaparanosotros, losoranglaut,queunamujeryunhombresalganapescar

juntos?–Echólacabezaatrásparamirarla–.Asíescomonoscasamos.Conelmarytodocuantoviveenélportestigo.

Suintenciónfuedecirlocomosi talcosa,quizáconunalevesonrisa,perolesalió,sinquerer,congravedad.Acompañadodeunapreguntalatentequeresonóenél.

Vioqueellasololocreíaamedias,yporprimeravezsintióalgoparecidoalpesarporelhechodeque no fuese una orang laut. Y eso que era precisamente ese algo distinto, desconocido, lo que locautivabadeella.Susangremedioescocesa,responsabledelapurezadesusrasgos.Desupieldoradayesosojosazulzafiroquesiempreloembelesaban.

Conlascejasfruncidasconairepensativo,aovillóunodelossedalesparapecespequeños.Denohabertomadosuvidaunderroterodistinto,aesasalturasyahabíaestadocasadohacíatiempo,

yprobablemente tambiénfuesepadredevarioshijos.Segúnlascostumbresdesupueblo,yaentonces,cuandoserefugióeneljardín,herido,eraunhombre,nohacíamuchodelaprimeravezquehabíaestadofísicamente con una muchacha. Nunca se había planteado comprometerse con alguien, todo su ser sehallabavolcadoúnicamenteenganardinerosacandopartidodesusconocimientosde las riquezasqueencerrabaNusantara.SoloconNilam...

¿Cuándosehabíaconvertidolaniñitaquecuidódeélyloenseñóaleerenlamujerconlaquequeríacompartir su vida? Sin duda ya lo era el día que él decidió comprar las tierras a orillas del sungaiSeranggongyerigirenellasunacasa.Quizásinclusoantes,élyanolorecordaba.

Como si alguien le hubiese administrado sin su conocimiento un filtro elaborado con lágrimas de

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vacamarina,comocontabanlasantiguasleyendasdelosoranglaut.–Aunasí,¿puedoir?Raharjopercibió en suvoz elmiedode cometer algúnerror, romperun tabú,y torció el gesto sin

querer.QueprecisamenteNilamtuviesemiedo,ella,quepodíamanejarloasugustocontansoloquererloconlamismafacilidadqueélmanejabalossedales.Lapersonaporlaqueéliríahastalosconfinesdetodoslosmaresybajaríahastaelfondodelocéanomásprofundo.

Raharjodejócaerelsedalenrolladoenlabarcaysearrepintióenelacto,yaquesinélnosabíaquéhacerconlasmanos.Yesqueahoraeraélelqueteníamiedo,denoserlobastantebuenoparalahijadeltuan escocés.Unorang laut sucio, que había nacido y se había criado en un barquito enmedio delocéano.Quehabíapasadosu juventudhaciendocorreríasporelmaryhabíamatadoaunhombreporprimeravezcuandoteníaaproximadamentelamismaedadqueNilamantaño.Nuncalehabíacontadolacantidaddedineroquehabíaganadoconelnácaryelcareyyconlasperlasqueloshombresdelasislasrecogíandellechomarinoparaél.Cuántodineromásganaríaprobablementegraciasalaspersonasalasquehabíaengatusadoensuúltimoviaje,yyaerademasiadotardeparahacerlo.

Tragósaliva.–Entonces, ¿quieres ser mi mujer, Nilam?–La miró, debatiéndose entre la esperanza y el temor–.

¿Aquíyahora?La increíblesonrisaque iluminóel rostrode lamuchachay lohizoresplandecer, ladicha inefable

queseescondíatraslaslágrimasqueanegaronsusojos,casiloarrebató.–¡Sí!–exclamóella–.¡Sí,Raharjo!Conpiernastemblorosas,élseacercóalbordedelabarcayletendiólamano.–Enesecaso,ven.–Labajóconbríoalabarcaylaestrechóentresusbrazos–.Peroparaellohayque

superarunapruebadevalor–lesusurróentrebesoybeso.CuandoGeorginalomiróconlosojosmuyabiertos,inquisitivosyuntantotemerosos,perotambién

conunvalorinvencibleyrebosantedeconfianza,lerecordódetalmodoalapequeñaNilamdeentoncesqueestuvotentadodecreerquedeverdadexistíaeldestino.

Georgina sentía un revoloteo en el estómago y el corazón en la garganta, tanto de dicha como denerviosismo,mientrasobservabaaRaharjo,quedejóquelabarcasepusieraenmovimientoyarrizólavela.

Nose imaginabaquéclasedepruebateníaélenmente,nosequería imaginar loquepasaríasinosalíaairosadeella.

Raharjo lacogióde lasmanosy la levantó,manteniéndolosenequilibrioa losdosen la inestablebarca.

–¿Estáspreparada?«No.»Asintió.Éllasituódecaraalaguaylarodeóconsusbrazos.–Saltasalaguasinmásypasaspordebajode labarca–explicó–.Noesdifícil,yesteesunbuen

lugarparahacerlo.Conlacantidaddeaguaperfecta,nipocaprofundidadnimucha.Georginamiróconcautelaelagua,queaunquedespedíaunatenueluzverdeclarayturquesa,sele

antojabaunabismoespantoso;nuncasehabíazambullidosola, sinRaharjo.Tenía lasensacióndequesaltaríamalyharíazozobrar labarca,quedespués lamantendríasinpiedadbajoelagua.Semoveríadesvalidaporlasprofundidades,lospulmonesselellenaríandeaguayseahogaría.

–Elmatrimonio es como elmar que nos alimenta a nosotros, losorang laut –musitó con la bocaenterrada en su cabello–.Unasveces serenoy tranquilo, y otras, tempestuoso, conbajíosy corrientestraicioneras.Unviajedeporvidaporaguasfamiliaresyporcostasnuevas,desconocidas.Saltaralaguasignificaqueunovaalmatrimoniorebosantedeconfianzayseguridad.Entonces,¿confíasenmí?

Georginaasintió.

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–Entoncescréemesitedigoquelopuedeshacer.Siteprometoquenotepasaránada.Labesóenlasien,lasoltóydiounpasoatrás.Georginasentíaelpulsomartilleándoleen losoídos,y justocuandoelestómago lediounvuelco,

cerrólosojosysaltó.Sehundiópesadamenteenelagua,quelaapresóysiguiótirandodeellahaciaabajo;noveíanada,y

prácticamentenooíanada,tansoloelgorgoteodelaguainundabasusoídos.Seobligóaabrirlosojos,buscarenlatitilanteluzverdosalabarca,describióuncírculohastadescubrirelalargadocascoyfuenadandohaciaél.Raharjoteníarazón,allíelaguanoeramuyprofunda,y,sinembargo,elsueloarenososehallabalobastantelejosparapasarconfacilidadpordebajodelabarca.

Georginasedirigióhaciaélconmovimientosenérgicos,peroencuantotuvoencimalaembarcación,sobre sus hombros se asentó una carga angustiosa, y sintió opresión en el pecho. Siguió adelante conterquedad,hastaqueelaguasearremolinódelanteyseenturbió.

Delanieblasalióunasombraqueibadirectaaella,conveloces,ágilesmovimientosondulados.Másgrandequeunanutria, conel cuerpoesbeltoymorenoy losojosnegros.Una focaque le sonreía.UnselkieconelrostrodeRaharjo.

Expulsó el aire de los pulmones y le entró agua en la boca.Movió los brazos y las piernas a sualrededor,sintióquelacogíanporeltalleytirabandeella,ysubióalasuperficieconRaharjo.

Georginatosióyescupióagua,jadeóycogióaireconavidez.–Mi valiente Nilam–alabó Raharjo, que la mantenía a flote estrechándola contra sí con un brazo

mientrasconlamanocontrarialeapartabaelcabellodelrostroylabesaba–.¿Sabesunacosa?–ledijocontra lamojadamejilla–.Cuando el hombrey lamujer se reencuentran inmediatamentedebajode labarcaquieredecirqueestánhechoselunoparaelotro.Queyanadapodrásepararlos.

Georginaseescurrióelpeloysehizounatrenzapasándoloporelhombro.Elsollequemabalapielyarrancabadestellosdoradosalagua,yGeorginasevioobligadaaentrecerrarlosojos.

–¿Quépuedohacer?–lepreguntóaRaharjo,quemanteníaelequilibriodepieenlabarca.Élsevolvióamediasysellevóundedoaloslabios,yGeorginapusocaradeculpa.Risueño,élse

inclinóylediounhiloenrolladoencuyoextremohabíaafianzadounpenachodeplumasalrededordeunfinoanzuelo.

–Arrastra el anzuelo por el agua–le explicó en vozmuy baja–.Cuando notes un tirón en el sedal,recógelodeprisa.

Georginadejóqueelcebobailotearaenelagua,incapazdedejardemirarunayotravezaRaharjo.Parecíaserunoconelelemento,comosisintieracadaolaensucuerpo.Comosientendieseelmurmullode los peces. Permanecía en su sitio, inmóvil como una estatua de bronce, cada uno de sus tensosmúsculoscomograbadosenelbruñidometal; tansoloelbrazoquesosteníaelarpónparecíarelajado;delcabellolecaíangotasdeaguaquehacíanbrillarsupiel.

Bajólavistaysecentróenelcebo.Deprontolabarcaseescoróyempezóamoverseaunladoyaotrocomouncaballopegandococes.Georginaseagarróalbordeparanocaeralaguayprofirióungritoquedo;ungritoqueseperdióenelbramidotriunfaldeRaharjoyenelchapoteodelagua.

–¡Menuda captura!–exclamó risueño, y subió conunamanoel imponentepez, que se agitaba en lapuntadelalanzaysalpicabaaguademarantesdequeRaharjolodepositaraenelsuelo–.¡Sujétaloconfuerza,Nilam!

Georginasacóelsedaldelaguaygateópor lavacilantebarca. Intentócogerconlasdosmanoselresbaladizo pez, que se volvía y se rebelaba, e intentó aplastarlo contra el suelo, asombrada de laindómitafuerzaquetenía.

Raharjocogióunpuñalyhundiólapuntaenlablandacarne;elpezaúnmovióunascuantasveceslasaletasydespuéssequedóinmóvil.GeorginapercibióelolormetálicodelasangreyelfrescoeintensodelaguasaladacuandoRaharjointrodujolahojatras lasagallasydespués,hábilmente,soltóelarpón

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delcuerpodelpez.–Nostraerábuenasuerte–musitó–.Riquezaysaludymuchoshijos.–¿Deverdadsomosahoramaridoymujer?Laasaltabaciertaduda,sinoharíafaltamásqueesepezbajosusmanosparamarcarlatransición

entremuchachajovenymujercasada.Raharjolevantólacabezaylamiróconternurayunagravedadsolemneensusojosnegros.–Sí,Nilam.Losomos.Parasiempre.–Parasiempre–repitióella,entreelasombroylapromesasalidadelomáshondodelcorazón.Raharjoseinclinóhaciaellaylabesó,consumanomojadaycalienteensumejilla.A Georgina no le importó que tuviera las manos manchadas de sangre, como las suyas, y

embadurnadasdelahumedadviscosadelapieldelpez.Sesentíabendecida,sentíaquehabíatomadoparteenunritoarcaicotanantiguocomolahumanidad

misma.Comolasangrequesucuerpoderramabacadames,comolasemilladeRaharjo,unapartedeleternomisteriodelavidaylamuerte.Unapartedeesemundoenelqueambossesentíancomoencasa.

Aunquevivieranenmundosdistintosdeallí,enesabarca,sehabíanfundidodeunavezportodas.Lasolasbañabanel cascodelbarcoentremurmullos, en esapesadezuntuosaqueadquiría elmar

cuandoeradelmismonegrodetintacomoelcieloenlanoche.GeorginaestabasentadaalaluzdelalámparaenlasesterasqueRaharjohabíaextendidoencubierta,

saboreandolosúltimosbocadosdelpescado,tiernocomolamante-quilla.Susdedosrecorríanelrelieveonduladodelbordedelrecipientedebarroesmaltado,yunavezmás

sus ojos vagaban por las tenues luces que se veían en la orilla y se concentraban allí donde el ríoSingapursederramabaenelmar.

Unamiríadademanchasluminosasbailabadelantedelacostaenelagua:laslucesdelosbarcosylas barcas que echaban allí el ancla por la noche.Una alfombra de velas flotantes, como encendidasexpresamente para Georgina bajo el manto del cielo bordado de plata. En el aire de fluida seda,el horizonte se perdía, haciendo que el cielo y elmar se fundiesen; el barco parecía una islita en laresplandecientevastedadnegra,repletadelucesdelmarceleste.

–Esprecioso–aseguróella,yRaharjoemitióunsonidodeaprobación.–¿Tehagustado?–lepreguntóélalmismotiempoquealargabalamanoparacogerelrecipiente.–Mucho.Lospescados, cangrejos, langostasygambas sabíanabrisademary al agua saladaen laque los

capturabaRaharjo;elarroz, las frutasy lasverduras,quesiempre teníaenelbarco, seespeciabandemaneradistintaalaqueestabaacostumbradaGeorginaconlacocinaindiadeAnish,peroelresultadoera tan picante como le gustaba a ella, y le encantaba mirar a Raharjo junto al fuego en cubierta,trajinandoconsuscacerolasdehierroyesosrecipientesdebarrodeunmarróngrisáceo.

Georginaselimpiólasmanosenelsarong.–Probablemente sea la peorde las esposas–musitó, sintiéndose culpable, los ojos clavados en los

dedos,quedescansabanentrelazadosensuregazo–.Nisiquierasécocinar.Raharjoapartólosrecipientesdebarroyserio.–Noeseseelmotivoporelquemehecasadocontigo.Seacercóaella,lepasóunbrazoporelhombroylaatrajohastasituarlaentresusrodillas.–Nuncatendrásquecocinarparamí–susurró,yleapartóelcabelloylabesóenlamejilla–.Tendrás

suficientescriadosparaqueleanentusojoscadaunodetusdeseos.Todocuantodeseeslotendrás.Risueña,Georginasearrimóaél,serefugióenelcalordesupechodesnudo,quelellegabaalapiel

atravésdelakebaya.–¿Quédicetufamiliadequetehayascasado?Raharjonodijonada,yellasevolvió.

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–¿Todavíanolosaben?–adivinóGeorgina.Raharjocontemplólaslucesdelosbarcos,másalládeella,ylagargantaseleatenazó.–¿Esporque...porquenosoyunadevosotros?–No.–Laestrechóconmásfuerza–.No,noeseso.Es...–respiróhondo–.Nomantenemosmuybuenas

relaciones.Yano.Paranosotros,losoranglaut,hancambiadomuchascosas,peromuchasotrassiguensiendo como en tiempos de nuestros antepasados. Mi familia no entiende que tome mis propiasdecisionesynoobedezcalasdeljefedemipueblo.Quesigamipropiocaminomeconvierteenunoranglain,unbichoraro.–AcaricióelbrazoaGeorginaconairepensativo–.Siemprehetenidolaimpresióndequemi padre nuncame ha perdonado que no peleara hasta el final ymuriese, comomi hermano.Nisiquierahoysésimecaíalaguasinmásometiréparasalvarelpellejo.

Mientras hablaba, Georgina se había vuelto hacia él, y ahora le pasaba las yemas de los dedosdelicadamenteporlascicatricesdelbrazo.

–¿Aquellavez?Élasintió.–Cazadoresdepiratas.Cuandoatacamosunbarcodebugisconunbuencargamento.Contralosbugis

ylosorangputihjuntosnohabíanadaquehacer.Como Georgina no sabía qué decir, cómo consolarlo se arrimó a él y acomodó su rostro en la

oquedaddelcuello.–Encuantovuelva–dijo,acariciándoleelpelo–,iréaveratupadre.Ysiinsisteenello,mecasaré

contigodenuevo.Medaigualelritoquesigamos.AGeorginalehormigueóelestómagocuandoseimaginódelantedesupadrecogidadelamanode

Raharjo. Confesándole que se había unido para toda la vida a un orang laut en secreto y según lacostumbrepagana.

GordonFindlayapreciaba lacocina india,cultivaba lasrelacionesconlos towkaysy tratabaasuscriadoscomosifuesenparienteslejanos,perodespuésdetodosesosañosseguíaconsiderandoEscociasupatria.UnreinoespiritualquesehabíallevadoconsigoalaIndiayenelqueseguíaviviendotambiénen Singapur, orgulloso de llevar en la sangre virtudes como la templanza y el temor de Dios, ladiligencia, la rectitudy laparsimonia.Esoeraalgoquenosepodríaocultareternamente,Georgina losabía,y,sinembargo,jugabacontrareloj,hastaquellegaraelmomentodeconvertirenunalasdosvidasentrelasquesemovía.

EncuantoRaharjoregresara.Conlamanocontrasupecho,Georginaseapartódeél.–¿Tevasairotravez?–Dentrodeunosdías.Estoyesperandoaquesopleelvientoadecuado.–Sehallabadecaraalabrisa

marina,yelpecholevibrabacomositomaseelvientorespirandodeprisa,demanerasuperficial–.Debohacerlo.Conloquetraigadelpróximoviajepodréempezaraconstruirnuestracasa.–Lamiróyhundiólosdedosensucabello–.Levantaréunpalacioparati,Nilam.

–¡Quieroircontigo!–Queríaservaliente,peroestabaapuntodeecharseallorar.Élsacudiólacabeza.–No.Asíno.Noaescondidas.Ysindudaentenderásquesolomepresentaréante tupadrecuando

tengaalgoqueofrecer.Sí,loentendía,ypeseaellosentíaelcorazónoprimido.Ysoloentoncesentendióloquesignificaba

deverdadcompartirlavidaconunacriaturamarinasiendoellahijadelatierra.–¿Yvasavolveraestarfueratantotiempo?Raharjosonrió.–No.Antesdequesopleelvientodeloesteestarécontigo.–Lecogióelrostroentrelasmanosyla

besó en la boca–. Te doymi palabra.–Acto seguido se inclinó hacia la lámpara y apagó la luz–.Mi

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mujer–murmuró,ylequitólaropadealgodónquellevabaylavistióconelvientoylanochetropicalyelbrillodelasestrellas,ylaenvolvióconelcalordesupiel–.Mimujer.

Eljardínseextendía,sombrío,antelacasa,escasamenteiluminada.Unsuavemurmullollegabaenoleadas,nosepodíadistinguirsieraelvientoalatravesarlashojasde

losárbolesylosarbustosoelmaralotroladodeBeachRoad.Hastalascigarrassonabanaplacadas,elcanto apenas imponiéndose al sonido atronador de las ranas toro, y las luciérnagas atravesaban laoscuridadcualestrellascaídas.

PaulBigelowsehallabaenlaveranda,expulsandoalanocheelhumodesucigarropuro.GordonFindlayhabíaenarcadolascejasenseñaldedesaprobacióncuando,antesinclusodelpostre,

PaulBigelowsehabíadespedidodelareunióndehombresdenegocios;nisiquierahabíamentidodeltodoalalegarqueesanocheteníaotrocompromiso.Unosojosazulvioletalohabíantraídohastadondeestabaahora.

UnosojosenlosquesevioreflejadoelanhelodespuésdequeduranteeldesayunoMisterFindlayinformaraaBoyTwodequeamboshombrescenaríanfueradecasaaltérminodelajornadalaboral,ydequesindudaseríamuytardecuandovolvieranacasa.Unamiradaqueeracomounreclamo,quePaulBigelow no podía sino obedecer sinmás, con la esperanza de estar unas horas a solas conGeorginaFindlay.

Sinembargo,deMissFindlaynohabíani rastro,noestabanienel salónnien laveranda,yPaulBigelowsequitóelsaborinsípidodeladecepciónbebiendountragodewhisky.

Más negra que el resto del jardín, la silueta del asilvestrado bosquecillo se recortaba contra elnocturnocielocuajadodeestrellas,comosi losárbolessinpodar, lasabandonadasmatas,atrajesenlaoscuridad,seagruparanycompactaranentresusramas.

HabíamantenidosupalabrayrespetadoellugarsecretodeMissFindlay,pormásquelecostara.Afin de cuentas sabía, gracias aAhTong, que ese rincóndel jardín ya era agreste cuando él empezó atrabajarenlacasa.Primeropordeseodelamem,despuésensumemoria;algoqueasualmachinadejardineroafligíavisiblemente.

UnodelosnumerosossecretosqueparecíaencerrarL’Espoir.Comoloshuesosquehabíaenterradosbajo los cimientos de la casa, sobre los que todo el mundo barruntaba algo, pero de los que nadiehablaba. Ni siquiera Cempaka, cuyos ojos se oscurecían cuando él quería saber más de los Findlaymientrasella,convozbronca,eludíalaspreguntasofreciéndolealgodebeberopreguntándolesi teníaalgunacamisaparaeldhobi-wallah.

L’Espoir.Esperanza.EseeraelnombrequeGordonFindlaylehabíadadoalacasa,conlaesperanzadequesusiempre

delicadaesposa,quehabíaestadoapuntodemorirconelcalorinfernaldeCalcuta,serecuperaseconelclimadeSingapur.Conlaesperanzadequeenesacasasumatrimonioquizáfuesebendecidoconunhijo.

Aloírlaadmiración,elrespetoconqueAhTonghablabadesudifuntamem,conlaqueélasociabaelamoratodoloquereverdecíayflorecía,másfavorableeralaimpresiónquecausabaeljardineroaPaulBigelow.Ymáslavagaideaquesehabíaformadodelaquefueralaseñoradelacasa.

Ydesuúnicahija.ÉlesperabaencontrarseaunaniñapequeñacuandoGordonFindlaylomandóalembarcaderoparair

abuscarasuhija,alosumounajovenzuelapatosa.Noaunamuchachajovenalaquenofaltabamuchopara convertirse en una mujer, cimbreante como el mimbre y, gracias a unos rasgos de una fuerzadesconcertante,capazdeejercerungranpoderdeatracción.Conunosojosdeunabellezafascinanteyunavozcomoelterciopelo.Difícilderetener,comoelaguaquelecorríaaunoentrelosdedos,y,sinembargo,avecesenesosojosardíaunfuegoconelqueunopodíaquemarselasmanos.

Pormordelasconveniencias,éltendríaquehaberliadoelpetateyhabersemudadohacíatiempo,yesoeraalgoquesabíasinnecesidaddequeGordonFindlaydejasecaeruncomentarioalrespecto.Sin

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verlamiradareprobadoradeCempakacuandoambossalíanadarunodesuspaseosmatutinosacaballo.Sinembargo,noeracapazdehacerlo.Conelpuroentrelosdedos,pasabalamanoporlabalaustrada.L’Espoirsehabíaconvertidoensu

hogar, y aunque los muros de la casa rezumaban pena y dolor, y fantasmas del pasado recorrían lasestancias,aúnserespirabaelamorconelquehabíasidoconstruida.Unaleveseñaldeesaesperanzaquedabanombrealacasayqueparaéleracomounapromesa.

Uncrujidoeneljardínloarrancódesuspensamientos.Unamanchaclarasedestacóenlaoscuridadyavanzóporlacrepitantehierbahacialacasa.Pocoapocofuecobrandonitidez,hastamaterializarseenunaesbeltafigurademujerconelcabellooscuro,yaPaulBigelowseleaceleróelcorazón.

Diounpasoatrásmaquinalmente,sumiéndoseenlassombrasqueproyectabanlascolumnas.YsolodespuésdequeGeorginaFindlaysubieselaescaleraconligerezaydesaparecieraenlacasasupoélporqué.

Solofueuninstante,enelquelatenueluzleiluminóelrostro,queirradiabadicha;teníaenlosojosaúnelbrilloradiantedelasensualidad.

Uninstanteenelquecomprendiócuánneciohabíasido.Enélsealzóunaviolentallamarada,ysebebiólacopadeuntrago.

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7Georgina estaba sentada en el peñasco que se alzaba ante la tapia. Con los brazos abrazando las

piernasflexionadas.NoprestabaatenciónaloscarrosdecaballosylostirosdebueyesqueibanyveníanporBeachRoad.Teníalavistafijaenlasolas,enlasvelasdelosbarcosquecruzabanalotroladoantelabrumosacostadelaisla.Enlospájarosquevolabantrasellosencírculosporelcieloparadespuésdesaparecer.Deseóserunodeellos.

Extenderlasalassinmás,alzarelvueloyvolarlejos,muylejos,sobreelmar.El viento le echaba mechones de cabello por la cara, que se quedaban pegados en las mojadas

mejillas,peroellanohacíanadaparaapartarlos.ElvientosoplabadelsurcuandosedespidiódeRaharjo,ysaludóalvientodeloestecomosifuese

unviejoamigoalquehubieraechadodemenos.Elvientodeloeste,queolíaadichay teníaunsaborprometedoryalcaboresultóserunembustero,yaquenoletrajoaRaharjo.

–¿Dónde estás?–le preguntaba en voz queda al viento del norte, que ya traía la humedad pesada,humeantedelalluviamonzónica,ypidióalmarensilencioqueliberaseasuselkieyselodevolviera.

Antesdequefuerademasiadotarde.Encogió más las piernas para mantener a raya un miedo que le dejaba el cuerpo temblando y

entorpecíasusextremidades.Peroconellosolologróaumentarelmalestarquehacíaqueelestómagoselecontrajeraydespuésseledistendieradegolpe;sehallabaenunmardeconfusiones.

Oyóuncrujidodetrás,másfuertequeeldeunave,unaardillaounlagarto,ysevolviódeprisa.Eldensofollajequecrecíajuntoalpabellónsemovía.

–¿Raharjo?–dijo,convozapenasaudible,conelcorazónmartilleandodetalmodoqueestuvoapuntodevomitar.

Laverduraseabrióydeellasalióunhombreconunacamisayunospantalonesclaros,conlosojosdeunazulluminosoenelrostrotostadoporelsol.

–MissFindlay.Penséquelaencontraríaaquí.–MisterBigelow–musitóGeorgina,pasándoselamangadeprisaporlasmejillas.Conlasmanosapoyadasenlascaderas,PaulBigelowechóunvistazoasualrededor,contemplando

largamenteeldesmoronadopabellónylacubiertadehojas,luegoelpeñascoenelqueestabaacomodadaGeorgina.

–Demodoqueesteessusecreto.–Losojoslebrillaban,ylevantólasmanosamododedisculpa–.Losé. Prometí dejarle este secreto.–Se acercó a ella dando grandes pasos, las piernas arrancando unmurmulloa lamaleza,comosivadearaunrío–.Essoloquenosabíadequéotraformapodíaayudar,despuésdequehoyvolvieraalevantarsedegolpesinprobarapenasbocadodeldesayuno.Ademásmehe valido del pretexto de que por desgracia he olvidado en casa unos documentos importantes y hedejadoqueMisterFindlay se fuese solo.–Doblandouna pierna y cruzando los brazos, se apoyó en elpeñascojuntoaGeorgina,miróaderechaeizquierdaydespuéscontemplóelmar–.Bonitositio–comentóalcabodeunrato–.Noesdeextrañarqueloquieraparaustedsola.

Georginaseenjugócondisimulounaslágrimasquenoqueríancesar.–¿Nomevaadecirquélepasa?Georginaseabrazóconmásfuerzalaspiernas;laformaqueteníademirarlaPaulBigelow,insistente,

casiescrutador,leresultabadesagradable.–Podíahabermedichotranquilamentequenoqueríasaliracabalgarmásconmigo.–Labromacayóen

sacoroto,yañadióenvozqueda–:Veoquenoseencuentraustedbien.Desdehacesemanas.Georgina intentó reprimir el temblor que le recorría el cuerpoy se tragó la acidezquenotó en la

boca.–Le dije en su día que quería ser un buen amigo suyo, ¿se acuerda? Esa oferta sigue en pie. Y

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permítamequeledigaquedalaimpresióndequenolevendríanadamalunbuenamigo.Georginasiemprehabíaestadosola,nosabíaestardeotromodo.Peronuncaantessehabíasentido

tanperdida.SutíaStellayMaisiesehallabanmuylejos;ningunacartapordesesperadaquefuesehabríapodidoacortar ladistanciaque las separaba.Noseatrevíaaemprenderdenuevosemejanteviaje sinsabersisutíaStella,escocesacorrectaytemerosadeDioscomosuhermano,ledaríaconlapuertaenlasnaricessincontemplaciones.QuizápudieracontarconsutíoÉtienne,perodesdeluegonoconlatíaCamille,queensudíasealegróvisiblementedequesurebeldeycoléricasobrinitasalieradesucasa.

–Seloruego,MissFindlay.Georginadejócaerloshombroshaciadelanteypegóelcuerpoalasrodillas.–No...–empezóatropelladamente,losojosclavadosenlasaguasyaazules,yaverdes–.Conocí...–«a

un hombre delmar, a un selkie.» Se atragantó antes de soltarlo–. Prometió volver. Tendría que habervueltohaceyatiempo,peronohasidoasí.Nohavuelto.Yahoraesperounhijosuyo.

Lahistoriamásviejadelmundo.Georgina,conscientedeloingenua,loneciaquesonaba,secubrióelrostroconlasmanos.PaulBigelownodijonada.Duranteunbuenrato.Elsilencioeraunatortura,elcrujidodelashojasconelviento,elmurmullodelasolasenervantes;

alcaboGeorginaselimpiólacara,sesecólasmanosenelsarongysesorbiólanariz.–Ahoranoséquéhacer–musitóconlagargantainflamada,lavozempañadaporlaslágrimas.AhTongjamás leprocuraríapolvosdelbarriochino, loconocíabien.Kartikanopodríaayudarla,

Cempakanoquerría,ylostresconsideraríanqueerasudeberinformaraltuanFindlay.–¿Decuántoestá?–quisosaberalcaboPaulBigelow,lavozbroncayásperacomopapeldelija.Aellasuspalabraslellegaronsordasydistorsionadas,comosonidospronunciadosbajoelagua;le

costóentenderlas.–¿Aquéserefierecon...?–Quierosabercuántohacequeestáencinta.Ladurezadesuvozladevolvióalasuperficie.–Noloséconexactitud.ConRaharjohabíaperdidolanocióndeltiemporeal,habíaempezadoacontarlosdías,lassemanas

ylosmesesguiándoseporelsolylasestrellas,porlasmareasdelmaryporelviento.–¿Cuatromeses,quizá?Firmecomoelpeñascoenlaqueestabaapoyado,PaulBigelowseguíamirandoalfrente.Pálidobajo

lapieltostadaporelsol,casigris,elrostroduro,comoesculpidoengranito,losojosdevidrioazul.Deprontodiounrespingoyseapartódelapeña.–Nosepreocupe.Yomeencargarédetodo.Sindignarsemirarla,diomediavueltaylamalezacrujióysedoblegóbajosusenérgicos,impetuosos

pasos.–Pero¿cómo?–Yaselohedicho–respondiósinvolverse–,nosepreocupe.Georginaseaovillódenuevoycontemplóelagua,sudiscurrirysumurmulloeranunecodeloque

sucedíaensucuerpo.Desucorazón,quesehabíaparado,peroqueaveceslelatíacontalfuriaenlosoídosque semareaba.Un flujoy reflujodemalestaryunhambreatroz.El rugidoyelbramidode lasangre que fluía por sus venas. Y dentro, muy dentro de su ser, una criatura diminuta que nadaba ypataleabacomounpececito.Unrenacuajo,unserquesehallabaentrelatierrayelmar,unacriaturadedoselementos.

Elhijodelselkiequecrecíaensuvientre.Se deslizó, cansada, por el jardín, un bosque de sombras lóbregas sobre el que se derramaba el

vespertino cielo azul violeta, como de heliotropos reducidos a polvo. Se cernían nubes oscuras,

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infaustas,iluminadasporlucestitilantesespectralesyacompañadasdelbochornodelatormentaqueseavecinaba.

Había pasado el día entero fuera, en el peñasco. Primero la asustó el atronador cañonazo deGovernmentHillqueanunciólaquintahoradelatarde,y,sinembargo,aúnpasóalgúntiempohastaquelogrócobraránimosparavolveracasa,paracambiarsederopapara lacena,cubrirsudesesperaciónconelvelodeunacotidianidadmetódicaquehabíadejadodeexistirhacíatiempo.

LafachadadeL’Espoirseirguióanteellacomouncastilloencantado,conlaslucesblanquecinasenelinminentecrepúsculo.Poniendounpiedelantedelotrodemalagana,Georginasubiólospeldañosyelolorespeciado,dulceypicantedeldalyloschapatisreciénhechos,delosdistintoscurriesqueflotabaenelrecibidorlerevolvióelestómago.

Unruidocomodeunmueblealcaeralsuelolahizoestremecer,unrugidosibilantecomoeldeuntigreladejóparalizada.

–¡Amisespaldas!¡Bajomitecho!Eralavozdesupadre,conunairadesenfrenadayapenasamortiguadaporlapuertadeldespacho.–Nilam.–Kartika la llamó desde un rincón del recibidor–.Ay,Nilam.Debe de haber pasado algo

terrible.Nadamás volver a casa tuan Findlay y tuanBigelow se han encerrado en la habitación.Alprincipionoseoíanada,peroluego tuanFindlayhaempezadoa rugircomounanimalsalvajeenunajaula.

–¿Esquelosjóvenesyanotenéisdecencia?–bramóGordonFindlay–.¿Pundonor?Kartikamirabahaciaeldespachoatemorizada.–Nuncahabíavistoasíaltuan.«Yotampoco.»Georginatragósaliva.Enfadado,sí,ycolérico,decuandoencuandogritandoydandovoces,peronuncaencendidodeese

modo.Noconunaviolenciatandevastadora.SumiradasecruzóconladeCempaka,quehabíaaparecidoenelrecibidordetrásdeKartika.–Se veía venir–musitó Cempaka, inexpresiva, casi triste y sin el menor asomo de satisfacción o

malicia–.Miraloquehashecho.Unaráfagadevientodiolavueltaalacasayparecióempujarlahaciaelmar,yelmurmulloentrelas

copasdelosárbolessonabacomosi lasolasyalamieranloscimientos,ávidasdeengullirdeunavezL’Espoiryarrastrarlaalasprofundidades.

Horatrashora,Georginaaguantabaenlaoscuraveranda.Esperaba, pero no se sabía qué; quizá que el viento cambiase, o que lo hicieran las mareas del

destino.Nosabíaquéotracosapodíahacer.Noteníasentido tansiquieraplantearsehuir;ningúnlugardelmundopodíaproporcionarlerefugio.

Fueraadondefueselaacompañaríalavergüenza,esperarunhijodeunmatrimonioquedesdelaópticaeuropeanoloera,puestoquenosehabíacontraídoenunaiglesia,sinoenelmar,conelcieloylospecescomoúnicostestigosysinquehubieseconstanciaalgunadeélporescrito.Conunhombrequeera tanhuidizocomoelaguaqueconstituíasuvida

Conunhombredepielmorena.Undelitoporelquenopodíaesperarclemencia.Enningunaparte.EltoquevespertinodeSanAndréshabíasonadohacíatiempo.Enlaplantasuperior,ellevetintineo

delaplataylaporcelanaledijoquelosBoysestabanquitandolamesa;esedíanohabríacena.Porlodemás reinaba el silencio; un silencio inquietante, amenazador, que le oprimía el alma. Incluso loslejanos truenos sonabanmedrosos, como si hasta la tormenta que se alejaba temiese esa fuerza de lanaturalezaqueeraGordonFindlay.

–¿MissNilam?–AsuladoaparecióladelgadasiluetadeBoyOne–.TuanFindlayquiereverte.Elhazdeluzquearrojabalalámparadelamesaeradeunamarillosucio,absorbíatodosloscolores

delrostrodeGordonFindlayyleabríaprofundossurcos;eracomosisupadrehubieseenvejecidode

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repente.Aciertadistancia,PaulBigelowestabaapoyadoenelmarcodelaventana,mirandofijamenteunpuntoenelsueloconlacabezagacha.Enlapenumbra,lasorejasleardíancomolasdeuncolegialalqueacabasendeecharunrapapolvo.

Enlahabitaciónelambienteerasofocante.Sobrelabochornosanochedetormentapesabaelsudordeloshombres,másacreaúndebidoalhumoqueflotabaenelaire;elceniceroestaballenodechicotes;a todo ello se sumaba unmarcado tufo a alcohol; la licorera de cristal junto a los dos vasos estabaprácticamentevacía.

–Papá–dijoGeorgina,conlavozcomoladeunaniñapequeña,ehizounalevereverencia,ungestomaquinal.

Ojaláselehubieseocurridocambiarsederopa,enlugardeplantarseallíconlakebayamanchadayelsarongllenodepolvoylospiessucios.Eracomosicomparecieseenunjuicio.

GordonFindlaynodecíanada;conlasmanosapoyadasenlospapelesdesplegados,comosituviesequecontenerseparanosaltar,mirabaconfijezaelescritorio.

–¿Papá?–insistióella,luchandocontraunmiedocerval.Alcabo,élcarraspeó.–Mister...MisterBigelowmehahechosaberestatardehastaquépuntohaabusadodemiconfianzay

mi hospitalidad.–Georgina miró al aludido, que tenía la cabeza más gacha aún, con cara deinterrogación–.Enelfondo,elhechodequehayadecididoresolverlasituaciónlohonra.Sinembargo,ello no atenúa ni la desfachatez con la que me ha engañado ni lo ignominioso de su proceder.–Susgruesas, rectas cejas se unían en el arranquede la nariz–.En cuanto a tu parte en ello, todavía nohedecididosielúnicoresponsableesMisterBigelowosimehabréequivocadodemedioamedioconmipropia sangre. Pero me cuesta imaginar que tu querida tía te haya educado para que te... para queobservarassemejanteconductadisoluta.

–No,papá–musitóGeorginaconvozbronca–.Nohasidoasí.Yonunca...Lapalmadesupadreseestrellóruidosamentecontralamesa.–¡Nomemientas!¿Oacasopretendesnegarquellevasunhijoentuvientre?–No–repusoGeorginaconunhilodevozapenasaudible.–En mi propia casa–añadió, y sonó como el bufido de un animal feroz–. Delante mismo de mis

narices.¡Cómohabéispodido!–Papá,no...–¡Calla!–Susojoslanzabanrayosazules,yelíndicesealzóenungestoamenazador–.Noquierooír

unasolapalabra.Nocreoquehagafaltaquetedigalomuchoquemehasdecepcionado.–Cogióaireconfuerzapor lanariz–.AlmenosMisterBigelowmeha asegurado fehacientemente lahonestidadde susintenciones.Apartedeestagravefalta,siempresehaconducidodemaneraintachable.Esuncomerciantecapazyseráunbuensucesorparalacompañía.

Dabalaimpresióndequeenlaestanciahabíaunbuennúmerodetrampas,queprobablementeamboshombreshubiesentendidoalolargodelashorasquehabíantranscurrido.AntesinclusodequeGeorginapudiesebuscarseunamadriguera,GordonFindlayestrechómásaúnelcerco.

–Lagentehablarádetodasformas.Oscasaréiscuantoantes.«Unpocodetiempo.Déjameunpocodetiempo.»Georginatragósaliva;sabíaquenoteníatiempoqueperder.–¡No!–Unintentodesesperadoderomperelcerco–.¡No,papá,porfavor!–¡Nomerepliques!–Sedesatóunatormentaembravecidaquelahizotambalearse–.Todavíanoeres

mayordeedad,asíqueharásloqueyotediga.Conlosojosanegadosenlágrimas,Georginamirabayaasupadre,yaaPaulBigelow,yningunode

losdoslamirabaalosojos.–Mañanamismosepublicaránlasamonestaciones.

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Latrampasecerródegolpe.

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8Raharjoarrastrólabarcaporlaplaya,corrióporlaarenaycruzóconpasoslargosJalanPantai.La

impaciencialetensabalosmúsculos;hacíamuchotiempoquenoveíaaNilam.Nopodíaesperarniunminutomás,perohabíavalidolapena.

Aunqueunosvientosdesfavorables,queseconfabularonantepulauFloresyseconvirtieronenunaviolenta tempestad, lo retuvieron por el camino, le depararon la buena suerte de poder tratar conpescadores.Consemanasderetraso,perocargadodenácar,carey,perlasyoroenpolvo,guiosubarcoprimerohastaMalacaydespuéshastaSingapur;subarco,queenesemomentobailoteabaenlasolasantelacosta,ligeroyvacío.

Aldíasiguientepodríaempezaraconstruirsucasa,yalotroencargarunbarcodemayortamaño.Ymientras tanto esemismodíapodríapresentarse ante elpadredeNilamcon la cabezabienalta, pueshabíavueltoaSingapursiendounhombrerico.

Secolóporelboquetede la tapiaypermaneciósumidoensusombrahastaquesezambullóen laespesuraderamasyhojas,hierbasymaleza,ydespuésenlaluzverdeirisadadelahabitación.

–¿Nilam?–dijo en voz quedamientras palpaba por enésima vez lo que llevaba en el bolsillo delpantalón.

Unbrazaletedeorooscuro,conlíneasonduladasypeces.Unalhajadelosoranglautquelehabíadado su madre a cambio de la promesa de que diera a conocer a la familia entera a su esposapróximamente.

Sudedogordodiocontraalgoduro,áspero,ybajólamirada.Unapiedradelavaenformadejuncochino.Nomuylejosestabaelabanicopintado,lamaderarota,yenunrincónelpeinedenácarpartidoentres. La pulsera seguía intacta, pero de la concha no había ni rastro. Todas las cosas que había idotrayendoalolargodelosañosparamostrarlealaniñitasuagradecimientoestabancomotiradasrotasporunamanofuriosa.

Delacasallegabanvocesatravésdelentramadodehojas;másruidosasydesconocidasdeloqueacostumbraba oír en ese lugar, sobre todomás numerosas.Notó en el aire un chasquido como el queprecede al primer rayo. Un presentimiento sombrío que se instaló en él como una tormenta en elhorizonte,yRaharjosaliócorriendo.

Enfebrecido,seabriópasoporelbosquecilloy,cuandosaliódeél,retrocediótambaleándose.Allídelanteyenlaverandahabíanumerososorangputih,bienvestidosyconcopasenlasmanos,

entreelloslasampliasfaldasdelasmujeresluminosascomoorquídeas.–¡Vivanlosnovios!–¡Porlajovenpareja!–¡Quevivanmuchosañosdichososysanos!Comoolasenlaquilladeunbarco, todaslascabezassevolvieronhaciaunaparejaquesalióa la

verandaysedetuvoenloaltodelaescalera.Raharjocerróuninstantelosojos,comocegado,eintentóentenderloqueestabasucediendo.Unorangputihconelcabellocomolaarena,losojosdeunazulbrillanteyunasonrisadeorejaa

orejaenlacara,conNilamcogidadesubrazo,lediounbesoenlamejilla.Nilam. La niñamedio salvaje de un tuan y unamujer de la isla, que se había desposado con él

pescandoenunabarca,comoeracostumbreentrelosoranglaut.Sumujer.«Parasiempre.»Que se había convertido en una nyonya blanca, con un vestido azul de faldas amplias y mangas

abullonadas que hacía resplandecer su ebúrnea piel. Era una blanca de cabo a rabo, por su forma deerguirlacabeza,susonrisaarrogante;susojosyanoeranazulescomolasorquídeassalvajesdelsungaiSeranggong,sinocomolasvenenosastarántulasquepoblabanlosbosquesdelaisla.

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Porsusvenasnocorríaunasolagotadesangremalaya,ahoraloveía.Delasprofundidadesdesumemoriaemergióotronombre.NoNilam.«Georgina.»Nilam le prometió esperarlo eternamente, y ahoraGeorgina se había casado con un orang putih.

Comoella.Fuecomosiloatravesaraunabala.Comounahojaquesehundióensucarne,yelcoléricolatirdesu

corazónhizoquelasangrelehirviera,yunamasaroja,viscosa,lenublólavista.DeprontocomprendióelAmokdelosbugis:eldeseodeabalanzarsehacialoshombresconelpuñal

enaltoyclavárseloconiraciega,unayotravez,hastaquesederramaratodalasangre.Hastaquereinaraunsilencioexhausto,mortal,apacible.

Ycomprendiólofácilqueerahacerañicoselcorazóndeunapersona.Queinclusoelcorazóndeunacriaturamarina,deunguerrerodelmar,podíaestarmuertodeunmomentoaotro.

Raharjodiomediavueltaysefuepordondehabíavenido,sinprisas,sindetenerse.Sinsentirnadaenelcuerpo;nisiquierasintiónadacuandopisólapulseritadeconchasensartadasylasafiladasconchaspartidaslehicieroncortesenlasplantasdelospies.

Volvióameterlabarcaenelaguaysesubióaella,perodejólavelaarrizada.Apretandolosdientes,mientras remabacontra lasolasy lacorriente,disfrutóde la sensacióndeardoren losmúsculosydetener los pulmones a punto de estallar. En las conocidas maniobras que llevó a cabo a bordo hallóasidero,eneltactofamiliardelamaderayelespartoylalona.

Se oyó el chasquido resuelto de las velas, que fue arriando una por una; el casco tiraba conimpacienciadelamaromadelancla,hastaquelasubióyelbarcosurcólibrementelasolas.Afavordelviento,haciaelqueRaharjoorientólasvelas,sinotrodestinoqueelhorizonte.

Georgina se hallaba sentada ante el tocador de su madre, que había trasladado a su habitación,evitandomirarsealespejo.Losmúsculosdelacaraledolíantraslashorasquesehabíavistoobligadaaluciralmenosunamagodesonrisa.Sucabelloporfinsehabíavistolibredelamultituddehorquillasquelohabíanmantenidoensusitioduranteellargodía,perolaspasadasregularesconlasqueKartikalocepillabalaestabandesquiciandotantocomolosruidosgravesdelasranastoro.Rahar-jo,croabanenlanoche,Rahar-jo,cadasonidoeraunapuñaladaenelcorazón.

Probablementehabíansidounade lasúltimasparejasencelebrarsubodaenSanAndrés.Noeranmuchos los se casaban en Singapur, y durante el servicio divino el maderamen, que se había vistoafectadoporelrayoquecayó,noparódecrujir,acoroconlospuntales,colocadosconsumocuidado,ydel techo y las paredes caía sin cesar una lluvia de polvillo blanco; tarde o temprano acabaríanderribandolaiglesia,antesdequeundomingosederrumbarasobrelacomunidad.

ObservóelanillodeoromacizoquePaulBigelowlehabíapuestoeneldedodurantelaceremonia.¿Sequitabaunolaalianzaporlanoche?Georginanolosabía,ytampocosabíadenadieaquienselopudierapreguntar.

Lapuertaseabrió,yKartikadejóelcepilloatodaprisa.–Buenasnoches,Nil...memGeorgina.Buenasnoches,tuanBigelow.–Buenasnoches–musitóella.Lapuertasecerrósinhacerruido.–Porfinsolos–oyódeciraPaulBigelow,conunsuspirodealivioensuvoz.Unatensiónpreñadadeexpectativas.Conlacabezagacha,Georginaoyóquesequitabaelfracysedejabacaerpesadamenteenlacama;al

suelocayóunzapatoyluegoelotro.Elvellodelanucaseleerizóalserconscientedequeapartirdeesanocheéldormiríaensuhabitación.Ensucama.

Sintióunallamaradadeaversiónqueseapagóenelacto,yenellaseextendiódenuevoeldesiertopolvoriento en el que había vivido las semanas anteriores, muda, sorda y casi ciega, mientras a su

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alrededorreinabaunaagitaciónfebril,pueshabíaqueprepararunabodaentrelasnecesariasprisasylosconvencionalismos.

–Me puedes felicitar–le dijo Paul Bigelow con la lengua trabada–. Desde hace media hora soyoficialmentesociodelafactoría.ApartirdeahorasellamaráFindlay,BoisselotandBigelow.Melohacomunicadotupadrecuandotomábamoslaúltimacopa.

–Enhorabuena–susurróella.–Sí,soyunhombreenvidiado.–Sepusodepieyseleacercó–.Cuandolleguéaquíjamásmehabría

imaginadonadadeesto.Sociodeunacompañíaprósperayparacolmounamujerasí.Georginarehuyósumiradaenelespejomientrasélleacariciabaelcabelloydespuéslosbrazos,que

elcamisóndeanchostirantesdejabaaldescubierto.–Erestanbella...–musitóconvozbronca.Georginasezafódesusmanos,sevolviódeladoenelescabelyselevantó.–¡Despacio!–Éllacogióporloshombrosylavolvióhaciaél–.¿Nocreesqueyavasiendohorade

quemedesunbesodeverdad?Lepasóunbrazoporelcuerpoylaapretócontrasí.Larisueñaboca,calienteyhúmeda,seposóenla

deella;sulenguarecorriósuslabiosyseabriópasoentreellos.Sabíacalientecomolatierramojadaporlalluvia,casidulce,yaalcoholytabaco.

Georginaapartólacabeza.–No seas tan tímida.A fin de cuentas no creo que este sea tu primer beso.–Arqueó una ceja con

regocijo–.Esperabaquemiesposamedemostraraunpocomásdepasiónennuestranochedebodas.–¡Noquiero!–Georginaintentósoltarse,peroéllacogiódelbrazoylamirófijamente.–No soy unmonstruo, Georgina, pero tampoco un santo. Ymuchomenos unmemo bonachón. He

puestoenjuegomiposiciónenlafactoríaymibuenareputaciónparasacartedeladelicadasituaciónenqueteencuentras.Tupadrepodríahabermedespedidoignominiosamente,ynohabríavueltoaocuparunbuenpuestoenelramo.NienSingapurnienningunaotraparte.Lohehechodebuengrado,porquelohehecho por ti. Pero también exijo algo a cambio.–Aflojó la presión–. ¿No crees que estás en deudaconmigo?

Arrinconada,Georginabajólacabeza,yélleacariciólamejillaconlosnudillosybajósiguiendolalíneadelmentón.

–Sisupierascuántotiempohedeseadoesto.Probablementedesdeelmomentoenqueterecogíenelembarcaderoymemirastecontusbellosojosazules.

–Elniño–alegóella–.Noquieroquelepasenadaalniño.Unamentira.Noqueríatenerhijos,todavíano.Noasí,casadaconunhombrequeleagradaba,pero

alquenoamabaydesdeluegonodeseaba.Élsepusotieso.–Claro.–Sonódesapasionado,casifrío–.Procurarétenercuidado.Lallevódelamanoalacamamientrassedesabrochabaelchaleco.Ledabavergüenzaquelavieradesnuda.Sentíavergüenzadeesecuerpodistinto,ajeno,muchomás

pesadoqueeldeRaharjo,demúsculoscompactosypieldorada,ysusexpresionesdeadmiraciónylaspalabrascariñosasquemusitabaleresbalabanporlapiel.

Él seesforzópor ser cuidadoso, aunque temblabadedeseo,ynopudoevitar agarrarlademasiadofuerteensuestadodeexcitación,fuetoscoensutorpeza;cadavezqueletocabalospechos,henchidoscomo frutosmaduros y a los que elmero roce del fino tejido de una kebaya hacía daño. Puso buencuidadoennodejarqueelpesodesucuerpodescansaraenlapequeñacúpulaquesealzabaentrelosprominenteshuesosdelacadera,peroGeorginasintióardorcuandolapenetró,ledesagradólafriccióncuandosemoviódentrodeella.Elaromadelasfloresdejazmínquehabíanesparcidoenlassábanas,elacreolorde lapieldeél,surespiraciónaceleradayelcalorquedesprendíasucuerpoleprovocaron

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náuseas.Georginasealegródequeacabaradeprisa,sedieramediavueltayapagarala luz.Porsupartese

metióbajolassábanastemblando,mientrasnotabaunreguerodepegajososemenentrelaspiernas.«Hastaquelamuertenossepare.»Enlaoscuridaddioriendasueltaalaslágrimas,ylasranastoroserieronyseburlarondeella.–Séquenomeamas–looyómusitaralcabodeunratoconlavozfatigadatraselactosexual,pesada

debidoalexcesodecopasdechampánybebidasespirituosas–.Perocreofirmementeencadaunadelaspalabrasquehepronunciadohoyanteelaltar.Yséquepuedoserunbuenesposoparati.Sitúmedejas.

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9PaulBigelow,sentadoenlaveranda,contemplabalalluvia.Unalluviamuchomásligeraquelade

losmesesanteriores,enlosqueelmonzóndeinviernosehabíaderramadoconviolenciasobrelaisla,peroasíytodolashojasdelosárbolesylosarbustossedoblegabanconelchaparrónquecaíadelcielogris,iluminadoporlosrayos.

El nuevo año chino estaba regido por el signo del cerdo de metal, lo cual no fue motivo dedescontentoparaAhTong:unañoimpetuoso,sinduda,queaugurabamuchosriesgos,peroqueprometíariquezaalvalerosoyalcapaz,yqueconeltiemposeveríaconagrado.

Noobstante,PaulBigelowalbergabasusdudassobre lasprometedorasperspectivasquesegúnAhTongbrindaríaeseaño,1851,quehabíaempezadoigualdeturbulentoqueterminóelanterior.

La gran cantidad de agua caída en enero hizo que el canal de los ríos Bras Basah y Rochor sedesbordara y corriese a raudales por la ciudad. Algunas calles quedaron anegadas, la tierra fuearrastradaylaspiedrasqueafloraronlasvolvieronimpracticables.EnBencoolenStreetyMiddleRoadlasaguassellevaronpordelantecasasmalayas,yelarrozylashortalizasdeloshuertosseencontraronmás adelante en calles que se hallaban a gran distancia. Por la ciudad se veíamadera, cocos, cerdosmuertosyperrosahogados,ylacortinademuelledelaEsplanade,cuyafuncióneraprotegerdelmareseespacioabierto,sehabíaderrumbadoenmuchospuntos.Setardaríaalgúntiempoenborrarlasúltimashuellasquehabíadejadoelmonzón.

El cólera volvía a hacer estragos en la ciudad, y los presos indios fueron apartados de laconstrucciónparaquedierancazaalostigresqueentrabanenlasplantacionesdelcorazóndelaislaydejabantrasdesíunrastrodesangre.

Enesasplantaciones,enlasquesecultivabanelpimenteroylaacaciadelcachú,losúnicosfrutosdelaislaquedabanbeneficios,loskongsis,lastriadaschinas,enfebrero,enfurecidoscomotigres,tiñerondesangrechinalarojatierra.LasangredeantiguosmiembrosquesedesligarondelatupidareddelasociedadsecretadespuésdequeelpadreJean-MarieBeurellosconvirtieraalcatolicismo.Queapartirdeesemomentodecidieronllenarsusbolsillosenlugardelasarcasdelastriadasyahoraeranobjetodesuvenganza.

CincodíasdurólatormentarojaentreKranjiyBukitTimah,quesesaldóconcentenaresdemuertosyempujóahuiramuchosa laciudad;por lanocheseveíaenelcieloel reflejode lasplantacionesenllamasyelaireolíaquemado.Hastaqueunavezmásintervinieronlospenadosindiosylossoldadosdelapequeñaguarnicióndelaciudady,graciasalaintercesióndelpoderosotowkaySeahEuChin,«elreydelcachú»,asimismofundadorycabezadeunkongsi,volvióainstaurarselapaz.

Unapazfrágil,pueslaadministracióndelgobernadorButterworthseguíamostrándosevacilantealahoraderecortarelpoderylainfluenciadelastriadas.Pormiedo,enopinióndealgunoscomerciantesdela ciudad; por intereses económicos, a juicio de otros, que por su parte hacían buenos negocios conmiembrosdeloskongsis.

DeuntiempoaesapartedeChinatambiénllegabannoticiaspreocupantes.CuandohacíamásdediezañosdelfinaldelaguerradelOpio,enlaquelosbritánicossealzaronconlavictoria,losdesórdenessacudíanelImperio:unmovimientoquesehacíallamarTaipingselevantócontralosmanchúesycontralainfluenciadelaspotenciasoccidentales.

Parecía inevitable que estallara una guerra civil, lo cual posiblemente tuviese consecuenciascatastróficasparaelcomercio.YesqueelTratadodeNankín,queensudíaabriólosmercadoschinosypermitióelcomerciodelopio,diolugarauncicloextremadamentelucrativo.Elopio,queseobteníaenlacoloniabritánicadelaIndiaencantidadesindustrialesybarato,pasabaaChina,ylostesorosqueserecibíanacambio,codiciadosenelmundoentero,sevendíanasuvezconunosmárgenesdebeneficiosingentes...precisamenteparaloscomerciantesdeSingapur.TambiénparalacompañíaFindlay,Boisselot

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&Bigelow.Almenospordepronto.Nofueronpocos loscomerciantesconlosquePaulBigelowsereuníade

cuando en cuando para tomar una copa que le aconsejaron que exprimiera el comercio tanto comopudieramientrasaúneraposible.Yesque,aunquecomerciarenesospuertosenlosquenosecobrabanarancelesniimpuestosresultabamásquerentable,alalargaeléxitodeSingapurnoduraría.Nosinunaadministraciónautónoma,siendounmerovástagodelgobiernodeCalcuta.Nosinpuertosentodaregla,con un río como centro de carga y descarga que, pese a todos los esfuerzos que se realizaban, seenfangabaysellenabadearenadedíaendía.Nosicompetíaconlospuertos,abiertosalmundonohacíamucho,deShangháiyHongKong;noestandoalladodeMalacaylaholandesaBatavia.

Aúnteníanpordelanteunoscuantosañosbuenos,despuésSingapurperderíatodaimportanciacomopuertofranco.

PaulBigelowsefrotólosojosconlospuños,puesleescocían,ydespuéssepasólasmanosporelrostro;esamañanatodavíanosehabíaafeitado.

AvecesdudabadesihabíasidobuenaideaacudirenbuscadesuerteaSingapur,yamenudosentíanostalgia. Echaba de menos la sobriedad de Inglaterra y lo estable que era la vida allí. Una ciertaseguridad y la vasta, abierta campiña, los colores apagados, incluso el gris. Y echaba de menos lasestaciones del año, habría dado cualquier cosa por volver a vivir el invierno, con su nieve y sutintineantehielo.

Sinembargo,mientraslosnegociosfuesentanbiencomohastaentonces,seríaunainsensatezlevantarelcampamento.

Seencendióunpuroysiguióelhumoconlosojosentornados.El tamborileode la lluvia, elgorgoteode lascascadasquecaíandel tejadoyde losarroyos,que

abríansurcosenlarojatierradeljardín,apenasapagabanlosruidosdelaplantasuperior.Solo cuando sobre la casa se oyó el restallar de los truenos cesaron las voces de mujer unos

instantes.Einmediatamentevolvieronaoírselosgemidos,elllantoyesosayesquelellegabanalomáshondodelcorazón.

Lamanoletemblabacuandosesirviódenuevoysellevóelvasoalaboca.PosiblementehubiesesidomássensatohaberseidoconGordonFindlayalgodownalrayarelalba

paradistraerse conel trabajo.Y, si fueranecesario, inclusopasar allí lanochehastaque recibiera lanoticiadequetodohabíasalidobien.Perohabíadecididoquedarseallí,aunquesolofueraporsihacíafaltairatodaprisaenbuscadeldoctorOxley.

No se fiaba de lamak bidan, la partera que Cempaka había traído de su aldea hacía semanas einstaladoenlasdependenciasdelservicio.Elhechodequecadadíalamujeraceitarayfriccionaraconungüento el abultado cuerpo y las piernas de Georgina, la envolviese bien prieta en un sarong y laencordelaracomosi fueraunpaqueteyano lemolestaba,asu juicio inclusoparecía tenersentido.Encambio recelaba de las hierbas que quemaba cerca de Georgina y de las canciones que entonaba alhacerlo, que a él le sonaban a charlatanería; de los brebajes que le administraba y de que vigilaseestrechamentelascomidasdeGeorginaylassazonaraporsucuenta.

YesqueGeorginasufríaconelniño,quedabalaimpresióndemermarsusfuerzas.Habíapalidecido,teníaelrostroafiladoylasmejillashundidas,elcabellomateyreseco.Unafiguragrotescaconelvientreconsiderablementeabombadoylosbrazosylaspiernascomopalillos.Comosillevaseunmonstruobajoelcorazónqueladevorabapordentroyhastaelúltimomomentonohabíaparadoderevolverseensuvientredetalformaqueellahabíaestadovomitandocontinuamente.

EncuantoaGordonFindlay,nohacíacasoalgunoasusrecelos,supreocupación;dejóasuhijaalcuidado de Cempaka, que defendía su autoridad con uñas y dientes. Frente a ella Paul carecía deautoridad,afindecuentasnoeramásqueelyerno,elsegundoseñordelacasa,yencualquiercasotodoaquelloeracosademujeres.

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Paultorcióelgestoybebióotrotrago.Mientrasquesurelaciónconélvolvíaasercasi ladeantes,avecesinclusountantomáscordial,

Gordon Findlay seguía sin perdonar a Georgina. Padre e hija parecían dos extraños que vivían poraccidentebajoelmismotecho,ambosensimismadosytaciturnos,ambosigualdeintransigentes,sinquePaulconsiguieramediarentreellos.

Nunca le había preguntado a Georgina quién era el padre de su hijo, y tampoco lo quería saber.Singapureraunaciudadpequeña,elriesgodequeantesodespuéssecruzaraconelhombrequelahabíadejadoembarazada,yposiblementelogolpearahastahacerlepapillaelrostro,erademasiadogrande.

Y,detodasformas,tampocohabríacambiadonada.SabíaenloquesemetíacuandodecidióhablarasolasconGordonFindlay,yteníaloquequería.

Oyóungritoagudo,débil,cuyaangustiahizoqueunescalofríolerecorrieralaespalda.Apagó el puro con aire distraído y apuró lo que le quedaba de whisky; no podía seguir oyendo

aquello.Georginaseahogabaenunocéanorojosangrededolor.Undolorabrasador,agudo,queledevoraba

lasentrañas.Yelcuerpodelniñoqueledesgarrabaelbajovientreeranegroypesadoyamenazabaconromperlelapelvis.

Oleadas de dolor que iban y venían, abrasadoras y violentas; las contracciones mermaban susmúsculos,sinqueentandolorosocaminoavanzaseunpaso,porpequeñoquefuese.

LasvocesdeBethari, lamakbidan,deCempakayKartika,murmullosyarrullosqueoíadesde lamadrugada,seconvirtieronenunparloteoairadoenelquedeprontosedejóoírunavozmasculina.

–¡Acallartodoelmundo!¡Ysinrechistar!¡Soyelseñordelacasayesloquequiero!ElrepentinosilenciocoincidióconunmomentodecalmaquepermitióqueGeorginarespirarahondo,

aliviada; escuchar al otro lado de la ventana el murmullo de la lluvia, sentir su grato frescor en elacaloradorostro,hizoqueselesaltaranlaslágrimas.

–Georgina.Unamanofuerteleagarrólossudadosdedos,yellapusocaradedesconcierto.Unrostrodehombre

sin afeitar, blanco a pesar de estar tostado por el sol, la boca tensa y el blanco en torno al azul irisenrojecido.

–¿Paul?–dijo,arrastrandolapalabra,yunsollozolerecorrióelcuerpo–.Paul.–Estoyaquí–respondió–.Notedejarésola.Mequedarécontigo,¿quieres?Georginaqueríacabecear,peroenlugardehaceresoasintióyprorrumpióenunllantolastimero.–Nopasanada–latranquilizóél,lavozbroncaydesvalida,yleapretólamano.Unapretónqueelladevolviódébilmente.–Sinosobrevivo...–No digas disparates–la cortó bruscamente al mismo tiempo que se acomodaba entre ella y el

cabecerodelaca-ma–.Puesclaroquevasasobreviviraesto.Georginasetragóelrestodelaspalabras.LacabezaapoyadaenelanchopechodePaul,sumanoen

ladeél,cogióaireyunavezmásseprecipitócabezaabajoalrojomar.Lacamisase lepegabaa lapiel, tenía lospantaloneshúmedos,adheridosal traseroy losmuslos.

PaulBigelownuncasehabíasentidotansucio,tanagotado.Tanrevuelto.Las manos temblorosas, sin fuerzas, llenas de medias lunas rojas y arañazos sangrientos, en los

bolsillosdelpantalón,sehallabadelantedelacunasorprendidodequeelniñofueratanpequeño.YtangrandeparauncuerpocomoeldeGeorgina.

Varón, saltaba a la vista. Delgado y fuerte, y con las extremidades largas, con su vozarrónensordecedordespejabadesdeelprincipiocualquierdudadequiéneraelnuevoseñordelacasa.

Ahoraestaba tendidoapaciblemente,desnudoaexcepcióndeunafajade telablancaalrededordelvientrecillo, las manos eran diminutos puños con los que boxeaba en el aire. Tenía el rostro rojo y

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arrugado, y la zona alrededor de los apretados ojos, hinchada. Un rostro que todavía eraconmovedoramentepequeñoyalmismotiempoencerrabalasabiduríadetodaunaeternidad.

Lacabecitaconlaespesacabelleranegrasemovíaaunladoyaotro,conlacarnosabocatorcida;dabapatadasalairedemalagana.

Paulesbozóunasonrisa,queseextinguióenelacto.Conelceñofruncido,lecogióunpiealniñoyluego el otro. El pesaroso chascar de la lengua y el cuchicheo de la partera, la mirada que estaintercambióconCempaka,deprontocobraronsentido.

–Pobrecito–musitóél.Fue una conmoción sostener en sus manos a esa criatura que acababa de nacer. Su vitalidad

incontenible,losuavesydelicadasqueeranlasarrugadasplantasdelospies.La vivencia del parto del que acababa de ser testigo se le antojó abrumadora; una fuerza de la

naturalezaperturbadoraybrutalymerecedoradeunprofundorespeto,quecasihizoqueseavergonzaradeserhombre.Elolorasudoracreysangreespesa,dulzona,queaúnflotabaenelaireloaturdió,yelmiedocervaldenoestaralaalturadeloqueleesperabalodejósinaliento.

Saliódelahabitacióndandotraspiés,bajólaescaleraycorrióaqueledieraelaire.Lamasadensaygelatinosaqueeraelairedelluvia,queolíadeunmodosofocanteamoho,lerevolvíaelestómago.

Justodetrásde lospasosde laverandasepusoderodillas,salpicándosedebarro,yvomitóhastaechar bilis. Pugnó por respirar, jadeante, y dejó que la lluvia le diera en el rostro; para entonces yaestabacaladohastaloshuesos.

–Vengaconmigo,tuan.–EldesgarbadoAhTongsearrodillóasuladoylocogiódeloshombrosparaqueselevantara–.Póngaseacubierto.–Consuavidadydeterminación,locondujohastalaverandayloobligóasentarseenelúltimopeldaño–.Espereaquí,tuan.Ahoramismovuelvo.

Resollando y temblándole el cuerpo entero, Paul miraba a la nada, pasándose las manos por elbarbadorostroylamangaporlaresecaboca.

AlzólacabezacuandoAhTonglepusounatoallaenloshombrosantesdeagacharseasuladoenlospasosyofrecerleunatazadehumeanteté.

–Bebaconcuidado.Estámuycaliente.Elté,quesabíaahierbasyespecias,arrastróelmalsabordebocaqueteníayleaclarólasideas.–Gracias–dijoentresorboysorbo.AhTongselimitóaasentir.–Lasmujeresdeestacasa...–empezóalcabodeunrato,mirandoaltejadillo,delquegoteabaagua–.

Las mujeres de esta casa tienen algo extraño. Durante mucho tiempo uno cree que tiene delantemariposas.Tornasoladas,delicadasy frágiles.Y luego,unbuendía, cuandomenos lo sospecha, sedacuentadequeen realidadson tigresassalvajes.Capacesdeclavarleauno lasgarrasenelcuerposinpestañearyarrancarleelcorazón.

PaulpensóenGeorgina,amenudotancalladaquenoparecíadeltododeestemundo,peroquepodíaabrasarlo con el fuego azul de sus ojos.Que esemismo día, aullando y regañando los dientes, habíatraídoaunhijoalmundomientraslearañabalasmanosaPaulyleclavabadetalformalacabezaenelpechoqueprobablementetuvieraelesternónamoratado.

Georgina, que vivía con él bajo elmismo techo, dormía en lamisma cama y, sin embargo, se leantojaba tan lejana.A la que después de casimedio año dematrimonio apenas conocía, ymenos aúnentendía.

–Sí–añadió.–Uno puede cazar y disparar a un tigre. Capturarlo y encerrarlo en una jaula. Pero jamás podrá

domesticarlo. Tan solo podrá hacerse amigo de él con mucho cuidado. Debe dejar que sea libre eimpetuoso.Ydeesemodoaveceseltigreacudiráaunoporsupropiavoluntad,porqueinclusountigrenecesitacompañíayproteccióndecuandoencuando.

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–Yposiblementesoloquedeconfiarenqueeltigrenoselopiensemejorylohagatrizasauno,¿no?–Asíes.–AhTongsonriósatisfechoyPaulserio–.Unvarón–añadióAhTongconunaanchasonrisa,

mientrascogíaaPaulBigelowdeloshombrosylozarandeaba–.Unvarónsanoyfuerte,tuan.–Ya–contestóélmaquinalmente.Unasombracubriósurostro,yélbajólavistaalataza,casivacía–.

Ya.Unvarón.ElestridenteberridoheríalosoídosdeGeorginayresonabaconfuerzaensucabeza.–¡Bethari!–llamó–.¡Bethari!¡Elniño!Poruninstanteenlahabitaciónreinóelsilencio,perodespuéssereanudóelllanto.–¡Bethari!¡Cempaka!¡Kartika!Nadieacudíaaocuparsedelniñoodeella.–¡Bethari!–Georginasoltóungallo,ytambiénelllantodelniñosetornómásagudo–.¡Calla!¡Cállate

deunavez!Llorando,Georginahundióelrostroenelruloysetapólasorejasconlosextremosdelcojín.Aunque

los berridos se oían amortiguados, el pequeño no se tranquilizaba.Como si su cuerpo absorbiera lasvibraciones del aire, el bajo vientre de Georgina se contraía dolorosamente, los colmados pechospalpitandodemaneramolesta.

Tiróelcojínconfuriayselevantódelacama.Cadapasoquedabaeracomocaminarsobrecristales;sentíaelbajovientredesgarradoydolorido.AgradecíaqueBethari lahubieseenvueltodesdeel tallehastalasrodillasenunapretadosarong,unamedidacuyafinalidaderadevolversusórganosasusitiooriginalylaformaasucuerpo,aunqueenesemomento,sobretodo,leproporcionabasostén.

Acezante,seapoyóenelbordedelacuna.–¿Quéquieres?–lepreguntóalniño,queestabaenvueltoencoloridastelas.Poruninstanteelreciénnacidoenmudecióymiróasualrededorconaireinquisitivo.Despuéscogió

aireysepusodenuevoaberrear;teníaelrostrorojoyarrugadocomounaflordehibisco,ladesdentadabocaconlalenguarosáceacompletamenteabierta,rabioso.

–Tienehambre.Cempaka estaba en la puerta con el semblante severo, pe-ro con unamirada que podía pasar por

compasivaenlosojos.Georginaseenderezóyseapartólosmechonesdecabellodelrostro.–¿Porquénohabéisidoenbuscadeunama?Cempakachasqueólalenguaenseñaldedesaprobación.–Tieneslechemásquedesobraparaél.Nohayrazónparadesperdiciarla.Georginamiróaeseniñoquelehabíahechopasaruninfierno.Quelehabíaarruinadolavida.No

queríadarledecomer.Nisiquieraqueríatenerlocerca.Noqueríasermadre.Notóunaextrañasensaciónenelestómago,queseextendióy fuesubiendohaciaelpecho.Algoa

mediocaminoentreeldolorylaañoranza,quehizoquesederritiesecomolacera,goteaseporelbordedelacunaydespuésfluyera.

–No...nosécómosehace...–Miróasuayahmedrosa–.Ayúdame,Cempaka.Estaasintióyseñalólacama.–Siéntate,yotelollevo.Georgina,obediente,cruzólahabitacióncojeandoysedejócaerenlacama,gemebunda.Seirguióa

duraspenasysere-costó;parecíaunamujeranciana,decrépita.Vio, asombrada, el cariño conqueCempaka le retiraba las telas al pequeñomientras le susurraba

ternezas.NorecordabahabervistonuncaaCempakatanbenévola,susrasgosreflejandotantadicha.SusbrazosimitaronautomáticamentelaformaconlaqueCempakatraíaalniño,envueltoenpañalesy

con una camisita. Finalmente se lo cedió, antes de ayudarla con delicadeza a colocar debidamente al

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niño.–No,mira,tienesquehacerloasí.Sí,mejor.Asíestábien.Sí.Así.Georginasoltóungritito,sorprendidaconeldoloragudoqueleatravesóelpechoylellegóhastalos

dedosdelospies.Conlasoleadasdecalorquearrasaronlasprofundidadesdesuvientre.–Sepasará enseguida–musitóCempaka almismo tiempoque le ponía unamano en el hombro con

suavidad–.Dentrodenadatesentirásmejor.Yaloverás.Eldolorseaplacó,yGeorginarespiróhondo,aliviada.Exhalandounsuspiro,echólacabezaatrásy

cerrólosojos,disfrutandodelostironcillos,elhormigueo,elcosquilleoyelcalorquelerecorríanelcuerpo.

Cuandoabriólosojos,Cempakayanoestaba.–Gracias–musitóGeorginay,bajandolacabeza,miróalniñoqueteníaalpecho.Estabaconcentradoalmáximo,conlascejas,unapelusillasombreadaconunpincelfino,fruncidas.

Lospequeñosojoserangrises,casiplateados,comoelmarundíadetormenta.Georginaalzóunamanovacilanteyacaricióconcuidadoelnegrocabelloylamejilla,queeratansuavecomolospétalosdelaskembojas,ydesubocasalióunsonidodedicha.

Arrobada,tocólosdedosdelpequeñopuño,lasuñitasperfectas,nacaradas,ypasólamano,risueña,porlossurcosdelasarticulacionesdelaspiernas,porcadaunodelosdedos.

Miróconmásatención,abrióatemorizadaprimerounpuño,luegoelotro,deditoadedito.Observódenuevolosdedosdelospies,loscontóvariasveces,alcabolosfriccionócontodalafuerzaconlaqueseatrevió.

–No–musitóespantada–.No,porfavor,no.Enambospies,casihasta lapunta, losdedossegundoy tercerocrecíanunidos,conunamembrana

entreellos.Unamembrananatatoria.Comoladeunanutriaounafoca.Elselkiehabíadejadounahuellaensuhijo.Georginaprofirióungemidoprolongado,eldolorpalpitantequelehabíadejadoelpartoenelcuerpo

comounecodesucorazónroto.Laslágrimasrodarondesusojosycayeronsobresuhijo.Cempakaenterrólaoscuraplacentayelargénteocordónumbilical,esehermanoespiritualdelrecién

nacido,eneljardín,bajounmangostánjovenqueplantóexprofesoAhTong.Comoeracostumbreallí,paraqueelalmadelniñopudieraecharraícesenlatierrarojadeSingapur.

MientraserabautizadoenSanAndrésyrecibíaelorgullosonombredesusantepasadosescoceses,poreldañadotejadodelaiglesiasecolóunalluviatormentosaquecayósobrelafrentedelpequeño.

Sinembargo,DuncanStuartBigelow,elhijodelselkie,engendradocuandosoplabaelvientodelsur,nacidoconelvientodeloeste,recibiósuprimerbautismoconlaslágrimasdesumadre.

Saladascomoelmardelquellegósupadre.

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IIEntretigres1854-1861

Tigre,tigre,queteenciendesenluzporlosbosquesdelanoche¿quémanoinmortal,quéojo

pudoideartuterriblesimetría?WILLIAMBLAKE

Dostigresnopuedenhabitarunamismamontaña.PROVERBIOCANTONÉS

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10Viswanathan se jactabade susconocimientos sobreeloroy laspiedraspreciosas.Ynomenos se

jactabadesuinstintoparalosnegociosydesumemoria,alaqueencomendabanosololargascolumnasdenúmeros,sinotambiéncadadetalle,pornimioquefuese.Ydesuolfatoparalaspersonas.

Sinembargo,noentendíalomásmínimoalhombrequeteníasentadofrenteaélalamesa.Seguíasinentenderlo,aunqueaesasalturasyahabíanhechobastantesnegocios.Buenosnegocios.

Mientrasantelasventanascaíalalluviamonzónica,Viswanathansorbíaruidosamentedelplatilloeltéquebebíanjuntosdespuésdecerrarcadaunodeesosnegociosyobservabacondisimuloalhombrequeteníadelante,quelotomabadelataza.

Eraprecisomirarconatenciónparaverquesusencillacamisablancaylospantalonesclaroserandeun tejido exquisito y cuidada factura. También las empuñaduras de la daga y del arma de fuego quellevabaalcintohabíansidocinceladasprimorosamente.Peseaquesiempreibaacompañadodetresocuatro hombres armados que se encargaban demeter las arcas en casa y después esperaban a que suseñorpartieradenuevotomandotéymascandobetelalasombradelaveranda.

