EL DECAPITADO FINAL DE LOS HOHENSTAUFEN EN 1268

FRANCISCO SUÁREZ SALGUERO

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Francisco Suárez Salguero ha compuesto estos escritos esmerándose en ofrecer

la crónica cronológica que el lector podrá aprovechar y disfrutar. Lo ha hecho

valiéndose de cuantas fuentes que ha tenido a mano o por medio de la red in-

formática. Agradece las aportaciones a cuantas personas le documentaron a tra-

vés de cualquier medio, teniendo en cuenta que actúa como editor en el caso de

algún texto conseguido por las vías mencionadas. Y para no causar ningún per-

juicio, ni propio ni ajeno, queda prohibida la reproducción total o parcial de este

libro, así como su tratamiento o transmisión informática, no debiendo utilizarse

ni manipularse su contenido por ningún registro o medio que no sea legal, ni se

reproduzcan indebidamente dichos contenidos, ni por fotografía ni por fotocopia,

etc.

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A MODO DE PRÓLOGO

LA HISTORIA OFRECE DE TODO

Fue bisiesto y empezó en domingo el año 1268, por el que ahora transitamos, aden-

trándonos en varios relatos que nos han de instruir y hasta entretener, a sabiendas de que

la Historia ofrece de todo, no estando exenta de tragedia y de crueldad.

No faltan tampoco noticias de catástrofes o eventos naturales ofreciendo desolación.

De hecho, en este año 1268 hubo un fuerte terremoto que se hizo sentir particularmente

en Cilicia, parte de la actual Turquía, que se asienta geográficamente en la Península de

Anatolia. El epicentro de dicho terremoto estuvo situado al nordeste de la ciudad de

Adana, no lejos de Tarso. Murieron unas 60.000 personas.

Como dijera G. K. Chesterton (1874-1936), uno de los extremos más necesarios y más

olvidados, en relación con esa novela llamada Historia, es el hecho de que no está aca-

bada.

La historia es la novela de los hechos, y la novela es la historia de los sentimientos.

Así lo señaló C. A. Helvetius (1715-1771).

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AÑO 1268

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ANDALUCÍA

REPOBLACIÓN Y PRIVILEGIOS PARA ARCOS Y MEDINA SIDONIA

En el mes de enero de este año 1268, hizo concesiones y otorgó privilegios de repo-

blación el rey Alfonso X a las poblaciones de Arcos1 y Medina Sidonia.

2 A los caba-

lleros de linaje que vayan a poblar Arcos les son concedidos, a 27 de enero, los pri-

vilegios propios de los hijosdalgo de Toledo y también las franquezas de los caballeros

ciudadanos de Sevilla. Y a Medina Sidonia le fue concedida una carta puebla. Todo te-

niendo que ver con la hidalguía, la cual, como la nobleza, viene a los hombres por li-

naje. Los hidalgos fueron en un principio hombres libres en razón de su dedicación a las

armas y a sus bienes, ya que la posesión de un caballo y armas con que ayudar al rey era

un primer paso para alcanzar la condición nobiliaria.

Hidalgos e hijosdalgo se originaron ya en los primeros tiempos de la que llamamos

Reconquista, de modo que son de origen español, propiamente de los reinos peninsula-

res que constituyen, de norte a sur, nuestro variado y diverso suelo patrio. En las tierras

que se conquistaban iban surgiendo numerosos solares familiares, que tuvieron su base

principalmente en la milicia.

Fueron familias que supieron guerrear primero y administrar después aquello que con-

tribuían a reconquistar, familias que fueron reconocidas como hidalgas en confirmacio-

nes reales, ratificándose o creándose así esta nobleza de sangre a la que aluden las leyes

que están emanando.3

1 Arcos de la Frontera (Cádiz). En la actualidad es el municipio más poblado (y también el más extenso)

de la comarca Sierra de Cádiz, dando al río Guadalete, resultando todo de gran atractivo. Tiene una posi-

ción estratégica entre la Campiña Jerezana y la Serranía colindante. Fue reino de taifa después del im-

portante período califal andalusí y ducado a partir de 1493.

El nombre de Arx-Arcis (fortaleza en altura) proviene de su fundación romana, época en la que aparece

como asentamiento “coloniae Arcensium”, por donde también estuvo la villa denominada Santiscal, ar-

queológicamente descubierta a finales del siglo XIX.

En la época musulmana se llamó Arkos, siendo próspera y floreciente. Perteneció a la cora di Sidonia

en unos primeros momentos. Posteriormente, siendo taifa, fue su emir el bereber Ibn Jazrum (o Jizrum)

con su dinastía zenata perpetuándose entre los años 1012-1069. Y hubo recinto amurallado, con su alcá-

zar, etc.

2 También en la provincia de Cádiz, comarca de La Janda (que fue una laguna, ya inexistente). Esta loca-

lidad, de relevancia histórica y monumental, se orienta a la Bahía de Cádiz y algo de su término muni-

cipal se comprende en el gaditano Parque Natural de los Alcornocales

3 Las Partidas de Alfonso X el Sabio.

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Hasta el siglo pasado, el XII, no aparece la denominación de hidalgo respecto a esta

pequeña nobleza. En el poema de Mio Cid son llamados fijosdalgo, apelativo con el que

aparecen por primera vez en el Fuero de Castroverde de Campos4 y sobre todo a finales

de dicho siglo, durante el reinado de Alfonso IX de León (1188-1230).

También se define al hidalgo como de “nobleza inmemorial”, como indicando que su

origen se pierde en el tiempo, siendo real la transmisión de sus privilegios y su regula-

ción. Pero la condición de hidalgo viene a ordenarse sobre todo en el presente siglo, el

XIII, cuando dicha condición se percibe transmisible de padres a hijos y las probanzas

no van mucho más allá de los abuelos.

Los privilegios del hidalgo le son dados o se justifican como contrapartida de sus

prestaciones: defender, poblar, cultivar, administrar un territorio, guerrear junto al mo-

narca, participar en los repartimientos del vecindario para la construcción de obras pú-

blicas, fortificaciones, etc. A cambio de cuanto aportan, están exentos de pagar los im-

puestos reales; viven por lo general en tierras de realengo, teniendo libertad para asen-

tarse en cualquier lugar del reino, viviendo de su trabajo; y así surgió la necesidad de

acreditar la hidalguía allá donde se marchan o destinan a vivir, lo cual se realiza en prin-

cipio mediante testigos, aunque ahora se hace más bien mediante pruebas de hidalguía,

precisamente para salvaguardar sus exenciones y privilegios, que por lo general tampo-

co son tantos, aunque hay excepciones.

Arcos de la Frontera

4 Al nordeste de la provincia de Zamora.

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Medina Sidonia

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MANCUMUNIDAD DE ISLANDIA (SOMETIDA AL REINO DE NORUEGA)

MURIÓ GISSUR THORVALDSSON

De la mancomunidad de Islandia (sometida al reino de Noruega, como bien sabemos),

se notifica en este año 1268, a 12 de enero, la muerte de Gissur Thorvaldsson, con 60

años de edad, el cual fue godi (caudillo tribal ejerciendo también de un modo sacerdotal

precristiano) del clan islandés Haukdælir5 y actuó luego como jarl

6 de Islandia

7 bajo el

poder y control de Noruega. Era bisnieto de Jón Loftsson (muerto en 1197) e hijo de

Þorvaldur Gissurarson (muerto en 1235).8

Entre otras cosas, Gissur pagó muy caro su servil sumisión a la corona noruega, pues

fueron muy cruentos y violentos los sucesos que se siguieron en Islandia al respecto.

Firmó su vasallaje a Noruega en 1264.

5 Los Haukdælir eran un clan familiar que dominó la mancomunidad de Islandia cuando ésta existió, entre

los años 930-1262. El nombre del clan deriva de Haukadalur, Valle de los Halcones, que en realidad fue-

ron tres valles islandeses, al sur de la isla: 1) el Haukadalur Círculo dorado, 2) el Haukadalur Snæfells-

nes, 3) y el Haukadalur Vestfirðir.

Los Haukdælir trazaron su linaje desde los tiempos de Ketilbjörn Ketilsson (un vikingo noruego, de los

primeros exploradores en colonizar Islandia, en el siglo IX). Fueron prominentes entre los siglos X y XIII.

6 Señor o duque como con regias connotaciones. A Gissur Thorvaldsson lo nombró jarl de Islandia, como

bien podemos recordar, el rey Haakon IV de Noruega (muerto en 1263).

7 Muy destacados por las sagas islandesas y nórdicas en general.

8 Hay constancia histórica, según las sagas, de que Gissur Thorvaldsson se casó tres veces: 1) con Ingib-

jörg Snorradóttir (una hija de Snorri Sturluson, muerto en 1241), de quien no tuvo descendencia; 2) con

Gróa Álfsdóttir (muerta de manera violenta en 1253, al igual que sus hijos Hallur, Ísleifur y Ketilbjörn);

3) con Ingibjörg Gunnarsdóttir (de quien nació una hija, Þóra Gissurardóttir).

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REINO DE VALENCIA

ALGUNAS DECISIONES DEL REY JAIME I

Fue noticiable en el reino de Valencia, dependiente de la Corona de Aragón, en primer

lugar algo relacionado con la localidad de Jijona (o Xixona),9 surgida originariamente

en torno a su castillo almohade10

entre finales del siglo XII y comienzos del XIII. Vino

marcado después por su condición de frontera, cuando a partir del tratado de Almizra,

en 1244, fue límite entre los reinos de Aragón y Castilla. La noticia en este año 1268, el

28 de abril, fue que el rey Jaime I le concedió el título de villa real y pasó así su po-

blación a tener representantes en las Cortes Valencianas.

De otra parte, a 22 de abril, encontrándose el rey Jaime en Alcira (o Alzira)11

creó el

señorío o baronía de Híjar, concediéndolo en parte y con parte de Urrea de Gaén12

a su

hijo bastardo Pedro Fernández,13

hijo de su amante Berenguela Fernández,14

el cual

adoptó el topónimo del lugar como apellido (Fernández de Híjar).15

Este señorío se lo

dio el rey a su bastardo a cambio de unas posesiones que éste deja de tener en tierras

valencianas.

9 En la actual provincia de Alicante. Los musulmanes la llamaron Sexona.

10

Del que se conservan ruinas.

11

Provincia de Valencia.

12

Lugares por el norte de la provincia de Teruel.

13

Muerto en 1299.

14

Muerta en 1272.

15

Apellido que se mantendrá en muchas generaciones.

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ANTIOQUÍA

DESAPARECE COMO PRINCIPADO

Ofrecemos aquí resumidamente el relato de cómo el sultán mameluco Baibars16

llevó

a cabo en este año 1268, en los días 18 y 19 de mayo, la conquista de Antioquía,17

ca-

pital del principado conocido por dicho nombre, haciéndolo desaparecer después de 171

años de existencia, desde 1097-1098, cuando la primera cruzada (1096-1099). Las tro-

pas mamelucas de Baibars arrasaron la ciudad, matando o haciendo cautiva a toda la po-

blación. El suceso conmocionó mucho los ánimos en todas las cortes cristianas euro-

peas, de nuevo planeando cruzada.

16

Baibars I, sultán mameluco de Egipto y Siria entre los años 1260-1277, como bien sabemos o podemos

saber. Al momento de su muerte, en 1277, Baibars habrá obligado a retroceder a los cruzados hacia unas

cuantas fortalezas por la costa, de modo que los cruzados se verán expulsados definitivamente de Oriente

Medio (o Próximo Oriente) a principios del siglo XIV. La caída de Antioquía resultó tan fatal para los

cruzados como vital había sido su conquista cuando el éxito inicial de la primera cruzada a finales del si-

glo XI.

17

Ciudad de muy destacadas resonancias cristianas al expandirse el cristianismo, entre Oriente y Occi-

dente, encontrándose actualmente en Turquía, al sureste del país, en la orilla oriental del río Orontes. Fue

en Antioquía donde por primera vez se usó la denominación cristianos (cf. Hech 11, 26).

~ 13 ~

Recordemos cómo en la primera cruzada el príncipe Bohemundo de Tarento18

efectuó

aquella victoriosa campaña militar encaminada a la recuperación de territorios que Bi-

zancio había perdido frente al avance musulmán. Sin embargo, una vez acabada su

campaña con la toma de Antioquía, Bohemundo retuvo el territorio, creando este prin-

cipado.

Cuando esto ocurría, recordemos que Antioquía era una antigua ciudad bizantina de la

que se habían apoderado los musulmanes unos años antes, en 1085. Recordemos que,

cuando los cruzados de la primera cruzada pasaron por Constantinopla, de camino a

Tierra Santa, el emperador bizantino Alexis I Comneno (1081-1118) exigió a los prin-

cipales dirigentes cruzados un compromiso, con juramento: devolver aquellas tierras ya

perdidas por los bizantinos y que habían de ser arrebatadas a los musulmanes. El com-

promiso lo juraron todos menos Raimundo IV de Tolosa (Toulouse),19

que se negó a

ello.

Ante las dificultades para sitiar Antioquía, Bohemundo de Tarento consideró la con-

veniente oportunidad de acceder a un feudo. Primero amenazó, reclamando la amplia-

ción de la sede, en volver a Italia a buscar refuerzos, pero su capacidad de estratega y la

importancia del contingente que lo acompañaba eran necesarios para los cruzados, que

le prometieron lo que él quería para permanecer allí. Luego, la salida del general Tati-

zius, representante del emperador bizantino, le dio la oportunidad de pretender que ha-

bía tenido lugar una traición, de forma que los cruzados podían considerarse desvincu-

lados de su juramento. Por último, después de haberse asegurado (por informantes si-

tuados dentro de la ciudad) de que iba a poder entrar, se le prometió por los dirigentes

de la cruzada que el primero en entrar en la ciudad la poseería. Así, en la madrugada del

3 de junio de 1098, cuando tuvo lugar la toma de la ciudad, sólo la bandera de Bohe-

mundo ondeaba en ella.

Desde entonces, los príncipes de Antioquía fueron los del siguiente elenco o listado

sucesivo:

Bohemundo I (1098-111). Era el primogénito del normando Roberto Guiscarado, du-

que de Apulia y Calabria (muerto en 1085).

Tancredo de Galilea, en calidad de regente entre los años 1101-1103 y 1104-1112. Era

sobrino de Bohemundo y nieto de Roberto Guiscardo.

