el gran libro de la casa sana

8/7/2019 EL GRAN LIBRO DE LA CASA SANA

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EL GRAN LIBRO DE LA CASA SANA

Es una de las obras ms exhaustivas y didcticas en el campo de la salud y el hbitat.Profundiza en las investigaciones geobiolgicas descubriendo las causas y los efectos

de las radiaciones terrestres, la contaminacin electromagntica, la calidad del aire ola contaminacin sonora, con captulos que nos ensean a detectar las perturbacionesdel hogar mediante aparatos electrnicos o desarrollando la propia sensibilidadpersonal; hay un captulo especial dedicado a la Bioconstruccin y a la eleccin delos materiales ms saludables y ecolgicos.

Ver ndiceIntroduccinLa alimentacinEl ejercicioPsiquismoLos peligros del entornoEl aire que respramosFuentes de contaminacin atmosfricaEl ruido ambientalRadiaciones, magnetismo y alteracioneselectroatmosfricas Contaminacin elctrica yelctromagnticaSensibilidad a las radiacionesLos riesgos de nuestra propia casaConciencia de salud global

Introduccin

Las causas de nuestras enfermedades suelen estar, por lo general, relacionadas connuestro entorno, tanto fsico como psquico. De hecho, desde el comienzo de lostiempos, los hombres aprendieron que a su alrededor existan energas positivas yenergas negativas de carcter natural que les afectaban. Hoy da, adems, el nmerode esas energas negativas se ha multiplicado, debido al desarrollo tecnolgico, hastael punto de que vivimos inmersos en un mundo de "peligros" -algunos de ellos casiimperceptibles- cuyas consecuencias pueden ser devastadoras para nuestra salud.

Conocerlos y saber contrarrestar a tiempo sus efectos podra marcar la diferenciaentre la salud y la enfermedad, incluso entre la vida y la muerte. Hasta hace pocotiempo, ese conocimiento estaba reservado a los clsicos curanderos de pueblo. Hoy,afortunadamente, la Ciencia ha podido corroborar ese saber milenario que muchasveces fue contemplado con desdn.
http://www.mariano-bueno.com/libroglcs.htmhttp://www.mariano-bueno.com/libroglcs.htm


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La salud es algo muy frgil y complejo y no solemostomar mucha conciencia de su importancia hasta que,por algn motivo, nos damos cuenta de que la hemosperdido. Cuando esto sucede y las funciones vitales denuestro organismo ya no responden correctamente o el

dolor es tan intenso que resulta insoportable, nosgustara disponer de una "frmula mgica" para -singrandes esfuerzos personales- poder recuperarla. Pordesgracia, lo normal es que, cuando enfermamos,tengamos que recorrer un calvario de mdicos,frmacos, terapias y terapeutas, que suelen ir desde loms racional y ortodoxo hasta (cuando falla lamedicina convencional) los curanderos, sin olvidartodos los remedios "magnticos", "inicos" y"vibracionales" que se empean en vendernos comofrmulas infalibles.

Pero, qu es realmente la salud y qu hacer paramantenerla y no perderla con facilidad?

Durante mucho tiempo se crey que salud era simplemente "la ausencia de todaenfermedad", pero ese concepto ha evolucionado mucho en nuestros das. As, lapropia Organizacin Mundial de la Salud (OMS) la define como "un estado debienestar tanto fsico como psquico y social".

Pero, quin puede afirmar que realmente vive una vidasaludable y es feliz en un entorno cada vez ms degradado

y tan antinatural como el que nos ha tocado en este fin desiglo? Cmo podemos asegurar que llevamos una vidasana cuando la comida que comemos est llena deaditivos, el aire que respiramos inundado de sustanciascontaminantes y nuestras relaciones son cada vez msdeshumanizadas?

