el silencio de mariló

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Aqui os dejo mi libro. Contar mi historia, ha hecho que me recupere de mi depresión y quiero poder ayudar a las personas que pasan o han pasado por esa misma situación.

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Mi infancia con mí querida madre.

Desde los cuatro años, el tiempo que mí memoria me deja recordar, esta historia que os voy a contar desgraciadamente se ha repetido día tras día en mi vida.

Las primeras imágenes de mi infancia son las de mi madre dándome el niño pequeñito en brazos, allí los dos sentados en el suelo, mientras mi padre le pegaba con un zapato, dando vueltas por toda la casa, hasta llenarla de sangre y luego se marchaba. Cuando esto pasaba, mi madre nos acostaba para poder limpiarse y descansar, pero mi padre volvía, miraba si estaba acostada, cerraba la puerta de la habitación y se escuchaban muchos gritos.

Mi madre era tan buena y cariñosa, que cuando José Luis, mi hermano mayor, iba al colegio de San Lorenzo, recuerdo que peinaba sus rubios cabellos con una onda hacia el lado y le daba besos hasta salir por la puerta.

De mi hermana no me acuerdo hasta más tarde.

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Tras una de las palizas de mi padre, mi madre estuvo en la cama mucho tiempo, nosotros estábamos con ella y nos acariciaba a los tres. A pesar de esto, mi padre seguía pegándole e incluso la levantaba de la cama para poder darle las palizas mejor con su cinturón y no sólo se comportaba así con ella. Mi hermana y yo también sufríamos el mismo calvario.

Una de tantas historias que podría contar es esta: una tarde mientras mi hermana fregaba los platos, tuvo la mala fortuna de que algunos se le cayeran al suelo y se le rompieran. Mi padre, muy enfadado, empezó a pegarle como represalia por su descuido; al verlo, mi madre y yo salimos en su defensa, pero de nada sirvió porque él pudo con mi hermana y con nosotras dos.

Así era nuestra vida constantemente mientras vivió mi madre, paliza tras paliza. Mis tíos y tías maternas que eran doce hermanas y que vivían una en el mismo caserío, la tía Flora y otra que vivía enfrente de la puerta de nuestra casa y la tía Indalia la panadera que vivía abajo ósea, en el mismo lugar que nosotros pero ninguno de ellos decía nada, nadie de mi familia era capaz de desvelar el sufrimiento por el que

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pasábamos debido al miedo que nos daban las reacciones de mi padre.

Tantas fueron las palizas, que un día, mi madre tuvo que ser hospitalizada en Bilbao. Recuerdo que mi padre la bajó en brazos por las escaleras y la entró en el taxi, mis hermanos, José Luis, Lorea y yo fuimos con ella de Ermua a Bilbao, llegamos al hospital, la pusieron en una camilla para poder trasladarla y ésta es la última imagen que tengo de ella. Debió estar allí unos dos años, mucho tiempo, pero yo no la volví a ver al no tener edad para poder visitarla.

Hasta aquí, a pesar de los malos tratos, fui un poco feliz porque tenía el cariño de mi madre, pero tras su muerte, todo empeoró. Nos quedamos solos en la vida, sin protección ninguna y bajo la responsabilidad de un monstruo que teníamos como padre yo con siete años, ya empecé a tener que realizar los pucheros, pues mi hermana con cuatro años más que yo y mi hermano estaban en el colegio.

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Dote de mi madre

cuando se caso.

Mi madre se caso por

amor y mis abuelos

como a las demás hijas

al casarse le daban

una casa amueblada,

arreo y un trozo de

terreno para vivir. Al quedarnos solas, cuando

yo crecí y comencé a mover la tierra, sembraba

patatas, puerros, acelgas, berzas, tomates y

poco a poco aprendí aponer de todo y teníamos

para comer y no pasar hambre, solo me faltaba

ir a buscar leña para

el fuego que traía de

todas partes del

monte.

Solas en el mundo.

Teníamos una casa muy bonita pero poco a poco se perdió todo. Nuestra vida cada día era peor, y no recibíamos ninguna ayuda de

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nuestros familiares. Tal era nuestra miseria que no teníamos ni para comer.

Nuestra tía Flora, tenía un caserío al que acudíamos para conseguir un poco de leche y huevos, pero poco duró nuestra alegría, porque mi padre le debía dinero y ella nos cerró las puertas prohibiéndonos que volviéramos. Al no tener nada para comer, empecé a robar en las gallineras cercanas, pero al final fui descubierta por las tías que se lo contaron a mi padre, y él en lugar de comprenderme ya que sabía la finalidad de mi delito, me castigaba mediante su tradicional método: una paliza.

Muy a menudo llevaba moratones y marcas de malos tratos, pero nadie me preguntaba nada, ni decían nada; solo alguna pregunta de mis familiares así como: -pero ¿qué has hecho esta vez?... Tenía que robar alimentos para comer, o leña para calentarnos del frío, así que las palizas continuaban cada vez que me pillaban. Ese era el precio que tenía que pagar para poder estar algunos días alimentados ya que mi padre trabajaba, comía fuera, despreocupándose de nosotros y de nuestras necesidades. Gracias a Dios, mi prima Miren nos ayudaba cuando podía

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cogiéndole algunos panes, harina, o algunos bollos a su madre, mi tía Indalia, que era panadera.

Otro episodio que me acuerdo antes de

mi primera comunión

Mi padre de una paliza con su cinturón me había dado en el ojo izquierdo y después de mucho tiempo no se me curaba y empezaba a tener muchos dolores de cabeza, chillando todo el rato y mi hermana bajo al caserío para saber que podía hacer y la tía Flora le debió decir que me llevara al oculista a Eibar y me llevo era un señor que tenía una mesa y me miro me tapo el ojo y tuvimos que ir varias veces. Seguía con mi ojo tapado pero se iba quitando el dolor y una vez de las que fuimos, el médico empezó a correr detrás de mi hermana dando vueltas en la sala por detrás de la mesa yo creo que la quería coger; yo empecé a gritar porque me dio mucho miedo y nos pudimos escapar pero mi hermana me dijo, ya no podemos volver más por miedo así que yo estaba con el ojo tapado y cuando me

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canse de tenerlo así lo quite pero tampoco nadie de la familia pregunto nada y así quedó todo.

Unos años más tarde, cuando yo estaba trabajando en parís empezó a dolerme mucho y tuve que ir al oculista, me pregunto si me había pasado algo antes dije que si cuando era pequeña y me dijo es lo mismo que tuvo antes es una ulcera en lo negro del ojo y por eso el ojo se ha quedado sin crecer, lo tiene sin desarrollar, de ese ojo nunca podrá ver más de la mitad. Porque no se puede hacer nada esta como de niña, ahora le tengo que tapar el ojo hasta que se cure y así lo tuve, me dijo que tuviese cuidado y al primer síntoma, tiene que venir para tratarse,. Ahí me entere de cómo tenía el ojo y el porqué. Gracias a Dios todavía veo.

