el sombrero de tres picos · –la prueba de que el tío repela tiene razón–observó en esto el...

164

Upload: others

Post on 25-Oct-2020

0 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Usuario Autorizado de HP
Pequentildeojpg

El sombrero de tres picos

Pedro Antonio de Alarcoacuten

El sombrero de tres picos

Primera edicioacuten Madrid 2002

Coleccioacuten Clasicos Hispanos

Numero 40

INDICE

Prefacio del autor

El sombrero de tres picos

I De cuando sucedio la cosa

II De coacutemo viviacutea entonces la gente

III Do it des

IV Una mujer vista por fuera

V Un hombre visto por fuera y por dentro

VI Habilidades de los coacutenyuges

VII El fondo de la felicidad

VIII El hombre del sombrero de tres picos

IX iexclArre burra

X Desde la parra

XI El bombardeo de Pamplona

XII Diezmos y primicias

XIII Le dijo el grajo al cuervo

XIV Los consejos de Garduntildea

XV Despedida en prosa

XVI Un ave de mal aguumlero

XVII Un alcalde de monterilla

XVIIIDonde se veraacute que el tiacuteo Lucas teniacutea el suentildeo muy ligero

XIX Voces clamantes in deserto

XX La duda y la realidad

XXI iexclEn guardia caballero

XXII Garduntildea se multiplica

XXIIIOtra vez el desierto y las consabidas voces

XXIV Un rey de entonces

XXV La estrella de Garduntildea

XXVI Reaccioacuten

XXVII iexclFavor al Rey

XXVIIIiexclAve Mariacutea PurisimaiexclLas doce y media y sereno

XXIX Post nubila Diana

XXX Una sentildeora de clase

XXXI La pena del talioacuten

XXXII La fe mueve las montantildeas

XXXIII Pues iquesty tuacute

XXXIV Tambien la Corregidora es guapa

XXXV Decreto Imperial

XXXVI Conclusioacuten moraleja y epiacutelogo

Anexos

Nota sobre el autor

PREFACIO DEL AUTOR Pocos espantildeoles aun contando a los menos sabios y leiacutedos desconoceraacuten la historieta vulgar que sirve de fundamento a la presente obrilla

Un zafio pastor de cabras que nunca habiacutea salido de la escondida Cortijada en que nacioacute fue el primero a quien nosotros se la oiacutemos referir Era el tal uno de aquellos ruacutesticos sin ningunas letras pero naturalmente ladinos y bufones que tanto papel hacen en nuestra literatura nacional con el dictado de piacutecaros Siempre que en la Cortijada habiacutea fiesta con motivo de boda o bautizo o de solemne visita de los amos tocaacutebale a eacutel poner los juegos de chasco y pantomima hacer las payasadas y recitar los Romances y Relaciones y precisamente en una ocasioacuten de estas (hace ya casi toda una vida es decir hace ya maacutes de treinta y cinco antildeos) tuvo a bien deslumbrar y embelesar cierta noche nuestra inocencia (relativa) con el cuento en verso de EL CORREGIDOR Y LA MOLINERA o sea de EL MOLINERO Y LA CORREGIDORA que hoy ofrecemos nosotros al puacuteblico bajo el nombre maacutes trascendental y filosoacutefico (pues asiacute lo requiere la gravedad de estos tiempos) de EL SOMBRERO DE TRES PICOS

Recordamos por sentildeas que cuando el pastor nos dio tan buen rato las muchachas casaderas alliacute reunidas se pusieron muy coloradas de donde sus madres dedujeron que la historia era algo verde por lo cual pusieron ellas al pastor de oro y azul pero el pobre Repela (asiacute se llamaba el pastor) no se mordioacute la lengua y contestoacute diciendo que no habiacutea por queacute escandalizarse de aquel modo pues nada resultaba de su Relacioacuten que no supiesen

hasta las monjas y hasta las nintildeas de cuatro antildeos

ndashY si no vamos a verndashpreguntoacute el cabrerondash iquest queacute se saca en claro de la historia de EL CORREGIDOR Y LA MOLINERA iexclQue los casados duermen juntos y que a ninguacuten marido le acomoda que otro hombre duerma con su mujer iexclMe parece que la noticia ndashiexclPues es verdadndashrespondieron las madres oyendo las carcajadas de sus hijas

ndashLa prueba de que el tiacuteo Repela tiene razoacutenndashobservoacute en esto el padre del noviondash es que todos los chicos y grandes aquiacute presentes se han enterado ya de que esta noche asiacute que se acabe el baile Juanete y Manolita estrenaraacuten esa hermosa cama de matrimonio que la tiacutea Gabriela acaba de ensentildear a nuestras hijas para que admiren los bordados de los almohadones

ndashiexclHay maacutesndashdijo el abuelo de la noviandash hasta en el libro de la Doctrina y en los mismos Sermones se habla a los nintildeos de todas estas cosas tan naturales al ponerlos al corriente de la larga esterilidad de Nuestra Sentildeora Santa Ana de la virtud del casto Joseacute de la estratagema de Judit y de otros muchos milagros que no recuerdo ahora Por consiguiente sentildeores

ndashiexclNada nada tiacuteo Repelandashexclamaron valerosamente las muchachasndash iexclDiga usted otra vez su Relacioacuten que es muy divertida

ndashiexclY hasta muy decentendashcontinuoacute el abuelo Pues en ella no se aconseja a nadie que sea malo ni se le ensentildea a serlo ni queda sin castigo el que lo es

ndashiexclVaya repiacutetala ustedndashdijeron al fin consistorialmente las madres de familia

El tiacuteo Repela volvioacute entonces a recitar el Romance y considerado ya su texto por todos a la luz de aquella criacutetica tan ingenua hallaron que no habiacutea pero que ponerle lo cual equivale a decir que le concedieron las licencias necesarias

Andando los antildeos hemos oiacutedo muchas y muy diversas versiones de aquella misma aventura de EL MOLINERO Y LA CORREGIDORA siempre de labios de graciosos de aldea y de cortijo por el orden del ya difunto Repela y ademaacutes la hemos leiacutedo en letras de molde en diferentes Romances de ciego y hasta en el famoso Romancero del inolvidable don Agustiacuten Duraacuten

El fondo del asunto resulta ideacutentico tragicoacutemico zumboacuten y terriblemente epigramaacutetico como todas las lecciones dramaacuteticas de moral de que se enamora nuestro pueblo pero la forma el mecanismo accidental los procedimientos casuales difieren mucho muchiacutesimo del relato de nuestro pastor tanto que este no hubiera podido recitar en la Cortijada ninguna de dichas versiones ni aun aquellas que corren impresas sin que antes se tapasen los oiacutedos las muchachas en estado honesto o sin exponerse a que sus madres le sacaran los ojos iexclA tal punto han extremado y pervertido los groseros patanes de otras provincias el caso tradicional que tan sabroso discreto y pulcro resultaba en la versioacuten del claacutesico Repela

Hace pues mucho tiempo que concebimos el propoacutesito de restablecer la verdad de las cosas devolviendo a la peregrina historia de que se trata su primitivo caraacutecter que nunca dudamos fuera aquel en que saliera mejor librado el decoro Ni iquestcoacutemo dudarlo Esta clase de Relaciones al rodar por las manos del vulgo nunca se desnaturalizan para hacerse maacutes bellas delicadas y decentes sino para estropearse y percudirse al contacto de la

ordinariez y la chabacaneriacutea

Tal es la historia del presente libro Conque metaacutemonos ya en harina quiero decir demos comienzo a la Relacioacuten de EL CORREGIDOR Y LA MOLINERA no sin esperar de tu sano juicio (iexcloh respetable puacuteblico) que despueacutes de haberla leiacutedo y heacutechote maacutes cruces que si hubieras visto al demonio (como dijo Estebanillo Gonzaacutelez al principiar la suya) la tendraacutes por digna y merecedora de haber salido a luz Julio de 1874

I De cuando sucedio la cosa

Comenzaba este largo siglo que ya va de vencida No se sabe fijamente el antildeo solo consta que era despueacutes del de 4 y antes del de 8

Reinaba pues todaviacutea en Espantildea don Carlos IV de Borboacuten por la gracia de Dios seguacuten las monedas y por olvido o gracia especial de Bonaparte seguacuten los boletines franceses Los demaacutes soberanos europeos descendientes de Luis XIV habiacutean perdido ya la corona (y el Jefe de ellos la cabeza) en la deshecha borrasca que corriacutea esta envejecida parte del mundo desde 1789

Ni paraba aquiacute la singularidad de nuestra patria en aquellos tiempos El Soldado de la Revolucioacuten el hijo de un oscuro abogado corso el vencedor en Rivoli en las Piraacutemides en Marengo y en otras cien batallas acababa de centildeirse la corona de Carlo Magno y de transfigurar completamente la Europa creando y suprimiendo naciones borrando fronteras inventando dinastiacuteas y haciendo mudar de forma de nombre de sitio de costumbres y hasta de traje a los pueblos por donde pasaba en su corcel de guerra como un terremoto animado o como el Antecristo que le llamaban las Potencias del Norte Sin embargo nuestros padres (Dios los tenga en su santa Gloria) lejos de odiarlo o de temerle complaciacuteanse auacuten en ponderar sus descomunales hazantildeas como si se tratase del heacuteroe de un Libro de Caballeriacuteas o de cosas que sucediacutean en otro planeta sin que

ni por asomos recelasen que pensara nunca en venir por acaacute a intentar las atrocidades que habiacutea hecho en Francia Italia Alemania y otros paiacuteses Una vez por semana (y dos a lo sumo) llegaba el correo de Madrid a la mayor parte de las poblaciones importantes de la Peniacutensula llevando alguacuten nuacutemero de la Gaceta (que tampoco era diaria) y por ella sabiacutean las personas principales (suponiendo que la Gaceta hablase del particular) si existiacutea un Estado maacutes o menos allende el Pirineo si se habiacutea rentildeido otra batalla en que peleasen seis u ocho Reyes y Emperadores y si Napoleoacuten se hallaba en Milaacuten en Bruselas o en Varsovia Por lo demaacutes nuestros mayores seguiacutean viviendo a la antigua espantildeola sumamente despacio apegados a sus rancias costumbres en paz y en gracia de Dlos con su Inquisicioacuten y sus Frailes con su pintoresca desigualdad ante la Ley con sus privilegios fueros y exenciones personales con su carencia de toda libertad municipal o poliacutetica gobernados simultaacuteneamente por insignes Obispos y poderosos Corregidores (cuyas respectivas potestades no era muy faacutecil deslindar pues unos y otros se metiacutean en lo temporal y en lo eterno) y pagando diezmos primicias alcabalas subsidios mandas y limosnas forzosas rentas rentillas capitaciones tercias reales gabelas frutos civiles y hasta cincuenta tributos maacutes cuya nomenclatura no viene a cuento ahora

Y aquiacute termina todo lo que la presente historia tiene que ver con la militar y poliacutetica de aquella eacutepoca pues nuestro uacutenico objeto al referir lo que entonces sucediacutea en el mundo ha sido venir a parar a que el antildeo de que se trata (supongamos que el de 1805) imperaba todaviacutea en Espantildea el antiguo reacutegimen en todas las esferas de la vida puacuteblica y particular como si en medio de tantas novedades y trastornos el Pirineo se hubiese convertido en otra Muralla de la China

II De coacutemo viviacutea entonces la gente

En Andaluciacutea por ejemplo (pues precisamente acontecioacute en una ciudad de Andaluciacutea lo que vais a oiacuter) las personas de suposicioacuten continuaban levantaacutendose muy temprano yendo a la Catedral a Misa de prima aunque no fuese diacutea de precepto almorzando a las nueve un huevo frito y una jiacuteraca de chocolate con picatostes comiendo de una a dos de la tarde puchero y principio si habiacutea caza y si no puchero solo durmiendo la siesta despueacutes de comer paseando luego por el campo yendo al Rosario entre dos luces a su respectiva parroquia tomando otro chocolate a la Oracioacuten (eacuteste con bizcochos) asistiendo los muy encopetados a la tertulia del Corregidor del Deaacuten o del tiacutetulo que residiacutea en el pueblo retiraacutendose a casa a las Aacutenimas cerrando el portoacuten antes del toque de la queda cenando ensalada y guisado por antonomasia si no habiacutean entrado boquerones frescos y acostaacutendose incotinenti con su sentildeora (los que la teniacutean) no sin hacerse calentar primero la cama durante nueve meses del antildeo

iexclDichosiacutesimo tiempo aquel en que nuestra tierra seguiacutea en quieta y paciacutefica posesioacuten de todas las telarantildeas de todo el polvo de toda la polilla de todos los respetos de todas las creencias de todas las tradiciones de todos los usos y de todos los abusos santificados por los siglos iexclDichosiacutesimo tiempo aquel en que habiacutea en la sociedad humana variedad de clases de afectos y de costumbres iexclDichosiacutesimo tiempo digo para los

poetas especialmente que encontraban un entremeacutes un sainete una comedia un drama un auto sacramental o una epopeya detraacutes de cada esquina en vez de esta prosaica umformidad y desabrido realismo que nos legoacute al cabo la Revolucioacuten Francesa iexclDichosiacutesimo tiempo siacute

Pero esto es volver a las andadas Basta ya de generalidades y de circunloquios y entremos resueltamente en la historia del Sombrero de tres picos

III Do it des En aquel tiempo pues habiacutea cerca de la ciudad un famoso molino harinero (que ya no existe) situado como a un cuarto de legua de la poblacioacuten entre el pie de suave colina poblada de guindos y cerezos y una fertiliacutesima huerta que serviacutea de margen (y algunas veces de lecho) al titular intermitente y traicionero riacuteo

Por varias y diversas razones haciacutea ya alguacuten tiempo que aquel molino era el predilecto punto de llegada y descanso de los paseantes maacutes caracterizados de la mencionada ciudad Primeramente conduciacutea a eacutel un camino carretero menos intransitable que los restantes de aquellos contornos En segundo lugar delante del molino habiacutea una plazoletilla empedrada cubierta por un parral enorme debajo del cual se tomaba muy bien el fresco en el verano y el sol en el invierno merced a la alternada ida y venida de los paacutempanos En tercer lugar el Molinero era un hombre muy respetuoso muy discreto muy fino que teniacutea lo que se llama don de gentes y que obsequiaba a los sentildeores que soliacutean honrarlo con su tertulia vespertina ofrecieacutendoles lo que daba el tiempo ora habas verdes ora cerezas y guindas ora lechugas en rama y sin sazonar (que estaacuten muy buenas cuando se las acompantildea de macarros de pan de aceite macarros que se encargaban de enviar por delante sus sentildeoriacuteas) ora melones ora uvas de aquella misma parra que les serviacutea de dosel ora rosetas de maiz si era invierno y castantildeas asadas y almendras y nueces y de vez en cuando en las tardes friacuteas un trago de vino de pulso (dentro ya de la casa y al amor de la lumbre) a lo que por Pascuas se soliacutea antildeadir alguacuten pestintildeo alguacuten mantecado algun rosco o alguna lonja de jamoacuten alpujarrentildeo

ndashiquestTan rico era el Molinero o tan imprudentes sus tertulianosndashexclamareacuteis interrumpieacutendome

Ni lo uno ni lo otro El Molinero solo teniacutea un pasar y aquellos caballeros eran la delicadeza y el orgullo personificados Pero en unos tiempos en que se pagaban cincuenta y tantas contribuciones diferentes a la Iglesia y al Estado poco arriesgaba un ruacutestico de tan claras luces como aqueacutel en tenerse ganada la voluntad de Regidores Canoacutenigos Frailes Escribanos y demaacutes personas de campanillas Asiacute es que no faltaba quien dijese que el tiacuteo Lucas (tal era el nombre del Molinero) se ahorraba un dineral al antildeo a fuerza de agasajar a todo el mundo

ndash Vuestra Merced me va a dar una puertecilla vieja de la casa que ha derribado deciacuteale a uno Vuestra Sentildeoriacuteandashdeciacuteale a otrondashva a mandar que me rebajen el subsidido o la alcabala o la contribucioacuten de frutos-civiles Vuestra Reverencia me va a dejar coger en la huerta del Convento una poca hoja para mis gusanos de seda Vuestra Ilustriacutesima me va a dar permiso para traer una poca lentildea del monte X Vuestra Paternidad me va a poner dos letras para que me permitan cortar una poca de madera en el pinar H Es menester que me haga Usarceacute una escriturilla que no me cueste nada Este antildeo no puedo pagar el censo Espero que el pleito se falle a mi favor Hoy le he dado de bofetadas a uno y creo que debe ir a la caacutercel por haberme provocado iquestTendriacutea su Merced tal cosa de sobra iquestLe sirve a Usted de algo tal otra iquestMe puede prestar la mula iquestTiene ocupado mantildeana el carro iquestLe parece que enviacutee por el burro

Y estas canciones se repetiacutean a todas horas obteniendo siempre por contestacioacuten un generoso y desinteresado Como se pide

Conque ya veis que el tiacuteo Lucas no estaba en camino de arruinarse

IV Una mujer vista por fuera

La uacuteltima y acaso la maacutes poderosa razoacuten que teniacutea el seroriacuteo de la Ciudad para frecuentar por las tardes el molino del tiacuteo Lucas era que asiacute los cleacuterigos como los seglares empezando por el sentildeor Obispo y el sentildeor Corregidor podiacutean contemplar alliacute a sus anchas una de las obras maacutes bellas graciosas y admirables que hayan salido jamaacutes de las manos de Dios llamado entonces el Ser Supremo por Jovellanos y toda la escuela afrancesada de nuestro paiacutes

Esta obra se denominaba la sentildeaacute Frasquita

Empiezo por responderos de que la sentildeaacute Frasquita legiacutetima esposa del tiacuteo Lucas era una mujer de bien y de que asiacute lo sabiacutean todos los ilustres visitantes del molino Digo maacutes ninguno de eacutestos daba muestras de considerarla con ojos de varoacuten ni con trastienda pecaminosa Admiraacutebanla siacute y requebraacutebanla en ocasiones (delante de su marido por supuesto) lo mismo los frailes que los caballeros los canoacutenigos que los golillas como un prodigio de belleza que honraba a su Criador y

como una diablesa de travesura y coqueteriacutea que alegraba inocentemente los espiacuteritus maacutes melancoacutelicos Es un hermoso animal soliacutea decir el virtuosiacutesimo Prelado Es una estatua de la antiguumledad heleacutenica observaba un Abogado muy erudito Acadeacutemico correspondiente de la Historia Es la propia estampa de Eva prorrumpiacutea el Prior de los Franciscanos Es una real moza exclamaba el Coronel de milicias Es una sierpe una sirena iexclun demonio antildeadiacutea el Corregidor Pero es una buena mujer es un aacutengel es una criatura es una chiquilla de cuatro antildeos acababan por decir todos al regresar del molino atiborrados de uvas o de nueces en busca de sus teacutetricos y metoacutedicos hogares

La chiquilla de cuatro antildeos esto es la sentildeaacute Frasquita frisariacutea en los treinta Teniacutea maacutes de dos varas de estatura y era recia a proporcioacuten o quizaacute maacutes gruesa todaviacutea de lo correspondiente a su arrogante talla Pareciacutea una Niobe colosal y eso que no habiacutea tenido hijos pareciacutea un Heacutercules hembra pareciacutea una matrona romana de las que auacuten hay ejemplares en el Trastevere Pero lo maacutes notable en ella era la movilidad la ligereza la animacioacuten la gracia de su respetable mole Para ser una estatua como pretendiacutea el acadeacutemico le faltaba el reposo monumental Se cimbraba como un junco giraba como una veleta bailaba como una peonza Su rostro era maacutes movible todaviacutea y por lo tanto menos escultural Avivaacutebanlo donosamente hasta cinco hoyuelos dos en una mejilla otro en otra otro muy chico cerca de la comisura izquierda de sus rientes labios y el uacuteltimo muy grande en medio de su redonda barba Antildeadid a esto los picarescos mohines los graciosos guintildeos y las varias posturas de cabeza que amenizaban su conversacioacuten y formareacuteis idea de aquella cara llena de sal y de hermosura y radiante siempre de salud y alegriacutea

Ni la sentildeaacute Frasquita ni el tiacuteo Lucas eran andaluces ella era

navarra y eacutel murciano El habiacutea ido a la ciudad de a la edad de quince antildeos como medio paje medio criado del Obispo anterior al que entonces gobernaba aquella Iglesia Educaacutebalo su protector para cleacuterigo y tal vez con esta mira y para que no careciese de congrua dejoacutele en su testamento el molino pero el tiacuteo Lucas que a la muerte de Su Ilustriacutesima no estaba ordenado maacutes que de menores ahorcoacute los haacutebitos en aquel punto y hora y sentoacute plaza de soldado maacutes ganoso de ver mundo y correr aventuras que de decir Misa o de moler trigo En 1793 hizo la campantildea de los Pirineos Occidentales como Ordenanza del valiente General don Ventura Caro asistioacute al asalto de Castillo Pintildeoacuten y permanecioacute luego largo tiempo en las provincias del Norte donde tomoacute la licencia absoluta En Estella conocioacute a la sentildeaacute Frasquita que entonces soacutelo se llamaba Frasquita la enamoroacute se casoacute con ella y se la llevoacute a Andaluciacutea en busca de aquel molino que habiacutea de verlos tan paciacuteficos y dichosos durante el resto de su peregrinacioacuten por este valle de laacutegrimas y risas

La sentildeaacute Frasquita pues trasladada de Navarra a aquella soledad no habiacutea adquirido ninguacuten haacutebito andaluz y se diferenciaba mucho de las mujeres campesinas de los contornos Vestiacutea con maacutes sencillez desenfado y elegancia que ellas lavaba maacutes sus carnes y permitiacutea al sol y al aire acariciar sus arremangados brazos y su descubierta garganta Usaba hasta cierto punto el traje de las sentildeoras de aquella eacutepoca el traje de las mujeres de Goya el traje de la reina Mariacutea Luisa si no falda de medio paso falda de un paso solo sumamente corta que dejaba ver sus menudos pies y el arranque de su soberana pierna llevaba el escote redondo y bajo al estilo de Madrid donde se detuvo dos meses con su Lucas al trasladarse de Navarra a Andaluciacutea todo el pelo recogido en lo alto de la coronilla lo cual dejaba campear la gallardiacutea de su cabeza y de su cuello sendas arracadas en las diminutas orejas y muchas sortijas en los

afilados dedos de sus duras pero limpias manos Por uacuteltimo la voz de la sentildeaacute Frasquita teniacutea todos los tonos del maacutes extenso y melodioso instrumento y su carcajada era tan alegre y argentina que pareciacutea un repique de Saacutebado de Glorla

Retratemos ahora al tiacuteo Lucas

V Un hombre visto desde fuera

El tiacuteo Lucas era maacutes feo que Picio Lo habiacutea sido toda su vida y ya teniacutea cerca de cuarenta antildeos Sin embargo pocos hombres tan simpaacuteticos y agradables habraacute echado Dios al mundo Prendado de su viveza de su ingenio y de su gracia el difunto Obispo se lo pidioacute a sus padres que eran pastores no de almas sino de verdaderas ovejas Muerto Su Ilustriacutesima y dejado que hubo el mozo el Seminario por el Cuartel distinguioacutele entre todo su Ejeacutercito el General Caro y lo hizo su Ordenanza maacutes iacutentimo su verdadero criado de campantildea Cumplido en fin el empentildeo militar fuele tan faacutecil al tiacuteo Lucas rendir el corazoacuten de la sentildeaacute Frasquita como faacutecil le habiacutea sido captarse el aprecio del General y del Prelado La navarra que teniacutea a la sazoacuten veinte abriles y era el ojo derecho de todos los mozos de Estella algunos de ellos bastante ricos no pudo resistir a los continuos donaires a las chistosas ocurrencias a los ojillos de enamorado mono y a la bufona y constante sonrisa llena de malicia pero tambieacuten de dulzura de aquel murciano tan atrevido tan locuaz tan avisado tan dispuesto tan valiente y tan gracioso que acaboacute por trastornar el juicio no soacutelo a la codiciada beldad sino tambieacuten a su padre y a su madre

Lucas era en aquel entonces y seguiacutea siendo en la fecha a que nos referimos de pequentildea estatura (a los menos con relacioacuten a su mujer) un poco cargado de espaldas muy moreno barbilampintildeo narigoacuten orejudo y picado de viruelas En cambio su boca era regular y su dentadura inmejorable Dijeacuterase que soacutelo la corteza de aquel hombre era tosca y fea que tan pronto como

empezaba a penetrarse dentro de eacutel apareciacutean sus perfecciones y que estas perfecciones principiaban en los dientes Luego veniacutea la voz vibrante elaacutestica atractiva varonil y grave algunas veces dulce y melosa cuando pediacutea algo y siempre difiacutecil de resistir Llegaba despueacutes lo que aquella voz deciacutea todo oportuno discreto ingenioso persuasivo Y por uacuteltimo en el alma del tiacuteo Lucas habiacutea valor lealtad honradez sentido comuacuten deseo de saber y conocimientos instintivos o empiacutericos de muchas cosas profundo desdeacuten a los necios cualquiera que fuese su categoriacutea social y cierto espiacuteritu de ironiacutea de burla y de sarcasmo que le haciacutean pasar a los ojos del Acadeacutemico por un don Francisco de Quevedo en bruto

Tal era por dentro y por fuera el tiacuteo Lucas

VI Habilidades de los coacutenyuges

Amaba pues locamente la sentildeaacute Frasquita al tiacuteo Lucas y consideraacutebase la mujer maacutes feliz del mundo al verse adorada por eacutel No teniacutean hijos seguacuten que ya sabemos y habiacutease consagrado cada uno a cuidar y mimar al otro con esmero indecible pero sin que aquella tierna solicitud ostentase el caraacutecter sentimental y empalagoso por lo zalamero de casi todos los matrimonios sin sucesioacuten Al contrario trataacutebanse con una llaneza una alegriacutea una broma y una confianza semejantes a las de aquellos nintildeos camaradas de juegos y de diversiones que se quieren con toda el alma sin deciacuterselo jamaacutes ni darse a siacute mismos cuenta de lo que sienten iexclImposible que haya habido sobre la tierra molinero mejor peinado mejor vestido maacutes regalado en la mesa rodeado de maacutes comodidades en su casa que el tiacuteo Lucas iexclImposible que ninguna molinera ni ninguna reina haya sido objeto de tantas atenciones de tantos agasajos de tantas finezas como la sentildea Frasquita iexclImposible tambieacuten que ninguacuten molino haya encerrado tantas cosas necesarias uacutetiles agradables recreativas y hasta superfluas como el que va a servir de teatro a casi toda la presente historia Contribuiacutea mucho a ello que la sentildeaacute

Frasquita la pulcra hacendosa fuerte y saludable navarra sabiacutea queriacutea y podiacutea guisar coser bordar barrer hacer dulce lavar planchar blanquear la casa fregar el cobre amasar tejer hacer media cantar bailar tocar la guitarra y los palillos jugar a la brisca y al tute y otras muchiacutesimas cosas cuya relacioacuten fuera interminable Y contribuiacutea no menos al mismo resultado el que el tiacuteo Lucas sabiacutea queriacutea y podiacutea dirigir la molienda cultivar el campo cazar pescar trabajar de carpintero de herrero y de albantildeil ayudar a su mujer en todos los quehaceres de la casa leer escribir contar etc etc Y esto sin hacer mencioacuten de los ramos de lujo o sea de sus habilidades extraordinarias Por ejemplo el tiacuteo Lucas adoraba las flores (lo mismo que su mujer) y era floricultor tan consumado que habiacutea conseguido producir ejemplares nuevos por medio de laboriosas combinaciones Teniacutea algo de Ingeniero natural y lo habiacutea demostrado construyendo una presa un sifoacuten y un acueducto que triplicaron el agua del molino Habiacutea ensentildeado a bailar a un perro domesticado una culebra y hecho que un loro diese la hora por medio de gritos seguacuten las iba marcando un reloj de sol que el molinero habiacutea trazado en una pared de cuyas resultas el loro daba ya la hora con toda precisioacuten hasta en los diacuteas nublados y durante la noche Finalmente en el molino habiacutea una huerta que produciacutea toda clase de frutas y legumbres un estanque encerrado en una especie de quiosco de jazmines donde se bantildeaban en verano el tiacuteo Lucas y la sentildeaacute Frasquita un jardiacuten una estufa o invernadero para las plantas exoacuteticas una fuente de agua potable dos burras en que el matrimonio iba a la ciudad o a los pueblos de las cercaniacuteas gallinero palomar pajarera criadero de peces criadero de gusanos de seda colmenas cuyas abejas libaban en los jazmines jaraiacutez o lagar con su bodega correspondiente ambas cosas en miniatura horno telar fragua taller de carpinteriacutea etc etc todo ello reducido a una casa de ocho habitaciones y a dos fanegas de tierra y tasado en la cantidad de diez mil reales

VII El fondo de la felicidad

Adoraacutebanse siacute locamente el molinero y la molinera y auacuten se hubiera creiacutedo que ella lo queriacutea maacutes a eacutel que eacutel a ella no obstante ser eacutel tan feo y ella tan hermosa Diacutegolo porque la sentildeaacute Frasquita soliacutea tener celos y pedirle cuentas al tiacuteo Lucas cuando eacuteste tardaba mucho en regresar de la ciudad o de los pueblos adonde iba por grano mientras que el tiacuteo Lucas veiacutea hasta con gusto las atenciones de que era objeto la sentildeaacute Frasquita por parte de los sentildeores que frecuentaban el molino se ufanaba y regocijaba de que a todos les agradase tanto como a eacutel y aunque comprendiacutea que en el fondo del corazoacuten se la envidiaban algunos de ellos la codiciaban como simples mortales y hubieran dado cualquier cosa porque fuera menos mujer de bien la dejaba sola diacuteas enteros sin el menor cuidado y nunca le preguntaba luego queacute habiacutea hecho ni quieacuten habiacutea estado alliacute durante su ausencia

No consistiacutea aquello sin embargo en que el amor del tiacuteo Lucas fuese menos vivo que el de la sentildeaacute Frasquita Consistiacutea en que eacutel teniacutea maacutes confianza en la virtud de aqueacutella que ella en la de eacutel consistiacutea en que eacutel la aventajaba en penetracioacuten y sabiacutea

hasta queacute punto era amado y cuaacutento se respetaba su mujer a siacute misma y consistiacutea principalmente en que el tiacuteo Lucas era todo un hombre un hombre como el de Shakespeare de pocos e indivisibles sentimientos incapaz de dudas que creiacutea o moriacutea que amaba o mataba que no admitiacutea gradacioacuten ni traacutensito entre la suprema felicidad y el exterminio de su dicha

Era en fin un Otelo de Murcia con alpargatas y montera en el primer acto de una tragedia posible

Pero iquesta queacute estas notas luacutegubres en una tonadilla alegre iquestA queacute estos relaacutempagos fatiacutedicos en una atmoacutesfera tan serena iquestA queacute estas actitudes melodramaacuteticas en un cuadro de geacutenero

Vais a saberlo inmediatamente

VIII El hombre del sombrero de tres picos

Eran las dos de una tarde de octubre

El esquiloacuten de la catedral tocaba a viacutesperas lo cual equivale a decir que ya habiacutean comido todas las personas principales de la ciudad

Los canoacutenigos se dirigiacutean al Coro y los seglares a sus alcobas a dormir la siesta sobre todo aquellos que por razoacuten de oficio v gr las Autoridades habiacutean pasado la mantildeana entera trabajando

Era pues muy de extrantildear que a aquella hora impropia ademaacutes para dar un paseo pues todaviacutea haciacutea demasiado calor saliese de la ciudad a pie y seguido de un solo alguacil el ilustre sentildeor Corregidor de la misma a quien no podiacutea confundirse con ninguna otra persona ni de diacutea ni de noche asiacute por la enormidad de su sombrero de tres picos y por lo vistoso de su capa de grana como por lo particulariacutesimo de su grotesco donaire

De la capa de grana y del sombrero de tres picos son muchas todaviacutea las personas que pudieran hablar con pleno conocimiento de causa Nosotros entre ellas lo mismo que todos los nacidos en aquella ciudad en las postrimeriacuteas del reinado del sentildeor don Fernando VII recordamos haber visto colgados de un clavo uacutenico adorno de desmantelada pared en la ruinosa torre de la casa que habitoacute Su Sentildeoriacutea (torre destinada a la sazoacuten a los infantiles juegos de sus nietos) aquellas dos anticuadas prendas aquella capa y aquel sombrerondashel negro sombrero encima y la roja capa debajondash formando una especie de espectro del Absolutismo una especie de sudario del Corregidor una especie de caricatura retrospectiva de su poder pintada con carboacuten y almagre como tantas otras por los paacutervulos constitucionales de la de 1837 que alliacute nos reuniacuteamos una especie en fin de espanta-paacutejaros que en otro tiempo habiacutea sido espanta-hombres y que hoy me da miedo de haber contribuido a escarnecer paseaacutendolo por aquella histoacuterica ciudad en diacuteas de Carnestolendas en lo alto de un deshollinador o sirviendo de disfraz irrisorio al idiota que maacutes haciacutea reir a la plebe iexclPobre principio de autoridad iexclAsiacute te hemos puesto los mismos que hoy te invocamos tanto

En cuanto al indicado grotesco donaire del sentildeor Corregidor consistiacutea (dicen) en que era cargado de espaldas todaviacutea maacutes cargado de espaldas que el tiacuteo Lucas casi jorobado por decirlo de una vez de estatura menos que mediana endeblillo de mala salud con las piernas arqueadas y una manera de andar sui generis (balanceaacutendose de un lado a otro y de atraacutes hacia adelante) que soacutelo se puede describir con la absurda foacutermula de que pareciacutea cojo de los dos pies En cambio (antildeade la tradicioacuten) su rostro era regular aunque ya bastante arrugado por la falta absoluta de dientes y muelas moreno verdoso como el de casi todos los hijos de las Castillas con

grandes ojos oscuros en que relampagueaban la coacutelera el despotismo y la lujuria con finas y traviesas facciones que no teniacutean la expresioacuten del valor personal pero siacute la de una malicia artera capaz de todo y con cierto aire de satisfaccioacuten medio aristocraacutetico medio libertino que revelaba que aquel hombre habriacutea sido en su remota juventud muy agradable y acepto a las mujeres no obstante sus piernas y su joroba

Don Eugenio de Zuacutentildeiga y Ponce de Leoacuten (que asiacute se llamaba Su Sentildeoriacutea) habiacutea nacido en Madrid de familia ilustre frisariacutea a la sazoacuten en los cincuenta y cinco antildeos y llevaba cuatro de Corregidor en la ciudad de que tratamos donde se casoacute a poco de llegar con la principaliacutesima sentildeora que diremos maacutes adelante

Las medias de don Eugenio (uacutenica parte que ademaacutes de los zapatos dejaba ver de su vestido la extensiacutesima capa de grana) eran blancas y los zapatos negros con hebilla de oro Pero luego que el calor del campo lo obligoacute a desembozarse viacutedose que llevaba gran corbata de batista chupa de sarga de color de toacutertola muy festoneada de ramillos verdes bordados de realce calzoacuten corto negro de seda una enorme casaca de la misma estofa que la chupa espadiacuten con guarnicioacuten de acero bastoacuten con borlas y un respetable par de guantes (o quirotecas) de gamuza pajiza que no se poniacutea nunca y que empuntildeaba a guisa de cetro

El alguacil que seguiacutea veinte pasos de distancia al sentildeor Corregidor se llamaba Garduntildea y era la propia estampa de su nombre Flaco agiliacutesimo mirando adelante y atraacutes y a derecha e izquierda al propio tiempo que andaba de largo cuello de diminuto y repugnante rostro y con dos manos como dos manojos de disciplinas pareciacutea juntamente un huroacuten en busca de criminales la cuerda que habiacutea de atarlos y el instrumento destinado a su castigo

El primer Corregidor que le echoacute la vista encima le dijo sin maacutes informes Tuacute seraacutes mi verdadero alguacil Y ya lo habiacutea sido de cuatro Corregidores

Teniacutea cuarenta y ocho antildeos y llevaba sombrero de tres picos mucho maacutes pequentildeo que el de su sentildeor (pues repetimos que el de este era descomunal) capa negra como las medias y todo el traje bastoacuten sin borlas y una especie de asador por la espalda

Aquel espantajo negro pareciacutea la sombra de su vistoso amo

IX iexclArre burra Por donde quiera que pasaban el personaje y su apeacutendice los labradores dejaban sus faenas y se descubriacutean hasta los pies con maacutes miedo que respeto despueacutes de lo cual deciacutean en voz baja

ndashiexclTemprano va esta tarde el sentildeor Corregidor a ver a la sentildeaacute Frasquita

ndashiexclTemprano y solondashantildeadiacutean algunos acostumbrados a verlo siempre dar aquel paseo en compantildeiacutea de otras varias personas

ndashOye tuacute Manuel iquestpor queacute iraacute solo esta tarde el sentildeor Corregidor a ver a la navarrandashle preguntoacute una lugarentildea a su marido el cual la llevaba a grupas en la bestia

Y al mismo tiempo que la pregunta le hizo cosquillas por viacutea de retintiacuten

ndashiexclNo seas mal pensada Josefandashexclamoacute el buen hombrendash

La sentildeaacute Frasquita es incapaz

ndashNo digo lo contrario Pero el Corregidor no es por eso incapaz de estar enamorado de ella Yo he oiacutedo decir que de todos los que van a las francachelas del molino el uacutenico que lleva mal fin es ese madrilentildeo tan aficionado a faldas

ndashiquestY queacute sabes tuacute si es o no aficionado a faldasndashpreguntoacute a su vez el marido

ndashNo lo digo por miacute iexclYa se hubiera guardado por maacutes Corregidor que sea de decirme los ojos tienes negros

La que asiacute hablaba era fea en grado superlativo

ndashPues mira hija iexclallaacute ellosndashreplicoacute el llamado Manuelndash Yo no creo al tiacuteo Lucas hombre de consentir iexclBonito genio tiene el tiacuteo Lucas cuando se enfada

ndashPero en fin iexclsi ve que le convienendashantildeadioacute la tiacutea Josefa retorciendo el hocico

ndashEl tiacuteo Lucas es hombre de bienndashrepuso el lugarentildeondash y a un hombre de bien nunca pueden convenirle ciertas cosas

ndashPues entonces tienes razoacuten iexclAllaacute ellos iexclSi yo fuera la sentildeaacute Frasquita

ndashiexclArre burrandashgritoacute el marido para mudar de conversacioacuten

Y la burra salioacute al trote con lo que no pudo oiacuterse el resto del diaacutelogo

X Desde la parra Mientras asiacute discurrian los labriegos que saludaban al sentildeor Corregidor la sentildeaacute Frasquita regaba y barriacutea cuidadosamente la plazoletilla empedrada que serviacutea de atrio o compaacutes al molino y colocaba media docena de sillas debajo de lo maacutes espeso del emparrado en el cual estaba subido el tiacuteo Lucas cortando los mejores racimos y arreglaacutendolos artiacutesticamente en una cesta

ndashiexclPues siacute Frasquitandashdeciacutea el tiacuteo Lucas desde lo alto de la parrandash el sentildeor Corregidor estaacute enamorado de ti de muy mala manera

ndashYa te lo dije yo hace tiempondashcontestoacute la mujer del Nortendash Pero iexcldeacutejalo que pene iexclCuidado Lucas no te vayas a caer

ndashDescuida estoy bien agarrado tambieacuten le gustas mucho al sentildeor

ndashiexclMira iexclNo me des maacutes noticiasndashinterrumpioacute ellandash iexclDemasiado seacute yo a quieacuten le gusto y a quieacuten no le gusto iexclOjalaacute supiera del mismo modo por queacute no te gusto a ti

ndashiexclToma Porque eres muy fea ndashcontestoacute el tiacuteo Lucas

ndashPues oye iexclfea y todo soy capaz de subir a la parra y echarte de cabeza al suelo

ndashMaacutes faacutecil seriacutea que yo no te dejase bajar de la parra sin comerte viva

ndashiexclEso es iexclY cuando vinieran mis galanes y nos viesen ahiacute diriacutean que eacuteramos un mono y una mona

ndashY acertariacutean porque tuacute eres muy mona y muy rebonita y yo parezco un mono con esta joroba

ndashQue a miacute me gusta muchiacutesimo

ndashEntonces te gustaraacute maacutes la del Corregidor que es mayor que la miacutea

ndashiexclVamos iexclVamos sentildeor don Lucas iexclNo tenga usted tantos celos

ndashiquestCelos yo de ese viejo petate iexclAl contrario me alegro muchiacutesimo de que te quiera

ndashiquestPor queacute

ndashPorque en el pecado lleva la penitencia iexclTuacute no has de quererlo nunca y yo soy entre tanto el verdadero Corregidor de la ciudad

ndashiexclMiren el vanidoso Pues figuacuterate que llegase a quererlo

iexclCosas maacutes raras se ven en el mundo

ndashTampoco me dariacutea gran cuidado

ndashiquestPor queacute

ndashiexclPorque entonces tuacute no seriacuteas ya tuacute y no siendo tuacute quien eres o como yo creo que eres maldito lo que me importariacutea que te llevasen los demonios

ndashPues bien iquestqueacute hariacuteas en semejante caso

ndashiquestYo iexclMira lo que no seacute Porque como entonces yo seriacutea otro y no el que soy ahora no puedo figurarme lo que pensariacutea

ndashiquestY por queacute seriacuteas entonces otrondashinsistioacute valientemente la sentildeaacute Frasquita dejando de barrer y ponieacutendose en jarras para mirar hacia arriba

El tiacuteo Lucas se rascoacute la cabeza como si escarbara para sacar de ella alguna idea muy profunda hasta que al fin dijo con maacutes seriedad y pulidez que de costumbre

ndashSeriacutea otro porque yo soy ahora un hombre que cree en ti como en siacute mismo y que no tiene maacutes vida que esa fe De consiguiente al dejar de creer en ti me moririacutea o me convertiriacutea en un nuevo hombre viviriacutea de otro modo me pareceriacutea que acababa de nacer tendriacutea otras entrantildeas Ignoro pues lo que hariacutea entonces contigo Puede que me echara a reiacuter y te volviera la espalda Puede que ni siquiera te conociese Puede que Pero iexclvaya un gusto que tenemos en ponernos de mal humor sin necesidad iquestQueacute nos importa a nosotros que te quieran todos los

Corregidores del mundo iquestNo eres tuacute mi Frasquita

ndashiexclSi pedazo de baacuterbarondashcontestoacute la navarra riendo a maacutes no poderndash Yo soy tu Frasquita y tuacute eres mi Lucas de mi alma maacutes feo que el bu con maacutes talento que todos los hombres maacutes bueno que el pan y maacutes querido iexclAh lo que es eso de querido cuando bajes de la parra lo veraacutes iexclPrepaacuterate a llevar maacutes bofetadas y pellizcos que pelos tienes en la cabeza Pero iexclcalla iquestQueacute es lo que veo El sentildeor Corregidor viene por alli completamente solo iexclY tan tempranito Ese trae plan iexclPor lo visto tuacute teniacuteas razoacuten

ndashPues aguaacutentate y no le digas que estoy subido en la parra iexclEse viene a declararse a solas contigo creyendo pillarme durmiendo la siesta Quiero divertirme oyendo su explicacioacuten

Asiacute dijo el tiacuteo Lucas alargando la cesta a su mujer

ndashiexclNo estaacute mal pensadondashexclamoacute ella lanzando nuevas carcajadasndash iexclEl demonio del madrilentildeo iquestQueacute se habraacute creiacutedo que es un Corregidor para miacute Pero aquiacute llega Por cierto que Garduntildea que lo seguiacutea a alguna distancia se ha sentado en la ramblilla a la sombra iexclQueacute majaderiacutea Ocuacuteltate tuacute bien entre los paacutempanos que nos vamos a reiacuter maacutes de lo que te figuras

Y dicho esto la hermosa navarra rompioacute a cantar el fandango que ya le era tan familiar como las canciones de su tierra

XI El bombardeo de Pamplona

ndashD ios te guarde Frasquitandashdijo el Corregidor a media voz apareciendo bajo el emparrado y andando de puntillas

ndashiexclTanto bueno sentildeor Corregidorndashrespondioacute ella en voz natural hacieacutendole mil reverenciasndash iexclUsiacutea por aquiacute a estas horas iexclY con el calor que hace iexclVaya sieacutentese Su Sentildeoriacutea Esto estaacute fresquito iquestCoacutemo no ha aguardado Su Sentildeoriacutea a los demaacutes sentildeores Aquiacute tienen ya preparados sus asientos Esta tarde esperamos al sentildeor Obispo en persona que le ha prometido a mi Lucas venir a probar las primeras uvas de la parra iquestY coacutemo lo pasa Su Sentildeoriacutea iquestCoacutemo estaacute la Sentildeora

El Corregidor se habiacutea turbado La ansiada soledad en que encontraba a la sentildeaacute Frasquita le pareciacutea un suentildeo o un lazo que le tendiacutea la enemiga suerte para hacerle caer en el abismo de un desengantildeo Limitoacutese pues a contestar

ndashNo es tan temprano como dices Seraacuten las tres y media El loro dio en aquel momento un chillido

ndashSon las dos y cuartondashdijo la navarra mirando de hito en hito al madrilentildeo

Este calloacute como reo convicto que renuncia a la defensa

ndashiquestY Lucas iquestDuermendashpreguntoacute al cabo de un rato

(Debemos advertir aquiacute que el Corregidor lo mismo que todos los que no tienen dientes hablaba con una pronunciacioacuten floja y sibilante como si se estuviese comiendo sus propios labios)

ndashiexclDe segurondashcontestoacute la sentildea Frasquitandash En llegando estas horas se queda dormido donde primero le coge aunque sea en el borde de un precipicio

ndashPues mira iexcldeacutejalo dormirndashexclamoacute el viejo Corregidor ponieacutendose maacutes paacutelido de lo que ya erandash Y tuacute mi querida Frasquita escuacutechame oye ven acaacute iexclSieacutentate aquiacute a mi lado Tengo muchas cosas que decirte

ndashYa estoy sentadandashrespondioacute la Molinera agarrando una silla baja y plantaacutendola delante del Corregidor a cortiacutesima distancia de la suya

Sentado que se hubo Frasquita echoacute una pierna sobre la otra inclinoacute el cuerpo hacia adelante apoyoacute un codo sobre la rodilla cabalgadora y la fresca y hermosa cara en una de sus manos y asiacute con la cabeza un poco ladeada la sonrisa en los labios los cinco hoyos en actividad y las serenas pupilas

clavadas en el Corregidor aguardoacute la declaracioacuten de Su Sentildeoriacutea Hubiera podido comparaacutersela con Pamplona esperando un bombardeo

El pobre hombre fue a hablar y se quedoacute con la boca abierta embelesado ante aquella grandiosa hermosura ante aquella esplendidez de gracias ante aquella formidable mujer de alabastrino color de lujosas carnes de limpia y riente boca de azules e insondables ojos que pareciacutea creada por el pincel de Rubens

ndashiexclFrasquitandashmurmuroacute al fin el delegado del Rey con acento desfallecido mientras que su marchito rostro cubierto de sudor destacaacutendose sobre su joroba expresaba una inmensa angustiandash iexclFrasquita

ndashiexclMe llamondashcontestoacute la hija de los Pirineosndash iquestY queacute

ndashLo que tuacute quierasndashrepuso el viejo con una ternura sin liacutemites

ndashPues lo que yo quierondashdijo la Molinerandash ya lo sabe Usiacutea Lo que yo quiero es que Usiacutea nombre Secretario del Ayuntamiento de la Ciudad a un sobrino miacuteo que tengo en Estella y que asiacute podraacute venirse de aquellas montantildeas donde estaacute pasando muchos apuros

ndashTe he dicho Frasquita que eso es imposible El Secretario actual

ndashiexclEs un ladroacuten un borracho y un bestia

ndashYa lo seacute Pero tiene buenas aldabas entre los Regidores

Perpetuos y yo no puedo nombrar otro sin acuerdo del Cabildo De lo contrarlo me expongo

ndashiexclMe expongo iexclMe expongo iquestA que no nos expondriacuteamos por Vuestra Sentildeoriacutea hasta los gatos de esta casa

ndashiquestMe querriacuteas a este precio ndashtartamudeoacute el Corregidor

ndashNo sentildeor que lo quiero a Usiacutea de balde

ndashiexclMujer no me des tratamiento Haacuteblame de usted o como se te antoje iquestConque vas a quererme Di

ndashiquestNo le digo a usted que lo quiero ya

ndashNo hay pero que valga iexclVeraacute usted queacute guapo y queacute hombre de bien es mi sobrino

ndashiexclTuacute siacute que eres guapa Frascuela

ndashiquestLe gusto a usted

ndashiexclQue si me gustas iexclNo hay mujer como tuacute

ndashPues mire usted Aquiacute no hay nada postizondashcontesto la sentildea Frasquita acabando de arrollar la manga de su juboacuten y mostrando al Corregidor el resto de su brazo digno de una cariaacutetide y maacutes blanco que una azucena

ndashiexclQue si me gustasndashprosiguioacute el Corregidorndash iexclDe diacutea de noche a todas horas en todas partes solo pienso en ti

ndashiexclPues queacute iquestNo le gusta a usted la sentildeora Corregidora

ndashpreguntoacute la sehaacute Frasquita con tan mal fingida compasioacuten que hubiera hecho reiacuter a un hipocondriacuteacondash iexclQueacute laacutestima Mi Lucas me ha dicho que tuvo el gusto de verla y de hablarle cuando fue a componerle a usted el reloj de la alcoba y que es muy guapa muy buena y de un trato muy carintildeoso

ndashiexclNo tanto iexclNo tantondashmurmuroacute el Corregidor con cierta amargura

ndashEn cambio otros me han dichondashprosiguioacute la Molinerandashque tiene muy mal genio que es muy celosa y que usted le tiembla maacutes que a una vara verde

ndashiexclNo tanto mujerndashrepitioacute don Eugenio de Zuacutentildeiga y Ponce de Leoacuten ponieacutendose coloradondash iexclNi tanto ni tan poco La Sentildeora tiene sus maniacuteas es cierto mas de ello a hacerme temblar hay mucha diferencia iexclYo soy el Corregidor

ndashPero en fin iquestla quiere usted o no la quiere

ndashTe direacute Yo la quiero mucho o por mejor decir la queriacutea antes de conocerte Pero desde que te vi no seacute lo que me pasa y ella misma conoce que me pasa algo Baacutestete saber que hoy tomarle por ejemplo la cara a mi mujer me hace la misma operacioacuten que si me la tomara a miacute propio iexclYa ves que no puedo quererla maacutes sin sentir menos iexclMientras que por coger esa mano ese brazo esa cara esa cintura dariacutea lo que no tengo

Y hablando asiacute el Corregidor tratoacute de apoderarse del brazo desnudo que la sentildeaacute Frasquita le estaba refregando materialmente por los ojos pero eacutesta sin descomponerse extendioacute la mano tocoacute el pecho de Su Sentildeoriacutea con la paciacutefica violencia e incontrastable rigidez de la trompa de un elefante y

lo tiroacute de espaldas con silla y todo

ndashiexclAve Maria Puriacutesimandashexclamoacute entonces la navarra rieacutendose a maacutes no poderndash Por lo visto esa silla estaba rota

ndashiquestQueacute pasa ahiacutendashexclamoacute en esto el tiacuteo Lucas asomando su feo rostro entre los paacutempanos de la parra

El Corregidor estaba todaviacutea en el suelo boca arriba y miraba con un terror indecible a aquel hombre que apareciacutea en los aires boca abajo

Hubieacuterase dicho que Su Sentildeoriacutea era el Diablo vencido no por San Miguel sino por otro Demonio del infierno

ndashiquestQueacute ha de pasarndashse apresuroacute a responder la sentildeaacute Frasquitandash iexclQue el sentildeor Corregidor puso la silla en vago fue a mecerse y se ha caiacutedo

ndashiexclJesuacutes Maria y Joseacutendashexclamoacute a su vez el Molinerondash iquestY se ha hecho dantildeo Su Sentildeoriacutea iquestQuiere un poco de agua y vinagre

ndashiexclNo me he hecho nadandashdijo el Corregidor levantaacutendose como pudo

Y luego antildeadioacute por lo bajo pero de modo que pudiera oiacuterlo la sentildeaacute Frasquita

ndashiexclMe la pagareacuteis

ndashPues en cambio Su Sentildeoriacutea me ha salvado a miacute la vidandashrepuso el tiacuteo Lucas sin moverse de lo alto de la parrandash

Figuacuterate mujer que estaba yo aquiacute sentado contemplando las uvas cuando me quedeacute dormido sobre una red de sarmientos y palos que dejaban claros suficientes para que pasase mi cuerpo Por consiguiente si la caida de Su Sentildeoriacutea no me hubiese despertado tan a tiempo esta tarde me habriacutea yo roto la cabeza contra esas piedras

ndashConque si iquesteh ndashreplicoacute el Corregidorndash Pues iexclvaya hombre me alegro iexclTe digo que me alegro mucho de haberme caiacutedo

ndashiexclMe la pagaraacutesndashagregoacute en seguida dirigieacutendose a la Molinera

Y pronuncioacute estas palabras con tal expresioacuten de reconcentrada furia que la sentildeaacute Frasquita se puso triste

Veiacutea claramente que el Corregidor se asustoacute al principio creyendo que el Molinero lo habiacutea oiacutedo todo pero que persuadido ya de que no habiacutea oiacutedo nada (pues la calma y el disimulo del tiacuteo Lucas hubieran engantildeado al maacutes lince) empezaba a abandonarse a toda su iracundia y a concebir planes de venganza

ndashiexclVamos iexclBaacutejate ya de ahiacute y ayuacutedame a limpiar a Su Sentildeoriacutea que se ha puesto perdido de polvondashexclamoacute entonces la Molinera

Y mientras el tio Lucas bajaba diacutejole ella al Corregidor daacutendole golpes con el delantal en la chupa y alguno que otro en las orejas

ndashEl pobre no ha oiacutedo nada Estaba dormido como un

tronco Maacutes que estas frases la circunstancia de haber sido dichas en voz baja afectando complicidad y secreto produjo un efecto maravilloso

ndashiexclPicara iexclProtervandashbalbuceoacute don Eugenio de Zuacutentildeiga con la boca hecha un agua pero gruntildeendo todaviacutea

ndashiquestMe guardaraacute Usiacutea rencorndashreplicoacute la navarra zalameramente

Viendo el Corregidor que la severidad le daba buenos resultados intentoacute mirar a la sentildeaacute Frasquita con mucha rabia pero se encontroacute con su tentadora risa y sus divinos ojos en los cuales brillaba la caricia de una suacuteplica y derritieacutendosele la gacha en el acto le dijo con un acento baboso y silbante en que se descubriacutea maacutes que nunca la ausencia total de dientes y muelas

ndashiexclDe ti depende amor miacuteo

En aquel momento se descolgoacute de la parra el tiacuteo Lucas

XII Diezmos y primicias

Repuesto el Corregidor en su silla la Molinera dirigioacute una raacutepida mirada a su esposo y viole no soacutelo tan sosegado como siempre sino reventando de ganas de reiacuter por resultas de aquella ocurrencia cambioacute con eacutel desde lejos un beso tirado aprovechando el primer descuido de don Eugenio y diacutejole en fin a este con una voz de sirena que le hubiera envidiado Cleopatra

ndashiexclAhora va Su Sentildeoriacutea a probar mis uvas Entonces fue de ver a la hermosa navarra (y asiacute la pintaria yo si tuviese el pincel de Tiziano) plantada enfrente del embelesado Corregidor fresca magniacutefica incitante con sus nobles formas con su angosto vestido con su elevada etatura con sus desnudos brazos levantados sobre la cabeza y con un transpaente racimo en cada mano dicieacutendole entre una sonrisa irresistible y una mirada suplicante en que titilaba el miedo

ndashTodaviacutea no las ha probado el sentildeor Obispo Son las primeras que se cogen este antildeo

Pareciacutea una gigantesca Pomona brindando frutos a un dios campestre a un saacutetiro v gr

En esto aparecioacute al extremo de la plazoleta empedrada el venerable Obispo de la dioacutecesis acompantildeado del abogado acadeacutemico y de dos canoacutenigos de avanzada edad y seguido de su secretario de dos familiares y de dos pajes Detuacutevose un rato Su Ilustriacutesima a contemplar aquel cuadro tan coacutemico y tan bello hasta que por uacuteltimo dijo con el reposado acento propio de los prelados de entonces

ndashEl quinto pagar diezmos y primicias a la Iglesia de Dios nos ensentildea la doctrina cristiana pero usted sentildeor Corregidor no se contenta con administrar el diezmo sino que tambieacuten trata de comerse las primicias

ndashiexclEl sentildeor Obispondashexclamaron los Molineros dejando al Corregidor y corriendo a besar el anillo al prelado

ndashiexclDios se lo pague a Su Ilustriacutesima por venir a honrar esta pobre chozandashdijo el tiacuteo Lucas besando el primero y con acento de muy sincera veneracioacuten

ndashiexclQueacute sentildeor Obispo tengo tan hermosondashexclamoacute la sentildeaacute Frasquita besando despueacutesndashiexclDios lo bendiga y me lo conserve maacutes antildeos que le conservoacute el suyo a mi Lucas

ndashiexclNo seacute queacute falta puedo hacerte cuando tuacute me echas las bendiciones en vez de pediacutermelasndashcontestoacute rieacutendose el bondadoso pastor

Y extendiendo dos dedos bendijo a la sentildeaacute Frasquita y despueacutes a los demaacutes circunstantes

ndashiexclAquiacute tiene Usiacutea Ilustriacutesima las primiciasndashdijo el Corregidor tomando un racimo de manos de la Molinera y presentaacutendoselo corteacutesmente al Obispondash Todaviacutea no habiacutea yo probado las uvas

El Corregidor pronuncioacute estas palabras dirigiendo de paso una raacutepida y ciacutenica mirada a la espleacutendida hermosura de la Molinera

ndashiexclPues no seraacute porque esteacuten verdes como las de la faacutebulandashobservoacute el acadeacutemico

ndashLas de la faacutebulandashexpuso el Obispo no estaban verdes sentildeor licenciado sino fuera del alcance de la zorra

Ni el uno ni el otro habiacutean querido acaso aludir al Corregidor pero ambas frases fueron casualmente tan adecuadas a lo que acababa de suceder alliacute que don Eugenio de Zuacutentildeiga se puso liacutevido de coacutelera y dijo besando el anillo del prelado

ndashiexclEso es llamarme zorro Sentildeor Ilustriacutesimo

ndashTu dixistindashreplicoacute eacuteste con la amable severidad de un santo como diz que lo era en efectondash Excusatio non petita accusatio manifesta Qualis vir talis oratio Pero satis am dictum nullus ultra sit sermo O lo que es lo mismo dejeacutemonos de latines y veamos estas famosas uvas

Y picoacute una sola vez en el racimo que le presentaba el Corregidor

ndashiexclEstaacuten muy buenasndashexclamoacute mirando aquella uva al trasluz y alargaacutendosela en seguida a su secretariondash iexclLaacutestima que

a miacute me sienten mal

El secretario contemploacute tambieacuten la uva hizo un gesto de cortesana admiracioacuten y la entregoacute a uno de los familiares

El familiar repitioacute la accioacuten del Obispo y el gesto del secretario propasaacutendose hasta oler la uva y luego Ia colocoacute en la cesta con escrupuloso cuidado no sin decir en voz baja a la concurrencia

ndashSu Ilustriacutesima ayuna

El tiacuteo Lucas que habiacutea seguido la uva con la vista la cogioacute entonces disimuladamente y se la comioacute sin que nadie lo viera

Despueacutes de esto sentaacuteronse todos habloacutese de la otontildeada (que seguiacutea siendo muy seca no obstante haber pasado el cordonazo de San Francisco) discurrioacutese algo sobre la probabilidad de una nueva guerra entre Napoleoacuten y el Austria insistiose en la creencia de que las tropas imperiales no invadiriacutean nunca el territorio espantildeol quejoacutese el abogado de lo revuelto y calamitoso de aquella eacutepoca envidiando los tranquilos tiempos de sus padres (como sus padres habriacutean envidiado los de sus abuelos) dio las cinco el loro y a una sentildea del reverendo Obispo el menor de los pajes fue al coche episcopal (que se habiacutea quedado en la misma ramblilla que el alguacil) y volvioacute con una magniacutefica torta sobada de pan de aceite polvoreada de sal que apenas hariacutea una hora habiacutea salido del horno colocoacutese una mesilla en medio del concurso descuartizoacutese la torta se dio su parte correspondiente sin embargo de que se resistieron mucho al tiacuteo Lucas y a la sentildeaacute Frasquita y una igualdad verdaderamente democraacutetica reinoacute durante media hora bajo aquellos paacutempanos que filtraban los uacuteltimos resplandores del sol poniente

XIII Le dijo el grajo al cuervo

Hora y media despueacutes todos los ilustres compantildeeros de merienda estaban de vuelta en la ciudad

El sentildeor Obispo y su familia habiacutean llegado con bastante anticipacioacuten gracias al coche y hallaacutebanse ya en palacio donde los dejaremos rezando sus devociones

El insigne abogado (que era muy seco) y los dos canoacutenigos (a cuaacutel maacutes grueso y respetable) acompantildearon al Corregidor hasta la puerta del Ayuntamiento (donde Su Sentildeoriacutea dijo tener que trabajar) y tomaron luego el camino de sus respectivas casas guiaacutendose por las estrellas como los navegantes o sorteando a tientas las esquinas como los ciegos pues ya habiacutea cerrado la noche aun no habiacutea salido la luna y el alumbrado puacuteblico (lo mismo que las demaacutes luces de este siglo) todaviacutea estaba alliacute en la mente divina

En cambio no era raro ver discurrir por algunas calles tal o cual linterna o farolillo con que respetuoso servidor alumbraba a

sus magniacuteficos amos quienes se dirigiacutean a la habitual tertulia o de visita a casa de sus parientes

Cerca de casi todas las rejas bajas se veiacutea (o se olfateaba por mejor decir) un silencioso bulto negro Eran galanes que al sentir pasos habiacutean dejado por un momento de pelar la pava

ndashiexclSomos unos calaverasndashiban diciendo el abogado y los dos canoacutenigosndash Queacute pensaraacuten en nuestras casas al vernos llegar a estas horas

ndashPues iquestqueacute diraacuten los que nos encuentren en la calle de este modo a las siete y pico de la noche como unos bandoleros amparados de las tinieblas

ndashHay que mejorar de conducta

ndashiexclAh Siacute iexclPero ese dichoso molino

ndashMi mujer lo tiene sentado en la boca del estoacutemagondashdijo el acadeacutemico con un tono en que se trasluciacutea mucho miedo a la proacutexima pelotera conyugal

ndashiquestPues y mi sobrinandashexclamoacute uno de los canoacutenigos que por cierto era Penitenciariondash Mi sobrina dice que los sacerdotes no deben visitar comadres

ndashY sin embargondashinterrumpioacute su compantildeero que era Magistralndash lo que alliacute pasa no puede ser maacutes inocente

ndashiexclToma iexclComo que va el mismiacutesimo Obispo

ndashY luego sentildeores iexcla nuestra edadndashrepuso el

Penitenciariondash Yo he cumplido ayer los setenta y cinco

ndashiexclEs clarondashreplicoacute el Maglstralndash Pero hablemos de otra cosa iexclqueacute guapa estaba esta tarde la sentildea Frasquita

ndashiexclOh lo que es eso como guapa es guapandashdijo el Abogado afectando imparcialidad

ndashMuy guapandashrepitioacute el Penitenciario dentro del embozo ndashY si nondashantildeadioacute el predicador de Oficiondash que se lo pregunten al Corregidor

ndashiexclEl pobre hombre estaacute enamorado de ella

ndashiexclYa lo creondashexclamoacute el confesor de la catedral

ndashiexclDe segurondashagregoacute el acadeacutemico correspondientendash Conque sentildeores yo tomo por aquiacute para llegar antes a casa iexclMuy buenas noches

ndashBuenas nochesndashle contestaron los capitulares

Y anduvieron algunos pasos en silencio

ndashiexclTambieacuten le gusta a ese la Molinerandashmurmuroacute entonces el Magistral daacutendole con el codo al Penitenciario

ndashiexclComo si lo vierandashrespondioacute este paraacutendose a la puerta de su casandash iexclY que bruto es Conque hasta mantildeana compantildeero Que le sienten a usted muy bien las uvas

ndashHasta mantildeana si Dios quiere Que pase usted muy buena noche

ndashiexclBuenas noches nos deacute Diosndashrezoacute el Penitenciario ya desde el portal que por maacutes sentildeas teniacutea farol y Virgen

Y llamoacute a la aldaba

Una vez solo en la calle el otro canoacutenigo (que era maacutes ancho que alto y que pareciacutea que rodaba al andar) siguioacute avanzando lentamente hacia su casa pero antes de llegar a ella cometioacute contra una pared cierta falta que en el porvenir habiacutea de ser objeto de un bando de policiacutea y dijo al mismo tiempo pensando sin duda en su cofrade de Coro

ndashiexclTambieacuten te gusta a ti la sentildeaacute Frasquita iexclY la verdad esndashantildeadioacute al cabo de un momentondashque como guapa es guapa

XIV Los consejos de Garduntildea

Entre tanto el Corregidor habiacutea subido al Ayuntamiento acompantildeado de Garduntildea con quien manteniacutea haciacutea rato en el saloacuten de sesiones una conversacion maacutes familiar de lo correspondiente a persona de su calidad y oficio

ndashiexclCrea Usiacutea a un perro perdiguero que conoce la cazandashdeciacutea el innoble alguacilndash La sentildeaacute Frasquita estaacute perdidamente enamorada de Usiacutea y todo lo que Usiacutea acaba de contarme contribuye a haceacutermelo ver maacutes claro que esa luz

Y sentildealaba un veloacuten de Lucena que apenas si esclareciacutea la octava parte del saloacuten

ndashiexclNo estoy yo tan seguro como tuacute Garduntildeandashcontestoacute don Eugenio suspirando laacutenguidamente

ndashiexclPues no seacute por queacute Y si no hablemos con franqueza Usiacutea dicho sea con perdoacuten tiene una tacha en su cuerpo iquest No

es verdad

ndashiexclBien siacutendashrepuso el Corregidorndash Pero esa tacha la tiene tambieacuten el tiacuteo Lucas iexclEl es maacutes jorobado que yo

ndashiexclMucho maacutes iexclMuchiacutesimo maacutes iexclsin comparacioacuten de ninguna especie Pero en cambio y es a lo que iba Usiacutea tiene una cara de muy buen ver lo que se dice una bella cara mientras que el tiacuteo Lucas se parece al sargento Utrera que reventoacute de feo

El Corregidor sonrioacute con cierta ufaniacutea

ndashAdemaacutesndashprosiguioacute el alguacilndash la sentildeaacute Frasquita es capaz de tirarse por una ventana con tal de agarrar el nombramiento de su sobrino

ndashiexclHasta ahiacute estamos de acuerdo iexclEse nombramiento es mi uacutenica esperanza

ndashiexclPues manos a la obra sentildeor Ya le he explicado a Usiacutea mi plan iexclNo hay maacutes que ponerlo en ejecucioacuten esta misma noche

ndashiexclTe he dicho muchas veces que no necesito consejosndashgritoacute don Eugenio acordaacutendose de pronto de que hablaba con un inferior

ndashCreiacute que Usiacutea me los habiacutea pedidondashbalbuceoacute Garduntildea

ndashiexclNo me repliques

Garduntildea saludoacute

ndashiquestConque deciacuteasndashprosiguioacute el de Zuacutentildeiga volviendo a amansarsendashque esta misma noche puede arreglarse todo eso Pues iexclmira hijo me parece muy bien iexclQueacute diablos iexclAsiacute saldreacute pronto de esta cruel incertidumbre

Garduntildea guardoacute silencio El Corregidor se dirigioacute al bufete y escribioacute algunas liacuteneas en un pliego de papel sellado que selloacute tambieacuten por su parte guardaacutendolo luego en la faltriquera

ndashiexclYa estaacute hecho el nombramiento del sobrinondashdijo entonces tomando un polvo de rapeacutendash iexclMantildeana me las compondreacute yo con los regidores y o lo ratifican con un acuerdo o habraacute la de San Quintiacuten iquestNo te parece que hago bien

ndashiexclEso iexclesondashexclamoacute Garduntildea entusiasmado metiendo la zarpa en la caja del Corregidor y arrebataacutendole un polvondash iexclEso iexcleso El antecesor de Usiacutea no se paraba tampoco en barras Cierta vez

ndashiexclDeacutejate de bachilleriacuteasndashrepuso el Corregidor sacudieacutendole una guantada en la ratera manondash Mi antecesor era una bestia cuando te tuvo de alguacil Pero vamos a lo que importa Acabas de decirme que el molino del tiacuteo Lucas pertenece al teacutermino del lugarcillo inmediato y no al de esta poblacioacuten iquest Estaacutes seguro de ello

ndashiexclSeguriacutesimo La jurisdiccioacuten de la ciudad acaba en la ramblilla donde yo me senteacute esta tarde a esperar que Vuestra Sentildeoriacutea iexclVoto a Lucifer iexclSi yo hubiera estado en su caso

ndashiexclBastandashgritoacute don Eugeniondash iexclEres un insolente

Y cogiendo media cuartilla de papel escribioacute una esquela cerroacutela doblaacutendole un pico y se la entregoacute a Garduntildea

ndashAhiacute tienesndashle dijo al mismo tiempondashla carta que me has pedido para el alcalde del lugar Tuacute le explicaraacutes de palabra todo lo que tiene que hacer iexclYa ves que sigo tu plan al pie de la letra iexclDesgraciado de ti si me metes en un callejoacuten sin salida

ndashiexclNo hay cuidado contestoacute Garduntildeandash El sentildeor Juan Loacutepez tiene mucho que temer y en cuanto vea la firma de Usiacutea haraacute todo lo que yo le mande iexclLo menos le debe mil fanegas de grano al Poacutesito Real y otro tanto al Poacutesito Piacuteo Esto uacuteltimo contra toda ley pues no es ninguna viuda ni ninguacuten labrador pobre para recibir el trigo sin abonar creces ni recargo sino un jugador un borracho y un sinverguumlenza muy amigo de faldas que trae escandalizado al pueblecillo iexclY aquel hombre ejerce autoridad iexclAsiacute anda el mundo

ndashiexclTe he dicho que calles iexclMe estaacutes distrayendondashbramoacute el Corregidorndash Conque vamos al asuntondashantildeadioacute luego mudando de tonondash Son las siete y cuarto Lo primero que tienes que hacer es ir a casa y advertirle a la Sentildeora que no me espere a cenar ni a dormir Dile que esta noche me estareacute trabajando aquiacute hasta la hora de la queda y que despueacutes saldreacute de ronda secreta contigo a ver si atrapamos a ciertos malhechores En fin engaacutentildeala bien para que se acueste descuidada De camino dile al otro alguacil que me traiga la cena iexclYo no me atrevo a parecer esta noche delante de la Sentildeora pues me conoce tanto que es capaz de leer en mis pensamientos Encaacutergale a la cocinera que ponga unos pestintildeos de los que se hicieron hoy y dile a Juanete que sin que lo vea nadie me alargue de la taberna medio cuartillo de vino blanco En seguida te marchas al lugar donde puedes hallarte muy blen a las ocho

ndashiexclA las ocho en punto estoy alliacutendashexclamoacute Garduntildea

ndashiexclNo me contradigasndashrugioacute el Corregidor acordaacutendose otra vez de que lo era

Garduntildea saludoacute

ndashHemos dichondashcontinuoacute aqueacutel humanizaacutendose de nuevondashque a las ocho en punto estaacutes en el lugar Del lugar al molino habraacute Yo creo que habraacute una media legua

ndashCorta

ndashiexclNo me interrumpas

El alguacil volvioacute a saludar

ndashCortandashprosiguioacute el Corregidorndash Por consiguiente a las diez iquestCrees tuacute que a las diez

ndashiexclAntes de las diez iexclA las nueve y media puede Usiacutea llamar descuidado a la puerta del molino

ndashiexclHombre iexclNo me digas a miacute lo que tengo que hacer Por supuesto que tuacute estaraacutes

ndashYo estareacute en todas partes Pero mi cuartel general seraacute la ramblilla iexclAh se me olvidaba Vaya Usiacutea a pie y no lleve linterna

ndashiexclMaldita la falta que me haciacutean tampoco esos consejos iquestSi creeraacutes tuacute que es la primera vez que salgo a campantildea

ndashPerdone Usiacutea iexclAh Otra cosa No llame Usiacutea a la puerta grande que da a la plazoleta del emparrado sino a la puertecilla que hay encima del caz

ndashiquestEncima del caz hay otra puerta iexclMira tuacute una cosa que nunca se me hubiera ocurrido

ndashSiacute sentildeor la puertecilla del caz da al mismiacutesimo dormitorio de los Molineros y el tiacuteo Lucas no entra ni sale nunca por ella De forma que aunque volviese pronto

ndashComprendo comprendo iexclNo me aturdas maacutes los oiacutedos

ndashPor uacuteltimo procure Usiacutea escurrir el bulto antes del amanecer Ahora amanece a las seis

ndashiexclMira otro consejo inuacutetil A las cinco estareacute de vuelta en mi casa Pero bastante hemos hablado ya iexclQuiacutetate de mi presencia

ndashPues entonces sentildeor iexclbuena suertendashexclamoacute el alguacil alargando lateralmente la mano al Corregidor y mirando al techo al mismo tiempo

El Corregidor puso en aquella mano una peseta y Garduntildea desaparecioacute como por ensalmo

ndashiexclPor vida de ndashmurmuroacute el viejo al cabo de un instantendash iexclSe me ha olvidado decirle a ese bachillero que me trajesen tambieacuten una baraja iexclCon ella me hubiera entretenido hasta las nueve y media viendo si me saliacutea aquel solitario

XV Despedida en prosa Seriacutean las nueve de aquella misma noche cuando el tiacuteo Lucas y la sentildeaacute Frasquita terminadas todas las haciendas del molino y de la casa se cenaron una fuente de ensalada de escarola una libreja de carne guisada con tomates y algunas uvas de las que quedaban en la consabida cesta todo ello rociado con un poco de vino y con grandes risotadas a costa del Corregidor despueacutes de lo cual miraacuteronse afablemente los dos esposos como muy contentos de Dios y de siacute mismos y se dijeron entre un par de bostezos que revelaban toda la paz y tranqulhdad de sus corazones

ndashPues sentildeor vamos a acostarnos y mantildeana seraacute otro diacutea

En aquel momento sonaron dos fuertes y ejecutivos golpes aplicados a la puerta grande del molino

El marido y la mujer se miraron sobresaltados

Era la primera vez que oiacutean llamar a su puerta a semejante hora

ndashVoy a verndashdijo la intreacutepida navarra encaminaacutendose hacia la plazoletilla

ndashiexclQuita iexclEso me toca a miacutendashexclamoacute el tiacuteo Lucas con tal dignidad que la sentildeaacute Frasquita le cedioacute el pasondash iexclTe he dicho que no salgasndashantildeadioacute luego con dureza viendo que la obstinada Molinera queriacutea seguirle

Eacutesta obedecioacute y se quedoacute dentro de la casa

ndashiquestQuieacuten esndashpreguntoacute el tiacuteo Lucas desde en medio de la plazoleta

ndashiexclLa Justiciandashcontestoacute una voz al otro lado del portoacuten

ndashiquestQueacute Justicia

ndashLa del lugar iexclAbra usted al sentildeor Alcalde

El tiacuteo Lucas habiacutea aplicado entre tanto un ojo a cierta mirilla muy disimulada que teniacutea el portoacuten y reconocido a la luz de la luna al ruacutestico Alguacil del lugar inmedlato

ndashiexclDiraacutes que le abra al borrachoacuten del Alguacilndashrepuso el Molinero retirando la tranca

ndashiexclEs lo mismondashcontestoacute el de afuerandash pues que traigo una orden escrita de su Merced Tenga usted muy buenas noches tiacuteo Lucasndashagregoacute luego entre tanto y con voz menos oficial maacutes baja y maacutes gorda como si ya fuera otro hombre

ndashiexclDios te guarde Tontildeuelondashrespondioacute el murcianondash Veamos queacute orden es esa iexclY bien podiacutea el sentildeor Juan Loacutepez

escoger otra hora mas oportuna de dirigirse a los hombres de bien Por supuesto que la culpa seraacute tuya iexclComo si lo viera te has estado emborrachando en las huertas del camino iquestQuieres un trago

ndashNo sentildeor no hay tiempo para nada Tiene usted que seguirme inmediatamente Lea usted la orden

ndashiquestCoacutemo seguirtendashexclamoacute el tiacuteo Lucas penetrando en el molino despueacutes de tomar el papelndash iexclA ver Frasquita alumbra

La sentildeaacute Frasquita soltoacute una cosa que teniacutea en la mano y descolgoacute el candil El tiacuteo Lucas miroacute raacutepidamente al objeto que habiacutea soltado su mujer y reconocioacute su bocacha o sea un enorme trabuco que calzaba balas de a media libra

El Molinero dirigioacute entonces a la navarra una mirada llena de gratitud y ternura y le dijo tomaacutendole la cara

ndashiexclCuaacutento vales

La sentildeaacute Frasquita paacutelida y serena como una estatua de maacutermol levantoacute el candil cogido con dos dedos sin que el maacutes leve temblor agitase su pulso y contestoacute secamente

ndashiexclVaya lee

La orden deciacutea

Para el mejor servicio de S M el Rey Nuestro Sentildeor (Q D G) prevengo a Lucas Fernaacutendez molinero de estos vecinos que tan luego como reciba la presente orden comparezca ante mi autoridad sin excusa ni pretexto alguno advirtieacutendole que por

ser asunto reservado no lo pondraacute en conocimiento de nadie todo ello bajo las penas correspondientes caso de desobediencia El Alcalde JUAN LOacutePEZ

Y habiacutea una cruz en vez de ruacutebrica

ndashOye tuacute iquestY queacute es estondashle preguntoacute el tiacuteo Lucas al Alguacilndash iquestA queacute viene esta orden

ndashNo lo seacutendashcontestoacute el ruacutestico hombre de unos treinta antildeos cuyo rostro esquinado y avieso propio de ladroacuten o de asesino daba muy triste idea de su sinceridadndash Creo que se trata de averiguar algo de brujeriacutea o de moneda falsa Pero la cosa no va con usted Lo llaman como testigo o como perito En fin yo no me he enterado bien del particular El sentildeorJuan Loacutepez se lo explicaraacute a usted con maacutes pelos y sentildeales

ndashiexclCorrientendashexclamoacute el Molinerondash Dile que ireacute mantildeana

ndashiexclCa no sentildeor Tiene usted que venir ahora mismo sin perder un minuto Tal es la orden que me ha dado el sentildeor Alcalde

Hubo un instante de silencio Los ojos de la sentildeaacute Frasquita echaban llamas

El tiacuteo Lucas no separaba los suyos del suelo como si buscara alguna cosa

ndashMe concederaacutes cuando menosndashexclamoacute al fin levantando la cabezandashel tiempo preciso para ir a la cuadra y aparejar una burra

ndashiexclQueacute burra ni queacute demontrendashreplicoacute el Alguacil iexclCualquiera se anda a pie media legua La noche estaacute muy hermosa y hace luna

ndashYa he visto que ha salido Pero yo tengo los pies hinchados

ndashPues entonces no perdamos tiempo Yo le ayudareacute a usted a aparejar

ndashiexclHola iexclHola iquestTemes que me escape

ndashYo no temo nada tiacuteo Lucasndashrespondioacute Tontildeuelo con la frialdad de un desalmadondash Yo soy la Justicia

Y hablando asiacute descansoacute armas con lo que dejoacute ver el retaco que llevaba debajo del capote

ndashPues mira Tontildeuelondashdijo la Molinerandash Ya que vas a la cuadra a ejercer tu verdadero oficio hazme el favor de aparejar tambieacuten la otra burra

ndashiquest Para queacutendashinterrogoacute el Molinero

ndashiexclPara miacute Yo voy con vosotros

ndashiexclNo puede ser sentildeaacute Frasquitandashobjetoacute el Alguacilndash Tengo orden de llevarme a su marido de usted nada maacutes y de impedir que usted lo siga En ello me van el destino y el pescuezo Asiacute me lo advirtioacute el sentildeorJuan Loacutepez Conque vamos tiacuteo Lucas Y se dirigioacute hacia la puerta

ndashiexclCosa maacutes rarandashdijo a media voz el murciano sin

moverse

ndashiexclMuy rarandashcontestoacute la sentildeaacute Frasquita

ndashEsto es algo que yo me seacutendashcontinuoacute murmurando el tiacuteo Lucas de modo que no pudiese oiacuterlo Tontildeuelo

ndashiquestQuieres que vaya yo a la ciudadndashcuchicheoacute la navarrandashy le deacute aviso al Corregidor de lo que nos sucede

ndashiexclNondashrespondioacute en alta voz el tiacuteo Lucasndash iexclEso no

ndashiquest Pues queacute quieres que hagandashdijo la Molinera con gran iacutempetu

ndashQue me miresndashrespondioacute el antiguo soldado

Los dos esposos se miraron en silencio y quedaron tan satisfechos ambos de la tranquilidad la resolucioacuten y la energiacutea que se comunicaron sus almas que acabaron por encogerse de hombros y reiacuterse

Despueacutes de esto el tiacuteo Lucas encendioacute otro candil y se dirigioacute a la cuadra diciendo al paso a Tontildeuelo con socarroneriacutea

ndashiexclVaya hombre iexclVen y ayuacutedame supuesto que eres tan amable

Tontildeuelo lo siguioacute canturriando una copla entre dientes

Pocos minutos despueacutes el tiacuteo Lucas saliacutea del molino caballero en una hermosa jumenta y seguido del Alguacil

La despedida de los esposos se habiacutea reducido a lo siguiente

ndashCierra bienndashdijo el tiacuteo Lucas

ndashEmboacutezate que hace frescondashdijo la sentildeaacute Frasquita cerrando con llave tranca y cerrojo

Y no hubo maacutes adioacutes ni maacutes beso ni maacutes abrazo ni maacutes mirada

iquestPara queacute

XVI Un ave de mal aguumlero

Sigamos por nuestra parte al tiacuteo Lucas

Ya habiacutean andado un cuarto de legua sin hablar palabra el Molinero subido en la borrica y el Alguacil arreaacutendola con su bastoacuten de autoridad cuando divisaron delante de siacute en lo alto de un repecho que haciacutea el camino la sombra de un enorme pajarraco que se dirigiacutea hacia ellos

Aquella sombra se destacoacute eneacutergicamente sobre el cielo esclarecido por la luna dibujaacutendose en eacutel con tanta precisioacuten que el Molinero exclamoacute en el acto

ndashTontildeuelo iexclaquel es Garduntildea con su sombrero de tres picos y sus patas de alambre

Mas antes de que contestara el interpelado la sombra deseosa sin duda de eludir aquel encuentro habiacutea dejado el camino y echado a correr a campo traviesa con la velocidad de

una verdadera garduntildea

ndashNo veo a nadiendashrespondioacute entonces Tontildeuelo con la mayor naturalidad

ndashNi yo tampocondashreplicoacute el tiacuteo Lucas comieacutendose la partida

Y la sospecha que ya se le ocurrioacute en el molino principioacute a adquirir cuerpo y consistencia en el espiacuteritu receloso del jorobado

ndashEste viaje miacuteondashdiacutejose interiormentendashes una estratagema amorosa del Corregidor La declaracioacuten que le oiacute esta tarde desde lo alto del emparrado me demuestra que el vejete rnadrilentildeo no puede esperar maacutes Indudablemente esta noche va a volver de visita al molino y por eso ha principiado quitaacutendome de en medio Pero iquestqueacute importa iexclFrasquita es Frasquita y no abriraacute la puerta aunque le peguen fuego a la casa Digo maacutes aunque la abriese aunque el Corregidor lograse por medio de cualquier ardid sorprender a mi excelente navarra el piacutecaro viejo saldriacutea con las manos en la cabeza iexclFrasquita es Frasquita Sin embargondashantildeadioacute al cabo de un momentondash iexclbueno seraacute volverme esta noche a casa lo maacutes temprano que pueda

Llegaron con esto al lugar el tiacuteo Lucas y el Alguacil dirigieacutendose a casa del sentildeor Alcalde

XVII Un alcalde de monterilla

El sentildeor Juan Loacutepez que como particular y como Alcalde era la tiraniacutea la ferocidad y el orgullo personificados (cuando trataba con sus interiores) dignaacutebase sin embargo a aquellas horas despueacutes de despachar los asuntos oficiales y los de su labranza y de pegarle a su mujer su cotidiana paliza beberse un caacutentaro de vino en compantildeiacutea del secretario y del sacristaacuten operacioacuten que iba maacutes de mediada aquella noche cuando el Molinero comparecioacute en su presencia

ndashiexclHola tiacuteo Lucasndashle dijo rascaacutendose la cabeza para excitar en ella la vena de los embustesndash iquestCoacutemo va de salud iexclA ver secretario eacutechele usted un vaso de vino al tiacuteo Lucas iquestY la sentildea Frasquita iquestSe conserva tan guapa iexclYa hace mucho tiempo que no la he visto Pero hombre iexclqueacute bien que sale ahora la molienda iexclEl pan de centeno parece de trigo candeal Conque vaya Sieacutentese usted y descanse que gracias a Dios no tenemos prisa

ndashiexclPor mi parte maldita aquellandashcontestoacute el tiacuteo Lucas que

hasta entonces no habiacutea despegado los labios pero cuyas sospechas eran cada vez mayores al ver el amistoso recibimiento que se le haciacutea despueacutes de una orden tan terrible y apremiante

ndashPues entonces tiacuteo Lucasndashcontinuoacute el alcaldendash supuesto que no tiene usted gran prisa dormiraacute usted acaacute esta noche y mantildeana temprano despacharemos nuestro asuntillo

ndashMe parece bienndashrespondioacute el tiacuteo Lucas con una ironiacutea y un disimulo que nada teniacutean que envidiar a la diplomacio del sentildeor Juan Loacutepezndash Supuesto que la cosa no es urgente pasareacute la noche fuera de mi casa

ndashNi urgente ni de peligro para ustedndashantildeadioacute el Alcalde engantildeado por aquel a quien creiacutea engantildearndash Puede usted estar completamente tranquilo Oye tuacute Tontildeuelo Alarga esa media fanega para que se siente el tiacuteo Lucas

ndashEntonces iexclvenga otro tragondashexclamoacute el Molinero sentaacutendose

ndashiexclVenga de ahiacutendashrepuso el Alcalde alargaacutendole el vaso lleno

ndashEstaacute en buena mano Meacutedielo usted

ndashiexclPues por su saludndashdijo el sentildeor Juan Loacutepez bebieacutendose la mitad

ndashPor la de usted sentildeor Alcaldendashreplicoacute el tiacuteo Lucas apurando la otra

ndashiexclA ver Manuelandashgritoacute entonces el Alcalde de monterillandash

Dile a tu ama que el tiacuteo Lucas se queda a dormir aquiacute Que le ponga una cabecera en el granero

ndashiexclCa No iexclDe ningun modo Yo duermo en el pajar como un rey

ndashMire usted que tenemos cabeceras

ndashiexclYa lo creo Pero iquesta queacute quiere usted incomodar a la familia Yo traigo mi capote

ndashPues sentildeor como usted guste iexclManuela dile a tu ama que no la ponga

ndashLo que siacute va usted a permitirmendashcontinuoacute el tiacuteo Lucas bostezando de un modo atrozndashes que me acueste en seguida Anoche he tenido mucha molienda y no ha pegado todaviacutea los ojos

ndashiexclConcedidondashrespondioacute majestuosamente el AlcaldendashPuede usted recogerse cuando quiera

ndashCreo que tambieacuten es hora de que nos recojamos nosotrosndashdijo el sacristaacuten asomaacutendose al caacutentaro de vino para graduar lo que quedabandash Ya deben de ser las diez o poco menos

ndashLas diez menos cuartillondashnotificoacute el secretario despueacutes de repartir en los vasos el resto del vino correspondiente a aquella noche

ndashiexclPues a dormir caballerosndashexclamoacute el anfitrioacuten apurando su parte

ndashHasta mariana sentildeoresndashantildeadioacute el Molinero bebieacutendose la suya

ndashEspere usted que le alumbren iexclTontildeuelo Lleva al tiacuteo Lucas al pajar

ndashiexclPor aquiacute tiacuteo Lucasndashdijo Tontildeuelo llevaacutendose tambieacuten el caacutentaro por si le quedaban algunas gotas

ndashHasta mantildeana si Dlos quierendashagregoacute el sacristaacuten despueacutes de escurrir todos los vasos

Y se marchoacute tambaleaacutendose y cantando alegremente el De profundis

ndashPues sentildeorndashdiacutejole el Alcalde al Secretario cuando se quedaron solosndash El tiacuteo Lucas no ha sospechado nada Nos podemos acostar descansadamente y iexclbuena pro le haga al Corregidor

XVIII Donde se veraacute que el tiacuteo Lucas teniacutea el suentildeo muy ligero

Cinco minutos despueacutes un hombre se descolgaba por la ventana del pajar del sentildeor Alcalde ventana que daba a un corraloacuten y que no distariacutea cuatro varas del suelo

En el corraloacuten habiacutea un cobertizo sobre una gran pesebrera a la cual hallaacutebanse atadas seis u ocho caballleriacuteas de diversa alcurnia bien que todas ellas del sexo deacutebil Los caballos mulos y burros del sexo fuerte formaban rancho aparte en otro local contiguo

El hombre desatoacute una borrica que por cierto estaba aparejada y se encaminoacute llevaacutendola del diestro hacia la puerta del corral retiroacute la tranca y desechoacute el cerrojo que la aseguraban abrioacutela con mucho tiento y se encontroacute en medio del campo

Una vez alliacute montoacute en la borrica metioacutele los talones y salioacute como una flecha con direccioacuten a la ciudad mas no por el carril ordinario sino atravesando siembras y cantildeadas como quien se precave contra alguacuten mal encuentro

Era el tiacuteo Lucas que se dirigiacutea a su molino

XIX Voces clamantes in desertogt

ndashiexclAlcaldes a miacute que soy de Archenandashiba dicieacutendose el murcianondash iexclMantildeana por la mantildeana pasareacute a ver al sentildeor Obispo como medida preventiva y le contareacute todo lo que me ha ocurrido esta noche iexclLlamarme con tanta prisa y reserva y a hora tan desusada decirme que venga solo hablarme del servicio del Rey y de moneda falsa y de brujas y de duendes para echarme luego dos vasos de vino y mandarme a dormir iexclLa cosa no puede ser maacutes clara Garduntildea trajo al lugar esas instrucciones de parte del Corregidor y esta es la hora en que el Corregidor estaraacute ya en campantildea contra mi mujer iexclQuieacuten sabe si me lo encontrareacute llamando a la puerta del molino iexclQuieacuten sabe si me lo encontrareacute ya dentro iexclQuieacuten sabe Pero iquestqueacute voy a decir iexclDudar de mi navarra iexclOh esto es ofender a Dios iexclImposible que ella iexclImposible que mi Frasquita iexclImposible Mas iquestqueacute estoy diciendo iquestAcaso hay algo imposible en el mundo iquestNo se casoacute conmigo siendo ella tan hermosa y yo tan feoiquest

Y al hacer esta uacuteltima reflexioacuten el pobre jorobado se echoacute a llorar

Entonces paroacute la burra para serenarse se enjugoacute las laacutegrimas suspiroacute hondamente sacoacute los aviacuteos de fumar picoacute y lioacute un cigarro de tabaco negro empuntildeoacute luego pedernar yesca y eslaboacuten y al cabo de algunos golpes consiguioacute encender candela

En aquel mismo momento sintioacute rumor de pasos hacia el camino que distariacutea de alliacute unas trescientas varas

ndashiexclQueacute imprudente soyndashdijondashiexclSi me andaraacute buscando ya la Justicia y yo me habreacute vendido al echar estas yescas

Escondioacute pues la lumbre y se apeoacute ocultaacutendose detraacutes de la borrica

Pero la borrica entendioacute las cosas de diferente modo y lanzoacute un rebuzno de satlsfaccioacuten

ndash-iexclMaldita seasndashexclamoacute el tiacuteo Lucas tratando de cerrarle la boca con las manos

Al propio tiempo resonoacute otro rebuzno en el camino por viacutea de galante respuesta

ndashiexclEstamos aviadosndashprosiguioacute pensando el Molinerondash iexclBien dice el refraacuten el mayor mal de los males es tratar con animales

Y asiacute discurriendo volvioacute a montar arreoacute la bestia y salioacute disparado en direccioacuten contraria al sitio en que habiacutea sonado el segundo rebuzno

Y lo maacutes particular fue que la persona que iba en el jumento interlocutor debioacute de asustarse del tiacuteo Lucas tanto como el tiacuteo

Lucas se habiacutea asustado de ella Lo digo porque apartoacutese tambieacuten del camino recelando sin duda que fuese un alguacil o un malhechor pagado por don Eugenio y salioacute a escape por los sembrados de la otra banda

El murciano entre tanto continuoacute cavilando de este modo

ndashiexclQueacute noche iexclQueacute mundo iexclQueacute vida la miacutea desde hace una hora iexclAlguaciles metidos a alcahuetes alcaldes que conspiran contra mi honra burros que rebuznan cuando no es menester y aquiacute en mi pecho un miserable corazoacuten que se ha atrevido a dudar de la mujer maacutes noble que Dios ha criado iexclOh Dios miacuteo Dios miacuteo iexclHaz que llegue pronto a mi casa y que encuentre alliacute a mi Frasquita

Siguioacute caminando el tiacuteo Lucas atravesando siembras y matorrales hasta que al fin a eso de las once de la noche llegoacute sin novedad a la puerta grande del molino iexclCondenacioacuten iexclLa puerta del molino estaba abierta

XX La duda y la realidad Estaba abierta iexcly eacutel al marcharse habia oiacutedo a su mujer cerrarla con llave tranca y cerrojo

Por consiguiente nadie maacutes que su propia mujer habia podido abrirla

Pero iquestcoacutemo iquestcuaacutendo iquestpor queacute iquestDe resultas de un engantildeo iquestA consecuencia de una orden iquestO bien deliberada y voluntariamente en virtud de previo acuerdo con el Corregidor iquestQueacute iba a ver iquestQueacute iba a saber iquestQueacute le aguardaba dentro de su casa iquestSe habiacutea fugado la sentildeaacute Frasquita iquestSe la habriacutean robado iquestEstariacutea muerta iquestO estariacutea en brazos de su rival

ndashEl Corregidor contaba con que yo no podriacutea venir en toda la nochendashse dijo luacutegubremente el tiacuteo Lucasndash El Alcalde del lugar tendriacutea orden hasta de encadenarme antes que permitirme volver iquestSabiacutea todo esto Frasquita iquestEstaba en el complot iquestO ha sido viacutectima de un engantildeo de una violencia de una infamia

No empleoacute maacutes tiempo el sin ventura en hacer todas estas crueles reflexiones que el que tardoacute en atravesar la plazoletilla

del emparrado

Tambieacuten estaba abierta la puerta de la casa cuyo primer aposento (como en todas las viviendas ruacutesticas) era la cocina

Dentro de la cocina no habiacutea nadie

Sin embargo una enorme fogata ardiacutea en la chimenea iexclchimenea que eacutel dejoacute apagada y que no se encendia nunca hasta muy entrado el mes de diciembre

Por uacuteltimo de uno de los ganchos de la espetera pendiacutea un candil encendido

iquestQueacute significaba todo aquello iquestY coacutemo se compadeciacutea semejante aparato de vigilia y de sociedad con el silencio de muerte que reinaba en la casa

iquestQueacute habia sido de su mujer

Entonces y soacutelo entonces reparoacute el tiacuteo Lucas en unas ropas que habiacutea colgadas en los espaldares de dos o tres sillas puestas alrededor de la chimenea

Fijoacute la vista en aquellas ropas y lanzoacute un rugido intenso que se le quedoacute atravesado en la garganta convertido en sollozo mudo y sofocante

Creyoacute el infortunado que se ahogaba y se llevoacute las manos al cuello mientras que liacutevido convulso con los ojos desencajados contemplaba aquella vestimenta poseiacutedo de tanto horror como el reo en capilla a quien le presentan la hopa

Porque lo que alliacute veiacutea era la capa de grana el sombrero de tres picos la casaca y la chupa de color de toacutertola el calzoacuten de seda negra las medias blancas los zapatos con hebilla y hasta el bastoacuten el espadiacuten y los guantes del execrable Corregidor iexclLo que alliacute veiacutea era la ropa de su ignominia la mortaja de su honra el sudario de su ventura

El terrible trabuco seguiacutea en el mismo rincoacuten en que dos horas antes lo dejoacute la navarra

El tiacuteo Lucas dio un salto de tigre y se apoderoacute de eacutel Sondeoacute el cantildeoacuten con la baqueta y vio que estaba cargado Miroacute la piedra y halloacute que estaba en su lugar

Volvioacutese entonces hacia la escalera que conduciacutea a la caacutemara en que habiacutea dormido tantos antildeos con la sentildeaacute Frasquita y murmuroacute sordamente

ndashiexclAlliacute estaacuten

Avanzoacute pues un paso en aquella direccioacuten pero en seguida se detuvo para mirar en torno de siacute y ver si alguien lo estaba observando

ndashiexclNadiendashdijo mentalmentendash iexclSolo Dios y eacutese ha querido esto

Confirmada asiacute la sentencia fue a dar otro paso cuando su errante mirada distinguioacute un pliego que habiacutea sobre la mesa

Verlo y haber caiacutedo sobre eacutel y tenerlo entre sus garras fue todo cosa de un segundo

iexclAquel papel era el nombramiento del sobrino de la sentildeaacute Frasquita firmado por don Eugenio de Zuacutentildeiga y Ponce de Leoacuten

ndashiexclEste ha sido el precio de la ventandashpensoacute el tiacuteo Lucas metieacutendose el papel en la boca para sofocar sus gritos y dar alimento a su rabiandash iexclSiempre receleacute que quisiera a su familia maacutes que a miacute iexclAh iexclNo hemos tenido hijos iexclHe aquiacute la causa de todo

Y el infortunado estuvo a punto de volver a llorar

Pero luego se enfurecioacute nuevamente y dijo con un ademaacuten terrible ya que no con la voz

ndashiexclArriba iexclArriba

Y empezoacute a subir la escalera andando a gatas con una mano llevando el trabuco en la otra y con el papel infame entre los dientes

En corroboracioacuten de sus loacutegicas sospechas al llegar a la puerta del dormitorio (que estaba cerrada) vio que saliacutean algunos rayos de luz por las junturas de las tablas y por el ojo de la llave

ndashiexclAquiacute estaacutenndashvolvioacute a decir

Y se paroacute un instante como para pasar aquel nuevo trago de amargura

Luego continuoacute subiendo hasta llegar a la puerta misma del dormitorio

Dentro de eacutel no se oiacutea ninguacuten ruido

ndashiexclSi no hubiera nadiendashle dijo tiacutemidamente la esperanza

Pero en aquel mismo instante el infeliz oyoacute toser dentro del cuarto

iexclEra la tos medio asmaacutetica del Corregidor

iexclNo cabiacutea duda iexclNo habiacutea tabla de salvacioacuten en aquel naufragio

El Molinero sonrioacute en las tinieblas de un modo horroroso iquestCoacutemo no brillan en la oscuridad semejantes relaacutempagos iquestQueacute es todo el fuego de las tormentas comparado con el que arde a veces en el corazoacuten del hornbre

Sin embargo el tiacuteo Lucas (tal era su alma como ya dijimos en otro lugar) principioacute a tranquilizarse no bien oyoacute la tos de su enemigo

La realidad le haciacutea menos dantildeo que la duda Seguacuten le anuncioacute eacutel mismo aquella tarde a la sentildeaacute Frasquita desde el punto y hora en que perdiacutea la uacutenica fe que era vida de su alma empezaba a convertirse en un hombre nuevo

Semejante al moro de Veneciandashcon quien ya lo comparamos al describir su caraacutecterndash el desengantildeo mataba en eacutel de un solo golpe todo el amor transfigurando de paso la iacutendole de su espiacuteritu y hacieacutendole ver el mundo como una regioacuten extrantildea a que acabara de llegar La uacutenica diferencia consistiacutea en que el tiacuteo Lucas era por idiosincrasia menos traacutegico menos austero y maacutes egoista que el insensato sacrificador de Desdeacutemona

iexclCosa rara pero propia de tales situaciones La duda o sea la esperanzandashque para el caso es lo mismondash volvioacute todaviacutea a mortificarle un momento

ndashiexclSi me hubiera equivocadondashpensoacutendash iexclSi la tos hubiese sido de Frasquita

En la tribulacioacuten de su infortunio olvidaacutebasele que habiacutea visto las ropas del Corregidor cerca de la chimenea que habiacutea encontrado abierta la puerta del molino que habiacutea leiacutedo la credencial de su infamia

Agachoacutese pues y miroacute por el ojo de la llave temblando de incertidumbre y de zozobra

El rayo visual no alcanzaba a descubrir maacutes que un pequentildeo triaacutengulo de cama por la parte del cabecero iexclPero precisamente en aquel pequentildeo triaacutengulo se veiacutea un extremo de las almohadas y sobre las almohadas la cabeza del Corregidor

Otra risa diaboacutelica contrajo el rostro del Molinero

Dijeacuterase que volviacutea a ser feliz

ndashiexclSoy duentildeo de la verdad iexclMeditemosndashmurmuroacute irguieacutendose tranquilamente

Y volvioacute a bajar la escalera con el mismo tiernpo que empleoacute para subirla

ndashEl asunto es delicado Necesito reflexionar Tengo tiempo de sobra para todondashiba pensando mientras bajaba

Llegado que hubo a la cocina sentoacutese en medio de ella y ocultoacute la frente entre las manos

Asiacute permanecioacute mucho tiempo hasta que le despertoacute de su meditacioacuten un leve golpe que sintioacute en un pie

Era el trabuco que se habiacutea deslizado de sus rodillas y que le haciacutea aquella especie de sentildea

ndashiexclNo iexclTe digo que nondashmurmuroacute el tiacuteo Lucas encaraacutendose con el armandash iexclNo me convienes Todo el mundo tendriacutea laacutestima de ellos iexcly a miacute me ahorcariacutean iexclSe trata de un Corregidor y matar a un Corregidor es todaviacutea en Espantildea cosa indisculpable Diriacutean que lo mateacute por infundados celos y que luego lo desnudeacute y lo metiacute en mi cama Diriacutean ademaacutes que mateacute a mi mujer por simples sospechas iexclY me ahorcariacutean iexclVaya si me ahorcariacutean iexclAdemaacutes yo habriacutea dado muestras de tener muy poca alma muy poco talento si al remate de mi vida fuera digno de compasioacuten iexclTodos se reiriacutean de miacute iexclDiriacutean que mi desventura era muy natural siendo yo jorobado y Frasquita tan hermosa iexclNada no Lo que yo necesito es vengarme y despueacutes de vengarme triunfar despreciar reiacuter reirme mucho reiacuterme de todos evitando por tal medio que nadie pueda burlarse nunca de esta giba que yo he llegado a hacer hasta envidiable y que tan grotesca seriacutea en una horca

Asiacute discurrioacute el tiacuteo Lucas tal vez sin darse cuenta de ello puntualmente y en virtud de semejante discurso colocoacute el arma en su sitio y principioacute a pasearse con los brazos atraacutes y la cabeza baja como buscando su venganza en el suelo en la tierra en las ruindades de la vida en alguna bufonada ignominiosa y ridiacutecula para su mujer y para el Corregidor lejos de buscar aquella misma venganza en la justicia en el desafiacuteo en el perdoacuten en el cielo como hubiera hecho en su lugar cualquier otro hombre

de condicioacuten menos rebelde que la suya a toda imposicioacuten de la Naturaleza de la sociedad o de sus propios sentimientos

De repente paraacuteronse sus ojos en la vestimenta del Corregidor

Luego se paroacute eacutel mismo

Despueacutes fue demostrando poco a poco en su semblante una alegriacutea un gozo un triunfo indefinibles hasta que por uacuteltimo se echoacute a reiacuter de una manera formidable esto es a grandes carcajadas pero sin hacer ningun ruidondasha fin de que no lo oyesen desde arribandash metieacutendose los puntildeos por los ijares para no reventar estremecieacutendose todo como un epileacuteptico y teniendo que concluir por dejarse caer en una silla hasta que le pasoacute aquella convulsioacuten de sarcaacutestico regocijo Era la propia risa de Mefistoacutefeles

No bien se sosegoacute principioacute a desnudarse con una celeridad febril colocoacute toda su ropa en las mismas sillas que ocupaba la del Corregidor puacutesose cuantas prendas perteneciacutean a este desde los zapatos de hebilla hasta el sombrero de tres picos cintildeoacutese el espadiacuten embozoacutese en la capa de grana cogioacute el bastoacuten y los guantes y salioacute del molino y se encaminoacute a la ciudad balanceaacutendose de la propia manera que solia don Eugenio de Zuacuteniga y dicieacutendose de vez en cuando esta frase que compendiaba su pensamiento

ndashiexclTambieacuten la Corregidora es guapa

XXI

iexclEN GUARDIA CABALLERO gt

Abandonemos por ahora al tiacuteo Lucas y entereacutemonos de lo que habiacutea ocurrido en el molino desde que dejamos alliacute sola a la sentildeaacute Frasquita hasta que su esposo volvioacute a eacutel y se encontroacute con tan estupendas novedades

Una hora habriacutea pasado despueacutes que el tiacuteo Lucas se marchoacute con Tontildeuelo cuando la afligida navarra que se habiacutea propuesto no acostarse hasta que regresara su marido y que estaba haciendo calceta en su dormitorio situado en el piso de arriba oyoacute lastimeros gritos fuera de la casa hacia el paraje alliacute muy proacuteximo por donde corriacutea el agua del caz

ndashiexclSocorro que me ahogo iexclFrasquita iexclFrasquitandash exclamaba una voz de hombre con el luacutegubre acento de la desesperacioacuten

ndashiquestSi seraacute Lucasndashpensoacute la navarra llena de un terror que no necesitamos describir

En el mismo dormitorio habiacutea una puertecilla de que ya nos habloacute Garduntildea y que daba efectivamente sobre la parte alta del caz Abrioacutela sin vacilacioacuten la sentildeaacute Frasquita por maacutes que no hubiera reconocido la voz que pediacutea auxilio y encontroacutese de manos a boca con el Corregidor que en aquel momento saliacutea todo chorreando de la impetuosiacutesima acequia

ndashiexclDios me perdone iexclDios me perdonendashbalbuceaba el infameviejondash iexclCreiacute que me ahogaba

ndashiexclCoacutemo iquest Es usted iquestQueacute significa iquestCoacutemo se atreve iquestA queacute viene usted a estas horasndashgritoacute la Molinera con maacutes indignacioacuten que espanto pero retrocediendo maquinalmente

ndashiexclCalla iexclCalla mujerndashtartamudeoacute el Corregidor colaacutendose en el aposento detraacutes de ellandash Yo te lo direacute todo iexclHe estado para ahogarme iexclEl agua me llevaba ya como a una pluma iexclMira mira coacutemo me he puesto

ndashiexclFuera fuera de aquiacutendashreplicoacute la sentildeaacute Frasquita con mayor violenciandash iexclNo tiene usted nada que explicarme iexclDemasiado lo comprendo todo iquest Queacute me importa a miacute que usted se ahogue iquestLo he llamado yo a usted iexclAh iexclQueacute infamia iexclPara esto ha mandado usted prender a mi marido

ndashMujer escucha

ndashiexclNo escucho iexclMaacuterchese usted inmediatamente sentildeor Corregidor iexclMaacuterchese usted o no respondo de su vida

ndashiquestQueacute dices

ndashiexclLo que usted oye Mi marido no estaacute en casa pero yo me basto para hacerla respetar iexclMaacuterchese usted por donde ha venido si no quiere que yo le arroje otra vez al agua con mis propias manos

ndashiexclChica chica iexclNo grites tanto que no soy sordondashexclamoacute el viejo libertinondashiexclCuando yo estoy aquiacute por algo seraacute Vengo a libertar al tiacuteo Lucas a quien ha preso por equivocacioacuten un alcalde de monterilla Pero ante todo necesito que me seques estas ropas iexclEstoy calado hasta los huesos

ndashLe digo a usted que se marche

ndashiexclCalla tonta iquestQueacute sabes tuacute Mira aquiacute te traigo un nombramiento de tu sobrino Enciende la lumbre y hablaremos Por lo demaacutes mientras se seca la ropa yo me acostareacute en esta cama

ndashiexclAh ya iquestConque declara usted que veniacutea por miacute iquestConque declara usted que para eso ha mandado arrestar a mi Lucaacutes iquestConque traiacutea usted su nombramiento y todo iexclSantos y Santas del cielo iquestQueacute se habraacute figurado de miacute este mamarracho

ndashiexclFrasquita iexclSoy el Corregidor

ndashiexclAunque fuera usted el Rey A miacute iquestqueacute iexclYo soy la mujer de mi marido y el ama de mi casa iquestCree usted que yo me asusto de los Corregidores iexclYo seacute ir a Madrid y al fin del mundo a pedir justicia contra el viejo insolente que asiacute arrastra su autoridad por los suelos Y sobre todo yo sabreacute mantildeana ponerme la mantilla e ir a ver a la sentildeora Corregidora

ndashiexclNo haraacutes nada de esondashrepuso el Corregidor perdiendo la paciencia o mudando de taacutecticandash No haraacutes nada de eso porque yo te pegareacute un tiro si veo que no entiendes de razones

ndashiexclUn tirondashexclamoacute la sentildeaacute Frasquita con voz sorda

ndashUn tiro siacute Y de ello no me resultaraacute perjuicio alguno Casualmente he dejado dicho en la ciudad que saliacutea esta noche a la caza de criminales iexclConque no seas necia y quieacutereme como yo te adoro

ndashSentildeor Corregidor iquestun tirondashvolvioacute a decir la navarra

echando los brazos atraacutes y el cuerpo hacia adelante como para lanzarse sobre su adversario

ndashSi te empentildeas te lo pegareacute y asiacute me vereacute libre de tus amenazas y de tu hermosura ndashrespondioacute el Corregidor lleno de miedo y sacando un par de cachorrillos

ndashiquestConque pistolas tambieacuten iexclY en la otra faltriquera el nombramiento de mi sobrinondash dijo la sentildea Frasquita moviendo la cabeza de arriba abajondashPues sentildeor la eleccioacuten no es dudosa Espere Usiacutea un momento que voy a encender la lumbre

Y asiacute hablando se dirigioacute raacutepidamente a la escalera y la bajoacute en tres brincos

El Corregidor cogioacute la luz y salioacute detraacutes de la Molinera temiendo que se escapara pero tuvo que bajar mucho maacutes despacio de cuyas resultas cuando llegoacute a la cocina tropezoacute con la navarra que volviacutea ya en su busca

ndashiquestConque deciacutea usted que me iba a pegar un tirondashexclamoacute aquella indomable mujer dando un paso atraacutesndash Pues iexclen guardia caballero que yo ya lo estoy

Dijo y se echoacute a la cara el formidable trabuco que tanto papel representa

ndashiexclDetente desgraciada iquestQueacute vas a hacerndashgritoacute el Corregidor muerto de ndash Lo de mi tiro era una broma Mira Los cachorrillos estaacuten descargados En cambio es verdad lo del nombramiento Aquiacute lo tienes Toacutemalo Te lo regalo Tuyo es de balde enteramente de balde

Y lo colocoacute temblando sobre la mesa

ndashiexclAhiacute estaacute bienndashrepuso la navarrandash Mantildeana me serviraacute para encender la lumbre cuando le guise el almuerzo a mi marido iexclDe usted no quiero ya ni la gloria y si mi sobrino viniese alguna vez de Estella seriacutea para pisotearle a usted la fea mano con que ha escrito su nombre en ese papel indecente iexclEa lo dicho iexclMaacuterchese usted de mi casa iexclAire iexclaire iexclpronto iexclque ya se me sube la poacutelvora a la cabeza

El Corregidor no contestoacute a este discurso Habiacutease puesto liacutevido casi azul teniacutea los ojos torcidos y un temblor como de terciana agitaba todo su cuerpo Por uacuteltimo principioacute a castantildeetear los dientes y cayoacute al suelo presa de una convulsioacuten espantosa

El susto del caz lo muy mojadas que seguiacutean todas sus ropas la violenta escena del dormitorio y el miedo al trabuco con que le apuntaba la navarra habiacutean agotado las fuerzas del enfermizo anciano

ndashiexclMe muerondashbalbuceoacutendash iexclLlama a Garduntildea Llama a Garduntildea que estaraacute ahiacute en la ramblilla iexclYo no debo morirme en esta casa No pudo continuar

Cerroacute los ojos y se quedoacute como muerto

ndashiexclY se moriraacute como lo dicendashprorrumpioacute la sentildeaacute Frasquitandash Pues sentildeor iexclesta es la maacutes negra iquestQueacute hago yo ahora con este hombre en mi casa iquestQue diriacutean de miacute si se muriese iquestQueacute diriacutea Lucas iquestCoacutemo podriacutea justificarme cuando yo misma le he abierto la puerta iexclOh no Yo no debo quedarme aquiacute con eacutel iexclYo debo buscar a mi marido yo debo escandalizar el mundo antes de comprometer mi honra

Tomada esta resolucioacuten soltoacute el trabuco fuese al corral cogioacute la burra que quedaba en eacutel la aparejoacute de cualquier modo abrioacute la puerta grande de la cerca montoacute de un salto a pesar de sus carnes y se dirigio a la ramblilla

ndashiexclGarduntildea iexclGarduntildeandashiba gritando la navarra conforme se acercaba a aquel sitio

ndashiexclPresentendashrespondioacute al cabo el Alguacil apareciendo detraacutes de un setondash iquestEs usted sentildeaacute Frasquita

ndashSiacute yo soy iexclVe al molino y socorre a tu amo que se esta muriendo

ndashiquestQueacute dice usted iexclVaya un maula

ndashLo que oyes Garduntildea

ndashiquestY usted alma miacutea iquestAdoacutende va a estas horas

ndashiquestYo iexclQuita allaacute badulaque iexclYo voy a la ciudad por un meacutedicondashcontestoacute la sentildeaacute Frasquita arreando la burra con un talonazo y a Garduntildea con un puntapieacute

Y tomoacute no el camino de la ciudad como acababa de decir sino el del lugar inmediato

Garduntildea no reparoacute en esta uacuteltima circunstancia pues iba ya dando zancajadas hacia el molino y discurriendo al par de esta manera

ndashiexclVa por un meacutedico iexclLa infeliz no puede hacer maacutes

iexclPero eacutel es un pobre hombre iexclFamosa ocasioacuten de ponerse malo iexclDios le da confites a quien no puede roerlos

XXI iexclEn guardia caballero

Abandonemos por ahora al tiacuteo Lucas y entereacutemonos de lo que habiacutea ocurrido en el molino desde que dejamos alliacute sola a la sentildeaacute Frasquita hasta que su esposo volvioacute a eacutel y se encontroacute con tan estupendas novedades

Una hora habriacutea pasado despueacutes que el tiacuteo Lucas se marchoacute con Tontildeuelo cuando la afligida navarra que se habiacutea propuesto no acostarse hasta que regresara su marido y que estaba haciendo calceta en su dormitorio situado en el piso de arriba oyoacute lastimeros gritos fuera de la casa hacia el paraje alliacute muy proacuteximo por donde corriacutea el agua del caz

ndashiexclSocorro que me ahogo iexclFrasquita iexclFrasquitandash exclamaba una voz de hombre con el luacutegubre acento de la desesperacioacuten

ndashiquestSi seraacute Lucasndashpensoacute la navarra llena de un terror que no necesitamos describir

En el mismo dormitorio habiacutea una puertecilla de que ya nos habloacute Garduntildea y que daba efectivamente sobre la parte alta del caz Abrioacutela sin vacilacioacuten la sentildeaacute Frasquita por maacutes que no hubiera reconocido la voz que pediacutea auxilio y encontroacutese de manos a boca con el Corregidor que en aquel momento saliacutea todo chorreando de la impetuosiacutesima acequia

ndashiexclDios me perdone iexclDios me perdonendashbalbuceaba el

infameviejondash iexclCreiacute que me ahogaba

ndashiexclCoacutemo iquest Es usted iquestQueacute significa iquestCoacutemo se atreve iquestA queacute viene usted a estas horasndashgritoacute la Molinera con maacutes indignacioacuten que espanto pero retrocediendo maquinalmente

ndashiexclCalla iexclCalla mujerndashtartamudeoacute el Corregidor colaacutendose en el aposento detraacutes de ellandash Yo te lo direacute todo iexclHe estado para ahogarme iexclEl agua me llevaba ya como a una pluma iexclMira mira coacutemo me he puesto

ndashiexclFuera fuera de aquiacutendashreplicoacute la sentildeaacute Frasquita con mayor violenciandash iexclNo tiene usted nada que explicarme iexclDemasiado lo comprendo todo iquest Queacute me importa a miacute que usted se ahogue iquestLo he llamado yo a usted iexclAh iexclQueacute infamia iexclPara esto ha mandado usted prender a mi marido

ndashMujer escucha

ndashiexclNo escucho iexclMaacuterchese usted inmediatamente sentildeor Corregidor iexclMaacuterchese usted o no respondo de su vida

ndashiquestQueacute dices

ndashiexclLo que usted oye Mi marido no estaacute en casa pero yo me basto para hacerla respetar iexclMaacuterchese usted por donde ha venido si no quiere que yo le arroje otra vez al agua con mis propias manos

ndashiexclChica chica iexclNo grites tanto que no soy sordondashexclamoacute el viejo libertinondashiexclCuando yo estoy aquiacute por algo seraacute Vengo a libertar al tiacuteo Lucas a quien ha preso por equivocacioacuten un alcalde de monterilla Pero ante todo necesito que me seques

estas ropas iexclEstoy calado hasta los huesos

ndashLe digo a usted que se marche

ndashiexclCalla tonta iquestQueacute sabes tuacute Mira aquiacute te traigo un nombramiento de tu sobrino Enciende la lumbre y hablaremos Por lo demaacutes mientras se seca la ropa yo me acostareacute en esta cama

ndashiexclAh ya iquestConque declara usted que veniacutea por miacute iquestConque declara usted que para eso ha mandado arrestar a mi Lucaacutes iquestConque traiacutea usted su nombramiento y todo iexclSantos y Santas del cielo iquestQueacute se habraacute figurado de miacute este mamarracho

ndashiexclFrasquita iexclSoy el Corregidor

ndashiexclAunque fuera usted el Rey A miacute iquestqueacute iexclYo soy la mujer de mi marido y el ama de mi casa iquestCree usted que yo me asusto de los Corregidores iexclYo seacute ir a Madrid y al fin del mundo a pedir justicia contra el viejo insolente que asiacute arrastra su autoridad por los suelos Y sobre todo yo sabreacute mantildeana ponerme la mantilla e ir a ver a la sentildeora Corregidora

ndashiexclNo haraacutes nada de esondashrepuso el Corregidor perdiendo la paciencia o mudando de taacutecticandash No haraacutes nada de eso porque yo te pegareacute un tiro si veo que no entiendes de razones

ndashiexclUn tirondashexclamoacute la sentildeaacute Frasquita con voz sorda

ndashUn tiro siacute Y de ello no me resultaraacute perjuicio alguno Casualmente he dejado dicho en la ciudad que saliacutea esta noche a la caza de criminales iexclConque no seas necia y quieacutereme como yo te adoro

ndashSentildeor Corregidor iquestun tirondashvolvioacute a decir la navarra echando los brazos atraacutes y el cuerpo hacia adelante como para lanzarse sobre su adversario

ndashSi te empentildeas te lo pegareacute y asiacute me vereacute libre de tus amenazas y de tu hermosura ndashrespondioacute el Corregidor lleno de miedo y sacando un par de cachorrillos

ndashiquestConque pistolas tambieacuten iexclY en la otra faltriquera el nombramiento de mi sobrinondash dijo la sentildea Frasquita moviendo la cabeza de arriba abajondashPues sentildeor la eleccioacuten no es dudosa Espere Usiacutea un momento que voy a encender la lumbre

Y asiacute hablando se dirigioacute raacutepidamente a la escalera y la bajoacute en tres brincos

El Corregidor cogioacute la luz y salioacute detraacutes de la Molinera temiendo que se escapara pero tuvo que bajar mucho maacutes despacio de cuyas resultas cuando llegoacute a la cocina tropezoacute con la navarra que volviacutea ya en su busca

ndashiquestConque deciacutea usted que me iba a pegar un tirondashexclamoacute aquella indomable mujer dando un paso atraacutesndash Pues iexclen guardia caballero que yo ya lo estoy

Dijo y se echoacute a la cara el formidable trabuco que tanto papel representa

ndashiexclDetente desgraciada iquestQueacute vas a hacerndashgritoacute el Corregidor muerto de ndash Lo de mi tiro era una broma Mira Los cachorrillos estaacuten descargados En cambio es verdad lo del nombramiento Aquiacute lo tienes Toacutemalo Te lo regalo Tuyo es de balde enteramente de balde

Y lo colocoacute temblando sobre la mesa

ndashiexclAhiacute estaacute bienndashrepuso la navarrandash Mantildeana me serviraacute para encender la lumbre cuando le guise el almuerzo a mi marido iexclDe usted no quiero ya ni la gloria y si mi sobrino viniese alguna vez de Estella seriacutea para pisotearle a usted la fea mano con que ha escrito su nombre en ese papel indecente iexclEa lo dicho iexclMaacuterchese usted de mi casa iexclAire iexclaire iexclpronto iexclque ya se me sube la poacutelvora a la cabeza

El Corregidor no contestoacute a este discurso Habiacutease puesto liacutevido casi azul teniacutea los ojos torcidos y un temblor como de terciana agitaba todo su cuerpo Por uacuteltimo principioacute a castantildeetear los dientes y cayoacute al suelo presa de una convulsioacuten espantosa

El susto del caz lo muy mojadas que seguiacutean todas sus ropas la violenta escena del dormitorio y el miedo al trabuco con que le apuntaba la navarra habiacutean agotado las fuerzas del enfermizo anciano

ndashiexclMe muerondashbalbuceoacutendash iexclLlama a Garduntildea Llama a Garduntildea que estaraacute ahiacute en la ramblilla iexclYo no debo morirme en esta casa No pudo continuar

Cerroacute los ojos y se quedoacute como muerto

ndashiexclY se moriraacute como lo dicendashprorrumpioacute la sentildeaacute Frasquitandash Pues sentildeor iexclesta es la maacutes negra iquestQueacute hago yo ahora con este hombre en mi casa iquestQue diriacutean de miacute si se muriese iquestQueacute diriacutea Lucas iquestCoacutemo podriacutea justificarme cuando yo misma le he abierto la puerta iexclOh no Yo no debo quedarme aquiacute con eacutel iexclYo debo buscar a mi marido yo debo escandalizar el mundo

antes de comprometer mi honra

Tomada esta resolucioacuten soltoacute el trabuco fuese al corral cogioacute la burra que quedaba en eacutel la aparejoacute de cualquier modo abrioacute la puerta grande de la cerca montoacute de un salto a pesar de sus carnes y se dirigio a la ramblilla

ndashiexclGarduntildea iexclGarduntildeandashiba gritando la navarra conforme se acercaba a aquel sitio

ndashiexclPresentendashrespondioacute al cabo el Alguacil apareciendo detraacutes de un setondash iquestEs usted sentildeaacute Frasquita

ndashSiacute yo soy iexclVe al molino y socorre a tu amo que se esta muriendo

ndashiquestQueacute dice usted iexclVaya un maula

ndashLo que oyes Garduntildea

ndashiquestY usted alma miacutea iquestAdoacutende va a estas horas

ndashiquestYo iexclQuita allaacute badulaque iexclYo voy a la ciudad por un meacutedicondashcontestoacute la sentildeaacute Frasquita arreando la burra con un talonazo y a Garduntildea con un puntapieacute

Y tomoacute no el camino de la ciudad como acababa de decir sino el del lugar inmediato

Garduntildea no reparoacute en esta uacuteltima circunstancia pues iba ya dando zancajadas hacia el molino y discurriendo al par de esta manera

ndashiexclVa por un meacutedico iexclLa infeliz no puede hacer maacutes iexclPero eacutel es un pobre hombre iexclFamosa ocasioacuten de ponerse malo iexclDios le da confites a quien no puede roerlos

XXII Garduntildea se multiplica

Cuando Garduntildea llegoacute al molino el Corregidor principiaba a volver en siacute procurando levantarse del suelo

En el suelo tambieacuten y a su lado estaba el veloacuten encendido que bajoacute Su Sentildeoriacutea del dormitorio

ndashiquestSe ha marchado yandashfue la primera frase de don Eugenio

ndashiquestQuieacuten

ndashiexclEl demonio Quiero decir la Molinera

ndashSiacute sentildeor Ya se ha marchado y no creo que iba de muy buen humor

ndashiexclAy Garduntildea Me estoy muriendo

ndashPero iquestqueacute tiene Usiacutea iexclPor vida de los hombres

ndashMe he caiacutedo en el caz y estoy hecho una sopa iexclLos huesos se me parten de friacuteo

ndashiexclToma toma iexclAhora salimos con eso

ndashiexclGarduntildea iexclve lo que te dices

ndashYo no digo nada sentildeor

ndashPues bien saacutecame de este apuro

ndashVoy volando iexclVeraacute Usiacutea queacute pronto lo arreglo todo

Asiacute dijo el Alguacil y en un periquete cogioacute la luz con una mano y con la otra se metioacute al Corregidor debajo del brazo subioacutelo al dormitorio puacutesolo en cueros acostoacutelo en la cama corrioacute al jaraiacutez reunioacute una brazada de lentildea fue a la cocina hizo una gran lumbre bajoacute todas las ropas de su amo colocoacutelas en los espaldares de dos o tres sillas encendioacute un candil lo colgoacute de la espetera y tornoacute a subir a la camara

ndashiquestQueacute tal vamosndashpreguntoacutele entonces a don Eugenio levantando en alto el veloacuten para verle mejor el rostro

ndashiexclAdmirablemente iexclConozco que voy a sudar iexclMantildeana te ahorco Garduntildea

ndashiquestPor queacute sentildeor

ndashiquestY te atreves a preguntaacutermelo iquestCrees tuacute que al seguir el plan que me trazaste esperaba yo acostarme solo en esta cama despueacutes de recibir por segunda vez el sacramento del bautismo iexclMantildeana mismo te ahorco

ndashPero cueacutenteme Usiacutea algo iquestLa sentildeaacute Frasquita

ndashLa sentildeaacute Frasquita ha querido asesinarme iexclEs todo lo que he logrado con tus consejos Te digo que te ahorco mantildeana por la mantildeana

ndashiexclAlgo menos seraacute sentildeor Corregidorndashrepuso el Alguacil

ndashiquestPor queacute lo dices insolente iquestPorque me ves aquiacute postrado

ndashNo sentildeor Lo digo porque la sentildeaacute Frasquita no ha debido de mostrarse tan inhumana como Usiacutea cuenta cuando ha ido a la ciudad a buscarle un meacutedico

ndashiexclDios santo iquestEstaacutes seguro de que ha ido a la ciudadndashexclamoacute don Eugenio maacutes aterrado que nunca

ndashA lo menos eso me ha dicho ella

ndashiexclCorre corre Garduntildea iexclAh iexclEstoy perdido sin remedio iquestSabes a queacute va la sentildeaacute Frasquita a la ciudad iexclA contaacuterselo todo a mi mujer iexclA decirle que estoy aquiacute iexclOh Dios miacuteo Dios miacuteo iquestCoacutemo habiacutea yo de figurarme esto iexclYo creiacute que se habriacutea ido al lugar en busca de su marido y como lo tengo alliacute a buen recaudo nada me importaba su viaje Pero iexclirse a la ciudad

ndashGarduntildea corre corre tuacute que eres andariacuten y evita mi perdicioacuten iexclEvita que la terrible Molinera entre en mi casa

ndashiquestY no me ahorcaraacute Usiacutea si lo consigondashprosiguioacute iroacutenicamente el Alguacil

ndashiexclAl contrario Te regalareacute unos zapatos en buen uso que me estaacuten grandes iexclTe regalareacute todo lo que quieras

ndashPues voy volando Dueacutermase Usiacutea tranquilo Dentro de media hora estoy aquiacute de vuelta despueacutes de dejar en la caacutercel a la navarra iexclPara algo soy maacutes ligero que una borrica

Dijo Garduntildea y desaparecioacute por la escalera abajo

Se cae de su peso que durante aquella ausencia del Alguacil fue cuando el Molinero estuvo en el molino y vio visiones por el ojo de la llave

Dejemos pues al Corregidor sudando en el lecho ajeno y a Garduntildea corrien do hacia la ciudad (adonde tan pronto habiacutea de seguirlo el tiacuteo Lucas con sombrero de tres picos y capa de grana) y convertidos tambieacuten nosotros en andarines volemos con direccioacuten al lugar en seguimiento de la valerosa sentildeaacute Frasquita

XXIII Otra vez el desierto y las consabidas voces

La uacutenica aventura que le ocurrioacute a la navarra en su viaje desde el molino al pueblo fue asustarse un poco al notar que alguien echaba yescas en medio de un sembrado

ndashiquestSi seraacute un esbirro del Corregidor iquestSi iraacute a detenermendashpensoacute la Molinera

En esto se oyoacute un rebuzno hacia aquel mismo lado

ndashiexclBurros en el campo a estas horasndashsiguioacute pensando la sentildeaacute Frasquitandash Pues lo que es por aquiacute no hay ninguna huerta ni cortijo iexclVive Dios que los duendes se estaacuten despachando esta noche a su gusto Porque la borrica de mi marido no puede ser iquestQueacute hariacutea mi Lucas a medianoche parado fuera del camino iexclNada iexclnada iexclIndudablemente es un espiacutea

La burra que montaba la sentildeaacute Frasquita creyoacute oportuno rebuznar tambieacuten en aquel instante

ndashiexclCalla demoniondashle dijo la navarra clavaacutendole un alfiler de a ochavo en mitad de la cruz

Y temiendo alguacuten encuentro que no le conviniese sacoacute tambieacuten su bestia fuera del camino y la hizo trotar por otros sembrados

Sin maacutes accidente llegoacute a las puertas del lugar a tiempo

que seriacutean las once de la noche

XXIV Un rey de entonces

Hallaacutebase ya durmiendo la mona el sentildeor Alcalde vuelta la espalda a la espalda de su mujer (y formando asiacute con eacutesta la figura de aacuteguila austriacuteaca de dos cabezas que dice nuestro inmortal Quevedo) cuando Tontildeuelo llamoacute a la puerta de la caacutemara nupcial y avisoacute al sentildeor Juan Loacutepez que la sentildeaacute Frasquita la del molino queriacutea hablarle

No tenemos para queacute referir todos los gruntildeidos y juramentos inherentes al acto de despertar y vestirse el Alcalde de monterilla y nos trasladamos desde luego al instante en que la Molinera lo vio llegar desperezaacutendose como un gimnasta que ejercita la musculatura y exclamando en medio de un bostezo interminable

ndashiexclTeacutengalas usted muy buenas sentildeaacute Frasquita iquestQueacute le trae a usted por aquiacute iquestNo le dijo a usted Tontildeuelo que se quedase en el molino iquestAsiacute desobedece usted a la Autoridad

ndashiexclNecesito ver a mi Lucasndashrespondioacute la navarrandash iexclNecesito verlo al instante iexclQue le digan que estaacute aquiacute su mujer

ndash iexclNecesito iexclNecesito Sentildeora iexcla usted se le olvida que estaacute hablando con el Rey

ndashiexclDeacutejeme usted a miacute de reyes sentildeor Juan que no estoy para bromas iexclDemasiado sabe usted lo que me sucede iexclDemasiado sabe para queacute ha preso a mi marido

ndashYo no seacute nada sentildeaacute Frasquita Y en cuanto a su marido de usted no estaacute preso sino durmiendo tranquilamente en esta su casa y tratado como yo trato a las personas iexclA ver Tontildeuelo iexclTontildeuelo Anda al pajar y dile al tiacuteo Lucas que se despierte y venga corriendo Conque vamos iexclcueacutenteme usted lo que pasa iquestHa tenido usted miedo de dormir sola

ndashiexclNo sea usted desvergonzado sentildeor Juan iexclDemasiado sabe usted que a miacute no me gustan sus bromas ni sus veras iexclLo que me pasa es una cosa muy sencilla que usted y el sentildeor Corregidor han querido perderme iexclpero que se han llevado un solemne chasco iexclYo estoy aquiacute sin tener de queacute abochornarme y el sentildeor Corregidor se queda en el molino murieacutendose

ndashiexclMurieacutendose el Corregidorndashexclamoacute su subordinadondash Sentildeora iquestsabe usted lo que dice

ndashiexclLo que usted oye Se ha caiacutedo en el caz y casi se ha ahogado o ha cogido una pulmoniacutea o yo no seacute iexclEso es cuenta de la Corregidora Yo vengo a buscar a mi marido sin perjuicio de salir mantildeana mismo para Madrid donde le contareacute al Rey

ndashiexclDemonio demoniondashmurmuroacute el sentildeor Juan Loacutepezndash iexclA ver Manuela iexclMuchacha Anda y apareacutejame la mulilla Sentildeaacute Frasquita al molino voy iexclDesgraciada de usted si le ha hecho alguacuten dantildeo al sentildeor Corregidor

ndashiexclSentildeor Alcalde sentildeor Alcaldendashexclamoacute en esto Tontildeuelo entrando maacutes muerto que vivondash El tiacuteo Lucas no estaacute en el pajar Su burra no se halla tampoco en los pesebres y la puerta del corral estaacute abierta iexclDe modo que el paacutejaro se ha escapado

ndashiquestQueacute estaacutes diciendondashgritoacute el sentildeorJuan Loacutepez

ndashiexclVirgen del Carmen iquestQueacute va a pasar en mi casandashexclamoacute la sentildeaacute Frasquitandash iexclCorramos sentildeor Alcalde no perdamos tiempo Mi marido va a matar al Corregidor al encontrarlo alliacute a estas horas

ndashiquestLuego usted cree que el tiacuteo Lucas estaacute en el molino

ndashiquestPues no lo he de creer Digo maacutes cuando yo veniacutea me he cruzado con eacutel sin conocerlo iexclEacutel era sin duda uno que echaba yescas en medio de un sembrado iexclDios miacuteo iexclCuando piensa una que los animales tienen maacutes entendimiento que las personas Porque ha de saber usted sentildeor Juan que indudablemente nuestras dos burras se reconocieron y se saludaron mientras que mi Lucas y yo ni nos saludamos ni nos reconocimos iexclAntes bien huimos el uno del otro tomaacutendonos mutuamente por espiacuteas

ndashiexclBueno estaacute su Lucas de ustedndashreplicoacute el Alcaldendash En fin vamos andando y ya veremos lo que hay que hacer con todos ustedes iexclConmigo no se juega iexclYo soy el Rey Pero no un Rey como el que ahora tenemos en Madrid o sea en El Pardo sino como aquel que hubo en Sevilla a quien llamaban Don Pedro el Cruel iexclA ver Manuela iexclTraacuteeme el bastoacuten y dile a tu ama que me marcho

Obedecioacute la sirvienta (que era por cierto maacutes buena moza de lo que conveniacutea a la alcaldesa y a la moral) y como la mulilla del sentildeor Juan Loacutepez estuviese ya aparejada la sentildeaacute Frasquita y eacutel salieron para el molino seguidos del indispensable Tontildeuelo

XXV La estrella de Garduntildea

Precedaacutemosles nosotros supuesto que tenemos carta blanca para andar maacutes deprisa que nadie

Garduntildea se hallaba ya de vuelta en el molino despueacutes de haber buscado a la sentildeaacute Frasquita por todas las calles de la ciudad

El astuto Alguacil habiacutea tocado de camino en el Corregimiento donde lo encontroacute todo muy sosegado Las puertas seguiacutean abiertas como en medio del diacutea seguacuten es costumbre cuando la Autoridad estaacute en la calle ejerciendo sus sagradas funciones Dormitaban en la meseta de la escalera y en el recibimiento otros alguaciles y ministros esperando descansadamente a su amo mas cuando sintieron llegar a Garduntildea desperezaacuteronse dos o tres de ellos y le preguntaron al que era su decano y jefe inmediato

ndashiquestViene ya el sentildeor

ndashiexclNi por asomo Estaos quietos Vengo a saber si ha habido novedad en la casa

ndashNinguna

ndashiquestY la Sentildeora

ndashRecogida en sus aposentos

ndashiquestNo ha entrado una mujer por estas puertas hace poco

ndashNadie ha aparecido por aquiacute en toda la noche

ndashPues no dejeacuteis entrar a persona alguna sea quien sea y diga lo que diga iexclAl contrario Echadle mano al mismo lucero del alba que venga a preguntar por el Sentildeor o por la Sentildeora y llevadlo a la caacutercel

ndashiquestParece que esta noche se anda a caza de paacutejaros de cuentandashpreguntoacute uno de los esbirros

ndashiexclCaza mayorndashantildeadioacute otro

ndashiexclMayuacutesculandashrespondioacute Garduntildea solemnementendash iexclFiguraos si la cosa seraacute delicada cuando el sentildeor Corregidor y yo hacemos la batida por nosotros mismos Conque hasta luego buenas piezas y iexclmucho ojo

ndashVaya usted con Dios sentildeor Bastiaacutenndashrepusieron todos saludando a Garduntildea

ndashiexclMi estrella se eclipsandashmurmuroacute eacuteste al salir del Corregimientondash iexclHasta las mujeres me engantildean La Molinera se encaminoacute al lugar en busca de su esposo en vez de venirse a la ciudad iexclPobre Garduntildea iquestQueacute se ha hecho de tu olfato

Y discurriendo de este modo tomoacute la vuelta al molino

Razoacuten teniacutea el Alguacil para echar de menos su antiguo olfato pues que no venteoacute a un hombre que se escondiacutea en aquel momento detraacutes de unos mimbres a poca distancia de la ramblilla y el cual exclamoacute para su capote o maacutes bien para su

capa grana

ndashiexclGuarda Pablo iexclPor alliacute viene Garduntildea Es menester que no me vea

Era el tiacuteo Lucas vestido de Corregidor que se dirigiacutea a la ciudad repitiendo de vez en cuando su diaboacutelica frase

ndashiexclTambieacuten la Corregidora es guapa

Pasoacute Garduntildea sin verlo y el falso Corregidor dejoacute su escondite y penetroacute en la poblacioacuten Poco despueacutes llegaba el Alguacil al molino seguacuten dejamos indicado

XXVI Reaccioacuten El Corregidor seguiacutea en la cama tal y como acababa de verlo el tiacuteo Lucas por el ojo de la llave

ndashiexclQueacute bien sudo Garduntildea iexclMe he salvado de una enfermedadndashexclamoacute tan luego como penetroacute el Alguacil en la estanciandash iquestY la sentildeaacute Frasquita iquestHas dado con ella iquestViene contigo iquestHas hablado con la Sentildeora

ndashLa Molinera sentildeorndashrespondioacute Garduntildea con angustiado acentondash me engantildeoacute como a un pobre hombre pues no se fue a la ciudad sino al pueblecillo en busca de su esposo Perdone Usiacutea la torpeza

ndashiexclMejor iexclMejorndashdijo el madrilentildeo con los ojos chispeantes de maldadndash iexclTodo se ha salvado entonces Antes de que amanezca estaraacuten caminando para las caacuterceles de la Inquisicioacuten atados codo con codo el tiacuteo Lucas y la sentildeaacute Frasquita y alliacute se pudriraacuten sin tener a quien contarle sus aventuras de esta noche Traacuteeme la ropa Garduntildea que ya estaraacute seca iexclTraacuteemela y viacutesteme iexclEl amante se va a convertir en Corregidor

Garduntildea bajoacute a la cocina por la ropa

XXVII iexclFavor al Rey Entre tanto la sentildeaacute Frasquita el sentildeor Juan Loacutepez y Tontildeuelo avanzaban hacia el molino al cual llegaron pocos minutos despueacutes

ndashiexclYo entrareacute delantendashexclamoacute el alcalde de monterillandash iexclPara algo soy la autoridad Siacutegueme Tontildeuelo y usted sentildeaacute Frasquita espeacuterese a la puerta hasta que yo la llame

Penetroacute pues el sentildeor Juan Loacutepez bajo la parra donde vio a la luz de la luna un hombre casi jorobado vestido como soliacutea el Molinero con chupetiacuten y calzoacuten de pantildeo pardo faja negra medias azules montera murciana de felpa y el capote de monte al hombro

ndashiexclEl esndashgritoacute el Alcaldendash iexclFavor al Rey iexclEntreacuteguese usted tiacuteo Lucas

El hombre de la montera intentoacute meterse en el molino

ndashiexclDatendashgritoacute a su vez Tontildeuelo saltando sobre eacutel cogieacutendolo por el pescuezo aplicaacutendole una rodilla al espinazo y hacieacutendole rodar por tierra

Al mismo tiempo otra especie de fiera saltoacute sobre Tontildeuelo y agarraacutendolo de la cintura lo tiroacute sobre el empedrado y principioacute a darle de bofetones

Era la sentildeaacute Frasquita que exclamaba

ndashiexclTunante iexclDeja a mi Lucas

Pero en esto otra persona que habiacutea aparecido llevando del diestro una borrica metioacutese resueltamente entre los dos y tratoacute de salvar a Tontildeuelo

Era Garduntildea que tomando al alguacil del lugar por don Eugenio de Zuacutentildeiga le deciacutea a la Molinera

ndashiexclSentildeora respete usted a mi amo

Y la derribo de espaldas sobre el lugarentildeo

La sentildeaacute Frasquita vieacutendose entre dos fuegos descargoacute entonces a Garduntildea tal reveacutes en medio del estoacutemago que le hizo caer de boca tan largo como era

Y con eacutel ya eran cuatro las personas que rodaban por el suelo

El sentildeor Juan Loacutepez impediacutea entre tanto levantarse al supuesto tiacuteo Lucas tenieacutendole plantado un pie sobre los rintildeones

ndashiexclGarduntildea iexclSocorro iexclFavor al Rey iexclYo soy el Corregidorndashgritoacute al fin don Eugenio sintiendo que la pezuntildea del Alcalde calzada con albarca de piel de toro lo reventaba materialmente

ndashiexclEl Corregidor iexclPues es verdadndashdijo el sentildeor Juan Loacutepez lleno de asombro

ndashiexclEl Corregidorndashrepitieron todos

Y pronto estuvieron de pie los cuatro derribados

ndashiexclTodo el mundo a la caacutercelndashexclamoacute don Eugenio de Zuacutentildeigandash iexclTodo el mundo a la horca

ndashPero sentildeor ndashobservoacute el sentildeor Juan Loacutepez ponieacutendose de rodillasndash iexclPerdone Usiacutea que lo haya maltratado iquestCoacutemo habiacutea de conocer a Usiacutea con esa ropa tan ordinaria

ndashiexclBaacuterbarondashreplicoacute el Corregidorndash iexclAlguna habiacutea de ponerme iquestNo sabes ni que me han robado la miacutea iquestNo sabes que una compantildeiacutea de ladrones mandada por el tiacuteo Lucas

ndashiexclMiente ustedndashgritoacute la navarra

ndashEscuacutecheme usted sentildeaacute Frasquitandashle dijo Garduntildea llamaacutendola apartendash Con permiso del sentildeor Corregidor y la compantildea iexclSi usted no arregla esto nos van a ahorcar a todos empezando por el tiacuteo Lucas

ndashPues iquestqueacute ocurrendashpreguntoacute la sentildeaacute Frasquita

ndashQue el tiacuteo Lucas anda a estas horas por la ciudad vestido de Corregidor y que Dios sabe si habraacute llegado con su disfraz hasta el propio dormitorio de la Corregidora

Y el alguacil le refirioacute en cuatro palabras todo lo que ya sabemos

ndashiexclJesuacutesndashexclamoacute la Molinerandash iexclConque mi marido me cree deshonrada iexclConque ha ido a la ciudad a vengarse iexclVamos vamos a la ciudad y justificadme a los ojos de mi Lucas

ndashiexclVamos a la ciudad e impidamos que ese hombre hable con mi mujer y cuente todas las majaderiacuteas que se haya figuradondashdijo el Corregidor arrimaacutendose a una de las burrasndash Deacuteme usted un pie para montar sentildeor Alcalde

ndashVamos a la ciudad siacute ndashantildeadioacute Garduntildea iexcly quiera el cielo sentildeor Corrergidor que el tiacuteo Lucas amparado por su vestimenta se haya contentado con hablarle a la Sentildeora

ndashiquestQueacute dices desgraciadondashprorrumpioacute don Eugenio de Zuntildeigandash iquestCrees tuacute a ese villano capaz

ndashiexclDe todondashcontestoacute la sentildeaacute Frasquita

XXVIII iexclAve Mariacutea PurisimaiexclLas doce y

media y sereno Asiacute gritaba por las calles de la ciudad quien teniacutea facultades para tanto cuando la Molinera y el Corregidor cada cual en una de las burras del molino el sentildeor Juan Loacutepez en su mula y los dos alguaciles andando llegaron a la puerta del Corregimiento

La puerta estaba cerrada

Dijeacuterase que para el Gobierno lo mismo que para los gobernados habiacutea concluido todo por aquel diacutea

ndashiexclMalondashpensoacute Garduntildea

Y llamoacute con el aldaboacuten dos o tres veces

Pasoacute mucho tiempo y ni abrieron ni contestaron

La sentildeaacute Frasquita estaba maacutes amarilla que la cera

El Corregidor se habiacutea comido ya todas las untildeas de ambas manos

Nadie deciacutea una palabra

iexclPum iexclPum iexclPum golpes y maacutes golpes a la puerta

del Corregimiento (aplicados sucesivamente por los dos alguaciles y por el sentildeor Juan Loacutepez) iexclY nada iexclNo respondiacutea nadie iexclNo abriacutean iexclNo se moviacutea una mosca iexclSolo se oiacutea el claro rumor de los cantildeos de una fuente que habiacutea en el patio de la casa

Y de esta manera transcurriacutean minutos largos como eternidades

Al fin cerca de la una abrioacutese un ventanillo del piso segundo y dijo una voz femenina

ndashiquestQuieacuten

ndashEs la voz del ama de lechendashmurmuroacute Garduntildea

ndashiexclYondashrespondioacute don Eugenio de Zuacutentildeigandash iexclAbrid

Pasoacute un instante de silencio

ndashiquestY quieacuten es ustedndashreplicoacute luego la nodriza

ndashiquestPues no me estaacute usted oyendo iexclSoy el amo iexclEl Corregidor Hubo otra pausa

ndashiexclVaya usted mucho con Diosndashrepuso la buena mujerndash Mi amo vino hace una hora y se acostoacute en seguida iexclAcueacutestense ustedes tambieacuten y duerman el vino que tendraacuten en el cuerpo

Y la ventana se cerroacute de golpe

La sentildeaacute Frasquita se cubrioacute el rostro con las manos

ndashiexclAmandashtronoacute el Corregidor fuera de siacutendash iquestNo oye usted

que le digo que abra la puerta iquestNo oye usted que soy yo iquestQuiere usted que la ahorque tambieacuten

La ventana volvioacute a abrirse

ndashPero vamos a verndashexpuso el amandash iquestQuieacuten es usted para dar esos gritos

ndashiexclSoy el Corregidor

ndashiexclDale bola iquestNo le digo a usted que el sentildeor Corregidor vino antes de las doce y que yo lo vi con mis propios ojos encerrarse en las habitaciones de la Sentildeora iquestSe quiere usted divertir conmigo iexclPues espere usted y veraacute lo que le pasa

Al mismo tiempo se abrioacute repentinamente la puerta y una nube de criados y ministriles provistos de sendos garrotes se lanzoacute sobre los de afuera exclamando furiosamente

ndashiexclA ver iquestDoacutende estaacute ese que dice que es el Corregidor iquestDoacutende estaacute ese chusco iquestDoacutende estaacute ese borracho

Y se armo un liacuteo de todos los demonios en medio de la oscuridad sin que nadie pudiera entenderse y no dejando de recibir algunos palos el Corregidor Garduntildea el sentildeor Juan Loacutepez y Tontildeuelo

Era la segunda paliza que le costaba a don Eugenio su aventura de aquella noche ademas del remojoacuten que se dio en el caz del molino

La sentildeaacute Frasquita apartada de aquel laberinto lloraba por la primera vez de su vida

ndashiexclLucas iexclLucasndashdeciacuteandash iexclY has podido dudar de miacute iexclY has podido estrechar en tus brazos a otra iexclAh iexclNuestra desventura no tiene ya remedio

XXIX Post nubila Diana

ndashiquestQueacute escaacutendalo es estendashdijo al fin una voz tranquila majestuosa y de gracioso timbre resonando encima de aquella barauacutenda

Todos levantaron la cabeza y vieron a una mujer vestida de negro asomada balcoacuten principal del edificio

ndashiexclLa Sentildeorandashdijeron los criados suspendiendo la retreta de palos

ndashiexclMi mujerndashtartamudeoacute don Eugenio

ndashQue pasen esos ruacutesticos El sentildeor Corregidor dice que lo permitendashagregoacute la Corregidora

Los criados cedieron paso y el de Zuacutentildeiga y sus acompantildeantes penetraron en el portal y tomaron por la escalera arriba

Ninguacuten reo ha subido al patiacutebulo con paso tan inseguro y semblante tan denudado como el Corregidor subiacutea las escaleras de su casa Sin embargo la idea de su deshonra principiaba ya a descollar con noble egoiacutesmo por encima de todos los infortunios que habiacutea causado y que lo afiacuteigiacutean y sobre las demaacutes ridiculeces de la situacioacuten en que se hallaba

ndashiexclAntes que todondashiba pensandondash soy un Zuacutentildeiga y un Ponce

de Leoacuten iexclAy de aquellos que lo hayan echado en olvido iexclAy de mi mujer si ha mancillado mi nombre

XXX Una sentildeora de clase

La Corregidora recibioacute a su esposo y a la ruacutestica comitiva en el saloacuten principal del Corregimiento

Estaba sola de pie y con los ojos clavados en la puerta

Eacuterase una principaliacutesima dama bastante joven todaviacutea de plaacutecida y severa hermosura maacutes propia del pincel cristiano que del cincel gentiacutelico y estaba vestida con toda la nobleza y seriedad que consentiacutea el gusto de la eacutepoca Su traje de corta y estrecha falda y mangas huecas y subidas era de alepiacuten negro una pantildeoleta de blonda blanca algo amarillenta velaba sus admirables hombros y larguiacutesimos maniquetes o mitones de tul negro cubriacutean la mayor parte sus alabastrinos brazos Abanicaacutebase majestuosamente con un pericoacuten enorme traiacutedo de las islas Filipinas y empuntildeaba con la otra mano un pantildeuelo de encaje cuyos cuatro picos colgaban simeacutetricamente con una regularidad solo comparable a la de su actitud y menores movimientos

Aquella hermosa mujer teniacutea algo de reina y mucho de abadesa e infundiacutea por ende veneracioacuten y miedo a cuantos la miraban Por lo demaacutes el atildamiento de su traje a semejante hora la gravedad de su continente y las muchas luces que alumbraban el saloacuten demostraban que la Corregidora se habiacutea esmerado en dar a aquella escena una solemnidad teatral y un tinte ceremonioso que contrastasen con el caraacutecer villano y grosero de la aventura de su marido

Advertiremos finalmente que aquella sentildeora se llamaba dontildea Mercedes Carrillo de Albornoz y Espinosa de los Monteros y que era hija nieta biznieta tataranieta y hasta vigeacutesima nieta de la ciudad como descendiente de sus ilustres conquistadores Su familia por razones de vanidad mundana la habiacutea inducido a casarse con el viejo y acaudalado Corregidor y ella que de otro modo hubiera sido monja pues su vocacioacuten natural la iba llevando al claustro consintioacute en aquel doloroso sacrificio

A la sazoacuten teniacutea ya dos vaacutestagos del arriscado madrilentildeo y auacuten se susurraba que habiacutea otra vez moros en la costa

Conque volvamos a nuestro cuento

XXXI La pena del talioacutenndashiexclMercedesndashexclamoacute el Corregidor al comparecer delante de su esposa

ndashiexclHola tiacuteo Lucas iquestUsted por aquiacutendashdiacutejole la Corregidora interrumpieacutendolendash iquestOcurre alguna desgracia en el molino

ndashiexclSentildeora no estoy para chanzasndashrepuso el Corregidor hecho una fierandash Antes de entrar en explicaciones por mi parte necesito saber queacute ha sido de mi honor

ndashiexclEsa no es cuenta miacutea iquestAcaso me lo ha dejado usted a miacute en depoacutesito

ndashSiacute sentildeora iexclA ustedndashreplicoacute don Eugeniondash iexclLas mujeres son las depositarias del honor de sus maridos

ndashPues entonces mi querido tiacuteo Lucas preguacutentele usted a su mujer Precisamente nos estaacute escuchando

La sentildeaacute Frasquita que se habiacutea quedado a la puerta del saloacuten lanzoacute una especie de rugido

ndashPase usted sentildeora y sieacutentesendashantildeadioacute la Corregidora dirigieacutendose a la Molinera con dignidad soberana

Y por su parte encaminoacutese al sofaacute

La generosa navarra supo comprender desde luego toda la grandeza de la actitud de aquella esposa injuriada e injuriada

acaso doblemente Asiacute es que alzaacutendose en el acto a igual altura dominoacute sus naturales iacutempetus y guardoacute un silencio decoroso Esto sin contar con que la sentildeaacute Frasquita segura de su inocencia y de su fuerza no teniacutea prisa de defenderse teniacuteala siacute de acusar mucha pero no ciertamente a la Corregidora iexclCon quien ella deseaba ajustar cuentas era con el tiacuteo Lucas y el tiacuteo Lucas no estaba alliacute

ndashSentildeaacute Frasquitandashrepitioacute la noble dama al ver que la Molinera no se habiacutea movido de su sitiondash le he dicho a usted que puede pasar y sentarse

Esta segunda indicacioacuten fue hecha con voz maacutes afectuosa y sentida que la primera Dijeacuterase que la Corregidora habiacutea adivinado tambieacuten por instinto al fijarse en el reposado continente y en la varonil hermosura de aquella mujer que no iba a habeacuterselas con un ser bajo y despreciable sino quizaacute maacutes bien con otra infortunada como ella iexclinfortunada siacute por el solo hecho de haber conocido al Corregidor

Cruzaron pues sendas miradas de paz y de indulgencia aquellas dos mujeres que se consideraban dos veces rivales y notaron con gran sorpresa que sus almas se aplacieron la una en la otra como dos hermanas que se reconocen

No de otro modo se divisan y saludan a lo lejos las castas nieves de las encumbradas montantildeas

Saboreando estas dulces emociones la Molinera entroacute majestuosamente en el saloacuten y se sentoacute en el filo de una silla

A su paso por el molino previendo que en la ciudad tendriacutea que hacer visitas de importancia se habiacutea arreglado un poco y

pueacutestose una mantilla de franela negra con grandes felpones que le sentaba divinamente Pareciacutea toda una sentildeora

Por lo que toca al Corregidor dicho se estaacute que habiacutea guardado silencio durante aquel episodio El rugido de la sentildeaacute Frasquita y su aparicioacuten en la escena no habiacutean podido menos de sobresaltarlo iexclAquella mujer le causaba ya maacutes terror que la suya propia

ndashConque vamos tiacuteo Lucasndashprosiguioacute dontildea Mercedes dirigieacutendose a su maridondash Ahiacute tiene usted a la sentildeaacute Frasquita iexclPuede usted volver a formular demanda iexclPuede usted preguntarle aquello de su honra

ndashMercedes iexclpor los clavos de Cristondashgritoacute el Corregidorndash iexclMira que tuacute no sabes de lo que soy capaz iexclNuevamente te conjuro a que dejes la broma y me digas todo lo que ha pasado aquiacute durante mi ausencia iquestDoacutende estaacute ese hombre

ndashiquestQuieacuten iquestMi marido Mi marido se estaacute levantando y ya no puede tardar en venir

ndashiexclLevantaacutendosendashbramoacute don Eugenio

ndashiquestSe asombra usted iquestPues doacutende queriacutea usted que estuviese a estas horas hombre de bien sino en su casa en su cama y durmiendo con su legiacutetima consorte como manda Dios

ndashiexclMerceditas iexclVe lo que te dices iexclRepara en que nos estaacuten oyendo iexclRepara en que soy el Corregidor

ndashiexclA miacute no me deacute usted voces tiacuteo Lucas o mandareacute a los alguaciles que lo lleven a la caacutercelndashreplicoacute la Corregidora

ponieacutendose de pie

ndashiexclYo a la caacutercel iexclYo iexclEl Corregidor de la ciudad

ndashEl Corregidor de la ciudad el representante de la Justicia el apoderado del Reyndashrepuso la gran sentildeora con una severidad y una energiacutea que ahogaron la voz del fingido Molinerondashllegoacute a su casa a la hora debida a descansar de las nobles tareas de su oficio para seguir mantildeana amparando la honra y la vida de los ciudadanos la santidad del hogar y el recato de las mujeres impidiendo de este modo que nadie pueda entrar disfrazado de Corregidor ni de ninguna otra cosa en la alcoba de la mujer ajena que nadie pueda sorprender a la virtud de su descuidado reposo que nadie pueda abusar de su casto suentildeo

ndashiexclMerceditas iquestQueacute es lo que profieresndashsilboacute el Corregidor con labios y enciacuteasndash iexclSi es verdad que ha pasado en mi casa direacute que eres una picara una peacuterfida una licenciosa

ndashiquestCon quieacuten habla este hombrendashprorrumpioacute la Corregidora desdentildeosamente y pasando la vista por todos los circunstantesndash iquestQuieacuten es este loco iquestQuieacuten es este ebrio iexclNi siquiera puedo ya creer que sea un honrado molinero como el tiacuteo Lucas a pesar de que viste su traje de villano SentildeorJuan Loacutepez creacuteame ustedndashcontinuoacute encaraacutendose con el alcalde de monterilla que estaba aterradondash mi marido el Corregidor de la ciudad llegoacute a esta su casa hace dos horas con su sombrero de tres picos su capa de grana su espadiacuten de caballero y su bastoacuten de autoridad Los criados y alguaciles que me escuchan se levantaron y lo saludaron al verlo pasar por el portal por la escalera y por el recibimiento Cerraacuteronse en seguida todas las puertas y desde entonces no ha penetrado nadie en mi hogar hasta que llegaron ustedes iquestEs esto cierto Responded vosotros

ndashiexclEs verdad iexclEs muy verdadndashcontestaron la nodriza los domeacutesticos y los ministriles todos los cuales agrupados a la puerta del saloacuten presenciaban aquella singular escena

ndashiexclFuera de aquiacute todo el mundondashgritoacute don Eugenio echando espumarajos de rabiandash iexclGarduntildea iexclGarduntildea iexclVen y prende a estos viles que me estaacuten faltando al respeto iexclTodos a la caacutercel iexclTodos a la horca

Garduntildea no pareciacutea por ningun lado

ndashAdemaacutes sentildeorndashcontinuoacute dontildea Mercedes cambiando de tono y dignaacutendose ya mirar a su marido y tratarle como a tal temerosa de que las chanzas llegaran a irremediables extremosndash Supongamos que usted es mi esposo Supongamos que usted es don Eugenio de Zuacutentildeiga y Ponce de Leoacuten

ndashiexclLo soy

ndashSupongamos ademaacutes que me cupiese alguna culpa en haber tomado por usted al hombre que penetroacute en mi alcoba vestido de Corregidor

ndashiexclInfamesndashgritoacute el viejo echando mano a la espada y encontraacutendose soacutelo con el sitio o sea con la faja del molinero murciano

La navarra se tapoacute el rostro con un lado de la mantilla para ocultar las llamaradas de sus celos

ndashSupongamos todo lo que usted quierandashcontinuoacute dontildea Mercedes con una impasibilidad inexplicable Pero diacutegame usted ahora sentildeor miacuteo iquestTendriacutea usted derecho a quejarse iquestPodriacutea

usted acusarme como fiscal iquestPodriacutea usted sentenciarme como juez iquestViene usted de confesar iquestViene usted de oiacuter misa iquestO de doacutende viene usted con ese traje iquestDe doacutende viene usted con esa sentildeora iquestDoacutende ha pasado usted la mitad de la noche

ndashCon permisondashexclamoacute la sentildeaacute Frasquita ponieacutendose de pie como empujada por un resorte y atravesaacutendose arrogantemente entre la Corregidora y su marido

Eacuteste que iba a hablar se quedoacute con la boca abierta al ver que la navarra entraba en fuego

Pero dontildea Mercedes se anticipoacute y dijo

ndashSentildeora no se fatigue usted en darme a miacute explicaciones iexclYo no se las pido a usted ni mucho menos Alliacute viene quien puede pediacuterselas a justo tiacutetulo iexclEntieacutendase usted con eacutel

Al mismo tiempo se abrioacute la puerta de un gabinete y aparecioacute en ella el tiacuteo Lucas vestido de Corregidor de pies a cabeza y con bastoacuten guantes y espadiacuten como si se presentase en las Salas de Cabildo

XXXII La fe mueve la montantildeas

ndashTengan ustedes muy buenas nochesndashpronuncioacute el recieacuten llegado quitaacutendose el sombrero de tres picos y hablando con la boca sumida como soliacutea don Eugenio de Zuacutentildeiga

En seguida se adelantoacute por el saloacuten balanceaacutendose en todos sentidos y fue a besar la mano de la Corregidora

Todos se quedaron estupefactos El parecido del tiacuteo Lucas con el verdadero Corregidor era maravilloso

Asiacute es que la servidumbre y hasta el mismo sentildeor Juan Loacutepez no pudieron contener la carcajada

Don Eugenio sintioacute aquel nuevo agravio y se lanzoacute sobre el tiacuteo Lucas como un basilisco

Pero la sentildeaacute Frasquita metioacute el montante apartando al Corregidor con el brazo de marras y Su Sentildeoriacutea en evitacioacuten de otra voltereta y del consiguiente ludibrio se dejoacute atropellar sin decir oxte ni moxte Estaba visto que aquella mujer habiacutea nacido para domadora del pobre viejo

El tiacuteo Lucas se puso maacutes paacutelido que la muerte al ver que su mujer se le acercaba pero luego se dominoacute y con una risa tan horrible que tuvo que llevarse la mano al corazoacuten para que no se le hiciese pedazos dijo remedando siempre al Corregidor

ndashiexclDios te guarde Frasquita iquestLe has enviado ya a tu sobrino el nombramiento

iexclHubo que ver entonces a la navarra Tiroacutese la mantilla atraacutes levantoacute la frente con soberaniacutea de leona y clavando en el falso Corregidor dos ojos como dos puntildeales

ndashiexclTe desprecio Lucasndashle dijo en mitad de la cara

Todos creyeron que le habiacutea escupido

iexclTal gesto tal ademaacuten y tal tono de voz acentuaron aquella frase

El rostro del Molinero se transfiguroacute al oiacuter la voz de su mujer Una especie de inspiracioacuten semejante a la de la fe religiosa habiacutea penetrado en su alma inundaacutendola de luz y de alegriacutea Asiacute es que olvidaacutendose por un momento de cuanto habiacutea visto y creiacutedo ver en el molino exclamoacute con las laacutegrimas en los ojos y la sinceridad en los labios

ndashiquestConque tuacute eres mi Frasquita

ndashiexclNondashrespondioacute la navarra fuera de siacutendash iexclYo no soy ya tu Frasquita Yo soy iexclPreguacutentaselo a tus hazantildeas de esta noche y ellas te diraacuten lo que has hecho del corazoacuten que tanto te queriacutea

Y se echoacute a llorar como una montantildea de hielo que se hunde y principia a derretirse

La Corregidora se adelantoacute hacia ella sin poder contenerse y la estrechoacute en sus brazos con el mayor carintildeo

La sentildeaacute Frasquita se puso entonces a besarla sin saber tampoco

lo que se haciacutea dicieacutendole entre sus sollozos como una nintildea que busca el amparo de su madre

ndashiexclSentildeora sentildeora iexclQueacute desgraciada soy

ndashiexclNo tanto como usted se figurandashcontestaacutebale la Corregidora llorando tambien generosamente

ndashiexclYo siacute que soy desgraciadondashgemiacutea al mismo tiempo el tiacuteo Lucas andando a puntildeetazos con sus laacutegrimas como avergonzado de verterlas

ndashPues iquesty yondashprorrumpioacute al fin don Eugenio sintieacutendose ablandado por el contagioso lloro de los demaacutes o esperando salvarse tambieacuten por la viacutea huacutemeda quiero decir por la viacutea del llantondash iexclAh yo soy un piacutecaro iexclun monstruo iexclun calavera deshecho que ha llevado su merecido

Y rompioacute a berrear tristemente abrazado a la barriga del sentildeor Juan Loacutepez

Y este y los criados lloraban de igual manera y todo pareciacutea concluido y sin embargo nadie se habiacutea explicado

XXXIII Pues iquesty tuacuteEl tiacuteo Lucas fue el primero que salioacute a flote en aquel mar de laacutegrimas

Era que empezaba a acordarse otra vez de lo que habiacutea visto por el ojo de la llave

ndashiexclSentildeores vamos a cuentasndashdijo de pronto

ndashNo hay cuentas que valgan tiacuteo Lucasndashexclamoacute la Corregidorandash iexclSu mujer de usted es una bendita

ndashBien siacute pero

ndashiexclNada de pero Deacutejela usted hablar y veraacute como se justifica Desde que la vi me dio el corazoacuten que era una santa a pesar de todo lo que usted me habiacutea contado

ndashiexclBueno que hablendashdijo el tiacuteo Lucas

ndashiexclYo no hablondashcontestoacute la Molinerandash iexclEl que tiene que hablar eres tuacute Porque la verdad es que tuacute

Y la sentildeaacute Frasquita no dijo maacutes por impediacuterselo el invencible respeto que le inspiraba la Corregidora

ndashPues iquesty tuacutendashrespondioacute el tiacuteo Lucas perdiendo de nuevo toda fe

ndashAhora no se trata de ellandashgritoacute el Corregidor tornando

tambieacuten a sus celosndash iexclSe trata de usted y de esta sentildeora iexclAh Merceditas iquestQuieacuten habiacutea de decirme que tuacute

ndashPues iquesty tuacutendashrepuso la Corregidora midieacutendolo con la vista

Y durante algunos momentos los dos matrimonios repitieron cien veces las mismas frases

ndashiquestY tuacute

ndashiquestPues y tuacute

ndashiexclVaya que tuacute

ndashiexclNo que tuacute

ndashPero iquestcoacutemo has podido tuacute

Etceacutetera etc etc

La cosa hubiera sido interminable si la Corregidora revistieacutendose de dignidad no dijese por uacuteltimo a don Eugenio

ndashiexclMira caacutellate tuacute ahora Nuestra cuestioacuten particular la ventilaremos maacutes adelante Lo que urge en este momento es devolver la paz al corazoacuten del tiacuteo Lucas cosa muy faacutecil a mi juicio pues alliacute distingo al sentildeor Juan Loacutepez y a Tontildeuelo que estaacuten saltando por justificar a la sentildeaacute Frasquita

ndashiexclYo no necesito que me justifiquen los hombresndashrespondioacute estandash Tengo dos testigos de mayor creacutedito a quien no se diraacute que he seducido ni sobornado

ndashiquestY doacutende estaacutenndashpreguntoacute el Molinero

ndashEstaacuten abajo en la puerta

ndashPues diles que suban con permiso de esta sentildeora

ndashLas pobres no pueden subir

ndashiexclAh iexclSon dos mujeres iexclVaya un testimonio fidedigno

ndashTampoco son dos mujeres Solo son dos hembras

ndashiexclPeor que peor iexclSeraacuten dos nintildeas Hazme el favor de dearme sus nombres

ndashLa una se llama Pintildeona y la otra Liviana

ndashiexclNuestras dos burras Frasquita iquestte estaacutes riendo de miacute

ndashNo que estoy hablando muy formal Yo puedo probarte con el testimonio de nuestras burras que no me hallaba en el molino cuando tuacute viste en eacutel al sentildeor Corregidor

ndashiexclPor Dios te pido que te expliques

ndashiexclOye Lucas y mueacuterete de verguumlenza por haber dudado de mi honradez Mientras tuacute ibas esta noche desde el lugar a nuestra casa yo me dirigiacutea desde nuestra casa al lugar y por consiguiente nos cruzamos en el camino Pero tuacute marchabas fuera de eacutel o por mejor decir te habiacuteas detenido a echar unas yescas en medio de un sembrado

ndashiexclEs verdad que me detuve Continuacutea

ndashEn esto rebuznoacute tu borrica

ndashiexclJustamente iexclAh queacute feliz soy iexclHabla habla que cada palabra tuya me devuelve un antildeo de vida

ndashY a aquel rebuzno contestoacute otro en el camino

ndashiexclOh siacute siacute iexclBendita seas iexclMe parece estarlo oyendo

ndashEran Liviana y Pintildeona que se habiacutean reconocido y se saludaban como buenas amigas mientras que nosotros dos ni nos saludamos ni nos reconocimos

ndashiexclNo me digas maacutes iexclNo me digas maacutes

ndashTan no nos reconocimosndashcontinuoacute la senaacute Frasquitandash que los dos nos asustamos y salimos huyendo en direcciones contrarias iexclConque ya ves que yo no estaba en el molino Si quieres saber ahora por queacute encontraste al sentildeor Corregidor en nuestra cama tienta esas ropas que llevas puestas y que todaviacutea estaraacuten huacutemedas y te lo diraacuten mejor que yo iexclSu Sentildeoriacutea se cayoacute al caz del molino y Garduntildea lo desnudoacute y lo acostoacute alliacute Si quieres saber por queacute abriacute la puerta fue porque creiacute que eras tuacute el que se ahogaba y me llamaba a gritos Y en fin si quieres saber lo del nombramiento Pero no tengo maacutes que decir por la presente Cuando estemos solos te enterareacute de eacuteste y otros particulares que no debo referir delante de esta sentildeora

ndashiexclTodo lo que ha dicho la sentildeaacute Frasquita es la pura verdadndashgritoacute el sentildeor Juan Loacutepez deseando congraciarse con dontildea Mercedes visto que ella imperaba en el Corregimlento

ndashiexclTodo iexclTodondashantildeadioacute Tontildeuelo siguiendo la corriente a su amo

ndashiexclHasta ahora todondashagregoacute el Corregidor muy complacido de que las explicaciones de la navarra no hubieran ido maacutes lejos

ndashiexclConque eres inocentendashexclamaba en tanto el tiacuteo Lucas rindieacutendose a la evidenciandash iexclFrasquita miacutea Frasquita de mi alma iexclPerdoacutename la injusticia y deja que te deacute un abrazo

ndashiexclEsa es harina de otro costalndashcontestoacute la Molinera hurtando el cuerpondash Antes de abrazarte necesito oiacuter tus explicaciones

ndashYo las dareacute por eacutel y por miacutendashdijo dontildea Mercedes

ndashiexclHace una hora que las estoy esperandondashprofirioacute el Corregidor tratando de erguirse

ndashPero no las dareacutendashcontinuoacute la Corregidora volviendo la espalda desdentildeosamente a su maridondashhasta que estos sentildeores hayan descambiado vestimentas y aun entonces se las dareacute tan solo a quien merezca oiacuterlas

ndashVamos vamos a descambiarndashdiacutejole el murciano a don Eugenio alegraacutendose mucho de no haberlo asesinado pero mirandolo todaviacutea con un odio verdaderamente moriscondash iexclEl traje de vuestra sentildeoriacutea me ahoga iexclHe sido muy desgraciado mientras lo he tenido puesto

ndashiexclPorque no lo entiendesndashrespondioacutele el Corregidorndash iexclYo estoy en cambio deseando poneacutermelo para ahorcarte a ti y a medio mundo si no me satisfacen las exculpaciones de mi mujer

La Corregidora que oyoacute estas palabras tranquilizoacute a la reunioacuten con una suave sonrisa propia de aquellos afanados aacutengeles cuyo ministerio es guardar a los hombres

XXXIV Tambien la Corregidora es guapa

Salido que hubieron de la sala el Corregidor y el tiacuteo Lucas sentoacutese de nuevo la Corregidora en el sofaacute colocoacute a su lado a la sentildeaacute Frasquita y dirigieacutendose a los domeacutesticos y ministriles que obstruiacutean la puerta les dijo con afable sencillez

ndashiexclVaya muchachos Contad ahora vosotros a esta excelente mujer todo lo malo que sepaacuteis de miacute

Avanzoacute el cuarto estado y diez voces quisieron hablar a un mismo tiempo pero el ama de leche como la persona que maacutes alas teniacutea en la casa impuso silencio a los demaacutes y dijo de esta manera

ndashHa de saber usted sentildeaacute Frasquita que estaacutebamos yo y mi Sentildeora esta noche al cuidado de los nintildeos esperando a ver si veniacutea el amo y rezando el tercer rosario para hacer tiempo (pues la razoacuten traiacuteda por Garduntildea habiacutea sido que andaba el sentildeor Corregidor detraacutes de unos facinerosos terribles y no era cosa de acostarse hasta verlo entrar sin novedad) cuando sentimos ruido de gente en la alcoba inmediata que es donde mis sentildeores tienen su cama de matrimonio Cogimos la luz muertas de miedo y fuimos a ver quieacuten andaba en la alcoba cuando iexclay Virgen del Carmen al entrar vimos que un hombre vestido como mi sentildeor pero que no era eacutel (iexclcomo que era su marido de usted) trataba de esconderse debajo de la cama iexclLadrones principiamos a gritar desaforadamente y un momento despueacutes la habitacioacuten estaba llena de gente y los alguaciles sacaban arrastrando de su

escondite al fingido Corregidor Mi Sentildeora que como todos habiacutea reconocido al tiacuteo Lucas y que lo vio con aquel traje temioacute que hubiese matado al amo y empezoacute a dar unos lamentos que partiacutean las piedras iexclA la caacutercel iexclA la caacutercel deciacuteamos entre tanto los demaacutes iexclLadroacuten iexclAsesino era la mejor palabra que oiacutea el tiacuteo Lucas y asiacute es que estaba como un difunto arrimado a la pared sin decir esta boca es miacutea Pero viendo luego que se lo llevaban a la caacutercel dijo lo que voy a repetir aunque verdadaderamente mejor seriacutea para callado Sentildeora yo no soy ladroacuten ni asesino el ladroacuten y el asesino de mi honra estaacute en mi casa acostado con mi mujer

ndashiexclPobre Lucasndashsuspiroacute la sentildeaacute Frasquita

ndashiexclPobre de miacutendashmurmuroacute la Corregidora tranquilamente

ndashEso dijimos todos iexclPobre tiacuteo Lucas y pobre Sentildeora Porque la verdad sentildeaacute Frasquita ya teniacuteamos idea de que mi sentildeor habiacutea puesto los ojos en usted y aunque nadie se figuraba que usted

ndashiexclAmandashexclamoacute severamente la Corregidorandash iexclNo siga usted por ese camino

ndashContinuareacute yo por el otrondashdijo un alguacil aprovechando aquella coyuntura para apoderarse de la palabrandash El tiacuteo Lucas (que nos engantildeoacute de lo lindo con su traje y su manera de andar cuando entroacute en la casa tanto que todos lo tomamos por el sentildeor Corregidor) no habiacutea venido con muy buenas intenciones que digamos y si la Sentildeora no hubiera estado levantada figuacuterese usted lo que habria sucedido

ndashiexclVamos iexclCaacutellate tuacute tambieacutenndashinterrumpioacute la cocinerandash iexclNo estaacutes diciendo mas que tonteriacuteas Pues si sentildeaacute Frasquita el tiacuteo

Lucas para explicar su presencia en la alcoba de mi ama tuvo que confesar las intenciones que traiacutea iexclPor cierto que la Sentildeora no se pudo contener al oiacuterlo y le arrimoacute una bofetada en medio de la boca que le dejoacute la mitad de las palabras dentro del cuerpo Yo misma lo lleneacute de insultos y denuestos y quise sacarle los ojos Porque ya conoce usted sentildeaacute Frasquita que aunque sea su marido de usted eso de venir con sus manos lavadas

ndashiexclEres una bachillerandashgritoacute el portero ponieacutendose delante de la oradorandash iquestQueacute maacutes hubieras querido tuacute En fin sentildeaacute Frasquita oigame usted a miacute y vamos al asunto La Sentildeora hizo y dijo lo que debiacutea pero luego calmado ya su enojo compadecioacutese del tiacuteo Lucas y paroacute mientes en el mal proceder del sentildeor Corregidor viniendo a pronunciar estas o parecidas palabras Por infame que haya sido su pensamiento de usted tiacuteo Lucas y aunque nunca podreacute perdonar tanta insolencia es menester que su mujer de usted y mi esposo crean durante algunas horas que han sido cogidos en sus propias redes y que usted auxiliado por ese disfraz les ha devuelto afrenta por afrenta iexclNinguna venganza mejor podemos tomar de ellos que este engantildeo tan faacutecil de desvanecer cuando nos acomode Adoptada tan graciosa resolucioacuten la Sentildeora y el tiacuteo Lucas nos aleccionaron a todos de lo que teniacuteamos que hacer y decir cuando volviese Su Sentildeoriacutea iexcly por cierto que yo le he pegado a Sebastiaacuten Garduntildea tal palo en la rabadilla que creo no se le olvidaraacute en mucho tiempo la noche de San Simoacuten y San Judas

Cuando el portero dejoacute de hablar ya haciacutea rato que la Corregidora y la Molinera cuchicheaban al oiacutedo abrazaacutendose y besaacutendose a cada momento y no pudiendo en ocasiones contener la risa

iexclLaacutestima que no se oyera lo que hablaban Pero el lector se lo figuraraacute sin gran esfueno y si no el lector la lectora

XXXV Decreto ImperialRegresaron en esto a la sala el Corregidor y el tiacuteo Lucas vestido cada cual con su propia ropa

ndashAhora me toca a miacutendashentroacute diciendo el insigne don Eugenio de Zuacutentildeiga

Y despueacutes de dar en el suelo un par de bastonazos como para recobrar su energiacutea (a guisa de Anteo oficial que no se sentiacutea fuerte hasta que su cantildea de Indias tocaba en la tierra) diacutejole a la Corregidora con un eacutenfasis y una frescura indescriptibles

ndashiexclMerceditas estoy esperando tus explicaciones Entre tanto la Molinera se habiacutea levantado y le tiraba al tiacuteo Lucas un pellizco de paz que le hizo ver estrellas miraacutendolo al mismo tiempo con desenojados y hechiceros ojos

El Corregidor que observara aquella pantomima quedoacutese hecho una pieza sin acertar a explicarse una reconciliacioacuten tan inmotivada

Dirigioacutese pues de nuevo a su mujer y le dijo hecho un vinagre

ndashiexclSentildeoral iexclTodos se entienden menos nosotros Saacutequeme usted de dudas iexclSe lo mando como marido y como Corregidor

Y dio otro bastonazo en el suelo

ndashiquestConque se marcha ustedndashexclamoacute dontildea Mercedes acercaacutendose a la sentildeaacute Frasquita y sin hacer caso de don

Eugeniondash Pues vaya usted descuidada que este escaacutendalo no tendraacute ningunas consecuencias iexclRosa alumbra a estos sentildeores que dicen que se marchan Vaya usted con Dios tiacuteo Lucas

ndashiexclOh nondashgritoacute el de Zuacutentildeiga interponieacutendosendash iexclLo que es el tiacuteo Lucas no se marcha iexclEl tiacuteo Lucas queda arrestado hasta que sepa yo toda la verdad iexclHola alguaciles iexclFavor al Rey

Ni un solo ministro obedecioacute a don Eugenio Todos miraban a la Corregidora

ndashiexclA ver hombre iexclDeja el paso librendashantildeadioacute eacutesta pasando casi sobre su marido y despidiendo a todo el mundo con la mayor finura es decir con la cabeza ladeada cogieacutendose la falda con la punta de los dedos y agachandose graciosamente hasta completar la reverencia que a la sazoacuten estaba de moda y que se llamaba la pompa

ndashPero yo Pero tuacute Pero nosotros Pero aquellosndashseguiacutea mascullando el vejete tiraacutendole a su mujer del vestido y perturbando sus cortesiacuteas mejor iniciadas

iexclInuacutetil aiacuteaacuten iexclNadie haciacutea caso de Su Sentildeoriacutea

Marchado que se hubieron todos y solos ya en el saloacuten los desavenidos conyuges la Corregidora se dignoacute al fin decirle a su esposo con el acento que hubiera empleado una Czarina de todas las Rusias para fulminar sobre un ministro caiacutedo la orden de perpetuo destierro a la Siberia

ndashMil antildeos que vivas ignoraraacutes lo que ha pasado esta noche en mi alcoba Si hubieras estado en ella como era regular no tendriacuteas necesidad de preguntaacuterselo a nadie Por lo que a miacute toca no hay

ya ni habraacute jamaacutes razoacuten ninguna que me obligue a satisfacerte pues te desprecio de tal modo que si no fueras el padre de mis hijos te arrojariacutea ahora mismo por ese balcoacuten como te arrojo para slempre de mi dormitorio Conque buenas noches caballero

Pronunciadas estas palabras que don Eugenio oyoacute sin pestantildeear (pues lo que es a solas no se atreviacutea con su mujer) la Corregidora penetroacute en el gabinete y del gabinete pasoacute a la alcoba cerrando las puertas detraacutes de siacute y el pobre hombre se quedoacute plantado en medio de la sala murmurando entre enciacuteas (que no entre dientes) y con un cinismo de que no habraacute habido otro ejemplo

ndashiexclPues sentildeor no esperaba yo escapar tan bien iexclGarduntildea me buscaraacute acomodo

XXXVI Conclusioacuten moraleja y epiacutelogo

Piaban los pajarillos saludando el alba cuando el tiacuteo Lucas y la sentildeaacute Frasquita saliacutean de la ciudad con direccioacuten a su molino

Los esposos iban a pie y delante de ellos caminaban apareadas las dos burras

ndashEl domingo tienes que ir a confesar (le deciacutea la Molinera a su marido) pues necesitas limpiarte de todos tus malos juicios y criminales propoacutesitos de esta noche

ndashHas pensado muy bienndashcontestoacute el Molinerondash Pero tuacute entre tanto vas a hacerme otro favor y es dar a los pobres los colchones y ropa de nuestra cama y ponerla toda de nuevo iexclYo no me acuesto donde ha sudado aquel bicho venenoso

ndashiexclNo me lo nombres Lucasndashreplicoacute la sentildeaacute Frasquitandash Conque hablemos de otra cosa Quisiera merecerte un segundo favor

ndashPide por esa boca

ndashEl verano que viene vas a llevarme a tomar los bantildeos del Solaacuten de Cabras

ndashiquestPara queacute

ndashPara ver si tenemos hijos

ndashiexclFeliciacutesima idea Te llevareacute si Dios nos da vida

Y con esto llegaron al molino a punto que el sol sin haber salido todaviacutea doraba ya las cuacutespides de las montantildeas

A la tarde con gran sorpresa de los esposos que no esperaban nuevas visitas de altos personajes despueacutes de un escaacutendalo como el de la precedente noche concurrioacute al molino maacutes sentildeoriacuteo que nunca El venerable Prelado muchos Canoacutenigos el Jurisconsulto dos Priores de frailes y otras vanas personas (que luego se supo habiacutean sido convocadas alliacute por Su Sentildeoriacutea Ilustriacutesima) ocuparon materialmente la plazoletilla del emparrado

Soacutelo faltaba el Corregidor

Una vez reunida la tertulia el sentildeor Obispo tomoacute la palabra y dijo que por lo mismo que habiacutean pasado ciertas cosas en aquella casa sus Canoacutenigos y eacutel seguiriacutean yendo a ella lo mismo que antes para que ni los honrados Molineros ni las demaacutes personas alliacute presentes participasen de la censura puacutebhca soacutelo merecida por aqueacutel que habiacutea profanado con su torpe conducta una reunioacuten tan morigerada y tan honesta Exhortoacute paternalmente a la sentildeaacute Frasquita para que en lo sucesivo fuese menos provocativa y tentadora en sus dichos y ademanes y procurase llevar maacutes cubiertos los brazos y maacutes alto el escote del juboacuten aconsejoacute al tiacuteo Lucas maacutes desintereacutes mayor circunspeccioacuten y menos inmodestia en su trato con los superiores y acaboacute dando la bendicioacuten a todos y diciendo que como aquel diacutea no ayunaba se comeriacutea con mucho gusto un par de ramos de uvas

Lo mismo opinaron todos respecto de este uacuteltimo particular y la parra se quedoacute temblando aquella tarde iexclEn dos arrobas de uvas aprecioacute el gasto el Molinero

Cerca de tres antildeos continuaron estas sabrosas reuniones hasta que contra la previsioacuten de todo el mundo entraron en Espantildea los ejeacutercitos de Napoleoacuten y se armoacute la Guerra de la Independencia

El sentildeor Obispo el Magistral y el Penitenciario murieron el antildeo de 8 y el Abogado y los demaacutes contertulios en los de 9 10 11 y 12 por no poder sufrir la vista de los franceses polacos y otras alimantildeas que invadieron aquella tierra iexcly que fumaban en pipa en el Presbiterio de las iglesias durante la Misa de la tropa

El Corregidor que nunca maacutes tornoacute al molino fue destituido por un Mariscal franceacutes y murioacute en la Caacutercel de Corte por no haber querido ni un solo instante (dicho sea en honra suya) transigir con la dominacioacuten extranjera

Dontildea Mercedes no se volvioacute a casar y educoacute perfectamente a sus hijos retiraacutendose a la vejez a un convento donde acaboacute sus diacuteas en opinioacuten de Santa

Garduntildea se hizo afrancesado

El sentildeor Juan Loacutepez fue guerrillero mandoacute una partida y murioacute lo mismo que su alguacil en la famosa batalla de Baza despueacutes de haber matado muchiacutesimos franceses

Finalmente el tiacuteo Lucas y la sentildeaacute Frasquita (aunque no llegaron a tener hijos a pesar de haber ido al Solaacuten de Cabras y de haber

hecho muchos votos y rogativas) siguieron siempre amaacutendose del propio modo y alcanzaron una edad muy avanzada viendo desaparecer el Absolutismo en 1812 y 1820 y reaparecer en 1814 y 1823 hasta que por uacuteltimo se establecioacute de veras el sistema Constitucional a la muerte del Rey Absoluto y ellos pasaron a mejor vida (precisamente al estallar la Guerra Civil de los Siete antildeos) sin que los sombreros de copa que ya usaba todo el mundo pudiesen hacerles olvidar aquellos tiempos simbolizados por el sombrero de tres picos

Nota sobre el autor

Pedro Antonio de Alarcoacuten

(1833-1895)

Cronologia de Alarcoacuten

Alarcoacuten habla de El sombrero de tres picos

Cronologiacutea de la vida de Alarcoacuten

1833 El 10 de marzo nace Pedro Antonio de Alarcoacuten Ariza en Guadix (Granada)

Estudio bachillerato en Granada

Inicio estudios de leyes en la Universidad de Granada que tuvo que abandonar por problemas econoacutemicos de la familia

Ingreso dos veces en el seminario y lo abandono las dos veces por falta de vocacioacuten

Desde siempre su verdadera vocacioacuten fueron las letras Participo del grupo literario granadino La Cuerda como poeta

1852 De esta eacutepoca datan sus primero relatos breves de fuerte raiacutez romaacutentica algunos de ellos entroncados con el costumbrismo andaluz revelaban el influjo de Fernaacuten Caballero

De hecho Alarcoacuten nunca fue un escritor realista en el sentido que la historia de la literatura da a este termino Sus estenografiacuteas siempre son de una impronta realista muy fuerte En cambio es evidente que sus personajes tienen un sabor arquetiacutepico e ideal muy fuerte es decir son ldquotiposrdquo maacutes que personajes Y es que Alarcoacuten nunca renuncio a que lo ideal se encarnara en lo real Y eso lo entronca con una tradicioacuten nacional espantildeola que con hitos tan importantes como el Arcipreste de hita o Cervantes le alcanza plenamente a Alarcoacuten

El amigo de la muerte uno de los primeros cuentos de Alarcoacuten que revelan ya casi formada la maestriacutea teacutecnica que revelariacutea a continuacioacuten

1853 Se va a Madrid para seguir su carrera literaria

Funda con E Tarragoacute el perioacutedico El Eco de Occidente que no tuvo mucha importancia

Escribe despueacutes en El Laacutetigo diario antimonaacuterquico de fuerte sabor revolucionario

El Clavo

Alarcoacuten fue sin duda un maestro del cuento El Clavo es sin duda una de sus pequentildeas obras maestras

1854 Participa como periodista en la Revolucioacuten de Julio

1855 Publica El final de Norma un trabajo escrito cuando contaba 18 antildeos (1851)

Sucesivamente publicara su obra de juventud Cosas que fueron (artiacuteculos) Poesiacuteas

El final de Norma

1857 El hijo prodigo tiene por tema la locura y los errores de juventud Reflejo de un periodo de autocriacutetica que ha iniciado Alarcoacuten sobre su propia juventud Maacutes tarde en el personaje de Pepito de El nintildeo de la bola finalizaraacute ese ajuste de cuentas con su pasado

El hijo prodigo

1859 Al estallar la guerra de Marruecos se alista como voluntario

1860 De esa experiencia en Aacutefrica naceraacute su obra Diario de un testigo de la guerra de Aacutefrica que por fin le dio fama y algo de dinero quizaacutes su obra maacutes importante y permanente Obra maestra por la descripcioacuten de la vida militar Algunas partes de este trabajo como La batalla de Castillejos y La toma de Tetuaacuten auacuten no han sido superados en la viveza de las descripciones la espontaneidad del lenguaje y la gracia en la narrativa por ninguacuten escritor espantildeol

En la misma liacutenea publicara tambieacuten las Historietas nacionales similares a las anteriores por la temaacutetica y la frescura y espontaneidad del lenguaje y del flujo narrativo

Diario de un testigo de la guerra de Aacutefrica

1860 a 1874 publica fundamentalmente cuentos y libros de viajes

1861 De Madrid a Naacutepoles

1866 Se casa y su posicionamiento poliacutetico y religioso se afianza y explicita definitivamente Ya hacia tiempo se habiacutea inicia en Alarcoacuten un giro de sus posiciones poliacuteticas y humanas que lo desplazoacute desde el liberalismo revolucionario a posiciones tradicionalistas y catoacutelicas De hecho nunca dejo de ser catoacutelico y fue su fe la que le hizo en ultima instancia cambiar sus posiciones poliacuteticas Pero es ahora con su

matrimonio que su evolucioacuten concluye

Desde estas posiciones tradicionalistas siguioacute actuando en poliacutetica Fue diputado en las Cortes por Granada consejero de Estado con Alfonso XII

1868 La revolucioacuten del 68 va afectar fuertemente a Alarcoacuten de forma que marcara toda su obra posterior con un fuerte matiz poleacutemico Obras como La Prodiga o El escaacutendalo estariacutean en esta liacutenea

1871 Su obra Cosas que fueron constituyo una tardiacutea aportacioacuten al genero de cuadros de costumbres y fueron escritos antildeos antes de su publicacioacuten

Cosas que fueron

1873 La Alpujarra

1874 Publica El sombrero de tres picos la obra que le iba a hacer mundialmente famoso y que ha servido de libreto a varias obras musicales y a la obra homoacutenima de Falla

El sombrero de tres picos

1875 El Escaacutendalo una obra con repercusiones semejantes a Pequentildeeces de Coloma tanto por la intencioacuten como por la poleacutemica que levanto La primera edicioacuten se agoto en cinco diacuteas

1878 El nintildeo de la bola es quizaacutes la mejor novela de Alarcoacuten La renuncia de Manuel Venegas odiado por el usurero Eliacuteas precipita la muerte de Soledad bella figura romaacutentica condenada de antemano La fuerza del destino preside con su fatalismo ataacutevico todos los episodios de la narracioacuten Las grandezas y miserias del alma humana se adensan en el pueblo y en la historia de unos seres condenados al fracaso La obra es menos literaria que El escaacutendalo pero maacutes objetiva y apasionada

El nintildeo de la bola

1880 La prodiga es un alegato moral contra la corrupcioacuten de costumbres y ademaacutes es una criacutetica radical de la literatura romanita a la que Alarcoacuten consideraba como fundamentalmente anticristiana y para ello usa la teacutecnica de sacar las uacuteltimas conclusiones de la tiacutepica tragedia romaacutentica desgarrada para mostrarnos su real sordidez exenta de todo heroiacutesmo

La Prodiga

1881 El Capitaacuten Veneno

1883 Viajes por Espantildea

1884 Historia de mis libros

1887 La enemistad con los criacuteticos liberales y su continua critica junto a un cierto convencimiento de que el realismo habiacutea cubierto su ciclo histoacuterico le llevan a un abandono de la escritura

Es elegido miembro de La Real Academia

1895 Muere el 19 de julio en Valdemoro(Madrid)

Alarcoacuten habla de El sombrero de tres picos

La Historia de mis libros de Pedro Antonio de Alarcoacuten escrita en 1884 cuando practicamente habiacutea ya decidido dejar de escribir es el testamento literario del autor y en ella se analiza una a una las obras que habiacutea publicado hasta entonces El capitulo XIII estaacute dedicado a El sombrero de tres picos y es el que transcribimos a continuacioacuten

Un diacutea del verano de 1874 en Madrid apremiaacutebame la obligacioacuten de enviar a la Isla de Cuba alguacuten cuentecillo jocoso para cierto semanario festivo que alliacute se publicaba Recordeacute no seacute coacutemo el picaresco romance de El Corregidor y la Molinera que tantas veces habiacutea oiacutedo relatar cuando nintildeo y me dije

-iquestPor queacute no he de escribir una historieta fundada en tan peregrino argumento

-Porque es muy difiacutecil dentro de las conveniencias sociales -respondioacute mi buena crianza

-iexclRazoacuten de maacutes para intentar escribirla de modo que nadie se escandalice - arguyoacute mi temeridad de artista viejo recordando haber hecho un milagro semejante con el cuento de La Comendadora

-Pues probemos (contestoacute mi pereza para librarse de seguir buscando asunto) iexclEn medio de todo el semanario de que se trata tiene pocos lectores y tal vez ninguno de ellos resida en el continente europeo

-iexclManos a la obra -concluyoacute la parte atrevida de mi ser moral

Y veinticuatro horas despueacutes habiacutea escrito diez o doce cuartillas que conteniacutean muy en compendio todo EL SOMBRERO DE TRES PICOS o sea toda la historia de El Corregidor y la Molinera tal y como me parecioacute prudente arreglarla y componerla ad usum del respetable puacuteblico

Iba ya a meterla en un sobre para echarla al correo cuando me dijo repentinamente la conciencia artiacutestica

-iexclQueacute laacutestima Aquiacute hay materia para escribir una historia diez veces maacutes larga

-iexclYa lo creo (respondioacute la pereza) Y de ese modo nos ahorrariacuteamos durante dos meses la penosa tarea de buscar asuntos para el semanario

-iexclPues recomencemos

-iexclOh no iquestQuieacuten inutiliza lo ya redactado y se pone ahora a volver a empezar la racioacuten de mantildeana

Vacileacute alguacuten tiempo y esta vez triunfoacute la actividad -Comenceacute pues de nuevo la historia de EL SOMBRERO DE TRES PICOS

Al otro diacutea iba ya tambieacuten a meter en un sobre la primera

deacutecima parte del segundo relato o sea del relato actual que llegaba a la descripcioacuten del tiacuteo Lucas cuando entroacute en mi despacho un buen amigo versado en letras referiacutele el asunto de mi nueva obra le leiacute lo que llevaba escrito y ved aquiacute sus terminantes palabras

-No enviacutee V al otro mundo esas cuartillas Reteacutengalas en Madrid y continuacutee la obra con amor hasta acabarla y perfeccionarla cuanto pueda De este modo se encontraraacute V dentro de pocas semanas con un libro que podraacute convenirle publicar en Madrid en tomo -iexclEl asunto es de perlas

Seis diacuteas despueacutes volvioacute a visitarme el amigo y se halloacute con que EL SOMBRERO DE TRES PICOS estaba terminado y hasta puesto en limpio en la forma que hoy tiene Al siguiente diacutea empezoacute a imprimirse en la Revista Europea que publicaban en esta Corte los Sres Medina y Navarro al cabo de un mes se reimprimiacutea solemnemente en tomo aparte y esta es la hora en que van hechas soacutelo dentro de nuestra Peniacutensula ocho numerosas ediciones

Tal es la historia de este dichoso librejo contra el cual no se han alzado mis adversarios Por la inversa todo el mundo lo ha tratado hasta con mimo asiacute en el campo de los innovadores o blasfemadores del Arte de la Moral y del Alma como en el de los ortodoxos y arcaiacutestas de todas especies a tal extremo ha llegado esta unanimidad que muchas veces he sentido aborrecimiento y desdeacuten a la piacutecara obra por nadie impugnada atribuyendo su fortuna a nulidad eacute insignificancia internas -Empero uacuteltimamente me han reconciliado con este hijo del acaso no seacute queacute tardiacutea querencia paternal y la consideracioacuten de que a los diez o maacutes antildeos de publicado sigue producieacutendome tan segura y casi tan pinguumle renta como su juicioso hermano El Escaacutendalo -Ademaacutes EL SOMBRERO DE TRES PICOS ha sido

traducido que yo sepa al portugueacutes (con preciosas ilustraciones) al alemaacuten al ruso al franceacutes al italiano al ingleacutes y al rumano como tambieacuten ha dado argumento a dos operetas coacutemicas la una francesa y la otra belga y en vista de tanto ruido y de tantas nueces he tenido que acabar por decir - laquoiexclPues sentildeor el asunto era de oro iexclEstoy en deuda con la musa popular o sea con los ciegos que componen romancesraquo

Acerca de la moralidad y color de la obra en el Prefacio que lleva al frente he dicho cuanto correspondiacutea a mi reputacioacuten de escritor honesto y de persona bien criada Convieacuteneme sin embargo antildeadir para mayor refulgencia de la castidad de mi musa y de la del puacuteblico espantildeol en general que uno de los mejores literatos de Francia Alejandro Dumas (hijo) a quien debo amistosiacutesimas atenciones tuvo hace antildeos la franqueza de escribirme que mi SOMBRERO DE TRES PICOS habriacutea ganado mucho particularmente en aquella nacioacuten si yo hubiese conservado el desenlace crudeliacutesimo dado por la versioacuten plebeya o sea por los romances de ciego al quid pro quo de que fue inocente objeto dontildea Mercedes -Es decir que ni aquel insigne escritor ni el puacuteblico franceacutes se habriacutean escandalizado ante la consumacioacuten de una atrocidad en el molino ni ante la efectividad de sus represalias en el Corregimiento iexclEs decir que

Pero doblemos la hoja -iexclBueno estaacute sin maacutes ribetes ni escarapelas mi empecatado SOMBRERO DE TRES PICOS -Y lo peor de todo es hablando aquiacute en reserva que laquotambieacuten me gusta a miacute la sentildeaacute Frasquitaraquo por aquello de que la Molinera laquocomo guapa es guaparaquo aunque laquotambieacuten sea guapa la Corregidoraraquo

iexclOh inefable delicia la de crear seres con la pluma iexclOh complacencia poder uno formarlos a su arbitrio y moverlos seguacuten su agrado iexclOh tormento tener que resolverse a dejar de

lanzar al mundo tantos y tantos personajes como aun le bullen en la imaginacioacuten y haber de morirse alguacuten diacutea exclamando laquoMorid tambieacuten vosotros sin haber nacidoraquo -Pero asiacute son las cosas humanas Ars longa vita brevis -Y ademaacutes que no todos tenemos filosofiacutea bastante para decir Satis est equitem mihi plaudere

Capitulo XIII de Historia de mis libros(1884) de Pedro Antonio de Alarcoacuten titulado precisamente El sombrero de tres picos

copyright copy 2001 para la presente edicioacuten de Gaiferos Libros-Ereg

GAIFEROS LIBROS-E reg is a trademark registred

e-ditoragaiferoscom

wwwgaiferoscom

Editor M Echeverriacutea

Design Mezquiriz

Imagen de portada Goya

Printed in Spain(UE)

Madrid Febrero de 2002

Page 2: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado

El sombrero de tres picos

Pedro Antonio de Alarcoacuten

El sombrero de tres picos

Primera edicioacuten Madrid 2002

Coleccioacuten Clasicos Hispanos

Numero 40

INDICE

Prefacio del autor

El sombrero de tres picos

I De cuando sucedio la cosa

II De coacutemo viviacutea entonces la gente

III Do it des

IV Una mujer vista por fuera

V Un hombre visto por fuera y por dentro

VI Habilidades de los coacutenyuges

VII El fondo de la felicidad

VIII El hombre del sombrero de tres picos

IX iexclArre burra

X Desde la parra

XI El bombardeo de Pamplona

XII Diezmos y primicias

XIII Le dijo el grajo al cuervo

XIV Los consejos de Garduntildea

XV Despedida en prosa

XVI Un ave de mal aguumlero

XVII Un alcalde de monterilla

XVIIIDonde se veraacute que el tiacuteo Lucas teniacutea el suentildeo muy ligero

XIX Voces clamantes in deserto

XX La duda y la realidad

XXI iexclEn guardia caballero

XXII Garduntildea se multiplica

XXIIIOtra vez el desierto y las consabidas voces

XXIV Un rey de entonces

XXV La estrella de Garduntildea

XXVI Reaccioacuten

XXVII iexclFavor al Rey

XXVIIIiexclAve Mariacutea PurisimaiexclLas doce y media y sereno

XXIX Post nubila Diana

XXX Una sentildeora de clase

XXXI La pena del talioacuten

XXXII La fe mueve las montantildeas

XXXIII Pues iquesty tuacute

XXXIV Tambien la Corregidora es guapa

XXXV Decreto Imperial

XXXVI Conclusioacuten moraleja y epiacutelogo

Anexos

Nota sobre el autor

PREFACIO DEL AUTOR Pocos espantildeoles aun contando a los menos sabios y leiacutedos desconoceraacuten la historieta vulgar que sirve de fundamento a la presente obrilla

Un zafio pastor de cabras que nunca habiacutea salido de la escondida Cortijada en que nacioacute fue el primero a quien nosotros se la oiacutemos referir Era el tal uno de aquellos ruacutesticos sin ningunas letras pero naturalmente ladinos y bufones que tanto papel hacen en nuestra literatura nacional con el dictado de piacutecaros Siempre que en la Cortijada habiacutea fiesta con motivo de boda o bautizo o de solemne visita de los amos tocaacutebale a eacutel poner los juegos de chasco y pantomima hacer las payasadas y recitar los Romances y Relaciones y precisamente en una ocasioacuten de estas (hace ya casi toda una vida es decir hace ya maacutes de treinta y cinco antildeos) tuvo a bien deslumbrar y embelesar cierta noche nuestra inocencia (relativa) con el cuento en verso de EL CORREGIDOR Y LA MOLINERA o sea de EL MOLINERO Y LA CORREGIDORA que hoy ofrecemos nosotros al puacuteblico bajo el nombre maacutes trascendental y filosoacutefico (pues asiacute lo requiere la gravedad de estos tiempos) de EL SOMBRERO DE TRES PICOS

Recordamos por sentildeas que cuando el pastor nos dio tan buen rato las muchachas casaderas alliacute reunidas se pusieron muy coloradas de donde sus madres dedujeron que la historia era algo verde por lo cual pusieron ellas al pastor de oro y azul pero el pobre Repela (asiacute se llamaba el pastor) no se mordioacute la lengua y contestoacute diciendo que no habiacutea por queacute escandalizarse de aquel modo pues nada resultaba de su Relacioacuten que no supiesen

hasta las monjas y hasta las nintildeas de cuatro antildeos

ndashY si no vamos a verndashpreguntoacute el cabrerondash iquest queacute se saca en claro de la historia de EL CORREGIDOR Y LA MOLINERA iexclQue los casados duermen juntos y que a ninguacuten marido le acomoda que otro hombre duerma con su mujer iexclMe parece que la noticia ndashiexclPues es verdadndashrespondieron las madres oyendo las carcajadas de sus hijas

ndashLa prueba de que el tiacuteo Repela tiene razoacutenndashobservoacute en esto el padre del noviondash es que todos los chicos y grandes aquiacute presentes se han enterado ya de que esta noche asiacute que se acabe el baile Juanete y Manolita estrenaraacuten esa hermosa cama de matrimonio que la tiacutea Gabriela acaba de ensentildear a nuestras hijas para que admiren los bordados de los almohadones

ndashiexclHay maacutesndashdijo el abuelo de la noviandash hasta en el libro de la Doctrina y en los mismos Sermones se habla a los nintildeos de todas estas cosas tan naturales al ponerlos al corriente de la larga esterilidad de Nuestra Sentildeora Santa Ana de la virtud del casto Joseacute de la estratagema de Judit y de otros muchos milagros que no recuerdo ahora Por consiguiente sentildeores

ndashiexclNada nada tiacuteo Repelandashexclamaron valerosamente las muchachasndash iexclDiga usted otra vez su Relacioacuten que es muy divertida

ndashiexclY hasta muy decentendashcontinuoacute el abuelo Pues en ella no se aconseja a nadie que sea malo ni se le ensentildea a serlo ni queda sin castigo el que lo es

ndashiexclVaya repiacutetala ustedndashdijeron al fin consistorialmente las madres de familia

El tiacuteo Repela volvioacute entonces a recitar el Romance y considerado ya su texto por todos a la luz de aquella criacutetica tan ingenua hallaron que no habiacutea pero que ponerle lo cual equivale a decir que le concedieron las licencias necesarias

Andando los antildeos hemos oiacutedo muchas y muy diversas versiones de aquella misma aventura de EL MOLINERO Y LA CORREGIDORA siempre de labios de graciosos de aldea y de cortijo por el orden del ya difunto Repela y ademaacutes la hemos leiacutedo en letras de molde en diferentes Romances de ciego y hasta en el famoso Romancero del inolvidable don Agustiacuten Duraacuten

El fondo del asunto resulta ideacutentico tragicoacutemico zumboacuten y terriblemente epigramaacutetico como todas las lecciones dramaacuteticas de moral de que se enamora nuestro pueblo pero la forma el mecanismo accidental los procedimientos casuales difieren mucho muchiacutesimo del relato de nuestro pastor tanto que este no hubiera podido recitar en la Cortijada ninguna de dichas versiones ni aun aquellas que corren impresas sin que antes se tapasen los oiacutedos las muchachas en estado honesto o sin exponerse a que sus madres le sacaran los ojos iexclA tal punto han extremado y pervertido los groseros patanes de otras provincias el caso tradicional que tan sabroso discreto y pulcro resultaba en la versioacuten del claacutesico Repela

Hace pues mucho tiempo que concebimos el propoacutesito de restablecer la verdad de las cosas devolviendo a la peregrina historia de que se trata su primitivo caraacutecter que nunca dudamos fuera aquel en que saliera mejor librado el decoro Ni iquestcoacutemo dudarlo Esta clase de Relaciones al rodar por las manos del vulgo nunca se desnaturalizan para hacerse maacutes bellas delicadas y decentes sino para estropearse y percudirse al contacto de la

ordinariez y la chabacaneriacutea

Tal es la historia del presente libro Conque metaacutemonos ya en harina quiero decir demos comienzo a la Relacioacuten de EL CORREGIDOR Y LA MOLINERA no sin esperar de tu sano juicio (iexcloh respetable puacuteblico) que despueacutes de haberla leiacutedo y heacutechote maacutes cruces que si hubieras visto al demonio (como dijo Estebanillo Gonzaacutelez al principiar la suya) la tendraacutes por digna y merecedora de haber salido a luz Julio de 1874

I De cuando sucedio la cosa

Comenzaba este largo siglo que ya va de vencida No se sabe fijamente el antildeo solo consta que era despueacutes del de 4 y antes del de 8

Reinaba pues todaviacutea en Espantildea don Carlos IV de Borboacuten por la gracia de Dios seguacuten las monedas y por olvido o gracia especial de Bonaparte seguacuten los boletines franceses Los demaacutes soberanos europeos descendientes de Luis XIV habiacutean perdido ya la corona (y el Jefe de ellos la cabeza) en la deshecha borrasca que corriacutea esta envejecida parte del mundo desde 1789

Ni paraba aquiacute la singularidad de nuestra patria en aquellos tiempos El Soldado de la Revolucioacuten el hijo de un oscuro abogado corso el vencedor en Rivoli en las Piraacutemides en Marengo y en otras cien batallas acababa de centildeirse la corona de Carlo Magno y de transfigurar completamente la Europa creando y suprimiendo naciones borrando fronteras inventando dinastiacuteas y haciendo mudar de forma de nombre de sitio de costumbres y hasta de traje a los pueblos por donde pasaba en su corcel de guerra como un terremoto animado o como el Antecristo que le llamaban las Potencias del Norte Sin embargo nuestros padres (Dios los tenga en su santa Gloria) lejos de odiarlo o de temerle complaciacuteanse auacuten en ponderar sus descomunales hazantildeas como si se tratase del heacuteroe de un Libro de Caballeriacuteas o de cosas que sucediacutean en otro planeta sin que

ni por asomos recelasen que pensara nunca en venir por acaacute a intentar las atrocidades que habiacutea hecho en Francia Italia Alemania y otros paiacuteses Una vez por semana (y dos a lo sumo) llegaba el correo de Madrid a la mayor parte de las poblaciones importantes de la Peniacutensula llevando alguacuten nuacutemero de la Gaceta (que tampoco era diaria) y por ella sabiacutean las personas principales (suponiendo que la Gaceta hablase del particular) si existiacutea un Estado maacutes o menos allende el Pirineo si se habiacutea rentildeido otra batalla en que peleasen seis u ocho Reyes y Emperadores y si Napoleoacuten se hallaba en Milaacuten en Bruselas o en Varsovia Por lo demaacutes nuestros mayores seguiacutean viviendo a la antigua espantildeola sumamente despacio apegados a sus rancias costumbres en paz y en gracia de Dlos con su Inquisicioacuten y sus Frailes con su pintoresca desigualdad ante la Ley con sus privilegios fueros y exenciones personales con su carencia de toda libertad municipal o poliacutetica gobernados simultaacuteneamente por insignes Obispos y poderosos Corregidores (cuyas respectivas potestades no era muy faacutecil deslindar pues unos y otros se metiacutean en lo temporal y en lo eterno) y pagando diezmos primicias alcabalas subsidios mandas y limosnas forzosas rentas rentillas capitaciones tercias reales gabelas frutos civiles y hasta cincuenta tributos maacutes cuya nomenclatura no viene a cuento ahora

Y aquiacute termina todo lo que la presente historia tiene que ver con la militar y poliacutetica de aquella eacutepoca pues nuestro uacutenico objeto al referir lo que entonces sucediacutea en el mundo ha sido venir a parar a que el antildeo de que se trata (supongamos que el de 1805) imperaba todaviacutea en Espantildea el antiguo reacutegimen en todas las esferas de la vida puacuteblica y particular como si en medio de tantas novedades y trastornos el Pirineo se hubiese convertido en otra Muralla de la China

II De coacutemo viviacutea entonces la gente

En Andaluciacutea por ejemplo (pues precisamente acontecioacute en una ciudad de Andaluciacutea lo que vais a oiacuter) las personas de suposicioacuten continuaban levantaacutendose muy temprano yendo a la Catedral a Misa de prima aunque no fuese diacutea de precepto almorzando a las nueve un huevo frito y una jiacuteraca de chocolate con picatostes comiendo de una a dos de la tarde puchero y principio si habiacutea caza y si no puchero solo durmiendo la siesta despueacutes de comer paseando luego por el campo yendo al Rosario entre dos luces a su respectiva parroquia tomando otro chocolate a la Oracioacuten (eacuteste con bizcochos) asistiendo los muy encopetados a la tertulia del Corregidor del Deaacuten o del tiacutetulo que residiacutea en el pueblo retiraacutendose a casa a las Aacutenimas cerrando el portoacuten antes del toque de la queda cenando ensalada y guisado por antonomasia si no habiacutean entrado boquerones frescos y acostaacutendose incotinenti con su sentildeora (los que la teniacutean) no sin hacerse calentar primero la cama durante nueve meses del antildeo

iexclDichosiacutesimo tiempo aquel en que nuestra tierra seguiacutea en quieta y paciacutefica posesioacuten de todas las telarantildeas de todo el polvo de toda la polilla de todos los respetos de todas las creencias de todas las tradiciones de todos los usos y de todos los abusos santificados por los siglos iexclDichosiacutesimo tiempo aquel en que habiacutea en la sociedad humana variedad de clases de afectos y de costumbres iexclDichosiacutesimo tiempo digo para los

poetas especialmente que encontraban un entremeacutes un sainete una comedia un drama un auto sacramental o una epopeya detraacutes de cada esquina en vez de esta prosaica umformidad y desabrido realismo que nos legoacute al cabo la Revolucioacuten Francesa iexclDichosiacutesimo tiempo siacute

Pero esto es volver a las andadas Basta ya de generalidades y de circunloquios y entremos resueltamente en la historia del Sombrero de tres picos

III Do it des En aquel tiempo pues habiacutea cerca de la ciudad un famoso molino harinero (que ya no existe) situado como a un cuarto de legua de la poblacioacuten entre el pie de suave colina poblada de guindos y cerezos y una fertiliacutesima huerta que serviacutea de margen (y algunas veces de lecho) al titular intermitente y traicionero riacuteo

Por varias y diversas razones haciacutea ya alguacuten tiempo que aquel molino era el predilecto punto de llegada y descanso de los paseantes maacutes caracterizados de la mencionada ciudad Primeramente conduciacutea a eacutel un camino carretero menos intransitable que los restantes de aquellos contornos En segundo lugar delante del molino habiacutea una plazoletilla empedrada cubierta por un parral enorme debajo del cual se tomaba muy bien el fresco en el verano y el sol en el invierno merced a la alternada ida y venida de los paacutempanos En tercer lugar el Molinero era un hombre muy respetuoso muy discreto muy fino que teniacutea lo que se llama don de gentes y que obsequiaba a los sentildeores que soliacutean honrarlo con su tertulia vespertina ofrecieacutendoles lo que daba el tiempo ora habas verdes ora cerezas y guindas ora lechugas en rama y sin sazonar (que estaacuten muy buenas cuando se las acompantildea de macarros de pan de aceite macarros que se encargaban de enviar por delante sus sentildeoriacuteas) ora melones ora uvas de aquella misma parra que les serviacutea de dosel ora rosetas de maiz si era invierno y castantildeas asadas y almendras y nueces y de vez en cuando en las tardes friacuteas un trago de vino de pulso (dentro ya de la casa y al amor de la lumbre) a lo que por Pascuas se soliacutea antildeadir alguacuten pestintildeo alguacuten mantecado algun rosco o alguna lonja de jamoacuten alpujarrentildeo

ndashiquestTan rico era el Molinero o tan imprudentes sus tertulianosndashexclamareacuteis interrumpieacutendome

Ni lo uno ni lo otro El Molinero solo teniacutea un pasar y aquellos caballeros eran la delicadeza y el orgullo personificados Pero en unos tiempos en que se pagaban cincuenta y tantas contribuciones diferentes a la Iglesia y al Estado poco arriesgaba un ruacutestico de tan claras luces como aqueacutel en tenerse ganada la voluntad de Regidores Canoacutenigos Frailes Escribanos y demaacutes personas de campanillas Asiacute es que no faltaba quien dijese que el tiacuteo Lucas (tal era el nombre del Molinero) se ahorraba un dineral al antildeo a fuerza de agasajar a todo el mundo

ndash Vuestra Merced me va a dar una puertecilla vieja de la casa que ha derribado deciacuteale a uno Vuestra Sentildeoriacuteandashdeciacuteale a otrondashva a mandar que me rebajen el subsidido o la alcabala o la contribucioacuten de frutos-civiles Vuestra Reverencia me va a dejar coger en la huerta del Convento una poca hoja para mis gusanos de seda Vuestra Ilustriacutesima me va a dar permiso para traer una poca lentildea del monte X Vuestra Paternidad me va a poner dos letras para que me permitan cortar una poca de madera en el pinar H Es menester que me haga Usarceacute una escriturilla que no me cueste nada Este antildeo no puedo pagar el censo Espero que el pleito se falle a mi favor Hoy le he dado de bofetadas a uno y creo que debe ir a la caacutercel por haberme provocado iquestTendriacutea su Merced tal cosa de sobra iquestLe sirve a Usted de algo tal otra iquestMe puede prestar la mula iquestTiene ocupado mantildeana el carro iquestLe parece que enviacutee por el burro

Y estas canciones se repetiacutean a todas horas obteniendo siempre por contestacioacuten un generoso y desinteresado Como se pide

Conque ya veis que el tiacuteo Lucas no estaba en camino de arruinarse

IV Una mujer vista por fuera

La uacuteltima y acaso la maacutes poderosa razoacuten que teniacutea el seroriacuteo de la Ciudad para frecuentar por las tardes el molino del tiacuteo Lucas era que asiacute los cleacuterigos como los seglares empezando por el sentildeor Obispo y el sentildeor Corregidor podiacutean contemplar alliacute a sus anchas una de las obras maacutes bellas graciosas y admirables que hayan salido jamaacutes de las manos de Dios llamado entonces el Ser Supremo por Jovellanos y toda la escuela afrancesada de nuestro paiacutes

Esta obra se denominaba la sentildeaacute Frasquita

Empiezo por responderos de que la sentildeaacute Frasquita legiacutetima esposa del tiacuteo Lucas era una mujer de bien y de que asiacute lo sabiacutean todos los ilustres visitantes del molino Digo maacutes ninguno de eacutestos daba muestras de considerarla con ojos de varoacuten ni con trastienda pecaminosa Admiraacutebanla siacute y requebraacutebanla en ocasiones (delante de su marido por supuesto) lo mismo los frailes que los caballeros los canoacutenigos que los golillas como un prodigio de belleza que honraba a su Criador y

como una diablesa de travesura y coqueteriacutea que alegraba inocentemente los espiacuteritus maacutes melancoacutelicos Es un hermoso animal soliacutea decir el virtuosiacutesimo Prelado Es una estatua de la antiguumledad heleacutenica observaba un Abogado muy erudito Acadeacutemico correspondiente de la Historia Es la propia estampa de Eva prorrumpiacutea el Prior de los Franciscanos Es una real moza exclamaba el Coronel de milicias Es una sierpe una sirena iexclun demonio antildeadiacutea el Corregidor Pero es una buena mujer es un aacutengel es una criatura es una chiquilla de cuatro antildeos acababan por decir todos al regresar del molino atiborrados de uvas o de nueces en busca de sus teacutetricos y metoacutedicos hogares

La chiquilla de cuatro antildeos esto es la sentildeaacute Frasquita frisariacutea en los treinta Teniacutea maacutes de dos varas de estatura y era recia a proporcioacuten o quizaacute maacutes gruesa todaviacutea de lo correspondiente a su arrogante talla Pareciacutea una Niobe colosal y eso que no habiacutea tenido hijos pareciacutea un Heacutercules hembra pareciacutea una matrona romana de las que auacuten hay ejemplares en el Trastevere Pero lo maacutes notable en ella era la movilidad la ligereza la animacioacuten la gracia de su respetable mole Para ser una estatua como pretendiacutea el acadeacutemico le faltaba el reposo monumental Se cimbraba como un junco giraba como una veleta bailaba como una peonza Su rostro era maacutes movible todaviacutea y por lo tanto menos escultural Avivaacutebanlo donosamente hasta cinco hoyuelos dos en una mejilla otro en otra otro muy chico cerca de la comisura izquierda de sus rientes labios y el uacuteltimo muy grande en medio de su redonda barba Antildeadid a esto los picarescos mohines los graciosos guintildeos y las varias posturas de cabeza que amenizaban su conversacioacuten y formareacuteis idea de aquella cara llena de sal y de hermosura y radiante siempre de salud y alegriacutea

Ni la sentildeaacute Frasquita ni el tiacuteo Lucas eran andaluces ella era

navarra y eacutel murciano El habiacutea ido a la ciudad de a la edad de quince antildeos como medio paje medio criado del Obispo anterior al que entonces gobernaba aquella Iglesia Educaacutebalo su protector para cleacuterigo y tal vez con esta mira y para que no careciese de congrua dejoacutele en su testamento el molino pero el tiacuteo Lucas que a la muerte de Su Ilustriacutesima no estaba ordenado maacutes que de menores ahorcoacute los haacutebitos en aquel punto y hora y sentoacute plaza de soldado maacutes ganoso de ver mundo y correr aventuras que de decir Misa o de moler trigo En 1793 hizo la campantildea de los Pirineos Occidentales como Ordenanza del valiente General don Ventura Caro asistioacute al asalto de Castillo Pintildeoacuten y permanecioacute luego largo tiempo en las provincias del Norte donde tomoacute la licencia absoluta En Estella conocioacute a la sentildeaacute Frasquita que entonces soacutelo se llamaba Frasquita la enamoroacute se casoacute con ella y se la llevoacute a Andaluciacutea en busca de aquel molino que habiacutea de verlos tan paciacuteficos y dichosos durante el resto de su peregrinacioacuten por este valle de laacutegrimas y risas

La sentildeaacute Frasquita pues trasladada de Navarra a aquella soledad no habiacutea adquirido ninguacuten haacutebito andaluz y se diferenciaba mucho de las mujeres campesinas de los contornos Vestiacutea con maacutes sencillez desenfado y elegancia que ellas lavaba maacutes sus carnes y permitiacutea al sol y al aire acariciar sus arremangados brazos y su descubierta garganta Usaba hasta cierto punto el traje de las sentildeoras de aquella eacutepoca el traje de las mujeres de Goya el traje de la reina Mariacutea Luisa si no falda de medio paso falda de un paso solo sumamente corta que dejaba ver sus menudos pies y el arranque de su soberana pierna llevaba el escote redondo y bajo al estilo de Madrid donde se detuvo dos meses con su Lucas al trasladarse de Navarra a Andaluciacutea todo el pelo recogido en lo alto de la coronilla lo cual dejaba campear la gallardiacutea de su cabeza y de su cuello sendas arracadas en las diminutas orejas y muchas sortijas en los

afilados dedos de sus duras pero limpias manos Por uacuteltimo la voz de la sentildeaacute Frasquita teniacutea todos los tonos del maacutes extenso y melodioso instrumento y su carcajada era tan alegre y argentina que pareciacutea un repique de Saacutebado de Glorla

Retratemos ahora al tiacuteo Lucas

V Un hombre visto desde fuera

El tiacuteo Lucas era maacutes feo que Picio Lo habiacutea sido toda su vida y ya teniacutea cerca de cuarenta antildeos Sin embargo pocos hombres tan simpaacuteticos y agradables habraacute echado Dios al mundo Prendado de su viveza de su ingenio y de su gracia el difunto Obispo se lo pidioacute a sus padres que eran pastores no de almas sino de verdaderas ovejas Muerto Su Ilustriacutesima y dejado que hubo el mozo el Seminario por el Cuartel distinguioacutele entre todo su Ejeacutercito el General Caro y lo hizo su Ordenanza maacutes iacutentimo su verdadero criado de campantildea Cumplido en fin el empentildeo militar fuele tan faacutecil al tiacuteo Lucas rendir el corazoacuten de la sentildeaacute Frasquita como faacutecil le habiacutea sido captarse el aprecio del General y del Prelado La navarra que teniacutea a la sazoacuten veinte abriles y era el ojo derecho de todos los mozos de Estella algunos de ellos bastante ricos no pudo resistir a los continuos donaires a las chistosas ocurrencias a los ojillos de enamorado mono y a la bufona y constante sonrisa llena de malicia pero tambieacuten de dulzura de aquel murciano tan atrevido tan locuaz tan avisado tan dispuesto tan valiente y tan gracioso que acaboacute por trastornar el juicio no soacutelo a la codiciada beldad sino tambieacuten a su padre y a su madre

Lucas era en aquel entonces y seguiacutea siendo en la fecha a que nos referimos de pequentildea estatura (a los menos con relacioacuten a su mujer) un poco cargado de espaldas muy moreno barbilampintildeo narigoacuten orejudo y picado de viruelas En cambio su boca era regular y su dentadura inmejorable Dijeacuterase que soacutelo la corteza de aquel hombre era tosca y fea que tan pronto como

empezaba a penetrarse dentro de eacutel apareciacutean sus perfecciones y que estas perfecciones principiaban en los dientes Luego veniacutea la voz vibrante elaacutestica atractiva varonil y grave algunas veces dulce y melosa cuando pediacutea algo y siempre difiacutecil de resistir Llegaba despueacutes lo que aquella voz deciacutea todo oportuno discreto ingenioso persuasivo Y por uacuteltimo en el alma del tiacuteo Lucas habiacutea valor lealtad honradez sentido comuacuten deseo de saber y conocimientos instintivos o empiacutericos de muchas cosas profundo desdeacuten a los necios cualquiera que fuese su categoriacutea social y cierto espiacuteritu de ironiacutea de burla y de sarcasmo que le haciacutean pasar a los ojos del Acadeacutemico por un don Francisco de Quevedo en bruto

Tal era por dentro y por fuera el tiacuteo Lucas

VI Habilidades de los coacutenyuges

Amaba pues locamente la sentildeaacute Frasquita al tiacuteo Lucas y consideraacutebase la mujer maacutes feliz del mundo al verse adorada por eacutel No teniacutean hijos seguacuten que ya sabemos y habiacutease consagrado cada uno a cuidar y mimar al otro con esmero indecible pero sin que aquella tierna solicitud ostentase el caraacutecter sentimental y empalagoso por lo zalamero de casi todos los matrimonios sin sucesioacuten Al contrario trataacutebanse con una llaneza una alegriacutea una broma y una confianza semejantes a las de aquellos nintildeos camaradas de juegos y de diversiones que se quieren con toda el alma sin deciacuterselo jamaacutes ni darse a siacute mismos cuenta de lo que sienten iexclImposible que haya habido sobre la tierra molinero mejor peinado mejor vestido maacutes regalado en la mesa rodeado de maacutes comodidades en su casa que el tiacuteo Lucas iexclImposible que ninguna molinera ni ninguna reina haya sido objeto de tantas atenciones de tantos agasajos de tantas finezas como la sentildea Frasquita iexclImposible tambieacuten que ninguacuten molino haya encerrado tantas cosas necesarias uacutetiles agradables recreativas y hasta superfluas como el que va a servir de teatro a casi toda la presente historia Contribuiacutea mucho a ello que la sentildeaacute

Frasquita la pulcra hacendosa fuerte y saludable navarra sabiacutea queriacutea y podiacutea guisar coser bordar barrer hacer dulce lavar planchar blanquear la casa fregar el cobre amasar tejer hacer media cantar bailar tocar la guitarra y los palillos jugar a la brisca y al tute y otras muchiacutesimas cosas cuya relacioacuten fuera interminable Y contribuiacutea no menos al mismo resultado el que el tiacuteo Lucas sabiacutea queriacutea y podiacutea dirigir la molienda cultivar el campo cazar pescar trabajar de carpintero de herrero y de albantildeil ayudar a su mujer en todos los quehaceres de la casa leer escribir contar etc etc Y esto sin hacer mencioacuten de los ramos de lujo o sea de sus habilidades extraordinarias Por ejemplo el tiacuteo Lucas adoraba las flores (lo mismo que su mujer) y era floricultor tan consumado que habiacutea conseguido producir ejemplares nuevos por medio de laboriosas combinaciones Teniacutea algo de Ingeniero natural y lo habiacutea demostrado construyendo una presa un sifoacuten y un acueducto que triplicaron el agua del molino Habiacutea ensentildeado a bailar a un perro domesticado una culebra y hecho que un loro diese la hora por medio de gritos seguacuten las iba marcando un reloj de sol que el molinero habiacutea trazado en una pared de cuyas resultas el loro daba ya la hora con toda precisioacuten hasta en los diacuteas nublados y durante la noche Finalmente en el molino habiacutea una huerta que produciacutea toda clase de frutas y legumbres un estanque encerrado en una especie de quiosco de jazmines donde se bantildeaban en verano el tiacuteo Lucas y la sentildeaacute Frasquita un jardiacuten una estufa o invernadero para las plantas exoacuteticas una fuente de agua potable dos burras en que el matrimonio iba a la ciudad o a los pueblos de las cercaniacuteas gallinero palomar pajarera criadero de peces criadero de gusanos de seda colmenas cuyas abejas libaban en los jazmines jaraiacutez o lagar con su bodega correspondiente ambas cosas en miniatura horno telar fragua taller de carpinteriacutea etc etc todo ello reducido a una casa de ocho habitaciones y a dos fanegas de tierra y tasado en la cantidad de diez mil reales

VII El fondo de la felicidad

Adoraacutebanse siacute locamente el molinero y la molinera y auacuten se hubiera creiacutedo que ella lo queriacutea maacutes a eacutel que eacutel a ella no obstante ser eacutel tan feo y ella tan hermosa Diacutegolo porque la sentildeaacute Frasquita soliacutea tener celos y pedirle cuentas al tiacuteo Lucas cuando eacuteste tardaba mucho en regresar de la ciudad o de los pueblos adonde iba por grano mientras que el tiacuteo Lucas veiacutea hasta con gusto las atenciones de que era objeto la sentildeaacute Frasquita por parte de los sentildeores que frecuentaban el molino se ufanaba y regocijaba de que a todos les agradase tanto como a eacutel y aunque comprendiacutea que en el fondo del corazoacuten se la envidiaban algunos de ellos la codiciaban como simples mortales y hubieran dado cualquier cosa porque fuera menos mujer de bien la dejaba sola diacuteas enteros sin el menor cuidado y nunca le preguntaba luego queacute habiacutea hecho ni quieacuten habiacutea estado alliacute durante su ausencia

No consistiacutea aquello sin embargo en que el amor del tiacuteo Lucas fuese menos vivo que el de la sentildeaacute Frasquita Consistiacutea en que eacutel teniacutea maacutes confianza en la virtud de aqueacutella que ella en la de eacutel consistiacutea en que eacutel la aventajaba en penetracioacuten y sabiacutea

hasta queacute punto era amado y cuaacutento se respetaba su mujer a siacute misma y consistiacutea principalmente en que el tiacuteo Lucas era todo un hombre un hombre como el de Shakespeare de pocos e indivisibles sentimientos incapaz de dudas que creiacutea o moriacutea que amaba o mataba que no admitiacutea gradacioacuten ni traacutensito entre la suprema felicidad y el exterminio de su dicha

Era en fin un Otelo de Murcia con alpargatas y montera en el primer acto de una tragedia posible

Pero iquesta queacute estas notas luacutegubres en una tonadilla alegre iquestA queacute estos relaacutempagos fatiacutedicos en una atmoacutesfera tan serena iquestA queacute estas actitudes melodramaacuteticas en un cuadro de geacutenero

Vais a saberlo inmediatamente

VIII El hombre del sombrero de tres picos

Eran las dos de una tarde de octubre

El esquiloacuten de la catedral tocaba a viacutesperas lo cual equivale a decir que ya habiacutean comido todas las personas principales de la ciudad

Los canoacutenigos se dirigiacutean al Coro y los seglares a sus alcobas a dormir la siesta sobre todo aquellos que por razoacuten de oficio v gr las Autoridades habiacutean pasado la mantildeana entera trabajando

Era pues muy de extrantildear que a aquella hora impropia ademaacutes para dar un paseo pues todaviacutea haciacutea demasiado calor saliese de la ciudad a pie y seguido de un solo alguacil el ilustre sentildeor Corregidor de la misma a quien no podiacutea confundirse con ninguna otra persona ni de diacutea ni de noche asiacute por la enormidad de su sombrero de tres picos y por lo vistoso de su capa de grana como por lo particulariacutesimo de su grotesco donaire

De la capa de grana y del sombrero de tres picos son muchas todaviacutea las personas que pudieran hablar con pleno conocimiento de causa Nosotros entre ellas lo mismo que todos los nacidos en aquella ciudad en las postrimeriacuteas del reinado del sentildeor don Fernando VII recordamos haber visto colgados de un clavo uacutenico adorno de desmantelada pared en la ruinosa torre de la casa que habitoacute Su Sentildeoriacutea (torre destinada a la sazoacuten a los infantiles juegos de sus nietos) aquellas dos anticuadas prendas aquella capa y aquel sombrerondashel negro sombrero encima y la roja capa debajondash formando una especie de espectro del Absolutismo una especie de sudario del Corregidor una especie de caricatura retrospectiva de su poder pintada con carboacuten y almagre como tantas otras por los paacutervulos constitucionales de la de 1837 que alliacute nos reuniacuteamos una especie en fin de espanta-paacutejaros que en otro tiempo habiacutea sido espanta-hombres y que hoy me da miedo de haber contribuido a escarnecer paseaacutendolo por aquella histoacuterica ciudad en diacuteas de Carnestolendas en lo alto de un deshollinador o sirviendo de disfraz irrisorio al idiota que maacutes haciacutea reir a la plebe iexclPobre principio de autoridad iexclAsiacute te hemos puesto los mismos que hoy te invocamos tanto

En cuanto al indicado grotesco donaire del sentildeor Corregidor consistiacutea (dicen) en que era cargado de espaldas todaviacutea maacutes cargado de espaldas que el tiacuteo Lucas casi jorobado por decirlo de una vez de estatura menos que mediana endeblillo de mala salud con las piernas arqueadas y una manera de andar sui generis (balanceaacutendose de un lado a otro y de atraacutes hacia adelante) que soacutelo se puede describir con la absurda foacutermula de que pareciacutea cojo de los dos pies En cambio (antildeade la tradicioacuten) su rostro era regular aunque ya bastante arrugado por la falta absoluta de dientes y muelas moreno verdoso como el de casi todos los hijos de las Castillas con

grandes ojos oscuros en que relampagueaban la coacutelera el despotismo y la lujuria con finas y traviesas facciones que no teniacutean la expresioacuten del valor personal pero siacute la de una malicia artera capaz de todo y con cierto aire de satisfaccioacuten medio aristocraacutetico medio libertino que revelaba que aquel hombre habriacutea sido en su remota juventud muy agradable y acepto a las mujeres no obstante sus piernas y su joroba

Don Eugenio de Zuacutentildeiga y Ponce de Leoacuten (que asiacute se llamaba Su Sentildeoriacutea) habiacutea nacido en Madrid de familia ilustre frisariacutea a la sazoacuten en los cincuenta y cinco antildeos y llevaba cuatro de Corregidor en la ciudad de que tratamos donde se casoacute a poco de llegar con la principaliacutesima sentildeora que diremos maacutes adelante

Las medias de don Eugenio (uacutenica parte que ademaacutes de los zapatos dejaba ver de su vestido la extensiacutesima capa de grana) eran blancas y los zapatos negros con hebilla de oro Pero luego que el calor del campo lo obligoacute a desembozarse viacutedose que llevaba gran corbata de batista chupa de sarga de color de toacutertola muy festoneada de ramillos verdes bordados de realce calzoacuten corto negro de seda una enorme casaca de la misma estofa que la chupa espadiacuten con guarnicioacuten de acero bastoacuten con borlas y un respetable par de guantes (o quirotecas) de gamuza pajiza que no se poniacutea nunca y que empuntildeaba a guisa de cetro

El alguacil que seguiacutea veinte pasos de distancia al sentildeor Corregidor se llamaba Garduntildea y era la propia estampa de su nombre Flaco agiliacutesimo mirando adelante y atraacutes y a derecha e izquierda al propio tiempo que andaba de largo cuello de diminuto y repugnante rostro y con dos manos como dos manojos de disciplinas pareciacutea juntamente un huroacuten en busca de criminales la cuerda que habiacutea de atarlos y el instrumento destinado a su castigo

El primer Corregidor que le echoacute la vista encima le dijo sin maacutes informes Tuacute seraacutes mi verdadero alguacil Y ya lo habiacutea sido de cuatro Corregidores

Teniacutea cuarenta y ocho antildeos y llevaba sombrero de tres picos mucho maacutes pequentildeo que el de su sentildeor (pues repetimos que el de este era descomunal) capa negra como las medias y todo el traje bastoacuten sin borlas y una especie de asador por la espalda

Aquel espantajo negro pareciacutea la sombra de su vistoso amo

IX iexclArre burra Por donde quiera que pasaban el personaje y su apeacutendice los labradores dejaban sus faenas y se descubriacutean hasta los pies con maacutes miedo que respeto despueacutes de lo cual deciacutean en voz baja

ndashiexclTemprano va esta tarde el sentildeor Corregidor a ver a la sentildeaacute Frasquita

ndashiexclTemprano y solondashantildeadiacutean algunos acostumbrados a verlo siempre dar aquel paseo en compantildeiacutea de otras varias personas

ndashOye tuacute Manuel iquestpor queacute iraacute solo esta tarde el sentildeor Corregidor a ver a la navarrandashle preguntoacute una lugarentildea a su marido el cual la llevaba a grupas en la bestia

Y al mismo tiempo que la pregunta le hizo cosquillas por viacutea de retintiacuten

ndashiexclNo seas mal pensada Josefandashexclamoacute el buen hombrendash

La sentildeaacute Frasquita es incapaz

ndashNo digo lo contrario Pero el Corregidor no es por eso incapaz de estar enamorado de ella Yo he oiacutedo decir que de todos los que van a las francachelas del molino el uacutenico que lleva mal fin es ese madrilentildeo tan aficionado a faldas

ndashiquestY queacute sabes tuacute si es o no aficionado a faldasndashpreguntoacute a su vez el marido

ndashNo lo digo por miacute iexclYa se hubiera guardado por maacutes Corregidor que sea de decirme los ojos tienes negros

La que asiacute hablaba era fea en grado superlativo

ndashPues mira hija iexclallaacute ellosndashreplicoacute el llamado Manuelndash Yo no creo al tiacuteo Lucas hombre de consentir iexclBonito genio tiene el tiacuteo Lucas cuando se enfada

ndashPero en fin iexclsi ve que le convienendashantildeadioacute la tiacutea Josefa retorciendo el hocico

ndashEl tiacuteo Lucas es hombre de bienndashrepuso el lugarentildeondash y a un hombre de bien nunca pueden convenirle ciertas cosas

ndashPues entonces tienes razoacuten iexclAllaacute ellos iexclSi yo fuera la sentildeaacute Frasquita

ndashiexclArre burrandashgritoacute el marido para mudar de conversacioacuten

Y la burra salioacute al trote con lo que no pudo oiacuterse el resto del diaacutelogo

X Desde la parra Mientras asiacute discurrian los labriegos que saludaban al sentildeor Corregidor la sentildeaacute Frasquita regaba y barriacutea cuidadosamente la plazoletilla empedrada que serviacutea de atrio o compaacutes al molino y colocaba media docena de sillas debajo de lo maacutes espeso del emparrado en el cual estaba subido el tiacuteo Lucas cortando los mejores racimos y arreglaacutendolos artiacutesticamente en una cesta

ndashiexclPues siacute Frasquitandashdeciacutea el tiacuteo Lucas desde lo alto de la parrandash el sentildeor Corregidor estaacute enamorado de ti de muy mala manera

ndashYa te lo dije yo hace tiempondashcontestoacute la mujer del Nortendash Pero iexcldeacutejalo que pene iexclCuidado Lucas no te vayas a caer

ndashDescuida estoy bien agarrado tambieacuten le gustas mucho al sentildeor

ndashiexclMira iexclNo me des maacutes noticiasndashinterrumpioacute ellandash iexclDemasiado seacute yo a quieacuten le gusto y a quieacuten no le gusto iexclOjalaacute supiera del mismo modo por queacute no te gusto a ti

ndashiexclToma Porque eres muy fea ndashcontestoacute el tiacuteo Lucas

ndashPues oye iexclfea y todo soy capaz de subir a la parra y echarte de cabeza al suelo

ndashMaacutes faacutecil seriacutea que yo no te dejase bajar de la parra sin comerte viva

ndashiexclEso es iexclY cuando vinieran mis galanes y nos viesen ahiacute diriacutean que eacuteramos un mono y una mona

ndashY acertariacutean porque tuacute eres muy mona y muy rebonita y yo parezco un mono con esta joroba

ndashQue a miacute me gusta muchiacutesimo

ndashEntonces te gustaraacute maacutes la del Corregidor que es mayor que la miacutea

ndashiexclVamos iexclVamos sentildeor don Lucas iexclNo tenga usted tantos celos

ndashiquestCelos yo de ese viejo petate iexclAl contrario me alegro muchiacutesimo de que te quiera

ndashiquestPor queacute

ndashPorque en el pecado lleva la penitencia iexclTuacute no has de quererlo nunca y yo soy entre tanto el verdadero Corregidor de la ciudad

ndashiexclMiren el vanidoso Pues figuacuterate que llegase a quererlo

iexclCosas maacutes raras se ven en el mundo

ndashTampoco me dariacutea gran cuidado

ndashiquestPor queacute

ndashiexclPorque entonces tuacute no seriacuteas ya tuacute y no siendo tuacute quien eres o como yo creo que eres maldito lo que me importariacutea que te llevasen los demonios

ndashPues bien iquestqueacute hariacuteas en semejante caso

ndashiquestYo iexclMira lo que no seacute Porque como entonces yo seriacutea otro y no el que soy ahora no puedo figurarme lo que pensariacutea

ndashiquestY por queacute seriacuteas entonces otrondashinsistioacute valientemente la sentildeaacute Frasquita dejando de barrer y ponieacutendose en jarras para mirar hacia arriba

El tiacuteo Lucas se rascoacute la cabeza como si escarbara para sacar de ella alguna idea muy profunda hasta que al fin dijo con maacutes seriedad y pulidez que de costumbre

ndashSeriacutea otro porque yo soy ahora un hombre que cree en ti como en siacute mismo y que no tiene maacutes vida que esa fe De consiguiente al dejar de creer en ti me moririacutea o me convertiriacutea en un nuevo hombre viviriacutea de otro modo me pareceriacutea que acababa de nacer tendriacutea otras entrantildeas Ignoro pues lo que hariacutea entonces contigo Puede que me echara a reiacuter y te volviera la espalda Puede que ni siquiera te conociese Puede que Pero iexclvaya un gusto que tenemos en ponernos de mal humor sin necesidad iquestQueacute nos importa a nosotros que te quieran todos los

Corregidores del mundo iquestNo eres tuacute mi Frasquita

ndashiexclSi pedazo de baacuterbarondashcontestoacute la navarra riendo a maacutes no poderndash Yo soy tu Frasquita y tuacute eres mi Lucas de mi alma maacutes feo que el bu con maacutes talento que todos los hombres maacutes bueno que el pan y maacutes querido iexclAh lo que es eso de querido cuando bajes de la parra lo veraacutes iexclPrepaacuterate a llevar maacutes bofetadas y pellizcos que pelos tienes en la cabeza Pero iexclcalla iquestQueacute es lo que veo El sentildeor Corregidor viene por alli completamente solo iexclY tan tempranito Ese trae plan iexclPor lo visto tuacute teniacuteas razoacuten

ndashPues aguaacutentate y no le digas que estoy subido en la parra iexclEse viene a declararse a solas contigo creyendo pillarme durmiendo la siesta Quiero divertirme oyendo su explicacioacuten

Asiacute dijo el tiacuteo Lucas alargando la cesta a su mujer

ndashiexclNo estaacute mal pensadondashexclamoacute ella lanzando nuevas carcajadasndash iexclEl demonio del madrilentildeo iquestQueacute se habraacute creiacutedo que es un Corregidor para miacute Pero aquiacute llega Por cierto que Garduntildea que lo seguiacutea a alguna distancia se ha sentado en la ramblilla a la sombra iexclQueacute majaderiacutea Ocuacuteltate tuacute bien entre los paacutempanos que nos vamos a reiacuter maacutes de lo que te figuras

Y dicho esto la hermosa navarra rompioacute a cantar el fandango que ya le era tan familiar como las canciones de su tierra

XI El bombardeo de Pamplona

ndashD ios te guarde Frasquitandashdijo el Corregidor a media voz apareciendo bajo el emparrado y andando de puntillas

ndashiexclTanto bueno sentildeor Corregidorndashrespondioacute ella en voz natural hacieacutendole mil reverenciasndash iexclUsiacutea por aquiacute a estas horas iexclY con el calor que hace iexclVaya sieacutentese Su Sentildeoriacutea Esto estaacute fresquito iquestCoacutemo no ha aguardado Su Sentildeoriacutea a los demaacutes sentildeores Aquiacute tienen ya preparados sus asientos Esta tarde esperamos al sentildeor Obispo en persona que le ha prometido a mi Lucas venir a probar las primeras uvas de la parra iquestY coacutemo lo pasa Su Sentildeoriacutea iquestCoacutemo estaacute la Sentildeora

El Corregidor se habiacutea turbado La ansiada soledad en que encontraba a la sentildeaacute Frasquita le pareciacutea un suentildeo o un lazo que le tendiacutea la enemiga suerte para hacerle caer en el abismo de un desengantildeo Limitoacutese pues a contestar

ndashNo es tan temprano como dices Seraacuten las tres y media El loro dio en aquel momento un chillido

ndashSon las dos y cuartondashdijo la navarra mirando de hito en hito al madrilentildeo

Este calloacute como reo convicto que renuncia a la defensa

ndashiquestY Lucas iquestDuermendashpreguntoacute al cabo de un rato

(Debemos advertir aquiacute que el Corregidor lo mismo que todos los que no tienen dientes hablaba con una pronunciacioacuten floja y sibilante como si se estuviese comiendo sus propios labios)

ndashiexclDe segurondashcontestoacute la sentildea Frasquitandash En llegando estas horas se queda dormido donde primero le coge aunque sea en el borde de un precipicio

ndashPues mira iexcldeacutejalo dormirndashexclamoacute el viejo Corregidor ponieacutendose maacutes paacutelido de lo que ya erandash Y tuacute mi querida Frasquita escuacutechame oye ven acaacute iexclSieacutentate aquiacute a mi lado Tengo muchas cosas que decirte

ndashYa estoy sentadandashrespondioacute la Molinera agarrando una silla baja y plantaacutendola delante del Corregidor a cortiacutesima distancia de la suya

Sentado que se hubo Frasquita echoacute una pierna sobre la otra inclinoacute el cuerpo hacia adelante apoyoacute un codo sobre la rodilla cabalgadora y la fresca y hermosa cara en una de sus manos y asiacute con la cabeza un poco ladeada la sonrisa en los labios los cinco hoyos en actividad y las serenas pupilas

clavadas en el Corregidor aguardoacute la declaracioacuten de Su Sentildeoriacutea Hubiera podido comparaacutersela con Pamplona esperando un bombardeo