Con un panorama como el descrito, no creo que nosqueden ganas de seguir preocupndonos de nuestra saludy, ni siquiera, de continuar leyendo estas lneas. Pero locierto es que existen muchas opciones y posibilidades paraconseguir un buen estado de equilibrio fsico, mental y

emocional que nos aproxime a las mximas de saludpropuestas por la OMS. La prueba nos la aportan infinidadde personas que, tras haber sufrido enfermedades serias otrastornos fsicos, en ocasiones catalogados de incurables,han realizado un esfuerzo personal y de bsquedaincesante hasta dar con las claves bsicas para recuperar lasalud perdida.


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La alimentacinHoy no cabe ninguna duda de que la alimentacin juega un papel bsico en el buenfuncionamiento del organismo. Donde existe ms desacuerdo y confusin es endefinir la dieta ideal, ya que, a menudo, la preocupacin parece ms centrada enmantener la lnea que en preservar la salud.

De hecho, existen infinidad de corrientes nutricionales. Aunque personalmente abogopor una alimentacin principalmente ovo-lacto-vegetariana, debo decir que loimportante es que sea muy variada para evitar carencias, suficiente -pero sin excesos-y primando la calidad de los nutrientes. Adems, debemos procurar seleccionaralimentos de procedencia natural que, a ser posible, estn exentos de aditivosqumicos (conservantes, colorantes, antioxidantes, etc.). Lo ideal sera cultivar y

preparar uno mismo sus propios alimentos; pero, en su lugar, es aconsejable compraraquellos que lleven sellos de produccin ecolgica.

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El ejercicio

Una correcta alimentacin no suele ser suficiente para elequilibrio y la salud cuando no se acompaa de unejercicio moderado pero regular. A lo largo de la historianuestro cuerpo ha ido evolucionando con el movimientoconstante: ya fuera como cazadores, recolectores oagricultores, siempre hemos tenido que hacer un esfuerzofsico para sobrevivir. El organismo aprovecha esemovimiento y tanto la transpiracin como el sudor sirvencomo desintoxicadores de aquellas sustancias que no sehan podido desechar a travs de los riones, el hgado olas vas respiratorias.

Por desgracia, la sociedad actual tiende al sedentarismo, lo que comporta una gran

carencia de movimiento que, a corto y largo plazo, se traduce en autointoxicacin,problemas circulatorios, atrofia muscular y anquilosamiento general del organismo.

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Psiquismo


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La actitud mental es otro de los factores que influyen en la salud. Est comprobadoque las personas cuya actitud mental es positiva enferman menos, son menosvulnerables a virus y gripes pasajeras y se recuperan mas rpidamente y sin tantascomplicaciones en situaciones tan variadas como procesos postoperatorios,accidentes fortuitos o tras la prdida de algn ser querido.

Podemos llevar ms lejos las posibilidades de la mente cuando tomamos concienciade que, con una adecuada terapia o un buen entrenamiento, es posible incluso superarantiguos traumas o, lo que es ms sorprendente, efectuar operaciones quirrgicas sinanestesia o realizar un parto sin dolor, como han demostrado las investigaciones deldoctor ngel Escudero.

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Los peligros del entorno

Alimentacin, ejercicio y actitud mental son, pues, vitales e indiscutibles premisaspara mantener un buen estado fsico y psquico, pero tambin existe una serie deelementos externos, cuyo control escapa a nuestras manos, que pueden incidir en

nuestra salud.

De hecho, la mayora vivimos en grandes o medianas urbes rodeados de un sinfn defactores agresores y agresivos. Y el hecho de que los describamos aqu no pretende,en absoluto, aumentar nuestros niveles de angustia y preocupacin, sino exponer susriesgos para la salud y ayudamos a prevenirlos, evitarlos o, al menos, tomar medidas

para protegernos, aumentar el nivel de nuestras defensas naturales ante ellos.

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El aire que respiramos

La importancia del aire que respiramos esinnegable. Podemos sobrevivir ms de cuarentadas sin ingerir alimentos y unas cuantas jornadas


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sin lquidos, pero apenas unos minutos sin respirar.