Bohemundo II (1111-1130), hijo de Bohemundo I y de Constanza, hija del rey Felipe

I de Francia (muerto en 1108). El cronista y obispo Guillermo de Tiro (muerto en

1185) lo describe en sus crónicas como “bastante alto y de bella figura. Tenía cabello

rubio y formas bien hechas. Toda su postura mostraba claramente el Príncipe a aqué-

llos que no lo conocían. Su conversación era agradable y ganaba fácilmente el favor de

aquellos que lo oían. Era de naturaleza generosa y, como su padre, verdaderamente

magnífico”…

Roger de Salerno, en calidad de regente entre los años 1112-1119. Roger se hizo re-

gente de Antioquía cuando murió su primo Tancredo de Galilea en 1112, ya que el legí-

18

Muerto en 1111.

19

Muerto en 1105.

~ 14 ~

timo príncipe, Bohemundo II, todavía era un niño. Como Tancredo, estuvo casi constan-

temente en guerra con los estados o dominios musulmanes vecinos. En 1114 hubo

un terremoto que destruyó muchas de las fortificaciones del principado. Roger tuvo el

cuidado de reconstruirlas, especialmente las más próximas a la frontera. Participó –y fue

derrotado totalmente y muerto– en la batalla de Ager Sanguinis (llanura siria de Sar-

meda, 28 de junio de 1119). Pero el ejército turco musulmán se esparció por el territorio

y no llegó a atacar la ciudad de Antioquía, dando tiempo a que Balduino II de Jerusalén

llegara para asumir la regencia del principado.

Balduino II de Jerusalén, en calidad de regente durante los años 1119-1126 y 1130-

1131, que fue el año de su muerte.

Constanza I (1130-1163). Única hija de Bohemundo II y de su esposa Alicia,20

fue

princesa de Antioquía a los 4 años de edad, teniendo como regente a Balduino II de

Jerusalén (1130-1131) y a Fulco de Jerusalén (1131-1136).21

Su madre no deseaba que

el principado pasara a su hija, prefiriendo ella misma asumir el gobierno. Intentó aliarse

con Zengi de Mosul,22

ofreciendo casar a Constanza con un príncipe musulmán, pero el

plan fue desbaratado por su padre Balduino, que la exilió de Antioquía. En 1135 Alicia

intentó nuevamente tomar el control del principado, pretendiendo entonces casar a su

hija con el heredero imperial bizantino, Manuel I Comneno… Así pues, fueron regentes

de Antioquía Fulco de Jerusalén (1131-1136) y Alicia de Jerusalén, madre de Constan-

za, en 1136.

Raimundo I o de Poitiers (1136-1149), casado con Constanza.

Reinaldo I o de Châtillon (1153-1163), casado con Constanza, muerto trágicamente en

1187, cuando la batalla de Hattin.

Bohemundo III de Antioquía, regente entre los años 1161-1163, hijo de Constanza y

de Raimundo de Poitiers, y como príncipe entre los años 1163-1201.

Raimundo (IV de Trípoli), regente entre los años 1193-1194), hijo de Bohemundo III

de Antioquía y de Orgullosa de Harenc.

Bohemundo IV o de Poitiers (1201-1216), muerto en 1233, habiendo sido restituido

en 1219.

Raimundo Rubén II (1216-1219).

Bohemundo IV o de Poitiers, restituido entre los años 1219-1233.

Bohemundo V (1233-1252).

Bohemundo VI (1252-1268),23

habiendo sido regente en su minoría de edad su madre

Lucía de Segni.24

20

Princesa Alicia de Jerusalén, muerta en fecha incierta después de 1136, segunda hija del rey Balduino

II de Jerusalén y de Morfia de Melitene.

21

Muerto en 1143.

22

Muerto en 1146.

23

Su muerte será en 1275, siendo sólo príncipe titular, pero no efectivo.

24

Muerta en 1252.

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Y aquí vino la conquista de Antioquía por el sultán mameluco Baibars, suceso que

relatamos retrotrayéndonos a 1260, cuando el mencionado sultán de Egipto y Siria fue

ya seria amenaza frente al principado. Éste, como vasallo de los armenios, había apo-

yado a los mongoles, ya muy tradicionales enemigos de los turcos. En 1265, Baibars

llevó a cabo sus amenazas y capturó Cesarea Marítima,25

Haifa26

y Arsuf,27

masacrando

por doquier. Un año después (1266) Baibars conquistó Galilea y devastó la Cilicia Ar-

menia.28

Recordemos cómo la ciudad de Antioquía se había visto debilitada durante estos años

atrás por sus luchas internas y por los conflictos con Armenia. Y ahora, en este año

1268, Baibars asedió el lugar, de modo que Antioquía fue tomada en los días 18 y 19 de

mayo. La ciudad fue saqueada y masacrada, pasada a fuego y cuchillo, siendo muerta o

esclavizada la población.29

Baibars

25

Sus ruinas se encuentran en la costa mediterránea de Israel, a medio camino entre las ciudades de Tel

Aviv y Haifa, en el mismo lugar donde se halla la llamada Torre de Estratos o de Estratón.

26

Al norte del actual Estado de Israel.

27

Costera y algo al sur de Haifa, en Israel.

28

Más propiamente por la actual Armenia.

29

Tras la caída de Antioquía habría de caer también sin tardanza el resto de Siria, finalizando el poderío

y la influencia de francos o cruzados por allí. Como iremos viendo, la famosa fortaleza del Krak de los

Caballeros, en Siria, caerá tres años después, en 1271. Aunque Luis IX de Francia lanzara la octava cru-

zada, en 1270, nada se salvó de los desastres de estos tiempos, habiendo dirigido la cruzada a Túnez en

vez de al Próximo Oriente, a causa de las maquinaciones de Carlos de Anjou o I de Sicilia. El rey francés

acabará muriendo de agotamiento y enfermedad, en 1270; Carlos habrá de morir en 1285.

~ 16 ~

CORTES DE CASTILLA EN JEREZ DE LA FRONTERA

“A MODO DE AYUNTAMIENTO”

Bien sabido es que las Cortes de Castilla son la institución política que conlleva la re-

presentación estamental del reino castellano.30

Sus procuradores31

se reúnen o compo-

nen según la ramificación o brazos reconocidos como: eclesiásticos, nobiliarios y co-

munes, correspondiéndose los mismos como representativos de un determinado número

de ciudades, de las denominadas o consideradas con “voto en Cortes”, gobernadas cada

una de dichas ciudades por su propio patriciado urbano.32

30

Medieval y propiamente del llamado Antiguo Régimen.

31

Al igual que en los demás parlamentos medievales europeos.

32

Patriciado urbano u oligarquía urbana son denominaciones historiográficas que se usan en primer lugar

para designar el grupo social que se constituyó como clase dominante en las ciudades medievales de la

Europa Occidental, especialmente a partir de la Baja Edad Media, cuando el establecimiento de las rutas

del comercio a larga distancia y las ferias enriquecieron a los mercaderes y el auge de la producción arte-

sanal elevó la condición social de los maestros de ciertos gremios. En segundo lugar, para referirse al as-

censo social de la burguesía sumándose en ella una transformación de la sociedad estamental, de modo

que la ruralización de la nobleza, propia de la Antigüedad Tardía y la Alta Edad Media, dio paso a una

nueva atracción que para muchas familias nobles (especialmente de la baja nobleza) ejercía la política

municipal, a cuyos cargos públicos aspiraban.

Por último, la posibilidad de ennoblecimiento de los altos burgueses (especialmente a partir de la con-

ciencia que toman las monarquías feudales de que, para fortalecerse a sí mismas, el apoyo social de este

grupo les es de muy grande utilidad), posibilitó en algunos casos una verdadera mezcla de linajes antiguos

y nuevos, y en todo caso, obligó a la redefinición del sistema político para tener en cuenta la voz y el voto

de las ciudades en las nacientes instituciones parlamentarias (Cortes en los reinos cristianos de la Penín-

sula Ibérica, Estados Generales en Francia, Parlamento en Inglaterra), que proporcionaban al patriciado

urbano el mecanismo idóneo de expresión de sus intereses con un estatus paralelo, aunque no igual, al de

los brazos eclesiástico y alto-nobiliario o aristocrático. Otro mecanismo de ascenso social fue el que per-

mitía la Universidad medieval a través de las profesiones liberales, el clero y la naciente burocracia (los

letrados y lo que en argot de Antiguo Régimen se llamará noblesse de robe, nobleza de toga). En otros

casos (como en Italia y Alemania), no fue la evolución hacia el estado nacional (o nación), sino el éxito

de la atomización política en ciudades estado (que también era un resultado del fracaso mutuo del Papa y

del Emperador en su tensa competencia por convertirse en poderes universales) lo que permitió el en-

cumbramiento de familias como los Médici en Florencia, las que formaron la aristocracia de la Serení-

sima República de Venecia o las ciudades hanseáticas nórdicas.

En cualquiera de los casos, la supervivencia de la ciudad dependía de su constitución como un verda-

dero señorío colectivo sobre el campo circundante (alfoz o comunidad de villa y tierra, que en Italia se

denominaron contados).

~ 17 ~

Las Cortes de Castilla son convocadas y presididas por el monarca castellano, desta-

cándose un mayor nivel de poder en el caso de la autoritaria monarquía castellana res-

pecto a otras Cortes o instituciones similares, de modo que las Cortes de Castilla tienen

funciones menos significativas, si las relacionamos con las de Aragón (con Cataluña y

con Valencia). Son las Cortes Castellanas más meramente fiscales, recaudatorias y de

organización económica básica, sobre impuestos, etc.33

Tras estas breves o resumidas y necesarias explicaciones, he aquí, seguidamente, lo

noticiable en la primavera de este año 1268: fueron convocadas peculiares Cortes de

Castilla en Jerez de la Frontera,34

peculiares porque no se convoca a las ciudades sino a

modo de “ayuntamiento de mercaderes y hombres buenos de Castilla, León, Extrema-

dura y Andalucía, con los infantes, prelados y ricoshombres, a fin de pedirles consejo

sobre lo que convenía hacer para que se tollese la carestía e tornase la tierra en buen

estado” y para tomar medidas a fin de remediar la escasez de mano de obra o fuerza

laboral.

De otra parte, en relación a Galicia y tratado el asunto también en Jerez de la Frontera,

se hizo y se consideró una lista de los puertos castellano-leoneses, a fin de efectuar los

nombramientos de quienes hayan de encargarse del control de las importaciones en cada

uno de ellos. En lo referente a Galicia se incluyen destacadamente los siguientes puer-

tos: Ribadeo,35

Vivero,36

Betanzos,37

La Coruña, Santa Marta (Ortigueira),38

Cedeira,39

Ferrol,40

Bayona,41

La Guardia,42

Pontevedra, Padrón43

y Noya.44

La relación que tanto el grupo social del patriciado urbano, como la propia ciudad, tuvo con el desa-

rrollo y crisis del modo de producción feudal y su transición al capitalismo es un asunto clave y polémico

para la historia medieval y moderna.

33

Durante los siglos XII y XIII hubo Cortes diferenciadas como tales en el reino de León y en el reino de

Castilla. Las sucesivas separaciones y uniones entre ambos reinos terminaron, como bien sabemos, du-

rante el reinado de Fernando III el Santo, a partir de 1230, haciéndose desde entonces las reuniones de las

Cortes simultáneamente y en la misma ciudad, aunque inicialmente por separado –por ejemplo, así ocu-

rrió en las Cortes de Valladolid de 1293–, denominándose “Cortes de Castilla y de León”, o “de León y

de Castilla” hasta el siglo XV. Desde el reinado de los reyes Católicos, en dicho siglo, es habitual deno-

minarlas simplemente “Cortes de Castilla”.

34

En la actual provincia de Cádiz.

35

Provincia de Lugo, extremo nororiental, lindando con Asturias.

36

Provincia de Lugo, en la región costera conocida como La Mariña.

37

En las Rías Altas, provincia de La Coruña.

38

Al norte de la provincia de La Coruña.

39

Ídem.

40

Ídem.

41

Provincia de Pontevedra.

~ 18 ~

Duraban en todos los territorios de la Corona de Castilla los efectos de la alteración de

las monedas, e iban en aumento los clamores de los pueblos cansados de esperar el re-

medio. Con los males propios de la escasez y carestía de todas las cosas necesarias a la

vida, coincidieron algunos dispendios reales, viéndose muy generalizada la prodigalidad

del monarca gastando en su propio o interesado provecho, consumiéndose rentas y que-

brándose la administración. Se había incrementado la crítica y la murmuración del pue-

blo contra el rey.

Fue por estas circunstancias por las que el rey Alfonso X convocó y provocó el Ayun-

tamiento en Jerez que estamos refiriendo en este año 1268, una junta o reunión de per-

sonas principales y otras más comunes pero cualificadas, llamadas por el monarca en

orden a deliberar y proponer los medios más eficaces y oportunos para restablecer la

abundancia y baratura o abaratamiento de las mercaderías, tal como los pueblos con

tanta razón deseaban.

Las providencias dictadas por Alfonso X en esta ocasión se conforman según el es-

píritu del ordenamiento que ya se hiciera años antes en las Cortes de Valladolid de

1258. Se fijó el valor de la moneda de oro, plata y cobre; se puso precio a los metales, a

las ropas de lana y seda, a las pieles, cueros y corambres,45

a las armas y jaeces, a los

caballos, asnos, mulos, corderos, ovejas, cabras, lechones y aves; se tasó la cuantía de

los jornales respecto a los mozos de casa y campo, peones, carpinteros y albañiles; se

moderó el lujo de los vestidos y los gastos de las bodas; se confirmó la legislación sobre

los trajes y vestimentas de moros y de judíos; se prohibió sacar del reino ganados, seda,

lana, vino y viandas, y matar bueyes sino por vejez u otra causa que los inutilizase para

labor; se reiteró lo mandado acerca de la caza y la quema de los montes; se impuso pena

al corredor que comprase mercaderías para revenderlas; se situaron responsable (guar-

das o encargados) en los puertos para que se impidieran sacar del reino las cosas veda-

das; se reiteró la condena de las confabulaciones de los menestrales y mercaderes y las

juras malas y malos ayuntamientos; se limitaron las usuras de moros y judíos al cuatro

por cinco, y nada se estableció en lo concerniente a los cristianos, “ca tengo que los

cristianos –dijo el rey– non deben dar a usuras por ley nin por derecho”; se deste-

rraron, clausuradas, las tafurerías46

en donde se jugaba a los dados, siendo autorizadas

las tablas y el ajedrez, formándose en todo mucho empeño en dar y renovar fuerza a la

justicia.

Casi todas estas leyes carecían de novedad, y las pocas nuevas que contiene el orde-

namiento de posturas hecho en Jerez obedecen al mismo principio y responden al mis-

mo sistema. La repetición arguye que el ordenamiento de Valladolid de 1258 no estaba 42

Ídem, costera al sur pontevedrés.

43

En la comarca del Sar, provincia de La Coruña.

