el romanticismo en argentina

Upload: gilda-elizabeth-gonzalez

Post on 11-Jul-2015

3.355 views

Category:

Documents


1 download

TRANSCRIPT

El Romanticismo en ArgentinaLa literatura como arma

PDF generado usando el kit de herramientas de fuente abierta mwlib. Ver http://code.pediapress.com/ para mayor informacin. PDF generated at: Sat, 05 Nov 2011 05:34:56 UTC

ContenidosArtculosLa Argentina RomnticaLiteratura del Romanticismo 1 1 7 7 30 37 37 39

Rosas y las guerras civilesJuan Manuel de Rosas Guerras civiles argentinas entre 1832 y 1838

Esteban Echeverra y su obra como denunciaEsteban Echeverra El matadero

ReferenciasFuentes y contribuyentes del artculo Fuentes de imagen, Licencias y contribuyentes 42 43

Licencias de artculosLicencia 44

1

La Argentina RomnticaLiteratura del RomanticismoLa literatura del Romanticismo es el movimiento cultural literario que se produce a fines del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX en varios pases europeos como Alemania, Francia y Reino Unido, se desarrolla a lo largo de todo el periodo decimonnico, y contina ejerciendo su influencia, en varios de sus rasgos ms caractersticos, hasta la actualidad. El movimiento literario Sturm und Drang (en alemn: 'Tormenta e mpetu'), desarrollado durante la ltima mitad del siglo XVIII, fue el precedente importante del Romanticismo alemn. Los autores importantes fueron (el joven) Johann Wolfgang von Goethe, (el joven) Friedrich Schiller, Friedrich Gottlieb Klopstock y Ludwig van Beethoven.

Friedrich Schelling.

Romanticismo alemnEl Romanticismo alemn no fue un movimiento unitario. Por ello se habla en las historias literarias de varias fases del Romanticismo. Una etapa fundamental fueron los aos noventa del siglo XVIII (Primer Romanticismo), pero las ltimas manifestaciones alcanzan hasta la mitad del siglo XIX. Los filsofos dominantes del romanticismo alemn fueron Johann Gottlieb Fichte y Friedrich Wilhelm Joseph Schelling (los fundadores del Idealismo alemn). Los autores ms importantes son Goethe, Novalis, Ludwig Tieck, Friedrich Schlegel, Clemens Brentano, August Wilhelm Schlegel, Achim von Arnim, E.T.A. Hoffmann y Friedrich Hlderlin. Post-romntico se puede considerar a Heinrich Heine.Goethe en la campia romana (1786), por Johann Heinrich Wilhelm Tischbein.

Romanticismo francs

Literatura del Romanticismo El Romanticismo francs tuvo su manifiesto en Alemania (1813), de Madame de Stal, aunque el gran precursor en el siglo XVIII fue Jean-Jacques Rousseau, autor de Confesiones, Ensoaciones de un paseante solitario, el Emilio, Julia, o La nueva Elosa y El contrato social, entre otras obras. En el siglo XIX sobresalieron Charles Nodier, Vctor Hugo, Alphonse de Lamartine, Alfred Victor de Vigny, Alfred de Musset, George Sand, Alexandre Dumas (tanto hijo como padre), entre otros; son los mayores representantes de esta esttica literaria.

2

Romanticismo inglsEl Romanticismo comenz en Inglaterra casi al mismo tiempo que en Alemania; en el siglo XVIII ya haban dejado sentir un cierto apego escapista por la Edad Media y sus valores de falsarios inventores de heternimos medievales como James Macpherson o Thomas Chatterton, pero el movimiento surgi a la luz del da con los llamados Poetas lakistas (Wordsworth, Coleridge, Southey), y su manifiesto fue el prlogo de Wordsworth a sus Baladas lricas, aunque ya lo haban presagiado en el siglo XVIII Edward Young con sus Pensamientos nocturnos o el originalsimo William Blake. Lord Byron, Percy Bysshe Shelley y John Keats son los lricos cannicos del Romanticismo ingls. Despus vinieron el narrador Thomas De Quincey, y los ya postromnticos Elizabeth Barrett Browning y su marido Robert Browning, este ltimo creador de una forma potica fundamental en el mundo moderno, el monlogo dramtico. En narrativa destaca el escocs Walter Scott, creador del gnero de novela histrica moderna con sus ficciones sobre la Edad Media inglesa y escocesa, o las novelas gticas El monje de Matthew Lewis o Melmoth el Errabundo, de Charles Maturin.Lord Byron vestido de albans, obra de Thomas Phillips de 1813.

Literatura del Romanticismo

3

Romanticismo espaolEn Espaa el movimiento romntico tuvo precedentes en los afrancesados ilustrados espaoles, como se aprecia en las Noches lgubres (1775) de Jos de Cadalso o en los poetas prerromnticos (Nicasio lvarez Cienfuegos, Manuel Jos Quintana, Jos Marchena, Alberto Lista...), que reflejan una nueva ideologa presente ya en figuras disidentes del exilio, como Jos Mara Blanco White. Pero el lenguaje romntico propiamente dicho tard en ser asimilado, debido a la reaccin emprendida por Fernando VII tras la Guerra de la Independencia, que impermeabiliz en buena medida la asuncin del nuevo ideario. Durante la Dcada Ominosa en Espaa (1823-1833) vuelve a instaurarse un rgimen absolutista, y quedan suspendidas todas las publicaciones peridicas, las universidades cerradas y la mayora de las principales figuras literarias y polticas en el exilio; el principal ncleo cultural espaol se sita, sobre todo, en Gran Bretaa y Francia. Desde all, peridicos como Variedades, de Blanco White, contribuyeron a fomentar las ideas del Romanticismo entre los exiliados liberales, que paulatinamente fueron abandonando la esttica del Neoclasicismo.

Jos de Espronceda es el prototipo de poeta romntico en Espaa. Liberal exaltado, activista poltico y lrico desbordado, su temprana muerte a los 34 aos lo convirti en el poeta del Romanticismo espaol por excelencia.

En la segunda dcada del siglo XIX, el diplomtico Juan Nicols Bhl de Faber public en Cdiz una serie de artculos entre 1818 y 1819 en el Diario Mercantil a favor del teatro de Caldern de la Barca contra la postura neoclsica que lo rechazaba. Estos artculos suscitaron un debate en torno a los nuevos postulados romnticos y, as, se producira un eco en el peridico barcelons El Europeo (1823-1824), donde Buenaventura Carlos Aribau y Ramn Lpez Soler defendieron el Romanticismo moderado y tradicionalista del modelo de Bhl, negando decididamente las posturas neoclsicas. En sus pginas se hace por primera vez una exposicin de la ideologa romntica, a travs de un artculo de Luigi Monteggia titulado Romanticismo. Por otro lado, algunos escritores liberales espaoles, emigrados por vicisitudes polticas, entraron en contacto con el Romanticismo europeo, y trajeron ese lenguaje a la muerte del rey Fernando VII en 1833. La poesa del romntico exaltado est representada por la obra de Jos de Espronceda, y la prosa por la figura decisiva de Mariano Jos de Larra. Un romanticismo moderado encarnan Jos Zorrilla (dramaturgo, autor del Don Juan Tenorio) y el Duque de Rivas, quien, sin embargo, escribi la obra teatral que mejor representa los temas y formas del romanticismo exaltado: Don lvaro o la fuerza del sino. Un Romanticismo tardo, ms ntimo y poco inclinado por temas poltico-sociales, es el que aparece en la segunda mitad del siglo XIX, Larra. con la obra de Gustavo Adolfo Bcquer, la gallega Rosala de Castro, y Augusto Ferrn, que experimentaron el influjo directo con la lrica germnica de Heinrich Heine y del folclore popular espaol, recopilado en cantares, soles y otros moldes lricos, que tuvo amplia difusin impresa en esta poca.

Literatura del Romanticismo

4

Romanticismo italianoEl Romanticismo italiano tuvo su manifiesto en la Lettera semiseria di Grisostomo al suo figliolo de Giovanni Berchet (1816) y destaca, sobre todo, por la figura de los escritores Ugo Foscolo, autor del famoso poema Los sepulcros, y Giacomo Leopardi, cuyo pesimismo se vierte en composiciones como El infinito o A Italia. El romanticismo italiano tuvo tambin una gran novela histrica, I promesi sposi (Los novios), de Alessandro Manzoni.

Romanticismo rusoEn Rusia, el Romanticismo supuso toda una revolucin, pues autoriz como lengua literaria el hasta entonces poco cultivado idioma ruso. El artfice de este cambio fue el gran escritor ruso Alejandro Pushkin, acompaado de numerosos seguidores e imitadores.

Romanticismo checoGiacomo Leopardi en 1820.

En la literatura checa destacan los escritores Karel Hynek Mcha y Frantiek elakovsk y el eslovaco, y tambin idelogo del paneslavismo romntico, Jn Kollr.

Romanticismo portugusEn Portugal introdujeron el Romanticismo Almeida Garret y Alejandro Herculano; puede considerarse postromntico al gran poeta Antero de Quental.

Romanticismo hngaro y rumanoEn Rumania, su mximo exponente fue Mihai Eminescu y, entre los hngaros, sobresali el poeta Sndor Petfi.

Romanticismo estadounidenseEl Romanticismo estadounidense, salvo precedentes como William Cullen Bryant, proporcion a un gran escritor y poeta, Edgar Allan Poe, precursor de una de las corrientes fundamentales del Sndor Petfi. Postromanticismo, el Simbolismo, y a James Fenimore Cooper (discpulo de las novelas histricas de Scott). Se puede considerar un postromntico el originalsimo pensador Henry David Thoreau, introductor de ideas anticipadas a su tiempo como la no violencia y el ecologismo, y autor del famoso ensayo Sobre la desobediencia civil. En los Estados Unidos tambin se habla de transcendentalismo.

Literatura del Romanticismo

5

Romanticismo argentinoEl Romanticismo tuvo su primera manifestacin en la Argentina con la aparicin en 1832 del poema Elvira o la novia del Plata de Esteban Echeverra, quien lider el movimiento que se concentr en la llamada Generacin del 37 y tuvo uno de sus centros en el Saln Literario. El romanticismo argentino integr la lengua tradicional espaola con los dialectos locales y gauchescos, incorpor el paisaje rioplatense a la literatura y los problemas sociales. El romanticismo argentino se produjo ntimamente ligado con el romanticismo uruguayo. En Hispanoamrica, el contenido nacionalista del romanticismo confluy con la recin terminada Guerra de Independencia (18101824), convirtindose en una herramienta de consolidacin de las nuevas naciones independientes, recurriendo al costumbrismo como una herramienta de autonoma cultural. Entre las obras ms importantes del movimiento se destacan La cautiva y El matadero, ambas de Echeverra,[1] [2] el Martn Fierro obra maestra de Jos Hernndez, Amalia de Jos Mrmol, Facundo de Domingo F. Sarmiento y el folletn y obra dramtica Juan Moreira de Eduardo Gutirrez, considerado fundador del teatro rioplatense.

Esteban Echeverra, figura destacada del romanticismo argentino, escribi La cautiva y El matadero.

Romanticismo colombianoSurgi en el siglo XIX y que representa el individualismo, la libertad de creacin y la expresin artstica, se convirti en una actitud frente a la vida. En Colombia, coincide con la gesta de la independencia (1810). Se destacan algunos temas, como: El paisaje: El hombre romntico adapta el paisaje a sus sentimientos. Para algunos autores, esta temtica es la que justifica la idea de la existencia del romanticismo en Colombia, ya que los autores europeos hablaban de la vuelta a la vida natural y su belleza. La exaltacin de lo nacional y lo popular: a travs de la voz o la actuacin de diversos personajes se reconstruyeron aspectos del folclor y de las expresiones culturales del territorio colombiano. La vida y la muerte: El dilema existencialista se vio reflejado en novelas como Mara, en las que el hombre sufre por un destino que domina su voluntad. El amor que sienten Efran y Mara se ve siempre afectado por los problemas sociales y cuando estos se resuelven, la muerte demuestra la imposibilidad de su amor.