No teniendo fotos de mi primera comunión

Mi gran orgullo la de mi hijo.

Mi primera comunión

Con los tíos de Ermua, Rufino y

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Eugenia, que eran muy buenos y me daban de comer y me cuidaban, pase una temporada muy buena, cuando tendría yo unos 9 años. A pesar de tener que seguir conviviendo con mi padre. Me acuerdo de ir al catecismo para aprender para hacer la primera comunión y aprender a rezar todo un año y mi otra prima hija de mis tíos que era de mi edad ya lo había hecho y me vistieron con el mismo vestido que era muy bonito, y mi prima Marichu se ocupaba de todo y me llevaba a la peluquería y les pidió a los peluqueros que me cortaran un poco y le haces rizos y la pones muy guapa que tiene que ir muy guapa mañana y ella se marcho y luego vino a buscarme, por ella realice la primera comunión con todos los niños de Ermua ese año; ese día tampoco me acuerdo de haber visto a nadie de mis hermanos ni a mi madrina la tía Flora, solo mi prima Marichu se ocupo de mi todo el rato de la mano con migo, hasta que termino pase un día feliz; mi prima Marichu muy buena conmigo y con todo el mundo ha sido mi segunda madre me acordare siempre de ella no la olvidare mientras viva yo, mi tía Eugenia

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,mi tío Rufino y los Primos Luis , Marichu, Mª Ángeles y Juanjo Arietas Mallaviabarrena,

La asistencia de mis hermanos a la escuela

y yo no.

Mi prima empezó a ir a la escuela particular en Eibar y como veía que mi hermana también quería ir pero no podía permitirse el lujo debido a nuestra pobreza, fue recogiendo dinero que le daba su madre más alguno que le cogía ella hasta alcanzar lo suficiente para pagarle los estudios a ella también; y gracias a esto, mi hermana Lorea aprendió a ser oficinista a la edad de 15 años y comenzó a trabajar; mientras yo me dedique a cuidar a los niños del barrio cuando sus madres iban al campo, a cambio de un bocadillo. Ninguno de mi familia pensó en mí y se ocupó para que yo pudiera ir también a la escuela.

Mi hermano, el mayor, a los dieciocho años se fue de casa y se montó un taller de bicicletas con la ayuda de alguien que no me quiso decir y empezó a vivir en Eibar. La verdad es que no le iba nada mal, pero tampoco se acordaba de

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nosotras, que no teníamos ni para calzarnos, ni vestirnos.

Recuerdo con mucho dolor la muerte de la abuela en el caserío. Que fue mucha gente a visitarla y con mi prima Arancha que teníamos unos diez años conocimos todas las habitaciones que nunca habíamos visto; al pasar años mi tía Flora hizo venir a mi hermano José Luis en aquella ocasión, me culparon de algo que yo no había hecho, robar unos pendientes. Mi hermano me presionaba mucho para que aceptara la culpa de este hecho, agarrándome de la oreja izquierda y doblándomela. Me hizo un daño terrible, yo sólo quería terminar con ese sufrimiento así que asumí la injusta acusación y quedé como una ladrona así que quedaron muy contentos la expresión de mi hermano fue ¡Ves como ha dicho si! Pero los pendientes no aparecieron porque yo no los tenía.

Mi intento tras la desesperación.

Antes de contar este hecho, quiero que sepáis que a mi padre no lo podía ni ver. Así que un día, harta ya de tantos malos tratos y el estilo

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de vida tan deplorable que llevábamos, decidí hacer una locura.Una tarde él estaba

durmiendo y quemé unos papeles con la intención de prender fuego a la casa con mi

padre dentro, había observado entre las rajas del suelo de madera de la casa el establo lleno de

paja. Era perfecto para arder rápidamente. Una vez hecho esto, salí al monte a esconderme y

estar lejos del lugar de los hechos. Por la noche cuando volví con la ilusión de que mi padre ya no estuviera, me encontré con la sorpresa de que mi plan había fracasado. Mi tía Flora se había dado

cuenta del fuego y reaccionó a tiempo para sofocarlo.

Mi tía me preguntaba si había sido yo. Me convertí en el principal punto de mira, pero lo negué todo, fui incapaz de reconocerlo y utilicé como argumento que había estado todo el día en el monte y todo se quedó así. Mi padre siguió vivo y yo continué recibiendo palizas.

Otro episodio muy triste.

Me acuerdo que mi hermana Lorea, venía siendo mayor y como ya iba al colegio con su

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prima, también tenía amigas y salía un poco de paseo con ellas y un día mi hermano José Luis le había castigado en no salir por algo y ella salió cuando él no estaba en casa y se enteró de que había salido cuando vino, cogió la escoba y se puso a pegarla y terminó rompiéndole la muñeca de la mano, ahí se paró y ella tuvo que estar mucho tiempo con la muñeca rota. Eso pasó delante mía, en la habitación, ella no había hecho nada malo solo ir de paseo con las amigas.

Eso mi hermano José Luis y otras cosas que me acuerdo que decían en el pueblo que mi hermano estaba de pupilo en Eibar porque mi hermana Lorea no le planchaba las camisas. Me pregunto yo, eso sería un motivo tan grande.

Mi hermana quería irse a Francia, pero no tenía dinero, ni ella, ni yo, ni nadie que quisiera ayudarla, así que se nos ocurrió la idea de robárselo a mi tía Indalia, la de la panadería. Observamos que mi prima Rosarito, su hija, iba a cobrar una o dos veces a la semana a todas las tiendas de los pueblos de alrededor y traía mucho

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dinero en un bolso que dejaba colgado en su bicicleta y que mi tía lo cogía al día siguiente. No dudamos un momento en hacernos con ese bolso en el que estaba el sueño de mi hermana. Cogimos una escalera y nos colamos en la panadería donde conseguimos nuestro botín. Lo trajimos a casa y mi hermana quemó el saco en el que había estado guardado el dinero para que no quedara ni rastro. Pero no salió bien y mi prima me zarandeaba preguntándome si había sido yo quien había robado el dinero. Se lo negué tantas veces como me preguntó, pero ella se lo contó a mi padre. Mi tío Eugenio se entero y le recrimino a mi padre que era un borracho, que no sabía cuidar de nosotros y que siempre nos estábamos metiendo en líos por su culpa, mi padre al escuchar esto se enfado mucho y se enzarzaron en una pelea muy grande. Recuerdo que terminaron los dos ensangrentados.

