el misterio de la eucaristia imprimir

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  • 7/28/2019 El Misterio de La Eucaristia Imprimir

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    EL MISTERIO DE LA

    EUCARISTAP. JESS CASTELLANO CERVERA, OCD

    EDICEP

    Valencia, 2004

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    NDICE

    INTRODUCCIN

    I. PARA UN PRIMER ACERCAMIENTO AL MISTERIO EUCARSTICO1. Mysterium fidei!2. La Eucarista en la analoga de los misterios3. El centro de la fe, del culto y de la vida4. Una rica sntesis inicial de la teologa del Vaticano II5. Muchos nombres para una realidad nica

    II. CUESTIONES DE METODOLOGA TEOLGICA1. Hacia una renovacin de la teologa eucarstica Desde el punto de vista bblico Perspectivas litrgicas Nuevas investigaciones teolgicas Los dilogos ecumnicos Un progreso y una novedad de perspectiva2. Temas y propuestas para un tratado teolgico sobre la Eucarista3. Una propuesta concreta

    PRIMERA PARTE:LA EUCARISTA EN LA BIBLIA, EN LA TRADICIN Y EN ELMAGISTERIO

    CAPTULO 1: LA REVELACIN DEL MISTERIO EUCARSTICOPremisa metodolgica

    A: Los relatos de la institucin de la EucaristaI. TEXTOS DE LA INSTITUCINII. CONTEXTOS DE LA INSTITUCIN

    1. Una cena pascual?El problemaLos indicios de una cena pascualEl ritual de la Cena pascualEl sentido salvfico de la Pascua

    2. La pasin3. El contexto del servicio

    III. LOS ELEMENTOS DE LA CENA1. El pan2. El vino

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    3. La copaIV. LOS GESTOS RITUALES DE LA INSTITUCINV. LAS PALABRAS DE LA REVELACIN

    1. Las palabras sobre el pan2. Las palabras sobre el cliz3. Las palabras de la anmnesis4. La splica escatolgica

    VI. CONTEXTOS RITUALES SIGNIFICATIVOSVII. LAS TRES CATEGORAS IMPLICADAS EN LA INSTITUCIN

    1. La cena, la cruz, la Eucarista2. El banquete, el sacrificio y la presencia

    VIII. PERSPECTIVAS DE TEOLOGA BBLICA1. El sentido realista de las palabras de la institucin2. El realismo de la repeticinCONCLUSIN

    B: Otros textos eucarsticos del Nuevo Testamento

    I. LOS TEXTOS EUCARSTICOS DE LA TRADICIN LUCANA1. Los discpulos de Emas (Lc 24,13-35)2. Los textos de los Hechos de los Apstoles

    II. OTROS TEXTOS PAULINOS

    1. 1Cor 102. 1Cor 11,17-33

    III. LA REVELACIN DEL PAN DE VIDA EN EL EVANGELIO DE JUAN1. Cuestiones previas para la comprensin del textoUnidad redaccionalUnidad literaria y doctrinalClaves hermenuticas de la exgesis moderna

    2. Exgesis eucarstica de Jn 6

    Los dos semeion iniciales (vv. 1-15.16-21)El discurso sobre Jess, Pan de Vida (vv. 22-51ab)El Pan que Jess dar es su carne (51c-58)Eplogo del discurso sobre el Pan de vida (vv. 59-71)

    3. Orientaciones de teologa bblicaRealismo personal de la Eucarista y riqueza de los misteriosLos efectos de la Eucarista y la clave de comprensin del misterio

    4. Otros textos jonicos sobre la eucarista

    APNDICE1. La Eucarista en las prefiguraciones del Antiguo Testamento

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    2. Otros textos eucarsticos del Nuevo TestamentoCONCLUSIN

    CAPTULO 2: EL MISTERIO EUCARSTICO EN LA PRIMITIVATRADICIN DE LA IGLESIAI. LA CELEBRACIN DE LA EUCARISTAII. LA REALIDAD DE LA EUCARISTA: CARNE Y SANGRE DE CRISTOIII. UNA FE ESCULPIDA Y PINTADA: LOS TESTIMONIOSARQUEOLGICOSIV. UNA FE INICIALMENTE AMENAZADA POR LAS HEREJAS

    CAPTULO 3: EL MAGISTERIO DE LA IGLESIA SOBRE LA EUCARISTA

    SEGUNDA PARTE:TEOLOGA DEL MISTERIO EUCARSTICO

    CAPTULO 1: LA EUCARISTA MEMORIAL DEL SACRIFICIO DE LACRUZ

    I EL SACRIFICIO DE LA MISA: HISTORIA, DOGMA, TEOLOGA1. La Eucarista como sacrificio a la luz de la historia

    La tradicin eclesial antigua: padres y liturgiaLa teologa medieval

    La posicin antisacrificial de los reformadoresLa teologa catlica postridentinaLa posicin actual de los protestantes

    2. La doctrina del Magisterio: dogma y teologaAlgunas nociones y premisas importantesLa doctrina del Magisterio

    3. Una cuestin de teologa eucarstica: la esencia del sacrificio de la misaTeoras teolgicas sobre el sacrificio de la misa

    Teoras de la inmolacin mediante la mutacin o cambio en la vctimaTeoras de la oblacin msticaTeora de la inmolacin msticaTeoras de la presencia sacramentalPara un intento de sntesis

    4. ConclusinFines y frutos del sacrificio de la misa

    II. MATERIA Y FORMA DE LA EUCARISTA1. La materia de la Eucarista

    El pan

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    El vinoInculturacin de la materia de la Eucarista?Nuevos problemas de carcter mdico

    2. La forma de la EucaristaTeologa de la palabra eucarsticaTeologa de la plegaria eucarstica

    APNDICE:la concelebracin: cuestiones teolgicas y litrgicas

    1. El problema histrico2. La teologa de la concelebracin3. Dimensin litrgica

    CAPTULO 2: LA PRESENCIA REAL DE CRISTO EN LA EUCARISTAI. PANORAMA HISTRICO

    1. La antigedad cristiana2. La teologa medieval3. La posicin de los reformadores4. La teologa postridentina

    II. EL DOGMA DE LA PRESENCIA REAL1. La presencia real de Cristo en la Eucarista

    Afirmaciones dogmticas Algunas anotaciones

    2. La transubstanciacin Afirmacin dogmtica Explicacin de la terminologa Sentido de la definicin Ulteriores precisiones del Magisterio

    3. Corolarios de la presencia eucarstica Afirmaciones del Magisterio Algunos apuntes

    III. PROFUNDIZACIONES TEOLGICAS SOBRE LOS TEMAS DE LAPRESENCIA REAL Y DE LA TRANSUSTANCIACIN1. La presencia de Cristo en la Eucarista

    El marco teolgico-celebrativo

    Culmen de la presencia personal y sacramental de Cristo en la Iglesia Una presencia que se comunica a partir del misterio pascual

    2. La transubstanciacin Aplicaciones metafsicas

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    Las teoras fisicistas Las teoras simblicas Perspectiva teolgica

    APNDICE: El culto eucarstico fuera de la Misa

    CAPTULO 3: LA EUCARISTA, BANQUETE SACRIFICIAL. COMUNINCON CRISTO Y CON LOS HERMANOS EN LA IGLESIAI. PANORAMA HISTRICOII. ENSEANZAS DEL MAGISTERIOIII. INVESTIGACIONES TEOLGICAS1. La Eucarista comunin con Cristo: riqueza de aspectos y compromisos2. La Eucarista comunin con el Espritu Santo3. La Eucarista comunin con la Iglesia4. La Eucarista y la fraternidad humana5. La Eucarista en dimensin escatolgica

    Eucarista y comunin de los santos Eucarista y glorificacin final Los nuevos cielos y la nueva tierra

    6. Sntesis de fe y de vidaAPNDICE: Eucarista, dilogo ecumnico e intercomunin

    CONCLUSIN: EUCARISTA Y VIDAI. EUCARISTA, PLENITUD DE VIDA1. Plenitud de comunin con la Trinidad2. Plenitud de vida eclesial3. Plenitud de humanidadII. LOS LMITES DE LA EXPERIENCIA EUCARSTICA: YA YTODAVA-NO1. El todava-no de la Iglesia eucarstica2. Celebrar y proclamar la esperanzaIII. LOS COMPROMISOS DE VIDA EUCARSTICA1. Una misteriosa eficacia que no depende de nuestro empeo2. El compromiso de la evangelizacin3. El testimonio de vida eucarsticaIV. POR UNA IGLESIA DE ROSTRO EUCARSTICO

    BIBLIOGRAFA GENERAL

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    INTRODUCCIN

    I. PARA UN PRIMER ACERCAMIENTO AL MISTERIO EUCARSTICO

    1. Mysterium fidei!

    Al comienzo del tratado sobre la Eucarista es necesario recordar que nosdisponemos a estudiar el Mysterium fidei, como proclama la Iglesia cada daen la aclamacin, despus de la consagracin. Podemos decir que, la Eucaristaes el misterio de la fe en cuanto que contiene a Cristo en su misterio de salvaciny en l convergen todos los otros misterios de la Iglesia. Es el misterio que esten el centro de la fe y de la vida del Pueblo de Dios. Es la recapitulacin de todoslos misterios.

    La Eucarista, en cuanto misterio de fe, compromete cotidianamente,probablemente ms que otros misterios, la fe personal y eclesial. De hecho, cadada nos encontramos con este misterio en la celebracin eucarstica, comosacerdotes y como simples cristianos; a diferencia de otros sacramentos, que sereciben de una vez para siempre (bautismo, confirmacin, orden sacerdotal), o detanto en tanto, como la penitencia, o de otras verdades de fe, que quedan lejanasde nuestra consideracin inmediata, la Eucarista exige de nosotros, por elcontrario, un acto de fe cotidiano y renovado.

    Se puede decir, adems, que la Eucarista constituye el misterio que

    demanda la opcin fundamental de la fe. As fue en el momento de la revelacindel misterio del Pan de vida (Jn 6, 60ss.). As es para los hombres de todos lostiempos que deben confesar la presencia real de Cristo bajo las especies del pan ydel vino y la realidad del sacrificio de nuestra redencin, all contenido. Cuandoen ciertos momentos de la historia se ha debilitado la fe, se ha tratado, enseguida, de reducir el alcance del misterio para hacerlo comprensible yrazonable, vacindolo, sin embargo, de sus contenidos. Pero, de maneraespontnea, junto a la infiltracin de tales teoras en el Pueblo de Dios, se ha

    sentido una espontnea, apasionada y amorosa reaccin de adoracin hacia laEucarista, del mismo modo que el cuerpo reacciona cuando un elemento extraose infiltra en el organismo.

    La fe viva, pues, atenta a los propios fundamentos a los que alcanza lacerteza de la revelacin y de la verdad Escritura, Tradicin, Magisterioy conla fuerza sobrenatural que le es propia, permanece como el primer y constantepresupuesto metodolgico para el estudio de la Eucarista, tanto para quienexplica la materia, como tambin para quien la escucha y la sigue. A este

    propsito, podemos recordar las palabras de Pablo VI en la Encclica sobre laEucarista Mysterium Fidei (3-XI-1965): En primer lugar queremos recordarosuna verdad bien sabida, pero muy necesaria para eliminar todo veneno de

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    racionalismo, verdad que muchos catlicos han ratificado con su propia sangre yque clebres Padres y Doctores de la iglesia han profesado y enseadoconstantemente, esto es, que la Eucarista es un altsimo misterio, mspropiamente, como dice la Sagrada Liturgia es el Mysterium Fidei: slo en l, dehecho, como sabiamente dijo Nuestro predecesor Len XIII, se contienen consingular riqueza y variedad de prodigios, todas las realidades sobrenaturales...Luego es necesario que nos acerquemos, particularmente a este misterio, conhumilde reverencia, no siguiendo razones humanas, que deben callar, sinoadhirindonos firmemente a la divina Revelacin (nn. 15-20ss.).

