el siglo futuro. 2-1-1884, n.º 2.635

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^,- .- V> ^ '' •" ", y^i ANO X - N Ú M . 2,635 / / - . bíARló CATÓLICO PRECIOS DE SUSClilClON: EDICIÓN GRANDE; en Madrid, 12 rs. im;ínef:.;-^^íM'rovincias, un trimestre, 40 rs., remitidos á esta Administración en libranzas dol Giro mutuo 6 en sellos de coáfaeteírtíiones. Este ultimo medio está expuesto á extra - vio sin certifico. En las Islas de Puerto-Rico. Cuba y Filipinas, satisfaciéndolo en casa de nuestros corresponsales en la Habana, Puerto-Rico y Manila, un triralstre 80 rs. En el extranjero, un trimestre 20 francos. Numeres sueltos en la Ad- ministración, 1 real I<ii¡%; i^SÍ?J^Í'í<fe»5ÍÍ<44SÍ/'*il-*í BIBLIOGRAFÍA. KAMILLETE ESPIRITUAL. Bajo este título acaba de publicar el reverendí - simo Padre José Calasanz de Llevaneras, muy co nocido ya por anteriores escritos, un nuevo De Toclonario, que, aunque destinado á toda clase de personas, va directamente encaminado á los de- votos del glorioso San Francisco'de Asís, y por lo tanto, á todos los individuos de la Tercera Orden de penitencia. En breves páginas hace el Padre Calasanz de Llevaneras la historia y elogio de San Francisco y de sus Ordenes; demuestra que el espíritu que las anima es un espíritu esencialmento católico; enumera los bienes que proporciona á los indivi- duos, á las familias y á los pueblos, y concluye recordando las gracias é indulgencias concedidas por los Sumos Pontífices á los individuos de la Tercera Orden, asi como la referma de la Regla que, pa)"a que pueda adaptarse a toda clase de persona, acaba de hacer Su Santidad León XIII. Después de esta parte, contiene el Ramillete un verdadero Devocionario, ó sean prácticas y ense- ñanzas para oir la santa Misa, recibir los Sacra- mentos, vivir como cristiano, combatiendo los vi- cios y adquiriendo virtudes, á fin de facilitar el camino de la perfección que algunos consideran tan difícil. Sobre este punto insiste con sabio acuerdo el Padre Calasanz, desvaneciendo errores y sentan- do la verdadera doctrina acerca de la perfección que Dios B9S exige á todos, y que por lo tanto, no es superior á los esfuerzos del hombre ayudado porla gíacía. Las consideraciones, los ejemplos, las citas de los Santos que el Padre Calasanz trae en apoyo de su doctrina son tan oportunas, tan claras, tan bre- ves, que sin fatigar el ánimo del lector, antes bien, agradándole, consiguen impulsarle al santo objeto de amar y gustar la perfección. Lo mismo podemos decir de las oraciones y prácticas piadosas que contiene el JRamülete Espi- ríltial, el cual, en estos tiempos en que tantos y tan buenos libros de d&vocion se han publicado, puede figurar al lado, de los mejores, y además llenar el objeto esgecial de hacer amar al espíritu franciscano á los numerosos fieles que, o^^endo la voz del Pontífice reinante, entraron el pasado año en la Tercera Orden. El Mamillele Espiritual contiene además el oicio parvo. Se está publicando una segunda edición eo Madrid, aumentada considerablemente por el au- tor, con la Guía prédica de los hermanos terceros en sus reuniones, funciones y ceremonias. Esta nueva edición se está llevando á efecto por orden del reverendísimo Padre Joaquín de Lleva- ñeras, Comisario general apostólico de los capu - chinos de España, para la mayor uniformidad y espiritual aprovechamiento de los terciarios de su jurisdicción. VIDA DE SAN FRANCISCO DE Asís, por el reverendo Padre Leopoldo, capuchino, traducida y pullicada por orden del revereadisiino Padre Joaquín de Lleva- ñeras, Comisario apostólico de los capuchinos en Es- paña. Esta obra, cuyo autor ha merecido, por lo aca- bado de su trabajo, la bendición de León XIII, las aprobaciones de hombres sabios y virtuosos, y una mu3^ preciosa carta de monseñor Freppel, es reputada la mejor de cuantas se han publicado en nuestros tiempos; es un verdadero monumen- to, levantado en ocasión de las muchas exhorta clones que nuestro gran Papa Terciario ha dirigi- do á los fieles para excitarles al amor de San Francisco. En poeo tiempo se han hecho varias ediciones, siempre más estimadas y atractivas. Recomendamos este libro á todos los terceros y devotos del Seráfico Patriarca. León XIII quiere que el mundo entero siga los ejemplos del Serafin de Asís: esta razón ha movido al reverendísimo FOLLETÍN EL JUDIO, EL JUDAISMO YLAJÜDAIZAGION DE LOSPÜEBLOS CRISTIANOS Continuación los TI á anticipar este término. Lo hizo por cartas patentes de 17 de Setiembre de 1394, que echaron para siempre á los judíos de sus Estados, y les pro- hibieron permanecer bajo pena do la vida» (1). Después del siglo XIV, trascurrieron otros dos siglos, y-el cruel Tratado de Policía, volviendo á Israel, nos dice con fecha del año 1705: «Algunos judíos de Portugal y de Holanda, habiendo veni- do á establecerse en Francia so pretexto de co- mercio á principios del siglo último, el rey fué ^avisado, y eso dio lugar á una declaración de 23 *de Abril de 1615, por la que S. M. desterró de su reino á todos los judíos y les prohibid permanecer en él bajo las penas impuestas por los mandatos de los reyes sus predecesores.» El jefe, el protector, el rey de la ^nación fran- cesa encuentra, pues, los mismos hombres malé- ficos que habían visto sus predecesores; y esos judíos, que se trata de expulsar y de alejar á todo precio, no han dejado de ser, ea la opinión de Francia, una plaga publica. No nos figuremos, sin embargo, que esta prohibición severa prive á cierto numero de esos hombres aventureros de Padre Comisario apostólico á presentarles las elo- cuentes páginas del Padre Leopoldo. Forma un tomo de más de 500 páginas, y se vende en la administración de El Mensajero Se- ilco KN LA ADMINI8TBACI0N: En rustica 3 pesetas. Encuadernado con adornos en seco.. 4 » Encuademación de lujo con cortes dorados 5 » Para provincias se expiden con un real de au- mento. Nota.—La administración no responde de los extravíos que ocurran. El que quiera asegurar el recibo del libro debe enviar una peseta más del importe, para el certi- ficado. Los pedidos pueden hacerse á la redacción de El Mensajero Seráfico. Los RITOS ORIENTALES, por el reverendo Padre Hugo - lino Maná y Lúeas, misionero apostólico y Párroco en Oriente. Se ha publicado esta interesante obra, de gran- de interés, especialmente para el clero, y se ven- do en las administraciones de las revistas La Se- mana Católica, Villanueva, 5, hajo, y de El Mensa- jero Seraneo, San Bernardino, 4, y también en ca- sa del Sr. D. Tomás Latorre, Madera, 24, principal, Madrid. Precio de la obra en toda España, 3 pesetas; en el extranjero, 5. No se sirve pedido alguno sin que se acompañe la petición con el importe en sellos ó libranzas de fácil cobro. Del mismo autor se ha publicado en Barcelona una obra titulada La Guerra de Egipto, con doce hermosos grabadas, en los cuales se representa al khedive de Egipto, Arabi Pacha, Tulba Pacha, et- cétera, etc. Los pedidos se pueden hacer á las mismas ad- ministraciones que la anterior. Próximamente verá la luz pública la obra es- crita también por el mismo autor, en seis tomos, titulada Historia, geiieral política y religiosa de Egipto. TRABAJO, POBREZA T LUJO. Creemos demasiado clara y perspicaz la inteli- gencia del sensato pueblo español para que pueda ' forjarse ilusiones fatales, basadas sobre la idea perturbadora que ha lanzado el espíritu revolu- cionario como un proyectil en las clases de la so- ciedad, en las que más daño puede causar y cau- sa. Esta idea, que los mismos que la propagan creen una utopia (esto es, imposible en la prácti- ca), es que en el mundo no debe haber pobres ni ricos; lástima es que no añadan que no debe ha- ber ni feos ni bonitos, altos ni bajos, discretos ni tontos, viejos ni niños. No ignora el pueblo español la marcha sucesiva que la Providencia divina ha trazado á la huma- nidad, y que esta ha seguido á paso lento á través de los siglos. Cuándo el globo estaba despoblado fué un baldío, y al hombre por entonces sólo le alcanzaban las fuerzas para guardar sus ganados, que fueron su primera propiedad y riqueza. Aumentóse el número de los hombres, y eníon- ces ya hubo brazos para cultivar la tierra, y las necesidades de los hombres se aumentaron suce- sivamente, disponiendo la Providencia, que sobre elhombre vela, que con la población se aumenta- sen las necesidades, y con esta los trabajos que habían de unir á los hombres y hacerlos necesa- rios los unos á los otros, formando sus mutuas necesidades una magna cadena que los uniese, y que en su dia habia de circundar el mundo. Si la tierra y los animales habían suministrado las primeras materias para la confección de las habitaciones, utensilios y telas para vestir y alo jar á los hombres, esto es, ia piedra, la madera, el hierro, el barro, la lana, el lino, la seda y demás. (1) T.I, p.285. penetrar y asentarse en el reino. ¿Qué barrera hay en el mundo, qué dique sería impermeable á la raza judía? Pero significa lo que debia ser á los ojos del justiciero supremo ese fiel del Talmud, que M procurador general del regente Felipe de Orleans llama, en 1717, «el monstruo de la socie- dad civil.» Después de haber juzgado la doctrina judaica por las costumbres del judío, juzguemos ahora en si misma esa doctrina adulterada; abramos el li- bro que la contiene; remontémonos á los prime- ros días del mundo; echemos una ojeada sobre el hombre, tal cual nos lo describe, saliendo de ma- nos del Creador, y viendo así, desde el principio, á lo que queda reducida la verdad bíblica, lo que vienen á ser los libros sagrados de Moisés y la dignidad misma de nuestra naturaleza ante la palabra magistral del Talmud. «El Señor, dice el libro de los libros, no quiso dar compañera al padre del género humano antes de que él la pidiese. Porque, si en lo sucesivo acontecia-que le indugese al pecado, Dios preten- día que Adán no tuviese derecho de reconvenirle por su funesto presente. Pero habiendo tomado esta precaución contra aquel que habia hecho á su imagen, Dios hizo pasar por delante de ese mo- narca de la tierra todas las criaturas. El primer acto del Adán talmúdico es uno de esos ultrajes á la naturaleza que la ley de Moisés castiga impla- cable de muerte (1); crimen religioso, porque tie- ne por inspiradores los dioses, es decir, los malos espíritus (2), aplicados sin cesar á corromper, á (1) Biblia, Levitico, XVIIl, 23-29; XX, 15-16, et- cétera. (2) Dii gentum daemonia. Ps. XCV, 5. la industria nació para utilizarlas y formar el mü- ' tuo apoj^o cutre el que trabaja y el que retribuye su trabajo. j A medida que aumentaba el numero de los in- ' divíduos que componían los pueblos, se aumenta- i baii las necesidades y exigencias do la vida; nu- cieron las artes y se creó el lujo; ese Injo que tanto acrimina el pobre corto do alcances, y de mala condición, aunque sea uua de las princi- pales fuentes de 3U exiritencia y de su bienes- tar (1), pues el bienestar del potre iionriido es te- ner trabajo,,"y el lujo del rico es que se lo propor- ciona. El dinero es como el agua, que en su curso natural no se estt-nca; toda en definitiva, soa en pequeños arroyos, sea en impetuosos torrentes, va á refluir al,mar y desaparece cosfundida en su inmensidad (esto es, que se gacta), para volver á circular en nubes varias, que la vuelren á dcrra mar sobre la tierra que alimenta. ^-¿Por qué, pues, al ver un magníñco palacio, y los brillantes trenes del poderoso, en lugar de in- dignarse, llevado á ello por los viles móviles do la soberbia, de la malevolencia y de la envidia, no se hace el pobre sensato estas reflexiones cuer- das": "¡Bendita sea la mano do la Providencia di- vina, que dio á ese poderoso los medios y la vo- luntad de expender su dinero, y emplearlo en cosas que han dado trabajo á tantos brazos, y con esto alimentado á tantas familias! Puede que haya sido la vanidad la causa que lo llevase á hacer estos dispendios; pero aun cuando éste mi juicio temerario fuese cierto, á mí y á otros que disfrutamos de los beneficios trascendentales del lujo, no nos toca anatematizarlo, sino bende- cirlo» (2). El pobre no conoce tadas las ventajas del tra- bajo, porque no sabe las desventajas de Li vida ociosa, que es nociva para el cuerpo y llena de peligros para el alma. Al pobre, con la palabra trahajo, sólo se le presenta á la mente la fatiga y el cansancio que le son anej:'.?; pero porque no considera con benevolencia y equidad hacia la vida, y gratitud hacia Dios, que es el supremo compensador, los bienes iu 'alculables que del tra- bajo dimanan. Son, en lo iisico, la salud, la fuer- za, el vigor, la sin par dulzura del descanso, de que no puede gozar el que no está causado; es lo bien que le sabe ;,u sencillo alimento, mientras que el suyo, por refinac-ó que soa, hastía al ocioso. Esto lo comprende bien el buen sentido dol pue - blo, puesto que ea una de sus agudas coplas de 'esta suerte lo expresa: Desde que te has puesto rico. Te veo ahito y desganado ¡Qué bien me sabe mi pan . Después de haberlo ganado! Pero sobre todo, puesto que no consiste la vida del hombre, como la do los animales, sólo en co - mer, debe considerar el pobre la gran ventaja moral que esta su pobreza le proporciona con la ausencia de afanes, cuidados, compromisos, inse- parables satélites de la riqueza. Que bien lo ex- presa el pueblo mismo en esta copla, que, como tantas otras, es un sencillo y pobre estuche que contiene un brillante: No te cuides de riquezas Ni las envidies jamás; El dinero aumenta gustos, Pero aminora la paz. ¿Y qué es lo que en este mundo puede propor- cionar más dulce y completa dicha que la que al pobre honrado deben procurar estas reflexiones que al mirar á su mujer y sus hijos puede ha cerse? V PUNTOS DE SUSCRICION: Administración en Madrid, calle del Almirante, 2 triplicado, primero derecha y en las prin- cipales librerías de la capital. En provincias, en las principaios librerías que son nuestros corresponsales. En Puerto-Rico, D. Celestino Díaz. En Manila, D. Gervasio Memije, regente de la imprenta de Santo Tomás. Eu Cuba, D. José María Corra- les Bernaza, (30, Habana. > Para los anuncios de la Península y extranjeros, la Sociedad General de Anuncios de España, Príncipe, 27, Madrid. ^^m^m^^m^s^^^sm^^^^^m^^m^^i^^^M^^^^^^. (1) El ilustre escritor entiende aquí por lujo, no el derroche inmoderado y ruinoso que tantos vicios fomenta y tantas desgracias acarrea, sino la grandeza y esplendidez que el pobre suela mi- rar como un abuso, por más que muchas veces esté entre los derechos del rico, y quizá entre sus deberes. (2) Léase esto asimismo á beneficio ds inven- tario, interpretando en sentido cristiano frases por otra parte inexactas. rebajar la dignidad del hombre; crimen vulgar más tarde y que tomó plaza en el numere de las abominaciones de esos cananeos de que el hierro israelita purgó á la tierra. »Adan que busca una compañera (1), cae en prodigiosos extravíos; y lejos de obrar contra él, Dios se digna, para compla,cor á esa primer hom- bre del Talmud, sacarle una costilla, y construir con ella una Eva de edad de veinticinco años (2)- ¿Pero nuestra primera abuela semostrará superior á ese triste esposo? ¿Tendrá en sus gustos extravíos menos humillantes? Contestación: la opinión co- mún de los rabinos es que la madre de los hom- bres tuvo por la ^serpiente un a'ecto de que se aprovechó ese insidioso animal para llevarla á fal- tar al precepto divino. Por eso el monstruo la co- municó el veneno que cllr trasmitió á su poste- ridad (3). Tales eran, según los venerables doctores del (1) Indicamos el texto latino para la continua- ción de este relato, pero no queremos reproducir- lo integralmente: Tune compressit omnca sed cum mhilomiuus elTervere pativit a Deo ao- ciam simüem sibi Dracli., carta segunda, p. 310- 311. 1827. (2) Carta segunda del sabio Drach., antiguo rabino, p. 310-311. Id. De perfidia jndaeorum, por el Obispo Mayol, p. 809, col. 2, Maguntiae, 1615. (3) Multotios eam cum sese Injerit in eam tabem, Zouhama, qua posteritas mulicrisinñ- citur. Taies son las propias expresiones del Tal- mud, tratado Schabbot, foL 146 v.°; tratado Yeba- mot, íbl. 103 v."; tratado Aboda Zarafol, 23 v.°. Drach, armonía, t. 11, p. 321.1844; carta segunda Id., p. 313. 1827. Léase sobre estos actos comunes en el mundo idólatra, Serpentom inter et mulie rem: Estudios antropológicos, ciülo de laSsrpieníe, etc., por el doctor Boudin, primer módico del hospital militar San Martin, etc., etc. 1864, París. nSo3' para ellos todo en esto mundo: á mí me lo deben todo. Podré en su dia docir al gran Juez, cuando mi cuenta me pida:—Señor, seguí tus le- yes; tomé compañera ante tus altares, la que am- paró y amé; tuve hijos que hice cristianos y crié con el sudor de mi frente (dichoso aquel que pue- da añadir les enseñé tu divina doctrina y di bue nos ejemplos); mi misión, Señor, está cu:nplida.» Así, soacillay clara, será en el supremo tribu- nal la cuenta del pobre honrado, del pob.re cris- tiano. ¿Quién, si do esta suerte alcanza la paz en esta vida, la esperanza para la felicidad eterna, no bendice el trabajo y la pobreza que so le pro- porciona? El mismo pueblo, can el buen sentido y la sana moral que la Religión le ha inculcado, ha demos- trado la verdad d3 lo que venimos diciendo en uno de sus cuentos, que domucstrau tan profun- do conocimiento do la vida y del hombre y en- cierran tan el'jvado sautido mora'.—Hemos refe- rido ya este cuento en uno do nuestros Cuadros de costumbres poimlares, Simón Verde; pero viene aquí tan al intento, que !o reproducimos, porque no se debe uno cansar de repetir las cosas buenas: Un hombre rico tenia cuatro hijas, á las que casó dando á cada cual en dote una crecida suma de dluero. Pasado algún tiempo fué á verlas. —¿Cómo te va, hija mia? preguntó á la pri- mara. —-¡Ay padre! ¡muy mal! contestó ésta llorando. Desde que mi marido tomó el dinero dejó de trabajar; se metió en la taberna, en la que so gas- ta todo en vino, viene á su oaaa borracho, me maltrata, y así soy la más infeliz del mundo. —No tengas cuidado ni te apures, repuso su pa- dre. En acabándose el dinero ni tendrá para vino, ni para comer; esto le obligará á trabajar, y serás feliz. La segunda de sus hijas se 'le quejó'de que su marido, desde que tomó el dinero, so habia meti- do en garitos, en que pasaba la noche jugando y perdiendo todo su caudal. —No te aflijas, le dijo sa padre: en acabándose el dinero no podrá jugar; tendrá que trabajar pa- ra comer, y serás feliz. La terce¡a se le quejó que desde que habia to- mado su marido el dinero, habia dejado de traba- jar, y en torpes liviandades se lo gastaba todo y ¡a tenia abandonada. —No te desconsueles, repuso su padre. En aca- bándose el dinero so acabará su libertinaje; ten- drá que trabaja!' para comer, y será feliz. La cuarta contestó llorando á las preguntas que le hizo su paire, y quejándose amargamente del avariento de su marido, que no la daba un cuarto por atesorar, y la tenia desnuda y con hambre. —¡Ay, pobre hija mia! exclamó el padre; ¡hija de mi corazón, que no veo remedio ni fin á tus males! Este cuento tiene dos ideas morales: la primera es una admirable enseñanza mostrando el trabajo como el antídoto y extirpador de los vicios, y pre- sentar en la ausencia de éstos y en la pobreza, la fuente de la paz y de la felicidad. La segunda enseñanza que contiene, es paten- tizar que la avaricia es el peor de los vicios, por- que ni la edad, ni los cscarmien|ps, ni la necesi- dad pueden influir en su enmienda. Ahora bien: hasta ese vicio tiene en la pobreza su antídoto, pues no suele apegarse al.dinero aquel que no lo tiene. FERNÁN CABALLERO. UN MARINO CRISTIANO. Nuestro capitán era un hombre de vigoroso as- pecto, valiente y apacible. Mandaba siu proferir una blasfemia, y recibíalos contratiempos sin dar señales de impaciencia. En sa camarote habia una imagen de la Santísima Virgen. —Capitán, ¿qué decís del tiempo? •^Es un tiempo porro, ¡y lo peor es que conti- nuará! Vigilaremos, y acaso nos veamos obliga- as dos á detenernos en la travesía. Pero tranquili- zaos; el buque es bueno, y su capitán tiene fortu- na. Tengo cincuenta años de <"' •-' otros tantos hace que estoy eu el r- ,\ nacimiento fué en un barco. '.,- „'. He navegado toda mi vida, y ninguu contra- tiempo particular me ha sucedido en el trayecto á Roma; y de los que mo han ocurrido an los de- más pasajes he podido librarme. —Capitán, ho visto en vuestro camaroto la ima- gen de cierta Señora .... ¿Es la patroua del buque? Mo contestó sonricndosc: —La Compañía d' las Mensajerías Imperiales no tiene patrona. El vapor está bautizado con el noro.bre de Licurgo. ¿Conocéis esto santo? EQ cuanto á ¡a Señora do quien habláis, debo deciros que es mi propia patrona, —¿Y hace mucho tiempo que lo es vuestra, mi capitán? —Desde cierto dia ya lejano, pero todavía re- ciente eu mi memoria, en el que vimos de cerca el fondo del mar, yo y algunos otroá que no mi- rábamos muy á menudo al cielo, es decir, al cie- lo en que existe Dios. Sin esperanza de tocar la tierra, nos encontramos de repente más devotos de lo que pensábamos, ó hicimos un voto á Nues- tra Señora de la Guardia. En seguida nos envió un remolque, y gracias á él entramos en el puerto como llevados por la mano. Cumplimos nuestro voto descalzos y can- tando l:is letanías; y la Virgen ha hecho por com- pleto la obra.. Algún tiempo después me dio una esposa, y ésta mo ha dado una hija. Una y otra rezan por mí ante Nuestra Señora de la Guardia mientras yo navego, y sus oraciones arden como dos cirios de la más blanca y pura cora, pidiendo á la Virgen que muera en mi cima tranquilo y confesado. Hacen valer que hemos estado demasiado tiem- po separados en esta tierra para estarlo también en la eternidad, y creo firmemente que Dios les concederá lo que piden; por lo que espero que mi hija me cierre los ojos y entierro mi pob-i-e cuer- po. Así, pues, entrad en vuestro camarote, y dor- mid tan tranquilo como yo. (Lüís \^B.vihhOT.—Perfumes de Rom.) i A la lista, ya un tanto larga, de los teatros que han desaparecido'por la acción del fuego, hay que añadir uno de Nueva-York, que llevaba el nombre de Standard- Theatre. El fuego apareció simultáneamente cu las bam- balinas y en los bastidores una hora antes do que comenzase la función, lo que no fué pocu for- tuna. Poco después era ya el edificio en su totalidad presa de las llamas, que á pesar de los redoblados esfuerzos de toda una brigada de bomberos y de los chorros copiosos de numerosas bombas, en el espacio de una hora redujeron á cenizas ei edificio y su contenido. Eu poco estuvo que á'las pérdidas materiales, que fueron considerables, cstimándoso en más de 94,000 pesos, hubiese que aladir uu número no escaso de víctimas, á consecuencia del der- rumbe de una pared sobro un edificio contiguo, que los bomberos hicieron desocupar anticipada- mente. Talmud, las costumbres de nuestros primeros pa- dres en el paraíso y en el estado de Inocencia. La penitencia do Adán tuvo lugar despucs de su falta, es decir, cuando hubo comido la fru- ta prohibida; y citaremos como prueba de su larga duración el rigor de un ayuno de ciento treinta años, durante los cuales rehusó toda co- mida, toda bebida y se separó de Eva. Por eso este exceso de rigores imprudentes tuvo su reac- ción desoladora; porque un dia que Adán vio á Lilit, demonio femenino, Lilit le gustó, mientras que Eva, abandonada, encontró por su lado de- monios que no eran de su S3Xo, y que estos seduc- tores le agradaron. Asi nacia la raza feraz y terri- ble de los hombros descendientes de los dcmo- nlo-s (1). ¡Oh, singulares austeridades de la penitencia de ese pueblo, cuya naturaleza parece ponerse al revés eu cuanto se subieva contra su Criador! ¡Oh, desgarradoras aberr.icioaas de sa libro doc trinul y doctoral por oxcoleucia, que no:? refiere con el tono candido que so.usa para ¡as cosas más sencillas esas neíiindas y cularaitoisas relaciones entre elhombre, el demonio y el bríito! ¿2) El honibre obra según su fe; su creencia engen- dra sus acto.s, cuando esta creencia es sincera. Esto es lo quo re'potimas sin cesar; por eso la con- vicción do la infalibilidad doctrinal del Talmud está tan prüfundamonto arraigada en el espíritu (1) Drach, cart i segunda, p. 316, ib. (2) ídem. De aüis contra naturam criminibus. Léase en la Iglesia y la Sinagoga, p. 13-1 á 133, las notabies palabras y crueles acusaciones de Egiza, fiauoiouadu;» por el octavo canoa dol Concilio ie Toledo, en GOo, ea el que ligaran cincuenta y nue- \'Q übiapos,—Sobre la.s alianzas entre el hombro y el .jenioriio, Ic;isa nuescro lioro L-ii al'^s fenúme- Hos de la ¡na-.ia, c.ip. V;: l'aris, 1364. l'hii. Durante el año ülti.mo fallecieron entro otros personajes, según un periódico: «En Alemania: el principe Carlos Alejandro _ Prusia, hermano del emperador Guillermo; el cé- lebre maestro compositor, Ricardo Wagner; el agitador socialista Karl Marx, fundador de La In- ternacional; el maestro Fiotow, autor de Marta y otras notables partituras. »En Grecia, el 11 de Marzo, el notable hombre político Comondouros. )'Bn Damasco: el célebre caudillo árabe Abd-el- Kader. »Eu Egipto, el gciioral inglés H'cks, en un combate con las tropas del Madhi. »Y en Asia el emperador do Annam.» del puro ortodoxo, que domina en el padre de fa- milia hasta los sentimientos más naturales, los más indomables instintos del corazón. El temor de manchar la inocoucia de sus propios hijos era, aun ayer, insuficiente para impedir al judío que los iniciase en estos detestables estudios. Así, por .ejemplo (y es más fácil decirio que creerlo): el aserto del Talmud referente á las pri- meras relaciones de Adán con los animales se «repite en un comentario que se hace aprender á los niños pequeños; y ese comeatario, único que se enseña en las escuela.^, contieno muUilad de horrores semejantes, que los maostros no pueden dispensarse de explicar á los alumnos. >'La primera parte, que explica el Génesis, en- cierra veintisiete hechos que yo recuerdo, pero creo quo el número as más oonsidorabic.» Con- tinúa diciendo, en el alio 1827, el sabio orien- talista Drach, un rico israelita de Paris, creyó de- ber despedir á ua ayo que teni.a al lado de sus hi- jos, porque éste se habla hecho culpable de un acto do sublevación contra el libro suurrado del jadaismo. ¿Quó gravedad era la do csíe acUj': lióla aquí: «¡El joven se habia permitido suprimir ea sus lecciont-'suuo do esos trozos repugnantes! Es blasfemar de nuestros sabios do tores, dijo el pa- dre de íaiaüia, creer quo sus escritos encierran cosas perniciüsas. Y el ayo lo experimentó; no pudicndo ya encontrar ocupación entre los ju- díos de este país, á pesar do su mucha instruc- ción, cayó en la más profunda miseria, sin poder obtener ni el menor socorro de sus herma^nos. La caridad cristiana le ayudó para volver á' donde habia nacido» (1). •^'i (1) Drach. carta segunda tido, :;ag. 311; Fruís, 1827. IfiOl Si^!KS»?S8E!ÍffiSíí41K'V'íV!?;;-Sí^ffiít!-»»TíB3SB*^

