el sistema nervioso entérico
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El sistema nervioso entérico está incrustado en la pared estomacal, y contiene alrededor de 500 millones de neuronas y nueve metros de largo encargados de hacernos sentir deseos de comer chocolate cuando estamos en una situación de estrésTRANSCRIPT
El sistema nervioso entérico está incrustado en la pared estomacal, y contiene
alrededor de 500 millones de neuronas y nueve metros de largo encargados de
hacernos sentir deseos de comer chocolate cuando estamos en una situación de
estrés. Desde siempre se ha sabido que este sistema es el encargado de controlar
la digestión, pero hoy en día se lo considera importante en nuestro bienestar físico
y emocional.
Funciona de manera independiente o en conjunto con nuestro cerebro mediante el
llamado nervio vago, y aunque nosotros no somos conscientes de sus
“pensamientos”. ¿Cuáles son esos pensamientos? El sistema nervioso entérico
nos ayuda a sentir las amenazas exteriores y actuar sobre ello.
Más allá de los puntos básicos necesarios por los que es importante el sistema
nervioso entérico, seguramente alguna vez hayas notado cómo el mismo
estómago expresa a la perfección lo que sientes. Miedo, emoción y estrés se
sienten en el estómago, incluso las conocidas “mariposas” relacionadas al amor
Nuestro organismo no sólo tiene un cerebro, sino que tiene dos. El intestino es el
órgano que tiene tantas células neuronales como el cerebro y que concentra una
cantidad de células 10 veces mayor que el resto del organismo combinado.
Aunque la información de este video es a veces un poco técnica, es de vital
importancia para entender muchos factores de nuestra salud.
El abdomen inteligente - Nuestro segundo cerebro
Nuestro tracto gastrointestinal está equipado con su propio sistema nervioso,
donde miles de millones de neuronas interconectadas se encargan de decenas de
miles de bacterias, que a su vez influyen en nuestro estado de ánimo, nuestra
personalidad y nuestra salud. Pero, ¿qué sabemos exactamente acerca de este
órgano? Hace algunos años, los investigadores descubrieron que el estómago y el
intestino de los seres humanos contenían aproximadamente 200 millones de
células nerviosas. Poco a poco, y después de mucho tiempo, se consiguió
descifrar el diálogo permanente entre el vientre y la cabeza, los dos centros de
control. Los conocimientos adquiridos abren posibilidades terapéuticas
insospechadas. Pues, presumiblemente, en ciertas enfermedades neurológicas
tales como la enfermedad de Parkinson, se atacan primero a las neuronas del
tracto gastrointestinal.
¿Mi estómago es inteligente?Absolutamente, es una red extensa de neuronas (100 millones) interconectadas.
¿Un segundo cerebro?
Sí, su estructura neuronal posee la capacidad de producir y liberar los mismos
neurotransmisores, hormonas y moléculas químicas que produce el cerebro
superior.
¿Mi barriga tiene emociones?
En nuestro sistema digestivo se produce y almacena el 90% de la serotonina de
nuestro cuerpo; su función es esencial: absorción, aporte nutricional y
movimientos musculares. Es la misma serotonina que en un 10% se crea en
nuestro cerebro superior y de la que depende nuestro bienestar.
¿La famosa hormona de la felicidad la tenemos en el estómago?
Sí, por eso debemos escuchar más al sistema digestivo. De cómo sintamos
nuestras tripas depende nuestro ánimo. Si aprendemos a escuchar sus señales
estaremos más sanos, perceptivos y equilibrados.
¿Desde la digestión podemos influir en nuestras emociones?
Hay una relación continua de intercambio de información entre los dos cerebros.
Un ejemplo: un estreñimiento crónico puede suponer una falta de serotonina, nos
convierte en pesimistas y baja la libido.
Entonces, si cuidas tu estómago puedes mejorar tu estado de ánimo. Absolutamente. Si empiezas a reconectar, sentir, entender lo que te sienta mal,
ser consciente de lo que comes y cómo, en quince días notas un cambio. La gente
que escucha sus tripas, se hace masajes y sabe comer, transmite más equilibrio,
comprensión, paciencia y son más intuitivos. Si mimamos y relajamos el abdomen
nuestras neuronas estomacales producen benzodiacepinas, las moléculas que
usamos como ansiolíticos para relajar e inducir el sueño y para descontracturar
músculos.
¿Y si no lo relajamos?
Hay muchas sustancias químicas que nosotros producimos y que, si no somos
capaces de liberar, manifestamos depresión, ansiedad o cansancio crónico.
Pues dígame como liberarlas. Empezando con pequeños cambios: comer bien y con paz. Ir al baño sin prisa,
unos 15 minutos. Nuestro intestino se mueve un centímetro al minuto, es una ola
de movimiento muscular lenta, tranquila y equilibrada, hay que respetarlo.
De acuerdo. Es muy beneficioso hacer un auto masaje en la tripa, movimientos muy suaves
empezando por el lado derecho y avanzando en el sentido de las agujas del reloj;
eso relaja el sistema digestivo. Hacer diariamente diez minutos de estiramientos.
Qué más. A media tarde, cuando aparece el cansancio, respirar con la barriga durante diez
minutos. Un vaso de agua caliente en ayunas con unas gotitas de limón o menta
activa la función muscular del estómago, vesícula e intestino. De vez en cuando
un fin de semana de depuración a base de batidos de verduras es aconsejable. Y
ejercicio regular.
Del sistema digestivo también depende nuestra piel. Nuestro sistema digestivo representa el 70% de las defensas. Si uno come mal,
tiene mucho estreñimiento o gastroenteritis, infecciones, o toma muchos
antibióticos, se trastorna todo el tráfico, es decir la función de filtrar, defender,
eliminar y absorber.
Entiendo. Cuando este sistema depurativo, el más grande del cuerpo, funciona mal, otro
órgano, como la piel, coge su función. Las consecuencias son dermatitis,
psoriasis, acné, piel atópica, manchas... síntomas cuyo origen en un 80% es
intoxicación interna.
¿Alimentarse mal envejece?Hay una conexión directa entre el envejecimiento precoz y procesos degenerativos
tanto de piel y articulaciones con la salud del estómago
¿Con qué en concreto?
Ya lo estudió Iliá Mechnikov, premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1908, la
fermentación pútrida en el intestino es la razón principal del envejecimiento
precoz. Y el estreñimiento y la putrefacción proteica están vinculados al desarrollo
del cáncer y a los procesos degenerativos sistémicos prematuros.
¿Tiene arreglo?
Si la célula está bien nutrida e hidratada y mantiene adecuadamente el proceso de
eliminación y desactivación de las toxinas y de los radicales libres, puede estar
joven y activa durante mucho tiempo.
¿Hay que lavar el intestino? Con la vida que llevamos (sedentaria, estresada, alimentación cuya calidad no
está muy controlada...) no eliminamos todo lo que ingresamos y por tanto
absorbemos toxinas, sufrimos putrefacción, inflamación, intoxicación y bajan las
defensas. La hidroterapia de colon una vez al año es muy recomendable.
¿Algún otro consejo? Yo recomiendo a mis pacientes que de vez en cuando, durante un mes, retiren de
su dieta trigo, azúcar, lácteos y alcohol; y fuera cereales, salvo arroz, avena y algo
de centeno. El 80% de los pacientes que trato resultan ser intolerantes al trigo.
Descansar del trigo es una manera de purificarse.