44

Provincia de La Coruña.

45

Cueros para escribir o encuadernar.

46

Garitos o casas de juegos.

~ 19 ~

en observancia, y que al descuido o flojedad de los ministros de la justicia se imputaba a

la poca o ninguna eficacia del pretendido remedio.

Merecen especial atención algunas normativas, particularmente las que empiezan con

las siguientes palabras: “Las medidas, e los pesos, e las varas sean todas unas”. Se

muestra el rey Alfonso X infatigable en promover reformas (convenientes y necesarias),

dada la amplísima variedad de pesos y medidas introducidas por la costumbre y autori-

zadas por los fueros municipales.

Mostró por primera vez su resolución de igualar todas las medidas que estaban en uso

al publicar el Fuero Real, libro que dio en Burgos, año 1255, a los Concejos de Castilla,

para que se rigiesen por sus leyes y se preparasen los ánimos a recibir un Código Ge-

neral, aspirando a constituir la unidad política mediante la unidad de la legislación (y

viceversa). Dice el Fuero Real: “Mandamos que los pesos e las medidas por que ven-

den o compran que sean derechos e iguales a todos, también a los extraños como a los

de la villa”.

No desaprovechó el rey la ocasión de promover y acelerar la reforma, cuando al con-

ceder un privilegio a la ciudad de Toledo en 1261 manifestó su firme voluntad de lle-

varla a cabo, dando por razón que “pues su señorío era uno, fuesen también unas las

medidas y los pesos de sus reinos”.

Ofrecen también cierta novedad las leyes que prohíben a la mujer cristiana vivir con

judío o judía o con moro o mora, servirlos y criar sus hijos, así como a la mujer mora o

judía “criar a su leche fijo de cristiano”. Ya en las Cortes de Valladolid de 1258 había

prohibido Alfonso X que la cristiana criase hijo de moro o judío y la mora o judía hijo

de cristiano; pero en este ordenamiento de Jerez de 1268 se inculca más todavía el odio

de raza y de religión que separaba a los tres pueblos entre los cuales cuenta el rey de

Castilla numerosos súbditos y vasallos.47

Contiene el ordenamiento de posturas de Jerez un caudal no despreciable de noticias

tocantes al comercio exterior de España en estos tiempos del siglo XIII. Noticias como

que de Francia, los Países Bajos o Inglaterra proceden tejidos de lana y seda, tales como

paños del tipo pardo, prieto, tinto y grana, escarlatas, blanquetas, valancinas, frisas,

sargas, camelines, tiritanas, befas y otros géneros procedentes de Montpellier, Reims,

Ruan, Estampes, Casteldun, Blaos o Blois, Lille, Gante, Cambray, Duai, Iprés, Brujas,

Valenciennes, Santomer y otras ciudades florecientes por su industria en estos tiem-

pos.48

47

Aquí, como en otros lugares, tuvo origen en gran parte una multitud de rigorosas providencias contra

la población judía o judaica y los mudéjares que representaban dos elementos de la civilización y cultura

de España durante la Edad Media. De moros y judíos se valió Alfonso X el Sabio para componer sus fa-

mosas Tablas astronómicas y para traducir al castellano numerosos libros de las lenguas orientales; y con

todo eso, el príncipe que formó tanto empeño en que fuesen unos los pesos y medidas de sus reinos, cedió

al clamor insensato de la muchedumbre obstinada en pedir libertades, franquezas y privilegios para sí, y

sin embargo para los infieles, aunque hijos de una misma patria y vasallos o súbditos del mismo rey, leyes

de cólera, odio y venganza.

48

Medievales.

~ 20 ~

En Segovia se fabrica un paño conocido con el nombre de segoviano, y en Zamora lo

imitan, mientras en Ávila se labran banquetas y bureles, y de Navarra proceden paños

tintos y blanquetas, de tejido basto de lana.

~ 21 ~

REINO DE CASTILLA

ASUNTOS DE VILLAS EN EL MES DE JULIO

El rey Alfonso X, a 4 de julio, concedió varias villas castellanas a su hijo y heredero

Fernando de la Cerda, destacando Galisteo49

o la zona del castillo de Alconétar.50

Y a 30 de julio otorgó el rey Alfonso X sendas cartas pueblas a Vergara y Ordizia,51

aplicando a las mismas el Fuero de Vitoria, lo que significa que ambos lugares se con-

vierten en villas, recibiendo los nombres respectivos de Villanueva52

y Villafranca de

Guipúzcoa.53

49

Provincia de Cáceres, a medio camino entre Plasencia y Coria, en zona muy fértil regada por el río

Alagón. Galisteo permaneció como señorío en poder de infantes castellanos hasta 1429.

La villa poseía ya muralla almohade y era próspera cuando la reconquista. Tiempo atrás, en el año 997,

se sostiene que Almanzor pasó y descansó por aquí cuando se dirigía a Galicia invadiendo y destruyendo

los lugares cristianos, siendo luego vencido por éstos en la batalla de Calatañazor (Soria), en 1002.

50

Igualmente en la provincia de Cáceres, teniendo que ver como importante encomienda de los templa-

rios. El castillo es de origen musulmán y se debe su conquista al rey Fernando II de León (1157-1188),

que lo cedió a los templarios en 1166. Y en poder de los templarios siguió (hasta 1313, cuando estos ca-

balleros se disolvieron), aun cuando el rey Alfonso IX de León (1188-1230) entregó a la Orden de Al-

cántara las fortalezas extremeñas que recuperó.

El castillo de Alconétar se encuentra actualmente dentro del embalse del lugar (de José María de Oriol-

Alcántara II), en el pantano de Alcántara, emergiendo sólo más de lleno en períodos secos. Se aprecia vi-

sible sobre todo la torre del homenaje, la torre de Floripes, de resonancias cervantinas.

51

En la provincia de Guipúzcoa.

52

Fue en el año 1200 cuando las tierras de Guipúzcoa quedaron incorporadas a la Corona de Castilla, co-

menzando entonces un proceso de fundación de villas por las rutas y caminos que unen las costas cán-

tabras y la meseta castellana, promoviendo de esta forma el comercio. El valle del río Deva es el paso

natural entre la costa y la llanada alavesa con la meseta castellana. Por esta vía se exportaba la lana de los

grandes rebaños castellanos a Inglaterra y entraba el hierro necesario para las ferrerías. En este contexto

histórico fundó el rey Alfonso X el Sabio, en el lugar conocido como San Pedro de Ariznoa, la villa

de Villanueva de Vergara, concediéndole, a 30 de julio de este año 1268, en cuyos relatos estamos, el

Fuero de Vitoria, regentándose en forma de concejo abierto.

53

Este municipio ya se originó en 1256, cuando el rey Alfonso X ordenó que se fundara en el lugar cono-

cido como Ordizia (u Oridicia). Ahora, en 1268, el mismo rey otorgó a la población el título o rango de

villa, con ciertos privilegios, dimanados del Fuero de Vitoria, denominando el lugar como Villafranca, in-

cidiendo así en los derechos y prerrogativas de sus pobladores.

~ 22 ~

Galisteo (Cáceres)

Restos del castillo de Alconétar (Cáceres)

~ 23 ~

Vergara o Bergara (Guipúzcoa)

Ordizia (Guipúzcoa)

~ 24 ~

ITALIA

MUERE EJECUTADO EN NÁPOLES CONRADINO HOHENSTAUFEN

TRAS HABER SIDO DERROTADO EN TAGLIACOZZO,

CORRIENDO LA MISMA SUERTE FEDERICO I DE BADEN-BADEN

La noticia que se da a continuación, sucedida entre el verano y el otoño de este año

1268, se corresponde con el contexto de la guerra entre güelfos y gibelinos en las di-

versas y disputadas tierras italianas.

Comenzamos notificando que en agosto llegó a Huesca, para entrar en contacto con el

reino de Aragón, una embajada del joven rey conocido como Conradino, Hohenstaufen

duque de Suabia (nieto de Federico II, muerto en 1250) y del bando evidentemente gi-

belino, que estaba invadiendo Italia (desde Alemania) y solicitaba ayuda en su lucha

contra Carlos de Anjou, rey Carlos I de Sicilia, evidentemente güelfo. Conradino quería

recuperar sus dominios que Carlos le hubo arrebatado, como ya fuimos viendo y consi-

derando.54

A 23 de agosto derrotó Carlos a Conradino en la batalla de Tagliacozzo. Hecho pri-

sionero, Conradino fue llevado a Nápoles, donde fue encarcelado y finalmente, el 19 de

octubre, decapitado sin piedad. Tenía 16 años de edad.

También fueron encarcelados los infantes castellanos Enrique y Fadrique, metidos en

esta guerra como mercenarios sin apenas definirse en bandos.55

Fue pasando que sur-

54

Recordemos que el infante Pedro de Aragón (futuro Pedro III a partir de 1276), hijo de Jaime I y de

Violante de Hungría, se casó en 1262 con Constanza Hohenstaufen, hija y heredera de Manfredo de Si-

cilia (muerto en 1266, en la batalla de Benevento).

Todo el reinado de Pedro III lo dedicará a expandir la Corona de Aragón por el Mediterráneo, aprove-

chando para ello su matrimonio con Constanza y reivindicando la Corona de Sicilia. Pero ésta se encon-

traba desde 1266 bajo la soberanía de Carlos de Anjou, el cual, con el apoyo del Papa, no deseaba a nin-

gún Hohenstaufen por el sur de Italia; el angevino Carlos había sido investido rey de Sicilia tras derrotar y

dar muerte a Manfredo en Benevento.

Carlos hizo cegar a los tres hijos varones de Manfredo (Federico, Enrique y Enzio) y, en 1268, capturó

e hizo decapitar a Conradino, como ahora aquí contamos. La línea sucesoria siciliana, gibelina y de los

Hohenstaufen, pasó entonces a Constanza, quien ofreció refugio en Aragón a las familias partidarias de su

padre, los Lanza (Lancia), los Lauria y los Prócidas…

55

El infante Enrique pasó por diversas cárceles o prisiones, cautivo en varias fortalezas, hasta que fue li-

berado en 1294. Por otro lado, tras la ejecución de Conradino, el infante Fadrique pudo irse a Sicilia en

compañía de Federico Lancia (un hermano de Bianca Lancia, amante o esposa del emperador Federico II,

como bien podemos recordar), aunque les forzaron a rendirse y a entregarse en Girgenti o Agrigento (año

1269). Sin embargo, consiguieron escapar y se dirigieron a Túnez, pues prefirieron escapar a tierras mu-

sulmanas antes que ser encarcelados. Una vez en Túnez, el infante Fadrique y sus compañeros gibelinos

lucharon junto a los tunecinos contra los soldados de la octava cruzada que dirigió el rey Luis IX de

~ 25 ~

gieron rebeliones y sublevaciones de algunas ciudades italianas contra Carlos, el cual,

aplastando sangrientamente los levantamientos va siendo odiado por todos, no sólo por

los gibelinos sino también por muchos güelfos.

Resumimos el relato referente a la batalla de Tagliacozzo, destacando cómo Carlos de

de Anjou, hermano del rey Luis IX de Francia, controla el reino de Sicilia desde 1266,

con el apoyo del Papa Clemente IV56

y por su victoria de entonces frente a los gibelinos

en la batalla de Benevento. Acabo derrotado y muerto Conradino.

A pesar de la superioridad numérica del ejército de Conradino (con 9.000 efectivos),

siendo los efectivos de Carlos en número de 6.000 efectivos,57

la mejor estrategia de

éste le llevó a la victoria, de modo que se perpetúa la Casa de Anjou en el reino de Si-

cilia.58

Conradino de Hohenstaufen (duque Conrado IV de Suabia) fue rey Conrado II de

Sicilia entre los años 1254-1268 y también rey nominal de Jerusalén como Conrado III,

en la misma fecha de años.59

Era hijo del rey Conrado IV de Alemania (muerto en

1254)60

y de la princesa Isabel de Baviera.61

Conradino era en 1254 de tan sólo 2 años de edad y permaneció en Alemania bajo la

tutela del duque Luis II de la Alta Baviera,62

mientras de sus reinos de Jerusalén y Si-

cilia se encargaban sendos regentes, destacando Manfredo de Sicilia, tío de Conradino.

En 1258 Manfredo usurpó el trono de Sicilia y se hizo coronar. Por lo demás, ya sabe-

mos de la derrota y muerte de Manfredo en Benevento, en 1266. Y todo lo demás ya lo

sabemos, incluida la muerte por ejecución (decapitación) de Conradino preso en Nápo-

les en este año 1268.63

Francia (San Luis). Poco después, y como consecuencia de las negociaciones mantenidas entre Carlos de

Anjou (Carlos I de Sicilia) y el rey hafsí norteafricano, tunecino, el infante Fadrique y sus compañeros

gibelinos se vieron obligados a abandonar Túnez, pues el monarca siciliano presionó al rey de Túnez para

que expulsase a los gibelinos que se habían refugiado en su reino.

56

De quien en este año 1268 notificaremos su muerte, el 29 de noviembre, en Viterbo.

57

Las cifras proporcionadas por las fuentes contemporáneas al suceso no son fiables, pues ya se sabe que

las cantidades en los asuntos castrenses y bélicos son más simbólicas y aumentadas que matemáticas o

exactas en la cronística medieval.

58

Hasta el año 1282, cuando sucedan las conocidas como Vísperas Sicilianas (que ya veremos entonces),

por la que los angevinos serán expulsados.

59

En algunas ocasiones y fuentes es mencionado como Conrado V. Fue el último representante de la di-

nastía Hohenstaufen.

60

En Lavello (región de Basilicata, al sur de Italia).

61

Muerta en 1273.

62

Cuya muerte será en 1294.

63

Ir a epílogos I y II sobre los prisioneros de guerra medievales y sobre las ejecuciones por decapitación

respectivamente.

~ 26 ~

Imágenes de la batalla de Tagliacozzo y escudo de la dinastía Hohenstaufen

~ 27 ~

Conradino de Hohenstaufen

Conradino y el infante Enrique de Castilla hechos prisioneros (a Enrique lo lleva el

abad de Montecasino, pues había ido a esconderse en este célebre monasterio)

~ 28 ~

La misma mala suerte que Conradino de Hohenstaufen compartió también su amigo y

compañero de campaña guerrera Federico I de Baden-Baden, que entre otras cosas fue

margrave de Baden y de Verona,64

con sus 19 años de edad al ser decapitado. Ofre-

cemos a continuación el relato al respecto, resaltando en primer lugar que compartió el

margraviato de Baden-Baden65

con su tío Rodolfo I de Baden-Baden.66

Caza con halcón de los amigos Federico y Conradino, del Codex Manesse (1305-

1340) que se conserva en la Biblioteca de la Universidad de Heidelberg (Alemania)

64

Desde 1250, siendo también desde entonces duque de Estiria y de Austria, al menos pretendidamente.