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Page 1: El Siglo futuro. 2-1-1884, n.º 2.635

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ANO X-NÚM. 2,635

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bíARló CATÓLICO

PRECIOS DE SUSClilClON: EDICIÓN GRANDE; en Madrid, 12 rs. im;ínef:.;-^^íM'rovincias, un trimestre, 40 rs., remitidos á esta Administración en libranzas dol Giro mutuo 6 en sellos de coáfaeteírtíiones. Este ultimo medio está expuesto á extra -vio sin certifico. En las Islas de Puerto-Rico. Cuba y Filipinas, satisfaciéndolo en casa de nuestros corresponsales en la Habana, Puerto-Rico y Manila, un triralstre 80 rs. En el extranjero, un trimestre 20 francos. Numeres sueltos en la Ad­ministración, 1 real

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BIBLIOGRAFÍA.

KAMILLETE ESPIRITUAL.

Bajo este título acaba de publicar el reverendí -simo Padre José Calasanz de Llevaneras, muy co nocido ya por anteriores escritos, un nuevo De Toclonario, que, aunque destinado á toda clase de personas, va directamente encaminado á los de­votos del glorioso San Francisco'de Asís, y por lo tanto, á todos los individuos de la Tercera Orden de penitencia.

En breves páginas hace el Padre Calasanz de Llevaneras la historia y elogio de San Francisco y de sus Ordenes; demuestra que el espíritu que las anima es un espíritu esencialmento católico; enumera los bienes que proporciona á los indivi­duos, á las familias y á los pueblos, y concluye recordando las gracias é indulgencias concedidas por los Sumos Pontífices á los individuos de la Tercera Orden, asi como la referma de la Regla que, pa)"a que pueda adaptarse a toda clase de persona, acaba de hacer Su Santidad León XIII.

Después de esta parte, contiene el Ramillete un verdadero Devocionario, ó sean prácticas y ense­ñanzas para oir la santa Misa, recibir los Sacra­mentos, vivir como cristiano, combatiendo los vi­cios y adquiriendo virtudes, á fin de facilitar el camino de la perfección que algunos consideran tan difícil.

Sobre este punto insiste con sabio acuerdo el Padre Calasanz, desvaneciendo errores y sentan­do la verdadera doctrina acerca de la perfección que Dios B9S exige á todos, y que por lo tanto, no es superior á los esfuerzos del hombre ayudado porla gíacía.

Las consideraciones, los ejemplos, las citas de los Santos que el Padre Calasanz trae en apoyo de su doctrina son tan oportunas, tan claras, tan bre­ves, que sin fatigar el ánimo del lector, antes bien, agradándole, consiguen impulsarle al santo objeto de amar y gustar la perfección.

Lo mismo podemos decir de las oraciones y prácticas piadosas que contiene el JRamülete Espi-ríltial, el cual, en estos tiempos en que tantos y tan buenos libros de d&vocion se han publicado, puede figurar al lado, de los mejores, y además llenar el objeto esgecial de hacer amar al espíritu franciscano á los numerosos fieles que, o^^endo la voz del Pontífice reinante, entraron el pasado año en la Tercera Orden.

El Mamillele Espiritual contiene además el oicio parvo.

Se está publicando una segunda edición eo Madrid, aumentada considerablemente por el au­tor, con la Guía prédica de los hermanos terceros en sus reuniones, funciones y ceremonias.

Esta nueva edición se está llevando á efecto por orden del reverendísimo Padre Joaquín de Lleva-ñeras, Comisario general apostólico de los capu -chinos de España, para la mayor uniformidad y espiritual aprovechamiento de los terciarios de su jurisdicción.

VIDA DE SAN FRANCISCO DE Asís, por el reverendo Padre Leopoldo, capuchino, traducida y pullicada por orden del revereadisiino Padre Joaquín de Lleva-ñeras, Comisario apostólico de los capuchinos en Es­paña.

Esta obra, cuyo autor ha merecido, por lo aca­bado de su trabajo, la bendición de León XIII, las aprobaciones de hombres sabios y virtuosos, y una mu3^ preciosa carta de monseñor Freppel, es reputada la mejor de cuantas se han publicado en nuestros tiempos; es un verdadero monumen­to, levantado en ocasión de las muchas exhorta clones que nuestro gran Papa Terciario ha dirigi­do á los fieles para excitarles al amor de San Francisco. En poeo tiempo se han hecho varias ediciones, siempre más estimadas y atractivas.

