el gallinero de batavia

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El gallinero de Batavia: Una página de la historia de la ciencia. Una de las funciones de la historia de la ciencia es suministrar materia de reflexión acerca de la actividad específica de los científicos. Nos ocuparemos de algunos hechos que encontramos en la historia de la medicina donde una vez más, al decir de Louis Pasteur, "en la ciencia experimental la casualidad sólo es útil para la mente preparada". Nuestra historia ocurrió hace poco más de un siglo en la lejana Batavia (hoy Jakarta), en Java, y tuvo por protagonistas, entre otros, a un joven médico holandés, a una enfermedad de la región, a unos pollos y a muchos presidiarios. Como se verá, no faltaban (salvo la necesaria heroína) elementos atractivos para crear un libreto cinematográfico al estilo de Hollywood, y sin embargo hasta donde sabemos no ha sido filmado aún, aunque de hecho constituyó una epopeya que amplió nuestros horizontes intelectuales en cuanto a la comprensión de la salud humana. Pero, a fin de recrear una atmósfera que constituya digno escenario para lo que vamos a relatar, iniciemos una pequeña digresión. Para todos es sabido que sólo unos pocos cereales constituyen históricamente el alimento que compone la dieta básica de la humanidad. Cada continente poblado domesticó los suyos, el maíz en América, el trigo en la región mediterránea y Europa; el mijo y el sorgo en África negra y el arroz en Asia. Allá en el Lejano Oriente, a tal punto el arroz constituía (y constituye) el alimento básico de sus pueblos que en varias lenguas orientales decir "arroz" y decir "comida" es lo mismo (por ejemplo: "goham" en japonés). Durante la época de los largos viajes marítimos, en busca de nuevos mercados, materias primas y míticas riquezas, Europa se conectó tanto con las Indias Occidentales como con las Orientales. Los médicos europeos pudieron incluir "nuevas" enfermedades a los ya largos catálogos europeos. No es que faltaran enfermedades en Europa, por el contrario, habían aparecido algunas nuevas como por ejemplo la llamada "enfermedad inglesa" (hoy, raquitismo) que afectaba a tantos obreros de la Revolución Industrial, quienes veían transcurrir sus vidas entre insalubres talleres y sórdidas viviendas. Pero el enfermarse no era privativo de la gente de las ciudades y los campos, también los marinos tenían las suyas: "la enfermedad de los marineros" (hoy escorbuto), que pudo ser combatida gracias a la obra de James Lind, quien ya en 1753 señaló que el escorbuto podía ser erradicado de la flota inglesa mediante el consumo de limones frescos. Recién en 1804 se reglamentó su uso obligatorio en la Armada Inglesa y 60 años más tarde se extendió la obligatoriedad a la flota mercante. Hubo otra enfermedad casi idéntica del Lejano Oriente, cuya derrota demandó otra operación naval. Esta vez por parte de la marina japonesa, la que desde hacía mucho tiempo se encontraba jaqueada por el beri-beri que atacaba al 40% de sus marineros, una enfermedad cuyas principales características fueron descritas por un médico del siglo XIX de esta forma:

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Cronologia de una epica investigacion.

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El gallinero de Batavia: Una página de la historia de la ciencia.