El pobre hombre fue a hablar y se quedoacute con la boca abierta embelesado ante aquella grandiosa hermosura ante aquella esplendidez de gracias ante aquella formidable mujer de alabastrino color de lujosas carnes de limpia y riente boca de azules e insondables ojos que pareciacutea creada por el pincel de Rubens

ndashiexclFrasquitandashmurmuroacute al fin el delegado del Rey con acento desfallecido mientras que su marchito rostro cubierto de sudor destacaacutendose sobre su joroba expresaba una inmensa angustiandash iexclFrasquita

ndashiexclMe llamondashcontestoacute la hija de los Pirineosndash iquestY queacute

ndashLo que tuacute quierasndashrepuso el viejo con una ternura sin liacutemites

ndashPues lo que yo quierondashdijo la Molinerandash ya lo sabe Usiacutea Lo que yo quiero es que Usiacutea nombre Secretario del Ayuntamiento de la Ciudad a un sobrino miacuteo que tengo en Estella y que asiacute podraacute venirse de aquellas montantildeas donde estaacute pasando muchos apuros

ndashTe he dicho Frasquita que eso es imposible El Secretario actual

ndashiexclEs un ladroacuten un borracho y un bestia

ndashYa lo seacute Pero tiene buenas aldabas entre los Regidores

Perpetuos y yo no puedo nombrar otro sin acuerdo del Cabildo De lo contrarlo me expongo

ndashiexclMe expongo iexclMe expongo iquestA que no nos expondriacuteamos por Vuestra Sentildeoriacutea hasta los gatos de esta casa

ndashiquestMe querriacuteas a este precio ndashtartamudeoacute el Corregidor

ndashNo sentildeor que lo quiero a Usiacutea de balde

ndashiexclMujer no me des tratamiento Haacuteblame de usted o como se te antoje iquestConque vas a quererme Di

ndashiquestNo le digo a usted que lo quiero ya

ndashNo hay pero que valga iexclVeraacute usted queacute guapo y queacute hombre de bien es mi sobrino

ndashiexclTuacute siacute que eres guapa Frascuela

ndashiquestLe gusto a usted

ndashiexclQue si me gustas iexclNo hay mujer como tuacute

ndashPues mire usted Aquiacute no hay nada postizondashcontesto la sentildea Frasquita acabando de arrollar la manga de su juboacuten y mostrando al Corregidor el resto de su brazo digno de una cariaacutetide y maacutes blanco que una azucena

ndashiexclQue si me gustasndashprosiguioacute el Corregidorndash iexclDe diacutea de noche a todas horas en todas partes solo pienso en ti

ndashiexclPues queacute iquestNo le gusta a usted la sentildeora Corregidora

ndashpreguntoacute la sehaacute Frasquita con tan mal fingida compasioacuten que hubiera hecho reiacuter a un hipocondriacuteacondash iexclQueacute laacutestima Mi Lucas me ha dicho que tuvo el gusto de verla y de hablarle cuando fue a componerle a usted el reloj de la alcoba y que es muy guapa muy buena y de un trato muy carintildeoso

ndashiexclNo tanto iexclNo tantondashmurmuroacute el Corregidor con cierta amargura

ndashEn cambio otros me han dichondashprosiguioacute la Molinerandashque tiene muy mal genio que es muy celosa y que usted le tiembla maacutes que a una vara verde

ndashiexclNo tanto mujerndashrepitioacute don Eugenio de Zuacutentildeiga y Ponce de Leoacuten ponieacutendose coloradondash iexclNi tanto ni tan poco La Sentildeora tiene sus maniacuteas es cierto mas de ello a hacerme temblar hay mucha diferencia iexclYo soy el Corregidor

ndashPero en fin iquestla quiere usted o no la quiere

ndashTe direacute Yo la quiero mucho o por mejor decir la queriacutea antes de conocerte Pero desde que te vi no seacute lo que me pasa y ella misma conoce que me pasa algo Baacutestete saber que hoy tomarle por ejemplo la cara a mi mujer me hace la misma operacioacuten que si me la tomara a miacute propio iexclYa ves que no puedo quererla maacutes sin sentir menos iexclMientras que por coger esa mano ese brazo esa cara esa cintura dariacutea lo que no tengo

Y hablando asiacute el Corregidor tratoacute de apoderarse del brazo desnudo que la sentildeaacute Frasquita le estaba refregando materialmente por los ojos pero eacutesta sin descomponerse extendioacute la mano tocoacute el pecho de Su Sentildeoriacutea con la paciacutefica violencia e incontrastable rigidez de la trompa de un elefante y

lo tiroacute de espaldas con silla y todo

ndashiexclAve Maria Puriacutesimandashexclamoacute entonces la navarra rieacutendose a maacutes no poderndash Por lo visto esa silla estaba rota

ndashiquestQueacute pasa ahiacutendashexclamoacute en esto el tiacuteo Lucas asomando su feo rostro entre los paacutempanos de la parra

El Corregidor estaba todaviacutea en el suelo boca arriba y miraba con un terror indecible a aquel hombre que apareciacutea en los aires boca abajo

Hubieacuterase dicho que Su Sentildeoriacutea era el Diablo vencido no por San Miguel sino por otro Demonio del infierno

ndashiquestQueacute ha de pasarndashse apresuroacute a responder la sentildeaacute Frasquitandash iexclQue el sentildeor Corregidor puso la silla en vago fue a mecerse y se ha caiacutedo

ndashiexclJesuacutes Maria y Joseacutendashexclamoacute a su vez el Molinerondash iquestY se ha hecho dantildeo Su Sentildeoriacutea iquestQuiere un poco de agua y vinagre

ndashiexclNo me he hecho nadandashdijo el Corregidor levantaacutendose como pudo

Y luego antildeadioacute por lo bajo pero de modo que pudiera oiacuterlo la sentildeaacute Frasquita

ndashiexclMe la pagareacuteis

ndashPues en cambio Su Sentildeoriacutea me ha salvado a miacute la vidandashrepuso el tiacuteo Lucas sin moverse de lo alto de la parrandash

Figuacuterate mujer que estaba yo aquiacute sentado contemplando las uvas cuando me quedeacute dormido sobre una red de sarmientos y palos que dejaban claros suficientes para que pasase mi cuerpo Por consiguiente si la caida de Su Sentildeoriacutea no me hubiese despertado tan a tiempo esta tarde me habriacutea yo roto la cabeza contra esas piedras

ndashConque si iquesteh ndashreplicoacute el Corregidorndash Pues iexclvaya hombre me alegro iexclTe digo que me alegro mucho de haberme caiacutedo

ndashiexclMe la pagaraacutesndashagregoacute en seguida dirigieacutendose a la Molinera

Y pronuncioacute estas palabras con tal expresioacuten de reconcentrada furia que la sentildeaacute Frasquita se puso triste

Veiacutea claramente que el Corregidor se asustoacute al principio creyendo que el Molinero lo habiacutea oiacutedo todo pero que persuadido ya de que no habiacutea oiacutedo nada (pues la calma y el disimulo del tiacuteo Lucas hubieran engantildeado al maacutes lince) empezaba a abandonarse a toda su iracundia y a concebir planes de venganza

ndashiexclVamos iexclBaacutejate ya de ahiacute y ayuacutedame a limpiar a Su Sentildeoriacutea que se ha puesto perdido de polvondashexclamoacute entonces la Molinera

Y mientras el tio Lucas bajaba diacutejole ella al Corregidor daacutendole golpes con el delantal en la chupa y alguno que otro en las orejas

ndashEl pobre no ha oiacutedo nada Estaba dormido como un

tronco Maacutes que estas frases la circunstancia de haber sido dichas en voz baja afectando complicidad y secreto produjo un efecto maravilloso

ndashiexclPicara iexclProtervandashbalbuceoacute don Eugenio de Zuacutentildeiga con la boca hecha un agua pero gruntildeendo todaviacutea

ndashiquestMe guardaraacute Usiacutea rencorndashreplicoacute la navarra zalameramente

Viendo el Corregidor que la severidad le daba buenos resultados intentoacute mirar a la sentildeaacute Frasquita con mucha rabia pero se encontroacute con su tentadora risa y sus divinos ojos en los cuales brillaba la caricia de una suacuteplica y derritieacutendosele la gacha en el acto le dijo con un acento baboso y silbante en que se descubriacutea maacutes que nunca la ausencia total de dientes y muelas

ndashiexclDe ti depende amor miacuteo

En aquel momento se descolgoacute de la parra el tiacuteo Lucas

XII Diezmos y primicias

Repuesto el Corregidor en su silla la Molinera dirigioacute una raacutepida mirada a su esposo y viole no soacutelo tan sosegado como siempre sino reventando de ganas de reiacuter por resultas de aquella ocurrencia cambioacute con eacutel desde lejos un beso tirado aprovechando el primer descuido de don Eugenio y diacutejole en fin a este con una voz de sirena que le hubiera envidiado Cleopatra

ndashiexclAhora va Su Sentildeoriacutea a probar mis uvas Entonces fue de ver a la hermosa navarra (y asiacute la pintaria yo si tuviese el pincel de Tiziano) plantada enfrente del embelesado Corregidor fresca magniacutefica incitante con sus nobles formas con su angosto vestido con su elevada etatura con sus desnudos brazos levantados sobre la cabeza y con un transpaente racimo en cada mano dicieacutendole entre una sonrisa irresistible y una mirada suplicante en que titilaba el miedo

ndashTodaviacutea no las ha probado el sentildeor Obispo Son las primeras que se cogen este antildeo

Pareciacutea una gigantesca Pomona brindando frutos a un dios campestre a un saacutetiro v gr

En esto aparecioacute al extremo de la plazoleta empedrada el venerable Obispo de la dioacutecesis acompantildeado del abogado acadeacutemico y de dos canoacutenigos de avanzada edad y seguido de su secretario de dos familiares y de dos pajes Detuacutevose un rato Su Ilustriacutesima a contemplar aquel cuadro tan coacutemico y tan bello hasta que por uacuteltimo dijo con el reposado acento propio de los prelados de entonces

ndashEl quinto pagar diezmos y primicias a la Iglesia de Dios nos ensentildea la doctrina cristiana pero usted sentildeor Corregidor no se contenta con administrar el diezmo sino que tambieacuten trata de comerse las primicias

ndashiexclEl sentildeor Obispondashexclamaron los Molineros dejando al Corregidor y corriendo a besar el anillo al prelado

ndashiexclDios se lo pague a Su Ilustriacutesima por venir a honrar esta pobre chozandashdijo el tiacuteo Lucas besando el primero y con acento de muy sincera veneracioacuten

ndashiexclQueacute sentildeor Obispo tengo tan hermosondashexclamoacute la sentildeaacute Frasquita besando despueacutesndashiexclDios lo bendiga y me lo conserve maacutes antildeos que le conservoacute el suyo a mi Lucas

ndashiexclNo seacute queacute falta puedo hacerte cuando tuacute me echas las bendiciones en vez de pediacutermelasndashcontestoacute rieacutendose el bondadoso pastor

Y extendiendo dos dedos bendijo a la sentildeaacute Frasquita y despueacutes a los demaacutes circunstantes

ndashiexclAquiacute tiene Usiacutea Ilustriacutesima las primiciasndashdijo el Corregidor tomando un racimo de manos de la Molinera y presentaacutendoselo corteacutesmente al Obispondash Todaviacutea no habiacutea yo probado las uvas

El Corregidor pronuncioacute estas palabras dirigiendo de paso una raacutepida y ciacutenica mirada a la espleacutendida hermosura de la Molinera

ndashiexclPues no seraacute porque esteacuten verdes como las de la faacutebulandashobservoacute el acadeacutemico

ndashLas de la faacutebulandashexpuso el Obispo no estaban verdes sentildeor licenciado sino fuera del alcance de la zorra

Ni el uno ni el otro habiacutean querido acaso aludir al Corregidor pero ambas frases fueron casualmente tan adecuadas a lo que acababa de suceder alliacute que don Eugenio de Zuacutentildeiga se puso liacutevido de coacutelera y dijo besando el anillo del prelado

ndashiexclEso es llamarme zorro Sentildeor Ilustriacutesimo

ndashTu dixistindashreplicoacute eacuteste con la amable severidad de un santo como diz que lo era en efectondash Excusatio non petita accusatio manifesta Qualis vir talis oratio Pero satis am dictum nullus ultra sit sermo O lo que es lo mismo dejeacutemonos de latines y veamos estas famosas uvas

Y picoacute una sola vez en el racimo que le presentaba el Corregidor

ndashiexclEstaacuten muy buenasndashexclamoacute mirando aquella uva al trasluz y alargaacutendosela en seguida a su secretariondash iexclLaacutestima que

a miacute me sienten mal

El secretario contemploacute tambieacuten la uva hizo un gesto de cortesana admiracioacuten y la entregoacute a uno de los familiares

El familiar repitioacute la accioacuten del Obispo y el gesto del secretario propasaacutendose hasta oler la uva y luego Ia colocoacute en la cesta con escrupuloso cuidado no sin decir en voz baja a la concurrencia

ndashSu Ilustriacutesima ayuna

El tiacuteo Lucas que habiacutea seguido la uva con la vista la cogioacute entonces disimuladamente y se la comioacute sin que nadie lo viera

Despueacutes de esto sentaacuteronse todos habloacutese de la otontildeada (que seguiacutea siendo muy seca no obstante haber pasado el cordonazo de San Francisco) discurrioacutese algo sobre la probabilidad de una nueva guerra entre Napoleoacuten y el Austria insistiose en la creencia de que las tropas imperiales no invadiriacutean nunca el territorio espantildeol quejoacutese el abogado de lo revuelto y calamitoso de aquella eacutepoca envidiando los tranquilos tiempos de sus padres (como sus padres habriacutean envidiado los de sus abuelos) dio las cinco el loro y a una sentildea del reverendo Obispo el menor de los pajes fue al coche episcopal (que se habiacutea quedado en la misma ramblilla que el alguacil) y volvioacute con una magniacutefica torta sobada de pan de aceite polvoreada de sal que apenas hariacutea una hora habiacutea salido del horno colocoacutese una mesilla en medio del concurso descuartizoacutese la torta se dio su parte correspondiente sin embargo de que se resistieron mucho al tiacuteo Lucas y a la sentildeaacute Frasquita y una igualdad verdaderamente democraacutetica reinoacute durante media hora bajo aquellos paacutempanos que filtraban los uacuteltimos resplandores del sol poniente

XIII Le dijo el grajo al cuervo

Hora y media despueacutes todos los ilustres compantildeeros de merienda estaban de vuelta en la ciudad

El sentildeor Obispo y su familia habiacutean llegado con bastante anticipacioacuten gracias al coche y hallaacutebanse ya en palacio donde los dejaremos rezando sus devociones

El insigne abogado (que era muy seco) y los dos canoacutenigos (a cuaacutel maacutes grueso y respetable) acompantildearon al Corregidor hasta la puerta del Ayuntamiento (donde Su Sentildeoriacutea dijo tener que trabajar) y tomaron luego el camino de sus respectivas casas guiaacutendose por las estrellas como los navegantes o sorteando a tientas las esquinas como los ciegos pues ya habiacutea cerrado la noche aun no habiacutea salido la luna y el alumbrado puacuteblico (lo mismo que las demaacutes luces de este siglo) todaviacutea estaba alliacute en la mente divina

En cambio no era raro ver discurrir por algunas calles tal o cual linterna o farolillo con que respetuoso servidor alumbraba a

sus magniacuteficos amos quienes se dirigiacutean a la habitual tertulia o de visita a casa de sus parientes

Cerca de casi todas las rejas bajas se veiacutea (o se olfateaba por mejor decir) un silencioso bulto negro Eran galanes que al sentir pasos habiacutean dejado por un momento de pelar la pava

ndashiexclSomos unos calaverasndashiban diciendo el abogado y los dos canoacutenigosndash Queacute pensaraacuten en nuestras casas al vernos llegar a estas horas

ndashPues iquestqueacute diraacuten los que nos encuentren en la calle de este modo a las siete y pico de la noche como unos bandoleros amparados de las tinieblas

ndashHay que mejorar de conducta

ndashiexclAh Siacute iexclPero ese dichoso molino

ndashMi mujer lo tiene sentado en la boca del estoacutemagondashdijo el acadeacutemico con un tono en que se trasluciacutea mucho miedo a la proacutexima pelotera conyugal

ndashiquestPues y mi sobrinandashexclamoacute uno de los canoacutenigos que por cierto era Penitenciariondash Mi sobrina dice que los sacerdotes no deben visitar comadres

ndashY sin embargondashinterrumpioacute su compantildeero que era Magistralndash lo que alliacute pasa no puede ser maacutes inocente

ndashiexclToma iexclComo que va el mismiacutesimo Obispo

ndashY luego sentildeores iexcla nuestra edadndashrepuso el

Penitenciariondash Yo he cumplido ayer los setenta y cinco

ndashiexclEs clarondashreplicoacute el Maglstralndash Pero hablemos de otra cosa iexclqueacute guapa estaba esta tarde la sentildea Frasquita

ndashiexclOh lo que es eso como guapa es guapandashdijo el Abogado afectando imparcialidad

ndashMuy guapandashrepitioacute el Penitenciario dentro del embozo ndashY si nondashantildeadioacute el predicador de Oficiondash que se lo pregunten al Corregidor

ndashiexclEl pobre hombre estaacute enamorado de ella

ndashiexclYa lo creondashexclamoacute el confesor de la catedral

ndashiexclDe segurondashagregoacute el acadeacutemico correspondientendash Conque sentildeores yo tomo por aquiacute para llegar antes a casa iexclMuy buenas noches

ndashBuenas nochesndashle contestaron los capitulares

Y anduvieron algunos pasos en silencio

ndashiexclTambieacuten le gusta a ese la Molinerandashmurmuroacute entonces el Magistral daacutendole con el codo al Penitenciario

ndashiexclComo si lo vierandashrespondioacute este paraacutendose a la puerta de su casandash iexclY que bruto es Conque hasta mantildeana compantildeero Que le sienten a usted muy bien las uvas

ndashHasta mantildeana si Dios quiere Que pase usted muy buena noche

ndashiexclBuenas noches nos deacute Diosndashrezoacute el Penitenciario ya desde el portal que por maacutes sentildeas teniacutea farol y Virgen

Y llamoacute a la aldaba

Una vez solo en la calle el otro canoacutenigo (que era maacutes ancho que alto y que pareciacutea que rodaba al andar) siguioacute avanzando lentamente hacia su casa pero antes de llegar a ella cometioacute contra una pared cierta falta que en el porvenir habiacutea de ser objeto de un bando de policiacutea y dijo al mismo tiempo pensando sin duda en su cofrade de Coro

ndashiexclTambieacuten te gusta a ti la sentildeaacute Frasquita iexclY la verdad esndashantildeadioacute al cabo de un momentondashque como guapa es guapa

XIV Los consejos de Garduntildea

Entre tanto el Corregidor habiacutea subido al Ayuntamiento acompantildeado de Garduntildea con quien manteniacutea haciacutea rato en el saloacuten de sesiones una conversacion maacutes familiar de lo correspondiente a persona de su calidad y oficio

ndashiexclCrea Usiacutea a un perro perdiguero que conoce la cazandashdeciacutea el innoble alguacilndash La sentildeaacute Frasquita estaacute perdidamente enamorada de Usiacutea y todo lo que Usiacutea acaba de contarme contribuye a haceacutermelo ver maacutes claro que esa luz

Y sentildealaba un veloacuten de Lucena que apenas si esclareciacutea la octava parte del saloacuten

ndashiexclNo estoy yo tan seguro como tuacute Garduntildeandashcontestoacute don Eugenio suspirando laacutenguidamente

ndashiexclPues no seacute por queacute Y si no hablemos con franqueza Usiacutea dicho sea con perdoacuten tiene una tacha en su cuerpo iquest No

es verdad

ndashiexclBien siacutendashrepuso el Corregidorndash Pero esa tacha la tiene tambieacuten el tiacuteo Lucas iexclEl es maacutes jorobado que yo

ndashiexclMucho maacutes iexclMuchiacutesimo maacutes iexclsin comparacioacuten de ninguna especie Pero en cambio y es a lo que iba Usiacutea tiene una cara de muy buen ver lo que se dice una bella cara mientras que el tiacuteo Lucas se parece al sargento Utrera que reventoacute de feo

El Corregidor sonrioacute con cierta ufaniacutea

ndashAdemaacutesndashprosiguioacute el alguacilndash la sentildeaacute Frasquita es capaz de tirarse por una ventana con tal de agarrar el nombramiento de su sobrino

ndashiexclHasta ahiacute estamos de acuerdo iexclEse nombramiento es mi uacutenica esperanza

ndashiexclPues manos a la obra sentildeor Ya le he explicado a Usiacutea mi plan iexclNo hay maacutes que ponerlo en ejecucioacuten esta misma noche

ndashiexclTe he dicho muchas veces que no necesito consejosndashgritoacute don Eugenio acordaacutendose de pronto de que hablaba con un inferior

ndashCreiacute que Usiacutea me los habiacutea pedidondashbalbuceoacute Garduntildea

ndashiexclNo me repliques

Garduntildea saludoacute

ndashiquestConque deciacuteasndashprosiguioacute el de Zuacutentildeiga volviendo a amansarsendashque esta misma noche puede arreglarse todo eso Pues iexclmira hijo me parece muy bien iexclQueacute diablos iexclAsiacute saldreacute pronto de esta cruel incertidumbre

Garduntildea guardoacute silencio El Corregidor se dirigioacute al bufete y escribioacute algunas liacuteneas en un pliego de papel sellado que selloacute tambieacuten por su parte guardaacutendolo luego en la faltriquera

ndashiexclYa estaacute hecho el nombramiento del sobrinondashdijo entonces tomando un polvo de rapeacutendash iexclMantildeana me las compondreacute yo con los regidores y o lo ratifican con un acuerdo o habraacute la de San Quintiacuten iquestNo te parece que hago bien

ndashiexclEso iexclesondashexclamoacute Garduntildea entusiasmado metiendo la zarpa en la caja del Corregidor y arrebataacutendole un polvondash iexclEso iexcleso El antecesor de Usiacutea no se paraba tampoco en barras Cierta vez

ndashiexclDeacutejate de bachilleriacuteasndashrepuso el Corregidor sacudieacutendole una guantada en la ratera manondash Mi antecesor era una bestia cuando te tuvo de alguacil Pero vamos a lo que importa Acabas de decirme que el molino del tiacuteo Lucas pertenece al teacutermino del lugarcillo inmediato y no al de esta poblacioacuten iquest Estaacutes seguro de ello

ndashiexclSeguriacutesimo La jurisdiccioacuten de la ciudad acaba en la ramblilla donde yo me senteacute esta tarde a esperar que Vuestra Sentildeoriacutea iexclVoto a Lucifer iexclSi yo hubiera estado en su caso

ndashiexclBastandashgritoacute don Eugeniondash iexclEres un insolente

Y cogiendo media cuartilla de papel escribioacute una esquela cerroacutela doblaacutendole un pico y se la entregoacute a Garduntildea

ndashAhiacute tienesndashle dijo al mismo tiempondashla carta que me has pedido para el alcalde del lugar Tuacute le explicaraacutes de palabra todo lo que tiene que hacer iexclYa ves que sigo tu plan al pie de la letra iexclDesgraciado de ti si me metes en un callejoacuten sin salida

ndashiexclNo hay cuidado contestoacute Garduntildeandash El sentildeor Juan Loacutepez tiene mucho que temer y en cuanto vea la firma de Usiacutea haraacute todo lo que yo le mande iexclLo menos le debe mil fanegas de grano al Poacutesito Real y otro tanto al Poacutesito Piacuteo Esto uacuteltimo contra toda ley pues no es ninguna viuda ni ninguacuten labrador pobre para recibir el trigo sin abonar creces ni recargo sino un jugador un borracho y un sinverguumlenza muy amigo de faldas que trae escandalizado al pueblecillo iexclY aquel hombre ejerce autoridad iexclAsiacute anda el mundo

ndashiexclTe he dicho que calles iexclMe estaacutes distrayendondashbramoacute el Corregidorndash Conque vamos al asuntondashantildeadioacute luego mudando de tonondash Son las siete y cuarto Lo primero que tienes que hacer es ir a casa y advertirle a la Sentildeora que no me espere a cenar ni a dormir Dile que esta noche me estareacute trabajando aquiacute hasta la hora de la queda y que despueacutes saldreacute de ronda secreta contigo a ver si atrapamos a ciertos malhechores En fin engaacutentildeala bien para que se acueste descuidada De camino dile al otro alguacil que me traiga la cena iexclYo no me atrevo a parecer esta noche delante de la Sentildeora pues me conoce tanto que es capaz de leer en mis pensamientos Encaacutergale a la cocinera que ponga unos pestintildeos de los que se hicieron hoy y dile a Juanete que sin que lo vea nadie me alargue de la taberna medio cuartillo de vino blanco En seguida te marchas al lugar donde puedes hallarte muy blen a las ocho

ndashiexclA las ocho en punto estoy alliacutendashexclamoacute Garduntildea

ndashiexclNo me contradigasndashrugioacute el Corregidor acordaacutendose otra vez de que lo era

Garduntildea saludoacute

ndashHemos dichondashcontinuoacute aqueacutel humanizaacutendose de nuevondashque a las ocho en punto estaacutes en el lugar Del lugar al molino habraacute Yo creo que habraacute una media legua

ndashCorta

ndashiexclNo me interrumpas

El alguacil volvioacute a saludar

ndashCortandashprosiguioacute el Corregidorndash Por consiguiente a las diez iquestCrees tuacute que a las diez

ndashiexclAntes de las diez iexclA las nueve y media puede Usiacutea llamar descuidado a la puerta del molino

ndashiexclHombre iexclNo me digas a miacute lo que tengo que hacer Por supuesto que tuacute estaraacutes

ndashYo estareacute en todas partes Pero mi cuartel general seraacute la ramblilla iexclAh se me olvidaba Vaya Usiacutea a pie y no lleve linterna

ndashiexclMaldita la falta que me haciacutean tampoco esos consejos iquestSi creeraacutes tuacute que es la primera vez que salgo a campantildea

ndashPerdone Usiacutea iexclAh Otra cosa No llame Usiacutea a la puerta grande que da a la plazoleta del emparrado sino a la puertecilla que hay encima del caz

ndashiquestEncima del caz hay otra puerta iexclMira tuacute una cosa que nunca se me hubiera ocurrido

ndashSiacute sentildeor la puertecilla del caz da al mismiacutesimo dormitorio de los Molineros y el tiacuteo Lucas no entra ni sale nunca por ella De forma que aunque volviese pronto

ndashComprendo comprendo iexclNo me aturdas maacutes los oiacutedos

ndashPor uacuteltimo procure Usiacutea escurrir el bulto antes del amanecer Ahora amanece a las seis

ndashiexclMira otro consejo inuacutetil A las cinco estareacute de vuelta en mi casa Pero bastante hemos hablado ya iexclQuiacutetate de mi presencia

ndashPues entonces sentildeor iexclbuena suertendashexclamoacute el alguacil alargando lateralmente la mano al Corregidor y mirando al techo al mismo tiempo

El Corregidor puso en aquella mano una peseta y Garduntildea desaparecioacute como por ensalmo

ndashiexclPor vida de ndashmurmuroacute el viejo al cabo de un instantendash iexclSe me ha olvidado decirle a ese bachillero que me trajesen tambieacuten una baraja iexclCon ella me hubiera entretenido hasta las nueve y media viendo si me saliacutea aquel solitario

XV Despedida en prosa Seriacutean las nueve de aquella misma noche cuando el tiacuteo Lucas y la sentildeaacute Frasquita terminadas todas las haciendas del molino y de la casa se cenaron una fuente de ensalada de escarola una libreja de carne guisada con tomates y algunas uvas de las que quedaban en la consabida cesta todo ello rociado con un poco de vino y con grandes risotadas a costa del Corregidor despueacutes de lo cual miraacuteronse afablemente los dos esposos como muy contentos de Dios y de siacute mismos y se dijeron entre un par de bostezos que revelaban toda la paz y tranqulhdad de sus corazones

ndashPues sentildeor vamos a acostarnos y mantildeana seraacute otro diacutea

En aquel momento sonaron dos fuertes y ejecutivos golpes aplicados a la puerta grande del molino

El marido y la mujer se miraron sobresaltados

Era la primera vez que oiacutean llamar a su puerta a semejante hora

ndashVoy a verndashdijo la intreacutepida navarra encaminaacutendose hacia la plazoletilla

ndashiexclQuita iexclEso me toca a miacutendashexclamoacute el tiacuteo Lucas con tal dignidad que la sentildeaacute Frasquita le cedioacute el pasondash iexclTe he dicho que no salgasndashantildeadioacute luego con dureza viendo que la obstinada Molinera queriacutea seguirle

Eacutesta obedecioacute y se quedoacute dentro de la casa

ndashiquestQuieacuten esndashpreguntoacute el tiacuteo Lucas desde en medio de la plazoleta

ndashiexclLa Justiciandashcontestoacute una voz al otro lado del portoacuten

ndashiquestQueacute Justicia

ndashLa del lugar iexclAbra usted al sentildeor Alcalde

El tiacuteo Lucas habiacutea aplicado entre tanto un ojo a cierta mirilla muy disimulada que teniacutea el portoacuten y reconocido a la luz de la luna al ruacutestico Alguacil del lugar inmedlato

ndashiexclDiraacutes que le abra al borrachoacuten del Alguacilndashrepuso el Molinero retirando la tranca

ndashiexclEs lo mismondashcontestoacute el de afuerandash pues que traigo una orden escrita de su Merced Tenga usted muy buenas noches tiacuteo Lucasndashagregoacute luego entre tanto y con voz menos oficial maacutes baja y maacutes gorda como si ya fuera otro hombre

ndashiexclDios te guarde Tontildeuelondashrespondioacute el murcianondash Veamos queacute orden es esa iexclY bien podiacutea el sentildeor Juan Loacutepez

escoger otra hora mas oportuna de dirigirse a los hombres de bien Por supuesto que la culpa seraacute tuya iexclComo si lo viera te has estado emborrachando en las huertas del camino iquestQuieres un trago

ndashNo sentildeor no hay tiempo para nada Tiene usted que seguirme inmediatamente Lea usted la orden

ndashiquestCoacutemo seguirtendashexclamoacute el tiacuteo Lucas penetrando en el molino despueacutes de tomar el papelndash iexclA ver Frasquita alumbra

La sentildeaacute Frasquita soltoacute una cosa que teniacutea en la mano y descolgoacute el candil El tiacuteo Lucas miroacute raacutepidamente al objeto que habiacutea soltado su mujer y reconocioacute su bocacha o sea un enorme trabuco que calzaba balas de a media libra

El Molinero dirigioacute entonces a la navarra una mirada llena de gratitud y ternura y le dijo tomaacutendole la cara

ndashiexclCuaacutento vales

La sentildeaacute Frasquita paacutelida y serena como una estatua de maacutermol levantoacute el candil cogido con dos dedos sin que el maacutes leve temblor agitase su pulso y contestoacute secamente

ndashiexclVaya lee

La orden deciacutea

Para el mejor servicio de S M el Rey Nuestro Sentildeor (Q D G) prevengo a Lucas Fernaacutendez molinero de estos vecinos que tan luego como reciba la presente orden comparezca ante mi autoridad sin excusa ni pretexto alguno advirtieacutendole que por

ser asunto reservado no lo pondraacute en conocimiento de nadie todo ello bajo las penas correspondientes caso de desobediencia El Alcalde JUAN LOacutePEZ

Y habiacutea una cruz en vez de ruacutebrica

ndashOye tuacute iquestY queacute es estondashle preguntoacute el tiacuteo Lucas al Alguacilndash iquestA queacute viene esta orden

ndashNo lo seacutendashcontestoacute el ruacutestico hombre de unos treinta antildeos cuyo rostro esquinado y avieso propio de ladroacuten o de asesino daba muy triste idea de su sinceridadndash Creo que se trata de averiguar algo de brujeriacutea o de moneda falsa Pero la cosa no va con usted Lo llaman como testigo o como perito En fin yo no me he enterado bien del particular El sentildeorJuan Loacutepez se lo explicaraacute a usted con maacutes pelos y sentildeales

ndashiexclCorrientendashexclamoacute el Molinerondash Dile que ireacute mantildeana

ndashiexclCa no sentildeor Tiene usted que venir ahora mismo sin perder un minuto Tal es la orden que me ha dado el sentildeor Alcalde

Hubo un instante de silencio Los ojos de la sentildeaacute Frasquita echaban llamas

El tiacuteo Lucas no separaba los suyos del suelo como si buscara alguna cosa

ndashMe concederaacutes cuando menosndashexclamoacute al fin levantando la cabezandashel tiempo preciso para ir a la cuadra y aparejar una burra

ndashiexclQueacute burra ni queacute demontrendashreplicoacute el Alguacil iexclCualquiera se anda a pie media legua La noche estaacute muy hermosa y hace luna

ndashYa he visto que ha salido Pero yo tengo los pies hinchados

ndashPues entonces no perdamos tiempo Yo le ayudareacute a usted a aparejar

ndashiexclHola iexclHola iquestTemes que me escape

ndashYo no temo nada tiacuteo Lucasndashrespondioacute Tontildeuelo con la frialdad de un desalmadondash Yo soy la Justicia

Y hablando asiacute descansoacute armas con lo que dejoacute ver el retaco que llevaba debajo del capote

ndashPues mira Tontildeuelondashdijo la Molinerandash Ya que vas a la cuadra a ejercer tu verdadero oficio hazme el favor de aparejar tambieacuten la otra burra

ndashiquest Para queacutendashinterrogoacute el Molinero

ndashiexclPara miacute Yo voy con vosotros

ndashiexclNo puede ser sentildeaacute Frasquitandashobjetoacute el Alguacilndash Tengo orden de llevarme a su marido de usted nada maacutes y de impedir que usted lo siga En ello me van el destino y el pescuezo Asiacute me lo advirtioacute el sentildeorJuan Loacutepez Conque vamos tiacuteo Lucas Y se dirigioacute hacia la puerta

ndashiexclCosa maacutes rarandashdijo a media voz el murciano sin

moverse

ndashiexclMuy rarandashcontestoacute la sentildeaacute Frasquita

ndashEsto es algo que yo me seacutendashcontinuoacute murmurando el tiacuteo Lucas de modo que no pudiese oiacuterlo Tontildeuelo

ndashiquestQuieres que vaya yo a la ciudadndashcuchicheoacute la navarrandashy le deacute aviso al Corregidor de lo que nos sucede

ndashiexclNondashrespondioacute en alta voz el tiacuteo Lucasndash iexclEso no

ndashiquest Pues queacute quieres que hagandashdijo la Molinera con gran iacutempetu

ndashQue me miresndashrespondioacute el antiguo soldado

Los dos esposos se miraron en silencio y quedaron tan satisfechos ambos de la tranquilidad la resolucioacuten y la energiacutea que se comunicaron sus almas que acabaron por encogerse de hombros y reiacuterse

Despueacutes de esto el tiacuteo Lucas encendioacute otro candil y se dirigioacute a la cuadra diciendo al paso a Tontildeuelo con socarroneriacutea

ndashiexclVaya hombre iexclVen y ayuacutedame supuesto que eres tan amable

Tontildeuelo lo siguioacute canturriando una copla entre dientes

Pocos minutos despueacutes el tiacuteo Lucas saliacutea del molino caballero en una hermosa jumenta y seguido del Alguacil

La despedida de los esposos se habiacutea reducido a lo siguiente

ndashCierra bienndashdijo el tiacuteo Lucas

ndashEmboacutezate que hace frescondashdijo la sentildeaacute Frasquita cerrando con llave tranca y cerrojo

Y no hubo maacutes adioacutes ni maacutes beso ni maacutes abrazo ni maacutes mirada

iquestPara queacute

XVI Un ave de mal aguumlero

Sigamos por nuestra parte al tiacuteo Lucas

Ya habiacutean andado un cuarto de legua sin hablar palabra el Molinero subido en la borrica y el Alguacil arreaacutendola con su bastoacuten de autoridad cuando divisaron delante de siacute en lo alto de un repecho que haciacutea el camino la sombra de un enorme pajarraco que se dirigiacutea hacia ellos

Aquella sombra se destacoacute eneacutergicamente sobre el cielo esclarecido por la luna dibujaacutendose en eacutel con tanta precisioacuten que el Molinero exclamoacute en el acto

ndashTontildeuelo iexclaquel es Garduntildea con su sombrero de tres picos y sus patas de alambre

Mas antes de que contestara el interpelado la sombra deseosa sin duda de eludir aquel encuentro habiacutea dejado el camino y echado a correr a campo traviesa con la velocidad de

una verdadera garduntildea

ndashNo veo a nadiendashrespondioacute entonces Tontildeuelo con la mayor naturalidad

ndashNi yo tampocondashreplicoacute el tiacuteo Lucas comieacutendose la partida

Y la sospecha que ya se le ocurrioacute en el molino principioacute a adquirir cuerpo y consistencia en el espiacuteritu receloso del jorobado

ndashEste viaje miacuteondashdiacutejose interiormentendashes una estratagema amorosa del Corregidor La declaracioacuten que le oiacute esta tarde desde lo alto del emparrado me demuestra que el vejete rnadrilentildeo no puede esperar maacutes Indudablemente esta noche va a volver de visita al molino y por eso ha principiado quitaacutendome de en medio Pero iquestqueacute importa iexclFrasquita es Frasquita y no abriraacute la puerta aunque le peguen fuego a la casa Digo maacutes aunque la abriese aunque el Corregidor lograse por medio de cualquier ardid sorprender a mi excelente navarra el piacutecaro viejo saldriacutea con las manos en la cabeza iexclFrasquita es Frasquita Sin embargondashantildeadioacute al cabo de un momentondash iexclbueno seraacute volverme esta noche a casa lo maacutes temprano que pueda

Llegaron con esto al lugar el tiacuteo Lucas y el Alguacil dirigieacutendose a casa del sentildeor Alcalde

XVII Un alcalde de monterilla

El sentildeor Juan Loacutepez que como particular y como Alcalde era la tiraniacutea la ferocidad y el orgullo personificados (cuando trataba con sus interiores) dignaacutebase sin embargo a aquellas horas despueacutes de despachar los asuntos oficiales y los de su labranza y de pegarle a su mujer su cotidiana paliza beberse un caacutentaro de vino en compantildeiacutea del secretario y del sacristaacuten operacioacuten que iba maacutes de mediada aquella noche cuando el Molinero comparecioacute en su presencia

ndashiexclHola tiacuteo Lucasndashle dijo rascaacutendose la cabeza para excitar en ella la vena de los embustesndash iquestCoacutemo va de salud iexclA ver secretario eacutechele usted un vaso de vino al tiacuteo Lucas iquestY la sentildea Frasquita iquestSe conserva tan guapa iexclYa hace mucho tiempo que no la he visto Pero hombre iexclqueacute bien que sale ahora la molienda iexclEl pan de centeno parece de trigo candeal Conque vaya Sieacutentese usted y descanse que gracias a Dios no tenemos prisa

ndashiexclPor mi parte maldita aquellandashcontestoacute el tiacuteo Lucas que

hasta entonces no habiacutea despegado los labios pero cuyas sospechas eran cada vez mayores al ver el amistoso recibimiento que se le haciacutea despueacutes de una orden tan terrible y apremiante

ndashPues entonces tiacuteo Lucasndashcontinuoacute el alcaldendash supuesto que no tiene usted gran prisa dormiraacute usted acaacute esta noche y mantildeana temprano despacharemos nuestro asuntillo

ndashMe parece bienndashrespondioacute el tiacuteo Lucas con una ironiacutea y un disimulo que nada teniacutean que envidiar a la diplomacio del sentildeor Juan Loacutepezndash Supuesto que la cosa no es urgente pasareacute la noche fuera de mi casa

ndashNi urgente ni de peligro para ustedndashantildeadioacute el Alcalde engantildeado por aquel a quien creiacutea engantildearndash Puede usted estar completamente tranquilo Oye tuacute Tontildeuelo Alarga esa media fanega para que se siente el tiacuteo Lucas

ndashEntonces iexclvenga otro tragondashexclamoacute el Molinero sentaacutendose

ndashiexclVenga de ahiacutendashrepuso el Alcalde alargaacutendole el vaso lleno

ndashEstaacute en buena mano Meacutedielo usted

ndashiexclPues por su saludndashdijo el sentildeor Juan Loacutepez bebieacutendose la mitad

ndashPor la de usted sentildeor Alcaldendashreplicoacute el tiacuteo Lucas apurando la otra

ndashiexclA ver Manuelandashgritoacute entonces el Alcalde de monterillandash

Dile a tu ama que el tiacuteo Lucas se queda a dormir aquiacute Que le ponga una cabecera en el granero

ndashiexclCa No iexclDe ningun modo Yo duermo en el pajar como un rey

ndashMire usted que tenemos cabeceras

ndashiexclYa lo creo Pero iquesta queacute quiere usted incomodar a la familia Yo traigo mi capote

ndashPues sentildeor como usted guste iexclManuela dile a tu ama que no la ponga

ndashLo que siacute va usted a permitirmendashcontinuoacute el tiacuteo Lucas bostezando de un modo atrozndashes que me acueste en seguida Anoche he tenido mucha molienda y no ha pegado todaviacutea los ojos

ndashiexclConcedidondashrespondioacute majestuosamente el AlcaldendashPuede usted recogerse cuando quiera

ndashCreo que tambieacuten es hora de que nos recojamos nosotrosndashdijo el sacristaacuten asomaacutendose al caacutentaro de vino para graduar lo que quedabandash Ya deben de ser las diez o poco menos

ndashLas diez menos cuartillondashnotificoacute el secretario despueacutes de repartir en los vasos el resto del vino correspondiente a aquella noche

ndashiexclPues a dormir caballerosndashexclamoacute el anfitrioacuten apurando su parte

ndashHasta mariana sentildeoresndashantildeadioacute el Molinero bebieacutendose la suya

ndashEspere usted que le alumbren iexclTontildeuelo Lleva al tiacuteo Lucas al pajar

ndashiexclPor aquiacute tiacuteo Lucasndashdijo Tontildeuelo llevaacutendose tambieacuten el caacutentaro por si le quedaban algunas gotas

ndashHasta mantildeana si Dlos quierendashagregoacute el sacristaacuten despueacutes de escurrir todos los vasos

Y se marchoacute tambaleaacutendose y cantando alegremente el De profundis

ndashPues sentildeorndashdiacutejole el Alcalde al Secretario cuando se quedaron solosndash El tiacuteo Lucas no ha sospechado nada Nos podemos acostar descansadamente y iexclbuena pro le haga al Corregidor

XVIII Donde se veraacute que el tiacuteo Lucas teniacutea el suentildeo muy ligero

Cinco minutos despueacutes un hombre se descolgaba por la ventana del pajar del sentildeor Alcalde ventana que daba a un corraloacuten y que no distariacutea cuatro varas del suelo

En el corraloacuten habiacutea un cobertizo sobre una gran pesebrera a la cual hallaacutebanse atadas seis u ocho caballleriacuteas de diversa alcurnia bien que todas ellas del sexo deacutebil Los caballos mulos y burros del sexo fuerte formaban rancho aparte en otro local contiguo

El hombre desatoacute una borrica que por cierto estaba aparejada y se encaminoacute llevaacutendola del diestro hacia la puerta del corral retiroacute la tranca y desechoacute el cerrojo que la aseguraban abrioacutela con mucho tiento y se encontroacute en medio del campo

Una vez alliacute montoacute en la borrica metioacutele los talones y salioacute como una flecha con direccioacuten a la ciudad mas no por el carril ordinario sino atravesando siembras y cantildeadas como quien se precave contra alguacuten mal encuentro

Era el tiacuteo Lucas que se dirigiacutea a su molino

XIX Voces clamantes in desertogt

ndashiexclAlcaldes a miacute que soy de Archenandashiba dicieacutendose el murcianondash iexclMantildeana por la mantildeana pasareacute a ver al sentildeor Obispo como medida preventiva y le contareacute todo lo que me ha ocurrido esta noche iexclLlamarme con tanta prisa y reserva y a hora tan desusada decirme que venga solo hablarme del servicio del Rey y de moneda falsa y de brujas y de duendes para echarme luego dos vasos de vino y mandarme a dormir iexclLa cosa no puede ser maacutes clara Garduntildea trajo al lugar esas instrucciones de parte del Corregidor y esta es la hora en que el Corregidor estaraacute ya en campantildea contra mi mujer iexclQuieacuten sabe si me lo encontrareacute llamando a la puerta del molino iexclQuieacuten sabe si me lo encontrareacute ya dentro iexclQuieacuten sabe Pero iquestqueacute voy a decir iexclDudar de mi navarra iexclOh esto es ofender a Dios iexclImposible que ella iexclImposible que mi Frasquita iexclImposible Mas iquestqueacute estoy diciendo iquestAcaso hay algo imposible en el mundo iquestNo se casoacute conmigo siendo ella tan hermosa y yo tan feoiquest

Y al hacer esta uacuteltima reflexioacuten el pobre jorobado se echoacute a llorar

Entonces paroacute la burra para serenarse se enjugoacute las laacutegrimas suspiroacute hondamente sacoacute los aviacuteos de fumar picoacute y lioacute un cigarro de tabaco negro empuntildeoacute luego pedernar yesca y eslaboacuten y al cabo de algunos golpes consiguioacute encender candela

En aquel mismo momento sintioacute rumor de pasos hacia el camino que distariacutea de alliacute unas trescientas varas

ndashiexclQueacute imprudente soyndashdijondashiexclSi me andaraacute buscando ya la Justicia y yo me habreacute vendido al echar estas yescas

Escondioacute pues la lumbre y se apeoacute ocultaacutendose detraacutes de la borrica

Pero la borrica entendioacute las cosas de diferente modo y lanzoacute un rebuzno de satlsfaccioacuten

ndash-iexclMaldita seasndashexclamoacute el tiacuteo Lucas tratando de cerrarle la boca con las manos

Al propio tiempo resonoacute otro rebuzno en el camino por viacutea de galante respuesta

ndashiexclEstamos aviadosndashprosiguioacute pensando el Molinerondash iexclBien dice el refraacuten el mayor mal de los males es tratar con animales

Y asiacute discurriendo volvioacute a montar arreoacute la bestia y salioacute disparado en direccioacuten contraria al sitio en que habiacutea sonado el segundo rebuzno

Y lo maacutes particular fue que la persona que iba en el jumento interlocutor debioacute de asustarse del tiacuteo Lucas tanto como el tiacuteo

Lucas se habiacutea asustado de ella Lo digo porque apartoacutese tambieacuten del camino recelando sin duda que fuese un alguacil o un malhechor pagado por don Eugenio y salioacute a escape por los sembrados de la otra banda

El murciano entre tanto continuoacute cavilando de este modo

ndashiexclQueacute noche iexclQueacute mundo iexclQueacute vida la miacutea desde hace una hora iexclAlguaciles metidos a alcahuetes alcaldes que conspiran contra mi honra burros que rebuznan cuando no es menester y aquiacute en mi pecho un miserable corazoacuten que se ha atrevido a dudar de la mujer maacutes noble que Dios ha criado iexclOh Dios miacuteo Dios miacuteo iexclHaz que llegue pronto a mi casa y que encuentre alliacute a mi Frasquita

Siguioacute caminando el tiacuteo Lucas atravesando siembras y matorrales hasta que al fin a eso de las once de la noche llegoacute sin novedad a la puerta grande del molino iexclCondenacioacuten iexclLa puerta del molino estaba abierta

XX La duda y la realidad Estaba abierta iexcly eacutel al marcharse habia oiacutedo a su mujer cerrarla con llave tranca y cerrojo

Por consiguiente nadie maacutes que su propia mujer habia podido abrirla

Pero iquestcoacutemo iquestcuaacutendo iquestpor queacute iquestDe resultas de un engantildeo iquestA consecuencia de una orden iquestO bien deliberada y voluntariamente en virtud de previo acuerdo con el Corregidor iquestQueacute iba a ver iquestQueacute iba a saber iquestQueacute le aguardaba dentro de su casa iquestSe habiacutea fugado la sentildeaacute Frasquita iquestSe la habriacutean robado iquestEstariacutea muerta iquestO estariacutea en brazos de su rival

ndashEl Corregidor contaba con que yo no podriacutea venir en toda la nochendashse dijo luacutegubremente el tiacuteo Lucasndash El Alcalde del lugar tendriacutea orden hasta de encadenarme antes que permitirme volver iquestSabiacutea todo esto Frasquita iquestEstaba en el complot iquestO ha sido viacutectima de un engantildeo de una violencia de una infamia

No empleoacute maacutes tiempo el sin ventura en hacer todas estas crueles reflexiones que el que tardoacute en atravesar la plazoletilla

del emparrado

Tambieacuten estaba abierta la puerta de la casa cuyo primer aposento (como en todas las viviendas ruacutesticas) era la cocina

Dentro de la cocina no habiacutea nadie

Sin embargo una enorme fogata ardiacutea en la chimenea iexclchimenea que eacutel dejoacute apagada y que no se encendia nunca hasta muy entrado el mes de diciembre

Por uacuteltimo de uno de los ganchos de la espetera pendiacutea un candil encendido

iquestQueacute significaba todo aquello iquestY coacutemo se compadeciacutea semejante aparato de vigilia y de sociedad con el silencio de muerte que reinaba en la casa

iquestQueacute habia sido de su mujer

Entonces y soacutelo entonces reparoacute el tiacuteo Lucas en unas ropas que habiacutea colgadas en los espaldares de dos o tres sillas puestas alrededor de la chimenea

Fijoacute la vista en aquellas ropas y lanzoacute un rugido intenso que se le quedoacute atravesado en la garganta convertido en sollozo mudo y sofocante

Creyoacute el infortunado que se ahogaba y se llevoacute las manos al cuello mientras que liacutevido convulso con los ojos desencajados contemplaba aquella vestimenta poseiacutedo de tanto horror como el reo en capilla a quien le presentan la hopa

Porque lo que alliacute veiacutea era la capa de grana el sombrero de tres picos la casaca y la chupa de color de toacutertola el calzoacuten de seda negra las medias blancas los zapatos con hebilla y hasta el bastoacuten el espadiacuten y los guantes del execrable Corregidor iexclLo que alliacute veiacutea era la ropa de su ignominia la mortaja de su honra el sudario de su ventura

El terrible trabuco seguiacutea en el mismo rincoacuten en que dos horas antes lo dejoacute la navarra

El tiacuteo Lucas dio un salto de tigre y se apoderoacute de eacutel Sondeoacute el cantildeoacuten con la baqueta y vio que estaba cargado Miroacute la piedra y halloacute que estaba en su lugar

Volvioacutese entonces hacia la escalera que conduciacutea a la caacutemara en que habiacutea dormido tantos antildeos con la sentildeaacute Frasquita y murmuroacute sordamente

ndashiexclAlliacute estaacuten

Avanzoacute pues un paso en aquella direccioacuten pero en seguida se detuvo para mirar en torno de siacute y ver si alguien lo estaba observando

ndashiexclNadiendashdijo mentalmentendash iexclSolo Dios y eacutese ha querido esto

Confirmada asiacute la sentencia fue a dar otro paso cuando su errante mirada distinguioacute un pliego que habiacutea sobre la mesa

Verlo y haber caiacutedo sobre eacutel y tenerlo entre sus garras fue todo cosa de un segundo

iexclAquel papel era el nombramiento del sobrino de la sentildeaacute Frasquita firmado por don Eugenio de Zuacutentildeiga y Ponce de Leoacuten

ndashiexclEste ha sido el precio de la ventandashpensoacute el tiacuteo Lucas metieacutendose el papel en la boca para sofocar sus gritos y dar alimento a su rabiandash iexclSiempre receleacute que quisiera a su familia maacutes que a miacute iexclAh iexclNo hemos tenido hijos iexclHe aquiacute la causa de todo

Y el infortunado estuvo a punto de volver a llorar

Pero luego se enfurecioacute nuevamente y dijo con un ademaacuten terrible ya que no con la voz

ndashiexclArriba iexclArriba

Y empezoacute a subir la escalera andando a gatas con una mano llevando el trabuco en la otra y con el papel infame entre los dientes

En corroboracioacuten de sus loacutegicas sospechas al llegar a la puerta del dormitorio (que estaba cerrada) vio que saliacutean algunos rayos de luz por las junturas de las tablas y por el ojo de la llave

ndashiexclAquiacute estaacutenndashvolvioacute a decir

Y se paroacute un instante como para pasar aquel nuevo trago de amargura

Luego continuoacute subiendo hasta llegar a la puerta misma del dormitorio

Dentro de eacutel no se oiacutea ninguacuten ruido

ndashiexclSi no hubiera nadiendashle dijo tiacutemidamente la esperanza

Pero en aquel mismo instante el infeliz oyoacute toser dentro del cuarto

iexclEra la tos medio asmaacutetica del Corregidor

iexclNo cabiacutea duda iexclNo habiacutea tabla de salvacioacuten en aquel naufragio

El Molinero sonrioacute en las tinieblas de un modo horroroso iquestCoacutemo no brillan en la oscuridad semejantes relaacutempagos iquestQueacute es todo el fuego de las tormentas comparado con el que arde a veces en el corazoacuten del hornbre

Sin embargo el tiacuteo Lucas (tal era su alma como ya dijimos en otro lugar) principioacute a tranquilizarse no bien oyoacute la tos de su enemigo

La realidad le haciacutea menos dantildeo que la duda Seguacuten le anuncioacute eacutel mismo aquella tarde a la sentildeaacute Frasquita desde el punto y hora en que perdiacutea la uacutenica fe que era vida de su alma empezaba a convertirse en un hombre nuevo

Semejante al moro de Veneciandashcon quien ya lo comparamos al describir su caraacutecterndash el desengantildeo mataba en eacutel de un solo golpe todo el amor transfigurando de paso la iacutendole de su espiacuteritu y hacieacutendole ver el mundo como una regioacuten extrantildea a que acabara de llegar La uacutenica diferencia consistiacutea en que el tiacuteo Lucas era por idiosincrasia menos traacutegico menos austero y maacutes egoista que el insensato sacrificador de Desdeacutemona

iexclCosa rara pero propia de tales situaciones La duda o sea la esperanzandashque para el caso es lo mismondash volvioacute todaviacutea a mortificarle un momento

ndashiexclSi me hubiera equivocadondashpensoacutendash iexclSi la tos hubiese sido de Frasquita

En la tribulacioacuten de su infortunio olvidaacutebasele que habiacutea visto las ropas del Corregidor cerca de la chimenea que habiacutea encontrado abierta la puerta del molino que habiacutea leiacutedo la credencial de su infamia

Agachoacutese pues y miroacute por el ojo de la llave temblando de incertidumbre y de zozobra

El rayo visual no alcanzaba a descubrir maacutes que un pequentildeo triaacutengulo de cama por la parte del cabecero iexclPero precisamente en aquel pequentildeo triaacutengulo se veiacutea un extremo de las almohadas y sobre las almohadas la cabeza del Corregidor

Otra risa diaboacutelica contrajo el rostro del Molinero

Dijeacuterase que volviacutea a ser feliz

ndashiexclSoy duentildeo de la verdad iexclMeditemosndashmurmuroacute irguieacutendose tranquilamente

Y volvioacute a bajar la escalera con el mismo tiernpo que empleoacute para subirla

ndashEl asunto es delicado Necesito reflexionar Tengo tiempo de sobra para todondashiba pensando mientras bajaba

Llegado que hubo a la cocina sentoacutese en medio de ella y ocultoacute la frente entre las manos

Asiacute permanecioacute mucho tiempo hasta que le despertoacute de su meditacioacuten un leve golpe que sintioacute en un pie

Era el trabuco que se habiacutea deslizado de sus rodillas y que le haciacutea aquella especie de sentildea

ndashiexclNo iexclTe digo que nondashmurmuroacute el tiacuteo Lucas encaraacutendose con el armandash iexclNo me convienes Todo el mundo tendriacutea laacutestima de ellos iexcly a miacute me ahorcariacutean iexclSe trata de un Corregidor y matar a un Corregidor es todaviacutea en Espantildea cosa indisculpable Diriacutean que lo mateacute por infundados celos y que luego lo desnudeacute y lo metiacute en mi cama Diriacutean ademaacutes que mateacute a mi mujer por simples sospechas iexclY me ahorcariacutean iexclVaya si me ahorcariacutean iexclAdemaacutes yo habriacutea dado muestras de tener muy poca alma muy poco talento si al remate de mi vida fuera digno de compasioacuten iexclTodos se reiriacutean de miacute iexclDiriacutean que mi desventura era muy natural siendo yo jorobado y Frasquita tan hermosa iexclNada no Lo que yo necesito es vengarme y despueacutes de vengarme triunfar despreciar reiacuter reirme mucho reiacuterme de todos evitando por tal medio que nadie pueda burlarse nunca de esta giba que yo he llegado a hacer hasta envidiable y que tan grotesca seriacutea en una horca

Asiacute discurrioacute el tiacuteo Lucas tal vez sin darse cuenta de ello puntualmente y en virtud de semejante discurso colocoacute el arma en su sitio y principioacute a pasearse con los brazos atraacutes y la cabeza baja como buscando su venganza en el suelo en la tierra en las ruindades de la vida en alguna bufonada ignominiosa y ridiacutecula para su mujer y para el Corregidor lejos de buscar aquella misma venganza en la justicia en el desafiacuteo en el perdoacuten en el cielo como hubiera hecho en su lugar cualquier otro hombre

de condicioacuten menos rebelde que la suya a toda imposicioacuten de la Naturaleza de la sociedad o de sus propios sentimientos

De repente paraacuteronse sus ojos en la vestimenta del Corregidor

Luego se paroacute eacutel mismo

Despueacutes fue demostrando poco a poco en su semblante una alegriacutea un gozo un triunfo indefinibles hasta que por uacuteltimo se echoacute a reiacuter de una manera formidable esto es a grandes carcajadas pero sin hacer ningun ruidondasha fin de que no lo oyesen desde arribandash metieacutendose los puntildeos por los ijares para no reventar estremecieacutendose todo como un epileacuteptico y teniendo que concluir por dejarse caer en una silla hasta que le pasoacute aquella convulsioacuten de sarcaacutestico regocijo Era la propia risa de Mefistoacutefeles

No bien se sosegoacute principioacute a desnudarse con una celeridad febril colocoacute toda su ropa en las mismas sillas que ocupaba la del Corregidor puacutesose cuantas prendas perteneciacutean a este desde los zapatos de hebilla hasta el sombrero de tres picos cintildeoacutese el espadiacuten embozoacutese en la capa de grana cogioacute el bastoacuten y los guantes y salioacute del molino y se encaminoacute a la ciudad balanceaacutendose de la propia manera que solia don Eugenio de Zuacuteniga y dicieacutendose de vez en cuando esta frase que compendiaba su pensamiento

ndashiexclTambieacuten la Corregidora es guapa

XXI

iexclEN GUARDIA CABALLERO gt

Abandonemos por ahora al tiacuteo Lucas y entereacutemonos de lo que habiacutea ocurrido en el molino desde que dejamos alliacute sola a la sentildeaacute Frasquita hasta que su esposo volvioacute a eacutel y se encontroacute con tan estupendas novedades

Una hora habriacutea pasado despueacutes que el tiacuteo Lucas se marchoacute con Tontildeuelo cuando la afligida navarra que se habiacutea propuesto no acostarse hasta que regresara su marido y que estaba haciendo calceta en su dormitorio situado en el piso de arriba oyoacute lastimeros gritos fuera de la casa hacia el paraje alliacute muy proacuteximo por donde corriacutea el agua del caz

ndashiexclSocorro que me ahogo iexclFrasquita iexclFrasquitandash exclamaba una voz de hombre con el luacutegubre acento de la desesperacioacuten

ndashiquestSi seraacute Lucasndashpensoacute la navarra llena de un terror que no necesitamos describir

En el mismo dormitorio habiacutea una puertecilla de que ya nos habloacute Garduntildea y que daba efectivamente sobre la parte alta del caz Abrioacutela sin vacilacioacuten la sentildeaacute Frasquita por maacutes que no hubiera reconocido la voz que pediacutea auxilio y encontroacutese de manos a boca con el Corregidor que en aquel momento saliacutea todo chorreando de la impetuosiacutesima acequia

ndashiexclDios me perdone iexclDios me perdonendashbalbuceaba el infameviejondash iexclCreiacute que me ahogaba

ndashiexclCoacutemo iquest Es usted iquestQueacute significa iquestCoacutemo se atreve iquestA queacute viene usted a estas horasndashgritoacute la Molinera con maacutes indignacioacuten que espanto pero retrocediendo maquinalmente

ndashiexclCalla iexclCalla mujerndashtartamudeoacute el Corregidor colaacutendose en el aposento detraacutes de ellandash Yo te lo direacute todo iexclHe estado para ahogarme iexclEl agua me llevaba ya como a una pluma iexclMira mira coacutemo me he puesto

ndashiexclFuera fuera de aquiacutendashreplicoacute la sentildeaacute Frasquita con mayor violenciandash iexclNo tiene usted nada que explicarme iexclDemasiado lo comprendo todo iquest Queacute me importa a miacute que usted se ahogue iquestLo he llamado yo a usted iexclAh iexclQueacute infamia iexclPara esto ha mandado usted prender a mi marido

ndashMujer escucha

ndashiexclNo escucho iexclMaacuterchese usted inmediatamente sentildeor Corregidor iexclMaacuterchese usted o no respondo de su vida

ndashiquestQueacute dices

ndashiexclLo que usted oye Mi marido no estaacute en casa pero yo me basto para hacerla respetar iexclMaacuterchese usted por donde ha venido si no quiere que yo le arroje otra vez al agua con mis propias manos

ndashiexclChica chica iexclNo grites tanto que no soy sordondashexclamoacute el viejo libertinondashiexclCuando yo estoy aquiacute por algo seraacute Vengo a libertar al tiacuteo Lucas a quien ha preso por equivocacioacuten un alcalde de monterilla Pero ante todo necesito que me seques estas ropas iexclEstoy calado hasta los huesos

ndashLe digo a usted que se marche

ndashiexclCalla tonta iquestQueacute sabes tuacute Mira aquiacute te traigo un nombramiento de tu sobrino Enciende la lumbre y hablaremos Por lo demaacutes mientras se seca la ropa yo me acostareacute en esta cama

ndashiexclAh ya iquestConque declara usted que veniacutea por miacute iquestConque declara usted que para eso ha mandado arrestar a mi Lucaacutes iquestConque traiacutea usted su nombramiento y todo iexclSantos y Santas del cielo iquestQueacute se habraacute figurado de miacute este mamarracho

ndashiexclFrasquita iexclSoy el Corregidor

ndashiexclAunque fuera usted el Rey A miacute iquestqueacute iexclYo soy la mujer de mi marido y el ama de mi casa iquestCree usted que yo me asusto de los Corregidores iexclYo seacute ir a Madrid y al fin del mundo a pedir justicia contra el viejo insolente que asiacute arrastra su autoridad por los suelos Y sobre todo yo sabreacute mantildeana ponerme la mantilla e ir a ver a la sentildeora Corregidora

ndashiexclNo haraacutes nada de esondashrepuso el Corregidor perdiendo la paciencia o mudando de taacutecticandash No haraacutes nada de eso porque yo te pegareacute un tiro si veo que no entiendes de razones

ndashiexclUn tirondashexclamoacute la sentildeaacute Frasquita con voz sorda

ndashUn tiro siacute Y de ello no me resultaraacute perjuicio alguno Casualmente he dejado dicho en la ciudad que saliacutea esta noche a la caza de criminales iexclConque no seas necia y quieacutereme como yo te adoro

ndashSentildeor Corregidor iquestun tirondashvolvioacute a decir la navarra

echando los brazos atraacutes y el cuerpo hacia adelante como para lanzarse sobre su adversario

ndashSi te empentildeas te lo pegareacute y asiacute me vereacute libre de tus amenazas y de tu hermosura ndashrespondioacute el Corregidor lleno de miedo y sacando un par de cachorrillos

ndashiquestConque pistolas tambieacuten iexclY en la otra faltriquera el nombramiento de mi sobrinondash dijo la sentildea Frasquita moviendo la cabeza de arriba abajondashPues sentildeor la eleccioacuten no es dudosa Espere Usiacutea un momento que voy a encender la lumbre

Y asiacute hablando se dirigioacute raacutepidamente a la escalera y la bajoacute en tres brincos

El Corregidor cogioacute la luz y salioacute detraacutes de la Molinera temiendo que se escapara pero tuvo que bajar mucho maacutes despacio de cuyas resultas cuando llegoacute a la cocina tropezoacute con la navarra que volviacutea ya en su busca

ndashiquestConque deciacutea usted que me iba a pegar un tirondashexclamoacute aquella indomable mujer dando un paso atraacutesndash Pues iexclen guardia caballero que yo ya lo estoy

Dijo y se echoacute a la cara el formidable trabuco que tanto papel representa

ndashiexclDetente desgraciada iquestQueacute vas a hacerndashgritoacute el Corregidor muerto de ndash Lo de mi tiro era una broma Mira Los cachorrillos estaacuten descargados En cambio es verdad lo del nombramiento Aquiacute lo tienes Toacutemalo Te lo regalo Tuyo es de balde enteramente de balde

Y lo colocoacute temblando sobre la mesa

ndashiexclAhiacute estaacute bienndashrepuso la navarrandash Mantildeana me serviraacute para encender la lumbre cuando le guise el almuerzo a mi marido iexclDe usted no quiero ya ni la gloria y si mi sobrino viniese alguna vez de Estella seriacutea para pisotearle a usted la fea mano con que ha escrito su nombre en ese papel indecente iexclEa lo dicho iexclMaacuterchese usted de mi casa iexclAire iexclaire iexclpronto iexclque ya se me sube la poacutelvora a la cabeza

El Corregidor no contestoacute a este discurso Habiacutease puesto liacutevido casi azul teniacutea los ojos torcidos y un temblor como de terciana agitaba todo su cuerpo Por uacuteltimo principioacute a castantildeetear los dientes y cayoacute al suelo presa de una convulsioacuten espantosa

El susto del caz lo muy mojadas que seguiacutean todas sus ropas la violenta escena del dormitorio y el miedo al trabuco con que le apuntaba la navarra habiacutean agotado las fuerzas del enfermizo anciano

ndashiexclMe muerondashbalbuceoacutendash iexclLlama a Garduntildea Llama a Garduntildea que estaraacute ahiacute en la ramblilla iexclYo no debo morirme en esta casa No pudo continuar

Cerroacute los ojos y se quedoacute como muerto

ndashiexclY se moriraacute como lo dicendashprorrumpioacute la sentildeaacute Frasquitandash Pues sentildeor iexclesta es la maacutes negra iquestQueacute hago yo ahora con este hombre en mi casa iquestQue diriacutean de miacute si se muriese iquestQueacute diriacutea Lucas iquestCoacutemo podriacutea justificarme cuando yo misma le he abierto la puerta iexclOh no Yo no debo quedarme aquiacute con eacutel iexclYo debo buscar a mi marido yo debo escandalizar el mundo antes de comprometer mi honra

Tomada esta resolucioacuten soltoacute el trabuco fuese al corral cogioacute la burra que quedaba en eacutel la aparejoacute de cualquier modo abrioacute la puerta grande de la cerca montoacute de un salto a pesar de sus carnes y se dirigio a la ramblilla

ndashiexclGarduntildea iexclGarduntildeandashiba gritando la navarra conforme se acercaba a aquel sitio

ndashiexclPresentendashrespondioacute al cabo el Alguacil apareciendo detraacutes de un setondash iquestEs usted sentildeaacute Frasquita

ndashSiacute yo soy iexclVe al molino y socorre a tu amo que se esta muriendo

ndashiquestQueacute dice usted iexclVaya un maula

ndashLo que oyes Garduntildea

ndashiquestY usted alma miacutea iquestAdoacutende va a estas horas

ndashiquestYo iexclQuita allaacute badulaque iexclYo voy a la ciudad por un meacutedicondashcontestoacute la sentildeaacute Frasquita arreando la burra con un talonazo y a Garduntildea con un puntapieacute

Y tomoacute no el camino de la ciudad como acababa de decir sino el del lugar inmediato

Garduntildea no reparoacute en esta uacuteltima circunstancia pues iba ya dando zancajadas hacia el molino y discurriendo al par de esta manera

ndashiexclVa por un meacutedico iexclLa infeliz no puede hacer maacutes

iexclPero eacutel es un pobre hombre iexclFamosa ocasioacuten de ponerse malo iexclDios le da confites a quien no puede roerlos

XXI iexclEn guardia caballero

Abandonemos por ahora al tiacuteo Lucas y entereacutemonos de lo que habiacutea ocurrido en el molino desde que dejamos alliacute sola a la sentildeaacute Frasquita hasta que su esposo volvioacute a eacutel y se encontroacute con tan estupendas novedades

Una hora habriacutea pasado despueacutes que el tiacuteo Lucas se marchoacute con Tontildeuelo cuando la afligida navarra que se habiacutea propuesto no acostarse hasta que regresara su marido y que estaba haciendo calceta en su dormitorio situado en el piso de arriba oyoacute lastimeros gritos fuera de la casa hacia el paraje alliacute muy proacuteximo por donde corriacutea el agua del caz

ndashiexclSocorro que me ahogo iexclFrasquita iexclFrasquitandash exclamaba una voz de hombre con el luacutegubre acento de la desesperacioacuten

ndashiquestSi seraacute Lucasndashpensoacute la navarra llena de un terror que no necesitamos describir

En el mismo dormitorio habiacutea una puertecilla de que ya nos habloacute Garduntildea y que daba efectivamente sobre la parte alta del caz Abrioacutela sin vacilacioacuten la sentildeaacute Frasquita por maacutes que no hubiera reconocido la voz que pediacutea auxilio y encontroacutese de manos a boca con el Corregidor que en aquel momento saliacutea todo chorreando de la impetuosiacutesima acequia

ndashiexclDios me perdone iexclDios me perdonendashbalbuceaba el

infameviejondash iexclCreiacute que me ahogaba

ndashiexclCoacutemo iquest Es usted iquestQueacute significa iquestCoacutemo se atreve iquestA queacute viene usted a estas horasndashgritoacute la Molinera con maacutes indignacioacuten que espanto pero retrocediendo maquinalmente

ndashiexclCalla iexclCalla mujerndashtartamudeoacute el Corregidor colaacutendose en el aposento detraacutes de ellandash Yo te lo direacute todo iexclHe estado para ahogarme iexclEl agua me llevaba ya como a una pluma iexclMira mira coacutemo me he puesto

ndashiexclFuera fuera de aquiacutendashreplicoacute la sentildeaacute Frasquita con mayor violenciandash iexclNo tiene usted nada que explicarme iexclDemasiado lo comprendo todo iquest Queacute me importa a miacute que usted se ahogue iquestLo he llamado yo a usted iexclAh iexclQueacute infamia iexclPara esto ha mandado usted prender a mi marido

ndashMujer escucha

ndashiexclNo escucho iexclMaacuterchese usted inmediatamente sentildeor Corregidor iexclMaacuterchese usted o no respondo de su vida

ndashiquestQueacute dices

ndashiexclLo que usted oye Mi marido no estaacute en casa pero yo me basto para hacerla respetar iexclMaacuterchese usted por donde ha venido si no quiere que yo le arroje otra vez al agua con mis propias manos

ndashiexclChica chica iexclNo grites tanto que no soy sordondashexclamoacute el viejo libertinondashiexclCuando yo estoy aquiacute por algo seraacute Vengo a libertar al tiacuteo Lucas a quien ha preso por equivocacioacuten un alcalde de monterilla Pero ante todo necesito que me seques

estas ropas iexclEstoy calado hasta los huesos

ndashLe digo a usted que se marche

ndashiexclCalla tonta iquestQueacute sabes tuacute Mira aquiacute te traigo un nombramiento de tu sobrino Enciende la lumbre y hablaremos Por lo demaacutes mientras se seca la ropa yo me acostareacute en esta cama

ndashiexclAh ya iquestConque declara usted que veniacutea por miacute iquestConque declara usted que para eso ha mandado arrestar a mi Lucaacutes iquestConque traiacutea usted su nombramiento y todo iexclSantos y Santas del cielo iquestQueacute se habraacute figurado de miacute este mamarracho

ndashiexclFrasquita iexclSoy el Corregidor

ndashiexclAunque fuera usted el Rey A miacute iquestqueacute iexclYo soy la mujer de mi marido y el ama de mi casa iquestCree usted que yo me asusto de los Corregidores iexclYo seacute ir a Madrid y al fin del mundo a pedir justicia contra el viejo insolente que asiacute arrastra su autoridad por los suelos Y sobre todo yo sabreacute mantildeana ponerme la mantilla e ir a ver a la sentildeora Corregidora

ndashiexclNo haraacutes nada de esondashrepuso el Corregidor perdiendo la paciencia o mudando de taacutecticandash No haraacutes nada de eso porque yo te pegareacute un tiro si veo que no entiendes de razones

ndashiexclUn tirondashexclamoacute la sentildeaacute Frasquita con voz sorda

ndashUn tiro siacute Y de ello no me resultaraacute perjuicio alguno Casualmente he dejado dicho en la ciudad que saliacutea esta noche a la caza de criminales iexclConque no seas necia y quieacutereme como yo te adoro

ndashSentildeor Corregidor iquestun tirondashvolvioacute a decir la navarra echando los brazos atraacutes y el cuerpo hacia adelante como para lanzarse sobre su adversario

ndashSi te empentildeas te lo pegareacute y asiacute me vereacute libre de tus amenazas y de tu hermosura ndashrespondioacute el Corregidor lleno de miedo y sacando un par de cachorrillos

ndashiquestConque pistolas tambieacuten iexclY en la otra faltriquera el nombramiento de mi sobrinondash dijo la sentildea Frasquita moviendo la cabeza de arriba abajondashPues sentildeor la eleccioacuten no es dudosa Espere Usiacutea un momento que voy a encender la lumbre

Y asiacute hablando se dirigioacute raacutepidamente a la escalera y la bajoacute en tres brincos

El Corregidor cogioacute la luz y salioacute detraacutes de la Molinera temiendo que se escapara pero tuvo que bajar mucho maacutes despacio de cuyas resultas cuando llegoacute a la cocina tropezoacute con la navarra que volviacutea ya en su busca

ndashiquestConque deciacutea usted que me iba a pegar un tirondashexclamoacute aquella indomable mujer dando un paso atraacutesndash Pues iexclen guardia caballero que yo ya lo estoy

Dijo y se echoacute a la cara el formidable trabuco que tanto papel representa

ndashiexclDetente desgraciada iquestQueacute vas a hacerndashgritoacute el Corregidor muerto de ndash Lo de mi tiro era una broma Mira Los cachorrillos estaacuten descargados En cambio es verdad lo del nombramiento Aquiacute lo tienes Toacutemalo Te lo regalo Tuyo es de balde enteramente de balde

Y lo colocoacute temblando sobre la mesa

ndashiexclAhiacute estaacute bienndashrepuso la navarrandash Mantildeana me serviraacute para encender la lumbre cuando le guise el almuerzo a mi marido iexclDe usted no quiero ya ni la gloria y si mi sobrino viniese alguna vez de Estella seriacutea para pisotearle a usted la fea mano con que ha escrito su nombre en ese papel indecente iexclEa lo dicho iexclMaacuterchese usted de mi casa iexclAire iexclaire iexclpronto iexclque ya se me sube la poacutelvora a la cabeza

El Corregidor no contestoacute a este discurso Habiacutease puesto liacutevido casi azul teniacutea los ojos torcidos y un temblor como de terciana agitaba todo su cuerpo Por uacuteltimo principioacute a castantildeetear los dientes y cayoacute al suelo presa de una convulsioacuten espantosa

El susto del caz lo muy mojadas que seguiacutean todas sus ropas la violenta escena del dormitorio y el miedo al trabuco con que le apuntaba la navarra habiacutean agotado las fuerzas del enfermizo anciano

ndashiexclMe muerondashbalbuceoacutendash iexclLlama a Garduntildea Llama a Garduntildea que estaraacute ahiacute en la ramblilla iexclYo no debo morirme en esta casa No pudo continuar

Cerroacute los ojos y se quedoacute como muerto

ndashiexclY se moriraacute como lo dicendashprorrumpioacute la sentildeaacute Frasquitandash Pues sentildeor iexclesta es la maacutes negra iquestQueacute hago yo ahora con este hombre en mi casa iquestQue diriacutean de miacute si se muriese iquestQueacute diriacutea Lucas iquestCoacutemo podriacutea justificarme cuando yo misma le he abierto la puerta iexclOh no Yo no debo quedarme aquiacute con eacutel iexclYo debo buscar a mi marido yo debo escandalizar el mundo

antes de comprometer mi honra

Tomada esta resolucioacuten soltoacute el trabuco fuese al corral cogioacute la burra que quedaba en eacutel la aparejoacute de cualquier modo abrioacute la puerta grande de la cerca montoacute de un salto a pesar de sus carnes y se dirigio a la ramblilla

ndashiexclGarduntildea iexclGarduntildeandashiba gritando la navarra conforme se acercaba a aquel sitio

ndashiexclPresentendashrespondioacute al cabo el Alguacil apareciendo detraacutes de un setondash iquestEs usted sentildeaacute Frasquita

ndashSiacute yo soy iexclVe al molino y socorre a tu amo que se esta muriendo

ndashiquestQueacute dice usted iexclVaya un maula

ndashLo que oyes Garduntildea

ndashiquestY usted alma miacutea iquestAdoacutende va a estas horas

ndashiquestYo iexclQuita allaacute badulaque iexclYo voy a la ciudad por un meacutedicondashcontestoacute la sentildeaacute Frasquita arreando la burra con un talonazo y a Garduntildea con un puntapieacute

Y tomoacute no el camino de la ciudad como acababa de decir sino el del lugar inmediato

Garduntildea no reparoacute en esta uacuteltima circunstancia pues iba ya dando zancajadas hacia el molino y discurriendo al par de esta manera

ndashiexclVa por un meacutedico iexclLa infeliz no puede hacer maacutes iexclPero eacutel es un pobre hombre iexclFamosa ocasioacuten de ponerse malo iexclDios le da confites a quien no puede roerlos

XXII Garduntildea se multiplica

Cuando Garduntildea llegoacute al molino el Corregidor principiaba a volver en siacute procurando levantarse del suelo

En el suelo tambieacuten y a su lado estaba el veloacuten encendido que bajoacute Su Sentildeoriacutea del dormitorio

ndashiquestSe ha marchado yandashfue la primera frase de don Eugenio

ndashiquestQuieacuten

ndashiexclEl demonio Quiero decir la Molinera

ndashSiacute sentildeor Ya se ha marchado y no creo que iba de muy buen humor

ndashiexclAy Garduntildea Me estoy muriendo

ndashPero iquestqueacute tiene Usiacutea iexclPor vida de los hombres

ndashMe he caiacutedo en el caz y estoy hecho una sopa iexclLos huesos se me parten de friacuteo

ndashiexclToma toma iexclAhora salimos con eso

ndashiexclGarduntildea iexclve lo que te dices

ndashYo no digo nada sentildeor

ndashPues bien saacutecame de este apuro

ndashVoy volando iexclVeraacute Usiacutea queacute pronto lo arreglo todo

Asiacute dijo el Alguacil y en un periquete cogioacute la luz con una mano y con la otra se metioacute al Corregidor debajo del brazo subioacutelo al dormitorio puacutesolo en cueros acostoacutelo en la cama corrioacute al jaraiacutez reunioacute una brazada de lentildea fue a la cocina hizo una gran lumbre bajoacute todas las ropas de su amo colocoacutelas en los espaldares de dos o tres sillas encendioacute un candil lo colgoacute de la espetera y tornoacute a subir a la camara

ndashiquestQueacute tal vamosndashpreguntoacutele entonces a don Eugenio levantando en alto el veloacuten para verle mejor el rostro

ndashiexclAdmirablemente iexclConozco que voy a sudar iexclMantildeana te ahorco Garduntildea

ndashiquestPor queacute sentildeor

ndashiquestY te atreves a preguntaacutermelo iquestCrees tuacute que al seguir el plan que me trazaste esperaba yo acostarme solo en esta cama despueacutes de recibir por segunda vez el sacramento del bautismo iexclMantildeana mismo te ahorco

ndashPero cueacutenteme Usiacutea algo iquestLa sentildeaacute Frasquita

ndashLa sentildeaacute Frasquita ha querido asesinarme iexclEs todo lo que he logrado con tus consejos Te digo que te ahorco mantildeana por la mantildeana

ndashiexclAlgo menos seraacute sentildeor Corregidorndashrepuso el Alguacil

ndashiquestPor queacute lo dices insolente iquestPorque me ves aquiacute postrado

ndashNo sentildeor Lo digo porque la sentildeaacute Frasquita no ha debido de mostrarse tan inhumana como Usiacutea cuenta cuando ha ido a la ciudad a buscarle un meacutedico

ndashiexclDios santo iquestEstaacutes seguro de que ha ido a la ciudadndashexclamoacute don Eugenio maacutes aterrado que nunca

ndashA lo menos eso me ha dicho ella

ndashiexclCorre corre Garduntildea iexclAh iexclEstoy perdido sin remedio iquestSabes a queacute va la sentildeaacute Frasquita a la ciudad iexclA contaacuterselo todo a mi mujer iexclA decirle que estoy aquiacute iexclOh Dios miacuteo Dios miacuteo iquestCoacutemo habiacutea yo de figurarme esto iexclYo creiacute que se habriacutea ido al lugar en busca de su marido y como lo tengo alliacute a buen recaudo nada me importaba su viaje Pero iexclirse a la ciudad

ndashGarduntildea corre corre tuacute que eres andariacuten y evita mi perdicioacuten iexclEvita que la terrible Molinera entre en mi casa

ndashiquestY no me ahorcaraacute Usiacutea si lo consigondashprosiguioacute iroacutenicamente el Alguacil

ndashiexclAl contrario Te regalareacute unos zapatos en buen uso que me estaacuten grandes iexclTe regalareacute todo lo que quieras

ndashPues voy volando Dueacutermase Usiacutea tranquilo Dentro de media hora estoy aquiacute de vuelta despueacutes de dejar en la caacutercel a la navarra iexclPara algo soy maacutes ligero que una borrica

Dijo Garduntildea y desaparecioacute por la escalera abajo

Se cae de su peso que durante aquella ausencia del Alguacil fue cuando el Molinero estuvo en el molino y vio visiones por el ojo de la llave

Dejemos pues al Corregidor sudando en el lecho ajeno y a Garduntildea corrien do hacia la ciudad (adonde tan pronto habiacutea de seguirlo el tiacuteo Lucas con sombrero de tres picos y capa de grana) y convertidos tambieacuten nosotros en andarines volemos con direccioacuten al lugar en seguimiento de la valerosa sentildeaacute Frasquita

XXIII Otra vez el desierto y las consabidas voces

La uacutenica aventura que le ocurrioacute a la navarra en su viaje desde el molino al pueblo fue asustarse un poco al notar que alguien echaba yescas en medio de un sembrado

ndashiquestSi seraacute un esbirro del Corregidor iquestSi iraacute a detenermendashpensoacute la Molinera

En esto se oyoacute un rebuzno hacia aquel mismo lado

ndashiexclBurros en el campo a estas horasndashsiguioacute pensando la sentildeaacute Frasquitandash Pues lo que es por aquiacute no hay ninguna huerta ni cortijo iexclVive Dios que los duendes se estaacuten despachando esta noche a su gusto Porque la borrica de mi marido no puede ser iquestQueacute hariacutea mi Lucas a medianoche parado fuera del camino iexclNada iexclnada iexclIndudablemente es un espiacutea

La burra que montaba la sentildeaacute Frasquita creyoacute oportuno rebuznar tambieacuten en aquel instante

ndashiexclCalla demoniondashle dijo la navarra clavaacutendole un alfiler de a ochavo en mitad de la cruz

Y temiendo alguacuten encuentro que no le conviniese sacoacute tambieacuten su bestia fuera del camino y la hizo trotar por otros sembrados

Sin maacutes accidente llegoacute a las puertas del lugar a tiempo

que seriacutean las once de la noche

XXIV Un rey de entonces

Hallaacutebase ya durmiendo la mona el sentildeor Alcalde vuelta la espalda a la espalda de su mujer (y formando asiacute con eacutesta la figura de aacuteguila austriacuteaca de dos cabezas que dice nuestro inmortal Quevedo) cuando Tontildeuelo llamoacute a la puerta de la caacutemara nupcial y avisoacute al sentildeor Juan Loacutepez que la sentildeaacute Frasquita la del molino queriacutea hablarle

No tenemos para queacute referir todos los gruntildeidos y juramentos inherentes al acto de despertar y vestirse el Alcalde de monterilla y nos trasladamos desde luego al instante en que la Molinera lo vio llegar desperezaacutendose como un gimnasta que ejercita la musculatura y exclamando en medio de un bostezo interminable

ndashiexclTeacutengalas usted muy buenas sentildeaacute Frasquita iquestQueacute le trae a usted por aquiacute iquestNo le dijo a usted Tontildeuelo que se quedase en el molino iquestAsiacute desobedece usted a la Autoridad

ndashiexclNecesito ver a mi Lucasndashrespondioacute la navarrandash iexclNecesito verlo al instante iexclQue le digan que estaacute aquiacute su mujer

ndash iexclNecesito iexclNecesito Sentildeora iexcla usted se le olvida que estaacute hablando con el Rey

ndashiexclDeacutejeme usted a miacute de reyes sentildeor Juan que no estoy para bromas iexclDemasiado sabe usted lo que me sucede iexclDemasiado sabe para queacute ha preso a mi marido

ndashYo no seacute nada sentildeaacute Frasquita Y en cuanto a su marido de usted no estaacute preso sino durmiendo tranquilamente en esta su casa y tratado como yo trato a las personas iexclA ver Tontildeuelo iexclTontildeuelo Anda al pajar y dile al tiacuteo Lucas que se despierte y venga corriendo Conque vamos iexclcueacutenteme usted lo que pasa iquestHa tenido usted miedo de dormir sola

ndashiexclNo sea usted desvergonzado sentildeor Juan iexclDemasiado sabe usted que a miacute no me gustan sus bromas ni sus veras iexclLo que me pasa es una cosa muy sencilla que usted y el sentildeor Corregidor han querido perderme iexclpero que se han llevado un solemne chasco iexclYo estoy aquiacute sin tener de queacute abochornarme y el sentildeor Corregidor se queda en el molino murieacutendose

ndashiexclMurieacutendose el Corregidorndashexclamoacute su subordinadondash Sentildeora iquestsabe usted lo que dice

ndashiexclLo que usted oye Se ha caiacutedo en el caz y casi se ha ahogado o ha cogido una pulmoniacutea o yo no seacute iexclEso es cuenta de la Corregidora Yo vengo a buscar a mi marido sin perjuicio de salir mantildeana mismo para Madrid donde le contareacute al Rey

ndashiexclDemonio demoniondashmurmuroacute el sentildeor Juan Loacutepezndash iexclA ver Manuela iexclMuchacha Anda y apareacutejame la mulilla Sentildeaacute Frasquita al molino voy iexclDesgraciada de usted si le ha hecho alguacuten dantildeo al sentildeor Corregidor

ndashiexclSentildeor Alcalde sentildeor Alcaldendashexclamoacute en esto Tontildeuelo entrando maacutes muerto que vivondash El tiacuteo Lucas no estaacute en el pajar Su burra no se halla tampoco en los pesebres y la puerta del corral estaacute abierta iexclDe modo que el paacutejaro se ha escapado

ndashiquestQueacute estaacutes diciendondashgritoacute el sentildeorJuan Loacutepez

ndashiexclVirgen del Carmen iquestQueacute va a pasar en mi casandashexclamoacute la sentildeaacute Frasquitandash iexclCorramos sentildeor Alcalde no perdamos tiempo Mi marido va a matar al Corregidor al encontrarlo alliacute a estas horas

ndashiquestLuego usted cree que el tiacuteo Lucas estaacute en el molino

ndashiquestPues no lo he de creer Digo maacutes cuando yo veniacutea me he cruzado con eacutel sin conocerlo iexclEacutel era sin duda uno que echaba yescas en medio de un sembrado iexclDios miacuteo iexclCuando piensa una que los animales tienen maacutes entendimiento que las personas Porque ha de saber usted sentildeor Juan que indudablemente nuestras dos burras se reconocieron y se saludaron mientras que mi Lucas y yo ni nos saludamos ni nos reconocimos iexclAntes bien huimos el uno del otro tomaacutendonos mutuamente por espiacuteas

ndashiexclBueno estaacute su Lucas de ustedndashreplicoacute el Alcaldendash En fin vamos andando y ya veremos lo que hay que hacer con todos ustedes iexclConmigo no se juega iexclYo soy el Rey Pero no un Rey como el que ahora tenemos en Madrid o sea en El Pardo sino como aquel que hubo en Sevilla a quien llamaban Don Pedro el Cruel iexclA ver Manuela iexclTraacuteeme el bastoacuten y dile a tu ama que me marcho

Obedecioacute la sirvienta (que era por cierto maacutes buena moza de lo que conveniacutea a la alcaldesa y a la moral) y como la mulilla del sentildeor Juan Loacutepez estuviese ya aparejada la sentildeaacute Frasquita y eacutel salieron para el molino seguidos del indispensable Tontildeuelo

XXV La estrella de Garduntildea

Precedaacutemosles nosotros supuesto que tenemos carta blanca para andar maacutes deprisa que nadie

Garduntildea se hallaba ya de vuelta en el molino despueacutes de haber buscado a la sentildeaacute Frasquita por todas las calles de la ciudad

El astuto Alguacil habiacutea tocado de camino en el Corregimiento donde lo encontroacute todo muy sosegado Las puertas seguiacutean abiertas como en medio del diacutea seguacuten es costumbre cuando la Autoridad estaacute en la calle ejerciendo sus sagradas funciones Dormitaban en la meseta de la escalera y en el recibimiento otros alguaciles y ministros esperando descansadamente a su amo mas cuando sintieron llegar a Garduntildea desperezaacuteronse dos o tres de ellos y le preguntaron al que era su decano y jefe inmediato

ndashiquestViene ya el sentildeor

ndashiexclNi por asomo Estaos quietos Vengo a saber si ha habido novedad en la casa

ndashNinguna

ndashiquestY la Sentildeora

ndashRecogida en sus aposentos

ndashiquestNo ha entrado una mujer por estas puertas hace poco

ndashNadie ha aparecido por aquiacute en toda la noche

ndashPues no dejeacuteis entrar a persona alguna sea quien sea y diga lo que diga iexclAl contrario Echadle mano al mismo lucero del alba que venga a preguntar por el Sentildeor o por la Sentildeora y llevadlo a la caacutercel

ndashiquestParece que esta noche se anda a caza de paacutejaros de cuentandashpreguntoacute uno de los esbirros

ndashiexclCaza mayorndashantildeadioacute otro

ndashiexclMayuacutesculandashrespondioacute Garduntildea solemnementendash iexclFiguraos si la cosa seraacute delicada cuando el sentildeor Corregidor y yo hacemos la batida por nosotros mismos Conque hasta luego buenas piezas y iexclmucho ojo

ndashVaya usted con Dios sentildeor Bastiaacutenndashrepusieron todos saludando a Garduntildea

ndashiexclMi estrella se eclipsandashmurmuroacute eacuteste al salir del Corregimientondash iexclHasta las mujeres me engantildean La Molinera se encaminoacute al lugar en busca de su esposo en vez de venirse a la ciudad iexclPobre Garduntildea iquestQueacute se ha hecho de tu olfato

Y discurriendo de este modo tomoacute la vuelta al molino

Razoacuten teniacutea el Alguacil para echar de menos su antiguo olfato pues que no venteoacute a un hombre que se escondiacutea en aquel momento detraacutes de unos mimbres a poca distancia de la ramblilla y el cual exclamoacute para su capote o maacutes bien para su

capa grana

ndashiexclGuarda Pablo iexclPor alliacute viene Garduntildea Es menester que no me vea

Era el tiacuteo Lucas vestido de Corregidor que se dirigiacutea a la ciudad repitiendo de vez en cuando su diaboacutelica frase

ndashiexclTambieacuten la Corregidora es guapa

Pasoacute Garduntildea sin verlo y el falso Corregidor dejoacute su escondite y penetroacute en la poblacioacuten Poco despueacutes llegaba el Alguacil al molino seguacuten dejamos indicado

XXVI Reaccioacuten El Corregidor seguiacutea en la cama tal y como acababa de verlo el tiacuteo Lucas por el ojo de la llave

ndashiexclQueacute bien sudo Garduntildea iexclMe he salvado de una enfermedadndashexclamoacute tan luego como penetroacute el Alguacil en la estanciandash iquestY la sentildeaacute Frasquita iquestHas dado con ella iquestViene contigo iquestHas hablado con la Sentildeora

ndashLa Molinera sentildeorndashrespondioacute Garduntildea con angustiado acentondash me engantildeoacute como a un pobre hombre pues no se fue a la ciudad sino al pueblecillo en busca de su esposo Perdone Usiacutea la torpeza

ndashiexclMejor iexclMejorndashdijo el madrilentildeo con los ojos chispeantes de maldadndash iexclTodo se ha salvado entonces Antes de que amanezca estaraacuten caminando para las caacuterceles de la Inquisicioacuten atados codo con codo el tiacuteo Lucas y la sentildeaacute Frasquita y alliacute se pudriraacuten sin tener a quien contarle sus aventuras de esta noche Traacuteeme la ropa Garduntildea que ya estaraacute seca iexclTraacuteemela y viacutesteme iexclEl amante se va a convertir en Corregidor

Garduntildea bajoacute a la cocina por la ropa

XXVII iexclFavor al Rey Entre tanto la sentildeaacute Frasquita el sentildeor Juan Loacutepez y Tontildeuelo avanzaban hacia el molino al cual llegaron pocos minutos despueacutes

ndashiexclYo entrareacute delantendashexclamoacute el alcalde de monterillandash iexclPara algo soy la autoridad Siacutegueme Tontildeuelo y usted sentildeaacute Frasquita espeacuterese a la puerta hasta que yo la llame

Penetroacute pues el sentildeor Juan Loacutepez bajo la parra donde vio a la luz de la luna un hombre casi jorobado vestido como soliacutea el Molinero con chupetiacuten y calzoacuten de pantildeo pardo faja negra medias azules montera murciana de felpa y el capote de monte al hombro

ndashiexclEl esndashgritoacute el Alcaldendash iexclFavor al Rey iexclEntreacuteguese usted tiacuteo Lucas

El hombre de la montera intentoacute meterse en el molino

ndashiexclDatendashgritoacute a su vez Tontildeuelo saltando sobre eacutel cogieacutendolo por el pescuezo aplicaacutendole una rodilla al espinazo y hacieacutendole rodar por tierra

Al mismo tiempo otra especie de fiera saltoacute sobre Tontildeuelo y agarraacutendolo de la cintura lo tiroacute sobre el empedrado y principioacute a darle de bofetones

Era la sentildeaacute Frasquita que exclamaba

ndashiexclTunante iexclDeja a mi Lucas

Pero en esto otra persona que habiacutea aparecido llevando del diestro una borrica metioacutese resueltamente entre los dos y tratoacute de salvar a Tontildeuelo

Era Garduntildea que tomando al alguacil del lugar por don Eugenio de Zuacutentildeiga le deciacutea a la Molinera

ndashiexclSentildeora respete usted a mi amo

Y la derribo de espaldas sobre el lugarentildeo

La sentildeaacute Frasquita vieacutendose entre dos fuegos descargoacute entonces a Garduntildea tal reveacutes en medio del estoacutemago que le hizo caer de boca tan largo como era

Y con eacutel ya eran cuatro las personas que rodaban por el suelo

El sentildeor Juan Loacutepez impediacutea entre tanto levantarse al supuesto tiacuteo Lucas tenieacutendole plantado un pie sobre los rintildeones

ndashiexclGarduntildea iexclSocorro iexclFavor al Rey iexclYo soy el Corregidorndashgritoacute al fin don Eugenio sintiendo que la pezuntildea del Alcalde calzada con albarca de piel de toro lo reventaba materialmente

ndashiexclEl Corregidor iexclPues es verdadndashdijo el sentildeor Juan Loacutepez lleno de asombro

ndashiexclEl Corregidorndashrepitieron todos

Y pronto estuvieron de pie los cuatro derribados

ndashiexclTodo el mundo a la caacutercelndashexclamoacute don Eugenio de Zuacutentildeigandash iexclTodo el mundo a la horca

ndashPero sentildeor ndashobservoacute el sentildeor Juan Loacutepez ponieacutendose de rodillasndash iexclPerdone Usiacutea que lo haya maltratado iquestCoacutemo habiacutea de conocer a Usiacutea con esa ropa tan ordinaria

ndashiexclBaacuterbarondashreplicoacute el Corregidorndash iexclAlguna habiacutea de ponerme iquestNo sabes ni que me han robado la miacutea iquestNo sabes que una compantildeiacutea de ladrones mandada por el tiacuteo Lucas

ndashiexclMiente ustedndashgritoacute la navarra

ndashEscuacutecheme usted sentildeaacute Frasquitandashle dijo Garduntildea llamaacutendola apartendash Con permiso del sentildeor Corregidor y la compantildea iexclSi usted no arregla esto nos van a ahorcar a todos empezando por el tiacuteo Lucas

ndashPues iquestqueacute ocurrendashpreguntoacute la sentildeaacute Frasquita

ndashQue el tiacuteo Lucas anda a estas horas por la ciudad vestido de Corregidor y que Dios sabe si habraacute llegado con su disfraz hasta el propio dormitorio de la Corregidora

Y el alguacil le refirioacute en cuatro palabras todo lo que ya sabemos

ndashiexclJesuacutesndashexclamoacute la Molinerandash iexclConque mi marido me cree deshonrada iexclConque ha ido a la ciudad a vengarse iexclVamos vamos a la ciudad y justificadme a los ojos de mi Lucas

ndashiexclVamos a la ciudad e impidamos que ese hombre hable con mi mujer y cuente todas las majaderiacuteas que se haya figuradondashdijo el Corregidor arrimaacutendose a una de las burrasndash Deacuteme usted un pie para montar sentildeor Alcalde

ndashVamos a la ciudad siacute ndashantildeadioacute Garduntildea iexcly quiera el cielo sentildeor Corrergidor que el tiacuteo Lucas amparado por su vestimenta se haya contentado con hablarle a la Sentildeora

ndashiquestQueacute dices desgraciadondashprorrumpioacute don Eugenio de Zuntildeigandash iquestCrees tuacute a ese villano capaz

ndashiexclDe todondashcontestoacute la sentildeaacute Frasquita

XXVIII iexclAve Mariacutea PurisimaiexclLas doce y

media y sereno Asiacute gritaba por las calles de la ciudad quien teniacutea facultades para tanto cuando la Molinera y el Corregidor cada cual en una de las burras del molino el sentildeor Juan Loacutepez en su mula y los dos alguaciles andando llegaron a la puerta del Corregimiento

La puerta estaba cerrada

Dijeacuterase que para el Gobierno lo mismo que para los gobernados habiacutea concluido todo por aquel diacutea

ndashiexclMalondashpensoacute Garduntildea

Y llamoacute con el aldaboacuten dos o tres veces

Pasoacute mucho tiempo y ni abrieron ni contestaron

La sentildeaacute Frasquita estaba maacutes amarilla que la cera

El Corregidor se habiacutea comido ya todas las untildeas de ambas manos

Nadie deciacutea una palabra

iexclPum iexclPum iexclPum golpes y maacutes golpes a la puerta

del Corregimiento (aplicados sucesivamente por los dos alguaciles y por el sentildeor Juan Loacutepez) iexclY nada iexclNo respondiacutea nadie iexclNo abriacutean iexclNo se moviacutea una mosca iexclSolo se oiacutea el claro rumor de los cantildeos de una fuente que habiacutea en el patio de la casa

Y de esta manera transcurriacutean minutos largos como eternidades

Al fin cerca de la una abrioacutese un ventanillo del piso segundo y dijo una voz femenina

ndashiquestQuieacuten

ndashEs la voz del ama de lechendashmurmuroacute Garduntildea

ndashiexclYondashrespondioacute don Eugenio de Zuacutentildeigandash iexclAbrid

Pasoacute un instante de silencio

ndashiquestY quieacuten es ustedndashreplicoacute luego la nodriza

ndashiquestPues no me estaacute usted oyendo iexclSoy el amo iexclEl Corregidor Hubo otra pausa

ndashiexclVaya usted mucho con Diosndashrepuso la buena mujerndash Mi amo vino hace una hora y se acostoacute en seguida iexclAcueacutestense ustedes tambieacuten y duerman el vino que tendraacuten en el cuerpo

Y la ventana se cerroacute de golpe

La sentildeaacute Frasquita se cubrioacute el rostro con las manos

ndashiexclAmandashtronoacute el Corregidor fuera de siacutendash iquestNo oye usted

que le digo que abra la puerta iquestNo oye usted que soy yo iquestQuiere usted que la ahorque tambieacuten

La ventana volvioacute a abrirse

ndashPero vamos a verndashexpuso el amandash iquestQuieacuten es usted para dar esos gritos

ndashiexclSoy el Corregidor

ndashiexclDale bola iquestNo le digo a usted que el sentildeor Corregidor vino antes de las doce y que yo lo vi con mis propios ojos encerrarse en las habitaciones de la Sentildeora iquestSe quiere usted divertir conmigo iexclPues espere usted y veraacute lo que le pasa

Al mismo tiempo se abrioacute repentinamente la puerta y una nube de criados y ministriles provistos de sendos garrotes se lanzoacute sobre los de afuera exclamando furiosamente

ndashiexclA ver iquestDoacutende estaacute ese que dice que es el Corregidor iquestDoacutende estaacute ese chusco iquestDoacutende estaacute ese borracho

Y se armo un liacuteo de todos los demonios en medio de la oscuridad sin que nadie pudiera entenderse y no dejando de recibir algunos palos el Corregidor Garduntildea el sentildeor Juan Loacutepez y Tontildeuelo

Era la segunda paliza que le costaba a don Eugenio su aventura de aquella noche ademas del remojoacuten que se dio en el caz del molino

La sentildeaacute Frasquita apartada de aquel laberinto lloraba por la primera vez de su vida

ndashiexclLucas iexclLucasndashdeciacuteandash iexclY has podido dudar de miacute iexclY has podido estrechar en tus brazos a otra iexclAh iexclNuestra desventura no tiene ya remedio

XXIX Post nubila Diana

ndashiquestQueacute escaacutendalo es estendashdijo al fin una voz tranquila majestuosa y de gracioso timbre resonando encima de aquella barauacutenda

Todos levantaron la cabeza y vieron a una mujer vestida de negro asomada balcoacuten principal del edificio

ndashiexclLa Sentildeorandashdijeron los criados suspendiendo la retreta de palos

ndashiexclMi mujerndashtartamudeoacute don Eugenio

ndashQue pasen esos ruacutesticos El sentildeor Corregidor dice que lo permitendashagregoacute la Corregidora

Los criados cedieron paso y el de Zuacutentildeiga y sus acompantildeantes penetraron en el portal y tomaron por la escalera arriba

Ninguacuten reo ha subido al patiacutebulo con paso tan inseguro y semblante tan denudado como el Corregidor subiacutea las escaleras de su casa Sin embargo la idea de su deshonra principiaba ya a descollar con noble egoiacutesmo por encima de todos los infortunios que habiacutea causado y que lo afiacuteigiacutean y sobre las demaacutes ridiculeces de la situacioacuten en que se hallaba

ndashiexclAntes que todondashiba pensandondash soy un Zuacutentildeiga y un Ponce

de Leoacuten iexclAy de aquellos que lo hayan echado en olvido iexclAy de mi mujer si ha mancillado mi nombre

XXX Una sentildeora de clase

La Corregidora recibioacute a su esposo y a la ruacutestica comitiva en el saloacuten principal del Corregimiento

Estaba sola de pie y con los ojos clavados en la puerta

Eacuterase una principaliacutesima dama bastante joven todaviacutea de plaacutecida y severa hermosura maacutes propia del pincel cristiano que del cincel gentiacutelico y estaba vestida con toda la nobleza y seriedad que consentiacutea el gusto de la eacutepoca Su traje de corta y estrecha falda y mangas huecas y subidas era de alepiacuten negro una pantildeoleta de blonda blanca algo amarillenta velaba sus admirables hombros y larguiacutesimos maniquetes o mitones de tul negro cubriacutean la mayor parte sus alabastrinos brazos Abanicaacutebase majestuosamente con un pericoacuten enorme traiacutedo de las islas Filipinas y empuntildeaba con la otra mano un pantildeuelo de encaje cuyos cuatro picos colgaban simeacutetricamente con una regularidad solo comparable a la de su actitud y menores movimientos

Aquella hermosa mujer teniacutea algo de reina y mucho de abadesa e infundiacutea por ende veneracioacuten y miedo a cuantos la miraban Por lo demaacutes el atildamiento de su traje a semejante hora la gravedad de su continente y las muchas luces que alumbraban el saloacuten demostraban que la Corregidora se habiacutea esmerado en dar a aquella escena una solemnidad teatral y un tinte ceremonioso que contrastasen con el caraacutecer villano y grosero de la aventura de su marido

Advertiremos finalmente que aquella sentildeora se llamaba dontildea Mercedes Carrillo de Albornoz y Espinosa de los Monteros y que era hija nieta biznieta tataranieta y hasta vigeacutesima nieta de la ciudad como descendiente de sus ilustres conquistadores Su familia por razones de vanidad mundana la habiacutea inducido a casarse con el viejo y acaudalado Corregidor y ella que de otro modo hubiera sido monja pues su vocacioacuten natural la iba llevando al claustro consintioacute en aquel doloroso sacrificio

A la sazoacuten teniacutea ya dos vaacutestagos del arriscado madrilentildeo y auacuten se susurraba que habiacutea otra vez moros en la costa

Conque volvamos a nuestro cuento

XXXI La pena del talioacutenndashiexclMercedesndashexclamoacute el Corregidor al comparecer delante de su esposa

ndashiexclHola tiacuteo Lucas iquestUsted por aquiacutendashdiacutejole la Corregidora interrumpieacutendolendash iquestOcurre alguna desgracia en el molino

ndashiexclSentildeora no estoy para chanzasndashrepuso el Corregidor hecho una fierandash Antes de entrar en explicaciones por mi parte necesito saber queacute ha sido de mi honor

ndashiexclEsa no es cuenta miacutea iquestAcaso me lo ha dejado usted a miacute en depoacutesito

ndashSiacute sentildeora iexclA ustedndashreplicoacute don Eugeniondash iexclLas mujeres son las depositarias del honor de sus maridos

ndashPues entonces mi querido tiacuteo Lucas preguacutentele usted a su mujer Precisamente nos estaacute escuchando

La sentildeaacute Frasquita que se habiacutea quedado a la puerta del saloacuten lanzoacute una especie de rugido

ndashPase usted sentildeora y sieacutentesendashantildeadioacute la Corregidora dirigieacutendose a la Molinera con dignidad soberana

Y por su parte encaminoacutese al sofaacute

La generosa navarra supo comprender desde luego toda la grandeza de la actitud de aquella esposa injuriada e injuriada

acaso doblemente Asiacute es que alzaacutendose en el acto a igual altura dominoacute sus naturales iacutempetus y guardoacute un silencio decoroso Esto sin contar con que la sentildeaacute Frasquita segura de su inocencia y de su fuerza no teniacutea prisa de defenderse teniacuteala siacute de acusar mucha pero no ciertamente a la Corregidora iexclCon quien ella deseaba ajustar cuentas era con el tiacuteo Lucas y el tiacuteo Lucas no estaba alliacute

ndashSentildeaacute Frasquitandashrepitioacute la noble dama al ver que la Molinera no se habiacutea movido de su sitiondash le he dicho a usted que puede pasar y sentarse

Esta segunda indicacioacuten fue hecha con voz maacutes afectuosa y sentida que la primera Dijeacuterase que la Corregidora habiacutea adivinado tambieacuten por instinto al fijarse en el reposado continente y en la varonil hermosura de aquella mujer que no iba a habeacuterselas con un ser bajo y despreciable sino quizaacute maacutes bien con otra infortunada como ella iexclinfortunada siacute por el solo hecho de haber conocido al Corregidor

Cruzaron pues sendas miradas de paz y de indulgencia aquellas dos mujeres que se consideraban dos veces rivales y notaron con gran sorpresa que sus almas se aplacieron la una en la otra como dos hermanas que se reconocen

No de otro modo se divisan y saludan a lo lejos las castas nieves de las encumbradas montantildeas

Saboreando estas dulces emociones la Molinera entroacute majestuosamente en el saloacuten y se sentoacute en el filo de una silla

A su paso por el molino previendo que en la ciudad tendriacutea que hacer visitas de importancia se habiacutea arreglado un poco y

pueacutestose una mantilla de franela negra con grandes felpones que le sentaba divinamente Pareciacutea toda una sentildeora

Por lo que toca al Corregidor dicho se estaacute que habiacutea guardado silencio durante aquel episodio El rugido de la sentildeaacute Frasquita y su aparicioacuten en la escena no habiacutean podido menos de sobresaltarlo iexclAquella mujer le causaba ya maacutes terror que la suya propia

ndashConque vamos tiacuteo Lucasndashprosiguioacute dontildea Mercedes dirigieacutendose a su maridondash Ahiacute tiene usted a la sentildeaacute Frasquita iexclPuede usted volver a formular demanda iexclPuede usted preguntarle aquello de su honra

ndashMercedes iexclpor los clavos de Cristondashgritoacute el Corregidorndash iexclMira que tuacute no sabes de lo que soy capaz iexclNuevamente te conjuro a que dejes la broma y me digas todo lo que ha pasado aquiacute durante mi ausencia iquestDoacutende estaacute ese hombre

ndashiquestQuieacuten iquestMi marido Mi marido se estaacute levantando y ya no puede tardar en venir

ndashiexclLevantaacutendosendashbramoacute don Eugenio

ndashiquestSe asombra usted iquestPues doacutende queriacutea usted que estuviese a estas horas hombre de bien sino en su casa en su cama y durmiendo con su legiacutetima consorte como manda Dios

ndashiexclMerceditas iexclVe lo que te dices iexclRepara en que nos estaacuten oyendo iexclRepara en que soy el Corregidor

ndashiexclA miacute no me deacute usted voces tiacuteo Lucas o mandareacute a los alguaciles que lo lleven a la caacutercelndashreplicoacute la Corregidora

ponieacutendose de pie

ndashiexclYo a la caacutercel iexclYo iexclEl Corregidor de la ciudad

ndashEl Corregidor de la ciudad el representante de la Justicia el apoderado del Reyndashrepuso la gran sentildeora con una severidad y una energiacutea que ahogaron la voz del fingido Molinerondashllegoacute a su casa a la hora debida a descansar de las nobles tareas de su oficio para seguir mantildeana amparando la honra y la vida de los ciudadanos la santidad del hogar y el recato de las mujeres impidiendo de este modo que nadie pueda entrar disfrazado de Corregidor ni de ninguna otra cosa en la alcoba de la mujer ajena que nadie pueda sorprender a la virtud de su descuidado reposo que nadie pueda abusar de su casto suentildeo

ndashiexclMerceditas iquestQueacute es lo que profieresndashsilboacute el Corregidor con labios y enciacuteasndash iexclSi es verdad que ha pasado en mi casa direacute que eres una picara una peacuterfida una licenciosa

ndashiquestCon quieacuten habla este hombrendashprorrumpioacute la Corregidora desdentildeosamente y pasando la vista por todos los circunstantesndash iquestQuieacuten es este loco iquestQuieacuten es este ebrio iexclNi siquiera puedo ya creer que sea un honrado molinero como el tiacuteo Lucas a pesar de que viste su traje de villano SentildeorJuan Loacutepez creacuteame ustedndashcontinuoacute encaraacutendose con el alcalde de monterilla que estaba aterradondash mi marido el Corregidor de la ciudad llegoacute a esta su casa hace dos horas con su sombrero de tres picos su capa de grana su espadiacuten de caballero y su bastoacuten de autoridad Los criados y alguaciles que me escuchan se levantaron y lo saludaron al verlo pasar por el portal por la escalera y por el recibimiento Cerraacuteronse en seguida todas las puertas y desde entonces no ha penetrado nadie en mi hogar hasta que llegaron ustedes iquestEs esto cierto Responded vosotros

ndashiexclEs verdad iexclEs muy verdadndashcontestaron la nodriza los domeacutesticos y los ministriles todos los cuales agrupados a la puerta del saloacuten presenciaban aquella singular escena

ndashiexclFuera de aquiacute todo el mundondashgritoacute don Eugenio echando espumarajos de rabiandash iexclGarduntildea iexclGarduntildea iexclVen y prende a estos viles que me estaacuten faltando al respeto iexclTodos a la caacutercel iexclTodos a la horca

Garduntildea no pareciacutea por ningun lado

ndashAdemaacutes sentildeorndashcontinuoacute dontildea Mercedes cambiando de tono y dignaacutendose ya mirar a su marido y tratarle como a tal temerosa de que las chanzas llegaran a irremediables extremosndash Supongamos que usted es mi esposo Supongamos que usted es don Eugenio de Zuacutentildeiga y Ponce de Leoacuten

ndashiexclLo soy

ndashSupongamos ademaacutes que me cupiese alguna culpa en haber tomado por usted al hombre que penetroacute en mi alcoba vestido de Corregidor

ndashiexclInfamesndashgritoacute el viejo echando mano a la espada y encontraacutendose soacutelo con el sitio o sea con la faja del molinero murciano

La navarra se tapoacute el rostro con un lado de la mantilla para ocultar las llamaradas de sus celos

ndashSupongamos todo lo que usted quierandashcontinuoacute dontildea Mercedes con una impasibilidad inexplicable Pero diacutegame usted ahora sentildeor miacuteo iquestTendriacutea usted derecho a quejarse iquestPodriacutea

usted acusarme como fiscal iquestPodriacutea usted sentenciarme como juez iquestViene usted de confesar iquestViene usted de oiacuter misa iquestO de doacutende viene usted con ese traje iquestDe doacutende viene usted con esa sentildeora iquestDoacutende ha pasado usted la mitad de la noche

ndashCon permisondashexclamoacute la sentildeaacute Frasquita ponieacutendose de pie como empujada por un resorte y atravesaacutendose arrogantemente entre la Corregidora y su marido

Eacuteste que iba a hablar se quedoacute con la boca abierta al ver que la navarra entraba en fuego

Pero dontildea Mercedes se anticipoacute y dijo

ndashSentildeora no se fatigue usted en darme a miacute explicaciones iexclYo no se las pido a usted ni mucho menos Alliacute viene quien puede pediacuterselas a justo tiacutetulo iexclEntieacutendase usted con eacutel

Al mismo tiempo se abrioacute la puerta de un gabinete y aparecioacute en ella el tiacuteo Lucas vestido de Corregidor de pies a cabeza y con bastoacuten guantes y espadiacuten como si se presentase en las Salas de Cabildo

XXXII La fe mueve la montantildeas

ndashTengan ustedes muy buenas nochesndashpronuncioacute el recieacuten llegado quitaacutendose el sombrero de tres picos y hablando con la boca sumida como soliacutea don Eugenio de Zuacutentildeiga

En seguida se adelantoacute por el saloacuten balanceaacutendose en todos sentidos y fue a besar la mano de la Corregidora

Todos se quedaron estupefactos El parecido del tiacuteo Lucas con el verdadero Corregidor era maravilloso

Asiacute es que la servidumbre y hasta el mismo sentildeor Juan Loacutepez no pudieron contener la carcajada

Don Eugenio sintioacute aquel nuevo agravio y se lanzoacute sobre el tiacuteo Lucas como un basilisco

Pero la sentildeaacute Frasquita metioacute el montante apartando al Corregidor con el brazo de marras y Su Sentildeoriacutea en evitacioacuten de otra voltereta y del consiguiente ludibrio se dejoacute atropellar sin decir oxte ni moxte Estaba visto que aquella mujer habiacutea nacido para domadora del pobre viejo

El tiacuteo Lucas se puso maacutes paacutelido que la muerte al ver que su mujer se le acercaba pero luego se dominoacute y con una risa tan horrible que tuvo que llevarse la mano al corazoacuten para que no se le hiciese pedazos dijo remedando siempre al Corregidor

ndashiexclDios te guarde Frasquita iquestLe has enviado ya a tu sobrino el nombramiento

iexclHubo que ver entonces a la navarra Tiroacutese la mantilla atraacutes levantoacute la frente con soberaniacutea de leona y clavando en el falso Corregidor dos ojos como dos puntildeales

ndashiexclTe desprecio Lucasndashle dijo en mitad de la cara

Todos creyeron que le habiacutea escupido

iexclTal gesto tal ademaacuten y tal tono de voz acentuaron aquella frase

El rostro del Molinero se transfiguroacute al oiacuter la voz de su mujer Una especie de inspiracioacuten semejante a la de la fe religiosa habiacutea penetrado en su alma inundaacutendola de luz y de alegriacutea Asiacute es que olvidaacutendose por un momento de cuanto habiacutea visto y creiacutedo ver en el molino exclamoacute con las laacutegrimas en los ojos y la sinceridad en los labios

ndashiquestConque tuacute eres mi Frasquita

ndashiexclNondashrespondioacute la navarra fuera de siacutendash iexclYo no soy ya tu Frasquita Yo soy iexclPreguacutentaselo a tus hazantildeas de esta noche y ellas te diraacuten lo que has hecho del corazoacuten que tanto te queriacutea

Y se echoacute a llorar como una montantildea de hielo que se hunde y principia a derretirse

La Corregidora se adelantoacute hacia ella sin poder contenerse y la estrechoacute en sus brazos con el mayor carintildeo

La sentildeaacute Frasquita se puso entonces a besarla sin saber tampoco

lo que se haciacutea dicieacutendole entre sus sollozos como una nintildea que busca el amparo de su madre

ndashiexclSentildeora sentildeora iexclQueacute desgraciada soy

ndashiexclNo tanto como usted se figurandashcontestaacutebale la Corregidora llorando tambien generosamente

ndashiexclYo siacute que soy desgraciadondashgemiacutea al mismo tiempo el tiacuteo Lucas andando a puntildeetazos con sus laacutegrimas como avergonzado de verterlas

ndashPues iquesty yondashprorrumpioacute al fin don Eugenio sintieacutendose ablandado por el contagioso lloro de los demaacutes o esperando salvarse tambieacuten por la viacutea huacutemeda quiero decir por la viacutea del llantondash iexclAh yo soy un piacutecaro iexclun monstruo iexclun calavera deshecho que ha llevado su merecido

Y rompioacute a berrear tristemente abrazado a la barriga del sentildeor Juan Loacutepez

Y este y los criados lloraban de igual manera y todo pareciacutea concluido y sin embargo nadie se habiacutea explicado

XXXIII Pues iquesty tuacuteEl tiacuteo Lucas fue el primero que salioacute a flote en aquel mar de laacutegrimas

Era que empezaba a acordarse otra vez de lo que habiacutea visto por el ojo de la llave

ndashiexclSentildeores vamos a cuentasndashdijo de pronto

ndashNo hay cuentas que valgan tiacuteo Lucasndashexclamoacute la Corregidorandash iexclSu mujer de usted es una bendita

ndashBien siacute pero

ndashiexclNada de pero Deacutejela usted hablar y veraacute como se justifica Desde que la vi me dio el corazoacuten que era una santa a pesar de todo lo que usted me habiacutea contado

ndashiexclBueno que hablendashdijo el tiacuteo Lucas

ndashiexclYo no hablondashcontestoacute la Molinerandash iexclEl que tiene que hablar eres tuacute Porque la verdad es que tuacute

Y la sentildeaacute Frasquita no dijo maacutes por impediacuterselo el invencible respeto que le inspiraba la Corregidora

ndashPues iquesty tuacutendashrespondioacute el tiacuteo Lucas perdiendo de nuevo toda fe

ndashAhora no se trata de ellandashgritoacute el Corregidor tornando

tambieacuten a sus celosndash iexclSe trata de usted y de esta sentildeora iexclAh Merceditas iquestQuieacuten habiacutea de decirme que tuacute

ndashPues iquesty tuacutendashrepuso la Corregidora midieacutendolo con la vista

Y durante algunos momentos los dos matrimonios repitieron cien veces las mismas frases

ndashiquestY tuacute

ndashiquestPues y tuacute

ndashiexclVaya que tuacute

ndashiexclNo que tuacute

ndashPero iquestcoacutemo has podido tuacute

Etceacutetera etc etc

La cosa hubiera sido interminable si la Corregidora revistieacutendose de dignidad no dijese por uacuteltimo a don Eugenio

ndashiexclMira caacutellate tuacute ahora Nuestra cuestioacuten particular la ventilaremos maacutes adelante Lo que urge en este momento es devolver la paz al corazoacuten del tiacuteo Lucas cosa muy faacutecil a mi juicio pues alliacute distingo al sentildeor Juan Loacutepez y a Tontildeuelo que estaacuten saltando por justificar a la sentildeaacute Frasquita

ndashiexclYo no necesito que me justifiquen los hombresndashrespondioacute estandash Tengo dos testigos de mayor creacutedito a quien no se diraacute que he seducido ni sobornado

ndashiquestY doacutende estaacutenndashpreguntoacute el Molinero

ndashEstaacuten abajo en la puerta

ndashPues diles que suban con permiso de esta sentildeora

ndashLas pobres no pueden subir

ndashiexclAh iexclSon dos mujeres iexclVaya un testimonio fidedigno

ndashTampoco son dos mujeres Solo son dos hembras

ndashiexclPeor que peor iexclSeraacuten dos nintildeas Hazme el favor de dearme sus nombres

ndashLa una se llama Pintildeona y la otra Liviana

ndashiexclNuestras dos burras Frasquita iquestte estaacutes riendo de miacute

ndashNo que estoy hablando muy formal Yo puedo probarte con el testimonio de nuestras burras que no me hallaba en el molino cuando tuacute viste en eacutel al sentildeor Corregidor

ndashiexclPor Dios te pido que te expliques

ndashiexclOye Lucas y mueacuterete de verguumlenza por haber dudado de mi honradez Mientras tuacute ibas esta noche desde el lugar a nuestra casa yo me dirigiacutea desde nuestra casa al lugar y por consiguiente nos cruzamos en el camino Pero tuacute marchabas fuera de eacutel o por mejor decir te habiacuteas detenido a echar unas yescas en medio de un sembrado

ndashiexclEs verdad que me detuve Continuacutea

ndashEn esto rebuznoacute tu borrica

ndashiexclJustamente iexclAh queacute feliz soy iexclHabla habla que cada palabra tuya me devuelve un antildeo de vida

ndashY a aquel rebuzno contestoacute otro en el camino

ndashiexclOh siacute siacute iexclBendita seas iexclMe parece estarlo oyendo

ndashEran Liviana y Pintildeona que se habiacutean reconocido y se saludaban como buenas amigas mientras que nosotros dos ni nos saludamos ni nos reconocimos

ndashiexclNo me digas maacutes iexclNo me digas maacutes

ndashTan no nos reconocimosndashcontinuoacute la senaacute Frasquitandash que los dos nos asustamos y salimos huyendo en direcciones contrarias iexclConque ya ves que yo no estaba en el molino Si quieres saber ahora por queacute encontraste al sentildeor Corregidor en nuestra cama tienta esas ropas que llevas puestas y que todaviacutea estaraacuten huacutemedas y te lo diraacuten mejor que yo iexclSu Sentildeoriacutea se cayoacute al caz del molino y Garduntildea lo desnudoacute y lo acostoacute alliacute Si quieres saber por queacute abriacute la puerta fue porque creiacute que eras tuacute el que se ahogaba y me llamaba a gritos Y en fin si quieres saber lo del nombramiento Pero no tengo maacutes que decir por la presente Cuando estemos solos te enterareacute de eacuteste y otros particulares que no debo referir delante de esta sentildeora

ndashiexclTodo lo que ha dicho la sentildeaacute Frasquita es la pura verdadndashgritoacute el sentildeor Juan Loacutepez deseando congraciarse con dontildea Mercedes visto que ella imperaba en el Corregimlento

ndashiexclTodo iexclTodondashantildeadioacute Tontildeuelo siguiendo la corriente a su amo

ndashiexclHasta ahora todondashagregoacute el Corregidor muy complacido de que las explicaciones de la navarra no hubieran ido maacutes lejos

ndashiexclConque eres inocentendashexclamaba en tanto el tiacuteo Lucas rindieacutendose a la evidenciandash iexclFrasquita miacutea Frasquita de mi alma iexclPerdoacutename la injusticia y deja que te deacute un abrazo

ndashiexclEsa es harina de otro costalndashcontestoacute la Molinera hurtando el cuerpondash Antes de abrazarte necesito oiacuter tus explicaciones

ndashYo las dareacute por eacutel y por miacutendashdijo dontildea Mercedes

ndashiexclHace una hora que las estoy esperandondashprofirioacute el Corregidor tratando de erguirse

ndashPero no las dareacutendashcontinuoacute la Corregidora volviendo la espalda desdentildeosamente a su maridondashhasta que estos sentildeores hayan descambiado vestimentas y aun entonces se las dareacute tan solo a quien merezca oiacuterlas

ndashVamos vamos a descambiarndashdiacutejole el murciano a don Eugenio alegraacutendose mucho de no haberlo asesinado pero mirandolo todaviacutea con un odio verdaderamente moriscondash iexclEl traje de vuestra sentildeoriacutea me ahoga iexclHe sido muy desgraciado mientras lo he tenido puesto

ndashiexclPorque no lo entiendesndashrespondioacutele el Corregidorndash iexclYo estoy en cambio deseando poneacutermelo para ahorcarte a ti y a medio mundo si no me satisfacen las exculpaciones de mi mujer

La Corregidora que oyoacute estas palabras tranquilizoacute a la reunioacuten con una suave sonrisa propia de aquellos afanados aacutengeles cuyo ministerio es guardar a los hombres

XXXIV Tambien la Corregidora es guapa

Salido que hubieron de la sala el Corregidor y el tiacuteo Lucas sentoacutese de nuevo la Corregidora en el sofaacute colocoacute a su lado a la sentildeaacute Frasquita y dirigieacutendose a los domeacutesticos y ministriles que obstruiacutean la puerta les dijo con afable sencillez

ndashiexclVaya muchachos Contad ahora vosotros a esta excelente mujer todo lo malo que sepaacuteis de miacute

Avanzoacute el cuarto estado y diez voces quisieron hablar a un mismo tiempo pero el ama de leche como la persona que maacutes alas teniacutea en la casa impuso silencio a los demaacutes y dijo de esta manera

ndashHa de saber usted sentildeaacute Frasquita que estaacutebamos yo y mi Sentildeora esta noche al cuidado de los nintildeos esperando a ver si veniacutea el amo y rezando el tercer rosario para hacer tiempo (pues la razoacuten traiacuteda por Garduntildea habiacutea sido que andaba el sentildeor Corregidor detraacutes de unos facinerosos terribles y no era cosa de acostarse hasta verlo entrar sin novedad) cuando sentimos ruido de gente en la alcoba inmediata que es donde mis sentildeores tienen su cama de matrimonio Cogimos la luz muertas de miedo y fuimos a ver quieacuten andaba en la alcoba cuando iexclay Virgen del Carmen al entrar vimos que un hombre vestido como mi sentildeor pero que no era eacutel (iexclcomo que era su marido de usted) trataba de esconderse debajo de la cama iexclLadrones principiamos a gritar desaforadamente y un momento despueacutes la habitacioacuten estaba llena de gente y los alguaciles sacaban arrastrando de su

escondite al fingido Corregidor Mi Sentildeora que como todos habiacutea reconocido al tiacuteo Lucas y que lo vio con aquel traje temioacute que hubiese matado al amo y empezoacute a dar unos lamentos que partiacutean las piedras iexclA la caacutercel iexclA la caacutercel deciacuteamos entre tanto los demaacutes iexclLadroacuten iexclAsesino era la mejor palabra que oiacutea el tiacuteo Lucas y asiacute es que estaba como un difunto arrimado a la pared sin decir esta boca es miacutea Pero viendo luego que se lo llevaban a la caacutercel dijo lo que voy a repetir aunque verdadaderamente mejor seriacutea para callado Sentildeora yo no soy ladroacuten ni asesino el ladroacuten y el asesino de mi honra estaacute en mi casa acostado con mi mujer

ndashiexclPobre Lucasndashsuspiroacute la sentildeaacute Frasquita

ndashiexclPobre de miacutendashmurmuroacute la Corregidora tranquilamente

ndashEso dijimos todos iexclPobre tiacuteo Lucas y pobre Sentildeora Porque la verdad sentildeaacute Frasquita ya teniacuteamos idea de que mi sentildeor habiacutea puesto los ojos en usted y aunque nadie se figuraba que usted

ndashiexclAmandashexclamoacute severamente la Corregidorandash iexclNo siga usted por ese camino

ndashContinuareacute yo por el otrondashdijo un alguacil aprovechando aquella coyuntura para apoderarse de la palabrandash El tiacuteo Lucas (que nos engantildeoacute de lo lindo con su traje y su manera de andar cuando entroacute en la casa tanto que todos lo tomamos por el sentildeor Corregidor) no habiacutea venido con muy buenas intenciones que digamos y si la Sentildeora no hubiera estado levantada figuacuterese usted lo que habria sucedido

ndashiexclVamos iexclCaacutellate tuacute tambieacutenndashinterrumpioacute la cocinerandash iexclNo estaacutes diciendo mas que tonteriacuteas Pues si sentildeaacute Frasquita el tiacuteo

Lucas para explicar su presencia en la alcoba de mi ama tuvo que confesar las intenciones que traiacutea iexclPor cierto que la Sentildeora no se pudo contener al oiacuterlo y le arrimoacute una bofetada en medio de la boca que le dejoacute la mitad de las palabras dentro del cuerpo Yo misma lo lleneacute de insultos y denuestos y quise sacarle los ojos Porque ya conoce usted sentildeaacute Frasquita que aunque sea su marido de usted eso de venir con sus manos lavadas

ndashiexclEres una bachillerandashgritoacute el portero ponieacutendose delante de la oradorandash iquestQueacute maacutes hubieras querido tuacute En fin sentildeaacute Frasquita oigame usted a miacute y vamos al asunto La Sentildeora hizo y dijo lo que debiacutea pero luego calmado ya su enojo compadecioacutese del tiacuteo Lucas y paroacute mientes en el mal proceder del sentildeor Corregidor viniendo a pronunciar estas o parecidas palabras Por infame que haya sido su pensamiento de usted tiacuteo Lucas y aunque nunca podreacute perdonar tanta insolencia es menester que su mujer de usted y mi esposo crean durante algunas horas que han sido cogidos en sus propias redes y que usted auxiliado por ese disfraz les ha devuelto afrenta por afrenta iexclNinguna venganza mejor podemos tomar de ellos que este engantildeo tan faacutecil de desvanecer cuando nos acomode Adoptada tan graciosa resolucioacuten la Sentildeora y el tiacuteo Lucas nos aleccionaron a todos de lo que teniacuteamos que hacer y decir cuando volviese Su Sentildeoriacutea iexcly por cierto que yo le he pegado a Sebastiaacuten Garduntildea tal palo en la rabadilla que creo no se le olvidaraacute en mucho tiempo la noche de San Simoacuten y San Judas

Cuando el portero dejoacute de hablar ya haciacutea rato que la Corregidora y la Molinera cuchicheaban al oiacutedo abrazaacutendose y besaacutendose a cada momento y no pudiendo en ocasiones contener la risa

iexclLaacutestima que no se oyera lo que hablaban Pero el lector se lo figuraraacute sin gran esfueno y si no el lector la lectora

XXXV Decreto ImperialRegresaron en esto a la sala el Corregidor y el tiacuteo Lucas vestido cada cual con su propia ropa

ndashAhora me toca a miacutendashentroacute diciendo el insigne don Eugenio de Zuacutentildeiga

Y despueacutes de dar en el suelo un par de bastonazos como para recobrar su energiacutea (a guisa de Anteo oficial que no se sentiacutea fuerte hasta que su cantildea de Indias tocaba en la tierra) diacutejole a la Corregidora con un eacutenfasis y una frescura indescriptibles

ndashiexclMerceditas estoy esperando tus explicaciones Entre tanto la Molinera se habiacutea levantado y le tiraba al tiacuteo Lucas un pellizco de paz que le hizo ver estrellas miraacutendolo al mismo tiempo con desenojados y hechiceros ojos

El Corregidor que observara aquella pantomima quedoacutese hecho una pieza sin acertar a explicarse una reconciliacioacuten tan inmotivada

Dirigioacutese pues de nuevo a su mujer y le dijo hecho un vinagre

ndashiexclSentildeoral iexclTodos se entienden menos nosotros Saacutequeme usted de dudas iexclSe lo mando como marido y como Corregidor

Y dio otro bastonazo en el suelo

ndashiquestConque se marcha ustedndashexclamoacute dontildea Mercedes acercaacutendose a la sentildeaacute Frasquita y sin hacer caso de don

Eugeniondash Pues vaya usted descuidada que este escaacutendalo no tendraacute ningunas consecuencias iexclRosa alumbra a estos sentildeores que dicen que se marchan Vaya usted con Dios tiacuteo Lucas

ndashiexclOh nondashgritoacute el de Zuacutentildeiga interponieacutendosendash iexclLo que es el tiacuteo Lucas no se marcha iexclEl tiacuteo Lucas queda arrestado hasta que sepa yo toda la verdad iexclHola alguaciles iexclFavor al Rey

Ni un solo ministro obedecioacute a don Eugenio Todos miraban a la Corregidora

ndashiexclA ver hombre iexclDeja el paso librendashantildeadioacute eacutesta pasando casi sobre su marido y despidiendo a todo el mundo con la mayor finura es decir con la cabeza ladeada cogieacutendose la falda con la punta de los dedos y agachandose graciosamente hasta completar la reverencia que a la sazoacuten estaba de moda y que se llamaba la pompa

ndashPero yo Pero tuacute Pero nosotros Pero aquellosndashseguiacutea mascullando el vejete tiraacutendole a su mujer del vestido y perturbando sus cortesiacuteas mejor iniciadas

iexclInuacutetil aiacuteaacuten iexclNadie haciacutea caso de Su Sentildeoriacutea

Marchado que se hubieron todos y solos ya en el saloacuten los desavenidos conyuges la Corregidora se dignoacute al fin decirle a su esposo con el acento que hubiera empleado una Czarina de todas las Rusias para fulminar sobre un ministro caiacutedo la orden de perpetuo destierro a la Siberia

ndashMil antildeos que vivas ignoraraacutes lo que ha pasado esta noche en mi alcoba Si hubieras estado en ella como era regular no tendriacuteas necesidad de preguntaacuterselo a nadie Por lo que a miacute toca no hay

ya ni habraacute jamaacutes razoacuten ninguna que me obligue a satisfacerte pues te desprecio de tal modo que si no fueras el padre de mis hijos te arrojariacutea ahora mismo por ese balcoacuten como te arrojo para slempre de mi dormitorio Conque buenas noches caballero

Pronunciadas estas palabras que don Eugenio oyoacute sin pestantildeear (pues lo que es a solas no se atreviacutea con su mujer) la Corregidora penetroacute en el gabinete y del gabinete pasoacute a la alcoba cerrando las puertas detraacutes de siacute y el pobre hombre se quedoacute plantado en medio de la sala murmurando entre enciacuteas (que no entre dientes) y con un cinismo de que no habraacute habido otro ejemplo

ndashiexclPues sentildeor no esperaba yo escapar tan bien iexclGarduntildea me buscaraacute acomodo

XXXVI Conclusioacuten moraleja y epiacutelogo

Piaban los pajarillos saludando el alba cuando el tiacuteo Lucas y la sentildeaacute Frasquita saliacutean de la ciudad con direccioacuten a su molino

Los esposos iban a pie y delante de ellos caminaban apareadas las dos burras

ndashEl domingo tienes que ir a confesar (le deciacutea la Molinera a su marido) pues necesitas limpiarte de todos tus malos juicios y criminales propoacutesitos de esta noche

ndashHas pensado muy bienndashcontestoacute el Molinerondash Pero tuacute entre tanto vas a hacerme otro favor y es dar a los pobres los colchones y ropa de nuestra cama y ponerla toda de nuevo iexclYo no me acuesto donde ha sudado aquel bicho venenoso

ndashiexclNo me lo nombres Lucasndashreplicoacute la sentildeaacute Frasquitandash Conque hablemos de otra cosa Quisiera merecerte un segundo favor

ndashPide por esa boca

ndashEl verano que viene vas a llevarme a tomar los bantildeos del Solaacuten de Cabras

ndashiquestPara queacute

ndashPara ver si tenemos hijos

ndashiexclFeliciacutesima idea Te llevareacute si Dios nos da vida

Y con esto llegaron al molino a punto que el sol sin haber salido todaviacutea doraba ya las cuacutespides de las montantildeas

A la tarde con gran sorpresa de los esposos que no esperaban nuevas visitas de altos personajes despueacutes de un escaacutendalo como el de la precedente noche concurrioacute al molino maacutes sentildeoriacuteo que nunca El venerable Prelado muchos Canoacutenigos el Jurisconsulto dos Priores de frailes y otras vanas personas (que luego se supo habiacutean sido convocadas alliacute por Su Sentildeoriacutea Ilustriacutesima) ocuparon materialmente la plazoletilla del emparrado

Soacutelo faltaba el Corregidor

Una vez reunida la tertulia el sentildeor Obispo tomoacute la palabra y dijo que por lo mismo que habiacutean pasado ciertas cosas en aquella casa sus Canoacutenigos y eacutel seguiriacutean yendo a ella lo mismo que antes para que ni los honrados Molineros ni las demaacutes personas alliacute presentes participasen de la censura puacutebhca soacutelo merecida por aqueacutel que habiacutea profanado con su torpe conducta una reunioacuten tan morigerada y tan honesta Exhortoacute paternalmente a la sentildeaacute Frasquita para que en lo sucesivo fuese menos provocativa y tentadora en sus dichos y ademanes y procurase llevar maacutes cubiertos los brazos y maacutes alto el escote del juboacuten aconsejoacute al tiacuteo Lucas maacutes desintereacutes mayor circunspeccioacuten y menos inmodestia en su trato con los superiores y acaboacute dando la bendicioacuten a todos y diciendo que como aquel diacutea no ayunaba se comeriacutea con mucho gusto un par de ramos de uvas

Lo mismo opinaron todos respecto de este uacuteltimo particular y la parra se quedoacute temblando aquella tarde iexclEn dos arrobas de uvas aprecioacute el gasto el Molinero

Cerca de tres antildeos continuaron estas sabrosas reuniones hasta que contra la previsioacuten de todo el mundo entraron en Espantildea los ejeacutercitos de Napoleoacuten y se armoacute la Guerra de la Independencia

El sentildeor Obispo el Magistral y el Penitenciario murieron el antildeo de 8 y el Abogado y los demaacutes contertulios en los de 9 10 11 y 12 por no poder sufrir la vista de los franceses polacos y otras alimantildeas que invadieron aquella tierra iexcly que fumaban en pipa en el Presbiterio de las iglesias durante la Misa de la tropa

El Corregidor que nunca maacutes tornoacute al molino fue destituido por un Mariscal franceacutes y murioacute en la Caacutercel de Corte por no haber querido ni un solo instante (dicho sea en honra suya) transigir con la dominacioacuten extranjera

Dontildea Mercedes no se volvioacute a casar y educoacute perfectamente a sus hijos retiraacutendose a la vejez a un convento donde acaboacute sus diacuteas en opinioacuten de Santa

Garduntildea se hizo afrancesado

El sentildeor Juan Loacutepez fue guerrillero mandoacute una partida y murioacute lo mismo que su alguacil en la famosa batalla de Baza despueacutes de haber matado muchiacutesimos franceses

Finalmente el tiacuteo Lucas y la sentildeaacute Frasquita (aunque no llegaron a tener hijos a pesar de haber ido al Solaacuten de Cabras y de haber

hecho muchos votos y rogativas) siguieron siempre amaacutendose del propio modo y alcanzaron una edad muy avanzada viendo desaparecer el Absolutismo en 1812 y 1820 y reaparecer en 1814 y 1823 hasta que por uacuteltimo se establecioacute de veras el sistema Constitucional a la muerte del Rey Absoluto y ellos pasaron a mejor vida (precisamente al estallar la Guerra Civil de los Siete antildeos) sin que los sombreros de copa que ya usaba todo el mundo pudiesen hacerles olvidar aquellos tiempos simbolizados por el sombrero de tres picos

Nota sobre el autor

Pedro Antonio de Alarcoacuten

(1833-1895)

Cronologia de Alarcoacuten

Alarcoacuten habla de El sombrero de tres picos

Cronologiacutea de la vida de Alarcoacuten

1833 El 10 de marzo nace Pedro Antonio de Alarcoacuten Ariza en Guadix (Granada)

Estudio bachillerato en Granada

Inicio estudios de leyes en la Universidad de Granada que tuvo que abandonar por problemas econoacutemicos de la familia

Ingreso dos veces en el seminario y lo abandono las dos veces por falta de vocacioacuten

Desde siempre su verdadera vocacioacuten fueron las letras Participo del grupo literario granadino La Cuerda como poeta

1852 De esta eacutepoca datan sus primero relatos breves de fuerte raiacutez romaacutentica algunos de ellos entroncados con el costumbrismo andaluz revelaban el influjo de Fernaacuten Caballero

De hecho Alarcoacuten nunca fue un escritor realista en el sentido que la historia de la literatura da a este termino Sus estenografiacuteas siempre son de una impronta realista muy fuerte En cambio es evidente que sus personajes tienen un sabor arquetiacutepico e ideal muy fuerte es decir son ldquotiposrdquo maacutes que personajes Y es que Alarcoacuten nunca renuncio a que lo ideal se encarnara en lo real Y eso lo entronca con una tradicioacuten nacional espantildeola que con hitos tan importantes como el Arcipreste de hita o Cervantes le alcanza plenamente a Alarcoacuten

El amigo de la muerte uno de los primeros cuentos de Alarcoacuten que revelan ya casi formada la maestriacutea teacutecnica que revelariacutea a continuacioacuten

1853 Se va a Madrid para seguir su carrera literaria

Funda con E Tarragoacute el perioacutedico El Eco de Occidente que no tuvo mucha importancia

Escribe despueacutes en El Laacutetigo diario antimonaacuterquico de fuerte sabor revolucionario

El Clavo

Alarcoacuten fue sin duda un maestro del cuento El Clavo es sin duda una de sus pequentildeas obras maestras

1854 Participa como periodista en la Revolucioacuten de Julio

1855 Publica El final de Norma un trabajo escrito cuando contaba 18 antildeos (1851)

Sucesivamente publicara su obra de juventud Cosas que fueron (artiacuteculos) Poesiacuteas

El final de Norma

1857 El hijo prodigo tiene por tema la locura y los errores de juventud Reflejo de un periodo de autocriacutetica que ha iniciado Alarcoacuten sobre su propia juventud Maacutes tarde en el personaje de Pepito de El nintildeo de la bola finalizaraacute ese ajuste de cuentas con su pasado

El hijo prodigo

1859 Al estallar la guerra de Marruecos se alista como voluntario

1860 De esa experiencia en Aacutefrica naceraacute su obra Diario de un testigo de la guerra de Aacutefrica que por fin le dio fama y algo de dinero quizaacutes su obra maacutes importante y permanente Obra maestra por la descripcioacuten de la vida militar Algunas partes de este trabajo como La batalla de Castillejos y La toma de Tetuaacuten auacuten no han sido superados en la viveza de las descripciones la espontaneidad del lenguaje y la gracia en la narrativa por ninguacuten escritor espantildeol

En la misma liacutenea publicara tambieacuten las Historietas nacionales similares a las anteriores por la temaacutetica y la frescura y espontaneidad del lenguaje y del flujo narrativo

Diario de un testigo de la guerra de Aacutefrica

1860 a 1874 publica fundamentalmente cuentos y libros de viajes

1861 De Madrid a Naacutepoles

1866 Se casa y su posicionamiento poliacutetico y religioso se afianza y explicita definitivamente Ya hacia tiempo se habiacutea inicia en Alarcoacuten un giro de sus posiciones poliacuteticas y humanas que lo desplazoacute desde el liberalismo revolucionario a posiciones tradicionalistas y catoacutelicas De hecho nunca dejo de ser catoacutelico y fue su fe la que le hizo en ultima instancia cambiar sus posiciones poliacuteticas Pero es ahora con su

matrimonio que su evolucioacuten concluye

Desde estas posiciones tradicionalistas siguioacute actuando en poliacutetica Fue diputado en las Cortes por Granada consejero de Estado con Alfonso XII

1868 La revolucioacuten del 68 va afectar fuertemente a Alarcoacuten de forma que marcara toda su obra posterior con un fuerte matiz poleacutemico Obras como La Prodiga o El escaacutendalo estariacutean en esta liacutenea

1871 Su obra Cosas que fueron constituyo una tardiacutea aportacioacuten al genero de cuadros de costumbres y fueron escritos antildeos antes de su publicacioacuten

Cosas que fueron

1873 La Alpujarra

1874 Publica El sombrero de tres picos la obra que le iba a hacer mundialmente famoso y que ha servido de libreto a varias obras musicales y a la obra homoacutenima de Falla

El sombrero de tres picos

1875 El Escaacutendalo una obra con repercusiones semejantes a Pequentildeeces de Coloma tanto por la intencioacuten como por la poleacutemica que levanto La primera edicioacuten se agoto en cinco diacuteas

1878 El nintildeo de la bola es quizaacutes la mejor novela de Alarcoacuten La renuncia de Manuel Venegas odiado por el usurero Eliacuteas precipita la muerte de Soledad bella figura romaacutentica condenada de antemano La fuerza del destino preside con su fatalismo ataacutevico todos los episodios de la narracioacuten Las grandezas y miserias del alma humana se adensan en el pueblo y en la historia de unos seres condenados al fracaso La obra es menos literaria que El escaacutendalo pero maacutes objetiva y apasionada

El nintildeo de la bola

1880 La prodiga es un alegato moral contra la corrupcioacuten de costumbres y ademaacutes es una criacutetica radical de la literatura romanita a la que Alarcoacuten consideraba como fundamentalmente anticristiana y para ello usa la teacutecnica de sacar las uacuteltimas conclusiones de la tiacutepica tragedia romaacutentica desgarrada para mostrarnos su real sordidez exenta de todo heroiacutesmo

La Prodiga

1881 El Capitaacuten Veneno

1883 Viajes por Espantildea

1884 Historia de mis libros

1887 La enemistad con los criacuteticos liberales y su continua critica junto a un cierto convencimiento de que el realismo habiacutea cubierto su ciclo histoacuterico le llevan a un abandono de la escritura

Es elegido miembro de La Real Academia

1895 Muere el 19 de julio en Valdemoro(Madrid)

Alarcoacuten habla de El sombrero de tres picos

La Historia de mis libros de Pedro Antonio de Alarcoacuten escrita en 1884 cuando practicamente habiacutea ya decidido dejar de escribir es el testamento literario del autor y en ella se analiza una a una las obras que habiacutea publicado hasta entonces El capitulo XIII estaacute dedicado a El sombrero de tres picos y es el que transcribimos a continuacioacuten

Un diacutea del verano de 1874 en Madrid apremiaacutebame la obligacioacuten de enviar a la Isla de Cuba alguacuten cuentecillo jocoso para cierto semanario festivo que alliacute se publicaba Recordeacute no seacute coacutemo el picaresco romance de El Corregidor y la Molinera que tantas veces habiacutea oiacutedo relatar cuando nintildeo y me dije

-iquestPor queacute no he de escribir una historieta fundada en tan peregrino argumento

-Porque es muy difiacutecil dentro de las conveniencias sociales -respondioacute mi buena crianza

-iexclRazoacuten de maacutes para intentar escribirla de modo que nadie se escandalice - arguyoacute mi temeridad de artista viejo recordando haber hecho un milagro semejante con el cuento de La Comendadora

-Pues probemos (contestoacute mi pereza para librarse de seguir buscando asunto) iexclEn medio de todo el semanario de que se trata tiene pocos lectores y tal vez ninguno de ellos resida en el continente europeo

-iexclManos a la obra -concluyoacute la parte atrevida de mi ser moral

Y veinticuatro horas despueacutes habiacutea escrito diez o doce cuartillas que conteniacutean muy en compendio todo EL SOMBRERO DE TRES PICOS o sea toda la historia de El Corregidor y la Molinera tal y como me parecioacute prudente arreglarla y componerla ad usum del respetable puacuteblico

Iba ya a meterla en un sobre para echarla al correo cuando me dijo repentinamente la conciencia artiacutestica

-iexclQueacute laacutestima Aquiacute hay materia para escribir una historia diez veces maacutes larga

-iexclYa lo creo (respondioacute la pereza) Y de ese modo nos ahorrariacuteamos durante dos meses la penosa tarea de buscar asuntos para el semanario

-iexclPues recomencemos

-iexclOh no iquestQuieacuten inutiliza lo ya redactado y se pone ahora a volver a empezar la racioacuten de mantildeana

Vacileacute alguacuten tiempo y esta vez triunfoacute la actividad -Comenceacute pues de nuevo la historia de EL SOMBRERO DE TRES PICOS

Al otro diacutea iba ya tambieacuten a meter en un sobre la primera

deacutecima parte del segundo relato o sea del relato actual que llegaba a la descripcioacuten del tiacuteo Lucas cuando entroacute en mi despacho un buen amigo versado en letras referiacutele el asunto de mi nueva obra le leiacute lo que llevaba escrito y ved aquiacute sus terminantes palabras

-No enviacutee V al otro mundo esas cuartillas Reteacutengalas en Madrid y continuacutee la obra con amor hasta acabarla y perfeccionarla cuanto pueda De este modo se encontraraacute V dentro de pocas semanas con un libro que podraacute convenirle publicar en Madrid en tomo -iexclEl asunto es de perlas

Seis diacuteas despueacutes volvioacute a visitarme el amigo y se halloacute con que EL SOMBRERO DE TRES PICOS estaba terminado y hasta puesto en limpio en la forma que hoy tiene Al siguiente diacutea empezoacute a imprimirse en la Revista Europea que publicaban en esta Corte los Sres Medina y Navarro al cabo de un mes se reimprimiacutea solemnemente en tomo aparte y esta es la hora en que van hechas soacutelo dentro de nuestra Peniacutensula ocho numerosas ediciones

Tal es la historia de este dichoso librejo contra el cual no se han alzado mis adversarios Por la inversa todo el mundo lo ha tratado hasta con mimo asiacute en el campo de los innovadores o blasfemadores del Arte de la Moral y del Alma como en el de los ortodoxos y arcaiacutestas de todas especies a tal extremo ha llegado esta unanimidad que muchas veces he sentido aborrecimiento y desdeacuten a la piacutecara obra por nadie impugnada atribuyendo su fortuna a nulidad eacute insignificancia internas -Empero uacuteltimamente me han reconciliado con este hijo del acaso no seacute queacute tardiacutea querencia paternal y la consideracioacuten de que a los diez o maacutes antildeos de publicado sigue producieacutendome tan segura y casi tan pinguumle renta como su juicioso hermano El Escaacutendalo -Ademaacutes EL SOMBRERO DE TRES PICOS ha sido

traducido que yo sepa al portugueacutes (con preciosas ilustraciones) al alemaacuten al ruso al franceacutes al italiano al ingleacutes y al rumano como tambieacuten ha dado argumento a dos operetas coacutemicas la una francesa y la otra belga y en vista de tanto ruido y de tantas nueces he tenido que acabar por decir - laquoiexclPues sentildeor el asunto era de oro iexclEstoy en deuda con la musa popular o sea con los ciegos que componen romancesraquo

Acerca de la moralidad y color de la obra en el Prefacio que lleva al frente he dicho cuanto correspondiacutea a mi reputacioacuten de escritor honesto y de persona bien criada Convieacuteneme sin embargo antildeadir para mayor refulgencia de la castidad de mi musa y de la del puacuteblico espantildeol en general que uno de los mejores literatos de Francia Alejandro Dumas (hijo) a quien debo amistosiacutesimas atenciones tuvo hace antildeos la franqueza de escribirme que mi SOMBRERO DE TRES PICOS habriacutea ganado mucho particularmente en aquella nacioacuten si yo hubiese conservado el desenlace crudeliacutesimo dado por la versioacuten plebeya o sea por los romances de ciego al quid pro quo de que fue inocente objeto dontildea Mercedes -Es decir que ni aquel insigne escritor ni el puacuteblico franceacutes se habriacutean escandalizado ante la consumacioacuten de una atrocidad en el molino ni ante la efectividad de sus represalias en el Corregimiento iexclEs decir que

Pero doblemos la hoja -iexclBueno estaacute sin maacutes ribetes ni escarapelas mi empecatado SOMBRERO DE TRES PICOS -Y lo peor de todo es hablando aquiacute en reserva que laquotambieacuten me gusta a miacute la sentildeaacute Frasquitaraquo por aquello de que la Molinera laquocomo guapa es guaparaquo aunque laquotambieacuten sea guapa la Corregidoraraquo

iexclOh inefable delicia la de crear seres con la pluma iexclOh complacencia poder uno formarlos a su arbitrio y moverlos seguacuten su agrado iexclOh tormento tener que resolverse a dejar de

lanzar al mundo tantos y tantos personajes como aun le bullen en la imaginacioacuten y haber de morirse alguacuten diacutea exclamando laquoMorid tambieacuten vosotros sin haber nacidoraquo -Pero asiacute son las cosas humanas Ars longa vita brevis -Y ademaacutes que no todos tenemos filosofiacutea bastante para decir Satis est equitem mihi plaudere

Capitulo XIII de Historia de mis libros(1884) de Pedro Antonio de Alarcoacuten titulado precisamente El sombrero de tres picos

copyright copy 2001 para la presente edicioacuten de Gaiferos Libros-Ereg

GAIFEROS LIBROS-E reg is a trademark registred

e-ditoragaiferoscom

wwwgaiferoscom

Editor M Echeverriacutea

Design Mezquiriz

Imagen de portada Goya

Printed in Spain(UE)

Madrid Febrero de 2002

Page 3: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado

Pedro Antonio de Alarcoacuten

El sombrero de tres picos

Primera edicioacuten Madrid 2002

Coleccioacuten Clasicos Hispanos

Numero 40

INDICE

Prefacio del autor

El sombrero de tres picos

I De cuando sucedio la cosa

II De coacutemo viviacutea entonces la gente

III Do it des

IV Una mujer vista por fuera

V Un hombre visto por fuera y por dentro

VI Habilidades de los coacutenyuges

VII El fondo de la felicidad

VIII El hombre del sombrero de tres picos

IX iexclArre burra

X Desde la parra

XI El bombardeo de Pamplona

XII Diezmos y primicias

XIII Le dijo el grajo al cuervo

XIV Los consejos de Garduntildea

XV Despedida en prosa

XVI Un ave de mal aguumlero

XVII Un alcalde de monterilla

XVIIIDonde se veraacute que el tiacuteo Lucas teniacutea el suentildeo muy ligero

XIX Voces clamantes in deserto

XX La duda y la realidad

XXI iexclEn guardia caballero

XXII Garduntildea se multiplica

XXIIIOtra vez el desierto y las consabidas voces

XXIV Un rey de entonces

XXV La estrella de Garduntildea

XXVI Reaccioacuten

XXVII iexclFavor al Rey

XXVIIIiexclAve Mariacutea PurisimaiexclLas doce y media y sereno

XXIX Post nubila Diana

XXX Una sentildeora de clase

XXXI La pena del talioacuten

XXXII La fe mueve las montantildeas

XXXIII Pues iquesty tuacute

XXXIV Tambien la Corregidora es guapa

XXXV Decreto Imperial

XXXVI Conclusioacuten moraleja y epiacutelogo

Anexos

Nota sobre el autor

PREFACIO DEL AUTOR Pocos espantildeoles aun contando a los menos sabios y leiacutedos desconoceraacuten la historieta vulgar que sirve de fundamento a la presente obrilla

Un zafio pastor de cabras que nunca habiacutea salido de la escondida Cortijada en que nacioacute fue el primero a quien nosotros se la oiacutemos referir Era el tal uno de aquellos ruacutesticos sin ningunas letras pero naturalmente ladinos y bufones que tanto papel hacen en nuestra literatura nacional con el dictado de piacutecaros Siempre que en la Cortijada habiacutea fiesta con motivo de boda o bautizo o de solemne visita de los amos tocaacutebale a eacutel poner los juegos de chasco y pantomima hacer las payasadas y recitar los Romances y Relaciones y precisamente en una ocasioacuten de estas (hace ya casi toda una vida es decir hace ya maacutes de treinta y cinco antildeos) tuvo a bien deslumbrar y embelesar cierta noche nuestra inocencia (relativa) con el cuento en verso de EL CORREGIDOR Y LA MOLINERA o sea de EL MOLINERO Y LA CORREGIDORA que hoy ofrecemos nosotros al puacuteblico bajo el nombre maacutes trascendental y filosoacutefico (pues asiacute lo requiere la gravedad de estos tiempos) de EL SOMBRERO DE TRES PICOS

Recordamos por sentildeas que cuando el pastor nos dio tan buen rato las muchachas casaderas alliacute reunidas se pusieron muy coloradas de donde sus madres dedujeron que la historia era algo verde por lo cual pusieron ellas al pastor de oro y azul pero el pobre Repela (asiacute se llamaba el pastor) no se mordioacute la lengua y contestoacute diciendo que no habiacutea por queacute escandalizarse de aquel modo pues nada resultaba de su Relacioacuten que no supiesen

hasta las monjas y hasta las nintildeas de cuatro antildeos

ndashY si no vamos a verndashpreguntoacute el cabrerondash iquest queacute se saca en claro de la historia de EL CORREGIDOR Y LA MOLINERA iexclQue los casados duermen juntos y que a ninguacuten marido le acomoda que otro hombre duerma con su mujer iexclMe parece que la noticia ndashiexclPues es verdadndashrespondieron las madres oyendo las carcajadas de sus hijas

ndashLa prueba de que el tiacuteo Repela tiene razoacutenndashobservoacute en esto el padre del noviondash es que todos los chicos y grandes aquiacute presentes se han enterado ya de que esta noche asiacute que se acabe el baile Juanete y Manolita estrenaraacuten esa hermosa cama de matrimonio que la tiacutea Gabriela acaba de ensentildear a nuestras hijas para que admiren los bordados de los almohadones

ndashiexclHay maacutesndashdijo el abuelo de la noviandash hasta en el libro de la Doctrina y en los mismos Sermones se habla a los nintildeos de todas estas cosas tan naturales al ponerlos al corriente de la larga esterilidad de Nuestra Sentildeora Santa Ana de la virtud del casto Joseacute de la estratagema de Judit y de otros muchos milagros que no recuerdo ahora Por consiguiente sentildeores

ndashiexclNada nada tiacuteo Repelandashexclamaron valerosamente las muchachasndash iexclDiga usted otra vez su Relacioacuten que es muy divertida

ndashiexclY hasta muy decentendashcontinuoacute el abuelo Pues en ella no se aconseja a nadie que sea malo ni se le ensentildea a serlo ni queda sin castigo el que lo es

ndashiexclVaya repiacutetala ustedndashdijeron al fin consistorialmente las madres de familia

El tiacuteo Repela volvioacute entonces a recitar el Romance y considerado ya su texto por todos a la luz de aquella criacutetica tan ingenua hallaron que no habiacutea pero que ponerle lo cual equivale a decir que le concedieron las licencias necesarias

Andando los antildeos hemos oiacutedo muchas y muy diversas versiones de aquella misma aventura de EL MOLINERO Y LA CORREGIDORA siempre de labios de graciosos de aldea y de cortijo por el orden del ya difunto Repela y ademaacutes la hemos leiacutedo en letras de molde en diferentes Romances de ciego y hasta en el famoso Romancero del inolvidable don Agustiacuten Duraacuten

El fondo del asunto resulta ideacutentico tragicoacutemico zumboacuten y terriblemente epigramaacutetico como todas las lecciones dramaacuteticas de moral de que se enamora nuestro pueblo pero la forma el mecanismo accidental los procedimientos casuales difieren mucho muchiacutesimo del relato de nuestro pastor tanto que este no hubiera podido recitar en la Cortijada ninguna de dichas versiones ni aun aquellas que corren impresas sin que antes se tapasen los oiacutedos las muchachas en estado honesto o sin exponerse a que sus madres le sacaran los ojos iexclA tal punto han extremado y pervertido los groseros patanes de otras provincias el caso tradicional que tan sabroso discreto y pulcro resultaba en la versioacuten del claacutesico Repela

Hace pues mucho tiempo que concebimos el propoacutesito de restablecer la verdad de las cosas devolviendo a la peregrina historia de que se trata su primitivo caraacutecter que nunca dudamos fuera aquel en que saliera mejor librado el decoro Ni iquestcoacutemo dudarlo Esta clase de Relaciones al rodar por las manos del vulgo nunca se desnaturalizan para hacerse maacutes bellas delicadas y decentes sino para estropearse y percudirse al contacto de la

ordinariez y la chabacaneriacutea

Tal es la historia del presente libro Conque metaacutemonos ya en harina quiero decir demos comienzo a la Relacioacuten de EL CORREGIDOR Y LA MOLINERA no sin esperar de tu sano juicio (iexcloh respetable puacuteblico) que despueacutes de haberla leiacutedo y heacutechote maacutes cruces que si hubieras visto al demonio (como dijo Estebanillo Gonzaacutelez al principiar la suya) la tendraacutes por digna y merecedora de haber salido a luz Julio de 1874

I De cuando sucedio la cosa

Comenzaba este largo siglo que ya va de vencida No se sabe fijamente el antildeo solo consta que era despueacutes del de 4 y antes del de 8

Reinaba pues todaviacutea en Espantildea don Carlos IV de Borboacuten por la gracia de Dios seguacuten las monedas y por olvido o gracia especial de Bonaparte seguacuten los boletines franceses Los demaacutes soberanos europeos descendientes de Luis XIV habiacutean perdido ya la corona (y el Jefe de ellos la cabeza) en la deshecha borrasca que corriacutea esta envejecida parte del mundo desde 1789

Ni paraba aquiacute la singularidad de nuestra patria en aquellos tiempos El Soldado de la Revolucioacuten el hijo de un oscuro abogado corso el vencedor en Rivoli en las Piraacutemides en Marengo y en otras cien batallas acababa de centildeirse la corona de Carlo Magno y de transfigurar completamente la Europa creando y suprimiendo naciones borrando fronteras inventando dinastiacuteas y haciendo mudar de forma de nombre de sitio de costumbres y hasta de traje a los pueblos por donde pasaba en su corcel de guerra como un terremoto animado o como el Antecristo que le llamaban las Potencias del Norte Sin embargo nuestros padres (Dios los tenga en su santa Gloria) lejos de odiarlo o de temerle complaciacuteanse auacuten en ponderar sus descomunales hazantildeas como si se tratase del heacuteroe de un Libro de Caballeriacuteas o de cosas que sucediacutean en otro planeta sin que

ni por asomos recelasen que pensara nunca en venir por acaacute a intentar las atrocidades que habiacutea hecho en Francia Italia Alemania y otros paiacuteses Una vez por semana (y dos a lo sumo) llegaba el correo de Madrid a la mayor parte de las poblaciones importantes de la Peniacutensula llevando alguacuten nuacutemero de la Gaceta (que tampoco era diaria) y por ella sabiacutean las personas principales (suponiendo que la Gaceta hablase del particular) si existiacutea un Estado maacutes o menos allende el Pirineo si se habiacutea rentildeido otra batalla en que peleasen seis u ocho Reyes y Emperadores y si Napoleoacuten se hallaba en Milaacuten en Bruselas o en Varsovia Por lo demaacutes nuestros mayores seguiacutean viviendo a la antigua espantildeola sumamente despacio apegados a sus rancias costumbres en paz y en gracia de Dlos con su Inquisicioacuten y sus Frailes con su pintoresca desigualdad ante la Ley con sus privilegios fueros y exenciones personales con su carencia de toda libertad municipal o poliacutetica gobernados simultaacuteneamente por insignes Obispos y poderosos Corregidores (cuyas respectivas potestades no era muy faacutecil deslindar pues unos y otros se metiacutean en lo temporal y en lo eterno) y pagando diezmos primicias alcabalas subsidios mandas y limosnas forzosas rentas rentillas capitaciones tercias reales gabelas frutos civiles y hasta cincuenta tributos maacutes cuya nomenclatura no viene a cuento ahora

Y aquiacute termina todo lo que la presente historia tiene que ver con la militar y poliacutetica de aquella eacutepoca pues nuestro uacutenico objeto al referir lo que entonces sucediacutea en el mundo ha sido venir a parar a que el antildeo de que se trata (supongamos que el de 1805) imperaba todaviacutea en Espantildea el antiguo reacutegimen en todas las esferas de la vida puacuteblica y particular como si en medio de tantas novedades y trastornos el Pirineo se hubiese convertido en otra Muralla de la China

II De coacutemo viviacutea entonces la gente

En Andaluciacutea por ejemplo (pues precisamente acontecioacute en una ciudad de Andaluciacutea lo que vais a oiacuter) las personas de suposicioacuten continuaban levantaacutendose muy temprano yendo a la Catedral a Misa de prima aunque no fuese diacutea de precepto almorzando a las nueve un huevo frito y una jiacuteraca de chocolate con picatostes comiendo de una a dos de la tarde puchero y principio si habiacutea caza y si no puchero solo durmiendo la siesta despueacutes de comer paseando luego por el campo yendo al Rosario entre dos luces a su respectiva parroquia tomando otro chocolate a la Oracioacuten (eacuteste con bizcochos) asistiendo los muy encopetados a la tertulia del Corregidor del Deaacuten o del tiacutetulo que residiacutea en el pueblo retiraacutendose a casa a las Aacutenimas cerrando el portoacuten antes del toque de la queda cenando ensalada y guisado por antonomasia si no habiacutean entrado boquerones frescos y acostaacutendose incotinenti con su sentildeora (los que la teniacutean) no sin hacerse calentar primero la cama durante nueve meses del antildeo

iexclDichosiacutesimo tiempo aquel en que nuestra tierra seguiacutea en quieta y paciacutefica posesioacuten de todas las telarantildeas de todo el polvo de toda la polilla de todos los respetos de todas las creencias de todas las tradiciones de todos los usos y de todos los abusos santificados por los siglos iexclDichosiacutesimo tiempo aquel en que habiacutea en la sociedad humana variedad de clases de afectos y de costumbres iexclDichosiacutesimo tiempo digo para los

poetas especialmente que encontraban un entremeacutes un sainete una comedia un drama un auto sacramental o una epopeya detraacutes de cada esquina en vez de esta prosaica umformidad y desabrido realismo que nos legoacute al cabo la Revolucioacuten Francesa iexclDichosiacutesimo tiempo siacute

Pero esto es volver a las andadas Basta ya de generalidades y de circunloquios y entremos resueltamente en la historia del Sombrero de tres picos

III Do it des En aquel tiempo pues habiacutea cerca de la ciudad un famoso molino harinero (que ya no existe) situado como a un cuarto de legua de la poblacioacuten entre el pie de suave colina poblada de guindos y cerezos y una fertiliacutesima huerta que serviacutea de margen (y algunas veces de lecho) al titular intermitente y traicionero riacuteo

Por varias y diversas razones haciacutea ya alguacuten tiempo que aquel molino era el predilecto punto de llegada y descanso de los paseantes maacutes caracterizados de la mencionada ciudad Primeramente conduciacutea a eacutel un camino carretero menos intransitable que los restantes de aquellos contornos En segundo lugar delante del molino habiacutea una plazoletilla empedrada cubierta por un parral enorme debajo del cual se tomaba muy bien el fresco en el verano y el sol en el invierno merced a la alternada ida y venida de los paacutempanos En tercer lugar el Molinero era un hombre muy respetuoso muy discreto muy fino que teniacutea lo que se llama don de gentes y que obsequiaba a los sentildeores que soliacutean honrarlo con su tertulia vespertina ofrecieacutendoles lo que daba el tiempo ora habas verdes ora cerezas y guindas ora lechugas en rama y sin sazonar (que estaacuten muy buenas cuando se las acompantildea de macarros de pan de aceite macarros que se encargaban de enviar por delante sus sentildeoriacuteas) ora melones ora uvas de aquella misma parra que les serviacutea de dosel ora rosetas de maiz si era invierno y castantildeas asadas y almendras y nueces y de vez en cuando en las tardes friacuteas un trago de vino de pulso (dentro ya de la casa y al amor de la lumbre) a lo que por Pascuas se soliacutea antildeadir alguacuten pestintildeo alguacuten mantecado algun rosco o alguna lonja de jamoacuten alpujarrentildeo

ndashiquestTan rico era el Molinero o tan imprudentes sus tertulianosndashexclamareacuteis interrumpieacutendome

Ni lo uno ni lo otro El Molinero solo teniacutea un pasar y aquellos caballeros eran la delicadeza y el orgullo personificados Pero en unos tiempos en que se pagaban cincuenta y tantas contribuciones diferentes a la Iglesia y al Estado poco arriesgaba un ruacutestico de tan claras luces como aqueacutel en tenerse ganada la voluntad de Regidores Canoacutenigos Frailes Escribanos y demaacutes personas de campanillas Asiacute es que no faltaba quien dijese que el tiacuteo Lucas (tal era el nombre del Molinero) se ahorraba un dineral al antildeo a fuerza de agasajar a todo el mundo

ndash Vuestra Merced me va a dar una puertecilla vieja de la casa que ha derribado deciacuteale a uno Vuestra Sentildeoriacuteandashdeciacuteale a otrondashva a mandar que me rebajen el subsidido o la alcabala o la contribucioacuten de frutos-civiles Vuestra Reverencia me va a dejar coger en la huerta del Convento una poca hoja para mis gusanos de seda Vuestra Ilustriacutesima me va a dar permiso para traer una poca lentildea del monte X Vuestra Paternidad me va a poner dos letras para que me permitan cortar una poca de madera en el pinar H Es menester que me haga Usarceacute una escriturilla que no me cueste nada Este antildeo no puedo pagar el censo Espero que el pleito se falle a mi favor Hoy le he dado de bofetadas a uno y creo que debe ir a la caacutercel por haberme provocado iquestTendriacutea su Merced tal cosa de sobra iquestLe sirve a Usted de algo tal otra iquestMe puede prestar la mula iquestTiene ocupado mantildeana el carro iquestLe parece que enviacutee por el burro

Y estas canciones se repetiacutean a todas horas obteniendo siempre por contestacioacuten un generoso y desinteresado Como se pide

Conque ya veis que el tiacuteo Lucas no estaba en camino de arruinarse

IV Una mujer vista por fuera

La uacuteltima y acaso la maacutes poderosa razoacuten que teniacutea el seroriacuteo de la Ciudad para frecuentar por las tardes el molino del tiacuteo Lucas era que asiacute los cleacuterigos como los seglares empezando por el sentildeor Obispo y el sentildeor Corregidor podiacutean contemplar alliacute a sus anchas una de las obras maacutes bellas graciosas y admirables que hayan salido jamaacutes de las manos de Dios llamado entonces el Ser Supremo por Jovellanos y toda la escuela afrancesada de nuestro paiacutes

Esta obra se denominaba la sentildeaacute Frasquita

Empiezo por responderos de que la sentildeaacute Frasquita legiacutetima esposa del tiacuteo Lucas era una mujer de bien y de que asiacute lo sabiacutean todos los ilustres visitantes del molino Digo maacutes ninguno de eacutestos daba muestras de considerarla con ojos de varoacuten ni con trastienda pecaminosa Admiraacutebanla siacute y requebraacutebanla en ocasiones (delante de su marido por supuesto) lo mismo los frailes que los caballeros los canoacutenigos que los golillas como un prodigio de belleza que honraba a su Criador y

como una diablesa de travesura y coqueteriacutea que alegraba inocentemente los espiacuteritus maacutes melancoacutelicos Es un hermoso animal soliacutea decir el virtuosiacutesimo Prelado Es una estatua de la antiguumledad heleacutenica observaba un Abogado muy erudito Acadeacutemico correspondiente de la Historia Es la propia estampa de Eva prorrumpiacutea el Prior de los Franciscanos Es una real moza exclamaba el Coronel de milicias Es una sierpe una sirena iexclun demonio antildeadiacutea el Corregidor Pero es una buena mujer es un aacutengel es una criatura es una chiquilla de cuatro antildeos acababan por decir todos al regresar del molino atiborrados de uvas o de nueces en busca de sus teacutetricos y metoacutedicos hogares

La chiquilla de cuatro antildeos esto es la sentildeaacute Frasquita frisariacutea en los treinta Teniacutea maacutes de dos varas de estatura y era recia a proporcioacuten o quizaacute maacutes gruesa todaviacutea de lo correspondiente a su arrogante talla Pareciacutea una Niobe colosal y eso que no habiacutea tenido hijos pareciacutea un Heacutercules hembra pareciacutea una matrona romana de las que auacuten hay ejemplares en el Trastevere Pero lo maacutes notable en ella era la movilidad la ligereza la animacioacuten la gracia de su respetable mole Para ser una estatua como pretendiacutea el acadeacutemico le faltaba el reposo monumental Se cimbraba como un junco giraba como una veleta bailaba como una peonza Su rostro era maacutes movible todaviacutea y por lo tanto menos escultural Avivaacutebanlo donosamente hasta cinco hoyuelos dos en una mejilla otro en otra otro muy chico cerca de la comisura izquierda de sus rientes labios y el uacuteltimo muy grande en medio de su redonda barba Antildeadid a esto los picarescos mohines los graciosos guintildeos y las varias posturas de cabeza que amenizaban su conversacioacuten y formareacuteis idea de aquella cara llena de sal y de hermosura y radiante siempre de salud y alegriacutea

Ni la sentildeaacute Frasquita ni el tiacuteo Lucas eran andaluces ella era

navarra y eacutel murciano El habiacutea ido a la ciudad de a la edad de quince antildeos como medio paje medio criado del Obispo anterior al que entonces gobernaba aquella Iglesia Educaacutebalo su protector para cleacuterigo y tal vez con esta mira y para que no careciese de congrua dejoacutele en su testamento el molino pero el tiacuteo Lucas que a la muerte de Su Ilustriacutesima no estaba ordenado maacutes que de menores ahorcoacute los haacutebitos en aquel punto y hora y sentoacute plaza de soldado maacutes ganoso de ver mundo y correr aventuras que de decir Misa o de moler trigo En 1793 hizo la campantildea de los Pirineos Occidentales como Ordenanza del valiente General don Ventura Caro asistioacute al asalto de Castillo Pintildeoacuten y permanecioacute luego largo tiempo en las provincias del Norte donde tomoacute la licencia absoluta En Estella conocioacute a la sentildeaacute Frasquita que entonces soacutelo se llamaba Frasquita la enamoroacute se casoacute con ella y se la llevoacute a Andaluciacutea en busca de aquel molino que habiacutea de verlos tan paciacuteficos y dichosos durante el resto de su peregrinacioacuten por este valle de laacutegrimas y risas

La sentildeaacute Frasquita pues trasladada de Navarra a aquella soledad no habiacutea adquirido ninguacuten haacutebito andaluz y se diferenciaba mucho de las mujeres campesinas de los contornos Vestiacutea con maacutes sencillez desenfado y elegancia que ellas lavaba maacutes sus carnes y permitiacutea al sol y al aire acariciar sus arremangados brazos y su descubierta garganta Usaba hasta cierto punto el traje de las sentildeoras de aquella eacutepoca el traje de las mujeres de Goya el traje de la reina Mariacutea Luisa si no falda de medio paso falda de un paso solo sumamente corta que dejaba ver sus menudos pies y el arranque de su soberana pierna llevaba el escote redondo y bajo al estilo de Madrid donde se detuvo dos meses con su Lucas al trasladarse de Navarra a Andaluciacutea todo el pelo recogido en lo alto de la coronilla lo cual dejaba campear la gallardiacutea de su cabeza y de su cuello sendas arracadas en las diminutas orejas y muchas sortijas en los

afilados dedos de sus duras pero limpias manos Por uacuteltimo la voz de la sentildeaacute Frasquita teniacutea todos los tonos del maacutes extenso y melodioso instrumento y su carcajada era tan alegre y argentina que pareciacutea un repique de Saacutebado de Glorla

Retratemos ahora al tiacuteo Lucas

V Un hombre visto desde fuera

El tiacuteo Lucas era maacutes feo que Picio Lo habiacutea sido toda su vida y ya teniacutea cerca de cuarenta antildeos Sin embargo pocos hombres tan simpaacuteticos y agradables habraacute echado Dios al mundo Prendado de su viveza de su ingenio y de su gracia el difunto Obispo se lo pidioacute a sus padres que eran pastores no de almas sino de verdaderas ovejas Muerto Su Ilustriacutesima y dejado que hubo el mozo el Seminario por el Cuartel distinguioacutele entre todo su Ejeacutercito el General Caro y lo hizo su Ordenanza maacutes iacutentimo su verdadero criado de campantildea Cumplido en fin el empentildeo militar fuele tan faacutecil al tiacuteo Lucas rendir el corazoacuten de la sentildeaacute Frasquita como faacutecil le habiacutea sido captarse el aprecio del General y del Prelado La navarra que teniacutea a la sazoacuten veinte abriles y era el ojo derecho de todos los mozos de Estella algunos de ellos bastante ricos no pudo resistir a los continuos donaires a las chistosas ocurrencias a los ojillos de enamorado mono y a la bufona y constante sonrisa llena de malicia pero tambieacuten de dulzura de aquel murciano tan atrevido tan locuaz tan avisado tan dispuesto tan valiente y tan gracioso que acaboacute por trastornar el juicio no soacutelo a la codiciada beldad sino tambieacuten a su padre y a su madre

Lucas era en aquel entonces y seguiacutea siendo en la fecha a que nos referimos de pequentildea estatura (a los menos con relacioacuten a su mujer) un poco cargado de espaldas muy moreno barbilampintildeo narigoacuten orejudo y picado de viruelas En cambio su boca era regular y su dentadura inmejorable Dijeacuterase que soacutelo la corteza de aquel hombre era tosca y fea que tan pronto como

empezaba a penetrarse dentro de eacutel apareciacutean sus perfecciones y que estas perfecciones principiaban en los dientes Luego veniacutea la voz vibrante elaacutestica atractiva varonil y grave algunas veces dulce y melosa cuando pediacutea algo y siempre difiacutecil de resistir Llegaba despueacutes lo que aquella voz deciacutea todo oportuno discreto ingenioso persuasivo Y por uacuteltimo en el alma del tiacuteo Lucas habiacutea valor lealtad honradez sentido comuacuten deseo de saber y conocimientos instintivos o empiacutericos de muchas cosas profundo desdeacuten a los necios cualquiera que fuese su categoriacutea social y cierto espiacuteritu de ironiacutea de burla y de sarcasmo que le haciacutean pasar a los ojos del Acadeacutemico por un don Francisco de Quevedo en bruto

Tal era por dentro y por fuera el tiacuteo Lucas

VI Habilidades de los coacutenyuges

Amaba pues locamente la sentildeaacute Frasquita al tiacuteo Lucas y consideraacutebase la mujer maacutes feliz del mundo al verse adorada por eacutel No teniacutean hijos seguacuten que ya sabemos y habiacutease consagrado cada uno a cuidar y mimar al otro con esmero indecible pero sin que aquella tierna solicitud ostentase el caraacutecter sentimental y empalagoso por lo zalamero de casi todos los matrimonios sin sucesioacuten Al contrario trataacutebanse con una llaneza una alegriacutea una broma y una confianza semejantes a las de aquellos nintildeos camaradas de juegos y de diversiones que se quieren con toda el alma sin deciacuterselo jamaacutes ni darse a siacute mismos cuenta de lo que sienten iexclImposible que haya habido sobre la tierra molinero mejor peinado mejor vestido maacutes regalado en la mesa rodeado de maacutes comodidades en su casa que el tiacuteo Lucas iexclImposible que ninguna molinera ni ninguna reina haya sido objeto de tantas atenciones de tantos agasajos de tantas finezas como la sentildea Frasquita iexclImposible tambieacuten que ninguacuten molino haya encerrado tantas cosas necesarias uacutetiles agradables recreativas y hasta superfluas como el que va a servir de teatro a casi toda la presente historia Contribuiacutea mucho a ello que la sentildeaacute

Frasquita la pulcra hacendosa fuerte y saludable navarra sabiacutea queriacutea y podiacutea guisar coser bordar barrer hacer dulce lavar planchar blanquear la casa fregar el cobre amasar tejer hacer media cantar bailar tocar la guitarra y los palillos jugar a la brisca y al tute y otras muchiacutesimas cosas cuya relacioacuten fuera interminable Y contribuiacutea no menos al mismo resultado el que el tiacuteo Lucas sabiacutea queriacutea y podiacutea dirigir la molienda cultivar el campo cazar pescar trabajar de carpintero de herrero y de albantildeil ayudar a su mujer en todos los quehaceres de la casa leer escribir contar etc etc Y esto sin hacer mencioacuten de los ramos de lujo o sea de sus habilidades extraordinarias Por ejemplo el tiacuteo Lucas adoraba las flores (lo mismo que su mujer) y era floricultor tan consumado que habiacutea conseguido producir ejemplares nuevos por medio de laboriosas combinaciones Teniacutea algo de Ingeniero natural y lo habiacutea demostrado construyendo una presa un sifoacuten y un acueducto que triplicaron el agua del molino Habiacutea ensentildeado a bailar a un perro domesticado una culebra y hecho que un loro diese la hora por medio de gritos seguacuten las iba marcando un reloj de sol que el molinero habiacutea trazado en una pared de cuyas resultas el loro daba ya la hora con toda precisioacuten hasta en los diacuteas nublados y durante la noche Finalmente en el molino habiacutea una huerta que produciacutea toda clase de frutas y legumbres un estanque encerrado en una especie de quiosco de jazmines donde se bantildeaban en verano el tiacuteo Lucas y la sentildeaacute Frasquita un jardiacuten una estufa o invernadero para las plantas exoacuteticas una fuente de agua potable dos burras en que el matrimonio iba a la ciudad o a los pueblos de las cercaniacuteas gallinero palomar pajarera criadero de peces criadero de gusanos de seda colmenas cuyas abejas libaban en los jazmines jaraiacutez o lagar con su bodega correspondiente ambas cosas en miniatura horno telar fragua taller de carpinteriacutea etc etc todo ello reducido a una casa de ocho habitaciones y a dos fanegas de tierra y tasado en la cantidad de diez mil reales

VII El fondo de la felicidad

Adoraacutebanse siacute locamente el molinero y la molinera y auacuten se hubiera creiacutedo que ella lo queriacutea maacutes a eacutel que eacutel a ella no obstante ser eacutel tan feo y ella tan hermosa Diacutegolo porque la sentildeaacute Frasquita soliacutea tener celos y pedirle cuentas al tiacuteo Lucas cuando eacuteste tardaba mucho en regresar de la ciudad o de los pueblos adonde iba por grano mientras que el tiacuteo Lucas veiacutea hasta con gusto las atenciones de que era objeto la sentildeaacute Frasquita por parte de los sentildeores que frecuentaban el molino se ufanaba y regocijaba de que a todos les agradase tanto como a eacutel y aunque comprendiacutea que en el fondo del corazoacuten se la envidiaban algunos de ellos la codiciaban como simples mortales y hubieran dado cualquier cosa porque fuera menos mujer de bien la dejaba sola diacuteas enteros sin el menor cuidado y nunca le preguntaba luego queacute habiacutea hecho ni quieacuten habiacutea estado alliacute durante su ausencia

No consistiacutea aquello sin embargo en que el amor del tiacuteo Lucas fuese menos vivo que el de la sentildeaacute Frasquita Consistiacutea en que eacutel teniacutea maacutes confianza en la virtud de aqueacutella que ella en la de eacutel consistiacutea en que eacutel la aventajaba en penetracioacuten y sabiacutea

hasta queacute punto era amado y cuaacutento se respetaba su mujer a siacute misma y consistiacutea principalmente en que el tiacuteo Lucas era todo un hombre un hombre como el de Shakespeare de pocos e indivisibles sentimientos incapaz de dudas que creiacutea o moriacutea que amaba o mataba que no admitiacutea gradacioacuten ni traacutensito entre la suprema felicidad y el exterminio de su dicha

Era en fin un Otelo de Murcia con alpargatas y montera en el primer acto de una tragedia posible

Pero iquesta queacute estas notas luacutegubres en una tonadilla alegre iquestA queacute estos relaacutempagos fatiacutedicos en una atmoacutesfera tan serena iquestA queacute estas actitudes melodramaacuteticas en un cuadro de geacutenero

Vais a saberlo inmediatamente

VIII El hombre del sombrero de tres picos

Eran las dos de una tarde de octubre

El esquiloacuten de la catedral tocaba a viacutesperas lo cual equivale a decir que ya habiacutean comido todas las personas principales de la ciudad

Los canoacutenigos se dirigiacutean al Coro y los seglares a sus alcobas a dormir la siesta sobre todo aquellos que por razoacuten de oficio v gr las Autoridades habiacutean pasado la mantildeana entera trabajando

Era pues muy de extrantildear que a aquella hora impropia ademaacutes para dar un paseo pues todaviacutea haciacutea demasiado calor saliese de la ciudad a pie y seguido de un solo alguacil el ilustre sentildeor Corregidor de la misma a quien no podiacutea confundirse con ninguna otra persona ni de diacutea ni de noche asiacute por la enormidad de su sombrero de tres picos y por lo vistoso de su capa de grana como por lo particulariacutesimo de su grotesco donaire

De la capa de grana y del sombrero de tres picos son muchas todaviacutea las personas que pudieran hablar con pleno conocimiento de causa Nosotros entre ellas lo mismo que todos los nacidos en aquella ciudad en las postrimeriacuteas del reinado del sentildeor don Fernando VII recordamos haber visto colgados de un clavo uacutenico adorno de desmantelada pared en la ruinosa torre de la casa que habitoacute Su Sentildeoriacutea (torre destinada a la sazoacuten a los infantiles juegos de sus nietos) aquellas dos anticuadas prendas aquella capa y aquel sombrerondashel negro sombrero encima y la roja capa debajondash formando una especie de espectro del Absolutismo una especie de sudario del Corregidor una especie de caricatura retrospectiva de su poder pintada con carboacuten y almagre como tantas otras por los paacutervulos constitucionales de la de 1837 que alliacute nos reuniacuteamos una especie en fin de espanta-paacutejaros que en otro tiempo habiacutea sido espanta-hombres y que hoy me da miedo de haber contribuido a escarnecer paseaacutendolo por aquella histoacuterica ciudad en diacuteas de Carnestolendas en lo alto de un deshollinador o sirviendo de disfraz irrisorio al idiota que maacutes haciacutea reir a la plebe iexclPobre principio de autoridad iexclAsiacute te hemos puesto los mismos que hoy te invocamos tanto

En cuanto al indicado grotesco donaire del sentildeor Corregidor consistiacutea (dicen) en que era cargado de espaldas todaviacutea maacutes cargado de espaldas que el tiacuteo Lucas casi jorobado por decirlo de una vez de estatura menos que mediana endeblillo de mala salud con las piernas arqueadas y una manera de andar sui generis (balanceaacutendose de un lado a otro y de atraacutes hacia adelante) que soacutelo se puede describir con la absurda foacutermula de que pareciacutea cojo de los dos pies En cambio (antildeade la tradicioacuten) su rostro era regular aunque ya bastante arrugado por la falta absoluta de dientes y muelas moreno verdoso como el de casi todos los hijos de las Castillas con

grandes ojos oscuros en que relampagueaban la coacutelera el despotismo y la lujuria con finas y traviesas facciones que no teniacutean la expresioacuten del valor personal pero siacute la de una malicia artera capaz de todo y con cierto aire de satisfaccioacuten medio aristocraacutetico medio libertino que revelaba que aquel hombre habriacutea sido en su remota juventud muy agradable y acepto a las mujeres no obstante sus piernas y su joroba

Don Eugenio de Zuacutentildeiga y Ponce de Leoacuten (que asiacute se llamaba Su Sentildeoriacutea) habiacutea nacido en Madrid de familia ilustre frisariacutea a la sazoacuten en los cincuenta y cinco antildeos y llevaba cuatro de Corregidor en la ciudad de que tratamos donde se casoacute a poco de llegar con la principaliacutesima sentildeora que diremos maacutes adelante

Las medias de don Eugenio (uacutenica parte que ademaacutes de los zapatos dejaba ver de su vestido la extensiacutesima capa de grana) eran blancas y los zapatos negros con hebilla de oro Pero luego que el calor del campo lo obligoacute a desembozarse viacutedose que llevaba gran corbata de batista chupa de sarga de color de toacutertola muy festoneada de ramillos verdes bordados de realce calzoacuten corto negro de seda una enorme casaca de la misma estofa que la chupa espadiacuten con guarnicioacuten de acero bastoacuten con borlas y un respetable par de guantes (o quirotecas) de gamuza pajiza que no se poniacutea nunca y que empuntildeaba a guisa de cetro

El alguacil que seguiacutea veinte pasos de distancia al sentildeor Corregidor se llamaba Garduntildea y era la propia estampa de su nombre Flaco agiliacutesimo mirando adelante y atraacutes y a derecha e izquierda al propio tiempo que andaba de largo cuello de diminuto y repugnante rostro y con dos manos como dos manojos de disciplinas pareciacutea juntamente un huroacuten en busca de criminales la cuerda que habiacutea de atarlos y el instrumento destinado a su castigo

El primer Corregidor que le echoacute la vista encima le dijo sin maacutes informes Tuacute seraacutes mi verdadero alguacil Y ya lo habiacutea sido de cuatro Corregidores

Teniacutea cuarenta y ocho antildeos y llevaba sombrero de tres picos mucho maacutes pequentildeo que el de su sentildeor (pues repetimos que el de este era descomunal) capa negra como las medias y todo el traje bastoacuten sin borlas y una especie de asador por la espalda

Aquel espantajo negro pareciacutea la sombra de su vistoso amo

IX iexclArre burra Por donde quiera que pasaban el personaje y su apeacutendice los labradores dejaban sus faenas y se descubriacutean hasta los pies con maacutes miedo que respeto despueacutes de lo cual deciacutean en voz baja

ndashiexclTemprano va esta tarde el sentildeor Corregidor a ver a la sentildeaacute Frasquita

ndashiexclTemprano y solondashantildeadiacutean algunos acostumbrados a verlo siempre dar aquel paseo en compantildeiacutea de otras varias personas

ndashOye tuacute Manuel iquestpor queacute iraacute solo esta tarde el sentildeor Corregidor a ver a la navarrandashle preguntoacute una lugarentildea a su marido el cual la llevaba a grupas en la bestia

Y al mismo tiempo que la pregunta le hizo cosquillas por viacutea de retintiacuten

ndashiexclNo seas mal pensada Josefandashexclamoacute el buen hombrendash

La sentildeaacute Frasquita es incapaz

ndashNo digo lo contrario Pero el Corregidor no es por eso incapaz de estar enamorado de ella Yo he oiacutedo decir que de todos los que van a las francachelas del molino el uacutenico que lleva mal fin es ese madrilentildeo tan aficionado a faldas

ndashiquestY queacute sabes tuacute si es o no aficionado a faldasndashpreguntoacute a su vez el marido

ndashNo lo digo por miacute iexclYa se hubiera guardado por maacutes Corregidor que sea de decirme los ojos tienes negros

La que asiacute hablaba era fea en grado superlativo

ndashPues mira hija iexclallaacute ellosndashreplicoacute el llamado Manuelndash Yo no creo al tiacuteo Lucas hombre de consentir iexclBonito genio tiene el tiacuteo Lucas cuando se enfada

ndashPero en fin iexclsi ve que le convienendashantildeadioacute la tiacutea Josefa retorciendo el hocico

ndashEl tiacuteo Lucas es hombre de bienndashrepuso el lugarentildeondash y a un hombre de bien nunca pueden convenirle ciertas cosas

ndashPues entonces tienes razoacuten iexclAllaacute ellos iexclSi yo fuera la sentildeaacute Frasquita

ndashiexclArre burrandashgritoacute el marido para mudar de conversacioacuten

Y la burra salioacute al trote con lo que no pudo oiacuterse el resto del diaacutelogo

X Desde la parra Mientras asiacute discurrian los labriegos que saludaban al sentildeor Corregidor la sentildeaacute Frasquita regaba y barriacutea cuidadosamente la plazoletilla empedrada que serviacutea de atrio o compaacutes al molino y colocaba media docena de sillas debajo de lo maacutes espeso del emparrado en el cual estaba subido el tiacuteo Lucas cortando los mejores racimos y arreglaacutendolos artiacutesticamente en una cesta

ndashiexclPues siacute Frasquitandashdeciacutea el tiacuteo Lucas desde lo alto de la parrandash el sentildeor Corregidor estaacute enamorado de ti de muy mala manera

ndashYa te lo dije yo hace tiempondashcontestoacute la mujer del Nortendash Pero iexcldeacutejalo que pene iexclCuidado Lucas no te vayas a caer

ndashDescuida estoy bien agarrado tambieacuten le gustas mucho al sentildeor

ndashiexclMira iexclNo me des maacutes noticiasndashinterrumpioacute ellandash iexclDemasiado seacute yo a quieacuten le gusto y a quieacuten no le gusto iexclOjalaacute supiera del mismo modo por queacute no te gusto a ti

ndashiexclToma Porque eres muy fea ndashcontestoacute el tiacuteo Lucas

ndashPues oye iexclfea y todo soy capaz de subir a la parra y echarte de cabeza al suelo

ndashMaacutes faacutecil seriacutea que yo no te dejase bajar de la parra sin comerte viva

ndashiexclEso es iexclY cuando vinieran mis galanes y nos viesen ahiacute diriacutean que eacuteramos un mono y una mona

ndashY acertariacutean porque tuacute eres muy mona y muy rebonita y yo parezco un mono con esta joroba

ndashQue a miacute me gusta muchiacutesimo

ndashEntonces te gustaraacute maacutes la del Corregidor que es mayor que la miacutea

ndashiexclVamos iexclVamos sentildeor don Lucas iexclNo tenga usted tantos celos

ndashiquestCelos yo de ese viejo petate iexclAl contrario me alegro muchiacutesimo de que te quiera

ndashiquestPor queacute

ndashPorque en el pecado lleva la penitencia iexclTuacute no has de quererlo nunca y yo soy entre tanto el verdadero Corregidor de la ciudad

ndashiexclMiren el vanidoso Pues figuacuterate que llegase a quererlo

iexclCosas maacutes raras se ven en el mundo

ndashTampoco me dariacutea gran cuidado

ndashiquestPor queacute

ndashiexclPorque entonces tuacute no seriacuteas ya tuacute y no siendo tuacute quien eres o como yo creo que eres maldito lo que me importariacutea que te llevasen los demonios

ndashPues bien iquestqueacute hariacuteas en semejante caso

ndashiquestYo iexclMira lo que no seacute Porque como entonces yo seriacutea otro y no el que soy ahora no puedo figurarme lo que pensariacutea

ndashiquestY por queacute seriacuteas entonces otrondashinsistioacute valientemente la sentildeaacute Frasquita dejando de barrer y ponieacutendose en jarras para mirar hacia arriba

El tiacuteo Lucas se rascoacute la cabeza como si escarbara para sacar de ella alguna idea muy profunda hasta que al fin dijo con maacutes seriedad y pulidez que de costumbre

ndashSeriacutea otro porque yo soy ahora un hombre que cree en ti como en siacute mismo y que no tiene maacutes vida que esa fe De consiguiente al dejar de creer en ti me moririacutea o me convertiriacutea en un nuevo hombre viviriacutea de otro modo me pareceriacutea que acababa de nacer tendriacutea otras entrantildeas Ignoro pues lo que hariacutea entonces contigo Puede que me echara a reiacuter y te volviera la espalda Puede que ni siquiera te conociese Puede que Pero iexclvaya un gusto que tenemos en ponernos de mal humor sin necesidad iquestQueacute nos importa a nosotros que te quieran todos los

Corregidores del mundo iquestNo eres tuacute mi Frasquita

ndashiexclSi pedazo de baacuterbarondashcontestoacute la navarra riendo a maacutes no poderndash Yo soy tu Frasquita y tuacute eres mi Lucas de mi alma maacutes feo que el bu con maacutes talento que todos los hombres maacutes bueno que el pan y maacutes querido iexclAh lo que es eso de querido cuando bajes de la parra lo veraacutes iexclPrepaacuterate a llevar maacutes bofetadas y pellizcos que pelos tienes en la cabeza Pero iexclcalla iquestQueacute es lo que veo El sentildeor Corregidor viene por alli completamente solo iexclY tan tempranito Ese trae plan iexclPor lo visto tuacute teniacuteas razoacuten

ndashPues aguaacutentate y no le digas que estoy subido en la parra iexclEse viene a declararse a solas contigo creyendo pillarme durmiendo la siesta Quiero divertirme oyendo su explicacioacuten

Asiacute dijo el tiacuteo Lucas alargando la cesta a su mujer

ndashiexclNo estaacute mal pensadondashexclamoacute ella lanzando nuevas carcajadasndash iexclEl demonio del madrilentildeo iquestQueacute se habraacute creiacutedo que es un Corregidor para miacute Pero aquiacute llega Por cierto que Garduntildea que lo seguiacutea a alguna distancia se ha sentado en la ramblilla a la sombra iexclQueacute majaderiacutea Ocuacuteltate tuacute bien entre los paacutempanos que nos vamos a reiacuter maacutes de lo que te figuras

Y dicho esto la hermosa navarra rompioacute a cantar el fandango que ya le era tan familiar como las canciones de su tierra

XI El bombardeo de Pamplona

ndashD ios te guarde Frasquitandashdijo el Corregidor a media voz apareciendo bajo el emparrado y andando de puntillas

ndashiexclTanto bueno sentildeor Corregidorndashrespondioacute ella en voz natural hacieacutendole mil reverenciasndash iexclUsiacutea por aquiacute a estas horas iexclY con el calor que hace iexclVaya sieacutentese Su Sentildeoriacutea Esto estaacute fresquito iquestCoacutemo no ha aguardado Su Sentildeoriacutea a los demaacutes sentildeores Aquiacute tienen ya preparados sus asientos Esta tarde esperamos al sentildeor Obispo en persona que le ha prometido a mi Lucas venir a probar las primeras uvas de la parra iquestY coacutemo lo pasa Su Sentildeoriacutea iquestCoacutemo estaacute la Sentildeora

El Corregidor se habiacutea turbado La ansiada soledad en que encontraba a la sentildeaacute Frasquita le pareciacutea un suentildeo o un lazo que le tendiacutea la enemiga suerte para hacerle caer en el abismo de un desengantildeo Limitoacutese pues a contestar

ndashNo es tan temprano como dices Seraacuten las tres y media El loro dio en aquel momento un chillido

ndashSon las dos y cuartondashdijo la navarra mirando de hito en hito al madrilentildeo

Este calloacute como reo convicto que renuncia a la defensa

ndashiquestY Lucas iquestDuermendashpreguntoacute al cabo de un rato

(Debemos advertir aquiacute que el Corregidor lo mismo que todos los que no tienen dientes hablaba con una pronunciacioacuten floja y sibilante como si se estuviese comiendo sus propios labios)

ndashiexclDe segurondashcontestoacute la sentildea Frasquitandash En llegando estas horas se queda dormido donde primero le coge aunque sea en el borde de un precipicio

ndashPues mira iexcldeacutejalo dormirndashexclamoacute el viejo Corregidor ponieacutendose maacutes paacutelido de lo que ya erandash Y tuacute mi querida Frasquita escuacutechame oye ven acaacute iexclSieacutentate aquiacute a mi lado Tengo muchas cosas que decirte

ndashYa estoy sentadandashrespondioacute la Molinera agarrando una silla baja y plantaacutendola delante del Corregidor a cortiacutesima distancia de la suya

Sentado que se hubo Frasquita echoacute una pierna sobre la otra inclinoacute el cuerpo hacia adelante apoyoacute un codo sobre la rodilla cabalgadora y la fresca y hermosa cara en una de sus manos y asiacute con la cabeza un poco ladeada la sonrisa en los labios los cinco hoyos en actividad y las serenas pupilas

clavadas en el Corregidor aguardoacute la declaracioacuten de Su Sentildeoriacutea Hubiera podido comparaacutersela con Pamplona esperando un bombardeo

El pobre hombre fue a hablar y se quedoacute con la boca abierta embelesado ante aquella grandiosa hermosura ante aquella esplendidez de gracias ante aquella formidable mujer de alabastrino color de lujosas carnes de limpia y riente boca de azules e insondables ojos que pareciacutea creada por el pincel de Rubens

ndashiexclFrasquitandashmurmuroacute al fin el delegado del Rey con acento desfallecido mientras que su marchito rostro cubierto de sudor destacaacutendose sobre su joroba expresaba una inmensa angustiandash iexclFrasquita

ndashiexclMe llamondashcontestoacute la hija de los Pirineosndash iquestY queacute

ndashLo que tuacute quierasndashrepuso el viejo con una ternura sin liacutemites

ndashPues lo que yo quierondashdijo la Molinerandash ya lo sabe Usiacutea Lo que yo quiero es que Usiacutea nombre Secretario del Ayuntamiento de la Ciudad a un sobrino miacuteo que tengo en Estella y que asiacute podraacute venirse de aquellas montantildeas donde estaacute pasando muchos apuros

ndashTe he dicho Frasquita que eso es imposible El Secretario actual

ndashiexclEs un ladroacuten un borracho y un bestia

ndashYa lo seacute Pero tiene buenas aldabas entre los Regidores

Perpetuos y yo no puedo nombrar otro sin acuerdo del Cabildo De lo contrarlo me expongo

ndashiexclMe expongo iexclMe expongo iquestA que no nos expondriacuteamos por Vuestra Sentildeoriacutea hasta los gatos de esta casa

ndashiquestMe querriacuteas a este precio ndashtartamudeoacute el Corregidor

ndashNo sentildeor que lo quiero a Usiacutea de balde

ndashiexclMujer no me des tratamiento Haacuteblame de usted o como se te antoje iquestConque vas a quererme Di

ndashiquestNo le digo a usted que lo quiero ya

ndashNo hay pero que valga iexclVeraacute usted queacute guapo y queacute hombre de bien es mi sobrino

ndashiexclTuacute siacute que eres guapa Frascuela

ndashiquestLe gusto a usted

ndashiexclQue si me gustas iexclNo hay mujer como tuacute

ndashPues mire usted Aquiacute no hay nada postizondashcontesto la sentildea Frasquita acabando de arrollar la manga de su juboacuten y mostrando al Corregidor el resto de su brazo digno de una cariaacutetide y maacutes blanco que una azucena

ndashiexclQue si me gustasndashprosiguioacute el Corregidorndash iexclDe diacutea de noche a todas horas en todas partes solo pienso en ti

ndashiexclPues queacute iquestNo le gusta a usted la sentildeora Corregidora

ndashpreguntoacute la sehaacute Frasquita con tan mal fingida compasioacuten que hubiera hecho reiacuter a un hipocondriacuteacondash iexclQueacute laacutestima Mi Lucas me ha dicho que tuvo el gusto de verla y de hablarle cuando fue a componerle a usted el reloj de la alcoba y que es muy guapa muy buena y de un trato muy carintildeoso

ndashiexclNo tanto iexclNo tantondashmurmuroacute el Corregidor con cierta amargura

ndashEn cambio otros me han dichondashprosiguioacute la Molinerandashque tiene muy mal genio que es muy celosa y que usted le tiembla maacutes que a una vara verde

ndashiexclNo tanto mujerndashrepitioacute don Eugenio de Zuacutentildeiga y Ponce de Leoacuten ponieacutendose coloradondash iexclNi tanto ni tan poco La Sentildeora tiene sus maniacuteas es cierto mas de ello a hacerme temblar hay mucha diferencia iexclYo soy el Corregidor

ndashPero en fin iquestla quiere usted o no la quiere

ndashTe direacute Yo la quiero mucho o por mejor decir la queriacutea antes de conocerte Pero desde que te vi no seacute lo que me pasa y ella misma conoce que me pasa algo Baacutestete saber que hoy tomarle por ejemplo la cara a mi mujer me hace la misma operacioacuten que si me la tomara a miacute propio iexclYa ves que no puedo quererla maacutes sin sentir menos iexclMientras que por coger esa mano ese brazo esa cara esa cintura dariacutea lo que no tengo

Y hablando asiacute el Corregidor tratoacute de apoderarse del brazo desnudo que la sentildeaacute Frasquita le estaba refregando materialmente por los ojos pero eacutesta sin descomponerse extendioacute la mano tocoacute el pecho de Su Sentildeoriacutea con la paciacutefica violencia e incontrastable rigidez de la trompa de un elefante y

lo tiroacute de espaldas con silla y todo

ndashiexclAve Maria Puriacutesimandashexclamoacute entonces la navarra rieacutendose a maacutes no poderndash Por lo visto esa silla estaba rota

ndashiquestQueacute pasa ahiacutendashexclamoacute en esto el tiacuteo Lucas asomando su feo rostro entre los paacutempanos de la parra

El Corregidor estaba todaviacutea en el suelo boca arriba y miraba con un terror indecible a aquel hombre que apareciacutea en los aires boca abajo

Hubieacuterase dicho que Su Sentildeoriacutea era el Diablo vencido no por San Miguel sino por otro Demonio del infierno

ndashiquestQueacute ha de pasarndashse apresuroacute a responder la sentildeaacute Frasquitandash iexclQue el sentildeor Corregidor puso la silla en vago fue a mecerse y se ha caiacutedo

ndashiexclJesuacutes Maria y Joseacutendashexclamoacute a su vez el Molinerondash iquestY se ha hecho dantildeo Su Sentildeoriacutea iquestQuiere un poco de agua y vinagre

ndashiexclNo me he hecho nadandashdijo el Corregidor levantaacutendose como pudo

Y luego antildeadioacute por lo bajo pero de modo que pudiera oiacuterlo la sentildeaacute Frasquita

ndashiexclMe la pagareacuteis

ndashPues en cambio Su Sentildeoriacutea me ha salvado a miacute la vidandashrepuso el tiacuteo Lucas sin moverse de lo alto de la parrandash

Figuacuterate mujer que estaba yo aquiacute sentado contemplando las uvas cuando me quedeacute dormido sobre una red de sarmientos y palos que dejaban claros suficientes para que pasase mi cuerpo Por consiguiente si la caida de Su Sentildeoriacutea no me hubiese despertado tan a tiempo esta tarde me habriacutea yo roto la cabeza contra esas piedras

ndashConque si iquesteh ndashreplicoacute el Corregidorndash Pues iexclvaya hombre me alegro iexclTe digo que me alegro mucho de haberme caiacutedo

ndashiexclMe la pagaraacutesndashagregoacute en seguida dirigieacutendose a la Molinera

Y pronuncioacute estas palabras con tal expresioacuten de reconcentrada furia que la sentildeaacute Frasquita se puso triste

Veiacutea claramente que el Corregidor se asustoacute al principio creyendo que el Molinero lo habiacutea oiacutedo todo pero que persuadido ya de que no habiacutea oiacutedo nada (pues la calma y el disimulo del tiacuteo Lucas hubieran engantildeado al maacutes lince) empezaba a abandonarse a toda su iracundia y a concebir planes de venganza

ndashiexclVamos iexclBaacutejate ya de ahiacute y ayuacutedame a limpiar a Su Sentildeoriacutea que se ha puesto perdido de polvondashexclamoacute entonces la Molinera

Y mientras el tio Lucas bajaba diacutejole ella al Corregidor daacutendole golpes con el delantal en la chupa y alguno que otro en las orejas

ndashEl pobre no ha oiacutedo nada Estaba dormido como un

tronco Maacutes que estas frases la circunstancia de haber sido dichas en voz baja afectando complicidad y secreto produjo un efecto maravilloso

ndashiexclPicara iexclProtervandashbalbuceoacute don Eugenio de Zuacutentildeiga con la boca hecha un agua pero gruntildeendo todaviacutea

ndashiquestMe guardaraacute Usiacutea rencorndashreplicoacute la navarra zalameramente

Viendo el Corregidor que la severidad le daba buenos resultados intentoacute mirar a la sentildeaacute Frasquita con mucha rabia pero se encontroacute con su tentadora risa y sus divinos ojos en los cuales brillaba la caricia de una suacuteplica y derritieacutendosele la gacha en el acto le dijo con un acento baboso y silbante en que se descubriacutea maacutes que nunca la ausencia total de dientes y muelas

ndashiexclDe ti depende amor miacuteo

En aquel momento se descolgoacute de la parra el tiacuteo Lucas

XII Diezmos y primicias

Repuesto el Corregidor en su silla la Molinera dirigioacute una raacutepida mirada a su esposo y viole no soacutelo tan sosegado como siempre sino reventando de ganas de reiacuter por resultas de aquella ocurrencia cambioacute con eacutel desde lejos un beso tirado aprovechando el primer descuido de don Eugenio y diacutejole en fin a este con una voz de sirena que le hubiera envidiado Cleopatra

ndashiexclAhora va Su Sentildeoriacutea a probar mis uvas Entonces fue de ver a la hermosa navarra (y asiacute la pintaria yo si tuviese el pincel de Tiziano) plantada enfrente del embelesado Corregidor fresca magniacutefica incitante con sus nobles formas con su angosto vestido con su elevada etatura con sus desnudos brazos levantados sobre la cabeza y con un transpaente racimo en cada mano dicieacutendole entre una sonrisa irresistible y una mirada suplicante en que titilaba el miedo

ndashTodaviacutea no las ha probado el sentildeor Obispo Son las primeras que se cogen este antildeo

Pareciacutea una gigantesca Pomona brindando frutos a un dios campestre a un saacutetiro v gr

En esto aparecioacute al extremo de la plazoleta empedrada el venerable Obispo de la dioacutecesis acompantildeado del abogado acadeacutemico y de dos canoacutenigos de avanzada edad y seguido de su secretario de dos familiares y de dos pajes Detuacutevose un rato Su Ilustriacutesima a contemplar aquel cuadro tan coacutemico y tan bello hasta que por uacuteltimo dijo con el reposado acento propio de los prelados de entonces

ndashEl quinto pagar diezmos y primicias a la Iglesia de Dios nos ensentildea la doctrina cristiana pero usted sentildeor Corregidor no se contenta con administrar el diezmo sino que tambieacuten trata de comerse las primicias

ndashiexclEl sentildeor Obispondashexclamaron los Molineros dejando al Corregidor y corriendo a besar el anillo al prelado

ndashiexclDios se lo pague a Su Ilustriacutesima por venir a honrar esta pobre chozandashdijo el tiacuteo Lucas besando el primero y con acento de muy sincera veneracioacuten

ndashiexclQueacute sentildeor Obispo tengo tan hermosondashexclamoacute la sentildeaacute Frasquita besando despueacutesndashiexclDios lo bendiga y me lo conserve maacutes antildeos que le conservoacute el suyo a mi Lucas

ndashiexclNo seacute queacute falta puedo hacerte cuando tuacute me echas las bendiciones en vez de pediacutermelasndashcontestoacute rieacutendose el bondadoso pastor

Y extendiendo dos dedos bendijo a la sentildeaacute Frasquita y despueacutes a los demaacutes circunstantes

ndashiexclAquiacute tiene Usiacutea Ilustriacutesima las primiciasndashdijo el Corregidor tomando un racimo de manos de la Molinera y presentaacutendoselo corteacutesmente al Obispondash Todaviacutea no habiacutea yo probado las uvas

El Corregidor pronuncioacute estas palabras dirigiendo de paso una raacutepida y ciacutenica mirada a la espleacutendida hermosura de la Molinera

ndashiexclPues no seraacute porque esteacuten verdes como las de la faacutebulandashobservoacute el acadeacutemico

ndashLas de la faacutebulandashexpuso el Obispo no estaban verdes sentildeor licenciado sino fuera del alcance de la zorra

Ni el uno ni el otro habiacutean querido acaso aludir al Corregidor pero ambas frases fueron casualmente tan adecuadas a lo que acababa de suceder alliacute que don Eugenio de Zuacutentildeiga se puso liacutevido de coacutelera y dijo besando el anillo del prelado

ndashiexclEso es llamarme zorro Sentildeor Ilustriacutesimo

ndashTu dixistindashreplicoacute eacuteste con la amable severidad de un santo como diz que lo era en efectondash Excusatio non petita accusatio manifesta Qualis vir talis oratio Pero satis am dictum nullus ultra sit sermo O lo que es lo mismo dejeacutemonos de latines y veamos estas famosas uvas

Y picoacute una sola vez en el racimo que le presentaba el Corregidor

ndashiexclEstaacuten muy buenasndashexclamoacute mirando aquella uva al trasluz y alargaacutendosela en seguida a su secretariondash iexclLaacutestima que

a miacute me sienten mal

El secretario contemploacute tambieacuten la uva hizo un gesto de cortesana admiracioacuten y la entregoacute a uno de los familiares

El familiar repitioacute la accioacuten del Obispo y el gesto del secretario propasaacutendose hasta oler la uva y luego Ia colocoacute en la cesta con escrupuloso cuidado no sin decir en voz baja a la concurrencia

ndashSu Ilustriacutesima ayuna

El tiacuteo Lucas que habiacutea seguido la uva con la vista la cogioacute entonces disimuladamente y se la comioacute sin que nadie lo viera

Despueacutes de esto sentaacuteronse todos habloacutese de la otontildeada (que seguiacutea siendo muy seca no obstante haber pasado el cordonazo de San Francisco) discurrioacutese algo sobre la probabilidad de una nueva guerra entre Napoleoacuten y el Austria insistiose en la creencia de que las tropas imperiales no invadiriacutean nunca el territorio espantildeol quejoacutese el abogado de lo revuelto y calamitoso de aquella eacutepoca envidiando los tranquilos tiempos de sus padres (como sus padres habriacutean envidiado los de sus abuelos) dio las cinco el loro y a una sentildea del reverendo Obispo el menor de los pajes fue al coche episcopal (que se habiacutea quedado en la misma ramblilla que el alguacil) y volvioacute con una magniacutefica torta sobada de pan de aceite polvoreada de sal que apenas hariacutea una hora habiacutea salido del horno colocoacutese una mesilla en medio del concurso descuartizoacutese la torta se dio su parte correspondiente sin embargo de que se resistieron mucho al tiacuteo Lucas y a la sentildeaacute Frasquita y una igualdad verdaderamente democraacutetica reinoacute durante media hora bajo aquellos paacutempanos que filtraban los uacuteltimos resplandores del sol poniente

XIII Le dijo el grajo al cuervo

Hora y media despueacutes todos los ilustres compantildeeros de merienda estaban de vuelta en la ciudad

El sentildeor Obispo y su familia habiacutean llegado con bastante anticipacioacuten gracias al coche y hallaacutebanse ya en palacio donde los dejaremos rezando sus devociones

El insigne abogado (que era muy seco) y los dos canoacutenigos (a cuaacutel maacutes grueso y respetable) acompantildearon al Corregidor hasta la puerta del Ayuntamiento (donde Su Sentildeoriacutea dijo tener que trabajar) y tomaron luego el camino de sus respectivas casas guiaacutendose por las estrellas como los navegantes o sorteando a tientas las esquinas como los ciegos pues ya habiacutea cerrado la noche aun no habiacutea salido la luna y el alumbrado puacuteblico (lo mismo que las demaacutes luces de este siglo) todaviacutea estaba alliacute en la mente divina

En cambio no era raro ver discurrir por algunas calles tal o cual linterna o farolillo con que respetuoso servidor alumbraba a

sus magniacuteficos amos quienes se dirigiacutean a la habitual tertulia o de visita a casa de sus parientes

Cerca de casi todas las rejas bajas se veiacutea (o se olfateaba por mejor decir) un silencioso bulto negro Eran galanes que al sentir pasos habiacutean dejado por un momento de pelar la pava

ndashiexclSomos unos calaverasndashiban diciendo el abogado y los dos canoacutenigosndash Queacute pensaraacuten en nuestras casas al vernos llegar a estas horas

ndashPues iquestqueacute diraacuten los que nos encuentren en la calle de este modo a las siete y pico de la noche como unos bandoleros amparados de las tinieblas

ndashHay que mejorar de conducta

ndashiexclAh Siacute iexclPero ese dichoso molino

ndashMi mujer lo tiene sentado en la boca del estoacutemagondashdijo el acadeacutemico con un tono en que se trasluciacutea mucho miedo a la proacutexima pelotera conyugal

ndashiquestPues y mi sobrinandashexclamoacute uno de los canoacutenigos que por cierto era Penitenciariondash Mi sobrina dice que los sacerdotes no deben visitar comadres

ndashY sin embargondashinterrumpioacute su compantildeero que era Magistralndash lo que alliacute pasa no puede ser maacutes inocente

ndashiexclToma iexclComo que va el mismiacutesimo Obispo

ndashY luego sentildeores iexcla nuestra edadndashrepuso el

Penitenciariondash Yo he cumplido ayer los setenta y cinco

ndashiexclEs clarondashreplicoacute el Maglstralndash Pero hablemos de otra cosa iexclqueacute guapa estaba esta tarde la sentildea Frasquita

ndashiexclOh lo que es eso como guapa es guapandashdijo el Abogado afectando imparcialidad

ndashMuy guapandashrepitioacute el Penitenciario dentro del embozo ndashY si nondashantildeadioacute el predicador de Oficiondash que se lo pregunten al Corregidor

ndashiexclEl pobre hombre estaacute enamorado de ella

ndashiexclYa lo creondashexclamoacute el confesor de la catedral

ndashiexclDe segurondashagregoacute el acadeacutemico correspondientendash Conque sentildeores yo tomo por aquiacute para llegar antes a casa iexclMuy buenas noches

ndashBuenas nochesndashle contestaron los capitulares

Y anduvieron algunos pasos en silencio

ndashiexclTambieacuten le gusta a ese la Molinerandashmurmuroacute entonces el Magistral daacutendole con el codo al Penitenciario

ndashiexclComo si lo vierandashrespondioacute este paraacutendose a la puerta de su casandash iexclY que bruto es Conque hasta mantildeana compantildeero Que le sienten a usted muy bien las uvas

ndashHasta mantildeana si Dios quiere Que pase usted muy buena noche

ndashiexclBuenas noches nos deacute Diosndashrezoacute el Penitenciario ya desde el portal que por maacutes sentildeas teniacutea farol y Virgen

Y llamoacute a la aldaba

Una vez solo en la calle el otro canoacutenigo (que era maacutes ancho que alto y que pareciacutea que rodaba al andar) siguioacute avanzando lentamente hacia su casa pero antes de llegar a ella cometioacute contra una pared cierta falta que en el porvenir habiacutea de ser objeto de un bando de policiacutea y dijo al mismo tiempo pensando sin duda en su cofrade de Coro

ndashiexclTambieacuten te gusta a ti la sentildeaacute Frasquita iexclY la verdad esndashantildeadioacute al cabo de un momentondashque como guapa es guapa

XIV Los consejos de Garduntildea

Entre tanto el Corregidor habiacutea subido al Ayuntamiento acompantildeado de Garduntildea con quien manteniacutea haciacutea rato en el saloacuten de sesiones una conversacion maacutes familiar de lo correspondiente a persona de su calidad y oficio

ndashiexclCrea Usiacutea a un perro perdiguero que conoce la cazandashdeciacutea el innoble alguacilndash La sentildeaacute Frasquita estaacute perdidamente enamorada de Usiacutea y todo lo que Usiacutea acaba de contarme contribuye a haceacutermelo ver maacutes claro que esa luz

Y sentildealaba un veloacuten de Lucena que apenas si esclareciacutea la octava parte del saloacuten

ndashiexclNo estoy yo tan seguro como tuacute Garduntildeandashcontestoacute don Eugenio suspirando laacutenguidamente

ndashiexclPues no seacute por queacute Y si no hablemos con franqueza Usiacutea dicho sea con perdoacuten tiene una tacha en su cuerpo iquest No

es verdad

ndashiexclBien siacutendashrepuso el Corregidorndash Pero esa tacha la tiene tambieacuten el tiacuteo Lucas iexclEl es maacutes jorobado que yo

ndashiexclMucho maacutes iexclMuchiacutesimo maacutes iexclsin comparacioacuten de ninguna especie Pero en cambio y es a lo que iba Usiacutea tiene una cara de muy buen ver lo que se dice una bella cara mientras que el tiacuteo Lucas se parece al sargento Utrera que reventoacute de feo

El Corregidor sonrioacute con cierta ufaniacutea

ndashAdemaacutesndashprosiguioacute el alguacilndash la sentildeaacute Frasquita es capaz de tirarse por una ventana con tal de agarrar el nombramiento de su sobrino

ndashiexclHasta ahiacute estamos de acuerdo iexclEse nombramiento es mi uacutenica esperanza

ndashiexclPues manos a la obra sentildeor Ya le he explicado a Usiacutea mi plan iexclNo hay maacutes que ponerlo en ejecucioacuten esta misma noche

ndashiexclTe he dicho muchas veces que no necesito consejosndashgritoacute don Eugenio acordaacutendose de pronto de que hablaba con un inferior

ndashCreiacute que Usiacutea me los habiacutea pedidondashbalbuceoacute Garduntildea

ndashiexclNo me repliques

Garduntildea saludoacute

ndashiquestConque deciacuteasndashprosiguioacute el de Zuacutentildeiga volviendo a amansarsendashque esta misma noche puede arreglarse todo eso Pues iexclmira hijo me parece muy bien iexclQueacute diablos iexclAsiacute saldreacute pronto de esta cruel incertidumbre

Garduntildea guardoacute silencio El Corregidor se dirigioacute al bufete y escribioacute algunas liacuteneas en un pliego de papel sellado que selloacute tambieacuten por su parte guardaacutendolo luego en la faltriquera

ndashiexclYa estaacute hecho el nombramiento del sobrinondashdijo entonces tomando un polvo de rapeacutendash iexclMantildeana me las compondreacute yo con los regidores y o lo ratifican con un acuerdo o habraacute la de San Quintiacuten iquestNo te parece que hago bien

ndashiexclEso iexclesondashexclamoacute Garduntildea entusiasmado metiendo la zarpa en la caja del Corregidor y arrebataacutendole un polvondash iexclEso iexcleso El antecesor de Usiacutea no se paraba tampoco en barras Cierta vez

ndashiexclDeacutejate de bachilleriacuteasndashrepuso el Corregidor sacudieacutendole una guantada en la ratera manondash Mi antecesor era una bestia cuando te tuvo de alguacil Pero vamos a lo que importa Acabas de decirme que el molino del tiacuteo Lucas pertenece al teacutermino del lugarcillo inmediato y no al de esta poblacioacuten iquest Estaacutes seguro de ello

ndashiexclSeguriacutesimo La jurisdiccioacuten de la ciudad acaba en la ramblilla donde yo me senteacute esta tarde a esperar que Vuestra Sentildeoriacutea iexclVoto a Lucifer iexclSi yo hubiera estado en su caso

ndashiexclBastandashgritoacute don Eugeniondash iexclEres un insolente

Y cogiendo media cuartilla de papel escribioacute una esquela cerroacutela doblaacutendole un pico y se la entregoacute a Garduntildea

ndashAhiacute tienesndashle dijo al mismo tiempondashla carta que me has pedido para el alcalde del lugar Tuacute le explicaraacutes de palabra todo lo que tiene que hacer iexclYa ves que sigo tu plan al pie de la letra iexclDesgraciado de ti si me metes en un callejoacuten sin salida

ndashiexclNo hay cuidado contestoacute Garduntildeandash El sentildeor Juan Loacutepez tiene mucho que temer y en cuanto vea la firma de Usiacutea haraacute todo lo que yo le mande iexclLo menos le debe mil fanegas de grano al Poacutesito Real y otro tanto al Poacutesito Piacuteo Esto uacuteltimo contra toda ley pues no es ninguna viuda ni ninguacuten labrador pobre para recibir el trigo sin abonar creces ni recargo sino un jugador un borracho y un sinverguumlenza muy amigo de faldas que trae escandalizado al pueblecillo iexclY aquel hombre ejerce autoridad iexclAsiacute anda el mundo

ndashiexclTe he dicho que calles iexclMe estaacutes distrayendondashbramoacute el Corregidorndash Conque vamos al asuntondashantildeadioacute luego mudando de tonondash Son las siete y cuarto Lo primero que tienes que hacer es ir a casa y advertirle a la Sentildeora que no me espere a cenar ni a dormir Dile que esta noche me estareacute trabajando aquiacute hasta la hora de la queda y que despueacutes saldreacute de ronda secreta contigo a ver si atrapamos a ciertos malhechores En fin engaacutentildeala bien para que se acueste descuidada De camino dile al otro alguacil que me traiga la cena iexclYo no me atrevo a parecer esta noche delante de la Sentildeora pues me conoce tanto que es capaz de leer en mis pensamientos Encaacutergale a la cocinera que ponga unos pestintildeos de los que se hicieron hoy y dile a Juanete que sin que lo vea nadie me alargue de la taberna medio cuartillo de vino blanco En seguida te marchas al lugar donde puedes hallarte muy blen a las ocho

ndashiexclA las ocho en punto estoy alliacutendashexclamoacute Garduntildea

ndashiexclNo me contradigasndashrugioacute el Corregidor acordaacutendose otra vez de que lo era

Garduntildea saludoacute

ndashHemos dichondashcontinuoacute aqueacutel humanizaacutendose de nuevondashque a las ocho en punto estaacutes en el lugar Del lugar al molino habraacute Yo creo que habraacute una media legua

ndashCorta

ndashiexclNo me interrumpas

El alguacil volvioacute a saludar

ndashCortandashprosiguioacute el Corregidorndash Por consiguiente a las diez iquestCrees tuacute que a las diez

ndashiexclAntes de las diez iexclA las nueve y media puede Usiacutea llamar descuidado a la puerta del molino

ndashiexclHombre iexclNo me digas a miacute lo que tengo que hacer Por supuesto que tuacute estaraacutes

ndashYo estareacute en todas partes Pero mi cuartel general seraacute la ramblilla iexclAh se me olvidaba Vaya Usiacutea a pie y no lleve linterna

ndashiexclMaldita la falta que me haciacutean tampoco esos consejos iquestSi creeraacutes tuacute que es la primera vez que salgo a campantildea

ndashPerdone Usiacutea iexclAh Otra cosa No llame Usiacutea a la puerta grande que da a la plazoleta del emparrado sino a la puertecilla que hay encima del caz

ndashiquestEncima del caz hay otra puerta iexclMira tuacute una cosa que nunca se me hubiera ocurrido

ndashSiacute sentildeor la puertecilla del caz da al mismiacutesimo dormitorio de los Molineros y el tiacuteo Lucas no entra ni sale nunca por ella De forma que aunque volviese pronto

ndashComprendo comprendo iexclNo me aturdas maacutes los oiacutedos

ndashPor uacuteltimo procure Usiacutea escurrir el bulto antes del amanecer Ahora amanece a las seis

ndashiexclMira otro consejo inuacutetil A las cinco estareacute de vuelta en mi casa Pero bastante hemos hablado ya iexclQuiacutetate de mi presencia

ndashPues entonces sentildeor iexclbuena suertendashexclamoacute el alguacil alargando lateralmente la mano al Corregidor y mirando al techo al mismo tiempo

El Corregidor puso en aquella mano una peseta y Garduntildea desaparecioacute como por ensalmo

ndashiexclPor vida de ndashmurmuroacute el viejo al cabo de un instantendash iexclSe me ha olvidado decirle a ese bachillero que me trajesen tambieacuten una baraja iexclCon ella me hubiera entretenido hasta las nueve y media viendo si me saliacutea aquel solitario

XV Despedida en prosa Seriacutean las nueve de aquella misma noche cuando el tiacuteo Lucas y la sentildeaacute Frasquita terminadas todas las haciendas del molino y de la casa se cenaron una fuente de ensalada de escarola una libreja de carne guisada con tomates y algunas uvas de las que quedaban en la consabida cesta todo ello rociado con un poco de vino y con grandes risotadas a costa del Corregidor despueacutes de lo cual miraacuteronse afablemente los dos esposos como muy contentos de Dios y de siacute mismos y se dijeron entre un par de bostezos que revelaban toda la paz y tranqulhdad de sus corazones

ndashPues sentildeor vamos a acostarnos y mantildeana seraacute otro diacutea

En aquel momento sonaron dos fuertes y ejecutivos golpes aplicados a la puerta grande del molino

El marido y la mujer se miraron sobresaltados

Era la primera vez que oiacutean llamar a su puerta a semejante hora

ndashVoy a verndashdijo la intreacutepida navarra encaminaacutendose hacia la plazoletilla

ndashiexclQuita iexclEso me toca a miacutendashexclamoacute el tiacuteo Lucas con tal dignidad que la sentildeaacute Frasquita le cedioacute el pasondash iexclTe he dicho que no salgasndashantildeadioacute luego con dureza viendo que la obstinada Molinera queriacutea seguirle

Eacutesta obedecioacute y se quedoacute dentro de la casa

ndashiquestQuieacuten esndashpreguntoacute el tiacuteo Lucas desde en medio de la plazoleta

ndashiexclLa Justiciandashcontestoacute una voz al otro lado del portoacuten

ndashiquestQueacute Justicia

ndashLa del lugar iexclAbra usted al sentildeor Alcalde

El tiacuteo Lucas habiacutea aplicado entre tanto un ojo a cierta mirilla muy disimulada que teniacutea el portoacuten y reconocido a la luz de la luna al ruacutestico Alguacil del lugar inmedlato

ndashiexclDiraacutes que le abra al borrachoacuten del Alguacilndashrepuso el Molinero retirando la tranca

ndashiexclEs lo mismondashcontestoacute el de afuerandash pues que traigo una orden escrita de su Merced Tenga usted muy buenas noches tiacuteo Lucasndashagregoacute luego entre tanto y con voz menos oficial maacutes baja y maacutes gorda como si ya fuera otro hombre

ndashiexclDios te guarde Tontildeuelondashrespondioacute el murcianondash Veamos queacute orden es esa iexclY bien podiacutea el sentildeor Juan Loacutepez

escoger otra hora mas oportuna de dirigirse a los hombres de bien Por supuesto que la culpa seraacute tuya iexclComo si lo viera te has estado emborrachando en las huertas del camino iquestQuieres un trago

ndashNo sentildeor no hay tiempo para nada Tiene usted que seguirme inmediatamente Lea usted la orden

ndashiquestCoacutemo seguirtendashexclamoacute el tiacuteo Lucas penetrando en el molino despueacutes de tomar el papelndash iexclA ver Frasquita alumbra

La sentildeaacute Frasquita soltoacute una cosa que teniacutea en la mano y descolgoacute el candil El tiacuteo Lucas miroacute raacutepidamente al objeto que habiacutea soltado su mujer y reconocioacute su bocacha o sea un enorme trabuco que calzaba balas de a media libra

El Molinero dirigioacute entonces a la navarra una mirada llena de gratitud y ternura y le dijo tomaacutendole la cara

ndashiexclCuaacutento vales

La sentildeaacute Frasquita paacutelida y serena como una estatua de maacutermol levantoacute el candil cogido con dos dedos sin que el maacutes leve temblor agitase su pulso y contestoacute secamente

ndashiexclVaya lee

La orden deciacutea

Para el mejor servicio de S M el Rey Nuestro Sentildeor (Q D G) prevengo a Lucas Fernaacutendez molinero de estos vecinos que tan luego como reciba la presente orden comparezca ante mi autoridad sin excusa ni pretexto alguno advirtieacutendole que por

ser asunto reservado no lo pondraacute en conocimiento de nadie todo ello bajo las penas correspondientes caso de desobediencia El Alcalde JUAN LOacutePEZ

Y habiacutea una cruz en vez de ruacutebrica

ndashOye tuacute iquestY queacute es estondashle preguntoacute el tiacuteo Lucas al Alguacilndash iquestA queacute viene esta orden

ndashNo lo seacutendashcontestoacute el ruacutestico hombre de unos treinta antildeos cuyo rostro esquinado y avieso propio de ladroacuten o de asesino daba muy triste idea de su sinceridadndash Creo que se trata de averiguar algo de brujeriacutea o de moneda falsa Pero la cosa no va con usted Lo llaman como testigo o como perito En fin yo no me he enterado bien del particular El sentildeorJuan Loacutepez se lo explicaraacute a usted con maacutes pelos y sentildeales

ndashiexclCorrientendashexclamoacute el Molinerondash Dile que ireacute mantildeana

ndashiexclCa no sentildeor Tiene usted que venir ahora mismo sin perder un minuto Tal es la orden que me ha dado el sentildeor Alcalde

Hubo un instante de silencio Los ojos de la sentildeaacute Frasquita echaban llamas

El tiacuteo Lucas no separaba los suyos del suelo como si buscara alguna cosa

ndashMe concederaacutes cuando menosndashexclamoacute al fin levantando la cabezandashel tiempo preciso para ir a la cuadra y aparejar una burra

ndashiexclQueacute burra ni queacute demontrendashreplicoacute el Alguacil iexclCualquiera se anda a pie media legua La noche estaacute muy hermosa y hace luna

ndashYa he visto que ha salido Pero yo tengo los pies hinchados

ndashPues entonces no perdamos tiempo Yo le ayudareacute a usted a aparejar

ndashiexclHola iexclHola iquestTemes que me escape

ndashYo no temo nada tiacuteo Lucasndashrespondioacute Tontildeuelo con la frialdad de un desalmadondash Yo soy la Justicia

Y hablando asiacute descansoacute armas con lo que dejoacute ver el retaco que llevaba debajo del capote

ndashPues mira Tontildeuelondashdijo la Molinerandash Ya que vas a la cuadra a ejercer tu verdadero oficio hazme el favor de aparejar tambieacuten la otra burra

ndashiquest Para queacutendashinterrogoacute el Molinero

ndashiexclPara miacute Yo voy con vosotros

ndashiexclNo puede ser sentildeaacute Frasquitandashobjetoacute el Alguacilndash Tengo orden de llevarme a su marido de usted nada maacutes y de impedir que usted lo siga En ello me van el destino y el pescuezo Asiacute me lo advirtioacute el sentildeorJuan Loacutepez Conque vamos tiacuteo Lucas Y se dirigioacute hacia la puerta

ndashiexclCosa maacutes rarandashdijo a media voz el murciano sin

moverse

ndashiexclMuy rarandashcontestoacute la sentildeaacute Frasquita

ndashEsto es algo que yo me seacutendashcontinuoacute murmurando el tiacuteo Lucas de modo que no pudiese oiacuterlo Tontildeuelo

ndashiquestQuieres que vaya yo a la ciudadndashcuchicheoacute la navarrandashy le deacute aviso al Corregidor de lo que nos sucede

ndashiexclNondashrespondioacute en alta voz el tiacuteo Lucasndash iexclEso no

ndashiquest Pues queacute quieres que hagandashdijo la Molinera con gran iacutempetu

ndashQue me miresndashrespondioacute el antiguo soldado

Los dos esposos se miraron en silencio y quedaron tan satisfechos ambos de la tranquilidad la resolucioacuten y la energiacutea que se comunicaron sus almas que acabaron por encogerse de hombros y reiacuterse

Despueacutes de esto el tiacuteo Lucas encendioacute otro candil y se dirigioacute a la cuadra diciendo al paso a Tontildeuelo con socarroneriacutea

ndashiexclVaya hombre iexclVen y ayuacutedame supuesto que eres tan amable

Tontildeuelo lo siguioacute canturriando una copla entre dientes

Pocos minutos despueacutes el tiacuteo Lucas saliacutea del molino caballero en una hermosa jumenta y seguido del Alguacil

La despedida de los esposos se habiacutea reducido a lo siguiente

ndashCierra bienndashdijo el tiacuteo Lucas

ndashEmboacutezate que hace frescondashdijo la sentildeaacute Frasquita cerrando con llave tranca y cerrojo

Y no hubo maacutes adioacutes ni maacutes beso ni maacutes abrazo ni maacutes mirada

iquestPara queacute

XVI Un ave de mal aguumlero

Sigamos por nuestra parte al tiacuteo Lucas

Ya habiacutean andado un cuarto de legua sin hablar palabra el Molinero subido en la borrica y el Alguacil arreaacutendola con su bastoacuten de autoridad cuando divisaron delante de siacute en lo alto de un repecho que haciacutea el camino la sombra de un enorme pajarraco que se dirigiacutea hacia ellos

Aquella sombra se destacoacute eneacutergicamente sobre el cielo esclarecido por la luna dibujaacutendose en eacutel con tanta precisioacuten que el Molinero exclamoacute en el acto

ndashTontildeuelo iexclaquel es Garduntildea con su sombrero de tres picos y sus patas de alambre

Mas antes de que contestara el interpelado la sombra deseosa sin duda de eludir aquel encuentro habiacutea dejado el camino y echado a correr a campo traviesa con la velocidad de

una verdadera garduntildea

ndashNo veo a nadiendashrespondioacute entonces Tontildeuelo con la mayor naturalidad

ndashNi yo tampocondashreplicoacute el tiacuteo Lucas comieacutendose la partida

Y la sospecha que ya se le ocurrioacute en el molino principioacute a adquirir cuerpo y consistencia en el espiacuteritu receloso del jorobado

ndashEste viaje miacuteondashdiacutejose interiormentendashes una estratagema amorosa del Corregidor La declaracioacuten que le oiacute esta tarde desde lo alto del emparrado me demuestra que el vejete rnadrilentildeo no puede esperar maacutes Indudablemente esta noche va a volver de visita al molino y por eso ha principiado quitaacutendome de en medio Pero iquestqueacute importa iexclFrasquita es Frasquita y no abriraacute la puerta aunque le peguen fuego a la casa Digo maacutes aunque la abriese aunque el Corregidor lograse por medio de cualquier ardid sorprender a mi excelente navarra el piacutecaro viejo saldriacutea con las manos en la cabeza iexclFrasquita es Frasquita Sin embargondashantildeadioacute al cabo de un momentondash iexclbueno seraacute volverme esta noche a casa lo maacutes temprano que pueda

Llegaron con esto al lugar el tiacuteo Lucas y el Alguacil dirigieacutendose a casa del sentildeor Alcalde

XVII Un alcalde de monterilla

El sentildeor Juan Loacutepez que como particular y como Alcalde era la tiraniacutea la ferocidad y el orgullo personificados (cuando trataba con sus interiores) dignaacutebase sin embargo a aquellas horas despueacutes de despachar los asuntos oficiales y los de su labranza y de pegarle a su mujer su cotidiana paliza beberse un caacutentaro de vino en compantildeiacutea del secretario y del sacristaacuten operacioacuten que iba maacutes de mediada aquella noche cuando el Molinero comparecioacute en su presencia

ndashiexclHola tiacuteo Lucasndashle dijo rascaacutendose la cabeza para excitar en ella la vena de los embustesndash iquestCoacutemo va de salud iexclA ver secretario eacutechele usted un vaso de vino al tiacuteo Lucas iquestY la sentildea Frasquita iquestSe conserva tan guapa iexclYa hace mucho tiempo que no la he visto Pero hombre iexclqueacute bien que sale ahora la molienda iexclEl pan de centeno parece de trigo candeal Conque vaya Sieacutentese usted y descanse que gracias a Dios no tenemos prisa

ndashiexclPor mi parte maldita aquellandashcontestoacute el tiacuteo Lucas que

hasta entonces no habiacutea despegado los labios pero cuyas sospechas eran cada vez mayores al ver el amistoso recibimiento que se le haciacutea despueacutes de una orden tan terrible y apremiante

ndashPues entonces tiacuteo Lucasndashcontinuoacute el alcaldendash supuesto que no tiene usted gran prisa dormiraacute usted acaacute esta noche y mantildeana temprano despacharemos nuestro asuntillo

ndashMe parece bienndashrespondioacute el tiacuteo Lucas con una ironiacutea y un disimulo que nada teniacutean que envidiar a la diplomacio del sentildeor Juan Loacutepezndash Supuesto que la cosa no es urgente pasareacute la noche fuera de mi casa

ndashNi urgente ni de peligro para ustedndashantildeadioacute el Alcalde engantildeado por aquel a quien creiacutea engantildearndash Puede usted estar completamente tranquilo Oye tuacute Tontildeuelo Alarga esa media fanega para que se siente el tiacuteo Lucas

ndashEntonces iexclvenga otro tragondashexclamoacute el Molinero sentaacutendose

ndashiexclVenga de ahiacutendashrepuso el Alcalde alargaacutendole el vaso lleno

ndashEstaacute en buena mano Meacutedielo usted

ndashiexclPues por su saludndashdijo el sentildeor Juan Loacutepez bebieacutendose la mitad

ndashPor la de usted sentildeor Alcaldendashreplicoacute el tiacuteo Lucas apurando la otra

ndashiexclA ver Manuelandashgritoacute entonces el Alcalde de monterillandash

Dile a tu ama que el tiacuteo Lucas se queda a dormir aquiacute Que le ponga una cabecera en el granero

ndashiexclCa No iexclDe ningun modo Yo duermo en el pajar como un rey

ndashMire usted que tenemos cabeceras

ndashiexclYa lo creo Pero iquesta queacute quiere usted incomodar a la familia Yo traigo mi capote

ndashPues sentildeor como usted guste iexclManuela dile a tu ama que no la ponga

ndashLo que siacute va usted a permitirmendashcontinuoacute el tiacuteo Lucas bostezando de un modo atrozndashes que me acueste en seguida Anoche he tenido mucha molienda y no ha pegado todaviacutea los ojos

ndashiexclConcedidondashrespondioacute majestuosamente el AlcaldendashPuede usted recogerse cuando quiera

ndashCreo que tambieacuten es hora de que nos recojamos nosotrosndashdijo el sacristaacuten asomaacutendose al caacutentaro de vino para graduar lo que quedabandash Ya deben de ser las diez o poco menos

ndashLas diez menos cuartillondashnotificoacute el secretario despueacutes de repartir en los vasos el resto del vino correspondiente a aquella noche

ndashiexclPues a dormir caballerosndashexclamoacute el anfitrioacuten apurando su parte

ndashHasta mariana sentildeoresndashantildeadioacute el Molinero bebieacutendose la suya

ndashEspere usted que le alumbren iexclTontildeuelo Lleva al tiacuteo Lucas al pajar

ndashiexclPor aquiacute tiacuteo Lucasndashdijo Tontildeuelo llevaacutendose tambieacuten el caacutentaro por si le quedaban algunas gotas

ndashHasta mantildeana si Dlos quierendashagregoacute el sacristaacuten despueacutes de escurrir todos los vasos

Y se marchoacute tambaleaacutendose y cantando alegremente el De profundis

ndashPues sentildeorndashdiacutejole el Alcalde al Secretario cuando se quedaron solosndash El tiacuteo Lucas no ha sospechado nada Nos podemos acostar descansadamente y iexclbuena pro le haga al Corregidor

XVIII Donde se veraacute que el tiacuteo Lucas teniacutea el suentildeo muy ligero

Cinco minutos despueacutes un hombre se descolgaba por la ventana del pajar del sentildeor Alcalde ventana que daba a un corraloacuten y que no distariacutea cuatro varas del suelo

En el corraloacuten habiacutea un cobertizo sobre una gran pesebrera a la cual hallaacutebanse atadas seis u ocho caballleriacuteas de diversa alcurnia bien que todas ellas del sexo deacutebil Los caballos mulos y burros del sexo fuerte formaban rancho aparte en otro local contiguo

El hombre desatoacute una borrica que por cierto estaba aparejada y se encaminoacute llevaacutendola del diestro hacia la puerta del corral retiroacute la tranca y desechoacute el cerrojo que la aseguraban abrioacutela con mucho tiento y se encontroacute en medio del campo

Una vez alliacute montoacute en la borrica metioacutele los talones y salioacute como una flecha con direccioacuten a la ciudad mas no por el carril ordinario sino atravesando siembras y cantildeadas como quien se precave contra alguacuten mal encuentro

Era el tiacuteo Lucas que se dirigiacutea a su molino

XIX Voces clamantes in desertogt

ndashiexclAlcaldes a miacute que soy de Archenandashiba dicieacutendose el murcianondash iexclMantildeana por la mantildeana pasareacute a ver al sentildeor Obispo como medida preventiva y le contareacute todo lo que me ha ocurrido esta noche iexclLlamarme con tanta prisa y reserva y a hora tan desusada decirme que venga solo hablarme del servicio del Rey y de moneda falsa y de brujas y de duendes para echarme luego dos vasos de vino y mandarme a dormir iexclLa cosa no puede ser maacutes clara Garduntildea trajo al lugar esas instrucciones de parte del Corregidor y esta es la hora en que el Corregidor estaraacute ya en campantildea contra mi mujer iexclQuieacuten sabe si me lo encontrareacute llamando a la puerta del molino iexclQuieacuten sabe si me lo encontrareacute ya dentro iexclQuieacuten sabe Pero iquestqueacute voy a decir iexclDudar de mi navarra iexclOh esto es ofender a Dios iexclImposible que ella iexclImposible que mi Frasquita iexclImposible Mas iquestqueacute estoy diciendo iquestAcaso hay algo imposible en el mundo iquestNo se casoacute conmigo siendo ella tan hermosa y yo tan feoiquest

Y al hacer esta uacuteltima reflexioacuten el pobre jorobado se echoacute a llorar

Entonces paroacute la burra para serenarse se enjugoacute las laacutegrimas suspiroacute hondamente sacoacute los aviacuteos de fumar picoacute y lioacute un cigarro de tabaco negro empuntildeoacute luego pedernar yesca y eslaboacuten y al cabo de algunos golpes consiguioacute encender candela

En aquel mismo momento sintioacute rumor de pasos hacia el camino que distariacutea de alliacute unas trescientas varas

ndashiexclQueacute imprudente soyndashdijondashiexclSi me andaraacute buscando ya la Justicia y yo me habreacute vendido al echar estas yescas

Escondioacute pues la lumbre y se apeoacute ocultaacutendose detraacutes de la borrica

Pero la borrica entendioacute las cosas de diferente modo y lanzoacute un rebuzno de satlsfaccioacuten

ndash-iexclMaldita seasndashexclamoacute el tiacuteo Lucas tratando de cerrarle la boca con las manos

Al propio tiempo resonoacute otro rebuzno en el camino por viacutea de galante respuesta

ndashiexclEstamos aviadosndashprosiguioacute pensando el Molinerondash iexclBien dice el refraacuten el mayor mal de los males es tratar con animales

Y asiacute discurriendo volvioacute a montar arreoacute la bestia y salioacute disparado en direccioacuten contraria al sitio en que habiacutea sonado el segundo rebuzno

Y lo maacutes particular fue que la persona que iba en el jumento interlocutor debioacute de asustarse del tiacuteo Lucas tanto como el tiacuteo

Lucas se habiacutea asustado de ella Lo digo porque apartoacutese tambieacuten del camino recelando sin duda que fuese un alguacil o un malhechor pagado por don Eugenio y salioacute a escape por los sembrados de la otra banda

El murciano entre tanto continuoacute cavilando de este modo

ndashiexclQueacute noche iexclQueacute mundo iexclQueacute vida la miacutea desde hace una hora iexclAlguaciles metidos a alcahuetes alcaldes que conspiran contra mi honra burros que rebuznan cuando no es menester y aquiacute en mi pecho un miserable corazoacuten que se ha atrevido a dudar de la mujer maacutes noble que Dios ha criado iexclOh Dios miacuteo Dios miacuteo iexclHaz que llegue pronto a mi casa y que encuentre alliacute a mi Frasquita

Siguioacute caminando el tiacuteo Lucas atravesando siembras y matorrales hasta que al fin a eso de las once de la noche llegoacute sin novedad a la puerta grande del molino iexclCondenacioacuten iexclLa puerta del molino estaba abierta

XX La duda y la realidad Estaba abierta iexcly eacutel al marcharse habia oiacutedo a su mujer cerrarla con llave tranca y cerrojo