65

Uno de los estados fronterizos más importantes de la Germania medieval, compuesto por los territorios

orientales del Rin, frente a Alsacia y al Palatinado.

66

Muerto en 1288.

~ 29 ~

Este margrave Federico, austríaco,67

fue hijo único del margrave Germán VI de

Baden68

y de su esposa Gertrudis,69

sobrina y heredera del difunto duque de Babenberg

Federico II de Austria, de sobrenombre el Belicoso, muerto en 1246, en la batalla del río

Leitha.70

Cuando el Belicoso duque resultó muerto, tal como aludimos y podemos recordar, la

línea ducal de la dinastía Babenberg se mostraba extinguida. Entonces el margrave Ger-

mán VI de Baden, a través de su matrimonio con Gertrudis, había presentado sus pre-

tensiones a las posesiones de Estiria y Austria. Sin embargo, después de la muerte del

emperador Federico II Hohenstaufen, en 1250, dejó de haber, como bien sabemos, au-

toridad imperial germana confirmante del título ducal. Aunque lo respaldaba el Papa

Inocencio IV (1243-1254) y el anti-rey Guillermo II de Holanda (1234-1256)71

Germán

no podía prevalecer o hacer valer su título frente a las reclamaciones del poderoso rey

Wenceslao I de Bohemia (muerto en 1253) y su guerrero hijo Otakar II,72

de la dinastía

Premislida.73

En el momento de la muerte de su padre, el joven Federico (ahora decapitado) per-

maneció en la corte de Meissen,74

a donde su madre Gertrudis hubo de huir. Pudo su-

ceder al margrave Germán en Baden, con su tío Rodolfo I actuando como regente.

También pretendiente a los ducados de Austria y Estiria a través de su madre, Federico

situó su residencia cerca de Viena. Sin embargo, cuando en 1252 Otokar II se casó con

Margarita,75

tía de Gertrudis, y se trasladó a Austria, él, Federico, tuvo que huir de nue-

vo, primero a Estiria y más tarde a la corte de Sponheim, en Carintia.76

Desde 126677

vivió Federico en la residencia Wittelsbach del duque Luis II de Ba-

viera,78

donde se hizo amigo de Conradino, duque de Suabia y joven hijo de Conrado IV

67

Nacido en Alland, no lejos de Viena.

68

Entre los años 1243-1250, de su muerte este último.

69

Gertrudis de Austria o de Babenberg, que muere en 1288.

70

Batalla en la que vencieron los húngaros del rey Bela IV (1235-1270).

71

Rey de Romanos a partir de 1234 y rival como tal de Conrado IV, padre de Conradino, desde 1247,

hasta su muerte.

72

Muerto en 1278.

73

Propia de Bohemia (Chequia), Polonia y Hungría.

74

Marca o margraviato en la actual Sajonia (Alemania).

75

Margarita de Austria, reina de Bohemia, muerta en 1266.

76

Ducado entre el sur de Austria y el norte de Eslovenia.

77

Más o menos.

78

Muerto en 1294.

~ 30 ~

como sabemos, heredero de la dinastía imperial Hohenstaufen. De Conradino esperaba

Federico el necesario o conveniente apoyo que reforzara sus pretensiones al poder y al

rango de autoridad.

En 1267 tomó Federico la fatal decisión de acompañar a Conradino en su expedición

contra Carlos de Anjou, que había sido coronado rey de Sicilia por el Papa Clemente

IV79

y que había matado a Manfredo, tío de Conradino, en la batalla de Benevento (año

1266). Conradino había hecho su entrada en Roma a 24 de julio de este año 1268 y

Carlos de Anjou había derrotado rotundamente a las tropas Hohenstaufen, a 23 de

agosto, en la batalla de Tagliacozzo, de donde Conradino y Federico hubieron de huir,

pero pasaron a cautividad sufriendo prisión en Torre Astura, al sur de Anzio.

Torre Astura

Víctimas de traición acabaron entregados al rey Carlos, permaneciendo ambos en una

degradante prisión napolitana, la del Castel dell’Ovo.80

79

Muerto en noviembre de este año 1268, como enseguida veremos y consideraremos.

80

Su nombre proviene de una leyenda napolitana según la cual el célebre poeta Virgilio habría escondido

un huevo mágico en los cimientos del castillo, uno de los más antiguos de la región. Sin este huevo má-

gico, la fortaleza sería destruida y Nápoles sufriría una catástrofe.

~ 31 ~

Castel dell’Ovo. Nápoles

El propio rey Carlos, sin atisbo alguno de piedad, los condenó a muerte por deca-

pitación, escuchando ellos el veredicto81

mientras jugaban al ajedrez, sin que interrum-

pieran el juego por la noticia, hasta que lo acabaron. Conradino y Federico fueron deca-

pitados públicamente en la napolitana Piazza del Mercato el 29 de octubre.82

81

Según transmite la leyenda.

82

Los cuerpos fueron en un principio enterrados apresuradamente, hasta que más tarde fueron llevados a

la iglesia napolitana de la Virgen del Carmen, tal como decidió Isabel de Baviera, la madre de Conradino.

~ 32 ~

Conradino y Federico oyendo su sentencia de muerte, pintura histórica del alemán

J. H. W. Tischbein (1784)

~ 33 ~

CONDADO DE SABOYA

DECESO DE PEDRO II

En este año 1268 murió el conde Pedro II de Saboya,83

con 65 años de edad, habiendo

ostentado el cargo como tal durante 5 años, desde 1263.

Era el tío de confianza de la reina Leonor de Provenza, consorte de Enrique III de In-

glaterra.84

Con ella viajó a Londres. Allí, en 1241, el rey Enrique nombró a Pedro de Sa-

boya conde de Richmond (aunque el título no aparece en ningún documento oficial) y

cinco años más tarde, en 1246, el rey concedió a Pedro de Saboya el magnífico castillo

de Pevensey.85

También le otorgó las tierras86

donde Pedro construyó el Palacio de

Saboya, en 1263.87

El 12 de abril de 1258, en uno de los movimientos que condujo a la que conocemos

como Segunda Guerra de los Barones, una pequeña alianza de señores o barones pode-

rosos e influyentes empezó e impulsó la oposición de la estrategia militar de Enrique en

el continente, quejándose de que esa “intromisión” suponía excesivo coste de dinero al

reino, estando muy dividida la población por mucho sufrimiento de malas cosechas, epi-

demias y hambrunas. Debido a la escasez de las cosechas y a la inaceptable política del

rey, los barones mencionados juraron unirse y conjuntarse en contra del rey. Sin em-

bargo, Pedro de Saboya, muy favorecido él, permaneció lealmente del lado del monarca.

En 1263, cuando murió el conde Bonifacio de Saboya, sobrino de Pedro, éste regresó

a Saboya, donde fue reconocido como conde sucesor de Bonifacio frente a su otro so-

brino Tomás III de Piamonte.

Pedro de Saboya, casado con Inés de Faucigny en 1234, murió sin dejar hijos varones,

aunque sí había tenido a Beatriz, en 1235.88

Ahora le sucede como conde de Saboya su

hermano Felipe, conde palatino de Borgoña y antiguo arzobispo de Lyon (seculariza-

83

Conocido también como el Pequeño Carlomagno. El condado de Saboya (por los valles alpinos entre

Italia y Francia) estuvo integrado en el Sacro Imperio Romano Germánico entre los años 1003-1416, con-

virtiéndose luego en ducado.

84

La boda se celebró en la catedral de Canterbury el 14 de enero de 1236.

85

Al sureste de la Gran Bretaña.

86

Entre el Strand y el Témesis en Londres.

87

Palacio que fue destruido en 1381 por la “rebelión de los campesinos”.

88

Beatriz de Saboya (muere en 1310). Se casó con Guigues VII (delfín de Viennois) y en segundas nup-

cias con Gastón VII d Bearn.

~ 34 ~

do), de 51 años de edad.89

Como no le sucede su sobrino rival, Tomás, la tensión suce-

soria continúa…

Conde Pedro II de Saboya

89

Conde Felipe I de Saboya, hasta su muerte en 1285. Antes había sido obispo de Valence (1241-1267),

deán de Vienne (1241-1267) y arzobispo de Lyon (1245-1267). Como octavo hijo de Tomás I de Saboya,

sus padres lo prepararon para eclesiástico, siendo candidato a obispo de Lausana en 1240, aunque tuvo

que dimitir al respecto. En vez de eso, fue obispo de Valence. En 1242, el Papa Inocencio IV (1243-1254)

estaba huido de Roma; y Felipe, convenciendo a su hermano Amadeo IV de Saboya (conde entre los años

1233-1253), dejó pasar al Papa con buena acogida a través de Saboya. El Papa aseguró entonces, en 1245,

la elección de Felipe como arzobispo de Lyon.

Cuando ahora en 1268, contra las expectativas, Felipe llegó a ser el heredero del condado de Saboya,

abandonó sus ministerios eclesiásticos, casándose con Adelaida, condesa palatina de Borgoña, siendo la

boda el 12 de junio de 1267.

~ 35 ~

ALLARIZ (GALICIA – REINO DE CASTILLA)

FUNDACIÓN MONÁSTICA DE CLARISAS

La vieja y muy gallega villa de Allariz90

guarda recuerdos de los años tempranos o ju-

veniles del rey Alfonso X, que anduvo por aquí y aprendió a dominar la lengua del

lugar. Fue villa real, con buen fuero, desde que en el siglo XII la conquistó el rey Al-

fonso VII (1126-1157) V, aunque ya se había volcado sobre esta localidad el rey Alfon-

so VI (1065-1109), que allí hizo levantar castillo y murallas.

En la actualidad del presente año 1268 y recientes es noticia en Allariz la fundación de

un convento o monasterio de Clarisas. Se funda y organiza como real, por iniciativa de

la reina doña Violante, consorte de Alfonso X, nombrándose y dedicándose como de

Santa Clara.91

90

Provincia de Orense.

91

Este convento, de grandes dimensiones y gran valor cultural, además de espiritual, tendrá en adelante

su importancia histórica. La reina doña Violante vivirá aquí en algunos momentos para ella difíciles de

problemas familiares.

~ 36 ~

~ 37 ~

ARGELITA (REINO DE VALENCIA)

MURIÓ ZAYD ABU ZAYD (VICENTE BELLVÍS)

El que fuera personaje y gobernante de fama, con sangre almohade en sus venas,

conocido como Zayd Abu Zayd (o Abuceit),92

bisnieto del califa Abd al-Mumin,93

mu-

rió en este año 1268, ya casi al final y estando en su fortaleza algo palaciega de Arge-

lita;94

dejando descendencia.95

Sucedió como gobernador de Valencia, a comienzos de la década de los años veinte

de este siglo, a su tío Abu Abd Allah Muhammad, que a su vez había sucedido a su

hermano, el padre de Abu Zayd, también llamado Abu Abd Allah Muhammad.

A la muerte del califa Yusuf II (Abu Yaqub al-Mustansir Yusuf) en 1224, se produjo,

como podemos recordar, una más que sonada lucha dinástica que permitió a Zayd Abu

92

Reconocido por algunos (incluso historiadores, pero sin rigor ni acierto) como rey moro de Valencia,

de la que sólo fue gobernante o gobernador almohade, el último de ellos. Había nacido en Baeza (Jaén),

probablemente en 1195, siendo nombrado como Zayd Abu Zayd Abd al-Rahmán ibn Abu Abd Allah

Muhammad ibn Abu Hafs Umar ben Abd al-Mumín Hay aspectos biográficos por aclarar más o mejor.

93

El norteafricano Abd al-Mumín (muerto en 1163) fue el primer califa del Imperio Almohade. Tras ha-

cerse con el poder y reforzarse en el mismo, Abd al-Mumín se dedicó a extenderlo y acabar con el ene-

migo almorávide. En una primera fase de 8 años de duración reiteró varias campañas contra los almorá-

vides norteafricanos hasta adueñarse de sus territorios. Seguidamente, entre los años 1139-1146, se im-

puso totalmente sobre ellos. El año decisivo fue el de 1145, cuando apareció en combate el emir almo-

rávide Tasufín cerca de Orán, que fue cuando los almohades conquistaron esta ciudad, así como Treme-

cén y otras. En mayo del 1146 se apoderaron los almohades de Fez, Mequínez, Salé y Ceuta, cercando

luego por fin la capital almorávide, Marrakech, en junio, que acabó conquistada en junio del año siguien-

te, muriendo el emir almorávide.

La política del almohade Abd al-Mumín era religiosamente unificadora (integradora-integrista) y ex-

pansionista. En 1146, los almohades del nuevo califato desembarcan en Cádiz para extenderse por la mi-

tad sur de la Península Ibérica, unificando así las taifas andalusíes, y para recuperarlas del deterioro almo-

rávide, consolidando un gobierno islámico fuerte frente a los dominios cristianos al norte. Y fueron aque-

llos tiempos del muladí andalusí Muhammad ibn Mardanis, muerto en 1172, como bien podemos recor-

dar…

94

Provincia de Castellón.

95

De María Ferrandis tuvo a sus hijos: Alda, Fernando y Sancho (de nombres cristianos y como cristia-

nos), además de otros que pudieron ser cristianos o musulmanes o moriscos: Elisenda (que se curó de una

enfermedad), Mahomat Abiceit o Abahomat, Ceyt Abohiara o Aboyahya, Zeyt Edris o Idris, Aazón (y

otros que nos resultan desconocidos).

~ 38 ~

Zayd gozar de total autonomía respecto al Imperio Almohade, sin que nada ni nadie se

le interfiriese, no obstante encontrándose rodeado de enemigos y reconquistas por todas

partes, por lo cual, en 1225, decidió hacerse vasallo del rey castellano Fernando III.

Luego, en 1227, reconoció como califa almohade al que vino siendo gobernador de Cór-

doba y Sevilla, Abu l-Ola, o l’Ula (Al-Mamún, al pasarse a África), de modo que rom-

pió su vasallaje con el rey castellano. En 1228, un tanto reforzado, recuperó para sí los

castillos de Villahermosa96

y Bejís,97

plazas que habían ocupado los aragoneses. Pero el

recordado Muhammad ibn Hud, conquistando Murcia, se proclamó a sí mismo emir con

aspiraciones al total poderío andalusí reconociéndose dentro del califato abasí de Bag-

dad, rompiendo así mucho más aún la ya muy resquebrajada unidad almohade en Al-

Ándalus. De esta manera, en tal situación caótica, agravada por el hambre, en años ma-

los de cosechas casi nulas, vino a producirse gran revuelta y sublevación en Valencia,

en ese año 1228. Se aprovechó del caos y descontento entonces Zayyan (o Zayán) ibn

Mardanish,98

descendiente del casi mítico y legendario Muhammad ibn Mardanis,99

su-

blevándose en Onda.100

El 24 de enero de 1229 entró Zayyan en Valencia, proclamando

también triunfalmente su obediencia al califa abasí, y Abu Zayd, ante estos hechos, se

dio a la fuga, tuvo que huir a donde pudo, primero a Segorbe,101

para internarse después

en tierras de Aragón, en todo cuanto pudo de recóndito o de seguro y amparándose bien.

