el hueco de la escalera. número especial de padres 2011

9
H U E C O el de la Escalera EDICIÓN ESPECIAL DÍA DE PADRES 2011

Upload: elhuecotorre1

Post on 02-Jul-2015

474 views

Category:

News & Politics


7 download

DESCRIPTION

EL periódico de Torre I

TRANSCRIPT

Page 1: El Hueco de la escalera. Número especial de padres 2011

HUECO

el

de la EscaleraEDICIÓN ESPECIAL DÍA DE PADRES 2011

Page 2: El Hueco de la escalera. Número especial de padres 2011

2 El Hueco febrero de 2011

Editorial

Todos esperamos el show de esta noche. Pero no que-remos hablar más del show. Porque vienen nuestros padres, que son los protagonistas de este día. Torre I se viste de gala -se hace lo que se puede, con una de-coración más cuidada-, el suelo reluce como un espejo -como siempre pero un poco más- y nuestros fenicios residentes trabajan con denuedo para exponer sus ten-deretes de mercadillo de corbatas en la entrada -aquí somos muy pijos, aunque no tanto como los de Fase, los del palacio de más abajo-. El café es de lujo, el ape-ritivo es inolvidable y las rosas levantarán una dulce sonrisa a madres, novias y alguna abuela que seguro que se pasará por nuestra celebración. También tenemos que dar la enhorabuena a los resi-dentes que se becan este año. Ellos y los que ya están becados deberán recordar la añeja canción de Torre que reza: La beca de torre/ roja como la sangre/ de quienes dieron su juventud/ a la entrega y al coraje/ a la alegría y al mus / La beca de torre/ se impone una vez/ se llevará siempre en la sangre.

Que los padres disfruten de esta jornada de puertas abiertas. Pero que no crean que esto es algo extraordi-nario: comemos siempre igual de bien y el café es como un día de tantos. Aunque nuestros padres, sabios y ex-pertos, saben que este aspecto no es lo más importante (hemos dicho padres, no madres). Lo importante es que vean que, entre nuestras paredes (pladur arriba y ladrillo abajo) sus hijos maduran y crecen como no lo pueden hacer en otro sitio. Porque Torre I es la mejor escuela de la vida que uno se pueda encontrar. Desde el residente de honor del 0 hasta el último del octavo piso, todos tenemos que decir algo aquí. Y decimos y diremos. Y algunas cosas quedarán y otras no.

Además de nuestro Mayor, esperamos que disfruten de nuestro periódico, que crece en calidad y en contenidos cada mes. Esto es Torre. Y por supuesto, que nadie fal-te al show de esta noche.

PD: La canción añeja es pura ficción

Programa del sábado 19

Política y felicidad

Opinión

por Álvaro Kalleja

Te gustaría decirlo pero no puedes. Porque sabes que está mal visto estar -aunque sea un poco- gordo. Tranquilo. La única forma de luchar contra las calorías es que practi-ques deporte a diario. Y eso, para los que estudiamos, nos resulta harto inviable.

Aun así, habría que reconocer que la comida ha mejora-do bastante. Todavía puedo recoger de mi paladar los úl-timos restos de las hamburguesas de hace una semana. Hamburguesas de verdad, porque todos sabemos que lo que había antes no eran hamburguesas, sino una carne trepadora cuya función consistía en pincharte el estóma-go hasta después del café. Y luego se iban, hacia el abismo del que provinieron.

Te gustaría decirlo pero crees que está mal visto. Y es así, no te voy a engañar. Porque te importa, y mucho, lo que piensen de ti. Pero yo lo diré por ti: quieres utilizar el ascensor, quieres subir del primero al tercer piso en esa máquina de placer, y sentir como las puertas de metal se abren para ti. A ti. Pero como los ascensores suelen estar ocupados, te ves privado de experimentar este gustamen cada día. Aunque para esto existe una solución: el ascen-sor sólo debería utilizarse para subir. Porque para bajar podrías instalar un tobogán gigante, una placa de metal fino que recorriese en espiral el actual tramo de la escale-ra. Ya lo hicieron los Goonies, y ahí están. Vivos. ¿Por qué no instalar este tobogán ahorratiempo? El bien más pre-ciado para una persona, y más para un universitario, es el tiempo. Dominarlo, adueñarse de él, significa felicidad. Victoria. Amor. La instalación de este dispositivo supo-nen subir y bajar a tiempo. Si tienes -la tienes- una vida ajetreada, deberías preocuparte por esto. Porque vivir en vertical y tener una vida social y profesional activa es algo difícil de compenetrar, sobre todo cuando hay una cena burger o un café mal hecho de por medio. Si contaras los segundos que pasas esperando al ascensor, resultaría una cifra para pasmar a cualquiera que ame la vida. Yo he hecho mis propias cuentas. Si al día espero cinco minu-tos, durante cinco años que llevo en torre, he perdido 150 horas frente a las puertas metálicas del ascensor. Dime Cheiz: ¿a cuántos niños de Sudamérica podría haber ayu-dado con esas 150 horas de estudio? ¿Qué bien he dejado de hacer? Te queda la esperanza de instalar ese tobogán de la felicidad para propagar el bien por nuestra univer-sidad, por todo el mundo y que este planeta sea cada vez más justo. Si hasta el más pequeño es capaz de cambiar la Historia, el más pequeño detalle puede alterar los hilos de los títeres que llenan nuestro escenario mundial.

12:00 Acto de Imposición de Becas (Salón de actos)13:00 Aperitivo en el hall de biblioteca nueva

17:00 Café con el director y el decano18:00 Proyección de película de San Josemaría

19:15 Ofrenda floral a la Virgen de la ermita20:00 Cena y festival en comedores

febrero de 2011 El Hueco 3

¿Qué es para ti Torre I?

Comentan antiguos residentes del

Colegio Mayor“Me impresionó lo bien que se

llevaban todos los residentes”