Eranmalayos,probablementecomoélmismo;habíaalgunascosasenélque,porloqueViswanathansabíadelosmalayosalosquehabíaconocidohastalafecha,erandistintas,comosuparticularformadehablar.

Siempreentrabaenlacasaconlacabezabienalta,segurodesímismo,casiarrogante,aunquenuncatratabacondesdénaViswanathan.Suconversaciónselimitabaaloestrictamentenecesario;serio,sinserdescortés, no se reíanuncaymuy raravez sonreía.Ynadamás cruzar el umbral era como si llevaseconsigoelairesaladodelmar.

Resultabadifícilcalcularlaedadquetendría.Suaspectoeraeldeunhombrequehabíavistomuchoyvividomucho,quehabíaprosperado.Esbeltoyespigado,semovíaconlaenergíaylaagilidaddelajuventud.Yaunquesurostroaúnerajoven,yamostrabalíneasdedecepciónyamargura,queaprimeravista le sumaban algunos años. Era un rostro duro, con la línea delmentón y los pómulosmarcados.Tambiénsusojosreflejabandureza;unosojosnegroscomolanoche,aligualquesucabelloondulado,corto. Un hombre al que sin duda las mujeres encontraban bien parecido y atractivo. Sumamenteatractivo,incluso,yViswanathanreprimióunsuspiro.

Muchoslollamaban«elhombresombra»,porqueerapocoloquesesabíadeél,apartedequeeraricoy teníaunagrancasa.EnSerangoonRoad,másalláde lospastosy los tejares, loscamposy lasgranjas,lospantanosylosbosques.Enalgúnlugaraorillasdelrío,pordebajodelascasasdelosculisysus chiqueros y las aldeas malayas y oculta tras altos árboles. Algunos contaban que los tigres quevagabanpor lazonanuncaseatrevíanaacercarseaesacasa,pues temíanelpoderdesupropietario;Viswanathan,noobstante,creíaqueesaseransupersticionesdealmassimplonas.

Erainaccesibleyhuidizo,decuandoencuandodesaparecíasindejarrastroabordodesumanejablebarcopararegresardeBorneoconoroyavecesconunpuñadodediamantesqueincrementabanmásaúnsu riqueza. Con perlas, nácar y corales del mar. Con un luminoso ámbar color miel de Kalimantan,todavíamásdetardeentardeconámbardeSumatra,queeradoradosisecontemplabaaltrasluz,peroverde oliva cuando le daba la luz, y por el que Viswanathan obtenía elevados precios. Y en dosocasionesllevóalgotanpococomún,tanvalioso,queinclusouncomerciantecomoViswanathan,queyacreíahaberlovistotodo,sequedósinhabla:unámbarazul,comolapislázulifundido.Unagotacongeladasurgidadelasprofundidadesdelocéano.

ParaViswanathaneraunraqueroquevagabasinrumboporlosmaresysencillamenteibarecogiendoporelcaminoloqueencontrabaenlaarena.

Esehombre al queViswanathan conocía comoRaharjo, unnombreque era comoun talismán, queprometíariquezas.

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«Marionetista»,lollamabanotros,porquehacíatiempoquenosedejabaverentodaspartes,sinoquemanejaba los hilos en segundo plano, a veces sirviéndose de una larga cadena ramificada deintermediarios.Ynopocosestabanconvencidosdequemásdeunhilopasabaporsusdedoscuandounjuncochino,unbuquemercanteeuropeo,unavezmáscaíaenmanosdelospiratas,quepesealempeñodelosbritánicosseguíanhaciendodelassuyasenlosmaresdeSingapur,malayos,bugis,perocadavezmástambiénchinos.

Allídondehaymarhaypiratas,sedecíaenSingapur.Enelotroextremodelahabitaciónseabrióunapuertasinhacerruido.Suesposaasomólacabeza;

ensurostroredondocomolaluna,porlocomúndulce,habíaciertaexpresióndeenojo.Lehizoungestoquerevelabasuimpaciencia.

Viswanathanreprimióunsegundosuspiroyesbozóunasonrisacautivadora.–Séquesoisunhombremuyocupado...peroquizápodáisquedarosacomer.Paramiesposaypara

míseríaunhonorquefueseisnuestroinvitado.Noera sudeseoprolongarunavisita asímás alládel obligatorio apretóndemanos al concluir el

negocio y la taza de té o café subsiguiente. No tenía ningún interés en estrechar los lazos con loscomerciantes,enforjarrelacionespersonalesoinclusoamistosas.Sumercancíayelprecioquerecibíaporellaeranloúnicoquecontabaparaél;sialguiensoloselaqueríacomprarsiélloadulaba,preferíaofrecerlaenotraparte.

Contodo,RaharjoaceptólainvitacióndeViswanathan.Quizáporqueconsideróoportunocelebraralmenosunaúnicavezesarelacióncomercialmásquelucrativaparaambos;peroquizátambiénporqueseolíaqueelcomercianteteníaalgoenmentequeibamásalládecomprarperlasycorales,yellodespertósucuriosidad.

Dichasuposiciónseviocorroboradaporlainfinidaddeplatosquehabíaenlamesa,asícomoporelhecho de que Sujata, la esposa de Viswanathan, a la que él no había visto a menudo, lo saludararespetuosamenteyledetallaratodosycadaunodelosplatos.

Arrozconescalonias,ajo,anacardosyuvaspasas,aderezadoconcanela,cilantroycomino.Arrozcon cúrcuma, arroz solo. Ikanpindang, pollo con leche de cocoy jugode tamarindo, picante por lasguindillasy refrescantepor lahierba limón.Distintos tiposdepescado,gambas,bogavante.Coloridoschutneysysambalesycurries.Frutascomoelmango,lanangka,lapapayaoelmangostán.

Unfestíndignodeunsultán.–Servíos,servíos.–Viswanathanseñalólashumeantesfuentesconprofusióndegestos–.Unapequeña

seleccióndenuestracocina,enlaqueseconjuganlaantiguaylanuevapatria.Ademásdelospresosydelapequeñaguarnicióndecipayos,enSingapurvivíanmuchosindios:los

orang kling, cuyo nombre se debía al reino de Kalinga, que en tiempos pasados tenían relacionescomercialesconlapenínsulamalayaylasislasdeNusantara.

Paraentoncesyadebíandesermiles,lamayoríaprocedentedelsudoeste,perotambiéndeCeilánydelaprovinciadeSindh,deGujaratyKerala;hindúes,musulmanes,unpuñadodecristianos.Empleadosyescribientesenlosdespachosdelosgodownsydelaadministración,trabajadoresenlostejaresyenlos campos, criadores de ganado y pastores, labriegos y trabajadores, y los intocables, que seentremezclabanconloschinosdeculís.Muchosabrierontiendecitasoprobaronsuerteenelcomercio,yalgunos,comoViswanathan,seenriquecieronconél.

Resultabanespecialmentellamativosloschettiars,unacastadecomerciantesdelsurdelaIndia,consusmarcadosrasgosfacialesysupieloscura,quecontrastabapoderosamenteconloscoloresclarosdelsarongyelpañuelo,ademásdelashabitualeslíneasblancaspintadasenelrostro,losbrazosyelpecho.Allí tenían sus estrechos establecimientos comerciales enKling Street, en los que prestaban dinero apequeñoscomerciantes,trabajadores,vendedoresambulantesypropietariosdeplantacionesyvivíanmuybiendeello,ytambiénenMarketStreet,cercadelmercadodeTelokAyer,elvibrantecorazóndelbarrio

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chino.–Mevineaquí,aSingapur,cuandoeraunhombremuy joven.DesdeCuddalore.CruzandoMalaca,

dondevivenparientesmíos.¿Vossoisdeaquí?¿Deestaregión?Raharjoasintió.–Ya.–Viswanathanesbozóunasonrisaancha,ysucuidadabarba,entreveradadegrisymediooculta

bajolaprominentenariz,semovióalegremente–.Comomiesposa.EsdeJohor.RaharjomiróaSujata,quesehabíaretiradoaunrincóndelaestancia,lafrenteconelpuntorojo,que

indicabaqueeraunamujercasada,conlamiradabajaenseñaldesumisión,lasmanosentrelazadasenelregazodesusaridecolorpúrpura.

–¿Soismusulmánocristiano?–Nilounonilootro.UnarespuestaquepareciósatisfaceraViswanathan;almenosnopreguntómás.Lapuertaseabrióconsuavidadysecerró,yaRaharjolellegóunolordelicado,comoarosas.–¿Deseáistomarunatazadeté,tuan?–preguntóasuladounavozdemujerdulce,jovenytemblorosa.Raharjoasintió.–Mihija,Leelavati.Por lo general no le interesaba quién le servía el té en esa casa, la mayoría de las veces solía

ocuparsedeelloalgúnmuchachitoflaco;élnisiquierasabíasisiempreeraelmismo.PeroelcomentariodeViswanathanhizoquealzaralavista.

Lamuchachalesirvióeltéconlacabezabajaymanoinsegura,laspulserasdeoroquelucíaenlosfuertes brazos tintinearonmientras un chorro vacilante llenaba de té la taza. El sari, del color de losalbaricoquesmaduros,hacíaquesupiel,colorcafé,comoladesupadre,pareciesemásoscuraaún,yaunque el escote delcholi era recatado, la ceñida blusa permitía distinguir redondeces femeninas. Surostro se asemejaba al de lamadre: redondoyplano como la luna, conunaboca carnosa, demasiadogrande,deunvivotonopaloderosa.Lasaletasdelaanchanariztemblaroncuandolamuchachahizounareverencia,derramandoalgunasgotasdelíquido.Actoseguidoseacomodójuntoasumadreconlateteraenlamano.

–¿Vostambiéntenéishijos?Raharjonegóconlacabeza.–Entalcasoseguroquelosdiosesosbendeciránconellosavuestraesposayavos.–Noestoycasado.«Yano.»–Ah.La radiante sonrisa deViswanathan iluminó la pequeña habitación con las paredes encaladas y el

pesado,oscuromobiliario.Elhombrehizounaseñalaambasmujeres,quesealejaronsilenciosamente,conelfrufrúdelossaris,ycerraronlapuertaalsalir.

–Sipermitísqueunancianocomoyoosdéunconsejo...Noesperéisdemasiadoparacasaros.Nocomo yo.Cuando aún era joven, dediqué todami atención ymi energía al negocio. Primerome faltótiempoparabuscaresposa,ydespuéspasémucho tiemposinencontraruna.Cuandopor findiconmiSujata,yanoéramosprecisamentejóvenes.Tuvimosqueesperarmucholallegadadeunhijo,yalcabosolonosfueconcedidaunahija.Ahorasoyviejoymepreocupaquiénseharácargodelnegociocuandoyofalte.Sinlugaradudas,preferiríadejarloenmanosdeunyernocapazounnietoynotenerqueiralaIndiaenbuscadeunsobrinoodelhijodeunprimo.

Raharjo lo escuchaba en silencio, barruntando ya el curso que iba a tomar el discurso deViswanathan.

–AhoraLeelavatitienediecisieteaños.Hacetiempoqueestáenedadnúbil.Oh,noesquelefaltenpretendientes;yahabéisvistoqueesunamuchachaencantadora.Perodeboprocederconcautelaen lo

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tocanteamifuturoyerno.Hedetomarenconsideraciónmuchascosas.Entreellas,claroestá,eldinero.–Bajólavozhastaconvertirlaenunsusurroelocuente–.Enjuegohaymuchodinero.

AsumiradaexpectanteRaharjorespondióconuninvitadorenarcardecejas.–Leelavati está bien educada. Ha crecido protegida y retirada, como debe ser.–El semblante de

Viswanathan se ensombreció–. Sin embargo, quiero ser franco con vos:me temo que hemosmimadodemasiadoanuestraúnicahija.Probablementehayamossidodemasiadoindulgentes,cuandolociertoesquenolehabríaidomalunamanodura.–CaptólamiradaquelelanzóRaharjoylerestóimportanciaalodichomoviendolasmanos–.¡Noesloqueposiblementeestéispensando!Esunamuchachavirtuosa,dereputaciónyconductaintachables.Soloquedevezencuandosemuestrauntanto...caprichosa.–Serascódetrás deunade las orejas, de soplillo–.Y el caso es que se le hametido en la cabezaque seáis suesposo.

Raharjoclavólavistaenél,desconcertado.–Probablemente os haya visto desde aquí arriba, por las ventanas, en vuestras idas y venidas.–

Viswanathanlomiróporencimadesugrannariz,avergonzado–.Desdeentoncesnosimportunaconsusruegos,nosdicequenoquiereaotrosalvoavos.–Elhombresuspiró–.Nosémuchodevos,peroséquesiemprehabéissidojustoconmigoenlosnegocios.Quesoisunbuencomerciante.Yvuestrareputaciónesintachable.¿Podríadesearaunesposomejorparamihija?¿Máximecuandoenelloestáenjuegosucorazón?Leelavatiseráunamadecasacapazyjuiciosaparavos.Osdarámuchoshijos.Yaportaráalmatrimoniounagenerosadote.–Conlosojosbrillantesdeuncomercianteastutoquecreequecerraráunnegocioespecialmentelucrativo,añadióconcelo–:¿Quédecís?

Raharjonodijonada.Noeralaprimeraproposicióndeesetipoquerecibía,perosí,conmucho,lamejor:Viswanathanera

no solo un hombre acaudalado, sino también un ciudadano que gozaba de respeto en la ciudad. TanarraigadocomosepodíaestarenSingapur,conunaredderelacionesmuyramificada.

FueacomertresvecesmásaKlingStreet,yencadaunadeellasSujatayLeelavatisesentaronalamesa,sintomarpartedelfestín;ensilencio,conlamiradabajaylasmejillasencendidas,lamuchachamostrabaensuslabiosunasonrisadedichaapenasdisimulada.Locuazycuriosa, lamadresobretodoparecióaliviadaalsaberqueenlacasadeSerangoonRoadnohabríaningunasuegraesperandoasuhija.

Raharjo ya no acudíamucho al ríoKallang.Nodesdeque su hermanapequeña se había casado einstaladoenalgúnlugardelaisla,comocasitodoslosoranglautdesupueblo,quepocoapocoibansiendo absorbidos por la vida sedentaria de losmalayos, como el agua en un ladrillo sin vidriar.Nodesdequesupadrehabíafallecido,hacíaunaño,apaciblemente,abordodesubarca,cosaqueapenasafectóaRaharjo.Yaprácticamentenadaleafectaba.

Le desagradaban las preguntas de sumadre, su hermanomenor y la esposa de este: cuándo iba aacudirconsuesposa,sinoesperabanporfinunhijo.Leavergonzabatenerqueadmitirlomuchoquesehabíaequivocado.

NoqueríahablardeNilam,quesehabíaburladodeélcomodelpezalquesehacíacreerqueunasplumas eran unmosquito para atraparlo.Ni deGeorgina, la bellamujer blanca que lo traicionó y learrancóelcorazónasangrefría.Leheríaelorgulloquenotomaraneldineroquelesqueríadarporque,aligualqueantes,seguíanviviendodelcomerciodetrueque;ibaencontradelhonordelosorang lautaceptarundineroporelquenolepodíandarnadaacambio.Soloahoratantosañosdespués,empezabaadarse cuenta de que había perdido sus raíces al tomar un rumbo distinto del que habían seguido sushermanosyhermanas.

Yaibasiendohoradequefundarasupropiafamilia.Llegaron a un acuerdo cuando finalmente Viswanathan aumentó un tanto más la dote y Raharjo,

encogiéndosedehombros,accedióaqueLeelavatipudierapracticarlibrementesucredoyeducarasushijosenelhinduismo,yamboshombressellaronelcompromisoconunresueltoapretóndemanos.

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Seconsultóaunastrólogoparaqueelaboraselacartaastraldelaparejayescogieraundíafavorablepara celebrar el enlace. En el caso de Raharjo fue sencillamente imposible, dado que ni sabíaexactamenteenquéañohabíanacidonimenosaúnelmesyeldía,lahorapordescontado.Soloconocíala época del año y el lugar: cuando soplaba el viento del norte, en una barca al este de la costa deSingapur.

El astrólogo lanzó un suspiro y blasfemó, contó y calculó, y al cabo, a cambio demucho,muchodinero,presentóunhoróscopo repletodearmoníaconyugal,dichayunanumerosaprole.Para labodarecomendóundíaespecialmentepropicio:cuandosoplaraelvientodeleste,enelmesdepankunidelcalendariotamil,abril.

Lanocheeraserena.Soloseoíaelviento,quesecolabaporlashojasdelosaltosárbolesquehabíadejadoenpie,los

plantonesquehabíamandadotrasplantarenelaúnjovenjardín.Aellosacababandeunirsetresmás:unahiguera,unbanianoyunnim,porlasdiosasShiva,VisnúyShakti.

Al otro lado del jardín se oía el suave murmullo del río, que corría alegremente a lo largo delembarcaderodepiedraymaderaquehabíahechoconstruirparasubarca.Enloshúmedoscamposseoíael croar sofocado de las ranas toro, y sobre su cabeza, en elmaderamen de la veranda, chirriaba ungecko.

Habíaerigidounacasagrande,casitangrandecomoIstana,elpalaciodelsultándeJohor.Lashabitacionesde las dosplantas eran amplias, de techos altosydeunblanco cegador, con los

suelos, las vigas y las escaleras demadera oscura, abrillantada, elmobiliario sencillo y parco, casiescaso. Una casa inundada de una luz ingrávida, teñida suavemente del verde de los árboles y losarbustos,quetitilabaconlosrayosdelsolquerielabanenelagua.Unacasaporlaquecorríaelaire,sedejabansentirelhálitodelrío,elatisbodelcercanomar.Elaleteoyelcantodelasaves,elchisporroteodelasirisadaslibélulas.

LlamóasucasaKulitKerang.Comosubarco:Caracola.Esanochereinabaunsilenciodelicioso,gratotraseltrajíndelosúltimoscuatrodías.La boda había sido una fiesta por todo lo alto, en la casa de la novia, adornada con profusión y

provistadeunpandal,unbaldaquinodesedayornamentosflorales,enlacaraquedabaalacalleKling.ViswanathaninvitóamedioSingapur,almenosalapoblaciónindia,yanumerososchinos.LosinvitadosdeRaharjo,unpuñadodesusmejoreshombres,oranglautcomoél,estabancompletamenteperdidosenmediodelaruidosa,festivaytambaleantemultitud.

Cuatrodíasque,desdetempranoyhastatarde,estuvieronrepletosderitualesygestossolemnes,yenlanochedelcuartodíallegaronasuapogeoconunagranceremonia.Despuésdeabluciones,ofrendaseinvocaciones a los dioses, el novio y la novia se obsequiaron mutuamente con magníficas ropas, yRaharjotomóasuesposadelregazodesupadre.Sepusieronunoaotroguirnaldasdefloresenelcuello,juntosrodearonsieteveceselfuegosagradoy,mástarde,formandounasolemnecomitiva,recorrieronlaciudadenuncarruajeabierto,engalanadoconflores,desdeKlingStreethasta lacasa,cruzandoel ríoSingapur.

ARaharjolacabezaledabavueltasdeoír losmonótonoscantosyoracionesenunalenguaquenoentendía,unamúsicaestridente,ruidosa,quelehacíadañoenlosoídos.Detodaslasvoces,lasrisotadasylaspalmasyelruidoquehacíantantaspersonasentanpocoespacio.Delbrilloylosdestellosdeloroylaspiedraspreciosastalladas,losluminososrojosyamarillosyblancos.Losrecargadosestampadospordoquier,quelomareaban.

Leprovocaronmalestar el inciensoyelolor a flores, los intensosaromasaazafránycúrcuma, latranspiración de numerosos cuerpos y el panaham, agua con azúcar de caña, cardamomo y pimientanegra,quebebieronjuntoslosnovios.

Ansiaba la tranquilidaddelmar abierto.Elmurmullode lasolasydelviento,queeraunocon su

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corazón,consurespiración.Elairelímpido,frescodecubiertaylavastedadinfinita,solitaria.Noseratormentadoporelrecuerdodeotraboda.Una boda celebrada bajo el viento, en una barca entre el frío mar y el cielo abierto. Sangre y

humedadyescamasdepescadoenlasmanosylapielsuaveydoradadeunamujerqueprometióqueloesperaríasiempre.

Leelavatiloestabaesperando.Enlahabitacióndelaplantasuperior,enlaqueapartirdeeseinstanteyaceríanjuntoscomomaridoymujer.

Estabasentadaenelbordedelamplio lechoconyugal,elbrillantecabellonegroextendidopor loshombros.Sumano,adornadacondibujosdehenna,aligualquelospies,fuedirectaalescotedelsaltodecamadesedarojay locerró,y laspulseras rojasyplateadasque lecubrían losbrazoscasihasta loscodos,comosifueranpartedeunaarmadura,tintinearonconfuerza.Peseaellolamuchachasonreía,ylamiradadesusoscurosojoseraradiante.

–Hoyeseldíamásfelizdemivida–aseguró.Nohabíanhabladomuchodurante las semanasque siguierona los esponsales, pocomásqueunas

frases.–¿Teparecebienquepongaatuservicioaunamujeroprefierestraerteaalguiendetucasa?–Sí,mepareceríamuybien,muchasgracias.¿Teimportaríaqueinstalaraunaltarenunrincóndela

casa?Serámuypequeño,quizánisiquieratedescuentadequeestá.–Comoquieras.Raharjodeseóquedejarademirarlocomoloestabahaciendo.Comosifueseunpríncipequehubiese

descendidodeunanubeparasalvaraladoncelladelasgarrasdeunmonstruo.Elsueñodeunamuchachaconvertidoenrealidad.Y,sinembargo,despertóenéllasganasdeposeersuvirginalcuerpo.

Lediolaespaldaysesacóporlacabezalalargacamisabordada.–¿Quieres...quieresquemedesvista?–oyódecirtrasél–.¿Ymetiendaenlacama?Raharjonotóquerompíaasudar.Semejantenochedebodaseraalgomuydistintodedarriendasuelta

asudeseoenunaislacualquiera.Conunamuchacha,unamujer,alaquenoconocíaynuncaconocería.De la que estaba lejos incluso cuando se perdía físicamente en ella, durante los instantes escasos,demasiadobrevesdeléxtasisdelplacer.Deunolvidoque,aunquesuponíaciertoalivio,nobastabaparasanar.

Alolargodelosúltimoscuatroañoshabíahabidomuchasmujeres.–Comoquieras.Unlatidosordolesubióporlanuca,hacialacabeza.Oyóun frufrúysevolvió.Agarrándoseel saltodecamacon lasdosmanos, lamuchachasehabía

tendido en el lecho y le sonreía, en sus ojos había excitación y miedo, pero sobre todo un deseoexpectante.

–¿Quieresqueapaguelaluz?–preguntóél,subiéndosealacama.–Comoprefieras.Raharjovaciló,ylaimagendeladivinidadqueocupabalamesitajuntoalacamaacabódecidiendo

porél.Sujatalahabíallevadoacasaesamismatarde,antesdedespedirsedesuhijasumidaenunmardelágrimas.Unduendefeoconlapieldecolorazulyunaexpresiónufanaenelrostro.

Laluzseapagóylanocheinundólaestancia.Élsequitólospantalones,leabrióelsaltodecamayseinclinósobreella.Elaromadelasfloresde

jazmín esparcidas por el lecho se entremezclaba con el de su cabello, a aceite de rosas ymadera desándalo.Coneldenso,especiadoolordesupiel,comoatierraremovidayhúmeda,ellatidoquesentíaenlacabezaseintensificó.

Su boca rozó la de ella un instante; a Raharjo no le gustó la docilidad con la que sus labios seabrieronbajolossuyos.Notósuspechosturgentesyhenchidosensusmanos;el talle,fino;elpequeño

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vientre,terso;lasredondascaderassederramabanenunvellosuavebajoelquelatíaunapasiónserena.La muchacha temblaba, respiraba pesadamente, le acariciaba con torpeza un hombro mientras

musitabaalgoquesonabaseductor.Algosedesgarróenél.Un rayo rojoqueseencendió tras susojos,unhambrequese tornódeseo

sensual.Lecogiólamanoconrudezaylaapretócontralasábana,leabriólaspiernasylapenetró.Disfrutóal

sentircómoserompíaelhimen,cómosetensabalamuchachaygritaba,disfrutódelafricción,delroce.Se embriagó con su propia violencia, y soltó un bramido cuando descargó su éxtasis en una vivaexplosión.

Sedejócaerenelotroladodelacama,jadeante.Losojoslehacíanchiribitas,sentíaunmartilleodolorosoenlacabeza,ysolounsueñonegro,plúmbeo,leproporcionóalivio.

Leelavati,inmóvil,escrutabalaoscuridad,irritadaydoloridaentrelaspiernas,pegajosadesemenysangre.Sussueñosaplastadoscomolasfloresqueteníadebajo,sucorazónpisoteado.Hastaquereuniólafuerzanecesariaparadarselavueltayllorarensilenciocontrasualmohada.

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11Elpalanquinfrenóensecoenlatechadaentrada.PaulBigelowsebajódeunsalto,pagóalsyce,coneloscuroyarrugadorostrocrispadoybañadoen

sudor, y subió la escaleradeprisa, dandograndes zancadas.Tras él el caballo salió al trote, el cochealquiladoenvueltoenunanubedepolvorojo.

–Bienvenidoacasa,tuanBigelow.BoyOnenodejó traslucir lomuchoquedebióde sorprenderlo su tempranoe inesperado regreso;

quizásestuviesealtantoya,algunasnuevassepropagabanmásdeprisaqueelpolendelasfloresenelaire.

ElsemblantedelcriadotampocoseinmutócuandoPaulleentregóelfusil.–Llévaloaldespachoydéjaloenlacómoda,detrásdelapuerta.–Sí,tuan.–QueJatiengancheelcaballo,vayaalgodownyespereallíatuanFindlay,tardeloquetarde.Ydile

quetengacuidado,laciudadesuninfierno.–Muybien,tuan.Paulseobligóacaminardespacioysinhacerruidocuandoatravesóelrecibidor;noqueríaprivarse

delplacerquesentía.Nisiquieraenundíacomoese.Sedetuvoenlaentradadelaveranda,seapoyóenelmarcodelapuertaconlosbrazoscruzadosy

echóunvistazofuera.Asurostroasomóunasonrisa.Esoeralomejordecadadía:volveracasa.Legustabasutrabajo,ocuparsedegéneros,listasynúmeros;eraadictoalcosquilleoqueleproducía

la carrera por conseguir los mejores artículos, el mejor precio. A la tensión hormigueante que segenerabadurantelasnegociacionesyelsubsiguientetriunfo,yalapresióndellevarabuentérminoloantesposible, lomás seguidoposible, lacompra, laventa, el transporte.Sinembargo,nadadeeso leimportabalomásmínimoencomparaciónconlasensacióndedichaabsolutaqueleesperabaallícadadía,encuantovolvíaacasa.

Estabaorgullosodeserunodelospocoshombresdelaciudadqueteníaesposa,ynadamenosqueunaesposacomoGeorgina;disfrutabadelasmiradasdeenvidia,deadmiración,cuandolallevabadelbrazo,bienpeinada,bienvestida.Aunacena,averunaobradeteatroalossalonesAssemblyRooms,alospiesdeGovernmentHillocomonohacíamucho,enfebrero,albailequedioelgobernadorenunodeesossalonesparafestejarlafundacióndelaciudad,hacíatreintaycincoaños.AlascarrerasdecaballosdelhipódromoquehabíaalotroladodeSerangoonRoad,conunbonitosombreroenelrecogidocabello,alconciertoalairelibreenlaEsplanadeyalaregataanualeldíadeAñoNuevo.Osencillamentelosdomingosamisa,quedespuésdequelaiglesiadeSanAndrés,queamenazabacondesplomarse,fuesederribada,secelebrabaenlaantiguacapilladelamisión,enBrasBasahRoad,oenelasimismoviejoydeterioradopalaciodejusticia,quesealzabaentreHighStreetylaorilladelríoSingapur.

Sinembargo,comomáslegustabaverlaeraasí:conunsarongyunakebaya.Descalza,conlasplantasdelospiesllenasdepolvoylaspiernasextendidas,elcabellorecogidoen

unatrenzahechasinponerespecialcuidado,asusveintidósañosGeorginaaúnparecíaunajovencita,nolamadre de los dos hijos que estaban sentados con ella y conCempaka en el piso demadera de laveranda.Absortos en uno de los juegos con los queGeorgina ocupaba los días de los pequeños, conhistoriasymundosdefantasíaquepermitíanintuiraPaulcómohabíasidolainfanciadeGeorginaallí,enL’Espoir.

Duncan,lacabelleramásoscura,casinegra,inclinadosobrelacasaqueestabaconstruyendo,levantólacabezayseñalóconungestoinvitadorunrincóndelatapiadelacasa.MedioinstaladoenelregazodeCempaka y guiado por sumano, el pequeñoDavid colocó en ese lugar el cubo demadera que antes

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agitabaenlamanoconimpaciencia.Conlalenguafuera,contraellabiosuperior,susdedosseabrieron.Cuandocomprendióqueelcubosequedaríadondelohabíapuesto,chillóyaplaudió.Conunasonrisadefelicidadenlacara,cogióelsiguientecuboquelediosuhermano.

LasonrisadePaulseensanchóalvercómohablabaGeorginaconsushijosyse le iluminabanlosojos.

Siesqueeraposible,conelnacimientodeDavid,hacíaalgomásdeunaño,Georginaleparecíaaúnmásbella.Yaduranteelembarazo,queleresultómuchomásllevaderoqueelanterior,Georginaestabaradiante,habríapodidopasarsedíasenterosconellaen lacama.Losbrazosrodeandosucuerpocadavezmás abultado, sintiendo los movimientos del niño. Hundir el rostro en el cabello de Georgina yaspirarelolordesupiel,esearomaalahierbaásperadeljardínyalairepocoantesdeunatormentanocturna.

Decuandoencuandose sentíaculpablede satisfacer sudeseosiempreque leapetecía,aunquesedabaperfectacuentadequeaellaletraíasincuidado.Culpableaunasabiendasdequeteníaperfectoderechoaello,siendocomoerasuesposo.Seesforzabaportratarlacontiento,dejarlesutiempo,quizásinclusoencontraralgoquepudieragustarle.

Yentretantoacallabasumalaconcienciacomprando juguetesextravagantesycarospara losniños.Una joya paraGeorgina, un sombrero nuevo. Regalos con los que parecía alegrarse sinceramente, enparticularcon los librosqueencargabaparaellaycon losdulcespegajososque le llevabadelbarriochino.

Sin embargo, con la cacatúa enjaulada cometió un error, y al final no le quedómás remedio quepedirleaJatiquelosllevaraalinteriordelaislaparaliberaralave.Sinembargo,losojosbrillantesconlosqueGeorginasiguióalacacatúacuandosealejóvolando,suformadeecharlelosbrazosalcuelloybesarloenlamejillamientrasledabalasgraciasenunsusurrovalieroncadaunodelospeniquesquelecostó.

EnelcalordeSingapurGeorginaeracomounarefrescantebrisamarinaquelepermitíarespirar.Queledabacalma.

La sonrisa se le borró.Se resistía a poner fin a ese idilio, quería prolongar esemomento todo loposible;desdehacíaunpardehorasentendíaporquéensudíaGordonFindlaydesarraigóasupequeñahijaylaenvióalextranjero.

Georgina,quecontemplabaeljardín,miróhacialaverandayfinalmentelodescubrióenelrincónalquesehabíaretirado.

Unleveruborseextendióporsusmejillas,yactoseguidolesonrió.–Hola.Losdosniñoslevantaronlacabeza.–¡Papá!Davidsepusoaagitarlosbrazos,yelcubodemaderasaliódespedido,describiendoungranarco.

Cempakaloayudóa levantarse; losojazosazulesbrillantesdeemociónydicha,fuedirectoconpasosrápidos,aúnuntantovacilantes,haciasupadre,quesepusoderodillasyrecibióasuhijoconlosbrazosabiertos.

–Hola,hijito–musitóenelsedosocabellorubiodelniño,unavezmásconmovidoconesapersonitaquesiempreestabaalegreylocolmabadeamor.

Consuhijoenbrazos,salióalaveranda,sesentóalladodeGeorginaylabesóenlamejilla.–Hola,mihermosahada.MiróaDuncan,pegadoasumadreconelceñofruncido,supieldelmismotonodoradoclaroque

ella,surostroderasgosmarcados,unaaudazvariacióndelosdeGeorgina.–¿Esquemiprimogénitonomevaadecirhola?LafrentedeDuncansedistendióyelpequeñoseacercóaél,mostrandounasonrisaapenasvisibleen

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lacarnosaboca.APaullecostabalidiarconelniño,auncuandoavecesolvidabaquehabíasidoengendradoporotro

hombre.QuizáporqueDuncanerasumamentetímido,mesurado,lentoincluso,yhablabapoco.DurantemuchotiempoPaulestuvoconvencidodequeeraretrasado,perono.Alcontrario:Duncanno

parabadesorprenderlocontodoloquesabíayentendía,yconlasinteligentespreguntasqueplanteabadesopetón,antesdesumirsedenuevoenelsilencio.Conesatranquilidadatenta,profunda,queaPaulseleantojabaextraña,casiinquietanteenunniñotanpequeño.

Talveztuviesealgoqueverenelloqueelsemblanteserio,pocoinfantil,deDuncanraravezpermitíaintuirloquelepasaba;susojoserandeungrisdesconcertante,unasvecescomoelmercurio,otrascomoelgranito.Elniñodecuandoencuandoreaccionabademaneracolérica,conaccesosderabia,yPaul,desvalido, se veía obligado a ver que nadie salvo Georgina lograba tranquilizarlo: acariciándolo,mirándoloalosojosyhablándoleenvozbaja.

Sinembargo,habíamomentospococomunes,comoese,enqueDuncanselearrimaba,enterrabaelrostroensucuello,yélleacariciabalacabezaylanuca,yelniñorespirabadichoso,yélnotabacuántaconfianzaycuántoafectoledispensabaeseniño,yenesosmomentosDuncanerasuhijo.

Georginaseacercó,lepasólamanoaDuncanporlaespaldayseapoyóenelhombrodePaul.Unodeesospequeñosgestosqueteníadeuntiempoaesaparte.Cuandolocogíadelamano,seacomodabaenel plieguede subrazoo incluso ledevolvíaunbesoque él le daba, su esposa leparecíauna flortierna,quedurantemuchotiempohabíaresistidomedioagostadaenlasombra,yconlalluviayelsolseibaabriendopocoapococonairevacilante.Yconelloalimentabasuesperanzadequequizásalgúndíainclusollegaraaamarlo.

Alzólavistaalcielo,alsol.–Hoyhasvueltopronto.Intranquila,Georginavioque,ainstanciasdePaul,CempakacogíaaDavidenbrazosysellevabaa

losdosniñosdentro.LamiradaqueDuncan,delamanodesuayah,lelanzó,inquisitiva,casitemerosa,lellegóalalma.

–¿Ha pasado algo?–musitó,mirando sin querer hacia la casa–. ¿Le ha... le ha ocurrido algo amipadre?

–Notepreocupes.Tupadreseencuentrabien.Notardaráenvenir.–Lepasóunbrazoporloshombrosylaatrajohaciasí–.Amediodíasehaproducidounincidenteenlaciudad.Doschinossehanpeleadopor una bagatela; por el precio de una pequeña cantidad de arroz o algo por el estilo. La trifulca haatraído a los curiososydepronto seha armado lagordaynoha tardado enverse envuelto el barrioentero.Porlascallejuelasvolabanpiedras,loshombresarremetíanlosunoscontralosotrosconpalosycuchillos.Han echado abajo y saqueadopuestos y tienduchas.El ejército está intentando contener losdesmanes.

–¿Yhasdejadoamipadresoloenelgodown?LosojosdeGeorginalanzabanchispas,yPaulnopudopormenosdesonreír;cuandofueadesasirse

desuabrazo,éllaretuvoconfirmeza.–No soy ni de lejos el canalla por el queme tienes. Tu padre quería ocuparse personalmente de

guardar todas las cosas de valor e importancia en el despacho y cerrar el godown. Y de que susempleadosy trabajadoressepusieranasalvo.Amímehaenviadoaquíaprotegeramiesposaymishijos.–LediounbesoenlaardientemejillaaGeorgina–.Seguroquemañanahaterminadotodo.

ASingapuraúnlefueconcedidaunanochedecalma.Unanochealamparodecuyaoscuridadloschinossereunieronenbandasy,provistosdecualquier

cosaquepudieraservirdearma,selanzaronalataquealdespuntareldía.ChinosoriundosdeCantóncontrachinosdeFukiényAmoy,muchosdeellosaúnsedientosdesangre

comoanimalesferocesnerviosostrashaberhuidonohacíamuchoaSingapur.Sinkehs.Reciénllegados

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de una China que se estaba despedazando en la rebelión Taiping, que no tenía intención de acabar.Teochew contra hokkien: el abismo entre los dos dialectos chinos, siempre patente, siempre visible,desgarró la isla.Unabismoquesiguióabriéndose,yaqueen la islahabíapoco trabajoyelarrozeraescasoycaro,yquesellenódecristalesrotosyescombros,fuegoysangre.

El puñado de agentes del orden de la ciudad era incapaz de controlar semejante estallido deviolencia. El ejército tuvo que intervenir, así como la dotación de los cañoneros que se hallabanfondeados frente a la costa.Setentahombres,unagranpartede lapoblacióneuropea, seunieronparaformar una milicia de voluntarios; incluso el sultán de Johor acabó enviando a doscientos de susguerreros,ytowkayspoderososcomoTanKimSengy,unavezmás;SeahEuChin,hicieronloimposibleporinterceder.

Sinembargo,lasaguasnovolvieronasucauce,continuaronimparablesensuviolentoavance,desdela ciudad hacia las zonas rurales del interior del país, hasta Paya Lebar, Bedok y Bukit Timah, y devuelta,sinperderfuerzaporelcamino.

Enesemayosevivierondíasangustiosos,enervantes,mientrasloschinosvandalizabanysaqueabanSingapurysematabanlosunosalosotros.AhTongylostresBoysandabanporeljardínylacasacomoperrosapaleados,avergonzadosde lossuyosysumamentepreocupadospor loquepudieranpensardeellossusseñores.

Georginaseenjugólamojadafrenteymiróalcielo,deunblancolechoso.Unsilencioopresivosecernía sobre el jardín. Solo se oía el gorgoteo intranquilo del mar al otro lado de la tapia; prontoestallaríaunanuevatormenta.

MovíaaunladoyaotrolahamacaqueAhTongafianzóensudíaalasvigasdeltechodelaverandaparaelreciénnacidoDuncan,quealprincipiosolíapasarsehorasberreando;entonceseraDavidelquedormitabaenella,relajadoyconlabocaabierta.Eseniño,queensufísico,ensumaneradesereratanparecidoaPaul, comosiGeorgina solohubiera sidoun receptáculopara traerloalmundo,nadamás.Quizáporquenosintiógrancosacuandoloengendraron,comopensabaaveces.

ACempaka,quesolíaacunarloparaquesedurmierayvelabasusueño,lahabíamandadoacasa,yconfiaba en que los monótonos movimientos la calmaran. Sin embargo, se sobresaltaba con cadachasquidoqueseoíaenlosárboles,concadacrujidoycadacrepitar.

–No temas–dijo Gordon Findlay–. Aquí estamos a salvo. Aquí, en Beach Road, los europeos nodespertamoselmenorinterésdeesosalborotadores.

Georginamiróasupadre,que,sentadoalamesadeterno, tomabaunatazadetéyhojeabaelTheStraitsTimes.

–¿Cómopuedesestartantranquilo?–Singapuresasí.–Ledirigióunamiradabondadosa–.Siquerías llevarunavidanormal, seguraen

todomomento,tendríasquehabertequedadoenInglaterra.Lodijoconobjetividad,sinquesonaraareprocheysinunápicedeacritud;elnacimientodesusdos

nietoshabíaapaciguadoaGordonFindlay,casilohabíadulcificado.AGeorginalepartíaelcorazónlaideadequeloschinosdelaciudadestuviesenenfrentadosentresí.Recordólascallejuelasylascallesenlasque,bajolossinuosostejados,sesucedíaunatiendecita

tras otra, en las que se podía comprar de todo, desde una navaja hasta pólvora, pasando por undestornillador. Toda clase de tés y hierbas, dulces, porcelana y cristal y artículos de cestería. Losvendedoresambulantesofrecíanagua,cañadeazúcarypiña,mangoyyacatroceados;enlospuestossevendíasopa,carnedecangrejo,arrozyplatosdeverduras.Habíaescribientesque,acambiodedinero,escribíancartasalpaísdeorigenoleíanlasquerecibíaeldestinatario,ylosbarberossiempreestabanocupados:lesafeitabanlacabezaaloschinosporcompletoaexcepcióndelaomnipresentelargatrenza.Afeitaryrecortarbarbasylimpiarlosoídoscontodasuertedepinzas,varitasycepillitos.

LevinieronalamemoriaPohHeng,suzapatero,ysusastre,AhFooMee,conelqueestudiabalas

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revistasdemodamientrastomabanunatazadeté,revistasquesutíaStellaleenviabaaSingapurparaqueelhombreleconfeccionaraaGeorginaunvestidonuevocomoporartedemagia.GeorginatambiéncomprabasuexquisitopapeldecartasenunadeesastiendaschinascuandoibaallíconKartika.

AveceslepedíaaAhTongquelaacompañara,sopretextodequequizánecesitaraauntraductor,peroenrealidadporquelehacíafelizverlasonrisaradiantequeseledibujabaenelrostrocuandosecodeabacon lossuyos,decirholaaquí,parlotearunpocoallá,esperarlaenalgunaparte tomandounataza de té o acercarse unmomento al templo de ThianHockKeng, de la FelicidadCelestial, que sehallaba frente al mar, para rezar a sus dioses bajo los ondulados tejados de tejas rojas y verdes,coronadospordragones.

Elcorazón,angustiado,lelatíaatrompicones.–TengomiedodequelepasealgoaPaul–musitó.DesdehacíadiezdíassevivíandesórdenesenSingapur,ydesdehacíanuevePaulBigelow,miembro

delamiliciadevoluntarios, ibaderondapor laciudad.SoloacudíaaL’Espoirdecuandoencuando,para sumirse en un sueño plúmbeo, darse un baño y comer algo a la carrera unas horas, sudoroso,cubiertodepolvoycansado,unagotamiento,unadurezaenlamiradaquereflejabanloquehabíanvistosusojos.

–Notienesdequétemer–latranquilizóGordonFindlay–.Físicamenteesfuerte,yademásestáalerta.Nolepasaránadaasícomoasí.–Guardósilenciouninstante–.Escogisteunbuenesposo.

Unelogiopocofrecuente,inesperado,queaGeorginalealegróelcorazón.–Loes,sí.Supadrefrunciólascejas,negrascomoelazabache,ysiguióhojeandoruidosamenteelperiódico.–Siexceptuamosel fiascode laplantación.Yesoque ledijequedeahínosacaríanada.Afinde

cuentas somos comerciantes, no sabemos nada de plantaciones. Ahí ya fracasaron otros antes. ComoBalestier, el que fuera cónsul americano en su día, con su plantación de caña de azúcar. Por aquelentonces,enlosañostreinta.

Laacaciadelcachúyelpimentero,dosplantasquesefavorecíanmutuamenteensucrecimientoysufrutoyconlasquesepodíaobtenerunbuendinero,deuntiempoaesapartedevorabanlajunglaenelcorazóndelaisla,ynopocoschinossehabíanhechoricosconsusplantaciones.

Durante mucho tiempo Paul alimentó la idea de embarcarse en ese negocio. Demasiado tiempo.Cuando, poco después de que naciera Duncan, finalmente compró una plantación con capital de lacompañía,notardómuchoenponersedemanifiestoqueelsuelodelaislaerademasiadopobreparaelcultivopermanentedeesasplantas.Despuésdediezaños,alosumoquince,elcachúylapimientahabíanagotado el suelo, si bien este aún servía para el cultivo de la modesta piña. Las plantaciones setrasladaronalapenínsulamalaya,queofrecíasuelosmejoresenunclimaidénticoy,además,unespacioconsiderablementemayorquelaislitadeSingapur,yelpreciodelcachúsedesplomó.

–Entonces,¿porquéledisteeldinero?Supadrearqueóunaceja.–¿Cómosinoibaaaprenderavalorarlosriesgos?Esunhombredespiertoysabemucho,hareunido

muchaexperienciadesdequeestáaquí,perono la suficiente.Noparaquea lo largode lospróximosañospudierairdejandolafactoríapocoapocoensusmanossincargodeconciencia.Además–bebióunsorbodeté–,deesemodonoshemoshechoconunbuenterreno.Yesonuncavienemal.Siemprepuedeservir.

Hacíaunbuen ratoqueDuncanhabíadejadode añadir cubosdemadera a la torre queya tenía yescuchabaatentamenteasumadreyasuabuelo.DejóaunladolapiezaqueaúnteníaenlamanoyfuedescalzohastadondeseencontrabaGordonFindlay.

Georginacontuvolarisa.Talycomoestabaelniño,tiesocomounajoybienplantadoenelsuelo,losbrazosalaespalda,eralavivaimagendesuabuelo.

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Esteescudriñóasunieto.–¿Quieresleerconmigoelperiódico?Duncanasintió.–Ven.GordonFindlay lo acomodó en una rodilla y empezó a leerle, parando de cuando en cuando para

explicarle o contarle algo. A ese hombre, para el que el trabajo era el elixir de la vida, no parecíaimportarlequelafactoríasiguieracerradaporprecaución;másbiendabalaimpresióndequedisfrutabadeltiempoquepodíapasarconsusnietosenL’Espoir.

Davidemitióunruidito,hizounamueca,pestañeando,ysefrotóelrostroconeldorsodelasmanos.Georgina leacarició lamejillayvolvióamover lahamaca.Alarosadabocadelpequeñoasomóunasonrisa;actoseguidovolviólacabezamientrastomabaalientoycontinuódurmiendo.

LamiradadeGeorgina sedetuvo en el bosquecillo, que se recortaba sombrío contra el cielogrisclaro.

Hacíamuchoquenoibaallí.Laúltimavezfueunosdíasdespuésdequeseacordarasucompromisocon Paul Bigelow. Confiando desesperadamente en que Raharjo pudiera haber regresado, le hubiesedejadoalgunaseñalque la salvaradeesematrimonio.Unaesperanzaque resultó servanaehizoque,furiosa,destrozaratodocuantolerecordabaaél.

AveceseltiempoquepasóconRaharjoleparecíaunsueño.Uncuentoquehabíavividocontodoslossentidos.ElcuentodeljovenpirataquellegódelmarydelamuchachadelatierrarojadeSingapur.Queseesfumóderepente,comoporartedemagia,cuandolarealidadseapoderódeél.

Larealidad...esaeransusdoshijos,queteníanhambreyescupíanyechabandientesylloraban.Alosquehabíaqueponerpañales,queaprendíanaandaryahablaryautilizarelorinal.Queavecesteníanfiebre, sehacíanchichonesy se lastimaban la rodillayqueríanmimos.Estabanávidosdeentender elmundopocoapoco,pasoapaso,ávidosdecompañíaycariño,dejuegosnuevosehistoriasviejas.

AveceseracomosiRaharjonohubieraexistido.Tansoloensuimaginación.Sinembargo,lamembranaenlospiesdesuhijolerecordabaconstantementequeundíahabíaamado

aunacriaturamarina.CuandoDuncantorcíaelgestoofruncíaelceñodeunamaneradeterminada,igualqueRaharjo.Ycuandosusojosgrisesmirabanalolejos,comosiescuchaselallamadadelmar,comosupadre,casiseleantojabainsoportable.

Ledolíanopodercompartiresascosasconnadie.El bosquecillo que un día amara tanto Georgina, en el que fue tan dichosa, tenía ahora algo

amenazador.Yanoeraúnicamenteunlugaragreste,sinounaúlceravegetalquesepropagabaconrapidez,quesehabíaconvertidoensímbolodeladesgracia,que–Cempakaestabaconvencidadeello–llevabaconsigoalláadondeiba.QuizálehubieratraídomalasuerteaRaharjoynohubieravueltodeeseviajepormar;quizásellamismahubieseatraídosobresímismalamalasuertealconfiarenunhombreparaelquenohabíasidomásqueunamoríopasajero.

Probablementenollegaraasaberlonunca.–¿Nocreesquedeberíamostalardeunavezportodaselbosquecillo?–preguntóenvozqueda,más

parasí–.Yderribarelpabellón.Esosinosehavenidoabajoya.Novayaaserquealgunodelosniñossehagadañoallí.

GordonFindlayalzólacabezadelperiódicoycontemplóeljardín.–Sí,esposible–repusoalcabodeunrato,coneldelgadopechodesunietoseguroensugranmano.A

continuaciónmiróaGeorginaconsusojosazulmate,comoexcoriados–.Peroleprometíatumadrequenoloharía.Nomientrasyoviva.

Georginaasintióyvolvióamiraraljardín.Posiblementefuesemejorconservarelbosquecillo,mejorqueverelmarsintrabas.

SolopodíaconfiarenquenoletrajeramalasuertetambiénaPaul.

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ElmurmullodelalluviayelretumbardeuntruenolejanoarrancaronaGeorginadelsueñoprofundoalquesehabíaabandonado.Con lasábanahúmedaycalienteypegajosaen lamejilla,pestañeóen lacrepuscularluz.Lalámparaaúnardía.

Notóqueledolíaunhombrocuandoseestiró.DebíadehabersequedadodormidamientrasesperabaaPaul,atemorizadaeintranquila.

Enlacancióndelalluviaseentretejieronsusurros,risas;despuéspasosyelsonidodelapuertaalabrirseycerrarseconcuidado.Georginaseincorporó.

–¿Cómoesqueestásdespiertaaún?–lepreguntóPaulenvozbajaalmismotiempoquesesentabaenelbordedelacama–.Esdenoche.

Ellabostezóysefrotólosadormiladosojos,seencogiódehombrosyfueatocarlacostradesangrequePaulteníaenlafrente.

Élechóatráslacabeza,risueño.–Soloesunrasguño.Parecemásdeloquees.–Lepusolamanoenlamejillaasuesposa–.Yapasó

todo,Georgina.Handetenidoavarioscientosdehombres, losdemássehandispersado.En lascallesvuelveareinarlacalma.

Georginaseabrazóaélconlarespiraciónentrecortada,comosisollozase.–Nolloresmás.–Paulleacariciólaespaldayrioquedamente–.Novayaaserquemehagailusiones

dequetemíaspormí.Sin decir nada, ella lo abrazó conmás fuerza, lamejilla contra los cañones de la barba, que no

tardaronenreblandecerse.Éllaapartóconsuavidad,lelevantóelmentónconlama-noylamiróalosojos,unamiradaqueella

tratóderehuir.Ensuslabiossedibujóunasonrisadeasombro.–Conquetemíasdeverdadpormí.Ellaseechóhaciadelanteylobesóenlaboca.Comenzóaacariciarloconairevacilante,abesarlo

demaneracadavezmásperentoria,másexigente.Pauljadeabacuandoellaseapartóbruscamente,sequitólakebayaporlacabezaylacamisillaque

llevabadebajoydespuéselsarong.–Georgina...Pegó su cuerpo desnudo a él y le cubrió la boca con besos febriles. Sus manos recorrieron sus

caderas y tiraronde él hasta tenderlo en las sábanas.Supiel sabía a la lluvia que caía fuera, ante laventana.

Lalámpara,apuntodeextinguirse,arrojabaunasombratitilantesobrelacama.PaulcontemplabaaGeorgina,quedormíaasuladoconlacabezaapoyadaensubrazodobladoylas

piernasencogidas.Susojosrecorrieronlalíneadesurostroylosdensosabanicosdesuspestañas.Lacurvatura del cuello y la redondez de sus hombros. Sus pechos, tan suaves al tacto, y las caderas,ligeramenteredondeadas;losmuslos,másllenosqueantes.

Conlapielperladadesudor,comogotasderocío,parecíaunaflorextraña,queacabaradeabrirse.Entonces.Después.

–Ciertamenteeresunatigresa–musitóconunnudoenlagarganta.Seguíaebriode lapasióncon laque lohabíaarrastradoconsigo,comouna tormenta tropical.Era

comounnáufragoquehabíaprobadounavezlasaladaaguadelmaryqueríamásymás.Deseópoderdetenereltiempoparanotenerquevivircuánespantosaseríalasedporlamañana.

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12Alolargodeesadécada,Singapurvivióañosturbulentos,emocionantes.Secalculabaquesesentamilpersonas,probablementeinclusomás,vivíanytrabajabanenlaisla,que

ni siquiera llegabaa los trescientosmetroscuadrados.Ycadadía llegabanmás, sobre tododeChina,dondelarebeliónTaipingparecíanotenerfin,mientrasqueenelhorizontealboreabaunanuevaguerracontraGranBretañapor la cuestióndelopio.PresidiariosdeHongKonga losquenadiequería eranenviadosaSingapur,asícomootrosdelascoloniasholandesasdelasIndiasOrientales,delosquesehacíacargobenévolamente.Sinkehsalosqueofrecíanamparoloskongsis,quepasabanaintegrarseconlossuyos,delosquehabíaunaaplastantecantidad.

Tambiénmalayos, indios, armenios, judíos, árabes querían hacerse con su parte de riquezas de laciudadoalmenosvivirbiencon lasposibilidadesqueofrecíaSingapur.Personascuyocolordepiel,cuya formaycolordeojos los identificabancomoeurasiáticos, llegadosde todaspartes,dondeya sehabíanmezcladolassangreseuropeayasiática.

Personasymáspersonasquebuscabantrabajoyloencontraban,fundabancompañías,abríantiendasoseganabanlavidadevendedoresambulantes,secomprabanunaparcelaolaarrendabanparacultivarhortalizasycriaranimales.Personasquenecesitabanropaycomidayunalojamiento,yqueconeldineroquelesquedabasepermitíanadquirirloquelaciudadteníaqueofrecerles.

Losnúmeroshablabanpor sí solos.Lacantidaddebarcosque tocaronpuertoenunaño superóelmediomillónporprimeravez.Enabrilde1885enlaoficinadecorreossecontabilizaroncasitreintaydosmilenvíos.ParaentoncesSingapurpodíavanagloriarsedecontarcontreshotelesrespetables,dosdentistasitinerantesfrancesesquedurantesuestanciaenlaciudadefectuabanvisitasadomicilioyvariosmédicosprivadosenejercicioparalapoblacióneuropea.TheSingaporeFreePress,undiarioenlenguainglesa,sepublicabasemanalmente;TheStraitsTimes,dosvecesa lasemana,ydespuésadiario;yaestosnotardaríaensumarseunperiódicomás.UnnuevotratadoquefacilitabaelcomercioentreGranBretañayelreinodeSiamcontribuyóaquelosnegocioscobraranunnuevoimpulso.Secalculabaquecadaañoelcomercioseincrementaríaenunmillóndelibrasesterlinas.

Sin embargo, aunqueenCalcuta estedesarrollo seveía conbuenosojos, puesSingapur eradesdehacía más de veinte años la capital de las Colonias del Estrecho, un grupo de territorios británicosubicados en la península de Malaca, los fondos destinados a la construcción, la conservación y laadministracióndeSingapurseguíansiendoescasos;sepreferíainvertirinsitu,enelsubcontinenteindio.La propuesta, efectuada una y otra vez por el gobierno de Bengala, de llenar sin más las arcas deSingapurincrementandolosimpuestosdelcomercioylosderechosdeaduana,noobstante,setopóconunaenconadaresistencia,yaqueibaencontradelaéticadeloscomerciantes,sobretodoescoceses,deque cada cual se labraba su propia suerte.Vivir enSingapur era libre, y libre debía seguir siendo elcomercio.Sincontroldelgobierno,sininjerenciadelasautoridades.Puessolouncomerciolibreerauncomerciolucrativo,enparticulareneserincóndelmundo,enelquerivalizabanvariospuertos.

Demaneraquesegravaronúnicamenteelvinoylasbebidasespirituosasyelopio,queenlaisla,conlosculisyeldurotrabajoquedesempeñaban,contabaconmuchosconsumidores;laventadeterrenossinedificary,conunapequeñacantidad,losespacioshabitablesalquilados,ysemantuvieronlastasas,lasmultas y los portes. Se confiaba en las tradicionales virtudes escocesas de la parsimonia y lalaboriosidad, y en último caso se pagaba del propio bolsillo, aunque fuera a regañadientes, lo que laciudadnecesitabademaneraperentoria,conlaesperanzadequeesainversiónnotardaraenserrentableparaelcomercio.

ParaentoncesSingapuryateníaunfaro,elfaroHorsburgh,erigidosobreunafloramientoderocasdegranitoblanquecinasdelguanoquedepositabanlasavesmarinasalestedelaisla,aescasoskilómetrosdelascostasdeJohor;allídondelasaguasdelestrechodeSingapurseentremezclabanconlasdelmar

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delSurdeChina.Ynomuchodespuésselevantóunsegundo,enlasrocasdelpuntomásmeridionaldelaisla,antelacosta,bautizadofaroRafflesenhonordelfundadordelaciudad.

EstabaprevistalaconstruccióndeuntercerpuentesobreelríoSingapur,alaalturadelaoficinadecorreos,conelfindeacortarellargocaminoactualporelpuenteThomsonosirviéndosedeunabarcaparacruzarelrío.Demadera,paratranseúntesyconuncarrildecasicincometrosdeancho,peroloscercadediezmildólaresquesecalculóquecostaríaseconsideraronexcesivos,demaneraqueacabósiendoun simple puente de transeúntes, para cuya utilizaciónhabía que pagar un cuarto de centavo, ysobre el ríoRochor no tardó en tenderse el puenteVictoria, de ladrillo.Después de que los antiguossalones Assembly Rooms amenazaran con desplomarse, se colocó la primera piedra de un nuevoAyuntamiento,financiadoporcomerciantesdelaciudad.Ytambiéndesusbolsas,engordadasconayudadeCalcuta,salióeldineroconelquesevolveríaalevantarSanAndrés,másgrandeymásbella.

La Peninsular & Oriental SteamNavigation Company, que en su ruta de ida y vuelta a AustraliaarribabaaSingapuryanouna,sinodosvecesalmes,seestablecióaloestedeladesembocaduradelríoSingapur,enuntramodecostaalquelanaturalezadioformadepuertoamplio,protegido,conunniveldeaguaelevado,elNewHarbour,yprontosesumaronotrasgrandescompañías.

Cuando fundó Singapur, sir Stamford Raffles tenía enmente una segunda Batavia. Una «reina delLejanoOriente»queprometíasuperaraBatavia,la«reinadeOriente»,quizásinclusodestronarla.

Enesemomento,ensucuartadécadadevida,Singapurdabalaimpresióndecumpliresapromesa.Elpalanquin, después de traquetear colina arriba, continuó por una llanura arenosa, pedregosa a

veces.ConcadasacudidadelaliteraGeorginaeralanzadacontraPaul,quelarodeabaconsusbrazosenademán protector. El olor a polvo se colaba por las tablillas de las persianas; de cuando en cuandoentrabaunrayodesolyleacariciabalamejillaaGeorgina.

–Talvezdeberíamoshabernosquedadohoyencasa–musitóPaulcontrasuslabios,mientrassumanobajabaaltalledesuesposa.

Georginarioconsuavidad.–Perosiqueríashaceratodotranceesteviajeconmigo.Volviólacabezaymiróporlasrendijasamusgandolosojos,intentandodistinguirentrelassombrasy

loscegadoresdestellosdelsol,entrelasnubesdepolvoyelfollaje,dóndesehallaban.–Ah, no–repusoPaul con fingida reprobación, y le volvió el rostro hacia él–. Simiras, echarás a

perderlasorpresa.–¿Quésorpresa?Paulenarcólascejascongestoelocuente.–¡Di!–Georginarioylediounosgolpecitosentrelascostillas.–Tenunpocodepaciencia.Mientrastantotedistrae-réyo.Laestrechóconmásfuerzaylabesó,yellanotóunlevecosquilleoenelvientre.Elpalanquinmoderólamarcha.–¿Aquí,tuanBigelow?–seoyópreguntardesdeelpescante.Paul se separó de ella de mala gana y, tras mirar por un resquicio de la persianilla, abrió la

portezuela.–Sí,aquíes.Gracias,Jati.Elancho,polvorientocaminoseperdíaenladistancia.Susbordessehallabansumidosen lasgrandessombrasquearrojaban imponentesárboles, tras los

cualesaunladosealzabalacimadeGovernmentHill,yalotro,ladelacolinaMountSophia.Allíolíaasolysombra,apolvoyfollajeyhierba.Unolordulzón,comodefrutamadura,deflores,yunpocoaespeciasjóvenes,aúnverdes.Lospájarosgorjeabanenlascopasdelosárboles,delasramasllegabaelcantoargénteodelascigarras.

Georgina nunca había estado en ese sitio, a lo sumohabía pasadouna vez por allí, quizá, cuando

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fueronasoltaralaca-catúaenelinteriordelaisla.–Ven.–Paullacogiódelamano.Avanzaron por la hierba, entre hileras de árboles que parecían no tener fin; Georgina distinguió

almendros,mangostanesymirísticas,ymacupasácidas,deunamarilloverdoso,enlasramas.Paulsedetuvoyextendiólosbrazos.–¿Quédiríassimañanatodoestofuesenuestro?Georginalomiróconlosojosmuyabiertos.–¿Unhuerto?Élserio.–Sí,unhuerto.Losazulesojoslebrillaban,ylaalegríaqueirradiabanloenvolvíaenunhalodoradoqueejercíauna

atracciónirresistibleenGeorginaylaimpulsóadarunpasohaciaél.–Aquí,enOrchardRoadtodoestállenoaúndeárbolesfrutales.Llenodeplantacionesdemirísticasy

pimenteros.Peroelpreciodelanuezmoscadanoparadecaer.¿Yvesesamirísticadeahí?¿Ladelacortezablanquecinaylasramascubiertasdeplantastrepadoras?Muchosdelosárbolesestánenfermosysemueren.Losdueñosdelasprimerasplantacionesseestánplanteandovendersustierras.–Lamiróconexpectación,peroellanoestabamuyseguradequélequeríadecirconeso.Sesituódetrás,larodeóconsusbrazosypegósumejillaaladeella–.¿Esquenoloves?–musitó–.Nuestranuevacasa.Conunjardíngrandepara ti ypara losdospilluelos.–AGeorgina le ardía el rostro, comosi con suspalabras él lehubiesepropinadounabofetada–.¿Georgina?–Aellaseleformóunnudoenelestómago–.¿Porquénodicesnada?

Conlosojosarrasadosenlágrimas,apartólacabeza,pestañeando.–Perosi...siyatenemosunacasa–logródeciralcabo.Élleacaricióloshombrosparaconsolarla.–SélomuchoquesignificaL’Espoirparati.Yparamítambién.Perohasdeadmitirqueestáviejay

ajada.Sucercaníaalmarsehacobradosutributoalolargodeestosaños.AGeorginalecostabarespirar,yhablar,másaún.–Pues...lareformaremos.–Siarreglamostodoloquehayquearreglar,sindudanoscostarálomismoquelevantardoscasas

nuevas.–Lanzóunsuspiro–.Apreciomuchoatupadre,peroalalargaserádemasiadovivirconélbajoelmismo techo.Yde todas formas lacasaesdemasiadopequeña, ahoraque losniñosestáncreciendo.–Metióunamanobajosubrazoy,trasapoyarlaensuvientre,loacaricióconsuavidad–.Quierotenermáshijoscontigo–ledijoaloído–.Cuantoantes,mejor.

Georginasemordióellabio.Betharilehabíaenseñadoquehabíadíasespecialmentefértilesyotrosquenoloeran,porloscualesintentabaguiarseparaevitarquedarseencinta,conlaayudaadicionaldehierbas.Noquería otro hijo, todavía no.No ahora, que aunqueDavid ya no utilizaba pañales, ambosniños,conunaenormecuriosidadyunaalegríadesbordante,empezabanaexplorarelmundocontodoslossentidosyseanimabanmutuamenteaviviraventurascadavezmásosadaseneljardín.

Georginasezafódesuabrazoydiounospasosporunsueloqueno leofrecíaestabilidadalguna,comositratasedecaminarsobreelagua.

Elaguadeunríoencantadoyalmargendeltiempo.Respiróhondoyseenjugólaslágrimasantesdevolverse.–¿Porquétequieresinstalarahoraaquí?¿CuandotodoestetiempohasabrigadodudasdesiSingapur

teníafuturo?Élsemetiólasmanosenlosbolsillosdelpantalónyseencogiódehombros.–Hecambiadodeparecer.–Susojosescrutaronelhorizonte,conunbrillofrío–.SienefectoLesseps

consigue abrir ese canal en Egipto... Sé que comerciantes como tu padre dicen que ese canal nos

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arruinaráelcomercioen la India,peroyono locreo.Deesemodo las rutasmarítimasconEuropaseacortarían,ymásaúnconlosbuquesdevapor,quecadavezsonmásnumerososymásrápidos.Yomásbienpiensoqueelcomerciosaldríabeneficiadodeello.IncluidoeldelaIndia.YSingapur...–Ensubocasedibujóunasonrisilladesatisfacción–.LanaturalezahasidomásquegenerosaconSingapur.Consusituación en el mapa del mundo. Con sus puertos naturales, sus fondeaderos protegidos. Con eso nopueden competir Penang y Malaca. Si sabemos sacar provecho de este regalo de la naturaleza, conprudencia y perspicacia y avances técnicos... Singapur crecerámuchomás. Serámuchomás rica.–Susonrisa se ensanchó–.Aestas alturas estoyconvencidodequeparaSingapur losmejores tiemposaúnestánporvenir.

Georginasonrióasuvezsinquerer;legustabacuandohablabaconelladelacompañía.Deloqueconstituíasudíaadía.Desuspreocupaciones,deloqueselepasabaporlacabeza.

Lasonrisadesuespososetornóuntantoinquieta,insegura.–¿Acasonoesesoloquemásquieres?¿QuedarteenSingapur?¿Parasiempre?Georginaasintió.Paulseencogiódehombros,ungestodedesamparo.–¿Porquénoaquí?¿EnOrchardRoad?Sindudatehabráspercatadodelopocoquehemostardado

enllegarhastaaquí.PodríaspedirquetellevaranaL’Espoirsiemprequequisierasoinclusoiracaballoypasartiempoallí.Tanamenudoytantocomodesees.

Georginacontemplólashilerasdeárbolesquesesucedíanhastaelinfinito,comoenunagaleríadeespejos.

–Aquínohayagua–musitóalcabo.PaulseñalóunlugardetrásdeGeorgina.–Porelotroladodelcaminodiscurreuncanalquellevabastanteaguadulcetodoelaño.Aquínunca

tendríamosque temerqueenépocasdesequíaelaguanosescasee,comosucedeenotraspartesde laciudad.Precisamentepor los niños.Esprobableque aquí inclusohayademasiada agua.En todo casotendríamosqueplantearnosdrenarelsuelo.

Amododepruebahundióelpieenlatierra.–Nomereferíaaeso.LamiradaescrutadoradePaulhizoquelecostaraencontrarlaspalabrasadecuadas.–Aquí...aquínohaymar–intentóexplicarfinalmente.Éllamirólargotiempoydespuéssacudiólacabeza.–Noteentiendo.¿Sabesloinfelizqueparecescuandomiraselmar?¿Lotristequeteponescuando

lasolasrompenconespecialfuerzayseoyenentodalacasa?Penséquesupondríaunalivioparatinotenerelmaralapuerta.

TampocoGeorginaseentendía.EraincapazdeperdonaralmarquelehubieraarrebatadoaRaharjo,y, sin embargo, se le antojaba inconcebible no tenerlo tan amano a diario, como enL’Espoir.Habíacrecidoconelcantodelasolas,quelahabíaarrulladodesdeelmomentoenquenació,comosifueralavozdesumadre.

Un lazo invisible launía firmemente aL’Espoir.Desde siempre, desde antes inclusode conocer aRaharjo.

–Deverdadquenotecomprendo–continuóPaul,envozqueda,peroconunagravedadinexorableenla voz–.Cada vez que quiero empezar a forjar una vida en común contigo,me apartas.Como cuandoplanteo la cuestión de dónde deberían ir a la escuela los niños.Cuando te digo que quiero tenermáshijos.Cuandointentoqueterelacionesconpersonasquesonimportantesparamí.Sonríesyconversasconellas,peronoconsigodesprendermedelasensacióndequenoponeselalmaenello.Yjamássetepasaporlaimaginacióncorrespondertúconunainvitaciónnisaledetiqueacudamosaotrasreuniones.

Avergonzada,Georginabajólacabeza.Supuntovulnerable,desdesiempre.Noeracapazdeforjar

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relacionesduraderasoentablaramistades.Laspersonasseleseguíanantojandoajenas.Laramificadayfirmemente arraigada familia del difunto cónsul de Portugal y comerciante José d’Almeida. Los Lisk,Robb,Napier,PickeringyTaylor.InclusolosOxley.AunquecasiteníalamismaedadqueIsabellaOxley,lasseparabanmundosdedistancia.UnabismoqueGeorginanodeseabasalvar.

Comosiantaño,asuregreso,hubiesevividodemasiadotiempoenelmundodeRaharjocomoparadespuéspoderaclimatarsealsuyo.

El hecho de que los europeos que iban a Singapur fuesen casi exclusivamente hombres, no sequedaran mucho tiempo y acabaran marchándose no facilitaba las cosas. Los Butterworth habíanabandonadoSingapurelañoanterior,ytambiénlosOxleyhablabanderegresaraInglaterradespuésdecasitreintaaños.Ylosquellegarondespuésteníanotropuntodevista,otrasideasdeloqueeralavidaeneltrópico.Queríanvivirallíigualqueencasacuandonoestabanocupadosenamasardinero,loquesignificaba relacionarse con los suyos. El servicio era el servicio y nadamás, no era familia, y auncuando trataban con los towkays chinos, con losmalayos y con los indios por intereses comerciales,anteponían en sus relaciones a los que eran como ellos. En el recién fundado club de cricket, porejemplo,oenelClubTeutonia,enelcasodelosalemanes.

Laciudadestabacambiando,cosaquequizásenotaseconmayorclaridadcuandounohabíanacidoallí, como Georgina. Por fuera Singapur tenía una corteza fina, lisa y dura, que brillaba como lasfachadasdechunamyeraigualdeblanca.

Georgina había aprendido a desempeñar su papel social junto a Paul, un papel que, sin embargo,abandonaba en cuanto llegaba a casa, se despojabadel vestidodenocheydel de tardey seponía elsarongylakebaya.Volvíaaserdenuevoellamisma,calladayabsorta,contentaensupequeñomundo,leyendo las cartas de su tía Stella y deMaisie, que para entonces ya se había casado y eramadre, yescribiéndoles.

–Siemprequetengolasensacióndequeporfinmeacercoati,temeescapas.–Sonabadesalentado,tristeydolido–.¿Tanpocosignificaparatiloquetenemosjuntos?

–Noeseso.–Entonces,¿quées?Georginalomiróconfranqueza.–Esqueasíescomosoy.Paullesostuvolamiradaconairepensativo.–Nosésideverdaderesasí.Osimásbienlacosatienequeverconmigo.Georginanosabíacómoexplicarlequeeracomosilefaltaseunapartedesuser.Siemprehabíasido

así. Un fragmento que había perdido hacía tiempo y que Raharjo le había devuelto, para llevárseloconsigodespués.Quedesdeentoncesellabuscabaenvano.Quequizávolvieraaaparecer,sisabíaserpaciente.

–Aúnpiensasenél,¿noescierto?Unapreguntaqueeracomoun tajo,queconsu fríadurezanodejaba lamenordudadeaquiénse

referíaconese«él».ElsilenciodeGeorginabastócomorespuesta.Paul,respirandopesadamente,semetiólasmanosenlosbolsillosdelpantalón.–Olvidémonosdelacasa.Nohasidomuybuenaidea.Volvamos.Sealejódandopasos largos.Unospasosqueparecíancansados,y ladecepción,un lastrepesado,

palpablesobresushombros.Raharjoeraunasombraquelaperseguía.Quelamayoríadelasvecesellaniveía,porqueibadetrás,

pero que se cernía sobre ellos dos justo cuandoGeorgina creía haber encontrado algo parecido a lafelicidadjuntoaPaul.

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13Raharjosemiróenelespejo.La chaqueta larga con el cuello chino le sentaba bien; su corte ceñido resaltaba la silueta de su

cuerpo,altoydelgado.Erablanca,aligualquelosajustadospantalones,secerrabaconpesadosbotonesdorados y estaba recamada con hilos de oro; el bordado, tan exquisito que solo se veía cuando él semovíaenlaluzdelalámparayeltejidobrillabalevemente.

En el fajín rojo que llevaba anudado al cinto se afianzaban el keris, la sagrada daga de susantepasados,quehabíaheredadodesupadre,conlahojacurvacomounallamaplateada,ylapistola,sinlaquenosalíanuncadecasa.

No soportaba llevar sombreroo turbante,necesitabapoder sentir en todomomentoelvientoenelcabello.Ylosabrillantadoszapatosmarrones,segúnlamodaeuropea,leapretaban,leimpedíansentirelsuelobajosuspies.Perosinellosapenaspodíairaalgunaparte.

Levantó lamano izquierda para pasársela por la barba que se había dejado.Unmarco preciso ycuidadoen tornoa labocayelmentón,queacentuabamásaúnsusmarcados rasgos, lohacíaparecermayor.Imponíarespeto.

Seestremecióamitaddegesto;lascicatricesdelbrazoydelapiernaletiraban,llevabanasítodoeldía.TalvezhabíahechounmalgestocuandonavegabadevueltaaSingapurdelquesoloeraconscienteentonces;oquizáfueraeltiempo.

–¿Deverdadtienesqueirallíestanoche?Arrugando la frente,echómanode losdosanillosdeoromacizo,profusamentegrabados,yse los

pusoenlosdedos:elqueteníaunrubíenelizquierdo;eldelónixenelderecho.Rojocomolasangre.Negrocomolanoche.

–Hasestadomuchotiempoausenteysolohaceunosdíasquehasvuelto.–Whampoaesunhombreimportante–selimitóadecirRaharjo,ysevolvió.Sentadaenlahabitación,enunabutaca,estabaLeelavati;enlafrentelucíaelpuntobermellóndelas

mujeres casadas. Se había apartado el extremo del sari y se había levantado el choli para darle elhenchidopechoaunlactante.

Harshad.ARaharjolehabíacostadograbarseelnombreenlamemoria.Teníaunosmeses,Raharjonosabíaexactamentecuándohabíanacido,mientrasélsehallabaenelmar.

Ladesnudeznoleeraajena,Leelavatiamamantabaalpequeñotanabiertamentecomohabíanhechosiemprelosoranglaut;sinembargo,esaimagenleasqueaba,yapartólacabeza.

Leelavatisindudaselovioenelrostro:eltintineodesusnumerosaspulserasdeoroyelfrufrúdelasedaseloindicaron,ycubrióatodaprisaelpechoyalniñoconelextremodelsari.

Avecessusgrandesojosmarronesoscuros,deespesaspestañas, le recordabana losdeunavaca,igualdemansa, igualdepaciente.Parecíaunadiosade la fertilidad, con supiel oscura, sudorosa, sucuerpo fuerteydelicadoalmismo tiempoydeexuberantes redondeces.Hundía tanprofundamente susraícesenelsueloquenohabíanadaquepudierahacerleperderelequilibrio.

Unruiditodesatisfacciónasuspieshizoquebajaralavista.Enelsuelohabíaunaniñita,eldensocabellonegrosemejabaunbrillantecascoentornoalacara,redondacomoladesumadreymofletuda.Lesonriótímidamenteyalargólamanohacialaperneradelpantalóndesupadre,probablementeparaagarrarseaellayponersedepie.

Veena.Habíallegadoalmundoniunañodespuésdecasarse,mientrasélnavegabadebolinatraslaisla de Ceram. Al igual que su hermano, fruto del sentido del deber y del instinto más primitivo,engendrada con indiferencia, quizás incluso con cierto desdén. Ni fruto del deseo ni tan siquiera delafecto.

Surostroseensombreció,ydiounpasoatrás.

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Lasonrisaenelrostroinfantiltitilóyseapagó;levantandoeltrasero,laniñasepusoenpieysaliócorriendo,seagarróasumadreyenterróelrostroenlosplieguesdelsari.

Raharjo se metió en el bolsillo su cigarrera de carey y oro. Una nueva costumbre que habíaadquirido,igualqueaceptarinvitacionescomoladeesaveladaparanotenerquepasarlanocheencasa.