Una de las funciones de la historia de la ciencia es suministrar materia de reflexión acerca de la actividad específica de los científicos. Nos ocuparemos de algunos hechos que encontramos en la historia de la medicina donde una vez más, al decir de Louis Pasteur, "en la ciencia experimental la casualidad sólo es útil para la mente preparada".Nuestra historia ocurrió hace poco más de un siglo en la lejana Batavia (hoy Jakarta), en Java, y tuvo por protagonistas, entre otros, a un joven médico holandés, a una enfermedad de la región, a unos pollos y a muchos presidiarios. Como se verá, no faltaban (salvo la necesaria heroína) elementos atractivos para crear un libreto cinematográfico al estilo de Hollywood, y sin embargo hasta donde sabemos no ha sido filmado aún, aunque de hecho constituyó una epopeya que amplió nuestros horizontes intelectuales en cuanto a la comprensión de la salud humana.Pero, a fin de recrear una atmósfera que constituya digno escenario para lo que vamos a relatar, iniciemos una pequeña digresión. Para todos es sabido que sólo unos pocos cereales constituyen históricamente el alimento que compone la dieta básica de la humanidad. Cada continente poblado domesticó los suyos, el maíz en América, el trigo en la región mediterránea y Europa; el mijo y el sorgo en África negra y el arroz en Asia.Allá en el Lejano Oriente, a tal punto el arroz constituía (y constituye) el alimento básico de sus pueblos que en varias lenguas orientales decir "arroz" y decir "comida" es lo mismo (por ejemplo: "goham" en japonés).Durante la época de los largos viajes marítimos, en busca de nuevos mercados, materias primas y míticas riquezas, Europa se conectó tanto con las Indias Occidentales como con las Orientales. Los médicos europeos pudieron incluir "nuevas" enfermedades a los ya largos catálogos europeos. No es que faltaran enfermedades en Europa, por el contrario, habían aparecido algunas nuevas como por ejemplo la llamada "enfermedad inglesa" (hoy, raquitismo) que afectaba a tantos obreros de la Revolución Industrial, quienes veían transcurrir sus vidas entre insalubres talleres y sórdidas viviendas.Pero el enfermarse no era privativo de la gente de las ciudades y los campos, también los marinos tenían las suyas: "la enfermedad de los marineros" (hoy escorbuto), que pudo ser combatida gracias a la obra de James Lind, quien ya en 1753 señaló que el escorbuto podía ser erradicado de la flota inglesa mediante el consumo de limones frescos. Recién en 1804 se reglamentó su uso obligatorio en la Armada Inglesa y 60 años más tarde se extendió la obligatoriedad a la flota mercante.Hubo otra enfermedad casi idéntica del Lejano Oriente, cuya derrota demandó otra operación naval. Esta vez por parte de la marina japonesa, la que desde hacía mucho tiempo se encontraba jaqueada por el beri-beri que atacaba al 40% de sus marineros, una enfermedad cuyas principales características fueron descritas por un médico del siglo XIX de esta forma:"Una sensación de torpeza, de pesantez y debilidad" en las piernas, "además de los pies", "la marcha lenta y torpe" con "parálisis casi total", "rigidez y diversas afecciones de los nervios", "opresión y peso sobre el corazón" y, en ocasiones," muerte súbita". La sintomatología específica de esta enfermedad ya se conocía en China desde 2600 a.e.Un médico naval japonés llamado Takaki vivía obsesionado por descubrir las causas que provocaban el beri-beri y ello lo llevó a concebir la hipótesis de que era causada por una deficiencia en la dieta de los marineros, a los que, como buenos japoneses que eran, se los alimentaba con "comida", es decir, "arroz cocido" en agua salada... y algo de grasa de cerdo. Takaki, que llegó a ser director del Hospital Naval de Tokio, se había perfeccionado en el Hospital Thomas de Londres; y allí fue educado en las mejores teorías de Liebig acerca de los "alimentos respiratorios" (grasas y azúcares) y "generadores de tejidos"(sustancias nitrogenadas, proteínas), pensaba que la enfermedad era causada por falta de proteínas y por exceso de grasas y azúcares.Luego de que un barco-escuela acabase de regresar de su viaje de instrucción alrededor del mundo con una tripulación de 376 hombres, de los cuales 169 se

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vieron afectados de beriberi y de estos, una veintena murieron, Takaki consiguió que el almirantazgo japonés le permitiera llevar a cabo un experimento con humanos. Otro barco-escuela repitió el mismo recorrido, pero se cambió la dieta. La nueva dieta incluía, además del consabido arroz, carne, legumbres y leche condensada, es decir, alimentos nitrogenados que eran los que les faltaban según la concepción de Liebig. A partir de ese cambio desapareció el beri-beri en la marina japonesa.