En 1229, tras la expulsión de su cargo por Zayyan ibn Mardanish, Zayd Abu Zayd ra-

tifica acuerdo de vasallaje por su parte con el rey Jaime I de Aragón, vasallaje por el

cual el rey Jaime le da permiso para conquistar y poblar cuantos lugares y castillos

consiguiera dentro del territorio musulmán valenciano, a cambio de la cuarta parte de

las rentas al respecto. En 1232 ratificaron en Teruel los compromisos adquiridos y con-

certados, reconociendo Jaime I los favores recibidos y la renuncia a todas las rentas que

sobre Valencia y su término se habían reconocido en 1229, y Abu Zayd se compromete

a facilitarle al rey Jaime la toma de Valencia. Resumimos así diciendo que Abu Zayd

fue un apreciable aliado del rey Jaime I de Aragón, al que se le apoda ya como el

Conquistador, haciéndose eficaz la lucha por la reconquista cristiana de las tierras va-

lencianas, en la que Zayd toma parte aportando sus buenas mesnadas.

Como sabemos, en 1232 Abu Zayd se hizo cristiano,102

recibiendo en su bautismo el

nombre de Vicente Bellvís, si bien mantuvo esto en secreto y como asunto privado, con

96

Villahermosa del Río (Castellón).

97

También en la provincia de Castellón.

98

Muere en 1270.

99

Conocido como rey Lobo de Murcia, muerto en 1172.

100

Provincia de Castellón.

101

Al sur de la provincia de Castellón.

102

Tras haber presenciado el milagro de Caravaca (Murcia) en 1231, según la tradición, o motivada por

otros sucesos en su biografía, como el haber sido testigo del martirio de dos franciscanos.

~ 39 ~

algo de indefinición (siendo un tanto morisco-mudéjar más bien). Aunque en parte uti-

lizó el título de rey de Valencia, hasta que Jaime I entró en la ciudad en 1238, actuó lue-

go siempre con lealtad y como verdadero señor feudal cristiano favorecido por el rey,

con el cual había firmado pacto o convenio de vasallaje en Calatayud, a 20 de abril de

1229, cuando huyó de Valencia ante la revuelta de Zayyan ibn Mardanish. Abu Zayd

participó con el rey Jaime I de Aragón en la conquista de Valencia y mucho más: pri-

mero desde tierras en torno a Teruel, después durante la conquista de esta ciudad y más

tarde, llevando su huestes hacia el sur, efectuando conquistas como las de Ibi, Castalla,

Onil, Tibi, Orxeta y Torres Torres.103

Bajo la protección del rey Jaime I ostentó Abu Zayd el señorío de localidades moris-

cas del llamado Alto Mijares,104

legándolo todo ello a su hijo Fernando. Obtuvo nume-

rosas donaciones reales: En 1236 las villas de Ricla y Magallón,105

en 1238 alquerías

varias y algunas casas,106

en 1239 la villa de Ganalur107

y la alquería de Aldaya.108

El 27 de enero de 1243 Abu Zayd recibió el vasallaje del distinguido caballero ara-

gonés Eximén Pérez y de su hijo Blasco, concediéndole ambos el castillo de Arenós

(Arenoso)109

para tener donde comandar sus fuerzas militares y como dote por la boda

de Blasco con su hija Alda Fernández Aba-Omahet.

Sello de Zayd Abu Zayd

103

Todas en la provincia de Alicante menos Torres Torres que es de la de valencia.

104

En la provincia de Castellón.

105

Ambas en la provincia de Zaragoza.

106

En Valencia y la zona de su Huerta.

107

Castillo en Vallat (Castellón).

108

Provincia de Valencia.

109

Conocido también como de la Viñaza, situado en el término municipal de Puebla de Arenoso (Caste-

llón).

~ 40 ~

REINO DE SICILIA

BODA DE CARLOS DE ANJOU Y MARGARITA DE BORGOÑA

Carlos de Anjou, rey Carlos I de Sicilia,110

viudo de Beatriz de Provenza, muerta en

1267, volvió a contraer matrimonio, esta vez con Margarita de Borgoña, condesa de

Tornerre,111

habiéndose celebrado la boda el día 18 de noviembre de este año 1268. La

respectiva edad de los contrayentes es la de 42 años él y 18 años ella.112

Margarita es la

segunda hija de Odón de Borgoña y de Matilde de Dampierre.113

Margarita de Borgoña

110

Conde de Anjou, Maine, Provenza y Forcalquier, siendo también, además de rey de Sicilia, rey de Ná-

poles, Albania y Jerusalén.

111

Por herencia desde 1262.

112

Tuvieron luego una única hija, llamada Margarita, que murió niña.

113

O Matilde II de Borbón, muerta en 1262.

~ 41 ~

VITERBO (ITALIA – ESTADOS PONTIFICIOS)

MURIÓ DE MANERA INESPERADA EL PAPA CLEMENTE IV

A 29 de noviembre de este año 1268 murió de manera súbita, en Viterbo, el Papa Cle-

mente IV, al tercer año de su pontificado, con 66 años de edad,114

habiendo sido el su-

cesor número 183 de San Pedro y habiendo sido su antecesor inmediato Urbano IV

(1261-1264). Recordaremos a Clemente IV, entre otras cosas, por haberle proporcio-

nado a Carlos de Anjou el reino de Sicilia (con toda Italia al sur de los Estados Ponti-

ficios), produciendo el derrotado desalojo a los últimos Hohenstaufen. Al parecer, como

habremos de contar también, en la Santa Sede podría producirse una prolongada situa-

ción de sede vacante o interregno,115

cosa que se propone fomentar el propio Carlos de

Anjou, temeroso de la elección de un Papa desfavorable a sus intereses.

Antes de ser Papa (en 1265), y también durante su pontificado, fue eminente jurista y

consejero del rey Luis IX de Francia. Podemos recordar su ordenación sacerdotal en

1256,116

tras enviudar por fallecer su esposa y hacerse franciscano. Tuvo gran movi-

miento entre Francia, Italia e Inglaterra. Fue nombrado, sucesivamente, obispo de Le

Puy (1257), arzobispo de Narbona (1259) y cardenal (1261).117

Fue elegido Papa in ab-

sentia, pues se encontraba en una misión diplomática, como legado pontificio, en Ingla-

terra, cuando los cardenales pensaron en él para suceder a Urbano IV. Al igual que sus

antecesores, rivalizó con la familia Hohenstaufen (que como bien sabemos ha sido el

linaje alemán unido, desde 1138, al trono del Sacro Imperio Romano Germánico); y ya

sabemos –lo reiteramos– que en 1266 nombró rey de Nápoles y Sicilia (con el nombre

de Carlos I) a Carlos de Anjou. A cambio, éste le ayudó a derrotar y quitarse del medio

al joven Conradino, del todo aliado con los gibelinos. Ya hemos visto cómo Carlos de

Anjou mandó ejecutar a Conradino, decapitándolo y haciendo extinguir así la dinastía

Hohenstaufen.

114

Nacido como Guido Foulques, siendo el año 1202, en Saint-Guilles-du-Gard (Francia), en la región de

Languedoc-Rosellón.

115

De casi tres años de duración, hasta 1271, con muy prolongado cónclave, y siendo, como veremos, el

verdaderamente primero al respecto.

116

Aproximadamente.

117

El primero de los nombrados por el Papa Urbano IV.

~ 42 ~

Así pues, tras la muerte de Urbano IV (ocurrida el 2 de diciembre de 1264) y sus fu-

nerales en Perugia, donde todo ello ocurrió, los cardenales se reunieron a deliberar sobre

la elección del nuevo Papa, siendo finalmente elegido Clemente IV.118

Oficial y solem-

nemente comenzó su pontificado el 15 de febrero de 1265.

Siguiendo la política de sus predecesores y a fin de frenar del todo a Manfredo, hijo de

Federico II y rey de Sicilia entre los años 1258-1266, Clemente IV mantuvo el ofreci-

miento ya existente en la Santa Sede para que pasara el reino de Sicilia a Carlos de An-

jou, hermano del rey francés Luis IX.

El Papa prosiguió con la incentivada e incrementada predicación de aquella cruzada

propiamente siciliana que culminó con la organización de un ejército que derrotó y dio

muerte a Manfredo, en la batalla de Benevento del año 1266. Sólo quedaba después un

miembro de la dinastía Hohenstaufen, el llamado Conradino de Suabia, sobrino de Man-

fredo e hijo de Conrado IV,119

el cual, intentando recuperar la Corona de Sicilia, se en-

frentó a Carlos de Anjou, en este años 1268, en la batalla de Tagliacozzo, como ya vi-

mos antes, siendo finalmente hecho prisionero ejecutado por decapitación en Nápoles.

Al haber muerto el Papa Clemente IV, se pusieron bien de manifiesto los graves en-

frentamientos a nivel político en el seno mismo del colegio cardenalicio (en número de

veinte componentes), con incapacidad para acordar de inmediato la elección de un nue-

vo Papa.120

El Papa Clemente IV

118

Se enteró de ello cuando llegó y se incorporó al cónclave.

119

Muerto en 1254. Rey de Jerusalén desde 1228, duque de Suabia desde 1235, rey de romanos desde

1237 y rey de Sicilia desde 1250.

120

La Iglesia –como iremos viendo– quedó sumida en un prolongado interregno a largo período de roma-

na sede vacante, de modo que no habrá nuevo Papa hasta 1271, cuando sea elegido Gregorio X, de ponti-

ficado entre los años 1272-1276, como ya veremos en su momento. No obstante, para un cierto adelanto,

ir aquí al epílogo III.

~ 43 ~

El Palacio Pontificio de Viterbo

Escudo de Clemente IV (obsérvese la simbología güelfa)

~ 44 ~

TOLEDO (REINO DE CASTILLA)

ENCUENTRO DE DOS EMPARENTADAS CASAS REALES

EN LA CATEDRAL

En la importante catedral de Toledo, coincidiendo con las fiestas navideñas, se junta-

ron las dos casas reales muy destacadas e hispanas de Aragón y de Castilla, celebrando

la ordenación o consagración como arzobispo del infante Sancho de Aragón, tomando

posesión de esta histórica sede metropolitana y primada, con 18 años de edad y siendo

religioso mercedario.121

Muy gozoso estuvo el rey Jaime I de Aragón, acompañado por

el rey Alfonso X de Castilla y su esposa Violante, hija de Jaime, con sus hijos. Todos

los familiares, sobrinos y nietos, primos entre sí, etc., lo pasaron en grande y se alegra-

ron muchísimo, con ferviente piedad, por el evento y en el mismo.

En este año 1268, el rey Jaime I había enviado a dos ciudadanos de Montpellier hacia

Alejandría, en Egipto, a fin de nombrar allí un nuevo cónsul de los catalanes y para

mantener y consolidar buenas relaciones diplomáticas con el sultanato de los mame-

lucos.

Y hubo algunas cosas más en este año 1268 y relativas al reino de Aragón, por ejem-

plo que, a 4 de octubre, había realizado el rey Jaime I una venta que no dejó de ser in-

teresante: le vendió a su sobrina Constanza de Urgel o de Montcada el castillo y la villa

de Ballobar.122

Constanza había sido repudiada por su esposo el conde Álvaro I de

Urgel.

121

En 1266, con 16 años de edad, fue nombrado arzobispo de Toledo para suceder a Domingo Pascual

(que realmente no pasó de electo en 1262). Sancho era ya arcediano de Belchite (Zaragoza) y abad en Va-

lladolid (colegiata de Santa María la Mayor). Su pontificado en Toledo como arzobispo se prolonga hasta

el año 1275, cuando muere, a la edad de 25 años, capturado y ejecutado por los musulmanes en Torre-

donjimeno (Jaén).

122

Provincia de Huesca. Quedan restos y ruinas.

~ 45 ~

CONDADO DE URGEL

ÓBITO DEL CONDE DON ÁLVARO

Don Álvaro I de Urgel, con 29 años de edad, conde del lugar y vizconde de Áger,

nacido en Burgos en 1239, murió en este año 1268, cuyos relatos vamos concluyendo.

El óbito fue en Foix.123

Bautizado con el nombre de Rodrigo, fue conocido también como Rodrigo I de Ca-

brera-Urgel, y como el Castellano, dado que heredó el condado de Urgel cuando residía

en Burgos. Tenía entonces tan sólo 4 años de edad. Era hijo de Ponce I de Urgel

(muerto en 1243) y de María Girón, hija, a su vez, de Gonzalo Rodríguez Girón (muer-

to en 1231) y de su segunda mujer, Marquesa Pérez. Sucedió a su hermano Armengol

IX, muerto en 1243, el mismo año en que heredó el condado.

Al heredar el condado de Urgel cambió su nombre real, Rodrigo, por el de Álvaro y se

casó, en 1253, con Constanza de Montcada, por imposición de Jaime I, su tío. De aquel

matrimonio (que acabó malamente) nació una hija, Leonor.

Como Constanza no fue del agrado de Álvaro, éste la repudió, en 1256, casándose

luego de nuevo, esta vez con Cecilia de Foix, cerrando así los posibles litigios entre la

Casa de Urgel y la Casa de Foix. De este segundo matrimonio nacieron tres hijos: el

ahora sucesor suyo, Armengol X,124

Cecilia y Álvaro.

Entre sí tuvieron problemas, sus más y sus menos, las mujeres de Álvaro, Constanza y

Cecilia, por cuestiones de política familiar y relacionadas con la Corona de Aragón.

En 1259, Álvaro se enfrentó con el rey Jaime de Aragón por su incumplimiento de los

deberes de vasallaje. Las tropas del senescal Pedro de Montcada ocuparon la histórica

villa de Ponts.125

En 1267 se produjo una nueva intervención por parte del rey Jaime, en esta ocasión

por el litigio matrimonial entre las dos esposas. Fue entonces cuando Álvaro I se exilió

a Foix junto a su segunda esposa. El condado de Urgel quedó entonces en manos de su

primogénito varón, el ahora Armengol X (14 años de edad), mientras que el vizcondado

de Áger pasó a su hijo Álvaro.