Por consiguiente nadie maacutes que su propia mujer habia podido abrirla

Pero iquestcoacutemo iquestcuaacutendo iquestpor queacute iquestDe resultas de un engantildeo iquestA consecuencia de una orden iquestO bien deliberada y voluntariamente en virtud de previo acuerdo con el Corregidor iquestQueacute iba a ver iquestQueacute iba a saber iquestQueacute le aguardaba dentro de su casa iquestSe habiacutea fugado la sentildeaacute Frasquita iquestSe la habriacutean robado iquestEstariacutea muerta iquestO estariacutea en brazos de su rival

ndashEl Corregidor contaba con que yo no podriacutea venir en toda la nochendashse dijo luacutegubremente el tiacuteo Lucasndash El Alcalde del lugar tendriacutea orden hasta de encadenarme antes que permitirme volver iquestSabiacutea todo esto Frasquita iquestEstaba en el complot iquestO ha sido viacutectima de un engantildeo de una violencia de una infamia

No empleoacute maacutes tiempo el sin ventura en hacer todas estas crueles reflexiones que el que tardoacute en atravesar la plazoletilla

del emparrado

Tambieacuten estaba abierta la puerta de la casa cuyo primer aposento (como en todas las viviendas ruacutesticas) era la cocina

Dentro de la cocina no habiacutea nadie

Sin embargo una enorme fogata ardiacutea en la chimenea iexclchimenea que eacutel dejoacute apagada y que no se encendia nunca hasta muy entrado el mes de diciembre

Por uacuteltimo de uno de los ganchos de la espetera pendiacutea un candil encendido

iquestQueacute significaba todo aquello iquestY coacutemo se compadeciacutea semejante aparato de vigilia y de sociedad con el silencio de muerte que reinaba en la casa

iquestQueacute habia sido de su mujer

Entonces y soacutelo entonces reparoacute el tiacuteo Lucas en unas ropas que habiacutea colgadas en los espaldares de dos o tres sillas puestas alrededor de la chimenea

Fijoacute la vista en aquellas ropas y lanzoacute un rugido intenso que se le quedoacute atravesado en la garganta convertido en sollozo mudo y sofocante

Creyoacute el infortunado que se ahogaba y se llevoacute las manos al cuello mientras que liacutevido convulso con los ojos desencajados contemplaba aquella vestimenta poseiacutedo de tanto horror como el reo en capilla a quien le presentan la hopa

Porque lo que alliacute veiacutea era la capa de grana el sombrero de tres picos la casaca y la chupa de color de toacutertola el calzoacuten de seda negra las medias blancas los zapatos con hebilla y hasta el bastoacuten el espadiacuten y los guantes del execrable Corregidor iexclLo que alliacute veiacutea era la ropa de su ignominia la mortaja de su honra el sudario de su ventura

El terrible trabuco seguiacutea en el mismo rincoacuten en que dos horas antes lo dejoacute la navarra

El tiacuteo Lucas dio un salto de tigre y se apoderoacute de eacutel Sondeoacute el cantildeoacuten con la baqueta y vio que estaba cargado Miroacute la piedra y halloacute que estaba en su lugar

Volvioacutese entonces hacia la escalera que conduciacutea a la caacutemara en que habiacutea dormido tantos antildeos con la sentildeaacute Frasquita y murmuroacute sordamente

ndashiexclAlliacute estaacuten

Avanzoacute pues un paso en aquella direccioacuten pero en seguida se detuvo para mirar en torno de siacute y ver si alguien lo estaba observando

ndashiexclNadiendashdijo mentalmentendash iexclSolo Dios y eacutese ha querido esto

Confirmada asiacute la sentencia fue a dar otro paso cuando su errante mirada distinguioacute un pliego que habiacutea sobre la mesa

Verlo y haber caiacutedo sobre eacutel y tenerlo entre sus garras fue todo cosa de un segundo

iexclAquel papel era el nombramiento del sobrino de la sentildeaacute Frasquita firmado por don Eugenio de Zuacutentildeiga y Ponce de Leoacuten

ndashiexclEste ha sido el precio de la ventandashpensoacute el tiacuteo Lucas metieacutendose el papel en la boca para sofocar sus gritos y dar alimento a su rabiandash iexclSiempre receleacute que quisiera a su familia maacutes que a miacute iexclAh iexclNo hemos tenido hijos iexclHe aquiacute la causa de todo

Y el infortunado estuvo a punto de volver a llorar

Pero luego se enfurecioacute nuevamente y dijo con un ademaacuten terrible ya que no con la voz

ndashiexclArriba iexclArriba

Y empezoacute a subir la escalera andando a gatas con una mano llevando el trabuco en la otra y con el papel infame entre los dientes

En corroboracioacuten de sus loacutegicas sospechas al llegar a la puerta del dormitorio (que estaba cerrada) vio que saliacutean algunos rayos de luz por las junturas de las tablas y por el ojo de la llave

ndashiexclAquiacute estaacutenndashvolvioacute a decir

Y se paroacute un instante como para pasar aquel nuevo trago de amargura

Luego continuoacute subiendo hasta llegar a la puerta misma del dormitorio

Dentro de eacutel no se oiacutea ninguacuten ruido

ndashiexclSi no hubiera nadiendashle dijo tiacutemidamente la esperanza

Pero en aquel mismo instante el infeliz oyoacute toser dentro del cuarto

iexclEra la tos medio asmaacutetica del Corregidor

iexclNo cabiacutea duda iexclNo habiacutea tabla de salvacioacuten en aquel naufragio

El Molinero sonrioacute en las tinieblas de un modo horroroso iquestCoacutemo no brillan en la oscuridad semejantes relaacutempagos iquestQueacute es todo el fuego de las tormentas comparado con el que arde a veces en el corazoacuten del hornbre

Sin embargo el tiacuteo Lucas (tal era su alma como ya dijimos en otro lugar) principioacute a tranquilizarse no bien oyoacute la tos de su enemigo

La realidad le haciacutea menos dantildeo que la duda Seguacuten le anuncioacute eacutel mismo aquella tarde a la sentildeaacute Frasquita desde el punto y hora en que perdiacutea la uacutenica fe que era vida de su alma empezaba a convertirse en un hombre nuevo

Semejante al moro de Veneciandashcon quien ya lo comparamos al describir su caraacutecterndash el desengantildeo mataba en eacutel de un solo golpe todo el amor transfigurando de paso la iacutendole de su espiacuteritu y hacieacutendole ver el mundo como una regioacuten extrantildea a que acabara de llegar La uacutenica diferencia consistiacutea en que el tiacuteo Lucas era por idiosincrasia menos traacutegico menos austero y maacutes egoista que el insensato sacrificador de Desdeacutemona

iexclCosa rara pero propia de tales situaciones La duda o sea la esperanzandashque para el caso es lo mismondash volvioacute todaviacutea a mortificarle un momento

ndashiexclSi me hubiera equivocadondashpensoacutendash iexclSi la tos hubiese sido de Frasquita

En la tribulacioacuten de su infortunio olvidaacutebasele que habiacutea visto las ropas del Corregidor cerca de la chimenea que habiacutea encontrado abierta la puerta del molino que habiacutea leiacutedo la credencial de su infamia

Agachoacutese pues y miroacute por el ojo de la llave temblando de incertidumbre y de zozobra

El rayo visual no alcanzaba a descubrir maacutes que un pequentildeo triaacutengulo de cama por la parte del cabecero iexclPero precisamente en aquel pequentildeo triaacutengulo se veiacutea un extremo de las almohadas y sobre las almohadas la cabeza del Corregidor

Otra risa diaboacutelica contrajo el rostro del Molinero

Dijeacuterase que volviacutea a ser feliz

ndashiexclSoy duentildeo de la verdad iexclMeditemosndashmurmuroacute irguieacutendose tranquilamente

Y volvioacute a bajar la escalera con el mismo tiernpo que empleoacute para subirla

ndashEl asunto es delicado Necesito reflexionar Tengo tiempo de sobra para todondashiba pensando mientras bajaba

Llegado que hubo a la cocina sentoacutese en medio de ella y ocultoacute la frente entre las manos

Asiacute permanecioacute mucho tiempo hasta que le despertoacute de su meditacioacuten un leve golpe que sintioacute en un pie

Era el trabuco que se habiacutea deslizado de sus rodillas y que le haciacutea aquella especie de sentildea

ndashiexclNo iexclTe digo que nondashmurmuroacute el tiacuteo Lucas encaraacutendose con el armandash iexclNo me convienes Todo el mundo tendriacutea laacutestima de ellos iexcly a miacute me ahorcariacutean iexclSe trata de un Corregidor y matar a un Corregidor es todaviacutea en Espantildea cosa indisculpable Diriacutean que lo mateacute por infundados celos y que luego lo desnudeacute y lo metiacute en mi cama Diriacutean ademaacutes que mateacute a mi mujer por simples sospechas iexclY me ahorcariacutean iexclVaya si me ahorcariacutean iexclAdemaacutes yo habriacutea dado muestras de tener muy poca alma muy poco talento si al remate de mi vida fuera digno de compasioacuten iexclTodos se reiriacutean de miacute iexclDiriacutean que mi desventura era muy natural siendo yo jorobado y Frasquita tan hermosa iexclNada no Lo que yo necesito es vengarme y despueacutes de vengarme triunfar despreciar reiacuter reirme mucho reiacuterme de todos evitando por tal medio que nadie pueda burlarse nunca de esta giba que yo he llegado a hacer hasta envidiable y que tan grotesca seriacutea en una horca

Asiacute discurrioacute el tiacuteo Lucas tal vez sin darse cuenta de ello puntualmente y en virtud de semejante discurso colocoacute el arma en su sitio y principioacute a pasearse con los brazos atraacutes y la cabeza baja como buscando su venganza en el suelo en la tierra en las ruindades de la vida en alguna bufonada ignominiosa y ridiacutecula para su mujer y para el Corregidor lejos de buscar aquella misma venganza en la justicia en el desafiacuteo en el perdoacuten en el cielo como hubiera hecho en su lugar cualquier otro hombre

de condicioacuten menos rebelde que la suya a toda imposicioacuten de la Naturaleza de la sociedad o de sus propios sentimientos

De repente paraacuteronse sus ojos en la vestimenta del Corregidor

Luego se paroacute eacutel mismo

Despueacutes fue demostrando poco a poco en su semblante una alegriacutea un gozo un triunfo indefinibles hasta que por uacuteltimo se echoacute a reiacuter de una manera formidable esto es a grandes carcajadas pero sin hacer ningun ruidondasha fin de que no lo oyesen desde arribandash metieacutendose los puntildeos por los ijares para no reventar estremecieacutendose todo como un epileacuteptico y teniendo que concluir por dejarse caer en una silla hasta que le pasoacute aquella convulsioacuten de sarcaacutestico regocijo Era la propia risa de Mefistoacutefeles

No bien se sosegoacute principioacute a desnudarse con una celeridad febril colocoacute toda su ropa en las mismas sillas que ocupaba la del Corregidor puacutesose cuantas prendas perteneciacutean a este desde los zapatos de hebilla hasta el sombrero de tres picos cintildeoacutese el espadiacuten embozoacutese en la capa de grana cogioacute el bastoacuten y los guantes y salioacute del molino y se encaminoacute a la ciudad balanceaacutendose de la propia manera que solia don Eugenio de Zuacuteniga y dicieacutendose de vez en cuando esta frase que compendiaba su pensamiento

ndashiexclTambieacuten la Corregidora es guapa

XXI

iexclEN GUARDIA CABALLERO gt

Abandonemos por ahora al tiacuteo Lucas y entereacutemonos de lo que habiacutea ocurrido en el molino desde que dejamos alliacute sola a la sentildeaacute Frasquita hasta que su esposo volvioacute a eacutel y se encontroacute con tan estupendas novedades

Una hora habriacutea pasado despueacutes que el tiacuteo Lucas se marchoacute con Tontildeuelo cuando la afligida navarra que se habiacutea propuesto no acostarse hasta que regresara su marido y que estaba haciendo calceta en su dormitorio situado en el piso de arriba oyoacute lastimeros gritos fuera de la casa hacia el paraje alliacute muy proacuteximo por donde corriacutea el agua del caz

ndashiexclSocorro que me ahogo iexclFrasquita iexclFrasquitandash exclamaba una voz de hombre con el luacutegubre acento de la desesperacioacuten

ndashiquestSi seraacute Lucasndashpensoacute la navarra llena de un terror que no necesitamos describir

En el mismo dormitorio habiacutea una puertecilla de que ya nos habloacute Garduntildea y que daba efectivamente sobre la parte alta del caz Abrioacutela sin vacilacioacuten la sentildeaacute Frasquita por maacutes que no hubiera reconocido la voz que pediacutea auxilio y encontroacutese de manos a boca con el Corregidor que en aquel momento saliacutea todo chorreando de la impetuosiacutesima acequia

ndashiexclDios me perdone iexclDios me perdonendashbalbuceaba el infameviejondash iexclCreiacute que me ahogaba

ndashiexclCoacutemo iquest Es usted iquestQueacute significa iquestCoacutemo se atreve iquestA queacute viene usted a estas horasndashgritoacute la Molinera con maacutes indignacioacuten que espanto pero retrocediendo maquinalmente

ndashiexclCalla iexclCalla mujerndashtartamudeoacute el Corregidor colaacutendose en el aposento detraacutes de ellandash Yo te lo direacute todo iexclHe estado para ahogarme iexclEl agua me llevaba ya como a una pluma iexclMira mira coacutemo me he puesto

ndashiexclFuera fuera de aquiacutendashreplicoacute la sentildeaacute Frasquita con mayor violenciandash iexclNo tiene usted nada que explicarme iexclDemasiado lo comprendo todo iquest Queacute me importa a miacute que usted se ahogue iquestLo he llamado yo a usted iexclAh iexclQueacute infamia iexclPara esto ha mandado usted prender a mi marido

ndashMujer escucha

ndashiexclNo escucho iexclMaacuterchese usted inmediatamente sentildeor Corregidor iexclMaacuterchese usted o no respondo de su vida

ndashiquestQueacute dices

ndashiexclLo que usted oye Mi marido no estaacute en casa pero yo me basto para hacerla respetar iexclMaacuterchese usted por donde ha venido si no quiere que yo le arroje otra vez al agua con mis propias manos

ndashiexclChica chica iexclNo grites tanto que no soy sordondashexclamoacute el viejo libertinondashiexclCuando yo estoy aquiacute por algo seraacute Vengo a libertar al tiacuteo Lucas a quien ha preso por equivocacioacuten un alcalde de monterilla Pero ante todo necesito que me seques estas ropas iexclEstoy calado hasta los huesos

ndashLe digo a usted que se marche

ndashiexclCalla tonta iquestQueacute sabes tuacute Mira aquiacute te traigo un nombramiento de tu sobrino Enciende la lumbre y hablaremos Por lo demaacutes mientras se seca la ropa yo me acostareacute en esta cama

ndashiexclAh ya iquestConque declara usted que veniacutea por miacute iquestConque declara usted que para eso ha mandado arrestar a mi Lucaacutes iquestConque traiacutea usted su nombramiento y todo iexclSantos y Santas del cielo iquestQueacute se habraacute figurado de miacute este mamarracho

ndashiexclFrasquita iexclSoy el Corregidor

ndashiexclAunque fuera usted el Rey A miacute iquestqueacute iexclYo soy la mujer de mi marido y el ama de mi casa iquestCree usted que yo me asusto de los Corregidores iexclYo seacute ir a Madrid y al fin del mundo a pedir justicia contra el viejo insolente que asiacute arrastra su autoridad por los suelos Y sobre todo yo sabreacute mantildeana ponerme la mantilla e ir a ver a la sentildeora Corregidora

ndashiexclNo haraacutes nada de esondashrepuso el Corregidor perdiendo la paciencia o mudando de taacutecticandash No haraacutes nada de eso porque yo te pegareacute un tiro si veo que no entiendes de razones

ndashiexclUn tirondashexclamoacute la sentildeaacute Frasquita con voz sorda

ndashUn tiro siacute Y de ello no me resultaraacute perjuicio alguno Casualmente he dejado dicho en la ciudad que saliacutea esta noche a la caza de criminales iexclConque no seas necia y quieacutereme como yo te adoro

ndashSentildeor Corregidor iquestun tirondashvolvioacute a decir la navarra

echando los brazos atraacutes y el cuerpo hacia adelante como para lanzarse sobre su adversario

ndashSi te empentildeas te lo pegareacute y asiacute me vereacute libre de tus amenazas y de tu hermosura ndashrespondioacute el Corregidor lleno de miedo y sacando un par de cachorrillos

ndashiquestConque pistolas tambieacuten iexclY en la otra faltriquera el nombramiento de mi sobrinondash dijo la sentildea Frasquita moviendo la cabeza de arriba abajondashPues sentildeor la eleccioacuten no es dudosa Espere Usiacutea un momento que voy a encender la lumbre

Y asiacute hablando se dirigioacute raacutepidamente a la escalera y la bajoacute en tres brincos

El Corregidor cogioacute la luz y salioacute detraacutes de la Molinera temiendo que se escapara pero tuvo que bajar mucho maacutes despacio de cuyas resultas cuando llegoacute a la cocina tropezoacute con la navarra que volviacutea ya en su busca

ndashiquestConque deciacutea usted que me iba a pegar un tirondashexclamoacute aquella indomable mujer dando un paso atraacutesndash Pues iexclen guardia caballero que yo ya lo estoy

Dijo y se echoacute a la cara el formidable trabuco que tanto papel representa

ndashiexclDetente desgraciada iquestQueacute vas a hacerndashgritoacute el Corregidor muerto de ndash Lo de mi tiro era una broma Mira Los cachorrillos estaacuten descargados En cambio es verdad lo del nombramiento Aquiacute lo tienes Toacutemalo Te lo regalo Tuyo es de balde enteramente de balde

Y lo colocoacute temblando sobre la mesa

ndashiexclAhiacute estaacute bienndashrepuso la navarrandash Mantildeana me serviraacute para encender la lumbre cuando le guise el almuerzo a mi marido iexclDe usted no quiero ya ni la gloria y si mi sobrino viniese alguna vez de Estella seriacutea para pisotearle a usted la fea mano con que ha escrito su nombre en ese papel indecente iexclEa lo dicho iexclMaacuterchese usted de mi casa iexclAire iexclaire iexclpronto iexclque ya se me sube la poacutelvora a la cabeza

El Corregidor no contestoacute a este discurso Habiacutease puesto liacutevido casi azul teniacutea los ojos torcidos y un temblor como de terciana agitaba todo su cuerpo Por uacuteltimo principioacute a castantildeetear los dientes y cayoacute al suelo presa de una convulsioacuten espantosa

El susto del caz lo muy mojadas que seguiacutean todas sus ropas la violenta escena del dormitorio y el miedo al trabuco con que le apuntaba la navarra habiacutean agotado las fuerzas del enfermizo anciano

ndashiexclMe muerondashbalbuceoacutendash iexclLlama a Garduntildea Llama a Garduntildea que estaraacute ahiacute en la ramblilla iexclYo no debo morirme en esta casa No pudo continuar

Cerroacute los ojos y se quedoacute como muerto

ndashiexclY se moriraacute como lo dicendashprorrumpioacute la sentildeaacute Frasquitandash Pues sentildeor iexclesta es la maacutes negra iquestQueacute hago yo ahora con este hombre en mi casa iquestQue diriacutean de miacute si se muriese iquestQueacute diriacutea Lucas iquestCoacutemo podriacutea justificarme cuando yo misma le he abierto la puerta iexclOh no Yo no debo quedarme aquiacute con eacutel iexclYo debo buscar a mi marido yo debo escandalizar el mundo antes de comprometer mi honra

Tomada esta resolucioacuten soltoacute el trabuco fuese al corral cogioacute la burra que quedaba en eacutel la aparejoacute de cualquier modo abrioacute la puerta grande de la cerca montoacute de un salto a pesar de sus carnes y se dirigio a la ramblilla

ndashiexclGarduntildea iexclGarduntildeandashiba gritando la navarra conforme se acercaba a aquel sitio

ndashiexclPresentendashrespondioacute al cabo el Alguacil apareciendo detraacutes de un setondash iquestEs usted sentildeaacute Frasquita

ndashSiacute yo soy iexclVe al molino y socorre a tu amo que se esta muriendo

ndashiquestQueacute dice usted iexclVaya un maula

ndashLo que oyes Garduntildea

ndashiquestY usted alma miacutea iquestAdoacutende va a estas horas

ndashiquestYo iexclQuita allaacute badulaque iexclYo voy a la ciudad por un meacutedicondashcontestoacute la sentildeaacute Frasquita arreando la burra con un talonazo y a Garduntildea con un puntapieacute

Y tomoacute no el camino de la ciudad como acababa de decir sino el del lugar inmediato

Garduntildea no reparoacute en esta uacuteltima circunstancia pues iba ya dando zancajadas hacia el molino y discurriendo al par de esta manera

ndashiexclVa por un meacutedico iexclLa infeliz no puede hacer maacutes

iexclPero eacutel es un pobre hombre iexclFamosa ocasioacuten de ponerse malo iexclDios le da confites a quien no puede roerlos

XXI iexclEn guardia caballero

Abandonemos por ahora al tiacuteo Lucas y entereacutemonos de lo que habiacutea ocurrido en el molino desde que dejamos alliacute sola a la sentildeaacute Frasquita hasta que su esposo volvioacute a eacutel y se encontroacute con tan estupendas novedades

Una hora habriacutea pasado despueacutes que el tiacuteo Lucas se marchoacute con Tontildeuelo cuando la afligida navarra que se habiacutea propuesto no acostarse hasta que regresara su marido y que estaba haciendo calceta en su dormitorio situado en el piso de arriba oyoacute lastimeros gritos fuera de la casa hacia el paraje alliacute muy proacuteximo por donde corriacutea el agua del caz

ndashiexclSocorro que me ahogo iexclFrasquita iexclFrasquitandash exclamaba una voz de hombre con el luacutegubre acento de la desesperacioacuten

ndashiquestSi seraacute Lucasndashpensoacute la navarra llena de un terror que no necesitamos describir

En el mismo dormitorio habiacutea una puertecilla de que ya nos habloacute Garduntildea y que daba efectivamente sobre la parte alta del caz Abrioacutela sin vacilacioacuten la sentildeaacute Frasquita por maacutes que no hubiera reconocido la voz que pediacutea auxilio y encontroacutese de manos a boca con el Corregidor que en aquel momento saliacutea todo chorreando de la impetuosiacutesima acequia

ndashiexclDios me perdone iexclDios me perdonendashbalbuceaba el

infameviejondash iexclCreiacute que me ahogaba

ndashiexclCoacutemo iquest Es usted iquestQueacute significa iquestCoacutemo se atreve iquestA queacute viene usted a estas horasndashgritoacute la Molinera con maacutes indignacioacuten que espanto pero retrocediendo maquinalmente

ndashiexclCalla iexclCalla mujerndashtartamudeoacute el Corregidor colaacutendose en el aposento detraacutes de ellandash Yo te lo direacute todo iexclHe estado para ahogarme iexclEl agua me llevaba ya como a una pluma iexclMira mira coacutemo me he puesto

ndashiexclFuera fuera de aquiacutendashreplicoacute la sentildeaacute Frasquita con mayor violenciandash iexclNo tiene usted nada que explicarme iexclDemasiado lo comprendo todo iquest Queacute me importa a miacute que usted se ahogue iquestLo he llamado yo a usted iexclAh iexclQueacute infamia iexclPara esto ha mandado usted prender a mi marido

ndashMujer escucha

ndashiexclNo escucho iexclMaacuterchese usted inmediatamente sentildeor Corregidor iexclMaacuterchese usted o no respondo de su vida

ndashiquestQueacute dices

ndashiexclLo que usted oye Mi marido no estaacute en casa pero yo me basto para hacerla respetar iexclMaacuterchese usted por donde ha venido si no quiere que yo le arroje otra vez al agua con mis propias manos

ndashiexclChica chica iexclNo grites tanto que no soy sordondashexclamoacute el viejo libertinondashiexclCuando yo estoy aquiacute por algo seraacute Vengo a libertar al tiacuteo Lucas a quien ha preso por equivocacioacuten un alcalde de monterilla Pero ante todo necesito que me seques

estas ropas iexclEstoy calado hasta los huesos

ndashLe digo a usted que se marche

ndashiexclCalla tonta iquestQueacute sabes tuacute Mira aquiacute te traigo un nombramiento de tu sobrino Enciende la lumbre y hablaremos Por lo demaacutes mientras se seca la ropa yo me acostareacute en esta cama

ndashiexclAh ya iquestConque declara usted que veniacutea por miacute iquestConque declara usted que para eso ha mandado arrestar a mi Lucaacutes iquestConque traiacutea usted su nombramiento y todo iexclSantos y Santas del cielo iquestQueacute se habraacute figurado de miacute este mamarracho

ndashiexclFrasquita iexclSoy el Corregidor

ndashiexclAunque fuera usted el Rey A miacute iquestqueacute iexclYo soy la mujer de mi marido y el ama de mi casa iquestCree usted que yo me asusto de los Corregidores iexclYo seacute ir a Madrid y al fin del mundo a pedir justicia contra el viejo insolente que asiacute arrastra su autoridad por los suelos Y sobre todo yo sabreacute mantildeana ponerme la mantilla e ir a ver a la sentildeora Corregidora

ndashiexclNo haraacutes nada de esondashrepuso el Corregidor perdiendo la paciencia o mudando de taacutecticandash No haraacutes nada de eso porque yo te pegareacute un tiro si veo que no entiendes de razones

ndashiexclUn tirondashexclamoacute la sentildeaacute Frasquita con voz sorda

ndashUn tiro siacute Y de ello no me resultaraacute perjuicio alguno Casualmente he dejado dicho en la ciudad que saliacutea esta noche a la caza de criminales iexclConque no seas necia y quieacutereme como yo te adoro

ndashSentildeor Corregidor iquestun tirondashvolvioacute a decir la navarra echando los brazos atraacutes y el cuerpo hacia adelante como para lanzarse sobre su adversario

ndashSi te empentildeas te lo pegareacute y asiacute me vereacute libre de tus amenazas y de tu hermosura ndashrespondioacute el Corregidor lleno de miedo y sacando un par de cachorrillos

ndashiquestConque pistolas tambieacuten iexclY en la otra faltriquera el nombramiento de mi sobrinondash dijo la sentildea Frasquita moviendo la cabeza de arriba abajondashPues sentildeor la eleccioacuten no es dudosa Espere Usiacutea un momento que voy a encender la lumbre

Y asiacute hablando se dirigioacute raacutepidamente a la escalera y la bajoacute en tres brincos

El Corregidor cogioacute la luz y salioacute detraacutes de la Molinera temiendo que se escapara pero tuvo que bajar mucho maacutes despacio de cuyas resultas cuando llegoacute a la cocina tropezoacute con la navarra que volviacutea ya en su busca

ndashiquestConque deciacutea usted que me iba a pegar un tirondashexclamoacute aquella indomable mujer dando un paso atraacutesndash Pues iexclen guardia caballero que yo ya lo estoy

Dijo y se echoacute a la cara el formidable trabuco que tanto papel representa

ndashiexclDetente desgraciada iquestQueacute vas a hacerndashgritoacute el Corregidor muerto de ndash Lo de mi tiro era una broma Mira Los cachorrillos estaacuten descargados En cambio es verdad lo del nombramiento Aquiacute lo tienes Toacutemalo Te lo regalo Tuyo es de balde enteramente de balde

Y lo colocoacute temblando sobre la mesa

ndashiexclAhiacute estaacute bienndashrepuso la navarrandash Mantildeana me serviraacute para encender la lumbre cuando le guise el almuerzo a mi marido iexclDe usted no quiero ya ni la gloria y si mi sobrino viniese alguna vez de Estella seriacutea para pisotearle a usted la fea mano con que ha escrito su nombre en ese papel indecente iexclEa lo dicho iexclMaacuterchese usted de mi casa iexclAire iexclaire iexclpronto iexclque ya se me sube la poacutelvora a la cabeza

El Corregidor no contestoacute a este discurso Habiacutease puesto liacutevido casi azul teniacutea los ojos torcidos y un temblor como de terciana agitaba todo su cuerpo Por uacuteltimo principioacute a castantildeetear los dientes y cayoacute al suelo presa de una convulsioacuten espantosa

El susto del caz lo muy mojadas que seguiacutean todas sus ropas la violenta escena del dormitorio y el miedo al trabuco con que le apuntaba la navarra habiacutean agotado las fuerzas del enfermizo anciano

ndashiexclMe muerondashbalbuceoacutendash iexclLlama a Garduntildea Llama a Garduntildea que estaraacute ahiacute en la ramblilla iexclYo no debo morirme en esta casa No pudo continuar

Cerroacute los ojos y se quedoacute como muerto

ndashiexclY se moriraacute como lo dicendashprorrumpioacute la sentildeaacute Frasquitandash Pues sentildeor iexclesta es la maacutes negra iquestQueacute hago yo ahora con este hombre en mi casa iquestQue diriacutean de miacute si se muriese iquestQueacute diriacutea Lucas iquestCoacutemo podriacutea justificarme cuando yo misma le he abierto la puerta iexclOh no Yo no debo quedarme aquiacute con eacutel iexclYo debo buscar a mi marido yo debo escandalizar el mundo

antes de comprometer mi honra

Tomada esta resolucioacuten soltoacute el trabuco fuese al corral cogioacute la burra que quedaba en eacutel la aparejoacute de cualquier modo abrioacute la puerta grande de la cerca montoacute de un salto a pesar de sus carnes y se dirigio a la ramblilla

ndashiexclGarduntildea iexclGarduntildeandashiba gritando la navarra conforme se acercaba a aquel sitio

ndashiexclPresentendashrespondioacute al cabo el Alguacil apareciendo detraacutes de un setondash iquestEs usted sentildeaacute Frasquita

ndashSiacute yo soy iexclVe al molino y socorre a tu amo que se esta muriendo

ndashiquestQueacute dice usted iexclVaya un maula

ndashLo que oyes Garduntildea

ndashiquestY usted alma miacutea iquestAdoacutende va a estas horas

ndashiquestYo iexclQuita allaacute badulaque iexclYo voy a la ciudad por un meacutedicondashcontestoacute la sentildeaacute Frasquita arreando la burra con un talonazo y a Garduntildea con un puntapieacute

Y tomoacute no el camino de la ciudad como acababa de decir sino el del lugar inmediato

Garduntildea no reparoacute en esta uacuteltima circunstancia pues iba ya dando zancajadas hacia el molino y discurriendo al par de esta manera

ndashiexclVa por un meacutedico iexclLa infeliz no puede hacer maacutes iexclPero eacutel es un pobre hombre iexclFamosa ocasioacuten de ponerse malo iexclDios le da confites a quien no puede roerlos

XXII Garduntildea se multiplica

Cuando Garduntildea llegoacute al molino el Corregidor principiaba a volver en siacute procurando levantarse del suelo

En el suelo tambieacuten y a su lado estaba el veloacuten encendido que bajoacute Su Sentildeoriacutea del dormitorio

ndashiquestSe ha marchado yandashfue la primera frase de don Eugenio

ndashiquestQuieacuten

ndashiexclEl demonio Quiero decir la Molinera

ndashSiacute sentildeor Ya se ha marchado y no creo que iba de muy buen humor

ndashiexclAy Garduntildea Me estoy muriendo

ndashPero iquestqueacute tiene Usiacutea iexclPor vida de los hombres

ndashMe he caiacutedo en el caz y estoy hecho una sopa iexclLos huesos se me parten de friacuteo

ndashiexclToma toma iexclAhora salimos con eso

ndashiexclGarduntildea iexclve lo que te dices

ndashYo no digo nada sentildeor

ndashPues bien saacutecame de este apuro

ndashVoy volando iexclVeraacute Usiacutea queacute pronto lo arreglo todo

Asiacute dijo el Alguacil y en un periquete cogioacute la luz con una mano y con la otra se metioacute al Corregidor debajo del brazo subioacutelo al dormitorio puacutesolo en cueros acostoacutelo en la cama corrioacute al jaraiacutez reunioacute una brazada de lentildea fue a la cocina hizo una gran lumbre bajoacute todas las ropas de su amo colocoacutelas en los espaldares de dos o tres sillas encendioacute un candil lo colgoacute de la espetera y tornoacute a subir a la camara

ndashiquestQueacute tal vamosndashpreguntoacutele entonces a don Eugenio levantando en alto el veloacuten para verle mejor el rostro

ndashiexclAdmirablemente iexclConozco que voy a sudar iexclMantildeana te ahorco Garduntildea

ndashiquestPor queacute sentildeor

ndashiquestY te atreves a preguntaacutermelo iquestCrees tuacute que al seguir el plan que me trazaste esperaba yo acostarme solo en esta cama despueacutes de recibir por segunda vez el sacramento del bautismo iexclMantildeana mismo te ahorco

ndashPero cueacutenteme Usiacutea algo iquestLa sentildeaacute Frasquita

ndashLa sentildeaacute Frasquita ha querido asesinarme iexclEs todo lo que he logrado con tus consejos Te digo que te ahorco mantildeana por la mantildeana

ndashiexclAlgo menos seraacute sentildeor Corregidorndashrepuso el Alguacil

ndashiquestPor queacute lo dices insolente iquestPorque me ves aquiacute postrado

ndashNo sentildeor Lo digo porque la sentildeaacute Frasquita no ha debido de mostrarse tan inhumana como Usiacutea cuenta cuando ha ido a la ciudad a buscarle un meacutedico

ndashiexclDios santo iquestEstaacutes seguro de que ha ido a la ciudadndashexclamoacute don Eugenio maacutes aterrado que nunca

ndashA lo menos eso me ha dicho ella

ndashiexclCorre corre Garduntildea iexclAh iexclEstoy perdido sin remedio iquestSabes a queacute va la sentildeaacute Frasquita a la ciudad iexclA contaacuterselo todo a mi mujer iexclA decirle que estoy aquiacute iexclOh Dios miacuteo Dios miacuteo iquestCoacutemo habiacutea yo de figurarme esto iexclYo creiacute que se habriacutea ido al lugar en busca de su marido y como lo tengo alliacute a buen recaudo nada me importaba su viaje Pero iexclirse a la ciudad

ndashGarduntildea corre corre tuacute que eres andariacuten y evita mi perdicioacuten iexclEvita que la terrible Molinera entre en mi casa

ndashiquestY no me ahorcaraacute Usiacutea si lo consigondashprosiguioacute iroacutenicamente el Alguacil

ndashiexclAl contrario Te regalareacute unos zapatos en buen uso que me estaacuten grandes iexclTe regalareacute todo lo que quieras

ndashPues voy volando Dueacutermase Usiacutea tranquilo Dentro de media hora estoy aquiacute de vuelta despueacutes de dejar en la caacutercel a la navarra iexclPara algo soy maacutes ligero que una borrica

Dijo Garduntildea y desaparecioacute por la escalera abajo

Se cae de su peso que durante aquella ausencia del Alguacil fue cuando el Molinero estuvo en el molino y vio visiones por el ojo de la llave

Dejemos pues al Corregidor sudando en el lecho ajeno y a Garduntildea corrien do hacia la ciudad (adonde tan pronto habiacutea de seguirlo el tiacuteo Lucas con sombrero de tres picos y capa de grana) y convertidos tambieacuten nosotros en andarines volemos con direccioacuten al lugar en seguimiento de la valerosa sentildeaacute Frasquita

XXIII Otra vez el desierto y las consabidas voces

La uacutenica aventura que le ocurrioacute a la navarra en su viaje desde el molino al pueblo fue asustarse un poco al notar que alguien echaba yescas en medio de un sembrado

ndashiquestSi seraacute un esbirro del Corregidor iquestSi iraacute a detenermendashpensoacute la Molinera

En esto se oyoacute un rebuzno hacia aquel mismo lado

ndashiexclBurros en el campo a estas horasndashsiguioacute pensando la sentildeaacute Frasquitandash Pues lo que es por aquiacute no hay ninguna huerta ni cortijo iexclVive Dios que los duendes se estaacuten despachando esta noche a su gusto Porque la borrica de mi marido no puede ser iquestQueacute hariacutea mi Lucas a medianoche parado fuera del camino iexclNada iexclnada iexclIndudablemente es un espiacutea

La burra que montaba la sentildeaacute Frasquita creyoacute oportuno rebuznar tambieacuten en aquel instante

ndashiexclCalla demoniondashle dijo la navarra clavaacutendole un alfiler de a ochavo en mitad de la cruz

Y temiendo alguacuten encuentro que no le conviniese sacoacute tambieacuten su bestia fuera del camino y la hizo trotar por otros sembrados

Sin maacutes accidente llegoacute a las puertas del lugar a tiempo

que seriacutean las once de la noche

XXIV Un rey de entonces

Hallaacutebase ya durmiendo la mona el sentildeor Alcalde vuelta la espalda a la espalda de su mujer (y formando asiacute con eacutesta la figura de aacuteguila austriacuteaca de dos cabezas que dice nuestro inmortal Quevedo) cuando Tontildeuelo llamoacute a la puerta de la caacutemara nupcial y avisoacute al sentildeor Juan Loacutepez que la sentildeaacute Frasquita la del molino queriacutea hablarle

No tenemos para queacute referir todos los gruntildeidos y juramentos inherentes al acto de despertar y vestirse el Alcalde de monterilla y nos trasladamos desde luego al instante en que la Molinera lo vio llegar desperezaacutendose como un gimnasta que ejercita la musculatura y exclamando en medio de un bostezo interminable

ndashiexclTeacutengalas usted muy buenas sentildeaacute Frasquita iquestQueacute le trae a usted por aquiacute iquestNo le dijo a usted Tontildeuelo que se quedase en el molino iquestAsiacute desobedece usted a la Autoridad

ndashiexclNecesito ver a mi Lucasndashrespondioacute la navarrandash iexclNecesito verlo al instante iexclQue le digan que estaacute aquiacute su mujer

ndash iexclNecesito iexclNecesito Sentildeora iexcla usted se le olvida que estaacute hablando con el Rey

ndashiexclDeacutejeme usted a miacute de reyes sentildeor Juan que no estoy para bromas iexclDemasiado sabe usted lo que me sucede iexclDemasiado sabe para queacute ha preso a mi marido

ndashYo no seacute nada sentildeaacute Frasquita Y en cuanto a su marido de usted no estaacute preso sino durmiendo tranquilamente en esta su casa y tratado como yo trato a las personas iexclA ver Tontildeuelo iexclTontildeuelo Anda al pajar y dile al tiacuteo Lucas que se despierte y venga corriendo Conque vamos iexclcueacutenteme usted lo que pasa iquestHa tenido usted miedo de dormir sola

ndashiexclNo sea usted desvergonzado sentildeor Juan iexclDemasiado sabe usted que a miacute no me gustan sus bromas ni sus veras iexclLo que me pasa es una cosa muy sencilla que usted y el sentildeor Corregidor han querido perderme iexclpero que se han llevado un solemne chasco iexclYo estoy aquiacute sin tener de queacute abochornarme y el sentildeor Corregidor se queda en el molino murieacutendose

ndashiexclMurieacutendose el Corregidorndashexclamoacute su subordinadondash Sentildeora iquestsabe usted lo que dice

ndashiexclLo que usted oye Se ha caiacutedo en el caz y casi se ha ahogado o ha cogido una pulmoniacutea o yo no seacute iexclEso es cuenta de la Corregidora Yo vengo a buscar a mi marido sin perjuicio de salir mantildeana mismo para Madrid donde le contareacute al Rey

ndashiexclDemonio demoniondashmurmuroacute el sentildeor Juan Loacutepezndash iexclA ver Manuela iexclMuchacha Anda y apareacutejame la mulilla Sentildeaacute Frasquita al molino voy iexclDesgraciada de usted si le ha hecho alguacuten dantildeo al sentildeor Corregidor

ndashiexclSentildeor Alcalde sentildeor Alcaldendashexclamoacute en esto Tontildeuelo entrando maacutes muerto que vivondash El tiacuteo Lucas no estaacute en el pajar Su burra no se halla tampoco en los pesebres y la puerta del corral estaacute abierta iexclDe modo que el paacutejaro se ha escapado

ndashiquestQueacute estaacutes diciendondashgritoacute el sentildeorJuan Loacutepez

ndashiexclVirgen del Carmen iquestQueacute va a pasar en mi casandashexclamoacute la sentildeaacute Frasquitandash iexclCorramos sentildeor Alcalde no perdamos tiempo Mi marido va a matar al Corregidor al encontrarlo alliacute a estas horas

ndashiquestLuego usted cree que el tiacuteo Lucas estaacute en el molino

ndashiquestPues no lo he de creer Digo maacutes cuando yo veniacutea me he cruzado con eacutel sin conocerlo iexclEacutel era sin duda uno que echaba yescas en medio de un sembrado iexclDios miacuteo iexclCuando piensa una que los animales tienen maacutes entendimiento que las personas Porque ha de saber usted sentildeor Juan que indudablemente nuestras dos burras se reconocieron y se saludaron mientras que mi Lucas y yo ni nos saludamos ni nos reconocimos iexclAntes bien huimos el uno del otro tomaacutendonos mutuamente por espiacuteas

ndashiexclBueno estaacute su Lucas de ustedndashreplicoacute el Alcaldendash En fin vamos andando y ya veremos lo que hay que hacer con todos ustedes iexclConmigo no se juega iexclYo soy el Rey Pero no un Rey como el que ahora tenemos en Madrid o sea en El Pardo sino como aquel que hubo en Sevilla a quien llamaban Don Pedro el Cruel iexclA ver Manuela iexclTraacuteeme el bastoacuten y dile a tu ama que me marcho

Obedecioacute la sirvienta (que era por cierto maacutes buena moza de lo que conveniacutea a la alcaldesa y a la moral) y como la mulilla del sentildeor Juan Loacutepez estuviese ya aparejada la sentildeaacute Frasquita y eacutel salieron para el molino seguidos del indispensable Tontildeuelo

XXV La estrella de Garduntildea

Precedaacutemosles nosotros supuesto que tenemos carta blanca para andar maacutes deprisa que nadie

Garduntildea se hallaba ya de vuelta en el molino despueacutes de haber buscado a la sentildeaacute Frasquita por todas las calles de la ciudad

El astuto Alguacil habiacutea tocado de camino en el Corregimiento donde lo encontroacute todo muy sosegado Las puertas seguiacutean abiertas como en medio del diacutea seguacuten es costumbre cuando la Autoridad estaacute en la calle ejerciendo sus sagradas funciones Dormitaban en la meseta de la escalera y en el recibimiento otros alguaciles y ministros esperando descansadamente a su amo mas cuando sintieron llegar a Garduntildea desperezaacuteronse dos o tres de ellos y le preguntaron al que era su decano y jefe inmediato

ndashiquestViene ya el sentildeor

ndashiexclNi por asomo Estaos quietos Vengo a saber si ha habido novedad en la casa

ndashNinguna

ndashiquestY la Sentildeora

ndashRecogida en sus aposentos

ndashiquestNo ha entrado una mujer por estas puertas hace poco

ndashNadie ha aparecido por aquiacute en toda la noche

ndashPues no dejeacuteis entrar a persona alguna sea quien sea y diga lo que diga iexclAl contrario Echadle mano al mismo lucero del alba que venga a preguntar por el Sentildeor o por la Sentildeora y llevadlo a la caacutercel

ndashiquestParece que esta noche se anda a caza de paacutejaros de cuentandashpreguntoacute uno de los esbirros

ndashiexclCaza mayorndashantildeadioacute otro

ndashiexclMayuacutesculandashrespondioacute Garduntildea solemnementendash iexclFiguraos si la cosa seraacute delicada cuando el sentildeor Corregidor y yo hacemos la batida por nosotros mismos Conque hasta luego buenas piezas y iexclmucho ojo

ndashVaya usted con Dios sentildeor Bastiaacutenndashrepusieron todos saludando a Garduntildea

ndashiexclMi estrella se eclipsandashmurmuroacute eacuteste al salir del Corregimientondash iexclHasta las mujeres me engantildean La Molinera se encaminoacute al lugar en busca de su esposo en vez de venirse a la ciudad iexclPobre Garduntildea iquestQueacute se ha hecho de tu olfato

Y discurriendo de este modo tomoacute la vuelta al molino

Razoacuten teniacutea el Alguacil para echar de menos su antiguo olfato pues que no venteoacute a un hombre que se escondiacutea en aquel momento detraacutes de unos mimbres a poca distancia de la ramblilla y el cual exclamoacute para su capote o maacutes bien para su

capa grana

ndashiexclGuarda Pablo iexclPor alliacute viene Garduntildea Es menester que no me vea

Era el tiacuteo Lucas vestido de Corregidor que se dirigiacutea a la ciudad repitiendo de vez en cuando su diaboacutelica frase

ndashiexclTambieacuten la Corregidora es guapa

Pasoacute Garduntildea sin verlo y el falso Corregidor dejoacute su escondite y penetroacute en la poblacioacuten Poco despueacutes llegaba el Alguacil al molino seguacuten dejamos indicado

XXVI Reaccioacuten El Corregidor seguiacutea en la cama tal y como acababa de verlo el tiacuteo Lucas por el ojo de la llave

ndashiexclQueacute bien sudo Garduntildea iexclMe he salvado de una enfermedadndashexclamoacute tan luego como penetroacute el Alguacil en la estanciandash iquestY la sentildeaacute Frasquita iquestHas dado con ella iquestViene contigo iquestHas hablado con la Sentildeora

ndashLa Molinera sentildeorndashrespondioacute Garduntildea con angustiado acentondash me engantildeoacute como a un pobre hombre pues no se fue a la ciudad sino al pueblecillo en busca de su esposo Perdone Usiacutea la torpeza

ndashiexclMejor iexclMejorndashdijo el madrilentildeo con los ojos chispeantes de maldadndash iexclTodo se ha salvado entonces Antes de que amanezca estaraacuten caminando para las caacuterceles de la Inquisicioacuten atados codo con codo el tiacuteo Lucas y la sentildeaacute Frasquita y alliacute se pudriraacuten sin tener a quien contarle sus aventuras de esta noche Traacuteeme la ropa Garduntildea que ya estaraacute seca iexclTraacuteemela y viacutesteme iexclEl amante se va a convertir en Corregidor

Garduntildea bajoacute a la cocina por la ropa

XXVII iexclFavor al Rey Entre tanto la sentildeaacute Frasquita el sentildeor Juan Loacutepez y Tontildeuelo avanzaban hacia el molino al cual llegaron pocos minutos despueacutes

ndashiexclYo entrareacute delantendashexclamoacute el alcalde de monterillandash iexclPara algo soy la autoridad Siacutegueme Tontildeuelo y usted sentildeaacute Frasquita espeacuterese a la puerta hasta que yo la llame

Penetroacute pues el sentildeor Juan Loacutepez bajo la parra donde vio a la luz de la luna un hombre casi jorobado vestido como soliacutea el Molinero con chupetiacuten y calzoacuten de pantildeo pardo faja negra medias azules montera murciana de felpa y el capote de monte al hombro

ndashiexclEl esndashgritoacute el Alcaldendash iexclFavor al Rey iexclEntreacuteguese usted tiacuteo Lucas

El hombre de la montera intentoacute meterse en el molino

ndashiexclDatendashgritoacute a su vez Tontildeuelo saltando sobre eacutel cogieacutendolo por el pescuezo aplicaacutendole una rodilla al espinazo y hacieacutendole rodar por tierra

Al mismo tiempo otra especie de fiera saltoacute sobre Tontildeuelo y agarraacutendolo de la cintura lo tiroacute sobre el empedrado y principioacute a darle de bofetones

Era la sentildeaacute Frasquita que exclamaba

ndashiexclTunante iexclDeja a mi Lucas

Pero en esto otra persona que habiacutea aparecido llevando del diestro una borrica metioacutese resueltamente entre los dos y tratoacute de salvar a Tontildeuelo

Era Garduntildea que tomando al alguacil del lugar por don Eugenio de Zuacutentildeiga le deciacutea a la Molinera

ndashiexclSentildeora respete usted a mi amo

Y la derribo de espaldas sobre el lugarentildeo

La sentildeaacute Frasquita vieacutendose entre dos fuegos descargoacute entonces a Garduntildea tal reveacutes en medio del estoacutemago que le hizo caer de boca tan largo como era

Y con eacutel ya eran cuatro las personas que rodaban por el suelo

El sentildeor Juan Loacutepez impediacutea entre tanto levantarse al supuesto tiacuteo Lucas tenieacutendole plantado un pie sobre los rintildeones

ndashiexclGarduntildea iexclSocorro iexclFavor al Rey iexclYo soy el Corregidorndashgritoacute al fin don Eugenio sintiendo que la pezuntildea del Alcalde calzada con albarca de piel de toro lo reventaba materialmente

ndashiexclEl Corregidor iexclPues es verdadndashdijo el sentildeor Juan Loacutepez lleno de asombro

ndashiexclEl Corregidorndashrepitieron todos

Y pronto estuvieron de pie los cuatro derribados

ndashiexclTodo el mundo a la caacutercelndashexclamoacute don Eugenio de Zuacutentildeigandash iexclTodo el mundo a la horca

ndashPero sentildeor ndashobservoacute el sentildeor Juan Loacutepez ponieacutendose de rodillasndash iexclPerdone Usiacutea que lo haya maltratado iquestCoacutemo habiacutea de conocer a Usiacutea con esa ropa tan ordinaria

ndashiexclBaacuterbarondashreplicoacute el Corregidorndash iexclAlguna habiacutea de ponerme iquestNo sabes ni que me han robado la miacutea iquestNo sabes que una compantildeiacutea de ladrones mandada por el tiacuteo Lucas

ndashiexclMiente ustedndashgritoacute la navarra

ndashEscuacutecheme usted sentildeaacute Frasquitandashle dijo Garduntildea llamaacutendola apartendash Con permiso del sentildeor Corregidor y la compantildea iexclSi usted no arregla esto nos van a ahorcar a todos empezando por el tiacuteo Lucas

ndashPues iquestqueacute ocurrendashpreguntoacute la sentildeaacute Frasquita

ndashQue el tiacuteo Lucas anda a estas horas por la ciudad vestido de Corregidor y que Dios sabe si habraacute llegado con su disfraz hasta el propio dormitorio de la Corregidora

Y el alguacil le refirioacute en cuatro palabras todo lo que ya sabemos

ndashiexclJesuacutesndashexclamoacute la Molinerandash iexclConque mi marido me cree deshonrada iexclConque ha ido a la ciudad a vengarse iexclVamos vamos a la ciudad y justificadme a los ojos de mi Lucas

ndashiexclVamos a la ciudad e impidamos que ese hombre hable con mi mujer y cuente todas las majaderiacuteas que se haya figuradondashdijo el Corregidor arrimaacutendose a una de las burrasndash Deacuteme usted un pie para montar sentildeor Alcalde

ndashVamos a la ciudad siacute ndashantildeadioacute Garduntildea iexcly quiera el cielo sentildeor Corrergidor que el tiacuteo Lucas amparado por su vestimenta se haya contentado con hablarle a la Sentildeora

ndashiquestQueacute dices desgraciadondashprorrumpioacute don Eugenio de Zuntildeigandash iquestCrees tuacute a ese villano capaz

ndashiexclDe todondashcontestoacute la sentildeaacute Frasquita

XXVIII iexclAve Mariacutea PurisimaiexclLas doce y

media y sereno Asiacute gritaba por las calles de la ciudad quien teniacutea facultades para tanto cuando la Molinera y el Corregidor cada cual en una de las burras del molino el sentildeor Juan Loacutepez en su mula y los dos alguaciles andando llegaron a la puerta del Corregimiento

La puerta estaba cerrada

Dijeacuterase que para el Gobierno lo mismo que para los gobernados habiacutea concluido todo por aquel diacutea

ndashiexclMalondashpensoacute Garduntildea

Y llamoacute con el aldaboacuten dos o tres veces

Pasoacute mucho tiempo y ni abrieron ni contestaron

La sentildeaacute Frasquita estaba maacutes amarilla que la cera

El Corregidor se habiacutea comido ya todas las untildeas de ambas manos

Nadie deciacutea una palabra

iexclPum iexclPum iexclPum golpes y maacutes golpes a la puerta

del Corregimiento (aplicados sucesivamente por los dos alguaciles y por el sentildeor Juan Loacutepez) iexclY nada iexclNo respondiacutea nadie iexclNo abriacutean iexclNo se moviacutea una mosca iexclSolo se oiacutea el claro rumor de los cantildeos de una fuente que habiacutea en el patio de la casa

Y de esta manera transcurriacutean minutos largos como eternidades

Al fin cerca de la una abrioacutese un ventanillo del piso segundo y dijo una voz femenina

ndashiquestQuieacuten

ndashEs la voz del ama de lechendashmurmuroacute Garduntildea

ndashiexclYondashrespondioacute don Eugenio de Zuacutentildeigandash iexclAbrid

Pasoacute un instante de silencio

ndashiquestY quieacuten es ustedndashreplicoacute luego la nodriza

ndashiquestPues no me estaacute usted oyendo iexclSoy el amo iexclEl Corregidor Hubo otra pausa

ndashiexclVaya usted mucho con Diosndashrepuso la buena mujerndash Mi amo vino hace una hora y se acostoacute en seguida iexclAcueacutestense ustedes tambieacuten y duerman el vino que tendraacuten en el cuerpo

Y la ventana se cerroacute de golpe

La sentildeaacute Frasquita se cubrioacute el rostro con las manos

ndashiexclAmandashtronoacute el Corregidor fuera de siacutendash iquestNo oye usted

que le digo que abra la puerta iquestNo oye usted que soy yo iquestQuiere usted que la ahorque tambieacuten

La ventana volvioacute a abrirse

ndashPero vamos a verndashexpuso el amandash iquestQuieacuten es usted para dar esos gritos

ndashiexclSoy el Corregidor

ndashiexclDale bola iquestNo le digo a usted que el sentildeor Corregidor vino antes de las doce y que yo lo vi con mis propios ojos encerrarse en las habitaciones de la Sentildeora iquestSe quiere usted divertir conmigo iexclPues espere usted y veraacute lo que le pasa

Al mismo tiempo se abrioacute repentinamente la puerta y una nube de criados y ministriles provistos de sendos garrotes se lanzoacute sobre los de afuera exclamando furiosamente

ndashiexclA ver iquestDoacutende estaacute ese que dice que es el Corregidor iquestDoacutende estaacute ese chusco iquestDoacutende estaacute ese borracho

Y se armo un liacuteo de todos los demonios en medio de la oscuridad sin que nadie pudiera entenderse y no dejando de recibir algunos palos el Corregidor Garduntildea el sentildeor Juan Loacutepez y Tontildeuelo

Era la segunda paliza que le costaba a don Eugenio su aventura de aquella noche ademas del remojoacuten que se dio en el caz del molino

La sentildeaacute Frasquita apartada de aquel laberinto lloraba por la primera vez de su vida

ndashiexclLucas iexclLucasndashdeciacuteandash iexclY has podido dudar de miacute iexclY has podido estrechar en tus brazos a otra iexclAh iexclNuestra desventura no tiene ya remedio

XXIX Post nubila Diana

ndashiquestQueacute escaacutendalo es estendashdijo al fin una voz tranquila majestuosa y de gracioso timbre resonando encima de aquella barauacutenda

Todos levantaron la cabeza y vieron a una mujer vestida de negro asomada balcoacuten principal del edificio

ndashiexclLa Sentildeorandashdijeron los criados suspendiendo la retreta de palos

ndashiexclMi mujerndashtartamudeoacute don Eugenio

ndashQue pasen esos ruacutesticos El sentildeor Corregidor dice que lo permitendashagregoacute la Corregidora

Los criados cedieron paso y el de Zuacutentildeiga y sus acompantildeantes penetraron en el portal y tomaron por la escalera arriba

Ninguacuten reo ha subido al patiacutebulo con paso tan inseguro y semblante tan denudado como el Corregidor subiacutea las escaleras de su casa Sin embargo la idea de su deshonra principiaba ya a descollar con noble egoiacutesmo por encima de todos los infortunios que habiacutea causado y que lo afiacuteigiacutean y sobre las demaacutes ridiculeces de la situacioacuten en que se hallaba

ndashiexclAntes que todondashiba pensandondash soy un Zuacutentildeiga y un Ponce

de Leoacuten iexclAy de aquellos que lo hayan echado en olvido iexclAy de mi mujer si ha mancillado mi nombre

XXX Una sentildeora de clase

La Corregidora recibioacute a su esposo y a la ruacutestica comitiva en el saloacuten principal del Corregimiento

Estaba sola de pie y con los ojos clavados en la puerta

Eacuterase una principaliacutesima dama bastante joven todaviacutea de plaacutecida y severa hermosura maacutes propia del pincel cristiano que del cincel gentiacutelico y estaba vestida con toda la nobleza y seriedad que consentiacutea el gusto de la eacutepoca Su traje de corta y estrecha falda y mangas huecas y subidas era de alepiacuten negro una pantildeoleta de blonda blanca algo amarillenta velaba sus admirables hombros y larguiacutesimos maniquetes o mitones de tul negro cubriacutean la mayor parte sus alabastrinos brazos Abanicaacutebase majestuosamente con un pericoacuten enorme traiacutedo de las islas Filipinas y empuntildeaba con la otra mano un pantildeuelo de encaje cuyos cuatro picos colgaban simeacutetricamente con una regularidad solo comparable a la de su actitud y menores movimientos

Aquella hermosa mujer teniacutea algo de reina y mucho de abadesa e infundiacutea por ende veneracioacuten y miedo a cuantos la miraban Por lo demaacutes el atildamiento de su traje a semejante hora la gravedad de su continente y las muchas luces que alumbraban el saloacuten demostraban que la Corregidora se habiacutea esmerado en dar a aquella escena una solemnidad teatral y un tinte ceremonioso que contrastasen con el caraacutecer villano y grosero de la aventura de su marido

Advertiremos finalmente que aquella sentildeora se llamaba dontildea Mercedes Carrillo de Albornoz y Espinosa de los Monteros y que era hija nieta biznieta tataranieta y hasta vigeacutesima nieta de la ciudad como descendiente de sus ilustres conquistadores Su familia por razones de vanidad mundana la habiacutea inducido a casarse con el viejo y acaudalado Corregidor y ella que de otro modo hubiera sido monja pues su vocacioacuten natural la iba llevando al claustro consintioacute en aquel doloroso sacrificio

A la sazoacuten teniacutea ya dos vaacutestagos del arriscado madrilentildeo y auacuten se susurraba que habiacutea otra vez moros en la costa

Conque volvamos a nuestro cuento

XXXI La pena del talioacutenndashiexclMercedesndashexclamoacute el Corregidor al comparecer delante de su esposa

ndashiexclHola tiacuteo Lucas iquestUsted por aquiacutendashdiacutejole la Corregidora interrumpieacutendolendash iquestOcurre alguna desgracia en el molino

ndashiexclSentildeora no estoy para chanzasndashrepuso el Corregidor hecho una fierandash Antes de entrar en explicaciones por mi parte necesito saber queacute ha sido de mi honor

ndashiexclEsa no es cuenta miacutea iquestAcaso me lo ha dejado usted a miacute en depoacutesito

ndashSiacute sentildeora iexclA ustedndashreplicoacute don Eugeniondash iexclLas mujeres son las depositarias del honor de sus maridos

ndashPues entonces mi querido tiacuteo Lucas preguacutentele usted a su mujer Precisamente nos estaacute escuchando

La sentildeaacute Frasquita que se habiacutea quedado a la puerta del saloacuten lanzoacute una especie de rugido

ndashPase usted sentildeora y sieacutentesendashantildeadioacute la Corregidora dirigieacutendose a la Molinera con dignidad soberana

Y por su parte encaminoacutese al sofaacute

La generosa navarra supo comprender desde luego toda la grandeza de la actitud de aquella esposa injuriada e injuriada

acaso doblemente Asiacute es que alzaacutendose en el acto a igual altura dominoacute sus naturales iacutempetus y guardoacute un silencio decoroso Esto sin contar con que la sentildeaacute Frasquita segura de su inocencia y de su fuerza no teniacutea prisa de defenderse teniacuteala siacute de acusar mucha pero no ciertamente a la Corregidora iexclCon quien ella deseaba ajustar cuentas era con el tiacuteo Lucas y el tiacuteo Lucas no estaba alliacute

ndashSentildeaacute Frasquitandashrepitioacute la noble dama al ver que la Molinera no se habiacutea movido de su sitiondash le he dicho a usted que puede pasar y sentarse

Esta segunda indicacioacuten fue hecha con voz maacutes afectuosa y sentida que la primera Dijeacuterase que la Corregidora habiacutea adivinado tambieacuten por instinto al fijarse en el reposado continente y en la varonil hermosura de aquella mujer que no iba a habeacuterselas con un ser bajo y despreciable sino quizaacute maacutes bien con otra infortunada como ella iexclinfortunada siacute por el solo hecho de haber conocido al Corregidor

Cruzaron pues sendas miradas de paz y de indulgencia aquellas dos mujeres que se consideraban dos veces rivales y notaron con gran sorpresa que sus almas se aplacieron la una en la otra como dos hermanas que se reconocen

No de otro modo se divisan y saludan a lo lejos las castas nieves de las encumbradas montantildeas

Saboreando estas dulces emociones la Molinera entroacute majestuosamente en el saloacuten y se sentoacute en el filo de una silla

A su paso por el molino previendo que en la ciudad tendriacutea que hacer visitas de importancia se habiacutea arreglado un poco y

pueacutestose una mantilla de franela negra con grandes felpones que le sentaba divinamente Pareciacutea toda una sentildeora

Por lo que toca al Corregidor dicho se estaacute que habiacutea guardado silencio durante aquel episodio El rugido de la sentildeaacute Frasquita y su aparicioacuten en la escena no habiacutean podido menos de sobresaltarlo iexclAquella mujer le causaba ya maacutes terror que la suya propia

ndashConque vamos tiacuteo Lucasndashprosiguioacute dontildea Mercedes dirigieacutendose a su maridondash Ahiacute tiene usted a la sentildeaacute Frasquita iexclPuede usted volver a formular demanda iexclPuede usted preguntarle aquello de su honra

ndashMercedes iexclpor los clavos de Cristondashgritoacute el Corregidorndash iexclMira que tuacute no sabes de lo que soy capaz iexclNuevamente te conjuro a que dejes la broma y me digas todo lo que ha pasado aquiacute durante mi ausencia iquestDoacutende estaacute ese hombre

ndashiquestQuieacuten iquestMi marido Mi marido se estaacute levantando y ya no puede tardar en venir

ndashiexclLevantaacutendosendashbramoacute don Eugenio

ndashiquestSe asombra usted iquestPues doacutende queriacutea usted que estuviese a estas horas hombre de bien sino en su casa en su cama y durmiendo con su legiacutetima consorte como manda Dios

ndashiexclMerceditas iexclVe lo que te dices iexclRepara en que nos estaacuten oyendo iexclRepara en que soy el Corregidor

ndashiexclA miacute no me deacute usted voces tiacuteo Lucas o mandareacute a los alguaciles que lo lleven a la caacutercelndashreplicoacute la Corregidora

ponieacutendose de pie

ndashiexclYo a la caacutercel iexclYo iexclEl Corregidor de la ciudad

ndashEl Corregidor de la ciudad el representante de la Justicia el apoderado del Reyndashrepuso la gran sentildeora con una severidad y una energiacutea que ahogaron la voz del fingido Molinerondashllegoacute a su casa a la hora debida a descansar de las nobles tareas de su oficio para seguir mantildeana amparando la honra y la vida de los ciudadanos la santidad del hogar y el recato de las mujeres impidiendo de este modo que nadie pueda entrar disfrazado de Corregidor ni de ninguna otra cosa en la alcoba de la mujer ajena que nadie pueda sorprender a la virtud de su descuidado reposo que nadie pueda abusar de su casto suentildeo

ndashiexclMerceditas iquestQueacute es lo que profieresndashsilboacute el Corregidor con labios y enciacuteasndash iexclSi es verdad que ha pasado en mi casa direacute que eres una picara una peacuterfida una licenciosa

ndashiquestCon quieacuten habla este hombrendashprorrumpioacute la Corregidora desdentildeosamente y pasando la vista por todos los circunstantesndash iquestQuieacuten es este loco iquestQuieacuten es este ebrio iexclNi siquiera puedo ya creer que sea un honrado molinero como el tiacuteo Lucas a pesar de que viste su traje de villano SentildeorJuan Loacutepez creacuteame ustedndashcontinuoacute encaraacutendose con el alcalde de monterilla que estaba aterradondash mi marido el Corregidor de la ciudad llegoacute a esta su casa hace dos horas con su sombrero de tres picos su capa de grana su espadiacuten de caballero y su bastoacuten de autoridad Los criados y alguaciles que me escuchan se levantaron y lo saludaron al verlo pasar por el portal por la escalera y por el recibimiento Cerraacuteronse en seguida todas las puertas y desde entonces no ha penetrado nadie en mi hogar hasta que llegaron ustedes iquestEs esto cierto Responded vosotros

ndashiexclEs verdad iexclEs muy verdadndashcontestaron la nodriza los domeacutesticos y los ministriles todos los cuales agrupados a la puerta del saloacuten presenciaban aquella singular escena

ndashiexclFuera de aquiacute todo el mundondashgritoacute don Eugenio echando espumarajos de rabiandash iexclGarduntildea iexclGarduntildea iexclVen y prende a estos viles que me estaacuten faltando al respeto iexclTodos a la caacutercel iexclTodos a la horca

Garduntildea no pareciacutea por ningun lado

ndashAdemaacutes sentildeorndashcontinuoacute dontildea Mercedes cambiando de tono y dignaacutendose ya mirar a su marido y tratarle como a tal temerosa de que las chanzas llegaran a irremediables extremosndash Supongamos que usted es mi esposo Supongamos que usted es don Eugenio de Zuacutentildeiga y Ponce de Leoacuten

ndashiexclLo soy

ndashSupongamos ademaacutes que me cupiese alguna culpa en haber tomado por usted al hombre que penetroacute en mi alcoba vestido de Corregidor

ndashiexclInfamesndashgritoacute el viejo echando mano a la espada y encontraacutendose soacutelo con el sitio o sea con la faja del molinero murciano

La navarra se tapoacute el rostro con un lado de la mantilla para ocultar las llamaradas de sus celos

ndashSupongamos todo lo que usted quierandashcontinuoacute dontildea Mercedes con una impasibilidad inexplicable Pero diacutegame usted ahora sentildeor miacuteo iquestTendriacutea usted derecho a quejarse iquestPodriacutea

usted acusarme como fiscal iquestPodriacutea usted sentenciarme como juez iquestViene usted de confesar iquestViene usted de oiacuter misa iquestO de doacutende viene usted con ese traje iquestDe doacutende viene usted con esa sentildeora iquestDoacutende ha pasado usted la mitad de la noche

ndashCon permisondashexclamoacute la sentildeaacute Frasquita ponieacutendose de pie como empujada por un resorte y atravesaacutendose arrogantemente entre la Corregidora y su marido

Eacuteste que iba a hablar se quedoacute con la boca abierta al ver que la navarra entraba en fuego

Pero dontildea Mercedes se anticipoacute y dijo

ndashSentildeora no se fatigue usted en darme a miacute explicaciones iexclYo no se las pido a usted ni mucho menos Alliacute viene quien puede pediacuterselas a justo tiacutetulo iexclEntieacutendase usted con eacutel

Al mismo tiempo se abrioacute la puerta de un gabinete y aparecioacute en ella el tiacuteo Lucas vestido de Corregidor de pies a cabeza y con bastoacuten guantes y espadiacuten como si se presentase en las Salas de Cabildo

XXXII La fe mueve la montantildeas

ndashTengan ustedes muy buenas nochesndashpronuncioacute el recieacuten llegado quitaacutendose el sombrero de tres picos y hablando con la boca sumida como soliacutea don Eugenio de Zuacutentildeiga

En seguida se adelantoacute por el saloacuten balanceaacutendose en todos sentidos y fue a besar la mano de la Corregidora

Todos se quedaron estupefactos El parecido del tiacuteo Lucas con el verdadero Corregidor era maravilloso

Asiacute es que la servidumbre y hasta el mismo sentildeor Juan Loacutepez no pudieron contener la carcajada

Don Eugenio sintioacute aquel nuevo agravio y se lanzoacute sobre el tiacuteo Lucas como un basilisco

Pero la sentildeaacute Frasquita metioacute el montante apartando al Corregidor con el brazo de marras y Su Sentildeoriacutea en evitacioacuten de otra voltereta y del consiguiente ludibrio se dejoacute atropellar sin decir oxte ni moxte Estaba visto que aquella mujer habiacutea nacido para domadora del pobre viejo

El tiacuteo Lucas se puso maacutes paacutelido que la muerte al ver que su mujer se le acercaba pero luego se dominoacute y con una risa tan horrible que tuvo que llevarse la mano al corazoacuten para que no se le hiciese pedazos dijo remedando siempre al Corregidor

ndashiexclDios te guarde Frasquita iquestLe has enviado ya a tu sobrino el nombramiento

iexclHubo que ver entonces a la navarra Tiroacutese la mantilla atraacutes levantoacute la frente con soberaniacutea de leona y clavando en el falso Corregidor dos ojos como dos puntildeales

ndashiexclTe desprecio Lucasndashle dijo en mitad de la cara

Todos creyeron que le habiacutea escupido

iexclTal gesto tal ademaacuten y tal tono de voz acentuaron aquella frase

El rostro del Molinero se transfiguroacute al oiacuter la voz de su mujer Una especie de inspiracioacuten semejante a la de la fe religiosa habiacutea penetrado en su alma inundaacutendola de luz y de alegriacutea Asiacute es que olvidaacutendose por un momento de cuanto habiacutea visto y creiacutedo ver en el molino exclamoacute con las laacutegrimas en los ojos y la sinceridad en los labios

ndashiquestConque tuacute eres mi Frasquita

ndashiexclNondashrespondioacute la navarra fuera de siacutendash iexclYo no soy ya tu Frasquita Yo soy iexclPreguacutentaselo a tus hazantildeas de esta noche y ellas te diraacuten lo que has hecho del corazoacuten que tanto te queriacutea

Y se echoacute a llorar como una montantildea de hielo que se hunde y principia a derretirse

La Corregidora se adelantoacute hacia ella sin poder contenerse y la estrechoacute en sus brazos con el mayor carintildeo

La sentildeaacute Frasquita se puso entonces a besarla sin saber tampoco

lo que se haciacutea dicieacutendole entre sus sollozos como una nintildea que busca el amparo de su madre

ndashiexclSentildeora sentildeora iexclQueacute desgraciada soy

ndashiexclNo tanto como usted se figurandashcontestaacutebale la Corregidora llorando tambien generosamente

ndashiexclYo siacute que soy desgraciadondashgemiacutea al mismo tiempo el tiacuteo Lucas andando a puntildeetazos con sus laacutegrimas como avergonzado de verterlas

ndashPues iquesty yondashprorrumpioacute al fin don Eugenio sintieacutendose ablandado por el contagioso lloro de los demaacutes o esperando salvarse tambieacuten por la viacutea huacutemeda quiero decir por la viacutea del llantondash iexclAh yo soy un piacutecaro iexclun monstruo iexclun calavera deshecho que ha llevado su merecido

Y rompioacute a berrear tristemente abrazado a la barriga del sentildeor Juan Loacutepez

Y este y los criados lloraban de igual manera y todo pareciacutea concluido y sin embargo nadie se habiacutea explicado

XXXIII Pues iquesty tuacuteEl tiacuteo Lucas fue el primero que salioacute a flote en aquel mar de laacutegrimas

Era que empezaba a acordarse otra vez de lo que habiacutea visto por el ojo de la llave

ndashiexclSentildeores vamos a cuentasndashdijo de pronto

ndashNo hay cuentas que valgan tiacuteo Lucasndashexclamoacute la Corregidorandash iexclSu mujer de usted es una bendita

ndashBien siacute pero

ndashiexclNada de pero Deacutejela usted hablar y veraacute como se justifica Desde que la vi me dio el corazoacuten que era una santa a pesar de todo lo que usted me habiacutea contado

ndashiexclBueno que hablendashdijo el tiacuteo Lucas

ndashiexclYo no hablondashcontestoacute la Molinerandash iexclEl que tiene que hablar eres tuacute Porque la verdad es que tuacute

Y la sentildeaacute Frasquita no dijo maacutes por impediacuterselo el invencible respeto que le inspiraba la Corregidora

ndashPues iquesty tuacutendashrespondioacute el tiacuteo Lucas perdiendo de nuevo toda fe

ndashAhora no se trata de ellandashgritoacute el Corregidor tornando

tambieacuten a sus celosndash iexclSe trata de usted y de esta sentildeora iexclAh Merceditas iquestQuieacuten habiacutea de decirme que tuacute

ndashPues iquesty tuacutendashrepuso la Corregidora midieacutendolo con la vista

Y durante algunos momentos los dos matrimonios repitieron cien veces las mismas frases

ndashiquestY tuacute

ndashiquestPues y tuacute

ndashiexclVaya que tuacute

ndashiexclNo que tuacute

ndashPero iquestcoacutemo has podido tuacute

Etceacutetera etc etc

La cosa hubiera sido interminable si la Corregidora revistieacutendose de dignidad no dijese por uacuteltimo a don Eugenio

ndashiexclMira caacutellate tuacute ahora Nuestra cuestioacuten particular la ventilaremos maacutes adelante Lo que urge en este momento es devolver la paz al corazoacuten del tiacuteo Lucas cosa muy faacutecil a mi juicio pues alliacute distingo al sentildeor Juan Loacutepez y a Tontildeuelo que estaacuten saltando por justificar a la sentildeaacute Frasquita

ndashiexclYo no necesito que me justifiquen los hombresndashrespondioacute estandash Tengo dos testigos de mayor creacutedito a quien no se diraacute que he seducido ni sobornado

ndashiquestY doacutende estaacutenndashpreguntoacute el Molinero

ndashEstaacuten abajo en la puerta

ndashPues diles que suban con permiso de esta sentildeora

ndashLas pobres no pueden subir

ndashiexclAh iexclSon dos mujeres iexclVaya un testimonio fidedigno

ndashTampoco son dos mujeres Solo son dos hembras

ndashiexclPeor que peor iexclSeraacuten dos nintildeas Hazme el favor de dearme sus nombres

ndashLa una se llama Pintildeona y la otra Liviana

ndashiexclNuestras dos burras Frasquita iquestte estaacutes riendo de miacute

ndashNo que estoy hablando muy formal Yo puedo probarte con el testimonio de nuestras burras que no me hallaba en el molino cuando tuacute viste en eacutel al sentildeor Corregidor

ndashiexclPor Dios te pido que te expliques

ndashiexclOye Lucas y mueacuterete de verguumlenza por haber dudado de mi honradez Mientras tuacute ibas esta noche desde el lugar a nuestra casa yo me dirigiacutea desde nuestra casa al lugar y por consiguiente nos cruzamos en el camino Pero tuacute marchabas fuera de eacutel o por mejor decir te habiacuteas detenido a echar unas yescas en medio de un sembrado

ndashiexclEs verdad que me detuve Continuacutea

ndashEn esto rebuznoacute tu borrica

ndashiexclJustamente iexclAh queacute feliz soy iexclHabla habla que cada palabra tuya me devuelve un antildeo de vida

ndashY a aquel rebuzno contestoacute otro en el camino

ndashiexclOh siacute siacute iexclBendita seas iexclMe parece estarlo oyendo

ndashEran Liviana y Pintildeona que se habiacutean reconocido y se saludaban como buenas amigas mientras que nosotros dos ni nos saludamos ni nos reconocimos

ndashiexclNo me digas maacutes iexclNo me digas maacutes

ndashTan no nos reconocimosndashcontinuoacute la senaacute Frasquitandash que los dos nos asustamos y salimos huyendo en direcciones contrarias iexclConque ya ves que yo no estaba en el molino Si quieres saber ahora por queacute encontraste al sentildeor Corregidor en nuestra cama tienta esas ropas que llevas puestas y que todaviacutea estaraacuten huacutemedas y te lo diraacuten mejor que yo iexclSu Sentildeoriacutea se cayoacute al caz del molino y Garduntildea lo desnudoacute y lo acostoacute alliacute Si quieres saber por queacute abriacute la puerta fue porque creiacute que eras tuacute el que se ahogaba y me llamaba a gritos Y en fin si quieres saber lo del nombramiento Pero no tengo maacutes que decir por la presente Cuando estemos solos te enterareacute de eacuteste y otros particulares que no debo referir delante de esta sentildeora

ndashiexclTodo lo que ha dicho la sentildeaacute Frasquita es la pura verdadndashgritoacute el sentildeor Juan Loacutepez deseando congraciarse con dontildea Mercedes visto que ella imperaba en el Corregimlento

ndashiexclTodo iexclTodondashantildeadioacute Tontildeuelo siguiendo la corriente a su amo

ndashiexclHasta ahora todondashagregoacute el Corregidor muy complacido de que las explicaciones de la navarra no hubieran ido maacutes lejos

ndashiexclConque eres inocentendashexclamaba en tanto el tiacuteo Lucas rindieacutendose a la evidenciandash iexclFrasquita miacutea Frasquita de mi alma iexclPerdoacutename la injusticia y deja que te deacute un abrazo

ndashiexclEsa es harina de otro costalndashcontestoacute la Molinera hurtando el cuerpondash Antes de abrazarte necesito oiacuter tus explicaciones

ndashYo las dareacute por eacutel y por miacutendashdijo dontildea Mercedes

ndashiexclHace una hora que las estoy esperandondashprofirioacute el Corregidor tratando de erguirse

ndashPero no las dareacutendashcontinuoacute la Corregidora volviendo la espalda desdentildeosamente a su maridondashhasta que estos sentildeores hayan descambiado vestimentas y aun entonces se las dareacute tan solo a quien merezca oiacuterlas

ndashVamos vamos a descambiarndashdiacutejole el murciano a don Eugenio alegraacutendose mucho de no haberlo asesinado pero mirandolo todaviacutea con un odio verdaderamente moriscondash iexclEl traje de vuestra sentildeoriacutea me ahoga iexclHe sido muy desgraciado mientras lo he tenido puesto

ndashiexclPorque no lo entiendesndashrespondioacutele el Corregidorndash iexclYo estoy en cambio deseando poneacutermelo para ahorcarte a ti y a medio mundo si no me satisfacen las exculpaciones de mi mujer

La Corregidora que oyoacute estas palabras tranquilizoacute a la reunioacuten con una suave sonrisa propia de aquellos afanados aacutengeles cuyo ministerio es guardar a los hombres

XXXIV Tambien la Corregidora es guapa

Salido que hubieron de la sala el Corregidor y el tiacuteo Lucas sentoacutese de nuevo la Corregidora en el sofaacute colocoacute a su lado a la sentildeaacute Frasquita y dirigieacutendose a los domeacutesticos y ministriles que obstruiacutean la puerta les dijo con afable sencillez

ndashiexclVaya muchachos Contad ahora vosotros a esta excelente mujer todo lo malo que sepaacuteis de miacute

Avanzoacute el cuarto estado y diez voces quisieron hablar a un mismo tiempo pero el ama de leche como la persona que maacutes alas teniacutea en la casa impuso silencio a los demaacutes y dijo de esta manera

ndashHa de saber usted sentildeaacute Frasquita que estaacutebamos yo y mi Sentildeora esta noche al cuidado de los nintildeos esperando a ver si veniacutea el amo y rezando el tercer rosario para hacer tiempo (pues la razoacuten traiacuteda por Garduntildea habiacutea sido que andaba el sentildeor Corregidor detraacutes de unos facinerosos terribles y no era cosa de acostarse hasta verlo entrar sin novedad) cuando sentimos ruido de gente en la alcoba inmediata que es donde mis sentildeores tienen su cama de matrimonio Cogimos la luz muertas de miedo y fuimos a ver quieacuten andaba en la alcoba cuando iexclay Virgen del Carmen al entrar vimos que un hombre vestido como mi sentildeor pero que no era eacutel (iexclcomo que era su marido de usted) trataba de esconderse debajo de la cama iexclLadrones principiamos a gritar desaforadamente y un momento despueacutes la habitacioacuten estaba llena de gente y los alguaciles sacaban arrastrando de su

escondite al fingido Corregidor Mi Sentildeora que como todos habiacutea reconocido al tiacuteo Lucas y que lo vio con aquel traje temioacute que hubiese matado al amo y empezoacute a dar unos lamentos que partiacutean las piedras iexclA la caacutercel iexclA la caacutercel deciacuteamos entre tanto los demaacutes iexclLadroacuten iexclAsesino era la mejor palabra que oiacutea el tiacuteo Lucas y asiacute es que estaba como un difunto arrimado a la pared sin decir esta boca es miacutea Pero viendo luego que se lo llevaban a la caacutercel dijo lo que voy a repetir aunque verdadaderamente mejor seriacutea para callado Sentildeora yo no soy ladroacuten ni asesino el ladroacuten y el asesino de mi honra estaacute en mi casa acostado con mi mujer

ndashiexclPobre Lucasndashsuspiroacute la sentildeaacute Frasquita

ndashiexclPobre de miacutendashmurmuroacute la Corregidora tranquilamente

ndashEso dijimos todos iexclPobre tiacuteo Lucas y pobre Sentildeora Porque la verdad sentildeaacute Frasquita ya teniacuteamos idea de que mi sentildeor habiacutea puesto los ojos en usted y aunque nadie se figuraba que usted

ndashiexclAmandashexclamoacute severamente la Corregidorandash iexclNo siga usted por ese camino

ndashContinuareacute yo por el otrondashdijo un alguacil aprovechando aquella coyuntura para apoderarse de la palabrandash El tiacuteo Lucas (que nos engantildeoacute de lo lindo con su traje y su manera de andar cuando entroacute en la casa tanto que todos lo tomamos por el sentildeor Corregidor) no habiacutea venido con muy buenas intenciones que digamos y si la Sentildeora no hubiera estado levantada figuacuterese usted lo que habria sucedido

ndashiexclVamos iexclCaacutellate tuacute tambieacutenndashinterrumpioacute la cocinerandash iexclNo estaacutes diciendo mas que tonteriacuteas Pues si sentildeaacute Frasquita el tiacuteo

Lucas para explicar su presencia en la alcoba de mi ama tuvo que confesar las intenciones que traiacutea iexclPor cierto que la Sentildeora no se pudo contener al oiacuterlo y le arrimoacute una bofetada en medio de la boca que le dejoacute la mitad de las palabras dentro del cuerpo Yo misma lo lleneacute de insultos y denuestos y quise sacarle los ojos Porque ya conoce usted sentildeaacute Frasquita que aunque sea su marido de usted eso de venir con sus manos lavadas

ndashiexclEres una bachillerandashgritoacute el portero ponieacutendose delante de la oradorandash iquestQueacute maacutes hubieras querido tuacute En fin sentildeaacute Frasquita oigame usted a miacute y vamos al asunto La Sentildeora hizo y dijo lo que debiacutea pero luego calmado ya su enojo compadecioacutese del tiacuteo Lucas y paroacute mientes en el mal proceder del sentildeor Corregidor viniendo a pronunciar estas o parecidas palabras Por infame que haya sido su pensamiento de usted tiacuteo Lucas y aunque nunca podreacute perdonar tanta insolencia es menester que su mujer de usted y mi esposo crean durante algunas horas que han sido cogidos en sus propias redes y que usted auxiliado por ese disfraz les ha devuelto afrenta por afrenta iexclNinguna venganza mejor podemos tomar de ellos que este engantildeo tan faacutecil de desvanecer cuando nos acomode Adoptada tan graciosa resolucioacuten la Sentildeora y el tiacuteo Lucas nos aleccionaron a todos de lo que teniacuteamos que hacer y decir cuando volviese Su Sentildeoriacutea iexcly por cierto que yo le he pegado a Sebastiaacuten Garduntildea tal palo en la rabadilla que creo no se le olvidaraacute en mucho tiempo la noche de San Simoacuten y San Judas

Cuando el portero dejoacute de hablar ya haciacutea rato que la Corregidora y la Molinera cuchicheaban al oiacutedo abrazaacutendose y besaacutendose a cada momento y no pudiendo en ocasiones contener la risa

iexclLaacutestima que no se oyera lo que hablaban Pero el lector se lo figuraraacute sin gran esfueno y si no el lector la lectora

XXXV Decreto ImperialRegresaron en esto a la sala el Corregidor y el tiacuteo Lucas vestido cada cual con su propia ropa

ndashAhora me toca a miacutendashentroacute diciendo el insigne don Eugenio de Zuacutentildeiga

Y despueacutes de dar en el suelo un par de bastonazos como para recobrar su energiacutea (a guisa de Anteo oficial que no se sentiacutea fuerte hasta que su cantildea de Indias tocaba en la tierra) diacutejole a la Corregidora con un eacutenfasis y una frescura indescriptibles

ndashiexclMerceditas estoy esperando tus explicaciones Entre tanto la Molinera se habiacutea levantado y le tiraba al tiacuteo Lucas un pellizco de paz que le hizo ver estrellas miraacutendolo al mismo tiempo con desenojados y hechiceros ojos

El Corregidor que observara aquella pantomima quedoacutese hecho una pieza sin acertar a explicarse una reconciliacioacuten tan inmotivada

Dirigioacutese pues de nuevo a su mujer y le dijo hecho un vinagre

ndashiexclSentildeoral iexclTodos se entienden menos nosotros Saacutequeme usted de dudas iexclSe lo mando como marido y como Corregidor

Y dio otro bastonazo en el suelo

ndashiquestConque se marcha ustedndashexclamoacute dontildea Mercedes acercaacutendose a la sentildeaacute Frasquita y sin hacer caso de don

Eugeniondash Pues vaya usted descuidada que este escaacutendalo no tendraacute ningunas consecuencias iexclRosa alumbra a estos sentildeores que dicen que se marchan Vaya usted con Dios tiacuteo Lucas

ndashiexclOh nondashgritoacute el de Zuacutentildeiga interponieacutendosendash iexclLo que es el tiacuteo Lucas no se marcha iexclEl tiacuteo Lucas queda arrestado hasta que sepa yo toda la verdad iexclHola alguaciles iexclFavor al Rey

Ni un solo ministro obedecioacute a don Eugenio Todos miraban a la Corregidora

ndashiexclA ver hombre iexclDeja el paso librendashantildeadioacute eacutesta pasando casi sobre su marido y despidiendo a todo el mundo con la mayor finura es decir con la cabeza ladeada cogieacutendose la falda con la punta de los dedos y agachandose graciosamente hasta completar la reverencia que a la sazoacuten estaba de moda y que se llamaba la pompa

ndashPero yo Pero tuacute Pero nosotros Pero aquellosndashseguiacutea mascullando el vejete tiraacutendole a su mujer del vestido y perturbando sus cortesiacuteas mejor iniciadas

iexclInuacutetil aiacuteaacuten iexclNadie haciacutea caso de Su Sentildeoriacutea

Marchado que se hubieron todos y solos ya en el saloacuten los desavenidos conyuges la Corregidora se dignoacute al fin decirle a su esposo con el acento que hubiera empleado una Czarina de todas las Rusias para fulminar sobre un ministro caiacutedo la orden de perpetuo destierro a la Siberia

ndashMil antildeos que vivas ignoraraacutes lo que ha pasado esta noche en mi alcoba Si hubieras estado en ella como era regular no tendriacuteas necesidad de preguntaacuterselo a nadie Por lo que a miacute toca no hay

ya ni habraacute jamaacutes razoacuten ninguna que me obligue a satisfacerte pues te desprecio de tal modo que si no fueras el padre de mis hijos te arrojariacutea ahora mismo por ese balcoacuten como te arrojo para slempre de mi dormitorio Conque buenas noches caballero

Pronunciadas estas palabras que don Eugenio oyoacute sin pestantildeear (pues lo que es a solas no se atreviacutea con su mujer) la Corregidora penetroacute en el gabinete y del gabinete pasoacute a la alcoba cerrando las puertas detraacutes de siacute y el pobre hombre se quedoacute plantado en medio de la sala murmurando entre enciacuteas (que no entre dientes) y con un cinismo de que no habraacute habido otro ejemplo

ndashiexclPues sentildeor no esperaba yo escapar tan bien iexclGarduntildea me buscaraacute acomodo

XXXVI Conclusioacuten moraleja y epiacutelogo

Piaban los pajarillos saludando el alba cuando el tiacuteo Lucas y la sentildeaacute Frasquita saliacutean de la ciudad con direccioacuten a su molino

Los esposos iban a pie y delante de ellos caminaban apareadas las dos burras

ndashEl domingo tienes que ir a confesar (le deciacutea la Molinera a su marido) pues necesitas limpiarte de todos tus malos juicios y criminales propoacutesitos de esta noche

ndashHas pensado muy bienndashcontestoacute el Molinerondash Pero tuacute entre tanto vas a hacerme otro favor y es dar a los pobres los colchones y ropa de nuestra cama y ponerla toda de nuevo iexclYo no me acuesto donde ha sudado aquel bicho venenoso

ndashiexclNo me lo nombres Lucasndashreplicoacute la sentildeaacute Frasquitandash Conque hablemos de otra cosa Quisiera merecerte un segundo favor

ndashPide por esa boca

ndashEl verano que viene vas a llevarme a tomar los bantildeos del Solaacuten de Cabras

ndashiquestPara queacute

ndashPara ver si tenemos hijos

ndashiexclFeliciacutesima idea Te llevareacute si Dios nos da vida

Y con esto llegaron al molino a punto que el sol sin haber salido todaviacutea doraba ya las cuacutespides de las montantildeas

A la tarde con gran sorpresa de los esposos que no esperaban nuevas visitas de altos personajes despueacutes de un escaacutendalo como el de la precedente noche concurrioacute al molino maacutes sentildeoriacuteo que nunca El venerable Prelado muchos Canoacutenigos el Jurisconsulto dos Priores de frailes y otras vanas personas (que luego se supo habiacutean sido convocadas alliacute por Su Sentildeoriacutea Ilustriacutesima) ocuparon materialmente la plazoletilla del emparrado

Soacutelo faltaba el Corregidor

Una vez reunida la tertulia el sentildeor Obispo tomoacute la palabra y dijo que por lo mismo que habiacutean pasado ciertas cosas en aquella casa sus Canoacutenigos y eacutel seguiriacutean yendo a ella lo mismo que antes para que ni los honrados Molineros ni las demaacutes personas alliacute presentes participasen de la censura puacutebhca soacutelo merecida por aqueacutel que habiacutea profanado con su torpe conducta una reunioacuten tan morigerada y tan honesta Exhortoacute paternalmente a la sentildeaacute Frasquita para que en lo sucesivo fuese menos provocativa y tentadora en sus dichos y ademanes y procurase llevar maacutes cubiertos los brazos y maacutes alto el escote del juboacuten aconsejoacute al tiacuteo Lucas maacutes desintereacutes mayor circunspeccioacuten y menos inmodestia en su trato con los superiores y acaboacute dando la bendicioacuten a todos y diciendo que como aquel diacutea no ayunaba se comeriacutea con mucho gusto un par de ramos de uvas

Lo mismo opinaron todos respecto de este uacuteltimo particular y la parra se quedoacute temblando aquella tarde iexclEn dos arrobas de uvas aprecioacute el gasto el Molinero

Cerca de tres antildeos continuaron estas sabrosas reuniones hasta que contra la previsioacuten de todo el mundo entraron en Espantildea los ejeacutercitos de Napoleoacuten y se armoacute la Guerra de la Independencia

El sentildeor Obispo el Magistral y el Penitenciario murieron el antildeo de 8 y el Abogado y los demaacutes contertulios en los de 9 10 11 y 12 por no poder sufrir la vista de los franceses polacos y otras alimantildeas que invadieron aquella tierra iexcly que fumaban en pipa en el Presbiterio de las iglesias durante la Misa de la tropa

El Corregidor que nunca maacutes tornoacute al molino fue destituido por un Mariscal franceacutes y murioacute en la Caacutercel de Corte por no haber querido ni un solo instante (dicho sea en honra suya) transigir con la dominacioacuten extranjera

Dontildea Mercedes no se volvioacute a casar y educoacute perfectamente a sus hijos retiraacutendose a la vejez a un convento donde acaboacute sus diacuteas en opinioacuten de Santa

Garduntildea se hizo afrancesado

El sentildeor Juan Loacutepez fue guerrillero mandoacute una partida y murioacute lo mismo que su alguacil en la famosa batalla de Baza despueacutes de haber matado muchiacutesimos franceses

Finalmente el tiacuteo Lucas y la sentildeaacute Frasquita (aunque no llegaron a tener hijos a pesar de haber ido al Solaacuten de Cabras y de haber

hecho muchos votos y rogativas) siguieron siempre amaacutendose del propio modo y alcanzaron una edad muy avanzada viendo desaparecer el Absolutismo en 1812 y 1820 y reaparecer en 1814 y 1823 hasta que por uacuteltimo se establecioacute de veras el sistema Constitucional a la muerte del Rey Absoluto y ellos pasaron a mejor vida (precisamente al estallar la Guerra Civil de los Siete antildeos) sin que los sombreros de copa que ya usaba todo el mundo pudiesen hacerles olvidar aquellos tiempos simbolizados por el sombrero de tres picos

Nota sobre el autor

Pedro Antonio de Alarcoacuten

(1833-1895)

Cronologia de Alarcoacuten

Alarcoacuten habla de El sombrero de tres picos

Cronologiacutea de la vida de Alarcoacuten

1833 El 10 de marzo nace Pedro Antonio de Alarcoacuten Ariza en Guadix (Granada)

Estudio bachillerato en Granada

Inicio estudios de leyes en la Universidad de Granada que tuvo que abandonar por problemas econoacutemicos de la familia

Ingreso dos veces en el seminario y lo abandono las dos veces por falta de vocacioacuten

Desde siempre su verdadera vocacioacuten fueron las letras Participo del grupo literario granadino La Cuerda como poeta

1852 De esta eacutepoca datan sus primero relatos breves de fuerte raiacutez romaacutentica algunos de ellos entroncados con el costumbrismo andaluz revelaban el influjo de Fernaacuten Caballero

De hecho Alarcoacuten nunca fue un escritor realista en el sentido que la historia de la literatura da a este termino Sus estenografiacuteas siempre son de una impronta realista muy fuerte En cambio es evidente que sus personajes tienen un sabor arquetiacutepico e ideal muy fuerte es decir son ldquotiposrdquo maacutes que personajes Y es que Alarcoacuten nunca renuncio a que lo ideal se encarnara en lo real Y eso lo entronca con una tradicioacuten nacional espantildeola que con hitos tan importantes como el Arcipreste de hita o Cervantes le alcanza plenamente a Alarcoacuten

El amigo de la muerte uno de los primeros cuentos de Alarcoacuten que revelan ya casi formada la maestriacutea teacutecnica que revelariacutea a continuacioacuten

1853 Se va a Madrid para seguir su carrera literaria

Funda con E Tarragoacute el perioacutedico El Eco de Occidente que no tuvo mucha importancia

Escribe despueacutes en El Laacutetigo diario antimonaacuterquico de fuerte sabor revolucionario

El Clavo

Alarcoacuten fue sin duda un maestro del cuento El Clavo es sin duda una de sus pequentildeas obras maestras

1854 Participa como periodista en la Revolucioacuten de Julio

1855 Publica El final de Norma un trabajo escrito cuando contaba 18 antildeos (1851)

Sucesivamente publicara su obra de juventud Cosas que fueron (artiacuteculos) Poesiacuteas

El final de Norma

1857 El hijo prodigo tiene por tema la locura y los errores de juventud Reflejo de un periodo de autocriacutetica que ha iniciado Alarcoacuten sobre su propia juventud Maacutes tarde en el personaje de Pepito de El nintildeo de la bola finalizaraacute ese ajuste de cuentas con su pasado

El hijo prodigo

1859 Al estallar la guerra de Marruecos se alista como voluntario

1860 De esa experiencia en Aacutefrica naceraacute su obra Diario de un testigo de la guerra de Aacutefrica que por fin le dio fama y algo de dinero quizaacutes su obra maacutes importante y permanente Obra maestra por la descripcioacuten de la vida militar Algunas partes de este trabajo como La batalla de Castillejos y La toma de Tetuaacuten auacuten no han sido superados en la viveza de las descripciones la espontaneidad del lenguaje y la gracia en la narrativa por ninguacuten escritor espantildeol

En la misma liacutenea publicara tambieacuten las Historietas nacionales similares a las anteriores por la temaacutetica y la frescura y espontaneidad del lenguaje y del flujo narrativo

Diario de un testigo de la guerra de Aacutefrica

1860 a 1874 publica fundamentalmente cuentos y libros de viajes

1861 De Madrid a Naacutepoles

1866 Se casa y su posicionamiento poliacutetico y religioso se afianza y explicita definitivamente Ya hacia tiempo se habiacutea inicia en Alarcoacuten un giro de sus posiciones poliacuteticas y humanas que lo desplazoacute desde el liberalismo revolucionario a posiciones tradicionalistas y catoacutelicas De hecho nunca dejo de ser catoacutelico y fue su fe la que le hizo en ultima instancia cambiar sus posiciones poliacuteticas Pero es ahora con su

matrimonio que su evolucioacuten concluye

Desde estas posiciones tradicionalistas siguioacute actuando en poliacutetica Fue diputado en las Cortes por Granada consejero de Estado con Alfonso XII

1868 La revolucioacuten del 68 va afectar fuertemente a Alarcoacuten de forma que marcara toda su obra posterior con un fuerte matiz poleacutemico Obras como La Prodiga o El escaacutendalo estariacutean en esta liacutenea

1871 Su obra Cosas que fueron constituyo una tardiacutea aportacioacuten al genero de cuadros de costumbres y fueron escritos antildeos antes de su publicacioacuten

Cosas que fueron

1873 La Alpujarra

1874 Publica El sombrero de tres picos la obra que le iba a hacer mundialmente famoso y que ha servido de libreto a varias obras musicales y a la obra homoacutenima de Falla

El sombrero de tres picos

1875 El Escaacutendalo una obra con repercusiones semejantes a Pequentildeeces de Coloma tanto por la intencioacuten como por la poleacutemica que levanto La primera edicioacuten se agoto en cinco diacuteas

1878 El nintildeo de la bola es quizaacutes la mejor novela de Alarcoacuten La renuncia de Manuel Venegas odiado por el usurero Eliacuteas precipita la muerte de Soledad bella figura romaacutentica condenada de antemano La fuerza del destino preside con su fatalismo ataacutevico todos los episodios de la narracioacuten Las grandezas y miserias del alma humana se adensan en el pueblo y en la historia de unos seres condenados al fracaso La obra es menos literaria que El escaacutendalo pero maacutes objetiva y apasionada

El nintildeo de la bola

1880 La prodiga es un alegato moral contra la corrupcioacuten de costumbres y ademaacutes es una criacutetica radical de la literatura romanita a la que Alarcoacuten consideraba como fundamentalmente anticristiana y para ello usa la teacutecnica de sacar las uacuteltimas conclusiones de la tiacutepica tragedia romaacutentica desgarrada para mostrarnos su real sordidez exenta de todo heroiacutesmo

La Prodiga

1881 El Capitaacuten Veneno

1883 Viajes por Espantildea

1884 Historia de mis libros

1887 La enemistad con los criacuteticos liberales y su continua critica junto a un cierto convencimiento de que el realismo habiacutea cubierto su ciclo histoacuterico le llevan a un abandono de la escritura

Es elegido miembro de La Real Academia

1895 Muere el 19 de julio en Valdemoro(Madrid)

Alarcoacuten habla de El sombrero de tres picos

La Historia de mis libros de Pedro Antonio de Alarcoacuten escrita en 1884 cuando practicamente habiacutea ya decidido dejar de escribir es el testamento literario del autor y en ella se analiza una a una las obras que habiacutea publicado hasta entonces El capitulo XIII estaacute dedicado a El sombrero de tres picos y es el que transcribimos a continuacioacuten

Un diacutea del verano de 1874 en Madrid apremiaacutebame la obligacioacuten de enviar a la Isla de Cuba alguacuten cuentecillo jocoso para cierto semanario festivo que alliacute se publicaba Recordeacute no seacute coacutemo el picaresco romance de El Corregidor y la Molinera que tantas veces habiacutea oiacutedo relatar cuando nintildeo y me dije

-iquestPor queacute no he de escribir una historieta fundada en tan peregrino argumento

-Porque es muy difiacutecil dentro de las conveniencias sociales -respondioacute mi buena crianza

-iexclRazoacuten de maacutes para intentar escribirla de modo que nadie se escandalice - arguyoacute mi temeridad de artista viejo recordando haber hecho un milagro semejante con el cuento de La Comendadora

-Pues probemos (contestoacute mi pereza para librarse de seguir buscando asunto) iexclEn medio de todo el semanario de que se trata tiene pocos lectores y tal vez ninguno de ellos resida en el continente europeo

-iexclManos a la obra -concluyoacute la parte atrevida de mi ser moral

Y veinticuatro horas despueacutes habiacutea escrito diez o doce cuartillas que conteniacutean muy en compendio todo EL SOMBRERO DE TRES PICOS o sea toda la historia de El Corregidor y la Molinera tal y como me parecioacute prudente arreglarla y componerla ad usum del respetable puacuteblico

Iba ya a meterla en un sobre para echarla al correo cuando me dijo repentinamente la conciencia artiacutestica

-iexclQueacute laacutestima Aquiacute hay materia para escribir una historia diez veces maacutes larga

-iexclYa lo creo (respondioacute la pereza) Y de ese modo nos ahorrariacuteamos durante dos meses la penosa tarea de buscar asuntos para el semanario

-iexclPues recomencemos

-iexclOh no iquestQuieacuten inutiliza lo ya redactado y se pone ahora a volver a empezar la racioacuten de mantildeana

Vacileacute alguacuten tiempo y esta vez triunfoacute la actividad -Comenceacute pues de nuevo la historia de EL SOMBRERO DE TRES PICOS

Al otro diacutea iba ya tambieacuten a meter en un sobre la primera

deacutecima parte del segundo relato o sea del relato actual que llegaba a la descripcioacuten del tiacuteo Lucas cuando entroacute en mi despacho un buen amigo versado en letras referiacutele el asunto de mi nueva obra le leiacute lo que llevaba escrito y ved aquiacute sus terminantes palabras

-No enviacutee V al otro mundo esas cuartillas Reteacutengalas en Madrid y continuacutee la obra con amor hasta acabarla y perfeccionarla cuanto pueda De este modo se encontraraacute V dentro de pocas semanas con un libro que podraacute convenirle publicar en Madrid en tomo -iexclEl asunto es de perlas

Seis diacuteas despueacutes volvioacute a visitarme el amigo y se halloacute con que EL SOMBRERO DE TRES PICOS estaba terminado y hasta puesto en limpio en la forma que hoy tiene Al siguiente diacutea empezoacute a imprimirse en la Revista Europea que publicaban en esta Corte los Sres Medina y Navarro al cabo de un mes se reimprimiacutea solemnemente en tomo aparte y esta es la hora en que van hechas soacutelo dentro de nuestra Peniacutensula ocho numerosas ediciones

Tal es la historia de este dichoso librejo contra el cual no se han alzado mis adversarios Por la inversa todo el mundo lo ha tratado hasta con mimo asiacute en el campo de los innovadores o blasfemadores del Arte de la Moral y del Alma como en el de los ortodoxos y arcaiacutestas de todas especies a tal extremo ha llegado esta unanimidad que muchas veces he sentido aborrecimiento y desdeacuten a la piacutecara obra por nadie impugnada atribuyendo su fortuna a nulidad eacute insignificancia internas -Empero uacuteltimamente me han reconciliado con este hijo del acaso no seacute queacute tardiacutea querencia paternal y la consideracioacuten de que a los diez o maacutes antildeos de publicado sigue producieacutendome tan segura y casi tan pinguumle renta como su juicioso hermano El Escaacutendalo -Ademaacutes EL SOMBRERO DE TRES PICOS ha sido

traducido que yo sepa al portugueacutes (con preciosas ilustraciones) al alemaacuten al ruso al franceacutes al italiano al ingleacutes y al rumano como tambieacuten ha dado argumento a dos operetas coacutemicas la una francesa y la otra belga y en vista de tanto ruido y de tantas nueces he tenido que acabar por decir - laquoiexclPues sentildeor el asunto era de oro iexclEstoy en deuda con la musa popular o sea con los ciegos que componen romancesraquo

Acerca de la moralidad y color de la obra en el Prefacio que lleva al frente he dicho cuanto correspondiacutea a mi reputacioacuten de escritor honesto y de persona bien criada Convieacuteneme sin embargo antildeadir para mayor refulgencia de la castidad de mi musa y de la del puacuteblico espantildeol en general que uno de los mejores literatos de Francia Alejandro Dumas (hijo) a quien debo amistosiacutesimas atenciones tuvo hace antildeos la franqueza de escribirme que mi SOMBRERO DE TRES PICOS habriacutea ganado mucho particularmente en aquella nacioacuten si yo hubiese conservado el desenlace crudeliacutesimo dado por la versioacuten plebeya o sea por los romances de ciego al quid pro quo de que fue inocente objeto dontildea Mercedes -Es decir que ni aquel insigne escritor ni el puacuteblico franceacutes se habriacutean escandalizado ante la consumacioacuten de una atrocidad en el molino ni ante la efectividad de sus represalias en el Corregimiento iexclEs decir que

Pero doblemos la hoja -iexclBueno estaacute sin maacutes ribetes ni escarapelas mi empecatado SOMBRERO DE TRES PICOS -Y lo peor de todo es hablando aquiacute en reserva que laquotambieacuten me gusta a miacute la sentildeaacute Frasquitaraquo por aquello de que la Molinera laquocomo guapa es guaparaquo aunque laquotambieacuten sea guapa la Corregidoraraquo

iexclOh inefable delicia la de crear seres con la pluma iexclOh complacencia poder uno formarlos a su arbitrio y moverlos seguacuten su agrado iexclOh tormento tener que resolverse a dejar de

lanzar al mundo tantos y tantos personajes como aun le bullen en la imaginacioacuten y haber de morirse alguacuten diacutea exclamando laquoMorid tambieacuten vosotros sin haber nacidoraquo -Pero asiacute son las cosas humanas Ars longa vita brevis -Y ademaacutes que no todos tenemos filosofiacutea bastante para decir Satis est equitem mihi plaudere

Capitulo XIII de Historia de mis libros(1884) de Pedro Antonio de Alarcoacuten titulado precisamente El sombrero de tres picos

copyright copy 2001 para la presente edicioacuten de Gaiferos Libros-Ereg

GAIFEROS LIBROS-E reg is a trademark registred

e-ditoragaiferoscom

wwwgaiferoscom

Editor M Echeverriacutea

Design Mezquiriz

Imagen de portada Goya

Printed in Spain(UE)

Madrid Febrero de 2002

Page 4: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado

INDICE

Prefacio del autor

El sombrero de tres picos

I De cuando sucedio la cosa

II De coacutemo viviacutea entonces la gente

III Do it des

IV Una mujer vista por fuera

V Un hombre visto por fuera y por dentro

VI Habilidades de los coacutenyuges

VII El fondo de la felicidad

VIII El hombre del sombrero de tres picos

IX iexclArre burra

X Desde la parra

XI El bombardeo de Pamplona

XII Diezmos y primicias

XIII Le dijo el grajo al cuervo

XIV Los consejos de Garduntildea

XV Despedida en prosa

XVI Un ave de mal aguumlero

XVII Un alcalde de monterilla

XVIIIDonde se veraacute que el tiacuteo Lucas teniacutea el suentildeo muy ligero

XIX Voces clamantes in deserto

XX La duda y la realidad

XXI iexclEn guardia caballero

XXII Garduntildea se multiplica

XXIIIOtra vez el desierto y las consabidas voces

XXIV Un rey de entonces

XXV La estrella de Garduntildea

XXVI Reaccioacuten

XXVII iexclFavor al Rey

XXVIIIiexclAve Mariacutea PurisimaiexclLas doce y media y sereno

XXIX Post nubila Diana

XXX Una sentildeora de clase

XXXI La pena del talioacuten

XXXII La fe mueve las montantildeas

XXXIII Pues iquesty tuacute

XXXIV Tambien la Corregidora es guapa

XXXV Decreto Imperial

XXXVI Conclusioacuten moraleja y epiacutelogo

Anexos

Nota sobre el autor

PREFACIO DEL AUTOR Pocos espantildeoles aun contando a los menos sabios y leiacutedos desconoceraacuten la historieta vulgar que sirve de fundamento a la presente obrilla

Un zafio pastor de cabras que nunca habiacutea salido de la escondida Cortijada en que nacioacute fue el primero a quien nosotros se la oiacutemos referir Era el tal uno de aquellos ruacutesticos sin ningunas letras pero naturalmente ladinos y bufones que tanto papel hacen en nuestra literatura nacional con el dictado de piacutecaros Siempre que en la Cortijada habiacutea fiesta con motivo de boda o bautizo o de solemne visita de los amos tocaacutebale a eacutel poner los juegos de chasco y pantomima hacer las payasadas y recitar los Romances y Relaciones y precisamente en una ocasioacuten de estas (hace ya casi toda una vida es decir hace ya maacutes de treinta y cinco antildeos) tuvo a bien deslumbrar y embelesar cierta noche nuestra inocencia (relativa) con el cuento en verso de EL CORREGIDOR Y LA MOLINERA o sea de EL MOLINERO Y LA CORREGIDORA que hoy ofrecemos nosotros al puacuteblico bajo el nombre maacutes trascendental y filosoacutefico (pues asiacute lo requiere la gravedad de estos tiempos) de EL SOMBRERO DE TRES PICOS

Recordamos por sentildeas que cuando el pastor nos dio tan buen rato las muchachas casaderas alliacute reunidas se pusieron muy coloradas de donde sus madres dedujeron que la historia era algo verde por lo cual pusieron ellas al pastor de oro y azul pero el pobre Repela (asiacute se llamaba el pastor) no se mordioacute la lengua y contestoacute diciendo que no habiacutea por queacute escandalizarse de aquel modo pues nada resultaba de su Relacioacuten que no supiesen

hasta las monjas y hasta las nintildeas de cuatro antildeos

ndashY si no vamos a verndashpreguntoacute el cabrerondash iquest queacute se saca en claro de la historia de EL CORREGIDOR Y LA MOLINERA iexclQue los casados duermen juntos y que a ninguacuten marido le acomoda que otro hombre duerma con su mujer iexclMe parece que la noticia ndashiexclPues es verdadndashrespondieron las madres oyendo las carcajadas de sus hijas

ndashLa prueba de que el tiacuteo Repela tiene razoacutenndashobservoacute en esto el padre del noviondash es que todos los chicos y grandes aquiacute presentes se han enterado ya de que esta noche asiacute que se acabe el baile Juanete y Manolita estrenaraacuten esa hermosa cama de matrimonio que la tiacutea Gabriela acaba de ensentildear a nuestras hijas para que admiren los bordados de los almohadones

ndashiexclHay maacutesndashdijo el abuelo de la noviandash hasta en el libro de la Doctrina y en los mismos Sermones se habla a los nintildeos de todas estas cosas tan naturales al ponerlos al corriente de la larga esterilidad de Nuestra Sentildeora Santa Ana de la virtud del casto Joseacute de la estratagema de Judit y de otros muchos milagros que no recuerdo ahora Por consiguiente sentildeores

ndashiexclNada nada tiacuteo Repelandashexclamaron valerosamente las muchachasndash iexclDiga usted otra vez su Relacioacuten que es muy divertida

ndashiexclY hasta muy decentendashcontinuoacute el abuelo Pues en ella no se aconseja a nadie que sea malo ni se le ensentildea a serlo ni queda sin castigo el que lo es

ndashiexclVaya repiacutetala ustedndashdijeron al fin consistorialmente las madres de familia

El tiacuteo Repela volvioacute entonces a recitar el Romance y considerado ya su texto por todos a la luz de aquella criacutetica tan ingenua hallaron que no habiacutea pero que ponerle lo cual equivale a decir que le concedieron las licencias necesarias

Andando los antildeos hemos oiacutedo muchas y muy diversas versiones de aquella misma aventura de EL MOLINERO Y LA CORREGIDORA siempre de labios de graciosos de aldea y de cortijo por el orden del ya difunto Repela y ademaacutes la hemos leiacutedo en letras de molde en diferentes Romances de ciego y hasta en el famoso Romancero del inolvidable don Agustiacuten Duraacuten

El fondo del asunto resulta ideacutentico tragicoacutemico zumboacuten y terriblemente epigramaacutetico como todas las lecciones dramaacuteticas de moral de que se enamora nuestro pueblo pero la forma el mecanismo accidental los procedimientos casuales difieren mucho muchiacutesimo del relato de nuestro pastor tanto que este no hubiera podido recitar en la Cortijada ninguna de dichas versiones ni aun aquellas que corren impresas sin que antes se tapasen los oiacutedos las muchachas en estado honesto o sin exponerse a que sus madres le sacaran los ojos iexclA tal punto han extremado y pervertido los groseros patanes de otras provincias el caso tradicional que tan sabroso discreto y pulcro resultaba en la versioacuten del claacutesico Repela

Hace pues mucho tiempo que concebimos el propoacutesito de restablecer la verdad de las cosas devolviendo a la peregrina historia de que se trata su primitivo caraacutecter que nunca dudamos fuera aquel en que saliera mejor librado el decoro Ni iquestcoacutemo dudarlo Esta clase de Relaciones al rodar por las manos del vulgo nunca se desnaturalizan para hacerse maacutes bellas delicadas y decentes sino para estropearse y percudirse al contacto de la

ordinariez y la chabacaneriacutea

Tal es la historia del presente libro Conque metaacutemonos ya en harina quiero decir demos comienzo a la Relacioacuten de EL CORREGIDOR Y LA MOLINERA no sin esperar de tu sano juicio (iexcloh respetable puacuteblico) que despueacutes de haberla leiacutedo y heacutechote maacutes cruces que si hubieras visto al demonio (como dijo Estebanillo Gonzaacutelez al principiar la suya) la tendraacutes por digna y merecedora de haber salido a luz Julio de 1874

I De cuando sucedio la cosa

Comenzaba este largo siglo que ya va de vencida No se sabe fijamente el antildeo solo consta que era despueacutes del de 4 y antes del de 8

Reinaba pues todaviacutea en Espantildea don Carlos IV de Borboacuten por la gracia de Dios seguacuten las monedas y por olvido o gracia especial de Bonaparte seguacuten los boletines franceses Los demaacutes soberanos europeos descendientes de Luis XIV habiacutean perdido ya la corona (y el Jefe de ellos la cabeza) en la deshecha borrasca que corriacutea esta envejecida parte del mundo desde 1789

Ni paraba aquiacute la singularidad de nuestra patria en aquellos tiempos El Soldado de la Revolucioacuten el hijo de un oscuro abogado corso el vencedor en Rivoli en las Piraacutemides en Marengo y en otras cien batallas acababa de centildeirse la corona de Carlo Magno y de transfigurar completamente la Europa creando y suprimiendo naciones borrando fronteras inventando dinastiacuteas y haciendo mudar de forma de nombre de sitio de costumbres y hasta de traje a los pueblos por donde pasaba en su corcel de guerra como un terremoto animado o como el Antecristo que le llamaban las Potencias del Norte Sin embargo nuestros padres (Dios los tenga en su santa Gloria) lejos de odiarlo o de temerle complaciacuteanse auacuten en ponderar sus descomunales hazantildeas como si se tratase del heacuteroe de un Libro de Caballeriacuteas o de cosas que sucediacutean en otro planeta sin que

ni por asomos recelasen que pensara nunca en venir por acaacute a intentar las atrocidades que habiacutea hecho en Francia Italia Alemania y otros paiacuteses Una vez por semana (y dos a lo sumo) llegaba el correo de Madrid a la mayor parte de las poblaciones importantes de la Peniacutensula llevando alguacuten nuacutemero de la Gaceta (que tampoco era diaria) y por ella sabiacutean las personas principales (suponiendo que la Gaceta hablase del particular) si existiacutea un Estado maacutes o menos allende el Pirineo si se habiacutea rentildeido otra batalla en que peleasen seis u ocho Reyes y Emperadores y si Napoleoacuten se hallaba en Milaacuten en Bruselas o en Varsovia Por lo demaacutes nuestros mayores seguiacutean viviendo a la antigua espantildeola sumamente despacio apegados a sus rancias costumbres en paz y en gracia de Dlos con su Inquisicioacuten y sus Frailes con su pintoresca desigualdad ante la Ley con sus privilegios fueros y exenciones personales con su carencia de toda libertad municipal o poliacutetica gobernados simultaacuteneamente por insignes Obispos y poderosos Corregidores (cuyas respectivas potestades no era muy faacutecil deslindar pues unos y otros se metiacutean en lo temporal y en lo eterno) y pagando diezmos primicias alcabalas subsidios mandas y limosnas forzosas rentas rentillas capitaciones tercias reales gabelas frutos civiles y hasta cincuenta tributos maacutes cuya nomenclatura no viene a cuento ahora

Y aquiacute termina todo lo que la presente historia tiene que ver con la militar y poliacutetica de aquella eacutepoca pues nuestro uacutenico objeto al referir lo que entonces sucediacutea en el mundo ha sido venir a parar a que el antildeo de que se trata (supongamos que el de 1805) imperaba todaviacutea en Espantildea el antiguo reacutegimen en todas las esferas de la vida puacuteblica y particular como si en medio de tantas novedades y trastornos el Pirineo se hubiese convertido en otra Muralla de la China

II De coacutemo viviacutea entonces la gente

En Andaluciacutea por ejemplo (pues precisamente acontecioacute en una ciudad de Andaluciacutea lo que vais a oiacuter) las personas de suposicioacuten continuaban levantaacutendose muy temprano yendo a la Catedral a Misa de prima aunque no fuese diacutea de precepto almorzando a las nueve un huevo frito y una jiacuteraca de chocolate con picatostes comiendo de una a dos de la tarde puchero y principio si habiacutea caza y si no puchero solo durmiendo la siesta despueacutes de comer paseando luego por el campo yendo al Rosario entre dos luces a su respectiva parroquia tomando otro chocolate a la Oracioacuten (eacuteste con bizcochos) asistiendo los muy encopetados a la tertulia del Corregidor del Deaacuten o del tiacutetulo que residiacutea en el pueblo retiraacutendose a casa a las Aacutenimas cerrando el portoacuten antes del toque de la queda cenando ensalada y guisado por antonomasia si no habiacutean entrado boquerones frescos y acostaacutendose incotinenti con su sentildeora (los que la teniacutean) no sin hacerse calentar primero la cama durante nueve meses del antildeo

iexclDichosiacutesimo tiempo aquel en que nuestra tierra seguiacutea en quieta y paciacutefica posesioacuten de todas las telarantildeas de todo el polvo de toda la polilla de todos los respetos de todas las creencias de todas las tradiciones de todos los usos y de todos los abusos santificados por los siglos iexclDichosiacutesimo tiempo aquel en que habiacutea en la sociedad humana variedad de clases de afectos y de costumbres iexclDichosiacutesimo tiempo digo para los

poetas especialmente que encontraban un entremeacutes un sainete una comedia un drama un auto sacramental o una epopeya detraacutes de cada esquina en vez de esta prosaica umformidad y desabrido realismo que nos legoacute al cabo la Revolucioacuten Francesa iexclDichosiacutesimo tiempo siacute

Pero esto es volver a las andadas Basta ya de generalidades y de circunloquios y entremos resueltamente en la historia del Sombrero de tres picos

III Do it des En aquel tiempo pues habiacutea cerca de la ciudad un famoso molino harinero (que ya no existe) situado como a un cuarto de legua de la poblacioacuten entre el pie de suave colina poblada de guindos y cerezos y una fertiliacutesima huerta que serviacutea de margen (y algunas veces de lecho) al titular intermitente y traicionero riacuteo

Por varias y diversas razones haciacutea ya alguacuten tiempo que aquel molino era el predilecto punto de llegada y descanso de los paseantes maacutes caracterizados de la mencionada ciudad Primeramente conduciacutea a eacutel un camino carretero menos intransitable que los restantes de aquellos contornos En segundo lugar delante del molino habiacutea una plazoletilla empedrada cubierta por un parral enorme debajo del cual se tomaba muy bien el fresco en el verano y el sol en el invierno merced a la alternada ida y venida de los paacutempanos En tercer lugar el Molinero era un hombre muy respetuoso muy discreto muy fino que teniacutea lo que se llama don de gentes y que obsequiaba a los sentildeores que soliacutean honrarlo con su tertulia vespertina ofrecieacutendoles lo que daba el tiempo ora habas verdes ora cerezas y guindas ora lechugas en rama y sin sazonar (que estaacuten muy buenas cuando se las acompantildea de macarros de pan de aceite macarros que se encargaban de enviar por delante sus sentildeoriacuteas) ora melones ora uvas de aquella misma parra que les serviacutea de dosel ora rosetas de maiz si era invierno y castantildeas asadas y almendras y nueces y de vez en cuando en las tardes friacuteas un trago de vino de pulso (dentro ya de la casa y al amor de la lumbre) a lo que por Pascuas se soliacutea antildeadir alguacuten pestintildeo alguacuten mantecado algun rosco o alguna lonja de jamoacuten alpujarrentildeo

ndashiquestTan rico era el Molinero o tan imprudentes sus tertulianosndashexclamareacuteis interrumpieacutendome

Ni lo uno ni lo otro El Molinero solo teniacutea un pasar y aquellos caballeros eran la delicadeza y el orgullo personificados Pero en unos tiempos en que se pagaban cincuenta y tantas contribuciones diferentes a la Iglesia y al Estado poco arriesgaba un ruacutestico de tan claras luces como aqueacutel en tenerse ganada la voluntad de Regidores Canoacutenigos Frailes Escribanos y demaacutes personas de campanillas Asiacute es que no faltaba quien dijese que el tiacuteo Lucas (tal era el nombre del Molinero) se ahorraba un dineral al antildeo a fuerza de agasajar a todo el mundo

ndash Vuestra Merced me va a dar una puertecilla vieja de la casa que ha derribado deciacuteale a uno Vuestra Sentildeoriacuteandashdeciacuteale a otrondashva a mandar que me rebajen el subsidido o la alcabala o la contribucioacuten de frutos-civiles Vuestra Reverencia me va a dejar coger en la huerta del Convento una poca hoja para mis gusanos de seda Vuestra Ilustriacutesima me va a dar permiso para traer una poca lentildea del monte X Vuestra Paternidad me va a poner dos letras para que me permitan cortar una poca de madera en el pinar H Es menester que me haga Usarceacute una escriturilla que no me cueste nada Este antildeo no puedo pagar el censo Espero que el pleito se falle a mi favor Hoy le he dado de bofetadas a uno y creo que debe ir a la caacutercel por haberme provocado iquestTendriacutea su Merced tal cosa de sobra iquestLe sirve a Usted de algo tal otra iquestMe puede prestar la mula iquestTiene ocupado mantildeana el carro iquestLe parece que enviacutee por el burro

Y estas canciones se repetiacutean a todas horas obteniendo siempre por contestacioacuten un generoso y desinteresado Como se pide

Conque ya veis que el tiacuteo Lucas no estaba en camino de arruinarse

IV Una mujer vista por fuera

La uacuteltima y acaso la maacutes poderosa razoacuten que teniacutea el seroriacuteo de la Ciudad para frecuentar por las tardes el molino del tiacuteo Lucas era que asiacute los cleacuterigos como los seglares empezando por el sentildeor Obispo y el sentildeor Corregidor podiacutean contemplar alliacute a sus anchas una de las obras maacutes bellas graciosas y admirables que hayan salido jamaacutes de las manos de Dios llamado entonces el Ser Supremo por Jovellanos y toda la escuela afrancesada de nuestro paiacutes

Esta obra se denominaba la sentildeaacute Frasquita

Empiezo por responderos de que la sentildeaacute Frasquita legiacutetima esposa del tiacuteo Lucas era una mujer de bien y de que asiacute lo sabiacutean todos los ilustres visitantes del molino Digo maacutes ninguno de eacutestos daba muestras de considerarla con ojos de varoacuten ni con trastienda pecaminosa Admiraacutebanla siacute y requebraacutebanla en ocasiones (delante de su marido por supuesto) lo mismo los frailes que los caballeros los canoacutenigos que los golillas como un prodigio de belleza que honraba a su Criador y

como una diablesa de travesura y coqueteriacutea que alegraba inocentemente los espiacuteritus maacutes melancoacutelicos Es un hermoso animal soliacutea decir el virtuosiacutesimo Prelado Es una estatua de la antiguumledad heleacutenica observaba un Abogado muy erudito Acadeacutemico correspondiente de la Historia Es la propia estampa de Eva prorrumpiacutea el Prior de los Franciscanos Es una real moza exclamaba el Coronel de milicias Es una sierpe una sirena iexclun demonio antildeadiacutea el Corregidor Pero es una buena mujer es un aacutengel es una criatura es una chiquilla de cuatro antildeos acababan por decir todos al regresar del molino atiborrados de uvas o de nueces en busca de sus teacutetricos y metoacutedicos hogares

La chiquilla de cuatro antildeos esto es la sentildeaacute Frasquita frisariacutea en los treinta Teniacutea maacutes de dos varas de estatura y era recia a proporcioacuten o quizaacute maacutes gruesa todaviacutea de lo correspondiente a su arrogante talla Pareciacutea una Niobe colosal y eso que no habiacutea tenido hijos pareciacutea un Heacutercules hembra pareciacutea una matrona romana de las que auacuten hay ejemplares en el Trastevere Pero lo maacutes notable en ella era la movilidad la ligereza la animacioacuten la gracia de su respetable mole Para ser una estatua como pretendiacutea el acadeacutemico le faltaba el reposo monumental Se cimbraba como un junco giraba como una veleta bailaba como una peonza Su rostro era maacutes movible todaviacutea y por lo tanto menos escultural Avivaacutebanlo donosamente hasta cinco hoyuelos dos en una mejilla otro en otra otro muy chico cerca de la comisura izquierda de sus rientes labios y el uacuteltimo muy grande en medio de su redonda barba Antildeadid a esto los picarescos mohines los graciosos guintildeos y las varias posturas de cabeza que amenizaban su conversacioacuten y formareacuteis idea de aquella cara llena de sal y de hermosura y radiante siempre de salud y alegriacutea

Ni la sentildeaacute Frasquita ni el tiacuteo Lucas eran andaluces ella era

navarra y eacutel murciano El habiacutea ido a la ciudad de a la edad de quince antildeos como medio paje medio criado del Obispo anterior al que entonces gobernaba aquella Iglesia Educaacutebalo su protector para cleacuterigo y tal vez con esta mira y para que no careciese de congrua dejoacutele en su testamento el molino pero el tiacuteo Lucas que a la muerte de Su Ilustriacutesima no estaba ordenado maacutes que de menores ahorcoacute los haacutebitos en aquel punto y hora y sentoacute plaza de soldado maacutes ganoso de ver mundo y correr aventuras que de decir Misa o de moler trigo En 1793 hizo la campantildea de los Pirineos Occidentales como Ordenanza del valiente General don Ventura Caro asistioacute al asalto de Castillo Pintildeoacuten y permanecioacute luego largo tiempo en las provincias del Norte donde tomoacute la licencia absoluta En Estella conocioacute a la sentildeaacute Frasquita que entonces soacutelo se llamaba Frasquita la enamoroacute se casoacute con ella y se la llevoacute a Andaluciacutea en busca de aquel molino que habiacutea de verlos tan paciacuteficos y dichosos durante el resto de su peregrinacioacuten por este valle de laacutegrimas y risas

La sentildeaacute Frasquita pues trasladada de Navarra a aquella soledad no habiacutea adquirido ninguacuten haacutebito andaluz y se diferenciaba mucho de las mujeres campesinas de los contornos Vestiacutea con maacutes sencillez desenfado y elegancia que ellas lavaba maacutes sus carnes y permitiacutea al sol y al aire acariciar sus arremangados brazos y su descubierta garganta Usaba hasta cierto punto el traje de las sentildeoras de aquella eacutepoca el traje de las mujeres de Goya el traje de la reina Mariacutea Luisa si no falda de medio paso falda de un paso solo sumamente corta que dejaba ver sus menudos pies y el arranque de su soberana pierna llevaba el escote redondo y bajo al estilo de Madrid donde se detuvo dos meses con su Lucas al trasladarse de Navarra a Andaluciacutea todo el pelo recogido en lo alto de la coronilla lo cual dejaba campear la gallardiacutea de su cabeza y de su cuello sendas arracadas en las diminutas orejas y muchas sortijas en los

afilados dedos de sus duras pero limpias manos Por uacuteltimo la voz de la sentildeaacute Frasquita teniacutea todos los tonos del maacutes extenso y melodioso instrumento y su carcajada era tan alegre y argentina que pareciacutea un repique de Saacutebado de Glorla

Retratemos ahora al tiacuteo Lucas

V Un hombre visto desde fuera

El tiacuteo Lucas era maacutes feo que Picio Lo habiacutea sido toda su vida y ya teniacutea cerca de cuarenta antildeos Sin embargo pocos hombres tan simpaacuteticos y agradables habraacute echado Dios al mundo Prendado de su viveza de su ingenio y de su gracia el difunto Obispo se lo pidioacute a sus padres que eran pastores no de almas sino de verdaderas ovejas Muerto Su Ilustriacutesima y dejado que hubo el mozo el Seminario por el Cuartel distinguioacutele entre todo su Ejeacutercito el General Caro y lo hizo su Ordenanza maacutes iacutentimo su verdadero criado de campantildea Cumplido en fin el empentildeo militar fuele tan faacutecil al tiacuteo Lucas rendir el corazoacuten de la sentildeaacute Frasquita como faacutecil le habiacutea sido captarse el aprecio del General y del Prelado La navarra que teniacutea a la sazoacuten veinte abriles y era el ojo derecho de todos los mozos de Estella algunos de ellos bastante ricos no pudo resistir a los continuos donaires a las chistosas ocurrencias a los ojillos de enamorado mono y a la bufona y constante sonrisa llena de malicia pero tambieacuten de dulzura de aquel murciano tan atrevido tan locuaz tan avisado tan dispuesto tan valiente y tan gracioso que acaboacute por trastornar el juicio no soacutelo a la codiciada beldad sino tambieacuten a su padre y a su madre

Lucas era en aquel entonces y seguiacutea siendo en la fecha a que nos referimos de pequentildea estatura (a los menos con relacioacuten a su mujer) un poco cargado de espaldas muy moreno barbilampintildeo narigoacuten orejudo y picado de viruelas En cambio su boca era regular y su dentadura inmejorable Dijeacuterase que soacutelo la corteza de aquel hombre era tosca y fea que tan pronto como

empezaba a penetrarse dentro de eacutel apareciacutean sus perfecciones y que estas perfecciones principiaban en los dientes Luego veniacutea la voz vibrante elaacutestica atractiva varonil y grave algunas veces dulce y melosa cuando pediacutea algo y siempre difiacutecil de resistir Llegaba despueacutes lo que aquella voz deciacutea todo oportuno discreto ingenioso persuasivo Y por uacuteltimo en el alma del tiacuteo Lucas habiacutea valor lealtad honradez sentido comuacuten deseo de saber y conocimientos instintivos o empiacutericos de muchas cosas profundo desdeacuten a los necios cualquiera que fuese su categoriacutea social y cierto espiacuteritu de ironiacutea de burla y de sarcasmo que le haciacutean pasar a los ojos del Acadeacutemico por un don Francisco de Quevedo en bruto

Tal era por dentro y por fuera el tiacuteo Lucas

VI Habilidades de los coacutenyuges

Amaba pues locamente la sentildeaacute Frasquita al tiacuteo Lucas y consideraacutebase la mujer maacutes feliz del mundo al verse adorada por eacutel No teniacutean hijos seguacuten que ya sabemos y habiacutease consagrado cada uno a cuidar y mimar al otro con esmero indecible pero sin que aquella tierna solicitud ostentase el caraacutecter sentimental y empalagoso por lo zalamero de casi todos los matrimonios sin sucesioacuten Al contrario trataacutebanse con una llaneza una alegriacutea una broma y una confianza semejantes a las de aquellos nintildeos camaradas de juegos y de diversiones que se quieren con toda el alma sin deciacuterselo jamaacutes ni darse a siacute mismos cuenta de lo que sienten iexclImposible que haya habido sobre la tierra molinero mejor peinado mejor vestido maacutes regalado en la mesa rodeado de maacutes comodidades en su casa que el tiacuteo Lucas iexclImposible que ninguna molinera ni ninguna reina haya sido objeto de tantas atenciones de tantos agasajos de tantas finezas como la sentildea Frasquita iexclImposible tambieacuten que ninguacuten molino haya encerrado tantas cosas necesarias uacutetiles agradables recreativas y hasta superfluas como el que va a servir de teatro a casi toda la presente historia Contribuiacutea mucho a ello que la sentildeaacute

Frasquita la pulcra hacendosa fuerte y saludable navarra sabiacutea queriacutea y podiacutea guisar coser bordar barrer hacer dulce lavar planchar blanquear la casa fregar el cobre amasar tejer hacer media cantar bailar tocar la guitarra y los palillos jugar a la brisca y al tute y otras muchiacutesimas cosas cuya relacioacuten fuera interminable Y contribuiacutea no menos al mismo resultado el que el tiacuteo Lucas sabiacutea queriacutea y podiacutea dirigir la molienda cultivar el campo cazar pescar trabajar de carpintero de herrero y de albantildeil ayudar a su mujer en todos los quehaceres de la casa leer escribir contar etc etc Y esto sin hacer mencioacuten de los ramos de lujo o sea de sus habilidades extraordinarias Por ejemplo el tiacuteo Lucas adoraba las flores (lo mismo que su mujer) y era floricultor tan consumado que habiacutea conseguido producir ejemplares nuevos por medio de laboriosas combinaciones Teniacutea algo de Ingeniero natural y lo habiacutea demostrado construyendo una presa un sifoacuten y un acueducto que triplicaron el agua del molino Habiacutea ensentildeado a bailar a un perro domesticado una culebra y hecho que un loro diese la hora por medio de gritos seguacuten las iba marcando un reloj de sol que el molinero habiacutea trazado en una pared de cuyas resultas el loro daba ya la hora con toda precisioacuten hasta en los diacuteas nublados y durante la noche Finalmente en el molino habiacutea una huerta que produciacutea toda clase de frutas y legumbres un estanque encerrado en una especie de quiosco de jazmines donde se bantildeaban en verano el tiacuteo Lucas y la sentildeaacute Frasquita un jardiacuten una estufa o invernadero para las plantas exoacuteticas una fuente de agua potable dos burras en que el matrimonio iba a la ciudad o a los pueblos de las cercaniacuteas gallinero palomar pajarera criadero de peces criadero de gusanos de seda colmenas cuyas abejas libaban en los jazmines jaraiacutez o lagar con su bodega correspondiente ambas cosas en miniatura horno telar fragua taller de carpinteriacutea etc etc todo ello reducido a una casa de ocho habitaciones y a dos fanegas de tierra y tasado en la cantidad de diez mil reales

VII El fondo de la felicidad

Adoraacutebanse siacute locamente el molinero y la molinera y auacuten se hubiera creiacutedo que ella lo queriacutea maacutes a eacutel que eacutel a ella no obstante ser eacutel tan feo y ella tan hermosa Diacutegolo porque la sentildeaacute Frasquita soliacutea tener celos y pedirle cuentas al tiacuteo Lucas cuando eacuteste tardaba mucho en regresar de la ciudad o de los pueblos adonde iba por grano mientras que el tiacuteo Lucas veiacutea hasta con gusto las atenciones de que era objeto la sentildeaacute Frasquita por parte de los sentildeores que frecuentaban el molino se ufanaba y regocijaba de que a todos les agradase tanto como a eacutel y aunque comprendiacutea que en el fondo del corazoacuten se la envidiaban algunos de ellos la codiciaban como simples mortales y hubieran dado cualquier cosa porque fuera menos mujer de bien la dejaba sola diacuteas enteros sin el menor cuidado y nunca le preguntaba luego queacute habiacutea hecho ni quieacuten habiacutea estado alliacute durante su ausencia

No consistiacutea aquello sin embargo en que el amor del tiacuteo Lucas fuese menos vivo que el de la sentildeaacute Frasquita Consistiacutea en que eacutel teniacutea maacutes confianza en la virtud de aqueacutella que ella en la de eacutel consistiacutea en que eacutel la aventajaba en penetracioacuten y sabiacutea

hasta queacute punto era amado y cuaacutento se respetaba su mujer a siacute misma y consistiacutea principalmente en que el tiacuteo Lucas era todo un hombre un hombre como el de Shakespeare de pocos e indivisibles sentimientos incapaz de dudas que creiacutea o moriacutea que amaba o mataba que no admitiacutea gradacioacuten ni traacutensito entre la suprema felicidad y el exterminio de su dicha

Era en fin un Otelo de Murcia con alpargatas y montera en el primer acto de una tragedia posible

Pero iquesta queacute estas notas luacutegubres en una tonadilla alegre iquestA queacute estos relaacutempagos fatiacutedicos en una atmoacutesfera tan serena iquestA queacute estas actitudes melodramaacuteticas en un cuadro de geacutenero

Vais a saberlo inmediatamente

VIII El hombre del sombrero de tres picos

Eran las dos de una tarde de octubre

El esquiloacuten de la catedral tocaba a viacutesperas lo cual equivale a decir que ya habiacutean comido todas las personas principales de la ciudad

Los canoacutenigos se dirigiacutean al Coro y los seglares a sus alcobas a dormir la siesta sobre todo aquellos que por razoacuten de oficio v gr las Autoridades habiacutean pasado la mantildeana entera trabajando

Era pues muy de extrantildear que a aquella hora impropia ademaacutes para dar un paseo pues todaviacutea haciacutea demasiado calor saliese de la ciudad a pie y seguido de un solo alguacil el ilustre sentildeor Corregidor de la misma a quien no podiacutea confundirse con ninguna otra persona ni de diacutea ni de noche asiacute por la enormidad de su sombrero de tres picos y por lo vistoso de su capa de grana como por lo particulariacutesimo de su grotesco donaire

De la capa de grana y del sombrero de tres picos son muchas todaviacutea las personas que pudieran hablar con pleno conocimiento de causa Nosotros entre ellas lo mismo que todos los nacidos en aquella ciudad en las postrimeriacuteas del reinado del sentildeor don Fernando VII recordamos haber visto colgados de un clavo uacutenico adorno de desmantelada pared en la ruinosa torre de la casa que habitoacute Su Sentildeoriacutea (torre destinada a la sazoacuten a los infantiles juegos de sus nietos) aquellas dos anticuadas prendas aquella capa y aquel sombrerondashel negro sombrero encima y la roja capa debajondash formando una especie de espectro del Absolutismo una especie de sudario del Corregidor una especie de caricatura retrospectiva de su poder pintada con carboacuten y almagre como tantas otras por los paacutervulos constitucionales de la de 1837 que alliacute nos reuniacuteamos una especie en fin de espanta-paacutejaros que en otro tiempo habiacutea sido espanta-hombres y que hoy me da miedo de haber contribuido a escarnecer paseaacutendolo por aquella histoacuterica ciudad en diacuteas de Carnestolendas en lo alto de un deshollinador o sirviendo de disfraz irrisorio al idiota que maacutes haciacutea reir a la plebe iexclPobre principio de autoridad iexclAsiacute te hemos puesto los mismos que hoy te invocamos tanto

En cuanto al indicado grotesco donaire del sentildeor Corregidor consistiacutea (dicen) en que era cargado de espaldas todaviacutea maacutes cargado de espaldas que el tiacuteo Lucas casi jorobado por decirlo de una vez de estatura menos que mediana endeblillo de mala salud con las piernas arqueadas y una manera de andar sui generis (balanceaacutendose de un lado a otro y de atraacutes hacia adelante) que soacutelo se puede describir con la absurda foacutermula de que pareciacutea cojo de los dos pies En cambio (antildeade la tradicioacuten) su rostro era regular aunque ya bastante arrugado por la falta absoluta de dientes y muelas moreno verdoso como el de casi todos los hijos de las Castillas con

grandes ojos oscuros en que relampagueaban la coacutelera el despotismo y la lujuria con finas y traviesas facciones que no teniacutean la expresioacuten del valor personal pero siacute la de una malicia artera capaz de todo y con cierto aire de satisfaccioacuten medio aristocraacutetico medio libertino que revelaba que aquel hombre habriacutea sido en su remota juventud muy agradable y acepto a las mujeres no obstante sus piernas y su joroba

Don Eugenio de Zuacutentildeiga y Ponce de Leoacuten (que asiacute se llamaba Su Sentildeoriacutea) habiacutea nacido en Madrid de familia ilustre frisariacutea a la sazoacuten en los cincuenta y cinco antildeos y llevaba cuatro de Corregidor en la ciudad de que tratamos donde se casoacute a poco de llegar con la principaliacutesima sentildeora que diremos maacutes adelante

Las medias de don Eugenio (uacutenica parte que ademaacutes de los zapatos dejaba ver de su vestido la extensiacutesima capa de grana) eran blancas y los zapatos negros con hebilla de oro Pero luego que el calor del campo lo obligoacute a desembozarse viacutedose que llevaba gran corbata de batista chupa de sarga de color de toacutertola muy festoneada de ramillos verdes bordados de realce calzoacuten corto negro de seda una enorme casaca de la misma estofa que la chupa espadiacuten con guarnicioacuten de acero bastoacuten con borlas y un respetable par de guantes (o quirotecas) de gamuza pajiza que no se poniacutea nunca y que empuntildeaba a guisa de cetro

El alguacil que seguiacutea veinte pasos de distancia al sentildeor Corregidor se llamaba Garduntildea y era la propia estampa de su nombre Flaco agiliacutesimo mirando adelante y atraacutes y a derecha e izquierda al propio tiempo que andaba de largo cuello de diminuto y repugnante rostro y con dos manos como dos manojos de disciplinas pareciacutea juntamente un huroacuten en busca de criminales la cuerda que habiacutea de atarlos y el instrumento destinado a su castigo

El primer Corregidor que le echoacute la vista encima le dijo sin maacutes informes Tuacute seraacutes mi verdadero alguacil Y ya lo habiacutea sido de cuatro Corregidores

Teniacutea cuarenta y ocho antildeos y llevaba sombrero de tres picos mucho maacutes pequentildeo que el de su sentildeor (pues repetimos que el de este era descomunal) capa negra como las medias y todo el traje bastoacuten sin borlas y una especie de asador por la espalda

Aquel espantajo negro pareciacutea la sombra de su vistoso amo

IX iexclArre burra Por donde quiera que pasaban el personaje y su apeacutendice los labradores dejaban sus faenas y se descubriacutean hasta los pies con maacutes miedo que respeto despueacutes de lo cual deciacutean en voz baja

ndashiexclTemprano va esta tarde el sentildeor Corregidor a ver a la sentildeaacute Frasquita

ndashiexclTemprano y solondashantildeadiacutean algunos acostumbrados a verlo siempre dar aquel paseo en compantildeiacutea de otras varias personas

ndashOye tuacute Manuel iquestpor queacute iraacute solo esta tarde el sentildeor Corregidor a ver a la navarrandashle preguntoacute una lugarentildea a su marido el cual la llevaba a grupas en la bestia

Y al mismo tiempo que la pregunta le hizo cosquillas por viacutea de retintiacuten

ndashiexclNo seas mal pensada Josefandashexclamoacute el buen hombrendash

La sentildeaacute Frasquita es incapaz

ndashNo digo lo contrario Pero el Corregidor no es por eso incapaz de estar enamorado de ella Yo he oiacutedo decir que de todos los que van a las francachelas del molino el uacutenico que lleva mal fin es ese madrilentildeo tan aficionado a faldas

ndashiquestY queacute sabes tuacute si es o no aficionado a faldasndashpreguntoacute a su vez el marido

ndashNo lo digo por miacute iexclYa se hubiera guardado por maacutes Corregidor que sea de decirme los ojos tienes negros

La que asiacute hablaba era fea en grado superlativo

ndashPues mira hija iexclallaacute ellosndashreplicoacute el llamado Manuelndash Yo no creo al tiacuteo Lucas hombre de consentir iexclBonito genio tiene el tiacuteo Lucas cuando se enfada

ndashPero en fin iexclsi ve que le convienendashantildeadioacute la tiacutea Josefa retorciendo el hocico

ndashEl tiacuteo Lucas es hombre de bienndashrepuso el lugarentildeondash y a un hombre de bien nunca pueden convenirle ciertas cosas

ndashPues entonces tienes razoacuten iexclAllaacute ellos iexclSi yo fuera la sentildeaacute Frasquita

ndashiexclArre burrandashgritoacute el marido para mudar de conversacioacuten

Y la burra salioacute al trote con lo que no pudo oiacuterse el resto del diaacutelogo

X Desde la parra Mientras asiacute discurrian los labriegos que saludaban al sentildeor Corregidor la sentildeaacute Frasquita regaba y barriacutea cuidadosamente la plazoletilla empedrada que serviacutea de atrio o compaacutes al molino y colocaba media docena de sillas debajo de lo maacutes espeso del emparrado en el cual estaba subido el tiacuteo Lucas cortando los mejores racimos y arreglaacutendolos artiacutesticamente en una cesta

ndashiexclPues siacute Frasquitandashdeciacutea el tiacuteo Lucas desde lo alto de la parrandash el sentildeor Corregidor estaacute enamorado de ti de muy mala manera

ndashYa te lo dije yo hace tiempondashcontestoacute la mujer del Nortendash Pero iexcldeacutejalo que pene iexclCuidado Lucas no te vayas a caer

ndashDescuida estoy bien agarrado tambieacuten le gustas mucho al sentildeor

ndashiexclMira iexclNo me des maacutes noticiasndashinterrumpioacute ellandash iexclDemasiado seacute yo a quieacuten le gusto y a quieacuten no le gusto iexclOjalaacute supiera del mismo modo por queacute no te gusto a ti

ndashiexclToma Porque eres muy fea ndashcontestoacute el tiacuteo Lucas

ndashPues oye iexclfea y todo soy capaz de subir a la parra y echarte de cabeza al suelo

ndashMaacutes faacutecil seriacutea que yo no te dejase bajar de la parra sin comerte viva

ndashiexclEso es iexclY cuando vinieran mis galanes y nos viesen ahiacute diriacutean que eacuteramos un mono y una mona

ndashY acertariacutean porque tuacute eres muy mona y muy rebonita y yo parezco un mono con esta joroba

ndashQue a miacute me gusta muchiacutesimo

ndashEntonces te gustaraacute maacutes la del Corregidor que es mayor que la miacutea

ndashiexclVamos iexclVamos sentildeor don Lucas iexclNo tenga usted tantos celos

ndashiquestCelos yo de ese viejo petate iexclAl contrario me alegro muchiacutesimo de que te quiera

ndashiquestPor queacute

ndashPorque en el pecado lleva la penitencia iexclTuacute no has de quererlo nunca y yo soy entre tanto el verdadero Corregidor de la ciudad

ndashiexclMiren el vanidoso Pues figuacuterate que llegase a quererlo

iexclCosas maacutes raras se ven en el mundo

ndashTampoco me dariacutea gran cuidado

ndashiquestPor queacute

ndashiexclPorque entonces tuacute no seriacuteas ya tuacute y no siendo tuacute quien eres o como yo creo que eres maldito lo que me importariacutea que te llevasen los demonios

ndashPues bien iquestqueacute hariacuteas en semejante caso

ndashiquestYo iexclMira lo que no seacute Porque como entonces yo seriacutea otro y no el que soy ahora no puedo figurarme lo que pensariacutea

ndashiquestY por queacute seriacuteas entonces otrondashinsistioacute valientemente la sentildeaacute Frasquita dejando de barrer y ponieacutendose en jarras para mirar hacia arriba

El tiacuteo Lucas se rascoacute la cabeza como si escarbara para sacar de ella alguna idea muy profunda hasta que al fin dijo con maacutes seriedad y pulidez que de costumbre

ndashSeriacutea otro porque yo soy ahora un hombre que cree en ti como en siacute mismo y que no tiene maacutes vida que esa fe De consiguiente al dejar de creer en ti me moririacutea o me convertiriacutea en un nuevo hombre viviriacutea de otro modo me pareceriacutea que acababa de nacer tendriacutea otras entrantildeas Ignoro pues lo que hariacutea entonces contigo Puede que me echara a reiacuter y te volviera la espalda Puede que ni siquiera te conociese Puede que Pero iexclvaya un gusto que tenemos en ponernos de mal humor sin necesidad iquestQueacute nos importa a nosotros que te quieran todos los

Corregidores del mundo iquestNo eres tuacute mi Frasquita

ndashiexclSi pedazo de baacuterbarondashcontestoacute la navarra riendo a maacutes no poderndash Yo soy tu Frasquita y tuacute eres mi Lucas de mi alma maacutes feo que el bu con maacutes talento que todos los hombres maacutes bueno que el pan y maacutes querido iexclAh lo que es eso de querido cuando bajes de la parra lo veraacutes iexclPrepaacuterate a llevar maacutes bofetadas y pellizcos que pelos tienes en la cabeza Pero iexclcalla iquestQueacute es lo que veo El sentildeor Corregidor viene por alli completamente solo iexclY tan tempranito Ese trae plan iexclPor lo visto tuacute teniacuteas razoacuten

ndashPues aguaacutentate y no le digas que estoy subido en la parra iexclEse viene a declararse a solas contigo creyendo pillarme durmiendo la siesta Quiero divertirme oyendo su explicacioacuten

Asiacute dijo el tiacuteo Lucas alargando la cesta a su mujer

ndashiexclNo estaacute mal pensadondashexclamoacute ella lanzando nuevas carcajadasndash iexclEl demonio del madrilentildeo iquestQueacute se habraacute creiacutedo que es un Corregidor para miacute Pero aquiacute llega Por cierto que Garduntildea que lo seguiacutea a alguna distancia se ha sentado en la ramblilla a la sombra iexclQueacute majaderiacutea Ocuacuteltate tuacute bien entre los paacutempanos que nos vamos a reiacuter maacutes de lo que te figuras

Y dicho esto la hermosa navarra rompioacute a cantar el fandango que ya le era tan familiar como las canciones de su tierra

XI El bombardeo de Pamplona

ndashD ios te guarde Frasquitandashdijo el Corregidor a media voz apareciendo bajo el emparrado y andando de puntillas

ndashiexclTanto bueno sentildeor Corregidorndashrespondioacute ella en voz natural hacieacutendole mil reverenciasndash iexclUsiacutea por aquiacute a estas horas iexclY con el calor que hace iexclVaya sieacutentese Su Sentildeoriacutea Esto estaacute fresquito iquestCoacutemo no ha aguardado Su Sentildeoriacutea a los demaacutes sentildeores Aquiacute tienen ya preparados sus asientos Esta tarde esperamos al sentildeor Obispo en persona que le ha prometido a mi Lucas venir a probar las primeras uvas de la parra iquestY coacutemo lo pasa Su Sentildeoriacutea iquestCoacutemo estaacute la Sentildeora

El Corregidor se habiacutea turbado La ansiada soledad en que encontraba a la sentildeaacute Frasquita le pareciacutea un suentildeo o un lazo que le tendiacutea la enemiga suerte para hacerle caer en el abismo de un desengantildeo Limitoacutese pues a contestar

ndashNo es tan temprano como dices Seraacuten las tres y media El loro dio en aquel momento un chillido

ndashSon las dos y cuartondashdijo la navarra mirando de hito en hito al madrilentildeo

Este calloacute como reo convicto que renuncia a la defensa

ndashiquestY Lucas iquestDuermendashpreguntoacute al cabo de un rato

(Debemos advertir aquiacute que el Corregidor lo mismo que todos los que no tienen dientes hablaba con una pronunciacioacuten floja y sibilante como si se estuviese comiendo sus propios labios)

ndashiexclDe segurondashcontestoacute la sentildea Frasquitandash En llegando estas horas se queda dormido donde primero le coge aunque sea en el borde de un precipicio

ndashPues mira iexcldeacutejalo dormirndashexclamoacute el viejo Corregidor ponieacutendose maacutes paacutelido de lo que ya erandash Y tuacute mi querida Frasquita escuacutechame oye ven acaacute iexclSieacutentate aquiacute a mi lado Tengo muchas cosas que decirte

ndashYa estoy sentadandashrespondioacute la Molinera agarrando una silla baja y plantaacutendola delante del Corregidor a cortiacutesima distancia de la suya

Sentado que se hubo Frasquita echoacute una pierna sobre la otra inclinoacute el cuerpo hacia adelante apoyoacute un codo sobre la rodilla cabalgadora y la fresca y hermosa cara en una de sus manos y asiacute con la cabeza un poco ladeada la sonrisa en los labios los cinco hoyos en actividad y las serenas pupilas

clavadas en el Corregidor aguardoacute la declaracioacuten de Su Sentildeoriacutea Hubiera podido comparaacutersela con Pamplona esperando un bombardeo

El pobre hombre fue a hablar y se quedoacute con la boca abierta embelesado ante aquella grandiosa hermosura ante aquella esplendidez de gracias ante aquella formidable mujer de alabastrino color de lujosas carnes de limpia y riente boca de azules e insondables ojos que pareciacutea creada por el pincel de Rubens

ndashiexclFrasquitandashmurmuroacute al fin el delegado del Rey con acento desfallecido mientras que su marchito rostro cubierto de sudor destacaacutendose sobre su joroba expresaba una inmensa angustiandash iexclFrasquita

ndashiexclMe llamondashcontestoacute la hija de los Pirineosndash iquestY queacute

ndashLo que tuacute quierasndashrepuso el viejo con una ternura sin liacutemites

ndashPues lo que yo quierondashdijo la Molinerandash ya lo sabe Usiacutea Lo que yo quiero es que Usiacutea nombre Secretario del Ayuntamiento de la Ciudad a un sobrino miacuteo que tengo en Estella y que asiacute podraacute venirse de aquellas montantildeas donde estaacute pasando muchos apuros

ndashTe he dicho Frasquita que eso es imposible El Secretario actual

ndashiexclEs un ladroacuten un borracho y un bestia

ndashYa lo seacute Pero tiene buenas aldabas entre los Regidores

Perpetuos y yo no puedo nombrar otro sin acuerdo del Cabildo De lo contrarlo me expongo

ndashiexclMe expongo iexclMe expongo iquestA que no nos expondriacuteamos por Vuestra Sentildeoriacutea hasta los gatos de esta casa

ndashiquestMe querriacuteas a este precio ndashtartamudeoacute el Corregidor

ndashNo sentildeor que lo quiero a Usiacutea de balde

ndashiexclMujer no me des tratamiento Haacuteblame de usted o como se te antoje iquestConque vas a quererme Di

ndashiquestNo le digo a usted que lo quiero ya

ndashNo hay pero que valga iexclVeraacute usted queacute guapo y queacute hombre de bien es mi sobrino

ndashiexclTuacute siacute que eres guapa Frascuela

ndashiquestLe gusto a usted

ndashiexclQue si me gustas iexclNo hay mujer como tuacute

ndashPues mire usted Aquiacute no hay nada postizondashcontesto la sentildea Frasquita acabando de arrollar la manga de su juboacuten y mostrando al Corregidor el resto de su brazo digno de una cariaacutetide y maacutes blanco que una azucena

ndashiexclQue si me gustasndashprosiguioacute el Corregidorndash iexclDe diacutea de noche a todas horas en todas partes solo pienso en ti

ndashiexclPues queacute iquestNo le gusta a usted la sentildeora Corregidora

ndashpreguntoacute la sehaacute Frasquita con tan mal fingida compasioacuten que hubiera hecho reiacuter a un hipocondriacuteacondash iexclQueacute laacutestima Mi Lucas me ha dicho que tuvo el gusto de verla y de hablarle cuando fue a componerle a usted el reloj de la alcoba y que es muy guapa muy buena y de un trato muy carintildeoso

ndashiexclNo tanto iexclNo tantondashmurmuroacute el Corregidor con cierta amargura

ndashEn cambio otros me han dichondashprosiguioacute la Molinerandashque tiene muy mal genio que es muy celosa y que usted le tiembla maacutes que a una vara verde

ndashiexclNo tanto mujerndashrepitioacute don Eugenio de Zuacutentildeiga y Ponce de Leoacuten ponieacutendose coloradondash iexclNi tanto ni tan poco La Sentildeora tiene sus maniacuteas es cierto mas de ello a hacerme temblar hay mucha diferencia iexclYo soy el Corregidor

ndashPero en fin iquestla quiere usted o no la quiere

ndashTe direacute Yo la quiero mucho o por mejor decir la queriacutea antes de conocerte Pero desde que te vi no seacute lo que me pasa y ella misma conoce que me pasa algo Baacutestete saber que hoy tomarle por ejemplo la cara a mi mujer me hace la misma operacioacuten que si me la tomara a miacute propio iexclYa ves que no puedo quererla maacutes sin sentir menos iexclMientras que por coger esa mano ese brazo esa cara esa cintura dariacutea lo que no tengo

Y hablando asiacute el Corregidor tratoacute de apoderarse del brazo desnudo que la sentildeaacute Frasquita le estaba refregando materialmente por los ojos pero eacutesta sin descomponerse extendioacute la mano tocoacute el pecho de Su Sentildeoriacutea con la paciacutefica violencia e incontrastable rigidez de la trompa de un elefante y

lo tiroacute de espaldas con silla y todo

ndashiexclAve Maria Puriacutesimandashexclamoacute entonces la navarra rieacutendose a maacutes no poderndash Por lo visto esa silla estaba rota

ndashiquestQueacute pasa ahiacutendashexclamoacute en esto el tiacuteo Lucas asomando su feo rostro entre los paacutempanos de la parra

El Corregidor estaba todaviacutea en el suelo boca arriba y miraba con un terror indecible a aquel hombre que apareciacutea en los aires boca abajo

Hubieacuterase dicho que Su Sentildeoriacutea era el Diablo vencido no por San Miguel sino por otro Demonio del infierno

ndashiquestQueacute ha de pasarndashse apresuroacute a responder la sentildeaacute Frasquitandash iexclQue el sentildeor Corregidor puso la silla en vago fue a mecerse y se ha caiacutedo

ndashiexclJesuacutes Maria y Joseacutendashexclamoacute a su vez el Molinerondash iquestY se ha hecho dantildeo Su Sentildeoriacutea iquestQuiere un poco de agua y vinagre

ndashiexclNo me he hecho nadandashdijo el Corregidor levantaacutendose como pudo

Y luego antildeadioacute por lo bajo pero de modo que pudiera oiacuterlo la sentildeaacute Frasquita

ndashiexclMe la pagareacuteis

ndashPues en cambio Su Sentildeoriacutea me ha salvado a miacute la vidandashrepuso el tiacuteo Lucas sin moverse de lo alto de la parrandash

Figuacuterate mujer que estaba yo aquiacute sentado contemplando las uvas cuando me quedeacute dormido sobre una red de sarmientos y palos que dejaban claros suficientes para que pasase mi cuerpo Por consiguiente si la caida de Su Sentildeoriacutea no me hubiese despertado tan a tiempo esta tarde me habriacutea yo roto la cabeza contra esas piedras

ndashConque si iquesteh ndashreplicoacute el Corregidorndash Pues iexclvaya hombre me alegro iexclTe digo que me alegro mucho de haberme caiacutedo

ndashiexclMe la pagaraacutesndashagregoacute en seguida dirigieacutendose a la Molinera

Y pronuncioacute estas palabras con tal expresioacuten de reconcentrada furia que la sentildeaacute Frasquita se puso triste

Veiacutea claramente que el Corregidor se asustoacute al principio creyendo que el Molinero lo habiacutea oiacutedo todo pero que persuadido ya de que no habiacutea oiacutedo nada (pues la calma y el disimulo del tiacuteo Lucas hubieran engantildeado al maacutes lince) empezaba a abandonarse a toda su iracundia y a concebir planes de venganza

ndashiexclVamos iexclBaacutejate ya de ahiacute y ayuacutedame a limpiar a Su Sentildeoriacutea que se ha puesto perdido de polvondashexclamoacute entonces la Molinera

Y mientras el tio Lucas bajaba diacutejole ella al Corregidor daacutendole golpes con el delantal en la chupa y alguno que otro en las orejas

ndashEl pobre no ha oiacutedo nada Estaba dormido como un

tronco Maacutes que estas frases la circunstancia de haber sido dichas en voz baja afectando complicidad y secreto produjo un efecto maravilloso

ndashiexclPicara iexclProtervandashbalbuceoacute don Eugenio de Zuacutentildeiga con la boca hecha un agua pero gruntildeendo todaviacutea

ndashiquestMe guardaraacute Usiacutea rencorndashreplicoacute la navarra zalameramente

Viendo el Corregidor que la severidad le daba buenos resultados intentoacute mirar a la sentildeaacute Frasquita con mucha rabia pero se encontroacute con su tentadora risa y sus divinos ojos en los cuales brillaba la caricia de una suacuteplica y derritieacutendosele la gacha en el acto le dijo con un acento baboso y silbante en que se descubriacutea maacutes que nunca la ausencia total de dientes y muelas

ndashiexclDe ti depende amor miacuteo

En aquel momento se descolgoacute de la parra el tiacuteo Lucas

XII Diezmos y primicias

Repuesto el Corregidor en su silla la Molinera dirigioacute una raacutepida mirada a su esposo y viole no soacutelo tan sosegado como siempre sino reventando de ganas de reiacuter por resultas de aquella ocurrencia cambioacute con eacutel desde lejos un beso tirado aprovechando el primer descuido de don Eugenio y diacutejole en fin a este con una voz de sirena que le hubiera envidiado Cleopatra

ndashiexclAhora va Su Sentildeoriacutea a probar mis uvas Entonces fue de ver a la hermosa navarra (y asiacute la pintaria yo si tuviese el pincel de Tiziano) plantada enfrente del embelesado Corregidor fresca magniacutefica incitante con sus nobles formas con su angosto vestido con su elevada etatura con sus desnudos brazos levantados sobre la cabeza y con un transpaente racimo en cada mano dicieacutendole entre una sonrisa irresistible y una mirada suplicante en que titilaba el miedo

ndashTodaviacutea no las ha probado el sentildeor Obispo Son las primeras que se cogen este antildeo

Pareciacutea una gigantesca Pomona brindando frutos a un dios campestre a un saacutetiro v gr

En esto aparecioacute al extremo de la plazoleta empedrada el venerable Obispo de la dioacutecesis acompantildeado del abogado acadeacutemico y de dos canoacutenigos de avanzada edad y seguido de su secretario de dos familiares y de dos pajes Detuacutevose un rato Su Ilustriacutesima a contemplar aquel cuadro tan coacutemico y tan bello hasta que por uacuteltimo dijo con el reposado acento propio de los prelados de entonces

ndashEl quinto pagar diezmos y primicias a la Iglesia de Dios nos ensentildea la doctrina cristiana pero usted sentildeor Corregidor no se contenta con administrar el diezmo sino que tambieacuten trata de comerse las primicias

ndashiexclEl sentildeor Obispondashexclamaron los Molineros dejando al Corregidor y corriendo a besar el anillo al prelado

ndashiexclDios se lo pague a Su Ilustriacutesima por venir a honrar esta pobre chozandashdijo el tiacuteo Lucas besando el primero y con acento de muy sincera veneracioacuten

ndashiexclQueacute sentildeor Obispo tengo tan hermosondashexclamoacute la sentildeaacute Frasquita besando despueacutesndashiexclDios lo bendiga y me lo conserve maacutes antildeos que le conservoacute el suyo a mi Lucas

ndashiexclNo seacute queacute falta puedo hacerte cuando tuacute me echas las bendiciones en vez de pediacutermelasndashcontestoacute rieacutendose el bondadoso pastor

Y extendiendo dos dedos bendijo a la sentildeaacute Frasquita y despueacutes a los demaacutes circunstantes

ndashiexclAquiacute tiene Usiacutea Ilustriacutesima las primiciasndashdijo el Corregidor tomando un racimo de manos de la Molinera y presentaacutendoselo corteacutesmente al Obispondash Todaviacutea no habiacutea yo probado las uvas

El Corregidor pronuncioacute estas palabras dirigiendo de paso una raacutepida y ciacutenica mirada a la espleacutendida hermosura de la Molinera

ndashiexclPues no seraacute porque esteacuten verdes como las de la faacutebulandashobservoacute el acadeacutemico

ndashLas de la faacutebulandashexpuso el Obispo no estaban verdes sentildeor licenciado sino fuera del alcance de la zorra

Ni el uno ni el otro habiacutean querido acaso aludir al Corregidor pero ambas frases fueron casualmente tan adecuadas a lo que acababa de suceder alliacute que don Eugenio de Zuacutentildeiga se puso liacutevido de coacutelera y dijo besando el anillo del prelado

ndashiexclEso es llamarme zorro Sentildeor Ilustriacutesimo

ndashTu dixistindashreplicoacute eacuteste con la amable severidad de un santo como diz que lo era en efectondash Excusatio non petita accusatio manifesta Qualis vir talis oratio Pero satis am dictum nullus ultra sit sermo O lo que es lo mismo dejeacutemonos de latines y veamos estas famosas uvas

Y picoacute una sola vez en el racimo que le presentaba el Corregidor

ndashiexclEstaacuten muy buenasndashexclamoacute mirando aquella uva al trasluz y alargaacutendosela en seguida a su secretariondash iexclLaacutestima que

a miacute me sienten mal

El secretario contemploacute tambieacuten la uva hizo un gesto de cortesana admiracioacuten y la entregoacute a uno de los familiares

El familiar repitioacute la accioacuten del Obispo y el gesto del secretario propasaacutendose hasta oler la uva y luego Ia colocoacute en la cesta con escrupuloso cuidado no sin decir en voz baja a la concurrencia

ndashSu Ilustriacutesima ayuna

El tiacuteo Lucas que habiacutea seguido la uva con la vista la cogioacute entonces disimuladamente y se la comioacute sin que nadie lo viera

Despueacutes de esto sentaacuteronse todos habloacutese de la otontildeada (que seguiacutea siendo muy seca no obstante haber pasado el cordonazo de San Francisco) discurrioacutese algo sobre la probabilidad de una nueva guerra entre Napoleoacuten y el Austria insistiose en la creencia de que las tropas imperiales no invadiriacutean nunca el territorio espantildeol quejoacutese el abogado de lo revuelto y calamitoso de aquella eacutepoca envidiando los tranquilos tiempos de sus padres (como sus padres habriacutean envidiado los de sus abuelos) dio las cinco el loro y a una sentildea del reverendo Obispo el menor de los pajes fue al coche episcopal (que se habiacutea quedado en la misma ramblilla que el alguacil) y volvioacute con una magniacutefica torta sobada de pan de aceite polvoreada de sal que apenas hariacutea una hora habiacutea salido del horno colocoacutese una mesilla en medio del concurso descuartizoacutese la torta se dio su parte correspondiente sin embargo de que se resistieron mucho al tiacuteo Lucas y a la sentildeaacute Frasquita y una igualdad verdaderamente democraacutetica reinoacute durante media hora bajo aquellos paacutempanos que filtraban los uacuteltimos resplandores del sol poniente

XIII Le dijo el grajo al cuervo

Hora y media despueacutes todos los ilustres compantildeeros de merienda estaban de vuelta en la ciudad

El sentildeor Obispo y su familia habiacutean llegado con bastante anticipacioacuten gracias al coche y hallaacutebanse ya en palacio donde los dejaremos rezando sus devociones

El insigne abogado (que era muy seco) y los dos canoacutenigos (a cuaacutel maacutes grueso y respetable) acompantildearon al Corregidor hasta la puerta del Ayuntamiento (donde Su Sentildeoriacutea dijo tener que trabajar) y tomaron luego el camino de sus respectivas casas guiaacutendose por las estrellas como los navegantes o sorteando a tientas las esquinas como los ciegos pues ya habiacutea cerrado la noche aun no habiacutea salido la luna y el alumbrado puacuteblico (lo mismo que las demaacutes luces de este siglo) todaviacutea estaba alliacute en la mente divina

En cambio no era raro ver discurrir por algunas calles tal o cual linterna o farolillo con que respetuoso servidor alumbraba a

sus magniacuteficos amos quienes se dirigiacutean a la habitual tertulia o de visita a casa de sus parientes

Cerca de casi todas las rejas bajas se veiacutea (o se olfateaba por mejor decir) un silencioso bulto negro Eran galanes que al sentir pasos habiacutean dejado por un momento de pelar la pava

ndashiexclSomos unos calaverasndashiban diciendo el abogado y los dos canoacutenigosndash Queacute pensaraacuten en nuestras casas al vernos llegar a estas horas

ndashPues iquestqueacute diraacuten los que nos encuentren en la calle de este modo a las siete y pico de la noche como unos bandoleros amparados de las tinieblas

ndashHay que mejorar de conducta

ndashiexclAh Siacute iexclPero ese dichoso molino

ndashMi mujer lo tiene sentado en la boca del estoacutemagondashdijo el acadeacutemico con un tono en que se trasluciacutea mucho miedo a la proacutexima pelotera conyugal

ndashiquestPues y mi sobrinandashexclamoacute uno de los canoacutenigos que por cierto era Penitenciariondash Mi sobrina dice que los sacerdotes no deben visitar comadres

ndashY sin embargondashinterrumpioacute su compantildeero que era Magistralndash lo que alliacute pasa no puede ser maacutes inocente

ndashiexclToma iexclComo que va el mismiacutesimo Obispo

ndashY luego sentildeores iexcla nuestra edadndashrepuso el

Penitenciariondash Yo he cumplido ayer los setenta y cinco

ndashiexclEs clarondashreplicoacute el Maglstralndash Pero hablemos de otra cosa iexclqueacute guapa estaba esta tarde la sentildea Frasquita

ndashiexclOh lo que es eso como guapa es guapandashdijo el Abogado afectando imparcialidad

ndashMuy guapandashrepitioacute el Penitenciario dentro del embozo ndashY si nondashantildeadioacute el predicador de Oficiondash que se lo pregunten al Corregidor

ndashiexclEl pobre hombre estaacute enamorado de ella

ndashiexclYa lo creondashexclamoacute el confesor de la catedral

ndashiexclDe segurondashagregoacute el acadeacutemico correspondientendash Conque sentildeores yo tomo por aquiacute para llegar antes a casa iexclMuy buenas noches

ndashBuenas nochesndashle contestaron los capitulares

Y anduvieron algunos pasos en silencio

ndashiexclTambieacuten le gusta a ese la Molinerandashmurmuroacute entonces el Magistral daacutendole con el codo al Penitenciario

ndashiexclComo si lo vierandashrespondioacute este paraacutendose a la puerta de su casandash iexclY que bruto es Conque hasta mantildeana compantildeero Que le sienten a usted muy bien las uvas

ndashHasta mantildeana si Dios quiere Que pase usted muy buena noche

ndashiexclBuenas noches nos deacute Diosndashrezoacute el Penitenciario ya desde el portal que por maacutes sentildeas teniacutea farol y Virgen

Y llamoacute a la aldaba

Una vez solo en la calle el otro canoacutenigo (que era maacutes ancho que alto y que pareciacutea que rodaba al andar) siguioacute avanzando lentamente hacia su casa pero antes de llegar a ella cometioacute contra una pared cierta falta que en el porvenir habiacutea de ser objeto de un bando de policiacutea y dijo al mismo tiempo pensando sin duda en su cofrade de Coro

ndashiexclTambieacuten te gusta a ti la sentildeaacute Frasquita iexclY la verdad esndashantildeadioacute al cabo de un momentondashque como guapa es guapa

XIV Los consejos de Garduntildea

Entre tanto el Corregidor habiacutea subido al Ayuntamiento acompantildeado de Garduntildea con quien manteniacutea haciacutea rato en el saloacuten de sesiones una conversacion maacutes familiar de lo correspondiente a persona de su calidad y oficio

ndashiexclCrea Usiacutea a un perro perdiguero que conoce la cazandashdeciacutea el innoble alguacilndash La sentildeaacute Frasquita estaacute perdidamente enamorada de Usiacutea y todo lo que Usiacutea acaba de contarme contribuye a haceacutermelo ver maacutes claro que esa luz

Y sentildealaba un veloacuten de Lucena que apenas si esclareciacutea la octava parte del saloacuten

ndashiexclNo estoy yo tan seguro como tuacute Garduntildeandashcontestoacute don Eugenio suspirando laacutenguidamente

ndashiexclPues no seacute por queacute Y si no hablemos con franqueza Usiacutea dicho sea con perdoacuten tiene una tacha en su cuerpo iquest No

es verdad

ndashiexclBien siacutendashrepuso el Corregidorndash Pero esa tacha la tiene tambieacuten el tiacuteo Lucas iexclEl es maacutes jorobado que yo

ndashiexclMucho maacutes iexclMuchiacutesimo maacutes iexclsin comparacioacuten de ninguna especie Pero en cambio y es a lo que iba Usiacutea tiene una cara de muy buen ver lo que se dice una bella cara mientras que el tiacuteo Lucas se parece al sargento Utrera que reventoacute de feo

El Corregidor sonrioacute con cierta ufaniacutea

ndashAdemaacutesndashprosiguioacute el alguacilndash la sentildeaacute Frasquita es capaz de tirarse por una ventana con tal de agarrar el nombramiento de su sobrino

ndashiexclHasta ahiacute estamos de acuerdo iexclEse nombramiento es mi uacutenica esperanza

ndashiexclPues manos a la obra sentildeor Ya le he explicado a Usiacutea mi plan iexclNo hay maacutes que ponerlo en ejecucioacuten esta misma noche

ndashiexclTe he dicho muchas veces que no necesito consejosndashgritoacute don Eugenio acordaacutendose de pronto de que hablaba con un inferior

ndashCreiacute que Usiacutea me los habiacutea pedidondashbalbuceoacute Garduntildea

ndashiexclNo me repliques

Garduntildea saludoacute

ndashiquestConque deciacuteasndashprosiguioacute el de Zuacutentildeiga volviendo a amansarsendashque esta misma noche puede arreglarse todo eso Pues iexclmira hijo me parece muy bien iexclQueacute diablos iexclAsiacute saldreacute pronto de esta cruel incertidumbre

Garduntildea guardoacute silencio El Corregidor se dirigioacute al bufete y escribioacute algunas liacuteneas en un pliego de papel sellado que selloacute tambieacuten por su parte guardaacutendolo luego en la faltriquera

ndashiexclYa estaacute hecho el nombramiento del sobrinondashdijo entonces tomando un polvo de rapeacutendash iexclMantildeana me las compondreacute yo con los regidores y o lo ratifican con un acuerdo o habraacute la de San Quintiacuten iquestNo te parece que hago bien

ndashiexclEso iexclesondashexclamoacute Garduntildea entusiasmado metiendo la zarpa en la caja del Corregidor y arrebataacutendole un polvondash iexclEso iexcleso El antecesor de Usiacutea no se paraba tampoco en barras Cierta vez

ndashiexclDeacutejate de bachilleriacuteasndashrepuso el Corregidor sacudieacutendole una guantada en la ratera manondash Mi antecesor era una bestia cuando te tuvo de alguacil Pero vamos a lo que importa Acabas de decirme que el molino del tiacuteo Lucas pertenece al teacutermino del lugarcillo inmediato y no al de esta poblacioacuten iquest Estaacutes seguro de ello

ndashiexclSeguriacutesimo La jurisdiccioacuten de la ciudad acaba en la ramblilla donde yo me senteacute esta tarde a esperar que Vuestra Sentildeoriacutea iexclVoto a Lucifer iexclSi yo hubiera estado en su caso

ndashiexclBastandashgritoacute don Eugeniondash iexclEres un insolente

Y cogiendo media cuartilla de papel escribioacute una esquela cerroacutela doblaacutendole un pico y se la entregoacute a Garduntildea

ndashAhiacute tienesndashle dijo al mismo tiempondashla carta que me has pedido para el alcalde del lugar Tuacute le explicaraacutes de palabra todo lo que tiene que hacer iexclYa ves que sigo tu plan al pie de la letra iexclDesgraciado de ti si me metes en un callejoacuten sin salida

ndashiexclNo hay cuidado contestoacute Garduntildeandash El sentildeor Juan Loacutepez tiene mucho que temer y en cuanto vea la firma de Usiacutea haraacute todo lo que yo le mande iexclLo menos le debe mil fanegas de grano al Poacutesito Real y otro tanto al Poacutesito Piacuteo Esto uacuteltimo contra toda ley pues no es ninguna viuda ni ninguacuten labrador pobre para recibir el trigo sin abonar creces ni recargo sino un jugador un borracho y un sinverguumlenza muy amigo de faldas que trae escandalizado al pueblecillo iexclY aquel hombre ejerce autoridad iexclAsiacute anda el mundo

ndashiexclTe he dicho que calles iexclMe estaacutes distrayendondashbramoacute el Corregidorndash Conque vamos al asuntondashantildeadioacute luego mudando de tonondash Son las siete y cuarto Lo primero que tienes que hacer es ir a casa y advertirle a la Sentildeora que no me espere a cenar ni a dormir Dile que esta noche me estareacute trabajando aquiacute hasta la hora de la queda y que despueacutes saldreacute de ronda secreta contigo a ver si atrapamos a ciertos malhechores En fin engaacutentildeala bien para que se acueste descuidada De camino dile al otro alguacil que me traiga la cena iexclYo no me atrevo a parecer esta noche delante de la Sentildeora pues me conoce tanto que es capaz de leer en mis pensamientos Encaacutergale a la cocinera que ponga unos pestintildeos de los que se hicieron hoy y dile a Juanete que sin que lo vea nadie me alargue de la taberna medio cuartillo de vino blanco En seguida te marchas al lugar donde puedes hallarte muy blen a las ocho

ndashiexclA las ocho en punto estoy alliacutendashexclamoacute Garduntildea

ndashiexclNo me contradigasndashrugioacute el Corregidor acordaacutendose otra vez de que lo era

Garduntildea saludoacute

ndashHemos dichondashcontinuoacute aqueacutel humanizaacutendose de nuevondashque a las ocho en punto estaacutes en el lugar Del lugar al molino habraacute Yo creo que habraacute una media legua

ndashCorta

ndashiexclNo me interrumpas

El alguacil volvioacute a saludar

ndashCortandashprosiguioacute el Corregidorndash Por consiguiente a las diez iquestCrees tuacute que a las diez

ndashiexclAntes de las diez iexclA las nueve y media puede Usiacutea llamar descuidado a la puerta del molino

ndashiexclHombre iexclNo me digas a miacute lo que tengo que hacer Por supuesto que tuacute estaraacutes

ndashYo estareacute en todas partes Pero mi cuartel general seraacute la ramblilla iexclAh se me olvidaba Vaya Usiacutea a pie y no lleve linterna

ndashiexclMaldita la falta que me haciacutean tampoco esos consejos iquestSi creeraacutes tuacute que es la primera vez que salgo a campantildea

ndashPerdone Usiacutea iexclAh Otra cosa No llame Usiacutea a la puerta grande que da a la plazoleta del emparrado sino a la puertecilla que hay encima del caz

ndashiquestEncima del caz hay otra puerta iexclMira tuacute una cosa que nunca se me hubiera ocurrido

ndashSiacute sentildeor la puertecilla del caz da al mismiacutesimo dormitorio de los Molineros y el tiacuteo Lucas no entra ni sale nunca por ella De forma que aunque volviese pronto

ndashComprendo comprendo iexclNo me aturdas maacutes los oiacutedos

ndashPor uacuteltimo procure Usiacutea escurrir el bulto antes del amanecer Ahora amanece a las seis

ndashiexclMira otro consejo inuacutetil A las cinco estareacute de vuelta en mi casa Pero bastante hemos hablado ya iexclQuiacutetate de mi presencia

ndashPues entonces sentildeor iexclbuena suertendashexclamoacute el alguacil alargando lateralmente la mano al Corregidor y mirando al techo al mismo tiempo

El Corregidor puso en aquella mano una peseta y Garduntildea desaparecioacute como por ensalmo

ndashiexclPor vida de ndashmurmuroacute el viejo al cabo de un instantendash iexclSe me ha olvidado decirle a ese bachillero que me trajesen tambieacuten una baraja iexclCon ella me hubiera entretenido hasta las nueve y media viendo si me saliacutea aquel solitario

XV Despedida en prosa Seriacutean las nueve de aquella misma noche cuando el tiacuteo Lucas y la sentildeaacute Frasquita terminadas todas las haciendas del molino y de la casa se cenaron una fuente de ensalada de escarola una libreja de carne guisada con tomates y algunas uvas de las que quedaban en la consabida cesta todo ello rociado con un poco de vino y con grandes risotadas a costa del Corregidor despueacutes de lo cual miraacuteronse afablemente los dos esposos como muy contentos de Dios y de siacute mismos y se dijeron entre un par de bostezos que revelaban toda la paz y tranqulhdad de sus corazones

ndashPues sentildeor vamos a acostarnos y mantildeana seraacute otro diacutea

En aquel momento sonaron dos fuertes y ejecutivos golpes aplicados a la puerta grande del molino

El marido y la mujer se miraron sobresaltados

Era la primera vez que oiacutean llamar a su puerta a semejante hora

ndashVoy a verndashdijo la intreacutepida navarra encaminaacutendose hacia la plazoletilla

ndashiexclQuita iexclEso me toca a miacutendashexclamoacute el tiacuteo Lucas con tal dignidad que la sentildeaacute Frasquita le cedioacute el pasondash iexclTe he dicho que no salgasndashantildeadioacute luego con dureza viendo que la obstinada Molinera queriacutea seguirle

Eacutesta obedecioacute y se quedoacute dentro de la casa

ndashiquestQuieacuten esndashpreguntoacute el tiacuteo Lucas desde en medio de la plazoleta

ndashiexclLa Justiciandashcontestoacute una voz al otro lado del portoacuten

ndashiquestQueacute Justicia

ndashLa del lugar iexclAbra usted al sentildeor Alcalde

El tiacuteo Lucas habiacutea aplicado entre tanto un ojo a cierta mirilla muy disimulada que teniacutea el portoacuten y reconocido a la luz de la luna al ruacutestico Alguacil del lugar inmedlato

ndashiexclDiraacutes que le abra al borrachoacuten del Alguacilndashrepuso el Molinero retirando la tranca

ndashiexclEs lo mismondashcontestoacute el de afuerandash pues que traigo una orden escrita de su Merced Tenga usted muy buenas noches tiacuteo Lucasndashagregoacute luego entre tanto y con voz menos oficial maacutes baja y maacutes gorda como si ya fuera otro hombre

ndashiexclDios te guarde Tontildeuelondashrespondioacute el murcianondash Veamos queacute orden es esa iexclY bien podiacutea el sentildeor Juan Loacutepez

escoger otra hora mas oportuna de dirigirse a los hombres de bien Por supuesto que la culpa seraacute tuya iexclComo si lo viera te has estado emborrachando en las huertas del camino iquestQuieres un trago

ndashNo sentildeor no hay tiempo para nada Tiene usted que seguirme inmediatamente Lea usted la orden

ndashiquestCoacutemo seguirtendashexclamoacute el tiacuteo Lucas penetrando en el molino despueacutes de tomar el papelndash iexclA ver Frasquita alumbra

La sentildeaacute Frasquita soltoacute una cosa que teniacutea en la mano y descolgoacute el candil El tiacuteo Lucas miroacute raacutepidamente al objeto que habiacutea soltado su mujer y reconocioacute su bocacha o sea un enorme trabuco que calzaba balas de a media libra

El Molinero dirigioacute entonces a la navarra una mirada llena de gratitud y ternura y le dijo tomaacutendole la cara

ndashiexclCuaacutento vales

La sentildeaacute Frasquita paacutelida y serena como una estatua de maacutermol levantoacute el candil cogido con dos dedos sin que el maacutes leve temblor agitase su pulso y contestoacute secamente

ndashiexclVaya lee

La orden deciacutea

Para el mejor servicio de S M el Rey Nuestro Sentildeor (Q D G) prevengo a Lucas Fernaacutendez molinero de estos vecinos que tan luego como reciba la presente orden comparezca ante mi autoridad sin excusa ni pretexto alguno advirtieacutendole que por

ser asunto reservado no lo pondraacute en conocimiento de nadie todo ello bajo las penas correspondientes caso de desobediencia El Alcalde JUAN LOacutePEZ

Y habiacutea una cruz en vez de ruacutebrica

ndashOye tuacute iquestY queacute es estondashle preguntoacute el tiacuteo Lucas al Alguacilndash iquestA queacute viene esta orden

ndashNo lo seacutendashcontestoacute el ruacutestico hombre de unos treinta antildeos cuyo rostro esquinado y avieso propio de ladroacuten o de asesino daba muy triste idea de su sinceridadndash Creo que se trata de averiguar algo de brujeriacutea o de moneda falsa Pero la cosa no va con usted Lo llaman como testigo o como perito En fin yo no me he enterado bien del particular El sentildeorJuan Loacutepez se lo explicaraacute a usted con maacutes pelos y sentildeales

ndashiexclCorrientendashexclamoacute el Molinerondash Dile que ireacute mantildeana

ndashiexclCa no sentildeor Tiene usted que venir ahora mismo sin perder un minuto Tal es la orden que me ha dado el sentildeor Alcalde

Hubo un instante de silencio Los ojos de la sentildeaacute Frasquita echaban llamas

El tiacuteo Lucas no separaba los suyos del suelo como si buscara alguna cosa

ndashMe concederaacutes cuando menosndashexclamoacute al fin levantando la cabezandashel tiempo preciso para ir a la cuadra y aparejar una burra

ndashiexclQueacute burra ni queacute demontrendashreplicoacute el Alguacil iexclCualquiera se anda a pie media legua La noche estaacute muy hermosa y hace luna

ndashYa he visto que ha salido Pero yo tengo los pies hinchados

ndashPues entonces no perdamos tiempo Yo le ayudareacute a usted a aparejar

ndashiexclHola iexclHola iquestTemes que me escape

ndashYo no temo nada tiacuteo Lucasndashrespondioacute Tontildeuelo con la frialdad de un desalmadondash Yo soy la Justicia

Y hablando asiacute descansoacute armas con lo que dejoacute ver el retaco que llevaba debajo del capote

ndashPues mira Tontildeuelondashdijo la Molinerandash Ya que vas a la cuadra a ejercer tu verdadero oficio hazme el favor de aparejar tambieacuten la otra burra

ndashiquest Para queacutendashinterrogoacute el Molinero

ndashiexclPara miacute Yo voy con vosotros

ndashiexclNo puede ser sentildeaacute Frasquitandashobjetoacute el Alguacilndash Tengo orden de llevarme a su marido de usted nada maacutes y de impedir que usted lo siga En ello me van el destino y el pescuezo Asiacute me lo advirtioacute el sentildeorJuan Loacutepez Conque vamos tiacuteo Lucas Y se dirigioacute hacia la puerta

ndashiexclCosa maacutes rarandashdijo a media voz el murciano sin

moverse

ndashiexclMuy rarandashcontestoacute la sentildeaacute Frasquita

ndashEsto es algo que yo me seacutendashcontinuoacute murmurando el tiacuteo Lucas de modo que no pudiese oiacuterlo Tontildeuelo

ndashiquestQuieres que vaya yo a la ciudadndashcuchicheoacute la navarrandashy le deacute aviso al Corregidor de lo que nos sucede

ndashiexclNondashrespondioacute en alta voz el tiacuteo Lucasndash iexclEso no

ndashiquest Pues queacute quieres que hagandashdijo la Molinera con gran iacutempetu

ndashQue me miresndashrespondioacute el antiguo soldado

Los dos esposos se miraron en silencio y quedaron tan satisfechos ambos de la tranquilidad la resolucioacuten y la energiacutea que se comunicaron sus almas que acabaron por encogerse de hombros y reiacuterse

Despueacutes de esto el tiacuteo Lucas encendioacute otro candil y se dirigioacute a la cuadra diciendo al paso a Tontildeuelo con socarroneriacutea

ndashiexclVaya hombre iexclVen y ayuacutedame supuesto que eres tan amable

Tontildeuelo lo siguioacute canturriando una copla entre dientes

Pocos minutos despueacutes el tiacuteo Lucas saliacutea del molino caballero en una hermosa jumenta y seguido del Alguacil

La despedida de los esposos se habiacutea reducido a lo siguiente

ndashCierra bienndashdijo el tiacuteo Lucas

ndashEmboacutezate que hace frescondashdijo la sentildeaacute Frasquita cerrando con llave tranca y cerrojo

Y no hubo maacutes adioacutes ni maacutes beso ni maacutes abrazo ni maacutes mirada

iquestPara queacute

XVI Un ave de mal aguumlero

Sigamos por nuestra parte al tiacuteo Lucas

Ya habiacutean andado un cuarto de legua sin hablar palabra el Molinero subido en la borrica y el Alguacil arreaacutendola con su bastoacuten de autoridad cuando divisaron delante de siacute en lo alto de un repecho que haciacutea el camino la sombra de un enorme pajarraco que se dirigiacutea hacia ellos

Aquella sombra se destacoacute eneacutergicamente sobre el cielo esclarecido por la luna dibujaacutendose en eacutel con tanta precisioacuten que el Molinero exclamoacute en el acto

ndashTontildeuelo iexclaquel es Garduntildea con su sombrero de tres picos y sus patas de alambre

Mas antes de que contestara el interpelado la sombra deseosa sin duda de eludir aquel encuentro habiacutea dejado el camino y echado a correr a campo traviesa con la velocidad de

una verdadera garduntildea

ndashNo veo a nadiendashrespondioacute entonces Tontildeuelo con la mayor naturalidad

ndashNi yo tampocondashreplicoacute el tiacuteo Lucas comieacutendose la partida

Y la sospecha que ya se le ocurrioacute en el molino principioacute a adquirir cuerpo y consistencia en el espiacuteritu receloso del jorobado

ndashEste viaje miacuteondashdiacutejose interiormentendashes una estratagema amorosa del Corregidor La declaracioacuten que le oiacute esta tarde desde lo alto del emparrado me demuestra que el vejete rnadrilentildeo no puede esperar maacutes Indudablemente esta noche va a volver de visita al molino y por eso ha principiado quitaacutendome de en medio Pero iquestqueacute importa iexclFrasquita es Frasquita y no abriraacute la puerta aunque le peguen fuego a la casa Digo maacutes aunque la abriese aunque el Corregidor lograse por medio de cualquier ardid sorprender a mi excelente navarra el piacutecaro viejo saldriacutea con las manos en la cabeza iexclFrasquita es Frasquita Sin embargondashantildeadioacute al cabo de un momentondash iexclbueno seraacute volverme esta noche a casa lo maacutes temprano que pueda

Llegaron con esto al lugar el tiacuteo Lucas y el Alguacil dirigieacutendose a casa del sentildeor Alcalde

XVII Un alcalde de monterilla

El sentildeor Juan Loacutepez que como particular y como Alcalde era la tiraniacutea la ferocidad y el orgullo personificados (cuando trataba con sus interiores) dignaacutebase sin embargo a aquellas horas despueacutes de despachar los asuntos oficiales y los de su labranza y de pegarle a su mujer su cotidiana paliza beberse un caacutentaro de vino en compantildeiacutea del secretario y del sacristaacuten operacioacuten que iba maacutes de mediada aquella noche cuando el Molinero comparecioacute en su presencia

ndashiexclHola tiacuteo Lucasndashle dijo rascaacutendose la cabeza para excitar en ella la vena de los embustesndash iquestCoacutemo va de salud iexclA ver secretario eacutechele usted un vaso de vino al tiacuteo Lucas iquestY la sentildea Frasquita iquestSe conserva tan guapa iexclYa hace mucho tiempo que no la he visto Pero hombre iexclqueacute bien que sale ahora la molienda iexclEl pan de centeno parece de trigo candeal Conque vaya Sieacutentese usted y descanse que gracias a Dios no tenemos prisa

ndashiexclPor mi parte maldita aquellandashcontestoacute el tiacuteo Lucas que

hasta entonces no habiacutea despegado los labios pero cuyas sospechas eran cada vez mayores al ver el amistoso recibimiento que se le haciacutea despueacutes de una orden tan terrible y apremiante

ndashPues entonces tiacuteo Lucasndashcontinuoacute el alcaldendash supuesto que no tiene usted gran prisa dormiraacute usted acaacute esta noche y mantildeana temprano despacharemos nuestro asuntillo

ndashMe parece bienndashrespondioacute el tiacuteo Lucas con una ironiacutea y un disimulo que nada teniacutean que envidiar a la diplomacio del sentildeor Juan Loacutepezndash Supuesto que la cosa no es urgente pasareacute la noche fuera de mi casa

ndashNi urgente ni de peligro para ustedndashantildeadioacute el Alcalde engantildeado por aquel a quien creiacutea engantildearndash Puede usted estar completamente tranquilo Oye tuacute Tontildeuelo Alarga esa media fanega para que se siente el tiacuteo Lucas

ndashEntonces iexclvenga otro tragondashexclamoacute el Molinero sentaacutendose

ndashiexclVenga de ahiacutendashrepuso el Alcalde alargaacutendole el vaso lleno

ndashEstaacute en buena mano Meacutedielo usted

ndashiexclPues por su saludndashdijo el sentildeor Juan Loacutepez bebieacutendose la mitad

ndashPor la de usted sentildeor Alcaldendashreplicoacute el tiacuteo Lucas apurando la otra

ndashiexclA ver Manuelandashgritoacute entonces el Alcalde de monterillandash

Dile a tu ama que el tiacuteo Lucas se queda a dormir aquiacute Que le ponga una cabecera en el granero

ndashiexclCa No iexclDe ningun modo Yo duermo en el pajar como un rey

ndashMire usted que tenemos cabeceras

ndashiexclYa lo creo Pero iquesta queacute quiere usted incomodar a la familia Yo traigo mi capote

ndashPues sentildeor como usted guste iexclManuela dile a tu ama que no la ponga

ndashLo que siacute va usted a permitirmendashcontinuoacute el tiacuteo Lucas bostezando de un modo atrozndashes que me acueste en seguida Anoche he tenido mucha molienda y no ha pegado todaviacutea los ojos

ndashiexclConcedidondashrespondioacute majestuosamente el AlcaldendashPuede usted recogerse cuando quiera

ndashCreo que tambieacuten es hora de que nos recojamos nosotrosndashdijo el sacristaacuten asomaacutendose al caacutentaro de vino para graduar lo que quedabandash Ya deben de ser las diez o poco menos

ndashLas diez menos cuartillondashnotificoacute el secretario despueacutes de repartir en los vasos el resto del vino correspondiente a aquella noche

ndashiexclPues a dormir caballerosndashexclamoacute el anfitrioacuten apurando su parte

ndashHasta mariana sentildeoresndashantildeadioacute el Molinero bebieacutendose la suya

ndashEspere usted que le alumbren iexclTontildeuelo Lleva al tiacuteo Lucas al pajar

ndashiexclPor aquiacute tiacuteo Lucasndashdijo Tontildeuelo llevaacutendose tambieacuten el caacutentaro por si le quedaban algunas gotas

ndashHasta mantildeana si Dlos quierendashagregoacute el sacristaacuten despueacutes de escurrir todos los vasos

Y se marchoacute tambaleaacutendose y cantando alegremente el De profundis

ndashPues sentildeorndashdiacutejole el Alcalde al Secretario cuando se quedaron solosndash El tiacuteo Lucas no ha sospechado nada Nos podemos acostar descansadamente y iexclbuena pro le haga al Corregidor

XVIII Donde se veraacute que el tiacuteo Lucas teniacutea el suentildeo muy ligero

Cinco minutos despueacutes un hombre se descolgaba por la ventana del pajar del sentildeor Alcalde ventana que daba a un corraloacuten y que no distariacutea cuatro varas del suelo

En el corraloacuten habiacutea un cobertizo sobre una gran pesebrera a la cual hallaacutebanse atadas seis u ocho caballleriacuteas de diversa alcurnia bien que todas ellas del sexo deacutebil Los caballos mulos y burros del sexo fuerte formaban rancho aparte en otro local contiguo

El hombre desatoacute una borrica que por cierto estaba aparejada y se encaminoacute llevaacutendola del diestro hacia la puerta del corral retiroacute la tranca y desechoacute el cerrojo que la aseguraban abrioacutela con mucho tiento y se encontroacute en medio del campo

Una vez alliacute montoacute en la borrica metioacutele los talones y salioacute como una flecha con direccioacuten a la ciudad mas no por el carril ordinario sino atravesando siembras y cantildeadas como quien se precave contra alguacuten mal encuentro

Era el tiacuteo Lucas que se dirigiacutea a su molino

XIX Voces clamantes in desertogt

ndashiexclAlcaldes a miacute que soy de Archenandashiba dicieacutendose el murcianondash iexclMantildeana por la mantildeana pasareacute a ver al sentildeor Obispo como medida preventiva y le contareacute todo lo que me ha ocurrido esta noche iexclLlamarme con tanta prisa y reserva y a hora tan desusada decirme que venga solo hablarme del servicio del Rey y de moneda falsa y de brujas y de duendes para echarme luego dos vasos de vino y mandarme a dormir iexclLa cosa no puede ser maacutes clara Garduntildea trajo al lugar esas instrucciones de parte del Corregidor y esta es la hora en que el Corregidor estaraacute ya en campantildea contra mi mujer iexclQuieacuten sabe si me lo encontrareacute llamando a la puerta del molino iexclQuieacuten sabe si me lo encontrareacute ya dentro iexclQuieacuten sabe Pero iquestqueacute voy a decir iexclDudar de mi navarra iexclOh esto es ofender a Dios iexclImposible que ella iexclImposible que mi Frasquita iexclImposible Mas iquestqueacute estoy diciendo iquestAcaso hay algo imposible en el mundo iquestNo se casoacute conmigo siendo ella tan hermosa y yo tan feoiquest

Y al hacer esta uacuteltima reflexioacuten el pobre jorobado se echoacute a llorar

Entonces paroacute la burra para serenarse se enjugoacute las laacutegrimas suspiroacute hondamente sacoacute los aviacuteos de fumar picoacute y lioacute un cigarro de tabaco negro empuntildeoacute luego pedernar yesca y eslaboacuten y al cabo de algunos golpes consiguioacute encender candela

En aquel mismo momento sintioacute rumor de pasos hacia el camino que distariacutea de alliacute unas trescientas varas

ndashiexclQueacute imprudente soyndashdijondashiexclSi me andaraacute buscando ya la Justicia y yo me habreacute vendido al echar estas yescas

Escondioacute pues la lumbre y se apeoacute ocultaacutendose detraacutes de la borrica

Pero la borrica entendioacute las cosas de diferente modo y lanzoacute un rebuzno de satlsfaccioacuten

ndash-iexclMaldita seasndashexclamoacute el tiacuteo Lucas tratando de cerrarle la boca con las manos

Al propio tiempo resonoacute otro rebuzno en el camino por viacutea de galante respuesta

ndashiexclEstamos aviadosndashprosiguioacute pensando el Molinerondash iexclBien dice el refraacuten el mayor mal de los males es tratar con animales

Y asiacute discurriendo volvioacute a montar arreoacute la bestia y salioacute disparado en direccioacuten contraria al sitio en que habiacutea sonado el segundo rebuzno

Y lo maacutes particular fue que la persona que iba en el jumento interlocutor debioacute de asustarse del tiacuteo Lucas tanto como el tiacuteo

Lucas se habiacutea asustado de ella Lo digo porque apartoacutese tambieacuten del camino recelando sin duda que fuese un alguacil o un malhechor pagado por don Eugenio y salioacute a escape por los sembrados de la otra banda

El murciano entre tanto continuoacute cavilando de este modo

ndashiexclQueacute noche iexclQueacute mundo iexclQueacute vida la miacutea desde hace una hora iexclAlguaciles metidos a alcahuetes alcaldes que conspiran contra mi honra burros que rebuznan cuando no es menester y aquiacute en mi pecho un miserable corazoacuten que se ha atrevido a dudar de la mujer maacutes noble que Dios ha criado iexclOh Dios miacuteo Dios miacuteo iexclHaz que llegue pronto a mi casa y que encuentre alliacute a mi Frasquita

Siguioacute caminando el tiacuteo Lucas atravesando siembras y matorrales hasta que al fin a eso de las once de la noche llegoacute sin novedad a la puerta grande del molino iexclCondenacioacuten iexclLa puerta del molino estaba abierta

XX La duda y la realidad Estaba abierta iexcly eacutel al marcharse habia oiacutedo a su mujer cerrarla con llave tranca y cerrojo

Por consiguiente nadie maacutes que su propia mujer habia podido abrirla

Pero iquestcoacutemo iquestcuaacutendo iquestpor queacute iquestDe resultas de un engantildeo iquestA consecuencia de una orden iquestO bien deliberada y voluntariamente en virtud de previo acuerdo con el Corregidor iquestQueacute iba a ver iquestQueacute iba a saber iquestQueacute le aguardaba dentro de su casa iquestSe habiacutea fugado la sentildeaacute Frasquita iquestSe la habriacutean robado iquestEstariacutea muerta iquestO estariacutea en brazos de su rival

ndashEl Corregidor contaba con que yo no podriacutea venir en toda la nochendashse dijo luacutegubremente el tiacuteo Lucasndash El Alcalde del lugar tendriacutea orden hasta de encadenarme antes que permitirme volver iquestSabiacutea todo esto Frasquita iquestEstaba en el complot iquestO ha sido viacutectima de un engantildeo de una violencia de una infamia

No empleoacute maacutes tiempo el sin ventura en hacer todas estas crueles reflexiones que el que tardoacute en atravesar la plazoletilla

del emparrado

Tambieacuten estaba abierta la puerta de la casa cuyo primer aposento (como en todas las viviendas ruacutesticas) era la cocina

Dentro de la cocina no habiacutea nadie

Sin embargo una enorme fogata ardiacutea en la chimenea iexclchimenea que eacutel dejoacute apagada y que no se encendia nunca hasta muy entrado el mes de diciembre

Por uacuteltimo de uno de los ganchos de la espetera pendiacutea un candil encendido

iquestQueacute significaba todo aquello iquestY coacutemo se compadeciacutea semejante aparato de vigilia y de sociedad con el silencio de muerte que reinaba en la casa

iquestQueacute habia sido de su mujer

Entonces y soacutelo entonces reparoacute el tiacuteo Lucas en unas ropas que habiacutea colgadas en los espaldares de dos o tres sillas puestas alrededor de la chimenea

Fijoacute la vista en aquellas ropas y lanzoacute un rugido intenso que se le quedoacute atravesado en la garganta convertido en sollozo mudo y sofocante

Creyoacute el infortunado que se ahogaba y se llevoacute las manos al cuello mientras que liacutevido convulso con los ojos desencajados contemplaba aquella vestimenta poseiacutedo de tanto horror como el reo en capilla a quien le presentan la hopa

Porque lo que alliacute veiacutea era la capa de grana el sombrero de tres picos la casaca y la chupa de color de toacutertola el calzoacuten de seda negra las medias blancas los zapatos con hebilla y hasta el bastoacuten el espadiacuten y los guantes del execrable Corregidor iexclLo que alliacute veiacutea era la ropa de su ignominia la mortaja de su honra el sudario de su ventura

El terrible trabuco seguiacutea en el mismo rincoacuten en que dos horas antes lo dejoacute la navarra

El tiacuteo Lucas dio un salto de tigre y se apoderoacute de eacutel Sondeoacute el cantildeoacuten con la baqueta y vio que estaba cargado Miroacute la piedra y halloacute que estaba en su lugar

Volvioacutese entonces hacia la escalera que conduciacutea a la caacutemara en que habiacutea dormido tantos antildeos con la sentildeaacute Frasquita y murmuroacute sordamente

ndashiexclAlliacute estaacuten

Avanzoacute pues un paso en aquella direccioacuten pero en seguida se detuvo para mirar en torno de siacute y ver si alguien lo estaba observando

ndashiexclNadiendashdijo mentalmentendash iexclSolo Dios y eacutese ha querido esto

Confirmada asiacute la sentencia fue a dar otro paso cuando su errante mirada distinguioacute un pliego que habiacutea sobre la mesa

Verlo y haber caiacutedo sobre eacutel y tenerlo entre sus garras fue todo cosa de un segundo

iexclAquel papel era el nombramiento del sobrino de la sentildeaacute Frasquita firmado por don Eugenio de Zuacutentildeiga y Ponce de Leoacuten

ndashiexclEste ha sido el precio de la ventandashpensoacute el tiacuteo Lucas metieacutendose el papel en la boca para sofocar sus gritos y dar alimento a su rabiandash iexclSiempre receleacute que quisiera a su familia maacutes que a miacute iexclAh iexclNo hemos tenido hijos iexclHe aquiacute la causa de todo

Y el infortunado estuvo a punto de volver a llorar

Pero luego se enfurecioacute nuevamente y dijo con un ademaacuten terrible ya que no con la voz

ndashiexclArriba iexclArriba

Y empezoacute a subir la escalera andando a gatas con una mano llevando el trabuco en la otra y con el papel infame entre los dientes

En corroboracioacuten de sus loacutegicas sospechas al llegar a la puerta del dormitorio (que estaba cerrada) vio que saliacutean algunos rayos de luz por las junturas de las tablas y por el ojo de la llave

ndashiexclAquiacute estaacutenndashvolvioacute a decir

Y se paroacute un instante como para pasar aquel nuevo trago de amargura

Luego continuoacute subiendo hasta llegar a la puerta misma del dormitorio

Dentro de eacutel no se oiacutea ninguacuten ruido

ndashiexclSi no hubiera nadiendashle dijo tiacutemidamente la esperanza

Pero en aquel mismo instante el infeliz oyoacute toser dentro del cuarto

iexclEra la tos medio asmaacutetica del Corregidor

iexclNo cabiacutea duda iexclNo habiacutea tabla de salvacioacuten en aquel naufragio

El Molinero sonrioacute en las tinieblas de un modo horroroso iquestCoacutemo no brillan en la oscuridad semejantes relaacutempagos iquestQueacute es todo el fuego de las tormentas comparado con el que arde a veces en el corazoacuten del hornbre

Sin embargo el tiacuteo Lucas (tal era su alma como ya dijimos en otro lugar) principioacute a tranquilizarse no bien oyoacute la tos de su enemigo

La realidad le haciacutea menos dantildeo que la duda Seguacuten le anuncioacute eacutel mismo aquella tarde a la sentildeaacute Frasquita desde el punto y hora en que perdiacutea la uacutenica fe que era vida de su alma empezaba a convertirse en un hombre nuevo

Semejante al moro de Veneciandashcon quien ya lo comparamos al describir su caraacutecterndash el desengantildeo mataba en eacutel de un solo golpe todo el amor transfigurando de paso la iacutendole de su espiacuteritu y hacieacutendole ver el mundo como una regioacuten extrantildea a que acabara de llegar La uacutenica diferencia consistiacutea en que el tiacuteo Lucas era por idiosincrasia menos traacutegico menos austero y maacutes egoista que el insensato sacrificador de Desdeacutemona

iexclCosa rara pero propia de tales situaciones La duda o sea la esperanzandashque para el caso es lo mismondash volvioacute todaviacutea a mortificarle un momento

ndashiexclSi me hubiera equivocadondashpensoacutendash iexclSi la tos hubiese sido de Frasquita

En la tribulacioacuten de su infortunio olvidaacutebasele que habiacutea visto las ropas del Corregidor cerca de la chimenea que habiacutea encontrado abierta la puerta del molino que habiacutea leiacutedo la credencial de su infamia

Agachoacutese pues y miroacute por el ojo de la llave temblando de incertidumbre y de zozobra

El rayo visual no alcanzaba a descubrir maacutes que un pequentildeo triaacutengulo de cama por la parte del cabecero iexclPero precisamente en aquel pequentildeo triaacutengulo se veiacutea un extremo de las almohadas y sobre las almohadas la cabeza del Corregidor

Otra risa diaboacutelica contrajo el rostro del Molinero

Dijeacuterase que volviacutea a ser feliz

ndashiexclSoy duentildeo de la verdad iexclMeditemosndashmurmuroacute irguieacutendose tranquilamente

Y volvioacute a bajar la escalera con el mismo tiernpo que empleoacute para subirla

ndashEl asunto es delicado Necesito reflexionar Tengo tiempo de sobra para todondashiba pensando mientras bajaba

Llegado que hubo a la cocina sentoacutese en medio de ella y ocultoacute la frente entre las manos

Asiacute permanecioacute mucho tiempo hasta que le despertoacute de su meditacioacuten un leve golpe que sintioacute en un pie

Era el trabuco que se habiacutea deslizado de sus rodillas y que le haciacutea aquella especie de sentildea

ndashiexclNo iexclTe digo que nondashmurmuroacute el tiacuteo Lucas encaraacutendose con el armandash iexclNo me convienes Todo el mundo tendriacutea laacutestima de ellos iexcly a miacute me ahorcariacutean iexclSe trata de un Corregidor y matar a un Corregidor es todaviacutea en Espantildea cosa indisculpable Diriacutean que lo mateacute por infundados celos y que luego lo desnudeacute y lo metiacute en mi cama Diriacutean ademaacutes que mateacute a mi mujer por simples sospechas iexclY me ahorcariacutean iexclVaya si me ahorcariacutean iexclAdemaacutes yo habriacutea dado muestras de tener muy poca alma muy poco talento si al remate de mi vida fuera digno de compasioacuten iexclTodos se reiriacutean de miacute iexclDiriacutean que mi desventura era muy natural siendo yo jorobado y Frasquita tan hermosa iexclNada no Lo que yo necesito es vengarme y despueacutes de vengarme triunfar despreciar reiacuter reirme mucho reiacuterme de todos evitando por tal medio que nadie pueda burlarse nunca de esta giba que yo he llegado a hacer hasta envidiable y que tan grotesca seriacutea en una horca

Asiacute discurrioacute el tiacuteo Lucas tal vez sin darse cuenta de ello puntualmente y en virtud de semejante discurso colocoacute el arma en su sitio y principioacute a pasearse con los brazos atraacutes y la cabeza baja como buscando su venganza en el suelo en la tierra en las ruindades de la vida en alguna bufonada ignominiosa y ridiacutecula para su mujer y para el Corregidor lejos de buscar aquella misma venganza en la justicia en el desafiacuteo en el perdoacuten en el cielo como hubiera hecho en su lugar cualquier otro hombre

de condicioacuten menos rebelde que la suya a toda imposicioacuten de la Naturaleza de la sociedad o de sus propios sentimientos

De repente paraacuteronse sus ojos en la vestimenta del Corregidor

Luego se paroacute eacutel mismo

Despueacutes fue demostrando poco a poco en su semblante una alegriacutea un gozo un triunfo indefinibles hasta que por uacuteltimo se echoacute a reiacuter de una manera formidable esto es a grandes carcajadas pero sin hacer ningun ruidondasha fin de que no lo oyesen desde arribandash metieacutendose los puntildeos por los ijares para no reventar estremecieacutendose todo como un epileacuteptico y teniendo que concluir por dejarse caer en una silla hasta que le pasoacute aquella convulsioacuten de sarcaacutestico regocijo Era la propia risa de Mefistoacutefeles

No bien se sosegoacute principioacute a desnudarse con una celeridad febril colocoacute toda su ropa en las mismas sillas que ocupaba la del Corregidor puacutesose cuantas prendas perteneciacutean a este desde los zapatos de hebilla hasta el sombrero de tres picos cintildeoacutese el espadiacuten embozoacutese en la capa de grana cogioacute el bastoacuten y los guantes y salioacute del molino y se encaminoacute a la ciudad balanceaacutendose de la propia manera que solia don Eugenio de Zuacuteniga y dicieacutendose de vez en cuando esta frase que compendiaba su pensamiento

ndashiexclTambieacuten la Corregidora es guapa

XXI

iexclEN GUARDIA CABALLERO gt

Abandonemos por ahora al tiacuteo Lucas y entereacutemonos de lo que habiacutea ocurrido en el molino desde que dejamos alliacute sola a la sentildeaacute Frasquita hasta que su esposo volvioacute a eacutel y se encontroacute con tan estupendas novedades

Una hora habriacutea pasado despueacutes que el tiacuteo Lucas se marchoacute con Tontildeuelo cuando la afligida navarra que se habiacutea propuesto no acostarse hasta que regresara su marido y que estaba haciendo calceta en su dormitorio situado en el piso de arriba oyoacute lastimeros gritos fuera de la casa hacia el paraje alliacute muy proacuteximo por donde corriacutea el agua del caz

ndashiexclSocorro que me ahogo iexclFrasquita iexclFrasquitandash exclamaba una voz de hombre con el luacutegubre acento de la desesperacioacuten

ndashiquestSi seraacute Lucasndashpensoacute la navarra llena de un terror que no necesitamos describir

En el mismo dormitorio habiacutea una puertecilla de que ya nos habloacute Garduntildea y que daba efectivamente sobre la parte alta del caz Abrioacutela sin vacilacioacuten la sentildeaacute Frasquita por maacutes que no hubiera reconocido la voz que pediacutea auxilio y encontroacutese de manos a boca con el Corregidor que en aquel momento saliacutea todo chorreando de la impetuosiacutesima acequia

ndashiexclDios me perdone iexclDios me perdonendashbalbuceaba el infameviejondash iexclCreiacute que me ahogaba

ndashiexclCoacutemo iquest Es usted iquestQueacute significa iquestCoacutemo se atreve iquestA queacute viene usted a estas horasndashgritoacute la Molinera con maacutes indignacioacuten que espanto pero retrocediendo maquinalmente

ndashiexclCalla iexclCalla mujerndashtartamudeoacute el Corregidor colaacutendose en el aposento detraacutes de ellandash Yo te lo direacute todo iexclHe estado para ahogarme iexclEl agua me llevaba ya como a una pluma iexclMira mira coacutemo me he puesto

ndashiexclFuera fuera de aquiacutendashreplicoacute la sentildeaacute Frasquita con mayor violenciandash iexclNo tiene usted nada que explicarme iexclDemasiado lo comprendo todo iquest Queacute me importa a miacute que usted se ahogue iquestLo he llamado yo a usted iexclAh iexclQueacute infamia iexclPara esto ha mandado usted prender a mi marido

ndashMujer escucha

ndashiexclNo escucho iexclMaacuterchese usted inmediatamente sentildeor Corregidor iexclMaacuterchese usted o no respondo de su vida

ndashiquestQueacute dices

ndashiexclLo que usted oye Mi marido no estaacute en casa pero yo me basto para hacerla respetar iexclMaacuterchese usted por donde ha venido si no quiere que yo le arroje otra vez al agua con mis propias manos

ndashiexclChica chica iexclNo grites tanto que no soy sordondashexclamoacute el viejo libertinondashiexclCuando yo estoy aquiacute por algo seraacute Vengo a libertar al tiacuteo Lucas a quien ha preso por equivocacioacuten un alcalde de monterilla Pero ante todo necesito que me seques estas ropas iexclEstoy calado hasta los huesos

ndashLe digo a usted que se marche

ndashiexclCalla tonta iquestQueacute sabes tuacute Mira aquiacute te traigo un nombramiento de tu sobrino Enciende la lumbre y hablaremos Por lo demaacutes mientras se seca la ropa yo me acostareacute en esta cama

ndashiexclAh ya iquestConque declara usted que veniacutea por miacute iquestConque declara usted que para eso ha mandado arrestar a mi Lucaacutes iquestConque traiacutea usted su nombramiento y todo iexclSantos y Santas del cielo iquestQueacute se habraacute figurado de miacute este mamarracho

ndashiexclFrasquita iexclSoy el Corregidor

ndashiexclAunque fuera usted el Rey A miacute iquestqueacute iexclYo soy la mujer de mi marido y el ama de mi casa iquestCree usted que yo me asusto de los Corregidores iexclYo seacute ir a Madrid y al fin del mundo a pedir justicia contra el viejo insolente que asiacute arrastra su autoridad por los suelos Y sobre todo yo sabreacute mantildeana ponerme la mantilla e ir a ver a la sentildeora Corregidora

ndashiexclNo haraacutes nada de esondashrepuso el Corregidor perdiendo la paciencia o mudando de taacutecticandash No haraacutes nada de eso porque yo te pegareacute un tiro si veo que no entiendes de razones

ndashiexclUn tirondashexclamoacute la sentildeaacute Frasquita con voz sorda

ndashUn tiro siacute Y de ello no me resultaraacute perjuicio alguno Casualmente he dejado dicho en la ciudad que saliacutea esta noche a la caza de criminales iexclConque no seas necia y quieacutereme como yo te adoro

ndashSentildeor Corregidor iquestun tirondashvolvioacute a decir la navarra

echando los brazos atraacutes y el cuerpo hacia adelante como para lanzarse sobre su adversario

ndashSi te empentildeas te lo pegareacute y asiacute me vereacute libre de tus amenazas y de tu hermosura ndashrespondioacute el Corregidor lleno de miedo y sacando un par de cachorrillos

ndashiquestConque pistolas tambieacuten iexclY en la otra faltriquera el nombramiento de mi sobrinondash dijo la sentildea Frasquita moviendo la cabeza de arriba abajondashPues sentildeor la eleccioacuten no es dudosa Espere Usiacutea un momento que voy a encender la lumbre

Y asiacute hablando se dirigioacute raacutepidamente a la escalera y la bajoacute en tres brincos

El Corregidor cogioacute la luz y salioacute detraacutes de la Molinera temiendo que se escapara pero tuvo que bajar mucho maacutes despacio de cuyas resultas cuando llegoacute a la cocina tropezoacute con la navarra que volviacutea ya en su busca

ndashiquestConque deciacutea usted que me iba a pegar un tirondashexclamoacute aquella indomable mujer dando un paso atraacutesndash Pues iexclen guardia caballero que yo ya lo estoy

Dijo y se echoacute a la cara el formidable trabuco que tanto papel representa

ndashiexclDetente desgraciada iquestQueacute vas a hacerndashgritoacute el Corregidor muerto de ndash Lo de mi tiro era una broma Mira Los cachorrillos estaacuten descargados En cambio es verdad lo del nombramiento Aquiacute lo tienes Toacutemalo Te lo regalo Tuyo es de balde enteramente de balde

Y lo colocoacute temblando sobre la mesa

ndashiexclAhiacute estaacute bienndashrepuso la navarrandash Mantildeana me serviraacute para encender la lumbre cuando le guise el almuerzo a mi marido iexclDe usted no quiero ya ni la gloria y si mi sobrino viniese alguna vez de Estella seriacutea para pisotearle a usted la fea mano con que ha escrito su nombre en ese papel indecente iexclEa lo dicho iexclMaacuterchese usted de mi casa iexclAire iexclaire iexclpronto iexclque ya se me sube la poacutelvora a la cabeza

El Corregidor no contestoacute a este discurso Habiacutease puesto liacutevido casi azul teniacutea los ojos torcidos y un temblor como de terciana agitaba todo su cuerpo Por uacuteltimo principioacute a castantildeetear los dientes y cayoacute al suelo presa de una convulsioacuten espantosa

El susto del caz lo muy mojadas que seguiacutean todas sus ropas la violenta escena del dormitorio y el miedo al trabuco con que le apuntaba la navarra habiacutean agotado las fuerzas del enfermizo anciano

ndashiexclMe muerondashbalbuceoacutendash iexclLlama a Garduntildea Llama a Garduntildea que estaraacute ahiacute en la ramblilla iexclYo no debo morirme en esta casa No pudo continuar

Cerroacute los ojos y se quedoacute como muerto

ndashiexclY se moriraacute como lo dicendashprorrumpioacute la sentildeaacute Frasquitandash Pues sentildeor iexclesta es la maacutes negra iquestQueacute hago yo ahora con este hombre en mi casa iquestQue diriacutean de miacute si se muriese iquestQueacute diriacutea Lucas iquestCoacutemo podriacutea justificarme cuando yo misma le he abierto la puerta iexclOh no Yo no debo quedarme aquiacute con eacutel iexclYo debo buscar a mi marido yo debo escandalizar el mundo antes de comprometer mi honra

Tomada esta resolucioacuten soltoacute el trabuco fuese al corral cogioacute la burra que quedaba en eacutel la aparejoacute de cualquier modo abrioacute la puerta grande de la cerca montoacute de un salto a pesar de sus carnes y se dirigio a la ramblilla

ndashiexclGarduntildea iexclGarduntildeandashiba gritando la navarra conforme se acercaba a aquel sitio

ndashiexclPresentendashrespondioacute al cabo el Alguacil apareciendo detraacutes de un setondash iquestEs usted sentildeaacute Frasquita

ndashSiacute yo soy iexclVe al molino y socorre a tu amo que se esta muriendo

ndashiquestQueacute dice usted iexclVaya un maula

ndashLo que oyes Garduntildea

ndashiquestY usted alma miacutea iquestAdoacutende va a estas horas

ndashiquestYo iexclQuita allaacute badulaque iexclYo voy a la ciudad por un meacutedicondashcontestoacute la sentildeaacute Frasquita arreando la burra con un talonazo y a Garduntildea con un puntapieacute

Y tomoacute no el camino de la ciudad como acababa de decir sino el del lugar inmediato

Garduntildea no reparoacute en esta uacuteltima circunstancia pues iba ya dando zancajadas hacia el molino y discurriendo al par de esta manera

ndashiexclVa por un meacutedico iexclLa infeliz no puede hacer maacutes

iexclPero eacutel es un pobre hombre iexclFamosa ocasioacuten de ponerse malo iexclDios le da confites a quien no puede roerlos

XXI iexclEn guardia caballero

Abandonemos por ahora al tiacuteo Lucas y entereacutemonos de lo que habiacutea ocurrido en el molino desde que dejamos alliacute sola a la sentildeaacute Frasquita hasta que su esposo volvioacute a eacutel y se encontroacute con tan estupendas novedades

Una hora habriacutea pasado despueacutes que el tiacuteo Lucas se marchoacute con Tontildeuelo cuando la afligida navarra que se habiacutea propuesto no acostarse hasta que regresara su marido y que estaba haciendo calceta en su dormitorio situado en el piso de arriba oyoacute lastimeros gritos fuera de la casa hacia el paraje alliacute muy proacuteximo por donde corriacutea el agua del caz

ndashiexclSocorro que me ahogo iexclFrasquita iexclFrasquitandash exclamaba una voz de hombre con el luacutegubre acento de la desesperacioacuten

ndashiquestSi seraacute Lucasndashpensoacute la navarra llena de un terror que no necesitamos describir

En el mismo dormitorio habiacutea una puertecilla de que ya nos habloacute Garduntildea y que daba efectivamente sobre la parte alta del caz Abrioacutela sin vacilacioacuten la sentildeaacute Frasquita por maacutes que no hubiera reconocido la voz que pediacutea auxilio y encontroacutese de manos a boca con el Corregidor que en aquel momento saliacutea todo chorreando de la impetuosiacutesima acequia

ndashiexclDios me perdone iexclDios me perdonendashbalbuceaba el

infameviejondash iexclCreiacute que me ahogaba

ndashiexclCoacutemo iquest Es usted iquestQueacute significa iquestCoacutemo se atreve iquestA queacute viene usted a estas horasndashgritoacute la Molinera con maacutes indignacioacuten que espanto pero retrocediendo maquinalmente

ndashiexclCalla iexclCalla mujerndashtartamudeoacute el Corregidor colaacutendose en el aposento detraacutes de ellandash Yo te lo direacute todo iexclHe estado para ahogarme iexclEl agua me llevaba ya como a una pluma iexclMira mira coacutemo me he puesto

ndashiexclFuera fuera de aquiacutendashreplicoacute la sentildeaacute Frasquita con mayor violenciandash iexclNo tiene usted nada que explicarme iexclDemasiado lo comprendo todo iquest Queacute me importa a miacute que usted se ahogue iquestLo he llamado yo a usted iexclAh iexclQueacute infamia iexclPara esto ha mandado usted prender a mi marido

ndashMujer escucha

ndashiexclNo escucho iexclMaacuterchese usted inmediatamente sentildeor Corregidor iexclMaacuterchese usted o no respondo de su vida

ndashiquestQueacute dices

ndashiexclLo que usted oye Mi marido no estaacute en casa pero yo me basto para hacerla respetar iexclMaacuterchese usted por donde ha venido si no quiere que yo le arroje otra vez al agua con mis propias manos

ndashiexclChica chica iexclNo grites tanto que no soy sordondashexclamoacute el viejo libertinondashiexclCuando yo estoy aquiacute por algo seraacute Vengo a libertar al tiacuteo Lucas a quien ha preso por equivocacioacuten un alcalde de monterilla Pero ante todo necesito que me seques

estas ropas iexclEstoy calado hasta los huesos

ndashLe digo a usted que se marche

ndashiexclCalla tonta iquestQueacute sabes tuacute Mira aquiacute te traigo un nombramiento de tu sobrino Enciende la lumbre y hablaremos Por lo demaacutes mientras se seca la ropa yo me acostareacute en esta cama

ndashiexclAh ya iquestConque declara usted que veniacutea por miacute iquestConque declara usted que para eso ha mandado arrestar a mi Lucaacutes iquestConque traiacutea usted su nombramiento y todo iexclSantos y Santas del cielo iquestQueacute se habraacute figurado de miacute este mamarracho

ndashiexclFrasquita iexclSoy el Corregidor

ndashiexclAunque fuera usted el Rey A miacute iquestqueacute iexclYo soy la mujer de mi marido y el ama de mi casa iquestCree usted que yo me asusto de los Corregidores iexclYo seacute ir a Madrid y al fin del mundo a pedir justicia contra el viejo insolente que asiacute arrastra su autoridad por los suelos Y sobre todo yo sabreacute mantildeana ponerme la mantilla e ir a ver a la sentildeora Corregidora

ndashiexclNo haraacutes nada de esondashrepuso el Corregidor perdiendo la paciencia o mudando de taacutecticandash No haraacutes nada de eso porque yo te pegareacute un tiro si veo que no entiendes de razones

ndashiexclUn tirondashexclamoacute la sentildeaacute Frasquita con voz sorda

ndashUn tiro siacute Y de ello no me resultaraacute perjuicio alguno Casualmente he dejado dicho en la ciudad que saliacutea esta noche a la caza de criminales iexclConque no seas necia y quieacutereme como yo te adoro

ndashSentildeor Corregidor iquestun tirondashvolvioacute a decir la navarra echando los brazos atraacutes y el cuerpo hacia adelante como para lanzarse sobre su adversario

ndashSi te empentildeas te lo pegareacute y asiacute me vereacute libre de tus amenazas y de tu hermosura ndashrespondioacute el Corregidor lleno de miedo y sacando un par de cachorrillos

ndashiquestConque pistolas tambieacuten iexclY en la otra faltriquera el nombramiento de mi sobrinondash dijo la sentildea Frasquita moviendo la cabeza de arriba abajondashPues sentildeor la eleccioacuten no es dudosa Espere Usiacutea un momento que voy a encender la lumbre

Y asiacute hablando se dirigioacute raacutepidamente a la escalera y la bajoacute en tres brincos

El Corregidor cogioacute la luz y salioacute detraacutes de la Molinera temiendo que se escapara pero tuvo que bajar mucho maacutes despacio de cuyas resultas cuando llegoacute a la cocina tropezoacute con la navarra que volviacutea ya en su busca

ndashiquestConque deciacutea usted que me iba a pegar un tirondashexclamoacute aquella indomable mujer dando un paso atraacutesndash Pues iexclen guardia caballero que yo ya lo estoy

Dijo y se echoacute a la cara el formidable trabuco que tanto papel representa

ndashiexclDetente desgraciada iquestQueacute vas a hacerndashgritoacute el Corregidor muerto de ndash Lo de mi tiro era una broma Mira Los cachorrillos estaacuten descargados En cambio es verdad lo del nombramiento Aquiacute lo tienes Toacutemalo Te lo regalo Tuyo es de balde enteramente de balde

Y lo colocoacute temblando sobre la mesa

ndashiexclAhiacute estaacute bienndashrepuso la navarrandash Mantildeana me serviraacute para encender la lumbre cuando le guise el almuerzo a mi marido iexclDe usted no quiero ya ni la gloria y si mi sobrino viniese alguna vez de Estella seriacutea para pisotearle a usted la fea mano con que ha escrito su nombre en ese papel indecente iexclEa lo dicho iexclMaacuterchese usted de mi casa iexclAire iexclaire iexclpronto iexclque ya se me sube la poacutelvora a la cabeza

El Corregidor no contestoacute a este discurso Habiacutease puesto liacutevido casi azul teniacutea los ojos torcidos y un temblor como de terciana agitaba todo su cuerpo Por uacuteltimo principioacute a castantildeetear los dientes y cayoacute al suelo presa de una convulsioacuten espantosa

El susto del caz lo muy mojadas que seguiacutean todas sus ropas la violenta escena del dormitorio y el miedo al trabuco con que le apuntaba la navarra habiacutean agotado las fuerzas del enfermizo anciano

ndashiexclMe muerondashbalbuceoacutendash iexclLlama a Garduntildea Llama a Garduntildea que estaraacute ahiacute en la ramblilla iexclYo no debo morirme en esta casa No pudo continuar

Cerroacute los ojos y se quedoacute como muerto

ndashiexclY se moriraacute como lo dicendashprorrumpioacute la sentildeaacute Frasquitandash Pues sentildeor iexclesta es la maacutes negra iquestQueacute hago yo ahora con este hombre en mi casa iquestQue diriacutean de miacute si se muriese iquestQueacute diriacutea Lucas iquestCoacutemo podriacutea justificarme cuando yo misma le he abierto la puerta iexclOh no Yo no debo quedarme aquiacute con eacutel iexclYo debo buscar a mi marido yo debo escandalizar el mundo

antes de comprometer mi honra

Tomada esta resolucioacuten soltoacute el trabuco fuese al corral cogioacute la burra que quedaba en eacutel la aparejoacute de cualquier modo abrioacute la puerta grande de la cerca montoacute de un salto a pesar de sus carnes y se dirigio a la ramblilla

ndashiexclGarduntildea iexclGarduntildeandashiba gritando la navarra conforme se acercaba a aquel sitio

ndashiexclPresentendashrespondioacute al cabo el Alguacil apareciendo detraacutes de un setondash iquestEs usted sentildeaacute Frasquita

ndashSiacute yo soy iexclVe al molino y socorre a tu amo que se esta muriendo

ndashiquestQueacute dice usted iexclVaya un maula

ndashLo que oyes Garduntildea

ndashiquestY usted alma miacutea iquestAdoacutende va a estas horas

ndashiquestYo iexclQuita allaacute badulaque iexclYo voy a la ciudad por un meacutedicondashcontestoacute la sentildeaacute Frasquita arreando la burra con un talonazo y a Garduntildea con un puntapieacute

Y tomoacute no el camino de la ciudad como acababa de decir sino el del lugar inmediato

Garduntildea no reparoacute en esta uacuteltima circunstancia pues iba ya dando zancajadas hacia el molino y discurriendo al par de esta manera

ndashiexclVa por un meacutedico iexclLa infeliz no puede hacer maacutes iexclPero eacutel es un pobre hombre iexclFamosa ocasioacuten de ponerse malo iexclDios le da confites a quien no puede roerlos

XXII Garduntildea se multiplica

Cuando Garduntildea llegoacute al molino el Corregidor principiaba a volver en siacute procurando levantarse del suelo

En el suelo tambieacuten y a su lado estaba el veloacuten encendido que bajoacute Su Sentildeoriacutea del dormitorio

ndashiquestSe ha marchado yandashfue la primera frase de don Eugenio

ndashiquestQuieacuten

ndashiexclEl demonio Quiero decir la Molinera

ndashSiacute sentildeor Ya se ha marchado y no creo que iba de muy buen humor

ndashiexclAy Garduntildea Me estoy muriendo

ndashPero iquestqueacute tiene Usiacutea iexclPor vida de los hombres

ndashMe he caiacutedo en el caz y estoy hecho una sopa iexclLos huesos se me parten de friacuteo

ndashiexclToma toma iexclAhora salimos con eso

ndashiexclGarduntildea iexclve lo que te dices

ndashYo no digo nada sentildeor

ndashPues bien saacutecame de este apuro

ndashVoy volando iexclVeraacute Usiacutea queacute pronto lo arreglo todo

Asiacute dijo el Alguacil y en un periquete cogioacute la luz con una mano y con la otra se metioacute al Corregidor debajo del brazo subioacutelo al dormitorio puacutesolo en cueros acostoacutelo en la cama corrioacute al jaraiacutez reunioacute una brazada de lentildea fue a la cocina hizo una gran lumbre bajoacute todas las ropas de su amo colocoacutelas en los espaldares de dos o tres sillas encendioacute un candil lo colgoacute de la espetera y tornoacute a subir a la camara

ndashiquestQueacute tal vamosndashpreguntoacutele entonces a don Eugenio levantando en alto el veloacuten para verle mejor el rostro

ndashiexclAdmirablemente iexclConozco que voy a sudar iexclMantildeana te ahorco Garduntildea

ndashiquestPor queacute sentildeor

ndashiquestY te atreves a preguntaacutermelo iquestCrees tuacute que al seguir el plan que me trazaste esperaba yo acostarme solo en esta cama despueacutes de recibir por segunda vez el sacramento del bautismo iexclMantildeana mismo te ahorco

ndashPero cueacutenteme Usiacutea algo iquestLa sentildeaacute Frasquita

ndashLa sentildeaacute Frasquita ha querido asesinarme iexclEs todo lo que he logrado con tus consejos Te digo que te ahorco mantildeana por la mantildeana

ndashiexclAlgo menos seraacute sentildeor Corregidorndashrepuso el Alguacil

ndashiquestPor queacute lo dices insolente iquestPorque me ves aquiacute postrado

ndashNo sentildeor Lo digo porque la sentildeaacute Frasquita no ha debido de mostrarse tan inhumana como Usiacutea cuenta cuando ha ido a la ciudad a buscarle un meacutedico

ndashiexclDios santo iquestEstaacutes seguro de que ha ido a la ciudadndashexclamoacute don Eugenio maacutes aterrado que nunca

ndashA lo menos eso me ha dicho ella

ndashiexclCorre corre Garduntildea iexclAh iexclEstoy perdido sin remedio iquestSabes a queacute va la sentildeaacute Frasquita a la ciudad iexclA contaacuterselo todo a mi mujer iexclA decirle que estoy aquiacute iexclOh Dios miacuteo Dios miacuteo iquestCoacutemo habiacutea yo de figurarme esto iexclYo creiacute que se habriacutea ido al lugar en busca de su marido y como lo tengo alliacute a buen recaudo nada me importaba su viaje Pero iexclirse a la ciudad

ndashGarduntildea corre corre tuacute que eres andariacuten y evita mi perdicioacuten iexclEvita que la terrible Molinera entre en mi casa

ndashiquestY no me ahorcaraacute Usiacutea si lo consigondashprosiguioacute iroacutenicamente el Alguacil

ndashiexclAl contrario Te regalareacute unos zapatos en buen uso que me estaacuten grandes iexclTe regalareacute todo lo que quieras

ndashPues voy volando Dueacutermase Usiacutea tranquilo Dentro de media hora estoy aquiacute de vuelta despueacutes de dejar en la caacutercel a la navarra iexclPara algo soy maacutes ligero que una borrica

Dijo Garduntildea y desaparecioacute por la escalera abajo

Se cae de su peso que durante aquella ausencia del Alguacil fue cuando el Molinero estuvo en el molino y vio visiones por el ojo de la llave

Dejemos pues al Corregidor sudando en el lecho ajeno y a Garduntildea corrien do hacia la ciudad (adonde tan pronto habiacutea de seguirlo el tiacuteo Lucas con sombrero de tres picos y capa de grana) y convertidos tambieacuten nosotros en andarines volemos con direccioacuten al lugar en seguimiento de la valerosa sentildeaacute Frasquita

XXIII Otra vez el desierto y las consabidas voces

La uacutenica aventura que le ocurrioacute a la navarra en su viaje desde el molino al pueblo fue asustarse un poco al notar que alguien echaba yescas en medio de un sembrado

ndashiquestSi seraacute un esbirro del Corregidor iquestSi iraacute a detenermendashpensoacute la Molinera

En esto se oyoacute un rebuzno hacia aquel mismo lado

ndashiexclBurros en el campo a estas horasndashsiguioacute pensando la sentildeaacute Frasquitandash Pues lo que es por aquiacute no hay ninguna huerta ni cortijo iexclVive Dios que los duendes se estaacuten despachando esta noche a su gusto Porque la borrica de mi marido no puede ser iquestQueacute hariacutea mi Lucas a medianoche parado fuera del camino iexclNada iexclnada iexclIndudablemente es un espiacutea

La burra que montaba la sentildeaacute Frasquita creyoacute oportuno rebuznar tambieacuten en aquel instante

ndashiexclCalla demoniondashle dijo la navarra clavaacutendole un alfiler de a ochavo en mitad de la cruz

Y temiendo alguacuten encuentro que no le conviniese sacoacute tambieacuten su bestia fuera del camino y la hizo trotar por otros sembrados

Sin maacutes accidente llegoacute a las puertas del lugar a tiempo

que seriacutean las once de la noche

XXIV Un rey de entonces

Hallaacutebase ya durmiendo la mona el sentildeor Alcalde vuelta la espalda a la espalda de su mujer (y formando asiacute con eacutesta la figura de aacuteguila austriacuteaca de dos cabezas que dice nuestro inmortal Quevedo) cuando Tontildeuelo llamoacute a la puerta de la caacutemara nupcial y avisoacute al sentildeor Juan Loacutepez que la sentildeaacute Frasquita la del molino queriacutea hablarle

No tenemos para queacute referir todos los gruntildeidos y juramentos inherentes al acto de despertar y vestirse el Alcalde de monterilla y nos trasladamos desde luego al instante en que la Molinera lo vio llegar desperezaacutendose como un gimnasta que ejercita la musculatura y exclamando en medio de un bostezo interminable

ndashiexclTeacutengalas usted muy buenas sentildeaacute Frasquita iquestQueacute le trae a usted por aquiacute iquestNo le dijo a usted Tontildeuelo que se quedase en el molino iquestAsiacute desobedece usted a la Autoridad

ndashiexclNecesito ver a mi Lucasndashrespondioacute la navarrandash iexclNecesito verlo al instante iexclQue le digan que estaacute aquiacute su mujer

ndash iexclNecesito iexclNecesito Sentildeora iexcla usted se le olvida que estaacute hablando con el Rey

ndashiexclDeacutejeme usted a miacute de reyes sentildeor Juan que no estoy para bromas iexclDemasiado sabe usted lo que me sucede iexclDemasiado sabe para queacute ha preso a mi marido

ndashYo no seacute nada sentildeaacute Frasquita Y en cuanto a su marido de usted no estaacute preso sino durmiendo tranquilamente en esta su casa y tratado como yo trato a las personas iexclA ver Tontildeuelo iexclTontildeuelo Anda al pajar y dile al tiacuteo Lucas que se despierte y venga corriendo Conque vamos iexclcueacutenteme usted lo que pasa iquestHa tenido usted miedo de dormir sola

ndashiexclNo sea usted desvergonzado sentildeor Juan iexclDemasiado sabe usted que a miacute no me gustan sus bromas ni sus veras iexclLo que me pasa es una cosa muy sencilla que usted y el sentildeor Corregidor han querido perderme iexclpero que se han llevado un solemne chasco iexclYo estoy aquiacute sin tener de queacute abochornarme y el sentildeor Corregidor se queda en el molino murieacutendose

ndashiexclMurieacutendose el Corregidorndashexclamoacute su subordinadondash Sentildeora iquestsabe usted lo que dice

ndashiexclLo que usted oye Se ha caiacutedo en el caz y casi se ha ahogado o ha cogido una pulmoniacutea o yo no seacute iexclEso es cuenta de la Corregidora Yo vengo a buscar a mi marido sin perjuicio de salir mantildeana mismo para Madrid donde le contareacute al Rey

ndashiexclDemonio demoniondashmurmuroacute el sentildeor Juan Loacutepezndash iexclA ver Manuela iexclMuchacha Anda y apareacutejame la mulilla Sentildeaacute Frasquita al molino voy iexclDesgraciada de usted si le ha hecho alguacuten dantildeo al sentildeor Corregidor

ndashiexclSentildeor Alcalde sentildeor Alcaldendashexclamoacute en esto Tontildeuelo entrando maacutes muerto que vivondash El tiacuteo Lucas no estaacute en el pajar Su burra no se halla tampoco en los pesebres y la puerta del corral estaacute abierta iexclDe modo que el paacutejaro se ha escapado

ndashiquestQueacute estaacutes diciendondashgritoacute el sentildeorJuan Loacutepez

ndashiexclVirgen del Carmen iquestQueacute va a pasar en mi casandashexclamoacute la sentildeaacute Frasquitandash iexclCorramos sentildeor Alcalde no perdamos tiempo Mi marido va a matar al Corregidor al encontrarlo alliacute a estas horas

ndashiquestLuego usted cree que el tiacuteo Lucas estaacute en el molino

ndashiquestPues no lo he de creer Digo maacutes cuando yo veniacutea me he cruzado con eacutel sin conocerlo iexclEacutel era sin duda uno que echaba yescas en medio de un sembrado iexclDios miacuteo iexclCuando piensa una que los animales tienen maacutes entendimiento que las personas Porque ha de saber usted sentildeor Juan que indudablemente nuestras dos burras se reconocieron y se saludaron mientras que mi Lucas y yo ni nos saludamos ni nos reconocimos iexclAntes bien huimos el uno del otro tomaacutendonos mutuamente por espiacuteas

ndashiexclBueno estaacute su Lucas de ustedndashreplicoacute el Alcaldendash En fin vamos andando y ya veremos lo que hay que hacer con todos ustedes iexclConmigo no se juega iexclYo soy el Rey Pero no un Rey como el que ahora tenemos en Madrid o sea en El Pardo sino como aquel que hubo en Sevilla a quien llamaban Don Pedro el Cruel iexclA ver Manuela iexclTraacuteeme el bastoacuten y dile a tu ama que me marcho

Obedecioacute la sirvienta (que era por cierto maacutes buena moza de lo que conveniacutea a la alcaldesa y a la moral) y como la mulilla del sentildeor Juan Loacutepez estuviese ya aparejada la sentildeaacute Frasquita y eacutel salieron para el molino seguidos del indispensable Tontildeuelo

XXV La estrella de Garduntildea

Precedaacutemosles nosotros supuesto que tenemos carta blanca para andar maacutes deprisa que nadie

Garduntildea se hallaba ya de vuelta en el molino despueacutes de haber buscado a la sentildeaacute Frasquita por todas las calles de la ciudad

El astuto Alguacil habiacutea tocado de camino en el Corregimiento donde lo encontroacute todo muy sosegado Las puertas seguiacutean abiertas como en medio del diacutea seguacuten es costumbre cuando la Autoridad estaacute en la calle ejerciendo sus sagradas funciones Dormitaban en la meseta de la escalera y en el recibimiento otros alguaciles y ministros esperando descansadamente a su amo mas cuando sintieron llegar a Garduntildea desperezaacuteronse dos o tres de ellos y le preguntaron al que era su decano y jefe inmediato

ndashiquestViene ya el sentildeor

ndashiexclNi por asomo Estaos quietos Vengo a saber si ha habido novedad en la casa

ndashNinguna

ndashiquestY la Sentildeora

ndashRecogida en sus aposentos

ndashiquestNo ha entrado una mujer por estas puertas hace poco

ndashNadie ha aparecido por aquiacute en toda la noche

ndashPues no dejeacuteis entrar a persona alguna sea quien sea y diga lo que diga iexclAl contrario Echadle mano al mismo lucero del alba que venga a preguntar por el Sentildeor o por la Sentildeora y llevadlo a la caacutercel

ndashiquestParece que esta noche se anda a caza de paacutejaros de cuentandashpreguntoacute uno de los esbirros

ndashiexclCaza mayorndashantildeadioacute otro

ndashiexclMayuacutesculandashrespondioacute Garduntildea solemnementendash iexclFiguraos si la cosa seraacute delicada cuando el sentildeor Corregidor y yo hacemos la batida por nosotros mismos Conque hasta luego buenas piezas y iexclmucho ojo

ndashVaya usted con Dios sentildeor Bastiaacutenndashrepusieron todos saludando a Garduntildea

ndashiexclMi estrella se eclipsandashmurmuroacute eacuteste al salir del Corregimientondash iexclHasta las mujeres me engantildean La Molinera se encaminoacute al lugar en busca de su esposo en vez de venirse a la ciudad iexclPobre Garduntildea iquestQueacute se ha hecho de tu olfato

Y discurriendo de este modo tomoacute la vuelta al molino

Razoacuten teniacutea el Alguacil para echar de menos su antiguo olfato pues que no venteoacute a un hombre que se escondiacutea en aquel momento detraacutes de unos mimbres a poca distancia de la ramblilla y el cual exclamoacute para su capote o maacutes bien para su

capa grana

ndashiexclGuarda Pablo iexclPor alliacute viene Garduntildea Es menester que no me vea

Era el tiacuteo Lucas vestido de Corregidor que se dirigiacutea a la ciudad repitiendo de vez en cuando su diaboacutelica frase

ndashiexclTambieacuten la Corregidora es guapa

Pasoacute Garduntildea sin verlo y el falso Corregidor dejoacute su escondite y penetroacute en la poblacioacuten Poco despueacutes llegaba el Alguacil al molino seguacuten dejamos indicado

XXVI Reaccioacuten El Corregidor seguiacutea en la cama tal y como acababa de verlo el tiacuteo Lucas por el ojo de la llave

ndashiexclQueacute bien sudo Garduntildea iexclMe he salvado de una enfermedadndashexclamoacute tan luego como penetroacute el Alguacil en la estanciandash iquestY la sentildeaacute Frasquita iquestHas dado con ella iquestViene contigo iquestHas hablado con la Sentildeora

ndashLa Molinera sentildeorndashrespondioacute Garduntildea con angustiado acentondash me engantildeoacute como a un pobre hombre pues no se fue a la ciudad sino al pueblecillo en busca de su esposo Perdone Usiacutea la torpeza

ndashiexclMejor iexclMejorndashdijo el madrilentildeo con los ojos chispeantes de maldadndash iexclTodo se ha salvado entonces Antes de que amanezca estaraacuten caminando para las caacuterceles de la Inquisicioacuten atados codo con codo el tiacuteo Lucas y la sentildeaacute Frasquita y alliacute se pudriraacuten sin tener a quien contarle sus aventuras de esta noche Traacuteeme la ropa Garduntildea que ya estaraacute seca iexclTraacuteemela y viacutesteme iexclEl amante se va a convertir en Corregidor

Garduntildea bajoacute a la cocina por la ropa

XXVII iexclFavor al Rey Entre tanto la sentildeaacute Frasquita el sentildeor Juan Loacutepez y Tontildeuelo avanzaban hacia el molino al cual llegaron pocos minutos despueacutes

ndashiexclYo entrareacute delantendashexclamoacute el alcalde de monterillandash iexclPara algo soy la autoridad Siacutegueme Tontildeuelo y usted sentildeaacute Frasquita espeacuterese a la puerta hasta que yo la llame

Penetroacute pues el sentildeor Juan Loacutepez bajo la parra donde vio a la luz de la luna un hombre casi jorobado vestido como soliacutea el Molinero con chupetiacuten y calzoacuten de pantildeo pardo faja negra medias azules montera murciana de felpa y el capote de monte al hombro

ndashiexclEl esndashgritoacute el Alcaldendash iexclFavor al Rey iexclEntreacuteguese usted tiacuteo Lucas

El hombre de la montera intentoacute meterse en el molino

ndashiexclDatendashgritoacute a su vez Tontildeuelo saltando sobre eacutel cogieacutendolo por el pescuezo aplicaacutendole una rodilla al espinazo y hacieacutendole rodar por tierra

Al mismo tiempo otra especie de fiera saltoacute sobre Tontildeuelo y agarraacutendolo de la cintura lo tiroacute sobre el empedrado y principioacute a darle de bofetones

Era la sentildeaacute Frasquita que exclamaba

ndashiexclTunante iexclDeja a mi Lucas

Pero en esto otra persona que habiacutea aparecido llevando del diestro una borrica metioacutese resueltamente entre los dos y tratoacute de salvar a Tontildeuelo