Txema Díaz, profesor de la Facultad de Comunicación

Mis recuerdos de Torre 1 son más bien breves ya que tuve la desgracia de vivir allá únicamente un curso académico, el de 2004-2005. Llegar a Torre I fue un descubrimiento en toda regla: venía de Fase II, un lugar que está muy bien pero que no tiene nada que ver con Torre. En primer lugar me impresionó lo bien que se llevaban entre sí todos los resi-dentes y que no había “grupetes”, algo que tiene que ver con aquello de que todos viven en torno a una escalera y que cada día hay que ir y venir de comedores, lo cual re-fuerza el charloteo y la amistad entre unos y otros. Eso me encantó. Pero aquel año sucedió también que murió Toni en un accidente de tráfico. Era residente de segundo, es-tudiante de Farmacia y acababa de cumplir 19 años. Fue un mazazo enorme y Toni, desde el cielo, reforzó nuestros lazos. Los buenos momentos unen, pero está claro que las desgracias unen mucho más. También fue el año de la muerte de otro amigo: la de Juan Pablo II, y la elección de Benedicto XVI. Me acuerdo que fui a Roma con otros residentes al velatorio del difunto Papa. Iba en calidad de dirección ya que la otra persona que podía ir -Taco- tenía un viaje ineludible a Huelva para ver a su familia. Sin em-bargo, a medida que se organizaba el “planazo” ese com-promiso resultó bastante eludible y me quedé en tierra. Al recordar esos días me viene a la memo-ria la amnistía que concedimos los de dirección a siete residentes expulsados durante un mes por escapar-se: no todos los días eligen Papa a un antiguo residen-te de Belagua. Y había que celebrarlo de algún modo. No me olvido de las cenas de los sábados, con las pizzas y los cruasáns de Maricheli. De Paqui, de Santi “Putin”, entonces director. Ni, claro está, de ese centenar de amigos que hice en Torre. No puedo evitar cierta nos-talgia cada vez que subo la cuesta camino de la facultad...

En la Torre viví toda mi carrera universitaria, entre 1984 y 1989. Como otros universitarios, llegué pensando que sabía cosas pero en realidad quedaba mucho por apren-der. En el colegio mayor encontré la Universidad total: aprendía las lecciones que las clases no pueden impartir. Hice amigos para toda la vida, empecé a aprender sobre los límites de mi carácter y personalidad. Me di cuenta de que no era el centro del universo. Conocí otras culturas y campos de conocimiento distintos a los de mi carrera,: los

Cinco años en la universidad total Kiko Pérez Latre, profesor de la facultad de Comunicación

Alberto García, profesor de la Facultad de Comunicación

Sólo estuve un año en Torre I. La dejé, básicamente, por-que era más cara que un piso y, también, porque las clases por la tarde me impedían ir al cine. Los horarios rígidos de Belagua también tienen algún problemilla, claro. Hoy, con Internet, todo sería distinto.

Aun así, recomiendo a todo el mundo que viene de fuera que dedique al menos un año de su vida a vivir en un Colegio Mayor. Te encuentras, de sopetón, con 90 per-sonas de todas partes de España y del mundo, dispuestas a enfrentar sus prejuicios a los tuyos, sus costumbres a las que tú traes en la mochila, sus manías a las que uno lleva de serie. Y eso siempre enriquece. La mentalidad universitaria presupone la apertura. En Torre o te abres o te conviertes en una ameba que vaga por los pasillos sin pararse a mirar, siquiera, el pulpo.

Sólo estuve un año, pero lo recuerdo con cariño. Hice muchos amigos que, doce años después, aún man-tengo. Hasta 8 compañeros de Torre I estaban velando armas en mi boda. Si en un momento tan importante tienes a un grupo de amigos que hiciste en el hueco de la escalera, pasando frío al caminar hacia Comedores, in-tentando escaparte por la “boina” o compartiendo risas en las tertulias… si están ahí tanto tiempo después, eso quiere decir que Torre I cumplió su cometido. Y eso, en estos tiempos que corren, no es tan fácil.

invitados a las tertulias me abrieron nuevos horizontes profesionales y vitales. Y tuve la oportunidad de buscar dirección espiritual y mejorar mi trato con Dios. Aprendí también que tenía que pasar de ser crítico, observador o víctima a ser protagonista, implicándome en las activida-des colegiales. Son lecciones para toda la vida que siem-pre se están aprendiendo pero que el colegio mayor, en la universidad total, deja marcadas de modo imborrable.

“Torre siempre enriquece”

Page 3: El Hueco de la escalera. Número especial de padres 2011

4 El Hueco febrero de 2011

Torre I; la nuestra, para toda la vida

Nacional

Coque Sánchez de León

Los ¡Fase Marica! que nos encanta corear guiados por Pepe de las Cuevas; las trepadoras, las temidas hambur-guesas de comedores. La indescriptible alegría y (la sen-sación de alivio), de recibir los viernes gallumbos limpios. Las bolsas de ropa que caen por el hueco de la escalera hasta el cero desde el quinto, el sexto y aún más arriba. La noche de Navidad, la sidra corriendo por todas las mesas, los regalos de los Reyes Magos. El escalofrío que nos re-corre por dentro cuando vemos en comedores el cubierto para pescado. La ilusión de pensar que esa semana habrá cena burguer. Las tertulias nocturnas en cualquier habi-tación, llenas de humo y risas, y algún cabreo que otro de Cheiz. Las novatadas, que no hacen daño a nadie. Los ordenadores y las colas de espera para usarlos. Ir a du-charse una mañana y comprobar que, en efecto, no hay agua caliente, y que, en efecto, estamos en diciembre. Los cumpleañosfeliz haciendo ruido en comedores, los “Diego va ciego, lolololololo, Diego va ciego”; los ascensores, que se han vuelto a estropear. Los que se cortan el pelo en los baños de su piso, auténticos profesionales, que utilizan incluso collarín para que luego los pelos no piquen en la espalda. Los bocatas tostados en la cocina; el odio al de clase vegetal y al insípido Kas de limón. Los partidos en la sala de estar, sobre todo los Clásicos, que los ven hasta los médicos. Torre son también los villancicos en los do-mingos de Adviento.

Y la elección de los reyes magos, en la sala de es-tar, gritando el nombre del que queremos sea Melchor, Gaspar o Baltasar este año. A ver quién grita más fuerte y alto.

Las dudosas noches de estudio en la sala del cero, porque la del segundo es para los médicos, casi territorio

comanche. Cuan-do a los fumadores nos falta meche-ro, nos encende-mos los cigarrillos en la lámpara del ante-oratorio. Y las batallas contra todo lo que no es Torre I. Porque esta torre se declaró independiente hace muchos años.

En esas guerras memora- bles ni los Eulen, la seguridad privada de la uni, se atreve a meterse a poner orden. Y los de Fase (marica) todavía se acuerdan del ataque aquel día de la primera nevada. Alguna venta-na quedó maltrecha, igual que su orgullo.

Torre es también El Hueco, la revista de nuestra torre, y las noches de insomnio maquetando las últimas o todas las páginas.

Residentes, imaginad esta torre vacía. Los pasi-llos en silencio, sin follón en la sala de estudio del cero, sin fumadores desperdigados por las escaleras. La sala de estar vacía después de comer, nadie llegando o viniendo, y por las noches nada de ruido en ninguna planta, nada de música asomando por alguna puerta y absolutamente ninguna tertulia nocturna con submarinos de humo en las habitaciones. Torre la hacemos nosotros cuando in-tentamos que el ascensor no note el exceso de personas, cuando la cafetera expulsa ese líquido repugnante, cuan-do, a lo largo del día, siempre hay ruido, el que indica que esta torre vive.

