el cultural · entrevista con paul verhoeven. vuelve a su holanda natal con el estre-no de el libro...

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1-7 de febrero de 2007 www.elcultural.es EL CULTURAL Verhoeven “Soy realista, si alguien sufre quiero mostrarlo” Entrevistas Vasily Petrenko Norma Aleandro Manuel Toharia Hoy, Algo de qué hablar Colección Julia Roberts Felipe Benítez Reyes habla sobre Mercado de espejismos, último Nadal Paul El director vuelve a la Holanda nazi con la superproducción El libro negro

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Page 1: EL CULTURAL · Entrevista con Paul Verhoeven. Vuelve a su Holanda natal con el estre-no de El libro negro, POR SERGI SÁNCHEZ. 47. John Cameron Mitchell indaga en el sexo en Shortbus,

1-7 de febrero de 2007 www.elcultural.es

EL CULTURAL

Verhoeven“Soy realista, si alguien sufre quiero mostrarlo”

EntrevistasVasily PetrenkoNorma AleandroManuel Toharia

Hoy, Algo de qué hablarColección Julia Roberts

Felipe Benítez Reyeshabla sobre Mercado de espejismos, último Nadal

Paul

El director vuelve a la Holanda nazicon la superproducción El libro negro

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La penúltima actriz cine-matográfica que lo inten-tó ha sido la radiante Ju-

lia Roberts. Y fracasó. Pasar desdela pantalla, grande o pequeña, alteatro es dar un salto generalmen-te mortal. Son muy pocos los acto-res y actrices que lo han conse-guido. El teatro es la verdad en lainterpretación. No admite artifi-cios ni efectos especiales. Sólo valela autenticidad.

El cincuenta por ciento del Ós-car de Amenábar lo ganó BelénRueda con una actuación memo-rable. No lo digo ahora. Lo escri-bí en su día. Así es que acudí alteatro Lara, expectante, para com-probar si la gran actriz de televisióny de cine era capaz de pasar la ba-tería teatral. Al salir, cambié im-presiones con José Sacristán, elmejor actor español, hoy, tras la re-tirada de Fernán Gómez. Estabatan conmocionado como yo. BelénRueda se muestra espléndida enun papel de extrema dificultad,lleno de veladuras, de matices, decontradicciones. La voz, el sosie-go, la ira, la alegría, la profunda me-lancolía, el pesimismo, la deses-peranza, el gesto, la contención,la medida, la expresión corporal, lasabiduría al escuchar, se adensanen una interpretación con esca-sos fallos, casi sin errores. LidiaNavarro acompaña con acierto aBelén Rueda. Sergio Mur y GarcíaPérez están eficaces. Mariano Ba-rroso dirige la comedia con manosabia y altiva. Ha entendido laobra, el agrio mensaje de Marber,y mueve a los actores certeramen-

te, tal y como exige el texto sutile irónico, que brinca sobre el es-cenario del Lara, la querida “bom-bonera” revitalizada por PabloLarguía.

El autor ha puesto un espejo de-lante de las relaciones amorosas enla vorágine de la gran ciudad, delLondres hipócrita y fascinador.El asfalto es la piel nueva de la ci-vilización. Lejos la naturaleza, nohay ya, según Marber, grandesamores. Ni fidelidades eternas. NiRomeos y Julietas. Ni amantesde Teruel. El amor en la sociedadurbana de hoy no es idílico sino in-seguro, desencantado, menor.Todo vale. Se pasa de una mujera otra, de un hombre a otro, de unpolvo a otro, casi sin solución decontinuidad. Se ama, se odia, seposee, se miente, se desengañala pareja, se produce el desencan-

to. Y la soledad. Y vuelta a empe-zar. Unos se lían con otros, los otroscon los unos. Los cuatro persona-jes de Closer recorren las respecti-vas camas con cínica volatilidad,con relaciones cambiantes, con-fundido el sexo y el amor. La ego-latría, la inadaptación, la fugacidad,presiden las peripecias amorosasde un sector cada vez mayor de lasociedad contemporánea en lasgrandes ciudades. Es la consagra-ción de la amoralidad. Marber si-túa al espectador ante la nuevarealidad de las relaciones afectivas.Closer es una mirada honrada di-rigida hacia un porcentaje cada vezmás alto de cómo se produce elamor en la urbe moderna.

Con su calidad de gran actriz,Belén Rueda hace creíble desde laprimera escena al personaje clavede la obra, Anna, a pesar de la cá-

mara no muy profesional con laque trabaja. Alguna vez he desta-cado la luz adolescente que ilumi-na los últimos senderos del cuerpode la actriz, la párvula cadera, losojos minerales, la incomprensi-ble piel. Belén Rueda es un chorrode sangre joven sobre la escena. Seadivina en algún fugaz ademánsu miedo suburbial, el paisaje ín-timo de la desmemoria. Le pesanlos oros sombríos de su vida. Y ledaña de verdad la insoportable le-vedad del ser. Ni siquiera sé si ladesolación de su mirada es la deAnna o la suya propia. Imposiblepara mí despejar la incógnita. So-bre el escenario del Lara, BelénRueda es la mujer deshabitadaque intenta salir del pozo de lostiempos perdidos. Cuando habla,su palabra indoblegable y hembra,se oxida sobre el labio incandes-cente. La actriz se mueve en tablascomo una sombra herida de can-dilejas y diablas.

Closer aparte, no olvidaré nun-ca aquella escena de la película deAmenábar, árbol adentro de Octa-vio Paz, en la que Belén Rueda,devastada sobre la arena de la pla-ya, refleja en la expresión atrozde su rostro el desescombro de lavida, las rosas del amor tardío, lasarrugas del otoño en la piel enca-necida, la avidez de la ceniza. Losiconos de la imagen, los dioses dela palabra, le ciñeron entonces lacintura para recorrer con ella el ca-mino de su voz encorvada, de suspechos desobedientes, “de susmanos ojivales hechas para dar decomer a las estrellas”. �

Belén Rueda, Closer, más cerca

LL UU II SS MM AA RR ÍÍ AA AA NN SS OO NNde la Real Academia Española

SSeerrggiioo CCaannddeell eess uunn ddiirreeccttoorr ddee cciinnee iinnssttaallaaddoo eenn eell ffiillooddee llaa úúllttiimmaa vvaanngguuaarrddiiaa.. EEll vveerraannoo ppaassaaddoo ccoonnvvooccóó aa

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P R I M E R A P A L A B R A

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3. PRIMERA PALABRA. Belén Rueda, Closer, más cerca, POR LUIS MA-

RÍA ANSON

8. LA PAPELERA DE JUAN PALOMO

LETRAS

10. Felipe Benítez Reyes, premio Nadal: “He querido hacer, mo-destamente, una novela de estirpe cervantina”. POR BLANCA BERASÁTEGUI.

13. Primeros tramos de Mercado de espejismos, POR F. BENÍTEZ REYES.

14. El libro de la semana: Obras Completas & algo + (1935-1972), de

Nicanor Parra. POR Joaquín Marco.

16. Francisco Afilado. Perforaciones. POR CARE SANTOS.

16. Esther Tusquets. ¡Bingo! POR RICARDO SENABRE.

17. Ignacio Padilla. La gruta del Toscano. POR ERNESTO CALABUIG.

18. J. M. Guelbenzu. El cadáver arrepentido. POR ÁNGEL BASANTA.

18. Kader Abdolah. El reflejo de las palabras. POR JACINTA CREMADES.

19. Paul Auster. Viajes por el Scriptorium. POR GERMÁN GULLÓN.

20. Libros infantiles y juveniles. POR GUSTAVO PUERTA LEISSE

21. Joseph Beuys. Ensayos y entrevistas. POR ELENA VOZMEDIANO.

22. José Mª López. Heterodoxos españoles . POR OCTAVIO RUIZ-MANJÓN.

23. Alberto Sucasas. Levinas: lectura de un palimpsesto. POR EUGENIO TRÍAS.

24. R. Richard. Diccionario de hispanoamericanismos. POR PILAR GARCÍA MOUTON.

26. Los libros más vendidos.27. En primera instancia: D. Javier Marías. POR RAFAEL REIG.

ARTE28. Desde el Documento, POR RAMÓN ESPARZA.

30. Fantasmagoría, el movimiento del dibujo, POR JOSÉ MARÍN-MEDINA.

31. Paula Rubio Infante, individual en Formato Cómodo, POR JAVIER HONTORIA.

32. Propuestas de habitabilidad de Dionisio González, POR MARIANO NAVARRO.

33. Manuel Prego, de nuevo en Madrid, POR ANA FERNÁNDEZ.

34. Una nueva edición de Fotoencuentros, POR M. A. HERNÁNDEZ-NAVARRO.

35. Diálogos Pintura/Cine, POR JAUME VIDAL OLIVERAS.

36. Acontecimientos, en las salas del Jeu de Paume, POR CARLOS GARCÍA-OSUNA.

37. Arquitectura. La torre de Gas Natural en Barcelona, POR RAÚL DEL VALLE

TEATRO

40. Escena Radical. El Ciclo Autor estreno de tres obras de la Nobel Elfriede

Jelinek, POR JOSÉ MANUEL MORA.

42. Julio Bocca se despide de los escenarios en el Albéniz, POR R. ESTEBAN.

43. Portulanos, POR IGNACIO GARCÍA MAY

CINE

44. Entrevista con Paul Verhoeven. Vuelve a su Holanda natal con el estre-

no de El libro negro, POR SERGI SÁNCHEZ.

47. John Cameron Mitchell indaga en el sexo en Shortbus, POR C. REVIRIEGO.

MÚSICA

48. Entrevista con el director ruso Vasily Petrenko, que dirigirá a finales

de febrero a la Sinfónica de Castilla y León, POR CARLOS FORTEZA.

50. La Ópera de Noruega relee a Wagner en Madrid, POR ARTURO REVERTER.

52. El Flamenco Festival conquista Estados Unidos, POR J. M. VELÁZQUEZ-GAZTELU.

54. Discos.

CIENCIA

55. Manuel Toharia y Vázquez Abeledo, cara a cara ante el cambio global.

57. La cultura de la ciencia, POR FRANCISCO MORA.

58. ÚLTIMA PALABRA. Norma Aleandro. Estrena en España una nueva

versión de Sobre el amor y otros cuentos, POR RAFAEL ESTEBAN.

1 - 7 d e f e b r e r o d e 2 0 0 7

S U M A R I O

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PORTADAPaul Verhoeven fotografiado por

Hollandse Hoogte.

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En Portadaaul Verhoeven, director de películas de culto como Delicias turcas, Eric, oficial dela reina, o de las más que comerciales Instinto Básico, Robocop o Showgirls, ha ter-minado su larga aventura americana y regresa a Europa dispuesto a plantearnosde nuevo delicados problemas morales: la complicidad con el mal, el amor y susdesdichas, la traición, las trampas de la memoria... Mañana viernes estrena ennuestro país El libro negro, una inquietante película sobre el dilema de una artis-ta judía, enamorada de un oficial nazi, que lucha en la Resistencia. El cineastaholandés confiesa a El Cultural su fascinación por la violencia y como “no megusta evitar la realidad, prefiero serle fiel. Y si eso supone cruzar ciertos límites,no es problema mío”.