    Pero al hablar del misterio eucarstico, no es necesario insistir solamente enla dimensin de misterio, como si se tratase slo de oscuridad de fe en laEucarista; la fe es tambin luminosa, es ms, debe clarificar que el sentido demisterio, segn el genuino significado bblico, nos remite a una manifestacin deldesignio de Dios escondido, a una revelacin y comunicacin de su vida. Y eneste sentido tenemos en el misterio eucarstico una sntesis de la revelacin.Como afirma un exegeta catlico: En la Santsima Eucarista tenemos todo loque Dios ha hecho y har en la historia de la salvacin (A. Stger).

    Un texto del concilio Vaticano II recuerda: En la santsima Eucarista secontiene todo el bien espiritual de la Iglesia, a saber, Cristo mismo, nuestraPascua y Pan vivo que con su carne vivificada y vivificante por la fuerza delEspritu Santo, da la vida a los hombres (PO 5). Se trata de un texto plenario,lleno de referencias a la realidad del misterio de Cristo en el Espritu.

    En efecto, cuanto ms se profundiza en el misterio de la Eucarista, tantoms se percibe su riqueza teolgica. Cada aspecto de la fe y de la vida cristianaencuentra en l un punto de referencia. En efecto, es la sntesis y el culmen delmisterio y de los misterios cristianos: es fuente y culmen de la evangelizacin(PO 6 y AG 9). De hecho, este misterio contiene y celebra el misterio pascual deCristo, piedra clave de toda la economa de la salvacin.

    2. La Eucarista en la analoga de los misterios

    Un principio metodolgico til de la teologa es el de la analogiamysteriorum o el de la connexio mysteriorum, es decir, el estudio de larelacin entre los misterios y, en consecuencia, el vnculo entre la teologaeucarstica y los otros tratados teolgicos. He aqu, pues, una breve sntesis queayude a comprender, ya desde el comienzo, el sentido de unidad de la teologa entorno a la Eucarista.

    Con la teologa trinitaria. Son muchas las relaciones de la Eucarista con la

    Trinidad. Es el don del Padre, la presencia del Verbo encarnado, muerto yresucitado, la efusin del Espritu Santo. En la celebracin litrgica, la plegariaeucarstica expresa, con toda su riqueza, el dinamismo trinitario descendente y

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    ascendente de la historia de la salvacin que culmina y se hace presente en laEucarista. Es un misterio que lleva en s una caracterstica impronta trinitaria yla inscribe en el misterio de la Iglesia y del cristiano, el cual accede a la plenitudde la vida trinitaria por la Eucarista, hecho partcipe de la divina naturaleza (UR15).

    Con la teologa de la creacin. Se distingue un vnculo particular. Los frutosde la tierra y del trabajo del hombre se transforman, sustancialmente, en elcuerpo y en la sangre de Cristo. La accin poderosa de Dios Creador, que crea lascosas de la nada es invocada, a menudo, por los Padres para dar razn de latransformacin de los elementos. Como indica muy bien la Constitucin GS 38,el valor de las cosas creadas y del trabajo del hombre tiene como culmen laEucarista.

    Con la Cristologa. El nexo es, todava, ms explcito y rico. El misterioeucarstico, de hecho, hace referencia a la luz de la revelacin, a la encarnacin, ala pasin y muerte, a la resurreccin del Seor, a su definitivo retorno. Cristomismo, en la plenitud de sus misterios y en la eficaz fecundidad de la redencin,se hace presente y se comunica, a partir del misterio de su Pascua.

    Con el tema de la Gracia. Podemos comprender el nexo tan pleno delmisterio de la gracia porque la plenitud de la vida divina se nos comunica coneste misterio que contiene, como se expresa el concilio de Trento, no slo lasantificacin, sino al autor mismo de la santidad 1. l nos abre, de hecho, a lacomunin trinitaria, a la conformacin con Cristo, a la vida segn el Espritu y a

    la plenitud de la filiacin divina.Las virtudes teologales. Estn en ntima relacin con la Eucarista. sta las

    exige y las ejercita, las alimenta y las hace crecer. Es misterio de fe, sostn yvitico de la esperanza que nos da la prenda de la vida futura (futurae gloriaenobis pignus datur). De modo muy especial, es el sacramento de la caridad,segn cuanto dice santo Toms: Del mismo modo que el bautismo es llamado elsacramento de la fe, as la Eucarista es llamada sacramento de la caridad, que esel vnculo de la perfeccin (S. Theol. III, q. 73, a. 3 ad 3). De hecho, ella posee

    y comunica un dinamismo operativo de caridad hacia Dios y hacia el prjimo, encuanto culmen del amor de Cristo por el Padre y los hermanos, memorial de sumuerte gloriosa.

    Con el tratado sobre la Iglesia las relaciones son de una gran riqueza yfecundidad. Se pueden resumir en el doble aforismo acuado por H. de Lubac:La Eucarista hace la Iglesia. La Iglesia hace la Eucarista. Tan ntima relacinse deduce de la teologa patrstica y medieval, en la cual la equivalencia de lasexpresiones Eucarista=Corpus Mysticum es fuertemente subrayada. En efecto, la

    Eucarista es el Corpus mysticum, es decir, sacramental de Cristo. Y la Iglesiaes el Corpus reale, el cuerpo de Cristo aqu en la tierra. Se puede afirmar conla teologa ms iluminada que el culmen de la eclesiologa es, precisamente, la

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    eclesiologa eucarstica. De hecho, la Iglesia es el Cuerpo del Seor en virtud dela Eucarista, que es el Cuerpo y la Sangre del Seor que hace de todos un soloCuerpo y un solo Espritu. La Iglesia es revelada plenamente por la Eucarista ensu misterio y en sus exigencias. Ella alcanza en plenitud su ser, el Cuerpo delSeor. Adems, fuera de la Iglesia no hay Eucarista.

    La ordenacin de todos los sacramentos hacia el misterio eucarstico estema clsico de la reflexin teolgica. Ya ha sido ampliamente expuesta porsanto Toms de Aquino en la S. Theol. III, q. 65, a.2. Bautismo y confirmacin,sacramentos de iniciacin cristiana, miran hacia su cumplimiento y hacia lacontinua renovacin de su propia gracia, que se realiza en la Eucarista.Particulares vnculos y exigencias median entre el sacramento de la penitencia yla uncin de los enfermos con la Eucarista. El orden sagrado est en funcin dela celebracin del misterio; la gracia del matrimonio cristiano se acrecienta yprofundiza en el misterio eucarstico que es, tambin, misterio nupcial,momento de alianza entre Cristo y su Iglesia, modelo de la donacin de losesposos.

    Finalmente, con la escatologa las relaciones son mltiples. Es el banquetedel Reino y la promesa de la gloria futura. Celebramos el misterio hasta que lvuelva, o en espera de su venida. Es prenda de la resurreccin futura (Jn 6, 54),frmaco de inmortalidad y medicina que nos preserva de la muerte (sanIgnacio de Antioqua, Ad Eph. 20, 2). La Eucarista, presencia del Resucitado, espascua del universo, anuncio de los cielos nuevos y de la tierra nueva (GS 38-39). La Eucarista, semilla de inmortalidad depositada en nuestro cuerpo, esprenda y esperanza de la resurreccin final de la carne.

    En sntesis, el misterio eucarstico contiene una referencia al pasadosalvfico hecho presente en el memorial de la Pascua del Seor. Es la plenitud dela salvacin en el hoy de la Iglesia que, casi nace y renace sacramentalmente delmisterio de la cruz celebrado en la Eucarista. Ella suscita y celebra la necesariatensin escatolgica hacia el futuro. Segn atestiguan el NT y los escritosprimitivos, as como la Didach X, es en el interior de la celebracin eucarstica

    donde florece en los labios de la Iglesia el grito escatolgico: Marana-th: VenSeor, Jess!

    3. El centro de la fe, del culto y de la vida

    El misterio eucarstico es el centro de la fe, como se ha dicho, porquecontiene el misterio pascual, kerigma fundamental de nuestra salvacin: elmisterio de Cristo salvador y la confesin de nuestra salvacin.

    Es el centro del culto cristiano porque la Eucarista es el momento centralde la vida de la Iglesia, fuente y culmen de su experiencia, como expresa bien laConstitucin SC 10.

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    Es el centro de la vida porque de la celebracin eucarstica, fuente y culmende la vida de la Iglesia, manan los dones de la gracia y nacen compromisosprecisos de vida personal, comunitaria y social.

    La consideracin plenaria del misterio nos permite explicitar, con lateologa clsica, los tres aspectos de la Eucarista:

    sacramentum: y, por consiguiente, el sacrificio eucarstico en suscomponentes, el pan y el vino transformados en el cuerpo y en la sangre delSeor;

    res et sacramentum: la celebracin misma con toda su riqueza decontenidos;

    res sacramenti: la gracia sacramental de comunin con Cristo y con laIglesia que lleva a desarrollarse en una existencia, en un compromiso devida eucarstica en la Iglesia y en el mundo.

    4. Una rica sntesis inicial de la teologa del Vaticano II

    El concilio Vaticano II, a pesar de no haber tratado, ex profeso, el misterioeucarstico, traz una sntesis autorizada a travs de algunos nmeros clave quenos permitimos slo recordar en su contenido esencial:

    SC 47: La sntesis del misterio de la Eucarista. LG 3, 7: Centralidad de la Eucarista en el misterio de Cristo y de la Iglesia;

    11: aspecto cristolgico y eclesial; 26: el centro de la teologa de la Iglesia

    local: la Eucarista hace la Iglesia. PO 5-6: Presencia personal, accin del Espritu, fuente y culmen de la vida

    de la Iglesia y de su accin pastoral. UR 15: La celebracin eucarstica y su dimensin trinitaria y eclesial en las

    Iglesias de Oriente. AG 9: Eucarista y evangelizacin. GS 38: Perspectivas csmicas y escatolgicas del misterio eucarstico.

    Una primera y rica sntesis de las enseanzas conciliares se encuentra en la

    Instruccin Eucharisticum Mysterium de 25 de mayo de 1967.El Catecismo de la Iglesia Catlica nos ofrece, en su segunda parte, seccinsegunda, art. 3, un breve pero intenso tratado catequtico sobre la Eucarista enlos nn. 1322-1419. Se trata de un texto que es preciso tener presente para lasntesis teolgica que la Iglesia misma nos ofrece.

    5. Muchos nombres para una realidad nica

    Muchos son los nombres de la Eucarista en la tradicin eclesial. Es preciso,ya desde el principio, tener esto en cuenta como lo hace el Catecismo de laIglesia Catlica nn. 1328-1332.

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    Fraccin del pan (fractio panis, klasis tou artou), expresin que nosremite al gesto de la Cena, a la accin de Jess entre los discpulos deEmas (Lc 24, 13-25), a la praxis de la comunidad apostlica (Hch 2, 42-46; 20, 7-11).

    Coena dominica, Cena del Seor o seorial (Kyriakos deipnos: 1 Co 11,20), en referencia a la Cena en la que Cristo instituy la Eucarista y a laCena que comparte con nosotros, en espera del banquete escatolgico (Ap3, 20). A veces, se sintetiza en la palabra Dominicum o conviviumdominicum.

    Sinaxis eucarstica, asamblea eucarstica (1 Co 1, 17-23), celebrada en lareunin de los fieles.

