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Con las hojas
de la yedra
Se hace trenzas el poeta.
Y se perfuma la barba
con madreselva.
Y se tiñe las camisas
con rosas frescas.
Y regala nomeolvides
a las estrellas.
Antonio Rubio
A la luna redonda,
redonda y blanca,
tan calladita y muda
cuando me hablaba…
¡Le haremos dos pendientes con rosas blancas!
A la luna de cuerno,
Cuerno y espada,
tan saltarina y loca
cuando bailaba…
¡Le haremos dos zapatos con albahaca!
Antonio Rubio
LUNA DE ROSAS Y ALBAHACA
EL POETA
El cuento de los castaños,
dura muchos, muchos años.
El cuento de los cipreses,
meses.
El cuento de la manzana,
dura toda la semana.
El de la judía,
un día.
El de la mora,
una hora.
El del guisante,
un instante.
Y el de la granada, nada.
Antonio Rubio
LO QUE DURA UN CUENTO
Un amigo, viejo amigo,
que se llamaba Ramón
jugaba a decir las cosas
de otro modo del que son.
Decía al hablar:
-La sandía es un planeta frutal…
O
-Las nueces son cerebros de nogal…
Y Ramón no estaba
ni bien ni mal,
ni tampoco regular…
Era solo que jugaba a conjugar.
Antonio Rubio
HOMENAJE A RAMÓN
Girasoles y sauces,
menta y tomillo,
para que peines
bien tu flequillo.
Flor de malva
y pie de gato,
para abrocharte
el zapato.
Pensamientos y violetas,
para adornar
tus coletas.
Orégano y yerbaluisa,
para agrandar
tu sonrisa.
Antonio Rubio
CONJUROS VEGETALES
Del fondo de una granada,
hada,
que también era princesa,
esa,
que desayuna manzana,
Ana
es su nombre y vive en vilo,
hilo
para zurcir terciopelo,
pelo
con coleta bien peinada,
nada
entre juegos de frutal,
tal
hada infeliz, ¡oh, sorpresa!
presa
del fondo de una granada..
Antonio Rubio
SUMA DE ECOS
¡Lunares a dos reales!
¡Lunares a dos reales!
Cambio una dulce manzana
por azúcar de La Habana.
¡Lunares a dos reales!
Cambio jarabe de fresa
por pendientes de cerezas.
¡Lunares a dos reales!
Cambio caja de colores
por un ramito de flores.
¡Lunares a dos reales!
¿Lunares a dos reales?
¡Tú no estás en tus cabales!
Antonio Rubio
CAMBALACHES
Tanta pata y ningún brazo.
¡Qué bromazo!
Se me dobla el espinazo,
se me enredan al bailar.
¡Qué crueldad!
Por delante y por detrás,
sólo patas nada más.
Grandes sumas
me ofrecieron,
si futbolista prefiero ser,
pero quiero ser cantor
y tocar el saxofón
con la pata treinta y dos
en medio de la función.
Gloria Fuertes
EL CIEMPIÉS YEYÉ
Estaba el señor don Libro
sentadito en su sillón;
con un ojo pasaba la hoja,
con el otro ve televisión.
Estaba el señor don Libro
aburrido en su sillón,
esperando a que viniera…(a leerle)
algún pequeño lector.
Don Libro era un tío sabio,
que sabía de luna y sol,
que sabía de tierras y mares,
de historias y aves,
de peces de todo color.
Estaba el señor don Libro
Tiritando de frío en su sillón;
Vino un niño,
Lo cogió en sus manos
Y el libro entró en calor.
Gloria Fuertes
DON LIBRO ESTÁ HELADO
-¿Adónde vas, pajarito tan jilguero?
-Voy a buscar a quien quiero.
-¿Por qué picas así el tronco, pajarito
carpintero?
-Porque a mi carpintera
Le quiero hacer un sombrero.
-¿De madera?
-Ni de madera ni de madero,
¡corcho!,
Que el corcho no pesa casi,
Como el amor verdadero.
-¡Qué pico!
¡Cuídate mucho,
Pajarito carpintero!
Gloria Fuertes
PÁJARO CARPINTERO
Sucede que en la cocina,
mientras duerme la muchacha,
un ratón salta en la harina
y aplaude una cucaracha.
Mosquitos en la ventana,
tocando sus trompetillas,
y entre la ropa de lana
se arma un baile de polillas.