Esta torre tiene algo distinto. Las niñas de Goi-mendi lo dijeron a principio de curso, cuando fuimos a presentarles a los nuevos. Ellas gritaron ¡Torre! y no fase (marica), gritaron torre 1 y no 2. Que nos llamen prole-tarios, obreros, que piensen que ir a comer a comedores cuando llueve o nieva es una tortura (que lo es, aunque el director siga diciendo que descansa un montón salir a tomar el aire). Nosotros seguimos estando orgullosos de vivir allí, en estos ocho pisos.

febrero de 2011 El Hueco 5

Noticiario satírico por Perro Pérrez

La Asociación de Peluqueros

Navarros denuncia a Pedro

Nozal por competencia desleal

La Asociación de Peluqueros Navarros (APN) ha inter-puesto una demanda contra Pedro Nozal Serrano, resi-dente de Torre I, por competencia desleal. Según Peter Cacerolo, presidente de la asociación, es imposible com-petir con un tipo que realiza cortes de pelo a cinco euros. Además, ha añadido, se trata de un caso claro de “intru-sismo laboral”. “De la misma manera que yo no invierto en bolsa, un broker no debería ejercer el negocio de la peluquería sin tener los conocimientos que se requieren. Es una cuestión de seguridad laboral”, ha declarado Peter Cacerolo.

Enrique Esteban, decano de

Torre 1, detenido por regentar

una cafetería clandestina en la

que se permitía fumar

Diego Martínez ejerce la

medicina sin título

La Policía Foral irrumpió el pasado miércoles en la habi-tación 707 de Torre 1 para detener a Enrique Esteban, que se disponía en ese preciso instante a limpiar un emulsio-nador de leche que acababa de usar para preparar un café a dos clientes que se fumaban un cigarro plácidamente. “Le pillamos con las manos en la masa. El problema no es que regente un bar ilegal, sino que permita fumar en el local y además haya tenido la desfachatez de colocar un cartel en el que se puede leer Zona de Fumadores”, han declarado fuentes policiales. El próximo lunes pasará a disposición judicial y se estima una pena de entre 2356 y 7612 años de cárcel. “Da igual lo que diga la Constitución, cumplirá la pena íntegramente”, ha añadido el fiscal del distrito.

Diego Martínez Urbistondo, subdirector de Torre I, ha sido sorprendido ejerciendo la medicina sin título. Cuan-do fue acusado de estar cometiendo un delito, gritó des-esperado: “¡Sí tengo título! ¡Mira!”, mientras blandía una hoja en la que se podía leer: “¡Enhorabuena campeón, ya eres médico!”, escrito, presunta-mente, por algún otro residente de To-rre I. De momento, el juez le ha conce-dido la libertad condicional siempre y cuando no salga de su habitación. Una vez al día recibe un cartón de tabaco con el que puede pasar el rato.

Álvaro Calleja, director de El

Hueco, lector habitual de

Público

Álvaro Calleja ha declarado ser un lector ávido del diario Público. El director de El Hueco, al que hasta entonces se relacionaba íntimamente con la línea editorial de ABC, ha asegurado que Público es un periódico “conservador, mo-derado y más bien derechista”, además de un “ejemplo de objetividad, un diario que siempre busca el análisis pro-fundo sin caer en tópicos o sensacionalismos”. Fuentes cercanas al director de El Hueco aseguran que Calleja ha entrado en contacto con varios miembros de la redacción de Público con la intención de que se sumen al “proyecto social de El Hueco”. Días después fueron hallados una se-rie de papeles encima del escritorio de Álvaro Calleja en los que se podía leer: “Voy a terminar lo que Stalin empe-zó. Le debo una al pueblo soviético”.

Suscríbase a El Hueco por tan sólo 300 euros al mes(más gastos de envío)

Y reciba unas calurosas gracias de regalo

Page 4: El Hueco de la escalera. Número especial de padres 2011

6 El Hueco febrero de 2011

Caso WikiTower: Torre Uno es un reformatorioEl Hueco continúa sacando a la luz la información confidencial de Dirección

por Älvaro Kalleja

El Hueco ha recibido una información de última hora. En una labor extraordinaria de periodismo de investigación (la oreja detrás de una puerta nunca falla), uno de nues-tros reporteros ha logrado escuchar una conversación entre el Secretario de Torre I, Jon Lecanda, y un agente Eulen en la que afirmaban que Torre I es un centro reformatorio de jóvenes. En dicha conver-sación, Lecanda señalaba que “los internos nunca deberán saber que los padres en realidad les han abandonado aquí a su suerte”. A lo que el Eulen res-pondía: “Si alguno se entera y se pone tontito, pues me encargo rápido”.

Tras intercambiar un apretón de manos, Lecanda se di-rigió a su nuevo centro de operaciones en la azotea. Nuestros reporteros ya han comprobado que la caseta de los ascensores que se erige en medio del próximo noveno piso es en realidad una reducida habitación desde la cual Lecanda organiza y mantiene el control de los 83 residentes de Torre mediante cámaras teledirigidas y micrófo-nos ocultos. Su centro de opera-ciones ha sido descubierto, por

lo que se teme que el nuevo Gran Hermano haya sido trasladado a un sótano remoto y abismal del CIMA. Recomendamos a nuestros lectores que arranquen de sus habitaciones el tope de la puerta, desde el que Lecanda observaba cada movimiento de los residentes.

Estos hechos se suman a los anunciados anteriormente, en los que Jon Lecanda fue declarado culpable de malver-sación de fondos y venta de droga por la audiencia provin-cial de Navarra. Durante el juicio, Lecanda admi-tió haber contactado con Julián Muñoz, Mario Conde y Manuel Roca para crear una extensa red nacional de colegios mayores y correccionales sufragados con dinero negro. Las sospechas comen-zaron cuando comenzaron a asistir a las tertulias de

Torre personalidades polé-micas y extrañas, todas ellas invitadas por Jon Lecanda: el sastre de Camps, el de-legado de las FARC en Europa y Julian Assange, el fundador de Wikileaks.

Jon duplicaba las facturas de Torre para luego cobrarlas por parte de su superior inmediato, en paradero desco-

nocido. Las cuentas en Suiza todavía están siendo investigadas, pero la cifra de dinero negro podría ascender a 700.000 euros.

Por su parte, algunos residentes han comenzado a protestar por la supuesta condición de correccional universitario de Torre I. De triunfar las revueltas, esta sería la última fiesta de padres de este supues-to Colegio Mayor.

Que Torre I fuera un co-rreccional de menores explicaría la existencia del gran número de mé-dicos que viven en la Torre, así como la eleva-da cifra de estudiantes de medicina que, en su

mayoría, perma-necen ajenos a la actividad delincuente que vive día tras día este su-puesto Colegio. Fuentes anónimas creen que estos estudiantes residen en el Mayor para investigar de primera mano las anomalías que aquí se suceden, como beber vino-gasolina en las comidas o ingerir

cáscaras de plátano.