Y ahora, por fin comienza nuestra historia En 1886 el médico holandés Christian Eijkman (1858-1930) fue enviado, integrando una misión médica, a estudiar los estragos que el beri-beri causaba sobre indígenas de la Indias Orientales Holandesas.Bajo la influencia de las teorías médicas de Pasteur y Koch de que las enfermedades eran provocadas por la acción de microorganismos y sus toxinas, la comisión médica holandesa (y por supuesto también Eijkman) objetaron las conclusiones del informe de Takaki, quien se basaba en otro esquema de pensamiento, donde lo importante era destacar el equilibrio dietético para la salud humana, y con resultados positivos como ya hemos comentado.La misión médica trabajó durante nueve meses en vano, tratando de aislar el patógeno; luego retornaron a Europa, concluyendo en su informe que se trataba de una infección.Antes de retirarse, la comisión montó un laboratorio permanente en el hospital militar de Batavia a cuyo cargo dejaron al joven Eijkman.Eijkman había estudiado en Berlín bajo la dirección de Robert Koch, uno de los fundadores de la moderna microbiología y estaba convencido como el resto de sus colegas de que una bacteria era la causante del beriberi; pero no había quedado satisfecho con las conclusiones a las que había arribado la comisión médica a la luz de los resultados obtenidos. Trabajó durante meses infructuosamente observando bajo el microscopio extendidos de sangre de enfermos del beri-beri. Continuó inyectando saliva, sangre y tejidos provenientes de enfermos en ratones y ratas sanos a la espera de contagio, pero sin los resultados esperados.En realidad, los únicos animales que enfermaron de algo parecido fueron las gallinas del hospital (que no habían sido inyectadas).Un día de junio observó en las gallinas una flojedad característica del cuello, no podían sostenerse sobre sus patas y luego apareció la parálisis y la muerte; su mente preparada reconoció inmediatamente el beri-beri en las aves. Pero se resistía a admitirlo, ¡ésa era una dolencia humana! Como si con esto Eijkman no tuviera problemas suficientes, cinco meses después de aparecer la enfermedad, súbitamente ésta desapareció.Frustrado e intrigado Eijkman analizó sus registros y encontró que desde principios de junio, poco antes de que comenzaran a enfermarse los pollos, su dieta había cambiado. Al acabarse la partida de arroz integral (sin pulir, con cascarilla) y no haber llegado aún a la siguiente, un ingenioso asistente había recurrido a la cocina del hospital y las gallinas comenzaron a alimentarse con los residuos del alimento que les daban a los enfermos de beri-beri del hospital. Esto reforzaba la hipótesis de que se habían contagiado mediante la transmisión de los gérmenes de los hombres a las aves, aunque las pruebas bacteriológicas realizadas daban resultados negativos.Cuando a fines de noviembre un nuevo superintendente se hizo cargo del hospital y descubrió la extravagancia de alimentar aves con alimento destinado a los hombres, ordenó la suspensión de ese "derroche". Prohibió que se alimentara a las aves con arroz "limpio" (sin salvado) y dio la orden de alimentadas con arroz "ordinario" (integral), y misteriosamente las aves sanaron. Eijkman protestó, porque esas gallinas eran sus animales de experimentación, pero se le dijo que ya la misión había determinado que se trataba de una infección, por lo que su estudio era un gasto inútil de tiempo y dinero. Sin embargo este hecho le dio la clave que Eijkman necesitaba.¿Podría ser que la limpieza del arroz fuera la causa del beri-beri? Para poner a prueba esta hipótesis, retomó sus investigaciones con entusiasmo, malcriando a sus

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pollos con arroz blanco y pulido y como esperaba, el beri-beri reapareció inmediatamente.Simultáneamente tomó otro lote de pollos a los que continuó alimentando con arroz integral, y también, como esperaba, no enfermaron. Finalmente, suministrando una dieta de arroz integral a los pollos enfermos, estos sanaban rápidamente. Así, por primera vez se logró inducir experimentalmente el beri-beri: este hecho le valió a Eijkman el honor de recibir el premio Nobel de medicina de 1929 por su actuación en 1890 en el descubrimiento de enfermedades causadas no por microbios ni toxinas, sino por la carencia o deficiencia de ciertas sustancias químicas que hoy conocemos como vitaminas.Pero aún el tiempo de las vitaminas no había llegado a la lejana Batavia de fines del siglo XIX y Eijkman debía sostener varias batallas personales.A esta altura, cabe formular algunas preguntas respecto de la forma de proceder de Eijkman: -¿Por qué no utilizó un solo pollo para alimentado con arroz integral sin cáscara y en cambio empleó un lote? -¿Por qué, simultáneamente, trabajó con otro lote de pollos al que alimentó con arroz integral?-¿Por qué no se planteó experimentar con un lote de pollos y otro de gansos?Eijkman se planteó si sus conclusiones podrían ser extrapolables a los seres humanos. ¿Había que someter a los hombres al mismo tratamiento que a sus pollos? (Un interesante problema de bioética). Por suerte, existía en Java un grupo de hombres de los cuales se disponía de suficiente información para extraer conclusiones pertinentes: los presidiarios de Java.La dieta de los presos era muy parecida en todas las prisiones de Java: arroz. Solo que según la cárcel, éste podía ser integral, pulido o una mezcla de ambos. Con los datos de unas cien cárceles, Eijkman pudo generalizar el hallazgo realizado con los pollos. Encontró que:-de 73 prisiones en que se alimentaba a los presos con arroz pulido, en 36 de ellas hubo casos de beri-beri.-de 27 prisiones en donde alimentaban a los presos con arroz integral, solo en una hubo casos de beri-beri.Analizando mejor las dietas suministradas, Eijkman vio que:-en aquellas prisiones donde sólo se daba arroz pulido el 70,6 % de los presos padecían el beri-beri.-en las prisiones donde solo se daba arroz integral, el 2,7 % contrajo la enfermedad.-en prisiones donde se les daba una mezcla de arroces, el 46,7 % había enfermado de beriberi.¿Estos datos avalan la hipótesis de Eijkman? ¿Cuál era ésta?Sin embargo no todos coincidían con Eijkman y hubo objeciones a sus conclusiones, intentando encontrar otras causas, por ejemplo:-La enfermedad provenía del arroz importado de Saigón y Rangún.-Se debía a las condiciones antihigiénicas de los presos.-Se debía a la utilización de arroz viejo.-Se debía a la antigüedad de las prisiones.-Se debía a la excesiva concentración de presos.-Se debía a la ventilación deficiente de los edificios, etc.Ante cada una de las objeciones (otras hipótesis), Eijkman debió ponerla a prueba, ya sea analizando los datos disponibles, ya sea experimentando con pollos, demostrando la inconsistencia de cada una de ellas, dado que no se cumplían las predicciones que podían establecerse a partir de ellas.Ejemplifiquemos con un par ellas:Ante la hipótesis acerca de la edad de los edificios como causa del mal, la predicción era"si el edificio es más viejo entonces mayor seria el número de casos de beri-beri". Al analizar los datos vio que:-Edificios viejos (de 41 a 100 años) enfermaron al 50 % de los presos-Edificios intermedios (21-.40) enfermaron al 34,4 % de los-presos-Edificios nuevos (2-20 años) enfermaron al 45,2 % de los presos.¿Qué se puede concluir de estos datos?