Recomendamos este libro á todos los terceros y devotos del Seráfico Patriarca. León XIII quiere que el mundo entero siga los ejemplos del Serafin de Asís: esta razón ha movido al reverendísimo

FOLLETÍN

EL JUDIO, EL JUDAISMO

YLAJÜDAIZAGION DE LOSPÜEBLOS CRISTIANOS

Continuación

los TI á anticipar este término. Lo hizo por cartas patentes de 17 de Setiembre de 1394, que echaron para siempre á los judíos de sus Estados, y les pro­hibieron permanecer bajo pena do la vida» (1).

Después del siglo XIV, trascurrieron otros dos siglos, y-el cruel Tratado de Policía, volviendo á Israel, nos dice con fecha del año 1705: «Algunos judíos de Portugal y de Holanda, habiendo veni­do á establecerse en Francia so pretexto de co­mercio á principios del siglo último, el rey fué

^avisado, y eso dio lugar á una declaración de 23 *de Abril de 1615, por la que S. M. desterró de su reino á todos los judíos y les prohibid permanecer en él bajo las penas impuestas por los mandatos de los reyes sus predecesores.»

El jefe, el protector, el rey de la nación fran­cesa encuentra, pues, los mismos hombres malé­ficos que habían visto sus predecesores; y esos judíos, que se trata de expulsar y de alejar á todo precio, no han dejado de ser, ea la opinión de Francia, una plaga publica. No nos figuremos, sin embargo, que esta prohibición severa prive á cierto numero de esos hombres aventureros de

Padre Comisario apostólico á presentarles las elo­cuentes páginas del Padre Leopoldo.

Forma un tomo de más de 500 páginas, y se vende en la administración de El Mensajero Se­rá ilco

KN LA ADMINI8TBACI0N:

En rustica 3 pesetas. Encuadernado con adornos en seco.. 4 » Encuademación de lujo con cortes

dorados 5 » Para provincias se expiden con un real de au­

mento. Nota.—La administración no responde de los

extravíos que ocurran. El que quiera asegurar el recibo del libro debe

enviar una peseta más del importe, para el certi­ficado.

Los pedidos pueden hacerse á la redacción de El Mensajero Seráfico. Los RITOS ORIENTALES, por el reverendo Padre Hugo -

lino Maná y Lúeas, misionero apostólico y Párroco en Oriente. Se ha publicado esta interesante obra, de gran­

de interés, especialmente para el clero, y se ven­do en las administraciones de las revistas La Se­mana Católica, Villanueva, 5, hajo, y de El Mensa­jero Seraneo, San Bernardino, 4, y también en ca­sa del Sr. D. Tomás Latorre, Madera, 24, principal, Madrid.

Precio de la obra en toda España, 3 pesetas; en el extranjero, 5.

No se sirve pedido alguno sin que se acompañe la petición con el importe en sellos ó libranzas de fácil cobro.

Del mismo autor se ha publicado en Barcelona una obra titulada La Guerra de Egipto, con doce hermosos grabadas, en los cuales se representa al khedive de Egipto, Arabi Pacha, Tulba Pacha, et­cétera, etc.

Los pedidos se pueden hacer á las mismas ad­ministraciones que la anterior.

Próximamente verá la luz pública la obra es­crita también por el mismo autor, en seis tomos, titulada Historia, geiieral política y religiosa de Egipto.

TRABAJO, POBREZA T LUJO.

Creemos demasiado clara y perspicaz la inteli­gencia del sensato pueblo español para que pueda ' forjarse ilusiones fatales, basadas sobre la idea perturbadora que ha lanzado el espíritu revolu­cionario como un proyectil en las clases de la so­ciedad, en las que más daño puede causar y cau­sa. Esta idea, que los mismos que la propagan creen una utopia (esto es, imposible en la prácti­ca), es que en el mundo no debe haber pobres ni ricos; lástima es que no añadan que no debe ha­ber ni feos ni bonitos, altos ni bajos, discretos ni tontos, viejos ni niños.

No ignora el pueblo español la marcha sucesiva que la Providencia divina ha trazado á la huma­nidad, y que esta ha seguido á paso lento á través de los siglos. Cuándo el globo estaba despoblado fué un baldío, y al hombre por entonces sólo le alcanzaban las fuerzas para guardar sus ganados, que fueron su primera propiedad y riqueza.

Aumentóse el número de los hombres, y eníon-ces ya hubo brazos para cultivar la tierra, y las necesidades de los hombres se aumentaron suce­sivamente, disponiendo la Providencia, que sobre elhombre vela, que con la población se aumenta­sen las necesidades, y con esta los trabajos que habían de unir á los hombres y hacerlos necesa­rios los unos á los otros, formando sus mutuas necesidades una magna cadena que los uniese, y que en su dia habia de circundar el mundo.

Si la tierra y los animales habían suministrado las primeras materias para la confección de las habitaciones, utensilios y telas para vestir y alo jar á los hombres, esto es, ia piedra, la madera, el hierro, el barro, la lana, el lino, la seda y demás.

(1) T.I, p.285.

penetrar y asentarse en el reino. ¿Qué barrera hay en el mundo, qué dique sería impermeable á la raza judía? Pero significa lo que debia ser á los ojos del justiciero supremo ese fiel del Talmud, que M procurador general del regente Felipe de Orleans llama, en 1717, «el monstruo de la socie­dad civil.»

Después de haber juzgado la doctrina judaica por las costumbres del judío, juzguemos ahora en si misma esa doctrina adulterada; abramos el li­bro que la contiene; remontémonos á los prime­ros días del mundo; echemos una ojeada sobre el hombre, tal cual nos lo describe, saliendo de ma­nos del Creador, y viendo así, desde el principio, á lo que queda reducida la verdad bíblica, lo que vienen á ser los libros sagrados de Moisés y la dignidad misma de nuestra naturaleza ante la palabra magistral del Talmud.

«El Señor, dice el libro de los libros, no quiso dar compañera al padre del género humano antes de que él la pidiese. Porque, si en lo sucesivo acontecia-que le indugese al pecado, Dios preten­día que Adán no tuviese derecho de reconvenirle por su funesto presente. Pero habiendo tomado esta precaución contra aquel que habia hecho á su imagen, Dios hizo pasar por delante de ese mo­narca de la tierra todas las criaturas. El primer acto del Adán talmúdico es uno de esos ultrajes á la naturaleza que la ley de Moisés castiga impla­cable de muerte (1); crimen religioso, porque tie­ne por inspiradores los dioses, es decir, los malos espíritus (2), aplicados sin cesar á corromper, á

(1) Biblia, Levitico, XVIIl, 23-29; XX, 15-16, et­cétera.

(2) Dii gentum daemonia. Ps. XCV, 5.

la industria nació para utilizarlas y formar el mü- ' tuo apoj o cutre el que trabaja y el que retribuye • su trabajo. j

A medida que aumentaba el numero de los in- ' divíduos que componían los pueblos, se aumenta- i baii las necesidades y exigencias do la vida; nu­cieron las artes y se creó el lujo; ese Injo que tanto acrimina el pobre corto do alcances, y de mala condición, aunque sea uua de las princi­pales fuentes de 3U exiritencia y de su bienes­tar (1), pues el bienestar del potre iionriido es te­ner trabajo,,"y el lujo del rico es que se lo propor­ciona. El dinero es como el agua, que en su curso natural no se estt-nca; toda en definitiva, soa en pequeños arroyos, sea en impetuosos torrentes, va á refluir al,mar y desaparece cosfundida en su inmensidad (esto es, que se gacta), para volver á circular en nubes varias, que la vuelren á dcrra mar sobre la tierra que alimenta.

^-¿Por qué, pues, al ver un magníñco palacio, y los brillantes trenes del poderoso, en lugar de in­dignarse, llevado á ello por los viles móviles do la soberbia, de la malevolencia y de la envidia, no se hace el pobre sensato estas reflexiones cuer-das": "¡Bendita sea la mano do la Providencia di­vina, que dio á ese poderoso los medios y la vo­luntad de expender su dinero, y emplearlo en cosas que han dado trabajo á tantos brazos, y con esto alimentado á tantas familias! Puede que haya sido la vanidad la causa que lo llevase á hacer estos dispendios; pero aun cuando éste mi juicio temerario fuese cierto, á mí y á otros que disfrutamos de los beneficios trascendentales del lujo, no nos toca anatematizarlo, sino bende­cirlo» (2).

El pobre no conoce tadas las ventajas del tra­bajo, porque no sabe las desventajas de Li vida ociosa, que es nociva para el cuerpo y llena de peligros para el alma. Al pobre, con la palabra trahajo, sólo se le presenta á la mente la fatiga y el cansancio que le son anej:'.?; pero porque no considera con benevolencia y equidad hacia la vida, y gratitud hacia Dios, que es el supremo compensador, los bienes iu 'alculables que del tra­bajo dimanan. Son, en lo iisico, la salud, la fuer­za, el vigor, la sin par dulzura del descanso, de que no puede gozar el que no está causado; es lo bien que le sabe ;,u sencillo alimento, mientras que el suyo, por refinac-ó que soa, hastía al ocioso. Esto lo comprende bien el buen sentido dol pue -blo, puesto que ea una de sus agudas coplas de 'esta suerte lo expresa:

Desde que te has puesto rico. Te veo ahito y desganado ¡Qué bien me sabe mi pan . Después de haberlo ganado!

Pero sobre todo, puesto que no consiste la vida del hombre, como la do los animales, sólo en co -mer, debe considerar el pobre la gran ventaja moral que esta su pobreza le proporciona con la ausencia de afanes, cuidados, compromisos, inse­parables satélites de la riqueza. Que bien lo ex­presa el pueblo mismo en esta copla, que, como tantas otras, es un sencillo y pobre estuche que contiene un brillante:

No te cuides de riquezas Ni las envidies jamás; El dinero aumenta gustos, Pero aminora la paz.

¿Y qué es lo que en este mundo puede propor­cionar más dulce y completa dicha que la que al pobre honrado deben procurar estas reflexiones que al mirar á su mujer y sus hijos puede ha cerse?

V

PUNTOS DE SUSCRICION: Administración en Madrid, calle del Almirante, 2 triplicado, primero derecha y en las prin­cipales librerías de la capital. En provincias, en las principaios librerías que son nuestros corresponsales. En Puerto-Rico, D. Celestino Díaz. En Manila, D. Gervasio Memije, regente de la imprenta de Santo Tomás. Eu Cuba, D. José María Corra­les Bernaza, (30, Habana. >

Para los anuncios de la Península y extranjeros, la Sociedad General de Anuncios de España, Príncipe, 27, Madrid.

^^m^m^^m^s^^^sm^^^^^m^^m^^i^^^M^^^^^^.

(1) El ilustre escritor entiende aquí por lujo, no el derroche inmoderado y ruinoso que tantos vicios fomenta y tantas desgracias acarrea, sino la grandeza y esplendidez que el pobre suela mi­rar como un abuso, por más que muchas veces esté entre los derechos del rico, y quizá entre sus deberes.

(2) Léase esto asimismo á beneficio ds inven­tario, interpretando en sentido cristiano frases por otra parte inexactas.

rebajar la dignidad del hombre; crimen vulgar más tarde y que tomó plaza en el numere de las abominaciones de esos cananeos de que el hierro israelita purgó á la tierra.

»Adan que busca una compañera (1), cae en prodigiosos extravíos; y lejos de obrar contra él, Dios se digna, para compla,cor á esa primer hom­bre del Talmud, sacarle una costilla, y construir con ella una Eva de edad de veinticinco años (2)-¿Pero nuestra primera abuela semostrará superior á ese triste esposo? ¿Tendrá en sus gustos extravíos menos humillantes? Contestación: la opinión co­mún de los rabinos es que la madre de los hom­bres tuvo por la serpiente un a'ecto de que se aprovechó ese insidioso animal para llevarla á fal­tar al precepto divino. Por eso el monstruo la co­municó el veneno que cllr trasmitió á su poste­ridad (3).

Tales eran, según los venerables doctores del

(1) Indicamos el texto latino para la continua­ción de este relato, pero no queremos reproducir­lo integralmente: Tune compressit omnca sed cum mhilomiuus elTervere pativit a Deo ao-ciam simüem sibi Dracli., carta segunda, p. 310-311. 1827.

(2) Carta segunda del sabio Drach., antiguo rabino, p. 310-311. Id. De perfidia jndaeorum, por el Obispo Mayol, p. 809, col. 2, Maguntiae, 1615.

(3) Multotios eam cum sese Injerit in eam tabem, Zouhama, qua posteritas mulicrisinñ-citur. Taies son las propias expresiones del Tal­mud, tratado Schabbot, foL 146 v.°; tratado Yeba-mot, íbl. 103 v."; tratado Aboda Zarafol, 23 v.°. Drach, armonía, t. 11, p. 321.1844; carta segunda Id., p. 313. 1827. Léase sobre estos actos comunes en el mundo idólatra, Serpentom inter et mulie rem: Estudios antropológicos, ciülo de laSsrpieníe, etc., por el doctor Boudin, primer módico del hospital militar San Martin, etc., etc. 1864, París.

nSo3' para ellos todo en esto mundo: á mí me lo deben todo. Podré en su dia docir al gran Juez, cuando mi cuenta me pida:—Señor, seguí tus le­yes; tomé compañera ante tus altares, la que am­paró y amé; tuve hijos que hice cristianos y crié con el sudor de mi frente (dichoso aquel que pue­da añadir les enseñé tu divina doctrina y di bue nos ejemplos); mi misión, Señor, está cu:nplida.»

Así, soacillay clara, será en el supremo tribu­nal la cuenta del pobre honrado, del pob.re cris­tiano. ¿Quién, si do esta suerte alcanza la paz en esta vida, la esperanza para la felicidad eterna, no bendice el trabajo y la pobreza que so le pro­porciona?

El mismo pueblo, can el buen sentido y la sana moral que la Religión le ha inculcado, ha demos­trado la verdad d3 lo que venimos diciendo en uno de sus cuentos, que domucstrau tan profun­do conocimiento do la vida y del hombre y en­cierran tan el'jvado sautido mora'.—Hemos refe­rido ya este cuento en uno do nuestros Cuadros de costumbres poimlares, Simón Verde; pero viene aquí tan al intento, que !o reproducimos, porque no se debe uno cansar de repetir las cosas buenas:

Un hombre rico tenia cuatro hijas, á las que casó dando á cada cual en dote una crecida suma de dluero. Pasado algún tiempo fué á verlas.

—¿Cómo te va, hija mia? preguntó á la pri­mara.

—-¡Ay padre! ¡muy mal! contestó ésta llorando. Desde que mi marido tomó el dinero dejó de

trabajar; se metió en la taberna, en la que so gas­ta todo en vino, viene á su oaaa borracho, me maltrata, y así soy la más infeliz del mundo.

—No tengas cuidado ni te apures, repuso su pa­dre. En acabándose el dinero ni tendrá para vino, ni para comer; esto le obligará á trabajar, y serás feliz.

La segunda de sus hijas se 'le quejó'de que su marido, desde que tomó el dinero, so habia meti­do en garitos, en que pasaba la noche jugando y perdiendo todo su caudal.

—No te aflijas, le dijo sa padre: en acabándose el dinero no podrá jugar; tendrá que trabajar pa­ra comer, y serás feliz.

La terce¡a se le quejó que desde que habia to­mado su marido el dinero, habia dejado de traba­jar, y en torpes liviandades se lo gastaba todo y ¡a tenia abandonada.

—No te desconsueles, repuso su padre. En aca­bándose el dinero so acabará su libertinaje; ten­drá que trabaja!' para comer, y será feliz.

La cuarta contestó llorando á las preguntas que le hizo su paire, y quejándose amargamente del avariento de su marido, que no la daba un cuarto por atesorar, y la tenia desnuda y con hambre.

—¡Ay, pobre hija mia! exclamó el padre; ¡hija de mi corazón, que no veo remedio ni fin á tus males!

Este cuento tiene dos ideas morales: la primera es una admirable enseñanza mostrando el trabajo como el antídoto y extirpador de los vicios, y pre­sentar en la ausencia de éstos y en la pobreza, la fuente de la paz y de la felicidad.