–Deseotenerundormitoriopropio.Abajo.Lostrabajadoresvendránlasemanaqueviene.Leelavatinodijonada,lacabezagacha,absortaenelniñoqueteníaenbrazos.Raharjonovioqueunalágrimalecorríaporlamejillacuandosuspasossealejaron.Esanochehacíauncalorsofocante.AGeorgina la seda de su vestido, azul violeta como las flores del heliotropo, se le pegaba a la

espalda, aunque estaba sentada bien recta, con más de un palmo de separación entre su cuerpo y elrespaldo de la silla, y los largos pantalones, las enaguas, húmedos, se le adherían al trasero y a losmuslos.Almenoslacrinolinadeballena,elúltimogritoenEuropa,aunquepesaba,proporcionabaciertoalivio,alsoportarelpesodelafastidiosafaldadesedaymantenerlaapartadadelcuerpo.Alcaminarsemovía,alsentarseselevantabaligeramenteporlapartedelanteraypermitíaquelellegaraalgodeairealaspiernas.

Empezóaabanicarse,perosesentíaridícula,demaneraquecerróelabanicoylodejó.Estabaallísentadacomolaimagenestereotipadadeunadamaeuropea,quesequejabadelcalorquehacíasiempreeneltrópicoyseaburríamortalmente,exhaustaeirritadaenlamismamedida.Deseóhabersequedadoencasa.

Volviólacabezayescudriñó,impaciente,lanoche.Aún no había oscurecido cuando entraron en los famosos jardines por una de las puertas chinas.

Lataniasyárbolesgigantescosproporcionabansombra,ynenúfaresgigantescos,regalodelreydeSiam,semovíanenunlago;losgrandes,henchidasfloresdeunblancopuroorosa;lashojas,lugardereunióndebandadasdeavesacuáticas.

A la casa, que se hallaba en medio de un laberinto de setos, se llegaba por sinuosos caminosarrebatadoramente dispuestos y de una verdura exuberante. Grácil como un pabellón pese a susimpresionantesdimensiones, ligeragraciasasusnumerosasventanasyarcos,flotabasuspendidasobrepilotes, bajo los cuales corrían canales de agua, crecían flores de loto y brillaban peces de un rojodorado.

Farolillosy faroleshacíanque la siluetadelbonitopabellón asiático resaltara en laoscuridad, laconstrucciónrodeadadecuidadosárboles,setosyparterres.Elglugluteodeunpavoseimpusoalcantode las cigarras, el suave murmullo y el fluir de los arroyos. Las sombras que arrojaban arbustosconvertidosendragonesydelfines,elefantes,perrosycocodrilos,graciasaunaestructuradealambre,habíancobradovida.UnpaisajedecuentoamediocaminoentreOrienteyOccidente.Unpaísencantado,modeladoconunafantasíasinlímitesporlamanodelhombreenelinagotablereinodelanaturaleza.

AhTongadorabaesosjardines,enlosquepodíaentrartodoelmundodurantelacelebracióndelañonuevochino;Georginasemoríadeganasdecontárselotodoconpelosyseñalesaldíasiguiente.

Delanteseoíanlasrisasdeloscaballeros.Enelaireflotabaunpesadoolorabebidasespirituosasyaunamezcladesudormasculino,acrehumodecigarrospuroseincienso.Sindudaaúntardaríanunpocoen servir la cena.Georgina captó unamirada de disculpa de Paul, antes de que el señorGilman, deHamilton,Gray&Co.,yuncomerciantedeSuizavolvieranaenredarloenlaanimadaconversaciónquemanteníansobreloskongsis,laconstruccióndemuellesylosimpuestosquegravabanelopio.

ConversacionesqueporlogeneralGeorginagustabadeescuchar,aunasabiendasdequesusideasalrespectonoteníanningúnvalor.

–«¿Aundíadeveranocompararte?»–Unavozmasculina,graveymelodiosa,enuninglésimpecable,peroteñidodelinconfundibledejochino–.«Máshermosuraysuavidadposees.»

Georginaechólacabezaatrásyserio.

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–Senotaquenosacabamosdeconocer,MisterHoo.Sindudanadiequemeconozcabiendiríademíquesoymássuavequeundíadeverano.

Labarba,negracomoelcarbón,largayralacomolacoladedosratas,semovióalsonreírsudueño.–ElmaestroShakespeare,alquetantoaprecio,lodiría,señora.¿Mepermite?CuandoGeorginaasintió,élseacomodóasulado.Eraaltoparaserchino,peronotantocomoAhTong.Aunquedebíadesacarlemásdeveinteañosa

Georgina,surostroovalado,defrenteconvexa,eratersocomounaporcelanaamarillaclara.Losojos,bajolasaltasyfinascejas,comountrazodetinta,habríantenidounaspectoamenazadordenoserporlapicardíabonachonayelconsiderableencantoqueirradiaban.

–Seloruego,señora,llámemeWhampoa.TodoSingapurlohace.Whampoa,pormilugardeorigen,enCantón.

LecogiólamanoaGeorginasinceremoniasyselallevóaloslabios.Aunquesemanteníafielalatradición china de lucir la cabeza rasurada y una larga trenza, vestía de frac, como sus invitadoseuropeos.Tansoloelpuñadodetaukehschinosquesehallabanpresentesesanocheseguíasumodadepantalonesholgadosycamisadesedademangalarga.

–Podercontarconunadamatancautivadoracomoustedentremisinvitadosestanocheenmihumildemoradaesparamíelmayortesoro.

Óleosdepaisajesinglesescubríanlasparedesencompañíadeaguadascontintachina,pergaminosyestampasenmarcadasderetratosdelafamiliadeSuMajestad,lareinaVictoria.Jarronesitalianos,tallasjaponesas y porcelana china descansaban sobre muebles ingleses y asiáticos junto a tallas en jade yesculturasdelLejanoOrienteyEuropa.Enesacasa,queteníavidrierasdecoloresalemanas,cuyopisoeradecerámicacondibujosprocedentedeInglaterrayenlaquelashoraslasdabanrelojesfranceses.

Enmediodesemejanteplétoradearteycuriosidades,Georgina tenía lasensacióndesercomounobjetodecorativomás,unpréstamoornamentalparaunavelada.ComprendióquePaullehabíapedidoqueacudieraprecisamenteconeseobjetivo,ajuzgarporcómolamirabanloscaballerosallíreunidos:elcapitán Marshall, el agente de negocios de la Peninsular & Oriental Steam Navigation Company enSingapur;elseñorDunman,elintendentedelpequeñocuerpodepolicíadelaciudad;elseñorKerr,deKerr,Whitehead&Co.;losseñoresZappyRitterhaus.Nodeunmodoofensivo,aunquealgunaqueotramiradadisimuladaibadirigidaasuescote;másbienconrespetoyadmiración,enparticularsuanfitrión.

Georginaenarcóunaceja.–Porotraparte,tambiénsoylaúnicadamapresenteestanoche.Whampoasoltóunacarcajadaylediounostoquecitoscariñososenlamano,ungestomáspaternal

quegalante.–Muycierto,señora.Yademásagudo.Realmente,MisterBigelowesunhombreenvidiable.–¡MisterWhampoa!–ElseñorDuff,delNorthWesternBankofIndia,lollamabaconinsistenciapara

queseunieraaellos–.Venga,necesitamossuinestimableopinión.Elaludidoexhalóunsuspirohondo.–¿Dequé lesirveaunhombrecomoyopodergozarde lapoesíadesupresenciacuando laprosa

banaldelosnegociosseinmiscuye?Disculpe,señora.Besándolenuevamentelamano,sedespidióyvolvióamezclarseconsusinvitados.Paullamiróconunasonrisadesatisfacciónyasintió,co-mosiquisieradecirle«bienhecho».WhampoaeraunpersonajeimportanteenSingapur,nosolocomohombredenegocios,sinotambién

porsercónsuldeChina,RusiayJapón.Decíanquesufortunacasierainconmensurable;almenoseratanricocomoparapoderpermitirsequeunodesushijosestudiaraenEdimburgo.

Había llegado allí deChina cuando era unmuchacho, para trabajar en la tienda de su padre, quevendíacarne,panyhortalizascercadelosgodownschinos,enBoatQuay.Unestablecimientoque,alamuertedelprogenitoryenmanosdeWhampoa,seconvirtióenunimperioalsuministrartodaclasede

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artículosdeprimeranecesidadalosbuquesdelaMarinaRealBritánica.Suyoseranunalmacéndehielodeosadaconstrucción,consusbalaustradasdeforja,plantacionesyunaprósperapanaderíaenHavelockRoad.NoestabademásgranjearselassimpatíasdeWhampoa.

GeorginasonrióasuvezaPaul,peroestehabíavueltoacentrarseenlosnegocios.Entrelascabezasdeloshombres,quesehacíanmovimientosafirmativos,girabanlasunashacialas

otrasyseapartaban,seechabanatrásentrerisas,duranteuninstantepudoverlapuertasituadaenelotroextremo.

Enellahabíaunhombrevestidocomounpríncipemalayo,elblancodelachaquetamarcabaunfuertecontrasteconsupiel,marróncomoelazúcardepalma.Teníaunrostroduro, implacable,y tambiénsubocaeradura.Susojos,encambio,negrosybrillantescomoónixfundido,parecíanperdidos.

Comosinoestuviesesegurodesieseerasusitio.Ocomosisehubieseextraviadoynofuesecapazdeencontrarelcaminodevuelta.

AGeorginalediounvuelcoelcorazón.Lascabezasdeloscaballerosleocultaronlavista,tansolounmomento,paraliberarladenuevo.Enelmarcodelapuertanohabíanadie.AGeorginalefaltabaelaire,lecostabarespirar,mientraselcorazónlemartilleabaenelpecho.Se

levantóconlaspiernasqueleflaqueaban.Nadie le prestó la menor atención; tan solo uno de los muchachos chinos que, ataviados con

pantalonesnegrosycamisablanca,movíanabanicosdebambúyseocupabandequealosinvitadosnolesfaltarabebida,ledirigióunamiradadesorpresacuandovioquesalíaalairelibretambaleándose.

El aire se pegó a su piel, a sus pulmones como si fuese un pañuelo húmedo y caliente mientrascaminabadandotraspiésporelcésped.Poruncaminodepiedrasenelquetropezómásdeunavezconlos tacones altos que llevaba hasta llegar a otra extensión de hierba, donde finalmente se detuvo,jadeante,casisollozando.

Ya había estado el día entero de un humor extraño, deambulando por la casa sintiendo lasextremidadespesadasylacabezaembotada.Sinpoderpensarconclaridad,ensimismada,casiconfusa,como si hubiese tomado demasiado champán.Y nada de lo que comió o bebió logró que de su bocadesaparecieraelsaborasalyaalgas.

Tomóunabocanadaprofundadelhúmedoaire,queolíaafloresdulces,ahierbayahojasyamar,aunquesehabíanadentradountantoenelinteriordelpaís,porunlargocaminofestoneadodebambús,amplias palmeras y almendros salvajes, los troncos cubiertos de plantas trepadoras y orquídeas, yprotegidoporsetosdeheliotroposilvestre.

Eljardíncantaba.Noeransololospájaros,quetrinabanygorjeabanenelfollaje,quizátambiénenunapajarera.Noeransololascigarras,lasranastoroylospavosreales.Erauncantodulce,suave,queentonabaelmillardevocesdelashojas,queparecíaelmurmullodelmar,elsusurrodelvientoenmarabierto.ElalmadeGeorginasesumabaalatonada,unasensaciónquenoteníadesdehacíatiempo.

Sucorazónsefuecalmandodespacio,surespiraciónsetornómáspausada.Yantes inclusodequeolieraeltabacosevolvió.

Un jirón de tela blanca, surgida de la vítrea luz crepuscular de la noche y las lámparas. Elcontundenteperfil,ensudíatanfamiliar,comotalladoenmaderatropical,lijadayabrillantada,medioensombra,medioenluz.

UnafuertecorrienteserpenteóentrelaspiernasdeGeorgina,tiródeellaylaarrastróhastaél.–Deverdaderestú–musitó,convencidadequecuandodieraunpasomássedesvaneceríacomouna

fatamorgana.Huiríacomounanimalmarinoesquivo.Bajo laspesadascejas, losojosdeRaharjosehallabanfijosenelascuadel finocigarropuro.La

tensión que se dejó sentir en el aire que los separaba puso de manifiesto que era consciente de lapresenciadeella.

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«Sieteaños.Casihanpasadosieteaños.»Eltiempolehabíaafiladoyendurecidolosrasgos.Quizásellosedebiera,enparte,alabarba,que

enmarcabalabocayleconferíaunairealtanero,feroz.–¿Dónde has estado?–preguntóGeorgina con voz apagada, sintiendo en su interior un remolino de

dicha y fascinación.Y el deseo que la arrolló, comouna ola estruendosa, hizo que se tambaleara.Elsiguientepasoquediolaprecipitóalvacío,cuandocomprendióquenohabíasidoelmarelqueselohabía arrebatado. Dio un traspié y halló asidero en una ira llameante–. ¿Dónde has estado todo estetiempo?–Unbufidosiseadoquedestilabarencor,reflejodelfuegoqueardíaensucuerpo–.¿Dóndehasestadomientrasyoteesperaba,confiabaentiytemíaporti?

Al cabo él alzó lamirada, si bien lamantuvo fija en un punto indeterminado situadomás allá deGeorgina.

–No creo que sufrieras mucho tiempo. Tan solo lo que tardaste en arrojarte en los brazos delsiguiente.

Tambiénsuvozsehabíavueltomásdura,teníauntonometálico,comoelzumbidodeunaespada.AGeorginaselesubiólasangrealrostro.

–Notuveelección–adujo.«Tuhijonecesitabaunpadre.Unapellido.»Pugnabaporencontrarlaspalabrasconquecontárselo.–No,naturalmente.–Susojosseclavaronenella,negrosybrillantescomoelcieloenunanochesin

luna–.Mástardeomástempranoteníasquecaerentureddementiras.AGeorginalasangreledesapareciódelrostro,acumulándoseenlasentrañasyavivandodenuevola

ira.–Yonuncatementí.Nuncahementidoanadie.–Llámalo como gustes.–Avanzó hacia ella con una actitud amenazadora, su voz plana y bronca–.

Talvezsoloseaunsuciooranglaut,perotengomiorgullo.Mihonor.GeorginabuscóaRaharjoensurostro,peronoloencontró.Unextrañosehabíapuestolapieldesu

selkie.Quiso retroceder,perosuolor,eseolor familiar,que tantohabíaechadoen faltaynuncahabíaolvidado,amaryalgas,comocueroycanela,intensificadoporelhumo,laempujóhaciaél.

Surostroseacercóaldeél,tantoquelabarbacasilerozabalamejilla,elcalorquedesprendíasupiellaencendía.

–Eseorangputihmaldecirá el día en que te convirtió en su esposa–le dijoRaharjo al oído–. Tupadre, el día que te engendró. Te arrebataré todo aquello que amas y te es querido. Y cuando hayaterminadocontigo,lamentaráshabermeconocido.

Sediomediavueltadesopetón,tiróalahierbaelcigarropuroamediofumar,ysealejóconpasoslentos,enérgicos,hastaqueloengullóeljardínnocturno.

Paulseesforzópordisimularsuenojocuandoesanocheenlaquetantasesperanzashabíadepositadoacabóantesdelodebidoparaél.Antesinclusodelacenaydelaactuacióndeunacompañíadedanzamalayaque,segúndecían,eraelbrochedeorodelanoche.Sinembargo,pesabamáslapreocupaciónquesentíaporGeorgina,queibasentadaasulado,mudayblanca,enelpalanquin,losojosmuyabiertosyfijos,ytanoscurosquecasiparecíannegros.Notabasumanofríaenlasuya,peroeracomosisupieltransmitieraunatensióncrepitante,queleresultabaperturbadora.

ComosisehubieratopadoconunfantasmaenlosfamososjardinesdeWhampoa.Unfantasmadelpasado,alqueélhabíaentrevistofugazmente,alcruzarelumbraldetravésymedio

de lado.Un traje blanco como una esquirla de hueso cortante. El rostromoreno, la línea delmentónmarcada,elperfilduro.Laboca,sinembargo,sorprendentementedelicada,carnosaysinuosa.

Loatravesócomolahojadeuncuchilloentrelascostillas.Procuróquenoselenotaranadaesanoche.Nilosdíasquesiguieron.

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PerodesdeentoncesveíaaDuncanconotrosojos.Conunamantaextendidaenelsuelo,Georginaestabasentadaenlahierba;elcielomostrabaunazul

sin piedad. Las lejanas nubes eran tan compactas y esponjosas que parecía inconcebible no podercaminarporellasdescalzohastaelfindelmundo.

Nomuy lejosdeella,AhTong recortabael jazmíny seoía el rítmicochasquidode las tijerasdepodar,elruidoquehacíanlasramasquecaían.Lasvocesy lasrisasdeDuncanyDavidinundabaneljardín, ambos enpantalones cortosy absortos enun juego en el que correteabanpor el lugar como sifuesenpotros.

–Noeresfeliz,MissGeorgina.Estaobservabaasushijos,tandistintosporfuerayporsuformadeser,perocasisiempretanunidos,

comoenesemomento,quecorreteabanalrededordeunárbolarmandojaleoypegandogrititos;quizáshubiesenvistounodelosmonossalvajesqueavecesseextraviabaneibanapararallí.

CuatroañosanteselconflictobélicoqueenfrentóaRusiacontraelImperiootomano,respaldadoporGranBretañayFrancia,enCrimea tuvoporresultadounderramamientodesangrenuncavisto.Peseaquelaguerraselibrómuylejos,Singapurfueconscientedegolpeyporrazodelodesprotegidaquesehallaba la isla en elmar. Singapur, que no había sido nunca una colonia en el sentido estricto de lapalabra.NoeraunapartedeGranBretañaqueuno trasplantabaenun lugar salvaje, incivilizado, trasconquistarterritoriosyvenceralosnativos,parapetarseenunafortalezaymantenerunejércitodispuestoparalalucha.

Singapur era un retoño del espíritu emprendedor y el capital británicos, fruto de negociaciones ytratados, criado en apacible coexistencia, una comunión de distintos pueblos que tenía por objeto elbeneficiomutuo.Untesorosinguardarquesuponíaunblancoatractivoparaunataquesorpresa,esoeraloqueseveíaahora,ybastabaunúnicobuquedeguerrarusoparaacabarconlaciudadfácilmentedesdeel agua y, de esemodo, herir en su punto sensible aGranBretaña como potencia económica y comonación.

DesdeCalcutaseforjarongrandes,osadosplanesparafortificarlaciudad,unosplanesquesufrieronmodificacionesysellevaronacabodenuevo.Mientrastanto,losciudadanosdeSingapurunavezmásseorganizaronporsucuentayfundaronuncuerpodefusilerospartiendodelamiliciaqueseformóensudíaparacontener losdesmanesde loschinosen laciudad.Voluntariosque,valiéndosedesuspropiasarmas,conformaronunregimientoparadefenderlaciudadencasonecesario,entreloscualessehallabaPaulBigelow.

LaguerradeCrimeaacababadetocarasufincuandoenlaIndiaprimeroloscipayosdelejércitoydespuéslasgentesenelcampoylasciudadesselevantaroncontralosseñorescolonialesbritánicos.Unarebeliónsangrienta,quehirióenlomásprofundonosoloalaIndia,sinotambiénaSingapur.

La preocupación hizo que en el rostro deGordon Findlay se grabaran profundas arrugasmientrasseguía los acontecimientos y esperaba recibir noticias, aunque el levantamiento se restringíaprácticamente al norte y el centro del subcontinente indio y todo parecía apuntar a que no llegaría alenclavefrancésdePondichéry.

NadiesabíaloquesupondríaeselevantamientoparaSingapur,queeseañoprobablementeduplicaríaelvolumendenegocioencomparaciónconeldehacíaquinceaños.Nadiesabíacómosecomportaríanlos cipayos de la guarnición de Singapur, los tres mil presidiarios, los varios miles de indios de laciudad,frentealoscualesnisiquierahabíacuatrocientoseuropeos.Enunañoqueempezóconhuelgasyprotestas contra la recién formada y exclusivamente europea junta municipal, que asumió laadministracióndelaciudadyenunfuturodecidiríasobreimpuestosytasas,ylosrecaudaría,dispondríasobreelmantenimientodecalles,laeliminacióndeinmundicias,laconstrucciónyelderribodecasas,yqueimplantóunasnuevasordenanzaspolicialescongrandureza.

Cuandocorríanunostiemposenlosquelosricoscadavezeranmásricos,ylospobres,máspobres.

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EnlosqueSingapurseencontrabadivididaentrelalibertadpreviadel laissez fairey lanecesidaddecontarconciertoordenyseguridad,entreeldeseodetenerelrespaldodeCalcutaydeindependizarsedelgobiernodeBengala.

AunquedurantemuchotiempoSingapurhabíasidounaislaactiva,peroasíytododeensueñoenlosconfinesdelmundo,prácticamentedelanochealamañanalasagitadasolasdelmardelmundorompíancontrasuscostas,yenelentramadocomercialquepermitióqueSingapursesintieraasalvoyprosperaracon fuerza se abrieron grietas. Unas grietas que se extendieron por el suelo que pisaban todos,ramificándosesutilmentecomorajasenelesmaltedeunafuentedeporcelanachina.

Se instaló una sensación de amenaza desconocida hasta entonces, sobre todo en Georgina tras suencuentroconRaharjo,queseleantojabaunapesadilla.

Fueunmartínpescadorelqueesamañanaledevolviódegolpeesemalsueñoquehabíaespantadoyreprimidodurantemeses.Undestellorojoanaranjadoyazulcobaltoentrelosárboles,rayodeesperanzayaugurioaciagoalmismotiempo;Georginanorecordabahabervistoningunonuncaallí,enL’Espoir.

–No–musitóalcabo.–Séescuchar,yalosabes.Ysoydiscreto.GeorginasediolavueltaenlamantahaciaAhTong,sibienevitólasmiradasqueéllelanzóentrelas

floridasramas.–Creoqueahoraséquehacemuchotiempoenterrémicorazón.Igualqueeltuanentonces.AhTongseguíacortandoramitassueltasdeljazmín.–Perdonaquetecontradiga,MissGeorgina,peronoesasí.Solohayquevertecuandoestáscontus

hijos.CuandotuanBigelowllegaacasa.Ahíescuandosesabequetucorazónsiguelatiendoentupechoconlamismafuerzadeantes.

Sucurtidorostro,másarrugadocadaaño,reflejóelesfuerzocuandocortóenérgicamenteunaramayladejócaeralsuelo.

–Pero te creo cuando dices que tienes la sensación de haberlo enterrado. Se vivenmomentos así.Tambiénnuestramempasóporellos.–ElhombremiróconatenciónaGeorgina,yunasonrisaleiluminóel rostro–. ¿Te he contado alguna vez que me trajeron a esta casa para despejar y domesticar elbosquecilloquecrecejuntoalmar?Puessí,asífue.–AhTongbajólastijerasyapoyóunamanoenunarama y después la frente. Vaciló, como si tuviese que sopesar si debía seguir hablando–. Por aquelentoncesyonoestabaseguro,puesafindecuentasnuncamehabíarelacionadoconseñorescomoeltuanylamem,peroteníalasensacióndequenopasabanporsumejormomento.Aunquenocabíanensídegozo con su hijita, los dos parecían infelices. Sobre todo lamem.–Las hirsutas cejas se fruncierondolorosamente–.Muyinfeliz,incluso.Eraellalaquequeríaquesetalaralaespesura.Yesoqueeltuanlahabíaconservadoasíexpresamenteparaellacuandoconstruyólacasa.Paraquetuvieraalgoquelerecordaraasupaísdeorigen.Conelpabellónjuntoalmar,paraquepudiesedisfrutardelabrisamarina.Justolamañanaquecogílasierra,vinocorriendoamí.Habíacambiadodeopinión.Queríaqueladejasecomoestaba.–AhTongriodetalmodoquelahuesudanuezbailoteó–.Meinvadióladesolación,porquepenséquemedespediríansinpagarme.Quevolveríaalmuelleatrabajardeculiarrastrandocajas.Peromepudequedar.–Levantó lacabezayasintióparasí–.Creoqueencadamatrimoniohaysequías.Haytormentas. Pero no hay que abandonar la esperanza.Ni perder la fe. Poco después volvió a reinar laarmoníaentreeltuanylamem.Fuerontandichososcomosolopuedeserlounmatrimonio.Hastaelfinal.

AhTongsedispusoautilizardenuevolastijeras.Georginatiródeunhilosueltodelsarongmientrassopesabacontientolaspalabrasquelaconsumían

desdehacíatantotiempo.–¿Sabesdequémurió?AhTongsedetuvoylamiróatentamente.–¿Esquenotelohacontadonadie?–Profirióunsuspiroyretiróalgunashojasamarillasdelfollaje–.

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Claroque túerasmuypequeña.Despuésprobablementenose leocurrieraanadiedecírtelo.–Tiróconsañadeunaramaaúntierna,aunquemustiaya,peroactoseguidosesirviódelastijeras–.Queríatenerotrohijo,aunquetodoslosmédicosdecíanqueerademasiadopeligrosoparaella.Aunquelamakbidantambiénlaprevino.Peroloqueríaatodacosta,ytambiéneltuanestabamuyesperanzado.Sinembargo,fueperdiendounotrasotro.Hastaquesucuerposequedósinfuerzas.–Miróalfrente,apesadumbrado–.Elúltimolecostólavida.Unvarón,segúndijoCempaka.–Sevolvióamediasysepasólamangacondisimuloporlosojosylasmejillasantesdecortarotraramacondecisión–.Sialgunavezhahabidounamemconuncorazóndetigre,esafuenuestramem.Ytú,MissGeorgina,hassalidoaella.

Georgina, la mirada perdida, se abrazó el cuerpo; cuánto deseó tener un hermano o una hermanacuandoerapequeña.Podíadargraciasporhabertraídoalmundoadoshijossanos,delgadoytenazeluno,más fuerte el otro. Se alegraba de que los dos niños no crecieran únicamente con sumadre y supadre,sinotambiénteniéndoseelunoalotro.Sobretodoahora,despuésdequelosOxleylehubiesendadolaespaldaaSingapur,yDuncanyDavidtuvieranquedespedirsedeThomas,Edward,GertrudeyEva,conlosqueavecesjugabanallí,eneljardín,oenKilliney,encasadelosOxley.

SusemblanteseiluminóalveraDavidconlosojoscomodosestrellasazuleseneldoradorostro.Elniñocorríacontodassusfuerzasporeljardínhaciaella,queextendiólosbrazos.

Elpequeñosearrojóaellosatodocorrer.Pusoelrostrocontraelhombrodesumadre,seagarróaellaconfuerza,conelcuerpecilloagitado,mediosinaliento,mediodan-dohipidos.

–¿Quésucede?–musitóGeorginaconlabocacontrasupelo,queolíaasol,limpio,yadulce,comolasavia,yunpocoasal,yleacariciólaespalda.

–Duncanesbobo–repusoensucuello.–¿Oshabéispeleado?Elpequeñoasintióconvehemencia.–Y,además,mehaempujado.Georginalevantólacabezaybuscóansiosaasuhijoeneljardín.Nohabríatenidoningúnsentidoprohibirlesqueseadentraranenelbosquecillo,pueserademasiado

tentadorparaunniño,ysushijoserandemasiadocuriosos,estabandemasiadollenosdevida.Georgina se había sumergido una vezmás en la cambiante luz verde de las dos estancias, en ese

mundo como submarino. El corazón cerrado a la fuerza, sordo y ciego a los recuerdos, centró porcompleto suatenciónendescubrirdeteriorosen lamaderay lamamposteríadelpabellóncon losquepudieran hacerse daño sus hijos. Lo que quedaba del tiempo que había pasado conRaharjo lo habíareunidomaquinalmentey lohabíaguardadosinmiramientosenuncajóndel tocador; tansolocogió laoxidadanavaja,paratirarlaantesdedarlelaespaldadefinitivamentealpabellónycedérseloalosniños.

«Tearrebatarétodoaquelloqueamasyteesmásque-rido.»Una bola de fuego de miedo se extendió en su estómago. Cogió a David con más fuerza de la

necesaria,loapartódesíylomiróconseveridadalacara.–¿Dóndeestátuhermano?Elniñomovióloshombrosmalhumorado,liberóunbrazoyseñalólatapia,detrásdeél.Elmar.–Hadichoquesoydemasiadopequeño.–Losojosselellenarondelágrimas–.Quesoloél.Élsolo,ha

dicho.–Yomeocupo,MissGeorgina.–CondosotrespasoslargosAhTongseplantóasuladoyagarróde

lamanoaDavid,quehabíaempezadoasollozarruidosamente.Georginasepusodepieysaliócorriendo;ladurahierbalecortabalasplantasdelospies.Franqueóelportónalacarrera,cruzóBeachRoad,pasandoaduraspenasentreunpalanquinyun

tirodebueyes,yfuedirectamentealapendiente.El pequeño estaba metido en el agua, que le llegaba por encima de las caderas, inestable en el

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blando,mullidofondo,expuestoalembatedelasolas.Nooyóquesumadrelollamaba.Teníalosbrazosabiertos,comoentrance,ofreciéndosealdiosdelmar.Lasolasibanavanzandohaciadondeseencontrabaelniño,encabritadaseimpetuosas,calmándosey

amansándoseaescasadistanciadeél.Unanimalferozrápido,fluido,querondabayengatusabaasuhijo,listoparaatraparlodeunmomentoaotroydevorarlo.

Georgina levantó paredes de agua cuando echó a correr hacia él,mojándose las ropas y notandocómoleardíanlosarañazosylasrozadurasqueteníaenlosdescalzospies.Seabalanzóhaciasuhijo,loagarróyselollevóconsigo;parecíasumamentepesado.

Duncan gritó como si lo estuviera despellejando vivo, pataleó, sacudió los brazos, intentó darlepuntapiés.HastaqueaGeorginalaspiernaslecedieronysedesplomóenlaarenamojada,lamidaporfinaslenguasdeaguaespumeante.

Conlasúltimasfuerzasquelequedaban,intentóretenerasuenfurecidohijo,quequeríazafarsedeella,seresistíaytratabadepegarle.

Queríaalejarse,volveralmar.Hastaquetambiénsusfuerzasseagotaron,susgritossetornaronunllantoendebleyseagarróasu

madreydescargósupenacontrasupecho.Georginacogióenbrazosasuhijo,asuprecioso,salvajeniñodelmar,ylomeció.Leacaricióel

cabellomojadoycompartiósuañoranza.Sudolor.Suira.Aldíasiguiente,Georginaempezóaenseñaranadarasushijos;primeroaDuncan,luegoaDavid.YpidióaPaulquesemudarandecasaloscuatro.LejosdeL’Espoir.Lejosdelmar.

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14Singapurcrecía.Lariquezaaumentaba,perotambiénlaspersonas.Losalquileresdelosgodownsylasviviendashabilitadasencima,decasasyhabitacionesprivadas,

experimentaronunincrementovertiginoso.Todoelqueselopodíapermitirseplanteabadejaratráslasestrechecesylasuciedaddelaciudad.Alejarsedelruido,elhedorylassiempreinundadasentradasdelascasas,ytrasladarseaunazonatranquilaconmásespacio,unairemáspuroysusigualesporvecinos.

Si antes eran propietarios de plantaciones como el cónsul Balestier o el doctor Oxley los queadquirían terrenosenel interiordelpaísparadestinarlosaunaplantaciónydepasoerigirunacasaydespuésalgúnqueotrotowkayyeuropeosricosquequeríanhacergaladesuprosperidad,cadavezeranmásloscomerciantesquedejabanlaciudadparairsealcampo.

Unanecesidadquecoincidióconelocasodelasplantacionesdepimientaycachú,yconlamuertedelas mirísticas, ocasionada por escarabajos. Los terrenos se vendían enteros o en parcelas o bien selevantabancasasenellosydespuéssearrendaban.EldoctorOxleyhabíamalvendidohacía tiemposupropiedad enKilliney con las achacosasmirísticas, de alrededor de ciento ochenta yugadas, antes departirconsuesposaysusnuevehijosaInglaterra;alolargodelosañosquesiguieronseconstruyeronallí casi cuarenta casas. Tanglin era un lugar que gozaba de especial predilección, al otro lado deOrchardRoad,dondeloscaminoseranbuenosylasvistasbellas,ydesdedondeunsycepodíallevarloaunocómodamenteatrabajaraldespacho.

Almismotiemposellevóacabounareorganizacióndelplanodelaciudad,quedatabadelaeradesirStamfordRafflesyWilliamFarquhar,sugobernador.Loscanalesqueasegurabanelabastecimientodeaguadelaciudadporfinrecibieronunnombre.CommercialSquarepasóadenominarseRafflesPlace;lascallessituadasenlaorillanortedelríoSingapur,quesellamabanigualquesuprolongaciónalotrolado del río, fueron rebautizadas. Church Street se convirtió en Waterloo Street; Market Street, enCrawfordStreet.

«¿Lohueles? ¡Otravez eseolorpuro a lavanda!», sedecía irónicamentede la callequediscurríahaciaelnortealotroladodelríoRochor,endirecciónaSerangoonRoad,entreplantacionesypequeñoshuertos abonados connight soil y las porquerizas.Y el sobrenombre acabó siendo oficial: LavenderStreet.

PaulBigelowpudohacersejustoatiempoconunterrenoenOrchardRoad.Yesqueenelplazodetresañoselvalordelsueloylaspropiedadesseduplicó;alfinalinclusosetriplicó,yhacíayatiempoquelademandaerasuperioralaoferta.

Singapurvivíalafiebredelaconstrucción.Lalámparadelamesilladenochearrojabaunaluzplacenterasobrelacama.Sobreellibroabierto

queGeorginateníaapoyadoenlasflexionadaspiernas.Llevabaalgúntiemposinpasardepágina,puesescuchabalossonidosdelanoche.

Elvientosusurrabaentrelashojasdelosvetustosárboles,quenohabíantenidocorazónparatalarmientrasestuviesensanos,yenlaestanciasecolabaelcantodealgunacigarraqueotra;eraunanocheseca.

Echabaenfaltaelmar,unayotravezcreíaoírelmurmulloyelbatirdelasolas.Unsonidofantasma.Eracomosisehubiesequedadosordadeunoído.

TambiénDuncansufría,ellaseloveíaenlosojos,enlanostalgiaquereflejaban.YmientrasDavidrecorríalashabitacionesfelizycontentoporexplorarsunuevacasa,Duncanestuvomohínodurantedías;ni siquiera el poni que Paul les compró a los dos niños y que pasó a sumarse a los caballos de lacaballerizalogróconsolarlo.

Losniñosdormíandesdehacíatiempo,yKartika,quenocupoensídedichaalsaberqueseiríaala

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casanueva en calidaddeayah, estaba en suhabitación.También los criados sehabían retirado a suscuartos,enlaparteposteriordeljardín.Elcocineroindio,recomendacióndeAnish,sehallabaconsusayudantes.Tresboyschinos,dossirvientasmalayas, lostressycesyel tukangayer,que ibaporagua,partíaleñayvaciabalosorinales.LostiemposenquecomerciantesescocesescomoGordonFindlaysesentíanorgullososdepoderarreglárselasconelmenorpersonalposibleeranhistoria.

Alcaerlanochelosdosvigilantesmalayoshabíanentradodeservicio.Georginaoíadecuandoencuandosusvocesquedas,susrisassofocadas,cuandorecorríanlapropiedad.YBoyOneaúnestabaenpie,esperandoelregresodeltuan.AligualqueGeorgina.

Lacasa,construidaaciertaalturadelsueloparamantenerlahumedadarayayelpisofresco,sobreunabasedeladrillo,eragrandeybonita.

La llamaronBonheur, Suerte, en honor a lamadre deGeorgina y porque lo consideraron un buenaugurio.

Aún olía a nuevo, al reciente chunam de las paredes, a madera abrillantada y al bambú de laspersianas; al exquisitomobiliario, realizado ex profeso, demaderas tropicales y rota; a plata y latónreciénlimpiados,yalatierraregada,lashojasverdesdelasplantasdelasmacetas.

Yenelaire siempre flotabaelaromadulzónyespeciadodelhuerto.Elolor secode lahierba,elgredosodelatierrarojayelfrescordelosbrotesdebambú,tembusuyheliotroposilvestre,decañasdeIndiasydistintasvariedadesdejazmín.

AhTongsemostródispuestoaayudaraGeorginaaelegirlasplantasydarinstruccionesalosdosjardineros malayos que se desplazaban hasta allí a diario desde su kampong. Sin embargo, rehusóamablemente,peroconfirmeza,elofrecimientodeGeorginadequesemudaraalacasaconCempaka:susitioestabaenL’Espoir.

Abajo,enelsalón,unrelojdiolahora,yGeorginacontólascampanadas:medianoche.PorlatardePaulhabíaenviadoaunmensajero:llegaríatarde,demodoquenoloesperaraparala

cena.Lasegundavezesasemana.Deuntiempoaesapartesequedabatrabajandohastatardeamenudo,confrecuenciainclusolosfinesdesemana,ensudespachodelaplantabaja,ycuandoporfinsubía,selimitabaaestrecharlaentresusbrazosybesarlaenlamejillaantesdequedarsedormidoalinstante.

Unavezmáslainvadióunasensaciónopresiva.Aguzóeloído.Unruidodecascosdecaballoycrujirderuedasseaproximóalacasayenmudeció,

despuéssevolvióaoírysealejódenuevo.ActoseguidoescuchóabajolasvocesdePaulyBoyOne,yrespiróaliviada.

Sinembargo,nooyópasosenlaescalera.Lacasaseguíaigualdesilenciosaqueantes.Notólasbaldosasdelrecibidorfríasensusdescalzospies.Ellugarestabaoscuro,aexcepcióndela

cuñadedébilluzquesalíadeldespacho.Paulsehallabasentadoalamesa,conunvasodelantecuyocontenidodespedíaunbrilloambarinoa

laluzdelalámpara.Conlavistaclavadaenlospapelesextendidos,sefrotabalafrente.Parecíaagotado,abatido.

–¿Noquieresveniralacama?Élalzólacabezaylosojosseleiluminaron.–Georgina.¿Tehedespertado?–No.Aúnestabadespierta.–Vuelvearriba.–Lesonrió,ungestocuyopropósitoprobablementefuesetranquilizarla,peroquesele

antojóangustiado–.Aúntengoquemirarunascosas,perosubiréencuantotermine.–Debohablarcontigo–musitóGeorgina.Élarrugólafrente.–¿Lespasaalgoalosniños?

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Georginasacudiólacabeza.–¿Setratadealgoimportante?–Sonabaimpaciente,ca-siirritado–.¿Nopuedeesperaramañana?¿O

alfindese-mana?Ellaseacercóalescritorioypasóelíndiceporelbordemientrasdabalavueltaysedeteníaenla

parte estrecha. La carga que llevaba le oprimía el corazón, le costaba darle forma y expresarla enpalabras.

–¿Tienes...hay...hayotramujer?Paullamirófijamente,lascejasfruncidas,labocaentre-abierta.–¿Otramujer?–Undestelloiluminósusojos,yélrompióareír–.¿Quéotramujeribaahaber?¿Las

señoritasNapier,quizás?¿OlaseñoritaCooke,delaescuelaparaseñoritaschinas?–Lelanzóunamiradapícara–. Aunque, ahora que lo pienso... Lucy Oxley podría haber sido de mi agrado, claro que pordesgraciayanosigueaquí.

Georginanofuecapazdereírseconél;semordíaellabio,tensa,yseguíaelmotivoenrelievequerecorríalamesa.

–Venaquí.–Letendióunamano.Ella no se movió, y él se echó hacia delante, la cogió por la muñeca y le hizo dar la vuelta al

escritorio.Georginadejóquelasentaraensuregazodemalagana.–¿Quéclasedenecioseríasiengañaseaunamujercomotú?–musitó–.Sitúerestodocuantodeseo.–

Labesóeneldesnudobrazoyacontinuaciónpasóporéllamejillasinrasurar–.Teprometoqueprontovolveréatenermástiempoparatiylosniños.

Georginamirólospapeles,largasfilasdenúmerosynotasescritasdeprisaycorriendo,subrayadasconuntrazoenérgicoaquíyallá,algunaspalabrasdentrodeuncírculo.

–¿Eslacompañía?LaúltimavezquePaulhabíahabladoconelladelosnegociosdebíadehabersidohacíameses;la

casanuevahabíaacaparadoporcompletolaatencióndeambos,yporañadiduraahoraGeorgina,asusveintiséisaños,debíaocuparseporvezprimeradelcometidodeserlamemdeunacasa.

Exhalandodespacio,Paulseretrepóenlasilla.–Enestemomentohayalgunasdificultades,sí.Precisamenteahoraquehemosinvertidotantodinero

enlacasaynonosvendríanmalunasganancias.–Hizounamuecaysepasólasmanosporelrostroyactoseguidoporelcortocabello,comosiquisierasacudirsealgo–.Noshanfalladoalgunos towkays,ynosabemosporqué.Ahoramismomepasolosdíasllamandoalaspuertasdesusgodownscomosifueseunpedigüeñoparahacerlescambiardepareceroalmenosquemedenlarazónporlaquelohanhecho.Y,entretanto,medejolassuelasparahacernuevoscontactos.

GeorginasabíacuáleraelpatrónporelqueseregíaelcomercioenSingapur.Loscomercianteseuropeosaportabanel capital inicial en formadegénero importadodeEuropay

América,comoartículosdeferretería,acero,armasylacorrespondientepólvora.Hilodecobreyvidrio,cerveza,vinoybebidasespirituosasyloqueproporcionabalaIndiacolonial,comoalgodón,productosderivadosdelcoco,yute,té,salitre,trigo,arroz,garbanzosy,sobretodo,claroestaba,opio.

Productosqueeranadquiridosacréditopor los towkayschinosyentregadosasuvez,asimismoacrédito, a los capitanes de los juncos y otros comerciantes, que ponían rumbo a Siam y China,Cochinchina y Tonkín, y a comerciantes menores y tenderos, a agentes que enviaban los artículos aSumatra,aBorneoyalapenínsulamalaya,dondeloscomprabancomerciantesmenoresaún.

Los artículos de todo el sudeste asiático emprendían el camino contrario, de los pequeñoscomerciantes,pasandoporlos towkays,a loseuropeos,desdecuyosgodownseranenviadosalmundoentero.Especias,estaño,oro,tapioca,azúcar,arroz,gutapercha,pielesdeanimalesycuernosdebúfaloytodoloquesalíadelasjunglasylosmaresypodíaconvertirseendinero.AestohabíaqueañadirlostesorosdeChina,canela,alcanfor,jengibre,anís,seda,porcelanayté.AzúcardeSiam,arrozdeJavay

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Birmania.Maderadesándalo,caballosybarcosdeAustralia.Tabaco,caféycáñamodeSudamérica.Unentramadotanvastoyfinamenteramificadocomolasraícesylasramasdelosmangles.Eltronco

eran los comerciantes chinos, que unían la raigambre y la copa y las nutrían demanera recíproca alvincular lasvíasascendentesydescendentesdecapitalygénero.Perder las simpatíasde los towkaysteníaresultadosfunestos.

–Paracolmodemalesayerrecibimoslanoticiadequehemosperdidouncargamentocaro.Elbarcoque lo transportaba fueatacadoysaqueado.–PaulabrazóaGeorginay lebesóelhombro–.Perono tepreocupes.Nosrecuperaremos,tupadreyyo.

AGeorginaelcorazónseleaceleró.Laluzdelsolqueentrabaporelfollajedelosfrondososárboleseradoradayteníaunefectomágico

enlarefrescantesombraquearrojaban.Hacíacalor,peronobochorno;eraunodeesosdíascalurososenSingapurquedibujabanítidamentelassiluetasyconferíaunbrilloaudazaloscolores,peroconvertíaenunsusurroindolenteelcantodelospájarosylascigarras.

Flotaba un barrunto de agua que volvía el aire límpido y llevaba consigo el sonido de las olas,aunquenoseoía,tansolosesentía,unsusurroenlapiel.

La casa destacaba vivamente en medio de la verdura, la lisa fachada aún más blanca contra laspuertasypostigosdemaderaoscura,abrillantada.Uncauri.ComoelqueRaharjoledejóensudíaenelpabellón.Lacasaquequeríaerigirparaellaantaño.

KulitKerang.ElsycedelcochedealquilersupodeinmediatoenquépartedeSerangoonRoadvivíaunhombrellamadoRaharjo.

LacasadebíadeserigualdegrandequeBonheur,quizámás,eltejadocubiertoconlasmismastejasrojasdeMalaca.Esamañanaparecíaabandonada.Reservada.

Georginatragósaliva.–Mem?Laanchasonrisadelsycesevolvíamásinseguracuantomástiemposeveíaobligadoaesperar,una

manoen laportezuelaabierta, laotra tendidahaciaella.También losdosvigilantesapostadosante lacasalaescrutabandesconcertados, lanzándosemiradasinquisitivas; ibanarmados,al igualquelosdoshombresqueguardabanelcaminoporelqueseaccedíaalapropiedad.

Haciendounesfuerzo,Georginatomólamanoqueleofrecíaelsyceysebajódelcoche.Llevabalacabeza cubierta con un sombrerito de paja adornado con cintas, bien alta. Fue directa a los dosguardianes.

–Llevadmeantevuestrotuan.DecidlequeNilamdeseahablarconél.Laescudriñóensilencio.Georginaestabaenpie, recta, ante suescritorio, conun sombreroabsurdoenel cabello recogido.

Conunodeesosvestidosconeltalleestrecho,lasmangasampliasyholgadasylasfaldassimilaresaunacúpula. Un vestido de gran calidad, pero no excesivamente caro, que resaltaba sus intensos colores.Bonito,peronoespecialmente llamativo,confeccionadoenunalgodónligeroestampadoconflorecitasdedosclases.

Blancasyazules,comolaporcelanachina.Comoelmarylaespuma.¿Sehabríavestidoasídeliberadamente?Nunca la había tenido por una persona calculadora, pero podía estar equivocado.Como en tantas

otras cosas. Tampoco pensaba que pudiera ser tan atrevida como para ir a visitarlo. En un primermomento su intención fue ponerla de patitas en la calle, pero después decidió hacerla esperar en elrecibidor, hasta que la curiosidad pudo con él. Hasta que las viejas cicatrices lo incomodarondemasiado.

Susojoseranfríosyclaros.Comoeldíaenquesecasóconelorangputih.Tansolosumododepasarlosdedosporlosguantes,quesosteníaenlamano,porelcierredelbolso,

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revelabaquenosesentía tanseguracomoaparentaba.Tras lanyonyamadura, adulta, sepodíaver laniñitaquehabíasido.

Lamuchachaalaqueélconocióy,sinembargo,nollegóaconocernunca.–¿Quéquieres?–espetóalcabo,conaspereza.–Quieroquedevuelvaselcargamentoquelehasrobadoanuestracompañía.Raharjohizounamuecadeburla.–¿Quétengoyoqueverconeso?–Séquehassidotú.Fruncióelceño.–Elqueespiratamueresiendopirata,¿no?Siempreseráunladrón.Esoesloquecreessaber.Ellaseencogiódehombros.–Simplemente lo sé. Y también te has ocupado de que taukehs importantes ya no quieran hacer

negociosconnosotros.Aunquenosepaexactamentecómolohashecho.¿Eracostumbreentre losorangputih que los hombreshablarande sus negocios con sus esposas?

Esbozóunasonrisaamediasmientrassacabauncigarropurofinodelacajadeplata.–Nomeculpesamísitecasasteconunhombrequenosabenadadelcomercio.–Seencendióelpuro

yexpulsóelhumoconfruición,alegrándosealvercómoseteñíanderuborsusmejillas,susojosechabanchispas.Elpulsoseleaceleró,haciendoquelasangrelecorrieramásaprisaporlasvenas.Seretrepóensuasientoycruzólaspiernas,entrelasquehabíaempezadoasentirunhormigueo–.¿Ysiasífuera?¿Sihubieratenidoalgoquever?¿Quérecibiríaacambio?

Georginaenarcólascejas,yactoseguidolasfrunció,furibunda.–¡Loquehashechonoestábien!Deberíascontentartecondevolverloquenospertenece.–Noestábien.–Suvozlesonócáustica,desagradableinclusoaélmismo–.Probablementeentiendas

poresoalgomuydistintodeloqueyoentiendo.–Tepuedesquedarcontodasmisjoyas–musitóella–.Siespreciso,inclusoconlasdemimadre.–¿Yquéhagoyoconeso?–Serio,unarisaásperayruidosa;teníalabocaseca.–Telopagaré,siloprefieres.Melascompondréparareunireldinero.Pocoapoco.–Supechosubía

ybajabadeprisa–.Telo...teloruego–añadió.¿Esquenoteníaorgullo?¿Tantoamabaaesehombrequenoseavergonzabadehumillarseporél?Su

semblanteseendureció.–Séloquequieroacambio.Susojosseclavaronensuspechos,fueronbajandodeliberadamentedespacioysubierondenuevo.

ViosatisfechocomolasmejillasdeGeorginaenrojecíanmás,bajabalavista.–Deacuerdo.Larespuestafueapenasaudible.Toda lasangredeRaharjoafluyóa lazonacentraldesucuerpoyformóunremolinoquecontinuó

bajando.–¿Deverdadestaríasdispuestaaconvertirteenunarameraportuesposo?Ellaabriómucholosojos,refulgentescomozafirostallados.–No.Perosíqueloharíaporlacompañíademipadre.Ypormishijos.Conel cigarro encendidoen lamano,Raharjo sepusodepiedespacio, se acercóa lapuertaque

habíatraslamesaylaabrió.–Demuéstralo.LamiradadeGeorginadescansó en él, en la puerta, abierta depar enpar, y en la habitaciónque

habíatrasella.Enlapenumbra,conlospostigosechados,parecíatansobriaysencillacomoelrecibidorenelque

tanto tiempo había estado aguardando hasta que él la hizo llamar, como el despacho en el que se

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encontraba.PoralgúnmotivoesperabaqueRaharjoestuvieserodeadodeunlujoostentoso,contejidosdevivoscoloresymobiliarioornamentado,plataycristal,porcelanaymármol;quizáporquehabíavistolacasadeWhampoaysiempreasociaba la formadevidamalayaalcolorido.Sinembargo,esacasa,noble en su sencillez, en refrescante blanco ymarrón oscuro, casaba con él, al igual que la sencillacamisablancaquellevaba,lospantalonesmarronesyelhechodequefueradescalzo.

Losojos deGeorgina se clavaron en la amplia cama condosel y el rostro se le incendió.Con labarbillaadelantadaconaltanería,perolamiradabaja,pasópordelantedeél,moviendolasfaldasconaireenérgico,disimulandoaduraspenassuindignación.

Dejólosguantesyelbolsoenunasillaqueviotraslapuerta,sequitólosalfileresdelsombreroydepositóencimaelsombrero.Lapuertasecerróconunsuaveclic.

–¿Aquéestásesperando?Desnúdate.Georginareprimióunasonrisa.–Metienesqueayudar.Elvestidosecierrapordetrás.Ytambiénconelcorsé.Raharjovaciló,seacercóaellaycomenzóahacerloquelepedía.Torpeycuidadosoalprincipio,

despuésconunarudezaintencionada;doscorchetessaltaronycayeronalsuelotintineando.Cuandosusdedoslerozaronlanuca,Georginanotóqueunescalofríolebajabaporlaespalda.

Sedespojódelcorséyloarrojólejos,despuésdejóquelaenaguaylacrinolinaresbalaranalsuelo.Impaciente,Raharjotiródelacintadelcorsé,ysumano,queteníaapoyadaenlascostillasdeGeorginaalhacerlo,leabrasólacamisillaylapiel.

Georginasefuedeshaciendodecapatrascapa,fuedejandocaeralsueloprendatrasprenda,mientrasveíaconelrabillodelojoqueéllarodeaba,apagabaelcigarroenunplatillodecristaljuntoalacamaysedesvestía.GeorginasurgiódelasnubesdeteladesnudacomoVenusdelaespumadelmaryfuehaciaél,evitandosumiradaacechante.

ElcuerpodeRaharjoeraoscuroenlasombragrisperla,moteadadeluzempolvadadelaestancia,comosiestuvierahechode larelucientemaderadelsuelo,de lamacizacama, lossurcosy lassuavescurvaturasdemúsculos,huesosytendonestallados.Desprendíauncalorhaciaelquesevioarrastrada.Quelehizolabocaagua.

Sumanoleacaricióelcuello,ydespuéslaagarróderepenteporlanucaylaempujóhaciaabajo.Queríaobligarlaaponersede rodillas,aqueacogieraensubocasuanhelantemiembro.Ella sepusorígida,apoyólasmanoscontodassusfuerzasenelpechodeRaharjoyechólacabezaatrás;antestendríaquepartirleelcuello.

–No–bufó,fulminándoloconlamirada.Sabíaloquequería.Confuegoenlosojos,Raharjolatendióenlacamadeunempellónysearrojóencima.Susmanos,

másdelicadasqueantes,peroasíytodountantorudas,latrataroncondureza,subocaferozensupiel,cadarocecasiunadentellada,yGeorginalocomprendió.

Queríacastigarlainfligiéndoledolor.Humillarlaforzándola.Mortificarla.Quéabsurdo.Quésinsentido.Cuandoaella laabrasabaeldeseodesdequese topóconél laúltimavez.Mientras lasmanosde

Raharjohacíanquesucuerposefundiera,subocaledejabahuellascandentesysubarbaleacariciabalapiel.

UnasensacióndealegríarecorrióelcuerpoenterodeGeorgina,queempezóareírse,acarcajadas,sincontrol,dichosa.UnarisaquedesconcertóaRaharjo,queloexcitótodavíamás.

GeorginasediocuentadequeaRaharjolesorprendíaquenoopusieraresistenciacuandolapenetró.Queledieralabienvenidacomolohizo.

Larisasetornóungritoprolongado,bronco,añoranteycomodeunanimalencelo.Élletapólabocaconlamanoysusmiradassecruzaron.Ella relajó los labioscomosi fueseabesarlo,y lehundió los

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dientesdespacioenelpulpejodelamanohastaquelapielseabrió.Notóelsaborasangre,yalmirarlovioqueéltambiénloestabadisfrutando.

Un río impetuoso arrolló con furia la orilla en violentas olas que los arrastraron a los dos y losprecipitaronenunabismooscuro,quearrasósuego.

Georginasiguióconlamiradalasvolutasdehumoazulhastaeldosel;unapartesequedóenredadaenlatupidatramadelamosquitera,otrasecolóporlamalladelatelaycontinuósucaminohacialasvigasylosmaderosdeltecho.ElcalorqueseguíadesprendiendoelcuerpodeRaharjoatravesabaconfacilidadlavaradesábanasblancas,frescas,quelosseparabayseentremezclabaconelrescoldodesupropiapiel.

Laluzdelsol,filtradaporlashojasylospostigos,bailoteabaporlaestancia.Georginaoíaelrío,susuavemurmullo,suborboteo.

Parpadeóunascuantasveces.Por las tablillas de los postigos de las ventanas entraban voces, alegres y agudas, como de niños

pequeños,unarisaperlada,yvolviólacabeza.–¿Tieneshijos?LamiradadeRaharjoseguíafijaeneldosel.–Unahijayunhijo.Miesposaesperaeltercero.AunqueGeorginasabíaqueno teníaningúnderechoasentirseasí, la respuesta le llegóalalma.Y

másaúnlaindiferencia,casifrialdad,conquelodijo.Raharjosetumbódecostadohaciaellayexpulsóelhumo,unhumoacre,quefuecomounacaricia

quehizoquesuspechosseirguieran.Extendióunbrazoyechólacenizaenelplatillodecristalantesdeque sumanodescansara en la caderadeGeorgina.Lasyemasde susdedosdibujaron las finas líneasplateadas,apenasvisiblesya,quepesealoscuidadosdeBethari,lehabíadejadoDuncan,ysuroceyelcalorquedesprendíaelcigarro,peligrosamentecercadesupiel,lahicieronestremecer.

–¿Ytú?–Dos hijos.–Una sonrisa asomó a su rostro–. Ambos son buenos nadadores. Les he enseñado yo.

Comomeenseñastetúamí.También los labiosdeRaharjo formaronuna suertede sonrisa,mientras sumirada seperdíaen la

distanciayretirabalamano,dejandotrasdesíunfríodesagradable.Susojoseranclarosybrillantestraselhumodelcigarro.Impenetrables,comolapiedra.

Georginasabíaquetendríaquehabérselodicho,peronofuecapaz.Noqueríaconfiarlealgomásquesucuerpo.Todavíano.

Sumanosedeslizóenladeél,lequitóelcigarropuroyselollevóalaboca.Soloaspirólevemente,lojustoparasaborearelrastrohúmedoquehabíandejadoloslabiosdeRaharjoenelásperopergaminoy llenarse labocadelacrehumoantesdedevolvérselo.ElhumoqueexpulsósedesvanecióenelquesalióactoseguidodelabocadeRaharjo.

–Háblamedetushijos–musitóella–.Detuesposa.Raharjoextendióelbrazoparaapagarelcigarroenelcenicero.Conunarodillaentrelosmuslosde

Georgina, los antebrazos apoyados cerca de su cabeza, se tendió sobre ella, los rostros muy cerca.Vaciló, y acto seguido posó su boca en la suya. Georgina profirió un ruidito, asombrado y casiquejumbroso.Cerrólosojosyseabandonóaesebeso.Yalsiguiente,yalotro.

Lasmanosdeél, sus labios leacariciaron lapielcon tantadelicadezaque ledolió.Seabrióa sudureza, y fue como si estuviese entre sus brazos en una barca que semecía con suavidad por el ríoSerangoon,sualientoensuoídocomoelfluirdelaguaquemusitósunombre.

Laslágrimasseagolparonasusojoscerrados,lecorrieronporlassienes,calientes,yseenterraronensucabello.

–Deboirme.

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Georginasedesasiódesuabrazoysepusodepie.Losmúsculosletemblabanalcaminarporellisopisodemadera;fuecogiendounaprendatrasotrayempezóavestirse.Todosucuerpo,susextremidadesvibraban, huellas de lasmanos, la boca de Raharjo; al día siguiente estaría llena demoraduras. Loslabios le ardían, los sentía hinchados, se notaba irritada entre las piernas, y olía a sudor y a sexo, aalmizcleysal.

ConfiabaenpoderllegaracasaatiempodedarseunbañoantesdequevolvieraPauldelgodown.No sentía vergüenza ni culpa. Tan solo la exaltación de haber recuperado lo que le había sido

arrebatadoañosatrás.Loqueerasuyo.Experimentóunsoplodedicha.Unasuertedepoder.Yciertatristeza.–¿Meayudas,porfavor?Con lasmanos apoyadas en las caderas, esperó aqueRaharjo se situara tras ella y le cerrara las

cintasdelcorsé.–Lapróximavezponteotracosa.Nosoytuayudadecámara.Georginarioysepusolacrinolina.–¿Lapróximavez?Hasconseguidoloquequerías.Ahorahasdecumplirtuparte:devuélvemeloque

hasro-bado.Raharjoleciñóelcuerposinmiramientosyacontinuacióncomenzóaabrocharloscorchetes.–¿Acasocontabasconquetendríaishoymismovuestropreciadocargamentoalapuertadelgodown?

¿Odelantedevuestracasa,enOrchardRoad?UnescalofríorecorrióaGeorgina.–¿Sabesdóndevivoahora?Raharjoresopló,yellanotósualientocalienteenlanuca.–Sémuchodetodocuantopasaenlaciudad.Georgina suspiró sin querer cuando él bajó las manos y pudo dar un paso para alejarse de él y

ponerseloszapatos,recogersedebidamenteelcabello,quesehabíasoltado;faltabanalgunashorquillas.–Meesindiferentequelohagasdeunaformaodeotra,perohazlo.Éllacogiódelbrazoytiródeella.–Nomedigasloquetengoquehacernicómodebohacerlo–musitóconvozbronca,labocapegadaa

sucuello.Despuésaflojólapresiónylabesóenlanuca,aúnsudorosa,enelfinovelloensortijado–.Yoseréquiendecidacuándoestásaldadatudeuda.–Lasoltó,yellaseacercóalapuertaycogiólascosasdelasilla.SintiólosojosdeRaharjoclavadosensuespalda–.Nointentesjugarconmigo,Nilam.Noteconviene.

Georginanosevolvió.Raharjo recorrió la hierba, salpicada de sombra, y fue al río. Iba tranquilo, y también se sentía

sosegado.Enpaz.Sereno.Unasensaciónnueva,desconocida.Sedetuvobajounodelosárboles.NomuylejosdeéljugabanVeenayHarshad;unjuegoqueatodaslucesgirabaentornoadarleuna

palmadaalotroenalgunapartedelcuerpoydespuéssalircorriendo.Harshaderaderrotadosinremedioporsuhermanamayor,locualnomermabaenmodoalgunosualegría,quemanifestabachillandoyriendoacarcajadas.Mirabaunayotravezenbuscadeaplausoasumadre,queestabasentadaaloBudaenunamanta.

Veena,altaparaloscuatroañosqueteníaydelgada,trasdarelestirónelañoanterior,fuelaprimeraquelovio.

Sedetuvoenplenacarrera; lamanoenaltobajóyagarróunextremodelvestiditorojoanaranjadoquellevaba.Lasonrisaradiantequelucíaenelrostro,másredondoaúndebidoalatrenzaquerecogíasucabello, que permitía ver los aros de oro en las perforadas orejas, se esfumó. Miró fijamente,

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atemorizada,asupadre,queunasvecespodíaserdesabridoyreservadoyotrassemostrabatanamablequeladesconcertaba.Queamenudodesaparecíadelanochealamañanayseausentabatantotiempoqueella casi lo olvidaba, hasta que un buen día aparecía, trayendo consigo olor a sal y agua, a viento ymadera.

–¿Mepermites?Leelavati levantó la cabeza, asintió y se hizo a un lado para que él se sentara.Con la vista baja,

cohibida,seacaricióelvientre,abultadobajoelsariquellevaba.EntoncesviotambiénasupadreHarshad,quequizáfuesedemasiadopequeñoaúnparasufrirconlos

cambiosdehumordesupadre,otalvezsencillamentefuesedecaráctermásindiferentequesuhermana.Profiriendogritosdealegría fuecorriendohacia supadre, searrojó sobreélyapoyó lacabezaen supecho,riendocomoloco.RaharjolorodeóconunbrazoyllamóaVeena.

Ella, doblando un pie con aire inseguro,miró a sumadre con cara de interrogación. Solo cuandoLeelavati hizo un gesto afirmativo, la niña se puso enmovimiento, despacio, pero se sentó junto a sumadre,apoyandolamejillaensuvientreyescrutandoaRaharjoconrecelo.

–¿Teencuentrasbien?¿Yelniño?Leelavatilomirófijamente,sindarcrédito,ynecesitóuninstanteparareponerse;élnuncalehabía

preguntadocómoestaba.Ruborizada,asintiómientrasleacariciabaelcabelloaVeena.–Hepensadoquepodríavenirunaayahacasaencuantonazcaelniño.Quizásinclusoantes.¿Quéte

parece?ALeelavatielcorazónlelatíaconfuerza;talvezlascosasaúnpudiesendarungiropositivo.–Esmuyamableportuparte.Muchasgracias.–Los niños tienen que aprender a nadar de una vez por todas. ¿Tú qué opinas,Veena?–La niña se

estremecióylomiróconlosojosmuyabiertos–.¿Vamosmañanaanadar?¿Alrío?–¡Yotambién!–protestóHarshad,levantandolacabezamientrassuhermanamirabayaasumadre,ya

asupadre,elceñofruncidoenseñaldedesconfianza.–Sí,tútambién.–Raharjoserioyzarandeóasuhijo–.¿Qué,Veena?,¿túquédices?¿Teapetece?Finalmente,losojosdelaniñaseiluminaron,asurostroasomóunatímidasonrisayasintió.Conlamiradabaja,Leelavatimiródereojoasuesposo.Ensuscincoañosdematrimonionuncalo

habíavistotandistendido,detanbuenhumor.Tanaccesible.«Fuiste tú la que se empecinó con ese desconocido apuesto. Y ya ves de qué te ha servido–la

regañabasumadre,quesolíairdesdeKlingStreetparaecharleunamanoconlosniños,cadavezquesequejaba–.Notienesaunasuegramalaquetehagalavidaimposible,ytuesposonotepega.¿Acasosaliódesubocaalgunapalabramalacuandoelprimerhijoquetrajistealmundofueunaniña?¿Eh?Esovalemucho, hija mía, muchísimo. Tienes una casa magnífica, en la que puedes campar a tus anchas, ynumerososcriados.Y,porañadidura,másdinerodelquepuedesgastarydoshijossanos.¿Esquenotebasta?¿Quémásquieres?Además,deberíashabersabidoqueengendrarhijosnoesningúncaminoderosas.Nosédedóndehassacadolospájarosquetienesenlacabeza.Demíno,desdeluego.»

Talvezfueseciertoquelosdiosesregíaneldestinodetodoelmundo.Leelavati,encualquiercaso,hacíacuantopodíaparaqueestoslefueranpropicios.Conofrendase

inciensoyplegariassalidasdelomásprofundodesucorazón,tantoenelaltarqueteníaencasacomoeneltemplodeSriMariamman,enelbarriochino.

Laúltimavezquesuesposohabía subidoa suhabitaciónparayacerconella lahabía tratadoconmenosbrusquedad;cuandoengendraronalhijodelqueestabaencinta,inclusoencontróalgodegustoenello.

Sí,quizálosdiosesloarreglarantodoysussueñosdeamorydichasehicieranrealidad.Raharjoseechóhaciadelanteparaacariciarle lamejillaaVeena,quesedejóhacerdemalagana,

debatiéndoseentreel rechazoy laañoranza.UnmovimientoquehizoqueLeelavatipercibierasuolor,

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eseoloramarycanelaque laenloquecíaapesarde lospesares.Esedíaolíamása fresco,como lahierbaenlaqueestabansentados,comoelairepocoantesdeunatormenta.Ymásintenso,másfragante,comoelpachuliylamaderadesándalo.Comodespuésdelactocarnal.

Se le pasó por la cabeza lamujer que había acudido a la casa esamañana, la había visto por laventanadearriba,cuandoleponíaelvestiditoaVeena.Lamujerquehabíasuscitadoloscuchicheosdeloscriados.

Porqueeraunanyonyadistinguida,conlatezclaraylosojosazules,bellacomolamismísimaShakti.«Nopuedestenerlotodo,hijamía.»Y,entonces,lasonrisaqueacababadeensancharseenelrostrodeLeelavatiseapagó.

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15Conlosojoscerrados,Georginaaspirabaelsutilaromaamaderaembebidadesalyhenchidadesol,

elperfumedelassábanas,rígidasyfríasaquíyallá,despuésempapadasysuavessobresupieldesnuda,eloloraaguademaryviento.Elsensualolordesucuerpo,sobreelquesepercibíaelquehabíadejadootrocuerpo.

Lamanoquerecorriósuespaldadespacio,arribayabajo,quesiguiólassinuosidadesdesucolumnaysedetuvoensunalga,lahizoronronear,tantolaspartesblandasdelosdedos,delapalma,comolascallosidades,másdurasyásperas.Lamismamanoque, juntocon laotra, antes lahabíaagarradocontantafuerza,lehabíaacariciadoelcuerpocontantafirmezaqueelcamaroteledabavueltasdelplacerydeldeseo.

Fueralasolasseestrellabancontralamadera,indolentes,imprimiendounbalanceouniformeysuavealacama.Georginaoíavocesencubierta,unmurmulloyunmascullarindescifrables,queunayotravezdesembocabanenrisas.

Dian,queprobablementetuvieselamismaedadqueRaharjoyerasumanoderecha;elrostro,curtidoporelsolyelviento,oscurocomoel téfuerte.Susojos,negroscomoelcarbón,seencendíancuandobromeaba o hablaba del tiempo con Georgina y le enseñaba desde cubierta delfines que retozaban acierta distancia en las olas, en una ocasión incluso unamajestuosa ballena. Con Tirta yYuda apenashablaba. Ambos jóvenes, que llevaban el cabello más largo, anudado con una cinta para mantenerloapartadodelbroncíneorostro,selimitabanasonreírleconamabilidad,avecesaguiñarleunojoenseñaldecomplicidad.

Poruninstantelaasaltóunapizcadeturbaciónporloqueloshombresdearribapodíanhaberoídoehizo que las mejillas se le encendieran, pero no duró mucho; era asombroso a lo que llegaba aacostumbrarseunoconeltiempo.Casialarmante.

–¿Quépensarántushombresdequesubasabordoatuamanteblanca?–musitórisueña.ElalientocalientedeRaharjodeambulabaporsunuca.–Selespagaportrabajar,noporpensar.LasonrisadeGeorginaseensanchó.–¿Acasoyanoteatrevesaestarasolasconmigoenunbarco?Losdientesdeélseclavaronallídondeelcuellodabapasoalhombro,yellaseestremeció.Para

suavizarelgestosulenguatrazólamismalínea.–¿Cómopodríafiarmedeunaadúltera?¿Deunaimpostora?Georginasepusorígidayabriólosojos.–Dejaque te tranquilice–farfullócontrasupiel–.No teconsideranunanyonya blanca.Ellos creen

queporlamitaddetucuerpocorresangremalaya.Comolocreíayoentonces.–Pegósucuerpoalrojocontralaespaldadeella,haciéndolesaberqueladeseabadenuevo–.Yningunodeellossetomamuyenseriolafidelidadcuandopasamosmuchotiempoenelmar.

Georginaloempujóhaciaunladoysevolvió.–¿Esocreías?¿Antes?¿Quesoymediomalaya?Éllaescudriñóconelceñofruncido.–¿Quéotracosaibaapensar?Sepasólamanoporelcabello,ungestoquepareciótannerviosocomosutonodevoz.Georginamiróalfrenteantesdevolveramirarloaél.–¿Habría...habríacambiadoenalgo lonuestro?¿Antaño?–NohizofaltaqueRaharjo lecontestara,

ellalovioreflejadoensusojos,yenelestómagoseleformóunnudo–.Nolosabía–añadió.–Yahorayanotieneimportancia.Asuvozafloróundejodemalhumor,ybuscólacamisaylospantalones.

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Georginalomiróacongojada.Siempre ocurría lomismo entre ellos. Se vigilaban y rondaban el uno al otro, con expectación y

recelo,casiconhostilidad.Yellodabapasoderepenteaunaluchaapasionada,enlaqueseheríanconuñasydientes.Soloelcansanciosubsiguientedejabaalgoparecidoalacercanía,alaternura.Hastaqueunodeellossoltaba laprimerapuntadayelotrose ladevolvía,poniendoenpeligrocontinuamente lafrágilpazquereinabaentreellos,quepodíaromperseydesencadenarunaguerradeunmomentoaotro.EnlacasadeSerangoonRoadyallí,abordodeesebarco.Enesasdoscaracolas,ampliasyluminosas,que,sinembargo,proporcionabanunaintimidadnostálgica.

Durante todos losdíasrobadosquevivierondesdesureencuentro, interrumpidosporelmedioañoqueRaharjopasóenelmaryquedejóaGeorginaentumecidayvacía.

Elfríoqueleatenazabaelvientrediopasoauncalorquellegódegolpeyporrazo.–Nohascumplidotupromesa.Élenarcólascejas.–Nihasdevueltoelcargamentoquerobastenitehasocupadodequelafactoríavuelvaagozardel

favordelostaukehsconlosquehacíanegociosantes.Paul había vendido el terreno en el que había probado a cultivar pimienta y cachú, y con cierto

beneficio,incluso,peronoalprecioquehabríaalcanzadosihubieseesperadounoodosaños,puessehallabademasiadoalasafuerasdelaciudad.Findlay,Boisselot&Bigelowaguantabaconvalentía,peroandabaachacosa;eraunapesadacargasobreloshombrosdePaul.

Raharjo soltó una carcajada, una risa seca y fea, mientras se ponía los pantalones tumbado y seincorporaba.

–Yatedijeensumomentoquenoesculpamíasituesposonosabenadadenegocios.–Loprometiste.Susojoslaatravesaron.–Esoesloquetienenlaspromesas,quealgunasnosepuedencumplir.–Sonrióvagamenteysepusola

camisa–.Siquieres,tepuedodarunosdólaresdespués.Portucompañía.Georgina se levantó deprisa para darle una bofetada, pero él se le adelantó y se le echó encima.

Agarrándole las muñecas, la inmovilizó, su cuerpo tan pesado sobre el suyo que ella apenas podíarespirar.

Ensilencio,apretando losdientes,semiraronfijamentea losojos,midiendoencarnizadamentesusfuerzas,suvoluntad:unmúsculocontrayéndoseunayotravez,ningunodelosdosqueriendodarsubrazoatorcer.HastaqueRaharjoaflojólatensiónysurostroseacercóaldeellacomoparadarleunbeso.

–Ven conmigo, Nilam–le susurró al oído–. A algún lugar donde nadie nos conozca. Nusantara esgrande.Siquieres,nosharemoshoymismoalamarynovolveremos.

Georginacerrólosojos.Suspalabrassatisfacíanelanheloqueanidabaenlomáshondodesuser,desdequeeraunaniña.DesdequesesentabaenelpeñascodeljardíndeL’Es-poir,contemplandoelmaryesperandoaqueregresarasuselkie.Elecodesuspalabras laablandó, teníael síen lapuntade lalengua.

–Nopuedo–susurróalcabo,abriendolosojos–.Tengoamisdoshijos.–Tráetelos.Lesgustaránavegar.UnasonrisadedolorseinstalóenelrostrodeGeorgina.«Tuhijonosepodríaimaginarnadamejor,cierto.Amaelmartantocomotú.PeroDavidno.Noel

hijodePaul,queestátanapegadoalatierracomosupadre.Queprefieretreparalosárbolesairanadarynopodríaestarmásencariñadoconsuponi.»

–Nopuedo–repitió,medioahogadaporlatristeza.Raharjo profirió un suspiro, la soltó y se levantó despacio. Parecía cansado, descorazonado,

exactamente igual queGeorgina. Quizá ya no fuesen lo bastante jóvenes para dar rienda suelta a esa

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pasiónenlaquelosmaresdeldeseoyelodioseuníanyformabanviolentos,traidoresremolinos.Georginaseincorporó,doblólaspiernasycruzólosbrazosparacogerseloshombros.–¿Ytú?¿Deveraspodríasdejaratushijossinmás?¿Yatuesposa?Raharjonocontestó,elrostrovueltoamedias.–Paulnoesunmalcomerciante–afirmóenvozqueda–.Yesunbuenpadreparamisdoshijos.Yun

buenesposoparamí.Raharjolamiróabiertamente,losojosbrillantes.–Entonces,¿porquéestásaquí?–inquirióconaspereza.Georginamiróalanada.Eso.Entonces,¿porquéestabaallí?Yanilosabía.Sacudiólacabezay,deslizándoseporlassábanas,cogióelsarongyselopuso.–Llévameatierra.Notóquelamirabamientrasseponíalacamisillaylakebaya.–Lodigoenserio,Nilam–susurró–.Venconmigo.Adondequieras.Túytushijos.Cuandoellasedisponíaacontestar,Raharjoañadió:–No.Hoyno.Dentrodeseismeses.Cuandovuelva.Soloentoncesquerréoírturespuesta.Georgina, que se estaba colocando la kebaya, había congelado el movimiento. Las manos le

temblaban.–Dile...–empezó él titubeando, para acto seguido continuar con seguridad, directamente cortante–.

DileatuesposoquecomprecasasenUpperCircularRoad.Dentrodepocoallípasaráncosas.Georginaselevantóysealisóelsarong.–Llévameatierra–selimitóadecir.El retumbar de los truenos era vacilante. La tormenta se encabritaba una y otra vez y hendía el

humeanteaireconestruendo,cadavezprocedentedeunadireccióndistinta,peromásymáslejos.Tansolo la lluvia seguía cayendo con fuerza, tamborileando sobre el tejado y las hojas de los árboles,borboteandoyarremolinándoseenlatierrarojadeljardíndeOrchardRoad.

–Lluviaestúpida–refunfuñóDavid,arrugólarespingonanarizyempujóunacigarrera,haciendoquesedeslizaraporelsuelo.

–¡Eh!–Lo reprendióPaul cariñosamentey, cogiéndolopor el cuello, lo sacudió con suavidad–.Yotambiénpreferiríajugaralapelotaconvosotroseneljardín,pero,comonopuedeser,oshetraídounacosa.