    Eucarista o Accin de gracias, en referencia al agradecimiento cumplidopor el Seor en la ltima Cena y al agradecimiento de la Iglesia en suplegaria eucarstica. Hoy se prefiere celebracin eucarstica. Alguna vezse habla, tambin, de euloghia, bendicin.

    En latn litrgico se designa con trminos como actio, sacrificium,munera, mysteria, mysterium, oblatio, sacramentum (Sanctissimumsacramentum), victima sancta....

    Sacrificio (santo), en todas las acepciones: de la misa, vivo y verdadero, dealabanza, espiritual...

    Memorial, del hebreo zikkarn: accin que representa el acontecimiento,las palabras de Jess en la ltima Cena: Haced esto en memoria ma.

    Anaphora, prosphora (la accin de la oblacin, y los dones ofrecidos) queindican la plegaria eucarstica y la presentacin-ofrenda de los santosdones.

    Ta Aghia, sancta las cosas santas, con el primitivo sentido delsanctorum communio, comunin en las cosas santas, segn la antiguafrmula de presentacin de los dones antes de la comunin: ta aghia toisaghiois, las cosas santas a los santos.

    Leitourghia, santa o divina, que indica la celebracin eucarstica en Oriente. Corpus Christi, caro Christi, Sanguis Christi, aplicada a las realidades

    eucarsticas del cuerpo y de la sangre del Seor. Comunin, Koinonia, segn la terminologa paulina de 1 Co 10, 16-17. Missa, misa, Missarum sollemnia... En referencia al sentido primitivo de

    missa est oblatio ad Deum (ha sido enviada la oblacin al Seor), alsignificado de envo o de misin, despus de la celebracin: dimissio,missio...

    Pan, vivo y verdadero... en referencia a Jn 6... Panis angelicus o panisangelorum, segn la liturgia del Corpus, compuesta por S. Toms.

    Quddasa, Qurbana: cosas santas, oblacin, segn la terminologa oriental,siraca y caldea...

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    Frmaco de inmortalidad, vitico...II. CUESTIONES DE METODOLOGA TEOLGICA

    1. Hacia una renovacin de la teologa eucarstica

    El perodo que va desde el ao 1965, ao en que finaliza el concilioVaticano II y ao de la publicacin de la Encclica de Pablo VI sobre laEucarista Mysterium Fidei, hasta nuestros das, ha sido particularmente fecundoen escritos sobre la Eucarista. En las bibliografas especializadas se cuentan msde 2000 ttulos bibliogrficos. En torno a la Eucarista, a nivel de investigacinteolgica y de praxis litrgica se recogen y concentran muchos intereses dediferentes tipos: exegtico, teolgico, litrgico, pastoral, ecumnico... Trataremosde ofrecer una breve panormica:

    Desde el punto de vista bblicoSon muchos los estudios exegticos que han ofrecido una rica y renovada

    exgesis y teologa bblica sobre los as llamados relatos de la Institucin. Enparticular, cabe destacar los estudios literarios, ambientales, como aqullos quehacen referencia al tiempo pascual, los ritos de la Pascua juda y su relacin, realo inexistente, segn las diversas sentencias, con la institucin eucarstica...

    Particular importancia revisten los estudios bblicos sobre el gnero

    literario subyacente a la institucin de la Eucarista, a partir de las plegariasbblicas, de modo especial la Berakh y la Todh.

    Son notables tambin, los estudios referentes a la teologa de Juan sobreel pan de vida, a nivel de exgesis y de teologa.

    Igualmente algunos autores se aventuran en una posible relecturaeucarstica de otros textos del N.T., adems de los conocidos de Pablo y de losHechos de los Apstoles.

    Perspectivas litrgicasLa publicacin y el renovado estudio de las plegarias eucarsticas y

    anforas de Occidente y de Oriente suscit un gran inters: textos, estructura,contenidos teolgicos... con la historia de las fuentes y la necesariacomplementariedad de las tradiciones litrgicas orientales y occidentales. Seaade tambin el hecho de la composicin de las nuevas plegarias eucarsticasoficiales de la Iglesia y de las libres, que proliferaron, especialmente, en elmomento de la renovacin litrgica.

    Desde el punto de vista de la renovacin litrgica son innumerables losestudios sobre la reforma de la celebracin litrgica, la concelebracin, la

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    comunin bajo las dos especies y los nuevos textos del Misal romano y delLeccionario.

    Nuevas investigaciones teolgicasLa teologa eucarstica se ha enriquecido, notablemente, con diversas

    contribuciones y perspectivas: de orden simblico y sacramental, sobre la perspectiva antropolgica y culturalde los elementos de la Cena y de la estructura de la Cena y de la misa comocomida sagrada o banquete sacrificial; de investigaciones referentes a la presencia real en el mbito de una teologa dela presencia de Cristo en la Iglesia; de otros aspectos complementarios de la vida eucarstica, especialmente a niveleclesiolgico, tico, poltico...

    Los dilogos ecumnicosFruto de una nueva postura hacia la Eucarista y de nuevos estudios e

    investigaciones bblicas y sobre la tradicin litrgica son los dilogos sobre estetema: la convergencia inicial con los ortodoxos; los progresos del dilogo con los anglicanos; las nuevas posturas de algunos protestantes;Estos progresos son destacados en los Documentos de dilogo bilaterales con la

    Iglesia Catlica, y de modo especial en el BEM (Bautismo, Eucarista,Ministerio) o Documento de Lima preparado por la comisin Fe y Constitucindel Consejo Ecumnico de las Iglesias de Ginebra, de 1982.

    Un progreso y una novedad de perspectivaSe puede decir que hoy, no son de gran inters para la teologa las

    encarnizadas discusiones anteriores al Vaticano II sobre la teologa de lapresencia real, con las diferentes explicaciones de tipo escolstico o moderno;

    pocos son los estudios que se preocupan de poner en claro la modalidad delsacrificio eucarstico y la relacin con el nico sacrificio de la cruz; son tambinlejanas las posiciones teolgicas que negaban la presencia real y latransustanciacin de los aos 60 y 70. Pero es preciso preguntarse si estosproblemas no deben proponerse de nuevo, con fuerza, a la luz del Magisterio dela Iglesia, evitando algunas posiciones superficiales.

    Mayor inters se revela de la visin global de la Eucarista a la luz de laBiblia y de la tradicin cultual del memorial de la Pascua. Nuevos temas

    teolgicos, como la relacin entre el Espritu Santo y la Eucarista o la Eucaristay la Iglesia han atrado la atencin de los telogos. Mucho inters han suscitadolas cuestiones existenciales y sociales en referencia al necesario influjo de la

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    celebracin eucarstica en la vida personal y social de los cristianos, segn latradicin bblica y patrstica.

    El mismo inters ecumnico de la cuestin lleva a reencontrarse en unlenguaje comn y posiciones teolgicas conciliadoras, aunque estemos todavalejos de alcanzar una verdadera convergencia ecumnica en la doctrinaeucarstica.

    2. Temas y propuestas para un tratado teolgico sobre la Eucarista

    La riqueza de aspectos parciales en la reflexin sobre la Eucarista pareceestar en contraste con la exigidad de los resultados globales a nivel de tratadosorgnicos. Segn G. Colombo, uno de los ms competentes telogos italianos:Desde hace ya veinte aos la reflexin teolgica sobre la Eucarista estsustancialmente parada. Los resultados obtenidos en el fervor de la renovacinhan sido ratificados. Pero se observa todava una falta notable en el campo de losmanuales. Sntesis apreciables se dan alguna vez a nivel de manuales parciales,en el mbito bblico o litrgico. Falta, no obstante, una exposicin globalarmnica. Los textos que se han arriesgado a proponer una sntesis soninsatisfactorios o, de nuevo, incompletos.

    Sobre este tema considero extremadamente importante algunos estudiosfundamentales, con la correspondiente bibliografa.

    Bibliografa G., COLOMBO, Per il trattato sullEucaristia, en Teologia 13 (1988) 95 -31;14 (1989) 105-137. C. MAGNOLI, Saggio di bibliografia eucaristica (1980-1989), en AA.VV.,LEucaristia celebrata: professare il Dio vivente. Linee di ricerca, Roma, CLV,1991, pp. 126-146. C. ROCCHETTA, Introduzione: Universa nostra charitas est Eucharistia, enUniversa nostra charitas est Eucharistia. Per una teologia dellEucaristia come

    teologia della comunione e del servizio, Bologna, Ed. Dehoniane, 1994, pp. 11-28. PHILIP J. ROSATO, Linee fondamentali e sistematiche per una teologia eticadel culto, en AA.VV., Liturgia. Etica delle religiosit, Coro di Morale V. 5,Brescia, Queriniana, 1995, pp. 11-73.

    El estudio de G. Colombo, de carcter sistemtico, pasa revista, en laprimera parte, a algunas de las primeras sntesis y contribuciones sobre la

    Eucarista del perodo postconciliar. Adems de resaltar algunos problemas(presencia real, simbolismo), el autor considera que el endurecimiento de los

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    tratados clsicos ha llevado a una indecisin en la propuesta de nuevos, vlidos yactualizados tratados o manuales sistemticos.

    En la segunda parte del estudio toma en consideracin algunos de lostratados cientficos ofrecidos recientemente por algunos autores para el estudiosistemtico, haciendo notar valores y defectos. Entre otros los de J. DeBacciocchi, J. Betz en Mysterium Salutis, J. Auer, M. Gesteira Garza, J. A.Says, J. Saraiva Martins y L. Ligier en sus respectivos tratados.

    Por su parte, el telogo milans propone una posible futura articulacindel tratado en estos tres puntos de contenido y de mtodo:1. La celebracin de la Eucarista: revelacin de la existencia del rito en lacomplejidad de sus elementos constitutivos como hecho histrico; y,consecuentemente, la identificacin de su razn de existir.2. El significado de la Eucarista. Dicho significado debe ser puesto a la luz apartir de la relacin con Cristo, tanto en la institucin de la Eucarista, como ensu relacin con el Cristo actual de la gloria. Junto a este principio cristolgico sedebe enuclear la relacin con la Iglesia, el tema de la presencia y del sacrificio,posiblemente en una unidad de propuesta, la relacin con el Cristo glorioso y elvnculo con el misterio cristiano en toda su complejidad.3. El tercer momento de la reflexin teolgica debe clarificar la finalidad de laEucarista en su orientacin eclesiolgica, la cual requiere tambin unareconstruccin de la eclesiologa a partir de la Eucarista.La contribucin de C. Magnoli propone, ordena y analiza los estudios ms

    importantes sobre la Eucarista de manera descriptiva; estos datos nos hacenpercibir las lneas en las que se mueven los intereses del ltimo decenio:1. Reseas bibliogrficas. 2. Estudios bblicos. 3. Estudios litrgicos y entreestos: a) los manuales; b) la Misa del Vaticano II; c) la cuestin de la ritualidad;d) la historia de la celebracin eucarstica; e) la plegaria eucarstica, con unaatencin especfica a dos autores italianos con contribuciones de gran relieve (C.Giraudo y E. Mazza), y otros que han estudiado la tradicin de las anforas, conuna atencin particular al tema de la epiclesis.

    Algunos de estos estudios, recogidos en la bibliografa general y en lasbibliografas propias de cada captulo sern tenidos en la debida consideracin.El estudio de C. Rocchetta es de carcter propositivo y metodolgico. Se funda,de hecho, en los sensibles cambios que la teologa de la Eucarista experimenta,inmediatamente, desde la primera concepcin primitiva a una teologizacinposterior, hasta el momento del nacimiento del tratado teolgico sobre laEucarista.Efectivamente, al principio prevaleca el trinomio indisociable: Iglesia,

    eucarista, caridad. Despus se impuso otro trinomio: Praesentia realis,Sacrificium, Sacramentum.