123

Localidad situada actualmente al sur de Francia, en la región del Mediodía-Pirineos, no lejos del prin-

cipado de Andorra.

124

Será su muerte en 1314.

125

Provincia de Lérida.

~ 46 ~

EPÍLOGO I

SOBRE LOS PRISIONEROS DE GUERRA MEDIEVALES

El concepto de prisionero de guerra tal como lo concebimos actualmente126

es un in-

vento relativamente moderno, de no más allá de doscientos años. El soldado que, abru-

mado por la superioridad enemiga, se desentiende de seguir luchando y se rinde, a cam-

bio de lo cual el enemigo respetará su vida y lo internará en una prisión para impedir

que vuelva a combatir, era algo inexistente en la Edad Media. Es a lo largo del siglo

XIX cuando esta práctica se generaliza, ya que los principios éticos y humanitarios ha-

bían evolucionado lo suficiente como para seguir considerando al enemigo vencido co-

mo un ser humano que debía ser respetado, si bien la vida de un prisionero de guerra no

debe considerarse como unas vacaciones lejos del frente, ya que las condiciones de la

prisión no eran precisamente agradables; pero, al menos, nadie los maltrataba más de la

cuenta y, sobre todo, existía la posibilidad de volver vivo a casa al término de la con-

tienda.

Estos conceptos humanitarios, como ya podemos suponer, no existían en el Medioevo.

Así pues y para mejor comprensión de lo que les ocurría a los que optaban por rendirse

o eran capturados por los enemigos, nos referimos ahora, resumidamente.

126

http://amodelcastillo.blogspot.com/2013/10/los-prisioneros-de-guerra-en-la-edad.html

~ 47 ~

Ante todo, debemos establecer dos tipos de conflicto muy diferentes: las Guerras en

Europa y las Cruzadas, incluyendo en éstas la Reconquista por tratarse del mismo ene-

migo. Obviamente, las circunstancias en estas últimas no se podían comparar con las

primeras tanto en cuanto el componente ideológico y religioso llevaba a los combatien-

tes de ambos bandos a llevar a cabo acciones de represalia a unos límites de crueldad

poco vistos en Europa. En las Cruzadas se vieron masacres entre la población civil to-

talmente desmesuradas, y ejecuciones en masa de cautivos llevadas a cabo sólo como

venganza o escarmiento. En la siguiente imagen tenemos un ejemplo bastante gráfico:

las tropas cristianas que cercan la ciudad de Damieta lanzan al interior de la misma las

cabezas de los enemigos que han podido ser capturados con una brigola.127

Este tipo de

acción, aparte de ser una eficaz medida de guerra psicológica, deja bien claro que si en

Europa la vida de un enemigo valía menos que una boñiga de asno, la de un musulmán

menos aún.

127

Máquina de guerra que se usaba en los asedios y para el derribo de murallas.

~ 48 ~

Y en la siguiente imagen podemos ver a caballeros conducidos al cautiverio tras haber

sido derrotados en una batalla.

En las guerras europeas, o de Occidente, durante la Edad Media, no solían entrar en

acción ejércitos tan numerosos como al parecer en Palestina o generalmente en Oriente.

Salvo contadas batallas donde, dejando aparte las exageraciones simbólicas de los cro-

nistas, se enfrentaron ejércitos de varios miles de hombres, las mesnadas y huestes habi-

tuales sólo disponían de varios cientos de efectivos. De éstos, un porcentaje bastante re-

ducido se componía de caballeros y hombres de armas, siendo el resto peones y/o mili-

cianos populares. ¿Qué ocurría si algunos de ellos se rendían o eran cautivados? Veá-

moslo...

En una batalla medieval no tenía lugar una rendición en masa del ejército perdedor.

En caso de verse superados simplemente salían en desbandada y cedían el campo al ene-

migo. Generalmente, ahí acababa todo; el personal se largaba a toda prisa a su territorio

o a lugar seguro mientras que los vencedores se dedicaban a rapiñar todo el botín que

los fugitivos dejaban atrás y a rematar a los heridos del bando perdedor. No tenía sen-

tido para ellos gastar tiempo y medios en curarlos; así que, salvo que un herido no lo-

grara ocultarse e intentar reunirse con los suyos, era rematado en el mismo campo de un

mazazo o con una pica de alabarda clavada en el cuello. Sin embargo, si el herido era

una persona de calidad terminaba puesto a buen recaudo y curado debidamente; pero no

~ 49 ~

por cuestiones humanitarias, sino porque de su persona podían pedir un rescate en fun-

ción de su categoría o rango, aparte de apoderarse de sus armas y montura que ya de por

sí costaban una fortuna.

Del mismo modo, si durante la lucha uno de estos caballeros se veía desbordado, se

rendía a un igual, a fin de salvar la vida a cambio de un rescate. Con todo, a veces estas

rendiciones no eran respetadas por los peones enemigos, porque simplemente podían

desconocer esa especie de cortesía o conveniencia caballeresca. Un ejemplo lo ten-

dríamos en la batalla de Courtrai (1302), en la que los milicianos flamencos pasaron a

cuchillo a toda la caballería gabacha que cayó en sus manos, precisamente por descono-

cimiento de dicha norma. De hecho, hubo incluso grandes nobles y hasta monarcas que

fueron hechos prisioneros de ese modo.

Ejemplo al respecto de cautiverio distinguido fue el obrado con el rey Francisco I de

Francia (1515-1547) hecho prisionero en Pavía (1525) por tres caballeros españoles:

Juan de Urbieta, Diego Dávila y Alonso Pita. Obviamente, las condiciones del cauti-

verio de personajes así no tenían nada que ver con mazmorras ni grilletes. Antes al con-

trario, eran confinados en castillos en los que disponían de aposentos dignos de su ran-

go, servidumbre e incluso se les permitía pasear por el mismo en cualquier momento

que lo deseara.

~ 50 ~

Pero, como ya podemos suponer, para los peones la cosa pintaba mucho peor. En caso

de que su bando perdiera la batalla las opciones no eran nada estimulantes:

Si veía que los suyos comenzaban a flaquear, lo mejor era dar la espalda al ene-

migo y salir del campo de batalla echando leches y cuidando que un jinete ene-

migo no se abalanzara sobre él y lo apiolase allí mismo o lo empalase como a un

capón con su lanza.

Si caía herido y era leve, mejor ocultarse entre los muertos y esperar a la noche

para largarse. Si era grave la cosa, rezar afanosamente para que algún camarada

reparase en él y lo sacase de aquel infierno. Caso contrario, rezar algo más y

prepararse para abandonar este perro mundo de una forma muy desagradable y

humillante.

Ser capturado y esclavizado, cosa común cuando se enfrentaban con moros y

viceversa. En ese caso sólo restaba tener paciencia e intentar una fuga más ade-

lante. El rescate no se planteaba por lo general con esta gente, porque sus fami-

liares, simplemente, no disponían de medios para pagar.

Ser capturado y usado como moneda de cambio para que los suyos liberasen

cautivos a cambio, o bien como método de presión para que rindieran una forta-

leza. Un ejemplo: en el cerco a Valencia llevado a cabo por Rodrigo Díaz, el

Cid, éste mandaba quemar ante la muralla a todos los desgraciados que, muertos

de hambre, intentaban salir de la ciudad y huir bien lejos. El que no era achicha-

rrado allí mismo era vendido como esclavo a los trujimanes procedentes de los

puertos de África y Oriente Medio.

En fin, eso era lo que había. Como siempre, eso de “tanto tienes tanto vales” ha sido

un concepto muy arraigado en todas partes, y en la Edad Media aún más. De hecho, la

diferencia porcentual entre bajas de caballeros o nobles y de peones era abismal. Con

todo, más de un caballero o noble se vio obligado a languidecer durante años a la espera

de que su gente reuniera el precio de su rescate. Pero la plebe lo tenía muy crudo porque

ni sus vidas valían nada ni eran de consideración para su señor ni para el enemigo; si era

herido, era una carga; si era capturado era una boca que alimentar. Así que las dos op-

ciones posibles eran matarlo o convertirlo en esclavo para que su mantenimiento fuese

rentable.

Así pues y visto lo visto, de todo ello podemos decir que prisioneros de guerra como

los concebimos actualmente no existían. Sólo las personas de calidad podían aspirar a

ver sus pellejos a salvo siempre y cuando dispusieran de dinero para pagar por ellos, o

bien para ser usados en trueques por otros prisioneros o por la entrega de fortificaciones,

poblaciones, etc. Y de esto, como vemos, no se libraban ni lo mismos reyes. Poderoso

caballero es don Dinero, ya saben...

~ 51 ~

Veamos a continuación algunos ejemplos o curiosidades sobre algunos prisioneros de

guerra importantes.

El caso de Ricardo I (Corazón de León) de Inglaterra: Como podemos recordar, fue

hecho prisionero a finales de 1192 por Leopoldo V, duque de Austria, cuando retornaba

de Tierra Santa disfrazado de peregrino. Tres meses después fue entregado al emperador

germano Enrique VI, el cual pidió como rescate la suntuosa cifra de 150.000 marcos es-

terlinos. Como se llevaba fatal tanto con el duque como con el emperador, no rebajaron

ni en medio penique el importe del rescate, e incluso tuvo que ver como su hermano

Juan I de Inglaterra y el rey Felipe II Augusto de Francia ofrecían 80.000 marcos si lo

mantenía a buen recaudo hasta la festividad de San Miguel de 1194. El emperador se

negó, y el rescate llegó finalmente en febrero de 1194, tras lo cual pudo volver a casita.

Eso sí, tras esquilmar a base de impuestos a sus súbditos para juntar la pasta del dichoso

rescate.

Ilustración que muestra al rey Ricardo I de Inglaterra besándole los pies al

emperador germano, aunque al parecer nunca ocurrió tal cosa, ya que Ricardo se

negó a rendirle pleitesía, considerando que por encima de un rey sólo está Dios, y

ante nadie más se arrodilla un monarca

~ 52 ~

El caso del rey Juan II de Francia (siglo XIV): Fue hecho prisionero en la batalla de

Poitiers (año 1356), cuando el Príncipe Negro (el inglés Eduardo de Woodstock) y un

contingente de la reserva del ejército inglés logró rodear al rey francés y su séquito. A

pesar de que el príncipe Eduardo lo trató en todo momento con la mayor cortesía debida

a un personaje de tanto abolengo y rango, lo trasladó a Londres donde se le dio un trato

digno de un rey, permitiéndosele asistir a justas, fiestas, diversiones y a practicar la ca-

za, su gran pasión. Ello no fue obstáculo para pedir de rescate por su regia persona la

monstruosa cifra de tres millones de coronas de oro. Intentó saldar el pago a base de

concesiones territoriales y pagos a cuenta, pero murió en 1364 en Londres sin llegar a

retornar a su país. Mucha cortesía, mucho buen rollito, pero no se cortaban un pelo a la

hora de dejar al enemigo más tieso que un bacalao, ¿eh? Pues eso.

Momento en el que Juan II de Francia, a la derecha, se rinde a Eduardo, el inglés

conocido como Príncipe Negro

~ 53 ~

El caso del infante Enrique de Castilla: Bueno, la vida de este hombre daría para una

miniserie, cosa que por cierto nadie ha hecho aún, mientras que se ruedan cagaditas o

paridas a mansalva que no valen un pimiento. Tras enemistarse con su hermano Alfonso

X, se dedicó a vagar por Europa al servicio de diversos monarcas. Tras la batalla de Ta-

gliacozzo (1268), en la que combatió en el bando de Conradino de Hohenstaufen contra

Carlos de Anjou, logró escapar y refugiarse en la abadía benedictina de Montecasino.

Total, que el abad lo mandó prender al saber que el infante pertenecía al bando perdedor

y lo entregó al Angevino Carlos, el cual se la tenía jurada hasta el extremo de no pedir

siquiera rescate por el infante, de modo que éste fue encerrado en el castillo de Canosa

di Puglia. Lo tuvieron a buen recaudo hasta el año 1291, cuando el gabacho consideró

que ya había purgado todas las putaditas que el infante le había infligido. Luego fue

cautivo de nuevo en Túnez hasta 1294.

Partes del castillo de Canosa di Puglia

Así pues, resumiendo, si entre cristianos eran tratados los prisioneros ilustres de ma-

nera honorable, esos miramientos generalmente dejaban de ser obligados cuando se tra-

taba de un prisionero musulmán. De hecho, en muchos fueros y leyes de la época se

afirmaba que el cautivo de otra religión que no fuera la cristiana podía ser objeto de to-

do tipo de malos tratos o violencias y ser sumido en la peor de las esclavitudes. Por po-

ner un ejemplo, tomemos lo ocurrido a Omar ibn Timsalit, gobernador almohade de

~ 54 ~

la koura (portuguesa) de Beja en 1178. Este sujeto levantó una hueste para atacar la po-

blación de Alcácer do Sal, la cual fue exterminada por las tropas al mando del rey Al-

fonso I Enríquez de Portugal (1139-1185). En la acción fueron capturados tanto el go-

bernador como el alcaide de Serpa, Abd Allah ibn Wazir. Fueron encerrados y bien en-

cadenados en el castillo de Coímbra, tras lo cual don Alfonso realizó un desfile triunfal

en plan romano con ambos cautivos. Tras el desfile, ibn Timsalit fue torturado hasta

morir como escarmiento. Ibn Wazir tuvo más suerte, ya que fue liberado tras pagar

4.000 dinares de oro por su vida de moro atribulado.

Castillos de Serpa y de Coímbra

A veces incluso se pagaba rescate no por la vida del cautivo, sino por su cadáver para

que pudiera ser enterrado en el mausoleo familiar. He aquí un caso como ejemplo: en

1160, gente de la familia de los Henar, de cerca de Cuéllar (Segovia), robaron unas ca-

bezas de ganado al clan abulense de los Serrano. Éstos salieron en su persecución, lo-

grando alcanzarlos, tras lo cual se entabló una escaramuza que se saldó con la muerte de

los culpables Henar. Sus deudos tuvieron que pagar un rescate para poder recuperar las

cabezas de los muertos, si bien conviene aclarar que esta práctica se consideraba des-

honrosa. Eso de pedir pasta gansa por un pedazo de pariente estaba muy mal visto.

Caso de no disponer del dinero del rescate o de aceptar el carcelero un aplazamiento,

era habitual permitir la puesta en libertad del cautivo previa entrega de rehenes para

asegurarse el cobro, que es de todos sabido que en cuanto el pájaro vuela de la jaula no

se le ve más el pelo. También era habitual que los rescates y la entrega de rehenes figu-

rasen en las capitulaciones de plazas cercadas. Por poner un ejemplo, en el cerco a

~ 55 ~

Priego (Córdoba) en 1225 a manos del rey Fernando III, los moros aceptaron pagar la

cifra de 80.000 maravedíes más la entrega de 800 plebeyos, 50 moros de linaje y 55 mo-

ras del mismo estatus social.

