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TÍTULO ORIGINAL: THE THIRD MAN AÑO: 1949 DURACIÓN: 104 min. PAÍS: Reino Unido

DIRECTOR: Carol Reed GUIÓN: Graham Green MÚSICA: Anton Karas FOTOGRAFÍA: Robert Krasker

REPARTO: Joseph Cotten (Holly Martins), Alida Valli (Anna Schmidt), Orson Welles (Harry Lime), Trevor Howard (Mayor Calloway), Bernard Lee (Paine), Paul Hörbiger (Karl), Ernst Deutsch (Barón Kurtz), Siegfried Breuer (Popescu), Wilfrid Hyde-White (Crabbin), Erich Ponto (Dr. Wrinkel).

PREMIOS: Gran Premio del Festival de Cannes 1949; BAFTA a la Mejor Película Británica 1949; Premio Nacional de la Crítica Estadounidense 1950 a la Mejor Película Extranjera; OSCAR 1951 a la Mejor Fotografía en Blanco y Negro.

SIPNOPSIS: Poco después de la II Guerra Mundial, Holly Martins (en castellano Rollo), un escritor de segunda fila de novelas del Oeste, recibe una carta desde Viena de su amigo Harry Lime para que vaya allí a escribir unos artículos periodísticos sobre la ocupación de los aliados. Cuando llega a la ciudad, Holly se entera de que su amigo ha muerto. El protagonista empieza a investigar y entonces descubre que Harry ocultaba secretos muy sucios y que del chico que conoció en su adolescencia apenas queda nada.

El tercer hombre no es una adaptación de una novela de Graham Greene sino que éste escribió originalmente el guión en 1948, a petición del productor Alexander Korda y, no mucho tiempo después, fue publicado como libro. Tanto el guión como la novela son mucho más “católicos” que el final de la película. Debido a que en muchas de sus novelas exploraba las ideas del Catolicismo como el sacrificio, el castigo, la culpa y la hipocresía, Greene fue calificado durante su carrera como un escritor “católico”. Lo más probable es que estos aspectos de El tercer hombre fueran omitidos en la película para evitar conflictos con los censores que eran muy exigentes sobre cómo una religión reconocida era comentada y representada en la pantalla, aunque hubo algunas cosas que se les escaparon a los censores. Reed y Greene viajaron a la capital austríaca para trabajar juntos en el guión y en la historia y visitaron los lugares dónde se rodaría la película —incluidas las alcantarillas— para documentarse.

“El tercer hombre El tercer hombre El tercer hombre El tercer hombre no fue escrito para ser leído, sino para ser visto… El relato, como muchos asuntos amorosos, comenzó durante una cena y continuó con dolores de cabeza en varios lugares: Viena, Venecia, Ravello, Londres, Santa Mónica… Para mí es imposible escribir un guión cinematográfico sin escribir primero la historia.” Graham

Greene.

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Carol Reed nació en Londres, el 30 de diciembre de 1906. Debutó como actor en 1924 en dicha ciudad y tres años des-pués comenzó a trabajar para el afamado escritor de intriga Edgar Wallace, encargándose de adaptar sus obras a los escenarios.

Henry Graham Greene nació el 2 de octubre de 1904 en Hertfordshire (Inglaterra). Per-teneciente a una de las familias más influyente de la localidad, su hermano menor Hugh fue di-rector general de la BBC y su hermano mayor Raymond un eminente doctor y montañista.

Reed se sumó a la industria cinematográfica a comienzos de los años treinta, como ayudante del director Basil Dean. Su primera película Midshipman Easy (1935) ya preconizaba la relación con el cine de propaganda. El hecho de que sus primeros títulos Sucedió en París (1935), Laburnum Grove (1936), Dime con quién andas (1937), Talk of the Devil (1937), Penny Paradise (1938), El amor manda (1938) o Cuidado con lo que haces (1939) fueran produc-ciones de bajo presupuesto, no impidió que comenzara a forjarse una reputación. A Girl Must Live (1939), Su nombre en los perió-dicos (1940), La avalancha (1940), Tren nocturno a Munich (1940), Kipps (1941), El vencedor de Napoleón (1942) fueron sus siguientes filmes. Durante la II Guerra Mundial tuvo la oportunidad de formar parte de la unidad fílmica del ejército británico. A Letter from home (1941); The New Lot (1942), The Way Ahead (1944) con guión de Peter Ustinov, y The True Glory (1945), que recibió el Oscar en 1946, quedan como algunos de los mejores documentales de los tiempos de guerra. Tras el fin de la contienda, Reed volvió a dirigir películas como Larga es la noche (1947) y El ídolo caído (1948) que estuvieron nominadas para los Oscars. En 1949 llegó su obra maestra: El tercer hombre (1949), galardonada con la Palma de Oro 1949 del Festival de Cannes y que se convirtió en un éxito internacional. Contrariamente a lo que cabría imaginarse el rodaje y proyección de El tercer hombre no vino acompañado de una evolución positiva (tanto comercial como de autor) en su filmogra-fía, embarcándose en diferentes proyectos más bien desafortuna-dos: Desterrado de las islas (1952), Se interpone un hombre (1953), El niño y el unicornio (1955), Trapecio (1956) y La llave (1958).