El alimento "etrico" del aire -el prana para losorientales- es de vital importancia en todos losprocesos fisiolgicos y metablicos de los seresvivos. Adems de sus componentes -oxgeno,nitrgeno, carbono, etc.-, hay que tener en cuentala correcta proporcin, calidad y cargas elctricas eintercambios inicos entre los mismos. Tanto laestructura molecular como las interrelacionesinicas permitirn una correcta asimilacin del aireque respiramos como elemento vital y energticoo, por el contrario, txico y desvitalizante.

La radiacin ambiente, terrestre y solar, incide directamente sobre las partculas ymolculas del aire, provocando continuas reacciones qumicas que hacenrelativamente compleja la investigacin de su composicin y calidad. A pesar de ello,

poco a poco se han ido estableciendo una serie de parmetros que nos permitenreconocer su benignidad o insalubridad, como el grado de ionizacin, humedadrelativa, composicin qumica, presencia de sustancias contaminantes, gases txicosy ozono.

En nuestro entorno, y sobre todo, en nuestra vivienda, difcilmente podremos realizarun estudio exhaustivo de estos parmetros y componentes, pero s podemosestablecer los niveles de tolerancia o peligrosidad ms frecuentes en cuanto asustancias txicas en suspensin, presencia del daino gas radn, grado de humedadptimo o ionizacin idnea, as como evitar la presencia del ozono, uno de losreactivos capaces de convertir algunas sustancias qumicas, como el anhdridosulfrico (SO2), en corrosivo cido sulfrico.

El vertiginoso aumento de contaminacin atmosfrica que se ha producido en lasltimas dcadas ha coincidido con el recrudecimiento de las enfermedadesrespiratorias, asmas, alergias y cnceres pulmonares. Sin embargo, parece queestamos lejos de hallar una solucin rpida y efectiva para este problema, sobre todoen las reas altamente industrializadas y en las grandes ciudades, donde, en perodosde calma atmosfrica, el aire apenas se renueva y la acumulacin de sustanciastxicas o peligrosas, as como la deficiente ionizacin, llegan a niveles alarmantespara la poblacin. Enclaves como Atenas o Mxico se ven obligados a realizarcampaas de evacuacin de nios en determinadas pocas del ao, en las que el nivelde contaminacin amenaza seriamente la salud de los ms indefensos.

Es en el interior de las viviendas donde hay que prestar mayor atencin, ya que,cuando se trata de ambientes cerrados y escasamente ventilados, el problema seagrava. En tales circunstancias, el aire se vuelve muy peligroso debido a la carenciade algunos compuestos y el exceso de otros. El aire viciado se considera la principalcausa de lo que se ha dado en llamar "sndrome del edificio enfermo", que se traduceen alergias, problemas respiratorios, resfriados, nuseas, irritaciones y dolores decabeza. Quiz hubiera sido ms correcto denominarle "sndrome de los edificios queenferman a sus moradores". Si tenemos en cuenta que la mayor parte de la poblacinurbana pasa entre un 80 y un 90 por ciento de tiempo en ambientes cerrados,


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deberemos preocuparnos seriamente de la calidad del aire que respiramos en elinterior de los edificios, donde los intercambios y la renovacin del aire deberan serconstantes.

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Fuentes de contaminacin atmosfrica

Las principales fuentes de contaminacin atmosfrica son las instalacionesindustriales: se estima que en Estados Unidos son responsables de un tercio de lacontaminacin global, y, de ese tercio, la mitad se atribuye a las centralestermoelctricas.

Durante las fases y los ciclos de produccin deciertos tipos de industria se emiten al aire

sustancias de reconocida nocividad, sobre todopara las vas respiratorias. Las centralestermoelctricas, por ejemplo, envan al aireanhdrido sulfrico (SO2) y residuos decombustin, como hollines semislidos. Laindustria del petrleo libera a la atmsferahidrocarburos, compuestos de azufre, xidos denitrgeno, mercaptanos y fenoles. De alto podercontaminante son tambin las factorassiderrgicas, qumicas, de abonos, lasfundiciones y las industrias del aluminio, plomo,zinc y cemento, por citar tan solo las msimportantes.

