el feminismo mexicano[1]

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  • e Alma Rosa Snc hez OI~D e Escuela Nacional de Estudios Proresionales Acalln CI Universidad Nacklnal Aull'lOl1\ade ~~ico (UNAM) e PJau y Valdts. S. A.. de C. V.

    Durchos eJlclusivos de edidn reservados para PIau Y vaWs. S. A. de C. V. Prohibida la iCpo'Oduccin total o pardal por cualquier medio sin autorizacin escrita de los editores.

    Editado en Mhico por P1aza Y Valdk, S. A. de C. V. Manuel Maa Cootreras nUmo 73. CoL San Rafael MWoo,D. F.06470, TeL .50972().70 [email protected]

    ISBN: 971). 722.Q54.

    Impreso en MI!",ico I P,i"ttd ti Maleo

  • NDICE

    Introduccin . . . .. . " . . . . " . . . . . . . . . . , . , .. o ' " o ., . " , ."" , . " " , JI

    l . Contexto Internacional: 1960, dcada de ca mbios y surgimiento del movimiento feminista . . . .. .. . . .. , . . . .. , . , . .. . . " . 15

    Estructura organ izat v a del mov mi cnto (cmi n ista .. . ... . . . .. . . . . .. . 18 El carcte r de l femj njsmo a fi nales de los seseDla . .. , . . , .. , .. . , . " J 8

    Hacia la organ izacin feminis ta: "Lo personal es po lftico" . . . . . . . . . .. 19 Orientaciones poifticas de l movimiento feminista: liberal,

    radical socIalista . .. . . . . .. . . . . .. . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . 2 1

    11. As pectos te ricos qu e sostienen el fe minismo .. . . .. . . . . . . .. . . ... Z7

    UI,

    Patriarcado y capitalism o . .. . . . . .. . .. . . . .. . .. . . . . . . . .. . . . . . . . . . 27 Explotacin y opresin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . .. . . 3 I La importancia de la familia en el capitalismo . .. . . . . .. . . . . . ..... .. 32 La famili a, mbito de socializacin . . . ... . . .. .. . .. . ... . . . . ... . . . . . 34 Social izaci6n sexual: sexo- tnero . . . . . . . . . .. . . ... . . . . . . . . . ... . 35 La relacin entre patriarcado y sistema sexo-gnero ... . .... . .. .. . . . 35 La subordinacin feme nina en la famili a .. , .. .. .. .. , .. , .. , .. , . .... 36 Mujer y trabajo domstico . . . .. .. . .. . .. . . . . . . . .. . . . .. . .. . . . .. . . . 38

    La mujer lat inoamericana : a usente en el desarrollo econmico y social del continente . . . . . . .. . . . . ... . . . . . .. . .. ... . .. . . . .. . .. . . .

    Los avatares del moyimiemo femin is ta en Amrica Latina La lucha por el sufragio: batall a com n de las mujeres

    ,., .. ... . ..

    43 45

    I t' . ~ "Qu isiera tener 45 ao~ para ya no tener ms hijos":

    Las mu'eres en Bolivia . . . . . .. .. . .. . . . . . . . . .. . .. . . . . . . . . .. . . . . 48

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  • El feminismo en Bras il: ",~e organizan la mal amadas" . . . . . .. . .. . 50 La lucha por la sobrevivenci a: la lucha de l a~ mu jeres

    enpen . .. . . .... . . . . . .. . . . . . . . . ..... . .. . . . . .. . .. . . . 53 Las m ujeres en lucha a pesar de los m ilitare s: Argentina,

    Chile 56 Aqu! no se rinde nad ie! El movimiento de mujercs cn la

    Revolucin n icaragense . . . .. .... . . . . .. . . .. ..... . .... .. ... . . . 59 Hay que desmitificar al femin ismo! . .. . . .. . . . . . . .. . . ........ . . . 62 Reca ilulacin . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . .. . . . .. .. . . . . . . ... ... . ... . . 63

    IV. La p rese ncia del reminismo mexicano: 1970 . .. . . .... . . . .... .. ... . . . 65 La his toria que ~ recorre desde el porfiriao hasta la

    ubtenci6n del VOIO femenino en 1953 . . . . . . . . .. . . . . .. . .. ... . . 66 Demandas y form as de organizacin del Frente nico

    Pro IXrechos de la Mujer . . . . . . .. . .... . . . . . . . .. . . .. . . .... . ... . 88 Condiciones estructurales y momento polt ico: surgimiento

    del fe minismo . .. . .. . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . ' 97 Insercin de la poblacin econmicamente ac tiva femeni na

    en el desarrollo jndustrjalizador mexjcano . . . . . . .. . . ... . ......... 99 A,'ccso a la educacin e l ca so femen ino . . ........ . .. . .. . .. . .. . . . 103 El feminismo mexicano y la coyuntura sociopoHtica ............... 106

    V. El conte nido del fe min ismo mex jca no en los a os setenta .. . . . . . . . . . 113 Las organizaciones fe ministas en Mxico . . . . . . .. . . . .. . . . . . .. . . . . 11 6

    117

    mOY l m)emO ~m LO lsta .. . . . . . . ... . . .. . . . . . . .. .. . . . . . . . . . . . . . . 120 El F"DLDM : hacia la polftica de alianzas y el desencanto

    de la lucha fe minista . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . 126

    VI. De la praxis reminista a l mo,imiento de m uj eres .. .. ... . .. . .. . . .. . 133

    VII. El carcter de los nuevos moyimle ntos sociales: el moylmiento de las mujeres en los anos ochen ta . . . . .... . .. ... . . ... . . . . . . . .. . . . 143

    El movimiento de mujeres . . . .. . .. . .. .. . . .. . . .. . . .. . .. . . . .. . . . . Las diversas vertientes de lucha en el movimiento

    de muje res ............................................... . Mujer y lucha en el mbito laboral ............ . ................ . La mujer campesina e st en la lucha .. . ... .... .. .. .. ... .. .. .....

    145

    147 149 152

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  • La lucha de la mujer en la defensa de la vida y los derechos humanos .. .... ............ ... .. . . . . . .. . .. .... 154

    Mujer y partidos polflicos . . .. . . . . .. . . .. . .. . . .. . .. . .. ... . .. .... 156

    VIII. Las mujeres colonas: presentes en la lucha del Movimiento Urbano Popular . . .. .. . .... . .......... ... . .... .. . . .

    Movimientos urbanos y crisis ........ .... .. ...... . ... . ... .. . .. La revitalizacin del MUP y e l surgimiento de la Coordinadora

    Nacional del Movimiento Urbano Popular (CONAMUP) . Breve semblanza de la Regional de Mujeres del

    Movimiento Urbano Popular ..... .... .. . . ....... . . ... .. . .. .. . Nacimiento de la Regional de Mujeres del Movimiento

    Urbano Popular . .. . ... . .. . .. .. .. . . .. . . . .... . . .. . . . . .. . .. . . . /, Las vicisitudes en la construccin de la Regional de Mujeres .... . .. .

    Conclusiones ..................................................... .

    Bibliografa .. .. .... . .. . ......... ... . .. ... . . .... . . ... . . ..... Fuentes hemerogrfi cas y documentos ........................ Entrevistas ... . . ..... .. ...... . .... . ..... . .. .. , . , . . .. "

    159 161

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  • Introduccin

    E l estudio de la situacin de la mujer en el mundo occidental es una temtica que cobra relevancia en el transcurso de los aos setenla. este hecho halla su explicacin en la insurgencia del movimiento feminista, el discurso ideol6gico-cullural que e narbola el significado pollico que adquiere el espacio privado y fun -damentalmente la nueva perspectiva con la que se analiza el gnero femenino. En este sentido es objefO de la presente investigacin re flexionar acerca de los avatares polhicos e ideolgicos que se suscitan al emprender las mujeres una lucha especffica de gnero.

    La investigacin que presentamos revisa las diversas fonn as de panicipacin so-cial de las muje res en Amrica Latina y panicularmente de Mxico; en ambos casos se intenla destacar cmo se constituyen los movimientos de g~nero y cul ha sido su trascendencia en la sociedad en el plano polftico. ideolgico y cultural: el periodo que comprende la obra abarca de 1970 a 1985, ~ste se explica si consideramos lo si-guiente: a partir de 1970 la panicipacin social de las mujeres a trav~s del movimiento feminista comienza a dibujarse en nuestro continente, si bien, su desarrollo organizalivo y polftico no es homogneo. su presencia pblica logra imponer paulatinamente cier-to arraigo de lucha y movilizacin en las mujeres por las demandas de g~nero.

    En la primera mitad de los aos ochenta, y a lo laIXO de toda la dcada, nuestro pas fue escenario de un vigoroso desarrollo de la contienda social por trasfonnar las relaciones de gnero. Pero ahora son principalmente mujeres del pueblo quienes prota-gonizan y encabezan esa contienda; a diferencia de las feministas de los aos setenta, estas mujeres con graves problemas de sobrevivencia intentaron por todos los medios vincular la lucha de clases con la lucha de gnero. Asr. en medio de las dificultades y contradicciones que provoca ese vrnculo, para la primera mitad de los aos ochenta. la impetuosidad de las mujeres empieza a abrir brechas y a buscar camino en organi-zaciones y movilizaciones en las que la lucha de g~nero resulte tambin prioritaria. La amplia gama de experiencia y movilizaciones constituye a las mujeres de las clases

    "

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  • ALMA ROSA SNCHUOLVERA

    suballemas como nuevos sujetos sociales; identificar sus luchas, procesos organiza-ti vos, experiencias poHticas, en breve generar su memoria histrica c reemos ser producto de nuevas investigaciones.