Jorge Isaacs.

El Romanticismo en Colombia se manifiesta en los gneros narrativo y lrico. Sus principales representantes fueron: Jos Eusebio Caro, Gregorio Gutirrez, Julio Flrez, Rafael Pombo y Jorge Isaacs.

Literatura del Romanticismo

6

Romanticismo mexicanoEl romanticismo mexicano se distingua por amalgamar el periodismo, la poltica, el positivismo y el liberalismo, pues surgi en los aos previos a la Revolucin mexicana. El poeta Manuel Acua es posiblemente el mximo representante del romanticismo en Mxico.

Romanticismo peruanoObras acordes con la sensibilidad romntica se encuentran en las crnicas histrico-ficticias (Tradiciones) del peruano Ricardo Palma. Otro nombre a destacar es el de Mariano Melgar, que para muchos es el iniciador del Romanticismo en Sudamrica, En l el romanticismo no es imitacin de lo que ya se haca en la Pennsula Ibrica o en Francia, sino un sentimiento profundo y propio de Melgar.

Otros romanticismos en LatinoamricaOtros nombres que destacan son los cubanos Jos Mara de Heredia y Gertrudis Gmez de Avellaneda. Cabe citar tambin la primera parte de la obra del notable narrador chileno Alberto Blest Gana, cuya produccin modelada por el costumbrismo de Balzac se interna en las fisuras del idealismo romntico. Tambin las obras del guatemalteco Jos Batres Montfar han sido muy importantes en toda Latinoamrica. Por otra parte, los venezolanos Juan Vicente Gonzlez y Juan Antonio Prez Bonalde fueron los representantes del movimiento en ese pas.

Notas bibliogrficas[1] Weinberg, Flix (1980). La poca de Rosas. El Romantiscismo, en Historia de la literatura argentina, Tomo I, Buenos Aires, Centro Editor de Amrica Latina. pgs. 217240. [2] Jitrik, No (1980). El Romanticismo: Esteban Echeverra, en Historia de la literatura argentina, Tomo I, Buenos Aires, Centro Editor de Amrica Latina. pgs. 241263.

Bibliografa Abrams, M. H. (1975). El espejo y la lmpara. Barcelona: Barral. ISBN 978-84-211-0331-9. Berln, Isaiah & Hardy, Henry (editor) (2000). Las races del romanticismo. Madrid: Taurus. ISBN 978-84-306-0369-5. De Paz, Alfredo (1986). La revolucin romntica; poticas, estticas, ideologas. Traduccin de Mara Garca Lozano. Madrid: Editorial Tecnos. ISBN 978-84-309-3960-2. VV.AA. (1994). Fragmentos para una teora romntica del arte. Antologa y edicin de Javier Arnaldo. Madrid: Editorial Tecnos. ISBN 978-84-309-1388-6. Ward, Thomas (2004). La teora literaria: Romanticismo, krausismo y modernismo ante la globalizacin industrial. University, Miss.: Romance Monographs. ISBN 978-1-889441-14-6.

7

Rosas y las guerras civilesJuan Manuel de RosasJuan Manuel de Rosas

Juan Manuel de Rosas

17 Gobernador de la Provincia de Buenos Aires7 de marzo de 18353 de febrero de 1852 Predecesor Sucesor Manuel Vicente Maza Vicente Lpez y Planes

13 Gobernador de Buenos Aires8 de diciembre de 182917 de diciembre de 1832 Predecesor Sucesor Juan Jos Viamonte Juan Ramn Balcarce

Datos personalesNacimiento 30 de marzo de 1793 Buenos Aires, Virreinato del Ro de la Plata

14 de marzo de 1877(83 aos) Fallecimiento Southampton, Reino Unido Partido Cnyuge Hijos Partido Federal Encarnacin Ezcurra Pedro Rosas y Belgrano (adoptivo) Juan Manuel de Rosas Mara de Rosas Manuelita de Rosas Terrateniente, Militar y Poltico

Profesin

Juan Manuel de Rosas Juan Manuel de Rosas (Buenos Aires; 30 de marzo de 1793 Southampton, Hampshire; 14 de marzo de 1877) fue un militar y poltico argentino, gobernador de Buenos Aires. En 1829, tras derrotar al general Juan Lavalle, accedi al gobierno de la provincia de Buenos Aires. Logr constituirse en el principal dirigente de la denominada Confederacin Argentina (1835-1852).

8

Datos biogrficosConocido como Juan Manuel de Rosas, fue bautizado como Juan Manuel Jos Domingo Ortiz de Rozas y Lpez de Osornio. Era hijo del militar Len Ortiz de Rozas y la estanciera Agustina Lpez de Osornio. Perteneca al linaje de los Ortiz de Rozas, que tiene origen en el pueblo de Rozas, Valle de Soba, Cantabria, Espaa. Naci en el solar que habitaba su abuelo materno - Clemente Lpez de Osornio - situado en la calle que en ese entonces se denominaba Santa Luca, actual calle Sarmiento entre las calles Florida y San Martn, en la ciudad de Buenos Aires. Ingres a los 8 aos de edad en el colegio privado que diriga Francisco Javier Argerich, si bien desde joven demostr vocacin por las actividades rurales. Interrumpi sus estudios para participar contando con trece aos de edad, en la Reconquista de Buenos Aires en 1806 y posteriormente se enrol en la compaa de nios del Regimiento de Migueletes, combatiendo en la Defensa de Buenos Aires en 1807, ambos hechos durante las invasiones inglesas (1806-1807), donde fue distinguido por su valor. Ms tarde, retirado al campo, se convirti en un gran estanciero de la Pampa bonaerense. Los escritores antirrosistas dicen que se mantuvo al margen de los sucesos revolucionarios de 1810, sin advertir que en esa poca Rosas solo contaba con 17 aos de edad y ningn joven de esa edad tuvo actuacin en esas jornadas. En 1813, pese a la oposicin materna que venci al hacer creer a su madre que la joven estaba embarazada se cas con Encarnacin Ezcurra, con quien tuvo tres hijos: Juan, Mara, muerta de nia, y Manuelita, nacida en 1817, que luego sera su compaera inseparable.Casa donde naci Rosas. (actual calle Sarmiento entre las calles San Martn y Florida.

Poco despus, debido a un entredicho que tuvo con su madre, devolvi a sus padres los campos que administraba para formar sus propios emprendimientos ganaderos y comerciales. Adems se cambi el apellido "Ortiz de Rozas" por "Rosas", cortando simblicamente la dependencia de su familia. Fue administrador de los campos de sus primos , Nicols y Toms Manuel de Anchorena, al segundo de los cuales siempre le tuvo un especial respeto y admiracin, y quien ocupara cargos importantes dentro de su gobierno. En sociedad con Luis Dorrego hermano del coronel Manuel Dorrego fund un saladero; era el negocio del momento: la carne salada y los cueros eran casi la nica exportacin de la joven nacin. Acumul una gran fortuna como ganadero y exportador de carne vacuna, distante de los acontecimientos emergentes que conduciran al virreinato del Ro de la Plata a la emancipacin del dominio espaol en 1816. Por esos aos conoci al doctor Manuel Vicente Maza, quien se convirti en su patrocinador legal, en especial en una causa que sus propios padres haban entablado contra l. Ms tarde sera un excelente consejero poltico. En 1818, por presin de los abastecedores de carne de la capital, el director Juan Martn de Pueyrredn tom una serie de medidas en contra de los saladeros. Rpidamente, Rosas cambi de rubro: se dedic a la produccin agropecuaria en sociedad con Dorrego y los Anchorena, que tambin le encargaron la direccin de su estancia "Camarones", al sur del ro Salado. Al ao siguiente compr la estancia "Los Cerrillos", en San Miguel del Monte. En su estancia en la Laguna de Monte organiz una compaa (aumentada al poco tiempo a regimiento) de caballera, los "Colorados del Monte", para

Juan Manuel de Rosas combatir a los indgenas de la zona pampeana. Fue nombrado su comandante, y alcanz el grado de teniente coronel. Por esos aos escribi sus famosas "Instrucciones a los mayordomos de estancias", en la que detallaba con precisin las responsabilidades de cada uno de los administradores, capataces y peones. All demostraba su capacidad para administrar simultneamente varias explotaciones, con mtodos muy efectivos, en un anticipo de su futura capacidad para administrar el estado provincial. Hasta 1820 se dedic a sus actividades privadas. Desde ese ao hasta la batalla de Caseros, en 1852, consagrara su vida a la actividad poltica, liderando ya en el gobierno o fuera de l la provincia de Buenos Aires, que contaba no slo con el territorio productivo ms rico de la naciente Argentina, sino con la metrpolis ms importante (la ciudad de Buenos Aires) y el puerto que concentraba el comercio exterior de las restantes provincias, as como el control de la aduana. En relacin a estos recursos se desarrollaron gran parte de los conflictos institucionales y las guerras civiles del siglo XIX en la Argentina, controlados hasta la cada de Rosas por la provincia de Buenos Aires. Luego de la batalla de Caseros, Rosas se exili en Gran Bretaa, en una granja en las cercanas de la ciudad de Southampton. En 1820 concluy la etapa del Directorio con la renuncia de Jos Rondeau a consecuencia de la Batalla de Cepeda. Fue en esa poca que Rosas comenz a involucrarse en la poltica, al contribuir a rechazar la invasin del caudillo Estanislao Lpez al frente de sus Colorados del Monte. Particip en la victoria de Dorrego en Pavn, pero junto a su amigo Martn Rodrguez se neg a continuar la invasin hacia Santa Fe, donde Dorrego fue derrotado completamente en la Batalla de Gamonal. Con apoyo de Rosas y otros estancieros, fue electo gobernador su colega Martn Rodrguez. El 1ro de octubre estall una revolucin, dirigida por el coronel Manuel Pagola, que ocup el centro de la ciudad. Rosas se puso a disposicin de Rodrguez, y el da 5 inici el ataque, derrotando completamente a los rebeldes. Los cronistas de esos das recordaron la disciplina que reinaba entre los gauchos de Rosas,[1] que fue ascendido al grado de coronel. Con Rodrguez, el grupo de los estancieros empez a tener un papel pblico. Tambin fue parte de las negociaciones que concluyeron con el Tratado de Benegas, que pona fin al conflicto entre las provincias de Santa Fe y Buenos Aires. Fue el responsable del cumplimiento de una de las clusulas secretas del mismo: entregar al gobernador Estanislao Lpez 30.000 cabezas de ganado como reparacin de los daos causados por las tropas bonaerenses en su territorio. La clusula era secreta, para no "manchar el honor" de Buenos Aires. As se iniciaba la alianza permanente que tendra esta provincia con la de Buenos Aires hasta 1852. Los primeros aos despus de la disolucin de los poderes nacionales fueron un perodo de paz y prosperidad en Buenos Aires, principalmente debido a que Buenos Aires usufructu en su exclusivo provecho las rentas de la Aduana, una fuente inagotable de riqueza que la provincia decidi no compartir con sus hermanas ni con ejrcitos exteriores.[2] Entre 1821 y 1824 compr varios campos ms, especialmente la estancia que haba sido del virrey Joaqun del Pino y Rozas (conocida como Estancia del Pino, en el partido de La Matanza), a la que llam San Martn en honor del general. Tambin aprovech la ley de enfiteusis promovida por el ministro Bernardino Rivadavia para aumentar sus campos. En lugar de ayudar a los pequeos hacendados, esta ley termin dejando en propiedad de unos pocos grandes terratenientes cerca de la mitad de la superficie de la provincia. Los desrdenes del ao 20 haban dejado desguarnecida la frontera sur, por lo que haban recrudecido los malones. Martn Rodrguez dirigi entonces tres campaas al desierto, usando una extraa mezcla de dilogos de paz y genocidio. En 1823 fund las actuales ciudades de Azul y Tandil. En casi todas estas campaas lo acompa Rosas, que tambin particip de una expedicin en que el agrimensor Felipe Senillosa deline y estableci planos catastrales de los pueblos del sur de la provincia. El jefe nominal de esa campaa era el coronel Juan Lavalle. Durante la guerra del Brasil, el presidente Rivadavia lo nombr comandante de los ejrcitos de campaa a fin de mantener pacificada la frontera con la poblacin indgena de la regin pampeana, cargo que volvi a ejercer despus,

9

Juan Manuel de Rosas durante el gobierno provincial del coronel Dorrego. En 1827, en el contexto previo al inicio de la guerra civil que estallara en 1828, Rosas era un dirigente militar, representante de la aristocracia rural, socialmente conservadora. Estaba alineado a la corriente federalista, adversa a la influencia fornea y a las iniciativas de corte liberal preconizadas por la tendencia unitaria. Muri en el exilio el 14 de marzo de 1877, acompaado por su hija Manuelita. Sus restos fueron repatriados a la Argentina el 1 de octubre de 1989 y reposan actualmente en el panten familiar del Cementerio de la Recoleta en la Ciudad de Buenos Aires.