Una contaminacin que flucta con los cambios estacionales es la de las instalacionesde calefaccin. Las sustancias contaminantes emitidas durante el proceso decombustin son diversas y dependen del tipo de combustible empleado. Por citar soloalgunas, recordemos la emisin de sustancias slidas, xidos de azufre y nitrgeno,anhdridos y materiales y cidos orgnicos. Es evidente que, al entrar en contacto conel aire, estos compuestos inciden sobre toda la poblacin, afectando en mayor medidaa las personas ms vulnerables, que son los enfermos, los ancianos y los nios.


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La contaminacin producida por los vehculosy los motores de combustin o explosin esuna de las ms recientes, pero tambin de lasms peligrosas, debido a la gran cantidad deplomo, benceno, xidos de carbono e

hidrocarburos que emite.En la accin contaminante del medio ambientey la atmsfera tienen gran importancia tanto lasuma de los efectos txicos producidos por lasdiferentes sustancias presentes en el aire comoel nivel de concentracin de las mismas.

Esto est ntimamente relacionado con factores atmosfricos y meteorolgicos, comoel movimiento del aire y los vientos o la lluvia y la niebla, que facilitan o dificultan ladispersin, as como con las diferentes radiaciones (ultravioletas, gamma...).

Tampoco podemos olvidar las enormes cantidades deminsculas partculas arrancadas por el viento a la cortezaterrestre, como polvo, polen y esporas, que, por muynaturales que sean, causan graves trastornos a las personassensibles o alrgicas.

Como hemos visto, la contaminacin atmosfrica debida aemisiones masivas de sustancias nocivas al aire altera deforma considerable el delicado equilibrio natural y armnicode medio ambiente. Un hecho que tambin influyenegativamente en las funciones de nuestro organismo y, por

lo tanto, sobre nuestra salud.

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El ruido ambiental

Corno ciudadanos de pases industriales, vivimos inmersosen un mundo de ruidos que resultan ya inseparables denuestro quehacer cotidiano. En las ciudades -sobre todo enlas grandes urbes- la causa principal de contaminacin

sonora es achacable al trfico rodado y al consecuentezumbido de motores, pitidos y acelerones, que molestantanto a los conductores como a quienes viven en edificioscercanos. A esto habra que sumar los efectos de las vasfrreas -muchas veces cercanas a inmuebles y viviendas-, losaeropuertos -cuyo ruido supera con mucho el lmitetolerable- y la industria en general.


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Segn un informe de la Organizacin para la Cooperacin y el Desarrollo Econmico(OCDE), Espaa es el pas europeo con mayor ndice de ruido y el segundo delranking mundial, despus de Japn. La Direccin General del Medio Ambienteachaca las causas de esta fuerte contaminacin acstica a la desorganizacinurbanstica, el trfico rodado, los hbitos culturales y, sobre todo, la falta de control

de los ruidos industriales. Por su parte, los pases de la Comunidad EconmicaEuropea han duplicado su tasa de ruidos en los ltimos aos.

El problema de la contaminacin sonora constituye, pues, un factor ms de riesgopara nuestra salud, hasta tal punto que se ha convertido en una de las cuestiones a lasque mayor atencin dedican los organismos oficiales. De hecho, continuamente seaprueban leyes para reducir, limitar o eliminar los ruidos molestos, impulsadasnormalmente por razonables protestas. Algo que resulta mucho ms difcil con lacontaminacin elctrica, electromagntica o radiactiva, apreciable tan solo a travs deequipos especiales, pero imperceptible a nuestros sentidos ordinarios.

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Radiaciones, magnetismo y alteraciones electroatmosfricas

Todos los seres vivos hemos evolucionado continuamente sometidos a una ciertaradiactividad de fondo y a campos elctricos y magnticos naturales que siempre hanestado presentes, aunque fluctuantes en el tiempo y diferentes segn la zona delplaneta de que se trate. Estas radiaciones y energas se deben principalmente a laestructura geolgica de la Tierra y su constante radiacin, sin olvidar el impacto quesobre nuestro planeta causan las partculas radiactivas y radiaciones diversasprovenientes del Cosmos, especialmente las que nos llegan del Sol. El problema se

vuelve preocupante cuando a esa radiactividad se incorpora unas sobredosis a raz deciertas practicas y actividades humanas.