En plena crisis de su carrera, sería nuevamente la colaboración de Graham Greene con la adaptación cinematográfica de su novela Nuestro hombre en La Habana (1959) la que salvaría la caída en picado de Reed. Gracias al éxito obtenido con dicha película, Holly-wood volvió a acordarse de él y a darle encargos de mérito y, después de filmar en su país El precio de la muerte (1963), el primero de ellos fue Rebelión a bordo (1962), pero la fuerte per-sonalidad de Marlon Brando y el poder absoluto que éste obtuvo de

Graham asistió a un internado donde fue maltratado y muy infeliz, cometiendo varios intentos de suicidio. Para paliar su melancolía, a los 17 años se sometió a psicoanálisis en Londres, declarando, más tarde, que fueron los seis mejores meses de su vida. Después de esto regresó al colegio junto a su familia y estudió en Oxford. Su primer trabajo fue el volumen de poesía Babbling April publicado en 1925 siendo aún estudiante, aunque no fue muy bien acogido por la crítica. Después de licenciarse trabajó como periodista en el Nottingham y luego como subeditor en The Times. Estando en Nottingham comenzó una correspondencia con Vivien Dayrell-Browning, una mujer católica que había escrito para corregirle en una cuestión de doctrina católica. Se convirtió al catolicismo en 1926 y la pareja contrajo matrimonio al año siguiente. Tuvieron dos hijos: Lucy (1933) y Francis (1936- 1987). Fue un marido infiel, un padre desastroso, mujeriego y adicto a la prostitución (solía llevar consigo la lista anotada de sus 47 prostitutas favoritas). Separado de Vivien en 1948, hubo otras cinco mujeres importantes en su vida —entre 1946 y 1957 tuvo una relación con, la también casada, Cat-herine Walston, relación que aprovechó para escribir su novela El final de la aventura (1951)—. En 1947 se separó de su mujer e hi-jos, aunque ésta nunca le concedió el divorcio. Permaneció distan-ciado de ellos y declaró en sus últimos años “Creo que mis libros son mis hijos”.

Durante su fructífera carrera literaria, Graham Greene llegó a escribir cerca de 127 obras incluidas en todos los tipos de géneros: poesía, novela, teatro, guiones cinematográficos, relatos cortos, libros infantiles, biografías y autobiografías; sin contar sus artícu-los periodísticos, críticas literarias y de cine. Su primera novela Historia de una cobardía (1929) tuvo una buena acogida lo que le permitió dejar su trabajo en el periódico para dedicarse por com-pleto a la literatura; sin embargo los dos siguientes libros pasaron desapercibidos, repudiándolos más tarde. El tren de Estambul (1932) fue su primer éxito. Graham completaba sus ingresos con los que obtenía como periodista independiente escribiendo críticas de libros y películas en The Spectator y co-editaba la revista Night and Day, que cerró en 1937 tras perder la demanda por di-

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la Metro Goldwyn Mayer chocaron frontalmente con la de Reed, quien, al final, decidió dejar el rodaje. La Meca del cine le dio otra oportunidad con El tormento y el éxtasis (1965) que recogía la tortuosa relación entre el pintor Miguel Ángel Buonaroti y el Papa Julio II. Reed se quitaría la espinita de las simples nominaciones con una incursión en el musical para la que nuevamente echó mano de la literatura: Oliver (1968) basada en la novela de Charles Di-ckens, recogió cinco premios Óscar (dirección artística, banda sonora, sonido, película y director) y otras dos nominaciones al guión y la fotografía. Sus dos últimas películas fueron Un indio altivo (1970) y Sígueme (1972).