Otro tipo de límites (los del estilo, los del ingenio, los del humor) son los queha traspasado Felipe Benítez Reyes con Mercado de espejismos, galardonada con elúltimo premio Nadal. El escritor gaditano desvela en las páginas de Letras (queanticipan además los primeros tramos de la novela) las claves de un relato deestirpe cervantina en el que se multiplican las intrigas en torno al robo de lasreliquias de los Reyes Magos. Un enredo menos peligroso, a fin de cuentas, queel cambio climático, un problema de insospechadas consecuencias sobre el quedebaten Manuel Toharia y Manuel Vázquez Abeledo: a pesar de todo, los cien-tíficos analizan los datos y recomiendan no ser ni alarmistas ni escépticos...

elcultural.es� PPrriimmeerrooss ccaappííttuullooss:: Obras completas de Nicanor Parra; El penúltimo PaulAuster y El club de los faltos de cariño, de Manuel Leguineche.

� JJuuzzggaaddoo ddiiggiittaall ddee sseegguunnddaa iinnssttaanncciiaa:: Presenta tus alegaciones al artículo deRafael Reig sobre Javier Marías.

� AAuuddiioovviissuuaall:: Shakespeare y Cervantes se encuentran en la pantalla en el filmeMiguel y William de la directora española Inés Paris.

� EEnn iimmáággeenneess:: Una nueva edición de Madrid Abierto saca el arte a la calle conintervenciones en paseos, fachadas de edificios y el metro de la ciudad.

� CCaallaattrraavvaa mmuullttiiddiisscciipplliinnaarr:: Esculturas, dibujos y cerámicas del arquitecto en elMuseo Es Baluard de Palma de Mallorca.

En la Web

Edita Prensa Europea S.A. Pradillo, 42. Madrid - 28002 Tel.: 91-413 27 06Fax: 91-4132708

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DDiirreeccttoorr ddee ppuubblliicciiddaadd::Carlos Piccioni (tel. 915856005)

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El Cultural se vende conjuntamente con eldiario EELL MMUUNNDDOO..

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DDiirreeccttoorr ddee aarrttee:: Carles Mulet.

Críticos: Gonzalo Alonso, Juan Avilés, DavidBarro, Ángel Basanta, K. de Barañano, J.M.Benítez Ariza, Túa Blesa, Pilar Castro, J. L.Clemente, Antonio Colinas, Jacinta Cremades, F.Díaz de Castro, Diego Doncel, Ramón Esparza,José Javier Etayo, Carlos F. Heredero, J.-AndrésGallego, A.García-Abril, F. García Olmedo, C. García-Osuna, D. Giralt-Miracle, ÁlvaroGuibert, Germán Gullón, José A. Gurpegui, AbelH. Pozuelo, Javier Hernando, Beatriz Hernanz,Javier Hontoria, Luis G. Iberni, José Jiménez,Patxi Lanceros, R. López Blanco, JoaquínMarco, J. Marín-Medina, V. Morales, JacoboMuñoz, Rafael Narbona, Mariano Navarro, R.Núñez Florencio, B. Palomo, J. L. Pérez de Artea-ga, Román Piña, D. Plácido, Arturo Reverter,Pilar Ribal, Luis Ribot, O. Ruiz-Manjón, SergiSánchez, Care Santos, Bernabé Sarabia, S. SanzVillanueva, Ricardo Senabre, Eugenio Trías, J.Vidal Oliveras, Rocío de la Villa, Javier Villán,Darío Villanueva y Elena Vozmediano.

EL CULTURAL

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L A P A P E L E R A

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Me cuenta un editor madrile-ño que además de las malas

maneras del Gremio catalán para ne-gociar lo de Francfort, otra de las ra-zones del malestar en la Federacióndel Gremio de Editores es que sunuevo presidente, Jordi Úbeda, quellevaba cuarenta años trabajando enlas ediciones de la Abadía de Mont-serrat cuando presentó su candida-tura, se ha jubilado y ahora trabajapara Planeta. Todo ello en tres días.“Y eso no lo sabíamos cuando le vo-tamos. Porque también es emplea-do de Lara el presidente de CE-DRO, Puig de la Bellacasa”...

Se ve que Philip Roth, tras su tris-tísima última novela, Elegía, le ha

cogido gusto a las despedidas, por-que ahora anuncia para octubre eladiós de su personaje más célebre,Nathan Zuckerman. Sí, 28 años y 8novelas después de su primera apa-rición en The ghost writer, Zuckermanhará mutis en Exist Ghost: y si en laprimera era un joven escritor, ahoraserá un anciano angustiado por elmiedo a la pobreza y la muerte.

Conjurados, vía telefónica, Án-gela Vallvey,Rafael Reig,David

Torres y Román Piña, se han con-vertido en miembros constituyentesdel Consejo de Redacción de LaBolsa de Pipas, con la obligación de“llevar como cabelleras andantes no-ticia de sus virtudes allá donde fue-ren”. Más aún: si tropezasen “con untrozo de cerebro de Pombo, o con

el ordenador portátil robado a JuanManuel de Prada, los pondrán a dis-posición del consejo para que se de-cida lo más oportuno democrática-mente (seguramente vender taleshallazgos al mejor postor)”. Sucu-lentas promesas, como la Bolsa.

Teniendo en cuenta los dinerosque se deja el Ministerio de

Cultura en el Liceo, ¿cómo se expli-ca la práctica inexistencia de obrasespañolas o catalanas en el coliseo delas Ramblas? Ha tenido que ser elPalau de les Arts de Valencia de Hel-ga Schmidt el que ponga en las mis-mas condiciones una zarzuela, LaBruja, y una ópera. Ni el Real ni elLiceo. El resultado da la razón aaquéllos que dicen que nuestra zar-zuela no es de segunda, sino que sehace con medios de cuarta.

Cuando lean esta Papelera tal vezse haya firmado ya la Guía de

Buenas Prácticas para museos y cen-tros de arte contemporáneo, pacta-da por las asociaciones de profesio-nales del arte actual, que será asu-mida por el Ministerio de Cultura yaplicada al MNCARS. Gran avanceen la democratización y la transpa-rencia de las estructuras para el arte,y comienzo de un proceso que ne-cesita continuidad. Porque no se en-gañen, no servirá de nada elegir porconcurso al director idóneo si no semodifica el Patronato ni se concedeuna mayor autonomía al museo. Po-dría no postularse nadie, o sea.

El último libro de Javier GarcíaSánchez, K, puede acabar re-

sultando para el estupendo escritormás duro que el Alpe d’Huez. Verán,en la portada aparece el famoso al-pinista Kurt Diemberger, y al pare-cer Planeta ha utilizado esa foto sinpermiso. Más aún, dicen que Diem-berger, tras leer el libro, ha pedidoque lo retiren de las librerías, que nopresta su imagen a semejante cha-puza. Y que su comentario fue tanescueto como contundente: la fotoestá torcida, y el resto también.

Me confirman que Prisa celebrósu “reunión corporativa” en la

mismísima sede central del InsitutoCervantes (?) hace un par de sema-nas. Que sí, que cualquier empresacultural o de comunicación puedehacerlo previo pago de su importe(6.000 euros del ala en el caso de losPolanco’s boys). Y yo, qué quierenque les diga, estoy pensando en ha-cer lo propio para celebrar mi cum-pleaños, evento cultural donde loshaya, y que César Antonio me com-ponga un soneto (cortito, eso sí).

El estreno de Un enemigo del pue-blo fue un éxito. Me gustó y

aplaudí como el resto del respetablepero no esperaba que hubiese efec-tos especiales. La línea 3 del metromadrileño, que pasa junto al Tea-tro Valle-Inclán –un edificio inaugu-rado el año pasado cuya construccióncostó algo más de 4,5 millones de eu-ros– colaboró con el montaje cuan-do, en uno de sus numerosos y es-truendosos viajes, dejó sentir alpúblico su vibración justo cuandola periodista Billing, personaje in-terpretado por Ester Bellber, dijoaquello de “lo que esta ciudad ne-cesita es una sacudida...” ¿Solucio-nará el CDN este problema?

El premio de la Real Academiaha sido este año para Enrique

Vila-Matas. ¿Primer paso del escri-tor hacia la docta casa? Amigos tiene.

JUAN PALOMO

1.- JORDI ÚBEDA2.- HELGA SCHMIDT

3.- ENRIQ UE VILA-MATAS4.- ANA MARTÍNEZ Y

CA R M EN CALVO5 .-J AV I ER G A RC Í A S Á N C H E Z

Sigue el malestar en la Federación del Gremio

de Editores. Philip Roth dice adiós a

Zuckerman, uno de sus personajes emblemáti-

cos. Suculento consejo de redacción en La

Bolsa de Pipas. ¿Qué ocurre con las obras españolas en la pro-

gramación del Liceo? La respuesta, en Valencia. Y efectos

especiales, e imprevistos, en el Teatro Valle-Inclán de Madrid.

Los cerros de Úbeda

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L E T R A S

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“Hoy el lector tiene el mismo talante que en tiempos deCervantes: asiente incondicionalmente al disparate”

FelipeBenítez Reyes

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LA novela de Benítez Reyes es exac-tamente eso: un mercado de espe-jismos por donde corren sin cesarhistorias y pícaros en busca del te-soro de los Reyes Magos guardado,según la leyenda, en la catedral deColonia. Las situaciones rocambo-lescas se cruzan en el mercado con ti-pos marginales y mujeres rubias, contramposos imposibles y adjetivos bri-llantes que se paran en cualquier es-quina de cualquiera de las historiashilarantes con que el lector se en-cuentra. En ese zoco que ha mon-tado el escritor pasa de todo.

Molesta neurosis de perfección–¿Realmente se ha divertido es-

cribiéndola tanto como parece?–Qué va. Ha sido una tarea len-

ta y laboriosa, y angustiosa a ratos.De todas formas, las característicasdel proceso de escritura no son re-levantes. Lo que importa es queresulte divertida su lectura. En esto,la veteranía no es un grado. Creo queuno acaba desarrollando una especiede neurosis estilística de perfecciónbastante molesta. La de pasarte unpar de semanas dándole vueltas ala conveniencia o no de poner un de-terminado adjetivo en una deter-minada frase, por ejemplo. Los pac-tos estilísticos con uno mismo suelentener cláusulas muy rígidas. La mo-ral estilística incluye la mortificación,por poco que a uno le guste morti-ficarse. Pero va en el lote.

–Así que es el estilo el que le or-dena…

–En buena medida, sí. Aunque

no estaría de más definir el concep-to de estilo, porque resulta más cla-ro el concepto en sí que su defini-ción. A lo mejor, quién sabe, el estilose basa menos en elecciones queen prejuicios. No creo que sea lo or-namental, sino más bien el sentidoúltimo de lo esencial. No es lo de-corativo, el adorno, la cáscara. Es-peremos al menos que no lo sea, por-que estaríamos listos.

–No creerá entonces que “conuna Biblia en la mano y un manualde física y química se puede escribirun best seller impresionante”.

–Ésa es una ironía de uno de lospersonajes. Mi novela está monta-da sobre una parodia de las novelasde misterios esotéricos y de fanta-seos históricos. El propósito es in-modestamente cervantino. Cervan-tes parodió los libros de caballerías,y aunque estas novelas que estánhoy en boga no tienen mucho quever con ellos, sí es muy similar el ta-lante del lector de entonces y de aho-ra: asiente incondicionalmente aldisparate. Quizá lo descabellado estéen la raíz misma de la ficción y es po-sible que también en lo más secre-to de la condición humana. Porque,¿quién puede convivir continua-mente con la razón? A veces pidepaso el disparate.

–Burla burlando llega usted di-recto a esa especie de esoterismoque protagoniza tantas de las nove-litas actuales. ¿Tanto mal nos ha he-cho Dan Brown?