Era Garduntildea que tomando al alguacil del lugar por don Eugenio de Zuacutentildeiga le deciacutea a la Molinera

ndashiexclSentildeora respete usted a mi amo

Y la derribo de espaldas sobre el lugarentildeo

La sentildeaacute Frasquita vieacutendose entre dos fuegos descargoacute entonces a Garduntildea tal reveacutes en medio del estoacutemago que le hizo caer de boca tan largo como era

Y con eacutel ya eran cuatro las personas que rodaban por el suelo

El sentildeor Juan Loacutepez impediacutea entre tanto levantarse al supuesto tiacuteo Lucas tenieacutendole plantado un pie sobre los rintildeones

ndashiexclGarduntildea iexclSocorro iexclFavor al Rey iexclYo soy el Corregidorndashgritoacute al fin don Eugenio sintiendo que la pezuntildea del Alcalde calzada con albarca de piel de toro lo reventaba materialmente

ndashiexclEl Corregidor iexclPues es verdadndashdijo el sentildeor Juan Loacutepez lleno de asombro

ndashiexclEl Corregidorndashrepitieron todos

Y pronto estuvieron de pie los cuatro derribados

ndashiexclTodo el mundo a la caacutercelndashexclamoacute don Eugenio de Zuacutentildeigandash iexclTodo el mundo a la horca

ndashPero sentildeor ndashobservoacute el sentildeor Juan Loacutepez ponieacutendose de rodillasndash iexclPerdone Usiacutea que lo haya maltratado iquestCoacutemo habiacutea de conocer a Usiacutea con esa ropa tan ordinaria

ndashiexclBaacuterbarondashreplicoacute el Corregidorndash iexclAlguna habiacutea de ponerme iquestNo sabes ni que me han robado la miacutea iquestNo sabes que una compantildeiacutea de ladrones mandada por el tiacuteo Lucas

ndashiexclMiente ustedndashgritoacute la navarra

ndashEscuacutecheme usted sentildeaacute Frasquitandashle dijo Garduntildea llamaacutendola apartendash Con permiso del sentildeor Corregidor y la compantildea iexclSi usted no arregla esto nos van a ahorcar a todos empezando por el tiacuteo Lucas

ndashPues iquestqueacute ocurrendashpreguntoacute la sentildeaacute Frasquita

ndashQue el tiacuteo Lucas anda a estas horas por la ciudad vestido de Corregidor y que Dios sabe si habraacute llegado con su disfraz hasta el propio dormitorio de la Corregidora

Y el alguacil le refirioacute en cuatro palabras todo lo que ya sabemos

ndashiexclJesuacutesndashexclamoacute la Molinerandash iexclConque mi marido me cree deshonrada iexclConque ha ido a la ciudad a vengarse iexclVamos vamos a la ciudad y justificadme a los ojos de mi Lucas

ndashiexclVamos a la ciudad e impidamos que ese hombre hable con mi mujer y cuente todas las majaderiacuteas que se haya figuradondashdijo el Corregidor arrimaacutendose a una de las burrasndash Deacuteme usted un pie para montar sentildeor Alcalde

ndashVamos a la ciudad siacute ndashantildeadioacute Garduntildea iexcly quiera el cielo sentildeor Corrergidor que el tiacuteo Lucas amparado por su vestimenta se haya contentado con hablarle a la Sentildeora

ndashiquestQueacute dices desgraciadondashprorrumpioacute don Eugenio de Zuntildeigandash iquestCrees tuacute a ese villano capaz

ndashiexclDe todondashcontestoacute la sentildeaacute Frasquita

XXVIII iexclAve Mariacutea PurisimaiexclLas doce y

media y sereno Asiacute gritaba por las calles de la ciudad quien teniacutea facultades para tanto cuando la Molinera y el Corregidor cada cual en una de las burras del molino el sentildeor Juan Loacutepez en su mula y los dos alguaciles andando llegaron a la puerta del Corregimiento

La puerta estaba cerrada

Dijeacuterase que para el Gobierno lo mismo que para los gobernados habiacutea concluido todo por aquel diacutea

ndashiexclMalondashpensoacute Garduntildea

Y llamoacute con el aldaboacuten dos o tres veces

Pasoacute mucho tiempo y ni abrieron ni contestaron

La sentildeaacute Frasquita estaba maacutes amarilla que la cera

El Corregidor se habiacutea comido ya todas las untildeas de ambas manos

Nadie deciacutea una palabra

iexclPum iexclPum iexclPum golpes y maacutes golpes a la puerta

del Corregimiento (aplicados sucesivamente por los dos alguaciles y por el sentildeor Juan Loacutepez) iexclY nada iexclNo respondiacutea nadie iexclNo abriacutean iexclNo se moviacutea una mosca iexclSolo se oiacutea el claro rumor de los cantildeos de una fuente que habiacutea en el patio de la casa

Y de esta manera transcurriacutean minutos largos como eternidades

Al fin cerca de la una abrioacutese un ventanillo del piso segundo y dijo una voz femenina

ndashiquestQuieacuten

ndashEs la voz del ama de lechendashmurmuroacute Garduntildea

ndashiexclYondashrespondioacute don Eugenio de Zuacutentildeigandash iexclAbrid

Pasoacute un instante de silencio

ndashiquestY quieacuten es ustedndashreplicoacute luego la nodriza

ndashiquestPues no me estaacute usted oyendo iexclSoy el amo iexclEl Corregidor Hubo otra pausa

ndashiexclVaya usted mucho con Diosndashrepuso la buena mujerndash Mi amo vino hace una hora y se acostoacute en seguida iexclAcueacutestense ustedes tambieacuten y duerman el vino que tendraacuten en el cuerpo

Y la ventana se cerroacute de golpe

La sentildeaacute Frasquita se cubrioacute el rostro con las manos

ndashiexclAmandashtronoacute el Corregidor fuera de siacutendash iquestNo oye usted

que le digo que abra la puerta iquestNo oye usted que soy yo iquestQuiere usted que la ahorque tambieacuten

La ventana volvioacute a abrirse

ndashPero vamos a verndashexpuso el amandash iquestQuieacuten es usted para dar esos gritos

ndashiexclSoy el Corregidor

ndashiexclDale bola iquestNo le digo a usted que el sentildeor Corregidor vino antes de las doce y que yo lo vi con mis propios ojos encerrarse en las habitaciones de la Sentildeora iquestSe quiere usted divertir conmigo iexclPues espere usted y veraacute lo que le pasa

Al mismo tiempo se abrioacute repentinamente la puerta y una nube de criados y ministriles provistos de sendos garrotes se lanzoacute sobre los de afuera exclamando furiosamente

ndashiexclA ver iquestDoacutende estaacute ese que dice que es el Corregidor iquestDoacutende estaacute ese chusco iquestDoacutende estaacute ese borracho

Y se armo un liacuteo de todos los demonios en medio de la oscuridad sin que nadie pudiera entenderse y no dejando de recibir algunos palos el Corregidor Garduntildea el sentildeor Juan Loacutepez y Tontildeuelo

Era la segunda paliza que le costaba a don Eugenio su aventura de aquella noche ademas del remojoacuten que se dio en el caz del molino

La sentildeaacute Frasquita apartada de aquel laberinto lloraba por la primera vez de su vida

ndashiexclLucas iexclLucasndashdeciacuteandash iexclY has podido dudar de miacute iexclY has podido estrechar en tus brazos a otra iexclAh iexclNuestra desventura no tiene ya remedio

XXIX Post nubila Diana

ndashiquestQueacute escaacutendalo es estendashdijo al fin una voz tranquila majestuosa y de gracioso timbre resonando encima de aquella barauacutenda

Todos levantaron la cabeza y vieron a una mujer vestida de negro asomada balcoacuten principal del edificio

ndashiexclLa Sentildeorandashdijeron los criados suspendiendo la retreta de palos

ndashiexclMi mujerndashtartamudeoacute don Eugenio

ndashQue pasen esos ruacutesticos El sentildeor Corregidor dice que lo permitendashagregoacute la Corregidora

Los criados cedieron paso y el de Zuacutentildeiga y sus acompantildeantes penetraron en el portal y tomaron por la escalera arriba

Ninguacuten reo ha subido al patiacutebulo con paso tan inseguro y semblante tan denudado como el Corregidor subiacutea las escaleras de su casa Sin embargo la idea de su deshonra principiaba ya a descollar con noble egoiacutesmo por encima de todos los infortunios que habiacutea causado y que lo afiacuteigiacutean y sobre las demaacutes ridiculeces de la situacioacuten en que se hallaba

ndashiexclAntes que todondashiba pensandondash soy un Zuacutentildeiga y un Ponce

de Leoacuten iexclAy de aquellos que lo hayan echado en olvido iexclAy de mi mujer si ha mancillado mi nombre

XXX Una sentildeora de clase

La Corregidora recibioacute a su esposo y a la ruacutestica comitiva en el saloacuten principal del Corregimiento

Estaba sola de pie y con los ojos clavados en la puerta

Eacuterase una principaliacutesima dama bastante joven todaviacutea de plaacutecida y severa hermosura maacutes propia del pincel cristiano que del cincel gentiacutelico y estaba vestida con toda la nobleza y seriedad que consentiacutea el gusto de la eacutepoca Su traje de corta y estrecha falda y mangas huecas y subidas era de alepiacuten negro una pantildeoleta de blonda blanca algo amarillenta velaba sus admirables hombros y larguiacutesimos maniquetes o mitones de tul negro cubriacutean la mayor parte sus alabastrinos brazos Abanicaacutebase majestuosamente con un pericoacuten enorme traiacutedo de las islas Filipinas y empuntildeaba con la otra mano un pantildeuelo de encaje cuyos cuatro picos colgaban simeacutetricamente con una regularidad solo comparable a la de su actitud y menores movimientos

Aquella hermosa mujer teniacutea algo de reina y mucho de abadesa e infundiacutea por ende veneracioacuten y miedo a cuantos la miraban Por lo demaacutes el atildamiento de su traje a semejante hora la gravedad de su continente y las muchas luces que alumbraban el saloacuten demostraban que la Corregidora se habiacutea esmerado en dar a aquella escena una solemnidad teatral y un tinte ceremonioso que contrastasen con el caraacutecer villano y grosero de la aventura de su marido

Advertiremos finalmente que aquella sentildeora se llamaba dontildea Mercedes Carrillo de Albornoz y Espinosa de los Monteros y que era hija nieta biznieta tataranieta y hasta vigeacutesima nieta de la ciudad como descendiente de sus ilustres conquistadores Su familia por razones de vanidad mundana la habiacutea inducido a casarse con el viejo y acaudalado Corregidor y ella que de otro modo hubiera sido monja pues su vocacioacuten natural la iba llevando al claustro consintioacute en aquel doloroso sacrificio

A la sazoacuten teniacutea ya dos vaacutestagos del arriscado madrilentildeo y auacuten se susurraba que habiacutea otra vez moros en la costa

Conque volvamos a nuestro cuento

XXXI La pena del talioacutenndashiexclMercedesndashexclamoacute el Corregidor al comparecer delante de su esposa

ndashiexclHola tiacuteo Lucas iquestUsted por aquiacutendashdiacutejole la Corregidora interrumpieacutendolendash iquestOcurre alguna desgracia en el molino

ndashiexclSentildeora no estoy para chanzasndashrepuso el Corregidor hecho una fierandash Antes de entrar en explicaciones por mi parte necesito saber queacute ha sido de mi honor

ndashiexclEsa no es cuenta miacutea iquestAcaso me lo ha dejado usted a miacute en depoacutesito

ndashSiacute sentildeora iexclA ustedndashreplicoacute don Eugeniondash iexclLas mujeres son las depositarias del honor de sus maridos

ndashPues entonces mi querido tiacuteo Lucas preguacutentele usted a su mujer Precisamente nos estaacute escuchando

La sentildeaacute Frasquita que se habiacutea quedado a la puerta del saloacuten lanzoacute una especie de rugido

ndashPase usted sentildeora y sieacutentesendashantildeadioacute la Corregidora dirigieacutendose a la Molinera con dignidad soberana

Y por su parte encaminoacutese al sofaacute

La generosa navarra supo comprender desde luego toda la grandeza de la actitud de aquella esposa injuriada e injuriada

acaso doblemente Asiacute es que alzaacutendose en el acto a igual altura dominoacute sus naturales iacutempetus y guardoacute un silencio decoroso Esto sin contar con que la sentildeaacute Frasquita segura de su inocencia y de su fuerza no teniacutea prisa de defenderse teniacuteala siacute de acusar mucha pero no ciertamente a la Corregidora iexclCon quien ella deseaba ajustar cuentas era con el tiacuteo Lucas y el tiacuteo Lucas no estaba alliacute

ndashSentildeaacute Frasquitandashrepitioacute la noble dama al ver que la Molinera no se habiacutea movido de su sitiondash le he dicho a usted que puede pasar y sentarse

Esta segunda indicacioacuten fue hecha con voz maacutes afectuosa y sentida que la primera Dijeacuterase que la Corregidora habiacutea adivinado tambieacuten por instinto al fijarse en el reposado continente y en la varonil hermosura de aquella mujer que no iba a habeacuterselas con un ser bajo y despreciable sino quizaacute maacutes bien con otra infortunada como ella iexclinfortunada siacute por el solo hecho de haber conocido al Corregidor

Cruzaron pues sendas miradas de paz y de indulgencia aquellas dos mujeres que se consideraban dos veces rivales y notaron con gran sorpresa que sus almas se aplacieron la una en la otra como dos hermanas que se reconocen

No de otro modo se divisan y saludan a lo lejos las castas nieves de las encumbradas montantildeas

Saboreando estas dulces emociones la Molinera entroacute majestuosamente en el saloacuten y se sentoacute en el filo de una silla

A su paso por el molino previendo que en la ciudad tendriacutea que hacer visitas de importancia se habiacutea arreglado un poco y

pueacutestose una mantilla de franela negra con grandes felpones que le sentaba divinamente Pareciacutea toda una sentildeora

Por lo que toca al Corregidor dicho se estaacute que habiacutea guardado silencio durante aquel episodio El rugido de la sentildeaacute Frasquita y su aparicioacuten en la escena no habiacutean podido menos de sobresaltarlo iexclAquella mujer le causaba ya maacutes terror que la suya propia

ndashConque vamos tiacuteo Lucasndashprosiguioacute dontildea Mercedes dirigieacutendose a su maridondash Ahiacute tiene usted a la sentildeaacute Frasquita iexclPuede usted volver a formular demanda iexclPuede usted preguntarle aquello de su honra

ndashMercedes iexclpor los clavos de Cristondashgritoacute el Corregidorndash iexclMira que tuacute no sabes de lo que soy capaz iexclNuevamente te conjuro a que dejes la broma y me digas todo lo que ha pasado aquiacute durante mi ausencia iquestDoacutende estaacute ese hombre

ndashiquestQuieacuten iquestMi marido Mi marido se estaacute levantando y ya no puede tardar en venir

ndashiexclLevantaacutendosendashbramoacute don Eugenio

ndashiquestSe asombra usted iquestPues doacutende queriacutea usted que estuviese a estas horas hombre de bien sino en su casa en su cama y durmiendo con su legiacutetima consorte como manda Dios

ndashiexclMerceditas iexclVe lo que te dices iexclRepara en que nos estaacuten oyendo iexclRepara en que soy el Corregidor

ndashiexclA miacute no me deacute usted voces tiacuteo Lucas o mandareacute a los alguaciles que lo lleven a la caacutercelndashreplicoacute la Corregidora

ponieacutendose de pie

ndashiexclYo a la caacutercel iexclYo iexclEl Corregidor de la ciudad

ndashEl Corregidor de la ciudad el representante de la Justicia el apoderado del Reyndashrepuso la gran sentildeora con una severidad y una energiacutea que ahogaron la voz del fingido Molinerondashllegoacute a su casa a la hora debida a descansar de las nobles tareas de su oficio para seguir mantildeana amparando la honra y la vida de los ciudadanos la santidad del hogar y el recato de las mujeres impidiendo de este modo que nadie pueda entrar disfrazado de Corregidor ni de ninguna otra cosa en la alcoba de la mujer ajena que nadie pueda sorprender a la virtud de su descuidado reposo que nadie pueda abusar de su casto suentildeo

ndashiexclMerceditas iquestQueacute es lo que profieresndashsilboacute el Corregidor con labios y enciacuteasndash iexclSi es verdad que ha pasado en mi casa direacute que eres una picara una peacuterfida una licenciosa

ndashiquestCon quieacuten habla este hombrendashprorrumpioacute la Corregidora desdentildeosamente y pasando la vista por todos los circunstantesndash iquestQuieacuten es este loco iquestQuieacuten es este ebrio iexclNi siquiera puedo ya creer que sea un honrado molinero como el tiacuteo Lucas a pesar de que viste su traje de villano SentildeorJuan Loacutepez creacuteame ustedndashcontinuoacute encaraacutendose con el alcalde de monterilla que estaba aterradondash mi marido el Corregidor de la ciudad llegoacute a esta su casa hace dos horas con su sombrero de tres picos su capa de grana su espadiacuten de caballero y su bastoacuten de autoridad Los criados y alguaciles que me escuchan se levantaron y lo saludaron al verlo pasar por el portal por la escalera y por el recibimiento Cerraacuteronse en seguida todas las puertas y desde entonces no ha penetrado nadie en mi hogar hasta que llegaron ustedes iquestEs esto cierto Responded vosotros

ndashiexclEs verdad iexclEs muy verdadndashcontestaron la nodriza los domeacutesticos y los ministriles todos los cuales agrupados a la puerta del saloacuten presenciaban aquella singular escena

ndashiexclFuera de aquiacute todo el mundondashgritoacute don Eugenio echando espumarajos de rabiandash iexclGarduntildea iexclGarduntildea iexclVen y prende a estos viles que me estaacuten faltando al respeto iexclTodos a la caacutercel iexclTodos a la horca

Garduntildea no pareciacutea por ningun lado

ndashAdemaacutes sentildeorndashcontinuoacute dontildea Mercedes cambiando de tono y dignaacutendose ya mirar a su marido y tratarle como a tal temerosa de que las chanzas llegaran a irremediables extremosndash Supongamos que usted es mi esposo Supongamos que usted es don Eugenio de Zuacutentildeiga y Ponce de Leoacuten

ndashiexclLo soy

ndashSupongamos ademaacutes que me cupiese alguna culpa en haber tomado por usted al hombre que penetroacute en mi alcoba vestido de Corregidor

ndashiexclInfamesndashgritoacute el viejo echando mano a la espada y encontraacutendose soacutelo con el sitio o sea con la faja del molinero murciano

La navarra se tapoacute el rostro con un lado de la mantilla para ocultar las llamaradas de sus celos

ndashSupongamos todo lo que usted quierandashcontinuoacute dontildea Mercedes con una impasibilidad inexplicable Pero diacutegame usted ahora sentildeor miacuteo iquestTendriacutea usted derecho a quejarse iquestPodriacutea

usted acusarme como fiscal iquestPodriacutea usted sentenciarme como juez iquestViene usted de confesar iquestViene usted de oiacuter misa iquestO de doacutende viene usted con ese traje iquestDe doacutende viene usted con esa sentildeora iquestDoacutende ha pasado usted la mitad de la noche

ndashCon permisondashexclamoacute la sentildeaacute Frasquita ponieacutendose de pie como empujada por un resorte y atravesaacutendose arrogantemente entre la Corregidora y su marido

Eacuteste que iba a hablar se quedoacute con la boca abierta al ver que la navarra entraba en fuego

Pero dontildea Mercedes se anticipoacute y dijo

ndashSentildeora no se fatigue usted en darme a miacute explicaciones iexclYo no se las pido a usted ni mucho menos Alliacute viene quien puede pediacuterselas a justo tiacutetulo iexclEntieacutendase usted con eacutel

Al mismo tiempo se abrioacute la puerta de un gabinete y aparecioacute en ella el tiacuteo Lucas vestido de Corregidor de pies a cabeza y con bastoacuten guantes y espadiacuten como si se presentase en las Salas de Cabildo

XXXII La fe mueve la montantildeas

ndashTengan ustedes muy buenas nochesndashpronuncioacute el recieacuten llegado quitaacutendose el sombrero de tres picos y hablando con la boca sumida como soliacutea don Eugenio de Zuacutentildeiga

En seguida se adelantoacute por el saloacuten balanceaacutendose en todos sentidos y fue a besar la mano de la Corregidora

Todos se quedaron estupefactos El parecido del tiacuteo Lucas con el verdadero Corregidor era maravilloso

Asiacute es que la servidumbre y hasta el mismo sentildeor Juan Loacutepez no pudieron contener la carcajada

Don Eugenio sintioacute aquel nuevo agravio y se lanzoacute sobre el tiacuteo Lucas como un basilisco

Pero la sentildeaacute Frasquita metioacute el montante apartando al Corregidor con el brazo de marras y Su Sentildeoriacutea en evitacioacuten de otra voltereta y del consiguiente ludibrio se dejoacute atropellar sin decir oxte ni moxte Estaba visto que aquella mujer habiacutea nacido para domadora del pobre viejo

El tiacuteo Lucas se puso maacutes paacutelido que la muerte al ver que su mujer se le acercaba pero luego se dominoacute y con una risa tan horrible que tuvo que llevarse la mano al corazoacuten para que no se le hiciese pedazos dijo remedando siempre al Corregidor

ndashiexclDios te guarde Frasquita iquestLe has enviado ya a tu sobrino el nombramiento

iexclHubo que ver entonces a la navarra Tiroacutese la mantilla atraacutes levantoacute la frente con soberaniacutea de leona y clavando en el falso Corregidor dos ojos como dos puntildeales

ndashiexclTe desprecio Lucasndashle dijo en mitad de la cara

Todos creyeron que le habiacutea escupido

iexclTal gesto tal ademaacuten y tal tono de voz acentuaron aquella frase

El rostro del Molinero se transfiguroacute al oiacuter la voz de su mujer Una especie de inspiracioacuten semejante a la de la fe religiosa habiacutea penetrado en su alma inundaacutendola de luz y de alegriacutea Asiacute es que olvidaacutendose por un momento de cuanto habiacutea visto y creiacutedo ver en el molino exclamoacute con las laacutegrimas en los ojos y la sinceridad en los labios

ndashiquestConque tuacute eres mi Frasquita

ndashiexclNondashrespondioacute la navarra fuera de siacutendash iexclYo no soy ya tu Frasquita Yo soy iexclPreguacutentaselo a tus hazantildeas de esta noche y ellas te diraacuten lo que has hecho del corazoacuten que tanto te queriacutea

Y se echoacute a llorar como una montantildea de hielo que se hunde y principia a derretirse

La Corregidora se adelantoacute hacia ella sin poder contenerse y la estrechoacute en sus brazos con el mayor carintildeo

La sentildeaacute Frasquita se puso entonces a besarla sin saber tampoco

lo que se haciacutea dicieacutendole entre sus sollozos como una nintildea que busca el amparo de su madre

ndashiexclSentildeora sentildeora iexclQueacute desgraciada soy

ndashiexclNo tanto como usted se figurandashcontestaacutebale la Corregidora llorando tambien generosamente

ndashiexclYo siacute que soy desgraciadondashgemiacutea al mismo tiempo el tiacuteo Lucas andando a puntildeetazos con sus laacutegrimas como avergonzado de verterlas

ndashPues iquesty yondashprorrumpioacute al fin don Eugenio sintieacutendose ablandado por el contagioso lloro de los demaacutes o esperando salvarse tambieacuten por la viacutea huacutemeda quiero decir por la viacutea del llantondash iexclAh yo soy un piacutecaro iexclun monstruo iexclun calavera deshecho que ha llevado su merecido

Y rompioacute a berrear tristemente abrazado a la barriga del sentildeor Juan Loacutepez

Y este y los criados lloraban de igual manera y todo pareciacutea concluido y sin embargo nadie se habiacutea explicado

XXXIII Pues iquesty tuacuteEl tiacuteo Lucas fue el primero que salioacute a flote en aquel mar de laacutegrimas

Era que empezaba a acordarse otra vez de lo que habiacutea visto por el ojo de la llave

ndashiexclSentildeores vamos a cuentasndashdijo de pronto

ndashNo hay cuentas que valgan tiacuteo Lucasndashexclamoacute la Corregidorandash iexclSu mujer de usted es una bendita

ndashBien siacute pero

ndashiexclNada de pero Deacutejela usted hablar y veraacute como se justifica Desde que la vi me dio el corazoacuten que era una santa a pesar de todo lo que usted me habiacutea contado

ndashiexclBueno que hablendashdijo el tiacuteo Lucas

ndashiexclYo no hablondashcontestoacute la Molinerandash iexclEl que tiene que hablar eres tuacute Porque la verdad es que tuacute

Y la sentildeaacute Frasquita no dijo maacutes por impediacuterselo el invencible respeto que le inspiraba la Corregidora

ndashPues iquesty tuacutendashrespondioacute el tiacuteo Lucas perdiendo de nuevo toda fe

ndashAhora no se trata de ellandashgritoacute el Corregidor tornando

tambieacuten a sus celosndash iexclSe trata de usted y de esta sentildeora iexclAh Merceditas iquestQuieacuten habiacutea de decirme que tuacute

ndashPues iquesty tuacutendashrepuso la Corregidora midieacutendolo con la vista

Y durante algunos momentos los dos matrimonios repitieron cien veces las mismas frases

ndashiquestY tuacute

ndashiquestPues y tuacute

ndashiexclVaya que tuacute

ndashiexclNo que tuacute

ndashPero iquestcoacutemo has podido tuacute

Etceacutetera etc etc

La cosa hubiera sido interminable si la Corregidora revistieacutendose de dignidad no dijese por uacuteltimo a don Eugenio

ndashiexclMira caacutellate tuacute ahora Nuestra cuestioacuten particular la ventilaremos maacutes adelante Lo que urge en este momento es devolver la paz al corazoacuten del tiacuteo Lucas cosa muy faacutecil a mi juicio pues alliacute distingo al sentildeor Juan Loacutepez y a Tontildeuelo que estaacuten saltando por justificar a la sentildeaacute Frasquita

ndashiexclYo no necesito que me justifiquen los hombresndashrespondioacute estandash Tengo dos testigos de mayor creacutedito a quien no se diraacute que he seducido ni sobornado

ndashiquestY doacutende estaacutenndashpreguntoacute el Molinero

ndashEstaacuten abajo en la puerta

ndashPues diles que suban con permiso de esta sentildeora

ndashLas pobres no pueden subir

ndashiexclAh iexclSon dos mujeres iexclVaya un testimonio fidedigno

ndashTampoco son dos mujeres Solo son dos hembras

ndashiexclPeor que peor iexclSeraacuten dos nintildeas Hazme el favor de dearme sus nombres

ndashLa una se llama Pintildeona y la otra Liviana

ndashiexclNuestras dos burras Frasquita iquestte estaacutes riendo de miacute

ndashNo que estoy hablando muy formal Yo puedo probarte con el testimonio de nuestras burras que no me hallaba en el molino cuando tuacute viste en eacutel al sentildeor Corregidor

ndashiexclPor Dios te pido que te expliques

ndashiexclOye Lucas y mueacuterete de verguumlenza por haber dudado de mi honradez Mientras tuacute ibas esta noche desde el lugar a nuestra casa yo me dirigiacutea desde nuestra casa al lugar y por consiguiente nos cruzamos en el camino Pero tuacute marchabas fuera de eacutel o por mejor decir te habiacuteas detenido a echar unas yescas en medio de un sembrado

ndashiexclEs verdad que me detuve Continuacutea

ndashEn esto rebuznoacute tu borrica

ndashiexclJustamente iexclAh queacute feliz soy iexclHabla habla que cada palabra tuya me devuelve un antildeo de vida

ndashY a aquel rebuzno contestoacute otro en el camino

ndashiexclOh siacute siacute iexclBendita seas iexclMe parece estarlo oyendo

ndashEran Liviana y Pintildeona que se habiacutean reconocido y se saludaban como buenas amigas mientras que nosotros dos ni nos saludamos ni nos reconocimos

ndashiexclNo me digas maacutes iexclNo me digas maacutes

ndashTan no nos reconocimosndashcontinuoacute la senaacute Frasquitandash que los dos nos asustamos y salimos huyendo en direcciones contrarias iexclConque ya ves que yo no estaba en el molino Si quieres saber ahora por queacute encontraste al sentildeor Corregidor en nuestra cama tienta esas ropas que llevas puestas y que todaviacutea estaraacuten huacutemedas y te lo diraacuten mejor que yo iexclSu Sentildeoriacutea se cayoacute al caz del molino y Garduntildea lo desnudoacute y lo acostoacute alliacute Si quieres saber por queacute abriacute la puerta fue porque creiacute que eras tuacute el que se ahogaba y me llamaba a gritos Y en fin si quieres saber lo del nombramiento Pero no tengo maacutes que decir por la presente Cuando estemos solos te enterareacute de eacuteste y otros particulares que no debo referir delante de esta sentildeora

ndashiexclTodo lo que ha dicho la sentildeaacute Frasquita es la pura verdadndashgritoacute el sentildeor Juan Loacutepez deseando congraciarse con dontildea Mercedes visto que ella imperaba en el Corregimlento

ndashiexclTodo iexclTodondashantildeadioacute Tontildeuelo siguiendo la corriente a su amo

ndashiexclHasta ahora todondashagregoacute el Corregidor muy complacido de que las explicaciones de la navarra no hubieran ido maacutes lejos

ndashiexclConque eres inocentendashexclamaba en tanto el tiacuteo Lucas rindieacutendose a la evidenciandash iexclFrasquita miacutea Frasquita de mi alma iexclPerdoacutename la injusticia y deja que te deacute un abrazo

ndashiexclEsa es harina de otro costalndashcontestoacute la Molinera hurtando el cuerpondash Antes de abrazarte necesito oiacuter tus explicaciones

ndashYo las dareacute por eacutel y por miacutendashdijo dontildea Mercedes

ndashiexclHace una hora que las estoy esperandondashprofirioacute el Corregidor tratando de erguirse

ndashPero no las dareacutendashcontinuoacute la Corregidora volviendo la espalda desdentildeosamente a su maridondashhasta que estos sentildeores hayan descambiado vestimentas y aun entonces se las dareacute tan solo a quien merezca oiacuterlas

ndashVamos vamos a descambiarndashdiacutejole el murciano a don Eugenio alegraacutendose mucho de no haberlo asesinado pero mirandolo todaviacutea con un odio verdaderamente moriscondash iexclEl traje de vuestra sentildeoriacutea me ahoga iexclHe sido muy desgraciado mientras lo he tenido puesto

ndashiexclPorque no lo entiendesndashrespondioacutele el Corregidorndash iexclYo estoy en cambio deseando poneacutermelo para ahorcarte a ti y a medio mundo si no me satisfacen las exculpaciones de mi mujer

La Corregidora que oyoacute estas palabras tranquilizoacute a la reunioacuten con una suave sonrisa propia de aquellos afanados aacutengeles cuyo ministerio es guardar a los hombres

XXXIV Tambien la Corregidora es guapa

Salido que hubieron de la sala el Corregidor y el tiacuteo Lucas sentoacutese de nuevo la Corregidora en el sofaacute colocoacute a su lado a la sentildeaacute Frasquita y dirigieacutendose a los domeacutesticos y ministriles que obstruiacutean la puerta les dijo con afable sencillez

ndashiexclVaya muchachos Contad ahora vosotros a esta excelente mujer todo lo malo que sepaacuteis de miacute

Avanzoacute el cuarto estado y diez voces quisieron hablar a un mismo tiempo pero el ama de leche como la persona que maacutes alas teniacutea en la casa impuso silencio a los demaacutes y dijo de esta manera

ndashHa de saber usted sentildeaacute Frasquita que estaacutebamos yo y mi Sentildeora esta noche al cuidado de los nintildeos esperando a ver si veniacutea el amo y rezando el tercer rosario para hacer tiempo (pues la razoacuten traiacuteda por Garduntildea habiacutea sido que andaba el sentildeor Corregidor detraacutes de unos facinerosos terribles y no era cosa de acostarse hasta verlo entrar sin novedad) cuando sentimos ruido de gente en la alcoba inmediata que es donde mis sentildeores tienen su cama de matrimonio Cogimos la luz muertas de miedo y fuimos a ver quieacuten andaba en la alcoba cuando iexclay Virgen del Carmen al entrar vimos que un hombre vestido como mi sentildeor pero que no era eacutel (iexclcomo que era su marido de usted) trataba de esconderse debajo de la cama iexclLadrones principiamos a gritar desaforadamente y un momento despueacutes la habitacioacuten estaba llena de gente y los alguaciles sacaban arrastrando de su

escondite al fingido Corregidor Mi Sentildeora que como todos habiacutea reconocido al tiacuteo Lucas y que lo vio con aquel traje temioacute que hubiese matado al amo y empezoacute a dar unos lamentos que partiacutean las piedras iexclA la caacutercel iexclA la caacutercel deciacuteamos entre tanto los demaacutes iexclLadroacuten iexclAsesino era la mejor palabra que oiacutea el tiacuteo Lucas y asiacute es que estaba como un difunto arrimado a la pared sin decir esta boca es miacutea Pero viendo luego que se lo llevaban a la caacutercel dijo lo que voy a repetir aunque verdadaderamente mejor seriacutea para callado Sentildeora yo no soy ladroacuten ni asesino el ladroacuten y el asesino de mi honra estaacute en mi casa acostado con mi mujer

ndashiexclPobre Lucasndashsuspiroacute la sentildeaacute Frasquita

ndashiexclPobre de miacutendashmurmuroacute la Corregidora tranquilamente

ndashEso dijimos todos iexclPobre tiacuteo Lucas y pobre Sentildeora Porque la verdad sentildeaacute Frasquita ya teniacuteamos idea de que mi sentildeor habiacutea puesto los ojos en usted y aunque nadie se figuraba que usted

ndashiexclAmandashexclamoacute severamente la Corregidorandash iexclNo siga usted por ese camino

ndashContinuareacute yo por el otrondashdijo un alguacil aprovechando aquella coyuntura para apoderarse de la palabrandash El tiacuteo Lucas (que nos engantildeoacute de lo lindo con su traje y su manera de andar cuando entroacute en la casa tanto que todos lo tomamos por el sentildeor Corregidor) no habiacutea venido con muy buenas intenciones que digamos y si la Sentildeora no hubiera estado levantada figuacuterese usted lo que habria sucedido

ndashiexclVamos iexclCaacutellate tuacute tambieacutenndashinterrumpioacute la cocinerandash iexclNo estaacutes diciendo mas que tonteriacuteas Pues si sentildeaacute Frasquita el tiacuteo

Lucas para explicar su presencia en la alcoba de mi ama tuvo que confesar las intenciones que traiacutea iexclPor cierto que la Sentildeora no se pudo contener al oiacuterlo y le arrimoacute una bofetada en medio de la boca que le dejoacute la mitad de las palabras dentro del cuerpo Yo misma lo lleneacute de insultos y denuestos y quise sacarle los ojos Porque ya conoce usted sentildeaacute Frasquita que aunque sea su marido de usted eso de venir con sus manos lavadas

ndashiexclEres una bachillerandashgritoacute el portero ponieacutendose delante de la oradorandash iquestQueacute maacutes hubieras querido tuacute En fin sentildeaacute Frasquita oigame usted a miacute y vamos al asunto La Sentildeora hizo y dijo lo que debiacutea pero luego calmado ya su enojo compadecioacutese del tiacuteo Lucas y paroacute mientes en el mal proceder del sentildeor Corregidor viniendo a pronunciar estas o parecidas palabras Por infame que haya sido su pensamiento de usted tiacuteo Lucas y aunque nunca podreacute perdonar tanta insolencia es menester que su mujer de usted y mi esposo crean durante algunas horas que han sido cogidos en sus propias redes y que usted auxiliado por ese disfraz les ha devuelto afrenta por afrenta iexclNinguna venganza mejor podemos tomar de ellos que este engantildeo tan faacutecil de desvanecer cuando nos acomode Adoptada tan graciosa resolucioacuten la Sentildeora y el tiacuteo Lucas nos aleccionaron a todos de lo que teniacuteamos que hacer y decir cuando volviese Su Sentildeoriacutea iexcly por cierto que yo le he pegado a Sebastiaacuten Garduntildea tal palo en la rabadilla que creo no se le olvidaraacute en mucho tiempo la noche de San Simoacuten y San Judas

Cuando el portero dejoacute de hablar ya haciacutea rato que la Corregidora y la Molinera cuchicheaban al oiacutedo abrazaacutendose y besaacutendose a cada momento y no pudiendo en ocasiones contener la risa

iexclLaacutestima que no se oyera lo que hablaban Pero el lector se lo figuraraacute sin gran esfueno y si no el lector la lectora

XXXV Decreto ImperialRegresaron en esto a la sala el Corregidor y el tiacuteo Lucas vestido cada cual con su propia ropa

ndashAhora me toca a miacutendashentroacute diciendo el insigne don Eugenio de Zuacutentildeiga

Y despueacutes de dar en el suelo un par de bastonazos como para recobrar su energiacutea (a guisa de Anteo oficial que no se sentiacutea fuerte hasta que su cantildea de Indias tocaba en la tierra) diacutejole a la Corregidora con un eacutenfasis y una frescura indescriptibles

ndashiexclMerceditas estoy esperando tus explicaciones Entre tanto la Molinera se habiacutea levantado y le tiraba al tiacuteo Lucas un pellizco de paz que le hizo ver estrellas miraacutendolo al mismo tiempo con desenojados y hechiceros ojos

El Corregidor que observara aquella pantomima quedoacutese hecho una pieza sin acertar a explicarse una reconciliacioacuten tan inmotivada

Dirigioacutese pues de nuevo a su mujer y le dijo hecho un vinagre

ndashiexclSentildeoral iexclTodos se entienden menos nosotros Saacutequeme usted de dudas iexclSe lo mando como marido y como Corregidor

Y dio otro bastonazo en el suelo

ndashiquestConque se marcha ustedndashexclamoacute dontildea Mercedes acercaacutendose a la sentildeaacute Frasquita y sin hacer caso de don

Eugeniondash Pues vaya usted descuidada que este escaacutendalo no tendraacute ningunas consecuencias iexclRosa alumbra a estos sentildeores que dicen que se marchan Vaya usted con Dios tiacuteo Lucas

ndashiexclOh nondashgritoacute el de Zuacutentildeiga interponieacutendosendash iexclLo que es el tiacuteo Lucas no se marcha iexclEl tiacuteo Lucas queda arrestado hasta que sepa yo toda la verdad iexclHola alguaciles iexclFavor al Rey

Ni un solo ministro obedecioacute a don Eugenio Todos miraban a la Corregidora

ndashiexclA ver hombre iexclDeja el paso librendashantildeadioacute eacutesta pasando casi sobre su marido y despidiendo a todo el mundo con la mayor finura es decir con la cabeza ladeada cogieacutendose la falda con la punta de los dedos y agachandose graciosamente hasta completar la reverencia que a la sazoacuten estaba de moda y que se llamaba la pompa

ndashPero yo Pero tuacute Pero nosotros Pero aquellosndashseguiacutea mascullando el vejete tiraacutendole a su mujer del vestido y perturbando sus cortesiacuteas mejor iniciadas

iexclInuacutetil aiacuteaacuten iexclNadie haciacutea caso de Su Sentildeoriacutea

Marchado que se hubieron todos y solos ya en el saloacuten los desavenidos conyuges la Corregidora se dignoacute al fin decirle a su esposo con el acento que hubiera empleado una Czarina de todas las Rusias para fulminar sobre un ministro caiacutedo la orden de perpetuo destierro a la Siberia

ndashMil antildeos que vivas ignoraraacutes lo que ha pasado esta noche en mi alcoba Si hubieras estado en ella como era regular no tendriacuteas necesidad de preguntaacuterselo a nadie Por lo que a miacute toca no hay

ya ni habraacute jamaacutes razoacuten ninguna que me obligue a satisfacerte pues te desprecio de tal modo que si no fueras el padre de mis hijos te arrojariacutea ahora mismo por ese balcoacuten como te arrojo para slempre de mi dormitorio Conque buenas noches caballero

Pronunciadas estas palabras que don Eugenio oyoacute sin pestantildeear (pues lo que es a solas no se atreviacutea con su mujer) la Corregidora penetroacute en el gabinete y del gabinete pasoacute a la alcoba cerrando las puertas detraacutes de siacute y el pobre hombre se quedoacute plantado en medio de la sala murmurando entre enciacuteas (que no entre dientes) y con un cinismo de que no habraacute habido otro ejemplo

ndashiexclPues sentildeor no esperaba yo escapar tan bien iexclGarduntildea me buscaraacute acomodo

XXXVI Conclusioacuten moraleja y epiacutelogo

Piaban los pajarillos saludando el alba cuando el tiacuteo Lucas y la sentildeaacute Frasquita saliacutean de la ciudad con direccioacuten a su molino

Los esposos iban a pie y delante de ellos caminaban apareadas las dos burras

ndashEl domingo tienes que ir a confesar (le deciacutea la Molinera a su marido) pues necesitas limpiarte de todos tus malos juicios y criminales propoacutesitos de esta noche

ndashHas pensado muy bienndashcontestoacute el Molinerondash Pero tuacute entre tanto vas a hacerme otro favor y es dar a los pobres los colchones y ropa de nuestra cama y ponerla toda de nuevo iexclYo no me acuesto donde ha sudado aquel bicho venenoso

ndashiexclNo me lo nombres Lucasndashreplicoacute la sentildeaacute Frasquitandash Conque hablemos de otra cosa Quisiera merecerte un segundo favor

ndashPide por esa boca

ndashEl verano que viene vas a llevarme a tomar los bantildeos del Solaacuten de Cabras

ndashiquestPara queacute

ndashPara ver si tenemos hijos

ndashiexclFeliciacutesima idea Te llevareacute si Dios nos da vida

Y con esto llegaron al molino a punto que el sol sin haber salido todaviacutea doraba ya las cuacutespides de las montantildeas

A la tarde con gran sorpresa de los esposos que no esperaban nuevas visitas de altos personajes despueacutes de un escaacutendalo como el de la precedente noche concurrioacute al molino maacutes sentildeoriacuteo que nunca El venerable Prelado muchos Canoacutenigos el Jurisconsulto dos Priores de frailes y otras vanas personas (que luego se supo habiacutean sido convocadas alliacute por Su Sentildeoriacutea Ilustriacutesima) ocuparon materialmente la plazoletilla del emparrado

Soacutelo faltaba el Corregidor

Una vez reunida la tertulia el sentildeor Obispo tomoacute la palabra y dijo que por lo mismo que habiacutean pasado ciertas cosas en aquella casa sus Canoacutenigos y eacutel seguiriacutean yendo a ella lo mismo que antes para que ni los honrados Molineros ni las demaacutes personas alliacute presentes participasen de la censura puacutebhca soacutelo merecida por aqueacutel que habiacutea profanado con su torpe conducta una reunioacuten tan morigerada y tan honesta Exhortoacute paternalmente a la sentildeaacute Frasquita para que en lo sucesivo fuese menos provocativa y tentadora en sus dichos y ademanes y procurase llevar maacutes cubiertos los brazos y maacutes alto el escote del juboacuten aconsejoacute al tiacuteo Lucas maacutes desintereacutes mayor circunspeccioacuten y menos inmodestia en su trato con los superiores y acaboacute dando la bendicioacuten a todos y diciendo que como aquel diacutea no ayunaba se comeriacutea con mucho gusto un par de ramos de uvas

Lo mismo opinaron todos respecto de este uacuteltimo particular y la parra se quedoacute temblando aquella tarde iexclEn dos arrobas de uvas aprecioacute el gasto el Molinero

Cerca de tres antildeos continuaron estas sabrosas reuniones hasta que contra la previsioacuten de todo el mundo entraron en Espantildea los ejeacutercitos de Napoleoacuten y se armoacute la Guerra de la Independencia

El sentildeor Obispo el Magistral y el Penitenciario murieron el antildeo de 8 y el Abogado y los demaacutes contertulios en los de 9 10 11 y 12 por no poder sufrir la vista de los franceses polacos y otras alimantildeas que invadieron aquella tierra iexcly que fumaban en pipa en el Presbiterio de las iglesias durante la Misa de la tropa

El Corregidor que nunca maacutes tornoacute al molino fue destituido por un Mariscal franceacutes y murioacute en la Caacutercel de Corte por no haber querido ni un solo instante (dicho sea en honra suya) transigir con la dominacioacuten extranjera

Dontildea Mercedes no se volvioacute a casar y educoacute perfectamente a sus hijos retiraacutendose a la vejez a un convento donde acaboacute sus diacuteas en opinioacuten de Santa

Garduntildea se hizo afrancesado

El sentildeor Juan Loacutepez fue guerrillero mandoacute una partida y murioacute lo mismo que su alguacil en la famosa batalla de Baza despueacutes de haber matado muchiacutesimos franceses

Finalmente el tiacuteo Lucas y la sentildeaacute Frasquita (aunque no llegaron a tener hijos a pesar de haber ido al Solaacuten de Cabras y de haber

hecho muchos votos y rogativas) siguieron siempre amaacutendose del propio modo y alcanzaron una edad muy avanzada viendo desaparecer el Absolutismo en 1812 y 1820 y reaparecer en 1814 y 1823 hasta que por uacuteltimo se establecioacute de veras el sistema Constitucional a la muerte del Rey Absoluto y ellos pasaron a mejor vida (precisamente al estallar la Guerra Civil de los Siete antildeos) sin que los sombreros de copa que ya usaba todo el mundo pudiesen hacerles olvidar aquellos tiempos simbolizados por el sombrero de tres picos

Nota sobre el autor

Pedro Antonio de Alarcoacuten

(1833-1895)

Cronologia de Alarcoacuten

Alarcoacuten habla de El sombrero de tres picos

Cronologiacutea de la vida de Alarcoacuten

1833 El 10 de marzo nace Pedro Antonio de Alarcoacuten Ariza en Guadix (Granada)

Estudio bachillerato en Granada

Inicio estudios de leyes en la Universidad de Granada que tuvo que abandonar por problemas econoacutemicos de la familia

Ingreso dos veces en el seminario y lo abandono las dos veces por falta de vocacioacuten

Desde siempre su verdadera vocacioacuten fueron las letras Participo del grupo literario granadino La Cuerda como poeta

1852 De esta eacutepoca datan sus primero relatos breves de fuerte raiacutez romaacutentica algunos de ellos entroncados con el costumbrismo andaluz revelaban el influjo de Fernaacuten Caballero

De hecho Alarcoacuten nunca fue un escritor realista en el sentido que la historia de la literatura da a este termino Sus estenografiacuteas siempre son de una impronta realista muy fuerte En cambio es evidente que sus personajes tienen un sabor arquetiacutepico e ideal muy fuerte es decir son ldquotiposrdquo maacutes que personajes Y es que Alarcoacuten nunca renuncio a que lo ideal se encarnara en lo real Y eso lo entronca con una tradicioacuten nacional espantildeola que con hitos tan importantes como el Arcipreste de hita o Cervantes le alcanza plenamente a Alarcoacuten

El amigo de la muerte uno de los primeros cuentos de Alarcoacuten que revelan ya casi formada la maestriacutea teacutecnica que revelariacutea a continuacioacuten

1853 Se va a Madrid para seguir su carrera literaria

Funda con E Tarragoacute el perioacutedico El Eco de Occidente que no tuvo mucha importancia

Escribe despueacutes en El Laacutetigo diario antimonaacuterquico de fuerte sabor revolucionario

El Clavo

Alarcoacuten fue sin duda un maestro del cuento El Clavo es sin duda una de sus pequentildeas obras maestras

1854 Participa como periodista en la Revolucioacuten de Julio

1855 Publica El final de Norma un trabajo escrito cuando contaba 18 antildeos (1851)

Sucesivamente publicara su obra de juventud Cosas que fueron (artiacuteculos) Poesiacuteas

El final de Norma

1857 El hijo prodigo tiene por tema la locura y los errores de juventud Reflejo de un periodo de autocriacutetica que ha iniciado Alarcoacuten sobre su propia juventud Maacutes tarde en el personaje de Pepito de El nintildeo de la bola finalizaraacute ese ajuste de cuentas con su pasado

El hijo prodigo

1859 Al estallar la guerra de Marruecos se alista como voluntario

1860 De esa experiencia en Aacutefrica naceraacute su obra Diario de un testigo de la guerra de Aacutefrica que por fin le dio fama y algo de dinero quizaacutes su obra maacutes importante y permanente Obra maestra por la descripcioacuten de la vida militar Algunas partes de este trabajo como La batalla de Castillejos y La toma de Tetuaacuten auacuten no han sido superados en la viveza de las descripciones la espontaneidad del lenguaje y la gracia en la narrativa por ninguacuten escritor espantildeol

En la misma liacutenea publicara tambieacuten las Historietas nacionales similares a las anteriores por la temaacutetica y la frescura y espontaneidad del lenguaje y del flujo narrativo

Diario de un testigo de la guerra de Aacutefrica

1860 a 1874 publica fundamentalmente cuentos y libros de viajes

1861 De Madrid a Naacutepoles

1866 Se casa y su posicionamiento poliacutetico y religioso se afianza y explicita definitivamente Ya hacia tiempo se habiacutea inicia en Alarcoacuten un giro de sus posiciones poliacuteticas y humanas que lo desplazoacute desde el liberalismo revolucionario a posiciones tradicionalistas y catoacutelicas De hecho nunca dejo de ser catoacutelico y fue su fe la que le hizo en ultima instancia cambiar sus posiciones poliacuteticas Pero es ahora con su

matrimonio que su evolucioacuten concluye

Desde estas posiciones tradicionalistas siguioacute actuando en poliacutetica Fue diputado en las Cortes por Granada consejero de Estado con Alfonso XII

1868 La revolucioacuten del 68 va afectar fuertemente a Alarcoacuten de forma que marcara toda su obra posterior con un fuerte matiz poleacutemico Obras como La Prodiga o El escaacutendalo estariacutean en esta liacutenea

1871 Su obra Cosas que fueron constituyo una tardiacutea aportacioacuten al genero de cuadros de costumbres y fueron escritos antildeos antes de su publicacioacuten

Cosas que fueron

1873 La Alpujarra

1874 Publica El sombrero de tres picos la obra que le iba a hacer mundialmente famoso y que ha servido de libreto a varias obras musicales y a la obra homoacutenima de Falla

El sombrero de tres picos

1875 El Escaacutendalo una obra con repercusiones semejantes a Pequentildeeces de Coloma tanto por la intencioacuten como por la poleacutemica que levanto La primera edicioacuten se agoto en cinco diacuteas

1878 El nintildeo de la bola es quizaacutes la mejor novela de Alarcoacuten La renuncia de Manuel Venegas odiado por el usurero Eliacuteas precipita la muerte de Soledad bella figura romaacutentica condenada de antemano La fuerza del destino preside con su fatalismo ataacutevico todos los episodios de la narracioacuten Las grandezas y miserias del alma humana se adensan en el pueblo y en la historia de unos seres condenados al fracaso La obra es menos literaria que El escaacutendalo pero maacutes objetiva y apasionada

El nintildeo de la bola

1880 La prodiga es un alegato moral contra la corrupcioacuten de costumbres y ademaacutes es una criacutetica radical de la literatura romanita a la que Alarcoacuten consideraba como fundamentalmente anticristiana y para ello usa la teacutecnica de sacar las uacuteltimas conclusiones de la tiacutepica tragedia romaacutentica desgarrada para mostrarnos su real sordidez exenta de todo heroiacutesmo

La Prodiga

1881 El Capitaacuten Veneno

1883 Viajes por Espantildea

1884 Historia de mis libros

1887 La enemistad con los criacuteticos liberales y su continua critica junto a un cierto convencimiento de que el realismo habiacutea cubierto su ciclo histoacuterico le llevan a un abandono de la escritura

Es elegido miembro de La Real Academia

1895 Muere el 19 de julio en Valdemoro(Madrid)

Alarcoacuten habla de El sombrero de tres picos

La Historia de mis libros de Pedro Antonio de Alarcoacuten escrita en 1884 cuando practicamente habiacutea ya decidido dejar de escribir es el testamento literario del autor y en ella se analiza una a una las obras que habiacutea publicado hasta entonces El capitulo XIII estaacute dedicado a El sombrero de tres picos y es el que transcribimos a continuacioacuten

Un diacutea del verano de 1874 en Madrid apremiaacutebame la obligacioacuten de enviar a la Isla de Cuba alguacuten cuentecillo jocoso para cierto semanario festivo que alliacute se publicaba Recordeacute no seacute coacutemo el picaresco romance de El Corregidor y la Molinera que tantas veces habiacutea oiacutedo relatar cuando nintildeo y me dije

-iquestPor queacute no he de escribir una historieta fundada en tan peregrino argumento

-Porque es muy difiacutecil dentro de las conveniencias sociales -respondioacute mi buena crianza

-iexclRazoacuten de maacutes para intentar escribirla de modo que nadie se escandalice - arguyoacute mi temeridad de artista viejo recordando haber hecho un milagro semejante con el cuento de La Comendadora

-Pues probemos (contestoacute mi pereza para librarse de seguir buscando asunto) iexclEn medio de todo el semanario de que se trata tiene pocos lectores y tal vez ninguno de ellos resida en el continente europeo

-iexclManos a la obra -concluyoacute la parte atrevida de mi ser moral

Y veinticuatro horas despueacutes habiacutea escrito diez o doce cuartillas que conteniacutean muy en compendio todo EL SOMBRERO DE TRES PICOS o sea toda la historia de El Corregidor y la Molinera tal y como me parecioacute prudente arreglarla y componerla ad usum del respetable puacuteblico

Iba ya a meterla en un sobre para echarla al correo cuando me dijo repentinamente la conciencia artiacutestica

-iexclQueacute laacutestima Aquiacute hay materia para escribir una historia diez veces maacutes larga

-iexclYa lo creo (respondioacute la pereza) Y de ese modo nos ahorrariacuteamos durante dos meses la penosa tarea de buscar asuntos para el semanario

-iexclPues recomencemos

-iexclOh no iquestQuieacuten inutiliza lo ya redactado y se pone ahora a volver a empezar la racioacuten de mantildeana

Vacileacute alguacuten tiempo y esta vez triunfoacute la actividad -Comenceacute pues de nuevo la historia de EL SOMBRERO DE TRES PICOS

Al otro diacutea iba ya tambieacuten a meter en un sobre la primera

deacutecima parte del segundo relato o sea del relato actual que llegaba a la descripcioacuten del tiacuteo Lucas cuando entroacute en mi despacho un buen amigo versado en letras referiacutele el asunto de mi nueva obra le leiacute lo que llevaba escrito y ved aquiacute sus terminantes palabras

-No enviacutee V al otro mundo esas cuartillas Reteacutengalas en Madrid y continuacutee la obra con amor hasta acabarla y perfeccionarla cuanto pueda De este modo se encontraraacute V dentro de pocas semanas con un libro que podraacute convenirle publicar en Madrid en tomo -iexclEl asunto es de perlas

Seis diacuteas despueacutes volvioacute a visitarme el amigo y se halloacute con que EL SOMBRERO DE TRES PICOS estaba terminado y hasta puesto en limpio en la forma que hoy tiene Al siguiente diacutea empezoacute a imprimirse en la Revista Europea que publicaban en esta Corte los Sres Medina y Navarro al cabo de un mes se reimprimiacutea solemnemente en tomo aparte y esta es la hora en que van hechas soacutelo dentro de nuestra Peniacutensula ocho numerosas ediciones

Tal es la historia de este dichoso librejo contra el cual no se han alzado mis adversarios Por la inversa todo el mundo lo ha tratado hasta con mimo asiacute en el campo de los innovadores o blasfemadores del Arte de la Moral y del Alma como en el de los ortodoxos y arcaiacutestas de todas especies a tal extremo ha llegado esta unanimidad que muchas veces he sentido aborrecimiento y desdeacuten a la piacutecara obra por nadie impugnada atribuyendo su fortuna a nulidad eacute insignificancia internas -Empero uacuteltimamente me han reconciliado con este hijo del acaso no seacute queacute tardiacutea querencia paternal y la consideracioacuten de que a los diez o maacutes antildeos de publicado sigue producieacutendome tan segura y casi tan pinguumle renta como su juicioso hermano El Escaacutendalo -Ademaacutes EL SOMBRERO DE TRES PICOS ha sido

traducido que yo sepa al portugueacutes (con preciosas ilustraciones) al alemaacuten al ruso al franceacutes al italiano al ingleacutes y al rumano como tambieacuten ha dado argumento a dos operetas coacutemicas la una francesa y la otra belga y en vista de tanto ruido y de tantas nueces he tenido que acabar por decir - laquoiexclPues sentildeor el asunto era de oro iexclEstoy en deuda con la musa popular o sea con los ciegos que componen romancesraquo

Acerca de la moralidad y color de la obra en el Prefacio que lleva al frente he dicho cuanto correspondiacutea a mi reputacioacuten de escritor honesto y de persona bien criada Convieacuteneme sin embargo antildeadir para mayor refulgencia de la castidad de mi musa y de la del puacuteblico espantildeol en general que uno de los mejores literatos de Francia Alejandro Dumas (hijo) a quien debo amistosiacutesimas atenciones tuvo hace antildeos la franqueza de escribirme que mi SOMBRERO DE TRES PICOS habriacutea ganado mucho particularmente en aquella nacioacuten si yo hubiese conservado el desenlace crudeliacutesimo dado por la versioacuten plebeya o sea por los romances de ciego al quid pro quo de que fue inocente objeto dontildea Mercedes -Es decir que ni aquel insigne escritor ni el puacuteblico franceacutes se habriacutean escandalizado ante la consumacioacuten de una atrocidad en el molino ni ante la efectividad de sus represalias en el Corregimiento iexclEs decir que

Pero doblemos la hoja -iexclBueno estaacute sin maacutes ribetes ni escarapelas mi empecatado SOMBRERO DE TRES PICOS -Y lo peor de todo es hablando aquiacute en reserva que laquotambieacuten me gusta a miacute la sentildeaacute Frasquitaraquo por aquello de que la Molinera laquocomo guapa es guaparaquo aunque laquotambieacuten sea guapa la Corregidoraraquo

iexclOh inefable delicia la de crear seres con la pluma iexclOh complacencia poder uno formarlos a su arbitrio y moverlos seguacuten su agrado iexclOh tormento tener que resolverse a dejar de

lanzar al mundo tantos y tantos personajes como aun le bullen en la imaginacioacuten y haber de morirse alguacuten diacutea exclamando laquoMorid tambieacuten vosotros sin haber nacidoraquo -Pero asiacute son las cosas humanas Ars longa vita brevis -Y ademaacutes que no todos tenemos filosofiacutea bastante para decir Satis est equitem mihi plaudere

Capitulo XIII de Historia de mis libros(1884) de Pedro Antonio de Alarcoacuten titulado precisamente El sombrero de tres picos

copyright copy 2001 para la presente edicioacuten de Gaiferos Libros-Ereg

GAIFEROS LIBROS-E reg is a trademark registred

e-ditoragaiferoscom

wwwgaiferoscom

Editor M Echeverriacutea

Design Mezquiriz

Imagen de portada Goya

Printed in Spain(UE)

Madrid Febrero de 2002

Page 5: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado

XX La duda y la realidad

XXI iexclEn guardia caballero

XXII Garduntildea se multiplica

XXIIIOtra vez el desierto y las consabidas voces

XXIV Un rey de entonces

XXV La estrella de Garduntildea

XXVI Reaccioacuten

XXVII iexclFavor al Rey

XXVIIIiexclAve Mariacutea PurisimaiexclLas doce y media y sereno

XXIX Post nubila Diana

XXX Una sentildeora de clase

XXXI La pena del talioacuten

XXXII La fe mueve las montantildeas

XXXIII Pues iquesty tuacute

XXXIV Tambien la Corregidora es guapa

XXXV Decreto Imperial

XXXVI Conclusioacuten moraleja y epiacutelogo

Anexos

Nota sobre el autor

PREFACIO DEL AUTOR Pocos espantildeoles aun contando a los menos sabios y leiacutedos desconoceraacuten la historieta vulgar que sirve de fundamento a la presente obrilla

Un zafio pastor de cabras que nunca habiacutea salido de la escondida Cortijada en que nacioacute fue el primero a quien nosotros se la oiacutemos referir Era el tal uno de aquellos ruacutesticos sin ningunas letras pero naturalmente ladinos y bufones que tanto papel hacen en nuestra literatura nacional con el dictado de piacutecaros Siempre que en la Cortijada habiacutea fiesta con motivo de boda o bautizo o de solemne visita de los amos tocaacutebale a eacutel poner los juegos de chasco y pantomima hacer las payasadas y recitar los Romances y Relaciones y precisamente en una ocasioacuten de estas (hace ya casi toda una vida es decir hace ya maacutes de treinta y cinco antildeos) tuvo a bien deslumbrar y embelesar cierta noche nuestra inocencia (relativa) con el cuento en verso de EL CORREGIDOR Y LA MOLINERA o sea de EL MOLINERO Y LA CORREGIDORA que hoy ofrecemos nosotros al puacuteblico bajo el nombre maacutes trascendental y filosoacutefico (pues asiacute lo requiere la gravedad de estos tiempos) de EL SOMBRERO DE TRES PICOS

Recordamos por sentildeas que cuando el pastor nos dio tan buen rato las muchachas casaderas alliacute reunidas se pusieron muy coloradas de donde sus madres dedujeron que la historia era algo verde por lo cual pusieron ellas al pastor de oro y azul pero el pobre Repela (asiacute se llamaba el pastor) no se mordioacute la lengua y contestoacute diciendo que no habiacutea por queacute escandalizarse de aquel modo pues nada resultaba de su Relacioacuten que no supiesen

hasta las monjas y hasta las nintildeas de cuatro antildeos

ndashY si no vamos a verndashpreguntoacute el cabrerondash iquest queacute se saca en claro de la historia de EL CORREGIDOR Y LA MOLINERA iexclQue los casados duermen juntos y que a ninguacuten marido le acomoda que otro hombre duerma con su mujer iexclMe parece que la noticia ndashiexclPues es verdadndashrespondieron las madres oyendo las carcajadas de sus hijas

ndashLa prueba de que el tiacuteo Repela tiene razoacutenndashobservoacute en esto el padre del noviondash es que todos los chicos y grandes aquiacute presentes se han enterado ya de que esta noche asiacute que se acabe el baile Juanete y Manolita estrenaraacuten esa hermosa cama de matrimonio que la tiacutea Gabriela acaba de ensentildear a nuestras hijas para que admiren los bordados de los almohadones

ndashiexclHay maacutesndashdijo el abuelo de la noviandash hasta en el libro de la Doctrina y en los mismos Sermones se habla a los nintildeos de todas estas cosas tan naturales al ponerlos al corriente de la larga esterilidad de Nuestra Sentildeora Santa Ana de la virtud del casto Joseacute de la estratagema de Judit y de otros muchos milagros que no recuerdo ahora Por consiguiente sentildeores

ndashiexclNada nada tiacuteo Repelandashexclamaron valerosamente las muchachasndash iexclDiga usted otra vez su Relacioacuten que es muy divertida

ndashiexclY hasta muy decentendashcontinuoacute el abuelo Pues en ella no se aconseja a nadie que sea malo ni se le ensentildea a serlo ni queda sin castigo el que lo es

ndashiexclVaya repiacutetala ustedndashdijeron al fin consistorialmente las madres de familia

El tiacuteo Repela volvioacute entonces a recitar el Romance y considerado ya su texto por todos a la luz de aquella criacutetica tan ingenua hallaron que no habiacutea pero que ponerle lo cual equivale a decir que le concedieron las licencias necesarias

Andando los antildeos hemos oiacutedo muchas y muy diversas versiones de aquella misma aventura de EL MOLINERO Y LA CORREGIDORA siempre de labios de graciosos de aldea y de cortijo por el orden del ya difunto Repela y ademaacutes la hemos leiacutedo en letras de molde en diferentes Romances de ciego y hasta en el famoso Romancero del inolvidable don Agustiacuten Duraacuten

El fondo del asunto resulta ideacutentico tragicoacutemico zumboacuten y terriblemente epigramaacutetico como todas las lecciones dramaacuteticas de moral de que se enamora nuestro pueblo pero la forma el mecanismo accidental los procedimientos casuales difieren mucho muchiacutesimo del relato de nuestro pastor tanto que este no hubiera podido recitar en la Cortijada ninguna de dichas versiones ni aun aquellas que corren impresas sin que antes se tapasen los oiacutedos las muchachas en estado honesto o sin exponerse a que sus madres le sacaran los ojos iexclA tal punto han extremado y pervertido los groseros patanes de otras provincias el caso tradicional que tan sabroso discreto y pulcro resultaba en la versioacuten del claacutesico Repela

Hace pues mucho tiempo que concebimos el propoacutesito de restablecer la verdad de las cosas devolviendo a la peregrina historia de que se trata su primitivo caraacutecter que nunca dudamos fuera aquel en que saliera mejor librado el decoro Ni iquestcoacutemo dudarlo Esta clase de Relaciones al rodar por las manos del vulgo nunca se desnaturalizan para hacerse maacutes bellas delicadas y decentes sino para estropearse y percudirse al contacto de la

ordinariez y la chabacaneriacutea

Tal es la historia del presente libro Conque metaacutemonos ya en harina quiero decir demos comienzo a la Relacioacuten de EL CORREGIDOR Y LA MOLINERA no sin esperar de tu sano juicio (iexcloh respetable puacuteblico) que despueacutes de haberla leiacutedo y heacutechote maacutes cruces que si hubieras visto al demonio (como dijo Estebanillo Gonzaacutelez al principiar la suya) la tendraacutes por digna y merecedora de haber salido a luz Julio de 1874

I De cuando sucedio la cosa

Comenzaba este largo siglo que ya va de vencida No se sabe fijamente el antildeo solo consta que era despueacutes del de 4 y antes del de 8

Reinaba pues todaviacutea en Espantildea don Carlos IV de Borboacuten por la gracia de Dios seguacuten las monedas y por olvido o gracia especial de Bonaparte seguacuten los boletines franceses Los demaacutes soberanos europeos descendientes de Luis XIV habiacutean perdido ya la corona (y el Jefe de ellos la cabeza) en la deshecha borrasca que corriacutea esta envejecida parte del mundo desde 1789

Ni paraba aquiacute la singularidad de nuestra patria en aquellos tiempos El Soldado de la Revolucioacuten el hijo de un oscuro abogado corso el vencedor en Rivoli en las Piraacutemides en Marengo y en otras cien batallas acababa de centildeirse la corona de Carlo Magno y de transfigurar completamente la Europa creando y suprimiendo naciones borrando fronteras inventando dinastiacuteas y haciendo mudar de forma de nombre de sitio de costumbres y hasta de traje a los pueblos por donde pasaba en su corcel de guerra como un terremoto animado o como el Antecristo que le llamaban las Potencias del Norte Sin embargo nuestros padres (Dios los tenga en su santa Gloria) lejos de odiarlo o de temerle complaciacuteanse auacuten en ponderar sus descomunales hazantildeas como si se tratase del heacuteroe de un Libro de Caballeriacuteas o de cosas que sucediacutean en otro planeta sin que

ni por asomos recelasen que pensara nunca en venir por acaacute a intentar las atrocidades que habiacutea hecho en Francia Italia Alemania y otros paiacuteses Una vez por semana (y dos a lo sumo) llegaba el correo de Madrid a la mayor parte de las poblaciones importantes de la Peniacutensula llevando alguacuten nuacutemero de la Gaceta (que tampoco era diaria) y por ella sabiacutean las personas principales (suponiendo que la Gaceta hablase del particular) si existiacutea un Estado maacutes o menos allende el Pirineo si se habiacutea rentildeido otra batalla en que peleasen seis u ocho Reyes y Emperadores y si Napoleoacuten se hallaba en Milaacuten en Bruselas o en Varsovia Por lo demaacutes nuestros mayores seguiacutean viviendo a la antigua espantildeola sumamente despacio apegados a sus rancias costumbres en paz y en gracia de Dlos con su Inquisicioacuten y sus Frailes con su pintoresca desigualdad ante la Ley con sus privilegios fueros y exenciones personales con su carencia de toda libertad municipal o poliacutetica gobernados simultaacuteneamente por insignes Obispos y poderosos Corregidores (cuyas respectivas potestades no era muy faacutecil deslindar pues unos y otros se metiacutean en lo temporal y en lo eterno) y pagando diezmos primicias alcabalas subsidios mandas y limosnas forzosas rentas rentillas capitaciones tercias reales gabelas frutos civiles y hasta cincuenta tributos maacutes cuya nomenclatura no viene a cuento ahora

Y aquiacute termina todo lo que la presente historia tiene que ver con la militar y poliacutetica de aquella eacutepoca pues nuestro uacutenico objeto al referir lo que entonces sucediacutea en el mundo ha sido venir a parar a que el antildeo de que se trata (supongamos que el de 1805) imperaba todaviacutea en Espantildea el antiguo reacutegimen en todas las esferas de la vida puacuteblica y particular como si en medio de tantas novedades y trastornos el Pirineo se hubiese convertido en otra Muralla de la China

II De coacutemo viviacutea entonces la gente

En Andaluciacutea por ejemplo (pues precisamente acontecioacute en una ciudad de Andaluciacutea lo que vais a oiacuter) las personas de suposicioacuten continuaban levantaacutendose muy temprano yendo a la Catedral a Misa de prima aunque no fuese diacutea de precepto almorzando a las nueve un huevo frito y una jiacuteraca de chocolate con picatostes comiendo de una a dos de la tarde puchero y principio si habiacutea caza y si no puchero solo durmiendo la siesta despueacutes de comer paseando luego por el campo yendo al Rosario entre dos luces a su respectiva parroquia tomando otro chocolate a la Oracioacuten (eacuteste con bizcochos) asistiendo los muy encopetados a la tertulia del Corregidor del Deaacuten o del tiacutetulo que residiacutea en el pueblo retiraacutendose a casa a las Aacutenimas cerrando el portoacuten antes del toque de la queda cenando ensalada y guisado por antonomasia si no habiacutean entrado boquerones frescos y acostaacutendose incotinenti con su sentildeora (los que la teniacutean) no sin hacerse calentar primero la cama durante nueve meses del antildeo

iexclDichosiacutesimo tiempo aquel en que nuestra tierra seguiacutea en quieta y paciacutefica posesioacuten de todas las telarantildeas de todo el polvo de toda la polilla de todos los respetos de todas las creencias de todas las tradiciones de todos los usos y de todos los abusos santificados por los siglos iexclDichosiacutesimo tiempo aquel en que habiacutea en la sociedad humana variedad de clases de afectos y de costumbres iexclDichosiacutesimo tiempo digo para los

poetas especialmente que encontraban un entremeacutes un sainete una comedia un drama un auto sacramental o una epopeya detraacutes de cada esquina en vez de esta prosaica umformidad y desabrido realismo que nos legoacute al cabo la Revolucioacuten Francesa iexclDichosiacutesimo tiempo siacute

Pero esto es volver a las andadas Basta ya de generalidades y de circunloquios y entremos resueltamente en la historia del Sombrero de tres picos

III Do it des En aquel tiempo pues habiacutea cerca de la ciudad un famoso molino harinero (que ya no existe) situado como a un cuarto de legua de la poblacioacuten entre el pie de suave colina poblada de guindos y cerezos y una fertiliacutesima huerta que serviacutea de margen (y algunas veces de lecho) al titular intermitente y traicionero riacuteo

Por varias y diversas razones haciacutea ya alguacuten tiempo que aquel molino era el predilecto punto de llegada y descanso de los paseantes maacutes caracterizados de la mencionada ciudad Primeramente conduciacutea a eacutel un camino carretero menos intransitable que los restantes de aquellos contornos En segundo lugar delante del molino habiacutea una plazoletilla empedrada cubierta por un parral enorme debajo del cual se tomaba muy bien el fresco en el verano y el sol en el invierno merced a la alternada ida y venida de los paacutempanos En tercer lugar el Molinero era un hombre muy respetuoso muy discreto muy fino que teniacutea lo que se llama don de gentes y que obsequiaba a los sentildeores que soliacutean honrarlo con su tertulia vespertina ofrecieacutendoles lo que daba el tiempo ora habas verdes ora cerezas y guindas ora lechugas en rama y sin sazonar (que estaacuten muy buenas cuando se las acompantildea de macarros de pan de aceite macarros que se encargaban de enviar por delante sus sentildeoriacuteas) ora melones ora uvas de aquella misma parra que les serviacutea de dosel ora rosetas de maiz si era invierno y castantildeas asadas y almendras y nueces y de vez en cuando en las tardes friacuteas un trago de vino de pulso (dentro ya de la casa y al amor de la lumbre) a lo que por Pascuas se soliacutea antildeadir alguacuten pestintildeo alguacuten mantecado algun rosco o alguna lonja de jamoacuten alpujarrentildeo

ndashiquestTan rico era el Molinero o tan imprudentes sus tertulianosndashexclamareacuteis interrumpieacutendome

Ni lo uno ni lo otro El Molinero solo teniacutea un pasar y aquellos caballeros eran la delicadeza y el orgullo personificados Pero en unos tiempos en que se pagaban cincuenta y tantas contribuciones diferentes a la Iglesia y al Estado poco arriesgaba un ruacutestico de tan claras luces como aqueacutel en tenerse ganada la voluntad de Regidores Canoacutenigos Frailes Escribanos y demaacutes personas de campanillas Asiacute es que no faltaba quien dijese que el tiacuteo Lucas (tal era el nombre del Molinero) se ahorraba un dineral al antildeo a fuerza de agasajar a todo el mundo

ndash Vuestra Merced me va a dar una puertecilla vieja de la casa que ha derribado deciacuteale a uno Vuestra Sentildeoriacuteandashdeciacuteale a otrondashva a mandar que me rebajen el subsidido o la alcabala o la contribucioacuten de frutos-civiles Vuestra Reverencia me va a dejar coger en la huerta del Convento una poca hoja para mis gusanos de seda Vuestra Ilustriacutesima me va a dar permiso para traer una poca lentildea del monte X Vuestra Paternidad me va a poner dos letras para que me permitan cortar una poca de madera en el pinar H Es menester que me haga Usarceacute una escriturilla que no me cueste nada Este antildeo no puedo pagar el censo Espero que el pleito se falle a mi favor Hoy le he dado de bofetadas a uno y creo que debe ir a la caacutercel por haberme provocado iquestTendriacutea su Merced tal cosa de sobra iquestLe sirve a Usted de algo tal otra iquestMe puede prestar la mula iquestTiene ocupado mantildeana el carro iquestLe parece que enviacutee por el burro

Y estas canciones se repetiacutean a todas horas obteniendo siempre por contestacioacuten un generoso y desinteresado Como se pide

Conque ya veis que el tiacuteo Lucas no estaba en camino de arruinarse

IV Una mujer vista por fuera

La uacuteltima y acaso la maacutes poderosa razoacuten que teniacutea el seroriacuteo de la Ciudad para frecuentar por las tardes el molino del tiacuteo Lucas era que asiacute los cleacuterigos como los seglares empezando por el sentildeor Obispo y el sentildeor Corregidor podiacutean contemplar alliacute a sus anchas una de las obras maacutes bellas graciosas y admirables que hayan salido jamaacutes de las manos de Dios llamado entonces el Ser Supremo por Jovellanos y toda la escuela afrancesada de nuestro paiacutes

Esta obra se denominaba la sentildeaacute Frasquita

Empiezo por responderos de que la sentildeaacute Frasquita legiacutetima esposa del tiacuteo Lucas era una mujer de bien y de que asiacute lo sabiacutean todos los ilustres visitantes del molino Digo maacutes ninguno de eacutestos daba muestras de considerarla con ojos de varoacuten ni con trastienda pecaminosa Admiraacutebanla siacute y requebraacutebanla en ocasiones (delante de su marido por supuesto) lo mismo los frailes que los caballeros los canoacutenigos que los golillas como un prodigio de belleza que honraba a su Criador y

como una diablesa de travesura y coqueteriacutea que alegraba inocentemente los espiacuteritus maacutes melancoacutelicos Es un hermoso animal soliacutea decir el virtuosiacutesimo Prelado Es una estatua de la antiguumledad heleacutenica observaba un Abogado muy erudito Acadeacutemico correspondiente de la Historia Es la propia estampa de Eva prorrumpiacutea el Prior de los Franciscanos Es una real moza exclamaba el Coronel de milicias Es una sierpe una sirena iexclun demonio antildeadiacutea el Corregidor Pero es una buena mujer es un aacutengel es una criatura es una chiquilla de cuatro antildeos acababan por decir todos al regresar del molino atiborrados de uvas o de nueces en busca de sus teacutetricos y metoacutedicos hogares

La chiquilla de cuatro antildeos esto es la sentildeaacute Frasquita frisariacutea en los treinta Teniacutea maacutes de dos varas de estatura y era recia a proporcioacuten o quizaacute maacutes gruesa todaviacutea de lo correspondiente a su arrogante talla Pareciacutea una Niobe colosal y eso que no habiacutea tenido hijos pareciacutea un Heacutercules hembra pareciacutea una matrona romana de las que auacuten hay ejemplares en el Trastevere Pero lo maacutes notable en ella era la movilidad la ligereza la animacioacuten la gracia de su respetable mole Para ser una estatua como pretendiacutea el acadeacutemico le faltaba el reposo monumental Se cimbraba como un junco giraba como una veleta bailaba como una peonza Su rostro era maacutes movible todaviacutea y por lo tanto menos escultural Avivaacutebanlo donosamente hasta cinco hoyuelos dos en una mejilla otro en otra otro muy chico cerca de la comisura izquierda de sus rientes labios y el uacuteltimo muy grande en medio de su redonda barba Antildeadid a esto los picarescos mohines los graciosos guintildeos y las varias posturas de cabeza que amenizaban su conversacioacuten y formareacuteis idea de aquella cara llena de sal y de hermosura y radiante siempre de salud y alegriacutea

Ni la sentildeaacute Frasquita ni el tiacuteo Lucas eran andaluces ella era

navarra y eacutel murciano El habiacutea ido a la ciudad de a la edad de quince antildeos como medio paje medio criado del Obispo anterior al que entonces gobernaba aquella Iglesia Educaacutebalo su protector para cleacuterigo y tal vez con esta mira y para que no careciese de congrua dejoacutele en su testamento el molino pero el tiacuteo Lucas que a la muerte de Su Ilustriacutesima no estaba ordenado maacutes que de menores ahorcoacute los haacutebitos en aquel punto y hora y sentoacute plaza de soldado maacutes ganoso de ver mundo y correr aventuras que de decir Misa o de moler trigo En 1793 hizo la campantildea de los Pirineos Occidentales como Ordenanza del valiente General don Ventura Caro asistioacute al asalto de Castillo Pintildeoacuten y permanecioacute luego largo tiempo en las provincias del Norte donde tomoacute la licencia absoluta En Estella conocioacute a la sentildeaacute Frasquita que entonces soacutelo se llamaba Frasquita la enamoroacute se casoacute con ella y se la llevoacute a Andaluciacutea en busca de aquel molino que habiacutea de verlos tan paciacuteficos y dichosos durante el resto de su peregrinacioacuten por este valle de laacutegrimas y risas

La sentildeaacute Frasquita pues trasladada de Navarra a aquella soledad no habiacutea adquirido ninguacuten haacutebito andaluz y se diferenciaba mucho de las mujeres campesinas de los contornos Vestiacutea con maacutes sencillez desenfado y elegancia que ellas lavaba maacutes sus carnes y permitiacutea al sol y al aire acariciar sus arremangados brazos y su descubierta garganta Usaba hasta cierto punto el traje de las sentildeoras de aquella eacutepoca el traje de las mujeres de Goya el traje de la reina Mariacutea Luisa si no falda de medio paso falda de un paso solo sumamente corta que dejaba ver sus menudos pies y el arranque de su soberana pierna llevaba el escote redondo y bajo al estilo de Madrid donde se detuvo dos meses con su Lucas al trasladarse de Navarra a Andaluciacutea todo el pelo recogido en lo alto de la coronilla lo cual dejaba campear la gallardiacutea de su cabeza y de su cuello sendas arracadas en las diminutas orejas y muchas sortijas en los

afilados dedos de sus duras pero limpias manos Por uacuteltimo la voz de la sentildeaacute Frasquita teniacutea todos los tonos del maacutes extenso y melodioso instrumento y su carcajada era tan alegre y argentina que pareciacutea un repique de Saacutebado de Glorla

Retratemos ahora al tiacuteo Lucas

V Un hombre visto desde fuera

El tiacuteo Lucas era maacutes feo que Picio Lo habiacutea sido toda su vida y ya teniacutea cerca de cuarenta antildeos Sin embargo pocos hombres tan simpaacuteticos y agradables habraacute echado Dios al mundo Prendado de su viveza de su ingenio y de su gracia el difunto Obispo se lo pidioacute a sus padres que eran pastores no de almas sino de verdaderas ovejas Muerto Su Ilustriacutesima y dejado que hubo el mozo el Seminario por el Cuartel distinguioacutele entre todo su Ejeacutercito el General Caro y lo hizo su Ordenanza maacutes iacutentimo su verdadero criado de campantildea Cumplido en fin el empentildeo militar fuele tan faacutecil al tiacuteo Lucas rendir el corazoacuten de la sentildeaacute Frasquita como faacutecil le habiacutea sido captarse el aprecio del General y del Prelado La navarra que teniacutea a la sazoacuten veinte abriles y era el ojo derecho de todos los mozos de Estella algunos de ellos bastante ricos no pudo resistir a los continuos donaires a las chistosas ocurrencias a los ojillos de enamorado mono y a la bufona y constante sonrisa llena de malicia pero tambieacuten de dulzura de aquel murciano tan atrevido tan locuaz tan avisado tan dispuesto tan valiente y tan gracioso que acaboacute por trastornar el juicio no soacutelo a la codiciada beldad sino tambieacuten a su padre y a su madre

Lucas era en aquel entonces y seguiacutea siendo en la fecha a que nos referimos de pequentildea estatura (a los menos con relacioacuten a su mujer) un poco cargado de espaldas muy moreno barbilampintildeo narigoacuten orejudo y picado de viruelas En cambio su boca era regular y su dentadura inmejorable Dijeacuterase que soacutelo la corteza de aquel hombre era tosca y fea que tan pronto como

empezaba a penetrarse dentro de eacutel apareciacutean sus perfecciones y que estas perfecciones principiaban en los dientes Luego veniacutea la voz vibrante elaacutestica atractiva varonil y grave algunas veces dulce y melosa cuando pediacutea algo y siempre difiacutecil de resistir Llegaba despueacutes lo que aquella voz deciacutea todo oportuno discreto ingenioso persuasivo Y por uacuteltimo en el alma del tiacuteo Lucas habiacutea valor lealtad honradez sentido comuacuten deseo de saber y conocimientos instintivos o empiacutericos de muchas cosas profundo desdeacuten a los necios cualquiera que fuese su categoriacutea social y cierto espiacuteritu de ironiacutea de burla y de sarcasmo que le haciacutean pasar a los ojos del Acadeacutemico por un don Francisco de Quevedo en bruto

Tal era por dentro y por fuera el tiacuteo Lucas

VI Habilidades de los coacutenyuges

Amaba pues locamente la sentildeaacute Frasquita al tiacuteo Lucas y consideraacutebase la mujer maacutes feliz del mundo al verse adorada por eacutel No teniacutean hijos seguacuten que ya sabemos y habiacutease consagrado cada uno a cuidar y mimar al otro con esmero indecible pero sin que aquella tierna solicitud ostentase el caraacutecter sentimental y empalagoso por lo zalamero de casi todos los matrimonios sin sucesioacuten Al contrario trataacutebanse con una llaneza una alegriacutea una broma y una confianza semejantes a las de aquellos nintildeos camaradas de juegos y de diversiones que se quieren con toda el alma sin deciacuterselo jamaacutes ni darse a siacute mismos cuenta de lo que sienten iexclImposible que haya habido sobre la tierra molinero mejor peinado mejor vestido maacutes regalado en la mesa rodeado de maacutes comodidades en su casa que el tiacuteo Lucas iexclImposible que ninguna molinera ni ninguna reina haya sido objeto de tantas atenciones de tantos agasajos de tantas finezas como la sentildea Frasquita iexclImposible tambieacuten que ninguacuten molino haya encerrado tantas cosas necesarias uacutetiles agradables recreativas y hasta superfluas como el que va a servir de teatro a casi toda la presente historia Contribuiacutea mucho a ello que la sentildeaacute

Frasquita la pulcra hacendosa fuerte y saludable navarra sabiacutea queriacutea y podiacutea guisar coser bordar barrer hacer dulce lavar planchar blanquear la casa fregar el cobre amasar tejer hacer media cantar bailar tocar la guitarra y los palillos jugar a la brisca y al tute y otras muchiacutesimas cosas cuya relacioacuten fuera interminable Y contribuiacutea no menos al mismo resultado el que el tiacuteo Lucas sabiacutea queriacutea y podiacutea dirigir la molienda cultivar el campo cazar pescar trabajar de carpintero de herrero y de albantildeil ayudar a su mujer en todos los quehaceres de la casa leer escribir contar etc etc Y esto sin hacer mencioacuten de los ramos de lujo o sea de sus habilidades extraordinarias Por ejemplo el tiacuteo Lucas adoraba las flores (lo mismo que su mujer) y era floricultor tan consumado que habiacutea conseguido producir ejemplares nuevos por medio de laboriosas combinaciones Teniacutea algo de Ingeniero natural y lo habiacutea demostrado construyendo una presa un sifoacuten y un acueducto que triplicaron el agua del molino Habiacutea ensentildeado a bailar a un perro domesticado una culebra y hecho que un loro diese la hora por medio de gritos seguacuten las iba marcando un reloj de sol que el molinero habiacutea trazado en una pared de cuyas resultas el loro daba ya la hora con toda precisioacuten hasta en los diacuteas nublados y durante la noche Finalmente en el molino habiacutea una huerta que produciacutea toda clase de frutas y legumbres un estanque encerrado en una especie de quiosco de jazmines donde se bantildeaban en verano el tiacuteo Lucas y la sentildeaacute Frasquita un jardiacuten una estufa o invernadero para las plantas exoacuteticas una fuente de agua potable dos burras en que el matrimonio iba a la ciudad o a los pueblos de las cercaniacuteas gallinero palomar pajarera criadero de peces criadero de gusanos de seda colmenas cuyas abejas libaban en los jazmines jaraiacutez o lagar con su bodega correspondiente ambas cosas en miniatura horno telar fragua taller de carpinteriacutea etc etc todo ello reducido a una casa de ocho habitaciones y a dos fanegas de tierra y tasado en la cantidad de diez mil reales

VII El fondo de la felicidad

Adoraacutebanse siacute locamente el molinero y la molinera y auacuten se hubiera creiacutedo que ella lo queriacutea maacutes a eacutel que eacutel a ella no obstante ser eacutel tan feo y ella tan hermosa Diacutegolo porque la sentildeaacute Frasquita soliacutea tener celos y pedirle cuentas al tiacuteo Lucas cuando eacuteste tardaba mucho en regresar de la ciudad o de los pueblos adonde iba por grano mientras que el tiacuteo Lucas veiacutea hasta con gusto las atenciones de que era objeto la sentildeaacute Frasquita por parte de los sentildeores que frecuentaban el molino se ufanaba y regocijaba de que a todos les agradase tanto como a eacutel y aunque comprendiacutea que en el fondo del corazoacuten se la envidiaban algunos de ellos la codiciaban como simples mortales y hubieran dado cualquier cosa porque fuera menos mujer de bien la dejaba sola diacuteas enteros sin el menor cuidado y nunca le preguntaba luego queacute habiacutea hecho ni quieacuten habiacutea estado alliacute durante su ausencia

No consistiacutea aquello sin embargo en que el amor del tiacuteo Lucas fuese menos vivo que el de la sentildeaacute Frasquita Consistiacutea en que eacutel teniacutea maacutes confianza en la virtud de aqueacutella que ella en la de eacutel consistiacutea en que eacutel la aventajaba en penetracioacuten y sabiacutea

hasta queacute punto era amado y cuaacutento se respetaba su mujer a siacute misma y consistiacutea principalmente en que el tiacuteo Lucas era todo un hombre un hombre como el de Shakespeare de pocos e indivisibles sentimientos incapaz de dudas que creiacutea o moriacutea que amaba o mataba que no admitiacutea gradacioacuten ni traacutensito entre la suprema felicidad y el exterminio de su dicha

Era en fin un Otelo de Murcia con alpargatas y montera en el primer acto de una tragedia posible

Pero iquesta queacute estas notas luacutegubres en una tonadilla alegre iquestA queacute estos relaacutempagos fatiacutedicos en una atmoacutesfera tan serena iquestA queacute estas actitudes melodramaacuteticas en un cuadro de geacutenero

Vais a saberlo inmediatamente

VIII El hombre del sombrero de tres picos

Eran las dos de una tarde de octubre

El esquiloacuten de la catedral tocaba a viacutesperas lo cual equivale a decir que ya habiacutean comido todas las personas principales de la ciudad

Los canoacutenigos se dirigiacutean al Coro y los seglares a sus alcobas a dormir la siesta sobre todo aquellos que por razoacuten de oficio v gr las Autoridades habiacutean pasado la mantildeana entera trabajando

Era pues muy de extrantildear que a aquella hora impropia ademaacutes para dar un paseo pues todaviacutea haciacutea demasiado calor saliese de la ciudad a pie y seguido de un solo alguacil el ilustre sentildeor Corregidor de la misma a quien no podiacutea confundirse con ninguna otra persona ni de diacutea ni de noche asiacute por la enormidad de su sombrero de tres picos y por lo vistoso de su capa de grana como por lo particulariacutesimo de su grotesco donaire

De la capa de grana y del sombrero de tres picos son muchas todaviacutea las personas que pudieran hablar con pleno conocimiento de causa Nosotros entre ellas lo mismo que todos los nacidos en aquella ciudad en las postrimeriacuteas del reinado del sentildeor don Fernando VII recordamos haber visto colgados de un clavo uacutenico adorno de desmantelada pared en la ruinosa torre de la casa que habitoacute Su Sentildeoriacutea (torre destinada a la sazoacuten a los infantiles juegos de sus nietos) aquellas dos anticuadas prendas aquella capa y aquel sombrerondashel negro sombrero encima y la roja capa debajondash formando una especie de espectro del Absolutismo una especie de sudario del Corregidor una especie de caricatura retrospectiva de su poder pintada con carboacuten y almagre como tantas otras por los paacutervulos constitucionales de la de 1837 que alliacute nos reuniacuteamos una especie en fin de espanta-paacutejaros que en otro tiempo habiacutea sido espanta-hombres y que hoy me da miedo de haber contribuido a escarnecer paseaacutendolo por aquella histoacuterica ciudad en diacuteas de Carnestolendas en lo alto de un deshollinador o sirviendo de disfraz irrisorio al idiota que maacutes haciacutea reir a la plebe iexclPobre principio de autoridad iexclAsiacute te hemos puesto los mismos que hoy te invocamos tanto

En cuanto al indicado grotesco donaire del sentildeor Corregidor consistiacutea (dicen) en que era cargado de espaldas todaviacutea maacutes cargado de espaldas que el tiacuteo Lucas casi jorobado por decirlo de una vez de estatura menos que mediana endeblillo de mala salud con las piernas arqueadas y una manera de andar sui generis (balanceaacutendose de un lado a otro y de atraacutes hacia adelante) que soacutelo se puede describir con la absurda foacutermula de que pareciacutea cojo de los dos pies En cambio (antildeade la tradicioacuten) su rostro era regular aunque ya bastante arrugado por la falta absoluta de dientes y muelas moreno verdoso como el de casi todos los hijos de las Castillas con

grandes ojos oscuros en que relampagueaban la coacutelera el despotismo y la lujuria con finas y traviesas facciones que no teniacutean la expresioacuten del valor personal pero siacute la de una malicia artera capaz de todo y con cierto aire de satisfaccioacuten medio aristocraacutetico medio libertino que revelaba que aquel hombre habriacutea sido en su remota juventud muy agradable y acepto a las mujeres no obstante sus piernas y su joroba

Don Eugenio de Zuacutentildeiga y Ponce de Leoacuten (que asiacute se llamaba Su Sentildeoriacutea) habiacutea nacido en Madrid de familia ilustre frisariacutea a la sazoacuten en los cincuenta y cinco antildeos y llevaba cuatro de Corregidor en la ciudad de que tratamos donde se casoacute a poco de llegar con la principaliacutesima sentildeora que diremos maacutes adelante

Las medias de don Eugenio (uacutenica parte que ademaacutes de los zapatos dejaba ver de su vestido la extensiacutesima capa de grana) eran blancas y los zapatos negros con hebilla de oro Pero luego que el calor del campo lo obligoacute a desembozarse viacutedose que llevaba gran corbata de batista chupa de sarga de color de toacutertola muy festoneada de ramillos verdes bordados de realce calzoacuten corto negro de seda una enorme casaca de la misma estofa que la chupa espadiacuten con guarnicioacuten de acero bastoacuten con borlas y un respetable par de guantes (o quirotecas) de gamuza pajiza que no se poniacutea nunca y que empuntildeaba a guisa de cetro

El alguacil que seguiacutea veinte pasos de distancia al sentildeor Corregidor se llamaba Garduntildea y era la propia estampa de su nombre Flaco agiliacutesimo mirando adelante y atraacutes y a derecha e izquierda al propio tiempo que andaba de largo cuello de diminuto y repugnante rostro y con dos manos como dos manojos de disciplinas pareciacutea juntamente un huroacuten en busca de criminales la cuerda que habiacutea de atarlos y el instrumento destinado a su castigo

El primer Corregidor que le echoacute la vista encima le dijo sin maacutes informes Tuacute seraacutes mi verdadero alguacil Y ya lo habiacutea sido de cuatro Corregidores

Teniacutea cuarenta y ocho antildeos y llevaba sombrero de tres picos mucho maacutes pequentildeo que el de su sentildeor (pues repetimos que el de este era descomunal) capa negra como las medias y todo el traje bastoacuten sin borlas y una especie de asador por la espalda

Aquel espantajo negro pareciacutea la sombra de su vistoso amo

IX iexclArre burra Por donde quiera que pasaban el personaje y su apeacutendice los labradores dejaban sus faenas y se descubriacutean hasta los pies con maacutes miedo que respeto despueacutes de lo cual deciacutean en voz baja

ndashiexclTemprano va esta tarde el sentildeor Corregidor a ver a la sentildeaacute Frasquita

ndashiexclTemprano y solondashantildeadiacutean algunos acostumbrados a verlo siempre dar aquel paseo en compantildeiacutea de otras varias personas

ndashOye tuacute Manuel iquestpor queacute iraacute solo esta tarde el sentildeor Corregidor a ver a la navarrandashle preguntoacute una lugarentildea a su marido el cual la llevaba a grupas en la bestia

Y al mismo tiempo que la pregunta le hizo cosquillas por viacutea de retintiacuten

ndashiexclNo seas mal pensada Josefandashexclamoacute el buen hombrendash

La sentildeaacute Frasquita es incapaz

ndashNo digo lo contrario Pero el Corregidor no es por eso incapaz de estar enamorado de ella Yo he oiacutedo decir que de todos los que van a las francachelas del molino el uacutenico que lleva mal fin es ese madrilentildeo tan aficionado a faldas

ndashiquestY queacute sabes tuacute si es o no aficionado a faldasndashpreguntoacute a su vez el marido

ndashNo lo digo por miacute iexclYa se hubiera guardado por maacutes Corregidor que sea de decirme los ojos tienes negros

La que asiacute hablaba era fea en grado superlativo

ndashPues mira hija iexclallaacute ellosndashreplicoacute el llamado Manuelndash Yo no creo al tiacuteo Lucas hombre de consentir iexclBonito genio tiene el tiacuteo Lucas cuando se enfada

ndashPero en fin iexclsi ve que le convienendashantildeadioacute la tiacutea Josefa retorciendo el hocico

ndashEl tiacuteo Lucas es hombre de bienndashrepuso el lugarentildeondash y a un hombre de bien nunca pueden convenirle ciertas cosas

ndashPues entonces tienes razoacuten iexclAllaacute ellos iexclSi yo fuera la sentildeaacute Frasquita

ndashiexclArre burrandashgritoacute el marido para mudar de conversacioacuten

Y la burra salioacute al trote con lo que no pudo oiacuterse el resto del diaacutelogo

X Desde la parra Mientras asiacute discurrian los labriegos que saludaban al sentildeor Corregidor la sentildeaacute Frasquita regaba y barriacutea cuidadosamente la plazoletilla empedrada que serviacutea de atrio o compaacutes al molino y colocaba media docena de sillas debajo de lo maacutes espeso del emparrado en el cual estaba subido el tiacuteo Lucas cortando los mejores racimos y arreglaacutendolos artiacutesticamente en una cesta

ndashiexclPues siacute Frasquitandashdeciacutea el tiacuteo Lucas desde lo alto de la parrandash el sentildeor Corregidor estaacute enamorado de ti de muy mala manera

ndashYa te lo dije yo hace tiempondashcontestoacute la mujer del Nortendash Pero iexcldeacutejalo que pene iexclCuidado Lucas no te vayas a caer

ndashDescuida estoy bien agarrado tambieacuten le gustas mucho al sentildeor

ndashiexclMira iexclNo me des maacutes noticiasndashinterrumpioacute ellandash iexclDemasiado seacute yo a quieacuten le gusto y a quieacuten no le gusto iexclOjalaacute supiera del mismo modo por queacute no te gusto a ti

ndashiexclToma Porque eres muy fea ndashcontestoacute el tiacuteo Lucas

ndashPues oye iexclfea y todo soy capaz de subir a la parra y echarte de cabeza al suelo

ndashMaacutes faacutecil seriacutea que yo no te dejase bajar de la parra sin comerte viva

ndashiexclEso es iexclY cuando vinieran mis galanes y nos viesen ahiacute diriacutean que eacuteramos un mono y una mona

ndashY acertariacutean porque tuacute eres muy mona y muy rebonita y yo parezco un mono con esta joroba

ndashQue a miacute me gusta muchiacutesimo

ndashEntonces te gustaraacute maacutes la del Corregidor que es mayor que la miacutea

ndashiexclVamos iexclVamos sentildeor don Lucas iexclNo tenga usted tantos celos

ndashiquestCelos yo de ese viejo petate iexclAl contrario me alegro muchiacutesimo de que te quiera

ndashiquestPor queacute

ndashPorque en el pecado lleva la penitencia iexclTuacute no has de quererlo nunca y yo soy entre tanto el verdadero Corregidor de la ciudad

ndashiexclMiren el vanidoso Pues figuacuterate que llegase a quererlo

iexclCosas maacutes raras se ven en el mundo

ndashTampoco me dariacutea gran cuidado

ndashiquestPor queacute

ndashiexclPorque entonces tuacute no seriacuteas ya tuacute y no siendo tuacute quien eres o como yo creo que eres maldito lo que me importariacutea que te llevasen los demonios

ndashPues bien iquestqueacute hariacuteas en semejante caso

ndashiquestYo iexclMira lo que no seacute Porque como entonces yo seriacutea otro y no el que soy ahora no puedo figurarme lo que pensariacutea

ndashiquestY por queacute seriacuteas entonces otrondashinsistioacute valientemente la sentildeaacute Frasquita dejando de barrer y ponieacutendose en jarras para mirar hacia arriba

El tiacuteo Lucas se rascoacute la cabeza como si escarbara para sacar de ella alguna idea muy profunda hasta que al fin dijo con maacutes seriedad y pulidez que de costumbre

ndashSeriacutea otro porque yo soy ahora un hombre que cree en ti como en siacute mismo y que no tiene maacutes vida que esa fe De consiguiente al dejar de creer en ti me moririacutea o me convertiriacutea en un nuevo hombre viviriacutea de otro modo me pareceriacutea que acababa de nacer tendriacutea otras entrantildeas Ignoro pues lo que hariacutea entonces contigo Puede que me echara a reiacuter y te volviera la espalda Puede que ni siquiera te conociese Puede que Pero iexclvaya un gusto que tenemos en ponernos de mal humor sin necesidad iquestQueacute nos importa a nosotros que te quieran todos los

Corregidores del mundo iquestNo eres tuacute mi Frasquita

ndashiexclSi pedazo de baacuterbarondashcontestoacute la navarra riendo a maacutes no poderndash Yo soy tu Frasquita y tuacute eres mi Lucas de mi alma maacutes feo que el bu con maacutes talento que todos los hombres maacutes bueno que el pan y maacutes querido iexclAh lo que es eso de querido cuando bajes de la parra lo veraacutes iexclPrepaacuterate a llevar maacutes bofetadas y pellizcos que pelos tienes en la cabeza Pero iexclcalla iquestQueacute es lo que veo El sentildeor Corregidor viene por alli completamente solo iexclY tan tempranito Ese trae plan iexclPor lo visto tuacute teniacuteas razoacuten

ndashPues aguaacutentate y no le digas que estoy subido en la parra iexclEse viene a declararse a solas contigo creyendo pillarme durmiendo la siesta Quiero divertirme oyendo su explicacioacuten

Asiacute dijo el tiacuteo Lucas alargando la cesta a su mujer

ndashiexclNo estaacute mal pensadondashexclamoacute ella lanzando nuevas carcajadasndash iexclEl demonio del madrilentildeo iquestQueacute se habraacute creiacutedo que es un Corregidor para miacute Pero aquiacute llega Por cierto que Garduntildea que lo seguiacutea a alguna distancia se ha sentado en la ramblilla a la sombra iexclQueacute majaderiacutea Ocuacuteltate tuacute bien entre los paacutempanos que nos vamos a reiacuter maacutes de lo que te figuras

Y dicho esto la hermosa navarra rompioacute a cantar el fandango que ya le era tan familiar como las canciones de su tierra

XI El bombardeo de Pamplona

ndashD ios te guarde Frasquitandashdijo el Corregidor a media voz apareciendo bajo el emparrado y andando de puntillas

ndashiexclTanto bueno sentildeor Corregidorndashrespondioacute ella en voz natural hacieacutendole mil reverenciasndash iexclUsiacutea por aquiacute a estas horas iexclY con el calor que hace iexclVaya sieacutentese Su Sentildeoriacutea Esto estaacute fresquito iquestCoacutemo no ha aguardado Su Sentildeoriacutea a los demaacutes sentildeores Aquiacute tienen ya preparados sus asientos Esta tarde esperamos al sentildeor Obispo en persona que le ha prometido a mi Lucas venir a probar las primeras uvas de la parra iquestY coacutemo lo pasa Su Sentildeoriacutea iquestCoacutemo estaacute la Sentildeora

El Corregidor se habiacutea turbado La ansiada soledad en que encontraba a la sentildeaacute Frasquita le pareciacutea un suentildeo o un lazo que le tendiacutea la enemiga suerte para hacerle caer en el abismo de un desengantildeo Limitoacutese pues a contestar

ndashNo es tan temprano como dices Seraacuten las tres y media El loro dio en aquel momento un chillido

ndashSon las dos y cuartondashdijo la navarra mirando de hito en hito al madrilentildeo

Este calloacute como reo convicto que renuncia a la defensa

ndashiquestY Lucas iquestDuermendashpreguntoacute al cabo de un rato

(Debemos advertir aquiacute que el Corregidor lo mismo que todos los que no tienen dientes hablaba con una pronunciacioacuten floja y sibilante como si se estuviese comiendo sus propios labios)

ndashiexclDe segurondashcontestoacute la sentildea Frasquitandash En llegando estas horas se queda dormido donde primero le coge aunque sea en el borde de un precipicio

ndashPues mira iexcldeacutejalo dormirndashexclamoacute el viejo Corregidor ponieacutendose maacutes paacutelido de lo que ya erandash Y tuacute mi querida Frasquita escuacutechame oye ven acaacute iexclSieacutentate aquiacute a mi lado Tengo muchas cosas que decirte

ndashYa estoy sentadandashrespondioacute la Molinera agarrando una silla baja y plantaacutendola delante del Corregidor a cortiacutesima distancia de la suya

Sentado que se hubo Frasquita echoacute una pierna sobre la otra inclinoacute el cuerpo hacia adelante apoyoacute un codo sobre la rodilla cabalgadora y la fresca y hermosa cara en una de sus manos y asiacute con la cabeza un poco ladeada la sonrisa en los labios los cinco hoyos en actividad y las serenas pupilas

clavadas en el Corregidor aguardoacute la declaracioacuten de Su Sentildeoriacutea Hubiera podido comparaacutersela con Pamplona esperando un bombardeo

El pobre hombre fue a hablar y se quedoacute con la boca abierta embelesado ante aquella grandiosa hermosura ante aquella esplendidez de gracias ante aquella formidable mujer de alabastrino color de lujosas carnes de limpia y riente boca de azules e insondables ojos que pareciacutea creada por el pincel de Rubens

ndashiexclFrasquitandashmurmuroacute al fin el delegado del Rey con acento desfallecido mientras que su marchito rostro cubierto de sudor destacaacutendose sobre su joroba expresaba una inmensa angustiandash iexclFrasquita

ndashiexclMe llamondashcontestoacute la hija de los Pirineosndash iquestY queacute

ndashLo que tuacute quierasndashrepuso el viejo con una ternura sin liacutemites

ndashPues lo que yo quierondashdijo la Molinerandash ya lo sabe Usiacutea Lo que yo quiero es que Usiacutea nombre Secretario del Ayuntamiento de la Ciudad a un sobrino miacuteo que tengo en Estella y que asiacute podraacute venirse de aquellas montantildeas donde estaacute pasando muchos apuros

ndashTe he dicho Frasquita que eso es imposible El Secretario actual

ndashiexclEs un ladroacuten un borracho y un bestia

ndashYa lo seacute Pero tiene buenas aldabas entre los Regidores

Perpetuos y yo no puedo nombrar otro sin acuerdo del Cabildo De lo contrarlo me expongo

ndashiexclMe expongo iexclMe expongo iquestA que no nos expondriacuteamos por Vuestra Sentildeoriacutea hasta los gatos de esta casa

ndashiquestMe querriacuteas a este precio ndashtartamudeoacute el Corregidor

ndashNo sentildeor que lo quiero a Usiacutea de balde

ndashiexclMujer no me des tratamiento Haacuteblame de usted o como se te antoje iquestConque vas a quererme Di

ndashiquestNo le digo a usted que lo quiero ya

ndashNo hay pero que valga iexclVeraacute usted queacute guapo y queacute hombre de bien es mi sobrino

ndashiexclTuacute siacute que eres guapa Frascuela

ndashiquestLe gusto a usted

ndashiexclQue si me gustas iexclNo hay mujer como tuacute

ndashPues mire usted Aquiacute no hay nada postizondashcontesto la sentildea Frasquita acabando de arrollar la manga de su juboacuten y mostrando al Corregidor el resto de su brazo digno de una cariaacutetide y maacutes blanco que una azucena

ndashiexclQue si me gustasndashprosiguioacute el Corregidorndash iexclDe diacutea de noche a todas horas en todas partes solo pienso en ti

ndashiexclPues queacute iquestNo le gusta a usted la sentildeora Corregidora

ndashpreguntoacute la sehaacute Frasquita con tan mal fingida compasioacuten que hubiera hecho reiacuter a un hipocondriacuteacondash iexclQueacute laacutestima Mi Lucas me ha dicho que tuvo el gusto de verla y de hablarle cuando fue a componerle a usted el reloj de la alcoba y que es muy guapa muy buena y de un trato muy carintildeoso

ndashiexclNo tanto iexclNo tantondashmurmuroacute el Corregidor con cierta amargura

ndashEn cambio otros me han dichondashprosiguioacute la Molinerandashque tiene muy mal genio que es muy celosa y que usted le tiembla maacutes que a una vara verde

ndashiexclNo tanto mujerndashrepitioacute don Eugenio de Zuacutentildeiga y Ponce de Leoacuten ponieacutendose coloradondash iexclNi tanto ni tan poco La Sentildeora tiene sus maniacuteas es cierto mas de ello a hacerme temblar hay mucha diferencia iexclYo soy el Corregidor

ndashPero en fin iquestla quiere usted o no la quiere

ndashTe direacute Yo la quiero mucho o por mejor decir la queriacutea antes de conocerte Pero desde que te vi no seacute lo que me pasa y ella misma conoce que me pasa algo Baacutestete saber que hoy tomarle por ejemplo la cara a mi mujer me hace la misma operacioacuten que si me la tomara a miacute propio iexclYa ves que no puedo quererla maacutes sin sentir menos iexclMientras que por coger esa mano ese brazo esa cara esa cintura dariacutea lo que no tengo

Y hablando asiacute el Corregidor tratoacute de apoderarse del brazo desnudo que la sentildeaacute Frasquita le estaba refregando materialmente por los ojos pero eacutesta sin descomponerse extendioacute la mano tocoacute el pecho de Su Sentildeoriacutea con la paciacutefica violencia e incontrastable rigidez de la trompa de un elefante y

lo tiroacute de espaldas con silla y todo

ndashiexclAve Maria Puriacutesimandashexclamoacute entonces la navarra rieacutendose a maacutes no poderndash Por lo visto esa silla estaba rota

ndashiquestQueacute pasa ahiacutendashexclamoacute en esto el tiacuteo Lucas asomando su feo rostro entre los paacutempanos de la parra

El Corregidor estaba todaviacutea en el suelo boca arriba y miraba con un terror indecible a aquel hombre que apareciacutea en los aires boca abajo

Hubieacuterase dicho que Su Sentildeoriacutea era el Diablo vencido no por San Miguel sino por otro Demonio del infierno

ndashiquestQueacute ha de pasarndashse apresuroacute a responder la sentildeaacute Frasquitandash iexclQue el sentildeor Corregidor puso la silla en vago fue a mecerse y se ha caiacutedo

ndashiexclJesuacutes Maria y Joseacutendashexclamoacute a su vez el Molinerondash iquestY se ha hecho dantildeo Su Sentildeoriacutea iquestQuiere un poco de agua y vinagre

ndashiexclNo me he hecho nadandashdijo el Corregidor levantaacutendose como pudo

Y luego antildeadioacute por lo bajo pero de modo que pudiera oiacuterlo la sentildeaacute Frasquita

ndashiexclMe la pagareacuteis

ndashPues en cambio Su Sentildeoriacutea me ha salvado a miacute la vidandashrepuso el tiacuteo Lucas sin moverse de lo alto de la parrandash

Figuacuterate mujer que estaba yo aquiacute sentado contemplando las uvas cuando me quedeacute dormido sobre una red de sarmientos y palos que dejaban claros suficientes para que pasase mi cuerpo Por consiguiente si la caida de Su Sentildeoriacutea no me hubiese despertado tan a tiempo esta tarde me habriacutea yo roto la cabeza contra esas piedras

ndashConque si iquesteh ndashreplicoacute el Corregidorndash Pues iexclvaya hombre me alegro iexclTe digo que me alegro mucho de haberme caiacutedo

ndashiexclMe la pagaraacutesndashagregoacute en seguida dirigieacutendose a la Molinera

Y pronuncioacute estas palabras con tal expresioacuten de reconcentrada furia que la sentildeaacute Frasquita se puso triste

Veiacutea claramente que el Corregidor se asustoacute al principio creyendo que el Molinero lo habiacutea oiacutedo todo pero que persuadido ya de que no habiacutea oiacutedo nada (pues la calma y el disimulo del tiacuteo Lucas hubieran engantildeado al maacutes lince) empezaba a abandonarse a toda su iracundia y a concebir planes de venganza

ndashiexclVamos iexclBaacutejate ya de ahiacute y ayuacutedame a limpiar a Su Sentildeoriacutea que se ha puesto perdido de polvondashexclamoacute entonces la Molinera

Y mientras el tio Lucas bajaba diacutejole ella al Corregidor daacutendole golpes con el delantal en la chupa y alguno que otro en las orejas

ndashEl pobre no ha oiacutedo nada Estaba dormido como un

tronco Maacutes que estas frases la circunstancia de haber sido dichas en voz baja afectando complicidad y secreto produjo un efecto maravilloso

ndashiexclPicara iexclProtervandashbalbuceoacute don Eugenio de Zuacutentildeiga con la boca hecha un agua pero gruntildeendo todaviacutea

ndashiquestMe guardaraacute Usiacutea rencorndashreplicoacute la navarra zalameramente

Viendo el Corregidor que la severidad le daba buenos resultados intentoacute mirar a la sentildeaacute Frasquita con mucha rabia pero se encontroacute con su tentadora risa y sus divinos ojos en los cuales brillaba la caricia de una suacuteplica y derritieacutendosele la gacha en el acto le dijo con un acento baboso y silbante en que se descubriacutea maacutes que nunca la ausencia total de dientes y muelas

ndashiexclDe ti depende amor miacuteo

En aquel momento se descolgoacute de la parra el tiacuteo Lucas

XII Diezmos y primicias

Repuesto el Corregidor en su silla la Molinera dirigioacute una raacutepida mirada a su esposo y viole no soacutelo tan sosegado como siempre sino reventando de ganas de reiacuter por resultas de aquella ocurrencia cambioacute con eacutel desde lejos un beso tirado aprovechando el primer descuido de don Eugenio y diacutejole en fin a este con una voz de sirena que le hubiera envidiado Cleopatra

ndashiexclAhora va Su Sentildeoriacutea a probar mis uvas Entonces fue de ver a la hermosa navarra (y asiacute la pintaria yo si tuviese el pincel de Tiziano) plantada enfrente del embelesado Corregidor fresca magniacutefica incitante con sus nobles formas con su angosto vestido con su elevada etatura con sus desnudos brazos levantados sobre la cabeza y con un transpaente racimo en cada mano dicieacutendole entre una sonrisa irresistible y una mirada suplicante en que titilaba el miedo

ndashTodaviacutea no las ha probado el sentildeor Obispo Son las primeras que se cogen este antildeo

Pareciacutea una gigantesca Pomona brindando frutos a un dios campestre a un saacutetiro v gr

En esto aparecioacute al extremo de la plazoleta empedrada el venerable Obispo de la dioacutecesis acompantildeado del abogado acadeacutemico y de dos canoacutenigos de avanzada edad y seguido de su secretario de dos familiares y de dos pajes Detuacutevose un rato Su Ilustriacutesima a contemplar aquel cuadro tan coacutemico y tan bello hasta que por uacuteltimo dijo con el reposado acento propio de los prelados de entonces

ndashEl quinto pagar diezmos y primicias a la Iglesia de Dios nos ensentildea la doctrina cristiana pero usted sentildeor Corregidor no se contenta con administrar el diezmo sino que tambieacuten trata de comerse las primicias

ndashiexclEl sentildeor Obispondashexclamaron los Molineros dejando al Corregidor y corriendo a besar el anillo al prelado

ndashiexclDios se lo pague a Su Ilustriacutesima por venir a honrar esta pobre chozandashdijo el tiacuteo Lucas besando el primero y con acento de muy sincera veneracioacuten

ndashiexclQueacute sentildeor Obispo tengo tan hermosondashexclamoacute la sentildeaacute Frasquita besando despueacutesndashiexclDios lo bendiga y me lo conserve maacutes antildeos que le conservoacute el suyo a mi Lucas

ndashiexclNo seacute queacute falta puedo hacerte cuando tuacute me echas las bendiciones en vez de pediacutermelasndashcontestoacute rieacutendose el bondadoso pastor

Y extendiendo dos dedos bendijo a la sentildeaacute Frasquita y despueacutes a los demaacutes circunstantes

ndashiexclAquiacute tiene Usiacutea Ilustriacutesima las primiciasndashdijo el Corregidor tomando un racimo de manos de la Molinera y presentaacutendoselo corteacutesmente al Obispondash Todaviacutea no habiacutea yo probado las uvas

El Corregidor pronuncioacute estas palabras dirigiendo de paso una raacutepida y ciacutenica mirada a la espleacutendida hermosura de la Molinera

ndashiexclPues no seraacute porque esteacuten verdes como las de la faacutebulandashobservoacute el acadeacutemico

ndashLas de la faacutebulandashexpuso el Obispo no estaban verdes sentildeor licenciado sino fuera del alcance de la zorra

Ni el uno ni el otro habiacutean querido acaso aludir al Corregidor pero ambas frases fueron casualmente tan adecuadas a lo que acababa de suceder alliacute que don Eugenio de Zuacutentildeiga se puso liacutevido de coacutelera y dijo besando el anillo del prelado

ndashiexclEso es llamarme zorro Sentildeor Ilustriacutesimo

ndashTu dixistindashreplicoacute eacuteste con la amable severidad de un santo como diz que lo era en efectondash Excusatio non petita accusatio manifesta Qualis vir talis oratio Pero satis am dictum nullus ultra sit sermo O lo que es lo mismo dejeacutemonos de latines y veamos estas famosas uvas

Y picoacute una sola vez en el racimo que le presentaba el Corregidor

ndashiexclEstaacuten muy buenasndashexclamoacute mirando aquella uva al trasluz y alargaacutendosela en seguida a su secretariondash iexclLaacutestima que

a miacute me sienten mal

El secretario contemploacute tambieacuten la uva hizo un gesto de cortesana admiracioacuten y la entregoacute a uno de los familiares

El familiar repitioacute la accioacuten del Obispo y el gesto del secretario propasaacutendose hasta oler la uva y luego Ia colocoacute en la cesta con escrupuloso cuidado no sin decir en voz baja a la concurrencia

ndashSu Ilustriacutesima ayuna

El tiacuteo Lucas que habiacutea seguido la uva con la vista la cogioacute entonces disimuladamente y se la comioacute sin que nadie lo viera

Despueacutes de esto sentaacuteronse todos habloacutese de la otontildeada (que seguiacutea siendo muy seca no obstante haber pasado el cordonazo de San Francisco) discurrioacutese algo sobre la probabilidad de una nueva guerra entre Napoleoacuten y el Austria insistiose en la creencia de que las tropas imperiales no invadiriacutean nunca el territorio espantildeol quejoacutese el abogado de lo revuelto y calamitoso de aquella eacutepoca envidiando los tranquilos tiempos de sus padres (como sus padres habriacutean envidiado los de sus abuelos) dio las cinco el loro y a una sentildea del reverendo Obispo el menor de los pajes fue al coche episcopal (que se habiacutea quedado en la misma ramblilla que el alguacil) y volvioacute con una magniacutefica torta sobada de pan de aceite polvoreada de sal que apenas hariacutea una hora habiacutea salido del horno colocoacutese una mesilla en medio del concurso descuartizoacutese la torta se dio su parte correspondiente sin embargo de que se resistieron mucho al tiacuteo Lucas y a la sentildeaacute Frasquita y una igualdad verdaderamente democraacutetica reinoacute durante media hora bajo aquellos paacutempanos que filtraban los uacuteltimos resplandores del sol poniente

XIII Le dijo el grajo al cuervo

Hora y media despueacutes todos los ilustres compantildeeros de merienda estaban de vuelta en la ciudad

El sentildeor Obispo y su familia habiacutean llegado con bastante anticipacioacuten gracias al coche y hallaacutebanse ya en palacio donde los dejaremos rezando sus devociones

El insigne abogado (que era muy seco) y los dos canoacutenigos (a cuaacutel maacutes grueso y respetable) acompantildearon al Corregidor hasta la puerta del Ayuntamiento (donde Su Sentildeoriacutea dijo tener que trabajar) y tomaron luego el camino de sus respectivas casas guiaacutendose por las estrellas como los navegantes o sorteando a tientas las esquinas como los ciegos pues ya habiacutea cerrado la noche aun no habiacutea salido la luna y el alumbrado puacuteblico (lo mismo que las demaacutes luces de este siglo) todaviacutea estaba alliacute en la mente divina

En cambio no era raro ver discurrir por algunas calles tal o cual linterna o farolillo con que respetuoso servidor alumbraba a

sus magniacuteficos amos quienes se dirigiacutean a la habitual tertulia o de visita a casa de sus parientes

Cerca de casi todas las rejas bajas se veiacutea (o se olfateaba por mejor decir) un silencioso bulto negro Eran galanes que al sentir pasos habiacutean dejado por un momento de pelar la pava

ndashiexclSomos unos calaverasndashiban diciendo el abogado y los dos canoacutenigosndash Queacute pensaraacuten en nuestras casas al vernos llegar a estas horas

ndashPues iquestqueacute diraacuten los que nos encuentren en la calle de este modo a las siete y pico de la noche como unos bandoleros amparados de las tinieblas

ndashHay que mejorar de conducta

ndashiexclAh Siacute iexclPero ese dichoso molino

ndashMi mujer lo tiene sentado en la boca del estoacutemagondashdijo el acadeacutemico con un tono en que se trasluciacutea mucho miedo a la proacutexima pelotera conyugal

ndashiquestPues y mi sobrinandashexclamoacute uno de los canoacutenigos que por cierto era Penitenciariondash Mi sobrina dice que los sacerdotes no deben visitar comadres

ndashY sin embargondashinterrumpioacute su compantildeero que era Magistralndash lo que alliacute pasa no puede ser maacutes inocente

ndashiexclToma iexclComo que va el mismiacutesimo Obispo

ndashY luego sentildeores iexcla nuestra edadndashrepuso el

Penitenciariondash Yo he cumplido ayer los setenta y cinco

ndashiexclEs clarondashreplicoacute el Maglstralndash Pero hablemos de otra cosa iexclqueacute guapa estaba esta tarde la sentildea Frasquita

ndashiexclOh lo que es eso como guapa es guapandashdijo el Abogado afectando imparcialidad

ndashMuy guapandashrepitioacute el Penitenciario dentro del embozo ndashY si nondashantildeadioacute el predicador de Oficiondash que se lo pregunten al Corregidor

ndashiexclEl pobre hombre estaacute enamorado de ella

ndashiexclYa lo creondashexclamoacute el confesor de la catedral

ndashiexclDe segurondashagregoacute el acadeacutemico correspondientendash Conque sentildeores yo tomo por aquiacute para llegar antes a casa iexclMuy buenas noches

ndashBuenas nochesndashle contestaron los capitulares

Y anduvieron algunos pasos en silencio

ndashiexclTambieacuten le gusta a ese la Molinerandashmurmuroacute entonces el Magistral daacutendole con el codo al Penitenciario

ndashiexclComo si lo vierandashrespondioacute este paraacutendose a la puerta de su casandash iexclY que bruto es Conque hasta mantildeana compantildeero Que le sienten a usted muy bien las uvas

ndashHasta mantildeana si Dios quiere Que pase usted muy buena noche

ndashiexclBuenas noches nos deacute Diosndashrezoacute el Penitenciario ya desde el portal que por maacutes sentildeas teniacutea farol y Virgen

Y llamoacute a la aldaba

Una vez solo en la calle el otro canoacutenigo (que era maacutes ancho que alto y que pareciacutea que rodaba al andar) siguioacute avanzando lentamente hacia su casa pero antes de llegar a ella cometioacute contra una pared cierta falta que en el porvenir habiacutea de ser objeto de un bando de policiacutea y dijo al mismo tiempo pensando sin duda en su cofrade de Coro

ndashiexclTambieacuten te gusta a ti la sentildeaacute Frasquita iexclY la verdad esndashantildeadioacute al cabo de un momentondashque como guapa es guapa

XIV Los consejos de Garduntildea

Entre tanto el Corregidor habiacutea subido al Ayuntamiento acompantildeado de Garduntildea con quien manteniacutea haciacutea rato en el saloacuten de sesiones una conversacion maacutes familiar de lo correspondiente a persona de su calidad y oficio

ndashiexclCrea Usiacutea a un perro perdiguero que conoce la cazandashdeciacutea el innoble alguacilndash La sentildeaacute Frasquita estaacute perdidamente enamorada de Usiacutea y todo lo que Usiacutea acaba de contarme contribuye a haceacutermelo ver maacutes claro que esa luz

Y sentildealaba un veloacuten de Lucena que apenas si esclareciacutea la octava parte del saloacuten

ndashiexclNo estoy yo tan seguro como tuacute Garduntildeandashcontestoacute don Eugenio suspirando laacutenguidamente

ndashiexclPues no seacute por queacute Y si no hablemos con franqueza Usiacutea dicho sea con perdoacuten tiene una tacha en su cuerpo iquest No

es verdad

ndashiexclBien siacutendashrepuso el Corregidorndash Pero esa tacha la tiene tambieacuten el tiacuteo Lucas iexclEl es maacutes jorobado que yo

ndashiexclMucho maacutes iexclMuchiacutesimo maacutes iexclsin comparacioacuten de ninguna especie Pero en cambio y es a lo que iba Usiacutea tiene una cara de muy buen ver lo que se dice una bella cara mientras que el tiacuteo Lucas se parece al sargento Utrera que reventoacute de feo

El Corregidor sonrioacute con cierta ufaniacutea

ndashAdemaacutesndashprosiguioacute el alguacilndash la sentildeaacute Frasquita es capaz de tirarse por una ventana con tal de agarrar el nombramiento de su sobrino

ndashiexclHasta ahiacute estamos de acuerdo iexclEse nombramiento es mi uacutenica esperanza

ndashiexclPues manos a la obra sentildeor Ya le he explicado a Usiacutea mi plan iexclNo hay maacutes que ponerlo en ejecucioacuten esta misma noche

ndashiexclTe he dicho muchas veces que no necesito consejosndashgritoacute don Eugenio acordaacutendose de pronto de que hablaba con un inferior

ndashCreiacute que Usiacutea me los habiacutea pedidondashbalbuceoacute Garduntildea

ndashiexclNo me repliques

Garduntildea saludoacute

ndashiquestConque deciacuteasndashprosiguioacute el de Zuacutentildeiga volviendo a amansarsendashque esta misma noche puede arreglarse todo eso Pues iexclmira hijo me parece muy bien iexclQueacute diablos iexclAsiacute saldreacute pronto de esta cruel incertidumbre

Garduntildea guardoacute silencio El Corregidor se dirigioacute al bufete y escribioacute algunas liacuteneas en un pliego de papel sellado que selloacute tambieacuten por su parte guardaacutendolo luego en la faltriquera

ndashiexclYa estaacute hecho el nombramiento del sobrinondashdijo entonces tomando un polvo de rapeacutendash iexclMantildeana me las compondreacute yo con los regidores y o lo ratifican con un acuerdo o habraacute la de San Quintiacuten iquestNo te parece que hago bien

ndashiexclEso iexclesondashexclamoacute Garduntildea entusiasmado metiendo la zarpa en la caja del Corregidor y arrebataacutendole un polvondash iexclEso iexcleso El antecesor de Usiacutea no se paraba tampoco en barras Cierta vez

ndashiexclDeacutejate de bachilleriacuteasndashrepuso el Corregidor sacudieacutendole una guantada en la ratera manondash Mi antecesor era una bestia cuando te tuvo de alguacil Pero vamos a lo que importa Acabas de decirme que el molino del tiacuteo Lucas pertenece al teacutermino del lugarcillo inmediato y no al de esta poblacioacuten iquest Estaacutes seguro de ello

ndashiexclSeguriacutesimo La jurisdiccioacuten de la ciudad acaba en la ramblilla donde yo me senteacute esta tarde a esperar que Vuestra Sentildeoriacutea iexclVoto a Lucifer iexclSi yo hubiera estado en su caso

ndashiexclBastandashgritoacute don Eugeniondash iexclEres un insolente

Y cogiendo media cuartilla de papel escribioacute una esquela cerroacutela doblaacutendole un pico y se la entregoacute a Garduntildea

ndashAhiacute tienesndashle dijo al mismo tiempondashla carta que me has pedido para el alcalde del lugar Tuacute le explicaraacutes de palabra todo lo que tiene que hacer iexclYa ves que sigo tu plan al pie de la letra iexclDesgraciado de ti si me metes en un callejoacuten sin salida

ndashiexclNo hay cuidado contestoacute Garduntildeandash El sentildeor Juan Loacutepez tiene mucho que temer y en cuanto vea la firma de Usiacutea haraacute todo lo que yo le mande iexclLo menos le debe mil fanegas de grano al Poacutesito Real y otro tanto al Poacutesito Piacuteo Esto uacuteltimo contra toda ley pues no es ninguna viuda ni ninguacuten labrador pobre para recibir el trigo sin abonar creces ni recargo sino un jugador un borracho y un sinverguumlenza muy amigo de faldas que trae escandalizado al pueblecillo iexclY aquel hombre ejerce autoridad iexclAsiacute anda el mundo

ndashiexclTe he dicho que calles iexclMe estaacutes distrayendondashbramoacute el Corregidorndash Conque vamos al asuntondashantildeadioacute luego mudando de tonondash Son las siete y cuarto Lo primero que tienes que hacer es ir a casa y advertirle a la Sentildeora que no me espere a cenar ni a dormir Dile que esta noche me estareacute trabajando aquiacute hasta la hora de la queda y que despueacutes saldreacute de ronda secreta contigo a ver si atrapamos a ciertos malhechores En fin engaacutentildeala bien para que se acueste descuidada De camino dile al otro alguacil que me traiga la cena iexclYo no me atrevo a parecer esta noche delante de la Sentildeora pues me conoce tanto que es capaz de leer en mis pensamientos Encaacutergale a la cocinera que ponga unos pestintildeos de los que se hicieron hoy y dile a Juanete que sin que lo vea nadie me alargue de la taberna medio cuartillo de vino blanco En seguida te marchas al lugar donde puedes hallarte muy blen a las ocho

ndashiexclA las ocho en punto estoy alliacutendashexclamoacute Garduntildea

ndashiexclNo me contradigasndashrugioacute el Corregidor acordaacutendose otra vez de que lo era

Garduntildea saludoacute

ndashHemos dichondashcontinuoacute aqueacutel humanizaacutendose de nuevondashque a las ocho en punto estaacutes en el lugar Del lugar al molino habraacute Yo creo que habraacute una media legua

ndashCorta

ndashiexclNo me interrumpas

El alguacil volvioacute a saludar

ndashCortandashprosiguioacute el Corregidorndash Por consiguiente a las diez iquestCrees tuacute que a las diez

ndashiexclAntes de las diez iexclA las nueve y media puede Usiacutea llamar descuidado a la puerta del molino

ndashiexclHombre iexclNo me digas a miacute lo que tengo que hacer Por supuesto que tuacute estaraacutes

ndashYo estareacute en todas partes Pero mi cuartel general seraacute la ramblilla iexclAh se me olvidaba Vaya Usiacutea a pie y no lleve linterna

ndashiexclMaldita la falta que me haciacutean tampoco esos consejos iquestSi creeraacutes tuacute que es la primera vez que salgo a campantildea

ndashPerdone Usiacutea iexclAh Otra cosa No llame Usiacutea a la puerta grande que da a la plazoleta del emparrado sino a la puertecilla que hay encima del caz

ndashiquestEncima del caz hay otra puerta iexclMira tuacute una cosa que nunca se me hubiera ocurrido

ndashSiacute sentildeor la puertecilla del caz da al mismiacutesimo dormitorio de los Molineros y el tiacuteo Lucas no entra ni sale nunca por ella De forma que aunque volviese pronto

ndashComprendo comprendo iexclNo me aturdas maacutes los oiacutedos

ndashPor uacuteltimo procure Usiacutea escurrir el bulto antes del amanecer Ahora amanece a las seis

ndashiexclMira otro consejo inuacutetil A las cinco estareacute de vuelta en mi casa Pero bastante hemos hablado ya iexclQuiacutetate de mi presencia

ndashPues entonces sentildeor iexclbuena suertendashexclamoacute el alguacil alargando lateralmente la mano al Corregidor y mirando al techo al mismo tiempo

El Corregidor puso en aquella mano una peseta y Garduntildea desaparecioacute como por ensalmo

ndashiexclPor vida de ndashmurmuroacute el viejo al cabo de un instantendash iexclSe me ha olvidado decirle a ese bachillero que me trajesen tambieacuten una baraja iexclCon ella me hubiera entretenido hasta las nueve y media viendo si me saliacutea aquel solitario

XV Despedida en prosa Seriacutean las nueve de aquella misma noche cuando el tiacuteo Lucas y la sentildeaacute Frasquita terminadas todas las haciendas del molino y de la casa se cenaron una fuente de ensalada de escarola una libreja de carne guisada con tomates y algunas uvas de las que quedaban en la consabida cesta todo ello rociado con un poco de vino y con grandes risotadas a costa del Corregidor despueacutes de lo cual miraacuteronse afablemente los dos esposos como muy contentos de Dios y de siacute mismos y se dijeron entre un par de bostezos que revelaban toda la paz y tranqulhdad de sus corazones

ndashPues sentildeor vamos a acostarnos y mantildeana seraacute otro diacutea

En aquel momento sonaron dos fuertes y ejecutivos golpes aplicados a la puerta grande del molino

El marido y la mujer se miraron sobresaltados

Era la primera vez que oiacutean llamar a su puerta a semejante hora

ndashVoy a verndashdijo la intreacutepida navarra encaminaacutendose hacia la plazoletilla

ndashiexclQuita iexclEso me toca a miacutendashexclamoacute el tiacuteo Lucas con tal dignidad que la sentildeaacute Frasquita le cedioacute el pasondash iexclTe he dicho que no salgasndashantildeadioacute luego con dureza viendo que la obstinada Molinera queriacutea seguirle

Eacutesta obedecioacute y se quedoacute dentro de la casa

ndashiquestQuieacuten esndashpreguntoacute el tiacuteo Lucas desde en medio de la plazoleta

ndashiexclLa Justiciandashcontestoacute una voz al otro lado del portoacuten

ndashiquestQueacute Justicia

ndashLa del lugar iexclAbra usted al sentildeor Alcalde

El tiacuteo Lucas habiacutea aplicado entre tanto un ojo a cierta mirilla muy disimulada que teniacutea el portoacuten y reconocido a la luz de la luna al ruacutestico Alguacil del lugar inmedlato

ndashiexclDiraacutes que le abra al borrachoacuten del Alguacilndashrepuso el Molinero retirando la tranca

ndashiexclEs lo mismondashcontestoacute el de afuerandash pues que traigo una orden escrita de su Merced Tenga usted muy buenas noches tiacuteo Lucasndashagregoacute luego entre tanto y con voz menos oficial maacutes baja y maacutes gorda como si ya fuera otro hombre

ndashiexclDios te guarde Tontildeuelondashrespondioacute el murcianondash Veamos queacute orden es esa iexclY bien podiacutea el sentildeor Juan Loacutepez

escoger otra hora mas oportuna de dirigirse a los hombres de bien Por supuesto que la culpa seraacute tuya iexclComo si lo viera te has estado emborrachando en las huertas del camino iquestQuieres un trago

ndashNo sentildeor no hay tiempo para nada Tiene usted que seguirme inmediatamente Lea usted la orden

ndashiquestCoacutemo seguirtendashexclamoacute el tiacuteo Lucas penetrando en el molino despueacutes de tomar el papelndash iexclA ver Frasquita alumbra

La sentildeaacute Frasquita soltoacute una cosa que teniacutea en la mano y descolgoacute el candil El tiacuteo Lucas miroacute raacutepidamente al objeto que habiacutea soltado su mujer y reconocioacute su bocacha o sea un enorme trabuco que calzaba balas de a media libra

El Molinero dirigioacute entonces a la navarra una mirada llena de gratitud y ternura y le dijo tomaacutendole la cara

ndashiexclCuaacutento vales

La sentildeaacute Frasquita paacutelida y serena como una estatua de maacutermol levantoacute el candil cogido con dos dedos sin que el maacutes leve temblor agitase su pulso y contestoacute secamente

ndashiexclVaya lee

La orden deciacutea

Para el mejor servicio de S M el Rey Nuestro Sentildeor (Q D G) prevengo a Lucas Fernaacutendez molinero de estos vecinos que tan luego como reciba la presente orden comparezca ante mi autoridad sin excusa ni pretexto alguno advirtieacutendole que por

ser asunto reservado no lo pondraacute en conocimiento de nadie todo ello bajo las penas correspondientes caso de desobediencia El Alcalde JUAN LOacutePEZ

Y habiacutea una cruz en vez de ruacutebrica

ndashOye tuacute iquestY queacute es estondashle preguntoacute el tiacuteo Lucas al Alguacilndash iquestA queacute viene esta orden

ndashNo lo seacutendashcontestoacute el ruacutestico hombre de unos treinta antildeos cuyo rostro esquinado y avieso propio de ladroacuten o de asesino daba muy triste idea de su sinceridadndash Creo que se trata de averiguar algo de brujeriacutea o de moneda falsa Pero la cosa no va con usted Lo llaman como testigo o como perito En fin yo no me he enterado bien del particular El sentildeorJuan Loacutepez se lo explicaraacute a usted con maacutes pelos y sentildeales

ndashiexclCorrientendashexclamoacute el Molinerondash Dile que ireacute mantildeana

ndashiexclCa no sentildeor Tiene usted que venir ahora mismo sin perder un minuto Tal es la orden que me ha dado el sentildeor Alcalde

Hubo un instante de silencio Los ojos de la sentildeaacute Frasquita echaban llamas

El tiacuteo Lucas no separaba los suyos del suelo como si buscara alguna cosa

ndashMe concederaacutes cuando menosndashexclamoacute al fin levantando la cabezandashel tiempo preciso para ir a la cuadra y aparejar una burra

ndashiexclQueacute burra ni queacute demontrendashreplicoacute el Alguacil iexclCualquiera se anda a pie media legua La noche estaacute muy hermosa y hace luna

ndashYa he visto que ha salido Pero yo tengo los pies hinchados

ndashPues entonces no perdamos tiempo Yo le ayudareacute a usted a aparejar

ndashiexclHola iexclHola iquestTemes que me escape

ndashYo no temo nada tiacuteo Lucasndashrespondioacute Tontildeuelo con la frialdad de un desalmadondash Yo soy la Justicia

Y hablando asiacute descansoacute armas con lo que dejoacute ver el retaco que llevaba debajo del capote

ndashPues mira Tontildeuelondashdijo la Molinerandash Ya que vas a la cuadra a ejercer tu verdadero oficio hazme el favor de aparejar tambieacuten la otra burra

ndashiquest Para queacutendashinterrogoacute el Molinero

ndashiexclPara miacute Yo voy con vosotros

ndashiexclNo puede ser sentildeaacute Frasquitandashobjetoacute el Alguacilndash Tengo orden de llevarme a su marido de usted nada maacutes y de impedir que usted lo siga En ello me van el destino y el pescuezo Asiacute me lo advirtioacute el sentildeorJuan Loacutepez Conque vamos tiacuteo Lucas Y se dirigioacute hacia la puerta

ndashiexclCosa maacutes rarandashdijo a media voz el murciano sin

moverse

ndashiexclMuy rarandashcontestoacute la sentildeaacute Frasquita

ndashEsto es algo que yo me seacutendashcontinuoacute murmurando el tiacuteo Lucas de modo que no pudiese oiacuterlo Tontildeuelo

ndashiquestQuieres que vaya yo a la ciudadndashcuchicheoacute la navarrandashy le deacute aviso al Corregidor de lo que nos sucede

ndashiexclNondashrespondioacute en alta voz el tiacuteo Lucasndash iexclEso no

ndashiquest Pues queacute quieres que hagandashdijo la Molinera con gran iacutempetu

ndashQue me miresndashrespondioacute el antiguo soldado

Los dos esposos se miraron en silencio y quedaron tan satisfechos ambos de la tranquilidad la resolucioacuten y la energiacutea que se comunicaron sus almas que acabaron por encogerse de hombros y reiacuterse

Despueacutes de esto el tiacuteo Lucas encendioacute otro candil y se dirigioacute a la cuadra diciendo al paso a Tontildeuelo con socarroneriacutea

ndashiexclVaya hombre iexclVen y ayuacutedame supuesto que eres tan amable

Tontildeuelo lo siguioacute canturriando una copla entre dientes

Pocos minutos despueacutes el tiacuteo Lucas saliacutea del molino caballero en una hermosa jumenta y seguido del Alguacil

La despedida de los esposos se habiacutea reducido a lo siguiente

ndashCierra bienndashdijo el tiacuteo Lucas

ndashEmboacutezate que hace frescondashdijo la sentildeaacute Frasquita cerrando con llave tranca y cerrojo

Y no hubo maacutes adioacutes ni maacutes beso ni maacutes abrazo ni maacutes mirada

iquestPara queacute

XVI Un ave de mal aguumlero

Sigamos por nuestra parte al tiacuteo Lucas

Ya habiacutean andado un cuarto de legua sin hablar palabra el Molinero subido en la borrica y el Alguacil arreaacutendola con su bastoacuten de autoridad cuando divisaron delante de siacute en lo alto de un repecho que haciacutea el camino la sombra de un enorme pajarraco que se dirigiacutea hacia ellos

Aquella sombra se destacoacute eneacutergicamente sobre el cielo esclarecido por la luna dibujaacutendose en eacutel con tanta precisioacuten que el Molinero exclamoacute en el acto

ndashTontildeuelo iexclaquel es Garduntildea con su sombrero de tres picos y sus patas de alambre

Mas antes de que contestara el interpelado la sombra deseosa sin duda de eludir aquel encuentro habiacutea dejado el camino y echado a correr a campo traviesa con la velocidad de

una verdadera garduntildea

ndashNo veo a nadiendashrespondioacute entonces Tontildeuelo con la mayor naturalidad

ndashNi yo tampocondashreplicoacute el tiacuteo Lucas comieacutendose la partida

Y la sospecha que ya se le ocurrioacute en el molino principioacute a adquirir cuerpo y consistencia en el espiacuteritu receloso del jorobado

ndashEste viaje miacuteondashdiacutejose interiormentendashes una estratagema amorosa del Corregidor La declaracioacuten que le oiacute esta tarde desde lo alto del emparrado me demuestra que el vejete rnadrilentildeo no puede esperar maacutes Indudablemente esta noche va a volver de visita al molino y por eso ha principiado quitaacutendome de en medio Pero iquestqueacute importa iexclFrasquita es Frasquita y no abriraacute la puerta aunque le peguen fuego a la casa Digo maacutes aunque la abriese aunque el Corregidor lograse por medio de cualquier ardid sorprender a mi excelente navarra el piacutecaro viejo saldriacutea con las manos en la cabeza iexclFrasquita es Frasquita Sin embargondashantildeadioacute al cabo de un momentondash iexclbueno seraacute volverme esta noche a casa lo maacutes temprano que pueda

Llegaron con esto al lugar el tiacuteo Lucas y el Alguacil dirigieacutendose a casa del sentildeor Alcalde

XVII Un alcalde de monterilla

El sentildeor Juan Loacutepez que como particular y como Alcalde era la tiraniacutea la ferocidad y el orgullo personificados (cuando trataba con sus interiores) dignaacutebase sin embargo a aquellas horas despueacutes de despachar los asuntos oficiales y los de su labranza y de pegarle a su mujer su cotidiana paliza beberse un caacutentaro de vino en compantildeiacutea del secretario y del sacristaacuten operacioacuten que iba maacutes de mediada aquella noche cuando el Molinero comparecioacute en su presencia

ndashiexclHola tiacuteo Lucasndashle dijo rascaacutendose la cabeza para excitar en ella la vena de los embustesndash iquestCoacutemo va de salud iexclA ver secretario eacutechele usted un vaso de vino al tiacuteo Lucas iquestY la sentildea Frasquita iquestSe conserva tan guapa iexclYa hace mucho tiempo que no la he visto Pero hombre iexclqueacute bien que sale ahora la molienda iexclEl pan de centeno parece de trigo candeal Conque vaya Sieacutentese usted y descanse que gracias a Dios no tenemos prisa

ndashiexclPor mi parte maldita aquellandashcontestoacute el tiacuteo Lucas que

hasta entonces no habiacutea despegado los labios pero cuyas sospechas eran cada vez mayores al ver el amistoso recibimiento que se le haciacutea despueacutes de una orden tan terrible y apremiante

ndashPues entonces tiacuteo Lucasndashcontinuoacute el alcaldendash supuesto que no tiene usted gran prisa dormiraacute usted acaacute esta noche y mantildeana temprano despacharemos nuestro asuntillo

ndashMe parece bienndashrespondioacute el tiacuteo Lucas con una ironiacutea y un disimulo que nada teniacutean que envidiar a la diplomacio del sentildeor Juan Loacutepezndash Supuesto que la cosa no es urgente pasareacute la noche fuera de mi casa

ndashNi urgente ni de peligro para ustedndashantildeadioacute el Alcalde engantildeado por aquel a quien creiacutea engantildearndash Puede usted estar completamente tranquilo Oye tuacute Tontildeuelo Alarga esa media fanega para que se siente el tiacuteo Lucas

ndashEntonces iexclvenga otro tragondashexclamoacute el Molinero sentaacutendose

ndashiexclVenga de ahiacutendashrepuso el Alcalde alargaacutendole el vaso lleno

ndashEstaacute en buena mano Meacutedielo usted

ndashiexclPues por su saludndashdijo el sentildeor Juan Loacutepez bebieacutendose la mitad

ndashPor la de usted sentildeor Alcaldendashreplicoacute el tiacuteo Lucas apurando la otra

ndashiexclA ver Manuelandashgritoacute entonces el Alcalde de monterillandash

Dile a tu ama que el tiacuteo Lucas se queda a dormir aquiacute Que le ponga una cabecera en el granero

ndashiexclCa No iexclDe ningun modo Yo duermo en el pajar como un rey

ndashMire usted que tenemos cabeceras

ndashiexclYa lo creo Pero iquesta queacute quiere usted incomodar a la familia Yo traigo mi capote

ndashPues sentildeor como usted guste iexclManuela dile a tu ama que no la ponga

ndashLo que siacute va usted a permitirmendashcontinuoacute el tiacuteo Lucas bostezando de un modo atrozndashes que me acueste en seguida Anoche he tenido mucha molienda y no ha pegado todaviacutea los ojos

ndashiexclConcedidondashrespondioacute majestuosamente el AlcaldendashPuede usted recogerse cuando quiera

ndashCreo que tambieacuten es hora de que nos recojamos nosotrosndashdijo el sacristaacuten asomaacutendose al caacutentaro de vino para graduar lo que quedabandash Ya deben de ser las diez o poco menos

ndashLas diez menos cuartillondashnotificoacute el secretario despueacutes de repartir en los vasos el resto del vino correspondiente a aquella noche

ndashiexclPues a dormir caballerosndashexclamoacute el anfitrioacuten apurando su parte

ndashHasta mariana sentildeoresndashantildeadioacute el Molinero bebieacutendose la suya

ndashEspere usted que le alumbren iexclTontildeuelo Lleva al tiacuteo Lucas al pajar

ndashiexclPor aquiacute tiacuteo Lucasndashdijo Tontildeuelo llevaacutendose tambieacuten el caacutentaro por si le quedaban algunas gotas

ndashHasta mantildeana si Dlos quierendashagregoacute el sacristaacuten despueacutes de escurrir todos los vasos

Y se marchoacute tambaleaacutendose y cantando alegremente el De profundis

ndashPues sentildeorndashdiacutejole el Alcalde al Secretario cuando se quedaron solosndash El tiacuteo Lucas no ha sospechado nada Nos podemos acostar descansadamente y iexclbuena pro le haga al Corregidor

XVIII Donde se veraacute que el tiacuteo Lucas teniacutea el suentildeo muy ligero

Cinco minutos despueacutes un hombre se descolgaba por la ventana del pajar del sentildeor Alcalde ventana que daba a un corraloacuten y que no distariacutea cuatro varas del suelo

En el corraloacuten habiacutea un cobertizo sobre una gran pesebrera a la cual hallaacutebanse atadas seis u ocho caballleriacuteas de diversa alcurnia bien que todas ellas del sexo deacutebil Los caballos mulos y burros del sexo fuerte formaban rancho aparte en otro local contiguo

El hombre desatoacute una borrica que por cierto estaba aparejada y se encaminoacute llevaacutendola del diestro hacia la puerta del corral retiroacute la tranca y desechoacute el cerrojo que la aseguraban abrioacutela con mucho tiento y se encontroacute en medio del campo

Una vez alliacute montoacute en la borrica metioacutele los talones y salioacute como una flecha con direccioacuten a la ciudad mas no por el carril ordinario sino atravesando siembras y cantildeadas como quien se precave contra alguacuten mal encuentro

Era el tiacuteo Lucas que se dirigiacutea a su molino

XIX Voces clamantes in desertogt

ndashiexclAlcaldes a miacute que soy de Archenandashiba dicieacutendose el murcianondash iexclMantildeana por la mantildeana pasareacute a ver al sentildeor Obispo como medida preventiva y le contareacute todo lo que me ha ocurrido esta noche iexclLlamarme con tanta prisa y reserva y a hora tan desusada decirme que venga solo hablarme del servicio del Rey y de moneda falsa y de brujas y de duendes para echarme luego dos vasos de vino y mandarme a dormir iexclLa cosa no puede ser maacutes clara Garduntildea trajo al lugar esas instrucciones de parte del Corregidor y esta es la hora en que el Corregidor estaraacute ya en campantildea contra mi mujer iexclQuieacuten sabe si me lo encontrareacute llamando a la puerta del molino iexclQuieacuten sabe si me lo encontrareacute ya dentro iexclQuieacuten sabe Pero iquestqueacute voy a decir iexclDudar de mi navarra iexclOh esto es ofender a Dios iexclImposible que ella iexclImposible que mi Frasquita iexclImposible Mas iquestqueacute estoy diciendo iquestAcaso hay algo imposible en el mundo iquestNo se casoacute conmigo siendo ella tan hermosa y yo tan feoiquest

Y al hacer esta uacuteltima reflexioacuten el pobre jorobado se echoacute a llorar

Entonces paroacute la burra para serenarse se enjugoacute las laacutegrimas suspiroacute hondamente sacoacute los aviacuteos de fumar picoacute y lioacute un cigarro de tabaco negro empuntildeoacute luego pedernar yesca y eslaboacuten y al cabo de algunos golpes consiguioacute encender candela

En aquel mismo momento sintioacute rumor de pasos hacia el camino que distariacutea de alliacute unas trescientas varas

ndashiexclQueacute imprudente soyndashdijondashiexclSi me andaraacute buscando ya la Justicia y yo me habreacute vendido al echar estas yescas

Escondioacute pues la lumbre y se apeoacute ocultaacutendose detraacutes de la borrica

Pero la borrica entendioacute las cosas de diferente modo y lanzoacute un rebuzno de satlsfaccioacuten

ndash-iexclMaldita seasndashexclamoacute el tiacuteo Lucas tratando de cerrarle la boca con las manos

Al propio tiempo resonoacute otro rebuzno en el camino por viacutea de galante respuesta

ndashiexclEstamos aviadosndashprosiguioacute pensando el Molinerondash iexclBien dice el refraacuten el mayor mal de los males es tratar con animales

Y asiacute discurriendo volvioacute a montar arreoacute la bestia y salioacute disparado en direccioacuten contraria al sitio en que habiacutea sonado el segundo rebuzno

Y lo maacutes particular fue que la persona que iba en el jumento interlocutor debioacute de asustarse del tiacuteo Lucas tanto como el tiacuteo

Lucas se habiacutea asustado de ella Lo digo porque apartoacutese tambieacuten del camino recelando sin duda que fuese un alguacil o un malhechor pagado por don Eugenio y salioacute a escape por los sembrados de la otra banda

El murciano entre tanto continuoacute cavilando de este modo

ndashiexclQueacute noche iexclQueacute mundo iexclQueacute vida la miacutea desde hace una hora iexclAlguaciles metidos a alcahuetes alcaldes que conspiran contra mi honra burros que rebuznan cuando no es menester y aquiacute en mi pecho un miserable corazoacuten que se ha atrevido a dudar de la mujer maacutes noble que Dios ha criado iexclOh Dios miacuteo Dios miacuteo iexclHaz que llegue pronto a mi casa y que encuentre alliacute a mi Frasquita

Siguioacute caminando el tiacuteo Lucas atravesando siembras y matorrales hasta que al fin a eso de las once de la noche llegoacute sin novedad a la puerta grande del molino iexclCondenacioacuten iexclLa puerta del molino estaba abierta

XX La duda y la realidad Estaba abierta iexcly eacutel al marcharse habia oiacutedo a su mujer cerrarla con llave tranca y cerrojo

Por consiguiente nadie maacutes que su propia mujer habia podido abrirla

Pero iquestcoacutemo iquestcuaacutendo iquestpor queacute iquestDe resultas de un engantildeo iquestA consecuencia de una orden iquestO bien deliberada y voluntariamente en virtud de previo acuerdo con el Corregidor iquestQueacute iba a ver iquestQueacute iba a saber iquestQueacute le aguardaba dentro de su casa iquestSe habiacutea fugado la sentildeaacute Frasquita iquestSe la habriacutean robado iquestEstariacutea muerta iquestO estariacutea en brazos de su rival

ndashEl Corregidor contaba con que yo no podriacutea venir en toda la nochendashse dijo luacutegubremente el tiacuteo Lucasndash El Alcalde del lugar tendriacutea orden hasta de encadenarme antes que permitirme volver iquestSabiacutea todo esto Frasquita iquestEstaba en el complot iquestO ha sido viacutectima de un engantildeo de una violencia de una infamia

No empleoacute maacutes tiempo el sin ventura en hacer todas estas crueles reflexiones que el que tardoacute en atravesar la plazoletilla

del emparrado

Tambieacuten estaba abierta la puerta de la casa cuyo primer aposento (como en todas las viviendas ruacutesticas) era la cocina

Dentro de la cocina no habiacutea nadie

Sin embargo una enorme fogata ardiacutea en la chimenea iexclchimenea que eacutel dejoacute apagada y que no se encendia nunca hasta muy entrado el mes de diciembre

Por uacuteltimo de uno de los ganchos de la espetera pendiacutea un candil encendido

iquestQueacute significaba todo aquello iquestY coacutemo se compadeciacutea semejante aparato de vigilia y de sociedad con el silencio de muerte que reinaba en la casa

iquestQueacute habia sido de su mujer

Entonces y soacutelo entonces reparoacute el tiacuteo Lucas en unas ropas que habiacutea colgadas en los espaldares de dos o tres sillas puestas alrededor de la chimenea

Fijoacute la vista en aquellas ropas y lanzoacute un rugido intenso que se le quedoacute atravesado en la garganta convertido en sollozo mudo y sofocante

Creyoacute el infortunado que se ahogaba y se llevoacute las manos al cuello mientras que liacutevido convulso con los ojos desencajados contemplaba aquella vestimenta poseiacutedo de tanto horror como el reo en capilla a quien le presentan la hopa

Porque lo que alliacute veiacutea era la capa de grana el sombrero de tres picos la casaca y la chupa de color de toacutertola el calzoacuten de seda negra las medias blancas los zapatos con hebilla y hasta el bastoacuten el espadiacuten y los guantes del execrable Corregidor iexclLo que alliacute veiacutea era la ropa de su ignominia la mortaja de su honra el sudario de su ventura

El terrible trabuco seguiacutea en el mismo rincoacuten en que dos horas antes lo dejoacute la navarra

El tiacuteo Lucas dio un salto de tigre y se apoderoacute de eacutel Sondeoacute el cantildeoacuten con la baqueta y vio que estaba cargado Miroacute la piedra y halloacute que estaba en su lugar

Volvioacutese entonces hacia la escalera que conduciacutea a la caacutemara en que habiacutea dormido tantos antildeos con la sentildeaacute Frasquita y murmuroacute sordamente

ndashiexclAlliacute estaacuten

Avanzoacute pues un paso en aquella direccioacuten pero en seguida se detuvo para mirar en torno de siacute y ver si alguien lo estaba observando

ndashiexclNadiendashdijo mentalmentendash iexclSolo Dios y eacutese ha querido esto

Confirmada asiacute la sentencia fue a dar otro paso cuando su errante mirada distinguioacute un pliego que habiacutea sobre la mesa

Verlo y haber caiacutedo sobre eacutel y tenerlo entre sus garras fue todo cosa de un segundo

iexclAquel papel era el nombramiento del sobrino de la sentildeaacute Frasquita firmado por don Eugenio de Zuacutentildeiga y Ponce de Leoacuten

ndashiexclEste ha sido el precio de la ventandashpensoacute el tiacuteo Lucas metieacutendose el papel en la boca para sofocar sus gritos y dar alimento a su rabiandash iexclSiempre receleacute que quisiera a su familia maacutes que a miacute iexclAh iexclNo hemos tenido hijos iexclHe aquiacute la causa de todo

Y el infortunado estuvo a punto de volver a llorar

Pero luego se enfurecioacute nuevamente y dijo con un ademaacuten terrible ya que no con la voz

ndashiexclArriba iexclArriba

Y empezoacute a subir la escalera andando a gatas con una mano llevando el trabuco en la otra y con el papel infame entre los dientes

En corroboracioacuten de sus loacutegicas sospechas al llegar a la puerta del dormitorio (que estaba cerrada) vio que saliacutean algunos rayos de luz por las junturas de las tablas y por el ojo de la llave

ndashiexclAquiacute estaacutenndashvolvioacute a decir

Y se paroacute un instante como para pasar aquel nuevo trago de amargura

Luego continuoacute subiendo hasta llegar a la puerta misma del dormitorio

Dentro de eacutel no se oiacutea ninguacuten ruido

ndashiexclSi no hubiera nadiendashle dijo tiacutemidamente la esperanza

Pero en aquel mismo instante el infeliz oyoacute toser dentro del cuarto

iexclEra la tos medio asmaacutetica del Corregidor

iexclNo cabiacutea duda iexclNo habiacutea tabla de salvacioacuten en aquel naufragio

El Molinero sonrioacute en las tinieblas de un modo horroroso iquestCoacutemo no brillan en la oscuridad semejantes relaacutempagos iquestQueacute es todo el fuego de las tormentas comparado con el que arde a veces en el corazoacuten del hornbre

Sin embargo el tiacuteo Lucas (tal era su alma como ya dijimos en otro lugar) principioacute a tranquilizarse no bien oyoacute la tos de su enemigo

La realidad le haciacutea menos dantildeo que la duda Seguacuten le anuncioacute eacutel mismo aquella tarde a la sentildeaacute Frasquita desde el punto y hora en que perdiacutea la uacutenica fe que era vida de su alma empezaba a convertirse en un hombre nuevo

Semejante al moro de Veneciandashcon quien ya lo comparamos al describir su caraacutecterndash el desengantildeo mataba en eacutel de un solo golpe todo el amor transfigurando de paso la iacutendole de su espiacuteritu y hacieacutendole ver el mundo como una regioacuten extrantildea a que acabara de llegar La uacutenica diferencia consistiacutea en que el tiacuteo Lucas era por idiosincrasia menos traacutegico menos austero y maacutes egoista que el insensato sacrificador de Desdeacutemona

iexclCosa rara pero propia de tales situaciones La duda o sea la esperanzandashque para el caso es lo mismondash volvioacute todaviacutea a mortificarle un momento

ndashiexclSi me hubiera equivocadondashpensoacutendash iexclSi la tos hubiese sido de Frasquita

En la tribulacioacuten de su infortunio olvidaacutebasele que habiacutea visto las ropas del Corregidor cerca de la chimenea que habiacutea encontrado abierta la puerta del molino que habiacutea leiacutedo la credencial de su infamia

Agachoacutese pues y miroacute por el ojo de la llave temblando de incertidumbre y de zozobra

El rayo visual no alcanzaba a descubrir maacutes que un pequentildeo triaacutengulo de cama por la parte del cabecero iexclPero precisamente en aquel pequentildeo triaacutengulo se veiacutea un extremo de las almohadas y sobre las almohadas la cabeza del Corregidor

Otra risa diaboacutelica contrajo el rostro del Molinero

Dijeacuterase que volviacutea a ser feliz

ndashiexclSoy duentildeo de la verdad iexclMeditemosndashmurmuroacute irguieacutendose tranquilamente

Y volvioacute a bajar la escalera con el mismo tiernpo que empleoacute para subirla

ndashEl asunto es delicado Necesito reflexionar Tengo tiempo de sobra para todondashiba pensando mientras bajaba

Llegado que hubo a la cocina sentoacutese en medio de ella y ocultoacute la frente entre las manos

Asiacute permanecioacute mucho tiempo hasta que le despertoacute de su meditacioacuten un leve golpe que sintioacute en un pie

Era el trabuco que se habiacutea deslizado de sus rodillas y que le haciacutea aquella especie de sentildea

ndashiexclNo iexclTe digo que nondashmurmuroacute el tiacuteo Lucas encaraacutendose con el armandash iexclNo me convienes Todo el mundo tendriacutea laacutestima de ellos iexcly a miacute me ahorcariacutean iexclSe trata de un Corregidor y matar a un Corregidor es todaviacutea en Espantildea cosa indisculpable Diriacutean que lo mateacute por infundados celos y que luego lo desnudeacute y lo metiacute en mi cama Diriacutean ademaacutes que mateacute a mi mujer por simples sospechas iexclY me ahorcariacutean iexclVaya si me ahorcariacutean iexclAdemaacutes yo habriacutea dado muestras de tener muy poca alma muy poco talento si al remate de mi vida fuera digno de compasioacuten iexclTodos se reiriacutean de miacute iexclDiriacutean que mi desventura era muy natural siendo yo jorobado y Frasquita tan hermosa iexclNada no Lo que yo necesito es vengarme y despueacutes de vengarme triunfar despreciar reiacuter reirme mucho reiacuterme de todos evitando por tal medio que nadie pueda burlarse nunca de esta giba que yo he llegado a hacer hasta envidiable y que tan grotesca seriacutea en una horca

Asiacute discurrioacute el tiacuteo Lucas tal vez sin darse cuenta de ello puntualmente y en virtud de semejante discurso colocoacute el arma en su sitio y principioacute a pasearse con los brazos atraacutes y la cabeza baja como buscando su venganza en el suelo en la tierra en las ruindades de la vida en alguna bufonada ignominiosa y ridiacutecula para su mujer y para el Corregidor lejos de buscar aquella misma venganza en la justicia en el desafiacuteo en el perdoacuten en el cielo como hubiera hecho en su lugar cualquier otro hombre

de condicioacuten menos rebelde que la suya a toda imposicioacuten de la Naturaleza de la sociedad o de sus propios sentimientos

De repente paraacuteronse sus ojos en la vestimenta del Corregidor

Luego se paroacute eacutel mismo

Despueacutes fue demostrando poco a poco en su semblante una alegriacutea un gozo un triunfo indefinibles hasta que por uacuteltimo se echoacute a reiacuter de una manera formidable esto es a grandes carcajadas pero sin hacer ningun ruidondasha fin de que no lo oyesen desde arribandash metieacutendose los puntildeos por los ijares para no reventar estremecieacutendose todo como un epileacuteptico y teniendo que concluir por dejarse caer en una silla hasta que le pasoacute aquella convulsioacuten de sarcaacutestico regocijo Era la propia risa de Mefistoacutefeles

No bien se sosegoacute principioacute a desnudarse con una celeridad febril colocoacute toda su ropa en las mismas sillas que ocupaba la del Corregidor puacutesose cuantas prendas perteneciacutean a este desde los zapatos de hebilla hasta el sombrero de tres picos cintildeoacutese el espadiacuten embozoacutese en la capa de grana cogioacute el bastoacuten y los guantes y salioacute del molino y se encaminoacute a la ciudad balanceaacutendose de la propia manera que solia don Eugenio de Zuacuteniga y dicieacutendose de vez en cuando esta frase que compendiaba su pensamiento

ndashiexclTambieacuten la Corregidora es guapa

XXI

iexclEN GUARDIA CABALLERO gt

Abandonemos por ahora al tiacuteo Lucas y entereacutemonos de lo que habiacutea ocurrido en el molino desde que dejamos alliacute sola a la sentildeaacute Frasquita hasta que su esposo volvioacute a eacutel y se encontroacute con tan estupendas novedades

Una hora habriacutea pasado despueacutes que el tiacuteo Lucas se marchoacute con Tontildeuelo cuando la afligida navarra que se habiacutea propuesto no acostarse hasta que regresara su marido y que estaba haciendo calceta en su dormitorio situado en el piso de arriba oyoacute lastimeros gritos fuera de la casa hacia el paraje alliacute muy proacuteximo por donde corriacutea el agua del caz

ndashiexclSocorro que me ahogo iexclFrasquita iexclFrasquitandash exclamaba una voz de hombre con el luacutegubre acento de la desesperacioacuten

ndashiquestSi seraacute Lucasndashpensoacute la navarra llena de un terror que no necesitamos describir

En el mismo dormitorio habiacutea una puertecilla de que ya nos habloacute Garduntildea y que daba efectivamente sobre la parte alta del caz Abrioacutela sin vacilacioacuten la sentildeaacute Frasquita por maacutes que no hubiera reconocido la voz que pediacutea auxilio y encontroacutese de manos a boca con el Corregidor que en aquel momento saliacutea todo chorreando de la impetuosiacutesima acequia

ndashiexclDios me perdone iexclDios me perdonendashbalbuceaba el infameviejondash iexclCreiacute que me ahogaba

ndashiexclCoacutemo iquest Es usted iquestQueacute significa iquestCoacutemo se atreve iquestA queacute viene usted a estas horasndashgritoacute la Molinera con maacutes indignacioacuten que espanto pero retrocediendo maquinalmente

ndashiexclCalla iexclCalla mujerndashtartamudeoacute el Corregidor colaacutendose en el aposento detraacutes de ellandash Yo te lo direacute todo iexclHe estado para ahogarme iexclEl agua me llevaba ya como a una pluma iexclMira mira coacutemo me he puesto

ndashiexclFuera fuera de aquiacutendashreplicoacute la sentildeaacute Frasquita con mayor violenciandash iexclNo tiene usted nada que explicarme iexclDemasiado lo comprendo todo iquest Queacute me importa a miacute que usted se ahogue iquestLo he llamado yo a usted iexclAh iexclQueacute infamia iexclPara esto ha mandado usted prender a mi marido

ndashMujer escucha

ndashiexclNo escucho iexclMaacuterchese usted inmediatamente sentildeor Corregidor iexclMaacuterchese usted o no respondo de su vida

ndashiquestQueacute dices

ndashiexclLo que usted oye Mi marido no estaacute en casa pero yo me basto para hacerla respetar iexclMaacuterchese usted por donde ha venido si no quiere que yo le arroje otra vez al agua con mis propias manos

ndashiexclChica chica iexclNo grites tanto que no soy sordondashexclamoacute el viejo libertinondashiexclCuando yo estoy aquiacute por algo seraacute Vengo a libertar al tiacuteo Lucas a quien ha preso por equivocacioacuten un alcalde de monterilla Pero ante todo necesito que me seques estas ropas iexclEstoy calado hasta los huesos

ndashLe digo a usted que se marche

ndashiexclCalla tonta iquestQueacute sabes tuacute Mira aquiacute te traigo un nombramiento de tu sobrino Enciende la lumbre y hablaremos Por lo demaacutes mientras se seca la ropa yo me acostareacute en esta cama

ndashiexclAh ya iquestConque declara usted que veniacutea por miacute iquestConque declara usted que para eso ha mandado arrestar a mi Lucaacutes iquestConque traiacutea usted su nombramiento y todo iexclSantos y Santas del cielo iquestQueacute se habraacute figurado de miacute este mamarracho

ndashiexclFrasquita iexclSoy el Corregidor

ndashiexclAunque fuera usted el Rey A miacute iquestqueacute iexclYo soy la mujer de mi marido y el ama de mi casa iquestCree usted que yo me asusto de los Corregidores iexclYo seacute ir a Madrid y al fin del mundo a pedir justicia contra el viejo insolente que asiacute arrastra su autoridad por los suelos Y sobre todo yo sabreacute mantildeana ponerme la mantilla e ir a ver a la sentildeora Corregidora

ndashiexclNo haraacutes nada de esondashrepuso el Corregidor perdiendo la paciencia o mudando de taacutecticandash No haraacutes nada de eso porque yo te pegareacute un tiro si veo que no entiendes de razones

ndashiexclUn tirondashexclamoacute la sentildeaacute Frasquita con voz sorda

ndashUn tiro siacute Y de ello no me resultaraacute perjuicio alguno Casualmente he dejado dicho en la ciudad que saliacutea esta noche a la caza de criminales iexclConque no seas necia y quieacutereme como yo te adoro

ndashSentildeor Corregidor iquestun tirondashvolvioacute a decir la navarra

echando los brazos atraacutes y el cuerpo hacia adelante como para lanzarse sobre su adversario

ndashSi te empentildeas te lo pegareacute y asiacute me vereacute libre de tus amenazas y de tu hermosura ndashrespondioacute el Corregidor lleno de miedo y sacando un par de cachorrillos

ndashiquestConque pistolas tambieacuten iexclY en la otra faltriquera el nombramiento de mi sobrinondash dijo la sentildea Frasquita moviendo la cabeza de arriba abajondashPues sentildeor la eleccioacuten no es dudosa Espere Usiacutea un momento que voy a encender la lumbre

Y asiacute hablando se dirigioacute raacutepidamente a la escalera y la bajoacute en tres brincos

El Corregidor cogioacute la luz y salioacute detraacutes de la Molinera temiendo que se escapara pero tuvo que bajar mucho maacutes despacio de cuyas resultas cuando llegoacute a la cocina tropezoacute con la navarra que volviacutea ya en su busca

ndashiquestConque deciacutea usted que me iba a pegar un tirondashexclamoacute aquella indomable mujer dando un paso atraacutesndash Pues iexclen guardia caballero que yo ya lo estoy

Dijo y se echoacute a la cara el formidable trabuco que tanto papel representa

ndashiexclDetente desgraciada iquestQueacute vas a hacerndashgritoacute el Corregidor muerto de ndash Lo de mi tiro era una broma Mira Los cachorrillos estaacuten descargados En cambio es verdad lo del nombramiento Aquiacute lo tienes Toacutemalo Te lo regalo Tuyo es de balde enteramente de balde

Y lo colocoacute temblando sobre la mesa

ndashiexclAhiacute estaacute bienndashrepuso la navarrandash Mantildeana me serviraacute para encender la lumbre cuando le guise el almuerzo a mi marido iexclDe usted no quiero ya ni la gloria y si mi sobrino viniese alguna vez de Estella seriacutea para pisotearle a usted la fea mano con que ha escrito su nombre en ese papel indecente iexclEa lo dicho iexclMaacuterchese usted de mi casa iexclAire iexclaire iexclpronto iexclque ya se me sube la poacutelvora a la cabeza

El Corregidor no contestoacute a este discurso Habiacutease puesto liacutevido casi azul teniacutea los ojos torcidos y un temblor como de terciana agitaba todo su cuerpo Por uacuteltimo principioacute a castantildeetear los dientes y cayoacute al suelo presa de una convulsioacuten espantosa

El susto del caz lo muy mojadas que seguiacutean todas sus ropas la violenta escena del dormitorio y el miedo al trabuco con que le apuntaba la navarra habiacutean agotado las fuerzas del enfermizo anciano

ndashiexclMe muerondashbalbuceoacutendash iexclLlama a Garduntildea Llama a Garduntildea que estaraacute ahiacute en la ramblilla iexclYo no debo morirme en esta casa No pudo continuar

Cerroacute los ojos y se quedoacute como muerto

ndashiexclY se moriraacute como lo dicendashprorrumpioacute la sentildeaacute Frasquitandash Pues sentildeor iexclesta es la maacutes negra iquestQueacute hago yo ahora con este hombre en mi casa iquestQue diriacutean de miacute si se muriese iquestQueacute diriacutea Lucas iquestCoacutemo podriacutea justificarme cuando yo misma le he abierto la puerta iexclOh no Yo no debo quedarme aquiacute con eacutel iexclYo debo buscar a mi marido yo debo escandalizar el mundo antes de comprometer mi honra

Tomada esta resolucioacuten soltoacute el trabuco fuese al corral cogioacute la burra que quedaba en eacutel la aparejoacute de cualquier modo abrioacute la puerta grande de la cerca montoacute de un salto a pesar de sus carnes y se dirigio a la ramblilla

ndashiexclGarduntildea iexclGarduntildeandashiba gritando la navarra conforme se acercaba a aquel sitio

ndashiexclPresentendashrespondioacute al cabo el Alguacil apareciendo detraacutes de un setondash iquestEs usted sentildeaacute Frasquita

ndashSiacute yo soy iexclVe al molino y socorre a tu amo que se esta muriendo

ndashiquestQueacute dice usted iexclVaya un maula

ndashLo que oyes Garduntildea

ndashiquestY usted alma miacutea iquestAdoacutende va a estas horas

ndashiquestYo iexclQuita allaacute badulaque iexclYo voy a la ciudad por un meacutedicondashcontestoacute la sentildeaacute Frasquita arreando la burra con un talonazo y a Garduntildea con un puntapieacute

Y tomoacute no el camino de la ciudad como acababa de decir sino el del lugar inmediato

Garduntildea no reparoacute en esta uacuteltima circunstancia pues iba ya dando zancajadas hacia el molino y discurriendo al par de esta manera

ndashiexclVa por un meacutedico iexclLa infeliz no puede hacer maacutes

iexclPero eacutel es un pobre hombre iexclFamosa ocasioacuten de ponerse malo iexclDios le da confites a quien no puede roerlos

XXI iexclEn guardia caballero

Abandonemos por ahora al tiacuteo Lucas y entereacutemonos de lo que habiacutea ocurrido en el molino desde que dejamos alliacute sola a la sentildeaacute Frasquita hasta que su esposo volvioacute a eacutel y se encontroacute con tan estupendas novedades

Una hora habriacutea pasado despueacutes que el tiacuteo Lucas se marchoacute con Tontildeuelo cuando la afligida navarra que se habiacutea propuesto no acostarse hasta que regresara su marido y que estaba haciendo calceta en su dormitorio situado en el piso de arriba oyoacute lastimeros gritos fuera de la casa hacia el paraje alliacute muy proacuteximo por donde corriacutea el agua del caz

ndashiexclSocorro que me ahogo iexclFrasquita iexclFrasquitandash exclamaba una voz de hombre con el luacutegubre acento de la desesperacioacuten

ndashiquestSi seraacute Lucasndashpensoacute la navarra llena de un terror que no necesitamos describir

En el mismo dormitorio habiacutea una puertecilla de que ya nos habloacute Garduntildea y que daba efectivamente sobre la parte alta del caz Abrioacutela sin vacilacioacuten la sentildeaacute Frasquita por maacutes que no hubiera reconocido la voz que pediacutea auxilio y encontroacutese de manos a boca con el Corregidor que en aquel momento saliacutea todo chorreando de la impetuosiacutesima acequia

ndashiexclDios me perdone iexclDios me perdonendashbalbuceaba el

infameviejondash iexclCreiacute que me ahogaba

ndashiexclCoacutemo iquest Es usted iquestQueacute significa iquestCoacutemo se atreve iquestA queacute viene usted a estas horasndashgritoacute la Molinera con maacutes indignacioacuten que espanto pero retrocediendo maquinalmente

ndashiexclCalla iexclCalla mujerndashtartamudeoacute el Corregidor colaacutendose en el aposento detraacutes de ellandash Yo te lo direacute todo iexclHe estado para ahogarme iexclEl agua me llevaba ya como a una pluma iexclMira mira coacutemo me he puesto

ndashiexclFuera fuera de aquiacutendashreplicoacute la sentildeaacute Frasquita con mayor violenciandash iexclNo tiene usted nada que explicarme iexclDemasiado lo comprendo todo iquest Queacute me importa a miacute que usted se ahogue iquestLo he llamado yo a usted iexclAh iexclQueacute infamia iexclPara esto ha mandado usted prender a mi marido

ndashMujer escucha

ndashiexclNo escucho iexclMaacuterchese usted inmediatamente sentildeor Corregidor iexclMaacuterchese usted o no respondo de su vida

ndashiquestQueacute dices

ndashiexclLo que usted oye Mi marido no estaacute en casa pero yo me basto para hacerla respetar iexclMaacuterchese usted por donde ha venido si no quiere que yo le arroje otra vez al agua con mis propias manos

ndashiexclChica chica iexclNo grites tanto que no soy sordondashexclamoacute el viejo libertinondashiexclCuando yo estoy aquiacute por algo seraacute Vengo a libertar al tiacuteo Lucas a quien ha preso por equivocacioacuten un alcalde de monterilla Pero ante todo necesito que me seques

estas ropas iexclEstoy calado hasta los huesos

ndashLe digo a usted que se marche

ndashiexclCalla tonta iquestQueacute sabes tuacute Mira aquiacute te traigo un nombramiento de tu sobrino Enciende la lumbre y hablaremos Por lo demaacutes mientras se seca la ropa yo me acostareacute en esta cama

ndashiexclAh ya iquestConque declara usted que veniacutea por miacute iquestConque declara usted que para eso ha mandado arrestar a mi Lucaacutes iquestConque traiacutea usted su nombramiento y todo iexclSantos y Santas del cielo iquestQueacute se habraacute figurado de miacute este mamarracho

ndashiexclFrasquita iexclSoy el Corregidor

ndashiexclAunque fuera usted el Rey A miacute iquestqueacute iexclYo soy la mujer de mi marido y el ama de mi casa iquestCree usted que yo me asusto de los Corregidores iexclYo seacute ir a Madrid y al fin del mundo a pedir justicia contra el viejo insolente que asiacute arrastra su autoridad por los suelos Y sobre todo yo sabreacute mantildeana ponerme la mantilla e ir a ver a la sentildeora Corregidora

ndashiexclNo haraacutes nada de esondashrepuso el Corregidor perdiendo la paciencia o mudando de taacutecticandash No haraacutes nada de eso porque yo te pegareacute un tiro si veo que no entiendes de razones

ndashiexclUn tirondashexclamoacute la sentildeaacute Frasquita con voz sorda

ndashUn tiro siacute Y de ello no me resultaraacute perjuicio alguno Casualmente he dejado dicho en la ciudad que saliacutea esta noche a la caza de criminales iexclConque no seas necia y quieacutereme como yo te adoro

ndashSentildeor Corregidor iquestun tirondashvolvioacute a decir la navarra echando los brazos atraacutes y el cuerpo hacia adelante como para lanzarse sobre su adversario

ndashSi te empentildeas te lo pegareacute y asiacute me vereacute libre de tus amenazas y de tu hermosura ndashrespondioacute el Corregidor lleno de miedo y sacando un par de cachorrillos

ndashiquestConque pistolas tambieacuten iexclY en la otra faltriquera el nombramiento de mi sobrinondash dijo la sentildea Frasquita moviendo la cabeza de arriba abajondashPues sentildeor la eleccioacuten no es dudosa Espere Usiacutea un momento que voy a encender la lumbre

Y asiacute hablando se dirigioacute raacutepidamente a la escalera y la bajoacute en tres brincos

El Corregidor cogioacute la luz y salioacute detraacutes de la Molinera temiendo que se escapara pero tuvo que bajar mucho maacutes despacio de cuyas resultas cuando llegoacute a la cocina tropezoacute con la navarra que volviacutea ya en su busca

ndashiquestConque deciacutea usted que me iba a pegar un tirondashexclamoacute aquella indomable mujer dando un paso atraacutesndash Pues iexclen guardia caballero que yo ya lo estoy

Dijo y se echoacute a la cara el formidable trabuco que tanto papel representa

ndashiexclDetente desgraciada iquestQueacute vas a hacerndashgritoacute el Corregidor muerto de ndash Lo de mi tiro era una broma Mira Los cachorrillos estaacuten descargados En cambio es verdad lo del nombramiento Aquiacute lo tienes Toacutemalo Te lo regalo Tuyo es de balde enteramente de balde

Y lo colocoacute temblando sobre la mesa

ndashiexclAhiacute estaacute bienndashrepuso la navarrandash Mantildeana me serviraacute para encender la lumbre cuando le guise el almuerzo a mi marido iexclDe usted no quiero ya ni la gloria y si mi sobrino viniese alguna vez de Estella seriacutea para pisotearle a usted la fea mano con que ha escrito su nombre en ese papel indecente iexclEa lo dicho iexclMaacuterchese usted de mi casa iexclAire iexclaire iexclpronto iexclque ya se me sube la poacutelvora a la cabeza

El Corregidor no contestoacute a este discurso Habiacutease puesto liacutevido casi azul teniacutea los ojos torcidos y un temblor como de terciana agitaba todo su cuerpo Por uacuteltimo principioacute a castantildeetear los dientes y cayoacute al suelo presa de una convulsioacuten espantosa

El susto del caz lo muy mojadas que seguiacutean todas sus ropas la violenta escena del dormitorio y el miedo al trabuco con que le apuntaba la navarra habiacutean agotado las fuerzas del enfermizo anciano

ndashiexclMe muerondashbalbuceoacutendash iexclLlama a Garduntildea Llama a Garduntildea que estaraacute ahiacute en la ramblilla iexclYo no debo morirme en esta casa No pudo continuar

Cerroacute los ojos y se quedoacute como muerto

ndashiexclY se moriraacute como lo dicendashprorrumpioacute la sentildeaacute Frasquitandash Pues sentildeor iexclesta es la maacutes negra iquestQueacute hago yo ahora con este hombre en mi casa iquestQue diriacutean de miacute si se muriese iquestQueacute diriacutea Lucas iquestCoacutemo podriacutea justificarme cuando yo misma le he abierto la puerta iexclOh no Yo no debo quedarme aquiacute con eacutel iexclYo debo buscar a mi marido yo debo escandalizar el mundo

antes de comprometer mi honra

Tomada esta resolucioacuten soltoacute el trabuco fuese al corral cogioacute la burra que quedaba en eacutel la aparejoacute de cualquier modo abrioacute la puerta grande de la cerca montoacute de un salto a pesar de sus carnes y se dirigio a la ramblilla

ndashiexclGarduntildea iexclGarduntildeandashiba gritando la navarra conforme se acercaba a aquel sitio

ndashiexclPresentendashrespondioacute al cabo el Alguacil apareciendo detraacutes de un setondash iquestEs usted sentildeaacute Frasquita

ndashSiacute yo soy iexclVe al molino y socorre a tu amo que se esta muriendo

ndashiquestQueacute dice usted iexclVaya un maula

ndashLo que oyes Garduntildea

ndashiquestY usted alma miacutea iquestAdoacutende va a estas horas

ndashiquestYo iexclQuita allaacute badulaque iexclYo voy a la ciudad por un meacutedicondashcontestoacute la sentildeaacute Frasquita arreando la burra con un talonazo y a Garduntildea con un puntapieacute

Y tomoacute no el camino de la ciudad como acababa de decir sino el del lugar inmediato

Garduntildea no reparoacute en esta uacuteltima circunstancia pues iba ya dando zancajadas hacia el molino y discurriendo al par de esta manera

ndashiexclVa por un meacutedico iexclLa infeliz no puede hacer maacutes iexclPero eacutel es un pobre hombre iexclFamosa ocasioacuten de ponerse malo iexclDios le da confites a quien no puede roerlos

XXII Garduntildea se multiplica

Cuando Garduntildea llegoacute al molino el Corregidor principiaba a volver en siacute procurando levantarse del suelo

En el suelo tambieacuten y a su lado estaba el veloacuten encendido que bajoacute Su Sentildeoriacutea del dormitorio

ndashiquestSe ha marchado yandashfue la primera frase de don Eugenio

ndashiquestQuieacuten

ndashiexclEl demonio Quiero decir la Molinera

ndashSiacute sentildeor Ya se ha marchado y no creo que iba de muy buen humor

ndashiexclAy Garduntildea Me estoy muriendo

ndashPero iquestqueacute tiene Usiacutea iexclPor vida de los hombres

ndashMe he caiacutedo en el caz y estoy hecho una sopa iexclLos huesos se me parten de friacuteo

ndashiexclToma toma iexclAhora salimos con eso

ndashiexclGarduntildea iexclve lo que te dices

ndashYo no digo nada sentildeor

ndashPues bien saacutecame de este apuro

ndashVoy volando iexclVeraacute Usiacutea queacute pronto lo arreglo todo

Asiacute dijo el Alguacil y en un periquete cogioacute la luz con una mano y con la otra se metioacute al Corregidor debajo del brazo subioacutelo al dormitorio puacutesolo en cueros acostoacutelo en la cama corrioacute al jaraiacutez reunioacute una brazada de lentildea fue a la cocina hizo una gran lumbre bajoacute todas las ropas de su amo colocoacutelas en los espaldares de dos o tres sillas encendioacute un candil lo colgoacute de la espetera y tornoacute a subir a la camara

ndashiquestQueacute tal vamosndashpreguntoacutele entonces a don Eugenio levantando en alto el veloacuten para verle mejor el rostro

ndashiexclAdmirablemente iexclConozco que voy a sudar iexclMantildeana te ahorco Garduntildea

ndashiquestPor queacute sentildeor

ndashiquestY te atreves a preguntaacutermelo iquestCrees tuacute que al seguir el plan que me trazaste esperaba yo acostarme solo en esta cama despueacutes de recibir por segunda vez el sacramento del bautismo iexclMantildeana mismo te ahorco

ndashPero cueacutenteme Usiacutea algo iquestLa sentildeaacute Frasquita

ndashLa sentildeaacute Frasquita ha querido asesinarme iexclEs todo lo que he logrado con tus consejos Te digo que te ahorco mantildeana por la mantildeana

ndashiexclAlgo menos seraacute sentildeor Corregidorndashrepuso el Alguacil

ndashiquestPor queacute lo dices insolente iquestPorque me ves aquiacute postrado

ndashNo sentildeor Lo digo porque la sentildeaacute Frasquita no ha debido de mostrarse tan inhumana como Usiacutea cuenta cuando ha ido a la ciudad a buscarle un meacutedico

ndashiexclDios santo iquestEstaacutes seguro de que ha ido a la ciudadndashexclamoacute don Eugenio maacutes aterrado que nunca

ndashA lo menos eso me ha dicho ella

ndashiexclCorre corre Garduntildea iexclAh iexclEstoy perdido sin remedio iquestSabes a queacute va la sentildeaacute Frasquita a la ciudad iexclA contaacuterselo todo a mi mujer iexclA decirle que estoy aquiacute iexclOh Dios miacuteo Dios miacuteo iquestCoacutemo habiacutea yo de figurarme esto iexclYo creiacute que se habriacutea ido al lugar en busca de su marido y como lo tengo alliacute a buen recaudo nada me importaba su viaje Pero iexclirse a la ciudad

ndashGarduntildea corre corre tuacute que eres andariacuten y evita mi perdicioacuten iexclEvita que la terrible Molinera entre en mi casa

ndashiquestY no me ahorcaraacute Usiacutea si lo consigondashprosiguioacute iroacutenicamente el Alguacil

ndashiexclAl contrario Te regalareacute unos zapatos en buen uso que me estaacuten grandes iexclTe regalareacute todo lo que quieras

ndashPues voy volando Dueacutermase Usiacutea tranquilo Dentro de media hora estoy aquiacute de vuelta despueacutes de dejar en la caacutercel a la navarra iexclPara algo soy maacutes ligero que una borrica

Dijo Garduntildea y desaparecioacute por la escalera abajo

Se cae de su peso que durante aquella ausencia del Alguacil fue cuando el Molinero estuvo en el molino y vio visiones por el ojo de la llave

Dejemos pues al Corregidor sudando en el lecho ajeno y a Garduntildea corrien do hacia la ciudad (adonde tan pronto habiacutea de seguirlo el tiacuteo Lucas con sombrero de tres picos y capa de grana) y convertidos tambieacuten nosotros en andarines volemos con direccioacuten al lugar en seguimiento de la valerosa sentildeaacute Frasquita

XXIII Otra vez el desierto y las consabidas voces

La uacutenica aventura que le ocurrioacute a la navarra en su viaje desde el molino al pueblo fue asustarse un poco al notar que alguien echaba yescas en medio de un sembrado

ndashiquestSi seraacute un esbirro del Corregidor iquestSi iraacute a detenermendashpensoacute la Molinera

En esto se oyoacute un rebuzno hacia aquel mismo lado

ndashiexclBurros en el campo a estas horasndashsiguioacute pensando la sentildeaacute Frasquitandash Pues lo que es por aquiacute no hay ninguna huerta ni cortijo iexclVive Dios que los duendes se estaacuten despachando esta noche a su gusto Porque la borrica de mi marido no puede ser iquestQueacute hariacutea mi Lucas a medianoche parado fuera del camino iexclNada iexclnada iexclIndudablemente es un espiacutea

La burra que montaba la sentildeaacute Frasquita creyoacute oportuno rebuznar tambieacuten en aquel instante

ndashiexclCalla demoniondashle dijo la navarra clavaacutendole un alfiler de a ochavo en mitad de la cruz

Y temiendo alguacuten encuentro que no le conviniese sacoacute tambieacuten su bestia fuera del camino y la hizo trotar por otros sembrados

Sin maacutes accidente llegoacute a las puertas del lugar a tiempo

que seriacutean las once de la noche

XXIV Un rey de entonces

Hallaacutebase ya durmiendo la mona el sentildeor Alcalde vuelta la espalda a la espalda de su mujer (y formando asiacute con eacutesta la figura de aacuteguila austriacuteaca de dos cabezas que dice nuestro inmortal Quevedo) cuando Tontildeuelo llamoacute a la puerta de la caacutemara nupcial y avisoacute al sentildeor Juan Loacutepez que la sentildeaacute Frasquita la del molino queriacutea hablarle

No tenemos para queacute referir todos los gruntildeidos y juramentos inherentes al acto de despertar y vestirse el Alcalde de monterilla y nos trasladamos desde luego al instante en que la Molinera lo vio llegar desperezaacutendose como un gimnasta que ejercita la musculatura y exclamando en medio de un bostezo interminable

ndashiexclTeacutengalas usted muy buenas sentildeaacute Frasquita iquestQueacute le trae a usted por aquiacute iquestNo le dijo a usted Tontildeuelo que se quedase en el molino iquestAsiacute desobedece usted a la Autoridad

ndashiexclNecesito ver a mi Lucasndashrespondioacute la navarrandash iexclNecesito verlo al instante iexclQue le digan que estaacute aquiacute su mujer

ndash iexclNecesito iexclNecesito Sentildeora iexcla usted se le olvida que estaacute hablando con el Rey

ndashiexclDeacutejeme usted a miacute de reyes sentildeor Juan que no estoy para bromas iexclDemasiado sabe usted lo que me sucede iexclDemasiado sabe para queacute ha preso a mi marido

ndashYo no seacute nada sentildeaacute Frasquita Y en cuanto a su marido de usted no estaacute preso sino durmiendo tranquilamente en esta su casa y tratado como yo trato a las personas iexclA ver Tontildeuelo iexclTontildeuelo Anda al pajar y dile al tiacuteo Lucas que se despierte y venga corriendo Conque vamos iexclcueacutenteme usted lo que pasa iquestHa tenido usted miedo de dormir sola

ndashiexclNo sea usted desvergonzado sentildeor Juan iexclDemasiado sabe usted que a miacute no me gustan sus bromas ni sus veras iexclLo que me pasa es una cosa muy sencilla que usted y el sentildeor Corregidor han querido perderme iexclpero que se han llevado un solemne chasco iexclYo estoy aquiacute sin tener de queacute abochornarme y el sentildeor Corregidor se queda en el molino murieacutendose

ndashiexclMurieacutendose el Corregidorndashexclamoacute su subordinadondash Sentildeora iquestsabe usted lo que dice

ndashiexclLo que usted oye Se ha caiacutedo en el caz y casi se ha ahogado o ha cogido una pulmoniacutea o yo no seacute iexclEso es cuenta de la Corregidora Yo vengo a buscar a mi marido sin perjuicio de salir mantildeana mismo para Madrid donde le contareacute al Rey

ndashiexclDemonio demoniondashmurmuroacute el sentildeor Juan Loacutepezndash iexclA ver Manuela iexclMuchacha Anda y apareacutejame la mulilla Sentildeaacute Frasquita al molino voy iexclDesgraciada de usted si le ha hecho alguacuten dantildeo al sentildeor Corregidor

ndashiexclSentildeor Alcalde sentildeor Alcaldendashexclamoacute en esto Tontildeuelo entrando maacutes muerto que vivondash El tiacuteo Lucas no estaacute en el pajar Su burra no se halla tampoco en los pesebres y la puerta del corral estaacute abierta iexclDe modo que el paacutejaro se ha escapado

ndashiquestQueacute estaacutes diciendondashgritoacute el sentildeorJuan Loacutepez

ndashiexclVirgen del Carmen iquestQueacute va a pasar en mi casandashexclamoacute la sentildeaacute Frasquitandash iexclCorramos sentildeor Alcalde no perdamos tiempo Mi marido va a matar al Corregidor al encontrarlo alliacute a estas horas

ndashiquestLuego usted cree que el tiacuteo Lucas estaacute en el molino

ndashiquestPues no lo he de creer Digo maacutes cuando yo veniacutea me he cruzado con eacutel sin conocerlo iexclEacutel era sin duda uno que echaba yescas en medio de un sembrado iexclDios miacuteo iexclCuando piensa una que los animales tienen maacutes entendimiento que las personas Porque ha de saber usted sentildeor Juan que indudablemente nuestras dos burras se reconocieron y se saludaron mientras que mi Lucas y yo ni nos saludamos ni nos reconocimos iexclAntes bien huimos el uno del otro tomaacutendonos mutuamente por espiacuteas

ndashiexclBueno estaacute su Lucas de ustedndashreplicoacute el Alcaldendash En fin vamos andando y ya veremos lo que hay que hacer con todos ustedes iexclConmigo no se juega iexclYo soy el Rey Pero no un Rey como el que ahora tenemos en Madrid o sea en El Pardo sino como aquel que hubo en Sevilla a quien llamaban Don Pedro el Cruel iexclA ver Manuela iexclTraacuteeme el bastoacuten y dile a tu ama que me marcho

Obedecioacute la sirvienta (que era por cierto maacutes buena moza de lo que conveniacutea a la alcaldesa y a la moral) y como la mulilla del sentildeor Juan Loacutepez estuviese ya aparejada la sentildeaacute Frasquita y eacutel salieron para el molino seguidos del indispensable Tontildeuelo

XXV La estrella de Garduntildea

Precedaacutemosles nosotros supuesto que tenemos carta blanca para andar maacutes deprisa que nadie

Garduntildea se hallaba ya de vuelta en el molino despueacutes de haber buscado a la sentildeaacute Frasquita por todas las calles de la ciudad

El astuto Alguacil habiacutea tocado de camino en el Corregimiento donde lo encontroacute todo muy sosegado Las puertas seguiacutean abiertas como en medio del diacutea seguacuten es costumbre cuando la Autoridad estaacute en la calle ejerciendo sus sagradas funciones Dormitaban en la meseta de la escalera y en el recibimiento otros alguaciles y ministros esperando descansadamente a su amo mas cuando sintieron llegar a Garduntildea desperezaacuteronse dos o tres de ellos y le preguntaron al que era su decano y jefe inmediato

ndashiquestViene ya el sentildeor

ndashiexclNi por asomo Estaos quietos Vengo a saber si ha habido novedad en la casa

ndashNinguna

ndashiquestY la Sentildeora

ndashRecogida en sus aposentos

ndashiquestNo ha entrado una mujer por estas puertas hace poco

ndashNadie ha aparecido por aquiacute en toda la noche

ndashPues no dejeacuteis entrar a persona alguna sea quien sea y diga lo que diga iexclAl contrario Echadle mano al mismo lucero del alba que venga a preguntar por el Sentildeor o por la Sentildeora y llevadlo a la caacutercel

ndashiquestParece que esta noche se anda a caza de paacutejaros de cuentandashpreguntoacute uno de los esbirros

ndashiexclCaza mayorndashantildeadioacute otro

ndashiexclMayuacutesculandashrespondioacute Garduntildea solemnementendash iexclFiguraos si la cosa seraacute delicada cuando el sentildeor Corregidor y yo hacemos la batida por nosotros mismos Conque hasta luego buenas piezas y iexclmucho ojo

ndashVaya usted con Dios sentildeor Bastiaacutenndashrepusieron todos saludando a Garduntildea

ndashiexclMi estrella se eclipsandashmurmuroacute eacuteste al salir del Corregimientondash iexclHasta las mujeres me engantildean La Molinera se encaminoacute al lugar en busca de su esposo en vez de venirse a la ciudad iexclPobre Garduntildea iquestQueacute se ha hecho de tu olfato

Y discurriendo de este modo tomoacute la vuelta al molino

Razoacuten teniacutea el Alguacil para echar de menos su antiguo olfato pues que no venteoacute a un hombre que se escondiacutea en aquel momento detraacutes de unos mimbres a poca distancia de la ramblilla y el cual exclamoacute para su capote o maacutes bien para su

capa grana

ndashiexclGuarda Pablo iexclPor alliacute viene Garduntildea Es menester que no me vea

Era el tiacuteo Lucas vestido de Corregidor que se dirigiacutea a la ciudad repitiendo de vez en cuando su diaboacutelica frase

ndashiexclTambieacuten la Corregidora es guapa

Pasoacute Garduntildea sin verlo y el falso Corregidor dejoacute su escondite y penetroacute en la poblacioacuten Poco despueacutes llegaba el Alguacil al molino seguacuten dejamos indicado

XXVI Reaccioacuten El Corregidor seguiacutea en la cama tal y como acababa de verlo el tiacuteo Lucas por el ojo de la llave

ndashiexclQueacute bien sudo Garduntildea iexclMe he salvado de una enfermedadndashexclamoacute tan luego como penetroacute el Alguacil en la estanciandash iquestY la sentildeaacute Frasquita iquestHas dado con ella iquestViene contigo iquestHas hablado con la Sentildeora

ndashLa Molinera sentildeorndashrespondioacute Garduntildea con angustiado acentondash me engantildeoacute como a un pobre hombre pues no se fue a la ciudad sino al pueblecillo en busca de su esposo Perdone Usiacutea la torpeza

ndashiexclMejor iexclMejorndashdijo el madrilentildeo con los ojos chispeantes de maldadndash iexclTodo se ha salvado entonces Antes de que amanezca estaraacuten caminando para las caacuterceles de la Inquisicioacuten atados codo con codo el tiacuteo Lucas y la sentildeaacute Frasquita y alliacute se pudriraacuten sin tener a quien contarle sus aventuras de esta noche Traacuteeme la ropa Garduntildea que ya estaraacute seca iexclTraacuteemela y viacutesteme iexclEl amante se va a convertir en Corregidor

Garduntildea bajoacute a la cocina por la ropa

XXVII iexclFavor al Rey Entre tanto la sentildeaacute Frasquita el sentildeor Juan Loacutepez y Tontildeuelo avanzaban hacia el molino al cual llegaron pocos minutos despueacutes

ndashiexclYo entrareacute delantendashexclamoacute el alcalde de monterillandash iexclPara algo soy la autoridad Siacutegueme Tontildeuelo y usted sentildeaacute Frasquita espeacuterese a la puerta hasta que yo la llame

Penetroacute pues el sentildeor Juan Loacutepez bajo la parra donde vio a la luz de la luna un hombre casi jorobado vestido como soliacutea el Molinero con chupetiacuten y calzoacuten de pantildeo pardo faja negra medias azules montera murciana de felpa y el capote de monte al hombro

ndashiexclEl esndashgritoacute el Alcaldendash iexclFavor al Rey iexclEntreacuteguese usted tiacuteo Lucas

El hombre de la montera intentoacute meterse en el molino

ndashiexclDatendashgritoacute a su vez Tontildeuelo saltando sobre eacutel cogieacutendolo por el pescuezo aplicaacutendole una rodilla al espinazo y hacieacutendole rodar por tierra

Al mismo tiempo otra especie de fiera saltoacute sobre Tontildeuelo y agarraacutendolo de la cintura lo tiroacute sobre el empedrado y principioacute a darle de bofetones

Era la sentildeaacute Frasquita que exclamaba

ndashiexclTunante iexclDeja a mi Lucas

Pero en esto otra persona que habiacutea aparecido llevando del diestro una borrica metioacutese resueltamente entre los dos y tratoacute de salvar a Tontildeuelo

Era Garduntildea que tomando al alguacil del lugar por don Eugenio de Zuacutentildeiga le deciacutea a la Molinera

ndashiexclSentildeora respete usted a mi amo

Y la derribo de espaldas sobre el lugarentildeo

La sentildeaacute Frasquita vieacutendose entre dos fuegos descargoacute entonces a Garduntildea tal reveacutes en medio del estoacutemago que le hizo caer de boca tan largo como era

Y con eacutel ya eran cuatro las personas que rodaban por el suelo

El sentildeor Juan Loacutepez impediacutea entre tanto levantarse al supuesto tiacuteo Lucas tenieacutendole plantado un pie sobre los rintildeones

ndashiexclGarduntildea iexclSocorro iexclFavor al Rey iexclYo soy el Corregidorndashgritoacute al fin don Eugenio sintiendo que la pezuntildea del Alcalde calzada con albarca de piel de toro lo reventaba materialmente

ndashiexclEl Corregidor iexclPues es verdadndashdijo el sentildeor Juan Loacutepez lleno de asombro

ndashiexclEl Corregidorndashrepitieron todos

Y pronto estuvieron de pie los cuatro derribados

ndashiexclTodo el mundo a la caacutercelndashexclamoacute don Eugenio de Zuacutentildeigandash iexclTodo el mundo a la horca

ndashPero sentildeor ndashobservoacute el sentildeor Juan Loacutepez ponieacutendose de rodillasndash iexclPerdone Usiacutea que lo haya maltratado iquestCoacutemo habiacutea de conocer a Usiacutea con esa ropa tan ordinaria

ndashiexclBaacuterbarondashreplicoacute el Corregidorndash iexclAlguna habiacutea de ponerme iquestNo sabes ni que me han robado la miacutea iquestNo sabes que una compantildeiacutea de ladrones mandada por el tiacuteo Lucas

ndashiexclMiente ustedndashgritoacute la navarra

ndashEscuacutecheme usted sentildeaacute Frasquitandashle dijo Garduntildea llamaacutendola apartendash Con permiso del sentildeor Corregidor y la compantildea iexclSi usted no arregla esto nos van a ahorcar a todos empezando por el tiacuteo Lucas

ndashPues iquestqueacute ocurrendashpreguntoacute la sentildeaacute Frasquita

ndashQue el tiacuteo Lucas anda a estas horas por la ciudad vestido de Corregidor y que Dios sabe si habraacute llegado con su disfraz hasta el propio dormitorio de la Corregidora

Y el alguacil le refirioacute en cuatro palabras todo lo que ya sabemos

ndashiexclJesuacutesndashexclamoacute la Molinerandash iexclConque mi marido me cree deshonrada iexclConque ha ido a la ciudad a vengarse iexclVamos vamos a la ciudad y justificadme a los ojos de mi Lucas

ndashiexclVamos a la ciudad e impidamos que ese hombre hable con mi mujer y cuente todas las majaderiacuteas que se haya figuradondashdijo el Corregidor arrimaacutendose a una de las burrasndash Deacuteme usted un pie para montar sentildeor Alcalde

ndashVamos a la ciudad siacute ndashantildeadioacute Garduntildea iexcly quiera el cielo sentildeor Corrergidor que el tiacuteo Lucas amparado por su vestimenta se haya contentado con hablarle a la Sentildeora

ndashiquestQueacute dices desgraciadondashprorrumpioacute don Eugenio de Zuntildeigandash iquestCrees tuacute a ese villano capaz

ndashiexclDe todondashcontestoacute la sentildeaacute Frasquita

XXVIII iexclAve Mariacutea PurisimaiexclLas doce y

media y sereno Asiacute gritaba por las calles de la ciudad quien teniacutea facultades para tanto cuando la Molinera y el Corregidor cada cual en una de las burras del molino el sentildeor Juan Loacutepez en su mula y los dos alguaciles andando llegaron a la puerta del Corregimiento

La puerta estaba cerrada

Dijeacuterase que para el Gobierno lo mismo que para los gobernados habiacutea concluido todo por aquel diacutea

ndashiexclMalondashpensoacute Garduntildea

Y llamoacute con el aldaboacuten dos o tres veces

Pasoacute mucho tiempo y ni abrieron ni contestaron

La sentildeaacute Frasquita estaba maacutes amarilla que la cera

El Corregidor se habiacutea comido ya todas las untildeas de ambas manos

Nadie deciacutea una palabra

iexclPum iexclPum iexclPum golpes y maacutes golpes a la puerta

del Corregimiento (aplicados sucesivamente por los dos alguaciles y por el sentildeor Juan Loacutepez) iexclY nada iexclNo respondiacutea nadie iexclNo abriacutean iexclNo se moviacutea una mosca iexclSolo se oiacutea el claro rumor de los cantildeos de una fuente que habiacutea en el patio de la casa

Y de esta manera transcurriacutean minutos largos como eternidades

Al fin cerca de la una abrioacutese un ventanillo del piso segundo y dijo una voz femenina

ndashiquestQuieacuten

ndashEs la voz del ama de lechendashmurmuroacute Garduntildea

ndashiexclYondashrespondioacute don Eugenio de Zuacutentildeigandash iexclAbrid

Pasoacute un instante de silencio

ndashiquestY quieacuten es ustedndashreplicoacute luego la nodriza

ndashiquestPues no me estaacute usted oyendo iexclSoy el amo iexclEl Corregidor Hubo otra pausa

ndashiexclVaya usted mucho con Diosndashrepuso la buena mujerndash Mi amo vino hace una hora y se acostoacute en seguida iexclAcueacutestense ustedes tambieacuten y duerman el vino que tendraacuten en el cuerpo

Y la ventana se cerroacute de golpe

La sentildeaacute Frasquita se cubrioacute el rostro con las manos

ndashiexclAmandashtronoacute el Corregidor fuera de siacutendash iquestNo oye usted

que le digo que abra la puerta iquestNo oye usted que soy yo iquestQuiere usted que la ahorque tambieacuten

La ventana volvioacute a abrirse

ndashPero vamos a verndashexpuso el amandash iquestQuieacuten es usted para dar esos gritos

ndashiexclSoy el Corregidor

ndashiexclDale bola iquestNo le digo a usted que el sentildeor Corregidor vino antes de las doce y que yo lo vi con mis propios ojos encerrarse en las habitaciones de la Sentildeora iquestSe quiere usted divertir conmigo iexclPues espere usted y veraacute lo que le pasa

Al mismo tiempo se abrioacute repentinamente la puerta y una nube de criados y ministriles provistos de sendos garrotes se lanzoacute sobre los de afuera exclamando furiosamente

ndashiexclA ver iquestDoacutende estaacute ese que dice que es el Corregidor iquestDoacutende estaacute ese chusco iquestDoacutende estaacute ese borracho

Y se armo un liacuteo de todos los demonios en medio de la oscuridad sin que nadie pudiera entenderse y no dejando de recibir algunos palos el Corregidor Garduntildea el sentildeor Juan Loacutepez y Tontildeuelo

Era la segunda paliza que le costaba a don Eugenio su aventura de aquella noche ademas del remojoacuten que se dio en el caz del molino

La sentildeaacute Frasquita apartada de aquel laberinto lloraba por la primera vez de su vida

ndashiexclLucas iexclLucasndashdeciacuteandash iexclY has podido dudar de miacute iexclY has podido estrechar en tus brazos a otra iexclAh iexclNuestra desventura no tiene ya remedio

XXIX Post nubila Diana

ndashiquestQueacute escaacutendalo es estendashdijo al fin una voz tranquila majestuosa y de gracioso timbre resonando encima de aquella barauacutenda

Todos levantaron la cabeza y vieron a una mujer vestida de negro asomada balcoacuten principal del edificio

ndashiexclLa Sentildeorandashdijeron los criados suspendiendo la retreta de palos

ndashiexclMi mujerndashtartamudeoacute don Eugenio

ndashQue pasen esos ruacutesticos El sentildeor Corregidor dice que lo permitendashagregoacute la Corregidora

Los criados cedieron paso y el de Zuacutentildeiga y sus acompantildeantes penetraron en el portal y tomaron por la escalera arriba

Ninguacuten reo ha subido al patiacutebulo con paso tan inseguro y semblante tan denudado como el Corregidor subiacutea las escaleras de su casa Sin embargo la idea de su deshonra principiaba ya a descollar con noble egoiacutesmo por encima de todos los infortunios que habiacutea causado y que lo afiacuteigiacutean y sobre las demaacutes ridiculeces de la situacioacuten en que se hallaba

ndashiexclAntes que todondashiba pensandondash soy un Zuacutentildeiga y un Ponce

de Leoacuten iexclAy de aquellos que lo hayan echado en olvido iexclAy de mi mujer si ha mancillado mi nombre

XXX Una sentildeora de clase

La Corregidora recibioacute a su esposo y a la ruacutestica comitiva en el saloacuten principal del Corregimiento

Estaba sola de pie y con los ojos clavados en la puerta

Eacuterase una principaliacutesima dama bastante joven todaviacutea de plaacutecida y severa hermosura maacutes propia del pincel cristiano que del cincel gentiacutelico y estaba vestida con toda la nobleza y seriedad que consentiacutea el gusto de la eacutepoca Su traje de corta y estrecha falda y mangas huecas y subidas era de alepiacuten negro una pantildeoleta de blonda blanca algo amarillenta velaba sus admirables hombros y larguiacutesimos maniquetes o mitones de tul negro cubriacutean la mayor parte sus alabastrinos brazos Abanicaacutebase majestuosamente con un pericoacuten enorme traiacutedo de las islas Filipinas y empuntildeaba con la otra mano un pantildeuelo de encaje cuyos cuatro picos colgaban simeacutetricamente con una regularidad solo comparable a la de su actitud y menores movimientos

Aquella hermosa mujer teniacutea algo de reina y mucho de abadesa e infundiacutea por ende veneracioacuten y miedo a cuantos la miraban Por lo demaacutes el atildamiento de su traje a semejante hora la gravedad de su continente y las muchas luces que alumbraban el saloacuten demostraban que la Corregidora se habiacutea esmerado en dar a aquella escena una solemnidad teatral y un tinte ceremonioso que contrastasen con el caraacutecer villano y grosero de la aventura de su marido

Advertiremos finalmente que aquella sentildeora se llamaba dontildea Mercedes Carrillo de Albornoz y Espinosa de los Monteros y que era hija nieta biznieta tataranieta y hasta vigeacutesima nieta de la ciudad como descendiente de sus ilustres conquistadores Su familia por razones de vanidad mundana la habiacutea inducido a casarse con el viejo y acaudalado Corregidor y ella que de otro modo hubiera sido monja pues su vocacioacuten natural la iba llevando al claustro consintioacute en aquel doloroso sacrificio

A la sazoacuten teniacutea ya dos vaacutestagos del arriscado madrilentildeo y auacuten se susurraba que habiacutea otra vez moros en la costa

Conque volvamos a nuestro cuento

XXXI La pena del talioacutenndashiexclMercedesndashexclamoacute el Corregidor al comparecer delante de su esposa

ndashiexclHola tiacuteo Lucas iquestUsted por aquiacutendashdiacutejole la Corregidora interrumpieacutendolendash iquestOcurre alguna desgracia en el molino

ndashiexclSentildeora no estoy para chanzasndashrepuso el Corregidor hecho una fierandash Antes de entrar en explicaciones por mi parte necesito saber queacute ha sido de mi honor

ndashiexclEsa no es cuenta miacutea iquestAcaso me lo ha dejado usted a miacute en depoacutesito

ndashSiacute sentildeora iexclA ustedndashreplicoacute don Eugeniondash iexclLas mujeres son las depositarias del honor de sus maridos

ndashPues entonces mi querido tiacuteo Lucas preguacutentele usted a su mujer Precisamente nos estaacute escuchando

La sentildeaacute Frasquita que se habiacutea quedado a la puerta del saloacuten lanzoacute una especie de rugido

ndashPase usted sentildeora y sieacutentesendashantildeadioacute la Corregidora dirigieacutendose a la Molinera con dignidad soberana

Y por su parte encaminoacutese al sofaacute

La generosa navarra supo comprender desde luego toda la grandeza de la actitud de aquella esposa injuriada e injuriada

acaso doblemente Asiacute es que alzaacutendose en el acto a igual altura dominoacute sus naturales iacutempetus y guardoacute un silencio decoroso Esto sin contar con que la sentildeaacute Frasquita segura de su inocencia y de su fuerza no teniacutea prisa de defenderse teniacuteala siacute de acusar mucha pero no ciertamente a la Corregidora iexclCon quien ella deseaba ajustar cuentas era con el tiacuteo Lucas y el tiacuteo Lucas no estaba alliacute

ndashSentildeaacute Frasquitandashrepitioacute la noble dama al ver que la Molinera no se habiacutea movido de su sitiondash le he dicho a usted que puede pasar y sentarse

Esta segunda indicacioacuten fue hecha con voz maacutes afectuosa y sentida que la primera Dijeacuterase que la Corregidora habiacutea adivinado tambieacuten por instinto al fijarse en el reposado continente y en la varonil hermosura de aquella mujer que no iba a habeacuterselas con un ser bajo y despreciable sino quizaacute maacutes bien con otra infortunada como ella iexclinfortunada siacute por el solo hecho de haber conocido al Corregidor

Cruzaron pues sendas miradas de paz y de indulgencia aquellas dos mujeres que se consideraban dos veces rivales y notaron con gran sorpresa que sus almas se aplacieron la una en la otra como dos hermanas que se reconocen

No de otro modo se divisan y saludan a lo lejos las castas nieves de las encumbradas montantildeas

Saboreando estas dulces emociones la Molinera entroacute majestuosamente en el saloacuten y se sentoacute en el filo de una silla

A su paso por el molino previendo que en la ciudad tendriacutea que hacer visitas de importancia se habiacutea arreglado un poco y

pueacutestose una mantilla de franela negra con grandes felpones que le sentaba divinamente Pareciacutea toda una sentildeora

Por lo que toca al Corregidor dicho se estaacute que habiacutea guardado silencio durante aquel episodio El rugido de la sentildeaacute Frasquita y su aparicioacuten en la escena no habiacutean podido menos de sobresaltarlo iexclAquella mujer le causaba ya maacutes terror que la suya propia

ndashConque vamos tiacuteo Lucasndashprosiguioacute dontildea Mercedes dirigieacutendose a su maridondash Ahiacute tiene usted a la sentildeaacute Frasquita iexclPuede usted volver a formular demanda iexclPuede usted preguntarle aquello de su honra

ndashMercedes iexclpor los clavos de Cristondashgritoacute el Corregidorndash iexclMira que tuacute no sabes de lo que soy capaz iexclNuevamente te conjuro a que dejes la broma y me digas todo lo que ha pasado aquiacute durante mi ausencia iquestDoacutende estaacute ese hombre

ndashiquestQuieacuten iquestMi marido Mi marido se estaacute levantando y ya no puede tardar en venir

ndashiexclLevantaacutendosendashbramoacute don Eugenio

ndashiquestSe asombra usted iquestPues doacutende queriacutea usted que estuviese a estas horas hombre de bien sino en su casa en su cama y durmiendo con su legiacutetima consorte como manda Dios

ndashiexclMerceditas iexclVe lo que te dices iexclRepara en que nos estaacuten oyendo iexclRepara en que soy el Corregidor

ndashiexclA miacute no me deacute usted voces tiacuteo Lucas o mandareacute a los alguaciles que lo lleven a la caacutercelndashreplicoacute la Corregidora

ponieacutendose de pie

ndashiexclYo a la caacutercel iexclYo iexclEl Corregidor de la ciudad

ndashEl Corregidor de la ciudad el representante de la Justicia el apoderado del Reyndashrepuso la gran sentildeora con una severidad y una energiacutea que ahogaron la voz del fingido Molinerondashllegoacute a su casa a la hora debida a descansar de las nobles tareas de su oficio para seguir mantildeana amparando la honra y la vida de los ciudadanos la santidad del hogar y el recato de las mujeres impidiendo de este modo que nadie pueda entrar disfrazado de Corregidor ni de ninguna otra cosa en la alcoba de la mujer ajena que nadie pueda sorprender a la virtud de su descuidado reposo que nadie pueda abusar de su casto suentildeo

ndashiexclMerceditas iquestQueacute es lo que profieresndashsilboacute el Corregidor con labios y enciacuteasndash iexclSi es verdad que ha pasado en mi casa direacute que eres una picara una peacuterfida una licenciosa

ndashiquestCon quieacuten habla este hombrendashprorrumpioacute la Corregidora desdentildeosamente y pasando la vista por todos los circunstantesndash iquestQuieacuten es este loco iquestQuieacuten es este ebrio iexclNi siquiera puedo ya creer que sea un honrado molinero como el tiacuteo Lucas a pesar de que viste su traje de villano SentildeorJuan Loacutepez creacuteame ustedndashcontinuoacute encaraacutendose con el alcalde de monterilla que estaba aterradondash mi marido el Corregidor de la ciudad llegoacute a esta su casa hace dos horas con su sombrero de tres picos su capa de grana su espadiacuten de caballero y su bastoacuten de autoridad Los criados y alguaciles que me escuchan se levantaron y lo saludaron al verlo pasar por el portal por la escalera y por el recibimiento Cerraacuteronse en seguida todas las puertas y desde entonces no ha penetrado nadie en mi hogar hasta que llegaron ustedes iquestEs esto cierto Responded vosotros

ndashiexclEs verdad iexclEs muy verdadndashcontestaron la nodriza los domeacutesticos y los ministriles todos los cuales agrupados a la puerta del saloacuten presenciaban aquella singular escena

ndashiexclFuera de aquiacute todo el mundondashgritoacute don Eugenio echando espumarajos de rabiandash iexclGarduntildea iexclGarduntildea iexclVen y prende a estos viles que me estaacuten faltando al respeto iexclTodos a la caacutercel iexclTodos a la horca

Garduntildea no pareciacutea por ningun lado

ndashAdemaacutes sentildeorndashcontinuoacute dontildea Mercedes cambiando de tono y dignaacutendose ya mirar a su marido y tratarle como a tal temerosa de que las chanzas llegaran a irremediables extremosndash Supongamos que usted es mi esposo Supongamos que usted es don Eugenio de Zuacutentildeiga y Ponce de Leoacuten

ndashiexclLo soy

ndashSupongamos ademaacutes que me cupiese alguna culpa en haber tomado por usted al hombre que penetroacute en mi alcoba vestido de Corregidor

ndashiexclInfamesndashgritoacute el viejo echando mano a la espada y encontraacutendose soacutelo con el sitio o sea con la faja del molinero murciano

La navarra se tapoacute el rostro con un lado de la mantilla para ocultar las llamaradas de sus celos

ndashSupongamos todo lo que usted quierandashcontinuoacute dontildea Mercedes con una impasibilidad inexplicable Pero diacutegame usted ahora sentildeor miacuteo iquestTendriacutea usted derecho a quejarse iquestPodriacutea

usted acusarme como fiscal iquestPodriacutea usted sentenciarme como juez iquestViene usted de confesar iquestViene usted de oiacuter misa iquestO de doacutende viene usted con ese traje iquestDe doacutende viene usted con esa sentildeora iquestDoacutende ha pasado usted la mitad de la noche

ndashCon permisondashexclamoacute la sentildeaacute Frasquita ponieacutendose de pie como empujada por un resorte y atravesaacutendose arrogantemente entre la Corregidora y su marido

Eacuteste que iba a hablar se quedoacute con la boca abierta al ver que la navarra entraba en fuego

Pero dontildea Mercedes se anticipoacute y dijo

ndashSentildeora no se fatigue usted en darme a miacute explicaciones iexclYo no se las pido a usted ni mucho menos Alliacute viene quien puede pediacuterselas a justo tiacutetulo iexclEntieacutendase usted con eacutel

Al mismo tiempo se abrioacute la puerta de un gabinete y aparecioacute en ella el tiacuteo Lucas vestido de Corregidor de pies a cabeza y con bastoacuten guantes y espadiacuten como si se presentase en las Salas de Cabildo

XXXII La fe mueve la montantildeas

ndashTengan ustedes muy buenas nochesndashpronuncioacute el recieacuten llegado quitaacutendose el sombrero de tres picos y hablando con la boca sumida como soliacutea don Eugenio de Zuacutentildeiga

En seguida se adelantoacute por el saloacuten balanceaacutendose en todos sentidos y fue a besar la mano de la Corregidora

Todos se quedaron estupefactos El parecido del tiacuteo Lucas con el verdadero Corregidor era maravilloso

Asiacute es que la servidumbre y hasta el mismo sentildeor Juan Loacutepez no pudieron contener la carcajada

Don Eugenio sintioacute aquel nuevo agravio y se lanzoacute sobre el tiacuteo Lucas como un basilisco

Pero la sentildeaacute Frasquita metioacute el montante apartando al Corregidor con el brazo de marras y Su Sentildeoriacutea en evitacioacuten de otra voltereta y del consiguiente ludibrio se dejoacute atropellar sin decir oxte ni moxte Estaba visto que aquella mujer habiacutea nacido para domadora del pobre viejo

El tiacuteo Lucas se puso maacutes paacutelido que la muerte al ver que su mujer se le acercaba pero luego se dominoacute y con una risa tan horrible que tuvo que llevarse la mano al corazoacuten para que no se le hiciese pedazos dijo remedando siempre al Corregidor

ndashiexclDios te guarde Frasquita iquestLe has enviado ya a tu sobrino el nombramiento

iexclHubo que ver entonces a la navarra Tiroacutese la mantilla atraacutes levantoacute la frente con soberaniacutea de leona y clavando en el falso Corregidor dos ojos como dos puntildeales

ndashiexclTe desprecio Lucasndashle dijo en mitad de la cara

Todos creyeron que le habiacutea escupido

iexclTal gesto tal ademaacuten y tal tono de voz acentuaron aquella frase

El rostro del Molinero se transfiguroacute al oiacuter la voz de su mujer Una especie de inspiracioacuten semejante a la de la fe religiosa habiacutea penetrado en su alma inundaacutendola de luz y de alegriacutea Asiacute es que olvidaacutendose por un momento de cuanto habiacutea visto y creiacutedo ver en el molino exclamoacute con las laacutegrimas en los ojos y la sinceridad en los labios

ndashiquestConque tuacute eres mi Frasquita

ndashiexclNondashrespondioacute la navarra fuera de siacutendash iexclYo no soy ya tu Frasquita Yo soy iexclPreguacutentaselo a tus hazantildeas de esta noche y ellas te diraacuten lo que has hecho del corazoacuten que tanto te queriacutea

Y se echoacute a llorar como una montantildea de hielo que se hunde y principia a derretirse

La Corregidora se adelantoacute hacia ella sin poder contenerse y la estrechoacute en sus brazos con el mayor carintildeo

La sentildeaacute Frasquita se puso entonces a besarla sin saber tampoco

lo que se haciacutea dicieacutendole entre sus sollozos como una nintildea que busca el amparo de su madre

ndashiexclSentildeora sentildeora iexclQueacute desgraciada soy

ndashiexclNo tanto como usted se figurandashcontestaacutebale la Corregidora llorando tambien generosamente

ndashiexclYo siacute que soy desgraciadondashgemiacutea al mismo tiempo el tiacuteo Lucas andando a puntildeetazos con sus laacutegrimas como avergonzado de verterlas

ndashPues iquesty yondashprorrumpioacute al fin don Eugenio sintieacutendose ablandado por el contagioso lloro de los demaacutes o esperando salvarse tambieacuten por la viacutea huacutemeda quiero decir por la viacutea del llantondash iexclAh yo soy un piacutecaro iexclun monstruo iexclun calavera deshecho que ha llevado su merecido

Y rompioacute a berrear tristemente abrazado a la barriga del sentildeor Juan Loacutepez

Y este y los criados lloraban de igual manera y todo pareciacutea concluido y sin embargo nadie se habiacutea explicado

XXXIII Pues iquesty tuacuteEl tiacuteo Lucas fue el primero que salioacute a flote en aquel mar de laacutegrimas

Era que empezaba a acordarse otra vez de lo que habiacutea visto por el ojo de la llave

ndashiexclSentildeores vamos a cuentasndashdijo de pronto

ndashNo hay cuentas que valgan tiacuteo Lucasndashexclamoacute la Corregidorandash iexclSu mujer de usted es una bendita

ndashBien siacute pero

ndashiexclNada de pero Deacutejela usted hablar y veraacute como se justifica Desde que la vi me dio el corazoacuten que era una santa a pesar de todo lo que usted me habiacutea contado

ndashiexclBueno que hablendashdijo el tiacuteo Lucas

ndashiexclYo no hablondashcontestoacute la Molinerandash iexclEl que tiene que hablar eres tuacute Porque la verdad es que tuacute

Y la sentildeaacute Frasquita no dijo maacutes por impediacuterselo el invencible respeto que le inspiraba la Corregidora

ndashPues iquesty tuacutendashrespondioacute el tiacuteo Lucas perdiendo de nuevo toda fe

ndashAhora no se trata de ellandashgritoacute el Corregidor tornando

tambieacuten a sus celosndash iexclSe trata de usted y de esta sentildeora iexclAh Merceditas iquestQuieacuten habiacutea de decirme que tuacute

ndashPues iquesty tuacutendashrepuso la Corregidora midieacutendolo con la vista

Y durante algunos momentos los dos matrimonios repitieron cien veces las mismas frases

ndashiquestY tuacute

ndashiquestPues y tuacute

ndashiexclVaya que tuacute

ndashiexclNo que tuacute

ndashPero iquestcoacutemo has podido tuacute

Etceacutetera etc etc

La cosa hubiera sido interminable si la Corregidora revistieacutendose de dignidad no dijese por uacuteltimo a don Eugenio

ndashiexclMira caacutellate tuacute ahora Nuestra cuestioacuten particular la ventilaremos maacutes adelante Lo que urge en este momento es devolver la paz al corazoacuten del tiacuteo Lucas cosa muy faacutecil a mi juicio pues alliacute distingo al sentildeor Juan Loacutepez y a Tontildeuelo que estaacuten saltando por justificar a la sentildeaacute Frasquita

ndashiexclYo no necesito que me justifiquen los hombresndashrespondioacute estandash Tengo dos testigos de mayor creacutedito a quien no se diraacute que he seducido ni sobornado

ndashiquestY doacutende estaacutenndashpreguntoacute el Molinero

ndashEstaacuten abajo en la puerta

ndashPues diles que suban con permiso de esta sentildeora

ndashLas pobres no pueden subir

ndashiexclAh iexclSon dos mujeres iexclVaya un testimonio fidedigno

ndashTampoco son dos mujeres Solo son dos hembras

ndashiexclPeor que peor iexclSeraacuten dos nintildeas Hazme el favor de dearme sus nombres

ndashLa una se llama Pintildeona y la otra Liviana

ndashiexclNuestras dos burras Frasquita iquestte estaacutes riendo de miacute

ndashNo que estoy hablando muy formal Yo puedo probarte con el testimonio de nuestras burras que no me hallaba en el molino cuando tuacute viste en eacutel al sentildeor Corregidor

ndashiexclPor Dios te pido que te expliques

ndashiexclOye Lucas y mueacuterete de verguumlenza por haber dudado de mi honradez Mientras tuacute ibas esta noche desde el lugar a nuestra casa yo me dirigiacutea desde nuestra casa al lugar y por consiguiente nos cruzamos en el camino Pero tuacute marchabas fuera de eacutel o por mejor decir te habiacuteas detenido a echar unas yescas en medio de un sembrado

ndashiexclEs verdad que me detuve Continuacutea

ndashEn esto rebuznoacute tu borrica

ndashiexclJustamente iexclAh queacute feliz soy iexclHabla habla que cada palabra tuya me devuelve un antildeo de vida

ndashY a aquel rebuzno contestoacute otro en el camino

ndashiexclOh siacute siacute iexclBendita seas iexclMe parece estarlo oyendo

ndashEran Liviana y Pintildeona que se habiacutean reconocido y se saludaban como buenas amigas mientras que nosotros dos ni nos saludamos ni nos reconocimos

ndashiexclNo me digas maacutes iexclNo me digas maacutes

ndashTan no nos reconocimosndashcontinuoacute la senaacute Frasquitandash que los dos nos asustamos y salimos huyendo en direcciones contrarias iexclConque ya ves que yo no estaba en el molino Si quieres saber ahora por queacute encontraste al sentildeor Corregidor en nuestra cama tienta esas ropas que llevas puestas y que todaviacutea estaraacuten huacutemedas y te lo diraacuten mejor que yo iexclSu Sentildeoriacutea se cayoacute al caz del molino y Garduntildea lo desnudoacute y lo acostoacute alliacute Si quieres saber por queacute abriacute la puerta fue porque creiacute que eras tuacute el que se ahogaba y me llamaba a gritos Y en fin si quieres saber lo del nombramiento Pero no tengo maacutes que decir por la presente Cuando estemos solos te enterareacute de eacuteste y otros particulares que no debo referir delante de esta sentildeora

ndashiexclTodo lo que ha dicho la sentildeaacute Frasquita es la pura verdadndashgritoacute el sentildeor Juan Loacutepez deseando congraciarse con dontildea Mercedes visto que ella imperaba en el Corregimlento

ndashiexclTodo iexclTodondashantildeadioacute Tontildeuelo siguiendo la corriente a su amo

ndashiexclHasta ahora todondashagregoacute el Corregidor muy complacido de que las explicaciones de la navarra no hubieran ido maacutes lejos

ndashiexclConque eres inocentendashexclamaba en tanto el tiacuteo Lucas rindieacutendose a la evidenciandash iexclFrasquita miacutea Frasquita de mi alma iexclPerdoacutename la injusticia y deja que te deacute un abrazo

ndashiexclEsa es harina de otro costalndashcontestoacute la Molinera hurtando el cuerpondash Antes de abrazarte necesito oiacuter tus explicaciones

ndashYo las dareacute por eacutel y por miacutendashdijo dontildea Mercedes

ndashiexclHace una hora que las estoy esperandondashprofirioacute el Corregidor tratando de erguirse

ndashPero no las dareacutendashcontinuoacute la Corregidora volviendo la espalda desdentildeosamente a su maridondashhasta que estos sentildeores hayan descambiado vestimentas y aun entonces se las dareacute tan solo a quien merezca oiacuterlas

ndashVamos vamos a descambiarndashdiacutejole el murciano a don Eugenio alegraacutendose mucho de no haberlo asesinado pero mirandolo todaviacutea con un odio verdaderamente moriscondash iexclEl traje de vuestra sentildeoriacutea me ahoga iexclHe sido muy desgraciado mientras lo he tenido puesto

ndashiexclPorque no lo entiendesndashrespondioacutele el Corregidorndash iexclYo estoy en cambio deseando poneacutermelo para ahorcarte a ti y a medio mundo si no me satisfacen las exculpaciones de mi mujer

La Corregidora que oyoacute estas palabras tranquilizoacute a la reunioacuten con una suave sonrisa propia de aquellos afanados aacutengeles cuyo ministerio es guardar a los hombres

XXXIV Tambien la Corregidora es guapa

Salido que hubieron de la sala el Corregidor y el tiacuteo Lucas sentoacutese de nuevo la Corregidora en el sofaacute colocoacute a su lado a la sentildeaacute Frasquita y dirigieacutendose a los domeacutesticos y ministriles que obstruiacutean la puerta les dijo con afable sencillez

ndashiexclVaya muchachos Contad ahora vosotros a esta excelente mujer todo lo malo que sepaacuteis de miacute

Avanzoacute el cuarto estado y diez voces quisieron hablar a un mismo tiempo pero el ama de leche como la persona que maacutes alas teniacutea en la casa impuso silencio a los demaacutes y dijo de esta manera

ndashHa de saber usted sentildeaacute Frasquita que estaacutebamos yo y mi Sentildeora esta noche al cuidado de los nintildeos esperando a ver si veniacutea el amo y rezando el tercer rosario para hacer tiempo (pues la razoacuten traiacuteda por Garduntildea habiacutea sido que andaba el sentildeor Corregidor detraacutes de unos facinerosos terribles y no era cosa de acostarse hasta verlo entrar sin novedad) cuando sentimos ruido de gente en la alcoba inmediata que es donde mis sentildeores tienen su cama de matrimonio Cogimos la luz muertas de miedo y fuimos a ver quieacuten andaba en la alcoba cuando iexclay Virgen del Carmen al entrar vimos que un hombre vestido como mi sentildeor pero que no era eacutel (iexclcomo que era su marido de usted) trataba de esconderse debajo de la cama iexclLadrones principiamos a gritar desaforadamente y un momento despueacutes la habitacioacuten estaba llena de gente y los alguaciles sacaban arrastrando de su

escondite al fingido Corregidor Mi Sentildeora que como todos habiacutea reconocido al tiacuteo Lucas y que lo vio con aquel traje temioacute que hubiese matado al amo y empezoacute a dar unos lamentos que partiacutean las piedras iexclA la caacutercel iexclA la caacutercel deciacuteamos entre tanto los demaacutes iexclLadroacuten iexclAsesino era la mejor palabra que oiacutea el tiacuteo Lucas y asiacute es que estaba como un difunto arrimado a la pared sin decir esta boca es miacutea Pero viendo luego que se lo llevaban a la caacutercel dijo lo que voy a repetir aunque verdadaderamente mejor seriacutea para callado Sentildeora yo no soy ladroacuten ni asesino el ladroacuten y el asesino de mi honra estaacute en mi casa acostado con mi mujer

ndashiexclPobre Lucasndashsuspiroacute la sentildeaacute Frasquita

ndashiexclPobre de miacutendashmurmuroacute la Corregidora tranquilamente

ndashEso dijimos todos iexclPobre tiacuteo Lucas y pobre Sentildeora Porque la verdad sentildeaacute Frasquita ya teniacuteamos idea de que mi sentildeor habiacutea puesto los ojos en usted y aunque nadie se figuraba que usted

ndashiexclAmandashexclamoacute severamente la Corregidorandash iexclNo siga usted por ese camino

ndashContinuareacute yo por el otrondashdijo un alguacil aprovechando aquella coyuntura para apoderarse de la palabrandash El tiacuteo Lucas (que nos engantildeoacute de lo lindo con su traje y su manera de andar cuando entroacute en la casa tanto que todos lo tomamos por el sentildeor Corregidor) no habiacutea venido con muy buenas intenciones que digamos y si la Sentildeora no hubiera estado levantada figuacuterese usted lo que habria sucedido

ndashiexclVamos iexclCaacutellate tuacute tambieacutenndashinterrumpioacute la cocinerandash iexclNo estaacutes diciendo mas que tonteriacuteas Pues si sentildeaacute Frasquita el tiacuteo

Lucas para explicar su presencia en la alcoba de mi ama tuvo que confesar las intenciones que traiacutea iexclPor cierto que la Sentildeora no se pudo contener al oiacuterlo y le arrimoacute una bofetada en medio de la boca que le dejoacute la mitad de las palabras dentro del cuerpo Yo misma lo lleneacute de insultos y denuestos y quise sacarle los ojos Porque ya conoce usted sentildeaacute Frasquita que aunque sea su marido de usted eso de venir con sus manos lavadas

ndashiexclEres una bachillerandashgritoacute el portero ponieacutendose delante de la oradorandash iquestQueacute maacutes hubieras querido tuacute En fin sentildeaacute Frasquita oigame usted a miacute y vamos al asunto La Sentildeora hizo y dijo lo que debiacutea pero luego calmado ya su enojo compadecioacutese del tiacuteo Lucas y paroacute mientes en el mal proceder del sentildeor Corregidor viniendo a pronunciar estas o parecidas palabras Por infame que haya sido su pensamiento de usted tiacuteo Lucas y aunque nunca podreacute perdonar tanta insolencia es menester que su mujer de usted y mi esposo crean durante algunas horas que han sido cogidos en sus propias redes y que usted auxiliado por ese disfraz les ha devuelto afrenta por afrenta iexclNinguna venganza mejor podemos tomar de ellos que este engantildeo tan faacutecil de desvanecer cuando nos acomode Adoptada tan graciosa resolucioacuten la Sentildeora y el tiacuteo Lucas nos aleccionaron a todos de lo que teniacuteamos que hacer y decir cuando volviese Su Sentildeoriacutea iexcly por cierto que yo le he pegado a Sebastiaacuten Garduntildea tal palo en la rabadilla que creo no se le olvidaraacute en mucho tiempo la noche de San Simoacuten y San Judas

Cuando el portero dejoacute de hablar ya haciacutea rato que la Corregidora y la Molinera cuchicheaban al oiacutedo abrazaacutendose y besaacutendose a cada momento y no pudiendo en ocasiones contener la risa

iexclLaacutestima que no se oyera lo que hablaban Pero el lector se lo figuraraacute sin gran esfueno y si no el lector la lectora

XXXV Decreto ImperialRegresaron en esto a la sala el Corregidor y el tiacuteo Lucas vestido cada cual con su propia ropa

ndashAhora me toca a miacutendashentroacute diciendo el insigne don Eugenio de Zuacutentildeiga

Y despueacutes de dar en el suelo un par de bastonazos como para recobrar su energiacutea (a guisa de Anteo oficial que no se sentiacutea fuerte hasta que su cantildea de Indias tocaba en la tierra) diacutejole a la Corregidora con un eacutenfasis y una frescura indescriptibles

ndashiexclMerceditas estoy esperando tus explicaciones Entre tanto la Molinera se habiacutea levantado y le tiraba al tiacuteo Lucas un pellizco de paz que le hizo ver estrellas miraacutendolo al mismo tiempo con desenojados y hechiceros ojos

El Corregidor que observara aquella pantomima quedoacutese hecho una pieza sin acertar a explicarse una reconciliacioacuten tan inmotivada

Dirigioacutese pues de nuevo a su mujer y le dijo hecho un vinagre

ndashiexclSentildeoral iexclTodos se entienden menos nosotros Saacutequeme usted de dudas iexclSe lo mando como marido y como Corregidor

Y dio otro bastonazo en el suelo

ndashiquestConque se marcha ustedndashexclamoacute dontildea Mercedes acercaacutendose a la sentildeaacute Frasquita y sin hacer caso de don

Eugeniondash Pues vaya usted descuidada que este escaacutendalo no tendraacute ningunas consecuencias iexclRosa alumbra a estos sentildeores que dicen que se marchan Vaya usted con Dios tiacuteo Lucas

ndashiexclOh nondashgritoacute el de Zuacutentildeiga interponieacutendosendash iexclLo que es el tiacuteo Lucas no se marcha iexclEl tiacuteo Lucas queda arrestado hasta que sepa yo toda la verdad iexclHola alguaciles iexclFavor al Rey

Ni un solo ministro obedecioacute a don Eugenio Todos miraban a la Corregidora

ndashiexclA ver hombre iexclDeja el paso librendashantildeadioacute eacutesta pasando casi sobre su marido y despidiendo a todo el mundo con la mayor finura es decir con la cabeza ladeada cogieacutendose la falda con la punta de los dedos y agachandose graciosamente hasta completar la reverencia que a la sazoacuten estaba de moda y que se llamaba la pompa

ndashPero yo Pero tuacute Pero nosotros Pero aquellosndashseguiacutea mascullando el vejete tiraacutendole a su mujer del vestido y perturbando sus cortesiacuteas mejor iniciadas

iexclInuacutetil aiacuteaacuten iexclNadie haciacutea caso de Su Sentildeoriacutea

Marchado que se hubieron todos y solos ya en el saloacuten los desavenidos conyuges la Corregidora se dignoacute al fin decirle a su esposo con el acento que hubiera empleado una Czarina de todas las Rusias para fulminar sobre un ministro caiacutedo la orden de perpetuo destierro a la Siberia

ndashMil antildeos que vivas ignoraraacutes lo que ha pasado esta noche en mi alcoba Si hubieras estado en ella como era regular no tendriacuteas necesidad de preguntaacuterselo a nadie Por lo que a miacute toca no hay

ya ni habraacute jamaacutes razoacuten ninguna que me obligue a satisfacerte pues te desprecio de tal modo que si no fueras el padre de mis hijos te arrojariacutea ahora mismo por ese balcoacuten como te arrojo para slempre de mi dormitorio Conque buenas noches caballero

Pronunciadas estas palabras que don Eugenio oyoacute sin pestantildeear (pues lo que es a solas no se atreviacutea con su mujer) la Corregidora penetroacute en el gabinete y del gabinete pasoacute a la alcoba cerrando las puertas detraacutes de siacute y el pobre hombre se quedoacute plantado en medio de la sala murmurando entre enciacuteas (que no entre dientes) y con un cinismo de que no habraacute habido otro ejemplo

ndashiexclPues sentildeor no esperaba yo escapar tan bien iexclGarduntildea me buscaraacute acomodo

XXXVI Conclusioacuten moraleja y epiacutelogo

Piaban los pajarillos saludando el alba cuando el tiacuteo Lucas y la sentildeaacute Frasquita saliacutean de la ciudad con direccioacuten a su molino

Los esposos iban a pie y delante de ellos caminaban apareadas las dos burras

ndashEl domingo tienes que ir a confesar (le deciacutea la Molinera a su marido) pues necesitas limpiarte de todos tus malos juicios y criminales propoacutesitos de esta noche

ndashHas pensado muy bienndashcontestoacute el Molinerondash Pero tuacute entre tanto vas a hacerme otro favor y es dar a los pobres los colchones y ropa de nuestra cama y ponerla toda de nuevo iexclYo no me acuesto donde ha sudado aquel bicho venenoso

ndashiexclNo me lo nombres Lucasndashreplicoacute la sentildeaacute Frasquitandash Conque hablemos de otra cosa Quisiera merecerte un segundo favor

ndashPide por esa boca

ndashEl verano que viene vas a llevarme a tomar los bantildeos del Solaacuten de Cabras

ndashiquestPara queacute

ndashPara ver si tenemos hijos

ndashiexclFeliciacutesima idea Te llevareacute si Dios nos da vida

Y con esto llegaron al molino a punto que el sol sin haber salido todaviacutea doraba ya las cuacutespides de las montantildeas

A la tarde con gran sorpresa de los esposos que no esperaban nuevas visitas de altos personajes despueacutes de un escaacutendalo como el de la precedente noche concurrioacute al molino maacutes sentildeoriacuteo que nunca El venerable Prelado muchos Canoacutenigos el Jurisconsulto dos Priores de frailes y otras vanas personas (que luego se supo habiacutean sido convocadas alliacute por Su Sentildeoriacutea Ilustriacutesima) ocuparon materialmente la plazoletilla del emparrado

Soacutelo faltaba el Corregidor

Una vez reunida la tertulia el sentildeor Obispo tomoacute la palabra y dijo que por lo mismo que habiacutean pasado ciertas cosas en aquella casa sus Canoacutenigos y eacutel seguiriacutean yendo a ella lo mismo que antes para que ni los honrados Molineros ni las demaacutes personas alliacute presentes participasen de la censura puacutebhca soacutelo merecida por aqueacutel que habiacutea profanado con su torpe conducta una reunioacuten tan morigerada y tan honesta Exhortoacute paternalmente a la sentildeaacute Frasquita para que en lo sucesivo fuese menos provocativa y tentadora en sus dichos y ademanes y procurase llevar maacutes cubiertos los brazos y maacutes alto el escote del juboacuten aconsejoacute al tiacuteo Lucas maacutes desintereacutes mayor circunspeccioacuten y menos inmodestia en su trato con los superiores y acaboacute dando la bendicioacuten a todos y diciendo que como aquel diacutea no ayunaba se comeriacutea con mucho gusto un par de ramos de uvas

Lo mismo opinaron todos respecto de este uacuteltimo particular y la parra se quedoacute temblando aquella tarde iexclEn dos arrobas de uvas aprecioacute el gasto el Molinero

Cerca de tres antildeos continuaron estas sabrosas reuniones hasta que contra la previsioacuten de todo el mundo entraron en Espantildea los ejeacutercitos de Napoleoacuten y se armoacute la Guerra de la Independencia

El sentildeor Obispo el Magistral y el Penitenciario murieron el antildeo de 8 y el Abogado y los demaacutes contertulios en los de 9 10 11 y 12 por no poder sufrir la vista de los franceses polacos y otras alimantildeas que invadieron aquella tierra iexcly que fumaban en pipa en el Presbiterio de las iglesias durante la Misa de la tropa

El Corregidor que nunca maacutes tornoacute al molino fue destituido por un Mariscal franceacutes y murioacute en la Caacutercel de Corte por no haber querido ni un solo instante (dicho sea en honra suya) transigir con la dominacioacuten extranjera

Dontildea Mercedes no se volvioacute a casar y educoacute perfectamente a sus hijos retiraacutendose a la vejez a un convento donde acaboacute sus diacuteas en opinioacuten de Santa

Garduntildea se hizo afrancesado

El sentildeor Juan Loacutepez fue guerrillero mandoacute una partida y murioacute lo mismo que su alguacil en la famosa batalla de Baza despueacutes de haber matado muchiacutesimos franceses

Finalmente el tiacuteo Lucas y la sentildeaacute Frasquita (aunque no llegaron a tener hijos a pesar de haber ido al Solaacuten de Cabras y de haber

hecho muchos votos y rogativas) siguieron siempre amaacutendose del propio modo y alcanzaron una edad muy avanzada viendo desaparecer el Absolutismo en 1812 y 1820 y reaparecer en 1814 y 1823 hasta que por uacuteltimo se establecioacute de veras el sistema Constitucional a la muerte del Rey Absoluto y ellos pasaron a mejor vida (precisamente al estallar la Guerra Civil de los Siete antildeos) sin que los sombreros de copa que ya usaba todo el mundo pudiesen hacerles olvidar aquellos tiempos simbolizados por el sombrero de tres picos

Nota sobre el autor

Pedro Antonio de Alarcoacuten

(1833-1895)

Cronologia de Alarcoacuten

Alarcoacuten habla de El sombrero de tres picos

Cronologiacutea de la vida de Alarcoacuten

1833 El 10 de marzo nace Pedro Antonio de Alarcoacuten Ariza en Guadix (Granada)

Estudio bachillerato en Granada

Inicio estudios de leyes en la Universidad de Granada que tuvo que abandonar por problemas econoacutemicos de la familia

Ingreso dos veces en el seminario y lo abandono las dos veces por falta de vocacioacuten

Desde siempre su verdadera vocacioacuten fueron las letras Participo del grupo literario granadino La Cuerda como poeta

1852 De esta eacutepoca datan sus primero relatos breves de fuerte raiacutez romaacutentica algunos de ellos entroncados con el costumbrismo andaluz revelaban el influjo de Fernaacuten Caballero

De hecho Alarcoacuten nunca fue un escritor realista en el sentido que la historia de la literatura da a este termino Sus estenografiacuteas siempre son de una impronta realista muy fuerte En cambio es evidente que sus personajes tienen un sabor arquetiacutepico e ideal muy fuerte es decir son ldquotiposrdquo maacutes que personajes Y es que Alarcoacuten nunca renuncio a que lo ideal se encarnara en lo real Y eso lo entronca con una tradicioacuten nacional espantildeola que con hitos tan importantes como el Arcipreste de hita o Cervantes le alcanza plenamente a Alarcoacuten

El amigo de la muerte uno de los primeros cuentos de Alarcoacuten que revelan ya casi formada la maestriacutea teacutecnica que revelariacutea a continuacioacuten

1853 Se va a Madrid para seguir su carrera literaria

Funda con E Tarragoacute el perioacutedico El Eco de Occidente que no tuvo mucha importancia

Escribe despueacutes en El Laacutetigo diario antimonaacuterquico de fuerte sabor revolucionario

El Clavo

Alarcoacuten fue sin duda un maestro del cuento El Clavo es sin duda una de sus pequentildeas obras maestras

1854 Participa como periodista en la Revolucioacuten de Julio

1855 Publica El final de Norma un trabajo escrito cuando contaba 18 antildeos (1851)

Sucesivamente publicara su obra de juventud Cosas que fueron (artiacuteculos) Poesiacuteas

El final de Norma

1857 El hijo prodigo tiene por tema la locura y los errores de juventud Reflejo de un periodo de autocriacutetica que ha iniciado Alarcoacuten sobre su propia juventud Maacutes tarde en el personaje de Pepito de El nintildeo de la bola finalizaraacute ese ajuste de cuentas con su pasado

