el hombre ser religioso

Fe y mundo contemporáneo

El hombre como ser religioso

La religión como manifestación de la naturaleza humana

• El hombre, inteligente y libre, está abierto al Absoluto:

• La inteligencia capta lo finito y tiene un deseo infinito de conocer de modo que sólo encontraría su satisfacción si pudiera conocer la verdad absoluta e infinita.

• La voluntad no se contenta nunca con el bien alcanzado, sino que tiende a un bien nuevo y mayor, de modo que podría satisfacerle sólo el gozo del bien ilimitado y absoluto.


• No se sabe ciertamente si el primer Homo Sapiens se arrodillaba o si danzaba en grupo para adorar a la naturaleza. No obstante, existe una serie de manifestaciones de religiosidad hacia el año 50.000 a.C. (como tumbas y otros signos).

• ¿Por qué los hombres primitivos pintaban en una cueva oscura, de difícil acceso? ¿Por qué la perfecta combinación de relieves y pintura? ¿Por qué el uso de simbolismos?

• Todas esas huellas testimonian una simbología sacra que ha llevado a los arqueólogos a hablar de verdaderos santuarios rupestres, justamente porque el hombre trasciende el sentido de lo útil y de la realidad cotidiana. Lo que significa reconocer que encima de él hay un Ser superior, supremo.


• Otras pruebas de la naturaleza religiosa del hombre vienen desde las aportaciones de la arqueología, por ejemplo: la ornamentación funeraria y la sepultura con el rostro dirigido hacia oriente, donde nace el sol, comprendido tal vez como un ser superior, por ejemplo.


• En todas las culturas y sociedades, se ha venerado a alguna divinidad o a varias a la vez. Los fenomenólogos de la religión han encontrado la causa del sentimiento religioso en ese Misterio fascinante, esto es, la admiración del hombre frente a esa realidad sobrenatural y frente al deseo de participar de su Ser y de su grandeza.



• El hombre es un ser religioso por naturaleza, simplemente porque está dotado de la capacidad de llegar al encuentro de un Ser divino, de Dios.


• Cada hombre es capaz de llegar a Dios. Esta es la tarea verdaderamente crucial de la existencia humana. San Agustín de Hipona confesaba a Dios: "Nos creaste, Señor, para Ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti"

Experiencia religiosa

• La experiencia religiosa no es propiamente experiencia de un sector particular de la realidad, sino más bien un modo particular y más profundo de vivir y captar la realidad.

• La experiencia religiosa es expresada y condensada en las diversas objetivaciones y expresiones de lo religioso: ritos, creencias, narraciones, instituciones, conductas, símbolos, de manera personal o comunitaria.

Elementos básicos de la experiencia religiosa

• Signo y símbolo• Contraposición sacro-profana• Anhelo de salvación


• Signos y símbolos ocupan un lugar importante en la vida del hombre, quien expresa y percibe las realidades a través de los signos y símbolos para comunicarse con los demás, mediante el lenguaje, gestos y acciones. Lo mismo sucede en su relación con Dios.


• Dios habla al hombre a través de la creación visible. El cosmos material se presenta a la inteligencia del hombre para que vea en él las huellas de su Creador. La Luz y la noche, el viento y el fuego, el agua y la tierra, el árbol y los frutos hablan de Dios, simbolizan a la vez su grandeza y su proximidad.

• Los hombres, rinden su culto a Dios con los signos y símbolos de la vida social: lavar y ungir, partir el pan y compartir la copa pueden expresar la presencia santificante de Dios y la gratitud del hombre hacia su Creador.



• Contraposición sacro-profano

SacroEs aquello de lo que el

hombre no dispone porque pertenece a un área a la que no tiene acceso, la de los seres divinos.

ProfanoEs aquello de lo que el

hombre dispone porque pertenece a un área a la que sí tiene acceso, la de los seres de este mundo.

Sacro es lo opuesto a lo profano, es atribuido o es propiedad de un dios.


• Anhelo de salvación como inquietud de superación de la propia condición de vida.En todos los tiempos y en todas las culturas, el deseo de salvación y liberación forma parte de la experiencia humana. Este deseo nace del contraste entre las experiencias de calamidad, de dolor, de infelicidad y las experiencias de plenitud, bienestar y felicidad, aun estas últimas sean efímeras y pequeñas.

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