De los 100 a 130 miliRems/ao de dosismedia de radiactividad absorbida, encircunstancias normales, por cualquiercuerpo humano, podemos pasar a 200, 500o ms mR/ao, dependiendo de lugardonde vivamos, de nuestra actividadprofesional, de las radiografas que noshagamos o de la proximidad de nuestracasa a zonas de explotacin de minerales

radiactivos o de ncleos con fugasradiactivas (se calculan en ms de 800.000las personas afectadas directamente por losescapes de la central nuclear de Chernobil,mientras que ms de un milln siguenviviendo en zonas de altos niveles decontaminacin radiactiva).


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Es posible que quienes creemos tener la suerte de vivir alejados de tales peligroshayamos incrementado notablemente los niveles de radiactividad en nuestra viviendaal instalar, por ejemplo, un suelo de granito o de gres vitrificado, que, en ocasiones,llegan a duplicar la radiacin ambiente.

Aparte de las partculas radiactivas alfa o beta y de la radiacin gamma, existencargas electroatmosfricas que fluctan constantemente en funcin de los vientos, loscambios climticos y las variaciones de presin atmosfrica. Estas cargaselectrostticas del aire pueden interactuar con los procesos elctricos corporales,llegando incluso a provocar alteraciones neuronales y psquicas. Todo ello se traduceen un incremento de la ansiedad, el nerviosismo y las depresiones durante losperodos de pretormenta o en los das en que el aire est fuertemente ionizado a causade la radiacin solar, las variaciones bruscas del magnetismo terrestre o los cambiosclimticos.

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Contaminacin elctrica y electromagntica

La contaminacin elctrica y electromagntica es quiz la menos evidente, la mssutil de las radiaciones a las que nos vemos expuestos hoy en da. Rpida einexorablemente va invadiendo nuestras casas y lugares de trabajo, la naturaleza y lavida en general. El medio ambiente electromagntico natural ha variado mucho en losltimos aos, especialmente en las zonas urbanas, donde vivimos rodeados decampos electromagnticos artificiales en constante aumento.

Los cambios biolgicos debidos a estos campos de baja

frecuencia y baja intensidad son motivo de viva polmica,por los intereses e implicaciones econmicas queconllevan. Sin embargo, todo el mundo coincide en lanecesidad de avanzar en las investigaciones cientficas queaclaren y permitan discernir sus potenciales daos y lasformas de proteccin -incluida una normativa reguladora-a nuestro alcance. De hecho, hoy proliferan los estudiossobre los posibles efectos biolgicos de camposmagnticos de baja frecuencia e intensidad, tanto sobre lasestructuras moleculares como sobre los organismossuperiores.

Actualmente en Espaa no existe ley alguna que reguleestos fenmenos de contaminacin electromagntica,mientras que pases como Suecia o la antigua UninSovitica poseen normas reguladoras sobre tiemposmximos de exposicin a diferentes intensidades.

As, por ejemplo, en la extinta URSS se prohbe la construccin de viviendas a unadistancia menor de 110 metros de lneas de alta tensin. Por su parte, la Comunidad


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Europea tan solo ha editado algunas recomendaciones que se quedan muy por debajode los ndices a partir de los cuales nuestra salud se ve afectada.

Algo incomprensible cuando la incidencia de tales campos en la salud humana estsuficientemente comprobada, ya que afectan tanto al sistema nervioso central comoal endocrino e inmunolgico que, en definitiva, son los que nos permiten mantener elequilibrio fsico y mental.Queda patente, pues, que la presencia de radiaciones naturales y camposelectromagnticos artificiales son elementos desequilibradores que aumentan nuestravulnerabilidad ante cualquier trastorno funcional, abonando el terreno para laactuacin de enfermedades y virus e, incluso, para que el nerviosismo o la depresinse instalen en nuestra vida cotidiana.