Estabasentadoconlosdosniñosenelsuelo,enelsalón,dondeenlashorasquehabíantranscurrido,con cajitas de puros, latas y cubos de madera habían ido levantando a lo largo de la vía lasconstrucciones por las que pasaría el nuevo ferrocarril. En rojo carmesí, verde jungla, negro y azulmarinoresplandecíanlasdoslocomotoras,elténderylosnumerososvagonesdehojalata,queesperabanhastapoderpasarbajolassillasquehabíandispuestoamododetúneles.Conlascajasdecartónenlasque iban embalados los trenes haciendo las veces de estaciones y con soldaditos de estaño deespectadores,pasajerosqueaguardaban,vendedoresambulantesylabriegosenelcampo.

El ferrocarril había costado un dineral, pero Paul quería celebrar el buen negocio que habíaconcluidoesedía.Queríaresarciralosniñosporhaberlosvistotanpocodeuntiempoaesaparte,ysehabíatomadolatardelibreexprofeso.

–Ahí queda sitio–apuntóDuncan almismo tiempo que señalaba un espacio vacío junto a las víasprevistas.

ADavidseleiluminóelsemblante.–¡Unfuerte!Necesitamosunfuerte–afirmó,conelairesaliendoporelhuecoquelehabíadejadoel

segundodientequeacababadecaérsele.–¡Eso,sí!–corroboró,entusiasmado,Duncan.Losdosniñossaltaroncomomuellespara irenbuscadecigarrerasy llevar loscubosdemadera,

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paralosque,adecirverdad,yaerandemasiadomayores,dispuestosaerigirunfuerteasuantojo.Entresusvoces,quedebatíanynegociabanconseriedadprofesionalloquenecesitabasemejantefuerte,enquésitioycómodebíanserlosdetalles,seoyeronvocesquellegabandeabajo.

Paulselevantóyfuealapuerta.Conlakebayaempapadaenloshombros,elcabellohúmedo,recogidoconpocoesmero,Georgina

subió la escalera descalza; llevaba en lamano un par de zapatos ligeros. Parecía agotada y tenía lamiradaofuscada,comoabsortaensuspensamientos.

–Hola.Georginadiounrespingoyforzóunasonrisa.–Paul.–Susonrisasevolvióinsegura–.¿Yaestásencasa?–Comopuedesver.–Ladurezaquedestilaba suvoz se atenuó, tornándose inseguridad, ymetió las

manosenlosbolsillosdelpantalón–.Kartikamehadichoqueestabasenlaciudad.Lamujerlehabíaparecidodesconcertadaaldecirlo,rehuíauntantosumirada.Comositemieraque

éllefueseapedircuentasporquesumemhabíasalidosinellay,porañadidura,nosabíadecirlecuándoibaavolver.

–Sí.–Georginabajólavista–.Teníacosasquehacer.Losojosdesuesposolerecorrieronlakebayayelsarong,conelentrecejofruncido.–¿Ybien?Ellaseencogiódehombros.–Teníaprisaypenséquenotardaríaenvolver.Paulsepusonervioso,cambiabacontinuamenteelpesodeunpieaotro;alcaboletendiólamano.–Ven–pidióconsuavidad.–Casimemuerodecalorporelcamino,yestoysudandoamares.Mecambioenunmomento,¿de

acuerdo?–Esbozóunasonrisadébilysealejóhaciaelcuartodeaseo.Cerrólapuertaalentrar.–Venajugar,papá–pidióDavid.–Ahoramismovoy.¿EraculpasuyaqueGeorginaleresultaraunaextraña?Susojos,antestanclaros,parecíanbrumosos

amenudocomoelmarunadeesasmañanas;suspensamientos,océanosdistantes.Eneldesayunoyenlacenasesentabaalamesacomosiyanoformarapartedelafamilia,sealejabacadavezmásdeellos,comomaderaaladeriva.

Unabelladesconocidaquedormíaensucamayrespondíaasuscariciasdemanerarutinariacuandoaélloasaltabaeldeseo.Másinstintoqueverdaderodeseo,másmecánicoquesensual.Teníademasiadascosasenlacabeza,pensamientosquelodistraían,mientraselcuerpoqueteníaentresusmanos,aunqueobsequiosoycomplaciente,carecíadealmaydefuego.

Unamanocaliente le tocóunapiernapordetrás,yPaulbajó lamirada.Duncanseapoyóenél, laduracabezacontraelcostadodesupadre,ylomirócomosiquisieraconsolarlo.LamanodePaul,queibaadescansarenellisocabello,paróamediocamino.

Escudriñólosojosdelniño,argénteoscomolaluzdelaluna,ylasmarcadascejas.Lapoderosanarizylacarnosaboca.Lalíneadelamandíbula,queconlasegundadenticiónsehabíavueltomásclara,másangulosa.

Eseniño,sinelcualprobablementeGeorginanohabríasido tuya.Alquehabíaacompañadoensullegadaalmundoyparaelquehabíaprometidoserunpadre,aunquenofuesecarnedesucarne.Sabíadesdeelprincipioquenoseríafácil.

ElhijodeGeorginaydeotrohombre.Se apoderó de él un sombrío presentimiento, que se compactó y le presionó dolorosamente el

esternón,cortándolelarespiraciónuninstante.

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Alcabo,bajólamanoyacariciólanegracabelleradelniño.Demasiadotarde.Duncan,altanero,echólacabezaatrásysezafó.Corrió de vuelta con su hermano, donde siguió construyendo el fuerte común en silencio.Con las

cejasfruncidasyungestodeamargura,nadainfantil,enlaboca,ylosojosgrismateyduroscomocantosderío.APaulseleencogióelcorazón.

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16Paulsehallabasentadoensudespacho,comprobandoporenésimavezlosdocumentosylascartas

queteníaextendidossobrelamesa.Losfrutosdesusesfuerzos,lainformaciónquehabíarecabadoenelcurso de los últimos meses. Respuestas a sus escritos, que había enviado él mismo a medio globoterráqueo.Habíapensadoentodo,reunidotodolonecesario.

HabíahabladolargoytendidoalrespectoconGordonFindlay.Enlosbrevesdescansosquehacíanparacomerenelgodown,quealargabanmásdelodebido.Mientrastomabanunacopaaltérminodelajornada.Losdomingos,cuandocomíantodosjuntosenL’Espoirdespuésdeacudiralaiglesia,mientrasGeorginajugabaconlosdosniñoseneljardíndespuésdetomarelpostre,oalatardecer,cuandoibaanadarconellos.

Elhechodequesusuegronosolocoincidieraconélensus ideasycavilaciones,sinoqueinclusoaprobarasusdeseos,loratificóensudecisión.

Sabíaquehacíalocorrecto;sinembargo,nosentíaalivioalguno.Los golpes sordos que resonaron en la casa le revelaron que los dos niños bajaban la escalera

rebosantesdeenergía.Susalegresvocesseacercaronysealejaron,hastaquevolvióaoírlosfuera.Seaproximóalaventanayunasonrisaseinstalóensurostro.Ambos corrían dando gritos por la hierba a la luz pulverulenta, color pastel, del jardín, entre los

arbustos en flor. Los pantalones cortos y las mangas de las holgadas camisetas subidas dejaban aldescubiertolasesbeltasextremidadescolornogal,rebosantesdeenergíayalegríadevivir.Visiblementecontentosdenotenerqueseguirsentadosdelantedeloslibrosdeesedía,seatropellabanunayotravez,seempujabanconbrutalcariño,ysusrisasllegabanalascolgantesramasdelosvetustosárboles.

Doshermanoscomolanocheyeldía,comolalunayelsol.Igualderadicalmenteopuestos,igualdeinseparables.

Paulyanopodíaimaginarsuvidasinellos.SinGeorgina.«Simedieranunpeniqueporcadavezquemepreguntoenquédiantrespiensan lasmujeres–solía

decirJohn,suhermanomayor,conelsemblanteafligido,cuandounacitaconunamuchachalosumíaenunprofundodesconcierto–,seríaricocomoCreso.»

DebíadehaberconocidoaunamujercomoGeorgina.Paulteníaenmenteaunamuchachaamable,bondadosa,cuandodejovenseimaginabacasándoseen

un futuro, construyendo un hogar, trayendo hijos al mundo. Y se había hecho con una fuerza de lanaturalezafrentealaquesehallabadesvalido.

EnloscasidiezañosdematrimoniohabíahabidountiempoenelquecreyóqueGeorginateníalospiesenlatierra,queestabadomada.Unaconclusiónerrónea.EseocéanoqueeraGeorginapodíaparecercalmoymansodecuandoencuando,peroeraveleidoso,estabarepletodepeligrososbancosdearenaycorrientesyprofundidades insondables.Élaúnpodíamantenerseaflote,perosusfuerzasmermaban,ytemíaahogarseenél.

–Kartikadicequequiereshablarconmigo.Paulrespiróhondoantesdevolverse.Georgina estaba en elmarcode la puerta conun sarong yunakebaya, un tanto insegura, un tanto

impaciente.Lapreguntanoformuladasereflejabaensusojosazulmar:porquénoestabaenelgodownaesahoradeldía.

–Sí.–Forzóunasonrisa,sinsabersiquedarsedepieosiirconellaalsalón,quizásinclusosaliralaveranda, hasta que finalmente se sentó a lamesa. Le costabamirarla a los ojos–.Quería hablarte denuestrosdoshijos.Debeniraunaescueladeunavez.

–Pero¿porqué?–Georginaparecíagenuinamente sorprendida–.Saben leer, escribirycontardesdehace tiempo. Los dos hablan inglés y malayo con fluidez y hacen progresos con el francés. Duncan

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inclusosabeunpocodehokkien.Yyolestomolalecciónadiario.–Esonobasta.Necesitanunaformaciónadecuada,recibirladebidaeducación.Porsuformadecogeraire,élsupocuántolahabíaofendido.–Tutíaysuespososerán tanamablesdebuscarlesunaescuelaadecuadaa losdos.Dentrodedos

semanas,DuncanyDavidsetrasladaránaLondres.–¡No,deningúnmodo!–Deprontoselevantóungranoleajeenella,ysusojosechabanchispas–.Si

hadeser,iránalaescuelaaquí,enSingapur.–¿Conniñoschinos,porejemplo?¿Malayos?–Sí,¿porquéno?LasmanosdePaul,quesemovíaninquietasporlospapelesquehabíaenlamesa,sevolvierondos

puños.–¡Nihablar!Esposiblequepara ti fuesesuficientecreceraquí,probablementeporeso loveasde

maneradistinta.Oquizátefalteperspectiva.Peroyopiensoenmásadelante,enelfuturo.Ysiquierenllegar a ser alguien en estemundo, necesitanuna educación en condiciones.–Con cadapalabrapisabamásfuerte,yserelajóuntanto–.Asílohedecidido,porelbiendeambos.IránaInglaterra.

–Mipadrenopermitiráqueenvíesalextranjeroasusnietos.Unargumentoqueteníapocopeso,envistadesupropiahistoria,ypeseatodolohizovaler.–Cuentoconelapoyoplenodetupadre.Laeducaciónsiemprehasidounbienimportanteparaél,y

túdeberíassaberlo.Unbufidohondo,grave,saliódesugarganta.–¡Nomequitarásamishijos!Losblanquecinosnudillosledolieroncuandoleasestólapuñaladaenelcorazón.–Túirásconellos.Lamaderadelsuelosedeshizoyunalluviadepolvocayóbajosuspiesdescalzos.–Nomehagasesto–musitó.Élintentómantenerlacalma.Laobjetividad.–Heintentadoconvencera tupadredeque llevea losniñosaInglaterrauosacompañea los tres.

Llevamuchotiemposindisfrutardeunasvacaciones,hacedécadasquenopisasupaísnatal.Yopodríahaberme ocupado de los negocios solo durante algún tiempo, pero él no quiere, se consideraindispensableaquí.

–No, Paul.–Georgina sacudió la cabeza despacio; daba la impresión de que su ira se habíadesvanecido, quizás incluso el espanto la hubiese paralizado, momentáneamente–. No volveré aInglaterra.Nuncamás.Noiréconellos.Ynomepuedesobligarahacerlo.

–¿Deverdadamasestaislamásqueatuspropioshijos?–Susojosechabanchispasdeirafría,apenasdisimulada–.¿Quéclasedemadreeres?

Georginanotóunzumbidoenlosoídoscuandolafuearrollandoolatrasoladerabiosafuria.–¡Eresunmonstruoinsensible!Giró sobre sus talonesy saliócorriendo.Cruzóel recibidor, encuyo liso suelodioun traspiéya

punto estuvo de caerse, salió de casa y fue directa a la caballeriza, donde pidió a los syces queengancharanelcaballo.Paullallamó,gritósunombre,peroellanosedetuvo,novolviólavistaatrásunasolavez.

Habíatomadounadecisión,comounrayoenérgicoycegadorquecaíacontodasufuerzaenlatierra.Despuésdepasarse semanas sumida enunmardepreguntasydudas; de atravesarundensobancodenubestormentosas,deungrissiniestro,quesenegabanadescargar.

NoesperaríaaquePaul losenviaraa Inglaterraa sushijosyaella.Nopodíapermanecerenesacasa,quenuncahabíasidounhogarparaella.Noconesehombre.

La luz crepuscular de la caballeriza y el resoplar de los caballos, el olor cálido, agradable, que

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desprendíanlapajaylosanimaleslaenvolvieron;ladulceideadetomarlasriendasdesuvida.–¿Adóndevas?–Paullacogióporelbrazoytiródeella.–¡Suéltame!–Ella tratódezafarse, logolpeócon lamanoque tenía libre, lepropinópatadasen las

espinillasyperdióelequilibrio.Él la empujó con rudeza contra la paredde la caballeriza, donde la retuvo firmemente con ambas

manos,pormuchoquepataleóyserevolvió.ConelrabillodelojoGeorginavioqueunsyceasomabalacabeza, los ojosmuy abiertos del susto, y desaparecía:más valía no interponerse en semejante peleaentreeltuanylamem.

–¡Nomepuedesencerrar!–leespetó.–Tampoco pretendo hacerlo. Maldita sea, Georgina, ¿es que no me puedes entender?–Parecía

enfadadoypreocupado,lamiradaherida–.Noesmiintenciónatormentarteconesto.Lasgrandesolas de ira que sehabían levantado se calmaron, se tornaronunamareaque subíade

formainexorable,másymás,humedeciéndolelosojos,tiñéndolosdeuncolorhumoazulado.–NopuedovolveraInglaterra.Porfavor,Paul.Pídemeloquequierasmenoseso.Élapoyósufrenteenlasuya.–Piensaennuestroshijos,teloruego,Georgina.Séqueloquetepidoesungransacrificio.Yaunque

quizánolocreas,tambiénloesparamí.Perotepidoquepiensesantesquenadaennuestroshijos.Aquíno recibirán la educación adecuada.Paraque lleguen a ser alguien en lavida.Y tenecesitarán, es laprimeravezqueviajanalextranjero.Ati,asumadre.–Georginaserelajó.Conmanostemblorosas,Paulleacariciólosbrazosydespuésrodeósurostroconsusmanos–.Nopiensesenti.Nienmí.Sinosoloenlosniños.Teloruego.

AGeorginalaslágrimaslecorríanporlasmejillas.–Nopuedo,Paul.Nopuedo.Georginarompióallorar,sonoraeinconteniblemente,unllantoquesalíadelomásprofundodesu

ser,querespondíaaundolorqueveníadeantes,cuyoorigensesituabamuchotiempoatrás.Quecreíahaberolvidado,superado.

Sinofrecerresistenciasedejócaercontrasupecho,seaferróinclusoaél.–Losé–musitómientraslasostenía–.Losé.Lodijocomosisupieraporquésufría.Singapur brillaba con un sol deslumbrante, que disipaba lo que quedaba del velo de niebla de la

madrugadaydabalustrealaire.Georgina,cegadaporlaslágrimas,mirabafijamentelasverdescolinasdelaisla.Eltapizdecasas

blancas,conlostejadoscubiertosdetejas,queeramuchomástupido,seextendíamuchomásalolargode la costa que a su regreso, hacía más de una década. El barullo en el puerto era ensordecedor,vertiginoso,muchomayordelquerecordaba;temíanoreconocerSingapurcuandovolviera.

Porsegundavezseveíaobligadaadespedirsedesuhogar.Yaunqueesadespedidafuemásdulce,menosalevosaybrutal,seleantojómásdolorosa.Lahabíaafrontadoconlosojosabiertos,llenandolosdíasconlospreparativos,siendoplenamenteconscientedelahoradeladespedida,quecadavezestabamáscerca,ydesucarácterineludible.

Elbuquedevaporseagitaba,impaciente,bajosuspies.UnaimpacienciaqueGeorginacompartía;noqueríadilatarmásladespedida.

Amusgó los ojos para vermejor la bandera que ondeaba enGovernmentHill y la residencia delgobernador.

«Hastalavista.Nomeolvidéis.»Detrás,enOrchardRoad,sealzabalacasadeBonheurentrelasornadascasasvecinas,alaqueese

día,alrayarelalba,habíadadolaespaldasinpesar.EsavezdistinguióconfacilidadL’Espoir,dondeeldía anterior se había despedido de su padre: el bosquecillo que crecía tras la tapia que discurría en

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paraleloaBeachRoadsedibujabasombrío,agreste.La nueva estructura de San Andrés resplandecía en la Esplanade, aún sin terminar y rodeada de

andamios.Laiglesiaseríasoberbia,mediríamásdesesentametrosdelargo;quizásesohicieraqueseacabara olvidando lomucho que se había tardado en dar comienzo a la nueva construcción, el pasovacilanteconqueavanzabanlasobras.

Aguaparaelmolinodeciudadanosburlones.Ricopábulodelassupersticionesdeloschinos,paralos cuales ese lugar estabamaldito. Losmalos espíritus que lo habitaban eran tan poderosos que losblancoshabíanabandonadosutemploycelebrabanenotrapartesusrituales.Tanpoderososquehabíasidoprecisoderribarelviejotemployelgobiernohabíaordenadoalospenadosindiosquesalieranporlanochealascallesalacazadepersonasyaplacaranalosespíritusconlascabezasdecapitadasdeloschinosparapoderlevantarelnuevotemplo.

Versusímbolosecretodesdequeerapequeña,sunortederruidoysoloreconstruidoenparte,paraGeorgina fue una alegoría de su corazón dividido, que se quedaba en Singapur y al mismo tiempoacompañabaasushijosaInglaterra.

Estosse tomaronel inminente trasladoconsorprendenteestoicismo.Paraellosera laaventuraqueestabanesperando,en laquenosoloviajaríanenungranbuquedevaporyenel ferrocarril, sinoqueademásveríanlaspirámidesdeEgiptoyseguroquetambiénnieveyhieloquenosalíadeunalmacéndehielo.Sinduda,unatentación,unconsueloquehizoqueladespedidadesuabueloydesupadrefueseserena.David fue el quemás lágrimas derramó, por su poni.Quizás aún no fuesen conscientes de laverdaderadimensióndeloquelesesperaba,oquizáseresignaranvalientementealoinevitable.

Llegaronlosdostrotandoruidosamenteyseagarraronasumadre.Elrostroacaloradoporlacarrerayporelsolquedabaencubierta,despuésdequeculebrearanentrelospasajerosymiraranasombradostodocuantohabíaqueverenunbarcoasí.

DavidderramósobreGeorginaunaluvióndepalabras,en lasque«taaangrande»y«taaanalto»y«enorme»eranunaconstante,mientrasqueDuncan sepegóaella en silencioyprefirió contemplar lacostaconojosbrillantes.

–Cuandoseamayor,yotambiénserémarinero–musitó,roncodebidoalaagitaciónyladicha.–Claro que sí–respondió ella, pasándole la mano por el cabello. Sentía en el pecho una extraña

opresión.Paul clavó la vista en el barco mientras el sampán que lo había guiado regresaba al puerto,

aproximándoseenlamismamedidaenqueelbuquedevaporsealejabaysevolvíamáspequeño.CreíapoderdistinguiraúnaGeorginaencubierta,lasampliasfaldasdecolorblancoyazulyelsombrerodealaancha.

NoleimportaronlomásmínimolasmiradasquelesdirigieronlospasajeroscuandoatrajohaciasíaGeorginaenlacubiertaylabesóenlamejilla.Ellasemantuvorígidaentresusbrazoscomounamuñeca,incluso cuando él prometió que iría a visitarlos lo antes posible. Confiaba en escuchar una palabraamablecuandoellaacercólabocaasuoídoylesusurró:

–Estonoteloperdonarénunca.Élbajólacabezaysefrotólosojos,pestañeandoyfrunciendoelceñocomosielsol,quedabade

llenoyseestrellabafulgurantecontralasolas,lohubiesedeslumbrado.Habíahecholocorrecto,losabía,auncuandonoleproporcionaseelmenorconsuelo.Habíahecholo

queteníaquehacerparasalvarsumatrimonio.Paramantenerunidaasufamilia.ParapreservaraGeorginadela locuraquesehabíaapoderadodeellayenlaqueamenazabacon

hundirsedemaneraimparable.Porlaquetemíaperderla.Whampoa lo recibió amablemente en sugodown. Se sentaron a la puerta con una taza de té y un

cigarropuro,viendocomolosculisdescargabanlasbarcasconmercancíasparaelnegociodeWhampoaycomopasabanpordelantevendedoresambulantes,quelesofrecían,conprofusióndepalabras,patosy

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gallinas, ostras, bolsas de cuero y bastones tallados. Mientras hablaban de establecer una posiblerelacióncomercial,élpreguntó,comodepasada,porelmalayoalqueprobablementeWhampoahubieseinvitadoaaquellavelada,peroquesemarchóantesdequepudieranrepararenél.Paulnocontabaconque Whampoa se acordase, cuando de aquello hacía casi tres años, pero subestimó la memoria deltowkay.

Raharjo.Elhombresombra.Elmarionetista.Unbeachcomber,unhombrequepeinabalascostasyelmarenbuscadetesoros.Másunraqueroque

uncomerciantedeverdad,peroquesehabíaenriquecidoconello.Yaenelmar,laatronadorabocinadelbuquediolaseñaldezarpar,ycuandoelsampánentróenla

desembocaduradelrío,Paulperdióelvapordevista.ElajetreodelríoSingapurseleechóencimacomountorrentesucio,ruidoso,conoloraespecias.

HabíaperdidolaconfianzadeGeorgina,suestima,esolosabía,quizásinclusoloodiara.Sieseinstanteyparaelrestodesuvidaellaleclavaralasgarrasenelpechopodríasoportarlo.Pero

noquelearrancaraelcorazónenvidaylohicieratrizas.Porquedeseabaaotrotigremásqueaél.Altigrequeensudíalehundieralasgarrasenelcorazóny

lahirieraprofundamente.Noselepodíapedirquesequedaradebrazoscruzados,mirando,mientraslesucedíadenuevo.

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17ElcalorabrasadordeldíapesabasobreelsungaiSeranggong.Fluía indolente, atrapando con desgana fragmentos de luz para después liberarlos. Solo muy de

cuandoencuandounsoplodeairesecolabaentrelashojasdelosárboles,debilitadoporelsofocantecalor,arrancandounmurmullosecoquesonabaabatido.

Raharjo, inmóvil en laveranda,miraba fijamente el río, al otro ladodel jardín.Susojos titilabancuando un martín pescador entraba en su campo visual, cuando las libélulas hacían entrechocarruidosamentelasalas,perosumiradanolosseguía.

La calma que lo inundaba no era una calma serena, se asemejaba más bien a una nadainconmensurable,quizátambiénalacalmaqueantecedealatormenta;niélmismolosabía.

En su último viaje había estado inquieto, empujado por el deseo de volver a Singapur. Por unaesperanzavoraz,undeseoembriagador.

Descargósubarcoehizoentregadesustesorosconunapremurainusitada.Deambulóporsucasacondesasosiego,entensaesperadeldía,lahoradelaverdad.Sinembargo,estaletransmitióelmuchachoalquefinalmenteenvióalacasadeOrchardRoad.

Ellahabíapartido.AInglaterra.Dondepermaneceríaunperíodolargodetiempo.Sindecirpalabra,sindarningunaindicación.Tendríaquehaberlosabido.Auntigrenoseleborrabanlaslistasdelpelajenisiquieracuandose

bañabaenelrío.Habíaestadoapuntodeflaquear.Seducidoporsuvoz,porsusojosdecolorazulvioletacomolas

orquídeassalvajesquecrecíanaorillasdelrío.Porsucuerpo,quehabíacambiadoconeltiempoy,sinembargo, seguía igual. La encarnación viva, real de un espíritu que era como el océano, en el que élqueríazambullirse,perderseunayotravez.Habíaestadoapuntodeolvidaryperdonar,dedejarquesuseddevenganzaselallevaraelviento,lasnubesporelcielo.

Elodioqueloinvadió,negro,profundoysilencioso,fueunasuertedealivio.Oyóunfrufrúdesedaqueseacercaba,lellegóunaromaaesenciaderosasymaderadesándalo.–¿Noquierescomernada?Apenashasprobadobocadodesdequehasvuelto.MiróaLeelavatidereojo.Estabapálida,locualquizásedebieraalsariazulcobalto,alcholideun

vivoturquesaquellevaba,losojosgrandesybrillantesdepreocupación.–Déjametranquilo–espetóconaspereza.Leelavativacilóydespuésdiounpasomásylepusounamanoenelbrazotímidamente.–Esesanyonyablanca,¿noescierto?Éldiounrespingoysevolvió.–¡Quítatedemivista!Leelavati resistió con valentía su llameante mirada; en su delicado rostro mostraba un gesto de

determinación.–Tehaembrujado.–Tehedichoquedesaparezcasdemivista–bramó,dispuestoasaltar,enseñandolosdientes.Losdulcesojosdeellaparecíansendasascuas.Leelavatibajólacabeza,sumisa,ysealejó,elfrufrú

desusari,ellevesonidodesusdesnudospiesenlamaderacomoolasquesereplegabanenlaplaya,yélpudorespirardenuevo.

Delante de su cómoda, Leelavati se limpió las mojadas mejillas. Después abrió con manostemblorosaslagavetadondeguardabasusjoyas,levantólabandejaysacólacarta.Elpapel,blancoygrueso,estabaarrugado,sucioyamarillodelossudorososdedosdeLeelavati,delasvecesquelohabíatenidoensusmanosylohabíamirado.

Lo había llevado un muchacho mientras su esposo se encontraba en el mar. A Kulit Kerang no

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llegabancartasnunca,tansolomensajerosconrecadosverbales.Leelavatinosabíaleer;tampocohabríatenido el tiempoy la tranquilidadnecesariospara sentarse conun libro en la veranda, comohacía suesposoaveces.

Peroestabaseguradequeesacartaeradeunamujer,conclusiónalaquellegóalvereltrazovital,sinuoso,casisensual.

Conlacartaocultaentrelosplieguesdelsari,atravesólacasadeprisa.LallamadelalamparillatitilóydesprendióunhumonegrocuandoLeelavatisedejócaerderodillas

anteelaltardesusdioses.ArreglócuidadosamentelasguirnaldasdefloresreciéncortadasconquehabíaornadoesamañanalastallasdeShaktiyKrishnayespantólasmoscasquepretendíandarseunbanqueteconelarroz,lasfrutasbellamentedispuestasyloscoloridosdulces.Delrecipientemetálicoqueocupabael centro del altar cogió las flores que estaban algo secas y las apartó con dejadez. Acto seguidoencendióunavaritadeinciensoquedepositóentrelasofrendas.Elaromaasándalo,nardosypachulilellegóalomáshondodelalma.

Leelavatisacólacartaylaacercóaladanzarinallamitadelalámpara.Elextremochisporroteóysetiñódemarrón,luegodenegroyempezóaarder.Lasvoracesllamasdevoraronelpapel,yLeelavatidejócaerlaencendidacartaenelrecipiente.

Lasmanosunidas,inclinólacabezaypidióalosdiosesquesuesposovolvieraayacerconellayleconcedieraotrohijo.Elespíriturenacidodelaniñitaquetrajoalmundohacíadosañosytansolovivióunassemanas.Unavezmáspidiófervientementealosdiosesqueablandaranelcorazóndepiedradesuesposoparaqueellapudieraganárselo.

Ysuplicóalosdiosesquerompierandeunavezportodaselhechizodelanyonyablanca.ElmarenelqueRaharjoanclóantelacostaelKulitKerangesanocheeradensoyaceitoso.Enel

sudeste,lejosdelospuertosdelaisla,delosfondeaderosdelosbuquesdevaporylosveleros.Allí,enesetramodelacostadondelasgentessehabíanidoadormirhacíatiempoyhabíanapagado

laúltimaluz,elúltimofuego,reinabanlacalmaylaoscuridad;lospesquerosnoseharíanalamarhastapocoantesdequedespuntaraelalba.

Conlacabezaapoyadaenlosbrazoscruzados,Raharjoseencontrabaensucamarote,contemplandolassombraschinescasqueproyectabalatitilantelámparaeneltechoylasparedes.Teníalosmúsculostensosdebidoalaimpaciencia;ardíaendeseosdeestarenmarabierto.

Arriba,encubierta,oíalasvocesdesushombres,quepasabaneltiempo.Esperabanaquesoplaraelviento adecuado, que empezaba a anunciar su presencia. Dentro de poco zarparían, rápidos como elarpónenlamanodeunoranglaut,hacialasestrellasymásallá.

Depronto lasvocespasarona sergritos,bramidos; seoyóungolpe sordo,uncrujido,y elbarcotembló.

Profiriendounaimprecación,Raharjosepusoenpiedeunsaltoyechómanodeladagaylapistola.También sus hombres lanzaron blasfemias y blandieron los puños en dirección a la sombra

achaparradaquealaluzargénteadelasestrellashabíaembestidoelKulitKerang.Eraunjuncochinoquenavegabaconvelasoscuras.

Ágilcomounmono,Dianvolvióacubiertatrepandoporelcaboporelquesehabíadescolgado.–Noesnada, tuan.Solodoso tresarañazos,nadamás.Perovolveréaecharleunvistazodedía.–

Miróelotrobarcoyescupiócondesdénpor laborda–.Hacefaltaser tontoparaanclarasísemejantecascarón.

TirtayYudaaparecieronencubierta,sinaliento.–Abajotampocohemosvistodaños,tuan.–Todoenorden,tuan.Raharjosepasóunamanoporelcabello;subarcoerasagradoparaél.Suesposa,sucompañera.Su

gemelo.

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Clavólavistaenlaotraembarcación,quesebamboleabapesadamenteenlasolas.Sinunfarolencubiertayalparecertambiénsintripulación.

–Velas oscuras, tuan. Y lejos de los puertos.–Tirta le propinó un leve codazo–. ¿Qué cargamentocreesquetendrá?

DeRaharjoseapoderólaantiguafiebredelacaza.Esbozóunasonrisaalmirarunoporunoasushombres,cuyamiradaeraasimismofebril.

–¿Vamosaecharunaojeada?LasbrillanteshilerasdedientesmásomenoscompletasquequedaronalavistaledijeronaRaharjo

quecontabaconlaaprobacióndetodosellos.Las jarcias restallaron en el aire, ganchos metálicos se afianzaron en los correspondientes

intersticios,seenrollaronenpalosyperchas.Lasdosembarcacionessedeslizaronconsuavidadhastasituarseenparalelo.Ágilescomogatosysilenciososcomosombras,elpuñadodehombrescambiódebarco.

Bajocubiertalosrecibióunoloracre,sofocanteydulzón,queaRaharjoleirritólagarganta.Asíeracomoolíacercadelosgodownschinos,enBoatQuay.EnlacallePagodaStreet,cercadeltemploalquea veces acompañaba a Leelavati cuando quería rezar o asistir a uno de los numerosos rituales de sureligión.

Opio.Singapursehallabaenmediodelmar,albugíneaybrillante,comounavaliosaperlaengastadaenlas

verdescolinas,lajunglaylosjardines.Unaperlaque,sinembargo,teníaimperfecciones,feasfisurasymanchasmarrones.

Marinerossinrecursosdeambulabanporlosmuellesenbuscadeuncapitánquequisieracontratarlos.Hombres rudos de aspecto andrajoso llegados de Australia, que habían entregado un cargamento decaballosymantenían losojos abiertospor si sepresentaba laocasióndeganardineroo almenosdedivertirse.Personajesdudososquelesechabansomníferosenelaguardiente,losdesplumabanydespuéslosmolíanapalos.AlolargodeBoatQuay,enlaorillameridionalyenlascallesdedetrás,delbarriochino, habían proliferado los tugurios. Como el moho gris viscoso, que diseminaba sus esporasgenerosamentealsofocanteaire,losburdelesylastimbasibanganandomásymásterreno.Yotrotantosucedíaconlosfumaderosdeopio.

LosbritánicosimportabancantidadesingentesdeopiodelaIndia.GranparteeraembarcadoaChinayaotrospaísesdeAsia,ycantidadesinferioresaEuropayAmérica.Sinembargo,tambiénsequedabamucho opio allí, en Singapur, y los impuestos que lo gravaban y las tasas de las licencias que seconcedían a los chinos para su reventa llenaban las arcas de la ciudad. Era un secreto a voces queSingapurganabamásconlosviciosdelopio,elaracylosjuegosdeazarqueconladiligenciadesusciudadanos.Comotambiénsesabíaqueelopioenriquecíamásaúnalostaukehs,hacíaqueloskongsisfuesenaúnmáspoderosos.

Lademandadeopioeragrande.Loschinosricosdisfrutabandeélensusratosdeocio,considerabanungestonaturaldehospitalidadybuentonoofrecerasusinvitadosunapipadeopiomientrassaboreabanunanobletazadeté.Sinembargo,elopioeraelelixirdelavida,másimportantequesuplatodiariodearroz,paralospobres,lostrabajadoresylosculis,lospatronesdetongkangsysampanesdelrío.

Elopioerabarato.Inclusounculimalpagadosepodíapermitirunapipaenunodelosnumerososfumaderosde laciudad,queproporcionabaalivioa susdoloridosmúsculos,a suscansadoshuesosalfinaldeunalargaydurajornadadetrabajo.Cuandoeloleajeerafuerteylossampaneschocabancontraelcostadodelosgrandesbarcos,lassogasdelasgrúassepartíanypesadascajas,fardosysacoscaíansobrelostrabajadores,elopioayudabaamitigareldolorypermitíaquelapersonasiguieratrabajandoconunhuesorotoyunaextremidadaplastadaynoperdieraeljornal.Elopioacababaconlafiebreyladisentería,eldolordemuelasylatosyelhambre,atenuabalosefectossecundariosdelasenfermedades

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venéreasysupuestamenteinclusosurtíaefectocontralasmordedurasdeserpiente.El opio relajaba, hacía olvidar el duro trabajo del día, la nostalgia y las preocupaciones. Era un

bálsamo para cuerpos destrozados y almas solitarias. Fumar opio, o perseguir al dragón, que era eleufemismoqueseutilizaba,eraelcaminohacialapazylafelicidad.

Almenosduranteuntiempo,sibiendetodasformaslavidadeunculienSingapureracorta.Enelcamarote,elaire,tandensoypesadoquesepodíacortar,estabaviciadodehumodeopio.Con

la largacañadebambúde lapipaen lamano,doschinos losmiraban fijamentebajo la luz teñidadenegrodeunalámparadeaceite.Conlosojosvidriososyelsemblantecompletamenteparalizado,estabandemasiadointoxicadosparaque lespreocupaseelhechodequehubieraextrañosabordo.Treschinosmásestabanprofundamentedormidos,quizátambiéninconscientes,enelsuelo.

–Lamentable–refunfuñóDian.Raharjo asintió.Loque sushombreshacíanen tierra, ya fuerabeber aracomascarbeteloquizás

inclusofumaropio,ledabalomismo,peroabordodesubarcoexigíatenerlacabezadespejada.Personalmenteno teníaningún interésen inducirunsueñoartificialasusdemonios.Preferíabailar

conellos,avecesenbrazosdeunamujer;sierapreciso,calmarsuacaloradafuriaconelvientoyelagua.

–¿Túquécreesque...?–empezóadecirDian,peroRaharjosellevóundedoaloslabiosyaguzóeloído.

Había oído algo. Abajo, en las entrañas del junco, antes de enmudecer. Pasaron unos instantes ydespuésseoyódenuevo.

Finoydébil,comoungimoteo,unllantoquedo.–Personas–musitó–.Esuncargamentodepersonas.Una de las vertientes comercialesmás lucrativas de los kongsis: contratar a hombres en China y

llevarlosallí.Porlasmolestias,latravesíaenbarcoylamediaciónparaobtenerunpuestodetrabajoenel que debían permanecer hasta que hubiese reunido la suma correspondiente, almenos tres años, sepedíaaunsinkeh,obienaunciudadanodesupaís,entornoatreintaycincodólares.Confrecuenciasemejantecontratonovalíanielpapelenelqueestabaescrito;losmalostratosylaservidumbreestabanalaordendeldíayerafácilcaerenlaesclavitud.

EnSingapurestaactividadsedenominaba«comerciodecerdos».–Tuan! –La voz de Yuda, procedente de abajo, sonaba decidida, casi furibunda, y sin embargo

temblorosa–.Tuan!RaharjosehallabaenlaangostabodegadeljuncojuntoconDian,ensilencio.Elbarcocrujíaygemíaconeloleaje.Elhedorasudorrancio,asangrecoagulada,avómito,aorinayheceserainsoportable.Amiedoen

estadopuro.LosgritosdeYudahicieronqueelrestodeloshombresbajara;sequedaronsinaliento,horrorizados.ElfarolqueYudasosteníaenaltoarrojabaunaluztitilantesobrecajasysacos.Sobrelasmuchachas

que se encontrabandetrás, apretujadas, acurrucadas, abrazadas las unas a las otras.Los despavoridosojosclavadosenloshombresocerradosdebidoalmiedo,elrostrosucioyhumedecidoporlaslágrimasquehabíanderramado;unayotravezseoíaunsollozoapenasperceptible.Eranmuchachaschinas,almenosunadocena,quizásinclusomás.

Muyjóvenes,muchasdeellasaúnniñas.MuchachasalasquehabíanvendidosuspadresparaserrevendidasenSingapurdesirvientasode

amah;lamayoríadelasveces,sinembargo,deahku,prostitutas.OficialmentelaprostituciónestabaprohibidaenSingapur,sibiennopasabainadvertidaenelbarrio

chino.Solohabíaquefijarse.No obstante, los británicos, escandalizados, hacían la vista gorda. Sin duda porque temían a los

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kongsis, que con ella se hacían de oro, pero quizá también porque sabían que era imposible hacercumplirsemejanteprohibiciónenesaciudad,enlaquemilesymilesdechinosvivíanlejosdesusaldeasnatales,desusfamilias.

Las rígidas tradicionesprohibíanenviaral extranjeroamuchachaschinasdecentesparacasarse,yeranpocoslosculisqueganabantantocomoparapoderviajarasupatriaenbuscadeesposa.Esopornohablardelasumadedineroquecostabaunabodatradicional.

MujeresymuchachaschinaseranunbienescasoenSingapur.Salvoenlosburdeles.YburdeleshabíamuchosenSingapur,paratodoslosgustos:seofrecíaninclusomuchachosyjóvenes

chinos,ylaskarayuki-san,japonesas,estabanenboga.ElsilencioqueenvolvíaaDianyYuda,yalosdemáshombres,revelabaqueestabanpensandoensus

propiashijas.Ensussobrinasylashijitasdesusvecinos.–Mira,tuan.–Tirtallevabaaunchinoconelbrazotorcidoalafuerzaalaespalda–.Loheencontrado

enunrincón.Pretendíaesconderseparaquenolohalláramos.Elchinoparecióbarruntarunaposiblesalida.Surostro,desfiguradoporlairayeldolor,serelajóen

fingidacomplacencia.–Por favor, tuan,miradavuestroalrededor–dijoenunamezcladechinoymalayo,el tonodevoz

ladinoycongraciante–.Tengoabordolamejordelasmercancías.Paravosyparavuestroshombres.Yosharéunbuenprecio.Entredoscientosytrescientosdólarespormuchacha,dependiendodelaedadyelestadoenqueseencuentre.Unprecioexcelente.Porlogeneralaquílasmejoresvalenquinientos.

Raharjo,conlosojosdespidiendochispas,hizounaseñalconlacabezaparadaraentenderaYudaquesellevaradeallíalhombre;ledabalomismoloquehicieraconél.

–¡No,tuan!¡Nomehagáisnada,osloruego!Lashecompradohonradamente.Atodas.Cadaunamehacostadoalmenostreintadólares.Almenosrestituidmeelgénero,ydespuéshacedconellasloque...

Sudiscursoseviointerrumpidoabruptamente.Raharjomiróalasmuchachas.Esosrostrosplanos,conformadecorazón,amenudoaúninfantiles,

losojosoraapáticosy resignados,oraangustiados,directamente febriles.EnviarlasdevueltaaChinaseríaabsurdo:alasprimerasdecambiolasvolveríanavenderylasenviaríanadondefuera.

–Dian.–Elaludido lomiróconatención–. ¿Creesquepodríascolocarlasenalgún sitio?¿A todas?¿Encasas, tiendas, dondepuedan ser útiles a cambiodeunpequeño salario? ¿Donde recibanunbuentrato?Yodaréalgúndinero.

Dian observó a las muchachas; daba la impresión de repasar mentalmente a todos sus parientes,amigosyconocidos.Moviólacabezaconairecircunspecto.

–Esposible,tuan.Conozcoaalgunaspersonasrespetablesalasquepodríavenirbiencontarconunamuchachaquelesecheunamano.–Unasonrisadébilasomóasurostro–.Miesposallevaalgúntiempoimportunándomeconquequiereaalguienqueleayudeconlosniños,ahoraquesomosadinerados.–Alzóuntantomáselfarol–.Siquieres,laspuedoalojarenmicasayenlademihermanounaodosnoches.Todosaldrábien.

Raharjoasintió,dirigiéndoseprimeroaélydespuésalosdemáshombres.–Llevadlasalbarco.Vioquesushombresseacercabanalasmuchachasconmovimientoslentos,cuidadososyseponíana

hablarconellasenvozbaja,tranquilizadora,ensupropialenguaychapurreandolosdialectoschinosqueconocían. Fueron sacando de allí a unamuchacha tras otra;muchachas a las que temblaba el cuerpoentero, que cojeaban, a las que era preciso sostener.Algunas lloraban, quizá de alivio, quizá porquetodavía no habían comprendido que se encontraban a salvo o porque pensaban en cuáles serían lassiguientesetapasdesucalvario.Loshombrestuvieronquellevarenbrazosaunpardeellas,queestabandemasiadodebilitadastraslalargatravesía.

RaharjoapartólamiradacuandoDianpasópordelanteconunaniñaquenoparecíamuchomayorque

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Veena.–Ya están todas, tuan –informó Dian después de revisar la bodega con el farol en la mano,

iluminandocadarincón.Raharjoasintió.–Vámonos.Sinembargo,unruidolohizodetenerse,tandébilqueerapocomásqueunpresentimiento.Sumano

fuedirectaalcañóndesupistola.Indicó aDian con un gesto que iluminara una de las cajas que había junto a la puerta.Detrás se

distinguíaalgoclaro,brillante,nosabíaqué.Aotraseñalsuya,Diandejóelfarolenelsuelo,ycuandoRaharjomoviólacabeza,apartólacajadeuntirón.

Enelsuelo,encuclillasyabrazándoselasrodillas,habíaunaniña.Lomirabaatemorizada,elrostrodelgadoyblancocomolapared.

Raharjoseparólamanodelarmaysearrodilló.–No tengas miedo–le dijo en voz baja en hokkien, con una sonrisa que, esperaba, inspirase

confianza–.Nadievahacertenada.Lapequeñanosemovía.–Has sidomuy lista escondiéndote detrás de las cajas, pero ya no tienes por qué hacerlo.Ven, te

llevaremosaunlugarseguro.Letendiólamano.Alcabosuspiróyseacercómás.Despacio,paranoasustarla,yconsumocuidado,larodeóconun

brazo,lepasóelotroporlascorvasyselevantóconella.Nopesabanada,nomuchomásqueVeena,aunquedebíadesermayor.Apenaseramásqueunsaco

depielyhuesos,lasescápulasseleclavabanenelbrazoatravésdelafinateladelablusaquellevaba;cada vez que cogía aire, con nerviosismo, le notaba las costillas atravesando su camisa. Apestaba;despedíaunolorácido,acerrado,penetrante,ylaorinaquelehabíaempapadolospantaloneslargoslehumedecíaaéllacamisa.

–Dámelasiquieres,tuan.–Dianextendiólosbrazosparahacersecargodelaniña.LapequeñacerrólosojosyapoyólacabezaenelpechodeRaharjo.Elcuerpoenteroletemblaba,un

temblorqueselecontagióaélylosacudióprofundamente.–No–repusoconvozroncamientrascontemplabaalaniña,quedormíaensusbrazos–.Melallevaré

acasa.Raharjoasomóalasuperficiedelrío,seapartóelmojadocabellodelrostroynadóconmovimientos

enérgicos,regulares,haciaelembarcadero.Apesardelaavanzadahora,lanocheseguíarebosantedevida.Enlaorilla,portodaspartes,seoían

cantos, susurros, crujidos. En el agua, mientras nadaba, se había cruzado con peces que lo habíanacompañadoensucamino.Comosisupieranqueesanochenoteníannadaquetemer,sehabíandeslizadopor sus brazos y sus piernasmientras él avanzaba sobre el fangoso fondo.Ciego en la negrura de lanoche,eneseríooscurocomolatinta.Conunagratasordera,percibiendoysintiendoúnicamenteconlapiel, losmúsculos.Conaguaclaradel ríoen la lenguacuandoemergíayseenjugaba laboca,elaguadescribiendoungranarcoalescupirla,antesdeprecipitarsedenuevoaella.

Sesentíalimpiodecuerpoyalmacuandosaliódelrío,másquesisehubierabañadosinmásencasa.Sesacudióysepusolospantalonesylacamisalimpiosquesehabíallevado.

La frente se le arrugó cuando echó a andar hacia la casa y en el rectángulo amarillo claro quedibujaba la puerta, abierta y levemente iluminada, distinguió una silueta. Era Kembang, una de lasmujeresdelacasa,alaquehabíadespertadoparaqueseocuparadelaniñachina;atodaslucesllevabaunbuenratoesperándolo.

–¿Quéocurre?

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–Disculpad, tuan.–Hizo una reverencia, entrelazó lasmanos ante el sarong a la altura del regazo,nerviosa,ylassoltó–.Es...eslaniñaquehabéistraído.

–¿Quélepasa?Dandounospasoslargos,entróenlacasaylamujerseapresuróaseguirlo.–Lahemosbañadoylahemosvestido,comopedisteis.Ysehadejadohacersindecirestabocaes

mía.Pero...peroseniegaacomer.Raharjosedetuvoylamiróceñudo.–¿Quémequieresdecirconeso?–Essoloque...quepensamos...–Kembangtragósalivaysepusoajugueteardenuevoconlosdedos

hasta que logró dominarse y, con un movimiento enérgico, se alisó el sarong–. Pensamos que quizápodríaisveniralacocinaparaconvenceralaniñadequecoma.

–¿Yo?–Raharjo arqueó una ceja–. ¿Soy el señor de la casa o una ayah?–le espetó con semblantesombrío.

Confusa,Kembangbajólamirada.–Estábien–refunfuñóélalcabo–.Sinohaymásremedio...Enlacocina,quesehallabaenunapequeñaconstrucciónindependiente,unidaalaprincipalporuna

veranda,hacíacalor.Elhogar,deladrilloyenelcentrodelaestancia,aúnestabaencendido.Losrestosdedistintashortalizasyraíces,deunagallinaydehierbasaromáticas,quedebidoalnocturnoimprevistohabíandejadoallísinmás,sehallabanesparcidosenunamesaalargada,ysuintensoaromainundabaelaire.

LascabezasdelcocineroydeBunga,laotrasirvienta,sealzaroncuandoentróRaharjo.Ambosseinclinaronanteél,lapreocupaciónescritaenlacarayvisiblementeaturdidosconelhechodequeeltuanhubiese regresado escasas horas despuésdepartir, los hubiesedespertado enmitadde la nochey leshubiesehechoentregadeunaniñaflaca,suciayaterrorizada.

Tambiénlaniñalomiró.Estaba en cuclillas en el suelo, igual que la encontrara en el junco, en un rincón de la cocina, la

espaldacontralapared,ellargocabellonegroaúnhúmedodespuésdelbaño.Lakebayaquelehabíanpuestolequedabademasiadogrande,casiseperdíaenella,yprobablementehubiesendobladoelsarongalolargoantesdeenrollárselo.

Raharjosepusoderodillasdelantedeella.–Tienesquecomer,¿meoyes?–dijoconseveridad–.Debesreponerte.Lapequeña,lamiradatitilante,encogiómáslaspiernas.–Yasítodoelrato–musitóKembangasuespalda–.Ytampocoquierehablar.Nohadichonipío.Ni

siquierasabemoscómosellama.Nosabíaquéhacer.–Dame eso.–Raharjo le hizo una señal al cocinero, que sostenía en lamano una escudilla que le

entregópresuroso.–Estáreciénhecha,tuan.Ladeantessehaquedadofría.Raharjosesentóenelsueloymoviólaespesasopaantesdeacercarlealaniñalacucharaalaboca.–Vamos,abrelabocaycome.Seguroqueestásmuertadehambre.Lapequeñaselimitabaamirarlofijamente.–Anda,almenosunpoquito.Lepasócontientoelbordedelacucharaporellabioinferior,ysubocaseabriódespacio,temerosa.

Alfinal,igualdedespacioytemerosa,laniñaempezóasorberlacomidadelacuchara.En la cocina se oyó con suma claridad un suspiro de alivio. El cocinero y las dos sirvientas se

miraronconcaradeasombro.Lesresultabaconmovedorqueelmalhumoradotuan,alquetodostemían,que tan poco se preocupaba por sus propios hijos, tratase con tanto afecto a esa pobre criatura

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maltratada.Raharjofuedandodecomeralaniñacucharadaacucharadamientraslehablabaenvozqueda.Ylaniñanolequitólavistadeencimaniunsoloinstante.

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IIIPerdidos1865-1871

Aunqueelresplandorqueenotrotiempofuetanbrillante

hoyestéporsiempreocultoamismiradas,aunquemisojosyano

puedanveresepurodestelloqueenmijuventudmedeslumbraba,

aunquenadapuedahacervolverlahoradelesplendorenlahierba,

delagloriaenlasflores,nodebemosafligirnos

porquelabellezasubsistesiempreenelrecuerdo.Enaquellaprimera

simpatíaquehabiendosidounavez,

habrádeserporsiempreenlosconsoladorespensamientos

quebrotarondelhumanosufrimiento,yenlafequemiraatravésdela

muerte.WILLIAMWORDSWORTH

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18Elíndigodelanochesedesangróenunazulmortecinoysiguióperdiendofuerzahastaquefinalmente

cedióanteeltenuedoradoqueanunciabalasalidadelsol.En el ahumado crepúsculomatutino se recortaron las copasde los árboles, en las que los pájaros

entonabansusaludo.Unanutriamadrugadorasedesperezabaenlaorillaysedeslizabasilenciosamenteenelaguaparaatraparsuprimerpez.

LacasadeKulitKerangestabaensilencio,soñandotodavíaensunidodeárbolesymatas,envueltaenelvelodebrumadelanuevamañana.Todosdormíanaún,incluidoslostresniños.Tansoloelayah,despiertatempranoporlacostumbre,entornabalosojos,adormilada,conladescoloridaluzdelnuevodía,esperandoaquelapequeñaSharmilarompieraaberrearcomocadamañanaparapodercambiarleelpañalyllevarlaalacamadesumadre.

Para entonces en la cocinaya reinaba el ajetreodesdehacía rato.Cuandoel tuan estaba en casa,solíadesayunaralrayarelalba.Nohacíaunacomidaopípara,perosíquetomabapequeñascantidadesdediversosplatos,locualimplicabamuchotrabajoaunahoratemprana.

–Listo.–El cocinero suspiró, pasándose el brazo por los surcos que el tiempo y el peso de suscometidoshabíanabiertoensufrente,delcolordelateca.

Contemplabaconairesatisfechoel revoltijodepielesymondasdefrutasyverduras,deespinasycabezasdepescado.Bungaacababade salir conunapesadabandejapara llevarla a laverandade lacasa.

Elaireabrasadorqueserespirabaenlacocinaestabacargadodearomas.Ajugoso,dulcemangoydelicadoslichis;acaféfuerte,pescadoreciénasadoalaparrillaycangrejosadobadosenajo,unpicantecurrydeverduras.Aexquisitoarrozconaromaajazmín.

–Aduh –exclamó el cocinero, estupefacto–. He olvidado el arroz.–Giró en redondo–: ¡Muchacha!¡Deprisa!LlévaleaBungaelarroz.

La niña dejó en la pila la cacerola que estaba lavando y se secó con cuidado lasmanos, rojas ehinchadasporculpadelaguacalienteconlejía.Tambiénteníaenrojecidodelcalorelrostro,delgadoyrematadoporunmentónpuntiagudocomoelpétalodeunakemboja.Porsiacasosefrotóunavezmáslasmanosenelsarongantesdecogerlafuentedeporcelanaconelhumeantearroz.

–¡Vamos,vamos,dateprisa!Nohagasesperaraltuan–ordenóelcocinero–.Yquenosetecaigaporelcamino.

Conpasosveloces,perocautelosos,laniñaenfilólaverandaqueuníalacocinaconlacasa.Conelrabillodelojoreparóenunasombraquesurgíadelrío.Se detuvo paramirarmejor. Sus almendrados ojos, de un negro brillante en su blanco rostro, se

abrierondeparenpar.Trasunbreveinstantedevacilación,sucumbióalatentacióndeocultarsetrasunadelascolumnasparaespiarlo.

Sabíaqueel tuan ibaanadaral ríocuandoaúneradenoche,aunquenunca lohabíavistoconsuspropiosojos.Elcocinerodecíaqueel tuandebíazambullirse todos losdíasenel ríoporquedeotromodomoriríacomoelpezalquesacandelagua,pueseramásunacriaturamarinaqueunapersona.Poresotambiénsucorazónerafríocomoeldeunpez,añadió.Bunganoestabadeacuerdo:eltuanerauntigre,igualdesalvaje,igualdeirritableyagresivo.Seveíayasoloporsuformadetrataralaseñorayasushijos.Eltuannoeraunanimaldemanada;unsolitariocomoélhabríahechomejornocasándose.

Laniñadijoparasusadentrosquenoestabadeacuerdoconningunodelosdos.Eltuaneracomounmangostán:sucortezaincomiblepreservabauncorazóntierno.Ellalohabíavistoensusojos,antaño,ylohabíaguardadoenlomásprofundodesuser;untesoropreciosoquelepertenecíasoloaella.

Supieleraoscuracomolacanela,mojadaybrillanteconlasuaveluzdelamañanacuandosaliódelrío;delcuerpoenterolechorreabaagua;delcabello,delabarba.Conunbrilloabismadoenlosojos,

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admiró su esbelto, fuerte cuerpo, las nervudas, vigorosas extremidades. Sumirada reparó en su sexo,oscuro, peligroso y prometedor, y las ardientesmejillas, que precisamente empezaban a enfriarse, seencendierondenuevo.

Sinembargo,noeracapazdeapartarlamirada.Eltuansesacudiócomounanutria,despidiendogotasdeaguacentelleanteantesdeinclinarsepara

cogersuscosas,losmúsculosdelaespaldamarcándoseleydándoleaellalamedialunaperfecta,tersa,deltrasero.Laniñasintióuncosquilleoenelvientre,porsucuerposeextendióuncalordesconcertantequeseleremansóenelregazo;teníalabocacompletamenteseca.

Tragósaliva.Nonotabaelcalorquedesprendíalafuente,perolasterminacionesnerviosasdesupieldieronlavoz

dealarma.Losmúsculosdesusbrazossecontrajeron,ylalisaporcelanaseleresbalódelasmanosyfueapararalsuelo,dondequedóhechaañicos.

Conlágrimasenlosojos,clavólavistaenlanubedearrozhumeante,elcaótico,cortantemosaicoverdejade,rosayazulmarino.Seagachóatodaprisapararecogerlospedazos.

–¡Ayyy!–Elcocinero seacercócorriendo–.Yesoque tehedichoque tuvierascuidado.–Lediounfuertepalmetazoenelcogote,ylaniñaprorrumpióensollozos–.Peromiraqueerestorpe.

Llegó un soplo de aire, salieron volando pequeñas gotas de agua y alguien retuvo la mano delcocinero,levantadaydispuestaapropinarotrogolpe.

–Noteatrevasahacerlo.–Unavozdehombre,grave,encolerizadayamenazadora–.Enestacasanosepegaanadie.

–Perotuan...–suprotestasonódébil;lafuertemanoleestrujóelbrazohastaloshuesos.–Ymenos por un ridículo plato de arroz. Si vuelvo a ver que pegas a esta niña o a alguna otra

persona,yapuedesircogiendotuscosasparamarcharte.–Sí,tuan–contestóelcocinero–.Disculpad,tuan.Novolveráapasar.–Exhalóunsuspirodealivio

cuandoeltuanlosoltóysefrotóeldoloridobrazo.Asíytododebíadecirlo–:Peroestaniñanosirveparaesto,tuan–soltódecorrido–.Esbuenayhaceloqueseledice.Noesholgazana,seesfuerza.Peroamenudo es lenta, porque sueña despierta.Y terriblemente torpe.Resulta increíble, tuan, siendo unacriaturatandelicada.Peroyaheperdidolacuentadelasjarras,losvasos,losplatosylasfuentesqueharotodesdequeestáaquí.Novaleparalacocina,tuan.

LososcurosojosdeRaharjoseclavaronenlaniña,queseguíaallíconlacabezagacha,lalargaytirantetrenza,negracomolapez,cayéndolesobreelhombrodelakebaya.

–¿Escierto?¿Rompesmuchascosas?¿Pordescuido?Laniñatitubeó.Temíadecirlaverdad,perotampocoqueríamentir.Alcabohizounmovimientoafirmativoconlacabeza.–Enséñamelasmanos.Trasvacilarnuevamente,separólosdedos,queteníaentrelazadosanteelregazo,yselosenseñóal

tuan.Creyómorirdevergüenzacuandoélexaminómeticulosamentesusenrojecidasyagrietadasmanos,lasuñas,partidasyparacolmomordidas.Ymuriódedichaalsentirsuspequeñasmanosenlassuyas,grandes,calientes.Eransuaves,tansoloenalgunaspartesconcallosidadesduras,ásperas.

–Estasmanosno estánhechaspara trabajar en la cocina.–Se las soltó–. ¿Sabesusar aguja ehilo?¿Sabescoser?

Asintió con vehemencia: sí, desde luego que sabía, había aprendido a hacerlo cuando era muypequeña.

–Míramecuandotehablo.Lodijoconaspereza,peronoenfadado,ylaniñalevantólacabeza.Sumiradasubióporlasperneras

deltuan,mojadasenlasrodillasylosmuslos,porlafinalíneadeoscurovelloqueascendíaporellisoymusculosovientre.Porelpechoterso,duro,dondeelaguaformabaperlas,hastasurostro.

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Ellanuncalohabíavistotandecerca;nodesdequelasacódelbarcoaquellavezylediolasopa.Alprincipio se pasó un par de veces por las habitaciones de la servidumbre, o por la cocina, paraconvencerse de que ella estaba bien, no le faltaba nada, pero desde entonces solo lo veía de lejos.Cuandoibaatirarelaguasuciaoibaporaguaosacabalabasura.Parecíaunhombresolitariocuandosehallabaeneljardín,contemplandoelrío;unasoledadqueellaentendía.

Eramayorde loque recordaba.Profundas arrugasverticales se abrían a ambos ladosde laboca,perdiéndoseensubarba;bajosusescrutadoresojossedistinguíaunabanicodefinaslíneas.

Ellaenrojecióhastamásnopoder.–Quizá tenga otro trabajo para ti. Ven conmigo.–Le indicó que lo siguiera con unmovimiento de

cabeza–.Tráeteunmozodelaciudadparatucocina–dijoalcocinero,volviéndoseamedias–.Oados,silodeseas.

–Gra...gracias,tuan–balbucióelhombre,patidifuso,perofeliz–.¡Muchasgracias!Esmuygenerosodevuestraparte.

Eltuansiguióadelantedandozancadas;alaniñalecostabaseguirleelritmo,afindecuentaséllesacabacasidoscabezas.

Bunga,queestabaenlaverandajuntoalamesapuesta,listaparaserviraltuan,lelanzóunamiradafuriosa.

¿Sepuedesaberquédemonioshasroto?,parecíadecirle.Eltuandiolavueltaalacasahastallegaralaparteestrecha.La niña, presa del nerviosismo, contuvo la respiración cuando franqueó una puerta tras él: nunca

habíaestadoenlacasa.Actoseguidosequedóconlabocaabiertaalverlaampliahabitacióndetechosaltos.Lacamaenorme,capazdedarcabidacómodamenteavariaspersonas.Lasblanquísimassábanas,conpintadefrescasysinunasolaarruga.Lamaderapulidadelospreciososmuebles.

Tantaluz,tantoaire.Eltuanabrióunadelastrespuertasdelahabitaciónyleindicóquepasara.Auncuartitoaparte,solo

para la ropa; jamás habría creído posible que alguien pudiera tener tantas camisas y pantalones,chaquetasyzapatos.

–Podrías hacerte cargo de esto. Hasta ahora es una de las tareas de Kembang, pero sin duda sealegrarádequelequitesalgodetrabajo.Teencargarásdemantenerestoenorden.Guardaráslascosascuandolastraigaeldhobi-wallahyledaráslacolada.Teasegurarásdequenofalteningúnbotónynohayaningunacosturadescosida.Deserasí,teocuparásdesolucionarlo.¿Podráshacerlo?

Laniñaasintió;lacabezaledabavueltasdepuradicha.Élesbozóunamagodesonrisa.–¿Yhablar?¿Sabes?Alabocadelapequeñaafloróunalevísimasonrisa.–Sí,tuan.–¿Síquesabeshablarosíquepuedeshacerestetrabajo?Lasonrisaseensanchóuntanto.–Sí,tuan,ysí,tuan.Risueño,Raharjolepreguntó:–¿Ytienesnombre?Cuandoquisorecuperarelhablayconsiguióaprenderunpocodemalayo,yanadiesemolestabaen

preguntarlecómosellamaba;era,sencillamente,lamuchacha.–MeiYu–musitó.LascejasdeRaharjosemovieroncuandoseparóapensar.–¿Jadevalioso?¿Ojadebello?Esoesloquesignificatunombre,¿no?Ellaasintió.Supielclaraysusdelicadosrasgoshabíancostadomuchodineroaloshombresquela

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compraronasuspadresylallevaronalbarco.–Bien.–Lehizounaseñaldeasentimiento,cogióunadelascamisasblancasalazaryselapuso–.Si

tienesalgunapregunta,acudeaKembang.Yquetedétambiénútilesdecostura.Ellacogióaireparadeciralgo,peroactoseguidolaabandonóelvalor.Noleresultabafácilhablar

malayo,lohabíaescuchadomucho,peropracticadopoco.–¿Sí?–Muchas...muchasgracias,tuan.Nolo...lamentaréis.Élsonrióunavezmás.–Esoespero.Ysealejósinmás,dejándolasola.Ensudormitorio.Entresuropa.Conelcorazónacelerado,MeiYuesperabaquealguienentraracorriendoylaregañara,ledijeseque

nopodíaquedarseallíharaganeandoylamandaradevueltaalacocina.Peronofuenadie.Asomólacabezaconcautelaporlapuerta.Nadie,porningunaparte.Recorrió las baldas despacio, grabándose en la memoria dónde estaba cada cosa y cómo estaba

doblada la ropa. Pasó lamano con delicadeza por losmontones de camisas, unamagnífica chaquetabordada, solo con las yemas de los dedos, para no dañar los exquisitos tejidos con sus estropeadasmanos.Sumiradareparóenlagrancestadeunrincón,queestabaenelsueloyllenahastaelbordedeprendasarrugadas:lacoladaparaeldhobi-wallah.

Miróasualrededorcondisimulo,paracomprobarsideverdadnolaobservabanadie.MeiYucogió laprimeracamisayse la llevóa lacara.Aspirócon fuerzaelolora salyalgas,a

cueromojadoysecadoalsolyacobrehúmedo.Cuandosehallabaenelsombríovientredelbarcoyél lamiró, leparecióungigante; tanaltoque

habría podido coger el sol del cielo fácilmente con solo alargar lamano, atrapar las estrellas con lamano.Suvoz,comotéfuerte,sonóamable,tranquilizadora,auncuandonoentendieratodoloquedijo.

Lalevantódelsuelocomosifueraunahojitaseca,lasa-códelbarcocomounvalienteguerreroaunaprincesa.Ylasostuvoentresusbrazosdurantetodoelcamino,abordodeotrobarco,enuncoche,hastallegaralacasa.

Surostrocontrasupecho,laenvolvióeneseolorquelequitóelmiedo,leborrólavergüenza.Lediolaincreíble,laasombrosasensacióndehallarseasalvo.

Segura.

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19Georginarespiróhondo.Eseaireviscoso,quecasigoteabayapenaslograbamitigarlafuertebrisa

quesoplabadelmarysalabael intensoolorasaviadelashojas,eldulzorembriagadordelasflores.Disfrutólapelículahúmedaqueelsudordejabaensupiel,quehacíaquelatelaselepegaraalcuerpo,marcandosusilueta,yseperlabaensufrente,ensunariz.

Miródichosa al cielo azul, un azulque en Inglaterra jamás llegabaa ser tan radiante.Susojos seempaparondelvivoverdedelosárboles,losluminososcoloresdelasinflorescencias,impregnandosualma. Incluso el bosquecillo, para entonces una jungla en miniatura, que primero amara y despuésaborreciera,seleantojóunavisióngrata:volvíaaestarencasa.

–¿Tehasinstaladoya?–quisosaberGordonFindlay.–Sí,gracias–repusoGeorginamientrasbebíasorbosdesutazadeté.–¿Telasarreglarás,conelespacio?¿Y...engeneral?–Claro.–Bajólavista.GeorginanoqueríaqueselenotaralomuchoquesealegrabadevolveravivirenL’Espoir.Supadre

nolohabríaentendido;inclusoeraconscientedelopequeñaydeslucidaqueerasucasaencomparaciónconBonheur.Unaconchaestriadaenlaquelosañosylastormentashabíandejadosuhuella,recubiertademusgoytapizadadeliquen,queseaferrabamásmalquebienasucararocosa,bajolaquelasaguasdeltiempoespumeabanyformabanremolinos.

AlprincipiolapropiaGeorginasesintióconsternadayseavergonzóuntantodelamaderacombaday las paredes enmohecidas.De la parvedad, la sencillez delmobiliario, los ornamentos y los enseresdomésticos, y del sempiterno olor amoho, a levadura, que parecíamás abrumador, asfixiante que elrasposohollíndeInglaterra.

En el avanzado, elegante Londres había olvidado la forma de vida sencilla, primitiva incluso, deSingapur, aun siendo acomodada. La definición del lujo era distinta según los grados de longitud; almenosparaentoncesen lascallesdeSingapurhabía luzdegas,encendidaconpompayceremoniaenconmemoracióndeldíaenquenaciólareinaVictoria.LaprimeravezqueGeorginaregresó,elcontrasteleresultómuchomenosdramático;quizátuvieraqueverconlaedad,puesyateníatreintaytresaños.

–Paul aprecia en su medida el sacrificio que haces–aseguró su padre en voz baja, visiblementeturbado–.Yyotambién.

Georginanodijonada.El año previo había sido el más negro que había vivido nunca Singapur para el comercio; en

comparaciónconél,inclusolosañosquevieronladecadenciadelasplantacionesdepimientaycachúyeldeclivedelasmirísticasfueronfáciles.

ElsistemaporelqueseregíaelcomercioenSingapur,estoes,vendiendoyrevendiendoacréditoartículosimportadoshastaquelastintineantesmonedasencontrabansucaminodevueltaatravésdecadaunodelospuntosdeunióndelascadenascomerciales,habíafuncionadoalaperfeccióndurantedécadas,rindiendo beneficios a todos los participantes. Hasta que, prácticamente de la noche a lamañana, sedesplomócomouncastillodenaipes.

Lacodiciaseapoderódeél,losmárgenesdebeneficioserancadavezmayores;lasreintegracionesde los créditos concedidos se retrasaban, amenudo ni siquiera se efectuaban.Aunque elmanglar delcomerciosingapurensehabíaechadomuchasraíces,alalargaelaguasalabademasiado,subíamásdelacuenta,impidiendoquelasraícesaéreaspudieranrespirar,alimentaralárbol.

Talvezsencillamentelaredcomercialhubiesecrecidodemasiado,demasiadodeprisaenesaislaenla que según el último recuento vivíanmás de ochentamil personas, de las cuales cincuentamil eranchinas. Lamadera del tronco y las ramas acabó siendo demasiado pesada para el subsuelo arenoso,fangoso,yelárbolcayó.

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Comounascontagiosasfiebrespalúdicas,lospequeñoscomercianteschinosfueronalaruina,cientosycientosdeellossevieronobligadosacerrarsusnegocios.Debidoaello,lostowkaysmásimportantessufrieronconsiderablespérdidas,yfinalmente laoleadadequiebrasacabóarrollandoa lascompañíaseuropeas.Lasprimerascerraronofueronalabancarrota,comofueelcasodeJoséd’Almeida&Sons,unadelasmayoresymásrespetadasdeSingapur.

Resultabainconcebiblequeestacompañíatanarraigada,propiedaddeunafamiliaqueeraunpilardela ciudad desde que su fundador, unmédico de a bordo portugués, se asentó en Singapur, uno de losprimeroseuropeosenhacerlo,pudieraquebrar;sedecíaqueladeudaascendíaalavertiginosacifradeunmillóndedólares.Cundióelpánicodequelosbilletesdebancodejarandetenervalor;fueronmuchoslosquequisieroncambiarelpapelmonedaporplata,loquecogióporsorpresaaloscuatrobancosdelaciudad.Duranteuntiempoelcomercioenteroquedóparalizado.YlamañanadeNochevieja,elgodowndeMcAlister&Co.seincendió;elfuegosepropagómuydeprisaalosgodownscontiguosylosdañosascendieronadecenasdemilesdedólares.

Singapursehallabaenestadodeshock.SiantesFindlay,Boisselot&Bigelowyanoibabien,elhundimientodelcomercioylainsolvencia

demuchosamenazabanconarrastraralacompañíayprecipitarlaalabismo.GeorgesBoisselot,elprimodeGeorgina, enPondichéry, que tras lamuerte del tíoÉtienne hacía cuatro años, se hizo cargode suparticipación, se hallaba fuera de sí debido a tan catastróficos acontecimientos, y amenazaba conretirarsedelnegocio,loquehabríaasestadoelgolpemortalalacompañía.

Lossuavesyblancoscoposdelalgodóneranlaúnicaesperanzaenlostiemposquecorrían.Despuésde que en la guerra de Secesión, que enfrentó al sur y al norte de América, los estados sureñosesclavistasdejarande exportar algodónaGranBretañayEuropa, la atención se centró en el algodónprocedente de Egipto y, sobre todo, de la India. Un negocio que, pese a no compensar las pérdidassufridasdebidoalbloqueodelospuertosenlosestadosdelsurdeAméricadurantelaguerra,hizoqueFindlay,Boisselot&Bigelowlograramantenerseaflote.

EstaeraunacargaquepesabademasiadoaGordonFindlay,aunquenadiehabríapodidopreverquelascosasfuesenaevolucionarasí,yenlacompañíanadiehabíacometidoningúnerror.APaul,encuyasmanos había ido depositando cada vez más responsabilidad, más capacidad de decisión, no lereprochabanada;cargabaconlaculpaélsolo.

Selenotaba.Comosientonces,asussesentaaños,loshuesoscedieranalafuerzadelagravedad,caminabamás encorvado que antes, era como si siempre tuviese los hombros caídos. De la nariz alanguloso mentón le bajaban pronunciadas arrugas. Los azules ojos parecían más claros, comodescoloridosporelcansancioylaresignación,lapieldedebajoseveíaarrugada.Unatelarañadefinaslíneas sehabíaasentadoensu rostro, reblandeciendoelcontorno,y sucabello,aúnpoblado, sehabíavueltoplateado.Únicamentesusgruesasyvelludascejasseguíansiendonegrascomoelcarbón,contansolounoodospelilloscanos.

Inclusosuvoz,grave,siempreuntantoáspera,sehabíatornadoquebradiza.–Esunalástima,conlobonitaqueeralacasa–observóenvozqueda.Georginaasintiósinmuchoentusiasmo.Bonheur se hallaba en venta. En cuanto fuese adquirida, el dinero se invertiría en la compañía.

Probablemente se malvendería, pero con un poco de suerte se obtendría lo suficiente para tapar losagujerosdemayortamaño.Dehabersidootroelmomento,ellohabríasupuestounamanchasocialmenteirreparable,porlaquehabríasidonecesarioflagelarse;peroeseañoenSingapurlosBigelownoestabansolosaeserespecto.

Hastaquelacasasevendiera,Paulseguiríaviviendoenella,algoenloque,paraaliviodeGeorgina,habíaconsentido.Aunquefueraaregañadientesyvisiblementedolido.

–Mejor eso que las participaciones de la Dock Company–contestó ella–. En cuanto se hayan

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construidolosmuellesenTanjongPagar,nosreportaránalgunosbeneficios.GordonFindlayesbozóunasonrisadesatisfacción.–¡Estaesmihija!Georginaesbozóunadébilsonrisa.CuandoPaulyellasepeleaban,siempreerapor lacompañía.Porcarta.Cuandoél fuedevisitaa

Londres.Nadamásvolverella.PaulnotolerabaqueGeorginaseentrometiera,aunquesolohicieseunaobservación,aportarauna idea.Nosin razón, se lepasabaaellamásdeunavezpor lacabeza,ysusmejillasseteñíanderojo.

Gordon Findlay bajó lamirada a la niñita que sostenía en el regazo. Su cabecita estaba llena degruesosybrillantesrizoscastañososcuros, tenía losojosazules,depobladaspestañas,clavadosenelreloj de su abuelo. Lo había sacado del bolsillo del chaleco y la niña lo toqueteaba asombrada,fascinada.

La pequeña Jo. Josephine Emma Bigelow, nacida hacía dos años y medio en la casa de losGillingham,enRoyalCrescent.

Alcabodedosaños,elreencuentroconPaulcasihabíasidounchoque.El hombre que acudió a visitarla era un desconocido, demenor estatura,más robusto de como lo

recordaba, con los primeros destellos plateados en el cabello, las primeras arruguitas bajo los ojos.Seguro de sí mismo, casi arrogante, una actitud que a ella le repugnó, bajo la cual poco a poco fueaflorandoun temor, un cuidado en su formade tratarla, como si después de doce años dematrimonioquisiera cortejarla de nuevo. Su forma de tratar a los dos niños, con profundo, alegre afecto, y lacordialidad con que los Gillingham le abrieron los familiares brazos hicieron que el corazón deGeorgina,contratodopronóstico,sintieraalgoporél.Yverlashumildescondicionesenlasquehabíacrecido en Manchester, verlo con sus toscos, torpes hermanos, le dio a conocer nuevas facetas delhombreconelquesehabíacasadoempujadaporlanecesidadyalafuerza.

Al final fue su cuerpo el que traicionó su voluntad, su razón. Su cuerpo, que estaba hambriento yansiabaserbesado,acariciado,amado.Queunanochededebilidadcedió;unadebilidadalaquenoseopuso.

Laamargura lequitó laalegríadelanunciode la llegadadeJo.Georgina teníapensadoregresaraSingapur conPaul, un regresoqueya se veía aplazado indefinidamente.Mientras el canal deSueznoestuviese terminado, el fatigoso viaje por tierra, con el calor del desierto y en coches con escasaamortiguación, que iban dando sacudidas a campo traviesa, era demasiado arriesgado para una futuramadre.Paraunreciénnacido.Unbebédepocosmeses.

LosdosañosprevistosenInglaterrapasaronasercinco.–Nopodríashaberme traídonadamáshermosode Inglaterra.–LanudosamanodeGordonFindlay,

llenadearrugasyvenasazules,acariciabacariñosamenteelpelodesunieta.Johabíaperdidoelinterésenelrelojy,acurrucadacontralapecheradesuabueloconconfianza,semordisqueabaunnudillo–.Esigualquetúcuandoeraspequeña.–Losojoslebrillaban–.GraciasporllamarlaasíporJoséphine.

AGeorgina le resultaba conmovedor ver la ternura con la que su padre trataba a su nieta, y, sinembargo,lecausabadolor.Siempre.

