el negro meri

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Un pinturero personaje del Flamenco decimonónico: EL NEGRO MERI. Decía don Hilarión, que hoy las ciencias adelantan, que es una barbaridad. Y ahora decimos, que la investigación sobre la historia del Arte Flamenco, también. Afortunadamente, van saliendo a la luz datos, noticias, personas y personajes, de los que no sabíamos nada, o casi nada. Uno de estos personajes, es El Ne gr o Me r i.  Veamos quien era y cual fue su faceta flamenca. Pero vayamos por partes. La noticia más antigua que nos llegó sobre él, la proporcionaba Gerhard Steingress,  quien lo encuentra anunciado como el famoso mulato Meric,  cantando por lo flamenco en el Circo Madrid, circo instalado en Jerez de la Frontera (Cádiz) en los años 1874 y 1875 1 . Y la verdad es que el dato, si  bien no no s s obresaltó, tampoco dejó d e sorpr endernos, p or lo curioso. Un mulato de nombre o apodo tan extraño   desde luego, suena a africano o a afroamericano-, cantando por lo flamenco,  y en un circo instalado en Jerez. Es cierto que no podemos evitar una sonrisilla de estupor. Pero no queda ahí la cosa. Resulta que también lo encontramos en Málaga. En la novela titulada  El Tobalo, baratero 2  , novela escrita por Manuel Martínez Barrionuevo y publicada en Madrid no mucho después de la noticia apuntada, en 1887 3 , aunque la acción narrada transcurre sobre 1880. Y lo presenta como célebre y temido baratero, en la timba del malagueño Café de la Loba. Pues continuemos por partes. Situémonos en el Café de la Loba. 1  STEINGRESS, G.-  La aparición del cante flamenco en el teatro jerezano del siglo  XIX, en: V.V.A.A.,   Dos siglos de flamenco. Actas de la Conferencia Internacional,  Jerez (Cádiz, 21-25 de junio de 1988)  , Fundación Andaluza de Flamenco, Jerez de la Frontera (Cádiz), 1989,  pp. 343 a 380. 2   El baratero es un hombre de la hez del pueblo, que ha adquirido una habilidad extraordinaria en el manejo de la navaja y el puñal y que explota el terror que inspira  para exigir a los jugadores un derecho sobre la puesta de la partida  (DAVILLIER, Ch. y DORÉ, G.,  Viaje por España, 2 vols., Grech, S.A., Madrid, 1988, (1ª edición: 1874), vol. I, pág. 327. 3  MARTÍNEZ BARRIONUEVO, M.,  El Padre Eterno. Novelas españolas, Madrid, 1887.

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Un pinturero personaje del Flamenco decimonónico:

  EL NEGRO MERI.

Decía don Hilarión, que hoy las ciencias adelantan, que es una

barbaridad. Y ahora decimos, que la investigación sobre la historia del

Arte Flamenco, también. Afortunadamente, van saliendo a la luz datos,noticias, personas y personajes, de los que no sabíamos nada, o casi nada.

Uno de estos personajes, es El Negro Meri. Veamos quien era y cual fue su

faceta flamenca. Pero vayamos por partes.

La noticia más antigua que nos llegó sobre él, la proporcionaba Gerhard

Steingress, quien lo encuentra anunciado como el famoso mulato Meric, cantando por lo flamenco en el Circo Madrid, circo instalado en Jerez de laFrontera (Cádiz) en los años 1874 y 1875

1. Y la verdad es que el dato, si

bien no nos sobresaltó, tampoco dejó de sorprendernos, por lo curioso. Un

mulato de nombre o apodo tan extraño  – desde luego, suena a africano o a

afroamericano-, cantando por lo flamenco, y en un circo instalado en Jerez.

Es cierto que no podemos evitar una sonrisilla de estupor.

Pero no queda ahí la cosa. Resulta que también lo encontramos en Málaga.

En la novela titulada   El Tobalo, baratero2 , novela escrita por Manuel

Martínez Barrionuevo y publicada en Madrid no mucho después de la

noticia apuntada, en 18873, aunque la acción narrada transcurre sobre 1880.

Y lo presenta como célebre y temido baratero, en la timba del malagueño

Café de la Loba. Pues continuemos por partes. Situémonos en el Café de laLoba.