Mi padre furioso nos llevo al juzgado de Ermua para ser juzgadas a mí y mi hermana por los hechos que habíamos cometido y a pesar de que mi hermana me pidió que yo lo negara todo tuve miedo al ser pequeña y dije la verdad al

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juez yo comprendo que habíamos realizado algo que estaba mal era un pecado y recibimos dos sentencias una del juez, que tuvimos que devolver el dinero y otra del monstruo de mi padre que sin mediar palabra alguna con nosotras, volvió a pegarnos con su cinturón hasta quedar sin que apenas nos pudiéramos mover. Nos duró varios días el efecto de la paliza, pero más que el dolor físico nos dolió que todo el pueblo se enterara, era horrible durante muchos años el sufrimiento hasta que conseguimos poder marcharnos.

“Pienso que después de los años se debe conocer todo nuestro sufrimiento para intentar que esto no vuelva a suceder”.

Otro recuerdo bueno, tío Vila

Unos tíos de Bilbao, que ella era hermana del padre ella tenía cuatro hijos, yo iba de vez en cuando y lo pasaba muy bien, mi tía me enseñaba a cocinar bien y los primos eran grandes y ella los cuidaba con mucho cariño y siempre bien vestidos, con sus camisas

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almidonadas y los cuellos de las camisas; cuando salían de paseo parecían unos señoritos muy guapos y una prima guapísima, que también la veía de vez en cuando y la última vez que la vi, me regalo su pulsera de oro que la tenía en su muñeca, me la dio para mí, con todo su cariño, que todavía la conservo. En esa época yo solo tendría unos trece años, los tíos tenían mucho campo y tenían corderas y un caballo y las cordera se recogían para traerlas a dormir y el tío se montaba a caballo para traerlas y les obligaban a entrar solas y todo mi empeño era aprender a montar a caballo con mi tío el poco a poco me enseño y luego me dejaba sola ir a recoger las ovejas todo eso para mi era muy bonito no olvidare nunca que estaba deseando de ir con ellos porque todos eran muy cariñosos yo me encontraba como otra mujer distinta allí olvidaba por algunos días mis sufrimientos y gracias a Dios que existieron para tener algo de felicidad, lo hijos se llamaban Pedro , Ángel, Argimiro y Paula Vila esta familia eran muy cariñosos conmigo .

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Como llega mi casamiento y

¿porque?

Un día que jamás podre olvidar, mi tía Indalia que tenía el Bar y la tienda me mando a buscar algo a la panadería y fui a por ello esa tarde me salió mal porque entro uno detrás de mí y

cerró la puerta, me echo al suelo y me hizo un daño tremendo, tenía todo lleno de sangre, que por mucho que me lave me sentía sucia y no se me quitaba el miedo, olvide el recado y me fui a casa y me metí en la cama, cuando mi hermana vino para dormir me dijo estas llorando como siempre, así que no me atreví a contar nada a nadie, sentía vergüenza y miedo. Ese chico al poco tiempo se fue a la mili así que yo ya no le vi más. Pero mientras tanto mi hermana me había puesto para aprender a coser y cortar en Eibar en casa de una costurera, yo iba todas las tardes con la hermana de ese chico, que ella iba a trabajar a una casa y bajábamos las dos juntas hasta el otro pueblo, mi hermana que le había dicho a

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la señora que le pagaba y la señora le dijo que cuando yo terminara, como el curso tardaba un año cuando termine no teníamos dinero para pagar, y la señora se quedo con toda la carpeta del material que yo había realizado aprendiendo, allí estaban aprendiendo dos primas mías ricas de Orbea, Mallaviabarrena y nadie pago para mi, y me quede sin la carpeta.

Al terminar la mili ese chico comenzó a ir para buscar a su hermana y al mismo tiempo la hermana me esperaba a mí para venir juntas, el venia con nosotras y empezó a decirme que yo era suya y que yo la pertenecía y me seguía por todas partes, aunque yo le decía que no y por nada del mundo, pues el continuaba con su acoso y no hubo nada que hacer un día me pillo en un portal y me forzó otra vez y esta vez sí que quede en cinta de un hombre al que no quería y que tan mal me había tratado y mi familia sin preguntarme me caso con él y tuve un hijo. No me deje hacer más por mucho que me llamara puta para todos menos para ti, yo le decía: aras lo que quieras, otro hijo con migo no tendrás.

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Así como yo no quería estar con él me llamaba puta porque decía que me acostaba con todos los pupilos que teníamos en arrendamiento para poder vivir pues teníamos una casa con tres dormitorios y utilizaba dos para cuatro pupilos en arrendamiento en la casa que teníamos en San Lorenzo, después en París y Benidorm. Toda mi familia también lo creían a él porque lo contaba muy bien, siempre llorando, de tanto que me quería, me pregunto yo ¿qué es querer? Es, forzar, pegar, insultar, amenazar de muerte gritando, todo esto lo he vivido desde muy pequeña, la historia se repetía primero mi padre y después mi marido. Hasta que se caso mi hijo.

El nacimiento de mi hijo

Tuve un hijo, ahorraba para llevarlo a la escuela y que pudiera estudiar, ya que yo no había tenido la oportunidad y quería lo mejor para él. Cuando cumplió los ocho o nueve años ya pude mandarlo a la escuela. Fue a San Sebastián a los Jesuitas, era muy listo y como yo no entendía mucho le hice una cartilla a mi

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hermano Javier para que se ocupara de pagar las mensualidades del colegio. Todo iba bien el niño estaba estudiando y lejos de casa para que no viera lo que sucedía en ella con mi marido, ya que la historia de mi padre, ya muerto por fin, se repetía en mi marido.

Volvieron los insultos y las peleas a mi vida.

Mi no querer vivir

Yo trabajaba como ayudante en un restaurante

y quería conseguir el puesto de cocinera, como

no entendía de comida francesa le pedí a mi

patrona en el restaurante que me enseñara,

ella fue muy buena conmigo, y un día después

de terminar me enseño el camino en el metro

para ir a la escuela en la que aprendiera el

oficio, costaba 40 francos la hora en grupo y

tenia que asistir dos veces a la semana de 5 a 6

de la tarde, salía de trabajar y me iba directa

sin descansar a las clases. Cuando terminada e

iba a casa eran las siete y media de la tarde, y

el loco que tenía en casa empezaba a reñirme

por que hacia la puta por todas partes y eso

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era todos los días. Dudaba siempre de mi

honestidad y en que había empleado mi

tiempo así sucedía todos los días pero yo

quería aprender ese oficio al precio que fuese.