La segunda enseñanza que contiene, es paten­tizar que la avaricia es el peor de los vicios, por­que ni la edad, ni los cscarmien|ps, ni la necesi­dad pueden influir en su enmienda. Ahora bien: hasta ese vicio tiene en la pobreza su antídoto, pues no suele apegarse al.dinero aquel que no lo tiene.

FERNÁN CABALLERO.

UN MARINO CRISTIANO.

Nuestro capitán era un hombre de vigoroso as­pecto, valiente y apacible. Mandaba siu proferir una blasfemia, y recibíalos contratiempos sin dar señales de impaciencia. En sa camarote habia una imagen de la Santísima Virgen.

—Capitán, ¿qué decís del tiempo? •^Es un tiempo porro, ¡y lo peor es que conti­

nuará! Vigilaremos, y acaso nos veamos obliga-

as

dos á detenernos en la travesía. Pero tranquili­zaos; el buque es bueno, y su capitán tiene fortu­na. Tengo cincuenta años de <"' •-' • otros tantos hace que estoy eu el r- ,\ nacimiento fué en un barco. '.,- „'.

He navegado toda mi vida, y ninguu contra­tiempo particular me ha sucedido en el trayecto á Roma; y de los que mo han ocurrido an los de­más pasajes he podido librarme.

—Capitán, ho visto en vuestro camaroto la ima­gen de cierta Señora.... ¿Es la patroua del buque?

Mo contestó sonricndosc: —La Compañía d ' las Mensajerías Imperiales

no tiene patrona. El vapor está bautizado con el noro.bre de Licurgo. ¿Conocéis esto santo?

EQ cuanto á ¡a Señora do quien habláis, debo deciros que es mi propia patrona,

—¿Y hace mucho tiempo que lo es vuestra, mi capitán?

—Desde cierto dia ya lejano, pero todavía re­ciente eu mi memoria, en el que vimos de cerca el fondo del mar, yo y algunos otroá que no mi­rábamos muy á menudo al cielo, es decir, al cie­lo en que existe Dios. Sin esperanza de tocar la tierra, nos encontramos de repente más devotos de lo que pensábamos, ó hicimos un voto á Nues­tra Señora de la Guardia.

En seguida nos envió un remolque, y gracias á él entramos en el puerto como llevados por la mano. Cumplimos nuestro voto descalzos y can­tando l:is letanías; y la Virgen ha hecho por com­pleto la obra.. Algún tiempo después me dio una esposa, y ésta mo ha dado una hija.

Una y otra rezan por mí ante Nuestra Señora de la Guardia mientras yo navego, y sus oraciones arden como dos cirios de la más blanca y pura cora, pidiendo á la Virgen que muera en mi cima tranquilo y confesado.

Hacen valer que hemos estado demasiado tiem­po separados en esta tierra para estarlo también en la eternidad, y creo firmemente que Dios les concederá lo que piden; por lo que espero que mi hija me cierre los ojos y entierro mi pob-i-e cuer­po. Así, pues, entrad en vuestro camarote, y dor­mid tan tranquilo como yo.

(Lüís \^B.vihhOT.—Perfumes de Rom.) i A la lista, ya un tanto larga, de los teatros que

han desaparecido'por la acción del fuego, hay que añadir uno de Nueva-York, que llevaba el nombre de Standard- Theatre.

El fuego apareció simultáneamente cu las bam­balinas y en los bastidores una hora antes do que comenzase la función, lo que no fué pocu for­tuna.

Poco después era ya el edificio en su totalidad presa de las llamas, que á pesar de los redoblados esfuerzos de toda una brigada de bomberos y de los chorros copiosos de numerosas bombas, en el espacio de una hora redujeron á cenizas ei edificio y su contenido.

• Eu poco estuvo que á'las pérdidas materiales, que fueron considerables, cstimándoso en más de 94,000 pesos, hubiese que aladir uu número no escaso de víctimas, á consecuencia del der­rumbe de una pared sobro un edificio contiguo, que los bomberos hicieron desocupar anticipada­mente.

Talmud, las costumbres de nuestros primeros pa­dres en el paraíso y en el estado de Inocencia. La penitencia do Adán tuvo lugar despucs de su falta, es decir, cuando hubo comido la fru­ta prohibida; y citaremos como prueba de su larga duración el rigor de un ayuno de ciento treinta años, durante los cuales rehusó toda co­mida, toda bebida y se separó de Eva. Por eso este exceso de rigores imprudentes tuvo su reac­ción desoladora; porque un dia que Adán vio á Lilit, demonio femenino, Lilit le gustó, mientras que Eva, abandonada, encontró por su lado de­monios que no eran de su S3Xo, y que estos seduc­tores le agradaron. Asi nacia la raza feraz y terri­ble de los hombros descendientes de los dcmo-nlo-s (1).

¡Oh, singulares austeridades de la penitencia de ese pueblo, cuya naturaleza parece ponerse al revés eu cuanto se subieva contra su Criador! ¡Oh, desgarradoras aberr.icioaas de sa libro doc • trinul y doctoral por oxcoleucia, que no:? refiere con el tono candido que so.usa para ¡as cosas más sencillas esas neíiindas y cularaitoisas relaciones entre elhombre, el demonio y el bríito! ¿2)

El honibre obra según su fe; su creencia engen­dra sus acto.s, cuando esta creencia es sincera. Esto es lo quo re'potimas sin cesar; por eso la con­vicción do la infalibilidad doctrinal del Talmud está tan prüfundamonto arraigada en el espíritu

• (1) Drach, cart i segunda, p. 316, ib. (2) ídem. De aüis contra naturam criminibus.

Léase en la Iglesia y la Sinagoga, p. 13-1 á 133, las notabies palabras y crueles acusaciones de Egiza, fiauoiouadu;» por el octavo canoa dol Concilio ie Toledo, en GOo, ea el que ligaran cincuenta y nue-\'Q übiapos,—Sobre la.s alianzas entre el hombro y el .jenioriio, Ic;isa nuescro lioro L-ii al'^s fenúme-Hos de la ¡na-.ia, c.ip. V;: l'aris, 1364. l'hii.

Durante el año ülti.mo fallecieron entro otros personajes, según un periódico:

«En Alemania: el principe Carlos Alejandro • _ Prusia, hermano del emperador Guillermo; el cé­lebre maestro compositor, Ricardo Wagner; el agitador socialista Karl Marx, fundador de La In­ternacional; el maestro Fiotow, autor de Marta y otras notables partituras.

»En Grecia, el 11 de Marzo, el notable hombre político Comondouros.

)'Bn Damasco: el célebre caudillo árabe Abd-el-Kader.

»Eu Egipto, el gciioral inglés H'cks, en un combate con las tropas del Madhi.

»Y en Asia el emperador do Annam.»

del puro ortodoxo, que domina en el padre de fa­milia hasta los sentimientos más naturales, los más indomables instintos del corazón. El temor de manchar la inocoucia de sus propios hijos era, aun ayer, insuficiente para impedir al judío que los iniciase en estos detestables estudios.

Así, por .ejemplo (y es más fácil decirio que creerlo): el aserto del Talmud referente á las pri­meras relaciones de Adán con los animales se «repite en un comentario que se hace aprender á los niños pequeños; y ese comeatario, único que se enseña en las escuela.^, contieno muUilad de horrores semejantes, que los maostros no pueden dispensarse de explicar á los alumnos.

>'La primera parte, que explica el Génesis, en­cierra veintisiete hechos que yo recuerdo, pero creo quo el número as más oonsidorabic.» Con­tinúa diciendo, en el alio 1827, el sabio orien­talista Drach, un rico israelita de Paris, creyó de­ber despedir á ua ayo que teni.a al lado de sus hi­jos, porque éste se habla hecho culpable de un acto do sublevación contra el libro suurrado del jadaismo. ¿Quó gravedad era la do csíe acUj': lióla aquí: «¡El joven se habia permitido suprimir ea sus lecciont-'suuo do esos trozos repugnantes! Es blasfemar de nuestros sabios do tores, dijo el pa­dre de íaiaüia, creer quo sus escritos encierran cosas perniciüsas. Y el ayo lo experimentó; no pudicndo ya encontrar ocupación entre los ju­díos de este país, á pesar do su mucha instruc­ción, cayó en la más profunda miseria, sin poder obtener ni el menor socorro de sus herma^nos. La caridad cristiana le ayudó para volver á' donde habia nacido» (1).

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(1) Drach. carta segunda tido, :;ag. 311; Fruís, 1827.

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Page 2: El Siglo futuro. 2-1-1884, n.º 2.635

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íiAr-íiUi, "í iiE r.M;i^o i/V leí- i

EL EMBROLLO.

( J B n t r a d a s de a ñ o . )

ir. í Ya comprendo, Demócríto, que rabias por

decirme, como siempre, que estás demasiado unido á los Obispos para que pueda suponerse que, si hubieses vivido en los tiempos de Car­los III, to alcalizarían también las quejas del Reverendo de Cuenca; pero si no te basta re­cordar que lias vituperado obras muy pareci­das, yo te demostraré, con toda ]a tristeza de mi alma, que tampoco en el siglo pasado fal­taban dictámenes de Obispos que oponer á la iniransigencia.

¿Quieres saber el camino por donde se llegó á conseguirlo? Aunque no ignoras estos jue­gos, te los describiré en brevísimas palabras: «proTeianse las mitras de España é Indias en ^desafectos» de los jesuítas; y «púsose gran «cuidado en examinar quién había estudiado Acon Jesuítas, ó tenía con ello.s relación dentro Adel cuarto grado, á fin de no sacar de este »ffretnio para Obispos ni dignidades, ni empleos í>á(i consideración.» ¿Te escandaliza mi fran­queza? ¿Dudas de mis palabras? ¿Cojes la plu­ma para denunciarlas á quien corresponda, temblando de risa? No te precipites y es­cucha: el Padre Fr. Fernando de Ceballos fué quien descubrió todo eso en un manuscrito que sacó á luz La esperanza, sin que ninguna autoridad eclesiástica ó civil se lo estorbase, en los articules sobre la Eisioria del reinado de Carlos III, escrita por D. Antonio Ferrer del Rio.

Sólo que, para que no te rías de las afirma­ciones del ilustre fraile, honra y prez de la re­ligión de San Jerónimo, voy -h^ añadir una prueba inédita. Debes saber que por promo­ción de D. Felipe Vallejo al arzobispado de Santiago, resultó en 1798 vacante la Silla de Salamanca, á donde fué trasladado D. Anto­nio Tavira, pasando á llenar el puesto que éste ocupaba en la Iglesia de Osma el Dean de Burgos; pero no sé si conoces la exposición en que se propusieron á Carlos IV esas dos pre­sentaciones, explicando su sentido.

«V. M.—dice el documento referido—sabe *cuál es el estado de la primera universidad »del reino, y cuánto imiwrta, asi mejorar el »plan de sus estudios y gobierno, como conci-hliar los ánimos de sus maestros y escolares, «divididos en dos facciones muy encarnizadas, «que se infaman y acrimínau á cada paso. Los «aristotélicos acusan á sus contrarios de im-»píos y novadores, y bajo el título de filósofos, »les achacan todas las impiedades en que han »caido los incrédulos que, en estos últimos »tiempos, profanaron este nombre. Sus con-íítraríos se vengan imputándoles el empeño do «resistir toda reforma de los estudios y hacer »la guerra á toda ilustración para conservar .íSüs mcjá-s opiniones, su adhesión á las usur-»paciono3 de la Curia Romana, su atersion á »la Autoridad Soberana y sus regalías, su am-»bicion de dominar las escuelas, de conservar »la induencia de los Regulares en ellas, y en »una palabra, de perpetuar la ignorancia.-~-»¡Qué sabiduría, qué prudencia, qué virtud »necesita un Prelado puesto á la vista de esta »escuela general que, por desgracia,parece to-»davia nn establecimiento eclesiástico!....-»

Así justificada la presentación de Tavira, de quien se dijo además que «era nuestro Bossuet »y debía ser el reformador de nuestra Sorbo-ana,» la exposición añade todavía:^—«Si V. M. »se dignase de aprobar este plan y Tavira x>aceptase, podrá ser nombrado para la Iglesia »de Osma el Dean de Burgos D. Ignacio íüí-;>guez de Ángulo Es sugeto muy aficiona­ndo al estudio de las ciencias útiles y á la mc-»jora de los estudios públicos, y kimpor esto, »muy á propósito para Osma, donde hay una »universidad, antes miserable, y hoy estima-»ble por la protección que la dispensó el Rey *Padre, á ruego de su confesor y por el iuflu-»jo y residencia de Tavira.»

Al llegar á este punto, Demócríto intencio­nado, observo que los extremos de tu risa dan á mis lágrimas tan violento impulso, que apenas si me dejan fijarme en el embrollo, cuando aparece evidente en el hecho de lla­mar católico á un rey que considera desgracia el que una escuela general parezca estableci­miento eclesiástico, y que escog-e para Obispo á quien se muestra aficionado al sistema de estudios con que se aspira á evitar semejante desgracia. La mano se estremece al tocar á esos reyes, y tiembla la pluma al calificar á esos Obispos. No, Demócríto, no: sea otro en buen hora quien pinte á los unos y á los otros, des.cubriendo sus flaquezas.

Godoy, por ejemplo, dedica ul asunto algu­nas páginas del tomo tercero de sus Slemorias, con ocasión de hablar del decreto de 5 de Se­tiembre de 1799 sobre facultades de los Obis.-po3 en punto á dispensas, y da cuenta de una carta dirigida por la Santidad de Pió VII á Caries IV, lamentándose del espiritu de in-

• novación. El Papa «se quejaba en general de »los Obispos, y añadía que algunos de ellos sin ahaberse limitado á conceder dispensas, ba­rbián favorecido doctrinas contrarias á la »Santa Sede, asunto sobre el cual daba á cn-»tender ser de su cargo el hacer prolijas ins-»peccioues para asegurarse de su fé ortodo-x,xa ; y corregidos los excesos, promover y ^rc-itablecer el principio de unidad católica, .'.•c o miniado á relajaríe por algunos de aqiie-»iiüs misniüs á quien esfaba impuesto inante-»nerlo.» Carlos IV, justamente preocupado, llamó á Godoy, con el cual sostuvo este diá­logo:

GODOY.—Ningún Obispo ha faltado en lo más mínimo á la Religión debida á la Cabesa de la Iglesia.

Eh RüY.—Tú te engañas; vé y pregunta á Caballero; él te mostrará documentos, cartas y manascriíos perniciosos, que obran en su t tr ií.*,¿ne contará de Ta\ira, do I'alafox, ^^iii<i rnyá , Cuestas, de Ksp'ga, de Llo-

' '• ^ y^ Vulto m-Ás!

GoDOT.—Los Prelados que V. M. acaba de nombrarme son conocidos de todo el Ecii,;o, como verdaderos sabios católicos, y estimados como oíros tantos tipos y modelos de todas las virtudes: los adoran sus diocesanos. ¿Qué se­ria si los viesen ir á Roma para ser juzga-dob?.... Si algunos de esos mismos se han acalorado más allá de lo justo, sro lealtad g su adhesión profunda á la persoaa y los derechos de V. M. debe servirles, cuando no de escudo, á lo menos de disculpa.

E L líiír.—Quiero que sea asi; pero cuántos no habrá que á la so.nbra de esos Prelados y esos sabios, que tú dices, se liallen propagan­do mil doctrinas peligrosas Es necesario sa­tisfacer al Papa; necesario del todo.

GODOY.—Pero ¿quién ha dicho á V. M. que no hay más medio do satisfacer á un Pontífice, tan ilustrado y benigno como Pío VII, sino castigando y afligiendo?

E L RBY.—Pero yo he prometido satisfacer al Papa. ¿Te querrás tú encargar de este ne­gocio y entenderte con el Nuncio?

GonoY.—Cuando V. M. tuvo {iVienmandar­le retirar de España, acudí yo á invocar la Real piedad Sé bien que el Nuncio me conserva agradecimiento.

E L REY.—Te mando, pues, que te hagas cargo de componer ese asunto, y me quites esa pena que aflige mi conciencia y me desvela por las noches.

y , en efecto, Godoy corrió á ver al Nuncio, que estaba no sólo quejoso, sino envalentona­do; y empleando con él aquellas artes que, co­mo luego te haré ver, usaron más tarde Mira-flores para conseguir la venida de un repre­sentante de la Santa Sede á Madrid; Pidal para no comprometerse á mantener perpetua­mente la Unidad Católica; Arrazola para evi­tar la tormenta que traería consigo negar el pase al Syllalms; y Cánovas y Cárdenas para poner en salvo el contrabando de la toleran-cía religiosa, habló de esta manera:

GoDOY.—¿No encontraría el Nuncio más modo de ver el fin de las disputas y de satis­facer al Papa, sino los rigores y los ruidos?