    Para el conocimiemo y anlisis de los avatares polfticos e ideolgicos a los que se enfreman las mujeres para emprender una lucha especifica de gnero, se desarrollan los siguiemes aspectos:

    a) Anlisis del origen, desarrollo y praxis del movimiento feminista en el mundo occidental.

    b) Descripcin de algunas formas de lucha social en las que panicipan las mujeres de Amrica Latina en los pases del Cono Sur, Pero, Brasil, Bolivia y Nicaragua.

    e) Revisin de la lucha social de las mujeres en Mxico desde el porfiriato hasta la obtencin del VOlO en 1953.

    dJ Desarrollo del carcter y contenido en la heterogeneidad de movimientos de mujeres en Mxico durante los aos ochenta.

    e) Anlisis de la participacin de mujeres colonas en el movimiento urbano popu-lar a travs de su participacin especffica en la Regional de Mujeres del Movi-miento Urbano Popular del Valle de Mxico.

    El anlisis de estos aspectos nos lleva a plantear las siguientes cuestiones en la investigacin.

    La participacin social de las mujeres en las primeras cuatro dcadas de este siglo se caracteriza por no emprender una lucha abierta en pro de las demandas de gnero. La enarbolacin de estas ltimas logra su auge y desarrollo en una coyuntura polflico-ideolgica que incita la emergencia de movimientos contraculturales cuyos protagonistas en general impugnan y desaffan los parmetros de dominacin impuestos por la cultura de la opresin.

    Los movimiemos de mujeres, en la d&ada de los ochenta, al igual que sus ante-cesoras, no son activados centralmente por demandas de gnero. No obstante, se caracterizan por asumir al feminismo como ideologfa de lo privado, lo cual las conduce a reflexionar sobre las distintas formas de opresin del gnero fe-menino, llegando a impugnar cualquier tipo de dominacin y a plantear la reivin-dicacin de la mujer en tanto sujeto capaz de transformar su condicin de opresin y de desmitificar su identidad de gnero elaborada desde el discurso de la cul-tura patriarcal.

    Las demandas que plamearon las feministas dieron cuenta de una problemtica revisada en la esfera del poder y la poltica. Hacer pblico los problemas (de la esfera privada, de la subjetividad femenina, de la cotidianidad domstica, en

    12

    JPV gh! j malE

  • INTRODUCCiN

    suma, hacer polftico lo personal) vino a dar cuenta de una nueva dimensin de la polflica, en la que las mujeres aparecen como protagonistas fundamentale s exigiendo que sus demandas ingresen al espacio del debate y la negociacin. Esa exigencia que iene hoy la mujer por la defensa de sus derechos como espo-sa-madre y rabajadora-ciudadana es, sin lugar a dudas, un rabajo polftico de las feministas.

    El desarrollo y explicacin de estos planteamientos se exponen a lo largo del presente trabajo. El primer capftulo se dedica al anlisis de los movimientos contracluales surgidos en occidente durante los anos setenta, centrndose en el movimienlO femi-nista al pormenorizar su carcter sociocultural, el significado polflico que adquiere al imentar revolucionar la vida cotidiana bajo el lem a "10 personal es polftico". Asimismo, se distinguen las diversas orientaciones polticas del movimiento: liberal, radial y socialista; mismas que nos permiten comprender las diversas perspectivas bajo las que se aborda la condicin de opresin femenina asf como las alternalivas de cambio respeclivas.

    Es objelo del segundo capItulo identificar la relacin que hay entre palriarcado y capitalismo. relacin que tiende a reproducir la divisin sexista de la sociedad. Pos-teriormente se establece la diferencia que existe entre explotacin y la opresin con el objeto de diferenciar cmo y cundo el sujeto fem enino es explotado y oprimido siendo que ambos conceptos se inscriben en la esfera de la dominacin y el poder. A continuacin se analiza el papel que cumple la familia como instancia en la que se concretiza la subordinacin del gl!:nero femenino y reproduce la ideologa y la cultura patriarcal y como espacio que determina la divisin genl!:rica de la sociedad y su consecuente relacin asiml!:trica entre los sexos. Finalmente, se aborda la importancia del trabajo doml!:stico para el capital, sus efectos alienantes para la mujer y la lucha reivindicativa que han emprendido las feministas en tomo a esta cuestin.

    Ellercer capftulo prelende destacar la situacin comn de subordinacin que vi-ven las mujeres en Aml!:rica Lalina; la batalla que emprenden para obtener su reco-nocimiento legal como ciudadanas; las luchas sociales en las que han intervenido junIo con los hombres. pero que la historia y el ejercicio del poder-la polftica- no se les reconoce; los distintos procesos en los que se encuentra el movimienlo femi-nista, y los desafos unitarios a los que se enfrenta: la izquierda organizada, y su extensin a los sectores de las mujeres de las clases populares; la relevancia que adquiere a travl!:s de los movimientos populares e l anlisis de la condicin especifica de la mujer y por ltimo la recuperacin de la nueva silUacin que vive la mujer en procesos revolucionarios.

    En el cuarto captulo revisamos el contexlo nacional de los ai'los setenta en que cobra mayor auge el movimiento feminista. Destacamos algunos indicadores que nos

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  • ALMA ROSA SNCHUOLVERA

    ayudan en su explicacin. tales como: la creciente incorporacin de la mujer al mercado de trabajo que se reporta en la dcada de los cuarenta y la expansin educativa que se presenta en los cincuenta y que influye en un mayor nivel de escolaridad de las mujeres. Estos aspectos sin duda confluirn en el desarrollo del movimiento femini sta aunados a la influencia internacional y la coyuntura sodopoHtica del gobierno de Echeverrfa.

    Por ltimo. se asienta que la lucha de la mujer mexicana en la dcada de los setenta no es un fen6meno nuevo. razn por la que elaboramos una descripcin de la historia que se recorre desde el porfiriato hasta la obtencin del voto femenino en 1953, en la cual se observan distintas fonnas de participacin de la mujer en la lucha social.

    El quinto capflUlo explica el carcter y contenido del movimiento feminista en la sociedad mexicana. Se plantean: la fonna en que emprende n su organizacin. los diversos grupos feministas que surgen. el carcter de clase que los caracteriza, las demandas que enarbolan, su implacable lucha contra la explotacin y opresin del gnero femenino, la importancia polftica del ailo Internacional de la Mujer, la contro-versia permanente entre las feministas acerca de la autonomfa de l movimiento los avatares y debates para emprender una lucha en e l que la polftica de alianzas, con otros sectores sociales, partidos y organizaciones polfticas le de fu erza y consolida-cin al movimiento.

    En el sexto caplUlo se consideran las causas que motivan e l repliegue y crisis del movimiento feminista, las distintas direcciones polticas, sociales y acadmicas en las que confluye y el impacto que logran tener algunas de sus reivindicaciones en grupos de mujeres tales como: Mujeres para e l Dilogo, Comunicacin, Intercambio y Desarrollo Humano en Amrica Latina (CJOH .... L). Grupo de Educacin Popular con Mujeres. Colectivo de Lucha contra la Violencia hacia la Mujer, entre otros.

    En el caprtulo siete, bajo una perspectiva diferente. con otros ritmos. con un con-te nido de clase distinto al de las feministas, por la consecucin de intereses de clase de fonna prioritaria e implkitamente por los de gnero, se analizan bajo sus distintas vertientes e l accionar de las mujeres en la dcada de los ochenta en Mxico.

    Por ltimo. en el capftulo ocho se definen e l origen, carcter y contenido de la lucha que emprenden las mujeres colonas del movimiento urbano popular a travs de su instancia organizativa: La Regional de Mujeres. En este apartado describimos: las dificultades polflico/organiz3tiv3s para construir grupos de mujeres en las colonias. las acciones que las mujeres deben realizar para que el movimiento no s610 reivindi-que demandas de consumo familiar-comunal sino tambin demandas de gnero, los conflictos y contradicciones a los que las mujeres se enfrentan al intentar empatar su vida privada y su lucha social. los prejuicios y satanizaci6n con la que observan y viven al feminismo y los aprendizajes polfticos e individuales que han tenido en el movimiento reivindicativo.

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    e JPY ghte--:J m ater al

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  • ALMA ROSA SNCHEZOLVERA

    el poder de la re ligin en la formacin de las idenlidades personales; por olra parte, la mayor democralizacin educativa y cultural; las paslillas anticonceptivas que le permiten a la mujer controlar sus procesos reproductivos; la difusin de la sexologfa que auspicia la discus in ms libre de temas prohibidos de modo tajante por la moral tradicional; la revisin de la ortodoxia freudiana, en temas como la "envidia del pene" y el anlisis implacable de la sentencia tOlalizadora: "la Biologa es destino" .

    Es a Iravs de los aspectos mencionados, como ubicamos el movimiento feminista, que cuestion los valores cuhurales y los usos del poder impueslos por el sistema capitalista patriarcal. Admitimos la idea de que el nacimiento, organizacin y prcti. ca poltica del Neofeminismo'es de carcter sociocullural, en lanto lo que cuestiona son valores culturales profundamente arraigados en nueslra sociedad.

    Estruc:1ura organizativa del movimiento feminista

    El cardcter dd feminismo a finales de los sesenta

    El femini smo que apare

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  • ALMA ROSA SANCHEZOLVERA

    natal) sino tambin por una ideologla libual que les presentaba concepciones del poder fragmentadas e individualistas". 11

    Asimismo, el contenido de sus demandas se centr en la obtencin de derechos y tratos igualitarios respecto a los varones, ubicando la lucha principalmente sobre el terreno de la legitimidad mediante el impulso para reformar el Cdigo Civil y Laboral. Lo importante de esta tendencia, independientememe de sus limitaciones tericas y polfticas, fue haber puesto al descubierto los efectos de la desigualdad social.

    E/jeminismo radical. El impulso de esta tendencia en los comienzos de los aos sesenta es nutrida por mujeres que militaban en la izquierda y quienes al vivir la discriminacin poltica de las organizaciones (partidarias o sindicales) 'l y al no en-contrar alternativas pollicas viables ante su subordinacin especifica a travs de estas instancias," deciden emprender su lucha de manera autnoma. es decir, sin establecer alianzas ni con las organizaciones sociales ni con los hombres.