Como las clases suponían un gasto extra en las

cuentas de la casa, también había encontrado

un trabajo limpiando casas y planchando, para

no gastar el dinero de mi sueldo y tener más

problemas con mi marido, aun así todos los

días tenia las peleas con mi marido, el

cansancio por tantas horas de trabajo y las

peleas sin razones con mi marido al llegar a

casa siempre oyendo lo mismo, me llevo a la

desesperación de no querer vivir más y un día

me tome todos los medicamentos que tenia en

casa para dormir y calmarme los dos botes

enteros y me fui a la cama. Estando en la cama

me acorde de que no había llamado a mi

hermana que trabajaba en una casa y se

quedaba toda la semana, así que cogi el

numero de teléfono y me fui hasta correos

para llamarla para hablar, no paraba de llorar

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y no le decía para que le había llamado. Ella me

preguntaba con insistencia el motivo de

porque lloras, pero yo no le respondía asta que

al final le dije porque ya te digo adiós porque

no estaré cuando regreses el sábado y me

pregunto pero ¿porqué no? Y llorando le dije lo

que había hecho y que quería descansar ya de

una vez, así término la conversación. A la

noche apareció en mi casa y me llevo al

hospital, y de otra vez salí viva, todo quedo en

un susto y al cabo de unos días volví a trabajar,

parecía que mi marido se había calmado un

poco, pero al poco tiempo volvieron las

discusiones y peleas, yo solo quería trabajar,

estar distraída y lejos de casa, así que busque

otro trabajo para ampliar mi jornada,

trabajando estaba mejor que en casa así podía

disponer de más dinero, yo no quería que a mi

hijo le faltara de nada, por nada del mundo

quería que mi hijo pasara las penalidades por

las que yo había pasado y quería criarlo a mi

manera dándole lo todo lo que yo no había

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recibido al ver que yo cuidaba tanto de mi hijo

mi marido se puso celoso y me decía que le

daba mejor de comer al hijo que a él .

Mi cabeza estaba ya tan dura que mi única

obsesión y lo más importante era dar estudios

y formación a mi hijo, con mi marido no podía

contar por su egoísmo no pensaba en nadie

solo para él. Y yo no podía olvidar que con

migo nadie lo había echo, siendo toda la

familia de mi madre ricos y ella muerta por las

palizas de mi padre, sin preocuparle a nadie y

mi mente no paraba de recordar lo que había

pasado en casa cuando yo era pequeña y luego

sin madre, pasando hambre y robando a la

propia familia para poder comer y casi nadie

nos daba nada, yo pensaba no tendrían

corazón y a mí me perseguía un resarcimiento

entre todos esos ricos, mi propia familia.

Me encerré en el trabajo y mi único deseo era

trabajar para poder sacar a mi hijo a delante.

Quería conseguir algo con mis propias manos y

sin hacer mal a nadie por que a mi ya me lo

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habían hecho excesivamente y eso es lo que

me hacia fuerte no pensaba ni un segundo en

mi misma ni en mi salud.

Fui arrastrando mi cansancio día tras día y en

casa sufría el maltrato de mi marido tanto

física como psíquicamente, así que todo esto

me llevo a la depresión.

Tenia que cumplir en el trabajo por que ya

había adquirido mucha responsabilidad en el

restaurante y me querían mucho por que les

gustaba como lo llevaba y los resultados que

estaba dando, yo seguía muy contenta

trabajando, pero más tarde al llegar a casa el

cansancio y las broncas porque me acostaba

con cosas por hacer, no podía soportar la

situación con mi marido, harta ya de tanto

sufrimiento decidí acabar con todo y me tome

las medicinas que tenia en casa y me acosté, al

poco tiempo llego el borracho de mi marido a

acostarse y parece que yo ya estaba echando

espuma por la boca, llamo a las vecinas, no

recuerdo nada mas. Solo se que al poco fui a

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trabajar como siempre y otra vez estaba viva

así que seguí adelante con mi mal vivir,

trabajando por el bien de mi hijo y continué

viviendo con el maltratador de mi marido. Fue

un calvario de muerte que no se lo deseo a

nadie.

Una herencia mal repartida.

Cuando murió mi madre me dejó de herencia la casa en la que vivíamos y parte unos bienes que no podíamos tocar en diez años. En ella también incluyó al párroco del pueblo del que hablaré más adelante.

Pero durante ese tiempo pasaron muchas cosas.

Nos llamaron por el notario un mes de agosto que estábamos de vacaciones mi hermana y yo nos desplazamos para asistir los cuatro hermanos juntos al notario y al escuchar al notario la mujer de mi hermano José Luis dijo que no podía repartirse a partes iguales que yo ya había recibido una casa y nos enviaron a Don Teodoro el párroco para saber como había que hacer informándonos que a la Rosarito y a mí nos había regalado la casa

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y que esa parte era a repartir a partes iguales, como a otro día nos marchábamos a Paris para trabajar le dejamos a mi hermano Javier el pequeño para que cogiera nuestra parte y no decía nada al pasar el tiempo comentándolo con mi hermana ,dijo no creo que no nos de nada y al día de hoy creo que lo tiene el todo, no se que interpretación se puede dar a estos actos , y pienso ¿nos quiere alguien?

Mi hermano pequeño se casó, que lo había criado ni tía Flora y se fue a vivir con mi padre. Al cabo de unos años querían construir una autopista que pasaba por su terreno, así que se lo compraron y tiraron el caserío. Con el dinero que obtuvieron se compraron una casa en Ermua, pero mi hermano Javier, a escondidas la puso solo a su nombre. En ella vivían mi hermano, su mujer, mi padre y la suegra de mi hermano. Los dos mayores discutían muy a menudo y cuando estaban solos mi padre le pegaba a la señora y al final pensaron en separarlos y ponerlos a cada uno en una casa. Al enterarse mi otra cuñada y hermano riñeron porque se habían gastado todo el dinero y lo habían dejado en la calle por lo que se lo

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llevaron a su casa y le cobraban por cuidarlo. Allí murió siendo bueno y yo sigo siendo la mala.

Así es Ermua. Un pueblo agradecido.

El párroco del pueblo.

El cura Don Teodoro, que de Don tiene poco, también fue uno de tantos sinvergüenzas de los que han pasado por mí vida, porque mi madre lo incluyó en parte de la

herencia y él se lo gastó construyendo todo Ermua. También hacia donativos en navidades a los pobres que iban a trabajar al pueblo y a nosotros nunca nos dio nada.

Cuando pasaron los diez años desde la muerte

de mi madre y fuimos a ver la herencia nos

encontramos sin nada, todo lo que había dejado

mi madre, éste hombre se lo había gastado

reconstruyendo su iglesia y a saber en qué cosas

más por todo el pueblo.