E L NUNCIO.—Si pudiera encostrarle le adop­taría; pero, ¿dónde está ese medio?

GODOY.—Y bien, ese medio lo he encon­trado.

E L NUNCIO.—¿Y cuál es? GODO Y.—La recepción en estos reinos de la

Bula AiKtorem fidei; darle paso en el Consejo y dirigirla á la adhesión de los Obispos, sal­vas las regalías de la corona La Bula Áuc-toremfldei recibida en España, en los térmi­nos que he dicho, será an testimonio relevan- ' te de la paz de nuestra Iglesia con la Santa Sede, muy más bien que retractaciones y cas­tigaos sobre tal naturaleza de opiniones, que en bien ó en mal, dependen del sentido bueno ó malo en, qne lasjjrofesa cada nno.

E L NUNCIO.—¿Y se podrá esperar que ha­brá protestaciones ni escritos en contrario?

GODOY.—Conozco bien á esos Prelados, que una cáfla de ignorantes, enemig-os suyos, ha llamado jansenistas; yo respondo de todos ellos

El Nuncio, según las Memorias, apretó la mano á Godoy, le abrazó muchas veces, y afir­mó que una idea tan felíj: para llegar al fin proi)uesto por un medio tan sencillo, no se le habia ocurrido

y se me ocurre á mi ahora, viendo, Demó­críto burlesco, que la risa te ahoga al oír es­tas cosas, comparar aquellos tiempos con los nuestros. Queríase entonces conciliar los áni­mos de los que, conformes en decir % oir Misa, disentían sin embargo respecto á innovacio­nes y reformas, que tenían por objeto destruir las ojÁniones añejas, la adhesión á Roma, y extirpar la influencia de los Regulares, consi­derando como verdadera desgracia que las universidades pareciesen todavía estabiecí-mieníos eclesiásticos. A los que, oponiéndose á tan sacrileílos intentos, denunciaban á quien los protegía, se les respondía diciendo de los los acusados que «su adhesión profunda á la «persona y los derechos del rey debía servir-»les, cuando no de escudo, á lo menos de dis-»culpa.» Fué en vano observar que á la som­bra de los así defendidos se propagaban doc­trinas peligrosas; pues antes que permitir los rigores y los ruidos, antes que dar lugar á re­tractaciones ejemplares ó saludables castigos, se prefería conceder el pase á una bula, que era respecto al jansenismo lo que al liberalis­mo el Syllahis.

Mas la adnrísion de la bula se efectuaba salvando las regalías de la corona, y se discul­paba advirtiendo, que la malicia de las opi­niones condenadas dependía del sentido bueno ó malo en que las profesaba cada uno. Preten­díase que hubiese jansenistas buenos y malos, como hoy se pretende que haya liberales ma­los y buenos; y si hoy se conísidera prudencia callar que el liberalismo es pecado, también entonces lo parecía disculpar al jansenismo.

¿Qué ves, Demócriío incorregible, que no haya succdi^!o en la pasada centuria? Sólo existe la diferencia dolorosa de que la cues­tión antigua consistía en conciliar los ánimos para destruir las opiniones añejas, extirpando la adhesión á Roma, y la influencia de los Re­gulares; mientras aliora se trata de unirnos y

i concilíarnos para impedir que renazcan esas I opiníoTies, esa adhesión y e.-'a infl'iencia. I Las dos facciones encarnizadas, que se infa-f maban y acriminaban, se acriminan é ínfa-\ man. ¿No ves la innovadora y reformista des­

plegando sus fitas desde la Union Católica al nacto sir:alagmático...? Ene ja s filas, Demó­

críto m.^sílZ0, ocupas at prf •sentó el mismo puesto y ilc.aá el núiámo apellido que al ílua-lizar el siglo XVlíI... ¿Dícesme que el apelii-do es de hace poco y que se lo debes á Ovidio? Ni aun eso es nuevo. El apellido de la raza mestiza, como verás otro día, lo sacó á la pu­blica vergüenza en 1794 un venerable Obispo.

HKRÁCLITO.

POLÍNICA MENUDA

Rl priiiicr (iia clei año de la, desconciliacion, 1884, amaneció como el último de 1S83, del que dice Asravdí'o que fué:

«Trhle, oscuro y souhrio.» Esto es, tres veces negro. Las cosas han continuado como estaban, y los

futuroi? aporrcadorcs y aporreados haciendo sus preparativos para sacudirse ei polvo.

Del Consejo de nunistroanuJa nuevo. üciliostra y D. Servando no promovieron la cri­

sis parcial, y seguirán la suerte do sus coinpa-üeros.

Qus so proponen, incluso lo.s Sres. Ivlorcí y Po- \ sada, por JÍ;Ú.S qu( yira cesa se crea, afrontarla | batalla sosíeuieudo el Mensaje de la izquierda, su- | frir la derrota consiguiente y ver á quién se eu- f trega ei decreto de disolución.

Que es ya la madre del cordero. O lo que es lo mismo, de la desconciliacion.

D. Cristiao será, por parte do la izquierda, el maestro al cémbalo de los debates.

I.o ha projaetido. Y ha declarado también que la monarquía no

tendrá quejas de él. Dicen que so propone nada menos que revanar

á Sagasta para siempre y servírsele á la mayoría en fragmentos.

Por su parte, Sagasta no se duerme tampoco so­bre sus laureles, y se blinda las costillas para re­cibir los palos.

Veremos quién sacude mejor.

Sobro el programa paiiameutario: «La discusión comenzará el día 4,» (dice Bl Im-

parcialj, «pues hoy se dará lectura al dictamen y mañana al voto particular, que ha de estar, según reglamento, veinticuatro horas sobre la mesa del Con,;reso.

»Lá mayoría de la comisión comenzará por im­pugnar el voto. El primer discurso será el del se­ñor Allende.

»No es cierto que el Sr, Romero Robledo haga hoy uso déla palabra. Lo hará mañana apenas concluyala lectura del voto particular para ex­plicar al Congreso las razones que le han asistido para no formular el suyo.

»Notábasc ayer cierta tendencia á aplazar el co­mienzo de la discusión hasta el lunes, con el pro­posito de que no se interrumpiera; pero esta ten­dencia encuentra poco eco, pues todos convienen en la necesidad de que cuanto antes se resuelva el conflicto político pendiente.

«Los oradores se proponen ser bien lacónicos; pero, á pesar de ello, es indudable que el voto particular no se votará en toda la semana pró­xima.»

Sagasta propone, y Martes dispone. Pero, de todos modos, poco hade vivir ya el

que DO vea el resultado del voto particular. Que será la votación con h del ministerio.

Eu el mismo periódico leemos: «El diálogo, publicado por la Época, del Sr. Sa­

gasta con un elevado personfg'e; diálofío que los fusionistas consideran auténtico, y que sus órga­nos eu la prensa, lejos de desmentirlo, lo autori­zan reproduciéndolo y mostrándose conformes con su espíritu y con su letra, ha de contribuir, á juzgar por ciertos síntomas, á que el debate sea un duelo á muerto entre los fusionistas y la iz­quierda.

«Por lo pronto, las manifesí.cioies al elevado personaje que se permitió el '¿-•. Sagasta, reftrión-doso á determinados ele .nentos liberales, han cau­sado general indignan.iou en todos los círculos, aun eu aquellos ea r le el presidente de la Cáma­ra goza do ciertas simpaüas.

DY no podía rr • ios do sor así. »Ni el Sr, oagísía es el más autorizado para lla­

mar monárquicos de leüce á respetabilísimos ele­mentos liberales, cuaiido no há imicho tiempo los adulaba y ro perdonó medio ni omi^'o sacri­ficio para ¿traerlos á la iusion, sin otro pa.'-to ni otro convenio que el que se reconociera ;.u jefatura, ni puede permitirse esos alardes de coi-secuencia el !r¡iL'istro déla repüblica de que for­maba él parte compar a^do á lo do San Carlos de la Rápita el 'evíinta-.nienio de Sagunto.

«El Sr. Sagasta, en su despecho, que en vano trata de ocultar, ha perdido, por otra parto, la memoria. Olvida cisríás entrevistas con insisten­cia solicitadss y ciertos papclitos enviados en de­manda de cuatro monárquicos de lance que, acep­tando otras tantas carteras, le ayudaran á reco^^er un poder ab?'¡donado ya en medio del arroyo; el Sr. Sagasta olvida, además, que aconsejó á la co­rona el llamamieato de esos monárquicos de lan • ce bajo la jefatura del Sr. Posada Herrera, por considerar que sus esfuerzos para entenderse con ellos habiau fracasado por completo.

«Monárquicos tan sinceros como el Sr. Sagasta no deben solicitar en la vida el concurso de aque­llos á quienes juzga sospechosos. Quien ha desem­peñado cerca de un my constitucional el impor­tante puesto de jefe del gobierno responsable, cor­respondo mal á la coriflauza que esta designación signiflca, aconsejando á la corona el llaaiamiento de hombres orí cuyas convicciones monárquicas no tenga tanta fé corno on las suyas propias.»

Cada uno tiene su arte de matar pulgas. Al llamar el Sr. Sagasta monárquicos de lance

á los que lo son, no ha dicho más que la pura verdad.

y otra vez los hará otro favor. Probablemente, cuaudo á él le llaman monár­

quico y republicano de guardaropía, entrometí do, zurcidor do voluntados y pastelero insaciable, también tendrán razón.

y vayase lo uno por lo otro. Cuanto á la comparación de lo de Sagunto con

lo de San Carlos de la Rápita, no ha podido ser más donosa.

La labor de D. Práxedes: «líl Sr. Sagasta reunirá quizas mañana á los

más caracterizados miembros de la mayoría fu-sionista del Congreso para convenir la forma de llevar la discusión del Mensaje.

«El presidente del Congreso se propone contes­tar á todas las alusiones que se hagan referentes á la situación que presidio, y en cambio abriga el propósito do aconsejar á sus auiigos que eviten hacerse, cargo de his que puedan dirigírseles, con el fin de abreviar la discusión.

«Los que suponen conocer el pensamiento del Sr. Sagasta anuncian importantes declaraciones de éste al usar de la palabra, declaraciones que afirman han de Influir poderosamente en el des­enlace do ¡a crisis que ha de traer coi/Sigo la vo­tación del Slenssjs.»

Ko qu3 r¡o. Donde las dan las toman, y el callar es bueno. Vc-rcmo3 en qué consisto la importancia de las

declaraciones de D. Práxedes. Porque, cuando se le busca la lengua, sabe ha-

cor sangre.

Una comilona menos. Dice la segunda Gacela: «Parece que se lia suspendido la distribución de

invitaciones para la comida diplouiática que de­bía verificarse en la presidencia del Consejo el próximo dia de Reyes, así como parala recepción (lo diputados y senadores que sigue, según cos­tumbre, á dicho banquete.')

C&TVL feroce al enemigo. A la portuguesa. ¿Si será verdad que los instintos belicosos del

Sr. Posada han renacido de sus cenizas? Díria entonces la posteridad que habia sido el

fénix de los Posadas.

MIÉRCOLES 2 DE ENERO DE 1884

Aunque al Sr. Posada se lo debería decir: —«A buena hora, mana-as verdes»

Los progresistas democráticos celebraron ayer con sendos banquetes el natalicio de D. MHUUCI Ruiz Zorrilla.

Hiiho, como es consiguiente, muclios brindis, y reinó gran calor entre los comensales.

Los delegados de la autoridad tuvieron quo lla­mar al orden por dos ó tres veces á varios orado­res fogosos.

Faltó eil estas reuniones Siflcr, número 725. Pero le reemplazaron otros. También se celebró un banquete en honor de

Becerra, que se llama Manuel. Pero este se compuso do pipiólos, y lúfA ni fá.

Cuentas de la lechera, digo, de La Reforma: «Si las Cámaras actuales no votan la ley resta­

bleciendo el sufragio uuivcrsal, y el gobierno ob­tuviera su disolución, lo primero que haría en las próximas, sin duda, sería presentar el proj^ecto de reforma de la Constitución.

«Incluida en ese proyecto la base del sufragio universa!, votada y sancionada, no era preciso desenvolverla en seguida en la ley electora! opor tuna. Esto último podría hacerse más adelanto, cuando fuese á espirar la vida de las nuevas Cá­maras. Lo que, en realidad, no alteraba esencial­mente el programa del mini.íterio, ni hacia otra cosa que adaptarlo á nuevas circunstancias dis­tintas de aquellas en que el gobierno del Sr. Po­sada Herrera se formó.»

¡Oh, loca fantasía, Qué palacios fabricas en ei viento!....»

Y si no, lo que dirá Sagasta: 1 ¡Lástima grande

Que r^ sea verdad tauta bel!eza!«

gobre dimisiones. Loemos-«La cuestión de las dimisiones está siendo ver­

dadera manzana de discordia entre laS huestes fusionistas.

«Los diputados que no tienen empleo no so ocultan para censurar duramente la conducta dfe los que, teniéndolo, no dimiíeü; ¡os que lo tienen hacen oídos de mercader á semejantes indicacio­nes, aunque sean tan contundcSites y vivas como las hechas, según cuentan, no há mucho por el Sr. Abascal á un director del ministerio de la Go­bernación, que eu mal hora fué á consultar el caso al Sr, Sagasta en ocasión en que acompañaba á este último el ex alcalde de Madrid.»

¡Jesús! ¡Hasta Abascal dando lecciones do dimitir!

Pueó, muchacho, apaga la luz y vamonos.

Ei aumento de sueldos en el ejército. Cuentas ajustadas por El Dia á López

minguez: Do-

PBSETAS.

A los coroneles se aumentan 603 pe­setas anuale-!, y dado su número, aumentarán sus haberes en unas.. 383.300

A los tenientes coroueles se aumen­tan otras 690 pesetas, exigiendo esto 502.200

Los comandantes tendrán 200 pesetas más, y el coste total se subirá en. . 691.320

Los capitanes, de SJC¡30 pesetas pasan á 3.500, aumentando en total sus haberes 1.753.150

Los tenientes á quienes se aumentan otras 500 pesetas, costarán uuas . . . 1.075.625

Y los alféreces, cuyo sueldo sólo se eleva en 150 pesetas 558.445

En total 4.944.040

«Si á esto se agrega lo que aumenta el haber de las clases y tropa, el ministro de la Guerra nece­sitará para aumento en los gastos de personal 7 ó más millones: ¿de dónde va á salir esta cifra?»

Qué simpleza, ¿de dónde ha de salir? De donde sais todo. De seguro que no saldrá del bolaiUo del Sr. Ló­

pez Domínguez ni del de su tio.

De El Qloho: '"'"" «Za Union se parece á CSÚS damas de novela quo

han tenido un vastago, fruto de amor ile¿dtimo, y que.lo tienen muy oculto. Pero que luego que ven alguna gracia de su nene, no pueden conte­nerse, y se descubren.

«La conducta del Sr. Romero Robledo en la co­misión del Mensaje, ha entusiasmado á La Union, la cual, encantada, dice:

' Lo entiende el Sr. Romero Robledo negándose ahora á presentar por su cuenta voto particular.

' El rompimiento entre fusionistas ó izquierdis­tas basta y sobra para que los próximos debates sean, no ya una b:italla, tiao una gran campaña.

' Ki voto del Sr. Romero Robledo hubiera podi­do acci car un poco á los que ya son 'adversarlos implacables, y á los conservadores les tiene cuen­ta que este encono se aumente y enardezca.'

«Pues todavía pudiera hacer otra gracia el señor Romero Robledo.

«Poner su firma bajo el voto particular de los Sres. Capdepont y Cañamaque.

«Y encoutraric así á la cabeza de la mayoría.» Que no haga eso, que no lo haga. Porque si lo hace, se van á acabar de volver lo

eos los mestizos. Y á sentar plaza en el escuadrón de los húsares. Y flojos que serian los sablazos que darían. Al Tesoro, por supuesto.

Ha regresado de su larga excursión por el extranjero, después de haber pasado una tem­porada en Venecia, al lado del Sr. Duque -da Madrid, nuestro distinguido amigo el señor marqués do Cerralvo.