Mención aparte podríamos hacer en relación a las Órdenes religiosas dedicadas al

rescate de cautivos, destacando a los trinitarios y a los mercedarios.

~ 56 ~

EPÍLOGO II

LAS EJECUCIONES POR DECAPITACIÓN

Desde los tiempos más remotos se tiene la más absoluta certeza de que si se le amputa

la cabeza a un ciudadano, éste se muere de forma irremisible.128

De ahí que semejante

práctica gozase de gran popularidad y se extendiese por todas partes ya que era la forma

más segura de impedir que cualquier criminal volviese a delinquir. De hecho, sólo se

conoce un caso de descabezado incombustible, el del jinete sin cabeza que sale en la

peli esa de Sleepy Hollow que, por cierto, me encanta y la he visto qué se yo la de veces.

La decapitación con espada era un método habitual en Centroeuropa (como también

en otros lugares). Era necesario que el ejecutor o verdugo tuviera una gran pericia en el

manejo de su arma para no errar el golpe.

128

http://amodelcastillo.blogspot.com/2017/03/metodos-de-decapitacion-la-mannaia.html

~ 57 ~

Así pues, como digo, la decapitación ha sido quizás el método de ejecución más ex-

tendido y antiguo, siendo los encargados de llevarla a cabo unos verdugos provistos de

un hacha o una espada que, con más o menos destreza, segaban el cuello del reo, dán-

dole matarile entre la vorágine de alaridos, insultos y regodeo sádico de la plebe que

gustaba asistir a tan sangriento espectáculo. Sin embargo, estos verdugos no siempre

tenían la destreza y el vigor necesarios para asestar el golpe y cercenar la cabeza del

condenado al primer intento, convirtiéndose entonces la ejecución en una auténtica ma-

sacre, ya que en muchas ocasiones eran necesarios dos o más tajos para aliñar al des-

dichado reo, el cual tardaba en palmarla el tiempo que el verdugo empleaba en golpear

una y otra vez sin acertar de pleno. Estos verdugos, extraídos de lo más bajo de la escala

social, carecían de la pericia de ejecutores modernos como Pierrepoint (1905-1992) o

~ 58 ~

Deibler (1863-1939) y, aparte de no tener el entrenamiento adecuado para ejercer su

oficio con eficacia y diligencia, no sería raro que subieran al patíbulo con elevados gra-

dos de alcoholemia, lo que les impedía llevar a cabo la ejecución con la limpieza reque-

rida. Un ejemplo bastante conocido lo tenemos en la decapitación del otrora poderoso

valido de Enrique VIII, Thomas Cromwell, que tardó en largarse de este mundo el tiem-

po que dedicó el verdugo en descargar tres veces el hacha hasta que finalmente se abu-

rrió y se murió de tanto esperar, pobre hombre.

De ahí seguramente la idea de fabricar un ingenio mediante el cual la ejecución se pu-

diera llevar a cabo de forma rápida y digna, porque, no lo olvidemos, en muchos países

la decapitación solía ser el método seguido para ejecutar a personas de cierto rango, y

no estaba bien visto que todo un marqués o incluso una reina adúltera acabaran mache-

teados como un pollo en manos de un aprendiz de carnicero. Alguno dirá que para eso

se inventó la guillotina, pero este artefacto ni lo inventaron los gabachos, ni mesié Gui-

llotin hizo otra cosa que proponerlo como una forma de ejecutar a los reos con pronti-

tud, ya que ni siquiera se tomó la molestia en mejorar las máquinas que ya se empleaban

desde hacía siglos en la brumosa Albión,129

en Alemania o en Italia. De hecho, la má-

quina que actualmente conocemos como guillotina fue en realidad fabricada en 1792

por un constructor de clavicémbalos alemán llamado Tobias Schmidt, pero de eso no

hablamos aquí ahora. La cuestión es que mucho antes de que a los gabachos les diera

por descabezar a todo bicho viviente, hacía unos cinco siglos nada menos que se usaban

diversos artefactos para dicha finalidad, artefactos como la llamada mannaia.

129

Gran Bretaña.

~ 59 ~

Aquí vemos una representación de la aflicción y decapitación de Conradino de

Hohenstaufen en 1268

Tal vez el más antiguo artefacto o artilugio sea el conocido como mannaia, que en la

lengua italiana significa cuchilla, en referencia a esas tan grandes que usan los carni-

ceros. Al parecer, en Alemania este artefacto era denominado como panke o diele, tér-

minos con los que aparece en diversos relatos sobre ejecuciones llevadas a cabo en Ale-

mania en el siglo XIII. No obstante, no se sabe quién ni cuándo la inventó y, por otro

lado, las descripciones que han llegado a nuestros días nos presentan diversas variantes,

si bien se ceñían a unos baremos determinados. La primera noticia de su uso en un per-

sonaje de postín la tenemos en la ejecución del desdichado Conradino de Hohenstaufen

que, con apenas 16 años, fue liquidado por el taimado, ambicioso y malvado Carlos de

Anjou en Nápoles el 29 de octubre de 1268. En el grabado de la imagen de arriba apa-

rece el atribulado duque ante un chisme que se asimila a una de las descripciones que se

han dado de la mannaia, que la presentan como dos postes verticales de escasa altura

~ 60 ~

entre los que se desliza una cuchilla lastrada con plomo para aumentar su contundencia.

Para dejarla caer no tenían más mecanismos que una simple soga que el verdugo se li-

mitaba a soltar o cortar cuando el reo tenía el cuello apoyado en un tocón colocado bajo

la máquina.

Y en el grabado siguiente tenemos un ejemplo similar, en este caso procedente de la

colección de “Martirios de los Apóstoles”, de Lucas Cranach, editada en Witemberg en

1539 y que, en este grabado, representa el martirio de San Mateo, llevado a cabo me-

diante una “cuchilla descendente, a la manera de los romanos”. En el grabado se puede

apreciar perfectamente la morfología de la máquina, y vemos cómo un verdugo sujeta la

soga que sostiene la pesada cuchilla de filo recto mientras que otro sujeta la cabeza del

santo para que no la retire ya que, según podemos comprobar, estas máquinas carecían

del típico cepo que inmovilizaba la cabeza del reo. En aquella época se creía que, en

efecto, ese artefacto o alguno similar ya era empleado por los romanos. De hecho, las

ejecuciones con esa máquina eran un tema bastante recurrente en la escuela alemana del

siglo XVI, y autores como el mismo Durero o Heinrich Aldegrever la representaron en

sendos grabados sobre la ejecución del hijo de Tito Manlio.

~ 61 ~

Grabado de aguafuerte de Hienrich Aldegrever representando a Tito Manlio

ejecutando a su propio hijo

El hecho de que apareciera la mannaia en obras ambientadas en tiempos de los roma-

nos no significa que fuera cierto que éstos las empleasen. De hecho, no hay constancia

de ello. Para justificar el gazapo colijo que lo más lógico es pensar que se trataba de un

simple anacronismo muy habitual en la Edad Media y el Renacimiento, cuando se repre-

sentaban a los personajes con la indumentaria y los edificios de su época de la misma

forma que si hoy pintásemos a los hombres de los Tercios de Flandes con uniforme de

camuflaje y armados con fusiles de asalto en vez de con arcabuces. No obstante, lo que

sí parece quedar claro es que el empleo de esta máquina debía ser bastante habitual en la

Alemania medieval y renacentista, ya que, por otro lado, se asemejan bastante en su as-

pecto general, si bien nos son mostradas de una forma excesivamente elaborada y no

como simples instrumentos de muerte, que debían tener un acabado más tosco, y no si-

milar al de un mueble estilo rococó. Queda además constancia de que su funcionamien-

to era parecido al de la posterior guillotina, si bien carecían de cualquier tipo de meca-

~ 62 ~

nismo para elevar o soltar la cuchilla, así como para retener la cabeza del reo en su sitio,

lo que se debía hacer por el tradicional pero no por ello menos eficaz medio de agarrarlo

por los pelos sin más historias.

Retomando el tema del uso del mencionado artefacto por los romanos, lo cierto es que

esta falsa idea trascendió más allá del Renacimiento gracias a hombres que, tenidos por

autoridades en la materia, afirmaron que verdaderamente era así. Un ejemplo lo tenemos

en el Academy of Armoury, un tocho sobre cuestiones heráldicas publicado en 1678 por

un tal Randle Holme (sí, sin S al final), un inglés perteneciente a una familia que du-

rante generaciones se dedicó al estudio de la genealogía y que presentó un blasón con el

chisme que vemos en la figura de arriba, si bien sin especificar a qué linaje pertenecía.

Lo describe así: “en campo de gules, un tocón montado entre dos soportes con un ha-

cha entre ellos. A la izquierda, un mazo”. Conviene aclarar para los que no lo sepan

que, en heráldica, la posición del mobiliario no se da conforme al que mira el escudo,

sino como si uno estuviera dentro del escudo, o sea, que si el mazo lo veamos colocado

a la diestra, heráldicamente hablando está a la siniestra. Afirmaba además que “este era

el método seguido por judíos (¡!) y romanos para decapitar a los criminales, aunque

otros dicen que cortaban las cabezas con una espada de dos manos”. Es más que evi-

dente que el tal Holme se inventó esto de cabo a rabo, pero como era un afamado ge-

nealogista pues nadie puso en duda sus afirmaciones. O sea, más o menos como ocurre

hoy día cuando un “experto” nos suelta alguna sentencia y todo el mundo la acepta

como auténtica aunque tenga de verdadera lo que un político de honrado.

~ 63 ~

Sin embargo, la cosa está en que el artefacto representado por Holme se ajustaba bas-

tante a la mannaia, la versión italiana de estas primitivas guillotinas. Una de las repre-

sentaciones más antiguas de este artefacto la tenemos en las figuras que siguen. Se trata

de una xilografía anónima datada hacia 1522 que representa la decapitación de San Juan

el Bautista. En el grabado superior se ve al Santo en posición orante con la máquina

situada ante él. Detrás aparece el verdugo provisto de un enorme mazo. Si nos fijamos

en la cuchilla, se asemeja en su forma a la de un hacha normal y corriente, y está encas-

trada en un travesaño que se desliza por dos acanaladuras. Aunque la ilustración es bas-

tante esquemática, cuando no tosca, nos permite hacernos una idea de su funciona-

miento, que no era otro que colocar el cuello del reo bajo la cuchilla y, a continuación,

asestar un mazazo sobre el travesaño que la sustenta, decapitando de un solo golpe a la

víctima sin necesidad de convertir la ejecución en uno de los baños de sangre tan ha-

bituales en aquella época.

~ 64 ~

Otra representación de una mannaia más elaborada podemos verla en esta última fi-

gura de arriba. Se trata de un grabado en cobre datado en 1553 obra de George Pens, un

discípulo de Durero que no se quiso quedar sin plasmar por enésima vez la dichosa eje-

cución del hijo de Manlio, el antiguo dictador romano, famoso en los relatos de Tito

Livio. En este caso el autor gráfico no optó por el modelo alemán sino por el empleado

en Italia, quizás pensando que sería más fiel a la historia. De hecho, hasta presenta al

verdugo con una suerte de indumentaria a la romana. Pero lo más importante en este

caso es que el autor se ajustó bastante a la forma de usar la máquina, con el verdugo

preparándose para descargar el mazazo que hundiría la cuchilla en el pescuezo del joven

Manlio, que debió ser el pagano ejecutado más veces representado en el Renacimiento.

Con todo, nos hemos permitido efectuar dos recreaciones basadas en las descripciones

y representaciones gráficas de la época para que podamos tener una idea más clara del

aspecto real de la mannaia que se usó en Italia. La que vemos a continuación es la del

modelo convencional. Está formada por dos postes de entre 120 y 150 cm. de alto uni-

dos por sendos travesaños, uno en la parte inferior y otro aproximadamente a la mitad,

donde el reo apoyará el cuello. Los dos postes están acanalados por sus caras internas

para que la cuchilla se deslice sin problemas. Llegado el momento de la ejecución, el

reo se arrodillaba ante la mannaia y colocaba la cabeza en el travesaño. A continuación

el verdugo deslizaba la cuchilla hasta apoyarla sobre el cuello y, finalmente, descargaba

el golpe con un pesado mazo que imprimiese la suficiente energía como para cercenar el

cuello limpiamente. El modelo de la derecha corresponde a una variante empleada en

Bolonia y que, como podemos ver, está provista de un cepo denominado tagliatura,

palabro que viene a significar “recorte”, quizás en referencia al orificio practicado para

inmovilizar la cabeza del reo. Es evidente que más de uno no estuvo por la labor de

quedarse quietecito mientras el verdugo asestaba el golpe, así que inventaron la taglia-

~ 65 ~

tura o cepo que luego se hizo tan popular en la guillotina. Esta pieza sería móvil, y

quedaría sujeta a la máquina mediante algún tipo de pasador, clavija o cuña. Por cierto

que la mannaia estaba considerada en Italia como el método de ejecución más honora-

ble.

Pero no sólo se reservaba la mannaia para descabezar a ciudadanos ilustres sino tam-

bién se utilizaba como herramienta para cercenar las manos de los asesinos que iban a

ser ahorcados. Según era costumbre, a los asesinos se les cortaba la mano con la que

habían empuñado el arma homicida, tras lo cual eran ahorcados tal como vemos en el

dibujo que sigue, donde observamos una mannaia destinada a tal fin. Según relatos de

la época, el verdugo le cortaba al condenado la mano fácilmente con este artefacto tras

lo cual le vendaba rápidamente el muñón sangrante o se lo metía dentro de un pollo

recién sacrificado para impedir que, debido a la hemorragia, palmara desangrado antes

de acabar colgado del pescuezo según la sentencia ordenada.

En fin, ya vemos que la guillotina estaba más que inventada cuando los gabachos la

pusieron en funcionamiento, y menos mal que en aquella época aún no se había in-

ventado eso del copyright, porque si no les habrían sacado una pasta gansa por cada

cabeza cortada. En todo caso, aún en el siglo XVIII se seguían ejecutando criminales

mediante esta máquina, de modo que se adelantaron a sus vecinos del norte por varios

siglos. Pero que nadie piense que sólo la mannaia antecedió al artefacto revolucionario

llamado guillotina. De hecho, los british también fabricaron chismes muy semejantes a

la guillotina…, pero aquí lo dejamos ya, de momento.

~ 66 ~

El ahorcamiento, obra de Annibale Carracci de hacia finales del siglo XVII.