–No, no creo que Dan Brownhaya hecho daño alguno. Ni a la li-

teratura ni a la gente. Es posible in-cluso que haya hecho lectores asi-duos de lectores circunstanciales.Pobre hombre, no. Lo curioso delfenómeno, y su lado cómico, es quela gente no lee sus novelas como loque son; es decir, como ficcionesdescabelladas basadas en truculen-cias risibles y en conjeturas dispa-ratadas, sino como la revelación deverdades históricas y religiosas al-ternativas. Y entonces el fenómenocomienza a tomar otro cariz, entreparanoico y delirante. Porque ya te-nemos ahí a Alonso Quijano en ver-sión contemporánea, entre emble-mas crípticos y señales templariasincluso en las señales de tráfico.

–¿Y qué tiene Mercado de espejis-mos de novela picaresca?

–La picaresca es un fenómenomuy amplio. La Odisea, por ejemplo,

puede leerse como una novela pi-caresca. Cuando Ulises ciega al cí-clope y se burla de él, no está com-portándose de un modo muydistinto al que lo hace Lázaro de Tor-mes cuando se bebe el vino del cie-go, aunque el truco acaba costán-dole la dentadura. Uno y otro estánprocurando casi lo mismo: sortear ad-versidades y subsistir.

–¿Una metáfora, al fin, del mun-do actual, lleno de impostores, men-tiras y falsedades...?

–Los pícaros literarios son infi-nitamente más inocentes que losreales. En las novelas, uno puedesimpatizar con los malhechores, peroen la vida real no. Se puede admi-rar a Fu Manchu, no a un corrupto.

–Lo que resulta evidente es quehay dentro de su Mercadomucha do-cumentación previa, ¿no?

–Qué remedio. Para parodiar, ne-cesitas conocer el referente. He leí-do muchos libros, y algunos de ellosestán bien, dentro de lo bien quepuede estar un despropósito. Lo mássorprendente ha sido comprobar latrama legendaria que hay en tornoa los Reyes Magos, sobre todo si setiene en cuenta que en la Biblia sólose les menciona, muy de pasada, enel evangelio de san Mateo. Se su-pone que fue santa Elena, la madredel emperador Constantino, quienreunió las reliquias de esos magoserrabundos. Así se crea un entra-mado legendario con muchas rami-ficaciones. Mucho de ese material loincorporo a mi novela.

La seriedad del burro–Está clara su escasísima voca-

ción de solemnidad. Explíquemepor qué esa recurrencia al humor

–En realidad, los humanos tene-mos cierta grandeza trágica sólo por-que nos morimos; si no, seríamos

simplemente cómicos. Tendemos apensar que el humor es una especiede pensamiento degradado. Tam-bién damos en creer que la seriedaddel burro deja de ser cosa propia delburro sólo porque es seriedad. Nosé yo. Lo paradójico es que nuestranovela más emblemática es una no-vela cómica, concebida para que ellector se ría de las desventuras deun desdichado. Cervantes es despia-

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Tan funambulista como siempre, haciendo guiños a diestro y siniestro y conel estilo dominándolo todo. Así aparece Felipe Benítez Reyes (1960) en suMercado de espejismos, la novela ganadora del Nadal, que lanza a las librerías

la próxima semana. El poeta gaditano ha escrito una novela de humor, cuajada demúltiples e incesantes historias jocosas, emparentada en primer grado con la novelapicaresca. Al mismo tiempo, el novelista publica La misma luna, su último libro de ver-sos, también premiado, donde aparece el Benítez Reyes más profundo. De todo elloshabla con El Cultural, que publica los primeros tramos de Mercado de espejismos (Destino).

En mi novela hay mucha parodia de las novelas de mis-

terios esotéricos, pero mi propósito es inmodestamente

cervantino. Cervantes parodió los libros de caballerías”“

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L E T R A S

Dentro de nuestra tradición moral, el humor siempre ha

sido algo punible y reprobable. Se ha prestigiado más el

sentido penitencial de la vida, la heroicidad del sufrimiento”“dado con su personaje, aunque lainterpretación se modifica muchocon el paso del tiempo, y el lector ac-tual lee el Quijote con un talantecompasivo, a despecho de la pre-tensión de Cervantes. El caso es queel Quijote es una novela cómica queel tiempo ha convertido en uno de loslibros más tristes del mundo.

–¿Todo esto explica el escaso hu-mor de nuestra literatura reciente?

–Dentro de nuestra tradición mo-ral y religiosa, el humor siempre hasido algo punible y reprobable. Se haprestigiado más el sentido peniten-cial de la vida y la heroicidad del su-frimiento, a la espera de lo otro, de laconjetura del paraíso, que ya es op-timismo, ¿no? A fin de cuentas, paraponerse apocalíptico sólo hace faltaque te duela una muela. El humorno es tan esclavo de las circunstan-cias. Se puede mantener incluso enel cadalso o en el lecho de muerte.

En ésta, como en sus novelas an-teriores, también el escritor lanza susguiños. Por este mercado de espe-jismos se pasean Fulcanelli y EdWood, los templarios y un trasuntodel poeta González Iglesias. Y, sinembargo, no parece que la realidad,el hombre y el mundo de hoy consus problemas, los tenga usted encuenta en sus novelas

–Pues yo me tengo por un autormuy realista. Nabokov decía que lapalabra realidad habría que escribir-la siempre entrecomillada, y puedeque tuviera razón, porque es un con-cepto muy vulnerable a las interpre-taciones. No significa lo mismo uncuchillo para un pescadero que paraun asesino en serie. Supongo queen todo este caos habrá algún tipo dearmonía insondable, no sé yo. La ar-monía del sin porqué, al menos. Laliteratura, en buena parte, simula esaarmonía. Lo inquietante es que elrumbo de una vida puede cambiar ensegundos. Te pasas la vida pactan-

do con tu pensamiento, creándoteuna máscara moral, configurando unfantasma a tu medida y, de repente,un factor imprevisto te convierte enun desconocido ante ti mismo. Eso síque es un fenómeno parapsicológicoen toda regla.

La crítica literaria–Comentaba el crítico Ricardo

Senabre a cuenta de alguna de susnovelas anteriores que su brillantezestilística, su rica prosa, su imagina-ción… pueden ser también su per-dición como novelista

–Según y como. A fin de cuentas,todo el mundo vive al borde del abis-mo, y no voy a ser una excepción. Detodas formas, es como decir que eldefecto de un corredor es que co-rre demasiado. No sé. Cada cual tie-ne su idea de la novela.Un autor estáobligado a apostar por sus convic-ciones estéticas si no quiere acabaracogiéndose a fórmulas generales.La aspiración de fondo de cualquiernovela es la de fascinar al lector, y esafascinación puede lograrse de mu-chas maneras. No hay fórmulas.¿Hay algo más milagroso que el he-cho de que alguien se implique contodos sus sentidos en un artefacto li-terario, aun a sabiendas de que todoes una trampa mágica?

–¿Qué opinión tiene de la críti-ca literaria, de esa crítica inmediataque aparece en los periódicos?

–Si digo que me parece bien, voya quedar como un cobista. Si digoque mal, voy a parecer un resentido.Así que mejor que me calle. De to-das formas, los autores no parecentener derecho a sostener opinionespúblicas sobre los críticos, a pesar deque los críticos tienen derecho a opi-nar públicamente de los escritoresmás o menos cada semana. En todocaso es una relación unidireccional.

–En muchos pasajes de la historiase trasparente el poeta que usted

es. Y para que no haya duda, coinci-den estos días en las librerías los dosBenítez Reyes: el poeta con La mis-ma luna, hincado en los asuntos sus-tanciales del ser humano, y el nove-lista ¿más superficial? que narra lashistorias más jocosas. ¿Cómo cruza deun lado a otro de la literatura?

–No sé si es un trastorno bipo-lar, pero no me crea conflicto esa al-ternancia. El fenómeno no es tanraro. Poetas y novelistas fueron Tho-mas Hardy, Nabokov, Poe, Steven-son, Chesterton... Hay un prejuiciocon respecto a esa dualidad, y no espara tanto. Para mí, la novela es el es-pacio de los otros, de los seres fin-

gidos, de la creación de concienciasajenas, de vidas posibles, de tramasficticias, mientras que la poesía esel espacio ineludible del yo, la con-versación a máscara quitada.

–¿Qué queda hoy, por cierto, dela poesía de la experiencia?

–No creo mucho en los movi-mientos estéticos, sino en los nom-bres propios. Y de la poesía de la ex-periencia, fuese lo que fuese, que noestá muy claro, quedan bastantesnombres propios. García Montero,Marzal, Vicente Gallego, BenjamínPrado y tantísimos otros. Queda eso.Y me parece que es bastante.

–Tanto la novela como el poema-

rio han tenido su premio. Del Na-dal lo sabemos casi todo, pero nadaconocemos de esa primera edicióndel “Viaje al Parnaso”... ¿No son de-masiados, y demasiado devaluados,los premios hoy en nuestras letras?

–Es posible. En cualquier caso,no entiendo los premios como me-dallas, sino como heridas de guerra,y no sé si me explico. Si tienes100.000 lectores, no necesitas nin-gún tipo de premio. Si no tienes niun solo lector pero tienes una em-presa boyante, tampoco. Pero si notienes 100.000 lectores ni una em-presa boyante… Al margen de eso,el Nadal no está mal para un nove-

lista, ¿no? Es un premio creíble y res-petable, con una historia tan largaque ni siquiera faltan en ella las me-teduras de pata, como tiene que ser.

Desde años, a su ritmo, sin que leentretenga la escritura de una no-vela o un libro de poemas, BenítezReyes va escribiendo un Prontuariode términos literarios, también en cla-ve de humor. Tiene ya un centónde entradas. La primera acepción denovela, por ejemplo, es: “Depende”.Otra entrada, estilo: “según las re-giones”. Y otra más, adjetivo: “clavelen la solapa de un sustantivo”.

BLANCA BERASÁTEGUI

La novela es el espacio de los otros, de los seres fingidos,

de la creación de conciencias ajenas, mientras que la poe-

sía es el espacio del yo, la conversación a máscara quitada”“

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P R E M I O N A D A L / M E R C A D O D E E S P E J I S M O S

Me llaman Jacob, pero ese no es mi nom-bre, como es lógico. Para ustedes, de todasformas,seré Jacob:la máscara de un nombre.

(Pónganse también su antifaz,si les pare-ce, y así vamos empezando a conocernos.)

Por raro que parezca, el hecho de que mellamen Jacob tiene que ver con la psicodeliay con el libro del Génesis, según me permi-to explicarles.

Jacob tuvo un sueño absurdo, como todos: viouna escalinata que se apoyaba en la Tierra yque ascendía hasta el Cielo. Por ella subían ybajaban los ángeles. (Luego Jacob disfrutó delprivilegio de que le hablara Dios, y tuvo un nú-mero sin duda excesivo de hijos, etcétera.) En1970 estaba yo en Londres, en casa de unos ami-gos circunstanciales, bebiendo whisky, fumandomarihuana y escuchando un nuevo disco deDeep Purple, porque la juventud consiste en untrabajo bastante duro: hacer todo lo que no te ape-tece hacer con la convicción de que quieres ha-cerlo a toda costa. (Lo digo porque nunca meha gustado el whisky, porque nunca me ha gus-tado fumar, porque nunca me ha gustado la ma-rihuana y porque jamás me ha gustado Deep Pur-ple.) A mitad de aquello, apareció uno por allí conunos secantes de ácido y con un disco de IronButterfly, muy en el papel de maestro de cere-monias de los trasmundos. “Es la combinaciónperfecta”, nos aseguró. Con un poco de recelo,porque siempre he sido temeroso de las irreali-dades, me metí en la boca aquella basurilla mi-lagrosa, de cuya capacidad de encantación todoel mundo se hacía lenguas por entonces, y, al cabode una hora larga, vi ante mí la escala soñadapor Jacob. Los ángeles bajaban y subían por ellacon alas rígidas y fabulosas, aureolados, con pa-sos etéreos. Mayestáticos. Andróginos.