Sobre Í.1 mismo asuüto dice La Ileria: «Hoy so repartirán IhB citaciones para la sesión

de niLúaua. «So leerá el dictamen de la izquierda. «Y el miércoles se leerá el dictamen do nuestros

amigos, «En estos dias llegarán á Madrid casi todos los

diputados de la mayoría para dar su voto al dic­tamen do los Sres. Cañamaque y Capdepont.

«La votación será importantísima, y el partido liberal, contra lo que proponía la izquierda, sé manifeatará más unido y más compacto quo nunca.»

Es natural, porque espera el poder. Poro como López Dommguoz pudiera enseñar

el decreto do disolución, así, á media luz, ya ve ríaaos á qué se reducía ¡a unión y la cohesión de que habla La Iberia.

Rueda por casi todos los periódicos el siguiente suefucho:

«Circula el rumor de que on un breve plazo el Sr. Nocedal, par excitación propia y fundáudoso en motivos de talud, será relevado del cargo que ejerce de representante de D. Carlos, siendo pro­bable que le sustituya una junta comp, esta de tres ó cinco personas para que se encargu^ de la dirección d-ül partido carlista, en visia de jue la designación de una sola persona ofrecería graves iiiconvenientcs.

«Por supuesto, que en la junta no entrará nin­gún mestizo.»

Todos los Santos tienen octava; pero, por lo vis­to, los Inocentes han tenido este año octava y media.

Soñaba el mestizo que veía, y.-... nunca vio. La salud del Sr. Nocedal, como su jefatura, goza

un estado tan satisfactorio, como es poco tranqui -lizador el de los rebeldes y los mestizos, autores de tales paparruchas.

Porque uiíos y oirás, los mestizos y las papar ruchas, continúan perpetuamente en su farma­cia, esto es, en su manicomio.

Alegrías del presidente del Consejo: «El Sr. Posada Herrera no ocultaba ayer á na­

die quo habia salido muy satisfecho de su entre­vista con el rey.

«A un íntimo amigo suyo le dijo hablando de la ruptura:

—«La mansedumbre do que he dado muestras hasta ahora, mo autoriza para ser enérgico é in­transigente en lo sucesivo.»

¡Enérgico! ¡Intransigente! ¡No es nada lo del ojo!

Pero ya ora hora.

Contestación de La Fé. Convicta y confesa de colocar suscriciones so-

bic los fondos del culto divino, se descuelga doña Marta el lunes con lo siguiente:

«Volve.'Tios á la letra bastardilla, porque, hom­bres de palabra, habiendo dado la de que no se­guiríamos discutiendo con SL SIGLO FUTURO mien­tras este periódico no za comprometiese á trans­cribir ínteg-ras nuestras contestaciones, nos eeti-ramos el sábado de la polémica.

«Otra razón tenemos para recurrir nuevamente á la letra bastardilla. • «El que la vea ya sabe que puede saltar por ella si no quiero enterarse de lo que nos dice En SIGLO FUTOHO.

»Ri cual no copia el sao.".do .sino retazos de nuestro artículo díd vieruc.- ííri-.nño': .<;egun el co-leíja), pero sólo los rcfeicutes al asunto de las sus­criciones servidas por orden del venerable señor Arzobispo de Valencia.

«Dice que tiene razón en todo y por todo contra nosotros; califica nuestro artículo de despechado; dice que hemos querido dar á nuestros lectores un iro'inazo de inocentes; nos compara con las orugas; nos declara convictos y confesos de halerpiiblicado, aunque inconscienter/iente, herejías; nos llama orgu­llosos, y en la edición grande, no en la cMca,'ími-ca que tenemos ahora á la vista, iu.siste en que; por querer convertir á los carlistas eu conserva­dores überíd-ü.s, por querer dividir al partido car­lista, por díscolos, por rebeldes y por destempla­dos, merecemos cuanto so ha dicho contra nos­otros, cuanto se dice y cuanto se dirá.

«Y nada más. ».avísenos cuando so canso de insultarnos y se

decida á copiarnos. «Entonces hablaremos. Hasta entonces puedo

despacharse á su gusto.» Ya comprenderán nuestros lectores lo que sig­

nifica toda esta prosa. Significa que doña Marta se sale del diámetro y

se escapa por la tangente. Guardándose, por supuesto, los susodichos

fondos. Que así los soltaría eil-i como un ojo de la cara. Muy bien. Pero no se dirá que no ha tratado el asunto con

habilidad y maestría. ¡Jesús! Ha dicho más de lo que la opinión que­

ría saber. Hoy se despide, diciendo para remate de fiesta: —¡Si no tongo habilidad, nadie me neg;>rá que

tengo HABILITADOS!! Amen.

Ya decíamos nosotros: —¿Como será que doña Cleofé (La Union) no ha

tomado parte en la cuestión de los fondo.s del culto divino, siendo tamhien otro de los periódi­cos HABILITADOS para tratarlo?

Y hó aquí que ol luucí, jugat^do por tabla, en un suelto de política extranjera se descuelga di­ciendo con la suavidad de un mamífero que lame:

«EL ASUNTO DE «I-E MONDB.»

«La prensa intesra de Francia sigue descar­gando furiosos golpe.=! sobre nuestro excelente co­lega Le Monde, porque M.Boudón, preMdente fre-neral de la Sociedad de San Vicente de Paul. Monseñor Hulst, Rector de la Universidad catóhca de París, v M. "Chesnelong v M. Kcller dirigieron un llamamiento á los Obispos do Francia en su favor. ¡Ahí es nada, que personas tan eminontef, y distinguidas se interesen por un buen diario católico! Se hubiesen interesado por un diario He­terodoxo, y seguramente hubiera alborotada me­nos la prensa integra de Francia.

«¡Qué enseñanzas más elocuentes!» ¿Y qué quiero Vil. decir con esto, seor mestizo? ¿Quiere Vd. decir que los fornica del culto Ai'ñ-

no fres sacra) debcm distraer.^e de su objeto y em­plearse en sostener periódicos como le Monde 6 como los de acá?

Pues dígalo Vd. de una vez, y estaremos al cabo de la calle.

Y acaso, acaso, conseguiremos que le salgan a usted los habilitados respondones.

Pero La Union no estaba de humor seguramen­te para esta clase de cuestiones, porque anticipán­dose al Carnaval, atraen su atención otra clase de jolgorios.

Por otra parte, los TiaUUtados no deben portarse con ella con tanta esplendidez como con doña Marta, cuando ha lanzado á la calle el siguiente prospecto, ad-oeríencia, 6 oosa wú.

Dice: «Á KCüSTKOS SUSCRITORES.

«Agradecida La Union al favor que la dispensan SUS constantes favorecedores, realizará en su ob­sequio el año de 1884 las siguioutes mejoras en su parto editorial.»

¡Agradecida al favor de sus favorecedoresl.... Por lo visto, la leng a mestiza es de aquellas

que nunca progresan. Siempre oitá mechada. Y si no, lo del intento intentado del otro, del de

marras, del biógrafo de D. Fabián de Miranda. Pero'prosigamos. Colocando aquí el cajista una pleca chiquita,

para ver si so nos pasa el hipo.

Veamos cuáles son las mejoras siguientes. Dice La Union: «!.' Con la colaboración de ilustres» (daie lustre

ó charoles) «escritores católicos. La Union se pre-mete tratar á fondo y con la oportunidad que la índole de un periódico reclama, todas las cuestio­nes sociales, científicas y literarias que dividen y apasionan la opinión pública, siendo estos asun­tos» (untos) «los que han de ocupar, con preferen­cia á los meramente políticos» (pues ya se ve que sí) «las columnas de nuestro diario.

»2.' La amistad y el desinterés de gran nu­mero de publicistas y editores católicos amigos de La Union, oerinitirá á esta efrecer á los suscrito-re; que piíntualmente salden sus compromisos y renueven por un trimestre eu suscriclon den­tro del año próximo, grandes ventrjas para la adquisición de« [f-aijel vicio, popel por arrobas, papel sin salida, COMO dijo tiElFéaix» ciíando publicó un pros­pecto iocoso para hacer luda de La Fé y de La Cruz) «todaK sus obras.

«Oportunamente publicaremos una lista de es­tas j-'de jo.'í precios á que pueden adquirirlas nues­tros suscritores.»

Hasta aquí regular. Pero sigan Vds. poniendo oído á la caja. Y descansen, con el auxüio de otra plequita,

para tomar aliento.

Continúan las mejoras: «3.' Desde 1.° de año empleará nuestro perió­

dico una nueva fundición» (¡boom, boom!) «y mejo­rará las tintas» (¿las tintas? ¿Si querrá emplear la de calamares?) «de imprenta, con lo cual ha de resul­tar más clara y fácil su lectura.»

Naturalmente. «4." Desde esa misma fecha empezará á publi­

car en folletin una interesantísima relación del principe do los novelistas ingleses, Carlos Dikens, esmeradamente traducida para nuestro periódico por un distinguido publicista católico.»

¡Carlos Dikens! Escribe muy bien^ con efecto; pero ¿no ea pro­

testante? Mas ya caemo,9 en que todavía no so han des­

echado los proyectos de las alianzas católico lu­teranas.

Adelante con los faroles, digo, con las mejoras.

Añade La Union-: «.La Union, completamente d6»lig«d«*<«*i^*

^K/O» (W es floja la ^ariidaj, «y aun de todo Ínteres

V

Page 3: El Siglo futuro. 2-1-1884, n.º 2.635

fflÉftCOLES 2 DE ENERO DE 1884 EL SIGLO FUTURO MIÉECOLES 2 DE ENERO DE 188 4

político, como siempre lo ha estado» (¡pues!). «cuenta, á Dios gracias, con el favor síeraprc cre­ciente de numeroso.1 (oio) «público, que ve en este üiario un defensor desinteresado» (¿y loa fia-lüitados?) «de la verdad católica, y de los derechos de la Iglesia; y para seguir mereciendo ese favor, no escaseará ning-un género de esfuerzos ni de sa­crificios.»

Atención, Manuel Botón. Sigue diciendo: «Únicamente ruega á sus suscritores, con el

mayor encarecimiento, que pesen y consideren esos sacrificios, gracias á ¡os cuales es La Union el periódico católico mejor informado» (ado) «más ameno» {co»tó que escribe en él nn marqués de ese tí­tulo, con sil Valle y lodo) «y m i s barato de cuantos se publican en España y correspondan a nuestros desvelos, cumpliendo puutuulmente sus compro­misos.»

En suma, el periódico do las tres B B B. Bueno, bouiío y barato. ¡Horror! ¡Y hay todavía católicos que no lo

quieren ni de balde! Ni aunque so le metan por los ojos los intere-

sadcs. ¡íntegros crueles! iPahnípedos tozudos que no saben lo que es un

caramelo! Ei reclamo termina con esta amenaza feroz: -La administración de nuestro periódico, á la

vez que atenderá tí>da observación ó reclamación justa y prudeníti, se propone ser INEXORABLE con los suscritores morosos, girando, si preciso fuere, contra ello? i l importe de las cantidades por 1 ¿ que se bailen en descubierto »

Nafa de contemporizaciones con los golosos, digo con los morosos.

¡Inexorables! Y á girar. Pero ¡ay! doña Cieofó que con los giros suele

suceder lo que con k s tagarninas del estanco. <? en vez de ser uno el fumador es el fu-

Y si todos los giros pudieran dar los frutos que los que se disparan contra los haiilitados

En fin, doña Cleofé, que el prospecto apro Teche.

Como si fuera escabeche. Que no es flojo el que se hace en el de la lengua

y del sentido común.

BEViSTA EXTR&HJERá El Vaticano y Rusia .

Un despacho venido de Roma nos hace recor­dar hoy tristes comentarios, repetidamente he­chos á los actos benévolos de ciertas cortes euro­peas para con el Sumo Pontífice, comentarios en que hemos insistid(i,vVinicndo el tiempo á dar­nos la razón por el prurito de una prensa católica y papista epuivoca, para la que nunca hay ocasión de elogios sino en honra de los grandes poderes civiles, siempre dispuestos en su sentir a conci-liarse, facilitar inteligencias por medio de conce­siones y allanar obstáculos en el camino de una paz politico-religioaa, sQÜda y amplia.

Dice así el despacho: «M. Bontenief ha sido nombrado ministro de

Rusia cerca del Vaticano. Se considera este nom hramiento como prueba da las buenas relacio­nes que existen entre el gobierno de Rusia y el Papa.»

Esta comunicación ha venido precedida de otra, inserta en la Gertnania, periódico alemán.

Decíase en ella, que en una audiencia dada en Gatchina por el czar á sus ministros, se habla e s ­presado en estos términos: «Deseo que nada se haga por donde pueda venirse á un áesacuerdo con el Vaticano. Deseo fortificar la buena inteli­gencia con Roma creada por el reciente concorda­to, y nombrar un ministro plenipotenciario cerca de la Santa Sede.»

De manera que, sin pérdida de tiempo, se ha visto sancionada aquella expresión categórica de una política prudente puesta en labios del czar, emperador y papa cismático, cuando países cató­licos hay en que, años hace, se ha roto toda inte­ligencia con la corte pontificia.

Ahora bien, hé aquí algunas lineas, tomadas de una correspondencia directa de San Peterabnrgo:

«Desgraciadamente tengo que daros pocas no­ticias favorables de la aplicación del nuevo con­cordato con la Santa Sede Apostólica.

«Apenas instalados los nuevos Obispos, experi­mentan y a dificultades que atribuyen á la mane­ra estrecha con que el principe Cantacuccno, di­rector de Cultos extranjeros, interpreta las volun­tades del emperador. Hasta corre el rumor de ha­ber sido desterrados varios Obispos.

«Quiero suponer, prosigue el corresponsal, que haya exageración en los términos de la noticia; pero no dejará de ser verdad que, algunas sema­nas há, se aconsejó al Obispo de Vilna que hicie­ra un viaje al extranjero, y, si no estoy mal in formado, consejos análogos se han dado también al Obispo de Lublin y al Arzobispo de Varsovia.

»Eit San Petersburgo mismo, los reverendos Padres Floes y Genier, del orden de Santo Do­mingo, se han visto forzados á dimitir sus cura­tos austríaco y francés de Santa Catalina. No qui­sieron conceder el permiso de predicar en su igle sia á un ex-canónigo, privado de las funciones eclesiásticas, que con sus acusaciones había mo­tivado la clausura de un seminario y varias igle­sias, pero que está fuertemente sostenido por ele­vados funcionarios rusos.

Pero, aún hay algo más que puede servir para glosar oportunamente el singular despacho remi­tido por la Agencia Pabra.

Un año justo hace de la celebración del con ve nio entre el Vatic&no y Rusia, que firmaron el Cardenal Jacobini y M. Boutenieff, el mismo per­sonaje que ahora se supone nombrado ministro de Rusia cerca del Padre Santo. Y aquel acto, en cuyas circunstancias esenciales como en sus fu turas contingencias nos ocupamos durante seis meses sucesivos, nacia de razones especialísimas que necesitamos y debemos recordar.

El punto importante que movía al Gabinete do San Petersburgo á mostrarse benévolo, con aplau­so de los habituales aduladores, estaba en los sub­ditos católicos polacos del czar y en los celos de Austria y Alemania.

Porque, en efecto, los católicos rusos son, en su mayoría, polacos, y en aquellos momentos era incontestable que la cuestión polaca salla rápida­mente de un sopor de veinte años, para desempe­ñar nn papel importante en el nuevo conflicto de que, temprano ó tarde,-será teatro el Oriente, y, según todas las probabilidades, so extenderá desde el Báltico al mar Egeo.

El antagonismo de los tres autores del desmem­bramiento les lleva á bascar auxiliares entre las víctimas de sus ambiciones coligadas.

Prusia querrá oponer, decíamos, una Polonia reconstituida bajo su protección, y sometida á sü influencie, como un dique insuperable á las olas moscovitas..

Austria aspira á reunir las provincias constitui­das en reino por el tratado de Viena con Gaíi-zia, cuyos habitantes ha logrado atraerse por un légimeu suave y apacible.

Rusia, en AD, principal heredera de los antiguos jagetones, procura seducir, por los encantos del parentesco do raza y el idioma, á ios subditas po­lacos de sus copartícipes, y se dedica sobre todí' á reconquistar l:¡s simpatías delosgaliciñnos, cuya animosidad contra ella desentona sobs pura con sus poderosos congéneres, en el unííono de hia simpatías da lo;- subditos eslavos do la corona de Austria.