10

La revolucin de diciembreTerminada la guerra del Brasil, Dorrego fue obligado por una intensa presin diplomtica y financiera a firmar la paz y la independencia de Uruguay, y la libre navegacin de los ros; lo que fue visto por los miembros del ejrcito en operaciones como una traicin. En repuesta, la madrugada del 1ro de diciembre de 1828, el general unitario Juan Lavalle tom el Fuerte de Buenos Aires y reuni a los unitarios en la iglesia de San Francisco, donde a nombre del pueblo eligieron gobernador a Lavalle, utilizando un concepto restrictivo del trmino "pueblo". Siguiendo la misma lgica, disolvi la legislatura. Dorrego se retir al interior de la provincia, y busc la proteccin del comandante de campaa, Rosas. ste lo ayud a reunir un pequeo ejrcito, pero fueron atacados sorpresivamente en la batalla de Navarro, siendo derrotados. Rosas aconsej a Dorrego que huyera hacia Santa Fe, pero el gobernador se neg,[3] por lo que aqul lo abandon, marchndose hacia la provincia de Santa Fe. Dorrego se refugi en Salto, en el regimiento del coronel ngel Pacheco; pero, traicionado por dos oficiales de ste Bernardino Escribano y Mariano Acha fue enviado prisionero a Lavalle. ste, influido por el deseo de venganza de los idelogos unitarios, fusil a Dorrego y se hizo cargo de toda la responsabilidad. En su ltima carta, escrita a Estanislao Lpez, Dorrego peda que su muerte no fuera causa de derramamiento de sangre. Eso es exactamente lo que fue, y por muchos aos. A principios de enero de 1829, el general Jos Mara Paz, aliado de Lavalle, iniciaba la invasin de la provincia de Crdoba, donde derrocara al gobernador Juan Bautista Bustos. De ese modo se generaliz la guerra civil en todo el pas. Lavalle envi ejrcitos en todas direcciones, pero varios pequeos caudillos aliados de Rosas organizaron la resistencia. Los jefes unitarios recurrieron a toda clase de crmenes para aplastarla. No se ha difundido la memoria de estos hechos, pues ocurrieron en el campo y sus vctimas fueron gauchos y personas pertenecientes a clases sociales ms humildes.[4] El gobernador intruso envi al coronel Federico Rauch hacia el sur, y una de sus columnas, al mando del coronel Isidoro Surez, derrot y captur al mayor Mesa, que fue enviado a Buenos Aires y ejecutado. Al frente del grueso de su ejrcito, Lavalle avanz hasta ocupar Rosario. Pero, poco despus, Lpez dej sin caballos a Lavalle, que se vio obligado a retroceder. Lpez y Rosas persiguieron a Lavalle hasta cerca de Buenos Aires, derrotndolo en la batalla de Puente de Mrquez, librada el 26 de abril de 1829. Mientras Lpez regresaba a Santa Fe, Rosas siti la ciudad de Buenos Aires. All creca la oposicin a Lavalle (a pesar de que los aliados de Dorrego haban sido expulsados), sobre todo por el crimen sobre el gobernador. Lavalle aument la persecucin sobre los crticos, lo que le llevara mucho apoyo a Rosas, en la ciudad que siempre fue la capital del unitarismo. Lavalle, desesperado, se lanz a hacer algo inslito: se dirigi, completamente solo, al cuartel general de Rosas, la Estancia del Pino. Como ste no se encontraba, se acost en su catre de campaa a esperarlo. Al da siguiente, 24 de junio, Lavalle y Rosas firmaron el Pacto de Cauelas, que estipulaba que se llamara a elecciones, en las que slo se presentara una lista de unidad de federales y unitarios, y que el candidato a gobernador sera Flix de lzaga. Lavalle present el tratado con un mensaje que inclua una inesperada opinin sobre su enemigo:

Juan Manuel de Rosas Mi honor y mi corazn me imponen remover por mi parte todos los inconvenientes para una perfecta reconciliacin...Y sobre todo ha llegado el caso de que veamos, tratemos y conozcamos de cerca de Juan Manuel de Rosas como a un verdadero patriota y amante del orden. Pero los unitarios presentaron la candidatura de Alvear, y al precio de treinta muertos ganaron las elecciones. Las relaciones quedaron rotas nuevamente, obligando a Lavalle a un nuevo tratado, el pacto de Barracas, del 24 de agosto. Pero, ahora ms que antes, la fuerza estaba del lado de Rosas. A travs de este pacto se nombr gobernador a Juan Jos Viamonte. ste llam a la legislatura derrocada por Lavalle, allanndole a Rosas el camino al poder.

11

Primer gobiernoLa Legislatura de Buenos Aires proclam a Juan Manuel de Rosas como Gobernador de Buenos Aires el 6 de diciembre de 1829, honrndolo adems con el ttulo de "Restaurador de las Leyes e Instituciones de la Provincia de Buenos Aires" y en el mismo acto le otorg "todas las facultades ordinarias y extraordinarias que creyera necesarias, hasta la reunin de una nueva legislatura". No era algo excepcional: las facultades extraordinarias ya les haban sido conferidas a Sarratea y a Rodrguez en 1820, y a los gobernadores de muchas otras provincias en los ltimos aos; tambin Viamonte las haba tenido. El mismo da en que jur su cargo, declar al diplomtico uruguayo Santiago Vzquez: Creen que soy federal; no seor, no soy de partido alguno sino de la Patria... En fin, todo lo que yo quiero es evitar males y restablecer las instituciones, pero siento que me hayan trado a este puesto. Lo primero que hizo Rosas fue realizar un extraordinario funeral, trayendo los restos de Dorrego a la capital; con eso se capt la voluntad de los seguidores del fallecido lder del partido federal, sumando automticamente el apoyo del pueblo humilde de la capital al que ya tena de la poblacin rural.[5] Para ganar apoyo poltico pronunci su frase en 1829, que resumira toda su plataforma poltica, sus objetivos claramente nacionalistas y autoritarios y la esperanza de un gobierno largo:[6] El rey es como un padre: amar, castigar y recompensar.

La guerra civil en el interiorPaz haba ocupado Crdoba y haba derrotado a Facundo Quiroga. Rosas envi una comisin a mediar entre Paz y Quiroga, pero ste fue derrotado y se refugi en Buenos Aires. Rosas le hizo dar un recibimiento triunfal como si hubiese sido el vencedor aunque el caudillo consideraba que la guerra haba terminado para l. Paz aprovech la victoria para invadir las provincias de los aliados de Quiroga, colocando en ellos gobiernos unitarios. Los bandos quedaban definidos: las cuatro provincias del litoral, federales; las nueve del interior, unitarias y unidas desde agosto de 1830 en una Liga Unitaria, cuyo "supremo jefe militar" era Paz. A los pocos meses, en enero de 1831, Rosas y Estanislao Lpez impulsaron el Pacto Federal entre Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ros. ste, que sera uno de los "pactos preexistentes" mencionados en la Constitucin de la Nacin Argentina, tena como objetivo poner un freno a la expansin del unitarismo encarnado en el general Paz. Corrientes se adherira ms tarde al Pacto, porque el diputado correntino Pedro Ferr intent convencer a Rosas de nacionalizar los ingresos de la Aduana de Buenos Aires e imponer protecciones aduaneras a la industria local. En este punto, Rosas sera tan inflexible como sus antecesores unitarios: la fuente principal de la riqueza y del poder de Buenos Aires provena de la aduana. El caudillo santiagueo Juan Felipe Ibarra, refugiado en Santa Fe, logr que Lpez iniciara acciones contra Crdoba. Seran acciones guerrilleras, porque en ese tipo de acciones tena ventaja sobre las disciplinadas tropas de Paz. A principios de 1831, el ejrcito porteo inici tambin las operaciones, al mando de Juan Ramn Balcarce; pero el ejrcito porteo nunca lleg a unirse al santafesino. Cuando el coronel ngel Pacheco derrot a Juan Esteban Pedernera en la batalla de Fraile Muerto, Paz decidi hacerse cargo personalmente del frente Este.

Juan Manuel de Rosas Por su lado, Quiroga decidi volver a la lucha. Pidi fuerzas a Rosas, pero ste slo le ofreci los presos de las crceles. Quiroga instal un campo de entrenamiento y, cuando se consider listo, avanz sobre el sur de Crdoba. En el camino, Pacheco le entreg los pasados de Fraile Muerto: con ellos conquist Cuyo y La Rioja en poco ms de un mes. La inesperada captura de Paz por un tiro de boleadoras de un soldado de Lpez, el 10 de mayo, provoc un repentino cambio: Lamadrid se hizo cargo del ejrcito unitario, con el que se retir hacia el norte y fue vencido por Quiroga en la batalla de La Ciudadela, el 4 de noviembre, junto a la ciudad de Tucumn, con lo cual la Liga del Interior fue disuelta.