    En la reflexin terica que hacen estas feministas existen planteamientos dbiles para ser sustentados en la realidad, conclusiones demasiado deterministas y anificia-les. Sin embargo. lo rico de su uabajo estriba en haber tratado de sistematizar a partir de las diferencias sexuales la desigualdad social de la que es objeto la mujer. haber puesto de manifiesto temas como el aborto. la homosexualidad, la violacin, el amor entre mujeres. la prostitucin 't la pomograffa, aspectos que fueron objeto de anlisis y de debate asf como de movilizaciones y acciones.

    En las feministas radicales la historia se percibe como patriarcal y sus luchas como la lucha entre los sexos: las lIneas de batalla se establecen entre hombres y mujeres ms que entre burgueslas y proletariado y las relaciones detenninantes son las de reproduc-cin y no las de produccin. \~

    " Cfr, Ein"" ... ,.in. Zill.b (co"'p.). P",,arOi ada """ vezque .I .. ,ado social;"o pueda i.\opas plenamente. la produccin """ill. La p .... nd. del '.",ini,,,,o ~n ~I Clpill li.",o ~ cu,ada po< lo, m.rxi .... ot1odo~'" y

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  • 11 Aspectos tericos que sostienen el feminismo

    Son diversos Jos aspectos que en el movimiento feminista dieron pie al anlisis y reflexin. Es objeto de este captulo dar cuenta de los siguientes puntos: la rela-cin entre patriarcado y capitalismo; la diferencia que existe entre explotacin y opresin y el carcter de stos en la mujer. El papel que cumple la familia como instancia reproductora de la ideologfa y de la subordinacin de la mujer, la importan-cia que tiene para el capital ellrabajo domstico y su trascendencia en la opresin del gnero femenino.

    Patriarcado y capitalismo

    Con la presencia del feminismo en las sociedades occidentales, la produccin terica y reflexiva de este movimiento ha sido una tarea diffcil. La labor terica del feminis-mo en gran medida ha buscado su apoyo metodolgico e histrico en el marxismo.

    La imponancia del anlisis marxisla para el eSlUdio de la opresin de la mujer es doble: primero proporciona el anlisis de clase necesario para el estudio del poder y segundo proporciona un m~lodo de anlisis que es hiSlrico y dial~clico. Aunque la dial~ctica , como m~todo_ es utilizada con mayor frecuencia por Jos man:;iStllS para estudiar [as clases y los conflictos de clase, tambi~n se puede utilizar para analizar las relaciones patrian:ales que gobiernan la existencia de las mujeres y por lo tanto el potencial revo-lucionario de las mismas.1

    I Ein ... n".in. Zill.h, op. (ir .. p. 17.

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    AlexNota adhesivaaspectos teoricos del feminismo

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  • ASPECTOS TERICOS QUE SOSTIENEN El FEMINISMO

    La identificacin del sistema capiralisra-patriarcado ha pennitido en la produccin terica del feminismo sentar algunas bases histricas y metodolgicas que en inter-conexin con la realidad social, y ms especfficamente con la cotidianidad de la mujer, su ser y su quehacer en la sociedad, permiten no slo explicar cmo se pro-duce y reproduce su opresin, sino adems cules son los ejes que pennitirn su transfonnacin.

    Explotacin y opresin

    Dos categoras resultan claves en el anlisis de la condicin femenina. Encontramos con frecuencia que en el discurso feminista se dice que, la mujer es un sujeto "explo-tado" y "oprimido"; sin e mbargo creemos que si bien ambas calegorfas se inscriben en el mbito de la dominacin y el poder,9 su significado en la esfera de la sociedad es diferente. Ahondemos un poco en esto. En las sociedades capitalistas,las relaciones so-ciales de produccin son caracterizadas por la explotacin que subyace en el dominio econmico de una clase sobre otra. Marx y Enge ls consideraron que la opresin de la mujer iba paralela a este dominio, e igualaron ambas categorfas, opresin yexplota-cin, al considerar que la esclavitud domstica era de la misma naturaleza y esencia que la esclavitud asalariada.

    A nuestro parecer, la explotacin se define por la relacin capital-trabajo, por la posicin que el individuo tiene en la esfera de la produccin. Slo podemos hablar de explotacin cuando la mujer se encuentra directamente re lacionada con e l mbito de la produccin . lo que a su vez delimita su situacin de clase. Pero la explotacin no explica por s( misma la opresin especffica de la mujer. Para explicar esta lti -ma hay que referirse a su posicin denlTo del patriarcado. tanto estructural como ideolgicamente.

    Podemos decir entonces que la opresin de la mujer. fruto del patriarcado. es un pro-blema distinto al de la ellplotacin del trabajo por el capital. Aunque la ellplotacin y la subordinacin pueden coincidir, tal es el caso de la mujer asalariada o del obrero negro. Esta precisin es imponame, en mucho, ya que en la leoria feminista se ha confundi-do o forzado la ellplicacin de la opresin como producto de la lucha de clases, llegando incluso a plamear que la mujer constituye una clase social (Feminismo radical).

    , El poder co UIlO de las fen6me1lOs mb difundido. en la .ida .o

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  • ASPEcros TERICOS QUE SOSTIENEN EL FEMINISMO

    Socializacin sexual: sexo-gnero

    Nacemos con sexos biolgicos definidos: femenino y masculino, pero somos creados hombre y mujer (gneros socialmente reconocidos); esta creacin de gnero es apo-yada por la socializacin sexual predominante en la familia e impuesta por el am-biente cultural y psicolgico determinado socialmente.

    "Un sistema sexognero es un conjunto de acuerdos por el cual la sociedad transforma la sexualidad biol6gica en productos de la actividad humana y en las cuales eslas necesidades sexuales transformadas son satisfechas. l o

    La identidad sexual del nio es adquirida a travs del medio cultural y sexual propio al que pertenece. La forma ms segura para quc logre esta identidad es asig-nndole el sexo a travs de actitudes y modelos de comportamiento que no permitan equfvocos. cuanto ms diferenciados son estos modelos para machos y hembras. ms garantizado aparece el resultado.

    La cultura a la cual se pertenece. como cualquier cultura. se sirve de todos los medios a su diSp

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  • ASPECTOS TERICOS QUE SOSTIENEN EL FEMINISMO

    Unade las cuestiones que se vienen debatiendo en el seno del movimiento feminis-ta, a nivel internacional y a la luz de los planteamientos del marxismo, es la considera-cin de la productividad o no del trabajo domsticO,N ya partir de ahf la caracterizacin de la mujer en tanto ama de casa, en el mbito de las relaciones de produccin. la imponancia de esta polmica radica en que el trabajo domstico es siempre el punto de referencia de la actividad laboral de la mujer.

    El trabajo domstico como funcin especfica dentro del modo de produccin capi-talista no fue analizado ni por Marx ni por Lenin. Ellos reprodujeron la problemtica de la mujer a la incorporacin de sta a las relaciones de produccin dominantes. El marxismo-leninismo slo entendla el potencial revolucionario de la mujer vinculado a su proceso de proletarizacin. El mtodo marxista define como productiva la fuer-za de trabajo que el obrero inviene en la produccin de una mercanca, de la que el capitalista extrae ciena plusvalfa.ll Al no estar en relacin directa con el capital, sin ser asalariado, ni estar inmerso en las relaciones de produccin dominantes, el traba-jo domstico no da ms valores que su valor de uso, y se le niega por tanto su impor-tancia poHtica y su capacidad subversiva.

    AsC, aunque bajo la perspectiva del marxismo, el trabajo domstico no es un traba-jo productivo. existen autores como Wally Seccombe26 que expresan, que crean y transfieren valores de uso, por lo que debe considerarse como un trabajo productivo adems socialmente necesario, Ahondemos en esto: el trabajo domstico que realizan las mujeres en el ncleo familiar es un trabajo til puesto que requiere de cienos materiales y del gasto de la fuerza de trabajo: pues produce los bienes necesarios para el mamenimiemo de ste a nivel familiar, y necesira tiempo para desarrollarse,

    los bienes que produce la mujer estn destinados al consumo familiar y constitu-yen slo valores de uso porque no emran directamente en el mercado, La producc in de la mujer en la familia consiste en asegurar la supervivencia del producto de mereanca (el marido), y de los futuros productores (los hijos), para que stos pro-duzcan, sf, mercancfas intercambiables, valor de cambio.

    1< M.ry O"ld,milh en ' u en y" ~ Antli.i. hi slric", y c"nl~mP26 5

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  • ALMA ROSASNCHUOLVERA

    nacionales e internacionales que confluyen en la necesidad "de incorporar a la mujer al desarrollo". En AL por cuenta de laCEPAL se llev a cabo ese objetivo, su primera tarea fue convocar en 1977 a la Primera Conferencia Regional sobre la Integracin de la Mujer al Desarrollo, tal evento se realiz en la Habana. En ste se establecen los ejes rectores prioritarios que permitirn tal objetivo. Destacan entre otros: elevar los niveles de condicionantes sociales y educativos y capacitar a las mujeres para el trabajo. En Venezuela, 1979, se realiz la Segunda Conferencia Regional, en ella se evaluaron los logros obtenidos hasta el momento, pero son ms ruido que nueces, ya que entre julio de 1977 y diciembre de 1980 la CUAL slo haba destinado a los programas regionales, subregionales y nacionales 587 145 dlares. En contraposicin, hay pases como Mxico en el que participan organismos internacionales -PNUD, FAO, UNtCEF, OIT, 0f'S- con un presupuesto igual al asignado a la CEPAL para toda la Amrica Latina.

    En la implementacin continental de los proyectos cepalinos tendientes a incorpo-rar a la mujer al desarrollo, cabe hacer la siguiente reflexin. En todos los programas se afirma un supuesto: modernizacin-desarrollo, qu significan estos trminos? Am-bos se construyen sobre la nocin de progreso, connotan literal e histricamente un "deber ser". un objelivo a alcanzar, una meta pre fija e ineluctable, en suma un mode-lo. Como en lodo modelo se produce una deshistorizacin. al suponer la repeticin de estadios que conducen al mismo punto. tericamente ste se instala en el idealis-mo al pretender borrar las particularidades de cada formacin social. su lectura del desarrollo en AL lo observan en parmetros como: aumento de la poblacin urbana y concomitante disminucin de la concentracin de la fuerza de trabajo en el campo, reduccin de la tasa de natalidad, incorporacin de la mujer al mercado de trabajo.