En una palabra, concluíanlo', cada uno de los tres imperios se apresta en la presento hora, á jugar, por cuenta suya, la carta polaca, luego quo llegue el momento; y podrá ser que el mismo rei­no, c^iusa de reunirse en el último siglo las tres potencias del Norte para una obra común do ex­poliación, se convitrta en manzana de discordia por la que vengan á las manos un dia los tres asociados,

Ahora bien; después de un año de extremada actividad, empleada por el ministro ruso, Giers, en preparar el desenlace del drama político mili­tar, de tantas maneras anunciado en Oriente y Occidente, es cuando M. Bouneticff reaparece en Roma, para colocarse con sci-iedad al lado del Pa­dre Santo, y agotar sus bondades con el Catoli­cismo, siquiera se traduacan por disimulados des­tierros de Prelados ó por separaciones de curas que, demás de injustificadas, son ofensas gratui­tas y directas á la Religión.

Dejamos, pues, al buen sentido de los que están al cabo de la crisis amenazadora porque Eu"opa pasa, el apreciar el valor y significación del últi­mo acto del emperador ruso.

No detallaremos las múltiples causas fáciles de señalar á su conducta; pero, aunque como la úl­tima quizás de ellas, marcaremos la que (estúpi­damente se supone) consigna en las.siguientes lineas el periódico romano L-Ilalia.

Analizando el discurso prenunciado por el Su mo Pontífice en la víspera de Navidad, dice:

«Hay motivo para preguntar si este lenguaje significa una amenaza terminante contra Francia.

»Si así fuera, resultarían confirmadas, en cierto modo, las suposiciones nacidas de la visita del príncipe Federico Guillermo al Vaticano.

»E1 Papa habrá querido decir á Francia: Os ha­béis entregado á la revolución y me hacéis la guerra, cuando yo deseo la paz; y esa paz me la ofrece Alemania. No extrañéis, por tanto, mi amistad con Alemania, puesto quo ella reconoce mi influencia social, le rinde homenaje y no con • sidera como soberanamente maléfica una misión divina.»

Estupendo modo do discurrir es este, sin duda, después que se conocen las palabras del discurso: «Hoy no faltan signos de un porvenir peor,» y cuando, enseguida de recibir á un príncipe lute­rano, León XIII hace una alusión á Lutero tan poco á propósito para facilitar el acaerdo con Ale • manía.

Pero, Ra'sia, como Francia lo ha mostrado visi­blemente con la aturdida conducta de su embaja­dor cerca de la Santa Sede en los momentos pre­cisos de hallarse en el Vaticano el príncipe impe­rial, hapodido preocuparse con eventualidades que no ha meditado bien; pero cuya sola probabilidad es masque sufi-ciente motivo para proceder como lo ha hecho, ó sea: que el mes de Enero de 1834, ha­blando de los imperios centrales de Europa, no es ni mas ni menos de lo que era el Enero de 18SS, cuando se celebraba el convenio con la corte ro­mana.

L a solución enigmática. La Agencia Fabra nos decía desde París el 31

del mes anterior: «El presidente del Consejo de ministros, señor

Ferry, tiene el propósito do peair muy en breve á las Cámaras la revisión constitucional.

»Se asegura quo el proyecto que al efecto pre­sentará ei gobierno, tiene por principal objeto la supresión de los senadores vitalicios y el resta­blecimiento del escrutinio por lista ó por grandes circunscripciones para la elección de los dipu­tados.

jiAsegürasc que las derechas están dispuestas á aceptar lo último.»

Estas noticias vienen ampliadas por el Soleil, que dice:

«Una palabra grave fué pronunciada ayer en la tribuna por M. Julio Ferry, palabra arrojada en medio de una discusión especial y de presupues­to, palabra que ha sido origen de un animado incidente parlamentario.

»E1 presidente del Consejo anunció que el pró­ximo año de 1884 ¡o sería de reformas constitu­cionales, y, como salieran de loa bancos muchas aclamaciones, gritó en voz alta: «No me dirijo á los que quieren la revi.sion, sino á los que la quic-len con sinceridad.»

»El país está, pues, advertido, prosigue el So~ leu. El Gabinete de 24 do Febrero prepara para la venidera legislatura una proposición de revisión oportunista y autoritaria.

«Todo indicaba ya que el año 1884 será el año para las pi-epai'acioaes de la solución, si no es que él mismo trae la solución que será muy distiata de la que se sueña en el Elíseo.

»¡Est-emo3 listos, por lo lauto, para toda acon­tecimiento!

«Muy bien, dice otro diario parisiense; pero ¿cuenta el Sokil prepararse para todo aconteci­miento con las operaciones aritméticas del comi­té reformista? ¿O es, tal Vcz, con la política do os­curecimiento y mutismo quo aconseja al señor conde de París?»

No sin razón, por lo quo vemos, se acoge, como sospechosa, s.; d i v a ' g a y se discute la escapada del Kronpriiti hacia Sevilla y su ligera excursión á Sanlúcar; si bien se florea el caso, y en punto á consecuencias, se va más allá de lo quo todavía es permitido en uu scütido y en otro.

Ei rey Milán. Este joven príncipe ha entrado en la plenitud

de la conservaduría luterana. Agotada la ma.tüú&fusilails, ssgan las instruc­

ciones recibidas en Ilomburgo, el monarca alia­do ha dirigido un manifiesto á su ejército ter­restre.

Dale en él las gracias por su adhesión á la fami­lia real, y por la bravura y perseverancia del sol­dado eñ el cumplimiento de sus deberes para con el rey y la patria

Que en ese documento no se miente á Dios, puede pasar. Pero ¿y la libertad?

Está encerrada en los fusiles, y así no es de ex­trañar la sensación que se dice p;-oducida en las comarcas balkánicas por la alocución del monar­ca servio.

Los ii 'refientistas. Se confirma el hecho trasmitido por la prensa

vienense y, al relatar el cual, declaraba un diario tener los irredentistas toda la audacia y la inicia­t iva de las sectas mejor constituidas y más peli­grosas.

El conde Taaffe, presidente del Consejo del imperio austro húngaro, ha recibido, en efecto, con la dirección del Fascio de la, democracia, la su­ma de 1,S80 francos, total de uua suscricioü á cin­

cuenta céntimos, abierta para indemnizar á Aus­tria de, los gastos judiciales y de policía ocasiona­das; ' la miíma i)or los irredentistas.

En la nota t s , ecificada ¡le esa;) iiivorsioncí!, se i:¡el;;;a una pjrtiib,^ por: Egastos de la ejecución de Obardauk.»

El conde de Taaffe devolvió esta suma al conde de Robdant, embajador do Italia cerca del empe­rador Francisco José.

Y, en fin, el coude do Ludolf, embajador de Austria en Roma, dio explicaciones al ministro Mancini sobro ese mismo asunto.

El Brasil y el Urrsgaay. Cuando más cornados estábamos, al finalizar

el mes de Noviembre, en la terminación de las dificultades nacidas por la cuestión de Paso Hon­do entre ei imperio y la república oriental, vinie­ron á sorprendernos nuevos despachos, de quo di­mos cuenta, por los cuales se .alteraba completa­mente el estado de las relaciones entre los dos pueblos vecinos, y gracias podrían darse, si de ello no naciera el grave conflicto por tanto tiem • po anunciado, por tantas razones temido, y para el cual se habia preparado el Brasil con mucho tiempo y grandes medica que, en nuestro pensar, dejaban al Uruguay pocas esperanzas de un re­sultado favorable, si, no quedando ya recursos en la diplomacia para un nuevo aplazamiento, esta­llara la temida guerra.

Mas, para bien do ambas naciones, por tanto tiempo agitadas en lucha sorda, la tranquilidad del mes de Noviembre ha reaparecido, alejándose por lo que vemos, de manera definitiva el tor­mento de vicisitudes angustiosas tan influyentes en la vida interior y exterior.

Hé aquí el telegrama que anuncia la buena nueva:

«Moí TEViDEO, 6.—Según declaración del diario oficial de hoy, ayer fué terminada definitiva mente entre el gobierno uruguayo y el empera­dor del Brasil) la discutida cuestión Paso-Hondo.

«Agrega el mismo que las dificultades con el vecino imperio, procedentes de este asunto, han desaparecido. Y según datos particulares, asegu­ran que en el convenio se ha retirado la cláusula por la cual el gobierno brasileño pedia la inhabi­litación para que el comandante Joaquín San­tos ptidiera volver á formar parte del ejército oriental.

«Aseguran también que el incidente de las cua­rentenas ha íacUitado un próximo arreglo.»

Hecapcioues de año nuevo. Llamamos sobre ellas la atención por la impor­

tancia política que esos actos tienen en 1884, des­pués del ya célebre viaje del príncipe imperial tudesco por el Mediodía de Europa.

En el Elíseo. El Nuncio de Su Santidad, como decano del

cuerpo diplomático, presentó á éste al presidente de la república, dirigiéndole un breve discurso, concebido en estos términos:

«Felicitóme de tener por segunda vez el encar­go de dirigiros la palabra en nombre del cuerpo diplomático, con motivo de la solemnidad del dia.

«Conocéis muy bien los sentimientos del cuer­po diplomático para que yo tenga necesidad de detallar los votos que hacemos todos por la felici dad de Francia y por vos personalmente.

«Dignaos recibir la expresión sincera de ellos.» El presidente de la república contestó así: «El cuerpo diplomático sabe desdo hace mucho

tiempo la alta estimación y simpatía que me ins­pira, y, por lo tanto, estaba do antemano seguro del placer que yo sentiría al recibir sus felicita­ciones, tan bien expresadas en nombre suyo.»

En el Quirinal. E) rey recibió á los presidentes de las Cámaras. El Sr. Farini recordó al rey Humberto las pala­

bras históricas pronunciadas por el rey Víctor Manuel en 1859 contestando al grito de dolor de Italia: «El ideal de mi padre está realizado. Italia, una é independiente, marcha liácia el porvenir bajo los mejores auspicios.»

El representante de Alemania, Sr. Kendell, en­tregó al rey una carta autógrafa del emperador Guillermo.

En Berlín. En la recepción verificada en el palacio ímpe-

ri.il los representantes de las potencias felicitaron al emperador con motivo de la solemnidad del dia.

El emperador dirigió á todou palabras afectuo­sas. Conversando con algunos generales lo verifi­có en los mismos términos, sin hacer ninguna alusión política.

Egipto y Sudan. El Daily News decía ayer que han sido intercep­

tadas varias cartas del falso profeta del Sudán. Añade, que en ellas se confirma la intención de

oste de invadir todo el Egipto. Según noticias telegráficas de aquel país, la in­

surrección se ha extendido á lo largo de la costa hasta Kosscir.

Entre Suakin (puerto del mar Rojo) y Seneat, se hallan más de 20,000 rebeldes armados.

La situación de Egipto es cada vez más grave, á pesar de los despachos optimistas que ha publi­cado el gobierno del Cairo, pues aumenta cons­tantemente el número do partidarios del mahdi que acuden á engrosar sus filas.

Nihilistas rjisos. Según noticias de la frontera de Rusia, los nihi­

listas continúan anunciando, por medio de anó­nimos é impresos clandest nos, nuevos atentados contra altos personajes.

Los verdaderos autores dol asesinato del jefa de la poiicía secreta, no lian sido descubiertos aún-

Til t^^mk^

Dublin. S.—Ayer ocurrieron gravísimos desór­denes en Dromoro (Irlanda) entre orangistas y católicos.

Más de 20,000 de aquellos, después do recorrer procesioualmento las calles, atacaron á un grupo de unos 2,000 católicos.

La policía y toda la tropa do la guarnición acu­dió á restablecer el órd n, viéndose para ello obli­gados á prohibir la circulación por la vía pú­blica.

A consecuencia do esto, ambos bandos ncorda -ron celebrar meetings fuera de la ciudad, y consi­derables fuerzas de caballería y do infantería im­pidieron con gran trabajo que los dos partidos trabasen una verdadera batalla.

Uu joven que intentó resistir á la fuerza pública fué herido gravemente de un bayonetazo.'

Londres, 3 . — El Daily-Telegraph publica un despacho de Viena fechado ayer, diciendo que, según noticias de San Petersburgo, el czar tiene el propósito de crear un nuevo ministerio, que se denominará de Come rcio.

Añade que dicha cartera se conferirá al general Ignatieff.

La edición de esta mañana del Standard inserta uu despacho del Cairo, según el cual el gobierno otomano, tan pronto como tenga noticia de la aparición del Mahdi delante de Khartum, tomará una resolución sobre el envío de tropas turcas á Egipto.

Esto, no obstante, añade el Standard, que cua­lesquiera que sean los acontecimientos, la Puerta abriga el propósito de iio mandar ni un solo hom.-bre al Sudan.

í kaOÍBIDOa ' i . ÜLTÍMA H03A.) Roma, 1.°—En breve saldrá para Madrid el ba­

rón Blanc, cuyo nombramiento de ministro de Italia cu esa corto fué firmado ayer por el rey Humberto.

l,inávm, S.—Loa periódicos americanos sostie­nen que no existe epidotnia alguna en el ganado de cerda de los Estados-Unidos, como pretenden algUBGs europeos al imponer prohibición á la im-poriiicion do las carnes saladas.

En prueba de ello citan el dictamen facultativo de una comisión nombrada por el ministerio de Agricultura de Washington negando la existen­cia de la epidemia.

Par i s , 2.—Ayer llegó á esta capital el embaja­dor de Siam.

Las colonias extranjeras en Francia no ocultan el disgusto que les ha producido la medida adop­tada por la compañía de la gran fábrica de ma­quinaria del Creusot, de no admitir en sus talle­res ningún obrero extranjero, á fin de proteger á los franceses.

A consecuencia de esta resolución quedarán sin trabajo centenares de trabajadores italianos, in­gleses, suizos, etc.

Es de advertir que dicha fábrica exporta sus productos en grande escala al extranjero, part i­cularmente á España, donde hay mucho material de ferro-carriles procedente de la misma.

Bubli."!, 2.—Los orangistas de Dromnso, des pues do las escenas tumultuosas telegrafiadas an­teriormente, reuniéronse de nuevo y atacaron con gran furia á los católicos, resultando upa ver­dadera batalla campal á palos, á pedradas y á t i ­ros de rewolver.

La caballería y la infantería de la guarnición no tuvieron más remedio que cargar sobre los combatientes para restablecer el orden.

Hay muchos heridos, tanto de' uno como del otro bando.

Los ánimos están muy sobreexcitados en Irían da á consecuencia de este suceso, temiéndose la reproducción de hechos anáogos en diversai ciudades de la isla, donde es implacable lar ivals-dad entre el partido nacional y los orangistas.

DE CALAMIDADES. Ha sido saqueada la iglesia parroquial de Ma-

liaño, según dicen de Santander. Los ladrones se apoderaron de alhajas, objetos del culto y algún dinero, habiendo tenido que barrenar la puerta para llevar á cabo el sacrilego delito.

Al regresar anteayer á su cuarto uno de los csn-flnados en el penal de Tarragona, se arrojó sobre uno de sus compañeros que á la sazón dormía, infiriéndole heridas con un compás, y dirigién­dose después contra otro, hizo lo propio que con el anterior. En seguida el agresor volvió contra sí el instrumento, infiriéndose más de veinte he­ridas en la tetilla izquierda, sin que consiguiera suicidarse; y al verse acometido por los cabos quo intentaban sujetarle, se arrojó al centro del dor­mitorio desde una altura de cinco metros.

El agresor y sus dos víctimas fueron conduci­dos á la enfermería en grave estado.

: « . NOTICIAS ÜPICIALES.

La Gacela de ayer contiene las disposiciones si­guientes:

PRESIDENCIA DEL CONSEJO DE MINISTROS.—Real decreto, admitiendo á D. Eduardo León y L l e r e -na, la dimisión del cargo de consejero" de Es­tado.

MINISTERIO DE GEACIA Y JUSTICIA.—Nueve reales decretos, referentes á personal de la magistra­tura.

MINISTERIO DE LA GUEHKA.—Reales decretos, au­torizando al director general de artillería para la adquisición, con destino á la fábrica de Trubia, de vari.iS máquinas y aparatos.

MINISTERIO DE MARINA.—Reales decretos, dispo­niendo cesen en el cargo de comandante general del apostadero de Filipinas, el contralmirante don JuséMontojo; en el de comandante general de la escuadra de instrucción, D. Luis Bula, y en el da mayor general del departamento de Cádiz, don Francisco de Llano; y noiubrando comandante general del apostadero de Filipinas al contralmi­rante D. Luis Bula, y comandante general de la escuadra de instrucción, al de igual clase D. Fran­cisco de Llano.