Entre 1943 y 1947, Carol Reed estuvo casado con la actriz británica Diana Wynyard. Una vez divorciado, se volvió a casar en 1948 la también actriz Penelope Dudley-Ward, cuya madre había sido una de las amantes del Duke de Windsor Eduardo VIII mientras éste fue Prícipe de Gales. Con Penelope, Reed tuvo a su único hijo Max. Tanto su hijastra Tracy Reed como su nieto Oliver Reed fueron actores. Carol Reed murió a la edad de 69 años en su mansión londinense de Chelsea el 25 de abril de 1976 a causa de un infarto.

EL EXPRESIONISMO DE CAROL REED Y EL TERCER HOMBRE

Carol Reed apostó por una escena muy cercana al expresionismo alemán, tanto en la composición de los planos, con una marcada querencia por alterar la inclinación natural de las imágenes, como en el magnífico trabajo de fotografía por parte de Robert Krasker, donde el ejemplar y complejísimo uso de las luces y sombras ayuda a elevar el tono de misterio y suspense que domina la trama.

Reed incidió en ello para mostrar el particular estado de la ciudad de Viena tras la II Guerra Mundial. Esa inestabilidad y falta de un claro liderazgo se tradujo en unas calles desérticas, casi más propias de una película de terror. Por otro lado, la primera apari-ción de Harry Lime en pantalla ha sido considerada como la mejor presentación de un personaje en la historia del cine.

Anton Karas nació el 7 de julio de 1906 en Viena. Hijo de un traba-

famación que le fue presentada a raíz de la crítica que escribió sobre La mascota del regimiento (John Ford, 1937), película en la que actuaba Shirley Temple con 9 años de edad. Greene alegaba que Temple exhibía "una sospechosa coquetería dentro de un bien formado, deseable y lleno de vitalidad pequeño cuerpo que preten-día atraer a hombres y clérigos de mediana edad". Hoy en día se considera la primera crítica contra la sexualización de los niños por parte de la industria del espectáculo.

A lo largo de su vida viajó a lo que él llamó los lugares salvajes y remotos del mundo. En 1935 estuvo en Liberia, lo que le sirvió para escribir su libro Viaje sin mapas. Una aventura por el corazón de Liberia (1940). Su estancia en Méjico en 1938 produjo dos li-bros: Caminos sin ley (1939) y El poder y la gloria (1940). Había sido reclutado por el MI6 (Servicio de Inteligencia Británico) gra-cias a su hermana Elisabeth que trabajaba para la organización; y fue enviado a Sierra Leona durante la II Guerra Mundial. Kim Philby, bajo cuyas órdenes había trabajado persiguiendo nazis en Portugal en 1943 y que más tarde se revelaría como un agente soviético, fue su amigo en el MI6, dedicándole la introducción a su memoria en Mi guerra silenciosa (1968).

Tras ser víctima de un timador financiero, en 1966 se marchó a vivir a Antibes (Francia) para estar cerca de Yvonne Cloetta, a quien había conocido diez años antes y con la que mantuvo una relación hasta su muerte. Graham Greene falleció el 3 de abril de 1991 a los 86 años a causa de la leucemia. Ambos vivían en Vevey (Suiza) localidad en la que también residía Charles Chaplin y su amigo y confesor, el sacerdote español, Leopoldo Durán.

Graham Greene hizo un pequeño papel como representante de una compañía de seguros en la película de François Truffaut La noche americana (1973). En 1974 fue considerado como posible candidato al Premio Nobel de Literatura, aunque en 1981 le fue entregado el Premio Jerusalem, otorgado a escritores preocupados por "la libertad de los individuos en la sociedad" y en 1986 fue galardonado con la Orden del Mérito Británico. Uno de sus últimos trabajos fue J'Accuse — The Dark Side of Nice (1982), sobre un asunto legal en el cual él y su familia se vieron envueltos cerca de dicha locali-dad de la Costa Azul, denunciando que el crimen organizado estaba floreciendo en la ciudad y que el gobierno protegía la corrupción tanto policial como jurídica. Perdió la demanda por difamación, siéndole reconocida después de su muerte cuando en 1994 el ex-alcalde de Niza fue condenado por corrupción y otros delitos aso-ciados, ingresando en prisión.

LA OBRA LITERARIA DE GRAHAM GREENE

La literatura era para él un medio de escapar de la monotonía y la mediocridad. El tema recurrente de sus novelas fue, en efecto, el filo peligroso de las cosas: el crimen, la traición, la deslealtad, el espionaje, la violencia; y con ellos, los sentimientos de culpa y arrepentimiento, la ansiedad y el sufrimiento moral, la necesidad de elegir entre el bien y el mal. Greene tejió los personajes que conoció y los lugares en los que vivió en la trama de sus novelas.