Cuidado con levantarte,
si a medianoche en la cama,
te tira del camisón
la señora doña Rana.
Y si quieres ser bombero,
no te duermes por la noche,
por si el burro del trapero,
viene a buscarte en su coche.
Sucede que en la cocina,
mientras duerme la muchacha,
un ratón salta en la harina
y aplaude una cucaracha.
Gloria Fuertes
CASA ENCANTADA
Los niños hicieron un hombre de nieve,
con brazos y piernas y sombrero verde.
Lo hicieron bien gordo,
con una sonrisa grande,
para que se le viera
desde lo distante.
No nieva, no llueve, salió el sol un día
Y el hombre de nieve ya no se reía.
El hombre de nieve empezó a adelgazar,
los rayos del sol le sentaban muy mal.
El hombre de nieve se iba deshaciendo,
y lloraba arroyos… desapareciendo.
El hombre de nieve se convirtió en un lago,
y en él los niños se bañan durante el verano.
Gloria Fuertes
EL HOMBRE DE NIEVE
Con todo se puede hacer algo.
hasta con un cero
-que parece que no vale nada-
se puede hacer la Tierra.
Una rueda,
una manzana.
Una luna,
una sandía,
una avellana.
Con dos ceros
se pueden hacer uasn gafas.
Y con tres ceros,
se puede escribir:
Yo os quiero.
Gloria Fuertes
CON UN CERO
La pulga Federica
a picar se dedica,
porque es su obligación,
la gente la critica,
si pica porque pica.
¡Qué falta de atención!
La llevan al colegio,
no para de saltar,
distrae a los chiquillos,
va de aquí para allá.
Es pulga, es sólo pulga
y lo suyo es picar.
La maestra le dice:
-pulga, te portas mal.
Da un salto, se va al mapa
y se mete en el mar.
Gloria Fuertes
LA PULGA FEDERICA
El aire del pueblo olía a bizcocho.
La casita de turrón,
las tejas de chocolate;
ventanas de mazapán
y las puertas de guirlache.
De azúcar las escaleras
y de tarta los balcones,
el suelo de caramelo
y de chicle los salones.
Los muebles son de galleta
y el techo de polvorones.
Las camas todas de flan,
la almohada de mantequilla,
los libros de hoja de hojaldre,
la piscina de natillas.
Pueblo de dulce. ¡Qué empacho!
(Las farmacias en la esquina).
Gloria Fuertes
CHUPILANDIA
Para dibujar un niño hay que hacerlo con cariño.
Pintarle mucho flequillo,
-que esté comiendo un barquillo;
muchas pecas en la cara que se note que es un pillo;
- pillo rima con flequillo y quiere decir travieso -.
Continuemos el dibujo: redonda cara de queso.
Como es un niño de moda, bebe jarabe con soda.
Lleva pantalón vaquero con un hermoso agujero;
camiseta americana y una gorrita de pana.
Las botas de futbolista - porque chutando es artista -.
Se ríe continuamente, porque es muy inteligente.
Debajo del brazo un cuento por eso está tan contento.
Para dibujar un niño hay que hacerlo con cariño.
Gloria Fuertes
CÓMO SE DIBUJA UN NIÑO
Anda, corre y salta y no tiene pies.
Va de mano en mano y no tiene manos.
Tiene cara de sandía, y no tiene tía.
Le quiere el niño y el mayor,
y él no tiene corazón.
¿Qué es?
Tiene la nariz muy larga y no es Pinocho.
Una tonelada pesa y no es ballena.
Tiene muy buena memoria y no es maestro.
Nació en la selva, hoy vive preso.
Adivina, adivinante.
¿Quién es?
Gloria Fuertes
ACERTIJOS
Me gusta el mar, el monte, el río,
la cascada,
me gusta el libro,
la música, la amistad,
la playa.
Me gusta todo,
estoy chiflada.
Me gusta la lluvia,
la nevada,
me gusta el bosque,
el duende, el hada.
Me chifla todo,
estoy chiflada.
Gloria Fuertes
NATURALEZA
El gnomo Miniboy
era un gran aventurero,
se escapó del bosque
y recorrió el mundo entero.
El enanito llegó a la ciudad
y se asustó de tanto autocar.
El enanito Miniboy
era pequeño como una lenteja
y balaba como una oveja.
El enanito Miniboy
era pequeño como un cigarro
y casi desaparece en el barro.
Llovía.