“Veo la escala de Jacob. Podemos subir al Cie-lo”, pero mis amigos, que andaban ocupadosen embridar sus alucinaciones respectivas, no mehicieron caso, de manera que decidí subir solo,cruzándome con ángeles que olían a pájaro di-secado, hasta que me hallé ante el rostro mis-mo de Dios: una espiral pop art.

(Iron Butterfly: la mariposa de hierro. Y yo eraJacob. Y tenía delante de mí a Dios, líquido, mu-tante y mudo.)

Al día siguiente, les conté a aquellos amigosmi viaje. “Muy bien, Jacob”, dijo un irónico. Y losdemás dijeron: “Jacob”. A partir de entonces, atodo el mundo le decía yo que mi nombre era Ja-cob, por gustarme más que el mío. Y se me que-dó lo de Jacob, pronunciado a la inglesa. Y me na-ció en el centro mismo del pensamiento esteJacob que les habla.

De modo que pueden llamarme Jacob, el quesubió la escalera.

Pero vayamos hacia atrás...Según tengo entendido, la gente acostumbra

dormir a sus hijos pequeños con la narración delas proezas prodigiosas de las hadas, con el rela-to de las gestas desmesuradas de los gigantes, confábulas protagonizadas por animales moralistas obien con leyendas de dragones que acaban sien-do asesinados por alguien que empuña una es-pada de aleación secreta y que cabalga a lomosde un caballo blanco por los bosques refulgentesdel país de lo imposible. Una invitación –su-pongo– a la pesadilla, ese sucedáneo democrá-tico de la fantasía.

A mí, sin embargo, pro-curaban dormirme con algu-na explicación relativa a losorígenes del mito de Her-mes Trimegisto (guía de lasalmas de los difuntos y do-nante a la humanidad de laTabla de Esmeralda, comomás adelante se verá), con elcuento del lobo que es hijode Saturno y que devora aun rey para purificarle elalma, con la leyenda según lacual los antiguos habitantesde la isla Caffolos colgaban alos enfermos de los árboles para que se los co-miesen los pájaros, a los que tenían por ánge-les, en vez de los gusanos impuros de la tierra,o bien con alguna anécdota referida a las qui-meras de los alquimistas alejandrinos, asuntosque tampoco consiguen ahuyentar los galimatí-as líquidos de los malos sueños, según puedo ase-gurarles por experiencia propia, ya que mane-jas mitos deformes en un espacio deforme deconciencia. Ocurrían cosas aterradoras en mis

sueños infantiles, en fin, y todavía ocurren, porsupuesto, porque los sueños implican casi siem-pre una rara retrospección: un regreso alucina-do al lugar en el que nunca estuvimos. Cadanoche, al cerrar los ojos, al golpear esa aldabade niebla que abre los portales de niebla de la nie-bla de los sueños, mi tiempo resbala por un to-bogán, y allá vamos: en el caldero de un mago queha perdido la razón hierve la esencia onírica demi infancia, entre alas de murciélago y utopíasdecapitadas por la realidad, entre hojas de man-drágora y horas bruñidas por la melancolía, quesuele ser un sentimiento sin retorno.

En cualquier caso, me temo que todas las in-fancias son la misma infancia: un aprendizajedel terror, un adiestramiento para poder pasarnosel resto de nuestra vida temblando de confu-sión y de miedo sin que se nos note demasiado,con una mano vanidosa puesta en la cintura, dis-trayendo la llegada del momento de nuestramuerte con la filatelia o con la numismática, conexpediciones científicas por regiones hostiles ocon la ayuda de espejismos intelectuales como el

amor o la teología, esas dossupersticiones que, genera-ción tras generación, nosconsuelan de nuestra in-trascendencia en el univer-so, porque, se mire comose mire, un universo essiempre una cosa demasia-do grande para cualquierconciencia individual.

De una manera o deotra, mucho me temo quetodos caminamos hacia laNada (aunque no faltanquienes ponen en duda esa

obviedad ontológica, ellos sabrán por qué), peronadie surge de la Nada, de modo que les habla-ré, así por encima, de mis orígenes… De los orí-genes de mi nada que camina hacia la Nada, si hede expresarme con propiedad, con pesimismoy con un toque de retórica trascendentalista, quesiempre otorga un poco de hondura a los tópicos.(Y espero explicarme bien: cualquier vida es unanada, pero una nada repleta de cosas, como no ha-ría falta decir [...]). �

Mercado de espejismosFFEELLIIPPEE BBEENNÍÍTTEEZZ RREEYYEESS

[...] me temo que todas lasinfancias son la misma in-fancia: un aprendizaje delterror, un adiestramientopara poder pasarnos el res-to de nuestra vida temblan-do de confusión y de miedosin que se nos note [...]

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NICANOR PARRA

C í r c u l o d e L e c t o r e s /G a l a x i a G u t e n b e r g , 2 0 0 6C X L I y 1 0 6 8 p á g i n a s , 5 5 e u r o s

Antes de introducirnos eneste volumen, el primero delos dos que se anuncian, tal

vez convenga enumerar la lista decolaboradores. La edición de estascasi Obras Completas (siempre hay uncasi en este tipo de ediciones) ha es-tado al cuidado de Ignacio Echeve-rría, lo que constituye ya una garan-tía de trabajo bien hecho. La ediciónde los textos de Parra ha sido esta-blecida por su mejor especialista,Niall Binns. A continuación, figura

un breve prólogo de Harold Bloom,quien se atreve a asegurar: “si el po-eta más poderoso que hasta ahora hadado el Nuevo Mundo sigue siendoWalt Withman, Parra se le une comoun poeta esencial de las Tierras delCrepúsculo”. No sólo son acerta-das palabras sintetizadoras de un crí-tico, parecen las de un poeta. Y sonjustas. Conviene, sin embargo, queaún antes de intentar abrirse caminoen la enmarañada jungla de su obra,el lector no pase por alto las “Con-sideraciones previas” firmadas porLos Editores, aunque cabe supo-ner que surgen de los criterios esta-blecidos por Echeverría, bendecidospor el propio Parra, quien a sus no-

venta y pocos años ha decidido ven-cer su reticencia a aglutinar sus librosy otros textos. El lector podrá dis-poner de dos prólogos más extensos,uno de Binns, que trata de estable-cer la “antipoesía” de Parra comoel hilo de Ariadna de su produccióny otro de Federico Schopf, sin dudael mejor conocedor de la poesía chi-lena. Aunque se solapen en ocasio-nes, ambos poseen la rigurosidad im-prescindible para entender elobjetivo de un poeta tan renovadory posvanguardista. Las páginasCXXXIII- CXLI constituyen unaútil cronología hasta 1972 y no pue-den faltar unas útiles y amplias notasa los textos, así como índices de pri-

meros versos, de “Artefactos” e in-cluso los de su Poesía rusa contempo-ránea, traducida por Parra, que fi-gurará como el Anexo II.

Nicanor Parra no recibió el pre-mio Nobel para el que fue nomina-do en 1972, pero sus poemas fue-ron traducidos al inglés, ya en 1967,por Ginsberg, Ferlinghetti y WilliamCarlos Williams, entre otros. Muyapreciado en los países de habla in-glesa, sus heterodoxos Poemas y an-tipoemas no se publicarán en España,en Seix Barral, hasta 1972. En su en-torno poético descubrimos la granpoesía chilena del momento: el mástarde Nobel Pablo Neruda, Huido-bro, Gabriela Mistral, otra Nobel, yuna pléyade de jóvenes de su mismapromoción, como Enrique Lihn oJodorowsky. Los tres colaboraron en“El Quebrantahuesos” en 1951, dia-rio mural cuyos ejemplares, los quese conservaron, se reproducen aquí.Por los mismos años, en Cataluña,Brossa iniciaría una evolución quehabría de llevarle también a la poe-sía visual y a los artefactos poéticos.

En este volumen podemos reen-contrarnos con los primeros textosdel poeta y su primer libro, que nohabía vuelto a publicarse, Cancione-ro sin nombre (1937), ya entonces lau-reado, de influencias lorquianas,aunque convendría matizarlas. Escierto que se sirve del romance yde algunas de sus imágenes, peroversos como: “Deme un membrillo,señora,/ que voy a morirme de ham-bre” no responden a la intenciona-lidad del Romancero gitano, antes an-ticipan ya el absurdo surrealista de loque decidirá calificar de “antipoe-ma”. La decantación hacia lo popu-lar se manifestaría también en los po-emas procedentes de dos antologías,1939 y 1942, aunque culmine en lascoplas chilenas de La cueca larga(1958), pero el volumen, sin atenderal orden de publicación, se inicia consus tres partes bien diferenciadas dePoemas y antipoemas (1954), que fuepresentado como tres libros diferen-ciados. Tal vez el poema que defi-ne las inquietudes de Parra en este

Nicanor ParraObras Completas & algo + (1935-1972)

CLAU

DIO

PÉRE

Z

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L E T R A S / E L L I B R O D E L A S E M A N A

período de su poesía, ya profesor deFísica y sentimental a la contra, sea“Soliloquio del individuo”, que cie-rra la colección reordenada de otromodo de la que sería su primera obracompleta y aún más incompleta:Obra gruesa (1969). Fernando Ale-gría, uno de los grandes críticos chi-lenos de la época saludó La cueca lar-ga con palabras reveladoras sobresu recepción: “Cuando Parratriunfa con La cueca larga enla ramada, bajo el sauce, jun-to a la acequia a la línea detren, es porque la gente hua-sa le ha considerado uno delos suyos, le ha reconocidoy apreciado su cinismo, [...]su bulliciosa amargura y sussangrientas parodias de lasinstituciones burguesas”. Nosé, sin embargo, si aquella“gente huasa” podía apreciarde igual modo los temiblesArtefactos (1972), suma deimagen y texto que, repro-ducidos ahora (pp. 315-556),quedan más cerca de un da-daísmo adaptado a su mane-ra que del surrealismo.