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jador del automóvil, su vocación inicial era tocar el órgano pero fue el encuentro fortuito de una cítara en el ático de su abuela y la falta de dinero lo que le permitió recibir clases de ese instrumento. Actuó con ella siendo un adolescente en las tabernas vienesas durante las décadas que siguieron a la depresión económica, la anexión nazi de Austria y la guerra.

Durante la búsqueda de localizaciones para su película, Carol Reed escuchó tocar a Karas en una taberna y lo eligió para que compu-siera la música de la película a partir de la pieza que había sido escrita por el compositor a finales de la década de 1920, pero el resultado obtenido al sincronizar la banda sonora con las imágenes no fue del gusto del director por lo que Anton Karas tuvo que pasar doce semanas en Londres para hacer todos los arreglos necesa-rios, sintiéndose preso del cineasta.

Ninguna discográfica se había interesado por la emisión de la música de la película anteriormente, pero tras su exitoso estreno, se registraron diversas solicitudes y Karas grabó para Dec-ca/London Records. El single The Third Man, también conocido como The Harry Lime Theme, vendió más de un millón de copias sólo en el Reino Unido. La música allanó el camino para que en 1950 la película se abriera al mercado estadounidense, donde se convir-tió también en un rotundo éxito. Karas había regresado a Viena después de realizar su trabajo en Londres y se sorprendió al reci-bir propuestas para actuar en conciertos en Inglaterra y Estados Unidos. Pero la sociedad vienesa no vio con buenos ojos una pelícu-la que en lugar de mostrar un período de opulencia como el reinado de la casa de Habsburgo se centraba en la humillante decadencia de posguerra, en un momento en el que la cítara tampoco gozaba de gran popularidad.

Con todo ello, en 1950 realizó una gira en la que tocó para Winston Churchill y la familia real británica y grabó otros dos álbumes, ninguno de los cuales se vendió. Pasó el resto de su vida como una celebridad muy querida en Viena, deleitando al público con actua-ciones normalmente basadas en valses vieneses y operetas de Strauss, Millöcker, Zeller, Kálmán, Lehár y dejando para el final el tema de El tercer hombre. Con las ganancias obtenidas de la película y el disco, el compositor se compró un heuriger (especie de taberna) llamado, obviamente, El tercer hombre.

A pesar de los muchos extranjeros que recibía, el rechazo de sus conciudadanos le fue llevando progresivamente a la quiebra, ini-ciando un período de juicios y demandas, hasta que perdió su nego-cio y cayó en el ostracismo. Después de más de una década recu-peró la gloria anterior cuando en 1976 le otorgaron la Medalla de Oro de la Ciudad de Viena. El 9 de enero de 1985 Anton Karas falle-ció a los 78 años en su localidad natal tras una larga enfermedad, siendo enterrado con su primera cítara.

OTRAS NOVELAS: El nombre de la acción (1930, repudiada por el autor, nunca reeditada), Rumour at Nightfall (1932, repudiada por el autor, nunca reeditada), Campo de Batalla (1934), Inglaterra y yo (1935), Recorrido sin mapas (1935), Una pistola en venta (1936), Brighton, parque de atracciones (1938), El agente confi-dencial (1939), El ministerio del miedo (1943), El revés de la trama (1948), El tercer hombre (1950), Veintiún cuentos (colec-ción de cuentos cortos) (1954), El americano impasible (1955), El perdedor gana (1955), El libro de cabecera del espía (1957), Nuestro hombre en La Habana (1958), Un caso acabado (1961), Los comediantes (1967), Viajes con mi tía (1969), El cónsul ho-norario (1973), El factor humano (1978), El Dr. Fischer de Gine-bra (1980), Monseñor Quijote (1982), El décimo hombre (1985) y El capitán y el enemigo (1988).

TEATRO: The living room, (1953), The potting shed, (1957), The complaisant lover, (1959), Carving a statue, (1964), The return of A. Rafles, (1975).

AUTOBIOGRAFÍAS: Una especie de vida (1971), Vías de escape (1980), Historia de un enredo (1984), Un mundo propio (póstu-ma) (1992). En octubre de 2004 se publicó el tercer y último volu-men de La vida de Graham Greene por Norman Sherry, su biógra-fo oficial, en la que revelaba que Greene continuó enviando infor-mes a los servicios de espionaje británicos hasta el final de sus días.