MINISTERIO DS HACIENDA.-Reales órdenes, re­solviendo dos expedientes instruidos á nomore de D. Florentino Temes el uno, y del patronato de la corona el otro.

La Gacela de hoy contiene las siguientes dispo­siciones:

MINISTERIO DE HACIENDA.—Reales decretos, de­jando sin efecto el nombramiento de delegado de Hacienda de la provincia de Baleares, hecho áfa­vor de D. Francisco de la Guardia, y nombrando para este cargo á D. Francisco Medina; vocales de la junta de aranceles y valoraciones, á D. José María Cornet y á D. Tomás Labiano.

MINISTERIO DE LA GOBERNACIÓN.—Real decreto,' nombrando vocal del Real Consejo de Sanidad á D. Pascual Candela y Sánchez.

MINISTERIO DE FOMENTO.—Reales decretos, dis­poniendo que D. Ramón Galvaüon cese en el car­go de comisario de agricultura, industria y co­mercio de la provincia de Valencia, y nombrando para este cargo á D. Manuel Cuver y García.

PAGOS.—Dirección de la _Caja de Dqjósitos.—Eata. dirección general ha acordado los pagos que se expresan a continuación para el dia 3 de Enero próximo, de diez á dos de la tarde: INTERESES DE LOS DEPÓSITOS NECESARIOS EN METÁLI­CO PROCEDENTES DE -A TERCERA PARTE DEL 80 POR

100 DE PROPIOS.

Primer semestre de 1875 y anteriores, carp&tas números .5,148 y 49 de señalamiento.

Segundo semestre de 1873, carpetas números 4,913 y 14 de idem.

Primer semestre de 1876, carpetas números 4,604 á 9 de idem.

Segundo semestre de 1876, carpetas números 4,384 y 85 de idem.

Primor semestre de 1877, carpetas números 3,209 y 10 de idem.

Segundo semestre de 1877, carpetas números 4,087 y 88 de idem.

Primero y segundo semestres de 1878, carpetas números 4,058 y .59 de idem.

Primer semestre de 1879, carpetas números 4,ü2tí y 27 de idem.

Segundo semestre de 1879, carpetas números 3.922 y 23 de ídem.

Primer semestre do 1880, carpetas números 3,744 y 45 de idem.

Segundo semestre de 1830, carpetas números 3,623 y 24 de idem.

Primer semestre de 1881, carpetas números 3.488 y 89 de idem.

Segundo semestre de 1881, carpetas números 4,509 á 13 de idem.

Primer semestre de 1882, carpetas números 3,356 á 61 de id.

Segundo semestre de 1882, carpetas números 3,168 á 76 de id.

Primer semestre de 1883, carpetas números 2,735 á 46 de id.

INTERESES DE EFECTOS DEPOSITADOS.

Dia 3.—Deuda amortizable al 4 por 100, carpe­tas números 1 al 100 de señalamiento.

Dia 4.—Deuda amortizable al 4 por 100, carpe­tas números 101 al 200 de señalamiento.

Dia 5.—Deuda perpetua al 4 por 100, carpetas números 1 al 100 de señalamiento.

BOLETÍNJEÜGIOSO Día 3.—San Antero, Papa y mártir . Sucedió al Pontífice Ponciano por unánime

voto del clero y pueblo esté glorioso Santo, hijo de Rómulo, griego de nación y profesor de vida eremítica. Lleno de pena al ver las persecuciones que sufrían los cristianos, se consagró á cuidar y conservar la pureza de la fé, juntándolos en los cementerios y catacumbas, y celebrando delante de ellos los divinos Oficios. Dispuso se escribiesen las actas de los mártires, y que fuesen custodia­das en los archivos apostólicos. Padeció martirio el 3 de Enero del año 229.

CULTOS.—Cuarenta Horas en las monjas Valle»

cas. donde habrá Mi.«a mayor á las diez; por la tardo preces y reserva. En ia real capilla Cuaren­ta Horas, continuándose, los días 4 y 5; á las once será la M¡?a solemne. En las Arrepentidas termi­na la novena de San Juan Evangelista, predican­do por la noche el Padre Antonio de la l;,'le9ia. Prosiguen las anunciadas, siendo oradores: en San Lorenzo, el señor cura, y en el Cristo de la Salud, D. José Pascual. Continúa el mes del Niño en San Ignacio. Y en San Pascual exposición del Santísimo todo el dia.

La Misa y Oficio divino son de la octava de Sau Juan Evangelista.

Visita de la Corte de ii/aría.—Nuestra Señora del Buen Consejo en San Isidro, ó do las Escuelas Piaa en San Antón.

. SáCEmL&S "El presente mes es aniversario de lo3 siguien­

tes fallecimientos acaecidos en igual mes del año pasado:

En Francia: Gambetta, general Chanzy y Gus­tavo Doré.

En España: D. Antonio López y López, primer marqués de Comillas, el 16 do Enero, en Barcelo­na; la célebre actrizMatilde Diez, en Madrid, t am­bién el 16 de Enero; el marqués de Salamanca, ea Madrid, el 21 de enero; D. Eugenio'García Raij!, en Madrid, el 27 de Enero.

Ayer atropello nn coclie Oliva á n n anciano en la calle de Preciados, y en la calle del Duque de Alba un coche Riper á una anciana, quedando ambos bastante lesionados.

En estos días fueron capturados varios beodos que en diferentes calles dieron vivas á la repúbli­ca. Anteayer lo fué en la de San Marcos un de­pendiente del Banco de España.

—También en el Circo de Price fueron deteni­dos ayer dos jóvenes que promovieron un fuerta escándalo.

Por igual causa fué detenido otro en el teatro de la Zarzuela.

Dicen de ValUdoUd que es t a l el frió que allí se ha dejado sentir estos días, que se ha helado el agua do las fuentes, viéndose precisados los veci­nos á poner lumbre en algunas de elhis para que se deshela.se y poder proveerse de tan indispaa-sable líquido.

O B S i i v A T O R I O DE M A D " » I D . Observaciones meteoroUk/icas del dia 1 . ' dt Entro

¿«1884.

HORAS.

6 m . . 9 m . .

12 dia. 3 t. . 6 t . . 9 n . .

ALTURA del

barómetro reducida 4 0= y en mülmets .

707'72 708 37 708'21 708' 12 708-37 709'39

TEMP." j humedad

del aire. TERHÓHEI-eO

Seco.

2 8 3 2 5'7 6 6 5 6 5'3

•ma-de-

cido.

2'4 2 4 51 5 0 5'0 5'2

DIRSCCION

y C U M á« TÍ9ato.

NE. . . . NE. . . . N E . . . . NE. . . . NE. . . . NE. . . .

———,-

Calma Brisa.. ídem. . Calma B." lig-Brisa.,

ESTAH

dtl

ciclo.

Cub.' C llu.» ídem. ídem. ídem. ídem.

Temperatura máxima del aire, á la sombra, 6 8 ídem mínima , , 0'8

Diferencia t . 6 * 0 Temperatura máxima al sol, á dos metros de

la tierra. . . . : 7'3 ídem id., dentro de una esfera de cristal. . 11'2

Diferencia 3'» Oscilación barométrica en las últimas vein­

ticuatro horas (milímetros). . . . . . t '7 En provincias la temperatura m u y varia, osci­

lando entre II* en San Sebastian, Alicante y Se­villa, y 5'bajo cero en Burgos y Valladolid. Los mares tranquilos; algún oleaje en Málaga y Bilbao.

Ayer llovió en Badajoz, Teruel, Córdoba, Sala­manca, Segovia, Barcelona, Gerona, Toledo, Avi­la, Guadalajara y Madrid.

Las lluvias son generales.

COnZAOION OFICIAL DSL 2 DS ENERO.

FONDOS PÚBLICOS.

4 por 100 Interiíjr. . . dem id. pequeños. . .

ídem id. fan corriente. . ídem Id. fin próximo. . 4 por loo exterior. . , , Deuda amortiz.—interior Carret.-Agost. 1852.-6 0[0 ídem de 9 Marzo ISíS. . Obr. públicas.-Julio 1 8 ^ Deuda del personal. . . Deuda amortiz. 4 por 100 ídem id. pequeños. . . Id. renta de A. de Cufea. Billetes Hipotec. de Cuba Ohlig. m u n i c , 250 ptas. B.* tíip.*-7 por 100. . . Id. del 8 por 100. . . . Id. ael 5 por 100. . . . Billeies Hipotec. 6 por 0[0 Acciones Banco España. ídem Banco de Castilla. ídem Hispano—Colonial. ídem Banco Agrícola. .

Cambios. Londres á 90 dif. . . ,

Habana P ierto-Rloo Manila

ÚLTIMOS

56 90 57-90 57-10 00 00 50-45 00-00 00-00 00-00 00-00 00-00 70-50 71-50 00-00 87-95 00 00 00-00

000-00 00-00 00-00

266-00 000-00 000-(K> 000-00

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LOTERÍAS

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3153 3193 3244 3447 3526 ^

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Page 4: El Siglo futuro. 2-1-1884, n.º 2.635

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25763 25864 25955 26017 26213 26434 26556 26714 26738 26827 26899 27031 27223 27311 27450 27520 27705 27806 27977

28096 28253 28394 28480 28599 28738 28843 28990 29012 29210 29328 29494 29624 29701 29869

25768 25901 25998 26055 26331 26447 26569 26719 26741 26839 26909 27070 27252 27330 27457 27536 27720 27815 27980

28164 28275 28399 28481 28617 28739 28893 28999 29031 29239 29346 29506 29538 29733 29911

25796 25909

26125 26343 26481 26579 26726 26766 26872 26918 27075 27291 27353 27466 27559 27727 27848 27985

28165 28279 28406 28513 28625 28759 28908

29115 29247 29361 29576 29641 29737 29915

25814 25926

26180 26363 26501 26615 26738 26786 26882 26947 27114 27293 27395 27479 27639 27756 27882 27987

28194 28280 28452 28548 28655 28785 28915

29191 29261 29375 29577 29658 29766 29948

25839 2592á

26203 26411 26514 26661 26741 26807 26891 26972 27119 27309 27406 27491 27646 27763 27950 27990

28211 28322 28459 28565 28677 28817 28923

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Esta bibl ioteca, fundada para resuci tar autores que nunca debieran haber caído en ol - • vido, en sus t res años de existencia, ha merecido las bendiciones de todos los Prelados y los plácemes de todos los amantes del saber . T i e n e divididas sus obras en dos seccio­nes: una castellana y otra latina.

En la sección castellana ha publicado: obras de F r . T o m á s de Jesús , 3 tomos; de Ma- ! Ion de Chaide, 2 t omos ; del P a d r e Ribadeneira , un t o m o ; del P a d r e Nie remberg , 3 t o ­m o s ; del F'adre Alvarado, 6 tomos ; del Padre Gnpiilla, 2 tomos; de F . de Quevedo, uu t o ­m o ; del P a d r e L a r r a m e n d i , u n t o m o ; del Beato Orozco, 2 tomos ; del Padre Rojas, un t o ­m o ; de F r . Diego de Estella, 5 tomos; de San Juan de la Cruz , 4 tomos; de Calderón de la Barca, u n t o m o ; de F r . Diego de Estella, 3 tomos y de F r . Juan In te r ian de Ayala , 3 tomos .

En la sección latina ha editado las obras del Padre Maldonado, 10 tomos; del Beato Orozco , 2 tomos ; del P a d r e Ludovico Lossada, 10 tomos ; del P a d r e Francisco Suarez, y 6 tomos de «Patrología Hispana,» P P . Saeculi IV .

Pa ra el año p róx imo t iene preparadas : «Libro de la imitación de Cristo Nuestro Se - ' ñor,* del P a d r e Arias ; «El Monserrate,» de Cristóbal de Virués; «La Retórica Cristia­na,» del Padre Granada; «Las Guer ras d é l o s Estados bajos,» por D. Carlos Coloma; «Las Misiones de la Compañía de Jesús en China y Japón,» por el P a d r e Guzman; Cartas de San Francisco Xavier» y «La guer ra del Palatinado,» por F ranco Ibar ra .

E n la secccion latina la cont inuación de la Metafísica del P a d r e Suarez . A b r e además una suscricion especial para la S A G R A D A BIBLIA, que contiene:

T e x t o lat ino de la Vulgata . T e x t o bíblico castellano del l i m o . T o r r e s A m a t y no tas del l imo Scio, de San Miguel, a rmonizando y aclarando los comentar ios con los t r a ­bajos conocidos ya del insigne P a d r e Fi ta , de la Compañía de Jesús , y otros de r e n o m ­brados autores .

Los PRECIOS GENERALES DE susciíiciON son: Scccíon castellana, 9 pesetas al año para os tomos en rústica, y 12 pesetas para los t omos en holandesa.—Sección latina 2 2 ' 5 0 pe­setas rústica al año, y 2 5 ' 5 0 pesetas media holandesa. A los que se suscriban á ambas secciones se les abonará u n 3o por too.

Las obras sueltas castellanas véndense á 5 reales tomo rústica y 8 reales media ho­landesa.

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II por el Presbítero

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LA RELIGIÓN CATÓLICA VINDICADA DE L A S IMÍOSTURAS RACIONALISTAS

por

EL PADRE JOSÉ. MARÍA DE MENDIVE de la Compañía de Jestís

PKKCKDIDA DR UN P R Ó L o a O por

DON J U A N M A N U E L O R T I Y L A R A catedrático de Metafísica de la Univeriidad de Madrid

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A i t í c u l o s p u b l i c a d o s e n La Ciencia Cristiana, y a l i o r a r c v i s a d o i p o r s u a u t o r '^

D. JUAN MANUEL ORTI Y LARA catedrático de Metafísica de la Universidad central

y miembro de la Academia Romana de Santo Tomás d» Aquino

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P. Mendive.—Elenientos de Ontología, 3 pesetas; Elementos de Teodicea, 2 peaetas, 5o céntimos. Elementos de Cosmología, 2 pesetas 5o céntimos. (Obras adoptadas de texto en la Universidad Central). ^

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céntimos. r n > r P. Gómez Rodeles—Manual Escogido deíecturas piadosas. En 8.', 53i pág., 4 pesetas. V. P La Puente.—Vida del V. P. Baltasar Alvarez, En 4. ' , VIH—64S pág., 6 pesetas. V. P La Puente—Tesoro escondido en las enfermedades y trabajos. En 8.*, i peseta Socén-

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Forma la «Biblioteca ligera», así colecciona­da, un grueso volumen en 4.°, "de más de 600 páginas, de esmerada impresión elzeviriana, con iniciales y viñetas de adorno, á fin de que {con una lujosa encuademación en percalina, con hermosas planchas doradas que se ha he ' cho á propósito) pueda servir para aguina4dos-premios de colegios y escuelas católicas, re­cuerdos de primera comunión, etc., etc.

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Dirijido por el Teniente Coronel de artillería D. Manuel Maldonado. En primero de Enero empieza un nuevo curso para la próxima convocatoria.

Las clases están á cargo de jefes y oficiales del ejército. Se facilitan prospectos. La correspon­dencia al Director. ly

mm i iioGii FiMimi o mmim-POR FRANCISCO HETTINGER

A Ü T O E D E LA- A P O L O G Í A D E L C R I S T I A N I S M O O b r a d o e x t r a o r d i n a r i o m é r i t o , n e c e s a r i a y ú t i l í s ima , no sólo p a r a los S e m i n a r i o s

e n los q u e es de e s p e r a r sea a d o p t a d a como t e x t o , s i no p a r a los sabios e n g e n e ­ra l , y p a r a todas las p e r s o n a s q u e a m e n los b u e n o s e s tud io s . Dos t o m o s e n 4 . ' a l e ­m á n , 20 p e s e t a s .

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Piezas chistosas para fin de fiesta: ¡No más pueblos! 4 rs.—¡Mamarrachos! 4 rs.—El anda-fú más templao, 4 rs.—El planpuding á la in-

f lesa, La medicina infalible, y El regalo de 'ilipinas, saínetes, 8 rs. . ~ Obras religiosas y morales: Crónica del Sí­

nodo de Cádiz, 8 rs.—Leyendas históricas y morales, dos tomos, 20 rs.—Páginas del ho­gar, leyendas, cuentos, fábulas y tradiciones, con grabados, 4 rs.—Álbum de la peregrina­ción española ai Vaticano: viaje hl$t<5rico-de*-criptivo, 24 rs.

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