También en ellos figuranpreocupaciones religiosas(algunas provocadoras) queconstituirán una constantede su obra: “QUO VADISNICANOR/ A QUEMAR/ ZAR-ZA/ a ver si se nos aparece Dios” jun-to al dibujo de un hombre con unamaleta y sin cabeza, en cuyo huecose sitúa parte del texto. Algunos ad-vierten en “Los profesores” (1971)un poema enumerativo como unode sus mejores logros poéticos. Parraamplifica la nerudiana enumeracióncaótica (otorgándole un sentido alcaos) para designar una profesión dequienes ejercían la docencia con“tanta manía pedagógica”, mientrasse producían dos guerras mundiales.Pero ya desde Versos de salón (1962)en el poema “Cambios de nombre”había revelado el objetivo de su es-

tética: “El poeta no cumple su pa-labra/ Si no cambia los nombres delas cosas”. Si los zapatos, sigue, de-ben llamarse ahora ataúdes, “Al pro-pio dios hay que cambiarle el nom-bre/ Que cada cual lo llame comoquiera:/ Ése es un problema perso-nal”. Pero el poeta se nos ofrececomo un observador parcial. Sus ver-sos denotan, aunque también su-

gieren al lector. Pasa de lo cotidia-no en un cementerio a una escenagalante o a servirse de un mito ro-mántico, “La doncella y la muer-te”, despojándole ahora del misterio,aunque enlace, una vez más, ero-tismo y muerte. Las Canciones rusas(1967) responden a un irónico ma-ñana, “...lo único/ De lo que real-mente disponemos”. En Los traposal sol reúne textos dispersos de épo-cas diversas, publicados en revistas,incluidas las prosas de “Gato en elcamino” o “El ángel”, calificadacomo “tragedia novelada”. En esteapartado sitúa también su primerlibro, ya mencionado, así como “Una

poética”, procedente de “De [13poetas chilenos]” (1948) ilustrativade su estética: “La función del artis-ta consiste en expresar rigurosa-mente sus experiencias personalessin comentarios de ninguna especie.[...] La función del idioma es para míla de un simple vehículo.[...] Huyoinstintivamente del juego de pala-bras. Mi mayor esfuerzo está per-

manentemente dirigido a reducirlasa un mínimo”. En Poetas de la clari-dad (1958) rememora la antología de1938, donde publicaron ocho poetasnoveles, cuyo objetivo era “el canonde la claridad conceptual y formal”,admite las lecturas de Freud y elsurrealismo “mandragórico” (de larevista “Mandrágora”). Ya en Obragruesa se había servido de la fórmu-la de los telegramas para definir suestética desde el ángulo político: “Yono soy derechista ni izquierdista/Yo simplemente rompo moldes”. Yen De Emergency Poems (1972) po-demos descubrir junto a un poemacomo “Viva Stalin” la “Canción para

correr el sombrero”, donde describea un Tolstoi caricaturizado por unalarga enumeración de desgracias yconvertido en un heroinómano atra-cador. A esta serie corresponde el sig-nificativo: “SIETE/ son los temasfundamentales de la poesía lírica/ enprimer lugar el pubis de la donce-lla/ luego la luna llena que es el pu-bis del cielo/ los bosquecillos aba-

rrotados de pájaros/ elcrepúsculo que parece unatarjeta postal/ el instrumen-to músico llamado violín/ y lamaravilla absoluta que es unracimo de uvas”.

Disponer en este primery grueso volumen de los ma-teriales de Parra hasta 1972constituye un acontecimien-to. Echarán de menos los lec-tores que le hayan seguido li-bros posteriores que han deaparecer en el segundo volu-men, las Prédicas y sermonesdel Cristo de Elqui (1977) y sucontinuación (1979).

La obra de Parra culminaaquí, pero sigue hasta hoy. Sino lo habían descubierto conanterioridad, no se la pier-dan. Es más que un clásicomoderno. Su antipoesía esun eslogan tras el que apare-ce, con enorme sentido críti-

co, un autor contradictorio comonuestro tiempo. Tendrán tambiénescuetas noticias de la cantante Vio-leta Parra, su hermana y colaborado-ra, que se suicidó; de sus problemaspolíticos con la izquierda cubana ychilena (su famoso té en la CasaBlanca con los Nixon), de su acti-tud ante la dictadura de Pinochet, desus continuos viajes por todo elmundo. No cabe duda de que Ni-canor Parra es una de las voces in-sustituibles en este siglo XXI, aun-que su voz arranque del pasado. Nopueden perdérsela.

JOAQUIN MARCO

Desparrame de antipoesíaTAL VEZ el reconocimiento del valor poé-tico de Parra y su innegable influencia, noreconocida aún suficientemente, en la poe-sía en lengua española se haya visto perjudi-cada por el acierto de lo que él designó como“antipoesía”, que no es sino otra perspectivapoética, el reverso de una estrategia expresi-va modificada por el humor. Desde los ro-mánticos, éste había penetrado en el queha-cer poético, de Lord Byron a Esproceda yhasta Campoamor o algunos modernistas y ar-tífices de las vanguardias históricas, tambiénen España y, tal vez, vendría aquí a cuentoel “postismo” de postguerra, con Carlos Ed-mundo de Ory. No menciono el nombre deCampoamor en vano, puesto que como Parra,aunque de forma más burda, trató también, a su manera, de enlazar la poesía, paraque se entendiera moderna, con el prosaísmo y la lengua popular, objetivo deotros poetas hispánicos de la promoción de Parra y la española de los 50.

� Disponer en un volumen de los materiales de Nicanor Parra hasta 1972 constituye un acontecimiento.Si no lo habían descubierto antes, no se lo pierdan. Es un clásico moderno, una de las voces insustituibles del siglo XX

EELL PPOOEETTAA EENN SSAANN FFAABBIIÁÁNN ((11999999))

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ESTHER TUSQUETS

A n a g r a m a . B a r c e l o n a , 2 0 0 61 5 8 p á g i n a s , 1 5 e u r o s

El lector que, atraído por el título, busque enesta nueva novela de Esther Tusquets unaobra sobre ludopatías o una galería de perso-

najes obsesionados por el juego –algo así como unaversión actualizada de El jugador, de Dostoyevski–,podrá sentirse tal vez defraudado, porque no era exac-tamente este aspecto el que interesaba a la autora.La sala de bingo donde transcurren, en efecto, muchasescenas de la obra es tan sólo un marco narrativo, el en-torno que nos permite observar los vaivenes anímicosde un personaje a quien su tardío acercamiento –yaal borde de los sesenta años– al po-pular juego no modificará en abso-luto su modo de vida ni sus ideas, niprovocará alteraciones en su fortunao en su vida familiar. En el fondo, delo que la historia aquí narrada trataes de la lucha desesperada contrala erosión del tiempo. El personajecobra conciencia del paso de los añoscuando se percata de que “ha de-jado de desear, de que aquellas co-sas que mayor placer le habían pro-porcionado [...] le son de día en día más indiferentes”(p. 10). Un narrador cercano, en presente, sigue de cer-ca, se diría que de manera implacable, los movimien-tos de este personaje, notario acomodado y pintoren sus horas libres, que incluso ha renunciado a sus de-vaneos y aventuras de antaño y busca inconsciente-mente nuevos estímulos que frenen su apatía cre-ciente y su desinterés por todo aquello que hasta

entonces ha constituido su forma de vida. Sus desa-lentados paseos por la ciudad lo llevan hasta la salade bingo, donde entra para preservar su soledad, se-guro de no encontrar allí a ningún conocido. No ne-cesita dinero y, como anota el narrador, “no ha entra-do aquí para jugar” (p. 18). Lo persigue el recuerdopersistente de su prolongada y lejana relación con Ana,y contempla a cierta distancia a algunos asiduos delbingo, como Rosa, Celia o el matemático. El desen-cantado donjuán parece encontrar en este “juegoabsolutamente solitario [...] que empiezas cuando teapetece, sigues mientras tienes ganas y abandonascuando se te antoja” (p. 32) una práctica sustitutoriade los antiguos menesteres amorosos, y acaso resul-te oportuno señalar que este “juego absolutamentesolitario” a que se entrega el personaje recuerda ine-vitablemente el título de una lejana obra de la auto-ra, El amor es un juego solitario (1979), de la que, enalgunos aspectos, ¡Bingo! podría considerarse una des-cendencia tardía, porque la Esther Tusquets de ahorano es muy diferente de la de entonces, y su mundo no-velesco es coherente, homogéneo y fácilmente iden-tificable.

Y es justamente en el bingo donde aparece Elisa,una jovencísima vendedora de cartones que desper-tará en el maduro galán sentimientos enterrados que,como los rescoldos de una hoguera casi extinguida, rea-vivan su espíritu. La súbita relación entre ambos, queel desenlace del relato deja sin cerrar, supone el aleja-miento del bingo y el intento, acaso inconsciente, degalvanizar una vida en declive, porque, de acuerdo con

una cita repetida en la novela, “cuan-do el amor nos deja la muerte nosalcanza”; un intento cuyo final, yafuera de la novela, se adivina impo-sible, lo que introduce en la histo-ria, sin estridencia alguna, un pecu-liar y subterráneo tinte de fracaso.

Toda esta historia, hecha de so-breentendidos, de sugerencias, demiradas de refilón, responde muybien al estilo de Esther Tusquets,con su prosa llena de meandros, de

incisos, de enunciados parentéticos que tratan de atra-par las diversas líneas de pensamiento que recorrenel cerebro del personaje y donde sólo disuenan cons-trucciones sorprendentes en una escritora catalana,como “empiezan recién ahora a distribuir” (p. 58) o “noesperaba ya más nada” (p. 117).

RICARDO SENABRE

L E T R A S / R E L A T O S - N O V E L A

E L C U L T U R A L 1 - 2 - 2 0 0 7 P Á G I N A 1 6

¡Bingo!

� Toda esta historia, he-

cha de sobreentendidos,

de sugerencias, de mira-

das de refilón, responde

muy bien al estilo de Es-

ther Tusquets, con su

prosa llena de meandros

PerforacionesFRANCISCO AFILADO

Tr o p i s m o s . S a l a m a n c a , 2 0 0 61 6 8 p á g i n a s , 14 e u r o s

En la primera línea de esta co-lección de cuentos una ado-lescente ve nevar tras los

cristales de una autocaravana. Su pa-dre acaba de abandonarla, a ella ytambién a su madre, y el paisaje in-vernal que la rodea se parece a su es-tado de ánimo. Se trata del relato“Desamparo”, una sinfonía de imá-genes evocadoras que trazan unametáfora de la soledad. Compartecon los otros nueve cuentos de estelibro –el primero del salmantinoFrancisco Afilado (1963)– no pocoselementos, desde la voz narrativa aesa visión pesimista de la existen-cia que pulula por estas páginascomo un personaje más. La atmós-fera de “Desamparo” no es una ex-cepción y conecta muy bien con lasde algunos de los más logrados cuen-tos del volumen, como “Compa-sión” o “Nieve”. Ese elemento, jun-to con las voces en primera personaque alientan todas las historias, y queles dan un logrado aire de íntima pro-ximidad, son las mejores cualida-des de este debut narrativo.

Pero hay más cosas que sorpren-den en estas páginas. Una de ellas esla madurez literaria que su autor de-muestra, el oficio que le lleva a per-geñar una compleja trama en la quelos relatos autónomos pueden ser leí-dos como una novela. Un juegoarriesgado pero agradecido, ya queel lector sabrá agradecer el protago-nismo que el autor le brinda al de-jarle encajar las piezas del rompe-cabezas de la ficción. Las historiasson duras y muestran la peor carade nuestra sociedad: la de los derro-tados que no se resignan a serlo, la dela gente sin futuro. Todo lo contra-rio a sus personajes le ocurre a Afi-lado, por cierto: en él sí se adivina unbrillante porvenir como narrador.

CARE SANTOS

DOMENEC UMBERT

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E L C U L T U R A L 1 - 2 - 2 0 0 7 P Á G I N A 1 7

L E T R A S / N O V E L A

IGNACIO PADILLA

A l f a g u a r a . M a d r i d , 2 0 0 63 14 p á g i n a s , 1 8 e u r o s

Ignacio Padilla es uno de los con-tados supervivientes de entidadentre un grupo de promesas li-

terarias mexicanas que se acercan yao han sobrepasado los cuarenta años.Fiel a su fama de “raro” y a su gus-to por desmentirse a sí mismo encada libro, propone ahora, en La gru-ta del Toscano, loque a primera vis-ta sería sólo unabuena novela deaventuras. Es cier-to que contiene to-dos los ingredien-tes: alturas de losHimalayas, hallaz-go inquietante en1922 de una gruta en cuya entrada fi-gura una inscripción en sánscritoque se corresponde con los célebresversos de Dante en la antesala del in-fierno, sucesión durante décadas detrágicas expediciones a la conquistadel fondo del abismo, desaparicióninexplicable de toda una compa-ñía de fusileros, un nonagenariosherpa con don casi divino para laslenguas que acompañó desde jovenla ambición de los occidentales y quees objeto de una misteriosa entre-vista para la BBC, obsesiones per-sonales, maldiciones, accidentes, caí-das en desgracia, profecías, delirios,exilios catárticos, mentiras de Esta-do, la férrea voluntad esclarecedorade un investigador-narrador con-temporáneo...