GUIONES CINEMATOGRÁFICOS: 21 días juntos (Basil Dean, 1940) basado en la novela de John Galsworthy; Brighton Rock (John Bouting, 1947); El ídolo caído (Carol Reed, 1948); El tercer hombre (Carol Reed, 1949); No se case en Montecarlo (Ken Annakin, 1956); Santa Juana (Otto Preminger, 1957) basado en la obra de teatro de George Bernard Shaw; Nuestro hombre en La Habana (Carol Reed, 1959) y Los comediantes (Peter Glenville, 1967).

ADAPTACIONES CINEMATOGRÁFICAS DE SUS NOVELAS: Contratado para matar (Frank Tuttle, 1942), El ministerio del miedo (Fritz Lang, 1944), Brighton Rock (John Bouting, 1947), The Man Within (Bernard Knowles, 1947), El ídolo caído (Carol Reed, 1948), El ter-cer hombre (Carol Reed, 1949), Vivir un gran amor (Edward Dmytryk, 1955), No se case en Montecarlo (Ken Annakin, 1956), Atajo al infierno (James Cagney, 1957), El americano tranquilo (Joseph L Mankiewicz, 1958), Nuestro hombre en La Habana (Ca-rol Reed, 1959), Los comediantes (Peter Glenville, 1967), El poder y la gloria (Mark Daniels, 1961), Viajes con mi tía (George Cukor, 1972), El factor humano (Otto Preminger, 1979), El cónsul hono-rario (John Mackenzie, 1983), El Dr. Fischer de Ginebra (Michael Lindsay-Hogg, 1985), Monseñor Quijote (Rodney Bennett, 1987), El décimo hombre (Jack Gold, 1988), El fin del romance (Neil Jor-dan, 1999) y El americano impasible (Phillip Noyce, 2002).

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La actriz italiana Alida Valli na-ció en el seno de una familia noble en Pula (entonces de Italia, hoy de Croacia) el 31 de mayo de 1921 y fue bautizada con el nom-bre de baronesa Alida Maria Laura Altenburger von Mar-ckenstein-Frauenberg del Sacro Imperio Romano de la Nación Alemana. Cuando su padre murió, su madre y ella se trasladaron a Roma.

Joseph Cheshire Cotten nació el 15 de mayo de 1905 en el seno de una acomodada familia de Pe-tersburg, (Virginia, EEUU). Tras estudiar interpretación, trabajó de publicista y crítico de teatro en el Miami Herald antes de debutar en Broadway en 1930. Conoció a Orson Welles en 1934 y trabajó en la compañía de teatro Mercury fundada por éste.

Con 8 años empezó a participar en funciones de teatro benéficas y con apenas 13 se produjo su debut cinematográfico en El sombre-ro de tres picos (Mario Camerini, 1934) y la siguiente fue Los dos sargentos (Enrico Guazzoni, 1936). Tiempos pasados (Mario Sol-dati, 1941) le valió un premio a la mejor interpretación en el Festival de Venecia. También trabajó en las películas: A través de las un-bes (Goffredo Alessandrini, 1942), Las dos huerfanitas (Carmine Gallone, 1942), Canto a la vida (Carmine Gallone, 1945) y Eugenia Grandet (Mario Soldati, 1946). Idealizada por Mussolini, (la conside-raba como la actriz más bella del mundo), durante la Segunda Guerra Mundial dejó de hacer películas para evitar que el gobierno italiano la utilizara como propaganda fascista y tuvo que esconder-se por temor a que la detuvieran.

Ya avanzados los años cuarenta, Alida Valli saltó al mercado inter-nacional de la mano de las producciones de Hollywood El proceso Paradine (Alfred Hitchcock, 1947), El tercer hombre (Carol Reed, 1949), El milagro de las campanas (Irving Pichel, 1948) y La mon-taña trágica (Ted Tezlaff, 1950). De vuelta a Europa, Alida protago-nizó Los milagros ocurren sólo una vez (Yves Allégret, 1951), Senso (Luchino Visconti, 1953), El grito (Michelangelo Antonioni, 1957), Tiempos de ira (René Clément, 1958), Los ojos sin rostro (Georges Franju, 1959), Diálogos de Carmelitas (Philippe Agostini y Raymond Leopold Bruckberger, 1960), Ofelia (Claude Chabrol, 1963), Edipo, el hijo de la fortuna (Pier Paolo Pasolini, 1967), La estrategia de la araña (Bernardo Bertolucci, 1970), Novecento (Bernardo Bertolucci, 1976), El puente de Cassandra (George Pan Cosmatos, 1976), Suspiria (Dario Argento, 1977), La Luna (Bernar-do Bertolucci, 1979) y Aquella casa en las afueras (Eugenio Martín, 1980). Estuvo dedicada al cine hasta pocos años antes de morir, siendo una de sus últimas apariciones destacadas Un mes en el lago de (John Irvin, 1995) y Semana Santa (Pepe Danquart, 2002).