Torre I sería así el CIMA II compuesto por humanoides, el primer experimento secreto con universitarios en li-bertad. Su intención, según dejó entrever Lecanda en el juicio de la pasada semana,

es ofrecer a los padres unos hijos reforma-dos capaces de convi-vir en paz.

El secretario de Torre I, Jon Lecanda

febrero de 2011 El Hueco 7

Episodios nacionales IIIpor Perro Pérrez

El cansancio hace mella entre las tropas, agotadas por la dureza de la lucha matinal. La luz de los primeros rayos ha descubierto un suelo cubierto por una gruesa capa de nieve. Las tropas saben qué significa el color blanco en época de guerra: hoy hay batalla. Los generales han reu-nido a sus brigadas y han planeado dar el primer golpe. El balance no puede ser más positivo: tres cristales rotos y decenas de muertos en las filas rivales. La sangre ha te-ñido de rojo el blanco impoluto de la nieve. Las tropas de Fase se retiran amedrentadas, entre lloros. Su tentativa ha sido como un caramelo para el ejército torrero. El ma-riscal contempla con orgullo desde su puesto en lo alto a sus tropas volviendo jubilosas a su guarida tras un triunfo tan rápido como esperado. Pero saben que lo peor vendrá con la oscuridad. Los soldados descansan y fuman ciga-rrillos agazapados en las trincheras, preparados para el ataque del ejército larraoniano. A las 22.00 se escuchan los primeros gritos: la ba-talla está a punto de comenzar. Cuando el enemigo está cerca de la atalaya, empiezan a volar los primeros artefac-tos incendiarios y productos de limpieza variados, algu-nos más corrosivos que el peor de los ácidos de un labora-torio de la NASA. El enemigo se muestra envalentonado y, siempre desde la distancia, profiere gritos absurdos que confirman su escaso bagaje cultural. Algunos de los más intrépidos torreros abandonan su posición estratégica en la atalaya para luchar a pie de campo. Prodúcese enton-ces un hecho sin precedentes en la historia de las guerras torreras: un herido en nuestras filas.

Uno de nuestros soldados ha sido herido de gravedad

en la cabeza con un arma tan extraña como amarilla. La sangre mana de su cabeza y trozos de su escaso cerebro se desparraman por la fría nieve. Pero no, oh, no, esto no es óbice para que el ejército más temible del mundo se acobarde y retroceda.

La figura inmensa de Juan Pons se acercaba como si del mismísimo Cid Cam-peador se tratara

Como si del mismí-simo Campeador a lomos de Babieca se tratara, una figura inmensa se acerca con lentitud y parsimonia ha-cia el ejército larraoniano, tan asustado como los moros cuando vieron a Don Rodrigo avanzar en forma de espec-tro hacia ellos. Se trata de Juan Pons, el más valeroso de todos cuantos han pisado la faz de la tierra. Bastan dos palabras, dos míseras palabras, para que el ejército rival huya con el rabo entre las piernas.

Cuando el sultán turco Mehmet asedió Bizancio para acabar con el último reducto de lo que un día fue el glorioso Imperio Romano, sus habitantes, héroes desco-nocidos, sucumbieron, como tantas otras veces en la his-toria, ante un sitio que duró tres días. Pero, a veces, la his-toria es caprichosa: Torre I, la fortaleza inexpugnable, ha aguantado más asedios que cualquier ciudad del mundo. El tiempo lo confirmará, pero es probable que nadie, ni el más poderoso de los sultanes turcos, sea capaz de jamás de derrotar al ejército torrero.

La fortaleza inexpugnable

Cerca de la atalaya em-piezan a volar artefactos incendiarios, a la vez que la infantería sale a luchar

Page 5: El Hueco de la escalera. Número especial de padres 2011

8 El Hueco febrero de 2011

Lo justo innecesario para nuestra Torre

por Gonzalo Arana

Estimados padres, madres, hermanos, hermanas, pri-mos, primas, abuelas y de-más juventud: Os escribo esta car-ta para mostraros un nuevo proyecto, una nueva ilu-sión, un nuevo horizonte que se presenta en nuestro futuro más inmediato: Gra-cias a un maravilloso Plan de Economía Sostenible hemos conseguido algo de aportación estatal para ha-cer algo “sostenible” en las torres. Tras mucho delibe-rar hemos llegado a la con-clusión que las torres son capaces de “sostener” una zona de ocio nueva, fresca, con vitalidad, algo que no sólo es necesario, sino que mejorará la productividad de los estudiantes que aquí se alojan.

Dejémonos de dis-cusiones tontas; que os parezca bien o mal la inclu-sión en el proyecto la pisci-na más alta de España o el spa más lujoso de Navarra, no nos lleva a ningún sitio. Que no os confunda el cli-ma de tensión y raciocinio económico que promueven -falsamente- las Fases: el proyecto debe ser ambicio-so, espectacular, despojado de intereses partidistas y, lo más importante, debe in-cluir la piscina más alta de España y el Spa más lujoso de Navarra. Si no, para qué hacerlo, vamos. Hay rumores que dicen que intentamos su-

perar a las Fases en cuanto a lujo y pomposidad. Dicen por ahí que somos nuevos ricos poniendo mármoles y dorados por todas partes. No se confundan, somos nuevos ricos poniendo pis-cinas y Spas por todas par-tes. Además, ellos siempre han envidiado el espíritu torrero. No hay castillos, salas de estar o torreones que puedan competir con la caballerosidad, espíritu de grupo y altruismo de al-guien de torre. Imagínense todo eso en albornoz y yen-do a la piscina más alta de España. Tira millas...

Se preguntarán, ¿entonces, para qué esta carta? ¿es simplemente para restregarnos sus nue-vas instalaciones? Podría ser, pero no. Resulta que el dichoso Plan de Econo-mía Sostenible está todavía tramitándose en el Senado. Esta carta está escrita con el único propósito de que nos adelanten dinero, unos milloncitos, tampoco gran cosa. Además, habiendo comido conejo en Navidad y recogido esos ahorrillos que se habían caído entre el “merme” del sofá, seguro que tienen algo que pres-tar. Nada más, simple-mente me gustaría agra-decerles su tiempo y gene-rosidad (que tiene que ser grande, recuerden que la piscina más grande de Es-paña y el Spa más grande de Europa no se erigen con cualquier cosa). Reciban un cordial saludo,

Wally Roca

Vista aérea de las torres sosteniendo la piscina más alta de España

Arriba, el proyecto original de las torres, cada una con su estadio olímpico. Abajo, el spa más lujoso de Navarra con vistas a Ciencias

febrero de 2011 El Hueco 9

Internacional

Torreros por el mundo

Hong Kong Por Gonzalo Arana

Cuando me confirmaron que Hong Kong sería el desti-no de mi primer intercambio recibí la noticia con cier-to recelo. No tenía ni idea acerca de la cultura asiática y menos aún de este icono financiero del sudeste asiático. Pregunté a varios que habían ido años anteriores, y todos coincidían: una experiencia sin comparación.He estado 5 meses en esta apasionante ciudad y coincido plenamente con ellos. Un poquito menos ignorante que cuando llegué, he des-cubierto una realidad que me era totalmen-te desconocida. Lenguaje, cultura, comi-da, hábitos, tradiciones… todo es nuevo e igual de interesante.