Sin embargo, el mérito de Padillaen esta obra no estriba sólo en sacaradelante con buen oficio una labo-riosa y ocurrente trama, pues éstaes una novela de aventuras que sepermite cuestionar el concepto mis-mo de aventura y, por extensión, elde heroísmo... El lector puede pre-guntarse: y si no es sólo un libro de

aventuras, ¿de qué quiere ser me-táfora? Sin duda, de los males y ab-surdos de la ambición humana des-medida, del peligro de las “con-vicciones en lo absoluto” (pág. 32),especialmente las amparadas por losEstados, y hasta de la propia exis-tencia del mal. La nota dominantedel libro es la capacidad de “ener-gía suicida” (pág. 123) de los hom-bres y el “espejismo del riesgo in-útil” (pág. 138). Padilla saca a la luz

la falsa retórica delheroísmo, las moti-vaciones ocultas eideologías que seesconden tras mu-chos desafíos delser humano.

El libro tiene laestructura de unainvestigación sobre

lo que ocurrió en los sucesivos in-tentos de conquistar el abismo y de-mostrar la existencia física del in-fierno en la Tierra. Bastaría sinembargo la lectura de la malhadada

experiencia del “gordo Gleeson”una noche a bordo de un cargueroo las penalidades del alpinista Ene-as Molsheim, para dar fe del avernoen este mundo. El libro contiene se-cuencias memorables por las que

ya merecía la pena ser leído: comola aparición de Gleeson una nochede lobos en el “tendejón” del sher-pa, o la descripción del ataque demalaria del anciano sherpa mien-tras se afeita la cabeza y ve pasar ellargometraje de su vida.

Padilla es ante todo un “contadorde historias” –así se define él mismoen las páginas de agradecimientos–.Posee una elegante prosa y el vue-lo y capacidad hipnótica de los bue-nos narradores. Cabe, de hecho, enla novela (a propósito de los hechi-zantes relatos de Lucas Gleeson)toda una reflexión acerca del poderenvolvente, tranquilizador y donadorde sentido de las narraciones. Curio-samente, los defectos del libro pro-ceden también de sus virtudes: elgusto por narrar hace que algunospasajes de la obra se alarguen en ex-ceso y destensen o desinflen el con-junto, como ocurre por momentos enla tercera parte. El tramo final quedasin embargo compensado por el in-terés de los secretos que se van des-velando y el buen hacer de Padilla.

ERNESTO CALABUIG

La gruta del Toscano

M. R

ODRÍ

GUEZ

EL DIABLO Y CERVANTESLa aparición de La gruta delToscano coincide con la distri-bución en España de El diabloy Cervantes (FCE, México, 2005),en el que Padilla, tras descu-brirnos que si “las literaturasfuesen países, Satanás tendríaciudadanía española”, realizauna relectura de las obras cer-vantinas “a la luz del tema dia-bólico”. El Quijote, el Licencia-do Vidriera o el Persiles son asídesmenuzados por el mexica-no, que analiza, por ejemplo,la doble calidad del hidalgo“como endemoniano y exorcis-ta” o el papel del demonio enel manteamiento de Sancho.

� Padilla es ante todo

un “contador de histo-

rias”. Posee una elegan-

te prosa y el vuelo y ca-

pacidad hipnótica de

los buenos narradores

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L E T R A S / N O V E L A

E L C U L T U R A L 1 - 2 - 2 0 0 7 P Á G I N A 1 8

J. M. GUELBENZU

A l f a g u a r a . M a d r i d , 2 0 0 64 0 0 p á g i n a s , 1 9 ’ 5 0 e u r o s

José María Guelbenzu es uno denuestros novelistas mayores. Ensu trayectoria narrativa él mismo

ha distinguido en los últimos añosdos vertientes bien diferenciadas.Por un lado están sus novelas ma-yores, tanto por su calado simbólicoy existencial como por sus audacesretos formales, bien representadas enUn peso en el mundo (1999), una delas cumbres de la novela española enel cambio de siglo. Por otro lado vacreciendo la serie de novelas policía-cas, que firma con las iniciales de sunombre: tras No acosen al asesino(2001) y La muerte viene de lejos (2004),llega la tercera entrega con El cadá-ver arrepentido, que me parece la me-jor por la esmerada organizaciónconstructiva en su hábil distribuciónde materiales en favor de una es-tructura perfecta, donde la intriga yel suspense, combinados con la iro-nía y el humor, mantienen su inten-sificación progresiva hasta la expli-cación final de una larga historiafamiliar llena de misterio.

El personaje encargado de la in-

vestigación vuelve a ser la juez Ma-riana de Marco, atractiva, lectora yfantasiosa, siempre guiada por su in-tuición y curiosidad. La historia co-mienza con el hallazgo de un cadá-ver en actitud suplicante en la fincatoledana de los Fombona, donde seva a casar Amelia con el nieto del an-tiguo administrador de la familia,desaparecido sin rastro en los años 50y hallado ahora. A partir del insólitodescubrimiento y la boda inminen-te a pesar de la muerte de la madre

de la novia en extrañas circunstan-cias comienza la investigación deMariana, invitada a la celebraciónpor ser amiga de Amelia desde laadolescencia, cuando también fuenovia de su hermano Joaquín. Asíla historia novelada nos lleva desdeel presente narrativo en 1998, cuan-do se producen los hechos referidos,hasta la I Guerra Mundial, con elocultamiento de un tesoro en la fin-ca de los Villacruz en Biarritz, las des-apariciones de hombres y las muer-tes de mujeres, todo ello en unaturbia sucesión de aparentes casua-lidades que terminan por descubrirsu oculta relación en una historia co-mún de infidelidades, venganzas yotras novedades que atrapan al lec-tor en una historia que se cierra so-bre sí misma en la boda de los nietosde dos familias enfrentadas desde elmatrimonio de sus abuelos.

El autor maneja con maestríamuy variados recursos en la cons-trucción de una trama compleja queparticipa de la novela gótica, román-tica, policíaca y del melodrama.Guelbenzu es un gran lector (e in-teligente crítico literario) y de ellose enriquecen sus personajes a lahora de analizar las situaciones a las

que se enfrentan. Entre los perso-najes mejor perfilados están los cua-tro hermanos Fombona, su madre yel enigma del viejo administradorRufino Ruz, que enciende la ima-ginación novelera de Mariana. Enella se apoya el narrador omniscien-te para graduar la sucesión de con-jeturas e informaciones en la orde-nación del relato, explotando susfiguraciones, en contraste con suapego a la realidad como Juez. Labase real de estos casos frente a la fic-ción de las novelas da lugar a inte-resantes consideraciones metalitera-rias con ejemplos de ironía referidosa la novela misma. La visión de Ma-riana se complementa con la de otrospersonajes en una sucesión de me-dias verdades que mantienen el sus-pense del relato hasta su desenlace,en hábil combinación de narraciónbien dosificada y diálogos fluidos. Porello esta novela de género, con re-ferencias a las dos anteriores y algúnpersonaje procedente de otras nove-las del autor (López Mansur viene deLa tierra prometida, 1991), garantizael entretenimiento del lector en bus-ca de la obra bien hecha.

ÁNGEL BASANTA

El cadáver arrepentido

El reflejo de las palabras

ARCHIVO

Una novela maravillosa. No encuentro me-jores vocablos para definir El reflejo delas palabras, la quinta obra del iraní Ka-

der Abdolah (1954). Autor reconocido en los Paí-ses Bajos, en donde vive, Abdolah tuvo que huirde su país en 1988, tras participar en la resistenciaestudiantil contra el Sha y Jomeini. Experien-cias que aparecen reflejadas en la novela a tra-vés de la vida de Aga Akbar, reparador de alfom-bras sordomudo. El personaje plasma en un diariolas frases e historias que crea su cerebro, con unabella caligrafía de signos y dibujos, parecidos a laescritura cuneiforme que existe en una cueva enel monte del Azafrán, en la antigua Persia, don-de transcurre parte de la historia.

La novela nace cuando Ismail, el hijo de Ak-bar, escritor exiliado en Holanda por su activismocomunista, recibe el cuaderno de su padre falle-cido. A partir de ese momento, Ismail se dedi-cará al desciframiento de ese cuaderno que pro-mete desvelar el secreto del pensamiento de supadre y resulta, a la vez, un documento funda-mental para entender el Irán del siglo XX. Asis-timos al levantamiento del pueblo contra el Sha,a la llegada de Jomeini, a la guerra contra Iraq, ya la invasión de Kuwait por Sadam. Las expe-

riencias de la familia de Akbar, los pensamien-tos de sus personajes, las citas literarias se entre-mezclan en esta preciosa novela. La novela esun homenaje al amor de un hijo por su padre. Y eldesciframiento del cuaderno se convierte en laprueba irrefutable de la existencia del narrador.

El reflejo de las palabras es una novela de granbelleza, plagada de enigmas. Aga Akbar, sordo-mudo, no es más ignorante que cualquiera de nos-otros. Al contrario. Gracias a su sensibilidad, “lanoche lo unía con lo inexplicable, con Alá y con elamor” (p. 142), es decir, con los tres misterios queverdaderamente conciernen al ser humano.

JACINTA CREMADES

KADER ABDOLAH

Tr a d u c . d e D i e g o P u l s . S a l a m a n d r a . B a r c e l o n a , 2 0 0 63 47 p á g i n a s , 1 2 ’ 5 0 e u r o s

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PAUL AUSTER

Tr a d u c c i ó n d e B e n i t o G ó m e z A n a g r a m a . B a r c e l o n a , 2 0 0 61 9 2 p á g i n a s , 1 6 e u r o s

Hay novelas que permitenal lector entrever, descubrir,la personalidad humana del

autor, mientras otras le confrontancon un edificio verbal de ficción, eladoquinado textual, que enseña so-bre todo el perfil literario de su crea-dor. La anterior entrega de Paul Aus-ter (New Jersey, 1947) BrooklynFollies (2005) pertenecía al primertipo, mientras la presente corres-ponde al segundo. Basta leer las pá-ginas iniciales de Viajes y ya sabemosque el protagonista, Mr. Blank, el Sr.en Blanco, está elaborado con menoscarne y hueso del necesario para re-presentar a un hombre que pudierarecordar a un ciudadano de a pie. Sinembargo, ambas novelas tienen encomún la excelencia de estilo deAuster. Una escritura que enuncia laficción con una precisión, novedad yriqueza verbal, realmente infre-cuente.

Sólo un autor con el estilo de Aus-ter, con más de una docena de na-rraciones publicadas, que ha alcan-zado éxito de audiencia, puede atre-verse a ofrecernos una novelita desólo ciento treinta páginas, en la ver-sión inglesa, que resulta, en realidad,

un autoanálisis de sus mo-dos de ficcionar. Es unainvitación a visitar su taller,

el escritorio, dondetrabaja el au-

tor acompa-ñado de sus

fantasmas, de sus crea-ciones. Recién abierta

la primera página, cono-cemos a Blank en una celda,

donde este hombre mayor, apenascapaz de andar, vive sin memoriaalguna sobre su pasado. Todo a su al-rededor está rotulado, Mesa, Lám-para, Silla, y así. Este escenario re-cordará al lector las obras de SamuelBeckett o de Ionesco, los modos delteatro del absurdo, que desnudó deigual manera el espacio literario. Entan aséptico habitáculo hay, ademásde una cama, un escritorio y una sillagiratoria. Sobre el escritorio descan-san unas fotos de gentes desconoci-das para Blank y un manuscrito, queleerá a trozos, pues su lectura es in-terrumpida por diversos visitantes.