Alida Valli también fue muy conocida en Italia por su trabajo en los

En el teatro interpretó papeles principales en obras como Jezabel de Owen Davis, Julio César de William Shakespeare, La fiesta del zapatero de Thomas Dekker, La muerte de Danton de George Büchner, Historias de Filadelfia —junto a Katherine Hepburn—, de Philip Barry y Sabrina Fair de Samuel A. Taylor.

Debutó en el cine con Too Much Johnson (1938) dirigido por su gran amigo Orson Welles y con el que colaboró en cinco ocasiones más: Ciudadano Kane (1941), El cuarto mandamiento (1942), Es-tambul (Norman Foster, Orson Welles, 1943) cuyo guión escribie-ron juntos, Sed de mal (1958) y Fraude (1973).

De porte elegante, mirada indolente y voz de barítono, en 1931 fue portada de la revista The American. Su presencia fue clave en el éxito de películas como Lydia (Julien Duvivier, 1941), La sombra de una duda (Alfred Hitchcock, 1942), Luz que agoniza (George Cukor, 1944), Desde que te fuiste (John Cromwell, 1944), Cartas a mi amada (William Dieterle, 1945), Duelo al sol (King Vidor, 1946), Un destino de mujer (H. C. Poter, 1947), Jennie (William Dieterle, 1948), Mas allá del bosque (King Vidor, 1949), Atormentada (Al-fred Hitchcock, 1949), Entre dos juramentos (Robert Wise, 1950), Trampa de acero (Andrew L. Stone, 1952), Niágara (Henry Hatha-way, 1953), Barreras de orgullo (Henry Hathaway, 1956), De la tierra a la luna (Byron Haskin, 1958), El ángel vestido de rojo (Nunnally Johnson, 1960), El último atardecer (Robert Aldrich, 1961), Canción de cuna para un cadáver (Robert Aldrich, 1964), El Óscar (Russell Rouse, 1966), Petulia (Richard Lester, 1968), Lati-tud Cero (Donde el mundo acaba) (Ishirô Honda, 1969), Tora! Tora! Tora! (Richard Fleischer, Kinji Fukasaku, Toshio Masuda, 1970), La ciudad bajo el agua (Irwin Allen, 1971), El abominable Dr. Phibes (Robert Fuest, 1971), Sembrando ilusiones (Luigi Comenci-ni, 1972), Un equilibrio delicado (Tony Richardson, 1973), Cuando el destino nos alcance (Richard Fleischer, 1973), Alerta misiles (Robert Aldrich, 1977), Aeropuerto 77 (Jerry Jameson, 1977), Pa-saje para un coche fúnebre (George Bowers, 1980), La puerta del

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escenarios representado obras de Ibsen, Pirandello, John Osborne y Arthur Miller, entre otras. Fue condecorada con los títulos de Doctor Honoris Causa por la Universidad de Roma, Caballero de las Artes de Francia y Caballero de la República Italiana. En 1997 reci-bió el León de Oro del Festival de Venecia a toda su carrera cine-matográfica.

En el año 1944 se casó con el músico Oscar de Mejo con el que tuvo dos hijos y del que se divorció en el año 1952. En 1953 se vio en-vuelta en el escándalo de Wilma Montesi, una joven que fue hallada muerta en extrañas circunstancias en Ostia. Un turbio caso de drogas y sexo que conmocionó a la alta sociedad italiana ya que estaba involucrado el hijo del ministro italiano de Asuntos Exterio-res y cuya coartada fue ella. Esto dañó su carrera. En 1960 se casó con el director Giancarlo Zagni divorciándose en 1970. Alida Valli falleció en Roma el 22 de abril de 2006.

cielo (Michael Cimino, 1980) y su última película The Survivor (David Hemmings, 1981).

Joseph Cotten estuvo casado con la pianista Lenore Kipp desde 1931 hasta la muerte de ésta aquejada de leucemia en 1960. Ese mismo año se casó con la actriz británica de origen canario Patri-cia Medina, matrimonio que duró hasta el fallecimiento del actor. No tuvo hijos.