Este hombre se aprovechaba de la bondad de la gente y no éramos los únicos, también nos enteramos de que había engañado a otras dos

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familias y entre todos lo denunciamos. Fue desterrado lejos del pueblo desde el vaticano por el Papa, por fin la justicia estuvo de nuestra parte, aunque solo fuera por poco tiempo.

Don Teodoro no tenía vergüenza. Volvió al pueblo pidiendo perdón a las familias y éstas al cabo de un tiempo le perdonaron, y ahora que está muerto, tanto le quieren en el pueblo que le han hecho una estatua, aunque en ella no consta que el dinero utilizado para sus obras de caridad era robado. Así que pido que me comprendáis cuando me pregunto qué es ser bueno, porque todavía es un concepto que no me queda claro.

Tras volver todo relativamente a la normalidad, digo relativamente porque yo puedo perdonar, pero me es imposible olvidar lo que nos han hecho, el cura me hizo una cartilla con parte del dinero que me correspondía de la herencia. Descontándome veinticinco mil pesetas, supuestamente para la casa que era mía.

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Las vacaciones de

verano.

Cuando podíamos nos íbamos de vacaciones al pueblo, yo estaba muy cansada de tanto trabajar y

mi hermano Javier me dijo que en su luna de miel conoció un pueblo muy bonito llamado Benidorm al que podíamos ir a tomar el sol y descansar en un camping. Ese mismo año nos fuimos los cuatro; mi hermano Javier con su mujer y su hija y yo con mi marido y mi hijo. Lo

pasamos estupendamente y descansé mucho.

El segundo año de vacaciones mi hermano no pudo venir con nosotros así que nos fuimos nosotros solos. En la playa, conocí a un

matrimonio mayor que nos vendía un piso cerca de la playa, pero me pedía mucho dinero que yo no tenía. También estaban construyendo un

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edificio y al comprar en plano son más económicos, así que me gustó y me decidí a comprarlo, pero tenía que dar una entrada. Llamé al banco donde tenía mi cuenta y me dijeron que no solo mi cuenta estaba a cero sino que tenía créditos y que no me podían dar el dinero.

En el camping donde nos alojábamos conocimos a unos amigos. El señor se ofreció a llevarnos en su coche a Ermua para solucionar el tema del dinero y nuestro niño se quedó con su mujer.

Llegamos a Ermua a casa de mi hermano Javier que tenia la cartilla donde yo le iba ingresando el dinero para el colegio de mi hijo, le conté a mi hermano que me hacía falta el dinero para dar la entrada de la casa, por lo menos veinticinco mil pesetas. Después de conseguir el dinero regresamos a Benidorm.

Estaba muy ilusionada porque iba a tener mi casa de vacaciones, aunque todavía estaba en construcción. Tardaron varios años en terminar y yo pude ahorrar mientras tanto para arreglarla y como solo íbamos en agosto, el resto

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del año la alquilábamos y así estuvimos varios años.

Parte de mi vida en París. Mi hijo estaba creciendo y no quería quedarse en el colegio por lo que tuve que llevarlo a París y matricularlo en una escuela para que aprendiera un oficio, ya que no quiso estudiar carrera. Se hizo tornero ya antes de terminar

sus estudios se enamoró y quería casarse. Yo le dije que primero tenía que terminar sus estudios y que luego trabajara y ahorrara para poderse casarse. Tenía entonces dieciocho años, pero tal era su enamoramiento que no quiso espe

rar demasiado y se casó a los diecinueve sin haber ahorrado un duro con mi ayuda

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económica se hizo una boda familiar y de amigos que ellos quisieron. Cogieron un apartamento todo lujoso con un montón de muebles y una habitación para cuando tuvieran algún niño. Como estaba lejos mi nuera empezó a no ir a su casa y dormían en casa de su madre. A base de no pagar las rentas tuvieron que dejar la casa y yo tuve que buscar otra en mi barrio y ayudarles para poder arrendarla en ella nacieron mis dos primeros nietos, allí vivieron hasta que se pudo comprar una con tres habitaciones , porque nacía una niña más. Muchas veces le mandaban notificaciones de embargo y yo le ayudaba a pagar para poder continuar con ella, durante unos años fuimos felices con reuniones y disfrutando de los nietos.

Yo les ayudaba en lo que podía, les dejaba mi apartamento de Benidorm para sus vacaciones con sus hijos y les compraba muchas cosas, cuidando de mis nietos y nieta, durante todo el mes de agosto y me los dejaban para ir ellos a trabajar y más tarde al final de agosto los llevaba yo a Paris así estuvimos durante varios años.

Al crecer los niños mi nuera y yo empezamos a discutir y ya no me dejaba ver a la niña, me

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tocaba ir a la escuela para poder verla, lo que más siento es que no me dejará disfrutar de mi nieta como de sus hermanos mayores. Mi hijo se encontraba entre la espada y la pared porque mi nuera le puso en el compromiso de elegir entre ella o su madre, es decir, yo. A mí me parece bien que la eligiera a ella, pues si con ella es feliz yo también lo soy.

Yo seguí comprándoles y regalándoles lo que les hacía falta a mis nietos y nieta, pues al crecer ellos venían a visitarme y les agradecía pagándoles los permisos a los dieciséis años, regalándole el coche al mayor al segundo una moto y lo que ellos me iban solicitando, pero ella no me habló en diez años hasta el año pasado que vino de vacaciones a Benidorm con mi hijo y una nieta suya, bisnieta mía.

A veces creo que la mala suerte me persigue y me seguirá hasta el día de mi muerte. Pero también pienso que soy tenaz y fuerte pues cuando estoy en un túnel que parece no tener salida encuentro a alguien que me ayuda a salir a la luz.

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La separación de vienes con mi marido.

Al poco de casarse mi hijo, para discutir menos , pensamos en tener cada uno una cartilla con el dinero aparte para ver quien ahorraba, pues con el no me dejaba salir adelante , su paga no servía de nada más que para su tabaco tres paquetes diarios y tres botellas de vino y todos los aperitivos que podía y licores con todo eso solo servía para él

Paso en Paris en el año 1980, ya estaba casado mi hijo. Nos habíamos comprado un piso más grande en planos en el Echezuri de Benidorm, yo había dado la entrada para coger el piso y había más dinero que pagábamos a medias y tardaron dos años en terminar de construir y ya se habían acabado de pagar las letras y daban las llaves había que pagar otra gran cantidad de dinero, mi marido no había ahorrado nada y por eso decidí hacer la separación de bienes para que no llevara su nombre, pues era yo la que tenía que pagar así que lo hice con el consulado de Paris, me hicieron en tres semanas y vine a coger las llave a Benidorm , pero para que me diera la

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separación tuve que aceptar todo lo que me pedía él ,la casa del Playmon 7-8 para él y la de mi madre para mí y la casa que teníamos en Paris de renta para él, todo amueblado y a todo dije sí, porque no había otra manera de hacerlo rápido, con eso firmado por la embajada de Paris pude coger un piso a mi nombre con un crédito a diez años y una amiga me acompaño a comprar unos muebles también a crédito y tuve la suerte de alquilar a unos ingleses que Vivian en Benidorm y trabajaban y le pedí que tenían que salir en el mes de agosto y lo aceptaron, así podíamos venir de vacaciones con mis hijos y nietos al fin veía que todo me iba saliendo bien, porque todo se pagaba.

