el niño y el fantasma

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El niño y el fantasma. Érase una vez un hombre llamado Roberto, él era muy fuerte y alto, tenía sus ojos de color café y cuando estaba el sol sus ojos brillaban como dos diamantes, él vivía en el bosque con su familia, tenía dos hijos llamados María y Pedro, ellos eran muy felices porque jugaban en su jardín, donde habían muchas Flores de distintas especies y como a María le gustaban mucho las cuidaba, su mamá se llamaba Monserrat ella era una persona muy respetuosa, tenía su cabello rizado y cuando estaba en el sol brillaba. Un día Roberto salió a trabajar, en el camino se encontró a un joven él era muy extraño, porque tenía un con un traje negro y casi no se le notaba la cara, era muy raro porque casi no pasaba personas por ahí. Poco después, María y pedro salieron a jugar, María dijó-porque no jugamos a las escondidas- Pedro contestó-si-entonces María dijó–yo cuento y tú te escondes-Pedro se fue a esconder, poco después de que dejo de contar lo fue a buscar, pero Pedro se encontró con el joven del traje negro y le dijó-¿ya comiste?-y él contestó –no—si quieres te invito a comer a mi casa, -qué tal si me buscan y mis papás no sabrán en donde voy estar, - y el señor dijó -

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Page 1: El niño y el fantasma

El niño y el fantasma.

Érase una vez un hombre llamado Roberto, él era muy fuerte y alto, tenía sus ojos de color café y cuando estaba el sol sus ojos brillaban como dos diamantes, él vivía en el bosque con su familia, tenía dos hijos llamados María y Pedro, ellos eran muy felices porque jugaban en su jardín, donde habían muchas Flores de distintas especies y como a María le gustaban mucho las cuidaba, su mamá se llamaba Monserrat ella era una persona muy respetuosa, tenía su cabello rizado y cuando estaba en el sol brillaba.

Un día Roberto salió a trabajar, en el camino se encontró a un joven él era muy extraño, porque tenía un con un traje negro y casi no se le notaba la cara, era muy raro porque casi no pasaba personas por ahí.

Poco después, María y pedro salieron a jugar, María dijó-porque no jugamos a las escondidas- Pedro contestó-si-entonces María dijó–yo cuento y tú te escondes-Pedro se fue a esconder, poco después de que dejo de contar lo fue a buscar, pero Pedro se encontró con el joven del traje negro y le dijó-¿ya comiste?-y él contestó –no—si quieres te invito a comer a mi casa, -qué tal si me buscan y mis papás no sabrán en donde voy estar, - y el señor dijó -¿Pero no nos vamos a tardar mucho nada más vas a comer y ya te vienes-?.

Poco después como María no encontraba a Pedro, fue a su casa y le dijó a su mamá -mamá, mamá no encuentro a Pedro, estábamos jugando en el bosque a las escondidas, -Monserrat la mama le habló por teléfono a su esposo Roberto y le dijó-no encontramos a Pedro ven rápido, después de que llegó Roberto rápidamente salieron a buscará a Pedro, María lo busco alrededor de la casa, Roberto y Monserrat lo buscaban en el bosque, se cansarón de buscarlo y no lo encontrarón, al día siguiente estaba pedro en la casa de su amigo, y resulto que el joven del traje negro era un fantasma entonces le dijó el niño al fantasma – ya pace aquí la noche y ya comí ahora ya me puedo huir, el fantasma contesto-si pero no le vallas a decir que estabas aquí con migo-.

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Entonces Pedro llego a la casa de su mama y les dijó-perdón que no les avise que estaba en la casa de mi amigo, -entonces los papás lo abrazaron y le dijierón- si te vamos a dejar hir con tu migo siempre y cuando nos avises, pero en ese instante recordó la mama que Pedro no tenía amigos, y le pregunto -oye pedro yo no he conocido a ningún amigo tuyo -y María dijó-yo tampoco conozco a ningún amigo- entonces dijó Pedro los voy a llevar con el pero que no le dirán a más personas, porque yo soy su mejor amigo.

Entonces pedro los llevo a la casa de su amigo y le dijó al fantasma- puedes salir, -contesto el fantasma-no porque tus papás me dan miedo,- entonces el niño le dijó ya sal mis papás y mi hermana no te aran daño, entonces el fantasma salió y le dijó a sus padres -perdón es que yo no tengo casi amigos y me da pena que me vean más personas y que me hagan daño, - pero a la mamá le dio miedo porque ella pensó que no existían los fantasmas, después de que lo llevarón a su casa, su mamá ya se le quito el miedo y desde entonces los padres les dan permiso a María y Pedro para que jueguen en el jardín o en el bosque.