1 STEINGRESS, G.-  La aparición del cante flamenco en el teatro jerezano del siglo

 XIX, en: V.V.A.A.,   Dos siglos de flamenco. Actas de la Conferencia Internacional,

 Jerez (Cádiz, 21-25 de junio de 1988) , Fundación Andaluza de Flamenco, Jerez de la

Frontera (Cádiz), 1989, pp. 343 a 380.

2   El baratero es un hombre de la hez del pueblo, que ha adquirido una habilidad 

extraordinaria en el manejo de la navaja y el puñal y que explota el terror que inspira

 para exigir a los jugadores un derecho sobre la puesta de la partida (DAVILLIER,Ch. y DORÉ, G., Viaje por España, 2 vols., Grech, S.A., Madrid, 1988, (1ª edición:

1874), vol. I, pág. 327.

3 MARTÍNEZ BARRIONUEVO, M.,  El Padre Eterno. Novelas españolas, Madrid,

1887.

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El café de la loba.

De los tres cafés que existieron en la Plaza de la Constitución malagueña,

el de La Loba fue el que clavó sus cimientos con mayor profundidad en laPlaza, el que realmente llevó la batuta  en aquel concierto cafeteril.  Es

posible que fuera uno de los más antiguos de Málaga. La cita más añosa

que hemos encontrado sobre su existencia, la proporciona el viajero

británico Richard Ford en Manual para viajeros por Andalucía y lectores

en casa4.  Ford estuvo en España entre 1830 y 1833, y como decíamos,

menciona este café.

Con el nombre de Café de Andrés Ruiz, se anuncia un establecimiento en el

número nueve de la Plaza de la Constitución, el mismo número del Café deLa Loba, en las guías de Málaga de 1838

5, de 1861

6y de 1866

7. Es posible

que con dicho nombre se conociera hasta 1876, cuando se demuele el

antiguo edificio que ocupaba y se construye el actual. Puede que AndrésRuiz fuera su arrendatario, ya que la propiedad del inmueble era del Duquede Fernán Núñez. 

En 1877, se abre el nuevo café. Veamos como lo describe el historiador

Francisco Bejarano:  Paco Percheles, en su obra Cafés de Málaga (...y

otros establecimientos):

Un amplio y hermosísimo salón, lujosamente adornado con

 profusión de espejos, un tallado mostrador; cómodos divanes y

bien labradas sillas de madera de caoba, constituían lo principal

de la nueva instalación. A la derecha del salón, conforme se

entraba, tenía su arranque la escalera, que era amplia y de

mármol con lujoso barandal, dando ingreso al piso alto,

ocupado por los billares y mesas de juego, y cuyo corredor,

circundado por una barandilla, daba al salón del café en

4 FORD, R.,   Manual para viajeros por Andalucía y lectores en casa que describe el

 país y sus ciudades, los nativos y sus costumbres, las antigüedades, religión, leyendas,

bellas artes, literatura, deportes y gastronomía, 2 vols., Ediciones Turner, Madrid,

1980, (1ª edición: 1845), pág. 84.

5 ANÓNIMO, Guía de forasteros en Málaga y directorio manual útil a todos para el

año de 1838, Imprenta del Comercio, Málaga, 1838, pág. 104.

6 VILA, B., Guía del viajero en Málaga, La Ilustración Española, Málaga, 1861, pág.

312.

7 MERCIER, A. y CERDA, E. de la, Guía de Málaga y su provincia por..., Tipografía

La Marina, Cádiz, 1866, pág. 168.

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disposición idéntica a la que hoy se ve en el edificio que ocupa la

  Excelentísima Diputación Provincial8. Al fondo, una pequeña

escalinata y una amplia puerta acristalada daban acceso a un

hermoso patio, verdadero salón de verano, que recibía su

nombre de una gran parra que en él crecía y que, juntamente conun toldo dispuesto al efecto, proporcionaba una gran sombra y

una deliciosa frescura. En 1877 parece que se instaló delante del

Café otro toldo, sostenido por finas y elegantes columnas de

hierro con candelabros, dispuestas en dos hileras; una junto a la

 fachada del establecimiento y otra enfrente, junto a la barandilla

que entonces rodeaba la Plaza, dejando paso entre ellas para

carruajes y peatones y decorando aquel sitio9.

