el desastre del 98 articulo

8/2/2019 El Desastre Del 98 Articulo

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SOMBRAS: ESPANA PIERDE EL IMPERIO

PRAxEDES MATEO SAGASTA. Opto por laguerra y cargo con la responsabilidad dehaber said ado los r e s t es del Imperio.

ELDESASTREDEL

LA DERROTA MILITAR DE 1898 EN CUBA FUE UNFANTASMA QUE PERSIGUIO A ESPANA DURANTE EL

PRIMER TERCIO DEL SIGLO XX. RAFAELNUNEZ FLORENCIO ENFOCA EL IMPACTOQUE TUVO EN LA SOCIEDAD ESPANOLA DESDEDIFERENTES PERSPECTIVAS, QUE VAN DEL

CINISMO GUBERNAMENTAL AL CATASTROFISMODE LOS INTELECTUALES Y LA FORMACION DEL

MITO DE LA NACION QUIJOTESCAHISTORIA

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Un qrupo desoldados

espafio le s en Cuba,sequn un dibujo de1895, basado enuna fotoqrafia y

publicado enLIEyA.

N EL LARGO LAPSO QUEVA DE LA INVASION NA-POLEON1CAAU\GUERRACML no hay aeon teci-mienro que se equi-pare en gravedad y

traseendeneia al denominado Desas -trede!98. Durante varias decadas, todoproyecto coleetivo, propuesta pcli-tica alternativa intelectual aludiraexplicita 0 implici tamente al f iasco fi-RAFAEL NUNEZ FLORENCIO. HISTORIADOR,AUTOR DE TAL COMO [RAMOS, ESPANAHACE UN SIGLO.


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nisecular, Historicamente, cualquieriniciariva en la vida publica espanoladel primer tercio del siglo XX s ue leasociarse a esa fecha. A veces, con sim-pli ficaciones inexactas, como sucedecon el regeneracionismo 0 la mailla-mada Gen e raao n d e l9 8 . En el sene delejercito, constituira un lugar cornunevocar el ario en cuestion como abis-mo de la trayectoria patria y oprobiointolerable que justificaba el inter-vencionismo militar en los asuntos po-liticos, desde la Dictadura de Primo alAlzamiento del 18 de Julio -recuer-

dese, por ejemplo, la referencia a la ca-tastrofe antillana en el comienzo de lapelicula Rasa, escrita 0 inspirada porel propio Franco-. No es solo unaanecdota reveladora, sino todo un sirn-bolo de la vivencia e interpretacion deltema en la orbira milirar y, a la vez,el reconocimienro del peso del desas-tre en el camino que desemboca en1936.Pero ... "que paso real mente en 1898

para que la fecha haya quedado or-lada con las mas negras tintas en laHistoria espanola? Hoy sabemos que

es ingenuoseparar loshechos de lap e r c e p c io nde los mis-mos, porquepara los seresh ur na no s am -bas cos a s se funden y confunden ine-vitablemente. Pero en este caso con-viene hacer un esfuerzo analitico y,con la perspectiva del tiempo trans-currido, deslindar en la medida de 10posible 10 que sucedio de/acto }}gJ-+

LA CONTIENDA. EI Gobiernofue a laguerra para perderla y,adernas, cuanto antes.EL MITO. Laclave decisiva noes 1 0 que sucedi6, sino c6mo sevivi6 ese suceso. Para los inte-lectuales, Espanase reconociaen la imagen de Don Quijote.LAS CONSECUENCIAS. EI am-biente cri tico que seapoya enel 98 desemboca en un vastomovimiento social y culturalque exige reformas.

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SOMBRAS: ESPANA PIERDE EL IMPERIO

EN ESPANA SE DESATO UN PATRIOTISMO EPIDERMICO EINCONSECUENTE, EL PATRIOTERISMO, UN ESTADO DEOPINION ARTIFICIAL ALENTADO POR LA PRENSA POPULlSTAll'l-+ en el afio maldi to y como se vi-vio todo eso despues, es decir, la exe-gesis posterior.MITOS, FALSEDADES Y TOPICOS. El98esta lleno de mitos, falsedades y topi-cos. Hace tiempo que los historiado-res demolieron estas simplificacionesinaceptables, empezando por la cues-ti6n medular, aquella concepcion del 98como acontecimiento excepcional quese impuso poco despues en lareflexi6n