El hijo prodigo

1859 Al estallar la guerra de Marruecos se alista como voluntario

1860 De esa experiencia en Aacutefrica naceraacute su obra Diario de un testigo de la guerra de Aacutefrica que por fin le dio fama y algo de dinero quizaacutes su obra maacutes importante y permanente Obra maestra por la descripcioacuten de la vida militar Algunas partes de este trabajo como La batalla de Castillejos y La toma de Tetuaacuten auacuten no han sido superados en la viveza de las descripciones la espontaneidad del lenguaje y la gracia en la narrativa por ninguacuten escritor espantildeol

En la misma liacutenea publicara tambieacuten las Historietas nacionales similares a las anteriores por la temaacutetica y la frescura y espontaneidad del lenguaje y del flujo narrativo

Diario de un testigo de la guerra de Aacutefrica

1860 a 1874 publica fundamentalmente cuentos y libros de viajes

1861 De Madrid a Naacutepoles

1866 Se casa y su posicionamiento poliacutetico y religioso se afianza y explicita definitivamente Ya hacia tiempo se habiacutea inicia en Alarcoacuten un giro de sus posiciones poliacuteticas y humanas que lo desplazoacute desde el liberalismo revolucionario a posiciones tradicionalistas y catoacutelicas De hecho nunca dejo de ser catoacutelico y fue su fe la que le hizo en ultima instancia cambiar sus posiciones poliacuteticas Pero es ahora con su

matrimonio que su evolucioacuten concluye

Desde estas posiciones tradicionalistas siguioacute actuando en poliacutetica Fue diputado en las Cortes por Granada consejero de Estado con Alfonso XII

1868 La revolucioacuten del 68 va afectar fuertemente a Alarcoacuten de forma que marcara toda su obra posterior con un fuerte matiz poleacutemico Obras como La Prodiga o El escaacutendalo estariacutean en esta liacutenea

1871 Su obra Cosas que fueron constituyo una tardiacutea aportacioacuten al genero de cuadros de costumbres y fueron escritos antildeos antes de su publicacioacuten

Cosas que fueron

1873 La Alpujarra

1874 Publica El sombrero de tres picos la obra que le iba a hacer mundialmente famoso y que ha servido de libreto a varias obras musicales y a la obra homoacutenima de Falla

El sombrero de tres picos

1875 El Escaacutendalo una obra con repercusiones semejantes a Pequentildeeces de Coloma tanto por la intencioacuten como por la poleacutemica que levanto La primera edicioacuten se agoto en cinco diacuteas

1878 El nintildeo de la bola es quizaacutes la mejor novela de Alarcoacuten La renuncia de Manuel Venegas odiado por el usurero Eliacuteas precipita la muerte de Soledad bella figura romaacutentica condenada de antemano La fuerza del destino preside con su fatalismo ataacutevico todos los episodios de la narracioacuten Las grandezas y miserias del alma humana se adensan en el pueblo y en la historia de unos seres condenados al fracaso La obra es menos literaria que El escaacutendalo pero maacutes objetiva y apasionada

El nintildeo de la bola

1880 La prodiga es un alegato moral contra la corrupcioacuten de costumbres y ademaacutes es una criacutetica radical de la literatura romanita a la que Alarcoacuten consideraba como fundamentalmente anticristiana y para ello usa la teacutecnica de sacar las uacuteltimas conclusiones de la tiacutepica tragedia romaacutentica desgarrada para mostrarnos su real sordidez exenta de todo heroiacutesmo

La Prodiga

1881 El Capitaacuten Veneno

1883 Viajes por Espantildea

1884 Historia de mis libros

1887 La enemistad con los criacuteticos liberales y su continua critica junto a un cierto convencimiento de que el realismo habiacutea cubierto su ciclo histoacuterico le llevan a un abandono de la escritura

Es elegido miembro de La Real Academia

1895 Muere el 19 de julio en Valdemoro(Madrid)

Alarcoacuten habla de El sombrero de tres picos

La Historia de mis libros de Pedro Antonio de Alarcoacuten escrita en 1884 cuando practicamente habiacutea ya decidido dejar de escribir es el testamento literario del autor y en ella se analiza una a una las obras que habiacutea publicado hasta entonces El capitulo XIII estaacute dedicado a El sombrero de tres picos y es el que transcribimos a continuacioacuten

Un diacutea del verano de 1874 en Madrid apremiaacutebame la obligacioacuten de enviar a la Isla de Cuba alguacuten cuentecillo jocoso para cierto semanario festivo que alliacute se publicaba Recordeacute no seacute coacutemo el picaresco romance de El Corregidor y la Molinera que tantas veces habiacutea oiacutedo relatar cuando nintildeo y me dije

-iquestPor queacute no he de escribir una historieta fundada en tan peregrino argumento

-Porque es muy difiacutecil dentro de las conveniencias sociales -respondioacute mi buena crianza

-iexclRazoacuten de maacutes para intentar escribirla de modo que nadie se escandalice - arguyoacute mi temeridad de artista viejo recordando haber hecho un milagro semejante con el cuento de La Comendadora

-Pues probemos (contestoacute mi pereza para librarse de seguir buscando asunto) iexclEn medio de todo el semanario de que se trata tiene pocos lectores y tal vez ninguno de ellos resida en el continente europeo

-iexclManos a la obra -concluyoacute la parte atrevida de mi ser moral

Y veinticuatro horas despueacutes habiacutea escrito diez o doce cuartillas que conteniacutean muy en compendio todo EL SOMBRERO DE TRES PICOS o sea toda la historia de El Corregidor y la Molinera tal y como me parecioacute prudente arreglarla y componerla ad usum del respetable puacuteblico

Iba ya a meterla en un sobre para echarla al correo cuando me dijo repentinamente la conciencia artiacutestica

-iexclQueacute laacutestima Aquiacute hay materia para escribir una historia diez veces maacutes larga

-iexclYa lo creo (respondioacute la pereza) Y de ese modo nos ahorrariacuteamos durante dos meses la penosa tarea de buscar asuntos para el semanario

-iexclPues recomencemos

-iexclOh no iquestQuieacuten inutiliza lo ya redactado y se pone ahora a volver a empezar la racioacuten de mantildeana

Vacileacute alguacuten tiempo y esta vez triunfoacute la actividad -Comenceacute pues de nuevo la historia de EL SOMBRERO DE TRES PICOS

Al otro diacutea iba ya tambieacuten a meter en un sobre la primera

deacutecima parte del segundo relato o sea del relato actual que llegaba a la descripcioacuten del tiacuteo Lucas cuando entroacute en mi despacho un buen amigo versado en letras referiacutele el asunto de mi nueva obra le leiacute lo que llevaba escrito y ved aquiacute sus terminantes palabras

-No enviacutee V al otro mundo esas cuartillas Reteacutengalas en Madrid y continuacutee la obra con amor hasta acabarla y perfeccionarla cuanto pueda De este modo se encontraraacute V dentro de pocas semanas con un libro que podraacute convenirle publicar en Madrid en tomo -iexclEl asunto es de perlas

Seis diacuteas despueacutes volvioacute a visitarme el amigo y se halloacute con que EL SOMBRERO DE TRES PICOS estaba terminado y hasta puesto en limpio en la forma que hoy tiene Al siguiente diacutea empezoacute a imprimirse en la Revista Europea que publicaban en esta Corte los Sres Medina y Navarro al cabo de un mes se reimprimiacutea solemnemente en tomo aparte y esta es la hora en que van hechas soacutelo dentro de nuestra Peniacutensula ocho numerosas ediciones

Tal es la historia de este dichoso librejo contra el cual no se han alzado mis adversarios Por la inversa todo el mundo lo ha tratado hasta con mimo asiacute en el campo de los innovadores o blasfemadores del Arte de la Moral y del Alma como en el de los ortodoxos y arcaiacutestas de todas especies a tal extremo ha llegado esta unanimidad que muchas veces he sentido aborrecimiento y desdeacuten a la piacutecara obra por nadie impugnada atribuyendo su fortuna a nulidad eacute insignificancia internas -Empero uacuteltimamente me han reconciliado con este hijo del acaso no seacute queacute tardiacutea querencia paternal y la consideracioacuten de que a los diez o maacutes antildeos de publicado sigue producieacutendome tan segura y casi tan pinguumle renta como su juicioso hermano El Escaacutendalo -Ademaacutes EL SOMBRERO DE TRES PICOS ha sido

traducido que yo sepa al portugueacutes (con preciosas ilustraciones) al alemaacuten al ruso al franceacutes al italiano al ingleacutes y al rumano como tambieacuten ha dado argumento a dos operetas coacutemicas la una francesa y la otra belga y en vista de tanto ruido y de tantas nueces he tenido que acabar por decir - laquoiexclPues sentildeor el asunto era de oro iexclEstoy en deuda con la musa popular o sea con los ciegos que componen romancesraquo

Acerca de la moralidad y color de la obra en el Prefacio que lleva al frente he dicho cuanto correspondiacutea a mi reputacioacuten de escritor honesto y de persona bien criada Convieacuteneme sin embargo antildeadir para mayor refulgencia de la castidad de mi musa y de la del puacuteblico espantildeol en general que uno de los mejores literatos de Francia Alejandro Dumas (hijo) a quien debo amistosiacutesimas atenciones tuvo hace antildeos la franqueza de escribirme que mi SOMBRERO DE TRES PICOS habriacutea ganado mucho particularmente en aquella nacioacuten si yo hubiese conservado el desenlace crudeliacutesimo dado por la versioacuten plebeya o sea por los romances de ciego al quid pro quo de que fue inocente objeto dontildea Mercedes -Es decir que ni aquel insigne escritor ni el puacuteblico franceacutes se habriacutean escandalizado ante la consumacioacuten de una atrocidad en el molino ni ante la efectividad de sus represalias en el Corregimiento iexclEs decir que

Pero doblemos la hoja -iexclBueno estaacute sin maacutes ribetes ni escarapelas mi empecatado SOMBRERO DE TRES PICOS -Y lo peor de todo es hablando aquiacute en reserva que laquotambieacuten me gusta a miacute la sentildeaacute Frasquitaraquo por aquello de que la Molinera laquocomo guapa es guaparaquo aunque laquotambieacuten sea guapa la Corregidoraraquo

iexclOh inefable delicia la de crear seres con la pluma iexclOh complacencia poder uno formarlos a su arbitrio y moverlos seguacuten su agrado iexclOh tormento tener que resolverse a dejar de

lanzar al mundo tantos y tantos personajes como aun le bullen en la imaginacioacuten y haber de morirse alguacuten diacutea exclamando laquoMorid tambieacuten vosotros sin haber nacidoraquo -Pero asiacute son las cosas humanas Ars longa vita brevis -Y ademaacutes que no todos tenemos filosofiacutea bastante para decir Satis est equitem mihi plaudere

Capitulo XIII de Historia de mis libros(1884) de Pedro Antonio de Alarcoacuten titulado precisamente El sombrero de tres picos

copyright copy 2001 para la presente edicioacuten de Gaiferos Libros-Ereg

GAIFEROS LIBROS-E reg is a trademark registred

e-ditoragaiferoscom

wwwgaiferoscom

Editor M Echeverriacutea

Design Mezquiriz

Imagen de portada Goya

Printed in Spain(UE)

Madrid Febrero de 2002

Page 6: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado

PREFACIO DEL AUTOR Pocos espantildeoles aun contando a los menos sabios y leiacutedos desconoceraacuten la historieta vulgar que sirve de fundamento a la presente obrilla

Un zafio pastor de cabras que nunca habiacutea salido de la escondida Cortijada en que nacioacute fue el primero a quien nosotros se la oiacutemos referir Era el tal uno de aquellos ruacutesticos sin ningunas letras pero naturalmente ladinos y bufones que tanto papel hacen en nuestra literatura nacional con el dictado de piacutecaros Siempre que en la Cortijada habiacutea fiesta con motivo de boda o bautizo o de solemne visita de los amos tocaacutebale a eacutel poner los juegos de chasco y pantomima hacer las payasadas y recitar los Romances y Relaciones y precisamente en una ocasioacuten de estas (hace ya casi toda una vida es decir hace ya maacutes de treinta y cinco antildeos) tuvo a bien deslumbrar y embelesar cierta noche nuestra inocencia (relativa) con el cuento en verso de EL CORREGIDOR Y LA MOLINERA o sea de EL MOLINERO Y LA CORREGIDORA que hoy ofrecemos nosotros al puacuteblico bajo el nombre maacutes trascendental y filosoacutefico (pues asiacute lo requiere la gravedad de estos tiempos) de EL SOMBRERO DE TRES PICOS

Recordamos por sentildeas que cuando el pastor nos dio tan buen rato las muchachas casaderas alliacute reunidas se pusieron muy coloradas de donde sus madres dedujeron que la historia era algo verde por lo cual pusieron ellas al pastor de oro y azul pero el pobre Repela (asiacute se llamaba el pastor) no se mordioacute la lengua y contestoacute diciendo que no habiacutea por queacute escandalizarse de aquel modo pues nada resultaba de su Relacioacuten que no supiesen

hasta las monjas y hasta las nintildeas de cuatro antildeos

ndashY si no vamos a verndashpreguntoacute el cabrerondash iquest queacute se saca en claro de la historia de EL CORREGIDOR Y LA MOLINERA iexclQue los casados duermen juntos y que a ninguacuten marido le acomoda que otro hombre duerma con su mujer iexclMe parece que la noticia ndashiexclPues es verdadndashrespondieron las madres oyendo las carcajadas de sus hijas

ndashLa prueba de que el tiacuteo Repela tiene razoacutenndashobservoacute en esto el padre del noviondash es que todos los chicos y grandes aquiacute presentes se han enterado ya de que esta noche asiacute que se acabe el baile Juanete y Manolita estrenaraacuten esa hermosa cama de matrimonio que la tiacutea Gabriela acaba de ensentildear a nuestras hijas para que admiren los bordados de los almohadones

ndashiexclHay maacutesndashdijo el abuelo de la noviandash hasta en el libro de la Doctrina y en los mismos Sermones se habla a los nintildeos de todas estas cosas tan naturales al ponerlos al corriente de la larga esterilidad de Nuestra Sentildeora Santa Ana de la virtud del casto Joseacute de la estratagema de Judit y de otros muchos milagros que no recuerdo ahora Por consiguiente sentildeores

ndashiexclNada nada tiacuteo Repelandashexclamaron valerosamente las muchachasndash iexclDiga usted otra vez su Relacioacuten que es muy divertida

ndashiexclY hasta muy decentendashcontinuoacute el abuelo Pues en ella no se aconseja a nadie que sea malo ni se le ensentildea a serlo ni queda sin castigo el que lo es

ndashiexclVaya repiacutetala ustedndashdijeron al fin consistorialmente las madres de familia

El tiacuteo Repela volvioacute entonces a recitar el Romance y considerado ya su texto por todos a la luz de aquella criacutetica tan ingenua hallaron que no habiacutea pero que ponerle lo cual equivale a decir que le concedieron las licencias necesarias

Andando los antildeos hemos oiacutedo muchas y muy diversas versiones de aquella misma aventura de EL MOLINERO Y LA CORREGIDORA siempre de labios de graciosos de aldea y de cortijo por el orden del ya difunto Repela y ademaacutes la hemos leiacutedo en letras de molde en diferentes Romances de ciego y hasta en el famoso Romancero del inolvidable don Agustiacuten Duraacuten

El fondo del asunto resulta ideacutentico tragicoacutemico zumboacuten y terriblemente epigramaacutetico como todas las lecciones dramaacuteticas de moral de que se enamora nuestro pueblo pero la forma el mecanismo accidental los procedimientos casuales difieren mucho muchiacutesimo del relato de nuestro pastor tanto que este no hubiera podido recitar en la Cortijada ninguna de dichas versiones ni aun aquellas que corren impresas sin que antes se tapasen los oiacutedos las muchachas en estado honesto o sin exponerse a que sus madres le sacaran los ojos iexclA tal punto han extremado y pervertido los groseros patanes de otras provincias el caso tradicional que tan sabroso discreto y pulcro resultaba en la versioacuten del claacutesico Repela

Hace pues mucho tiempo que concebimos el propoacutesito de restablecer la verdad de las cosas devolviendo a la peregrina historia de que se trata su primitivo caraacutecter que nunca dudamos fuera aquel en que saliera mejor librado el decoro Ni iquestcoacutemo dudarlo Esta clase de Relaciones al rodar por las manos del vulgo nunca se desnaturalizan para hacerse maacutes bellas delicadas y decentes sino para estropearse y percudirse al contacto de la

ordinariez y la chabacaneriacutea

Tal es la historia del presente libro Conque metaacutemonos ya en harina quiero decir demos comienzo a la Relacioacuten de EL CORREGIDOR Y LA MOLINERA no sin esperar de tu sano juicio (iexcloh respetable puacuteblico) que despueacutes de haberla leiacutedo y heacutechote maacutes cruces que si hubieras visto al demonio (como dijo Estebanillo Gonzaacutelez al principiar la suya) la tendraacutes por digna y merecedora de haber salido a luz Julio de 1874

I De cuando sucedio la cosa

Comenzaba este largo siglo que ya va de vencida No se sabe fijamente el antildeo solo consta que era despueacutes del de 4 y antes del de 8

Reinaba pues todaviacutea en Espantildea don Carlos IV de Borboacuten por la gracia de Dios seguacuten las monedas y por olvido o gracia especial de Bonaparte seguacuten los boletines franceses Los demaacutes soberanos europeos descendientes de Luis XIV habiacutean perdido ya la corona (y el Jefe de ellos la cabeza) en la deshecha borrasca que corriacutea esta envejecida parte del mundo desde 1789

Ni paraba aquiacute la singularidad de nuestra patria en aquellos tiempos El Soldado de la Revolucioacuten el hijo de un oscuro abogado corso el vencedor en Rivoli en las Piraacutemides en Marengo y en otras cien batallas acababa de centildeirse la corona de Carlo Magno y de transfigurar completamente la Europa creando y suprimiendo naciones borrando fronteras inventando dinastiacuteas y haciendo mudar de forma de nombre de sitio de costumbres y hasta de traje a los pueblos por donde pasaba en su corcel de guerra como un terremoto animado o como el Antecristo que le llamaban las Potencias del Norte Sin embargo nuestros padres (Dios los tenga en su santa Gloria) lejos de odiarlo o de temerle complaciacuteanse auacuten en ponderar sus descomunales hazantildeas como si se tratase del heacuteroe de un Libro de Caballeriacuteas o de cosas que sucediacutean en otro planeta sin que

ni por asomos recelasen que pensara nunca en venir por acaacute a intentar las atrocidades que habiacutea hecho en Francia Italia Alemania y otros paiacuteses Una vez por semana (y dos a lo sumo) llegaba el correo de Madrid a la mayor parte de las poblaciones importantes de la Peniacutensula llevando alguacuten nuacutemero de la Gaceta (que tampoco era diaria) y por ella sabiacutean las personas principales (suponiendo que la Gaceta hablase del particular) si existiacutea un Estado maacutes o menos allende el Pirineo si se habiacutea rentildeido otra batalla en que peleasen seis u ocho Reyes y Emperadores y si Napoleoacuten se hallaba en Milaacuten en Bruselas o en Varsovia Por lo demaacutes nuestros mayores seguiacutean viviendo a la antigua espantildeola sumamente despacio apegados a sus rancias costumbres en paz y en gracia de Dlos con su Inquisicioacuten y sus Frailes con su pintoresca desigualdad ante la Ley con sus privilegios fueros y exenciones personales con su carencia de toda libertad municipal o poliacutetica gobernados simultaacuteneamente por insignes Obispos y poderosos Corregidores (cuyas respectivas potestades no era muy faacutecil deslindar pues unos y otros se metiacutean en lo temporal y en lo eterno) y pagando diezmos primicias alcabalas subsidios mandas y limosnas forzosas rentas rentillas capitaciones tercias reales gabelas frutos civiles y hasta cincuenta tributos maacutes cuya nomenclatura no viene a cuento ahora

Y aquiacute termina todo lo que la presente historia tiene que ver con la militar y poliacutetica de aquella eacutepoca pues nuestro uacutenico objeto al referir lo que entonces sucediacutea en el mundo ha sido venir a parar a que el antildeo de que se trata (supongamos que el de 1805) imperaba todaviacutea en Espantildea el antiguo reacutegimen en todas las esferas de la vida puacuteblica y particular como si en medio de tantas novedades y trastornos el Pirineo se hubiese convertido en otra Muralla de la China

II De coacutemo viviacutea entonces la gente

En Andaluciacutea por ejemplo (pues precisamente acontecioacute en una ciudad de Andaluciacutea lo que vais a oiacuter) las personas de suposicioacuten continuaban levantaacutendose muy temprano yendo a la Catedral a Misa de prima aunque no fuese diacutea de precepto almorzando a las nueve un huevo frito y una jiacuteraca de chocolate con picatostes comiendo de una a dos de la tarde puchero y principio si habiacutea caza y si no puchero solo durmiendo la siesta despueacutes de comer paseando luego por el campo yendo al Rosario entre dos luces a su respectiva parroquia tomando otro chocolate a la Oracioacuten (eacuteste con bizcochos) asistiendo los muy encopetados a la tertulia del Corregidor del Deaacuten o del tiacutetulo que residiacutea en el pueblo retiraacutendose a casa a las Aacutenimas cerrando el portoacuten antes del toque de la queda cenando ensalada y guisado por antonomasia si no habiacutean entrado boquerones frescos y acostaacutendose incotinenti con su sentildeora (los que la teniacutean) no sin hacerse calentar primero la cama durante nueve meses del antildeo

iexclDichosiacutesimo tiempo aquel en que nuestra tierra seguiacutea en quieta y paciacutefica posesioacuten de todas las telarantildeas de todo el polvo de toda la polilla de todos los respetos de todas las creencias de todas las tradiciones de todos los usos y de todos los abusos santificados por los siglos iexclDichosiacutesimo tiempo aquel en que habiacutea en la sociedad humana variedad de clases de afectos y de costumbres iexclDichosiacutesimo tiempo digo para los

poetas especialmente que encontraban un entremeacutes un sainete una comedia un drama un auto sacramental o una epopeya detraacutes de cada esquina en vez de esta prosaica umformidad y desabrido realismo que nos legoacute al cabo la Revolucioacuten Francesa iexclDichosiacutesimo tiempo siacute

Pero esto es volver a las andadas Basta ya de generalidades y de circunloquios y entremos resueltamente en la historia del Sombrero de tres picos

III Do it des En aquel tiempo pues habiacutea cerca de la ciudad un famoso molino harinero (que ya no existe) situado como a un cuarto de legua de la poblacioacuten entre el pie de suave colina poblada de guindos y cerezos y una fertiliacutesima huerta que serviacutea de margen (y algunas veces de lecho) al titular intermitente y traicionero riacuteo

Por varias y diversas razones haciacutea ya alguacuten tiempo que aquel molino era el predilecto punto de llegada y descanso de los paseantes maacutes caracterizados de la mencionada ciudad Primeramente conduciacutea a eacutel un camino carretero menos intransitable que los restantes de aquellos contornos En segundo lugar delante del molino habiacutea una plazoletilla empedrada cubierta por un parral enorme debajo del cual se tomaba muy bien el fresco en el verano y el sol en el invierno merced a la alternada ida y venida de los paacutempanos En tercer lugar el Molinero era un hombre muy respetuoso muy discreto muy fino que teniacutea lo que se llama don de gentes y que obsequiaba a los sentildeores que soliacutean honrarlo con su tertulia vespertina ofrecieacutendoles lo que daba el tiempo ora habas verdes ora cerezas y guindas ora lechugas en rama y sin sazonar (que estaacuten muy buenas cuando se las acompantildea de macarros de pan de aceite macarros que se encargaban de enviar por delante sus sentildeoriacuteas) ora melones ora uvas de aquella misma parra que les serviacutea de dosel ora rosetas de maiz si era invierno y castantildeas asadas y almendras y nueces y de vez en cuando en las tardes friacuteas un trago de vino de pulso (dentro ya de la casa y al amor de la lumbre) a lo que por Pascuas se soliacutea antildeadir alguacuten pestintildeo alguacuten mantecado algun rosco o alguna lonja de jamoacuten alpujarrentildeo

ndashiquestTan rico era el Molinero o tan imprudentes sus tertulianosndashexclamareacuteis interrumpieacutendome

Ni lo uno ni lo otro El Molinero solo teniacutea un pasar y aquellos caballeros eran la delicadeza y el orgullo personificados Pero en unos tiempos en que se pagaban cincuenta y tantas contribuciones diferentes a la Iglesia y al Estado poco arriesgaba un ruacutestico de tan claras luces como aqueacutel en tenerse ganada la voluntad de Regidores Canoacutenigos Frailes Escribanos y demaacutes personas de campanillas Asiacute es que no faltaba quien dijese que el tiacuteo Lucas (tal era el nombre del Molinero) se ahorraba un dineral al antildeo a fuerza de agasajar a todo el mundo

ndash Vuestra Merced me va a dar una puertecilla vieja de la casa que ha derribado deciacuteale a uno Vuestra Sentildeoriacuteandashdeciacuteale a otrondashva a mandar que me rebajen el subsidido o la alcabala o la contribucioacuten de frutos-civiles Vuestra Reverencia me va a dejar coger en la huerta del Convento una poca hoja para mis gusanos de seda Vuestra Ilustriacutesima me va a dar permiso para traer una poca lentildea del monte X Vuestra Paternidad me va a poner dos letras para que me permitan cortar una poca de madera en el pinar H Es menester que me haga Usarceacute una escriturilla que no me cueste nada Este antildeo no puedo pagar el censo Espero que el pleito se falle a mi favor Hoy le he dado de bofetadas a uno y creo que debe ir a la caacutercel por haberme provocado iquestTendriacutea su Merced tal cosa de sobra iquestLe sirve a Usted de algo tal otra iquestMe puede prestar la mula iquestTiene ocupado mantildeana el carro iquestLe parece que enviacutee por el burro

Y estas canciones se repetiacutean a todas horas obteniendo siempre por contestacioacuten un generoso y desinteresado Como se pide

Conque ya veis que el tiacuteo Lucas no estaba en camino de arruinarse

IV Una mujer vista por fuera

La uacuteltima y acaso la maacutes poderosa razoacuten que teniacutea el seroriacuteo de la Ciudad para frecuentar por las tardes el molino del tiacuteo Lucas era que asiacute los cleacuterigos como los seglares empezando por el sentildeor Obispo y el sentildeor Corregidor podiacutean contemplar alliacute a sus anchas una de las obras maacutes bellas graciosas y admirables que hayan salido jamaacutes de las manos de Dios llamado entonces el Ser Supremo por Jovellanos y toda la escuela afrancesada de nuestro paiacutes

Esta obra se denominaba la sentildeaacute Frasquita

Empiezo por responderos de que la sentildeaacute Frasquita legiacutetima esposa del tiacuteo Lucas era una mujer de bien y de que asiacute lo sabiacutean todos los ilustres visitantes del molino Digo maacutes ninguno de eacutestos daba muestras de considerarla con ojos de varoacuten ni con trastienda pecaminosa Admiraacutebanla siacute y requebraacutebanla en ocasiones (delante de su marido por supuesto) lo mismo los frailes que los caballeros los canoacutenigos que los golillas como un prodigio de belleza que honraba a su Criador y

como una diablesa de travesura y coqueteriacutea que alegraba inocentemente los espiacuteritus maacutes melancoacutelicos Es un hermoso animal soliacutea decir el virtuosiacutesimo Prelado Es una estatua de la antiguumledad heleacutenica observaba un Abogado muy erudito Acadeacutemico correspondiente de la Historia Es la propia estampa de Eva prorrumpiacutea el Prior de los Franciscanos Es una real moza exclamaba el Coronel de milicias Es una sierpe una sirena iexclun demonio antildeadiacutea el Corregidor Pero es una buena mujer es un aacutengel es una criatura es una chiquilla de cuatro antildeos acababan por decir todos al regresar del molino atiborrados de uvas o de nueces en busca de sus teacutetricos y metoacutedicos hogares

La chiquilla de cuatro antildeos esto es la sentildeaacute Frasquita frisariacutea en los treinta Teniacutea maacutes de dos varas de estatura y era recia a proporcioacuten o quizaacute maacutes gruesa todaviacutea de lo correspondiente a su arrogante talla Pareciacutea una Niobe colosal y eso que no habiacutea tenido hijos pareciacutea un Heacutercules hembra pareciacutea una matrona romana de las que auacuten hay ejemplares en el Trastevere Pero lo maacutes notable en ella era la movilidad la ligereza la animacioacuten la gracia de su respetable mole Para ser una estatua como pretendiacutea el acadeacutemico le faltaba el reposo monumental Se cimbraba como un junco giraba como una veleta bailaba como una peonza Su rostro era maacutes movible todaviacutea y por lo tanto menos escultural Avivaacutebanlo donosamente hasta cinco hoyuelos dos en una mejilla otro en otra otro muy chico cerca de la comisura izquierda de sus rientes labios y el uacuteltimo muy grande en medio de su redonda barba Antildeadid a esto los picarescos mohines los graciosos guintildeos y las varias posturas de cabeza que amenizaban su conversacioacuten y formareacuteis idea de aquella cara llena de sal y de hermosura y radiante siempre de salud y alegriacutea

Ni la sentildeaacute Frasquita ni el tiacuteo Lucas eran andaluces ella era

navarra y eacutel murciano El habiacutea ido a la ciudad de a la edad de quince antildeos como medio paje medio criado del Obispo anterior al que entonces gobernaba aquella Iglesia Educaacutebalo su protector para cleacuterigo y tal vez con esta mira y para que no careciese de congrua dejoacutele en su testamento el molino pero el tiacuteo Lucas que a la muerte de Su Ilustriacutesima no estaba ordenado maacutes que de menores ahorcoacute los haacutebitos en aquel punto y hora y sentoacute plaza de soldado maacutes ganoso de ver mundo y correr aventuras que de decir Misa o de moler trigo En 1793 hizo la campantildea de los Pirineos Occidentales como Ordenanza del valiente General don Ventura Caro asistioacute al asalto de Castillo Pintildeoacuten y permanecioacute luego largo tiempo en las provincias del Norte donde tomoacute la licencia absoluta En Estella conocioacute a la sentildeaacute Frasquita que entonces soacutelo se llamaba Frasquita la enamoroacute se casoacute con ella y se la llevoacute a Andaluciacutea en busca de aquel molino que habiacutea de verlos tan paciacuteficos y dichosos durante el resto de su peregrinacioacuten por este valle de laacutegrimas y risas

La sentildeaacute Frasquita pues trasladada de Navarra a aquella soledad no habiacutea adquirido ninguacuten haacutebito andaluz y se diferenciaba mucho de las mujeres campesinas de los contornos Vestiacutea con maacutes sencillez desenfado y elegancia que ellas lavaba maacutes sus carnes y permitiacutea al sol y al aire acariciar sus arremangados brazos y su descubierta garganta Usaba hasta cierto punto el traje de las sentildeoras de aquella eacutepoca el traje de las mujeres de Goya el traje de la reina Mariacutea Luisa si no falda de medio paso falda de un paso solo sumamente corta que dejaba ver sus menudos pies y el arranque de su soberana pierna llevaba el escote redondo y bajo al estilo de Madrid donde se detuvo dos meses con su Lucas al trasladarse de Navarra a Andaluciacutea todo el pelo recogido en lo alto de la coronilla lo cual dejaba campear la gallardiacutea de su cabeza y de su cuello sendas arracadas en las diminutas orejas y muchas sortijas en los

afilados dedos de sus duras pero limpias manos Por uacuteltimo la voz de la sentildeaacute Frasquita teniacutea todos los tonos del maacutes extenso y melodioso instrumento y su carcajada era tan alegre y argentina que pareciacutea un repique de Saacutebado de Glorla

Retratemos ahora al tiacuteo Lucas

V Un hombre visto desde fuera

El tiacuteo Lucas era maacutes feo que Picio Lo habiacutea sido toda su vida y ya teniacutea cerca de cuarenta antildeos Sin embargo pocos hombres tan simpaacuteticos y agradables habraacute echado Dios al mundo Prendado de su viveza de su ingenio y de su gracia el difunto Obispo se lo pidioacute a sus padres que eran pastores no de almas sino de verdaderas ovejas Muerto Su Ilustriacutesima y dejado que hubo el mozo el Seminario por el Cuartel distinguioacutele entre todo su Ejeacutercito el General Caro y lo hizo su Ordenanza maacutes iacutentimo su verdadero criado de campantildea Cumplido en fin el empentildeo militar fuele tan faacutecil al tiacuteo Lucas rendir el corazoacuten de la sentildeaacute Frasquita como faacutecil le habiacutea sido captarse el aprecio del General y del Prelado La navarra que teniacutea a la sazoacuten veinte abriles y era el ojo derecho de todos los mozos de Estella algunos de ellos bastante ricos no pudo resistir a los continuos donaires a las chistosas ocurrencias a los ojillos de enamorado mono y a la bufona y constante sonrisa llena de malicia pero tambieacuten de dulzura de aquel murciano tan atrevido tan locuaz tan avisado tan dispuesto tan valiente y tan gracioso que acaboacute por trastornar el juicio no soacutelo a la codiciada beldad sino tambieacuten a su padre y a su madre

Lucas era en aquel entonces y seguiacutea siendo en la fecha a que nos referimos de pequentildea estatura (a los menos con relacioacuten a su mujer) un poco cargado de espaldas muy moreno barbilampintildeo narigoacuten orejudo y picado de viruelas En cambio su boca era regular y su dentadura inmejorable Dijeacuterase que soacutelo la corteza de aquel hombre era tosca y fea que tan pronto como

empezaba a penetrarse dentro de eacutel apareciacutean sus perfecciones y que estas perfecciones principiaban en los dientes Luego veniacutea la voz vibrante elaacutestica atractiva varonil y grave algunas veces dulce y melosa cuando pediacutea algo y siempre difiacutecil de resistir Llegaba despueacutes lo que aquella voz deciacutea todo oportuno discreto ingenioso persuasivo Y por uacuteltimo en el alma del tiacuteo Lucas habiacutea valor lealtad honradez sentido comuacuten deseo de saber y conocimientos instintivos o empiacutericos de muchas cosas profundo desdeacuten a los necios cualquiera que fuese su categoriacutea social y cierto espiacuteritu de ironiacutea de burla y de sarcasmo que le haciacutean pasar a los ojos del Acadeacutemico por un don Francisco de Quevedo en bruto

Tal era por dentro y por fuera el tiacuteo Lucas

VI Habilidades de los coacutenyuges

Amaba pues locamente la sentildeaacute Frasquita al tiacuteo Lucas y consideraacutebase la mujer maacutes feliz del mundo al verse adorada por eacutel No teniacutean hijos seguacuten que ya sabemos y habiacutease consagrado cada uno a cuidar y mimar al otro con esmero indecible pero sin que aquella tierna solicitud ostentase el caraacutecter sentimental y empalagoso por lo zalamero de casi todos los matrimonios sin sucesioacuten Al contrario trataacutebanse con una llaneza una alegriacutea una broma y una confianza semejantes a las de aquellos nintildeos camaradas de juegos y de diversiones que se quieren con toda el alma sin deciacuterselo jamaacutes ni darse a siacute mismos cuenta de lo que sienten iexclImposible que haya habido sobre la tierra molinero mejor peinado mejor vestido maacutes regalado en la mesa rodeado de maacutes comodidades en su casa que el tiacuteo Lucas iexclImposible que ninguna molinera ni ninguna reina haya sido objeto de tantas atenciones de tantos agasajos de tantas finezas como la sentildea Frasquita iexclImposible tambieacuten que ninguacuten molino haya encerrado tantas cosas necesarias uacutetiles agradables recreativas y hasta superfluas como el que va a servir de teatro a casi toda la presente historia Contribuiacutea mucho a ello que la sentildeaacute

Frasquita la pulcra hacendosa fuerte y saludable navarra sabiacutea queriacutea y podiacutea guisar coser bordar barrer hacer dulce lavar planchar blanquear la casa fregar el cobre amasar tejer hacer media cantar bailar tocar la guitarra y los palillos jugar a la brisca y al tute y otras muchiacutesimas cosas cuya relacioacuten fuera interminable Y contribuiacutea no menos al mismo resultado el que el tiacuteo Lucas sabiacutea queriacutea y podiacutea dirigir la molienda cultivar el campo cazar pescar trabajar de carpintero de herrero y de albantildeil ayudar a su mujer en todos los quehaceres de la casa leer escribir contar etc etc Y esto sin hacer mencioacuten de los ramos de lujo o sea de sus habilidades extraordinarias Por ejemplo el tiacuteo Lucas adoraba las flores (lo mismo que su mujer) y era floricultor tan consumado que habiacutea conseguido producir ejemplares nuevos por medio de laboriosas combinaciones Teniacutea algo de Ingeniero natural y lo habiacutea demostrado construyendo una presa un sifoacuten y un acueducto que triplicaron el agua del molino Habiacutea ensentildeado a bailar a un perro domesticado una culebra y hecho que un loro diese la hora por medio de gritos seguacuten las iba marcando un reloj de sol que el molinero habiacutea trazado en una pared de cuyas resultas el loro daba ya la hora con toda precisioacuten hasta en los diacuteas nublados y durante la noche Finalmente en el molino habiacutea una huerta que produciacutea toda clase de frutas y legumbres un estanque encerrado en una especie de quiosco de jazmines donde se bantildeaban en verano el tiacuteo Lucas y la sentildeaacute Frasquita un jardiacuten una estufa o invernadero para las plantas exoacuteticas una fuente de agua potable dos burras en que el matrimonio iba a la ciudad o a los pueblos de las cercaniacuteas gallinero palomar pajarera criadero de peces criadero de gusanos de seda colmenas cuyas abejas libaban en los jazmines jaraiacutez o lagar con su bodega correspondiente ambas cosas en miniatura horno telar fragua taller de carpinteriacutea etc etc todo ello reducido a una casa de ocho habitaciones y a dos fanegas de tierra y tasado en la cantidad de diez mil reales

VII El fondo de la felicidad

Adoraacutebanse siacute locamente el molinero y la molinera y auacuten se hubiera creiacutedo que ella lo queriacutea maacutes a eacutel que eacutel a ella no obstante ser eacutel tan feo y ella tan hermosa Diacutegolo porque la sentildeaacute Frasquita soliacutea tener celos y pedirle cuentas al tiacuteo Lucas cuando eacuteste tardaba mucho en regresar de la ciudad o de los pueblos adonde iba por grano mientras que el tiacuteo Lucas veiacutea hasta con gusto las atenciones de que era objeto la sentildeaacute Frasquita por parte de los sentildeores que frecuentaban el molino se ufanaba y regocijaba de que a todos les agradase tanto como a eacutel y aunque comprendiacutea que en el fondo del corazoacuten se la envidiaban algunos de ellos la codiciaban como simples mortales y hubieran dado cualquier cosa porque fuera menos mujer de bien la dejaba sola diacuteas enteros sin el menor cuidado y nunca le preguntaba luego queacute habiacutea hecho ni quieacuten habiacutea estado alliacute durante su ausencia

No consistiacutea aquello sin embargo en que el amor del tiacuteo Lucas fuese menos vivo que el de la sentildeaacute Frasquita Consistiacutea en que eacutel teniacutea maacutes confianza en la virtud de aqueacutella que ella en la de eacutel consistiacutea en que eacutel la aventajaba en penetracioacuten y sabiacutea

hasta queacute punto era amado y cuaacutento se respetaba su mujer a siacute misma y consistiacutea principalmente en que el tiacuteo Lucas era todo un hombre un hombre como el de Shakespeare de pocos e indivisibles sentimientos incapaz de dudas que creiacutea o moriacutea que amaba o mataba que no admitiacutea gradacioacuten ni traacutensito entre la suprema felicidad y el exterminio de su dicha

Era en fin un Otelo de Murcia con alpargatas y montera en el primer acto de una tragedia posible

Pero iquesta queacute estas notas luacutegubres en una tonadilla alegre iquestA queacute estos relaacutempagos fatiacutedicos en una atmoacutesfera tan serena iquestA queacute estas actitudes melodramaacuteticas en un cuadro de geacutenero

Vais a saberlo inmediatamente

VIII El hombre del sombrero de tres picos

Eran las dos de una tarde de octubre

El esquiloacuten de la catedral tocaba a viacutesperas lo cual equivale a decir que ya habiacutean comido todas las personas principales de la ciudad

Los canoacutenigos se dirigiacutean al Coro y los seglares a sus alcobas a dormir la siesta sobre todo aquellos que por razoacuten de oficio v gr las Autoridades habiacutean pasado la mantildeana entera trabajando

Era pues muy de extrantildear que a aquella hora impropia ademaacutes para dar un paseo pues todaviacutea haciacutea demasiado calor saliese de la ciudad a pie y seguido de un solo alguacil el ilustre sentildeor Corregidor de la misma a quien no podiacutea confundirse con ninguna otra persona ni de diacutea ni de noche asiacute por la enormidad de su sombrero de tres picos y por lo vistoso de su capa de grana como por lo particulariacutesimo de su grotesco donaire

De la capa de grana y del sombrero de tres picos son muchas todaviacutea las personas que pudieran hablar con pleno conocimiento de causa Nosotros entre ellas lo mismo que todos los nacidos en aquella ciudad en las postrimeriacuteas del reinado del sentildeor don Fernando VII recordamos haber visto colgados de un clavo uacutenico adorno de desmantelada pared en la ruinosa torre de la casa que habitoacute Su Sentildeoriacutea (torre destinada a la sazoacuten a los infantiles juegos de sus nietos) aquellas dos anticuadas prendas aquella capa y aquel sombrerondashel negro sombrero encima y la roja capa debajondash formando una especie de espectro del Absolutismo una especie de sudario del Corregidor una especie de caricatura retrospectiva de su poder pintada con carboacuten y almagre como tantas otras por los paacutervulos constitucionales de la de 1837 que alliacute nos reuniacuteamos una especie en fin de espanta-paacutejaros que en otro tiempo habiacutea sido espanta-hombres y que hoy me da miedo de haber contribuido a escarnecer paseaacutendolo por aquella histoacuterica ciudad en diacuteas de Carnestolendas en lo alto de un deshollinador o sirviendo de disfraz irrisorio al idiota que maacutes haciacutea reir a la plebe iexclPobre principio de autoridad iexclAsiacute te hemos puesto los mismos que hoy te invocamos tanto

En cuanto al indicado grotesco donaire del sentildeor Corregidor consistiacutea (dicen) en que era cargado de espaldas todaviacutea maacutes cargado de espaldas que el tiacuteo Lucas casi jorobado por decirlo de una vez de estatura menos que mediana endeblillo de mala salud con las piernas arqueadas y una manera de andar sui generis (balanceaacutendose de un lado a otro y de atraacutes hacia adelante) que soacutelo se puede describir con la absurda foacutermula de que pareciacutea cojo de los dos pies En cambio (antildeade la tradicioacuten) su rostro era regular aunque ya bastante arrugado por la falta absoluta de dientes y muelas moreno verdoso como el de casi todos los hijos de las Castillas con

grandes ojos oscuros en que relampagueaban la coacutelera el despotismo y la lujuria con finas y traviesas facciones que no teniacutean la expresioacuten del valor personal pero siacute la de una malicia artera capaz de todo y con cierto aire de satisfaccioacuten medio aristocraacutetico medio libertino que revelaba que aquel hombre habriacutea sido en su remota juventud muy agradable y acepto a las mujeres no obstante sus piernas y su joroba

Don Eugenio de Zuacutentildeiga y Ponce de Leoacuten (que asiacute se llamaba Su Sentildeoriacutea) habiacutea nacido en Madrid de familia ilustre frisariacutea a la sazoacuten en los cincuenta y cinco antildeos y llevaba cuatro de Corregidor en la ciudad de que tratamos donde se casoacute a poco de llegar con la principaliacutesima sentildeora que diremos maacutes adelante

Las medias de don Eugenio (uacutenica parte que ademaacutes de los zapatos dejaba ver de su vestido la extensiacutesima capa de grana) eran blancas y los zapatos negros con hebilla de oro Pero luego que el calor del campo lo obligoacute a desembozarse viacutedose que llevaba gran corbata de batista chupa de sarga de color de toacutertola muy festoneada de ramillos verdes bordados de realce calzoacuten corto negro de seda una enorme casaca de la misma estofa que la chupa espadiacuten con guarnicioacuten de acero bastoacuten con borlas y un respetable par de guantes (o quirotecas) de gamuza pajiza que no se poniacutea nunca y que empuntildeaba a guisa de cetro

El alguacil que seguiacutea veinte pasos de distancia al sentildeor Corregidor se llamaba Garduntildea y era la propia estampa de su nombre Flaco agiliacutesimo mirando adelante y atraacutes y a derecha e izquierda al propio tiempo que andaba de largo cuello de diminuto y repugnante rostro y con dos manos como dos manojos de disciplinas pareciacutea juntamente un huroacuten en busca de criminales la cuerda que habiacutea de atarlos y el instrumento destinado a su castigo

El primer Corregidor que le echoacute la vista encima le dijo sin maacutes informes Tuacute seraacutes mi verdadero alguacil Y ya lo habiacutea sido de cuatro Corregidores

Teniacutea cuarenta y ocho antildeos y llevaba sombrero de tres picos mucho maacutes pequentildeo que el de su sentildeor (pues repetimos que el de este era descomunal) capa negra como las medias y todo el traje bastoacuten sin borlas y una especie de asador por la espalda

Aquel espantajo negro pareciacutea la sombra de su vistoso amo

IX iexclArre burra Por donde quiera que pasaban el personaje y su apeacutendice los labradores dejaban sus faenas y se descubriacutean hasta los pies con maacutes miedo que respeto despueacutes de lo cual deciacutean en voz baja

ndashiexclTemprano va esta tarde el sentildeor Corregidor a ver a la sentildeaacute Frasquita

ndashiexclTemprano y solondashantildeadiacutean algunos acostumbrados a verlo siempre dar aquel paseo en compantildeiacutea de otras varias personas

ndashOye tuacute Manuel iquestpor queacute iraacute solo esta tarde el sentildeor Corregidor a ver a la navarrandashle preguntoacute una lugarentildea a su marido el cual la llevaba a grupas en la bestia

Y al mismo tiempo que la pregunta le hizo cosquillas por viacutea de retintiacuten

ndashiexclNo seas mal pensada Josefandashexclamoacute el buen hombrendash

La sentildeaacute Frasquita es incapaz

ndashNo digo lo contrario Pero el Corregidor no es por eso incapaz de estar enamorado de ella Yo he oiacutedo decir que de todos los que van a las francachelas del molino el uacutenico que lleva mal fin es ese madrilentildeo tan aficionado a faldas

ndashiquestY queacute sabes tuacute si es o no aficionado a faldasndashpreguntoacute a su vez el marido

ndashNo lo digo por miacute iexclYa se hubiera guardado por maacutes Corregidor que sea de decirme los ojos tienes negros

La que asiacute hablaba era fea en grado superlativo

ndashPues mira hija iexclallaacute ellosndashreplicoacute el llamado Manuelndash Yo no creo al tiacuteo Lucas hombre de consentir iexclBonito genio tiene el tiacuteo Lucas cuando se enfada

ndashPero en fin iexclsi ve que le convienendashantildeadioacute la tiacutea Josefa retorciendo el hocico

ndashEl tiacuteo Lucas es hombre de bienndashrepuso el lugarentildeondash y a un hombre de bien nunca pueden convenirle ciertas cosas

ndashPues entonces tienes razoacuten iexclAllaacute ellos iexclSi yo fuera la sentildeaacute Frasquita

ndashiexclArre burrandashgritoacute el marido para mudar de conversacioacuten

Y la burra salioacute al trote con lo que no pudo oiacuterse el resto del diaacutelogo

X Desde la parra Mientras asiacute discurrian los labriegos que saludaban al sentildeor Corregidor la sentildeaacute Frasquita regaba y barriacutea cuidadosamente la plazoletilla empedrada que serviacutea de atrio o compaacutes al molino y colocaba media docena de sillas debajo de lo maacutes espeso del emparrado en el cual estaba subido el tiacuteo Lucas cortando los mejores racimos y arreglaacutendolos artiacutesticamente en una cesta

ndashiexclPues siacute Frasquitandashdeciacutea el tiacuteo Lucas desde lo alto de la parrandash el sentildeor Corregidor estaacute enamorado de ti de muy mala manera

ndashYa te lo dije yo hace tiempondashcontestoacute la mujer del Nortendash Pero iexcldeacutejalo que pene iexclCuidado Lucas no te vayas a caer

ndashDescuida estoy bien agarrado tambieacuten le gustas mucho al sentildeor

ndashiexclMira iexclNo me des maacutes noticiasndashinterrumpioacute ellandash iexclDemasiado seacute yo a quieacuten le gusto y a quieacuten no le gusto iexclOjalaacute supiera del mismo modo por queacute no te gusto a ti

ndashiexclToma Porque eres muy fea ndashcontestoacute el tiacuteo Lucas

ndashPues oye iexclfea y todo soy capaz de subir a la parra y echarte de cabeza al suelo

ndashMaacutes faacutecil seriacutea que yo no te dejase bajar de la parra sin comerte viva

ndashiexclEso es iexclY cuando vinieran mis galanes y nos viesen ahiacute diriacutean que eacuteramos un mono y una mona

ndashY acertariacutean porque tuacute eres muy mona y muy rebonita y yo parezco un mono con esta joroba

ndashQue a miacute me gusta muchiacutesimo

ndashEntonces te gustaraacute maacutes la del Corregidor que es mayor que la miacutea

ndashiexclVamos iexclVamos sentildeor don Lucas iexclNo tenga usted tantos celos

ndashiquestCelos yo de ese viejo petate iexclAl contrario me alegro muchiacutesimo de que te quiera

ndashiquestPor queacute

ndashPorque en el pecado lleva la penitencia iexclTuacute no has de quererlo nunca y yo soy entre tanto el verdadero Corregidor de la ciudad

ndashiexclMiren el vanidoso Pues figuacuterate que llegase a quererlo

iexclCosas maacutes raras se ven en el mundo

ndashTampoco me dariacutea gran cuidado

ndashiquestPor queacute

ndashiexclPorque entonces tuacute no seriacuteas ya tuacute y no siendo tuacute quien eres o como yo creo que eres maldito lo que me importariacutea que te llevasen los demonios

ndashPues bien iquestqueacute hariacuteas en semejante caso

ndashiquestYo iexclMira lo que no seacute Porque como entonces yo seriacutea otro y no el que soy ahora no puedo figurarme lo que pensariacutea

ndashiquestY por queacute seriacuteas entonces otrondashinsistioacute valientemente la sentildeaacute Frasquita dejando de barrer y ponieacutendose en jarras para mirar hacia arriba

El tiacuteo Lucas se rascoacute la cabeza como si escarbara para sacar de ella alguna idea muy profunda hasta que al fin dijo con maacutes seriedad y pulidez que de costumbre

ndashSeriacutea otro porque yo soy ahora un hombre que cree en ti como en siacute mismo y que no tiene maacutes vida que esa fe De consiguiente al dejar de creer en ti me moririacutea o me convertiriacutea en un nuevo hombre viviriacutea de otro modo me pareceriacutea que acababa de nacer tendriacutea otras entrantildeas Ignoro pues lo que hariacutea entonces contigo Puede que me echara a reiacuter y te volviera la espalda Puede que ni siquiera te conociese Puede que Pero iexclvaya un gusto que tenemos en ponernos de mal humor sin necesidad iquestQueacute nos importa a nosotros que te quieran todos los

Corregidores del mundo iquestNo eres tuacute mi Frasquita

ndashiexclSi pedazo de baacuterbarondashcontestoacute la navarra riendo a maacutes no poderndash Yo soy tu Frasquita y tuacute eres mi Lucas de mi alma maacutes feo que el bu con maacutes talento que todos los hombres maacutes bueno que el pan y maacutes querido iexclAh lo que es eso de querido cuando bajes de la parra lo veraacutes iexclPrepaacuterate a llevar maacutes bofetadas y pellizcos que pelos tienes en la cabeza Pero iexclcalla iquestQueacute es lo que veo El sentildeor Corregidor viene por alli completamente solo iexclY tan tempranito Ese trae plan iexclPor lo visto tuacute teniacuteas razoacuten

ndashPues aguaacutentate y no le digas que estoy subido en la parra iexclEse viene a declararse a solas contigo creyendo pillarme durmiendo la siesta Quiero divertirme oyendo su explicacioacuten

Asiacute dijo el tiacuteo Lucas alargando la cesta a su mujer

ndashiexclNo estaacute mal pensadondashexclamoacute ella lanzando nuevas carcajadasndash iexclEl demonio del madrilentildeo iquestQueacute se habraacute creiacutedo que es un Corregidor para miacute Pero aquiacute llega Por cierto que Garduntildea que lo seguiacutea a alguna distancia se ha sentado en la ramblilla a la sombra iexclQueacute majaderiacutea Ocuacuteltate tuacute bien entre los paacutempanos que nos vamos a reiacuter maacutes de lo que te figuras

Y dicho esto la hermosa navarra rompioacute a cantar el fandango que ya le era tan familiar como las canciones de su tierra

XI El bombardeo de Pamplona

ndashD ios te guarde Frasquitandashdijo el Corregidor a media voz apareciendo bajo el emparrado y andando de puntillas

ndashiexclTanto bueno sentildeor Corregidorndashrespondioacute ella en voz natural hacieacutendole mil reverenciasndash iexclUsiacutea por aquiacute a estas horas iexclY con el calor que hace iexclVaya sieacutentese Su Sentildeoriacutea Esto estaacute fresquito iquestCoacutemo no ha aguardado Su Sentildeoriacutea a los demaacutes sentildeores Aquiacute tienen ya preparados sus asientos Esta tarde esperamos al sentildeor Obispo en persona que le ha prometido a mi Lucas venir a probar las primeras uvas de la parra iquestY coacutemo lo pasa Su Sentildeoriacutea iquestCoacutemo estaacute la Sentildeora

El Corregidor se habiacutea turbado La ansiada soledad en que encontraba a la sentildeaacute Frasquita le pareciacutea un suentildeo o un lazo que le tendiacutea la enemiga suerte para hacerle caer en el abismo de un desengantildeo Limitoacutese pues a contestar

ndashNo es tan temprano como dices Seraacuten las tres y media El loro dio en aquel momento un chillido

ndashSon las dos y cuartondashdijo la navarra mirando de hito en hito al madrilentildeo

Este calloacute como reo convicto que renuncia a la defensa

ndashiquestY Lucas iquestDuermendashpreguntoacute al cabo de un rato

(Debemos advertir aquiacute que el Corregidor lo mismo que todos los que no tienen dientes hablaba con una pronunciacioacuten floja y sibilante como si se estuviese comiendo sus propios labios)

ndashiexclDe segurondashcontestoacute la sentildea Frasquitandash En llegando estas horas se queda dormido donde primero le coge aunque sea en el borde de un precipicio

ndashPues mira iexcldeacutejalo dormirndashexclamoacute el viejo Corregidor ponieacutendose maacutes paacutelido de lo que ya erandash Y tuacute mi querida Frasquita escuacutechame oye ven acaacute iexclSieacutentate aquiacute a mi lado Tengo muchas cosas que decirte

ndashYa estoy sentadandashrespondioacute la Molinera agarrando una silla baja y plantaacutendola delante del Corregidor a cortiacutesima distancia de la suya

Sentado que se hubo Frasquita echoacute una pierna sobre la otra inclinoacute el cuerpo hacia adelante apoyoacute un codo sobre la rodilla cabalgadora y la fresca y hermosa cara en una de sus manos y asiacute con la cabeza un poco ladeada la sonrisa en los labios los cinco hoyos en actividad y las serenas pupilas

clavadas en el Corregidor aguardoacute la declaracioacuten de Su Sentildeoriacutea Hubiera podido comparaacutersela con Pamplona esperando un bombardeo

El pobre hombre fue a hablar y se quedoacute con la boca abierta embelesado ante aquella grandiosa hermosura ante aquella esplendidez de gracias ante aquella formidable mujer de alabastrino color de lujosas carnes de limpia y riente boca de azules e insondables ojos que pareciacutea creada por el pincel de Rubens

ndashiexclFrasquitandashmurmuroacute al fin el delegado del Rey con acento desfallecido mientras que su marchito rostro cubierto de sudor destacaacutendose sobre su joroba expresaba una inmensa angustiandash iexclFrasquita

ndashiexclMe llamondashcontestoacute la hija de los Pirineosndash iquestY queacute

ndashLo que tuacute quierasndashrepuso el viejo con una ternura sin liacutemites

ndashPues lo que yo quierondashdijo la Molinerandash ya lo sabe Usiacutea Lo que yo quiero es que Usiacutea nombre Secretario del Ayuntamiento de la Ciudad a un sobrino miacuteo que tengo en Estella y que asiacute podraacute venirse de aquellas montantildeas donde estaacute pasando muchos apuros

ndashTe he dicho Frasquita que eso es imposible El Secretario actual

ndashiexclEs un ladroacuten un borracho y un bestia

ndashYa lo seacute Pero tiene buenas aldabas entre los Regidores

Perpetuos y yo no puedo nombrar otro sin acuerdo del Cabildo De lo contrarlo me expongo

ndashiexclMe expongo iexclMe expongo iquestA que no nos expondriacuteamos por Vuestra Sentildeoriacutea hasta los gatos de esta casa

ndashiquestMe querriacuteas a este precio ndashtartamudeoacute el Corregidor

ndashNo sentildeor que lo quiero a Usiacutea de balde

ndashiexclMujer no me des tratamiento Haacuteblame de usted o como se te antoje iquestConque vas a quererme Di

ndashiquestNo le digo a usted que lo quiero ya

ndashNo hay pero que valga iexclVeraacute usted queacute guapo y queacute hombre de bien es mi sobrino

ndashiexclTuacute siacute que eres guapa Frascuela

ndashiquestLe gusto a usted

ndashiexclQue si me gustas iexclNo hay mujer como tuacute

ndashPues mire usted Aquiacute no hay nada postizondashcontesto la sentildea Frasquita acabando de arrollar la manga de su juboacuten y mostrando al Corregidor el resto de su brazo digno de una cariaacutetide y maacutes blanco que una azucena

ndashiexclQue si me gustasndashprosiguioacute el Corregidorndash iexclDe diacutea de noche a todas horas en todas partes solo pienso en ti

ndashiexclPues queacute iquestNo le gusta a usted la sentildeora Corregidora

ndashpreguntoacute la sehaacute Frasquita con tan mal fingida compasioacuten que hubiera hecho reiacuter a un hipocondriacuteacondash iexclQueacute laacutestima Mi Lucas me ha dicho que tuvo el gusto de verla y de hablarle cuando fue a componerle a usted el reloj de la alcoba y que es muy guapa muy buena y de un trato muy carintildeoso

ndashiexclNo tanto iexclNo tantondashmurmuroacute el Corregidor con cierta amargura

ndashEn cambio otros me han dichondashprosiguioacute la Molinerandashque tiene muy mal genio que es muy celosa y que usted le tiembla maacutes que a una vara verde

ndashiexclNo tanto mujerndashrepitioacute don Eugenio de Zuacutentildeiga y Ponce de Leoacuten ponieacutendose coloradondash iexclNi tanto ni tan poco La Sentildeora tiene sus maniacuteas es cierto mas de ello a hacerme temblar hay mucha diferencia iexclYo soy el Corregidor

ndashPero en fin iquestla quiere usted o no la quiere

ndashTe direacute Yo la quiero mucho o por mejor decir la queriacutea antes de conocerte Pero desde que te vi no seacute lo que me pasa y ella misma conoce que me pasa algo Baacutestete saber que hoy tomarle por ejemplo la cara a mi mujer me hace la misma operacioacuten que si me la tomara a miacute propio iexclYa ves que no puedo quererla maacutes sin sentir menos iexclMientras que por coger esa mano ese brazo esa cara esa cintura dariacutea lo que no tengo

Y hablando asiacute el Corregidor tratoacute de apoderarse del brazo desnudo que la sentildeaacute Frasquita le estaba refregando materialmente por los ojos pero eacutesta sin descomponerse extendioacute la mano tocoacute el pecho de Su Sentildeoriacutea con la paciacutefica violencia e incontrastable rigidez de la trompa de un elefante y

lo tiroacute de espaldas con silla y todo

ndashiexclAve Maria Puriacutesimandashexclamoacute entonces la navarra rieacutendose a maacutes no poderndash Por lo visto esa silla estaba rota

ndashiquestQueacute pasa ahiacutendashexclamoacute en esto el tiacuteo Lucas asomando su feo rostro entre los paacutempanos de la parra

El Corregidor estaba todaviacutea en el suelo boca arriba y miraba con un terror indecible a aquel hombre que apareciacutea en los aires boca abajo

Hubieacuterase dicho que Su Sentildeoriacutea era el Diablo vencido no por San Miguel sino por otro Demonio del infierno

ndashiquestQueacute ha de pasarndashse apresuroacute a responder la sentildeaacute Frasquitandash iexclQue el sentildeor Corregidor puso la silla en vago fue a mecerse y se ha caiacutedo

ndashiexclJesuacutes Maria y Joseacutendashexclamoacute a su vez el Molinerondash iquestY se ha hecho dantildeo Su Sentildeoriacutea iquestQuiere un poco de agua y vinagre

ndashiexclNo me he hecho nadandashdijo el Corregidor levantaacutendose como pudo

Y luego antildeadioacute por lo bajo pero de modo que pudiera oiacuterlo la sentildeaacute Frasquita

ndashiexclMe la pagareacuteis

ndashPues en cambio Su Sentildeoriacutea me ha salvado a miacute la vidandashrepuso el tiacuteo Lucas sin moverse de lo alto de la parrandash

Figuacuterate mujer que estaba yo aquiacute sentado contemplando las uvas cuando me quedeacute dormido sobre una red de sarmientos y palos que dejaban claros suficientes para que pasase mi cuerpo Por consiguiente si la caida de Su Sentildeoriacutea no me hubiese despertado tan a tiempo esta tarde me habriacutea yo roto la cabeza contra esas piedras

ndashConque si iquesteh ndashreplicoacute el Corregidorndash Pues iexclvaya hombre me alegro iexclTe digo que me alegro mucho de haberme caiacutedo

ndashiexclMe la pagaraacutesndashagregoacute en seguida dirigieacutendose a la Molinera

Y pronuncioacute estas palabras con tal expresioacuten de reconcentrada furia que la sentildeaacute Frasquita se puso triste

Veiacutea claramente que el Corregidor se asustoacute al principio creyendo que el Molinero lo habiacutea oiacutedo todo pero que persuadido ya de que no habiacutea oiacutedo nada (pues la calma y el disimulo del tiacuteo Lucas hubieran engantildeado al maacutes lince) empezaba a abandonarse a toda su iracundia y a concebir planes de venganza

ndashiexclVamos iexclBaacutejate ya de ahiacute y ayuacutedame a limpiar a Su Sentildeoriacutea que se ha puesto perdido de polvondashexclamoacute entonces la Molinera

Y mientras el tio Lucas bajaba diacutejole ella al Corregidor daacutendole golpes con el delantal en la chupa y alguno que otro en las orejas

ndashEl pobre no ha oiacutedo nada Estaba dormido como un

tronco Maacutes que estas frases la circunstancia de haber sido dichas en voz baja afectando complicidad y secreto produjo un efecto maravilloso

ndashiexclPicara iexclProtervandashbalbuceoacute don Eugenio de Zuacutentildeiga con la boca hecha un agua pero gruntildeendo todaviacutea

ndashiquestMe guardaraacute Usiacutea rencorndashreplicoacute la navarra zalameramente

Viendo el Corregidor que la severidad le daba buenos resultados intentoacute mirar a la sentildeaacute Frasquita con mucha rabia pero se encontroacute con su tentadora risa y sus divinos ojos en los cuales brillaba la caricia de una suacuteplica y derritieacutendosele la gacha en el acto le dijo con un acento baboso y silbante en que se descubriacutea maacutes que nunca la ausencia total de dientes y muelas

ndashiexclDe ti depende amor miacuteo

En aquel momento se descolgoacute de la parra el tiacuteo Lucas

XII Diezmos y primicias

Repuesto el Corregidor en su silla la Molinera dirigioacute una raacutepida mirada a su esposo y viole no soacutelo tan sosegado como siempre sino reventando de ganas de reiacuter por resultas de aquella ocurrencia cambioacute con eacutel desde lejos un beso tirado aprovechando el primer descuido de don Eugenio y diacutejole en fin a este con una voz de sirena que le hubiera envidiado Cleopatra

ndashiexclAhora va Su Sentildeoriacutea a probar mis uvas Entonces fue de ver a la hermosa navarra (y asiacute la pintaria yo si tuviese el pincel de Tiziano) plantada enfrente del embelesado Corregidor fresca magniacutefica incitante con sus nobles formas con su angosto vestido con su elevada etatura con sus desnudos brazos levantados sobre la cabeza y con un transpaente racimo en cada mano dicieacutendole entre una sonrisa irresistible y una mirada suplicante en que titilaba el miedo

ndashTodaviacutea no las ha probado el sentildeor Obispo Son las primeras que se cogen este antildeo

Pareciacutea una gigantesca Pomona brindando frutos a un dios campestre a un saacutetiro v gr

En esto aparecioacute al extremo de la plazoleta empedrada el venerable Obispo de la dioacutecesis acompantildeado del abogado acadeacutemico y de dos canoacutenigos de avanzada edad y seguido de su secretario de dos familiares y de dos pajes Detuacutevose un rato Su Ilustriacutesima a contemplar aquel cuadro tan coacutemico y tan bello hasta que por uacuteltimo dijo con el reposado acento propio de los prelados de entonces

ndashEl quinto pagar diezmos y primicias a la Iglesia de Dios nos ensentildea la doctrina cristiana pero usted sentildeor Corregidor no se contenta con administrar el diezmo sino que tambieacuten trata de comerse las primicias

ndashiexclEl sentildeor Obispondashexclamaron los Molineros dejando al Corregidor y corriendo a besar el anillo al prelado

ndashiexclDios se lo pague a Su Ilustriacutesima por venir a honrar esta pobre chozandashdijo el tiacuteo Lucas besando el primero y con acento de muy sincera veneracioacuten

ndashiexclQueacute sentildeor Obispo tengo tan hermosondashexclamoacute la sentildeaacute Frasquita besando despueacutesndashiexclDios lo bendiga y me lo conserve maacutes antildeos que le conservoacute el suyo a mi Lucas

ndashiexclNo seacute queacute falta puedo hacerte cuando tuacute me echas las bendiciones en vez de pediacutermelasndashcontestoacute rieacutendose el bondadoso pastor

Y extendiendo dos dedos bendijo a la sentildeaacute Frasquita y despueacutes a los demaacutes circunstantes

ndashiexclAquiacute tiene Usiacutea Ilustriacutesima las primiciasndashdijo el Corregidor tomando un racimo de manos de la Molinera y presentaacutendoselo corteacutesmente al Obispondash Todaviacutea no habiacutea yo probado las uvas

El Corregidor pronuncioacute estas palabras dirigiendo de paso una raacutepida y ciacutenica mirada a la espleacutendida hermosura de la Molinera

ndashiexclPues no seraacute porque esteacuten verdes como las de la faacutebulandashobservoacute el acadeacutemico

ndashLas de la faacutebulandashexpuso el Obispo no estaban verdes sentildeor licenciado sino fuera del alcance de la zorra

Ni el uno ni el otro habiacutean querido acaso aludir al Corregidor pero ambas frases fueron casualmente tan adecuadas a lo que acababa de suceder alliacute que don Eugenio de Zuacutentildeiga se puso liacutevido de coacutelera y dijo besando el anillo del prelado

ndashiexclEso es llamarme zorro Sentildeor Ilustriacutesimo

ndashTu dixistindashreplicoacute eacuteste con la amable severidad de un santo como diz que lo era en efectondash Excusatio non petita accusatio manifesta Qualis vir talis oratio Pero satis am dictum nullus ultra sit sermo O lo que es lo mismo dejeacutemonos de latines y veamos estas famosas uvas

Y picoacute una sola vez en el racimo que le presentaba el Corregidor

ndashiexclEstaacuten muy buenasndashexclamoacute mirando aquella uva al trasluz y alargaacutendosela en seguida a su secretariondash iexclLaacutestima que

a miacute me sienten mal

El secretario contemploacute tambieacuten la uva hizo un gesto de cortesana admiracioacuten y la entregoacute a uno de los familiares

El familiar repitioacute la accioacuten del Obispo y el gesto del secretario propasaacutendose hasta oler la uva y luego Ia colocoacute en la cesta con escrupuloso cuidado no sin decir en voz baja a la concurrencia

ndashSu Ilustriacutesima ayuna

El tiacuteo Lucas que habiacutea seguido la uva con la vista la cogioacute entonces disimuladamente y se la comioacute sin que nadie lo viera

Despueacutes de esto sentaacuteronse todos habloacutese de la otontildeada (que seguiacutea siendo muy seca no obstante haber pasado el cordonazo de San Francisco) discurrioacutese algo sobre la probabilidad de una nueva guerra entre Napoleoacuten y el Austria insistiose en la creencia de que las tropas imperiales no invadiriacutean nunca el territorio espantildeol quejoacutese el abogado de lo revuelto y calamitoso de aquella eacutepoca envidiando los tranquilos tiempos de sus padres (como sus padres habriacutean envidiado los de sus abuelos) dio las cinco el loro y a una sentildea del reverendo Obispo el menor de los pajes fue al coche episcopal (que se habiacutea quedado en la misma ramblilla que el alguacil) y volvioacute con una magniacutefica torta sobada de pan de aceite polvoreada de sal que apenas hariacutea una hora habiacutea salido del horno colocoacutese una mesilla en medio del concurso descuartizoacutese la torta se dio su parte correspondiente sin embargo de que se resistieron mucho al tiacuteo Lucas y a la sentildeaacute Frasquita y una igualdad verdaderamente democraacutetica reinoacute durante media hora bajo aquellos paacutempanos que filtraban los uacuteltimos resplandores del sol poniente

XIII Le dijo el grajo al cuervo

Hora y media despueacutes todos los ilustres compantildeeros de merienda estaban de vuelta en la ciudad

El sentildeor Obispo y su familia habiacutean llegado con bastante anticipacioacuten gracias al coche y hallaacutebanse ya en palacio donde los dejaremos rezando sus devociones

El insigne abogado (que era muy seco) y los dos canoacutenigos (a cuaacutel maacutes grueso y respetable) acompantildearon al Corregidor hasta la puerta del Ayuntamiento (donde Su Sentildeoriacutea dijo tener que trabajar) y tomaron luego el camino de sus respectivas casas guiaacutendose por las estrellas como los navegantes o sorteando a tientas las esquinas como los ciegos pues ya habiacutea cerrado la noche aun no habiacutea salido la luna y el alumbrado puacuteblico (lo mismo que las demaacutes luces de este siglo) todaviacutea estaba alliacute en la mente divina

En cambio no era raro ver discurrir por algunas calles tal o cual linterna o farolillo con que respetuoso servidor alumbraba a

sus magniacuteficos amos quienes se dirigiacutean a la habitual tertulia o de visita a casa de sus parientes

Cerca de casi todas las rejas bajas se veiacutea (o se olfateaba por mejor decir) un silencioso bulto negro Eran galanes que al sentir pasos habiacutean dejado por un momento de pelar la pava

ndashiexclSomos unos calaverasndashiban diciendo el abogado y los dos canoacutenigosndash Queacute pensaraacuten en nuestras casas al vernos llegar a estas horas

ndashPues iquestqueacute diraacuten los que nos encuentren en la calle de este modo a las siete y pico de la noche como unos bandoleros amparados de las tinieblas

ndashHay que mejorar de conducta

ndashiexclAh Siacute iexclPero ese dichoso molino

ndashMi mujer lo tiene sentado en la boca del estoacutemagondashdijo el acadeacutemico con un tono en que se trasluciacutea mucho miedo a la proacutexima pelotera conyugal

ndashiquestPues y mi sobrinandashexclamoacute uno de los canoacutenigos que por cierto era Penitenciariondash Mi sobrina dice que los sacerdotes no deben visitar comadres

ndashY sin embargondashinterrumpioacute su compantildeero que era Magistralndash lo que alliacute pasa no puede ser maacutes inocente

ndashiexclToma iexclComo que va el mismiacutesimo Obispo

ndashY luego sentildeores iexcla nuestra edadndashrepuso el

Penitenciariondash Yo he cumplido ayer los setenta y cinco

ndashiexclEs clarondashreplicoacute el Maglstralndash Pero hablemos de otra cosa iexclqueacute guapa estaba esta tarde la sentildea Frasquita

ndashiexclOh lo que es eso como guapa es guapandashdijo el Abogado afectando imparcialidad

ndashMuy guapandashrepitioacute el Penitenciario dentro del embozo ndashY si nondashantildeadioacute el predicador de Oficiondash que se lo pregunten al Corregidor

ndashiexclEl pobre hombre estaacute enamorado de ella

ndashiexclYa lo creondashexclamoacute el confesor de la catedral

ndashiexclDe segurondashagregoacute el acadeacutemico correspondientendash Conque sentildeores yo tomo por aquiacute para llegar antes a casa iexclMuy buenas noches

ndashBuenas nochesndashle contestaron los capitulares

Y anduvieron algunos pasos en silencio

ndashiexclTambieacuten le gusta a ese la Molinerandashmurmuroacute entonces el Magistral daacutendole con el codo al Penitenciario

ndashiexclComo si lo vierandashrespondioacute este paraacutendose a la puerta de su casandash iexclY que bruto es Conque hasta mantildeana compantildeero Que le sienten a usted muy bien las uvas

ndashHasta mantildeana si Dios quiere Que pase usted muy buena noche

ndashiexclBuenas noches nos deacute Diosndashrezoacute el Penitenciario ya desde el portal que por maacutes sentildeas teniacutea farol y Virgen

Y llamoacute a la aldaba

Una vez solo en la calle el otro canoacutenigo (que era maacutes ancho que alto y que pareciacutea que rodaba al andar) siguioacute avanzando lentamente hacia su casa pero antes de llegar a ella cometioacute contra una pared cierta falta que en el porvenir habiacutea de ser objeto de un bando de policiacutea y dijo al mismo tiempo pensando sin duda en su cofrade de Coro

ndashiexclTambieacuten te gusta a ti la sentildeaacute Frasquita iexclY la verdad esndashantildeadioacute al cabo de un momentondashque como guapa es guapa

XIV Los consejos de Garduntildea

Entre tanto el Corregidor habiacutea subido al Ayuntamiento acompantildeado de Garduntildea con quien manteniacutea haciacutea rato en el saloacuten de sesiones una conversacion maacutes familiar de lo correspondiente a persona de su calidad y oficio

ndashiexclCrea Usiacutea a un perro perdiguero que conoce la cazandashdeciacutea el innoble alguacilndash La sentildeaacute Frasquita estaacute perdidamente enamorada de Usiacutea y todo lo que Usiacutea acaba de contarme contribuye a haceacutermelo ver maacutes claro que esa luz

Y sentildealaba un veloacuten de Lucena que apenas si esclareciacutea la octava parte del saloacuten

ndashiexclNo estoy yo tan seguro como tuacute Garduntildeandashcontestoacute don Eugenio suspirando laacutenguidamente

ndashiexclPues no seacute por queacute Y si no hablemos con franqueza Usiacutea dicho sea con perdoacuten tiene una tacha en su cuerpo iquest No

es verdad

ndashiexclBien siacutendashrepuso el Corregidorndash Pero esa tacha la tiene tambieacuten el tiacuteo Lucas iexclEl es maacutes jorobado que yo

ndashiexclMucho maacutes iexclMuchiacutesimo maacutes iexclsin comparacioacuten de ninguna especie Pero en cambio y es a lo que iba Usiacutea tiene una cara de muy buen ver lo que se dice una bella cara mientras que el tiacuteo Lucas se parece al sargento Utrera que reventoacute de feo

El Corregidor sonrioacute con cierta ufaniacutea

ndashAdemaacutesndashprosiguioacute el alguacilndash la sentildeaacute Frasquita es capaz de tirarse por una ventana con tal de agarrar el nombramiento de su sobrino

ndashiexclHasta ahiacute estamos de acuerdo iexclEse nombramiento es mi uacutenica esperanza

ndashiexclPues manos a la obra sentildeor Ya le he explicado a Usiacutea mi plan iexclNo hay maacutes que ponerlo en ejecucioacuten esta misma noche

ndashiexclTe he dicho muchas veces que no necesito consejosndashgritoacute don Eugenio acordaacutendose de pronto de que hablaba con un inferior

ndashCreiacute que Usiacutea me los habiacutea pedidondashbalbuceoacute Garduntildea

ndashiexclNo me repliques

Garduntildea saludoacute

ndashiquestConque deciacuteasndashprosiguioacute el de Zuacutentildeiga volviendo a amansarsendashque esta misma noche puede arreglarse todo eso Pues iexclmira hijo me parece muy bien iexclQueacute diablos iexclAsiacute saldreacute pronto de esta cruel incertidumbre

Garduntildea guardoacute silencio El Corregidor se dirigioacute al bufete y escribioacute algunas liacuteneas en un pliego de papel sellado que selloacute tambieacuten por su parte guardaacutendolo luego en la faltriquera

ndashiexclYa estaacute hecho el nombramiento del sobrinondashdijo entonces tomando un polvo de rapeacutendash iexclMantildeana me las compondreacute yo con los regidores y o lo ratifican con un acuerdo o habraacute la de San Quintiacuten iquestNo te parece que hago bien

ndashiexclEso iexclesondashexclamoacute Garduntildea entusiasmado metiendo la zarpa en la caja del Corregidor y arrebataacutendole un polvondash iexclEso iexcleso El antecesor de Usiacutea no se paraba tampoco en barras Cierta vez

ndashiexclDeacutejate de bachilleriacuteasndashrepuso el Corregidor sacudieacutendole una guantada en la ratera manondash Mi antecesor era una bestia cuando te tuvo de alguacil Pero vamos a lo que importa Acabas de decirme que el molino del tiacuteo Lucas pertenece al teacutermino del lugarcillo inmediato y no al de esta poblacioacuten iquest Estaacutes seguro de ello

ndashiexclSeguriacutesimo La jurisdiccioacuten de la ciudad acaba en la ramblilla donde yo me senteacute esta tarde a esperar que Vuestra Sentildeoriacutea iexclVoto a Lucifer iexclSi yo hubiera estado en su caso

ndashiexclBastandashgritoacute don Eugeniondash iexclEres un insolente

Y cogiendo media cuartilla de papel escribioacute una esquela cerroacutela doblaacutendole un pico y se la entregoacute a Garduntildea

ndashAhiacute tienesndashle dijo al mismo tiempondashla carta que me has pedido para el alcalde del lugar Tuacute le explicaraacutes de palabra todo lo que tiene que hacer iexclYa ves que sigo tu plan al pie de la letra iexclDesgraciado de ti si me metes en un callejoacuten sin salida

ndashiexclNo hay cuidado contestoacute Garduntildeandash El sentildeor Juan Loacutepez tiene mucho que temer y en cuanto vea la firma de Usiacutea haraacute todo lo que yo le mande iexclLo menos le debe mil fanegas de grano al Poacutesito Real y otro tanto al Poacutesito Piacuteo Esto uacuteltimo contra toda ley pues no es ninguna viuda ni ninguacuten labrador pobre para recibir el trigo sin abonar creces ni recargo sino un jugador un borracho y un sinverguumlenza muy amigo de faldas que trae escandalizado al pueblecillo iexclY aquel hombre ejerce autoridad iexclAsiacute anda el mundo

ndashiexclTe he dicho que calles iexclMe estaacutes distrayendondashbramoacute el Corregidorndash Conque vamos al asuntondashantildeadioacute luego mudando de tonondash Son las siete y cuarto Lo primero que tienes que hacer es ir a casa y advertirle a la Sentildeora que no me espere a cenar ni a dormir Dile que esta noche me estareacute trabajando aquiacute hasta la hora de la queda y que despueacutes saldreacute de ronda secreta contigo a ver si atrapamos a ciertos malhechores En fin engaacutentildeala bien para que se acueste descuidada De camino dile al otro alguacil que me traiga la cena iexclYo no me atrevo a parecer esta noche delante de la Sentildeora pues me conoce tanto que es capaz de leer en mis pensamientos Encaacutergale a la cocinera que ponga unos pestintildeos de los que se hicieron hoy y dile a Juanete que sin que lo vea nadie me alargue de la taberna medio cuartillo de vino blanco En seguida te marchas al lugar donde puedes hallarte muy blen a las ocho

ndashiexclA las ocho en punto estoy alliacutendashexclamoacute Garduntildea

ndashiexclNo me contradigasndashrugioacute el Corregidor acordaacutendose otra vez de que lo era

Garduntildea saludoacute

ndashHemos dichondashcontinuoacute aqueacutel humanizaacutendose de nuevondashque a las ocho en punto estaacutes en el lugar Del lugar al molino habraacute Yo creo que habraacute una media legua

ndashCorta

ndashiexclNo me interrumpas

El alguacil volvioacute a saludar

ndashCortandashprosiguioacute el Corregidorndash Por consiguiente a las diez iquestCrees tuacute que a las diez

ndashiexclAntes de las diez iexclA las nueve y media puede Usiacutea llamar descuidado a la puerta del molino

ndashiexclHombre iexclNo me digas a miacute lo que tengo que hacer Por supuesto que tuacute estaraacutes

ndashYo estareacute en todas partes Pero mi cuartel general seraacute la ramblilla iexclAh se me olvidaba Vaya Usiacutea a pie y no lleve linterna

ndashiexclMaldita la falta que me haciacutean tampoco esos consejos iquestSi creeraacutes tuacute que es la primera vez que salgo a campantildea

ndashPerdone Usiacutea iexclAh Otra cosa No llame Usiacutea a la puerta grande que da a la plazoleta del emparrado sino a la puertecilla que hay encima del caz

ndashiquestEncima del caz hay otra puerta iexclMira tuacute una cosa que nunca se me hubiera ocurrido

ndashSiacute sentildeor la puertecilla del caz da al mismiacutesimo dormitorio de los Molineros y el tiacuteo Lucas no entra ni sale nunca por ella De forma que aunque volviese pronto

ndashComprendo comprendo iexclNo me aturdas maacutes los oiacutedos

ndashPor uacuteltimo procure Usiacutea escurrir el bulto antes del amanecer Ahora amanece a las seis

ndashiexclMira otro consejo inuacutetil A las cinco estareacute de vuelta en mi casa Pero bastante hemos hablado ya iexclQuiacutetate de mi presencia

ndashPues entonces sentildeor iexclbuena suertendashexclamoacute el alguacil alargando lateralmente la mano al Corregidor y mirando al techo al mismo tiempo

El Corregidor puso en aquella mano una peseta y Garduntildea desaparecioacute como por ensalmo

ndashiexclPor vida de ndashmurmuroacute el viejo al cabo de un instantendash iexclSe me ha olvidado decirle a ese bachillero que me trajesen tambieacuten una baraja iexclCon ella me hubiera entretenido hasta las nueve y media viendo si me saliacutea aquel solitario

XV Despedida en prosa Seriacutean las nueve de aquella misma noche cuando el tiacuteo Lucas y la sentildeaacute Frasquita terminadas todas las haciendas del molino y de la casa se cenaron una fuente de ensalada de escarola una libreja de carne guisada con tomates y algunas uvas de las que quedaban en la consabida cesta todo ello rociado con un poco de vino y con grandes risotadas a costa del Corregidor despueacutes de lo cual miraacuteronse afablemente los dos esposos como muy contentos de Dios y de siacute mismos y se dijeron entre un par de bostezos que revelaban toda la paz y tranqulhdad de sus corazones

ndashPues sentildeor vamos a acostarnos y mantildeana seraacute otro diacutea

En aquel momento sonaron dos fuertes y ejecutivos golpes aplicados a la puerta grande del molino

El marido y la mujer se miraron sobresaltados

Era la primera vez que oiacutean llamar a su puerta a semejante hora

ndashVoy a verndashdijo la intreacutepida navarra encaminaacutendose hacia la plazoletilla

ndashiexclQuita iexclEso me toca a miacutendashexclamoacute el tiacuteo Lucas con tal dignidad que la sentildeaacute Frasquita le cedioacute el pasondash iexclTe he dicho que no salgasndashantildeadioacute luego con dureza viendo que la obstinada Molinera queriacutea seguirle

Eacutesta obedecioacute y se quedoacute dentro de la casa

ndashiquestQuieacuten esndashpreguntoacute el tiacuteo Lucas desde en medio de la plazoleta

ndashiexclLa Justiciandashcontestoacute una voz al otro lado del portoacuten

ndashiquestQueacute Justicia

ndashLa del lugar iexclAbra usted al sentildeor Alcalde

El tiacuteo Lucas habiacutea aplicado entre tanto un ojo a cierta mirilla muy disimulada que teniacutea el portoacuten y reconocido a la luz de la luna al ruacutestico Alguacil del lugar inmedlato

ndashiexclDiraacutes que le abra al borrachoacuten del Alguacilndashrepuso el Molinero retirando la tranca

ndashiexclEs lo mismondashcontestoacute el de afuerandash pues que traigo una orden escrita de su Merced Tenga usted muy buenas noches tiacuteo Lucasndashagregoacute luego entre tanto y con voz menos oficial maacutes baja y maacutes gorda como si ya fuera otro hombre

ndashiexclDios te guarde Tontildeuelondashrespondioacute el murcianondash Veamos queacute orden es esa iexclY bien podiacutea el sentildeor Juan Loacutepez

escoger otra hora mas oportuna de dirigirse a los hombres de bien Por supuesto que la culpa seraacute tuya iexclComo si lo viera te has estado emborrachando en las huertas del camino iquestQuieres un trago

ndashNo sentildeor no hay tiempo para nada Tiene usted que seguirme inmediatamente Lea usted la orden

ndashiquestCoacutemo seguirtendashexclamoacute el tiacuteo Lucas penetrando en el molino despueacutes de tomar el papelndash iexclA ver Frasquita alumbra

La sentildeaacute Frasquita soltoacute una cosa que teniacutea en la mano y descolgoacute el candil El tiacuteo Lucas miroacute raacutepidamente al objeto que habiacutea soltado su mujer y reconocioacute su bocacha o sea un enorme trabuco que calzaba balas de a media libra

El Molinero dirigioacute entonces a la navarra una mirada llena de gratitud y ternura y le dijo tomaacutendole la cara

ndashiexclCuaacutento vales

La sentildeaacute Frasquita paacutelida y serena como una estatua de maacutermol levantoacute el candil cogido con dos dedos sin que el maacutes leve temblor agitase su pulso y contestoacute secamente

ndashiexclVaya lee

La orden deciacutea

Para el mejor servicio de S M el Rey Nuestro Sentildeor (Q D G) prevengo a Lucas Fernaacutendez molinero de estos vecinos que tan luego como reciba la presente orden comparezca ante mi autoridad sin excusa ni pretexto alguno advirtieacutendole que por

ser asunto reservado no lo pondraacute en conocimiento de nadie todo ello bajo las penas correspondientes caso de desobediencia El Alcalde JUAN LOacutePEZ

Y habiacutea una cruz en vez de ruacutebrica

ndashOye tuacute iquestY queacute es estondashle preguntoacute el tiacuteo Lucas al Alguacilndash iquestA queacute viene esta orden

ndashNo lo seacutendashcontestoacute el ruacutestico hombre de unos treinta antildeos cuyo rostro esquinado y avieso propio de ladroacuten o de asesino daba muy triste idea de su sinceridadndash Creo que se trata de averiguar algo de brujeriacutea o de moneda falsa Pero la cosa no va con usted Lo llaman como testigo o como perito En fin yo no me he enterado bien del particular El sentildeorJuan Loacutepez se lo explicaraacute a usted con maacutes pelos y sentildeales

ndashiexclCorrientendashexclamoacute el Molinerondash Dile que ireacute mantildeana

ndashiexclCa no sentildeor Tiene usted que venir ahora mismo sin perder un minuto Tal es la orden que me ha dado el sentildeor Alcalde

Hubo un instante de silencio Los ojos de la sentildeaacute Frasquita echaban llamas

El tiacuteo Lucas no separaba los suyos del suelo como si buscara alguna cosa

ndashMe concederaacutes cuando menosndashexclamoacute al fin levantando la cabezandashel tiempo preciso para ir a la cuadra y aparejar una burra

ndashiexclQueacute burra ni queacute demontrendashreplicoacute el Alguacil iexclCualquiera se anda a pie media legua La noche estaacute muy hermosa y hace luna

ndashYa he visto que ha salido Pero yo tengo los pies hinchados

ndashPues entonces no perdamos tiempo Yo le ayudareacute a usted a aparejar

ndashiexclHola iexclHola iquestTemes que me escape

ndashYo no temo nada tiacuteo Lucasndashrespondioacute Tontildeuelo con la frialdad de un desalmadondash Yo soy la Justicia

Y hablando asiacute descansoacute armas con lo que dejoacute ver el retaco que llevaba debajo del capote

ndashPues mira Tontildeuelondashdijo la Molinerandash Ya que vas a la cuadra a ejercer tu verdadero oficio hazme el favor de aparejar tambieacuten la otra burra

ndashiquest Para queacutendashinterrogoacute el Molinero

ndashiexclPara miacute Yo voy con vosotros

ndashiexclNo puede ser sentildeaacute Frasquitandashobjetoacute el Alguacilndash Tengo orden de llevarme a su marido de usted nada maacutes y de impedir que usted lo siga En ello me van el destino y el pescuezo Asiacute me lo advirtioacute el sentildeorJuan Loacutepez Conque vamos tiacuteo Lucas Y se dirigioacute hacia la puerta

ndashiexclCosa maacutes rarandashdijo a media voz el murciano sin

moverse

ndashiexclMuy rarandashcontestoacute la sentildeaacute Frasquita

ndashEsto es algo que yo me seacutendashcontinuoacute murmurando el tiacuteo Lucas de modo que no pudiese oiacuterlo Tontildeuelo

ndashiquestQuieres que vaya yo a la ciudadndashcuchicheoacute la navarrandashy le deacute aviso al Corregidor de lo que nos sucede

ndashiexclNondashrespondioacute en alta voz el tiacuteo Lucasndash iexclEso no

ndashiquest Pues queacute quieres que hagandashdijo la Molinera con gran iacutempetu

ndashQue me miresndashrespondioacute el antiguo soldado

Los dos esposos se miraron en silencio y quedaron tan satisfechos ambos de la tranquilidad la resolucioacuten y la energiacutea que se comunicaron sus almas que acabaron por encogerse de hombros y reiacuterse

Despueacutes de esto el tiacuteo Lucas encendioacute otro candil y se dirigioacute a la cuadra diciendo al paso a Tontildeuelo con socarroneriacutea

ndashiexclVaya hombre iexclVen y ayuacutedame supuesto que eres tan amable

Tontildeuelo lo siguioacute canturriando una copla entre dientes

Pocos minutos despueacutes el tiacuteo Lucas saliacutea del molino caballero en una hermosa jumenta y seguido del Alguacil

La despedida de los esposos se habiacutea reducido a lo siguiente

ndashCierra bienndashdijo el tiacuteo Lucas

ndashEmboacutezate que hace frescondashdijo la sentildeaacute Frasquita cerrando con llave tranca y cerrojo

Y no hubo maacutes adioacutes ni maacutes beso ni maacutes abrazo ni maacutes mirada

iquestPara queacute

XVI Un ave de mal aguumlero

Sigamos por nuestra parte al tiacuteo Lucas

Ya habiacutean andado un cuarto de legua sin hablar palabra el Molinero subido en la borrica y el Alguacil arreaacutendola con su bastoacuten de autoridad cuando divisaron delante de siacute en lo alto de un repecho que haciacutea el camino la sombra de un enorme pajarraco que se dirigiacutea hacia ellos

Aquella sombra se destacoacute eneacutergicamente sobre el cielo esclarecido por la luna dibujaacutendose en eacutel con tanta precisioacuten que el Molinero exclamoacute en el acto

ndashTontildeuelo iexclaquel es Garduntildea con su sombrero de tres picos y sus patas de alambre

Mas antes de que contestara el interpelado la sombra deseosa sin duda de eludir aquel encuentro habiacutea dejado el camino y echado a correr a campo traviesa con la velocidad de

una verdadera garduntildea

ndashNo veo a nadiendashrespondioacute entonces Tontildeuelo con la mayor naturalidad

ndashNi yo tampocondashreplicoacute el tiacuteo Lucas comieacutendose la partida

Y la sospecha que ya se le ocurrioacute en el molino principioacute a adquirir cuerpo y consistencia en el espiacuteritu receloso del jorobado

ndashEste viaje miacuteondashdiacutejose interiormentendashes una estratagema amorosa del Corregidor La declaracioacuten que le oiacute esta tarde desde lo alto del emparrado me demuestra que el vejete rnadrilentildeo no puede esperar maacutes Indudablemente esta noche va a volver de visita al molino y por eso ha principiado quitaacutendome de en medio Pero iquestqueacute importa iexclFrasquita es Frasquita y no abriraacute la puerta aunque le peguen fuego a la casa Digo maacutes aunque la abriese aunque el Corregidor lograse por medio de cualquier ardid sorprender a mi excelente navarra el piacutecaro viejo saldriacutea con las manos en la cabeza iexclFrasquita es Frasquita Sin embargondashantildeadioacute al cabo de un momentondash iexclbueno seraacute volverme esta noche a casa lo maacutes temprano que pueda

Llegaron con esto al lugar el tiacuteo Lucas y el Alguacil dirigieacutendose a casa del sentildeor Alcalde

XVII Un alcalde de monterilla

El sentildeor Juan Loacutepez que como particular y como Alcalde era la tiraniacutea la ferocidad y el orgullo personificados (cuando trataba con sus interiores) dignaacutebase sin embargo a aquellas horas despueacutes de despachar los asuntos oficiales y los de su labranza y de pegarle a su mujer su cotidiana paliza beberse un caacutentaro de vino en compantildeiacutea del secretario y del sacristaacuten operacioacuten que iba maacutes de mediada aquella noche cuando el Molinero comparecioacute en su presencia

ndashiexclHola tiacuteo Lucasndashle dijo rascaacutendose la cabeza para excitar en ella la vena de los embustesndash iquestCoacutemo va de salud iexclA ver secretario eacutechele usted un vaso de vino al tiacuteo Lucas iquestY la sentildea Frasquita iquestSe conserva tan guapa iexclYa hace mucho tiempo que no la he visto Pero hombre iexclqueacute bien que sale ahora la molienda iexclEl pan de centeno parece de trigo candeal Conque vaya Sieacutentese usted y descanse que gracias a Dios no tenemos prisa

ndashiexclPor mi parte maldita aquellandashcontestoacute el tiacuteo Lucas que

hasta entonces no habiacutea despegado los labios pero cuyas sospechas eran cada vez mayores al ver el amistoso recibimiento que se le haciacutea despueacutes de una orden tan terrible y apremiante

ndashPues entonces tiacuteo Lucasndashcontinuoacute el alcaldendash supuesto que no tiene usted gran prisa dormiraacute usted acaacute esta noche y mantildeana temprano despacharemos nuestro asuntillo

ndashMe parece bienndashrespondioacute el tiacuteo Lucas con una ironiacutea y un disimulo que nada teniacutean que envidiar a la diplomacio del sentildeor Juan Loacutepezndash Supuesto que la cosa no es urgente pasareacute la noche fuera de mi casa

ndashNi urgente ni de peligro para ustedndashantildeadioacute el Alcalde engantildeado por aquel a quien creiacutea engantildearndash Puede usted estar completamente tranquilo Oye tuacute Tontildeuelo Alarga esa media fanega para que se siente el tiacuteo Lucas

ndashEntonces iexclvenga otro tragondashexclamoacute el Molinero sentaacutendose

ndashiexclVenga de ahiacutendashrepuso el Alcalde alargaacutendole el vaso lleno

ndashEstaacute en buena mano Meacutedielo usted

ndashiexclPues por su saludndashdijo el sentildeor Juan Loacutepez bebieacutendose la mitad

ndashPor la de usted sentildeor Alcaldendashreplicoacute el tiacuteo Lucas apurando la otra

ndashiexclA ver Manuelandashgritoacute entonces el Alcalde de monterillandash

Dile a tu ama que el tiacuteo Lucas se queda a dormir aquiacute Que le ponga una cabecera en el granero

ndashiexclCa No iexclDe ningun modo Yo duermo en el pajar como un rey

ndashMire usted que tenemos cabeceras

ndashiexclYa lo creo Pero iquesta queacute quiere usted incomodar a la familia Yo traigo mi capote

ndashPues sentildeor como usted guste iexclManuela dile a tu ama que no la ponga

ndashLo que siacute va usted a permitirmendashcontinuoacute el tiacuteo Lucas bostezando de un modo atrozndashes que me acueste en seguida Anoche he tenido mucha molienda y no ha pegado todaviacutea los ojos

ndashiexclConcedidondashrespondioacute majestuosamente el AlcaldendashPuede usted recogerse cuando quiera

ndashCreo que tambieacuten es hora de que nos recojamos nosotrosndashdijo el sacristaacuten asomaacutendose al caacutentaro de vino para graduar lo que quedabandash Ya deben de ser las diez o poco menos

ndashLas diez menos cuartillondashnotificoacute el secretario despueacutes de repartir en los vasos el resto del vino correspondiente a aquella noche

ndashiexclPues a dormir caballerosndashexclamoacute el anfitrioacuten apurando su parte

ndashHasta mariana sentildeoresndashantildeadioacute el Molinero bebieacutendose la suya

ndashEspere usted que le alumbren iexclTontildeuelo Lleva al tiacuteo Lucas al pajar

ndashiexclPor aquiacute tiacuteo Lucasndashdijo Tontildeuelo llevaacutendose tambieacuten el caacutentaro por si le quedaban algunas gotas

ndashHasta mantildeana si Dlos quierendashagregoacute el sacristaacuten despueacutes de escurrir todos los vasos

Y se marchoacute tambaleaacutendose y cantando alegremente el De profundis

ndashPues sentildeorndashdiacutejole el Alcalde al Secretario cuando se quedaron solosndash El tiacuteo Lucas no ha sospechado nada Nos podemos acostar descansadamente y iexclbuena pro le haga al Corregidor

XVIII Donde se veraacute que el tiacuteo Lucas teniacutea el suentildeo muy ligero

Cinco minutos despueacutes un hombre se descolgaba por la ventana del pajar del sentildeor Alcalde ventana que daba a un corraloacuten y que no distariacutea cuatro varas del suelo

En el corraloacuten habiacutea un cobertizo sobre una gran pesebrera a la cual hallaacutebanse atadas seis u ocho caballleriacuteas de diversa alcurnia bien que todas ellas del sexo deacutebil Los caballos mulos y burros del sexo fuerte formaban rancho aparte en otro local contiguo

El hombre desatoacute una borrica que por cierto estaba aparejada y se encaminoacute llevaacutendola del diestro hacia la puerta del corral retiroacute la tranca y desechoacute el cerrojo que la aseguraban abrioacutela con mucho tiento y se encontroacute en medio del campo

Una vez alliacute montoacute en la borrica metioacutele los talones y salioacute como una flecha con direccioacuten a la ciudad mas no por el carril ordinario sino atravesando siembras y cantildeadas como quien se precave contra alguacuten mal encuentro

Era el tiacuteo Lucas que se dirigiacutea a su molino

XIX Voces clamantes in desertogt

ndashiexclAlcaldes a miacute que soy de Archenandashiba dicieacutendose el murcianondash iexclMantildeana por la mantildeana pasareacute a ver al sentildeor Obispo como medida preventiva y le contareacute todo lo que me ha ocurrido esta noche iexclLlamarme con tanta prisa y reserva y a hora tan desusada decirme que venga solo hablarme del servicio del Rey y de moneda falsa y de brujas y de duendes para echarme luego dos vasos de vino y mandarme a dormir iexclLa cosa no puede ser maacutes clara Garduntildea trajo al lugar esas instrucciones de parte del Corregidor y esta es la hora en que el Corregidor estaraacute ya en campantildea contra mi mujer iexclQuieacuten sabe si me lo encontrareacute llamando a la puerta del molino iexclQuieacuten sabe si me lo encontrareacute ya dentro iexclQuieacuten sabe Pero iquestqueacute voy a decir iexclDudar de mi navarra iexclOh esto es ofender a Dios iexclImposible que ella iexclImposible que mi Frasquita iexclImposible Mas iquestqueacute estoy diciendo iquestAcaso hay algo imposible en el mundo iquestNo se casoacute conmigo siendo ella tan hermosa y yo tan feoiquest

Y al hacer esta uacuteltima reflexioacuten el pobre jorobado se echoacute a llorar

Entonces paroacute la burra para serenarse se enjugoacute las laacutegrimas suspiroacute hondamente sacoacute los aviacuteos de fumar picoacute y lioacute un cigarro de tabaco negro empuntildeoacute luego pedernar yesca y eslaboacuten y al cabo de algunos golpes consiguioacute encender candela

En aquel mismo momento sintioacute rumor de pasos hacia el camino que distariacutea de alliacute unas trescientas varas

ndashiexclQueacute imprudente soyndashdijondashiexclSi me andaraacute buscando ya la Justicia y yo me habreacute vendido al echar estas yescas

Escondioacute pues la lumbre y se apeoacute ocultaacutendose detraacutes de la borrica

Pero la borrica entendioacute las cosas de diferente modo y lanzoacute un rebuzno de satlsfaccioacuten

ndash-iexclMaldita seasndashexclamoacute el tiacuteo Lucas tratando de cerrarle la boca con las manos

Al propio tiempo resonoacute otro rebuzno en el camino por viacutea de galante respuesta

ndashiexclEstamos aviadosndashprosiguioacute pensando el Molinerondash iexclBien dice el refraacuten el mayor mal de los males es tratar con animales

Y asiacute discurriendo volvioacute a montar arreoacute la bestia y salioacute disparado en direccioacuten contraria al sitio en que habiacutea sonado el segundo rebuzno

Y lo maacutes particular fue que la persona que iba en el jumento interlocutor debioacute de asustarse del tiacuteo Lucas tanto como el tiacuteo

Lucas se habiacutea asustado de ella Lo digo porque apartoacutese tambieacuten del camino recelando sin duda que fuese un alguacil o un malhechor pagado por don Eugenio y salioacute a escape por los sembrados de la otra banda

El murciano entre tanto continuoacute cavilando de este modo

ndashiexclQueacute noche iexclQueacute mundo iexclQueacute vida la miacutea desde hace una hora iexclAlguaciles metidos a alcahuetes alcaldes que conspiran contra mi honra burros que rebuznan cuando no es menester y aquiacute en mi pecho un miserable corazoacuten que se ha atrevido a dudar de la mujer maacutes noble que Dios ha criado iexclOh Dios miacuteo Dios miacuteo iexclHaz que llegue pronto a mi casa y que encuentre alliacute a mi Frasquita

Siguioacute caminando el tiacuteo Lucas atravesando siembras y matorrales hasta que al fin a eso de las once de la noche llegoacute sin novedad a la puerta grande del molino iexclCondenacioacuten iexclLa puerta del molino estaba abierta

XX La duda y la realidad Estaba abierta iexcly eacutel al marcharse habia oiacutedo a su mujer cerrarla con llave tranca y cerrojo

Por consiguiente nadie maacutes que su propia mujer habia podido abrirla

Pero iquestcoacutemo iquestcuaacutendo iquestpor queacute iquestDe resultas de un engantildeo iquestA consecuencia de una orden iquestO bien deliberada y voluntariamente en virtud de previo acuerdo con el Corregidor iquestQueacute iba a ver iquestQueacute iba a saber iquestQueacute le aguardaba dentro de su casa iquestSe habiacutea fugado la sentildeaacute Frasquita iquestSe la habriacutean robado iquestEstariacutea muerta iquestO estariacutea en brazos de su rival

ndashEl Corregidor contaba con que yo no podriacutea venir en toda la nochendashse dijo luacutegubremente el tiacuteo Lucasndash El Alcalde del lugar tendriacutea orden hasta de encadenarme antes que permitirme volver iquestSabiacutea todo esto Frasquita iquestEstaba en el complot iquestO ha sido viacutectima de un engantildeo de una violencia de una infamia

No empleoacute maacutes tiempo el sin ventura en hacer todas estas crueles reflexiones que el que tardoacute en atravesar la plazoletilla

del emparrado

Tambieacuten estaba abierta la puerta de la casa cuyo primer aposento (como en todas las viviendas ruacutesticas) era la cocina

Dentro de la cocina no habiacutea nadie

Sin embargo una enorme fogata ardiacutea en la chimenea iexclchimenea que eacutel dejoacute apagada y que no se encendia nunca hasta muy entrado el mes de diciembre

Por uacuteltimo de uno de los ganchos de la espetera pendiacutea un candil encendido

iquestQueacute significaba todo aquello iquestY coacutemo se compadeciacutea semejante aparato de vigilia y de sociedad con el silencio de muerte que reinaba en la casa

iquestQueacute habia sido de su mujer

Entonces y soacutelo entonces reparoacute el tiacuteo Lucas en unas ropas que habiacutea colgadas en los espaldares de dos o tres sillas puestas alrededor de la chimenea

Fijoacute la vista en aquellas ropas y lanzoacute un rugido intenso que se le quedoacute atravesado en la garganta convertido en sollozo mudo y sofocante

Creyoacute el infortunado que se ahogaba y se llevoacute las manos al cuello mientras que liacutevido convulso con los ojos desencajados contemplaba aquella vestimenta poseiacutedo de tanto horror como el reo en capilla a quien le presentan la hopa

Porque lo que alliacute veiacutea era la capa de grana el sombrero de tres picos la casaca y la chupa de color de toacutertola el calzoacuten de seda negra las medias blancas los zapatos con hebilla y hasta el bastoacuten el espadiacuten y los guantes del execrable Corregidor iexclLo que alliacute veiacutea era la ropa de su ignominia la mortaja de su honra el sudario de su ventura

El terrible trabuco seguiacutea en el mismo rincoacuten en que dos horas antes lo dejoacute la navarra

El tiacuteo Lucas dio un salto de tigre y se apoderoacute de eacutel Sondeoacute el cantildeoacuten con la baqueta y vio que estaba cargado Miroacute la piedra y halloacute que estaba en su lugar

Volvioacutese entonces hacia la escalera que conduciacutea a la caacutemara en que habiacutea dormido tantos antildeos con la sentildeaacute Frasquita y murmuroacute sordamente

ndashiexclAlliacute estaacuten

Avanzoacute pues un paso en aquella direccioacuten pero en seguida se detuvo para mirar en torno de siacute y ver si alguien lo estaba observando

ndashiexclNadiendashdijo mentalmentendash iexclSolo Dios y eacutese ha querido esto

Confirmada asiacute la sentencia fue a dar otro paso cuando su errante mirada distinguioacute un pliego que habiacutea sobre la mesa

Verlo y haber caiacutedo sobre eacutel y tenerlo entre sus garras fue todo cosa de un segundo

iexclAquel papel era el nombramiento del sobrino de la sentildeaacute Frasquita firmado por don Eugenio de Zuacutentildeiga y Ponce de Leoacuten

ndashiexclEste ha sido el precio de la ventandashpensoacute el tiacuteo Lucas metieacutendose el papel en la boca para sofocar sus gritos y dar alimento a su rabiandash iexclSiempre receleacute que quisiera a su familia maacutes que a miacute iexclAh iexclNo hemos tenido hijos iexclHe aquiacute la causa de todo

Y el infortunado estuvo a punto de volver a llorar

Pero luego se enfurecioacute nuevamente y dijo con un ademaacuten terrible ya que no con la voz

ndashiexclArriba iexclArriba

Y empezoacute a subir la escalera andando a gatas con una mano llevando el trabuco en la otra y con el papel infame entre los dientes

En corroboracioacuten de sus loacutegicas sospechas al llegar a la puerta del dormitorio (que estaba cerrada) vio que saliacutean algunos rayos de luz por las junturas de las tablas y por el ojo de la llave

ndashiexclAquiacute estaacutenndashvolvioacute a decir

Y se paroacute un instante como para pasar aquel nuevo trago de amargura

Luego continuoacute subiendo hasta llegar a la puerta misma del dormitorio

Dentro de eacutel no se oiacutea ninguacuten ruido

ndashiexclSi no hubiera nadiendashle dijo tiacutemidamente la esperanza

Pero en aquel mismo instante el infeliz oyoacute toser dentro del cuarto

iexclEra la tos medio asmaacutetica del Corregidor

iexclNo cabiacutea duda iexclNo habiacutea tabla de salvacioacuten en aquel naufragio

El Molinero sonrioacute en las tinieblas de un modo horroroso iquestCoacutemo no brillan en la oscuridad semejantes relaacutempagos iquestQueacute es todo el fuego de las tormentas comparado con el que arde a veces en el corazoacuten del hornbre

Sin embargo el tiacuteo Lucas (tal era su alma como ya dijimos en otro lugar) principioacute a tranquilizarse no bien oyoacute la tos de su enemigo

La realidad le haciacutea menos dantildeo que la duda Seguacuten le anuncioacute eacutel mismo aquella tarde a la sentildeaacute Frasquita desde el punto y hora en que perdiacutea la uacutenica fe que era vida de su alma empezaba a convertirse en un hombre nuevo

Semejante al moro de Veneciandashcon quien ya lo comparamos al describir su caraacutecterndash el desengantildeo mataba en eacutel de un solo golpe todo el amor transfigurando de paso la iacutendole de su espiacuteritu y hacieacutendole ver el mundo como una regioacuten extrantildea a que acabara de llegar La uacutenica diferencia consistiacutea en que el tiacuteo Lucas era por idiosincrasia menos traacutegico menos austero y maacutes egoista que el insensato sacrificador de Desdeacutemona

iexclCosa rara pero propia de tales situaciones La duda o sea la esperanzandashque para el caso es lo mismondash volvioacute todaviacutea a mortificarle un momento

ndashiexclSi me hubiera equivocadondashpensoacutendash iexclSi la tos hubiese sido de Frasquita

En la tribulacioacuten de su infortunio olvidaacutebasele que habiacutea visto las ropas del Corregidor cerca de la chimenea que habiacutea encontrado abierta la puerta del molino que habiacutea leiacutedo la credencial de su infamia

Agachoacutese pues y miroacute por el ojo de la llave temblando de incertidumbre y de zozobra

El rayo visual no alcanzaba a descubrir maacutes que un pequentildeo triaacutengulo de cama por la parte del cabecero iexclPero precisamente en aquel pequentildeo triaacutengulo se veiacutea un extremo de las almohadas y sobre las almohadas la cabeza del Corregidor

Otra risa diaboacutelica contrajo el rostro del Molinero

Dijeacuterase que volviacutea a ser feliz

ndashiexclSoy duentildeo de la verdad iexclMeditemosndashmurmuroacute irguieacutendose tranquilamente

Y volvioacute a bajar la escalera con el mismo tiernpo que empleoacute para subirla

ndashEl asunto es delicado Necesito reflexionar Tengo tiempo de sobra para todondashiba pensando mientras bajaba

Llegado que hubo a la cocina sentoacutese en medio de ella y ocultoacute la frente entre las manos

Asiacute permanecioacute mucho tiempo hasta que le despertoacute de su meditacioacuten un leve golpe que sintioacute en un pie

Era el trabuco que se habiacutea deslizado de sus rodillas y que le haciacutea aquella especie de sentildea

ndashiexclNo iexclTe digo que nondashmurmuroacute el tiacuteo Lucas encaraacutendose con el armandash iexclNo me convienes Todo el mundo tendriacutea laacutestima de ellos iexcly a miacute me ahorcariacutean iexclSe trata de un Corregidor y matar a un Corregidor es todaviacutea en Espantildea cosa indisculpable Diriacutean que lo mateacute por infundados celos y que luego lo desnudeacute y lo metiacute en mi cama Diriacutean ademaacutes que mateacute a mi mujer por simples sospechas iexclY me ahorcariacutean iexclVaya si me ahorcariacutean iexclAdemaacutes yo habriacutea dado muestras de tener muy poca alma muy poco talento si al remate de mi vida fuera digno de compasioacuten iexclTodos se reiriacutean de miacute iexclDiriacutean que mi desventura era muy natural siendo yo jorobado y Frasquita tan hermosa iexclNada no Lo que yo necesito es vengarme y despueacutes de vengarme triunfar despreciar reiacuter reirme mucho reiacuterme de todos evitando por tal medio que nadie pueda burlarse nunca de esta giba que yo he llegado a hacer hasta envidiable y que tan grotesca seriacutea en una horca

Asiacute discurrioacute el tiacuteo Lucas tal vez sin darse cuenta de ello puntualmente y en virtud de semejante discurso colocoacute el arma en su sitio y principioacute a pasearse con los brazos atraacutes y la cabeza baja como buscando su venganza en el suelo en la tierra en las ruindades de la vida en alguna bufonada ignominiosa y ridiacutecula para su mujer y para el Corregidor lejos de buscar aquella misma venganza en la justicia en el desafiacuteo en el perdoacuten en el cielo como hubiera hecho en su lugar cualquier otro hombre

de condicioacuten menos rebelde que la suya a toda imposicioacuten de la Naturaleza de la sociedad o de sus propios sentimientos

De repente paraacuteronse sus ojos en la vestimenta del Corregidor

Luego se paroacute eacutel mismo

Despueacutes fue demostrando poco a poco en su semblante una alegriacutea un gozo un triunfo indefinibles hasta que por uacuteltimo se echoacute a reiacuter de una manera formidable esto es a grandes carcajadas pero sin hacer ningun ruidondasha fin de que no lo oyesen desde arribandash metieacutendose los puntildeos por los ijares para no reventar estremecieacutendose todo como un epileacuteptico y teniendo que concluir por dejarse caer en una silla hasta que le pasoacute aquella convulsioacuten de sarcaacutestico regocijo Era la propia risa de Mefistoacutefeles

No bien se sosegoacute principioacute a desnudarse con una celeridad febril colocoacute toda su ropa en las mismas sillas que ocupaba la del Corregidor puacutesose cuantas prendas perteneciacutean a este desde los zapatos de hebilla hasta el sombrero de tres picos cintildeoacutese el espadiacuten embozoacutese en la capa de grana cogioacute el bastoacuten y los guantes y salioacute del molino y se encaminoacute a la ciudad balanceaacutendose de la propia manera que solia don Eugenio de Zuacuteniga y dicieacutendose de vez en cuando esta frase que compendiaba su pensamiento

ndashiexclTambieacuten la Corregidora es guapa

XXI

iexclEN GUARDIA CABALLERO gt

Abandonemos por ahora al tiacuteo Lucas y entereacutemonos de lo que habiacutea ocurrido en el molino desde que dejamos alliacute sola a la sentildeaacute Frasquita hasta que su esposo volvioacute a eacutel y se encontroacute con tan estupendas novedades

Una hora habriacutea pasado despueacutes que el tiacuteo Lucas se marchoacute con Tontildeuelo cuando la afligida navarra que se habiacutea propuesto no acostarse hasta que regresara su marido y que estaba haciendo calceta en su dormitorio situado en el piso de arriba oyoacute lastimeros gritos fuera de la casa hacia el paraje alliacute muy proacuteximo por donde corriacutea el agua del caz

ndashiexclSocorro que me ahogo iexclFrasquita iexclFrasquitandash exclamaba una voz de hombre con el luacutegubre acento de la desesperacioacuten

ndashiquestSi seraacute Lucasndashpensoacute la navarra llena de un terror que no necesitamos describir

En el mismo dormitorio habiacutea una puertecilla de que ya nos habloacute Garduntildea y que daba efectivamente sobre la parte alta del caz Abrioacutela sin vacilacioacuten la sentildeaacute Frasquita por maacutes que no hubiera reconocido la voz que pediacutea auxilio y encontroacutese de manos a boca con el Corregidor que en aquel momento saliacutea todo chorreando de la impetuosiacutesima acequia

ndashiexclDios me perdone iexclDios me perdonendashbalbuceaba el infameviejondash iexclCreiacute que me ahogaba

ndashiexclCoacutemo iquest Es usted iquestQueacute significa iquestCoacutemo se atreve iquestA queacute viene usted a estas horasndashgritoacute la Molinera con maacutes indignacioacuten que espanto pero retrocediendo maquinalmente

ndashiexclCalla iexclCalla mujerndashtartamudeoacute el Corregidor colaacutendose en el aposento detraacutes de ellandash Yo te lo direacute todo iexclHe estado para ahogarme iexclEl agua me llevaba ya como a una pluma iexclMira mira coacutemo me he puesto

ndashiexclFuera fuera de aquiacutendashreplicoacute la sentildeaacute Frasquita con mayor violenciandash iexclNo tiene usted nada que explicarme iexclDemasiado lo comprendo todo iquest Queacute me importa a miacute que usted se ahogue iquestLo he llamado yo a usted iexclAh iexclQueacute infamia iexclPara esto ha mandado usted prender a mi marido

ndashMujer escucha

ndashiexclNo escucho iexclMaacuterchese usted inmediatamente sentildeor Corregidor iexclMaacuterchese usted o no respondo de su vida

ndashiquestQueacute dices

ndashiexclLo que usted oye Mi marido no estaacute en casa pero yo me basto para hacerla respetar iexclMaacuterchese usted por donde ha venido si no quiere que yo le arroje otra vez al agua con mis propias manos

ndashiexclChica chica iexclNo grites tanto que no soy sordondashexclamoacute el viejo libertinondashiexclCuando yo estoy aquiacute por algo seraacute Vengo a libertar al tiacuteo Lucas a quien ha preso por equivocacioacuten un alcalde de monterilla Pero ante todo necesito que me seques estas ropas iexclEstoy calado hasta los huesos

ndashLe digo a usted que se marche

ndashiexclCalla tonta iquestQueacute sabes tuacute Mira aquiacute te traigo un nombramiento de tu sobrino Enciende la lumbre y hablaremos Por lo demaacutes mientras se seca la ropa yo me acostareacute en esta cama

ndashiexclAh ya iquestConque declara usted que veniacutea por miacute iquestConque declara usted que para eso ha mandado arrestar a mi Lucaacutes iquestConque traiacutea usted su nombramiento y todo iexclSantos y Santas del cielo iquestQueacute se habraacute figurado de miacute este mamarracho

ndashiexclFrasquita iexclSoy el Corregidor

ndashiexclAunque fuera usted el Rey A miacute iquestqueacute iexclYo soy la mujer de mi marido y el ama de mi casa iquestCree usted que yo me asusto de los Corregidores iexclYo seacute ir a Madrid y al fin del mundo a pedir justicia contra el viejo insolente que asiacute arrastra su autoridad por los suelos Y sobre todo yo sabreacute mantildeana ponerme la mantilla e ir a ver a la sentildeora Corregidora

ndashiexclNo haraacutes nada de esondashrepuso el Corregidor perdiendo la paciencia o mudando de taacutecticandash No haraacutes nada de eso porque yo te pegareacute un tiro si veo que no entiendes de razones

ndashiexclUn tirondashexclamoacute la sentildeaacute Frasquita con voz sorda

ndashUn tiro siacute Y de ello no me resultaraacute perjuicio alguno Casualmente he dejado dicho en la ciudad que saliacutea esta noche a la caza de criminales iexclConque no seas necia y quieacutereme como yo te adoro

ndashSentildeor Corregidor iquestun tirondashvolvioacute a decir la navarra

echando los brazos atraacutes y el cuerpo hacia adelante como para lanzarse sobre su adversario

ndashSi te empentildeas te lo pegareacute y asiacute me vereacute libre de tus amenazas y de tu hermosura ndashrespondioacute el Corregidor lleno de miedo y sacando un par de cachorrillos

ndashiquestConque pistolas tambieacuten iexclY en la otra faltriquera el nombramiento de mi sobrinondash dijo la sentildea Frasquita moviendo la cabeza de arriba abajondashPues sentildeor la eleccioacuten no es dudosa Espere Usiacutea un momento que voy a encender la lumbre

Y asiacute hablando se dirigioacute raacutepidamente a la escalera y la bajoacute en tres brincos

El Corregidor cogioacute la luz y salioacute detraacutes de la Molinera temiendo que se escapara pero tuvo que bajar mucho maacutes despacio de cuyas resultas cuando llegoacute a la cocina tropezoacute con la navarra que volviacutea ya en su busca

ndashiquestConque deciacutea usted que me iba a pegar un tirondashexclamoacute aquella indomable mujer dando un paso atraacutesndash Pues iexclen guardia caballero que yo ya lo estoy

Dijo y se echoacute a la cara el formidable trabuco que tanto papel representa

ndashiexclDetente desgraciada iquestQueacute vas a hacerndashgritoacute el Corregidor muerto de ndash Lo de mi tiro era una broma Mira Los cachorrillos estaacuten descargados En cambio es verdad lo del nombramiento Aquiacute lo tienes Toacutemalo Te lo regalo Tuyo es de balde enteramente de balde

Y lo colocoacute temblando sobre la mesa

ndashiexclAhiacute estaacute bienndashrepuso la navarrandash Mantildeana me serviraacute para encender la lumbre cuando le guise el almuerzo a mi marido iexclDe usted no quiero ya ni la gloria y si mi sobrino viniese alguna vez de Estella seriacutea para pisotearle a usted la fea mano con que ha escrito su nombre en ese papel indecente iexclEa lo dicho iexclMaacuterchese usted de mi casa iexclAire iexclaire iexclpronto iexclque ya se me sube la poacutelvora a la cabeza

El Corregidor no contestoacute a este discurso Habiacutease puesto liacutevido casi azul teniacutea los ojos torcidos y un temblor como de terciana agitaba todo su cuerpo Por uacuteltimo principioacute a castantildeetear los dientes y cayoacute al suelo presa de una convulsioacuten espantosa

El susto del caz lo muy mojadas que seguiacutean todas sus ropas la violenta escena del dormitorio y el miedo al trabuco con que le apuntaba la navarra habiacutean agotado las fuerzas del enfermizo anciano

ndashiexclMe muerondashbalbuceoacutendash iexclLlama a Garduntildea Llama a Garduntildea que estaraacute ahiacute en la ramblilla iexclYo no debo morirme en esta casa No pudo continuar

Cerroacute los ojos y se quedoacute como muerto

ndashiexclY se moriraacute como lo dicendashprorrumpioacute la sentildeaacute Frasquitandash Pues sentildeor iexclesta es la maacutes negra iquestQueacute hago yo ahora con este hombre en mi casa iquestQue diriacutean de miacute si se muriese iquestQueacute diriacutea Lucas iquestCoacutemo podriacutea justificarme cuando yo misma le he abierto la puerta iexclOh no Yo no debo quedarme aquiacute con eacutel iexclYo debo buscar a mi marido yo debo escandalizar el mundo antes de comprometer mi honra

Tomada esta resolucioacuten soltoacute el trabuco fuese al corral cogioacute la burra que quedaba en eacutel la aparejoacute de cualquier modo abrioacute la puerta grande de la cerca montoacute de un salto a pesar de sus carnes y se dirigio a la ramblilla

ndashiexclGarduntildea iexclGarduntildeandashiba gritando la navarra conforme se acercaba a aquel sitio

ndashiexclPresentendashrespondioacute al cabo el Alguacil apareciendo detraacutes de un setondash iquestEs usted sentildeaacute Frasquita

ndashSiacute yo soy iexclVe al molino y socorre a tu amo que se esta muriendo

ndashiquestQueacute dice usted iexclVaya un maula

ndashLo que oyes Garduntildea

ndashiquestY usted alma miacutea iquestAdoacutende va a estas horas

ndashiquestYo iexclQuita allaacute badulaque iexclYo voy a la ciudad por un meacutedicondashcontestoacute la sentildeaacute Frasquita arreando la burra con un talonazo y a Garduntildea con un puntapieacute

Y tomoacute no el camino de la ciudad como acababa de decir sino el del lugar inmediato

Garduntildea no reparoacute en esta uacuteltima circunstancia pues iba ya dando zancajadas hacia el molino y discurriendo al par de esta manera

ndashiexclVa por un meacutedico iexclLa infeliz no puede hacer maacutes

iexclPero eacutel es un pobre hombre iexclFamosa ocasioacuten de ponerse malo iexclDios le da confites a quien no puede roerlos

XXI iexclEn guardia caballero

Abandonemos por ahora al tiacuteo Lucas y entereacutemonos de lo que habiacutea ocurrido en el molino desde que dejamos alliacute sola a la sentildeaacute Frasquita hasta que su esposo volvioacute a eacutel y se encontroacute con tan estupendas novedades

Una hora habriacutea pasado despueacutes que el tiacuteo Lucas se marchoacute con Tontildeuelo cuando la afligida navarra que se habiacutea propuesto no acostarse hasta que regresara su marido y que estaba haciendo calceta en su dormitorio situado en el piso de arriba oyoacute lastimeros gritos fuera de la casa hacia el paraje alliacute muy proacuteximo por donde corriacutea el agua del caz

ndashiexclSocorro que me ahogo iexclFrasquita iexclFrasquitandash exclamaba una voz de hombre con el luacutegubre acento de la desesperacioacuten

ndashiquestSi seraacute Lucasndashpensoacute la navarra llena de un terror que no necesitamos describir

En el mismo dormitorio habiacutea una puertecilla de que ya nos habloacute Garduntildea y que daba efectivamente sobre la parte alta del caz Abrioacutela sin vacilacioacuten la sentildeaacute Frasquita por maacutes que no hubiera reconocido la voz que pediacutea auxilio y encontroacutese de manos a boca con el Corregidor que en aquel momento saliacutea todo chorreando de la impetuosiacutesima acequia

ndashiexclDios me perdone iexclDios me perdonendashbalbuceaba el

infameviejondash iexclCreiacute que me ahogaba

ndashiexclCoacutemo iquest Es usted iquestQueacute significa iquestCoacutemo se atreve iquestA queacute viene usted a estas horasndashgritoacute la Molinera con maacutes indignacioacuten que espanto pero retrocediendo maquinalmente

ndashiexclCalla iexclCalla mujerndashtartamudeoacute el Corregidor colaacutendose en el aposento detraacutes de ellandash Yo te lo direacute todo iexclHe estado para ahogarme iexclEl agua me llevaba ya como a una pluma iexclMira mira coacutemo me he puesto

ndashiexclFuera fuera de aquiacutendashreplicoacute la sentildeaacute Frasquita con mayor violenciandash iexclNo tiene usted nada que explicarme iexclDemasiado lo comprendo todo iquest Queacute me importa a miacute que usted se ahogue iquestLo he llamado yo a usted iexclAh iexclQueacute infamia iexclPara esto ha mandado usted prender a mi marido

ndashMujer escucha

ndashiexclNo escucho iexclMaacuterchese usted inmediatamente sentildeor Corregidor iexclMaacuterchese usted o no respondo de su vida

ndashiquestQueacute dices

ndashiexclLo que usted oye Mi marido no estaacute en casa pero yo me basto para hacerla respetar iexclMaacuterchese usted por donde ha venido si no quiere que yo le arroje otra vez al agua con mis propias manos

ndashiexclChica chica iexclNo grites tanto que no soy sordondashexclamoacute el viejo libertinondashiexclCuando yo estoy aquiacute por algo seraacute Vengo a libertar al tiacuteo Lucas a quien ha preso por equivocacioacuten un alcalde de monterilla Pero ante todo necesito que me seques

estas ropas iexclEstoy calado hasta los huesos

ndashLe digo a usted que se marche

ndashiexclCalla tonta iquestQueacute sabes tuacute Mira aquiacute te traigo un nombramiento de tu sobrino Enciende la lumbre y hablaremos Por lo demaacutes mientras se seca la ropa yo me acostareacute en esta cama

ndashiexclAh ya iquestConque declara usted que veniacutea por miacute iquestConque declara usted que para eso ha mandado arrestar a mi Lucaacutes iquestConque traiacutea usted su nombramiento y todo iexclSantos y Santas del cielo iquestQueacute se habraacute figurado de miacute este mamarracho

ndashiexclFrasquita iexclSoy el Corregidor

ndashiexclAunque fuera usted el Rey A miacute iquestqueacute iexclYo soy la mujer de mi marido y el ama de mi casa iquestCree usted que yo me asusto de los Corregidores iexclYo seacute ir a Madrid y al fin del mundo a pedir justicia contra el viejo insolente que asiacute arrastra su autoridad por los suelos Y sobre todo yo sabreacute mantildeana ponerme la mantilla e ir a ver a la sentildeora Corregidora

ndashiexclNo haraacutes nada de esondashrepuso el Corregidor perdiendo la paciencia o mudando de taacutecticandash No haraacutes nada de eso porque yo te pegareacute un tiro si veo que no entiendes de razones

ndashiexclUn tirondashexclamoacute la sentildeaacute Frasquita con voz sorda

ndashUn tiro siacute Y de ello no me resultaraacute perjuicio alguno Casualmente he dejado dicho en la ciudad que saliacutea esta noche a la caza de criminales iexclConque no seas necia y quieacutereme como yo te adoro

ndashSentildeor Corregidor iquestun tirondashvolvioacute a decir la navarra echando los brazos atraacutes y el cuerpo hacia adelante como para lanzarse sobre su adversario

ndashSi te empentildeas te lo pegareacute y asiacute me vereacute libre de tus amenazas y de tu hermosura ndashrespondioacute el Corregidor lleno de miedo y sacando un par de cachorrillos

ndashiquestConque pistolas tambieacuten iexclY en la otra faltriquera el nombramiento de mi sobrinondash dijo la sentildea Frasquita moviendo la cabeza de arriba abajondashPues sentildeor la eleccioacuten no es dudosa Espere Usiacutea un momento que voy a encender la lumbre

Y asiacute hablando se dirigioacute raacutepidamente a la escalera y la bajoacute en tres brincos

El Corregidor cogioacute la luz y salioacute detraacutes de la Molinera temiendo que se escapara pero tuvo que bajar mucho maacutes despacio de cuyas resultas cuando llegoacute a la cocina tropezoacute con la navarra que volviacutea ya en su busca

ndashiquestConque deciacutea usted que me iba a pegar un tirondashexclamoacute aquella indomable mujer dando un paso atraacutesndash Pues iexclen guardia caballero que yo ya lo estoy

Dijo y se echoacute a la cara el formidable trabuco que tanto papel representa

ndashiexclDetente desgraciada iquestQueacute vas a hacerndashgritoacute el Corregidor muerto de ndash Lo de mi tiro era una broma Mira Los cachorrillos estaacuten descargados En cambio es verdad lo del nombramiento Aquiacute lo tienes Toacutemalo Te lo regalo Tuyo es de balde enteramente de balde

Y lo colocoacute temblando sobre la mesa

ndashiexclAhiacute estaacute bienndashrepuso la navarrandash Mantildeana me serviraacute para encender la lumbre cuando le guise el almuerzo a mi marido iexclDe usted no quiero ya ni la gloria y si mi sobrino viniese alguna vez de Estella seriacutea para pisotearle a usted la fea mano con que ha escrito su nombre en ese papel indecente iexclEa lo dicho iexclMaacuterchese usted de mi casa iexclAire iexclaire iexclpronto iexclque ya se me sube la poacutelvora a la cabeza

El Corregidor no contestoacute a este discurso Habiacutease puesto liacutevido casi azul teniacutea los ojos torcidos y un temblor como de terciana agitaba todo su cuerpo Por uacuteltimo principioacute a castantildeetear los dientes y cayoacute al suelo presa de una convulsioacuten espantosa

El susto del caz lo muy mojadas que seguiacutean todas sus ropas la violenta escena del dormitorio y el miedo al trabuco con que le apuntaba la navarra habiacutean agotado las fuerzas del enfermizo anciano

ndashiexclMe muerondashbalbuceoacutendash iexclLlama a Garduntildea Llama a Garduntildea que estaraacute ahiacute en la ramblilla iexclYo no debo morirme en esta casa No pudo continuar

Cerroacute los ojos y se quedoacute como muerto

ndashiexclY se moriraacute como lo dicendashprorrumpioacute la sentildeaacute Frasquitandash Pues sentildeor iexclesta es la maacutes negra iquestQueacute hago yo ahora con este hombre en mi casa iquestQue diriacutean de miacute si se muriese iquestQueacute diriacutea Lucas iquestCoacutemo podriacutea justificarme cuando yo misma le he abierto la puerta iexclOh no Yo no debo quedarme aquiacute con eacutel iexclYo debo buscar a mi marido yo debo escandalizar el mundo

antes de comprometer mi honra

Tomada esta resolucioacuten soltoacute el trabuco fuese al corral cogioacute la burra que quedaba en eacutel la aparejoacute de cualquier modo abrioacute la puerta grande de la cerca montoacute de un salto a pesar de sus carnes y se dirigio a la ramblilla

ndashiexclGarduntildea iexclGarduntildeandashiba gritando la navarra conforme se acercaba a aquel sitio

ndashiexclPresentendashrespondioacute al cabo el Alguacil apareciendo detraacutes de un setondash iquestEs usted sentildeaacute Frasquita

ndashSiacute yo soy iexclVe al molino y socorre a tu amo que se esta muriendo

ndashiquestQueacute dice usted iexclVaya un maula

ndashLo que oyes Garduntildea

ndashiquestY usted alma miacutea iquestAdoacutende va a estas horas

ndashiquestYo iexclQuita allaacute badulaque iexclYo voy a la ciudad por un meacutedicondashcontestoacute la sentildeaacute Frasquita arreando la burra con un talonazo y a Garduntildea con un puntapieacute

Y tomoacute no el camino de la ciudad como acababa de decir sino el del lugar inmediato

Garduntildea no reparoacute en esta uacuteltima circunstancia pues iba ya dando zancajadas hacia el molino y discurriendo al par de esta manera

ndashiexclVa por un meacutedico iexclLa infeliz no puede hacer maacutes iexclPero eacutel es un pobre hombre iexclFamosa ocasioacuten de ponerse malo iexclDios le da confites a quien no puede roerlos

XXII Garduntildea se multiplica

Cuando Garduntildea llegoacute al molino el Corregidor principiaba a volver en siacute procurando levantarse del suelo

En el suelo tambieacuten y a su lado estaba el veloacuten encendido que bajoacute Su Sentildeoriacutea del dormitorio

ndashiquestSe ha marchado yandashfue la primera frase de don Eugenio

ndashiquestQuieacuten

ndashiexclEl demonio Quiero decir la Molinera

ndashSiacute sentildeor Ya se ha marchado y no creo que iba de muy buen humor

ndashiexclAy Garduntildea Me estoy muriendo

ndashPero iquestqueacute tiene Usiacutea iexclPor vida de los hombres

ndashMe he caiacutedo en el caz y estoy hecho una sopa iexclLos huesos se me parten de friacuteo

ndashiexclToma toma iexclAhora salimos con eso

ndashiexclGarduntildea iexclve lo que te dices

ndashYo no digo nada sentildeor

ndashPues bien saacutecame de este apuro

ndashVoy volando iexclVeraacute Usiacutea queacute pronto lo arreglo todo

Asiacute dijo el Alguacil y en un periquete cogioacute la luz con una mano y con la otra se metioacute al Corregidor debajo del brazo subioacutelo al dormitorio puacutesolo en cueros acostoacutelo en la cama corrioacute al jaraiacutez reunioacute una brazada de lentildea fue a la cocina hizo una gran lumbre bajoacute todas las ropas de su amo colocoacutelas en los espaldares de dos o tres sillas encendioacute un candil lo colgoacute de la espetera y tornoacute a subir a la camara

ndashiquestQueacute tal vamosndashpreguntoacutele entonces a don Eugenio levantando en alto el veloacuten para verle mejor el rostro

ndashiexclAdmirablemente iexclConozco que voy a sudar iexclMantildeana te ahorco Garduntildea

ndashiquestPor queacute sentildeor

ndashiquestY te atreves a preguntaacutermelo iquestCrees tuacute que al seguir el plan que me trazaste esperaba yo acostarme solo en esta cama despueacutes de recibir por segunda vez el sacramento del bautismo iexclMantildeana mismo te ahorco

ndashPero cueacutenteme Usiacutea algo iquestLa sentildeaacute Frasquita

ndashLa sentildeaacute Frasquita ha querido asesinarme iexclEs todo lo que he logrado con tus consejos Te digo que te ahorco mantildeana por la mantildeana

ndashiexclAlgo menos seraacute sentildeor Corregidorndashrepuso el Alguacil

ndashiquestPor queacute lo dices insolente iquestPorque me ves aquiacute postrado

ndashNo sentildeor Lo digo porque la sentildeaacute Frasquita no ha debido de mostrarse tan inhumana como Usiacutea cuenta cuando ha ido a la ciudad a buscarle un meacutedico

ndashiexclDios santo iquestEstaacutes seguro de que ha ido a la ciudadndashexclamoacute don Eugenio maacutes aterrado que nunca

ndashA lo menos eso me ha dicho ella

ndashiexclCorre corre Garduntildea iexclAh iexclEstoy perdido sin remedio iquestSabes a queacute va la sentildeaacute Frasquita a la ciudad iexclA contaacuterselo todo a mi mujer iexclA decirle que estoy aquiacute iexclOh Dios miacuteo Dios miacuteo iquestCoacutemo habiacutea yo de figurarme esto iexclYo creiacute que se habriacutea ido al lugar en busca de su marido y como lo tengo alliacute a buen recaudo nada me importaba su viaje Pero iexclirse a la ciudad

ndashGarduntildea corre corre tuacute que eres andariacuten y evita mi perdicioacuten iexclEvita que la terrible Molinera entre en mi casa

ndashiquestY no me ahorcaraacute Usiacutea si lo consigondashprosiguioacute iroacutenicamente el Alguacil

ndashiexclAl contrario Te regalareacute unos zapatos en buen uso que me estaacuten grandes iexclTe regalareacute todo lo que quieras

ndashPues voy volando Dueacutermase Usiacutea tranquilo Dentro de media hora estoy aquiacute de vuelta despueacutes de dejar en la caacutercel a la navarra iexclPara algo soy maacutes ligero que una borrica

Dijo Garduntildea y desaparecioacute por la escalera abajo

Se cae de su peso que durante aquella ausencia del Alguacil fue cuando el Molinero estuvo en el molino y vio visiones por el ojo de la llave

Dejemos pues al Corregidor sudando en el lecho ajeno y a Garduntildea corrien do hacia la ciudad (adonde tan pronto habiacutea de seguirlo el tiacuteo Lucas con sombrero de tres picos y capa de grana) y convertidos tambieacuten nosotros en andarines volemos con direccioacuten al lugar en seguimiento de la valerosa sentildeaacute Frasquita

XXIII Otra vez el desierto y las consabidas voces

La uacutenica aventura que le ocurrioacute a la navarra en su viaje desde el molino al pueblo fue asustarse un poco al notar que alguien echaba yescas en medio de un sembrado

ndashiquestSi seraacute un esbirro del Corregidor iquestSi iraacute a detenermendashpensoacute la Molinera

En esto se oyoacute un rebuzno hacia aquel mismo lado

ndashiexclBurros en el campo a estas horasndashsiguioacute pensando la sentildeaacute Frasquitandash Pues lo que es por aquiacute no hay ninguna huerta ni cortijo iexclVive Dios que los duendes se estaacuten despachando esta noche a su gusto Porque la borrica de mi marido no puede ser iquestQueacute hariacutea mi Lucas a medianoche parado fuera del camino iexclNada iexclnada iexclIndudablemente es un espiacutea

La burra que montaba la sentildeaacute Frasquita creyoacute oportuno rebuznar tambieacuten en aquel instante

ndashiexclCalla demoniondashle dijo la navarra clavaacutendole un alfiler de a ochavo en mitad de la cruz

Y temiendo alguacuten encuentro que no le conviniese sacoacute tambieacuten su bestia fuera del camino y la hizo trotar por otros sembrados

Sin maacutes accidente llegoacute a las puertas del lugar a tiempo

que seriacutean las once de la noche

XXIV Un rey de entonces

Hallaacutebase ya durmiendo la mona el sentildeor Alcalde vuelta la espalda a la espalda de su mujer (y formando asiacute con eacutesta la figura de aacuteguila austriacuteaca de dos cabezas que dice nuestro inmortal Quevedo) cuando Tontildeuelo llamoacute a la puerta de la caacutemara nupcial y avisoacute al sentildeor Juan Loacutepez que la sentildeaacute Frasquita la del molino queriacutea hablarle

No tenemos para queacute referir todos los gruntildeidos y juramentos inherentes al acto de despertar y vestirse el Alcalde de monterilla y nos trasladamos desde luego al instante en que la Molinera lo vio llegar desperezaacutendose como un gimnasta que ejercita la musculatura y exclamando en medio de un bostezo interminable

ndashiexclTeacutengalas usted muy buenas sentildeaacute Frasquita iquestQueacute le trae a usted por aquiacute iquestNo le dijo a usted Tontildeuelo que se quedase en el molino iquestAsiacute desobedece usted a la Autoridad

ndashiexclNecesito ver a mi Lucasndashrespondioacute la navarrandash iexclNecesito verlo al instante iexclQue le digan que estaacute aquiacute su mujer

ndash iexclNecesito iexclNecesito Sentildeora iexcla usted se le olvida que estaacute hablando con el Rey

ndashiexclDeacutejeme usted a miacute de reyes sentildeor Juan que no estoy para bromas iexclDemasiado sabe usted lo que me sucede iexclDemasiado sabe para queacute ha preso a mi marido

ndashYo no seacute nada sentildeaacute Frasquita Y en cuanto a su marido de usted no estaacute preso sino durmiendo tranquilamente en esta su casa y tratado como yo trato a las personas iexclA ver Tontildeuelo iexclTontildeuelo Anda al pajar y dile al tiacuteo Lucas que se despierte y venga corriendo Conque vamos iexclcueacutenteme usted lo que pasa iquestHa tenido usted miedo de dormir sola

ndashiexclNo sea usted desvergonzado sentildeor Juan iexclDemasiado sabe usted que a miacute no me gustan sus bromas ni sus veras iexclLo que me pasa es una cosa muy sencilla que usted y el sentildeor Corregidor han querido perderme iexclpero que se han llevado un solemne chasco iexclYo estoy aquiacute sin tener de queacute abochornarme y el sentildeor Corregidor se queda en el molino murieacutendose

ndashiexclMurieacutendose el Corregidorndashexclamoacute su subordinadondash Sentildeora iquestsabe usted lo que dice

ndashiexclLo que usted oye Se ha caiacutedo en el caz y casi se ha ahogado o ha cogido una pulmoniacutea o yo no seacute iexclEso es cuenta de la Corregidora Yo vengo a buscar a mi marido sin perjuicio de salir mantildeana mismo para Madrid donde le contareacute al Rey

ndashiexclDemonio demoniondashmurmuroacute el sentildeor Juan Loacutepezndash iexclA ver Manuela iexclMuchacha Anda y apareacutejame la mulilla Sentildeaacute Frasquita al molino voy iexclDesgraciada de usted si le ha hecho alguacuten dantildeo al sentildeor Corregidor

ndashiexclSentildeor Alcalde sentildeor Alcaldendashexclamoacute en esto Tontildeuelo entrando maacutes muerto que vivondash El tiacuteo Lucas no estaacute en el pajar Su burra no se halla tampoco en los pesebres y la puerta del corral estaacute abierta iexclDe modo que el paacutejaro se ha escapado

ndashiquestQueacute estaacutes diciendondashgritoacute el sentildeorJuan Loacutepez

ndashiexclVirgen del Carmen iquestQueacute va a pasar en mi casandashexclamoacute la sentildeaacute Frasquitandash iexclCorramos sentildeor Alcalde no perdamos tiempo Mi marido va a matar al Corregidor al encontrarlo alliacute a estas horas

ndashiquestLuego usted cree que el tiacuteo Lucas estaacute en el molino

ndashiquestPues no lo he de creer Digo maacutes cuando yo veniacutea me he cruzado con eacutel sin conocerlo iexclEacutel era sin duda uno que echaba yescas en medio de un sembrado iexclDios miacuteo iexclCuando piensa una que los animales tienen maacutes entendimiento que las personas Porque ha de saber usted sentildeor Juan que indudablemente nuestras dos burras se reconocieron y se saludaron mientras que mi Lucas y yo ni nos saludamos ni nos reconocimos iexclAntes bien huimos el uno del otro tomaacutendonos mutuamente por espiacuteas

ndashiexclBueno estaacute su Lucas de ustedndashreplicoacute el Alcaldendash En fin vamos andando y ya veremos lo que hay que hacer con todos ustedes iexclConmigo no se juega iexclYo soy el Rey Pero no un Rey como el que ahora tenemos en Madrid o sea en El Pardo sino como aquel que hubo en Sevilla a quien llamaban Don Pedro el Cruel iexclA ver Manuela iexclTraacuteeme el bastoacuten y dile a tu ama que me marcho

Obedecioacute la sirvienta (que era por cierto maacutes buena moza de lo que conveniacutea a la alcaldesa y a la moral) y como la mulilla del sentildeor Juan Loacutepez estuviese ya aparejada la sentildeaacute Frasquita y eacutel salieron para el molino seguidos del indispensable Tontildeuelo

XXV La estrella de Garduntildea

Precedaacutemosles nosotros supuesto que tenemos carta blanca para andar maacutes deprisa que nadie

Garduntildea se hallaba ya de vuelta en el molino despueacutes de haber buscado a la sentildeaacute Frasquita por todas las calles de la ciudad

El astuto Alguacil habiacutea tocado de camino en el Corregimiento donde lo encontroacute todo muy sosegado Las puertas seguiacutean abiertas como en medio del diacutea seguacuten es costumbre cuando la Autoridad estaacute en la calle ejerciendo sus sagradas funciones Dormitaban en la meseta de la escalera y en el recibimiento otros alguaciles y ministros esperando descansadamente a su amo mas cuando sintieron llegar a Garduntildea desperezaacuteronse dos o tres de ellos y le preguntaron al que era su decano y jefe inmediato

ndashiquestViene ya el sentildeor

ndashiexclNi por asomo Estaos quietos Vengo a saber si ha habido novedad en la casa

ndashNinguna

ndashiquestY la Sentildeora

ndashRecogida en sus aposentos

ndashiquestNo ha entrado una mujer por estas puertas hace poco

ndashNadie ha aparecido por aquiacute en toda la noche

ndashPues no dejeacuteis entrar a persona alguna sea quien sea y diga lo que diga iexclAl contrario Echadle mano al mismo lucero del alba que venga a preguntar por el Sentildeor o por la Sentildeora y llevadlo a la caacutercel

ndashiquestParece que esta noche se anda a caza de paacutejaros de cuentandashpreguntoacute uno de los esbirros

ndashiexclCaza mayorndashantildeadioacute otro

ndashiexclMayuacutesculandashrespondioacute Garduntildea solemnementendash iexclFiguraos si la cosa seraacute delicada cuando el sentildeor Corregidor y yo hacemos la batida por nosotros mismos Conque hasta luego buenas piezas y iexclmucho ojo

ndashVaya usted con Dios sentildeor Bastiaacutenndashrepusieron todos saludando a Garduntildea

ndashiexclMi estrella se eclipsandashmurmuroacute eacuteste al salir del Corregimientondash iexclHasta las mujeres me engantildean La Molinera se encaminoacute al lugar en busca de su esposo en vez de venirse a la ciudad iexclPobre Garduntildea iquestQueacute se ha hecho de tu olfato

Y discurriendo de este modo tomoacute la vuelta al molino

Razoacuten teniacutea el Alguacil para echar de menos su antiguo olfato pues que no venteoacute a un hombre que se escondiacutea en aquel momento detraacutes de unos mimbres a poca distancia de la ramblilla y el cual exclamoacute para su capote o maacutes bien para su

capa grana

ndashiexclGuarda Pablo iexclPor alliacute viene Garduntildea Es menester que no me vea

Era el tiacuteo Lucas vestido de Corregidor que se dirigiacutea a la ciudad repitiendo de vez en cuando su diaboacutelica frase

ndashiexclTambieacuten la Corregidora es guapa

Pasoacute Garduntildea sin verlo y el falso Corregidor dejoacute su escondite y penetroacute en la poblacioacuten Poco despueacutes llegaba el Alguacil al molino seguacuten dejamos indicado

XXVI Reaccioacuten El Corregidor seguiacutea en la cama tal y como acababa de verlo el tiacuteo Lucas por el ojo de la llave

ndashiexclQueacute bien sudo Garduntildea iexclMe he salvado de una enfermedadndashexclamoacute tan luego como penetroacute el Alguacil en la estanciandash iquestY la sentildeaacute Frasquita iquestHas dado con ella iquestViene contigo iquestHas hablado con la Sentildeora

ndashLa Molinera sentildeorndashrespondioacute Garduntildea con angustiado acentondash me engantildeoacute como a un pobre hombre pues no se fue a la ciudad sino al pueblecillo en busca de su esposo Perdone Usiacutea la torpeza

ndashiexclMejor iexclMejorndashdijo el madrilentildeo con los ojos chispeantes de maldadndash iexclTodo se ha salvado entonces Antes de que amanezca estaraacuten caminando para las caacuterceles de la Inquisicioacuten atados codo con codo el tiacuteo Lucas y la sentildeaacute Frasquita y alliacute se pudriraacuten sin tener a quien contarle sus aventuras de esta noche Traacuteeme la ropa Garduntildea que ya estaraacute seca iexclTraacuteemela y viacutesteme iexclEl amante se va a convertir en Corregidor

Garduntildea bajoacute a la cocina por la ropa

XXVII iexclFavor al Rey Entre tanto la sentildeaacute Frasquita el sentildeor Juan Loacutepez y Tontildeuelo avanzaban hacia el molino al cual llegaron pocos minutos despueacutes

ndashiexclYo entrareacute delantendashexclamoacute el alcalde de monterillandash iexclPara algo soy la autoridad Siacutegueme Tontildeuelo y usted sentildeaacute Frasquita espeacuterese a la puerta hasta que yo la llame

Penetroacute pues el sentildeor Juan Loacutepez bajo la parra donde vio a la luz de la luna un hombre casi jorobado vestido como soliacutea el Molinero con chupetiacuten y calzoacuten de pantildeo pardo faja negra medias azules montera murciana de felpa y el capote de monte al hombro

ndashiexclEl esndashgritoacute el Alcaldendash iexclFavor al Rey iexclEntreacuteguese usted tiacuteo Lucas

El hombre de la montera intentoacute meterse en el molino

ndashiexclDatendashgritoacute a su vez Tontildeuelo saltando sobre eacutel cogieacutendolo por el pescuezo aplicaacutendole una rodilla al espinazo y hacieacutendole rodar por tierra

Al mismo tiempo otra especie de fiera saltoacute sobre Tontildeuelo y agarraacutendolo de la cintura lo tiroacute sobre el empedrado y principioacute a darle de bofetones

Era la sentildeaacute Frasquita que exclamaba

ndashiexclTunante iexclDeja a mi Lucas

Pero en esto otra persona que habiacutea aparecido llevando del diestro una borrica metioacutese resueltamente entre los dos y tratoacute de salvar a Tontildeuelo

Era Garduntildea que tomando al alguacil del lugar por don Eugenio de Zuacutentildeiga le deciacutea a la Molinera

ndashiexclSentildeora respete usted a mi amo

Y la derribo de espaldas sobre el lugarentildeo

La sentildeaacute Frasquita vieacutendose entre dos fuegos descargoacute entonces a Garduntildea tal reveacutes en medio del estoacutemago que le hizo caer de boca tan largo como era

Y con eacutel ya eran cuatro las personas que rodaban por el suelo

El sentildeor Juan Loacutepez impediacutea entre tanto levantarse al supuesto tiacuteo Lucas tenieacutendole plantado un pie sobre los rintildeones

ndashiexclGarduntildea iexclSocorro iexclFavor al Rey iexclYo soy el Corregidorndashgritoacute al fin don Eugenio sintiendo que la pezuntildea del Alcalde calzada con albarca de piel de toro lo reventaba materialmente

ndashiexclEl Corregidor iexclPues es verdadndashdijo el sentildeor Juan Loacutepez lleno de asombro

ndashiexclEl Corregidorndashrepitieron todos

Y pronto estuvieron de pie los cuatro derribados

ndashiexclTodo el mundo a la caacutercelndashexclamoacute don Eugenio de Zuacutentildeigandash iexclTodo el mundo a la horca

ndashPero sentildeor ndashobservoacute el sentildeor Juan Loacutepez ponieacutendose de rodillasndash iexclPerdone Usiacutea que lo haya maltratado iquestCoacutemo habiacutea de conocer a Usiacutea con esa ropa tan ordinaria

ndashiexclBaacuterbarondashreplicoacute el Corregidorndash iexclAlguna habiacutea de ponerme iquestNo sabes ni que me han robado la miacutea iquestNo sabes que una compantildeiacutea de ladrones mandada por el tiacuteo Lucas

ndashiexclMiente ustedndashgritoacute la navarra

ndashEscuacutecheme usted sentildeaacute Frasquitandashle dijo Garduntildea llamaacutendola apartendash Con permiso del sentildeor Corregidor y la compantildea iexclSi usted no arregla esto nos van a ahorcar a todos empezando por el tiacuteo Lucas

ndashPues iquestqueacute ocurrendashpreguntoacute la sentildeaacute Frasquita

ndashQue el tiacuteo Lucas anda a estas horas por la ciudad vestido de Corregidor y que Dios sabe si habraacute llegado con su disfraz hasta el propio dormitorio de la Corregidora

Y el alguacil le refirioacute en cuatro palabras todo lo que ya sabemos

ndashiexclJesuacutesndashexclamoacute la Molinerandash iexclConque mi marido me cree deshonrada iexclConque ha ido a la ciudad a vengarse iexclVamos vamos a la ciudad y justificadme a los ojos de mi Lucas

ndashiexclVamos a la ciudad e impidamos que ese hombre hable con mi mujer y cuente todas las majaderiacuteas que se haya figuradondashdijo el Corregidor arrimaacutendose a una de las burrasndash Deacuteme usted un pie para montar sentildeor Alcalde

ndashVamos a la ciudad siacute ndashantildeadioacute Garduntildea iexcly quiera el cielo sentildeor Corrergidor que el tiacuteo Lucas amparado por su vestimenta se haya contentado con hablarle a la Sentildeora

ndashiquestQueacute dices desgraciadondashprorrumpioacute don Eugenio de Zuntildeigandash iquestCrees tuacute a ese villano capaz

ndashiexclDe todondashcontestoacute la sentildeaacute Frasquita

XXVIII iexclAve Mariacutea PurisimaiexclLas doce y

media y sereno Asiacute gritaba por las calles de la ciudad quien teniacutea facultades para tanto cuando la Molinera y el Corregidor cada cual en una de las burras del molino el sentildeor Juan Loacutepez en su mula y los dos alguaciles andando llegaron a la puerta del Corregimiento

La puerta estaba cerrada

Dijeacuterase que para el Gobierno lo mismo que para los gobernados habiacutea concluido todo por aquel diacutea

ndashiexclMalondashpensoacute Garduntildea

Y llamoacute con el aldaboacuten dos o tres veces

Pasoacute mucho tiempo y ni abrieron ni contestaron

La sentildeaacute Frasquita estaba maacutes amarilla que la cera

El Corregidor se habiacutea comido ya todas las untildeas de ambas manos

Nadie deciacutea una palabra

iexclPum iexclPum iexclPum golpes y maacutes golpes a la puerta

del Corregimiento (aplicados sucesivamente por los dos alguaciles y por el sentildeor Juan Loacutepez) iexclY nada iexclNo respondiacutea nadie iexclNo abriacutean iexclNo se moviacutea una mosca iexclSolo se oiacutea el claro rumor de los cantildeos de una fuente que habiacutea en el patio de la casa

Y de esta manera transcurriacutean minutos largos como eternidades

Al fin cerca de la una abrioacutese un ventanillo del piso segundo y dijo una voz femenina

ndashiquestQuieacuten

ndashEs la voz del ama de lechendashmurmuroacute Garduntildea

ndashiexclYondashrespondioacute don Eugenio de Zuacutentildeigandash iexclAbrid

Pasoacute un instante de silencio

ndashiquestY quieacuten es ustedndashreplicoacute luego la nodriza

ndashiquestPues no me estaacute usted oyendo iexclSoy el amo iexclEl Corregidor Hubo otra pausa

ndashiexclVaya usted mucho con Diosndashrepuso la buena mujerndash Mi amo vino hace una hora y se acostoacute en seguida iexclAcueacutestense ustedes tambieacuten y duerman el vino que tendraacuten en el cuerpo

Y la ventana se cerroacute de golpe

La sentildeaacute Frasquita se cubrioacute el rostro con las manos

ndashiexclAmandashtronoacute el Corregidor fuera de siacutendash iquestNo oye usted

que le digo que abra la puerta iquestNo oye usted que soy yo iquestQuiere usted que la ahorque tambieacuten

La ventana volvioacute a abrirse

ndashPero vamos a verndashexpuso el amandash iquestQuieacuten es usted para dar esos gritos

ndashiexclSoy el Corregidor

ndashiexclDale bola iquestNo le digo a usted que el sentildeor Corregidor vino antes de las doce y que yo lo vi con mis propios ojos encerrarse en las habitaciones de la Sentildeora iquestSe quiere usted divertir conmigo iexclPues espere usted y veraacute lo que le pasa

Al mismo tiempo se abrioacute repentinamente la puerta y una nube de criados y ministriles provistos de sendos garrotes se lanzoacute sobre los de afuera exclamando furiosamente

ndashiexclA ver iquestDoacutende estaacute ese que dice que es el Corregidor iquestDoacutende estaacute ese chusco iquestDoacutende estaacute ese borracho

Y se armo un liacuteo de todos los demonios en medio de la oscuridad sin que nadie pudiera entenderse y no dejando de recibir algunos palos el Corregidor Garduntildea el sentildeor Juan Loacutepez y Tontildeuelo

Era la segunda paliza que le costaba a don Eugenio su aventura de aquella noche ademas del remojoacuten que se dio en el caz del molino

La sentildeaacute Frasquita apartada de aquel laberinto lloraba por la primera vez de su vida

ndashiexclLucas iexclLucasndashdeciacuteandash iexclY has podido dudar de miacute iexclY has podido estrechar en tus brazos a otra iexclAh iexclNuestra desventura no tiene ya remedio

XXIX Post nubila Diana

ndashiquestQueacute escaacutendalo es estendashdijo al fin una voz tranquila majestuosa y de gracioso timbre resonando encima de aquella barauacutenda

Todos levantaron la cabeza y vieron a una mujer vestida de negro asomada balcoacuten principal del edificio

ndashiexclLa Sentildeorandashdijeron los criados suspendiendo la retreta de palos

ndashiexclMi mujerndashtartamudeoacute don Eugenio

ndashQue pasen esos ruacutesticos El sentildeor Corregidor dice que lo permitendashagregoacute la Corregidora

Los criados cedieron paso y el de Zuacutentildeiga y sus acompantildeantes penetraron en el portal y tomaron por la escalera arriba

Ninguacuten reo ha subido al patiacutebulo con paso tan inseguro y semblante tan denudado como el Corregidor subiacutea las escaleras de su casa Sin embargo la idea de su deshonra principiaba ya a descollar con noble egoiacutesmo por encima de todos los infortunios que habiacutea causado y que lo afiacuteigiacutean y sobre las demaacutes ridiculeces de la situacioacuten en que se hallaba

ndashiexclAntes que todondashiba pensandondash soy un Zuacutentildeiga y un Ponce

de Leoacuten iexclAy de aquellos que lo hayan echado en olvido iexclAy de mi mujer si ha mancillado mi nombre

XXX Una sentildeora de clase

La Corregidora recibioacute a su esposo y a la ruacutestica comitiva en el saloacuten principal del Corregimiento

Estaba sola de pie y con los ojos clavados en la puerta

Eacuterase una principaliacutesima dama bastante joven todaviacutea de plaacutecida y severa hermosura maacutes propia del pincel cristiano que del cincel gentiacutelico y estaba vestida con toda la nobleza y seriedad que consentiacutea el gusto de la eacutepoca Su traje de corta y estrecha falda y mangas huecas y subidas era de alepiacuten negro una pantildeoleta de blonda blanca algo amarillenta velaba sus admirables hombros y larguiacutesimos maniquetes o mitones de tul negro cubriacutean la mayor parte sus alabastrinos brazos Abanicaacutebase majestuosamente con un pericoacuten enorme traiacutedo de las islas Filipinas y empuntildeaba con la otra mano un pantildeuelo de encaje cuyos cuatro picos colgaban simeacutetricamente con una regularidad solo comparable a la de su actitud y menores movimientos

Aquella hermosa mujer teniacutea algo de reina y mucho de abadesa e infundiacutea por ende veneracioacuten y miedo a cuantos la miraban Por lo demaacutes el atildamiento de su traje a semejante hora la gravedad de su continente y las muchas luces que alumbraban el saloacuten demostraban que la Corregidora se habiacutea esmerado en dar a aquella escena una solemnidad teatral y un tinte ceremonioso que contrastasen con el caraacutecer villano y grosero de la aventura de su marido

Advertiremos finalmente que aquella sentildeora se llamaba dontildea Mercedes Carrillo de Albornoz y Espinosa de los Monteros y que era hija nieta biznieta tataranieta y hasta vigeacutesima nieta de la ciudad como descendiente de sus ilustres conquistadores Su familia por razones de vanidad mundana la habiacutea inducido a casarse con el viejo y acaudalado Corregidor y ella que de otro modo hubiera sido monja pues su vocacioacuten natural la iba llevando al claustro consintioacute en aquel doloroso sacrificio

A la sazoacuten teniacutea ya dos vaacutestagos del arriscado madrilentildeo y auacuten se susurraba que habiacutea otra vez moros en la costa

Conque volvamos a nuestro cuento

XXXI La pena del talioacutenndashiexclMercedesndashexclamoacute el Corregidor al comparecer delante de su esposa

ndashiexclHola tiacuteo Lucas iquestUsted por aquiacutendashdiacutejole la Corregidora interrumpieacutendolendash iquestOcurre alguna desgracia en el molino

ndashiexclSentildeora no estoy para chanzasndashrepuso el Corregidor hecho una fierandash Antes de entrar en explicaciones por mi parte necesito saber queacute ha sido de mi honor

ndashiexclEsa no es cuenta miacutea iquestAcaso me lo ha dejado usted a miacute en depoacutesito

ndashSiacute sentildeora iexclA ustedndashreplicoacute don Eugeniondash iexclLas mujeres son las depositarias del honor de sus maridos

ndashPues entonces mi querido tiacuteo Lucas preguacutentele usted a su mujer Precisamente nos estaacute escuchando

La sentildeaacute Frasquita que se habiacutea quedado a la puerta del saloacuten lanzoacute una especie de rugido

ndashPase usted sentildeora y sieacutentesendashantildeadioacute la Corregidora dirigieacutendose a la Molinera con dignidad soberana

Y por su parte encaminoacutese al sofaacute

La generosa navarra supo comprender desde luego toda la grandeza de la actitud de aquella esposa injuriada e injuriada

acaso doblemente Asiacute es que alzaacutendose en el acto a igual altura dominoacute sus naturales iacutempetus y guardoacute un silencio decoroso Esto sin contar con que la sentildeaacute Frasquita segura de su inocencia y de su fuerza no teniacutea prisa de defenderse teniacuteala siacute de acusar mucha pero no ciertamente a la Corregidora iexclCon quien ella deseaba ajustar cuentas era con el tiacuteo Lucas y el tiacuteo Lucas no estaba alliacute

ndashSentildeaacute Frasquitandashrepitioacute la noble dama al ver que la Molinera no se habiacutea movido de su sitiondash le he dicho a usted que puede pasar y sentarse

Esta segunda indicacioacuten fue hecha con voz maacutes afectuosa y sentida que la primera Dijeacuterase que la Corregidora habiacutea adivinado tambieacuten por instinto al fijarse en el reposado continente y en la varonil hermosura de aquella mujer que no iba a habeacuterselas con un ser bajo y despreciable sino quizaacute maacutes bien con otra infortunada como ella iexclinfortunada siacute por el solo hecho de haber conocido al Corregidor

Cruzaron pues sendas miradas de paz y de indulgencia aquellas dos mujeres que se consideraban dos veces rivales y notaron con gran sorpresa que sus almas se aplacieron la una en la otra como dos hermanas que se reconocen

No de otro modo se divisan y saludan a lo lejos las castas nieves de las encumbradas montantildeas

Saboreando estas dulces emociones la Molinera entroacute majestuosamente en el saloacuten y se sentoacute en el filo de una silla

A su paso por el molino previendo que en la ciudad tendriacutea que hacer visitas de importancia se habiacutea arreglado un poco y

pueacutestose una mantilla de franela negra con grandes felpones que le sentaba divinamente Pareciacutea toda una sentildeora

Por lo que toca al Corregidor dicho se estaacute que habiacutea guardado silencio durante aquel episodio El rugido de la sentildeaacute Frasquita y su aparicioacuten en la escena no habiacutean podido menos de sobresaltarlo iexclAquella mujer le causaba ya maacutes terror que la suya propia

ndashConque vamos tiacuteo Lucasndashprosiguioacute dontildea Mercedes dirigieacutendose a su maridondash Ahiacute tiene usted a la sentildeaacute Frasquita iexclPuede usted volver a formular demanda iexclPuede usted preguntarle aquello de su honra

ndashMercedes iexclpor los clavos de Cristondashgritoacute el Corregidorndash iexclMira que tuacute no sabes de lo que soy capaz iexclNuevamente te conjuro a que dejes la broma y me digas todo lo que ha pasado aquiacute durante mi ausencia iquestDoacutende estaacute ese hombre

ndashiquestQuieacuten iquestMi marido Mi marido se estaacute levantando y ya no puede tardar en venir

ndashiexclLevantaacutendosendashbramoacute don Eugenio

ndashiquestSe asombra usted iquestPues doacutende queriacutea usted que estuviese a estas horas hombre de bien sino en su casa en su cama y durmiendo con su legiacutetima consorte como manda Dios

ndashiexclMerceditas iexclVe lo que te dices iexclRepara en que nos estaacuten oyendo iexclRepara en que soy el Corregidor

ndashiexclA miacute no me deacute usted voces tiacuteo Lucas o mandareacute a los alguaciles que lo lleven a la caacutercelndashreplicoacute la Corregidora

ponieacutendose de pie

ndashiexclYo a la caacutercel iexclYo iexclEl Corregidor de la ciudad

ndashEl Corregidor de la ciudad el representante de la Justicia el apoderado del Reyndashrepuso la gran sentildeora con una severidad y una energiacutea que ahogaron la voz del fingido Molinerondashllegoacute a su casa a la hora debida a descansar de las nobles tareas de su oficio para seguir mantildeana amparando la honra y la vida de los ciudadanos la santidad del hogar y el recato de las mujeres impidiendo de este modo que nadie pueda entrar disfrazado de Corregidor ni de ninguna otra cosa en la alcoba de la mujer ajena que nadie pueda sorprender a la virtud de su descuidado reposo que nadie pueda abusar de su casto suentildeo

ndashiexclMerceditas iquestQueacute es lo que profieresndashsilboacute el Corregidor con labios y enciacuteasndash iexclSi es verdad que ha pasado en mi casa direacute que eres una picara una peacuterfida una licenciosa

ndashiquestCon quieacuten habla este hombrendashprorrumpioacute la Corregidora desdentildeosamente y pasando la vista por todos los circunstantesndash iquestQuieacuten es este loco iquestQuieacuten es este ebrio iexclNi siquiera puedo ya creer que sea un honrado molinero como el tiacuteo Lucas a pesar de que viste su traje de villano SentildeorJuan Loacutepez creacuteame ustedndashcontinuoacute encaraacutendose con el alcalde de monterilla que estaba aterradondash mi marido el Corregidor de la ciudad llegoacute a esta su casa hace dos horas con su sombrero de tres picos su capa de grana su espadiacuten de caballero y su bastoacuten de autoridad Los criados y alguaciles que me escuchan se levantaron y lo saludaron al verlo pasar por el portal por la escalera y por el recibimiento Cerraacuteronse en seguida todas las puertas y desde entonces no ha penetrado nadie en mi hogar hasta que llegaron ustedes iquestEs esto cierto Responded vosotros

ndashiexclEs verdad iexclEs muy verdadndashcontestaron la nodriza los domeacutesticos y los ministriles todos los cuales agrupados a la puerta del saloacuten presenciaban aquella singular escena

ndashiexclFuera de aquiacute todo el mundondashgritoacute don Eugenio echando espumarajos de rabiandash iexclGarduntildea iexclGarduntildea iexclVen y prende a estos viles que me estaacuten faltando al respeto iexclTodos a la caacutercel iexclTodos a la horca

Garduntildea no pareciacutea por ningun lado

ndashAdemaacutes sentildeorndashcontinuoacute dontildea Mercedes cambiando de tono y dignaacutendose ya mirar a su marido y tratarle como a tal temerosa de que las chanzas llegaran a irremediables extremosndash Supongamos que usted es mi esposo Supongamos que usted es don Eugenio de Zuacutentildeiga y Ponce de Leoacuten

ndashiexclLo soy

ndashSupongamos ademaacutes que me cupiese alguna culpa en haber tomado por usted al hombre que penetroacute en mi alcoba vestido de Corregidor

ndashiexclInfamesndashgritoacute el viejo echando mano a la espada y encontraacutendose soacutelo con el sitio o sea con la faja del molinero murciano

La navarra se tapoacute el rostro con un lado de la mantilla para ocultar las llamaradas de sus celos

ndashSupongamos todo lo que usted quierandashcontinuoacute dontildea Mercedes con una impasibilidad inexplicable Pero diacutegame usted ahora sentildeor miacuteo iquestTendriacutea usted derecho a quejarse iquestPodriacutea

usted acusarme como fiscal iquestPodriacutea usted sentenciarme como juez iquestViene usted de confesar iquestViene usted de oiacuter misa iquestO de doacutende viene usted con ese traje iquestDe doacutende viene usted con esa sentildeora iquestDoacutende ha pasado usted la mitad de la noche

ndashCon permisondashexclamoacute la sentildeaacute Frasquita ponieacutendose de pie como empujada por un resorte y atravesaacutendose arrogantemente entre la Corregidora y su marido

Eacuteste que iba a hablar se quedoacute con la boca abierta al ver que la navarra entraba en fuego

Pero dontildea Mercedes se anticipoacute y dijo

ndashSentildeora no se fatigue usted en darme a miacute explicaciones iexclYo no se las pido a usted ni mucho menos Alliacute viene quien puede pediacuterselas a justo tiacutetulo iexclEntieacutendase usted con eacutel

Al mismo tiempo se abrioacute la puerta de un gabinete y aparecioacute en ella el tiacuteo Lucas vestido de Corregidor de pies a cabeza y con bastoacuten guantes y espadiacuten como si se presentase en las Salas de Cabildo

XXXII La fe mueve la montantildeas

ndashTengan ustedes muy buenas nochesndashpronuncioacute el recieacuten llegado quitaacutendose el sombrero de tres picos y hablando con la boca sumida como soliacutea don Eugenio de Zuacutentildeiga

En seguida se adelantoacute por el saloacuten balanceaacutendose en todos sentidos y fue a besar la mano de la Corregidora

Todos se quedaron estupefactos El parecido del tiacuteo Lucas con el verdadero Corregidor era maravilloso

Asiacute es que la servidumbre y hasta el mismo sentildeor Juan Loacutepez no pudieron contener la carcajada

Don Eugenio sintioacute aquel nuevo agravio y se lanzoacute sobre el tiacuteo Lucas como un basilisco

Pero la sentildeaacute Frasquita metioacute el montante apartando al Corregidor con el brazo de marras y Su Sentildeoriacutea en evitacioacuten de otra voltereta y del consiguiente ludibrio se dejoacute atropellar sin decir oxte ni moxte Estaba visto que aquella mujer habiacutea nacido para domadora del pobre viejo

El tiacuteo Lucas se puso maacutes paacutelido que la muerte al ver que su mujer se le acercaba pero luego se dominoacute y con una risa tan horrible que tuvo que llevarse la mano al corazoacuten para que no se le hiciese pedazos dijo remedando siempre al Corregidor

ndashiexclDios te guarde Frasquita iquestLe has enviado ya a tu sobrino el nombramiento

iexclHubo que ver entonces a la navarra Tiroacutese la mantilla atraacutes levantoacute la frente con soberaniacutea de leona y clavando en el falso Corregidor dos ojos como dos puntildeales

ndashiexclTe desprecio Lucasndashle dijo en mitad de la cara

Todos creyeron que le habiacutea escupido

iexclTal gesto tal ademaacuten y tal tono de voz acentuaron aquella frase

El rostro del Molinero se transfiguroacute al oiacuter la voz de su mujer Una especie de inspiracioacuten semejante a la de la fe religiosa habiacutea penetrado en su alma inundaacutendola de luz y de alegriacutea Asiacute es que olvidaacutendose por un momento de cuanto habiacutea visto y creiacutedo ver en el molino exclamoacute con las laacutegrimas en los ojos y la sinceridad en los labios

ndashiquestConque tuacute eres mi Frasquita

ndashiexclNondashrespondioacute la navarra fuera de siacutendash iexclYo no soy ya tu Frasquita Yo soy iexclPreguacutentaselo a tus hazantildeas de esta noche y ellas te diraacuten lo que has hecho del corazoacuten que tanto te queriacutea

Y se echoacute a llorar como una montantildea de hielo que se hunde y principia a derretirse

La Corregidora se adelantoacute hacia ella sin poder contenerse y la estrechoacute en sus brazos con el mayor carintildeo

La sentildeaacute Frasquita se puso entonces a besarla sin saber tampoco

lo que se haciacutea dicieacutendole entre sus sollozos como una nintildea que busca el amparo de su madre

ndashiexclSentildeora sentildeora iexclQueacute desgraciada soy

ndashiexclNo tanto como usted se figurandashcontestaacutebale la Corregidora llorando tambien generosamente

ndashiexclYo siacute que soy desgraciadondashgemiacutea al mismo tiempo el tiacuteo Lucas andando a puntildeetazos con sus laacutegrimas como avergonzado de verterlas

ndashPues iquesty yondashprorrumpioacute al fin don Eugenio sintieacutendose ablandado por el contagioso lloro de los demaacutes o esperando salvarse tambieacuten por la viacutea huacutemeda quiero decir por la viacutea del llantondash iexclAh yo soy un piacutecaro iexclun monstruo iexclun calavera deshecho que ha llevado su merecido

Y rompioacute a berrear tristemente abrazado a la barriga del sentildeor Juan Loacutepez

Y este y los criados lloraban de igual manera y todo pareciacutea concluido y sin embargo nadie se habiacutea explicado

XXXIII Pues iquesty tuacuteEl tiacuteo Lucas fue el primero que salioacute a flote en aquel mar de laacutegrimas

Era que empezaba a acordarse otra vez de lo que habiacutea visto por el ojo de la llave

ndashiexclSentildeores vamos a cuentasndashdijo de pronto

ndashNo hay cuentas que valgan tiacuteo Lucasndashexclamoacute la Corregidorandash iexclSu mujer de usted es una bendita

ndashBien siacute pero

ndashiexclNada de pero Deacutejela usted hablar y veraacute como se justifica Desde que la vi me dio el corazoacuten que era una santa a pesar de todo lo que usted me habiacutea contado

ndashiexclBueno que hablendashdijo el tiacuteo Lucas

ndashiexclYo no hablondashcontestoacute la Molinerandash iexclEl que tiene que hablar eres tuacute Porque la verdad es que tuacute

Y la sentildeaacute Frasquita no dijo maacutes por impediacuterselo el invencible respeto que le inspiraba la Corregidora

ndashPues iquesty tuacutendashrespondioacute el tiacuteo Lucas perdiendo de nuevo toda fe

ndashAhora no se trata de ellandashgritoacute el Corregidor tornando

tambieacuten a sus celosndash iexclSe trata de usted y de esta sentildeora iexclAh Merceditas iquestQuieacuten habiacutea de decirme que tuacute

ndashPues iquesty tuacutendashrepuso la Corregidora midieacutendolo con la vista

Y durante algunos momentos los dos matrimonios repitieron cien veces las mismas frases

ndashiquestY tuacute

ndashiquestPues y tuacute

ndashiexclVaya que tuacute

ndashiexclNo que tuacute

ndashPero iquestcoacutemo has podido tuacute

Etceacutetera etc etc

La cosa hubiera sido interminable si la Corregidora revistieacutendose de dignidad no dijese por uacuteltimo a don Eugenio

ndashiexclMira caacutellate tuacute ahora Nuestra cuestioacuten particular la ventilaremos maacutes adelante Lo que urge en este momento es devolver la paz al corazoacuten del tiacuteo Lucas cosa muy faacutecil a mi juicio pues alliacute distingo al sentildeor Juan Loacutepez y a Tontildeuelo que estaacuten saltando por justificar a la sentildeaacute Frasquita

ndashiexclYo no necesito que me justifiquen los hombresndashrespondioacute estandash Tengo dos testigos de mayor creacutedito a quien no se diraacute que he seducido ni sobornado

ndashiquestY doacutende estaacutenndashpreguntoacute el Molinero

ndashEstaacuten abajo en la puerta

ndashPues diles que suban con permiso de esta sentildeora

ndashLas pobres no pueden subir

ndashiexclAh iexclSon dos mujeres iexclVaya un testimonio fidedigno

ndashTampoco son dos mujeres Solo son dos hembras

ndashiexclPeor que peor iexclSeraacuten dos nintildeas Hazme el favor de dearme sus nombres

ndashLa una se llama Pintildeona y la otra Liviana

ndashiexclNuestras dos burras Frasquita iquestte estaacutes riendo de miacute

ndashNo que estoy hablando muy formal Yo puedo probarte con el testimonio de nuestras burras que no me hallaba en el molino cuando tuacute viste en eacutel al sentildeor Corregidor

ndashiexclPor Dios te pido que te expliques

ndashiexclOye Lucas y mueacuterete de verguumlenza por haber dudado de mi honradez Mientras tuacute ibas esta noche desde el lugar a nuestra casa yo me dirigiacutea desde nuestra casa al lugar y por consiguiente nos cruzamos en el camino Pero tuacute marchabas fuera de eacutel o por mejor decir te habiacuteas detenido a echar unas yescas en medio de un sembrado

ndashiexclEs verdad que me detuve Continuacutea

ndashEn esto rebuznoacute tu borrica

ndashiexclJustamente iexclAh queacute feliz soy iexclHabla habla que cada palabra tuya me devuelve un antildeo de vida

ndashY a aquel rebuzno contestoacute otro en el camino

ndashiexclOh siacute siacute iexclBendita seas iexclMe parece estarlo oyendo

ndashEran Liviana y Pintildeona que se habiacutean reconocido y se saludaban como buenas amigas mientras que nosotros dos ni nos saludamos ni nos reconocimos

ndashiexclNo me digas maacutes iexclNo me digas maacutes

ndashTan no nos reconocimosndashcontinuoacute la senaacute Frasquitandash que los dos nos asustamos y salimos huyendo en direcciones contrarias iexclConque ya ves que yo no estaba en el molino Si quieres saber ahora por queacute encontraste al sentildeor Corregidor en nuestra cama tienta esas ropas que llevas puestas y que todaviacutea estaraacuten huacutemedas y te lo diraacuten mejor que yo iexclSu Sentildeoriacutea se cayoacute al caz del molino y Garduntildea lo desnudoacute y lo acostoacute alliacute Si quieres saber por queacute abriacute la puerta fue porque creiacute que eras tuacute el que se ahogaba y me llamaba a gritos Y en fin si quieres saber lo del nombramiento Pero no tengo maacutes que decir por la presente Cuando estemos solos te enterareacute de eacuteste y otros particulares que no debo referir delante de esta sentildeora

ndashiexclTodo lo que ha dicho la sentildeaacute Frasquita es la pura verdadndashgritoacute el sentildeor Juan Loacutepez deseando congraciarse con dontildea Mercedes visto que ella imperaba en el Corregimlento

ndashiexclTodo iexclTodondashantildeadioacute Tontildeuelo siguiendo la corriente a su amo

ndashiexclHasta ahora todondashagregoacute el Corregidor muy complacido de que las explicaciones de la navarra no hubieran ido maacutes lejos

ndashiexclConque eres inocentendashexclamaba en tanto el tiacuteo Lucas rindieacutendose a la evidenciandash iexclFrasquita miacutea Frasquita de mi alma iexclPerdoacutename la injusticia y deja que te deacute un abrazo

ndashiexclEsa es harina de otro costalndashcontestoacute la Molinera hurtando el cuerpondash Antes de abrazarte necesito oiacuter tus explicaciones

ndashYo las dareacute por eacutel y por miacutendashdijo dontildea Mercedes

ndashiexclHace una hora que las estoy esperandondashprofirioacute el Corregidor tratando de erguirse

ndashPero no las dareacutendashcontinuoacute la Corregidora volviendo la espalda desdentildeosamente a su maridondashhasta que estos sentildeores hayan descambiado vestimentas y aun entonces se las dareacute tan solo a quien merezca oiacuterlas

ndashVamos vamos a descambiarndashdiacutejole el murciano a don Eugenio alegraacutendose mucho de no haberlo asesinado pero mirandolo todaviacutea con un odio verdaderamente moriscondash iexclEl traje de vuestra sentildeoriacutea me ahoga iexclHe sido muy desgraciado mientras lo he tenido puesto

ndashiexclPorque no lo entiendesndashrespondioacutele el Corregidorndash iexclYo estoy en cambio deseando poneacutermelo para ahorcarte a ti y a medio mundo si no me satisfacen las exculpaciones de mi mujer

La Corregidora que oyoacute estas palabras tranquilizoacute a la reunioacuten con una suave sonrisa propia de aquellos afanados aacutengeles cuyo ministerio es guardar a los hombres

XXXIV Tambien la Corregidora es guapa

Salido que hubieron de la sala el Corregidor y el tiacuteo Lucas sentoacutese de nuevo la Corregidora en el sofaacute colocoacute a su lado a la sentildeaacute Frasquita y dirigieacutendose a los domeacutesticos y ministriles que obstruiacutean la puerta les dijo con afable sencillez

ndashiexclVaya muchachos Contad ahora vosotros a esta excelente mujer todo lo malo que sepaacuteis de miacute

Avanzoacute el cuarto estado y diez voces quisieron hablar a un mismo tiempo pero el ama de leche como la persona que maacutes alas teniacutea en la casa impuso silencio a los demaacutes y dijo de esta manera

ndashHa de saber usted sentildeaacute Frasquita que estaacutebamos yo y mi Sentildeora esta noche al cuidado de los nintildeos esperando a ver si veniacutea el amo y rezando el tercer rosario para hacer tiempo (pues la razoacuten traiacuteda por Garduntildea habiacutea sido que andaba el sentildeor Corregidor detraacutes de unos facinerosos terribles y no era cosa de acostarse hasta verlo entrar sin novedad) cuando sentimos ruido de gente en la alcoba inmediata que es donde mis sentildeores tienen su cama de matrimonio Cogimos la luz muertas de miedo y fuimos a ver quieacuten andaba en la alcoba cuando iexclay Virgen del Carmen al entrar vimos que un hombre vestido como mi sentildeor pero que no era eacutel (iexclcomo que era su marido de usted) trataba de esconderse debajo de la cama iexclLadrones principiamos a gritar desaforadamente y un momento despueacutes la habitacioacuten estaba llena de gente y los alguaciles sacaban arrastrando de su

escondite al fingido Corregidor Mi Sentildeora que como todos habiacutea reconocido al tiacuteo Lucas y que lo vio con aquel traje temioacute que hubiese matado al amo y empezoacute a dar unos lamentos que partiacutean las piedras iexclA la caacutercel iexclA la caacutercel deciacuteamos entre tanto los demaacutes iexclLadroacuten iexclAsesino era la mejor palabra que oiacutea el tiacuteo Lucas y asiacute es que estaba como un difunto arrimado a la pared sin decir esta boca es miacutea Pero viendo luego que se lo llevaban a la caacutercel dijo lo que voy a repetir aunque verdadaderamente mejor seriacutea para callado Sentildeora yo no soy ladroacuten ni asesino el ladroacuten y el asesino de mi honra estaacute en mi casa acostado con mi mujer

ndashiexclPobre Lucasndashsuspiroacute la sentildeaacute Frasquita

ndashiexclPobre de miacutendashmurmuroacute la Corregidora tranquilamente

ndashEso dijimos todos iexclPobre tiacuteo Lucas y pobre Sentildeora Porque la verdad sentildeaacute Frasquita ya teniacuteamos idea de que mi sentildeor habiacutea puesto los ojos en usted y aunque nadie se figuraba que usted

ndashiexclAmandashexclamoacute severamente la Corregidorandash iexclNo siga usted por ese camino

ndashContinuareacute yo por el otrondashdijo un alguacil aprovechando aquella coyuntura para apoderarse de la palabrandash El tiacuteo Lucas (que nos engantildeoacute de lo lindo con su traje y su manera de andar cuando entroacute en la casa tanto que todos lo tomamos por el sentildeor Corregidor) no habiacutea venido con muy buenas intenciones que digamos y si la Sentildeora no hubiera estado levantada figuacuterese usted lo que habria sucedido

ndashiexclVamos iexclCaacutellate tuacute tambieacutenndashinterrumpioacute la cocinerandash iexclNo estaacutes diciendo mas que tonteriacuteas Pues si sentildeaacute Frasquita el tiacuteo

Lucas para explicar su presencia en la alcoba de mi ama tuvo que confesar las intenciones que traiacutea iexclPor cierto que la Sentildeora no se pudo contener al oiacuterlo y le arrimoacute una bofetada en medio de la boca que le dejoacute la mitad de las palabras dentro del cuerpo Yo misma lo lleneacute de insultos y denuestos y quise sacarle los ojos Porque ya conoce usted sentildeaacute Frasquita que aunque sea su marido de usted eso de venir con sus manos lavadas

ndashiexclEres una bachillerandashgritoacute el portero ponieacutendose delante de la oradorandash iquestQueacute maacutes hubieras querido tuacute En fin sentildeaacute Frasquita oigame usted a miacute y vamos al asunto La Sentildeora hizo y dijo lo que debiacutea pero luego calmado ya su enojo compadecioacutese del tiacuteo Lucas y paroacute mientes en el mal proceder del sentildeor Corregidor viniendo a pronunciar estas o parecidas palabras Por infame que haya sido su pensamiento de usted tiacuteo Lucas y aunque nunca podreacute perdonar tanta insolencia es menester que su mujer de usted y mi esposo crean durante algunas horas que han sido cogidos en sus propias redes y que usted auxiliado por ese disfraz les ha devuelto afrenta por afrenta iexclNinguna venganza mejor podemos tomar de ellos que este engantildeo tan faacutecil de desvanecer cuando nos acomode Adoptada tan graciosa resolucioacuten la Sentildeora y el tiacuteo Lucas nos aleccionaron a todos de lo que teniacuteamos que hacer y decir cuando volviese Su Sentildeoriacutea iexcly por cierto que yo le he pegado a Sebastiaacuten Garduntildea tal palo en la rabadilla que creo no se le olvidaraacute en mucho tiempo la noche de San Simoacuten y San Judas

Cuando el portero dejoacute de hablar ya haciacutea rato que la Corregidora y la Molinera cuchicheaban al oiacutedo abrazaacutendose y besaacutendose a cada momento y no pudiendo en ocasiones contener la risa

iexclLaacutestima que no se oyera lo que hablaban Pero el lector se lo figuraraacute sin gran esfueno y si no el lector la lectora

XXXV Decreto ImperialRegresaron en esto a la sala el Corregidor y el tiacuteo Lucas vestido cada cual con su propia ropa

ndashAhora me toca a miacutendashentroacute diciendo el insigne don Eugenio de Zuacutentildeiga

Y despueacutes de dar en el suelo un par de bastonazos como para recobrar su energiacutea (a guisa de Anteo oficial que no se sentiacutea fuerte hasta que su cantildea de Indias tocaba en la tierra) diacutejole a la Corregidora con un eacutenfasis y una frescura indescriptibles

ndashiexclMerceditas estoy esperando tus explicaciones Entre tanto la Molinera se habiacutea levantado y le tiraba al tiacuteo Lucas un pellizco de paz que le hizo ver estrellas miraacutendolo al mismo tiempo con desenojados y hechiceros ojos

El Corregidor que observara aquella pantomima quedoacutese hecho una pieza sin acertar a explicarse una reconciliacioacuten tan inmotivada

Dirigioacutese pues de nuevo a su mujer y le dijo hecho un vinagre

ndashiexclSentildeoral iexclTodos se entienden menos nosotros Saacutequeme usted de dudas iexclSe lo mando como marido y como Corregidor

Y dio otro bastonazo en el suelo

ndashiquestConque se marcha ustedndashexclamoacute dontildea Mercedes acercaacutendose a la sentildeaacute Frasquita y sin hacer caso de don

Eugeniondash Pues vaya usted descuidada que este escaacutendalo no tendraacute ningunas consecuencias iexclRosa alumbra a estos sentildeores que dicen que se marchan Vaya usted con Dios tiacuteo Lucas

ndashiexclOh nondashgritoacute el de Zuacutentildeiga interponieacutendosendash iexclLo que es el tiacuteo Lucas no se marcha iexclEl tiacuteo Lucas queda arrestado hasta que sepa yo toda la verdad iexclHola alguaciles iexclFavor al Rey

Ni un solo ministro obedecioacute a don Eugenio Todos miraban a la Corregidora

ndashiexclA ver hombre iexclDeja el paso librendashantildeadioacute eacutesta pasando casi sobre su marido y despidiendo a todo el mundo con la mayor finura es decir con la cabeza ladeada cogieacutendose la falda con la punta de los dedos y agachandose graciosamente hasta completar la reverencia que a la sazoacuten estaba de moda y que se llamaba la pompa

ndashPero yo Pero tuacute Pero nosotros Pero aquellosndashseguiacutea mascullando el vejete tiraacutendole a su mujer del vestido y perturbando sus cortesiacuteas mejor iniciadas

iexclInuacutetil aiacuteaacuten iexclNadie haciacutea caso de Su Sentildeoriacutea

Marchado que se hubieron todos y solos ya en el saloacuten los desavenidos conyuges la Corregidora se dignoacute al fin decirle a su esposo con el acento que hubiera empleado una Czarina de todas las Rusias para fulminar sobre un ministro caiacutedo la orden de perpetuo destierro a la Siberia

ndashMil antildeos que vivas ignoraraacutes lo que ha pasado esta noche en mi alcoba Si hubieras estado en ella como era regular no tendriacuteas necesidad de preguntaacuterselo a nadie Por lo que a miacute toca no hay

ya ni habraacute jamaacutes razoacuten ninguna que me obligue a satisfacerte pues te desprecio de tal modo que si no fueras el padre de mis hijos te arrojariacutea ahora mismo por ese balcoacuten como te arrojo para slempre de mi dormitorio Conque buenas noches caballero

Pronunciadas estas palabras que don Eugenio oyoacute sin pestantildeear (pues lo que es a solas no se atreviacutea con su mujer) la Corregidora penetroacute en el gabinete y del gabinete pasoacute a la alcoba cerrando las puertas detraacutes de siacute y el pobre hombre se quedoacute plantado en medio de la sala murmurando entre enciacuteas (que no entre dientes) y con un cinismo de que no habraacute habido otro ejemplo

ndashiexclPues sentildeor no esperaba yo escapar tan bien iexclGarduntildea me buscaraacute acomodo

XXXVI Conclusioacuten moraleja y epiacutelogo

Piaban los pajarillos saludando el alba cuando el tiacuteo Lucas y la sentildeaacute Frasquita saliacutean de la ciudad con direccioacuten a su molino

Los esposos iban a pie y delante de ellos caminaban apareadas las dos burras

ndashEl domingo tienes que ir a confesar (le deciacutea la Molinera a su marido) pues necesitas limpiarte de todos tus malos juicios y criminales propoacutesitos de esta noche

ndashHas pensado muy bienndashcontestoacute el Molinerondash Pero tuacute entre tanto vas a hacerme otro favor y es dar a los pobres los colchones y ropa de nuestra cama y ponerla toda de nuevo iexclYo no me acuesto donde ha sudado aquel bicho venenoso

ndashiexclNo me lo nombres Lucasndashreplicoacute la sentildeaacute Frasquitandash Conque hablemos de otra cosa Quisiera merecerte un segundo favor

ndashPide por esa boca

ndashEl verano que viene vas a llevarme a tomar los bantildeos del Solaacuten de Cabras

ndashiquestPara queacute

ndashPara ver si tenemos hijos

ndashiexclFeliciacutesima idea Te llevareacute si Dios nos da vida

Y con esto llegaron al molino a punto que el sol sin haber salido todaviacutea doraba ya las cuacutespides de las montantildeas

A la tarde con gran sorpresa de los esposos que no esperaban nuevas visitas de altos personajes despueacutes de un escaacutendalo como el de la precedente noche concurrioacute al molino maacutes sentildeoriacuteo que nunca El venerable Prelado muchos Canoacutenigos el Jurisconsulto dos Priores de frailes y otras vanas personas (que luego se supo habiacutean sido convocadas alliacute por Su Sentildeoriacutea Ilustriacutesima) ocuparon materialmente la plazoletilla del emparrado

Soacutelo faltaba el Corregidor

Una vez reunida la tertulia el sentildeor Obispo tomoacute la palabra y dijo que por lo mismo que habiacutean pasado ciertas cosas en aquella casa sus Canoacutenigos y eacutel seguiriacutean yendo a ella lo mismo que antes para que ni los honrados Molineros ni las demaacutes personas alliacute presentes participasen de la censura puacutebhca soacutelo merecida por aqueacutel que habiacutea profanado con su torpe conducta una reunioacuten tan morigerada y tan honesta Exhortoacute paternalmente a la sentildeaacute Frasquita para que en lo sucesivo fuese menos provocativa y tentadora en sus dichos y ademanes y procurase llevar maacutes cubiertos los brazos y maacutes alto el escote del juboacuten aconsejoacute al tiacuteo Lucas maacutes desintereacutes mayor circunspeccioacuten y menos inmodestia en su trato con los superiores y acaboacute dando la bendicioacuten a todos y diciendo que como aquel diacutea no ayunaba se comeriacutea con mucho gusto un par de ramos de uvas

Lo mismo opinaron todos respecto de este uacuteltimo particular y la parra se quedoacute temblando aquella tarde iexclEn dos arrobas de uvas aprecioacute el gasto el Molinero

Cerca de tres antildeos continuaron estas sabrosas reuniones hasta que contra la previsioacuten de todo el mundo entraron en Espantildea los ejeacutercitos de Napoleoacuten y se armoacute la Guerra de la Independencia

El sentildeor Obispo el Magistral y el Penitenciario murieron el antildeo de 8 y el Abogado y los demaacutes contertulios en los de 9 10 11 y 12 por no poder sufrir la vista de los franceses polacos y otras alimantildeas que invadieron aquella tierra iexcly que fumaban en pipa en el Presbiterio de las iglesias durante la Misa de la tropa

El Corregidor que nunca maacutes tornoacute al molino fue destituido por un Mariscal franceacutes y murioacute en la Caacutercel de Corte por no haber querido ni un solo instante (dicho sea en honra suya) transigir con la dominacioacuten extranjera

Dontildea Mercedes no se volvioacute a casar y educoacute perfectamente a sus hijos retiraacutendose a la vejez a un convento donde acaboacute sus diacuteas en opinioacuten de Santa

Garduntildea se hizo afrancesado

El sentildeor Juan Loacutepez fue guerrillero mandoacute una partida y murioacute lo mismo que su alguacil en la famosa batalla de Baza despueacutes de haber matado muchiacutesimos franceses

Finalmente el tiacuteo Lucas y la sentildeaacute Frasquita (aunque no llegaron a tener hijos a pesar de haber ido al Solaacuten de Cabras y de haber

hecho muchos votos y rogativas) siguieron siempre amaacutendose del propio modo y alcanzaron una edad muy avanzada viendo desaparecer el Absolutismo en 1812 y 1820 y reaparecer en 1814 y 1823 hasta que por uacuteltimo se establecioacute de veras el sistema Constitucional a la muerte del Rey Absoluto y ellos pasaron a mejor vida (precisamente al estallar la Guerra Civil de los Siete antildeos) sin que los sombreros de copa que ya usaba todo el mundo pudiesen hacerles olvidar aquellos tiempos simbolizados por el sombrero de tres picos

Nota sobre el autor

Pedro Antonio de Alarcoacuten

(1833-1895)

Cronologia de Alarcoacuten

Alarcoacuten habla de El sombrero de tres picos

Cronologiacutea de la vida de Alarcoacuten

1833 El 10 de marzo nace Pedro Antonio de Alarcoacuten Ariza en Guadix (Granada)

Estudio bachillerato en Granada

Inicio estudios de leyes en la Universidad de Granada que tuvo que abandonar por problemas econoacutemicos de la familia

Ingreso dos veces en el seminario y lo abandono las dos veces por falta de vocacioacuten

Desde siempre su verdadera vocacioacuten fueron las letras Participo del grupo literario granadino La Cuerda como poeta

1852 De esta eacutepoca datan sus primero relatos breves de fuerte raiacutez romaacutentica algunos de ellos entroncados con el costumbrismo andaluz revelaban el influjo de Fernaacuten Caballero

De hecho Alarcoacuten nunca fue un escritor realista en el sentido que la historia de la literatura da a este termino Sus estenografiacuteas siempre son de una impronta realista muy fuerte En cambio es evidente que sus personajes tienen un sabor arquetiacutepico e ideal muy fuerte es decir son ldquotiposrdquo maacutes que personajes Y es que Alarcoacuten nunca renuncio a que lo ideal se encarnara en lo real Y eso lo entronca con una tradicioacuten nacional espantildeola que con hitos tan importantes como el Arcipreste de hita o Cervantes le alcanza plenamente a Alarcoacuten

El amigo de la muerte uno de los primeros cuentos de Alarcoacuten que revelan ya casi formada la maestriacutea teacutecnica que revelariacutea a continuacioacuten

1853 Se va a Madrid para seguir su carrera literaria

Funda con E Tarragoacute el perioacutedico El Eco de Occidente que no tuvo mucha importancia

Escribe despueacutes en El Laacutetigo diario antimonaacuterquico de fuerte sabor revolucionario

El Clavo

Alarcoacuten fue sin duda un maestro del cuento El Clavo es sin duda una de sus pequentildeas obras maestras

1854 Participa como periodista en la Revolucioacuten de Julio

1855 Publica El final de Norma un trabajo escrito cuando contaba 18 antildeos (1851)

Sucesivamente publicara su obra de juventud Cosas que fueron (artiacuteculos) Poesiacuteas

El final de Norma

1857 El hijo prodigo tiene por tema la locura y los errores de juventud Reflejo de un periodo de autocriacutetica que ha iniciado Alarcoacuten sobre su propia juventud Maacutes tarde en el personaje de Pepito de El nintildeo de la bola finalizaraacute ese ajuste de cuentas con su pasado

El hijo prodigo

1859 Al estallar la guerra de Marruecos se alista como voluntario

1860 De esa experiencia en Aacutefrica naceraacute su obra Diario de un testigo de la guerra de Aacutefrica que por fin le dio fama y algo de dinero quizaacutes su obra maacutes importante y permanente Obra maestra por la descripcioacuten de la vida militar Algunas partes de este trabajo como La batalla de Castillejos y La toma de Tetuaacuten auacuten no han sido superados en la viveza de las descripciones la espontaneidad del lenguaje y la gracia en la narrativa por ninguacuten escritor espantildeol

En la misma liacutenea publicara tambieacuten las Historietas nacionales similares a las anteriores por la temaacutetica y la frescura y espontaneidad del lenguaje y del flujo narrativo

Diario de un testigo de la guerra de Aacutefrica

1860 a 1874 publica fundamentalmente cuentos y libros de viajes

1861 De Madrid a Naacutepoles

1866 Se casa y su posicionamiento poliacutetico y religioso se afianza y explicita definitivamente Ya hacia tiempo se habiacutea inicia en Alarcoacuten un giro de sus posiciones poliacuteticas y humanas que lo desplazoacute desde el liberalismo revolucionario a posiciones tradicionalistas y catoacutelicas De hecho nunca dejo de ser catoacutelico y fue su fe la que le hizo en ultima instancia cambiar sus posiciones poliacuteticas Pero es ahora con su

matrimonio que su evolucioacuten concluye

Desde estas posiciones tradicionalistas siguioacute actuando en poliacutetica Fue diputado en las Cortes por Granada consejero de Estado con Alfonso XII

1868 La revolucioacuten del 68 va afectar fuertemente a Alarcoacuten de forma que marcara toda su obra posterior con un fuerte matiz poleacutemico Obras como La Prodiga o El escaacutendalo estariacutean en esta liacutenea

1871 Su obra Cosas que fueron constituyo una tardiacutea aportacioacuten al genero de cuadros de costumbres y fueron escritos antildeos antes de su publicacioacuten

Cosas que fueron

1873 La Alpujarra

1874 Publica El sombrero de tres picos la obra que le iba a hacer mundialmente famoso y que ha servido de libreto a varias obras musicales y a la obra homoacutenima de Falla

El sombrero de tres picos

1875 El Escaacutendalo una obra con repercusiones semejantes a Pequentildeeces de Coloma tanto por la intencioacuten como por la poleacutemica que levanto La primera edicioacuten se agoto en cinco diacuteas

1878 El nintildeo de la bola es quizaacutes la mejor novela de Alarcoacuten La renuncia de Manuel Venegas odiado por el usurero Eliacuteas precipita la muerte de Soledad bella figura romaacutentica condenada de antemano La fuerza del destino preside con su fatalismo ataacutevico todos los episodios de la narracioacuten Las grandezas y miserias del alma humana se adensan en el pueblo y en la historia de unos seres condenados al fracaso La obra es menos literaria que El escaacutendalo pero maacutes objetiva y apasionada

El nintildeo de la bola

1880 La prodiga es un alegato moral contra la corrupcioacuten de costumbres y ademaacutes es una criacutetica radical de la literatura romanita a la que Alarcoacuten consideraba como fundamentalmente anticristiana y para ello usa la teacutecnica de sacar las uacuteltimas conclusiones de la tiacutepica tragedia romaacutentica desgarrada para mostrarnos su real sordidez exenta de todo heroiacutesmo

La Prodiga

1881 El Capitaacuten Veneno

1883 Viajes por Espantildea

1884 Historia de mis libros

1887 La enemistad con los criacuteticos liberales y su continua critica junto a un cierto convencimiento de que el realismo habiacutea cubierto su ciclo histoacuterico le llevan a un abandono de la escritura

Es elegido miembro de La Real Academia

1895 Muere el 19 de julio en Valdemoro(Madrid)

Alarcoacuten habla de El sombrero de tres picos

La Historia de mis libros de Pedro Antonio de Alarcoacuten escrita en 1884 cuando practicamente habiacutea ya decidido dejar de escribir es el testamento literario del autor y en ella se analiza una a una las obras que habiacutea publicado hasta entonces El capitulo XIII estaacute dedicado a El sombrero de tres picos y es el que transcribimos a continuacioacuten

Un diacutea del verano de 1874 en Madrid apremiaacutebame la obligacioacuten de enviar a la Isla de Cuba alguacuten cuentecillo jocoso para cierto semanario festivo que alliacute se publicaba Recordeacute no seacute coacutemo el picaresco romance de El Corregidor y la Molinera que tantas veces habiacutea oiacutedo relatar cuando nintildeo y me dije

-iquestPor queacute no he de escribir una historieta fundada en tan peregrino argumento

-Porque es muy difiacutecil dentro de las conveniencias sociales -respondioacute mi buena crianza

-iexclRazoacuten de maacutes para intentar escribirla de modo que nadie se escandalice - arguyoacute mi temeridad de artista viejo recordando haber hecho un milagro semejante con el cuento de La Comendadora

-Pues probemos (contestoacute mi pereza para librarse de seguir buscando asunto) iexclEn medio de todo el semanario de que se trata tiene pocos lectores y tal vez ninguno de ellos resida en el continente europeo

-iexclManos a la obra -concluyoacute la parte atrevida de mi ser moral

Y veinticuatro horas despueacutes habiacutea escrito diez o doce cuartillas que conteniacutean muy en compendio todo EL SOMBRERO DE TRES PICOS o sea toda la historia de El Corregidor y la Molinera tal y como me parecioacute prudente arreglarla y componerla ad usum del respetable puacuteblico

Iba ya a meterla en un sobre para echarla al correo cuando me dijo repentinamente la conciencia artiacutestica

-iexclQueacute laacutestima Aquiacute hay materia para escribir una historia diez veces maacutes larga

-iexclYa lo creo (respondioacute la pereza) Y de ese modo nos ahorrariacuteamos durante dos meses la penosa tarea de buscar asuntos para el semanario

-iexclPues recomencemos

-iexclOh no iquestQuieacuten inutiliza lo ya redactado y se pone ahora a volver a empezar la racioacuten de mantildeana

Vacileacute alguacuten tiempo y esta vez triunfoacute la actividad -Comenceacute pues de nuevo la historia de EL SOMBRERO DE TRES PICOS

Al otro diacutea iba ya tambieacuten a meter en un sobre la primera

deacutecima parte del segundo relato o sea del relato actual que llegaba a la descripcioacuten del tiacuteo Lucas cuando entroacute en mi despacho un buen amigo versado en letras referiacutele el asunto de mi nueva obra le leiacute lo que llevaba escrito y ved aquiacute sus terminantes palabras

-No enviacutee V al otro mundo esas cuartillas Reteacutengalas en Madrid y continuacutee la obra con amor hasta acabarla y perfeccionarla cuanto pueda De este modo se encontraraacute V dentro de pocas semanas con un libro que podraacute convenirle publicar en Madrid en tomo -iexclEl asunto es de perlas

Seis diacuteas despueacutes volvioacute a visitarme el amigo y se halloacute con que EL SOMBRERO DE TRES PICOS estaba terminado y hasta puesto en limpio en la forma que hoy tiene Al siguiente diacutea empezoacute a imprimirse en la Revista Europea que publicaban en esta Corte los Sres Medina y Navarro al cabo de un mes se reimprimiacutea solemnemente en tomo aparte y esta es la hora en que van hechas soacutelo dentro de nuestra Peniacutensula ocho numerosas ediciones

Tal es la historia de este dichoso librejo contra el cual no se han alzado mis adversarios Por la inversa todo el mundo lo ha tratado hasta con mimo asiacute en el campo de los innovadores o blasfemadores del Arte de la Moral y del Alma como en el de los ortodoxos y arcaiacutestas de todas especies a tal extremo ha llegado esta unanimidad que muchas veces he sentido aborrecimiento y desdeacuten a la piacutecara obra por nadie impugnada atribuyendo su fortuna a nulidad eacute insignificancia internas -Empero uacuteltimamente me han reconciliado con este hijo del acaso no seacute queacute tardiacutea querencia paternal y la consideracioacuten de que a los diez o maacutes antildeos de publicado sigue producieacutendome tan segura y casi tan pinguumle renta como su juicioso hermano El Escaacutendalo -Ademaacutes EL SOMBRERO DE TRES PICOS ha sido

traducido que yo sepa al portugueacutes (con preciosas ilustraciones) al alemaacuten al ruso al franceacutes al italiano al ingleacutes y al rumano como tambieacuten ha dado argumento a dos operetas coacutemicas la una francesa y la otra belga y en vista de tanto ruido y de tantas nueces he tenido que acabar por decir - laquoiexclPues sentildeor el asunto era de oro iexclEstoy en deuda con la musa popular o sea con los ciegos que componen romancesraquo

Acerca de la moralidad y color de la obra en el Prefacio que lleva al frente he dicho cuanto correspondiacutea a mi reputacioacuten de escritor honesto y de persona bien criada Convieacuteneme sin embargo antildeadir para mayor refulgencia de la castidad de mi musa y de la del puacuteblico espantildeol en general que uno de los mejores literatos de Francia Alejandro Dumas (hijo) a quien debo amistosiacutesimas atenciones tuvo hace antildeos la franqueza de escribirme que mi SOMBRERO DE TRES PICOS habriacutea ganado mucho particularmente en aquella nacioacuten si yo hubiese conservado el desenlace crudeliacutesimo dado por la versioacuten plebeya o sea por los romances de ciego al quid pro quo de que fue inocente objeto dontildea Mercedes -Es decir que ni aquel insigne escritor ni el puacuteblico franceacutes se habriacutean escandalizado ante la consumacioacuten de una atrocidad en el molino ni ante la efectividad de sus represalias en el Corregimiento iexclEs decir que

Pero doblemos la hoja -iexclBueno estaacute sin maacutes ribetes ni escarapelas mi empecatado SOMBRERO DE TRES PICOS -Y lo peor de todo es hablando aquiacute en reserva que laquotambieacuten me gusta a miacute la sentildeaacute Frasquitaraquo por aquello de que la Molinera laquocomo guapa es guaparaquo aunque laquotambieacuten sea guapa la Corregidoraraquo

iexclOh inefable delicia la de crear seres con la pluma iexclOh complacencia poder uno formarlos a su arbitrio y moverlos seguacuten su agrado iexclOh tormento tener que resolverse a dejar de

lanzar al mundo tantos y tantos personajes como aun le bullen en la imaginacioacuten y haber de morirse alguacuten diacutea exclamando laquoMorid tambieacuten vosotros sin haber nacidoraquo -Pero asiacute son las cosas humanas Ars longa vita brevis -Y ademaacutes que no todos tenemos filosofiacutea bastante para decir Satis est equitem mihi plaudere

Capitulo XIII de Historia de mis libros(1884) de Pedro Antonio de Alarcoacuten titulado precisamente El sombrero de tres picos

copyright copy 2001 para la presente edicioacuten de Gaiferos Libros-Ereg

GAIFEROS LIBROS-E reg is a trademark registred

e-ditoragaiferoscom

wwwgaiferoscom

Editor M Echeverriacutea

Design Mezquiriz

Imagen de portada Goya

Printed in Spain(UE)

Madrid Febrero de 2002

Page 7: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado

hasta las monjas y hasta las nintildeas de cuatro antildeos

ndashY si no vamos a verndashpreguntoacute el cabrerondash iquest queacute se saca en claro de la historia de EL CORREGIDOR Y LA MOLINERA iexclQue los casados duermen juntos y que a ninguacuten marido le acomoda que otro hombre duerma con su mujer iexclMe parece que la noticia ndashiexclPues es verdadndashrespondieron las madres oyendo las carcajadas de sus hijas

ndashLa prueba de que el tiacuteo Repela tiene razoacutenndashobservoacute en esto el padre del noviondash es que todos los chicos y grandes aquiacute presentes se han enterado ya de que esta noche asiacute que se acabe el baile Juanete y Manolita estrenaraacuten esa hermosa cama de matrimonio que la tiacutea Gabriela acaba de ensentildear a nuestras hijas para que admiren los bordados de los almohadones

ndashiexclHay maacutesndashdijo el abuelo de la noviandash hasta en el libro de la Doctrina y en los mismos Sermones se habla a los nintildeos de todas estas cosas tan naturales al ponerlos al corriente de la larga esterilidad de Nuestra Sentildeora Santa Ana de la virtud del casto Joseacute de la estratagema de Judit y de otros muchos milagros que no recuerdo ahora Por consiguiente sentildeores

ndashiexclNada nada tiacuteo Repelandashexclamaron valerosamente las muchachasndash iexclDiga usted otra vez su Relacioacuten que es muy divertida

ndashiexclY hasta muy decentendashcontinuoacute el abuelo Pues en ella no se aconseja a nadie que sea malo ni se le ensentildea a serlo ni queda sin castigo el que lo es

ndashiexclVaya repiacutetala ustedndashdijeron al fin consistorialmente las madres de familia

El tiacuteo Repela volvioacute entonces a recitar el Romance y considerado ya su texto por todos a la luz de aquella criacutetica tan ingenua hallaron que no habiacutea pero que ponerle lo cual equivale a decir que le concedieron las licencias necesarias

Andando los antildeos hemos oiacutedo muchas y muy diversas versiones de aquella misma aventura de EL MOLINERO Y LA CORREGIDORA siempre de labios de graciosos de aldea y de cortijo por el orden del ya difunto Repela y ademaacutes la hemos leiacutedo en letras de molde en diferentes Romances de ciego y hasta en el famoso Romancero del inolvidable don Agustiacuten Duraacuten

El fondo del asunto resulta ideacutentico tragicoacutemico zumboacuten y terriblemente epigramaacutetico como todas las lecciones dramaacuteticas de moral de que se enamora nuestro pueblo pero la forma el mecanismo accidental los procedimientos casuales difieren mucho muchiacutesimo del relato de nuestro pastor tanto que este no hubiera podido recitar en la Cortijada ninguna de dichas versiones ni aun aquellas que corren impresas sin que antes se tapasen los oiacutedos las muchachas en estado honesto o sin exponerse a que sus madres le sacaran los ojos iexclA tal punto han extremado y pervertido los groseros patanes de otras provincias el caso tradicional que tan sabroso discreto y pulcro resultaba en la versioacuten del claacutesico Repela

Hace pues mucho tiempo que concebimos el propoacutesito de restablecer la verdad de las cosas devolviendo a la peregrina historia de que se trata su primitivo caraacutecter que nunca dudamos fuera aquel en que saliera mejor librado el decoro Ni iquestcoacutemo dudarlo Esta clase de Relaciones al rodar por las manos del vulgo nunca se desnaturalizan para hacerse maacutes bellas delicadas y decentes sino para estropearse y percudirse al contacto de la

ordinariez y la chabacaneriacutea

Tal es la historia del presente libro Conque metaacutemonos ya en harina quiero decir demos comienzo a la Relacioacuten de EL CORREGIDOR Y LA MOLINERA no sin esperar de tu sano juicio (iexcloh respetable puacuteblico) que despueacutes de haberla leiacutedo y heacutechote maacutes cruces que si hubieras visto al demonio (como dijo Estebanillo Gonzaacutelez al principiar la suya) la tendraacutes por digna y merecedora de haber salido a luz Julio de 1874

I De cuando sucedio la cosa

Comenzaba este largo siglo que ya va de vencida No se sabe fijamente el antildeo solo consta que era despueacutes del de 4 y antes del de 8

Reinaba pues todaviacutea en Espantildea don Carlos IV de Borboacuten por la gracia de Dios seguacuten las monedas y por olvido o gracia especial de Bonaparte seguacuten los boletines franceses Los demaacutes soberanos europeos descendientes de Luis XIV habiacutean perdido ya la corona (y el Jefe de ellos la cabeza) en la deshecha borrasca que corriacutea esta envejecida parte del mundo desde 1789

Ni paraba aquiacute la singularidad de nuestra patria en aquellos tiempos El Soldado de la Revolucioacuten el hijo de un oscuro abogado corso el vencedor en Rivoli en las Piraacutemides en Marengo y en otras cien batallas acababa de centildeirse la corona de Carlo Magno y de transfigurar completamente la Europa creando y suprimiendo naciones borrando fronteras inventando dinastiacuteas y haciendo mudar de forma de nombre de sitio de costumbres y hasta de traje a los pueblos por donde pasaba en su corcel de guerra como un terremoto animado o como el Antecristo que le llamaban las Potencias del Norte Sin embargo nuestros padres (Dios los tenga en su santa Gloria) lejos de odiarlo o de temerle complaciacuteanse auacuten en ponderar sus descomunales hazantildeas como si se tratase del heacuteroe de un Libro de Caballeriacuteas o de cosas que sucediacutean en otro planeta sin que

ni por asomos recelasen que pensara nunca en venir por acaacute a intentar las atrocidades que habiacutea hecho en Francia Italia Alemania y otros paiacuteses Una vez por semana (y dos a lo sumo) llegaba el correo de Madrid a la mayor parte de las poblaciones importantes de la Peniacutensula llevando alguacuten nuacutemero de la Gaceta (que tampoco era diaria) y por ella sabiacutean las personas principales (suponiendo que la Gaceta hablase del particular) si existiacutea un Estado maacutes o menos allende el Pirineo si se habiacutea rentildeido otra batalla en que peleasen seis u ocho Reyes y Emperadores y si Napoleoacuten se hallaba en Milaacuten en Bruselas o en Varsovia Por lo demaacutes nuestros mayores seguiacutean viviendo a la antigua espantildeola sumamente despacio apegados a sus rancias costumbres en paz y en gracia de Dlos con su Inquisicioacuten y sus Frailes con su pintoresca desigualdad ante la Ley con sus privilegios fueros y exenciones personales con su carencia de toda libertad municipal o poliacutetica gobernados simultaacuteneamente por insignes Obispos y poderosos Corregidores (cuyas respectivas potestades no era muy faacutecil deslindar pues unos y otros se metiacutean en lo temporal y en lo eterno) y pagando diezmos primicias alcabalas subsidios mandas y limosnas forzosas rentas rentillas capitaciones tercias reales gabelas frutos civiles y hasta cincuenta tributos maacutes cuya nomenclatura no viene a cuento ahora

Y aquiacute termina todo lo que la presente historia tiene que ver con la militar y poliacutetica de aquella eacutepoca pues nuestro uacutenico objeto al referir lo que entonces sucediacutea en el mundo ha sido venir a parar a que el antildeo de que se trata (supongamos que el de 1805) imperaba todaviacutea en Espantildea el antiguo reacutegimen en todas las esferas de la vida puacuteblica y particular como si en medio de tantas novedades y trastornos el Pirineo se hubiese convertido en otra Muralla de la China

II De coacutemo viviacutea entonces la gente

En Andaluciacutea por ejemplo (pues precisamente acontecioacute en una ciudad de Andaluciacutea lo que vais a oiacuter) las personas de suposicioacuten continuaban levantaacutendose muy temprano yendo a la Catedral a Misa de prima aunque no fuese diacutea de precepto almorzando a las nueve un huevo frito y una jiacuteraca de chocolate con picatostes comiendo de una a dos de la tarde puchero y principio si habiacutea caza y si no puchero solo durmiendo la siesta despueacutes de comer paseando luego por el campo yendo al Rosario entre dos luces a su respectiva parroquia tomando otro chocolate a la Oracioacuten (eacuteste con bizcochos) asistiendo los muy encopetados a la tertulia del Corregidor del Deaacuten o del tiacutetulo que residiacutea en el pueblo retiraacutendose a casa a las Aacutenimas cerrando el portoacuten antes del toque de la queda cenando ensalada y guisado por antonomasia si no habiacutean entrado boquerones frescos y acostaacutendose incotinenti con su sentildeora (los que la teniacutean) no sin hacerse calentar primero la cama durante nueve meses del antildeo

iexclDichosiacutesimo tiempo aquel en que nuestra tierra seguiacutea en quieta y paciacutefica posesioacuten de todas las telarantildeas de todo el polvo de toda la polilla de todos los respetos de todas las creencias de todas las tradiciones de todos los usos y de todos los abusos santificados por los siglos iexclDichosiacutesimo tiempo aquel en que habiacutea en la sociedad humana variedad de clases de afectos y de costumbres iexclDichosiacutesimo tiempo digo para los

poetas especialmente que encontraban un entremeacutes un sainete una comedia un drama un auto sacramental o una epopeya detraacutes de cada esquina en vez de esta prosaica umformidad y desabrido realismo que nos legoacute al cabo la Revolucioacuten Francesa iexclDichosiacutesimo tiempo siacute

Pero esto es volver a las andadas Basta ya de generalidades y de circunloquios y entremos resueltamente en la historia del Sombrero de tres picos

III Do it des En aquel tiempo pues habiacutea cerca de la ciudad un famoso molino harinero (que ya no existe) situado como a un cuarto de legua de la poblacioacuten entre el pie de suave colina poblada de guindos y cerezos y una fertiliacutesima huerta que serviacutea de margen (y algunas veces de lecho) al titular intermitente y traicionero riacuteo

Por varias y diversas razones haciacutea ya alguacuten tiempo que aquel molino era el predilecto punto de llegada y descanso de los paseantes maacutes caracterizados de la mencionada ciudad Primeramente conduciacutea a eacutel un camino carretero menos intransitable que los restantes de aquellos contornos En segundo lugar delante del molino habiacutea una plazoletilla empedrada cubierta por un parral enorme debajo del cual se tomaba muy bien el fresco en el verano y el sol en el invierno merced a la alternada ida y venida de los paacutempanos En tercer lugar el Molinero era un hombre muy respetuoso muy discreto muy fino que teniacutea lo que se llama don de gentes y que obsequiaba a los sentildeores que soliacutean honrarlo con su tertulia vespertina ofrecieacutendoles lo que daba el tiempo ora habas verdes ora cerezas y guindas ora lechugas en rama y sin sazonar (que estaacuten muy buenas cuando se las acompantildea de macarros de pan de aceite macarros que se encargaban de enviar por delante sus sentildeoriacuteas) ora melones ora uvas de aquella misma parra que les serviacutea de dosel ora rosetas de maiz si era invierno y castantildeas asadas y almendras y nueces y de vez en cuando en las tardes friacuteas un trago de vino de pulso (dentro ya de la casa y al amor de la lumbre) a lo que por Pascuas se soliacutea antildeadir alguacuten pestintildeo alguacuten mantecado algun rosco o alguna lonja de jamoacuten alpujarrentildeo

ndashiquestTan rico era el Molinero o tan imprudentes sus tertulianosndashexclamareacuteis interrumpieacutendome

Ni lo uno ni lo otro El Molinero solo teniacutea un pasar y aquellos caballeros eran la delicadeza y el orgullo personificados Pero en unos tiempos en que se pagaban cincuenta y tantas contribuciones diferentes a la Iglesia y al Estado poco arriesgaba un ruacutestico de tan claras luces como aqueacutel en tenerse ganada la voluntad de Regidores Canoacutenigos Frailes Escribanos y demaacutes personas de campanillas Asiacute es que no faltaba quien dijese que el tiacuteo Lucas (tal era el nombre del Molinero) se ahorraba un dineral al antildeo a fuerza de agasajar a todo el mundo

ndash Vuestra Merced me va a dar una puertecilla vieja de la casa que ha derribado deciacuteale a uno Vuestra Sentildeoriacuteandashdeciacuteale a otrondashva a mandar que me rebajen el subsidido o la alcabala o la contribucioacuten de frutos-civiles Vuestra Reverencia me va a dejar coger en la huerta del Convento una poca hoja para mis gusanos de seda Vuestra Ilustriacutesima me va a dar permiso para traer una poca lentildea del monte X Vuestra Paternidad me va a poner dos letras para que me permitan cortar una poca de madera en el pinar H Es menester que me haga Usarceacute una escriturilla que no me cueste nada Este antildeo no puedo pagar el censo Espero que el pleito se falle a mi favor Hoy le he dado de bofetadas a uno y creo que debe ir a la caacutercel por haberme provocado iquestTendriacutea su Merced tal cosa de sobra iquestLe sirve a Usted de algo tal otra iquestMe puede prestar la mula iquestTiene ocupado mantildeana el carro iquestLe parece que enviacutee por el burro

Y estas canciones se repetiacutean a todas horas obteniendo siempre por contestacioacuten un generoso y desinteresado Como se pide

Conque ya veis que el tiacuteo Lucas no estaba en camino de arruinarse

IV Una mujer vista por fuera

La uacuteltima y acaso la maacutes poderosa razoacuten que teniacutea el seroriacuteo de la Ciudad para frecuentar por las tardes el molino del tiacuteo Lucas era que asiacute los cleacuterigos como los seglares empezando por el sentildeor Obispo y el sentildeor Corregidor podiacutean contemplar alliacute a sus anchas una de las obras maacutes bellas graciosas y admirables que hayan salido jamaacutes de las manos de Dios llamado entonces el Ser Supremo por Jovellanos y toda la escuela afrancesada de nuestro paiacutes

Esta obra se denominaba la sentildeaacute Frasquita

Empiezo por responderos de que la sentildeaacute Frasquita legiacutetima esposa del tiacuteo Lucas era una mujer de bien y de que asiacute lo sabiacutean todos los ilustres visitantes del molino Digo maacutes ninguno de eacutestos daba muestras de considerarla con ojos de varoacuten ni con trastienda pecaminosa Admiraacutebanla siacute y requebraacutebanla en ocasiones (delante de su marido por supuesto) lo mismo los frailes que los caballeros los canoacutenigos que los golillas como un prodigio de belleza que honraba a su Criador y

como una diablesa de travesura y coqueteriacutea que alegraba inocentemente los espiacuteritus maacutes melancoacutelicos Es un hermoso animal soliacutea decir el virtuosiacutesimo Prelado Es una estatua de la antiguumledad heleacutenica observaba un Abogado muy erudito Acadeacutemico correspondiente de la Historia Es la propia estampa de Eva prorrumpiacutea el Prior de los Franciscanos Es una real moza exclamaba el Coronel de milicias Es una sierpe una sirena iexclun demonio antildeadiacutea el Corregidor Pero es una buena mujer es un aacutengel es una criatura es una chiquilla de cuatro antildeos acababan por decir todos al regresar del molino atiborrados de uvas o de nueces en busca de sus teacutetricos y metoacutedicos hogares

La chiquilla de cuatro antildeos esto es la sentildeaacute Frasquita frisariacutea en los treinta Teniacutea maacutes de dos varas de estatura y era recia a proporcioacuten o quizaacute maacutes gruesa todaviacutea de lo correspondiente a su arrogante talla Pareciacutea una Niobe colosal y eso que no habiacutea tenido hijos pareciacutea un Heacutercules hembra pareciacutea una matrona romana de las que auacuten hay ejemplares en el Trastevere Pero lo maacutes notable en ella era la movilidad la ligereza la animacioacuten la gracia de su respetable mole Para ser una estatua como pretendiacutea el acadeacutemico le faltaba el reposo monumental Se cimbraba como un junco giraba como una veleta bailaba como una peonza Su rostro era maacutes movible todaviacutea y por lo tanto menos escultural Avivaacutebanlo donosamente hasta cinco hoyuelos dos en una mejilla otro en otra otro muy chico cerca de la comisura izquierda de sus rientes labios y el uacuteltimo muy grande en medio de su redonda barba Antildeadid a esto los picarescos mohines los graciosos guintildeos y las varias posturas de cabeza que amenizaban su conversacioacuten y formareacuteis idea de aquella cara llena de sal y de hermosura y radiante siempre de salud y alegriacutea

Ni la sentildeaacute Frasquita ni el tiacuteo Lucas eran andaluces ella era

navarra y eacutel murciano El habiacutea ido a la ciudad de a la edad de quince antildeos como medio paje medio criado del Obispo anterior al que entonces gobernaba aquella Iglesia Educaacutebalo su protector para cleacuterigo y tal vez con esta mira y para que no careciese de congrua dejoacutele en su testamento el molino pero el tiacuteo Lucas que a la muerte de Su Ilustriacutesima no estaba ordenado maacutes que de menores ahorcoacute los haacutebitos en aquel punto y hora y sentoacute plaza de soldado maacutes ganoso de ver mundo y correr aventuras que de decir Misa o de moler trigo En 1793 hizo la campantildea de los Pirineos Occidentales como Ordenanza del valiente General don Ventura Caro asistioacute al asalto de Castillo Pintildeoacuten y permanecioacute luego largo tiempo en las provincias del Norte donde tomoacute la licencia absoluta En Estella conocioacute a la sentildeaacute Frasquita que entonces soacutelo se llamaba Frasquita la enamoroacute se casoacute con ella y se la llevoacute a Andaluciacutea en busca de aquel molino que habiacutea de verlos tan paciacuteficos y dichosos durante el resto de su peregrinacioacuten por este valle de laacutegrimas y risas

La sentildeaacute Frasquita pues trasladada de Navarra a aquella soledad no habiacutea adquirido ninguacuten haacutebito andaluz y se diferenciaba mucho de las mujeres campesinas de los contornos Vestiacutea con maacutes sencillez desenfado y elegancia que ellas lavaba maacutes sus carnes y permitiacutea al sol y al aire acariciar sus arremangados brazos y su descubierta garganta Usaba hasta cierto punto el traje de las sentildeoras de aquella eacutepoca el traje de las mujeres de Goya el traje de la reina Mariacutea Luisa si no falda de medio paso falda de un paso solo sumamente corta que dejaba ver sus menudos pies y el arranque de su soberana pierna llevaba el escote redondo y bajo al estilo de Madrid donde se detuvo dos meses con su Lucas al trasladarse de Navarra a Andaluciacutea todo el pelo recogido en lo alto de la coronilla lo cual dejaba campear la gallardiacutea de su cabeza y de su cuello sendas arracadas en las diminutas orejas y muchas sortijas en los

afilados dedos de sus duras pero limpias manos Por uacuteltimo la voz de la sentildeaacute Frasquita teniacutea todos los tonos del maacutes extenso y melodioso instrumento y su carcajada era tan alegre y argentina que pareciacutea un repique de Saacutebado de Glorla

Retratemos ahora al tiacuteo Lucas

V Un hombre visto desde fuera

El tiacuteo Lucas era maacutes feo que Picio Lo habiacutea sido toda su vida y ya teniacutea cerca de cuarenta antildeos Sin embargo pocos hombres tan simpaacuteticos y agradables habraacute echado Dios al mundo Prendado de su viveza de su ingenio y de su gracia el difunto Obispo se lo pidioacute a sus padres que eran pastores no de almas sino de verdaderas ovejas Muerto Su Ilustriacutesima y dejado que hubo el mozo el Seminario por el Cuartel distinguioacutele entre todo su Ejeacutercito el General Caro y lo hizo su Ordenanza maacutes iacutentimo su verdadero criado de campantildea Cumplido en fin el empentildeo militar fuele tan faacutecil al tiacuteo Lucas rendir el corazoacuten de la sentildeaacute Frasquita como faacutecil le habiacutea sido captarse el aprecio del General y del Prelado La navarra que teniacutea a la sazoacuten veinte abriles y era el ojo derecho de todos los mozos de Estella algunos de ellos bastante ricos no pudo resistir a los continuos donaires a las chistosas ocurrencias a los ojillos de enamorado mono y a la bufona y constante sonrisa llena de malicia pero tambieacuten de dulzura de aquel murciano tan atrevido tan locuaz tan avisado tan dispuesto tan valiente y tan gracioso que acaboacute por trastornar el juicio no soacutelo a la codiciada beldad sino tambieacuten a su padre y a su madre

Lucas era en aquel entonces y seguiacutea siendo en la fecha a que nos referimos de pequentildea estatura (a los menos con relacioacuten a su mujer) un poco cargado de espaldas muy moreno barbilampintildeo narigoacuten orejudo y picado de viruelas En cambio su boca era regular y su dentadura inmejorable Dijeacuterase que soacutelo la corteza de aquel hombre era tosca y fea que tan pronto como

empezaba a penetrarse dentro de eacutel apareciacutean sus perfecciones y que estas perfecciones principiaban en los dientes Luego veniacutea la voz vibrante elaacutestica atractiva varonil y grave algunas veces dulce y melosa cuando pediacutea algo y siempre difiacutecil de resistir Llegaba despueacutes lo que aquella voz deciacutea todo oportuno discreto ingenioso persuasivo Y por uacuteltimo en el alma del tiacuteo Lucas habiacutea valor lealtad honradez sentido comuacuten deseo de saber y conocimientos instintivos o empiacutericos de muchas cosas profundo desdeacuten a los necios cualquiera que fuese su categoriacutea social y cierto espiacuteritu de ironiacutea de burla y de sarcasmo que le haciacutean pasar a los ojos del Acadeacutemico por un don Francisco de Quevedo en bruto

Tal era por dentro y por fuera el tiacuteo Lucas

VI Habilidades de los coacutenyuges

Amaba pues locamente la sentildeaacute Frasquita al tiacuteo Lucas y consideraacutebase la mujer maacutes feliz del mundo al verse adorada por eacutel No teniacutean hijos seguacuten que ya sabemos y habiacutease consagrado cada uno a cuidar y mimar al otro con esmero indecible pero sin que aquella tierna solicitud ostentase el caraacutecter sentimental y empalagoso por lo zalamero de casi todos los matrimonios sin sucesioacuten Al contrario trataacutebanse con una llaneza una alegriacutea una broma y una confianza semejantes a las de aquellos nintildeos camaradas de juegos y de diversiones que se quieren con toda el alma sin deciacuterselo jamaacutes ni darse a siacute mismos cuenta de lo que sienten iexclImposible que haya habido sobre la tierra molinero mejor peinado mejor vestido maacutes regalado en la mesa rodeado de maacutes comodidades en su casa que el tiacuteo Lucas iexclImposible que ninguna molinera ni ninguna reina haya sido objeto de tantas atenciones de tantos agasajos de tantas finezas como la sentildea Frasquita iexclImposible tambieacuten que ninguacuten molino haya encerrado tantas cosas necesarias uacutetiles agradables recreativas y hasta superfluas como el que va a servir de teatro a casi toda la presente historia Contribuiacutea mucho a ello que la sentildeaacute

Frasquita la pulcra hacendosa fuerte y saludable navarra sabiacutea queriacutea y podiacutea guisar coser bordar barrer hacer dulce lavar planchar blanquear la casa fregar el cobre amasar tejer hacer media cantar bailar tocar la guitarra y los palillos jugar a la brisca y al tute y otras muchiacutesimas cosas cuya relacioacuten fuera interminable Y contribuiacutea no menos al mismo resultado el que el tiacuteo Lucas sabiacutea queriacutea y podiacutea dirigir la molienda cultivar el campo cazar pescar trabajar de carpintero de herrero y de albantildeil ayudar a su mujer en todos los quehaceres de la casa leer escribir contar etc etc Y esto sin hacer mencioacuten de los ramos de lujo o sea de sus habilidades extraordinarias Por ejemplo el tiacuteo Lucas adoraba las flores (lo mismo que su mujer) y era floricultor tan consumado que habiacutea conseguido producir ejemplares nuevos por medio de laboriosas combinaciones Teniacutea algo de Ingeniero natural y lo habiacutea demostrado construyendo una presa un sifoacuten y un acueducto que triplicaron el agua del molino Habiacutea ensentildeado a bailar a un perro domesticado una culebra y hecho que un loro diese la hora por medio de gritos seguacuten las iba marcando un reloj de sol que el molinero habiacutea trazado en una pared de cuyas resultas el loro daba ya la hora con toda precisioacuten hasta en los diacuteas nublados y durante la noche Finalmente en el molino habiacutea una huerta que produciacutea toda clase de frutas y legumbres un estanque encerrado en una especie de quiosco de jazmines donde se bantildeaban en verano el tiacuteo Lucas y la sentildeaacute Frasquita un jardiacuten una estufa o invernadero para las plantas exoacuteticas una fuente de agua potable dos burras en que el matrimonio iba a la ciudad o a los pueblos de las cercaniacuteas gallinero palomar pajarera criadero de peces criadero de gusanos de seda colmenas cuyas abejas libaban en los jazmines jaraiacutez o lagar con su bodega correspondiente ambas cosas en miniatura horno telar fragua taller de carpinteriacutea etc etc todo ello reducido a una casa de ocho habitaciones y a dos fanegas de tierra y tasado en la cantidad de diez mil reales

VII El fondo de la felicidad

Adoraacutebanse siacute locamente el molinero y la molinera y auacuten se hubiera creiacutedo que ella lo queriacutea maacutes a eacutel que eacutel a ella no obstante ser eacutel tan feo y ella tan hermosa Diacutegolo porque la sentildeaacute Frasquita soliacutea tener celos y pedirle cuentas al tiacuteo Lucas cuando eacuteste tardaba mucho en regresar de la ciudad o de los pueblos adonde iba por grano mientras que el tiacuteo Lucas veiacutea hasta con gusto las atenciones de que era objeto la sentildeaacute Frasquita por parte de los sentildeores que frecuentaban el molino se ufanaba y regocijaba de que a todos les agradase tanto como a eacutel y aunque comprendiacutea que en el fondo del corazoacuten se la envidiaban algunos de ellos la codiciaban como simples mortales y hubieran dado cualquier cosa porque fuera menos mujer de bien la dejaba sola diacuteas enteros sin el menor cuidado y nunca le preguntaba luego queacute habiacutea hecho ni quieacuten habiacutea estado alliacute durante su ausencia

No consistiacutea aquello sin embargo en que el amor del tiacuteo Lucas fuese menos vivo que el de la sentildeaacute Frasquita Consistiacutea en que eacutel teniacutea maacutes confianza en la virtud de aqueacutella que ella en la de eacutel consistiacutea en que eacutel la aventajaba en penetracioacuten y sabiacutea

hasta queacute punto era amado y cuaacutento se respetaba su mujer a siacute misma y consistiacutea principalmente en que el tiacuteo Lucas era todo un hombre un hombre como el de Shakespeare de pocos e indivisibles sentimientos incapaz de dudas que creiacutea o moriacutea que amaba o mataba que no admitiacutea gradacioacuten ni traacutensito entre la suprema felicidad y el exterminio de su dicha

Era en fin un Otelo de Murcia con alpargatas y montera en el primer acto de una tragedia posible

Pero iquesta queacute estas notas luacutegubres en una tonadilla alegre iquestA queacute estos relaacutempagos fatiacutedicos en una atmoacutesfera tan serena iquestA queacute estas actitudes melodramaacuteticas en un cuadro de geacutenero

Vais a saberlo inmediatamente

VIII El hombre del sombrero de tres picos

Eran las dos de una tarde de octubre

El esquiloacuten de la catedral tocaba a viacutesperas lo cual equivale a decir que ya habiacutean comido todas las personas principales de la ciudad

Los canoacutenigos se dirigiacutean al Coro y los seglares a sus alcobas a dormir la siesta sobre todo aquellos que por razoacuten de oficio v gr las Autoridades habiacutean pasado la mantildeana entera trabajando

Era pues muy de extrantildear que a aquella hora impropia ademaacutes para dar un paseo pues todaviacutea haciacutea demasiado calor saliese de la ciudad a pie y seguido de un solo alguacil el ilustre sentildeor Corregidor de la misma a quien no podiacutea confundirse con ninguna otra persona ni de diacutea ni de noche asiacute por la enormidad de su sombrero de tres picos y por lo vistoso de su capa de grana como por lo particulariacutesimo de su grotesco donaire

De la capa de grana y del sombrero de tres picos son muchas todaviacutea las personas que pudieran hablar con pleno conocimiento de causa Nosotros entre ellas lo mismo que todos los nacidos en aquella ciudad en las postrimeriacuteas del reinado del sentildeor don Fernando VII recordamos haber visto colgados de un clavo uacutenico adorno de desmantelada pared en la ruinosa torre de la casa que habitoacute Su Sentildeoriacutea (torre destinada a la sazoacuten a los infantiles juegos de sus nietos) aquellas dos anticuadas prendas aquella capa y aquel sombrerondashel negro sombrero encima y la roja capa debajondash formando una especie de espectro del Absolutismo una especie de sudario del Corregidor una especie de caricatura retrospectiva de su poder pintada con carboacuten y almagre como tantas otras por los paacutervulos constitucionales de la de 1837 que alliacute nos reuniacuteamos una especie en fin de espanta-paacutejaros que en otro tiempo habiacutea sido espanta-hombres y que hoy me da miedo de haber contribuido a escarnecer paseaacutendolo por aquella histoacuterica ciudad en diacuteas de Carnestolendas en lo alto de un deshollinador o sirviendo de disfraz irrisorio al idiota que maacutes haciacutea reir a la plebe iexclPobre principio de autoridad iexclAsiacute te hemos puesto los mismos que hoy te invocamos tanto

En cuanto al indicado grotesco donaire del sentildeor Corregidor consistiacutea (dicen) en que era cargado de espaldas todaviacutea maacutes cargado de espaldas que el tiacuteo Lucas casi jorobado por decirlo de una vez de estatura menos que mediana endeblillo de mala salud con las piernas arqueadas y una manera de andar sui generis (balanceaacutendose de un lado a otro y de atraacutes hacia adelante) que soacutelo se puede describir con la absurda foacutermula de que pareciacutea cojo de los dos pies En cambio (antildeade la tradicioacuten) su rostro era regular aunque ya bastante arrugado por la falta absoluta de dientes y muelas moreno verdoso como el de casi todos los hijos de las Castillas con

grandes ojos oscuros en que relampagueaban la coacutelera el despotismo y la lujuria con finas y traviesas facciones que no teniacutean la expresioacuten del valor personal pero siacute la de una malicia artera capaz de todo y con cierto aire de satisfaccioacuten medio aristocraacutetico medio libertino que revelaba que aquel hombre habriacutea sido en su remota juventud muy agradable y acepto a las mujeres no obstante sus piernas y su joroba

Don Eugenio de Zuacutentildeiga y Ponce de Leoacuten (que asiacute se llamaba Su Sentildeoriacutea) habiacutea nacido en Madrid de familia ilustre frisariacutea a la sazoacuten en los cincuenta y cinco antildeos y llevaba cuatro de Corregidor en la ciudad de que tratamos donde se casoacute a poco de llegar con la principaliacutesima sentildeora que diremos maacutes adelante

Las medias de don Eugenio (uacutenica parte que ademaacutes de los zapatos dejaba ver de su vestido la extensiacutesima capa de grana) eran blancas y los zapatos negros con hebilla de oro Pero luego que el calor del campo lo obligoacute a desembozarse viacutedose que llevaba gran corbata de batista chupa de sarga de color de toacutertola muy festoneada de ramillos verdes bordados de realce calzoacuten corto negro de seda una enorme casaca de la misma estofa que la chupa espadiacuten con guarnicioacuten de acero bastoacuten con borlas y un respetable par de guantes (o quirotecas) de gamuza pajiza que no se poniacutea nunca y que empuntildeaba a guisa de cetro

El alguacil que seguiacutea veinte pasos de distancia al sentildeor Corregidor se llamaba Garduntildea y era la propia estampa de su nombre Flaco agiliacutesimo mirando adelante y atraacutes y a derecha e izquierda al propio tiempo que andaba de largo cuello de diminuto y repugnante rostro y con dos manos como dos manojos de disciplinas pareciacutea juntamente un huroacuten en busca de criminales la cuerda que habiacutea de atarlos y el instrumento destinado a su castigo

El primer Corregidor que le echoacute la vista encima le dijo sin maacutes informes Tuacute seraacutes mi verdadero alguacil Y ya lo habiacutea sido de cuatro Corregidores

Teniacutea cuarenta y ocho antildeos y llevaba sombrero de tres picos mucho maacutes pequentildeo que el de su sentildeor (pues repetimos que el de este era descomunal) capa negra como las medias y todo el traje bastoacuten sin borlas y una especie de asador por la espalda

Aquel espantajo negro pareciacutea la sombra de su vistoso amo

IX iexclArre burra Por donde quiera que pasaban el personaje y su apeacutendice los labradores dejaban sus faenas y se descubriacutean hasta los pies con maacutes miedo que respeto despueacutes de lo cual deciacutean en voz baja

ndashiexclTemprano va esta tarde el sentildeor Corregidor a ver a la sentildeaacute Frasquita

ndashiexclTemprano y solondashantildeadiacutean algunos acostumbrados a verlo siempre dar aquel paseo en compantildeiacutea de otras varias personas

ndashOye tuacute Manuel iquestpor queacute iraacute solo esta tarde el sentildeor Corregidor a ver a la navarrandashle preguntoacute una lugarentildea a su marido el cual la llevaba a grupas en la bestia

Y al mismo tiempo que la pregunta le hizo cosquillas por viacutea de retintiacuten

ndashiexclNo seas mal pensada Josefandashexclamoacute el buen hombrendash

La sentildeaacute Frasquita es incapaz

ndashNo digo lo contrario Pero el Corregidor no es por eso incapaz de estar enamorado de ella Yo he oiacutedo decir que de todos los que van a las francachelas del molino el uacutenico que lleva mal fin es ese madrilentildeo tan aficionado a faldas

ndashiquestY queacute sabes tuacute si es o no aficionado a faldasndashpreguntoacute a su vez el marido

ndashNo lo digo por miacute iexclYa se hubiera guardado por maacutes Corregidor que sea de decirme los ojos tienes negros

La que asiacute hablaba era fea en grado superlativo

ndashPues mira hija iexclallaacute ellosndashreplicoacute el llamado Manuelndash Yo no creo al tiacuteo Lucas hombre de consentir iexclBonito genio tiene el tiacuteo Lucas cuando se enfada

ndashPero en fin iexclsi ve que le convienendashantildeadioacute la tiacutea Josefa retorciendo el hocico

ndashEl tiacuteo Lucas es hombre de bienndashrepuso el lugarentildeondash y a un hombre de bien nunca pueden convenirle ciertas cosas

ndashPues entonces tienes razoacuten iexclAllaacute ellos iexclSi yo fuera la sentildeaacute Frasquita

ndashiexclArre burrandashgritoacute el marido para mudar de conversacioacuten

Y la burra salioacute al trote con lo que no pudo oiacuterse el resto del diaacutelogo

X Desde la parra Mientras asiacute discurrian los labriegos que saludaban al sentildeor Corregidor la sentildeaacute Frasquita regaba y barriacutea cuidadosamente la plazoletilla empedrada que serviacutea de atrio o compaacutes al molino y colocaba media docena de sillas debajo de lo maacutes espeso del emparrado en el cual estaba subido el tiacuteo Lucas cortando los mejores racimos y arreglaacutendolos artiacutesticamente en una cesta

ndashiexclPues siacute Frasquitandashdeciacutea el tiacuteo Lucas desde lo alto de la parrandash el sentildeor Corregidor estaacute enamorado de ti de muy mala manera

ndashYa te lo dije yo hace tiempondashcontestoacute la mujer del Nortendash Pero iexcldeacutejalo que pene iexclCuidado Lucas no te vayas a caer

ndashDescuida estoy bien agarrado tambieacuten le gustas mucho al sentildeor

ndashiexclMira iexclNo me des maacutes noticiasndashinterrumpioacute ellandash iexclDemasiado seacute yo a quieacuten le gusto y a quieacuten no le gusto iexclOjalaacute supiera del mismo modo por queacute no te gusto a ti

ndashiexclToma Porque eres muy fea ndashcontestoacute el tiacuteo Lucas

ndashPues oye iexclfea y todo soy capaz de subir a la parra y echarte de cabeza al suelo

ndashMaacutes faacutecil seriacutea que yo no te dejase bajar de la parra sin comerte viva

ndashiexclEso es iexclY cuando vinieran mis galanes y nos viesen ahiacute diriacutean que eacuteramos un mono y una mona

ndashY acertariacutean porque tuacute eres muy mona y muy rebonita y yo parezco un mono con esta joroba

ndashQue a miacute me gusta muchiacutesimo

ndashEntonces te gustaraacute maacutes la del Corregidor que es mayor que la miacutea

ndashiexclVamos iexclVamos sentildeor don Lucas iexclNo tenga usted tantos celos

ndashiquestCelos yo de ese viejo petate iexclAl contrario me alegro muchiacutesimo de que te quiera

ndashiquestPor queacute

ndashPorque en el pecado lleva la penitencia iexclTuacute no has de quererlo nunca y yo soy entre tanto el verdadero Corregidor de la ciudad

ndashiexclMiren el vanidoso Pues figuacuterate que llegase a quererlo

iexclCosas maacutes raras se ven en el mundo

ndashTampoco me dariacutea gran cuidado

ndashiquestPor queacute

ndashiexclPorque entonces tuacute no seriacuteas ya tuacute y no siendo tuacute quien eres o como yo creo que eres maldito lo que me importariacutea que te llevasen los demonios

ndashPues bien iquestqueacute hariacuteas en semejante caso

ndashiquestYo iexclMira lo que no seacute Porque como entonces yo seriacutea otro y no el que soy ahora no puedo figurarme lo que pensariacutea

ndashiquestY por queacute seriacuteas entonces otrondashinsistioacute valientemente la sentildeaacute Frasquita dejando de barrer y ponieacutendose en jarras para mirar hacia arriba