    El desarrollo se declara por medio de una medicin de los siguientes ftems: PNB, salud, educacin. crecimiento demogrfico. urbanizacin, etc., a travs de stos intentan comparar a un pas "tercermundista" con los pases industrializados, Esta vara uni-versal indica qu lan cerca o lejos se est del "paraiso-desarrollo".

    Para el caso femenino incorporarse a la modernizacin supone cambios en los roles tradicionales que le han sido asignados: maternidad, sexualidad, trabajo do-mstico. Estos cambios se suscitan por su ingreso al mercado de trabajo como asala-riada, la mujer vive su relacin laboral en un doble aspecto: de efectiva independencia econmica por una parte, y de encadenamiento-sujecin al mismo proceso de trabajo: el trabajo domstico y el trabajo asalariado.

    El discurso de la modernizacin interpela a las mujeres latinoamericanas para que asuman una vida igual a la del hombre sin dejar de desempear e l rol femenino tradi-cional. La exigencia del desarrollo significa para las mujeres. caminar escindidas, por ejemplo, competir en el mercado de trabajo sin descuidar la casa o continuar en la ideo logra de la maternidad. El discurso del desarrollismo ha propuesto un modelo de mujer que ignora sus formas de participacin y lucha en AL en contraposicin a

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  • ALMA ROSA SNCHEZOLVERA

    En Argentina sin embargo. e l movimiento peronista femenino bajo el liderato de Eva Pern, constituye una situacin particular. A travs de su uiple condicin de ministra de Estado. esposa del presidente y Ilder carismtica, su llamado a la participacin de las mujeres tuvo una rpida respuesta.

    Las principales demandas. derechos pollticos, cambios en la legislacin c ivil y del trabajo. ampliacin de la seguridad y los servicios de bienestar social fueron atendi-das, lo que permiti crear una organizacin a nivel de base de g ran extensin.

    [ ... J Evita tom banderas feministas -en metas y discurso-- readccundolas a objetivos del movimiento justicialista. Ase moviliz a las mujeres de los sectores populares y medios con el fm de deshacerse del relegamiento a segundo plano al que se ha confinado a la mujer. Pero a la vez subordin6 el movimiento y la organizacin de las mujeres allideralO de PeTn. es decir a la gura y conducci6n de un varn. por lo dems su esposo, es as! que en el decorrer del reglmen peronista y hasta su calda en 1955 las mujeres argentinas accedieron a un nivel alto de participad6n en la vida nacional, en calidad y nmero.6

    Un acontecimiento histrico de gran trascendencia para e l continente latinoameri-cano es sin lugar a dudas e l triunfo de la Revolucin cubana. A ~ste secund la ola revolucionaria, el planteamiento de nuevas estrategias para la revolucin. A partir de este acontecimiento se desencadena en latinoamrica la dcada de la esperanza en el cambio social, tal es ase que los ltimos veinte anos son marco en muchos pa(ses, de la insurgencia de luchas populares que cuentan con la participacin de las mujeres, Algunos pa[ses constatan este hecho.

    "Quisiera tener 4S aos para ya no tener ms hijos":? Las mujeres en Bolivia

    En Bolivia han e xistido desde hace mucho tiempo organizaciones de amas de casa, mujeres de mineros, que han luchado no slo por la liberac in de los presos polticos. sino que se han integrado a la lucha de la clase obrera sin embargo, a partir de 1961, al agudizarse la magra situacin econmica de los trabajadores de las minas, se acentan los movimientos populares de protes ta, se producen nuevas modalidades de lucha dentro de las c uales se puede sealar la accin femenina,

    [ ... 1 es el caso de las mujeres mineras que individualmeme intentaron fonnular recla-mos que al ser rechazados impusieron en ellas la necesidad imperiosa de una organiza-cin para enfrentar al gobiemo y a su aparalo represivo. Dicha organizacin cristaliz

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    sobre todo, por la apatia y la alienacin. Para ella la formacin en comunidades de base represent una participacin nica de participacin social".ls

    En el seno de la clase obrera la panicipacin de las mujeres en la movilizacin de masas ha sido creciente. A partir de 1978, la lucha conlTa la discriminacin de la mujer en el trabajo empieza a movilizar a contingentes de asalariados en Sao Paulo, el sindicato de metalrgicos de Sao Bernardo y Diadema (1978) constituy un esce-nario dentro de las luchas de las mujeres brasileas en los ltimos aos, las mujeres conslilUyen la mayora de oposicin sindical en el Sindicato de Trabajadores de la industria del vestido, las empleadas dom6sticas han impulsado (como en M6xico) una Asociacin de Empleadas Dom6sticas en Sao Paulo con 1500 socias; sus reivin-dicaciones especfficas son jamada mxima de 10 horas, pago de horas extras, salario mnimo, descanso semanal, fondo de garantfa por tiempo de servicios, salario y dere-cho a la sindicalizacin.

    Finalmente en 1979 la participacin de las mujeres en el movimiento de masas se hizo sentir de forma importante y creciente en los diversos frentes de lucha (movi-mientos contra la caresta, por la amnista, huelgas importantes de industrias y se

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    participacin que tuvo en la invasin de tierras en la dcada de los setenta en el sur andino, ocupando lneas de combate de primera Hnea.

    En el seclOr productivo, tambin ha destacado la lucha social de las mujeres, muchas veces acompaando a sus esposos como las mineras o esposas de pescadores, o mujeres del gremio textil y de calzado. Las mujeres que realizan comercio ambulatorio han demostrado en las manifestaciones callejeras su capacidad organizativa.

    La panicipaci6n de las mujeres en estos diversos niveles (campo, ciudad, colonia) ha democratizado ciertas fonnas de ejercicio del poder. ha cuestionado con su prctica ideas machistas que niegan su participacin. Pane de estos cambios corresponde a los movimientos de mujeres y al movimiento feminista que se enraiza en los se

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    mujeres como sujetos revolucionarios; nos da cuenta de los procesos sociopoHticos que se tienen que dar para que las demandas de gnero resulten tambin prioritarias; pone al descubierto, en la esfera pblica, las vicisilUdes de las relaciones de poder entre los sexos.

    Entre los antecedentes directos de la organizacin femenina dos fenmenos podrn ser sealados: por una parte, las demostraciones de rebeldfa de la mujer antes del surgimiento del Frenle Sandinista de Liberacin Nacional. (FSNL), incluyendo aM su presencia individual, colectiva o grupal contra los invasores en el siglo XIX ,

    [ ... ] las ejemplares mueSlras de arrojo y de valor en las guerras imestinas. el apoyo solidaridad y participacin en la resistencia anti-inlervencionisla, o bien, en los com-bates librados por el Ejcilo Defensor de Sobcranra Nacional, cuyo lestimonio ms elocuenle ha sido legado por Sandino, al rderirse a las mujeres que Irabajaban a su lado, o el Coro de los Angeles, o las que ayudaron a rescatar sus primeras armas en el Allntico del pas.JO

    Por otra parte, se encuentra la presencia de la mujer en el Frente Sandinista:

    [ ... ] ladas en el seno del FSLN supieron represenlar con valentra e incorporar a sr mis-mas, los Iradiciones combativas de la mujer nicaragense con su actitud ejemplar en las momanas, en los campos y ciudades, en la clandestinidad o en 11\.5 crceles 5Omocislas, en los operativos militares o en las tareas ms humildes de la Vanguardia. con su firmeza, su conducta digna y valiente sacudieron la conciencia nacional y desde ese momento se convirtieron en banderas de las fuluras luchas)1

    El triunfo de la revolucin popular sandinista devel dos e lementos que son deler-minanles para comprender el grado de participacin de la mujer en la Nicaragua de hoy: por un lado, su prctica revolucionaria: "las mujeres no dijimos que ramos iguales sino que lo demostramos en el campo de batalla"; la voluntad politica del fSLN , que en su punto 22 estipulaba el luchar por la plena emancipacin de la mujer; ambos aspectos explican que no fue casualidad que la mujer asumiera con dignidad su papel como sujeto de las transfonnaciones poHticas, sociales y e

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    de la mujer latinoamericana se integra a toda la condicin de explotacin econmica, poltica y cultural de nuestros pueblos: se trata de una lucha por la liberacin de los pueblos contra el imperialismo. las dictaduras y la explotacin de las burguesas nacionales, pero que adems. simultneamente , las mujeres revisan y analizan su condicin especffica. su explotacin y opresin en el sistema capitalista patriarcal. Los ritmos y fonnas de organizacin de las mujeres en nuestro continente, son distin-tos, se encuentran pautados por los escenarios polfticos-econmicos y coyunturales de los pa ses de la regin. Hay pases donde, pese a la agudeza de la represin, las mujeres participan, es el caso de Paraguay; en Haid, en cambio, la represin no ha pennitido a las mujeres organizarse internamente, sin embargo. desde el exilio grupos de mujeres trabajan en las denuncias, en la defensa de los derechos humanos.

    Segundo. El desarrollo del movimiento femini sta en Amrica Latina no ha sido homogneo, su expresin ha encontrado mayor eco en pafses como Brasil , Mxico y Per. Presenta como voceras principales a mujeres de la pequea burguesfa ilus-trada. e ll as son las pioneras en esta lucha; su reto ha sido ampliar y fortalecer la movilizacin y participacin de las mujeres de los sectores populares y construir una organizacin feminista de base popular:

    Tercero. El carcter del feminismo en nuestro continente presenta nuevos contenidos entre los que destacan no slo su lucha por la maternidad voluntaria -anticoncepcin y abono-. sino incluso contra la este rilizac in fonada a la que han accedido algunos gobiernos de la regin (Bolivi a y Per): no slo se lucha por servicios colectivos, guarderas, lavanderas, comedores. sino tambin por servicios comunales bsicos como agua, luz, transpone, servicios mdicos sanitarios; no slo se lucha contra el consumismo de una pane de la sociedad sino contra la miseria y la imposibilidad de las mayorfas de acceder a consumo alguno.