Ital ia despues de Novara; peor que no-sotros Francia despues de Sedan"-,pero sus palabras no fructificaron.Lo que se irnpuso fue la perspecti-

va opuesta, acornpafiada de un lamen-to inconsolable y una crf r ica casi rna-soquista. IEra para tanto? Desde elpunto de vista poli tico, nose produjo laternida sublevaci6n de carlistas 0 repu-blicanos. EI ejerci to se mantuvo rela-tivamente tranquilo pese a la tradi-ci6n de pronunciamientos y laCorona

mica no fue para tan-to y qued6 a medioplazo aternperada conlarepatriacion de ca-pitales. El sistema, en

fin, resistio en todos sus flancos y lanor-malidad fue la tonica.COARTADAS PARA LA DERROTA.La cla-ve decisiva no esta en 10que sucedio,sino en como sucedi6 y como se vivioese suceso. Incluso la propia derrota rni-l itar ante los Estados Unidos podia ha-ber sido facilrnenre asumible en ter-minos de atropello inevitable, aplas-tamiento del debil por el fuerte, Si sepermite la simplificacion en terrninos

intelectual y politica, y que dio lugara una inrnensa literatura esencial isra ymetafisica. "EI98, escribi6 Jesus Pabon,no es mas que el choque con una po-tencia superior que obliga a elegir en-tre larenuncia 0 lalucha. Un incidentecasi nimio en el contexto del repartoimperialista del mundo", Profundizan-do en esa linea, lover Zamora hab!ode un reajuste en el tablero geopoli-rico mundial, con el retroceso a finesdel XIX de los paises latinos -Francia,I tal ia y Portugal , adernas de Espana-ante el empuje y la ambici6n de ger-manos y anglosajones. Curiosamente,Casrelar habia dicho en su momentaalgo parecido -"No debemos estar de-sesperados, Peor que nosorros se vela

CASUS BELLI. Laexplosion del Maineen La Habana, quemotiv6 la entrada perior en todos los ordenesgue~~a~~i~t~;:r la sino que, con Cuba a pocoskilornerros de sus costas, ju-

gaba claramente "en casa".Una vez rotas las hostilidades, podia de-cirse que la suerte estaba echada. Peroen Espana se habia desatado un pa-triotisrno epiderrnico e inconsecuente,10que se llama patr ioterismo. En bue-na medida no era mas que un estado deopinion artificial, alentado por unaprensa populista, paradojicarnenrecompatible con una indiferencia defondo. En este senti do, rnuchos ob-servadores del momento se sorpren-dieron de laafluencia a los espectacu-

resistio, a pesar de su deli-cada situacion de provisiona-lidad -Regencia de MarfaCristina, con Alfonso XIIIaun en minoria de edad-.iHasta el turnismo funcion6:Silvela susti tuy6 a Sagasra, y este aunvolvi6 alpoder poco ames de morir! Nohubo mas agitaciones sociales 0 labo-rales que las usuales de laepoca, con unmovimien to obrero muy castigado porla represi6n anterior , la de los anos no-venta, que habia practicarnente ani-quilado a las organizaciones anarquis-tas. Los socialistas, por su lado, estabanmuy contenidos, pensando -sin que lesfaltara parte de razon- que no era aunsu hora. Hasta la remida crisis econo-

deporrivos, la nacion nor-teamericana no s610era su-

prensaestadounidense.

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los tradicionales -entre ellos, los toros-,incluso el mismo dia en que se cono-cia la aparatosa derrota de Cavite.Aparentemente, sise atiende a los in-

dicadores del "pais oficial" -incluyendolaprensa-, habia unas expectativas hin-chad as y ella podia explicar la pos te-rior decepci6n. Pero tarnbien ese diag-nostico tend ria que ser muy matizado,porque 10cierto es que los gobernan-tes espafioles y los rnandos rnil itaresnunca se hicieron ilus iones sobre lasuerte de nuestras armas. Hay testimo-nios privados 0 secretes que demues-tran que el Gobierno espar iol se veiaen un callej6n sin salida y por ella acep-t61a confrontacion como mal inevitable.

