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El desastre de Annual (1921), la gran vergüenza de la historia española El Confidencial Para situarnos, hacia 1906, en la conferencia de Algeciras se consagran las ambiciones francesas sobre el mosaico de tribus y Harkas que actualmente configuran el territorio marroquí. Era el único lugar de África junto con Abisinia que carecía de un dominio efectivo por parte de las potencias coloniales tradicionales, básicamente, porque no tenía nada que ofrecer a la voracidad europea de la época. A España le correspondió la zona norte o protectorado, y a Francia las extensas zonas de agro situadas en el sur, más tranquilas y menos levantiscas .La adjudicación del área mediterránea para control de España, solo supuso quebraderos de cabeza y pesadillas sin cuento para nuestro país. Y no solamente eso, sino que mientras Europa salía gradualmente de la debacle de la Gran Guerra y crecía económicamente e industrialmente, nosotros, siempre aficionados a la matemática asimétrica, invertíamos nuestros escasos recursos en una guerra estéril y sin futuro. Para mear y no echar gota. Siempre a contrapie… Una vergüenza histórica La historia del levantamiento de las kabilas rifeñas pasará a los anales militares españoles, no solamente como una vergüenza sin precedentes para nuestro ejército y nuestra nación, sino como un alarde de improvisación e incompetencia supina por parte del generalato y de los poderes de la época. La logística era penosa, la calidad del mando rayaba con la obscenidad. El armamento era una

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El desastre de Annual (1921), la gran vergüenza de la historia españolaEl Confidencial

Para situarnos, hacia 1906, en la conferencia de Algeciras se consagran las ambiciones francesas sobre el mosaico de tribus y Harkas que actualmente configuran el territorio marroquí. Era el único lugar de África junto con Abisinia que carecía de un dominio efectivo por parte de las potencias coloniales tradicionales, básicamente, porque no tenía nada que ofrecer a la voracidad europea de la época.

A España le correspondió la zona norte o protectorado, y a Francia las extensas zonas de agro situadas en el sur, más tranquilas y menos levantiscas .La adjudicación del área mediterránea para control de España, solo supuso quebraderos de cabeza y pesadillas sin cuento para nuestro país. Y no solamente eso, sino que mientras Europa salía gradualmente de la debacle de la Gran Guerra y crecía económicamente e industrialmente, nosotros, siempre aficionados a la matemática asimétrica, invertíamos nuestros escasos recursos en una guerra estéril y sin futuro. Para mear y no echar gota. Siempre a contrapie…

Una vergüenza histórica

La historia del levantamiento de las kabilas rifeñas pasará a los anales militares españoles, no solamente como una vergüenza sin precedentes para nuestro ejército y nuestra nación, sino como un alarde de improvisación e incompetencia supina por parte del generalato y de los poderes de la época. La logística era penosa, la calidad del mando rayaba con la obscenidad. El armamento era una suma de segunda mano al por mayor, comprada a los arsenales en paro a la conclusión de la Gran Guerra. Y nuestra presencia allá, una ruina sin paliativos. En definitiva, un esperpento. Cuando a los generales Silvestre y Navarro se les ilumina la bombilla, ya es tarde. Una mayúscula ofensiva de chilabas color tierra, se acercaba inexorable arrollando todo en su camino.

Varios factores dieron lugar a la masacre de once mil hijos de España

No hubo una mínima empatía durante aquellos trágicos días hacia los sitiados por hambre y sed. La toma de decisiones serias al más alto nivel, brillaba por su ausencia. Los aislados campamentos y destacamentos que estaban más profundamente incrustados en el Rif fueron literalmente volatilizados por aquellas hordas de los más descalzos del Islam. La incompetencia del alto mando, más centrado en llevar las botas relucientes que en proporcionar un calzado adecuado a la tropa, que cuando no iba descalza lo hacía en alpargatas; la corrupción rampante en la intendencia de la época, la ligereza en la planificación de los operativos, que se asemejaba a una puesta en escena de soldaditos de plomo en medio de un idílico mapa de situación; dieron lugar a la

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masacre de once mil hijos de España en uno de los episodios militares más vergonzosos de nuestra nación.