Asíeraconellaantesdequeseapartara,justocuandomáslonecesitaba.–Háblamedemaman–pidióGeorgina–.Deantes.Supadrefruncióelceño;permanecióunbuenratoensilencio,contemplandoasunietaabsorto.–¿La puedes coger?–preguntó al cabo, la voz seca y áspera–.Me figuro que tendrá que dormir la

siesta.Yyotengoquepasarmeporeldespacho.Poresaépoca,GeorginasubíaamenudoaGovernmentHill,avisitarlatumbadesumadre.EnocasionessellevabaaJo,quecaminabatorpementeentrelastumbas.Laniñamirabaasombrada

los ángeles de mármol, perseguía mariposas y cogía flores, que en sus sudorosas manos perdían su

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lozaníadeprisa,ynolloriqueabanuncacuandolosmosquitoslarodeabanylepicabanenlosbracitosylaspantorrillas.

PerolamayoríadelasvecesGeorginaibasola.Con el aire dándole en la cara, contemplaba el humor cambiante del mar y su juego de colores,

siempre distinto. Miraba las nubes, que se apilaban en formaciones como de copos, se erigían ensiniestrosbaluartesdeaspectoamenazadorparadespuésseguirsucaminonuevamentealegresyligeras.Poruncieloqueenocasioneseradeunazultanclaroyresplandecientequecasitintineaba,ydespuéssecubría,yluegoerablancocomolaleche.Avecesseteñíadegrisperla,seoscurecíahastavolversedeun negro tiznado, en el que se aproximaba sobremanera a la pendiente desde la que Georginacontemplabalaciudad,quealolargodeesecortoespaciodetiempohabíacambiadomucho.

LarebelióndelaIndiahabíaduradoalgomásdeunaño,deslustrandoconlasangreyelhumodelapólvora el brillo de la joyamás resplandeciente de la Corona británica.Un violento terremoto en elcorazóndelImperio,cuyassacudidaslevantaronunoleajequesedejósentirenInglaterra.LaCompañíaBritánicadelasIndiasOrientalesfuedestituida;laadministracióndelaIndiapasóaestarenmanosdeunnue-voministeriobritánico,elIndiaOffice.

Singapur ya no estaba supeditada en todos los aspectos al gobierno de Bengala, sino a la nuevaautoridaddeLondres.TeníalosmismosderechosqueCalcuta,ensudíalaplantamadre,delaque,enunprincipio,Singapurnoeramásqueunretoño.

Singapurerayaconscientedesuvalor,locualtambiénsereflejabaensufisonomía.La ciudad se extendía casi hasta donde alcanzaba la vista desde allí arriba.Las casas eran de un

blancobrillante con la luzdel sol, los tejadosde tejasdeun rojo luminosoodeungris favorecedor.Inclusocuandollovía,y lasnubessecerníanbajassobre los tejadoscomounoscuromanto,elblancochunampermanecíaalegreysereno,deunfrescorradiante.Tambiéndeunaeleganciaingrávidaeraelnuevo ayuntamiento, con su fachada acanalada, sus columnas y grandes ventanas, sus balaustradas, yprontoleseguiríaunnuevopalaciodejusticia.

Elpatitofeosehabíaconvertidoenunbello,orgullosocisne.Enunareina.LarebeliónenlaIndiahabíasidocontenida,ySingapursehabíalibradodeunarevueltacuandoel

capitánGeorgeCollyer, del Real Cuerpo de Ingenieros deMadrás, se lanzó con celo a las obras defortificación de la ciudad, que por fin habían sido autorizadas: el capitán tenía en mente piezas deartilleríaa lo largode lacosta, ampliasconstruccionesdefensivasa lo largodeGovernmentHill conarsenal, talleres, barracas y un polvorín.Además de algunos fortines demenor tamaño en las colinascircundantesyunazonadedefensaalrededordelostribunales,elayuntamientoylanuevaiglesiadeSanAndrés. El por aquel entonces gobernador Blundell lo contuvo: en modo alguno debía convertirseSingapurenunaplazafuertequeinspirararechazo,debíaseguirsien-dounaciudadportuariaabiertaalmundo.

Sinembargo,aCollyerselepermitióconstruirunacortinademuelleparaprotegerlazonadeTelokAyeryocuparsedelaampliacióndelasuperficieedificableganandoterrenoalagua.YFortCanning,unfuertequeencasodeataquebrindaríarefugioalapoblacióneuropea.Pordesgracia,sinsuministrodeagua independiente en caso de sitio, como se puso de manifiesto más adelante. De producirse unasituacióndeemergencia,desdeesepuntoloscañonesnoacertaríananingúnbarcoenemigo,sinoquelosproyectilescaeríansobreelríoSingapuryelbarriochino.

«Collyer’sfolly.»LalocuradeCollyer.EltremendofríodeInglaterrahizoveraGeorginaloneciaquehabíasidoalplantearsetansiquiera

abandonaraPaul,talvezinclusoasushijos,eirseconRaharjo.«Georgina’sfolly.»SemoríadevergüenzaalpensarquehabíaestadoapuntodeconfiaraPaulelconsejoquelehabía

dadoRaharjodeinvertirencasasenUpperCircularRoad.Construccionesviejas,venidasamenos,que

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hacíadosañoshabíansidopastodelasllamas.Corríalavozdequehabíasidounincendiointencionado;losrumoreshablabandeespeculacióninmobiliaria.

Aunqueenlacallesehabíavueltoaedificar,lascasasmásgrandes,másbonitas,ysepodíaganarunbuendineroconellas,lareconstrucciónhabríasignificadolaruinaseguraparaPaulBigelow.GeorginahabíahechobiennofiándosedeRaharjo.Habíapasadoasersuenemigo;quéneciahabíasidoalpensarque la pasión que los unía había anulado las amenazadoras palabras que le dirigió en el jardín deWhampoa.

ElmomentoenquepodríahabervividoconRaharjoerairrecuperableya,ahoralosabía.IgualqueelviejopuenteThomson,dondesereencontraron,habíasidosustituidoporelpuenteElgin.

Delamaderaalhierro.Dealgoquepodíaseramoralodiociego,irreconciliable.Inglaterrahabíaresultadoserunaexperienciasaludable.Allíhabíaaprendidoque,aunqueerahijadeSingapur,noloeradeNusantara.Sus raíces sehallabanenel trópico,pero suvidadescansaba sobreunabaseeuropea.Tanto si lo

queríacomosino:elmatrimonioconPaullahabíamarcado,sushijosibanalaescuelaenInglaterra,laeducaciónquerecibíanerainglesa,yporsusvenascorríasangreescocesayfrancesa.

Ellaeraunodeesoscardosquecrecenentretejidosconlalavanda,nounakemboja.Yanoconocíaanadieenesaciudadnueva;losprimerosmoradoreshabíanvueltoasupaísnatalo

fallecido,elrestosehabíaestablecidoallínohacíamucho.YBeachRoadhacíatiempoqueyanoeraunazonadistinguida,claroquetampocoGeorginaeraunadamadistinguida.Singapurhabíacambiadoy,sin embargo, en el fondo seguía siendo la misma ciudad. Bella tras las fachadas coloniales, peroindómita.

Unaplantainglesamoldeadaporelcalortropical,losmonzonesyelmar.ComoGeorgina.Lo más bello de la nueva Singapur era la nueva San Andrés, a la que pronto se añadiría un

campanario.Laiglesia,deunblancoradiante,cegador,peseasusimpresionantesdimensiones,graciasasus ojivas, agujas y torrecitas, a ornamentos comode discreta puntilla de encaje, parecía tan ligera yvaporosaquedabalaimpresióndeflotarsobreelverdedelaEsplanade.AGeorginaledabaunvuelcoelcorazóncadavezquesumiradadescansabaenelcuerpoalargadodelaiglesia.Ycuandosesentabaen uno de los nuevos bancos, en esos altos espacios abovedados sustentados en columnas de blancochunam,bajoeltechodeoscurasvigas,losmurospintadosdeazul,elcolordelcieloyelmar,yelsolentrabaporlasvidrierasdecolores,sucorazóncrecíayseensanchaba.

Entoncessabíaquevolvíaaestarencasa.En Londres, Singapur era un vacío en su corazón; allí, en Singapur, ese vacío, que sangraba

dolorosamente,aborbotones,teníadosnombres:DuncanyDavid.En último término había sido buena idea quedarse más tiempo en Inglaterra, hasta que sus hijos

pisaron fuerte entre los hijos deStu,Dickie yMaisie, cuyas hijas eran víctimas complacientes de lastravesuras y tonterías de losmuchachos.Con las amistades que trabaron en la escuela;David, con sucarácteralegre,fácilmente;Duncan,mástitubeanteylimitándoseúnicamenteadoschicosqueeranigualdetaciturnosyreservadosqueél.HastaqueGeorginapudomarcharse,nosintiéndosealiviada,perosísincargodeconciencia,porquesushijoseranlobastantemayoresyautosuficientes.

Ahorateníancatorceydoceaños.Davidseguíasiendounniñodechadodealegríadevivir,alquecostaba estarse quieto; Duncan, todo brazos y piernas, ángulos marcados y huesos pronunciados,caprichoso de cuando en cuando, y ya con una voz grave. La próxima vez queGeorgina los viera yaseríanhombrecitos,nolosniñosalosquellevabaenelcorazón,cuyosretratosentonosepiaenmarcadosenplataconstituíansutesoromásvalioso.

ParaentoncestambiénestaríaconjuradoelpeligrodequeRaharjolearrebataraaDuncan,sillegabaaenterarsedequeerahijosuyo;enInglaterrasabíaqueseencontrabaasalvo.

Por Bonheur no derramó ninguna lágrima. Su sitio estaba en L’Espoir. Como su padre. Como

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CempakayAhTong.Puesladichaeraefímera;laesperanzanoseperdía.Laesperanzadequelograrasacarelmáximopartidoposibledelavidaquenohabíaelegido,pero

quelehabíasidoregaladaporeldestino.DesumatrimonioconPaul,alquenopodíaperdonarquelahubieseenviadofuera,delmismomodoquenoseperdonabaasímismasunecedad.

Laesperanzanoseperdía.Nunca.

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20MeiYutarareabafelizycontenta.Paraellaelsolbrillabaesatardesombríaenlaqueunfuerteaguacerocaíasobrelacasa,anegando

eljardínyprovocandounacrecidaenelríoqueloconvertíaenuntorrenteimpetuosoqueseoíahastaenlacasa,iluminadaporlámparas.

Eltuanvolvíaaestarencasa.Guardósilencioyescuchóconatenciónelchapaleo,elborboteoylosresoplidosquesalíanporla

puertadelcuartodebaño.Volvióavermentalmentealtuansaliendodelríoydesnudoenlaorilla,esaimagenquedurantetantosmeseshabíagrabadoyconservadoenlamemoria.Hundióelradianterostroentresuschaquetas, sinunaarruga,para refrescarloantesdecontinuarordenandoporenésimavez losperfectosmontonesdecamisasypantalones.

Estabaperdiendoeltiempoadrede:queríavolveraveraltuancuandosalieradelcuartodebaño.AMeiYuleencantabasunuevotrabajo,queparaentoncesyaeraunacostumbrearraigada.Nosolo

porquedeesemodopodíaverdecercaal tuan,sinoporquelegustabaestarrodeadadeesasprendashermosasyutilizaragujaehilo,yteníasentidodelorden.Y,además,erauntrabajoligero.Demasiadoligero.Y es que cuando el tuan se hacía a lamar y pasabamuchas semanas fuera, no tenía nada quehacer.

IbaportodalacasacomounperrillodetrásdeKembang,quesiempreestabaintentandoapartarladesuladoamordiscos,furiosa,porquepensabaqueMeiYuqueríaquitarleelpuesto.HastaqueKembangcomprendióque lo cierto eraque soloquería serútil.Primero escépticay crítica, después satisfecha,enseñóaMeiYuelguardarropade laseñora.MeiYuaprendiódeprisaa tratar lasvaliosassedasyaquitarlesprimero lasmanchasde lechematernaydespués los restosdepegajososdedos infantiles.Ysiempre se deshacía algún bordado, siempre había que coser o reponer alguna perla o piedrecita oespejito.

MeiYu sentíamucha curiosidad por saber cómo era la esposa del tuan. Se quedó sorprendida ypasmadaalverlobellaqueeralataitai,suseñora.Lapielcomodeterciopelomarrónvivo,losojosgrandesyelcabellopoblado,brillante,deuncolormuchomásbonitoycálidoqueeldeMeiYu,finoydeunnegroazulado.Encomparaciónconeldesuseñora,sucuerpoeracomosihubiesesidorecortadodepapel japonés, losescasosdetallesañadidosdeprisaycorriendocon tintachina.Laseñoraeraunadiosadelafertilidad,decaderasanchasysenosgenerosos,rebosantedeamorasusencantadoreshijosyrebosantedesensualidad.

MeiYunoentendíaporquéeldelataitaiconeltuaneraunmatrimoniodesdichado.Rara vez compartían la cama, le había contado Kembang cuando cambiaban las sábanas, en

confianza.Ysololohacíanarriba,enlahabitacióndeella,nuncaabajo,enladeél;laseñoranoentrabaenlasdependenciasdesuesposo.Aunquenolepegaba,almenosniKembangninadiedelacasahabíavistonuncatalcosa,síquelatratabaconciertacrueldad,queeraalgoigualdemalo,añadió,haciendochasquearlalenguacongestocompasivoyuncabeceoreprobador.

MeiYuseavergonzabaprofundamente todasycadaunade lasvecesqueveíaa laseñora,que tanamableeraconellaytantristeparecíasiemprequecreíaquenadielamiraba.PorqueloquelecontabaKembangalimentabalaosada,ambiciosaesperanzadequeeltuanalgúndíapudieraverenellaalgomásquealaniñaqueseocupabadesucolada.

Losruidosenelcuartodebañocesaron.Lapuertaseabrió,yelcorazóndeMeiYuempezóagirarsobresupropioeje.Cogióaireconfuerza,loexpulsóycruzóelumbraldelcuartodelaropa.

Mantenía las manos en el regazo, unas manos que hacía ya tiempo que no estaban enrojecidas yagrietadas, sinoqueeranblancasy suaves;graciasaun férreoautocontrolyano teníaestropeadas lasuñas,sinolisasycortas.Conlacabezagacha,miródetapadillo.

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Eltuan,sentadoesparrancadoenelbordedelacama,lamirabaconcaradesorpresa.–MeiYu.Todavíaestásaquí.–¿Deseáisalgunaotracosa,tuan?¿Sepercataríadequellevabaelsarongestampadoenverdeyrojovivoqueéllehabíallevadodesu

últimoviaje,queporreglageneralledabapenaponerseparatrabajar?¿Laschinelasbordadasdehacíadosviajes,quenosolíautilizarporquelequedabandemasiadograndes?¿Ydequeenlassábanashabíaunakemboja,queellahabíacogidodeljardínantesdequeempezaraallover?Avecesélreparabaenlasfloresqueellaledejabaydecíaalgoamableosonreía,loquecompensabaconcreceselburlónarqueardecejasdeKembang.

–No.Tiróalsuelosinmáslatoallaconlaquehacíauninstantesehabíasecadoelcabello.MeiYudioun

pasoadelantepararecogerla,peroélseloimpidió.–Déjala.QuelarecojaKembangmañanacuandohagalacama.MeiYuobedeció,perosintióquelaembargabaladesesperación:noqueríairseaún,hacíamuchoque

noloveía.–¿Queréis...queréisqueostraigaunatazadeté?¿Odecafé?¿Oalgodecomer?Avecesélaceptabasusofrecimientos,agradecido,incluso,yhabíadíasquelehablabadesusviajes,

yMeiYuabsorbíacadapalabracomosifueseunaesponja.–No.–Parecíacansado–.Tepuedesir.Semasajeólanuca,movióelcuelloaunladoyaotroantesdealargarelbrazoparaqueMeiYule

dieselacamisaqueleteníaextendidaenlacama.–¿Os...osduele?El...el...–Comonorecordabacómosedecíacuelloenmalayo,seseñalóelsuyo.Élhizounamueca.–Noesnada.Hasidounviajeduro.Ymehagomayor.MeiYuaprovechólaoportunidadqueseleofrecía.–Yoospuedoayudar.Se acercó a la cama dando pasitos ligeros y, tras quitarse las chinelas, se subió a la cama y se

apresuró a arrodillarse tras él.Vioque lo había pilladopor sorpresa, lo notó porque sus hombros secontrajeroncuandolehundiólosmeñiquesyempezóatrabajarlosdurosmúsculoscontodassusfuerzas.Derepentelatensiónseaflojóyélexpulsóelairehaciendounsonidosimilaraunronroneo.

Supiel,marróncomoelclavodeolor,estabacaliente,olíaaaguayaun jabónacre.Delcabellohúmedo, que se rizaba en la nuca, cayó una gota que se deslizó entre sus escápulas y le bajó por laespalda;MeiYusesintiótentadadeatraparlaconlalengua.

–¡Basta!Laapartódesíconrudezaysevolvió.Más tardeMeiYu ledio la razónaBunga: en efecto, el tuan eraun tigre.Veleidoso e irritabley

peligroso, en según qué circunstancias incluso letal. Porque no soportaba la prisión en la que estabaencerrado.Unaprisiónalaquelohabíadesterradolavida,posiblementeinclusoélmismo.

Mei Yu lo vio en sus ojos, que amenazaban con abrasarla y en los que, así y todo, titilaba laincertidumbre.

La vocecita de la razón la previno de que no enfadara al tuan; seguro que la castigaría,probablemente,encendidoenira,lelevantaralamano.Oinclusolaecharadelacasayellasequedarasin saber adónde ir. Sin embargo, ya había ido bastante lejos.Yahabía saboreadobastante de lo quedeseabamásqueningunaotracosaenelmundo.

Élsehabíaafeitado,arregladocuidadosamentelahirsutabarbaconlaquehabíallegadoamediodía.Un marco fino, tan elegante como audaz en torno a la boca, que con su sinuosa carnosidad parecíasumamentedelicada.

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MeiYupusosuvidaenlasmanosdeKuanYin, ladiosadelamisericordia,cuandoseechóhaciadelanteyposósubocadespaciosobreladeltuan.

Fuecomosiunaráfagahuracanadaloarrollaraylegolpeaselacabezacontraelmástil.Solopudomirarlafijamentecuandoseseparódeélylomiróatemorizada.Conunosojoscuyobrillo

negroeracomoelcieloen lanochemáscerrada.Tratódeentenderacariciándole lamejilla,ydiounrespingo,yaquesublanca tezera tansuaveque lamuchachaseestremecióconsuroce.LamiradadeRaharjosequedóprendidadesuslabios,pétalosderosasenlosquebrillabalalluvia.

Necesitacerciorarse.Sucuelloeraeltallodeunaflorcuandolacogióporlanuca,laatrajohaciasíylabesó,saboreando

sualiento,dulceyfresco;lamuchachasefrotócontraélcomoungatito.Esa niña que revoloteaba por sus habitaciones como una mariposa, que con su sonrisa siempre

llevabaconsigounrayodesolyunsoplodeairelímpido,refrescante,enelqueélpodíarespirar.Quecontinuamenteintentabadarleunaalegríaconpequeñosgestos,queélleagradecíacongestossimilares.

Laniñaa laquehabíasacadodelasentrañasdeunbarcohacíacuatroocincoaños,antesdeque,víctima de la trata de blancas, acabara en un burdel. Estaba sucia, muerta de hambre y asustada, nopesabamuchomásqueVeena,posiblementetampocofueramuchomayor,alosumounpardeaños.

Serconscientedeellofuecomosileasestaranunpuñetazoenelestómago.LaapartócontantarudezaqueMeiYucayódeespaldasenlacamayelsarongselesubió,dejandoa

lavistaunmusloesbelto, color crema.Raharjodesvió lamiraday, furioso, sepasó lasmanospor elhúmedocabello.

–¡Saldeaquídeunavez!–bufóconvozatronadora–.Notengolamenorintencióndeabusardeunaniña.

Conelrabillodelojovioqueellaselevantabaysebajabadelacama.Pero,enlugardemarcharse,seplantódelantedeél,conlasmanoscerradasylágrimasenlosojos.

–Yoyanosoyunaniña,tuan.Raharjoresopló,entreenfadadoy,sinquerer,divertido.–Nosélaedadquetienes,pero,sealaquesea,yotengomásdeldobledeañosquetú.Podríasertu

padre.–Soymayordeloqueosparezco.Sequitóconvehemencialacintaconlaqueseatabalayadesgreñadatrenzaysacudiólacabeza;en

efecto,conelcabellosuelto,quelecaíaporencimadeloshombros,bonitoyliso,parecíaalgomayor.Ybella.Deslumbrante,fascinante,impresionantementebella.–Yasoyunamujer–porfió,lasmejillasencendidas–.Casi.ARaharjo loasaltóuna iraciega.Leentraronganasdearrancarle lacabeza.Deabandonarseasu

excitación,queloatormentabadolorosamenteyhacíaquelecostararespirar.–Notienesniideadelopeligrosoqueeseljuegoalquequieresjugar.Notienesniideadequiénes

lapersonaquetienesdelante.–Enesecaso,mostrádmelo,tuan.Impotente,viocomoMeiYusequitabalakebayaporlacabezaylatiraba,sedespojabadelsarongy

lohacíaaunladodeunpuntapié.Raharjoeraincapazdemoverunsolodedo,deproferirsonidoalguno.Sequedódesnudadelantedeél.Uncuerpoaúninfantil,delgado,frágilyvulnerable.Casiunamujer,

el pubis cubierto de pocomás que una pelusilla negra. La cabeza, con el rostro completamente rojo,alzadaconorgullo,yenlosojos,unamiradaardienteysuplicante,airadaytierna.

–Porfavor,tuan–musitó–.Ospertenezcoavos,ysoloavos,desdeelprincipio.Unaolarojaynegraseabalanzósobreélyloengulló;soltandounaimprecación,Raharjoselevantó

degolpe,laagarróy,traslanzarlasobrelacama,seechóencimadeella.–Estoesloquequieres,¿no?–ledijo, inmovilizándolelosbrazoscontralassábanas,introduciendo

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lasrodillasentresuspiernas.Respirabadeprisayentrecortadamente,comoundragónquelanzarafuego.Esbozandounasonrisaenigmática,lamuchachaasintió.Él seplanteó si en el barcoohasta llegar a él la habría forzadoalguien.Ledieronnáuseas, pero

logrócontenerlas.Yconellastodasuira.Tan soloquedó el deseo, quedoy tenaz como la llamadadeunmar en calma, y, sin embargo, tan

intensoquenolopudoresistir.Ciertamenteestabatalladaenjadeclaro.LasmanosdeRaharjorecorrieronesapreciadaobradela

creaciónconsuavidad,ydespuéssuboca,sulengua.Supieleracomodenubes,sabíaaflores,alsol,amielyaleche.Estabadispuestoapararencuantoellaopusieraresistencia.Encuantodejaradeproferiresosruiditosdedicha.

Solocuandosubocahizoflorecerelbotónrosáceodeentresuspiernas,paladeósunéctar,nopudocontenerse más y se quitó los pantalones. En ese minúsculo instante, cuando comprendió que era laprimera vez de lamuchacha, supo que cometía un error. Le hizo daño, ya que era demasiado grande,demasiado poderoso para ella. Demasiado tarde; a esas alturas solo pudo titubear, pues ya no habíamarchaatrás.

ParaRaharjo lamuchacha fue un florido jardín blanco, por el que corrió un viento suave que fueaumentando en intensidad hasta volverse huracanado y sacudió las ramas y arrancó las flores. A sualrededor revolotearon miríadas de pétalos que le acariciaron la piel, refrescándola. Calmaron unaheridadelalmaquenisiquierasabíaquetenía.

Hastaqueelvientoamainó,sealejóentresusurrosylosúltimospétaloscayeronalsuelo.Despacio,muydespacio.–Lo siento–musitó cuando la estrechó entre sus brazos y le secó con el pulgar, torpemente, las

lágrimasdelasmejillas–.Loqueteacabodearrebatarnopodrédevolvértelonunca.Esunapérdidadelaquenuncapodréresarcirte.

JamásselehabríaocurridollevarsealacamaaBunga,KembangoEmbun,laayahdesushijos.Noporquenosesintieratentado,ylasmiradasquelelanzabanlasmujeresdelacasabajandolosojos,susmejillas enrojecidas, una ronquera en la voz cuando se dirigían a él, siempre eran una invitación tanseductora comodiscreta.Sencillamenteno le interesaba,prefería satisfacer sudeseodeotrasmujeresfuera,enlavastaNusantara.

–No–repuso ella con voz apagada. Poco a poco fue volviendo la vida a sus inmóviles ojos,pestañeó–.No.–Frotóelrostrocontrasupecho–.Lodeseabadesdehacetiempo.Yjamáspenséquefueraaserasí.Tan...–Sollozóylebesólapiel,allídondelatíasucorazón–.Gracias,tuan.

Fue como si el pecho se le abriera y, una vez abierto, ella se adentrara en él,más ymás hondo.Resultabaatrozsertanvulnerable.Tansensible.Apretólosdientes.

–Nomellamestuan–pidió;enlavozhabíaunaamenazainequívoca.Ellalomiróconcaradeasombro.–Entonces,¿cómoqueréisqueosllame?–Porminombre:Raharjo.Lamuchachasoltóunarisitaapocadaybajólavista.–No,tuan.Esonopuedeser.LamanodeRaharjoleasióconfuerzalamandíbula,obligándolaamirarloalosojos.–Diminombre.Másrisitas,ahoramásfuertes.–¡Hazlo!¡Diminombre!Elbrillodesusojos,lasonrisadesurostroablandaronaRaharjo.NoentendíaporquéMeiYunoleteníamiedo.Esamuchachademasiadojoven,demasiadobellay

delicada,alaqueacababadearrebatarlelaflor.Ymenosaúnentendíaporquéaflojólapresión,porque,

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encontradesuvoluntad,esbozóunasonrisa.–Diminombre–susurró,recorriendoconsumocuidadolalíneadesumentón.–Ra...har...jo–dijo,insegura–.Ra...harjo.Raharjo.Lamuchachaseechóareír,unarisaclara,deniña,quehizoestremecertodosucuerpoysecontagió

aél.Setendiódeespaldas,riendo,ylaarrastróconsigo.LasrodillascontralacaderadeRaharjo,seacurrucócontraélylecubrióelrostrodebesos.Supiel,

sucabellocomosedaenlapieldeRaharjo,queestababoquiabiertoconelmilagro.Volverareírcontodaelalma,asentirsevivo.Serlibre.Feliz.

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21El sol relucía en el follaje de los árboles y los arbustos, hacía que el rojo escarlata, el blanco,

amarilloynaranjadelasfloresdestacarancontraelverdevivo;hastaelsuaveazulvioletadelheliotropoeramásluminoso.Elmundoacababadelimpiarsetraslaslluviasmonzónicasdelosmesespasados.

–¡Hooolaaa! ¡AhTooohooong!–exclamó la pequeña Jo desde la escalera de la veranda, en la queestabasentadaconKartika,moviendolamanoconvehemencia.

AhTong, que estaba agachado debajo de una rama cargada de racimos de flores blancas, lamirórisueñoyledevolvióelsaludo.

–Hola,Putri.Jo,alaquetodoelserviciollamabaPrincesita,rioencantada.Deuntiempoaesapartedecirholaa

lagenteysaludarlaconlamanoerasupasatiempopreferido.–¡AhTooohooong!¡Hooolaaa!Sierapreciso,unadocenadevecesseguidas.GordonFindlayojeabaTheStraitsTimes,elpapelemitiendoun levecrujido.Su ritualconelque

anunciabaalafamiliaeliniciodelfindesemanaalahoradelté.Uno de los cuatro bancos había sido el primer establecimiento de la ciudad en implantar que los

sábados ya no se trabajara la jornada al completo; el fin de semana daba comienzo amediodía, unanormaquenotardóenconvertirseencostumbreenSingapur.Afindecuentasenlosgodownsyanohabíatanto que hacer como antes, durante los años de vacas gordas del comercio; en Findlay, Boisselot&Bigelowinclusosehabíanvistoobligadosadespediraalgunosempleados.

–Esterrible–musitó–.Mecuestaimaginarlo.Estaranteunasruinascarbonizadasytenerqueempezarprácticamentedesdecero.

EseeraeltemadeconversaciónenSingapur.Cuandohacíaalgomásdeunañodelgranincendioqueredujoacenizasvariosgodowns,unmesantessehabíavueltoadeclararunfuegoenBatteryRoad;losgodownsdedoscompañíashabíanardidoporcompleto.

–No quiero ni pensar en lo que habría pasado si el fuego se hubiese extendido–convino Paul–.Nuestrogodownestámuycercadeesosdossitios.–Bebióunsorbodeté–.Dichoseadepaso,mellamalaatenciónquehayahabidodosincendiosprácticamenteenelmismositioenunespaciodetiempotanbreve.Lasdosvecesundomingoporlamañana.SiañadimoselgranincendiodeUpperCircularRoad,tenemostresenlamismamanzana.Casihueleaquehasidointencionado.Escomosialguienquisieracausarelmayordañoposible.Comosifueseunactodevenganza.

Georgina, que estaba absorta en el libro que sostenía en el regazo, levantó la cabeza. Sus ojos,grandesydeunazulprofundo,seclavaronenél,quefruncióelceño.

–¿Quéocurre?Lasmejillastiñéndoselederojo,ellacabeceó.–Nada.Alcogerlataza,lamanoletemblaba.–Eso es un disparate.–Gordon Findlay torció el gesto en señal de rechazo–. Los almacenes están

llenosdecajasysacos,yhaycuerdas,maderasyespecias.Bastaunachispa,unabrasaoquecaigaunalámparaparaquetodoardacomolayesca.YmientrasnotengamosuncuerpodebomberoscomoDiosmanda,quepuedasalirdeinmediatoencasodeemergencia...–Pasóunapáginaruidosamente–.Poresosiempreadviertoanuestragentequetengacuidado.Mejorpecarporexcesodecautelaquepordefecto.

–¡Mamá!–Jo llegó corriendo, los rizosmoviéndosele arriba y abajo, e hizo ademán de subirse alregazodesumadre,quedejóellibroaunladoycogióalapequeña–.¿Vamosanadar,mamá?

–¿Ahora?JoasintióconvehemenciamientrasjugueteabaconlosvolantesdelescotedelakebayadeGeorgina.

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–Ahoranopuedeser.Aúntieneslabarrigallenadebizcocho.–Georginaledioconeldedoentrelascostillas,ylaniñasevolvió,risueña–.Podemosirmástarde.

–Perotengocalorahora.Sumadrelesoplóenlaacaloradafrente,apartándolelosrizos.–¿Mejor?Josoltóunarisitay,sacudiendolacabeza,girómediocuerpo.–¿Papááá?Porfavor...Conlamiradaqueponíaconesosojosgrandes,esetonodevozacaramelado,hacíadelcorazóndesu

padreunapastaquepodíaamasarymoldearasuantojoconsusmanitas.Lehabríaplantadounelefanteeneljardínsiselohubierapedido,ohabríaidoenbuscadeununicornio;eradifícilmantenersefirme.

Risueño,leguiñóunojoyrepuso:–Cuandosetratadenadar,mamáeslaquedecide.Jogirólacabezaalotrolado,haciasuabuelo,quelevantóunacejaymovióeldedoíndice.–Ah,no,deesonada,señorita.Niseteocurraintentarloconmigo.Jovolvióamirarasumadre,conairesuplicante.–Mami,porfi...–Mástarde,Josie-Rosie.–Georginalabesóenlamejilla–.Peromientrastantopodemosiraljardín.

Alasombra,quenosdéelaire.YveremossilepuedesecharunamanoaAhTong.¿Quéteparece?–¡Sííí!–exclamóencantadalaniña,mientrassebajabadelregazodesumadre.Paullassiguióconlamiradacuandobajaronlaescalerayecharonaandarporeljardín.Madreehijaeraniguales,lapieldelmismodoradosuave,salvoqueJoteníalosojosdeuncolor

máslímpidoylosrizosdeuncastañomásclaro;avecesseparecíaninclusoenlosgestosylamímica,eneltonodevoz.

MientrasJomedioandaba,mediocorríaporlahierba,Georginacaminabadespacioasulado,devezencuandodabaungranpasoylehacíacosquillasalaniñaenelcostado,yellapegabaungrititoyreíaalegremente.Alandar,aGeorginase lepegabaelsarongal trasero,sindudamásredondeado;consutercerhijosehabíavueltomásmujer,mássensual.

EntresusprimosdeLondres,chispeantesensuseguridadensímismosysulocuacidad,suprima,decaráctersimilaraellos, todosloscualeshabíanelegidoauncompañerodesumismaclaseytraídoalmundo a unos hijos como ellos,Georgina parecía terriblemente taciturna y tímida; una sobria violetaentrerosasinglesasyelegantesespuelasdecaballero.Seveíatorpealladodesutía,unareinadehielode cabello plateado que pisaba con pie tan elegante como firme en la sociedad distinguida, pero,sorprendentemente,seguíateniendobuencorazón.Ademásdeunesposoenmodoalgunotandistinguido,conunaatronadoravozdebajo,quegustabadesubrayarsuspalabrasdandovigorosaspalmadasenlaespalda.

EnLondresPaulcomprendióloquelehabíahechoaGeorginaaldesterrarla.Eldolorquelecausóalobligarlaadecidirentre sushijosySingapur.DavidyDuncan lehabíandejadounvacíoqueni JoniSingapurerancapacesdellenarporcompleto.Unaheridaquetambiénensucasoeraprofundaynosecerrabaasícomoasí.

Intentódisculparsecomobuenamentepudo,pero,desdequehabíavuelto,dabalaimpresióndequeGeorginaestabaenguerraconsigomisma;unaguerraquelibrabaellasola;resultabadolorosotenerquesertestigodeellosinpoderhacernada.

AvecesPaulansiabatenerasuladoaotramujer,aalguiendenaturalezamássimple,conuncaráctermás divertido, alegre. Que le hiciera la vida más fácil en lugar de complicársela. Que no fuese unenigma,undesafíoparaél.AunquesabíaquellevabaaGeorginamuydentrodesídesdehacíamucho.

–Coneltiempotodosearreglará–afirmóGordonFindlay,comosilehubieraleídoelpensamiento–.Entrevosotrosdos.

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Perplejo,Paulmiróasusuegro,queseguíaconlamiradafijaenelperiódico.–Hubo...–GordonFindlaycarraspeóyfruncióelceño–.Hubountiempoenqueestuvesegurodeque

habíaperdidoaJoséphine.Dequenuestromatrimonionovalíanadaynoaguantaríamucho.Ycréeme,encomparaciónconmiJoséphine,Georgieesunmansocorderito.

Paulseestremeciósinquererbajolacamisaylachaqueta;noestabaacostumbradoahablardecosastaníntimasconnadie,ymenosconsurígidosuegroescocés.

–Las mujeres como Joséphine, como Georgie...–Gordon Findlay hojeaba el periódico conceremonia–.Lasmujeresasísoncomodiamantes.Demuchosquilates.Duraseimplacablesydearistastan vivas que puedes hacerte sangre con ellas. Heridas que llegan hasta los huesos. Esas mujeresescaseanysonvaliosas.Unhombreesricositieneladichadetenerasuladoaunamujerasí.Valelapenaserpaciente.Luchar.

Paulnodijonada,agradecidoporlaspalabrasdesusuegro.Perotambiénsesintióaliviadocuandoadoptódeinmediatountonomásprosaico,comercial.

–Cuandoveolosavancesdeltelégrafo...Quizádebiéramosapostarmásporlagutapercha.Medaqueenelfuturosevaaverincrementadalademanda.

–Sí–respondióPaulconlavozoprimida.Sualivioseesfumóconlamismarapidezconlaquellegó.Todavíanohabíalogradoreunirelvalor

necesarioparaconfesarleasusuegroelgraveerrorquehabíacometido.Elcomerciantemalayoqueleofrecióuncargamentodecareylecausóbuenaimpresión.Lasmuestras

que le enseñó a Paul, de la mejor calidad, justificaban el precio inusitadamente elevado, puesredundaríanenimportantesbeneficios.Tendríaquehaberlehechorecelarelhechodequeelcomerciantesedirigieraaéldirectamente,dequelaofertanollegaraatravésdeuntowkay.Nisiquieralapretensión,tímidamenteformulada,dequepagara lamercancíaenefectivo lehizosospechar; todoSingapurhabíaaprendido de la crisis sufrida hacía dos años. Paul aprovechó la oportunidad y adquirió por mucho,mucho dinero el cargamento entero, que cuando le fue entregado resultó ser baratos caparazones detortuga.Carentesdevalor.

Un error imperdonable que, aunque fruto de la necesidad, no debería haber cometido nunca, nisiquieracuandoeraunnovato.Sobre todonocuando lacompañíapugnabaporsobreviviry la familiavivíaúnicamentedeloquehabíaahorradoelausteroGordonFindlayalolargodedécadas,unosahorrosquemenguabanaunavelocidadalarmante.

EldíaanteriorporlatardeGeorginalehabíaentregadocasitodassusjoyas,alhajasqueéllehabíacomprado,perotambiénotrasdesumadre.

«No es que no me importe–dijo en voz queda, con una calma casi inquietante en sus ojos azulocéano–.Perosiconellopuedoayudara lafactoría...Peronose lodigasamipadre–añadióconunapequeñasonrisa.»

Ungestonoble,Pauleraconscientedeello,yungestoquelecausabaunaprofundavergüenza.Findlay,Boisselot&Bigelowsehallabaalbordedelabismo.Paulnohabíapodidoconservarlacasa

quehabíalevantadoparaGeorgina.Sumatrimonioeraporosoyquebradizocomounacáscaradehuevo.Todos sus sueñosde conseguirmedrar enSingapur sehabían cegado, como ladesembocaduradel ríoSingapur.

Estabarendidoycansadodevivirenel trópico,unavidaparalaqueparecíaestartanpocohechocomoparaunamujercomoGeorgina.

Al arrugado, curtido rostro de Ah Tong, que estaba ocupado entre un jazmín rebosante de floresblancasyelseto,asomóunasonrisaradiantecuandoJoseabalanzóhaciaél,seguidadeGeorgina.

–Vaya,perositengocompañía.Yademásdelomásencantadora.Cuántomealegro.–Hevenidoaayudarte–informó,orgullosa,Jo.AhTongenarcólascejasconcaradeasombro.

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–Perobueno,esmuyamableportuparte,Putri.–Doblósucuerpodesdesusdesmañadasalturasyleacariciólacabezaalaniñaantesdeseñalarlasarmasybrotescortadosquehabíadesperdigadosporlahierba–.Puedes recoger todasesas ramitasyecharlas enesemontóngrandedeahí, ¿tegustaríahacereso?

Joasintióconvehemenciaysepusomanosalaobra.Nosintocar,arrancarymirardetenidamentelashojasylasfloresdecadaramaquecogía.

–Notelasmetasenlaboca,Jo–advirtióGeorginaconsuavidad,ylaobedienteJoescupióelpétalo.–Esmi época preferida del año–observóAh Tongmientras contemplaba el jardín ensimismado y

dirigía al marmolado cielo, de un alegre blanco azulado, una mirada satisfecha–. Justo después delmonzóndeinvierno.Cuandotodoestárebosantedesavia.Cuandosepuedenolerloscolores.Cuandosesientelafuerzaindómitadelanaturaleza.Nohaynada,MissGeorgina,nadaenelmundoqueselepuedacomparar.

Georginaobservabarisueñacómocortabalasramas.No sinpreocupación: el apergaminado rostrodeAhTong estabagris bajo la amarilla tez, y en la

frenteyellabiosuperiorteníagruesasgotasdesudor.GeorginanorecordabahabervistosudarnuncaaAhTong.Nodeesemodo.

–¿Quieresquetetraigaalgodebeber?–No,no,yahebebidoalgoantes.Gracias,MissGeorgina.Ella se mordisqueaba el labio inferior con aire pensativo. ¿Cuántos años tendría Ah Tong? En

cualquiercaso,másqueCempaka,esolosabía.Calculabaquetendríalamismaedadquesupadre;enlalargatrenzayasedistinguíanalgunoscabellosblancos.

–¿Noseríamejorqueempleásemosaalguienparaqueteayudase?–No,no,puedohacerlo.–Tirabadeunaramaconobstinación,ylanzóun«ay»cuandoporfincedióy

cayó al suelo. Insinuó una sonrisa–. No con tanta facilidad como antes, como es natural. Pero lanaturalezatampocosabedeprisas.

–Silodeseas,tambiéntepuedesretirar.ConCempaka.–Y,entonces,¿quéhagoyotodoeldía,MissGeorgina?–Susonrisaseensanchó;enunladolefaltaba

unode los torcidosdientes–.Y tener todoel santodía aCempaka revoloteandoami alrededor...No,MissGeorgina,nomepuedeshacereso.Solocuandoseaunancianoymefallelacabeza.Oestémediosordo.

Leguiñóunojoyserio,lahuesudanuezsubiendoybajando,yGeorginaseunióaél.LaternuraqueCempakadispensaraaDuncanyDavidensudíasehabíahechoextensivaaGeorgina.

Con Jo, sin embargo, se mostraba tan entre fría y grosera como con Georgina antes y nuevamenteentonces;quizáCempakapreferíaalosniños.

AhTongbajólastijeras;teníaenlosnegrosojosunbrilloensimismado.–¿Teacuerdas,MissGeorgina,dequesiempreestabasjugandoeneljardín?¿Absortaporcompleto

entupropiomundo?Georginaasintió,y,sinquerer,sumiradavagóhastalasombríasiluetadelbosquecillo.–Aveces–musitó–,avecescreoquenuncaheconseguidosalirdeesemundo.AhTonglamiró.–¿Sabes?,MissGeorgina..., un camino largo descubre la resistencia de tu caballo.Un período de

tiempoprolongadodescubreelcorazóndetusamigos.Georgina lomiró con cara de interrogación, y tambiénAh Tong parecía extrañado, como si ni él

mismo supiese de dónde habían salido las palabras que acababa de pronunciar. Sacudió la cabeza,risueño, se pasó lamanga por la cara y se dispuso a utilizar nuevamente las tijeras.Acto seguido seestremecióypestañeó.Levantólamanoylabajódenuevo,setambaleó.Bajosupiel,elgrissetornóblancocomolacal.

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Georginaloagarróporunbrazoylequitóconcuidadolastijeras,quedejócaerenlahierba.–Siéntateunmomentoadescansar,¿quieres?–N...no–respondió,inseguro.–Sí,AhTong,nopasanada.–Loayudóasentarseconsumadelicadeza,juntoalseto,paraquepudiera

apoyarseenél–.Soloseráuninstante,despuéspuedesvolveraltrabajo.–Un...uninstante.Sí.Georgina no se lo pensómucho. Estabanmuy lejos de casa,medio ocultos por lasmatas. Con el

murmullodeloleajeposiblementenadieoyesesusgritos,ynoqueríanidejarsoloaAhTongnidejaraJoconéltalycomoestaba;enlacasahabíapersonasmásquesuficientesparaocuparsedeellaporelmomento.

Laniñaestabatiesa,losojosdeparenparylabocaabierta,losdedosaúnseparadosdespuésdequeselecayeranlasramasdelasmanosdelsusto.

Georginahablódespacioyconvozquedaparanoasustarmásaúnasuhija.–Jo,vecorriendoacasa.Lomásdeprisaquepuedas.Yllamamuyaltoapapáyalabuelo.AhTong

necesitaayuda.¿Quieres...?Jo ya había salido corriendo, Georgina oía cómo resonaba su vocecita por el jardín,

sorprendentementefuerte.–Ahoramismovendráaayudartealguien–musitó,almismotiempoqueleapretabaelsecobrazoaAh

Tong,quenotóextrañamenteinerteensumano.Conlamangadelakebayaleenjugóelsudordelrostroylelimpióloshilillosdesalivaquelecaían

deladesencajadaboca.AhTonglerodeóelbrazoconlaotramano,inquietantementedébilyfría.–Ayu–farfullódemaneraininteligible,lavozquebrada.Lamitaddesubocadibujóunasonrisa,ylas

lágrimasasomaronalascomisurasdesusojos–.Ay.Ayu.Oyóqueseacercabanpasospresurosos,pesados.Jadeante,Pauldiolavueltaaljazmín;nisiquiera

llegóadetenerse:traslanzarunamiradaangustiadaaAhTong,saliócorriendodenuevo.–VoyabuscaraldoctorLittle.Cempaka llegó a la carrera, arremangándose el sarong, las oscuras, nervudas piernas eran sendos

mayalesquegolpeabanlatierra;cadaunadesusperentoriasaspiraciones,unsollozo.CayóderodillasysearrojósobreAhTong.

Las manos rodearon su rostro, y derramó un torrente de palabras cortas, que subían y bajaban ysonabandesesperadasyalmismotiempotiernas.Georginanosabíaquelosdoshablabanchinocuandoestabanasolas.Suformademirarsealosojos,fijaylibrementealavez,dejóentreveraGeorginaporprimeravezlomuchoquesequerían.Seleformóunnudoenlagarganta.

Cempakaalzó lacabeza, losojosechandochispas traselvelode lágrimas.Furiosa.Rebosantedeodio.

–¿Quéhashecho?–escupió–.¿Quélehashechoamiesposo?AlargólamanodeprisaypropinóaGeorginaunfuerteempujónenelpecho;estacayódeespaldas,

sobrelarabadilla,ungolpeduroquehizoqueunescalofríolerecorrieralaespaldahastalacabeza.–¡Nolotoques!¡Eresuna...eresunabruja!Hantu!Hantu!Susgritos,deunestridenteyunagudoinsufribles,hendieronelaire.Suvozeracomodeotromundo,

desgarradora,espeluznante.Traspasarleunamanopordebajodelacabeza,Cempakasemecíaadelanteyatrás.Laslágrimasle

corríanporlacara,ysubocalanzabalamentosalcielo.Georginaseenjugóloshumedecidosojos,unaslágrimasquesabíanamiedo,preocupaciónyrabia,

másamargasquesaladas,yalzólavista.Gordon Findlay llegó corriendo, sin aliento. El sudor le brillaba en la frente, y tenía lasmejillas

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coloradas.–Papá–susurrócontristeza,levantándose.Necesitabaquesupadrelaconsolara.Sinembargo,nolehizoelmenorcaso.SearrodillódespaciojuntoaCempaka,leacariciólaespaldayledijoalgoenvozbaja.Cempaka,

necesitada de apoyo, agarró la mano de su tuan y hundió el rostro en su cuello, llorando, mientrasGordonFindlayponíalaotramanoenelpecho,hundidoeinmóvil,deAhTong.

Uncírculosecerraba,desvelandounahistoriaquenohabíasidonuncacontada.EnlaquenohabíasitioparaGeorgina.

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22Lanocheinundóeljardíndenegrura.Lasnubes sedesplazabanporel firmamento, engullendo la luzde las estrellas.El río fluíapor su

cauceconunsuavemurmullo;unaráfagadevientopasósusurrandoentrelosárboles.AMeiYunolehacíafaltaluz.Conocíaelcaminodelashabitacionesdelservicioalacocinayporel

corredortechadoalacasa.Alosdosvigilantesnocturnos,quehacíansurondaporlahierbasinperderdevistaelcursodelrío,lossaludóconunaleveinclinacióndelacabeza.

Unpájaromadrugadoranunciabaelnuevodíaconsustrinos,roncoeimpaciente.En laveranda sequitó las chinelasy, conellas en lamano, se apresuróadar lavuelta a la casa.

Abriólapuertadespacioyentróenlahabitación.Sedesnudóconmovimientoslentosycuidadosos,procurandonohacerningúnruido.Surespiración

erasuperficial,aunqueteníaelcorazónacelerado,notabauncosquilleoenelpecho.El tuan tenía el sueño profundo, pero el oído aguzado en todo momento; el afán deMei Yu era

deslizarseensucuartosinquesedespertara.Fuehasta lacamadepuntillasyavanzópor lassábanashaciaeltentadorcalorquesalíadelcentro.

AMeiYuleencantabairallíantesinclusodequecantaraelgallo.Cuandoelcuerpodeél,dormido,ardía,aesahoraenlaquesupieldesprendíasuinconfundibleolorcomoaningunaotra,denso,intensoysalado.Comounaprendaderopaqueleacariciaralapiel,elalma,sedejóenvolverporesecalor,porsuaroma,dejóquesubocaysusmanossedeslizaranporelcuerpodeél.

Raharjoemitióunlevegruñido,laagarróporlascaderasylasubióahorcajadas.Lalargabocanadade aire que salió de sus bocas, entremezclándose, fue como si se levantara viento, yMeiYu echó lacabezaatrás.

Fuecomosirealmentecabalgasealomosdeuntigre.Unanimalferoz,fuerteeindómito,queenesemomentoestabacariñoso,juguetón.Alquepodíadirigiryespolearapretandolosmuslos,porunajunglaoscuraaesahoratempranaysilenciosa.

Soloseoíalarespiracióndeambos,elfrufrúdelassábanasbajosucuerpoyloslatidosdeMeiYu,cuyaintensidadfueenaumentohastatornarseuntamborileoimpetuoso.Hastaquesedesplomósobreél,sinaliento,elrostroenterradoensucuello,lasmanosdeélensucabello,subocaenlapalpitantesien.

CuandoMeiYuabriólosojos,laclaraluzperladadelnuevodíainundabalaestancia.Conlacabezaapoyadaenlamano,Raharjo,tumbadoasulado,lacontemplaba;susojos,deunnegro

profundo,serenos.MeiYusonrióaesehombrederostrorudamentebello.Extendiólamanoylerecorrióelarcodela

cejayelmarcadoángulodelpómulo;despuéspasóalotroladodesupoderosanarizyempezódenuevo,bajandoporelsurcohastallegaralmentón.

–Tengounacosaparati.Alargóunbrazoporencimadeellaparallegarhastalamesitaquehabíajuntoalacama;labolsitade

terciopelo que depositó entre los pequeños pechos de Mei Yu estaba caliente y era suave eincreíblementepesada.

Ellalomiróconcarainquisitiva.–¿Quées?–Miraaver.MeiYusequedósinalientocuandoeloromacizoseescurrióentresusdedoscomosi fuesemiel.

Observópasmadalasmariposasdefiligrana,encuyasalasbrillabanpiedrecitasazulesyblancas,comoestrellascogidasdelcielo.

–¿Tegusta?Lamuchachaasintió.

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–Nuncahabíavistonadatanbello.–PestañeóyacontinuacióndepositólacadenaenlabolsitayselatendióaRaharjo–.Peronolopuedoaceptar.

–¿Porquéno?–Susrasgosseendurecieron,poniendodemanifiestoloofendidoqueestaba.–¿Dóndeibaalucirlo?–contestóconsuavidad,acariciándolelaespinillaconelpieparaaplacarlo–.

¿Eneltrabajo?Yesconderlobajomicamaenelcuartodelservicioseríaunalástima.Raharjoseinclinósobreellaylebesóelcuello.–Entoncestelopondrásaquí–musitócontrasupiel,supulso–.Conmigo.Connadamásenelcuerpo.MeiYuserio.LamanodeRaharjolerecorriólascostillas,leapretóelfinotalle.–Tampocoesprecisoquesigastrabajandoenlacasa.Niqueduermasconelservicio.Puedesvivir

aquí.Conmigo.«Comomiconcubina.»Esaspalabrasnopronunciadassemetieronenlacamaconellos.Noeraalgoignominiosoparauna

mujer,suspadressehabríanconsideradoafortunadosdesaberquesuhijahabíaalcanzadoesaposición.Sinembargo,enopinióndeMeiYu,eraunapalabrafea,vergonzosa,paraloquecompartíaconRaharjo.

En la casa no era ningún secreto que el tuan había metido en su cama a la muchacha china. Lamiraban de reojo, efectuaban comentarios ofensivos delante de sus narices, le lanzaban pullas comoflechasenvenenadasasusespaldas.AMeiYunoleimportaba,ytampocotemíalaenvidiaqueseguiríasuspasoscomoriachuelosmalolientessivivíaabiertamenteconeltuan.

Soloquenoeraesoloquequería.LecogiólamanoaRaharjoy,trasdepositarenellalabolsita,lecerrólosdedos.–Nolonecesito.–Searrimómásaél,leechóunbrazoalcuelloysepegóconlosojoscerradosaese

hombrequeparaellaeraelparaísoen la tierra–.Tengotodo loquenecesito–susurró–.Soyfeliz talycomoestoy.

Raharjocontemplólabolsitaqueteníaenlamano,perplejo.Lehabíaparecidodelomásnaturalregalarlejoyas.Ofrecerleunavidamejorqueladeunachicaque

seocupabadelaropa.Elhechodequelahubieserechazadoloofendíatantocomoloavergonzaba;eracomosideesemodohubieseintentadocomprarla.

Bajó la vista para contemplar aMeiYu, que estaba acurrucada contra él, con el bello y delicadorostroradiantedefelicidad.

Amenudoyacíanasí,muyjuntos,enesaalcobadelcorazón,cuandoeldeseofísicoseagotaba,peronoqueríansepararseaún.Cuandoseaislabanensussusurrosypocoapocoseibanabriendomutuamenteelalma.

EllalehablódesuinfanciaenChina,demontañasenvueltasenunvelodeniebla,ríosformidablesyarrozales.Depobrezaymiseria,guerrayhambre,delopocoquevalíaallílavidadeunamujer.Selocontóentristecida,yenmásdeunaocasiónderramóalgunalágrima,perosinamargurauodio.

QuizáMeiYutuvieseelaspectodeunafrágilmariposa,perosusalaserandehierro.Esaniñaquehabía llegadoasuvidacomosi fueseundespojodelmar,queél recogióantesdeque lacorriente loarrastraraalasprofundidadesyseahogaraenunfondodebarroycieno.

Consuvocecitaclaraamenudoseguíapareciendotaninfantilqueavecesélteníalasensacióndeserunvejestoriorepugnantequeabusabadeellaunayotravez;nohacíamuchosehabíavisto laprimeracana.Sinembargo, luegoella seabalanzaba sobreél conunapasión tan temerariaqueparecíamuchomayor,másmadurade loquedecíasucuerpoaniñado.Sentíacaloryfríoconsolopensarencómoletocaba aveces elmiembroy, en escasos instantes, él estaba a puntode explotar en sumano.En esasocasioneseralavivaencarnacióndelafeminidadmásseductora,sensualyexigenteapartesiguales,ytanpoderosaquelosubyugabaunayotravez.

Hizoaunladolabolsitaylaestrechóconmásfuerzaentresusbrazos.–Quierasloquequieras–musitó–,telodaré.

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Raharjonotóqueseponíauntantorígida,yvioqueparpadeabayfinalmenteabríalosojos.–¿Cualquiercosa?–Unapreguntaamediocaminoentreeldescaroylainocencia.–Cualquiercosa.Conlacabezamoviéndoseinquietaaunladoyaotroensubrazo,MeiYurespiróhondo.–¿Ysiesalgoquenotegustanada?¿Quetecontraría?–Di–lerespondióconaspereza,barruntándosealgo.Besándoledelicadamenteelpecho,MeiYulevantabalavistaunayotravezparacaptarsumirada,

comoparaintentaraveriguardequéhumorestaba.–Laseñora–empezócontiento–.Sufremucho,puesesmuypocoloqueledas.Tehasapartadotanto

deella,y...Raharjoseincorporóderepente.–¿Teenvíaella?¿Fueideasuyaparaquemeablandaras?¿Teobligóella?MeiYulomiróconcaradedesconciertoydespuésserio.–No.Deningunamanera.–Lamuchachase incorporóa suvezy seabrazó lasdobladaspiernas,el

cabellounmantonegrocomola tintasobresuespalda–.Seesfuerzaporseguirsiendobuenaconmigo.Aunqueparaelladebedeserterrible.Aveceshuyedemí,nosoportaestarenlamismahabitación.Afindecuentasnosabequenoleestoyquitandonada.Porquenoloestoyhaciendo,¿no?–Insegura,sepasólamanoporlosdedosdelospies,mirándolodesoslayo.Alverquenodecíanada,corrióaarrimarseaél,seapoyóensuespaldaylorodeóconsusbrazos–.¿Nopuedesserunpocoamableconella?¿Dedicarledevezencuandounapalabracariñosa?¿Unasonrisa?¿Unpocomásdetiempoalosniños?

Enfadado,Raharjointentozafarse,peroellaseaferrabaaélcomounmonito.Comosisupieltuvieragarfios,consubocaensushombroscomolasventosasdeunasepia.

–Noséquéesloqueosseparó.Sealoquefuere...losniñosnotienenlaculpa.Sonlosquemásteechanenfalta.

Sus brazos amenazaban con asfixiarlo. Su insolencia lo había enfurecido. Debido a la vergüenza,porquelehabíarestregadoporlasnariceslaverdadsinpiedad,comosalenunaheridaabierta.

–Túnosabesnada.Suéltame.–Sé que tienes un gran corazón–le susurró en la nuca–.Lo bastante grande paramí y tus hijos.Y

seguroquetambiénlobastantegrandeparaquelehagasunhuequecitoalaseñora.Locreofirmemente.Inquieto,Raharjoibadeunladoaotrodeldormitorio.Desdequehabíavueltodesuviaje,porlamañana,todavíanohabíavistoaMeiYu.Elmensajeroal

quehabíaenviadodebíadehaberlapuestoalcorrientedesullegada:enelcuartodebañohabíatoallasyropalimpia;yenlasblancassábanas,unaencendidaflordehibisco.

Perodeella,nirastro.Al cabo envió aKembang en subusca; su anhelo empezaba a tornarseuna irritaciónno exentade

ciertapreocupaciónsombría.Lapuertaquedabaaljardínseabrióyélgirósobresustalones.Elsol,queledabaporlaespalda,lailuminabadetalmodoqueparecíaestarbañadaenoroclaro,

unaapariciónquelodejósinaliento.Queseesfumóenelactocuandocerrólapuerta.MeiYusequedóallíplantada,tímida,lasmanosunidasanteelregazo,lacabezagacha.

–Mehasllamado.Endosotrespasoslargosestabaasulado,lacogióylediotalvueltaenelairequesoltóunchillido.

Ella se agarró con fuerza a sus hombros, risueña; rodeando su cuerpo con las piernas, lasmanos deRaharjoensusmuslos,lallevóhastalacamaysetumbóconellacondelicadeza,besándolaconavidez.

UnosbesosalosquelabocadeMeiYu,cosanadahabitual,nosesumaba.–Teheechadotantodemenos–musitóélcontrasuslabios.Susmanosbuscaronelextremodesukebayaconideadedeslizarsedebajo,perolosdedosdeMei

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Yuseaferrarondeprisaasumuñecaylaapartaron.–No–musitóconresolución–.Porfavor,no.Éllevantólacabezadespacio.–¿Esquenotealegrasdeverme?–Sí–contestóella,vacilanteytemblorosa.Raharjoleescudriñóelrostro.Parpadeandoenérgicamente,MeiYuclavólavistaeneldosel;enlos

ojosseleacumulabanlaslágrimas.–¿Hasucedidoalgomientrasyoestabafuera?MeiYuasintió;lascompuertasseabrieronylaslágrimaslecorrieronporlascomisurasdelosojos.–Noquieroqueteenfadesconmigo.–Delagargantalesalióunsollozoamedias.Ungolpeinesperado,brutal,enelestómago.Raharjoseincorporó,sepasólasmanosporelcabello,

enelquealo largodelaspasadassemanaselgrishabíaaumentado.Nosentía ira, tansolotristeza,yalgo parecido a un vacío. Tendría que haber sabido que a la larga era demasiado mayor para unamuchachacomoella;nuncasehabíanprometidonada.

–¿Cómosellama?ÉloyóqueMeiYutomabaaireconfuerzaydespuésrompíaareír.Confundido,sevolvióhaciaella.–Damelamano.–Conunasonrisaenloslabios,llevólamanodeRaharjoasuvientre–.Aúnnotiene

nombre.Raharjo vio con el rabillo del ojo que ella lomiraba asustada, el labio inferior entre los dientes,

tenso.Sumanotemblóconelcalorquedesprendíaelligeroabombamientobajoelsarong,quelesubióporelbrazoydespués,deunfuerteimpulso,leinundóelcuerpoentero.Fuecomounodeesostórridosvientos tropicales que le daban en la cara cuando se hallaba en cubierta, le alborotaban el cabello ysabíanadicha.

–¿Noestásenfadadoconmigo?Él,incapazdeproferirsonidoalguno,selimitóasacudirlacabeza.Unhijo.UnhijodeMeiYu.Unaniñaqueheredaríasusrasgos.Unniñoconsusonrisa.Le levantó lakebaya concuidado, lebajóelsarongy lebesóelvientre,donde flotabaelhijode

ambos,aúndiminutoyapenasformado.Conlospárpadoscerrados,notóquelosojosleardían.Leelavatiestabasentadaeneljardín,enunamantaquehabíaextendidoenlahierba.Susojosibany

veníancontinuamentealacasaquealolargodelassemanaspasadashabíanlevantadoenelterreno.Encomparaciónconlaprincipal,noeramayorqueunacabaña,contresocuatrohabitacionesalo

sumoenunasolaplanta,perosólidayconstruidaconesmero,alaorilladelríoyerigidasobremurosciegos,porsielsungaiSeranggongsedesbordaba.Aunquesehallabaaunadistanciarespetuosadelacasaprincipal,eraimposiblenoverla,einclusocuandoaLeelavatinolesaltarasiemprealavista,sabíaqueestabaahí.

Lanuevacasaparalaamantechinadesuesposo.NoeraunaversiónenminiaturadeKulitKerang,sinounasuertedeguiñoalpaísnataldeMeiYu,

con los leonesdepiedraque lavigilabanyel sinuoso tejadode tejas rojasyverdes, rematadoensuscuatroextremospordragones.Untemploparaveneraresarepulsivarelación.UnahumillaciónconstanteparaLeelavati;porloqueaellarespectaba,podríahaberleclavadoladagaenelcorazón.

NotóqueEmbun,queestabasentadaasulado,laobservabaconsusojoscomodosgranosdecafé,ymiró de nuevo a Sharmila, que caminaba torpemente con sus gruesas piernecillas para pasear a sumuñeca.TambiénnotóelestadodeagitaciónenquesehallabaEmbun,looyóensuresoplar.Comosilarobustaayahamenazaraconreventarsinolograbaquelellegaraairedeunavezasucorazón.

–Enrigornoesdemiincumbencia–espetóEmbunactoseguido–.Pero¿cómopodéisaguantarlo?Noes solo que haya metido en su cama a esa muchacha china, en vuestras propias narices; ahora, para

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colmo,ellavaatenerunhijosuyoynisiquieraseavergüenzadeello.Leelavatinodecíanada.DesearíapoderodiaraMeiYu,perolehabíatomadodemasiadocariñoantes;yalosniñostambién

les agradaba, con su carácter afable; habría sido una buena amah para ellos. Más bien sentía algoparecidoalacompasión,alveraunacriaturatantiernaenmanosdesemejantelibertino.Aunquenoeraesoloquedecíanelbrillodesusojos,laluminosidaddesupiel.Cabíalaposibilidaddequelegustaraqueéllatrataseconrudezaylatomaraconbrusquedad;afindecuentasconloschinosnuncasesabía.

DelaorilladelríolellegaronlasrisasylosgritosdeVeenayHarshad,quesetirabanalaguaunayotra vez desde el embarcadero.Almenos una vez había cumplido su palabra y los había enseñado anadaralosdos.Peronadamás.

Deuntiempoaesaparteseocupabamásdeellos,peronoentendíaqueeraprecisoserpacienteparaque losniñosconfiaranenéldespuésdehaberestado tanto tiempoprácticamente sinpreocuparseporellosyexponiéndolosasucambiantehumor.Aelloslesdabalomismoquesupadreyanosehicieraalamartanamenudonidurantetantotiempo;ensupequeñomundo,queeradistintodeldesupadre,ellonocambiabanada.

TambiénseesforzabaconLeelavati,eraamableconella,lepreguntabacómoseencontraba,avecesinclusoleregalabaunasonrisa.Peronuncadecorazón.

No era eso lo que les había pedido a los dioses. Se sentía engañada, despachada con unas tristesmigajas,mientraslamuchachachinaeracolmadacontodoloqueLeelavatinosolodeseabadesdehacíatantotiempo,sinoqueademáslecorrespondía.

Eljuegoalquelosdiosesjugabanconellanoerajusto,aunqueLeelavatihacíatodocuantoestabaensumanoporgranjearsesusimpatía.

Desdequesuspadreshabíanfallecido,yanoteníaanadieenelmundo,salvoasushijosyaEmbunyalpuñadodemujeresdeltemplodeSriMariamman,alasqueacuciabansuspropiosproblemas.

Unhijoenfermizo.Unoconunlabioleporino.Penurias.Unasuegramala.Lasoledadnoeraunodeellos.Leelavati abrió los dedos, que tenía apoyados en el regazo del caro sari verde esmeralda, y

contemplólosvaliososanillos,colocódebidamentelaspesadaspulserasdeoroconpiedraspreciosas.–Tienesrazón,Embun–repusoalcaboconforzadafrialdad–.Noesdetuincumbencia.Enañosvenideros,RaharjosiemprerecordaríaesaépocaconMeiYucomolamejordesuvida.La

másfeliz.Ladesazóndesuadolescencia,desusañosdesujuventud,eracosadelpasado;sunomadismohabía

tocadoasufinenunpuertoseguro.RaravezsepasabaporlacasadeKlingStreetparaversitodoestabaen orden. El comercio con oro y piedras preciosas, del que se había hecho cargo a la muerte deViswanathan,discurríaporlassendasacostumbradasinclusosinél.

Raharjoechóelanclaenlacasitadeestilochinoqueerigióaorillasdelrío.Comounbarcoamarrado,semecíaenelríodelosdías,contemplandodesdelaverandadelacasita

losmartinespescadoresylaslibélulasmientrasMeiYudormitaba,apoyadaensubrazo,yelniñodabapatadas bajo sumano en el vientre; era como si quisiera cogerlo. CuandoMei Yu cosía camisitas yzapatitosylosbordabaprimorosamentecondragones,floresdelotoycrisantemos,avesfénixycabezasdetigre,élleíaunlibroeninglés.AveceslohacíaaunladoylerelatabaaMeiYulahistoriaconsuspropiaspalabras,enmalayo,mientraslemasajeabaloshinchadospies;ahoralevalíanlaschinelasquelehabíallevadoensudía.Avecesellasesentabaalaorilladelrío,aduraspenas,mientrasRaharjonadaba,metía laspiernas, surcadasdevenasazules, enel agua,ydejabaqueél la salpicase, risueña,hastaquesalíadelríoylaayudabaaponersedepieconelgruesovientre.

Ysiemprequelesapetecía,yafuesedurantelanocheoaplenodía,seretirabanbajoeldoseldesedade la nueva cama, junto a la que ya se encontraba dispuesta la cuna, y se amaban, con cuidado,

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tiernamente,alabrigodelmurmullodelrío,delossusurrosdeljardín.Raharjonosabíaquelavidapodíasertancontemplativayapacible.Queladichanoteníaporqué

serunestadodeebriedad,sinoavecesunríoquefluíatranquilo,quellenabaelalma.Nisiquieraechabademenoselmar;sumundosereducíaalacúpulacelestial,cadavezmáselevada,

queeraelvientredeMeiYu.Alocéanoqueaumentabapocoapocodebajo,alritmodedoscorazonesque latían y susurraban, en el que crecía y se desarrollaba el niño, avanzando hacia el día de sunacimiento.

Raharjo miraba fijamente el río desde la veranda sin verlo. Los ojos le ardían; no era capaz derecordarcuándohabíadormidoporúltimavez.

Elbultoenvueltoenunatelasemovíaensusbrazos;casinopesabanada,quizáporqueélsehabíavueltodeplomo.Depiedra.

Bajólamirada.«Shaode–musitóMeiYualverlo–.Quécositamásdiminuta.»Parecíaunacriaturamarina,cuandofuearrojadaaestemundo.Antesde tiempoysolodespuésde

librar una lucha que duró casi dos días.De un rosa claro azulado, purpúreo, resbaladiza debido a lasangrey lasmucosidades.Arrugada,casiavellanada,comosihubiesepasadodemasiado tiempoenelagua.Labocaenelchafadorostroabiertaparalanzarungritomudo,alquesiguióelprimersonidodébil,agudocuandolamakbidanlediounapalmadita.

Ahora, escasas horas después, la piel tenía el color de un té claro con un toque de nata.Aunqueseguíaconlosojillosapretados,seintuíaqueseríanalmendrados,sindudaigualdenegrosquelasedosapelusillaquelecubríalacabecita.

Suhija.Unospasos ligeros,acompañadosdeunfrufrúdesedayun tintineode joyas, seaproximaron,yél

levantólacabeza.Leelavatisehabíadetenidoamásdedosbrazosdedistancia.Semiraronensilencio.SucuerpoeramuchomásvigorosoyfuertequeeldeMeiYu,torturadoydesgarradoporlosdolores

delpartohastaquelamakbidan,conlasmanosaceitadas,ejerciendosobreellamásviolenciaaún,learrancóalniño.

¿Sufrió tantoLeelavati? ¿Aguantó también valientemente hora tras hora, lloró y se lamentó, chillóhastaqueyanotuvomásfuerzasparagritar,tansoloparagimotear?

Raharjonolosabía,yaquenohabíaestadopresenteytampocoselohabíapreguntado.–Lo...losientomucho–dijoLeelavatienvozqueda,lavozcargadadegenuinopesar.Élhizounlevegestodeasentimiento.Naturalmente,ellalosabía,debíadehabérselocontadoalgún

criado.–Mástardevendráunamadecría.Confíoenqueestésanayseaunapersonaaceptableconmucha

leche.Nohasidofácildarconalguientandeprisa.–Respirabapesadamente–.Yhemandadoabuscaraun sacerdote del templo de Thian Hock Keng. He... he pensado que debería ser enterrada según losritualesdesutierra.Solosiatiteparecebien,claroestá.

–Sí–repusoRaharjoconvozbronca,lalenguademaderamuerta–.Gracias.Ambosenmudecieron.Lasmejillasdelaniñasetiñerondecolor;lacabecita,quesemovíaaunladoyaotro,roja.Elbotón

derosaqueteníaporbocaseabrióyprofirióunberridoentrecortadoqueaéllepartióelcorazón,quehacía unmomento creía inerte. Empezó amecer a la niña con torpeza, a darle unas palmaditas en laespalda,comohabíavistohaceraLeelavati.

Estaseacercóaélyextendiólosbrazos.–Dámela.Raharjoseestremeciósinquerer,ylosojosdeLeelavatiseempañaron,furiosayofendida.

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–¡Notemas,noleharénada!Perolomásprobableesquetúladejescaer,afindecuentasnosabesnadadeniñospequeños.–Asustadaconladurezadesuvoz,callóuninstanteydespuésañadió,entonomásconciliador–:Ytienespintadenotenerteenpie.

Leentregóalallorosaniñaaregañadientesyvio,asombrado,cómolamecíaellaensusbrazos,laarrullabatiernamenteyleintroducíaentreloslabioslapuntadeldedomeñique,quelapequeñaempezóachupeteartímidamente.

–¿Yalehaspuestonombre?«Mira,Raharjo,estanbellacomounarosa.»–LiMei–respondióél,atragantándose.«Cuida...cuidadeLiMei,¿loharás?»–LiMei–repitióLeelavati,incorporandoenelactoelnombrealafectuosoarrulloenelqueenvolvió

alareciénnacida.–¿Porqué...porquéhacesesto?Leelavatilelanzóunamiradafugazdereojoyresopló.–Desdeluegonoporti.–Susojospasarondelaniñaqueteníaenbrazosalrío–.Conozcoelvallede

fuego,sangreydolor.Esasendaangostaquediscurreentrelavidaylamuerte.Laherecorridoencuatroocasiones.Healumbradoacincohijosyenterradoauno.–SurostroseenternecióalmirardenuevoaLiMei–.Ningúnniñotienelaculpadelascircunstanciasenlasquefueengendradoynació.Todoslosniñosmerecenrecibirunbuentrato.

UnlatigazoqueleestababienempleadoaRaharjo,queseencontrabaenelmarinclusocuandomurióyfueenterradalapequeñaKalpana.

–Melallevaréacasa–decidió–.Hemandadodisponertodolonecesario,cuna,vestiditosypañales.Intentadormir.

Sindignarsemirarlomás,sefueconlaniña.Raharjoaúnpermanecióunratoenlaveranda.Las hojas de los árboles semovían despacio en el humo azulado de primera hora de la tarde, el

sungai Seranggong fluíamanso y uniforme. En el jardín reinaban el silencio y la calma. Como si nohubierapasadonada.Comosielmundonosehubierahechopedazosesedíafunesto.

Nosabíacómoibaapoderdormirdenuevo.Sevolvióconparsimoniayfuealdormitorio.Tansoloelolordulzón,acobre,delasangrerecordabaelcampodebatalladeesedía.Raharjohabía libradomuchasbatallascuandoera joven,matadoaalgunoshombres,algunasveces

había sido herido de gravedad, con hojas y balas. Nada de ello se le antojaba tan brutal como elnacimientodeLiMei.

Sangre.Tantasangre.Rojaclara,comolasanémonasdelfondodelmar.Carmín,comolacarnecruda.Púrpura,casinegra.

Demasiadasangreparauncuerpomenudo,delicadocomoeldeMeiYu.Solocuandocomprendióquetodohabíaterminadopermitióqueloecharandelahabitación,conla

reciénnacidaenbrazos.Talvezlahabíasacadoélmismodelacuna,eraincapazdeacordarse.Entretantohabíanlimpiadoycambiadolaropadecama,lavadoelcadáveryvestidoaMeiYuconel

saltodecamadesedaazulqueélleregaló.EnlaestanciaparecíaperdurarunecodelavozdeMeiYu,exhaustadebidoalosdoloresdelparto,

rasposaporelagotamientoyunavitalidadquelaabandonaba.MeiYuparecíasorprendida,peseatenerlosojoscerrados,comosi,aligualqueél,tampocopudiesecreerquehabíamuerto.Elaniñadorostro,lasextremidadesaúninfantiles,blancascomoelchunam.Elvientrebajolasedadelsaltodecama,uncieloazulcuyabóvedacubríaunmundovacío,muerto.

Sesentóen lacama temblando,se tendióasu ladoy laestrechóentresusbrazos, lavándolaensu

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despedidaconunsaladomardelágrimas.Llovía a cántaros, el agua tamborileaba ruidosamente sobre el tejado cuando Raharjo bajó la

escalera.TodolerecordabaaMeiYu,cadapaso,cadamovimiento,cadalatidodelcorazón.Sepasabaeldía

aguzando el oído, en vano, para escuchar su vocecita, y por la noche buscaba su cuerpo caliente.Alrespirarnotabaelvacíoquehabíadejado.Esamariposaconalasdehierroquehabíasidodemasiadodelicadaparasobreviviralnacimientodesuhija.

Eltiempoquehabíapasadoasuladohabíasidodemasiadobreve:pocomásdeunaño;deamantesentrelosvientosdelsurdeunañohastalosvientosdeloestedelsiguiente.

LeelavatiretiróaLiMeidelaamadecríacuandolovioenlapuertaylehizoalamujerunaseñal.Cohibida,larobustacampesinaocultóenlakebayaelgenerosopecho,delqueaúnsalíangotasdeleche.Asurollizohijo,queestabasentadoenelsueloencueros,learrebatóelsonajeroplateadoquehacíauninstante sacudía alegremente, lo cogió, se lo asentó en la cadera, y salió de la habitación deprisa,farfullandounsaludo.

–Está preciosa–informó, orgullosa, Leelavatimientras ponía aLiMei contra el hombro y le dabaunaspalmaditasenlaespalda.Laniñahizounruiditoydespuésechósuavementeelaire,seguidodeunborbollar–.Dentrodenada te vas aponer redondita comoun laddu, ¿eh,LiMei?Yya eres igual dedulce,¿oacasono,Raharjo?Mira.

Leelavati se volvió un tanto para que Raharjo pudiera ver a la pequeña, que en ese momentochupeteabalacosturadelhombrodelcholideLeelavati.Lacaritaestabamásllena,yyasedistinguíanlosalmendradosojosnegros,queparpadeabanadormilados.

–¿Quierescoger...?¿Quéesesto?–Leelavatimirabaconcaradeasombrolabolsitadeterciopeloqueletendía.

–Queríadartelasgracias.Por...todoesto.–SumanohizoungestoimprecisoqueabarcabalaestanciaantesdeofrecerledenuevolabolsitaaLeelavati,conairemáspensativo–.¿Noquieresverloquees?