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    Hoy se dan urgencias teolgicas que requieren la atencin para una serie detemas teolgicos conectados con la Eucarista y la vida de la Iglesia: Del hombre al Cristo de la Eucarista. Del Cristo a la Eucarista del hombre. De la Eucarista a la Trinidad. De la Trinidad a la Iglesia de la Eucarista. De la Iglesia de la Eucarista a la Iglesia de la caridad. De la Iglesia de la caridad a la Iglesia del servicio al mundo.La propuesta de P. J. Rossato acenta el carcter tico-normativo de laEucarista, como momento antropolgico, vivido por Cristo, ordenado al culto aDios y a la vida cultual de los cristianos.

    Como se puede apreciar son perspectivas complementarias, acentuacionestemticas y metodolgicas que estn todava buscando una sntesisomnicomprensiva.

    3. Una propuesta concreta

    La reflexin de G. Colombo pone en guardia a quien quisiera escribir untratado teolgico. Cada autor, corre el riesgo de incurrir en inevitables carenciasde mtodo, de contenidos y de estructura. Con todo, una eleccin debe hacerse ala espera de tiempos ms maduros para un nuevo tratado orgnico.

    En este sentido nuestra propuesta se articula desde una visin general del

    misterio eucarstico en dos partes:

    I PARTE: LA EUCARISTA A LA LUZ DE LA ESCRITURA, DE LATRADICIN PATRSTICA PRIMITIVA Y DEL MAGISTERIO.

    La primera parte, dividida en tres grandes captulos, quiere pasar revista a larevelacin del misterio eucarstico, a la primitiva tradicin patrstica y litrgica ya los documentos ms importantes de la Iglesia. Mientras que el tratado de la

    revelacin es ms preciso y concreto; para las otras dos partes se ha procuradouna visin de conjunto.La segunda parte estudia, en sntesis y con un cierto vnculo que debe ser tenidosiempre presente, los tres grandes temas de la Eucarista, con la sabia propuestade distinguir para unir: el sacrifico, la presencia y el banquete de comunin.Tambin desde el carcter esquemtico de cada una de las partes se trata de darplena razn de los temas teolgicos que un tratado sobre la Eucarista no puede,de ninguna manera, dejar como informacin y como tendencia teolgica segura.

    Una conclusin, del mismo modo que al principio una premisa, trata de poner denuevo a la Eucarista en el centro de la vida de la Iglesia, para una Iglesia que seacomunidad eucarstica y presente en el mundo, un rostro eucarstico.

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    A esta tradicin de carcter dogmtico se debera aadir un tratado de ndolehistrica, litrgica y pastoral sobre la celebracin de la Eucarista 2.

    PRIMERA PARTELA EUCARISTA EN LA BIBLIA, EN LA TRADICIN Y EN EL

    MAGISTERIO

    CAPTULO PRIMERO. LA REVELACIN DEL MISTERIO EUCARSTICO

    PREMISA METODOLGICA: Algunos autores comienzan el tratado con unareferencia a la realidad antropolgica de la Eucarista (pan y vino), banquete decomunin, sacrificio, etc. Otros prefieren partir de la prefiguracin de laEucarista en el A.T. Personalmente me parece ms correcto referirme al origenmismo de la Eucarista en su revelacin del N.T., volviendo a poner en orden lainstitucin de la ltima Cena, la praxis de la Iglesia en el N.T., la revelacin de laEucarista en Juan, puesto que se trata de un texto ms tardo, y otros textoseucarsticos del N.T. La parte ms larga e importante es, sin duda, la que hacereferencia a la Institucin, en la cual tratamos de recoger toda una rica teologabblica que resume las prefiguraciones de la Eucarista en el A.T.

    SECCIN PRIMERA: Los relatos de la institucin de la Eucarista

    Sumario:La exposicin del tema est articulada y requiere una visin clara del conjunto yadesde el principio. Estos son los temas progresivos a tratar: 1. Los textos de lainstitucin. 2. Los diferentes contextos. 3. Los elementos de la Cena. 4. Losgestos rituales. 5. Las palabras de la institucin y su significado. 6. Contextosrituales significativos. 7. Las tres categoras indisolublemente unidas: cena,presencia, sacrificio y cena, cruz, misa. 8. Algunas orientaciones de teologabblica.

    Bibliografa:Adems del tratado general que se encuentra en los manuales son interesantespara el estudio bblico: AA.VV., La Cena del Signore en Parola Spirito Vita, Quaderni di letturabiblica n. 7, Bologna, Ed. Dehoniane, 1987. P. BENOIT, I racconti dellIstituzione dellEucaristia e il loro valore, en

    Esegesi e Teologia, Roma, Ed. Paoline 1964.

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    J. COPPENS, LEucharistie, sacrement et sacrifice de la Nouvelle Aliance,fondament de lEglise, en J. GIBLET, Aux origines de lEglise, Descle deBroker, 1965, pp. 210-239. A. DESCAMPS, Le origini dellEucaristia, en AA.VV. LEucaristia, simbolo erealt, pp. 53-111. J.L. ESPINEL, La Eucarista del Nuevo Testamento, editorial San Esteban,Salamanca 1980. E.GALBIATI, LEucaristia nella Bibbia, Miln, IPL 1982. J. JEREMAS, Le parole dellultima Cena, Brescia, Paideia 1973. F.X. LON-DUFOUR, Le partage du pain eucharistique selon le NouveauTestament, Pars, Seuil 1982; vers. italiana: Condividere il pane eucaristicosecondo il Nuovo testamento, Turn-Leumann, LDC, 1983. A. MARCHADOUR (y otros) LEucaristia nella Bibbia, Turn, Gribaudi 1983. S. CIPRIANI, Eucaristia, en Nuovo Dizionario di Teologia Biblica, Ed. Paoline1988, pp. 521-530. Aqu nos podemos referir a los comentarios bblicos a lostextos de la institucin de Mateo, Marcos, Lucas, Pablo...

    I. LOS TEXTOS DE LA INSTITUCIN DE LA EUCARISTA

    La tradicin de los apstoles nos ha transmitido adecuadamente cuatrotextos o relatos de la institucin de la Eucarista en la ltima Cena. Estos son:

    Mc 14, 22-24;

    Mt 26, 26-28;Lc 22, 19-20;1 Co 11 23-26.

    La antigedad de los textos est aseguradaza, especialmente por Pabloque se refiere a una transmisin hecha a la Iglesia de Corinto al comienzo de supredicacin. Pero tambin por la tradicin del arcaico texto de Marcos. Se hanelaborado numerosos estudios, como se puede ver en la abundante bibliografa,

    sobre estos textos. Estamos ya muy lejos de tener que construir una apologticasobre la autenticidad de los textos contra la crtica liberal y racionalista que noquera creer, de ninguna manera, en la institucin de ritos sacramentales por partede Jess.

    La actual exgesis sobre los textos de la institucin est bastante acordeen la sustancia, exceptuando algunas posiciones minimalistas. El inters de losbiblistas es de diverso gnero: algunos quieren colocar las palabras de Jess en laltima Cena en el contexto de las comidas de Jess con sus discpulos. Para otros

    el inters hace referencia a la conciencia que Jess tena de su muerte inminente,cuando se alude a ella en las palabras sobre el pan y sobre el cliz, y por lo tanto,sobre el sentido de su sacrificio existencial prximo. Para otros se trata de tener

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    una comprensin global de los textos a la luz de la tradicin judaica tanto de lascomidas, como especialmente de la Cena Pascual.

    El inters global, consecuentemente, se desplaza de un estudio de laspalabras de la institucin para encontrar una prueba de la presencia real a lacomprensin total de las palabras de Cristo en el texto transmitido, en la posiblereconstruccin de sus palabras arameas o hebreas, en la plena comprensin dedichas palabras institutivas y en la densidad de los diferentes contextos rituales yexistenciales. Por eso, el estudio atento de los textos y de sus semejanzas, de loscontextos, y del significado global de la revelacin que Jess ha hecho y que lacomunidad apostlica nos ha transmitido, con la exacta pardosis de laspalabras de la cena, debe ser meticuloso y preciso, de manera que se puedancaptar todas las resonancias originadas por las palabras del Seor y toda lateologa que la comunidad primitiva ha sido capaz de descubrir en las mltiplesalusiones.

    He aqu en una sinopsis los textos de la institucin, distribuidos segn ladoble tradicin marco-mateana y lucano-paulina.

    v. 22. Y mientras estaban comiendo, tom pan, lo bendijo, lo parti y se lo dio ydijo: Tomad, ste es mi cuerpo.v. 23. Tom luego una copa y, dadas las gracias, se la dio, y bebieron todos deella.v. 24. Y les dijo: sta es mi sangre de la Alianza, que es derramada por muchos.

    v. 26. Mientras estaban comiendo, tom Jess pan y lo bendijo, lo parti y,dndoselo a sus discpulos, dijo: Tomad comed, ste es mi cuerpo.v. 27. Tom luego una copa y, dadas las gracias, se la dio diciendo: Bebed deella todos,v. 28. porque sta es mi sangre de la Alianza, que es derramada por muchos paraperdn de los pecados.

    v. 19. Tom luego pan, y, dadas las gracias, lo parti y se lo dio diciendo: ste

    es mi cuerpo que es entregado por vosotros; haced esto en recuerdo mo.v. 20. De igual modo, despus de cenar, la copa, diciendo: Esta copa es laNueva Alianza en mi sangre, que es derramada por vosotros.

    v. 23. Porque yo recib del Seor lo que os he transmitido: que el Seor Jess, lanoche en que fue entregado, tom pan,v. 24. y despus de dar gracias, lo parti y dijo: ste es mi cuerpo que se da porvosotros; haced esto en recuerdo mo.

    v. 25. Asimismo tambin la copa despus de cenar diciendo: Esta copa es laNueva Alianza en mi sangre. Cuantas veces la bebiereis, hacedlo en recuerdomo.

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    v. 26. Pues cada vez que comis de este pan y bebis esta copa, anunciis lamuerte del Seor, hasta que venga.

    De un simple examen de los textos, como aparece en la sinopsis,podemos sacar algunas conclusiones: existe entre ellos una unanimidad sustancial tanto por cuanto hace referencia alhecho mismo de la institucin, como por el contenido; pero subsisten variantes que revelan diversas tradiciones.

    Evidentemente no nos encontramos ante las ipsissima verba Christi,como si hubieran sido registradas o transcritas en directo. Los textos estnclaramente elaborados, ciertamente, a partir de las palabras de Cristo. Revelanuna simplificacin, un cierto hieratismo, una evidente simetra, entre los dosmomentos del pan y del cliz, como para favorecer una exacta retencinmnemnica y una exacta tradicin oral del uno y del otro en frmulas, ahoraya litrgicas, o de uso en la celebracin de la fraccin del pan.

    Son textos ya en uso para la celebracin de la Cena del Seor en lacomunidad apostlica, segn las palabras, los gestos y los elementos de la ltimaCena, con el significado dado por el Seor, y segn su mandato.