El tiacuteo Lucas se rascoacute la cabeza como si escarbara para sacar de ella alguna idea muy profunda hasta que al fin dijo con maacutes seriedad y pulidez que de costumbre

ndashSeriacutea otro porque yo soy ahora un hombre que cree en ti como en siacute mismo y que no tiene maacutes vida que esa fe De consiguiente al dejar de creer en ti me moririacutea o me convertiriacutea en un nuevo hombre viviriacutea de otro modo me pareceriacutea que acababa de nacer tendriacutea otras entrantildeas Ignoro pues lo que hariacutea entonces contigo Puede que me echara a reiacuter y te volviera la espalda Puede que ni siquiera te conociese Puede que Pero iexclvaya un gusto que tenemos en ponernos de mal humor sin necesidad iquestQueacute nos importa a nosotros que te quieran todos los

Corregidores del mundo iquestNo eres tuacute mi Frasquita

ndashiexclSi pedazo de baacuterbarondashcontestoacute la navarra riendo a maacutes no poderndash Yo soy tu Frasquita y tuacute eres mi Lucas de mi alma maacutes feo que el bu con maacutes talento que todos los hombres maacutes bueno que el pan y maacutes querido iexclAh lo que es eso de querido cuando bajes de la parra lo veraacutes iexclPrepaacuterate a llevar maacutes bofetadas y pellizcos que pelos tienes en la cabeza Pero iexclcalla iquestQueacute es lo que veo El sentildeor Corregidor viene por alli completamente solo iexclY tan tempranito Ese trae plan iexclPor lo visto tuacute teniacuteas razoacuten

ndashPues aguaacutentate y no le digas que estoy subido en la parra iexclEse viene a declararse a solas contigo creyendo pillarme durmiendo la siesta Quiero divertirme oyendo su explicacioacuten

Asiacute dijo el tiacuteo Lucas alargando la cesta a su mujer

ndashiexclNo estaacute mal pensadondashexclamoacute ella lanzando nuevas carcajadasndash iexclEl demonio del madrilentildeo iquestQueacute se habraacute creiacutedo que es un Corregidor para miacute Pero aquiacute llega Por cierto que Garduntildea que lo seguiacutea a alguna distancia se ha sentado en la ramblilla a la sombra iexclQueacute majaderiacutea Ocuacuteltate tuacute bien entre los paacutempanos que nos vamos a reiacuter maacutes de lo que te figuras

Y dicho esto la hermosa navarra rompioacute a cantar el fandango que ya le era tan familiar como las canciones de su tierra

XI El bombardeo de Pamplona

ndashD ios te guarde Frasquitandashdijo el Corregidor a media voz apareciendo bajo el emparrado y andando de puntillas

ndashiexclTanto bueno sentildeor Corregidorndashrespondioacute ella en voz natural hacieacutendole mil reverenciasndash iexclUsiacutea por aquiacute a estas horas iexclY con el calor que hace iexclVaya sieacutentese Su Sentildeoriacutea Esto estaacute fresquito iquestCoacutemo no ha aguardado Su Sentildeoriacutea a los demaacutes sentildeores Aquiacute tienen ya preparados sus asientos Esta tarde esperamos al sentildeor Obispo en persona que le ha prometido a mi Lucas venir a probar las primeras uvas de la parra iquestY coacutemo lo pasa Su Sentildeoriacutea iquestCoacutemo estaacute la Sentildeora

El Corregidor se habiacutea turbado La ansiada soledad en que encontraba a la sentildeaacute Frasquita le pareciacutea un suentildeo o un lazo que le tendiacutea la enemiga suerte para hacerle caer en el abismo de un desengantildeo Limitoacutese pues a contestar

ndashNo es tan temprano como dices Seraacuten las tres y media El loro dio en aquel momento un chillido

ndashSon las dos y cuartondashdijo la navarra mirando de hito en hito al madrilentildeo

Este calloacute como reo convicto que renuncia a la defensa

ndashiquestY Lucas iquestDuermendashpreguntoacute al cabo de un rato

(Debemos advertir aquiacute que el Corregidor lo mismo que todos los que no tienen dientes hablaba con una pronunciacioacuten floja y sibilante como si se estuviese comiendo sus propios labios)

ndashiexclDe segurondashcontestoacute la sentildea Frasquitandash En llegando estas horas se queda dormido donde primero le coge aunque sea en el borde de un precipicio

ndashPues mira iexcldeacutejalo dormirndashexclamoacute el viejo Corregidor ponieacutendose maacutes paacutelido de lo que ya erandash Y tuacute mi querida Frasquita escuacutechame oye ven acaacute iexclSieacutentate aquiacute a mi lado Tengo muchas cosas que decirte

ndashYa estoy sentadandashrespondioacute la Molinera agarrando una silla baja y plantaacutendola delante del Corregidor a cortiacutesima distancia de la suya

Sentado que se hubo Frasquita echoacute una pierna sobre la otra inclinoacute el cuerpo hacia adelante apoyoacute un codo sobre la rodilla cabalgadora y la fresca y hermosa cara en una de sus manos y asiacute con la cabeza un poco ladeada la sonrisa en los labios los cinco hoyos en actividad y las serenas pupilas

clavadas en el Corregidor aguardoacute la declaracioacuten de Su Sentildeoriacutea Hubiera podido comparaacutersela con Pamplona esperando un bombardeo

El pobre hombre fue a hablar y se quedoacute con la boca abierta embelesado ante aquella grandiosa hermosura ante aquella esplendidez de gracias ante aquella formidable mujer de alabastrino color de lujosas carnes de limpia y riente boca de azules e insondables ojos que pareciacutea creada por el pincel de Rubens

ndashiexclFrasquitandashmurmuroacute al fin el delegado del Rey con acento desfallecido mientras que su marchito rostro cubierto de sudor destacaacutendose sobre su joroba expresaba una inmensa angustiandash iexclFrasquita

ndashiexclMe llamondashcontestoacute la hija de los Pirineosndash iquestY queacute

ndashLo que tuacute quierasndashrepuso el viejo con una ternura sin liacutemites

ndashPues lo que yo quierondashdijo la Molinerandash ya lo sabe Usiacutea Lo que yo quiero es que Usiacutea nombre Secretario del Ayuntamiento de la Ciudad a un sobrino miacuteo que tengo en Estella y que asiacute podraacute venirse de aquellas montantildeas donde estaacute pasando muchos apuros

ndashTe he dicho Frasquita que eso es imposible El Secretario actual

ndashiexclEs un ladroacuten un borracho y un bestia

ndashYa lo seacute Pero tiene buenas aldabas entre los Regidores

Perpetuos y yo no puedo nombrar otro sin acuerdo del Cabildo De lo contrarlo me expongo

ndashiexclMe expongo iexclMe expongo iquestA que no nos expondriacuteamos por Vuestra Sentildeoriacutea hasta los gatos de esta casa

ndashiquestMe querriacuteas a este precio ndashtartamudeoacute el Corregidor

ndashNo sentildeor que lo quiero a Usiacutea de balde

ndashiexclMujer no me des tratamiento Haacuteblame de usted o como se te antoje iquestConque vas a quererme Di

ndashiquestNo le digo a usted que lo quiero ya

ndashNo hay pero que valga iexclVeraacute usted queacute guapo y queacute hombre de bien es mi sobrino

ndashiexclTuacute siacute que eres guapa Frascuela

ndashiquestLe gusto a usted

ndashiexclQue si me gustas iexclNo hay mujer como tuacute

ndashPues mire usted Aquiacute no hay nada postizondashcontesto la sentildea Frasquita acabando de arrollar la manga de su juboacuten y mostrando al Corregidor el resto de su brazo digno de una cariaacutetide y maacutes blanco que una azucena

ndashiexclQue si me gustasndashprosiguioacute el Corregidorndash iexclDe diacutea de noche a todas horas en todas partes solo pienso en ti

ndashiexclPues queacute iquestNo le gusta a usted la sentildeora Corregidora

ndashpreguntoacute la sehaacute Frasquita con tan mal fingida compasioacuten que hubiera hecho reiacuter a un hipocondriacuteacondash iexclQueacute laacutestima Mi Lucas me ha dicho que tuvo el gusto de verla y de hablarle cuando fue a componerle a usted el reloj de la alcoba y que es muy guapa muy buena y de un trato muy carintildeoso

ndashiexclNo tanto iexclNo tantondashmurmuroacute el Corregidor con cierta amargura

ndashEn cambio otros me han dichondashprosiguioacute la Molinerandashque tiene muy mal genio que es muy celosa y que usted le tiembla maacutes que a una vara verde

ndashiexclNo tanto mujerndashrepitioacute don Eugenio de Zuacutentildeiga y Ponce de Leoacuten ponieacutendose coloradondash iexclNi tanto ni tan poco La Sentildeora tiene sus maniacuteas es cierto mas de ello a hacerme temblar hay mucha diferencia iexclYo soy el Corregidor

ndashPero en fin iquestla quiere usted o no la quiere

ndashTe direacute Yo la quiero mucho o por mejor decir la queriacutea antes de conocerte Pero desde que te vi no seacute lo que me pasa y ella misma conoce que me pasa algo Baacutestete saber que hoy tomarle por ejemplo la cara a mi mujer me hace la misma operacioacuten que si me la tomara a miacute propio iexclYa ves que no puedo quererla maacutes sin sentir menos iexclMientras que por coger esa mano ese brazo esa cara esa cintura dariacutea lo que no tengo

Y hablando asiacute el Corregidor tratoacute de apoderarse del brazo desnudo que la sentildeaacute Frasquita le estaba refregando materialmente por los ojos pero eacutesta sin descomponerse extendioacute la mano tocoacute el pecho de Su Sentildeoriacutea con la paciacutefica violencia e incontrastable rigidez de la trompa de un elefante y

lo tiroacute de espaldas con silla y todo

ndashiexclAve Maria Puriacutesimandashexclamoacute entonces la navarra rieacutendose a maacutes no poderndash Por lo visto esa silla estaba rota

ndashiquestQueacute pasa ahiacutendashexclamoacute en esto el tiacuteo Lucas asomando su feo rostro entre los paacutempanos de la parra

El Corregidor estaba todaviacutea en el suelo boca arriba y miraba con un terror indecible a aquel hombre que apareciacutea en los aires boca abajo

Hubieacuterase dicho que Su Sentildeoriacutea era el Diablo vencido no por San Miguel sino por otro Demonio del infierno

ndashiquestQueacute ha de pasarndashse apresuroacute a responder la sentildeaacute Frasquitandash iexclQue el sentildeor Corregidor puso la silla en vago fue a mecerse y se ha caiacutedo

ndashiexclJesuacutes Maria y Joseacutendashexclamoacute a su vez el Molinerondash iquestY se ha hecho dantildeo Su Sentildeoriacutea iquestQuiere un poco de agua y vinagre

ndashiexclNo me he hecho nadandashdijo el Corregidor levantaacutendose como pudo

Y luego antildeadioacute por lo bajo pero de modo que pudiera oiacuterlo la sentildeaacute Frasquita

ndashiexclMe la pagareacuteis

ndashPues en cambio Su Sentildeoriacutea me ha salvado a miacute la vidandashrepuso el tiacuteo Lucas sin moverse de lo alto de la parrandash

Figuacuterate mujer que estaba yo aquiacute sentado contemplando las uvas cuando me quedeacute dormido sobre una red de sarmientos y palos que dejaban claros suficientes para que pasase mi cuerpo Por consiguiente si la caida de Su Sentildeoriacutea no me hubiese despertado tan a tiempo esta tarde me habriacutea yo roto la cabeza contra esas piedras

ndashConque si iquesteh ndashreplicoacute el Corregidorndash Pues iexclvaya hombre me alegro iexclTe digo que me alegro mucho de haberme caiacutedo

ndashiexclMe la pagaraacutesndashagregoacute en seguida dirigieacutendose a la Molinera

Y pronuncioacute estas palabras con tal expresioacuten de reconcentrada furia que la sentildeaacute Frasquita se puso triste

Veiacutea claramente que el Corregidor se asustoacute al principio creyendo que el Molinero lo habiacutea oiacutedo todo pero que persuadido ya de que no habiacutea oiacutedo nada (pues la calma y el disimulo del tiacuteo Lucas hubieran engantildeado al maacutes lince) empezaba a abandonarse a toda su iracundia y a concebir planes de venganza

ndashiexclVamos iexclBaacutejate ya de ahiacute y ayuacutedame a limpiar a Su Sentildeoriacutea que se ha puesto perdido de polvondashexclamoacute entonces la Molinera

Y mientras el tio Lucas bajaba diacutejole ella al Corregidor daacutendole golpes con el delantal en la chupa y alguno que otro en las orejas

ndashEl pobre no ha oiacutedo nada Estaba dormido como un

tronco Maacutes que estas frases la circunstancia de haber sido dichas en voz baja afectando complicidad y secreto produjo un efecto maravilloso

ndashiexclPicara iexclProtervandashbalbuceoacute don Eugenio de Zuacutentildeiga con la boca hecha un agua pero gruntildeendo todaviacutea

ndashiquestMe guardaraacute Usiacutea rencorndashreplicoacute la navarra zalameramente

Viendo el Corregidor que la severidad le daba buenos resultados intentoacute mirar a la sentildeaacute Frasquita con mucha rabia pero se encontroacute con su tentadora risa y sus divinos ojos en los cuales brillaba la caricia de una suacuteplica y derritieacutendosele la gacha en el acto le dijo con un acento baboso y silbante en que se descubriacutea maacutes que nunca la ausencia total de dientes y muelas

ndashiexclDe ti depende amor miacuteo

En aquel momento se descolgoacute de la parra el tiacuteo Lucas

XII Diezmos y primicias

Repuesto el Corregidor en su silla la Molinera dirigioacute una raacutepida mirada a su esposo y viole no soacutelo tan sosegado como siempre sino reventando de ganas de reiacuter por resultas de aquella ocurrencia cambioacute con eacutel desde lejos un beso tirado aprovechando el primer descuido de don Eugenio y diacutejole en fin a este con una voz de sirena que le hubiera envidiado Cleopatra

ndashiexclAhora va Su Sentildeoriacutea a probar mis uvas Entonces fue de ver a la hermosa navarra (y asiacute la pintaria yo si tuviese el pincel de Tiziano) plantada enfrente del embelesado Corregidor fresca magniacutefica incitante con sus nobles formas con su angosto vestido con su elevada etatura con sus desnudos brazos levantados sobre la cabeza y con un transpaente racimo en cada mano dicieacutendole entre una sonrisa irresistible y una mirada suplicante en que titilaba el miedo

ndashTodaviacutea no las ha probado el sentildeor Obispo Son las primeras que se cogen este antildeo

Pareciacutea una gigantesca Pomona brindando frutos a un dios campestre a un saacutetiro v gr

En esto aparecioacute al extremo de la plazoleta empedrada el venerable Obispo de la dioacutecesis acompantildeado del abogado acadeacutemico y de dos canoacutenigos de avanzada edad y seguido de su secretario de dos familiares y de dos pajes Detuacutevose un rato Su Ilustriacutesima a contemplar aquel cuadro tan coacutemico y tan bello hasta que por uacuteltimo dijo con el reposado acento propio de los prelados de entonces

ndashEl quinto pagar diezmos y primicias a la Iglesia de Dios nos ensentildea la doctrina cristiana pero usted sentildeor Corregidor no se contenta con administrar el diezmo sino que tambieacuten trata de comerse las primicias

ndashiexclEl sentildeor Obispondashexclamaron los Molineros dejando al Corregidor y corriendo a besar el anillo al prelado

ndashiexclDios se lo pague a Su Ilustriacutesima por venir a honrar esta pobre chozandashdijo el tiacuteo Lucas besando el primero y con acento de muy sincera veneracioacuten

ndashiexclQueacute sentildeor Obispo tengo tan hermosondashexclamoacute la sentildeaacute Frasquita besando despueacutesndashiexclDios lo bendiga y me lo conserve maacutes antildeos que le conservoacute el suyo a mi Lucas

ndashiexclNo seacute queacute falta puedo hacerte cuando tuacute me echas las bendiciones en vez de pediacutermelasndashcontestoacute rieacutendose el bondadoso pastor

Y extendiendo dos dedos bendijo a la sentildeaacute Frasquita y despueacutes a los demaacutes circunstantes

ndashiexclAquiacute tiene Usiacutea Ilustriacutesima las primiciasndashdijo el Corregidor tomando un racimo de manos de la Molinera y presentaacutendoselo corteacutesmente al Obispondash Todaviacutea no habiacutea yo probado las uvas

El Corregidor pronuncioacute estas palabras dirigiendo de paso una raacutepida y ciacutenica mirada a la espleacutendida hermosura de la Molinera

ndashiexclPues no seraacute porque esteacuten verdes como las de la faacutebulandashobservoacute el acadeacutemico

ndashLas de la faacutebulandashexpuso el Obispo no estaban verdes sentildeor licenciado sino fuera del alcance de la zorra

Ni el uno ni el otro habiacutean querido acaso aludir al Corregidor pero ambas frases fueron casualmente tan adecuadas a lo que acababa de suceder alliacute que don Eugenio de Zuacutentildeiga se puso liacutevido de coacutelera y dijo besando el anillo del prelado

ndashiexclEso es llamarme zorro Sentildeor Ilustriacutesimo

ndashTu dixistindashreplicoacute eacuteste con la amable severidad de un santo como diz que lo era en efectondash Excusatio non petita accusatio manifesta Qualis vir talis oratio Pero satis am dictum nullus ultra sit sermo O lo que es lo mismo dejeacutemonos de latines y veamos estas famosas uvas

Y picoacute una sola vez en el racimo que le presentaba el Corregidor

ndashiexclEstaacuten muy buenasndashexclamoacute mirando aquella uva al trasluz y alargaacutendosela en seguida a su secretariondash iexclLaacutestima que

a miacute me sienten mal

El secretario contemploacute tambieacuten la uva hizo un gesto de cortesana admiracioacuten y la entregoacute a uno de los familiares

El familiar repitioacute la accioacuten del Obispo y el gesto del secretario propasaacutendose hasta oler la uva y luego Ia colocoacute en la cesta con escrupuloso cuidado no sin decir en voz baja a la concurrencia

ndashSu Ilustriacutesima ayuna

El tiacuteo Lucas que habiacutea seguido la uva con la vista la cogioacute entonces disimuladamente y se la comioacute sin que nadie lo viera

Despueacutes de esto sentaacuteronse todos habloacutese de la otontildeada (que seguiacutea siendo muy seca no obstante haber pasado el cordonazo de San Francisco) discurrioacutese algo sobre la probabilidad de una nueva guerra entre Napoleoacuten y el Austria insistiose en la creencia de que las tropas imperiales no invadiriacutean nunca el territorio espantildeol quejoacutese el abogado de lo revuelto y calamitoso de aquella eacutepoca envidiando los tranquilos tiempos de sus padres (como sus padres habriacutean envidiado los de sus abuelos) dio las cinco el loro y a una sentildea del reverendo Obispo el menor de los pajes fue al coche episcopal (que se habiacutea quedado en la misma ramblilla que el alguacil) y volvioacute con una magniacutefica torta sobada de pan de aceite polvoreada de sal que apenas hariacutea una hora habiacutea salido del horno colocoacutese una mesilla en medio del concurso descuartizoacutese la torta se dio su parte correspondiente sin embargo de que se resistieron mucho al tiacuteo Lucas y a la sentildeaacute Frasquita y una igualdad verdaderamente democraacutetica reinoacute durante media hora bajo aquellos paacutempanos que filtraban los uacuteltimos resplandores del sol poniente

XIII Le dijo el grajo al cuervo

Hora y media despueacutes todos los ilustres compantildeeros de merienda estaban de vuelta en la ciudad

El sentildeor Obispo y su familia habiacutean llegado con bastante anticipacioacuten gracias al coche y hallaacutebanse ya en palacio donde los dejaremos rezando sus devociones

El insigne abogado (que era muy seco) y los dos canoacutenigos (a cuaacutel maacutes grueso y respetable) acompantildearon al Corregidor hasta la puerta del Ayuntamiento (donde Su Sentildeoriacutea dijo tener que trabajar) y tomaron luego el camino de sus respectivas casas guiaacutendose por las estrellas como los navegantes o sorteando a tientas las esquinas como los ciegos pues ya habiacutea cerrado la noche aun no habiacutea salido la luna y el alumbrado puacuteblico (lo mismo que las demaacutes luces de este siglo) todaviacutea estaba alliacute en la mente divina

En cambio no era raro ver discurrir por algunas calles tal o cual linterna o farolillo con que respetuoso servidor alumbraba a

sus magniacuteficos amos quienes se dirigiacutean a la habitual tertulia o de visita a casa de sus parientes

Cerca de casi todas las rejas bajas se veiacutea (o se olfateaba por mejor decir) un silencioso bulto negro Eran galanes que al sentir pasos habiacutean dejado por un momento de pelar la pava

ndashiexclSomos unos calaverasndashiban diciendo el abogado y los dos canoacutenigosndash Queacute pensaraacuten en nuestras casas al vernos llegar a estas horas

ndashPues iquestqueacute diraacuten los que nos encuentren en la calle de este modo a las siete y pico de la noche como unos bandoleros amparados de las tinieblas

ndashHay que mejorar de conducta

ndashiexclAh Siacute iexclPero ese dichoso molino

ndashMi mujer lo tiene sentado en la boca del estoacutemagondashdijo el acadeacutemico con un tono en que se trasluciacutea mucho miedo a la proacutexima pelotera conyugal

ndashiquestPues y mi sobrinandashexclamoacute uno de los canoacutenigos que por cierto era Penitenciariondash Mi sobrina dice que los sacerdotes no deben visitar comadres

ndashY sin embargondashinterrumpioacute su compantildeero que era Magistralndash lo que alliacute pasa no puede ser maacutes inocente

ndashiexclToma iexclComo que va el mismiacutesimo Obispo

ndashY luego sentildeores iexcla nuestra edadndashrepuso el

Penitenciariondash Yo he cumplido ayer los setenta y cinco

ndashiexclEs clarondashreplicoacute el Maglstralndash Pero hablemos de otra cosa iexclqueacute guapa estaba esta tarde la sentildea Frasquita

ndashiexclOh lo que es eso como guapa es guapandashdijo el Abogado afectando imparcialidad

ndashMuy guapandashrepitioacute el Penitenciario dentro del embozo ndashY si nondashantildeadioacute el predicador de Oficiondash que se lo pregunten al Corregidor

ndashiexclEl pobre hombre estaacute enamorado de ella

ndashiexclYa lo creondashexclamoacute el confesor de la catedral

ndashiexclDe segurondashagregoacute el acadeacutemico correspondientendash Conque sentildeores yo tomo por aquiacute para llegar antes a casa iexclMuy buenas noches

ndashBuenas nochesndashle contestaron los capitulares

Y anduvieron algunos pasos en silencio

ndashiexclTambieacuten le gusta a ese la Molinerandashmurmuroacute entonces el Magistral daacutendole con el codo al Penitenciario

ndashiexclComo si lo vierandashrespondioacute este paraacutendose a la puerta de su casandash iexclY que bruto es Conque hasta mantildeana compantildeero Que le sienten a usted muy bien las uvas

ndashHasta mantildeana si Dios quiere Que pase usted muy buena noche

ndashiexclBuenas noches nos deacute Diosndashrezoacute el Penitenciario ya desde el portal que por maacutes sentildeas teniacutea farol y Virgen

Y llamoacute a la aldaba

Una vez solo en la calle el otro canoacutenigo (que era maacutes ancho que alto y que pareciacutea que rodaba al andar) siguioacute avanzando lentamente hacia su casa pero antes de llegar a ella cometioacute contra una pared cierta falta que en el porvenir habiacutea de ser objeto de un bando de policiacutea y dijo al mismo tiempo pensando sin duda en su cofrade de Coro

ndashiexclTambieacuten te gusta a ti la sentildeaacute Frasquita iexclY la verdad esndashantildeadioacute al cabo de un momentondashque como guapa es guapa

XIV Los consejos de Garduntildea

Entre tanto el Corregidor habiacutea subido al Ayuntamiento acompantildeado de Garduntildea con quien manteniacutea haciacutea rato en el saloacuten de sesiones una conversacion maacutes familiar de lo correspondiente a persona de su calidad y oficio

ndashiexclCrea Usiacutea a un perro perdiguero que conoce la cazandashdeciacutea el innoble alguacilndash La sentildeaacute Frasquita estaacute perdidamente enamorada de Usiacutea y todo lo que Usiacutea acaba de contarme contribuye a haceacutermelo ver maacutes claro que esa luz

Y sentildealaba un veloacuten de Lucena que apenas si esclareciacutea la octava parte del saloacuten

ndashiexclNo estoy yo tan seguro como tuacute Garduntildeandashcontestoacute don Eugenio suspirando laacutenguidamente

ndashiexclPues no seacute por queacute Y si no hablemos con franqueza Usiacutea dicho sea con perdoacuten tiene una tacha en su cuerpo iquest No

es verdad

ndashiexclBien siacutendashrepuso el Corregidorndash Pero esa tacha la tiene tambieacuten el tiacuteo Lucas iexclEl es maacutes jorobado que yo

ndashiexclMucho maacutes iexclMuchiacutesimo maacutes iexclsin comparacioacuten de ninguna especie Pero en cambio y es a lo que iba Usiacutea tiene una cara de muy buen ver lo que se dice una bella cara mientras que el tiacuteo Lucas se parece al sargento Utrera que reventoacute de feo

El Corregidor sonrioacute con cierta ufaniacutea

ndashAdemaacutesndashprosiguioacute el alguacilndash la sentildeaacute Frasquita es capaz de tirarse por una ventana con tal de agarrar el nombramiento de su sobrino

ndashiexclHasta ahiacute estamos de acuerdo iexclEse nombramiento es mi uacutenica esperanza

ndashiexclPues manos a la obra sentildeor Ya le he explicado a Usiacutea mi plan iexclNo hay maacutes que ponerlo en ejecucioacuten esta misma noche

ndashiexclTe he dicho muchas veces que no necesito consejosndashgritoacute don Eugenio acordaacutendose de pronto de que hablaba con un inferior

ndashCreiacute que Usiacutea me los habiacutea pedidondashbalbuceoacute Garduntildea

ndashiexclNo me repliques

Garduntildea saludoacute

ndashiquestConque deciacuteasndashprosiguioacute el de Zuacutentildeiga volviendo a amansarsendashque esta misma noche puede arreglarse todo eso Pues iexclmira hijo me parece muy bien iexclQueacute diablos iexclAsiacute saldreacute pronto de esta cruel incertidumbre

Garduntildea guardoacute silencio El Corregidor se dirigioacute al bufete y escribioacute algunas liacuteneas en un pliego de papel sellado que selloacute tambieacuten por su parte guardaacutendolo luego en la faltriquera

ndashiexclYa estaacute hecho el nombramiento del sobrinondashdijo entonces tomando un polvo de rapeacutendash iexclMantildeana me las compondreacute yo con los regidores y o lo ratifican con un acuerdo o habraacute la de San Quintiacuten iquestNo te parece que hago bien

ndashiexclEso iexclesondashexclamoacute Garduntildea entusiasmado metiendo la zarpa en la caja del Corregidor y arrebataacutendole un polvondash iexclEso iexcleso El antecesor de Usiacutea no se paraba tampoco en barras Cierta vez

ndashiexclDeacutejate de bachilleriacuteasndashrepuso el Corregidor sacudieacutendole una guantada en la ratera manondash Mi antecesor era una bestia cuando te tuvo de alguacil Pero vamos a lo que importa Acabas de decirme que el molino del tiacuteo Lucas pertenece al teacutermino del lugarcillo inmediato y no al de esta poblacioacuten iquest Estaacutes seguro de ello

ndashiexclSeguriacutesimo La jurisdiccioacuten de la ciudad acaba en la ramblilla donde yo me senteacute esta tarde a esperar que Vuestra Sentildeoriacutea iexclVoto a Lucifer iexclSi yo hubiera estado en su caso

ndashiexclBastandashgritoacute don Eugeniondash iexclEres un insolente

Y cogiendo media cuartilla de papel escribioacute una esquela cerroacutela doblaacutendole un pico y se la entregoacute a Garduntildea

ndashAhiacute tienesndashle dijo al mismo tiempondashla carta que me has pedido para el alcalde del lugar Tuacute le explicaraacutes de palabra todo lo que tiene que hacer iexclYa ves que sigo tu plan al pie de la letra iexclDesgraciado de ti si me metes en un callejoacuten sin salida

ndashiexclNo hay cuidado contestoacute Garduntildeandash El sentildeor Juan Loacutepez tiene mucho que temer y en cuanto vea la firma de Usiacutea haraacute todo lo que yo le mande iexclLo menos le debe mil fanegas de grano al Poacutesito Real y otro tanto al Poacutesito Piacuteo Esto uacuteltimo contra toda ley pues no es ninguna viuda ni ninguacuten labrador pobre para recibir el trigo sin abonar creces ni recargo sino un jugador un borracho y un sinverguumlenza muy amigo de faldas que trae escandalizado al pueblecillo iexclY aquel hombre ejerce autoridad iexclAsiacute anda el mundo

ndashiexclTe he dicho que calles iexclMe estaacutes distrayendondashbramoacute el Corregidorndash Conque vamos al asuntondashantildeadioacute luego mudando de tonondash Son las siete y cuarto Lo primero que tienes que hacer es ir a casa y advertirle a la Sentildeora que no me espere a cenar ni a dormir Dile que esta noche me estareacute trabajando aquiacute hasta la hora de la queda y que despueacutes saldreacute de ronda secreta contigo a ver si atrapamos a ciertos malhechores En fin engaacutentildeala bien para que se acueste descuidada De camino dile al otro alguacil que me traiga la cena iexclYo no me atrevo a parecer esta noche delante de la Sentildeora pues me conoce tanto que es capaz de leer en mis pensamientos Encaacutergale a la cocinera que ponga unos pestintildeos de los que se hicieron hoy y dile a Juanete que sin que lo vea nadie me alargue de la taberna medio cuartillo de vino blanco En seguida te marchas al lugar donde puedes hallarte muy blen a las ocho

ndashiexclA las ocho en punto estoy alliacutendashexclamoacute Garduntildea

ndashiexclNo me contradigasndashrugioacute el Corregidor acordaacutendose otra vez de que lo era

Garduntildea saludoacute

ndashHemos dichondashcontinuoacute aqueacutel humanizaacutendose de nuevondashque a las ocho en punto estaacutes en el lugar Del lugar al molino habraacute Yo creo que habraacute una media legua

ndashCorta

ndashiexclNo me interrumpas

El alguacil volvioacute a saludar

ndashCortandashprosiguioacute el Corregidorndash Por consiguiente a las diez iquestCrees tuacute que a las diez

ndashiexclAntes de las diez iexclA las nueve y media puede Usiacutea llamar descuidado a la puerta del molino

ndashiexclHombre iexclNo me digas a miacute lo que tengo que hacer Por supuesto que tuacute estaraacutes

ndashYo estareacute en todas partes Pero mi cuartel general seraacute la ramblilla iexclAh se me olvidaba Vaya Usiacutea a pie y no lleve linterna

ndashiexclMaldita la falta que me haciacutean tampoco esos consejos iquestSi creeraacutes tuacute que es la primera vez que salgo a campantildea

ndashPerdone Usiacutea iexclAh Otra cosa No llame Usiacutea a la puerta grande que da a la plazoleta del emparrado sino a la puertecilla que hay encima del caz

ndashiquestEncima del caz hay otra puerta iexclMira tuacute una cosa que nunca se me hubiera ocurrido

ndashSiacute sentildeor la puertecilla del caz da al mismiacutesimo dormitorio de los Molineros y el tiacuteo Lucas no entra ni sale nunca por ella De forma que aunque volviese pronto

ndashComprendo comprendo iexclNo me aturdas maacutes los oiacutedos

ndashPor uacuteltimo procure Usiacutea escurrir el bulto antes del amanecer Ahora amanece a las seis

ndashiexclMira otro consejo inuacutetil A las cinco estareacute de vuelta en mi casa Pero bastante hemos hablado ya iexclQuiacutetate de mi presencia

ndashPues entonces sentildeor iexclbuena suertendashexclamoacute el alguacil alargando lateralmente la mano al Corregidor y mirando al techo al mismo tiempo

El Corregidor puso en aquella mano una peseta y Garduntildea desaparecioacute como por ensalmo

ndashiexclPor vida de ndashmurmuroacute el viejo al cabo de un instantendash iexclSe me ha olvidado decirle a ese bachillero que me trajesen tambieacuten una baraja iexclCon ella me hubiera entretenido hasta las nueve y media viendo si me saliacutea aquel solitario

XV Despedida en prosa Seriacutean las nueve de aquella misma noche cuando el tiacuteo Lucas y la sentildeaacute Frasquita terminadas todas las haciendas del molino y de la casa se cenaron una fuente de ensalada de escarola una libreja de carne guisada con tomates y algunas uvas de las que quedaban en la consabida cesta todo ello rociado con un poco de vino y con grandes risotadas a costa del Corregidor despueacutes de lo cual miraacuteronse afablemente los dos esposos como muy contentos de Dios y de siacute mismos y se dijeron entre un par de bostezos que revelaban toda la paz y tranqulhdad de sus corazones

ndashPues sentildeor vamos a acostarnos y mantildeana seraacute otro diacutea

En aquel momento sonaron dos fuertes y ejecutivos golpes aplicados a la puerta grande del molino

El marido y la mujer se miraron sobresaltados

Era la primera vez que oiacutean llamar a su puerta a semejante hora

ndashVoy a verndashdijo la intreacutepida navarra encaminaacutendose hacia la plazoletilla

ndashiexclQuita iexclEso me toca a miacutendashexclamoacute el tiacuteo Lucas con tal dignidad que la sentildeaacute Frasquita le cedioacute el pasondash iexclTe he dicho que no salgasndashantildeadioacute luego con dureza viendo que la obstinada Molinera queriacutea seguirle

Eacutesta obedecioacute y se quedoacute dentro de la casa

ndashiquestQuieacuten esndashpreguntoacute el tiacuteo Lucas desde en medio de la plazoleta

ndashiexclLa Justiciandashcontestoacute una voz al otro lado del portoacuten

ndashiquestQueacute Justicia

ndashLa del lugar iexclAbra usted al sentildeor Alcalde

El tiacuteo Lucas habiacutea aplicado entre tanto un ojo a cierta mirilla muy disimulada que teniacutea el portoacuten y reconocido a la luz de la luna al ruacutestico Alguacil del lugar inmedlato

ndashiexclDiraacutes que le abra al borrachoacuten del Alguacilndashrepuso el Molinero retirando la tranca

ndashiexclEs lo mismondashcontestoacute el de afuerandash pues que traigo una orden escrita de su Merced Tenga usted muy buenas noches tiacuteo Lucasndashagregoacute luego entre tanto y con voz menos oficial maacutes baja y maacutes gorda como si ya fuera otro hombre

ndashiexclDios te guarde Tontildeuelondashrespondioacute el murcianondash Veamos queacute orden es esa iexclY bien podiacutea el sentildeor Juan Loacutepez

escoger otra hora mas oportuna de dirigirse a los hombres de bien Por supuesto que la culpa seraacute tuya iexclComo si lo viera te has estado emborrachando en las huertas del camino iquestQuieres un trago

ndashNo sentildeor no hay tiempo para nada Tiene usted que seguirme inmediatamente Lea usted la orden

ndashiquestCoacutemo seguirtendashexclamoacute el tiacuteo Lucas penetrando en el molino despueacutes de tomar el papelndash iexclA ver Frasquita alumbra

La sentildeaacute Frasquita soltoacute una cosa que teniacutea en la mano y descolgoacute el candil El tiacuteo Lucas miroacute raacutepidamente al objeto que habiacutea soltado su mujer y reconocioacute su bocacha o sea un enorme trabuco que calzaba balas de a media libra

El Molinero dirigioacute entonces a la navarra una mirada llena de gratitud y ternura y le dijo tomaacutendole la cara

ndashiexclCuaacutento vales

La sentildeaacute Frasquita paacutelida y serena como una estatua de maacutermol levantoacute el candil cogido con dos dedos sin que el maacutes leve temblor agitase su pulso y contestoacute secamente

ndashiexclVaya lee

La orden deciacutea

Para el mejor servicio de S M el Rey Nuestro Sentildeor (Q D G) prevengo a Lucas Fernaacutendez molinero de estos vecinos que tan luego como reciba la presente orden comparezca ante mi autoridad sin excusa ni pretexto alguno advirtieacutendole que por

ser asunto reservado no lo pondraacute en conocimiento de nadie todo ello bajo las penas correspondientes caso de desobediencia El Alcalde JUAN LOacutePEZ

Y habiacutea una cruz en vez de ruacutebrica

ndashOye tuacute iquestY queacute es estondashle preguntoacute el tiacuteo Lucas al Alguacilndash iquestA queacute viene esta orden

ndashNo lo seacutendashcontestoacute el ruacutestico hombre de unos treinta antildeos cuyo rostro esquinado y avieso propio de ladroacuten o de asesino daba muy triste idea de su sinceridadndash Creo que se trata de averiguar algo de brujeriacutea o de moneda falsa Pero la cosa no va con usted Lo llaman como testigo o como perito En fin yo no me he enterado bien del particular El sentildeorJuan Loacutepez se lo explicaraacute a usted con maacutes pelos y sentildeales

ndashiexclCorrientendashexclamoacute el Molinerondash Dile que ireacute mantildeana

ndashiexclCa no sentildeor Tiene usted que venir ahora mismo sin perder un minuto Tal es la orden que me ha dado el sentildeor Alcalde

Hubo un instante de silencio Los ojos de la sentildeaacute Frasquita echaban llamas

El tiacuteo Lucas no separaba los suyos del suelo como si buscara alguna cosa

ndashMe concederaacutes cuando menosndashexclamoacute al fin levantando la cabezandashel tiempo preciso para ir a la cuadra y aparejar una burra

ndashiexclQueacute burra ni queacute demontrendashreplicoacute el Alguacil iexclCualquiera se anda a pie media legua La noche estaacute muy hermosa y hace luna

ndashYa he visto que ha salido Pero yo tengo los pies hinchados

ndashPues entonces no perdamos tiempo Yo le ayudareacute a usted a aparejar

ndashiexclHola iexclHola iquestTemes que me escape

ndashYo no temo nada tiacuteo Lucasndashrespondioacute Tontildeuelo con la frialdad de un desalmadondash Yo soy la Justicia

Y hablando asiacute descansoacute armas con lo que dejoacute ver el retaco que llevaba debajo del capote

ndashPues mira Tontildeuelondashdijo la Molinerandash Ya que vas a la cuadra a ejercer tu verdadero oficio hazme el favor de aparejar tambieacuten la otra burra

ndashiquest Para queacutendashinterrogoacute el Molinero

ndashiexclPara miacute Yo voy con vosotros

ndashiexclNo puede ser sentildeaacute Frasquitandashobjetoacute el Alguacilndash Tengo orden de llevarme a su marido de usted nada maacutes y de impedir que usted lo siga En ello me van el destino y el pescuezo Asiacute me lo advirtioacute el sentildeorJuan Loacutepez Conque vamos tiacuteo Lucas Y se dirigioacute hacia la puerta

ndashiexclCosa maacutes rarandashdijo a media voz el murciano sin

moverse

ndashiexclMuy rarandashcontestoacute la sentildeaacute Frasquita

ndashEsto es algo que yo me seacutendashcontinuoacute murmurando el tiacuteo Lucas de modo que no pudiese oiacuterlo Tontildeuelo

ndashiquestQuieres que vaya yo a la ciudadndashcuchicheoacute la navarrandashy le deacute aviso al Corregidor de lo que nos sucede

ndashiexclNondashrespondioacute en alta voz el tiacuteo Lucasndash iexclEso no

ndashiquest Pues queacute quieres que hagandashdijo la Molinera con gran iacutempetu

ndashQue me miresndashrespondioacute el antiguo soldado

Los dos esposos se miraron en silencio y quedaron tan satisfechos ambos de la tranquilidad la resolucioacuten y la energiacutea que se comunicaron sus almas que acabaron por encogerse de hombros y reiacuterse

Despueacutes de esto el tiacuteo Lucas encendioacute otro candil y se dirigioacute a la cuadra diciendo al paso a Tontildeuelo con socarroneriacutea

ndashiexclVaya hombre iexclVen y ayuacutedame supuesto que eres tan amable

Tontildeuelo lo siguioacute canturriando una copla entre dientes

Pocos minutos despueacutes el tiacuteo Lucas saliacutea del molino caballero en una hermosa jumenta y seguido del Alguacil

La despedida de los esposos se habiacutea reducido a lo siguiente

ndashCierra bienndashdijo el tiacuteo Lucas

ndashEmboacutezate que hace frescondashdijo la sentildeaacute Frasquita cerrando con llave tranca y cerrojo

Y no hubo maacutes adioacutes ni maacutes beso ni maacutes abrazo ni maacutes mirada

iquestPara queacute

XVI Un ave de mal aguumlero

Sigamos por nuestra parte al tiacuteo Lucas

Ya habiacutean andado un cuarto de legua sin hablar palabra el Molinero subido en la borrica y el Alguacil arreaacutendola con su bastoacuten de autoridad cuando divisaron delante de siacute en lo alto de un repecho que haciacutea el camino la sombra de un enorme pajarraco que se dirigiacutea hacia ellos

Aquella sombra se destacoacute eneacutergicamente sobre el cielo esclarecido por la luna dibujaacutendose en eacutel con tanta precisioacuten que el Molinero exclamoacute en el acto

ndashTontildeuelo iexclaquel es Garduntildea con su sombrero de tres picos y sus patas de alambre

Mas antes de que contestara el interpelado la sombra deseosa sin duda de eludir aquel encuentro habiacutea dejado el camino y echado a correr a campo traviesa con la velocidad de

una verdadera garduntildea

ndashNo veo a nadiendashrespondioacute entonces Tontildeuelo con la mayor naturalidad

ndashNi yo tampocondashreplicoacute el tiacuteo Lucas comieacutendose la partida

Y la sospecha que ya se le ocurrioacute en el molino principioacute a adquirir cuerpo y consistencia en el espiacuteritu receloso del jorobado

ndashEste viaje miacuteondashdiacutejose interiormentendashes una estratagema amorosa del Corregidor La declaracioacuten que le oiacute esta tarde desde lo alto del emparrado me demuestra que el vejete rnadrilentildeo no puede esperar maacutes Indudablemente esta noche va a volver de visita al molino y por eso ha principiado quitaacutendome de en medio Pero iquestqueacute importa iexclFrasquita es Frasquita y no abriraacute la puerta aunque le peguen fuego a la casa Digo maacutes aunque la abriese aunque el Corregidor lograse por medio de cualquier ardid sorprender a mi excelente navarra el piacutecaro viejo saldriacutea con las manos en la cabeza iexclFrasquita es Frasquita Sin embargondashantildeadioacute al cabo de un momentondash iexclbueno seraacute volverme esta noche a casa lo maacutes temprano que pueda

Llegaron con esto al lugar el tiacuteo Lucas y el Alguacil dirigieacutendose a casa del sentildeor Alcalde

XVII Un alcalde de monterilla

El sentildeor Juan Loacutepez que como particular y como Alcalde era la tiraniacutea la ferocidad y el orgullo personificados (cuando trataba con sus interiores) dignaacutebase sin embargo a aquellas horas despueacutes de despachar los asuntos oficiales y los de su labranza y de pegarle a su mujer su cotidiana paliza beberse un caacutentaro de vino en compantildeiacutea del secretario y del sacristaacuten operacioacuten que iba maacutes de mediada aquella noche cuando el Molinero comparecioacute en su presencia

ndashiexclHola tiacuteo Lucasndashle dijo rascaacutendose la cabeza para excitar en ella la vena de los embustesndash iquestCoacutemo va de salud iexclA ver secretario eacutechele usted un vaso de vino al tiacuteo Lucas iquestY la sentildea Frasquita iquestSe conserva tan guapa iexclYa hace mucho tiempo que no la he visto Pero hombre iexclqueacute bien que sale ahora la molienda iexclEl pan de centeno parece de trigo candeal Conque vaya Sieacutentese usted y descanse que gracias a Dios no tenemos prisa

ndashiexclPor mi parte maldita aquellandashcontestoacute el tiacuteo Lucas que

hasta entonces no habiacutea despegado los labios pero cuyas sospechas eran cada vez mayores al ver el amistoso recibimiento que se le haciacutea despueacutes de una orden tan terrible y apremiante

ndashPues entonces tiacuteo Lucasndashcontinuoacute el alcaldendash supuesto que no tiene usted gran prisa dormiraacute usted acaacute esta noche y mantildeana temprano despacharemos nuestro asuntillo

ndashMe parece bienndashrespondioacute el tiacuteo Lucas con una ironiacutea y un disimulo que nada teniacutean que envidiar a la diplomacio del sentildeor Juan Loacutepezndash Supuesto que la cosa no es urgente pasareacute la noche fuera de mi casa

ndashNi urgente ni de peligro para ustedndashantildeadioacute el Alcalde engantildeado por aquel a quien creiacutea engantildearndash Puede usted estar completamente tranquilo Oye tuacute Tontildeuelo Alarga esa media fanega para que se siente el tiacuteo Lucas

ndashEntonces iexclvenga otro tragondashexclamoacute el Molinero sentaacutendose

ndashiexclVenga de ahiacutendashrepuso el Alcalde alargaacutendole el vaso lleno

ndashEstaacute en buena mano Meacutedielo usted

ndashiexclPues por su saludndashdijo el sentildeor Juan Loacutepez bebieacutendose la mitad

ndashPor la de usted sentildeor Alcaldendashreplicoacute el tiacuteo Lucas apurando la otra

ndashiexclA ver Manuelandashgritoacute entonces el Alcalde de monterillandash

Dile a tu ama que el tiacuteo Lucas se queda a dormir aquiacute Que le ponga una cabecera en el granero

ndashiexclCa No iexclDe ningun modo Yo duermo en el pajar como un rey

ndashMire usted que tenemos cabeceras

ndashiexclYa lo creo Pero iquesta queacute quiere usted incomodar a la familia Yo traigo mi capote

ndashPues sentildeor como usted guste iexclManuela dile a tu ama que no la ponga

ndashLo que siacute va usted a permitirmendashcontinuoacute el tiacuteo Lucas bostezando de un modo atrozndashes que me acueste en seguida Anoche he tenido mucha molienda y no ha pegado todaviacutea los ojos

ndashiexclConcedidondashrespondioacute majestuosamente el AlcaldendashPuede usted recogerse cuando quiera

ndashCreo que tambieacuten es hora de que nos recojamos nosotrosndashdijo el sacristaacuten asomaacutendose al caacutentaro de vino para graduar lo que quedabandash Ya deben de ser las diez o poco menos

ndashLas diez menos cuartillondashnotificoacute el secretario despueacutes de repartir en los vasos el resto del vino correspondiente a aquella noche

ndashiexclPues a dormir caballerosndashexclamoacute el anfitrioacuten apurando su parte

ndashHasta mariana sentildeoresndashantildeadioacute el Molinero bebieacutendose la suya

ndashEspere usted que le alumbren iexclTontildeuelo Lleva al tiacuteo Lucas al pajar

ndashiexclPor aquiacute tiacuteo Lucasndashdijo Tontildeuelo llevaacutendose tambieacuten el caacutentaro por si le quedaban algunas gotas

ndashHasta mantildeana si Dlos quierendashagregoacute el sacristaacuten despueacutes de escurrir todos los vasos

Y se marchoacute tambaleaacutendose y cantando alegremente el De profundis

ndashPues sentildeorndashdiacutejole el Alcalde al Secretario cuando se quedaron solosndash El tiacuteo Lucas no ha sospechado nada Nos podemos acostar descansadamente y iexclbuena pro le haga al Corregidor

XVIII Donde se veraacute que el tiacuteo Lucas teniacutea el suentildeo muy ligero

Cinco minutos despueacutes un hombre se descolgaba por la ventana del pajar del sentildeor Alcalde ventana que daba a un corraloacuten y que no distariacutea cuatro varas del suelo

En el corraloacuten habiacutea un cobertizo sobre una gran pesebrera a la cual hallaacutebanse atadas seis u ocho caballleriacuteas de diversa alcurnia bien que todas ellas del sexo deacutebil Los caballos mulos y burros del sexo fuerte formaban rancho aparte en otro local contiguo

El hombre desatoacute una borrica que por cierto estaba aparejada y se encaminoacute llevaacutendola del diestro hacia la puerta del corral retiroacute la tranca y desechoacute el cerrojo que la aseguraban abrioacutela con mucho tiento y se encontroacute en medio del campo

Una vez alliacute montoacute en la borrica metioacutele los talones y salioacute como una flecha con direccioacuten a la ciudad mas no por el carril ordinario sino atravesando siembras y cantildeadas como quien se precave contra alguacuten mal encuentro

Era el tiacuteo Lucas que se dirigiacutea a su molino

XIX Voces clamantes in desertogt

ndashiexclAlcaldes a miacute que soy de Archenandashiba dicieacutendose el murcianondash iexclMantildeana por la mantildeana pasareacute a ver al sentildeor Obispo como medida preventiva y le contareacute todo lo que me ha ocurrido esta noche iexclLlamarme con tanta prisa y reserva y a hora tan desusada decirme que venga solo hablarme del servicio del Rey y de moneda falsa y de brujas y de duendes para echarme luego dos vasos de vino y mandarme a dormir iexclLa cosa no puede ser maacutes clara Garduntildea trajo al lugar esas instrucciones de parte del Corregidor y esta es la hora en que el Corregidor estaraacute ya en campantildea contra mi mujer iexclQuieacuten sabe si me lo encontrareacute llamando a la puerta del molino iexclQuieacuten sabe si me lo encontrareacute ya dentro iexclQuieacuten sabe Pero iquestqueacute voy a decir iexclDudar de mi navarra iexclOh esto es ofender a Dios iexclImposible que ella iexclImposible que mi Frasquita iexclImposible Mas iquestqueacute estoy diciendo iquestAcaso hay algo imposible en el mundo iquestNo se casoacute conmigo siendo ella tan hermosa y yo tan feoiquest

Y al hacer esta uacuteltima reflexioacuten el pobre jorobado se echoacute a llorar

Entonces paroacute la burra para serenarse se enjugoacute las laacutegrimas suspiroacute hondamente sacoacute los aviacuteos de fumar picoacute y lioacute un cigarro de tabaco negro empuntildeoacute luego pedernar yesca y eslaboacuten y al cabo de algunos golpes consiguioacute encender candela

En aquel mismo momento sintioacute rumor de pasos hacia el camino que distariacutea de alliacute unas trescientas varas

ndashiexclQueacute imprudente soyndashdijondashiexclSi me andaraacute buscando ya la Justicia y yo me habreacute vendido al echar estas yescas

Escondioacute pues la lumbre y se apeoacute ocultaacutendose detraacutes de la borrica

Pero la borrica entendioacute las cosas de diferente modo y lanzoacute un rebuzno de satlsfaccioacuten

ndash-iexclMaldita seasndashexclamoacute el tiacuteo Lucas tratando de cerrarle la boca con las manos

Al propio tiempo resonoacute otro rebuzno en el camino por viacutea de galante respuesta

ndashiexclEstamos aviadosndashprosiguioacute pensando el Molinerondash iexclBien dice el refraacuten el mayor mal de los males es tratar con animales

Y asiacute discurriendo volvioacute a montar arreoacute la bestia y salioacute disparado en direccioacuten contraria al sitio en que habiacutea sonado el segundo rebuzno

Y lo maacutes particular fue que la persona que iba en el jumento interlocutor debioacute de asustarse del tiacuteo Lucas tanto como el tiacuteo

Lucas se habiacutea asustado de ella Lo digo porque apartoacutese tambieacuten del camino recelando sin duda que fuese un alguacil o un malhechor pagado por don Eugenio y salioacute a escape por los sembrados de la otra banda

El murciano entre tanto continuoacute cavilando de este modo

ndashiexclQueacute noche iexclQueacute mundo iexclQueacute vida la miacutea desde hace una hora iexclAlguaciles metidos a alcahuetes alcaldes que conspiran contra mi honra burros que rebuznan cuando no es menester y aquiacute en mi pecho un miserable corazoacuten que se ha atrevido a dudar de la mujer maacutes noble que Dios ha criado iexclOh Dios miacuteo Dios miacuteo iexclHaz que llegue pronto a mi casa y que encuentre alliacute a mi Frasquita

Siguioacute caminando el tiacuteo Lucas atravesando siembras y matorrales hasta que al fin a eso de las once de la noche llegoacute sin novedad a la puerta grande del molino iexclCondenacioacuten iexclLa puerta del molino estaba abierta

XX La duda y la realidad Estaba abierta iexcly eacutel al marcharse habia oiacutedo a su mujer cerrarla con llave tranca y cerrojo

Por consiguiente nadie maacutes que su propia mujer habia podido abrirla

Pero iquestcoacutemo iquestcuaacutendo iquestpor queacute iquestDe resultas de un engantildeo iquestA consecuencia de una orden iquestO bien deliberada y voluntariamente en virtud de previo acuerdo con el Corregidor iquestQueacute iba a ver iquestQueacute iba a saber iquestQueacute le aguardaba dentro de su casa iquestSe habiacutea fugado la sentildeaacute Frasquita iquestSe la habriacutean robado iquestEstariacutea muerta iquestO estariacutea en brazos de su rival

ndashEl Corregidor contaba con que yo no podriacutea venir en toda la nochendashse dijo luacutegubremente el tiacuteo Lucasndash El Alcalde del lugar tendriacutea orden hasta de encadenarme antes que permitirme volver iquestSabiacutea todo esto Frasquita iquestEstaba en el complot iquestO ha sido viacutectima de un engantildeo de una violencia de una infamia

No empleoacute maacutes tiempo el sin ventura en hacer todas estas crueles reflexiones que el que tardoacute en atravesar la plazoletilla

del emparrado

Tambieacuten estaba abierta la puerta de la casa cuyo primer aposento (como en todas las viviendas ruacutesticas) era la cocina

Dentro de la cocina no habiacutea nadie

Sin embargo una enorme fogata ardiacutea en la chimenea iexclchimenea que eacutel dejoacute apagada y que no se encendia nunca hasta muy entrado el mes de diciembre

Por uacuteltimo de uno de los ganchos de la espetera pendiacutea un candil encendido

iquestQueacute significaba todo aquello iquestY coacutemo se compadeciacutea semejante aparato de vigilia y de sociedad con el silencio de muerte que reinaba en la casa

iquestQueacute habia sido de su mujer

Entonces y soacutelo entonces reparoacute el tiacuteo Lucas en unas ropas que habiacutea colgadas en los espaldares de dos o tres sillas puestas alrededor de la chimenea

Fijoacute la vista en aquellas ropas y lanzoacute un rugido intenso que se le quedoacute atravesado en la garganta convertido en sollozo mudo y sofocante

Creyoacute el infortunado que se ahogaba y se llevoacute las manos al cuello mientras que liacutevido convulso con los ojos desencajados contemplaba aquella vestimenta poseiacutedo de tanto horror como el reo en capilla a quien le presentan la hopa

Porque lo que alliacute veiacutea era la capa de grana el sombrero de tres picos la casaca y la chupa de color de toacutertola el calzoacuten de seda negra las medias blancas los zapatos con hebilla y hasta el bastoacuten el espadiacuten y los guantes del execrable Corregidor iexclLo que alliacute veiacutea era la ropa de su ignominia la mortaja de su honra el sudario de su ventura

El terrible trabuco seguiacutea en el mismo rincoacuten en que dos horas antes lo dejoacute la navarra

El tiacuteo Lucas dio un salto de tigre y se apoderoacute de eacutel Sondeoacute el cantildeoacuten con la baqueta y vio que estaba cargado Miroacute la piedra y halloacute que estaba en su lugar

Volvioacutese entonces hacia la escalera que conduciacutea a la caacutemara en que habiacutea dormido tantos antildeos con la sentildeaacute Frasquita y murmuroacute sordamente

ndashiexclAlliacute estaacuten

Avanzoacute pues un paso en aquella direccioacuten pero en seguida se detuvo para mirar en torno de siacute y ver si alguien lo estaba observando

ndashiexclNadiendashdijo mentalmentendash iexclSolo Dios y eacutese ha querido esto

Confirmada asiacute la sentencia fue a dar otro paso cuando su errante mirada distinguioacute un pliego que habiacutea sobre la mesa

Verlo y haber caiacutedo sobre eacutel y tenerlo entre sus garras fue todo cosa de un segundo

iexclAquel papel era el nombramiento del sobrino de la sentildeaacute Frasquita firmado por don Eugenio de Zuacutentildeiga y Ponce de Leoacuten

ndashiexclEste ha sido el precio de la ventandashpensoacute el tiacuteo Lucas metieacutendose el papel en la boca para sofocar sus gritos y dar alimento a su rabiandash iexclSiempre receleacute que quisiera a su familia maacutes que a miacute iexclAh iexclNo hemos tenido hijos iexclHe aquiacute la causa de todo

Y el infortunado estuvo a punto de volver a llorar

Pero luego se enfurecioacute nuevamente y dijo con un ademaacuten terrible ya que no con la voz

ndashiexclArriba iexclArriba

Y empezoacute a subir la escalera andando a gatas con una mano llevando el trabuco en la otra y con el papel infame entre los dientes

En corroboracioacuten de sus loacutegicas sospechas al llegar a la puerta del dormitorio (que estaba cerrada) vio que saliacutean algunos rayos de luz por las junturas de las tablas y por el ojo de la llave

ndashiexclAquiacute estaacutenndashvolvioacute a decir

Y se paroacute un instante como para pasar aquel nuevo trago de amargura

Luego continuoacute subiendo hasta llegar a la puerta misma del dormitorio

Dentro de eacutel no se oiacutea ninguacuten ruido

ndashiexclSi no hubiera nadiendashle dijo tiacutemidamente la esperanza

Pero en aquel mismo instante el infeliz oyoacute toser dentro del cuarto

iexclEra la tos medio asmaacutetica del Corregidor

iexclNo cabiacutea duda iexclNo habiacutea tabla de salvacioacuten en aquel naufragio

El Molinero sonrioacute en las tinieblas de un modo horroroso iquestCoacutemo no brillan en la oscuridad semejantes relaacutempagos iquestQueacute es todo el fuego de las tormentas comparado con el que arde a veces en el corazoacuten del hornbre

Sin embargo el tiacuteo Lucas (tal era su alma como ya dijimos en otro lugar) principioacute a tranquilizarse no bien oyoacute la tos de su enemigo

La realidad le haciacutea menos dantildeo que la duda Seguacuten le anuncioacute eacutel mismo aquella tarde a la sentildeaacute Frasquita desde el punto y hora en que perdiacutea la uacutenica fe que era vida de su alma empezaba a convertirse en un hombre nuevo

Semejante al moro de Veneciandashcon quien ya lo comparamos al describir su caraacutecterndash el desengantildeo mataba en eacutel de un solo golpe todo el amor transfigurando de paso la iacutendole de su espiacuteritu y hacieacutendole ver el mundo como una regioacuten extrantildea a que acabara de llegar La uacutenica diferencia consistiacutea en que el tiacuteo Lucas era por idiosincrasia menos traacutegico menos austero y maacutes egoista que el insensato sacrificador de Desdeacutemona

iexclCosa rara pero propia de tales situaciones La duda o sea la esperanzandashque para el caso es lo mismondash volvioacute todaviacutea a mortificarle un momento

ndashiexclSi me hubiera equivocadondashpensoacutendash iexclSi la tos hubiese sido de Frasquita

En la tribulacioacuten de su infortunio olvidaacutebasele que habiacutea visto las ropas del Corregidor cerca de la chimenea que habiacutea encontrado abierta la puerta del molino que habiacutea leiacutedo la credencial de su infamia

Agachoacutese pues y miroacute por el ojo de la llave temblando de incertidumbre y de zozobra

El rayo visual no alcanzaba a descubrir maacutes que un pequentildeo triaacutengulo de cama por la parte del cabecero iexclPero precisamente en aquel pequentildeo triaacutengulo se veiacutea un extremo de las almohadas y sobre las almohadas la cabeza del Corregidor

Otra risa diaboacutelica contrajo el rostro del Molinero

Dijeacuterase que volviacutea a ser feliz

ndashiexclSoy duentildeo de la verdad iexclMeditemosndashmurmuroacute irguieacutendose tranquilamente

Y volvioacute a bajar la escalera con el mismo tiernpo que empleoacute para subirla

ndashEl asunto es delicado Necesito reflexionar Tengo tiempo de sobra para todondashiba pensando mientras bajaba

Llegado que hubo a la cocina sentoacutese en medio de ella y ocultoacute la frente entre las manos

Asiacute permanecioacute mucho tiempo hasta que le despertoacute de su meditacioacuten un leve golpe que sintioacute en un pie

Era el trabuco que se habiacutea deslizado de sus rodillas y que le haciacutea aquella especie de sentildea

ndashiexclNo iexclTe digo que nondashmurmuroacute el tiacuteo Lucas encaraacutendose con el armandash iexclNo me convienes Todo el mundo tendriacutea laacutestima de ellos iexcly a miacute me ahorcariacutean iexclSe trata de un Corregidor y matar a un Corregidor es todaviacutea en Espantildea cosa indisculpable Diriacutean que lo mateacute por infundados celos y que luego lo desnudeacute y lo metiacute en mi cama Diriacutean ademaacutes que mateacute a mi mujer por simples sospechas iexclY me ahorcariacutean iexclVaya si me ahorcariacutean iexclAdemaacutes yo habriacutea dado muestras de tener muy poca alma muy poco talento si al remate de mi vida fuera digno de compasioacuten iexclTodos se reiriacutean de miacute iexclDiriacutean que mi desventura era muy natural siendo yo jorobado y Frasquita tan hermosa iexclNada no Lo que yo necesito es vengarme y despueacutes de vengarme triunfar despreciar reiacuter reirme mucho reiacuterme de todos evitando por tal medio que nadie pueda burlarse nunca de esta giba que yo he llegado a hacer hasta envidiable y que tan grotesca seriacutea en una horca

Asiacute discurrioacute el tiacuteo Lucas tal vez sin darse cuenta de ello puntualmente y en virtud de semejante discurso colocoacute el arma en su sitio y principioacute a pasearse con los brazos atraacutes y la cabeza baja como buscando su venganza en el suelo en la tierra en las ruindades de la vida en alguna bufonada ignominiosa y ridiacutecula para su mujer y para el Corregidor lejos de buscar aquella misma venganza en la justicia en el desafiacuteo en el perdoacuten en el cielo como hubiera hecho en su lugar cualquier otro hombre

de condicioacuten menos rebelde que la suya a toda imposicioacuten de la Naturaleza de la sociedad o de sus propios sentimientos

De repente paraacuteronse sus ojos en la vestimenta del Corregidor

Luego se paroacute eacutel mismo

Despueacutes fue demostrando poco a poco en su semblante una alegriacutea un gozo un triunfo indefinibles hasta que por uacuteltimo se echoacute a reiacuter de una manera formidable esto es a grandes carcajadas pero sin hacer ningun ruidondasha fin de que no lo oyesen desde arribandash metieacutendose los puntildeos por los ijares para no reventar estremecieacutendose todo como un epileacuteptico y teniendo que concluir por dejarse caer en una silla hasta que le pasoacute aquella convulsioacuten de sarcaacutestico regocijo Era la propia risa de Mefistoacutefeles

No bien se sosegoacute principioacute a desnudarse con una celeridad febril colocoacute toda su ropa en las mismas sillas que ocupaba la del Corregidor puacutesose cuantas prendas perteneciacutean a este desde los zapatos de hebilla hasta el sombrero de tres picos cintildeoacutese el espadiacuten embozoacutese en la capa de grana cogioacute el bastoacuten y los guantes y salioacute del molino y se encaminoacute a la ciudad balanceaacutendose de la propia manera que solia don Eugenio de Zuacuteniga y dicieacutendose de vez en cuando esta frase que compendiaba su pensamiento

ndashiexclTambieacuten la Corregidora es guapa

XXI

iexclEN GUARDIA CABALLERO gt

Abandonemos por ahora al tiacuteo Lucas y entereacutemonos de lo que habiacutea ocurrido en el molino desde que dejamos alliacute sola a la sentildeaacute Frasquita hasta que su esposo volvioacute a eacutel y se encontroacute con tan estupendas novedades

Una hora habriacutea pasado despueacutes que el tiacuteo Lucas se marchoacute con Tontildeuelo cuando la afligida navarra que se habiacutea propuesto no acostarse hasta que regresara su marido y que estaba haciendo calceta en su dormitorio situado en el piso de arriba oyoacute lastimeros gritos fuera de la casa hacia el paraje alliacute muy proacuteximo por donde corriacutea el agua del caz

ndashiexclSocorro que me ahogo iexclFrasquita iexclFrasquitandash exclamaba una voz de hombre con el luacutegubre acento de la desesperacioacuten

ndashiquestSi seraacute Lucasndashpensoacute la navarra llena de un terror que no necesitamos describir

En el mismo dormitorio habiacutea una puertecilla de que ya nos habloacute Garduntildea y que daba efectivamente sobre la parte alta del caz Abrioacutela sin vacilacioacuten la sentildeaacute Frasquita por maacutes que no hubiera reconocido la voz que pediacutea auxilio y encontroacutese de manos a boca con el Corregidor que en aquel momento saliacutea todo chorreando de la impetuosiacutesima acequia

ndashiexclDios me perdone iexclDios me perdonendashbalbuceaba el infameviejondash iexclCreiacute que me ahogaba

ndashiexclCoacutemo iquest Es usted iquestQueacute significa iquestCoacutemo se atreve iquestA queacute viene usted a estas horasndashgritoacute la Molinera con maacutes indignacioacuten que espanto pero retrocediendo maquinalmente

ndashiexclCalla iexclCalla mujerndashtartamudeoacute el Corregidor colaacutendose en el aposento detraacutes de ellandash Yo te lo direacute todo iexclHe estado para ahogarme iexclEl agua me llevaba ya como a una pluma iexclMira mira coacutemo me he puesto

ndashiexclFuera fuera de aquiacutendashreplicoacute la sentildeaacute Frasquita con mayor violenciandash iexclNo tiene usted nada que explicarme iexclDemasiado lo comprendo todo iquest Queacute me importa a miacute que usted se ahogue iquestLo he llamado yo a usted iexclAh iexclQueacute infamia iexclPara esto ha mandado usted prender a mi marido

ndashMujer escucha

ndashiexclNo escucho iexclMaacuterchese usted inmediatamente sentildeor Corregidor iexclMaacuterchese usted o no respondo de su vida

ndashiquestQueacute dices

ndashiexclLo que usted oye Mi marido no estaacute en casa pero yo me basto para hacerla respetar iexclMaacuterchese usted por donde ha venido si no quiere que yo le arroje otra vez al agua con mis propias manos

ndashiexclChica chica iexclNo grites tanto que no soy sordondashexclamoacute el viejo libertinondashiexclCuando yo estoy aquiacute por algo seraacute Vengo a libertar al tiacuteo Lucas a quien ha preso por equivocacioacuten un alcalde de monterilla Pero ante todo necesito que me seques estas ropas iexclEstoy calado hasta los huesos

ndashLe digo a usted que se marche

ndashiexclCalla tonta iquestQueacute sabes tuacute Mira aquiacute te traigo un nombramiento de tu sobrino Enciende la lumbre y hablaremos Por lo demaacutes mientras se seca la ropa yo me acostareacute en esta cama

ndashiexclAh ya iquestConque declara usted que veniacutea por miacute iquestConque declara usted que para eso ha mandado arrestar a mi Lucaacutes iquestConque traiacutea usted su nombramiento y todo iexclSantos y Santas del cielo iquestQueacute se habraacute figurado de miacute este mamarracho

ndashiexclFrasquita iexclSoy el Corregidor

ndashiexclAunque fuera usted el Rey A miacute iquestqueacute iexclYo soy la mujer de mi marido y el ama de mi casa iquestCree usted que yo me asusto de los Corregidores iexclYo seacute ir a Madrid y al fin del mundo a pedir justicia contra el viejo insolente que asiacute arrastra su autoridad por los suelos Y sobre todo yo sabreacute mantildeana ponerme la mantilla e ir a ver a la sentildeora Corregidora

ndashiexclNo haraacutes nada de esondashrepuso el Corregidor perdiendo la paciencia o mudando de taacutecticandash No haraacutes nada de eso porque yo te pegareacute un tiro si veo que no entiendes de razones

ndashiexclUn tirondashexclamoacute la sentildeaacute Frasquita con voz sorda

ndashUn tiro siacute Y de ello no me resultaraacute perjuicio alguno Casualmente he dejado dicho en la ciudad que saliacutea esta noche a la caza de criminales iexclConque no seas necia y quieacutereme como yo te adoro

ndashSentildeor Corregidor iquestun tirondashvolvioacute a decir la navarra

echando los brazos atraacutes y el cuerpo hacia adelante como para lanzarse sobre su adversario

ndashSi te empentildeas te lo pegareacute y asiacute me vereacute libre de tus amenazas y de tu hermosura ndashrespondioacute el Corregidor lleno de miedo y sacando un par de cachorrillos

ndashiquestConque pistolas tambieacuten iexclY en la otra faltriquera el nombramiento de mi sobrinondash dijo la sentildea Frasquita moviendo la cabeza de arriba abajondashPues sentildeor la eleccioacuten no es dudosa Espere Usiacutea un momento que voy a encender la lumbre

Y asiacute hablando se dirigioacute raacutepidamente a la escalera y la bajoacute en tres brincos

El Corregidor cogioacute la luz y salioacute detraacutes de la Molinera temiendo que se escapara pero tuvo que bajar mucho maacutes despacio de cuyas resultas cuando llegoacute a la cocina tropezoacute con la navarra que volviacutea ya en su busca

ndashiquestConque deciacutea usted que me iba a pegar un tirondashexclamoacute aquella indomable mujer dando un paso atraacutesndash Pues iexclen guardia caballero que yo ya lo estoy

Dijo y se echoacute a la cara el formidable trabuco que tanto papel representa

ndashiexclDetente desgraciada iquestQueacute vas a hacerndashgritoacute el Corregidor muerto de ndash Lo de mi tiro era una broma Mira Los cachorrillos estaacuten descargados En cambio es verdad lo del nombramiento Aquiacute lo tienes Toacutemalo Te lo regalo Tuyo es de balde enteramente de balde

Y lo colocoacute temblando sobre la mesa

ndashiexclAhiacute estaacute bienndashrepuso la navarrandash Mantildeana me serviraacute para encender la lumbre cuando le guise el almuerzo a mi marido iexclDe usted no quiero ya ni la gloria y si mi sobrino viniese alguna vez de Estella seriacutea para pisotearle a usted la fea mano con que ha escrito su nombre en ese papel indecente iexclEa lo dicho iexclMaacuterchese usted de mi casa iexclAire iexclaire iexclpronto iexclque ya se me sube la poacutelvora a la cabeza

El Corregidor no contestoacute a este discurso Habiacutease puesto liacutevido casi azul teniacutea los ojos torcidos y un temblor como de terciana agitaba todo su cuerpo Por uacuteltimo principioacute a castantildeetear los dientes y cayoacute al suelo presa de una convulsioacuten espantosa

El susto del caz lo muy mojadas que seguiacutean todas sus ropas la violenta escena del dormitorio y el miedo al trabuco con que le apuntaba la navarra habiacutean agotado las fuerzas del enfermizo anciano

ndashiexclMe muerondashbalbuceoacutendash iexclLlama a Garduntildea Llama a Garduntildea que estaraacute ahiacute en la ramblilla iexclYo no debo morirme en esta casa No pudo continuar

Cerroacute los ojos y se quedoacute como muerto

ndashiexclY se moriraacute como lo dicendashprorrumpioacute la sentildeaacute Frasquitandash Pues sentildeor iexclesta es la maacutes negra iquestQueacute hago yo ahora con este hombre en mi casa iquestQue diriacutean de miacute si se muriese iquestQueacute diriacutea Lucas iquestCoacutemo podriacutea justificarme cuando yo misma le he abierto la puerta iexclOh no Yo no debo quedarme aquiacute con eacutel iexclYo debo buscar a mi marido yo debo escandalizar el mundo antes de comprometer mi honra

Tomada esta resolucioacuten soltoacute el trabuco fuese al corral cogioacute la burra que quedaba en eacutel la aparejoacute de cualquier modo abrioacute la puerta grande de la cerca montoacute de un salto a pesar de sus carnes y se dirigio a la ramblilla

ndashiexclGarduntildea iexclGarduntildeandashiba gritando la navarra conforme se acercaba a aquel sitio

ndashiexclPresentendashrespondioacute al cabo el Alguacil apareciendo detraacutes de un setondash iquestEs usted sentildeaacute Frasquita

ndashSiacute yo soy iexclVe al molino y socorre a tu amo que se esta muriendo

ndashiquestQueacute dice usted iexclVaya un maula

ndashLo que oyes Garduntildea

ndashiquestY usted alma miacutea iquestAdoacutende va a estas horas

ndashiquestYo iexclQuita allaacute badulaque iexclYo voy a la ciudad por un meacutedicondashcontestoacute la sentildeaacute Frasquita arreando la burra con un talonazo y a Garduntildea con un puntapieacute

Y tomoacute no el camino de la ciudad como acababa de decir sino el del lugar inmediato

Garduntildea no reparoacute en esta uacuteltima circunstancia pues iba ya dando zancajadas hacia el molino y discurriendo al par de esta manera

ndashiexclVa por un meacutedico iexclLa infeliz no puede hacer maacutes

iexclPero eacutel es un pobre hombre iexclFamosa ocasioacuten de ponerse malo iexclDios le da confites a quien no puede roerlos

XXI iexclEn guardia caballero

Abandonemos por ahora al tiacuteo Lucas y entereacutemonos de lo que habiacutea ocurrido en el molino desde que dejamos alliacute sola a la sentildeaacute Frasquita hasta que su esposo volvioacute a eacutel y se encontroacute con tan estupendas novedades

Una hora habriacutea pasado despueacutes que el tiacuteo Lucas se marchoacute con Tontildeuelo cuando la afligida navarra que se habiacutea propuesto no acostarse hasta que regresara su marido y que estaba haciendo calceta en su dormitorio situado en el piso de arriba oyoacute lastimeros gritos fuera de la casa hacia el paraje alliacute muy proacuteximo por donde corriacutea el agua del caz

ndashiexclSocorro que me ahogo iexclFrasquita iexclFrasquitandash exclamaba una voz de hombre con el luacutegubre acento de la desesperacioacuten

ndashiquestSi seraacute Lucasndashpensoacute la navarra llena de un terror que no necesitamos describir

En el mismo dormitorio habiacutea una puertecilla de que ya nos habloacute Garduntildea y que daba efectivamente sobre la parte alta del caz Abrioacutela sin vacilacioacuten la sentildeaacute Frasquita por maacutes que no hubiera reconocido la voz que pediacutea auxilio y encontroacutese de manos a boca con el Corregidor que en aquel momento saliacutea todo chorreando de la impetuosiacutesima acequia

ndashiexclDios me perdone iexclDios me perdonendashbalbuceaba el

infameviejondash iexclCreiacute que me ahogaba

ndashiexclCoacutemo iquest Es usted iquestQueacute significa iquestCoacutemo se atreve iquestA queacute viene usted a estas horasndashgritoacute la Molinera con maacutes indignacioacuten que espanto pero retrocediendo maquinalmente

ndashiexclCalla iexclCalla mujerndashtartamudeoacute el Corregidor colaacutendose en el aposento detraacutes de ellandash Yo te lo direacute todo iexclHe estado para ahogarme iexclEl agua me llevaba ya como a una pluma iexclMira mira coacutemo me he puesto

ndashiexclFuera fuera de aquiacutendashreplicoacute la sentildeaacute Frasquita con mayor violenciandash iexclNo tiene usted nada que explicarme iexclDemasiado lo comprendo todo iquest Queacute me importa a miacute que usted se ahogue iquestLo he llamado yo a usted iexclAh iexclQueacute infamia iexclPara esto ha mandado usted prender a mi marido

ndashMujer escucha

ndashiexclNo escucho iexclMaacuterchese usted inmediatamente sentildeor Corregidor iexclMaacuterchese usted o no respondo de su vida

ndashiquestQueacute dices

ndashiexclLo que usted oye Mi marido no estaacute en casa pero yo me basto para hacerla respetar iexclMaacuterchese usted por donde ha venido si no quiere que yo le arroje otra vez al agua con mis propias manos

ndashiexclChica chica iexclNo grites tanto que no soy sordondashexclamoacute el viejo libertinondashiexclCuando yo estoy aquiacute por algo seraacute Vengo a libertar al tiacuteo Lucas a quien ha preso por equivocacioacuten un alcalde de monterilla Pero ante todo necesito que me seques

estas ropas iexclEstoy calado hasta los huesos

ndashLe digo a usted que se marche

ndashiexclCalla tonta iquestQueacute sabes tuacute Mira aquiacute te traigo un nombramiento de tu sobrino Enciende la lumbre y hablaremos Por lo demaacutes mientras se seca la ropa yo me acostareacute en esta cama

ndashiexclAh ya iquestConque declara usted que veniacutea por miacute iquestConque declara usted que para eso ha mandado arrestar a mi Lucaacutes iquestConque traiacutea usted su nombramiento y todo iexclSantos y Santas del cielo iquestQueacute se habraacute figurado de miacute este mamarracho

ndashiexclFrasquita iexclSoy el Corregidor

ndashiexclAunque fuera usted el Rey A miacute iquestqueacute iexclYo soy la mujer de mi marido y el ama de mi casa iquestCree usted que yo me asusto de los Corregidores iexclYo seacute ir a Madrid y al fin del mundo a pedir justicia contra el viejo insolente que asiacute arrastra su autoridad por los suelos Y sobre todo yo sabreacute mantildeana ponerme la mantilla e ir a ver a la sentildeora Corregidora

ndashiexclNo haraacutes nada de esondashrepuso el Corregidor perdiendo la paciencia o mudando de taacutecticandash No haraacutes nada de eso porque yo te pegareacute un tiro si veo que no entiendes de razones

ndashiexclUn tirondashexclamoacute la sentildeaacute Frasquita con voz sorda

ndashUn tiro siacute Y de ello no me resultaraacute perjuicio alguno Casualmente he dejado dicho en la ciudad que saliacutea esta noche a la caza de criminales iexclConque no seas necia y quieacutereme como yo te adoro

ndashSentildeor Corregidor iquestun tirondashvolvioacute a decir la navarra echando los brazos atraacutes y el cuerpo hacia adelante como para lanzarse sobre su adversario

ndashSi te empentildeas te lo pegareacute y asiacute me vereacute libre de tus amenazas y de tu hermosura ndashrespondioacute el Corregidor lleno de miedo y sacando un par de cachorrillos

ndashiquestConque pistolas tambieacuten iexclY en la otra faltriquera el nombramiento de mi sobrinondash dijo la sentildea Frasquita moviendo la cabeza de arriba abajondashPues sentildeor la eleccioacuten no es dudosa Espere Usiacutea un momento que voy a encender la lumbre

Y asiacute hablando se dirigioacute raacutepidamente a la escalera y la bajoacute en tres brincos

El Corregidor cogioacute la luz y salioacute detraacutes de la Molinera temiendo que se escapara pero tuvo que bajar mucho maacutes despacio de cuyas resultas cuando llegoacute a la cocina tropezoacute con la navarra que volviacutea ya en su busca

ndashiquestConque deciacutea usted que me iba a pegar un tirondashexclamoacute aquella indomable mujer dando un paso atraacutesndash Pues iexclen guardia caballero que yo ya lo estoy

Dijo y se echoacute a la cara el formidable trabuco que tanto papel representa

ndashiexclDetente desgraciada iquestQueacute vas a hacerndashgritoacute el Corregidor muerto de ndash Lo de mi tiro era una broma Mira Los cachorrillos estaacuten descargados En cambio es verdad lo del nombramiento Aquiacute lo tienes Toacutemalo Te lo regalo Tuyo es de balde enteramente de balde

Y lo colocoacute temblando sobre la mesa

ndashiexclAhiacute estaacute bienndashrepuso la navarrandash Mantildeana me serviraacute para encender la lumbre cuando le guise el almuerzo a mi marido iexclDe usted no quiero ya ni la gloria y si mi sobrino viniese alguna vez de Estella seriacutea para pisotearle a usted la fea mano con que ha escrito su nombre en ese papel indecente iexclEa lo dicho iexclMaacuterchese usted de mi casa iexclAire iexclaire iexclpronto iexclque ya se me sube la poacutelvora a la cabeza

El Corregidor no contestoacute a este discurso Habiacutease puesto liacutevido casi azul teniacutea los ojos torcidos y un temblor como de terciana agitaba todo su cuerpo Por uacuteltimo principioacute a castantildeetear los dientes y cayoacute al suelo presa de una convulsioacuten espantosa

El susto del caz lo muy mojadas que seguiacutean todas sus ropas la violenta escena del dormitorio y el miedo al trabuco con que le apuntaba la navarra habiacutean agotado las fuerzas del enfermizo anciano

ndashiexclMe muerondashbalbuceoacutendash iexclLlama a Garduntildea Llama a Garduntildea que estaraacute ahiacute en la ramblilla iexclYo no debo morirme en esta casa No pudo continuar

Cerroacute los ojos y se quedoacute como muerto

ndashiexclY se moriraacute como lo dicendashprorrumpioacute la sentildeaacute Frasquitandash Pues sentildeor iexclesta es la maacutes negra iquestQueacute hago yo ahora con este hombre en mi casa iquestQue diriacutean de miacute si se muriese iquestQueacute diriacutea Lucas iquestCoacutemo podriacutea justificarme cuando yo misma le he abierto la puerta iexclOh no Yo no debo quedarme aquiacute con eacutel iexclYo debo buscar a mi marido yo debo escandalizar el mundo

antes de comprometer mi honra

Tomada esta resolucioacuten soltoacute el trabuco fuese al corral cogioacute la burra que quedaba en eacutel la aparejoacute de cualquier modo abrioacute la puerta grande de la cerca montoacute de un salto a pesar de sus carnes y se dirigio a la ramblilla

ndashiexclGarduntildea iexclGarduntildeandashiba gritando la navarra conforme se acercaba a aquel sitio

ndashiexclPresentendashrespondioacute al cabo el Alguacil apareciendo detraacutes de un setondash iquestEs usted sentildeaacute Frasquita

ndashSiacute yo soy iexclVe al molino y socorre a tu amo que se esta muriendo

ndashiquestQueacute dice usted iexclVaya un maula

ndashLo que oyes Garduntildea

ndashiquestY usted alma miacutea iquestAdoacutende va a estas horas

ndashiquestYo iexclQuita allaacute badulaque iexclYo voy a la ciudad por un meacutedicondashcontestoacute la sentildeaacute Frasquita arreando la burra con un talonazo y a Garduntildea con un puntapieacute

Y tomoacute no el camino de la ciudad como acababa de decir sino el del lugar inmediato

Garduntildea no reparoacute en esta uacuteltima circunstancia pues iba ya dando zancajadas hacia el molino y discurriendo al par de esta manera

ndashiexclVa por un meacutedico iexclLa infeliz no puede hacer maacutes iexclPero eacutel es un pobre hombre iexclFamosa ocasioacuten de ponerse malo iexclDios le da confites a quien no puede roerlos

XXII Garduntildea se multiplica

Cuando Garduntildea llegoacute al molino el Corregidor principiaba a volver en siacute procurando levantarse del suelo

En el suelo tambieacuten y a su lado estaba el veloacuten encendido que bajoacute Su Sentildeoriacutea del dormitorio

ndashiquestSe ha marchado yandashfue la primera frase de don Eugenio

ndashiquestQuieacuten

ndashiexclEl demonio Quiero decir la Molinera

ndashSiacute sentildeor Ya se ha marchado y no creo que iba de muy buen humor

ndashiexclAy Garduntildea Me estoy muriendo

ndashPero iquestqueacute tiene Usiacutea iexclPor vida de los hombres

ndashMe he caiacutedo en el caz y estoy hecho una sopa iexclLos huesos se me parten de friacuteo

ndashiexclToma toma iexclAhora salimos con eso

ndashiexclGarduntildea iexclve lo que te dices

ndashYo no digo nada sentildeor

ndashPues bien saacutecame de este apuro

ndashVoy volando iexclVeraacute Usiacutea queacute pronto lo arreglo todo

Asiacute dijo el Alguacil y en un periquete cogioacute la luz con una mano y con la otra se metioacute al Corregidor debajo del brazo subioacutelo al dormitorio puacutesolo en cueros acostoacutelo en la cama corrioacute al jaraiacutez reunioacute una brazada de lentildea fue a la cocina hizo una gran lumbre bajoacute todas las ropas de su amo colocoacutelas en los espaldares de dos o tres sillas encendioacute un candil lo colgoacute de la espetera y tornoacute a subir a la camara

ndashiquestQueacute tal vamosndashpreguntoacutele entonces a don Eugenio levantando en alto el veloacuten para verle mejor el rostro

ndashiexclAdmirablemente iexclConozco que voy a sudar iexclMantildeana te ahorco Garduntildea

ndashiquestPor queacute sentildeor

ndashiquestY te atreves a preguntaacutermelo iquestCrees tuacute que al seguir el plan que me trazaste esperaba yo acostarme solo en esta cama despueacutes de recibir por segunda vez el sacramento del bautismo iexclMantildeana mismo te ahorco

ndashPero cueacutenteme Usiacutea algo iquestLa sentildeaacute Frasquita

ndashLa sentildeaacute Frasquita ha querido asesinarme iexclEs todo lo que he logrado con tus consejos Te digo que te ahorco mantildeana por la mantildeana

ndashiexclAlgo menos seraacute sentildeor Corregidorndashrepuso el Alguacil

ndashiquestPor queacute lo dices insolente iquestPorque me ves aquiacute postrado

ndashNo sentildeor Lo digo porque la sentildeaacute Frasquita no ha debido de mostrarse tan inhumana como Usiacutea cuenta cuando ha ido a la ciudad a buscarle un meacutedico

ndashiexclDios santo iquestEstaacutes seguro de que ha ido a la ciudadndashexclamoacute don Eugenio maacutes aterrado que nunca

ndashA lo menos eso me ha dicho ella

ndashiexclCorre corre Garduntildea iexclAh iexclEstoy perdido sin remedio iquestSabes a queacute va la sentildeaacute Frasquita a la ciudad iexclA contaacuterselo todo a mi mujer iexclA decirle que estoy aquiacute iexclOh Dios miacuteo Dios miacuteo iquestCoacutemo habiacutea yo de figurarme esto iexclYo creiacute que se habriacutea ido al lugar en busca de su marido y como lo tengo alliacute a buen recaudo nada me importaba su viaje Pero iexclirse a la ciudad

ndashGarduntildea corre corre tuacute que eres andariacuten y evita mi perdicioacuten iexclEvita que la terrible Molinera entre en mi casa

ndashiquestY no me ahorcaraacute Usiacutea si lo consigondashprosiguioacute iroacutenicamente el Alguacil

ndashiexclAl contrario Te regalareacute unos zapatos en buen uso que me estaacuten grandes iexclTe regalareacute todo lo que quieras

ndashPues voy volando Dueacutermase Usiacutea tranquilo Dentro de media hora estoy aquiacute de vuelta despueacutes de dejar en la caacutercel a la navarra iexclPara algo soy maacutes ligero que una borrica

Dijo Garduntildea y desaparecioacute por la escalera abajo

Se cae de su peso que durante aquella ausencia del Alguacil fue cuando el Molinero estuvo en el molino y vio visiones por el ojo de la llave

Dejemos pues al Corregidor sudando en el lecho ajeno y a Garduntildea corrien do hacia la ciudad (adonde tan pronto habiacutea de seguirlo el tiacuteo Lucas con sombrero de tres picos y capa de grana) y convertidos tambieacuten nosotros en andarines volemos con direccioacuten al lugar en seguimiento de la valerosa sentildeaacute Frasquita

XXIII Otra vez el desierto y las consabidas voces

La uacutenica aventura que le ocurrioacute a la navarra en su viaje desde el molino al pueblo fue asustarse un poco al notar que alguien echaba yescas en medio de un sembrado

ndashiquestSi seraacute un esbirro del Corregidor iquestSi iraacute a detenermendashpensoacute la Molinera

En esto se oyoacute un rebuzno hacia aquel mismo lado

ndashiexclBurros en el campo a estas horasndashsiguioacute pensando la sentildeaacute Frasquitandash Pues lo que es por aquiacute no hay ninguna huerta ni cortijo iexclVive Dios que los duendes se estaacuten despachando esta noche a su gusto Porque la borrica de mi marido no puede ser iquestQueacute hariacutea mi Lucas a medianoche parado fuera del camino iexclNada iexclnada iexclIndudablemente es un espiacutea

La burra que montaba la sentildeaacute Frasquita creyoacute oportuno rebuznar tambieacuten en aquel instante

ndashiexclCalla demoniondashle dijo la navarra clavaacutendole un alfiler de a ochavo en mitad de la cruz

Y temiendo alguacuten encuentro que no le conviniese sacoacute tambieacuten su bestia fuera del camino y la hizo trotar por otros sembrados

Sin maacutes accidente llegoacute a las puertas del lugar a tiempo

que seriacutean las once de la noche

XXIV Un rey de entonces

Hallaacutebase ya durmiendo la mona el sentildeor Alcalde vuelta la espalda a la espalda de su mujer (y formando asiacute con eacutesta la figura de aacuteguila austriacuteaca de dos cabezas que dice nuestro inmortal Quevedo) cuando Tontildeuelo llamoacute a la puerta de la caacutemara nupcial y avisoacute al sentildeor Juan Loacutepez que la sentildeaacute Frasquita la del molino queriacutea hablarle

No tenemos para queacute referir todos los gruntildeidos y juramentos inherentes al acto de despertar y vestirse el Alcalde de monterilla y nos trasladamos desde luego al instante en que la Molinera lo vio llegar desperezaacutendose como un gimnasta que ejercita la musculatura y exclamando en medio de un bostezo interminable

ndashiexclTeacutengalas usted muy buenas sentildeaacute Frasquita iquestQueacute le trae a usted por aquiacute iquestNo le dijo a usted Tontildeuelo que se quedase en el molino iquestAsiacute desobedece usted a la Autoridad

ndashiexclNecesito ver a mi Lucasndashrespondioacute la navarrandash iexclNecesito verlo al instante iexclQue le digan que estaacute aquiacute su mujer

ndash iexclNecesito iexclNecesito Sentildeora iexcla usted se le olvida que estaacute hablando con el Rey

ndashiexclDeacutejeme usted a miacute de reyes sentildeor Juan que no estoy para bromas iexclDemasiado sabe usted lo que me sucede iexclDemasiado sabe para queacute ha preso a mi marido

ndashYo no seacute nada sentildeaacute Frasquita Y en cuanto a su marido de usted no estaacute preso sino durmiendo tranquilamente en esta su casa y tratado como yo trato a las personas iexclA ver Tontildeuelo iexclTontildeuelo Anda al pajar y dile al tiacuteo Lucas que se despierte y venga corriendo Conque vamos iexclcueacutenteme usted lo que pasa iquestHa tenido usted miedo de dormir sola

ndashiexclNo sea usted desvergonzado sentildeor Juan iexclDemasiado sabe usted que a miacute no me gustan sus bromas ni sus veras iexclLo que me pasa es una cosa muy sencilla que usted y el sentildeor Corregidor han querido perderme iexclpero que se han llevado un solemne chasco iexclYo estoy aquiacute sin tener de queacute abochornarme y el sentildeor Corregidor se queda en el molino murieacutendose

ndashiexclMurieacutendose el Corregidorndashexclamoacute su subordinadondash Sentildeora iquestsabe usted lo que dice

ndashiexclLo que usted oye Se ha caiacutedo en el caz y casi se ha ahogado o ha cogido una pulmoniacutea o yo no seacute iexclEso es cuenta de la Corregidora Yo vengo a buscar a mi marido sin perjuicio de salir mantildeana mismo para Madrid donde le contareacute al Rey

ndashiexclDemonio demoniondashmurmuroacute el sentildeor Juan Loacutepezndash iexclA ver Manuela iexclMuchacha Anda y apareacutejame la mulilla Sentildeaacute Frasquita al molino voy iexclDesgraciada de usted si le ha hecho alguacuten dantildeo al sentildeor Corregidor

ndashiexclSentildeor Alcalde sentildeor Alcaldendashexclamoacute en esto Tontildeuelo entrando maacutes muerto que vivondash El tiacuteo Lucas no estaacute en el pajar Su burra no se halla tampoco en los pesebres y la puerta del corral estaacute abierta iexclDe modo que el paacutejaro se ha escapado

ndashiquestQueacute estaacutes diciendondashgritoacute el sentildeorJuan Loacutepez

ndashiexclVirgen del Carmen iquestQueacute va a pasar en mi casandashexclamoacute la sentildeaacute Frasquitandash iexclCorramos sentildeor Alcalde no perdamos tiempo Mi marido va a matar al Corregidor al encontrarlo alliacute a estas horas

ndashiquestLuego usted cree que el tiacuteo Lucas estaacute en el molino

ndashiquestPues no lo he de creer Digo maacutes cuando yo veniacutea me he cruzado con eacutel sin conocerlo iexclEacutel era sin duda uno que echaba yescas en medio de un sembrado iexclDios miacuteo iexclCuando piensa una que los animales tienen maacutes entendimiento que las personas Porque ha de saber usted sentildeor Juan que indudablemente nuestras dos burras se reconocieron y se saludaron mientras que mi Lucas y yo ni nos saludamos ni nos reconocimos iexclAntes bien huimos el uno del otro tomaacutendonos mutuamente por espiacuteas

ndashiexclBueno estaacute su Lucas de ustedndashreplicoacute el Alcaldendash En fin vamos andando y ya veremos lo que hay que hacer con todos ustedes iexclConmigo no se juega iexclYo soy el Rey Pero no un Rey como el que ahora tenemos en Madrid o sea en El Pardo sino como aquel que hubo en Sevilla a quien llamaban Don Pedro el Cruel iexclA ver Manuela iexclTraacuteeme el bastoacuten y dile a tu ama que me marcho

Obedecioacute la sirvienta (que era por cierto maacutes buena moza de lo que conveniacutea a la alcaldesa y a la moral) y como la mulilla del sentildeor Juan Loacutepez estuviese ya aparejada la sentildeaacute Frasquita y eacutel salieron para el molino seguidos del indispensable Tontildeuelo

XXV La estrella de Garduntildea

Precedaacutemosles nosotros supuesto que tenemos carta blanca para andar maacutes deprisa que nadie

Garduntildea se hallaba ya de vuelta en el molino despueacutes de haber buscado a la sentildeaacute Frasquita por todas las calles de la ciudad

El astuto Alguacil habiacutea tocado de camino en el Corregimiento donde lo encontroacute todo muy sosegado Las puertas seguiacutean abiertas como en medio del diacutea seguacuten es costumbre cuando la Autoridad estaacute en la calle ejerciendo sus sagradas funciones Dormitaban en la meseta de la escalera y en el recibimiento otros alguaciles y ministros esperando descansadamente a su amo mas cuando sintieron llegar a Garduntildea desperezaacuteronse dos o tres de ellos y le preguntaron al que era su decano y jefe inmediato

ndashiquestViene ya el sentildeor

ndashiexclNi por asomo Estaos quietos Vengo a saber si ha habido novedad en la casa

ndashNinguna

ndashiquestY la Sentildeora

ndashRecogida en sus aposentos

ndashiquestNo ha entrado una mujer por estas puertas hace poco

ndashNadie ha aparecido por aquiacute en toda la noche

ndashPues no dejeacuteis entrar a persona alguna sea quien sea y diga lo que diga iexclAl contrario Echadle mano al mismo lucero del alba que venga a preguntar por el Sentildeor o por la Sentildeora y llevadlo a la caacutercel

ndashiquestParece que esta noche se anda a caza de paacutejaros de cuentandashpreguntoacute uno de los esbirros

ndashiexclCaza mayorndashantildeadioacute otro

ndashiexclMayuacutesculandashrespondioacute Garduntildea solemnementendash iexclFiguraos si la cosa seraacute delicada cuando el sentildeor Corregidor y yo hacemos la batida por nosotros mismos Conque hasta luego buenas piezas y iexclmucho ojo

ndashVaya usted con Dios sentildeor Bastiaacutenndashrepusieron todos saludando a Garduntildea

ndashiexclMi estrella se eclipsandashmurmuroacute eacuteste al salir del Corregimientondash iexclHasta las mujeres me engantildean La Molinera se encaminoacute al lugar en busca de su esposo en vez de venirse a la ciudad iexclPobre Garduntildea iquestQueacute se ha hecho de tu olfato

Y discurriendo de este modo tomoacute la vuelta al molino

Razoacuten teniacutea el Alguacil para echar de menos su antiguo olfato pues que no venteoacute a un hombre que se escondiacutea en aquel momento detraacutes de unos mimbres a poca distancia de la ramblilla y el cual exclamoacute para su capote o maacutes bien para su

capa grana

ndashiexclGuarda Pablo iexclPor alliacute viene Garduntildea Es menester que no me vea

Era el tiacuteo Lucas vestido de Corregidor que se dirigiacutea a la ciudad repitiendo de vez en cuando su diaboacutelica frase

ndashiexclTambieacuten la Corregidora es guapa

Pasoacute Garduntildea sin verlo y el falso Corregidor dejoacute su escondite y penetroacute en la poblacioacuten Poco despueacutes llegaba el Alguacil al molino seguacuten dejamos indicado

XXVI Reaccioacuten El Corregidor seguiacutea en la cama tal y como acababa de verlo el tiacuteo Lucas por el ojo de la llave

ndashiexclQueacute bien sudo Garduntildea iexclMe he salvado de una enfermedadndashexclamoacute tan luego como penetroacute el Alguacil en la estanciandash iquestY la sentildeaacute Frasquita iquestHas dado con ella iquestViene contigo iquestHas hablado con la Sentildeora

ndashLa Molinera sentildeorndashrespondioacute Garduntildea con angustiado acentondash me engantildeoacute como a un pobre hombre pues no se fue a la ciudad sino al pueblecillo en busca de su esposo Perdone Usiacutea la torpeza

ndashiexclMejor iexclMejorndashdijo el madrilentildeo con los ojos chispeantes de maldadndash iexclTodo se ha salvado entonces Antes de que amanezca estaraacuten caminando para las caacuterceles de la Inquisicioacuten atados codo con codo el tiacuteo Lucas y la sentildeaacute Frasquita y alliacute se pudriraacuten sin tener a quien contarle sus aventuras de esta noche Traacuteeme la ropa Garduntildea que ya estaraacute seca iexclTraacuteemela y viacutesteme iexclEl amante se va a convertir en Corregidor

Garduntildea bajoacute a la cocina por la ropa

XXVII iexclFavor al Rey Entre tanto la sentildeaacute Frasquita el sentildeor Juan Loacutepez y Tontildeuelo avanzaban hacia el molino al cual llegaron pocos minutos despueacutes

ndashiexclYo entrareacute delantendashexclamoacute el alcalde de monterillandash iexclPara algo soy la autoridad Siacutegueme Tontildeuelo y usted sentildeaacute Frasquita espeacuterese a la puerta hasta que yo la llame

Penetroacute pues el sentildeor Juan Loacutepez bajo la parra donde vio a la luz de la luna un hombre casi jorobado vestido como soliacutea el Molinero con chupetiacuten y calzoacuten de pantildeo pardo faja negra medias azules montera murciana de felpa y el capote de monte al hombro

ndashiexclEl esndashgritoacute el Alcaldendash iexclFavor al Rey iexclEntreacuteguese usted tiacuteo Lucas

El hombre de la montera intentoacute meterse en el molino

ndashiexclDatendashgritoacute a su vez Tontildeuelo saltando sobre eacutel cogieacutendolo por el pescuezo aplicaacutendole una rodilla al espinazo y hacieacutendole rodar por tierra

Al mismo tiempo otra especie de fiera saltoacute sobre Tontildeuelo y agarraacutendolo de la cintura lo tiroacute sobre el empedrado y principioacute a darle de bofetones

Era la sentildeaacute Frasquita que exclamaba

ndashiexclTunante iexclDeja a mi Lucas

Pero en esto otra persona que habiacutea aparecido llevando del diestro una borrica metioacutese resueltamente entre los dos y tratoacute de salvar a Tontildeuelo

Era Garduntildea que tomando al alguacil del lugar por don Eugenio de Zuacutentildeiga le deciacutea a la Molinera

ndashiexclSentildeora respete usted a mi amo

Y la derribo de espaldas sobre el lugarentildeo

La sentildeaacute Frasquita vieacutendose entre dos fuegos descargoacute entonces a Garduntildea tal reveacutes en medio del estoacutemago que le hizo caer de boca tan largo como era

Y con eacutel ya eran cuatro las personas que rodaban por el suelo

El sentildeor Juan Loacutepez impediacutea entre tanto levantarse al supuesto tiacuteo Lucas tenieacutendole plantado un pie sobre los rintildeones

ndashiexclGarduntildea iexclSocorro iexclFavor al Rey iexclYo soy el Corregidorndashgritoacute al fin don Eugenio sintiendo que la pezuntildea del Alcalde calzada con albarca de piel de toro lo reventaba materialmente

ndashiexclEl Corregidor iexclPues es verdadndashdijo el sentildeor Juan Loacutepez lleno de asombro

ndashiexclEl Corregidorndashrepitieron todos

Y pronto estuvieron de pie los cuatro derribados

ndashiexclTodo el mundo a la caacutercelndashexclamoacute don Eugenio de Zuacutentildeigandash iexclTodo el mundo a la horca

ndashPero sentildeor ndashobservoacute el sentildeor Juan Loacutepez ponieacutendose de rodillasndash iexclPerdone Usiacutea que lo haya maltratado iquestCoacutemo habiacutea de conocer a Usiacutea con esa ropa tan ordinaria

ndashiexclBaacuterbarondashreplicoacute el Corregidorndash iexclAlguna habiacutea de ponerme iquestNo sabes ni que me han robado la miacutea iquestNo sabes que una compantildeiacutea de ladrones mandada por el tiacuteo Lucas

ndashiexclMiente ustedndashgritoacute la navarra

ndashEscuacutecheme usted sentildeaacute Frasquitandashle dijo Garduntildea llamaacutendola apartendash Con permiso del sentildeor Corregidor y la compantildea iexclSi usted no arregla esto nos van a ahorcar a todos empezando por el tiacuteo Lucas

ndashPues iquestqueacute ocurrendashpreguntoacute la sentildeaacute Frasquita

ndashQue el tiacuteo Lucas anda a estas horas por la ciudad vestido de Corregidor y que Dios sabe si habraacute llegado con su disfraz hasta el propio dormitorio de la Corregidora

Y el alguacil le refirioacute en cuatro palabras todo lo que ya sabemos

ndashiexclJesuacutesndashexclamoacute la Molinerandash iexclConque mi marido me cree deshonrada iexclConque ha ido a la ciudad a vengarse iexclVamos vamos a la ciudad y justificadme a los ojos de mi Lucas

ndashiexclVamos a la ciudad e impidamos que ese hombre hable con mi mujer y cuente todas las majaderiacuteas que se haya figuradondashdijo el Corregidor arrimaacutendose a una de las burrasndash Deacuteme usted un pie para montar sentildeor Alcalde

ndashVamos a la ciudad siacute ndashantildeadioacute Garduntildea iexcly quiera el cielo sentildeor Corrergidor que el tiacuteo Lucas amparado por su vestimenta se haya contentado con hablarle a la Sentildeora

ndashiquestQueacute dices desgraciadondashprorrumpioacute don Eugenio de Zuntildeigandash iquestCrees tuacute a ese villano capaz

ndashiexclDe todondashcontestoacute la sentildeaacute Frasquita

XXVIII iexclAve Mariacutea PurisimaiexclLas doce y

media y sereno Asiacute gritaba por las calles de la ciudad quien teniacutea facultades para tanto cuando la Molinera y el Corregidor cada cual en una de las burras del molino el sentildeor Juan Loacutepez en su mula y los dos alguaciles andando llegaron a la puerta del Corregimiento

La puerta estaba cerrada

Dijeacuterase que para el Gobierno lo mismo que para los gobernados habiacutea concluido todo por aquel diacutea

ndashiexclMalondashpensoacute Garduntildea

Y llamoacute con el aldaboacuten dos o tres veces

Pasoacute mucho tiempo y ni abrieron ni contestaron

La sentildeaacute Frasquita estaba maacutes amarilla que la cera

El Corregidor se habiacutea comido ya todas las untildeas de ambas manos

Nadie deciacutea una palabra

iexclPum iexclPum iexclPum golpes y maacutes golpes a la puerta

del Corregimiento (aplicados sucesivamente por los dos alguaciles y por el sentildeor Juan Loacutepez) iexclY nada iexclNo respondiacutea nadie iexclNo abriacutean iexclNo se moviacutea una mosca iexclSolo se oiacutea el claro rumor de los cantildeos de una fuente que habiacutea en el patio de la casa

Y de esta manera transcurriacutean minutos largos como eternidades

Al fin cerca de la una abrioacutese un ventanillo del piso segundo y dijo una voz femenina

ndashiquestQuieacuten

ndashEs la voz del ama de lechendashmurmuroacute Garduntildea

ndashiexclYondashrespondioacute don Eugenio de Zuacutentildeigandash iexclAbrid

Pasoacute un instante de silencio

ndashiquestY quieacuten es ustedndashreplicoacute luego la nodriza

ndashiquestPues no me estaacute usted oyendo iexclSoy el amo iexclEl Corregidor Hubo otra pausa

ndashiexclVaya usted mucho con Diosndashrepuso la buena mujerndash Mi amo vino hace una hora y se acostoacute en seguida iexclAcueacutestense ustedes tambieacuten y duerman el vino que tendraacuten en el cuerpo

Y la ventana se cerroacute de golpe

La sentildeaacute Frasquita se cubrioacute el rostro con las manos

ndashiexclAmandashtronoacute el Corregidor fuera de siacutendash iquestNo oye usted

que le digo que abra la puerta iquestNo oye usted que soy yo iquestQuiere usted que la ahorque tambieacuten

La ventana volvioacute a abrirse

ndashPero vamos a verndashexpuso el amandash iquestQuieacuten es usted para dar esos gritos

ndashiexclSoy el Corregidor

ndashiexclDale bola iquestNo le digo a usted que el sentildeor Corregidor vino antes de las doce y que yo lo vi con mis propios ojos encerrarse en las habitaciones de la Sentildeora iquestSe quiere usted divertir conmigo iexclPues espere usted y veraacute lo que le pasa

Al mismo tiempo se abrioacute repentinamente la puerta y una nube de criados y ministriles provistos de sendos garrotes se lanzoacute sobre los de afuera exclamando furiosamente

ndashiexclA ver iquestDoacutende estaacute ese que dice que es el Corregidor iquestDoacutende estaacute ese chusco iquestDoacutende estaacute ese borracho

Y se armo un liacuteo de todos los demonios en medio de la oscuridad sin que nadie pudiera entenderse y no dejando de recibir algunos palos el Corregidor Garduntildea el sentildeor Juan Loacutepez y Tontildeuelo

Era la segunda paliza que le costaba a don Eugenio su aventura de aquella noche ademas del remojoacuten que se dio en el caz del molino

La sentildeaacute Frasquita apartada de aquel laberinto lloraba por la primera vez de su vida

ndashiexclLucas iexclLucasndashdeciacuteandash iexclY has podido dudar de miacute iexclY has podido estrechar en tus brazos a otra iexclAh iexclNuestra desventura no tiene ya remedio

XXIX Post nubila Diana

ndashiquestQueacute escaacutendalo es estendashdijo al fin una voz tranquila majestuosa y de gracioso timbre resonando encima de aquella barauacutenda

Todos levantaron la cabeza y vieron a una mujer vestida de negro asomada balcoacuten principal del edificio

ndashiexclLa Sentildeorandashdijeron los criados suspendiendo la retreta de palos

ndashiexclMi mujerndashtartamudeoacute don Eugenio

ndashQue pasen esos ruacutesticos El sentildeor Corregidor dice que lo permitendashagregoacute la Corregidora

Los criados cedieron paso y el de Zuacutentildeiga y sus acompantildeantes penetraron en el portal y tomaron por la escalera arriba

Ninguacuten reo ha subido al patiacutebulo con paso tan inseguro y semblante tan denudado como el Corregidor subiacutea las escaleras de su casa Sin embargo la idea de su deshonra principiaba ya a descollar con noble egoiacutesmo por encima de todos los infortunios que habiacutea causado y que lo afiacuteigiacutean y sobre las demaacutes ridiculeces de la situacioacuten en que se hallaba

ndashiexclAntes que todondashiba pensandondash soy un Zuacutentildeiga y un Ponce

de Leoacuten iexclAy de aquellos que lo hayan echado en olvido iexclAy de mi mujer si ha mancillado mi nombre

XXX Una sentildeora de clase

La Corregidora recibioacute a su esposo y a la ruacutestica comitiva en el saloacuten principal del Corregimiento

Estaba sola de pie y con los ojos clavados en la puerta

Eacuterase una principaliacutesima dama bastante joven todaviacutea de plaacutecida y severa hermosura maacutes propia del pincel cristiano que del cincel gentiacutelico y estaba vestida con toda la nobleza y seriedad que consentiacutea el gusto de la eacutepoca Su traje de corta y estrecha falda y mangas huecas y subidas era de alepiacuten negro una pantildeoleta de blonda blanca algo amarillenta velaba sus admirables hombros y larguiacutesimos maniquetes o mitones de tul negro cubriacutean la mayor parte sus alabastrinos brazos Abanicaacutebase majestuosamente con un pericoacuten enorme traiacutedo de las islas Filipinas y empuntildeaba con la otra mano un pantildeuelo de encaje cuyos cuatro picos colgaban simeacutetricamente con una regularidad solo comparable a la de su actitud y menores movimientos

Aquella hermosa mujer teniacutea algo de reina y mucho de abadesa e infundiacutea por ende veneracioacuten y miedo a cuantos la miraban Por lo demaacutes el atildamiento de su traje a semejante hora la gravedad de su continente y las muchas luces que alumbraban el saloacuten demostraban que la Corregidora se habiacutea esmerado en dar a aquella escena una solemnidad teatral y un tinte ceremonioso que contrastasen con el caraacutecer villano y grosero de la aventura de su marido

Advertiremos finalmente que aquella sentildeora se llamaba dontildea Mercedes Carrillo de Albornoz y Espinosa de los Monteros y que era hija nieta biznieta tataranieta y hasta vigeacutesima nieta de la ciudad como descendiente de sus ilustres conquistadores Su familia por razones de vanidad mundana la habiacutea inducido a casarse con el viejo y acaudalado Corregidor y ella que de otro modo hubiera sido monja pues su vocacioacuten natural la iba llevando al claustro consintioacute en aquel doloroso sacrificio

A la sazoacuten teniacutea ya dos vaacutestagos del arriscado madrilentildeo y auacuten se susurraba que habiacutea otra vez moros en la costa

Conque volvamos a nuestro cuento

XXXI La pena del talioacutenndashiexclMercedesndashexclamoacute el Corregidor al comparecer delante de su esposa

ndashiexclHola tiacuteo Lucas iquestUsted por aquiacutendashdiacutejole la Corregidora interrumpieacutendolendash iquestOcurre alguna desgracia en el molino

ndashiexclSentildeora no estoy para chanzasndashrepuso el Corregidor hecho una fierandash Antes de entrar en explicaciones por mi parte necesito saber queacute ha sido de mi honor

ndashiexclEsa no es cuenta miacutea iquestAcaso me lo ha dejado usted a miacute en depoacutesito

ndashSiacute sentildeora iexclA ustedndashreplicoacute don Eugeniondash iexclLas mujeres son las depositarias del honor de sus maridos

ndashPues entonces mi querido tiacuteo Lucas preguacutentele usted a su mujer Precisamente nos estaacute escuchando

La sentildeaacute Frasquita que se habiacutea quedado a la puerta del saloacuten lanzoacute una especie de rugido

ndashPase usted sentildeora y sieacutentesendashantildeadioacute la Corregidora dirigieacutendose a la Molinera con dignidad soberana

Y por su parte encaminoacutese al sofaacute

La generosa navarra supo comprender desde luego toda la grandeza de la actitud de aquella esposa injuriada e injuriada

acaso doblemente Asiacute es que alzaacutendose en el acto a igual altura dominoacute sus naturales iacutempetus y guardoacute un silencio decoroso Esto sin contar con que la sentildeaacute Frasquita segura de su inocencia y de su fuerza no teniacutea prisa de defenderse teniacuteala siacute de acusar mucha pero no ciertamente a la Corregidora iexclCon quien ella deseaba ajustar cuentas era con el tiacuteo Lucas y el tiacuteo Lucas no estaba alliacute

ndashSentildeaacute Frasquitandashrepitioacute la noble dama al ver que la Molinera no se habiacutea movido de su sitiondash le he dicho a usted que puede pasar y sentarse

Esta segunda indicacioacuten fue hecha con voz maacutes afectuosa y sentida que la primera Dijeacuterase que la Corregidora habiacutea adivinado tambieacuten por instinto al fijarse en el reposado continente y en la varonil hermosura de aquella mujer que no iba a habeacuterselas con un ser bajo y despreciable sino quizaacute maacutes bien con otra infortunada como ella iexclinfortunada siacute por el solo hecho de haber conocido al Corregidor

Cruzaron pues sendas miradas de paz y de indulgencia aquellas dos mujeres que se consideraban dos veces rivales y notaron con gran sorpresa que sus almas se aplacieron la una en la otra como dos hermanas que se reconocen

No de otro modo se divisan y saludan a lo lejos las castas nieves de las encumbradas montantildeas

Saboreando estas dulces emociones la Molinera entroacute majestuosamente en el saloacuten y se sentoacute en el filo de una silla

A su paso por el molino previendo que en la ciudad tendriacutea que hacer visitas de importancia se habiacutea arreglado un poco y

pueacutestose una mantilla de franela negra con grandes felpones que le sentaba divinamente Pareciacutea toda una sentildeora

Por lo que toca al Corregidor dicho se estaacute que habiacutea guardado silencio durante aquel episodio El rugido de la sentildeaacute Frasquita y su aparicioacuten en la escena no habiacutean podido menos de sobresaltarlo iexclAquella mujer le causaba ya maacutes terror que la suya propia

ndashConque vamos tiacuteo Lucasndashprosiguioacute dontildea Mercedes dirigieacutendose a su maridondash Ahiacute tiene usted a la sentildeaacute Frasquita iexclPuede usted volver a formular demanda iexclPuede usted preguntarle aquello de su honra

ndashMercedes iexclpor los clavos de Cristondashgritoacute el Corregidorndash iexclMira que tuacute no sabes de lo que soy capaz iexclNuevamente te conjuro a que dejes la broma y me digas todo lo que ha pasado aquiacute durante mi ausencia iquestDoacutende estaacute ese hombre

ndashiquestQuieacuten iquestMi marido Mi marido se estaacute levantando y ya no puede tardar en venir

ndashiexclLevantaacutendosendashbramoacute don Eugenio

ndashiquestSe asombra usted iquestPues doacutende queriacutea usted que estuviese a estas horas hombre de bien sino en su casa en su cama y durmiendo con su legiacutetima consorte como manda Dios

ndashiexclMerceditas iexclVe lo que te dices iexclRepara en que nos estaacuten oyendo iexclRepara en que soy el Corregidor

ndashiexclA miacute no me deacute usted voces tiacuteo Lucas o mandareacute a los alguaciles que lo lleven a la caacutercelndashreplicoacute la Corregidora

ponieacutendose de pie

ndashiexclYo a la caacutercel iexclYo iexclEl Corregidor de la ciudad

ndashEl Corregidor de la ciudad el representante de la Justicia el apoderado del Reyndashrepuso la gran sentildeora con una severidad y una energiacutea que ahogaron la voz del fingido Molinerondashllegoacute a su casa a la hora debida a descansar de las nobles tareas de su oficio para seguir mantildeana amparando la honra y la vida de los ciudadanos la santidad del hogar y el recato de las mujeres impidiendo de este modo que nadie pueda entrar disfrazado de Corregidor ni de ninguna otra cosa en la alcoba de la mujer ajena que nadie pueda sorprender a la virtud de su descuidado reposo que nadie pueda abusar de su casto suentildeo

ndashiexclMerceditas iquestQueacute es lo que profieresndashsilboacute el Corregidor con labios y enciacuteasndash iexclSi es verdad que ha pasado en mi casa direacute que eres una picara una peacuterfida una licenciosa

ndashiquestCon quieacuten habla este hombrendashprorrumpioacute la Corregidora desdentildeosamente y pasando la vista por todos los circunstantesndash iquestQuieacuten es este loco iquestQuieacuten es este ebrio iexclNi siquiera puedo ya creer que sea un honrado molinero como el tiacuteo Lucas a pesar de que viste su traje de villano SentildeorJuan Loacutepez creacuteame ustedndashcontinuoacute encaraacutendose con el alcalde de monterilla que estaba aterradondash mi marido el Corregidor de la ciudad llegoacute a esta su casa hace dos horas con su sombrero de tres picos su capa de grana su espadiacuten de caballero y su bastoacuten de autoridad Los criados y alguaciles que me escuchan se levantaron y lo saludaron al verlo pasar por el portal por la escalera y por el recibimiento Cerraacuteronse en seguida todas las puertas y desde entonces no ha penetrado nadie en mi hogar hasta que llegaron ustedes iquestEs esto cierto Responded vosotros

ndashiexclEs verdad iexclEs muy verdadndashcontestaron la nodriza los domeacutesticos y los ministriles todos los cuales agrupados a la puerta del saloacuten presenciaban aquella singular escena

ndashiexclFuera de aquiacute todo el mundondashgritoacute don Eugenio echando espumarajos de rabiandash iexclGarduntildea iexclGarduntildea iexclVen y prende a estos viles que me estaacuten faltando al respeto iexclTodos a la caacutercel iexclTodos a la horca

Garduntildea no pareciacutea por ningun lado

ndashAdemaacutes sentildeorndashcontinuoacute dontildea Mercedes cambiando de tono y dignaacutendose ya mirar a su marido y tratarle como a tal temerosa de que las chanzas llegaran a irremediables extremosndash Supongamos que usted es mi esposo Supongamos que usted es don Eugenio de Zuacutentildeiga y Ponce de Leoacuten

ndashiexclLo soy

ndashSupongamos ademaacutes que me cupiese alguna culpa en haber tomado por usted al hombre que penetroacute en mi alcoba vestido de Corregidor

ndashiexclInfamesndashgritoacute el viejo echando mano a la espada y encontraacutendose soacutelo con el sitio o sea con la faja del molinero murciano

La navarra se tapoacute el rostro con un lado de la mantilla para ocultar las llamaradas de sus celos

ndashSupongamos todo lo que usted quierandashcontinuoacute dontildea Mercedes con una impasibilidad inexplicable Pero diacutegame usted ahora sentildeor miacuteo iquestTendriacutea usted derecho a quejarse iquestPodriacutea

usted acusarme como fiscal iquestPodriacutea usted sentenciarme como juez iquestViene usted de confesar iquestViene usted de oiacuter misa iquestO de doacutende viene usted con ese traje iquestDe doacutende viene usted con esa sentildeora iquestDoacutende ha pasado usted la mitad de la noche

ndashCon permisondashexclamoacute la sentildeaacute Frasquita ponieacutendose de pie como empujada por un resorte y atravesaacutendose arrogantemente entre la Corregidora y su marido

Eacuteste que iba a hablar se quedoacute con la boca abierta al ver que la navarra entraba en fuego

Pero dontildea Mercedes se anticipoacute y dijo

ndashSentildeora no se fatigue usted en darme a miacute explicaciones iexclYo no se las pido a usted ni mucho menos Alliacute viene quien puede pediacuterselas a justo tiacutetulo iexclEntieacutendase usted con eacutel

Al mismo tiempo se abrioacute la puerta de un gabinete y aparecioacute en ella el tiacuteo Lucas vestido de Corregidor de pies a cabeza y con bastoacuten guantes y espadiacuten como si se presentase en las Salas de Cabildo

XXXII La fe mueve la montantildeas

ndashTengan ustedes muy buenas nochesndashpronuncioacute el recieacuten llegado quitaacutendose el sombrero de tres picos y hablando con la boca sumida como soliacutea don Eugenio de Zuacutentildeiga

En seguida se adelantoacute por el saloacuten balanceaacutendose en todos sentidos y fue a besar la mano de la Corregidora

Todos se quedaron estupefactos El parecido del tiacuteo Lucas con el verdadero Corregidor era maravilloso

Asiacute es que la servidumbre y hasta el mismo sentildeor Juan Loacutepez no pudieron contener la carcajada

Don Eugenio sintioacute aquel nuevo agravio y se lanzoacute sobre el tiacuteo Lucas como un basilisco

Pero la sentildeaacute Frasquita metioacute el montante apartando al Corregidor con el brazo de marras y Su Sentildeoriacutea en evitacioacuten de otra voltereta y del consiguiente ludibrio se dejoacute atropellar sin decir oxte ni moxte Estaba visto que aquella mujer habiacutea nacido para domadora del pobre viejo

El tiacuteo Lucas se puso maacutes paacutelido que la muerte al ver que su mujer se le acercaba pero luego se dominoacute y con una risa tan horrible que tuvo que llevarse la mano al corazoacuten para que no se le hiciese pedazos dijo remedando siempre al Corregidor

ndashiexclDios te guarde Frasquita iquestLe has enviado ya a tu sobrino el nombramiento

iexclHubo que ver entonces a la navarra Tiroacutese la mantilla atraacutes levantoacute la frente con soberaniacutea de leona y clavando en el falso Corregidor dos ojos como dos puntildeales

ndashiexclTe desprecio Lucasndashle dijo en mitad de la cara

Todos creyeron que le habiacutea escupido

iexclTal gesto tal ademaacuten y tal tono de voz acentuaron aquella frase

El rostro del Molinero se transfiguroacute al oiacuter la voz de su mujer Una especie de inspiracioacuten semejante a la de la fe religiosa habiacutea penetrado en su alma inundaacutendola de luz y de alegriacutea Asiacute es que olvidaacutendose por un momento de cuanto habiacutea visto y creiacutedo ver en el molino exclamoacute con las laacutegrimas en los ojos y la sinceridad en los labios

ndashiquestConque tuacute eres mi Frasquita

ndashiexclNondashrespondioacute la navarra fuera de siacutendash iexclYo no soy ya tu Frasquita Yo soy iexclPreguacutentaselo a tus hazantildeas de esta noche y ellas te diraacuten lo que has hecho del corazoacuten que tanto te queriacutea

Y se echoacute a llorar como una montantildea de hielo que se hunde y principia a derretirse

La Corregidora se adelantoacute hacia ella sin poder contenerse y la estrechoacute en sus brazos con el mayor carintildeo

La sentildeaacute Frasquita se puso entonces a besarla sin saber tampoco

lo que se haciacutea dicieacutendole entre sus sollozos como una nintildea que busca el amparo de su madre

ndashiexclSentildeora sentildeora iexclQueacute desgraciada soy

ndashiexclNo tanto como usted se figurandashcontestaacutebale la Corregidora llorando tambien generosamente

ndashiexclYo siacute que soy desgraciadondashgemiacutea al mismo tiempo el tiacuteo Lucas andando a puntildeetazos con sus laacutegrimas como avergonzado de verterlas

ndashPues iquesty yondashprorrumpioacute al fin don Eugenio sintieacutendose ablandado por el contagioso lloro de los demaacutes o esperando salvarse tambieacuten por la viacutea huacutemeda quiero decir por la viacutea del llantondash iexclAh yo soy un piacutecaro iexclun monstruo iexclun calavera deshecho que ha llevado su merecido

Y rompioacute a berrear tristemente abrazado a la barriga del sentildeor Juan Loacutepez

Y este y los criados lloraban de igual manera y todo pareciacutea concluido y sin embargo nadie se habiacutea explicado

XXXIII Pues iquesty tuacuteEl tiacuteo Lucas fue el primero que salioacute a flote en aquel mar de laacutegrimas

Era que empezaba a acordarse otra vez de lo que habiacutea visto por el ojo de la llave

ndashiexclSentildeores vamos a cuentasndashdijo de pronto

ndashNo hay cuentas que valgan tiacuteo Lucasndashexclamoacute la Corregidorandash iexclSu mujer de usted es una bendita

ndashBien siacute pero

ndashiexclNada de pero Deacutejela usted hablar y veraacute como se justifica Desde que la vi me dio el corazoacuten que era una santa a pesar de todo lo que usted me habiacutea contado

ndashiexclBueno que hablendashdijo el tiacuteo Lucas

ndashiexclYo no hablondashcontestoacute la Molinerandash iexclEl que tiene que hablar eres tuacute Porque la verdad es que tuacute

Y la sentildeaacute Frasquita no dijo maacutes por impediacuterselo el invencible respeto que le inspiraba la Corregidora

ndashPues iquesty tuacutendashrespondioacute el tiacuteo Lucas perdiendo de nuevo toda fe

ndashAhora no se trata de ellandashgritoacute el Corregidor tornando

tambieacuten a sus celosndash iexclSe trata de usted y de esta sentildeora iexclAh Merceditas iquestQuieacuten habiacutea de decirme que tuacute

ndashPues iquesty tuacutendashrepuso la Corregidora midieacutendolo con la vista

Y durante algunos momentos los dos matrimonios repitieron cien veces las mismas frases

ndashiquestY tuacute

ndashiquestPues y tuacute

ndashiexclVaya que tuacute

ndashiexclNo que tuacute

ndashPero iquestcoacutemo has podido tuacute

Etceacutetera etc etc

La cosa hubiera sido interminable si la Corregidora revistieacutendose de dignidad no dijese por uacuteltimo a don Eugenio

ndashiexclMira caacutellate tuacute ahora Nuestra cuestioacuten particular la ventilaremos maacutes adelante Lo que urge en este momento es devolver la paz al corazoacuten del tiacuteo Lucas cosa muy faacutecil a mi juicio pues alliacute distingo al sentildeor Juan Loacutepez y a Tontildeuelo que estaacuten saltando por justificar a la sentildeaacute Frasquita

ndashiexclYo no necesito que me justifiquen los hombresndashrespondioacute estandash Tengo dos testigos de mayor creacutedito a quien no se diraacute que he seducido ni sobornado

ndashiquestY doacutende estaacutenndashpreguntoacute el Molinero

ndashEstaacuten abajo en la puerta

ndashPues diles que suban con permiso de esta sentildeora

ndashLas pobres no pueden subir

ndashiexclAh iexclSon dos mujeres iexclVaya un testimonio fidedigno

ndashTampoco son dos mujeres Solo son dos hembras

ndashiexclPeor que peor iexclSeraacuten dos nintildeas Hazme el favor de dearme sus nombres

ndashLa una se llama Pintildeona y la otra Liviana

ndashiexclNuestras dos burras Frasquita iquestte estaacutes riendo de miacute

ndashNo que estoy hablando muy formal Yo puedo probarte con el testimonio de nuestras burras que no me hallaba en el molino cuando tuacute viste en eacutel al sentildeor Corregidor

ndashiexclPor Dios te pido que te expliques

ndashiexclOye Lucas y mueacuterete de verguumlenza por haber dudado de mi honradez Mientras tuacute ibas esta noche desde el lugar a nuestra casa yo me dirigiacutea desde nuestra casa al lugar y por consiguiente nos cruzamos en el camino Pero tuacute marchabas fuera de eacutel o por mejor decir te habiacuteas detenido a echar unas yescas en medio de un sembrado

ndashiexclEs verdad que me detuve Continuacutea

ndashEn esto rebuznoacute tu borrica

ndashiexclJustamente iexclAh queacute feliz soy iexclHabla habla que cada palabra tuya me devuelve un antildeo de vida

ndashY a aquel rebuzno contestoacute otro en el camino

ndashiexclOh siacute siacute iexclBendita seas iexclMe parece estarlo oyendo

ndashEran Liviana y Pintildeona que se habiacutean reconocido y se saludaban como buenas amigas mientras que nosotros dos ni nos saludamos ni nos reconocimos

ndashiexclNo me digas maacutes iexclNo me digas maacutes

ndashTan no nos reconocimosndashcontinuoacute la senaacute Frasquitandash que los dos nos asustamos y salimos huyendo en direcciones contrarias iexclConque ya ves que yo no estaba en el molino Si quieres saber ahora por queacute encontraste al sentildeor Corregidor en nuestra cama tienta esas ropas que llevas puestas y que todaviacutea estaraacuten huacutemedas y te lo diraacuten mejor que yo iexclSu Sentildeoriacutea se cayoacute al caz del molino y Garduntildea lo desnudoacute y lo acostoacute alliacute Si quieres saber por queacute abriacute la puerta fue porque creiacute que eras tuacute el que se ahogaba y me llamaba a gritos Y en fin si quieres saber lo del nombramiento Pero no tengo maacutes que decir por la presente Cuando estemos solos te enterareacute de eacuteste y otros particulares que no debo referir delante de esta sentildeora

ndashiexclTodo lo que ha dicho la sentildeaacute Frasquita es la pura verdadndashgritoacute el sentildeor Juan Loacutepez deseando congraciarse con dontildea Mercedes visto que ella imperaba en el Corregimlento

ndashiexclTodo iexclTodondashantildeadioacute Tontildeuelo siguiendo la corriente a su amo

ndashiexclHasta ahora todondashagregoacute el Corregidor muy complacido de que las explicaciones de la navarra no hubieran ido maacutes lejos

ndashiexclConque eres inocentendashexclamaba en tanto el tiacuteo Lucas rindieacutendose a la evidenciandash iexclFrasquita miacutea Frasquita de mi alma iexclPerdoacutename la injusticia y deja que te deacute un abrazo

ndashiexclEsa es harina de otro costalndashcontestoacute la Molinera hurtando el cuerpondash Antes de abrazarte necesito oiacuter tus explicaciones

ndashYo las dareacute por eacutel y por miacutendashdijo dontildea Mercedes

ndashiexclHace una hora que las estoy esperandondashprofirioacute el Corregidor tratando de erguirse

ndashPero no las dareacutendashcontinuoacute la Corregidora volviendo la espalda desdentildeosamente a su maridondashhasta que estos sentildeores hayan descambiado vestimentas y aun entonces se las dareacute tan solo a quien merezca oiacuterlas

ndashVamos vamos a descambiarndashdiacutejole el murciano a don Eugenio alegraacutendose mucho de no haberlo asesinado pero mirandolo todaviacutea con un odio verdaderamente moriscondash iexclEl traje de vuestra sentildeoriacutea me ahoga iexclHe sido muy desgraciado mientras lo he tenido puesto

ndashiexclPorque no lo entiendesndashrespondioacutele el Corregidorndash iexclYo estoy en cambio deseando poneacutermelo para ahorcarte a ti y a medio mundo si no me satisfacen las exculpaciones de mi mujer

La Corregidora que oyoacute estas palabras tranquilizoacute a la reunioacuten con una suave sonrisa propia de aquellos afanados aacutengeles cuyo ministerio es guardar a los hombres

XXXIV Tambien la Corregidora es guapa

Salido que hubieron de la sala el Corregidor y el tiacuteo Lucas sentoacutese de nuevo la Corregidora en el sofaacute colocoacute a su lado a la sentildeaacute Frasquita y dirigieacutendose a los domeacutesticos y ministriles que obstruiacutean la puerta les dijo con afable sencillez

ndashiexclVaya muchachos Contad ahora vosotros a esta excelente mujer todo lo malo que sepaacuteis de miacute

Avanzoacute el cuarto estado y diez voces quisieron hablar a un mismo tiempo pero el ama de leche como la persona que maacutes alas teniacutea en la casa impuso silencio a los demaacutes y dijo de esta manera

ndashHa de saber usted sentildeaacute Frasquita que estaacutebamos yo y mi Sentildeora esta noche al cuidado de los nintildeos esperando a ver si veniacutea el amo y rezando el tercer rosario para hacer tiempo (pues la razoacuten traiacuteda por Garduntildea habiacutea sido que andaba el sentildeor Corregidor detraacutes de unos facinerosos terribles y no era cosa de acostarse hasta verlo entrar sin novedad) cuando sentimos ruido de gente en la alcoba inmediata que es donde mis sentildeores tienen su cama de matrimonio Cogimos la luz muertas de miedo y fuimos a ver quieacuten andaba en la alcoba cuando iexclay Virgen del Carmen al entrar vimos que un hombre vestido como mi sentildeor pero que no era eacutel (iexclcomo que era su marido de usted) trataba de esconderse debajo de la cama iexclLadrones principiamos a gritar desaforadamente y un momento despueacutes la habitacioacuten estaba llena de gente y los alguaciles sacaban arrastrando de su

escondite al fingido Corregidor Mi Sentildeora que como todos habiacutea reconocido al tiacuteo Lucas y que lo vio con aquel traje temioacute que hubiese matado al amo y empezoacute a dar unos lamentos que partiacutean las piedras iexclA la caacutercel iexclA la caacutercel deciacuteamos entre tanto los demaacutes iexclLadroacuten iexclAsesino era la mejor palabra que oiacutea el tiacuteo Lucas y asiacute es que estaba como un difunto arrimado a la pared sin decir esta boca es miacutea Pero viendo luego que se lo llevaban a la caacutercel dijo lo que voy a repetir aunque verdadaderamente mejor seriacutea para callado Sentildeora yo no soy ladroacuten ni asesino el ladroacuten y el asesino de mi honra estaacute en mi casa acostado con mi mujer

ndashiexclPobre Lucasndashsuspiroacute la sentildeaacute Frasquita

ndashiexclPobre de miacutendashmurmuroacute la Corregidora tranquilamente

ndashEso dijimos todos iexclPobre tiacuteo Lucas y pobre Sentildeora Porque la verdad sentildeaacute Frasquita ya teniacuteamos idea de que mi sentildeor habiacutea puesto los ojos en usted y aunque nadie se figuraba que usted

ndashiexclAmandashexclamoacute severamente la Corregidorandash iexclNo siga usted por ese camino

ndashContinuareacute yo por el otrondashdijo un alguacil aprovechando aquella coyuntura para apoderarse de la palabrandash El tiacuteo Lucas (que nos engantildeoacute de lo lindo con su traje y su manera de andar cuando entroacute en la casa tanto que todos lo tomamos por el sentildeor Corregidor) no habiacutea venido con muy buenas intenciones que digamos y si la Sentildeora no hubiera estado levantada figuacuterese usted lo que habria sucedido

ndashiexclVamos iexclCaacutellate tuacute tambieacutenndashinterrumpioacute la cocinerandash iexclNo estaacutes diciendo mas que tonteriacuteas Pues si sentildeaacute Frasquita el tiacuteo

Lucas para explicar su presencia en la alcoba de mi ama tuvo que confesar las intenciones que traiacutea iexclPor cierto que la Sentildeora no se pudo contener al oiacuterlo y le arrimoacute una bofetada en medio de la boca que le dejoacute la mitad de las palabras dentro del cuerpo Yo misma lo lleneacute de insultos y denuestos y quise sacarle los ojos Porque ya conoce usted sentildeaacute Frasquita que aunque sea su marido de usted eso de venir con sus manos lavadas

ndashiexclEres una bachillerandashgritoacute el portero ponieacutendose delante de la oradorandash iquestQueacute maacutes hubieras querido tuacute En fin sentildeaacute Frasquita oigame usted a miacute y vamos al asunto La Sentildeora hizo y dijo lo que debiacutea pero luego calmado ya su enojo compadecioacutese del tiacuteo Lucas y paroacute mientes en el mal proceder del sentildeor Corregidor viniendo a pronunciar estas o parecidas palabras Por infame que haya sido su pensamiento de usted tiacuteo Lucas y aunque nunca podreacute perdonar tanta insolencia es menester que su mujer de usted y mi esposo crean durante algunas horas que han sido cogidos en sus propias redes y que usted auxiliado por ese disfraz les ha devuelto afrenta por afrenta iexclNinguna venganza mejor podemos tomar de ellos que este engantildeo tan faacutecil de desvanecer cuando nos acomode Adoptada tan graciosa resolucioacuten la Sentildeora y el tiacuteo Lucas nos aleccionaron a todos de lo que teniacuteamos que hacer y decir cuando volviese Su Sentildeoriacutea iexcly por cierto que yo le he pegado a Sebastiaacuten Garduntildea tal palo en la rabadilla que creo no se le olvidaraacute en mucho tiempo la noche de San Simoacuten y San Judas

Cuando el portero dejoacute de hablar ya haciacutea rato que la Corregidora y la Molinera cuchicheaban al oiacutedo abrazaacutendose y besaacutendose a cada momento y no pudiendo en ocasiones contener la risa

iexclLaacutestima que no se oyera lo que hablaban Pero el lector se lo figuraraacute sin gran esfueno y si no el lector la lectora

XXXV Decreto ImperialRegresaron en esto a la sala el Corregidor y el tiacuteo Lucas vestido cada cual con su propia ropa

ndashAhora me toca a miacutendashentroacute diciendo el insigne don Eugenio de Zuacutentildeiga

Y despueacutes de dar en el suelo un par de bastonazos como para recobrar su energiacutea (a guisa de Anteo oficial que no se sentiacutea fuerte hasta que su cantildea de Indias tocaba en la tierra) diacutejole a la Corregidora con un eacutenfasis y una frescura indescriptibles

ndashiexclMerceditas estoy esperando tus explicaciones Entre tanto la Molinera se habiacutea levantado y le tiraba al tiacuteo Lucas un pellizco de paz que le hizo ver estrellas miraacutendolo al mismo tiempo con desenojados y hechiceros ojos

El Corregidor que observara aquella pantomima quedoacutese hecho una pieza sin acertar a explicarse una reconciliacioacuten tan inmotivada

Dirigioacutese pues de nuevo a su mujer y le dijo hecho un vinagre

ndashiexclSentildeoral iexclTodos se entienden menos nosotros Saacutequeme usted de dudas iexclSe lo mando como marido y como Corregidor

Y dio otro bastonazo en el suelo

ndashiquestConque se marcha ustedndashexclamoacute dontildea Mercedes acercaacutendose a la sentildeaacute Frasquita y sin hacer caso de don

Eugeniondash Pues vaya usted descuidada que este escaacutendalo no tendraacute ningunas consecuencias iexclRosa alumbra a estos sentildeores que dicen que se marchan Vaya usted con Dios tiacuteo Lucas

ndashiexclOh nondashgritoacute el de Zuacutentildeiga interponieacutendosendash iexclLo que es el tiacuteo Lucas no se marcha iexclEl tiacuteo Lucas queda arrestado hasta que sepa yo toda la verdad iexclHola alguaciles iexclFavor al Rey

Ni un solo ministro obedecioacute a don Eugenio Todos miraban a la Corregidora

ndashiexclA ver hombre iexclDeja el paso librendashantildeadioacute eacutesta pasando casi sobre su marido y despidiendo a todo el mundo con la mayor finura es decir con la cabeza ladeada cogieacutendose la falda con la punta de los dedos y agachandose graciosamente hasta completar la reverencia que a la sazoacuten estaba de moda y que se llamaba la pompa

ndashPero yo Pero tuacute Pero nosotros Pero aquellosndashseguiacutea mascullando el vejete tiraacutendole a su mujer del vestido y perturbando sus cortesiacuteas mejor iniciadas

iexclInuacutetil aiacuteaacuten iexclNadie haciacutea caso de Su Sentildeoriacutea

Marchado que se hubieron todos y solos ya en el saloacuten los desavenidos conyuges la Corregidora se dignoacute al fin decirle a su esposo con el acento que hubiera empleado una Czarina de todas las Rusias para fulminar sobre un ministro caiacutedo la orden de perpetuo destierro a la Siberia

ndashMil antildeos que vivas ignoraraacutes lo que ha pasado esta noche en mi alcoba Si hubieras estado en ella como era regular no tendriacuteas necesidad de preguntaacuterselo a nadie Por lo que a miacute toca no hay

ya ni habraacute jamaacutes razoacuten ninguna que me obligue a satisfacerte pues te desprecio de tal modo que si no fueras el padre de mis hijos te arrojariacutea ahora mismo por ese balcoacuten como te arrojo para slempre de mi dormitorio Conque buenas noches caballero

Pronunciadas estas palabras que don Eugenio oyoacute sin pestantildeear (pues lo que es a solas no se atreviacutea con su mujer) la Corregidora penetroacute en el gabinete y del gabinete pasoacute a la alcoba cerrando las puertas detraacutes de siacute y el pobre hombre se quedoacute plantado en medio de la sala murmurando entre enciacuteas (que no entre dientes) y con un cinismo de que no habraacute habido otro ejemplo

ndashiexclPues sentildeor no esperaba yo escapar tan bien iexclGarduntildea me buscaraacute acomodo

XXXVI Conclusioacuten moraleja y epiacutelogo

Piaban los pajarillos saludando el alba cuando el tiacuteo Lucas y la sentildeaacute Frasquita saliacutean de la ciudad con direccioacuten a su molino

Los esposos iban a pie y delante de ellos caminaban apareadas las dos burras

ndashEl domingo tienes que ir a confesar (le deciacutea la Molinera a su marido) pues necesitas limpiarte de todos tus malos juicios y criminales propoacutesitos de esta noche

ndashHas pensado muy bienndashcontestoacute el Molinerondash Pero tuacute entre tanto vas a hacerme otro favor y es dar a los pobres los colchones y ropa de nuestra cama y ponerla toda de nuevo iexclYo no me acuesto donde ha sudado aquel bicho venenoso

ndashiexclNo me lo nombres Lucasndashreplicoacute la sentildeaacute Frasquitandash Conque hablemos de otra cosa Quisiera merecerte un segundo favor

ndashPide por esa boca

ndashEl verano que viene vas a llevarme a tomar los bantildeos del Solaacuten de Cabras

ndashiquestPara queacute

ndashPara ver si tenemos hijos

ndashiexclFeliciacutesima idea Te llevareacute si Dios nos da vida

Y con esto llegaron al molino a punto que el sol sin haber salido todaviacutea doraba ya las cuacutespides de las montantildeas

A la tarde con gran sorpresa de los esposos que no esperaban nuevas visitas de altos personajes despueacutes de un escaacutendalo como el de la precedente noche concurrioacute al molino maacutes sentildeoriacuteo que nunca El venerable Prelado muchos Canoacutenigos el Jurisconsulto dos Priores de frailes y otras vanas personas (que luego se supo habiacutean sido convocadas alliacute por Su Sentildeoriacutea Ilustriacutesima) ocuparon materialmente la plazoletilla del emparrado

Soacutelo faltaba el Corregidor

Una vez reunida la tertulia el sentildeor Obispo tomoacute la palabra y dijo que por lo mismo que habiacutean pasado ciertas cosas en aquella casa sus Canoacutenigos y eacutel seguiriacutean yendo a ella lo mismo que antes para que ni los honrados Molineros ni las demaacutes personas alliacute presentes participasen de la censura puacutebhca soacutelo merecida por aqueacutel que habiacutea profanado con su torpe conducta una reunioacuten tan morigerada y tan honesta Exhortoacute paternalmente a la sentildeaacute Frasquita para que en lo sucesivo fuese menos provocativa y tentadora en sus dichos y ademanes y procurase llevar maacutes cubiertos los brazos y maacutes alto el escote del juboacuten aconsejoacute al tiacuteo Lucas maacutes desintereacutes mayor circunspeccioacuten y menos inmodestia en su trato con los superiores y acaboacute dando la bendicioacuten a todos y diciendo que como aquel diacutea no ayunaba se comeriacutea con mucho gusto un par de ramos de uvas

Lo mismo opinaron todos respecto de este uacuteltimo particular y la parra se quedoacute temblando aquella tarde iexclEn dos arrobas de uvas aprecioacute el gasto el Molinero

Cerca de tres antildeos continuaron estas sabrosas reuniones hasta que contra la previsioacuten de todo el mundo entraron en Espantildea los ejeacutercitos de Napoleoacuten y se armoacute la Guerra de la Independencia

El sentildeor Obispo el Magistral y el Penitenciario murieron el antildeo de 8 y el Abogado y los demaacutes contertulios en los de 9 10 11 y 12 por no poder sufrir la vista de los franceses polacos y otras alimantildeas que invadieron aquella tierra iexcly que fumaban en pipa en el Presbiterio de las iglesias durante la Misa de la tropa

El Corregidor que nunca maacutes tornoacute al molino fue destituido por un Mariscal franceacutes y murioacute en la Caacutercel de Corte por no haber querido ni un solo instante (dicho sea en honra suya) transigir con la dominacioacuten extranjera

Dontildea Mercedes no se volvioacute a casar y educoacute perfectamente a sus hijos retiraacutendose a la vejez a un convento donde acaboacute sus diacuteas en opinioacuten de Santa

Garduntildea se hizo afrancesado

El sentildeor Juan Loacutepez fue guerrillero mandoacute una partida y murioacute lo mismo que su alguacil en la famosa batalla de Baza despueacutes de haber matado muchiacutesimos franceses

Finalmente el tiacuteo Lucas y la sentildeaacute Frasquita (aunque no llegaron a tener hijos a pesar de haber ido al Solaacuten de Cabras y de haber

hecho muchos votos y rogativas) siguieron siempre amaacutendose del propio modo y alcanzaron una edad muy avanzada viendo desaparecer el Absolutismo en 1812 y 1820 y reaparecer en 1814 y 1823 hasta que por uacuteltimo se establecioacute de veras el sistema Constitucional a la muerte del Rey Absoluto y ellos pasaron a mejor vida (precisamente al estallar la Guerra Civil de los Siete antildeos) sin que los sombreros de copa que ya usaba todo el mundo pudiesen hacerles olvidar aquellos tiempos simbolizados por el sombrero de tres picos

Nota sobre el autor

Pedro Antonio de Alarcoacuten

(1833-1895)

Cronologia de Alarcoacuten

Alarcoacuten habla de El sombrero de tres picos

Cronologiacutea de la vida de Alarcoacuten

1833 El 10 de marzo nace Pedro Antonio de Alarcoacuten Ariza en Guadix (Granada)

Estudio bachillerato en Granada

Inicio estudios de leyes en la Universidad de Granada que tuvo que abandonar por problemas econoacutemicos de la familia

Ingreso dos veces en el seminario y lo abandono las dos veces por falta de vocacioacuten

Desde siempre su verdadera vocacioacuten fueron las letras Participo del grupo literario granadino La Cuerda como poeta

1852 De esta eacutepoca datan sus primero relatos breves de fuerte raiacutez romaacutentica algunos de ellos entroncados con el costumbrismo andaluz revelaban el influjo de Fernaacuten Caballero

De hecho Alarcoacuten nunca fue un escritor realista en el sentido que la historia de la literatura da a este termino Sus estenografiacuteas siempre son de una impronta realista muy fuerte En cambio es evidente que sus personajes tienen un sabor arquetiacutepico e ideal muy fuerte es decir son ldquotiposrdquo maacutes que personajes Y es que Alarcoacuten nunca renuncio a que lo ideal se encarnara en lo real Y eso lo entronca con una tradicioacuten nacional espantildeola que con hitos tan importantes como el Arcipreste de hita o Cervantes le alcanza plenamente a Alarcoacuten

El amigo de la muerte uno de los primeros cuentos de Alarcoacuten que revelan ya casi formada la maestriacutea teacutecnica que revelariacutea a continuacioacuten

1853 Se va a Madrid para seguir su carrera literaria

Funda con E Tarragoacute el perioacutedico El Eco de Occidente que no tuvo mucha importancia

Escribe despueacutes en El Laacutetigo diario antimonaacuterquico de fuerte sabor revolucionario

El Clavo

Alarcoacuten fue sin duda un maestro del cuento El Clavo es sin duda una de sus pequentildeas obras maestras

1854 Participa como periodista en la Revolucioacuten de Julio

1855 Publica El final de Norma un trabajo escrito cuando contaba 18 antildeos (1851)

Sucesivamente publicara su obra de juventud Cosas que fueron (artiacuteculos) Poesiacuteas

El final de Norma

1857 El hijo prodigo tiene por tema la locura y los errores de juventud Reflejo de un periodo de autocriacutetica que ha iniciado Alarcoacuten sobre su propia juventud Maacutes tarde en el personaje de Pepito de El nintildeo de la bola finalizaraacute ese ajuste de cuentas con su pasado

El hijo prodigo

1859 Al estallar la guerra de Marruecos se alista como voluntario

1860 De esa experiencia en Aacutefrica naceraacute su obra Diario de un testigo de la guerra de Aacutefrica que por fin le dio fama y algo de dinero quizaacutes su obra maacutes importante y permanente Obra maestra por la descripcioacuten de la vida militar Algunas partes de este trabajo como La batalla de Castillejos y La toma de Tetuaacuten auacuten no han sido superados en la viveza de las descripciones la espontaneidad del lenguaje y la gracia en la narrativa por ninguacuten escritor espantildeol

En la misma liacutenea publicara tambieacuten las Historietas nacionales similares a las anteriores por la temaacutetica y la frescura y espontaneidad del lenguaje y del flujo narrativo

Diario de un testigo de la guerra de Aacutefrica

1860 a 1874 publica fundamentalmente cuentos y libros de viajes

1861 De Madrid a Naacutepoles

1866 Se casa y su posicionamiento poliacutetico y religioso se afianza y explicita definitivamente Ya hacia tiempo se habiacutea inicia en Alarcoacuten un giro de sus posiciones poliacuteticas y humanas que lo desplazoacute desde el liberalismo revolucionario a posiciones tradicionalistas y catoacutelicas De hecho nunca dejo de ser catoacutelico y fue su fe la que le hizo en ultima instancia cambiar sus posiciones poliacuteticas Pero es ahora con su

matrimonio que su evolucioacuten concluye

Desde estas posiciones tradicionalistas siguioacute actuando en poliacutetica Fue diputado en las Cortes por Granada consejero de Estado con Alfonso XII

1868 La revolucioacuten del 68 va afectar fuertemente a Alarcoacuten de forma que marcara toda su obra posterior con un fuerte matiz poleacutemico Obras como La Prodiga o El escaacutendalo estariacutean en esta liacutenea

1871 Su obra Cosas que fueron constituyo una tardiacutea aportacioacuten al genero de cuadros de costumbres y fueron escritos antildeos antes de su publicacioacuten

Cosas que fueron

1873 La Alpujarra

1874 Publica El sombrero de tres picos la obra que le iba a hacer mundialmente famoso y que ha servido de libreto a varias obras musicales y a la obra homoacutenima de Falla

El sombrero de tres picos

1875 El Escaacutendalo una obra con repercusiones semejantes a Pequentildeeces de Coloma tanto por la intencioacuten como por la poleacutemica que levanto La primera edicioacuten se agoto en cinco diacuteas

1878 El nintildeo de la bola es quizaacutes la mejor novela de Alarcoacuten La renuncia de Manuel Venegas odiado por el usurero Eliacuteas precipita la muerte de Soledad bella figura romaacutentica condenada de antemano La fuerza del destino preside con su fatalismo ataacutevico todos los episodios de la narracioacuten Las grandezas y miserias del alma humana se adensan en el pueblo y en la historia de unos seres condenados al fracaso La obra es menos literaria que El escaacutendalo pero maacutes objetiva y apasionada

El nintildeo de la bola

1880 La prodiga es un alegato moral contra la corrupcioacuten de costumbres y ademaacutes es una criacutetica radical de la literatura romanita a la que Alarcoacuten consideraba como fundamentalmente anticristiana y para ello usa la teacutecnica de sacar las uacuteltimas conclusiones de la tiacutepica tragedia romaacutentica desgarrada para mostrarnos su real sordidez exenta de todo heroiacutesmo

La Prodiga

1881 El Capitaacuten Veneno

1883 Viajes por Espantildea

1884 Historia de mis libros

1887 La enemistad con los criacuteticos liberales y su continua critica junto a un cierto convencimiento de que el realismo habiacutea cubierto su ciclo histoacuterico le llevan a un abandono de la escritura

Es elegido miembro de La Real Academia

1895 Muere el 19 de julio en Valdemoro(Madrid)

Alarcoacuten habla de El sombrero de tres picos

La Historia de mis libros de Pedro Antonio de Alarcoacuten escrita en 1884 cuando practicamente habiacutea ya decidido dejar de escribir es el testamento literario del autor y en ella se analiza una a una las obras que habiacutea publicado hasta entonces El capitulo XIII estaacute dedicado a El sombrero de tres picos y es el que transcribimos a continuacioacuten

Un diacutea del verano de 1874 en Madrid apremiaacutebame la obligacioacuten de enviar a la Isla de Cuba alguacuten cuentecillo jocoso para cierto semanario festivo que alliacute se publicaba Recordeacute no seacute coacutemo el picaresco romance de El Corregidor y la Molinera que tantas veces habiacutea oiacutedo relatar cuando nintildeo y me dije

-iquestPor queacute no he de escribir una historieta fundada en tan peregrino argumento

-Porque es muy difiacutecil dentro de las conveniencias sociales -respondioacute mi buena crianza

-iexclRazoacuten de maacutes para intentar escribirla de modo que nadie se escandalice - arguyoacute mi temeridad de artista viejo recordando haber hecho un milagro semejante con el cuento de La Comendadora

-Pues probemos (contestoacute mi pereza para librarse de seguir buscando asunto) iexclEn medio de todo el semanario de que se trata tiene pocos lectores y tal vez ninguno de ellos resida en el continente europeo

-iexclManos a la obra -concluyoacute la parte atrevida de mi ser moral

Y veinticuatro horas despueacutes habiacutea escrito diez o doce cuartillas que conteniacutean muy en compendio todo EL SOMBRERO DE TRES PICOS o sea toda la historia de El Corregidor y la Molinera tal y como me parecioacute prudente arreglarla y componerla ad usum del respetable puacuteblico

Iba ya a meterla en un sobre para echarla al correo cuando me dijo repentinamente la conciencia artiacutestica

-iexclQueacute laacutestima Aquiacute hay materia para escribir una historia diez veces maacutes larga

-iexclYa lo creo (respondioacute la pereza) Y de ese modo nos ahorrariacuteamos durante dos meses la penosa tarea de buscar asuntos para el semanario

-iexclPues recomencemos

-iexclOh no iquestQuieacuten inutiliza lo ya redactado y se pone ahora a volver a empezar la racioacuten de mantildeana

Vacileacute alguacuten tiempo y esta vez triunfoacute la actividad -Comenceacute pues de nuevo la historia de EL SOMBRERO DE TRES PICOS

Al otro diacutea iba ya tambieacuten a meter en un sobre la primera

deacutecima parte del segundo relato o sea del relato actual que llegaba a la descripcioacuten del tiacuteo Lucas cuando entroacute en mi despacho un buen amigo versado en letras referiacutele el asunto de mi nueva obra le leiacute lo que llevaba escrito y ved aquiacute sus terminantes palabras

-No enviacutee V al otro mundo esas cuartillas Reteacutengalas en Madrid y continuacutee la obra con amor hasta acabarla y perfeccionarla cuanto pueda De este modo se encontraraacute V dentro de pocas semanas con un libro que podraacute convenirle publicar en Madrid en tomo -iexclEl asunto es de perlas

Seis diacuteas despueacutes volvioacute a visitarme el amigo y se halloacute con que EL SOMBRERO DE TRES PICOS estaba terminado y hasta puesto en limpio en la forma que hoy tiene Al siguiente diacutea empezoacute a imprimirse en la Revista Europea que publicaban en esta Corte los Sres Medina y Navarro al cabo de un mes se reimprimiacutea solemnemente en tomo aparte y esta es la hora en que van hechas soacutelo dentro de nuestra Peniacutensula ocho numerosas ediciones

Tal es la historia de este dichoso librejo contra el cual no se han alzado mis adversarios Por la inversa todo el mundo lo ha tratado hasta con mimo asiacute en el campo de los innovadores o blasfemadores del Arte de la Moral y del Alma como en el de los ortodoxos y arcaiacutestas de todas especies a tal extremo ha llegado esta unanimidad que muchas veces he sentido aborrecimiento y desdeacuten a la piacutecara obra por nadie impugnada atribuyendo su fortuna a nulidad eacute insignificancia internas -Empero uacuteltimamente me han reconciliado con este hijo del acaso no seacute queacute tardiacutea querencia paternal y la consideracioacuten de que a los diez o maacutes antildeos de publicado sigue producieacutendome tan segura y casi tan pinguumle renta como su juicioso hermano El Escaacutendalo -Ademaacutes EL SOMBRERO DE TRES PICOS ha sido

traducido que yo sepa al portugueacutes (con preciosas ilustraciones) al alemaacuten al ruso al franceacutes al italiano al ingleacutes y al rumano como tambieacuten ha dado argumento a dos operetas coacutemicas la una francesa y la otra belga y en vista de tanto ruido y de tantas nueces he tenido que acabar por decir - laquoiexclPues sentildeor el asunto era de oro iexclEstoy en deuda con la musa popular o sea con los ciegos que componen romancesraquo

Acerca de la moralidad y color de la obra en el Prefacio que lleva al frente he dicho cuanto correspondiacutea a mi reputacioacuten de escritor honesto y de persona bien criada Convieacuteneme sin embargo antildeadir para mayor refulgencia de la castidad de mi musa y de la del puacuteblico espantildeol en general que uno de los mejores literatos de Francia Alejandro Dumas (hijo) a quien debo amistosiacutesimas atenciones tuvo hace antildeos la franqueza de escribirme que mi SOMBRERO DE TRES PICOS habriacutea ganado mucho particularmente en aquella nacioacuten si yo hubiese conservado el desenlace crudeliacutesimo dado por la versioacuten plebeya o sea por los romances de ciego al quid pro quo de que fue inocente objeto dontildea Mercedes -Es decir que ni aquel insigne escritor ni el puacuteblico franceacutes se habriacutean escandalizado ante la consumacioacuten de una atrocidad en el molino ni ante la efectividad de sus represalias en el Corregimiento iexclEs decir que

Pero doblemos la hoja -iexclBueno estaacute sin maacutes ribetes ni escarapelas mi empecatado SOMBRERO DE TRES PICOS -Y lo peor de todo es hablando aquiacute en reserva que laquotambieacuten me gusta a miacute la sentildeaacute Frasquitaraquo por aquello de que la Molinera laquocomo guapa es guaparaquo aunque laquotambieacuten sea guapa la Corregidoraraquo

iexclOh inefable delicia la de crear seres con la pluma iexclOh complacencia poder uno formarlos a su arbitrio y moverlos seguacuten su agrado iexclOh tormento tener que resolverse a dejar de

lanzar al mundo tantos y tantos personajes como aun le bullen en la imaginacioacuten y haber de morirse alguacuten diacutea exclamando laquoMorid tambieacuten vosotros sin haber nacidoraquo -Pero asiacute son las cosas humanas Ars longa vita brevis -Y ademaacutes que no todos tenemos filosofiacutea bastante para decir Satis est equitem mihi plaudere

Capitulo XIII de Historia de mis libros(1884) de Pedro Antonio de Alarcoacuten titulado precisamente El sombrero de tres picos

copyright copy 2001 para la presente edicioacuten de Gaiferos Libros-Ereg

GAIFEROS LIBROS-E reg is a trademark registred

e-ditoragaiferoscom

wwwgaiferoscom

Editor M Echeverriacutea

Design Mezquiriz

Imagen de portada Goya

Printed in Spain(UE)

Madrid Febrero de 2002

Page 8: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado

El tiacuteo Repela volvioacute entonces a recitar el Romance y considerado ya su texto por todos a la luz de aquella criacutetica tan ingenua hallaron que no habiacutea pero que ponerle lo cual equivale a decir que le concedieron las licencias necesarias

Andando los antildeos hemos oiacutedo muchas y muy diversas versiones de aquella misma aventura de EL MOLINERO Y LA CORREGIDORA siempre de labios de graciosos de aldea y de cortijo por el orden del ya difunto Repela y ademaacutes la hemos leiacutedo en letras de molde en diferentes Romances de ciego y hasta en el famoso Romancero del inolvidable don Agustiacuten Duraacuten

El fondo del asunto resulta ideacutentico tragicoacutemico zumboacuten y terriblemente epigramaacutetico como todas las lecciones dramaacuteticas de moral de que se enamora nuestro pueblo pero la forma el mecanismo accidental los procedimientos casuales difieren mucho muchiacutesimo del relato de nuestro pastor tanto que este no hubiera podido recitar en la Cortijada ninguna de dichas versiones ni aun aquellas que corren impresas sin que antes se tapasen los oiacutedos las muchachas en estado honesto o sin exponerse a que sus madres le sacaran los ojos iexclA tal punto han extremado y pervertido los groseros patanes de otras provincias el caso tradicional que tan sabroso discreto y pulcro resultaba en la versioacuten del claacutesico Repela

Hace pues mucho tiempo que concebimos el propoacutesito de restablecer la verdad de las cosas devolviendo a la peregrina historia de que se trata su primitivo caraacutecter que nunca dudamos fuera aquel en que saliera mejor librado el decoro Ni iquestcoacutemo dudarlo Esta clase de Relaciones al rodar por las manos del vulgo nunca se desnaturalizan para hacerse maacutes bellas delicadas y decentes sino para estropearse y percudirse al contacto de la

ordinariez y la chabacaneriacutea

Tal es la historia del presente libro Conque metaacutemonos ya en harina quiero decir demos comienzo a la Relacioacuten de EL CORREGIDOR Y LA MOLINERA no sin esperar de tu sano juicio (iexcloh respetable puacuteblico) que despueacutes de haberla leiacutedo y heacutechote maacutes cruces que si hubieras visto al demonio (como dijo Estebanillo Gonzaacutelez al principiar la suya) la tendraacutes por digna y merecedora de haber salido a luz Julio de 1874

I De cuando sucedio la cosa

Comenzaba este largo siglo que ya va de vencida No se sabe fijamente el antildeo solo consta que era despueacutes del de 4 y antes del de 8

Reinaba pues todaviacutea en Espantildea don Carlos IV de Borboacuten por la gracia de Dios seguacuten las monedas y por olvido o gracia especial de Bonaparte seguacuten los boletines franceses Los demaacutes soberanos europeos descendientes de Luis XIV habiacutean perdido ya la corona (y el Jefe de ellos la cabeza) en la deshecha borrasca que corriacutea esta envejecida parte del mundo desde 1789

Ni paraba aquiacute la singularidad de nuestra patria en aquellos tiempos El Soldado de la Revolucioacuten el hijo de un oscuro abogado corso el vencedor en Rivoli en las Piraacutemides en Marengo y en otras cien batallas acababa de centildeirse la corona de Carlo Magno y de transfigurar completamente la Europa creando y suprimiendo naciones borrando fronteras inventando dinastiacuteas y haciendo mudar de forma de nombre de sitio de costumbres y hasta de traje a los pueblos por donde pasaba en su corcel de guerra como un terremoto animado o como el Antecristo que le llamaban las Potencias del Norte Sin embargo nuestros padres (Dios los tenga en su santa Gloria) lejos de odiarlo o de temerle complaciacuteanse auacuten en ponderar sus descomunales hazantildeas como si se tratase del heacuteroe de un Libro de Caballeriacuteas o de cosas que sucediacutean en otro planeta sin que

ni por asomos recelasen que pensara nunca en venir por acaacute a intentar las atrocidades que habiacutea hecho en Francia Italia Alemania y otros paiacuteses Una vez por semana (y dos a lo sumo) llegaba el correo de Madrid a la mayor parte de las poblaciones importantes de la Peniacutensula llevando alguacuten nuacutemero de la Gaceta (que tampoco era diaria) y por ella sabiacutean las personas principales (suponiendo que la Gaceta hablase del particular) si existiacutea un Estado maacutes o menos allende el Pirineo si se habiacutea rentildeido otra batalla en que peleasen seis u ocho Reyes y Emperadores y si Napoleoacuten se hallaba en Milaacuten en Bruselas o en Varsovia Por lo demaacutes nuestros mayores seguiacutean viviendo a la antigua espantildeola sumamente despacio apegados a sus rancias costumbres en paz y en gracia de Dlos con su Inquisicioacuten y sus Frailes con su pintoresca desigualdad ante la Ley con sus privilegios fueros y exenciones personales con su carencia de toda libertad municipal o poliacutetica gobernados simultaacuteneamente por insignes Obispos y poderosos Corregidores (cuyas respectivas potestades no era muy faacutecil deslindar pues unos y otros se metiacutean en lo temporal y en lo eterno) y pagando diezmos primicias alcabalas subsidios mandas y limosnas forzosas rentas rentillas capitaciones tercias reales gabelas frutos civiles y hasta cincuenta tributos maacutes cuya nomenclatura no viene a cuento ahora

Y aquiacute termina todo lo que la presente historia tiene que ver con la militar y poliacutetica de aquella eacutepoca pues nuestro uacutenico objeto al referir lo que entonces sucediacutea en el mundo ha sido venir a parar a que el antildeo de que se trata (supongamos que el de 1805) imperaba todaviacutea en Espantildea el antiguo reacutegimen en todas las esferas de la vida puacuteblica y particular como si en medio de tantas novedades y trastornos el Pirineo se hubiese convertido en otra Muralla de la China

II De coacutemo viviacutea entonces la gente

En Andaluciacutea por ejemplo (pues precisamente acontecioacute en una ciudad de Andaluciacutea lo que vais a oiacuter) las personas de suposicioacuten continuaban levantaacutendose muy temprano yendo a la Catedral a Misa de prima aunque no fuese diacutea de precepto almorzando a las nueve un huevo frito y una jiacuteraca de chocolate con picatostes comiendo de una a dos de la tarde puchero y principio si habiacutea caza y si no puchero solo durmiendo la siesta despueacutes de comer paseando luego por el campo yendo al Rosario entre dos luces a su respectiva parroquia tomando otro chocolate a la Oracioacuten (eacuteste con bizcochos) asistiendo los muy encopetados a la tertulia del Corregidor del Deaacuten o del tiacutetulo que residiacutea en el pueblo retiraacutendose a casa a las Aacutenimas cerrando el portoacuten antes del toque de la queda cenando ensalada y guisado por antonomasia si no habiacutean entrado boquerones frescos y acostaacutendose incotinenti con su sentildeora (los que la teniacutean) no sin hacerse calentar primero la cama durante nueve meses del antildeo

iexclDichosiacutesimo tiempo aquel en que nuestra tierra seguiacutea en quieta y paciacutefica posesioacuten de todas las telarantildeas de todo el polvo de toda la polilla de todos los respetos de todas las creencias de todas las tradiciones de todos los usos y de todos los abusos santificados por los siglos iexclDichosiacutesimo tiempo aquel en que habiacutea en la sociedad humana variedad de clases de afectos y de costumbres iexclDichosiacutesimo tiempo digo para los

poetas especialmente que encontraban un entremeacutes un sainete una comedia un drama un auto sacramental o una epopeya detraacutes de cada esquina en vez de esta prosaica umformidad y desabrido realismo que nos legoacute al cabo la Revolucioacuten Francesa iexclDichosiacutesimo tiempo siacute

Pero esto es volver a las andadas Basta ya de generalidades y de circunloquios y entremos resueltamente en la historia del Sombrero de tres picos

III Do it des En aquel tiempo pues habiacutea cerca de la ciudad un famoso molino harinero (que ya no existe) situado como a un cuarto de legua de la poblacioacuten entre el pie de suave colina poblada de guindos y cerezos y una fertiliacutesima huerta que serviacutea de margen (y algunas veces de lecho) al titular intermitente y traicionero riacuteo

Por varias y diversas razones haciacutea ya alguacuten tiempo que aquel molino era el predilecto punto de llegada y descanso de los paseantes maacutes caracterizados de la mencionada ciudad Primeramente conduciacutea a eacutel un camino carretero menos intransitable que los restantes de aquellos contornos En segundo lugar delante del molino habiacutea una plazoletilla empedrada cubierta por un parral enorme debajo del cual se tomaba muy bien el fresco en el verano y el sol en el invierno merced a la alternada ida y venida de los paacutempanos En tercer lugar el Molinero era un hombre muy respetuoso muy discreto muy fino que teniacutea lo que se llama don de gentes y que obsequiaba a los sentildeores que soliacutean honrarlo con su tertulia vespertina ofrecieacutendoles lo que daba el tiempo ora habas verdes ora cerezas y guindas ora lechugas en rama y sin sazonar (que estaacuten muy buenas cuando se las acompantildea de macarros de pan de aceite macarros que se encargaban de enviar por delante sus sentildeoriacuteas) ora melones ora uvas de aquella misma parra que les serviacutea de dosel ora rosetas de maiz si era invierno y castantildeas asadas y almendras y nueces y de vez en cuando en las tardes friacuteas un trago de vino de pulso (dentro ya de la casa y al amor de la lumbre) a lo que por Pascuas se soliacutea antildeadir alguacuten pestintildeo alguacuten mantecado algun rosco o alguna lonja de jamoacuten alpujarrentildeo

ndashiquestTan rico era el Molinero o tan imprudentes sus tertulianosndashexclamareacuteis interrumpieacutendome

Ni lo uno ni lo otro El Molinero solo teniacutea un pasar y aquellos caballeros eran la delicadeza y el orgullo personificados Pero en unos tiempos en que se pagaban cincuenta y tantas contribuciones diferentes a la Iglesia y al Estado poco arriesgaba un ruacutestico de tan claras luces como aqueacutel en tenerse ganada la voluntad de Regidores Canoacutenigos Frailes Escribanos y demaacutes personas de campanillas Asiacute es que no faltaba quien dijese que el tiacuteo Lucas (tal era el nombre del Molinero) se ahorraba un dineral al antildeo a fuerza de agasajar a todo el mundo

ndash Vuestra Merced me va a dar una puertecilla vieja de la casa que ha derribado deciacuteale a uno Vuestra Sentildeoriacuteandashdeciacuteale a otrondashva a mandar que me rebajen el subsidido o la alcabala o la contribucioacuten de frutos-civiles Vuestra Reverencia me va a dejar coger en la huerta del Convento una poca hoja para mis gusanos de seda Vuestra Ilustriacutesima me va a dar permiso para traer una poca lentildea del monte X Vuestra Paternidad me va a poner dos letras para que me permitan cortar una poca de madera en el pinar H Es menester que me haga Usarceacute una escriturilla que no me cueste nada Este antildeo no puedo pagar el censo Espero que el pleito se falle a mi favor Hoy le he dado de bofetadas a uno y creo que debe ir a la caacutercel por haberme provocado iquestTendriacutea su Merced tal cosa de sobra iquestLe sirve a Usted de algo tal otra iquestMe puede prestar la mula iquestTiene ocupado mantildeana el carro iquestLe parece que enviacutee por el burro

Y estas canciones se repetiacutean a todas horas obteniendo siempre por contestacioacuten un generoso y desinteresado Como se pide

Conque ya veis que el tiacuteo Lucas no estaba en camino de arruinarse

IV Una mujer vista por fuera

La uacuteltima y acaso la maacutes poderosa razoacuten que teniacutea el seroriacuteo de la Ciudad para frecuentar por las tardes el molino del tiacuteo Lucas era que asiacute los cleacuterigos como los seglares empezando por el sentildeor Obispo y el sentildeor Corregidor podiacutean contemplar alliacute a sus anchas una de las obras maacutes bellas graciosas y admirables que hayan salido jamaacutes de las manos de Dios llamado entonces el Ser Supremo por Jovellanos y toda la escuela afrancesada de nuestro paiacutes

Esta obra se denominaba la sentildeaacute Frasquita

Empiezo por responderos de que la sentildeaacute Frasquita legiacutetima esposa del tiacuteo Lucas era una mujer de bien y de que asiacute lo sabiacutean todos los ilustres visitantes del molino Digo maacutes ninguno de eacutestos daba muestras de considerarla con ojos de varoacuten ni con trastienda pecaminosa Admiraacutebanla siacute y requebraacutebanla en ocasiones (delante de su marido por supuesto) lo mismo los frailes que los caballeros los canoacutenigos que los golillas como un prodigio de belleza que honraba a su Criador y

como una diablesa de travesura y coqueteriacutea que alegraba inocentemente los espiacuteritus maacutes melancoacutelicos Es un hermoso animal soliacutea decir el virtuosiacutesimo Prelado Es una estatua de la antiguumledad heleacutenica observaba un Abogado muy erudito Acadeacutemico correspondiente de la Historia Es la propia estampa de Eva prorrumpiacutea el Prior de los Franciscanos Es una real moza exclamaba el Coronel de milicias Es una sierpe una sirena iexclun demonio antildeadiacutea el Corregidor Pero es una buena mujer es un aacutengel es una criatura es una chiquilla de cuatro antildeos acababan por decir todos al regresar del molino atiborrados de uvas o de nueces en busca de sus teacutetricos y metoacutedicos hogares

La chiquilla de cuatro antildeos esto es la sentildeaacute Frasquita frisariacutea en los treinta Teniacutea maacutes de dos varas de estatura y era recia a proporcioacuten o quizaacute maacutes gruesa todaviacutea de lo correspondiente a su arrogante talla Pareciacutea una Niobe colosal y eso que no habiacutea tenido hijos pareciacutea un Heacutercules hembra pareciacutea una matrona romana de las que auacuten hay ejemplares en el Trastevere Pero lo maacutes notable en ella era la movilidad la ligereza la animacioacuten la gracia de su respetable mole Para ser una estatua como pretendiacutea el acadeacutemico le faltaba el reposo monumental Se cimbraba como un junco giraba como una veleta bailaba como una peonza Su rostro era maacutes movible todaviacutea y por lo tanto menos escultural Avivaacutebanlo donosamente hasta cinco hoyuelos dos en una mejilla otro en otra otro muy chico cerca de la comisura izquierda de sus rientes labios y el uacuteltimo muy grande en medio de su redonda barba Antildeadid a esto los picarescos mohines los graciosos guintildeos y las varias posturas de cabeza que amenizaban su conversacioacuten y formareacuteis idea de aquella cara llena de sal y de hermosura y radiante siempre de salud y alegriacutea

Ni la sentildeaacute Frasquita ni el tiacuteo Lucas eran andaluces ella era

navarra y eacutel murciano El habiacutea ido a la ciudad de a la edad de quince antildeos como medio paje medio criado del Obispo anterior al que entonces gobernaba aquella Iglesia Educaacutebalo su protector para cleacuterigo y tal vez con esta mira y para que no careciese de congrua dejoacutele en su testamento el molino pero el tiacuteo Lucas que a la muerte de Su Ilustriacutesima no estaba ordenado maacutes que de menores ahorcoacute los haacutebitos en aquel punto y hora y sentoacute plaza de soldado maacutes ganoso de ver mundo y correr aventuras que de decir Misa o de moler trigo En 1793 hizo la campantildea de los Pirineos Occidentales como Ordenanza del valiente General don Ventura Caro asistioacute al asalto de Castillo Pintildeoacuten y permanecioacute luego largo tiempo en las provincias del Norte donde tomoacute la licencia absoluta En Estella conocioacute a la sentildeaacute Frasquita que entonces soacutelo se llamaba Frasquita la enamoroacute se casoacute con ella y se la llevoacute a Andaluciacutea en busca de aquel molino que habiacutea de verlos tan paciacuteficos y dichosos durante el resto de su peregrinacioacuten por este valle de laacutegrimas y risas

La sentildeaacute Frasquita pues trasladada de Navarra a aquella soledad no habiacutea adquirido ninguacuten haacutebito andaluz y se diferenciaba mucho de las mujeres campesinas de los contornos Vestiacutea con maacutes sencillez desenfado y elegancia que ellas lavaba maacutes sus carnes y permitiacutea al sol y al aire acariciar sus arremangados brazos y su descubierta garganta Usaba hasta cierto punto el traje de las sentildeoras de aquella eacutepoca el traje de las mujeres de Goya el traje de la reina Mariacutea Luisa si no falda de medio paso falda de un paso solo sumamente corta que dejaba ver sus menudos pies y el arranque de su soberana pierna llevaba el escote redondo y bajo al estilo de Madrid donde se detuvo dos meses con su Lucas al trasladarse de Navarra a Andaluciacutea todo el pelo recogido en lo alto de la coronilla lo cual dejaba campear la gallardiacutea de su cabeza y de su cuello sendas arracadas en las diminutas orejas y muchas sortijas en los

afilados dedos de sus duras pero limpias manos Por uacuteltimo la voz de la sentildeaacute Frasquita teniacutea todos los tonos del maacutes extenso y melodioso instrumento y su carcajada era tan alegre y argentina que pareciacutea un repique de Saacutebado de Glorla

Retratemos ahora al tiacuteo Lucas

V Un hombre visto desde fuera

El tiacuteo Lucas era maacutes feo que Picio Lo habiacutea sido toda su vida y ya teniacutea cerca de cuarenta antildeos Sin embargo pocos hombres tan simpaacuteticos y agradables habraacute echado Dios al mundo Prendado de su viveza de su ingenio y de su gracia el difunto Obispo se lo pidioacute a sus padres que eran pastores no de almas sino de verdaderas ovejas Muerto Su Ilustriacutesima y dejado que hubo el mozo el Seminario por el Cuartel distinguioacutele entre todo su Ejeacutercito el General Caro y lo hizo su Ordenanza maacutes iacutentimo su verdadero criado de campantildea Cumplido en fin el empentildeo militar fuele tan faacutecil al tiacuteo Lucas rendir el corazoacuten de la sentildeaacute Frasquita como faacutecil le habiacutea sido captarse el aprecio del General y del Prelado La navarra que teniacutea a la sazoacuten veinte abriles y era el ojo derecho de todos los mozos de Estella algunos de ellos bastante ricos no pudo resistir a los continuos donaires a las chistosas ocurrencias a los ojillos de enamorado mono y a la bufona y constante sonrisa llena de malicia pero tambieacuten de dulzura de aquel murciano tan atrevido tan locuaz tan avisado tan dispuesto tan valiente y tan gracioso que acaboacute por trastornar el juicio no soacutelo a la codiciada beldad sino tambieacuten a su padre y a su madre

Lucas era en aquel entonces y seguiacutea siendo en la fecha a que nos referimos de pequentildea estatura (a los menos con relacioacuten a su mujer) un poco cargado de espaldas muy moreno barbilampintildeo narigoacuten orejudo y picado de viruelas En cambio su boca era regular y su dentadura inmejorable Dijeacuterase que soacutelo la corteza de aquel hombre era tosca y fea que tan pronto como

empezaba a penetrarse dentro de eacutel apareciacutean sus perfecciones y que estas perfecciones principiaban en los dientes Luego veniacutea la voz vibrante elaacutestica atractiva varonil y grave algunas veces dulce y melosa cuando pediacutea algo y siempre difiacutecil de resistir Llegaba despueacutes lo que aquella voz deciacutea todo oportuno discreto ingenioso persuasivo Y por uacuteltimo en el alma del tiacuteo Lucas habiacutea valor lealtad honradez sentido comuacuten deseo de saber y conocimientos instintivos o empiacutericos de muchas cosas profundo desdeacuten a los necios cualquiera que fuese su categoriacutea social y cierto espiacuteritu de ironiacutea de burla y de sarcasmo que le haciacutean pasar a los ojos del Acadeacutemico por un don Francisco de Quevedo en bruto

Tal era por dentro y por fuera el tiacuteo Lucas

VI Habilidades de los coacutenyuges

Amaba pues locamente la sentildeaacute Frasquita al tiacuteo Lucas y consideraacutebase la mujer maacutes feliz del mundo al verse adorada por eacutel No teniacutean hijos seguacuten que ya sabemos y habiacutease consagrado cada uno a cuidar y mimar al otro con esmero indecible pero sin que aquella tierna solicitud ostentase el caraacutecter sentimental y empalagoso por lo zalamero de casi todos los matrimonios sin sucesioacuten Al contrario trataacutebanse con una llaneza una alegriacutea una broma y una confianza semejantes a las de aquellos nintildeos camaradas de juegos y de diversiones que se quieren con toda el alma sin deciacuterselo jamaacutes ni darse a siacute mismos cuenta de lo que sienten iexclImposible que haya habido sobre la tierra molinero mejor peinado mejor vestido maacutes regalado en la mesa rodeado de maacutes comodidades en su casa que el tiacuteo Lucas iexclImposible que ninguna molinera ni ninguna reina haya sido objeto de tantas atenciones de tantos agasajos de tantas finezas como la sentildea Frasquita iexclImposible tambieacuten que ninguacuten molino haya encerrado tantas cosas necesarias uacutetiles agradables recreativas y hasta superfluas como el que va a servir de teatro a casi toda la presente historia Contribuiacutea mucho a ello que la sentildeaacute

Frasquita la pulcra hacendosa fuerte y saludable navarra sabiacutea queriacutea y podiacutea guisar coser bordar barrer hacer dulce lavar planchar blanquear la casa fregar el cobre amasar tejer hacer media cantar bailar tocar la guitarra y los palillos jugar a la brisca y al tute y otras muchiacutesimas cosas cuya relacioacuten fuera interminable Y contribuiacutea no menos al mismo resultado el que el tiacuteo Lucas sabiacutea queriacutea y podiacutea dirigir la molienda cultivar el campo cazar pescar trabajar de carpintero de herrero y de albantildeil ayudar a su mujer en todos los quehaceres de la casa leer escribir contar etc etc Y esto sin hacer mencioacuten de los ramos de lujo o sea de sus habilidades extraordinarias Por ejemplo el tiacuteo Lucas adoraba las flores (lo mismo que su mujer) y era floricultor tan consumado que habiacutea conseguido producir ejemplares nuevos por medio de laboriosas combinaciones Teniacutea algo de Ingeniero natural y lo habiacutea demostrado construyendo una presa un sifoacuten y un acueducto que triplicaron el agua del molino Habiacutea ensentildeado a bailar a un perro domesticado una culebra y hecho que un loro diese la hora por medio de gritos seguacuten las iba marcando un reloj de sol que el molinero habiacutea trazado en una pared de cuyas resultas el loro daba ya la hora con toda precisioacuten hasta en los diacuteas nublados y durante la noche Finalmente en el molino habiacutea una huerta que produciacutea toda clase de frutas y legumbres un estanque encerrado en una especie de quiosco de jazmines donde se bantildeaban en verano el tiacuteo Lucas y la sentildeaacute Frasquita un jardiacuten una estufa o invernadero para las plantas exoacuteticas una fuente de agua potable dos burras en que el matrimonio iba a la ciudad o a los pueblos de las cercaniacuteas gallinero palomar pajarera criadero de peces criadero de gusanos de seda colmenas cuyas abejas libaban en los jazmines jaraiacutez o lagar con su bodega correspondiente ambas cosas en miniatura horno telar fragua taller de carpinteriacutea etc etc todo ello reducido a una casa de ocho habitaciones y a dos fanegas de tierra y tasado en la cantidad de diez mil reales

VII El fondo de la felicidad

Adoraacutebanse siacute locamente el molinero y la molinera y auacuten se hubiera creiacutedo que ella lo queriacutea maacutes a eacutel que eacutel a ella no obstante ser eacutel tan feo y ella tan hermosa Diacutegolo porque la sentildeaacute Frasquita soliacutea tener celos y pedirle cuentas al tiacuteo Lucas cuando eacuteste tardaba mucho en regresar de la ciudad o de los pueblos adonde iba por grano mientras que el tiacuteo Lucas veiacutea hasta con gusto las atenciones de que era objeto la sentildeaacute Frasquita por parte de los sentildeores que frecuentaban el molino se ufanaba y regocijaba de que a todos les agradase tanto como a eacutel y aunque comprendiacutea que en el fondo del corazoacuten se la envidiaban algunos de ellos la codiciaban como simples mortales y hubieran dado cualquier cosa porque fuera menos mujer de bien la dejaba sola diacuteas enteros sin el menor cuidado y nunca le preguntaba luego queacute habiacutea hecho ni quieacuten habiacutea estado alliacute durante su ausencia

No consistiacutea aquello sin embargo en que el amor del tiacuteo Lucas fuese menos vivo que el de la sentildeaacute Frasquita Consistiacutea en que eacutel teniacutea maacutes confianza en la virtud de aqueacutella que ella en la de eacutel consistiacutea en que eacutel la aventajaba en penetracioacuten y sabiacutea

hasta queacute punto era amado y cuaacutento se respetaba su mujer a siacute misma y consistiacutea principalmente en que el tiacuteo Lucas era todo un hombre un hombre como el de Shakespeare de pocos e indivisibles sentimientos incapaz de dudas que creiacutea o moriacutea que amaba o mataba que no admitiacutea gradacioacuten ni traacutensito entre la suprema felicidad y el exterminio de su dicha

Era en fin un Otelo de Murcia con alpargatas y montera en el primer acto de una tragedia posible

Pero iquesta queacute estas notas luacutegubres en una tonadilla alegre iquestA queacute estos relaacutempagos fatiacutedicos en una atmoacutesfera tan serena iquestA queacute estas actitudes melodramaacuteticas en un cuadro de geacutenero

Vais a saberlo inmediatamente

VIII El hombre del sombrero de tres picos

Eran las dos de una tarde de octubre

El esquiloacuten de la catedral tocaba a viacutesperas lo cual equivale a decir que ya habiacutean comido todas las personas principales de la ciudad

Los canoacutenigos se dirigiacutean al Coro y los seglares a sus alcobas a dormir la siesta sobre todo aquellos que por razoacuten de oficio v gr las Autoridades habiacutean pasado la mantildeana entera trabajando

Era pues muy de extrantildear que a aquella hora impropia ademaacutes para dar un paseo pues todaviacutea haciacutea demasiado calor saliese de la ciudad a pie y seguido de un solo alguacil el ilustre sentildeor Corregidor de la misma a quien no podiacutea confundirse con ninguna otra persona ni de diacutea ni de noche asiacute por la enormidad de su sombrero de tres picos y por lo vistoso de su capa de grana como por lo particulariacutesimo de su grotesco donaire

De la capa de grana y del sombrero de tres picos son muchas todaviacutea las personas que pudieran hablar con pleno conocimiento de causa Nosotros entre ellas lo mismo que todos los nacidos en aquella ciudad en las postrimeriacuteas del reinado del sentildeor don Fernando VII recordamos haber visto colgados de un clavo uacutenico adorno de desmantelada pared en la ruinosa torre de la casa que habitoacute Su Sentildeoriacutea (torre destinada a la sazoacuten a los infantiles juegos de sus nietos) aquellas dos anticuadas prendas aquella capa y aquel sombrerondashel negro sombrero encima y la roja capa debajondash formando una especie de espectro del Absolutismo una especie de sudario del Corregidor una especie de caricatura retrospectiva de su poder pintada con carboacuten y almagre como tantas otras por los paacutervulos constitucionales de la de 1837 que alliacute nos reuniacuteamos una especie en fin de espanta-paacutejaros que en otro tiempo habiacutea sido espanta-hombres y que hoy me da miedo de haber contribuido a escarnecer paseaacutendolo por aquella histoacuterica ciudad en diacuteas de Carnestolendas en lo alto de un deshollinador o sirviendo de disfraz irrisorio al idiota que maacutes haciacutea reir a la plebe iexclPobre principio de autoridad iexclAsiacute te hemos puesto los mismos que hoy te invocamos tanto

En cuanto al indicado grotesco donaire del sentildeor Corregidor consistiacutea (dicen) en que era cargado de espaldas todaviacutea maacutes cargado de espaldas que el tiacuteo Lucas casi jorobado por decirlo de una vez de estatura menos que mediana endeblillo de mala salud con las piernas arqueadas y una manera de andar sui generis (balanceaacutendose de un lado a otro y de atraacutes hacia adelante) que soacutelo se puede describir con la absurda foacutermula de que pareciacutea cojo de los dos pies En cambio (antildeade la tradicioacuten) su rostro era regular aunque ya bastante arrugado por la falta absoluta de dientes y muelas moreno verdoso como el de casi todos los hijos de las Castillas con

grandes ojos oscuros en que relampagueaban la coacutelera el despotismo y la lujuria con finas y traviesas facciones que no teniacutean la expresioacuten del valor personal pero siacute la de una malicia artera capaz de todo y con cierto aire de satisfaccioacuten medio aristocraacutetico medio libertino que revelaba que aquel hombre habriacutea sido en su remota juventud muy agradable y acepto a las mujeres no obstante sus piernas y su joroba

Don Eugenio de Zuacutentildeiga y Ponce de Leoacuten (que asiacute se llamaba Su Sentildeoriacutea) habiacutea nacido en Madrid de familia ilustre frisariacutea a la sazoacuten en los cincuenta y cinco antildeos y llevaba cuatro de Corregidor en la ciudad de que tratamos donde se casoacute a poco de llegar con la principaliacutesima sentildeora que diremos maacutes adelante

Las medias de don Eugenio (uacutenica parte que ademaacutes de los zapatos dejaba ver de su vestido la extensiacutesima capa de grana) eran blancas y los zapatos negros con hebilla de oro Pero luego que el calor del campo lo obligoacute a desembozarse viacutedose que llevaba gran corbata de batista chupa de sarga de color de toacutertola muy festoneada de ramillos verdes bordados de realce calzoacuten corto negro de seda una enorme casaca de la misma estofa que la chupa espadiacuten con guarnicioacuten de acero bastoacuten con borlas y un respetable par de guantes (o quirotecas) de gamuza pajiza que no se poniacutea nunca y que empuntildeaba a guisa de cetro

El alguacil que seguiacutea veinte pasos de distancia al sentildeor Corregidor se llamaba Garduntildea y era la propia estampa de su nombre Flaco agiliacutesimo mirando adelante y atraacutes y a derecha e izquierda al propio tiempo que andaba de largo cuello de diminuto y repugnante rostro y con dos manos como dos manojos de disciplinas pareciacutea juntamente un huroacuten en busca de criminales la cuerda que habiacutea de atarlos y el instrumento destinado a su castigo

El primer Corregidor que le echoacute la vista encima le dijo sin maacutes informes Tuacute seraacutes mi verdadero alguacil Y ya lo habiacutea sido de cuatro Corregidores

Teniacutea cuarenta y ocho antildeos y llevaba sombrero de tres picos mucho maacutes pequentildeo que el de su sentildeor (pues repetimos que el de este era descomunal) capa negra como las medias y todo el traje bastoacuten sin borlas y una especie de asador por la espalda

Aquel espantajo negro pareciacutea la sombra de su vistoso amo

IX iexclArre burra Por donde quiera que pasaban el personaje y su apeacutendice los labradores dejaban sus faenas y se descubriacutean hasta los pies con maacutes miedo que respeto despueacutes de lo cual deciacutean en voz baja

ndashiexclTemprano va esta tarde el sentildeor Corregidor a ver a la sentildeaacute Frasquita

ndashiexclTemprano y solondashantildeadiacutean algunos acostumbrados a verlo siempre dar aquel paseo en compantildeiacutea de otras varias personas

ndashOye tuacute Manuel iquestpor queacute iraacute solo esta tarde el sentildeor Corregidor a ver a la navarrandashle preguntoacute una lugarentildea a su marido el cual la llevaba a grupas en la bestia

Y al mismo tiempo que la pregunta le hizo cosquillas por viacutea de retintiacuten

ndashiexclNo seas mal pensada Josefandashexclamoacute el buen hombrendash

La sentildeaacute Frasquita es incapaz

ndashNo digo lo contrario Pero el Corregidor no es por eso incapaz de estar enamorado de ella Yo he oiacutedo decir que de todos los que van a las francachelas del molino el uacutenico que lleva mal fin es ese madrilentildeo tan aficionado a faldas

ndashiquestY queacute sabes tuacute si es o no aficionado a faldasndashpreguntoacute a su vez el marido

ndashNo lo digo por miacute iexclYa se hubiera guardado por maacutes Corregidor que sea de decirme los ojos tienes negros

La que asiacute hablaba era fea en grado superlativo

ndashPues mira hija iexclallaacute ellosndashreplicoacute el llamado Manuelndash Yo no creo al tiacuteo Lucas hombre de consentir iexclBonito genio tiene el tiacuteo Lucas cuando se enfada

ndashPero en fin iexclsi ve que le convienendashantildeadioacute la tiacutea Josefa retorciendo el hocico

ndashEl tiacuteo Lucas es hombre de bienndashrepuso el lugarentildeondash y a un hombre de bien nunca pueden convenirle ciertas cosas

ndashPues entonces tienes razoacuten iexclAllaacute ellos iexclSi yo fuera la sentildeaacute Frasquita

ndashiexclArre burrandashgritoacute el marido para mudar de conversacioacuten

Y la burra salioacute al trote con lo que no pudo oiacuterse el resto del diaacutelogo

X Desde la parra Mientras asiacute discurrian los labriegos que saludaban al sentildeor Corregidor la sentildeaacute Frasquita regaba y barriacutea cuidadosamente la plazoletilla empedrada que serviacutea de atrio o compaacutes al molino y colocaba media docena de sillas debajo de lo maacutes espeso del emparrado en el cual estaba subido el tiacuteo Lucas cortando los mejores racimos y arreglaacutendolos artiacutesticamente en una cesta

ndashiexclPues siacute Frasquitandashdeciacutea el tiacuteo Lucas desde lo alto de la parrandash el sentildeor Corregidor estaacute enamorado de ti de muy mala manera

ndashYa te lo dije yo hace tiempondashcontestoacute la mujer del Nortendash Pero iexcldeacutejalo que pene iexclCuidado Lucas no te vayas a caer

ndashDescuida estoy bien agarrado tambieacuten le gustas mucho al sentildeor

ndashiexclMira iexclNo me des maacutes noticiasndashinterrumpioacute ellandash iexclDemasiado seacute yo a quieacuten le gusto y a quieacuten no le gusto iexclOjalaacute supiera del mismo modo por queacute no te gusto a ti

ndashiexclToma Porque eres muy fea ndashcontestoacute el tiacuteo Lucas

ndashPues oye iexclfea y todo soy capaz de subir a la parra y echarte de cabeza al suelo

ndashMaacutes faacutecil seriacutea que yo no te dejase bajar de la parra sin comerte viva

ndashiexclEso es iexclY cuando vinieran mis galanes y nos viesen ahiacute diriacutean que eacuteramos un mono y una mona

ndashY acertariacutean porque tuacute eres muy mona y muy rebonita y yo parezco un mono con esta joroba

ndashQue a miacute me gusta muchiacutesimo

ndashEntonces te gustaraacute maacutes la del Corregidor que es mayor que la miacutea

ndashiexclVamos iexclVamos sentildeor don Lucas iexclNo tenga usted tantos celos

ndashiquestCelos yo de ese viejo petate iexclAl contrario me alegro muchiacutesimo de que te quiera

ndashiquestPor queacute

ndashPorque en el pecado lleva la penitencia iexclTuacute no has de quererlo nunca y yo soy entre tanto el verdadero Corregidor de la ciudad

ndashiexclMiren el vanidoso Pues figuacuterate que llegase a quererlo

iexclCosas maacutes raras se ven en el mundo

ndashTampoco me dariacutea gran cuidado

ndashiquestPor queacute

ndashiexclPorque entonces tuacute no seriacuteas ya tuacute y no siendo tuacute quien eres o como yo creo que eres maldito lo que me importariacutea que te llevasen los demonios

ndashPues bien iquestqueacute hariacuteas en semejante caso

ndashiquestYo iexclMira lo que no seacute Porque como entonces yo seriacutea otro y no el que soy ahora no puedo figurarme lo que pensariacutea

ndashiquestY por queacute seriacuteas entonces otrondashinsistioacute valientemente la sentildeaacute Frasquita dejando de barrer y ponieacutendose en jarras para mirar hacia arriba

El tiacuteo Lucas se rascoacute la cabeza como si escarbara para sacar de ella alguna idea muy profunda hasta que al fin dijo con maacutes seriedad y pulidez que de costumbre

ndashSeriacutea otro porque yo soy ahora un hombre que cree en ti como en siacute mismo y que no tiene maacutes vida que esa fe De consiguiente al dejar de creer en ti me moririacutea o me convertiriacutea en un nuevo hombre viviriacutea de otro modo me pareceriacutea que acababa de nacer tendriacutea otras entrantildeas Ignoro pues lo que hariacutea entonces contigo Puede que me echara a reiacuter y te volviera la espalda Puede que ni siquiera te conociese Puede que Pero iexclvaya un gusto que tenemos en ponernos de mal humor sin necesidad iquestQueacute nos importa a nosotros que te quieran todos los

Corregidores del mundo iquestNo eres tuacute mi Frasquita

ndashiexclSi pedazo de baacuterbarondashcontestoacute la navarra riendo a maacutes no poderndash Yo soy tu Frasquita y tuacute eres mi Lucas de mi alma maacutes feo que el bu con maacutes talento que todos los hombres maacutes bueno que el pan y maacutes querido iexclAh lo que es eso de querido cuando bajes de la parra lo veraacutes iexclPrepaacuterate a llevar maacutes bofetadas y pellizcos que pelos tienes en la cabeza Pero iexclcalla iquestQueacute es lo que veo El sentildeor Corregidor viene por alli completamente solo iexclY tan tempranito Ese trae plan iexclPor lo visto tuacute teniacuteas razoacuten

ndashPues aguaacutentate y no le digas que estoy subido en la parra iexclEse viene a declararse a solas contigo creyendo pillarme durmiendo la siesta Quiero divertirme oyendo su explicacioacuten

Asiacute dijo el tiacuteo Lucas alargando la cesta a su mujer

ndashiexclNo estaacute mal pensadondashexclamoacute ella lanzando nuevas carcajadasndash iexclEl demonio del madrilentildeo iquestQueacute se habraacute creiacutedo que es un Corregidor para miacute Pero aquiacute llega Por cierto que Garduntildea que lo seguiacutea a alguna distancia se ha sentado en la ramblilla a la sombra iexclQueacute majaderiacutea Ocuacuteltate tuacute bien entre los paacutempanos que nos vamos a reiacuter maacutes de lo que te figuras

Y dicho esto la hermosa navarra rompioacute a cantar el fandango que ya le era tan familiar como las canciones de su tierra

XI El bombardeo de Pamplona

ndashD ios te guarde Frasquitandashdijo el Corregidor a media voz apareciendo bajo el emparrado y andando de puntillas

ndashiexclTanto bueno sentildeor Corregidorndashrespondioacute ella en voz natural hacieacutendole mil reverenciasndash iexclUsiacutea por aquiacute a estas horas iexclY con el calor que hace iexclVaya sieacutentese Su Sentildeoriacutea Esto estaacute fresquito iquestCoacutemo no ha aguardado Su Sentildeoriacutea a los demaacutes sentildeores Aquiacute tienen ya preparados sus asientos Esta tarde esperamos al sentildeor Obispo en persona que le ha prometido a mi Lucas venir a probar las primeras uvas de la parra iquestY coacutemo lo pasa Su Sentildeoriacutea iquestCoacutemo estaacute la Sentildeora

El Corregidor se habiacutea turbado La ansiada soledad en que encontraba a la sentildeaacute Frasquita le pareciacutea un suentildeo o un lazo que le tendiacutea la enemiga suerte para hacerle caer en el abismo de un desengantildeo Limitoacutese pues a contestar

ndashNo es tan temprano como dices Seraacuten las tres y media El loro dio en aquel momento un chillido

ndashSon las dos y cuartondashdijo la navarra mirando de hito en hito al madrilentildeo

Este calloacute como reo convicto que renuncia a la defensa

ndashiquestY Lucas iquestDuermendashpreguntoacute al cabo de un rato

(Debemos advertir aquiacute que el Corregidor lo mismo que todos los que no tienen dientes hablaba con una pronunciacioacuten floja y sibilante como si se estuviese comiendo sus propios labios)

ndashiexclDe segurondashcontestoacute la sentildea Frasquitandash En llegando estas horas se queda dormido donde primero le coge aunque sea en el borde de un precipicio

ndashPues mira iexcldeacutejalo dormirndashexclamoacute el viejo Corregidor ponieacutendose maacutes paacutelido de lo que ya erandash Y tuacute mi querida Frasquita escuacutechame oye ven acaacute iexclSieacutentate aquiacute a mi lado Tengo muchas cosas que decirte

ndashYa estoy sentadandashrespondioacute la Molinera agarrando una silla baja y plantaacutendola delante del Corregidor a cortiacutesima distancia de la suya

Sentado que se hubo Frasquita echoacute una pierna sobre la otra inclinoacute el cuerpo hacia adelante apoyoacute un codo sobre la rodilla cabalgadora y la fresca y hermosa cara en una de sus manos y asiacute con la cabeza un poco ladeada la sonrisa en los labios los cinco hoyos en actividad y las serenas pupilas

clavadas en el Corregidor aguardoacute la declaracioacuten de Su Sentildeoriacutea Hubiera podido comparaacutersela con Pamplona esperando un bombardeo

El pobre hombre fue a hablar y se quedoacute con la boca abierta embelesado ante aquella grandiosa hermosura ante aquella esplendidez de gracias ante aquella formidable mujer de alabastrino color de lujosas carnes de limpia y riente boca de azules e insondables ojos que pareciacutea creada por el pincel de Rubens

ndashiexclFrasquitandashmurmuroacute al fin el delegado del Rey con acento desfallecido mientras que su marchito rostro cubierto de sudor destacaacutendose sobre su joroba expresaba una inmensa angustiandash iexclFrasquita

ndashiexclMe llamondashcontestoacute la hija de los Pirineosndash iquestY queacute

ndashLo que tuacute quierasndashrepuso el viejo con una ternura sin liacutemites

ndashPues lo que yo quierondashdijo la Molinerandash ya lo sabe Usiacutea Lo que yo quiero es que Usiacutea nombre Secretario del Ayuntamiento de la Ciudad a un sobrino miacuteo que tengo en Estella y que asiacute podraacute venirse de aquellas montantildeas donde estaacute pasando muchos apuros

ndashTe he dicho Frasquita que eso es imposible El Secretario actual

ndashiexclEs un ladroacuten un borracho y un bestia

ndashYa lo seacute Pero tiene buenas aldabas entre los Regidores

Perpetuos y yo no puedo nombrar otro sin acuerdo del Cabildo De lo contrarlo me expongo

ndashiexclMe expongo iexclMe expongo iquestA que no nos expondriacuteamos por Vuestra Sentildeoriacutea hasta los gatos de esta casa

ndashiquestMe querriacuteas a este precio ndashtartamudeoacute el Corregidor

ndashNo sentildeor que lo quiero a Usiacutea de balde

ndashiexclMujer no me des tratamiento Haacuteblame de usted o como se te antoje iquestConque vas a quererme Di

ndashiquestNo le digo a usted que lo quiero ya

ndashNo hay pero que valga iexclVeraacute usted queacute guapo y queacute hombre de bien es mi sobrino

ndashiexclTuacute siacute que eres guapa Frascuela

ndashiquestLe gusto a usted

ndashiexclQue si me gustas iexclNo hay mujer como tuacute

ndashPues mire usted Aquiacute no hay nada postizondashcontesto la sentildea Frasquita acabando de arrollar la manga de su juboacuten y mostrando al Corregidor el resto de su brazo digno de una cariaacutetide y maacutes blanco que una azucena

ndashiexclQue si me gustasndashprosiguioacute el Corregidorndash iexclDe diacutea de noche a todas horas en todas partes solo pienso en ti

ndashiexclPues queacute iquestNo le gusta a usted la sentildeora Corregidora

ndashpreguntoacute la sehaacute Frasquita con tan mal fingida compasioacuten que hubiera hecho reiacuter a un hipocondriacuteacondash iexclQueacute laacutestima Mi Lucas me ha dicho que tuvo el gusto de verla y de hablarle cuando fue a componerle a usted el reloj de la alcoba y que es muy guapa muy buena y de un trato muy carintildeoso

ndashiexclNo tanto iexclNo tantondashmurmuroacute el Corregidor con cierta amargura

ndashEn cambio otros me han dichondashprosiguioacute la Molinerandashque tiene muy mal genio que es muy celosa y que usted le tiembla maacutes que a una vara verde

ndashiexclNo tanto mujerndashrepitioacute don Eugenio de Zuacutentildeiga y Ponce de Leoacuten ponieacutendose coloradondash iexclNi tanto ni tan poco La Sentildeora tiene sus maniacuteas es cierto mas de ello a hacerme temblar hay mucha diferencia iexclYo soy el Corregidor

ndashPero en fin iquestla quiere usted o no la quiere

ndashTe direacute Yo la quiero mucho o por mejor decir la queriacutea antes de conocerte Pero desde que te vi no seacute lo que me pasa y ella misma conoce que me pasa algo Baacutestete saber que hoy tomarle por ejemplo la cara a mi mujer me hace la misma operacioacuten que si me la tomara a miacute propio iexclYa ves que no puedo quererla maacutes sin sentir menos iexclMientras que por coger esa mano ese brazo esa cara esa cintura dariacutea lo que no tengo

Y hablando asiacute el Corregidor tratoacute de apoderarse del brazo desnudo que la sentildeaacute Frasquita le estaba refregando materialmente por los ojos pero eacutesta sin descomponerse extendioacute la mano tocoacute el pecho de Su Sentildeoriacutea con la paciacutefica violencia e incontrastable rigidez de la trompa de un elefante y

lo tiroacute de espaldas con silla y todo

ndashiexclAve Maria Puriacutesimandashexclamoacute entonces la navarra rieacutendose a maacutes no poderndash Por lo visto esa silla estaba rota

ndashiquestQueacute pasa ahiacutendashexclamoacute en esto el tiacuteo Lucas asomando su feo rostro entre los paacutempanos de la parra

El Corregidor estaba todaviacutea en el suelo boca arriba y miraba con un terror indecible a aquel hombre que apareciacutea en los aires boca abajo

Hubieacuterase dicho que Su Sentildeoriacutea era el Diablo vencido no por San Miguel sino por otro Demonio del infierno

ndashiquestQueacute ha de pasarndashse apresuroacute a responder la sentildeaacute Frasquitandash iexclQue el sentildeor Corregidor puso la silla en vago fue a mecerse y se ha caiacutedo

ndashiexclJesuacutes Maria y Joseacutendashexclamoacute a su vez el Molinerondash iquestY se ha hecho dantildeo Su Sentildeoriacutea iquestQuiere un poco de agua y vinagre

ndashiexclNo me he hecho nadandashdijo el Corregidor levantaacutendose como pudo

Y luego antildeadioacute por lo bajo pero de modo que pudiera oiacuterlo la sentildeaacute Frasquita

ndashiexclMe la pagareacuteis

ndashPues en cambio Su Sentildeoriacutea me ha salvado a miacute la vidandashrepuso el tiacuteo Lucas sin moverse de lo alto de la parrandash

Figuacuterate mujer que estaba yo aquiacute sentado contemplando las uvas cuando me quedeacute dormido sobre una red de sarmientos y palos que dejaban claros suficientes para que pasase mi cuerpo Por consiguiente si la caida de Su Sentildeoriacutea no me hubiese despertado tan a tiempo esta tarde me habriacutea yo roto la cabeza contra esas piedras

ndashConque si iquesteh ndashreplicoacute el Corregidorndash Pues iexclvaya hombre me alegro iexclTe digo que me alegro mucho de haberme caiacutedo

ndashiexclMe la pagaraacutesndashagregoacute en seguida dirigieacutendose a la Molinera

Y pronuncioacute estas palabras con tal expresioacuten de reconcentrada furia que la sentildeaacute Frasquita se puso triste

Veiacutea claramente que el Corregidor se asustoacute al principio creyendo que el Molinero lo habiacutea oiacutedo todo pero que persuadido ya de que no habiacutea oiacutedo nada (pues la calma y el disimulo del tiacuteo Lucas hubieran engantildeado al maacutes lince) empezaba a abandonarse a toda su iracundia y a concebir planes de venganza

ndashiexclVamos iexclBaacutejate ya de ahiacute y ayuacutedame a limpiar a Su Sentildeoriacutea que se ha puesto perdido de polvondashexclamoacute entonces la Molinera

Y mientras el tio Lucas bajaba diacutejole ella al Corregidor daacutendole golpes con el delantal en la chupa y alguno que otro en las orejas

ndashEl pobre no ha oiacutedo nada Estaba dormido como un

tronco Maacutes que estas frases la circunstancia de haber sido dichas en voz baja afectando complicidad y secreto produjo un efecto maravilloso

ndashiexclPicara iexclProtervandashbalbuceoacute don Eugenio de Zuacutentildeiga con la boca hecha un agua pero gruntildeendo todaviacutea

ndashiquestMe guardaraacute Usiacutea rencorndashreplicoacute la navarra zalameramente

Viendo el Corregidor que la severidad le daba buenos resultados intentoacute mirar a la sentildeaacute Frasquita con mucha rabia pero se encontroacute con su tentadora risa y sus divinos ojos en los cuales brillaba la caricia de una suacuteplica y derritieacutendosele la gacha en el acto le dijo con un acento baboso y silbante en que se descubriacutea maacutes que nunca la ausencia total de dientes y muelas

ndashiexclDe ti depende amor miacuteo

En aquel momento se descolgoacute de la parra el tiacuteo Lucas

XII Diezmos y primicias

Repuesto el Corregidor en su silla la Molinera dirigioacute una raacutepida mirada a su esposo y viole no soacutelo tan sosegado como siempre sino reventando de ganas de reiacuter por resultas de aquella ocurrencia cambioacute con eacutel desde lejos un beso tirado aprovechando el primer descuido de don Eugenio y diacutejole en fin a este con una voz de sirena que le hubiera envidiado Cleopatra

ndashiexclAhora va Su Sentildeoriacutea a probar mis uvas Entonces fue de ver a la hermosa navarra (y asiacute la pintaria yo si tuviese el pincel de Tiziano) plantada enfrente del embelesado Corregidor fresca magniacutefica incitante con sus nobles formas con su angosto vestido con su elevada etatura con sus desnudos brazos levantados sobre la cabeza y con un transpaente racimo en cada mano dicieacutendole entre una sonrisa irresistible y una mirada suplicante en que titilaba el miedo

ndashTodaviacutea no las ha probado el sentildeor Obispo Son las primeras que se cogen este antildeo

Pareciacutea una gigantesca Pomona brindando frutos a un dios campestre a un saacutetiro v gr

En esto aparecioacute al extremo de la plazoleta empedrada el venerable Obispo de la dioacutecesis acompantildeado del abogado acadeacutemico y de dos canoacutenigos de avanzada edad y seguido de su secretario de dos familiares y de dos pajes Detuacutevose un rato Su Ilustriacutesima a contemplar aquel cuadro tan coacutemico y tan bello hasta que por uacuteltimo dijo con el reposado acento propio de los prelados de entonces

ndashEl quinto pagar diezmos y primicias a la Iglesia de Dios nos ensentildea la doctrina cristiana pero usted sentildeor Corregidor no se contenta con administrar el diezmo sino que tambieacuten trata de comerse las primicias

ndashiexclEl sentildeor Obispondashexclamaron los Molineros dejando al Corregidor y corriendo a besar el anillo al prelado

ndashiexclDios se lo pague a Su Ilustriacutesima por venir a honrar esta pobre chozandashdijo el tiacuteo Lucas besando el primero y con acento de muy sincera veneracioacuten

ndashiexclQueacute sentildeor Obispo tengo tan hermosondashexclamoacute la sentildeaacute Frasquita besando despueacutesndashiexclDios lo bendiga y me lo conserve maacutes antildeos que le conservoacute el suyo a mi Lucas

ndashiexclNo seacute queacute falta puedo hacerte cuando tuacute me echas las bendiciones en vez de pediacutermelasndashcontestoacute rieacutendose el bondadoso pastor

Y extendiendo dos dedos bendijo a la sentildeaacute Frasquita y despueacutes a los demaacutes circunstantes

ndashiexclAquiacute tiene Usiacutea Ilustriacutesima las primiciasndashdijo el Corregidor tomando un racimo de manos de la Molinera y presentaacutendoselo corteacutesmente al Obispondash Todaviacutea no habiacutea yo probado las uvas

El Corregidor pronuncioacute estas palabras dirigiendo de paso una raacutepida y ciacutenica mirada a la espleacutendida hermosura de la Molinera

ndashiexclPues no seraacute porque esteacuten verdes como las de la faacutebulandashobservoacute el acadeacutemico

ndashLas de la faacutebulandashexpuso el Obispo no estaban verdes sentildeor licenciado sino fuera del alcance de la zorra

Ni el uno ni el otro habiacutean querido acaso aludir al Corregidor pero ambas frases fueron casualmente tan adecuadas a lo que acababa de suceder alliacute que don Eugenio de Zuacutentildeiga se puso liacutevido de coacutelera y dijo besando el anillo del prelado

ndashiexclEso es llamarme zorro Sentildeor Ilustriacutesimo

ndashTu dixistindashreplicoacute eacuteste con la amable severidad de un santo como diz que lo era en efectondash Excusatio non petita accusatio manifesta Qualis vir talis oratio Pero satis am dictum nullus ultra sit sermo O lo que es lo mismo dejeacutemonos de latines y veamos estas famosas uvas

Y picoacute una sola vez en el racimo que le presentaba el Corregidor

ndashiexclEstaacuten muy buenasndashexclamoacute mirando aquella uva al trasluz y alargaacutendosela en seguida a su secretariondash iexclLaacutestima que

a miacute me sienten mal

El secretario contemploacute tambieacuten la uva hizo un gesto de cortesana admiracioacuten y la entregoacute a uno de los familiares

El familiar repitioacute la accioacuten del Obispo y el gesto del secretario propasaacutendose hasta oler la uva y luego Ia colocoacute en la cesta con escrupuloso cuidado no sin decir en voz baja a la concurrencia

ndashSu Ilustriacutesima ayuna

El tiacuteo Lucas que habiacutea seguido la uva con la vista la cogioacute entonces disimuladamente y se la comioacute sin que nadie lo viera

Despueacutes de esto sentaacuteronse todos habloacutese de la otontildeada (que seguiacutea siendo muy seca no obstante haber pasado el cordonazo de San Francisco) discurrioacutese algo sobre la probabilidad de una nueva guerra entre Napoleoacuten y el Austria insistiose en la creencia de que las tropas imperiales no invadiriacutean nunca el territorio espantildeol quejoacutese el abogado de lo revuelto y calamitoso de aquella eacutepoca envidiando los tranquilos tiempos de sus padres (como sus padres habriacutean envidiado los de sus abuelos) dio las cinco el loro y a una sentildea del reverendo Obispo el menor de los pajes fue al coche episcopal (que se habiacutea quedado en la misma ramblilla que el alguacil) y volvioacute con una magniacutefica torta sobada de pan de aceite polvoreada de sal que apenas hariacutea una hora habiacutea salido del horno colocoacutese una mesilla en medio del concurso descuartizoacutese la torta se dio su parte correspondiente sin embargo de que se resistieron mucho al tiacuteo Lucas y a la sentildeaacute Frasquita y una igualdad verdaderamente democraacutetica reinoacute durante media hora bajo aquellos paacutempanos que filtraban los uacuteltimos resplandores del sol poniente

XIII Le dijo el grajo al cuervo

Hora y media despueacutes todos los ilustres compantildeeros de merienda estaban de vuelta en la ciudad

El sentildeor Obispo y su familia habiacutean llegado con bastante anticipacioacuten gracias al coche y hallaacutebanse ya en palacio donde los dejaremos rezando sus devociones

El insigne abogado (que era muy seco) y los dos canoacutenigos (a cuaacutel maacutes grueso y respetable) acompantildearon al Corregidor hasta la puerta del Ayuntamiento (donde Su Sentildeoriacutea dijo tener que trabajar) y tomaron luego el camino de sus respectivas casas guiaacutendose por las estrellas como los navegantes o sorteando a tientas las esquinas como los ciegos pues ya habiacutea cerrado la noche aun no habiacutea salido la luna y el alumbrado puacuteblico (lo mismo que las demaacutes luces de este siglo) todaviacutea estaba alliacute en la mente divina

En cambio no era raro ver discurrir por algunas calles tal o cual linterna o farolillo con que respetuoso servidor alumbraba a

sus magniacuteficos amos quienes se dirigiacutean a la habitual tertulia o de visita a casa de sus parientes

Cerca de casi todas las rejas bajas se veiacutea (o se olfateaba por mejor decir) un silencioso bulto negro Eran galanes que al sentir pasos habiacutean dejado por un momento de pelar la pava

ndashiexclSomos unos calaverasndashiban diciendo el abogado y los dos canoacutenigosndash Queacute pensaraacuten en nuestras casas al vernos llegar a estas horas

ndashPues iquestqueacute diraacuten los que nos encuentren en la calle de este modo a las siete y pico de la noche como unos bandoleros amparados de las tinieblas

ndashHay que mejorar de conducta

ndashiexclAh Siacute iexclPero ese dichoso molino

ndashMi mujer lo tiene sentado en la boca del estoacutemagondashdijo el acadeacutemico con un tono en que se trasluciacutea mucho miedo a la proacutexima pelotera conyugal

ndashiquestPues y mi sobrinandashexclamoacute uno de los canoacutenigos que por cierto era Penitenciariondash Mi sobrina dice que los sacerdotes no deben visitar comadres

ndashY sin embargondashinterrumpioacute su compantildeero que era Magistralndash lo que alliacute pasa no puede ser maacutes inocente

ndashiexclToma iexclComo que va el mismiacutesimo Obispo

ndashY luego sentildeores iexcla nuestra edadndashrepuso el

Penitenciariondash Yo he cumplido ayer los setenta y cinco

ndashiexclEs clarondashreplicoacute el Maglstralndash Pero hablemos de otra cosa iexclqueacute guapa estaba esta tarde la sentildea Frasquita

ndashiexclOh lo que es eso como guapa es guapandashdijo el Abogado afectando imparcialidad

ndashMuy guapandashrepitioacute el Penitenciario dentro del embozo ndashY si nondashantildeadioacute el predicador de Oficiondash que se lo pregunten al Corregidor

ndashiexclEl pobre hombre estaacute enamorado de ella

ndashiexclYa lo creondashexclamoacute el confesor de la catedral

ndashiexclDe segurondashagregoacute el acadeacutemico correspondientendash Conque sentildeores yo tomo por aquiacute para llegar antes a casa iexclMuy buenas noches

ndashBuenas nochesndashle contestaron los capitulares

Y anduvieron algunos pasos en silencio

ndashiexclTambieacuten le gusta a ese la Molinerandashmurmuroacute entonces el Magistral daacutendole con el codo al Penitenciario

ndashiexclComo si lo vierandashrespondioacute este paraacutendose a la puerta de su casandash iexclY que bruto es Conque hasta mantildeana compantildeero Que le sienten a usted muy bien las uvas

ndashHasta mantildeana si Dios quiere Que pase usted muy buena noche

ndashiexclBuenas noches nos deacute Diosndashrezoacute el Penitenciario ya desde el portal que por maacutes sentildeas teniacutea farol y Virgen

Y llamoacute a la aldaba

Una vez solo en la calle el otro canoacutenigo (que era maacutes ancho que alto y que pareciacutea que rodaba al andar) siguioacute avanzando lentamente hacia su casa pero antes de llegar a ella cometioacute contra una pared cierta falta que en el porvenir habiacutea de ser objeto de un bando de policiacutea y dijo al mismo tiempo pensando sin duda en su cofrade de Coro

ndashiexclTambieacuten te gusta a ti la sentildeaacute Frasquita iexclY la verdad esndashantildeadioacute al cabo de un momentondashque como guapa es guapa

XIV Los consejos de Garduntildea

Entre tanto el Corregidor habiacutea subido al Ayuntamiento acompantildeado de Garduntildea con quien manteniacutea haciacutea rato en el saloacuten de sesiones una conversacion maacutes familiar de lo correspondiente a persona de su calidad y oficio

ndashiexclCrea Usiacutea a un perro perdiguero que conoce la cazandashdeciacutea el innoble alguacilndash La sentildeaacute Frasquita estaacute perdidamente enamorada de Usiacutea y todo lo que Usiacutea acaba de contarme contribuye a haceacutermelo ver maacutes claro que esa luz

Y sentildealaba un veloacuten de Lucena que apenas si esclareciacutea la octava parte del saloacuten

ndashiexclNo estoy yo tan seguro como tuacute Garduntildeandashcontestoacute don Eugenio suspirando laacutenguidamente

ndashiexclPues no seacute por queacute Y si no hablemos con franqueza Usiacutea dicho sea con perdoacuten tiene una tacha en su cuerpo iquest No

es verdad

ndashiexclBien siacutendashrepuso el Corregidorndash Pero esa tacha la tiene tambieacuten el tiacuteo Lucas iexclEl es maacutes jorobado que yo

ndashiexclMucho maacutes iexclMuchiacutesimo maacutes iexclsin comparacioacuten de ninguna especie Pero en cambio y es a lo que iba Usiacutea tiene una cara de muy buen ver lo que se dice una bella cara mientras que el tiacuteo Lucas se parece al sargento Utrera que reventoacute de feo

El Corregidor sonrioacute con cierta ufaniacutea

ndashAdemaacutesndashprosiguioacute el alguacilndash la sentildeaacute Frasquita es capaz de tirarse por una ventana con tal de agarrar el nombramiento de su sobrino

ndashiexclHasta ahiacute estamos de acuerdo iexclEse nombramiento es mi uacutenica esperanza

ndashiexclPues manos a la obra sentildeor Ya le he explicado a Usiacutea mi plan iexclNo hay maacutes que ponerlo en ejecucioacuten esta misma noche

ndashiexclTe he dicho muchas veces que no necesito consejosndashgritoacute don Eugenio acordaacutendose de pronto de que hablaba con un inferior

ndashCreiacute que Usiacutea me los habiacutea pedidondashbalbuceoacute Garduntildea

ndashiexclNo me repliques

Garduntildea saludoacute

ndashiquestConque deciacuteasndashprosiguioacute el de Zuacutentildeiga volviendo a amansarsendashque esta misma noche puede arreglarse todo eso Pues iexclmira hijo me parece muy bien iexclQueacute diablos iexclAsiacute saldreacute pronto de esta cruel incertidumbre

Garduntildea guardoacute silencio El Corregidor se dirigioacute al bufete y escribioacute algunas liacuteneas en un pliego de papel sellado que selloacute tambieacuten por su parte guardaacutendolo luego en la faltriquera

ndashiexclYa estaacute hecho el nombramiento del sobrinondashdijo entonces tomando un polvo de rapeacutendash iexclMantildeana me las compondreacute yo con los regidores y o lo ratifican con un acuerdo o habraacute la de San Quintiacuten iquestNo te parece que hago bien

ndashiexclEso iexclesondashexclamoacute Garduntildea entusiasmado metiendo la zarpa en la caja del Corregidor y arrebataacutendole un polvondash iexclEso iexcleso El antecesor de Usiacutea no se paraba tampoco en barras Cierta vez

ndashiexclDeacutejate de bachilleriacuteasndashrepuso el Corregidor sacudieacutendole una guantada en la ratera manondash Mi antecesor era una bestia cuando te tuvo de alguacil Pero vamos a lo que importa Acabas de decirme que el molino del tiacuteo Lucas pertenece al teacutermino del lugarcillo inmediato y no al de esta poblacioacuten iquest Estaacutes seguro de ello

ndashiexclSeguriacutesimo La jurisdiccioacuten de la ciudad acaba en la ramblilla donde yo me senteacute esta tarde a esperar que Vuestra Sentildeoriacutea iexclVoto a Lucifer iexclSi yo hubiera estado en su caso

ndashiexclBastandashgritoacute don Eugeniondash iexclEres un insolente

Y cogiendo media cuartilla de papel escribioacute una esquela cerroacutela doblaacutendole un pico y se la entregoacute a Garduntildea

ndashAhiacute tienesndashle dijo al mismo tiempondashla carta que me has pedido para el alcalde del lugar Tuacute le explicaraacutes de palabra todo lo que tiene que hacer iexclYa ves que sigo tu plan al pie de la letra iexclDesgraciado de ti si me metes en un callejoacuten sin salida

ndashiexclNo hay cuidado contestoacute Garduntildeandash El sentildeor Juan Loacutepez tiene mucho que temer y en cuanto vea la firma de Usiacutea haraacute todo lo que yo le mande iexclLo menos le debe mil fanegas de grano al Poacutesito Real y otro tanto al Poacutesito Piacuteo Esto uacuteltimo contra toda ley pues no es ninguna viuda ni ninguacuten labrador pobre para recibir el trigo sin abonar creces ni recargo sino un jugador un borracho y un sinverguumlenza muy amigo de faldas que trae escandalizado al pueblecillo iexclY aquel hombre ejerce autoridad iexclAsiacute anda el mundo

ndashiexclTe he dicho que calles iexclMe estaacutes distrayendondashbramoacute el Corregidorndash Conque vamos al asuntondashantildeadioacute luego mudando de tonondash Son las siete y cuarto Lo primero que tienes que hacer es ir a casa y advertirle a la Sentildeora que no me espere a cenar ni a dormir Dile que esta noche me estareacute trabajando aquiacute hasta la hora de la queda y que despueacutes saldreacute de ronda secreta contigo a ver si atrapamos a ciertos malhechores En fin engaacutentildeala bien para que se acueste descuidada De camino dile al otro alguacil que me traiga la cena iexclYo no me atrevo a parecer esta noche delante de la Sentildeora pues me conoce tanto que es capaz de leer en mis pensamientos Encaacutergale a la cocinera que ponga unos pestintildeos de los que se hicieron hoy y dile a Juanete que sin que lo vea nadie me alargue de la taberna medio cuartillo de vino blanco En seguida te marchas al lugar donde puedes hallarte muy blen a las ocho

ndashiexclA las ocho en punto estoy alliacutendashexclamoacute Garduntildea

ndashiexclNo me contradigasndashrugioacute el Corregidor acordaacutendose otra vez de que lo era

Garduntildea saludoacute

ndashHemos dichondashcontinuoacute aqueacutel humanizaacutendose de nuevondashque a las ocho en punto estaacutes en el lugar Del lugar al molino habraacute Yo creo que habraacute una media legua

ndashCorta

ndashiexclNo me interrumpas

El alguacil volvioacute a saludar

ndashCortandashprosiguioacute el Corregidorndash Por consiguiente a las diez iquestCrees tuacute que a las diez

ndashiexclAntes de las diez iexclA las nueve y media puede Usiacutea llamar descuidado a la puerta del molino

ndashiexclHombre iexclNo me digas a miacute lo que tengo que hacer Por supuesto que tuacute estaraacutes

ndashYo estareacute en todas partes Pero mi cuartel general seraacute la ramblilla iexclAh se me olvidaba Vaya Usiacutea a pie y no lleve linterna

ndashiexclMaldita la falta que me haciacutean tampoco esos consejos iquestSi creeraacutes tuacute que es la primera vez que salgo a campantildea

ndashPerdone Usiacutea iexclAh Otra cosa No llame Usiacutea a la puerta grande que da a la plazoleta del emparrado sino a la puertecilla que hay encima del caz

ndashiquestEncima del caz hay otra puerta iexclMira tuacute una cosa que nunca se me hubiera ocurrido

ndashSiacute sentildeor la puertecilla del caz da al mismiacutesimo dormitorio de los Molineros y el tiacuteo Lucas no entra ni sale nunca por ella De forma que aunque volviese pronto

ndashComprendo comprendo iexclNo me aturdas maacutes los oiacutedos

ndashPor uacuteltimo procure Usiacutea escurrir el bulto antes del amanecer Ahora amanece a las seis

ndashiexclMira otro consejo inuacutetil A las cinco estareacute de vuelta en mi casa Pero bastante hemos hablado ya iexclQuiacutetate de mi presencia

ndashPues entonces sentildeor iexclbuena suertendashexclamoacute el alguacil alargando lateralmente la mano al Corregidor y mirando al techo al mismo tiempo

El Corregidor puso en aquella mano una peseta y Garduntildea desaparecioacute como por ensalmo

ndashiexclPor vida de ndashmurmuroacute el viejo al cabo de un instantendash iexclSe me ha olvidado decirle a ese bachillero que me trajesen tambieacuten una baraja iexclCon ella me hubiera entretenido hasta las nueve y media viendo si me saliacutea aquel solitario

XV Despedida en prosa Seriacutean las nueve de aquella misma noche cuando el tiacuteo Lucas y la sentildeaacute Frasquita terminadas todas las haciendas del molino y de la casa se cenaron una fuente de ensalada de escarola una libreja de carne guisada con tomates y algunas uvas de las que quedaban en la consabida cesta todo ello rociado con un poco de vino y con grandes risotadas a costa del Corregidor despueacutes de lo cual miraacuteronse afablemente los dos esposos como muy contentos de Dios y de siacute mismos y se dijeron entre un par de bostezos que revelaban toda la paz y tranqulhdad de sus corazones

ndashPues sentildeor vamos a acostarnos y mantildeana seraacute otro diacutea

En aquel momento sonaron dos fuertes y ejecutivos golpes aplicados a la puerta grande del molino

El marido y la mujer se miraron sobresaltados

Era la primera vez que oiacutean llamar a su puerta a semejante hora

ndashVoy a verndashdijo la intreacutepida navarra encaminaacutendose hacia la plazoletilla

ndashiexclQuita iexclEso me toca a miacutendashexclamoacute el tiacuteo Lucas con tal dignidad que la sentildeaacute Frasquita le cedioacute el pasondash iexclTe he dicho que no salgasndashantildeadioacute luego con dureza viendo que la obstinada Molinera queriacutea seguirle

Eacutesta obedecioacute y se quedoacute dentro de la casa

ndashiquestQuieacuten esndashpreguntoacute el tiacuteo Lucas desde en medio de la plazoleta

ndashiexclLa Justiciandashcontestoacute una voz al otro lado del portoacuten

ndashiquestQueacute Justicia

ndashLa del lugar iexclAbra usted al sentildeor Alcalde

El tiacuteo Lucas habiacutea aplicado entre tanto un ojo a cierta mirilla muy disimulada que teniacutea el portoacuten y reconocido a la luz de la luna al ruacutestico Alguacil del lugar inmedlato

ndashiexclDiraacutes que le abra al borrachoacuten del Alguacilndashrepuso el Molinero retirando la tranca

ndashiexclEs lo mismondashcontestoacute el de afuerandash pues que traigo una orden escrita de su Merced Tenga usted muy buenas noches tiacuteo Lucasndashagregoacute luego entre tanto y con voz menos oficial maacutes baja y maacutes gorda como si ya fuera otro hombre

ndashiexclDios te guarde Tontildeuelondashrespondioacute el murcianondash Veamos queacute orden es esa iexclY bien podiacutea el sentildeor Juan Loacutepez

escoger otra hora mas oportuna de dirigirse a los hombres de bien Por supuesto que la culpa seraacute tuya iexclComo si lo viera te has estado emborrachando en las huertas del camino iquestQuieres un trago

ndashNo sentildeor no hay tiempo para nada Tiene usted que seguirme inmediatamente Lea usted la orden

ndashiquestCoacutemo seguirtendashexclamoacute el tiacuteo Lucas penetrando en el molino despueacutes de tomar el papelndash iexclA ver Frasquita alumbra

La sentildeaacute Frasquita soltoacute una cosa que teniacutea en la mano y descolgoacute el candil El tiacuteo Lucas miroacute raacutepidamente al objeto que habiacutea soltado su mujer y reconocioacute su bocacha o sea un enorme trabuco que calzaba balas de a media libra

El Molinero dirigioacute entonces a la navarra una mirada llena de gratitud y ternura y le dijo tomaacutendole la cara

ndashiexclCuaacutento vales

La sentildeaacute Frasquita paacutelida y serena como una estatua de maacutermol levantoacute el candil cogido con dos dedos sin que el maacutes leve temblor agitase su pulso y contestoacute secamente

ndashiexclVaya lee

La orden deciacutea

Para el mejor servicio de S M el Rey Nuestro Sentildeor (Q D G) prevengo a Lucas Fernaacutendez molinero de estos vecinos que tan luego como reciba la presente orden comparezca ante mi autoridad sin excusa ni pretexto alguno advirtieacutendole que por

ser asunto reservado no lo pondraacute en conocimiento de nadie todo ello bajo las penas correspondientes caso de desobediencia El Alcalde JUAN LOacutePEZ

Y habiacutea una cruz en vez de ruacutebrica

ndashOye tuacute iquestY queacute es estondashle preguntoacute el tiacuteo Lucas al Alguacilndash iquestA queacute viene esta orden

ndashNo lo seacutendashcontestoacute el ruacutestico hombre de unos treinta antildeos cuyo rostro esquinado y avieso propio de ladroacuten o de asesino daba muy triste idea de su sinceridadndash Creo que se trata de averiguar algo de brujeriacutea o de moneda falsa Pero la cosa no va con usted Lo llaman como testigo o como perito En fin yo no me he enterado bien del particular El sentildeorJuan Loacutepez se lo explicaraacute a usted con maacutes pelos y sentildeales

ndashiexclCorrientendashexclamoacute el Molinerondash Dile que ireacute mantildeana

ndashiexclCa no sentildeor Tiene usted que venir ahora mismo sin perder un minuto Tal es la orden que me ha dado el sentildeor Alcalde

Hubo un instante de silencio Los ojos de la sentildeaacute Frasquita echaban llamas

El tiacuteo Lucas no separaba los suyos del suelo como si buscara alguna cosa

ndashMe concederaacutes cuando menosndashexclamoacute al fin levantando la cabezandashel tiempo preciso para ir a la cuadra y aparejar una burra

ndashiexclQueacute burra ni queacute demontrendashreplicoacute el Alguacil iexclCualquiera se anda a pie media legua La noche estaacute muy hermosa y hace luna

ndashYa he visto que ha salido Pero yo tengo los pies hinchados

ndashPues entonces no perdamos tiempo Yo le ayudareacute a usted a aparejar

ndashiexclHola iexclHola iquestTemes que me escape

ndashYo no temo nada tiacuteo Lucasndashrespondioacute Tontildeuelo con la frialdad de un desalmadondash Yo soy la Justicia

Y hablando asiacute descansoacute armas con lo que dejoacute ver el retaco que llevaba debajo del capote

ndashPues mira Tontildeuelondashdijo la Molinerandash Ya que vas a la cuadra a ejercer tu verdadero oficio hazme el favor de aparejar tambieacuten la otra burra

ndashiquest Para queacutendashinterrogoacute el Molinero

ndashiexclPara miacute Yo voy con vosotros

ndashiexclNo puede ser sentildeaacute Frasquitandashobjetoacute el Alguacilndash Tengo orden de llevarme a su marido de usted nada maacutes y de impedir que usted lo siga En ello me van el destino y el pescuezo Asiacute me lo advirtioacute el sentildeorJuan Loacutepez Conque vamos tiacuteo Lucas Y se dirigioacute hacia la puerta

ndashiexclCosa maacutes rarandashdijo a media voz el murciano sin

moverse

ndashiexclMuy rarandashcontestoacute la sentildeaacute Frasquita

ndashEsto es algo que yo me seacutendashcontinuoacute murmurando el tiacuteo Lucas de modo que no pudiese oiacuterlo Tontildeuelo

ndashiquestQuieres que vaya yo a la ciudadndashcuchicheoacute la navarrandashy le deacute aviso al Corregidor de lo que nos sucede

ndashiexclNondashrespondioacute en alta voz el tiacuteo Lucasndash iexclEso no

ndashiquest Pues queacute quieres que hagandashdijo la Molinera con gran iacutempetu

ndashQue me miresndashrespondioacute el antiguo soldado

Los dos esposos se miraron en silencio y quedaron tan satisfechos ambos de la tranquilidad la resolucioacuten y la energiacutea que se comunicaron sus almas que acabaron por encogerse de hombros y reiacuterse

Despueacutes de esto el tiacuteo Lucas encendioacute otro candil y se dirigioacute a la cuadra diciendo al paso a Tontildeuelo con socarroneriacutea

ndashiexclVaya hombre iexclVen y ayuacutedame supuesto que eres tan amable

Tontildeuelo lo siguioacute canturriando una copla entre dientes

Pocos minutos despueacutes el tiacuteo Lucas saliacutea del molino caballero en una hermosa jumenta y seguido del Alguacil

La despedida de los esposos se habiacutea reducido a lo siguiente

ndashCierra bienndashdijo el tiacuteo Lucas

ndashEmboacutezate que hace frescondashdijo la sentildeaacute Frasquita cerrando con llave tranca y cerrojo

Y no hubo maacutes adioacutes ni maacutes beso ni maacutes abrazo ni maacutes mirada

iquestPara queacute

XVI Un ave de mal aguumlero

Sigamos por nuestra parte al tiacuteo Lucas

Ya habiacutean andado un cuarto de legua sin hablar palabra el Molinero subido en la borrica y el Alguacil arreaacutendola con su bastoacuten de autoridad cuando divisaron delante de siacute en lo alto de un repecho que haciacutea el camino la sombra de un enorme pajarraco que se dirigiacutea hacia ellos

Aquella sombra se destacoacute eneacutergicamente sobre el cielo esclarecido por la luna dibujaacutendose en eacutel con tanta precisioacuten que el Molinero exclamoacute en el acto

ndashTontildeuelo iexclaquel es Garduntildea con su sombrero de tres picos y sus patas de alambre

Mas antes de que contestara el interpelado la sombra deseosa sin duda de eludir aquel encuentro habiacutea dejado el camino y echado a correr a campo traviesa con la velocidad de

una verdadera garduntildea

ndashNo veo a nadiendashrespondioacute entonces Tontildeuelo con la mayor naturalidad

ndashNi yo tampocondashreplicoacute el tiacuteo Lucas comieacutendose la partida

Y la sospecha que ya se le ocurrioacute en el molino principioacute a adquirir cuerpo y consistencia en el espiacuteritu receloso del jorobado

ndashEste viaje miacuteondashdiacutejose interiormentendashes una estratagema amorosa del Corregidor La declaracioacuten que le oiacute esta tarde desde lo alto del emparrado me demuestra que el vejete rnadrilentildeo no puede esperar maacutes Indudablemente esta noche va a volver de visita al molino y por eso ha principiado quitaacutendome de en medio Pero iquestqueacute importa iexclFrasquita es Frasquita y no abriraacute la puerta aunque le peguen fuego a la casa Digo maacutes aunque la abriese aunque el Corregidor lograse por medio de cualquier ardid sorprender a mi excelente navarra el piacutecaro viejo saldriacutea con las manos en la cabeza iexclFrasquita es Frasquita Sin embargondashantildeadioacute al cabo de un momentondash iexclbueno seraacute volverme esta noche a casa lo maacutes temprano que pueda

Llegaron con esto al lugar el tiacuteo Lucas y el Alguacil dirigieacutendose a casa del sentildeor Alcalde

XVII Un alcalde de monterilla

El sentildeor Juan Loacutepez que como particular y como Alcalde era la tiraniacutea la ferocidad y el orgullo personificados (cuando trataba con sus interiores) dignaacutebase sin embargo a aquellas horas despueacutes de despachar los asuntos oficiales y los de su labranza y de pegarle a su mujer su cotidiana paliza beberse un caacutentaro de vino en compantildeiacutea del secretario y del sacristaacuten operacioacuten que iba maacutes de mediada aquella noche cuando el Molinero comparecioacute en su presencia

ndashiexclHola tiacuteo Lucasndashle dijo rascaacutendose la cabeza para excitar en ella la vena de los embustesndash iquestCoacutemo va de salud iexclA ver secretario eacutechele usted un vaso de vino al tiacuteo Lucas iquestY la sentildea Frasquita iquestSe conserva tan guapa iexclYa hace mucho tiempo que no la he visto Pero hombre iexclqueacute bien que sale ahora la molienda iexclEl pan de centeno parece de trigo candeal Conque vaya Sieacutentese usted y descanse que gracias a Dios no tenemos prisa

ndashiexclPor mi parte maldita aquellandashcontestoacute el tiacuteo Lucas que

hasta entonces no habiacutea despegado los labios pero cuyas sospechas eran cada vez mayores al ver el amistoso recibimiento que se le haciacutea despueacutes de una orden tan terrible y apremiante

ndashPues entonces tiacuteo Lucasndashcontinuoacute el alcaldendash supuesto que no tiene usted gran prisa dormiraacute usted acaacute esta noche y mantildeana temprano despacharemos nuestro asuntillo

ndashMe parece bienndashrespondioacute el tiacuteo Lucas con una ironiacutea y un disimulo que nada teniacutean que envidiar a la diplomacio del sentildeor Juan Loacutepezndash Supuesto que la cosa no es urgente pasareacute la noche fuera de mi casa

ndashNi urgente ni de peligro para ustedndashantildeadioacute el Alcalde engantildeado por aquel a quien creiacutea engantildearndash Puede usted estar completamente tranquilo Oye tuacute Tontildeuelo Alarga esa media fanega para que se siente el tiacuteo Lucas

ndashEntonces iexclvenga otro tragondashexclamoacute el Molinero sentaacutendose

ndashiexclVenga de ahiacutendashrepuso el Alcalde alargaacutendole el vaso lleno

ndashEstaacute en buena mano Meacutedielo usted

ndashiexclPues por su saludndashdijo el sentildeor Juan Loacutepez bebieacutendose la mitad

ndashPor la de usted sentildeor Alcaldendashreplicoacute el tiacuteo Lucas apurando la otra

ndashiexclA ver Manuelandashgritoacute entonces el Alcalde de monterillandash

Dile a tu ama que el tiacuteo Lucas se queda a dormir aquiacute Que le ponga una cabecera en el granero

ndashiexclCa No iexclDe ningun modo Yo duermo en el pajar como un rey

ndashMire usted que tenemos cabeceras

ndashiexclYa lo creo Pero iquesta queacute quiere usted incomodar a la familia Yo traigo mi capote

ndashPues sentildeor como usted guste iexclManuela dile a tu ama que no la ponga

ndashLo que siacute va usted a permitirmendashcontinuoacute el tiacuteo Lucas bostezando de un modo atrozndashes que me acueste en seguida Anoche he tenido mucha molienda y no ha pegado todaviacutea los ojos

ndashiexclConcedidondashrespondioacute majestuosamente el AlcaldendashPuede usted recogerse cuando quiera

ndashCreo que tambieacuten es hora de que nos recojamos nosotrosndashdijo el sacristaacuten asomaacutendose al caacutentaro de vino para graduar lo que quedabandash Ya deben de ser las diez o poco menos

ndashLas diez menos cuartillondashnotificoacute el secretario despueacutes de repartir en los vasos el resto del vino correspondiente a aquella noche

ndashiexclPues a dormir caballerosndashexclamoacute el anfitrioacuten apurando su parte

ndashHasta mariana sentildeoresndashantildeadioacute el Molinero bebieacutendose la suya

ndashEspere usted que le alumbren iexclTontildeuelo Lleva al tiacuteo Lucas al pajar

ndashiexclPor aquiacute tiacuteo Lucasndashdijo Tontildeuelo llevaacutendose tambieacuten el caacutentaro por si le quedaban algunas gotas

ndashHasta mantildeana si Dlos quierendashagregoacute el sacristaacuten despueacutes de escurrir todos los vasos

Y se marchoacute tambaleaacutendose y cantando alegremente el De profundis

ndashPues sentildeorndashdiacutejole el Alcalde al Secretario cuando se quedaron solosndash El tiacuteo Lucas no ha sospechado nada Nos podemos acostar descansadamente y iexclbuena pro le haga al Corregidor

XVIII Donde se veraacute que el tiacuteo Lucas teniacutea el suentildeo muy ligero

Cinco minutos despueacutes un hombre se descolgaba por la ventana del pajar del sentildeor Alcalde ventana que daba a un corraloacuten y que no distariacutea cuatro varas del suelo

En el corraloacuten habiacutea un cobertizo sobre una gran pesebrera a la cual hallaacutebanse atadas seis u ocho caballleriacuteas de diversa alcurnia bien que todas ellas del sexo deacutebil Los caballos mulos y burros del sexo fuerte formaban rancho aparte en otro local contiguo

El hombre desatoacute una borrica que por cierto estaba aparejada y se encaminoacute llevaacutendola del diestro hacia la puerta del corral retiroacute la tranca y desechoacute el cerrojo que la aseguraban abrioacutela con mucho tiento y se encontroacute en medio del campo

Una vez alliacute montoacute en la borrica metioacutele los talones y salioacute como una flecha con direccioacuten a la ciudad mas no por el carril ordinario sino atravesando siembras y cantildeadas como quien se precave contra alguacuten mal encuentro

Era el tiacuteo Lucas que se dirigiacutea a su molino

XIX Voces clamantes in desertogt

ndashiexclAlcaldes a miacute que soy de Archenandashiba dicieacutendose el murcianondash iexclMantildeana por la mantildeana pasareacute a ver al sentildeor Obispo como medida preventiva y le contareacute todo lo que me ha ocurrido esta noche iexclLlamarme con tanta prisa y reserva y a hora tan desusada decirme que venga solo hablarme del servicio del Rey y de moneda falsa y de brujas y de duendes para echarme luego dos vasos de vino y mandarme a dormir iexclLa cosa no puede ser maacutes clara Garduntildea trajo al lugar esas instrucciones de parte del Corregidor y esta es la hora en que el Corregidor estaraacute ya en campantildea contra mi mujer iexclQuieacuten sabe si me lo encontrareacute llamando a la puerta del molino iexclQuieacuten sabe si me lo encontrareacute ya dentro iexclQuieacuten sabe Pero iquestqueacute voy a decir iexclDudar de mi navarra iexclOh esto es ofender a Dios iexclImposible que ella iexclImposible que mi Frasquita iexclImposible Mas iquestqueacute estoy diciendo iquestAcaso hay algo imposible en el mundo iquestNo se casoacute conmigo siendo ella tan hermosa y yo tan feoiquest

Y al hacer esta uacuteltima reflexioacuten el pobre jorobado se echoacute a llorar

Entonces paroacute la burra para serenarse se enjugoacute las laacutegrimas suspiroacute hondamente sacoacute los aviacuteos de fumar picoacute y lioacute un cigarro de tabaco negro empuntildeoacute luego pedernar yesca y eslaboacuten y al cabo de algunos golpes consiguioacute encender candela

En aquel mismo momento sintioacute rumor de pasos hacia el camino que distariacutea de alliacute unas trescientas varas

ndashiexclQueacute imprudente soyndashdijondashiexclSi me andaraacute buscando ya la Justicia y yo me habreacute vendido al echar estas yescas

Escondioacute pues la lumbre y se apeoacute ocultaacutendose detraacutes de la borrica

Pero la borrica entendioacute las cosas de diferente modo y lanzoacute un rebuzno de satlsfaccioacuten

ndash-iexclMaldita seasndashexclamoacute el tiacuteo Lucas tratando de cerrarle la boca con las manos

Al propio tiempo resonoacute otro rebuzno en el camino por viacutea de galante respuesta

ndashiexclEstamos aviadosndashprosiguioacute pensando el Molinerondash iexclBien dice el refraacuten el mayor mal de los males es tratar con animales

Y asiacute discurriendo volvioacute a montar arreoacute la bestia y salioacute disparado en direccioacuten contraria al sitio en que habiacutea sonado el segundo rebuzno

Y lo maacutes particular fue que la persona que iba en el jumento interlocutor debioacute de asustarse del tiacuteo Lucas tanto como el tiacuteo

Lucas se habiacutea asustado de ella Lo digo porque apartoacutese tambieacuten del camino recelando sin duda que fuese un alguacil o un malhechor pagado por don Eugenio y salioacute a escape por los sembrados de la otra banda

El murciano entre tanto continuoacute cavilando de este modo

ndashiexclQueacute noche iexclQueacute mundo iexclQueacute vida la miacutea desde hace una hora iexclAlguaciles metidos a alcahuetes alcaldes que conspiran contra mi honra burros que rebuznan cuando no es menester y aquiacute en mi pecho un miserable corazoacuten que se ha atrevido a dudar de la mujer maacutes noble que Dios ha criado iexclOh Dios miacuteo Dios miacuteo iexclHaz que llegue pronto a mi casa y que encuentre alliacute a mi Frasquita