La flecha muestra la mannaia sobre un patíbulo

~ 67 ~

EPÍLOGO III

EL LARGO CÓNCLAVE TRAS LA MUERTE DE CLEMENTE IV

Después de la muerte de Clemente IV en aquel 29 de noviembre de 1268, comenzó el

que habría de ser el más prolongado cónclave en la historia de la Iglesia, cónclave que

tuvo su lugar en el Palacio Papal o Pontificio de Viterbo y que es realmente considerado

por los estudiosos como el primer cónclave propiamente dicho. Eran tiempos estos del

duecento en los cuales Viterbo estaba distantemente a salvo de las presiones sociales

que se cernían sobre Roma, donde también había enfermedades y penurias que la hacían

inhóspita.

Los Papas del duecento (siglo XIII)130

se blasonaron en sus escudos ostentando los

emblemas y figuras de sus poderosas familias, introduciéndose en estos tiempos en di-

chos escudos la simbología de las llaves del reino de los cielos como reclamo pontificio

de autoridad y poder. Aunque hubo algunos Papas franceses y un portugués, los desta-

cados del siglo fueron italianos o de las grandes familias del entorno de Roma: los Conti

di Segni (tres Papas), los Visconti, los Orsini, los Savelli y uno de la familia Gaetani,

que será el último del siglo XIII y muy conocido, Bonifacio VIII (1294-1303). Éste

fundó en su momento la romana Universidad de la Sapienza, siendo mecenas de impor-

tantes artistas, muy destacados en el desarrollo del arte, como Giotto (1267-1337).

Bonifacio se puso llamativa corona regia…

Pero no nos adelantemos…, pues estamos considerando ahora la Roma de esta década

de los sesenta del duecento. Roma era una ciudad medieval como de baja catadura y

sucia, por mucho que ya se acercara poco a poco el Renacimiento, ¡que ya iba haciendo

falta! Hubo alguna tentativa para cambiar la ciudad como reconociendo “derechos” del

pueblo y ya no estaba la cosa como para que un Papa reinara así como así, y mucho

menos compitiendo por encima, o impuesto, sobre cualesquiera otros monarcas y sobe-

ranos; pero todo esto iba lento. El Papa seguirá reinando, pero ya había síntomas o se-

ñales acerca de cómo una cultura religiosa necesitaba argumentarse y proponerse de

distinta manera, sin apropiación indebida de la conciencia presionada a la fuerza.

A fines del siglo anterior, el siglo XII, el filósofo hispanomusulmán Averroes (1126-

1198) contribuyó al conocimiento del olvidado pensamiento aristotélico; y ahora en este

siglo XIII, el santo dominico Alberto Magno (1193-1280) va desarrollando una filosofía

teológica propia, siguiéndola otro muy destacado dominico, Santo Tomás de Aquino

(1221-1274), que construye o edifica sobre las bases racionalistas (aristotélicas) del cris-

tianismo; estamos en la filosofía escolástica, que usa la lógica partiendo de esas premi-

sas irrefutables para el creyente que son los dogmas. Hay otras teorías y complementa-

ciones varias en este siglo, pues el retorno a la filosofía griega va abriendo un sendero

casi escondido para que la racionalidad sea alcanzada de nuevo y otra vez, manifestando

que no debieron haberse perdido. Son de este siglo XIII pensadores que impugnan im-

130

Ningún antipapa y 17 Papas en total vivieron su tiempo considerable, aunque 4 de ellos vivieron sólo

meses y 1 tan sólo 17 días.

~ 68 ~

plícita o explícitamente el poder temporal de la Iglesia, pensadores como los francis-

canos Roger Bacon (1214-1292) y Guillermo de Occam (1285-1347).

Bien, pues tras la muerte de Clemente IV vendría a celebrarse cónclave para la elec-

ción de su sucesor. Los electores, pasando de la veintena, fueron: Odo de Château-

roux,131

Stefan Vancza,132

Juan de Toledo,133

Enrico de Segusio,134

Simone Paltineri,135

Simón Monpitié de Brie,136

Anchero Pantaleone,137

Guillaume de Bray,138

Guy de Cas-

tella,139

Annibale Annibaldi,140

Ricardo Annibaldi,141

Ottaviano Ubaldini,142

Giovanni

Gaetano Orsini,143

Ottobono Fieschi dei Conti di Lavagna,144

Uberto Coconati,145

Gia-

como Savelli,146

Gofredo de Alatri,147

Giordano dei Conti Pironti da Terracina,148

Mat-

teo Orsini Rosso149

y Rodolphe de Chevrieres.150

131

Francés, cardenal obispo de Frascati.

132

Cardenal obispo de Palestrina. Fue el primer cardenal húngaro. Murió en 1270.

133

Cisterciense, inglés, cardenal obispo de Porto y Santa Rufina.

134

De Italia, piamontés, cardenal obispo de Ostia y Velletri.

135

Italiano de Padua, cardenal presbítero de San Silvestro e Martino ai Monti.

136

Francés, cardenal presbítero de Santa Cecilia.

137

Francés, cardenal presbítero de Santa Práxedes.

138

Francés, cardenal presbítero de San Marcos.

139

Cisterciense, castellano, cardenal presbítero de San Lorenzo in Lucina.

140

Italiano, dominico de Roma, cardenal presbítero de los Santos Doce Apóstoles.

141

Romano, cardenal diácono de Sant’Angelo in Pescheria.

142

Italiano, de Florencia, cardenal diácono de Santa María in Vía Lata.

143

Romano, cardenal diácono de San Nicola in Carcere.

144

Italiano, de Génova, cardenal diácono de San Adriano.

145

Italiano piamontés, cardenal diácono de San Eustaquio.

146

Romano, cardenal diácono de Santa María in Cosmedin.

147

Italiano de Alatri, cardenal diácono de San Giorgio in Velabro.

148

Italiano de Terracina, cardenal diácono de los Santos Cosme y Damián. Murió en octubre de 1269.

149

Romano, cardenal diácono de Santa María in Portico.

~ 69 ~

Los cardenales se dividieron históricamente en dos partidos, los partidarios de los

franceses, que podían contar con hasta 7 u 8 cardenales, y los pro-alemanes, que con-

formaron una docena de cardenales, dos de los cuales, sin embargo, murieron durante la

votación.

Además de esta división histórica, los cardenales electores se subdividieron todavía

más –por razones familiares o personales–, habiendo al menos cuatro facciones que se

oponían entre sí, lo que hacía cada vez más difícil un acuerdo final, considerando ade-

más que para la elección era necesaria una mayoría de dos tercios de los votantes.

También debe recordarse que, en aquellos días, todo el mundo cristiano estaba profun-

damente conmocionado por la ejecución de Conradino, con 16 años de edad, duque de

Suabia y último heredero de la dinastía Hohenstaufen, decapitado en Nápoles por órde-

nes de Carlos de Anjou, a 29 de octubre de1268, confluyendo en ello incluso la indife-

rencia del mismo Papa Clemente IV, según se difundió en una opinión muy generali-

zada.

Desde algunos días después de la muerte y de los funerales del Papa Clemente IV, los

miembros electores del colegio cardenalicio se reunían a diario en la catedral de Viterbo

a fin de elegir un nuevo Papa; deliberaban y votaban, regresando después cada cual a su

residencia. La tradición imponía al colegio de cardenales a realizar las elecciones ponti-

ficias en la catedral de la ciudad donde hubiera muerto el Papa recientemente fallecido.

Fue pasando un año entero sin que a las votaciones siguiera algún resultado satisfacto-

riamente positivo, ni siquiera cuando los cardenales volvieron su atención sobre Filippo

Benizi (o Benicio), superior general de los servitas (la Orden de los Siervos de María,

fundada en 1233).151

El buen fraile, al saber de las intenciones cardenalicias, conside-

rándose humildemente indigno, huyó a ocultarse en una cueva del Monte Amiata, en la

Toscana. Incluso San Buenaventura, ministro general de los franciscanos desde 1257,

parece ser que también hizo disminuir drásticamente la intención de los cardenales incli-

nándose por su posible elección.

Más de una vez estaba bloqueada la situación, en un punto muerto total, de modo tan

alarmante que, atraídos por el asunto, fueron a Viterbo Carlos de Anjou y el príncipe

Felipe,152

tratando de averiguar y afrontar el comportamiento de los cardenales. Fue en

todo esto muy destacado en su actuación San Buenaventura, que era de Boñorea (Ba-

gnoreggio), localidad cercana a Viterbo.

La cosa iba ya por el décimo octavo mes, desde que se iniciara el proceso de búsqueda

y elección de un nuevo Papa. Entonces se hizo valer el consejo de San Buenaventura, al

que respondieron drásticamente los ciudadanos de Viterbo: Encerraron con llave (“cón-

clave”) a los cardenales en el palacio pontificio. San Buenaventura, allí dentro con

150

Francés, cardenal obispo de Albano. Fue acompañante del rey Luis IX de Francia como cruzado a Tú-

nez y allí murió, a 11 de agosto de 1270.

151

Se trata de San Felipe Benicio (1233-1285). Fue canonizado por el Papa Clemente X (1670-1676), el

12 d abril de 1671. Se conmemora en el santoral el 22 de agosto.

152

Futuro rey Felipe III de Francia (1270-1285), hijo de Luis IX.

~ 70 ~

ellos, les predicó y exhortó fervientemente, pidiéndoles que eligieran al sucesor de Pe-

dro, señalándoles particularmente la necesidad de que el nuevo Papa pudiera ser elegido

de fuera, del exterior, sin que formara parte del colegio cardenalicio. Aún así no se po-

nían de acuerdo ni llegaban a decisión alguna.

Viterbo era regida entonces por la autoridad de Alberto di Montebuono y sobre todo

por el capitán o custodio y corregidor Raniero Gatti, enérgico y muy estimado por to-

dos. Alberto y Raniero eran en todo el uno para el otro, siendo de actuaciones muy bue-

nas y acordes, aceptadas por todos. Interpretando la indignación y hartazgo de la gente,

Raniero se convenció de lo necesario que era impedir las presiones externas sobre los

cardenales. Había que recluirlos, aislarlos. Así, a 1 de junio de 1270, ordenó el cierre de

todas las puertas de la ciudad. Cogidos por sorpresa, los cardenales fueron obligados a

reunirse en el gran salón del palacio pontificio. Una vez allí, se les dijo que no podrían

salir del recinto aquel mientras no se pusieran de acuerdo y eligieran al nuevo Papa.

Fueron pasando los días en dicha situación. Raniero entonces, para aumentar la pre-

sión sobre los cardenales, fue restringiéndoles la comida, los cuidados, las atenciones…,

hasta mandar que estuvieran a pan y agua, así como a la intemperie, a techo descubierto.

Y a diferencia de lo que comúnmente se cree, los historiadores comparten que aquella

situación de extrema y absoluta reclusión fue un tanto breve. De hecho, consta que el 21

de junio de 1270 los magistrados de Viterbo permitieron a los cardenales que pudieran

ocupar las otras salas del palacio, con acomodo de residencia y favorecimiento del cui-

dado personal, aunque siguieron con la prohibición de salir o irse de allí. Las puertas

estaban cerradas y custodiadas, sin posibilidad de salidas a la calle.

Dentro del cónclave seguía San Buenaventura exhortando con reproches de predica-

dor a los cardenales. El cónclave seguía prolongándose, llevando a los cardenales a una

decisión no poco extraordinaria en esos tiempos: a 1 de septiembre de 1271, el colegio

cardenalicio delegó a una comisión de 6 cardenales para acometer la tarea de elegir

nuevo Papa en un par de días como máximo.

Fue sorprendente la rapidez de actuación y resolución, no en uno o dos días sino en

unas horas: el mismo día 1 de septiembre de 1271 fue elegido el nuevo Papa, resultando

ser Teobaldo Visconti, un noble de Piacenza, ciudad de la Emilia-Romagna, hombre

respetable, con fama de bueno y honesto, que había ejercido su ministerio de diácono en

Lyon y en Lieja y que a la sazón se encontraba como cruzado en San Juan de Acre.

Informado Teobaldo, aún falto de órdenes sagradas para el ministerio petrino, se sor-

prendió muy mucho, pero se encaminó a Viterbo en cuanto pudo, recalando allí cuando

ya era febrero de 1272. Fue nombrado Papa tomando él como nombre el de Gregorio X,

iniciándose su pontificado a partir de marzo de ese año y prolongándose hasta el 10 de

enero de 1276, fecha de su muerte en Arezzo (Toscana).

Se sucedieron después con más o menos brevedad varios pontificados. Ya lo iremos

viendo con todo el respectivo desenvolverse de cuanto acontezca.

~ 71 ~

ÍNDICE

A modo de prólogo

La Historia ofrece de todo ………………………………………………….. pág. 3

Andalucía

Repoblación y privilegios para Arcos y Medina Sidonia ………………….. pág. 6

Mancomunidad de Islandia (sometida al reino de Noruega)

Murió Gissur Thorvaldsson ………………………………………………… pág. 9

Reino de Valencia

Algunas decisiones del rey Jaime I ………………………………………… pág. 11

Antioquía

Desaparece como principado ………………………………………………. pág. 12

Cortes de Castilla en Jerez de la Frontera

“A modo de Ayuntamiento” ………………………………………………… pág. 16

Reino de Castilla

Asuntos de villas en el mes de julio ………………………………………… pág. 21

Italia

Muere ejecutado en Nápoles Conradino Hohenstaufen tras haber sido derro-

tado en Tagliacozzo, corriendo la misma suerte Federico I de Baden-Ba-den pág. 24

Condado de Saboya

Deceso de Pedro II ………………………………………………………….. pág. 33

Allariz (Galicia – Reino de Castilla)

Fundación monástica de clarisas ……………………………………………. pág. 35

Argelita (reino de Valencia)

Murió Zayd Abu Zayd (Vicente Bellvís) …………………………………… pág. 37

Reino de Sicilia

Boda de Carlos de Anjou y Margarita de Borgoña ………………………… pág. 40

Viterbo (Italia – Estados Pontificios)

Murió de manera inesperada el Papa Clemente IV ………………………… pág. 41

~ 72 ~

Toledo (reino de Castilla)

Encuentro de dos emparentadas casas reales en la catedral ……………….. pág. 44

Condado de Urgel

Óbito del conde don Álvaro ………………………………………………… pág. 45

Epílogo I

Sobre los prisioneros de guerra medievales ………………………………… pág. 46

Epílogo II

Las ejecuciones por decapitación …………………………………………… pág. 56

Epílogo III

El largo cónclave tras la muerte de Clemente IV …………………………… pág. 67

~ 73 ~

Escudo (de armas) de la Santa Sede mientras hay sede vacante