Yo seguía trabajando mucho para hacer frente a todos los gastos que se me presentaban mis deudas más vestir a mis nietos y ayudar a mi hijo a todo lo que me pedía.

Otro recuerdo cuando yo estaba en Paris

Viviendo sola en un apartamento y se vendió todo el inmueble junto, y un día el que

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compro y un arquitecto vinieron casa por casa haciendo fotos y planos y antes de marchar les pregunté que iban a hacer con las casas, si es que me tenía que marchar. Me dijeron que eso dependerá de usted, porque nosotros hemos comprado para vender uno por uno, cuando tengamos todo preparado ya le avisaremos, y me dijeron donde tenía que pagar la renta, y me dijeron, la suya es la más elegante del inmueble, le debe gustar mucho la casa. Un año después ya hicieron la pregunta de si la quería comprar, tenía que presentarse en la oficina, yo fui a hablar con ellos, y me pedían catorce millones de francos. Yo dije que eso era mucho para mí, porque yo estoy sola y les dije que si me dejaban a diez millones, yo las podía comprar y os podía pagar la mitad y ante notario, buscarme un crédito barato para yo poderlo pagar, me dijeron que si que yo solo tenía que buscar los papeles que hacían falta y así lo hice todo y logre tener mi casa en Francia, pagando la mitad y la otra mitad con crédito para cinco años, pagando mil francos al mes y era como si pagara la renta, todo me salió muy bien, y estaba contenta de mi. Porque comprendí que trabajando se podía

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conseguir lo mínimo que a cada uno le hace falta, escriturando a mi nombre el día veintiocho de Septiembre de 1989, Sagardui Mallaviabarrena, el primer apartamento en Paris, la dirección: 6 bis, Rue David 93300 Av Bervilliers.

Otro más que me dejaron de herencia sin esperar por haber cuidado de un señor que le conocía de donde yo trabajaba, en el restaurante de cocinera, y era muy amigo del patrón. Y vino muy enfermo y estaba en el hospital, mi patrón me preguntó si le podía cuidar porque él no tenía a nadie, yo ya estaba jubila y si lo hacía, me pagarían. Yo dije que sí, que el pobre estaba muy malo, y que lo haré. Duró tres meses en el hospital, iban muchos amigos a cualquier hora y las enfermeras me dijeron que tenía que descansar más y que lo dejara echar la siesta, así que cuando los vi les pedí que si podéis ir a verle todos juntos por la mañana y nadie a la tarde porque él tiene que echar la siesta y estoy yo para quedarme, que yo me quedo con él para cuidarle. Se enfadaron conmigo, le pedí permiso al médico que le tocaba para ver si podía comprar esos

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botes de vitaminas, y me dijo que sí, que podía darle dos botes al día, y se los metía en un biberón y se los daba porque era todo lo que podía comer, y así se fue sin poder decir nada, luego más tarde me enteré que me había dejado una herencia me toco un chale, que me costó cogerla, porque tenía que pagar el 60 % al Estado, porque no era nada de mi familia, así que me calculo el notario como tenía que hacer para cogerlo o dejarlo al Estado. Él me dijo que lo que tenía que buscar como cantidad de dinero, e hizo los cálculos y me dijo que si no lo dejaba podía sacar un buen provecho, alquilarlo y pagar lo que había pedido. Se murió el diecisiete de Enero del 2001, tuve todos los años alquilados y todo salió bien, pero tenía ganas de vender todo en Paris porque quería venir a España para siempre. Así les propuse a los inquilinos a ver si lo podían comprar y me dijeron que ellos no, pero que se lo podían decir a su hermana, que igual ella sí. Yo les dije, pues en ese caso animarla, porque le dejaré el precio como si fuese inquilina, que es mucho más barato. Me encontré con la hermana y nos pusimos de acuerdo, yo tengo que pedir el préstamo, y si

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me lo aceptan, si, dijo la hermana, y así pasó, lo vendí. Y pensé al mismo tiempo, podía ir a ver una agencia en Av Bervilliers, para vender la casa también y cuanto podría sacar. Vino la señora de la agencia y me dijo, esta preciosa y en el centro, esto está vendido en quince días, pues la dije que si, que probara para venderla y tuve la buena suerte que la primera que la visitó dijo que si, solo tuvo que pedir el préstamo, así que todo fue vendido rápidamente, y a mí me hacía falta el dinero para pagar lo último que había comprado en Benidorm, que es en la que vivo hoy en día, la he puesto a mi gusto y me siento feliz de todos los trabajos que he conseguido, sin saber leer ni escribir, todo esto gracias al ser Dios.

Otro apartamento

que compré por un

flechazo

Estábamos de vacaciones en el Echezuri, con toda la familia el mes de

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agosto, un día paseando por la playa me vi con una grúa muy alta en primera línea de playa, allá que voy a saber quien lo vende y me dieron los planos y como había que pagar, lo explique en casa y mi nuera la Cruci me hizo los cálculos de lo que tenía en dinero y me sacó que tenia para la entrada y seis letras más, y tardaban en construir dos años así que le dije que sí. Era un diecinueve de agosto de 1983, así que seguí pagando las letras hasta que llego una letra diciendo que empezaban a dar las llaves y hacia el 30 de abril de 1985 me vine a Benidorm a coger las llaves y pagar todo y traía mi ahorro hecho poco a poco y todo me vino muy bien para poner la casa y encargar los muebles, y lo puse en marcha para alquilar. Se lo di al conserje que fue muy bueno conmigo para que le sacara bastante dinero y todo fue muy bien. La compañía de gemelos I me mando una letra diciendo si querría comprar en Gemelos II, y le dije que si, pues di la entrada y empezaron las letras, pues así seguí, pero comprendo que fue mucho más fuerte, porque no podía con mi cansancio pero seguí adelante con todo y pusimos la casa muy elegante y también tenía el nombre de mi hijo,