Pese a haber sido colonia britá-nica hasta hace bien poco, Hong Kong no perdió su identidad propia durante el mandato inglés, más bien lo contrario, la mantuvo provocando una mezcla nada común, que le da aún más personalidad. Es una ciudad de contrastes y de superla-tivos: la ciudad con el mayor consumo de electricidad por habitante del mundo o con el mayor número de Rolls Royce matricula-dos, convive tranquilamente con tradiciones chinas tan arcaicas como quemar dinero para que les llegue a tus ancestros, o mantener la filosofía Feng Shui incluso en la construcción de los nuevos ras-cacielos. En definitiva, Hong Kong agobia y enamora por igual.

En esta ciudad antagónica la experiencia del in-tercambio pasa de ser una obligación académica a una experiencia vital, donde el día a día se convierte en una

asignatura más. Aunque a ve-ces, encontrar el equilibrio no es fácil: tienes que aprovechar al máximo para viajar, conocer y

descubrir, pero sin olvidar tus estudios, importantes para el próximo intercambio, tu CV… El famoso Ging-Gang chino está presente en todas sus formas.

Las clases aquí son parecidas a las de la universidad en España, aunque algo más largas. Lo único digno de

mención en el ámbito académico (el resto es igual en todas partes, supongo) es la forma de eva-

luación, que fomenta la competitividad en-tre los alumnos. Este sistema basa tu nota dependiendo del resultado de los demás, por lo que no te basta con sacar un 5 para aprobar, sino ganar a tus compañeros de clase.

Aún así, la universidad es espectacular. Situada en un lugar privilegiado a orillas del mar, la HKUST, de capacidad similar a la de Navarra, goza de un ambiente in-ternacional y empresarial constante. Uni-

versidades y empresas de todo el mundo vienen aquí a promocionarse y seleccionar

a los mejores alumnos, que luchan por con-seguir los puestos de trabajo en donde mu-

chos darán sentido a sus vidas... Un poco triste, en cierto sentido. El compañerismo, la educación,

la empatía o la caridad son muchas veces tan abstrac-tas como desconocidas. Pero claro, hay que entenderles, ellos no han podido vivir en Torre.

En definitiva, la ciudad de los imposibles por an-tonomasia (qué se puede esperar en una ciudad de ca-pitalismo extremo apadrinada por la China comunista), ofrece al alumno un oportunidad única en la vida… Ya lo dijo Sabina de otra gran urbe, “(una ciudad en donde) los pájaros visitan al psiquiatra, las estrellas se olvidan de salir...”. Así es Hong Kong.

Ciudad de contrastes

Page 6: El Hueco de la escalera. Número especial de padres 2011

10 El hueco febrero de 2011

Cracovia

Cracovia es una ciudad bonita a su modo. Es una belleza desgastada, triste; en sus calles se respira todavía el sufri-miento de los totalitarismos. También allí nació uno de los grandes personajes del siglo XX. Karol Wojtyla, el que sería más tarde Juan Pablo II nació en una ciudad peque-ña, Wadowice. Con tan sólo 19 años le atrapó la guerra. Y en medio del miedo, de la guerra, del peligro, vio que Dios le pedía ser sacerdote. Y así empezó la vida de este gran personaje que dentro de pocos meses será beatificado en Roma.

Tomamos tierra en Cracovia el viernes por la mañana, y Javi, después de comprobar lo barato que se puede comer en Polonia, nos llevó a unas minas de sal en Wielicza. El sitio era una obra de arquitectura increíble; bajamos a 135 metros de altura, unos 35 pisos, y recorri-mos 2km de pasadizos hechos con madera, salas excava-das minuciosamente sólo de sal, capillas consagradas a la Virgen por la protección de unos hombres que muchas veces, con medios muy precarios, arriesgaban y perdían sus vidas con frecuencia allí abajo. Después de estar an-dando más de dos horas, el guía nos dijo que apenas ha-bíamos visto un 1% de toda la mina, y que aún tenía 150 metros más de profundidad. En los días siguientes visita-mos Wadowice, la casa y el ambiente donde JPII vivió sus años de infancia y juventud, hasta que Polonia fue invadi-da en 1939.

Por la noche cenamos en un típico sitio polaco y probamos la típica cerveza en medidas típicamente espa-ñolas. Contra el frío, ya se sabe... Allí nos hicieron tam-bién la típica jugada que se hace a los extranjeros. Nos cobraron el agua. Unos 15 euros pagamos por unas jarras de agua de grifo. Hospitalidad polaca. El sábado nos espe-raba Kalwaria, un santuario franciscano que fue construi-do a modo de Via Crucis gigante. Las estaciones eran las capillas repartidas por el bosque que rodeaba el convento al que JPII solía acercarse a rezar. Para terminar, Javi nos llevó a Auschwitz, el campo de concentración construido cerca de Cracovia. Hacía mucho frío y nevaba ese día. Nos imaginamos lo que debió de ser para los prisioneros. Solo de frío debieron de morir miles de personas. Los que más resistían, los más fuertes, con suerte sobrevivían unos diez meses.

En el museo había dos toneladas de pelo de mujer (las rapaban al entrar en el campo), maletas con nombres pintados en tiza, utensilios de cocina que los prisioneros se llevaban en el tren de camino al campo, pensando que iban al este a trabajar; gafas, fotos de hombres, mujeres

y niños demacrados. Y alguno aún sonreía en la foto. El campo tenía varias partes, era tanta gente a la que tenían que matar. Barracones, “trabajar os hará libres”, celdas de cuatro personas en la que metían a dieciséis...hambre, frío, agotamiento, suicidios o el gas mortal... el que moría fusilado tenía suerte. Una experiencia de la que debemos aprender para no seguir y dejarse convencer la próxima vez por un discurso elaborado de algún político con deli-rios de grandeza.

Esa noche dimos un paseo por el centro de la ciu-dad para ver la plaza del mercado y la catedral, y aprove-chamos para despedirnos ya de aquél país. El lunes cogi-mos un avión pronto de vuelta a España. Así empezamos el año, entre buena gente, en un país nuevo, y sabiendo un poco más acerca de la vida de JPII.