Siguioacute caminando el tiacuteo Lucas atravesando siembras y matorrales hasta que al fin a eso de las once de la noche llegoacute sin novedad a la puerta grande del molino iexclCondenacioacuten iexclLa puerta del molino estaba abierta

XX La duda y la realidad Estaba abierta iexcly eacutel al marcharse habia oiacutedo a su mujer cerrarla con llave tranca y cerrojo

Por consiguiente nadie maacutes que su propia mujer habia podido abrirla

Pero iquestcoacutemo iquestcuaacutendo iquestpor queacute iquestDe resultas de un engantildeo iquestA consecuencia de una orden iquestO bien deliberada y voluntariamente en virtud de previo acuerdo con el Corregidor iquestQueacute iba a ver iquestQueacute iba a saber iquestQueacute le aguardaba dentro de su casa iquestSe habiacutea fugado la sentildeaacute Frasquita iquestSe la habriacutean robado iquestEstariacutea muerta iquestO estariacutea en brazos de su rival

ndashEl Corregidor contaba con que yo no podriacutea venir en toda la nochendashse dijo luacutegubremente el tiacuteo Lucasndash El Alcalde del lugar tendriacutea orden hasta de encadenarme antes que permitirme volver iquestSabiacutea todo esto Frasquita iquestEstaba en el complot iquestO ha sido viacutectima de un engantildeo de una violencia de una infamia

No empleoacute maacutes tiempo el sin ventura en hacer todas estas crueles reflexiones que el que tardoacute en atravesar la plazoletilla

del emparrado

Tambieacuten estaba abierta la puerta de la casa cuyo primer aposento (como en todas las viviendas ruacutesticas) era la cocina

Dentro de la cocina no habiacutea nadie

Sin embargo una enorme fogata ardiacutea en la chimenea iexclchimenea que eacutel dejoacute apagada y que no se encendia nunca hasta muy entrado el mes de diciembre

Por uacuteltimo de uno de los ganchos de la espetera pendiacutea un candil encendido

iquestQueacute significaba todo aquello iquestY coacutemo se compadeciacutea semejante aparato de vigilia y de sociedad con el silencio de muerte que reinaba en la casa

iquestQueacute habia sido de su mujer

Entonces y soacutelo entonces reparoacute el tiacuteo Lucas en unas ropas que habiacutea colgadas en los espaldares de dos o tres sillas puestas alrededor de la chimenea

Fijoacute la vista en aquellas ropas y lanzoacute un rugido intenso que se le quedoacute atravesado en la garganta convertido en sollozo mudo y sofocante

Creyoacute el infortunado que se ahogaba y se llevoacute las manos al cuello mientras que liacutevido convulso con los ojos desencajados contemplaba aquella vestimenta poseiacutedo de tanto horror como el reo en capilla a quien le presentan la hopa

Porque lo que alliacute veiacutea era la capa de grana el sombrero de tres picos la casaca y la chupa de color de toacutertola el calzoacuten de seda negra las medias blancas los zapatos con hebilla y hasta el bastoacuten el espadiacuten y los guantes del execrable Corregidor iexclLo que alliacute veiacutea era la ropa de su ignominia la mortaja de su honra el sudario de su ventura

El terrible trabuco seguiacutea en el mismo rincoacuten en que dos horas antes lo dejoacute la navarra

El tiacuteo Lucas dio un salto de tigre y se apoderoacute de eacutel Sondeoacute el cantildeoacuten con la baqueta y vio que estaba cargado Miroacute la piedra y halloacute que estaba en su lugar

Volvioacutese entonces hacia la escalera que conduciacutea a la caacutemara en que habiacutea dormido tantos antildeos con la sentildeaacute Frasquita y murmuroacute sordamente

ndashiexclAlliacute estaacuten

Avanzoacute pues un paso en aquella direccioacuten pero en seguida se detuvo para mirar en torno de siacute y ver si alguien lo estaba observando

ndashiexclNadiendashdijo mentalmentendash iexclSolo Dios y eacutese ha querido esto

Confirmada asiacute la sentencia fue a dar otro paso cuando su errante mirada distinguioacute un pliego que habiacutea sobre la mesa

Verlo y haber caiacutedo sobre eacutel y tenerlo entre sus garras fue todo cosa de un segundo

iexclAquel papel era el nombramiento del sobrino de la sentildeaacute Frasquita firmado por don Eugenio de Zuacutentildeiga y Ponce de Leoacuten

ndashiexclEste ha sido el precio de la ventandashpensoacute el tiacuteo Lucas metieacutendose el papel en la boca para sofocar sus gritos y dar alimento a su rabiandash iexclSiempre receleacute que quisiera a su familia maacutes que a miacute iexclAh iexclNo hemos tenido hijos iexclHe aquiacute la causa de todo

Y el infortunado estuvo a punto de volver a llorar

Pero luego se enfurecioacute nuevamente y dijo con un ademaacuten terrible ya que no con la voz

ndashiexclArriba iexclArriba

Y empezoacute a subir la escalera andando a gatas con una mano llevando el trabuco en la otra y con el papel infame entre los dientes

En corroboracioacuten de sus loacutegicas sospechas al llegar a la puerta del dormitorio (que estaba cerrada) vio que saliacutean algunos rayos de luz por las junturas de las tablas y por el ojo de la llave

ndashiexclAquiacute estaacutenndashvolvioacute a decir

Y se paroacute un instante como para pasar aquel nuevo trago de amargura

Luego continuoacute subiendo hasta llegar a la puerta misma del dormitorio

Dentro de eacutel no se oiacutea ninguacuten ruido

ndashiexclSi no hubiera nadiendashle dijo tiacutemidamente la esperanza

Pero en aquel mismo instante el infeliz oyoacute toser dentro del cuarto

iexclEra la tos medio asmaacutetica del Corregidor

iexclNo cabiacutea duda iexclNo habiacutea tabla de salvacioacuten en aquel naufragio

El Molinero sonrioacute en las tinieblas de un modo horroroso iquestCoacutemo no brillan en la oscuridad semejantes relaacutempagos iquestQueacute es todo el fuego de las tormentas comparado con el que arde a veces en el corazoacuten del hornbre

Sin embargo el tiacuteo Lucas (tal era su alma como ya dijimos en otro lugar) principioacute a tranquilizarse no bien oyoacute la tos de su enemigo

La realidad le haciacutea menos dantildeo que la duda Seguacuten le anuncioacute eacutel mismo aquella tarde a la sentildeaacute Frasquita desde el punto y hora en que perdiacutea la uacutenica fe que era vida de su alma empezaba a convertirse en un hombre nuevo

Semejante al moro de Veneciandashcon quien ya lo comparamos al describir su caraacutecterndash el desengantildeo mataba en eacutel de un solo golpe todo el amor transfigurando de paso la iacutendole de su espiacuteritu y hacieacutendole ver el mundo como una regioacuten extrantildea a que acabara de llegar La uacutenica diferencia consistiacutea en que el tiacuteo Lucas era por idiosincrasia menos traacutegico menos austero y maacutes egoista que el insensato sacrificador de Desdeacutemona

iexclCosa rara pero propia de tales situaciones La duda o sea la esperanzandashque para el caso es lo mismondash volvioacute todaviacutea a mortificarle un momento

ndashiexclSi me hubiera equivocadondashpensoacutendash iexclSi la tos hubiese sido de Frasquita

En la tribulacioacuten de su infortunio olvidaacutebasele que habiacutea visto las ropas del Corregidor cerca de la chimenea que habiacutea encontrado abierta la puerta del molino que habiacutea leiacutedo la credencial de su infamia

Agachoacutese pues y miroacute por el ojo de la llave temblando de incertidumbre y de zozobra

El rayo visual no alcanzaba a descubrir maacutes que un pequentildeo triaacutengulo de cama por la parte del cabecero iexclPero precisamente en aquel pequentildeo triaacutengulo se veiacutea un extremo de las almohadas y sobre las almohadas la cabeza del Corregidor

Otra risa diaboacutelica contrajo el rostro del Molinero

Dijeacuterase que volviacutea a ser feliz

ndashiexclSoy duentildeo de la verdad iexclMeditemosndashmurmuroacute irguieacutendose tranquilamente

Y volvioacute a bajar la escalera con el mismo tiernpo que empleoacute para subirla

ndashEl asunto es delicado Necesito reflexionar Tengo tiempo de sobra para todondashiba pensando mientras bajaba

Llegado que hubo a la cocina sentoacutese en medio de ella y ocultoacute la frente entre las manos

Asiacute permanecioacute mucho tiempo hasta que le despertoacute de su meditacioacuten un leve golpe que sintioacute en un pie

Era el trabuco que se habiacutea deslizado de sus rodillas y que le haciacutea aquella especie de sentildea

ndashiexclNo iexclTe digo que nondashmurmuroacute el tiacuteo Lucas encaraacutendose con el armandash iexclNo me convienes Todo el mundo tendriacutea laacutestima de ellos iexcly a miacute me ahorcariacutean iexclSe trata de un Corregidor y matar a un Corregidor es todaviacutea en Espantildea cosa indisculpable Diriacutean que lo mateacute por infundados celos y que luego lo desnudeacute y lo metiacute en mi cama Diriacutean ademaacutes que mateacute a mi mujer por simples sospechas iexclY me ahorcariacutean iexclVaya si me ahorcariacutean iexclAdemaacutes yo habriacutea dado muestras de tener muy poca alma muy poco talento si al remate de mi vida fuera digno de compasioacuten iexclTodos se reiriacutean de miacute iexclDiriacutean que mi desventura era muy natural siendo yo jorobado y Frasquita tan hermosa iexclNada no Lo que yo necesito es vengarme y despueacutes de vengarme triunfar despreciar reiacuter reirme mucho reiacuterme de todos evitando por tal medio que nadie pueda burlarse nunca de esta giba que yo he llegado a hacer hasta envidiable y que tan grotesca seriacutea en una horca

Asiacute discurrioacute el tiacuteo Lucas tal vez sin darse cuenta de ello puntualmente y en virtud de semejante discurso colocoacute el arma en su sitio y principioacute a pasearse con los brazos atraacutes y la cabeza baja como buscando su venganza en el suelo en la tierra en las ruindades de la vida en alguna bufonada ignominiosa y ridiacutecula para su mujer y para el Corregidor lejos de buscar aquella misma venganza en la justicia en el desafiacuteo en el perdoacuten en el cielo como hubiera hecho en su lugar cualquier otro hombre

de condicioacuten menos rebelde que la suya a toda imposicioacuten de la Naturaleza de la sociedad o de sus propios sentimientos

De repente paraacuteronse sus ojos en la vestimenta del Corregidor

Luego se paroacute eacutel mismo

Despueacutes fue demostrando poco a poco en su semblante una alegriacutea un gozo un triunfo indefinibles hasta que por uacuteltimo se echoacute a reiacuter de una manera formidable esto es a grandes carcajadas pero sin hacer ningun ruidondasha fin de que no lo oyesen desde arribandash metieacutendose los puntildeos por los ijares para no reventar estremecieacutendose todo como un epileacuteptico y teniendo que concluir por dejarse caer en una silla hasta que le pasoacute aquella convulsioacuten de sarcaacutestico regocijo Era la propia risa de Mefistoacutefeles

No bien se sosegoacute principioacute a desnudarse con una celeridad febril colocoacute toda su ropa en las mismas sillas que ocupaba la del Corregidor puacutesose cuantas prendas perteneciacutean a este desde los zapatos de hebilla hasta el sombrero de tres picos cintildeoacutese el espadiacuten embozoacutese en la capa de grana cogioacute el bastoacuten y los guantes y salioacute del molino y se encaminoacute a la ciudad balanceaacutendose de la propia manera que solia don Eugenio de Zuacuteniga y dicieacutendose de vez en cuando esta frase que compendiaba su pensamiento

ndashiexclTambieacuten la Corregidora es guapa

XXI

iexclEN GUARDIA CABALLERO gt

Abandonemos por ahora al tiacuteo Lucas y entereacutemonos de lo que habiacutea ocurrido en el molino desde que dejamos alliacute sola a la sentildeaacute Frasquita hasta que su esposo volvioacute a eacutel y se encontroacute con tan estupendas novedades

Una hora habriacutea pasado despueacutes que el tiacuteo Lucas se marchoacute con Tontildeuelo cuando la afligida navarra que se habiacutea propuesto no acostarse hasta que regresara su marido y que estaba haciendo calceta en su dormitorio situado en el piso de arriba oyoacute lastimeros gritos fuera de la casa hacia el paraje alliacute muy proacuteximo por donde corriacutea el agua del caz

ndashiexclSocorro que me ahogo iexclFrasquita iexclFrasquitandash exclamaba una voz de hombre con el luacutegubre acento de la desesperacioacuten

ndashiquestSi seraacute Lucasndashpensoacute la navarra llena de un terror que no necesitamos describir

En el mismo dormitorio habiacutea una puertecilla de que ya nos habloacute Garduntildea y que daba efectivamente sobre la parte alta del caz Abrioacutela sin vacilacioacuten la sentildeaacute Frasquita por maacutes que no hubiera reconocido la voz que pediacutea auxilio y encontroacutese de manos a boca con el Corregidor que en aquel momento saliacutea todo chorreando de la impetuosiacutesima acequia

ndashiexclDios me perdone iexclDios me perdonendashbalbuceaba el infameviejondash iexclCreiacute que me ahogaba

ndashiexclCoacutemo iquest Es usted iquestQueacute significa iquestCoacutemo se atreve iquestA queacute viene usted a estas horasndashgritoacute la Molinera con maacutes indignacioacuten que espanto pero retrocediendo maquinalmente

ndashiexclCalla iexclCalla mujerndashtartamudeoacute el Corregidor colaacutendose en el aposento detraacutes de ellandash Yo te lo direacute todo iexclHe estado para ahogarme iexclEl agua me llevaba ya como a una pluma iexclMira mira coacutemo me he puesto

ndashiexclFuera fuera de aquiacutendashreplicoacute la sentildeaacute Frasquita con mayor violenciandash iexclNo tiene usted nada que explicarme iexclDemasiado lo comprendo todo iquest Queacute me importa a miacute que usted se ahogue iquestLo he llamado yo a usted iexclAh iexclQueacute infamia iexclPara esto ha mandado usted prender a mi marido

ndashMujer escucha

ndashiexclNo escucho iexclMaacuterchese usted inmediatamente sentildeor Corregidor iexclMaacuterchese usted o no respondo de su vida

ndashiquestQueacute dices

ndashiexclLo que usted oye Mi marido no estaacute en casa pero yo me basto para hacerla respetar iexclMaacuterchese usted por donde ha venido si no quiere que yo le arroje otra vez al agua con mis propias manos

ndashiexclChica chica iexclNo grites tanto que no soy sordondashexclamoacute el viejo libertinondashiexclCuando yo estoy aquiacute por algo seraacute Vengo a libertar al tiacuteo Lucas a quien ha preso por equivocacioacuten un alcalde de monterilla Pero ante todo necesito que me seques estas ropas iexclEstoy calado hasta los huesos

ndashLe digo a usted que se marche

ndashiexclCalla tonta iquestQueacute sabes tuacute Mira aquiacute te traigo un nombramiento de tu sobrino Enciende la lumbre y hablaremos Por lo demaacutes mientras se seca la ropa yo me acostareacute en esta cama

ndashiexclAh ya iquestConque declara usted que veniacutea por miacute iquestConque declara usted que para eso ha mandado arrestar a mi Lucaacutes iquestConque traiacutea usted su nombramiento y todo iexclSantos y Santas del cielo iquestQueacute se habraacute figurado de miacute este mamarracho

ndashiexclFrasquita iexclSoy el Corregidor

ndashiexclAunque fuera usted el Rey A miacute iquestqueacute iexclYo soy la mujer de mi marido y el ama de mi casa iquestCree usted que yo me asusto de los Corregidores iexclYo seacute ir a Madrid y al fin del mundo a pedir justicia contra el viejo insolente que asiacute arrastra su autoridad por los suelos Y sobre todo yo sabreacute mantildeana ponerme la mantilla e ir a ver a la sentildeora Corregidora

ndashiexclNo haraacutes nada de esondashrepuso el Corregidor perdiendo la paciencia o mudando de taacutecticandash No haraacutes nada de eso porque yo te pegareacute un tiro si veo que no entiendes de razones

ndashiexclUn tirondashexclamoacute la sentildeaacute Frasquita con voz sorda

ndashUn tiro siacute Y de ello no me resultaraacute perjuicio alguno Casualmente he dejado dicho en la ciudad que saliacutea esta noche a la caza de criminales iexclConque no seas necia y quieacutereme como yo te adoro

ndashSentildeor Corregidor iquestun tirondashvolvioacute a decir la navarra

echando los brazos atraacutes y el cuerpo hacia adelante como para lanzarse sobre su adversario

ndashSi te empentildeas te lo pegareacute y asiacute me vereacute libre de tus amenazas y de tu hermosura ndashrespondioacute el Corregidor lleno de miedo y sacando un par de cachorrillos

ndashiquestConque pistolas tambieacuten iexclY en la otra faltriquera el nombramiento de mi sobrinondash dijo la sentildea Frasquita moviendo la cabeza de arriba abajondashPues sentildeor la eleccioacuten no es dudosa Espere Usiacutea un momento que voy a encender la lumbre

Y asiacute hablando se dirigioacute raacutepidamente a la escalera y la bajoacute en tres brincos

El Corregidor cogioacute la luz y salioacute detraacutes de la Molinera temiendo que se escapara pero tuvo que bajar mucho maacutes despacio de cuyas resultas cuando llegoacute a la cocina tropezoacute con la navarra que volviacutea ya en su busca

ndashiquestConque deciacutea usted que me iba a pegar un tirondashexclamoacute aquella indomable mujer dando un paso atraacutesndash Pues iexclen guardia caballero que yo ya lo estoy

Dijo y se echoacute a la cara el formidable trabuco que tanto papel representa

ndashiexclDetente desgraciada iquestQueacute vas a hacerndashgritoacute el Corregidor muerto de ndash Lo de mi tiro era una broma Mira Los cachorrillos estaacuten descargados En cambio es verdad lo del nombramiento Aquiacute lo tienes Toacutemalo Te lo regalo Tuyo es de balde enteramente de balde

Y lo colocoacute temblando sobre la mesa

ndashiexclAhiacute estaacute bienndashrepuso la navarrandash Mantildeana me serviraacute para encender la lumbre cuando le guise el almuerzo a mi marido iexclDe usted no quiero ya ni la gloria y si mi sobrino viniese alguna vez de Estella seriacutea para pisotearle a usted la fea mano con que ha escrito su nombre en ese papel indecente iexclEa lo dicho iexclMaacuterchese usted de mi casa iexclAire iexclaire iexclpronto iexclque ya se me sube la poacutelvora a la cabeza

El Corregidor no contestoacute a este discurso Habiacutease puesto liacutevido casi azul teniacutea los ojos torcidos y un temblor como de terciana agitaba todo su cuerpo Por uacuteltimo principioacute a castantildeetear los dientes y cayoacute al suelo presa de una convulsioacuten espantosa

El susto del caz lo muy mojadas que seguiacutean todas sus ropas la violenta escena del dormitorio y el miedo al trabuco con que le apuntaba la navarra habiacutean agotado las fuerzas del enfermizo anciano

ndashiexclMe muerondashbalbuceoacutendash iexclLlama a Garduntildea Llama a Garduntildea que estaraacute ahiacute en la ramblilla iexclYo no debo morirme en esta casa No pudo continuar

Cerroacute los ojos y se quedoacute como muerto

ndashiexclY se moriraacute como lo dicendashprorrumpioacute la sentildeaacute Frasquitandash Pues sentildeor iexclesta es la maacutes negra iquestQueacute hago yo ahora con este hombre en mi casa iquestQue diriacutean de miacute si se muriese iquestQueacute diriacutea Lucas iquestCoacutemo podriacutea justificarme cuando yo misma le he abierto la puerta iexclOh no Yo no debo quedarme aquiacute con eacutel iexclYo debo buscar a mi marido yo debo escandalizar el mundo antes de comprometer mi honra

Tomada esta resolucioacuten soltoacute el trabuco fuese al corral cogioacute la burra que quedaba en eacutel la aparejoacute de cualquier modo abrioacute la puerta grande de la cerca montoacute de un salto a pesar de sus carnes y se dirigio a la ramblilla

ndashiexclGarduntildea iexclGarduntildeandashiba gritando la navarra conforme se acercaba a aquel sitio

ndashiexclPresentendashrespondioacute al cabo el Alguacil apareciendo detraacutes de un setondash iquestEs usted sentildeaacute Frasquita

ndashSiacute yo soy iexclVe al molino y socorre a tu amo que se esta muriendo

ndashiquestQueacute dice usted iexclVaya un maula

ndashLo que oyes Garduntildea

ndashiquestY usted alma miacutea iquestAdoacutende va a estas horas

ndashiquestYo iexclQuita allaacute badulaque iexclYo voy a la ciudad por un meacutedicondashcontestoacute la sentildeaacute Frasquita arreando la burra con un talonazo y a Garduntildea con un puntapieacute

Y tomoacute no el camino de la ciudad como acababa de decir sino el del lugar inmediato

Garduntildea no reparoacute en esta uacuteltima circunstancia pues iba ya dando zancajadas hacia el molino y discurriendo al par de esta manera

ndashiexclVa por un meacutedico iexclLa infeliz no puede hacer maacutes

iexclPero eacutel es un pobre hombre iexclFamosa ocasioacuten de ponerse malo iexclDios le da confites a quien no puede roerlos

XXI iexclEn guardia caballero

Abandonemos por ahora al tiacuteo Lucas y entereacutemonos de lo que habiacutea ocurrido en el molino desde que dejamos alliacute sola a la sentildeaacute Frasquita hasta que su esposo volvioacute a eacutel y se encontroacute con tan estupendas novedades

Una hora habriacutea pasado despueacutes que el tiacuteo Lucas se marchoacute con Tontildeuelo cuando la afligida navarra que se habiacutea propuesto no acostarse hasta que regresara su marido y que estaba haciendo calceta en su dormitorio situado en el piso de arriba oyoacute lastimeros gritos fuera de la casa hacia el paraje alliacute muy proacuteximo por donde corriacutea el agua del caz

ndashiexclSocorro que me ahogo iexclFrasquita iexclFrasquitandash exclamaba una voz de hombre con el luacutegubre acento de la desesperacioacuten

ndashiquestSi seraacute Lucasndashpensoacute la navarra llena de un terror que no necesitamos describir

En el mismo dormitorio habiacutea una puertecilla de que ya nos habloacute Garduntildea y que daba efectivamente sobre la parte alta del caz Abrioacutela sin vacilacioacuten la sentildeaacute Frasquita por maacutes que no hubiera reconocido la voz que pediacutea auxilio y encontroacutese de manos a boca con el Corregidor que en aquel momento saliacutea todo chorreando de la impetuosiacutesima acequia

ndashiexclDios me perdone iexclDios me perdonendashbalbuceaba el

infameviejondash iexclCreiacute que me ahogaba

ndashiexclCoacutemo iquest Es usted iquestQueacute significa iquestCoacutemo se atreve iquestA queacute viene usted a estas horasndashgritoacute la Molinera con maacutes indignacioacuten que espanto pero retrocediendo maquinalmente

ndashiexclCalla iexclCalla mujerndashtartamudeoacute el Corregidor colaacutendose en el aposento detraacutes de ellandash Yo te lo direacute todo iexclHe estado para ahogarme iexclEl agua me llevaba ya como a una pluma iexclMira mira coacutemo me he puesto

ndashiexclFuera fuera de aquiacutendashreplicoacute la sentildeaacute Frasquita con mayor violenciandash iexclNo tiene usted nada que explicarme iexclDemasiado lo comprendo todo iquest Queacute me importa a miacute que usted se ahogue iquestLo he llamado yo a usted iexclAh iexclQueacute infamia iexclPara esto ha mandado usted prender a mi marido

ndashMujer escucha

ndashiexclNo escucho iexclMaacuterchese usted inmediatamente sentildeor Corregidor iexclMaacuterchese usted o no respondo de su vida

ndashiquestQueacute dices

ndashiexclLo que usted oye Mi marido no estaacute en casa pero yo me basto para hacerla respetar iexclMaacuterchese usted por donde ha venido si no quiere que yo le arroje otra vez al agua con mis propias manos

ndashiexclChica chica iexclNo grites tanto que no soy sordondashexclamoacute el viejo libertinondashiexclCuando yo estoy aquiacute por algo seraacute Vengo a libertar al tiacuteo Lucas a quien ha preso por equivocacioacuten un alcalde de monterilla Pero ante todo necesito que me seques

estas ropas iexclEstoy calado hasta los huesos

ndashLe digo a usted que se marche

ndashiexclCalla tonta iquestQueacute sabes tuacute Mira aquiacute te traigo un nombramiento de tu sobrino Enciende la lumbre y hablaremos Por lo demaacutes mientras se seca la ropa yo me acostareacute en esta cama

ndashiexclAh ya iquestConque declara usted que veniacutea por miacute iquestConque declara usted que para eso ha mandado arrestar a mi Lucaacutes iquestConque traiacutea usted su nombramiento y todo iexclSantos y Santas del cielo iquestQueacute se habraacute figurado de miacute este mamarracho

ndashiexclFrasquita iexclSoy el Corregidor

ndashiexclAunque fuera usted el Rey A miacute iquestqueacute iexclYo soy la mujer de mi marido y el ama de mi casa iquestCree usted que yo me asusto de los Corregidores iexclYo seacute ir a Madrid y al fin del mundo a pedir justicia contra el viejo insolente que asiacute arrastra su autoridad por los suelos Y sobre todo yo sabreacute mantildeana ponerme la mantilla e ir a ver a la sentildeora Corregidora

ndashiexclNo haraacutes nada de esondashrepuso el Corregidor perdiendo la paciencia o mudando de taacutecticandash No haraacutes nada de eso porque yo te pegareacute un tiro si veo que no entiendes de razones

ndashiexclUn tirondashexclamoacute la sentildeaacute Frasquita con voz sorda

ndashUn tiro siacute Y de ello no me resultaraacute perjuicio alguno Casualmente he dejado dicho en la ciudad que saliacutea esta noche a la caza de criminales iexclConque no seas necia y quieacutereme como yo te adoro

ndashSentildeor Corregidor iquestun tirondashvolvioacute a decir la navarra echando los brazos atraacutes y el cuerpo hacia adelante como para lanzarse sobre su adversario

ndashSi te empentildeas te lo pegareacute y asiacute me vereacute libre de tus amenazas y de tu hermosura ndashrespondioacute el Corregidor lleno de miedo y sacando un par de cachorrillos

ndashiquestConque pistolas tambieacuten iexclY en la otra faltriquera el nombramiento de mi sobrinondash dijo la sentildea Frasquita moviendo la cabeza de arriba abajondashPues sentildeor la eleccioacuten no es dudosa Espere Usiacutea un momento que voy a encender la lumbre

Y asiacute hablando se dirigioacute raacutepidamente a la escalera y la bajoacute en tres brincos

El Corregidor cogioacute la luz y salioacute detraacutes de la Molinera temiendo que se escapara pero tuvo que bajar mucho maacutes despacio de cuyas resultas cuando llegoacute a la cocina tropezoacute con la navarra que volviacutea ya en su busca

ndashiquestConque deciacutea usted que me iba a pegar un tirondashexclamoacute aquella indomable mujer dando un paso atraacutesndash Pues iexclen guardia caballero que yo ya lo estoy

Dijo y se echoacute a la cara el formidable trabuco que tanto papel representa

ndashiexclDetente desgraciada iquestQueacute vas a hacerndashgritoacute el Corregidor muerto de ndash Lo de mi tiro era una broma Mira Los cachorrillos estaacuten descargados En cambio es verdad lo del nombramiento Aquiacute lo tienes Toacutemalo Te lo regalo Tuyo es de balde enteramente de balde

Y lo colocoacute temblando sobre la mesa

ndashiexclAhiacute estaacute bienndashrepuso la navarrandash Mantildeana me serviraacute para encender la lumbre cuando le guise el almuerzo a mi marido iexclDe usted no quiero ya ni la gloria y si mi sobrino viniese alguna vez de Estella seriacutea para pisotearle a usted la fea mano con que ha escrito su nombre en ese papel indecente iexclEa lo dicho iexclMaacuterchese usted de mi casa iexclAire iexclaire iexclpronto iexclque ya se me sube la poacutelvora a la cabeza

El Corregidor no contestoacute a este discurso Habiacutease puesto liacutevido casi azul teniacutea los ojos torcidos y un temblor como de terciana agitaba todo su cuerpo Por uacuteltimo principioacute a castantildeetear los dientes y cayoacute al suelo presa de una convulsioacuten espantosa

El susto del caz lo muy mojadas que seguiacutean todas sus ropas la violenta escena del dormitorio y el miedo al trabuco con que le apuntaba la navarra habiacutean agotado las fuerzas del enfermizo anciano

ndashiexclMe muerondashbalbuceoacutendash iexclLlama a Garduntildea Llama a Garduntildea que estaraacute ahiacute en la ramblilla iexclYo no debo morirme en esta casa No pudo continuar

Cerroacute los ojos y se quedoacute como muerto

ndashiexclY se moriraacute como lo dicendashprorrumpioacute la sentildeaacute Frasquitandash Pues sentildeor iexclesta es la maacutes negra iquestQueacute hago yo ahora con este hombre en mi casa iquestQue diriacutean de miacute si se muriese iquestQueacute diriacutea Lucas iquestCoacutemo podriacutea justificarme cuando yo misma le he abierto la puerta iexclOh no Yo no debo quedarme aquiacute con eacutel iexclYo debo buscar a mi marido yo debo escandalizar el mundo

antes de comprometer mi honra

Tomada esta resolucioacuten soltoacute el trabuco fuese al corral cogioacute la burra que quedaba en eacutel la aparejoacute de cualquier modo abrioacute la puerta grande de la cerca montoacute de un salto a pesar de sus carnes y se dirigio a la ramblilla

ndashiexclGarduntildea iexclGarduntildeandashiba gritando la navarra conforme se acercaba a aquel sitio

ndashiexclPresentendashrespondioacute al cabo el Alguacil apareciendo detraacutes de un setondash iquestEs usted sentildeaacute Frasquita

ndashSiacute yo soy iexclVe al molino y socorre a tu amo que se esta muriendo

ndashiquestQueacute dice usted iexclVaya un maula

ndashLo que oyes Garduntildea

ndashiquestY usted alma miacutea iquestAdoacutende va a estas horas

ndashiquestYo iexclQuita allaacute badulaque iexclYo voy a la ciudad por un meacutedicondashcontestoacute la sentildeaacute Frasquita arreando la burra con un talonazo y a Garduntildea con un puntapieacute

Y tomoacute no el camino de la ciudad como acababa de decir sino el del lugar inmediato

Garduntildea no reparoacute en esta uacuteltima circunstancia pues iba ya dando zancajadas hacia el molino y discurriendo al par de esta manera

ndashiexclVa por un meacutedico iexclLa infeliz no puede hacer maacutes iexclPero eacutel es un pobre hombre iexclFamosa ocasioacuten de ponerse malo iexclDios le da confites a quien no puede roerlos

XXII Garduntildea se multiplica

Cuando Garduntildea llegoacute al molino el Corregidor principiaba a volver en siacute procurando levantarse del suelo

En el suelo tambieacuten y a su lado estaba el veloacuten encendido que bajoacute Su Sentildeoriacutea del dormitorio

ndashiquestSe ha marchado yandashfue la primera frase de don Eugenio

ndashiquestQuieacuten

ndashiexclEl demonio Quiero decir la Molinera

ndashSiacute sentildeor Ya se ha marchado y no creo que iba de muy buen humor

ndashiexclAy Garduntildea Me estoy muriendo

ndashPero iquestqueacute tiene Usiacutea iexclPor vida de los hombres

ndashMe he caiacutedo en el caz y estoy hecho una sopa iexclLos huesos se me parten de friacuteo

ndashiexclToma toma iexclAhora salimos con eso

ndashiexclGarduntildea iexclve lo que te dices

ndashYo no digo nada sentildeor

ndashPues bien saacutecame de este apuro

ndashVoy volando iexclVeraacute Usiacutea queacute pronto lo arreglo todo

Asiacute dijo el Alguacil y en un periquete cogioacute la luz con una mano y con la otra se metioacute al Corregidor debajo del brazo subioacutelo al dormitorio puacutesolo en cueros acostoacutelo en la cama corrioacute al jaraiacutez reunioacute una brazada de lentildea fue a la cocina hizo una gran lumbre bajoacute todas las ropas de su amo colocoacutelas en los espaldares de dos o tres sillas encendioacute un candil lo colgoacute de la espetera y tornoacute a subir a la camara

ndashiquestQueacute tal vamosndashpreguntoacutele entonces a don Eugenio levantando en alto el veloacuten para verle mejor el rostro

ndashiexclAdmirablemente iexclConozco que voy a sudar iexclMantildeana te ahorco Garduntildea

ndashiquestPor queacute sentildeor

ndashiquestY te atreves a preguntaacutermelo iquestCrees tuacute que al seguir el plan que me trazaste esperaba yo acostarme solo en esta cama despueacutes de recibir por segunda vez el sacramento del bautismo iexclMantildeana mismo te ahorco

ndashPero cueacutenteme Usiacutea algo iquestLa sentildeaacute Frasquita

ndashLa sentildeaacute Frasquita ha querido asesinarme iexclEs todo lo que he logrado con tus consejos Te digo que te ahorco mantildeana por la mantildeana

ndashiexclAlgo menos seraacute sentildeor Corregidorndashrepuso el Alguacil

ndashiquestPor queacute lo dices insolente iquestPorque me ves aquiacute postrado

ndashNo sentildeor Lo digo porque la sentildeaacute Frasquita no ha debido de mostrarse tan inhumana como Usiacutea cuenta cuando ha ido a la ciudad a buscarle un meacutedico

ndashiexclDios santo iquestEstaacutes seguro de que ha ido a la ciudadndashexclamoacute don Eugenio maacutes aterrado que nunca

ndashA lo menos eso me ha dicho ella

ndashiexclCorre corre Garduntildea iexclAh iexclEstoy perdido sin remedio iquestSabes a queacute va la sentildeaacute Frasquita a la ciudad iexclA contaacuterselo todo a mi mujer iexclA decirle que estoy aquiacute iexclOh Dios miacuteo Dios miacuteo iquestCoacutemo habiacutea yo de figurarme esto iexclYo creiacute que se habriacutea ido al lugar en busca de su marido y como lo tengo alliacute a buen recaudo nada me importaba su viaje Pero iexclirse a la ciudad

ndashGarduntildea corre corre tuacute que eres andariacuten y evita mi perdicioacuten iexclEvita que la terrible Molinera entre en mi casa

ndashiquestY no me ahorcaraacute Usiacutea si lo consigondashprosiguioacute iroacutenicamente el Alguacil

ndashiexclAl contrario Te regalareacute unos zapatos en buen uso que me estaacuten grandes iexclTe regalareacute todo lo que quieras

ndashPues voy volando Dueacutermase Usiacutea tranquilo Dentro de media hora estoy aquiacute de vuelta despueacutes de dejar en la caacutercel a la navarra iexclPara algo soy maacutes ligero que una borrica

Dijo Garduntildea y desaparecioacute por la escalera abajo

Se cae de su peso que durante aquella ausencia del Alguacil fue cuando el Molinero estuvo en el molino y vio visiones por el ojo de la llave

Dejemos pues al Corregidor sudando en el lecho ajeno y a Garduntildea corrien do hacia la ciudad (adonde tan pronto habiacutea de seguirlo el tiacuteo Lucas con sombrero de tres picos y capa de grana) y convertidos tambieacuten nosotros en andarines volemos con direccioacuten al lugar en seguimiento de la valerosa sentildeaacute Frasquita

XXIII Otra vez el desierto y las consabidas voces

La uacutenica aventura que le ocurrioacute a la navarra en su viaje desde el molino al pueblo fue asustarse un poco al notar que alguien echaba yescas en medio de un sembrado

ndashiquestSi seraacute un esbirro del Corregidor iquestSi iraacute a detenermendashpensoacute la Molinera

En esto se oyoacute un rebuzno hacia aquel mismo lado

ndashiexclBurros en el campo a estas horasndashsiguioacute pensando la sentildeaacute Frasquitandash Pues lo que es por aquiacute no hay ninguna huerta ni cortijo iexclVive Dios que los duendes se estaacuten despachando esta noche a su gusto Porque la borrica de mi marido no puede ser iquestQueacute hariacutea mi Lucas a medianoche parado fuera del camino iexclNada iexclnada iexclIndudablemente es un espiacutea

La burra que montaba la sentildeaacute Frasquita creyoacute oportuno rebuznar tambieacuten en aquel instante

ndashiexclCalla demoniondashle dijo la navarra clavaacutendole un alfiler de a ochavo en mitad de la cruz

Y temiendo alguacuten encuentro que no le conviniese sacoacute tambieacuten su bestia fuera del camino y la hizo trotar por otros sembrados

Sin maacutes accidente llegoacute a las puertas del lugar a tiempo

que seriacutean las once de la noche

XXIV Un rey de entonces

Hallaacutebase ya durmiendo la mona el sentildeor Alcalde vuelta la espalda a la espalda de su mujer (y formando asiacute con eacutesta la figura de aacuteguila austriacuteaca de dos cabezas que dice nuestro inmortal Quevedo) cuando Tontildeuelo llamoacute a la puerta de la caacutemara nupcial y avisoacute al sentildeor Juan Loacutepez que la sentildeaacute Frasquita la del molino queriacutea hablarle

No tenemos para queacute referir todos los gruntildeidos y juramentos inherentes al acto de despertar y vestirse el Alcalde de monterilla y nos trasladamos desde luego al instante en que la Molinera lo vio llegar desperezaacutendose como un gimnasta que ejercita la musculatura y exclamando en medio de un bostezo interminable

ndashiexclTeacutengalas usted muy buenas sentildeaacute Frasquita iquestQueacute le trae a usted por aquiacute iquestNo le dijo a usted Tontildeuelo que se quedase en el molino iquestAsiacute desobedece usted a la Autoridad

ndashiexclNecesito ver a mi Lucasndashrespondioacute la navarrandash iexclNecesito verlo al instante iexclQue le digan que estaacute aquiacute su mujer

ndash iexclNecesito iexclNecesito Sentildeora iexcla usted se le olvida que estaacute hablando con el Rey

ndashiexclDeacutejeme usted a miacute de reyes sentildeor Juan que no estoy para bromas iexclDemasiado sabe usted lo que me sucede iexclDemasiado sabe para queacute ha preso a mi marido

ndashYo no seacute nada sentildeaacute Frasquita Y en cuanto a su marido de usted no estaacute preso sino durmiendo tranquilamente en esta su casa y tratado como yo trato a las personas iexclA ver Tontildeuelo iexclTontildeuelo Anda al pajar y dile al tiacuteo Lucas que se despierte y venga corriendo Conque vamos iexclcueacutenteme usted lo que pasa iquestHa tenido usted miedo de dormir sola

ndashiexclNo sea usted desvergonzado sentildeor Juan iexclDemasiado sabe usted que a miacute no me gustan sus bromas ni sus veras iexclLo que me pasa es una cosa muy sencilla que usted y el sentildeor Corregidor han querido perderme iexclpero que se han llevado un solemne chasco iexclYo estoy aquiacute sin tener de queacute abochornarme y el sentildeor Corregidor se queda en el molino murieacutendose

ndashiexclMurieacutendose el Corregidorndashexclamoacute su subordinadondash Sentildeora iquestsabe usted lo que dice

ndashiexclLo que usted oye Se ha caiacutedo en el caz y casi se ha ahogado o ha cogido una pulmoniacutea o yo no seacute iexclEso es cuenta de la Corregidora Yo vengo a buscar a mi marido sin perjuicio de salir mantildeana mismo para Madrid donde le contareacute al Rey

ndashiexclDemonio demoniondashmurmuroacute el sentildeor Juan Loacutepezndash iexclA ver Manuela iexclMuchacha Anda y apareacutejame la mulilla Sentildeaacute Frasquita al molino voy iexclDesgraciada de usted si le ha hecho alguacuten dantildeo al sentildeor Corregidor

ndashiexclSentildeor Alcalde sentildeor Alcaldendashexclamoacute en esto Tontildeuelo entrando maacutes muerto que vivondash El tiacuteo Lucas no estaacute en el pajar Su burra no se halla tampoco en los pesebres y la puerta del corral estaacute abierta iexclDe modo que el paacutejaro se ha escapado

ndashiquestQueacute estaacutes diciendondashgritoacute el sentildeorJuan Loacutepez

ndashiexclVirgen del Carmen iquestQueacute va a pasar en mi casandashexclamoacute la sentildeaacute Frasquitandash iexclCorramos sentildeor Alcalde no perdamos tiempo Mi marido va a matar al Corregidor al encontrarlo alliacute a estas horas

ndashiquestLuego usted cree que el tiacuteo Lucas estaacute en el molino

ndashiquestPues no lo he de creer Digo maacutes cuando yo veniacutea me he cruzado con eacutel sin conocerlo iexclEacutel era sin duda uno que echaba yescas en medio de un sembrado iexclDios miacuteo iexclCuando piensa una que los animales tienen maacutes entendimiento que las personas Porque ha de saber usted sentildeor Juan que indudablemente nuestras dos burras se reconocieron y se saludaron mientras que mi Lucas y yo ni nos saludamos ni nos reconocimos iexclAntes bien huimos el uno del otro tomaacutendonos mutuamente por espiacuteas

ndashiexclBueno estaacute su Lucas de ustedndashreplicoacute el Alcaldendash En fin vamos andando y ya veremos lo que hay que hacer con todos ustedes iexclConmigo no se juega iexclYo soy el Rey Pero no un Rey como el que ahora tenemos en Madrid o sea en El Pardo sino como aquel que hubo en Sevilla a quien llamaban Don Pedro el Cruel iexclA ver Manuela iexclTraacuteeme el bastoacuten y dile a tu ama que me marcho

Obedecioacute la sirvienta (que era por cierto maacutes buena moza de lo que conveniacutea a la alcaldesa y a la moral) y como la mulilla del sentildeor Juan Loacutepez estuviese ya aparejada la sentildeaacute Frasquita y eacutel salieron para el molino seguidos del indispensable Tontildeuelo

XXV La estrella de Garduntildea

Precedaacutemosles nosotros supuesto que tenemos carta blanca para andar maacutes deprisa que nadie

Garduntildea se hallaba ya de vuelta en el molino despueacutes de haber buscado a la sentildeaacute Frasquita por todas las calles de la ciudad

El astuto Alguacil habiacutea tocado de camino en el Corregimiento donde lo encontroacute todo muy sosegado Las puertas seguiacutean abiertas como en medio del diacutea seguacuten es costumbre cuando la Autoridad estaacute en la calle ejerciendo sus sagradas funciones Dormitaban en la meseta de la escalera y en el recibimiento otros alguaciles y ministros esperando descansadamente a su amo mas cuando sintieron llegar a Garduntildea desperezaacuteronse dos o tres de ellos y le preguntaron al que era su decano y jefe inmediato

ndashiquestViene ya el sentildeor

ndashiexclNi por asomo Estaos quietos Vengo a saber si ha habido novedad en la casa

ndashNinguna

ndashiquestY la Sentildeora

ndashRecogida en sus aposentos

ndashiquestNo ha entrado una mujer por estas puertas hace poco

ndashNadie ha aparecido por aquiacute en toda la noche

ndashPues no dejeacuteis entrar a persona alguna sea quien sea y diga lo que diga iexclAl contrario Echadle mano al mismo lucero del alba que venga a preguntar por el Sentildeor o por la Sentildeora y llevadlo a la caacutercel

ndashiquestParece que esta noche se anda a caza de paacutejaros de cuentandashpreguntoacute uno de los esbirros

ndashiexclCaza mayorndashantildeadioacute otro

ndashiexclMayuacutesculandashrespondioacute Garduntildea solemnementendash iexclFiguraos si la cosa seraacute delicada cuando el sentildeor Corregidor y yo hacemos la batida por nosotros mismos Conque hasta luego buenas piezas y iexclmucho ojo

ndashVaya usted con Dios sentildeor Bastiaacutenndashrepusieron todos saludando a Garduntildea

ndashiexclMi estrella se eclipsandashmurmuroacute eacuteste al salir del Corregimientondash iexclHasta las mujeres me engantildean La Molinera se encaminoacute al lugar en busca de su esposo en vez de venirse a la ciudad iexclPobre Garduntildea iquestQueacute se ha hecho de tu olfato

Y discurriendo de este modo tomoacute la vuelta al molino

Razoacuten teniacutea el Alguacil para echar de menos su antiguo olfato pues que no venteoacute a un hombre que se escondiacutea en aquel momento detraacutes de unos mimbres a poca distancia de la ramblilla y el cual exclamoacute para su capote o maacutes bien para su

capa grana

ndashiexclGuarda Pablo iexclPor alliacute viene Garduntildea Es menester que no me vea

Era el tiacuteo Lucas vestido de Corregidor que se dirigiacutea a la ciudad repitiendo de vez en cuando su diaboacutelica frase

ndashiexclTambieacuten la Corregidora es guapa

Pasoacute Garduntildea sin verlo y el falso Corregidor dejoacute su escondite y penetroacute en la poblacioacuten Poco despueacutes llegaba el Alguacil al molino seguacuten dejamos indicado

XXVI Reaccioacuten El Corregidor seguiacutea en la cama tal y como acababa de verlo el tiacuteo Lucas por el ojo de la llave

ndashiexclQueacute bien sudo Garduntildea iexclMe he salvado de una enfermedadndashexclamoacute tan luego como penetroacute el Alguacil en la estanciandash iquestY la sentildeaacute Frasquita iquestHas dado con ella iquestViene contigo iquestHas hablado con la Sentildeora

ndashLa Molinera sentildeorndashrespondioacute Garduntildea con angustiado acentondash me engantildeoacute como a un pobre hombre pues no se fue a la ciudad sino al pueblecillo en busca de su esposo Perdone Usiacutea la torpeza

ndashiexclMejor iexclMejorndashdijo el madrilentildeo con los ojos chispeantes de maldadndash iexclTodo se ha salvado entonces Antes de que amanezca estaraacuten caminando para las caacuterceles de la Inquisicioacuten atados codo con codo el tiacuteo Lucas y la sentildeaacute Frasquita y alliacute se pudriraacuten sin tener a quien contarle sus aventuras de esta noche Traacuteeme la ropa Garduntildea que ya estaraacute seca iexclTraacuteemela y viacutesteme iexclEl amante se va a convertir en Corregidor

Garduntildea bajoacute a la cocina por la ropa

XXVII iexclFavor al Rey Entre tanto la sentildeaacute Frasquita el sentildeor Juan Loacutepez y Tontildeuelo avanzaban hacia el molino al cual llegaron pocos minutos despueacutes

ndashiexclYo entrareacute delantendashexclamoacute el alcalde de monterillandash iexclPara algo soy la autoridad Siacutegueme Tontildeuelo y usted sentildeaacute Frasquita espeacuterese a la puerta hasta que yo la llame

Penetroacute pues el sentildeor Juan Loacutepez bajo la parra donde vio a la luz de la luna un hombre casi jorobado vestido como soliacutea el Molinero con chupetiacuten y calzoacuten de pantildeo pardo faja negra medias azules montera murciana de felpa y el capote de monte al hombro

ndashiexclEl esndashgritoacute el Alcaldendash iexclFavor al Rey iexclEntreacuteguese usted tiacuteo Lucas

El hombre de la montera intentoacute meterse en el molino

ndashiexclDatendashgritoacute a su vez Tontildeuelo saltando sobre eacutel cogieacutendolo por el pescuezo aplicaacutendole una rodilla al espinazo y hacieacutendole rodar por tierra

Al mismo tiempo otra especie de fiera saltoacute sobre Tontildeuelo y agarraacutendolo de la cintura lo tiroacute sobre el empedrado y principioacute a darle de bofetones

Era la sentildeaacute Frasquita que exclamaba

ndashiexclTunante iexclDeja a mi Lucas

Pero en esto otra persona que habiacutea aparecido llevando del diestro una borrica metioacutese resueltamente entre los dos y tratoacute de salvar a Tontildeuelo

Era Garduntildea que tomando al alguacil del lugar por don Eugenio de Zuacutentildeiga le deciacutea a la Molinera

ndashiexclSentildeora respete usted a mi amo

Y la derribo de espaldas sobre el lugarentildeo

La sentildeaacute Frasquita vieacutendose entre dos fuegos descargoacute entonces a Garduntildea tal reveacutes en medio del estoacutemago que le hizo caer de boca tan largo como era

Y con eacutel ya eran cuatro las personas que rodaban por el suelo

El sentildeor Juan Loacutepez impediacutea entre tanto levantarse al supuesto tiacuteo Lucas tenieacutendole plantado un pie sobre los rintildeones

ndashiexclGarduntildea iexclSocorro iexclFavor al Rey iexclYo soy el Corregidorndashgritoacute al fin don Eugenio sintiendo que la pezuntildea del Alcalde calzada con albarca de piel de toro lo reventaba materialmente

ndashiexclEl Corregidor iexclPues es verdadndashdijo el sentildeor Juan Loacutepez lleno de asombro

ndashiexclEl Corregidorndashrepitieron todos

Y pronto estuvieron de pie los cuatro derribados

ndashiexclTodo el mundo a la caacutercelndashexclamoacute don Eugenio de Zuacutentildeigandash iexclTodo el mundo a la horca

ndashPero sentildeor ndashobservoacute el sentildeor Juan Loacutepez ponieacutendose de rodillasndash iexclPerdone Usiacutea que lo haya maltratado iquestCoacutemo habiacutea de conocer a Usiacutea con esa ropa tan ordinaria

ndashiexclBaacuterbarondashreplicoacute el Corregidorndash iexclAlguna habiacutea de ponerme iquestNo sabes ni que me han robado la miacutea iquestNo sabes que una compantildeiacutea de ladrones mandada por el tiacuteo Lucas

ndashiexclMiente ustedndashgritoacute la navarra

ndashEscuacutecheme usted sentildeaacute Frasquitandashle dijo Garduntildea llamaacutendola apartendash Con permiso del sentildeor Corregidor y la compantildea iexclSi usted no arregla esto nos van a ahorcar a todos empezando por el tiacuteo Lucas

ndashPues iquestqueacute ocurrendashpreguntoacute la sentildeaacute Frasquita

ndashQue el tiacuteo Lucas anda a estas horas por la ciudad vestido de Corregidor y que Dios sabe si habraacute llegado con su disfraz hasta el propio dormitorio de la Corregidora

Y el alguacil le refirioacute en cuatro palabras todo lo que ya sabemos

ndashiexclJesuacutesndashexclamoacute la Molinerandash iexclConque mi marido me cree deshonrada iexclConque ha ido a la ciudad a vengarse iexclVamos vamos a la ciudad y justificadme a los ojos de mi Lucas

ndashiexclVamos a la ciudad e impidamos que ese hombre hable con mi mujer y cuente todas las majaderiacuteas que se haya figuradondashdijo el Corregidor arrimaacutendose a una de las burrasndash Deacuteme usted un pie para montar sentildeor Alcalde

ndashVamos a la ciudad siacute ndashantildeadioacute Garduntildea iexcly quiera el cielo sentildeor Corrergidor que el tiacuteo Lucas amparado por su vestimenta se haya contentado con hablarle a la Sentildeora

ndashiquestQueacute dices desgraciadondashprorrumpioacute don Eugenio de Zuntildeigandash iquestCrees tuacute a ese villano capaz

ndashiexclDe todondashcontestoacute la sentildeaacute Frasquita

XXVIII iexclAve Mariacutea PurisimaiexclLas doce y

media y sereno Asiacute gritaba por las calles de la ciudad quien teniacutea facultades para tanto cuando la Molinera y el Corregidor cada cual en una de las burras del molino el sentildeor Juan Loacutepez en su mula y los dos alguaciles andando llegaron a la puerta del Corregimiento

La puerta estaba cerrada

Dijeacuterase que para el Gobierno lo mismo que para los gobernados habiacutea concluido todo por aquel diacutea

ndashiexclMalondashpensoacute Garduntildea

Y llamoacute con el aldaboacuten dos o tres veces

Pasoacute mucho tiempo y ni abrieron ni contestaron

La sentildeaacute Frasquita estaba maacutes amarilla que la cera

El Corregidor se habiacutea comido ya todas las untildeas de ambas manos

Nadie deciacutea una palabra

iexclPum iexclPum iexclPum golpes y maacutes golpes a la puerta

del Corregimiento (aplicados sucesivamente por los dos alguaciles y por el sentildeor Juan Loacutepez) iexclY nada iexclNo respondiacutea nadie iexclNo abriacutean iexclNo se moviacutea una mosca iexclSolo se oiacutea el claro rumor de los cantildeos de una fuente que habiacutea en el patio de la casa

Y de esta manera transcurriacutean minutos largos como eternidades

Al fin cerca de la una abrioacutese un ventanillo del piso segundo y dijo una voz femenina

ndashiquestQuieacuten

ndashEs la voz del ama de lechendashmurmuroacute Garduntildea

ndashiexclYondashrespondioacute don Eugenio de Zuacutentildeigandash iexclAbrid

Pasoacute un instante de silencio

ndashiquestY quieacuten es ustedndashreplicoacute luego la nodriza

ndashiquestPues no me estaacute usted oyendo iexclSoy el amo iexclEl Corregidor Hubo otra pausa

ndashiexclVaya usted mucho con Diosndashrepuso la buena mujerndash Mi amo vino hace una hora y se acostoacute en seguida iexclAcueacutestense ustedes tambieacuten y duerman el vino que tendraacuten en el cuerpo

Y la ventana se cerroacute de golpe

La sentildeaacute Frasquita se cubrioacute el rostro con las manos

ndashiexclAmandashtronoacute el Corregidor fuera de siacutendash iquestNo oye usted

que le digo que abra la puerta iquestNo oye usted que soy yo iquestQuiere usted que la ahorque tambieacuten

La ventana volvioacute a abrirse

ndashPero vamos a verndashexpuso el amandash iquestQuieacuten es usted para dar esos gritos

ndashiexclSoy el Corregidor

ndashiexclDale bola iquestNo le digo a usted que el sentildeor Corregidor vino antes de las doce y que yo lo vi con mis propios ojos encerrarse en las habitaciones de la Sentildeora iquestSe quiere usted divertir conmigo iexclPues espere usted y veraacute lo que le pasa

Al mismo tiempo se abrioacute repentinamente la puerta y una nube de criados y ministriles provistos de sendos garrotes se lanzoacute sobre los de afuera exclamando furiosamente

ndashiexclA ver iquestDoacutende estaacute ese que dice que es el Corregidor iquestDoacutende estaacute ese chusco iquestDoacutende estaacute ese borracho

Y se armo un liacuteo de todos los demonios en medio de la oscuridad sin que nadie pudiera entenderse y no dejando de recibir algunos palos el Corregidor Garduntildea el sentildeor Juan Loacutepez y Tontildeuelo

Era la segunda paliza que le costaba a don Eugenio su aventura de aquella noche ademas del remojoacuten que se dio en el caz del molino

La sentildeaacute Frasquita apartada de aquel laberinto lloraba por la primera vez de su vida

ndashiexclLucas iexclLucasndashdeciacuteandash iexclY has podido dudar de miacute iexclY has podido estrechar en tus brazos a otra iexclAh iexclNuestra desventura no tiene ya remedio

XXIX Post nubila Diana

ndashiquestQueacute escaacutendalo es estendashdijo al fin una voz tranquila majestuosa y de gracioso timbre resonando encima de aquella barauacutenda

Todos levantaron la cabeza y vieron a una mujer vestida de negro asomada balcoacuten principal del edificio

ndashiexclLa Sentildeorandashdijeron los criados suspendiendo la retreta de palos

ndashiexclMi mujerndashtartamudeoacute don Eugenio

ndashQue pasen esos ruacutesticos El sentildeor Corregidor dice que lo permitendashagregoacute la Corregidora

Los criados cedieron paso y el de Zuacutentildeiga y sus acompantildeantes penetraron en el portal y tomaron por la escalera arriba

Ninguacuten reo ha subido al patiacutebulo con paso tan inseguro y semblante tan denudado como el Corregidor subiacutea las escaleras de su casa Sin embargo la idea de su deshonra principiaba ya a descollar con noble egoiacutesmo por encima de todos los infortunios que habiacutea causado y que lo afiacuteigiacutean y sobre las demaacutes ridiculeces de la situacioacuten en que se hallaba

ndashiexclAntes que todondashiba pensandondash soy un Zuacutentildeiga y un Ponce

de Leoacuten iexclAy de aquellos que lo hayan echado en olvido iexclAy de mi mujer si ha mancillado mi nombre

XXX Una sentildeora de clase

La Corregidora recibioacute a su esposo y a la ruacutestica comitiva en el saloacuten principal del Corregimiento

Estaba sola de pie y con los ojos clavados en la puerta

Eacuterase una principaliacutesima dama bastante joven todaviacutea de plaacutecida y severa hermosura maacutes propia del pincel cristiano que del cincel gentiacutelico y estaba vestida con toda la nobleza y seriedad que consentiacutea el gusto de la eacutepoca Su traje de corta y estrecha falda y mangas huecas y subidas era de alepiacuten negro una pantildeoleta de blonda blanca algo amarillenta velaba sus admirables hombros y larguiacutesimos maniquetes o mitones de tul negro cubriacutean la mayor parte sus alabastrinos brazos Abanicaacutebase majestuosamente con un pericoacuten enorme traiacutedo de las islas Filipinas y empuntildeaba con la otra mano un pantildeuelo de encaje cuyos cuatro picos colgaban simeacutetricamente con una regularidad solo comparable a la de su actitud y menores movimientos

Aquella hermosa mujer teniacutea algo de reina y mucho de abadesa e infundiacutea por ende veneracioacuten y miedo a cuantos la miraban Por lo demaacutes el atildamiento de su traje a semejante hora la gravedad de su continente y las muchas luces que alumbraban el saloacuten demostraban que la Corregidora se habiacutea esmerado en dar a aquella escena una solemnidad teatral y un tinte ceremonioso que contrastasen con el caraacutecer villano y grosero de la aventura de su marido

Advertiremos finalmente que aquella sentildeora se llamaba dontildea Mercedes Carrillo de Albornoz y Espinosa de los Monteros y que era hija nieta biznieta tataranieta y hasta vigeacutesima nieta de la ciudad como descendiente de sus ilustres conquistadores Su familia por razones de vanidad mundana la habiacutea inducido a casarse con el viejo y acaudalado Corregidor y ella que de otro modo hubiera sido monja pues su vocacioacuten natural la iba llevando al claustro consintioacute en aquel doloroso sacrificio

A la sazoacuten teniacutea ya dos vaacutestagos del arriscado madrilentildeo y auacuten se susurraba que habiacutea otra vez moros en la costa

Conque volvamos a nuestro cuento

XXXI La pena del talioacutenndashiexclMercedesndashexclamoacute el Corregidor al comparecer delante de su esposa

ndashiexclHola tiacuteo Lucas iquestUsted por aquiacutendashdiacutejole la Corregidora interrumpieacutendolendash iquestOcurre alguna desgracia en el molino

ndashiexclSentildeora no estoy para chanzasndashrepuso el Corregidor hecho una fierandash Antes de entrar en explicaciones por mi parte necesito saber queacute ha sido de mi honor

ndashiexclEsa no es cuenta miacutea iquestAcaso me lo ha dejado usted a miacute en depoacutesito

ndashSiacute sentildeora iexclA ustedndashreplicoacute don Eugeniondash iexclLas mujeres son las depositarias del honor de sus maridos

ndashPues entonces mi querido tiacuteo Lucas preguacutentele usted a su mujer Precisamente nos estaacute escuchando

La sentildeaacute Frasquita que se habiacutea quedado a la puerta del saloacuten lanzoacute una especie de rugido

ndashPase usted sentildeora y sieacutentesendashantildeadioacute la Corregidora dirigieacutendose a la Molinera con dignidad soberana

Y por su parte encaminoacutese al sofaacute

La generosa navarra supo comprender desde luego toda la grandeza de la actitud de aquella esposa injuriada e injuriada

acaso doblemente Asiacute es que alzaacutendose en el acto a igual altura dominoacute sus naturales iacutempetus y guardoacute un silencio decoroso Esto sin contar con que la sentildeaacute Frasquita segura de su inocencia y de su fuerza no teniacutea prisa de defenderse teniacuteala siacute de acusar mucha pero no ciertamente a la Corregidora iexclCon quien ella deseaba ajustar cuentas era con el tiacuteo Lucas y el tiacuteo Lucas no estaba alliacute

ndashSentildeaacute Frasquitandashrepitioacute la noble dama al ver que la Molinera no se habiacutea movido de su sitiondash le he dicho a usted que puede pasar y sentarse

Esta segunda indicacioacuten fue hecha con voz maacutes afectuosa y sentida que la primera Dijeacuterase que la Corregidora habiacutea adivinado tambieacuten por instinto al fijarse en el reposado continente y en la varonil hermosura de aquella mujer que no iba a habeacuterselas con un ser bajo y despreciable sino quizaacute maacutes bien con otra infortunada como ella iexclinfortunada siacute por el solo hecho de haber conocido al Corregidor

Cruzaron pues sendas miradas de paz y de indulgencia aquellas dos mujeres que se consideraban dos veces rivales y notaron con gran sorpresa que sus almas se aplacieron la una en la otra como dos hermanas que se reconocen

No de otro modo se divisan y saludan a lo lejos las castas nieves de las encumbradas montantildeas

Saboreando estas dulces emociones la Molinera entroacute majestuosamente en el saloacuten y se sentoacute en el filo de una silla

A su paso por el molino previendo que en la ciudad tendriacutea que hacer visitas de importancia se habiacutea arreglado un poco y

pueacutestose una mantilla de franela negra con grandes felpones que le sentaba divinamente Pareciacutea toda una sentildeora

Por lo que toca al Corregidor dicho se estaacute que habiacutea guardado silencio durante aquel episodio El rugido de la sentildeaacute Frasquita y su aparicioacuten en la escena no habiacutean podido menos de sobresaltarlo iexclAquella mujer le causaba ya maacutes terror que la suya propia

ndashConque vamos tiacuteo Lucasndashprosiguioacute dontildea Mercedes dirigieacutendose a su maridondash Ahiacute tiene usted a la sentildeaacute Frasquita iexclPuede usted volver a formular demanda iexclPuede usted preguntarle aquello de su honra

ndashMercedes iexclpor los clavos de Cristondashgritoacute el Corregidorndash iexclMira que tuacute no sabes de lo que soy capaz iexclNuevamente te conjuro a que dejes la broma y me digas todo lo que ha pasado aquiacute durante mi ausencia iquestDoacutende estaacute ese hombre

ndashiquestQuieacuten iquestMi marido Mi marido se estaacute levantando y ya no puede tardar en venir

ndashiexclLevantaacutendosendashbramoacute don Eugenio

ndashiquestSe asombra usted iquestPues doacutende queriacutea usted que estuviese a estas horas hombre de bien sino en su casa en su cama y durmiendo con su legiacutetima consorte como manda Dios

ndashiexclMerceditas iexclVe lo que te dices iexclRepara en que nos estaacuten oyendo iexclRepara en que soy el Corregidor

ndashiexclA miacute no me deacute usted voces tiacuteo Lucas o mandareacute a los alguaciles que lo lleven a la caacutercelndashreplicoacute la Corregidora

ponieacutendose de pie

ndashiexclYo a la caacutercel iexclYo iexclEl Corregidor de la ciudad

ndashEl Corregidor de la ciudad el representante de la Justicia el apoderado del Reyndashrepuso la gran sentildeora con una severidad y una energiacutea que ahogaron la voz del fingido Molinerondashllegoacute a su casa a la hora debida a descansar de las nobles tareas de su oficio para seguir mantildeana amparando la honra y la vida de los ciudadanos la santidad del hogar y el recato de las mujeres impidiendo de este modo que nadie pueda entrar disfrazado de Corregidor ni de ninguna otra cosa en la alcoba de la mujer ajena que nadie pueda sorprender a la virtud de su descuidado reposo que nadie pueda abusar de su casto suentildeo

ndashiexclMerceditas iquestQueacute es lo que profieresndashsilboacute el Corregidor con labios y enciacuteasndash iexclSi es verdad que ha pasado en mi casa direacute que eres una picara una peacuterfida una licenciosa

ndashiquestCon quieacuten habla este hombrendashprorrumpioacute la Corregidora desdentildeosamente y pasando la vista por todos los circunstantesndash iquestQuieacuten es este loco iquestQuieacuten es este ebrio iexclNi siquiera puedo ya creer que sea un honrado molinero como el tiacuteo Lucas a pesar de que viste su traje de villano SentildeorJuan Loacutepez creacuteame ustedndashcontinuoacute encaraacutendose con el alcalde de monterilla que estaba aterradondash mi marido el Corregidor de la ciudad llegoacute a esta su casa hace dos horas con su sombrero de tres picos su capa de grana su espadiacuten de caballero y su bastoacuten de autoridad Los criados y alguaciles que me escuchan se levantaron y lo saludaron al verlo pasar por el portal por la escalera y por el recibimiento Cerraacuteronse en seguida todas las puertas y desde entonces no ha penetrado nadie en mi hogar hasta que llegaron ustedes iquestEs esto cierto Responded vosotros

ndashiexclEs verdad iexclEs muy verdadndashcontestaron la nodriza los domeacutesticos y los ministriles todos los cuales agrupados a la puerta del saloacuten presenciaban aquella singular escena

ndashiexclFuera de aquiacute todo el mundondashgritoacute don Eugenio echando espumarajos de rabiandash iexclGarduntildea iexclGarduntildea iexclVen y prende a estos viles que me estaacuten faltando al respeto iexclTodos a la caacutercel iexclTodos a la horca

Garduntildea no pareciacutea por ningun lado

ndashAdemaacutes sentildeorndashcontinuoacute dontildea Mercedes cambiando de tono y dignaacutendose ya mirar a su marido y tratarle como a tal temerosa de que las chanzas llegaran a irremediables extremosndash Supongamos que usted es mi esposo Supongamos que usted es don Eugenio de Zuacutentildeiga y Ponce de Leoacuten

ndashiexclLo soy

ndashSupongamos ademaacutes que me cupiese alguna culpa en haber tomado por usted al hombre que penetroacute en mi alcoba vestido de Corregidor

ndashiexclInfamesndashgritoacute el viejo echando mano a la espada y encontraacutendose soacutelo con el sitio o sea con la faja del molinero murciano

La navarra se tapoacute el rostro con un lado de la mantilla para ocultar las llamaradas de sus celos

ndashSupongamos todo lo que usted quierandashcontinuoacute dontildea Mercedes con una impasibilidad inexplicable Pero diacutegame usted ahora sentildeor miacuteo iquestTendriacutea usted derecho a quejarse iquestPodriacutea

usted acusarme como fiscal iquestPodriacutea usted sentenciarme como juez iquestViene usted de confesar iquestViene usted de oiacuter misa iquestO de doacutende viene usted con ese traje iquestDe doacutende viene usted con esa sentildeora iquestDoacutende ha pasado usted la mitad de la noche

ndashCon permisondashexclamoacute la sentildeaacute Frasquita ponieacutendose de pie como empujada por un resorte y atravesaacutendose arrogantemente entre la Corregidora y su marido

Eacuteste que iba a hablar se quedoacute con la boca abierta al ver que la navarra entraba en fuego

Pero dontildea Mercedes se anticipoacute y dijo

ndashSentildeora no se fatigue usted en darme a miacute explicaciones iexclYo no se las pido a usted ni mucho menos Alliacute viene quien puede pediacuterselas a justo tiacutetulo iexclEntieacutendase usted con eacutel

Al mismo tiempo se abrioacute la puerta de un gabinete y aparecioacute en ella el tiacuteo Lucas vestido de Corregidor de pies a cabeza y con bastoacuten guantes y espadiacuten como si se presentase en las Salas de Cabildo

XXXII La fe mueve la montantildeas

ndashTengan ustedes muy buenas nochesndashpronuncioacute el recieacuten llegado quitaacutendose el sombrero de tres picos y hablando con la boca sumida como soliacutea don Eugenio de Zuacutentildeiga

En seguida se adelantoacute por el saloacuten balanceaacutendose en todos sentidos y fue a besar la mano de la Corregidora

Todos se quedaron estupefactos El parecido del tiacuteo Lucas con el verdadero Corregidor era maravilloso

Asiacute es que la servidumbre y hasta el mismo sentildeor Juan Loacutepez no pudieron contener la carcajada

Don Eugenio sintioacute aquel nuevo agravio y se lanzoacute sobre el tiacuteo Lucas como un basilisco

Pero la sentildeaacute Frasquita metioacute el montante apartando al Corregidor con el brazo de marras y Su Sentildeoriacutea en evitacioacuten de otra voltereta y del consiguiente ludibrio se dejoacute atropellar sin decir oxte ni moxte Estaba visto que aquella mujer habiacutea nacido para domadora del pobre viejo

El tiacuteo Lucas se puso maacutes paacutelido que la muerte al ver que su mujer se le acercaba pero luego se dominoacute y con una risa tan horrible que tuvo que llevarse la mano al corazoacuten para que no se le hiciese pedazos dijo remedando siempre al Corregidor

ndashiexclDios te guarde Frasquita iquestLe has enviado ya a tu sobrino el nombramiento

iexclHubo que ver entonces a la navarra Tiroacutese la mantilla atraacutes levantoacute la frente con soberaniacutea de leona y clavando en el falso Corregidor dos ojos como dos puntildeales

ndashiexclTe desprecio Lucasndashle dijo en mitad de la cara

Todos creyeron que le habiacutea escupido

iexclTal gesto tal ademaacuten y tal tono de voz acentuaron aquella frase

El rostro del Molinero se transfiguroacute al oiacuter la voz de su mujer Una especie de inspiracioacuten semejante a la de la fe religiosa habiacutea penetrado en su alma inundaacutendola de luz y de alegriacutea Asiacute es que olvidaacutendose por un momento de cuanto habiacutea visto y creiacutedo ver en el molino exclamoacute con las laacutegrimas en los ojos y la sinceridad en los labios

ndashiquestConque tuacute eres mi Frasquita

ndashiexclNondashrespondioacute la navarra fuera de siacutendash iexclYo no soy ya tu Frasquita Yo soy iexclPreguacutentaselo a tus hazantildeas de esta noche y ellas te diraacuten lo que has hecho del corazoacuten que tanto te queriacutea

Y se echoacute a llorar como una montantildea de hielo que se hunde y principia a derretirse

La Corregidora se adelantoacute hacia ella sin poder contenerse y la estrechoacute en sus brazos con el mayor carintildeo

La sentildeaacute Frasquita se puso entonces a besarla sin saber tampoco

lo que se haciacutea dicieacutendole entre sus sollozos como una nintildea que busca el amparo de su madre

ndashiexclSentildeora sentildeora iexclQueacute desgraciada soy

ndashiexclNo tanto como usted se figurandashcontestaacutebale la Corregidora llorando tambien generosamente

ndashiexclYo siacute que soy desgraciadondashgemiacutea al mismo tiempo el tiacuteo Lucas andando a puntildeetazos con sus laacutegrimas como avergonzado de verterlas

ndashPues iquesty yondashprorrumpioacute al fin don Eugenio sintieacutendose ablandado por el contagioso lloro de los demaacutes o esperando salvarse tambieacuten por la viacutea huacutemeda quiero decir por la viacutea del llantondash iexclAh yo soy un piacutecaro iexclun monstruo iexclun calavera deshecho que ha llevado su merecido

Y rompioacute a berrear tristemente abrazado a la barriga del sentildeor Juan Loacutepez

Y este y los criados lloraban de igual manera y todo pareciacutea concluido y sin embargo nadie se habiacutea explicado

XXXIII Pues iquesty tuacuteEl tiacuteo Lucas fue el primero que salioacute a flote en aquel mar de laacutegrimas

Era que empezaba a acordarse otra vez de lo que habiacutea visto por el ojo de la llave

ndashiexclSentildeores vamos a cuentasndashdijo de pronto

ndashNo hay cuentas que valgan tiacuteo Lucasndashexclamoacute la Corregidorandash iexclSu mujer de usted es una bendita

ndashBien siacute pero

ndashiexclNada de pero Deacutejela usted hablar y veraacute como se justifica Desde que la vi me dio el corazoacuten que era una santa a pesar de todo lo que usted me habiacutea contado

ndashiexclBueno que hablendashdijo el tiacuteo Lucas

ndashiexclYo no hablondashcontestoacute la Molinerandash iexclEl que tiene que hablar eres tuacute Porque la verdad es que tuacute

Y la sentildeaacute Frasquita no dijo maacutes por impediacuterselo el invencible respeto que le inspiraba la Corregidora

ndashPues iquesty tuacutendashrespondioacute el tiacuteo Lucas perdiendo de nuevo toda fe

ndashAhora no se trata de ellandashgritoacute el Corregidor tornando

tambieacuten a sus celosndash iexclSe trata de usted y de esta sentildeora iexclAh Merceditas iquestQuieacuten habiacutea de decirme que tuacute

ndashPues iquesty tuacutendashrepuso la Corregidora midieacutendolo con la vista

Y durante algunos momentos los dos matrimonios repitieron cien veces las mismas frases

ndashiquestY tuacute

ndashiquestPues y tuacute

ndashiexclVaya que tuacute

ndashiexclNo que tuacute

ndashPero iquestcoacutemo has podido tuacute

Etceacutetera etc etc

La cosa hubiera sido interminable si la Corregidora revistieacutendose de dignidad no dijese por uacuteltimo a don Eugenio

ndashiexclMira caacutellate tuacute ahora Nuestra cuestioacuten particular la ventilaremos maacutes adelante Lo que urge en este momento es devolver la paz al corazoacuten del tiacuteo Lucas cosa muy faacutecil a mi juicio pues alliacute distingo al sentildeor Juan Loacutepez y a Tontildeuelo que estaacuten saltando por justificar a la sentildeaacute Frasquita

ndashiexclYo no necesito que me justifiquen los hombresndashrespondioacute estandash Tengo dos testigos de mayor creacutedito a quien no se diraacute que he seducido ni sobornado

ndashiquestY doacutende estaacutenndashpreguntoacute el Molinero

ndashEstaacuten abajo en la puerta

ndashPues diles que suban con permiso de esta sentildeora

ndashLas pobres no pueden subir

ndashiexclAh iexclSon dos mujeres iexclVaya un testimonio fidedigno

ndashTampoco son dos mujeres Solo son dos hembras

ndashiexclPeor que peor iexclSeraacuten dos nintildeas Hazme el favor de dearme sus nombres

ndashLa una se llama Pintildeona y la otra Liviana

ndashiexclNuestras dos burras Frasquita iquestte estaacutes riendo de miacute

ndashNo que estoy hablando muy formal Yo puedo probarte con el testimonio de nuestras burras que no me hallaba en el molino cuando tuacute viste en eacutel al sentildeor Corregidor

ndashiexclPor Dios te pido que te expliques

ndashiexclOye Lucas y mueacuterete de verguumlenza por haber dudado de mi honradez Mientras tuacute ibas esta noche desde el lugar a nuestra casa yo me dirigiacutea desde nuestra casa al lugar y por consiguiente nos cruzamos en el camino Pero tuacute marchabas fuera de eacutel o por mejor decir te habiacuteas detenido a echar unas yescas en medio de un sembrado

ndashiexclEs verdad que me detuve Continuacutea

ndashEn esto rebuznoacute tu borrica

ndashiexclJustamente iexclAh queacute feliz soy iexclHabla habla que cada palabra tuya me devuelve un antildeo de vida

ndashY a aquel rebuzno contestoacute otro en el camino

ndashiexclOh siacute siacute iexclBendita seas iexclMe parece estarlo oyendo

ndashEran Liviana y Pintildeona que se habiacutean reconocido y se saludaban como buenas amigas mientras que nosotros dos ni nos saludamos ni nos reconocimos

ndashiexclNo me digas maacutes iexclNo me digas maacutes

ndashTan no nos reconocimosndashcontinuoacute la senaacute Frasquitandash que los dos nos asustamos y salimos huyendo en direcciones contrarias iexclConque ya ves que yo no estaba en el molino Si quieres saber ahora por queacute encontraste al sentildeor Corregidor en nuestra cama tienta esas ropas que llevas puestas y que todaviacutea estaraacuten huacutemedas y te lo diraacuten mejor que yo iexclSu Sentildeoriacutea se cayoacute al caz del molino y Garduntildea lo desnudoacute y lo acostoacute alliacute Si quieres saber por queacute abriacute la puerta fue porque creiacute que eras tuacute el que se ahogaba y me llamaba a gritos Y en fin si quieres saber lo del nombramiento Pero no tengo maacutes que decir por la presente Cuando estemos solos te enterareacute de eacuteste y otros particulares que no debo referir delante de esta sentildeora

ndashiexclTodo lo que ha dicho la sentildeaacute Frasquita es la pura verdadndashgritoacute el sentildeor Juan Loacutepez deseando congraciarse con dontildea Mercedes visto que ella imperaba en el Corregimlento

ndashiexclTodo iexclTodondashantildeadioacute Tontildeuelo siguiendo la corriente a su amo

ndashiexclHasta ahora todondashagregoacute el Corregidor muy complacido de que las explicaciones de la navarra no hubieran ido maacutes lejos

ndashiexclConque eres inocentendashexclamaba en tanto el tiacuteo Lucas rindieacutendose a la evidenciandash iexclFrasquita miacutea Frasquita de mi alma iexclPerdoacutename la injusticia y deja que te deacute un abrazo

ndashiexclEsa es harina de otro costalndashcontestoacute la Molinera hurtando el cuerpondash Antes de abrazarte necesito oiacuter tus explicaciones

ndashYo las dareacute por eacutel y por miacutendashdijo dontildea Mercedes

ndashiexclHace una hora que las estoy esperandondashprofirioacute el Corregidor tratando de erguirse

ndashPero no las dareacutendashcontinuoacute la Corregidora volviendo la espalda desdentildeosamente a su maridondashhasta que estos sentildeores hayan descambiado vestimentas y aun entonces se las dareacute tan solo a quien merezca oiacuterlas

ndashVamos vamos a descambiarndashdiacutejole el murciano a don Eugenio alegraacutendose mucho de no haberlo asesinado pero mirandolo todaviacutea con un odio verdaderamente moriscondash iexclEl traje de vuestra sentildeoriacutea me ahoga iexclHe sido muy desgraciado mientras lo he tenido puesto

ndashiexclPorque no lo entiendesndashrespondioacutele el Corregidorndash iexclYo estoy en cambio deseando poneacutermelo para ahorcarte a ti y a medio mundo si no me satisfacen las exculpaciones de mi mujer

La Corregidora que oyoacute estas palabras tranquilizoacute a la reunioacuten con una suave sonrisa propia de aquellos afanados aacutengeles cuyo ministerio es guardar a los hombres

XXXIV Tambien la Corregidora es guapa

Salido que hubieron de la sala el Corregidor y el tiacuteo Lucas sentoacutese de nuevo la Corregidora en el sofaacute colocoacute a su lado a la sentildeaacute Frasquita y dirigieacutendose a los domeacutesticos y ministriles que obstruiacutean la puerta les dijo con afable sencillez

ndashiexclVaya muchachos Contad ahora vosotros a esta excelente mujer todo lo malo que sepaacuteis de miacute

Avanzoacute el cuarto estado y diez voces quisieron hablar a un mismo tiempo pero el ama de leche como la persona que maacutes alas teniacutea en la casa impuso silencio a los demaacutes y dijo de esta manera

ndashHa de saber usted sentildeaacute Frasquita que estaacutebamos yo y mi Sentildeora esta noche al cuidado de los nintildeos esperando a ver si veniacutea el amo y rezando el tercer rosario para hacer tiempo (pues la razoacuten traiacuteda por Garduntildea habiacutea sido que andaba el sentildeor Corregidor detraacutes de unos facinerosos terribles y no era cosa de acostarse hasta verlo entrar sin novedad) cuando sentimos ruido de gente en la alcoba inmediata que es donde mis sentildeores tienen su cama de matrimonio Cogimos la luz muertas de miedo y fuimos a ver quieacuten andaba en la alcoba cuando iexclay Virgen del Carmen al entrar vimos que un hombre vestido como mi sentildeor pero que no era eacutel (iexclcomo que era su marido de usted) trataba de esconderse debajo de la cama iexclLadrones principiamos a gritar desaforadamente y un momento despueacutes la habitacioacuten estaba llena de gente y los alguaciles sacaban arrastrando de su

escondite al fingido Corregidor Mi Sentildeora que como todos habiacutea reconocido al tiacuteo Lucas y que lo vio con aquel traje temioacute que hubiese matado al amo y empezoacute a dar unos lamentos que partiacutean las piedras iexclA la caacutercel iexclA la caacutercel deciacuteamos entre tanto los demaacutes iexclLadroacuten iexclAsesino era la mejor palabra que oiacutea el tiacuteo Lucas y asiacute es que estaba como un difunto arrimado a la pared sin decir esta boca es miacutea Pero viendo luego que se lo llevaban a la caacutercel dijo lo que voy a repetir aunque verdadaderamente mejor seriacutea para callado Sentildeora yo no soy ladroacuten ni asesino el ladroacuten y el asesino de mi honra estaacute en mi casa acostado con mi mujer

ndashiexclPobre Lucasndashsuspiroacute la sentildeaacute Frasquita

ndashiexclPobre de miacutendashmurmuroacute la Corregidora tranquilamente

ndashEso dijimos todos iexclPobre tiacuteo Lucas y pobre Sentildeora Porque la verdad sentildeaacute Frasquita ya teniacuteamos idea de que mi sentildeor habiacutea puesto los ojos en usted y aunque nadie se figuraba que usted

ndashiexclAmandashexclamoacute severamente la Corregidorandash iexclNo siga usted por ese camino

ndashContinuareacute yo por el otrondashdijo un alguacil aprovechando aquella coyuntura para apoderarse de la palabrandash El tiacuteo Lucas (que nos engantildeoacute de lo lindo con su traje y su manera de andar cuando entroacute en la casa tanto que todos lo tomamos por el sentildeor Corregidor) no habiacutea venido con muy buenas intenciones que digamos y si la Sentildeora no hubiera estado levantada figuacuterese usted lo que habria sucedido

ndashiexclVamos iexclCaacutellate tuacute tambieacutenndashinterrumpioacute la cocinerandash iexclNo estaacutes diciendo mas que tonteriacuteas Pues si sentildeaacute Frasquita el tiacuteo

Lucas para explicar su presencia en la alcoba de mi ama tuvo que confesar las intenciones que traiacutea iexclPor cierto que la Sentildeora no se pudo contener al oiacuterlo y le arrimoacute una bofetada en medio de la boca que le dejoacute la mitad de las palabras dentro del cuerpo Yo misma lo lleneacute de insultos y denuestos y quise sacarle los ojos Porque ya conoce usted sentildeaacute Frasquita que aunque sea su marido de usted eso de venir con sus manos lavadas

ndashiexclEres una bachillerandashgritoacute el portero ponieacutendose delante de la oradorandash iquestQueacute maacutes hubieras querido tuacute En fin sentildeaacute Frasquita oigame usted a miacute y vamos al asunto La Sentildeora hizo y dijo lo que debiacutea pero luego calmado ya su enojo compadecioacutese del tiacuteo Lucas y paroacute mientes en el mal proceder del sentildeor Corregidor viniendo a pronunciar estas o parecidas palabras Por infame que haya sido su pensamiento de usted tiacuteo Lucas y aunque nunca podreacute perdonar tanta insolencia es menester que su mujer de usted y mi esposo crean durante algunas horas que han sido cogidos en sus propias redes y que usted auxiliado por ese disfraz les ha devuelto afrenta por afrenta iexclNinguna venganza mejor podemos tomar de ellos que este engantildeo tan faacutecil de desvanecer cuando nos acomode Adoptada tan graciosa resolucioacuten la Sentildeora y el tiacuteo Lucas nos aleccionaron a todos de lo que teniacuteamos que hacer y decir cuando volviese Su Sentildeoriacutea iexcly por cierto que yo le he pegado a Sebastiaacuten Garduntildea tal palo en la rabadilla que creo no se le olvidaraacute en mucho tiempo la noche de San Simoacuten y San Judas

Cuando el portero dejoacute de hablar ya haciacutea rato que la Corregidora y la Molinera cuchicheaban al oiacutedo abrazaacutendose y besaacutendose a cada momento y no pudiendo en ocasiones contener la risa

iexclLaacutestima que no se oyera lo que hablaban Pero el lector se lo figuraraacute sin gran esfueno y si no el lector la lectora

XXXV Decreto ImperialRegresaron en esto a la sala el Corregidor y el tiacuteo Lucas vestido cada cual con su propia ropa

ndashAhora me toca a miacutendashentroacute diciendo el insigne don Eugenio de Zuacutentildeiga

Y despueacutes de dar en el suelo un par de bastonazos como para recobrar su energiacutea (a guisa de Anteo oficial que no se sentiacutea fuerte hasta que su cantildea de Indias tocaba en la tierra) diacutejole a la Corregidora con un eacutenfasis y una frescura indescriptibles

ndashiexclMerceditas estoy esperando tus explicaciones Entre tanto la Molinera se habiacutea levantado y le tiraba al tiacuteo Lucas un pellizco de paz que le hizo ver estrellas miraacutendolo al mismo tiempo con desenojados y hechiceros ojos

El Corregidor que observara aquella pantomima quedoacutese hecho una pieza sin acertar a explicarse una reconciliacioacuten tan inmotivada

Dirigioacutese pues de nuevo a su mujer y le dijo hecho un vinagre

ndashiexclSentildeoral iexclTodos se entienden menos nosotros Saacutequeme usted de dudas iexclSe lo mando como marido y como Corregidor

Y dio otro bastonazo en el suelo

ndashiquestConque se marcha ustedndashexclamoacute dontildea Mercedes acercaacutendose a la sentildeaacute Frasquita y sin hacer caso de don

Eugeniondash Pues vaya usted descuidada que este escaacutendalo no tendraacute ningunas consecuencias iexclRosa alumbra a estos sentildeores que dicen que se marchan Vaya usted con Dios tiacuteo Lucas

ndashiexclOh nondashgritoacute el de Zuacutentildeiga interponieacutendosendash iexclLo que es el tiacuteo Lucas no se marcha iexclEl tiacuteo Lucas queda arrestado hasta que sepa yo toda la verdad iexclHola alguaciles iexclFavor al Rey

Ni un solo ministro obedecioacute a don Eugenio Todos miraban a la Corregidora

ndashiexclA ver hombre iexclDeja el paso librendashantildeadioacute eacutesta pasando casi sobre su marido y despidiendo a todo el mundo con la mayor finura es decir con la cabeza ladeada cogieacutendose la falda con la punta de los dedos y agachandose graciosamente hasta completar la reverencia que a la sazoacuten estaba de moda y que se llamaba la pompa

ndashPero yo Pero tuacute Pero nosotros Pero aquellosndashseguiacutea mascullando el vejete tiraacutendole a su mujer del vestido y perturbando sus cortesiacuteas mejor iniciadas

iexclInuacutetil aiacuteaacuten iexclNadie haciacutea caso de Su Sentildeoriacutea

Marchado que se hubieron todos y solos ya en el saloacuten los desavenidos conyuges la Corregidora se dignoacute al fin decirle a su esposo con el acento que hubiera empleado una Czarina de todas las Rusias para fulminar sobre un ministro caiacutedo la orden de perpetuo destierro a la Siberia

ndashMil antildeos que vivas ignoraraacutes lo que ha pasado esta noche en mi alcoba Si hubieras estado en ella como era regular no tendriacuteas necesidad de preguntaacuterselo a nadie Por lo que a miacute toca no hay

ya ni habraacute jamaacutes razoacuten ninguna que me obligue a satisfacerte pues te desprecio de tal modo que si no fueras el padre de mis hijos te arrojariacutea ahora mismo por ese balcoacuten como te arrojo para slempre de mi dormitorio Conque buenas noches caballero

Pronunciadas estas palabras que don Eugenio oyoacute sin pestantildeear (pues lo que es a solas no se atreviacutea con su mujer) la Corregidora penetroacute en el gabinete y del gabinete pasoacute a la alcoba cerrando las puertas detraacutes de siacute y el pobre hombre se quedoacute plantado en medio de la sala murmurando entre enciacuteas (que no entre dientes) y con un cinismo de que no habraacute habido otro ejemplo

ndashiexclPues sentildeor no esperaba yo escapar tan bien iexclGarduntildea me buscaraacute acomodo

XXXVI Conclusioacuten moraleja y epiacutelogo

Piaban los pajarillos saludando el alba cuando el tiacuteo Lucas y la sentildeaacute Frasquita saliacutean de la ciudad con direccioacuten a su molino

Los esposos iban a pie y delante de ellos caminaban apareadas las dos burras

ndashEl domingo tienes que ir a confesar (le deciacutea la Molinera a su marido) pues necesitas limpiarte de todos tus malos juicios y criminales propoacutesitos de esta noche

ndashHas pensado muy bienndashcontestoacute el Molinerondash Pero tuacute entre tanto vas a hacerme otro favor y es dar a los pobres los colchones y ropa de nuestra cama y ponerla toda de nuevo iexclYo no me acuesto donde ha sudado aquel bicho venenoso

ndashiexclNo me lo nombres Lucasndashreplicoacute la sentildeaacute Frasquitandash Conque hablemos de otra cosa Quisiera merecerte un segundo favor

ndashPide por esa boca

ndashEl verano que viene vas a llevarme a tomar los bantildeos del Solaacuten de Cabras

ndashiquestPara queacute

ndashPara ver si tenemos hijos

ndashiexclFeliciacutesima idea Te llevareacute si Dios nos da vida

Y con esto llegaron al molino a punto que el sol sin haber salido todaviacutea doraba ya las cuacutespides de las montantildeas

A la tarde con gran sorpresa de los esposos que no esperaban nuevas visitas de altos personajes despueacutes de un escaacutendalo como el de la precedente noche concurrioacute al molino maacutes sentildeoriacuteo que nunca El venerable Prelado muchos Canoacutenigos el Jurisconsulto dos Priores de frailes y otras vanas personas (que luego se supo habiacutean sido convocadas alliacute por Su Sentildeoriacutea Ilustriacutesima) ocuparon materialmente la plazoletilla del emparrado

Soacutelo faltaba el Corregidor

Una vez reunida la tertulia el sentildeor Obispo tomoacute la palabra y dijo que por lo mismo que habiacutean pasado ciertas cosas en aquella casa sus Canoacutenigos y eacutel seguiriacutean yendo a ella lo mismo que antes para que ni los honrados Molineros ni las demaacutes personas alliacute presentes participasen de la censura puacutebhca soacutelo merecida por aqueacutel que habiacutea profanado con su torpe conducta una reunioacuten tan morigerada y tan honesta Exhortoacute paternalmente a la sentildeaacute Frasquita para que en lo sucesivo fuese menos provocativa y tentadora en sus dichos y ademanes y procurase llevar maacutes cubiertos los brazos y maacutes alto el escote del juboacuten aconsejoacute al tiacuteo Lucas maacutes desintereacutes mayor circunspeccioacuten y menos inmodestia en su trato con los superiores y acaboacute dando la bendicioacuten a todos y diciendo que como aquel diacutea no ayunaba se comeriacutea con mucho gusto un par de ramos de uvas

Lo mismo opinaron todos respecto de este uacuteltimo particular y la parra se quedoacute temblando aquella tarde iexclEn dos arrobas de uvas aprecioacute el gasto el Molinero

Cerca de tres antildeos continuaron estas sabrosas reuniones hasta que contra la previsioacuten de todo el mundo entraron en Espantildea los ejeacutercitos de Napoleoacuten y se armoacute la Guerra de la Independencia

El sentildeor Obispo el Magistral y el Penitenciario murieron el antildeo de 8 y el Abogado y los demaacutes contertulios en los de 9 10 11 y 12 por no poder sufrir la vista de los franceses polacos y otras alimantildeas que invadieron aquella tierra iexcly que fumaban en pipa en el Presbiterio de las iglesias durante la Misa de la tropa

El Corregidor que nunca maacutes tornoacute al molino fue destituido por un Mariscal franceacutes y murioacute en la Caacutercel de Corte por no haber querido ni un solo instante (dicho sea en honra suya) transigir con la dominacioacuten extranjera

Dontildea Mercedes no se volvioacute a casar y educoacute perfectamente a sus hijos retiraacutendose a la vejez a un convento donde acaboacute sus diacuteas en opinioacuten de Santa

Garduntildea se hizo afrancesado

El sentildeor Juan Loacutepez fue guerrillero mandoacute una partida y murioacute lo mismo que su alguacil en la famosa batalla de Baza despueacutes de haber matado muchiacutesimos franceses

Finalmente el tiacuteo Lucas y la sentildeaacute Frasquita (aunque no llegaron a tener hijos a pesar de haber ido al Solaacuten de Cabras y de haber

hecho muchos votos y rogativas) siguieron siempre amaacutendose del propio modo y alcanzaron una edad muy avanzada viendo desaparecer el Absolutismo en 1812 y 1820 y reaparecer en 1814 y 1823 hasta que por uacuteltimo se establecioacute de veras el sistema Constitucional a la muerte del Rey Absoluto y ellos pasaron a mejor vida (precisamente al estallar la Guerra Civil de los Siete antildeos) sin que los sombreros de copa que ya usaba todo el mundo pudiesen hacerles olvidar aquellos tiempos simbolizados por el sombrero de tres picos

Nota sobre el autor

Pedro Antonio de Alarcoacuten

(1833-1895)

Cronologia de Alarcoacuten

Alarcoacuten habla de El sombrero de tres picos

Cronologiacutea de la vida de Alarcoacuten

1833 El 10 de marzo nace Pedro Antonio de Alarcoacuten Ariza en Guadix (Granada)

Estudio bachillerato en Granada

Inicio estudios de leyes en la Universidad de Granada que tuvo que abandonar por problemas econoacutemicos de la familia

Ingreso dos veces en el seminario y lo abandono las dos veces por falta de vocacioacuten

Desde siempre su verdadera vocacioacuten fueron las letras Participo del grupo literario granadino La Cuerda como poeta

1852 De esta eacutepoca datan sus primero relatos breves de fuerte raiacutez romaacutentica algunos de ellos entroncados con el costumbrismo andaluz revelaban el influjo de Fernaacuten Caballero

De hecho Alarcoacuten nunca fue un escritor realista en el sentido que la historia de la literatura da a este termino Sus estenografiacuteas siempre son de una impronta realista muy fuerte En cambio es evidente que sus personajes tienen un sabor arquetiacutepico e ideal muy fuerte es decir son ldquotiposrdquo maacutes que personajes Y es que Alarcoacuten nunca renuncio a que lo ideal se encarnara en lo real Y eso lo entronca con una tradicioacuten nacional espantildeola que con hitos tan importantes como el Arcipreste de hita o Cervantes le alcanza plenamente a Alarcoacuten

El amigo de la muerte uno de los primeros cuentos de Alarcoacuten que revelan ya casi formada la maestriacutea teacutecnica que revelariacutea a continuacioacuten

1853 Se va a Madrid para seguir su carrera literaria

Funda con E Tarragoacute el perioacutedico El Eco de Occidente que no tuvo mucha importancia

Escribe despueacutes en El Laacutetigo diario antimonaacuterquico de fuerte sabor revolucionario

El Clavo

Alarcoacuten fue sin duda un maestro del cuento El Clavo es sin duda una de sus pequentildeas obras maestras

1854 Participa como periodista en la Revolucioacuten de Julio

1855 Publica El final de Norma un trabajo escrito cuando contaba 18 antildeos (1851)

Sucesivamente publicara su obra de juventud Cosas que fueron (artiacuteculos) Poesiacuteas

El final de Norma

1857 El hijo prodigo tiene por tema la locura y los errores de juventud Reflejo de un periodo de autocriacutetica que ha iniciado Alarcoacuten sobre su propia juventud Maacutes tarde en el personaje de Pepito de El nintildeo de la bola finalizaraacute ese ajuste de cuentas con su pasado

El hijo prodigo

1859 Al estallar la guerra de Marruecos se alista como voluntario

1860 De esa experiencia en Aacutefrica naceraacute su obra Diario de un testigo de la guerra de Aacutefrica que por fin le dio fama y algo de dinero quizaacutes su obra maacutes importante y permanente Obra maestra por la descripcioacuten de la vida militar Algunas partes de este trabajo como La batalla de Castillejos y La toma de Tetuaacuten auacuten no han sido superados en la viveza de las descripciones la espontaneidad del lenguaje y la gracia en la narrativa por ninguacuten escritor espantildeol

En la misma liacutenea publicara tambieacuten las Historietas nacionales similares a las anteriores por la temaacutetica y la frescura y espontaneidad del lenguaje y del flujo narrativo

Diario de un testigo de la guerra de Aacutefrica

1860 a 1874 publica fundamentalmente cuentos y libros de viajes

1861 De Madrid a Naacutepoles

1866 Se casa y su posicionamiento poliacutetico y religioso se afianza y explicita definitivamente Ya hacia tiempo se habiacutea inicia en Alarcoacuten un giro de sus posiciones poliacuteticas y humanas que lo desplazoacute desde el liberalismo revolucionario a posiciones tradicionalistas y catoacutelicas De hecho nunca dejo de ser catoacutelico y fue su fe la que le hizo en ultima instancia cambiar sus posiciones poliacuteticas Pero es ahora con su

matrimonio que su evolucioacuten concluye

Desde estas posiciones tradicionalistas siguioacute actuando en poliacutetica Fue diputado en las Cortes por Granada consejero de Estado con Alfonso XII

1868 La revolucioacuten del 68 va afectar fuertemente a Alarcoacuten de forma que marcara toda su obra posterior con un fuerte matiz poleacutemico Obras como La Prodiga o El escaacutendalo estariacutean en esta liacutenea

1871 Su obra Cosas que fueron constituyo una tardiacutea aportacioacuten al genero de cuadros de costumbres y fueron escritos antildeos antes de su publicacioacuten

Cosas que fueron

1873 La Alpujarra

1874 Publica El sombrero de tres picos la obra que le iba a hacer mundialmente famoso y que ha servido de libreto a varias obras musicales y a la obra homoacutenima de Falla

El sombrero de tres picos

1875 El Escaacutendalo una obra con repercusiones semejantes a Pequentildeeces de Coloma tanto por la intencioacuten como por la poleacutemica que levanto La primera edicioacuten se agoto en cinco diacuteas

1878 El nintildeo de la bola es quizaacutes la mejor novela de Alarcoacuten La renuncia de Manuel Venegas odiado por el usurero Eliacuteas precipita la muerte de Soledad bella figura romaacutentica condenada de antemano La fuerza del destino preside con su fatalismo ataacutevico todos los episodios de la narracioacuten Las grandezas y miserias del alma humana se adensan en el pueblo y en la historia de unos seres condenados al fracaso La obra es menos literaria que El escaacutendalo pero maacutes objetiva y apasionada

El nintildeo de la bola

1880 La prodiga es un alegato moral contra la corrupcioacuten de costumbres y ademaacutes es una criacutetica radical de la literatura romanita a la que Alarcoacuten consideraba como fundamentalmente anticristiana y para ello usa la teacutecnica de sacar las uacuteltimas conclusiones de la tiacutepica tragedia romaacutentica desgarrada para mostrarnos su real sordidez exenta de todo heroiacutesmo

La Prodiga

1881 El Capitaacuten Veneno

1883 Viajes por Espantildea

1884 Historia de mis libros

1887 La enemistad con los criacuteticos liberales y su continua critica junto a un cierto convencimiento de que el realismo habiacutea cubierto su ciclo histoacuterico le llevan a un abandono de la escritura

Es elegido miembro de La Real Academia

1895 Muere el 19 de julio en Valdemoro(Madrid)

Alarcoacuten habla de El sombrero de tres picos

La Historia de mis libros de Pedro Antonio de Alarcoacuten escrita en 1884 cuando practicamente habiacutea ya decidido dejar de escribir es el testamento literario del autor y en ella se analiza una a una las obras que habiacutea publicado hasta entonces El capitulo XIII estaacute dedicado a El sombrero de tres picos y es el que transcribimos a continuacioacuten

Un diacutea del verano de 1874 en Madrid apremiaacutebame la obligacioacuten de enviar a la Isla de Cuba alguacuten cuentecillo jocoso para cierto semanario festivo que alliacute se publicaba Recordeacute no seacute coacutemo el picaresco romance de El Corregidor y la Molinera que tantas veces habiacutea oiacutedo relatar cuando nintildeo y me dije

-iquestPor queacute no he de escribir una historieta fundada en tan peregrino argumento

-Porque es muy difiacutecil dentro de las conveniencias sociales -respondioacute mi buena crianza

-iexclRazoacuten de maacutes para intentar escribirla de modo que nadie se escandalice - arguyoacute mi temeridad de artista viejo recordando haber hecho un milagro semejante con el cuento de La Comendadora

-Pues probemos (contestoacute mi pereza para librarse de seguir buscando asunto) iexclEn medio de todo el semanario de que se trata tiene pocos lectores y tal vez ninguno de ellos resida en el continente europeo

-iexclManos a la obra -concluyoacute la parte atrevida de mi ser moral

Y veinticuatro horas despueacutes habiacutea escrito diez o doce cuartillas que conteniacutean muy en compendio todo EL SOMBRERO DE TRES PICOS o sea toda la historia de El Corregidor y la Molinera tal y como me parecioacute prudente arreglarla y componerla ad usum del respetable puacuteblico

Iba ya a meterla en un sobre para echarla al correo cuando me dijo repentinamente la conciencia artiacutestica

-iexclQueacute laacutestima Aquiacute hay materia para escribir una historia diez veces maacutes larga

-iexclYa lo creo (respondioacute la pereza) Y de ese modo nos ahorrariacuteamos durante dos meses la penosa tarea de buscar asuntos para el semanario

-iexclPues recomencemos

-iexclOh no iquestQuieacuten inutiliza lo ya redactado y se pone ahora a volver a empezar la racioacuten de mantildeana

Vacileacute alguacuten tiempo y esta vez triunfoacute la actividad -Comenceacute pues de nuevo la historia de EL SOMBRERO DE TRES PICOS

Al otro diacutea iba ya tambieacuten a meter en un sobre la primera

deacutecima parte del segundo relato o sea del relato actual que llegaba a la descripcioacuten del tiacuteo Lucas cuando entroacute en mi despacho un buen amigo versado en letras referiacutele el asunto de mi nueva obra le leiacute lo que llevaba escrito y ved aquiacute sus terminantes palabras

-No enviacutee V al otro mundo esas cuartillas Reteacutengalas en Madrid y continuacutee la obra con amor hasta acabarla y perfeccionarla cuanto pueda De este modo se encontraraacute V dentro de pocas semanas con un libro que podraacute convenirle publicar en Madrid en tomo -iexclEl asunto es de perlas

Seis diacuteas despueacutes volvioacute a visitarme el amigo y se halloacute con que EL SOMBRERO DE TRES PICOS estaba terminado y hasta puesto en limpio en la forma que hoy tiene Al siguiente diacutea empezoacute a imprimirse en la Revista Europea que publicaban en esta Corte los Sres Medina y Navarro al cabo de un mes se reimprimiacutea solemnemente en tomo aparte y esta es la hora en que van hechas soacutelo dentro de nuestra Peniacutensula ocho numerosas ediciones

Tal es la historia de este dichoso librejo contra el cual no se han alzado mis adversarios Por la inversa todo el mundo lo ha tratado hasta con mimo asiacute en el campo de los innovadores o blasfemadores del Arte de la Moral y del Alma como en el de los ortodoxos y arcaiacutestas de todas especies a tal extremo ha llegado esta unanimidad que muchas veces he sentido aborrecimiento y desdeacuten a la piacutecara obra por nadie impugnada atribuyendo su fortuna a nulidad eacute insignificancia internas -Empero uacuteltimamente me han reconciliado con este hijo del acaso no seacute queacute tardiacutea querencia paternal y la consideracioacuten de que a los diez o maacutes antildeos de publicado sigue producieacutendome tan segura y casi tan pinguumle renta como su juicioso hermano El Escaacutendalo -Ademaacutes EL SOMBRERO DE TRES PICOS ha sido

traducido que yo sepa al portugueacutes (con preciosas ilustraciones) al alemaacuten al ruso al franceacutes al italiano al ingleacutes y al rumano como tambieacuten ha dado argumento a dos operetas coacutemicas la una francesa y la otra belga y en vista de tanto ruido y de tantas nueces he tenido que acabar por decir - laquoiexclPues sentildeor el asunto era de oro iexclEstoy en deuda con la musa popular o sea con los ciegos que componen romancesraquo

Acerca de la moralidad y color de la obra en el Prefacio que lleva al frente he dicho cuanto correspondiacutea a mi reputacioacuten de escritor honesto y de persona bien criada Convieacuteneme sin embargo antildeadir para mayor refulgencia de la castidad de mi musa y de la del puacuteblico espantildeol en general que uno de los mejores literatos de Francia Alejandro Dumas (hijo) a quien debo amistosiacutesimas atenciones tuvo hace antildeos la franqueza de escribirme que mi SOMBRERO DE TRES PICOS habriacutea ganado mucho particularmente en aquella nacioacuten si yo hubiese conservado el desenlace crudeliacutesimo dado por la versioacuten plebeya o sea por los romances de ciego al quid pro quo de que fue inocente objeto dontildea Mercedes -Es decir que ni aquel insigne escritor ni el puacuteblico franceacutes se habriacutean escandalizado ante la consumacioacuten de una atrocidad en el molino ni ante la efectividad de sus represalias en el Corregimiento iexclEs decir que

Pero doblemos la hoja -iexclBueno estaacute sin maacutes ribetes ni escarapelas mi empecatado SOMBRERO DE TRES PICOS -Y lo peor de todo es hablando aquiacute en reserva que laquotambieacuten me gusta a miacute la sentildeaacute Frasquitaraquo por aquello de que la Molinera laquocomo guapa es guaparaquo aunque laquotambieacuten sea guapa la Corregidoraraquo

iexclOh inefable delicia la de crear seres con la pluma iexclOh complacencia poder uno formarlos a su arbitrio y moverlos seguacuten su agrado iexclOh tormento tener que resolverse a dejar de

lanzar al mundo tantos y tantos personajes como aun le bullen en la imaginacioacuten y haber de morirse alguacuten diacutea exclamando laquoMorid tambieacuten vosotros sin haber nacidoraquo -Pero asiacute son las cosas humanas Ars longa vita brevis -Y ademaacutes que no todos tenemos filosofiacutea bastante para decir Satis est equitem mihi plaudere

Capitulo XIII de Historia de mis libros(1884) de Pedro Antonio de Alarcoacuten titulado precisamente El sombrero de tres picos

copyright copy 2001 para la presente edicioacuten de Gaiferos Libros-Ereg

GAIFEROS LIBROS-E reg is a trademark registred

e-ditoragaiferoscom

wwwgaiferoscom

Editor M Echeverriacutea

Design Mezquiriz

Imagen de portada Goya

Printed in Spain(UE)

Madrid Febrero de 2002

Page 9: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado

ordinariez y la chabacaneriacutea

Tal es la historia del presente libro Conque metaacutemonos ya en harina quiero decir demos comienzo a la Relacioacuten de EL CORREGIDOR Y LA MOLINERA no sin esperar de tu sano juicio (iexcloh respetable puacuteblico) que despueacutes de haberla leiacutedo y heacutechote maacutes cruces que si hubieras visto al demonio (como dijo Estebanillo Gonzaacutelez al principiar la suya) la tendraacutes por digna y merecedora de haber salido a luz Julio de 1874

I De cuando sucedio la cosa

Comenzaba este largo siglo que ya va de vencida No se sabe fijamente el antildeo solo consta que era despueacutes del de 4 y antes del de 8

Reinaba pues todaviacutea en Espantildea don Carlos IV de Borboacuten por la gracia de Dios seguacuten las monedas y por olvido o gracia especial de Bonaparte seguacuten los boletines franceses Los demaacutes soberanos europeos descendientes de Luis XIV habiacutean perdido ya la corona (y el Jefe de ellos la cabeza) en la deshecha borrasca que corriacutea esta envejecida parte del mundo desde 1789

Ni paraba aquiacute la singularidad de nuestra patria en aquellos tiempos El Soldado de la Revolucioacuten el hijo de un oscuro abogado corso el vencedor en Rivoli en las Piraacutemides en Marengo y en otras cien batallas acababa de centildeirse la corona de Carlo Magno y de transfigurar completamente la Europa creando y suprimiendo naciones borrando fronteras inventando dinastiacuteas y haciendo mudar de forma de nombre de sitio de costumbres y hasta de traje a los pueblos por donde pasaba en su corcel de guerra como un terremoto animado o como el Antecristo que le llamaban las Potencias del Norte Sin embargo nuestros padres (Dios los tenga en su santa Gloria) lejos de odiarlo o de temerle complaciacuteanse auacuten en ponderar sus descomunales hazantildeas como si se tratase del heacuteroe de un Libro de Caballeriacuteas o de cosas que sucediacutean en otro planeta sin que

ni por asomos recelasen que pensara nunca en venir por acaacute a intentar las atrocidades que habiacutea hecho en Francia Italia Alemania y otros paiacuteses Una vez por semana (y dos a lo sumo) llegaba el correo de Madrid a la mayor parte de las poblaciones importantes de la Peniacutensula llevando alguacuten nuacutemero de la Gaceta (que tampoco era diaria) y por ella sabiacutean las personas principales (suponiendo que la Gaceta hablase del particular) si existiacutea un Estado maacutes o menos allende el Pirineo si se habiacutea rentildeido otra batalla en que peleasen seis u ocho Reyes y Emperadores y si Napoleoacuten se hallaba en Milaacuten en Bruselas o en Varsovia Por lo demaacutes nuestros mayores seguiacutean viviendo a la antigua espantildeola sumamente despacio apegados a sus rancias costumbres en paz y en gracia de Dlos con su Inquisicioacuten y sus Frailes con su pintoresca desigualdad ante la Ley con sus privilegios fueros y exenciones personales con su carencia de toda libertad municipal o poliacutetica gobernados simultaacuteneamente por insignes Obispos y poderosos Corregidores (cuyas respectivas potestades no era muy faacutecil deslindar pues unos y otros se metiacutean en lo temporal y en lo eterno) y pagando diezmos primicias alcabalas subsidios mandas y limosnas forzosas rentas rentillas capitaciones tercias reales gabelas frutos civiles y hasta cincuenta tributos maacutes cuya nomenclatura no viene a cuento ahora

Y aquiacute termina todo lo que la presente historia tiene que ver con la militar y poliacutetica de aquella eacutepoca pues nuestro uacutenico objeto al referir lo que entonces sucediacutea en el mundo ha sido venir a parar a que el antildeo de que se trata (supongamos que el de 1805) imperaba todaviacutea en Espantildea el antiguo reacutegimen en todas las esferas de la vida puacuteblica y particular como si en medio de tantas novedades y trastornos el Pirineo se hubiese convertido en otra Muralla de la China

II De coacutemo viviacutea entonces la gente

En Andaluciacutea por ejemplo (pues precisamente acontecioacute en una ciudad de Andaluciacutea lo que vais a oiacuter) las personas de suposicioacuten continuaban levantaacutendose muy temprano yendo a la Catedral a Misa de prima aunque no fuese diacutea de precepto almorzando a las nueve un huevo frito y una jiacuteraca de chocolate con picatostes comiendo de una a dos de la tarde puchero y principio si habiacutea caza y si no puchero solo durmiendo la siesta despueacutes de comer paseando luego por el campo yendo al Rosario entre dos luces a su respectiva parroquia tomando otro chocolate a la Oracioacuten (eacuteste con bizcochos) asistiendo los muy encopetados a la tertulia del Corregidor del Deaacuten o del tiacutetulo que residiacutea en el pueblo retiraacutendose a casa a las Aacutenimas cerrando el portoacuten antes del toque de la queda cenando ensalada y guisado por antonomasia si no habiacutean entrado boquerones frescos y acostaacutendose incotinenti con su sentildeora (los que la teniacutean) no sin hacerse calentar primero la cama durante nueve meses del antildeo

iexclDichosiacutesimo tiempo aquel en que nuestra tierra seguiacutea en quieta y paciacutefica posesioacuten de todas las telarantildeas de todo el polvo de toda la polilla de todos los respetos de todas las creencias de todas las tradiciones de todos los usos y de todos los abusos santificados por los siglos iexclDichosiacutesimo tiempo aquel en que habiacutea en la sociedad humana variedad de clases de afectos y de costumbres iexclDichosiacutesimo tiempo digo para los

poetas especialmente que encontraban un entremeacutes un sainete una comedia un drama un auto sacramental o una epopeya detraacutes de cada esquina en vez de esta prosaica umformidad y desabrido realismo que nos legoacute al cabo la Revolucioacuten Francesa iexclDichosiacutesimo tiempo siacute

Pero esto es volver a las andadas Basta ya de generalidades y de circunloquios y entremos resueltamente en la historia del Sombrero de tres picos

III Do it des En aquel tiempo pues habiacutea cerca de la ciudad un famoso molino harinero (que ya no existe) situado como a un cuarto de legua de la poblacioacuten entre el pie de suave colina poblada de guindos y cerezos y una fertiliacutesima huerta que serviacutea de margen (y algunas veces de lecho) al titular intermitente y traicionero riacuteo

Por varias y diversas razones haciacutea ya alguacuten tiempo que aquel molino era el predilecto punto de llegada y descanso de los paseantes maacutes caracterizados de la mencionada ciudad Primeramente conduciacutea a eacutel un camino carretero menos intransitable que los restantes de aquellos contornos En segundo lugar delante del molino habiacutea una plazoletilla empedrada cubierta por un parral enorme debajo del cual se tomaba muy bien el fresco en el verano y el sol en el invierno merced a la alternada ida y venida de los paacutempanos En tercer lugar el Molinero era un hombre muy respetuoso muy discreto muy fino que teniacutea lo que se llama don de gentes y que obsequiaba a los sentildeores que soliacutean honrarlo con su tertulia vespertina ofrecieacutendoles lo que daba el tiempo ora habas verdes ora cerezas y guindas ora lechugas en rama y sin sazonar (que estaacuten muy buenas cuando se las acompantildea de macarros de pan de aceite macarros que se encargaban de enviar por delante sus sentildeoriacuteas) ora melones ora uvas de aquella misma parra que les serviacutea de dosel ora rosetas de maiz si era invierno y castantildeas asadas y almendras y nueces y de vez en cuando en las tardes friacuteas un trago de vino de pulso (dentro ya de la casa y al amor de la lumbre) a lo que por Pascuas se soliacutea antildeadir alguacuten pestintildeo alguacuten mantecado algun rosco o alguna lonja de jamoacuten alpujarrentildeo

ndashiquestTan rico era el Molinero o tan imprudentes sus tertulianosndashexclamareacuteis interrumpieacutendome

Ni lo uno ni lo otro El Molinero solo teniacutea un pasar y aquellos caballeros eran la delicadeza y el orgullo personificados Pero en unos tiempos en que se pagaban cincuenta y tantas contribuciones diferentes a la Iglesia y al Estado poco arriesgaba un ruacutestico de tan claras luces como aqueacutel en tenerse ganada la voluntad de Regidores Canoacutenigos Frailes Escribanos y demaacutes personas de campanillas Asiacute es que no faltaba quien dijese que el tiacuteo Lucas (tal era el nombre del Molinero) se ahorraba un dineral al antildeo a fuerza de agasajar a todo el mundo

ndash Vuestra Merced me va a dar una puertecilla vieja de la casa que ha derribado deciacuteale a uno Vuestra Sentildeoriacuteandashdeciacuteale a otrondashva a mandar que me rebajen el subsidido o la alcabala o la contribucioacuten de frutos-civiles Vuestra Reverencia me va a dejar coger en la huerta del Convento una poca hoja para mis gusanos de seda Vuestra Ilustriacutesima me va a dar permiso para traer una poca lentildea del monte X Vuestra Paternidad me va a poner dos letras para que me permitan cortar una poca de madera en el pinar H Es menester que me haga Usarceacute una escriturilla que no me cueste nada Este antildeo no puedo pagar el censo Espero que el pleito se falle a mi favor Hoy le he dado de bofetadas a uno y creo que debe ir a la caacutercel por haberme provocado iquestTendriacutea su Merced tal cosa de sobra iquestLe sirve a Usted de algo tal otra iquestMe puede prestar la mula iquestTiene ocupado mantildeana el carro iquestLe parece que enviacutee por el burro

Y estas canciones se repetiacutean a todas horas obteniendo siempre por contestacioacuten un generoso y desinteresado Como se pide

Conque ya veis que el tiacuteo Lucas no estaba en camino de arruinarse

IV Una mujer vista por fuera

La uacuteltima y acaso la maacutes poderosa razoacuten que teniacutea el seroriacuteo de la Ciudad para frecuentar por las tardes el molino del tiacuteo Lucas era que asiacute los cleacuterigos como los seglares empezando por el sentildeor Obispo y el sentildeor Corregidor podiacutean contemplar alliacute a sus anchas una de las obras maacutes bellas graciosas y admirables que hayan salido jamaacutes de las manos de Dios llamado entonces el Ser Supremo por Jovellanos y toda la escuela afrancesada de nuestro paiacutes

Esta obra se denominaba la sentildeaacute Frasquita

Empiezo por responderos de que la sentildeaacute Frasquita legiacutetima esposa del tiacuteo Lucas era una mujer de bien y de que asiacute lo sabiacutean todos los ilustres visitantes del molino Digo maacutes ninguno de eacutestos daba muestras de considerarla con ojos de varoacuten ni con trastienda pecaminosa Admiraacutebanla siacute y requebraacutebanla en ocasiones (delante de su marido por supuesto) lo mismo los frailes que los caballeros los canoacutenigos que los golillas como un prodigio de belleza que honraba a su Criador y

como una diablesa de travesura y coqueteriacutea que alegraba inocentemente los espiacuteritus maacutes melancoacutelicos Es un hermoso animal soliacutea decir el virtuosiacutesimo Prelado Es una estatua de la antiguumledad heleacutenica observaba un Abogado muy erudito Acadeacutemico correspondiente de la Historia Es la propia estampa de Eva prorrumpiacutea el Prior de los Franciscanos Es una real moza exclamaba el Coronel de milicias Es una sierpe una sirena iexclun demonio antildeadiacutea el Corregidor Pero es una buena mujer es un aacutengel es una criatura es una chiquilla de cuatro antildeos acababan por decir todos al regresar del molino atiborrados de uvas o de nueces en busca de sus teacutetricos y metoacutedicos hogares

La chiquilla de cuatro antildeos esto es la sentildeaacute Frasquita frisariacutea en los treinta Teniacutea maacutes de dos varas de estatura y era recia a proporcioacuten o quizaacute maacutes gruesa todaviacutea de lo correspondiente a su arrogante talla Pareciacutea una Niobe colosal y eso que no habiacutea tenido hijos pareciacutea un Heacutercules hembra pareciacutea una matrona romana de las que auacuten hay ejemplares en el Trastevere Pero lo maacutes notable en ella era la movilidad la ligereza la animacioacuten la gracia de su respetable mole Para ser una estatua como pretendiacutea el acadeacutemico le faltaba el reposo monumental Se cimbraba como un junco giraba como una veleta bailaba como una peonza Su rostro era maacutes movible todaviacutea y por lo tanto menos escultural Avivaacutebanlo donosamente hasta cinco hoyuelos dos en una mejilla otro en otra otro muy chico cerca de la comisura izquierda de sus rientes labios y el uacuteltimo muy grande en medio de su redonda barba Antildeadid a esto los picarescos mohines los graciosos guintildeos y las varias posturas de cabeza que amenizaban su conversacioacuten y formareacuteis idea de aquella cara llena de sal y de hermosura y radiante siempre de salud y alegriacutea

Ni la sentildeaacute Frasquita ni el tiacuteo Lucas eran andaluces ella era

navarra y eacutel murciano El habiacutea ido a la ciudad de a la edad de quince antildeos como medio paje medio criado del Obispo anterior al que entonces gobernaba aquella Iglesia Educaacutebalo su protector para cleacuterigo y tal vez con esta mira y para que no careciese de congrua dejoacutele en su testamento el molino pero el tiacuteo Lucas que a la muerte de Su Ilustriacutesima no estaba ordenado maacutes que de menores ahorcoacute los haacutebitos en aquel punto y hora y sentoacute plaza de soldado maacutes ganoso de ver mundo y correr aventuras que de decir Misa o de moler trigo En 1793 hizo la campantildea de los Pirineos Occidentales como Ordenanza del valiente General don Ventura Caro asistioacute al asalto de Castillo Pintildeoacuten y permanecioacute luego largo tiempo en las provincias del Norte donde tomoacute la licencia absoluta En Estella conocioacute a la sentildeaacute Frasquita que entonces soacutelo se llamaba Frasquita la enamoroacute se casoacute con ella y se la llevoacute a Andaluciacutea en busca de aquel molino que habiacutea de verlos tan paciacuteficos y dichosos durante el resto de su peregrinacioacuten por este valle de laacutegrimas y risas

La sentildeaacute Frasquita pues trasladada de Navarra a aquella soledad no habiacutea adquirido ninguacuten haacutebito andaluz y se diferenciaba mucho de las mujeres campesinas de los contornos Vestiacutea con maacutes sencillez desenfado y elegancia que ellas lavaba maacutes sus carnes y permitiacutea al sol y al aire acariciar sus arremangados brazos y su descubierta garganta Usaba hasta cierto punto el traje de las sentildeoras de aquella eacutepoca el traje de las mujeres de Goya el traje de la reina Mariacutea Luisa si no falda de medio paso falda de un paso solo sumamente corta que dejaba ver sus menudos pies y el arranque de su soberana pierna llevaba el escote redondo y bajo al estilo de Madrid donde se detuvo dos meses con su Lucas al trasladarse de Navarra a Andaluciacutea todo el pelo recogido en lo alto de la coronilla lo cual dejaba campear la gallardiacutea de su cabeza y de su cuello sendas arracadas en las diminutas orejas y muchas sortijas en los

afilados dedos de sus duras pero limpias manos Por uacuteltimo la voz de la sentildeaacute Frasquita teniacutea todos los tonos del maacutes extenso y melodioso instrumento y su carcajada era tan alegre y argentina que pareciacutea un repique de Saacutebado de Glorla

Retratemos ahora al tiacuteo Lucas

V Un hombre visto desde fuera

El tiacuteo Lucas era maacutes feo que Picio Lo habiacutea sido toda su vida y ya teniacutea cerca de cuarenta antildeos Sin embargo pocos hombres tan simpaacuteticos y agradables habraacute echado Dios al mundo Prendado de su viveza de su ingenio y de su gracia el difunto Obispo se lo pidioacute a sus padres que eran pastores no de almas sino de verdaderas ovejas Muerto Su Ilustriacutesima y dejado que hubo el mozo el Seminario por el Cuartel distinguioacutele entre todo su Ejeacutercito el General Caro y lo hizo su Ordenanza maacutes iacutentimo su verdadero criado de campantildea Cumplido en fin el empentildeo militar fuele tan faacutecil al tiacuteo Lucas rendir el corazoacuten de la sentildeaacute Frasquita como faacutecil le habiacutea sido captarse el aprecio del General y del Prelado La navarra que teniacutea a la sazoacuten veinte abriles y era el ojo derecho de todos los mozos de Estella algunos de ellos bastante ricos no pudo resistir a los continuos donaires a las chistosas ocurrencias a los ojillos de enamorado mono y a la bufona y constante sonrisa llena de malicia pero tambieacuten de dulzura de aquel murciano tan atrevido tan locuaz tan avisado tan dispuesto tan valiente y tan gracioso que acaboacute por trastornar el juicio no soacutelo a la codiciada beldad sino tambieacuten a su padre y a su madre

Lucas era en aquel entonces y seguiacutea siendo en la fecha a que nos referimos de pequentildea estatura (a los menos con relacioacuten a su mujer) un poco cargado de espaldas muy moreno barbilampintildeo narigoacuten orejudo y picado de viruelas En cambio su boca era regular y su dentadura inmejorable Dijeacuterase que soacutelo la corteza de aquel hombre era tosca y fea que tan pronto como

empezaba a penetrarse dentro de eacutel apareciacutean sus perfecciones y que estas perfecciones principiaban en los dientes Luego veniacutea la voz vibrante elaacutestica atractiva varonil y grave algunas veces dulce y melosa cuando pediacutea algo y siempre difiacutecil de resistir Llegaba despueacutes lo que aquella voz deciacutea todo oportuno discreto ingenioso persuasivo Y por uacuteltimo en el alma del tiacuteo Lucas habiacutea valor lealtad honradez sentido comuacuten deseo de saber y conocimientos instintivos o empiacutericos de muchas cosas profundo desdeacuten a los necios cualquiera que fuese su categoriacutea social y cierto espiacuteritu de ironiacutea de burla y de sarcasmo que le haciacutean pasar a los ojos del Acadeacutemico por un don Francisco de Quevedo en bruto

Tal era por dentro y por fuera el tiacuteo Lucas

VI Habilidades de los coacutenyuges

Amaba pues locamente la sentildeaacute Frasquita al tiacuteo Lucas y consideraacutebase la mujer maacutes feliz del mundo al verse adorada por eacutel No teniacutean hijos seguacuten que ya sabemos y habiacutease consagrado cada uno a cuidar y mimar al otro con esmero indecible pero sin que aquella tierna solicitud ostentase el caraacutecter sentimental y empalagoso por lo zalamero de casi todos los matrimonios sin sucesioacuten Al contrario trataacutebanse con una llaneza una alegriacutea una broma y una confianza semejantes a las de aquellos nintildeos camaradas de juegos y de diversiones que se quieren con toda el alma sin deciacuterselo jamaacutes ni darse a siacute mismos cuenta de lo que sienten iexclImposible que haya habido sobre la tierra molinero mejor peinado mejor vestido maacutes regalado en la mesa rodeado de maacutes comodidades en su casa que el tiacuteo Lucas iexclImposible que ninguna molinera ni ninguna reina haya sido objeto de tantas atenciones de tantos agasajos de tantas finezas como la sentildea Frasquita iexclImposible tambieacuten que ninguacuten molino haya encerrado tantas cosas necesarias uacutetiles agradables recreativas y hasta superfluas como el que va a servir de teatro a casi toda la presente historia Contribuiacutea mucho a ello que la sentildeaacute

Frasquita la pulcra hacendosa fuerte y saludable navarra sabiacutea queriacutea y podiacutea guisar coser bordar barrer hacer dulce lavar planchar blanquear la casa fregar el cobre amasar tejer hacer media cantar bailar tocar la guitarra y los palillos jugar a la brisca y al tute y otras muchiacutesimas cosas cuya relacioacuten fuera interminable Y contribuiacutea no menos al mismo resultado el que el tiacuteo Lucas sabiacutea queriacutea y podiacutea dirigir la molienda cultivar el campo cazar pescar trabajar de carpintero de herrero y de albantildeil ayudar a su mujer en todos los quehaceres de la casa leer escribir contar etc etc Y esto sin hacer mencioacuten de los ramos de lujo o sea de sus habilidades extraordinarias Por ejemplo el tiacuteo Lucas adoraba las flores (lo mismo que su mujer) y era floricultor tan consumado que habiacutea conseguido producir ejemplares nuevos por medio de laboriosas combinaciones Teniacutea algo de Ingeniero natural y lo habiacutea demostrado construyendo una presa un sifoacuten y un acueducto que triplicaron el agua del molino Habiacutea ensentildeado a bailar a un perro domesticado una culebra y hecho que un loro diese la hora por medio de gritos seguacuten las iba marcando un reloj de sol que el molinero habiacutea trazado en una pared de cuyas resultas el loro daba ya la hora con toda precisioacuten hasta en los diacuteas nublados y durante la noche Finalmente en el molino habiacutea una huerta que produciacutea toda clase de frutas y legumbres un estanque encerrado en una especie de quiosco de jazmines donde se bantildeaban en verano el tiacuteo Lucas y la sentildeaacute Frasquita un jardiacuten una estufa o invernadero para las plantas exoacuteticas una fuente de agua potable dos burras en que el matrimonio iba a la ciudad o a los pueblos de las cercaniacuteas gallinero palomar pajarera criadero de peces criadero de gusanos de seda colmenas cuyas abejas libaban en los jazmines jaraiacutez o lagar con su bodega correspondiente ambas cosas en miniatura horno telar fragua taller de carpinteriacutea etc etc todo ello reducido a una casa de ocho habitaciones y a dos fanegas de tierra y tasado en la cantidad de diez mil reales

VII El fondo de la felicidad

Adoraacutebanse siacute locamente el molinero y la molinera y auacuten se hubiera creiacutedo que ella lo queriacutea maacutes a eacutel que eacutel a ella no obstante ser eacutel tan feo y ella tan hermosa Diacutegolo porque la sentildeaacute Frasquita soliacutea tener celos y pedirle cuentas al tiacuteo Lucas cuando eacuteste tardaba mucho en regresar de la ciudad o de los pueblos adonde iba por grano mientras que el tiacuteo Lucas veiacutea hasta con gusto las atenciones de que era objeto la sentildeaacute Frasquita por parte de los sentildeores que frecuentaban el molino se ufanaba y regocijaba de que a todos les agradase tanto como a eacutel y aunque comprendiacutea que en el fondo del corazoacuten se la envidiaban algunos de ellos la codiciaban como simples mortales y hubieran dado cualquier cosa porque fuera menos mujer de bien la dejaba sola diacuteas enteros sin el menor cuidado y nunca le preguntaba luego queacute habiacutea hecho ni quieacuten habiacutea estado alliacute durante su ausencia

No consistiacutea aquello sin embargo en que el amor del tiacuteo Lucas fuese menos vivo que el de la sentildeaacute Frasquita Consistiacutea en que eacutel teniacutea maacutes confianza en la virtud de aqueacutella que ella en la de eacutel consistiacutea en que eacutel la aventajaba en penetracioacuten y sabiacutea

hasta queacute punto era amado y cuaacutento se respetaba su mujer a siacute misma y consistiacutea principalmente en que el tiacuteo Lucas era todo un hombre un hombre como el de Shakespeare de pocos e indivisibles sentimientos incapaz de dudas que creiacutea o moriacutea que amaba o mataba que no admitiacutea gradacioacuten ni traacutensito entre la suprema felicidad y el exterminio de su dicha

Era en fin un Otelo de Murcia con alpargatas y montera en el primer acto de una tragedia posible

Pero iquesta queacute estas notas luacutegubres en una tonadilla alegre iquestA queacute estos relaacutempagos fatiacutedicos en una atmoacutesfera tan serena iquestA queacute estas actitudes melodramaacuteticas en un cuadro de geacutenero

Vais a saberlo inmediatamente

VIII El hombre del sombrero de tres picos

Eran las dos de una tarde de octubre

El esquiloacuten de la catedral tocaba a viacutesperas lo cual equivale a decir que ya habiacutean comido todas las personas principales de la ciudad

Los canoacutenigos se dirigiacutean al Coro y los seglares a sus alcobas a dormir la siesta sobre todo aquellos que por razoacuten de oficio v gr las Autoridades habiacutean pasado la mantildeana entera trabajando

Era pues muy de extrantildear que a aquella hora impropia ademaacutes para dar un paseo pues todaviacutea haciacutea demasiado calor saliese de la ciudad a pie y seguido de un solo alguacil el ilustre sentildeor Corregidor de la misma a quien no podiacutea confundirse con ninguna otra persona ni de diacutea ni de noche asiacute por la enormidad de su sombrero de tres picos y por lo vistoso de su capa de grana como por lo particulariacutesimo de su grotesco donaire

De la capa de grana y del sombrero de tres picos son muchas todaviacutea las personas que pudieran hablar con pleno conocimiento de causa Nosotros entre ellas lo mismo que todos los nacidos en aquella ciudad en las postrimeriacuteas del reinado del sentildeor don Fernando VII recordamos haber visto colgados de un clavo uacutenico adorno de desmantelada pared en la ruinosa torre de la casa que habitoacute Su Sentildeoriacutea (torre destinada a la sazoacuten a los infantiles juegos de sus nietos) aquellas dos anticuadas prendas aquella capa y aquel sombrerondashel negro sombrero encima y la roja capa debajondash formando una especie de espectro del Absolutismo una especie de sudario del Corregidor una especie de caricatura retrospectiva de su poder pintada con carboacuten y almagre como tantas otras por los paacutervulos constitucionales de la de 1837 que alliacute nos reuniacuteamos una especie en fin de espanta-paacutejaros que en otro tiempo habiacutea sido espanta-hombres y que hoy me da miedo de haber contribuido a escarnecer paseaacutendolo por aquella histoacuterica ciudad en diacuteas de Carnestolendas en lo alto de un deshollinador o sirviendo de disfraz irrisorio al idiota que maacutes haciacutea reir a la plebe iexclPobre principio de autoridad iexclAsiacute te hemos puesto los mismos que hoy te invocamos tanto

En cuanto al indicado grotesco donaire del sentildeor Corregidor consistiacutea (dicen) en que era cargado de espaldas todaviacutea maacutes cargado de espaldas que el tiacuteo Lucas casi jorobado por decirlo de una vez de estatura menos que mediana endeblillo de mala salud con las piernas arqueadas y una manera de andar sui generis (balanceaacutendose de un lado a otro y de atraacutes hacia adelante) que soacutelo se puede describir con la absurda foacutermula de que pareciacutea cojo de los dos pies En cambio (antildeade la tradicioacuten) su rostro era regular aunque ya bastante arrugado por la falta absoluta de dientes y muelas moreno verdoso como el de casi todos los hijos de las Castillas con

grandes ojos oscuros en que relampagueaban la coacutelera el despotismo y la lujuria con finas y traviesas facciones que no teniacutean la expresioacuten del valor personal pero siacute la de una malicia artera capaz de todo y con cierto aire de satisfaccioacuten medio aristocraacutetico medio libertino que revelaba que aquel hombre habriacutea sido en su remota juventud muy agradable y acepto a las mujeres no obstante sus piernas y su joroba

Don Eugenio de Zuacutentildeiga y Ponce de Leoacuten (que asiacute se llamaba Su Sentildeoriacutea) habiacutea nacido en Madrid de familia ilustre frisariacutea a la sazoacuten en los cincuenta y cinco antildeos y llevaba cuatro de Corregidor en la ciudad de que tratamos donde se casoacute a poco de llegar con la principaliacutesima sentildeora que diremos maacutes adelante

Las medias de don Eugenio (uacutenica parte que ademaacutes de los zapatos dejaba ver de su vestido la extensiacutesima capa de grana) eran blancas y los zapatos negros con hebilla de oro Pero luego que el calor del campo lo obligoacute a desembozarse viacutedose que llevaba gran corbata de batista chupa de sarga de color de toacutertola muy festoneada de ramillos verdes bordados de realce calzoacuten corto negro de seda una enorme casaca de la misma estofa que la chupa espadiacuten con guarnicioacuten de acero bastoacuten con borlas y un respetable par de guantes (o quirotecas) de gamuza pajiza que no se poniacutea nunca y que empuntildeaba a guisa de cetro

El alguacil que seguiacutea veinte pasos de distancia al sentildeor Corregidor se llamaba Garduntildea y era la propia estampa de su nombre Flaco agiliacutesimo mirando adelante y atraacutes y a derecha e izquierda al propio tiempo que andaba de largo cuello de diminuto y repugnante rostro y con dos manos como dos manojos de disciplinas pareciacutea juntamente un huroacuten en busca de criminales la cuerda que habiacutea de atarlos y el instrumento destinado a su castigo

El primer Corregidor que le echoacute la vista encima le dijo sin maacutes informes Tuacute seraacutes mi verdadero alguacil Y ya lo habiacutea sido de cuatro Corregidores

Teniacutea cuarenta y ocho antildeos y llevaba sombrero de tres picos mucho maacutes pequentildeo que el de su sentildeor (pues repetimos que el de este era descomunal) capa negra como las medias y todo el traje bastoacuten sin borlas y una especie de asador por la espalda

Aquel espantajo negro pareciacutea la sombra de su vistoso amo

IX iexclArre burra Por donde quiera que pasaban el personaje y su apeacutendice los labradores dejaban sus faenas y se descubriacutean hasta los pies con maacutes miedo que respeto despueacutes de lo cual deciacutean en voz baja

ndashiexclTemprano va esta tarde el sentildeor Corregidor a ver a la sentildeaacute Frasquita

ndashiexclTemprano y solondashantildeadiacutean algunos acostumbrados a verlo siempre dar aquel paseo en compantildeiacutea de otras varias personas

ndashOye tuacute Manuel iquestpor queacute iraacute solo esta tarde el sentildeor Corregidor a ver a la navarrandashle preguntoacute una lugarentildea a su marido el cual la llevaba a grupas en la bestia

Y al mismo tiempo que la pregunta le hizo cosquillas por viacutea de retintiacuten

ndashiexclNo seas mal pensada Josefandashexclamoacute el buen hombrendash

La sentildeaacute Frasquita es incapaz

ndashNo digo lo contrario Pero el Corregidor no es por eso incapaz de estar enamorado de ella Yo he oiacutedo decir que de todos los que van a las francachelas del molino el uacutenico que lleva mal fin es ese madrilentildeo tan aficionado a faldas

ndashiquestY queacute sabes tuacute si es o no aficionado a faldasndashpreguntoacute a su vez el marido

ndashNo lo digo por miacute iexclYa se hubiera guardado por maacutes Corregidor que sea de decirme los ojos tienes negros

La que asiacute hablaba era fea en grado superlativo

ndashPues mira hija iexclallaacute ellosndashreplicoacute el llamado Manuelndash Yo no creo al tiacuteo Lucas hombre de consentir iexclBonito genio tiene el tiacuteo Lucas cuando se enfada

ndashPero en fin iexclsi ve que le convienendashantildeadioacute la tiacutea Josefa retorciendo el hocico

ndashEl tiacuteo Lucas es hombre de bienndashrepuso el lugarentildeondash y a un hombre de bien nunca pueden convenirle ciertas cosas

ndashPues entonces tienes razoacuten iexclAllaacute ellos iexclSi yo fuera la sentildeaacute Frasquita

ndashiexclArre burrandashgritoacute el marido para mudar de conversacioacuten

Y la burra salioacute al trote con lo que no pudo oiacuterse el resto del diaacutelogo

X Desde la parra Mientras asiacute discurrian los labriegos que saludaban al sentildeor Corregidor la sentildeaacute Frasquita regaba y barriacutea cuidadosamente la plazoletilla empedrada que serviacutea de atrio o compaacutes al molino y colocaba media docena de sillas debajo de lo maacutes espeso del emparrado en el cual estaba subido el tiacuteo Lucas cortando los mejores racimos y arreglaacutendolos artiacutesticamente en una cesta

ndashiexclPues siacute Frasquitandashdeciacutea el tiacuteo Lucas desde lo alto de la parrandash el sentildeor Corregidor estaacute enamorado de ti de muy mala manera

ndashYa te lo dije yo hace tiempondashcontestoacute la mujer del Nortendash Pero iexcldeacutejalo que pene iexclCuidado Lucas no te vayas a caer

ndashDescuida estoy bien agarrado tambieacuten le gustas mucho al sentildeor

ndashiexclMira iexclNo me des maacutes noticiasndashinterrumpioacute ellandash iexclDemasiado seacute yo a quieacuten le gusto y a quieacuten no le gusto iexclOjalaacute supiera del mismo modo por queacute no te gusto a ti

ndashiexclToma Porque eres muy fea ndashcontestoacute el tiacuteo Lucas

ndashPues oye iexclfea y todo soy capaz de subir a la parra y echarte de cabeza al suelo

ndashMaacutes faacutecil seriacutea que yo no te dejase bajar de la parra sin comerte viva

ndashiexclEso es iexclY cuando vinieran mis galanes y nos viesen ahiacute diriacutean que eacuteramos un mono y una mona

ndashY acertariacutean porque tuacute eres muy mona y muy rebonita y yo parezco un mono con esta joroba

ndashQue a miacute me gusta muchiacutesimo

ndashEntonces te gustaraacute maacutes la del Corregidor que es mayor que la miacutea

ndashiexclVamos iexclVamos sentildeor don Lucas iexclNo tenga usted tantos celos

ndashiquestCelos yo de ese viejo petate iexclAl contrario me alegro muchiacutesimo de que te quiera

ndashiquestPor queacute

ndashPorque en el pecado lleva la penitencia iexclTuacute no has de quererlo nunca y yo soy entre tanto el verdadero Corregidor de la ciudad

ndashiexclMiren el vanidoso Pues figuacuterate que llegase a quererlo

iexclCosas maacutes raras se ven en el mundo

ndashTampoco me dariacutea gran cuidado

ndashiquestPor queacute

ndashiexclPorque entonces tuacute no seriacuteas ya tuacute y no siendo tuacute quien eres o como yo creo que eres maldito lo que me importariacutea que te llevasen los demonios

ndashPues bien iquestqueacute hariacuteas en semejante caso

ndashiquestYo iexclMira lo que no seacute Porque como entonces yo seriacutea otro y no el que soy ahora no puedo figurarme lo que pensariacutea

ndashiquestY por queacute seriacuteas entonces otrondashinsistioacute valientemente la sentildeaacute Frasquita dejando de barrer y ponieacutendose en jarras para mirar hacia arriba

El tiacuteo Lucas se rascoacute la cabeza como si escarbara para sacar de ella alguna idea muy profunda hasta que al fin dijo con maacutes seriedad y pulidez que de costumbre

ndashSeriacutea otro porque yo soy ahora un hombre que cree en ti como en siacute mismo y que no tiene maacutes vida que esa fe De consiguiente al dejar de creer en ti me moririacutea o me convertiriacutea en un nuevo hombre viviriacutea de otro modo me pareceriacutea que acababa de nacer tendriacutea otras entrantildeas Ignoro pues lo que hariacutea entonces contigo Puede que me echara a reiacuter y te volviera la espalda Puede que ni siquiera te conociese Puede que Pero iexclvaya un gusto que tenemos en ponernos de mal humor sin necesidad iquestQueacute nos importa a nosotros que te quieran todos los

Corregidores del mundo iquestNo eres tuacute mi Frasquita

ndashiexclSi pedazo de baacuterbarondashcontestoacute la navarra riendo a maacutes no poderndash Yo soy tu Frasquita y tuacute eres mi Lucas de mi alma maacutes feo que el bu con maacutes talento que todos los hombres maacutes bueno que el pan y maacutes querido iexclAh lo que es eso de querido cuando bajes de la parra lo veraacutes iexclPrepaacuterate a llevar maacutes bofetadas y pellizcos que pelos tienes en la cabeza Pero iexclcalla iquestQueacute es lo que veo El sentildeor Corregidor viene por alli completamente solo iexclY tan tempranito Ese trae plan iexclPor lo visto tuacute teniacuteas razoacuten

ndashPues aguaacutentate y no le digas que estoy subido en la parra iexclEse viene a declararse a solas contigo creyendo pillarme durmiendo la siesta Quiero divertirme oyendo su explicacioacuten

Asiacute dijo el tiacuteo Lucas alargando la cesta a su mujer

ndashiexclNo estaacute mal pensadondashexclamoacute ella lanzando nuevas carcajadasndash iexclEl demonio del madrilentildeo iquestQueacute se habraacute creiacutedo que es un Corregidor para miacute Pero aquiacute llega Por cierto que Garduntildea que lo seguiacutea a alguna distancia se ha sentado en la ramblilla a la sombra iexclQueacute majaderiacutea Ocuacuteltate tuacute bien entre los paacutempanos que nos vamos a reiacuter maacutes de lo que te figuras

Y dicho esto la hermosa navarra rompioacute a cantar el fandango que ya le era tan familiar como las canciones de su tierra

XI El bombardeo de Pamplona

ndashD ios te guarde Frasquitandashdijo el Corregidor a media voz apareciendo bajo el emparrado y andando de puntillas

ndashiexclTanto bueno sentildeor Corregidorndashrespondioacute ella en voz natural hacieacutendole mil reverenciasndash iexclUsiacutea por aquiacute a estas horas iexclY con el calor que hace iexclVaya sieacutentese Su Sentildeoriacutea Esto estaacute fresquito iquestCoacutemo no ha aguardado Su Sentildeoriacutea a los demaacutes sentildeores Aquiacute tienen ya preparados sus asientos Esta tarde esperamos al sentildeor Obispo en persona que le ha prometido a mi Lucas venir a probar las primeras uvas de la parra iquestY coacutemo lo pasa Su Sentildeoriacutea iquestCoacutemo estaacute la Sentildeora

El Corregidor se habiacutea turbado La ansiada soledad en que encontraba a la sentildeaacute Frasquita le pareciacutea un suentildeo o un lazo que le tendiacutea la enemiga suerte para hacerle caer en el abismo de un desengantildeo Limitoacutese pues a contestar

ndashNo es tan temprano como dices Seraacuten las tres y media El loro dio en aquel momento un chillido

ndashSon las dos y cuartondashdijo la navarra mirando de hito en hito al madrilentildeo

Este calloacute como reo convicto que renuncia a la defensa

ndashiquestY Lucas iquestDuermendashpreguntoacute al cabo de un rato

(Debemos advertir aquiacute que el Corregidor lo mismo que todos los que no tienen dientes hablaba con una pronunciacioacuten floja y sibilante como si se estuviese comiendo sus propios labios)

ndashiexclDe segurondashcontestoacute la sentildea Frasquitandash En llegando estas horas se queda dormido donde primero le coge aunque sea en el borde de un precipicio

ndashPues mira iexcldeacutejalo dormirndashexclamoacute el viejo Corregidor ponieacutendose maacutes paacutelido de lo que ya erandash Y tuacute mi querida Frasquita escuacutechame oye ven acaacute iexclSieacutentate aquiacute a mi lado Tengo muchas cosas que decirte

ndashYa estoy sentadandashrespondioacute la Molinera agarrando una silla baja y plantaacutendola delante del Corregidor a cortiacutesima distancia de la suya

Sentado que se hubo Frasquita echoacute una pierna sobre la otra inclinoacute el cuerpo hacia adelante apoyoacute un codo sobre la rodilla cabalgadora y la fresca y hermosa cara en una de sus manos y asiacute con la cabeza un poco ladeada la sonrisa en los labios los cinco hoyos en actividad y las serenas pupilas

clavadas en el Corregidor aguardoacute la declaracioacuten de Su Sentildeoriacutea Hubiera podido comparaacutersela con Pamplona esperando un bombardeo

El pobre hombre fue a hablar y se quedoacute con la boca abierta embelesado ante aquella grandiosa hermosura ante aquella esplendidez de gracias ante aquella formidable mujer de alabastrino color de lujosas carnes de limpia y riente boca de azules e insondables ojos que pareciacutea creada por el pincel de Rubens

ndashiexclFrasquitandashmurmuroacute al fin el delegado del Rey con acento desfallecido mientras que su marchito rostro cubierto de sudor destacaacutendose sobre su joroba expresaba una inmensa angustiandash iexclFrasquita

ndashiexclMe llamondashcontestoacute la hija de los Pirineosndash iquestY queacute

ndashLo que tuacute quierasndashrepuso el viejo con una ternura sin liacutemites

ndashPues lo que yo quierondashdijo la Molinerandash ya lo sabe Usiacutea Lo que yo quiero es que Usiacutea nombre Secretario del Ayuntamiento de la Ciudad a un sobrino miacuteo que tengo en Estella y que asiacute podraacute venirse de aquellas montantildeas donde estaacute pasando muchos apuros

ndashTe he dicho Frasquita que eso es imposible El Secretario actual

ndashiexclEs un ladroacuten un borracho y un bestia

ndashYa lo seacute Pero tiene buenas aldabas entre los Regidores

Perpetuos y yo no puedo nombrar otro sin acuerdo del Cabildo De lo contrarlo me expongo

ndashiexclMe expongo iexclMe expongo iquestA que no nos expondriacuteamos por Vuestra Sentildeoriacutea hasta los gatos de esta casa

ndashiquestMe querriacuteas a este precio ndashtartamudeoacute el Corregidor

ndashNo sentildeor que lo quiero a Usiacutea de balde

ndashiexclMujer no me des tratamiento Haacuteblame de usted o como se te antoje iquestConque vas a quererme Di

ndashiquestNo le digo a usted que lo quiero ya

ndashNo hay pero que valga iexclVeraacute usted queacute guapo y queacute hombre de bien es mi sobrino

ndashiexclTuacute siacute que eres guapa Frascuela

ndashiquestLe gusto a usted

ndashiexclQue si me gustas iexclNo hay mujer como tuacute

ndashPues mire usted Aquiacute no hay nada postizondashcontesto la sentildea Frasquita acabando de arrollar la manga de su juboacuten y mostrando al Corregidor el resto de su brazo digno de una cariaacutetide y maacutes blanco que una azucena

ndashiexclQue si me gustasndashprosiguioacute el Corregidorndash iexclDe diacutea de noche a todas horas en todas partes solo pienso en ti

ndashiexclPues queacute iquestNo le gusta a usted la sentildeora Corregidora

ndashpreguntoacute la sehaacute Frasquita con tan mal fingida compasioacuten que hubiera hecho reiacuter a un hipocondriacuteacondash iexclQueacute laacutestima Mi Lucas me ha dicho que tuvo el gusto de verla y de hablarle cuando fue a componerle a usted el reloj de la alcoba y que es muy guapa muy buena y de un trato muy carintildeoso

ndashiexclNo tanto iexclNo tantondashmurmuroacute el Corregidor con cierta amargura

ndashEn cambio otros me han dichondashprosiguioacute la Molinerandashque tiene muy mal genio que es muy celosa y que usted le tiembla maacutes que a una vara verde

ndashiexclNo tanto mujerndashrepitioacute don Eugenio de Zuacutentildeiga y Ponce de Leoacuten ponieacutendose coloradondash iexclNi tanto ni tan poco La Sentildeora tiene sus maniacuteas es cierto mas de ello a hacerme temblar hay mucha diferencia iexclYo soy el Corregidor

ndashPero en fin iquestla quiere usted o no la quiere

ndashTe direacute Yo la quiero mucho o por mejor decir la queriacutea antes de conocerte Pero desde que te vi no seacute lo que me pasa y ella misma conoce que me pasa algo Baacutestete saber que hoy tomarle por ejemplo la cara a mi mujer me hace la misma operacioacuten que si me la tomara a miacute propio iexclYa ves que no puedo quererla maacutes sin sentir menos iexclMientras que por coger esa mano ese brazo esa cara esa cintura dariacutea lo que no tengo

Y hablando asiacute el Corregidor tratoacute de apoderarse del brazo desnudo que la sentildeaacute Frasquita le estaba refregando materialmente por los ojos pero eacutesta sin descomponerse extendioacute la mano tocoacute el pecho de Su Sentildeoriacutea con la paciacutefica violencia e incontrastable rigidez de la trompa de un elefante y

lo tiroacute de espaldas con silla y todo

ndashiexclAve Maria Puriacutesimandashexclamoacute entonces la navarra rieacutendose a maacutes no poderndash Por lo visto esa silla estaba rota

ndashiquestQueacute pasa ahiacutendashexclamoacute en esto el tiacuteo Lucas asomando su feo rostro entre los paacutempanos de la parra

El Corregidor estaba todaviacutea en el suelo boca arriba y miraba con un terror indecible a aquel hombre que apareciacutea en los aires boca abajo

Hubieacuterase dicho que Su Sentildeoriacutea era el Diablo vencido no por San Miguel sino por otro Demonio del infierno

ndashiquestQueacute ha de pasarndashse apresuroacute a responder la sentildeaacute Frasquitandash iexclQue el sentildeor Corregidor puso la silla en vago fue a mecerse y se ha caiacutedo

ndashiexclJesuacutes Maria y Joseacutendashexclamoacute a su vez el Molinerondash iquestY se ha hecho dantildeo Su Sentildeoriacutea iquestQuiere un poco de agua y vinagre

ndashiexclNo me he hecho nadandashdijo el Corregidor levantaacutendose como pudo

Y luego antildeadioacute por lo bajo pero de modo que pudiera oiacuterlo la sentildeaacute Frasquita

ndashiexclMe la pagareacuteis

ndashPues en cambio Su Sentildeoriacutea me ha salvado a miacute la vidandashrepuso el tiacuteo Lucas sin moverse de lo alto de la parrandash

Figuacuterate mujer que estaba yo aquiacute sentado contemplando las uvas cuando me quedeacute dormido sobre una red de sarmientos y palos que dejaban claros suficientes para que pasase mi cuerpo Por consiguiente si la caida de Su Sentildeoriacutea no me hubiese despertado tan a tiempo esta tarde me habriacutea yo roto la cabeza contra esas piedras

ndashConque si iquesteh ndashreplicoacute el Corregidorndash Pues iexclvaya hombre me alegro iexclTe digo que me alegro mucho de haberme caiacutedo

ndashiexclMe la pagaraacutesndashagregoacute en seguida dirigieacutendose a la Molinera

Y pronuncioacute estas palabras con tal expresioacuten de reconcentrada furia que la sentildeaacute Frasquita se puso triste

Veiacutea claramente que el Corregidor se asustoacute al principio creyendo que el Molinero lo habiacutea oiacutedo todo pero que persuadido ya de que no habiacutea oiacutedo nada (pues la calma y el disimulo del tiacuteo Lucas hubieran engantildeado al maacutes lince) empezaba a abandonarse a toda su iracundia y a concebir planes de venganza

ndashiexclVamos iexclBaacutejate ya de ahiacute y ayuacutedame a limpiar a Su Sentildeoriacutea que se ha puesto perdido de polvondashexclamoacute entonces la Molinera

Y mientras el tio Lucas bajaba diacutejole ella al Corregidor daacutendole golpes con el delantal en la chupa y alguno que otro en las orejas

ndashEl pobre no ha oiacutedo nada Estaba dormido como un

tronco Maacutes que estas frases la circunstancia de haber sido dichas en voz baja afectando complicidad y secreto produjo un efecto maravilloso

ndashiexclPicara iexclProtervandashbalbuceoacute don Eugenio de Zuacutentildeiga con la boca hecha un agua pero gruntildeendo todaviacutea

ndashiquestMe guardaraacute Usiacutea rencorndashreplicoacute la navarra zalameramente

Viendo el Corregidor que la severidad le daba buenos resultados intentoacute mirar a la sentildeaacute Frasquita con mucha rabia pero se encontroacute con su tentadora risa y sus divinos ojos en los cuales brillaba la caricia de una suacuteplica y derritieacutendosele la gacha en el acto le dijo con un acento baboso y silbante en que se descubriacutea maacutes que nunca la ausencia total de dientes y muelas

ndashiexclDe ti depende amor miacuteo

En aquel momento se descolgoacute de la parra el tiacuteo Lucas

XII Diezmos y primicias

Repuesto el Corregidor en su silla la Molinera dirigioacute una raacutepida mirada a su esposo y viole no soacutelo tan sosegado como siempre sino reventando de ganas de reiacuter por resultas de aquella ocurrencia cambioacute con eacutel desde lejos un beso tirado aprovechando el primer descuido de don Eugenio y diacutejole en fin a este con una voz de sirena que le hubiera envidiado Cleopatra

ndashiexclAhora va Su Sentildeoriacutea a probar mis uvas Entonces fue de ver a la hermosa navarra (y asiacute la pintaria yo si tuviese el pincel de Tiziano) plantada enfrente del embelesado Corregidor fresca magniacutefica incitante con sus nobles formas con su angosto vestido con su elevada etatura con sus desnudos brazos levantados sobre la cabeza y con un transpaente racimo en cada mano dicieacutendole entre una sonrisa irresistible y una mirada suplicante en que titilaba el miedo

ndashTodaviacutea no las ha probado el sentildeor Obispo Son las primeras que se cogen este antildeo

Pareciacutea una gigantesca Pomona brindando frutos a un dios campestre a un saacutetiro v gr

En esto aparecioacute al extremo de la plazoleta empedrada el venerable Obispo de la dioacutecesis acompantildeado del abogado acadeacutemico y de dos canoacutenigos de avanzada edad y seguido de su secretario de dos familiares y de dos pajes Detuacutevose un rato Su Ilustriacutesima a contemplar aquel cuadro tan coacutemico y tan bello hasta que por uacuteltimo dijo con el reposado acento propio de los prelados de entonces

ndashEl quinto pagar diezmos y primicias a la Iglesia de Dios nos ensentildea la doctrina cristiana pero usted sentildeor Corregidor no se contenta con administrar el diezmo sino que tambieacuten trata de comerse las primicias

ndashiexclEl sentildeor Obispondashexclamaron los Molineros dejando al Corregidor y corriendo a besar el anillo al prelado

ndashiexclDios se lo pague a Su Ilustriacutesima por venir a honrar esta pobre chozandashdijo el tiacuteo Lucas besando el primero y con acento de muy sincera veneracioacuten

ndashiexclQueacute sentildeor Obispo tengo tan hermosondashexclamoacute la sentildeaacute Frasquita besando despueacutesndashiexclDios lo bendiga y me lo conserve maacutes antildeos que le conservoacute el suyo a mi Lucas

ndashiexclNo seacute queacute falta puedo hacerte cuando tuacute me echas las bendiciones en vez de pediacutermelasndashcontestoacute rieacutendose el bondadoso pastor

Y extendiendo dos dedos bendijo a la sentildeaacute Frasquita y despueacutes a los demaacutes circunstantes

ndashiexclAquiacute tiene Usiacutea Ilustriacutesima las primiciasndashdijo el Corregidor tomando un racimo de manos de la Molinera y presentaacutendoselo corteacutesmente al Obispondash Todaviacutea no habiacutea yo probado las uvas

El Corregidor pronuncioacute estas palabras dirigiendo de paso una raacutepida y ciacutenica mirada a la espleacutendida hermosura de la Molinera

ndashiexclPues no seraacute porque esteacuten verdes como las de la faacutebulandashobservoacute el acadeacutemico

ndashLas de la faacutebulandashexpuso el Obispo no estaban verdes sentildeor licenciado sino fuera del alcance de la zorra

Ni el uno ni el otro habiacutean querido acaso aludir al Corregidor pero ambas frases fueron casualmente tan adecuadas a lo que acababa de suceder alliacute que don Eugenio de Zuacutentildeiga se puso liacutevido de coacutelera y dijo besando el anillo del prelado

ndashiexclEso es llamarme zorro Sentildeor Ilustriacutesimo

ndashTu dixistindashreplicoacute eacuteste con la amable severidad de un santo como diz que lo era en efectondash Excusatio non petita accusatio manifesta Qualis vir talis oratio Pero satis am dictum nullus ultra sit sermo O lo que es lo mismo dejeacutemonos de latines y veamos estas famosas uvas

Y picoacute una sola vez en el racimo que le presentaba el Corregidor

ndashiexclEstaacuten muy buenasndashexclamoacute mirando aquella uva al trasluz y alargaacutendosela en seguida a su secretariondash iexclLaacutestima que

a miacute me sienten mal

El secretario contemploacute tambieacuten la uva hizo un gesto de cortesana admiracioacuten y la entregoacute a uno de los familiares

El familiar repitioacute la accioacuten del Obispo y el gesto del secretario propasaacutendose hasta oler la uva y luego Ia colocoacute en la cesta con escrupuloso cuidado no sin decir en voz baja a la concurrencia

ndashSu Ilustriacutesima ayuna

El tiacuteo Lucas que habiacutea seguido la uva con la vista la cogioacute entonces disimuladamente y se la comioacute sin que nadie lo viera

Despueacutes de esto sentaacuteronse todos habloacutese de la otontildeada (que seguiacutea siendo muy seca no obstante haber pasado el cordonazo de San Francisco) discurrioacutese algo sobre la probabilidad de una nueva guerra entre Napoleoacuten y el Austria insistiose en la creencia de que las tropas imperiales no invadiriacutean nunca el territorio espantildeol quejoacutese el abogado de lo revuelto y calamitoso de aquella eacutepoca envidiando los tranquilos tiempos de sus padres (como sus padres habriacutean envidiado los de sus abuelos) dio las cinco el loro y a una sentildea del reverendo Obispo el menor de los pajes fue al coche episcopal (que se habiacutea quedado en la misma ramblilla que el alguacil) y volvioacute con una magniacutefica torta sobada de pan de aceite polvoreada de sal que apenas hariacutea una hora habiacutea salido del horno colocoacutese una mesilla en medio del concurso descuartizoacutese la torta se dio su parte correspondiente sin embargo de que se resistieron mucho al tiacuteo Lucas y a la sentildeaacute Frasquita y una igualdad verdaderamente democraacutetica reinoacute durante media hora bajo aquellos paacutempanos que filtraban los uacuteltimos resplandores del sol poniente

XIII Le dijo el grajo al cuervo

Hora y media despueacutes todos los ilustres compantildeeros de merienda estaban de vuelta en la ciudad

El sentildeor Obispo y su familia habiacutean llegado con bastante anticipacioacuten gracias al coche y hallaacutebanse ya en palacio donde los dejaremos rezando sus devociones

El insigne abogado (que era muy seco) y los dos canoacutenigos (a cuaacutel maacutes grueso y respetable) acompantildearon al Corregidor hasta la puerta del Ayuntamiento (donde Su Sentildeoriacutea dijo tener que trabajar) y tomaron luego el camino de sus respectivas casas guiaacutendose por las estrellas como los navegantes o sorteando a tientas las esquinas como los ciegos pues ya habiacutea cerrado la noche aun no habiacutea salido la luna y el alumbrado puacuteblico (lo mismo que las demaacutes luces de este siglo) todaviacutea estaba alliacute en la mente divina

En cambio no era raro ver discurrir por algunas calles tal o cual linterna o farolillo con que respetuoso servidor alumbraba a

sus magniacuteficos amos quienes se dirigiacutean a la habitual tertulia o de visita a casa de sus parientes

Cerca de casi todas las rejas bajas se veiacutea (o se olfateaba por mejor decir) un silencioso bulto negro Eran galanes que al sentir pasos habiacutean dejado por un momento de pelar la pava

ndashiexclSomos unos calaverasndashiban diciendo el abogado y los dos canoacutenigosndash Queacute pensaraacuten en nuestras casas al vernos llegar a estas horas

ndashPues iquestqueacute diraacuten los que nos encuentren en la calle de este modo a las siete y pico de la noche como unos bandoleros amparados de las tinieblas

ndashHay que mejorar de conducta

ndashiexclAh Siacute iexclPero ese dichoso molino

ndashMi mujer lo tiene sentado en la boca del estoacutemagondashdijo el acadeacutemico con un tono en que se trasluciacutea mucho miedo a la proacutexima pelotera conyugal

ndashiquestPues y mi sobrinandashexclamoacute uno de los canoacutenigos que por cierto era Penitenciariondash Mi sobrina dice que los sacerdotes no deben visitar comadres

ndashY sin embargondashinterrumpioacute su compantildeero que era Magistralndash lo que alliacute pasa no puede ser maacutes inocente

ndashiexclToma iexclComo que va el mismiacutesimo Obispo

ndashY luego sentildeores iexcla nuestra edadndashrepuso el

Penitenciariondash Yo he cumplido ayer los setenta y cinco

ndashiexclEs clarondashreplicoacute el Maglstralndash Pero hablemos de otra cosa iexclqueacute guapa estaba esta tarde la sentildea Frasquita

ndashiexclOh lo que es eso como guapa es guapandashdijo el Abogado afectando imparcialidad

ndashMuy guapandashrepitioacute el Penitenciario dentro del embozo ndashY si nondashantildeadioacute el predicador de Oficiondash que se lo pregunten al Corregidor

ndashiexclEl pobre hombre estaacute enamorado de ella

ndashiexclYa lo creondashexclamoacute el confesor de la catedral

ndashiexclDe segurondashagregoacute el acadeacutemico correspondientendash Conque sentildeores yo tomo por aquiacute para llegar antes a casa iexclMuy buenas noches

ndashBuenas nochesndashle contestaron los capitulares

Y anduvieron algunos pasos en silencio

ndashiexclTambieacuten le gusta a ese la Molinerandashmurmuroacute entonces el Magistral daacutendole con el codo al Penitenciario

ndashiexclComo si lo vierandashrespondioacute este paraacutendose a la puerta de su casandash iexclY que bruto es Conque hasta mantildeana compantildeero Que le sienten a usted muy bien las uvas

ndashHasta mantildeana si Dios quiere Que pase usted muy buena noche

ndashiexclBuenas noches nos deacute Diosndashrezoacute el Penitenciario ya desde el portal que por maacutes sentildeas teniacutea farol y Virgen

Y llamoacute a la aldaba

Una vez solo en la calle el otro canoacutenigo (que era maacutes ancho que alto y que pareciacutea que rodaba al andar) siguioacute avanzando lentamente hacia su casa pero antes de llegar a ella cometioacute contra una pared cierta falta que en el porvenir habiacutea de ser objeto de un bando de policiacutea y dijo al mismo tiempo pensando sin duda en su cofrade de Coro

ndashiexclTambieacuten te gusta a ti la sentildeaacute Frasquita iexclY la verdad esndashantildeadioacute al cabo de un momentondashque como guapa es guapa

XIV Los consejos de Garduntildea

Entre tanto el Corregidor habiacutea subido al Ayuntamiento acompantildeado de Garduntildea con quien manteniacutea haciacutea rato en el saloacuten de sesiones una conversacion maacutes familiar de lo correspondiente a persona de su calidad y oficio

ndashiexclCrea Usiacutea a un perro perdiguero que conoce la cazandashdeciacutea el innoble alguacilndash La sentildeaacute Frasquita estaacute perdidamente enamorada de Usiacutea y todo lo que Usiacutea acaba de contarme contribuye a haceacutermelo ver maacutes claro que esa luz

Y sentildealaba un veloacuten de Lucena que apenas si esclareciacutea la octava parte del saloacuten

ndashiexclNo estoy yo tan seguro como tuacute Garduntildeandashcontestoacute don Eugenio suspirando laacutenguidamente

ndashiexclPues no seacute por queacute Y si no hablemos con franqueza Usiacutea dicho sea con perdoacuten tiene una tacha en su cuerpo iquest No

es verdad

ndashiexclBien siacutendashrepuso el Corregidorndash Pero esa tacha la tiene tambieacuten el tiacuteo Lucas iexclEl es maacutes jorobado que yo

ndashiexclMucho maacutes iexclMuchiacutesimo maacutes iexclsin comparacioacuten de ninguna especie Pero en cambio y es a lo que iba Usiacutea tiene una cara de muy buen ver lo que se dice una bella cara mientras que el tiacuteo Lucas se parece al sargento Utrera que reventoacute de feo

El Corregidor sonrioacute con cierta ufaniacutea

ndashAdemaacutesndashprosiguioacute el alguacilndash la sentildeaacute Frasquita es capaz de tirarse por una ventana con tal de agarrar el nombramiento de su sobrino

ndashiexclHasta ahiacute estamos de acuerdo iexclEse nombramiento es mi uacutenica esperanza

ndashiexclPues manos a la obra sentildeor Ya le he explicado a Usiacutea mi plan iexclNo hay maacutes que ponerlo en ejecucioacuten esta misma noche

ndashiexclTe he dicho muchas veces que no necesito consejosndashgritoacute don Eugenio acordaacutendose de pronto de que hablaba con un inferior

ndashCreiacute que Usiacutea me los habiacutea pedidondashbalbuceoacute Garduntildea

ndashiexclNo me repliques

Garduntildea saludoacute

ndashiquestConque deciacuteasndashprosiguioacute el de Zuacutentildeiga volviendo a amansarsendashque esta misma noche puede arreglarse todo eso Pues iexclmira hijo me parece muy bien iexclQueacute diablos iexclAsiacute saldreacute pronto de esta cruel incertidumbre

Garduntildea guardoacute silencio El Corregidor se dirigioacute al bufete y escribioacute algunas liacuteneas en un pliego de papel sellado que selloacute tambieacuten por su parte guardaacutendolo luego en la faltriquera

ndashiexclYa estaacute hecho el nombramiento del sobrinondashdijo entonces tomando un polvo de rapeacutendash iexclMantildeana me las compondreacute yo con los regidores y o lo ratifican con un acuerdo o habraacute la de San Quintiacuten iquestNo te parece que hago bien

ndashiexclEso iexclesondashexclamoacute Garduntildea entusiasmado metiendo la zarpa en la caja del Corregidor y arrebataacutendole un polvondash iexclEso iexcleso El antecesor de Usiacutea no se paraba tampoco en barras Cierta vez

ndashiexclDeacutejate de bachilleriacuteasndashrepuso el Corregidor sacudieacutendole una guantada en la ratera manondash Mi antecesor era una bestia cuando te tuvo de alguacil Pero vamos a lo que importa Acabas de decirme que el molino del tiacuteo Lucas pertenece al teacutermino del lugarcillo inmediato y no al de esta poblacioacuten iquest Estaacutes seguro de ello

ndashiexclSeguriacutesimo La jurisdiccioacuten de la ciudad acaba en la ramblilla donde yo me senteacute esta tarde a esperar que Vuestra Sentildeoriacutea iexclVoto a Lucifer iexclSi yo hubiera estado en su caso

ndashiexclBastandashgritoacute don Eugeniondash iexclEres un insolente

Y cogiendo media cuartilla de papel escribioacute una esquela cerroacutela doblaacutendole un pico y se la entregoacute a Garduntildea

ndashAhiacute tienesndashle dijo al mismo tiempondashla carta que me has pedido para el alcalde del lugar Tuacute le explicaraacutes de palabra todo lo que tiene que hacer iexclYa ves que sigo tu plan al pie de la letra iexclDesgraciado de ti si me metes en un callejoacuten sin salida

ndashiexclNo hay cuidado contestoacute Garduntildeandash El sentildeor Juan Loacutepez tiene mucho que temer y en cuanto vea la firma de Usiacutea haraacute todo lo que yo le mande iexclLo menos le debe mil fanegas de grano al Poacutesito Real y otro tanto al Poacutesito Piacuteo Esto uacuteltimo contra toda ley pues no es ninguna viuda ni ninguacuten labrador pobre para recibir el trigo sin abonar creces ni recargo sino un jugador un borracho y un sinverguumlenza muy amigo de faldas que trae escandalizado al pueblecillo iexclY aquel hombre ejerce autoridad iexclAsiacute anda el mundo

ndashiexclTe he dicho que calles iexclMe estaacutes distrayendondashbramoacute el Corregidorndash Conque vamos al asuntondashantildeadioacute luego mudando de tonondash Son las siete y cuarto Lo primero que tienes que hacer es ir a casa y advertirle a la Sentildeora que no me espere a cenar ni a dormir Dile que esta noche me estareacute trabajando aquiacute hasta la hora de la queda y que despueacutes saldreacute de ronda secreta contigo a ver si atrapamos a ciertos malhechores En fin engaacutentildeala bien para que se acueste descuidada De camino dile al otro alguacil que me traiga la cena iexclYo no me atrevo a parecer esta noche delante de la Sentildeora pues me conoce tanto que es capaz de leer en mis pensamientos Encaacutergale a la cocinera que ponga unos pestintildeos de los que se hicieron hoy y dile a Juanete que sin que lo vea nadie me alargue de la taberna medio cuartillo de vino blanco En seguida te marchas al lugar donde puedes hallarte muy blen a las ocho

ndashiexclA las ocho en punto estoy alliacutendashexclamoacute Garduntildea

ndashiexclNo me contradigasndashrugioacute el Corregidor acordaacutendose otra vez de que lo era

Garduntildea saludoacute

ndashHemos dichondashcontinuoacute aqueacutel humanizaacutendose de nuevondashque a las ocho en punto estaacutes en el lugar Del lugar al molino habraacute Yo creo que habraacute una media legua

ndashCorta

ndashiexclNo me interrumpas

El alguacil volvioacute a saludar

ndashCortandashprosiguioacute el Corregidorndash Por consiguiente a las diez iquestCrees tuacute que a las diez

ndashiexclAntes de las diez iexclA las nueve y media puede Usiacutea llamar descuidado a la puerta del molino

ndashiexclHombre iexclNo me digas a miacute lo que tengo que hacer Por supuesto que tuacute estaraacutes

ndashYo estareacute en todas partes Pero mi cuartel general seraacute la ramblilla iexclAh se me olvidaba Vaya Usiacutea a pie y no lleve linterna

ndashiexclMaldita la falta que me haciacutean tampoco esos consejos iquestSi creeraacutes tuacute que es la primera vez que salgo a campantildea

ndashPerdone Usiacutea iexclAh Otra cosa No llame Usiacutea a la puerta grande que da a la plazoleta del emparrado sino a la puertecilla que hay encima del caz

ndashiquestEncima del caz hay otra puerta iexclMira tuacute una cosa que nunca se me hubiera ocurrido

ndashSiacute sentildeor la puertecilla del caz da al mismiacutesimo dormitorio de los Molineros y el tiacuteo Lucas no entra ni sale nunca por ella De forma que aunque volviese pronto

ndashComprendo comprendo iexclNo me aturdas maacutes los oiacutedos

ndashPor uacuteltimo procure Usiacutea escurrir el bulto antes del amanecer Ahora amanece a las seis

ndashiexclMira otro consejo inuacutetil A las cinco estareacute de vuelta en mi casa Pero bastante hemos hablado ya iexclQuiacutetate de mi presencia

ndashPues entonces sentildeor iexclbuena suertendashexclamoacute el alguacil alargando lateralmente la mano al Corregidor y mirando al techo al mismo tiempo

El Corregidor puso en aquella mano una peseta y Garduntildea desaparecioacute como por ensalmo

ndashiexclPor vida de ndashmurmuroacute el viejo al cabo de un instantendash iexclSe me ha olvidado decirle a ese bachillero que me trajesen tambieacuten una baraja iexclCon ella me hubiera entretenido hasta las nueve y media viendo si me saliacutea aquel solitario

XV Despedida en prosa Seriacutean las nueve de aquella misma noche cuando el tiacuteo Lucas y la sentildeaacute Frasquita terminadas todas las haciendas del molino y de la casa se cenaron una fuente de ensalada de escarola una libreja de carne guisada con tomates y algunas uvas de las que quedaban en la consabida cesta todo ello rociado con un poco de vino y con grandes risotadas a costa del Corregidor despueacutes de lo cual miraacuteronse afablemente los dos esposos como muy contentos de Dios y de siacute mismos y se dijeron entre un par de bostezos que revelaban toda la paz y tranqulhdad de sus corazones

ndashPues sentildeor vamos a acostarnos y mantildeana seraacute otro diacutea

En aquel momento sonaron dos fuertes y ejecutivos golpes aplicados a la puerta grande del molino

El marido y la mujer se miraron sobresaltados

Era la primera vez que oiacutean llamar a su puerta a semejante hora

ndashVoy a verndashdijo la intreacutepida navarra encaminaacutendose hacia la plazoletilla

ndashiexclQuita iexclEso me toca a miacutendashexclamoacute el tiacuteo Lucas con tal dignidad que la sentildeaacute Frasquita le cedioacute el pasondash iexclTe he dicho que no salgasndashantildeadioacute luego con dureza viendo que la obstinada Molinera queriacutea seguirle

Eacutesta obedecioacute y se quedoacute dentro de la casa

ndashiquestQuieacuten esndashpreguntoacute el tiacuteo Lucas desde en medio de la plazoleta

ndashiexclLa Justiciandashcontestoacute una voz al otro lado del portoacuten

ndashiquestQueacute Justicia

ndashLa del lugar iexclAbra usted al sentildeor Alcalde

El tiacuteo Lucas habiacutea aplicado entre tanto un ojo a cierta mirilla muy disimulada que teniacutea el portoacuten y reconocido a la luz de la luna al ruacutestico Alguacil del lugar inmedlato

ndashiexclDiraacutes que le abra al borrachoacuten del Alguacilndashrepuso el Molinero retirando la tranca

ndashiexclEs lo mismondashcontestoacute el de afuerandash pues que traigo una orden escrita de su Merced Tenga usted muy buenas noches tiacuteo Lucasndashagregoacute luego entre tanto y con voz menos oficial maacutes baja y maacutes gorda como si ya fuera otro hombre

ndashiexclDios te guarde Tontildeuelondashrespondioacute el murcianondash Veamos queacute orden es esa iexclY bien podiacutea el sentildeor Juan Loacutepez

escoger otra hora mas oportuna de dirigirse a los hombres de bien Por supuesto que la culpa seraacute tuya iexclComo si lo viera te has estado emborrachando en las huertas del camino iquestQuieres un trago

ndashNo sentildeor no hay tiempo para nada Tiene usted que seguirme inmediatamente Lea usted la orden

ndashiquestCoacutemo seguirtendashexclamoacute el tiacuteo Lucas penetrando en el molino despueacutes de tomar el papelndash iexclA ver Frasquita alumbra

La sentildeaacute Frasquita soltoacute una cosa que teniacutea en la mano y descolgoacute el candil El tiacuteo Lucas miroacute raacutepidamente al objeto que habiacutea soltado su mujer y reconocioacute su bocacha o sea un enorme trabuco que calzaba balas de a media libra

El Molinero dirigioacute entonces a la navarra una mirada llena de gratitud y ternura y le dijo tomaacutendole la cara

ndashiexclCuaacutento vales

La sentildeaacute Frasquita paacutelida y serena como una estatua de maacutermol levantoacute el candil cogido con dos dedos sin que el maacutes leve temblor agitase su pulso y contestoacute secamente

ndashiexclVaya lee

La orden deciacutea

Para el mejor servicio de S M el Rey Nuestro Sentildeor (Q D G) prevengo a Lucas Fernaacutendez molinero de estos vecinos que tan luego como reciba la presente orden comparezca ante mi autoridad sin excusa ni pretexto alguno advirtieacutendole que por

ser asunto reservado no lo pondraacute en conocimiento de nadie todo ello bajo las penas correspondientes caso de desobediencia El Alcalde JUAN LOacutePEZ

Y habiacutea una cruz en vez de ruacutebrica

ndashOye tuacute iquestY queacute es estondashle preguntoacute el tiacuteo Lucas al Alguacilndash iquestA queacute viene esta orden

ndashNo lo seacutendashcontestoacute el ruacutestico hombre de unos treinta antildeos cuyo rostro esquinado y avieso propio de ladroacuten o de asesino daba muy triste idea de su sinceridadndash Creo que se trata de averiguar algo de brujeriacutea o de moneda falsa Pero la cosa no va con usted Lo llaman como testigo o como perito En fin yo no me he enterado bien del particular El sentildeorJuan Loacutepez se lo explicaraacute a usted con maacutes pelos y sentildeales

ndashiexclCorrientendashexclamoacute el Molinerondash Dile que ireacute mantildeana

ndashiexclCa no sentildeor Tiene usted que venir ahora mismo sin perder un minuto Tal es la orden que me ha dado el sentildeor Alcalde

Hubo un instante de silencio Los ojos de la sentildeaacute Frasquita echaban llamas

El tiacuteo Lucas no separaba los suyos del suelo como si buscara alguna cosa

ndashMe concederaacutes cuando menosndashexclamoacute al fin levantando la cabezandashel tiempo preciso para ir a la cuadra y aparejar una burra

ndashiexclQueacute burra ni queacute demontrendashreplicoacute el Alguacil iexclCualquiera se anda a pie media legua La noche estaacute muy hermosa y hace luna

ndashYa he visto que ha salido Pero yo tengo los pies hinchados

ndashPues entonces no perdamos tiempo Yo le ayudareacute a usted a aparejar

ndashiexclHola iexclHola iquestTemes que me escape

ndashYo no temo nada tiacuteo Lucasndashrespondioacute Tontildeuelo con la frialdad de un desalmadondash Yo soy la Justicia

Y hablando asiacute descansoacute armas con lo que dejoacute ver el retaco que llevaba debajo del capote

ndashPues mira Tontildeuelondashdijo la Molinerandash Ya que vas a la cuadra a ejercer tu verdadero oficio hazme el favor de aparejar tambieacuten la otra burra

ndashiquest Para queacutendashinterrogoacute el Molinero

ndashiexclPara miacute Yo voy con vosotros

ndashiexclNo puede ser sentildeaacute Frasquitandashobjetoacute el Alguacilndash Tengo orden de llevarme a su marido de usted nada maacutes y de impedir que usted lo siga En ello me van el destino y el pescuezo Asiacute me lo advirtioacute el sentildeorJuan Loacutepez Conque vamos tiacuteo Lucas Y se dirigioacute hacia la puerta

ndashiexclCosa maacutes rarandashdijo a media voz el murciano sin

moverse

ndashiexclMuy rarandashcontestoacute la sentildeaacute Frasquita

ndashEsto es algo que yo me seacutendashcontinuoacute murmurando el tiacuteo Lucas de modo que no pudiese oiacuterlo Tontildeuelo

ndashiquestQuieres que vaya yo a la ciudadndashcuchicheoacute la navarrandashy le deacute aviso al Corregidor de lo que nos sucede

ndashiexclNondashrespondioacute en alta voz el tiacuteo Lucasndash iexclEso no

ndashiquest Pues queacute quieres que hagandashdijo la Molinera con gran iacutempetu

ndashQue me miresndashrespondioacute el antiguo soldado

Los dos esposos se miraron en silencio y quedaron tan satisfechos ambos de la tranquilidad la resolucioacuten y la energiacutea que se comunicaron sus almas que acabaron por encogerse de hombros y reiacuterse

Despueacutes de esto el tiacuteo Lucas encendioacute otro candil y se dirigioacute a la cuadra diciendo al paso a Tontildeuelo con socarroneriacutea

ndashiexclVaya hombre iexclVen y ayuacutedame supuesto que eres tan amable

Tontildeuelo lo siguioacute canturriando una copla entre dientes

Pocos minutos despueacutes el tiacuteo Lucas saliacutea del molino caballero en una hermosa jumenta y seguido del Alguacil

La despedida de los esposos se habiacutea reducido a lo siguiente

ndashCierra bienndashdijo el tiacuteo Lucas

ndashEmboacutezate que hace frescondashdijo la sentildeaacute Frasquita cerrando con llave tranca y cerrojo

Y no hubo maacutes adioacutes ni maacutes beso ni maacutes abrazo ni maacutes mirada

iquestPara queacute

XVI Un ave de mal aguumlero

Sigamos por nuestra parte al tiacuteo Lucas

Ya habiacutean andado un cuarto de legua sin hablar palabra el Molinero subido en la borrica y el Alguacil arreaacutendola con su bastoacuten de autoridad cuando divisaron delante de siacute en lo alto de un repecho que haciacutea el camino la sombra de un enorme pajarraco que se dirigiacutea hacia ellos

Aquella sombra se destacoacute eneacutergicamente sobre el cielo esclarecido por la luna dibujaacutendose en eacutel con tanta precisioacuten que el Molinero exclamoacute en el acto

ndashTontildeuelo iexclaquel es Garduntildea con su sombrero de tres picos y sus patas de alambre

Mas antes de que contestara el interpelado la sombra deseosa sin duda de eludir aquel encuentro habiacutea dejado el camino y echado a correr a campo traviesa con la velocidad de

una verdadera garduntildea

ndashNo veo a nadiendashrespondioacute entonces Tontildeuelo con la mayor naturalidad

ndashNi yo tampocondashreplicoacute el tiacuteo Lucas comieacutendose la partida

Y la sospecha que ya se le ocurrioacute en el molino principioacute a adquirir cuerpo y consistencia en el espiacuteritu receloso del jorobado

ndashEste viaje miacuteondashdiacutejose interiormentendashes una estratagema amorosa del Corregidor La declaracioacuten que le oiacute esta tarde desde lo alto del emparrado me demuestra que el vejete rnadrilentildeo no puede esperar maacutes Indudablemente esta noche va a volver de visita al molino y por eso ha principiado quitaacutendome de en medio Pero iquestqueacute importa iexclFrasquita es Frasquita y no abriraacute la puerta aunque le peguen fuego a la casa Digo maacutes aunque la abriese aunque el Corregidor lograse por medio de cualquier ardid sorprender a mi excelente navarra el piacutecaro viejo saldriacutea con las manos en la cabeza iexclFrasquita es Frasquita Sin embargondashantildeadioacute al cabo de un momentondash iexclbueno seraacute volverme esta noche a casa lo maacutes temprano que pueda

Llegaron con esto al lugar el tiacuteo Lucas y el Alguacil dirigieacutendose a casa del sentildeor Alcalde

XVII Un alcalde de monterilla

El sentildeor Juan Loacutepez que como particular y como Alcalde era la tiraniacutea la ferocidad y el orgullo personificados (cuando trataba con sus interiores) dignaacutebase sin embargo a aquellas horas despueacutes de despachar los asuntos oficiales y los de su labranza y de pegarle a su mujer su cotidiana paliza beberse un caacutentaro de vino en compantildeiacutea del secretario y del sacristaacuten operacioacuten que iba maacutes de mediada aquella noche cuando el Molinero comparecioacute en su presencia

ndashiexclHola tiacuteo Lucasndashle dijo rascaacutendose la cabeza para excitar en ella la vena de los embustesndash iquestCoacutemo va de salud iexclA ver secretario eacutechele usted un vaso de vino al tiacuteo Lucas iquestY la sentildea Frasquita iquestSe conserva tan guapa iexclYa hace mucho tiempo que no la he visto Pero hombre iexclqueacute bien que sale ahora la molienda iexclEl pan de centeno parece de trigo candeal Conque vaya Sieacutentese usted y descanse que gracias a Dios no tenemos prisa

ndashiexclPor mi parte maldita aquellandashcontestoacute el tiacuteo Lucas que

hasta entonces no habiacutea despegado los labios pero cuyas sospechas eran cada vez mayores al ver el amistoso recibimiento que se le haciacutea despueacutes de una orden tan terrible y apremiante

ndashPues entonces tiacuteo Lucasndashcontinuoacute el alcaldendash supuesto que no tiene usted gran prisa dormiraacute usted acaacute esta noche y mantildeana temprano despacharemos nuestro asuntillo

ndashMe parece bienndashrespondioacute el tiacuteo Lucas con una ironiacutea y un disimulo que nada teniacutean que envidiar a la diplomacio del sentildeor Juan Loacutepezndash Supuesto que la cosa no es urgente pasareacute la noche fuera de mi casa

ndashNi urgente ni de peligro para ustedndashantildeadioacute el Alcalde engantildeado por aquel a quien creiacutea engantildearndash Puede usted estar completamente tranquilo Oye tuacute Tontildeuelo Alarga esa media fanega para que se siente el tiacuteo Lucas

ndashEntonces iexclvenga otro tragondashexclamoacute el Molinero sentaacutendose

ndashiexclVenga de ahiacutendashrepuso el Alcalde alargaacutendole el vaso lleno

ndashEstaacute en buena mano Meacutedielo usted

ndashiexclPues por su saludndashdijo el sentildeor Juan Loacutepez bebieacutendose la mitad

ndashPor la de usted sentildeor Alcaldendashreplicoacute el tiacuteo Lucas apurando la otra

ndashiexclA ver Manuelandashgritoacute entonces el Alcalde de monterillandash

Dile a tu ama que el tiacuteo Lucas se queda a dormir aquiacute Que le ponga una cabecera en el granero

ndashiexclCa No iexclDe ningun modo Yo duermo en el pajar como un rey

ndashMire usted que tenemos cabeceras

ndashiexclYa lo creo Pero iquesta queacute quiere usted incomodar a la familia Yo traigo mi capote

ndashPues sentildeor como usted guste iexclManuela dile a tu ama que no la ponga

ndashLo que siacute va usted a permitirmendashcontinuoacute el tiacuteo Lucas bostezando de un modo atrozndashes que me acueste en seguida Anoche he tenido mucha molienda y no ha pegado todaviacutea los ojos

ndashiexclConcedidondashrespondioacute majestuosamente el AlcaldendashPuede usted recogerse cuando quiera

ndashCreo que tambieacuten es hora de que nos recojamos nosotrosndashdijo el sacristaacuten asomaacutendose al caacutentaro de vino para graduar lo que quedabandash Ya deben de ser las diez o poco menos

ndashLas diez menos cuartillondashnotificoacute el secretario despueacutes de repartir en los vasos el resto del vino correspondiente a aquella noche

ndashiexclPues a dormir caballerosndashexclamoacute el anfitrioacuten apurando su parte

ndashHasta mariana sentildeoresndashantildeadioacute el Molinero bebieacutendose la suya

ndashEspere usted que le alumbren iexclTontildeuelo Lleva al tiacuteo Lucas al pajar

ndashiexclPor aquiacute tiacuteo Lucasndashdijo Tontildeuelo llevaacutendose tambieacuten el caacutentaro por si le quedaban algunas gotas

ndashHasta mantildeana si Dlos quierendashagregoacute el sacristaacuten despueacutes de escurrir todos los vasos

Y se marchoacute tambaleaacutendose y cantando alegremente el De profundis

ndashPues sentildeorndashdiacutejole el Alcalde al Secretario cuando se quedaron solosndash El tiacuteo Lucas no ha sospechado nada Nos podemos acostar descansadamente y iexclbuena pro le haga al Corregidor

XVIII Donde se veraacute que el tiacuteo Lucas teniacutea el suentildeo muy ligero

Cinco minutos despueacutes un hombre se descolgaba por la ventana del pajar del sentildeor Alcalde ventana que daba a un corraloacuten y que no distariacutea cuatro varas del suelo

En el corraloacuten habiacutea un cobertizo sobre una gran pesebrera a la cual hallaacutebanse atadas seis u ocho caballleriacuteas de diversa alcurnia bien que todas ellas del sexo deacutebil Los caballos mulos y burros del sexo fuerte formaban rancho aparte en otro local contiguo

El hombre desatoacute una borrica que por cierto estaba aparejada y se encaminoacute llevaacutendola del diestro hacia la puerta del corral retiroacute la tranca y desechoacute el cerrojo que la aseguraban abrioacutela con mucho tiento y se encontroacute en medio del campo

Una vez alliacute montoacute en la borrica metioacutele los talones y salioacute como una flecha con direccioacuten a la ciudad mas no por el carril ordinario sino atravesando siembras y cantildeadas como quien se precave contra alguacuten mal encuentro

Era el tiacuteo Lucas que se dirigiacutea a su molino

XIX Voces clamantes in desertogt

ndashiexclAlcaldes a miacute que soy de Archenandashiba dicieacutendose el murcianondash iexclMantildeana por la mantildeana pasareacute a ver al sentildeor Obispo como medida preventiva y le contareacute todo lo que me ha ocurrido esta noche iexclLlamarme con tanta prisa y reserva y a hora tan desusada decirme que venga solo hablarme del servicio del Rey y de moneda falsa y de brujas y de duendes para echarme luego dos vasos de vino y mandarme a dormir iexclLa cosa no puede ser maacutes clara Garduntildea trajo al lugar esas instrucciones de parte del Corregidor y esta es la hora en que el Corregidor estaraacute ya en campantildea contra mi mujer iexclQuieacuten sabe si me lo encontrareacute llamando a la puerta del molino iexclQuieacuten sabe si me lo encontrareacute ya dentro iexclQuieacuten sabe Pero iquestqueacute voy a decir iexclDudar de mi navarra iexclOh esto es ofender a Dios iexclImposible que ella iexclImposible que mi Frasquita iexclImposible Mas iquestqueacute estoy diciendo iquestAcaso hay algo imposible en el mundo iquestNo se casoacute conmigo siendo ella tan hermosa y yo tan feoiquest

Y al hacer esta uacuteltima reflexioacuten el pobre jorobado se echoacute a llorar

Entonces paroacute la burra para serenarse se enjugoacute las laacutegrimas suspiroacute hondamente sacoacute los aviacuteos de fumar picoacute y lioacute un cigarro de tabaco negro empuntildeoacute luego pedernar yesca y eslaboacuten y al cabo de algunos golpes consiguioacute encender candela

En aquel mismo momento sintioacute rumor de pasos hacia el camino que distariacutea de alliacute unas trescientas varas

ndashiexclQueacute imprudente soyndashdijondashiexclSi me andaraacute buscando ya la Justicia y yo me habreacute vendido al echar estas yescas

Escondioacute pues la lumbre y se apeoacute ocultaacutendose detraacutes de la borrica

Pero la borrica entendioacute las cosas de diferente modo y lanzoacute un rebuzno de satlsfaccioacuten

ndash-iexclMaldita seasndashexclamoacute el tiacuteo Lucas tratando de cerrarle la boca con las manos

Al propio tiempo resonoacute otro rebuzno en el camino por viacutea de galante respuesta

ndashiexclEstamos aviadosndashprosiguioacute pensando el Molinerondash iexclBien dice el refraacuten el mayor mal de los males es tratar con animales

Y asiacute discurriendo volvioacute a montar arreoacute la bestia y salioacute disparado en direccioacuten contraria al sitio en que habiacutea sonado el segundo rebuzno

Y lo maacutes particular fue que la persona que iba en el jumento interlocutor debioacute de asustarse del tiacuteo Lucas tanto como el tiacuteo

Lucas se habiacutea asustado de ella Lo digo porque apartoacutese tambieacuten del camino recelando sin duda que fuese un alguacil o un malhechor pagado por don Eugenio y salioacute a escape por los sembrados de la otra banda

El murciano entre tanto continuoacute cavilando de este modo

ndashiexclQueacute noche iexclQueacute mundo iexclQueacute vida la miacutea desde hace una hora iexclAlguaciles metidos a alcahuetes alcaldes que conspiran contra mi honra burros que rebuznan cuando no es menester y aquiacute en mi pecho un miserable corazoacuten que se ha atrevido a dudar de la mujer maacutes noble que Dios ha criado iexclOh Dios miacuteo Dios miacuteo iexclHaz que llegue pronto a mi casa y que encuentre alliacute a mi Frasquita

Siguioacute caminando el tiacuteo Lucas atravesando siembras y matorrales hasta que al fin a eso de las once de la noche llegoacute sin novedad a la puerta grande del molino iexclCondenacioacuten iexclLa puerta del molino estaba abierta

XX La duda y la realidad Estaba abierta iexcly eacutel al marcharse habia oiacutedo a su mujer cerrarla con llave tranca y cerrojo

Por consiguiente nadie maacutes que su propia mujer habia podido abrirla

Pero iquestcoacutemo iquestcuaacutendo iquestpor queacute iquestDe resultas de un engantildeo iquestA consecuencia de una orden iquestO bien deliberada y voluntariamente en virtud de previo acuerdo con el Corregidor iquestQueacute iba a ver iquestQueacute iba a saber iquestQueacute le aguardaba dentro de su casa iquestSe habiacutea fugado la sentildeaacute Frasquita iquestSe la habriacutean robado iquestEstariacutea muerta iquestO estariacutea en brazos de su rival

ndashEl Corregidor contaba con que yo no podriacutea venir en toda la nochendashse dijo luacutegubremente el tiacuteo Lucasndash El Alcalde del lugar tendriacutea orden hasta de encadenarme antes que permitirme volver iquestSabiacutea todo esto Frasquita iquestEstaba en el complot iquestO ha sido viacutectima de un engantildeo de una violencia de una infamia

No empleoacute maacutes tiempo el sin ventura en hacer todas estas crueles reflexiones que el que tardoacute en atravesar la plazoletilla

del emparrado

Tambieacuten estaba abierta la puerta de la casa cuyo primer aposento (como en todas las viviendas ruacutesticas) era la cocina

Dentro de la cocina no habiacutea nadie

Sin embargo una enorme fogata ardiacutea en la chimenea iexclchimenea que eacutel dejoacute apagada y que no se encendia nunca hasta muy entrado el mes de diciembre

Por uacuteltimo de uno de los ganchos de la espetera pendiacutea un candil encendido

iquestQueacute significaba todo aquello iquestY coacutemo se compadeciacutea semejante aparato de vigilia y de sociedad con el silencio de muerte que reinaba en la casa

iquestQueacute habia sido de su mujer

Entonces y soacutelo entonces reparoacute el tiacuteo Lucas en unas ropas que habiacutea colgadas en los espaldares de dos o tres sillas puestas alrededor de la chimenea

Fijoacute la vista en aquellas ropas y lanzoacute un rugido intenso que se le quedoacute atravesado en la garganta convertido en sollozo mudo y sofocante

Creyoacute el infortunado que se ahogaba y se llevoacute las manos al cuello mientras que liacutevido convulso con los ojos desencajados contemplaba aquella vestimenta poseiacutedo de tanto horror como el reo en capilla a quien le presentan la hopa

Porque lo que alliacute veiacutea era la capa de grana el sombrero de tres picos la casaca y la chupa de color de toacutertola el calzoacuten de seda negra las medias blancas los zapatos con hebilla y hasta el bastoacuten el espadiacuten y los guantes del execrable Corregidor iexclLo que alliacute veiacutea era la ropa de su ignominia la mortaja de su honra el sudario de su ventura

El terrible trabuco seguiacutea en el mismo rincoacuten en que dos horas antes lo dejoacute la navarra

El tiacuteo Lucas dio un salto de tigre y se apoderoacute de eacutel Sondeoacute el cantildeoacuten con la baqueta y vio que estaba cargado Miroacute la piedra y halloacute que estaba en su lugar

Volvioacutese entonces hacia la escalera que conduciacutea a la caacutemara en que habiacutea dormido tantos antildeos con la sentildeaacute Frasquita y murmuroacute sordamente

ndashiexclAlliacute estaacuten

Avanzoacute pues un paso en aquella direccioacuten pero en seguida se detuvo para mirar en torno de siacute y ver si alguien lo estaba observando

ndashiexclNadiendashdijo mentalmentendash iexclSolo Dios y eacutese ha querido esto

Confirmada asiacute la sentencia fue a dar otro paso cuando su errante mirada distinguioacute un pliego que habiacutea sobre la mesa

Verlo y haber caiacutedo sobre eacutel y tenerlo entre sus garras fue todo cosa de un segundo

iexclAquel papel era el nombramiento del sobrino de la sentildeaacute Frasquita firmado por don Eugenio de Zuacutentildeiga y Ponce de Leoacuten

ndashiexclEste ha sido el precio de la ventandashpensoacute el tiacuteo Lucas metieacutendose el papel en la boca para sofocar sus gritos y dar alimento a su rabiandash iexclSiempre receleacute que quisiera a su familia maacutes que a miacute iexclAh iexclNo hemos tenido hijos iexclHe aquiacute la causa de todo

Y el infortunado estuvo a punto de volver a llorar

Pero luego se enfurecioacute nuevamente y dijo con un ademaacuten terrible ya que no con la voz

ndashiexclArriba iexclArriba

Y empezoacute a subir la escalera andando a gatas con una mano llevando el trabuco en la otra y con el papel infame entre los dientes

En corroboracioacuten de sus loacutegicas sospechas al llegar a la puerta del dormitorio (que estaba cerrada) vio que saliacutean algunos rayos de luz por las junturas de las tablas y por el ojo de la llave

ndashiexclAquiacute estaacutenndashvolvioacute a decir

Y se paroacute un instante como para pasar aquel nuevo trago de amargura

Luego continuoacute subiendo hasta llegar a la puerta misma del dormitorio

Dentro de eacutel no se oiacutea ninguacuten ruido

ndashiexclSi no hubiera nadiendashle dijo tiacutemidamente la esperanza

Pero en aquel mismo instante el infeliz oyoacute toser dentro del cuarto

iexclEra la tos medio asmaacutetica del Corregidor

iexclNo cabiacutea duda iexclNo habiacutea tabla de salvacioacuten en aquel naufragio

El Molinero sonrioacute en las tinieblas de un modo horroroso iquestCoacutemo no brillan en la oscuridad semejantes relaacutempagos iquestQueacute es todo el fuego de las tormentas comparado con el que arde a veces en el corazoacuten del hornbre

Sin embargo el tiacuteo Lucas (tal era su alma como ya dijimos en otro lugar) principioacute a tranquilizarse no bien oyoacute la tos de su enemigo

La realidad le haciacutea menos dantildeo que la duda Seguacuten le anuncioacute eacutel mismo aquella tarde a la sentildeaacute Frasquita desde el punto y hora en que perdiacutea la uacutenica fe que era vida de su alma empezaba a convertirse en un hombre nuevo

Semejante al moro de Veneciandashcon quien ya lo comparamos al describir su caraacutecterndash el desengantildeo mataba en eacutel de un solo golpe todo el amor transfigurando de paso la iacutendole de su espiacuteritu y hacieacutendole ver el mundo como una regioacuten extrantildea a que acabara de llegar La uacutenica diferencia consistiacutea en que el tiacuteo Lucas era por idiosincrasia menos traacutegico menos austero y maacutes egoista que el insensato sacrificador de Desdeacutemona

iexclCosa rara pero propia de tales situaciones La duda o sea la esperanzandashque para el caso es lo mismondash volvioacute todaviacutea a mortificarle un momento

ndashiexclSi me hubiera equivocadondashpensoacutendash iexclSi la tos hubiese sido de Frasquita

En la tribulacioacuten de su infortunio olvidaacutebasele que habiacutea visto las ropas del Corregidor cerca de la chimenea que habiacutea encontrado abierta la puerta del molino que habiacutea leiacutedo la credencial de su infamia

Agachoacutese pues y miroacute por el ojo de la llave temblando de incertidumbre y de zozobra

El rayo visual no alcanzaba a descubrir maacutes que un pequentildeo triaacutengulo de cama por la parte del cabecero iexclPero precisamente en aquel pequentildeo triaacutengulo se veiacutea un extremo de las almohadas y sobre las almohadas la cabeza del Corregidor

Otra risa diaboacutelica contrajo el rostro del Molinero

Dijeacuterase que volviacutea a ser feliz

ndashiexclSoy duentildeo de la verdad iexclMeditemosndashmurmuroacute irguieacutendose tranquilamente

Y volvioacute a bajar la escalera con el mismo tiernpo que empleoacute para subirla

ndashEl asunto es delicado Necesito reflexionar Tengo tiempo de sobra para todondashiba pensando mientras bajaba

Llegado que hubo a la cocina sentoacutese en medio de ella y ocultoacute la frente entre las manos

Asiacute permanecioacute mucho tiempo hasta que le despertoacute de su meditacioacuten un leve golpe que sintioacute en un pie

Era el trabuco que se habiacutea deslizado de sus rodillas y que le haciacutea aquella especie de sentildea

ndashiexclNo iexclTe digo que nondashmurmuroacute el tiacuteo Lucas encaraacutendose con el armandash iexclNo me convienes Todo el mundo tendriacutea laacutestima de ellos iexcly a miacute me ahorcariacutean iexclSe trata de un Corregidor y matar a un Corregidor es todaviacutea en Espantildea cosa indisculpable Diriacutean que lo mateacute por infundados celos y que luego lo desnudeacute y lo metiacute en mi cama Diriacutean ademaacutes que mateacute a mi mujer por simples sospechas iexclY me ahorcariacutean iexclVaya si me ahorcariacutean iexclAdemaacutes yo habriacutea dado muestras de tener muy poca alma muy poco talento si al remate de mi vida fuera digno de compasioacuten iexclTodos se reiriacutean de miacute iexclDiriacutean que mi desventura era muy natural siendo yo jorobado y Frasquita tan hermosa iexclNada no Lo que yo necesito es vengarme y despueacutes de vengarme triunfar despreciar reiacuter reirme mucho reiacuterme de todos evitando por tal medio que nadie pueda burlarse nunca de esta giba que yo he llegado a hacer hasta envidiable y que tan grotesca seriacutea en una horca

Asiacute discurrioacute el tiacuteo Lucas tal vez sin darse cuenta de ello puntualmente y en virtud de semejante discurso colocoacute el arma en su sitio y principioacute a pasearse con los brazos atraacutes y la cabeza baja como buscando su venganza en el suelo en la tierra en las ruindades de la vida en alguna bufonada ignominiosa y ridiacutecula para su mujer y para el Corregidor lejos de buscar aquella misma venganza en la justicia en el desafiacuteo en el perdoacuten en el cielo como hubiera hecho en su lugar cualquier otro hombre

de condicioacuten menos rebelde que la suya a toda imposicioacuten de la Naturaleza de la sociedad o de sus propios sentimientos

De repente paraacuteronse sus ojos en la vestimenta del Corregidor

Luego se paroacute eacutel mismo

Despueacutes fue demostrando poco a poco en su semblante una alegriacutea un gozo un triunfo indefinibles hasta que por uacuteltimo se echoacute a reiacuter de una manera formidable esto es a grandes carcajadas pero sin hacer ningun ruidondasha fin de que no lo oyesen desde arribandash metieacutendose los puntildeos por los ijares para no reventar estremecieacutendose todo como un epileacuteptico y teniendo que concluir por dejarse caer en una silla hasta que le pasoacute aquella convulsioacuten de sarcaacutestico regocijo Era la propia risa de Mefistoacutefeles

No bien se sosegoacute principioacute a desnudarse con una celeridad febril colocoacute toda su ropa en las mismas sillas que ocupaba la del Corregidor puacutesose cuantas prendas perteneciacutean a este desde los zapatos de hebilla hasta el sombrero de tres picos cintildeoacutese el espadiacuten embozoacutese en la capa de grana cogioacute el bastoacuten y los guantes y salioacute del molino y se encaminoacute a la ciudad balanceaacutendose de la propia manera que solia don Eugenio de Zuacuteniga y dicieacutendose de vez en cuando esta frase que compendiaba su pensamiento

ndashiexclTambieacuten la Corregidora es guapa

XXI

iexclEN GUARDIA CABALLERO gt

Abandonemos por ahora al tiacuteo Lucas y entereacutemonos de lo que habiacutea ocurrido en el molino desde que dejamos alliacute sola a la sentildeaacute Frasquita hasta que su esposo volvioacute a eacutel y se encontroacute con tan estupendas novedades

Una hora habriacutea pasado despueacutes que el tiacuteo Lucas se marchoacute con Tontildeuelo cuando la afligida navarra que se habiacutea propuesto no acostarse hasta que regresara su marido y que estaba haciendo calceta en su dormitorio situado en el piso de arriba oyoacute lastimeros gritos fuera de la casa hacia el paraje alliacute muy proacuteximo por donde corriacutea el agua del caz

ndashiexclSocorro que me ahogo iexclFrasquita iexclFrasquitandash exclamaba una voz de hombre con el luacutegubre acento de la desesperacioacuten

ndashiquestSi seraacute Lucasndashpensoacute la navarra llena de un terror que no necesitamos describir

En el mismo dormitorio habiacutea una puertecilla de que ya nos habloacute Garduntildea y que daba efectivamente sobre la parte alta del caz Abrioacutela sin vacilacioacuten la sentildeaacute Frasquita por maacutes que no hubiera reconocido la voz que pediacutea auxilio y encontroacutese de manos a boca con el Corregidor que en aquel momento saliacutea todo chorreando de la impetuosiacutesima acequia

ndashiexclDios me perdone iexclDios me perdonendashbalbuceaba el infameviejondash iexclCreiacute que me ahogaba

ndashiexclCoacutemo iquest Es usted iquestQueacute significa iquestCoacutemo se atreve iquestA queacute viene usted a estas horasndashgritoacute la Molinera con maacutes indignacioacuten que espanto pero retrocediendo maquinalmente

ndashiexclCalla iexclCalla mujerndashtartamudeoacute el Corregidor colaacutendose en el aposento detraacutes de ellandash Yo te lo direacute todo iexclHe estado para ahogarme iexclEl agua me llevaba ya como a una pluma iexclMira mira coacutemo me he puesto

ndashiexclFuera fuera de aquiacutendashreplicoacute la sentildeaacute Frasquita con mayor violenciandash iexclNo tiene usted nada que explicarme iexclDemasiado lo comprendo todo iquest Queacute me importa a miacute que usted se ahogue iquestLo he llamado yo a usted iexclAh iexclQueacute infamia iexclPara esto ha mandado usted prender a mi marido

ndashMujer escucha

ndashiexclNo escucho iexclMaacuterchese usted inmediatamente sentildeor Corregidor iexclMaacuterchese usted o no respondo de su vida

ndashiquestQueacute dices

ndashiexclLo que usted oye Mi marido no estaacute en casa pero yo me basto para hacerla respetar iexclMaacuterchese usted por donde ha venido si no quiere que yo le arroje otra vez al agua con mis propias manos

ndashiexclChica chica iexclNo grites tanto que no soy sordondashexclamoacute el viejo libertinondashiexclCuando yo estoy aquiacute por algo seraacute Vengo a libertar al tiacuteo Lucas a quien ha preso por equivocacioacuten un alcalde de monterilla Pero ante todo necesito que me seques estas ropas iexclEstoy calado hasta los huesos

ndashLe digo a usted que se marche

ndashiexclCalla tonta iquestQueacute sabes tuacute Mira aquiacute te traigo un nombramiento de tu sobrino Enciende la lumbre y hablaremos Por lo demaacutes mientras se seca la ropa yo me acostareacute en esta cama

ndashiexclAh ya iquestConque declara usted que veniacutea por miacute iquestConque declara usted que para eso ha mandado arrestar a mi Lucaacutes iquestConque traiacutea usted su nombramiento y todo iexclSantos y Santas del cielo iquestQueacute se habraacute figurado de miacute este mamarracho

ndashiexclFrasquita iexclSoy el Corregidor

ndashiexclAunque fuera usted el Rey A miacute iquestqueacute iexclYo soy la mujer de mi marido y el ama de mi casa iquestCree usted que yo me asusto de los Corregidores iexclYo seacute ir a Madrid y al fin del mundo a pedir justicia contra el viejo insolente que asiacute arrastra su autoridad por los suelos Y sobre todo yo sabreacute mantildeana ponerme la mantilla e ir a ver a la sentildeora Corregidora

ndashiexclNo haraacutes nada de esondashrepuso el Corregidor perdiendo la paciencia o mudando de taacutecticandash No haraacutes nada de eso porque yo te pegareacute un tiro si veo que no entiendes de razones

ndashiexclUn tirondashexclamoacute la sentildeaacute Frasquita con voz sorda

ndashUn tiro siacute Y de ello no me resultaraacute perjuicio alguno Casualmente he dejado dicho en la ciudad que saliacutea esta noche a la caza de criminales iexclConque no seas necia y quieacutereme como yo te adoro

ndashSentildeor Corregidor iquestun tirondashvolvioacute a decir la navarra

echando los brazos atraacutes y el cuerpo hacia adelante como para lanzarse sobre su adversario

ndashSi te empentildeas te lo pegareacute y asiacute me vereacute libre de tus amenazas y de tu hermosura ndashrespondioacute el Corregidor lleno de miedo y sacando un par de cachorrillos

ndashiquestConque pistolas tambieacuten iexclY en la otra faltriquera el nombramiento de mi sobrinondash dijo la sentildea Frasquita moviendo la cabeza de arriba abajondashPues sentildeor la eleccioacuten no es dudosa Espere Usiacutea un momento que voy a encender la lumbre

Y asiacute hablando se dirigioacute raacutepidamente a la escalera y la bajoacute en tres brincos

El Corregidor cogioacute la luz y salioacute detraacutes de la Molinera temiendo que se escapara pero tuvo que bajar mucho maacutes despacio de cuyas resultas cuando llegoacute a la cocina tropezoacute con la navarra que volviacutea ya en su busca

ndashiquestConque deciacutea usted que me iba a pegar un tirondashexclamoacute aquella indomable mujer dando un paso atraacutesndash Pues iexclen guardia caballero que yo ya lo estoy

Dijo y se echoacute a la cara el formidable trabuco que tanto papel representa

ndashiexclDetente desgraciada iquestQueacute vas a hacerndashgritoacute el Corregidor muerto de ndash Lo de mi tiro era una broma Mira Los cachorrillos estaacuten descargados En cambio es verdad lo del nombramiento Aquiacute lo tienes Toacutemalo Te lo regalo Tuyo es de balde enteramente de balde

Y lo colocoacute temblando sobre la mesa

ndashiexclAhiacute estaacute bienndashrepuso la navarrandash Mantildeana me serviraacute para encender la lumbre cuando le guise el almuerzo a mi marido iexclDe usted no quiero ya ni la gloria y si mi sobrino viniese alguna vez de Estella seriacutea para pisotearle a usted la fea mano con que ha escrito su nombre en ese papel indecente iexclEa lo dicho iexclMaacuterchese usted de mi casa iexclAire iexclaire iexclpronto iexclque ya se me sube la poacutelvora a la cabeza

El Corregidor no contestoacute a este discurso Habiacutease puesto liacutevido casi azul teniacutea los ojos torcidos y un temblor como de terciana agitaba todo su cuerpo Por uacuteltimo principioacute a castantildeetear los dientes y cayoacute al suelo presa de una convulsioacuten espantosa

El susto del caz lo muy mojadas que seguiacutean todas sus ropas la violenta escena del dormitorio y el miedo al trabuco con que le apuntaba la navarra habiacutean agotado las fuerzas del enfermizo anciano

ndashiexclMe muerondashbalbuceoacutendash iexclLlama a Garduntildea Llama a Garduntildea que estaraacute ahiacute en la ramblilla iexclYo no debo morirme en esta casa No pudo continuar

Cerroacute los ojos y se quedoacute como muerto

ndashiexclY se moriraacute como lo dicendashprorrumpioacute la sentildeaacute Frasquitandash Pues sentildeor iexclesta es la maacutes negra iquestQueacute hago yo ahora con este hombre en mi casa iquestQue diriacutean de miacute si se muriese iquestQueacute diriacutea Lucas iquestCoacutemo podriacutea justificarme cuando yo misma le he abierto la puerta iexclOh no Yo no debo quedarme aquiacute con eacutel iexclYo debo buscar a mi marido yo debo escandalizar el mundo antes de comprometer mi honra

Tomada esta resolucioacuten soltoacute el trabuco fuese al corral cogioacute la burra que quedaba en eacutel la aparejoacute de cualquier modo abrioacute la puerta grande de la cerca montoacute de un salto a pesar de sus carnes y se dirigio a la ramblilla

ndashiexclGarduntildea iexclGarduntildeandashiba gritando la navarra conforme se acercaba a aquel sitio

ndashiexclPresentendashrespondioacute al cabo el Alguacil apareciendo detraacutes de un setondash iquestEs usted sentildeaacute Frasquita

ndashSiacute yo soy iexclVe al molino y socorre a tu amo que se esta muriendo

ndashiquestQueacute dice usted iexclVaya un maula

ndashLo que oyes Garduntildea

ndashiquestY usted alma miacutea iquestAdoacutende va a estas horas

ndashiquestYo iexclQuita allaacute badulaque iexclYo voy a la ciudad por un meacutedicondashcontestoacute la sentildeaacute Frasquita arreando la burra con un talonazo y a Garduntildea con un puntapieacute

Y tomoacute no el camino de la ciudad como acababa de decir sino el del lugar inmediato

Garduntildea no reparoacute en esta uacuteltima circunstancia pues iba ya dando zancajadas hacia el molino y discurriendo al par de esta manera

ndashiexclVa por un meacutedico iexclLa infeliz no puede hacer maacutes

iexclPero eacutel es un pobre hombre iexclFamosa ocasioacuten de ponerse malo iexclDios le da confites a quien no puede roerlos

XXI iexclEn guardia caballero

Abandonemos por ahora al tiacuteo Lucas y entereacutemonos de lo que habiacutea ocurrido en el molino desde que dejamos alliacute sola a la sentildeaacute Frasquita hasta que su esposo volvioacute a eacutel y se encontroacute con tan estupendas novedades

Una hora habriacutea pasado despueacutes que el tiacuteo Lucas se marchoacute con Tontildeuelo cuando la afligida navarra que se habiacutea propuesto no acostarse hasta que regresara su marido y que estaba haciendo calceta en su dormitorio situado en el piso de arriba oyoacute lastimeros gritos fuera de la casa hacia el paraje alliacute muy proacuteximo por donde corriacutea el agua del caz

ndashiexclSocorro que me ahogo iexclFrasquita iexclFrasquitandash exclamaba una voz de hombre con el luacutegubre acento de la desesperacioacuten

ndashiquestSi seraacute Lucasndashpensoacute la navarra llena de un terror que no necesitamos describir

En el mismo dormitorio habiacutea una puertecilla de que ya nos habloacute Garduntildea y que daba efectivamente sobre la parte alta del caz Abrioacutela sin vacilacioacuten la sentildeaacute Frasquita por maacutes que no hubiera reconocido la voz que pediacutea auxilio y encontroacutese de manos a boca con el Corregidor que en aquel momento saliacutea todo chorreando de la impetuosiacutesima acequia

ndashiexclDios me perdone iexclDios me perdonendashbalbuceaba el

infameviejondash iexclCreiacute que me ahogaba

ndashiexclCoacutemo iquest Es usted iquestQueacute significa iquestCoacutemo se atreve iquestA queacute viene usted a estas horasndashgritoacute la Molinera con maacutes indignacioacuten que espanto pero retrocediendo maquinalmente

ndashiexclCalla iexclCalla mujerndashtartamudeoacute el Corregidor colaacutendose en el aposento detraacutes de ellandash Yo te lo direacute todo iexclHe estado para ahogarme iexclEl agua me llevaba ya como a una pluma iexclMira mira coacutemo me he puesto

ndashiexclFuera fuera de aquiacutendashreplicoacute la sentildeaacute Frasquita con mayor violenciandash iexclNo tiene usted nada que explicarme iexclDemasiado lo comprendo todo iquest Queacute me importa a miacute que usted se ahogue iquestLo he llamado yo a usted iexclAh iexclQueacute infamia iexclPara esto ha mandado usted prender a mi marido

ndashMujer escucha

ndashiexclNo escucho iexclMaacuterchese usted inmediatamente sentildeor Corregidor iexclMaacuterchese usted o no respondo de su vida

ndashiquestQueacute dices

ndashiexclLo que usted oye Mi marido no estaacute en casa pero yo me basto para hacerla respetar iexclMaacuterchese usted por donde ha venido si no quiere que yo le arroje otra vez al agua con mis propias manos

ndashiexclChica chica iexclNo grites tanto que no soy sordondashexclamoacute el viejo libertinondashiexclCuando yo estoy aquiacute por algo seraacute Vengo a libertar al tiacuteo Lucas a quien ha preso por equivocacioacuten un alcalde de monterilla Pero ante todo necesito que me seques

estas ropas iexclEstoy calado hasta los huesos

ndashLe digo a usted que se marche

ndashiexclCalla tonta iquestQueacute sabes tuacute Mira aquiacute te traigo un nombramiento de tu sobrino Enciende la lumbre y hablaremos Por lo demaacutes mientras se seca la ropa yo me acostareacute en esta cama

ndashiexclAh ya iquestConque declara usted que veniacutea por miacute iquestConque declara usted que para eso ha mandado arrestar a mi Lucaacutes iquestConque traiacutea usted su nombramiento y todo iexclSantos y Santas del cielo iquestQueacute se habraacute figurado de miacute este mamarracho

ndashiexclFrasquita iexclSoy el Corregidor

ndashiexclAunque fuera usted el Rey A miacute iquestqueacute iexclYo soy la mujer de mi marido y el ama de mi casa iquestCree usted que yo me asusto de los Corregidores iexclYo seacute ir a Madrid y al fin del mundo a pedir justicia contra el viejo insolente que asiacute arrastra su autoridad por los suelos Y sobre todo yo sabreacute mantildeana ponerme la mantilla e ir a ver a la sentildeora Corregidora

ndashiexclNo haraacutes nada de esondashrepuso el Corregidor perdiendo la paciencia o mudando de taacutecticandash No haraacutes nada de eso porque yo te pegareacute un tiro si veo que no entiendes de razones

ndashiexclUn tirondashexclamoacute la sentildeaacute Frasquita con voz sorda

ndashUn tiro siacute Y de ello no me resultaraacute perjuicio alguno Casualmente he dejado dicho en la ciudad que saliacutea esta noche a la caza de criminales iexclConque no seas necia y quieacutereme como yo te adoro

ndashSentildeor Corregidor iquestun tirondashvolvioacute a decir la navarra echando los brazos atraacutes y el cuerpo hacia adelante como para lanzarse sobre su adversario

ndashSi te empentildeas te lo pegareacute y asiacute me vereacute libre de tus amenazas y de tu hermosura ndashrespondioacute el Corregidor lleno de miedo y sacando un par de cachorrillos

ndashiquestConque pistolas tambieacuten iexclY en la otra faltriquera el nombramiento de mi sobrinondash dijo la sentildea Frasquita moviendo la cabeza de arriba abajondashPues sentildeor la eleccioacuten no es dudosa Espere Usiacutea un momento que voy a encender la lumbre

Y asiacute hablando se dirigioacute raacutepidamente a la escalera y la bajoacute en tres brincos

El Corregidor cogioacute la luz y salioacute detraacutes de la Molinera temiendo que se escapara pero tuvo que bajar mucho maacutes despacio de cuyas resultas cuando llegoacute a la cocina tropezoacute con la navarra que volviacutea ya en su busca

ndashiquestConque deciacutea usted que me iba a pegar un tirondashexclamoacute aquella indomable mujer dando un paso atraacutesndash Pues iexclen guardia caballero que yo ya lo estoy

Dijo y se echoacute a la cara el formidable trabuco que tanto papel representa

ndashiexclDetente desgraciada iquestQueacute vas a hacerndashgritoacute el Corregidor muerto de ndash Lo de mi tiro era una broma Mira Los cachorrillos estaacuten descargados En cambio es verdad lo del nombramiento Aquiacute lo tienes Toacutemalo Te lo regalo Tuyo es de balde enteramente de balde

Y lo colocoacute temblando sobre la mesa

ndashiexclAhiacute estaacute bienndashrepuso la navarrandash Mantildeana me serviraacute para encender la lumbre cuando le guise el almuerzo a mi marido iexclDe usted no quiero ya ni la gloria y si mi sobrino viniese alguna vez de Estella seriacutea para pisotearle a usted la fea mano con que ha escrito su nombre en ese papel indecente iexclEa lo dicho iexclMaacuterchese usted de mi casa iexclAire iexclaire iexclpronto iexclque ya se me sube la poacutelvora a la cabeza

El Corregidor no contestoacute a este discurso Habiacutease puesto liacutevido casi azul teniacutea los ojos torcidos y un temblor como de terciana agitaba todo su cuerpo Por uacuteltimo principioacute a castantildeetear los dientes y cayoacute al suelo presa de una convulsioacuten espantosa

El susto del caz lo muy mojadas que seguiacutean todas sus ropas la violenta escena del dormitorio y el miedo al trabuco con que le apuntaba la navarra habiacutean agotado las fuerzas del enfermizo anciano

ndashiexclMe muerondashbalbuceoacutendash iexclLlama a Garduntildea Llama a Garduntildea que estaraacute ahiacute en la ramblilla iexclYo no debo morirme en esta casa No pudo continuar

Cerroacute los ojos y se quedoacute como muerto

ndashiexclY se moriraacute como lo dicendashprorrumpioacute la sentildeaacute Frasquitandash Pues sentildeor iexclesta es la maacutes negra iquestQueacute hago yo ahora con este hombre en mi casa iquestQue diriacutean de miacute si se muriese iquestQueacute diriacutea Lucas iquestCoacutemo podriacutea justificarme cuando yo misma le he abierto la puerta iexclOh no Yo no debo quedarme aquiacute con eacutel iexclYo debo buscar a mi marido yo debo escandalizar el mundo

antes de comprometer mi honra

Tomada esta resolucioacuten soltoacute el trabuco fuese al corral cogioacute la burra que quedaba en eacutel la aparejoacute de cualquier modo abrioacute la puerta grande de la cerca montoacute de un salto a pesar de sus carnes y se dirigio a la ramblilla

ndashiexclGarduntildea iexclGarduntildeandashiba gritando la navarra conforme se acercaba a aquel sitio

ndashiexclPresentendashrespondioacute al cabo el Alguacil apareciendo detraacutes de un setondash iquestEs usted sentildeaacute Frasquita

ndashSiacute yo soy iexclVe al molino y socorre a tu amo que se esta muriendo

ndashiquestQueacute dice usted iexclVaya un maula

ndashLo que oyes Garduntildea

ndashiquestY usted alma miacutea iquestAdoacutende va a estas horas

ndashiquestYo iexclQuita allaacute badulaque iexclYo voy a la ciudad por un meacutedicondashcontestoacute la sentildeaacute Frasquita arreando la burra con un talonazo y a Garduntildea con un puntapieacute

Y tomoacute no el camino de la ciudad como acababa de decir sino el del lugar inmediato

Garduntildea no reparoacute en esta uacuteltima circunstancia pues iba ya dando zancajadas hacia el molino y discurriendo al par de esta manera

ndashiexclVa por un meacutedico iexclLa infeliz no puede hacer maacutes iexclPero eacutel es un pobre hombre iexclFamosa ocasioacuten de ponerse malo iexclDios le da confites a quien no puede roerlos

XXII Garduntildea se multiplica

Cuando Garduntildea llegoacute al molino el Corregidor principiaba a volver en siacute procurando levantarse del suelo

En el suelo tambieacuten y a su lado estaba el veloacuten encendido que bajoacute Su Sentildeoriacutea del dormitorio

ndashiquestSe ha marchado yandashfue la primera frase de don Eugenio

ndashiquestQuieacuten

ndashiexclEl demonio Quiero decir la Molinera

ndashSiacute sentildeor Ya se ha marchado y no creo que iba de muy buen humor

ndashiexclAy Garduntildea Me estoy muriendo

ndashPero iquestqueacute tiene Usiacutea iexclPor vida de los hombres

ndashMe he caiacutedo en el caz y estoy hecho una sopa iexclLos huesos se me parten de friacuteo

ndashiexclToma toma iexclAhora salimos con eso

ndashiexclGarduntildea iexclve lo que te dices

ndashYo no digo nada sentildeor

ndashPues bien saacutecame de este apuro

ndashVoy volando iexclVeraacute Usiacutea queacute pronto lo arreglo todo

Asiacute dijo el Alguacil y en un periquete cogioacute la luz con una mano y con la otra se metioacute al Corregidor debajo del brazo subioacutelo al dormitorio puacutesolo en cueros acostoacutelo en la cama corrioacute al jaraiacutez reunioacute una brazada de lentildea fue a la cocina hizo una gran lumbre bajoacute todas las ropas de su amo colocoacutelas en los espaldares de dos o tres sillas encendioacute un candil lo colgoacute de la espetera y tornoacute a subir a la camara

ndashiquestQueacute tal vamosndashpreguntoacutele entonces a don Eugenio levantando en alto el veloacuten para verle mejor el rostro

ndashiexclAdmirablemente iexclConozco que voy a sudar iexclMantildeana te ahorco Garduntildea

ndashiquestPor queacute sentildeor

ndashiquestY te atreves a preguntaacutermelo iquestCrees tuacute que al seguir el plan que me trazaste esperaba yo acostarme solo en esta cama despueacutes de recibir por segunda vez el sacramento del bautismo iexclMantildeana mismo te ahorco

ndashPero cueacutenteme Usiacutea algo iquestLa sentildeaacute Frasquita

ndashLa sentildeaacute Frasquita ha querido asesinarme iexclEs todo lo que he logrado con tus consejos Te digo que te ahorco mantildeana por la mantildeana

ndashiexclAlgo menos seraacute sentildeor Corregidorndashrepuso el Alguacil

ndashiquestPor queacute lo dices insolente iquestPorque me ves aquiacute postrado

ndashNo sentildeor Lo digo porque la sentildeaacute Frasquita no ha debido de mostrarse tan inhumana como Usiacutea cuenta cuando ha ido a la ciudad a buscarle un meacutedico

ndashiexclDios santo iquestEstaacutes seguro de que ha ido a la ciudadndashexclamoacute don Eugenio maacutes aterrado que nunca

ndashA lo menos eso me ha dicho ella

ndashiexclCorre corre Garduntildea iexclAh iexclEstoy perdido sin remedio iquestSabes a queacute va la sentildeaacute Frasquita a la ciudad iexclA contaacuterselo todo a mi mujer iexclA decirle que estoy aquiacute iexclOh Dios miacuteo Dios miacuteo iquestCoacutemo habiacutea yo de figurarme esto iexclYo creiacute que se habriacutea ido al lugar en busca de su marido y como lo tengo alliacute a buen recaudo nada me importaba su viaje Pero iexclirse a la ciudad

ndashGarduntildea corre corre tuacute que eres andariacuten y evita mi perdicioacuten iexclEvita que la terrible Molinera entre en mi casa

ndashiquestY no me ahorcaraacute Usiacutea si lo consigondashprosiguioacute iroacutenicamente el Alguacil

ndashiexclAl contrario Te regalareacute unos zapatos en buen uso que me estaacuten grandes iexclTe regalareacute todo lo que quieras

ndashPues voy volando Dueacutermase Usiacutea tranquilo Dentro de media hora estoy aquiacute de vuelta despueacutes de dejar en la caacutercel a la navarra iexclPara algo soy maacutes ligero que una borrica

Dijo Garduntildea y desaparecioacute por la escalera abajo

Se cae de su peso que durante aquella ausencia del Alguacil fue cuando el Molinero estuvo en el molino y vio visiones por el ojo de la llave

Dejemos pues al Corregidor sudando en el lecho ajeno y a Garduntildea corrien do hacia la ciudad (adonde tan pronto habiacutea de seguirlo el tiacuteo Lucas con sombrero de tres picos y capa de grana) y convertidos tambieacuten nosotros en andarines volemos con direccioacuten al lugar en seguimiento de la valerosa sentildeaacute Frasquita

XXIII Otra vez el desierto y las consabidas voces

La uacutenica aventura que le ocurrioacute a la navarra en su viaje desde el molino al pueblo fue asustarse un poco al notar que alguien echaba yescas en medio de un sembrado

ndashiquestSi seraacute un esbirro del Corregidor iquestSi iraacute a detenermendashpensoacute la Molinera

En esto se oyoacute un rebuzno hacia aquel mismo lado

ndashiexclBurros en el campo a estas horasndashsiguioacute pensando la sentildeaacute Frasquitandash Pues lo que es por aquiacute no hay ninguna huerta ni cortijo iexclVive Dios que los duendes se estaacuten despachando esta noche a su gusto Porque la borrica de mi marido no puede ser iquestQueacute hariacutea mi Lucas a medianoche parado fuera del camino iexclNada iexclnada iexclIndudablemente es un espiacutea

La burra que montaba la sentildeaacute Frasquita creyoacute oportuno rebuznar tambieacuten en aquel instante

ndashiexclCalla demoniondashle dijo la navarra clavaacutendole un alfiler de a ochavo en mitad de la cruz

Y temiendo alguacuten encuentro que no le conviniese sacoacute tambieacuten su bestia fuera del camino y la hizo trotar por otros sembrados

Sin maacutes accidente llegoacute a las puertas del lugar a tiempo

que seriacutean las once de la noche

XXIV Un rey de entonces

Hallaacutebase ya durmiendo la mona el sentildeor Alcalde vuelta la espalda a la espalda de su mujer (y formando asiacute con eacutesta la figura de aacuteguila austriacuteaca de dos cabezas que dice nuestro inmortal Quevedo) cuando Tontildeuelo llamoacute a la puerta de la caacutemara nupcial y avisoacute al sentildeor Juan Loacutepez que la sentildeaacute Frasquita la del molino queriacutea hablarle

No tenemos para queacute referir todos los gruntildeidos y juramentos inherentes al acto de despertar y vestirse el Alcalde de monterilla y nos trasladamos desde luego al instante en que la Molinera lo vio llegar desperezaacutendose como un gimnasta que ejercita la musculatura y exclamando en medio de un bostezo interminable

ndashiexclTeacutengalas usted muy buenas sentildeaacute Frasquita iquestQueacute le trae a usted por aquiacute iquestNo le dijo a usted Tontildeuelo que se quedase en el molino iquestAsiacute desobedece usted a la Autoridad

ndashiexclNecesito ver a mi Lucasndashrespondioacute la navarrandash iexclNecesito verlo al instante iexclQue le digan que estaacute aquiacute su mujer

ndash iexclNecesito iexclNecesito Sentildeora iexcla usted se le olvida que estaacute hablando con el Rey

ndashiexclDeacutejeme usted a miacute de reyes sentildeor Juan que no estoy para bromas iexclDemasiado sabe usted lo que me sucede iexclDemasiado sabe para queacute ha preso a mi marido

ndashYo no seacute nada sentildeaacute Frasquita Y en cuanto a su marido de usted no estaacute preso sino durmiendo tranquilamente en esta su casa y tratado como yo trato a las personas iexclA ver Tontildeuelo iexclTontildeuelo Anda al pajar y dile al tiacuteo Lucas que se despierte y venga corriendo Conque vamos iexclcueacutenteme usted lo que pasa iquestHa tenido usted miedo de dormir sola

ndashiexclNo sea usted desvergonzado sentildeor Juan iexclDemasiado sabe usted que a miacute no me gustan sus bromas ni sus veras iexclLo que me pasa es una cosa muy sencilla que usted y el sentildeor Corregidor han querido perderme iexclpero que se han llevado un solemne chasco iexclYo estoy aquiacute sin tener de queacute abochornarme y el sentildeor Corregidor se queda en el molino murieacutendose

ndashiexclMurieacutendose el Corregidorndashexclamoacute su subordinadondash Sentildeora iquestsabe usted lo que dice

ndashiexclLo que usted oye Se ha caiacutedo en el caz y casi se ha ahogado o ha cogido una pulmoniacutea o yo no seacute iexclEso es cuenta de la Corregidora Yo vengo a buscar a mi marido sin perjuicio de salir mantildeana mismo para Madrid donde le contareacute al Rey

ndashiexclDemonio demoniondashmurmuroacute el sentildeor Juan Loacutepezndash iexclA ver Manuela iexclMuchacha Anda y apareacutejame la mulilla Sentildeaacute Frasquita al molino voy iexclDesgraciada de usted si le ha hecho alguacuten dantildeo al sentildeor Corregidor

ndashiexclSentildeor Alcalde sentildeor Alcaldendashexclamoacute en esto Tontildeuelo entrando maacutes muerto que vivondash El tiacuteo Lucas no estaacute en el pajar Su burra no se halla tampoco en los pesebres y la puerta del corral estaacute abierta iexclDe modo que el paacutejaro se ha escapado

ndashiquestQueacute estaacutes diciendondashgritoacute el sentildeorJuan Loacutepez

ndashiexclVirgen del Carmen iquestQueacute va a pasar en mi casandashexclamoacute la sentildeaacute Frasquitandash iexclCorramos sentildeor Alcalde no perdamos tiempo Mi marido va a matar al Corregidor al encontrarlo alliacute a estas horas

ndashiquestLuego usted cree que el tiacuteo Lucas estaacute en el molino

ndashiquestPues no lo he de creer Digo maacutes cuando yo veniacutea me he cruzado con eacutel sin conocerlo iexclEacutel era sin duda uno que echaba yescas en medio de un sembrado iexclDios miacuteo iexclCuando piensa una que los animales tienen maacutes entendimiento que las personas Porque ha de saber usted sentildeor Juan que indudablemente nuestras dos burras se reconocieron y se saludaron mientras que mi Lucas y yo ni nos saludamos ni nos reconocimos iexclAntes bien huimos el uno del otro tomaacutendonos mutuamente por espiacuteas

ndashiexclBueno estaacute su Lucas de ustedndashreplicoacute el Alcaldendash En fin vamos andando y ya veremos lo que hay que hacer con todos ustedes iexclConmigo no se juega iexclYo soy el Rey Pero no un Rey como el que ahora tenemos en Madrid o sea en El Pardo sino como aquel que hubo en Sevilla a quien llamaban Don Pedro el Cruel iexclA ver Manuela iexclTraacuteeme el bastoacuten y dile a tu ama que me marcho

Obedecioacute la sirvienta (que era por cierto maacutes buena moza de lo que conveniacutea a la alcaldesa y a la moral) y como la mulilla del sentildeor Juan Loacutepez estuviese ya aparejada la sentildeaacute Frasquita y eacutel salieron para el molino seguidos del indispensable Tontildeuelo

XXV La estrella de Garduntildea

Precedaacutemosles nosotros supuesto que tenemos carta blanca para andar maacutes deprisa que nadie

Garduntildea se hallaba ya de vuelta en el molino despueacutes de haber buscado a la sentildeaacute Frasquita por todas las calles de la ciudad

El astuto Alguacil habiacutea tocado de camino en el Corregimiento donde lo encontroacute todo muy sosegado Las puertas seguiacutean abiertas como en medio del diacutea seguacuten es costumbre cuando la Autoridad estaacute en la calle ejerciendo sus sagradas funciones Dormitaban en la meseta de la escalera y en el recibimiento otros alguaciles y ministros esperando descansadamente a su amo mas cuando sintieron llegar a Garduntildea desperezaacuteronse dos o tres de ellos y le preguntaron al que era su decano y jefe inmediato

ndashiquestViene ya el sentildeor

ndashiexclNi por asomo Estaos quietos Vengo a saber si ha habido novedad en la casa

ndashNinguna

ndashiquestY la Sentildeora

ndashRecogida en sus aposentos

ndashiquestNo ha entrado una mujer por estas puertas hace poco

ndashNadie ha aparecido por aquiacute en toda la noche

ndashPues no dejeacuteis entrar a persona alguna sea quien sea y diga lo que diga iexclAl contrario Echadle mano al mismo lucero del alba que venga a preguntar por el Sentildeor o por la Sentildeora y llevadlo a la caacutercel

ndashiquestParece que esta noche se anda a caza de paacutejaros de cuentandashpreguntoacute uno de los esbirros

ndashiexclCaza mayorndashantildeadioacute otro

ndashiexclMayuacutesculandashrespondioacute Garduntildea solemnementendash iexclFiguraos si la cosa seraacute delicada cuando el sentildeor Corregidor y yo hacemos la batida por nosotros mismos Conque hasta luego buenas piezas y iexclmucho ojo

ndashVaya usted con Dios sentildeor Bastiaacutenndashrepusieron todos saludando a Garduntildea

ndashiexclMi estrella se eclipsandashmurmuroacute eacuteste al salir del Corregimientondash iexclHasta las mujeres me engantildean La Molinera se encaminoacute al lugar en busca de su esposo en vez de venirse a la ciudad iexclPobre Garduntildea iquestQueacute se ha hecho de tu olfato

Y discurriendo de este modo tomoacute la vuelta al molino

Razoacuten teniacutea el Alguacil para echar de menos su antiguo olfato pues que no venteoacute a un hombre que se escondiacutea en aquel momento detraacutes de unos mimbres a poca distancia de la ramblilla y el cual exclamoacute para su capote o maacutes bien para su

capa grana

ndashiexclGuarda Pablo iexclPor alliacute viene Garduntildea Es menester que no me vea

Era el tiacuteo Lucas vestido de Corregidor que se dirigiacutea a la ciudad repitiendo de vez en cuando su diaboacutelica frase

ndashiexclTambieacuten la Corregidora es guapa

Pasoacute Garduntildea sin verlo y el falso Corregidor dejoacute su escondite y penetroacute en la poblacioacuten Poco despueacutes llegaba el Alguacil al molino seguacuten dejamos indicado

XXVI Reaccioacuten El Corregidor seguiacutea en la cama tal y como acababa de verlo el tiacuteo Lucas por el ojo de la llave

ndashiexclQueacute bien sudo Garduntildea iexclMe he salvado de una enfermedadndashexclamoacute tan luego como penetroacute el Alguacil en la estanciandash iquestY la sentildeaacute Frasquita iquestHas dado con ella iquestViene contigo iquestHas hablado con la Sentildeora

ndashLa Molinera sentildeorndashrespondioacute Garduntildea con angustiado acentondash me engantildeoacute como a un pobre hombre pues no se fue a la ciudad sino al pueblecillo en busca de su esposo Perdone Usiacutea la torpeza

ndashiexclMejor iexclMejorndashdijo el madrilentildeo con los ojos chispeantes de maldadndash iexclTodo se ha salvado entonces Antes de que amanezca estaraacuten caminando para las caacuterceles de la Inquisicioacuten atados codo con codo el tiacuteo Lucas y la sentildeaacute Frasquita y alliacute se pudriraacuten sin tener a quien contarle sus aventuras de esta noche Traacuteeme la ropa Garduntildea que ya estaraacute seca iexclTraacuteemela y viacutesteme iexclEl amante se va a convertir en Corregidor

Garduntildea bajoacute a la cocina por la ropa

XXVII iexclFavor al Rey Entre tanto la sentildeaacute Frasquita el sentildeor Juan Loacutepez y Tontildeuelo avanzaban hacia el molino al cual llegaron pocos minutos despueacutes

ndashiexclYo entrareacute delantendashexclamoacute el alcalde de monterillandash iexclPara algo soy la autoridad Siacutegueme Tontildeuelo y usted sentildeaacute Frasquita espeacuterese a la puerta hasta que yo la llame

Penetroacute pues el sentildeor Juan Loacutepez bajo la parra donde vio a la luz de la luna un hombre casi jorobado vestido como soliacutea el Molinero con chupetiacuten y calzoacuten de pantildeo pardo faja negra medias azules montera murciana de felpa y el capote de monte al hombro

ndashiexclEl esndashgritoacute el Alcaldendash iexclFavor al Rey iexclEntreacuteguese usted tiacuteo Lucas

El hombre de la montera intentoacute meterse en el molino

ndashiexclDatendashgritoacute a su vez Tontildeuelo saltando sobre eacutel cogieacutendolo por el pescuezo aplicaacutendole una rodilla al espinazo y hacieacutendole rodar por tierra

Al mismo tiempo otra especie de fiera saltoacute sobre Tontildeuelo y agarraacutendolo de la cintura lo tiroacute sobre el empedrado y principioacute a darle de bofetones

Era la sentildeaacute Frasquita que exclamaba

ndashiexclTunante iexclDeja a mi Lucas

Pero en esto otra persona que habiacutea aparecido llevando del diestro una borrica metioacutese resueltamente entre los dos y tratoacute de salvar a Tontildeuelo

Era Garduntildea que tomando al alguacil del lugar por don Eugenio de Zuacutentildeiga le deciacutea a la Molinera

ndashiexclSentildeora respete usted a mi amo

Y la derribo de espaldas sobre el lugarentildeo

La sentildeaacute Frasquita vieacutendose entre dos fuegos descargoacute entonces a Garduntildea tal reveacutes en medio del estoacutemago que le hizo caer de boca tan largo como era

Y con eacutel ya eran cuatro las personas que rodaban por el suelo

El sentildeor Juan Loacutepez impediacutea entre tanto levantarse al supuesto tiacuteo Lucas tenieacutendole plantado un pie sobre los rintildeones

ndashiexclGarduntildea iexclSocorro iexclFavor al Rey iexclYo soy el Corregidorndashgritoacute al fin don Eugenio sintiendo que la pezuntildea del Alcalde calzada con albarca de piel de toro lo reventaba materialmente

ndashiexclEl Corregidor iexclPues es verdadndashdijo el sentildeor Juan Loacutepez lleno de asombro

ndashiexclEl Corregidorndashrepitieron todos

Y pronto estuvieron de pie los cuatro derribados

ndashiexclTodo el mundo a la caacutercelndashexclamoacute don Eugenio de Zuacutentildeigandash iexclTodo el mundo a la horca

ndashPero sentildeor ndashobservoacute el sentildeor Juan Loacutepez ponieacutendose de rodillasndash iexclPerdone Usiacutea que lo haya maltratado iquestCoacutemo habiacutea de conocer a Usiacutea con esa ropa tan ordinaria

ndashiexclBaacuterbarondashreplicoacute el Corregidorndash iexclAlguna habiacutea de ponerme iquestNo sabes ni que me han robado la miacutea iquestNo sabes que una compantildeiacutea de ladrones mandada por el tiacuteo Lucas

ndashiexclMiente ustedndashgritoacute la navarra

ndashEscuacutecheme usted sentildeaacute Frasquitandashle dijo Garduntildea llamaacutendola apartendash Con permiso del sentildeor Corregidor y la compantildea iexclSi usted no arregla esto nos van a ahorcar a todos empezando por el tiacuteo Lucas

ndashPues iquestqueacute ocurrendashpreguntoacute la sentildeaacute Frasquita

ndashQue el tiacuteo Lucas anda a estas horas por la ciudad vestido de Corregidor y que Dios sabe si habraacute llegado con su disfraz hasta el propio dormitorio de la Corregidora

Y el alguacil le refirioacute en cuatro palabras todo lo que ya sabemos

ndashiexclJesuacutesndashexclamoacute la Molinerandash iexclConque mi marido me cree deshonrada iexclConque ha ido a la ciudad a vengarse iexclVamos vamos a la ciudad y justificadme a los ojos de mi Lucas

ndashiexclVamos a la ciudad e impidamos que ese hombre hable con mi mujer y cuente todas las majaderiacuteas que se haya figuradondashdijo el Corregidor arrimaacutendose a una de las burrasndash Deacuteme usted un pie para montar sentildeor Alcalde

ndashVamos a la ciudad siacute ndashantildeadioacute Garduntildea iexcly quiera el cielo sentildeor Corrergidor que el tiacuteo Lucas amparado por su vestimenta se haya contentado con hablarle a la Sentildeora

ndashiquestQueacute dices desgraciadondashprorrumpioacute don Eugenio de Zuntildeigandash iquestCrees tuacute a ese villano capaz

ndashiexclDe todondashcontestoacute la sentildeaacute Frasquita

XXVIII iexclAve Mariacutea PurisimaiexclLas doce y

media y sereno Asiacute gritaba por las calles de la ciudad quien teniacutea facultades para tanto cuando la Molinera y el Corregidor cada cual en una de las burras del molino el sentildeor Juan Loacutepez en su mula y los dos alguaciles andando llegaron a la puerta del Corregimiento

La puerta estaba cerrada

Dijeacuterase que para el Gobierno lo mismo que para los gobernados habiacutea concluido todo por aquel diacutea

ndashiexclMalondashpensoacute Garduntildea

Y llamoacute con el aldaboacuten dos o tres veces

Pasoacute mucho tiempo y ni abrieron ni contestaron

La sentildeaacute Frasquita estaba maacutes amarilla que la cera

El Corregidor se habiacutea comido ya todas las untildeas de ambas manos

Nadie deciacutea una palabra

iexclPum iexclPum iexclPum golpes y maacutes golpes a la puerta

del Corregimiento (aplicados sucesivamente por los dos alguaciles y por el sentildeor Juan Loacutepez) iexclY nada iexclNo respondiacutea nadie iexclNo abriacutean iexclNo se moviacutea una mosca iexclSolo se oiacutea el claro rumor de los cantildeos de una fuente que habiacutea en el patio de la casa

Y de esta manera transcurriacutean minutos largos como eternidades

Al fin cerca de la una abrioacutese un ventanillo del piso segundo y dijo una voz femenina

ndashiquestQuieacuten

ndashEs la voz del ama de lechendashmurmuroacute Garduntildea

ndashiexclYondashrespondioacute don Eugenio de Zuacutentildeigandash iexclAbrid

Pasoacute un instante de silencio

ndashiquestY quieacuten es ustedndashreplicoacute luego la nodriza

ndashiquestPues no me estaacute usted oyendo iexclSoy el amo iexclEl Corregidor Hubo otra pausa

ndashiexclVaya usted mucho con Diosndashrepuso la buena mujerndash Mi amo vino hace una hora y se acostoacute en seguida iexclAcueacutestense ustedes tambieacuten y duerman el vino que tendraacuten en el cuerpo

Y la ventana se cerroacute de golpe

La sentildeaacute Frasquita se cubrioacute el rostro con las manos

ndashiexclAmandashtronoacute el Corregidor fuera de siacutendash iquestNo oye usted

que le digo que abra la puerta iquestNo oye usted que soy yo iquestQuiere usted que la ahorque tambieacuten

La ventana volvioacute a abrirse

ndashPero vamos a verndashexpuso el amandash iquestQuieacuten es usted para dar esos gritos

ndashiexclSoy el Corregidor

ndashiexclDale bola iquestNo le digo a usted que el sentildeor Corregidor vino antes de las doce y que yo lo vi con mis propios ojos encerrarse en las habitaciones de la Sentildeora iquestSe quiere usted divertir conmigo iexclPues espere usted y veraacute lo que le pasa