fue hurnil lante, peor fue aun elTrata-do de Paris, que se firm6 en diciembre.A I fracaso militar se unia ahora laafren-ra diplomatica y,en suma, la posrraci6ndel pais, obl igado a enrregar sus pose-siones coloniales, los ultimos y precia-dos restos (Cuba, Puerto Rico, Filipi -nas) de su glorioso Imperio. E I con-traste entre el ayer heroico y la indi-gencia preserite no podia ser mas Ia-cerante. Ya,por tanto, no se habla desimple perdida colonial, reves politicoo derrota mil i tar, sino de desastre, de-bacle, humillaci6n, vergiienza, heca-rornbe, postraci6n, decadencia, ago-nia . .. La naci6n esta poco menos quemuerta: "sin pulso" diria graficarnen-

LOS ULTIMOS DE re Silvela. Se afirma en oca-siones que buena parte dela intelectualidad de laepo-ca hurgaria con fruici6n en laherida abierta: decadenciainsondable de una naci6n ab-

po del tal an t e regene-r ac io n is ta , f ue publicadaeJ;1i1890.TERRENO ABONADO. Esmuy importante insis-ti r en ello, porque esa esprecisamenre la causade que el lamento por ladebacle ca le tan pron to y tan hondo:cae en terreno abonado. La perdida co-lonial sirvi6 de catalizadora de unas ac-titudes que ya existfan, pew que aunno habian enconrrado su formulaci6nrotunda y simb6lica. E I 98 venia a seresa referencia indiscu t ible. A partirde ese momen to, el afio como tal es

CUBA.Soldadosespafiole srechazando unnorteamer icano enlas cercanfas deSantiaqo de Cuba.

desembarco

AL FRACASO MILITAR SE UNIO LA AFRENTA DIPLOMATICA YLA POSTRACION DEL PAIS, OBLIGADO A ENTREGAR LOS

ULTIMOS Y PRECIADOS RESTOS DE SU GLORIOSO IMPERIO

surda, raza de eunucos y otras lindezas.Pero tambien aqui conviene precisarque la critica acerba, el pesimismo yhasta el propio regeneracionismo vie-nen de los anos anteriores. Baste consefialar que la famosa obra de LucasMallada L o s m a le s d e f a p a tr ia , prototi-

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eclipsado y,pudiera decirse, absorbi-do por el 98 mit ico, ahist6rico, hire deuna rrayecraria tragica, revelador de ladecadencia de un pueblo. Por eso el98se mezcla con Don Quijote, el mito na-cional por anronomasia, cuyo tercercentenario se celebra en 1905: paralos intelectuales del momenta, Es-pana se reconoce en el viejo hidalgo:ambos creen en unos valores -honor,dignidad, justicia- que ya no estan vi-gentes. EI 98 se vive, pues, como orraaventura qui jotesca (Unamuno), ~

Tambien, aunque resultechocante, como mal menor,pues se pensaba que una ca-pirulacion sin lucha podia re-ner efectos letales para elre-gimen. Dicho en terminossimplificados, se fue a laguerra para per-derla y, adernas, 10an tes posible. Esta6ptica ilumina muchas de las inconse-cuencias politicas y dislates militaresque se c or ne ti er on . E I hund ir ni en to delaescuadra en Santiago de Cuba no fuemas que un cruel ejercicio de tiro alblanco por parte delos barcos estadouni-denses,Si la forma en que

se produjo la derrota


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CITAENWASHINGTON.EI embajador de Francia en EE UU, J. Cambon,firma el armistic io en nombre de Espana ante McKinley.

]@-+ No scria justo si-lenciar que, por debajode la elaboracion inte-lecrual, late una rragediareal, lade los hombres decarne y hueso que vivenla guerra, que caen en-fermos de malaria 0 fie-bre amarilla, que son he-

ridos, sufren ampu taciones 0 muerenduranre los mas de tres an os de con-rienda. En efecto, esta habia empe-zado en Cuba en febrero de 1895, con elG ru o d e B air e. Para arajar la insurrec-c ion en la Pe r la de l a sAn t i /l as , los gobier-nos esparioles -primero Canovas, lue-go Sagasra- inrentaron casi todo, des-