12

La Constitucin que no fueEn los meses siguientes, las provincias restantes se iran adhiriendo al Pacto Federal: Mendoza, provincia de Crdoba, Santiago del Estero y La Rioja en 1831. Al ao siguiente, Tucumn, San Juan, San Luis, Salta y Catamarca. En cuanto termin la guerra, los representantes de varias provincias anunciaron que, con la pacificacin interior, haba llegado la ocasin esperada para la organizacin constitucional del pas. Pero Rosas argumentaba que primero se tenan que organizar las provincias y luego el pas, ya que la constitucin deba ser el resultado escrito de una organizacin que deba darse primero. Aprovech una acusacin del diputado correntino Manuel Leiva para acusarlo de tener ideas anrquicas y retirar su representante de la convencin de Santa Fe. En agosto de 1832, la convencin quedaba disuelta, y la oportunidad de organizar constitucionalmente el pas se pospuso por otros veinte aos. Este hecho (muy criticado por la Historia Oficial) se debi tal vez al deseo de Rosas de evitar que sucediera lo qu sucedi en el pas cuando finalmente fue sancionada la Constitucin. Por el momento, el pas quedaba dividido en tres reas de influencia: Cuyo y el noroeste, de Quiroga; Crdoba y el litoral, de Lpez; y Buenos Aires, de Rosas. Por unos aos, este triunvirato virtual gobernara el pas, aunque las relaciones entre ellos nunca fueron muy buenas.[7]

El gobierno de la provinciaEl primer gobierno de Rosas fue un gobierno "de orden"; no fue una tirana desptica, aunque ms tarde los historiadores haran extensivas a su primer gobierno algunas caractersticas del segundo. En este primer momento, se apoy en algunos de los dirigentes del "Partido del Orden" de la dcada anterior, lo cual ha permitido que fuera acusado de ser el continuador del Partido Unitario,[7] aunque con el tiempo se distanciara de ellos. La administracin de Rosas fue, tambin, un gobierno "progresista": se fundaron pueblos, se reformaron el Cdigo de Comercio y el de Disciplina Militar, se reglament la autoridad de los jueces de paz de los pueblos del interior y se firmaron tratados de paz con los caciques, con lo que se obtuvo una cierta tranquilidad en la frontera. Entre los hechos negativos, se le atribuye responsabilidad en la invasin inglesa de las islas Malvinas, (hecho que si bien se le atribuye a Rosas, ocurri en realidad durante el Gobierno de Balcarce -el 3 de enero de 1833-, que sucedi transitoriamente a Rosas embarcado en su campaa al desierto). Estas Islas, que haban sido objeto de disputa entre Espaa e Inglaterra, se encontraban en posesin de Espaa al momento de Declararse la Independencia Argentina, e Inglaterra implcitamente reconoci la continuidad jurdica de los derechos argentinos sobre las posesiones espaolas al celebrar el tratado de Amistad, Comercio y Navegacin, firmado en Buenos Aires el 2 de febrero de 1825, a pocos aos de la Independencia argentina y ratificado por el Gobierno Britnico en el mes de mayo de ese mismo ao. Adems, las Islas Malvinas haban sido pobladas por el Gobierno de Buenos Aires y se haba designado un Gobernador. No obstante, la supremaca lograda no estuvo asociada a un apoyo incondicional de toda la poblacin. Rosas debi enfrentar, por el contrario, una dura resistencia durante el curso de su gobierno.

Juan Manuel de Rosas

13

InterregnoA fines de 1832, la legislatura reeligi a Rosas. Se dijo durante muchos aos que rechaz su reeleccin porque no se le concedan las facultades extraordinarias, lo que no es exacto: no se senta capaz de gobernar -ni quera hacerlo- sin la unanimidad de la opinin pblica en su favor. Esperara que lo llamaran desesperadamente, mientras buscaba la forma de hacerse imprescindible. En su lugar fue electo Juan Ramn Balcarce, importante militar de la poca de la guerra de independencia y jefe de un grupo federal no totalmente rosista. Rosas termin su gobierno el 18 de diciembre de 1832.

Campaa al desiertoVase tambin: Campaa de Rosas al Desierto

La llanura pampeana bonaerense haba estado sometida al dominio blanco apenas en una franja estrecha junto al Paran y el Ro de la Plata, por lo menos hasta la dcada de 1810. Desde entonces, la frontera se haba adelantado hasta una lnea que pasaba aproximadamente por las actuales ciudades de Balcarce, Tandil y Las Flores. En cuanto baj del gobierno, coordin la campaa con los de Mendoza, de San Luis y de Crdoba para hacer una batida general, que adems sera acompaada por otra que realizara el general Manuel Bulnes en Chile. La comandancia general le fue ofrecida a Facundo Quiroga, pero ste no particip en ella. Concentr y adiestr la tropa en su estancia de Los Cerrillos, en Monte, y partieron de all en marzo de 1833. La columna oeste, al mando de Jos Flix Aldao, recorri un territorio que haba sido "limpiado" de aborgenes recientemente, por lo que se limit a llegar al ro Colorado. La del centro venci al cacique ranquel Yanquetruz y regres rpidamente. La que hizo la mayor parte de la campaa fue la del este, al mando del propio Rosas. ste se estableci a orillas del ro Colorado cerca de la actual localidad de Pedro Luro y envi cinco columnas hacia el sur y hacia el oeste, que consiguieron derrotar a los caciques ms importantes. A continuacin firm tratados de paz con otros, secundarios hasta entonces, que se convirtieron en tiles aliados. Al ao siguiente se sumara el ms importante de ellos, Calfucur. Durante los primeros aos de su segundo gobierno, la poltica de Rosas para con los indios alternara tratados de paz y donaciones con campaas de exterminio. Slo despus de la crisis que comenz en 1839 la cambi por una poltica de paz permanente. La campaa tambin incorpor cientficos que reunieron informacin sobre la zona recorrida,[8] pero las regiones desrticas quedaron en manos de los indios. Se asegur la tranquilidad para los campos y pueblos ya formados, y se logr un relativo avance en el sudoeste de la provincia, pero los adelantos de la frontera seran mucho menos espectaculares que los de la campaa de Roca en 1879. Lo ms importante que logr Rosas fue poner de su lado al ejrcito, a los estancieros y la opinin pblica. Y el eterno agradecimiento de las provincias de Mendoza, San Luis, Crdoba y Santa Fe, que se vieron libres de saqueos importantes por muchos aos. Sin embargo, el nico grupo de indios que no fue totalmente dominado, los Ranqueles, siguieron siendo vistos como un problema para los ciudadanos de estas provincias. El precio a pagar por la paz fue sostener a las tribus amigas con entregas anuales de ganado, caballos, harina, tejidos y aguardiente. A partir de este momento, las tribus cazadoras dependieron de las entregas de alimentos, y fueron considerados por los bonaerenses como costosos parsitos del erario pblico, olvidando que desde el punto de vista de Rosas los pagos eran un precio a pagar por el uso de territorios que ellos consideraban suyos. Esta actitud pacificadora, y el cumplimiento de los pactos celebrados, le ganaron a Rosas el respeto de los jefes indgenas. Cuando este asumi por segunda vez la gobernacin de la provincia, el cacique Catriel en Tapalqu dijo: Juan Manuel es mi amigo. Nunca me ha engaado. Yo y todos mis indios moriremos por l. Si no hubiera sido por Juan Manuel no viviramos como vivimos en fraternidad con los cristianos y entre ellos. Mientras viva Juan Manuel todos seremos felices y pasaremos una vida tranquila al lado de nuestras esposas e hijos. Todos los que estn aqu

Juan Manuel de Rosas pueden atestiguar que lo que Juan Manuel nos ha dicho y aconsejado ha salido bien.[9] Aos despus de la cada de Rosas, el mismo Catriel sealaba: Nuestro hermano Juan Manuel indio rubio y gigante que vino al desierto pasando a nado el Samborombn y el Salado y que jineteaba y boleaba como los indios y se loncoteaba con los indios y que nos regal vacas, yeguas, caa y prendas de plata, mientras l fue Cacique General nunca los indios malones invadimos, por la amistad que tenamos por Juan Manuel. Y cuando los cristianos lo echaron y lo desterraron, invadimos todos juntos citado por Julio A. Costa en Roca y Tejedor[10] Ms tarde, el propio Rosas dirigira la redaccin de una Gramtica de la lengua pampa. En esta campaa se destacaron algunos oficiales que formaran la siguiente generacin de militares porteos: Pedro Ramos, ngel Pacheco, Domingo Sosa, Hilario Lagos, Mariano Maza, Jernimo Costa, Pedro Castelli y Vicente Gonzlez (el Carancho del Monte).

14

La revolucin "de los Restauradores"Mientras Rosas estaba en su campamento del ro Colorado, los desacuerdos internos del partido federal iban en aumento. Una de las fracciones era ideolgicamente liberal, y deseaba la organizacin constitucional; en sus filas militaban el gobernador Balcarce y sus ministros Enrique Martnez y Flix Olazbal. Sus adversarios, leales a Rosas, los llamaban lomos negros, debido a que el reverso de la lista en la cual se postulaban era de color negro. En el partido de Rosas figuraban estancieros, militares y comerciantes minoristas. El enfrentamiento se condujo principalmente en la prensa, dividida en dos bandos, que se atacaban escandalosamente; el gobierno decidi procesar a varios peridicos opositores y uno o dos oficialista. Entonces se puso en accin Encarnacin Ezcurra, esposa y consejera de Rosas, que reuna diariamente a sus aliados en su casa, y organizaba las manifestaciones y agresiones contra los opositores. Cuando se anunci el juicio a los peridicos, uno de ellos era llamado "El Restaurador de las Leyes". Encarnacin hizo empapelar la ciudad con la noticia de que iba a ser enjuiciado el Restaurador, lo que la gente interpret como un juicio al jefe del partido federal. Se produjo una gran manifestacin, y sus participantes se reunieron en las afueras de la ciudad; en su ayuda vino el general Agustn de Pinedo, que puso a sitio a la ciudad, provocando unos das ms tarde la renuncia de Balcarce. En su lugar fue nombrado nuevamente Viamonte, y en los das siguientes abundaron las agresiones de los partidarios de Rosas, organizados en la Sociedad Popular Restauradora, formada por las clases medias no educadas de la ciudad y parte de los oficiales de origen humilde. Su brazo armado era La Mazorca, un grupo de agitadores que tambin atacaban las casas de los opositores a Rosas y causaban desmanes. Por el momento, casi no hubo asesinatos. Unos meses despus llegaba Rosas de regreso a Buenos Aires, y Viamonte se vio obligado a renunciar. En su lugar fue elegido Rosas, pero no acept porque no se le concedan las facultades extraordinarias. No se senta capaz de gobernar ni le interesaba hacerlo bajo las limitaciones de un "estado de derecho". Fue electo gobernador su amigo Manuel Vicente Maza, presidente de la legislatura.

Juan Manuel de Rosas

15

Segundo gobiernoAl estallar un conflicto que se haba suscitado entre Salta y Tucumn, Rosas logr que Maza enviara como mediador al general Facundo Quiroga, que resida en Buenos Aires. En el trayecto fue emboscado y asesinado en Barranca Yaco (provincia de Crdoba) por Santos Prez, un sicario vinculado a los hermanos Reynaf, que gobernaban Crdoba. Esta muerte provoc la renuncia de Maza; el clima de inestabilidad y violencia oblig a la legislatura a llamar de regreso al gobierno a Rosas, que asumi el 13 de abril de 1835, y a otorgarle la condicin que exigi: la "suma Bandera militar argentina usada por los regimientos federales. del poder pblico", esto es, la representacin y ejercicio de los tres poderes del Estado, sin necesidad de rendir cuenta de su ejercicio. Por otro lado, todo este asunto le dio a Rosas la oportunidad nica de no compartir el mando del partido federal, que hasta entonces se haba repartido con Quiroga y Lpez. ste, en tanto que protector de los Reynaf, qued muy debilitado; y morira a mediados de 1838. Incluso los caudillos con poder propio cayeron en su rbita, como Juan Felipe Ibarra, de Santiago del Estero, y Jos Flix Aldao, de Mendoza. La suma del poder pblico se le otorg con el compromiso de: 1. Conservar, defender y proteger la religin Catlica Apostlica Romana. 2. Sostener la causa nacional de la Federacin. 3. El ejercicio de la suma del poder pblico durara "todo el tiempo que el Gobernador considere necesario". No disolvi la legislatura ni los tribunales, por lo que era apenas una forma de poner ms claro el carcter excepcional que tena su mandato. La diferencia aparecera despus, cuando Rosas hiciera uso de todo ese poder. Debido a que el pas no contaba por entonces con una Constitucin propia (la cual recin iba a ser sancionada a su cada, en 1853), los poderes de los que goz Rosas en su segundo mandato se han equiparado a los de un Presidente de facto, ya que no contaba con el reconocimiento de iure como tal. Cierta parte de la historiografa argentina sigue considerando a Rosas un dictador, mientras que la corriente revisionista le niega tal carcter, considerndolo un defensor de la soberana nacional. Una vez conseguidos estos nuevos poderes, impuso los criterios federales y form alianzas con los lderes de las dems provincias argentinas, logrando el control del comercio y de los asuntos exteriores de la Confederacin. La Sala de Representantes nombr gobernador a Juan Manuel de Rosas por el quinquenio que comprende de 1835 a 1840. Antes de asumir semejante responsabilidad, el Restaurador exigi que se realizara un plebiscito, cuyo resultado fue 9.713 votos a favor y 7 en contra. Cabe destacar que por esos tiempos la provincia de Buenos Aires contaba con 60.000 habitantes, de los cuales no accedan al sufragio las mujeres ni los nios. No se tiene an noticia de ciudadano alguno que no fuese a votar. Debo decirlo en obsequio de la verdad histrica, nunca hubo un gobierno ms popular, y deseado, ni ms bien sostenido por la opinin. Los unitarios que en nada haban tomado parte, lo reciban al menos con indiferencia, los federales lomos negros, con desdn, pero sin oposicin; los ciudadanos pacficos lo esperaban como una bendicin y un trmino a las crueles oscilaciones de dos largos aos; la campaa, en fin, como el smbolo de su poder y la humillacion de los cajetillas de la CIUDAD. [...]