Ellaamusgólosojos.–Yquería...queríapedirteperdón.–Casiseatragantóconsuspropiaspalabras.–¿Conalhajas?Consuformadecogerenlamanolacabecitadelaniña,demoverlaenlasrodillasparamecerla,era

todoamormaternalyternura.Sinembargo,asurostrovolvieronaasomarlairayeldesdén.–YatedijeensudíaquelohagoporLiMei,noporti.–Leelavatidesviólamirada–.Aprendídeprisa

quenomeamarásnunca,ymeresignéaellohacetiempo.Tambiénaquetengasotrasmujeres.Peseatodo he intentado siempre ser una buena esposa para ti. Nome he quejado nunca de ello, nome hepeleadonuncacontigoporello.Yacambiomehaspagadoúnicamenteconcrueldadoconindiferencia.Comosi...–Profirióalgoparecidoaunsollozo,ytragósalivaunpardevecesparadominarse–.Comosifuerauncastigoestarcasadoconmigo.–Alzóelmentónylomirófijamente–.Haycosasquenosepuedenperdonar.Nosésialgúndíapodréhacerlo.Perosiquieresrepararalgo,queseaconlosniños,porqueechanenfaltaaunpadrequeseaalgomásqueelhombrequelosengendródeformarudaeinsensible.–Lee-lavati ledio laespaldaybesóen lacabecitaaLiMei–.Sideverdadhablasenserio... losniñosestánaquíallado.

Encuantoélentróenlahabitación,losniñosdejarondehablar.Dejarondehacerloqueestabanhaciendo,elcubodemaderaaúnenlamanolevantada,lacuchara

conlaqueseibaadardecomeralamuñeca,paradosamediocamino.Sequedaronmirándolofijamente,conlosojosmuyabiertos.Casiatemorizados.

¿Cuándo se habían hecho mayores? Veena, con su trenza, gruesa como el brazo, y las delgadasextremidades,deunabellezaapabullante,congrandesojoscastañosyrasgosdelicados.Debíadetenerprácticamente lamismaedadque teníaMeiYucuandoél la rescatódeaquelbarco.Harshadsehabía

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convertidoenunmuchachitonervudoderasgosfrancos,despiertos.Unoranglautenminiaturadepiesacabeza,queteníatodalapintadegustarlesaliranavegaralmarypescar.

ARaharjono se le había pasadopor la cabezanunca llevarlo con él.Ni tampocomandarlos a laescuela,oalmenosenseñarlosaleerycontar,yLeelavatisehabíaocupadodetodo.DeesosniñosqueerantancarnedesucarnecomoLiMei,alaquesacabadelacunacuandolloraba,mecíaensusbrazosyhablabaenvozquedahastaquesecalmaba.Alaquemásdeunanochehabíapaseadoportodalacasacontrasuhombrohastaque,agotada,dejabadeberrear.

Lavergüenzalodejóexangüe;laculpayelarrepentimientoloaplastaron;sedejócaerenelsueloyhundiólacabezaenlasmanos.Losoídoslezumbabanylepalpitaban,escuchabaloscuchicheosdelosniñoscomosiestuviesenmuylejos.

–¿Estástriste?Raharjolevantólacabeza:delante,elcabellonegroconrebeldesondasysortijas,teníaalapequeña

Sharmila;enlosojillosmostrabaunamiradainquisitiva.Porlaarrugaverticalqueselemarcabaenelentrecejo,elgestodesucarnosabocaysuformadealzarlaafiladabarbilla,eraclavadaalashermanaspequeñasdeRaharjo.

–Sí–lecontestó,lavozviscosaypesada–.Muytriste.Laniñasacóbarrigamientrassemordíael labio inferiorcon losperladosdientes,pensativa.Acto

seguidoseanimóyleofreciólaquevisiblementeerasumuñecapreferida.LabocadeRaharjodibujóungestoamediocaminoentreunasonrisayunesfuerzosobrehumanoparanoderrumbarsedelantedelosniños.

–Gracias.Eresmuybuena.Parpadeómientrasledabavueltasalamuñecaenlasmanos,ycuandoSharmilalepusolamanitaen

lacabeza,torpemente,unalágrimalecorrióporlacomisuradelosojos.Sonrióapocadoasuhijaydespuéslecogióunbrazocontiento.Sharmilavaciló,lomirócomoaun

animalalquenosupierasise lepodíaacariciarosi lamordería.Alfinaldiomediopasohaciaél,yluegootromedioyleechólosbracitosalcuellocontimidez.

Raharjo tembló cuando la estrechó contra su cuerpo, aspirando su olor, que curiosamente no leresultaba familiar, pero tampoco ajeno. El consuelo que le proporcionó ese cuerpecillo infantil loabrumó,ydioriendasueltaalaslágrimas.

Atraídapor lasrisasyrisitas, lasalegresvoces infantiles,que intentaban imponerse lasunasa lasotrasmientraslagravevozdeRaharjosepercibíabajoellas,Leelavatiseacercóalapuertacontiguaysedetuvoenlasombradelmarco.

Abrazadaalamuñeca,Sharmilaestabaentrelasrodillasdesupadre,queescuchabaconatenciónaHarshad, que le contaba lo queVeena y él estaban construyendo en esemomento. Los ojos deVeenareflejabansurecelo:alserlamayor,eralaquemásconocíaloscambiosdehumordesupadre.Sabíalopeligrosoquepodíaseralegrarsedemasiadocuandojugaban,porqueaelloseguía irremisiblemente laamargadecepcióndeverlodespuésdescontentoyfuriosoodirectamentenoverlo.YelanheloquepeseatodoLeelavativioensusojosledolióenelalma.

Undolorqueseviomitigadoactoseguido,cuandoHarshadechólacabezaatrásyrioacarcajadasconalgoquedijoRaharjoyestelepasólamanoporelcabello.TambiénVeenasonrióy,cohibida,bajóla cabeza y continuó con los cubos demaderamientras lanzaba una y otra vezmiradas expectantes yfelicesasupadre.

DeloquemássealegróLeelavatifuedelacaradesorpresaquepusoRaharjo.Delaatenciónquededicóasushijosydesusonrisa.Porqueeradecorazón.

Eltigresehabíaamansado;habíaencontradolahormadesuzapatoenlainexorablecrueldaddelamuerte.

«Ahoraves loquesesientecuandoauno learrancanelcorazón.Cuandodestruyenconbrutalidad

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todossussueñosyesperanzas.»YLeelavatiseavergonzóuntantoporabrigarsemejanteidea.Asumanera,tambiénellallorabalamuertedeMeiYu,esacriaturatierna,delicada,alaquehabía

sidoconcedidaunavida tancorta;desdeentoncesrezabaadiarioporelalmadeMeiYu,paraque lefueseotorgadaunareencarnacióndichosa.

LeelavatifrotótiernamentelamejillacontralacabecitadeLiMeiypasólamanocondelicadezaporlaespaldadelaniña,que,dormida,respirabapesadamente.

MástardepresentaríaalosdiosesunagenerosaofrendayquemaríatodounmanojodeinciensoporMeiYu.No soloporque en sudespedidade estemundo le había regalado a esa preciosaniñita, sinotambiénporqueMeiYuhabíasalidoairosaallídondelosdioseshabíanfracasado.

LeelavatisesentíaaliviadayrebosantedeesperanzacuandoacariciólospiececitosdeLiMei.Esospiececitosqueentreelsegundoyeltercerdedoteníanunamembranacomoladelospatosolas

nutrias.

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23Elaño1867marcóeliniciodeunanuevaeraparaSingapur.NosololasquejasypeticionesquerealizaronloscomerciantesenLondresfueronescuchadasdeuna

vezportodas,sinoqueademásseadoptóunadecisión.El1deabrilSingapurpasóaserunacoloniadelaCoronabritánica,queyanosoloteníalosmismosderechosqueCalcuta,sinoqueeraigualaestay,sobre todo, independiente. Regida por un gobernador que ya no era designado por Bengala, sino porWestminster,quecontabaconelrespaldodesendosconsejoslegislativoyejecutivo.

Elretoñohabíaechadosuspropiasraícesenelfondodelmar; lasraícesaéreas,queenunprimermomentoalimentabanalaplantamadre,perodespuéssevolvieroncadavezmásasfixiantes,cortadas.UnanuevajoyabrillabaenelorodelaCoronabritánica.Eramáspequeña,sinduda,ynoresplandecíatantocomoelenormediamantedelagigantescaIndia,peronomenossoberbia;unzafiroque,azulcomoelcieloyelmar,mirabaalfuturoconairetriunfal.

El comercio se recuperó de la crisis a una velocidad pasmosa. El puerto franco de Singapursencillamente era demasiado importante, gozaba de una situación demasiado privilegiada para que sepudiera pasar sin él en el sudeste asiático, algo a lo que también contribuyó el final de la guerra desecesión norteamericana y el de la rebelión Taiping en China. En el New Harbour se acababa deconstruirelsegundodiqueseco,quefacilitaríalacargaydescargademercancíasenlosnuevosbuquesdevapor,degrandesdimensionesy,sobretodo,laaceleraría,mientrasqueenelríoSingapur,siemprecongestionadosinremedioporsampanesytongkangs,todorequeríamástiempo.

LaaperturadelcanaldeSuezseesperabacomoaguademayo.Todavíanosesabíasisupondríaunabendición o una maldición para Singapur. Lo único seguro era que ese canal, que unía el marMediterráneoconelmarRojo,cambiaríaelmundo.

Despuésdedécadasenlasqueépocasturbulentashabíanarrasadolaislacomosiporellahubierapasadountifóntrasotro,Singapurcontemplabaunmartranquilo,suavementerizado,sobreelqueelsolreíadesdeuncieloazul.

TambiénenL’Espoirsevivíaeliniciodeunanuevaera:unconjuntodecriadosprácticamentenuevoensutotalidadseocupabadedesempeñarlastareascotidianas.Jati,congranpesar,peroatendiendoalanecesidaddesuscansadoshuesos, se retiróy fuesustituidopordoshombres jóvenes.ElancianoBoyOneregresóaChina;BoyTwoocupósucargo,yloscometidosdeeste,asuvez,pasaronaBoyThree;asuladoaprendíaelreciénllegadoBoyFour.

TraslamuertedeAhTong,CempakanosequedómuchotiempoenL’Espoir.Pocosdíasdespuésdelentierrorecogiósuspertenenciasysusahorros,recibiódetuanFindlaylapensiónquehabíanestipuladodesdeunprincipio y, trasmásde tres décadas al servicio de losFindlay, volvió a su aldea natal.LajovenMurni,esbeltaybellacomounacañadeIndias,tanalegreylocuazcomodispuesta,leechabaunamanoaKartika,quedesempeñabalastareasdelasqueantesseocupabaCempaka,mientrasque,comoayah,cuidabadeJo,laniñadesusojos.

«Noteapures,memGeorgina–dijoKartikaconvozfirme,refiriéndosealoscambiosqueseestabanoperandoenlacasa–.Yomequedarécontigo,conlosdostuansyconPutri.Nosabríaquéhacerenelcampo.¿Atarmeaunhombrequememangoneeyderrochenuestrodineroenpeleasdegallos?No,memGeorgina,noesesoloquequieroenlavida.Aquí,convosotros,aquíestoyagusto,enestacasaseestámuybien.»

Era agradable contar en la casa con su familiar cara y con los dos Boys de siempremientras seacostumbrabanalosnuevosrostros.

–Colonia de la Corona.–Sacudiendo la cabeza, Gordon Findlay cerró The Straits Times conparsimonia–.SingapuresunacoloniadelaCorona.

Eraimposiblenopercibirsuorgulloensuvoz,ensusonrisadesatisfacción;afindecuentashabían

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sido comerciantes como Gordon Findlay los que habían convertido a Singapur en lo que era en laactualidad.

Dejóelperiódicoenlamesitadeltéyseretrepóensuasiento.Lasmanosenlosbrazos,contemplóel jardín, donde Jebat y Johan trabajaban con empeño, aunque aún con cierto atolondramiento; adiferenciadeAhTong,habíanpreferidoseguirviviendoensukampongatrasladarsealashabitacionesdelservicioenlacasa.

–Esalgoquejamáshabríamosimaginado–afirmóenvozbaja–.Antaño,cuandollegamos.Conesepluralsereferíaaloscomerciantesdelaprimeraysegundaoleadas,antiguoscompañerosde

viajeycompetidores,delosqueapenasquedabayaninguno.Lamayoríahabíadejadosucompañíaenmanosmásjóvenesyhabíavueltoasulugardeorigen,yparaentoncesmuchosdeelloshabíanmuerto,yaenGranBretaña,yaenSingapur.DeuntiempoaesaparteeranmuchaslasesquelasynecrológicasquesepublicabanenlosdiariosinglesesyescocesesqueGordonFindlayrecibíaconregularidad.MuchoslosentierrosalosqueasistíaenelnuevocementeriodeBukitTimakRoad.

LamuertedeAhTonglohabíaafectadoprofundamente,Georginalosabía,ytambiénladeAnish,alqueconocíadesdehacíamuchomástiempoaún.Estandoyafrágilyachacoso,Anishhabíaenseñadobiena su sucesor, aunqueGordon Findlay se quejaba continuamente de que Selasa cocinaba siguiendo lasrecetasdeAnish,sí,perolacomidaerademasiadomalaya,ynolosuficientementeindia,nolesentababien,yquelosdulcessiempreteníandemasiadopocoazúcar.

Quejarse de ese modo era su forma de expresar el dolor de las pérdidas, de hacer frente a eseperíododetransición.Alreemplazodesugeneraciónporunamásjoven.

Georgina,risueña,levantólavistadellibroqueestabaleyendoyobservóasupadre,nosinquelapreocupaciónleatenazaraelpecho.

Losvaivenesdelavidaylosaños,quedeuntiempoaesapartepesabanmás,habíanidodoblandocada vez más al espigado, ya decaído, abedul, que rondaba ya los setenta años. La corteza parecíafosilizada,agredidaporlasaldelairemarinoeltroncoestabaarrugadoporeltiempoyloselementos.Decuandoencuandosufríadedolordedientes,ylastresmuelasqueeldoctorPoironlehabíasacadopaulatinamentelehabíanhundidolasmejillas,haciendoquelapoderosanarizresultaramásprominenteyelmentónmáspesado,eneserostroqueseestabaconvirtiendoenpergaminoarrugado.

Consusbrazosysuspiernasexcesivamentelargosparecíaunsaltamontescansado,quedescansabaenunahoja,losmovimientoslentosycuidadosos,ysuolorhabíaadquiridounanotapolvorienta.GordonFindlayeraunanciano.

–Lleguéaquítansoloconunamaletitallenadecamisasyunabolsitadedinero–contóalcabodeunrato–.Soloparabuscargénerosparalacompañíaquehabíafundadocontutío.Corríaelañoveintisiete,ySingapurnisiquieraeraunaciudadentodaregla.Sereducíaalpuertoconlosalmacenes,elmercadochinoyloskampongsmalayos.Peroalvertodoloquehabíaaquí,adóndesepodíatransportar...–ensusojosparecíanreflejarselostesorosdeAsia,desplegadosenlosmuellesdelríoSingapurcomosideunbazarsetratase.Todavíasorprendidoalcabodetodosesosaños,cabeceó–entoncesescribíaÉtienneparadecirlequedebíamostrasladarlafactoríaaestesitio.Aestefilóndeoro.Asíquearrendamosungodown.Noelactual,enelqueseencuentra la factoríahoyendía.Fueotracasa,situadamásarriba.Desaparecióhacetiempo.

A pesar del fracaso del cargamento de carey de mala calidad, Gordon Findlay había dejado ladireccióndelacompañíaenmanosdePaulexclusivamente.Yasolosepasabaunoodosdíasalasemanapor Raffles Place, únicamente durante unas horas. Menos para ver si todo estaba en orden en lacompañía,comopensabaavecesGeorgina,queporfuerzadelacostumbre,quizásinclusomovidoporciertanostalgiasentimental.

Comosienelcaminodesuvidahubiesellegadoaunabifurcaciónynosupieraacienciaciertaporcuáldelasdosramasdebíaseguir,dabalaimpresióndequesevolvíaparamiraratrás.Suboca,nomás

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queunafinalínea,unaincisiónensurostro,seensanchóenunapequeñasonrisa.–A tumadre no le hizo ninguna gracia. Nos casamos jóvenes, no hacíamucho que nos habíamos

instaladoennuestracasitadeCalcuta,yamenudonoseencontrababien.–Surostroseensombrecióy,trasun instantedevacilación, siguióhablandoconpremura–.ElclimadeBengala, ¿sabes?AprimeravistaSingapursemeantojómássaludableparaella.Conelmaralapuerta,elviento.Aunquemeplanteéhacerla venir, preferí esperar hasta ver si de verdad me quedaría aquí algún tiempo. Quería buscarprimerounlugaradecuadoparavivir.Yporaquelentoncesnoeranadahabitualqueunosetrajeraasuesposa,siendotodo,comoera,taninseguroynoexentodepeligro.EllanoquisonioírhablardevolvertemporalmenteconsufamiliaaPondichéry.–Serio–.Hizolamaletasinmásnimásysevinoaquí.Sola.TansolosetrajoaAnish,porqueledijeporcartaqueechabademenoslacomidaindia.Diossabededóndesacólafuerzanecesariaparahacerlo.Nosinstalamosendoshabitacionessobreelgodown;Anishdormía en la cocina. Y eso que tu madre estaba acostumbrada a vivir de manera muy distinta. LosBoisselotsonunafamiliamuydistinguida,adinerada.Peronolemolestólomásmínimo.–Asintióparasí,conaireensimismado–.Asíeraella,miJoséphine.

Lasúltimaspalabraslaspronunciótragandosalivapesadamenteytansoloenunsusurro;enlosojos,unbrillohúmedo.Georginaseechóhaciadelanteyapoyólamanoenladesupadre.

GordonFindlayseestremeció;conambasmanos,secasynudosascomolasramasdeunárbol,agarrólosdedosdesuhijaylosacariciótorpeperotiernamente,yuntantocohibido.

Dandopiernasconmovimientoslentos,suaves,Raharjoavanzabaporelagua,queeraclarayverdecomojadelíquido.Apenasremovíalaarenadelfondo,quetansolosehallabaunospalmospordebajo.Bancos de peces pasaban a su lado, las algasmarinas lo seducían con sus gestos, le acariciaban laspiernas.

Suboca,perladadeburbujasdeaire,dibujóunasonrisa.Raharjocogióunacaracolaqueviomedioenterradaenlaarena,seimpulsóconfuerzaysubióalasuperficie.

Yaenlabarca,empapadoytansoloconunospantalonesraídos,girólaproaalviento,disfrutandodelavigorosabrisaqueledabaenelrostro,elcalientesolenlapiel.

Segúnloscriteriosdesupueblo,yaeracasiunhombremayor,acomienzosdesuquintadécadadevida;enelcabelloy labarba teníamechonesgrises,ybajo losojos,profundas líneasdesplegadasenabanico.Lobastantemayorparaserabueloyjefedeunclan,peroélnosesentíaviejo.

Solohabíaperdidoalgodeenergía, resistenciay rapidez,cosaquecompensabamásquedesobraconsuexperiencia,yaúnconservabatodoslosdientes,aunqueyanofuesentanblancoscomoantes.

Enlamedidaenlaquelaescuelaselopermitía,salíaconlosniños.Lesenseñóanavegar,anadaryzambullirseenmarabierto,apescarylimpiarelpescadoyacocinarenunabarca.AHarshad,además,loinstruyóenelmanejodelarpón,queaVeenaleresultabademasiadobrutal,demasiadosanguinolento,ypara locualSharmilaaúnerademasiadopequeña.Les transmitiósusconocimientossobreelmar,elvientoy lasestrellas, lescontó lasantiguas leyendasde losorang lauty les transmitió susorgullosastradiciones.SobretodoaHarshadlemaravillabaqueensudíasupadrehubierasidopirata,ylepedíaunayotravezquelehablaradesusaventurasysusluchas.

EnunaocasiónfuealríoKallang,pocoantesdequemurierasumadre,conloscuatroniños.Aunquenadiedijonada,vioqueasumadre,sushermanosycuñadas,sushermanasy losespososdeestas lesextrañabaquetresdesushijostuviesenunnombreindioypareciesenindiosyporlasvenasdelacuarta,atodasluces,corrierasangrechina.PorsuparteVeena,HarshadySharmilaseempaparondetodocuantorodeaba a su desconocida abuela, a sus tíos y tías, a sus primos y primas, pero esemundo ajeno lesresultódesconcertante;nisiquierahablabanelmismomalayo.

«Me alegro de que vivamos en casa y no allí», lo resumió tímidamente Harshad, y Raharjo loentendió.Élmismosehabíasentidoextrañoallí,aunqueporsusvenascorrieselamismasangre.

Quizáporesosalíaanavegartanamenudo,soloporelplacerdehacerlo.Zambullirseparaencontrar

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conchasycaracolas,avecesunamonedaantiguaextraviadaoalgunaotracosaarrastradaporelagua.Comohacíaensudía,antesdequedecidieraenriquecerseconlostesorosdelmar.

Paranoolvidardedóndeprocedía.Quiénera.Susojos recorrieron lacostaydescansaronenunoscuromurodesombrasquesedesbordabacon

aireamenazadorsobreunatapia.Palmas,frondosasramasyexuberantesmatasqueparecíanavasallarseydevorarselasunasalasotras.

Habíadejadoqueelvientofuesesuguía,ylabarcalohabíallevadoprecisamentehastaallí.NohabíavueltoapensarenNilamdesdehacíamucho.Comosinuncahubieraexistido.Solodeuntiempoaesapartehabíasurgidodelasprofundidadesdesumemoria,comopedazosde

algasmarinas.CuandoHarshadmirómaravillado sus cicatrices y él recordó cómo habían cosido lasheridaslosdedosdeunaniña.CuandoVeenaderramólágrimasdevergüenzaporqueeralamayordelaescuelaqueestabaempezandoaaprenderlasletrasylosnúmerosyéltratódeconsolarlacontándolequesupadreeratodavíamayorcuandoaprendióaleer.

Arrizólasvelasconresolución,remóatierraysacólabarcaalaarena.Diounospasospor JalanPantai yvio la casa al otro ladode la tapia,más alláde los cochesde

caballosy tirosdebueyesquepasaban; teníaunaspectodeslucido.Los líquenes cubríanel tejado, elchunamdelosmurosteníauncolorgrisáceo,yelmusgocrecíaenlasgrietas.Lacarreteraenteraestabaenmalestadoyvenidaamenos;aunquequizáseengañara,puesahoraéleraunhombrericoquevivíaenunacasagrande,bonita.

¿HabríavueltoelladeInglaterra?¿Volveríaavivirallí,despuésdeperderlacasadeOrchardRoad?Asubocaafloróunasonrisadesatisfacción.Había disfrutado con cómo había ido manejando los hilos para lograr que el negocio del tuan

escocés se tambaleara. Bigelow había hecho averiguaciones sobre él, eso lo sabía, había acudido aWhampoayotrostaukehs.Perotambiénsabíaquelasredesquearrojabauntuanblanconollegabanmuylejos, su malla era demasiado gruesa para pescar algo del comercio habiendo malayos e indios pormedio.

Susonrisasetornóuntantodesdeñosa.EltalBigelownosoloeramalcomerciante,sinoqueademásnoconocíalanaturalezahumana.Permitióqueuncomerciantedelquenosabíanadalequitaraeldinerodelbolsilloacambiodeuncargamentoquenohabíavistoconsuspropiosojos.

Ellahabíapreferidoaunorangputih tontoantesqueaél.Aunmentecatociegoquenisiquierasepercatódequesuesposaloengañaba.

Loúltimoquehabíaoídoeraqueelnegocioestabajustodondeélquería:casienlasúltimas.EntonceslobesóMeiYu.MeiYuhabíasidosuopio.Laquemitigóeldolordeviejasheridas,apaciguó la irayelodio, lo

sumióenunolvidobeatífico.Enunadichadulce, serena,en laqueno teníacabidaningunaotracosa.Tenerquevivirsinellahacíaqueledoliesenelcuerpoyelalma.

Sevolvióydiounospasosporlaarena,sesentóacontemplarelmar,unacintadesedarizadaesatarde, de color turquesa y azul celeste. Ante la costa de Batam se deslizaban barcos con las velasdesplegadas,pasabanpesqueros,yelmurmulloyelespumardelasolaseracomoellatirdesucorazón.

Enelmar,enelrío,MeiYusehallabacercadeél,comounespíritudelaguacariñoso,apacible.Enlasolasseoíaunecodesuvoz,susonrisaasomabaporelsolylasnubes,yelvientoleacariciabalapielcomoanteslohacíasucabellodeseda.Cuandofaltabapocoparaquesecumplierandosañosdesumuerte,élaúnsentíaeldesgarroenelcorazónqueestalehabíaprovocado.

Losniñoseranunconsueloparaél,sobretodoLiMei.Enmodoalgunounredondoladdu,sinounacriaturatandelicadacomosumadre,querevoloteabaporlacasacomounamariposa.Siempreconunasonrisaenlacara,tanparecidaaladeMeiYu,aunqueéltambiénseveíareflejadoenella.

En la curvatura del arcodeCupido.En la nariz, con cierta personalidad.En la línea del párpado

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superior.Enlaformadelasorejas.Yenlasmembranasnatatoriasqueteníaenlospies,lasmismasqueteníanunodesushermanos,unahermanaydostíossuyos.

UnaseñaldebuenasuerteydequeLiMeipertenecíaaunantiguopueblooranglaut.EstabamuyendeudaconLeelavati.NosoloporcuidardeLiMeicomocuidabadesuspropioshijos,

sino por todos los años en los que él la castigó por algo que le hizo otramujer.Una gran injusticia,imperdonableydelomásvergonzosa.

Había hecho falta tiempo para apartar los escombros que había dejado la frenética danza de susdemonios,yellose lodebíaúnicamentealgran,fuertecorazóndeLeelavati.Élnuncalaamaríacomoellaansiaba,comosemerecía,perohabíaaprendidoarespetarla.Ahonrarsucuerpo,esecamporico,oscuro,enelquehabíancrecidolassemillasdeloscuatrohijosalosquehabíaengendrado.Uncuerpoquehabíapasadodelajugosajuventudalaexuberanciadelamadurez,reblandecidoyremodeladoporlasmareas de los embarazos y los partos, y el amamantar de los niños.Un cuerpo que ella volvía aconfiarle, aunque vacilante. Que él acogía con un deseo nacido de la gratitud, de una ternuradesinteresadaquehabíaaprendidodeMeiYu.

En el plazo de unas semanas volvería a ser padre, y esta vez permanecería junto a Leelavati,sostendríaensusbrazosasuhijocuandorespiraseporprimeravez,cuandoprofiriesesuprimergrito.

Notóquealguienloobservaba,yalvolverlacabezaparpadeócuandosusojossetoparonconunosojosdeunazulluminoso.

«Nilam.»Imposible.Nilamhabíadejadodeserunaniñahacíatiempo.Nisiquieraentonceseratanpequeña.Y,sinembargo,todoenellalerecordabaaNilam.La forma en que la niña, ataviada con un sarong y una kebaya, apartó la mirada de súbito, de

mantener la cabeza baja cuando se agachó y empezó a abrir un hoyo en la arenamojadamientras lomiraba una y otra vez.También su cabello ondulado, recogido en una trenza, se parecía al deNilam,aunquenofuesetanoscuro;maderadepalma,que,sinembargo,habíapermanecidomuchotiempoalsol.

Estabaclaroquealapequeñalepicabalacuriosidad,noparabademirarlodesoslayo,fingiendounaindiferenciaqueaél leresultabadivertida.Dabaunospasosenelaguaydespuéscaminabadespacio,deliberadamenteensimismada,porlaarena,yentremediasseagachabaparacogeralgo,lodesechabaysaludabaalospescadoresconunasonrisaradiante.

Yasíhastaqueseacercóaél.Sedetuvo,escarbandoconlospiesenlaarena,yloobservócondetenimiento.–¿Quéhaces?–preguntó,elmalayofluyendoconnaturalidad.–Estoysentadomirandoelmar.Sumaneradefruncirlascejasformandodosdelicadosarabescoslellegóalheridocorazón,puesal

hacerloseparecíamuchoaNilam.–¿Soloeso?–Soloeso.Lapequeñasemordióel labio inferiorconairepensativoydiounpasovacilantehaciaél,queél

entendiócomounainvitaciónparaseguirhablando.–¿Ytú?¿Quéhaces?–Buscoconchas.–Hizounasuertedemohín–.Perohoytodavíanoheencontradoningunabonita.DebíadeserhijadeNilam,teníaelmismorostrodelgado.Susojosteníanlamismaforma,conesas

pestañas tan increíblemente pobladas. El iris, sin embargo, era de un azulmás claro, natural, no delpeculiarazulvioletadelasorquídeassalvajesquecrecíanaorillasdelrío.Lanarizeramáspequeñaygraciosa, al igual que la boca, y la barbilla parecía más suave, menos enérgica; tampoco estaba tandelgadacomoNilamentonces.

El recuerdo deNilam lo sacudió con fuerza.Georgina.Desnuda entre sus brazos, retorciéndose y

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estremeciéndosedebajodesucuerposualientoardienteensuoreja,ensupiel.Debiódequedarsemirandofijamentealaniñademasiadotiempo.Desconfiando,lapequeñadioun

pasoatrás.ARaharjoelcorazónlelatíadeprisa.–¿Cuántosañostienes?–Cinco.–Levantólamanoderechaconlosdedosabiertos,unapequeñaestrellademarquemostraba

orgullosa,comosifueraunadistinción–.Perovoyacumplirseis.–Añadióelpulgardelaotramano–.Mimamádicequeelañoqueviene.

No, de eso hacía demasiado; era hija de Bigelow, y se sorprendió sintiendo una punzada dedecepciónqueloatravesócomosideunaagujasetratase.

–¿Vivesaquí?–Sí.Ahí.–SeñalódecididalatapiaquesealzabatrasJalanPantai.Elpedazodejungladedetrás.–¿Contumamá?Laniñaasintió.–Yconmipapá.Ymiabuelo.YconKartika,queesmiayah–repuso,abriendosurcosenlaarena

conlospies–.Ytambiéntengodoshermanos,peroestánenInglaterra.Dondenacíyo.Perodeesonomeacuerdo.

–No,claro.–Raharjosonrió–.¿Ytedejanqueandessolaporlaplaya?Lapequeñasesonrojó.–Nadomuybien–sedefendióconvehemencia–.Mehaenseñadomimamá.Eldesgarrocausadopor lamuertedeMeiYuseabriómás;quizás inclusofueseunaheridamucho

másantiguaquevolvíaaabrirse.Selevantóderepente.–Vuelveacasa–dijoconvozbronca–.Seguroquetumamáestápreocupadaporti.Yyotambiénme

tengoqueir.–¿Esabarcaestuya?–preguntólaniña.Élvolviólacabeza,enlosojosdelapequeñaseveíaunanhelodescarnado,yenesemomentose

parecíatantoaNilamqueRaharjosintióquelefaltabaaire.«Tearrebatarétodoaquelloqueamasyteesquerido.»Suspalabrasresonaronnuevamenteenél.Sintiódeseosdecogeralaniña,meterlaenlabarcayalejarseconella.AsestaraGeorginaunúltimo

golpe,mortal.Adueñarsedeunapartedeellaynorenunciaraellanuncajamás.–¡Corre!–ledijo–.Venga,veteacasa.Asustada, la pequeña giró sobre sus talones y salió corriendo, y en ese mismo instante él se

arrepintió.Almirarlabarcareparóenalgo.–Espera.Conunapiernaextendidaatrás,dispuestaadarel siguientepaso, laniñasevolvió.Supostura, su

miradaysuformaderetorcerunextremodelsarong,unamezclade temor,curiosidadyunaconfianzaciegataninocentequehizoqueaRaharjoseleoprimieraelpecho.

Corrióasuencuentroy,arrodillándosedelantedeella,leofreciólacaracolablanca,casideltamañodeunpuño,quehabíacogidoantesdelfondodelmar.

–Toma,parati.–¡Graaacias!–Susonrisalellegóaunlugarhondodesucuerpo.Lapequeñaeramásabierta,másalegrequeNilam,tambiénmáscandorosa.Aellanolarodeabauna

sombrasiniestra,una seriedadprematura,nada infantil;Raharjoconfióenqueello significasequeeraquerida,crecíaenunlugarseguroynuncaestabatansolacomosumadreantaño.

–Yestaesparatumamá.Uncauri,manchadocomounleopardo.

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–¡Yotambiéntengounacomoesa!–exclamóembelesada–.Melaencontréenelpabellón,debajodelacama,atrásdeltodo.Yenelcajónmeencontrémáscosas:unapiedranegraquepareceunbarco,yunabanico,peroestároto.Y...

–Dáselaatumamá,¿loharás?–insistióRaharjo,lavozbronca.Reprimiólanecesidaddeacariciarleelcabellooabrazarla–.Yahoravetecorriendoacasa.

Con la valiosa concha apretada contra el pecho, Jo atravesó el jardín a la carrera.El hombre erararo,ledabaunpocodemiedo,peroapesardeelloleerasimpático.Soloqueparecíamuytristecuandoellaledijoadiósconlamanoantesdemeterseporlaaberturadelatapia.

Conuncosquilleodedichaenlabarriga,unavezalotroladofuecorriendoalolargodelatapiayseabrió paso por la verdura. Con la veranda demadera había que tener cuidado, porque había algunastablasrotas.Erafácilcaerseconlahierbaalta,ypartedelaescaleraestabapodrida.

Josubiópisandoconcautelaallídondesabíaqueera seguroyentróen lahabitacióncon lacamaladeada.

Aquelloeracomoestardebajodelagua,amedialuz,casiaoscuras.Unmundopropio,inmersoenunatenueluzverdedeunabellezahorripilante.Elairequerespirabaerahúmedoyolíaamar,aalgasysal.Quégracia,elhombreolíamuyparecidocuandosehabíapuestoderodillasdelantedeella.

Tiró con una mano del combado cajón hasta abrirlo lo bastante. En la casa grande tenía unahabitaciónenterallenadejuguetes,peroningunoeratanbonitocomoeltesorosecretoqueguardabaenesecajón.Comoesacasita.

Sucastillodecuentodehadas.Supalaciodelsultán.Subarcopirata.Acariciócondelicadeza lapiedraoscura, rugosa,queeraunbarcoencantado.Elabanico roto,en

cuyos restosdepinturasiempreencontrabadibujosnuevos,mágicos.Al ladohabía trozosdeunpeinequeseguroqueeradeunaprincesahechizada,yunapulseradeconchitas,muchasdelascualesestabanrotas,peroqueapesardetodoseponíaavecesenlamuñecayadmirabasobresupiel.

Lacaracolablancaladepositóentrelaspequeñasconchasquehabíaencontradoenlaplayacuandoibaanadaroadarunpaseoconsumadre,entrelasmitadesdevenera,conformadecorazón,ylasqueparecíanelcuernoretorcidodeunserfabuloso.Pusolaconchaconmanchasmarronesjuntoalaotra:sí,eraexactamenteigualquelaquehabíaencontradocuandojugabaallí,soloquesinelresbaladizomusgo.

Lasonrisaseborródesurostro.Esasconchasnoseencontrabanenlaplaya,Jolosabía,selohabíacontado su madre. Procedían del mar, de muy abajo. Si le daba a su madre la concha, tendría queconfesarquehabíaidosolaalaplaya,aunquenoladejaban;todavíanonadabalobastantebienparaelvasto, impetuoso mar, todavía no era lo bastante alta ni lo bastante fuerte. Y encima había estadohablandoconundesconocidoyhabíaaceptadounregalosuyo...

Torcióelgesto.–¡Jo-ho!–Seestremeciócuandooyólavozdesumadredesdelacasa,unreclamorisueño–.¿Vienes,

Jo?¡Acomer!Laniñasemordisqueabaellabioinferior,tensa.Noqueríamentir,perosidecíalaverdadseguroque

seenfadabanconella.–¡Jo-ho!¡Josie-Rosie!¿Dóndeandas?Mañana.Mañanaseguroqueseleocurríaalgo.Mañanaledaríalaconchaasumadre.Aliviadaalhabertomadounadecisióntaninteligente,cerróelcajónysaliócorriendo.

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24Georginaapenaspodíaapartarlamiradadelespigado,apuestojovenquecaminabaasuladoporla

arena,erguidoyconpasoselásticos,lasmanosrelajadasenlosbolsillosdelpantalón.Cuandoelvientoquelealborotabaelcabellooscurocomoelcaféledabaeneltorso,laholgadacamisaselepegabaalesbeltocuerpo,losanchoshombros.

No se cansaba demirar su enérgico perfil, losmarcados pómulos; al afeitarse el firmementón sehabíadejadoalgunoscañones.

Decuandoencuandosusojos,grisescomonubescargadasdelluviabajopesadascejas,secruzabanconlossuyos,yentoncessesonreían,tímidamentecasi,ysinembargoconunaconfianzaprofunda,quenonecesitabademuchaspalabras.

«Mihijo.»Georginaadmirabaaeseguapodesconocidoenelqueseguíareconociendoalniñoalquealumbróyacompañóduranteunrecorridodemasiadocortodesuvida.

–HáblamedeDavid–pidióenvozbaja,entreelmurmullodelasolas–.¿Cómoestá?Vuestrascartaserantancontadasysiempretancortas.

Duncan esbozó una leve sonrisa que le iluminó el rostro, que el sol de cubierta durante la largatravesíadeSouthamptonaSingapurhabíateñidodebronce.

–Somosdoschicosnormalesycorrientes,mamá.Nosomospoetas.–Suvozeragrave,aúnrasposa,amedio camino de una voz de hombre que prometía ser fuerte y sonora–. Está bien. Trabajar en lacompañíaleinteresamuchomásqueestudiar.EltíoSilasyeltíoStudicenqueconellosllegarálejos.

Georginaasintió.Nolepasóinadvertidoloquenoledecía,perolodejóestar;yaselocontaríaélcuandollegaraelmomento.

–Elabuelonoseencuentrabien,¿no?–inquirióDuncan,vacilante,alcabodeunrato.AGeorginaselesaltaronlaslágrimas,queseapresuróaenjugar.–No.–¿Tanmaloes?Ella se detuvo, enterró los pies en la arena y supo que no encontraría asidero; desde hacía algún

tiempoyanosentíaelsuelofirmebajolospies.Frunciendoel ceño,miróelmar,uncampoazulclaro suavemente rizadosobreelquevolaban los

pájaros.–Tiene...unaúlcera.EldoctorLittledicequenopuedehacernadaporél,salvomitigarleeldolor.

Durante...duranteeltiempoquelequede.–Mamá.–Tansolounapalabra,musitadaypronunciadaconcautela,y, sinembargo,eran tantas las

cosasqueresonabanenella.Miedo.Preocupación.Consternación.Unintentodeproporcionarconsuelo.Georginalededicóunasonrisaquepretendíatransmitiragradecimientoyvalor,perolesaliódébil.

Acariciólamanoquesuhijo teníaapoyadaensuhombroysedispusoacontinuar,peroDuncannosemoviódelsitio.

–Sindudaahoraestopareceráinsensiblepormiparte.–Seencogiódehombros,haciendosubirconelmovimiento lospantalones, encuyosbolsilloshabíametido lasmanos,demaneraquepareciómásunniño pequeño que el hombre casi adulto de dieciocho años–. Pero confiaba en que el abuelo pudieraayudarme.Oquizátú.

Georginalomiróconcaradeinterrogación.Duncaninflóloscarrillosyexpulsóconfuerzaelairemientrasvolvíauntantolacabezahaciaelmar.–Alproponer la ideadequeentrea trabajardeaprendizconel tíoStu... sindudasu intenciónera

buena.Ladepapá,y ladelabuelo.Peronosirvoparaelcomercio.Almenosnoenundespacho.NocomoDavid.–Susojos,oscuroscomoelestaño,seclavaronenella–.Quierosermarino,mamá.Siempre

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lohequerido.–Dejócaerlacabezayalisólaarenaconelpie–.ParalaMarinaRealesdemasiadotarde,tendría quehaber ingresado con trece o catorce años, pero tambiénmeparecería estupenda lamarinamercante,contaldeirabordodeunbarco.EltíoStutienecontactos,ypodríabuscarmeunempleo,peronopuedeniquierehacerlosinelpermisodepapá.Ypapánoquiereoírhablardelasunto,paraélnoesunaprofesióndeverdad.

Bajólacabeza.LosañosquePaulyDuncannosehabíanvistoloshabíandistanciado,yambosintentabandisimularlo

con todas sus fuerzas,deunmodo torpe, tímido.Georgina intuíaquePaul,decididoa trataraDuncancomosifuesesuhijolegítimo,seestabaexcediendoylohacíainfeliz.

–Noes lapartemercantil–adujo–.Soyespabiladoysemedanbien losnúmeros.Peroel tratoconproveedoresyclientes...conesonopuedo.Loheintentadomásquedesobra,hepedidoconsejounayotravezaltíoStuyaltíoSilas.Pero,sencillamente,nosoycapaz.–SevolvióamediasycontemplólosbarcosconunamiradatananhelantequeaGeorginaselepartióelcorazón–.Yosoloquieroestarahí.Unpardevecesinclusoheestadoapuntodemarcharmesinmásyenrolarmeenelprimercúter.–Miródereojoasumadre,avergonzado–.EnInglaterraaprendíanavegar.Aescondidas.EltíoStunolosabe,ylatíaStellatampoco,soloDavid.MelopagóeltíoSilas.–Susemblanteseiluminó–.Lollevoenlasangre,melohandichorepetidasveces.

«Cómonolovasallevar.»Georginaobservóasuhijoconmelancolía.Elhijodelselkie.Quedebíasupieloscura,subellezaruda,conlaqueavecesletomabanelpelo,no

asusantepasadosdelaProvenza,niasusancestrosdeEscocia,dondeensudíanavegantesespañolesyportuguesesdiseminaronsusemilla,legandoalosFindlaysucabellonegro,susrasgosmarcados,supielcetrinaenocasionesyunosojostanoscuroscomolamorcilla.

«ComoelviejoDouglasFindlay,¿osacordáis?»Éleramediooranglaut,descendientedeunpuebloantiguo,orgulloso,denavegantes,deguerreros

delmar,quellevabaenlasangreelocéanoyelviento,elansiadelibertadyvastedad.Georginanoselopodíacontar,noenunmundoenelqueuneurasiáticovalíamuchomenosqueun

niñoconunpadreinglés,cuyoapellidollevaba.–Consúltalocontuabuelo–prefiriódecir–.Seguroquesealegradequepasestiempoconél.Deque

lecuentesloquetepreocupaylepidasconsejo.Yyointentaréconvenceratupadredequecambiedeopinión.

Duncan profirió un suspiro, como si durante todo ese tiempo hubiera estado conteniendo larespiración.

–Gracias,mamá.–Susojos,brillantescomolaluzdelaluna,sedirigieronalmar–.¿Vamosanadar?¿Comoantes?

ElhálitodelamuertesedejabasentirenL’Espoir.EltufodeunaenfermedadincurablesalíadelahabitacióndeGordonFindlayyseextendíaportoda

lacasa,asentándoseenescalerasyparedes,uniéndoseenlosrinconesalmohoyloshongos.Unolorqueresultabasofocanteenelcargadoaire,máspersistentequeeldelaropareciénlavadayelacrejabón.Elolor de un cuerpo cada vez más caduco, pero que era demasiado fuerte, demasiado resistente pararendirse,noenvanohabíasobrevividomediosigloeneltrópico.

Lamuertenoteníaprisa,quizásinclusoserompieraloscolmillosalmorderladuramaderaderobleescocésdelaqueestabahechoGordonFindlay.

Estaba encogido, no era más que un saco de huesos bajo la grisácea piel, que le caía formandobolsas. Su vientre, que había seguido siendo plano incluso en la vejez, en ese momento estabagrotescamente hinchado; el rostro, chupado; los ojos apagados, de un azul acuoso y profundamentehundidosenlascuencas.AceptabaestoicamenteycongratitudlahumillaciónquesuponíaqueKartikayGeorgina lo lavaran y le dieran de comer como si fuese un niño pequeño; sabía que ese camino que

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descendíaconlentitud,conangustiosalentitud,finalizaríaenalgúnmomento.Paraélyanohabríaunmañana.Elhoy,esehoyqueeraunamasainerte,tampocoledeparabanada

ya.Comosiquisieracerciorarsedequerealmentehabíaestadopresenteenestemundo,volvíasumiradaal pasado. Su mente, debilitada por la enfermedad, ofuscada por el láudano y de nuevodesconcertantemente lúcida, rescataba recuerdos como si fuesen soberbias piedras preciosas quecontemplabaconasombroysopesabaenlamano.Comoparadecidircuáldeellasqueríallevarseensuúltimoviaje.

EselarguiruchooriundodeDundee,quenosabíanuncaquéhacerconlosbrazosylaspiernas.Alquesiempre le caía por la ancha frente unmechón de cabello, negro como el plumaje de un cuervo, pormucha crema fijadora que se echase. Que quería ser algo más que un escribiente al servicio de laCompañíadelasIndiasOrientalesysoñabaconhacerseconsupartedelasriquezasdelaIndia.

«Étienneteníaelcapital;yo, las ideas.Loscontactosylosconocimientos.Étienneteníaelcarismaparaatraeralosclientesygranjearsesusimpatía,ydespuésyoafianzabalasoperaciones.Asífuecomoempezamos.Entonces.ConFindlay&Boisselot.»

–Estoyorgullosodemisnietos–afirmóconunhilodevoz–.Sonunosmuchachosexcelentes,tantounocomootro.Lohashechobien,Georgie.

Estasonrió.–¿Aunqueelmayorahoraestéfregandocubiertasenalgúnlugardelocéano?Gordon Findlay se rio, una risa apagada que salía de una boca muy abierta, que hizo que se le

movieran las profundas arrugas del cuello, visiblemente satisfecho de haber logrado que padre e hijollegaranaunacuerdo: si enelplazodecincoañosnoconseguía llegar almenosa alférezde fragata,DuncanentraríaatrabajarsindemoraenFindlay,Boisselot&Bigelow.

–Que friegue, que friegue. Trabajar duro no le ha hecho daño a nadie nunca. Y en la compañíasiemprepodráentrar,novaairaningunaparte.–Losenrojecidosojosseclavaronensuhija–.Paullasorteóbien,lacrisisdelsesentaycuatro.Haráquelacompañíavuelvaasergrande.Esonomepreocupalomásmínimo...–Lasideasloasaltabanconcuentagotas,sumiradavagabasinrumboporlahabitación–.David...–musitóalcabodeunrato–.¿Sigueaquí?

Davidhabía tenidoelhonordeserelprimerode losdoshermanosquehabíacruzadoelcanaldeSuez,inauguradoelañoprevio,queacortabaelviajedeEuropaaSingapurdetresmesesatansolouno.Sepresentócomounjovendiosdelsolenlacasa,quevibrabaconsuvivacidad,susanimadosrelatosysu risa, si esqueno estaba atiborrando su corpachóndediecisiete años con losbizcochosdeSelasa,comosiapartirdeesedíanohubieramáscomidaentodoSingapur.

En adelante así serían las cosas siempre con Duncan y David, pensaba Georgina a veces conmelancolía:doshombres jóvenesqueacudíandevisitaunassemanasparadespuésmarcharseaseguircorriendomundo,avivirsupropiavida.

–HasalidoconPaulamontaracaballo.Vendráavertedespués.Gordon Findlay asintió y cerró sus ojillos de tortuga, si bien los abrió en el acto, con expresión

atemorizada.–¿YJo?–Estoyaquí,abuelo.Jose levantódelsuelodeunsalto,sesubióa lacamaybesóasuabueloen lamejilla tan tierna,

comoenérgicamente.Georginahabíaqueridomantenerasuhijalejosdeeselechodedolor,peroJobuscabaporiniciativa

propialahabitacióndesuabuelo.Podíapasarsehorassentadaenelsueloconunlibro,leyéndoledevezencuandooescuchandocuandoéllehablabadeantes,hastaqueellamismadecidíairseoGeorginalamandabasalirporqueerahoradelavarlo.

El semblante deGordonFindlay se enternecía cuandomiraba a su nieta y le acariciaba la cabeza

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mientrasellaseleabrazabaconesasonrisadeslumbranteenlaquefaltabanalgunosdientes.–Igualquetúantes–farfullaba,lospárpadospesados,losojoshumedecidos–.Exactamenteigualque

tú.Comotumadre.«Eratanbella,Georgie.»Laesenciadesuser:susrecuerdosdeJoséphine,a losqueacudíaunayotravez.Sumayortemor

parecíasernopoderllevárselosconsigo,demaneraqueseaferrabatantomásaellos.«Ahíarriba,enlaescalera...Llevabapuestoalgodeunverdeclaroqueconferíaluzasusojos.Solo

cuandobajóvilomenudaqueera.»Su voz, un susurro seco, evocaba la India queGeorgina conocía por las historias que contaba su

madre.Unvistosovestidodesedaconbrillantesbordados,unoloraespecias,afloresyaincienso.Avacasycalorpulverulento,alluviamonzónicaylumbredeestiércol.UnaIndiaenlaquelasfamiliasquese habían establecido allí desde hacía tiempo, como los Boisselot, vivían en casas espaciosas, congaleríasdecolumnas,ypor los jardinessepaseabanufanospavos realesentrebanianosgigantescosymangos. Una India que discurría entre invitaciones al palacio de un rajá, lujosos bailes, paseos enelefanteycaceríasdetigres.

«Noséquévioenmí,Georgie.Enestetorpedesmañado.Podríahabertenidoacualquierhombrequehubiesequerido.No fui capazdedecir nimu, incluso semecayó la copadevinodurante la cena.Yella...yellanohizoningunamueca,nisiquierasonrió.Solomás tardesupequeseavergonzabadenotenerlosdientesdeltodoregulares.Amijuicioesosololahacíamásbella.»

LoqueGordonFindlayrelatabadeJoséphine,laniñadelosojosdesupadre,vigiladaconrecelopordoshermanosmayores,eracomouncuento.

«AGaspardnolollegasteaconocer;muriócuandotúaúnerasmuypequeña.»Unamorprohibido.Cartaspasadasdetapadillo.Encuentrosaescondidas.«SolopudepedirsumanocuandoelancianoGeorgesBoisselotestuvobajotierra.»LosdedosdeGordonFindlaytoqueteabaninquietoslaBibliaqueteníacontraelpecho.Unosdedos

que,alatitilanteluzdelalámpara,seveíanhuesudosydeformadoscomolasramassecasdeunárbolsinhojasqueelvientohacíatemblar.

Georginaleleíapasajesamenudo;eracomosiahorasololeproporcionaranconsuelolasSagradasEscrituras.Quizátambiénlasabiduríaqueencerrabasudivisa,ellemadelosFindlay,quehabíaescritodelante,hacíamuchotiempo,conunatintaqueensudíaeranegrayhabíaadquiridouncolorentrepardoyamarillento.

«AyúdateyDiosteayudará.»–¿Túcrees...túcreesquemisdeudasmeseránperdonadas?–Susojossemovíanintranquilosenlas

hundidascuencas.–Perositúnotienesdeudas,papá.–Georginaseinclinóylecogiólamano.Selehabíaformadoun

nudoenlagarganta,yparpadeaba.Noqueríallorar.Todavíano.–Claroquesí,Georgie.Tengotantas...tantasdeudas.–Lamiró,losojosturbioscomoaguafangosa–.

¿Sabesquetienesunhermano?Tuviste.No,claroquenolosabes.Nuncatelocontamos.GeorgeGordonFindlay.–Asubocaretraídaasomóunasonrisatriste–.Eratanpequeño.Noteníani tresmeses.Perdiótantoshijos.Prematuros.–Sumiradavolvióafijarseeneltecho,brillante–.Poreso...poresoqueríasalirdeCalcuta.Dejar...todoatrás.Empezardenuevo.Yyo...selopaguécontantadesvergüenza.

Unalágrimalecorrióporunsurcodelrostro.–No, papá.–Georgina le acarició la inquietamano–.No te atormentes así. De eso hace yamucho

tiempo.Élasintió.–Sí.Muchotiempo.–Suspárpadossecerraron,suvozseperdió–.Mucho...Duranteunratosoloseoyósurespiración,superficialylaboriosa,comoelmarenundíadecalor

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abrasador,encalma.–Siempre–empezó a musitar de nuevo–, siempre que te veía me acordaba. Al principio no. Solo

cuando...cuandomurióJoséphine.–Hizounamuecacomosisufrieseungrandolor–.Porquecadavezteparecíasmásaella.Turisa.Tuvoz.Cuandoteenfadas.

–Losé,papá.–Georginanopudocontenermáslaslágrimasyentrelazólamanoconladesupadre–.Séquemeparezcomuchoamaman.

Su padre abrió los ojos de golpe y la miró con súbita claridad y el ceño fruncido, como si leextrañasequenoloentendiera.

–NoaJoséphine.Alamujerquetetrajoalmundo:Tijah.Georginacorríaporlaoscuridad.Laásperahierbaseleclavabaenlospiesylehacíacortes.Oyóunasvocesqueprimerolallamaron,

despuésgritaronsunombre.Secayó,sediounfuertegolpeenlarodillaysetorciólamuñeca,peroselevantóysiguiócorriendo.

Elvientorugíaenlascopasdelosárboles,leprovocabaescozorenelacaloradorostro.Elestridentecantodelascigarrasselemetíaenlacabeza,resonandodolorosamente.

Cogía aire, jadeando, mientras sentía el corazón en la garganta, latiendo de tal modo que creyóasfixiarse.

Lejos,tamborileabaalritmodesurespiración.Lejos,lejos.CruzóalacarreraBeachRoad,quesehallabasumidaenlaoscuridad;alolejoslosfarolesdeun

palanquin bailoteaban como fuegos fatuos.La arena que levantó le acribilló las desnudas piernas.Elagualasalpicó,amortiguósuspasos,sufríolaenvolvió,fuesubiendomásymás,lahizotambalear,hastaquefinalmentesedetuvo.

Georgina cerró lasmanos y gritó, gritó almurmullo de las olas en su rítmico avanzar, desde lasprofundidades de su cuerpo, las cuerdas vocales a punto de desgarrarse, a las sombrías nubes, a lasclarasestrellasdelcielo.

Supadrehabíamuerto.Susosténensusúltimashorashabíansidonombres.«Joséphine.»Suplegaria.«Georgie.»Después,conunhilodevozquesaliódesuagrietadaboca.«Tijah.»Unayotravez,«Tijah».–¡Georgina!–Paul la volvió y la zarandeó–. Por el amor de Dios. Tú no estás en tu sano juicio.

¡Vuelveenti,malditasea!DebocadeGeorginasalíansonidosdesvalidos,entrecortados,mientrastratabadezafarsedeél.«Nometoques.Túnisiquierasabesquiénsoy.Yaniyomismalosé.»Luego prorrumpió en un lamento bronco,mudo, que le saliómientras se apoyaba pesadamente en

Paul.Unaverdadintuida,almargendelaspalabras.Sumundo,siemprevacilante,siemprefrágil,sehabíahechoañicos.Rotoenmilpedazos,susrestosflotabanenelmar.

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25Con las faldas de su viejo vestido de verano, ahora de un tono gris lavanda, extendidas a su

alrededor,Georginaestaba sentadaen lahierba;allí, enSingapur,no se sentíaatadaa lasnormasdelduelo,quelehabíaenseñadosutíaStella.

Eseduelo,queteníaunregustoagrio,unregustoquenosedebíaúnicamentealamargordelamuerte.Estaba sentada allí inmóvil, ni siquiera intentaba espantar a los mosquitos que zumbaban a su

alrededor, que le pica-ban en el cuello, las manos, dejando ronchas rojas, que le producían prurito.Mirabaaunpuntodelhorizonte,allídondeelcieloyelmarseuníanyengendrabannubes.

Deuntiempoaesapartesubíaamenudoaesesitio,acontemplarlaciudadyelmar.Allíarriba,enlafaldadelacolinaquesellamabaGovernmentHilldesdequeteníausoderazónyhabíapasadoallevarelnombredeFortCanningHillenhonoralidealista,peroinútilfuertedeCollyer.

«Nadaesyacomoera.»OrgullosaybienproporcionadasealzabalanuevatorredeSanAndrés,unfaroenelmardecasasde

la ciudad. Ya no era solo una iglesia, pues el año previo había pasado a ser catedral del obispadoanglicano de Labuan y Sarawak, inundada en los servicios por los armoniosos sonidos del órgano,construidaparalaeternidad.ComosiSanAndrésledieraaentender:aunquetumundoestéenruinas,yoestaréaquí,inmutableyporsiemprejamás.Amínomeperderásnuncadevista.

Respiró hondo y contempló la lápida que tenía delante. Debía de ser Ah Tong quien lamanteníalimpiaantes.Paraentonceselmusgoyloslíquenesamarillentosdeaspectoescamososehabíanasentadoenella;aGeorginalehabríagustadopreguntarlequéhabíaquehacerparadesprenderlos.

LlevabamesesaplazandoladecisióndetrasladarlosrestosdemamanparainhumarlosjuntoalosdeGordonFind-layenelnuevocementerio,enBukitTimahRoad.Supadrenuncasehabíamanifestadoaesterespecto,aellatampocoselehabíaocurridopreguntarle;antesprobablementenohubiesevaciladotantoenreunirlos.

«Nopiensesmaldemí,Georgie.Lasamabadeverdad,alasdos.»Fruncióelceñocuandoalargólamanoylapasóporlainscripción:«AmadaesposadeGordonStuart

Findlay.»Lamanofuebajando,pegadaaloscaracteres.«MadredeGeorginaIndiaFindlay.»Estabagrabadoenlapiedra.Entonces,¿cómopodíanoserverdad?Habíaenterradoasupadrehacíamásdeseismeses,ydesdeentoncesdeambulabaporlosdíascomo

unaenvolturavacía,muda,ciegaysorda.IntentabaencontraralgúnsentidoalosfragmentosquesupadrelehabíafacilitadoenelestadocrepusculardesusúltimosdosdíassobrelafazdelaTierra.

Hurgaba en sumemoria en busca de recuerdos demaman, cosas que quizás hubiese oído, visto onotadocuandoerapequeña,hastaquelacabezaselellenabadeunvacíoalgodonosoyledolía.

Habíamomentosenqueevitabalaimagenqueledevolvíaelespejo,pormiedodeloquepudieseverenella,yotrosenlosquepasabamuchotiempoescrutandosurostrodesdetodoslosángulos,hastaelmásnimiode losdetalles.Supiel,quenohabíaestadoblancanisiquieraenInglaterra,siemprehabíaconservadountenuebrillodorado,peronisiquierabajoelsoldeltrópicohabíaadquiridonuncauntonomarrónsubido.Eserostroqueahora,asustreintaynueveaños,eramásredondo,perdíacadavezmásfirmeza,ybajolosojos,esospeculiaresojosdeunazulvioleta,aparecíanlasprimeraslíneas.Tratabadecompararloconeldesumadre,queensumemoriapalidecíatantomáscuantomásdesesperadamenteloevocaba.

«Eresunahijadeltrópico,monchouchou,comoyo.»Recuerdosqueerancomoagua,queseleescurríanporlosdedos.Unalluviadearenaseca,delaque

solosepegabanalapielgranitosminúsculos.

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AúnhabíaunapersonavivaqueconocíaaGeorginadesdepequeña,casidesdeeldíaquenació.Quequizásupieralaverdad,otalvezsoloposeyerasuclave.

Apoyó los brazos cruzados en las rodillas y hundió en ellos la cara cuando volvió a asaltarla elmiedoquelaacompañóensuinfancia.

–Pordesgracianolapuedollevarmásallá,mem.–Eldulce,aúnjuvenilrostrodeAndika,cubiertodepelusillaenelmentón, reflejósupesarcuando laayudóabajardelpalanquin–.Delanteel caminoesdemasiadoestrechoydemasiadofangoso.Mequedaríaatascado.

–Noimporta.Puedorecorrerelúltimotramoapiesinproblema.Intranquilo,elmuchachoserascólapechera,lafrentesurcadadearrugasdebidoalapreocupación.–¿Noquierequevayaconusted,mem?–No,noespreciso.Elgrupodeniñosquesehabíareunidoenelsenderoymirabalaliteraconlosojosmuyabiertosy

sinparardecuchichearsaliódisparadohaciatodaspartescuandoGeorginaavanzóhaciaellos.Unhumoazuladovelabaelaire,aderezándoloconsuaromaacre.Allíolíaa tierra rojamojada,a

pescado y carne asados, a jugoso verde, como de hortalizas recién troceadas o hierbas lavadas, y aldulzordelafrutamadura.

Georginacaminabaconpasospesadosalpasarpordelantedeloshuertecitoscercados,lascabañas.Solohabíavistoesaaldeadesdeelrío,desdeunabarca,hacíamásdeveinteaños.

Unaeternidad.Duranteel trayectoenpalanquin, la cabezabaja, sehabíaestadomirando lasmanos,unidasenel

regazocomoparadirigirunaplegariaferviente,desesperada.Yasíy todoelcorazónempezóa latirleconmásfuerzacuandoalgoledijoqueibanporSerangoonRoadyestabanpasandoporKulitKerang.

Georginaseaproximóalacercadeunodeloshuertos:unamujerconunsarongrojoyunakebayaazul,encorvadayconunaazadaenlamano,labrabaunpedazodetierrapelada.

–Buenosdías.Discúlpeme.Lamujervolvió la cabezapara echarunvistazoy acto seguido se irguióy lamiró fijamente, con

indisimuladopasmo.–Disculpe.–Georginaesbozóunasonrisaforzada–.EstoybuscandoaCempaka.Antestrabajabaenla

ciudad,enL’Espoir,paralostuansFindlayyBigelow.Lamujer se recuperódeprisade la sorpresadequeunanyonya blancaconun sencillovestidode

muselina,sinsombreroysinparasol,preguntaseporalguiendelpuebloenmalayo.–Vaya rectopor ahí,mem.–Le señaló con la azada la dirección–.Hasta que el camino se bifurca.

Luegotuerzaalaizquierdaysigahastaquelleguealacasadelmangogrande.–Muchasgracias.Georginasintióclavadosenlaespaldalosojosdelamujerylosdesusvecinas,yoyólossusurros

delosniños,quelaseguíanaciertadistancia,lasburbujeantes,continuasrisitas.Cempakaestabasentadadelantedelacabaña,meciendoenlasrodillasaunpequeñoquesechupaba

losdedosymirandoaunpuñadodeniñosquejugabanalpillapillaalrededordeltroncodelmango.Juntoalacasaunhombrepartíaleña,yunamujeraúnjovenarrancabalasmalashierbasdelosbancales.

Georgina se aproximó a la cerca y Cempaka dirigió la vista hacia ella, como si alguien hubieseanunciadosuvisitayCempakalaestuvieseesperando.

–Selamatsejahtera,Cempaka.Como nubes que avanzaran por el cielo, el rostro de Cempaka se puso enmovimiento, con unas

emocionesqueGeorginanosupointerpretar.–Quédatedondeestás–exclamóalcabo–.Yavoyyo.Dejóalniñoenelsuelo,acariciándoleconternuraelcabello,yselevantó.Seescrutaronensilencio,desdesurespectivoladodelacerca.

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CempakahabíaenvejecidoalolargodeloscincoañosquehacíadelamuertedeAhTong.Profundasarrugasmarcaban su atezado rostro, cuyos rasgos se habían reblan-decido; el cabello, recogido en unmoñotirante,veteadodegris,enlassienesyablanco.Susojos,bajoloscualesasimismosedistinguíanarrugas, teníanunbrillohostil,y,sinembargo,habíaalgomásenellos,algoqueparaGeorginaeraunenigma.

–¿Qué quieres?–preguntó finalmente Cempaka, con los brazos cruzados; le faltaba uno de losincisivosdeabajo.

–Mipadrefallecióelañopasado.–Cempakaalzóunpocomáselmentón–.¿QuiénesTijah?Cempakaamusgólosojos.–Seguro que eso ya te lo dijo él.–Tras mirar más allá de Georgina, respiró hondo e hizo un

movimientoconlacabeza–.Ven.Enfilaronunsenderoquediscurríaentreloshuertos,quealfondoseperdíaentresembradosyprados,

sobreelqueárbolesfrondosos,deramascargadas,arrojabansusombra;elcantoargénteodelascigarrasinundabaelairedulzón,conolorahierba.

–¿Cómoteencuentras?–lepreguntóGeorginaenvozquedacuandonopudoaguantarmáselsilencio,peroCempakanocontestó.

Esta se sentó lanzando ayes bajo una imponente higuera y esbozó una sonrisa burlona cuandoGeorginahizootrotanto.

–¿Quéquieressaber?–Aserposible,todo.Cempaka se tomó su tiempo, observó los mosquitos y las moscas y siguió con la mirada a una

mariposaquerevoloteabahastaquedesaparecióentrelahierba.–Tijaheradeaquí,deestaaldea–empezóalcabo,envozbaja–.Poraquelentoncesmuchoshombres

jóvenes se iban del pueblo para ir a ganar dinero a la ciudad en lugar de trabajar en el campo opescando,peronomuchasmujeres.Unbuendíallegóunmuchachoquetrabajabadesyceypreguntósihabíaalgunamuchachaquequisierairseconélalaciudad.Eltuandeunsycealqueconocíabuscabaaunamuchachaparasumem.

–¿Jati?–quisosaberGeorgina.Cempakasacudiólacabeza.–No,Jatino.Otro.Muchasmuchachasqueríaneltrabajo,peroalamayoríanoselopermitieron:sus

familiasseoponían.Aunqueuntrabajoasídamuchodinero,despuésningúnhombresequierecasarconunamuchachaquehapasadomuchotiempoenlaciudad.ATijahladejaron,yaTijahsellevó.–Unalevesonrisaafloróa su rostro,yporun instantepareciómás joven–.Todasestábamosmuertasdeenvidia.Tijah era lamuchachamásguapade la aldea, teníamuchos admiradores, y ademáspodía ir a la granciudadyganardinero.Ycuandoveníadevisita,unavezalmes,a traerledineroasufamilia,contabamuchascosas.Hablabade lacasagrandeynuevaydelbonitocuartoenlashabitacionesdelservicio,que tenía para ella sola. Le daban de comer bien y en abundancia, e incluso le regalaban sarongs ykebayas,quenisiquierateníaquelavarellamisma.Hablabamaravillasdesumem,queeraunamujerbellaydegrancorazón.Ysumamente infeliz,porqueansiaba tenerunhijo,peronoconseguía tenerlo.Ninguno que viviera. Tampoco era buena idea que siguiera intentándolo, pues la próxima vez seríademasiadopeligrosoparaella.–ElsemblantedeCempakaseendureció,ytardóuntantoenrelajarse–.YTijahponíaaltuanporlasnubes.Unhombredelomásdistinguido,altoyapuestoygeneroso,contodos.Sí,estábamostodasmuertasdeenvidia.–Asintióparasíy,entrelazandolosdedosenlasrodillas,apoyóla cabeza en el tronco del árbol–. Luego Tijah pasómucho tiempo sin venir al pueblo, y estábamospreocupadosporella.Yunbuendíavolvióaaparecer.Conlosojosrojosdehaberllorado.Yanoqueríahablarmásdelaciudadydelbuentrabajoquetenía,ytampocoqueríavolverasabernadadeaquello.Pocotiempodespuésnopudoseguirocultandomásqueestabaesperandounhijo.

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«Elhijodeltuan.»Georginasintiótalopresiónenlagargantaquecreyóahogarse.–Peseatodohabríapodidocasarseconalgúnhombredelpueblo,siendobonitacomoera,perono

quiso.–Cempakaquitó lasmanos de las rodillas y se abrazó el cuerpo; parpadeó como si tuviera quecontenerlaslágrimas–.Probablementesupieraporqué:porqueensusentrañasnollevabaaunhijo,sinoaunhantu,unespírituque ledesgarrabaelcuerpo.Aunmatianak.Losbrazosy laspiernas largosyflacoscomoramitas, lapielblancay losojos fríos,azules.Estabaquietoyno respiraba.Ycuando lamakbidan fue a sacarlo, le chupó a Tijah el aire que le quedaba en el cuerpo y se llenó con él suspropiospulmones.EnlacabañatodoelmundonotólaráfagadevientoquepasódeTijahalmatianak.Ningunodelosqueestuvieronallíuoyeronhablardeellohabíavistonuncanadaigual.Nisiquieralamakbidan.

Georginamirabaalfrente,conlasuñasclavadasenlaspalmasdelasmanosylosnudillosblancosdelatensión.Después,despuéspensaríaenello,despuéssentiríaalgo.

–Tijah...¿aúntiene...familiaaquí,enelpueblo?ApartólacabezasinquerercuandoCempakalamiróconsusojososcuros,insondables.Hipnóticos.–Tijaheramihermana.Georginacruzóelrecibidorconpasoscansados;lasvisitasaCempakaleabsorbíantodalaenergía

deloshuesos,cadavezunpocomás.Sedetuvoenlapuertadeldespacho.Paul, que había ocupado esa estancia antes de queGordon Findlaymuriese y la había dotado de

mayor comodidad con un diván y dos butacas, se hallaba sentado a lamesa, organizando papeles. Selimitóamirarladesoslayo,reparandosobretodoenlasfaldas,concostrasdebarrorojo,ysinirmásalládelasmanchasdesudordelapartedearriba.

–Estodoundetallequevengasdevezencuandoacasa.–Séqueúltimamentehesalidomucho.–Vaya, ¿tú también te has dado cuenta?–El montón de papeles que estaba revisando se dejó oír

ruidosamenteentresusmanos.–Estassalidaseranimportantesparamí,Paul.–Atodaslucesmásquenuestrahija.–Dejócaerconfuerzaenlamesalapiladehojasquesosteníaen

la mano y finalmente levantó la cabeza–. Santo cielo, Georgina. He sido muy comprensivo, mucho,entiendoquetraslamuertedetupadrenecesitasestiempoytranquilidad.Peroenalgúnmomentotendrásquesalirdetuconchayenfrentartealarealidad.Medejolapieladiarioenlacompañíaparasacarelmáximopartidoposible de la favorable coyuntura económicaque estamosviviendo, para queningunacrisis nos vuelva a doblegar. Y, por si eso fuera poco, aún tengo a tu primo encima por lo de suparticipación.AsíquenopuedoocuparmetambiéndelacasaydeJo.¿Deverdadespedirdemasiadoquedecuandoencuandodejesensegundoplanotuesparcimiento?

Georginadejóquesuspalabras,suenojadotonoleresbalarancomoaguaenelplumajedeunmartínpescadorycerrólapuerta.

–Tengoquehablarcontigo.Elsilenciopesabasobrelahabitación.Tansololalluviaquecaíafuerasusurrabaymurmurabacon

milesdelenguasmojadas.LaslámparasquePaulhabíaidoencendiendoalolargodelasúltimashorassoloarrojabanunaluz

tenue,dejandomuchoespacioaabultadassombras.–Santo cielo–dijo al cabo Paul, esparrancado en el diván. Se frotó el rostro, del que había

desaparecidotodoatisbodecolor,antesdecentrarsumiradadenuevoenlasprofundidadesambarinasdesuvaso;noeraelprimerodeesanoche.Loschicotesdeloscigarrospurosquehabíaidofumandounotrasotrodescansabanenelcenicero,comoescarabajosmuertos–.¿Ynocabelamenorduda?

–Sisesabe,seve.–Georginaesbozóunasonrisaherida–.Minariz,laformademisojos.Tengolos

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mismos ojos que Cempaka, solo que los míos son azules.–Sentada en una butaca con las piernasrecogidas,bebíasorbitosdesuvaso,quesosteníaenlapalmadelamano.Actoseguidoechólacabezaatrás–.Ahoramuchascosas tienensentido–afirmódespacio–.PorquéCempakasiempremehaodiadotanto. Por qué mi padre después de que muriera mi... de que murieramaman cambió tanto y acabóenviándomefuera.Sindudayolerecordabacadadía,cadahora,suadulterio.Sudeudaconsudifuntaesposa.

Duranteunratosoloseoyeronelrepiqueteoyelmurmullodelalluvia.Elbarruntodelretumbardeuntrueno.Elcrepitardelaslámparas.

–Nodeberíamoscontarnadaanadie–musitóPaulconvozrasposa–.Sobretodoporlosniños.LostiemposenlosqueuntalWilliamRenshawGeorge,queeneltranscursodelosañostrabajóde

tenedordelibrosparaalgunasfactoríasantesdepasarsealperiodismo,notuvonecesidaddeocultaralahijailegítimaquetuvoconunamalaya,habíanterminadohacíamucho.

Paulletendiólamano,peroladejócaeramediocaminoysefrotólarodilla.Georginatragósalivaycerróuninstantelosojos.

–Entendería que, dadas las circunstancias, quieras el divorcio–dijo ella con voz bronca–. Estoyseguradequeenlotocantealacompañíallegaríamosaunacuerdo.

Éllamirófijamente.–¿Deverdadcreesqueeseso loquepienso?¿Que teabandonaréporque lacasualidadhaquerido

que se haya puesto de manifiesto que eres medio malaya?–Sus ojos parecían duros a la luz de laslámparas,brillantesytransparentescomocristalazul,quepodíaresquebrajarsedeunmomentoaotro–.¿Que solome interesaba la compañía?¿Eldinero, ademásdeun rostrobonito?¿Yquedepasopodíarepresentarelpapeldesalvadorcaritativodeunamuchachacaídaendesgracia?

Mordiéndoseellabioinferior,Georginaguardabasilencio.Pauldejóelvasoenlamesaconfuerza,elwhiskyescocés revolviéndosey subiendo.Asustada,Georginavioque ibaaun ladoyaotrode lahabitación,sepasabaunayotravezlamanoporelcortocabello.

–Intentaentenderme–pidió.–Esohago,Georgina–exclamóél–.Nohagootracosadesdehaceveinteaños.–Abriólosbrazosylos

dejó caer en un gesto desvalido–. Pero ¿acaso has intentado tú alguna vez entenderme a mí? ¿Hasintentadoentenderalgunavezloquesignificaparamíestarcasadocontigo?

Lairalaasaltóconfuria.–Nofuiyolaquetepidióquetecasarasconmigo.–No,esverdad,ynotehascansadodedármeloaentender.Tecasasteconmigoporquenoteníasotra

elección.Porquementíatupadre,ledijequeelhijoquellevabasentuvientreeramío.Sí,lacompañíafueunargumento.Sí,medabaspena.Ysí,laideadetenerteenmicamainclusohizoquepasaraporaltoqueamabasaotro.Pero,enestosveinteaños,¿tehasparadoapensar,aunquesoloseaunavez,queteníaotromotivoparacasarmecontigo?–Ladurezadesuvozsedesvaneció–.¿Esquenovesquetodoloquehehechoenestosveinteañoslohehechoúnicamenteporti?

Ellalomiróconlosojosmuyabiertos,sindarcrédito.LamiradadePaultitiló.–Ya veo que no.–Se situó tras el escritorio y empezó a rebuscar entre los papeles, a reunir hojas

aisladas–.Creoquelomejorseráquenonosveamosdurantealgúntiempo.DetodasformasyoqueríairavisitaratuprimoenPondichéry.Saldréloantesposible.–Golpeóunmontóndepapelescontralamesaparaalinearlos–.YtambiéncreoqueserámejorquemelleveaJo.

–¡No!–Ungritotansecoycortantecomolapinzadeuncangrejoalcerrarse–.¡Josequedaconmigo!Paulalzólacabeza,sibienpermanecióencorvado.–Nocreerás...–Susojoseranoscuros,casinegrosalaluzdelaslámparas,yGeorginafueconsciente

decuántolohabíaherido–.Nocreerásquepretendo...quitartealaniña,¿no?

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Tirólospapelesenlamesaysedejócaerensuasiento.Parecíacansado,completamentedestrozado.–Paul...–empezóella,peronofuecapazdedecirmás.Élsacudiólacabeza.–Nomeconoces,Georgina.Nisiquierahasintentadoconocerme.–Paulevitósumiradaysepasóuna

manopor la cabeza, yporprimeravezGeorgina reparó enque en la frente el nacimientodel cabelloempezabaaretroceder.Respiróhondoybajólamano–.Estanochedormiréaquíabajo.

En cubierta, Paul dejaba que el impetuoso viento le golpeara en el rostro; por primera vez desdehacíamuchosañosrespirabaconlibertad.

Necesitabaponerdistanciadepormedio.Necesitabapasaralgúntiempolejosdeella.SabíaquetendríaquesentirseculpablepordejarsolaaGeorginaprecisamenteenesemomento.Pero

tambiénsabíaqueellanolonecesitaba.Nolohabíanecesitadonunca,salvoparadarleunapellidoasuhijo.LoqueGeorginanece-sitaba,élnoselopodíadar;paraesonoeraelhombreade-cuado.