El primero es Anna, una cuidadoraque lo asea y, a la vista de un em-palme impropio de su edad, lo ali-via y trata con cariño. Pronto apren-demos que Blank es un hombresensible, por las reacciones hacia susvisitantes, y que todos ellos pare-cen reprocharle veladamente algo.Su respuesta es siempre amable.

Cuando está solo lee el manus-crito, una historia sobre América, queya conocíamos enparte de su nove-la La noche del orá-culo (2004). Poco apoco, los nombresde los visitantes deBlank empiezan asonar familiares alos lectores del es-critor norteameri-cano. Uno de ellos lo reconocemos alinstante, John Trause, porque suapellido es un anagrama de Auster.Comenzamos a darnos cuenta que lanovela es, en cierta medida, un re-paso de los personajes creados por el

propio autor, y que vienen a visitar-le, algunos incluso a pedirle cuentas,porque en sus novelas desempeña-ron papeles poco airosos. Entramosasí en lo que nuestro Unamuno de-nominó la nivola, novela de pura ac-ción interior, y dejamos atrás las ve-redas de la novela tradicional. Austerexhibe, como en sus primeras obras,su condición de escritor postmoder-no, pues nos enseña, como el museo

Pompidou, el an-damiaje de su edi-ficio verbal.

De hecho, hayun momento muyunamuniano, cuan-do un personaje,Mr. James P. Flood,confronta a Blank,pidiéndole que re-

cuerde un sueño sobre él, porquede otra manera Flood no es nada, li-teralmente nada. Recuerda la famo-sa visita del personaje a su autor ocu-rrida en Niebla. Auster añade a estatradición de escribir ficción sobre laficción algo muy interesante. Blankes obligado a finalizar el mencionadomanuscrito sobre América por su mé-dico. Cuando cierra los ojos para con-centrarse, le vienen a la mente unosespectros, los personajes creados porél, que siguen rondando por su es-critorio como almas en pena, pero eldoctor le dice que se concentre en sutarea presente, la de imaginar razo-nando. Que parece una buena defi-nición del propósito de Auster en estaobra: la de obligarse a razonar su actocreativo.

Esta obra supone, pues, un in-terludio. Paul Auster ha escrito muybuenas novelas, posee un instru-mento verbal inigualable, y seguroque sabe que toda obra maestra re-fleja la originalidad de una concien-cia humana sin costuras (o metafic-ciones a la vista).

GERMÁN GULLÓN

E L C U L T U R A L 1 - 2 - 2 0 0 7 P Á G I N A 1 9

L E T R A S / N O V E L A

� La novela es, en cier-

ta medida, un repaso de

los personajes creados

por el propio autor, y que

vienen a visitarle, in-

cluso a pedirle cuentas

Viajes por el Scriptorium

DIBU

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L E T R A S / I N F A N T I L

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Desde la misma portada,los personajes de AnaJuan resultan per-

turbadores. Sus ojos inter-pelan al lector y sus postu-ras y gestos lo desafían,produciendo en éste unasensación de inquietud, an-gustia, misterio, violencia…según sea el caso. Esa im-presión no lo abandonará entoda la lectura. Es más, un uni-verso ambiguo y contrastante,donde la estaticidad de la represen-tación da la impresión de que cada ilus-tración captura desprevenidos a los personajes y enel que la ausencia de espacios en blanco y el em-pleo de una tensión cromática genera en el especta-dor emociones encontradas, junto a una suerte deatracción hipnótica. Aunque en distintos grados, entodas sus álbumes (infantiles o no) la narración dela historia está mediada por un punto de vista simi-lar al de un pequeño que siente miedo.

Elenita es su obra más lumínica y esperanzado-ra. El texto literario, de Campbell Geeslin, se vale de

una serie de motivos habituales enlos cuentos para niños. A gran-

des rasgos, tiene la estructu-ra básica de un relato de ini-ciación y no se diferenciadel conjunto de obras es-tadounidenses que cuen-tan cómo por su perseve-rancia y afán una prota-

gonista infantil triunfa en loque se propone y obtiene fi-

nalmente el reconocimientoque antes le fue negado, salvo en

dos “exotismos”: está ambientada enMéxico y cuenta la historia de una so-

pladora de vidrios. Sin embargo, Ana Juan consigue redimensio-

narlo y nos ofrece un valioso álbum. Su interpreta-ción dota a personajes planos de profundidad psi-cológica, reemplaza al tópico por un imaginario capazde impresionar al lector y consigue borrar los ras-tros de la fórmula narrativa, evitando así que resul-te predecible. En pocas palabras, Ana Juan explotala sombra de la historia para rehuir de estereotipo yhacer buena literatura infantil.

Basta comparar los librosque hace un par de déca-das publicaban las hoy

grandes editoriales con los que pro-ducen en la actualidad para com-probar las consecuencias perjudi-ciales del tan celebrado auge dela industria del libro infantil. Sinlugar a dudas, sus mejores títulosse encuentran descatalogados y, amenos que gocen del benepláci-to de la madrastra escolar que losimponga como lectura obligato-ria, hay pocas posibilidades de quesean reimpresos.

Rejuvenecido en su formato,Kivitán renace de sus cenizas pararecordarnos una edad de oro en laque la publicación de propuestastransgresoras con una cuidada con-

cepción visual auguraba un futu-ro ideal. Al detenernos hoy en susmaravillosas dobles páginas po-demos ver los lineamientos de unparadigma estético, influenciadopor la tradición pictórica de Euro-pa del Este, que dejó huella en una

generación de ilustradores espa-ñoles y, sobre todo, una concepcióndel libro para niños que tenía algoque decir y se interesaba más porla infancia que por el mercado.

Pese a que Kivitán puede serequiparado con libros posterioresque emplean el exitoso recurso deinvitar al lector a buscar una figuraescondida dentro de una pobladailustración, su sutileza, fuerza na-rrativa y desarrollo plástico mar-can la diferencia y reflejan la dis-paridad de objetivos de los editoresque los produjeron. Un afortuna-da recuperación que merece seraplaudida y que nos recuerda a tan-tos otros clásicos olvidados.

GUSTAVO PUERTA LEISSE

LIBRO DE LAS PREGUNTASPABLO NERUDA

Ilustraciones de Isidro Ferrer Media Vaca. Valencia, 2006

180 páginas, 25 euros

(A PARTIR DE 9 AÑOS)

La significación, intensidad yfuerza de una imagen poética

no puede ser traducida a otra ex-presión sin sacrificar buena partede su peso, belleza y sentido. Losversos-interrogantes de Pablo Ne-ruda son un buen ejemplo de ello(“No será la vida un túnel / entre dosvagas claridades?”). El trabajo queIsidro Ferrer ha hecho para este Li-bro de las preguntas nos lleva a pensarque sucede lo mismo con sus imá-genes visuales: no admiten media-ciones ni explicaciones aclaratorias.Por ello, ante una obra como ésta,que es de las mejores que han caí-do en mis manos, quizá lo más opor-tuno sea limitarse a recomendar en-carecidamente su lectura y aden-trarse en un universo donde no hayrespuestas concretas.

DESDE MI VENTANAANA TORTOSA

Ilustraciones de Cristina MüllerAnaya. Madrid, 2006.

40 páginas, 6’25 euros

(A PARTIR DE 5 AÑOS)

La prosa poética en la literaturainfantil es un terreno resbala-

dizo. Es fácil caer en la cursilería yen el artificio, resultar oscuro o pre-tencioso, o recurrir al efectismo. Noes el caso de Ana Tortosa, quienconsigue enhebrar las voces infan-til y poética en una costura continuae imperceptible y teje una pieza ge-nerosa en lecturas y tonos que vandesde la nostalgia a la acción. Losméritos de la ilustradora CristinaMüller no son menores: su serena ycálida experimentación aporta nue-vos registros, vertebra el fluir deconciencia y repara en las pequeñasvirtudes. En definitiva, una obramadura y excepcional.

KIVITÁNSITA JUCKER. SM. Madrid, 2006. 32 páginas, 13 euros

(A PARTIR DE 5 AÑOS)

ELENITACAMPBEL GEESLIN. Ilustraciones de Ana Juan. Kókinos. Madrid, 2006. 24 páginas, 13 euros

(A PARTIR DE 6 AÑOS)

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JOSEPH BEUYS

Tr a d . M i g u e l S a l m e r ó nS í n t e s i s . M a d r i d , 2 0 0 62 24 p á g i n a s , 2 0 e u r o s

Amedida que pasa el tiempo,y a pesar de la frivolidad rei-nante, se dibuja más clara-

mente la huella que Joseph Beuys(Krefeld, Alemania, 1921-Düsseldorf,1986) ha impreso en el arte de nues-tro tiempo. Transcurridas dos décadasdesde su muerte, su pensamiento ar-tístico y social experimenta un rena-cimiento. La atención a su obra ha te-nido como máximos exponentes lasexposiciones que le han dedicado laTate Modern de Londres, en 2005,y la Hamburger Bahnhof de Berlín,en 2006. En España hay pocas obrassuyas en las colecciones públicas, perose han celebrado, tardíamente, im-portantes muestras, en particular ladel MNCARS en 1994. Pero tan im-portante como conocer sus esculturas,performances e instalaciones es escu-char sus palabras. Para Beuys, el pen-samiento es un proceso escultóricoy la lengua es el material con el que seconforma. Desde que obtuviera una plaza comoprofesor en la Academia Estatal de Arte de Düs-seldorf en 1961, y con mayor intensidad en losaños setenta, cuando recorrió medio mundo dan-do conferencias y organizando seminarios, la ver-balización de su gran proyecto de “esculturasocial” se sitúa en las prioridades del artista almismo nivel que sus realizaciones plásticas. Porello, la publicación de entrevistas y textos deBeuys (aunque ya dispusiéramos de algunas otrastraducidas al castellano) es un acon-tecimiento, y la entrega más oportu-na de la colección de escritos de ar-tistas que con acierto ha puesto enmarcha la editorial Síntesis.

La selección, efectuada por BerndKlüser, veterano galerista de Múnich que co-noció bien al artista y que reunió una gran co-lección de obras suyas (hoy en la Pinakothek derModerne), no es exhaustiva. Beuys debió deconceder docenas (tal vez centenares) de en-trevistas, y aquí se recogen ocho, además del

“Manifiesto de fundación de una UniversidadLibre Internacional de creatividad e investiga-ción interdisciplinaria”, el discurso de inaugu-ración de su exposición en Krefeld (1974) y elpronunciado cuando le hicieron Doctor honoriscausa en Halifax (1976), el famoso “Llama-miento a la alternativa” y el “Discurso sobre Ale-mania”, una de sus últimas apariciones en 1985.No se han incluido entrevistas periodísticas, sinosiempre planteadas por críticos, artistas o gale-

ristas. Tal vez la ocasión habría requerido un ma-yor esfuerzo, y sobre todo una tarea de ediciónorientada a hacer más comprensibles las decla-raciones, pero no cabe duda de que lo publica-do bien merece la lectura. Más que eso: la re-flexión y hasta la toma de posición.