Juan Manuel de Rosas "[...] Concibese como ha podido suceder que en una provincia de cuatrocientos mil habitantes, segn lo asegura la Gaceta, slo hubiese tres votos contrarios al gobierno? Seria acaso que los disidentes no votaron? Nada de eso! No se tiene an noticia de ciudadano alguno que no fuese a votar; los enfermos se levantaron de la cama a ir a dar su asentimiento, temerosos de que sus nombres fueran inscritos en algn negro registro; porque as se haba insinuado. El terror estaba ya en la atmsfera, y aunque el trueno no haba estallado an, todos vean la nube negra y torva que vena cubriendo el cielo." Domingo F. Sarmiento[11] En este sentido, un retrato vvido de esa poca ha sido el legado por la pluma de Esteban Echeverra en El matadero, cuento precursor del realismo rioplatense que transcurre en la provincia de Buenos Aires durante los aos 30'. Desde la ptica opositora, Echeverra describi las contiendas entre unitarios y federales, y las figuras del caudillo Juan Manuel de Rosas y sus seguidores, atribuyendo a estos ltimos cualidades brutales y sanguinarias. En cuanto asumi, orden la captura de Santos Prez y los Reynaf, y tras un juicio que tard aos, fueron condenados a muerte y ejecutados. El juicio le dio a Rosas una autoridad nacional en un mbito inesperado: su provincia tena un tribunal penal de autoridad nacional. Esa autoridad no era legal pero era real, y aport cierta unidad a la administracin nacional. Elimin de todos los cargos pblicos a sus opositores: expuls a todos los empleados pblicos que no fueran federales "netos", y borr del escalafn militar a los oficiales sospechosos de opositores, incluyendo a los exiliados. A continuacin hizo obligatorio el lema de "Federacin o muerte", que sera gradualmente reemplazado por "Mueran los salvajes unitarios!", para encabezar todos los documentos pblicos; e impuso a los empleados pblicos y militares el uso del cintillo punz, que pronto sera usado por todos. Por oposicin, ms tarde los unitarios llevaran divisas celestes, lo que tuvo un resultado inesperado: la bandera argentina era, hasta ese momento, de color azul y blanco. Los ejrcitos de Rosas la empezaron a usar con un color azul oscuro, casi violeta; para diferenciarse, los unitarios la utilizaron de color celeste y blanco.[12]

16

La Ley de AduanasEl gobernador de Corrientes, Pedro Ferr, realiz un enrgico planteo reclamando medidas proteccionistas para los productos de origen local, cuya produccin se deterioraba debido a la poltica de libre comercio de Buenos Aires. El 18 de diciembre de 1835, Rosas sancion la Ley de Aduanas en respuesta a ese planteo, que determinaba la prohibicin de importar algunos productos y el establecimiento de aranceles para otros casos. En cambio mantena bajos los impuestos de importacin a las mquinas y los minerales que no se producan en el pas. Con esta medida buscaba ganarse la buena voluntad de las provincias, sin ceder lo esencial, que eran las entradas de la Aduana. Estas medidas impulsaron notablemente el mercado interno y la produccin del interior del pas. Sin embargo, Buenos Aires continu siendo la principal ciudad. Se naca de un impuesto bsico de importacin del 17% y se iba aumentando para proteger a los productos ms vulnerables. Las importaciones vitales, como el acero, el latn, el carbn y las herramientas agrcolas pagaban un impuesto del 5%. El azcar, las bebidas y productos alimenticios el 24%. El calzado, ropas, muebles, vinos, coac, licores, tabaco, aceite y algunos artculos de cuero el 35%. La cerveza, la harina y las papas el 50%. El efecto inesperado, pero que Rosas haba considerado correctamente, era que disminuyeron las importaciones, pero el crecimiento del mercado interno compens esa cada. De hecho, los impuestos por importacin aumentaron significativamente. Ms tarde, bajo el efecto de los bloqueos, se redujeron estas tasas de importacin, pero nunca volvieron a ser tan bajas como en la poca de Rivadavia, ni tanto como seran despus de su cada. Simultneamente pretendi obligar a Paraguay a incorporarse a la Confederacin Argentina ahogndola econmicamente, para lo cual impuso una fuerte contribucin al tabaco y los cigarros. Como tema que entraran de contrabando por Corrientes, esos impuestos alcanzaron tambin a los productos correntinos. La medida contra el Paraguay fracas, pero tendra graves consecuencias respecto de Corrientes.

Juan Manuel de Rosas Su poltica econmica fue decididamente conservadora: control los gastos al mximo, y mantuvo un equilibrio fiscal precario sin emisiones de moneda ni endeudamiento. Tampoco pag la deuda externa contrada en tiempos de Rivadavia, salvo en pequeas sumas durante los pocos aos en que el Ro de la Plata no estuvo bloqueado. El papel moneda porteo mantuvo muy estable su valor y circul por todo el pas, reemplazando a la moneda metlica boliviana, con lo cual contribuy a la unificacin monetaria del pas. El Banco Nacional fundado por Rivadavia estaba controlado por comerciantes ingleses y haba provocado una grave crisis monetaria con continuas emisiones de papel moneda, continuamente depreciado. En 1836, Rosas lo declar desaparecido, y en su lugar fund el Banco de la Provincia de Buenos Aires.[13] Su administracin era sumamente prolija, anotando y revisando puntillosamente los gastos e ingresos pblicos, y publicndolos casi mensualmente. Incluso, cuando ms tarde castig a sus enemigos con embargos de sus bienes no realiz confiscaciones, a diferencia de lo que hizo Lavalle antes que l, o Valentn Alsina y Pastor Obligado despus hizo que se les entregaran a los parientes de los as castigados recibos detallados de todo lo embargado. El 1 de diciembre de 1838, Rosas separ del cargo de Decano del Superior Tribunal de Justicia al Dr. Miguel Mariano de Villegas, por no merecer la confianza del gobierno se cuenta que obr as por haberle dado un voto en contra de su indicacin siendo de esta manera desterrado a la Estancia de Juan Jos Viamonte hasta el 5 de marzo de 1839.

17

La poltica exteriorEn el norte, las ambiciones del dictador boliviano Andrs de Santa Cruz, que dominaba la recin fundada Confederacin Per-Boliviana y quiso invadir Jujuy y Salta con el apoyo de algunos emigrados unitarios, llevaron a una guerra entre esos pases y Argentina. La guerra estuvo a cargo del "protector" Heredia, gobernador de Tucumn. ste era el ltimo de los caudillos federales que hizo alguna sombra a Rosas, pero el Restaurador logr disciplinarlo por medio de la financiacin de esta guerra. A fines de 1838, con el asesinato de Heredia a manos de uno de sus oficiales, se paralizaron las operaciones y desapareci su ltimo competidor federal; tal vez por eso mismo al ao siguiente aparecieron enemigos internos decididamente no federales. Las relaciones con Brasil fueron muy malas, pero nunca se lleg a la guerra, por lo menos hasta Caseros. Nunca hubo problemas con Chile, aunque en ese pas se refugiaban muchos opositores, que llegaron a lanzar algunas expediciones desde all contra las provincias argentinas. Con Paraguay, la poltica de Rosas se limit a pretender reincorporarlo a la Argentina. Aunque nunca se iniciaron acciones directas en ese sentido, mantuvo el bloqueo de los ros interiores, a fin de forzar al Paraguay a negociar su incorporacin a la Confederacin, cosa que no consigui. En Uruguay, el nuevo presidente Manuel Oribe se libr de la tutora de su antecesor Fructuoso Rivera. Pero ste, con apoyo de unitarios de Montevideo (entre ellos Lavalle) y de los imperiales brasileos establecidos en Ro Grande del Sur, form el partido colorado (al que Oribe le opuso el partido "blanco") y se lanz a la revolucin inicindose la llamada Guerra Grande. A mediados de 1838 comenz el sitio de parte de los colorados al gobierno, resguardado tras los muros de Montevideo. Los colorados tuvieron desde el primer momento el apoyo de la flota francesa y el protectorado brasileo. Ante esto, Oribe renunci en octubre de 1838, dejando en claro que lo haba obligado una flota extranjera y se retir a Buenos Aires.

El bloqueo francsLos peores problemas empezaron con Francia: la poltica exterior francesa haba permanecido en un perfil bajo por dos dcadas, hasta que el rey Luis Felipe intent recuperar para Francia su papel de gran potencia, obligando a varios pases dbiles a hacerle concesiones comerciales y, cuando era posible, reducirlos a protectorados o colonias. Ese fue el caso de Argelia, por slo citar un ejemplo. Desde 1830, Francia buscaba aumentar su influencia en Amrica Latina y, especialmente, lograr la expansin de su comercio exterior. Consciente del poder ingls, en 1838 el rey Luis Felipe expona ante el parlamento que solo con el apoyo de una poderosa marina podran abrirse nuevos mercados a los productos franceses.