Losmúsculosdelamandíbulaseletensaroncuandounsaboramargoseleextendióenlalengua.MiróaJo,lascintasdesusombrerodepajaondeandoconlabrisa;ungolpedevientojugueteócon

elextremodesuabrigoazul.Conlabarbillaapoyadaenunbrazoqueasuvezdescansabaenunlarguerodelabaranda,contemplabaelmar.LacostadeSingapur,unaacuareladeslavadaenvivostonosverdes,sibiensumiradaparecíaintrospectiva.Encogíayestirabaunayotravezeldedoíndicedesuotramano,imitando a una oruga que avanzara por el larguero, todo lo que le daba el brazo, y después volvía aempezardesdeelpuntodepartida.

–¿NotealegrasdeiralaIndia?–Sí.–Una respuesta rápidaymaquinal,porque laniñasabíaqueera loquesupadrequeríaoír.La

orugaacaparabatodasuatención;eracomosiestuvieserumiandoalgo–.¿Porquénovienemamá?Paulsepusoderodillasyrodeóconunbrazoasuhija.–Mamánecesitaestarsolauntiempo,Josie.–¿Porlodelabuelo?–Sí,tesoro,porlodelabuelo.Sevolvióhaciaél,ysurostroinfantil,conelceñofruncido,losojosazulesbrillantes,humedecidos,

eratanparecidoaldeGeorginaqueelalmaseledesgarró.–Pero¿ysimañanasedacuentadequenosnecesitaynoestamos?–Enesecaso,mamásabrádóndeencontrarnos.Tampoconosvamostanlejos.Yestaremosdevuelta

dentrodeunmes.Joasintió,pococonvencida.Asuedadunmeseraunaeternidad.–Allípodrásmontarenelefante.–Supadretratódeanimarla.Distraerla.Lapequeñaesbozóunasonrisaradiante,queseesfumóactoseguido.–Seguroqueamamátambiénlegustaríahacereso.–Bueno,yaselocontaráscuandovolvamos,¿eh?Joasintióconvehemencia.«Esositumadresigueahí.»Paul la estrechó contra sí; moría de amor por su hijita y en la mismamedida estaba firmemente

resueltoahacerloquetuvieraquehacerparaprotegerla.

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26EnL’EspoirreinabaelsilenciodesdequeJo,lapequeñaPutri,sehabíaido,llevándoseconsigosu

alegrevoz,surisadichosa.SintuanBigelowlametódicajornadasevinoabajo,yloscriadosrondabandepuntillasasumem,Georgina,quevivíaajenaaltiempo.

Comosienelvacío,enelsilenciodesusmoradores,hubieserecobradosuvoz, lacasaempezóagemir y crujir, a susurrar ymurmurar.A contar la historia que había vivido y callado durantemucho,demasiadotiempo.

Georginaescuchabaesavoz,quetanamenudoparecíaladeCempaka.AvecesladeGordonFindlay.YladeJoséphine.

Elestridentechirridodelascigarras,unsonidoargénteo,encomparaciónconelcualeltrinodelospájaroseradesvaídoysordo,inundabalaveranda.Soloaveces,cuandolasolasllegabanconmásfuria,seoíaelmar.

GeorginaintentabaimaginarseaunaCempakajoven,quenisiquierateníaveinteaños,abandonandolaaldeaparairalaciudadypreguntarporlacasadeL’Espoirconuncapachoenlosbrazos.Dentroibaunreciénnacidodandoberridos,unaniña,hambrientayaúnconlasangreylamucosidaddesumadrepegadasalcuerpo.Unespíritu.Unhantualquepensabadejarenelsitiodelquehabíasalido.

Unmatianak.Lapalabrasolabastóparaqueloscriadosmalayossalierancorriendoportodaspartes,paraquelos

tresBoyssequedaranperplejos.Eltuannoestaba,nolepodíanpreguntarloqueteníanquehacer,soloestabalamem.

Concuántarapidezdebióde transformarseelasombrodeestaendoloratroz,en irasordacuando,trascogeraire,violosojosazulesdelaniña.CuandoentendióaquésedebíaladesaparicióndeTijah.Supropia ceguera.Durante todosesosmesesen losque se apartódelmundo, airadaconeldestinoyenfadadaconDios,yhubodemanteneralejadoasuesposoparaquenolaenterrasenconelsiguientehijoprematuro.

Georginanosabía si JoséphineyCempakamantuvieronunaacaloradadisputaporel capachoo simidieronsusfuerzasguardandounsilencioencarnizado.Sitodofuerápidoosiduróhoras.Hastaquefuelaniña laquesalióvictoriosaalconquistarelmaternalcorazónatormentado,hecho trizas,partido,deJoséphine.

«Parecíaunadiosacontigoenbrazos.Unadiosaintrépida,radiante.Tanpoderosaensubondadysuamorquehastayodejédetenertemiedoymeinclinéanteellaconprofundahumildadyveneración.»

CuandoGordonFindlayllegóacasaesatarde,enbrazosdesuesposahabíaunreciénnacido,bañadoyconunvestidito;bebíaconavidezdesupecho,delquelalecheenunprimermomentosalíavacilante,despuésfluíaconfuerza.

«Gordon, mira. El Señor ha escuchado mis plegarias y ha obrado un milagro. Hoy me ha sidoregaladaunahija.»

CuandoeldoctorOxleyexaminóalaniña,nodisimulósuenojoalsaberqueJoséphineFindlay,trassu último aborto, no había acudido a él, sino que frívola, imprudentemente, se había puesto en lasprimitivas, suciasmanosdeunaparteramalaya.Ciertamente rayaba en elmilagroque laniñahubierallegadoalmundotanfuerteysana,dadaslascircunstancias.

Esaniñaquerecibióelbautismoenlacapilladelamisión.«GeorginaIndiaFindlay.»Unnombretríptico,unadecuyashojaseramentira.EraunaFindlay,perono lanietadeGeorgesBoisselot.Ningúnretoñodelárboldeesa familiade

tejedoresdesedaysederosoriundadelaprovenzalOrange,queenelsigloanteriorhabíaemigradoalaIndia.Lahojacentralrebosabaironía:noerahijadelaIndia,porpartedeJoséphine,sinodelasIndias

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Orientales.LahijadeunamuchachamalayallamadaTijah.Nisiquierasufechadenacimientoeracierta:eraundíamayor,quizásinclusodos.Rodeadadelcantodelascigarras,Georginasetapólacaraconlasmanos.Georginarondabaelbosquecillodesdehacíadías.Esepedazodenaturalezaindómita,encantadoy

malditoalmismotiempo,queparaellahabíasidocieloeinfierno,hastaqueselocedióasushijos.Nuncahabíapreguntadodóndehabíanenterradoaesoshermanossuyosquehabíansalidodemasiado

prontodelvientrematerno.Mejordicho,hermanastros.Hizounesfuerzoyseadentróenlaespesura.Sintióenlapielgotasdeaguadelalluviaquehabía

caídoeldíaanterior,ysuspulmonesse llenarondelairesofocante,delolorahojasy tierramojadayorquídeassalvajes.

Se arrodilló delante de la vieja higuera, que antes abrazaba el pabellón y ahora amenazaba conasfixiarlo.Elcorazónlemartilleabaenelpechocuandoempezóaescarbarconmanostemblorosasentresusimponentesraíces,apartandotierrahumedecida.Sintióundoloragudoylanzóungrito.Secortóysehizosangreenundedo,sangrequesemezclóconlatierrarojadeSingapur.

Latapadelpequeñorecipientedebarrosehabíapartidoeneltranscursodelascuatrodécadasquehabíanpasado.

Georginaseapresuróataparelagujero,apretóbienlatierrayporúltimolaaplanóconlasmanos,echando encima todo su peso. Como si debiera impedir con todas sus fuerzas que lo que estaba allíenterradopudierasubiralasuperficie.

Suhermanoespiritual.LaplacentayelcordónumbilicalqueCempakahabíaenterradoallíparaqueelmatianakpermanecieraenelsitioalquepertenecía.

ElvínculoindestructiblequeuníaaGeorginaconL’Es-poir.ConSingapur.Se levantó tambaleándose y, despacio y con paso vacilante, dio la vuelta al pabellón, que flotaba

comounabalsaenunlagodemaleza.Ellasiemprelohabíaconocidoconesoslíquenesqueerancomolapiel de un lagarto, con su pelaje demusgo.Dañadoy curtido por el aire húmedo, elmar y el viento,avasalladoporlosárbolesylasmatasyalasombradealtaspalmeras.Estabaencorvadoporlaedadydébil,víctimadebuengradodelaincontenibleverduratropical,quetardeotempranoladevoraría.

Intentóverelpabellóncomoeraantes.Claroyluminoso,recorridoporlabrisamarinayunoloraflores,protegidoyalmismotiempolibre

enunnidodeárbolesyarbustosprimorosamentecuidados,envueltoenelsusurrodelasolasylashojas.UnoasisqueGordonFindlaycreóparaJoséphine,paraqueencontrarapazyreposoloscalurososdíastropicales,algunaqueotranochesofocante.Paraquesucuerporecuperaralasfuerzas,sualmasanara.Unlugarqueerasaludableparaella,dondeunanocheestrellada,unatardecalurosa,apacible,romántica,ambosengendraronunhijoquelogrósobrevivir.

En un principio a Joséphine le encantaba el pabellón, pero después pasó a evitarlo, pues soloencarnabaunaesperanzafrustrada.Másadelanteloodiaría.

Georgina creyó oír voces acaloradas procedentes de la casa. Joséphine, que, llorosa, proferíaimproperiosyacusaciones;GordonFindlay,que sedefendíaconvehemenciaypedíaperdón;cabía laposibilidaddequetambién,avergonzadoymudo,arrepentidoysumiso,aguantaselosreprochesconlaesperanzadequeJoséphineloperdonara.

Joséphine,rebosantedeamorporesaniñaquehabíasidounregalodeDios.Quepermanecióelrestodesucortavidaunidaasuesposo,enunmatrimoniofeliz.Porqueencontróelcaminodelperdón,quenodelolvido.Elpabellónyelbosquecillo,apuntodeserderribadoeluno,condenadoa la talaelotro,permaneceríanenpie.Amododerecuerdoeterno,manifiestodelainfidelidaddeGordonFindlay.

Quéformatancrueldeobtenerelperdón.Georgina subió con cuidado los podridos peldaños, con las hierbas haciéndole cosquillas en los

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tobillosylaspantorrillas.Sezambullóenlaluzverdelúgubre,elairehúmedo.Eneseoloramarymohoysal.

Caminóentreesasparedesqueparecíanimbuidasdeunpasadodesdibujado.Entróenunahabitaciónllena de recuerdos que no eran de ella, pero que con el tiempo se habían entretejido con los suyos.Repletadequimerasysentimientosdeañoranzaqueantesnoteníannombre,queyasabíanombrar.Deloscomienzosnebulosos,aúninformes,deunahistoriaquehabíaaguantadopacientementehastaquehabíallegadoelmomentodesercontada.Unahistoriacuyoorigensesituabaahí.

La historia de un Gordon Findlay aún joven, más joven de lo que llegó a conocerlo Georgina.Acababadecumplirlostreintayteníaelcabellonegrocomolapez.Espigadoyanchodeespaldas,altoydelgadocomounárboldehierro.YTijah,muchomásmenuda,muchomás jovenqueél, con losojosbrillantesyelcabellocomolamaderadepalmamásoscura.Quesolíareírsemuchoynoeracapazdedejar lasmanosquietas cuandohablabay era tanguapaque todos losmuchachosde la aldea estabanlocosporella.

Unosojosazulesyunosojosnegrosquesecruzaron,enunprimermomentodelamaneramásnormal,cotidiana.Queempezaronafijarseelunoenelotro,másymástiempo;demasiadotiempo.Unasonrisacorrespondida.Unabromacompartida.Palpitaciones.Un roce fugaz, comocasual.Unasmanosque seencontraron,elprimerbesoaescondidasyalfinaleldeseodemás.Demuchomás.

Georginamirófijamentelacama.En laqueRaharjo laconvirtióenmujer.En laqueprobablementeconcibieraa suprimogénito.La

mismacamaenlaquefueengendradaella.Porsupadreyunajovenmalaya.Elestómagoseleencogió.LaestanciacomenzóadarvueltasasualrededoryGeorginasetambaleó

y,trasgolpearseconfuerzalacaderacontrauncanto,seagarróaltocador.Susdedosasieronelpomodeuncajón.SucajadePandora.Noencajababien, lotuvoqueabrira

trompicones.Laslágrimasselesaltaronalverlapiedradelavanegra.Lapulseradeconchitasrotas.Elabanicoroto.

El puñadode conchasy caracolas, bellamentedispuestas, dejóqueuna sonrisa alegrara su rostro.Claro,aJoleencantabanlasconchas,siempreandabaensubuscacuandoibananadaroapasearporlaplaya.

Perpleja,Georginapasóundedoprimeropor lagrancaracolablanca,despuéspor laquetenía lasmanchasdeleopardo,lisayreluciente,juntoaotraigual,lasuya,viejaycubiertademusgo.

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27Georginaestabatendidaenlacamadelpabellónconlosbrazoscruzadosdetrásdelacabezaylas

piernasdobladas.Sumiradavagabasincesarporlaquebradizamaderadelasvigasdeltecho,atravésdeldesgarradovelodeniebladelamosquitera,inquietayconfusacomounanimalenjaulado.

Seguíaintentandocomprender.Había hallado la parte de símisma que parecía faltarle desde siempre, ese fragmento extraviado

hacíamucho tiempoquequizá fuese elmotivodeque siempre se sintieraunaextrañaenpresenciadeotros,dequenuncaseencontraraagustoenInglaterra.

Sinembargo,esasdosmitadesnoencajaban,launaerademasiadovieja,laotrademasiadoreciente,sehabíanreencontradodemasiadotardeparapoderensamblarsesinfisuras;sesentíarotapordentro.

Unasombraquesemovíaenloslímitesdesucampovisuallaasustó.Seincorporódeprisa.Habíanpasadodiezañosdesdelaúltimavezquesehabíanvisto.El tiempo había sido benévolo con él. El gris en su cabello negro, en su barba le favorecía, lo

ennoblecía tanto como las finas líneas que tenía bajo los ojos, los profundos surcos que se abrían aambosladosdesuboca.Eldolorqueseentreveíabajolareservadacautelaenesosojososcuroscomolanocheeracomounabismosiniestro,conferíaasumiradaunaprofundidadqueantesnoexistía.Parecíamásaltoydelgadodeloquerecordaba,consusobriacamisablanca,sussencillospantalonesmarrones;quizáporquenocontabaconquesiguieramanteniéndosetanerguido.Comosilosañospasadosenelmarhubiesenacabadoconunadelicadezajuvenilqueantespasabainadvertida,hubiesendejadoúnicamentemúsculosytendonesbajolapiel.

Porsuvalentía,suexperienciaysusabiduríaparecíaunhombrellamadoaserjefedesupueblo.–Asíquehasvenido–dijoGeorginaenvozbaja.LamiradadeRaharjodeambulóporlaestanciayparecióperderseenalgúnlugarsituadotrasella.–¿Dóndeestátuesposo?–Noestáaquí.–Aellamismalesonóalaconfesióndequesumatrimoniohabíanaufragado.Raharjofruncióelceño.–Hevenidoporquenoestabasegurodesinecesitasayudaotramasalgo.–Conunmovimientosuelto

le tiró algo. Ella cogió la concha con la que habíamandado aAndika aKulitKerang, sin escribir omandarmensajealguno.Conmanchasdeleopardoylisacomolaporcelana,aúnconservabaelcalordesumano–.Nomevengascontusjueguecitos.–Diomediavuelta,dispuestoamarcharse.

–¡Espera,teloruego!Laurgenciaquedestilaba suvozhizoque sedetuviera, quizánotara también sumirada suplicante

clavadaensuespalda,ysegiróamedias.–Teníasrazón–musitó–.Soymediomalaya.Soloquedurantetodosestosañosnolohesabido.Elreceloquereflejabasurostrodesapareciócuantomáslamiraba;alcabosedejócaerenelborde

delacama.–Cuéntame,Nilam.Georginadiograciasa lasnubes,queengulleron los rayosdel solyoscurecieron la luzverdedel

pabellón,tornándolaungriscenizaqueenvolviósusrostros.Diograciasalatorrenciallluviayalrugidodelos truenos,queatenuaronelsilencioopresivodespuésdequesusúltimaspalabrasresonaranenlahabitación.

–Noeresningúnhantu–aseguróRaharjoalcabodeunrato,lavozcomocaféamargoconunchorritodeleche.Unamanoseaferróasuhombroyloapretó,contantafirmezacomocuidado–.Eresunapersonadecarneyhueso.

–Losé–repusoella, lavozquebradiza–.PeroCempakacreyóque loera.Paraellamamaneraunadiosaquerompióelhechizodelhantu.Poresosequedóconnosotroscuandomamanselopidió.Pero

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cuandomurió...–Tragósaliva,sibienlaasperezaqueteníaenlagargantapersistió–.Cempakasiempredecíaqueyosolotraeríadesgracias.

–¿Porquénosemarchósinmás?–Nolosé–musitóGeorgina–.Paraesonotengorespuesta.Quizásequedaraparacuidardemipadre,

por maman. O de su esposo, Ah Tong, nuestro jardinero.–Esbozó una sonrisa melancólica que sedesvanecióenelacto–.Aella...aellanolegustabaqueyoanduvieracercadeél.–Clavólavistaenlaoscuridady se estremeció cuandocayóun rayo–.Cuando... cuandoesperaba amiprimerhijo, trajo acasaaunamakbidanparaqueseencargaradeque...deque...–rio,unarisaamarga,casiponzoñosa–dequenomataraalniñoalnacerparaalimentarmedesuespíritu.Paraqueelmalquehabitabaenmínoescaparaydeambulasecondesenfrenosiyomoríaenelparto.

Raharjo le pasó un brazo por los hombros y la atrajo hacia sí sin querer, mientras sus piernasflexionadasseguíanguardandolasdistancias.

–Esenacimientolocambiótodo,penséyo.FuecomosiCempakahubieserecobradoeljuicio.Oesome parece, visto desde ahora. Como si entendiese que solo soy un ser humano. Duncan... Duncan lerecordóaTijah,desdeelprimermomento,segúnmedijo.Yaunquesabíaquenosoyhijademaman,lerecordéaella.–Respiróhondo–.Despuéslacosacambió.Todoiba...bien.Entreellayyo.Conlosniños.HastaquevolvídeInglaterraconmihija.QuizáporqueJoseparecemuchoamí.YcuandoAhTongcayódesplomadoymuriódelantedemí,entonces...

Georginacerrólosojosysacudiólacabeza.–Túnotienesningunaculpa.–Losé–repusoellaconvoztemblorosa–.Séquesoydecarneyhueso.Pormisvenascorresangre

escocesaymalaya.Pero¿cómomepuedoreconciliarconmimitadmalayasinosemeve?¿Siparalosmalayos siempre seré la nyonya de piel clara y ojos azules? ¿Cómo puedo aceptar esa parte de mícuandosemecondenaallídondedescansaunapartedemisraíces?¿Porhabervenidoalmundoconlosojos azules por casualidad y que Tijah muriera al alumbrarme?–Finalmente manaron las primeraslágrimas, una vez que había logrado expresar la terrible carga que había llevado en el alma.Que nopodía compartir con Paul, que quizás aceptase que por sus venas corría sangre malaya, pero erademasiadoprosaico,demasiadoracionalparaestartansiquieradispuestoaoírqueconelloseabríaunapuertaaunmundodesconocido,queparaélpermanecíacerrada–.¿Ysi,piensounayotravez...,ysideverdadpesasobremíunamaldición?

GeorginamiróatemorizadaelborrosorostrodeRaharjo,iluminadounbrevísimoinstanteúnicamenteporelresplandordeunrayo,parasumirsedenuevoenlassombras.

Sindecirpalabra,Raharjolaestrechóentresusbrazos,leacaricióelcabellomientrasellallorabaensuhombro.Lapeinóconlosdedos,comosiquisieraliberarladealgo.Lepasóunamanoporlaespalda,comosiquisieraquitarlealgo.

Alcaboempezóarecogerconsubocalaslágrimasqueseremansabanenlasarruguitasdelosojosylecorríanporlasmejillas,ylabesó,unbesotiernoylento.

Setomaronsutiempoendesvestirsemutuamente.Teníantodoeltiempodelmundo.Allí,enelpabellón,dondepresenteypasadoseuníanyanulaban

mutuamente,mientrasfuerallovíaysoplabaelviento,caíanlosrayosyrugíanlostruenos.Una infinidad de tiempo, en el que el cuerpo de Raharjo, más nervudo y duro de lo que ella

recordaba,tandelicado,tanconfortante,sefusionóconelsuyo,reblandecidoentonces,másdúctil.Eltiemponecesarioparaperderseelunoenelotro.Reencontrarseenelotro.–¿Loves?–musitóRaharjodespués,enmediodelsaturadoretumbardelostruenos–.Nopuedesser

unhantu,niunmatianak.Yosigoconvida.Georginasonrió,conlabocacontrasupechoysusdedosacariciandolascicatricesqueRaharjotenía

enelmuslo.

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–Eresunaoranglaut.Unacriaturamarina.Puedequeasílacosasecompense.–Elpecholevibróalreírseconsuavidad.

Georginaechólacabezaatrásybuscósumiradaalaluzgrisperla,cadavezmásclara.–NuncaquisecasarmeconPaul.Élymipadre...Raharjolecubriólabocaconlamanoysacudiólacabeza,ungestotansuavecomoadmonitorio.–No,Nilam–musitóconvozbronca–.Lohechohechoestá.Nomalgastaronniunasolapalabramáshablandodelpasado.Niesedíanilosquesiguieron.Enelpabellóndeljardín,cuandollovía.EnlabarcadeRaharjo,conlaquesehacíanalamareiban

anadarcuandoelsolbrillabaenelcielo.EnlaaldeadeTijahyjuntoasutumba.Elrecuerdodeloquehabíantenidoensudíanoprecisabadepalabras.Eldolorporloquehabían

perdido.Loquenoleshabíasidoconcedido.Llevabanelpasadodentrodesí.Laniñitaconlosojosazulvioletayeljovenpirata.Lamujeryel

hombre que habían sido.Que nunca fueron. Todas esas cosas y esos instantes que habían compartidojuntos.Yaquellosquenuncaexistieron.

Tomaronloquelesfueofrecidoesosdías,díatrasdía,unhoyinfinito,eterno.Nosemolestaronenpensarenelmañana.Aunquesabíanqueesehoylescorríaimparableporlosde-dos,comoaguadelríoSerangoon.Raharjo,conlavistaclavadaeneldoseldesucama,contemplabalasdanzarinassombrasquelaluz

de la lámparahacíaerrarcomofantasmaspor lahabitación.Lospequeñospenachosdehumoazulquesubíandesucigarropuro.

SabíaqueaLeelavatiledolíaquevolvieseapasarlasnochesallíabajo,peroaéllehabríaresultadomásmezquinoaúnquealtérminodeunodeesosdíasquepasabaconNilamsemetieraenlacamaconsuesposa,yacieraasuladosinpoderdormirypensandoenNilam.Aúnolíaaella,esearomainconfundiblealocéanoyalatierrarojadeSingapur,queeramásintensoqueantes,teníaunanotamásacre,comodehierbadescoloridaporelsol.

Durantetodosesosdíashabíanacordadodeformatácitanoprometersenada.Y,sinembargo,Saharjonopodíaevitarpensarysopesarsidebíaobligarseatomarunadecisión.Mientrasaúnhabíatiempo:enelplazodeunosdías,BigelowregresaríadelaIndia.

Se incorporóyapagóelcigarropuroenelcenicero.Unospasosvelocesenel jardínhicieronqueaguzase el oído. Con el primer grito de uno de sus vigilantes nocturnos se levantó de súbito y, antesinclusodequefuerasedesataraelcaos,yahabíaechadomanodeladagaylapistola.

Eraunanocheoscura,sinluna,lasestrellassoloseentreveíantraslasnubes.Losruidosylareaccióndesupielledijeronquelasombradesusdoshombreshabíavencidoaunatercera.Cuandollegóhastadondeestaban,susojosyasehabíanacostumbradoalaoscuridad.

Malim,jadeante,estabaahorcajadasdeunafiguraqueyacíaenelsuelomientrasAhadabríaunarca.–¿Quéestápasandoaquí?–Serámejorqueoslodigaélmismo, tuan–bufóMalimalmismotiempoquecogíaalhombredel

peloyleechabalacabezahaciaatrás.Eraunmuchachomalayoquerespirabacondificultadporlaboca:lossonidosqueemitíaalhacerlo

sonabanatemorizados.Delanarizlecaíaunalíneaoscuraquelecorríaporlaboca.InclusodenochelospuñetazosdeMalimhabíansidocerteros.

–Queríaenterraresto.–Ahadledioconelpiealarcaabierta.Raharjodiounpasoadelanteypercibióunolordulzóninconfundible.Sufrentesefruncióyserelajó

actoseguido.Opio.Sinlicencia.Algoqueibacontradelaleyyestabacastigadoconelevadaspenasdeprisión.–¿Quiéntehapagadoparaquehagasesto?

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Elmuchachoapretóloslabiosycabeceócomopudo,aúnsujetoporMalim.–Malim.Sevioeldestellodeunahojaqueno tardóenestarpegadaalcuellodelmuchacho,queempezóa

lloriquear.–¿Quiéntehapagadoparaquehagasesto?–repitióRaharjo.–¿Esquenohasoído?–insistióMalim–.¡Contestaaltuan!Elmuchachopegóungritoahogado.Unalíneaoscuraaparecióbajolahoja,delaquecaíangruesas

gotas.–Bi...Bigelow–seapresuróadecir.–¿TuanBigelowteencomendóesto?–S...sí,tuan.–¿Yquiéndebíaavisaralasautoridades?¿Tútambién?–Sí,tuan.Una ira rojo sangre acometió a Raharjo. Ira contra esa rata, Bigelow, e ira contra símismo, por

haberlosubestimadodetalmodo.Latenueluzqueseencendióenlaplantasuperior,lasiluetaregordetaqueserecortóenlaventana,

losgimoteoslejanosdeunniñopequeñofueroncomounchorrodeaguafríaquelerefrescólacabezayladotódeclaridad.

–Dejaqueselevante.Malimsepusodepiepordetrásdelmuchachoylolevantótirándoledelpelo.–EstáclaroquetuanBigelowtedarádinerocuandohayasllevadoacabotucometido,¿noesasí?–Sí,tuan.Raharjoseacercómuchoalmuchachoylomiróalosojosconelceñofruncido.–Tienesdosposibilidades:otesueltoahorayteesfumas,encuyocasoteirásconlanarizsangrando

y un arañazo, o uno demis hombres te seguirá comouna sombra hasta que vayas a ver aBigelow, abuscarturecompensa.ÉlseocuparádequeledesunavisoaBigelow:simevuelveaponerlazancadillao a amenazarme,me llevaré a esa linda hijita suya con los bonitos ojos azules.Ydespués alguien seencargarádequealdíasiguientetúaparezcasflotandoenelríoconelvientrerajado.Túdecides.

–Dejaquemevaya,tuan–suplicóelmuchacho–.Porfavor.–¿Tienedineroamanoalgunodevosotros?Oslodevolverémañana.Ahad hizo un gesto afirmativo y, a una señal de Raharjo, visiblemente asqueado, le metió unos

dólaresenelpantalónalmuchacho.–Paraquenoolvideslogenerosoquehesidocontigo.–Gracias,tuan.–Parecíaapuntodeecharseallorar–.¡Muchasgracias!–Dejadquesemarche.–¿Seguro,tuan?–Malim,decepcionado,noobstantesoltóalmuchachoy lediounapatadaantesde

quecruzaraeljardínatrompiconesysalieraalanoche.–Cogelabarcayhundeesaarcaahoramismoenelmar–ordenóRaharjoaAhad.Actoseguidotendió

lamanoderechaalosdoshombresylesdiounvigorosoapretón–.Estoyendeudaconvosotros.Yseréisrecompensadosporello.

Raharjocerrólapuertaalentrar,devolviólasarmasasusitioysedejócaerenlacama.Buscabaunadecisiónyhabía tomadouna:Bigelowse lahabíaarrebatado, inclusodesdela lejana

India. En su desdén había cierto respeto por ese orang putih que ni de lejos era tan necio como élsiemprehabíacreído.

YlástimaporNilam.PorGeorgina.Que,aunquealapostreerahijadeNusantara,estabacondenadaavivirunamentira.Sinembargo,élyanopodíahacernadamásporella,teníaesposaycincohijosquelonecesitabande

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maneramásperentoria.Queestaríansolosydesprotegidossiélpasabaalgúntiempoenprisión,ydebidoaelloquizásinclusoperdieransufortunaysuhogar.

Sabíadistinguirunaadvertenciacuandolateníadelante.Respirandohondo,sepasóambasmanosporel rostroyporelcabello; leasustóque losdedos le

temblaran.Sesentíacansadoyviejo;demasiadoviejoparaurdirunavenganza.Enalgúnmomentoaquellodebíaterminar.Llamaronconsuavidadalapuertadeldespacho.–Disculpa,teloruego–musitóLeelavati;ladébilvozeraunhiloatemorizado–.Soloqueríasabersi

estabasbienysitodoestáenorden.–Soloeraun ladrón.MalimyAhadya sehanocupadodeél.–Volvióel rostrohaciaella–. ¿Cómo

estánlosniños?–Comoesnatural,muyasustados.SobretodoKishor.–Sonrió–.Embunestáintentandocalmarlo.Raharjo laescudriñó,allí, en lapuertaentreabierta,consusaltodecamadecolor rosa,unamano

anteelvoluptuosopecho,elbrillantecabellorecogidoenunagruesatrenzaquelecaíaporelhombro.Nilosañosnilosmuchoshijosparecíanafectarla,seguíasiendobella,subuena,pacienteyfuerteesposa.

Letendiólamano.–Venconmigo.Leelavatiavanzóhaciaélconcaradeasombro,conesecaminarágil,conesecontoneotansuyo,sin

hacer ruido, poniendo cuidado en cada paso.La sentó en el borde de la camay la estrechó entre susbrazos, aspirandosu familiar aromaaesenciade rosasymaderade sándalo, comoa tierracompacta,mojadaporlalluvia.

–Aquísiempreestaréisasalvo,túylosniños–susurró–.Jamáspermitiréqueospasenada.ConlosojoscerradosLeelavatiseabandonóalosbrazosdesuesposo.Elcorazónlelatíaconfuerza,aconsecuenciadelsustoydelmiedoquehabíacundidoantesensupor

lodemásprotegida,apaciblecasa.Perotambiéndedicha.Olíaaotramujer.Probablementenuncapudieraserfiel.Y,sinembargo,ellatuvolacertezadeque

porfinlepertenecíaporcompleto.Laúnicaorquídeaparecíadiminutaenlassábanas,arrugadasyconmanchasdehumedad.Eradeunazulvioleta,delcolordeuncardenalreciente.Lamismasensaciónqueproducíamirarla.

Unamagulladuraenlomásprofundodelalma.Con una sonrisamelancólica y una gran tristeza en el rostro, Georgina cogió la flor y salió a la

quebradizaveranda.Sintióelrocedeunasramasdefloresrojascuandotrepóalpeñascoquesealzabaantelatapia,yel

vientoledioenelrostro.Permaneciómuchotiemposentadaallí,abandonándoseasudolor.Porlapérdidadesupadre,eseescocésorgulloso,temerosodeDiosytrabajador,queconcedíatanta

importanciaaldecoroyalarectitud.Yque,sinembargo,teníauncorazóntanapasionadoquelatíanosoloporJoséphine,latemperamentalleonafrancesa,lahijadeltrópicoconelcorazóndetigresa,sinotambién,secretamente,porunamuchachamalaya.Hastaeldíaenquemurióloatormentóelsentimientodeculpaporhabercausadolamuertealasdosmujeresalasquetantoamabaconsudeseo.

Una culpa queGeorgina le recordaba constantemente y por la que la castigó cuando también ellaesperabaunhijofrutodeunamorclandestino.

Entendíaporquésupadrehabíaobradoasí.Porquénolehabíaconfesadoesaverdadamedias,queenrealidadnoeraotracosaqueunamentira,hastahallarseensulechodemuerte;ellaestabahaciendolomismoconsushijos.Paraprotegerlos.Paraque tuvieranabiertos todos loscaminosenunmundoqueanteponíalasangreblancapuraatodoslosdemáscolores.

Y,sinembargo,desearíanohaberlosabido.Nocuandoyaeratantarde.Demasiadotarde.

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Pues el dolor por la pérdida de la vida que le había arrebatado esa mentira se le antojabainsoportable.Delavidaquepudoser,peronolefuepermitidoquefuera.

Siendomediomalaya,notendríaporquéhaberseavergonzadodellevarensusentrañasalhijodeunoranglaut.Habríapodidoesperarasuselkiehastaqueelmarselodevolviera.

Intuíaqueesedolorlaperseguiríaduranteelrestodesuvida.Georginaabriólasmanos,enlasquesosteníalaorquídea,queeraazulvioleta,comosusojos.Esos

ojoscuyocolorsehabíaconvertidoensudestino.Esperó pacientemente a que el viento palpara la flor con dedos curiosos, jugueteara con ella y,

finalmente,selaarrebataradelasmanos.Unagotaazulvioletaquearrastróhastaelmar.La cabeza de Jo, dormida, descansaba pesadamente en su hombro cuando Paul subió con ella la

escalera;llevabalachaquetahumedecidaconelalientoylasalivadelaniña.Lallevóasuhabitaciónylatendióconcuidadoensucama.–¿Yaestamosencasa?–musitóencuantosucabezadescansóenlaalmohada,parpadeando.–Sí,yaestamosencasa–respondiósupadre,apartándoleconternuraunmechóndepelodelacara–.

AhoraKartikatepondrálacamisadedormir.–¿Mamá?–Tambiénvendráavertedentrodeunmomento.Espera,quevoyabuscarla,¿quieres?AlabocadeJoasomóunasonrisa,yvolvióaquedarsedormidamientrasasentía.Paulsabíadóndelaencontraría.Siesqueaúnestabaallí.EraesahoradelatardecerenlaquelaisladeSingapursesumíaenunazulhumo,pastel.Enlaque

los contornos empezaban a difuminarse y la nitidez del día se atenuaba, adquiriendo una suavidad deensueño.

Paulcontemplósindarcréditoaloqueveíansusojos:lapalmeracaída,atravesadaeneljardín,lasramasserradas,lasnubesdehojasdelosarbustospodados.

Elamenazador,sombríomurodelbosquecillohabíasidoabierto,yanoera impenetrable;entre losárbolesyarbustosentresacadosasomabaeltejadocubiertodelíquenesdelpabellón.Dabalaimpresióndequeeltrabajoaúnnohabíaterminadoy,sinembargo,yaeracomosiunsoplodeairerecorrieseeljardín.

En la luzazuldeesahoraGeorginaparecíaunamuchacha, sentadaenelpeñasco, con laspiernasdobladas,contemplandoelmar.Nosevolvió,aunqueteníaquehaberlooído,puesalcaminarlamalezacrujíaycrepitaba.Tansolocuandosubióligeramenteloshombros,Paulsupoqueeraconscientedesucercanía.

–¿Hasdecididotalarlo?–preguntó,enlugardesaludarla.Ellasacudiólacabeza,contantalevedadquelatrenzaapenasselemovióenlaespalda.–Soloaclararloypodarlo.–Lomiróvolviendolacabeza,conunosojosqueparecíanestarhechosde

esahoraazul–.Yaibasiendohora.Dequeentraralaluz.Elaire.–Ensuvozsepercibíantristezaydolor;entoncesfueélquienseencogiódehombrosmientrassemetíalasmanosenlosbolsillosdelpantalónyrehuíasumirada–.¿QuétalenPondichéry?

–Bien. Tu primo y yo hemos llegado a un acuerdo. A partir de ahora la compañía se llamaráúnicamenteFindlay&Bigelow.

El recuerdo de Agnès lo sacudió. De esos fascinantes ojos verde musgo, que flirtearon con éldescaradamenteenunaveladadelosBoisselot.Nuncaenlavidalehabíadadoaentenderdeesemodotan abierto unamujer desconocida que lo deseaba. Unamujer tan bella. Con la piel blanca como elmarfil, el rostro de exquisitos rasgos, delicado y orgulloso al mismo tiempo, como una rosa en flor,rodeadodeuncálizdecabellodorado.Voluptuosay tentadoracomounmelocotónmaduro.Unamujer

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queeracomoelchampán.La viuda del oficial y él vivieron un extático intermezzo que duró algunas noches.Desenfrenado.

Voraz.Nodesdeñable.Perosinimportancia.Susitioestabaallí.JuntoaGeorgina.«Enlobuenoyenlomalo.»–Tehaechadomuchodemenos.Ellaselimitóaasentir.Parecíaperdida,porsuformademirardenuevoalmar,yélsupoenquiénpensaba.Igualquesabía

antesdepartiraquiénacudiríaconsupena.Ledolía,aún,ysinembargoélsufríaconella.Ensuactitudhabíaalgodefinitivo,quepeseatodole

afectaba.Elhechodequesiguieraallíindicabaquesuardidhabíafuncionado,sibienélnoloconsiderabaun

triunfo.Lasuyaeraunavictoriapírrica,conlaquesehabíaconformadoparaqueellapermanecieraasulado.Inclusoalpreciodequesucorazónnuncalepertenecieseporcompleto.Dequeposiblementeellahubieraelegidootracosadehaberdejadoensusmanosladecisión.

Lacompensaría,esedíaytodoslosdíasdesumatrimonio.Paulseacercóalpeñascoyletendiólamano.–Venacasa,Georgina.IV

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Fuegosfatuos1881-1883

Permitidquenoadmitaimpedimentoanteelenlacedelasalmasfieles.

Noesamorelamorquecambiasiemprepormomentosoqueadistanciarseenladistanciatiende.Elamoresigualqueunfaroimperturbable,

quevelastempestadesynuncaseestremece.Eslaestrellaqueguíalanavealaderiva,

deunvalorignorado,aunsabiendosualtura.NoesjuguetedelTiempo,aunsirosadoslabios

omejillasalcanza,laguadañaimplacable.Nisealteraconhorasosemanasfugaces,

sinoqueaguantaydurahastaelúltimoabismo.Sieserrorloquedigoyenmípuedeprobarse,

decid,quenuncaheescrito,niamójamáselhombre.WILLIAMSHAKESPEARE,Soneto116

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28Labarcasedeslizabaporelríoalrítmicogolpeteodelosremos.Eraunabarcapequeña,del lugar,queDuncan lehabíacompradohacíaunosañosaunpescadory

guardababajoelalerodelacaballerizacuandovolvíaahacersealamar.Navegabanalolargodelacosta,porunestrechocanalquediscurríaentrelaisladeSingapuryun

puñadodeislasdemenortamaño.Alpartirdeladesembocaduradelrío,Duncanhabíaarrizadolasvelasyempuñadolosremos.

LosojosdeDavid,deunazul radiantecomoelcielodesdeelquebrillabael sol,vagaronporunhuertecillo cercado en el que mujeres con vistosos sarongs y kebayas arrancaban malas hierbas yrecolectaban, charlando y riendo.Delante de las cabañas se veía a viejecitas arrugadas sentadas a lasombradeunárbol,cuidandoalosniños,queretozaban,chillandoydandovoces.Losgalloscantaban,las gallinas cacareaban, en algún lugar ladraba con fuerzaunperro, y el aire tenía unolor sabroso, ahortalizasasadas,crujientes.

–¿Quéestamoshaciendoaquí?–Nuncaheestadoaquí.Davidarrugólafrentealoírlarespuesta,queparaéldifícilmenteeraunmotivo.Laorillaestabafestoneadadeárboles,algunostanvetustosynudososqueeracomosillevasenallí

toda una eternidad. Tras ellos se distinguían jardines floridos y casas de piedra muy juntas; daba laimpresióndequeallívivíanmalayosacomodados.

–Pensé que podíamos ir a algún sitio de Singapur que aún no conociéramos–adujo Duncan, unaspaladasdespués.

Algo muy típico de Duncan, que se sentía atraído por todo lo nuevo, desconocido, que siemprebuscabaponerrumboacostasdesconocidas.Laaventura.

David,echadohaciaatrásyapoyadosobreloscodos,estirólaspiernas.–¿Comoturistas?Unasonrisailuminóelrostrodesuhermano,másoscuroaúndebidoalsolquelehabíadadodurante

suúltimatravesía.–Seguroquelosturistasnovienenaestesitio.Ellosbuscanelpuerto.Lassuntuosasconstrucciones

colonialesyelajetreodelbarriochino.Quizátambiéndelindio.SeñalóconlacabezaallídondeSerangoonRoadpartíaendoslaisla.AligualquelosdosmuchachosBigelow,queantañoalborotabaneneljardíndeL’Espoiryaprendían

anadarenelmar,alotroladodeBeachRoad,yaeranhombres,laciudaddesuinfanciatambiénhabíacrecido.

LaorillameridionaldelríoSingapursehallabaenmanoschinas,conunpequeñoenclaveindioyelcorazóneuropeodelaciudad,losmásquelucrativosgodownsenlascallesentornoaRafflesPlace.

Elbarriochinoeraunaciudadensímismo,consusruidosascallejuelas,lastiendecitasylospuestosylosvendedoresambulantes,loscaracteresdelosrótuloscomoarañasylosfarolillosdepapelenlasfachadas.UnaporcióndeChinaquecrecíahaciaelmar;encuantoseedificóelsueloquelamanodelhombrearrebatóalocéanoalotroladodeTelokAyer,eltemplodeThianHockKeng,consagradoaladiosadelmaryprotectoradelosmarineros,dejódeestaralaorilladelmar.

En la ribera norte del río Singapur se alzaba una ciudad distinguida. De una elegancia blanca,luminosa, rebosante de columnas, recorrida de zonas de un verde vivo y sombreada por árbolesprimorosamentepodados.Conampliascallescomerciales,porlasqueloschinoscorríancomoalmaquellevaeldiablotirandodelosrickshaws,quehabíanhechosuapariciónrecientementeenlascallesdelaciudadyparecíanaumentardedíaendía.

Trasellasseerguíanlascoloridascasasylostemplosdeindiosytamiles,yendirecciónalacostala

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ciudadseasemejabaalvistosotapizderetazosdelosbarriosdemalayos,árabesyjavaneses,allídondevivían y trabajaban los oriundos de Ceilán y Bali y los muecines llamaban a la oración desde lasmezquitasconsumelancólicocanto.

EldíaanteriorDuncanlohabíallevadohastaeselugar,pasandoentrepuestosdeespecias,dejandoatráscanteroschinos,cesterosycarpinterosytiendasenlasquesevendíantelasdetodosloscoloresdelarcoíris. Comieron satay, carne en broquetas, y en uno de los cafés, entre hombres de piel oscuraúnicamente,tomaronuncaféquehizoqueelcorazónlesbombearacomounamáquinadevapor.

AhoraSingapur era una ciudad grande, animada, llena de vida, a la queDuncan yDavid siemprevolvían,comoavesdepasoqueregresaranunayotravezallugarenelquerompieronelcascarón.

Tras los años vividos a caballo entre Londres y Singapur, David, a sus veintiocho años, habíaregresadoalsenodelafamilia,paraquedarsedefinitivamente,ysehabíahechounnido:Bonheur,quePaulhabíavueltoacompraryrenovarhacíaunosaños.

RegalodebodasdesuspadresaDavid.–Todavíanomelopuedocreer–afirmóDuncanconunaanchasonrisa–.Mihermanopequeñoesun

hombrecasadoyprontoserápadre.Davidlomirócondisimulo.–¿QuétepareceLiza?Suhermanopusocaradefastidioyencogióloshombros.–¿Quéquieresquetediga?Todavíanolaconozcomucho.Esguapayparecemuymaja.–Sonrió–.Y

secomprometiócontigoytesiguióhastaaquí,porlotantopareceosada.Esodicemuchodeella.Davidledioenlarodillaconeldescalzopie,comojugando.–Yati,¿cómoteva,capitánBigelow?–Sinnovedades–repusoDuncanconelsemblanteimpasible.–Asíqueencadapuertounanovia...¿oacasodos?Elaludidoselimitóaencogersedehombros,sibiensonrió,ytambiénDavidesbozóunasonrisade

satisfacción.YaeraasíenInglaterra.AunqueDavid,consucabellocolorarenaylosojoscomodoslagosenlos

quesereflejabaelsol,decomplexiónatléticadejugaralrugbyyalcríquetymontaracaballo,ycarácteralegre,loteníafácilconlasmuchachas,eraDuncanquienselasllevabadecalle.Susrasgosmarcados,sustonososcuros,enérgicos,ysunaturalezareservadaerancomounimánparalasmujeres.Comosilebarruntaranunoscurosecretoqueestabaesperandoúnicamenteaqueellaslodescubrieran.

UnatractivoqueDavidnoleenvidiabaenmodoalguno,yaqueDuncaneradifícildecontentar,ylasjóvenes damas desairadas se mostraban agradecidas cuando hallaban consuelo en su hermano, másaccesibleyasimismoapuesto.

EscudriñóaDuncan,queconsusnervudosbrazosguiabalabarcaporelríoconaparentefacilidad,aligual que él conuna camisa holgada, pantalones deslucidos y descalzo.Se le notaba lomuchoque legustabaestarenelagua;surostro,conelangulosomentónylosmarcadospómulos, labocacarnosaybiendibujada,parecíarelajado.

Davidsepasómaquinalmentelamanoporlabarba,quesehabíadejadocrecerdurantesunoviazgoconLisayleconferíaunaaparienciamásmadura,seria.Aunqueelsoldecubiertayahabíagrabadolasprimeraslíneasbajosusojos,Duncanaparentabamenosdelostreintaañosquetenía;quizáporque,pesealaresponsabilidadqueasumíaalsercapitán,llevabaunavidalibre,sinataduras.

AvecesDavidtratabadeimaginarcómoseríavivircomoDuncan.Pasarlamayorpartedelañoenelmar.HaberrecorridotodaAsia,AustraliayNuevaZelanda.ElnorteyelsurdeAmérica;inclusohabíaestadovariasvecesenÁfrica.Notenermáspertenenciasqueuncajónyunpetate.

Sin embargo, David no estaba hecho para vivir así. Él necesitaba orden, estabilidad, seguridad;poderevaluaryponderarriesgos.Tambiénaeserespectohabíasalidoasupadre,mientrasqueDuncan

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separecíamásasumadre,quenuncahabíasidocomolasdemásmadres.Le importabamuypocoelaspectoexterior,yno lepreo-cupabamucho loque losdemáspudieran

pensardeellaodesushijos.«Hermosahada»,lallamabasupadreaveces,yDavidentendíaelmotivo,yadesdepequeño.Teníamucha imaginación,aveceseraunpocosoñadora,e inclusoahorademayorseguíapareciendounamuchacha.Cariñosa,pero sin asfixiar con suamora sushijos.Reservada, casicautaeneltratoconlosdemás,leshabíaconcedidoaambosunagranlibertad,alparecersinmiedodeque al trepar a los árboles pudieran partirse el cuello o de que semataran el uno al otro cuando sepeleaban.ConfiabaenqueLizalesregalaraasusretoñosunainfanciaigualdefeliz.

ElizabethStanton,alegreyencantadora,hijadeunarmadorlondinense,eramuchomásqueunrostrobonito.Inteligentepornaturaleza,yademásinstruidayviajada,nosolohizolatirconmásfuerzaelvirilcorazóndeDavid;además,seadaptósinfisurasalafamilia,comosisiemprehubieseformadopartedeella.Sensataeingeniosa,eralamujerquenecesitabaasuladoparaguiaraFindlay&Bigelowhastaelsiguientesiglo.

–Apadreaúnlegustaríaqueentrarasenlacompañía.Duncanlomiróuninstanteconsusojosgristormenta.–Losé.Siguieronmeciéndoseporelrío,ensilencio,contemplandolasirisadaslibélulasasusonoropaso.–Mira.–LavozdeDuncan,graveymelodiosayuntantoáspera,erapocomásqueunsusurro–.Ahí.David siguiócon lamiradaeldedo índicede suhermanoycontuvo instintivamente la respiración

cuandounmartínpescadorrojoanaranjadoyazulcobaltoselanzócomounrayoalríoypocodespuésemergió,paraperderseenlaespesura.

Loshermanossesonrieron.Davidseincorporó.–Déjameremar.–¿Ati,marinerodeaguadulce?–LosojosdeDuncanseiluminaron,resplandeciendocomoelnácar–.

¡Perosinisiquierasabescogerunremo!–Nopresumastantodehabernacidoconmembranasna-tatorias.Suhermanoechólacabezaatrásyserio.SiaDuncanleofendíaqueenInglaterrafueseblancodeburlasyescarnioporlosdedosdesuspies,

nolohabíadadoaentenderenningúnmomento.Siemprehabíainsistidoconlacabezaaltayelsemblanteindiferentequehabíasidobendecidoporlosdiosesdelmar,yporesonadabamásrápidoqueelresto.

Ycuandolaspalabrasnobastaban,hacíahablarasuspuños,amenudoconelrespaldodeDavid,conlocualseganaronmásdeunareprimenda.

Davidseinclinó,lecogiólamanoaDuncanyledioconellacontralapierna.–Vamos,déjameamí.Yhazmesitio.–Olvídalo.Entre risasyvoces empezarona forcejeary empujarse.Cuando labarca sebalanceócon fuerzay

finalmenteseescoró,nisiquieratratarondeequilibrarla.Sedejaroncaeralaguachillandoalegrementeyreanudaronlapeleaenlasfríasaguasdelrío.

–Chúpateesa,marinerodeaguadulce.Duncan, resollando, metió a su hermano debajo del agua, y este a su vez lo agarró y lo arrastró

consigo.Emergieron, resoplandoy riendo,manteniéndose rectosenelaguamientrascogíanaire.Duncanse

apartóelcabellomojadodelacarayaguzóeloído.–¿Hasoídoeso?–¿Qué?–Davidsesacudióparaquelesalieraelaguaqueselehabíametidoenunoído.–Pareceunpájaro–musitóDuncan,mirandohaciatodaspartes.

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Unosojosalmendradosnegros.Risueñosypícarosenloaltodeunárbolalaorillamismadelrío.Lashojasbailoteabanalrededordel rostrode lamuchacha,delcolordel téclaro.Unrostrocomounaorquídea.

–¡Eh!¡Tú!–llamóDuncan,riendo.Unosdedoslargosyfinoscubrieronlarosáceaboca.Trasellosseoyóunarisitatenueysonoracomo

elcantodeunave.–Sí,merefieroati.Alaqueestáahíarriba.El rostro desapareció. Las ramas del árbol temblaron y se balancearon; algunas hojas muertas

cayerony fueron a parar al río cuando lamuchacha, ágil y diestra comounmonito, semoviópor lasramasybajóuntantoporeltroncohastasalvarladistanciaquelaseparabadelsuelo,quenoerapoca,deunresueltosalto.

Seirguiódeprisayechóacorrer,descalza,poreljardín,enunondeardepantalonesazulesholgadosyunablusasueltaconfloresbordadas,lalargatrenzahendiendoelairecomosideunlátigosetratara.

–¡No,espera!–Duncancogióimpulsoparallegaralaorilladeunascuantasbrazadasenérgicas.–¿Sepuedesaberquéhaces?–Davidloagarrópararetenerlo–.Nopuedesentrarpor lasbuenasen

unapropiedadajena.Duncan siguiócon losojosa lamuchacha, en silencio,y la atrevidamiradaque le lanzóenplena

carreravolviendolacabeza,conunasonrisaenelrostro,lellegóalomáshondodelalma.–Anda, volvamos.–David le dio unas palmaditas conciliadoras en la espalda–. Me está entrando

hambre.DuncanvolvíalacabezaunayotravezmientrasDavidremabaríoabajo.Era un jardín grande, con árboles vetustos y arbustos colmados de flores; en el embarcadero, de

madera y piedra, había amarrados dos cascarones de nuez.Desde la orilla una casita de estilo chinomirabaalrío,conelsinuosotejadodecoloridastejasrematadocondragones;unosleonesdepiedralaguardaban enseñando los dientes. Detrás y a cierta distancia distinguió entre los árboles una casaconsiderablementemayor,deunblancoreluciente,comodechunam,conel tejadode tejasrojas.Alolejoscreyóoírmásrisasyloschillidosdeunacacatúa,perodelamuchacha,nirastro.

–Quítateladeprisadelacabeza.–Duncanrehuyólaseveramiradadesuhermano–.¡Perosiaúneraunacolegiala!Yparacolmo,china.EnSingapuresonoesmuybuenaidea.Noparaalgoserio.

Asíytodo,esosojosalmendradosnegrossegrabaronafuegoenlamemoriadeDuncan.Ycuandosehizoalamarsellevóconsigoesamiradapícara,laenergíarebosantedevidadelachiquillaysurisacautivadora.

Unrecuerdoquesolomuchosmesesdespuéspalideció,peronoseextinguió.

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29Elmundohabíacambiado.Se había vuelto más pequeño, giraba más deprisa sobre su propio eje, su latido era laborioso,

directamenteinfatigable,impulsadomásinclusoporlosambiciososavancesdeesosaños.El canal de Suez y los nuevos buques de vapor, capaces de alcanzar velocidades más elevadas,

llevabanmercancíasypersonasdeunlugaraotrodelmundoenmenostiempo.YnumerosasvíaspasabanporSingapur.ASingapur la llamabanelLiverpooldeOriente,por lascantidades ingentesdemercancíasquese

cargabanenunpuertoquenoparabadecrecer,sobretododecarbón,paralasglotonascalderasdelosbuques. En el plazo de escasos años el volumen de ventas y, por tanto, los beneficios aumentaron deformavertiginosa.RebasaronlosmárgenesquecomerciantesdelaprimeraoleadacomoGordonFindlayesperabanobtenerensudíayprobablementetambiénloquesoñarasirStamfordRafflescuandonaciólaciudad.

IncidentescomoelgranincendioquesedesatóenelalmacéndecarbóndelaTanjongPagarDockCompanyyalgúnqueotrodescalabroeconómiconofueronmásqueunchichón,unrasguñoqueunosehacía;pequeñasheridasquesepodíansufrirhoyymañanaestabanolvidadas.

Losviajesenelmundoenteronosoloseacortaron,sinoquesevolvieronmáscómodosyrealmenteasequibles.YquienesqueríanviajardeEuropaaAsia,aAustraliaoaNuevaZelandayvolverpodíanhacer una parada en Singapur. Ocho hoteles respetables, de los cuales más de uno se merecía ladistincióndefirstclass,ofrecíanlaposibilidaddedescansarunosdíasomásenesosviajesalugaresremotos.Pasaralgúntiempoenesaciudadgrande,bonitayrica,queofrecíaunderrochedeexotismoyalmismotiempounexquisitomododevidacolonial.

SingapursehabíaconvertidoenlaCharingCrossdeOriente,laClaphamJunctiondeAsia:aligualquelasdosestacionesinglesas,uncrucedecaminoscómodo,animadoyadmirable.

También la península malaya se acercó más a Singapur. Un territorio agreste, con junglasimpenetrables,ricoenestaño,paraloseuropeosconformadoporunaintrincadaydesconcertantereddepueblosysultanatos.Ensusnegociacionesconalgunosdeesossultanatos,losbritánicoslanzaronfuertescabossobreelestrechodeJohor,queamarraronconcontratos.

Singapuryanoeraunislotesolitarioenlosconfinesdelmundo,sinounaruedadentadaquegirabainfatigabledentrodelgranengranajedelcomerciomundial,delque tambiénsebeneficiabaFindlay&Bigelow.Lacompañíavivióunsegundoapogeo,regalandoalafamiliaañosdetranquilidad.

Elcielo,tiranteycomoreciénlavado,setendíasobrelaisla;soloalolejosseveíanalgunasnubesblancas,esponjosascomonatabatida.

ElmarespumeabaybullíaalotroladodeBeachRoad,entretejiéndoseconvocesalegresyrisas.Eralaépocaqueseguíaalosvientosmonzónicos,cargadosdelluvia,delnordeste.Laépocadelaño

preferidadeAhTong.Enmemoriasuyaeljardínalquealolargodetantosañosdotódesuinconfundibleapariencia,cuidadoporJebatyJohantanfielmenteycontantomimocomosi lohubiesenconocidoenpersona,estabaarebosardeunvivofo-llajeverde.Exuberantesracimosdefloresadornabanárbolesymatas, las formas, los colores del rojo subido, el amarillo doradoy del rosa flamenco al blancomáspuro,suaromadulzón,intenso,embriagador,unfestínparalossentidosdeGeorgina.

EnunamantaextendidaenelsuelosehallabaarrodilladaLiza,conelcabellocastañorecogidoconprimorosa sencillez y el sol arrancándole destellos cobrizos. Su hijo, en pañales y con una camisillaholgada,seagarrabaconfuerzaasusmanos.Moviendoadelanteyatráseltrasero,seesforzabanosolopor permanecer sobre las dos piernecillas de regordetes pliegues, sino también por dar sus primerospasos. Hacia su tía Jo, que lo llamaba desde el otro extremo de lamanta con los brazos abiertos, yempujadopor los ánimosque le infundía envozqueda supadre, sentadoen lahierba con laspiernas

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dobladas.–Yasomosabuelos–observóPaulmientrasseinclinabaparaapagarelcigarropuroenelcenicero–.

¿Noesincreíble?SeretrepóensuasientoylepasóunbrazoporloshombrosaGeorgina.Estaasintió.–Somosviejos.–Yo,sí.–Lediounbesoasuesposaenlasien–.Tú,no.Solotienescincuenta.BoyThree aún no había quitado lamesa, donde todavía estaban el servicio de té y los restos de

dulcesindiosqueGeorginahabíapedidoaSelasaenlugardeunatartadecumpleaños.LahijadeTijahquizáshubiesellegadoalmundounoodosdíasantes,peroGeorginaIndiaFindlay

decidióquehabíanacidoesemismodíahacíacincuentaaños.Noqueríaunacelebracióngrande, sinoun té sustanciosocon la familiayunacenaopíparapor la

noche.SolofaltabaDuncan;laúltimavezquehabíaestadoallíhabíasidoenelbautizodesuahijado,enSanAndrés.

LosojosdelpequeñoGordonse iluminaroncuando,conayudadesumadre,con laspuntasde lospiesmetidashaciadentro,empezóadarunpasotrasotrohaciasutía.LosojoserandeunazulBigelow,mientrasquesusedosacabelleradeoscurocolorcarameloaúnnodesvelabasiacabaríaadquiriendolatonalidadarenadesupadre,elcastañorojizodesumadreolosmaticesFindlay,entreelmarrónoscuroyelnegro.

TraslatormentaquesedesatósobreellaconlamuertedeGordonFindlay,hacíadiezaños,yquenodejó piedra sobre piedra,Georgina quiso tener otro hijo.Dos veces albergó esperanzas, y dos vecesfrustró su mes esas esperanzas; entonces comprendió que esa época de su vida había acabado parasiempre.

Quizáfueseunabendición;yahabíatentadobastantealdestinocontreshijossanos,alosquenosenotaba su sangremalaya.Algode lo cual no sospechabannada, pues ella no se lo había contado.Nocorríantiemposqueperdonasenlamezcladesangre.

ASingapurnosoloacudíannumerosos turistas, sino tambiénhombresdenegociosycadavezmásfuncionarios de las colonias para ocuparse de la administración de la ciudad y de las Colonias delEstrecho,unaadministraciónquecadavezeramásvasta.

La que se establecía en Singapur era una nueva casta. La época de los hombres emprendedores,bravucones y aventureros que escogían voluntariamente el destierro para, corriendo grandes riesgos,hacerfortunaenunaislitaindómitasituadaenelotroextremodelmundohabíaterminado.

EsosnuevosciudadanosdeSingapur lucían trajeblanco, salacotybastónamododeornamento,ymirabanalavariopintamezcladepueblosconarroganciaenelmejordeloscasosycondesdénenelpeor. Y a diferencia de en tiempos pasados, llevaban consigo a susmems, que en modo alguno seplanteabansupeditarsuhogaralclimaoalascostumbresdeltrópico,sinoquesedisponíanconceloaimprimireneltrópicosucivilizadoestilodevidabritánico.Soloqueconmáspersonal.

Losavancesdelaépocalesdieronfacilidades,ySingapurseconvirtióenunbarriotropicaluntantoremotodeLondres,quesehallabaatansolodossemanasdedistancia.Periódicosyrevistasmanteníanaunoalcorrientedeloqueacontecíaencasayestabaenboga,yelconstanteflujodecorreoentreGranBretañaySingapurmanteníaocupadasalasmems.

EnSingapurunoestabaunidoaMadrás,JavaylasdemásciudadesdelasColoniasdelEstrechopormediodeltelégrafo,ydespuésdequelaOrientalTelephoneandElectricCompanysehicieracargodelprimerserviciotelefónicoprivado,lareddetelefoníadelaciudadnotardóenextenderseaJohor.Porsuparteelnuevotranvíadevaporcompetíaconlosincontablesrickshaws;sehacíanapuestassobrecuáldelosdosmediosdetransporteacabaríaalzándoseconlavictoria.

El teatro, los numerosos clubes y salas de baile, carreras de caballos y regatas, la biblioteca

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circulante y el museo, el jardín botánico y los smoking concerts –conciertos para caballeros–proporcionabanunagratadistracción,enlaqueunosecodeabaconlossuyos.

Reunionesa lasque tambiénacudíanPaulyGeorginaBi-gelow,pormorde losnegociosyde loshijos. Georgina nunca había superado del todo su timidez, pero se defendía. Saber cuáles eran susorígenes le servía de asidero, y de cuando en cuando, como un aguardiente autóctono mezclado conchampán, experimentaba el enorme placer de moverse entre todas esas damas y esos caballerosdistinguidos,conconcienciadeclasesabiéndosemediomalaya.Unlicorque,noobstante,enocasionesledejabaunsaboramargoenlaboca.

EnlanuevaSingapur,coneltiempoyamedidaqueaumentabalaprosperidad,seibanborrandolaslíneas divisorias entre los pueblos. Chinos, tamiles, indios y árabes que se habían establecido en laciudadsecasabanconmujeresmalayasyengendrabanhijosqueasuvezteníanhijos:losperanakans,los«hijosdelpaís».

Unas relacionesde lasquenacieronunacocinapropia,unascostumbrespropias,unmododevidapropio,en lasqueseentremezclaban losmundosdelpadreyde lamadre.Babanyonya.Chitty. Jawiperanakan.

Paralahijadeuncomercianteescocésyunacriadamalayanohabíaningúnnombrequesonarabien.En la nueva, ordenada, limpia, colonialSingapuryanohabía sitio para las criaturasmarinas.Los

jóvenespiratas.Parahantus.Matianaks.ParahistoriascomoladeGeorgina.–¿Georgina?Asustada,estavolviólacabeza.Paulsonrióylacogióconternuraporlabarbilla.–Mibellasoñadora.¿Enquéestabaspensando?Expulsando el aire con un sonido que pareció un suspiro, se arrimó a él y apoyó la cabeza en su

hombro.–Enlavida.Conlasmuestrasderegocijodesumadre,supadreysutía,elpequeñoGordonsedejócaerenlos

brazosdeJo,queloestrechócontrasupechoylobesó,yDavidacariciólacabezaasuhijoentrerisas.Liza,quelosmiraba,lossaludóconlamano,losvolantesdelasmangasdesuceñidovestidodeveranocayendocomounacascadaporloscodos.TambiénJoalzólamanorisueña,mientrasconlaotrahacíaquelamanitadeGordonsaludaraasimismo.

–Mimejorregalodecumpleaños–aseguróGeorgina.AlosdieciséisañosJodecidióviajaraInglaterrajuntoasushermanosconelobjetodeacudirauna

instituciónparaseñoritasymujeresjóvenesparaestudiarlenguas,literaturayarte.Habíavueltohacíatansolo dos semanas, una jovencita alta y delgada de diecinueve años, con los ojos de un alegre yresplandecienteazul.Maisieysuesposo,Henry,lahabíanacompañado;traslamuertedeStellaySilasGillinghamydespuésdequesuúltimohijoabandonaraelnido,queríanconocerelSingapurdesuprima;trastomareltéhabíanidoadarunpaseoporlaplaya.

–Merecuerdaati–musitóPaul–.Antaño,alprincipio.–No.–Georgina sonrió y sacudió la cabeza–. Jo esmuchomás guapa de lo que era yo antes. Tan

seguradesímismayresuelta.Ytanlista.Aveces sepreguntaba cómohabría sido suvida si losgenesdeTijah sehubiesen impuesto a los

obstinadosgenesescocesesdelosFindlay.Sihubiesellegadoalmundoconlosojososcurosylapielmorena.

Yanoquedabanadieaquienpudierahacerpreguntas.Cempakahabíaacabadoponiendovetoasusvisitas.Había sidohermanadeTijahyayah deGeorgina, peronoquería ser su tía.Así y todohabíavueltounavezmás,hacíaunoodosaños.Suúltimavisitaalaaldea.AlatumbadeCempaka.

–Listacomosumadre–afirmóPaulenvozqueda–.Sintilacompañíahoynoiríatanbiencomova.Georginalevantólacabezaylomiróconcaradeasombro.

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–¿Nuncatehasparadoapensarqueaunquenomemostrabaentusiasmadocuandomedabasconsejos,al menos los tomaba en consideración? ¿Que siempreme ha servido de ayuda hablar contigo de losnegocios?Denohabersidoportusobjeciones,aquellavezsindudahabríavendidolaparticipaciónenlacompañía,cosaquehoylamentaríaamargamente.

LaTanjongPagarDockCompany,nosololamayorconstructoradediquessecosenelNewHarbour,sinotambiénlamásagresiva,queyasechupabalosdedospensandoencompetidoresmásdébiles,desdehacíaunosañosarrojabapingüesdividendos,queengordaronlafortunadelosBigelow.

–YestoysegurodequelosbuenosnegociosquehicimosconWhampoatambiénsedebenalabuenaimpresiónquelecausasteentonces.Siemprequeloveíamepreguntabaporti.

Whampoa, al que el gobernador concedió el gran honor de ser distinguido con la Orden de SanMiguelySan Jorgepor los serviciosprestados a la coloniabritánicadeSingapur, tampocoestabayaentrelosvivos.

–Nolosabía–repusoella.Paulsonrió.–Avecescreoqueesesapinceladavioletade tusojos.Teabre lamiradaaotrosmundos,pero te

nublalavisiónparalocercano,lopalpable.Amenudotevuelveciegaalarealidad.LasmejillasdeGeorginasetiñeronderubor,ysumiradasecentróenelpabellón.Lasnuevastejas,deunmarrónrojizointenso,brillabanentrelasdesmochadascopasdelosárbolesy

lospodadosarbustos.EnelcursodelasreformasdeL’Espoir,lostrabajadoresseocuparontambiéndelpabellón, librándolo de la maleza, el moho y el musgo. Ya volvía a ser una casita luminosa y, sinembargo, sombreada, por la que corría sin cesar una refrescante brisa marina y que contaba conmobiliarionuevodemaderastropicales.LoúnicoqueconservóGeorginafuelacama,cuyareparaciónpusoenmanosdeunebanista.

Esaerasumaneradereconciliarseconelpasadoyhacerlaspaces.MiróaPaul,aesehombreconelquesecasóencontradesuvoluntadyconelquecompartíamesay

camadespuésdetantosaños.Pararondarlossesenta,seguíaestandoenbuenaforma,tansolountantorellenoenlapartecentral

del cuerpo. También tenía el rostro más regordete, lo cual quizá se debiera a las entradas que sedibujabanensupeloencanecido.

Igual que en el oscuro cabello de Georgina se empezaban a distinguir los primeros destellosplateadosyhoyuelosen losmuslos.Despuésdehaberamamantadoa treshijos,suspechosyanoeranredondosyturgentes,yenelvientreylascaderassehabíanasentadopequeñasgordurasque,peseaquemontabaacaballoynadaba,seresistíantenazmente.

EllanoteníaideadelobienquelaconocíaPaul,alcabodetantotiempo.Mientrasque,porsuparte,seguíasinsaberacienciaciertaloqueellasentíaporél.

–Metemoquetienesrazón–musitómientrasledabaunbesoenlamejilla.Paullepególabocaaloído.–¿Vamosarriba?¿Aldormitorio?Georginaenarcólascejas.–¿Ahora?¿Porlatarde?LasonrisaqueleregalóPaulseguíasiendo,noobstante,tanpícarayjuvenilcomoantaño.–Estucumpleaños.Puedeshacerloquequieras.–Lemetióunmechóndecabellorebeldedetrásdela

oreja–.Ydetodasformasnadiecreeríacapazdehacernadaindebidoaunosabueloscomonosotros.Seescabullerondiscretamentedelaveranda,cogidosdelamano,subieronlaescaleraycerraronla

puerta,sinaliento.Para pasar la tarde no como un matrimonio que llevaba tres décadas juntos, sino como amantes

furtivosquerompíantodaslasnormas.

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30Con las perneras de los amplios pantalones subidas, Li Mei estaba sentada a la orilla del río,

moviendolosdescalzospiesenelagua.Ojeabadesganadaellibroquesosteníaenlasrodillas.Porlogeneral legustaba leeryestudiar, eraunade lasmejoresalumnasde laescuelapara señoritaschinas,peroesedíahacíademasiadocalor,inclusoallí,enelagua,alasombradelosárboles.

Enundíaasíloúnicoquesepodíahacererameterseenelríopararefrescarseychapotearypelearseenelaguaconelmejordeloshermanos.

PeroKishor trabajaba desde hacía algún tiempo en la compañía de su abuelo, que su padre habíapuestoenmanosdeHarshad,ynovolvíaacasahastaporlatarde.Tampocopodíaconvencerasupadrede que abandonara los libros de contabilidad y los listados para que saliera con ella al mar osencillamente lehablaradeantes,desumadre,porquehabíavueltoahacersea lamar,dondepasaríaalgún tiempo. Y para jugar con los hijos de Veena y Harshad, que retozaban ruidosamente por lasombreada veranda, con sus diecisiete años se sentía demasiado mayor; eso era algo que incluso lesucedíaasuhermanamenor,Indira,yesoqueacababadecumplirdiezaños.

De la casa principal llegaba el parloteo de las mujeres, y Li Mei se planteó ir con ellas; laperspectivadetomareltéconalgodulceeraatractiva,perosentarseconsumadreyVeena,conDara,laesposadeHarshad,queescogíanlostejidosparaladotedeSharmila,colores,calidades,bordados,noleapetecía.Ymenos le apetecía aún escuchar los buenos consejos y los a veces vulgares chascarrillossobreelamor,elmatrimonioyloshijosquelasexperimentadasmujeresdabanaSharmila.LoúnicopeorqueesoeracuandotodasenmudecíandegolpeencuantoaparecíaLiMeiysecontentabancondirigirsemiradaselocuentesysonrisascómplices.

Malhumorada,levantóunsurtidordeaguaconelpie.Comosiellanosupieranadadeesascosas.Comosiaúnfueraunaniñapequeña.Sesentíaunamujerdesdehacíatiempo,sabíaloqueeraansiarqueelcorazónlatieradeprisaylas

piernastemblaranybesar,undeseoqueavecesleardíaenlasvenasylecausabadolor.Peronosabíasiqueríaqueprontosupadrelebuscaseunesposo,comohabíahechonohacíamuchoconSharmila.

Harun,hijodeunacaudaladoorfebredelbarrioindiodelaciudad,eraunjovenhonradoyatento,yconsus rasgosdelicados, losdulcesojoscastaños, tampocoera feo, aunque terriblemente insustancialparaLiMei;comoelarrozconlechesinespecias.NopodíaentenderloqueveíaSharmilaenél.LiMeiqueríaparasíunmuchachomásguapo,unocomolapimientaylasalmarinagruesa.Claroquequizánoquisieracasarse,sinosermaestrao...

Conelcalor,elhilodesuspensamientosquedóenunaguadeborrajasquediopasoalamodorra.Reprimiendo un bostezo, enroscó la larga trenza en el dedo índice mientras observaba con ojos

vidriososlabarcaqueseaproximabaporelrío.Amenudopasabanporallíbarcascargadascongallinasenjaulasdebambúoenormescestasllenasdepiñas,plátanosyrambutanes;enunaocasióninclusounacabraatadaquelanzababalidoslastimeros.

Parpadeócuandoelhombredecabellooscuroqueguiabalabarcavolviólacabezay,concaradedesconcierto,ledirigióunamiradamásprolongadayempezóaremarconmásvigor.

LiMeinoestabasegura,sololehabíavistoelrostrouninstante,mediodelado,ydeesohacíayamuchotiempo.Sinembargo,sucorazóncomenzóalatiratrompicones;sacólospiesdelríodeprisaylosmetióbajolaspiernasmientrasseapresurabaaclavarlosojosenellibroqueteníadelante,mirandodesoslayo.

–Selamatpetang.–Delabarca,quesedirigíaalaorilla,salióunsaludocortés.Lagrave,sonoravozmasculina,hizoqueunagradableescalofrío le recorriera laespalda–.Disculpa, jovendama,pero¿esquesiempreandasholgazaneandoenlosárbolesyriéndotedeloshombresquesebañanenelrío?

LiMei sentía el corazón en la garganta.Sí que era él, unode los dos jóvenesque aquella vez se

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tiraron al río desde la barca y estuvieron retozando en el agua como los niños deKulitKerang.Y seacordabadeella,igualqueellahabíasoñadodespiertaconélmuchodespués.

–Aveces–repuso,contonomarcadamenteindiferente,sinlevantarlamirada,aunquelatrenzagirabamásdeprisaeneldedo.

–¿Teresultaembarazosooesqueexistealgúnotromotivoporelquenomemirasalacara?LiMeiintentódisimularlasonrisa,peronodebiódesalirledeltodo.Alzólacabezadespacioytragósaliva.Era mucho mayor de lo que creía; aquella vez le había parecido un muchacho, al ver cómo se

comportabaenelagua,tantravieso.Eraunhombrehechoyderecho,seguroqueledoblabalaedad.Paraélellanopodíasermásqueunaniñapequeñaconlaquebromeabayflirteaba,sinpensarennadamás.

Un hombre guapo, con su piel dorada, los marcados rasgos. Con un mentón que era como unaprovocaciónlatenteyunabocaqueparecíadesconcertantementedelicada.

Yconesosojos,esosojosgrisescomolasnubes,plateadoscomolaluzdelaluna.Se sentía a sus anchas en la barca. Como si fuese su segunda piel, él un hombre que estaba

acostumbradoaestarenelagua.Paraelqueelmarerasucasa.Comosupadre.Eraunabarcaautóctona,peroélnoteníanadademalayo,aexcepcióndelalengua.Volviólacabezacondisimuloparacerciorarsedequesumadre,ounadesushermanas,nosalíade

casaprecisamenteenesemomento.Dequelosniñosnosehabíanhartadodejugarosehabíanpeleadoyahoracorríanensubusca.Paracomprobarqueningunodelosvigilantesempezaraahacersuronda;supadreeramuysuyoconlodequeentrarandesconocidosenlapropiedad.

Seacaloróamásnopoder.–¿Quélees?–¡Nada de tu incumbencia!–espetó Li Mei, cerrando el libro, con una risita en la garganta, y se

maldijoenelactoporcomportarsecomounacolegiala.–Enséñamelo.–Extendió risueño uno de los nervudos brazos; también tenía las manos bonitas,

grandes,delgadasy,sinembargo,fuertes.Ellaapartóellibroprofiriendounarisitayactoseguidosequedóhelada.Alrepararensuspiesdesnudos,nopudoevitarclavarlamiradaenellos.Élenrojeció,ydeprontoparecióunhombremuchomásjoven,unmuchachotímido,torpe.–Noescontagioso–soltóconaspereza.–Losé–respondióLiMei,inexpresiva,mirándoloconlosojosmuyabiertos.–Demínotienesnadaquetemer.–Sonabacohibido,casisuplicante.«Lo sé.»Al rostro de LiMei afloró una sonrisa cuando apartó el libro y estiró las piernas para

enseñarlelospies,conlosdedosabiertos.Lasorpresasereflejóenlacaradeél.Acercóunamanoylasostuvosobreunodesuspies,comosi

fueraaacariciarle lamembrananatatoria; ellanotóel calorque irradiaba sobre lapiel.Sinembargo,despuésdejócaerlamanodeprisaylaapoyórelajadamenteenelmuslomientrassemirabalospropiosdedosdelospies.