Unas magníficas instalaciones, sin duda, que lograron convertir al café en

el más emblemático de la Plaza y en uno de los más frecuentados deMálaga. Su ambiente fue igualmente descrito por Paco Percheles:

Fue, por tanto, mudo testigo de una época movida y turbulenta.

Presenció los trágicos acontecimientos de 1868 y 1869 con

motivo del desarme de la Milicia Nacional; conoció la

  proclamación de la primera República; se engalanó cuando la

visita de Isabel II y Alfonso XII; y además y sobre todo,

constituyó un estratégico centro de reunión mercantil y

simpático lugar de esparcimiento para varias generaciones. El público del primitivo café de “La Loba”, aunque heterogéneo,estaba integrado por industriales y comerciantes y, entre éstos,

los que se relacionaban con el negocio del aceite, que, cuando se

abrió “La Lobilla”10  , pasaron casi en su totalidad a este

establecimiento.

8No se necesita advertir que cuando Francisco Bejarano escribió este artículo, se

encontraba alojada en aquel inmueble la sede de la Excma. Diputación Provincial deMálaga, hoy en la Plaza de la Marina. De su lectura resulta obvio. Es el edificio del

reloj de la Plaza. 

9  BEJARANO ROBLES, F. (  Paco Percheles) .,  Cafés de Málaga (...y otros

establecimientos),  Editorial Bobastro, Málaga, 1989, pp. 46-47. Este libro es una

recopilación de artículos publicados en la prensa local, entre el 23-XII-1940 y el 31-XII-

1945.

Además de Archivero Municipal de Málaga y de fecundo escritor, don FranciscoBejarano fue el primer presidente de la Peña Juan Breva, al constituirse formalmente

ésta en 1958.

10El Café de la Loba Chica, de la Lobilla o El Porvenir, que de las tres formas se llamó,

se encontraba en un edificio contiguo al de La Loba.

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Agradable en particular, debió ser el patio de la parra y la terraza, cuyo

toldo, curiosamente, fue arrancado por un vendaval en el mismo año de su

inauguración. Falleció una persona y hubo varios heridos. Mas no queda

ahí la historia sangrienta del Café de la Loba. Según dijo la prensa: allí fue

acribillado á estocadas un inspector de Orden público que el año 72arrancó una proclama revolucionaria; el Pimentel, guapo famoso, salió

desafiado de La Loba y dio muerte á su rival Morón en la escalera11

.

A partir de 1877, se anunciaba el restaurant del café, situado en el segundopiso del inmueble. De todo ello, deducimos que el Café de la Loba, como

otros muchos cafés, debieron poseer varios ambientes muy distintos:

ambiente de lonja mercantil por las mañanas, de restaurante al medio día,

de recreo amable y familiar por las tardes, de tertulia también por las tardes

y por las noches, y de esperpéntica diversión zafia y soez, igualmente por

las noches y de madrugada. Hemos hallado artículos donde se dibuja entonos bastante grises, el ambiente que poseía de madrugada

12.

Pero vuelve a ser Paco Percheles, quien alerta sobre la conversión del Café

de la Loba en café cantante:

  Posteriormente se instaló en el café un “tablao”, en el queactuaron cuadros de baile y canto y se representaban piezas

teatrales como “El Cabo primero” y otras de aquella época.

Fueron célebres también los bailes de carnaval de “La Loba”,en los que predominaba el público de clase popular.

Con las representaciones y cuadros de cante y baile se inició la

decadencia de este café, acelerando su desaparición la apertura

de la calle Larios y la instalación en esta vía de otros

establecimientos que atrajeron la mayor parte de su parroquia 

(pp. 45-48).

Su cierre definitivo se produjo el 31 de marzo de 1902.

11Lo hallamos en un recorte de prensa titulado Un café menos, sin expresión de autor,

ni medio.

12Véase: El Ateneo. Revista semanal de literatura, jusrisprudencia y arte, Málaga, 10-

XI-1889. Se encuentra reproducido en: RIOJA, E.,  Paco el de Lucena o la redonda

encrucijada, Ayto. de Lucena, Lucena (Córdoba), 1998, pp. 68-71.

Véase también el recorte de prensa citado.

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La timba del Café de la Loba.