    Los cuatro textos dependen de una fuente comn que sera el texto msprimitivo y simple, al cual, seguidamente, se han aadido palabras y detalles decarcter literario, explicativo del sentido de algunos vocablos, para su plenacomprensin. Para algunos sera el texto de Marcos. Para otros, la mayora, el

    texto de Pablo o incluso un texto primitivo hbrido.Algunos consideran el texto de Lucas muy primitivo, por su estructura

    atpica respecto a los otros. De hecho, ste refiere, junto a la palabra escatolgica,una primera bendicin del cliz con una splica escatolgica, despus la accinde gracias sobre el pan y, despus de nuevo, sobre el cliz (Lc 22, 14-19). Enalgunos manuscritos (Cdice D de Beza, Cambridge), en la Vetus latina y enalgunas versiones siracas faltan los vv. 19b.20 en el relato de Lucas. De estasomisiones algunos han querido sacar algunas conclusiones de orden doctrinal.

    Para Lucas no seran si no una reminiscencia de la cena pascual: primero labendicin del cliz, despus el pan; se dara la ausencia de una anmnesis y delsentido sacrificial dado al cliz. Sin embargo, no se considera hoy de granimportancia esta omisin; ms bien revelara, para algunos, las races de unapraxis primitiva y de una cena de Jess en la cual se pueden vislumbrar tresmomentos:los ritos iniciales (Lc 22, 14-18),la cena verdadera y propia (Lc 22, 19)

    y los ritos finales 3.Para una exacta comprensin de algunos detalles conviene evidenciar que Pablohace alusin en el v. 23 a una tradicin: Porque yo recib del Seor lo que os he

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    transmitido. En tal caso estamos ante un texto primitivo que recuerda la primerapredicacin a los Corintios, hacia el ao 55, y el momento en el que l mismorecibi esta tradicin como proveniente del Seor, hacia el ao 50.A pesar de las semejanzas, y aunque dependientes de una fuente comn, lostextos son clasificados, generalmente, en torno a dos tradiciones diferentes:

    Marcos y Mateo se asemejan y constituyen la tradicin petrina deJerusaln.Lucas y Pablo son similares y constituyen la tradicin paulina de Antioqua.Pero es preciso llegar a la distincin hecha por algunos de dos impostacionesdoctrinales diferentes: una que dara a la Cena un carcter festivo, pascual (laprimera) y la otra que insistira en el carcter sacrificial, fnebre (la segunda).No es difcil localizar las semejanzas y diferencias verbales entre las dostradiciones evanglicas. Las ms notables son stas: Mateo expresa la invitacin: tomad, comed... bebed todos de l; Marcos:tomad... y todos bebieron. la palabra sobre el pan: euloghesas (Mateo y Marcos), eucharistesas (Lucas yPablo).el acento puesto en las palabras sobre el pan en Lucas y Pablo: que se (entrega)por vosotros; la colocacin de las palabras sobre el cliz: mientras cenaban (Marcos yMateo), despus de la Cena (Lucas y Pablo); la forma directa sta es mi sangre (Marcos y Mateo) o indirecta (este cliz

    es...), (Lucas y Pablo); la referencia a la alianza en mi sangre (Marcos y Mateo), que es llamadanueva en Lucas y Pablo;la referencia a la multitud por la que se derrama la sangre (Marcos y Mateo) yla acentuacin del por vosotros (Lucas y Pablo); es exclusiva de Mateo la frmula sobre el cliz: para la remisin de lospecados.El mandato de repetir est ausente en Marcos y Mateo y presente en Lucas y

    Pablo, el cual lo repite tambin para el cliz, con la aadidura de la palabraosakis cada vez... La ausencia del mandato de repetir en Mateo y Marcos no sedebe considerar una omisin querida que indicara la no voluntad institucional derepeticin del gesto del Seor. Jess habra celebrado la Cena, pero no habrainstituido un rito a repetir. Sin embargo, esta interpretacin restrictiva no sesostiene; la repeticin est implcita en la praxis de la Iglesia cuando talesEvangelios se escriben. Como observa P. Benoit una rbrica se cumple, tambinsi no se repite verbalmente. La Iglesia haca esto como memorial de Jess,

    aunque en Mateo y Marcos la rbrica (Haced esto...) no aparece.Pablo, por su parte, aade algunas palabras que parecen una explicacin delsentido del hacer esto como memorial. En algunas tradiciones litrgicas

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    posteriores estas ltimas palabras de Pablo son puestas en directo, como propiasde Jess, y contienen algunos aadidos. Cfr. infra.

    II CONTEXTOS DE LA INSTITUCIN

    El estudio de los diferentes contextos de la Cena en la que Cristo instituyela Eucarista es bastante interesante para comprender el sentido de su institucin.Tres son los contextos esenciales considerados por los autores que comportantambin una problemtica particular.

    1. Una cena pascual?

    Una cosa es cierta, la institucin ha sido realizada durante una cena, comose evidencia de los textos y del contexto. Una cena de intimidad, de adis, en unambiente religioso como el de las comidas judas. Pero de qu tipo de cena setrataba?

    Una primera cuestin a resolver se refiere al sentido pascual de la ltimaCena, es decir, saber con certeza si la institucin de la Eucarista se realiz en elmbito ritual y, por lo tanto, simblico de la cena pascual de los judos, aunquecon la obvia novedad conferida por Jess a dicha cena pascual, con sus gestos ysus palabras. No se trata slo de satisfacer una curiosidad sobre el ritual seguido,sino de comprender el sentido que tal aspecto tendra en el conjunto de la

    revelacin. Dos son los aspectos a subrayar: el sentido ritual de la cena, conreferencia al desarrollo del rito, y el sentido religioso de la pascua, asumidoeventualmente por Jess. En efecto, si Jess inserta su cena en el mbito del ritopascual, asume toda un historia salvfica por ella representada para el pueblo deIsrael, lleva a cumplimiento las figuras, y las lanza hacia el futuro, instituyendoas la nueva Cena de la nueva Pascua.

    El problema

    No todos los autores estn de acuerdo en este problema. Son contrarios,explcitamente, al hecho de que Jess haya celebrado una cena pascual en la quehaya instituido la Eucarista, muchos autores, entre los cuales destaca E. Mazzay, especialmente, X. Lon-Dufour que desestima puntillosamente todos losargumentos positivos de J. Jeremas que es el ms favorable 4. Con l estn porel sentido pascual, entre otros, Betz, Descamps y Giraudo.

    La cuestin sigue sin resolverse por las incertezas que derivan de la

    cronologa y de los escasos datos explcitos que puedan dirimir la cuestin en unsentido o en otro.

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    Una primera dificultad contra la tesis pascual era ofrecida por la diferentecronologa de la Cena pascual segn los Sinpticos y segn Juan. En efecto,segn los Sinpticos, Jess celebra la cena la vspera del viernes. Dicho viernes,sin embargo, segn Juan, sera precisamente el da ritual de la Pascua, comohacen ver los sumos sacerdotes que se niegan a entrar en la residencia de Pilatos,para poder comer la Pascua (Jn 18, 28); la prisa por la sepultura de Jess sejustifica por las mismas razones (Jn 19, 42). Segn el evangelista Juan, Cristo, elCordero, es sacrificado a la hora en la que eran sacrificados en el templo loscorderos para la Cena pascual de la tarde y aquel da era el da de la Preparacin,parasceve (19, 14.31.42).

    Diversos intentos se han dado para poner de acuerdo estas aparentesdiscordancias. Jess habra podido celebrar la cena segn un calendario y uncmputo diferente, seguido por algunos, como los esenios y la comunidad deQumrn, como aparece en el libro de los Jubileos. Es la solucin de A. Jaubert 5.

    En concreto, y siguiendo la cronologa judaica, la Cena de Jess habratenido lugar el 4 de abril (el martes de la semana) o el jueves da 6. La muerte deJess sucede el viernes 7 de abril, fecha solemne de la Pascua, entre el 13 y el 14del mes lunar de Nisn. Aquel ao la Pascua, el 14 de Nisn, coincida tambincon el sbado.

    Para otros autores no existe dificultad por el hecho de que una inmolacinritual de los corderos se hiciera la vigilia del 14 Nisn. Tambin con un corderono inmolado oficialmente por los sacerdotes en el templo se poda celebrar la

    pascua. Jess, por lo tanto, habra celebrado la Pascua o martes o jueves,anticipndola a la fecha oficial. Juan, sin embargo, es fidedigno por cuantorespecta a la fecha oficial de la Pascua y por su deseo de hacer coincidir lainmolacin de Cristo en Cruz con el momento de la inmolacin de los corderosen el templo.

    Los indicios de una cena pascual

    J. Jeremas enumera claramente 14 indicios a favor del sentido pascual dela Cena de Jess. Lon-Dufour rebate puntillosamente uno por uno tales indicios.Es preciso decir que ni todas las pruebas aducidas por uno convencen ni todas lascontestaciones propuestas por el otro son apodcticas.

    Es claro el mandato de Jess de ir a preparar la Pascua, en el cualconcuerdan todos los Sinpticos, especialmente Lc 22, 7-13 con las palabras deJess en el v. 15: He deseado ardientemente comer esta Pascua con vosotrosantes de mi pasin...

    Otros indicios como las palabras de la bendicin y de la accin de gracias, delmemorial, los alimentos, el canto de los salmos... podran ser comunes a unacomida religiosa. Llama la atencin, sin embargo, la sobriedad de alusiones

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    tpicamente pascuales en el interior de la cena. Ciertamente, no se menciona elCordero. Con todo la tradicin apostlica, a partir de Pablo, y despus de Juanconsidera la muerte de Jess en cruz en clave pascual: Cristo nuestra Pascua hasido inmolado (1 Co 5, 6-8). La tradicin patrstica es generosa al presentar lacruz, la resurreccin y, por lo tanto, la misma Cena del Seor, como realizacinde la Pascua 6 y, por lo tanto, la Eucarista en una clave tpicamente pascual.La interpretacin pascual de la Cena del Seor se ha convertido en algo casinormal para la teologa litrgica del Vaticano II que ha sacado a la luz laexpresin paschale mysterium, (SC 5, 61; PO 5) y por los textos litrgicospostconciliares.Queda siempre como punto de referencia para esta interpretacin el contextoapuntado por los Sinpticos y, especialmente, la insistencia verbal de Lucassobre el deseo de Jess de comer la Pascua con los discpulos.Se puede decir que los Sinpticos hacen pascual la Cena en el sentido de que setrata de la Cena de la Pascua de Jess. Juan ve la inmolacin del Cordero pascualen Cruz y Pablo personaliza la Pascua en la inmolacin y en la resurreccin deCristo que es nuestra Pascua.Estamos muy lejos de alcanzar una unanimidad sobre este punto. Tambinalgunos exegetas y liturgistas, precisamente privilegiando el texto de Lucas, peroen virtud de su estructura algo singular (bendicin del cliz, bendicin del pan,bendicin del segundo cliz) estn seguros de encontrar slo una cena de adis,en la cual el Seor no habra utilizado las frmulas de la Cena pascual sino slo

    la de la Birkat ha mazon, o bendicin del pan (del cimo) 7.Sin embargo, el carcter pascual de la muerte del Seor y de su resurreccin nohay que descartarlos e, indirectamente, esta visin pascual ilumina la Cena deJess, que permanece envuelta en el misterio de la Pascua.

    El ritual de la Cena pascual

    Puede ser til recordar en este momento algunas lneas esenciales de la

    celebracin de la Cena pascual.Las fuentes ms antiguas que hacen referencia al hecho y al rito se

    encuentran en los textos primitivos del Antiguo Testamento: Esd 12, 1-8; Dt 16;Lv 23, 5-8; Nm 28, 16-25. Estos ritos iniciales han cambiado, seguidamente, a lolargo de los siglos. Una reconstruccin del ritual pascual en tiempos de Jess esslo una hiptesis; los textos que conocemos de la Mishn son posteriores pero,quizs, transmiten gestos y palabras del tiempo de Jess. Es peligroso referirse alos rituales que ahora conocemos, sin tener esta conciencia para verlos con un

    cierto relativismo.