Si Abd El-Krim te daba la mano podías dar por perdido el brazo

Pero el Alto Estado Mayor, si sabía y era plenamente consciente de la escabechina que los cabileños del Rif y su líder estaban ocasionando a los bisoños soldados españoles. Se recibía información contrastada de la precariedad de las posiciones y blocaos que uno a uno iban cayendo sin remisión ante los ataques de los bien entrenados integrantes de las Harkas y la excelente y meticulosa planificación e impecable ejecución que demostraba su líder incuestionable, Abd el Krim. Abd el-Krim no era un mentecato, ni mucho menos un soldado a infravalorar, era un genio militar, como lo demostraría a lo largo de la campaña del Rif y lo que no tenia sin duda era un concepto de lo que significaba la palabra honor. Si te daba la mano podías dar por perdido el brazo, y eso con suerte.

Después de 48 horas de asaltos ininterrumpidos de los rifeños, sólo veinte hombres quedaban con vida

Cerca de veinte mil kabileños iban arrasando a sangre y fuego desde Iberguiben y Annual hacia Melilla, sin concesiones. La crueldad de las ejecuciones de los soldados españoles que se rendían exhaustos ante aquella barbarie desenfrenada, era incalificable. Enterado este capitán de la muerte el General Silvestre del desastre de Annual a través de los famélicos y desencajados soldados que habían conseguido huir de aquella carnicería, envía sus últimos mensajes por radio. Después de 48 horas de asaltos ininterrumpidos de los rifeños, sólo veinte hombres con la bayoneta calada de los doscientos que inicialmente albergaría la posición, quedaban con vida. Hoy, a través del informe Picasso, se sabe a ciencia cierta que nadie se rindió.

El comandante Benitez y los suyos agotarían toda la munición existente y se defenderían en los últimos instantes en un épico cuerpo a cuerpo

Todos los pueblos entre Annual y la costa fueron saqueados e incendiados por la turba, y sus habitantes, los que tuvieron suerte, pasados a cuchillo. Se habla de salvajes torturas a quienes presentaron bandera blanca, fusilamientos en masa tras rendiciones pactadas, oficiales quemados vivos y algunos casos de canibalismo profusamente documentados. Después de la terrible enseñanza, poco o nada se corrigió como Dios manda. El comandante Benitez y los suyos agotarían toda la munición existente y se defenderían en los últimos instantes en un épico cuerpo a cuerpo. Los requerimientos de provisiones y amunicionamiento, además de agua y refuerzos tan profusa e insistentemente demandados, no llegarían nunca.

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Unos acabaron de esclavos, otros negociarían su rescate, otros fueron moneda de cambio en los abigarrados mercados de ganado locales

Por el camino hacia Melilla caen más de 2.500 hombres en lo que se ha dado en llamar la “gran cacería” después de Annual. Para cuando los supervivientes consiguieron refugiarse en el único lugar que ofrecían ciertas garantías, Monte Arruit, estaban ya de vuelta sitiados. Fue en vano. No lo contaron más que sesenta supervivientes de entre tres mil masacrados. Unos acabaron de esclavos, otros negociarían su rescate, otros fueron moneda de cambio en los abigarrados mercados de ganado locales.

El Informe Picasso, que fue el que recogió detalladamente este desastre sin precedentes, se encontraría con todo tipo de obstáculos. Entre otros, que había que proteger la imagen del monarca, ya deteriorada y en entredicho por algunas ligeras palabras, las cuales podrían estar en la raíz de la derrota de Silvestre en sus pretensiones por alcanzar la bahía de Alhucemas a toda costa, sin que este tomara las más mínimas precauciones para defender y reforzar la retaguardia.

Cuando el informe compilado mordía con ferocidad los talones de los intocables de arriba, el escándalo ya estaba servido y era clamorosa la demanda de justicia. Entonces Primo de Rivera en 1923, ”casualmente”, daría su golpe de estado, que a la postre desencadenaría males mayores y tribulaciones sin cuento al pueblo español. Los responsables, para variar, se fueron de rositas y jamás serian juzgados. Es de esperar que los más de diez mil muertos no se los encuentren en el más allá.

Nada nuevo bajo el sol.

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