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Sensibilidad a las radiacionesPero estas radiaciones no afectan en la misma medida a todo el mundo: ante dosis ytiempos de exposicin idnticos, hay personas excepcionalmente sensibles y otrasque lo son menos. Los hipersensibles a sustancias, energas o radiaciones inocuaspara el resto se enfrentan continuamente a la incomprensin de los dems, quepueden llegar a calificarles de maniticos o neurticos.

De hecho, hay numerosos casos de gente hipersensible a la electricidad o a loscampos electromagnticos de baja frecuencia emitidos por instalaciones elctricas opor aparatos caseros. Esas personas sufren ataques nerviosos o fuertes dolores decabeza que les obligan a abandonar el lugar o a desconectar la instalacin elctrica de

la vivienda para poder permanecer en ella. Ciertamente se trata de sucesos aislados,pero cabra preguntarse si estas radiaciones tambin inciden sobre los dems, sloque nuestro organismo no dispone de mecanismos que nos avisen de dao querecibimos.

La situacin puede volverse preocupante cuando, en una misma vivienda o lugar detrabajo, existe una concentracin de radiaciones naturales que se ve incrementada porla presencia de campos elctricos y electromagnticos provenientes de procesosindustriales, lneas de alta tensin o aparatos electrodomsticos.

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Los riesgos de nuestra propia casa

Todos los factores y riesgos mencionados para la salud podemos hallarlos en mayor omenor medida en nuestra vivienda o en el lugar de trabajo. La Geobiologa y laBioconstruccin se han preocupado especialmente de investigar a fondo todas susaplicaciones y de aportar las posibles soluciones a cada uno de los problemasplanteados.


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La Geobiologa nace de las observaciones y estudios llevados a cabo por mdicos,bilogos, gelogos, arquitectos y otros investigadores libres. El nombre de estaciencia se debe, en parte, a que muchas de las enfermedades y trastornos padecidospor numerosas personas aparecen asociados a las radiaciones procedentes delsubsuelo de los lugares habitados: radiaciones gamma, gas radn, presencia de fallas

o fisuras, capas freticas, alteraciones del campo magntico terrestre, etc.

La Geobiologa estudia la contaminacinelctrica o electromagntica, los materialestxicos empleados en la construccin y losefectos que las radiaciones y la radiactividadtienen en nuestras viviendas. Susconclusiones no dejan lugar a dudas sobre laimportancia y la incidencia de las radiacionesdel lugar y su relacin con muchos de losmales y enfermedades padecidas por la

mayor parte de la poblacin.

No deja de resultar curioso que, a menudo, nos preocupemos de la contaminacinambiental y del deterioro ecolgico del entorno y no caigamos en la cuenta de quepasamos la mayor parte de nuestro tiempo (en Occidente, el 80% o el 90%)encerrados entre cuatro paredes, en ocasiones, contaminadas.

Es evidente que, tras la lectura de los agentes de riesgo mencionados y teniendo encuenta que pueden estar presentes en nuestra vivienda, resulta obvia la pregunta de sipodemos disponer de una casa sana en todos los aspectos abordados en este artculo.Somos conscientes de que se trata de una cuestin compleja que depende de muchosfactores y de si partimos de una vivienda ya construida, un edificio que requiere

renovacin, un terreno donde se va a construir, etc.Sea cual fuera nuestra situacin, incluso si slo queremos cerciorarnos de lasalubridad o nocividad del edificio que habitamos, ser preciso concretar losparmetros en los que se basa la bioconstruccin que, en definitiva, plantea lanecesidad de disear viviendas que obedezcan a criterios de salud y armona para susmoradores y para el entorno. Qu sentido tiene vivir en una casa aislada del fro oprotegida contra incendios si en su construccin se han empleado materialesaltamente cancergenos? Qu ventajas reales proporciona una vivienda con una grancomplejidad elctrica y electrnica -electrodomsticos, alarmas, sensores, monitoresde seguridad, etc.- si sta duplica el riesgo de que sus moradores padezcan unaleucemia o un tumor cerebral? Entramos en una lgica irracional donde aquello que

debera aportamos confort y seguridad parece ms peligroso que los supuestosbeneficios prometidos.