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    El ambiente era preparado cuidadosamente por la haburh fraternidad opequeos grupos. Eran excluidos las mujeres y los no circuncidados. El corderoera inmolado en el momento de la vigilia del 14 Nisn, o antes de aquel da.

    Los alimentos pascuales eran: pan cimo (pan de la amargura) enrecuerdo de la prisa por salir de la tierra de Egipto; el cordero asado, en recuerdode la inmolacin del cordero; las hierbas amargas (moror) para recordar laamargura experimentada en Egipto; el haroset o amasijo de fruta (quizs enrecuerdo del trabajo de los israelitas en Egipto), la copa de vino rojo mezcladacon agua... Otros alimentos pascuales eran el huevo, el jugo de limn, el vinagreo el agua salada para aliar las hierbas amargas...

    El esquema de la celebracin comprenda muchos momentos con cuatroseder u rdenes. El rito tiene el nombre de Seder Haggadah shel pesah 8.

    1 SEDER o Qiddush: Se trata de los preliminares de la cena. Comprende lossiguientes ritos: 1. Bendicin del cliz (Qaddesh). 2. Bendicin al partir el pan(Carpas) despus el lavatorio de las manos (U-rrhaz). 3. La divisin de loscimos (Jahz).

    Se trata de ritos, palabras y plegarias iniciales: Bendicin de la primeracopa; se prueba, ablucin... Se comen los aperitivos: hierbas amargas... Se parteel pan cimo: Esto es el pan de la afliccin que nuestros padres comieron entierra de Egipto...2 SEDER o Maggid. Aqu se recita la haggadah de Pascua. Comprende estos

    ritos: 1. Pregunta del nio (Mah Nishtanah) sobre la peculiaridad de la cena deesta noche. 2. Introduccin I al Midrash o narracin de la Pascua. 3. Barata delos cuatro hijos (el sabio, el impo, el simple y el incapaz de preguntar). 4.Introduccin II al Midrash o narracin de la Pascua. 5. Midrash solemne dePascua, al cual algunos ritos aaden 6. El Midrash de las cuatro noches. 7. Otrosaaden todava el Dayenou (nos hubiera bastado). 8. Sigue la Constitucin deRabban Gamaliel con las tres (o cuatro) palabras clave: Pesah (cordero pascual),matsah (cimos), Marr (hierba amarga). 9. Monicin: En cada generacin...

    10. Invitacin a la bendicin... 11. Recitacin de la primera parte del Hallel(Salmos 112, 113, 1-8). 12. Bendicin del pan cimo o Moz mazzah. 13. Cena oShulhan orech que significa poner la mesa. 14. Distribucin finalmente de lacena del zafn o cimos escondidos.

    Es la liturgia pascual: se bendice la segunda copa. Catequesis sobre laPascua, provocada por la pregunta del hijo. Narracin del Padre de familia... conotras aadiduras (la barata de los cuatro hijos, el midrash de las cuatronoches...). Las palabras clave del memorial: En cada generacin cada uno de

    nosotros tiene el deber de considerarse como si l hubiera salido de Egipto...Porque el Santo... no liber slo a nuestros Padres sino que a nosotros tambinnos liber junto con ellos... Por tanto es nuestro deber (alzando la copa) rendir

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    homenaje, alabar, celebrar, glorificar, exaltar, magnificar, encomiar... Aqul quehizo a nuestros Padres y a nosotros todos estos prodigios... Sigue la primeraparte del Hallel (Sal 112-113). Bendicin por la redencin; se bebe la segundacopa; se distribuye el pan cimo con las hierbas amargas y el haroset y se comeel cordero. Cena.3 SEDER o bendicin despus de la cena: Barech. Comprende:1. La Birkat ha-mazon o bendicin de la comida. 2. La Ha-Rahaman o plegariareferida al misericordioso. 3. Los versculos del cliz de Elas.

    Despus de la Cena se bendice la tercera copa, se hace la gran bendicinpor la creacin, por la tierra, por Jerusaln y se bebe la tercera copa.4 SEDER con el canto del Hallel y la birkat ha-shir. Comprende: 1. Lasegunda parte del Hallel (Sal 113, 9ss.; 114; 115, 12-18; 116; 117. 2. La BirkatHa-sir o bendicin del Cntico, con la Yehalleluyha segn la tradicin babilnicay el canto del gran Hallel (Sal 136) 3. La Nishmat kol hay o bendicin delcntico segn la tradicin palestinense. 4. La ltima bendicin con la cuarta copay la nirsha o aceptacin.

    Se dan otros aadidos como algunos Himnos despus de la Haggadahcomo 1. Vaho ba-haz halajlah, lo que sucede a medianoche. 2. El ltimo voto:el ao prximo a Jerusaln. 3. La interpretacin de Esd 12, 42: la liberacin amedianoche. 4. El cntico del rabb Eleazar Salir.

    Segn este esquema, y en la hiptesis de que Jess haya seguido esteritual al pie de la letra, las palabras sobre el pan habran sido pronunciadas al

    final del segundo Seder; las palabras sobre el cliz, despus de haber cenado, alcomienzo del tercer Seder en el momento de la tercera copa o cliz de labendicin...

    Permanecen, sin embargo, muy sobrios en los Evangelios y en eltestimonio de Pablo los indicios de una comida meticulosamente pascual.Ninguna alusin, por ejemplo al cordero en este contexto.

    El sentido salvfico de la Pascua

    Lo ms importante a destacar, sin embargo, es el carcter religioso de laCena pascual que resume la historia de la salvacin del pueblo escogido: es elmemorial de la liberacin; es la renovacin de la alianza; es un momento de laconstitucin del pueblo y de la renovacin de la memoria de su liberacin; esespera escatolgica de la venida del Mesas, el cual, segn una tradicin antigua,deba venir en los das de Pascua.

    La Pascua juda es un memorial o zikkarn, es decir, una celebracin

    litrgica que quiere hacer revivir un acontecimiento pasado, una intervencinsalvfica de Dios, y ms concretamente la liberacin de Egipto. Todo israelitadebe saber que l mismo ha sido liberado de la esclavitud. Adems, el xodo es

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    considerado como el smbolo de una liberacin que todava se espera, es decir, lasalvacin escatolgica...

    No se puede probar que Jess haya seguido punto por punto el ritual de laPascua; es ms, se puede conceder que lo haya hecho con mucha libertad yoriginalidad como se deduca de su estilo, para nada legalista, y con plenaconciencia de referirse no a una realidad pasada, sino a su Pascua prxima. Perono se puede negar que ha tenido la intencin de asumir el pleno sentido de laPascua y as lo han interpretado los evangelistas. En las palabras de la Cenaencontramos todo el peso de la asuncin del carcter simblico de la Pascuaantigua, lo renueva, lo personaliza, lo remite a su muerte prxima que es elverdadero xodo liberador, su paso al Padre (Jn 13, 1-2). En este sentidopodemos decir que Juan presenta mejor el sentido pascual de la muerte de Jess ysu inmolacin en cruz como cordero pascual.

    Bibliografa:Para la ampliacin cfr.:

    R. CANTALAMESSA, La Pasqua della nostra salvezza, Casale, Monferrato,1984. N. FGLISTER, Il valore salvifico della Pasqua, Brescia, Paideia, 1976. J. JEREMAS, Pascha en Grande Lessico del Nuovo Testamento, IX (1974)963-984.

    2. La pasin

    El contexto existencial de la institucin es, ciertamente, la pasin deJess. Esto resulta evidente de la ubicacin de la Cena en el contexto general dela narracin de la pasin y es subrayado, de manera ms particular, por elprimitivo relato paulino que saca a la luz dicha circunstancia en la frmula detransmisin de la Eucarista: En la noche en que fue entregado (en t nikt paraddeto) (1 Co 11, 23). Esto resulta precioso para comprender el verdadero

    sentido de la Eucarista. Verdaderamente, es evidente que Jess est yaexistencialmente en estado de pasin, de sufrimiento, como revelan muchosdetalles de la Cena, tanto en los Sinpticos como en Juan: la tristeza, lasalusiones a la traicin de Judas y a la negacin de Pedro, al abandono de losdiscpulos...

    Se aade el detalle nada desdeable de que en la antigedad cristiana seha querido presentar el significado de Pascua como pasin, (de paschein =padecer), como afirma Melitn de Sardes en su Homila o tratado sobre la

    Pascua, seguido por otros Padres, como Agustn. Esto va contra la semntica,pero no contra la realidad. La Pascua de Jess ha tenido carcter de Pasin, desacrificio voluntario.

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    En este contexto dos son los temas a poner de relieve. Por parte de los estudiosos de cristologa bblica se pone en claro la

    conciencia que tena Jess de su muerte y del gnero de sta, anunciada tambinpor medio de la Eucarista (H. Schrman, Lon-Dufour...).

    Por parte de la estructura literaria y a la luz de la Biblia, algunosexegetas interpretan las palabras y los gestos de Jess como una accin profticaque hace referencia a su pasin y muerte, como ha demostrado claramente J.Dupont 9.

    De qu se trata? En la Biblia se encuentran muchos ejemplos deacciones profticas en las cuales los gestos confieren un particular significado alas palabras como anuncio de aquello que est por suceder. Es una parbola enacto, un anuncio eficaz. Algunos ejemplos: 1 Sm 11, 7: los pedazos de toros partidos. 1 R 11, 29-31: el manto de Jeroboam hecho en doce pedazos para significar lareparticin del Reino en doce pequeos reinos por las doce tribus. Is 20, 2-3: el profeta se descalza y se despoja para hacer entender la suerte deJerusaln. Jess cumple una accin proftica con la maldicin de la higuera (Mc 11, 12 -14).

    Jess, desde esta interpretacin, con sus palabras y sus gestos realiza unaaccin proftica, demostrativa de lo que est por realizarse, su sacrificio. Invita atomar parte en l. La suya ser una muerte violenta; ser tambin una oblacin

    voluntaria y salvfica. En esta accin proftica entran en juego el pan y el vino,las acciones de Jess: el partir el pan, el derramar el vino en la copa, las palabrasalusivas a su pasin sufrimiento y don pero en una absoluta conciencia ylibertad de lo que est por suceder, como es subrayado, por ejemplo, en Jn 13, 1-2. Puede anticipar en los signos lo que ya est viviendo. Esto no significa que elgesto de Jess se reduzca a una demostracin de lo que est por suceder, o slopara advertir a los suyos de cuanto suceder pronto. Es una accin demostrativa,proftica, pero a la vez real y constitutiva. Jess, de hecho, no se limita a

    demostrar sino que invita a comer, a participar y a hacer memoria, seguidamente,de cuanto cumple.

    3. El contexto del servicio

    La exgesis moderna quiere aclarar tambin el contexto de servicio de lainstitucin de la Eucarista. Esto resulta evidente en Juan 13 con el lavatorio delos pies, humilde gesto de servicio del Seor y Maestro, preludio del don de la

    vida por los amigos. Pero es subrayado tambin por Lc 22, 26-30 que inserta,despus de la institucin eucarstica, la percopa sobre el servicio de losdiscpulos, de nuevo en busca del primer puesto.

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    Este contexto evidencia claramente la figura de Jess que aparece en laCena y en la institucin eucarstica como el Siervo del Padre y de los hermanos.Y subraya, como lo har toda la tradicin eclesial posterior, el vnculoindisoluble entre Eucarista y existencia, entre liturgia y servicio fraterno. Estorecuerda a las comunidades cristianas que no se puede separar nunca lacelebracin de la Eucarista del compromiso del servicio.