En 1981 sufrió un infarto cardíaco seguido de un derrame cerebral lo que le afectó al habla y, más adelante, el cáncer dañó su gargan-ta. Tras varios años de rehabilitación, recuperó el habla pero no el tono de voz tan característico en él. Joseph Cotten falleció el 6 de febrero de 1994 a causa de una neumonía en Los Ángeles, sin reci-bir por parte de sus compañeros de Hollywood el homenaje que merecía. Tenía 88 años.

George Orson Welles nació el 6 de mayo de 1915 en Kenosha (Wis-consin, EEUU). Hijo de una pianista y un inventor e industrial, quedó marcado por el divor-cio de sus padres a los cuatro años, la muerte de su madre a los nueve y la de su padre alcohólico a los quince. Su hermano mayor Dickie fue recluido en una institución psiquiátrica debido a sus problemas mentales. En 1931 se marchó a Irlanda para practicar la pintura y, tras falsificar sus datos, debutó como actor en un pres-tigioso teatro de Dublín. En 1932 volvió a su país y trabajó en el teatro y en la radio. En 1937, junto a un socio, fundó la compañía de teatro Mercury y con el plantel de actores, en el que se encontraba su amigo Joseph Cotten, el 30 de octubre de 1938 provocó un increíble pánico entre los oyentes con la retrasmisión radiofónica de La guerra de los mundos de H. G. Wells, lo que le valió un contrato en Hollywood.

Con tan sólo 19 años comenzó su carrera en el cine como director y actor con el corto Corazones del tiempo (1934) y le siguieron: Too Much Johnson (1938), Ciudadano Kane (1941), El cuarto mandamiento (1942), Estambul (1943) junto a Norman Foster, El extraño (1946), La dama de Shanghai (1947), Macbeth (1949), Cagliostro (1949), Othello (1952), Mister Arkadin (1955), Sed de mal (1958), El proceso (1962), Campanadas a medianoche (1965), Una historia inmortal (1968), Al otro lado del viento (1972), Fraude (1973) y Don Quijote de Orson Welles (1992) que fue acabada por Jesús Franco.

Como actor trabajó en las películas: Alma rebelde (Robert Steven-

Trevor Wallace Howard-Smith, fue un actor inglés de cine, teatro y televisión. Hijo de un corredor de seguros,

nació el día 29 de septiembre de 1913 en Cliftonville, condado de Kent (Inglaterra). Educado en el Clifton College, Bristol, posterior-mente entró en la Real Academia británica de arte dramático y su debut fue, como el de tantos actores, en el teatro en 1934. Durante 10 años estuvo representando diversas obras teatrales hasta que en 1944 debutó en el cine con un papel de reparto en la película Hacia adelante del director Carol Reed y con David Niven y Peter Ustinov como compañeros. Con este director trabajó en tres oca-siones más: El tercer hombre (1949), Desterrado de las islas (1952) y La llave (1958), película con la que Howard consiguió su único premio BAFTA.

Inicialmente, fue rechazado para realizar el servicio militar, pero en 1940 fue llamado a filas para servir como segundo teniente en el Cuerpo de Señales del ejército británico. Se decía que había parti-cipado en la acción e incluso que había sido condecorado con la Cruz Militar, sin embargo, según una biografía escrita por Terence Pettigrew en 2001, tras consultar los archivos de su historial du-rante la guerra, Pettigrew sugería que Howard fue despedido del servicio en 1943 debido a "inestabilidad mental" y que los éxitos militares fueron inventados por sus publicistas. Irónicamente, el actor interpretó en la pantalla papeles de oficiales británicos sóli-dos e imperturbables como: el mayor Calloway de El tercer hom-bre, el capitán Thomson de El infierno de los héroes (1955), el capitán Bligh de Rebelión a bordo (1962), Lord Cardigan en La última carga (1968) e incluso un anciano guerrero Cheyenne en

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son, 1943), Sueños de gloria (A. Edward Sutherland, 1944), El tercer hombre (Carol Reed, 1949), La rosa negra (Henry Hatha-way, 1950), El rey Lear (Andrew McCullough, 1953), Tres casos de asesinato (George More O’Ferrall, 1955), Moby Dick (John Huston, 1956), Las raíces del cielo (John Huston, 1958), El largo y cálido verano (Martin Ritt, 1958), Impulso criminal (Richard Fleischer, 1959), David y Goliat (Richard Pottier, 1960), Austerlitz (Abel Gance, 1960), Rey de reyes (Nicholas Ray, 1961), Hotel Interna-cional (Anthony Asquith, 1963), ¿Arde París? (René Clemént, 1966), Un hombre para la eternidad (Fred Zinnermann, 1966), Casino Royale (John Huston, 1967), La estrella del sur (Sidney Hayers, 1969), La batalla del río Neretva (Veljko Bulajic, 1969), La carta del Kremlin (John Huston, 1970), La década prodigiosa (Claude Chabrol, 1971), Beeman, el magnífico (Brian De Palma, 1972), La isla del tesoro (John Hugh, 1972), El viaje de los maldi-tos (Stuart Rosenberg, 1976), El secreto de Tesla (Krsto Papic, 1980) y La marca de la mariposa (Matt Cimber, 1982).