Una caja de cerillas fue su barco,
por poco se nos ahoga en un charco.
Y dijo Miniboy:
-Me asustan más los coches,
que en la selva las noches.
Prefiero un león hambriento,
al tráfico en movimiento.
Al bosque me voy,
¡qué cansado estoy!
Gloria Fuertes
EL GNOMO MINIBOY
El lagarto está llorando.
La lagarta está llorando.
El lagarto y la lagarta
con delantalitos blancos.
Han perdido sin querer
su anillo de desposados.
¡Ay, su anillito de plomo,
ay, su anillito plomado!
Un cielo grande y sin gente
monta en su globo a los pájaros.
El sol, capitán redondo,
lleva un chaleco de raso.
¡Miradlos qué viejos son!
¡Qué viejos son los lagartos!
¡Ay cómo lloran y lloran, ¡ay!,
¡ ay!, cómo están llorando!
Federico García Lorca
EL LAGARTO ESTÁ LLORANDO
Caracoles negros.
Los niños sentados
escuchan un cuento.
El río traía
coronas de viento
y una gran serpiente
desde un tronco viejo
miraba las nubes
redondas del cielo.
Niño mío chico
¿donde estás?
Te siento
en el corazón
y no es verdad.
Lejos esperas que yo saque
tu alma del silencio
Caracoles grandes.
Caracoles negros
Federico García Lorca
BALADA DEL CARACOL NEGRO
Mariposa del aire,
qué hermosa eres,
mariposa del aire
dorada y verde.
Luz del candil,
mariposa del aire,
¡quédate ahí, ahí, ahí!
No te quieres parar,
pararte no quieres.
Mariposa del aire
dorada y verde.
Luz de candil,
mariposa del aire,
¡quédate ahí, ahí, ahí!.
¡Quédate ahí!
Mariposa, ¿estás ahí?
Federico García Lorca
MARIPOSA DEL AIRE
La tarde equivocada
se vistió de frío.
Detrás de los cristales
turbios, todos los niños
ven convertirse en pájaros
un árbol amarillo.
La tarde está tendida
a lo largo del río.
Y un rubor de manzana
tiembla en los tejadillos.
Federico García Lorca
PAISAJE
Agua, ¿dónde vas?
Riyendo voy por el río
a las orillas del mar.
Mar, ¿adónde vas?
Río arriba voy buscando
fuente donde descansar.
Chopo, y tú ¿qué harás?
No quiero decirte nada.
Yo..., ¡temblar!
¿Qué deseo, qué no deseo,
por el río y por la mar?
(Cuatro pájaros sin rumbo
en el alto chopo están.)
Federico García Lorca
AGUA, ¿DÓNDE VAS?
Verde que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas,
El barco sobre la mar
y el caballo en la montaña.
Con la sombra en la cintura,
ella sueña en la baranda,
verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Verde que te quiero verde .
Bajo la luna gitana.
Las cosas la están mirando
y ella no puede mirarlas.
Federico García Lorca
ROMANCE SONÁMBULO
Arbolé, arbolé
seco y verdé.
La niña del bello rostro
está cogiendo aceituna.
El viento, galán de torres,
la prende por la cintura.
Pasaron cuatro jinetes
sobre jacas andaluzas
con trajes de azul y verde,
con largas capas oscuras.
«Vente a Córdoba, muchacha».
La niña no los escucha.
Pasaron tres torerillos
delgaditos de cintura,
con trajes color naranja
y espadas de plata antigua.
«Vente a Sevilla, muchacha».
La niña no los escucha.
Federico García Lorca
ARBOLÉ, ARBOLÉ
La Tarara, sí;
la tarara, no;
la Tarara, niña,
que la he visto yo.
Lleva la Tarara
un vestido verde
lleno de volantes
y de cascabeles.
La Tarara, sí;
la tarara, no;
la Tarara, niña,
que la he visto yo.
Luce mi Tarara
su cola de seda
sobre las retamas
y la hierbabuena.
Federico García Lorca
LA TARARA
En lo alto de aquel monte
hay un arbolito verde.
Pastor que vas,
pastor que vienes.
Olivares soñolientos
bajan al llano caliente.
Pastor que vas,
pastor que vienes.
Ni ovejas blancas, ni perro,
ni cayado, ni amor tienes.
Pastor que vas,
como una sombra de oro
en el trigal te disuelvas.
Pastor que vienes.
Federico García Lorca
BALADA AMARILLA