    Cuano. Es indudable que el feminismo libra una lucha ideolgico-polftica para el cambio social, pero el punto problemtico est en la relacin con los partidos polfti-coso Existe el consenso entre las militantes del feminismo acerca de la resistencia que han encontrado en la izquierda organizada para asumir al movimiento feminista emergente en la regin. La falta de integracin de la problemtica femenina en el proyecto polftico de la izquierda ha dejado hasta el presente una brecha.

    Quinto. La educacin popular en Amrica Latina se ha convenido en los himos aos en un sopone fundamental de organizacin y politizacin para las mujeres de los sectores populares: la metodologa de la educac in popular ha pennitido avisorar algunos puntos estratgicos en la construccin de l feminismo popular.

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  • ALMA ROSA SNCHEZOLVERA

    proceso de produccin agrcola siendo a la vez cocinera, sirvienla o nana en la ha-cienda. Casi ninguna de estas actividades son calegorizadas como empleos propia-menle, pero es importante, para el efecto de esta investigacin, sealar la funcin femenina en los procesos econmicos de nuestro pals,

    Ahora bien, hay que insistir en que para el desempeo de tales labores no era indispensable tener niveles de escolaridad muy altos, bastaba con un conocimiento mnimo. Aun en el caso de las maestras, slo hablan cursado el nivel elemenlal de cuatro aos y tres aos del segundo ciclo: para las jvenes de la burguesa porfirista, la educacin consistfa en el aprendizaje de labores de bordado, nociones musicales, enseanza de otros idiomas y lectura de algunos clsicos de la literatura debidameme seleccionados. Dicho lo cual, no podemos negar la audacia de algunas muchachas de la burguesa que actuaban con mucha mayor libertad y liberalidad, que no liberti-naje aunque eventualmente ocurriera, En pocos casos encomraremos trabajadoras que hagan cabal uso de sus derechos como lo plantearon los liberales, pero en no pocas ocasiones encontramos a jvenes de la burguesa con un pensamiento liberal respecto a sus derechos femeninos, pero que no ejercan porque era condenado por la sociedad.

    Para la mujer, la comprensin de su papel en la economa productiva no ser algo sencillo de enlende r, menos an de asumir y defender: para ello habr que pasar por un lento y dificuhoso camino. En medio de esta transicin est la Iglesia: la figura de lo recatado, la armona, la paciencia, la bondad y la nobleza, por lo tanto tendr que buscarse en ella y aplicarse en e l seno familiar, En el sector rural, el cura (como personaje) es un elemento fundamental, en tanto consejero, mediador en conflictos familiares o de la com unidad, mdico, maestro y en forma subyacenle es opositor de un sistema que no siempre guarda buenas relaciones con el clero, El cura es un rebelde potencial contra el sistema poltico.

    La moralidad porfiriana condenaba a toda aquella mujer que no guardase un com-portamiento cauteloso, limpio y honroso. Era un agravio a la sociedad la participa-cin femenina en movimientos de huelga o en cualquier reclamo: el recato era una virtud inhereme a la mujer, en tanto que la prostitucin era e l "mal necesario", el tab del cual no se pocHa hablar. La observancia de un buen comportamiento poda ser garante de un buen matrimonio y, por tanto, de un ascenso social. No era la preparacin cultural-educativa de la mujer- lo que podfa atraer el casamiento en condiciones ptimas, ni lo era el desarrollo de la personalidad e inquietudes, sino la observancia de las "buenas costumbres", Adems, la instruccin en estos centros educativos era fundamentalmente tcnica: telegraHa, estenograffa, dactilograffa, enfermera, tcjidos y bordados, entre otras cosas.

    Como podemos observar, la sociedad impona a la mujer una realidad aparente y tendfa !fneas para mantener y reproducir ese orden. Sin embargo, lo descamado se

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  • ALMA ROSA SNCHEZ Ol VERA

    de algunas organizaciones de mujeres. 11 El movimiento revolucionario acababa de manera eSlrepitosa los patrones sociales de la regia separacin de los sexos, hecho que obviamente no sucedi de un dfa para otro, pero que propici nuevas formas de camaraderfa, compaerismo y organizacin.

    La lucha por el sufragio femenino en nuestro pafs est influida en gran medida por pafses como Francia, Estados Unidos, Inglaterra, y ms adelante , Suiza, Alemania, Holanda, y Suecia. 12 En todos esos pafses la lucha por el voto era demanda central y tenia -al igual que en Mxico-- un apoyo sustantivo:

    Si la mujer haba incursionado exitosamente en el medio de la lucha social, si habla sido incorporada al proceso productivo, si defendfa los derechos laborales hombro con hombro, sin importar sexo, ,porqu motivo no podfa ejercer su derecho de voto?

    La marcha seguida por el proceso revolucionario obligara a la espera de esta respuesta, tan largamente aguardada; a cambio, la legislacin constitucional anun-ciaba nuevos tiempos para los trabajadores en general.

    La pregunta qued en el aire. Primero, el golpe de muerte al sueo demcrata de Madero, despus, la lucha de las diferentes facciones para aislar y derrotar a Victoriano Huerta. Finalmente, el ejrcito constitucionalista se impone y Obregn entra a la ciudad de Mxico el 15 de agosto de 1914; la Casa del Obrero Mundial vuelve a entrar en actividad,ll reactivando la vida sindical y a las agrupaciones obreras.

    En las entidades del pafs en donde se haba instalado el gobierno constitucional se procede a la abolicin de las

    tiendas de raya, la condonacin de lodas las deudas de los campesinos y peones agrco-las, el salario mnimo, la jornada de ocho horas, el descanso semanal obliga!Orio. Pero ninguna disposicin legal se pronuncia sobre el problema de la tierra ni viene incluso a sancionar los vastos repartos de latifundios que los campesinos han ido efectuando por cuenta propia ... I~

    Esto es un prembulo de 10 que acordara la Convencin Militar de Aguascalientes, que inicia sus actividades el 10 de octubre de 1914, refrendando las posiciones de los

    11 Entre ot ..... la SocilOdt.d Poi ft ica rero Mundi al ... funda.n 1912. Cllu.u .. d. du .. nte el gobi.rno de Vicloriano Huen . en 1914.

    " Gilly. Adolfo. LD rt"olud6n inlr"u"'pid

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  • ALMA RosA SNCHEZOLVERA

    La participacin de la mujer, como vemos, segufa siendo mal vista por la sociedad y este tipo de acciones eran satanizadas. Para el gobierno, la mujer era parte de la sociedad y ---desde la ptica liberal- tenfa los mismos derechos que los varones. Nada haba que discutir al respecto, ellas tenfan su sitio, si tenfan necesidad de tra-bajar era menester que hicieran lo propio, no que anduviesen por ahf en problemas "propios de los hombres".

    La dcada de los veinte est marcada por la presencia histrica de acontecimientos nacionales e internacionales que influirfan en la sociedad mexicana. Entre tales hechos, podemos destacar el proyecto constitucionalista, el trnsito hacia las instituciones, e! proceso de centralizacin del Estado mexicano que encontraba en todo ello las condi-ciones necesarias para su consolidacin.

    A la cada de Carranza se desencadena una ola de huelgas. Independientes a los anarquistas y a los cTOmistas, la Federacin Comunista del Proletariado Mexicano se organiza en este proceso.

    En medio de este ambiente, lvaro Obregn asume la presidencia. La posicin de los obregonist3s, de grandes sectores de la CROM y descendie ntes de la revolucin se alineaba (aunque fuese en forma verbal) a la izquierda del propio gobierno. Las opciones de! PC M se disolvfan con las oficiales, aunque para ello hubo que mediar un diffcil periodo de huelgas, agitacin obrera, represalia y purga se lectiva por parte del gobie rno obregonist8. En e ste marco se explica la adhesin del PCM a Obregn, la fuerza de la COT y la descomposicin ---en cuanto a lo que hoyes charrificacin----, de la central obrera oficial, la CROM."

    La Confederacin General del Trabajo (CGT) se fund en 1921 ; ... A partir de la fundacin de la CUT, se produce unfenmeno organizatim que permite crecienumente la informacin oportuna, la difusi6n. ti apoyo econmico y sobre todo el uso de lo huelga general solidaria, de las fuerzas agrupadas en ella. ro La primera Conven-cin Roja, que surge de la CGT, cuenta con ms de 30 000 afiliados; la CGT se super-pone a la CIWM, re ne a los sindicalistas, comunistas y anarquistas: propone la lucha contra e! Est3do y por el comunismo. Al ao siguiente comunistas y anarquistas son expulsados y sus principios fundacionales pasan a segundo trmino. Hacia 1925, en el rgimen callista, la CGT y la CROM eran lo mismo.

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  • ALMA ROSA SNCHUOLVERA

    Femeninas de Sama Juana de Arco (aa), organizacin en la que participan 40000 mujeres militantes:

    La mujer, como el nio y el anciano, participa en la guerra y en cierto modo, tiene la responsabilidad mayor en su desencadenamienlO: instrumento imprudente y ruidoso, en el verano de 1926, de una polltica de resistenda en la cual los hombres, prudentes porque son penalmente responsables, no aparecen. Por eso Calles no ve ms que "ratas de sacris[a y viejitos que ya no se pueden fajar los pantalones". Ello empuja luego a los hombres a la guerra.M

    El conflicto cristero implic para el pafs la devastacin de la regin del Bajfo y su consecueme repercusin para la produccin alimentaria. Para la Iglesia, dividida ante los alcances y el grado de compromiso de la institucin, e l desenlace implic aceptar el principio de la supremacfa del poder civil. Por su parte, el gobierno tUYO que aplacar los fmpetus antirreligiosos al tiempo que varios grupos de damas catli-cas reiteraban su peticin de liberar a los miembros de la Asociacin Catlica de la Juventud, presos en las Islas Maras en el Pacffico.

