El sueño de

María(Pasa automáticamente)

Tuve un sueño, José, no lo pude comprender, realmente no. Creo que se trataba del nacimiento de nuestro hijo. La gente estaba haciendo los preparativos con casi seis semanas de anticipación, decoraban las casas, compraban ropa nueva, salían de compras muchas veces y adquirían sofisticados regalos.

Algo insólito, pues los regalos no eran para nuestro hijo; los envolvían con finísimos papeles, los adornaban con preciosas cintas, todo lo colocaban debajo de un árbol.Sí José, un árbol, dentro de sus casas, ¡decoraban el árbol tan bien! De las ramas colgaban esferas, foquitos multicolores, adornos que brillaban, había una figura en lo alto del árbol, ¡me parecía un ángel!, en otros había una estrella, era verdaderamente hermoso.

La gente se sentía feliz, sonriente, todos se veían emocionados, intercambiaban regalos, pero José, ¡no quedó ninguno para nuestro hijo!. ¿Sabes? Creo que ni siquiera le conocían, nunca mencionaron su nombre.¿No te parece extraño que la gente se meta en tantos problemas para celebrar el cumpleaños de alguien que ni siquiera conoce?Tuve la extraña sensación de que si nuestro hijo hubiera estado en esa celebración, hubiese sido un intruso.

¡Se veía todo tan hermoso José, todo el mundo tan feliz!, pero yo..., yo sentí ganas de llorar.¡Qué tristeza para Jesús, no ser recordado y tal vez tampoco deseado en su propia fiesta de cumpleaños! Estoy contenta porque sólo fue un sueño, pero ¡qué terrible José, si eso hubiese sido realidad!…

Desconozco su autor

Pero ahora, José, que me he despertado de este mal sueño veo el nacimiento de nuestro hijo:

• en Aminatu Haidar que arriesga su vida por sacar de la marginación a su pueblo,• en los activistas de Green Peace que ingeniosamente hacen visible el peligro de una

destrucción del medioambiente,• en personas que apoyan el

Comercio Justo, la Banca Ética,• en internautas que firman en

contra de la nueva ley de extranjería española, y otras clases de denuncias a favor

de la dignidad de la persona,• en....

Ahora, José, que miro al mundo veo los regalos “desenvueltos”, sin papeles bonitos, ni cintas, ni... que le gustan a nuestro hijo:

• la resistencia de mi vecino parado hace un año que cada mañana saca fuerzas de flaqueza para seguir buscando curro,• la vida de una madre que arriesga salir de su país para ofrecer a sus hijos una vida mejor a pesar de no saber qué se va a encontrar,

• el sacrificio de unos voluntarios que dan apoyo

escolar a niños; que acogen, orientan y acompañan a los más vulnerables de sus barrios; que atraviesan el océano para buscar unos mínimos de dignidad para los más olvidados,• la mujer que renuncia a un

puesto de trabajo por ser coherente en su vida de compromiso con los más necesitados,

• los jóvenes, que a pesar de la precariedad que les ofrece el sistema, luchan para conseguir un salario digno y

una vida digna para hacer un proyecto de vida.

José, ahora veo que nuestro hijo no es un intruso en este mundo que parece dominado sólo por el consumismo, la explotación, la violencia de género, la marginación, la exclusión,.... si no que en Él se cumple la promesa que hizo de estar entre los más pobres. SU MISIÓN.

Delegación de Pastoral del Trabajo, Madrid