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que le hizo tanta ilusión, pero no hubo manera de sacarlo adelante , porque habían llegado otras maneras de conquistar Benidorm, los conserjes no podían y las agencias me arruinaban así que pocos años después lo tuve que vender porque perdía dinero con ella y no podía seguir así, así que lo vendí. También compré un estudio para yo vivir sola sin peleas con nadie, en mayo de 1996. Había una gran crisis en España y vine a Benidorm y estaba lleno de letreros de venta por todos lados, así que empecé a buscar un estudio para mí y lo encontré rápidamente, fui a una agencia de venta y quería comprar en el edificio Albatros, visite con ellos tres y a la salida de uno, me agarró el portero la mano y me dijo que si tenía tiempo con el visitaría mas, visité con el tres más y uno de ellos me gustó y me pedía cuatro millones de pesetas, yo le dije que le daba tres, y me dijo cuando la señora lo deje en tres millones lo compraba él, entonces comprendí que uno lo quería para él, cogí un papel del suelo, que había muchos, y busqué la dirección de la propietaria y era solamente de Madrid, y busque el teléfono y al tiempo la llame diciendo lo que me había dicho el conserje y

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me dijo que a él jamás le vendería porque él le había arruinado, y que lo pensaría. Al tiempo me llamó porque tenían que hacer la fachada y ella no podía pagarla y si yo estaba de acuerdo para comprarla, dije que sí pero me dijo que ella no tenía dinero para llegar a Benidorm, y yo estaba en París, pero le dije que no se preocupara, que lo arreglábamos todo con un primo que yo tenía en Madrid y el se ocupaba de todo, solo tendría que mandar mi poder y así se hizo las escrituras, y compre el estudio por tres millones, y mucho más tarde pude hacer las obras, que estaba todo para romper y pude hacer algo nuevo, gracias a Dios lo conseguí, y este ultimo que compré para vivir yo un poco más grande y en la Avenida Mediterráneo, me ha costado mucho, pero para eso tenía el dinero de la venta de Gemelos II guardado para la entrada y seguí pagando las letras en tres años, y tardaron en construir cuatro años, me dio tiempo a pensar como podía hacer para la entrega de llaves, pues pensé vender todo en Paris, que ya no me hacía falta para nada, y viviría solo en España. Así conseguí tener mi preciosa casa, que con ella soy muy feliz.

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El entierro de mi padre.

Pues vivíamos en Paris y nos llamaron que

había muerto mi padre yo siempre había dicho

que yo no me presentaría delante de él pero

mi hijo le quería, era a su abuelo y cuando llego

la noticia el dijo que si me iba con él en el

coche y como ya estaba casado yo no hice más

que acompañar a mi hijo a lo que el quería,

cuando llegamos a Eibar cogimos un hotel y

dejamos las maletas y nos preparamos para ir

al entierro que era a la tarde, me alegro de

estar por la alegría que se llevaron todos mis

primos y primas que vinieron por verme así

que me lleno de alegría estar con todos ellos

que eran muchos y hacia mucho tiempo que no

nos habíamos visto.

Al finalizar el entierro en la calle antes de ir al

cementerio, mi hermano José Luis se acerco a

decirme, que el Cura había dicho que quien

era yo y que había difunto, que me callara, me

salio del alma y conteste a mi hermano José

Luis que lo lleven al infierno. Poco a poco la

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gente se iba marchando al cementerio y me

hermano el pequeño nos llevo allí también

pero no lo pude soportar, y dije que no quería

ver donde lo ponen ya que nunca me llevaron a

ver donde estaba mi madre, que si nos

acompañaban a cenar al restaurante nos

fuimos los cuatro y pasamos una velada

estupendamente y al día siguiente mi hijo y yo

regresamos a Paris pues teníamos que

trabajar, el mejor remedio para olvidar, por

algún tiempo, pero ahora que no tengo que

trabajar me da vueltas la cabeza y no se como

olvidar.

Muerte de la tía Flora y reparto de la

herencia

Al cabo de muchos años, mi tía Flora que estaba muy enferma, quería verme y me llamarón a Paris, y en un puente que pude venir a verla, reconocí los pendientes que llevaba puestos la tía Flora, eran aquellos famosos pendientes que yo, supuestamente, había

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robado. En ese momento se me pasó por la cabeza mostrar mi inocencia, pero guardé silencio porque no era un momento adecuado ya que estaba a punto de morir. A los quince días falleció y a mí todavía me duele el recuerdo que no, nos ayudara cuando lo necesitábamos y se acordara en sus últimos días para darnos un cheque a los cuatro hermanos y reconocer que yo no era la ladrona mostrando los antiguos pendientes puestos.

Se murió la tía Flora y nos llamaron para el entierro, y mi hermana Lorea y yo fuimos al entierro y cuando llegamos estaban toda la familia en el caserío y nos dijeron las primas que podíamos dormir allí, pues nosquedamos a dormir allí y al día siguiente apareció mi hermano Javier y se puso a mirar por toda la casa y se llevo todas las joyas del tío y la tía que había muchas. Al día siguiente teníamos una reunión que la había preparado otro tío, que se llamaba Imanol, que era muy rico, en esa reunión se trataba de la herencia, y quien cuidaba al tío pues ellos no habían tenido hijos, pero habían criado a mi hermano desde un año de edad, para mi era como su hijo, pero

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cuando preguntaban al tío que con quien quería vivir, el contestaba que con Marilo, esa era yo y quería quedarse en el caserío con migo pero yo no podía por que vivía en Francia y estaba trabajando y quería llegar al retiro mi jubilación y tener mi propia paga. Todos pensaban en la herencia no en cuidarlo, mi hermana se tuvo que marchar para Francia a trabajar y yo me quede una semana mas con el tío, para saber con quien se podía quedar, no hubo solución, yo le dije al tío lo que había pasado con las joyas y me dijo ¡se las ha llevado Javier!, pues que las traiga, así que llame a mi hermano Javier y le dije que las joyas que se había llevado que las trajera, por que el tío las pide y me contesto diciendo que la tía le había dicho que las guardara él y yo conteste diciendo no lo creo por que si te hubiera dicho eso las hubieras llevado en vida de ella y delante del tío que es lo normal, así que las traes y el tío las guardara que son de él, pues las trajo vinieron los dos y el tío se puso muy contento de ver tanta joya, los días se pasaban y yo me tenia que marchar así que decidí con el tío que las joyas las íbamos a guardar y enterrar para que nadie se las