No es de extrañar que en los salones de La Loba existiera una timba. Y en

la timba, un par de barateros:  El Pimetel y  Morón. Según la prensa, éstefue asesinado por aquél en la escalera del establecimiento. El suceso debió

inspirar a Manuel Martínez Barrionuevo, su novela citada. En ella,

ocurre también el desafío de dos barateros en la timba del Café de La

Loba. El desenlace se produce dándole muerte uno al otro, pero no en la

escalera del café, sino en el puerto, a la luz de la farola y en el transcurso deun siniestro duelo a navaja.

Pero leamos la curiosa descripción que logra Martínez Barrionuevo de

uno de los protagonistas de su novela:

¡Qué nochecita aquella! Era entonces la “timba” de la Loba lade más “caliá” de toda Málaga y se tallaban allí ocho y diez mil duros de golpe y “zumbío”, como la navaja del tío Rosao; hacía

el gallo en la timba un negro feísimo como el demonio, con el

alma negra como el cuerpo, y atravesados también los ojos,

 porque era bizco para lo que ustedes gusten mandar, y con más

agallas que Cristo en la Cruz; le decían “Meri” al desgraciadoaquel, y como baratero d e la “timba”, tenía siempre en un potro

á los puntos, igual que á los banqueros, por lo que no podían

verle ni á tiros; porque en diciendo el negrote por aquí meto lacabeza, por allí la metía más que se tropezara la tierra con el

cielo y le cogiesen entre los dos por mitad de la “rabaiya”, partiendo por el “eje” al individuo de su cuerpo (pp. 123-124).

La tabernilla de El Negro Meri.

Desde luego, el asunto no pasaría de ser mera ficción literaria, si no

hubiésemos encontrado a   El Negro Meri, de verdad. Y vuelve a ser donFrancisco Bejarano quien proporciona la noticia. Lo hace en su obra  Las

calles de Málaga. De su historia y ambiente13 , cuando escribe acerca de la

calle Salvago. Refiriéndose a los principios del siglo XX, menciona la

existencia de una tabernilla al final de esta calle, hacia su salida a la de la

Compañía de Jesús, antes de regularizarse urbanísticamente y adoptar el

actual aspecto. Veamos como don Francisco dibuja el tenor de los

parroquianos de la tabernilla:

13 BEJARANO ROBLES, F. ( Paco Percheles).,  Las calles de Málaga. De su historia

 y ambiente, 2 vols., Editorial Arguval, Málaga, 1984, (1ª edición: 1841-1942).

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  El público era abigarrado y pintoresco: algunos “guapos”,

electoreros de oficio, jugadores, señoritos jaraneros, no faltando

tampoco obreros y gente sencilla y regular. Algunos

  parroquianos acudían allí con su compañera que, a veces se

  perdía escaleras arriba para saludar a la esposa del dueño,mujer acogedora y servicial, que daba a varias de ellas el

cariñoso título de sobrina. Es de justicia consignar que, pese a

algunos elementos de la parroquia, el ambiente de la tabernilla

del “Negro Meri”, era discreto, relativamente tranquilo y

agradable (pág. 514).

Pues no está mal. Resulta que la tabernilla era de  El Negro Meri, y que era

un establecimiento popular y de ambiente tranquilo, a pesar de lo

inquietante de su clientela. Y además, funcionaba como tapadillo. Y es que

lo que no tiene enmienda, no tiene enmienda... Pero sigamos con donFrancisco, que nos va a hablar de El Negro Meri: 

  El dueño del establecimiento era un mulato no muy alto y

musculoso, de cara simpática y dientes blanquísimos, ya de

cierta edad por el tiempo a que nos referimos (1900-1908)14

  y al

que, como hemos dicho, se le conocía por el apodo de “El NegroMeri”. 

 Era un tipo pintoresco y popular de la Málaga del novecientos, y

de vida varia y accidentada. Se sabía que en su juventud habíasido acróbata y que trabajó en el Circo de la Victoria, donde

ejecutaba un salto emocionante sobre varios mozos del circo que

sostenían sendos fusiles con las bayonetas caladas. Fue además

domador de caballos a la alta escuela, tuvo su época de torero,

en tiempos aciagos llegó a ganarse el sustento como limpiabotas,

  y en otros mejores actuó también como ilusionista. De tanto

rodar por el mundo se entendía con los extranjeros, pues

hablaba, aunque imperfecta y limitadamente, varias lenguas, y

en la última etapa de su vida estableció su tabernilla en la que, sivenía al caso, también tocaba la guitarra y cantaba para solaz y

divertimento de cualquier reunión salerosa y de rumbo (pág.