Al mismo tiempo se abrioacute repentinamente la puerta y una nube de criados y ministriles provistos de sendos garrotes se lanzoacute sobre los de afuera exclamando furiosamente

ndashiexclA ver iquestDoacutende estaacute ese que dice que es el Corregidor iquestDoacutende estaacute ese chusco iquestDoacutende estaacute ese borracho

Y se armo un liacuteo de todos los demonios en medio de la oscuridad sin que nadie pudiera entenderse y no dejando de recibir algunos palos el Corregidor Garduntildea el sentildeor Juan Loacutepez y Tontildeuelo

Era la segunda paliza que le costaba a don Eugenio su aventura de aquella noche ademas del remojoacuten que se dio en el caz del molino

La sentildeaacute Frasquita apartada de aquel laberinto lloraba por la primera vez de su vida

ndashiexclLucas iexclLucasndashdeciacuteandash iexclY has podido dudar de miacute iexclY has podido estrechar en tus brazos a otra iexclAh iexclNuestra desventura no tiene ya remedio

XXIX Post nubila Diana

ndashiquestQueacute escaacutendalo es estendashdijo al fin una voz tranquila majestuosa y de gracioso timbre resonando encima de aquella barauacutenda

Todos levantaron la cabeza y vieron a una mujer vestida de negro asomada balcoacuten principal del edificio

ndashiexclLa Sentildeorandashdijeron los criados suspendiendo la retreta de palos

ndashiexclMi mujerndashtartamudeoacute don Eugenio

ndashQue pasen esos ruacutesticos El sentildeor Corregidor dice que lo permitendashagregoacute la Corregidora

Los criados cedieron paso y el de Zuacutentildeiga y sus acompantildeantes penetraron en el portal y tomaron por la escalera arriba

Ninguacuten reo ha subido al patiacutebulo con paso tan inseguro y semblante tan denudado como el Corregidor subiacutea las escaleras de su casa Sin embargo la idea de su deshonra principiaba ya a descollar con noble egoiacutesmo por encima de todos los infortunios que habiacutea causado y que lo afiacuteigiacutean y sobre las demaacutes ridiculeces de la situacioacuten en que se hallaba

ndashiexclAntes que todondashiba pensandondash soy un Zuacutentildeiga y un Ponce

de Leoacuten iexclAy de aquellos que lo hayan echado en olvido iexclAy de mi mujer si ha mancillado mi nombre

XXX Una sentildeora de clase

La Corregidora recibioacute a su esposo y a la ruacutestica comitiva en el saloacuten principal del Corregimiento

Estaba sola de pie y con los ojos clavados en la puerta

Eacuterase una principaliacutesima dama bastante joven todaviacutea de plaacutecida y severa hermosura maacutes propia del pincel cristiano que del cincel gentiacutelico y estaba vestida con toda la nobleza y seriedad que consentiacutea el gusto de la eacutepoca Su traje de corta y estrecha falda y mangas huecas y subidas era de alepiacuten negro una pantildeoleta de blonda blanca algo amarillenta velaba sus admirables hombros y larguiacutesimos maniquetes o mitones de tul negro cubriacutean la mayor parte sus alabastrinos brazos Abanicaacutebase majestuosamente con un pericoacuten enorme traiacutedo de las islas Filipinas y empuntildeaba con la otra mano un pantildeuelo de encaje cuyos cuatro picos colgaban simeacutetricamente con una regularidad solo comparable a la de su actitud y menores movimientos

Aquella hermosa mujer teniacutea algo de reina y mucho de abadesa e infundiacutea por ende veneracioacuten y miedo a cuantos la miraban Por lo demaacutes el atildamiento de su traje a semejante hora la gravedad de su continente y las muchas luces que alumbraban el saloacuten demostraban que la Corregidora se habiacutea esmerado en dar a aquella escena una solemnidad teatral y un tinte ceremonioso que contrastasen con el caraacutecer villano y grosero de la aventura de su marido

Advertiremos finalmente que aquella sentildeora se llamaba dontildea Mercedes Carrillo de Albornoz y Espinosa de los Monteros y que era hija nieta biznieta tataranieta y hasta vigeacutesima nieta de la ciudad como descendiente de sus ilustres conquistadores Su familia por razones de vanidad mundana la habiacutea inducido a casarse con el viejo y acaudalado Corregidor y ella que de otro modo hubiera sido monja pues su vocacioacuten natural la iba llevando al claustro consintioacute en aquel doloroso sacrificio

A la sazoacuten teniacutea ya dos vaacutestagos del arriscado madrilentildeo y auacuten se susurraba que habiacutea otra vez moros en la costa

Conque volvamos a nuestro cuento

XXXI La pena del talioacutenndashiexclMercedesndashexclamoacute el Corregidor al comparecer delante de su esposa

ndashiexclHola tiacuteo Lucas iquestUsted por aquiacutendashdiacutejole la Corregidora interrumpieacutendolendash iquestOcurre alguna desgracia en el molino

ndashiexclSentildeora no estoy para chanzasndashrepuso el Corregidor hecho una fierandash Antes de entrar en explicaciones por mi parte necesito saber queacute ha sido de mi honor

ndashiexclEsa no es cuenta miacutea iquestAcaso me lo ha dejado usted a miacute en depoacutesito

ndashSiacute sentildeora iexclA ustedndashreplicoacute don Eugeniondash iexclLas mujeres son las depositarias del honor de sus maridos

ndashPues entonces mi querido tiacuteo Lucas preguacutentele usted a su mujer Precisamente nos estaacute escuchando

La sentildeaacute Frasquita que se habiacutea quedado a la puerta del saloacuten lanzoacute una especie de rugido

ndashPase usted sentildeora y sieacutentesendashantildeadioacute la Corregidora dirigieacutendose a la Molinera con dignidad soberana

Y por su parte encaminoacutese al sofaacute

La generosa navarra supo comprender desde luego toda la grandeza de la actitud de aquella esposa injuriada e injuriada

acaso doblemente Asiacute es que alzaacutendose en el acto a igual altura dominoacute sus naturales iacutempetus y guardoacute un silencio decoroso Esto sin contar con que la sentildeaacute Frasquita segura de su inocencia y de su fuerza no teniacutea prisa de defenderse teniacuteala siacute de acusar mucha pero no ciertamente a la Corregidora iexclCon quien ella deseaba ajustar cuentas era con el tiacuteo Lucas y el tiacuteo Lucas no estaba alliacute

ndashSentildeaacute Frasquitandashrepitioacute la noble dama al ver que la Molinera no se habiacutea movido de su sitiondash le he dicho a usted que puede pasar y sentarse

Esta segunda indicacioacuten fue hecha con voz maacutes afectuosa y sentida que la primera Dijeacuterase que la Corregidora habiacutea adivinado tambieacuten por instinto al fijarse en el reposado continente y en la varonil hermosura de aquella mujer que no iba a habeacuterselas con un ser bajo y despreciable sino quizaacute maacutes bien con otra infortunada como ella iexclinfortunada siacute por el solo hecho de haber conocido al Corregidor

Cruzaron pues sendas miradas de paz y de indulgencia aquellas dos mujeres que se consideraban dos veces rivales y notaron con gran sorpresa que sus almas se aplacieron la una en la otra como dos hermanas que se reconocen

No de otro modo se divisan y saludan a lo lejos las castas nieves de las encumbradas montantildeas

Saboreando estas dulces emociones la Molinera entroacute majestuosamente en el saloacuten y se sentoacute en el filo de una silla

A su paso por el molino previendo que en la ciudad tendriacutea que hacer visitas de importancia se habiacutea arreglado un poco y

pueacutestose una mantilla de franela negra con grandes felpones que le sentaba divinamente Pareciacutea toda una sentildeora

Por lo que toca al Corregidor dicho se estaacute que habiacutea guardado silencio durante aquel episodio El rugido de la sentildeaacute Frasquita y su aparicioacuten en la escena no habiacutean podido menos de sobresaltarlo iexclAquella mujer le causaba ya maacutes terror que la suya propia

ndashConque vamos tiacuteo Lucasndashprosiguioacute dontildea Mercedes dirigieacutendose a su maridondash Ahiacute tiene usted a la sentildeaacute Frasquita iexclPuede usted volver a formular demanda iexclPuede usted preguntarle aquello de su honra

ndashMercedes iexclpor los clavos de Cristondashgritoacute el Corregidorndash iexclMira que tuacute no sabes de lo que soy capaz iexclNuevamente te conjuro a que dejes la broma y me digas todo lo que ha pasado aquiacute durante mi ausencia iquestDoacutende estaacute ese hombre

ndashiquestQuieacuten iquestMi marido Mi marido se estaacute levantando y ya no puede tardar en venir

ndashiexclLevantaacutendosendashbramoacute don Eugenio

ndashiquestSe asombra usted iquestPues doacutende queriacutea usted que estuviese a estas horas hombre de bien sino en su casa en su cama y durmiendo con su legiacutetima consorte como manda Dios

ndashiexclMerceditas iexclVe lo que te dices iexclRepara en que nos estaacuten oyendo iexclRepara en que soy el Corregidor

ndashiexclA miacute no me deacute usted voces tiacuteo Lucas o mandareacute a los alguaciles que lo lleven a la caacutercelndashreplicoacute la Corregidora

ponieacutendose de pie

ndashiexclYo a la caacutercel iexclYo iexclEl Corregidor de la ciudad

ndashEl Corregidor de la ciudad el representante de la Justicia el apoderado del Reyndashrepuso la gran sentildeora con una severidad y una energiacutea que ahogaron la voz del fingido Molinerondashllegoacute a su casa a la hora debida a descansar de las nobles tareas de su oficio para seguir mantildeana amparando la honra y la vida de los ciudadanos la santidad del hogar y el recato de las mujeres impidiendo de este modo que nadie pueda entrar disfrazado de Corregidor ni de ninguna otra cosa en la alcoba de la mujer ajena que nadie pueda sorprender a la virtud de su descuidado reposo que nadie pueda abusar de su casto suentildeo

ndashiexclMerceditas iquestQueacute es lo que profieresndashsilboacute el Corregidor con labios y enciacuteasndash iexclSi es verdad que ha pasado en mi casa direacute que eres una picara una peacuterfida una licenciosa

ndashiquestCon quieacuten habla este hombrendashprorrumpioacute la Corregidora desdentildeosamente y pasando la vista por todos los circunstantesndash iquestQuieacuten es este loco iquestQuieacuten es este ebrio iexclNi siquiera puedo ya creer que sea un honrado molinero como el tiacuteo Lucas a pesar de que viste su traje de villano SentildeorJuan Loacutepez creacuteame ustedndashcontinuoacute encaraacutendose con el alcalde de monterilla que estaba aterradondash mi marido el Corregidor de la ciudad llegoacute a esta su casa hace dos horas con su sombrero de tres picos su capa de grana su espadiacuten de caballero y su bastoacuten de autoridad Los criados y alguaciles que me escuchan se levantaron y lo saludaron al verlo pasar por el portal por la escalera y por el recibimiento Cerraacuteronse en seguida todas las puertas y desde entonces no ha penetrado nadie en mi hogar hasta que llegaron ustedes iquestEs esto cierto Responded vosotros

ndashiexclEs verdad iexclEs muy verdadndashcontestaron la nodriza los domeacutesticos y los ministriles todos los cuales agrupados a la puerta del saloacuten presenciaban aquella singular escena

ndashiexclFuera de aquiacute todo el mundondashgritoacute don Eugenio echando espumarajos de rabiandash iexclGarduntildea iexclGarduntildea iexclVen y prende a estos viles que me estaacuten faltando al respeto iexclTodos a la caacutercel iexclTodos a la horca

Garduntildea no pareciacutea por ningun lado

ndashAdemaacutes sentildeorndashcontinuoacute dontildea Mercedes cambiando de tono y dignaacutendose ya mirar a su marido y tratarle como a tal temerosa de que las chanzas llegaran a irremediables extremosndash Supongamos que usted es mi esposo Supongamos que usted es don Eugenio de Zuacutentildeiga y Ponce de Leoacuten

ndashiexclLo soy

ndashSupongamos ademaacutes que me cupiese alguna culpa en haber tomado por usted al hombre que penetroacute en mi alcoba vestido de Corregidor

ndashiexclInfamesndashgritoacute el viejo echando mano a la espada y encontraacutendose soacutelo con el sitio o sea con la faja del molinero murciano

La navarra se tapoacute el rostro con un lado de la mantilla para ocultar las llamaradas de sus celos

ndashSupongamos todo lo que usted quierandashcontinuoacute dontildea Mercedes con una impasibilidad inexplicable Pero diacutegame usted ahora sentildeor miacuteo iquestTendriacutea usted derecho a quejarse iquestPodriacutea

usted acusarme como fiscal iquestPodriacutea usted sentenciarme como juez iquestViene usted de confesar iquestViene usted de oiacuter misa iquestO de doacutende viene usted con ese traje iquestDe doacutende viene usted con esa sentildeora iquestDoacutende ha pasado usted la mitad de la noche

ndashCon permisondashexclamoacute la sentildeaacute Frasquita ponieacutendose de pie como empujada por un resorte y atravesaacutendose arrogantemente entre la Corregidora y su marido

Eacuteste que iba a hablar se quedoacute con la boca abierta al ver que la navarra entraba en fuego

Pero dontildea Mercedes se anticipoacute y dijo

ndashSentildeora no se fatigue usted en darme a miacute explicaciones iexclYo no se las pido a usted ni mucho menos Alliacute viene quien puede pediacuterselas a justo tiacutetulo iexclEntieacutendase usted con eacutel

Al mismo tiempo se abrioacute la puerta de un gabinete y aparecioacute en ella el tiacuteo Lucas vestido de Corregidor de pies a cabeza y con bastoacuten guantes y espadiacuten como si se presentase en las Salas de Cabildo

XXXII La fe mueve la montantildeas

ndashTengan ustedes muy buenas nochesndashpronuncioacute el recieacuten llegado quitaacutendose el sombrero de tres picos y hablando con la boca sumida como soliacutea don Eugenio de Zuacutentildeiga

En seguida se adelantoacute por el saloacuten balanceaacutendose en todos sentidos y fue a besar la mano de la Corregidora

Todos se quedaron estupefactos El parecido del tiacuteo Lucas con el verdadero Corregidor era maravilloso

Asiacute es que la servidumbre y hasta el mismo sentildeor Juan Loacutepez no pudieron contener la carcajada

Don Eugenio sintioacute aquel nuevo agravio y se lanzoacute sobre el tiacuteo Lucas como un basilisco

Pero la sentildeaacute Frasquita metioacute el montante apartando al Corregidor con el brazo de marras y Su Sentildeoriacutea en evitacioacuten de otra voltereta y del consiguiente ludibrio se dejoacute atropellar sin decir oxte ni moxte Estaba visto que aquella mujer habiacutea nacido para domadora del pobre viejo

El tiacuteo Lucas se puso maacutes paacutelido que la muerte al ver que su mujer se le acercaba pero luego se dominoacute y con una risa tan horrible que tuvo que llevarse la mano al corazoacuten para que no se le hiciese pedazos dijo remedando siempre al Corregidor

ndashiexclDios te guarde Frasquita iquestLe has enviado ya a tu sobrino el nombramiento

iexclHubo que ver entonces a la navarra Tiroacutese la mantilla atraacutes levantoacute la frente con soberaniacutea de leona y clavando en el falso Corregidor dos ojos como dos puntildeales

ndashiexclTe desprecio Lucasndashle dijo en mitad de la cara

Todos creyeron que le habiacutea escupido

iexclTal gesto tal ademaacuten y tal tono de voz acentuaron aquella frase

El rostro del Molinero se transfiguroacute al oiacuter la voz de su mujer Una especie de inspiracioacuten semejante a la de la fe religiosa habiacutea penetrado en su alma inundaacutendola de luz y de alegriacutea Asiacute es que olvidaacutendose por un momento de cuanto habiacutea visto y creiacutedo ver en el molino exclamoacute con las laacutegrimas en los ojos y la sinceridad en los labios

ndashiquestConque tuacute eres mi Frasquita

ndashiexclNondashrespondioacute la navarra fuera de siacutendash iexclYo no soy ya tu Frasquita Yo soy iexclPreguacutentaselo a tus hazantildeas de esta noche y ellas te diraacuten lo que has hecho del corazoacuten que tanto te queriacutea

Y se echoacute a llorar como una montantildea de hielo que se hunde y principia a derretirse

La Corregidora se adelantoacute hacia ella sin poder contenerse y la estrechoacute en sus brazos con el mayor carintildeo

La sentildeaacute Frasquita se puso entonces a besarla sin saber tampoco

lo que se haciacutea dicieacutendole entre sus sollozos como una nintildea que busca el amparo de su madre

ndashiexclSentildeora sentildeora iexclQueacute desgraciada soy

ndashiexclNo tanto como usted se figurandashcontestaacutebale la Corregidora llorando tambien generosamente

ndashiexclYo siacute que soy desgraciadondashgemiacutea al mismo tiempo el tiacuteo Lucas andando a puntildeetazos con sus laacutegrimas como avergonzado de verterlas

ndashPues iquesty yondashprorrumpioacute al fin don Eugenio sintieacutendose ablandado por el contagioso lloro de los demaacutes o esperando salvarse tambieacuten por la viacutea huacutemeda quiero decir por la viacutea del llantondash iexclAh yo soy un piacutecaro iexclun monstruo iexclun calavera deshecho que ha llevado su merecido

Y rompioacute a berrear tristemente abrazado a la barriga del sentildeor Juan Loacutepez

Y este y los criados lloraban de igual manera y todo pareciacutea concluido y sin embargo nadie se habiacutea explicado

XXXIII Pues iquesty tuacuteEl tiacuteo Lucas fue el primero que salioacute a flote en aquel mar de laacutegrimas

Era que empezaba a acordarse otra vez de lo que habiacutea visto por el ojo de la llave

ndashiexclSentildeores vamos a cuentasndashdijo de pronto

ndashNo hay cuentas que valgan tiacuteo Lucasndashexclamoacute la Corregidorandash iexclSu mujer de usted es una bendita

ndashBien siacute pero

ndashiexclNada de pero Deacutejela usted hablar y veraacute como se justifica Desde que la vi me dio el corazoacuten que era una santa a pesar de todo lo que usted me habiacutea contado

ndashiexclBueno que hablendashdijo el tiacuteo Lucas

ndashiexclYo no hablondashcontestoacute la Molinerandash iexclEl que tiene que hablar eres tuacute Porque la verdad es que tuacute

Y la sentildeaacute Frasquita no dijo maacutes por impediacuterselo el invencible respeto que le inspiraba la Corregidora

ndashPues iquesty tuacutendashrespondioacute el tiacuteo Lucas perdiendo de nuevo toda fe

ndashAhora no se trata de ellandashgritoacute el Corregidor tornando

tambieacuten a sus celosndash iexclSe trata de usted y de esta sentildeora iexclAh Merceditas iquestQuieacuten habiacutea de decirme que tuacute

ndashPues iquesty tuacutendashrepuso la Corregidora midieacutendolo con la vista

Y durante algunos momentos los dos matrimonios repitieron cien veces las mismas frases

ndashiquestY tuacute

ndashiquestPues y tuacute

ndashiexclVaya que tuacute

ndashiexclNo que tuacute

ndashPero iquestcoacutemo has podido tuacute

Etceacutetera etc etc

La cosa hubiera sido interminable si la Corregidora revistieacutendose de dignidad no dijese por uacuteltimo a don Eugenio

ndashiexclMira caacutellate tuacute ahora Nuestra cuestioacuten particular la ventilaremos maacutes adelante Lo que urge en este momento es devolver la paz al corazoacuten del tiacuteo Lucas cosa muy faacutecil a mi juicio pues alliacute distingo al sentildeor Juan Loacutepez y a Tontildeuelo que estaacuten saltando por justificar a la sentildeaacute Frasquita

ndashiexclYo no necesito que me justifiquen los hombresndashrespondioacute estandash Tengo dos testigos de mayor creacutedito a quien no se diraacute que he seducido ni sobornado

ndashiquestY doacutende estaacutenndashpreguntoacute el Molinero

ndashEstaacuten abajo en la puerta

ndashPues diles que suban con permiso de esta sentildeora

ndashLas pobres no pueden subir

ndashiexclAh iexclSon dos mujeres iexclVaya un testimonio fidedigno

ndashTampoco son dos mujeres Solo son dos hembras

ndashiexclPeor que peor iexclSeraacuten dos nintildeas Hazme el favor de dearme sus nombres

ndashLa una se llama Pintildeona y la otra Liviana

ndashiexclNuestras dos burras Frasquita iquestte estaacutes riendo de miacute

ndashNo que estoy hablando muy formal Yo puedo probarte con el testimonio de nuestras burras que no me hallaba en el molino cuando tuacute viste en eacutel al sentildeor Corregidor

ndashiexclPor Dios te pido que te expliques

ndashiexclOye Lucas y mueacuterete de verguumlenza por haber dudado de mi honradez Mientras tuacute ibas esta noche desde el lugar a nuestra casa yo me dirigiacutea desde nuestra casa al lugar y por consiguiente nos cruzamos en el camino Pero tuacute marchabas fuera de eacutel o por mejor decir te habiacuteas detenido a echar unas yescas en medio de un sembrado

ndashiexclEs verdad que me detuve Continuacutea

ndashEn esto rebuznoacute tu borrica

ndashiexclJustamente iexclAh queacute feliz soy iexclHabla habla que cada palabra tuya me devuelve un antildeo de vida

ndashY a aquel rebuzno contestoacute otro en el camino

ndashiexclOh siacute siacute iexclBendita seas iexclMe parece estarlo oyendo

ndashEran Liviana y Pintildeona que se habiacutean reconocido y se saludaban como buenas amigas mientras que nosotros dos ni nos saludamos ni nos reconocimos

ndashiexclNo me digas maacutes iexclNo me digas maacutes

ndashTan no nos reconocimosndashcontinuoacute la senaacute Frasquitandash que los dos nos asustamos y salimos huyendo en direcciones contrarias iexclConque ya ves que yo no estaba en el molino Si quieres saber ahora por queacute encontraste al sentildeor Corregidor en nuestra cama tienta esas ropas que llevas puestas y que todaviacutea estaraacuten huacutemedas y te lo diraacuten mejor que yo iexclSu Sentildeoriacutea se cayoacute al caz del molino y Garduntildea lo desnudoacute y lo acostoacute alliacute Si quieres saber por queacute abriacute la puerta fue porque creiacute que eras tuacute el que se ahogaba y me llamaba a gritos Y en fin si quieres saber lo del nombramiento Pero no tengo maacutes que decir por la presente Cuando estemos solos te enterareacute de eacuteste y otros particulares que no debo referir delante de esta sentildeora

ndashiexclTodo lo que ha dicho la sentildeaacute Frasquita es la pura verdadndashgritoacute el sentildeor Juan Loacutepez deseando congraciarse con dontildea Mercedes visto que ella imperaba en el Corregimlento

ndashiexclTodo iexclTodondashantildeadioacute Tontildeuelo siguiendo la corriente a su amo

ndashiexclHasta ahora todondashagregoacute el Corregidor muy complacido de que las explicaciones de la navarra no hubieran ido maacutes lejos

ndashiexclConque eres inocentendashexclamaba en tanto el tiacuteo Lucas rindieacutendose a la evidenciandash iexclFrasquita miacutea Frasquita de mi alma iexclPerdoacutename la injusticia y deja que te deacute un abrazo

ndashiexclEsa es harina de otro costalndashcontestoacute la Molinera hurtando el cuerpondash Antes de abrazarte necesito oiacuter tus explicaciones

ndashYo las dareacute por eacutel y por miacutendashdijo dontildea Mercedes

ndashiexclHace una hora que las estoy esperandondashprofirioacute el Corregidor tratando de erguirse

ndashPero no las dareacutendashcontinuoacute la Corregidora volviendo la espalda desdentildeosamente a su maridondashhasta que estos sentildeores hayan descambiado vestimentas y aun entonces se las dareacute tan solo a quien merezca oiacuterlas

ndashVamos vamos a descambiarndashdiacutejole el murciano a don Eugenio alegraacutendose mucho de no haberlo asesinado pero mirandolo todaviacutea con un odio verdaderamente moriscondash iexclEl traje de vuestra sentildeoriacutea me ahoga iexclHe sido muy desgraciado mientras lo he tenido puesto

ndashiexclPorque no lo entiendesndashrespondioacutele el Corregidorndash iexclYo estoy en cambio deseando poneacutermelo para ahorcarte a ti y a medio mundo si no me satisfacen las exculpaciones de mi mujer

La Corregidora que oyoacute estas palabras tranquilizoacute a la reunioacuten con una suave sonrisa propia de aquellos afanados aacutengeles cuyo ministerio es guardar a los hombres

XXXIV Tambien la Corregidora es guapa

Salido que hubieron de la sala el Corregidor y el tiacuteo Lucas sentoacutese de nuevo la Corregidora en el sofaacute colocoacute a su lado a la sentildeaacute Frasquita y dirigieacutendose a los domeacutesticos y ministriles que obstruiacutean la puerta les dijo con afable sencillez

ndashiexclVaya muchachos Contad ahora vosotros a esta excelente mujer todo lo malo que sepaacuteis de miacute

Avanzoacute el cuarto estado y diez voces quisieron hablar a un mismo tiempo pero el ama de leche como la persona que maacutes alas teniacutea en la casa impuso silencio a los demaacutes y dijo de esta manera

ndashHa de saber usted sentildeaacute Frasquita que estaacutebamos yo y mi Sentildeora esta noche al cuidado de los nintildeos esperando a ver si veniacutea el amo y rezando el tercer rosario para hacer tiempo (pues la razoacuten traiacuteda por Garduntildea habiacutea sido que andaba el sentildeor Corregidor detraacutes de unos facinerosos terribles y no era cosa de acostarse hasta verlo entrar sin novedad) cuando sentimos ruido de gente en la alcoba inmediata que es donde mis sentildeores tienen su cama de matrimonio Cogimos la luz muertas de miedo y fuimos a ver quieacuten andaba en la alcoba cuando iexclay Virgen del Carmen al entrar vimos que un hombre vestido como mi sentildeor pero que no era eacutel (iexclcomo que era su marido de usted) trataba de esconderse debajo de la cama iexclLadrones principiamos a gritar desaforadamente y un momento despueacutes la habitacioacuten estaba llena de gente y los alguaciles sacaban arrastrando de su

escondite al fingido Corregidor Mi Sentildeora que como todos habiacutea reconocido al tiacuteo Lucas y que lo vio con aquel traje temioacute que hubiese matado al amo y empezoacute a dar unos lamentos que partiacutean las piedras iexclA la caacutercel iexclA la caacutercel deciacuteamos entre tanto los demaacutes iexclLadroacuten iexclAsesino era la mejor palabra que oiacutea el tiacuteo Lucas y asiacute es que estaba como un difunto arrimado a la pared sin decir esta boca es miacutea Pero viendo luego que se lo llevaban a la caacutercel dijo lo que voy a repetir aunque verdadaderamente mejor seriacutea para callado Sentildeora yo no soy ladroacuten ni asesino el ladroacuten y el asesino de mi honra estaacute en mi casa acostado con mi mujer

ndashiexclPobre Lucasndashsuspiroacute la sentildeaacute Frasquita

ndashiexclPobre de miacutendashmurmuroacute la Corregidora tranquilamente

ndashEso dijimos todos iexclPobre tiacuteo Lucas y pobre Sentildeora Porque la verdad sentildeaacute Frasquita ya teniacuteamos idea de que mi sentildeor habiacutea puesto los ojos en usted y aunque nadie se figuraba que usted

ndashiexclAmandashexclamoacute severamente la Corregidorandash iexclNo siga usted por ese camino

ndashContinuareacute yo por el otrondashdijo un alguacil aprovechando aquella coyuntura para apoderarse de la palabrandash El tiacuteo Lucas (que nos engantildeoacute de lo lindo con su traje y su manera de andar cuando entroacute en la casa tanto que todos lo tomamos por el sentildeor Corregidor) no habiacutea venido con muy buenas intenciones que digamos y si la Sentildeora no hubiera estado levantada figuacuterese usted lo que habria sucedido

ndashiexclVamos iexclCaacutellate tuacute tambieacutenndashinterrumpioacute la cocinerandash iexclNo estaacutes diciendo mas que tonteriacuteas Pues si sentildeaacute Frasquita el tiacuteo

Lucas para explicar su presencia en la alcoba de mi ama tuvo que confesar las intenciones que traiacutea iexclPor cierto que la Sentildeora no se pudo contener al oiacuterlo y le arrimoacute una bofetada en medio de la boca que le dejoacute la mitad de las palabras dentro del cuerpo Yo misma lo lleneacute de insultos y denuestos y quise sacarle los ojos Porque ya conoce usted sentildeaacute Frasquita que aunque sea su marido de usted eso de venir con sus manos lavadas

ndashiexclEres una bachillerandashgritoacute el portero ponieacutendose delante de la oradorandash iquestQueacute maacutes hubieras querido tuacute En fin sentildeaacute Frasquita oigame usted a miacute y vamos al asunto La Sentildeora hizo y dijo lo que debiacutea pero luego calmado ya su enojo compadecioacutese del tiacuteo Lucas y paroacute mientes en el mal proceder del sentildeor Corregidor viniendo a pronunciar estas o parecidas palabras Por infame que haya sido su pensamiento de usted tiacuteo Lucas y aunque nunca podreacute perdonar tanta insolencia es menester que su mujer de usted y mi esposo crean durante algunas horas que han sido cogidos en sus propias redes y que usted auxiliado por ese disfraz les ha devuelto afrenta por afrenta iexclNinguna venganza mejor podemos tomar de ellos que este engantildeo tan faacutecil de desvanecer cuando nos acomode Adoptada tan graciosa resolucioacuten la Sentildeora y el tiacuteo Lucas nos aleccionaron a todos de lo que teniacuteamos que hacer y decir cuando volviese Su Sentildeoriacutea iexcly por cierto que yo le he pegado a Sebastiaacuten Garduntildea tal palo en la rabadilla que creo no se le olvidaraacute en mucho tiempo la noche de San Simoacuten y San Judas

Cuando el portero dejoacute de hablar ya haciacutea rato que la Corregidora y la Molinera cuchicheaban al oiacutedo abrazaacutendose y besaacutendose a cada momento y no pudiendo en ocasiones contener la risa

iexclLaacutestima que no se oyera lo que hablaban Pero el lector se lo figuraraacute sin gran esfueno y si no el lector la lectora

XXXV Decreto ImperialRegresaron en esto a la sala el Corregidor y el tiacuteo Lucas vestido cada cual con su propia ropa

ndashAhora me toca a miacutendashentroacute diciendo el insigne don Eugenio de Zuacutentildeiga

Y despueacutes de dar en el suelo un par de bastonazos como para recobrar su energiacutea (a guisa de Anteo oficial que no se sentiacutea fuerte hasta que su cantildea de Indias tocaba en la tierra) diacutejole a la Corregidora con un eacutenfasis y una frescura indescriptibles

ndashiexclMerceditas estoy esperando tus explicaciones Entre tanto la Molinera se habiacutea levantado y le tiraba al tiacuteo Lucas un pellizco de paz que le hizo ver estrellas miraacutendolo al mismo tiempo con desenojados y hechiceros ojos

El Corregidor que observara aquella pantomima quedoacutese hecho una pieza sin acertar a explicarse una reconciliacioacuten tan inmotivada

Dirigioacutese pues de nuevo a su mujer y le dijo hecho un vinagre

ndashiexclSentildeoral iexclTodos se entienden menos nosotros Saacutequeme usted de dudas iexclSe lo mando como marido y como Corregidor

Y dio otro bastonazo en el suelo

ndashiquestConque se marcha ustedndashexclamoacute dontildea Mercedes acercaacutendose a la sentildeaacute Frasquita y sin hacer caso de don

Eugeniondash Pues vaya usted descuidada que este escaacutendalo no tendraacute ningunas consecuencias iexclRosa alumbra a estos sentildeores que dicen que se marchan Vaya usted con Dios tiacuteo Lucas

ndashiexclOh nondashgritoacute el de Zuacutentildeiga interponieacutendosendash iexclLo que es el tiacuteo Lucas no se marcha iexclEl tiacuteo Lucas queda arrestado hasta que sepa yo toda la verdad iexclHola alguaciles iexclFavor al Rey

Ni un solo ministro obedecioacute a don Eugenio Todos miraban a la Corregidora

ndashiexclA ver hombre iexclDeja el paso librendashantildeadioacute eacutesta pasando casi sobre su marido y despidiendo a todo el mundo con la mayor finura es decir con la cabeza ladeada cogieacutendose la falda con la punta de los dedos y agachandose graciosamente hasta completar la reverencia que a la sazoacuten estaba de moda y que se llamaba la pompa

ndashPero yo Pero tuacute Pero nosotros Pero aquellosndashseguiacutea mascullando el vejete tiraacutendole a su mujer del vestido y perturbando sus cortesiacuteas mejor iniciadas

iexclInuacutetil aiacuteaacuten iexclNadie haciacutea caso de Su Sentildeoriacutea

Marchado que se hubieron todos y solos ya en el saloacuten los desavenidos conyuges la Corregidora se dignoacute al fin decirle a su esposo con el acento que hubiera empleado una Czarina de todas las Rusias para fulminar sobre un ministro caiacutedo la orden de perpetuo destierro a la Siberia

ndashMil antildeos que vivas ignoraraacutes lo que ha pasado esta noche en mi alcoba Si hubieras estado en ella como era regular no tendriacuteas necesidad de preguntaacuterselo a nadie Por lo que a miacute toca no hay

ya ni habraacute jamaacutes razoacuten ninguna que me obligue a satisfacerte pues te desprecio de tal modo que si no fueras el padre de mis hijos te arrojariacutea ahora mismo por ese balcoacuten como te arrojo para slempre de mi dormitorio Conque buenas noches caballero

Pronunciadas estas palabras que don Eugenio oyoacute sin pestantildeear (pues lo que es a solas no se atreviacutea con su mujer) la Corregidora penetroacute en el gabinete y del gabinete pasoacute a la alcoba cerrando las puertas detraacutes de siacute y el pobre hombre se quedoacute plantado en medio de la sala murmurando entre enciacuteas (que no entre dientes) y con un cinismo de que no habraacute habido otro ejemplo

ndashiexclPues sentildeor no esperaba yo escapar tan bien iexclGarduntildea me buscaraacute acomodo

XXXVI Conclusioacuten moraleja y epiacutelogo

Piaban los pajarillos saludando el alba cuando el tiacuteo Lucas y la sentildeaacute Frasquita saliacutean de la ciudad con direccioacuten a su molino

Los esposos iban a pie y delante de ellos caminaban apareadas las dos burras

ndashEl domingo tienes que ir a confesar (le deciacutea la Molinera a su marido) pues necesitas limpiarte de todos tus malos juicios y criminales propoacutesitos de esta noche

ndashHas pensado muy bienndashcontestoacute el Molinerondash Pero tuacute entre tanto vas a hacerme otro favor y es dar a los pobres los colchones y ropa de nuestra cama y ponerla toda de nuevo iexclYo no me acuesto donde ha sudado aquel bicho venenoso

ndashiexclNo me lo nombres Lucasndashreplicoacute la sentildeaacute Frasquitandash Conque hablemos de otra cosa Quisiera merecerte un segundo favor

ndashPide por esa boca

ndashEl verano que viene vas a llevarme a tomar los bantildeos del Solaacuten de Cabras

ndashiquestPara queacute

ndashPara ver si tenemos hijos

ndashiexclFeliciacutesima idea Te llevareacute si Dios nos da vida

Y con esto llegaron al molino a punto que el sol sin haber salido todaviacutea doraba ya las cuacutespides de las montantildeas

A la tarde con gran sorpresa de los esposos que no esperaban nuevas visitas de altos personajes despueacutes de un escaacutendalo como el de la precedente noche concurrioacute al molino maacutes sentildeoriacuteo que nunca El venerable Prelado muchos Canoacutenigos el Jurisconsulto dos Priores de frailes y otras vanas personas (que luego se supo habiacutean sido convocadas alliacute por Su Sentildeoriacutea Ilustriacutesima) ocuparon materialmente la plazoletilla del emparrado

Soacutelo faltaba el Corregidor

Una vez reunida la tertulia el sentildeor Obispo tomoacute la palabra y dijo que por lo mismo que habiacutean pasado ciertas cosas en aquella casa sus Canoacutenigos y eacutel seguiriacutean yendo a ella lo mismo que antes para que ni los honrados Molineros ni las demaacutes personas alliacute presentes participasen de la censura puacutebhca soacutelo merecida por aqueacutel que habiacutea profanado con su torpe conducta una reunioacuten tan morigerada y tan honesta Exhortoacute paternalmente a la sentildeaacute Frasquita para que en lo sucesivo fuese menos provocativa y tentadora en sus dichos y ademanes y procurase llevar maacutes cubiertos los brazos y maacutes alto el escote del juboacuten aconsejoacute al tiacuteo Lucas maacutes desintereacutes mayor circunspeccioacuten y menos inmodestia en su trato con los superiores y acaboacute dando la bendicioacuten a todos y diciendo que como aquel diacutea no ayunaba se comeriacutea con mucho gusto un par de ramos de uvas

Lo mismo opinaron todos respecto de este uacuteltimo particular y la parra se quedoacute temblando aquella tarde iexclEn dos arrobas de uvas aprecioacute el gasto el Molinero

Cerca de tres antildeos continuaron estas sabrosas reuniones hasta que contra la previsioacuten de todo el mundo entraron en Espantildea los ejeacutercitos de Napoleoacuten y se armoacute la Guerra de la Independencia

El sentildeor Obispo el Magistral y el Penitenciario murieron el antildeo de 8 y el Abogado y los demaacutes contertulios en los de 9 10 11 y 12 por no poder sufrir la vista de los franceses polacos y otras alimantildeas que invadieron aquella tierra iexcly que fumaban en pipa en el Presbiterio de las iglesias durante la Misa de la tropa

El Corregidor que nunca maacutes tornoacute al molino fue destituido por un Mariscal franceacutes y murioacute en la Caacutercel de Corte por no haber querido ni un solo instante (dicho sea en honra suya) transigir con la dominacioacuten extranjera

Dontildea Mercedes no se volvioacute a casar y educoacute perfectamente a sus hijos retiraacutendose a la vejez a un convento donde acaboacute sus diacuteas en opinioacuten de Santa

Garduntildea se hizo afrancesado

El sentildeor Juan Loacutepez fue guerrillero mandoacute una partida y murioacute lo mismo que su alguacil en la famosa batalla de Baza despueacutes de haber matado muchiacutesimos franceses

Finalmente el tiacuteo Lucas y la sentildeaacute Frasquita (aunque no llegaron a tener hijos a pesar de haber ido al Solaacuten de Cabras y de haber

hecho muchos votos y rogativas) siguieron siempre amaacutendose del propio modo y alcanzaron una edad muy avanzada viendo desaparecer el Absolutismo en 1812 y 1820 y reaparecer en 1814 y 1823 hasta que por uacuteltimo se establecioacute de veras el sistema Constitucional a la muerte del Rey Absoluto y ellos pasaron a mejor vida (precisamente al estallar la Guerra Civil de los Siete antildeos) sin que los sombreros de copa que ya usaba todo el mundo pudiesen hacerles olvidar aquellos tiempos simbolizados por el sombrero de tres picos

Nota sobre el autor

Pedro Antonio de Alarcoacuten

(1833-1895)

Cronologia de Alarcoacuten

Alarcoacuten habla de El sombrero de tres picos

Cronologiacutea de la vida de Alarcoacuten

1833 El 10 de marzo nace Pedro Antonio de Alarcoacuten Ariza en Guadix (Granada)

Estudio bachillerato en Granada

Inicio estudios de leyes en la Universidad de Granada que tuvo que abandonar por problemas econoacutemicos de la familia

Ingreso dos veces en el seminario y lo abandono las dos veces por falta de vocacioacuten

Desde siempre su verdadera vocacioacuten fueron las letras Participo del grupo literario granadino La Cuerda como poeta

1852 De esta eacutepoca datan sus primero relatos breves de fuerte raiacutez romaacutentica algunos de ellos entroncados con el costumbrismo andaluz revelaban el influjo de Fernaacuten Caballero

De hecho Alarcoacuten nunca fue un escritor realista en el sentido que la historia de la literatura da a este termino Sus estenografiacuteas siempre son de una impronta realista muy fuerte En cambio es evidente que sus personajes tienen un sabor arquetiacutepico e ideal muy fuerte es decir son ldquotiposrdquo maacutes que personajes Y es que Alarcoacuten nunca renuncio a que lo ideal se encarnara en lo real Y eso lo entronca con una tradicioacuten nacional espantildeola que con hitos tan importantes como el Arcipreste de hita o Cervantes le alcanza plenamente a Alarcoacuten

El amigo de la muerte uno de los primeros cuentos de Alarcoacuten que revelan ya casi formada la maestriacutea teacutecnica que revelariacutea a continuacioacuten

1853 Se va a Madrid para seguir su carrera literaria

Funda con E Tarragoacute el perioacutedico El Eco de Occidente que no tuvo mucha importancia

Escribe despueacutes en El Laacutetigo diario antimonaacuterquico de fuerte sabor revolucionario

El Clavo

Alarcoacuten fue sin duda un maestro del cuento El Clavo es sin duda una de sus pequentildeas obras maestras

1854 Participa como periodista en la Revolucioacuten de Julio

1855 Publica El final de Norma un trabajo escrito cuando contaba 18 antildeos (1851)

Sucesivamente publicara su obra de juventud Cosas que fueron (artiacuteculos) Poesiacuteas

El final de Norma

1857 El hijo prodigo tiene por tema la locura y los errores de juventud Reflejo de un periodo de autocriacutetica que ha iniciado Alarcoacuten sobre su propia juventud Maacutes tarde en el personaje de Pepito de El nintildeo de la bola finalizaraacute ese ajuste de cuentas con su pasado

El hijo prodigo

1859 Al estallar la guerra de Marruecos se alista como voluntario

1860 De esa experiencia en Aacutefrica naceraacute su obra Diario de un testigo de la guerra de Aacutefrica que por fin le dio fama y algo de dinero quizaacutes su obra maacutes importante y permanente Obra maestra por la descripcioacuten de la vida militar Algunas partes de este trabajo como La batalla de Castillejos y La toma de Tetuaacuten auacuten no han sido superados en la viveza de las descripciones la espontaneidad del lenguaje y la gracia en la narrativa por ninguacuten escritor espantildeol

En la misma liacutenea publicara tambieacuten las Historietas nacionales similares a las anteriores por la temaacutetica y la frescura y espontaneidad del lenguaje y del flujo narrativo

Diario de un testigo de la guerra de Aacutefrica

1860 a 1874 publica fundamentalmente cuentos y libros de viajes

1861 De Madrid a Naacutepoles

1866 Se casa y su posicionamiento poliacutetico y religioso se afianza y explicita definitivamente Ya hacia tiempo se habiacutea inicia en Alarcoacuten un giro de sus posiciones poliacuteticas y humanas que lo desplazoacute desde el liberalismo revolucionario a posiciones tradicionalistas y catoacutelicas De hecho nunca dejo de ser catoacutelico y fue su fe la que le hizo en ultima instancia cambiar sus posiciones poliacuteticas Pero es ahora con su

matrimonio que su evolucioacuten concluye

Desde estas posiciones tradicionalistas siguioacute actuando en poliacutetica Fue diputado en las Cortes por Granada consejero de Estado con Alfonso XII

1868 La revolucioacuten del 68 va afectar fuertemente a Alarcoacuten de forma que marcara toda su obra posterior con un fuerte matiz poleacutemico Obras como La Prodiga o El escaacutendalo estariacutean en esta liacutenea

1871 Su obra Cosas que fueron constituyo una tardiacutea aportacioacuten al genero de cuadros de costumbres y fueron escritos antildeos antes de su publicacioacuten

Cosas que fueron

1873 La Alpujarra

1874 Publica El sombrero de tres picos la obra que le iba a hacer mundialmente famoso y que ha servido de libreto a varias obras musicales y a la obra homoacutenima de Falla

El sombrero de tres picos

1875 El Escaacutendalo una obra con repercusiones semejantes a Pequentildeeces de Coloma tanto por la intencioacuten como por la poleacutemica que levanto La primera edicioacuten se agoto en cinco diacuteas

1878 El nintildeo de la bola es quizaacutes la mejor novela de Alarcoacuten La renuncia de Manuel Venegas odiado por el usurero Eliacuteas precipita la muerte de Soledad bella figura romaacutentica condenada de antemano La fuerza del destino preside con su fatalismo ataacutevico todos los episodios de la narracioacuten Las grandezas y miserias del alma humana se adensan en el pueblo y en la historia de unos seres condenados al fracaso La obra es menos literaria que El escaacutendalo pero maacutes objetiva y apasionada

El nintildeo de la bola

1880 La prodiga es un alegato moral contra la corrupcioacuten de costumbres y ademaacutes es una criacutetica radical de la literatura romanita a la que Alarcoacuten consideraba como fundamentalmente anticristiana y para ello usa la teacutecnica de sacar las uacuteltimas conclusiones de la tiacutepica tragedia romaacutentica desgarrada para mostrarnos su real sordidez exenta de todo heroiacutesmo

La Prodiga

1881 El Capitaacuten Veneno

1883 Viajes por Espantildea

1884 Historia de mis libros

1887 La enemistad con los criacuteticos liberales y su continua critica junto a un cierto convencimiento de que el realismo habiacutea cubierto su ciclo histoacuterico le llevan a un abandono de la escritura

Es elegido miembro de La Real Academia

1895 Muere el 19 de julio en Valdemoro(Madrid)

Alarcoacuten habla de El sombrero de tres picos

La Historia de mis libros de Pedro Antonio de Alarcoacuten escrita en 1884 cuando practicamente habiacutea ya decidido dejar de escribir es el testamento literario del autor y en ella se analiza una a una las obras que habiacutea publicado hasta entonces El capitulo XIII estaacute dedicado a El sombrero de tres picos y es el que transcribimos a continuacioacuten

Un diacutea del verano de 1874 en Madrid apremiaacutebame la obligacioacuten de enviar a la Isla de Cuba alguacuten cuentecillo jocoso para cierto semanario festivo que alliacute se publicaba Recordeacute no seacute coacutemo el picaresco romance de El Corregidor y la Molinera que tantas veces habiacutea oiacutedo relatar cuando nintildeo y me dije

-iquestPor queacute no he de escribir una historieta fundada en tan peregrino argumento

-Porque es muy difiacutecil dentro de las conveniencias sociales -respondioacute mi buena crianza

-iexclRazoacuten de maacutes para intentar escribirla de modo que nadie se escandalice - arguyoacute mi temeridad de artista viejo recordando haber hecho un milagro semejante con el cuento de La Comendadora

-Pues probemos (contestoacute mi pereza para librarse de seguir buscando asunto) iexclEn medio de todo el semanario de que se trata tiene pocos lectores y tal vez ninguno de ellos resida en el continente europeo

-iexclManos a la obra -concluyoacute la parte atrevida de mi ser moral

Y veinticuatro horas despueacutes habiacutea escrito diez o doce cuartillas que conteniacutean muy en compendio todo EL SOMBRERO DE TRES PICOS o sea toda la historia de El Corregidor y la Molinera tal y como me parecioacute prudente arreglarla y componerla ad usum del respetable puacuteblico

Iba ya a meterla en un sobre para echarla al correo cuando me dijo repentinamente la conciencia artiacutestica

-iexclQueacute laacutestima Aquiacute hay materia para escribir una historia diez veces maacutes larga

-iexclYa lo creo (respondioacute la pereza) Y de ese modo nos ahorrariacuteamos durante dos meses la penosa tarea de buscar asuntos para el semanario

-iexclPues recomencemos

-iexclOh no iquestQuieacuten inutiliza lo ya redactado y se pone ahora a volver a empezar la racioacuten de mantildeana

Vacileacute alguacuten tiempo y esta vez triunfoacute la actividad -Comenceacute pues de nuevo la historia de EL SOMBRERO DE TRES PICOS

Al otro diacutea iba ya tambieacuten a meter en un sobre la primera

deacutecima parte del segundo relato o sea del relato actual que llegaba a la descripcioacuten del tiacuteo Lucas cuando entroacute en mi despacho un buen amigo versado en letras referiacutele el asunto de mi nueva obra le leiacute lo que llevaba escrito y ved aquiacute sus terminantes palabras

-No enviacutee V al otro mundo esas cuartillas Reteacutengalas en Madrid y continuacutee la obra con amor hasta acabarla y perfeccionarla cuanto pueda De este modo se encontraraacute V dentro de pocas semanas con un libro que podraacute convenirle publicar en Madrid en tomo -iexclEl asunto es de perlas

Seis diacuteas despueacutes volvioacute a visitarme el amigo y se halloacute con que EL SOMBRERO DE TRES PICOS estaba terminado y hasta puesto en limpio en la forma que hoy tiene Al siguiente diacutea empezoacute a imprimirse en la Revista Europea que publicaban en esta Corte los Sres Medina y Navarro al cabo de un mes se reimprimiacutea solemnemente en tomo aparte y esta es la hora en que van hechas soacutelo dentro de nuestra Peniacutensula ocho numerosas ediciones

Tal es la historia de este dichoso librejo contra el cual no se han alzado mis adversarios Por la inversa todo el mundo lo ha tratado hasta con mimo asiacute en el campo de los innovadores o blasfemadores del Arte de la Moral y del Alma como en el de los ortodoxos y arcaiacutestas de todas especies a tal extremo ha llegado esta unanimidad que muchas veces he sentido aborrecimiento y desdeacuten a la piacutecara obra por nadie impugnada atribuyendo su fortuna a nulidad eacute insignificancia internas -Empero uacuteltimamente me han reconciliado con este hijo del acaso no seacute queacute tardiacutea querencia paternal y la consideracioacuten de que a los diez o maacutes antildeos de publicado sigue producieacutendome tan segura y casi tan pinguumle renta como su juicioso hermano El Escaacutendalo -Ademaacutes EL SOMBRERO DE TRES PICOS ha sido

traducido que yo sepa al portugueacutes (con preciosas ilustraciones) al alemaacuten al ruso al franceacutes al italiano al ingleacutes y al rumano como tambieacuten ha dado argumento a dos operetas coacutemicas la una francesa y la otra belga y en vista de tanto ruido y de tantas nueces he tenido que acabar por decir - laquoiexclPues sentildeor el asunto era de oro iexclEstoy en deuda con la musa popular o sea con los ciegos que componen romancesraquo

Acerca de la moralidad y color de la obra en el Prefacio que lleva al frente he dicho cuanto correspondiacutea a mi reputacioacuten de escritor honesto y de persona bien criada Convieacuteneme sin embargo antildeadir para mayor refulgencia de la castidad de mi musa y de la del puacuteblico espantildeol en general que uno de los mejores literatos de Francia Alejandro Dumas (hijo) a quien debo amistosiacutesimas atenciones tuvo hace antildeos la franqueza de escribirme que mi SOMBRERO DE TRES PICOS habriacutea ganado mucho particularmente en aquella nacioacuten si yo hubiese conservado el desenlace crudeliacutesimo dado por la versioacuten plebeya o sea por los romances de ciego al quid pro quo de que fue inocente objeto dontildea Mercedes -Es decir que ni aquel insigne escritor ni el puacuteblico franceacutes se habriacutean escandalizado ante la consumacioacuten de una atrocidad en el molino ni ante la efectividad de sus represalias en el Corregimiento iexclEs decir que

Pero doblemos la hoja -iexclBueno estaacute sin maacutes ribetes ni escarapelas mi empecatado SOMBRERO DE TRES PICOS -Y lo peor de todo es hablando aquiacute en reserva que laquotambieacuten me gusta a miacute la sentildeaacute Frasquitaraquo por aquello de que la Molinera laquocomo guapa es guaparaquo aunque laquotambieacuten sea guapa la Corregidoraraquo

iexclOh inefable delicia la de crear seres con la pluma iexclOh complacencia poder uno formarlos a su arbitrio y moverlos seguacuten su agrado iexclOh tormento tener que resolverse a dejar de

lanzar al mundo tantos y tantos personajes como aun le bullen en la imaginacioacuten y haber de morirse alguacuten diacutea exclamando laquoMorid tambieacuten vosotros sin haber nacidoraquo -Pero asiacute son las cosas humanas Ars longa vita brevis -Y ademaacutes que no todos tenemos filosofiacutea bastante para decir Satis est equitem mihi plaudere

Capitulo XIII de Historia de mis libros(1884) de Pedro Antonio de Alarcoacuten titulado precisamente El sombrero de tres picos

copyright copy 2001 para la presente edicioacuten de Gaiferos Libros-Ereg

GAIFEROS LIBROS-E reg is a trademark registred

e-ditoragaiferoscom

wwwgaiferoscom

Editor M Echeverriacutea

Design Mezquiriz

Imagen de portada Goya

Printed in Spain(UE)

Madrid Febrero de 2002

Page 10: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado

I De cuando sucedio la cosa

Comenzaba este largo siglo que ya va de vencida No se sabe fijamente el antildeo solo consta que era despueacutes del de 4 y antes del de 8

Reinaba pues todaviacutea en Espantildea don Carlos IV de Borboacuten por la gracia de Dios seguacuten las monedas y por olvido o gracia especial de Bonaparte seguacuten los boletines franceses Los demaacutes soberanos europeos descendientes de Luis XIV habiacutean perdido ya la corona (y el Jefe de ellos la cabeza) en la deshecha borrasca que corriacutea esta envejecida parte del mundo desde 1789

Ni paraba aquiacute la singularidad de nuestra patria en aquellos tiempos El Soldado de la Revolucioacuten el hijo de un oscuro abogado corso el vencedor en Rivoli en las Piraacutemides en Marengo y en otras cien batallas acababa de centildeirse la corona de Carlo Magno y de transfigurar completamente la Europa creando y suprimiendo naciones borrando fronteras inventando dinastiacuteas y haciendo mudar de forma de nombre de sitio de costumbres y hasta de traje a los pueblos por donde pasaba en su corcel de guerra como un terremoto animado o como el Antecristo que le llamaban las Potencias del Norte Sin embargo nuestros padres (Dios los tenga en su santa Gloria) lejos de odiarlo o de temerle complaciacuteanse auacuten en ponderar sus descomunales hazantildeas como si se tratase del heacuteroe de un Libro de Caballeriacuteas o de cosas que sucediacutean en otro planeta sin que

ni por asomos recelasen que pensara nunca en venir por acaacute a intentar las atrocidades que habiacutea hecho en Francia Italia Alemania y otros paiacuteses Una vez por semana (y dos a lo sumo) llegaba el correo de Madrid a la mayor parte de las poblaciones importantes de la Peniacutensula llevando alguacuten nuacutemero de la Gaceta (que tampoco era diaria) y por ella sabiacutean las personas principales (suponiendo que la Gaceta hablase del particular) si existiacutea un Estado maacutes o menos allende el Pirineo si se habiacutea rentildeido otra batalla en que peleasen seis u ocho Reyes y Emperadores y si Napoleoacuten se hallaba en Milaacuten en Bruselas o en Varsovia Por lo demaacutes nuestros mayores seguiacutean viviendo a la antigua espantildeola sumamente despacio apegados a sus rancias costumbres en paz y en gracia de Dlos con su Inquisicioacuten y sus Frailes con su pintoresca desigualdad ante la Ley con sus privilegios fueros y exenciones personales con su carencia de toda libertad municipal o poliacutetica gobernados simultaacuteneamente por insignes Obispos y poderosos Corregidores (cuyas respectivas potestades no era muy faacutecil deslindar pues unos y otros se metiacutean en lo temporal y en lo eterno) y pagando diezmos primicias alcabalas subsidios mandas y limosnas forzosas rentas rentillas capitaciones tercias reales gabelas frutos civiles y hasta cincuenta tributos maacutes cuya nomenclatura no viene a cuento ahora

Y aquiacute termina todo lo que la presente historia tiene que ver con la militar y poliacutetica de aquella eacutepoca pues nuestro uacutenico objeto al referir lo que entonces sucediacutea en el mundo ha sido venir a parar a que el antildeo de que se trata (supongamos que el de 1805) imperaba todaviacutea en Espantildea el antiguo reacutegimen en todas las esferas de la vida puacuteblica y particular como si en medio de tantas novedades y trastornos el Pirineo se hubiese convertido en otra Muralla de la China

II De coacutemo viviacutea entonces la gente

En Andaluciacutea por ejemplo (pues precisamente acontecioacute en una ciudad de Andaluciacutea lo que vais a oiacuter) las personas de suposicioacuten continuaban levantaacutendose muy temprano yendo a la Catedral a Misa de prima aunque no fuese diacutea de precepto almorzando a las nueve un huevo frito y una jiacuteraca de chocolate con picatostes comiendo de una a dos de la tarde puchero y principio si habiacutea caza y si no puchero solo durmiendo la siesta despueacutes de comer paseando luego por el campo yendo al Rosario entre dos luces a su respectiva parroquia tomando otro chocolate a la Oracioacuten (eacuteste con bizcochos) asistiendo los muy encopetados a la tertulia del Corregidor del Deaacuten o del tiacutetulo que residiacutea en el pueblo retiraacutendose a casa a las Aacutenimas cerrando el portoacuten antes del toque de la queda cenando ensalada y guisado por antonomasia si no habiacutean entrado boquerones frescos y acostaacutendose incotinenti con su sentildeora (los que la teniacutean) no sin hacerse calentar primero la cama durante nueve meses del antildeo

iexclDichosiacutesimo tiempo aquel en que nuestra tierra seguiacutea en quieta y paciacutefica posesioacuten de todas las telarantildeas de todo el polvo de toda la polilla de todos los respetos de todas las creencias de todas las tradiciones de todos los usos y de todos los abusos santificados por los siglos iexclDichosiacutesimo tiempo aquel en que habiacutea en la sociedad humana variedad de clases de afectos y de costumbres iexclDichosiacutesimo tiempo digo para los

poetas especialmente que encontraban un entremeacutes un sainete una comedia un drama un auto sacramental o una epopeya detraacutes de cada esquina en vez de esta prosaica umformidad y desabrido realismo que nos legoacute al cabo la Revolucioacuten Francesa iexclDichosiacutesimo tiempo siacute

Pero esto es volver a las andadas Basta ya de generalidades y de circunloquios y entremos resueltamente en la historia del Sombrero de tres picos

III Do it des En aquel tiempo pues habiacutea cerca de la ciudad un famoso molino harinero (que ya no existe) situado como a un cuarto de legua de la poblacioacuten entre el pie de suave colina poblada de guindos y cerezos y una fertiliacutesima huerta que serviacutea de margen (y algunas veces de lecho) al titular intermitente y traicionero riacuteo

Por varias y diversas razones haciacutea ya alguacuten tiempo que aquel molino era el predilecto punto de llegada y descanso de los paseantes maacutes caracterizados de la mencionada ciudad Primeramente conduciacutea a eacutel un camino carretero menos intransitable que los restantes de aquellos contornos En segundo lugar delante del molino habiacutea una plazoletilla empedrada cubierta por un parral enorme debajo del cual se tomaba muy bien el fresco en el verano y el sol en el invierno merced a la alternada ida y venida de los paacutempanos En tercer lugar el Molinero era un hombre muy respetuoso muy discreto muy fino que teniacutea lo que se llama don de gentes y que obsequiaba a los sentildeores que soliacutean honrarlo con su tertulia vespertina ofrecieacutendoles lo que daba el tiempo ora habas verdes ora cerezas y guindas ora lechugas en rama y sin sazonar (que estaacuten muy buenas cuando se las acompantildea de macarros de pan de aceite macarros que se encargaban de enviar por delante sus sentildeoriacuteas) ora melones ora uvas de aquella misma parra que les serviacutea de dosel ora rosetas de maiz si era invierno y castantildeas asadas y almendras y nueces y de vez en cuando en las tardes friacuteas un trago de vino de pulso (dentro ya de la casa y al amor de la lumbre) a lo que por Pascuas se soliacutea antildeadir alguacuten pestintildeo alguacuten mantecado algun rosco o alguna lonja de jamoacuten alpujarrentildeo

ndashiquestTan rico era el Molinero o tan imprudentes sus tertulianosndashexclamareacuteis interrumpieacutendome

Ni lo uno ni lo otro El Molinero solo teniacutea un pasar y aquellos caballeros eran la delicadeza y el orgullo personificados Pero en unos tiempos en que se pagaban cincuenta y tantas contribuciones diferentes a la Iglesia y al Estado poco arriesgaba un ruacutestico de tan claras luces como aqueacutel en tenerse ganada la voluntad de Regidores Canoacutenigos Frailes Escribanos y demaacutes personas de campanillas Asiacute es que no faltaba quien dijese que el tiacuteo Lucas (tal era el nombre del Molinero) se ahorraba un dineral al antildeo a fuerza de agasajar a todo el mundo

ndash Vuestra Merced me va a dar una puertecilla vieja de la casa que ha derribado deciacuteale a uno Vuestra Sentildeoriacuteandashdeciacuteale a otrondashva a mandar que me rebajen el subsidido o la alcabala o la contribucioacuten de frutos-civiles Vuestra Reverencia me va a dejar coger en la huerta del Convento una poca hoja para mis gusanos de seda Vuestra Ilustriacutesima me va a dar permiso para traer una poca lentildea del monte X Vuestra Paternidad me va a poner dos letras para que me permitan cortar una poca de madera en el pinar H Es menester que me haga Usarceacute una escriturilla que no me cueste nada Este antildeo no puedo pagar el censo Espero que el pleito se falle a mi favor Hoy le he dado de bofetadas a uno y creo que debe ir a la caacutercel por haberme provocado iquestTendriacutea su Merced tal cosa de sobra iquestLe sirve a Usted de algo tal otra iquestMe puede prestar la mula iquestTiene ocupado mantildeana el carro iquestLe parece que enviacutee por el burro

Y estas canciones se repetiacutean a todas horas obteniendo siempre por contestacioacuten un generoso y desinteresado Como se pide

Conque ya veis que el tiacuteo Lucas no estaba en camino de arruinarse

IV Una mujer vista por fuera

La uacuteltima y acaso la maacutes poderosa razoacuten que teniacutea el seroriacuteo de la Ciudad para frecuentar por las tardes el molino del tiacuteo Lucas era que asiacute los cleacuterigos como los seglares empezando por el sentildeor Obispo y el sentildeor Corregidor podiacutean contemplar alliacute a sus anchas una de las obras maacutes bellas graciosas y admirables que hayan salido jamaacutes de las manos de Dios llamado entonces el Ser Supremo por Jovellanos y toda la escuela afrancesada de nuestro paiacutes

Esta obra se denominaba la sentildeaacute Frasquita

Empiezo por responderos de que la sentildeaacute Frasquita legiacutetima esposa del tiacuteo Lucas era una mujer de bien y de que asiacute lo sabiacutean todos los ilustres visitantes del molino Digo maacutes ninguno de eacutestos daba muestras de considerarla con ojos de varoacuten ni con trastienda pecaminosa Admiraacutebanla siacute y requebraacutebanla en ocasiones (delante de su marido por supuesto) lo mismo los frailes que los caballeros los canoacutenigos que los golillas como un prodigio de belleza que honraba a su Criador y

como una diablesa de travesura y coqueteriacutea que alegraba inocentemente los espiacuteritus maacutes melancoacutelicos Es un hermoso animal soliacutea decir el virtuosiacutesimo Prelado Es una estatua de la antiguumledad heleacutenica observaba un Abogado muy erudito Acadeacutemico correspondiente de la Historia Es la propia estampa de Eva prorrumpiacutea el Prior de los Franciscanos Es una real moza exclamaba el Coronel de milicias Es una sierpe una sirena iexclun demonio antildeadiacutea el Corregidor Pero es una buena mujer es un aacutengel es una criatura es una chiquilla de cuatro antildeos acababan por decir todos al regresar del molino atiborrados de uvas o de nueces en busca de sus teacutetricos y metoacutedicos hogares

La chiquilla de cuatro antildeos esto es la sentildeaacute Frasquita frisariacutea en los treinta Teniacutea maacutes de dos varas de estatura y era recia a proporcioacuten o quizaacute maacutes gruesa todaviacutea de lo correspondiente a su arrogante talla Pareciacutea una Niobe colosal y eso que no habiacutea tenido hijos pareciacutea un Heacutercules hembra pareciacutea una matrona romana de las que auacuten hay ejemplares en el Trastevere Pero lo maacutes notable en ella era la movilidad la ligereza la animacioacuten la gracia de su respetable mole Para ser una estatua como pretendiacutea el acadeacutemico le faltaba el reposo monumental Se cimbraba como un junco giraba como una veleta bailaba como una peonza Su rostro era maacutes movible todaviacutea y por lo tanto menos escultural Avivaacutebanlo donosamente hasta cinco hoyuelos dos en una mejilla otro en otra otro muy chico cerca de la comisura izquierda de sus rientes labios y el uacuteltimo muy grande en medio de su redonda barba Antildeadid a esto los picarescos mohines los graciosos guintildeos y las varias posturas de cabeza que amenizaban su conversacioacuten y formareacuteis idea de aquella cara llena de sal y de hermosura y radiante siempre de salud y alegriacutea

Ni la sentildeaacute Frasquita ni el tiacuteo Lucas eran andaluces ella era

navarra y eacutel murciano El habiacutea ido a la ciudad de a la edad de quince antildeos como medio paje medio criado del Obispo anterior al que entonces gobernaba aquella Iglesia Educaacutebalo su protector para cleacuterigo y tal vez con esta mira y para que no careciese de congrua dejoacutele en su testamento el molino pero el tiacuteo Lucas que a la muerte de Su Ilustriacutesima no estaba ordenado maacutes que de menores ahorcoacute los haacutebitos en aquel punto y hora y sentoacute plaza de soldado maacutes ganoso de ver mundo y correr aventuras que de decir Misa o de moler trigo En 1793 hizo la campantildea de los Pirineos Occidentales como Ordenanza del valiente General don Ventura Caro asistioacute al asalto de Castillo Pintildeoacuten y permanecioacute luego largo tiempo en las provincias del Norte donde tomoacute la licencia absoluta En Estella conocioacute a la sentildeaacute Frasquita que entonces soacutelo se llamaba Frasquita la enamoroacute se casoacute con ella y se la llevoacute a Andaluciacutea en busca de aquel molino que habiacutea de verlos tan paciacuteficos y dichosos durante el resto de su peregrinacioacuten por este valle de laacutegrimas y risas

La sentildeaacute Frasquita pues trasladada de Navarra a aquella soledad no habiacutea adquirido ninguacuten haacutebito andaluz y se diferenciaba mucho de las mujeres campesinas de los contornos Vestiacutea con maacutes sencillez desenfado y elegancia que ellas lavaba maacutes sus carnes y permitiacutea al sol y al aire acariciar sus arremangados brazos y su descubierta garganta Usaba hasta cierto punto el traje de las sentildeoras de aquella eacutepoca el traje de las mujeres de Goya el traje de la reina Mariacutea Luisa si no falda de medio paso falda de un paso solo sumamente corta que dejaba ver sus menudos pies y el arranque de su soberana pierna llevaba el escote redondo y bajo al estilo de Madrid donde se detuvo dos meses con su Lucas al trasladarse de Navarra a Andaluciacutea todo el pelo recogido en lo alto de la coronilla lo cual dejaba campear la gallardiacutea de su cabeza y de su cuello sendas arracadas en las diminutas orejas y muchas sortijas en los

afilados dedos de sus duras pero limpias manos Por uacuteltimo la voz de la sentildeaacute Frasquita teniacutea todos los tonos del maacutes extenso y melodioso instrumento y su carcajada era tan alegre y argentina que pareciacutea un repique de Saacutebado de Glorla

Retratemos ahora al tiacuteo Lucas

V Un hombre visto desde fuera

El tiacuteo Lucas era maacutes feo que Picio Lo habiacutea sido toda su vida y ya teniacutea cerca de cuarenta antildeos Sin embargo pocos hombres tan simpaacuteticos y agradables habraacute echado Dios al mundo Prendado de su viveza de su ingenio y de su gracia el difunto Obispo se lo pidioacute a sus padres que eran pastores no de almas sino de verdaderas ovejas Muerto Su Ilustriacutesima y dejado que hubo el mozo el Seminario por el Cuartel distinguioacutele entre todo su Ejeacutercito el General Caro y lo hizo su Ordenanza maacutes iacutentimo su verdadero criado de campantildea Cumplido en fin el empentildeo militar fuele tan faacutecil al tiacuteo Lucas rendir el corazoacuten de la sentildeaacute Frasquita como faacutecil le habiacutea sido captarse el aprecio del General y del Prelado La navarra que teniacutea a la sazoacuten veinte abriles y era el ojo derecho de todos los mozos de Estella algunos de ellos bastante ricos no pudo resistir a los continuos donaires a las chistosas ocurrencias a los ojillos de enamorado mono y a la bufona y constante sonrisa llena de malicia pero tambieacuten de dulzura de aquel murciano tan atrevido tan locuaz tan avisado tan dispuesto tan valiente y tan gracioso que acaboacute por trastornar el juicio no soacutelo a la codiciada beldad sino tambieacuten a su padre y a su madre

Lucas era en aquel entonces y seguiacutea siendo en la fecha a que nos referimos de pequentildea estatura (a los menos con relacioacuten a su mujer) un poco cargado de espaldas muy moreno barbilampintildeo narigoacuten orejudo y picado de viruelas En cambio su boca era regular y su dentadura inmejorable Dijeacuterase que soacutelo la corteza de aquel hombre era tosca y fea que tan pronto como

empezaba a penetrarse dentro de eacutel apareciacutean sus perfecciones y que estas perfecciones principiaban en los dientes Luego veniacutea la voz vibrante elaacutestica atractiva varonil y grave algunas veces dulce y melosa cuando pediacutea algo y siempre difiacutecil de resistir Llegaba despueacutes lo que aquella voz deciacutea todo oportuno discreto ingenioso persuasivo Y por uacuteltimo en el alma del tiacuteo Lucas habiacutea valor lealtad honradez sentido comuacuten deseo de saber y conocimientos instintivos o empiacutericos de muchas cosas profundo desdeacuten a los necios cualquiera que fuese su categoriacutea social y cierto espiacuteritu de ironiacutea de burla y de sarcasmo que le haciacutean pasar a los ojos del Acadeacutemico por un don Francisco de Quevedo en bruto

Tal era por dentro y por fuera el tiacuteo Lucas

VI Habilidades de los coacutenyuges

Amaba pues locamente la sentildeaacute Frasquita al tiacuteo Lucas y consideraacutebase la mujer maacutes feliz del mundo al verse adorada por eacutel No teniacutean hijos seguacuten que ya sabemos y habiacutease consagrado cada uno a cuidar y mimar al otro con esmero indecible pero sin que aquella tierna solicitud ostentase el caraacutecter sentimental y empalagoso por lo zalamero de casi todos los matrimonios sin sucesioacuten Al contrario trataacutebanse con una llaneza una alegriacutea una broma y una confianza semejantes a las de aquellos nintildeos camaradas de juegos y de diversiones que se quieren con toda el alma sin deciacuterselo jamaacutes ni darse a siacute mismos cuenta de lo que sienten iexclImposible que haya habido sobre la tierra molinero mejor peinado mejor vestido maacutes regalado en la mesa rodeado de maacutes comodidades en su casa que el tiacuteo Lucas iexclImposible que ninguna molinera ni ninguna reina haya sido objeto de tantas atenciones de tantos agasajos de tantas finezas como la sentildea Frasquita iexclImposible tambieacuten que ninguacuten molino haya encerrado tantas cosas necesarias uacutetiles agradables recreativas y hasta superfluas como el que va a servir de teatro a casi toda la presente historia Contribuiacutea mucho a ello que la sentildeaacute

Frasquita la pulcra hacendosa fuerte y saludable navarra sabiacutea queriacutea y podiacutea guisar coser bordar barrer hacer dulce lavar planchar blanquear la casa fregar el cobre amasar tejer hacer media cantar bailar tocar la guitarra y los palillos jugar a la brisca y al tute y otras muchiacutesimas cosas cuya relacioacuten fuera interminable Y contribuiacutea no menos al mismo resultado el que el tiacuteo Lucas sabiacutea queriacutea y podiacutea dirigir la molienda cultivar el campo cazar pescar trabajar de carpintero de herrero y de albantildeil ayudar a su mujer en todos los quehaceres de la casa leer escribir contar etc etc Y esto sin hacer mencioacuten de los ramos de lujo o sea de sus habilidades extraordinarias Por ejemplo el tiacuteo Lucas adoraba las flores (lo mismo que su mujer) y era floricultor tan consumado que habiacutea conseguido producir ejemplares nuevos por medio de laboriosas combinaciones Teniacutea algo de Ingeniero natural y lo habiacutea demostrado construyendo una presa un sifoacuten y un acueducto que triplicaron el agua del molino Habiacutea ensentildeado a bailar a un perro domesticado una culebra y hecho que un loro diese la hora por medio de gritos seguacuten las iba marcando un reloj de sol que el molinero habiacutea trazado en una pared de cuyas resultas el loro daba ya la hora con toda precisioacuten hasta en los diacuteas nublados y durante la noche Finalmente en el molino habiacutea una huerta que produciacutea toda clase de frutas y legumbres un estanque encerrado en una especie de quiosco de jazmines donde se bantildeaban en verano el tiacuteo Lucas y la sentildeaacute Frasquita un jardiacuten una estufa o invernadero para las plantas exoacuteticas una fuente de agua potable dos burras en que el matrimonio iba a la ciudad o a los pueblos de las cercaniacuteas gallinero palomar pajarera criadero de peces criadero de gusanos de seda colmenas cuyas abejas libaban en los jazmines jaraiacutez o lagar con su bodega correspondiente ambas cosas en miniatura horno telar fragua taller de carpinteriacutea etc etc todo ello reducido a una casa de ocho habitaciones y a dos fanegas de tierra y tasado en la cantidad de diez mil reales

VII El fondo de la felicidad

Adoraacutebanse siacute locamente el molinero y la molinera y auacuten se hubiera creiacutedo que ella lo queriacutea maacutes a eacutel que eacutel a ella no obstante ser eacutel tan feo y ella tan hermosa Diacutegolo porque la sentildeaacute Frasquita soliacutea tener celos y pedirle cuentas al tiacuteo Lucas cuando eacuteste tardaba mucho en regresar de la ciudad o de los pueblos adonde iba por grano mientras que el tiacuteo Lucas veiacutea hasta con gusto las atenciones de que era objeto la sentildeaacute Frasquita por parte de los sentildeores que frecuentaban el molino se ufanaba y regocijaba de que a todos les agradase tanto como a eacutel y aunque comprendiacutea que en el fondo del corazoacuten se la envidiaban algunos de ellos la codiciaban como simples mortales y hubieran dado cualquier cosa porque fuera menos mujer de bien la dejaba sola diacuteas enteros sin el menor cuidado y nunca le preguntaba luego queacute habiacutea hecho ni quieacuten habiacutea estado alliacute durante su ausencia

No consistiacutea aquello sin embargo en que el amor del tiacuteo Lucas fuese menos vivo que el de la sentildeaacute Frasquita Consistiacutea en que eacutel teniacutea maacutes confianza en la virtud de aqueacutella que ella en la de eacutel consistiacutea en que eacutel la aventajaba en penetracioacuten y sabiacutea

hasta queacute punto era amado y cuaacutento se respetaba su mujer a siacute misma y consistiacutea principalmente en que el tiacuteo Lucas era todo un hombre un hombre como el de Shakespeare de pocos e indivisibles sentimientos incapaz de dudas que creiacutea o moriacutea que amaba o mataba que no admitiacutea gradacioacuten ni traacutensito entre la suprema felicidad y el exterminio de su dicha

Era en fin un Otelo de Murcia con alpargatas y montera en el primer acto de una tragedia posible

Pero iquesta queacute estas notas luacutegubres en una tonadilla alegre iquestA queacute estos relaacutempagos fatiacutedicos en una atmoacutesfera tan serena iquestA queacute estas actitudes melodramaacuteticas en un cuadro de geacutenero

Vais a saberlo inmediatamente

VIII El hombre del sombrero de tres picos

Eran las dos de una tarde de octubre

El esquiloacuten de la catedral tocaba a viacutesperas lo cual equivale a decir que ya habiacutean comido todas las personas principales de la ciudad

Los canoacutenigos se dirigiacutean al Coro y los seglares a sus alcobas a dormir la siesta sobre todo aquellos que por razoacuten de oficio v gr las Autoridades habiacutean pasado la mantildeana entera trabajando

Era pues muy de extrantildear que a aquella hora impropia ademaacutes para dar un paseo pues todaviacutea haciacutea demasiado calor saliese de la ciudad a pie y seguido de un solo alguacil el ilustre sentildeor Corregidor de la misma a quien no podiacutea confundirse con ninguna otra persona ni de diacutea ni de noche asiacute por la enormidad de su sombrero de tres picos y por lo vistoso de su capa de grana como por lo particulariacutesimo de su grotesco donaire

De la capa de grana y del sombrero de tres picos son muchas todaviacutea las personas que pudieran hablar con pleno conocimiento de causa Nosotros entre ellas lo mismo que todos los nacidos en aquella ciudad en las postrimeriacuteas del reinado del sentildeor don Fernando VII recordamos haber visto colgados de un clavo uacutenico adorno de desmantelada pared en la ruinosa torre de la casa que habitoacute Su Sentildeoriacutea (torre destinada a la sazoacuten a los infantiles juegos de sus nietos) aquellas dos anticuadas prendas aquella capa y aquel sombrerondashel negro sombrero encima y la roja capa debajondash formando una especie de espectro del Absolutismo una especie de sudario del Corregidor una especie de caricatura retrospectiva de su poder pintada con carboacuten y almagre como tantas otras por los paacutervulos constitucionales de la de 1837 que alliacute nos reuniacuteamos una especie en fin de espanta-paacutejaros que en otro tiempo habiacutea sido espanta-hombres y que hoy me da miedo de haber contribuido a escarnecer paseaacutendolo por aquella histoacuterica ciudad en diacuteas de Carnestolendas en lo alto de un deshollinador o sirviendo de disfraz irrisorio al idiota que maacutes haciacutea reir a la plebe iexclPobre principio de autoridad iexclAsiacute te hemos puesto los mismos que hoy te invocamos tanto

En cuanto al indicado grotesco donaire del sentildeor Corregidor consistiacutea (dicen) en que era cargado de espaldas todaviacutea maacutes cargado de espaldas que el tiacuteo Lucas casi jorobado por decirlo de una vez de estatura menos que mediana endeblillo de mala salud con las piernas arqueadas y una manera de andar sui generis (balanceaacutendose de un lado a otro y de atraacutes hacia adelante) que soacutelo se puede describir con la absurda foacutermula de que pareciacutea cojo de los dos pies En cambio (antildeade la tradicioacuten) su rostro era regular aunque ya bastante arrugado por la falta absoluta de dientes y muelas moreno verdoso como el de casi todos los hijos de las Castillas con

grandes ojos oscuros en que relampagueaban la coacutelera el despotismo y la lujuria con finas y traviesas facciones que no teniacutean la expresioacuten del valor personal pero siacute la de una malicia artera capaz de todo y con cierto aire de satisfaccioacuten medio aristocraacutetico medio libertino que revelaba que aquel hombre habriacutea sido en su remota juventud muy agradable y acepto a las mujeres no obstante sus piernas y su joroba

Don Eugenio de Zuacutentildeiga y Ponce de Leoacuten (que asiacute se llamaba Su Sentildeoriacutea) habiacutea nacido en Madrid de familia ilustre frisariacutea a la sazoacuten en los cincuenta y cinco antildeos y llevaba cuatro de Corregidor en la ciudad de que tratamos donde se casoacute a poco de llegar con la principaliacutesima sentildeora que diremos maacutes adelante

Las medias de don Eugenio (uacutenica parte que ademaacutes de los zapatos dejaba ver de su vestido la extensiacutesima capa de grana) eran blancas y los zapatos negros con hebilla de oro Pero luego que el calor del campo lo obligoacute a desembozarse viacutedose que llevaba gran corbata de batista chupa de sarga de color de toacutertola muy festoneada de ramillos verdes bordados de realce calzoacuten corto negro de seda una enorme casaca de la misma estofa que la chupa espadiacuten con guarnicioacuten de acero bastoacuten con borlas y un respetable par de guantes (o quirotecas) de gamuza pajiza que no se poniacutea nunca y que empuntildeaba a guisa de cetro

El alguacil que seguiacutea veinte pasos de distancia al sentildeor Corregidor se llamaba Garduntildea y era la propia estampa de su nombre Flaco agiliacutesimo mirando adelante y atraacutes y a derecha e izquierda al propio tiempo que andaba de largo cuello de diminuto y repugnante rostro y con dos manos como dos manojos de disciplinas pareciacutea juntamente un huroacuten en busca de criminales la cuerda que habiacutea de atarlos y el instrumento destinado a su castigo

El primer Corregidor que le echoacute la vista encima le dijo sin maacutes informes Tuacute seraacutes mi verdadero alguacil Y ya lo habiacutea sido de cuatro Corregidores

Teniacutea cuarenta y ocho antildeos y llevaba sombrero de tres picos mucho maacutes pequentildeo que el de su sentildeor (pues repetimos que el de este era descomunal) capa negra como las medias y todo el traje bastoacuten sin borlas y una especie de asador por la espalda

Aquel espantajo negro pareciacutea la sombra de su vistoso amo

IX iexclArre burra Por donde quiera que pasaban el personaje y su apeacutendice los labradores dejaban sus faenas y se descubriacutean hasta los pies con maacutes miedo que respeto despueacutes de lo cual deciacutean en voz baja

ndashiexclTemprano va esta tarde el sentildeor Corregidor a ver a la sentildeaacute Frasquita

ndashiexclTemprano y solondashantildeadiacutean algunos acostumbrados a verlo siempre dar aquel paseo en compantildeiacutea de otras varias personas

ndashOye tuacute Manuel iquestpor queacute iraacute solo esta tarde el sentildeor Corregidor a ver a la navarrandashle preguntoacute una lugarentildea a su marido el cual la llevaba a grupas en la bestia

Y al mismo tiempo que la pregunta le hizo cosquillas por viacutea de retintiacuten

ndashiexclNo seas mal pensada Josefandashexclamoacute el buen hombrendash

La sentildeaacute Frasquita es incapaz

ndashNo digo lo contrario Pero el Corregidor no es por eso incapaz de estar enamorado de ella Yo he oiacutedo decir que de todos los que van a las francachelas del molino el uacutenico que lleva mal fin es ese madrilentildeo tan aficionado a faldas

ndashiquestY queacute sabes tuacute si es o no aficionado a faldasndashpreguntoacute a su vez el marido

ndashNo lo digo por miacute iexclYa se hubiera guardado por maacutes Corregidor que sea de decirme los ojos tienes negros

La que asiacute hablaba era fea en grado superlativo

ndashPues mira hija iexclallaacute ellosndashreplicoacute el llamado Manuelndash Yo no creo al tiacuteo Lucas hombre de consentir iexclBonito genio tiene el tiacuteo Lucas cuando se enfada

ndashPero en fin iexclsi ve que le convienendashantildeadioacute la tiacutea Josefa retorciendo el hocico

ndashEl tiacuteo Lucas es hombre de bienndashrepuso el lugarentildeondash y a un hombre de bien nunca pueden convenirle ciertas cosas

ndashPues entonces tienes razoacuten iexclAllaacute ellos iexclSi yo fuera la sentildeaacute Frasquita

ndashiexclArre burrandashgritoacute el marido para mudar de conversacioacuten

Y la burra salioacute al trote con lo que no pudo oiacuterse el resto del diaacutelogo

X Desde la parra Mientras asiacute discurrian los labriegos que saludaban al sentildeor Corregidor la sentildeaacute Frasquita regaba y barriacutea cuidadosamente la plazoletilla empedrada que serviacutea de atrio o compaacutes al molino y colocaba media docena de sillas debajo de lo maacutes espeso del emparrado en el cual estaba subido el tiacuteo Lucas cortando los mejores racimos y arreglaacutendolos artiacutesticamente en una cesta

ndashiexclPues siacute Frasquitandashdeciacutea el tiacuteo Lucas desde lo alto de la parrandash el sentildeor Corregidor estaacute enamorado de ti de muy mala manera

ndashYa te lo dije yo hace tiempondashcontestoacute la mujer del Nortendash Pero iexcldeacutejalo que pene iexclCuidado Lucas no te vayas a caer

ndashDescuida estoy bien agarrado tambieacuten le gustas mucho al sentildeor

ndashiexclMira iexclNo me des maacutes noticiasndashinterrumpioacute ellandash iexclDemasiado seacute yo a quieacuten le gusto y a quieacuten no le gusto iexclOjalaacute supiera del mismo modo por queacute no te gusto a ti

ndashiexclToma Porque eres muy fea ndashcontestoacute el tiacuteo Lucas

ndashPues oye iexclfea y todo soy capaz de subir a la parra y echarte de cabeza al suelo

ndashMaacutes faacutecil seriacutea que yo no te dejase bajar de la parra sin comerte viva

ndashiexclEso es iexclY cuando vinieran mis galanes y nos viesen ahiacute diriacutean que eacuteramos un mono y una mona

ndashY acertariacutean porque tuacute eres muy mona y muy rebonita y yo parezco un mono con esta joroba

ndashQue a miacute me gusta muchiacutesimo

ndashEntonces te gustaraacute maacutes la del Corregidor que es mayor que la miacutea

ndashiexclVamos iexclVamos sentildeor don Lucas iexclNo tenga usted tantos celos

ndashiquestCelos yo de ese viejo petate iexclAl contrario me alegro muchiacutesimo de que te quiera

ndashiquestPor queacute

ndashPorque en el pecado lleva la penitencia iexclTuacute no has de quererlo nunca y yo soy entre tanto el verdadero Corregidor de la ciudad

ndashiexclMiren el vanidoso Pues figuacuterate que llegase a quererlo

iexclCosas maacutes raras se ven en el mundo

ndashTampoco me dariacutea gran cuidado

ndashiquestPor queacute

ndashiexclPorque entonces tuacute no seriacuteas ya tuacute y no siendo tuacute quien eres o como yo creo que eres maldito lo que me importariacutea que te llevasen los demonios

ndashPues bien iquestqueacute hariacuteas en semejante caso

ndashiquestYo iexclMira lo que no seacute Porque como entonces yo seriacutea otro y no el que soy ahora no puedo figurarme lo que pensariacutea

ndashiquestY por queacute seriacuteas entonces otrondashinsistioacute valientemente la sentildeaacute Frasquita dejando de barrer y ponieacutendose en jarras para mirar hacia arriba

El tiacuteo Lucas se rascoacute la cabeza como si escarbara para sacar de ella alguna idea muy profunda hasta que al fin dijo con maacutes seriedad y pulidez que de costumbre

ndashSeriacutea otro porque yo soy ahora un hombre que cree en ti como en siacute mismo y que no tiene maacutes vida que esa fe De consiguiente al dejar de creer en ti me moririacutea o me convertiriacutea en un nuevo hombre viviriacutea de otro modo me pareceriacutea que acababa de nacer tendriacutea otras entrantildeas Ignoro pues lo que hariacutea entonces contigo Puede que me echara a reiacuter y te volviera la espalda Puede que ni siquiera te conociese Puede que Pero iexclvaya un gusto que tenemos en ponernos de mal humor sin necesidad iquestQueacute nos importa a nosotros que te quieran todos los

Corregidores del mundo iquestNo eres tuacute mi Frasquita

ndashiexclSi pedazo de baacuterbarondashcontestoacute la navarra riendo a maacutes no poderndash Yo soy tu Frasquita y tuacute eres mi Lucas de mi alma maacutes feo que el bu con maacutes talento que todos los hombres maacutes bueno que el pan y maacutes querido iexclAh lo que es eso de querido cuando bajes de la parra lo veraacutes iexclPrepaacuterate a llevar maacutes bofetadas y pellizcos que pelos tienes en la cabeza Pero iexclcalla iquestQueacute es lo que veo El sentildeor Corregidor viene por alli completamente solo iexclY tan tempranito Ese trae plan iexclPor lo visto tuacute teniacuteas razoacuten

ndashPues aguaacutentate y no le digas que estoy subido en la parra iexclEse viene a declararse a solas contigo creyendo pillarme durmiendo la siesta Quiero divertirme oyendo su explicacioacuten

Asiacute dijo el tiacuteo Lucas alargando la cesta a su mujer

ndashiexclNo estaacute mal pensadondashexclamoacute ella lanzando nuevas carcajadasndash iexclEl demonio del madrilentildeo iquestQueacute se habraacute creiacutedo que es un Corregidor para miacute Pero aquiacute llega Por cierto que Garduntildea que lo seguiacutea a alguna distancia se ha sentado en la ramblilla a la sombra iexclQueacute majaderiacutea Ocuacuteltate tuacute bien entre los paacutempanos que nos vamos a reiacuter maacutes de lo que te figuras

Y dicho esto la hermosa navarra rompioacute a cantar el fandango que ya le era tan familiar como las canciones de su tierra

XI El bombardeo de Pamplona

ndashD ios te guarde Frasquitandashdijo el Corregidor a media voz apareciendo bajo el emparrado y andando de puntillas

ndashiexclTanto bueno sentildeor Corregidorndashrespondioacute ella en voz natural hacieacutendole mil reverenciasndash iexclUsiacutea por aquiacute a estas horas iexclY con el calor que hace iexclVaya sieacutentese Su Sentildeoriacutea Esto estaacute fresquito iquestCoacutemo no ha aguardado Su Sentildeoriacutea a los demaacutes sentildeores Aquiacute tienen ya preparados sus asientos Esta tarde esperamos al sentildeor Obispo en persona que le ha prometido a mi Lucas venir a probar las primeras uvas de la parra iquestY coacutemo lo pasa Su Sentildeoriacutea iquestCoacutemo estaacute la Sentildeora

El Corregidor se habiacutea turbado La ansiada soledad en que encontraba a la sentildeaacute Frasquita le pareciacutea un suentildeo o un lazo que le tendiacutea la enemiga suerte para hacerle caer en el abismo de un desengantildeo Limitoacutese pues a contestar

ndashNo es tan temprano como dices Seraacuten las tres y media El loro dio en aquel momento un chillido

ndashSon las dos y cuartondashdijo la navarra mirando de hito en hito al madrilentildeo

Este calloacute como reo convicto que renuncia a la defensa

ndashiquestY Lucas iquestDuermendashpreguntoacute al cabo de un rato

(Debemos advertir aquiacute que el Corregidor lo mismo que todos los que no tienen dientes hablaba con una pronunciacioacuten floja y sibilante como si se estuviese comiendo sus propios labios)

ndashiexclDe segurondashcontestoacute la sentildea Frasquitandash En llegando estas horas se queda dormido donde primero le coge aunque sea en el borde de un precipicio

ndashPues mira iexcldeacutejalo dormirndashexclamoacute el viejo Corregidor ponieacutendose maacutes paacutelido de lo que ya erandash Y tuacute mi querida Frasquita escuacutechame oye ven acaacute iexclSieacutentate aquiacute a mi lado Tengo muchas cosas que decirte

ndashYa estoy sentadandashrespondioacute la Molinera agarrando una silla baja y plantaacutendola delante del Corregidor a cortiacutesima distancia de la suya

Sentado que se hubo Frasquita echoacute una pierna sobre la otra inclinoacute el cuerpo hacia adelante apoyoacute un codo sobre la rodilla cabalgadora y la fresca y hermosa cara en una de sus manos y asiacute con la cabeza un poco ladeada la sonrisa en los labios los cinco hoyos en actividad y las serenas pupilas

clavadas en el Corregidor aguardoacute la declaracioacuten de Su Sentildeoriacutea Hubiera podido comparaacutersela con Pamplona esperando un bombardeo

El pobre hombre fue a hablar y se quedoacute con la boca abierta embelesado ante aquella grandiosa hermosura ante aquella esplendidez de gracias ante aquella formidable mujer de alabastrino color de lujosas carnes de limpia y riente boca de azules e insondables ojos que pareciacutea creada por el pincel de Rubens

ndashiexclFrasquitandashmurmuroacute al fin el delegado del Rey con acento desfallecido mientras que su marchito rostro cubierto de sudor destacaacutendose sobre su joroba expresaba una inmensa angustiandash iexclFrasquita

ndashiexclMe llamondashcontestoacute la hija de los Pirineosndash iquestY queacute

ndashLo que tuacute quierasndashrepuso el viejo con una ternura sin liacutemites

ndashPues lo que yo quierondashdijo la Molinerandash ya lo sabe Usiacutea Lo que yo quiero es que Usiacutea nombre Secretario del Ayuntamiento de la Ciudad a un sobrino miacuteo que tengo en Estella y que asiacute podraacute venirse de aquellas montantildeas donde estaacute pasando muchos apuros

ndashTe he dicho Frasquita que eso es imposible El Secretario actual

ndashiexclEs un ladroacuten un borracho y un bestia

ndashYa lo seacute Pero tiene buenas aldabas entre los Regidores

Perpetuos y yo no puedo nombrar otro sin acuerdo del Cabildo De lo contrarlo me expongo

ndashiexclMe expongo iexclMe expongo iquestA que no nos expondriacuteamos por Vuestra Sentildeoriacutea hasta los gatos de esta casa

ndashiquestMe querriacuteas a este precio ndashtartamudeoacute el Corregidor

ndashNo sentildeor que lo quiero a Usiacutea de balde

ndashiexclMujer no me des tratamiento Haacuteblame de usted o como se te antoje iquestConque vas a quererme Di

ndashiquestNo le digo a usted que lo quiero ya

ndashNo hay pero que valga iexclVeraacute usted queacute guapo y queacute hombre de bien es mi sobrino

ndashiexclTuacute siacute que eres guapa Frascuela

ndashiquestLe gusto a usted

ndashiexclQue si me gustas iexclNo hay mujer como tuacute

ndashPues mire usted Aquiacute no hay nada postizondashcontesto la sentildea Frasquita acabando de arrollar la manga de su juboacuten y mostrando al Corregidor el resto de su brazo digno de una cariaacutetide y maacutes blanco que una azucena

ndashiexclQue si me gustasndashprosiguioacute el Corregidorndash iexclDe diacutea de noche a todas horas en todas partes solo pienso en ti

ndashiexclPues queacute iquestNo le gusta a usted la sentildeora Corregidora

ndashpreguntoacute la sehaacute Frasquita con tan mal fingida compasioacuten que hubiera hecho reiacuter a un hipocondriacuteacondash iexclQueacute laacutestima Mi Lucas me ha dicho que tuvo el gusto de verla y de hablarle cuando fue a componerle a usted el reloj de la alcoba y que es muy guapa muy buena y de un trato muy carintildeoso

ndashiexclNo tanto iexclNo tantondashmurmuroacute el Corregidor con cierta amargura

ndashEn cambio otros me han dichondashprosiguioacute la Molinerandashque tiene muy mal genio que es muy celosa y que usted le tiembla maacutes que a una vara verde

ndashiexclNo tanto mujerndashrepitioacute don Eugenio de Zuacutentildeiga y Ponce de Leoacuten ponieacutendose coloradondash iexclNi tanto ni tan poco La Sentildeora tiene sus maniacuteas es cierto mas de ello a hacerme temblar hay mucha diferencia iexclYo soy el Corregidor

ndashPero en fin iquestla quiere usted o no la quiere

ndashTe direacute Yo la quiero mucho o por mejor decir la queriacutea antes de conocerte Pero desde que te vi no seacute lo que me pasa y ella misma conoce que me pasa algo Baacutestete saber que hoy tomarle por ejemplo la cara a mi mujer me hace la misma operacioacuten que si me la tomara a miacute propio iexclYa ves que no puedo quererla maacutes sin sentir menos iexclMientras que por coger esa mano ese brazo esa cara esa cintura dariacutea lo que no tengo

Y hablando asiacute el Corregidor tratoacute de apoderarse del brazo desnudo que la sentildeaacute Frasquita le estaba refregando materialmente por los ojos pero eacutesta sin descomponerse extendioacute la mano tocoacute el pecho de Su Sentildeoriacutea con la paciacutefica violencia e incontrastable rigidez de la trompa de un elefante y

lo tiroacute de espaldas con silla y todo

ndashiexclAve Maria Puriacutesimandashexclamoacute entonces la navarra rieacutendose a maacutes no poderndash Por lo visto esa silla estaba rota

ndashiquestQueacute pasa ahiacutendashexclamoacute en esto el tiacuteo Lucas asomando su feo rostro entre los paacutempanos de la parra

El Corregidor estaba todaviacutea en el suelo boca arriba y miraba con un terror indecible a aquel hombre que apareciacutea en los aires boca abajo

Hubieacuterase dicho que Su Sentildeoriacutea era el Diablo vencido no por San Miguel sino por otro Demonio del infierno

ndashiquestQueacute ha de pasarndashse apresuroacute a responder la sentildeaacute Frasquitandash iexclQue el sentildeor Corregidor puso la silla en vago fue a mecerse y se ha caiacutedo

ndashiexclJesuacutes Maria y Joseacutendashexclamoacute a su vez el Molinerondash iquestY se ha hecho dantildeo Su Sentildeoriacutea iquestQuiere un poco de agua y vinagre

ndashiexclNo me he hecho nadandashdijo el Corregidor levantaacutendose como pudo

Y luego antildeadioacute por lo bajo pero de modo que pudiera oiacuterlo la sentildeaacute Frasquita

ndashiexclMe la pagareacuteis

ndashPues en cambio Su Sentildeoriacutea me ha salvado a miacute la vidandashrepuso el tiacuteo Lucas sin moverse de lo alto de la parrandash

Figuacuterate mujer que estaba yo aquiacute sentado contemplando las uvas cuando me quedeacute dormido sobre una red de sarmientos y palos que dejaban claros suficientes para que pasase mi cuerpo Por consiguiente si la caida de Su Sentildeoriacutea no me hubiese despertado tan a tiempo esta tarde me habriacutea yo roto la cabeza contra esas piedras

ndashConque si iquesteh ndashreplicoacute el Corregidorndash Pues iexclvaya hombre me alegro iexclTe digo que me alegro mucho de haberme caiacutedo

ndashiexclMe la pagaraacutesndashagregoacute en seguida dirigieacutendose a la Molinera

Y pronuncioacute estas palabras con tal expresioacuten de reconcentrada furia que la sentildeaacute Frasquita se puso triste

Veiacutea claramente que el Corregidor se asustoacute al principio creyendo que el Molinero lo habiacutea oiacutedo todo pero que persuadido ya de que no habiacutea oiacutedo nada (pues la calma y el disimulo del tiacuteo Lucas hubieran engantildeado al maacutes lince) empezaba a abandonarse a toda su iracundia y a concebir planes de venganza

ndashiexclVamos iexclBaacutejate ya de ahiacute y ayuacutedame a limpiar a Su Sentildeoriacutea que se ha puesto perdido de polvondashexclamoacute entonces la Molinera

Y mientras el tio Lucas bajaba diacutejole ella al Corregidor daacutendole golpes con el delantal en la chupa y alguno que otro en las orejas

ndashEl pobre no ha oiacutedo nada Estaba dormido como un

tronco Maacutes que estas frases la circunstancia de haber sido dichas en voz baja afectando complicidad y secreto produjo un efecto maravilloso

ndashiexclPicara iexclProtervandashbalbuceoacute don Eugenio de Zuacutentildeiga con la boca hecha un agua pero gruntildeendo todaviacutea

ndashiquestMe guardaraacute Usiacutea rencorndashreplicoacute la navarra zalameramente

Viendo el Corregidor que la severidad le daba buenos resultados intentoacute mirar a la sentildeaacute Frasquita con mucha rabia pero se encontroacute con su tentadora risa y sus divinos ojos en los cuales brillaba la caricia de una suacuteplica y derritieacutendosele la gacha en el acto le dijo con un acento baboso y silbante en que se descubriacutea maacutes que nunca la ausencia total de dientes y muelas

ndashiexclDe ti depende amor miacuteo

En aquel momento se descolgoacute de la parra el tiacuteo Lucas

XII Diezmos y primicias

Repuesto el Corregidor en su silla la Molinera dirigioacute una raacutepida mirada a su esposo y viole no soacutelo tan sosegado como siempre sino reventando de ganas de reiacuter por resultas de aquella ocurrencia cambioacute con eacutel desde lejos un beso tirado aprovechando el primer descuido de don Eugenio y diacutejole en fin a este con una voz de sirena que le hubiera envidiado Cleopatra

ndashiexclAhora va Su Sentildeoriacutea a probar mis uvas Entonces fue de ver a la hermosa navarra (y asiacute la pintaria yo si tuviese el pincel de Tiziano) plantada enfrente del embelesado Corregidor fresca magniacutefica incitante con sus nobles formas con su angosto vestido con su elevada etatura con sus desnudos brazos levantados sobre la cabeza y con un transpaente racimo en cada mano dicieacutendole entre una sonrisa irresistible y una mirada suplicante en que titilaba el miedo

ndashTodaviacutea no las ha probado el sentildeor Obispo Son las primeras que se cogen este antildeo

Pareciacutea una gigantesca Pomona brindando frutos a un dios campestre a un saacutetiro v gr

En esto aparecioacute al extremo de la plazoleta empedrada el venerable Obispo de la dioacutecesis acompantildeado del abogado acadeacutemico y de dos canoacutenigos de avanzada edad y seguido de su secretario de dos familiares y de dos pajes Detuacutevose un rato Su Ilustriacutesima a contemplar aquel cuadro tan coacutemico y tan bello hasta que por uacuteltimo dijo con el reposado acento propio de los prelados de entonces

ndashEl quinto pagar diezmos y primicias a la Iglesia de Dios nos ensentildea la doctrina cristiana pero usted sentildeor Corregidor no se contenta con administrar el diezmo sino que tambieacuten trata de comerse las primicias

ndashiexclEl sentildeor Obispondashexclamaron los Molineros dejando al Corregidor y corriendo a besar el anillo al prelado

ndashiexclDios se lo pague a Su Ilustriacutesima por venir a honrar esta pobre chozandashdijo el tiacuteo Lucas besando el primero y con acento de muy sincera veneracioacuten

ndashiexclQueacute sentildeor Obispo tengo tan hermosondashexclamoacute la sentildeaacute Frasquita besando despueacutesndashiexclDios lo bendiga y me lo conserve maacutes antildeos que le conservoacute el suyo a mi Lucas

ndashiexclNo seacute queacute falta puedo hacerte cuando tuacute me echas las bendiciones en vez de pediacutermelasndashcontestoacute rieacutendose el bondadoso pastor

Y extendiendo dos dedos bendijo a la sentildeaacute Frasquita y despueacutes a los demaacutes circunstantes

ndashiexclAquiacute tiene Usiacutea Ilustriacutesima las primiciasndashdijo el Corregidor tomando un racimo de manos de la Molinera y presentaacutendoselo corteacutesmente al Obispondash Todaviacutea no habiacutea yo probado las uvas

El Corregidor pronuncioacute estas palabras dirigiendo de paso una raacutepida y ciacutenica mirada a la espleacutendida hermosura de la Molinera

ndashiexclPues no seraacute porque esteacuten verdes como las de la faacutebulandashobservoacute el acadeacutemico

ndashLas de la faacutebulandashexpuso el Obispo no estaban verdes sentildeor licenciado sino fuera del alcance de la zorra

Ni el uno ni el otro habiacutean querido acaso aludir al Corregidor pero ambas frases fueron casualmente tan adecuadas a lo que acababa de suceder alliacute que don Eugenio de Zuacutentildeiga se puso liacutevido de coacutelera y dijo besando el anillo del prelado

ndashiexclEso es llamarme zorro Sentildeor Ilustriacutesimo

ndashTu dixistindashreplicoacute eacuteste con la amable severidad de un santo como diz que lo era en efectondash Excusatio non petita accusatio manifesta Qualis vir talis oratio Pero satis am dictum nullus ultra sit sermo O lo que es lo mismo dejeacutemonos de latines y veamos estas famosas uvas

Y picoacute una sola vez en el racimo que le presentaba el Corregidor

ndashiexclEstaacuten muy buenasndashexclamoacute mirando aquella uva al trasluz y alargaacutendosela en seguida a su secretariondash iexclLaacutestima que

a miacute me sienten mal

El secretario contemploacute tambieacuten la uva hizo un gesto de cortesana admiracioacuten y la entregoacute a uno de los familiares

El familiar repitioacute la accioacuten del Obispo y el gesto del secretario propasaacutendose hasta oler la uva y luego Ia colocoacute en la cesta con escrupuloso cuidado no sin decir en voz baja a la concurrencia

ndashSu Ilustriacutesima ayuna

El tiacuteo Lucas que habiacutea seguido la uva con la vista la cogioacute entonces disimuladamente y se la comioacute sin que nadie lo viera

Despueacutes de esto sentaacuteronse todos habloacutese de la otontildeada (que seguiacutea siendo muy seca no obstante haber pasado el cordonazo de San Francisco) discurrioacutese algo sobre la probabilidad de una nueva guerra entre Napoleoacuten y el Austria insistiose en la creencia de que las tropas imperiales no invadiriacutean nunca el territorio espantildeol quejoacutese el abogado de lo revuelto y calamitoso de aquella eacutepoca envidiando los tranquilos tiempos de sus padres (como sus padres habriacutean envidiado los de sus abuelos) dio las cinco el loro y a una sentildea del reverendo Obispo el menor de los pajes fue al coche episcopal (que se habiacutea quedado en la misma ramblilla que el alguacil) y volvioacute con una magniacutefica torta sobada de pan de aceite polvoreada de sal que apenas hariacutea una hora habiacutea salido del horno colocoacutese una mesilla en medio del concurso descuartizoacutese la torta se dio su parte correspondiente sin embargo de que se resistieron mucho al tiacuteo Lucas y a la sentildeaacute Frasquita y una igualdad verdaderamente democraacutetica reinoacute durante media hora bajo aquellos paacutempanos que filtraban los uacuteltimos resplandores del sol poniente

XIII Le dijo el grajo al cuervo

Hora y media despueacutes todos los ilustres compantildeeros de merienda estaban de vuelta en la ciudad

El sentildeor Obispo y su familia habiacutean llegado con bastante anticipacioacuten gracias al coche y hallaacutebanse ya en palacio donde los dejaremos rezando sus devociones

El insigne abogado (que era muy seco) y los dos canoacutenigos (a cuaacutel maacutes grueso y respetable) acompantildearon al Corregidor hasta la puerta del Ayuntamiento (donde Su Sentildeoriacutea dijo tener que trabajar) y tomaron luego el camino de sus respectivas casas guiaacutendose por las estrellas como los navegantes o sorteando a tientas las esquinas como los ciegos pues ya habiacutea cerrado la noche aun no habiacutea salido la luna y el alumbrado puacuteblico (lo mismo que las demaacutes luces de este siglo) todaviacutea estaba alliacute en la mente divina

En cambio no era raro ver discurrir por algunas calles tal o cual linterna o farolillo con que respetuoso servidor alumbraba a

sus magniacuteficos amos quienes se dirigiacutean a la habitual tertulia o de visita a casa de sus parientes

Cerca de casi todas las rejas bajas se veiacutea (o se olfateaba por mejor decir) un silencioso bulto negro Eran galanes que al sentir pasos habiacutean dejado por un momento de pelar la pava

ndashiexclSomos unos calaverasndashiban diciendo el abogado y los dos canoacutenigosndash Queacute pensaraacuten en nuestras casas al vernos llegar a estas horas

ndashPues iquestqueacute diraacuten los que nos encuentren en la calle de este modo a las siete y pico de la noche como unos bandoleros amparados de las tinieblas

ndashHay que mejorar de conducta

ndashiexclAh Siacute iexclPero ese dichoso molino

ndashMi mujer lo tiene sentado en la boca del estoacutemagondashdijo el acadeacutemico con un tono en que se trasluciacutea mucho miedo a la proacutexima pelotera conyugal

ndashiquestPues y mi sobrinandashexclamoacute uno de los canoacutenigos que por cierto era Penitenciariondash Mi sobrina dice que los sacerdotes no deben visitar comadres

ndashY sin embargondashinterrumpioacute su compantildeero que era Magistralndash lo que alliacute pasa no puede ser maacutes inocente

ndashiexclToma iexclComo que va el mismiacutesimo Obispo

ndashY luego sentildeores iexcla nuestra edadndashrepuso el

Penitenciariondash Yo he cumplido ayer los setenta y cinco

ndashiexclEs clarondashreplicoacute el Maglstralndash Pero hablemos de otra cosa iexclqueacute guapa estaba esta tarde la sentildea Frasquita

ndashiexclOh lo que es eso como guapa es guapandashdijo el Abogado afectando imparcialidad

ndashMuy guapandashrepitioacute el Penitenciario dentro del embozo ndashY si nondashantildeadioacute el predicador de Oficiondash que se lo pregunten al Corregidor

ndashiexclEl pobre hombre estaacute enamorado de ella

ndashiexclYa lo creondashexclamoacute el confesor de la catedral

ndashiexclDe segurondashagregoacute el acadeacutemico correspondientendash Conque sentildeores yo tomo por aquiacute para llegar antes a casa iexclMuy buenas noches

ndashBuenas nochesndashle contestaron los capitulares

Y anduvieron algunos pasos en silencio

ndashiexclTambieacuten le gusta a ese la Molinerandashmurmuroacute entonces el Magistral daacutendole con el codo al Penitenciario

ndashiexclComo si lo vierandashrespondioacute este paraacutendose a la puerta de su casandash iexclY que bruto es Conque hasta mantildeana compantildeero Que le sienten a usted muy bien las uvas

ndashHasta mantildeana si Dios quiere Que pase usted muy buena noche

ndashiexclBuenas noches nos deacute Diosndashrezoacute el Penitenciario ya desde el portal que por maacutes sentildeas teniacutea farol y Virgen

Y llamoacute a la aldaba

Una vez solo en la calle el otro canoacutenigo (que era maacutes ancho que alto y que pareciacutea que rodaba al andar) siguioacute avanzando lentamente hacia su casa pero antes de llegar a ella cometioacute contra una pared cierta falta que en el porvenir habiacutea de ser objeto de un bando de policiacutea y dijo al mismo tiempo pensando sin duda en su cofrade de Coro

ndashiexclTambieacuten te gusta a ti la sentildeaacute Frasquita iexclY la verdad esndashantildeadioacute al cabo de un momentondashque como guapa es guapa

XIV Los consejos de Garduntildea

Entre tanto el Corregidor habiacutea subido al Ayuntamiento acompantildeado de Garduntildea con quien manteniacutea haciacutea rato en el saloacuten de sesiones una conversacion maacutes familiar de lo correspondiente a persona de su calidad y oficio

ndashiexclCrea Usiacutea a un perro perdiguero que conoce la cazandashdeciacutea el innoble alguacilndash La sentildeaacute Frasquita estaacute perdidamente enamorada de Usiacutea y todo lo que Usiacutea acaba de contarme contribuye a haceacutermelo ver maacutes claro que esa luz

Y sentildealaba un veloacuten de Lucena que apenas si esclareciacutea la octava parte del saloacuten

ndashiexclNo estoy yo tan seguro como tuacute Garduntildeandashcontestoacute don Eugenio suspirando laacutenguidamente

ndashiexclPues no seacute por queacute Y si no hablemos con franqueza Usiacutea dicho sea con perdoacuten tiene una tacha en su cuerpo iquest No

es verdad

ndashiexclBien siacutendashrepuso el Corregidorndash Pero esa tacha la tiene tambieacuten el tiacuteo Lucas iexclEl es maacutes jorobado que yo

ndashiexclMucho maacutes iexclMuchiacutesimo maacutes iexclsin comparacioacuten de ninguna especie Pero en cambio y es a lo que iba Usiacutea tiene una cara de muy buen ver lo que se dice una bella cara mientras que el tiacuteo Lucas se parece al sargento Utrera que reventoacute de feo

El Corregidor sonrioacute con cierta ufaniacutea

ndashAdemaacutesndashprosiguioacute el alguacilndash la sentildeaacute Frasquita es capaz de tirarse por una ventana con tal de agarrar el nombramiento de su sobrino

ndashiexclHasta ahiacute estamos de acuerdo iexclEse nombramiento es mi uacutenica esperanza

ndashiexclPues manos a la obra sentildeor Ya le he explicado a Usiacutea mi plan iexclNo hay maacutes que ponerlo en ejecucioacuten esta misma noche

ndashiexclTe he dicho muchas veces que no necesito consejosndashgritoacute don Eugenio acordaacutendose de pronto de que hablaba con un inferior

ndashCreiacute que Usiacutea me los habiacutea pedidondashbalbuceoacute Garduntildea

ndashiexclNo me repliques

Garduntildea saludoacute

ndashiquestConque deciacuteasndashprosiguioacute el de Zuacutentildeiga volviendo a amansarsendashque esta misma noche puede arreglarse todo eso Pues iexclmira hijo me parece muy bien iexclQueacute diablos iexclAsiacute saldreacute pronto de esta cruel incertidumbre

Garduntildea guardoacute silencio El Corregidor se dirigioacute al bufete y escribioacute algunas liacuteneas en un pliego de papel sellado que selloacute tambieacuten por su parte guardaacutendolo luego en la faltriquera

ndashiexclYa estaacute hecho el nombramiento del sobrinondashdijo entonces tomando un polvo de rapeacutendash iexclMantildeana me las compondreacute yo con los regidores y o lo ratifican con un acuerdo o habraacute la de San Quintiacuten iquestNo te parece que hago bien

ndashiexclEso iexclesondashexclamoacute Garduntildea entusiasmado metiendo la zarpa en la caja del Corregidor y arrebataacutendole un polvondash iexclEso iexcleso El antecesor de Usiacutea no se paraba tampoco en barras Cierta vez

ndashiexclDeacutejate de bachilleriacuteasndashrepuso el Corregidor sacudieacutendole una guantada en la ratera manondash Mi antecesor era una bestia cuando te tuvo de alguacil Pero vamos a lo que importa Acabas de decirme que el molino del tiacuteo Lucas pertenece al teacutermino del lugarcillo inmediato y no al de esta poblacioacuten iquest Estaacutes seguro de ello

ndashiexclSeguriacutesimo La jurisdiccioacuten de la ciudad acaba en la ramblilla donde yo me senteacute esta tarde a esperar que Vuestra Sentildeoriacutea iexclVoto a Lucifer iexclSi yo hubiera estado en su caso

ndashiexclBastandashgritoacute don Eugeniondash iexclEres un insolente

Y cogiendo media cuartilla de papel escribioacute una esquela cerroacutela doblaacutendole un pico y se la entregoacute a Garduntildea

ndashAhiacute tienesndashle dijo al mismo tiempondashla carta que me has pedido para el alcalde del lugar Tuacute le explicaraacutes de palabra todo lo que tiene que hacer iexclYa ves que sigo tu plan al pie de la letra iexclDesgraciado de ti si me metes en un callejoacuten sin salida

ndashiexclNo hay cuidado contestoacute Garduntildeandash El sentildeor Juan Loacutepez tiene mucho que temer y en cuanto vea la firma de Usiacutea haraacute todo lo que yo le mande iexclLo menos le debe mil fanegas de grano al Poacutesito Real y otro tanto al Poacutesito Piacuteo Esto uacuteltimo contra toda ley pues no es ninguna viuda ni ninguacuten labrador pobre para recibir el trigo sin abonar creces ni recargo sino un jugador un borracho y un sinverguumlenza muy amigo de faldas que trae escandalizado al pueblecillo iexclY aquel hombre ejerce autoridad iexclAsiacute anda el mundo

ndashiexclTe he dicho que calles iexclMe estaacutes distrayendondashbramoacute el Corregidorndash Conque vamos al asuntondashantildeadioacute luego mudando de tonondash Son las siete y cuarto Lo primero que tienes que hacer es ir a casa y advertirle a la Sentildeora que no me espere a cenar ni a dormir Dile que esta noche me estareacute trabajando aquiacute hasta la hora de la queda y que despueacutes saldreacute de ronda secreta contigo a ver si atrapamos a ciertos malhechores En fin engaacutentildeala bien para que se acueste descuidada De camino dile al otro alguacil que me traiga la cena iexclYo no me atrevo a parecer esta noche delante de la Sentildeora pues me conoce tanto que es capaz de leer en mis pensamientos Encaacutergale a la cocinera que ponga unos pestintildeos de los que se hicieron hoy y dile a Juanete que sin que lo vea nadie me alargue de la taberna medio cuartillo de vino blanco En seguida te marchas al lugar donde puedes hallarte muy blen a las ocho

ndashiexclA las ocho en punto estoy alliacutendashexclamoacute Garduntildea

ndashiexclNo me contradigasndashrugioacute el Corregidor acordaacutendose otra vez de que lo era

Garduntildea saludoacute

ndashHemos dichondashcontinuoacute aqueacutel humanizaacutendose de nuevondashque a las ocho en punto estaacutes en el lugar Del lugar al molino habraacute Yo creo que habraacute una media legua

ndashCorta

ndashiexclNo me interrumpas

El alguacil volvioacute a saludar

ndashCortandashprosiguioacute el Corregidorndash Por consiguiente a las diez iquestCrees tuacute que a las diez

ndashiexclAntes de las diez iexclA las nueve y media puede Usiacutea llamar descuidado a la puerta del molino

ndashiexclHombre iexclNo me digas a miacute lo que tengo que hacer Por supuesto que tuacute estaraacutes

ndashYo estareacute en todas partes Pero mi cuartel general seraacute la ramblilla iexclAh se me olvidaba Vaya Usiacutea a pie y no lleve linterna

ndashiexclMaldita la falta que me haciacutean tampoco esos consejos iquestSi creeraacutes tuacute que es la primera vez que salgo a campantildea

ndashPerdone Usiacutea iexclAh Otra cosa No llame Usiacutea a la puerta grande que da a la plazoleta del emparrado sino a la puertecilla que hay encima del caz

ndashiquestEncima del caz hay otra puerta iexclMira tuacute una cosa que nunca se me hubiera ocurrido

ndashSiacute sentildeor la puertecilla del caz da al mismiacutesimo dormitorio de los Molineros y el tiacuteo Lucas no entra ni sale nunca por ella De forma que aunque volviese pronto

ndashComprendo comprendo iexclNo me aturdas maacutes los oiacutedos

ndashPor uacuteltimo procure Usiacutea escurrir el bulto antes del amanecer Ahora amanece a las seis

ndashiexclMira otro consejo inuacutetil A las cinco estareacute de vuelta en mi casa Pero bastante hemos hablado ya iexclQuiacutetate de mi presencia

ndashPues entonces sentildeor iexclbuena suertendashexclamoacute el alguacil alargando lateralmente la mano al Corregidor y mirando al techo al mismo tiempo

El Corregidor puso en aquella mano una peseta y Garduntildea desaparecioacute como por ensalmo

ndashiexclPor vida de ndashmurmuroacute el viejo al cabo de un instantendash iexclSe me ha olvidado decirle a ese bachillero que me trajesen tambieacuten una baraja iexclCon ella me hubiera entretenido hasta las nueve y media viendo si me saliacutea aquel solitario

XV Despedida en prosa Seriacutean las nueve de aquella misma noche cuando el tiacuteo Lucas y la sentildeaacute Frasquita terminadas todas las haciendas del molino y de la casa se cenaron una fuente de ensalada de escarola una libreja de carne guisada con tomates y algunas uvas de las que quedaban en la consabida cesta todo ello rociado con un poco de vino y con grandes risotadas a costa del Corregidor despueacutes de lo cual miraacuteronse afablemente los dos esposos como muy contentos de Dios y de siacute mismos y se dijeron entre un par de bostezos que revelaban toda la paz y tranqulhdad de sus corazones

ndashPues sentildeor vamos a acostarnos y mantildeana seraacute otro diacutea

En aquel momento sonaron dos fuertes y ejecutivos golpes aplicados a la puerta grande del molino

El marido y la mujer se miraron sobresaltados

Era la primera vez que oiacutean llamar a su puerta a semejante hora

ndashVoy a verndashdijo la intreacutepida navarra encaminaacutendose hacia la plazoletilla

ndashiexclQuita iexclEso me toca a miacutendashexclamoacute el tiacuteo Lucas con tal dignidad que la sentildeaacute Frasquita le cedioacute el pasondash iexclTe he dicho que no salgasndashantildeadioacute luego con dureza viendo que la obstinada Molinera queriacutea seguirle

Eacutesta obedecioacute y se quedoacute dentro de la casa

ndashiquestQuieacuten esndashpreguntoacute el tiacuteo Lucas desde en medio de la plazoleta

ndashiexclLa Justiciandashcontestoacute una voz al otro lado del portoacuten

ndashiquestQueacute Justicia

ndashLa del lugar iexclAbra usted al sentildeor Alcalde

El tiacuteo Lucas habiacutea aplicado entre tanto un ojo a cierta mirilla muy disimulada que teniacutea el portoacuten y reconocido a la luz de la luna al ruacutestico Alguacil del lugar inmedlato

ndashiexclDiraacutes que le abra al borrachoacuten del Alguacilndashrepuso el Molinero retirando la tranca

ndashiexclEs lo mismondashcontestoacute el de afuerandash pues que traigo una orden escrita de su Merced Tenga usted muy buenas noches tiacuteo Lucasndashagregoacute luego entre tanto y con voz menos oficial maacutes baja y maacutes gorda como si ya fuera otro hombre

ndashiexclDios te guarde Tontildeuelondashrespondioacute el murcianondash Veamos queacute orden es esa iexclY bien podiacutea el sentildeor Juan Loacutepez

escoger otra hora mas oportuna de dirigirse a los hombres de bien Por supuesto que la culpa seraacute tuya iexclComo si lo viera te has estado emborrachando en las huertas del camino iquestQuieres un trago

ndashNo sentildeor no hay tiempo para nada Tiene usted que seguirme inmediatamente Lea usted la orden

ndashiquestCoacutemo seguirtendashexclamoacute el tiacuteo Lucas penetrando en el molino despueacutes de tomar el papelndash iexclA ver Frasquita alumbra

La sentildeaacute Frasquita soltoacute una cosa que teniacutea en la mano y descolgoacute el candil El tiacuteo Lucas miroacute raacutepidamente al objeto que habiacutea soltado su mujer y reconocioacute su bocacha o sea un enorme trabuco que calzaba balas de a media libra

El Molinero dirigioacute entonces a la navarra una mirada llena de gratitud y ternura y le dijo tomaacutendole la cara

ndashiexclCuaacutento vales

La sentildeaacute Frasquita paacutelida y serena como una estatua de maacutermol levantoacute el candil cogido con dos dedos sin que el maacutes leve temblor agitase su pulso y contestoacute secamente

ndashiexclVaya lee

La orden deciacutea

Para el mejor servicio de S M el Rey Nuestro Sentildeor (Q D G) prevengo a Lucas Fernaacutendez molinero de estos vecinos que tan luego como reciba la presente orden comparezca ante mi autoridad sin excusa ni pretexto alguno advirtieacutendole que por

ser asunto reservado no lo pondraacute en conocimiento de nadie todo ello bajo las penas correspondientes caso de desobediencia El Alcalde JUAN LOacutePEZ

Y habiacutea una cruz en vez de ruacutebrica

ndashOye tuacute iquestY queacute es estondashle preguntoacute el tiacuteo Lucas al Alguacilndash iquestA queacute viene esta orden

ndashNo lo seacutendashcontestoacute el ruacutestico hombre de unos treinta antildeos cuyo rostro esquinado y avieso propio de ladroacuten o de asesino daba muy triste idea de su sinceridadndash Creo que se trata de averiguar algo de brujeriacutea o de moneda falsa Pero la cosa no va con usted Lo llaman como testigo o como perito En fin yo no me he enterado bien del particular El sentildeorJuan Loacutepez se lo explicaraacute a usted con maacutes pelos y sentildeales

ndashiexclCorrientendashexclamoacute el Molinerondash Dile que ireacute mantildeana

ndashiexclCa no sentildeor Tiene usted que venir ahora mismo sin perder un minuto Tal es la orden que me ha dado el sentildeor Alcalde

Hubo un instante de silencio Los ojos de la sentildeaacute Frasquita echaban llamas

El tiacuteo Lucas no separaba los suyos del suelo como si buscara alguna cosa

ndashMe concederaacutes cuando menosndashexclamoacute al fin levantando la cabezandashel tiempo preciso para ir a la cuadra y aparejar una burra

ndashiexclQueacute burra ni queacute demontrendashreplicoacute el Alguacil iexclCualquiera se anda a pie media legua La noche estaacute muy hermosa y hace luna

ndashYa he visto que ha salido Pero yo tengo los pies hinchados

ndashPues entonces no perdamos tiempo Yo le ayudareacute a usted a aparejar

ndashiexclHola iexclHola iquestTemes que me escape

ndashYo no temo nada tiacuteo Lucasndashrespondioacute Tontildeuelo con la frialdad de un desalmadondash Yo soy la Justicia

Y hablando asiacute descansoacute armas con lo que dejoacute ver el retaco que llevaba debajo del capote

ndashPues mira Tontildeuelondashdijo la Molinerandash Ya que vas a la cuadra a ejercer tu verdadero oficio hazme el favor de aparejar tambieacuten la otra burra

ndashiquest Para queacutendashinterrogoacute el Molinero

ndashiexclPara miacute Yo voy con vosotros

ndashiexclNo puede ser sentildeaacute Frasquitandashobjetoacute el Alguacilndash Tengo orden de llevarme a su marido de usted nada maacutes y de impedir que usted lo siga En ello me van el destino y el pescuezo Asiacute me lo advirtioacute el sentildeorJuan Loacutepez Conque vamos tiacuteo Lucas Y se dirigioacute hacia la puerta

ndashiexclCosa maacutes rarandashdijo a media voz el murciano sin

moverse

ndashiexclMuy rarandashcontestoacute la sentildeaacute Frasquita

ndashEsto es algo que yo me seacutendashcontinuoacute murmurando el tiacuteo Lucas de modo que no pudiese oiacuterlo Tontildeuelo

ndashiquestQuieres que vaya yo a la ciudadndashcuchicheoacute la navarrandashy le deacute aviso al Corregidor de lo que nos sucede

ndashiexclNondashrespondioacute en alta voz el tiacuteo Lucasndash iexclEso no

ndashiquest Pues queacute quieres que hagandashdijo la Molinera con gran iacutempetu

ndashQue me miresndashrespondioacute el antiguo soldado

Los dos esposos se miraron en silencio y quedaron tan satisfechos ambos de la tranquilidad la resolucioacuten y la energiacutea que se comunicaron sus almas que acabaron por encogerse de hombros y reiacuterse

Despueacutes de esto el tiacuteo Lucas encendioacute otro candil y se dirigioacute a la cuadra diciendo al paso a Tontildeuelo con socarroneriacutea

ndashiexclVaya hombre iexclVen y ayuacutedame supuesto que eres tan amable

Tontildeuelo lo siguioacute canturriando una copla entre dientes

Pocos minutos despueacutes el tiacuteo Lucas saliacutea del molino caballero en una hermosa jumenta y seguido del Alguacil

La despedida de los esposos se habiacutea reducido a lo siguiente

ndashCierra bienndashdijo el tiacuteo Lucas

ndashEmboacutezate que hace frescondashdijo la sentildeaacute Frasquita cerrando con llave tranca y cerrojo

Y no hubo maacutes adioacutes ni maacutes beso ni maacutes abrazo ni maacutes mirada

iquestPara queacute

XVI Un ave de mal aguumlero

Sigamos por nuestra parte al tiacuteo Lucas

Ya habiacutean andado un cuarto de legua sin hablar palabra el Molinero subido en la borrica y el Alguacil arreaacutendola con su bastoacuten de autoridad cuando divisaron delante de siacute en lo alto de un repecho que haciacutea el camino la sombra de un enorme pajarraco que se dirigiacutea hacia ellos

Aquella sombra se destacoacute eneacutergicamente sobre el cielo esclarecido por la luna dibujaacutendose en eacutel con tanta precisioacuten que el Molinero exclamoacute en el acto

ndashTontildeuelo iexclaquel es Garduntildea con su sombrero de tres picos y sus patas de alambre

Mas antes de que contestara el interpelado la sombra deseosa sin duda de eludir aquel encuentro habiacutea dejado el camino y echado a correr a campo traviesa con la velocidad de

una verdadera garduntildea

ndashNo veo a nadiendashrespondioacute entonces Tontildeuelo con la mayor naturalidad

ndashNi yo tampocondashreplicoacute el tiacuteo Lucas comieacutendose la partida

Y la sospecha que ya se le ocurrioacute en el molino principioacute a adquirir cuerpo y consistencia en el espiacuteritu receloso del jorobado

ndashEste viaje miacuteondashdiacutejose interiormentendashes una estratagema amorosa del Corregidor La declaracioacuten que le oiacute esta tarde desde lo alto del emparrado me demuestra que el vejete rnadrilentildeo no puede esperar maacutes Indudablemente esta noche va a volver de visita al molino y por eso ha principiado quitaacutendome de en medio Pero iquestqueacute importa iexclFrasquita es Frasquita y no abriraacute la puerta aunque le peguen fuego a la casa Digo maacutes aunque la abriese aunque el Corregidor lograse por medio de cualquier ardid sorprender a mi excelente navarra el piacutecaro viejo saldriacutea con las manos en la cabeza iexclFrasquita es Frasquita Sin embargondashantildeadioacute al cabo de un momentondash iexclbueno seraacute volverme esta noche a casa lo maacutes temprano que pueda

Llegaron con esto al lugar el tiacuteo Lucas y el Alguacil dirigieacutendose a casa del sentildeor Alcalde

XVII Un alcalde de monterilla

El sentildeor Juan Loacutepez que como particular y como Alcalde era la tiraniacutea la ferocidad y el orgullo personificados (cuando trataba con sus interiores) dignaacutebase sin embargo a aquellas horas despueacutes de despachar los asuntos oficiales y los de su labranza y de pegarle a su mujer su cotidiana paliza beberse un caacutentaro de vino en compantildeiacutea del secretario y del sacristaacuten operacioacuten que iba maacutes de mediada aquella noche cuando el Molinero comparecioacute en su presencia

ndashiexclHola tiacuteo Lucasndashle dijo rascaacutendose la cabeza para excitar en ella la vena de los embustesndash iquestCoacutemo va de salud iexclA ver secretario eacutechele usted un vaso de vino al tiacuteo Lucas iquestY la sentildea Frasquita iquestSe conserva tan guapa iexclYa hace mucho tiempo que no la he visto Pero hombre iexclqueacute bien que sale ahora la molienda iexclEl pan de centeno parece de trigo candeal Conque vaya Sieacutentese usted y descanse que gracias a Dios no tenemos prisa

ndashiexclPor mi parte maldita aquellandashcontestoacute el tiacuteo Lucas que

hasta entonces no habiacutea despegado los labios pero cuyas sospechas eran cada vez mayores al ver el amistoso recibimiento que se le haciacutea despueacutes de una orden tan terrible y apremiante

ndashPues entonces tiacuteo Lucasndashcontinuoacute el alcaldendash supuesto que no tiene usted gran prisa dormiraacute usted acaacute esta noche y mantildeana temprano despacharemos nuestro asuntillo

ndashMe parece bienndashrespondioacute el tiacuteo Lucas con una ironiacutea y un disimulo que nada teniacutean que envidiar a la diplomacio del sentildeor Juan Loacutepezndash Supuesto que la cosa no es urgente pasareacute la noche fuera de mi casa

ndashNi urgente ni de peligro para ustedndashantildeadioacute el Alcalde engantildeado por aquel a quien creiacutea engantildearndash Puede usted estar completamente tranquilo Oye tuacute Tontildeuelo Alarga esa media fanega para que se siente el tiacuteo Lucas

ndashEntonces iexclvenga otro tragondashexclamoacute el Molinero sentaacutendose

ndashiexclVenga de ahiacutendashrepuso el Alcalde alargaacutendole el vaso lleno

ndashEstaacute en buena mano Meacutedielo usted

ndashiexclPues por su saludndashdijo el sentildeor Juan Loacutepez bebieacutendose la mitad

ndashPor la de usted sentildeor Alcaldendashreplicoacute el tiacuteo Lucas apurando la otra

ndashiexclA ver Manuelandashgritoacute entonces el Alcalde de monterillandash

Dile a tu ama que el tiacuteo Lucas se queda a dormir aquiacute Que le ponga una cabecera en el granero

ndashiexclCa No iexclDe ningun modo Yo duermo en el pajar como un rey

ndashMire usted que tenemos cabeceras

ndashiexclYa lo creo Pero iquesta queacute quiere usted incomodar a la familia Yo traigo mi capote

ndashPues sentildeor como usted guste iexclManuela dile a tu ama que no la ponga

ndashLo que siacute va usted a permitirmendashcontinuoacute el tiacuteo Lucas bostezando de un modo atrozndashes que me acueste en seguida Anoche he tenido mucha molienda y no ha pegado todaviacutea los ojos

ndashiexclConcedidondashrespondioacute majestuosamente el AlcaldendashPuede usted recogerse cuando quiera

ndashCreo que tambieacuten es hora de que nos recojamos nosotrosndashdijo el sacristaacuten asomaacutendose al caacutentaro de vino para graduar lo que quedabandash Ya deben de ser las diez o poco menos

ndashLas diez menos cuartillondashnotificoacute el secretario despueacutes de repartir en los vasos el resto del vino correspondiente a aquella noche

ndashiexclPues a dormir caballerosndashexclamoacute el anfitrioacuten apurando su parte

ndashHasta mariana sentildeoresndashantildeadioacute el Molinero bebieacutendose la suya

ndashEspere usted que le alumbren iexclTontildeuelo Lleva al tiacuteo Lucas al pajar

ndashiexclPor aquiacute tiacuteo Lucasndashdijo Tontildeuelo llevaacutendose tambieacuten el caacutentaro por si le quedaban algunas gotas

ndashHasta mantildeana si Dlos quierendashagregoacute el sacristaacuten despueacutes de escurrir todos los vasos

Y se marchoacute tambaleaacutendose y cantando alegremente el De profundis

ndashPues sentildeorndashdiacutejole el Alcalde al Secretario cuando se quedaron solosndash El tiacuteo Lucas no ha sospechado nada Nos podemos acostar descansadamente y iexclbuena pro le haga al Corregidor

XVIII Donde se veraacute que el tiacuteo Lucas teniacutea el suentildeo muy ligero

Cinco minutos despueacutes un hombre se descolgaba por la ventana del pajar del sentildeor Alcalde ventana que daba a un corraloacuten y que no distariacutea cuatro varas del suelo

En el corraloacuten habiacutea un cobertizo sobre una gran pesebrera a la cual hallaacutebanse atadas seis u ocho caballleriacuteas de diversa alcurnia bien que todas ellas del sexo deacutebil Los caballos mulos y burros del sexo fuerte formaban rancho aparte en otro local contiguo

El hombre desatoacute una borrica que por cierto estaba aparejada y se encaminoacute llevaacutendola del diestro hacia la puerta del corral retiroacute la tranca y desechoacute el cerrojo que la aseguraban abrioacutela con mucho tiento y se encontroacute en medio del campo

Una vez alliacute montoacute en la borrica metioacutele los talones y salioacute como una flecha con direccioacuten a la ciudad mas no por el carril ordinario sino atravesando siembras y cantildeadas como quien se precave contra alguacuten mal encuentro

Era el tiacuteo Lucas que se dirigiacutea a su molino

XIX Voces clamantes in desertogt

ndashiexclAlcaldes a miacute que soy de Archenandashiba dicieacutendose el murcianondash iexclMantildeana por la mantildeana pasareacute a ver al sentildeor Obispo como medida preventiva y le contareacute todo lo que me ha ocurrido esta noche iexclLlamarme con tanta prisa y reserva y a hora tan desusada decirme que venga solo hablarme del servicio del Rey y de moneda falsa y de brujas y de duendes para echarme luego dos vasos de vino y mandarme a dormir iexclLa cosa no puede ser maacutes clara Garduntildea trajo al lugar esas instrucciones de parte del Corregidor y esta es la hora en que el Corregidor estaraacute ya en campantildea contra mi mujer iexclQuieacuten sabe si me lo encontrareacute llamando a la puerta del molino iexclQuieacuten sabe si me lo encontrareacute ya dentro iexclQuieacuten sabe Pero iquestqueacute voy a decir iexclDudar de mi navarra iexclOh esto es ofender a Dios iexclImposible que ella iexclImposible que mi Frasquita iexclImposible Mas iquestqueacute estoy diciendo iquestAcaso hay algo imposible en el mundo iquestNo se casoacute conmigo siendo ella tan hermosa y yo tan feoiquest

Y al hacer esta uacuteltima reflexioacuten el pobre jorobado se echoacute a llorar

Entonces paroacute la burra para serenarse se enjugoacute las laacutegrimas suspiroacute hondamente sacoacute los aviacuteos de fumar picoacute y lioacute un cigarro de tabaco negro empuntildeoacute luego pedernar yesca y eslaboacuten y al cabo de algunos golpes consiguioacute encender candela

En aquel mismo momento sintioacute rumor de pasos hacia el camino que distariacutea de alliacute unas trescientas varas

ndashiexclQueacute imprudente soyndashdijondashiexclSi me andaraacute buscando ya la Justicia y yo me habreacute vendido al echar estas yescas

Escondioacute pues la lumbre y se apeoacute ocultaacutendose detraacutes de la borrica

Pero la borrica entendioacute las cosas de diferente modo y lanzoacute un rebuzno de satlsfaccioacuten

ndash-iexclMaldita seasndashexclamoacute el tiacuteo Lucas tratando de cerrarle la boca con las manos

Al propio tiempo resonoacute otro rebuzno en el camino por viacutea de galante respuesta

ndashiexclEstamos aviadosndashprosiguioacute pensando el Molinerondash iexclBien dice el refraacuten el mayor mal de los males es tratar con animales

Y asiacute discurriendo volvioacute a montar arreoacute la bestia y salioacute disparado en direccioacuten contraria al sitio en que habiacutea sonado el segundo rebuzno

Y lo maacutes particular fue que la persona que iba en el jumento interlocutor debioacute de asustarse del tiacuteo Lucas tanto como el tiacuteo

Lucas se habiacutea asustado de ella Lo digo porque apartoacutese tambieacuten del camino recelando sin duda que fuese un alguacil o un malhechor pagado por don Eugenio y salioacute a escape por los sembrados de la otra banda

El murciano entre tanto continuoacute cavilando de este modo

ndashiexclQueacute noche iexclQueacute mundo iexclQueacute vida la miacutea desde hace una hora iexclAlguaciles metidos a alcahuetes alcaldes que conspiran contra mi honra burros que rebuznan cuando no es menester y aquiacute en mi pecho un miserable corazoacuten que se ha atrevido a dudar de la mujer maacutes noble que Dios ha criado iexclOh Dios miacuteo Dios miacuteo iexclHaz que llegue pronto a mi casa y que encuentre alliacute a mi Frasquita

Siguioacute caminando el tiacuteo Lucas atravesando siembras y matorrales hasta que al fin a eso de las once de la noche llegoacute sin novedad a la puerta grande del molino iexclCondenacioacuten iexclLa puerta del molino estaba abierta

XX La duda y la realidad Estaba abierta iexcly eacutel al marcharse habia oiacutedo a su mujer cerrarla con llave tranca y cerrojo

Por consiguiente nadie maacutes que su propia mujer habia podido abrirla

Pero iquestcoacutemo iquestcuaacutendo iquestpor queacute iquestDe resultas de un engantildeo iquestA consecuencia de una orden iquestO bien deliberada y voluntariamente en virtud de previo acuerdo con el Corregidor iquestQueacute iba a ver iquestQueacute iba a saber iquestQueacute le aguardaba dentro de su casa iquestSe habiacutea fugado la sentildeaacute Frasquita iquestSe la habriacutean robado iquestEstariacutea muerta iquestO estariacutea en brazos de su rival

ndashEl Corregidor contaba con que yo no podriacutea venir en toda la nochendashse dijo luacutegubremente el tiacuteo Lucasndash El Alcalde del lugar tendriacutea orden hasta de encadenarme antes que permitirme volver iquestSabiacutea todo esto Frasquita iquestEstaba en el complot iquestO ha sido viacutectima de un engantildeo de una violencia de una infamia

No empleoacute maacutes tiempo el sin ventura en hacer todas estas crueles reflexiones que el que tardoacute en atravesar la plazoletilla

del emparrado

Tambieacuten estaba abierta la puerta de la casa cuyo primer aposento (como en todas las viviendas ruacutesticas) era la cocina

Dentro de la cocina no habiacutea nadie

Sin embargo una enorme fogata ardiacutea en la chimenea iexclchimenea que eacutel dejoacute apagada y que no se encendia nunca hasta muy entrado el mes de diciembre

Por uacuteltimo de uno de los ganchos de la espetera pendiacutea un candil encendido

iquestQueacute significaba todo aquello iquestY coacutemo se compadeciacutea semejante aparato de vigilia y de sociedad con el silencio de muerte que reinaba en la casa

iquestQueacute habia sido de su mujer

Entonces y soacutelo entonces reparoacute el tiacuteo Lucas en unas ropas que habiacutea colgadas en los espaldares de dos o tres sillas puestas alrededor de la chimenea

Fijoacute la vista en aquellas ropas y lanzoacute un rugido intenso que se le quedoacute atravesado en la garganta convertido en sollozo mudo y sofocante

Creyoacute el infortunado que se ahogaba y se llevoacute las manos al cuello mientras que liacutevido convulso con los ojos desencajados contemplaba aquella vestimenta poseiacutedo de tanto horror como el reo en capilla a quien le presentan la hopa

Porque lo que alliacute veiacutea era la capa de grana el sombrero de tres picos la casaca y la chupa de color de toacutertola el calzoacuten de seda negra las medias blancas los zapatos con hebilla y hasta el bastoacuten el espadiacuten y los guantes del execrable Corregidor iexclLo que alliacute veiacutea era la ropa de su ignominia la mortaja de su honra el sudario de su ventura

El terrible trabuco seguiacutea en el mismo rincoacuten en que dos horas antes lo dejoacute la navarra

El tiacuteo Lucas dio un salto de tigre y se apoderoacute de eacutel Sondeoacute el cantildeoacuten con la baqueta y vio que estaba cargado Miroacute la piedra y halloacute que estaba en su lugar

Volvioacutese entonces hacia la escalera que conduciacutea a la caacutemara en que habiacutea dormido tantos antildeos con la sentildeaacute Frasquita y murmuroacute sordamente

ndashiexclAlliacute estaacuten

Avanzoacute pues un paso en aquella direccioacuten pero en seguida se detuvo para mirar en torno de siacute y ver si alguien lo estaba observando

ndashiexclNadiendashdijo mentalmentendash iexclSolo Dios y eacutese ha querido esto

Confirmada asiacute la sentencia fue a dar otro paso cuando su errante mirada distinguioacute un pliego que habiacutea sobre la mesa

Verlo y haber caiacutedo sobre eacutel y tenerlo entre sus garras fue todo cosa de un segundo

iexclAquel papel era el nombramiento del sobrino de la sentildeaacute Frasquita firmado por don Eugenio de Zuacutentildeiga y Ponce de Leoacuten

ndashiexclEste ha sido el precio de la ventandashpensoacute el tiacuteo Lucas metieacutendose el papel en la boca para sofocar sus gritos y dar alimento a su rabiandash iexclSiempre receleacute que quisiera a su familia maacutes que a miacute iexclAh iexclNo hemos tenido hijos iexclHe aquiacute la causa de todo

Y el infortunado estuvo a punto de volver a llorar

Pero luego se enfurecioacute nuevamente y dijo con un ademaacuten terrible ya que no con la voz

ndashiexclArriba iexclArriba

Y empezoacute a subir la escalera andando a gatas con una mano llevando el trabuco en la otra y con el papel infame entre los dientes

En corroboracioacuten de sus loacutegicas sospechas al llegar a la puerta del dormitorio (que estaba cerrada) vio que saliacutean algunos rayos de luz por las junturas de las tablas y por el ojo de la llave

ndashiexclAquiacute estaacutenndashvolvioacute a decir

Y se paroacute un instante como para pasar aquel nuevo trago de amargura

Luego continuoacute subiendo hasta llegar a la puerta misma del dormitorio

Dentro de eacutel no se oiacutea ninguacuten ruido

ndashiexclSi no hubiera nadiendashle dijo tiacutemidamente la esperanza

Pero en aquel mismo instante el infeliz oyoacute toser dentro del cuarto

iexclEra la tos medio asmaacutetica del Corregidor

iexclNo cabiacutea duda iexclNo habiacutea tabla de salvacioacuten en aquel naufragio

El Molinero sonrioacute en las tinieblas de un modo horroroso iquestCoacutemo no brillan en la oscuridad semejantes relaacutempagos iquestQueacute es todo el fuego de las tormentas comparado con el que arde a veces en el corazoacuten del hornbre

Sin embargo el tiacuteo Lucas (tal era su alma como ya dijimos en otro lugar) principioacute a tranquilizarse no bien oyoacute la tos de su enemigo

La realidad le haciacutea menos dantildeo que la duda Seguacuten le anuncioacute eacutel mismo aquella tarde a la sentildeaacute Frasquita desde el punto y hora en que perdiacutea la uacutenica fe que era vida de su alma empezaba a convertirse en un hombre nuevo

Semejante al moro de Veneciandashcon quien ya lo comparamos al describir su caraacutecterndash el desengantildeo mataba en eacutel de un solo golpe todo el amor transfigurando de paso la iacutendole de su espiacuteritu y hacieacutendole ver el mundo como una regioacuten extrantildea a que acabara de llegar La uacutenica diferencia consistiacutea en que el tiacuteo Lucas era por idiosincrasia menos traacutegico menos austero y maacutes egoista que el insensato sacrificador de Desdeacutemona

iexclCosa rara pero propia de tales situaciones La duda o sea la esperanzandashque para el caso es lo mismondash volvioacute todaviacutea a mortificarle un momento

ndashiexclSi me hubiera equivocadondashpensoacutendash iexclSi la tos hubiese sido de Frasquita

En la tribulacioacuten de su infortunio olvidaacutebasele que habiacutea visto las ropas del Corregidor cerca de la chimenea que habiacutea encontrado abierta la puerta del molino que habiacutea leiacutedo la credencial de su infamia

Agachoacutese pues y miroacute por el ojo de la llave temblando de incertidumbre y de zozobra

El rayo visual no alcanzaba a descubrir maacutes que un pequentildeo triaacutengulo de cama por la parte del cabecero iexclPero precisamente en aquel pequentildeo triaacutengulo se veiacutea un extremo de las almohadas y sobre las almohadas la cabeza del Corregidor

Otra risa diaboacutelica contrajo el rostro del Molinero

Dijeacuterase que volviacutea a ser feliz

ndashiexclSoy duentildeo de la verdad iexclMeditemosndashmurmuroacute irguieacutendose tranquilamente

Y volvioacute a bajar la escalera con el mismo tiernpo que empleoacute para subirla

ndashEl asunto es delicado Necesito reflexionar Tengo tiempo de sobra para todondashiba pensando mientras bajaba

Llegado que hubo a la cocina sentoacutese en medio de ella y ocultoacute la frente entre las manos

Asiacute permanecioacute mucho tiempo hasta que le despertoacute de su meditacioacuten un leve golpe que sintioacute en un pie

Era el trabuco que se habiacutea deslizado de sus rodillas y que le haciacutea aquella especie de sentildea

ndashiexclNo iexclTe digo que nondashmurmuroacute el tiacuteo Lucas encaraacutendose con el armandash iexclNo me convienes Todo el mundo tendriacutea laacutestima de ellos iexcly a miacute me ahorcariacutean iexclSe trata de un Corregidor y matar a un Corregidor es todaviacutea en Espantildea cosa indisculpable Diriacutean que lo mateacute por infundados celos y que luego lo desnudeacute y lo metiacute en mi cama Diriacutean ademaacutes que mateacute a mi mujer por simples sospechas iexclY me ahorcariacutean iexclVaya si me ahorcariacutean iexclAdemaacutes yo habriacutea dado muestras de tener muy poca alma muy poco talento si al remate de mi vida fuera digno de compasioacuten iexclTodos se reiriacutean de miacute iexclDiriacutean que mi desventura era muy natural siendo yo jorobado y Frasquita tan hermosa iexclNada no Lo que yo necesito es vengarme y despueacutes de vengarme triunfar despreciar reiacuter reirme mucho reiacuterme de todos evitando por tal medio que nadie pueda burlarse nunca de esta giba que yo he llegado a hacer hasta envidiable y que tan grotesca seriacutea en una horca

Asiacute discurrioacute el tiacuteo Lucas tal vez sin darse cuenta de ello puntualmente y en virtud de semejante discurso colocoacute el arma en su sitio y principioacute a pasearse con los brazos atraacutes y la cabeza baja como buscando su venganza en el suelo en la tierra en las ruindades de la vida en alguna bufonada ignominiosa y ridiacutecula para su mujer y para el Corregidor lejos de buscar aquella misma venganza en la justicia en el desafiacuteo en el perdoacuten en el cielo como hubiera hecho en su lugar cualquier otro hombre

de condicioacuten menos rebelde que la suya a toda imposicioacuten de la Naturaleza de la sociedad o de sus propios sentimientos

De repente paraacuteronse sus ojos en la vestimenta del Corregidor

Luego se paroacute eacutel mismo

Despueacutes fue demostrando poco a poco en su semblante una alegriacutea un gozo un triunfo indefinibles hasta que por uacuteltimo se echoacute a reiacuter de una manera formidable esto es a grandes carcajadas pero sin hacer ningun ruidondasha fin de que no lo oyesen desde arribandash metieacutendose los puntildeos por los ijares para no reventar estremecieacutendose todo como un epileacuteptico y teniendo que concluir por dejarse caer en una silla hasta que le pasoacute aquella convulsioacuten de sarcaacutestico regocijo Era la propia risa de Mefistoacutefeles

No bien se sosegoacute principioacute a desnudarse con una celeridad febril colocoacute toda su ropa en las mismas sillas que ocupaba la del Corregidor puacutesose cuantas prendas perteneciacutean a este desde los zapatos de hebilla hasta el sombrero de tres picos cintildeoacutese el espadiacuten embozoacutese en la capa de grana cogioacute el bastoacuten y los guantes y salioacute del molino y se encaminoacute a la ciudad balanceaacutendose de la propia manera que solia don Eugenio de Zuacuteniga y dicieacutendose de vez en cuando esta frase que compendiaba su pensamiento

ndashiexclTambieacuten la Corregidora es guapa

XXI

iexclEN GUARDIA CABALLERO gt

Abandonemos por ahora al tiacuteo Lucas y entereacutemonos de lo que habiacutea ocurrido en el molino desde que dejamos alliacute sola a la sentildeaacute Frasquita hasta que su esposo volvioacute a eacutel y se encontroacute con tan estupendas novedades

Una hora habriacutea pasado despueacutes que el tiacuteo Lucas se marchoacute con Tontildeuelo cuando la afligida navarra que se habiacutea propuesto no acostarse hasta que regresara su marido y que estaba haciendo calceta en su dormitorio situado en el piso de arriba oyoacute lastimeros gritos fuera de la casa hacia el paraje alliacute muy proacuteximo por donde corriacutea el agua del caz

ndashiexclSocorro que me ahogo iexclFrasquita iexclFrasquitandash exclamaba una voz de hombre con el luacutegubre acento de la desesperacioacuten

ndashiquestSi seraacute Lucasndashpensoacute la navarra llena de un terror que no necesitamos describir

En el mismo dormitorio habiacutea una puertecilla de que ya nos habloacute Garduntildea y que daba efectivamente sobre la parte alta del caz Abrioacutela sin vacilacioacuten la sentildeaacute Frasquita por maacutes que no hubiera reconocido la voz que pediacutea auxilio y encontroacutese de manos a boca con el Corregidor que en aquel momento saliacutea todo chorreando de la impetuosiacutesima acequia

ndashiexclDios me perdone iexclDios me perdonendashbalbuceaba el infameviejondash iexclCreiacute que me ahogaba

ndashiexclCoacutemo iquest Es usted iquestQueacute significa iquestCoacutemo se atreve iquestA queacute viene usted a estas horasndashgritoacute la Molinera con maacutes indignacioacuten que espanto pero retrocediendo maquinalmente

ndashiexclCalla iexclCalla mujerndashtartamudeoacute el Corregidor colaacutendose en el aposento detraacutes de ellandash Yo te lo direacute todo iexclHe estado para ahogarme iexclEl agua me llevaba ya como a una pluma iexclMira mira coacutemo me he puesto

ndashiexclFuera fuera de aquiacutendashreplicoacute la sentildeaacute Frasquita con mayor violenciandash iexclNo tiene usted nada que explicarme iexclDemasiado lo comprendo todo iquest Queacute me importa a miacute que usted se ahogue iquestLo he llamado yo a usted iexclAh iexclQueacute infamia iexclPara esto ha mandado usted prender a mi marido

ndashMujer escucha

ndashiexclNo escucho iexclMaacuterchese usted inmediatamente sentildeor Corregidor iexclMaacuterchese usted o no respondo de su vida

ndashiquestQueacute dices

ndashiexclLo que usted oye Mi marido no estaacute en casa pero yo me basto para hacerla respetar iexclMaacuterchese usted por donde ha venido si no quiere que yo le arroje otra vez al agua con mis propias manos

ndashiexclChica chica iexclNo grites tanto que no soy sordondashexclamoacute el viejo libertinondashiexclCuando yo estoy aquiacute por algo seraacute Vengo a libertar al tiacuteo Lucas a quien ha preso por equivocacioacuten un alcalde de monterilla Pero ante todo necesito que me seques estas ropas iexclEstoy calado hasta los huesos

ndashLe digo a usted que se marche

ndashiexclCalla tonta iquestQueacute sabes tuacute Mira aquiacute te traigo un nombramiento de tu sobrino Enciende la lumbre y hablaremos Por lo demaacutes mientras se seca la ropa yo me acostareacute en esta cama

ndashiexclAh ya iquestConque declara usted que veniacutea por miacute iquestConque declara usted que para eso ha mandado arrestar a mi Lucaacutes iquestConque traiacutea usted su nombramiento y todo iexclSantos y Santas del cielo iquestQueacute se habraacute figurado de miacute este mamarracho

ndashiexclFrasquita iexclSoy el Corregidor

ndashiexclAunque fuera usted el Rey A miacute iquestqueacute iexclYo soy la mujer de mi marido y el ama de mi casa iquestCree usted que yo me asusto de los Corregidores iexclYo seacute ir a Madrid y al fin del mundo a pedir justicia contra el viejo insolente que asiacute arrastra su autoridad por los suelos Y sobre todo yo sabreacute mantildeana ponerme la mantilla e ir a ver a la sentildeora Corregidora

ndashiexclNo haraacutes nada de esondashrepuso el Corregidor perdiendo la paciencia o mudando de taacutecticandash No haraacutes nada de eso porque yo te pegareacute un tiro si veo que no entiendes de razones

ndashiexclUn tirondashexclamoacute la sentildeaacute Frasquita con voz sorda

ndashUn tiro siacute Y de ello no me resultaraacute perjuicio alguno Casualmente he dejado dicho en la ciudad que saliacutea esta noche a la caza de criminales iexclConque no seas necia y quieacutereme como yo te adoro

ndashSentildeor Corregidor iquestun tirondashvolvioacute a decir la navarra

echando los brazos atraacutes y el cuerpo hacia adelante como para lanzarse sobre su adversario

ndashSi te empentildeas te lo pegareacute y asiacute me vereacute libre de tus amenazas y de tu hermosura ndashrespondioacute el Corregidor lleno de miedo y sacando un par de cachorrillos

ndashiquestConque pistolas tambieacuten iexclY en la otra faltriquera el nombramiento de mi sobrinondash dijo la sentildea Frasquita moviendo la cabeza de arriba abajondashPues sentildeor la eleccioacuten no es dudosa Espere Usiacutea un momento que voy a encender la lumbre

Y asiacute hablando se dirigioacute raacutepidamente a la escalera y la bajoacute en tres brincos

El Corregidor cogioacute la luz y salioacute detraacutes de la Molinera temiendo que se escapara pero tuvo que bajar mucho maacutes despacio de cuyas resultas cuando llegoacute a la cocina tropezoacute con la navarra que volviacutea ya en su busca

ndashiquestConque deciacutea usted que me iba a pegar un tirondashexclamoacute aquella indomable mujer dando un paso atraacutesndash Pues iexclen guardia caballero que yo ya lo estoy

Dijo y se echoacute a la cara el formidable trabuco que tanto papel representa

ndashiexclDetente desgraciada iquestQueacute vas a hacerndashgritoacute el Corregidor muerto de ndash Lo de mi tiro era una broma Mira Los cachorrillos estaacuten descargados En cambio es verdad lo del nombramiento Aquiacute lo tienes Toacutemalo Te lo regalo Tuyo es de balde enteramente de balde

Y lo colocoacute temblando sobre la mesa

ndashiexclAhiacute estaacute bienndashrepuso la navarrandash Mantildeana me serviraacute para encender la lumbre cuando le guise el almuerzo a mi marido iexclDe usted no quiero ya ni la gloria y si mi sobrino viniese alguna vez de Estella seriacutea para pisotearle a usted la fea mano con que ha escrito su nombre en ese papel indecente iexclEa lo dicho iexclMaacuterchese usted de mi casa iexclAire iexclaire iexclpronto iexclque ya se me sube la poacutelvora a la cabeza

El Corregidor no contestoacute a este discurso Habiacutease puesto liacutevido casi azul teniacutea los ojos torcidos y un temblor como de terciana agitaba todo su cuerpo Por uacuteltimo principioacute a castantildeetear los dientes y cayoacute al suelo presa de una convulsioacuten espantosa

El susto del caz lo muy mojadas que seguiacutean todas sus ropas la violenta escena del dormitorio y el miedo al trabuco con que le apuntaba la navarra habiacutean agotado las fuerzas del enfermizo anciano

ndashiexclMe muerondashbalbuceoacutendash iexclLlama a Garduntildea Llama a Garduntildea que estaraacute ahiacute en la ramblilla iexclYo no debo morirme en esta casa No pudo continuar

Cerroacute los ojos y se quedoacute como muerto

ndashiexclY se moriraacute como lo dicendashprorrumpioacute la sentildeaacute Frasquitandash Pues sentildeor iexclesta es la maacutes negra iquestQueacute hago yo ahora con este hombre en mi casa iquestQue diriacutean de miacute si se muriese iquestQueacute diriacutea Lucas iquestCoacutemo podriacutea justificarme cuando yo misma le he abierto la puerta iexclOh no Yo no debo quedarme aquiacute con eacutel iexclYo debo buscar a mi marido yo debo escandalizar el mundo antes de comprometer mi honra

Tomada esta resolucioacuten soltoacute el trabuco fuese al corral cogioacute la burra que quedaba en eacutel la aparejoacute de cualquier modo abrioacute la puerta grande de la cerca montoacute de un salto a pesar de sus carnes y se dirigio a la ramblilla

ndashiexclGarduntildea iexclGarduntildeandashiba gritando la navarra conforme se acercaba a aquel sitio

ndashiexclPresentendashrespondioacute al cabo el Alguacil apareciendo detraacutes de un setondash iquestEs usted sentildeaacute Frasquita

ndashSiacute yo soy iexclVe al molino y socorre a tu amo que se esta muriendo

ndashiquestQueacute dice usted iexclVaya un maula

ndashLo que oyes Garduntildea

ndashiquestY usted alma miacutea iquestAdoacutende va a estas horas

ndashiquestYo iexclQuita allaacute badulaque iexclYo voy a la ciudad por un meacutedicondashcontestoacute la sentildeaacute Frasquita arreando la burra con un talonazo y a Garduntildea con un puntapieacute

Y tomoacute no el camino de la ciudad como acababa de decir sino el del lugar inmediato

Garduntildea no reparoacute en esta uacuteltima circunstancia pues iba ya dando zancajadas hacia el molino y discurriendo al par de esta manera

ndashiexclVa por un meacutedico iexclLa infeliz no puede hacer maacutes

iexclPero eacutel es un pobre hombre iexclFamosa ocasioacuten de ponerse malo iexclDios le da confites a quien no puede roerlos

XXI iexclEn guardia caballero

Abandonemos por ahora al tiacuteo Lucas y entereacutemonos de lo que habiacutea ocurrido en el molino desde que dejamos alliacute sola a la sentildeaacute Frasquita hasta que su esposo volvioacute a eacutel y se encontroacute con tan estupendas novedades

Una hora habriacutea pasado despueacutes que el tiacuteo Lucas se marchoacute con Tontildeuelo cuando la afligida navarra que se habiacutea propuesto no acostarse hasta que regresara su marido y que estaba haciendo calceta en su dormitorio situado en el piso de arriba oyoacute lastimeros gritos fuera de la casa hacia el paraje alliacute muy proacuteximo por donde corriacutea el agua del caz

ndashiexclSocorro que me ahogo iexclFrasquita iexclFrasquitandash exclamaba una voz de hombre con el luacutegubre acento de la desesperacioacuten

ndashiquestSi seraacute Lucasndashpensoacute la navarra llena de un terror que no necesitamos describir

En el mismo dormitorio habiacutea una puertecilla de que ya nos habloacute Garduntildea y que daba efectivamente sobre la parte alta del caz Abrioacutela sin vacilacioacuten la sentildeaacute Frasquita por maacutes que no hubiera reconocido la voz que pediacutea auxilio y encontroacutese de manos a boca con el Corregidor que en aquel momento saliacutea todo chorreando de la impetuosiacutesima acequia

ndashiexclDios me perdone iexclDios me perdonendashbalbuceaba el

infameviejondash iexclCreiacute que me ahogaba

ndashiexclCoacutemo iquest Es usted iquestQueacute significa iquestCoacutemo se atreve iquestA queacute viene usted a estas horasndashgritoacute la Molinera con maacutes indignacioacuten que espanto pero retrocediendo maquinalmente

ndashiexclCalla iexclCalla mujerndashtartamudeoacute el Corregidor colaacutendose en el aposento detraacutes de ellandash Yo te lo direacute todo iexclHe estado para ahogarme iexclEl agua me llevaba ya como a una pluma iexclMira mira coacutemo me he puesto

ndashiexclFuera fuera de aquiacutendashreplicoacute la sentildeaacute Frasquita con mayor violenciandash iexclNo tiene usted nada que explicarme iexclDemasiado lo comprendo todo iquest Queacute me importa a miacute que usted se ahogue iquestLo he llamado yo a usted iexclAh iexclQueacute infamia iexclPara esto ha mandado usted prender a mi marido

ndashMujer escucha

ndashiexclNo escucho iexclMaacuterchese usted inmediatamente sentildeor Corregidor iexclMaacuterchese usted o no respondo de su vida

ndashiquestQueacute dices

ndashiexclLo que usted oye Mi marido no estaacute en casa pero yo me basto para hacerla respetar iexclMaacuterchese usted por donde ha venido si no quiere que yo le arroje otra vez al agua con mis propias manos

ndashiexclChica chica iexclNo grites tanto que no soy sordondashexclamoacute el viejo libertinondashiexclCuando yo estoy aquiacute por algo seraacute Vengo a libertar al tiacuteo Lucas a quien ha preso por equivocacioacuten un alcalde de monterilla Pero ante todo necesito que me seques

estas ropas iexclEstoy calado hasta los huesos

ndashLe digo a usted que se marche

ndashiexclCalla tonta iquestQueacute sabes tuacute Mira aquiacute te traigo un nombramiento de tu sobrino Enciende la lumbre y hablaremos Por lo demaacutes mientras se seca la ropa yo me acostareacute en esta cama

ndashiexclAh ya iquestConque declara usted que veniacutea por miacute iquestConque declara usted que para eso ha mandado arrestar a mi Lucaacutes iquestConque traiacutea usted su nombramiento y todo iexclSantos y Santas del cielo iquestQueacute se habraacute figurado de miacute este mamarracho

ndashiexclFrasquita iexclSoy el Corregidor

ndashiexclAunque fuera usted el Rey A miacute iquestqueacute iexclYo soy la mujer de mi marido y el ama de mi casa iquestCree usted que yo me asusto de los Corregidores iexclYo seacute ir a Madrid y al fin del mundo a pedir justicia contra el viejo insolente que asiacute arrastra su autoridad por los suelos Y sobre todo yo sabreacute mantildeana ponerme la mantilla e ir a ver a la sentildeora Corregidora

ndashiexclNo haraacutes nada de esondashrepuso el Corregidor perdiendo la paciencia o mudando de taacutecticandash No haraacutes nada de eso porque yo te pegareacute un tiro si veo que no entiendes de razones

ndashiexclUn tirondashexclamoacute la sentildeaacute Frasquita con voz sorda

ndashUn tiro siacute Y de ello no me resultaraacute perjuicio alguno Casualmente he dejado dicho en la ciudad que saliacutea esta noche a la caza de criminales iexclConque no seas necia y quieacutereme como yo te adoro

ndashSentildeor Corregidor iquestun tirondashvolvioacute a decir la navarra echando los brazos atraacutes y el cuerpo hacia adelante como para lanzarse sobre su adversario

ndashSi te empentildeas te lo pegareacute y asiacute me vereacute libre de tus amenazas y de tu hermosura ndashrespondioacute el Corregidor lleno de miedo y sacando un par de cachorrillos

ndashiquestConque pistolas tambieacuten iexclY en la otra faltriquera el nombramiento de mi sobrinondash dijo la sentildea Frasquita moviendo la cabeza de arriba abajondashPues sentildeor la eleccioacuten no es dudosa Espere Usiacutea un momento que voy a encender la lumbre

Y asiacute hablando se dirigioacute raacutepidamente a la escalera y la bajoacute en tres brincos

El Corregidor cogioacute la luz y salioacute detraacutes de la Molinera temiendo que se escapara pero tuvo que bajar mucho maacutes despacio de cuyas resultas cuando llegoacute a la cocina tropezoacute con la navarra que volviacutea ya en su busca

ndashiquestConque deciacutea usted que me iba a pegar un tirondashexclamoacute aquella indomable mujer dando un paso atraacutesndash Pues iexclen guardia caballero que yo ya lo estoy

Dijo y se echoacute a la cara el formidable trabuco que tanto papel representa

ndashiexclDetente desgraciada iquestQueacute vas a hacerndashgritoacute el Corregidor muerto de ndash Lo de mi tiro era una broma Mira Los cachorrillos estaacuten descargados En cambio es verdad lo del nombramiento Aquiacute lo tienes Toacutemalo Te lo regalo Tuyo es de balde enteramente de balde

Y lo colocoacute temblando sobre la mesa

ndashiexclAhiacute estaacute bienndashrepuso la navarrandash Mantildeana me serviraacute para encender la lumbre cuando le guise el almuerzo a mi marido iexclDe usted no quiero ya ni la gloria y si mi sobrino viniese alguna vez de Estella seriacutea para pisotearle a usted la fea mano con que ha escrito su nombre en ese papel indecente iexclEa lo dicho iexclMaacuterchese usted de mi casa iexclAire iexclaire iexclpronto iexclque ya se me sube la poacutelvora a la cabeza

El Corregidor no contestoacute a este discurso Habiacutease puesto liacutevido casi azul teniacutea los ojos torcidos y un temblor como de terciana agitaba todo su cuerpo Por uacuteltimo principioacute a castantildeetear los dientes y cayoacute al suelo presa de una convulsioacuten espantosa

El susto del caz lo muy mojadas que seguiacutean todas sus ropas la violenta escena del dormitorio y el miedo al trabuco con que le apuntaba la navarra habiacutean agotado las fuerzas del enfermizo anciano

ndashiexclMe muerondashbalbuceoacutendash iexclLlama a Garduntildea Llama a Garduntildea que estaraacute ahiacute en la ramblilla iexclYo no debo morirme en esta casa No pudo continuar

Cerroacute los ojos y se quedoacute como muerto

ndashiexclY se moriraacute como lo dicendashprorrumpioacute la sentildeaacute Frasquitandash Pues sentildeor iexclesta es la maacutes negra iquestQueacute hago yo ahora con este hombre en mi casa iquestQue diriacutean de miacute si se muriese iquestQueacute diriacutea Lucas iquestCoacutemo podriacutea justificarme cuando yo misma le he abierto la puerta iexclOh no Yo no debo quedarme aquiacute con eacutel iexclYo debo buscar a mi marido yo debo escandalizar el mundo

antes de comprometer mi honra

Tomada esta resolucioacuten soltoacute el trabuco fuese al corral cogioacute la burra que quedaba en eacutel la aparejoacute de cualquier modo abrioacute la puerta grande de la cerca montoacute de un salto a pesar de sus carnes y se dirigio a la ramblilla

ndashiexclGarduntildea iexclGarduntildeandashiba gritando la navarra conforme se acercaba a aquel sitio

ndashiexclPresentendashrespondioacute al cabo el Alguacil apareciendo detraacutes de un setondash iquestEs usted sentildeaacute Frasquita

ndashSiacute yo soy iexclVe al molino y socorre a tu amo que se esta muriendo

ndashiquestQueacute dice usted iexclVaya un maula

ndashLo que oyes Garduntildea

ndashiquestY usted alma miacutea iquestAdoacutende va a estas horas

ndashiquestYo iexclQuita allaacute badulaque iexclYo voy a la ciudad por un meacutedicondashcontestoacute la sentildeaacute Frasquita arreando la burra con un talonazo y a Garduntildea con un puntapieacute

Y tomoacute no el camino de la ciudad como acababa de decir sino el del lugar inmediato

Garduntildea no reparoacute en esta uacuteltima circunstancia pues iba ya dando zancajadas hacia el molino y discurriendo al par de esta manera

ndashiexclVa por un meacutedico iexclLa infeliz no puede hacer maacutes iexclPero eacutel es un pobre hombre iexclFamosa ocasioacuten de ponerse malo iexclDios le da confites a quien no puede roerlos

XXII Garduntildea se multiplica

Cuando Garduntildea llegoacute al molino el Corregidor principiaba a volver en siacute procurando levantarse del suelo

En el suelo tambieacuten y a su lado estaba el veloacuten encendido que bajoacute Su Sentildeoriacutea del dormitorio

ndashiquestSe ha marchado yandashfue la primera frase de don Eugenio

ndashiquestQuieacuten

ndashiexclEl demonio Quiero decir la Molinera

ndashSiacute sentildeor Ya se ha marchado y no creo que iba de muy buen humor

ndashiexclAy Garduntildea Me estoy muriendo

ndashPero iquestqueacute tiene Usiacutea iexclPor vida de los hombres

ndashMe he caiacutedo en el caz y estoy hecho una sopa iexclLos huesos se me parten de friacuteo

ndashiexclToma toma iexclAhora salimos con eso

ndashiexclGarduntildea iexclve lo que te dices

ndashYo no digo nada sentildeor

ndashPues bien saacutecame de este apuro

ndashVoy volando iexclVeraacute Usiacutea queacute pronto lo arreglo todo

Asiacute dijo el Alguacil y en un periquete cogioacute la luz con una mano y con la otra se metioacute al Corregidor debajo del brazo subioacutelo al dormitorio puacutesolo en cueros acostoacutelo en la cama corrioacute al jaraiacutez reunioacute una brazada de lentildea fue a la cocina hizo una gran lumbre bajoacute todas las ropas de su amo colocoacutelas en los espaldares de dos o tres sillas encendioacute un candil lo colgoacute de la espetera y tornoacute a subir a la camara

ndashiquestQueacute tal vamosndashpreguntoacutele entonces a don Eugenio levantando en alto el veloacuten para verle mejor el rostro

ndashiexclAdmirablemente iexclConozco que voy a sudar iexclMantildeana te ahorco Garduntildea

ndashiquestPor queacute sentildeor

ndashiquestY te atreves a preguntaacutermelo iquestCrees tuacute que al seguir el plan que me trazaste esperaba yo acostarme solo en esta cama despueacutes de recibir por segunda vez el sacramento del bautismo iexclMantildeana mismo te ahorco

ndashPero cueacutenteme Usiacutea algo iquestLa sentildeaacute Frasquita

ndashLa sentildeaacute Frasquita ha querido asesinarme iexclEs todo lo que he logrado con tus consejos Te digo que te ahorco mantildeana por la mantildeana

ndashiexclAlgo menos seraacute sentildeor Corregidorndashrepuso el Alguacil

ndashiquestPor queacute lo dices insolente iquestPorque me ves aquiacute postrado

ndashNo sentildeor Lo digo porque la sentildeaacute Frasquita no ha debido de mostrarse tan inhumana como Usiacutea cuenta cuando ha ido a la ciudad a buscarle un meacutedico

ndashiexclDios santo iquestEstaacutes seguro de que ha ido a la ciudadndashexclamoacute don Eugenio maacutes aterrado que nunca

ndashA lo menos eso me ha dicho ella

ndashiexclCorre corre Garduntildea iexclAh iexclEstoy perdido sin remedio iquestSabes a queacute va la sentildeaacute Frasquita a la ciudad iexclA contaacuterselo todo a mi mujer iexclA decirle que estoy aquiacute iexclOh Dios miacuteo Dios miacuteo iquestCoacutemo habiacutea yo de figurarme esto iexclYo creiacute que se habriacutea ido al lugar en busca de su marido y como lo tengo alliacute a buen recaudo nada me importaba su viaje Pero iexclirse a la ciudad

ndashGarduntildea corre corre tuacute que eres andariacuten y evita mi perdicioacuten iexclEvita que la terrible Molinera entre en mi casa

ndashiquestY no me ahorcaraacute Usiacutea si lo consigondashprosiguioacute iroacutenicamente el Alguacil

ndashiexclAl contrario Te regalareacute unos zapatos en buen uso que me estaacuten grandes iexclTe regalareacute todo lo que quieras

ndashPues voy volando Dueacutermase Usiacutea tranquilo Dentro de media hora estoy aquiacute de vuelta despueacutes de dejar en la caacutercel a la navarra iexclPara algo soy maacutes ligero que una borrica

Dijo Garduntildea y desaparecioacute por la escalera abajo

Se cae de su peso que durante aquella ausencia del Alguacil fue cuando el Molinero estuvo en el molino y vio visiones por el ojo de la llave

Dejemos pues al Corregidor sudando en el lecho ajeno y a Garduntildea corrien do hacia la ciudad (adonde tan pronto habiacutea de seguirlo el tiacuteo Lucas con sombrero de tres picos y capa de grana) y convertidos tambieacuten nosotros en andarines volemos con direccioacuten al lugar en seguimiento de la valerosa sentildeaacute Frasquita

XXIII Otra vez el desierto y las consabidas voces

La uacutenica aventura que le ocurrioacute a la navarra en su viaje desde el molino al pueblo fue asustarse un poco al notar que alguien echaba yescas en medio de un sembrado

ndashiquestSi seraacute un esbirro del Corregidor iquestSi iraacute a detenermendashpensoacute la Molinera

En esto se oyoacute un rebuzno hacia aquel mismo lado

ndashiexclBurros en el campo a estas horasndashsiguioacute pensando la sentildeaacute Frasquitandash Pues lo que es por aquiacute no hay ninguna huerta ni cortijo iexclVive Dios que los duendes se estaacuten despachando esta noche a su gusto Porque la borrica de mi marido no puede ser iquestQueacute hariacutea mi Lucas a medianoche parado fuera del camino iexclNada iexclnada iexclIndudablemente es un espiacutea

La burra que montaba la sentildeaacute Frasquita creyoacute oportuno rebuznar tambieacuten en aquel instante

ndashiexclCalla demoniondashle dijo la navarra clavaacutendole un alfiler de a ochavo en mitad de la cruz

Y temiendo alguacuten encuentro que no le conviniese sacoacute tambieacuten su bestia fuera del camino y la hizo trotar por otros sembrados

Sin maacutes accidente llegoacute a las puertas del lugar a tiempo

que seriacutean las once de la noche

XXIV Un rey de entonces

Hallaacutebase ya durmiendo la mona el sentildeor Alcalde vuelta la espalda a la espalda de su mujer (y formando asiacute con eacutesta la figura de aacuteguila austriacuteaca de dos cabezas que dice nuestro inmortal Quevedo) cuando Tontildeuelo llamoacute a la puerta de la caacutemara nupcial y avisoacute al sentildeor Juan Loacutepez que la sentildeaacute Frasquita la del molino queriacutea hablarle

No tenemos para queacute referir todos los gruntildeidos y juramentos inherentes al acto de despertar y vestirse el Alcalde de monterilla y nos trasladamos desde luego al instante en que la Molinera lo vio llegar desperezaacutendose como un gimnasta que ejercita la musculatura y exclamando en medio de un bostezo interminable

ndashiexclTeacutengalas usted muy buenas sentildeaacute Frasquita iquestQueacute le trae a usted por aquiacute iquestNo le dijo a usted Tontildeuelo que se quedase en el molino iquestAsiacute desobedece usted a la Autoridad

ndashiexclNecesito ver a mi Lucasndashrespondioacute la navarrandash iexclNecesito verlo al instante iexclQue le digan que estaacute aquiacute su mujer

ndash iexclNecesito iexclNecesito Sentildeora iexcla usted se le olvida que estaacute hablando con el Rey

ndashiexclDeacutejeme usted a miacute de reyes sentildeor Juan que no estoy para bromas iexclDemasiado sabe usted lo que me sucede iexclDemasiado sabe para queacute ha preso a mi marido

ndashYo no seacute nada sentildeaacute Frasquita Y en cuanto a su marido de usted no estaacute preso sino durmiendo tranquilamente en esta su casa y tratado como yo trato a las personas iexclA ver Tontildeuelo iexclTontildeuelo Anda al pajar y dile al tiacuteo Lucas que se despierte y venga corriendo Conque vamos iexclcueacutenteme usted lo que pasa iquestHa tenido usted miedo de dormir sola

ndashiexclNo sea usted desvergonzado sentildeor Juan iexclDemasiado sabe usted que a miacute no me gustan sus bromas ni sus veras iexclLo que me pasa es una cosa muy sencilla que usted y el sentildeor Corregidor han querido perderme iexclpero que se han llevado un solemne chasco iexclYo estoy aquiacute sin tener de queacute abochornarme y el sentildeor Corregidor se queda en el molino murieacutendose

ndashiexclMurieacutendose el Corregidorndashexclamoacute su subordinadondash Sentildeora iquestsabe usted lo que dice

ndashiexclLo que usted oye Se ha caiacutedo en el caz y casi se ha ahogado o ha cogido una pulmoniacutea o yo no seacute iexclEso es cuenta de la Corregidora Yo vengo a buscar a mi marido sin perjuicio de salir mantildeana mismo para Madrid donde le contareacute al Rey

ndashiexclDemonio demoniondashmurmuroacute el sentildeor Juan Loacutepezndash iexclA ver Manuela iexclMuchacha Anda y apareacutejame la mulilla Sentildeaacute Frasquita al molino voy iexclDesgraciada de usted si le ha hecho alguacuten dantildeo al sentildeor Corregidor

ndashiexclSentildeor Alcalde sentildeor Alcaldendashexclamoacute en esto Tontildeuelo entrando maacutes muerto que vivondash El tiacuteo Lucas no estaacute en el pajar Su burra no se halla tampoco en los pesebres y la puerta del corral estaacute abierta iexclDe modo que el paacutejaro se ha escapado

ndashiquestQueacute estaacutes diciendondashgritoacute el sentildeorJuan Loacutepez

ndashiexclVirgen del Carmen iquestQueacute va a pasar en mi casandashexclamoacute la sentildeaacute Frasquitandash iexclCorramos sentildeor Alcalde no perdamos tiempo Mi marido va a matar al Corregidor al encontrarlo alliacute a estas horas

ndashiquestLuego usted cree que el tiacuteo Lucas estaacute en el molino

ndashiquestPues no lo he de creer Digo maacutes cuando yo veniacutea me he cruzado con eacutel sin conocerlo iexclEacutel era sin duda uno que echaba yescas en medio de un sembrado iexclDios miacuteo iexclCuando piensa una que los animales tienen maacutes entendimiento que las personas Porque ha de saber usted sentildeor Juan que indudablemente nuestras dos burras se reconocieron y se saludaron mientras que mi Lucas y yo ni nos saludamos ni nos reconocimos iexclAntes bien huimos el uno del otro tomaacutendonos mutuamente por espiacuteas

ndashiexclBueno estaacute su Lucas de ustedndashreplicoacute el Alcaldendash En fin vamos andando y ya veremos lo que hay que hacer con todos ustedes iexclConmigo no se juega iexclYo soy el Rey Pero no un Rey como el que ahora tenemos en Madrid o sea en El Pardo sino como aquel que hubo en Sevilla a quien llamaban Don Pedro el Cruel iexclA ver Manuela iexclTraacuteeme el bastoacuten y dile a tu ama que me marcho

Obedecioacute la sirvienta (que era por cierto maacutes buena moza de lo que conveniacutea a la alcaldesa y a la moral) y como la mulilla del sentildeor Juan Loacutepez estuviese ya aparejada la sentildeaacute Frasquita y eacutel salieron para el molino seguidos del indispensable Tontildeuelo

XXV La estrella de Garduntildea

Precedaacutemosles nosotros supuesto que tenemos carta blanca para andar maacutes deprisa que nadie

Garduntildea se hallaba ya de vuelta en el molino despueacutes de haber buscado a la sentildeaacute Frasquita por todas las calles de la ciudad

El astuto Alguacil habiacutea tocado de camino en el Corregimiento donde lo encontroacute todo muy sosegado Las puertas seguiacutean abiertas como en medio del diacutea seguacuten es costumbre cuando la Autoridad estaacute en la calle ejerciendo sus sagradas funciones Dormitaban en la meseta de la escalera y en el recibimiento otros alguaciles y ministros esperando descansadamente a su amo mas cuando sintieron llegar a Garduntildea desperezaacuteronse dos o tres de ellos y le preguntaron al que era su decano y jefe inmediato

ndashiquestViene ya el sentildeor

ndashiexclNi por asomo Estaos quietos Vengo a saber si ha habido novedad en la casa

ndashNinguna

ndashiquestY la Sentildeora

ndashRecogida en sus aposentos

ndashiquestNo ha entrado una mujer por estas puertas hace poco

ndashNadie ha aparecido por aquiacute en toda la noche

ndashPues no dejeacuteis entrar a persona alguna sea quien sea y diga lo que diga iexclAl contrario Echadle mano al mismo lucero del alba que venga a preguntar por el Sentildeor o por la Sentildeora y llevadlo a la caacutercel

ndashiquestParece que esta noche se anda a caza de paacutejaros de cuentandashpreguntoacute uno de los esbirros

ndashiexclCaza mayorndashantildeadioacute otro

ndashiexclMayuacutesculandashrespondioacute Garduntildea solemnementendash iexclFiguraos si la cosa seraacute delicada cuando el sentildeor Corregidor y yo hacemos la batida por nosotros mismos Conque hasta luego buenas piezas y iexclmucho ojo

ndashVaya usted con Dios sentildeor Bastiaacutenndashrepusieron todos saludando a Garduntildea

ndashiexclMi estrella se eclipsandashmurmuroacute eacuteste al salir del Corregimientondash iexclHasta las mujeres me engantildean La Molinera se encaminoacute al lugar en busca de su esposo en vez de venirse a la ciudad iexclPobre Garduntildea iquestQueacute se ha hecho de tu olfato

Y discurriendo de este modo tomoacute la vuelta al molino

Razoacuten teniacutea el Alguacil para echar de menos su antiguo olfato pues que no venteoacute a un hombre que se escondiacutea en aquel momento detraacutes de unos mimbres a poca distancia de la ramblilla y el cual exclamoacute para su capote o maacutes bien para su

capa grana

ndashiexclGuarda Pablo iexclPor alliacute viene Garduntildea Es menester que no me vea

Era el tiacuteo Lucas vestido de Corregidor que se dirigiacutea a la ciudad repitiendo de vez en cuando su diaboacutelica frase

ndashiexclTambieacuten la Corregidora es guapa

Pasoacute Garduntildea sin verlo y el falso Corregidor dejoacute su escondite y penetroacute en la poblacioacuten Poco despueacutes llegaba el Alguacil al molino seguacuten dejamos indicado

XXVI Reaccioacuten El Corregidor seguiacutea en la cama tal y como acababa de verlo el tiacuteo Lucas por el ojo de la llave

ndashiexclQueacute bien sudo Garduntildea iexclMe he salvado de una enfermedadndashexclamoacute tan luego como penetroacute el Alguacil en la estanciandash iquestY la sentildeaacute Frasquita iquestHas dado con ella iquestViene contigo iquestHas hablado con la Sentildeora

ndashLa Molinera sentildeorndashrespondioacute Garduntildea con angustiado acentondash me engantildeoacute como a un pobre hombre pues no se fue a la ciudad sino al pueblecillo en busca de su esposo Perdone Usiacutea la torpeza

ndashiexclMejor iexclMejorndashdijo el madrilentildeo con los ojos chispeantes de maldadndash iexclTodo se ha salvado entonces Antes de que amanezca estaraacuten caminando para las caacuterceles de la Inquisicioacuten atados codo con codo el tiacuteo Lucas y la sentildeaacute Frasquita y alliacute se pudriraacuten sin tener a quien contarle sus aventuras de esta noche Traacuteeme la ropa Garduntildea que ya estaraacute seca iexclTraacuteemela y viacutesteme iexclEl amante se va a convertir en Corregidor

Garduntildea bajoacute a la cocina por la ropa

XXVII iexclFavor al Rey Entre tanto la sentildeaacute Frasquita el sentildeor Juan Loacutepez y Tontildeuelo avanzaban hacia el molino al cual llegaron pocos minutos despueacutes

ndashiexclYo entrareacute delantendashexclamoacute el alcalde de monterillandash iexclPara algo soy la autoridad Siacutegueme Tontildeuelo y usted sentildeaacute Frasquita espeacuterese a la puerta hasta que yo la llame

Penetroacute pues el sentildeor Juan Loacutepez bajo la parra donde vio a la luz de la luna un hombre casi jorobado vestido como soliacutea el Molinero con chupetiacuten y calzoacuten de pantildeo pardo faja negra medias azules montera murciana de felpa y el capote de monte al hombro

ndashiexclEl esndashgritoacute el Alcaldendash iexclFavor al Rey iexclEntreacuteguese usted tiacuteo Lucas

El hombre de la montera intentoacute meterse en el molino

ndashiexclDatendashgritoacute a su vez Tontildeuelo saltando sobre eacutel cogieacutendolo por el pescuezo aplicaacutendole una rodilla al espinazo y hacieacutendole rodar por tierra

Al mismo tiempo otra especie de fiera saltoacute sobre Tontildeuelo y agarraacutendolo de la cintura lo tiroacute sobre el empedrado y principioacute a darle de bofetones

Era la sentildeaacute Frasquita que exclamaba

ndashiexclTunante iexclDeja a mi Lucas

Pero en esto otra persona que habiacutea aparecido llevando del diestro una borrica metioacutese resueltamente entre los dos y tratoacute de salvar a Tontildeuelo

Era Garduntildea que tomando al alguacil del lugar por don Eugenio de Zuacutentildeiga le deciacutea a la Molinera

ndashiexclSentildeora respete usted a mi amo

Y la derribo de espaldas sobre el lugarentildeo

La sentildeaacute Frasquita vieacutendose entre dos fuegos descargoacute entonces a Garduntildea tal reveacutes en medio del estoacutemago que le hizo caer de boca tan largo como era

Y con eacutel ya eran cuatro las personas que rodaban por el suelo

El sentildeor Juan Loacutepez impediacutea entre tanto levantarse al supuesto tiacuteo Lucas tenieacutendole plantado un pie sobre los rintildeones

ndashiexclGarduntildea iexclSocorro iexclFavor al Rey iexclYo soy el Corregidorndashgritoacute al fin don Eugenio sintiendo que la pezuntildea del Alcalde calzada con albarca de piel de toro lo reventaba materialmente

ndashiexclEl Corregidor iexclPues es verdadndashdijo el sentildeor Juan Loacutepez lleno de asombro

ndashiexclEl Corregidorndashrepitieron todos

Y pronto estuvieron de pie los cuatro derribados

ndashiexclTodo el mundo a la caacutercelndashexclamoacute don Eugenio de Zuacutentildeigandash iexclTodo el mundo a la horca

ndashPero sentildeor ndashobservoacute el sentildeor Juan Loacutepez ponieacutendose de rodillasndash iexclPerdone Usiacutea que lo haya maltratado iquestCoacutemo habiacutea de conocer a Usiacutea con esa ropa tan ordinaria

ndashiexclBaacuterbarondashreplicoacute el Corregidorndash iexclAlguna habiacutea de ponerme iquestNo sabes ni que me han robado la miacutea iquestNo sabes que una compantildeiacutea de ladrones mandada por el tiacuteo Lucas

ndashiexclMiente ustedndashgritoacute la navarra

ndashEscuacutecheme usted sentildeaacute Frasquitandashle dijo Garduntildea llamaacutendola apartendash Con permiso del sentildeor Corregidor y la compantildea iexclSi usted no arregla esto nos van a ahorcar a todos empezando por el tiacuteo Lucas

ndashPues iquestqueacute ocurrendashpreguntoacute la sentildeaacute Frasquita

ndashQue el tiacuteo Lucas anda a estas horas por la ciudad vestido de Corregidor y que Dios sabe si habraacute llegado con su disfraz hasta el propio dormitorio de la Corregidora

Y el alguacil le refirioacute en cuatro palabras todo lo que ya sabemos

ndashiexclJesuacutesndashexclamoacute la Molinerandash iexclConque mi marido me cree deshonrada iexclConque ha ido a la ciudad a vengarse iexclVamos vamos a la ciudad y justificadme a los ojos de mi Lucas

ndashiexclVamos a la ciudad e impidamos que ese hombre hable con mi mujer y cuente todas las majaderiacuteas que se haya figuradondashdijo el Corregidor arrimaacutendose a una de las burrasndash Deacuteme usted un pie para montar sentildeor Alcalde

ndashVamos a la ciudad siacute ndashantildeadioacute Garduntildea iexcly quiera el cielo sentildeor Corrergidor que el tiacuteo Lucas amparado por su vestimenta se haya contentado con hablarle a la Sentildeora

ndashiquestQueacute dices desgraciadondashprorrumpioacute don Eugenio de Zuntildeigandash iquestCrees tuacute a ese villano capaz

ndashiexclDe todondashcontestoacute la sentildeaacute Frasquita

XXVIII iexclAve Mariacutea PurisimaiexclLas doce y

media y sereno Asiacute gritaba por las calles de la ciudad quien teniacutea facultades para tanto cuando la Molinera y el Corregidor cada cual en una de las burras del molino el sentildeor Juan Loacutepez en su mula y los dos alguaciles andando llegaron a la puerta del Corregimiento

La puerta estaba cerrada

Dijeacuterase que para el Gobierno lo mismo que para los gobernados habiacutea concluido todo por aquel diacutea

ndashiexclMalondashpensoacute Garduntildea

Y llamoacute con el aldaboacuten dos o tres veces

Pasoacute mucho tiempo y ni abrieron ni contestaron

La sentildeaacute Frasquita estaba maacutes amarilla que la cera

El Corregidor se habiacutea comido ya todas las untildeas de ambas manos

Nadie deciacutea una palabra

iexclPum iexclPum iexclPum golpes y maacutes golpes a la puerta

del Corregimiento (aplicados sucesivamente por los dos alguaciles y por el sentildeor Juan Loacutepez) iexclY nada iexclNo respondiacutea nadie iexclNo abriacutean iexclNo se moviacutea una mosca iexclSolo se oiacutea el claro rumor de los cantildeos de una fuente que habiacutea en el patio de la casa

Y de esta manera transcurriacutean minutos largos como eternidades

Al fin cerca de la una abrioacutese un ventanillo del piso segundo y dijo una voz femenina

ndashiquestQuieacuten

ndashEs la voz del ama de lechendashmurmuroacute Garduntildea

ndashiexclYondashrespondioacute don Eugenio de Zuacutentildeigandash iexclAbrid

Pasoacute un instante de silencio

ndashiquestY quieacuten es ustedndashreplicoacute luego la nodriza

ndashiquestPues no me estaacute usted oyendo iexclSoy el amo iexclEl Corregidor Hubo otra pausa

ndashiexclVaya usted mucho con Diosndashrepuso la buena mujerndash Mi amo vino hace una hora y se acostoacute en seguida iexclAcueacutestense ustedes tambieacuten y duerman el vino que tendraacuten en el cuerpo

Y la ventana se cerroacute de golpe

La sentildeaacute Frasquita se cubrioacute el rostro con las manos

ndashiexclAmandashtronoacute el Corregidor fuera de siacutendash iquestNo oye usted

que le digo que abra la puerta iquestNo oye usted que soy yo iquestQuiere usted que la ahorque tambieacuten

La ventana volvioacute a abrirse

ndashPero vamos a verndashexpuso el amandash iquestQuieacuten es usted para dar esos gritos

ndashiexclSoy el Corregidor

ndashiexclDale bola iquestNo le digo a usted que el sentildeor Corregidor vino antes de las doce y que yo lo vi con mis propios ojos encerrarse en las habitaciones de la Sentildeora iquestSe quiere usted divertir conmigo iexclPues espere usted y veraacute lo que le pasa

Al mismo tiempo se abrioacute repentinamente la puerta y una nube de criados y ministriles provistos de sendos garrotes se lanzoacute sobre los de afuera exclamando furiosamente

ndashiexclA ver iquestDoacutende estaacute ese que dice que es el Corregidor iquestDoacutende estaacute ese chusco iquestDoacutende estaacute ese borracho

Y se armo un liacuteo de todos los demonios en medio de la oscuridad sin que nadie pudiera entenderse y no dejando de recibir algunos palos el Corregidor Garduntildea el sentildeor Juan Loacutepez y Tontildeuelo

Era la segunda paliza que le costaba a don Eugenio su aventura de aquella noche ademas del remojoacuten que se dio en el caz del molino

La sentildeaacute Frasquita apartada de aquel laberinto lloraba por la primera vez de su vida

ndashiexclLucas iexclLucasndashdeciacuteandash iexclY has podido dudar de miacute iexclY has podido estrechar en tus brazos a otra iexclAh iexclNuestra desventura no tiene ya remedio

XXIX Post nubila Diana

ndashiquestQueacute escaacutendalo es estendashdijo al fin una voz tranquila majestuosa y de gracioso timbre resonando encima de aquella barauacutenda

Todos levantaron la cabeza y vieron a una mujer vestida de negro asomada balcoacuten principal del edificio

ndashiexclLa Sentildeorandashdijeron los criados suspendiendo la retreta de palos

ndashiexclMi mujerndashtartamudeoacute don Eugenio

ndashQue pasen esos ruacutesticos El sentildeor Corregidor dice que lo permitendashagregoacute la Corregidora

Los criados cedieron paso y el de Zuacutentildeiga y sus acompantildeantes penetraron en el portal y tomaron por la escalera arriba

Ninguacuten reo ha subido al patiacutebulo con paso tan inseguro y semblante tan denudado como el Corregidor subiacutea las escaleras de su casa Sin embargo la idea de su deshonra principiaba ya a descollar con noble egoiacutesmo por encima de todos los infortunios que habiacutea causado y que lo afiacuteigiacutean y sobre las demaacutes ridiculeces de la situacioacuten en que se hallaba

ndashiexclAntes que todondashiba pensandondash soy un Zuacutentildeiga y un Ponce

de Leoacuten iexclAy de aquellos que lo hayan echado en olvido iexclAy de mi mujer si ha mancillado mi nombre

XXX Una sentildeora de clase

La Corregidora recibioacute a su esposo y a la ruacutestica comitiva en el saloacuten principal del Corregimiento

Estaba sola de pie y con los ojos clavados en la puerta

Eacuterase una principaliacutesima dama bastante joven todaviacutea de plaacutecida y severa hermosura maacutes propia del pincel cristiano que del cincel gentiacutelico y estaba vestida con toda la nobleza y seriedad que consentiacutea el gusto de la eacutepoca Su traje de corta y estrecha falda y mangas huecas y subidas era de alepiacuten negro una pantildeoleta de blonda blanca algo amarillenta velaba sus admirables hombros y larguiacutesimos maniquetes o mitones de tul negro cubriacutean la mayor parte sus alabastrinos brazos Abanicaacutebase majestuosamente con un pericoacuten enorme traiacutedo de las islas Filipinas y empuntildeaba con la otra mano un pantildeuelo de encaje cuyos cuatro picos colgaban simeacutetricamente con una regularidad solo comparable a la de su actitud y menores movimientos

Aquella hermosa mujer teniacutea algo de reina y mucho de abadesa e infundiacutea por ende veneracioacuten y miedo a cuantos la miraban Por lo demaacutes el atildamiento de su traje a semejante hora la gravedad de su continente y las muchas luces que alumbraban el saloacuten demostraban que la Corregidora se habiacutea esmerado en dar a aquella escena una solemnidad teatral y un tinte ceremonioso que contrastasen con el caraacutecer villano y grosero de la aventura de su marido

Advertiremos finalmente que aquella sentildeora se llamaba dontildea Mercedes Carrillo de Albornoz y Espinosa de los Monteros y que era hija nieta biznieta tataranieta y hasta vigeacutesima nieta de la ciudad como descendiente de sus ilustres conquistadores Su familia por razones de vanidad mundana la habiacutea inducido a casarse con el viejo y acaudalado Corregidor y ella que de otro modo hubiera sido monja pues su vocacioacuten natural la iba llevando al claustro consintioacute en aquel doloroso sacrificio

A la sazoacuten teniacutea ya dos vaacutestagos del arriscado madrilentildeo y auacuten se susurraba que habiacutea otra vez moros en la costa

Conque volvamos a nuestro cuento

XXXI La pena del talioacutenndashiexclMercedesndashexclamoacute el Corregidor al comparecer delante de su esposa

ndashiexclHola tiacuteo Lucas iquestUsted por aquiacutendashdiacutejole la Corregidora interrumpieacutendolendash iquestOcurre alguna desgracia en el molino

ndashiexclSentildeora no estoy para chanzasndashrepuso el Corregidor hecho una fierandash Antes de entrar en explicaciones por mi parte necesito saber queacute ha sido de mi honor

ndashiexclEsa no es cuenta miacutea iquestAcaso me lo ha dejado usted a miacute en depoacutesito

ndashSiacute sentildeora iexclA ustedndashreplicoacute don Eugeniondash iexclLas mujeres son las depositarias del honor de sus maridos

ndashPues entonces mi querido tiacuteo Lucas preguacutentele usted a su mujer Precisamente nos estaacute escuchando

La sentildeaacute Frasquita que se habiacutea quedado a la puerta del saloacuten lanzoacute una especie de rugido

ndashPase usted sentildeora y sieacutentesendashantildeadioacute la Corregidora dirigieacutendose a la Molinera con dignidad soberana

Y por su parte encaminoacutese al sofaacute

La generosa navarra supo comprender desde luego toda la grandeza de la actitud de aquella esposa injuriada e injuriada

acaso doblemente Asiacute es que alzaacutendose en el acto a igual altura dominoacute sus naturales iacutempetus y guardoacute un silencio decoroso Esto sin contar con que la sentildeaacute Frasquita segura de su inocencia y de su fuerza no teniacutea prisa de defenderse teniacuteala siacute de acusar mucha pero no ciertamente a la Corregidora iexclCon quien ella deseaba ajustar cuentas era con el tiacuteo Lucas y el tiacuteo Lucas no estaba alliacute

ndashSentildeaacute Frasquitandashrepitioacute la noble dama al ver que la Molinera no se habiacutea movido de su sitiondash le he dicho a usted que puede pasar y sentarse

Esta segunda indicacioacuten fue hecha con voz maacutes afectuosa y sentida que la primera Dijeacuterase que la Corregidora habiacutea adivinado tambieacuten por instinto al fijarse en el reposado continente y en la varonil hermosura de aquella mujer que no iba a habeacuterselas con un ser bajo y despreciable sino quizaacute maacutes bien con otra infortunada como ella iexclinfortunada siacute por el solo hecho de haber conocido al Corregidor

Cruzaron pues sendas miradas de paz y de indulgencia aquellas dos mujeres que se consideraban dos veces rivales y notaron con gran sorpresa que sus almas se aplacieron la una en la otra como dos hermanas que se reconocen

No de otro modo se divisan y saludan a lo lejos las castas nieves de las encumbradas montantildeas

Saboreando estas dulces emociones la Molinera entroacute majestuosamente en el saloacuten y se sentoacute en el filo de una silla

A su paso por el molino previendo que en la ciudad tendriacutea que hacer visitas de importancia se habiacutea arreglado un poco y

pueacutestose una mantilla de franela negra con grandes felpones que le sentaba divinamente Pareciacutea toda una sentildeora

Por lo que toca al Corregidor dicho se estaacute que habiacutea guardado silencio durante aquel episodio El rugido de la sentildeaacute Frasquita y su aparicioacuten en la escena no habiacutean podido menos de sobresaltarlo iexclAquella mujer le causaba ya maacutes terror que la suya propia

ndashConque vamos tiacuteo Lucasndashprosiguioacute dontildea Mercedes dirigieacutendose a su maridondash Ahiacute tiene usted a la sentildeaacute Frasquita iexclPuede usted volver a formular demanda iexclPuede usted preguntarle aquello de su honra

ndashMercedes iexclpor los clavos de Cristondashgritoacute el Corregidorndash iexclMira que tuacute no sabes de lo que soy capaz iexclNuevamente te conjuro a que dejes la broma y me digas todo lo que ha pasado aquiacute durante mi ausencia iquestDoacutende estaacute ese hombre

ndashiquestQuieacuten iquestMi marido Mi marido se estaacute levantando y ya no puede tardar en venir

ndashiexclLevantaacutendosendashbramoacute don Eugenio

ndashiquestSe asombra usted iquestPues doacutende queriacutea usted que estuviese a estas horas hombre de bien sino en su casa en su cama y durmiendo con su legiacutetima consorte como manda Dios

ndashiexclMerceditas iexclVe lo que te dices iexclRepara en que nos estaacuten oyendo iexclRepara en que soy el Corregidor

ndashiexclA miacute no me deacute usted voces tiacuteo Lucas o mandareacute a los alguaciles que lo lleven a la caacutercelndashreplicoacute la Corregidora

ponieacutendose de pie

ndashiexclYo a la caacutercel iexclYo iexclEl Corregidor de la ciudad

ndashEl Corregidor de la ciudad el representante de la Justicia el apoderado del Reyndashrepuso la gran sentildeora con una severidad y una energiacutea que ahogaron la voz del fingido Molinerondashllegoacute a su casa a la hora debida a descansar de las nobles tareas de su oficio para seguir mantildeana amparando la honra y la vida de los ciudadanos la santidad del hogar y el recato de las mujeres impidiendo de este modo que nadie pueda entrar disfrazado de Corregidor ni de ninguna otra cosa en la alcoba de la mujer ajena que nadie pueda sorprender a la virtud de su descuidado reposo que nadie pueda abusar de su casto suentildeo

ndashiexclMerceditas iquestQueacute es lo que profieresndashsilboacute el Corregidor con labios y enciacuteasndash iexclSi es verdad que ha pasado en mi casa direacute que eres una picara una peacuterfida una licenciosa

ndashiquestCon quieacuten habla este hombrendashprorrumpioacute la Corregidora desdentildeosamente y pasando la vista por todos los circunstantesndash iquestQuieacuten es este loco iquestQuieacuten es este ebrio iexclNi siquiera puedo ya creer que sea un honrado molinero como el tiacuteo Lucas a pesar de que viste su traje de villano SentildeorJuan Loacutepez creacuteame ustedndashcontinuoacute encaraacutendose con el alcalde de monterilla que estaba aterradondash mi marido el Corregidor de la ciudad llegoacute a esta su casa hace dos horas con su sombrero de tres picos su capa de grana su espadiacuten de caballero y su bastoacuten de autoridad Los criados y alguaciles que me escuchan se levantaron y lo saludaron al verlo pasar por el portal por la escalera y por el recibimiento Cerraacuteronse en seguida todas las puertas y desde entonces no ha penetrado nadie en mi hogar hasta que llegaron ustedes iquestEs esto cierto Responded vosotros

ndashiexclEs verdad iexclEs muy verdadndashcontestaron la nodriza los domeacutesticos y los ministriles todos los cuales agrupados a la puerta del saloacuten presenciaban aquella singular escena

ndashiexclFuera de aquiacute todo el mundondashgritoacute don Eugenio echando espumarajos de rabiandash iexclGarduntildea iexclGarduntildea iexclVen y prende a estos viles que me estaacuten faltando al respeto iexclTodos a la caacutercel iexclTodos a la horca

Garduntildea no pareciacutea por ningun lado

ndashAdemaacutes sentildeorndashcontinuoacute dontildea Mercedes cambiando de tono y dignaacutendose ya mirar a su marido y tratarle como a tal temerosa de que las chanzas llegaran a irremediables extremosndash Supongamos que usted es mi esposo Supongamos que usted es don Eugenio de Zuacutentildeiga y Ponce de Leoacuten

ndashiexclLo soy

ndashSupongamos ademaacutes que me cupiese alguna culpa en haber tomado por usted al hombre que penetroacute en mi alcoba vestido de Corregidor

ndashiexclInfamesndashgritoacute el viejo echando mano a la espada y encontraacutendose soacutelo con el sitio o sea con la faja del molinero murciano

La navarra se tapoacute el rostro con un lado de la mantilla para ocultar las llamaradas de sus celos

ndashSupongamos todo lo que usted quierandashcontinuoacute dontildea Mercedes con una impasibilidad inexplicable Pero diacutegame usted ahora sentildeor miacuteo iquestTendriacutea usted derecho a quejarse iquestPodriacutea

usted acusarme como fiscal iquestPodriacutea usted sentenciarme como juez iquestViene usted de confesar iquestViene usted de oiacuter misa iquestO de doacutende viene usted con ese traje iquestDe doacutende viene usted con esa sentildeora iquestDoacutende ha pasado usted la mitad de la noche

ndashCon permisondashexclamoacute la sentildeaacute Frasquita ponieacutendose de pie como empujada por un resorte y atravesaacutendose arrogantemente entre la Corregidora y su marido

Eacuteste que iba a hablar se quedoacute con la boca abierta al ver que la navarra entraba en fuego

Pero dontildea Mercedes se anticipoacute y dijo

ndashSentildeora no se fatigue usted en darme a miacute explicaciones iexclYo no se las pido a usted ni mucho menos Alliacute viene quien puede pediacuterselas a justo tiacutetulo iexclEntieacutendase usted con eacutel

Al mismo tiempo se abrioacute la puerta de un gabinete y aparecioacute en ella el tiacuteo Lucas vestido de Corregidor de pies a cabeza y con bastoacuten guantes y espadiacuten como si se presentase en las Salas de Cabildo

XXXII La fe mueve la montantildeas

ndashTengan ustedes muy buenas nochesndashpronuncioacute el recieacuten llegado quitaacutendose el sombrero de tres picos y hablando con la boca sumida como soliacutea don Eugenio de Zuacutentildeiga

En seguida se adelantoacute por el saloacuten balanceaacutendose en todos sentidos y fue a besar la mano de la Corregidora

Todos se quedaron estupefactos El parecido del tiacuteo Lucas con el verdadero Corregidor era maravilloso

Asiacute es que la servidumbre y hasta el mismo sentildeor Juan Loacutepez no pudieron contener la carcajada

Don Eugenio sintioacute aquel nuevo agravio y se lanzoacute sobre el tiacuteo Lucas como un basilisco

Pero la sentildeaacute Frasquita metioacute el montante apartando al Corregidor con el brazo de marras y Su Sentildeoriacutea en evitacioacuten de otra voltereta y del consiguiente ludibrio se dejoacute atropellar sin decir oxte ni moxte Estaba visto que aquella mujer habiacutea nacido para domadora del pobre viejo

El tiacuteo Lucas se puso maacutes paacutelido que la muerte al ver que su mujer se le acercaba pero luego se dominoacute y con una risa tan horrible que tuvo que llevarse la mano al corazoacuten para que no se le hiciese pedazos dijo remedando siempre al Corregidor

ndashiexclDios te guarde Frasquita iquestLe has enviado ya a tu sobrino el nombramiento

iexclHubo que ver entonces a la navarra Tiroacutese la mantilla atraacutes levantoacute la frente con soberaniacutea de leona y clavando en el falso Corregidor dos ojos como dos puntildeales

ndashiexclTe desprecio Lucasndashle dijo en mitad de la cara

Todos creyeron que le habiacutea escupido

iexclTal gesto tal ademaacuten y tal tono de voz acentuaron aquella frase

El rostro del Molinero se transfiguroacute al oiacuter la voz de su mujer Una especie de inspiracioacuten semejante a la de la fe religiosa habiacutea penetrado en su alma inundaacutendola de luz y de alegriacutea Asiacute es que olvidaacutendose por un momento de cuanto habiacutea visto y creiacutedo ver en el molino exclamoacute con las laacutegrimas en los ojos y la sinceridad en los labios

ndashiquestConque tuacute eres mi Frasquita

ndashiexclNondashrespondioacute la navarra fuera de siacutendash iexclYo no soy ya tu Frasquita Yo soy iexclPreguacutentaselo a tus hazantildeas de esta noche y ellas te diraacuten lo que has hecho del corazoacuten que tanto te queriacutea

Y se echoacute a llorar como una montantildea de hielo que se hunde y principia a derretirse

La Corregidora se adelantoacute hacia ella sin poder contenerse y la estrechoacute en sus brazos con el mayor carintildeo

La sentildeaacute Frasquita se puso entonces a besarla sin saber tampoco

lo que se haciacutea dicieacutendole entre sus sollozos como una nintildea que busca el amparo de su madre

ndashiexclSentildeora sentildeora iexclQueacute desgraciada soy

ndashiexclNo tanto como usted se figurandashcontestaacutebale la Corregidora llorando tambien generosamente

ndashiexclYo siacute que soy desgraciadondashgemiacutea al mismo tiempo el tiacuteo Lucas andando a puntildeetazos con sus laacutegrimas como avergonzado de verterlas

ndashPues iquesty yondashprorrumpioacute al fin don Eugenio sintieacutendose ablandado por el contagioso lloro de los demaacutes o esperando salvarse tambieacuten por la viacutea huacutemeda quiero decir por la viacutea del llantondash iexclAh yo soy un piacutecaro iexclun monstruo iexclun calavera deshecho que ha llevado su merecido

Y rompioacute a berrear tristemente abrazado a la barriga del sentildeor Juan Loacutepez

Y este y los criados lloraban de igual manera y todo pareciacutea concluido y sin embargo nadie se habiacutea explicado

XXXIII Pues iquesty tuacuteEl tiacuteo Lucas fue el primero que salioacute a flote en aquel mar de laacutegrimas

Era que empezaba a acordarse otra vez de lo que habiacutea visto por el ojo de la llave

ndashiexclSentildeores vamos a cuentasndashdijo de pronto

ndashNo hay cuentas que valgan tiacuteo Lucasndashexclamoacute la Corregidorandash iexclSu mujer de usted es una bendita

ndashBien siacute pero

ndashiexclNada de pero Deacutejela usted hablar y veraacute como se justifica Desde que la vi me dio el corazoacuten que era una santa a pesar de todo lo que usted me habiacutea contado

ndashiexclBueno que hablendashdijo el tiacuteo Lucas

ndashiexclYo no hablondashcontestoacute la Molinerandash iexclEl que tiene que hablar eres tuacute Porque la verdad es que tuacute

Y la sentildeaacute Frasquita no dijo maacutes por impediacuterselo el invencible respeto que le inspiraba la Corregidora

ndashPues iquesty tuacutendashrespondioacute el tiacuteo Lucas perdiendo de nuevo toda fe

ndashAhora no se trata de ellandashgritoacute el Corregidor tornando

tambieacuten a sus celosndash iexclSe trata de usted y de esta sentildeora iexclAh Merceditas iquestQuieacuten habiacutea de decirme que tuacute

ndashPues iquesty tuacutendashrepuso la Corregidora midieacutendolo con la vista

Y durante algunos momentos los dos matrimonios repitieron cien veces las mismas frases

ndashiquestY tuacute

ndashiquestPues y tuacute

ndashiexclVaya que tuacute

ndashiexclNo que tuacute

ndashPero iquestcoacutemo has podido tuacute

Etceacutetera etc etc

La cosa hubiera sido interminable si la Corregidora revistieacutendose de dignidad no dijese por uacuteltimo a don Eugenio

ndashiexclMira caacutellate tuacute ahora Nuestra cuestioacuten particular la ventilaremos maacutes adelante Lo que urge en este momento es devolver la paz al corazoacuten del tiacuteo Lucas cosa muy faacutecil a mi juicio pues alliacute distingo al sentildeor Juan Loacutepez y a Tontildeuelo que estaacuten saltando por justificar a la sentildeaacute Frasquita

ndashiexclYo no necesito que me justifiquen los hombresndashrespondioacute estandash Tengo dos testigos de mayor creacutedito a quien no se diraacute que he seducido ni sobornado

ndashiquestY doacutende estaacutenndashpreguntoacute el Molinero

ndashEstaacuten abajo en la puerta

ndashPues diles que suban con permiso de esta sentildeora

ndashLas pobres no pueden subir

ndashiexclAh iexclSon dos mujeres iexclVaya un testimonio fidedigno

ndashTampoco son dos mujeres Solo son dos hembras

ndashiexclPeor que peor iexclSeraacuten dos nintildeas Hazme el favor de dearme sus nombres

ndashLa una se llama Pintildeona y la otra Liviana

ndashiexclNuestras dos burras Frasquita iquestte estaacutes riendo de miacute

ndashNo que estoy hablando muy formal Yo puedo probarte con el testimonio de nuestras burras que no me hallaba en el molino cuando tuacute viste en eacutel al sentildeor Corregidor

ndashiexclPor Dios te pido que te expliques

ndashiexclOye Lucas y mueacuterete de verguumlenza por haber dudado de mi honradez Mientras tuacute ibas esta noche desde el lugar a nuestra casa yo me dirigiacutea desde nuestra casa al lugar y por consiguiente nos cruzamos en el camino Pero tuacute marchabas fuera de eacutel o por mejor decir te habiacuteas detenido a echar unas yescas en medio de un sembrado

ndashiexclEs verdad que me detuve Continuacutea

ndashEn esto rebuznoacute tu borrica

ndashiexclJustamente iexclAh queacute feliz soy iexclHabla habla que cada palabra tuya me devuelve un antildeo de vida

ndashY a aquel rebuzno contestoacute otro en el camino

ndashiexclOh siacute siacute iexclBendita seas iexclMe parece estarlo oyendo

ndashEran Liviana y Pintildeona que se habiacutean reconocido y se saludaban como buenas amigas mientras que nosotros dos ni nos saludamos ni nos reconocimos

ndashiexclNo me digas maacutes iexclNo me digas maacutes

ndashTan no nos reconocimosndashcontinuoacute la senaacute Frasquitandash que los dos nos asustamos y salimos huyendo en direcciones contrarias iexclConque ya ves que yo no estaba en el molino Si quieres saber ahora por queacute encontraste al sentildeor Corregidor en nuestra cama tienta esas ropas que llevas puestas y que todaviacutea estaraacuten huacutemedas y te lo diraacuten mejor que yo iexclSu Sentildeoriacutea se cayoacute al caz del molino y Garduntildea lo desnudoacute y lo acostoacute alliacute Si quieres saber por queacute abriacute la puerta fue porque creiacute que eras tuacute el que se ahogaba y me llamaba a gritos Y en fin si quieres saber lo del nombramiento Pero no tengo maacutes que decir por la presente Cuando estemos solos te enterareacute de eacuteste y otros particulares que no debo referir delante de esta sentildeora

ndashiexclTodo lo que ha dicho la sentildeaacute Frasquita es la pura verdadndashgritoacute el sentildeor Juan Loacutepez deseando congraciarse con dontildea Mercedes visto que ella imperaba en el Corregimlento

ndashiexclTodo iexclTodondashantildeadioacute Tontildeuelo siguiendo la corriente a su amo

ndashiexclHasta ahora todondashagregoacute el Corregidor muy complacido de que las explicaciones de la navarra no hubieran ido maacutes lejos

ndashiexclConque eres inocentendashexclamaba en tanto el tiacuteo Lucas rindieacutendose a la evidenciandash iexclFrasquita miacutea Frasquita de mi alma iexclPerdoacutename la injusticia y deja que te deacute un abrazo

ndashiexclEsa es harina de otro costalndashcontestoacute la Molinera hurtando el cuerpondash Antes de abrazarte necesito oiacuter tus explicaciones

ndashYo las dareacute por eacutel y por miacutendashdijo dontildea Mercedes

ndashiexclHace una hora que las estoy esperandondashprofirioacute el Corregidor tratando de erguirse

ndashPero no las dareacutendashcontinuoacute la Corregidora volviendo la espalda desdentildeosamente a su maridondashhasta que estos sentildeores hayan descambiado vestimentas y aun entonces se las dareacute tan solo a quien merezca oiacuterlas

ndashVamos vamos a descambiarndashdiacutejole el murciano a don Eugenio alegraacutendose mucho de no haberlo asesinado pero mirandolo todaviacutea con un odio verdaderamente moriscondash iexclEl traje de vuestra sentildeoriacutea me ahoga iexclHe sido muy desgraciado mientras lo he tenido puesto

ndashiexclPorque no lo entiendesndashrespondioacutele el Corregidorndash iexclYo estoy en cambio deseando poneacutermelo para ahorcarte a ti y a medio mundo si no me satisfacen las exculpaciones de mi mujer

La Corregidora que oyoacute estas palabras tranquilizoacute a la reunioacuten con una suave sonrisa propia de aquellos afanados aacutengeles cuyo ministerio es guardar a los hombres

XXXIV Tambien la Corregidora es guapa

Salido que hubieron de la sala el Corregidor y el tiacuteo Lucas sentoacutese de nuevo la Corregidora en el sofaacute colocoacute a su lado a la sentildeaacute Frasquita y dirigieacutendose a los domeacutesticos y ministriles que obstruiacutean la puerta les dijo con afable sencillez

ndashiexclVaya muchachos Contad ahora vosotros a esta excelente mujer todo lo malo que sepaacuteis de miacute

Avanzoacute el cuarto estado y diez voces quisieron hablar a un mismo tiempo pero el ama de leche como la persona que maacutes alas teniacutea en la casa impuso silencio a los demaacutes y dijo de esta manera

ndashHa de saber usted sentildeaacute Frasquita que estaacutebamos yo y mi Sentildeora esta noche al cuidado de los nintildeos esperando a ver si veniacutea el amo y rezando el tercer rosario para hacer tiempo (pues la razoacuten traiacuteda por Garduntildea habiacutea sido que andaba el sentildeor Corregidor detraacutes de unos facinerosos terribles y no era cosa de acostarse hasta verlo entrar sin novedad) cuando sentimos ruido de gente en la alcoba inmediata que es donde mis sentildeores tienen su cama de matrimonio Cogimos la luz muertas de miedo y fuimos a ver quieacuten andaba en la alcoba cuando iexclay Virgen del Carmen al entrar vimos que un hombre vestido como mi sentildeor pero que no era eacutel (iexclcomo que era su marido de usted) trataba de esconderse debajo de la cama iexclLadrones principiamos a gritar desaforadamente y un momento despueacutes la habitacioacuten estaba llena de gente y los alguaciles sacaban arrastrando de su

escondite al fingido Corregidor Mi Sentildeora que como todos habiacutea reconocido al tiacuteo Lucas y que lo vio con aquel traje temioacute que hubiese matado al amo y empezoacute a dar unos lamentos que partiacutean las piedras iexclA la caacutercel iexclA la caacutercel deciacuteamos entre tanto los demaacutes iexclLadroacuten iexclAsesino era la mejor palabra que oiacutea el tiacuteo Lucas y asiacute es que estaba como un difunto arrimado a la pared sin decir esta boca es miacutea Pero viendo luego que se lo llevaban a la caacutercel dijo lo que voy a repetir aunque verdadaderamente mejor seriacutea para callado Sentildeora yo no soy ladroacuten ni asesino el ladroacuten y el asesino de mi honra estaacute en mi casa acostado con mi mujer

ndashiexclPobre Lucasndashsuspiroacute la sentildeaacute Frasquita

ndashiexclPobre de miacutendashmurmuroacute la Corregidora tranquilamente

ndashEso dijimos todos iexclPobre tiacuteo Lucas y pobre Sentildeora Porque la verdad sentildeaacute Frasquita ya teniacuteamos idea de que mi sentildeor habiacutea puesto los ojos en usted y aunque nadie se figuraba que usted

ndashiexclAmandashexclamoacute severamente la Corregidorandash iexclNo siga usted por ese camino

ndashContinuareacute yo por el otrondashdijo un alguacil aprovechando aquella coyuntura para apoderarse de la palabrandash El tiacuteo Lucas (que nos engantildeoacute de lo lindo con su traje y su manera de andar cuando entroacute en la casa tanto que todos lo tomamos por el sentildeor Corregidor) no habiacutea venido con muy buenas intenciones que digamos y si la Sentildeora no hubiera estado levantada figuacuterese usted lo que habria sucedido

ndashiexclVamos iexclCaacutellate tuacute tambieacutenndashinterrumpioacute la cocinerandash iexclNo estaacutes diciendo mas que tonteriacuteas Pues si sentildeaacute Frasquita el tiacuteo

Lucas para explicar su presencia en la alcoba de mi ama tuvo que confesar las intenciones que traiacutea iexclPor cierto que la Sentildeora no se pudo contener al oiacuterlo y le arrimoacute una bofetada en medio de la boca que le dejoacute la mitad de las palabras dentro del cuerpo Yo misma lo lleneacute de insultos y denuestos y quise sacarle los ojos Porque ya conoce usted sentildeaacute Frasquita que aunque sea su marido de usted eso de venir con sus manos lavadas

ndashiexclEres una bachillerandashgritoacute el portero ponieacutendose delante de la oradorandash iquestQueacute maacutes hubieras querido tuacute En fin sentildeaacute Frasquita oigame usted a miacute y vamos al asunto La Sentildeora hizo y dijo lo que debiacutea pero luego calmado ya su enojo compadecioacutese del tiacuteo Lucas y paroacute mientes en el mal proceder del sentildeor Corregidor viniendo a pronunciar estas o parecidas palabras Por infame que haya sido su pensamiento de usted tiacuteo Lucas y aunque nunca podreacute perdonar tanta insolencia es menester que su mujer de usted y mi esposo crean durante algunas horas que han sido cogidos en sus propias redes y que usted auxiliado por ese disfraz les ha devuelto afrenta por afrenta iexclNinguna venganza mejor podemos tomar de ellos que este engantildeo tan faacutecil de desvanecer cuando nos acomode Adoptada tan graciosa resolucioacuten la Sentildeora y el tiacuteo Lucas nos aleccionaron a todos de lo que teniacuteamos que hacer y decir cuando volviese Su Sentildeoriacutea iexcly por cierto que yo le he pegado a Sebastiaacuten Garduntildea tal palo en la rabadilla que creo no se le olvidaraacute en mucho tiempo la noche de San Simoacuten y San Judas

Cuando el portero dejoacute de hablar ya haciacutea rato que la Corregidora y la Molinera cuchicheaban al oiacutedo abrazaacutendose y besaacutendose a cada momento y no pudiendo en ocasiones contener la risa

iexclLaacutestima que no se oyera lo que hablaban Pero el lector se lo figuraraacute sin gran esfueno y si no el lector la lectora

XXXV Decreto ImperialRegresaron en esto a la sala el Corregidor y el tiacuteo Lucas vestido cada cual con su propia ropa

ndashAhora me toca a miacutendashentroacute diciendo el insigne don Eugenio de Zuacutentildeiga

Y despueacutes de dar en el suelo un par de bastonazos como para recobrar su energiacutea (a guisa de Anteo oficial que no se sentiacutea fuerte hasta que su cantildea de Indias tocaba en la tierra) diacutejole a la Corregidora con un eacutenfasis y una frescura indescriptibles

ndashiexclMerceditas estoy esperando tus explicaciones Entre tanto la Molinera se habiacutea levantado y le tiraba al tiacuteo Lucas un pellizco de paz que le hizo ver estrellas miraacutendolo al mismo tiempo con desenojados y hechiceros ojos

El Corregidor que observara aquella pantomima quedoacutese hecho una pieza sin acertar a explicarse una reconciliacioacuten tan inmotivada

Dirigioacutese pues de nuevo a su mujer y le dijo hecho un vinagre

ndashiexclSentildeoral iexclTodos se entienden menos nosotros Saacutequeme usted de dudas iexclSe lo mando como marido y como Corregidor

Y dio otro bastonazo en el suelo

ndashiquestConque se marcha ustedndashexclamoacute dontildea Mercedes acercaacutendose a la sentildeaacute Frasquita y sin hacer caso de don

Eugeniondash Pues vaya usted descuidada que este escaacutendalo no tendraacute ningunas consecuencias iexclRosa alumbra a estos sentildeores que dicen que se marchan Vaya usted con Dios tiacuteo Lucas

ndashiexclOh nondashgritoacute el de Zuacutentildeiga interponieacutendosendash iexclLo que es el tiacuteo Lucas no se marcha iexclEl tiacuteo Lucas queda arrestado hasta que sepa yo toda la verdad iexclHola alguaciles iexclFavor al Rey

Ni un solo ministro obedecioacute a don Eugenio Todos miraban a la Corregidora

ndashiexclA ver hombre iexclDeja el paso librendashantildeadioacute eacutesta pasando casi sobre su marido y despidiendo a todo el mundo con la mayor finura es decir con la cabeza ladeada cogieacutendose la falda con la punta de los dedos y agachandose graciosamente hasta completar la reverencia que a la sazoacuten estaba de moda y que se llamaba la pompa

ndashPero yo Pero tuacute Pero nosotros Pero aquellosndashseguiacutea mascullando el vejete tiraacutendole a su mujer del vestido y perturbando sus cortesiacuteas mejor iniciadas

iexclInuacutetil aiacuteaacuten iexclNadie haciacutea caso de Su Sentildeoriacutea

Marchado que se hubieron todos y solos ya en el saloacuten los desavenidos conyuges la Corregidora se dignoacute al fin decirle a su esposo con el acento que hubiera empleado una Czarina de todas las Rusias para fulminar sobre un ministro caiacutedo la orden de perpetuo destierro a la Siberia

ndashMil antildeos que vivas ignoraraacutes lo que ha pasado esta noche en mi alcoba Si hubieras estado en ella como era regular no tendriacuteas necesidad de preguntaacuterselo a nadie Por lo que a miacute toca no hay

ya ni habraacute jamaacutes razoacuten ninguna que me obligue a satisfacerte pues te desprecio de tal modo que si no fueras el padre de mis hijos te arrojariacutea ahora mismo por ese balcoacuten como te arrojo para slempre de mi dormitorio Conque buenas noches caballero

Pronunciadas estas palabras que don Eugenio oyoacute sin pestantildeear (pues lo que es a solas no se atreviacutea con su mujer) la Corregidora penetroacute en el gabinete y del gabinete pasoacute a la alcoba cerrando las puertas detraacutes de siacute y el pobre hombre se quedoacute plantado en medio de la sala murmurando entre enciacuteas (que no entre dientes) y con un cinismo de que no habraacute habido otro ejemplo

ndashiexclPues sentildeor no esperaba yo escapar tan bien iexclGarduntildea me buscaraacute acomodo

XXXVI Conclusioacuten moraleja y epiacutelogo

Piaban los pajarillos saludando el alba cuando el tiacuteo Lucas y la sentildeaacute Frasquita saliacutean de la ciudad con direccioacuten a su molino

Los esposos iban a pie y delante de ellos caminaban apareadas las dos burras

ndashEl domingo tienes que ir a confesar (le deciacutea la Molinera a su marido) pues necesitas limpiarte de todos tus malos juicios y criminales propoacutesitos de esta noche

ndashHas pensado muy bienndashcontestoacute el Molinerondash Pero tuacute entre tanto vas a hacerme otro favor y es dar a los pobres los colchones y ropa de nuestra cama y ponerla toda de nuevo iexclYo no me acuesto donde ha sudado aquel bicho venenoso

ndashiexclNo me lo nombres Lucasndashreplicoacute la sentildeaacute Frasquitandash Conque hablemos de otra cosa Quisiera merecerte un segundo favor

ndashPide por esa boca

ndashEl verano que viene vas a llevarme a tomar los bantildeos del Solaacuten de Cabras

ndashiquestPara queacute

ndashPara ver si tenemos hijos

ndashiexclFeliciacutesima idea Te llevareacute si Dios nos da vida

Y con esto llegaron al molino a punto que el sol sin haber salido todaviacutea doraba ya las cuacutespides de las montantildeas

A la tarde con gran sorpresa de los esposos que no esperaban nuevas visitas de altos personajes despueacutes de un escaacutendalo como el de la precedente noche concurrioacute al molino maacutes sentildeoriacuteo que nunca El venerable Prelado muchos Canoacutenigos el Jurisconsulto dos Priores de frailes y otras vanas personas (que luego se supo habiacutean sido convocadas alliacute por Su Sentildeoriacutea Ilustriacutesima) ocuparon materialmente la plazoletilla del emparrado

Soacutelo faltaba el Corregidor

Una vez reunida la tertulia el sentildeor Obispo tomoacute la palabra y dijo que por lo mismo que habiacutean pasado ciertas cosas en aquella casa sus Canoacutenigos y eacutel seguiriacutean yendo a ella lo mismo que antes para que ni los honrados Molineros ni las demaacutes personas alliacute presentes participasen de la censura puacutebhca soacutelo merecida por aqueacutel que habiacutea profanado con su torpe conducta una reunioacuten tan morigerada y tan honesta Exhortoacute paternalmente a la sentildeaacute Frasquita para que en lo sucesivo fuese menos provocativa y tentadora en sus dichos y ademanes y procurase llevar maacutes cubiertos los brazos y maacutes alto el escote del juboacuten aconsejoacute al tiacuteo Lucas maacutes desintereacutes mayor circunspeccioacuten y menos inmodestia en su trato con los superiores y acaboacute dando la bendicioacuten a todos y diciendo que como aquel diacutea no ayunaba se comeriacutea con mucho gusto un par de ramos de uvas

Lo mismo opinaron todos respecto de este uacuteltimo particular y la parra se quedoacute temblando aquella tarde iexclEn dos arrobas de uvas aprecioacute el gasto el Molinero

Cerca de tres antildeos continuaron estas sabrosas reuniones hasta que contra la previsioacuten de todo el mundo entraron en Espantildea los ejeacutercitos de Napoleoacuten y se armoacute la Guerra de la Independencia

El sentildeor Obispo el Magistral y el Penitenciario murieron el antildeo de 8 y el Abogado y los demaacutes contertulios en los de 9 10 11 y 12 por no poder sufrir la vista de los franceses polacos y otras alimantildeas que invadieron aquella tierra iexcly que fumaban en pipa en el Presbiterio de las iglesias durante la Misa de la tropa

El Corregidor que nunca maacutes tornoacute al molino fue destituido por un Mariscal franceacutes y murioacute en la Caacutercel de Corte por no haber querido ni un solo instante (dicho sea en honra suya) transigir con la dominacioacuten extranjera

Dontildea Mercedes no se volvioacute a casar y educoacute perfectamente a sus hijos retiraacutendose a la vejez a un convento donde acaboacute sus diacuteas en opinioacuten de Santa

Garduntildea se hizo afrancesado

El sentildeor Juan Loacutepez fue guerrillero mandoacute una partida y murioacute lo mismo que su alguacil en la famosa batalla de Baza despueacutes de haber matado muchiacutesimos franceses

Finalmente el tiacuteo Lucas y la sentildeaacute Frasquita (aunque no llegaron a tener hijos a pesar de haber ido al Solaacuten de Cabras y de haber

hecho muchos votos y rogativas) siguieron siempre amaacutendose del propio modo y alcanzaron una edad muy avanzada viendo desaparecer el Absolutismo en 1812 y 1820 y reaparecer en 1814 y 1823 hasta que por uacuteltimo se establecioacute de veras el sistema Constitucional a la muerte del Rey Absoluto y ellos pasaron a mejor vida (precisamente al estallar la Guerra Civil de los Siete antildeos) sin que los sombreros de copa que ya usaba todo el mundo pudiesen hacerles olvidar aquellos tiempos simbolizados por el sombrero de tres picos

Nota sobre el autor

Pedro Antonio de Alarcoacuten

(1833-1895)

Cronologia de Alarcoacuten

Alarcoacuten habla de El sombrero de tres picos

Cronologiacutea de la vida de Alarcoacuten

1833 El 10 de marzo nace Pedro Antonio de Alarcoacuten Ariza en Guadix (Granada)

Estudio bachillerato en Granada

Inicio estudios de leyes en la Universidad de Granada que tuvo que abandonar por problemas econoacutemicos de la familia

Ingreso dos veces en el seminario y lo abandono las dos veces por falta de vocacioacuten

Desde siempre su verdadera vocacioacuten fueron las letras Participo del grupo literario granadino La Cuerda como poeta

1852 De esta eacutepoca datan sus primero relatos breves de fuerte raiacutez romaacutentica algunos de ellos entroncados con el costumbrismo andaluz revelaban el influjo de Fernaacuten Caballero

De hecho Alarcoacuten nunca fue un escritor realista en el sentido que la historia de la literatura da a este termino Sus estenografiacuteas siempre son de una impronta realista muy fuerte En cambio es evidente que sus personajes tienen un sabor arquetiacutepico e ideal muy fuerte es decir son ldquotiposrdquo maacutes que personajes Y es que Alarcoacuten nunca renuncio a que lo ideal se encarnara en lo real Y eso lo entronca con una tradicioacuten nacional espantildeola que con hitos tan importantes como el Arcipreste de hita o Cervantes le alcanza plenamente a Alarcoacuten

El amigo de la muerte uno de los primeros cuentos de Alarcoacuten que revelan ya casi formada la maestriacutea teacutecnica que revelariacutea a continuacioacuten

1853 Se va a Madrid para seguir su carrera literaria

Funda con E Tarragoacute el perioacutedico El Eco de Occidente que no tuvo mucha importancia

Escribe despueacutes en El Laacutetigo diario antimonaacuterquico de fuerte sabor revolucionario

El Clavo

Alarcoacuten fue sin duda un maestro del cuento El Clavo es sin duda una de sus pequentildeas obras maestras

1854 Participa como periodista en la Revolucioacuten de Julio

1855 Publica El final de Norma un trabajo escrito cuando contaba 18 antildeos (1851)

Sucesivamente publicara su obra de juventud Cosas que fueron (artiacuteculos) Poesiacuteas

El final de Norma

1857 El hijo prodigo tiene por tema la locura y los errores de juventud Reflejo de un periodo de autocriacutetica que ha iniciado Alarcoacuten sobre su propia juventud Maacutes tarde en el personaje de Pepito de El nintildeo de la bola finalizaraacute ese ajuste de cuentas con su pasado

El hijo prodigo

1859 Al estallar la guerra de Marruecos se alista como voluntario

1860 De esa experiencia en Aacutefrica naceraacute su obra Diario de un testigo de la guerra de Aacutefrica que por fin le dio fama y algo de dinero quizaacutes su obra maacutes importante y permanente Obra maestra por la descripcioacuten de la vida militar Algunas partes de este trabajo como La batalla de Castillejos y La toma de Tetuaacuten auacuten no han sido superados en la viveza de las descripciones la espontaneidad del lenguaje y la gracia en la narrativa por ninguacuten escritor espantildeol

En la misma liacutenea publicara tambieacuten las Historietas nacionales similares a las anteriores por la temaacutetica y la frescura y espontaneidad del lenguaje y del flujo narrativo

Diario de un testigo de la guerra de Aacutefrica

1860 a 1874 publica fundamentalmente cuentos y libros de viajes

1861 De Madrid a Naacutepoles

1866 Se casa y su posicionamiento poliacutetico y religioso se afianza y explicita definitivamente Ya hacia tiempo se habiacutea inicia en Alarcoacuten un giro de sus posiciones poliacuteticas y humanas que lo desplazoacute desde el liberalismo revolucionario a posiciones tradicionalistas y catoacutelicas De hecho nunca dejo de ser catoacutelico y fue su fe la que le hizo en ultima instancia cambiar sus posiciones poliacuteticas Pero es ahora con su

matrimonio que su evolucioacuten concluye

Desde estas posiciones tradicionalistas siguioacute actuando en poliacutetica Fue diputado en las Cortes por Granada consejero de Estado con Alfonso XII

1868 La revolucioacuten del 68 va afectar fuertemente a Alarcoacuten de forma que marcara toda su obra posterior con un fuerte matiz poleacutemico Obras como La Prodiga o El escaacutendalo estariacutean en esta liacutenea

1871 Su obra Cosas que fueron constituyo una tardiacutea aportacioacuten al genero de cuadros de costumbres y fueron escritos antildeos antes de su publicacioacuten

Cosas que fueron

1873 La Alpujarra

1874 Publica El sombrero de tres picos la obra que le iba a hacer mundialmente famoso y que ha servido de libreto a varias obras musicales y a la obra homoacutenima de Falla

El sombrero de tres picos

1875 El Escaacutendalo una obra con repercusiones semejantes a Pequentildeeces de Coloma tanto por la intencioacuten como por la poleacutemica que levanto La primera edicioacuten se agoto en cinco diacuteas

1878 El nintildeo de la bola es quizaacutes la mejor novela de Alarcoacuten La renuncia de Manuel Venegas odiado por el usurero Eliacuteas precipita la muerte de Soledad bella figura romaacutentica condenada de antemano La fuerza del destino preside con su fatalismo ataacutevico todos los episodios de la narracioacuten Las grandezas y miserias del alma humana se adensan en el pueblo y en la historia de unos seres condenados al fracaso La obra es menos literaria que El escaacutendalo pero maacutes objetiva y apasionada

El nintildeo de la bola

1880 La prodiga es un alegato moral contra la corrupcioacuten de costumbres y ademaacutes es una criacutetica radical de la literatura romanita a la que Alarcoacuten consideraba como fundamentalmente anticristiana y para ello usa la teacutecnica de sacar las uacuteltimas conclusiones de la tiacutepica tragedia romaacutentica desgarrada para mostrarnos su real sordidez exenta de todo heroiacutesmo

La Prodiga

1881 El Capitaacuten Veneno

1883 Viajes por Espantildea

1884 Historia de mis libros

1887 La enemistad con los criacuteticos liberales y su continua critica junto a un cierto convencimiento de que el realismo habiacutea cubierto su ciclo histoacuterico le llevan a un abandono de la escritura

Es elegido miembro de La Real Academia

1895 Muere el 19 de julio en Valdemoro(Madrid)

Alarcoacuten habla de El sombrero de tres picos

La Historia de mis libros de Pedro Antonio de Alarcoacuten escrita en 1884 cuando practicamente habiacutea ya decidido dejar de escribir es el testamento literario del autor y en ella se analiza una a una las obras que habiacutea publicado hasta entonces El capitulo XIII estaacute dedicado a El sombrero de tres picos y es el que transcribimos a continuacioacuten

Un diacutea del verano de 1874 en Madrid apremiaacutebame la obligacioacuten de enviar a la Isla de Cuba alguacuten cuentecillo jocoso para cierto semanario festivo que alliacute se publicaba Recordeacute no seacute coacutemo el picaresco romance de El Corregidor y la Molinera que tantas veces habiacutea oiacutedo relatar cuando nintildeo y me dije

-iquestPor queacute no he de escribir una historieta fundada en tan peregrino argumento

-Porque es muy difiacutecil dentro de las conveniencias sociales -respondioacute mi buena crianza

-iexclRazoacuten de maacutes para intentar escribirla de modo que nadie se escandalice - arguyoacute mi temeridad de artista viejo recordando haber hecho un milagro semejante con el cuento de La Comendadora

-Pues probemos (contestoacute mi pereza para librarse de seguir buscando asunto) iexclEn medio de todo el semanario de que se trata tiene pocos lectores y tal vez ninguno de ellos resida en el continente europeo

-iexclManos a la obra -concluyoacute la parte atrevida de mi ser moral

Y veinticuatro horas despueacutes habiacutea escrito diez o doce cuartillas que conteniacutean muy en compendio todo EL SOMBRERO DE TRES PICOS o sea toda la historia de El Corregidor y la Molinera tal y como me parecioacute prudente arreglarla y componerla ad usum del respetable puacuteblico

Iba ya a meterla en un sobre para echarla al correo cuando me dijo repentinamente la conciencia artiacutestica

-iexclQueacute laacutestima Aquiacute hay materia para escribir una historia diez veces maacutes larga

-iexclYa lo creo (respondioacute la pereza) Y de ese modo nos ahorrariacuteamos durante dos meses la penosa tarea de buscar asuntos para el semanario

-iexclPues recomencemos

-iexclOh no iquestQuieacuten inutiliza lo ya redactado y se pone ahora a volver a empezar la racioacuten de mantildeana

Vacileacute alguacuten tiempo y esta vez triunfoacute la actividad -Comenceacute pues de nuevo la historia de EL SOMBRERO DE TRES PICOS

Al otro diacutea iba ya tambieacuten a meter en un sobre la primera

deacutecima parte del segundo relato o sea del relato actual que llegaba a la descripcioacuten del tiacuteo Lucas cuando entroacute en mi despacho un buen amigo versado en letras referiacutele el asunto de mi nueva obra le leiacute lo que llevaba escrito y ved aquiacute sus terminantes palabras

-No enviacutee V al otro mundo esas cuartillas Reteacutengalas en Madrid y continuacutee la obra con amor hasta acabarla y perfeccionarla cuanto pueda De este modo se encontraraacute V dentro de pocas semanas con un libro que podraacute convenirle publicar en Madrid en tomo -iexclEl asunto es de perlas

Seis diacuteas despueacutes volvioacute a visitarme el amigo y se halloacute con que EL SOMBRERO DE TRES PICOS estaba terminado y hasta puesto en limpio en la forma que hoy tiene Al siguiente diacutea empezoacute a imprimirse en la Revista Europea que publicaban en esta Corte los Sres Medina y Navarro al cabo de un mes se reimprimiacutea solemnemente en tomo aparte y esta es la hora en que van hechas soacutelo dentro de nuestra Peniacutensula ocho numerosas ediciones

Tal es la historia de este dichoso librejo contra el cual no se han alzado mis adversarios Por la inversa todo el mundo lo ha tratado hasta con mimo asiacute en el campo de los innovadores o blasfemadores del Arte de la Moral y del Alma como en el de los ortodoxos y arcaiacutestas de todas especies a tal extremo ha llegado esta unanimidad que muchas veces he sentido aborrecimiento y desdeacuten a la piacutecara obra por nadie impugnada atribuyendo su fortuna a nulidad eacute insignificancia internas -Empero uacuteltimamente me han reconciliado con este hijo del acaso no seacute queacute tardiacutea querencia paternal y la consideracioacuten de que a los diez o maacutes antildeos de publicado sigue producieacutendome tan segura y casi tan pinguumle renta como su juicioso hermano El Escaacutendalo -Ademaacutes EL SOMBRERO DE TRES PICOS ha sido

traducido que yo sepa al portugueacutes (con preciosas ilustraciones) al alemaacuten al ruso al franceacutes al italiano al ingleacutes y al rumano como tambieacuten ha dado argumento a dos operetas coacutemicas la una francesa y la otra belga y en vista de tanto ruido y de tantas nueces he tenido que acabar por decir - laquoiexclPues sentildeor el asunto era de oro iexclEstoy en deuda con la musa popular o sea con los ciegos que componen romancesraquo

Acerca de la moralidad y color de la obra en el Prefacio que lleva al frente he dicho cuanto correspondiacutea a mi reputacioacuten de escritor honesto y de persona bien criada Convieacuteneme sin embargo antildeadir para mayor refulgencia de la castidad de mi musa y de la del puacuteblico espantildeol en general que uno de los mejores literatos de Francia Alejandro Dumas (hijo) a quien debo amistosiacutesimas atenciones tuvo hace antildeos la franqueza de escribirme que mi SOMBRERO DE TRES PICOS habriacutea ganado mucho particularmente en aquella nacioacuten si yo hubiese conservado el desenlace crudeliacutesimo dado por la versioacuten plebeya o sea por los romances de ciego al quid pro quo de que fue inocente objeto dontildea Mercedes -Es decir que ni aquel insigne escritor ni el puacuteblico franceacutes se habriacutean escandalizado ante la consumacioacuten de una atrocidad en el molino ni ante la efectividad de sus represalias en el Corregimiento iexclEs decir que

Pero doblemos la hoja -iexclBueno estaacute sin maacutes ribetes ni escarapelas mi empecatado SOMBRERO DE TRES PICOS -Y lo peor de todo es hablando aquiacute en reserva que laquotambieacuten me gusta a miacute la sentildeaacute Frasquitaraquo por aquello de que la Molinera laquocomo guapa es guaparaquo aunque laquotambieacuten sea guapa la Corregidoraraquo

iexclOh inefable delicia la de crear seres con la pluma iexclOh complacencia poder uno formarlos a su arbitrio y moverlos seguacuten su agrado iexclOh tormento tener que resolverse a dejar de

lanzar al mundo tantos y tantos personajes como aun le bullen en la imaginacioacuten y haber de morirse alguacuten diacutea exclamando laquoMorid tambieacuten vosotros sin haber nacidoraquo -Pero asiacute son las cosas humanas Ars longa vita brevis -Y ademaacutes que no todos tenemos filosofiacutea bastante para decir Satis est equitem mihi plaudere

Capitulo XIII de Historia de mis libros(1884) de Pedro Antonio de Alarcoacuten titulado precisamente El sombrero de tres picos

copyright copy 2001 para la presente edicioacuten de Gaiferos Libros-Ereg

GAIFEROS LIBROS-E reg is a trademark registred

e-ditoragaiferoscom

wwwgaiferoscom

Editor M Echeverriacutea

Design Mezquiriz

Imagen de portada Goya

Printed in Spain(UE)

Madrid Febrero de 2002

Page 11: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 12: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 13: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 14: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 15: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 16: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 17: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 18: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 19: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 20: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 21: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 22: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 23: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 24: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 25: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 26: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 27: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 28: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 29: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 30: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 31: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 32: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 33: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 34: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 35: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 36: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 37: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 38: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 39: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 40: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 41: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 42: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 43: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 44: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 45: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 46: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 47: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 48: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 49: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 50: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 51: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 52: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 53: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 54: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 55: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 56: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 57: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 58: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 59: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 60: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 61: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 62: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 63: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 64: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 65: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 66: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 67: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 68: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 69: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 70: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 71: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 72: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 73: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 74: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 75: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 76: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 77: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 78: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 79: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 80: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 81: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 82: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 83: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 84: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 85: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 86: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 87: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 88: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 89: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 90: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 91: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 92: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 93: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 94: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 95: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 96: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 97: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 98: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 99: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 100: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 101: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 102: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 103: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 104: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 105: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 106: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 107: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 108: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 109: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 110: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 111: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 112: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 113: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 114: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 115: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 116: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 117: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 118: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 119: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 120: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 121: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 122: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 123: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 124: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 125: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 126: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 127: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 128: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 129: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 130: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 131: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 132: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 133: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 134: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 135: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 136: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 137: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 138: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 139: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 140: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 141: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 142: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 143: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 144: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 145: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 146: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 147: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 148: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 149: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 150: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 151: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 152: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 153: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 154: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 155: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 156: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 157: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 158: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 159: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 160: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado
Page 161: El sombrero de tres picos · –La prueba de que el tío Repela tiene razón–observó en esto el padre del novio–, es que todos los chicos y grandes aquí presentes se han enterado