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llevase, me contó, todos van a pensar que me las he llevado yo, pues las recogí todas y las envolví en trapos, metiéndolas en una caja metálica y entre los dos enterramos la caja en el huerto enfrente de la puerta de atrás y puse un candado en la puerta de un dormitorio y guarde todo lo que tenían de bueno y todas las cosas viejas las puse en un montón para quemar en la huerta, la casa se quedo limpia, pero había dinero en una cestilla, yo creía que era del tío, me apareció una prima a visitar y me pregunto donde estaba el dinero de la cestilla pues estaba guardada en la habitación ese dinero es para llevar al cura para misas para la tía, y le dije pues no te lo doy porque habéis bloqueado todo con pedir vuestra herencia y el tío tendrá que comer, se lo queda el, me puso verde por que ella va a misa todos los días y que le iba a decir al cura, le conteste pues le dices que tiene que comer un pobre con ese dinero y si quieres misas las pagas tu de tu bolsillo que eres muy rica, el ser bueno yo pienso que es así, venían muchas primas y me preguntaban que hacia yo en el caserío y yo les contestaba, estoy esperando para ver quien se queda con el tío, están esperando la

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herencia pues la solución se la pregunte al tío que si tenía un teléfono de alguien de su familia, al que llamamos para ver lo que podíamos hacer, tenemos un hermano que vive por ahí y le pedimos que pasara por el caserío y le dije si quería vivir aquí con su hermano, me dijo que sí y que él sabia cocinar muy bien, pero que no sabia hacer la limpieza de la casa, yo le dije que eso se podía solucionar cogiendo una mujer de la limpieza dos veces a la semana y el tío lo pagará, cuando todo se arregle y todo será de él, así llegaron los resultados de que el tío Imanol había pedido el testamento a Madrid, y salió que todo era del tío y que nadie le quería cuidar, me quede muy contenta por que normalmente yo lo veía así y después cuando supieron eso, ese tío Imanol le estorbaba que el otro hermano le cuidaba, así que empezaron las peleas entre ellos y luego empezaron conmigo llamándome por teléfono a Paris diciéndome que donde estaban las joyas y que yo las había robado y me denunciarían, pues le conteste haz lo que quieras culpable no soy, porque el tío no se acordaba de que las habíamos enterrado, que nos pareció lo mas

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correcto para que nadie le quitara otra vez, luego la casa iba de mal en peor, echo a su hermano a la calle y se puso a cuidarse el solo, le compraban los recados y le hacían de comer, pero el tío no estaba bien cuidado porque salía sucio de paseo y se mareaba de los nervios, mi hermano el mayor me llamo un día y me pregunto por las joyas y le conteste están enterradas en la huerta enfrente de la parte de atrás, le costo encontrarlas pero las encontró, el las debía de esconder en el caserío en otra parte pero escondidas y mas tarde la familia de él se lo llevaron a pasar las navidades con ellos y no quería volver al caserío para nada, así que la familia del tío le pidieron por justicia al otro tío Imanol que entregara todo lo del tío, las llaves del caserío los bancos y lo tuvo que dar, así vivió unos años feliz y vendieron todo y así unos que eran pobres por lo menos tuvieron algo que les toco de herencia de su tío.

Otro muy doloroso recuerdo cuando vine

a vivir a Benidorm

Hace unos seis años vinieron de vacaciones mi hermano Javier y la cuñada. Estaban en el hotel Diplomatic, vinieron a verme a mi casa y

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en una conversación al final me dijeron de mi mala reputación, si sonaba es porque cuando hay viento, por algo será, quería decirme que si por todas las partes me llamaban puta seguro que lo habré hecho, pues no, pero las críticas del monstruo de mi marido se creían más que mis pocas palabras, así que lo mejor para mí era callarme de todo y seguir para adelante. No he encontrado a nadie de mi familia que me haya apoyado para nada en estos años. Tiene una casa en Benidorm, a lo primero me acompañaron a vestir y a amueblar la casa, yo también ayude a vestir la suya, lo pasamos bien pero hace unos años no se lo que les pasó, se pasan todo el año aquí y no me miran para nada, evitan verme, cuando de vez en cuando nos vemos en la calle, tampoco tienen tiempo para hablar, así que me encuentro perdida pensando que no se quien soy. Me pregunto quien soy para ellos, nada o les estorbo para todo y cuando escribo todo esto, se que cuando lo lean se enfadarán más, pero no pensarán en pedir perdón, así tendré que seguir con mi dolor con todo el mal que me han hecho. Yo les perdono, pero lo tendrán que saber para que no sigan por ese camino.

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¿Cómo eliminar todos estos sufrimientos si vivo con ellos todos los días? Para todos soy una mala persona, a la que nadie quiere ni se acuerda de ella, porque no conocen la verdad de mi vida, lo que yo he tenido que hacer para poder salir adelante sin ningún hombro en el que llorar ni ninguna mano a la que agarrarme. Y le pregunto al Señor: ¿qué habré hecho para recibir esto?

Historia de cariño diciendo la verdad de mi

misma

La persona que soy, delicada y sin cariño desde pequeña.

Nos conocimos en el Baile en Paris, yo iba con mis amigas los domingos a la tarde cuando ya había salido de mis deudas y podía pagarme la diversión más favorita de mi misma era un señor muy elegante demasiado para mi, yo lo pensaba, el seguía invitándome a cenar todas las veces que me veía, yo decía que no porque no me fiaba de nadie, solo quería divertirme y olvidar muchas cosas de mi misma, pero a fuerza de pedírmelo en dos años la amiga me

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decía siempre, pero porque le dices no siempre, porque tengo miedo, no quisiera ir sola con él, pues pregúntale si nos invita a las dos y él dijo que si, iremos a cenar y luego cada uno a su casa, pues pareció muy bonito el poder empezar así y luego siempre bailábamos juntos y podíamos hablar de muchas cosas de él y de mi y la amistad seguía cada vez mas grande poco a poco nos fuimos conociendo y empezamos la verdadera amistad, que para mi eso era maravilloso tener alguien con quien contar lo de el día a día, lo primero por teléfono y quedábamos para ir al baile y luego ya empezamos a visitar Paris y conocer las buenas cosas, los restaurantes y los museos, los teatros y fuimos avanzando en nuestra relación mucho más seria, nos hicimos pareja, me servía de mucho para mi, porque lo que yo

no sabía el me lo explicaba y aprendía mucho con él, me leía libros para que yo comprendiera y más tarde ya me explicaba los papeles y me

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rellenaba todo lo que hacía falta y todo ha ido muy bien con él, para mi es una gran persona, que me ha cuidado sin enfados ni riña, eso es el verdadero cariño que debe existir en la vida

de cada una de las personas, nosotros nos llevamos muy bien espero que sigamos así para todas nuestras vidas, esta es la mayor alegría de mi vida, que me ha regalado el ser Dios.

“Hoy regalo mi silenció”

, un lápiz , Un borrador

y muchos colores, para borrar mi

pasado, escribir un bonito presente

y podamos disfrutar de un

gran futuro.