Vancouver

por Coque Sánchez de León

Llamadme Ismael, bueno no, Fernando; con poco o nin-gún dinero en el bolsillo, embarqué el 5 de septiembre en un Boeing 747 hacia rumbos muy lejanos además de desconocidos para mí. El destino, como podéis intuir fue Vancouver (Canadá), una enorme ciudad de la costa oes-te que limita con Estados Unidos. La idea era hacer un intercambio durante el primer cuatrimestre y volver en Navidad; pero solo pude cumplir una de las dos, porque la preciosa nieve me impidió volver a casa con mi familia para esa fecha tan señalada. Pero no os preocupéis, esto no es lo peor; con todos los aviones cancelados indefini-damente, cogí mis maletas y pase 3 noches a la intempe-rie en el parking donde me pegué con tres pingüinos para conseguir un sitio junto a su hoguera. Que noooo, sí que tuve un refugio que me proporcionó calor y comida, pasé los siguientes días en Glenwood, el club de la Obra de allí, y además, fueron unas navidades muy divertidas (mamá, no te preocupes que te eché de menos…).

Vancouver es una ciudad completa y cómoda para vivir. Lo que más me llamó la atención fue el contraste entre los grandes rascacielos con las montañas, que coin-ciden en un espacio muy reducido y combinan estupen-damente; es una ciudad en la que da gusto dar un paseo. El campus de la universidad estaba en lo alto de una mon-taña y de vez en cuando los osos que moran en ella se per-dían por los parkings para hacer el puente a algún coche o coger comida del suelo, espero que me creáis porque ¡tengo pruebas al respecto!.

En fin, visiten Vancouver si tienen la ocasión por-que no se arrepentirán, y no se peleen con los pingüinos de la zona, porque tienen muy mala leche, ¡especialmente los que viven en los parkings!

por Fernando Sáinz de Aja

febrero de 2011 El Hueco 11

Viernes 15 de Enero 13:00. Salida de la primera convi-vencia del Ciclo ARQ&VIDA organizado por los arquitec-tos de TorreUno. Todo según lo previsto, ya estaban to-dos los detalles listos para el viaje: libros (Minimalismo, AV…), música, comida y hasta un balón de futbol, poste-rior evidencia del poco dominio de muchos (partidito en plena estación de servicio).

Primera parada, convento de La Aguilera, loca-lidad muy cercana a Lerma donde un nutrido grupo de hermanas, sólo 180 religiosas del reciente instituto Iesu Communio, nos acogieron cálidamente para compartir con nosotros unas fugaces horas. Sin duda su testimonio no deja indiferente a nadie.

Por fin llegamos a Madrid, Colegio Mayor San-tillana. Tras instalarnos cómodamente nos esperaba un rico segundo turno de cena. Mazo a gusto, como dirían los de la tierra.Al día siguiente inevitable visita “guiada” por el centro de la ciudad: Paseo de la Castellana, Gran Vía… Todo con-trolado, según Marcos.

Y tras una merecida comida en un tradicional garito madrileño, presididos por los hermanos Zayas, pasamos a preparar lo que sería el gran acontecimien-to del fin de semana, visita al estudio de arquitectura VICENS+RAMOS, donde un extraordinario Nacho Vi-cens nos deleitaría con sus conocimientos sobre la vida misma. Gran arquitecto de origen madrileño y con una vitalidad digna de admiración. Autor de grandes obras como la facultad de Comunicación de la Universidad o la decoración de la catedral de la Almudena en la boda de los príncipes.

Puntual a su cita, Nacho nos recibió en su estudio del madrileño barrio de Chueca, broma para muchos. La noche fue de película, desde el ya famoso “…me parece extraño” de Luis González referido a una obra admirada por Vicens, hasta un profundo recital de poesía al puro estilo Miguel Dors y con agradable sabor a Cola y Limón. Su mensaje fue claro y directo, “…perdéis demasiado tiempo con chateos absurdos en lugar de leer a los gran-des de la historia.”

Vicens remató la convivencia con la visita guiada, esta vez sí, a su más reciente obra en la conocida zona

Madrid

residencial de la Moraleja. Se trata de una modesta casa de 3000 m2 donde entre otras cosas incluía: garaje me-canizado para 16 vehículos, piscina climatizada y exterior, gimnasio, spa con sauna y baño turco, peluqería o cine para 50 personas. No estaría mal tomar ideas para Torre.Sólo puedo añadir que como ya tantas otras, esta convi-vencia nos deja con ganas de más, porque lo bueno es in-saciable y lo mejor incansable.

por Luis Delgado

Salamanca

La primera noche en Salamanca saboreamos el gusto de pasear como noctámbulos en su laberinto de calles empe-dradas entre luces y sombras tratando de captar su esen-cia juvenil y universitaria.

Tras una noche siberiana nos adentramos de nuevo en el centro de Salamanca. Esa mañana estuvimos en la plaza mayor que alberga constantemente el ambien-te universitario. También dimos un vistazo rápido a la Ca-tedral Nueva, para adentrarse más detalladamente en la iglesia de San Esteban, cuna y origen del Nuevo Mundo. En una sofisticada visita pudimos aprender el importante papel que estos monjes dominicos jugaron. Apoyaron el viaje de Colón, y no solo eso sino que allí se decidió la es-piritualidad de los indígenas, encabezados por Francisco de Vitoria, propulsor del derecho internacional.

Por la tarde visitamos la Universidad Pontificia de Salamanca que no es la misma que la Universidad de Salamanca. Originariamente jesuita en la actualidad per-tenece a la conferencia episcopal y en ella estudiaron emi-nentes obispos y cardenales españoles. La “capilla” que construyeron los jesuitas es de una imponencia asolado-ra, sus torres coronan el techo de Salamanca, fue íntegra-mente financiada por los reyes Felipe III y Margarita de Austria.

Ya en domingo nuestro plan estuvo centrado en las catedrales, la Nueva y la Antigua que están una junto a la otra. Pudimos completar un recorrido por la fachada exterior e interior del conjunto arquitectónico de claro es-tilo gótico. Algunos nos quedamos prendados por el im-presionante retablo renacentista de la catedral Antigua. Este retablo lo componían numerosos iconos pictóricos de un colorido y una sutileza impresionantes. Narraban la vida de Nuestro Señor y sencillamente era espectacular.

por Pedro Guerrero

En el próximo número, El Hueco viaja a la Antártida, el desierto de Gobi y Sebastopol

Page 7: El Hueco de la escalera. Número especial de padres 2011

12 El Hueco febrero de 2011

Cultura

Palabra del mes por Perro Pérrez

La encuesta por Perro Pérrez

Es probable que, desde el momento en que fue in-ventado, la disputa dialéc-tica acerca de su auténtico nombre haya causado nu-merosos quebraderos de

cabeza a las multitudes que han tratado de clarificar el enigma. Hablamos del artilugio que contiene a la vez el aceite, el vinagre, la sal y la pimienta. El Hue-

co, en su afán investigador, ha examinado con minu-ciosidad la opinión de una muestra representativa de la sociedad con el objetivo de llegar al consenso.