514).

Pues tampoco está mal. Como sabíamos, El Negro Meri había trabajado en

el circo, pero no sólo lo hizo cantando por lo flamenco, sino también como

acróbata y como ilusionista. Además, había sido domador de caballos,

torero y limpiabotas. Conocía varios idiomas y cantaba y tocaba la guitarra.

14El paréntesis es nuestro.

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¿Cómo le iba a faltar el punto flamenco? Por supuesto que sería un tipo

  pintoresco y popular de la Málaga del novecientos. De aquella  Málaga

cantaora que tan profundamente conoció y con tan brillantes colores, pinta Fernando el de Triana en su delicioso libro Arte y artistas flamencos

15. 

Y quién sabe si   El Negro Meri ejerció como baratero. Si entre sus

numerosas profesiones, se encontró ésta. Y quién sabe, si lo hizo en el Café

de la Loba, tan próximo a la calle Salvago, donde tenía su tabernilla. Pero

lo más seguro, es que Martínez Barrionuevo tomase su nombre y su tezcomo elementos ornamentales para el protagonista de su novela. El retrato

que dibuja tan literariamente, no se corresponde con el de  Paco Percheles, 

que acabamos de leer. Y desde luego, no murió en la época que narra

Martínez Barrionuevo. Seguramente, creó un personaje con elementos del

baratero  El Morón y de El Negro Meri. Que hizo la liaison, vamos.

Por otro lado, el buen cantaor y guitarrista, y magnífico aficionado

malagueño que fue Carlos Alba, decía que Rafael Flores Nieto: El Piyayo 

tomó sus célebres cantes de El Negro Meri16 . Desconocemos cual pudo ser

su fuente de información, pero la suponemos. Por su edad, Carlos Alba no

pudo haber conocido a   El Piyayo ni a   El Negro Meri, pero sí conoció a

infinidad de aficionados que conocieron a ambos. No nos extrañaría desde

luego, que el enigmático origen de los cantes de   El Piyayo, estuviese en

alguno que interpretara   El Negro Meric. La estructura caribeña o

afrocubana que presenta dicho cante, nos convence de que o bien  El Piyayo estuvo en Cuba y allí lo aprendió o encontró su fuente inspirativa, o bien lo

aprendió o encontró su fuente inspirativa en algún cubano, de quien lo

debió escuchar. Y bien pudo ser este cubano  El Negro Meri. ¡Vaya usted asaber!

15 Triana, F. el de., Arte y artistas flamencos, Ediciones Demófilo, S.A., Fernán Núñez

(Córdoba), 1978, facsímil de la edición original de 1935.

16 SOLER DÍAZ, R., Antonio el Chaqueta. Pasión por el cante. El Flamenco Vive, S.L., Madrid, 2003, pág. 231.

Pepe Luque Navajas, gran conocedor de la historia flamenca de Málaga, asegura que

lo que tomó El Piyayo de El Negro Meri es el cambio o macho de su cante:

Si tu boquita fuera

caña de azúcar,

toíta la noche estuviera

que chupa, que chupa.

Si tu boquita fuera

aceituna verde,toíta la noche estuviera

que muele, que muele. 

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Y vaya usted a saber si  El Negro Meri era el negrazo que anda bailando

“la manduca”, acompañándose tales gestos, visiones y meneos, que no  pocas personas vuelven la cara a otro lado avergonzadas de presenciar 

tales y tan grotescos ademanes, según se escribía en el periódico sevillano

 La Andalucía, el nueve de junio de 1859

17

. Lo mismo era el mismo. ¡Vayausted a saber!

*

Sea como fuere, válganos el presente artículo para conocer algo más sobrelos personajes flamencos de los finales del XIX y los principios del XX.

 Eusebio Rioja.

Málaga, abril/2004. 

17El diario  El Porvenir del 11 de junio también se hizo eco del callejero espectáculo

(ORTIZ NUEVO, J. L., ¿Quién me presta una escalera? Origen y noticias de Saetas yCampanilleros en el Siglo XIX, Signatura Ediciones de Andalucía, S. L., Sevilla, 2003,

pp. 19 y 178).