En la vida de Orson Welles hubo muchas mujeres. Entre 1934 y 1940 estuvo casado con Virginia Nicolson con la que tuvo a su hija Chris-topher Welles Feder. Tuvo una relación con la actriz mejicana Dolo-res del Río (1938-1942), según él, el amor de su vida. Con Rita Hayward tuvo un tortuoso matrimonio entre 1943 y 1947 del que nació su hija Rebecca Welles Manning. En 1955 se casó con Paola Mori tras la insistencia de los padres de ella al quedarse embara-zada de su hija Rebecca Welles, nunca se divorciaron. La actriz croata Oja Kodar fue la mujer con la compartió 19 años de su vida. Su único hijo Michael Lindsay-Hogg, no reconocido, nació fuera del matrimonio fruto de una relación con una actriz casada.

Orson Welles falleció el 9 de octubre de 1985 de un ataque al cora-zón en Los Ángeles. Lo encontraron postrado encima de su máquina de escribir. Sus cenizas fueron depositadas en Ronda (Málaga) en la finca San Cayetano, propiedad de su amigo el matador de toros Antonio Ordóñez.

Orson Welles recibió el Óscar al Mejor Guión Original por Ciuda-dano Kane en 1941 y el Óscar Honorífico 1971 a la Trayectoria Pro-fesional. En 1952 su película Othello recibió la Palma de Oro del Festival de Cannes y en 1959 fue galardonado con el Premio al Mejor Actor del Festival de Cannes por Impulso Criminal.

Wildwalker (1981).

En 1945 apareció en Más allá de las nubes junto a Michael Redgra-ve. Su físico le abrió las puertas como galán y el reconocimiento del público le llegó ese mismo año cuando David Lean le ofreció el papel protagonista del doctor Alec Harvey en Breve encuentro (1945). Tras este papel su carrera despegó, llegando a aparecer en cerca de 100 películas para cine y televisión: Me hicieron un fugi-tivo (1947), Amigos apasionados (David Lean, 1949), Odette (1950), Trágica obsesión (1951), Los amantes del río Tajo (1955), La vuelta al mundo en 80 días (1956), Huida hacia el sol (1956), Policía internacional (1957), Las raíces del cielo (John Huston, 1958).

Sin duda, es memorable su interpretación del borracho Walter Mo-rel en la adaptación de la obra de D. H. Lawrence Hijos y amantes (1960), interpretación por la cual se ganó su primera y única nomi-nación a los Oscar. El león (1962), Invincible Mr. Disraeli (1963), Hedda Gabler (1963), Operación Whisky (1964), Morituri (1965), El coronel Von Ryan (1965), Las flores del diablo (1966), La ba-talla de Inglaterra (1969), La hija de Ryan (David Lean, 1970), María, Reina de Escocia (1971), Luis II de Baviera, el rey loco (Luchino Visconti, 1972), La ofensa (Sidney Lumet, 1972), Chantaje contra una esposa (Joseph Losey, 1973), El conde de Montecris-to (1975), Culpable sin rostro (1975), Jaque a la reina (1975), Ases del cielo (1976), Mi bello legionario (Marty Feldman, 1977), Superman: la película (Richard Donner, 1978), Lobos marinos (1980), El gran golpe de los teleñecos (1981), Dentro del Tercer Reich (1982). En Gandhi (Richard Attenborough, 1982) representó el papel del juez Broomfield. Pedro el Grande (1986) y El amane-cer (1988).

Trevor se casó en el año 1944 con Helen Cherry, con quien convivió hasta su muerte. Hombre sencillo de escrupulosa privacidad, decli-nó el título de Sir británico y tan sólo especificaba en sus contratos no trabajar siempre que hubiese un partido internacional de cri-cket. Murió a causa de una bronquitis el 7 de enero de 1988 en Bus-hey, en el condado de Hertfordshire.

DOCUMENTO DISEÑADO Y REALIZADO POR VICENTA HERNÁNDEZ. CLUB DE LITERATURA Y CINE “LEER EN IMÁGENES”. MÉRIDA