el duende

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El duende Dibujo de esta sección: (Carmen Ocaranza Zavalía) Se dice que es un niño que murió sin ser bautizado o un niño malo que golpeó a su madre. Es muy pequeño, lleva un sombrero grande y llora como una criatura. Tiene una mano de hierro y otra de lana, cuando se acerca a alguien le pregunta si con cuál mano desea ser golpeado. Algunos dicen que, sin importar la elección, el duendlpeará siempre con la de hierro. Otros, en cambio, aseguran que los desprevenidos eligen la de lana y que es ésta la que en realidad más duele. Posee unos ojos muy malignos y dientes muy agudos. Suele aparecer a la hora de la siesta o en la noche en los cañadones o quebradas. Tiene predilecci23.3. ón para con los niños de corta edad, aunque también golpea sin piedad a los mayores. En la zona de los Valles Calchaquíes existen dos historias muy curiosas con respecto al duende: Una cuenta que un arqueólogo, internándose en el cerro a horas de la siesta escuchó el llanto de un niño. Al acercarse vio un párvulo en cuclillas y con la cabeza gacha. Cuando le preguntó si qué le sucedía, el niño alzó su maligno rostro y mostrando sus agudísimos dientes al tiempo que sonreía, le dijo: - Tatita, mírame los dientes... El "gringo" salió corriendo tan veloz como las piernas le daban y nunca regresó. La otra historia, narrada por Lucindo Mamaní, de Tafí del Valle, cuenta que se vió al duende conversando en un zanjón con un niño que estaba a su cuidado (actualmente un prominente médico). Al acercarse don Lucindo, el duende -llamado "enano del zanjón" por los lugareños- salió huyendo.

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El duendeDibujo de esta sección:   (Carmen Ocaranza Zavalía)

Se dice que es un niño que murió sin ser bautizado o un niño malo que golpeó a su madre. Es muy pequeño, lleva un sombrero grande y llora como una criatura. Tiene una mano de hierro y otra de lana, cuando se acerca a alguien le pregunta si con cuál mano desea ser golpeado. Algunos dicen que, sin importar la elección, el duendlpeará siempre con la de hierro. Otros, en cambio, aseguran que los desprevenidos eligen la de lana y que es ésta la que en realidad más duele.

Posee unos ojos muy malignos y dientes muy agudos. Suele aparecer a la hora de la siesta o en la noche en los cañadones o quebradas. Tiene predilecci23.3. ón para con los niños de corta edad, aunque también golpea sin piedad a los mayores.

En la zona de los Valles Calchaquíes existen dos historias muy curiosas con respecto al duende:

Una cuenta que un arqueólogo, internándose en el cerro a horas de la siesta escuchó el llanto de un niño. Al acercarse vio un párvulo en cuclillas y con la cabeza gacha. Cuando le preguntó si qué le sucedía, el niño alzó su maligno rostro y mostrando sus agudísimos dientes al tiempo que sonreía, le dijo:

- Tatita, mírame los dientes...

El "gringo" salió corriendo tan veloz como las piernas le daban y nunca regresó.

La otra historia, narrada por Lucindo Mamaní, de Tafí del Valle, cuenta que se vió al duende conversando en un zanjón con un niño que estaba a su cuidado (actualmente un prominente médico). Al acercarse don Lucindo, el duende -llamado "enano del zanjón" por los lugareños- salió huyendo.

LA VIUDITA

Germán Coimbra Sanz

Hay jóvenes que al pasar los veinte años se sienten dueños del mundo y de nada les sirven los consejos. Es así que mientras el cuerpo aguanta le dan como si fuera ajeno. Un

muchacho de esta laya era Victorino Suárez gran amigo de la juerga, de la fortuna y de las mujeres.

Cierta noche, después de haber bebido hasta altas horas de la noche, luego de despedirse de sus amigos, muy alegre se dirigía a su casa por las calles desiertas de esas horas alumbradas sólo de trecho en trecho por las últimas velas de los faroles públicos cuando de improviso se le presentó una mujer toda vestida de negro.

En la casi completa oscuridad se podía vislumbrar las formas femeninas de la mujer, formas que despertaron el machismo de Victorino, quien se dirigió a la presencia de la aparecida saludándola y dignándose acompañarla a su casa. Pero la mujer permanecía callada hecho que motivó al hombre atreverse a abrazarla, pero ni bien hubo realizado el intento, sintió que este cuerpo femenino emitía sonidos como chalas de maíz aplastados. Tal fue la reacción del hombre que salió corriendo como alma que lleva el diablo, sin saber cómo llegó a su casa instante en que se le vino una profusa hemorragia nasal y fuertes escalofríos.

Nadie quiso creerle lo que vio y sintió, pero desde ese día Victorino no volvió a salir de parranda y si alguna vez se desvelaba buscaba quien lo acompañase hasta la puerta de su casa, que era dos cuadras antes de llegar a San Francisco.

Cuenta el vulgo que la viudita se presenta a altas horas de la noche especialmente en proximidades de los templos que tienen galerías oscuras. También en las calles solitarias y sin luz.

Este personaje de leyenda de la vida colonial de Santa Cruz de la Sierra, hoy está poco menos que olvidado. La viudita era el fantasma femenino, nadie le podía tocar sin recibir la impresión helada de la muerte. Vagaba con la luna y tenía lo inconfeso de los amores frustrados.

JichiEl Jichi es un ser mitológico muy conocido en las distintas culturas nativas de las tierras bajas de Bolivia.

Se lo describe como una serpiente gigante que habita en las profundidades de las zonas con afluentes de agua como rios, lagos, pozas y cascadas. Se la considera una deidad guardiana de las aguas dadora del origen de la vida. Pocas veces se lo ha visto, sale al esconderse el sol. Cuando el hombre no administra sabiamente el agua, el Jichi se marcha dejando sequia, mala pesca, la caza huye y la vida se vuelve insostenible. Para nativos de la zona de San José y San Miguel de Chiquitos también es asociado con la piedra, los astros y la fertilidad femenina.

Investigaciones señalan que el mito fue difundido por toda suramerica de tierras bajas por las distintas migraciones de la cultura Arawak que datan aproximádamente hace unos 4000 años (2000 años A.C.).

Este texto proviene de la cosmovisión de la cultura Tucano, descendientes Arawak, que se asentaron en zonas del Brasil, Colombia, Perú,Ecuador y Bolivia.

Los antiguos contaban que en la desembocadura del río amazonas había un lago de leche. Allí nace nuestra historia, allí empieza la vida de nosotros, que éramos peces... De ese lago de leche partió la madre del agua -el guió o anaconda-, que empezó a subir por el rió Amazonas y nos llevó con ella, en sus espaldas, subiendo contra la corriente. Buscando la tierra alta, que es la que sirve para los hombres, para formar cultura, para que se formen de carne y hueso y puedan vivir. En la anaconda se traía tabaco, se fumaba y se rezaba para elegir el camino. En todos esos lugares pasaron y así, haciendo historia porque la gente rezaba para elegir el camino. En todos esos lugares pararon y, así, haciendo historia porque la gente rezaba, curaba, cantaba y se transmitían la historia del viaje a través de la palabra. Es muy importante para nosotros ese lugar porque hasta allí nos trajo la anaconda, que ahí se convirtió en piedra y se quedó . Ese fue nuestro origen. De allí ya salieron las personas formadas de carne y hueso. Ellas dejaron sus huellas en una piedra. Una laja grande, muy grande que guarda las pisadas de los primeros hombres, mujeres y niños.1