    A fines de 1927, la rebelin cristera tena en movimiento a ms de 20 000 adeptos; para el mes de marzo contaban ya con 35 000 elementos y en el ao de 1929 llegaron a contar con aproximadamemc 50 000 rebeldes. Esto significaba que la direccin del movimiento se haba burocratizado y haba rebasado las masas campesinas, al margen de la Iglesia, que trataba de negociar el fin del conflicto. La razn por la cual la fuerza de los cristeros estaba en el campo, estribaba en la ausencia de solucin al reclamo del reparto agrario aunado a [a repres in y al intento del Estado por limitar sus arraiga-das creencias; la prctica antirreligiosa del rgimen exacerb [as contradicciones persistentes en el medio rural y se enfrent a lo que no dejaba de ser la inconsciente defensa de [os Ifmites reales del poder pblico.

    Interesa destacar la participacin creciente de las mujeres en la rebelin. Cuarenta mil mujeres en su primer momento, multiplicadas despus por las actividades que se incorporaron sin importar condicin social ni oficio, crean que ste era un asunto que les concerna y que deblan defender. Culturalmente, para fines de los aos vein-te, las mujeres mexicanas segufan observando las costumbres de "gente decente" tan en boga durante el porfiriato: campesinas, trabajadoras, amas de casa, damas de sociedad, muchas de el1as crean tener una obligacin moral para con la Iglesia y asl 10 manifestaron.

    En forma paralela, los obreros desarrol1aban movimientos huelgusticos, algunos con la intervencin de la oficialista CROM; otros, con los rojos de la C

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    Sin embargo. cabe sealar que las mujeres de los grupos clericales no reclamaban cambios en ese orden. sino que - por el contrario-- ponian nfasis en su sagrada misin de madres y esposas. y en esa forma no slo eran admitidas en la polftica. sino llamadas abiertamente a participar.

    Con el tiempo, la accin polftica de las campesinas. obreras y universitarias se alimenta e incrementa con la realizacin de congresos, la lucha dentro de los sindica-tos, la creacin de peridicos, la difusin de la literatura marxista y de tericos feministas como Bebel, Kollontay y Lafargue. Asimismo, se desarroll un amplio movimiento cultural y a travs de canciones, teatro, pintura y otras manifestaciones ansticas se toma contacto y se incorpora a los grupos ms atrasados.

    En 193 J se organiza en la Universidad Nacional e l Congreso contra la Prostitu-cin, ste pretende abolir del Cdigo Penal, la legislacin referente a esa actividad como profesin, como Lnica vfa para terminar con la explotacin de las mujeres en ese orden. En la asamblea plenaria de este congreso de debate la situacin social de la mujer que hace posible ese y otros males.

    Todas estas acciones anteceden al surgimiento de lo que ser la Organizacin Fe-menil ms importante que se dio en el pas en esos momentos; el Frente nico Pro Derechos de la Mujer (FUPDM).

    En 1933. bajo la presidencia de Abelardo Rodrguez,JI el mximo jefe de la revo-lucin, Calles se pronuncia en favor de la elaboracin de un programa de trabajo que articule al PNR como ponador de planes y proyectos, no slo como mquina electoral. El objelivo era iniciar e l programa conocido eomo Plan SexenaJ.

    En diciembre de 1934, al asumir la presidencia Crdenas, la dinmica del movi-miento de mujeres (dividido hasla entonces en dos tendencias: comunistas y penerristas), tendi a modificarse; esta modificacin debernos relacionarla con el proyecto polf-tico puesto en prctica por el rgimen.

    Lzaro Crdenas lanz un proyecto de reformas sociales de hondo alcance que tena como tarea central integrar a Mxico corno una nacin moderna, en la cual la integracin nacional se haria sobre la alianza fundamental entre burocracia poltica gobernante y masas trabajadoras del pals, el vnculo con las masas y su control constituyeron el eje nodal de la poltica cardenista.

    As, el movimiento de mujeres pudo actuar en un contexto caracterizado por la amplia movilizacin social. Con eSlo las re laciones enlre penerristas y comunistas pasaron de una inlensa lucha social, poltica -acerca de las formas de organizacin de las mujeres para su emancipacin (19281934}-, a adquirir un carcter de acuer-dos polfticos bsicos; hasla llegar a conformar una unidad orgnica y de accin.

    JI El p ... >i "'n!~ Pa..,ual Oni . Rubio ununci6 a su CI' ;O 01 2 do oepliombro do 1932.

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  • ALMA ROSA SNCHUOLVERA

    Demandas y formas de organizacin del Frente nico Pro Dei rthos de la Mujer

    Son diversas las organizaciones femeninas y obreras que participaron en la forma-cin del FUPOM (su riqueza la encontramos en la diversidad ideolg ica y polflica res-pecto a la situacin de la mujer), estn por ejemplo: Accin Cvica Femenina, Unin de Mujeres Americanas, Liga Oriente de Accin Femenina, Centro de Estudios Sociales, Sindicato de Trabajadoras de Escuelas Secundarias, Asociacin Cultural de Economistas, Unin Femenina de la Lagunilla, Confederacin de Maestras, Sector Femenino del PNR, Mujeres Avanzadas, Unin Vanguardista Revolucionaria, Sociedad

    ,

    Leonas de la Revolucin y Frente Unico de Trabajadoras del Magisterio . .\IO El programa de l frente incorpor las demandas particulares que los distintos orga-

    nismos femeninos y regionales haban ya enarbolado aos atrs. La fuerza cuantita-tiva de este Frente (en 1935 lleg a contar con ms de 50000 afiliadas) podemos traducirlas en las consultas previas que se hacan a los diferentes sectores sociales de mujeres y posteriormente a la apropiacin que haca e l Frente de estas reivindicacio-nes. Sin embargo. como Frente amplio de mujeres, sus demandas iban encaminadas hacia una lucha de carcter democrtico en general ms que de gnero femenino, lo anterior lo podemos demostrar si observamos sus demandas fundamentales:

    1. Lucha contra la carest(a de los artculos de primera necesidad; 2. Contra los descuentos a los salarios de [a mujer; 3. Por la jornada de ocho horas: 4. Por el aumento a los salarios de la mujer: S. Por el seguro social a costa del gobierno, las empresas, y a la Ley de Servicio

    Civil; 6. Contra los impuestos elevados que se cobran a las mujeres pobres en los

    estanquillos. expendios y mercados; 7. Por la rebaja de la renta de las casas habitacin ; 8. Por la igualdad social y poltica de los indgenas y campesinos; 9. Contra los monopolios, sean de nacionales o extranjeros;

    10. Por la liberacin de Mxico de la opresin imperial, particularmente del impe-rialismo yanqui;

    lt. Por la lucha abierta contra todas las empresas extranjeras; 12. Contra la intervencin del gobierno norteamericano o de la banca en los asun-

    tos internos de Mxico; 13. Contra los tratos humillantes para Mxico y porel reparto de las tierras de los

    eXlranjeros:

    .\lO El UwivUJal. 29 "" ago"o de 193-S. Tul'ton . Esperan .... -Et avS" org..,; .. c;_o "" m"jere .... -. p. d I .. p. 52.

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  • ALMA ROSA SNCHEZOLVERA

    Ante los actos de presin realizados por las mujeres por obtener el sufragio. Cr-denas prometi en agosto de 1937 enviar al Congreso una iniciativa de ley paTa refonnar el ankulo 34 constitucional. Segn la iniciativa, el ankulo pedfa es table-cer que: "Son ciudadanos de la Repblica todos los hombres y mujeres que teniendo la calidod de mexiconos, reunan adems los siguientes requisitos:

    L Haber cumplido 18 aos si son casados y 21 si no lo son, y 11. Tener un modo honesto de vivir".

    Este derec ho Crdenas lo argumentaba en consideracin a los siguientes aspectos:

    La mujer ha participado por muchos ai\os en la lucha social del pas en una proporcin importan te, tanto en calidad como en catidad. Con la frecuencia que nuestro egosmo lo ha permit ido, ha tomado pane de las ms francas manifestaciones en favor de las ideas avanzadas. Por esta razn el Ejecutivo considera que para la rehabilitacin integral de la mujer y su elevacin a un plano de igualdad con el hombre, somete a su considera-cin las reformas legales para ese objetivo.41

    La iniciativa se turn a las Cmaras y a las Legislaturas de los estados y para septiembre de 1938, ellrmite estaba por tenninar, pero cuando faltaba solamente la declaratoria correspondiente y la publicacin en el Diario Oficial eSle hecho se parali l.

    La explicacin a la dete ncin del sufragio femenino no es entendible, en tanto no se consideren los aspectos polftico-sociales presentes e n el periodo 19381940.

    Por otro lado, en este mismo periodo se produce la conversin del PNR en PRM, ~sta no fue resultado s lo de un cambio de nombre. El Panido Nacional Revolucionario que con su estructura horilontal habfa sido un e xtraordinario instrumento para la institucionalilacin de la vida polftica del pars, ya no responda a la nueva fisonomfa de Jos grupos e intereses polflicos e xistentes. La reestructuracin del panido o ficial surgi como una necesidad imperiosa de mantener la alianza de los sectores revolu-cionarios.

    El PRM responda con claridad a la idea de tan ansiado frenle popular de la "unificacin de las fuerzas revolucionarias", segn declararon en el PNR. Adems, el hecho mismo de fonnarse con organizaciones ya existentes le dio un carcter corporativo y una estructura venical que es evidente desde las primeras \fneas del "pacto de unin y solidaridad" entre los sectores obrero, campesino, popular y militar".tJ que lo constituyeron .

    1 Ru cn. Antonieta. - l a muje' y la luch .oci .I ~. en I",ale~ y ' eglid"d d. 1" ",wjer, IE .... S enta Ml ico. 1915. p. 170 .

    3 O"",io Ma,Wn. MiS""I, El Partido de la R.wt"d6lt M.~k"lf(l, M. ico, Impre>n. CenlrO. vol. l. t 970. p. 425.

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  • ALMA ROSA SNCHEZQLVERA

    reivindicaciones de clase no de gnero, esto es: mejoras salariales, prestaciones sociales y lucha contra la caresta de la vida.