rranco del Lobo), 1921 (Annual). Losmovirnie ntos de renovacion , del ca-ralanismo al republicanismo, eran aunmuy debiles. Los parridos que mo-nopolizaban el poder -conservadoresy liberales- s iguieron con sus viejaspracticas, es decir, los vicios de siern-pre, que adulreraban la representa-cion. Los intelecruales se agoraronen una critica radical y poco opera-tiva, Pero no es menos cierro que, fi-nalrnente, el ambiente cr itico que scapoya en el 98 desemboca en un vas-to movimiento social, politico y cul-tural, que exige reforrnas, cambios yparticipacion de secrores has ta en-ronces postergados. De hecho, loscor-

ses que se rraran deimponer desde arr i-bano detienen el de-sarrollo y lamoderni-zacion del pars en lasprimeras decadas del

siglo XX. Lo que pasa es que los es-tamentos y cstructuras tradicionalesconservan una gran fuerza de resis-rencia. Tanto unos como orros , con-servadores y renovadores, se consi-deran hijos del 98 pero, como sus in-rerpreraciones son opuesras, no sabrano no querran evirar Ia contienda fra-tricida. _

LA IMAGEN DE LA DERROTA . Una madre rec ibe a su hijo, enfermo yherido, que acaba de reqresar de la Guerra de Cuba, en 1898.

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+BALFOUR , S . , E I f in d e l I m pe ri o e sp a na !(1898-1923). Barcelona,Crftica.1997.ELORZA, A ., Y HERNANDEZSANDOICA, E., La Guerra de Cuba (18951898),Madrid, Alianza, 1998.NONEZ F LO RENC IO . R ., T a l c o mo eremos,E sp a na h ac e un sig/o, Madrid. Espasa Calpe,1998.PAN- MON TO JO, J . (coord.), Ma s se p er di 6 e nCub a. E s pa n a . 1898 y l a c r is is d e fi n d e s ig /o .Madrid. Alianza, 1998.

EL AMBIENTE CRITICO QUE SE APOYA EN EL 98 DESEMBOCOEN UN VASTO MOVIMIENTO SOCIAL, POLITICO Y CULTURALQUE EXIGfA REFORMAS, CAMBIOS Y PARTICIPACIONde l a po l it i ca con te r npor izadora de Mar-tinez Campos a la dureza exrrema deWeyler, pionero en el establecimientode campos de concen tracion para privarde apoyos a los rebel des . Po r si fuerapoco, en 1896 se sublevan los parriorasfil ipinos. Aunque Canovas habia pro-met ido sosrener la lucha "hasta el ulti -mo hombre y hasta la ultima pesera",el pais se desangraba en los dos sen-tidos, humano y economico, luchandoen frentes tanlejanos. Antes se aludia alescaso entusiasmo del pais real: los quegri raban "iViva Espana!" al paso de lossoldados eran los que no renlan que em-barcar para lamanigua. Los soldados derayadillo -asi Ilamados por el pobre uni-forme de rayas- eran los esparioles po-bres, losque no tenian los 6.000 reales

para comprar la exencion del serviciomilirar -Ia "redencion a rnetalico".CARNE PARA TIBURONES. Fueron mo-vil izados mas de 200.000 soldados, unnumero rnuy importance en terrninos re-larivos para una poblacion de 18,5 mi -llones. Los rnuertos en cornbate no fue-ron muy numerosos -algo mas de3.000-, pero la cifra quedaba amplia-mente compensada con los 55.000 quecayeron victimas de las enfermedadesrropicales. La mayor parte de losque re-gresaron 10hacian en barcosatestados encondiciones insalubres, como esquele-ros vivientes 0,en palabras de BlascoIbanez, carne para riburones -porque

morian en la rravesia-. Esa masa de de-sarrapados constituye en los primerosafios del sigloXXel t ri s te e spec tacu lo delos reparriados: enferrnos 0 impedidosque mendigan por las calles mostrandosus mufiones, como testirnonian lasobras de Baroja y Valle-Inclan. Son losgrandes olvidados de198. "La patria,agradecida ..." did con soma alguno.A veces se dice con demasiada ro-rundidad que, tras el 98, ya nada fueigual. Depende del ambito que semire y si la mirada cs a corro 0medioplazo. EI impulso regeneracionista deprimera hora -Silvela, Polavieja, Cos-ta- fracaso. En el ambito militar se vol-vieron a corncter graves errores, yprueba de ello es que continuan los"desast res", ahora en EIRif: 1909 (Ba-

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