    III. LOS ELEMENTOS DE LA CENA

    De los alimentos de la Cena pascual, o de una cena de adis, cargados desimbolismo, Jess elige los ms simples y comunes: pan y vino. Pero su alcancesimblico debe ser puesto en evidencia a la luz de la historia de la salvacin.

    1. El pan

    El pan, cargado del significado adquirido a lo largo de las pginas de laBiblia, recibe un sentido profundo y nuevo a partir de las palabras de Cristo.

    Es un don de Dios (Sal 104, 14ss.), medio de sustento esencial, al puntoque quien es privado de l muere. En el culto judaico es asumido como smboloefectivo de la comunin con Dios en los panes de la proposicin y en lossacrificios pacficos con la flor de harina (1 S 21, 5; 1 R 7, 48; 2 Cro 13, 11; Esd35, 23-30; Lv 24, 5-9). El pan cimo, sin levadura, recuerda la prisa por huir de

    la tierra de Egipto; tal hecho era evocado en las plegarias de la Pascua. Es el pancimo de la Pascua (Esd 12 y 13). Pero el pan recuerda tambin el alimentoofrecido por el Seor a los israelitas en el desierto, pan de los ngeles comido porel hombre (Esd 16, 15ss.; Sal 78, 23; 105, 40...). Jess mismo multiplic lospanes para saciar a la multitud (Mt 14, 19 y paralelos; Jn 6, 1-11). l mismo sedefine como el Pan de vida y promete un pan que es su carne para la vida delmundo (Jn 6, 26ss. y 51ss.).

    2. El vino

    Interesante tambin el simbolismo natural y bblico del vino, que segnlas prescripciones rituales de la Pascua deba ser tinto. El vino, con el pan y elaceite est entre los elementos esenciales para la subsistencia (Dt 8, 8; 11, 14).Era ofrecido como libacin sobre los sacrificios. Es smbolo de alegra (Sal 104,14). El banquete con vino es signo de los tiempos escatolgicos (Is 25, 6; Jr 31,12). Jess mismo anticipa la alegra mesinica convirtiendo el agua en vino (Jn 2,

    10ss.) y habla del festn escatolgico cerca del Padre, alegrado por la copa delvino nuevo del Reino (Mt 26, 29).

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    Por su color, rojo, tiene la capacidad de evocar la sangre y es llamadosangre de uvas (Gn 49, 11). De este simbolismo sangre-vino est impregnada lafigura del Siervo de YHWH, presentado como un pisavas con los vestidosmanchados con la sangre de la uva (Is 63, 1ss.). Jess en la Cena asume elsignificado del vino-sangre mediante su palabra que esclarece, de sobra, la inicialcapacidad que tiene el vino de evocar la sangre.

    3. La copa

    La copa-cliz es rica en simbolismo. Reclama la participacin en laslibaciones rituales de accin de gracias (Sal 16, 5; 123, 5) y de la alianza conYHWH (Sal 22). Pero tiene tambin un sentido sacrificial. La sangre de lasvctimas era recogida en los clices de la aspersin (Esd 24, 6ss.). Beber el clizsignifica aceptar la voluntad del Seor, incluso cuando esta voluntad es dolorosa(Sal 80, 6). Jess mismo haba hablado de su muerte como un bautismo y de suaceptacin como de un cliz que se bebe (Mt 8, 11; Lc 13, 2). De manos delPadre acepta el cliz de la pasin en Getseman (Mt 26, 39 y paralelos). El cliz yel vino presentan, al mismo tiempo, la ambivalencia de la alegra, de la liberaciny de la aceptacin de la voluntad del Padre; expresan, por lo tanto, el conjunto delas categoras de alianza-expiacin, salvacin-comunin y liberacin-banqueteescatolgico de alegra perenne.

    Recordemos finalmente que pan y vino son los alimentos de la Alianza

    hecha entre Abraham y Melquisedec (Gn 14, 18ss.) y los frutos prometidos de laSabidura a sus discpulos (Pr 9, 1-6) 10.

    IV. LOS GESTOS RITUALES DE LA INSTITUCIN

    Los evangelistas nos han transmitido en las breves frmulas de lainstitucin algunos gestos significativos de Jess. De hecho, l no ha dado slouna enseanza o ha cumplido una accin proftica. La suya es una compleja

    accin ritual en la que cada gesto tiene un significado preciso a comprender en elconjunto de las palabras. Aunque similares, en parte, a los gestos realizados porel presidente del banquete pascual o por el cabeza de mesa en una comida,presentan una novedad extraordinaria.

    Tomo el panel cliz. Se trata de un gesto simple y funcional. Tomandoel pan el Padre de familia fijaba la mirada en el cielo para bendecir al Seor. Esel gesto de Jess, transmitido por la tradicin, recordado por las palabras delCanon romano y por otras liturgias: y alzando los ojos al cielo...

    Bendijodio gracias. La fraccin del pan y el ofrecimiento del cliz eranllevados a cabo mediante una plegaria de bendicin. Lucas y Pablo hablan deaccin de gracias (eucharistesas). Marcos y Mateo de bendicin por el pan

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    (euloghesas) y accin de gracias (eucharistesas) por el cliz. Se trata entodos los casos de la plegaria de bendicin, Berakh y de la accin de graciasque acompaaba los momentos de la comida. Conocemos tales plegarias debendicin por la tradicin, bien porque eran referidas en las comidas comunes,como por tratarse de la bendicin pascual:

    Bendito seas, Seor, Dios nuestro y rey de los siglos, que haces crecer elpan de la tierra. Es la bendicin inicial del pan.

    Bendito seas, Seor, Dios nuestro, Rey del universo que haces crecer elfruto de la vid... Es una de las bendiciones del cliz. La gran plegaria debendicin, sin embargo, suena as: Bendito seas Seor, Dios nuestro, Rey deluniverso, que nutres el mundo entero en tu bondad, en tu gracia y en tumisericordia...

    Jess, como buen judo, estaba acostumbrado a utilizar este tipo debendiciones, como atestiguan los relatos evanglicos, especialmente antes decualquier milagro (Jn 6, 11; Jn 11, 41-42). Pero l era el Hijo de Dios. Suplegaria tena siempre acentos originales y nicos. Es probable que no se hubieracontentado con pronunciar una frmula sino, ms bien, improvisar una bendicinpropia al Padre, a la altura de las circunstancias, con el pan y el cliz entre susmanos, y en relacin con el sentido que dicho gesto asuma por su muerteprxima. Juan nos ha conservado una plegaria sacerdotal-sacrificial de Jess enla ltima Cena (cap. 17). Podemos, pues, pensar que improvis una bendicinespecial, original, de la cual el texto estereotipo de la institucin nos ha

    conservado el hecho pero no el contenido. Mucho se lamentaba san BasilioMagno de este silencio, ya que del contenido de las palabras de bendicin deJess en la ltima Cena: ningn Santo nos las ha dejado por escrito (De SpirituSancto 27, 66: PG 32, 188).

    Parti el pan. Con la misma fidelidad los cuatro relatos de la institucinnos han transmitido el gesto ritual de Cristo. El gesto expresa el compartir;quedar como vocablo de la eucarista cristiana primitiva: fraccin del pan (Lc24, 30; Hch 2, 42.46; 20, 7.11; 1 Co 10, 16). En el texto paulino citado se pone a

    la luz tambin la participacin en el mismo pan como signo de la comunin en elmismo cuerpo. Quizs esta expresin implica tambin el gesto sacrificial del pan-cuerpo partido, segn la interpretacin de algunos exegetas como Max Thurian,reforzada por la palabra klomenon (partido) que algn cdice antiguo aade a1 Co 11, 24 para no dejar en suspenso la frase que ser... para vosotros: toyper umon klomenon... Para Max Thurian tambin el gesto de verter el vino enel cliz podra tener un sentido sacrificial, para indicar que la sangre misma serderramada...

    Tomad, comed. Tomad, bebed. La invitacin de Jess a participar delpan-cuerpo y del vino sangre, subraya que no se trata de la explicacin parablica

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    de una verdad o del anuncio de algo que est por suceder, sino que se trata de lainvitacin a participar de lo que Jess mismo ofrece como alimento y bebida.

    V. LAS PALABRAS DE LA REVELACIN

    Las palabras que Jess pronuncia confieren un significado nuevo, radicale imprevisto a los habituales alimentos de la Cena pascual o de la Cena de adis,como otros prefieren. Con su palabra Jess revel misterios y obr prodigiosdurante su predicacin. Podemos pensar que tambin en este momento su palabratrae una novedad de verdad y de sentido.

    Los textos de la institucin, por su carcter recopilativo, litrgico,esencial, nos han transmitido aquello que podemos llamar los textos de un nuevohaggadh, o explicacin y proclamacin que Jess presenta de sus gestos,invitando a los discpulos a acoger la novedad del pan y del vino. El texto de Jn6, 51 y ss., sobre la revelacin del pan de vida, es interpretado por algunos comoreminiscencia de este haggadh de la nueva Pascua hecho en el momento de laCena, puesto por Juan en otro contexto, en simetra con cuanto haca el padre defamilia en la Cena, tanto como relato de cuanto haba sucedido como desde elsentido que tenan los alimentos pascuales. En efecto, l, como hemos visto en el2 Seder pascual, explicaba el sentido del cordero a comer, del pan cimo y de lashierbas amargas. Pero, anteriormente, en la primera fraccin del pan se deca:Esto es el pan de la afliccin que nuestros padres comieron en tierra de

    Egipto... Las palabras de Jess se insertan en un clima de explicacin delsentido simblico y real de la Pascua.

    Las palabras sobre el pan

    Las cuatro redacciones coinciden en la palabra Esto es mi cuerpo.Lucas aade que se entrega por vosotros. Y Pablo que se da por vosotros.

    La brevedad y concisin de la frmula ha llevado a los exegetas a buscar

    y encontrar una posible y conjetural reconstruccin de las ipssima verbaChristi. Se han fundamentado en tal reconstruccin tanto los catlicos J.Bonsirven y J. Dupont, como el protestante J. Jeremas, llegando casi a lasmismas conclusiones. Las frmulas hebreas o arameas simplsimas seran: En hebreo: ZEH BESAR (He aqu mi carne). En arameo: DEN (DENA) BISR: (He aqu mi carne).En los dos casos, se trata de una frase muy simple: esto es mi carne o he aqu micarne. Si tal hiptesis es justa, detrs de la palabra que se refiere al cuerpo no

    aparecera en el original la palabra soma, a traducir con gf o guf en hebreo,correspondiente a cadver o cuerpo muerto, sino la palabra basar, sarx en griego,carne, como en la terminologa del Evangelio de Juan (1, 14 y 6, 51ss.).

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    La preferencia en los textos griegos de la institucin por la palabra soma,puede ser puesta en relacin con la asonancia de la correspondiente palabrareferida a la sangre, es decir, aima; o bien por el sentido peyorativo de la palabrasarx para los cristianos venidos del helenismo. En la simetra de las dos frmulas,los vocablos soma-aima parecen, adems, ms apropiados para expresar lacompleta realidad de la persona (carne y sangre), como se ve por otros textosparalelos (cfr. Mt 16, 17), pero tambin por la asonancia mnemnica de lafrmula.Sin embargo, es plausible la hiptesis que subtiende a la palabra soma o sarx laexpresin hebrea o aramea que no indica slo la carne, sino toda la persona, lahumanidad misma de Cristo con la connotacin de la debilidad de su naturalezahumana. Tal interpretacin ofrece a las otras palabras de Jess una perspectivams personalista. El don que Cristo hace de s es su humanidad entera. Comoobserva J. Betz: Si Jess quiere dejar en el despedirse un don que corresponda asu misin, se puede pensar que se deje a s mismo (Eucaristia, en DizionarioTeologico, p. 615).En hebreo, adems, y en arameo no existira la correspondencia del verbo griegoestn que tanta importancia tiene en la reflexin filosfico-teolgica paraexpresar la identificacin del pasaje: esto es mi cuerpo; esto es mi sangre. Sinembargo, se trata, obviamente, de una identificacin bien clara, aunqueliteralmente y a priori no se podra excluir una simple lectura simblica.