Juan Manuel de Rosas Al ver que la Argentina no estaba organizada constitucionalmente, pensaron que podan, al menos, obligarla a concesiones comerciales. En noviembre de 1837, el vicecnsul francs se present al ministro de relaciones exteriores, Felipe Arana, exigindole la liberacin de dos presos de nacionalidad francesa, el grabador Csar Hiplito Bacle, acusado de espionaje a favor de Santa Cruz, y el contrabandista Lavi. Tambin reclamaba un acuerdo similar al que tena la Confederacin Argentina con Inglaterra y la excepcin del servicio militar para sus ciudadanos (que en ese momento eran dos). Arana rechaz las exigencias, y meses ms tarde, en marzo de 1838 la armada francesa bloque el puerto de Buenos Aires y todo el litoral del ro perteneciente a la Repblica Argentina. Y lo extendi a las dems provincias litorales, para debilitar la alianza de Rosas con ellas, ofreciendo levantar el bloqueo contra cada provincia que rompiera con l. Tambin en octubre de 1838, la escuadra francesa atac la isla Martn Garca, derrotando con sus caones y su numerosa infantera a las fuerzas del coronel Jernimo Costa y del mayor Juan Bautista Thorne. Debido al desempeo honroso y valiente demostrados por los argentinos, fueron conducidos a Buenos Aires y dejados en libertad, con una nota del comandante francs Hiplito Daguenet, haciendo saber tal circunstancia a Rosas, en los siguientes trminos: ... Encargado por el Seor Almirante Le Blanc,comandante en jefe de la estacin del Brasil, y de los mares del Sud, de apoderarme de la isla de Martn Garca con las fuerzas puestas a mi disposicin para tal objeto, desempe el 14 de este la misin que me haba sido confiada.Ella me ha presentado la oportunidad de apreciar los talentos militares del bravo coronel Costa, gobernador de esa isla y de su animosa lealtad hacia su pas. Esta opinin tan francamente manifestada es tambin la de los capitanes de corbetas francesas la "Expeditive" y la "Bordelaise", testigos de la increble actividad del seor coronel Costa, como de las acertadas disposiciones tomadas por este oficial superior, para la defensa de la importante posicin que estaba encargado de conservar. Lleno de estimacin por l he credo que no podra darle una prueba mejor de los sentimientos que me ha inspirado, que manifestando a V. E. su bizarra conducta durante el ataque dirigido contra l, el 11 del corriente,por fuerzas muy superiores a las de su mando..." El bloqueo afect mucho la economa de la provincia, al cerrar las posibilidades de exportar. Eso dej muy descontentos a los ganaderos y a los comerciantes, muchos de los cuales se pasaron silenciosamente a la oposicin. Sobre el reclamo particular de Francia, esto es, la eximicin del servicio de armas para sus sbditos, el gobierno de Buenos Aires retras la respuesta por ms de dos aos. Rosas no se opona a reconocer a los residentes franceses en el Ro de la Plata el derecho a un trato similar al que se daba a los ingleses, pero slo estuvo dispuesto a reconocerlo cuando Francia envi un ministro plenipotenciario, con plenos poderes para la firma de un tratado. Eso significaba un trato de igual a igual, y un reconocimiento de la Confederacin Argentina como un Estado soberano.

18

La generacin del 37En 1837 surgi un grupo de jvenes, entre los que se contaban Esteban Echeverra, Juan Bautista Alberdi, Juan Mara Gutirrez y Vicente Fidel Lpez, que se identificaban con la clase poltica que haba protagonizado el proceso independentista hasta la organizacin unitaria de 1824, y adheran a las ideas del romanticismo europeo y la democracia liberal. Este grupo logr cierta influencia a partir de dos instituciones: el Saln Literario (luego cerrado por orden de Rosas) y "La Joven Argentina", sociedad secreta fundada por Echeverra en 1838. Intentaron ser una alternativa a federales y unitarios, propiciaron una organizacin nacional mixta, y sus ideas y acciones tendran gran influencia en el proceso constitucional posterior a la cada de Rosas. Por mucho tiempo, la historia oficial los consider prceres civiles, pero posteriormente se les acus de considerar todo lo europeo superior a lo americano o espaol, de querer trasplantar Europa a Amrica sin considerar a los americanos, y de traicionar repetidamente a su propio pas. Se pronunciaron en contra de la poltica de Rosas respecto de Francia, y fueron perseguidos por la Mazorca brazo armado de la Sociedad Popular Restauradora y, si bien ninguno fue asesinado, terminaron refugiados en Montevideo. All se confundieron con los opositores refugiados, los ms antiguos de los cuales eran los unitarios, a

Juan Manuel de Rosas los que se haban sumado los lomos negros de la poca de Balcarce; formaran un grupo ms o menos homogneo, globalmente llamados "unitarios" por los partidarios de Rosas.

19

La guerra civil del 40En junio de 1838 lleg a Buenos Aires el ministro de gobierno santafesino Domingo Cullen, con la misin de obtener un acercamiento entre Rosas y la flota francesa. Pero al parecer se extralimit en sus rdenes, y negoci con el jefe de la flota el levantamiento de la misma para su provincia, a cambio de ayudar a Francia contra Rosas y suprimir la delegacin que su provincia haba hecho de las relaciones exteriores en la de Buenos Aires. Pero a mitad de la negociacin muri el gobernador Estanislao Lpez, por lo que Cullen huy a Santa Fe. All se hizo elegir gobernador, pero Rosas y el entrerriano Pascual Echage lo desconocieron como tal, con la excusa de que era espaol. Fue depuesto y reemplazado por Juan Pablo Lpez, hermano de su antecesor. Cullen huy a Santiago del Estero y se refugi en casa del gobernador Ibarra, desde donde logr organizar una invasin a la provincia de Crdoba por parte de los opositores al gobernador Manuel Lpez. stos fueron derrotados, e Ibarra envi a Cullen preso a Buenos Aires. Al llegar al lmite de la provincia de Buenos Aires, fue fusilado por el coronel Pedro Ramos en junio de 1839. Cullen haba enviado a su ministro Manuel Leiva a negociar con el gobernador correntino Genaro Bern de Astrada una alianza contra Rosas, que el correntino acept. Pero ante la cada de Cullen, busc apoyo en el uruguayo Rivera, con quien firm un tratado de alianza, que ste nunca cumpli. Y declar la guerra contra Buenos Aires y Entre Ros. El gobernador Echage invadi Corrientes y destroz al ejrcito enemigo en la batalla de Pago Largo, donde Bern pag la derrota con su vida. En mayo, con apoyo y dinero porteo, Echage invadi Uruguay, con apoyo de gran nmero de militares "blancos", dirigidos por Juan Antonio Lavalleja, Servando Gmez y Eugenio Garzn. Lleg hasta muy cerca de Montevideo, pero fue derrotado en la batalla de Cagancha. El gobierno francs no consigui mucho con su bloqueo, por lo que decidi financiar campaas militares contra Rosas, tanto pagando un fuerte subsidio al gobierno de Rivera, como a los unitarios organizados en la Comisin Argentina, dirigida por Valentn Alsina. stos buscaron un jefe militar prestigioso para dirigir la revolucin, y la eleccin cay en Lavalle, a quien Alberdi convenci de ponerse al frente de las tropas. En la propia Buenos Aires se gest un movimiento contra Rosas, cuyo mando militar cay en al coronel Ramn Maza, hijo del presidente de la legislatura, Manuel Maza. Y en el sur de la provincia se organiz el grupo llamado de los Libres del Sur, cuyos miembros estaban alarmados por la cada de las exportaciones. Y contaban con Lavalle, que deba desembarcar en la baha de Samborombn. Pero todo sali mal: el grupo de Maza fue delatado, el ex amigo de Rosas fue asesinado en su despacho oficial y su hijo el propio jefe militar fusilado. Los Libres del Sur, descubiertos, se lanzaron a la insurreccin, pero apenas dos semanas ms tarde fueron derrotados por Prudencio Rosas, hermano del gobernador, en la batalla de Chascoms. La derrota se debi a que Lavalle haba cambiado de idea: al producirse el ataque de Echage a Uruguay, decidi aprovechar para invadir Entre Ros. Como no consigui apoyo alguno en esa provincia para su cruzada contra Rosas, se dirigi a Corrientes, donde el gobernador Ferr lo puso al mando de su ejrcito. Lo primero que hizo Ferr fue lanzar contra Santa Fe al fundador de la autonoma provincial, Mariano Vera, pero ste fue rpidamente derrotado y muerto.

Juan Manuel de Rosas

20

La Coalicin del NorteDesde la muerte de Heredia, los unitarios del norte se haban ido organizando y empezaron a controlar los gobiernos de Tucumn, Salta, Jujuy y Catamarca. Rosas record que tenan en su poder el armamento enviado por l para la guerra contra Bolivia, y decidi mandar un emisario para quitrselo antes de que se pronunciaran contra l. La eleccin fue uno de los ms serios y evidentes errores en toda la carrera del Restaurador: el general Gregorio Aroz de La Madrid, lder unitario tucumano de la dcada anterior, que al llegar a Tucumn cambi de bando y se uni a los rebeldes. stos se pronunciaron contra Rosas y formaron la Coalicin del Norte, dirigida por el ministro tucumano Marco Avellaneda. Intentaron extender la alianza seduciendo a los gobernadores Toms Brizuela, de La Rioja, e Ibarra, de Santiago del Estero. Ambos eran federales, pero al primero lo convencieron dndole el mando militar supremo; Ibarra se neg. A fines de 1840, Lamadrid invadi Crdoba, donde un grupo de liberales derroc a Manuel Lpez. Incluso intentaron revoluciones en San Luis y Mendoza, pero ambas fracasaron.

Campaas de LavalleLavalle invadi Entre Ros y enfrent a Echage en dos batallas indecisas. Se refugi en la costa sur de la provincia y se embarc en la flota francesa, desembarcando en el norte de la provincia de Buenos Aires. Esquiv al general Pacheco y se dirigi hacia Buenos Aires, establecindose en Merlo, y all esper que la ciudad se pronunciara a su favor. Rosas organiz su cuartel general en los Santos Lugares actualmente San Andrs, Partido de General San Martn el mismo cuartel que ms tarde se hara famoso por los prisioneros recluidos all y por el fusilamiento de Camila OGorman. Le cerr el paso hacia la capital, mientras Pacheco lo rodeaba por el norte. Mientras tanto, el ejrcito de Lavalle se desarmaba por las deserciones, y la ciudad apoy incondicionalmente a Rosas. Entonces Lavalle retrocedi. Todos los unitarios lo criticaron mucho por esa decisin, pero realmente no poda hacer otra cosa. La retirada de Lavalle hizo que los franceses firmaran la paz con Rosas y levantaran el bloqueo. Lavalle, sin apoyo naval, ocup Santa Fe, pero su ejrcito segua disminuyendo. Por su parte, Rosas lanz en su persecucin a Pacheco, y poco despus puso a Oribe al mando del ejrcito federal.

El TerrorCuando se supo que Lavalle hua, estall el terror general en la ciudad: decenas de personas fueron asesinadas, centenares de casas saqueadas y las calles quedaron vacas. Los antiguos partidarios de los unitarios fueron perseguidos, y tambin los que fueran sospechosos de serlo, por cualquier razn. Los smbolos de los unitarios, y hasta los objetos de colores identificados con los unitarios - celeste y verde - fueron destruidos. Las casas, la ropa, los uniformes, todo lo que pudiera colorearse fue pintado de color rojo. Rosas no hizo nada para detener la masacre, y posiblemente no hubiera podido controlarla. Slo a fines de ese ao, cuando estuvo seguro de que iba a ser obedecido, anunci que a cualquiera que se lo descubriera violando una casa, robando o asesinando sera pasado por las armas. La violencia se detuvo ese mismo da. El terror del ao 40 fue la culminacin del uso poltico de la violencia por parte de Rosas y su partido. Algunos historiadores extienden la imagen de esas semanas de violencia a todo su gobierno, mientras que otros sostienen que no fue as.[14] Hubo varios perodos en los que los opositores fueron perseguidos, pero los crmenes de todos los das slo ocurrieron a fines de 1840. De hecho, Rosas us ms el terror como idea para presionar las conciencias que para eliminar personas. [citarequerida] En 1842, Rosas se autoproclam Tirano ungido por Dios para salvar a la patria.[15] [16]

Juan Manuel de Rosas

21

Final de la guerra civilLavalle se retir hacia la provincia de Crdoba, pero al entrar en ella fue derrotado en la batalla de Quebracho Herrado, lo que lo oblig a retirarse a Tucumn. All se reuni y se separ nuevamente de Lamadrid, que march a invadir Cuyo. El jefe de su vanguardia, Mariano Acha (el que haba entregado a Dorrego en manos de Lavalle), venci a Jos Flix Aldao en la batalla de Angaco, pero fue rpidamente derrotado batalla de La Chacarilla y ejecutado al poco tiempo. Unas semanas ms tarde, Lamadrid se haca nombrar gobernador de Mendoza, munido de las facultades extraordinarias tan criticadas,[17] slo para ser pronto derrotado en Rodeo del Medio. Los sobrevivientes emigraron a Chile. Lavalle esper a Oribe en Tucumn, y all fue derrotado en la batalla de Famaill, en septiembre de 1841. Su aliado Marco Avellaneda fue ejecutado, y el mismo Lavalle muri en un tiroteo casual en San Salvador de Jujuy. Sus restos fueron llevados a Potos, donde tambin se refugiaron los ltimos unitarios del norte. Los antirrosistas, sin embargo, tuvieron un xito inesperado en Corrientes, donde el general Paz destroz el ejrcito de Echage en Caaguaz. Desde all invadi Entre Ros (simultneamente con Rivera) y se hizo nombrar gobernador. Un conflicto con Ferr le oblig a huir, dejando sus fuerzas en manos de Rivera. Por esa poca hizo algunas campaas navales el futuro hroe nacional italiano Giuseppe Garibaldi, que en los ros argentinos y uruguayos asol las poblaciones y caseros; y aunque el Almirante Brown resalt la valenta del italiano,[18] consider la actuacin de sus subordinados pirtica.[19] En Santa Fe, Juan Pablo Lpez se pas al bando contrario despus de la derrota de la Coalicin del Norte, de modo que Oribe regres y lo derrot fcilmente en abril de 1842. Se refugi junto a Rivera, en el este de Entre Ros, donde Oribe los derrot en Arroyo Grande, en diciembre de 1842. Muchos de los prisioneros de estas batallas fueron ejecutados por orden de Oribe o de Rosas. Al menos, por el momento, la guerra civil haba terminado en la Argentina.