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La casa es algo ms que una estructura inerte concebidacon fines puramente funcionales y realizada a base demateriales a los que tan solo se les exige buen precio,resistencia o duracin.

La bioconstruccin integra las tcnicas y los avancescientficos ms recientes con una concepcin global yecolgica de la relacin entre las viviendas y las personasque las ocupan. En este sentido, la casa forma parteintegrante del ecosistema planetario y es en s mismaconsumidora de energa, materiales, aire y agua, quedevuelve al entorno en forma de desechos y residuos quepueden ser altamente contaminantes, si no adoptamos unaactitud racional, tanto en el ahorro energtico como en elabandono progresivo del uso de productos sintticos ytxicos.

As, el lugar que habitamos podra compararse a un organismo vivo y sus funciones ymateriales a los rganos y a la piel: las paredes seran nuestra tercera piel (despus denuestra ropa). Y todas estas pieles cumplen funciones esenciales para la vida: nosprotegen y aslan de las inclemencias atmosfricas, respiran, absorben, evaporan,regulan y comunican.

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Conciencia de salud global

La actitud ecolgica no debe verse tan slo como una moda: la supervivencia denuestra sociedad y el futuro de las prximas generaciones depende de nuestros actospresentes. Nuestra salud y la del planeta en general estn cada vez ms en nuestrasmanos y no tenemos derecho a inhibimos.

Y no podemos -no debemos- dejar que nuestro destino lo decidan gobiernos,ecologistas o mdicos. Lo coherente es una actitud personal consciente ycomprometida que, conocedora de los problemas reales, se esfuerce ms por evitarlosdesde su origen que en parchear sus efectos nocivos.

Todo esfuerzo que hagamos para conocer mejor nuestro organismo y sus sutilesrespuestas ante cualquier situacin -por difcil que sea- ser de gran ayuda para labsqueda (y encuentro) de la salud, entendida como algo ms amplio que la mera"ausencia de enfermedad".

Para lograrlo, tendremos que empezar a tomar las riendas y las responsabilidades denuestra vida y no seguir optando por el desconocimiento total de nuestro organismo,dejndolo en manos de los llamados "especialistas". Una actitud que muchos ya hanadoptado y que ha provocado un mayor inters e inversin investigadora en camposcomo la prevencin, el conocimiento real de los factores de riesgo y las actitudes quepermitan un funcionamiento ptimo de nuestro cuerpo (ejercicio, alimentacin,


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respuestas psicolgicas, etc.).

Esperemos que en las prximas dcadas cambie esta actitud irracional -aunque muylucrativa-, de forma que se potencie mucho ms el desarrollo de nuestras propiasrespuestas naturales ante cualquier agresor externo -virus, grmenes, sustanciastxicas, fro, calor o campos electromagnticos intensos, y se extienda elconocimiento de aquellas actividades idneas para el buen funcionamiento orgnico,biolgico o psicolgico del ser humano.

Bien sabido es que el estrs, al agotamiento fsico o mental y las carencias afectivasdisminuyen nuestra capacidad de respuesta inmunolgica, abriendo de par en par laspuertas al desequilibrio y la enfermedad. Algo que tambin sucede con laalimentacin deficiente o la vida excesivamente sedentaria.

Nuestro organismo es lo suficientemente inteligente y capaz de hacer frente acualquier eventualidad. Conozcmosle y ayudmosle a que fluya con la vida. Elresultado ser el perfecto equilibrio global -fsico y mental-, la salud y la felicidad, ensus ms amplios sentidos.

A riesgo de pecar de recurrente y pedante, tan slo puedo concluir estasobservaciones con algo que me resulta incuestionable: tanto los problemas como lasposibles soluciones estn totalmente en nuestras manos.

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