    Dicha lectura exegtica personalista de soma o sarx, con el trmino

    hebreo basar, es admitida hoy por la mayora de los exegetas y de los telogos,a pesar de que se deba completar con el sentido sacrificial de la palabra aima,con el propio significado y las evocaciones cultuales y sacrificiales propias.El complemento de la frase en Lucas, que se entrega por vosotros, puede serledo en sentido pasivo, o de tiempo, como inminente realizacin: que esta paraser entregado por vosotros. La preposicin uper tiene un sentido oblativo,sacrificial en favor de. Se trata de una expresin simtrica con la de la sangrederramada por vosotros, por la multitud. Es evidente el sentido sacrificial, la

    referencia a la prxima pasin, al don de la vida en sacrificio, con una claraalusin al Siervo de YHWH que da la vida por la muchedumbre (Is 53, 1ss.),como explicita mejor todava la frmula sobre el cliz.

    Las palabras sobre el cliz

    Las palabras sobre el cliz, como se ha visto, han llegado hasta nosotrossin notables diferencias. Mientras en Mateo y Marcos se da una ms clara

    simetra con las palabras del pan, en una proposicin directa, Lucas y Pablo hancambiado sensiblemente la redaccin. En Mateo y Marcos se habla directamente:sta es mi sangre, de la alianza... Los otros dos testimonios ponen en forma

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    indirecta la referencia a la sangre: ste es el cliz de mi sangre... O bien Estecliz es la nueva alianza en mi sangre. Por una metonimia tenemos en estaforma literaria el contenedor (el cliz) por aquello que all es contenido (lasangre); y el efecto (la nueva alianza) por la causa (la sangre derramada).

    Tambin para las palabras sobre el cliz J. Jeremas propone una hiptesisde texto esencial, en la lengua original de Jess, hebrea o aramea, con la formadirecta que hace referencia a la sangre o a la sangre de la alianza. He aqu lasposibles palabras:

    En hebreo: ZEH DAM o DAM BERITHI: He aqu mi sangre, sangre dela alianza.

    En arameo: DEN (DENA) IDM o ADAM KEYAMI: He aqu misangre, sangre de la alianza.

    En la frmula sobre el cliz tenemos la misma estructura que la del pan,pero ms rica en sus evocaciones:

    Mi sangre: El vino tinto de la copa es identificado por Jess con susangre. Tambin la sangre, de igual modo que la carne, evoca toda la persona;la sangre es lugar de la vida. Como afirma de nuevo J. Betz: La sangre de Jess,derramada en la cruz, y en la que segn la concepcin semita toda la persona deJess est presente (como si estuviera en ella concentrada y concretizada) seofrece de nuevo como una realidad presente en el cliz (Eucarista, enDizionario Teologico, p. 615). Tenemos, por lo tanto, una evocacin personal ysacrificial al mismo tiempo. La sangre reclama el don voluntario de la persona

    misma en el signo interior de la vida, es decir, la sangre.De la alianza: El pacto, alianza de Dios con su pueblo, estaba bien

    presente en la Cena pascual. En la palabra de Jess se percibe el eco y elcumplimiento del pacto celebrado por el pueblo, y exclama: sta es la sangre dela Alianza que YHWH ha hecho con vosotros segn todas estas palabras... (Esd24, 8). Jess es el nuevo Moiss que proclama la nueva alianza. La diferenciaconsiste en el hecho de que ahora se trata de una alianza hecha en la propiasangre y no con la sangre de animales (Hb 9, 12).

    Alianza nueva: Clara alusin al cumplimento de las promesas de losprofetas, especialmente de Jr 31, 31-33 que habla de una nueva alianza que Jessindica claramente realizada en la propia sangre, en el sentido negativo y positivo:remisin de los pecados y don del Espritu Santo. Un anuncio de la realidad de lanueva alianza que tendr lugar con su prxima muerte, mediante la efusin de lasangre. Consecuentemente, tenemos aqu el anuncio de un nuevo rito que debehacer perpetuo y actual el pacto nuevo para el pueblo de la nueva alianza,realizado una vez para siempre con la muerte de Jess (Hb 8, 8-13; 9).

    Derramada: la palabra griega enkinomenon puede significar a la vezque es derramada, que ser derramada o que es para ser derramada. Setrata de la conciencia de Jess ante su prxima muerte violenta, aceptada como

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    sacrificio voluntario. Ya en la Tradicin Apostlica la plegaria eucarsticasubraya este aspecto voluntario de la propia entrega a la muerte: Y mientras seentregaba a la pasin voluntaria... Una palabra que encuentra eco en la PlegariaEucarstica II: l ofrecindose libremente a su pasin... y tambin en laAnfora de Santiago: Aceptando sufrir voluntariamente por nosotros,pecadores, l que no cometi pecado, en la noche en que era entregado o, msbien, en que se entrega por la vida y salvacin del mundo...

    Por vosotros y por muchos: Lucas acenta el por vosotros sacrificialque tiene como trmino inmediato los discpulos. Mateo y Marcos, sin embargo,sacan a la luz la universalidad uper pollon, por la multitud, en un sentido detotalidad o universalidad. De esto modo Jess evoca el cumplimiento en l de laprofeca del Siervo de YHWH, que da la vida en rescate de la multitud (Is 53,12ss.; 42, 6).

    Por la remisin de los pecados: Mateo slo aade estas palabras que sonuna clara explicitacin del efecto salvfico de la sangre derramada. Alusin alsacrificio de expiacin y de propiciacin (Lv 17, 11), a la luz de la Carta a losHebreos que habla de la efusin de la sangre necesaria para la remisin de lospecados (Hb 9, 22). Cabe observar que tambin la alianza nueva prometida porlos profetas comportaba la remisin de los pecados en el don prometido delEspritu Santo (Jr 31, 33-34 y Ez 36, 25-27).

    Tenemos aqu en sntesis mltiples evocaciones veterotestamentarias.Estn referidas a la pasin y muerte de Jess que es anunciada y anticipada en el

    gesto de la institucin eucarstica. La Cena alude a la pasin. La Cena, adems,con las palabras del memorial, remite a una posterior celebracin del sacrificio deCristo en el futuro de los discpulos, mediante la repeticin de un gesto que Jessinstituye.

    Las palabras de la anmnesis

    Lucas y Pablo aaden las palabras de Jess que manda repetir el gesto

    como su memorial. Pablo, muy en particular, dos veces, despus de las palabrassobre el pan y sobre el cliz. Pablo, por su parte, ofrece, como se ver, unaespecie de explicacin de su sentido a fin de que pueda ser comprendido por lacomunidad helenista. La ausencia de este mandato de repetir en Mateo y Marcosno significa que Lucas y Pablo hayan inventado la repeticin, a partir de unpresunto mandato de Jess. Al ser una rbrica, como observa P. Benoit, no sedice, se cumple.

    El sentido profundo de estas palabras est no tanto en el mandato de

    repetir (haced esto), sino en el sentido de la repeticin a partir de la persona yobra de Jess en memoria ma (como mi memorial).

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    Jess se refiere, claramente, al mandato de repetir el gesto en su memoria,como una categora cultual del Antiguo Testamento, presente de modo particularen la Pascua, que es el memorial del paso del Seor y de la liberacin de laesclavitud del Faran.

    La categora del memorial (zikkarn) supone el doble sentido de lamemoria: Dios se acuerda de su pueblo; el pueblo se acuerda de su Dios. Dichorecuerdo, que tiene muchas variantes especficas en el A.T., posee una especie deobjetividad real mediante algunas celebraciones cultuales. El memoriallitrgico, en efecto, es una evocacin cultual que hace presente cuanto recuerda.

    Tal era, en particular, la celebracin de la Pascua, verdadero memorialobjetivo de la liberacin de Egipto. Una de las plegarias rituales, como hemosvisto ms arriba evocaba la participacin de los comensales en la liberacin delos Padres. Dicha plegaria expresa bien la conviccin de un recuerdo, de unmemorial en el cual, escuchando la palabra que recordaba memorial de lapalabra, comiendo los alimentos pascuales memorial biolgico-fisiolgico,ponindose en presencia del Seor con la plegaria de bendicinmemorial de lainvocacin y comunin con Diosel pasado se haca presente como la mismagracia de liberacin; o bien los presentes se hacan contemporneos de aquellaaccin liberadora.

    A la luz de este concepto, las palabras del memorial, deben ser entendidascomo la institucin del rito, haced esto, que debe hacer presente, en analoga conel memorial antiguo, el gesto y el evento al cual Jess se refiere: el don de su

    cuerpo, la efusin de su sangre. Se trata de recordar en una evocacin, nomeramente subjetiva sino objetiva, la pasin y muerte salvfica de Jess con susefectos de salvacin. Una doble invitacin, por lo tanto, a hacer esto, pero ya nocomo evocacin de la pascua, o de una comida fraterna o religiosa, sino comomemorial de su persona, consagrada a la muerte redentora. Tenemos, por lotanto, una efectiva sustitucin del memorial de la Pascua con el memorial de lapasin de Jess, en la medida en que sta es descrita como el verdaderocumplimento de la Pascua judaica (cfr. supra).

    Refuerza esta interpretacin la palabra de Pablo que cierra el relato de laInstitucin: Cada vez que comemos de este pan y bebemos de este clizanunciamos la muerte del Seor, hasta que vuelva. Se trata de unainterpretacin o explicacin del sentido del memorial hebreo para los helenistasque no tienen esta categora cultual; y como si l dijera, segn la versin de M.Thurian: Vosotros actualizis en la proclamacin de la palabra y en la realidaddel misterio que celebris el acontecimiento de la salvacin realizado con lamuerte del Seor, hasta su venida definitiva.

    Otras interpretaciones dbiles del memorial como: Haced esto para queDios se acuerde m, no parecen atendibles en el contexto interpretativo de lacomunidad primitiva.

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    La splica escatolgica

    Con esta expresin es designada por P. Benoit la frase presente en Mateoy Marcos despus de la institucin, pero tambin en Lc 22, 17-18, antes de lainstitucin: Os aseguro que no beber ya del fruto de la vid hasta el da en quelo beba de nuevo con vosotros en el Reino de mi Padre, o bien hasta que vengael Reino de Dios.

    Varias son las interpretaciones de este texto. Para algunos se trata de unvoto de abstinencia en la espera del cumplimiento del Reino mesinico.Convence ms la perspectiva de P. Benoit que interpreta estas palabras como unarendija de esperanza y de glorificacin futura, un anuncio de victoria, que se abrepor Jess en la espera del Reino del Padre, pero al cual estn invitados losdiscpulos. Con una bella expresin Benoit dice a propsito del sentido que estaspalabras revestan para la comunidad primitiva: Esta palabra contena una cita alReino futuro (rendez-vous dans le Royaume), un futuro que maravillosamenteconviene como perspectiva de esperanza despus de la unin al cuerpo y sangredel Seor. Esta apertura sobre el futuro tomaba toda la importancia, ms que elanuncio ya realizado de que Jess no bebera ya del vino en la tierra, es decir, quetena que morir.

    La misma pers