La dcada finalLos historiadores argentinos suelen atribuir grandes cambios al perodo que sigui a la cada de Rosas, cuyo gobierno habra sido un largo perodo de estancamiento. Pero esa imagen deriva de posturas ideolgicas, y no de un examen atento de los hechos. La ley de aduanas de 1836 tuvo una aplicacin variable, y se derog y volvi a aplicar segn las necesidades y los bloqueos. La combinacin de ambos procesos llev a un gran crecimiento econmico en las provincias interiores, siendo el caso de Entre Ros muy claro, pero no exclusivo. Hubo una fuerte inmigracin europea, aunque sus caractersticas fueron completamente distintas de las del perodo siguiente. Llegaron muchos inmigrantes de Irlanda, Galicia, el Pas Vasco e incluso de Inglaterra. Pero no se afincaron en colonias agrcolas, sino que debieron integrarse en una sociedad controlada por los criollos. Muchos irlandeses y vascos se dedicaron a la cra de ganado ovino, y en pocos aos lograron convertirse en propietarios. La ganadera exclusivamente vacuna fue reemplazada por otra, dominada por las ovejas, y en la cual el principal rengln de las exportaciones fue, cada vez ms, la lana. Eso llev a aumentar la dependencia econmica respecto de Inglaterra, principal compradora de lana del mundo. La sociedad argentina qued libre de toda disidencia. Quienes no se unieron al partido gobernante ni fueron muertos, simplemente emigraron. En el interior del pas, la adhesin automtica a Rosas fue impuesta por los ejrcitos porteos o por los caudillos locales. Muchos de estos haban surgido como emanaciones de la voluntad de Rosas, como Nazario Benavdez en San Juan, Mariano Iturbe en Jujuy, Manuel Saravia en Salta, Pablo Lucero en San Luis. Incluso fue obra de Rosas la llegada al poder de Urquiza en Entre Ros, pero era un caso distinto: ste era el general ms capaz del bando federal, slo comparable a Pacheco. Despus de Arroyo Grande, los triunfos ms importantes los haba obtenido l, con tropas entrerrianas y algunos refuerzos porteos. En segundo lugar, era un hombre muy rico, y aprovech su situacin de poder para enriquecerse an ms. Por ltimo, por su posicin militar, Rosas se vio

Juan Manuel de Rosas obligado a hacer la vista gorda cuando el entrerriano permita el contrabando desde y hacia Montevideo.

22

Poltica religiosaLas relaciones con la Iglesia Catlica fueron bastante complicadas: Rosas era un catlico ferviente, pero siempre reclam el patronato sobre la Iglesia en la Argentina. Recibi a los jesuitas en 1836 y les devolvi algunos de sus bienes. Pero como stos se declararan fieles al Papado en relacin al patronato y se negaran a apoyar pblicamente a Rosas en su iglesia, pocos aos ms tarde se enfrentaron al gobernador y hacia 1840 estaban enfrentados al Restaurador y terminaron exilindose en Montevideo. En todas las otras iglesias, los curas apoyaron pblicamente a Rosas, celebraron misas en agradecimiento a sus xitos y en desagravio a sus fracasos; los santos llevaban insignias de color punz y el retrato de Rosas figuraba entre los altares a los santos. Rosas toler al obispo Mariano Medrano, electo durante el gobierno de Viamonte, pero no habra aceptado ningn otro que no contara con su aprobacin. Esto es, se consideraba continuador del patronato eclesistico que haban tenido los reyes de Espaa. En esto, como en varias otras cosas, Rosas no fue una ruptura, sino un continuador de la poltica de Rivadavia. Uno de los hechos ms famosos de su gobierno fue la aventura de amor de Camila OGorman y el cura Ladislao Gutirrez, que se escaparon juntos para formar una familia. Azuzado por la prensa unitaria desde Montevideo y Chile,[20] por los propios federales, e incluso por el padre de la joven, el gobernador orden inesperadamente fusilarlos, lo que se cumpli en el campamento de Santos Lugares.

El sitio de Montevideo y una nueva rebelin correntinaDespus de la victoria de Arroyo Grande, Oribe todava tena una cuenta que saldar: atac a Rivera en el Uruguay, y se instal frente a Montevideo, a la que le puso sitio con el apoyo de varios regimientos argentinos. Apoyado por Francia, Gran Bretaa, y posteriormente Brasil, y defendido por refugiados argentinos y mercenarios europeos, Rivera logr que la ciudad resistiera hasta 1851. La flota portea del Alte. Guillermo Brown estableci el bloqueo del puerto, lo que hubiera significado la inmediata cada de la ciudad pero la escuadra anglo-francesa al mando del Comodoro Purvis, logr alejar a las embarcaciones de Buenos Aires y mantener as una va abierta para abastecer a la poblacin. Rivera fue expulsado de la ciudad, pero Oribe nunca logr capturarla. Durante todo ese tiempo, las mejores tropas de Buenos Aires quedaron inmovilizadas en el Uruguay. En la historia uruguaya, este perodo es conocido como la Guerra Grande. Corrientes se volvi a alzar contra Rosas en 1843, bajo el mando de los hermanos Joaqun y Juan Madariaga, pero no lograron exportar su rebelin a las dems provincias.[21] Tras ms de cuatro aos de resistencia, el nuevo gobernador entrerriano Justo Jos de Urquiza los venci en dos batallas, en Laguna Limpia y en Rincn de Vences. A fines de 1847, la Argentina qued uniformemente alineada detrs de Rosas.

El bloqueo anglo-francsEl gobierno de Rosas haba prohibido la navegacin por los ros interiores a fin de reforzar la Aduana de Buenos Aires, nico punto por el que se comerciaba con el exterior. Durante largo tiempo, Inglaterra haba reclamado la libre navegacin por los ros Paran y Uruguay para poder vender sus productos. En cierta medida, esto hubiera provocado la destruccin de la pequea produccin local, pero la nica provincia beneficiada por esa poltica fue la de Buenos Aires, ya que se prohiba comerciar por los puertos fluviales. Debido a esta disputa, el 18 de septiembre de 1845 las flotas inglesas y francesas bloquearon el puerto de Buenos Aires e impidieron que la flota portea apoyara a Oribe en Montevideo. De hecho, la escuadra del almirante

Juan Manuel de Rosas Guillermo Brown fue capturada por la flota britnica. La flota combinada avanz por el ro Paran, intentando entrar en contacto con el gobierno rebelde de Corrientes y con Paraguay, cuyo nuevo presidente, Carlos Antonio Lpez, pretenda abrir en algo el rgimen cerrado heredado del Dr. Francia. Lograron vencer la fuerte defensa que hicieron las tropas de Rosas, dirigidas por su cuado Lucio Norberto Mansilla en la batalla de Vuelta de Obligado pero meses ms tarde fueron derrotados en la batalla de Quebracho. Esas batallas hicieron demasiado costoso el triunfo, por lo que no se volvi a intentar semejante aventura. Al saber las noticias sobre la defensa de la soberana argentina en el Plata, el general San Martn, que viva en Francia, escribi: ... Sobre todo, tiene para m el general Rosas que ha sabido defender con toda energa y en toda ocasin el pabelln nacional. Por esto, despus del combate de Obligado, tentado estuve de mandarle la espada con que contribu a defender la independencia americana, por aquel acto de entereza, en el cual, con cuatro caones, hizo conocer a la escuadra anglofrancesa, que pocos o muchos, sin contar los elementos, los argentinos saben siempre defender su independencia. Ernesto Quesada, La poca de Rosas.Ediciones Del Restaurador, Buenos Aires, 1950, pg. 63. Ya en su testamento redactado el 23 de enero de 1844 -un poco ms de un ao y medio antes de Obligado- ya haba legado su sable corvo, la espada ms preciada que tena, la que haba usado en Chacabuco y Maip, al gobernador Rosas, el que la recibir despus del fallecimiento del Libertador. Cit. por Ricardo Font Ezcurra, San Martn y Rosas. Buenos Aires, Edit Juan Manuel de Rosas, 1965. "El sable que me ha acompaado en toda la guerra de la independencia de la Amrica del Sud, le ser entregado al General de la Repblica Argentina don Juan Manuel de Rosas como una prueba de la satisfaccin que, como argentino, he tenido al ver la firmeza con que ha sostenido el honor de la Repblica contra las injustas pretensiones de los extranjeros que trataban de humillarla."[22] Gran Bretaa levant el bloqueo en 1847, aunque recin en 1849, con el tratado Arana-Southern, no se concluy definitivamente este conflicto. Francia tard un ao ms, hasta la firma del tratado Arana-Lepredour. Estos tratados reconocan la navegacin del ro Paran como una navegacin interna de la Confederacin Argentina y sujeta solamente a sus leyes y reglamentos, lo mismo que la del ro Uruguay en comn con el Estado Oriental. Vase tambin: Batalla de la Vuelta de Obligado y Batalla de Quebracho

23

La cadaDespus de la retirada de Francia y Gran Bretaa, Montevideo slo dependa del Imperio del Brasil para sostenerse. ste, que era garante de la independencia de Uruguay, haba abusado de esa condicin en provecho propio. Rosas consider inevitable una guerra con Brasil, y pretendi aprovecharla para reconquistar las Misiones Orientales. Declar la guerra al Imperio y nombr comandante de su ejrcito a Urquiza. Varios personajes del partido federal acusaron a Rosas de lanzarse a esta nueva aventura slo para eternizar la situacin de guerra que ste usaba como excusa para no convocar una convencin constituyente. En cierto sentido, ambos bandos tenan razn. Los ms inteligentes de sus opositores se convencieron de que no se poda vencer a Rosas slo con los unitarios. El general Paz, por ejemplo, crea que alguno de sus caudillos subalternos era quien lo iba a derribar; y pens en Urquiza. Urquiza no senta ningn anhelo de libertad diferente del de Rosas, aunque su estilo era distinto en varios aspectos. Pero a fines del ao 1850, Rosas le orden que cortara el contrabando desde y hacia Montevideo, que haba beneficiado enormemente a Entre Ros en los aos anteriores.[23] Afectado econmicamente, ya que el paso obligado por la Aduana de Buenos Aires para comerciar con el exterior era un problema econmico de magnitud para su provincia, Urquiza se prepar a enfrentar a Rosas.