–Mimadresiempredicequeeldiosdelmardepositósumanoenmícuandonací.LiMeisonrió.–Enmicasoesunaseñaldequesoyhijadelosseñoresdelmar.Tambiénélsonrió.–¿Eresunasirena?Cohibida,LiMeialzóunhombroyempezóabalancearlaspiernas.–Unaseñal–repitióél,conairepensativo,ylamirófijamente,conunosojosquelahicieronmarear.–Ytraebuenasuerte–seapresuróaañadirella,conelrostrodeunrojovivo.–Megustaríamuchocreereso.

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Aunquesonreíayeraamable, susojoserancomounmarprocelosohaciacuyasprofundidades fuearrastradaLiMei.

Unmarenelquequeríadejarsecaerparasumergirseenél.Duncancontemplabaelaguaconlosojosentrecerrados,haciendounesfuerzoporcentrarsuatención

porcompletoenlasbarcasdepescadoresquebailoteabanlentamenteenlasolas.Unpropósitoquenodurómucho,puessusojosnotardaronenvolveraLiMei.Lamuchachaestabasentadaasuladoenlaplaya,aapenastrespalmosdedistancia,aligualqueél

conlaspiernasflexionadas.Absorta, trazabaconundedolazosyarabescosenlaarena.Teníaelceñofruncidodepura concentración,y losmechonesde cabelloqueelvientohabía soltadode su trenzadeébanoondeabancomopequeñospenachosdehumo.

Suvirtuddeguardarsilencioeraloquemáslecautivabadeella.Duncan no había conocido nunca a una muchacha, a una mujer, que no sintiera continuamente la

necesidaddedeciralgo,depreguntaralgo;unzumbidoincesanteensucabezaqueleresultabacargantedeprisa y le ponía de mal humor. A excepción de su madre; Li Mei se mostraba tan dispuesta apermanecerensilenciocomoGeorginaBigelow.

No era un silencio ofendido. Ni provocador o enojado. Ni aburrido o negativo. Era un silenciocómodo,fácily,sinembargo,reflexivo.Enelqueseentendíanconmiradasafines,unidosporelcorazón.

Comosilasúnicasquehablaranfueransusalmas.Asíytodohabíanhabladomuchodurantetodosesosdías,sobretodolosprimeros.Entrelabarcayla

orillaalprincipio,despuésensussalidas,paralascualesLiMeiseescabullíadecasa;esedíainclusohabíahechonovillosparairconélhastaesabahía,situadaeneloestedelaisla.

LoqueLiMeilehabíacontadodesufamiliaeracomouncuento.UncuentocomolosquesumadrelesleíaocontabaaDavidyaélcuandoeranpequeños.

Encomparaciónconelcuallahistoriadesupropiafamiliaparecíainsulsa,sibienLiMeiescuchabaembelesadacuandoéllehablabadesuvidaenlosdistintosbarcosydelospaíses,loscontinentesquehabíavisitado.

Desupadre,eloranglaut,LiMeihablabaconlosojosbrillantes.Ensutiempohabíasidopirata,unguerrerodelmar.Unbeachcomber,alparecer,queseenriquecióconlostesorosdelmar,lasjoyasdelasislas deNusantara.De sumadre, hija de un indio que comerciaba con oro y piedras preciosas y unamalaya.Ydesumadrenatural,quehabíamuertoalalumbrarlaaella.UnachinaalaquevendierondepequeñaparallevarlaaSingapur,yalaqueelpadredeLiMeisalvódelburdel.

UnahistoriaquesolopodíaocurrirenSingapur.Elbarriochino,esesalobrelodazaldevicio,enmodoalgunohabíasidodesecadoenlosañosque

siguierondesdeentonces;másbiensehabíaintentadoencauzarconayudadediquesdecontención.ElprotectoradochinodeSingapursehabíaestablecidoaraízdelosdesórdenesquecincoañosantes

sacudieronalaciudad.LosrumoresdequeelserviciopostalaChinaprevistoporlaciudadnoseríaunaoferta,sinolaúnicaposibilidadenelfuturo,yseveríagravadoconelevadosimpuestos,seextendieroncomounreguerodepólvora.Rumoresquedifundierondemanerabiencalculadalostowkays,que,consusbarcosysusagentes,hastaesemomentoteníanelmonopoliodelcorreoconChina,yquehicieronquealoschinosleshirvieralasangre.Apesardequehastaesemomentoelenvíodecartasnosiempreerafiable,enparticularcuandoseremitíadineroalamadrepatria.

Elpoderdelostowkays,deloskongsis,nosepudoerradicarporcompleto,perosírecortar,puestoqueempleadosde lanuevaautoridadquehablabanchino recibíanyofrecíanayudaa lossinkehs a sullegadaaSingapur.Elprotectoradoponíaadisposicióndelosculisunintérpreteyunasesorjurídicoencasodemalostratososecuestro,ordenabaregistrosenlosburdeles,queparaentonceseranlegales,yponíaempeñoenrescatardeellosaniñasmenoresdedieciséisañosyalasqueseencontrabanallíporlafuerza.

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Así y todo la solanácea del vicio, podada aquí y allá y entresacada ligeramente conmuchabuenavoluntad,continuabadandoexuberantesfloresyexhalabasuseductor,lascivoperfumeamujeres,opioyjuegosdeazarmuchomásalládelascallejuelasdelbarriochino.

«Eraunamariposaconalasdehierro»,contóLiMeiconunamiradaradiantedefelicidad.LiMeieramuydistintadeunamariposa;aunqueeragrácil,casidelicadaymenuda–éllesacabamás

deunacabeza–,eraflexibleyfuertecomoelbambújoven.Aveceslerecordabaaunagacela,igualdeeleganteensusmovimientos,igualdeenérgica.

AmabaelmartantocomoDuncan,yaveceselmuchachopensabaqueciertamentedebíadeserunasirena.

No había nada más bello que ver cómo guardaba el equilibrio fácilmente en la barca con suspequeñospies,lablusaylospantalonespegándoseleasucuerpomenudo,amuchachadoconelviento,ycómomanejabaladrizadelavelaconfuerzaydestreza.Lehabíaenseñadosupadre,aclaróentrerisas;sabíanavegarguiándosepor lasestrellas,pescare inclusocazarconelarpón.Ycuando lohacíacasiparecía unmuchacho, pese a sus rasgos femeninos, su larga trenza.Comouna amazona. Irradiaba unamagiagatuna,sensual,queleinfundíaadmiraciónyrespeto.

Como la vezque enunade sus correrías por la islaDuncan se topó conun tigre, enBukitTimahRoad,cercadelpuentesobreelríoRochor.Sucedióalcaerlatarde,cuandounasombrasecruzóensucaminoaciertadistanciaysedetuvo.UnodelosúltimostigresdeSingapur,enbuscadeunapresaodenuevo territorio,despuésdequeplantacionesyasentamientosque seextendían rápidamentedevoraranconmayoravidezcadaañolajungladelcorazóndelaisla.

El tigre eramás grandede como él siempre había imaginadoque serían esos animales feroces enlibertad; tenía una majestuosidad, una agilidad y una fuerza que hicieron que Duncan contuviera larespiraciónynomovieraunsolomúsculodelcuerpo.Alaluzazulhumo,unmardellamasdesvaído;elpechoyelvientre,uncampocubiertodenieve,eltigremiróaDuncanconojoscandentes,inmóvilycasideigualaigual.Permanecieronmirándoselargorato,hastaqueelanimal,enseñandolosdientes,lanzóunrugidomudoydesaparecióentrelassombrasdelaespesura.

Con Li Mei sentía lo mismo. La certeza de haber encontrado algo extraordinario, valioso, unencuentroquequizásololefueseconcedidoaunounavezenlavida.Unbarruntodepeligroalque,sinembargo,notemía.

Antes de que lograra apartar la mirada de ella, a la fuerza, Li Mei la interceptó y la sostuvo,sonriendo.

–¿Quésucede?«Nada.Todo.»–Eresmuyguapa.Lamuchachasesonrojó.–Tútambién.Duncanserioysepasólosdedosporelcabello.–Sobretodosoydemasiadomayorparati.LiMeiintrodujolosbrazospordebajodelasrodillas,moviólospiesconairepensativoymiróel

agua.AvecesDuncanseveíacomounlocosentimental,ungallovanidosoquecreíaqueaúneralobastante

jovenparaella.Comounsátiroqueacecharaaunaniñapequeña.Yesoquenoteníanadaquereprocharse:nohabíahechomásquecogerlelamanogalantementepara

ayudarlaasubiralabarcaobajar.Nisiquieraqueríanadarconella,paranovercómoselepegabanalapiel los pantalones, la holgada blusa, mojados y transparentes, ni que probablemente ella se quitaraalgunaprenda.Ysuformademirarlo,susojosensusmanos,recorriendosucuerpo,eraunatentaciónyunsuplicioalmismotiempo.Duncannosabíacuántomáspodríadominarse.

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Deprontosequedóquietayencogiómáslaspiernas.–Entonces,¿tegustounpoco?–musitóalviento.Élqueríasersensato.Honorable.Decirqueno.Levantarseymarcharseynovolveraverla.–Mucho,incluso,LiMei.Ensurostrodeorquídeasedibujóunasonrisaradiantequeloiluminó.Lamuchachaseacercómása

él,descansólacabezaensuhombroylomiródesdeabajo.Unamiradainquisitiva.Suplicante.Inequívocaeirresistible.Subocaseposóen ladeella,quesabíaa téverdeycomoelvientomonzónico.Con la lengua le

separóloslabios,yelladiounrespingoylomiróasustada,comosisehubiesequemadoconél.Duncan se disponía a pedirle disculpas, decir que lo sentía, pero la boca de Li Mei, de pronto

decidida,aúnconinocentetorpeza,peroconcrecientedeseo,acallósuspala-bras.Duncanhabíatenidoamuchasmujeres,ybesadoamásincluso.Peronosabíaqueelcorazóndeun

hombrepudieraincendiarseyardercomounatea,hastasentirdolor.LafríaagualebañólostobillosyleempapólaspernerasdelospantalonescuandoayudóaDuncana

arrastrarlabarcaporlaplaya.Cogidadesumanocaminóporlaarena,quedesprendíaunaluztenueenlaoscuridad,alaluzdelas

estrellas.Laguioporuncaminoy,trasatravesarunatapiaporunaabertura,elnocturno,húmedohálitodelfollajeledioenlacara.

Elcantodelascigarraseraelruidosolatidodesucorazón,estridente,debilitadoyrápido,yunarisaahogadalehizocosquillasenelpecho.

Resultabaexcitanteescabullirsedecasaalamparodelanoche.Salirahurtadillassinquelavieranlos vigilantes nocturnos y deslizarse en la barca por el oscuro río, en cuya orilla se oían crujidos ysusurrosyelcroardelasranastoro.

Solo las ventanas iluminadas en el otro extremo del jardín le inspiraron temor, y el canto de lascigarrasdeprontoadquirióuntonoamenazador.

FuedetrásdeDuncanserpenteandoentrelosárbolesysubiótraséllospeldañosdeunacasita.–Esperaunmomento–musitó–.Voyatraerluz.LiMeilooyórevolveralgoyactoseguidountenueresplandordesterrólaoscuridadalosrincones

delahabitaciónydibujólassiluetasdeunamesayunacama.–¿Quéesesto?–Elpabellóndeljardín.Depequeñoveníaajugaraquídevezencuando.Poraquelentoncesestaba

medioenruinas.Mihermanaavecesvieneaquíaleer.LiMeimiróatemorizadaasualrededor.–¿Ysivienealguien?UnasonrisailuminóelrostrodeDuncan.–Aestahorayano.Sedejócaerenlacamayletendiólamano.LiMeiseabrazóelcuerpoinvoluntariamente.–¿Hascambiadodeparecer?Ellasacudiólacabezasingranentusiasmo.HabíasidoLiMeiquienhabíamanifestadoeldeseodeencontrarunsitiodondepudieranestarsolos.

Dondenotuvieranquetemerquelosvieraalgúnpescadoryleslanzaraalgúncomentarioobsceno.EnlacasitachinadeKulitKerang,quelepertenecía,noeraposible.Duranteeldíapodíapresentarsealguienencualquiermomento,yporlanocheelpeligrodequeDuncancayeraenmanosdeunodelosvigilantesnocturnoserademasiadogrande.Siestabasola,ellapodíainventarseunaexcusa,peroundesconocidoenlapropiedad...

Sin embargo, ese sitio, que en los relatos de Duncan sonaba tan tentador, a ella se le antojabainquietante.Lamaderay lapiedraolíananuevo, sibienbajoeseolorpersistíaeleternoperfumedel

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mar.Comosihicieramuchos,muchosañosqueelpabellónhubieseestadohundidoenel fondoysolohubiesesalidodelocéanoaduraspenas.

Enlassombrasacechabaalgo.Noeranadamalo,sinomásbientriste.Yprohibido.Ellanotendríaqueestarenesesitio.–Solobesos,LiMei.Teloprometo.Cobrandoánimo,setendióasuladoenlacama.EnbrazosdeDuncansesentíaprotegida.Loslatidos

desucorazón,suolorahierbamojadaporlalluviaypiedrascalentadasporelsollatranquilizaban.ConDuncaneracomoestarenelmar.Encalma,peronosiempreensilencio;suvoz,laspalabrasque

pronunciabahacíanvibraralgoenella,yadeformadelicadaysuave,yaconmássonoridad,avecesdemanerasumamenterepentinayarrebatadora.ConDuncansesentíacomoencasa,eralaestrellagrandeyplateadadelfirmamentoporlaqueseguiaba.Queacompañabainvariablementesucamino.

Susbesoslavolvieronosada.–No.–Duncanlaapartódesí,jadeante,ylesacólamanodedebajodesucamisa.–Noquieroparar–musitóella.Duncanleescrutóelrostro.–¿Estássegura?Puedoesperar,¿sabes?–Noquieroesperarmás–porfióLiMei,preguntándosededóndelesalíaesevalor.Duncansequitólacamisaporlacabeza,despacio,yseabriólospantalones.LiMeisedesvistiócon

nerviosismo,arrepintiéndoseencuantolosojosdeéllerecorrieronelcuerpo.–Séquenosoygrancosa–adujo,yseencogiódehombrostratandodesacudirselavergüenzadeno

sernidelejostanvoluptuosacomoVeenaySharmila.–Másquesuficiente,LiMei–repusoélconvozbronca–.Másquesuficiente.Respiraba con dificultad cuando lasmanos de Duncan y su boca deambularon por su cuerpo. Lo

dotaron de una forma nueva. Las lomas demasiado pequeñas de sus pechos pasaron a ser suavesalmohadas entre las que él enterró su rostro; su vientre firme, los prominentes huesos de la caderadeslizándoseconsuavidad,comoagua.Suslabiosacariciaronladepresióndesupubis,yelcalordesucuerpohizoquesupielcantaracomolascigarras.

Entre sus piernas se introdujo un bloque de carne y se abrió paso en su interior. Le pareciórepugnante,algoquenoestabanadabien.

Buscóunapalabra,unasolapalabra,algocomounno...quederepentesetransformóenunperplejo,inconcebiblesí.Laasaltaronoleadasdecalor,quelainundarondeunasensacióndedichadesconocida,nueva,extraña.

«Conqueasíes.»Con dedos temblorosos Duncan le acarició el rostro, siguiendo su orgullosa nariz, que casi era

demasiadopoderosaparasurostrodemuchacha.Losojoscerrados,brillantescomoelnácar,ylaboca,esoslabiosrosavivoqueseasemejabanaunaorquídea.Sesintiódesvalido,ysealegródequeLiMeisepegaraaélyleproporcionarasostén.

Conqueasíeracuandonosolosedeseabaaunamujerconelcuerpo,sinoqueselaamabaconcadafibradesuser.

Quiso decir algo, unas palabras reconfortantes, quizás, o algo significativo, pero tenía la cabezavacía,lalenguallenadelsabordeLiMeiamielacre,lechesaladayazafrán.

Ellaabriólosojos,lomirófijamente,conesosojosrasgados,elirisoscuroyabismalcomounpozoprofundo.

Hablóconunavoztanquedaquetuvoqueleerleloslabios.–Teheestadoesperandotodamivida.

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31Eseagostocalurosofueunasucesióndedíasprestadosyhorasrobadasalanoche,hastaprincipios

deunseptiembreabrasador.Eltórridosol,laardienteoscuridadyeldeseolosbañabanensudor,ycadadíaeracomojugaralesconditesobrebrasasencendidas.Cadadíaunagotaqueseevaporabadelcharcocadavezmenordeltiempoquelesquedaba.HastaqueDuncanvolvieraasubirabordoaltérminodesusvacaciones.HastaqueregresaraelpadredeLiMei.

–¿Esmuy severo contigo?–quiso saberDuncan enmedio del bramido de las olas que inundaba elpabellón.

LeacariciólamejillaaLiMeiysiguióporelcuellohastaelhombro;susdedosnoerancapacesdedistinguirdóndeacababasupielydóndeempezabalasedadesublusa.

–Soloaveces.–Sonrió,surostroalaluzmantecosadelalámparadelcolordeunaexquisitarosadeté–.Peroquemeveacontigoaescondidas,loquehagoaquícontigounayotravez,nolegustaríanadadenada.Yamimadreseguroquetampoco.

EnSharmila habían encontrado a una aliada, por su parte perdidamente enamorada de suHarun yesperandoconimpaciencialaboda.YenJo,quetrasintentarunsinfíndevecessaciarsucuriosidad,envano, finalmenteaceptóconunencogimientodehombrosque suhermanosecitabapor lanocheenelpabellónconalguien,peronoqueríadesvelarconquién.

LasonrisadeLiMeititilóyseextinguió,ysusojossellenarondelágrimas.–Tengotantomiedoporél.La semana previa un estruendo similar a una explosión había perturbado los solemnes cantos del

salmovespertinoenSanAndrés.El rudo trastornodeldescansodominical sepensóqueeradebidoaunasvoladurasrealizadasenelcursodelaoperacióndestinadaaganarterrenoalmaranteTelokAyer.El ruidocontinuópor la tardeydurante lanochey fuecausade inquietud.AlgunoscreyeronqueerancañonazosdealarmadesdeFortCanningHillouncombateenelmar,quizáconpirataschinos,que,comouna plaga de langostas, se aventuraban a entrar en las aguas del país de cuando en cuando.Un golpetremendo,unaexplosiónyunrestallidocomodelmismísimodiosdeltruenoentodasufuriadevastadorasacudieronlamañanadellunes.

Esefueelmomentoenque,amenosdemilkilómetrosalsurdeSingapur,enelestrechodeSonda,entre JavaySumatra,bajouncielonegrocuajadodehumo, elvolcánde la islitadeKrakatoaestallócomounabomba,escupiendofuego,cenizasyrocasalaireylevantandounaoleajeletalenelmar.

Traselcolapsodelservicio telegráficoconJava, lasnoticias llegabanconcuentagotasaSingapur,que,comosifueralaisladelosbienaventurados,sehallabalejosdelosucedidoysolopodíaintuirelinfiernoquesehabíadesatadosobreJavaySumatra,sobretodaslasdemásislas,próximasylejanas.SehablabadealdeasborradasdelafazdelaTierraymilesdemuertos.

–Seguroquelogróponerseasalvoatiempo.–DuncanestrechócontrasupechoaLiMei–.Cuandoseproduceunmaremoto,enningúnlugarseestámásseguroqueenmediodelocéano.

–Perosiestabanavegandofrenteaalgunadeesascostas...Ohabíabajadoatierra...–Susdedosseclavaronensuespalda,enbuscadeapoyo–.Ynopuedoparardepensar:¿ysi losdiosesmecastiganarrebatándomeamipadre?¿Porloqueheencontradoatulado?

–No,LiMei–musitóensucabello–.Nopienseseso.¿Acasonomehascontadoquetupadreconoceelmarcomonadie?¿Queesunoylomismoconlasangrequefluyeporsusvenas?¿Consucorazón?

LaimagenqueLiMeihabíadadodesupadreleinfundíarespeto.Orgulloso,indomable,enocasionescolérico.Sindudanoeraunhombrealquehabíaquecontrariar,sobretodonoenlotocanteasuhija,quealparecereralaniñadesusojos.Y,sinembargo,esehombreleinspirabamuchacuriosidad.Unhombredelmar,comoél.Casiunalmaafín;lehabríagustadoconocerlo.

–Sí–admitióella–.Esoescierto.

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ADuncanelcorazónseleencogióyactoseguidoseleensanchó,loslatidosfrenéticos,irregulares,cuandonotóenlalengualaspalabrasalasquellevabadíasdandovueltas.

–¿Túcrees...túcreesquediráquesísilepidotumano?LiMeialzó lacabeza; teníaen lasmejillasseñalesbrillantesdehaber llorado, losojosgrandesy

muyabiertosdedichaeincredulidad.Asurostroasomóunasonrisa,apesadumbrada,casilastimera,ylamuchachalepusounamanoenlamejilla.

–Notepuedescasarconmigo,Duncan.Eresblanco.Unorangputih.Yyosoymediochina,mediooranglaut.Nopuedeser.Aquíno.

La diferencia de edad que existía entre ellos se había invertido bruscamente. Él, el adolescenterománticoeingenuo;ella,lamujerconexperiencia,madura,quesabíacómoeralavida.

–Sinopuedeseraquí,dondesea,LiMei–musitó,descansandosufrenteenladeella–.Siespreciso,enelotroextremodelmundo.

–¿DóndeestáLiMei?Lasensacióndealivio,eljúbilodelasúltimashorasdesaberqueelesposo,elpadreseencontraba

sanoysalvoyhabíavueltoaKulitKerangantesdeloprevisto,inundódealegríalacasacomoconelcantodelascigarras;unacasaquetemblóconsuvoz,enlaquesepercibíaunalgoamenazador.

–Nolosé–contestó,desconcertada,Leelavati.EstabasentadaconIndiraenelsuelodelaveranda,iluminadaconlámparas,yacababadeafianzarle

la últimade las nuevas peinetas de nácar en la trenza a la niñamientras esta, delicaday conojos decorzo,admirabalafiguritatalladademaderayhuesoquelehabíallevadosupadre.

–¿Noestáenlacasachina?Raharjo,conlabarbareciénarregladayelcabelloaúnmojadodespuésdedarseunbaño,sacudióla

cabeza.–No,allínoestá.Ynielpersonalnilosvigilanteslahanvistodesdemediodía.¿Kishor?Las infinitas piernas extendidas, unmontón de libros recién imprimidos junto al asiento de rota y

absortoenellibroabiertoqueteníaenlasmanos,eljoven,derasgosangulosos,reservado,seencogiódehombros.

–Niidea.–¿Sharmila?Con las mejillas coloradas, Sharmila inclinómás la cabeza sobre el bordado que tenía entre las

manosycabeceó.Contarlementirijillasasumadrenoleresultabadifícil,tantomáscuantoqueenesosmomentosLeelavatinopodíaestarmásocupadaconlospreparativosdelaboda;peroengañarasupadrenoeratansencillo.

Lamuchachanotóquelosojosdesupadreleatravesabanlacabezaysumadrelamirabaconcaradesusto.

–Sharmila.–LavozdeRaharjoerapeligrosamentequeda.–DeverdadquenosédóndeestáLiMei–repuso,amediocaminoentrelainsolenciayelsentimiento

deculpa.–Mientes.Sharmila,conelredondorostrocompletamenterojo,apretóloscarnososlabiosenunalíneafina.Conunfrufrúdesedayuntintineodejoyas,Leelavatiselevantópesadamentey,arrodillándosejunto

asuhija,lecogióconcuidadolamuñeca.–Si sabes algo, debes decírnoslo, Sharmila.Estar fuera de casa a esta hora es peligroso para una

muchachajovencomotuhermana.–Sharmilabajólacabezaaúnmás–.Dime,¿sabesdóndepodríaestar?–Sharmila guardaba silencio–. ¿Es que no entiendes que estamos preocupados?Aunque le hayas hechoalgunapromesaatuhermana,debesdecirnosdóndeestá.

–Sharmila.–Lavozdesupadre, fríaycortantecomouncristal, lepuso lacarnedegallina–.Dime

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ahoramismodóndeestátuhermana.EsosiquieresserlaesposadeHarunenunfuturopróximo.Lamuchachalevantólacabezadegolpe,conlospequeñosojosabiertosdeparenpar,horrorizados.–No,papá,porfavor.¡Noesjusto!–Túeliges:LiMeioHarun.Lamiradadesupadreerapétrea.Sharmila,losojoshumedeciéndosele,miróasumadreenbuscadeayuda.–Porfavor,Sharmila.DinosdóndeestáLiMei.Alamuchachaletemblabaelpuntiagudomentón.–Está...estáconun...conunhombre.Losojosdesupadrellamearon.Leelavaticogióaireruidosamente,ysusdedossecerraronconmásfuerzaentornoalamuñecadesu

hija.–¿Dónde,Sharmila?–Nolosé.–Los hombres que convencen a las muchachas de que actúen a escondidas no tienen buenas

intenciones.Nunca.–LavozdeLeelavatierasuave,perofirme–.Porelbiendetuhermana,dinostodoloquesepas.¿Porcasualidadsabescómosellama?

ASharmilaselesaltaronlaslágrimas.–Duncan.DuncanBigelow.ALeelavatiseleencogióelcorazóncuandovioasuesposo.El color se lehabíaborradoporcompletodel rostro; estabagris, tangris como losmechonesdel

cabello,delabarba.Yensusojossepodíaverunodiomortal.–¿Hablasenserio?–musitóLiMeientrebesoybeso.Duncan se tendió sobre ella y le acarició el rostro y el cabello, que se derramaba sobre las

almohadascomounríonegro.–Nuncahehabladomásenserio,LiMei.Estamoshechoselunoparaelotro.Situóunpiesobreeldeella.Unospiesquenopodíansermásdistintos:unodehombre,grandey

huesudo, y otro de mujer, más delicado y con el empeine elevado; en común tenían únicamente lamembrananatatoriaqueuníaelsegundoyeltercerdedo.Comoladelasfocasolasnutrias.

Unaseñaldeldestino.UnbrilloaudazasomóalososcurosojosdeLiMei,cuyasmanosbuscaronatientaselbotónsuperior

desucamisa.–Demuéstramelo.LabocadeDuncanensucuellohizoqueunescalofríolerecorrieralapiel;eracomosiflotasebajo

elpesodesucuerpo.–Loerestodoparamí–musitóélcontrasupiel.LiMeisonrióyseestremeció.Actoseguidoletapólabocaconlosdedos,loapartóy,conlosojos

muyabiertos,aguzóeloído.–Ahífuerahayalguien.Estádandolavueltaalpabellón.Duncanlequitólamanoysacudiólacabeza,risueño.–Ahínohaynadie.Sonsoloelmaryelviento.Quizásalgúnanimalenlaespesura.LiMeipegóungritocuandounasombrasecolóenlahabitaciónyseabalanzósobreellos,agarróa

Duncanpor el cabello, lo arrastró por la estancia y lo golpeó con tanta fuerza contra la paredque élcreyóoírcómoselepartíaelespinazo.

–¡Quitalasmanosdemihija!Unamanonervuda,dura,lerodeólagarganta,yDuncannotóalgofríoyafilado,letal,enelcuello,un

corteenlapiel.

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Violacaradeundemonio,tanpegadaaélquesintiósualientocaliente,entrecortado.Medioocultoentreoscurassombras,soloveíaeldestellodelosdientesenlabocadesencajadayelbrillodelosojos.Rebosantesdeodio.Defuriaasesina.

Unhombre,casi tanaltocomoélyvigoroso, lomantenía inmovilizadocontra laparedcontodalafuerzadesusmúsculos;imposibleliberarunbrazo,unapiernaparadefenderse.Pugnabaporrespirar,elmiedocervalhacíaquesucorazónamenazaraconaplastarlelascostillas.

–¡Papá!–LiMei se bajó de la camay se precipitó sobre su padre por la espalda, agarrándole loshombrosparatirardeél–.¡Leestáshaciendodaño!¡Suéltalo!Porfavor,papá,¡suéltalo!

Algo duro y puntiagudo, rápido como un arpón, quizás un codo, se le clavó en el cuerpo, y lamuchachacayódeespaldasenelsuelo.Conlabocaabierta,lanzandoungritomudo,sellevólasmanosalasdoloridascostillas,alresentidoestómago.Aire,nolellegabaaire.

Dedolor.DemiedoporDuncan.Delaconmociónalverquesuamadopadre,ensufuria,nisiquieralarespetabaaella.Georginalevantólacabezadellibroqueestabaleyendoymiródesdelaverandaalnocturnojardín.–¿Quéhasidoeso?–preguntóasustada.TambiénJohabíadejadosulibro;conlosojosmuyabiertos,atemorizada,mirabayaasumadre,yaa

supadre.–Vosotrasquedaosaquí.–Dejandoaunladoelperiódico,Paulselevantódeprisayentróenlacasa.Jo tiró el libro sobre lamesa, con tal fuerza que los vasos tintinearon, y se levantó de un salto.

Georginalaretuvo.–¿Esquenohasoídoatupadredecirquenosquedemosaquí?Joserevolvió,asombradadelafuerzaqueteníasumadre,yalcaboestampólospiescontraelsuelo.–¡Nomepuedoquedaraquí,mamá!¡Duncanestáahí,enelpabellón!Consuamor.–Papá.Porfavor.LiMeiconsiguiópronunciaresasúplicaconelescasoairequelellegabaalospulmones.LamanodeRaharjo se cerrabamás en la garganta deDuncan, presionaba conmás fuerza la hoja

contrasucuello.Duncanapretólosdientes,mostrandoenlamiradaunarebeldíaairada.Casidesdeñosa.–Sucioorangputih,novolverásatocaramihija.Nolavolverásaver.¿Mehasentendido?«Nilam.–Lasimágenesasaltabansucabeza,losrecuerdoslorondaban–.Georgina.»Veíachispasrojasbailoteandoantesusojos,losoídoslepitaban;quizátambiénpercibieseunfrufrú,

larespiracióndealguien.–Juroportodoloquemeessagradoquedelocontrariotemataré.Elaludidovolviólacabezaypusocaradedesconcierto.Inclusoalatenueluzdelalamparita,los

ojosdeellaseguíansiendoazulescomoelzafiro.Parecíaatemorizada,ysinembargolomirabaconelmentónadelantadoconosadía;estabamásregordeta,eloscurocabelloveteadodegris.YaligualquelaNilamalaqueconocióensudía,suhijasehallabatrasella.Laniñitaalaquehacíaañosleregalaraunasconchasenlaplaya.

Unasombrasedeslizópordetrásypasópordelantedeella.Cuandocobrónitideztomólaformadeunhombrede laedaddeRaharjo,deestaturamásbien reduciday fornido,conunarmaen ristre,queclavabalavistamásalládeél.

Sedetuvo,esparrancadoytenso,apuntandofirmementealafrenteaRaharjo,losojosconunbrilloduroyfrío,comocristalazul.

–Siletocasunpeloamihijoereshombremuertoaquíyahora.Raharjoesbozóunasonrisadespectiva.–¿Es esta tu pobre venganza,Bigelow? ¿Que tu hijo seduzca y deshonre ami hija porque yo tuve

primeroatuamadaesposa?¿Porquefuielprimeroparaella?¿Porquenohaspodidoevitarnuncasentirte

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unsegundón?Paulnohizoningúnmovimiento,nisiquierapestañeó.–Esehijonoesmío,sinotuyo.Elsilencioinundólaestancia,hastaelmarparecíacon-tenerlarespiracióncuandotodoslosojosse

volvieronhaciaGeorgina.Duranteuninstante,estabajólamirada;sesentíadesnuda,hastalomásprofundodelalma.Después

abriólosojosyclavólavistaenRaharjo.–Eres supadre–confesó, lavozquebradizay sin fuerzas–.Tú lo engendraste.Aquellavez, cuando

soplabaelvientodelsur.Padreehijosemiraronalacaraporprimeravez.Contemplaronlaspobladascejasdelotroconojos

titilantes.Lapoderosanariz.Labocacarnosa,sinuosa,y ladura líneadelmentón.Vieronelparecido.Percibieronunleveecodelasangrequecompartían.

Acontinuación,DuncandejódemiraraRaharjoparaocuparsedeLiMei,queestabaacurrucadaenelsuelo;susojoserandoslagosnegros,profundos,desufrimiento.

Mirósuspies,dosdecuyosdedosestabanunidosporunamembrananatatoria.Heredadosdesupadre.Quetambiéneraelsuyo.Raharjose tambaleóydejócaer lasmanos; lahojade ladaga temblaba, lanzandodestellosde luz

erranteporlahabitación.Fuecomosiencogieraysedesdibujasehastaconvertirseenunasombra.Comosilehubieranarrancadoelcorazónyseestuvieradesangrando,yGeorginasangrabaconél.–Losiento–sedisculpó,lavozapenasaudible.Cabeceólevemente,sevolviódespacioysaliófueraconpasoscansados.Elsuelodelpabellónestaballenodecristalesafilados,esquirlasdesueñosyesperanzas,dedeseosy

sentimientos. Restos de más de una vida. Y de él rezumaban lentos regueros de vergüenza y culpa,pútridos,viscososynauseabundos.Entremedias,losrescañosmohososdementiraspasadasylashuellasmezquinasdeunaverdadquenohacíaningúnbienanadie,quetansolocausabaunprofundodolor.

LiMei se cubrió el rostro con lasmanos, en silencio. Jobuscó asidero en elmarcode la puerta,contraelqueapoyólafrenteconlosojosapretados.Conlamiradaperdida,Duncanresbalóporlaparedhastaquedarencuclillasyenterrólacabezaenlosbrazoscruzados.

AlgosacudiópordentroaGeorgina.–¡Georgina!Pauldejócaerelarmaenelactoyfueacogerla.Demasiado lento, se vio únicamente con aire entre los dedos, un aroma a hierba áspera y a aire

despuésdeunaguacerotormentoso.–¡Georgina!Ungritoquesonócomoeldeuntigreherido,pueshabíatocadofondo.LakebayablancadeGeorginasefueapagandoenlanoche.Duncanestabasentadoeneldiván,inmóvil,eneldespacho,suavementeiluminado.Conlosantebrazosapoyadosenlasrodillas,sosteníaunvasoaúnmediollenoenlamanoymirabaa

lanada.Salvoporelparpadeo,parecíadepiedra.Yallevabanallímuchotiempo.HacíaunratoJohabíallamadocontientoy,asomandolacabeza,le

habíahechounaseñaaPaulparainformarledequehabíallevadoaLiMeienpalanquinasucasa.Antesdecerrarconcuidado,sumirada,pesarosa,descansóensuhermanoydedicóunamagodesonrisaaPaul,reconfortantey,sinembargo,desdichada:teníatodalapintadehaberestadollorando.

–¿Porquénomelodijisteis?–inquirióDuncanalcabodeunrato,lavozherida.–Pensamosqueeralomejor.Cómoíbamosasospecharque...Paulrespiróhondoybebióuntragolargo.Duncancerróunamano,sumamentedespacio.

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–SiempretuvelasensacióndequemetratabasdemaneradistintaqueaDavid.¿Eraporeso?Daba la impresiónde que estabahaciendoun esfuerzopara parecer sereno, perobajo esa imagen

latíaunmiedoinfantil.Elruegodequenofueraasí.Duncanmerecíaunarespuestasincera,razónporlacualPaulsetomósutiempo.

–Esaesunapreguntaqueyotambiénmehehechoamenudo–contestóalcabo,envozbaja–.Avecesmecostabamirartesabiendoqueerashijodeotrohombre.Unhombrealquetumadreprefirióantesqueamí.Sabiendoquesolosecasóconmigoporquetúveníasencamino.Coneltiempoacabéolvidándolo,perodevezencuandoalgomelorecordaba.Contigohasidoconquienmásmeheesforzado,porqueeresmuydistintodemí.Noporfuera,sinodecarácter.Siemprehassidoparamíundesconocido.Comotumadre.Porqueesaellaaquienmerecuerdassiempre.Aesamujeralaqueadíadehoysigosinpoderentender del todo.–Expulsó el aire pesadamente–. Pero no descarto por completo que haya habidomomentos en los que te hice sentir queno erasmi hijo natural. Pese a todas las buenas intenciones yprobablementesindarmecuenta.

Duncanasintiólevemente.–Es tanamargo–musitóalcabodeunrato–.Todoeste tiempopensandoquenopodíacasarmecon

ellaporqueyo soyblancoyellamediochina,mediomalaya,yahora resultaquepormisvenascorresangremalayayapesarde todonomepuedocasarconella.–Sepresionó losojosconelpulgaryelíndice–.LiMei.–Pronunciósunombreconsuavidad,y,sinembargo,suvozparecióherida–.Mi...Es...Tenemos...Meheacostadoconmi...

Respiróespasmódicamenteunayotravez,comosifueraavomitar.Pauldejósuvasosinhacerruido,lequitóelsuyoaDuncanylodejóallado.Después,concuidado,

lepasóunamanoporlanuca.Conlacabezagacha,Duncansedejócaercontraél,hundiólosdedosensuespaldayaullócomoun

lobo,unllantoenelqueapenasderramólágrimas,airado,maldiciendoaloshombresyaDios.Paullosostuvo con firmeza, dura, casi toscamente, una mano enterrada en su cabello. Al final le dio unaspalmadasreciasenlaespalda,cuandoelarrebatosecalmó,yDuncanseseparódeél.

–Diosmío.–Duncansefrotóelrostroconambasmanosyresopló–¿Yahora,¿quéhago?Paulechómanodesuvasoy,paladeandovariossorbos,escudriñóafondosualma,suconciencia.–¿Sabes–empezóconcautela–queenelescritoriohayunacajadecaudalesllenadedinero?Lallave

estáenelcajóndearribade laderecha.Ycuandodigoqueestá llena,quierodecir llena.Conesosepuedellegarmuylejos.Incluso...inclusosiendodos.Siunoquiere.

Duncanarrugólafrente,quesefuealisandopocoapococuandocayóenlacuentadeloquequeríadecir,que,sinembargo,noacababadeentender.

–¿Porquéhacesesto?PaulseparóapensarentodoloquehabíahechoporGeorgina.Tantolobuenocomolomalo.–Porque a veces hayque hacermal las cosas.Cuando aquí dentro–se dio unos toquecitos con los

dedosenelpecho–unosabequéeslocorrecto.Porquenopuedeevitarlo.Ambosguardaronsilencio.–Gracias–dijoalcaboDuncan,levantándoseconpasovacilante–.Ahoradeboestarsolounrato.–Ya

enlapuertasevolvió–.Hassidoelmejorpadrequepudieraimaginar.Sobretodo...–Surespiracióneraentrecortada–.Sobretodohoy.Solotengounpadre,yeseerestú.

Conlosojosardiéndole,Paulclavólavistaensuvaso.–Deberíashablarcontumadre.Duncansacudiólacabeza.–Ahoramismonolaquierover.Mañana,quizás.Yestoysegurodequealgúndíapodréperdonarla.

Peroahora...ahoratodavíano.¿Teimportaríadecírselo,encasodequenolavea?Cuandoteparezca,cuandoconsideresqueeselmomentoadecuado.

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Paulasintió,elceñoarrugado.«Encasodequevuelvaaquí.»–Undiamante.Duncanlomiróconcaradeinterrogación.–Esodijotuabueloenunaocasióndetumadre.Queeracomoundiamante.Demuchosquilates.Dura

y de aristas tan vivas que uno puede hacerse sangre con ella. Heridas que llegan hasta los huesos.Escasean y son valiosos. Y que vale la pena ser paciente y luchar.–Duncan sopesó un instante esaspalabras–.Eldíaquenaciste,AhTonglacomparóconunatigresa.Capazdeclavarleaunolasgarrasenelcuerposinpestañearyarrancarleelcorazón.Alaquehayquedejarquesealibreeimpetuosa,paraquedeesemodotalvezacudaaunoporsupropiavoluntad.

Duncannodijonadainmediatamente.–Aunque no te lo pueda demostrar... estoy seguro de quemadre te quiere. Ymucho, incluso–dijo

finalmente.–Ojaláfueraasí–musitóPaulcuandosecerrólapuerta.Estabansentadosunojuntoaotro,ensilencio.Dossiluetasoscuras,agazapadasenlaarena,quedespedíaunbrilloplateado.Mirandoalmar,una

negruramóvilinfinita,querespirabaysusurraba,seacercabaenolasespumeantesyvolvíaaretirarsesinhacerruido.Bajolavasta,nocturnayresplandecientebóvedaceleste.Alaluzdelasestrellas.

–Tendríasquehabérmelodicho.LavozdeRaharjoeraásperayquebradiza,comolamaderaqueelmararrojabaalacosta,abierta,

secaporelsol.–Losé.–Suvozeraquedaysuave,comosifuesenlaslenguasdelmarlasquehablaran–.Yamenudo

meplanteéhacerlo.Pero¿habríaspermitidoquesiguieraconmigo,teniendolairaquetenías?Lomiródesoslayoyvioquesurostrosecontraía;Raharjobajólacabezayabrióunagujeroconel

talónenlaarena.–Posiblemente,no.Elmar se inmiscuyó, seductor y lisonjero.Pidiendo comprensión, ofreciendo consuelo, e invitó al

susurranteviento.–¿FueélelmotivodequetecasarasconBigelow?–Sí. Paul habló conmi padre y le dijo que el niño era suyo.Así que nos casamos.–Sus dedos se

hundieron en la arena, aún caliente en la superficie después de todo un día de calor, fría y húmedadebajo–.Tampocosabíaquéotracosapodíahacer.Túnovolviste.–Guardósilenciounosinstantes–.Esloquemás lamentoenmivida,nohabersabidoentoncesque teníasangremalaya.Nohabertepodidoesperar.Connuestrohijo.

LamanodeRaharjobuscólasuya,ysusdedosseentrelazaronenlaarena.–Háblamedeél.–Se parece mucho a ti–repuso, mirando al agua–. Ensimismado, reservado incluso, y a veces

iracundo.Esunhombredemar,ybueno.Amaelmartantocomotú,lollevaenlasangre.Inclusonacióconmembranasnatatoriasenlospies.

–ComoLiMei–observóél.–Lapresióndesusdedosaumentó–.Nopodemosseguirasí,Nilam.Estotienequeterminardeunavez.

–Yonosécómo–contestó,inexpresiva,conunhilodevoz.Desvalida.Expulsandoelairepesadamente,Raharjolaatrajohaciasíyhundiósumanoensucabello.–Síquelosabes,Nilam–musitócontrasuboca–.Sabescuáleslarespuesta.Desdehacetiempo.Paulsedejócaerensuasiento,exangüe,yclavólavistaenelescritorio.No faltabamuchoparaque laprimera luzde lamañana,mortecina, sedeslizaraporel jardíny se

colaraenlahabitación.

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Habíabastadounanocheparaquelosactosylaspalabrasdelpasadoacarrearanladesgracia.Unanochequehabíaarruinadovidas.

Sumiradavagóporlospapelesdelamesa.Sepreguntóquéibaahacerélconloquelehabíaquedadodesuvida.Con las participaciones que tenía en distintas compañías se las arreglaría; tanto si las conservaba

comosilashacíaefectivas,tendríasuficienteparaelrestodesuvida.PorlafactoríaqueGordonFindlayhabíapuestoensusmanosnotemía.CorríanbuenostiemposenSingapur,enAsiayenelmundoentero,yDaviddabamuestrasdeseruncomercianteavispado,eldobledecapazqueunFindlayounBigelowsolo.

Porsuparte,cuandoera jovensolo tenía intencióndequedarseenSingapurunosaños,parahacerfortuna.

Esosañossehabíanconvertidoencasicuatrodécadas,alolargodelascualessehabíaresignadoapasarallíelrestodesuvida,viajaraInglaterraunaodosvecesmásalosumo,verasushermanosycuñadas,aloshijosylosnietosdeestos.Todosloslugaresdesuinfanciaysujuventud,aúnfamiliares,peroyaajenoslaúltimavezquefuedevisita.

SehabíaquedadoeneltrópicosoloporGeorgina.Seacodóyenterróelrostroenlasmanos.Habíahechotodocuantoestabaensupoder,todoloquedabadesí,y,sinembargo,alfinallahabía

perdido.Aesahijadelmardeojoschispeantes,cuyasraícessehundíanen la tierrarojadeSingapur.Amantedelalibertadyorgullosacomosusantepasadosescoceses.Enocasionestemperamentalcomolafrancesa nacida en la India que la crio, y con el oscuro fuego de la sangremalaya de sus ancestrosindígenas.

Sudichaentera.Unamaldiciónqueloperseguíadesdehacíamuchotiempo.Elsonidodelapuertaalabrirse,deunospiesdescalzos,lehizolevantarlacabeza.Era como si le hubiese caído encima una tormenta tropical. Como si hubiese sobrevivido a un

naufragio.Teníaelsarongylakebayaarrugados,llenosdepolvoysucios,elcabellorevuelto.Bajolosojosse

distinguíanunas sombrasazuladas, casidelmismocolorqueeldesconcertante, fascinanteazulvioletadeliris.Unamujerensumadurez,enlacual,sinembargo,aúnseentreveíaalaniñaquehabíasido.

Paulseretrepódespacio,conlasmanosdescansandoenlosbrazosdelabutaca.Estabacansadodelabatallaquehabíalibradoporella;queríatenercalma,pazdeunavezportodas.

–¿Esquenotequería?–Sonómordaz,elsemblanteimpertérrito.Ellanegóconlacabeza.–¿Hasolvidadoalgo?¿Necesitasdinero?Georgina avanzó hacia él como si fuese sonámbula, los ojos muy abiertos, casi sorprendida y

prácticamentesinpestañear,yparecíanotocarelsueloalhacerlo.–Nohacefaltaquetedespidasdemí.Vetesinmás.Vamos,vete.Petrificado,sehundiómásensuasientocuandoellasesentóensuregazoyseacurrucócontraél,

subiendolospiescomosifueseunaniñapequeña.Nofueprecisoquedijeranada,éllaentendiósinnecesidaddepalabras.Suformadecogerlelanucaypasarlelosdedosporlasentradasdelcabello,dehundirelrostroensu

cuello.Derecorrerlelapielconsualiento,calienteytranquilo,interrumpidosolodecuandoencuandoporunsollozoseco.

Paullaestrechóentresusbrazosyunaslágrimasabrasadoraslecorrieronporlacara.GeorginaIndiaFindlayporfinhabíaencontradoelcaminoacasa.UnasombrasedeslizóporelnocturnojardíndeKulitKerang.Porlasgotasargénteasdelcantodelas

cigarras,losgraveshúmedosdelasranastoro.

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Con los oscuros pantalones amplios, la holgada camisa de algodón, la sombra se fundía casi porcompletoconlaoscuridad;tansolosedistinguíaelfardoclaroqueapretabacontrasí.

Era unamariposa nocturna que revoloteaba por el jardín en dirección al río. Recién salida de lacrisálidaydispuestaadejaratráslaseguravidaenelcapulloyempezarunanueva.

Alaquedabaalasunacarta.Unadecisióntomada,definitivaeirrevocable.La mariposa volaba hacia una vida prohibida. Una vida clandestina, en mares desconocidos, en

costaslejanas.Peronoestaríaallísola.Unasegundasombraqueaguardabaenunabarcaocultaentrearbustosalaorilladelríoayudóasubir

alaprimera,muchomásmenuda,delgada.Con suavidad, casi sin hacer ruido, los remos se hundieron en el agua, y la barca avanzó por el

sungaiSeranggong,rumboasudesembocadura.Desegundamano,peroprácticamentenuevoeraelbarcoqueseencontrabaancladoantelacosta,en

lasviscosasaguasnocturnas,negrascomolatinta,bañadoporlaluzplateadadelasestrellas.Noeraunbarcoespecialmentegrande,perosílobastanteparasurcarocéanosprofundos,procelosos

yhacerfrenteatempestades.Lo bastante grande para dos personas que no tenían reservas la una para la otra. Que habían

depositadounaconfianzaciegaenelotroyqueríanpasarlavidajuntos,cadadía,cadahora.Porquesabíanqueestabanhechoselunoparaelotro,delamateriadelmarydelviento.Quetenían

maderadenavegantes.Subieron a bordo con paso firme y soltaron los cabos de las velas con movimientos expertos,

perfectamentecompenetradosysindecirpalabra,comosiyasehubieranhechoalamarjuntoscientosdeveces.

–¿Estássegura?–preguntóalvientounavozgrave,ronca.LiMeimiróaDuncanconcaradeasombro.–Puesclaroqueestoysegura.–Aúnestásatiempodevolver.Lamuchachasacudiólacabezadetalmodoquelanegratrenzafustigóelaire.–Paramíyanohayvueltaatrás.–Titubeó–.¿Yparati?–No,LiMei.Nolahaydesdehacemucho.Semiraronrisueños.Elviento,impaciente,soplóenlasenarboladasvelasylashinchó.Liberadodelaamarra,elbarco

salióconsuavidaddelestrechodeJohor,rumboamarabierto.AlavastedaddeNusantara.Hacialasestrellasymásallá.

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1889Alotroladodeltrigoylarecolectadelosfrutosdelaramadelárbol

distingoalviejootoñoalomosdeunarado.

Elcenitrebasado,elañoseencaminaasufin.

Latierrasehacobradosupartedelverano,igualqueyolamía.

J.H.B.

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LosojosdeGeorginavagabanporelalto,vastoespaciodeSanAndrés.Delamaderaoscura,casinegra,deltechoalblancoaúnradiantedelascolumnasylasojivas,alas

hornacinas de detrás. Blancas como las nubes y azules como el cielo y el mar eran las paredes delábside, tras el altar demadera tropical.El sol entrabapor las esbeltasvidrierasde colores, trazandoarcoírisdeluzenlacatedral.

Estaba sentada en uno de los bancos de la iglesia, de cálida y reluciente madera, con los piesapoyadosenunpequeño reposapiés,elcojínbordadoenpuntodecruzconmotivos religiosospor laslaboriosasmanosdelasmujeresdelacomunidad;enelsuyohabíaunmansocorderitosobreunfondoazulcobalto.

Allídentrohacíamásfrescoquefuera,peronomucho;elsombreritoquecoronabasucabellocanorecogido le seguía dando demasiado calor, aunque ya se había alzado el velo de tul negro. Por lasrendijasdelospostigos,quecubríanlamitadinferiordelasvidrierasenamboslados,apenasentrabaaire.

Reinabaelsilencio,Georginaeralaúnicapersonaquehabíaallíesatarde.Dabalasensacióndequeenelaireaúnflotabaunecodelamúsicadeórgano,delossalmosylas

oracionesdelamañana,delmomentodeladespedida.Fueronmuchas las personas que acudieron a dar el último adiós a Paul Bigelow. Toda Singapur

parecíahaberse reunidoen lacatedralparadecirleadiósantesdedarle sepulturaenelcementeriodeBukitTimah,juntoaGordonyJoséphineFindlay.

Singapur,elpuertomásgrandedeAsia.Unodelosmásgrandesdelmundo.Unaciudadqueescogíaasussemejantes,protegidaporbuquesdeguerrayunaguarnición,refrenada

yguardadaporundestacamentopolicialrespaldadoporsijsbarbados,conturbante.Singapureraunaislatropicalqueseguíasiendoverde,enmediodeunmarazulaguamarina.Verde

suave como un joven retoño. Verde vivo y aterciopelado como un verano eterno. El verde de losmanglares y las palmeras y los racimos de plátanos, de los mangos y los helechos arbóreos,entremezcladoconlasgemasblancasydecoloresde lasorquídeas.Ricaenfrutas tropicalesverdesydoradasyrojas, los tesorosdelmar, las joyasdeAsia.Lapuertaalmundo, tantohaciaelOestecomohaciaelEste.

Paulnohabíaechadoraícesallí,peroasíytodoSingapurhabíasidosuhogar.AtravésdeGeorgina.Teníasesentaycuatroaños.Fueelcorazón,esecorazóngrande,fuerte,valerosoyleal.Alfinalno

pudomás,sucuerpoeraunocéanocuyonivelnoparabadeaumentar,enelqueseahogó.Georginasemiró lasmanos,que teníaentrelazadasenel regazodelceñidovestidonegro.Estaban

apergaminadas,surcadasdevenasazules,perolaalianzaaúnlevalía.Teníacincuentaysieteaños.Yeraviuda.

«Hastaquelamuertenossepare.»Unaslágrimascayeronenlatiesatelanegradelvestidodeluto.Aúnhabíandisfrutadodealgunosañosbuenos,quizálosmejoresdesumatrimonio.EnL’Espoir,conloshijos,losnietos.Losdos.HabíanidounavezaInglaterra,despuésdequePaul

seretiraradelosnegocios;otra,aNuevaZelanda,devacaciones,yunaterceraaHongKong.Unos años dichosos, y demasiado pocos, habían pasado demasiado deprisa. Georgina lamentaba

habertardadotantoendarsecuentadequedeesematrimonioquenuncaquiso,enelqueamenudofueinfeliz,habíanacidoelamor,enalgúnmomentoentrelanochedebodasylanocheenlaqueperdióasuhijo.

Aunque sabía que no tenía ningún sentido, porque no podía parar de llorar, se limpió deprisa lasmojadasmejillasaloírqueseaproximabanpasosporlanave.Acompañadosaintervalosregularesporellevegolpeteodeunbastón,sedetuvieronjuntoasubanco,yaGeorginalellegóunolorasal,comoel

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hálitodelmar.Levantólacabeza.El cabello y la barba más plateados que negros, seguía igual de erguido, igual de delgado que

siempre,aesasalturasyacasienjuto.Locualquizásedebieraaltrajedecolorclaroquellevaba,alamodaeuropea,conlachaquetalargayajustadaylospantalonesestrechos,mientrasquelosarabescosentonospasteldelacorbatayelchalecoapuntabanaAsia.

Bajo los ojos, brillantes comogotas de un océanonegro, se desplegaba un abanico de líneas, y aambosladosdelabocaseabríansendossurcos,perosusrasgosseguíansiendoenérgicos;debíadeteneryamásdesesentaaños.

–Fuiaverteacasa,peroallímedijeronqueestabasaquí.Conungestoquearrancóundestelloalmacizoanillolabradoconunapiedranegraquelucíaenla

mano,señalóelbanco.–¿Puedo?–Suvozsehabíavueltomásbronca.Georginaasintió.Porelcuidadoquepusoalsentarseasulado,supoquenoutilizabaelbastónde

ornamento.Permanecieronallí,ensilencio,mientrasRaharjomirabadetenidamentelacatedralyGeorginahacía

girarlaalianzadeoroeneldedo.Alcabo,élsesacócongranceremoniaunahojadepapeldobladadelbolsillointeriordelalevitayselaofreció.

–¿Quéesesto?–Túléelo.GeorginasequedósinalientoalreconocerlaletrainclinadadePaul,yaafectadaporlaenfermedad.

Muyseñormío:Cuandotodavíaerajoven,estabaconvencidodequecuandomividatocaraasufinnoseríade

losquetendríaqueentrarencuentasconsigomismoensulechodemuerte.Sinembargo,ahoraquemitiemposeacaba,sientoesanecesidad.

Solonoshemosvisto enunaocasión,y en las circunstanciasmásdesfavorables.Asíy todosiemprehesabidodesuexistenciaydelpapelquedesempeñaenlavidademiesposa.Mentiríasiafirmasequenomehadolido.Nisiquieraenpresenciadelamuertehelogradosertanmagnánimo.Losmomentos en que sabía que ella estaba con usted para ir en busca de lo que le arrebaté alcasarme con ella eran difícilmente soportables. Solo podía soportarlo porque me aferraba a laesperanzadequedespuésvolveríaconmigo,unayotravez.

Séquehabríapodidoarrebatármelasisehubiesejugadoeltodoporeltodo.Elhechodequenolohayaintentadonuncaseriamentemellenadegratitud,puesaGeorginadeboladichaquesolounamujerpuederegalaraunhombre,asícomolosmejoresmomentosdemivida.Tambiénledeboaustedgratitudporelhijoquepusoamicuidadosinsaberlo.

Me gustaría confiarle a Georgina a mi muerte, necesitará tener a alguien a su lado. Y sivolvieran a revivir los viejos lazosque losunieronundía, antes deque el destino los separara,antesdequeyomeentrometiera,sepaquecuentaustedconmibendición.

Séqueconustedmiesposaestáenbuenasmanos,yesoesparamílomásimportante.Atentamentesuyo,

PAULBIGELOW–Éllosabía–musitóGeorgina,llorandoalágrimaviva–.Siemprelosupo.Lasmanos le temblaban; Raharjo le cogió una con sus dedos secos, nudosos, y se la apretó con

fuerza.Leprestóapoyohastaquepudovolverarespirar.–Graciasportraermelacarta.Élcarraspeóyvolvióadepositarlamanosobrelaotra,queasuvezdescansabaenlaempuñadura

delbastón.

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–¿Cómolesvaatushijos?–preguntóalcabodeunratoenvozbaja.Georginasesacóelpañuelodelamangadelvestido.–Jo aún vive conmigo. Tiene muchos admiradores, pero me figuro que aún no ha aparecido el

adecuado.Esmaestra,ylehacemuyfelizserlo.Davidestáalfrentedelacompañía.Losnegociosvanbien, incluso se está planteando abrir una filial en Hong Kong.–Dedicó a Raharjo una sonrisa levemientrasselimpiabalanarizconunostoquecitos–.Hastasoyabuelaporpartidadoble,deunniñoyunaniña.GordonyMabel.¿Ytú?

Raharjoasimismosonrió.–Mihijomenor,Kishor,ha sidopadredesuprimerhijonohacemucho.Ya tengo trecenietos.La

únicaquesigueencasaesmihijamenor,Indira.Tienedieciséisañosytodavíaestámuyapegada.Sobretododesdeque...–Unasombranublósurostro–.Miesposamurióhacetresaños.

–Losientomucho–repusoGeorgina,afectada,yleacaricióelbrazoconsuavidad.Raharjoasintióyseaferróconmásfuerzaalbastón.–Lamentomuchonohaberpodidoamarlanuncacomoelladeseaba.Comosemerecía, sobre todo.

Fueunabuenaesposayunamadreaúnmejor.Soloesperoqueapesardetodofueseunabuenavidaparaella.

Trasdebatirseunosinstantes,Georginaseatrevióaformularlapregunta:–¿Has...hastenidonoticiasdeLiMei?¿OdeDuncan?Élcabeceó.–¿Ytú?–No–contestóGeorgina–.Confíoenquealgúndíapuedaperdonarme.–Estoysegurodequelohará.Eressumadre.Georginaesbozóunasonrisatriste.–Enciertomodosiempresupequealgúndíaelmarmeloarrebataría.Igualqueati.Porqueesunhijo

delmar,exactamenteigualquetú.Unselkie.Quesedespojódesupieldefocaparasersuhijodurantealgúntiempo,antesdevolvera

ponerseelpelajedelacriaturamarinaqueerayadentrarseenelocéano.Raharjoasintió.–ProtegíaLiMeimásqueamisotroshijos,porquedesdeeldíaenquenacióvivíconelmiedode

perderlapronto.Comoasumadre.–SientomuchoquenohayaspodidoconoceraDuncan–susurró.Raharjohizounamuecadedolor.–Yyo.Sobretodoporqueyomismotuvelaculpa.–Seechóhaciadelanteyapoyólabarbillaenlas

manos,sobreelbastón–.Aquellanochetomasteladecisiónadecuada.Bigelowtemerecíamásqueyo.Muchomás.Luchócontodassusfuerzaspor ti.Pormantenerteasulado.Mientrasqueyo...–Susojos,dirigidos al azuldel ábside, se amusgaron–.Volví el díaque te casaste conBigelow. Justo cuando loestabais celebrandoenel jardín.Yno... no fui lobastantehombrepara acercarmeydecir: esta esmiesposa.Nosdesposamosenelmar,segúnelritoancestraldelosoranglaut.Debícogertedelamanoyllevarteconmigo.Amibarco,ymarcharnos.Peroerademasiadoorgulloso,asíquesimplementemefuicorriendo.Preferílamermelasheridasyalimentarmiodio.Eseeselgranreprochequemehagocuandovuelvo la vista atrás y examino mi vida.–Los ojos le brillaban–. Probablemente debiera sentirmeculpable por no impedir la fuga de LiMei. Aunque descubrí lo que se proponía. Quizás esa vez fuidemasiadoblando,demasiadocomplaciente.Lociertoesquesoloqueríaquefuesefeliz.Aunqueajuiciode lagente seaalgo reprobable.Meafligenohaberpodidodespedirmedeella.Pero sabíaque, si lohacía, Li Mei no tendría el valor de marcharse. Lo único que podía hacer por ella era no ponerobstáculosensucamino,asíquepocodespuésmehicealamar,confiandoenqueenmiausenciahicieraloqueconsideraraoportuno.

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Georginameditóensilenciosuspalabras.–Aveces...–empezó,envozmuyquedaytragandosalivaaduraspenas–avecespiensoqueCempaka

teníarazón.Quetraigoladesgraciasobremíysobrelosdemás.–No,nolocreo.–Raharjoseirguió–.Yesoqueheaprendidoacreereneldestino.–Ah,¿sí?–Lomirórisueña.Raharjoacariciólaempuñaduradelbastón.–Sivuelvolavistaatrásypasorevistaatuvidaylamía...Sí,entoncescreoeneldestino.Cuando

piensoenLiMeiyDuncan.EllosdossoncomoSingapur:orangputih,oranglaut,malayos,chinos.Y,porañadidura,LiMeicrecióenunacasaqueeramásindiaqueotracosa.Loslazosquelosunensonmásíntimosde loquedeberían.De loque lesestápermitido.Y, sinembargo,no lopuedenevitar, esmásfuerte que ellos,muchomás fuerte.Como si en ellos se cumplieran no solo tu destino y elmío, sinotambiéneldelaisla.

–Ojalálesvayabien.–Georginaclavólavistaenelaltar,enbuscadeayuda–.Ojaláselasarreglenbienahífuera.

–Puesclaroqueselasdebenarreglarbien–contestóél,entresorprendidoeindignado–.¡Sonmediooranglaut!

Seapoyóenelbancoysacóalgodelbolsillodelalevita.Georginacontemplóelbrazaletedeorooscuroqueleofrecíaylomiróconcaradeinterrogación.–Lollevabaconmigocuandovolvíaquellavez.EldíadetubodaconBigelow.Unbrazaletedeboda

delosoranglaut.Ellasacudiólacabezayseapartódeélinvoluntariamente.–No,todavíanopuedo...–¡Tampoco es lo que pretendo!–la interrumpió bruscamente, en los ojos un brillo airado–. Lo he

traídoporquesiemprehasidotuyo.Nuncaselodiamiesposa,ytampocoalamadredeLiMei.Erasoloparati.

AGeorginaseleformóunnudoenlagargantaalcogerelpesadobrazalete.Lohizogirarentrelosdedosyadmirólasonduladaslíneasylospecesmientrasloacariciaba.

MiróaRaharjo.Eljovenpirataalqueencontróheridoenelpabellónycurócuandoellateníadiezaños.Unselkieal

queentregósucorazóndeniñayque lehabíapartidoelcorazónmásdeunavezen lavida.La jovencriaturamarina,quefuesuprimeramoryconelquesedesposóenelmar.Unmatrimonioquefue tanfugazcomoelaguaenlasmanos,y,sinembargo,taneternocomoelocéano.

Sumayordichaduranteuntiempo.Supeorpesadillaenotrosmomentos.ElhombrequeenesemomentoteníasentadoasuladocomounNeptunodecabellosplateados.En

cuyosojosleíaqueseguíaviendoalaniñapequeñaquehabíaenella.Alamuchachaquehabíasido.Sus ojos hablaban de amor y de deseo, de dolor y odio, de felicidad y tristeza, de culpa y

arrepentimiento.Deunavidalarga,vivida,ydeunavidaquenopudoser.Georginasupusoquesusojoshablabandealgoparecido.Unavidaentreelmarylatierra,elcieloyelviento.Tanahair.Tierrayagua.Hogar.Susdedosbuscaronlosdeélysusmanosseentrelazaron.Comosirenovaranelpactoquehicieron

antaño,hacíacasimediosiglo,enelpabellóndeL’Espoir.El joven pirata con sueños grandiosos y la niñita con los ojos de un azul tan violeta como las

orquídeassalvajesquecrecíanenlaorilladelrío.Raharjoleapretólamanoyselevantó.–Tellevaréacasa,Nilam.

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Georginarecorrióelpasillode lacatedraldeSanAndréscogidadesubrazo, lospasosdeambosacompañadosdelgolpeteodelbastón.

FranquearonelumbraljuntosysalieronaldeslumbrantesolquebrillabasobreSingapur.

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EpílogoMislibrosnacendehistoriasdeamor.Amoraunescenario,aunmarcocultural.Aunacontecimientohistórico.Aunpersonajehistóricoo

alpersonajedeunanovela,auntemadeterminadooaunaidea.Unasveceseseamormegolpeacomosifueseun rayo;otrasvacreciendoa lo largodeunperíodode tiempoprolongado,quizás incluso llevadentrodemílamayorpartedemivida.Unamorasípuedesertiernooimpetuoso,puedeenardecerelcorazónoconsumirlo;enocasionesdegeneraenunasuertedelocura,enunamourfou.

Enelcasodeestelibrolacosafuecompletamentedistinta.AúnrecuerdobienelprimerdíaquepaséenSingapur.Fueafinalesdenoviembrede2011.Teníamos

previstoefectuarunaltodeapenasdosdíasymedioenelcaminodevueltadeBali,antesdeemprenderellargovueloderegresoaAlemania,simplementeparaverlaciudad.

Y la ciudadnomegustónada.Nadaenabsoluto.Todo loqueveíameparecíademasiadogrande,demasiadotecnológico,demasiadoestilizado,demasiadoartificial;Singapurmeintimidaba.EnOrchardRoad,labulliciosacallecomercial,olvidémiantipatíaduranteunbreveespaciodetiempo,porquenomecansabademiraryporqueestabapasmadaconlastoneladasdeiluminaciónnavideñaqueadornabanSingapur.Peropocodespuésmearrollaronlasluces,elruido,lagente,lassensaciones,yaunquehabíapasadocuatrosemanaseneltrópico,casimemuerodecalor.

Lanocheacabóconmigosentadaenlacamadelhotel, llorando,soloqueríairmeacasa,ymaldijetenerquequedarmeenesesitiodosdíasenteros.

Al día siguiente el río Singapurme reconfortó.A su orilla,mirando los coloridosgodowns y losrascacielos que se alzaban detrás, reinaba la calma, una calma casi contemplativa, y me gustó elrecorridoenbarcoporelrío.UnodeesoschaparronesquetancaracterísticossondeSingapurnosobligóarefugiarnosenelMuseodelasCivilizacionesdeAsia,quedetodasformasqueríavisitarconelobjetodeveralgunaspiezasparalaescrituradeEnelcorazóndelaisladefuego,yallífuedondemetopéconlaSingapurantigua,lahistórica.

Ese día y el siguiente aún habría de tropezarme más con ella, y al recorrer la ciudad descubrírinconesdelosquemeenamoréenelacto.ElMuseoPeranakan.Elbarrio indio.Elbarriochino.SanAndrés.Sinembargolaciudadmeseguíaresultandodemasiadoruidosa,demasiadogrande,demasiadomoderna,demasiado,ensuma;meirritabaymeagotaba.

MesubíalaviónquenosllevaríadevueltaaAlemaniaconsentimientosencontrados,principalmentecontentadedejaresaciudad.PeronoconseguíquitarmeSingapurdelacabeza.

MientrasescribíaEnelcorazóndelaisladefuego,medevorabalacuriosidaddesabermáscosasdeSingapur,sobretododesuhistoria.Missentimientosseguíansiendoambivalentes,perocadavezeramayormifascinaciónamedidaqueibaleyendolibrosyartículos,yconpasosmuyvacilantes,muypocoapoconacióenmíeldeseodeescribiracercadeella.

Amedida queme documentaba, que trabajaba en la novela,me fui reconciliando un poco con laciudad.Ycuandoelañopasadovolvíallíparadocumentarinsituestelibro,Singapuryyoempezamosacortejarnos.CadadíaquemeechabaalascallestraslashuellasdeGeorginayRaharjo;cadamañana,cuandomelevantabaycontemplabaFortCanningHilldesdelaventanadelahabitacióndelhotel,meibaenamorando más de la ciudad. No solo de su faceta antigua, histórica, sino también de la nueva, lamoderna.

EsavezsentídespedirmedeSingapur,quetandifícilmelopusolaprimeravezyque,sinembargo,después–conmuchosrayosytruenosyviolentosaguaceros–conquistómicorazón.

Volví a casa con una sensación distinta.Mis sentimientos sobre la ciudad,mis percepciones.Unaatmósferaconcreta.UnaimagendelaantiguaSingapurydelanovelaquequeríaescribir.

EsasensacióneselorigendeEltiempodelasorquídeassalvajes.

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Milibrodelmar.Singapur me atrapó como escenario de la novela cuando, en la primera fase de documentación,

empecéaleersobrelosoranglaut.Mefascinóesepueblo,queseconsideralosprimerospobladores,losgenuinosdelmundomalayo,yenmodoalgunoconstituyeungrupohomogéneo,sinoqueconstadeunnúmerocasiincontabledesubgrupos,deloscualesnotodosestánemparentados.

Nosabemosgrancosade losorang lautde laantiguaSingapur,apenasnadaapartedelpapelquedesempeñaronenelámbitodepoderdelsultányeltemenggongyenlapiratería.ApartirdemediadosdelsigloXIX,cuandolosprimeroseuropeosempezaronainteresarseporestepueblo,esteyaempezabaaabandonarsusformasdevidatradicionales,avolversesedentarioyaserabsorbidoporlapoblaciónmalaya.

Sin embargo, los orang laut aún existen hoy en día, en la vastedad de Nusantara. Los trabajosantropológicosSeaNomads:Money,Magic, andFear of theOrang Suku Laut (2003) yTheOrangSukuLautofRiau,Indonesia:TheInalienableGiftofTerritory (2010), llevadosacaboenIndonesiaporCynthiaChous, fueronmis principales fuentes para aproximarme aRaharjo y a su pueblo.A esterespecto tambiénmefuedegranayudaelsingapurenseCentrodelPatrimonioMalayo,quenosolomepermitióconocermása fondoelmundode losorang laut, sinoque tambiénmeabrióunapuerta a laantiguaSingapurmásalládelbarriochino,losgodownsylasconstruccionescolonialesinglesas.

Puesto que en las fuentes bibliográficas los conceptos taukeh y towkay se utilizan más o menosindistintamente,heoptadoporemplearlavariantemalayataukehcuandosehabladesdeelpuntodevistamalayoo chinoo si se estáhablandoenmalayoenelmomentoenque transcurre la acción,y towkaycuandolaperspectivaeseuropeaysehablainglés.

Lascitasylospoemasquefiguranalprincipiodelanovelayencadaunadelaspartesenlasqueestádivididahansidovertidospormíalalemán.ElpoemadeJ.H.B.,queantecedealepílogo,tieneunahistoriaespecial.

LoencontréenTheSunintheMorning(1992),elprimervolumendelatrilogíaautobiográficaShareof Summer, de M.M.Kaye. Por su parte la escritora encontró el poema tiempo atrás en una revistamensualquenoexistíadesdehacíamucho, afirma, lo copióy lo conservóenunejemplardeKim, deKipling,por si algúndía,yaancianaycanosa,decidía escribir lahistoriade suvida.Cuandopor finllegóelmomentodehacerlo,lefueimposibleaveriguarquiéneraelautor;nadieparecíasaberquiéneraJ.H.B.Yotampocohesidocapazdeaveriguarlo,peroaligualqueM.M.Kaye,estoymásqueagradecidaaJ.H.B.poresosversos.

ComoagradecidaestoytambiénysobretodoaJörg,elhombrequetengoamilado,quefuequienporaquelentoncestuvolaideadequepasáramosunosdíasenSingapuralavueltadeBali.Queunavezmáshacorridomediomundoconmigono solopornosotrosdos, sino tambiénporun libro,yha recorridoconmigo Singapur, encargándose de que una vez allí tuviera Fort CanningHill ante la ventana y SanAndrés a la puerta.ACarina yAnke, quemehan acompañado en el caminode esta novela ymehaninfundidovalor.AAKySanne:yasabéisporqué.AE.L.,quemeanimóasalirmedelcaminotrillado,partirhacialodesconocidoyatrevermeahacercosasnuevas.AMariamyThomasM.Montasser,porsuexcelente trabajo y por su respaldo, libro tras libro y también entremedias.Amis lectores, siempre,siempre.ALeonora,mi fabulosa lectora, que no solo es capaz de leerme el pensamiento y satisfacerdeseosocultos,sinoquetambiénhacemagia,enparticularconelmanuscrito.YalequipodeGoldmann,quepartiendodeélhahechoestemagníficolibro.

Terimakasihbanyak-banyak.NICOLEC.VOSSELER

Constanza,mayode2014

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GlosarioMal=malayo;OL=lenguadelosoranglaut;AI=angloíndio;F=francés;CH=chinoaracciertolicorusadoenOriente,hechodepalmayarrozfermentadoaduh(Mal)¡ay!amahniñerachinaang mo char bor (CH) literalmente: mujer pelirroja; manera despectiva de designar a unamujer

blancaayah(AI)niñeraindiaomalayaCantónnombrequerecibíaantiguamentelaprovinciachinadeGuandongchapatipanácimodelnortedelaIndiaelaboradoconcebada,mijoytrigochapchengkia(CH)hijobastardocholi(AI)blusacortaquesellevadebajodelsarichouchou(F)niñoqueridocik(Mal)Miss,señoritacipayosoldadoindioenunaunidadmilitaralserviciodeFrancia,PortugalyGranBretañaCochinchina en el siglo XIX, nombre que recibía la región situada en torno a Saigón, en la zona

meridionaldeVietnamculienlaIndia,ChinayotrospaísesdeOriente,jornaleroocriadoindígenadalplatoindioabasedelegumbresdaltadkavarianteconcretadeldal,elaboradacondiversaslegumbresyabundantesespeciasdhobi-wallah(AI)lavanderoFukiénnombrequerecibíaantiguamentelaprovinciachinadeFujiangodownalmacenescondespachoenSingapurgutaperchagomaqueseobtienedeltroncodeciertoárboldelaIndiayMalacaqueseempleapara

fabricartelasimpermeablesycomoaislantetérmicoJalanPantai(Mal)BeachRoad;dejalan=carretera,ypantai=playakebayablusaholgada,detejidofinokemboja(Mal)franchipánkongsi (CH) sociedadmercantil; organización de chinos que ofrecía a los recién llegados ayuda,

protección y una comunidad y a menudo perseguía objetivos caritativos, si bien también manteníarelacionesfluidasconsociedadessecretascomolastríadas

makbidan(Mal)parteramem(AI)abreviaturadememsahib:tratamientorespetuosoparaunamujereuropeamintamaaf(Mal)misdisculpasnangka(Mal)jacanyonya (Mal) denominación y tratamiento respetuosos para una mujer (principalmente casada,

blanca)orang laut (Mal) literalmente: «señores del mar», pueblos nómadas de pescadores del sudeste

asiáticoorangputih(Mal)personasdepielblanca,enparticulardeGranBretañapalanquincarrocerradotiradoporcaballostípicodeSingapurperahu(Mal)conceptogenéricoquehacealusiónadiferentesclasesdeembarcacionesperau(OL)barcapondok(OL)refugioprovisionalytemporalenelaguap’titange(F)opetitange:angelitopulau(Mal)isla

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punkah-wallah (AI) empleadodel hogar quemantiene enmovimiento pormedio de una cuerda elpunkah,elabanicodetecho

sampán (CH) embarcación de vela ligera propia de China que se emplea para el transporte demercancías

sarongfaldatipopareoselamatdatang(Mal)bienvenidoselamatpetang(Mal)buenosdías(porlatarde)selamatsejahtera(Mal)buenosdías(formal)sungai(Mal)ríosyce(AI)mozodecaballos,cochero(pronunciadosais)taukeh(Mal)comerciantechino,financiero,jefetemenggong antiguo títulonobiliariomalayo (loscometidosdel temenggong eranencargarsede la

seguridaddelsultán,mantenerlapazenelterritorionacionalydirigirelejército)terimakasih(banyak-banyak)(Mal)muchasgraciastiffin(AI)almuerzootentempiétongkang(CH)embarcaciónasiáticaparaeltransportedemercancíasTonkínenelsigloXIXdenominacióndelaparteseptentrionaldelactualVietnamtowkayvarianteinglesadetaukehtuan(Mal)señor

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TableofContentsPortadillaCréditosELTIEMPODELASORQUÍDEASSALVAJES

DedicatoriaCitasIntroduccionI.Fiebre1849-1851

123456789

II.Entretigres1854-18611011121314151617

III.Perdidos1865-187118192021222324252627

IV.Fuegosfatuos1881-188328293031

1889EpílogoGlosario