    La dcada de los cuarenta represem para la mujer su paulatina y cada vez ms creciente incorporacin al sistema productivo. Sali de los hogares para sumarse al sistema productivo (en los empleos de menor capacitacin y de peor remuneracin). Su ingreso signific e l ensanchamiento de la clase trabajadora: poblacin de suma importancia para avanzar en el desarrollo industrializador de Mxico y de gran alerta y control de los gobiernos de vila Camacho y Miguel Alemn:

    \ ... ) asr con el apoyo del grupo dominante de la CTM encabezada por Fidel Velzquez, Jess Yrem, Fernando Amilpa 'J Luis Quintero, los gobiernos de vila Camacho y Miguel Alemn pudieron llevar adelante un desarrollo industrial sin obstculos a la acumulacin que los sustent. En cada uno de los gobiernos el peso relativo de hu medidas de control e incluso de represin, fueron distintas. En primer lugar, las condi-ciones internacionales, guerra y fascismo en Europa facilitaron las posibilidades de frenar las demandas obreras amparadas bajo la "Unidad Nacional"', caracter[stica que define al gobierno de vila Camacho. La polflica de desarrollo industrial mediante la conjugacin del gasto pblico, su lipo de inversin y su forma panicular de compren-sin de los salarios reales fue relativamente fcil en la medida que cont con los lderes Charros.so

    vila Camacho, por ejemplo, plante reformas a la Ley Federal de l Trabajo para reglamentar rrgidamente el derecho de huelga y pedir y casi exigir luego algn tipo de unificacin del disperso movimiento obrero. al tiempo, que para obte ner la tregua social ofrecera la creacin del Sistema de Seguridad Socia!."

    Miguel Alemn por su pane se sustent en tres !fneas para modernizar poHtica y econmicamente al pas : la e liminacin de la izquierda del e lemento oficial, cOnlTOI del movimiento obrero mediante lo que lIegarfa a conocerse como el "charrismo", y concesiones al liderazgo sectoriaL':

    En este contexto, las mujeres al igual que numerosos sectores sociales encontraron serios impedimentos para reagruparse como movimiento social especffico.

    Es en el gobiemode Miguel Alemn en el que nuevamenle cobran vida las "gestiones" para otorgar el voto a la mujer, ste envi al Congreso de la Unin la iniciativa para

    '" Cobrol. Ro~r",. Mlndus rr i" li, "cin y po)hica econ6mic. M en 0 ,.",,0110 J rri.i. d. ,,, tl:Ollom(o muicana . .., Ieccin de Rolando Corderl (Irimem. econmico ). M~. ico. I'CI!. 198 1. p. 97.

    ~ I La c .. ".cin dol So""" Social en 194t. vi no . "",""ti luir l. cmrrapanidlt. el ~o pllC"de decir:se.II. oquieseenc:io d. )", cuadros , indic.I reducir l. mil itone i. b< ... y di.minui. et ndme", de huelg ...

    '1 v~..., Medin . Lu MCivili.mo y moderniucin d.1 .utori,.ri.m (l941).19~2r, en m'/Ma d. la Rtvo/"cMn M."iraM. M~.ko. El Cotegio de M~1ico. 1977.

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  • LA PRESENCIA DEL FEMINISMO MEXICANO: 1970

    slo e l hogar (como se lo ha dicho la iglesia o los medios de comunicacin), ahora cuenta con otros.

    Monsivis nos ilustra con riqueza los cambios cotidianos que se generaron con [a insercin de la mujer al mercado de trabajo.

    Guerras mundiales y revolucin nacional, resquebrajamiento de la vida feudal y ocaso paulalino de la moral tradicional, necesidad industrial de mano de obra y CIIiguo presu-puesto familiar que demanda la aportacin de todos. Estas razones confluyen y atenan el s.emiesclavismo de la mujer (buJuesa o pequeo-burguesa), aUlorizada por fin a abandonar su casa, a sali r del tringulo de la cocina, la recmara y el confesionario. Y al aadirse la mujer a las relaciones de produccin y la vida social muchas "cualidades femeninas" conocern su primera crisis. As! por ejemplo la ternura, el recato, la pa-ciencia sin limites, la dulzura, la intuicin como nica lgica intelectual, la ahnegacin como sustituto de la comprensin racional, la resistencia al dolor como extensin de las mentes y acaso disculpen la condicin femenina, la inercia, la frivolidad como incapa-cidad de avenirse con la Historia (con mayscula), la decisin de slo entrever la reali-dad a lravts del chisme se resquebrajan ... O

    Acceso a la educacin: el caso femenino

    El desarrollo de la educacin pblica impulsado por e l Estado mexicano desde 1920 ha cumplido en la historia rec iente del pafs un papel de la ms profunda significacin social. La educacin en Mt!x ico ha sido componenle esencial de los proyectos del Estado integrada desde la raz a su accin prctica y explicacin ideol6gica.61

    La fil osoffa educatival que acompaa al proceso industrializador y modemizante en nuestra sociedad, es uno de los aspectos que nos permite explicarel proceso de expan-sin que se presenl a panir de los anos cincuenla en los ciclos del sistema escolar hasta darle el carcter masivo que tie ne en la actualidad. Por ejemplo, e n 1952 haba 3.2 millones de es tudianles; en 1958 llegaban a 4.5 millones; en 1964 a 7.4 y en 1970

    60 Monoi .. 'i . Calo.. E:.c,~g. J~ puJo, y liviudad. 2 . N .. Mhico. O.ij.lbo. 19MK. p. 3K. M W~ Fuenle. Motina . Olac. "Educaci6n p~bticI y "",icdad".en Mb:iro Hoy.op,dl .. pp. 230-231. 62 -Lo mo.on. eduC'li vo de e .. lpoc. ..... I' .ba. .. 1 e.fucno individual como vCo . t lxilO. pero 1 .. ]>01'ibi tido"'"

    de l.iunfo en .. la. condiciones dependlan e""nncme nle de 1. itu'l.aci6n individual. y por 10 mioma. 1. ed ucaci6n K re"et aba. ctItnO medio excepcionat. pri"iteaiado p." ... .0 ...... en 1. e ... t .

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  • ALMA ROSA SNCHEZOLVERA

    admitfa: provoca tambi~n efectos negativos: vidas destruidas (en gran medida como consecuencia del uso de anfetaminas, LSD, morfina, peyote, hongos), regreso masivo al confonnismo (hippies es el caso ms evidente) luego del reconocimiento de la fuerza del sistema.

    La prctica contracultural de la juventud en los aos setenla facilit la emergencia del feminismo mexicano. En un plazo breve, el feminismo en Mxico dispuso de una armazn terica (como lo han detallado Martha Acevedo, Martha Lamas y Elena Urrutia).l Eran grupsculos de mujeres universitarias las que, desde 1970, discutan la condicin femenina, los libros de Simone de Beauvoir, Beuy Friedan, Kate Millet, Rosario Castellanos, Shulamith Firestone, y los sucesivos manifiestos y artculos: dispuso tambin de un espacio social en los centros de enseflanza superior y en la clase media de origen universitario, ase como de las ventajas de su irrupcin inespe-rada. Su espacio poltico le debe bastante a la izquierda, dando inicio a la autocrftica por la eliminacin en sus programas de asuntos de la vida cotidiana.

    Las primeras feministas declaradas pertenecen a la clase media o a la burguesfa, han viajado, han tenido tiempo para reflexionar sobre su situacin, es precisame nte este sector (de la pequea burguesa ilustrada) el que absorber y se identificar con mayor entrega a los planteamientos feministas: el cuestionamiento de la sociedad patriarcal; el examen de las sujeciones del ama de casa; el primer anlisis de la servidumbre domstica y el rechazo a la violacin.

    Toda una temtica desconocida, oculta. negada. sepultada por siglos de prejuicios, pro-hibiciones y miedos, emergi para no relomar ms a la obscuridad. lucha de clases. lucha de sexos, trabajo invisible y gratuito. imposibilidades y esclavitudes que afectan a todas las mujeres en su conjunto, y a cada una en particular. Todo un orden fue enjui-ciado de golpe: el orden que le prohibi a Sor Juana ln~s de la Cruz seguir escribiendo. que ignoro los esfuenos libenadores de Juana Guti~rrez de Mendoza y las anarquistas, que cancel la vida partidaria de Benila Galeana y sus semejantes, que oblig a muchas escriloras a profesionalizarse como mujeres. 2

    A las condiciones tericas y sociales del feminismo mexicano sigui el surgimien-tO de los grupos, apoyados en el lema "lo personal es polftico", se crean seminarios de concientizacin y manifestaciones artfsticas que concluyen en poesfa,l pintura y

    , Vt_ L.ama M .... h . "LooJJUpos f.mini ..... en Mixico"; Ace"wo, Manh . ~ L.asm".i

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  • EL CONTENlOO DEL FEMINISMO MEXICANO EN LOS AOS SETENTA

    Previo a la realizacin de este evento e l gobierno mexicano aceler un conjunto de refonnas jurdicas ... !! Es preciso romper las barreras que impiden a la mujer su pleno desenvolvimiento en la vida polftica y social que obstruyen por tanto el avance integral en Mx ico. Hemos dispuesto una revisin completa de las leyes federales a fin de someter ante esta soberana las iniciativas conducentes a eliminar cualquier vestigio de discriminacin femenina. ' 1

    Las refonnas no fueron tan completas como lo hubieran deseado las feministas. Algunas de stas fueron invitadas como asesoras a las audiencias en las que se discu-tieron modificaciones al Cdigo Civil y a la Ley Federal del Trabajo, sin embargo, no todas sus propuestas encontraron eco, por ejemplo, para ese entonces fueron lgidas las discusiones alrededor del abono. Sin embargo, a pesar de 10 limitadollde las refonnas y de cmo emanaron (desde arriba y demaggicamente), no se puede dejar de reconocer que significaron algn progreso en el sentido jurdico y que establecieron un precedente para las fe ministas y dems mujeres en relacin con las demandas posibles al Estado.