Juan Manuel de Rosas Pero no pretendi derrotar a semejante enemigo a la manera de los unitarios, lanzndose a la aventura; tras varios meses de negociaciones, acord una alianza secreta con Corrientes y con el Brasil. El gobierno imperial se comprometi a financiar sus campaas y transportar sus tropas en sus buques, adems de entregar enormes sumas de dinero al propio Urquiza para su uso personal, podemos creer que destinado a fines polticos. El 1 de mayo de 1851, lanz su Pronunciamiento, por el que reasumi la conduccin de las relaciones exteriores de su provincia, aceptando inesperadamente la renuncia que todos los aos Rosas haca de las mismas.[24] Urquiza tampoco se lanz directamente sobre su enemigo, sino que primero atac a Oribe en Uruguay. Lo oblig a capitular con l y entregar el gobierno a una alianza de los disidentes de su partido con los colorados de Montevideo. A continuacin se apoder del armamento argentino que formaba parte de las fuerzas de Oribe y de sus soldados, que fueron incorporados al Ejrcito Grande de Urquiza como si fueran ganado. Slo entonces, Urquiza se traslad a Santa Fe, derroc all a Echage y atac a Rosas. Tras la defeccin de Pacheco, Rosas asumi el comando de su ejrcito,[25] al frente del cual fue derrotado en la batalla de Caseros, el 3 de febrero de 1852. Tras la derrota, Rosas abandon el campo de batalla acompaado slo por un ayudante y firm su renuncia en el "Hueco de los sauces" (actual Plaza Garay de la ciudad de Buenos Aires): " Creo haber llenado mi deber con mis conciudadanos y compaeros. Si ms no hemos hecho en el sostn de nuestra independencia, nuestra identidad, y de nuestro honor, es porque ms no hemos podido." Muchos aos ms tarde, Urquiza declarara, en una correspondencia particular: "Toda mi vida me atormentar constantemente el recuerdo del inaudito crimen que comet al cooperar, en el modo en que lo hice, a la cada del General Rosas. Temo siempre ser medido con la misma vara y muerto con el mismo cuchillo, por los mismos que por mis esfuerzos y gravsimos errores, he colocado en el poder."[26]

24

Exilio y muerteRosas se refugi en el consulado britnico, la tarde del da siguiente, protegido por el cnsul britnico Robert Gore, parti hacia Gran Bretaa en el buque de guerra britnico Conflict. Se instal en las afueras de Southampton.[27] All vivi en una granja obsequiada por el gobierno ingls, donde intent reproducir algunas de las caractersticas de una estancia de la pampa. Recibi muy pocas visitas, pero escribi un buen nmero de cartas a quienes haban sido sus amigos. En general, trataban de su situacin econmica, de testimonios sobre su propia vida y algo sobre poltica actual.

Su tumba en el cementerio de la Recoleta.

Complicando an ms su propia imagen, ya bastante controvertida, escribi a Mitre que lo que le convena a Buenos Aires era separarse del resto del pas y establecerse como una nacin independiente.[28] Nunca aprendi a hablar ingls ni ningn otro idioma.[29] Muri en su estancia de Southampton el 14 de marzo de 1877. Cuando la noticia de su muerte lleg a Buenos Aires, el gobierno prohibi hacer ningn funeral ni misa en favor de su alma, y organiz un responso por las vctimas de su "tirana". Por otro lado, nunca hubo un funeral pblico por las vctimas de las dictaduras de Lavalle y Paz.

Juan Manuel de Rosas

25

Despus de RosasDespus de la cada de Rosas, Urquiza se apresur a reunir un Congreso Constituyente en Santa Fe, que sancion la Constitucin Argentina de 1853, del 1ro de mayo de ese ao. Y al ao siguiente asumi como el primer presidente de la Argentina. Pero la provincia de Buenos Aires, dominada por los unitarios (y muchos antiguos colaboradores de Rosas) se neg a participar en esa Constitucin y se separ del pas. Este fracaso, y las largas guerras civiles que siguieron, por lo menos hasta 1880 (en las cuales participaron miembros del partido federal hasta 1873), justificaron el descreimiento de Rosas en la esperada accin pacificadora y modernizadora de la constitucin que haba combatido. Tampoco hubo un cambio significativo en el respeto de los derechos humanos, y hombres como Bartolom Mitre y Domingo Memorial en Southampton en el Old Cemetery Faustino Sarmiento, que se haban quejado amargamente de las (Cementerio antiguo). persecuciones sufridas, persiguieron con extrema crueldad a sus opositores federales, a quienes negaron los derechos ms elementales, ejecutando a muchos de ellos con la excusa de que no eran partidarios en armas, sino simples bandidos. Algunos de los crticos ms emblemticos de Rosas y su gobierno haban sido polticos de ideologa liberal como Juan Bautista Alberdi (aunque este luego cambiara en parte su opinin), Mitre y Sarmiento. stos debieron emigrar hacia pases como Uruguay y Chile en ese perodo. Tras la batalla de Caseros, todos ellos regresaron y el pensamiento de Alberdi y su obra Bases y puntos de partida para la organizacin poltica de la Repblica Argentina, conjuntamente con el modelo estadounidense, y las constituciones anteriores fueron los puntos de partida de la nueva Carta Magna. Sus restos recin fueron repatriados en el ao 1989, y poco despus se construy su primer monumento en Buenos Aires, en la Plaza Int. Seeber, en Palemo. Algunos pueblos de la Argentina (e incluso una avenida de San Carlos de Bariloche) recuerdan al Restaurador, pero en la ciudad de Buenos Aires no existe ninguna calle con su nombre, ni tampoco hay pueblo alguno que lo lleve.[30] [31] Actualmente, el Estado Argentino manifiesta el reconocimiento a la figura de Rosas incluyendo su imagen en los billetes de 20 pesos de curso legal.

La imagen de la historia oficialLos fundadores de la historiografa nacional fueron Sarmiento, Mitre, Vicente Fidel Lpez, todos ellos opositores a Rosas. En sus definiciones presentaron a Rosas como una figura altamente repudiable. Se lo consider como un brbaro, un atrasado. Ms adelante se hizo hincapi en otras facetas, tales como la eliminacin de toda forma de disenso y la presunta falsedad de su federalismo. Muchos historiadores hacen hincapi en cosas tales como recordar que se llamaba Rozas y no Rosas, que habra posedo esclavos lo cual es falso, que no import la arquitectura europea ni se preocup por tareas municipales en la ciudad de Buenos Aires. En algunos textos se lleg a afirmar cosas ms absurdas, como de arrojar los cadveres de sus vctimas al pozo del que se sacaba el agua para los soldados de Santos Lugares. Se lleg a escribir que durante su primer gobierno no llovi jams, y que cuando baj del mismo, florecieron todos los rboles de la ciudad.[32]

Juan Manuel de Rosas

26

El revisionismoEl caso de Rosas es realmente extremo, y hasta el da de hoy se sigue discutiendo sobre l. Tras largas dcadas de uniformidad antirrosista, la aparicin de la Historia de la Confederacin Argentina, en que Adolfo Saldas rescat lo positivo de su figura, revolvi todo el ambiente historiogrfico argentino. En la segunda y tercera dcada del siglo XX, la aparicin del revisionismo histrico en Argentina rescat la figura del Restaurador, elevndolo al sitial de los mayores prceres de la historia. En primer lugar, los revisionistas destacaron la accin de Rosas como la de un defensor de la soberana nacional frente a las dos mayores potencias de su poca. Tambin destacaron su papel como organizador de la unin nacional previa a la sancin de la Constitucin. Muchos de estos revisionistas rescataron la figura de Rosas para defender la idea de un gobierno fuerte, autoritario, para su propia poca. Entre ellos figuraron muchos personajes que adhirieron al movimiento peronista, aunque no todos vean a Pern como un gobernante fuerte. Desde mediados del siglo XX apareci una nueva camada de historiadores, entre los que se destacaron Enrique Barba y Flix Luna, que atacaron el sistema de Rosas por haber eliminado toda forma de disenso, por antidemocrtico, y tambin haber hecho de su gobierno un sistema centrado en el culto a su persona. La figura de Rosas se ha visto asociada con Yrigoyen y con Pern; primero por sus opositores, y luego, orgullosamente, por sus partidarios. Los partidarios del liberalismo econmico atacan hasta el da de hoy la memoria de Rosas, mientras que rescatan su figura los partidarios de alguna manera de proteccionismo o de nacionalismo. Hoy en da, los historiadores tratan de llegar a un equilibrio en su anlisis de la figura de Rosas, de su sistema poltico y de su poca. Sin embargo, no cabe esperar que ese equilibrio sea alcanzado en los prximos aos, ni que sea aceptado por todos.

El hombre RosasEl gobernador Rosas era un hombre disciplinado y que exiga disciplina. Con disciplina y autodisciplina haba logrado hacerse rico y administrar un sistema complejo de estancias y saladeros, y as era como haba logrado organizar a sus Colorados del Monte. Y aplic ese sistema a su vida y su administracin. Por la maana conceda audiencias, en las que administraba justicia y tomaba decisiones rpidas, casi como un seor feudal. Por la tarde se dedicaba a contestar la correspondencia y revisar las cuentas pblicas, tarea que lo obligaba a concentrar su atencin en cada papel producido por la administracin pblica, an en los que trataban de minucias. Eso le exiga un esfuerzo enorme, que pagara ms tarde en forma de lentitud en las decisiones claves (como cuando se le viniera encima la batalla de Caseros). Su relacin con Encarnacin fue muy estrecha: ella era una consejera poltica para l; cuando muri, en 1838, orden hacerle funerales dignos de un jefe de estado. Su hijo Juan se dedic a administrar las estancias de su padre y casi no tuvo relaciones con ste. Su hija Manuelita hered la posicin pblica de su madre, pero no era una consejera, sino slo la cara amable, humana de la mansin de Rosas. A partir de 1840, Rosas tom como amante a una joven criada, Eugenia Castro, pero esa noticia no se hizo pblica hasta despus de su cada. Con ella tuvo ocho hijos, con los que comparti su escasa vida familiar en Palermo. Despus de su cada quedaron en la pobreza y Rosas no se ocup de ellos. La quinta de Palermo era un gran terreno deshabitado, bajo y pantanoso que ocupaba la costa del ro de la Plata en una zona que no tena barrancas. Rosas la convirti en un hermoso paseo lleno de naranjos y sauces, donde se hizo construir gran edificio pero de estilo hbrido entre criollo e italiano. All se mud definitivamente en 1840 y all atenda sus obligaciones pblicas en primavera y verano. Sarmiento la hara demoler para hacer all un parque pblico.

Juan Manuel de Rosas Rosas no tena esclavos, a pesar de todo lo que escribieron sus opositores. De hecho, era uno de los pocos ricos de Buenos Aires que no tena esclavos. Lo que s tena era bufones, unos locos deformes que usaba para divertirse y humillar a sus adversarios. Uno de ellos llev el curioso nombre de Eusebio de la Santa Federacin.Predecesor: Juan Jos Viamonte Predecesor: Manuel Vicente Maza Gobernador de Buenos Aires 1829 1832 Gobernador de Buenos Aires, en ejercicio del Poder Ejecutivo Nacional 1835 1852 Sucesor: Juan Ramn Gonzlez de Balcarce Sucesor: Vicente Lpez y Planes (como gobernador) Justo Jos de Urquiza (en