Como podemos observar, la mayoría de la sociedad torrera (33%) se decanta por “convoy”, en contra de lo que Juan Pons pien-sa (Juan Pons pertenece al 26% de la sociedad que cree que se llama “vinagre-ra”). Un ignorante 19% ase-gura que se llama “sistema” y un 12%, vete a saber por qué, piensa que el nombre correcto es “vinajera”. Un 10%, cuando se le preguntó cuál era, en su opinión, el correcto nombre de dicho artilugio, contestó: “¿Te refieres a lo del aceite?”. Para zanjar la discusión

y dar una buena lección a Juan Pons, consultamos el diccionario y... ¡sorpresa! Tanto “convoy” como “vi-nagrera” son válidas (los otros tres casos no, como resulta evidente).

Beca

1. Subvención para realizar estudios o investigaciones.2. Banda de tela que, como distintivo colegial, llevaban los estudiantes plegada sobre el pecho y con los extremos colgando por la espalda. Hoy sólo se usa en ciertos actos.

Posibles usos:

- “No, mamá, mi beca es de las que no te dan dinero”.- “Qué divertido es el acto de imposición de becas”.- “Pedí una beca y, cuando vieron mi expediente, les entró la risa”.- “No es de buen gusto que uses tu beca como mantel”.

febrero de 2011 el hueco 13

Machadas

Galería de fotos

“¿Te has leído El hombre en busca de centeno?”

Álvaro Calleja

“Tendríamos que convertir las tertulias en post-tertulias”

Diego Martínez

“Repetir significa volver a petir”

Enrique Esteban

“Lo siento Beto, no tenemos hueco”

Álvaro Calleja, director de El Hueco

Page 8: El Hueco de la escalera. Número especial de padres 2011

14 El Hueco febrero de 2011

Sociedad

¿Sabías que...?

En este Hue-co, en la nueva sección de

¿Sabías qué?, respondemos a una de las preguntas más típicas entre los recién

llegados a la universidad: ¿por qué la cafetería Rumbo’s ofrece muñecas, bustos y demás objetos

extraños en su escaparate? ¿Qué buscan? ¿Es todo esto una trampa, acaso una ilusión óptica? Hemos in-

tentado contactar con Cuarto Milenio, el famoso pro-grama del canal Cuatro, especialista en fenómenos para-normales, avistamientos y sucesos extraordinarios. Pero justamente porque lo hemos intentado (la llamada nunca fue realizada) no hemos obtenido respuesta. De esta for-ma, El Hueco se ha acercado a Rumbo’s para encontrar la respuesta de la pregunta que se hacían nuestros lectores. Allí nos hemos encontrado con Sergio, el dueño del local, quien ha rehusado hacer cualquier tipo de declaración al respecto. Sí ha querido hablar Rosa, una navarra de 57 años que se encarga de la pastelería del establecimiento. Al ser preguntada por este avistamiento, se apresuró a decir que esto le venía “de medio lao”. Pero al final soltó prenda. Según ella, hace tan sólo unos días, un catalán (y no es broma) compró 15 bustos grandes de San

Josemaría. Cada uno de ellos cuesta 27 euros.

Según Rosa, los bustos del fundador de la universidad, como los de San

Fermín, se venden

como rosqui-llas. Pero, ¿quiénes son

los compradores?, ¿qué pretenden con esto?. La respuesta ante este interro-

gante es sencilla: los familiares de los enfer-mos ingresados en la Clínica acuden a Rumbo’s

para comprar un detalle a los enfermos. Los destina-tarios de tales obsequios: curas. Y Pamplona alberga

un gran número de ellos, por lo que los bustos de santos aumentan sus ventas a un ritmo trepidante. Los tiempos cambian, y podemos decir a nuestros novatos residentes que en la cafetería Rumbo’s no son unos anticuados, sino más bien unos visionarios. Lo que queda claro es que esta cafetería, aunque nos pareciera a todos mentira, ofrece un producto realmente demandado. Esperemos que este hallazgo nos haga ver a este local con un poco más de se-riedad, y nos ayude a no reírnos ni señalar el escaparate cada vez que pasamos cerca de él, camino del estanco, del cada vez más recurrido Café de Pío o de la zona de reunión cultural del parque Yamaguchi. Sólo nos queda felicitar a Rumbo’s por posibilitar la compra de estos cu-riosos regalos de última hora para los enfermos.

Otros precios para posibles regalos a nuestros pa-dres: Estatuilla de torero (posibles comprado-

res: Pepe y Fidel): 65 eurosEstatuilla de mujer negra africana:

(posibles compradores: Taco): 27 euros

La derrota de San Fermínpor Álvaro Kalleja

El culto a San Fermín es anterior a los Sanfermines. La tradición dice que este santo fue el primer obispo de Pamplona. Actualmen-te es co-patrón de Navarra junto a San Francisco Ja-vier y patrón de las cofra-

días de boteros, vinateros y panaderos.

San Fermín murió decapi-tado en Amiens, lugar don-de bautizó a más de 3.000 personas. Sigue la pista

La universidad de Navarra fue fun-dada en 1952 por San Josemaría Es-crivá de Balaguer. Actualmente tiene más de 13.000 alumnos.

El hueco 15Febrero 2011

En el cielo tiene que haber música, decía Platón. Estar eternamente silencioso sería ateo, le contestaba Polo.

Es cierto que en el libro de las Revelaciones hay un silencio sepulcral insoportable, imagínense, de me-dia hora en todo el mundo… pero es para los condena-dos. Luego todo es canto, gloria y cielo. El canto con-voca (144, 000 siendo un número perfecto, no es poca cosa), reúne, invita al diálogo y ¿no es acaso el diálogo algo propio del universitario? ¿No es el cielo un diálogo eterno cara a cara con Dios? ¿Es posible que Dios sea universitario?

Estudiar es cantar, pero no lo digo por retóri-ca. Cuando se estudia se canta a la verdad, a la Verdad divina, a la propia verdad y a la verdad del otro. Pero es imposible cantar obligado, simplemente no se pue-de. No se puede estar de fiesta a la fuerza. La fiesta y la música es libertad. Por eso el estudio y la fiesta no sólo son compatibles, sino que se demandan uno al otro. El estudio libre se manifiesta en la fiesta porque busca la verdad, y cuando en el estudio descubrimos una nove-dad verdadera hay gozo, y el gozo se comparte en for-ma de alegría y fiesta. Por eso no es gratuito aquello de “la verdad os hará libres”. Cuando un universitario es auténtico universitario, estudia. Si estudia con libertad, con libertad interior, pero también exterior, entonces descubre verdades novedosa para él y a veces también para el otro, y comparte en la fiesta demostrando su li-bertad. Si nos hay estudio, si no hay trabajo no hay cre-cimiento, no hay riqueza, y si no hay riqueza… entonces ¿qué regalar? La fiesta es un regalo al igual que la músi-ca; y los regalos son libres, gratuitos.