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Respecto de la hipótesis de la ventilación de las prisiones como causa de la enfermedad, vio que:-En cárceles con buena ventilación el 41,2 % padecía la enfermedad.-En cárceles con mediana ventilación, el 72,7 % estaba afectado.-En cárceles con ventilación defectuosa, el 33,3 % se hallaba enfermo.¿Podemos conservar la hipótesis o debe ser rechazada?Eijkman quedó convencido de la certeza de su hipótesis de que "algo" que había en la cascarilla del arroz impedía que se presentara el beri-beri; pero aun bajo la influencia de las nociones decimonónicas, especulaba que el arroz pulido contenía una toxina, cuyo antídoto milagrosamente se encontraba presente en el salvado (que era removido durante el pulido)Recién en 1936 se llegó a establecer gracias a los trabajos del bioquímico polaco CasimirFunk (quien ya en 1913 hablaba de vitaminas) que en el salvado del arroz había una sustancia cristalizable a la que llamó tiamina (la vitamina B1).

Dados los siguientes enunciados:

A. El beri-beri es causado por una bacteria. B. Las bacterias se encuentran en la sangre y la saliva de los enfermos. C. Al lote R de ratas se le inyecta sangre de enfermos de beri-beri. D. El lote R de ratas contraerá en poco tiempo dicha enfermedad. E. El lote R de ratas no contrae el beri-beri. F. El arroz integral contiene una sustancia química que impide la aparición del beri-beri. G. El lote 1 está compuesto de gallinas enfermas de beri-beri. H. El lote 2 está compuesto de gallinas sanas. I. Al darles arroz integral a las gallinas del lote 1 se curarán, y al darles arroz limpio a las gallinas del lote 2, enfermarán. J. El lote 1 se curó. K. El lote 2 se enfermó. M. La bacteria que produce el beri-beri es muy pequeña para ser observada por el microscopio. N. Toda enfermedad es causada por un agente patógeno o bacteria. O. La cantidad (concentración) de bacterias presentes en la sangre inyectada es insuficiente.

1. Señale cuáles de estos enunciados corresponden a la teoría de Pasteur-Koch-Eijkman (que abreviaremos PKE), sea por ser enunciados propios de la teoría o por intervenir en su contrastación.

2. Clasifique en observacionales y teóricos los términos usados en la teoría.

3. Desarrolle el esquema del método científico basándose en los enunciados.

4. Dado el resultado obtenido por Eijkman al contrastar la teoría PKE, si se hubiera afirmado O, éste sería un ejemplo de:

Consecuencia observacional

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Hipótesis ad hocFundamente su respuesta.