    En el contexto de la Conferencia Mundial, la mayorfa de las feministas mexicanas adoptaron una posicin de repudio. Resolucin que habfan tomado las feministas de otros pafses. Para ese momento los grupos activos del feminismo eran el MLN, e l M"S y el MNM." Los primeros vel1ieron sus esfuerzos en la preparacin de un contra congreso, esfuerzo que result fructfero, porque dio lugar a debates, conferencias. representa-ciones, etc, y adems penniti sumar gente a sus filas. Por su pane. el MNM organiz un ciclo de avanzada feminista que consisti en la presentacin de ponencias, El grupo de mujeres que fue objeto de dura crtica, fue e l MAS . que colabor con el gobierno en la formaci n del CIDDEM (Centro de Infonnacin y Documentacin para el Decenio de la Muje r y el Desarrollo), este centro tuvo como tarea compilar, analizar, clasifi-car y difundir infonnacin concerniente a la situacin de la mujer. De hecho, el Cen-tro cumpli su misin durante el breve tiempo que dur ya que fue cerrado despus de la Conferencia Mundial. que no casualmente coinc idi con el fin del sexenio.

    " A fin .. de 1974 >e publico,,,,, en el Diario Ofidal. 1 .. ,dorma. y adieione. a lo ... dcul0' 40. 50. 30 Y 123 . En el arllcul o 40. y 5. se "o!l$ide", ~ue lo muje, pre leger' la organizaein y el desarrollo de lo fomilio. Todo permno tiene de=h ... o decidir de mollt.o libre. rupon ... ble e i"fonnada oobre el numere de ",poo. mienlo de . u. hijo. El ano 30 roeutr6 11. mujer o tnrn

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  • EL CONTENIDO DEL FEMINISMO MEXICANO EN LOS AOS SETENTA

    .. .Ia posibilidad de eltlensin y maduracin del feminismo como movimiento poltico aut-nomo se ha visto condicionada por el desarrollo econmico y poltico del pas y las condiciones materiales y de coincidencia de la poblacin femenina as como las cir-cunstancias de la Reforma Poltica. el avance y la integracin de corrientes de il:quier-da a nivel nacional. Ante las dificultades tericas y prcticas para la articulacin de una polrtica feminista de alcance nacional. la alternativa inmediata se ha orientado hacia la integracin al trabajo de los partidos po](ticos. fundamentalmente a los de la il:quierda. como la opcin ms viable y productiva para las reministas. Z4

    En efecto, un hecho importante que influy en la disidencia de algunas feministas de la Coalicin de Mujeres. fue la Reforma Polftica, sta pennitila presencia de los panidos de oposicin (CM y PRT) en la vida poltica del pas.

    Ante esta circunstancia, las feministas no podan permanecer al margen, ya que dichos panidos estaban abriendo brec ha alterna de la mujer. Era importante en ese momento adoptar una posicin en la que desafortunadamente no se ofrecfan muchas alternativas dada la pugna interna en el seno del movimiento a propsito de las alian-zas o no con la izquierda. La accin y postura poHtica de algunas feministas en esta coyuntura, se canaliz hacia la creacin del Frente.

    Con motivo de la celebracin del Dfa Internacional de la Mujeren marzo de 1978, se organizaron una serie de mesas redondas, stas se nutrieron por la presencia no slo de las mujeres de la Coalici6n, sino adems participaron el PCM y el PAT, los comits femeniles de la tendencia democrtica,la seccin calorce del sindicato de Salubridad y Asistencia (Hospilal General), la Unin Nacional de Mujeres Mexicanas y e l STUNAM.

    Lo trascendente del acto sealado fueron no slo los debates que se desalaron en lomo a la lucha feminista, sino adems se elabor un anteproyecto para la constitu-cin del Frente Nacional de Lucha por los Derechos de la Mujer (FNLDM).~ En ste, se exponan como objetivos: el estudiar la realidad econmica, poltica y social de las mujeres mexicanas: unificar los esfuerzos de todas las organizaciones poHticas sindi-cales que tengan como objeto central la obtencin de los ms plenos derechos de la mujer; promover la aUloorganizacin de las mujeres: luchar por la obtencin de los derechos polticos, laborales de seguridad social, salud y educacin de las muje res. y otros puntos como la lucha por los derechos humanos y las libertades polfticas. contra la violacin de los derechos de los nios y jvenes. Adems se declaraba

    2< Rosctn. Anloniela. "Femini.mo y la Reforma Pallli,a". R,.iJla H~Jof. Mt~iC1) 01. 6. n~m. 23. iuniojulio de 1982.p.4S.

    lS Es importanlO .. ""lo, ~1Ie fin.I~. de 1978. d ........ Y ..... p,c>.

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  • EL CO!'ITENIOO DEL FEMINISMO MEXICANO EN LOS AOS SETENTA

    USledes creen que cualquier mujer comn y corrienle que tal vez se unirla a un grupo de mujeres que luchen por el abono lo hara igual al ver las banderas rojas con el signo comunista ... las mujeres que se movilizan con consignas de la izquierda no necesitan a las feministas. A las que nos urge llegar es a las que la izquierda no logra movilizar incluyendo a las que se podran asustar de ver las banderas rojas.JO

    Nuevamente se presentaba en las feministas el debate, ya viejo, respecto a las formas de alianzas con los partidos de oposicin:

    Es muy difcil decir cul es el problema fundwnental en la relacin enlre el feminismo y los partidos polticos ... su manejo implica lanlas cosas: hasta dnde se puede traba-jar conjuntamente? es imponante tctica y estrattgicamente hacerlo juntos?, qu~ implica una alianza? como aliarse con diferencias tan grandes (un pequei'lo grupo de feminislas con un panido de masas)? Si hien el feminismo ha lenido una importancia incueSlionable en el nivel terico. su dispersin y su nmero reducido determinan su debilidad. Para mi. como para muchas otras ha sido crucial la fundacin del frente y el trabajo en ti: el feminismo es ya una realidad poltica viva en los partidos. Pero y el movi-miento de las mujeres? La duda estA en cmo trabajar. cmo enconlrar losjustos cauces que permitan a las mujeres su aUloOlganizacin. l l

    El problema fue que en la prctica, las feminista s del Frente no lograron demifi-car y, por tanm, canalizar esos cauces, el peso polflico y numtrico se impona a travts del PRT y PCM que cada vez expresaban con mayor agudeza sus pugnas polfticas. Un hecho que nos permite idemificar clarameme los niveles alcanzados en esta pugna partidaria se muestra en la campaa de agitacin que se realiz por la despenalizacin del aborto. Habamos mencionado que el proyecto de ley iba a ser presentado ante las Cmaras por el PCM, lo que significaba para el Pfl.T apoyar polrticamente una iniciali-va que no emanaba de este ltimo, por tanto, los militantes del PRT sabotearon la campaa y ellpresaban: "Ha sido precisamente la lucha por la despenalizacin del abono, la que ha permitido al PCM atraer a las feministas e imponer su polftica refor-mista debido a su venlaja objetiva sobre el PRT de tener curules parlamenrarios".

    Panidariamente no interesaban los logros polfticos-sociales que se alcanzaran con la legalizacin de la maternidad libre y voluntaria. Lo nico verdaderamente trascen-deme era anteponer a cualquier proyecto poHtiCO de masas los intereses del panido.

    Ante estas circunstancias. sobreviene el desencanto de las feministas, la realidad demuestra que la unin entre la lucha poltica-social de las mujeres, se encuentra

    )(1 Lamo>. Manh .. ~F~rnin;omo y orgoniuciOMo pol, ico> do itquiordo~. R~Yi"Q FEN. vol. 6. n~rn. 17. fobre, ... monod

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  • ALMA ROSA SNCHEZOLVERA

    El llamado a la unidad se enarbolaba hoy mediante la idea central de autonoma frente a los pan idos y sindicatos. Este hecho era fruto de la experiencia de la poltica de alianzas vivida y fracasada en el FNALlDM. Bajo la perspectiva de unidad y autono-ma de l movimiento feminista se llev a cabo, en abril de 1982, el Primer Encuentro de l que eman la Coordinadora de Grupos Autnomos Feministas.

    En esta Coordinadora participaron grupos que haMan surgido en provincia como: el grupo Cihuatl de Monterrey. Mujeres de Culiacn, Colectivo Feminista de Colima y el grupo Ven Seremos de Moreha. Asimismo, el grupo Autnomo de Mujeres Uni-versitarias (CAMU), LAMBOA, CIDHAL, Oikabelh, Grupo de Mujeres del Chopo, Colec-tivo Feminista, la Revuelta.

    Con el surgimiento de esta nueva instancia las feministas se dieron a la tarea de crear un directorio para integrar adecuadamente la lucha; de elaborar un boletn y de impulsar grupos de representantes en cada regin con el objeto de tener infonna-cin y comunicacin en todo el pafs. Pese a la buena voluntad de muchas militantes de vigorizar al movimiento los conflictos, las diferencias no tardaron en expresarse ..... ya en el 20. encuentro se manifestaron diferencias de todo tipo: en los objetivos y concepcin de l feminismo, en las fonnas organizativas, en la manera de concebir la dinmica de los encuentros", Y como teln de fondo estaban el desgaste de los anti-guos grupos: la aparicin de feministas independientes o "no organizadas" (producto en gran parle de la dispersin): la presencia de grupos de lesbianas que luchaban con dificultad por el reconocimiento y la aceptacin de las feministas heterosexuales y, por encima de lodo, una lucha encarnizada por preservar los espacios ganados.

    Una vez ms el movimiento nos muestra la carencia de ejes y acciones precisas que dieran las bases para levantar un movimiento unificador. Pareciera, bajo todo lo descrito hasta aquf, que la Coordinadora fue el intento de crear y fomentar la "unidad" frente al avasallante poder de la dispersin de su organizacin, disimil concepcin de lucha entre los militantes del femini smo.

    El intento de unidad que se expres a travl!!s de la creacin de la Coordinadora present una vida muy cona, tal organizacin se reemplaza ms tarde por Red Na-cional de Muj