Un autentico universitario está en un crescen-do continuo. Esta lleno de riqueza y por eso tiende a la fiesta. La universidad es eso, una gran fiesta porque hay un gran crecimiento que comienza primero con el estudio, el trabajo diario y luego con la vida misma que es abundante y regala en forma de fiesta. Por eso el universitario que no estudia, no sabe nada de la fiesta, no tiene gozo ni alegría. El que no estudia sólo cono-ce sucedáneos, porque no tiene nada que regalar y se dedica a buscar quien le regale, quien le haga fiesta… por eso hay también mucha tristeza en la universidad, y también mucho aburrimiento, porque no hay novedad, no hay nada que regalar, no hay riqueza interior. Y el universitario es rico si estudia; si no está frustrado, ha fracasado y en el fracaso hay silencio, y en el silencio no puede haber fiesta, sólo aburrimiento y tristeza. Por eso, alguien que ha sido un auténtico universitario, di-fícilmente deja de serlo. La fiesta provoca otra fiesta. A un regalo le sigue otro, bueno, no necesariamente, pero ese riesgo hace aun más grande el regalo, porque es gra-

tuito. Los padres que hoy nos visitan entienden esto, muchos son universitarios, si no de las aulas si de la vida. El espíritu universitario es un regalo, un constante crecer para regalar, para festejar la riqueza, no la exte-rior que también se festeja, sino la interior. Más aun, los padres, porque saben y han sabido festejar su pro-pio crecimiento, festejan también el nuestro. Es intere-sante, nosotros somos para ellos fiesta y el ayudarnos a crecer es llenarnos de riqueza y una invitación a festejar también.

Pero esto no se entiende si se piensa que la fiesta es la animación organizada, el montaje, la euforia téc-nica, el descontrol. Esto lo piensa mucha gente, que la fiesta es el ruido, la ginebra y las luces. Pero ¿qué es eso sin personas, sin regalo, sin diálogo? Nada. ¡Qué razón tenía Nietzsche cuando decía “no es ninguna obra de arte organizar una fiesta, sino serla”! Cada universitario es una fiesta que desborda en riqueza y en regalos. Soy fiesta porque soy regalo. Pero el regalo no es la envoltu-ra, el montaje… el regalo está dentro de la caja. No hay cosa más triste que una envoltura prometedora para un decepcionante regalo. La euforia exterior pasa y si no hay nada más sólo queda tristeza; en cambio, la alegría es interior y brota como consecuencia de la riqueza del corazón. Para un universitario el interior se enriquece de entre otros modos principalmente con el estudio, porque es lo propio del estudiante, estudiar. Por eso el universitario es fiesta constante, permanente. Ya Pla-tón, por cierto, cuando se plantea el problema de la or-ganización de la ciudad, es preguntado: ¿cuántas fies-tas señalaremos al año?". Y responde: "Todos los días". ¡Claro! ¡Todos los días! No sólo el fin de semana, sino todos los días . Que bajo concepto tienen de sí mismos los que piensan que el viernes es noche de fiesta. Qué triste, no aspiran a más. Tal vez sea porque no estudian con libertad, sino obligados… ¿por quién? Por su me-diocridad.

“Para un apóstol moderno una hora de estudio en una hora de oración”, y la oración es diálogo y el diálogo propio del universitario. Entonces, ¿es Dios un universitario? Por supuesto. ¿Y el cielo? La fiesta más grande -no de la historia- ¡de la eternidad! ¡Ánimo con la fiesta!

¿Es Dios universitario?

Por Beto Vargas

Page 9: El Hueco de la escalera. Número especial de padres 2011

16 el hueco febrero de 2011

La entrevista

● Enrique de Esteban Maurer ● Decano de Torre I ● Origen: Madrid ● Estudia: 3º de Periodismo

¿Qué destacarías de tus años en Torre?Esa pregunta es estúpida.

Torre en una palabra...Torre.

¿Imaginaste alguna vez cuando estabas en pri-mero que serías Deca-no?La verdad, no lo sé con cer-teza, aunque imagino que pude llegar a fantasear con la idea. Resultaba un reto atractivo.

¿Y por qué al final deci-diste intentarlo?Torre, durante los prime-ros años, te aporta un mon-tón de cosas: todo lo que quieras, en la medida en la que quieras. Lo que yo que-

ría era devolver el favor que me ha hecho Torre de algu-na forma.

¿Quiénes fueron tus re-ferentes?Todos los becarios a los que vi trabajar de forma altruis-ta por Torre. Siempre esta-ban dispuestos a ayudar y apoyar, y eso se agradece. Mis mentores. Grandes ti-pos.

¿Qué es lo que más te impresiona de Torre?Los sábados, después de la cena, la gente pone la música a todo volumen y se “arregla” para salir. Me hace mucha gracia el am-bientillo de gritos y fiesta. Yo reconozco que también pongo música a todo tra-

po los sábados por la no-che, pero luego no salgo. Lo hago sólo porque es el único momento en el que se puede.

¿Qué ha aportado To-rre a tu carrera univer-sitaria?¡Mejor me preguntaría qué ha aportado mi carrera universitaria a Torre! (ri-sas). La verdad, he apren-dido más en las tertulias underground de Torre que en la universidad. Y, si no, he aprendido cosas que no se aprenden en las aulas ni en ningún otro sitio.

¿Cómo argumentarías a un chaval que quiere venir a Belagua que To-rre es mejor que Fase?

No se lo argumentaría, por-que llevo las de perder. Le diría: “Ven a Torre. Si no quieres, tú te lo pierdes”. La diferencia entre una vida burguesa y mediocre y otra plena y rica la marca la altura del edificio en el que vives... Y Torre es más alto.

Se ha comentado que, además del poder eje-cutivo, ejerces cierto control sobre los me-dios de comunicación de Torre. ¿Tienes algu-na relación con El Hue-co?No sé de qué hablas.

Lo diré directamente... ¿eres Perro Pérrez?Veo que eres un tipo listo. Me encanta El Hueco.

“Esa pregunta es estúpida”

H DirectorÁlvaro Calleja

SubdirectoresEnrique Esteban y Gonzalo Arana

Redactor JefeCoque Sánchez de León

Redacción CentralCM Torre I

ColaboradoresBeto VargasMiguel PeñaltaPedro GuerreroFer Sáinz de AjaLuis DelgadoTxema Díaz, Alberto García y Kiko Pérez Latre