Beuys explora en estas páginas unagran cantidad de asuntos relevantespara su legado y aporta multitud de da-tos para su interpretación. En relacióna su biografía, tan vinculada a su obra,subraya la importancia de haberse cria-do en el campo, estudiado las cienciasnaturales y trabajado la tierra. Sobresus fuentes, reconoce las influenciasrecibidas de Schiller y el romanticis-mo alemán, del cristianismo, de Ru-dolf Steiner y Jung o del escultorLehmbruck. De su relación con loscreadores coetáneos, se sitúa respectode Duchamp, el minimalismo, Fluxusy hasta Warhol (se muestra cándidocuando confía en su apoyo a Los Ver-des). Pero nos interesa sobre todocuando explica su concepto de escul-tura, en el que cabe la transubstan-ciación y que introduce materiales has-ta entonces inéditos y con altocontenido simbólico como el fieltro, lagrasa, el cobre, el azufre o la miel, yprocesos escultóricos como el calor o elmovimiento. O cuando revela el ca-rácter chamánico de sus performances,siempre con la comunicación y latransmisión de energía como objeti-

vos. Hay dos direcciones en Beuys, que no soncontradictorias en él: del interior al exterior. Alprovocar el aislamiento y el silencio (envolvien-do, protegiendo), encuentra en la esencia de lohumano la fuerza para exigir la transformación so-cial: “todo hombre es un artista” y, como tal, po-drá volcar su creatividad en la fundación de nue-vas condiciones para la vida en comunidad. Eneste aspecto, las ideas de Beuys no pueden es-tar más vigentes. Puede que hoy utilicemos otros

términos, pero es seguro que los mo-vimientos transformadores (no políti-cos) que muestran en la actualidad laalternativa a la segura crisis del sistematendrían a Beuys por abanderado.Ninguno de los problemas que seña-

la en estas entrevistas se ha solucionado, y su plan-tación de 7.000 robles en Kassel sigue siendoun ejemplo de cómo el arte puede expandirse,y afectar, al entorno social.

ELENA VOZMEDIANO

L E T R A S / A R T E

Beuys. Ensayos y entrevistas

Beuys conoció muy joven la obra del escultor W. Lehmbruck, quienle influyó decisivamente, como, más tarde, la de R. Steiner y el sa-ber artesanal de su profesor E. Mataré. Herido de guerra en 1943 ycurado por tártaros nómadas con grasa animal y envuelto en fieltro,haría de estos elementos sus materiales escultóricos característicos

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L E T R A S / H I S T O R I A

E L C U L T U R A L 1 - 2 - 2 0 0 7 P Á G I N A 2 2

JOSÉ MARÍA LÓPEZ

M a r c i a l Po n s . M a d r i d , 2 0 0 64 8 0 p á g i n a s , 25 e u r o s

Los trabajos de historia cultu-ral siguen atrayendo la aten-ción de los historiadores, tal

vez persuadidos de la trascendenciade las propuestas de transformaciónsocial que se formularon desde ám-bitos que no tenían un acceso inme-diato a las decisiones políticas, peroque estuvieron en condiciones de in-fluir sobre ellas. El artículo “Yo acu-so”, en el que Zola puso en evidenciael escándalo Dreyfus en Francia a co-mienzos de 1898 significó, tal vez,el acta de nacimiento de la figura delintelectual que opinaba sobre la si-tuación política y podía generar un es-tado de opinión que obligara a los go-bernantes a modificar sus decisiones.

Un papel análogo fue el que re-presentaron en España los hombresque se movían en torno a FranciscoGiner de los Ríos y a la Institución Li-bre de Enseñanza. Abandonado muypronto el proyecto de establecer unaUniversidad libre, al margen de la ofi-cial del Estado, la Institución se con-virtió en un gabinete de estudios decarácter pedagógico y en un lugarde encuentro para quienes participa-ban de los principios de un libera-lismo radical. Recuérdese lo que donFrancisco solía repetir de sí mismo:“cada día más radical y con la cami-sa más limpia”.

Esa tarea de influencia social, queles asemejaba a los socialistas fabia-nos ingleses, se demostraría lenta yno empezaría a dar frutos apreciableshasta comienzos del siglo XX cuandoalgunos políticos liberales ligados a laInstitución, como era el caso de Se-gismundo Moret, estuvieron en con-diciones de prominencia política queles permitía llevar a la práctica los pro-yectos “institucionistas”. Se trataba

de proyectos sostenidos por el Esta-do pero que los hombres de la Insti-tución gestionaron siempre con unaautonomía que pretendía ser garan-tía de su independencia política.

La primera iniciativa que se pusoen marcha fue la Junta para Amplia-ción de Estudios que se constituyóa comienzos de 1907 con el propósi-to de fomentar la salida al extranje-ro de jóvenes, preferiblemente gra-duados universitarios, para que sepusieran en contacto con la ciencia

y la tecnología que se desarrollaba enotros países. También estaba previs-to que la Junta impulsara centros deinvestigación en los que esos jóvenespudieran trabajar al reincorporarse aEspaña. La iniciativa se tomó en pa-ralelo con la creación en Barcelona,del Institut d'Estudis Catalans con laprotección de Prat de la Riba y el im-pulso de Pijoan, que era uno de losescasos nexos de unión entre los “ins-titucionistas” madrileños y los nacio-nalistas catalanes.

La constitución, también a pri-meros de ese mismo mes de enero,de un duradero gobierno conservadorde Maura estuvo a punto de ahogara la Junta en sus inicios y la situa-ción no se restablecería hasta finalesde 1909, con el retorno de los libe-rales al poder. Fue entonces cuandose pensó en un Centro de EstudiosHistóricos que vería la luz en marzode 1910 y dedicaría su atención a lasinstituciones sociales y políticas de losreinos cristianos medievales (Eduar-do Hinojosa), a las del califato (JuliánRibera y Miguel Asín), a los oríge-nes de la lengua castellana (RamónMenéndez Pidal) y al arte mozára-be y morisco (Manuel Gómez Mo-reno). Menéndez Pidal sería elegi-do presidente del Centro en 1915 y elorganismo realizaría una espléndidalabor antes de que desapareciera enel torbellino de la guerra civil.

José María López Sánchez, un in-vestigador español que trabaja en Mé-xico como profesor universitario, ofre-ce una brillante síntesis de esa tareaen un trabajo que tiene su origen enuna tesis doctoral presentada en laUniversidad Complutense, circuns-tancia que aún pesa demasiado en lapresentación de este volumen, es-pecialmente en su dependencia deexcesiva documentación burocráticay de la utilización de la correspon-dencia publicada de Castillejo, queexige mucha cautela en su uso. Losresultados, en todo caso, ofrecen unaimagen variadísima de lo que el Cen-tro supuso en el impulso de los estu-dios humanísticos, mucho más allá delas ocasionales resistencias de los am-bientes conservadores, como de-muestra el hecho de que todavía hoyes fácilmente reconocible la huelladejada por aquella institución en lahistoriografía española.

OCTAVIO RUIZ-MANJÓN

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Heterodoxos españolesEl Centro de Estudios Históricos (1910-1936)

� El libro ofrece una imagen variadísima de lo que el Cen-tro supuso en el impulso de los estudios humanísticos, muchomás allá de las resistencias de los ambientes conservadores

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L E T R A S / F I L O S O F Í A

E L C U L T U R A L 1 - 2 - 2 0 0 7 P Á G I N A 2 3

ALBERTO SUCASAS

Ed . L i l m i d . B u e n o s A i r e s , 2 0 0 63 5 8 p á g i n a s , 2 9 $

La mayoría de las editoria-les huyen como del diablode las tesis doctorales. Pre-

fieren cualquier texto ligero e in-sustancial a ese género digno y ve-nerable, que posee sus propiasreglas de juego, y que es hoy porhoy imprescindible en el mundouniversitario. Hay que decir en vozmuy alta: no hay derecho de queesa opinión se halle tan universal-mente compartida en el mundo dela edición. El desperdicio de ener-gías intelectuales, en un país muypoco sobrado de éstas, es propor-cional a la longitud de onda de esteprejuicio y esta prevención tanarraigados.

Existen tesis doctorales magní-ficas que, convenientemente ela-boradas, pueden configurar librosimprescindibles. Andamos faltos delibros que sean realmente necesa-rios. Hay inflación, en cambio, dellibro que no enriquece al lector.Leer por leer no es algo que debaprogramarse como panacea cultu-ral. Es estupendo ser analfabetode la lectura inocua, inconsistente ynecia.

El libro que reseño procede deuna tesis doctoral, y es mérito dela editorial argentina responsable dela edición, que además distribuye eltexto en España, haber desatendi-do esa cuarentena en la que se ha-llan, actualmente, en el limbo de loseternamente no nacidos, las mejo-res tesis doctorales. Se trata, en estecaso, de una excelente aproxima-ción al pensamiento judío de estasegunda mitad del siglo XX, encar-nado sobre todo en la compleja fi-gura de un estoniano que escribe enfrancés Emmanuel Levinas. Al-berto Sucasas va rodeando la na-turaleza jánica de este filósofo se-guidor de la fenomenología deHusserl, en nada indiferente algran impacto de la ontología exis-tencial de Heidegger, y que a par-tir del revelador año 1933 aceleraun acercamiento cada vez más en-gagée con el pensamiento religioso yteológico del renovado judaísmo deeste siglo: el que tiene en La estrellade la redención de Franz Rosenz-weig, su punto de partida.

Con estos datos comparece lanecesaria duplicidad de una filo-sofía consciente de la imposible au-tonomía de ésta, pero que cifra supoint d´honeur en la necesidad deapurarla al máximo; y de una fidesreligiosa (en las tradiciones que re-miten a la revelación del MonteSinaí) que, sin embargo, quiere ypuede acoger la iluminación quesólo la filosofía puede dar.

La metáfora del palimpsesto,que recorre el libro de Alberto Su-casas, sirve para caracterizar esa fi-losofía levinasiana que defiendela primacía de la ética sobre la on-tología, o del Bien por encima delser y de la existencia. Subyacente atodo ello emerge, en la interpreta-ción de Sucasas, el texto escondi-do, imposible de borrar del todo, deuna escritura religiosa, de natura-leza judía, sobre la cual tal proyec-

to de filosofía se construye. La fi-losofía se ve así en la necesidad dedialogar de forma franca y radicalcon sus raíces sagradas, o con sus as-piraciones religiosas en relación a lomás santo. Todo Levinas aspira ayugular el fondo sacro omnipre-sente en filosofía que no terminande reconocerlo como tal, o que lohacen tardíamente (por ejemploHeidegger). Y lo hace en nombrede un concepto de santidad queexige la atención debida a la reve-lación de un Dios Uno y Único queha hablado a los hombres, o que lesha interpelado en forma persona-

lizada. El nombre, el rostro de eseDios, el vínculo de persona a per-sona que de este modo se institu-ye, todo ello nutre la sustancia reli-giosa y religada de una reflexión

que, sin embargo, pretende derivarde esos confesados presupuestosun hilo rojo orientado a la más exi-gente reflexión fenomenológica yfilosófica.

El mejor momento de esta in-cursión de Alberto Sucasas es, a mimodo de ver, el de la parte cuarta.Me refiero a la lectura que empren-de Sucasas del Deutero-Isaías, yen especial de esos breves, pero im-presionantes, textos referidos alSiervo de Yavéh: “Fue desprecia-do y abandonado de los hombres... Muchos se horrorizaron ante su as-pecto y figura, tan alejado era de lo

humano...” “Mi espalda ofrecí a losque golpeaban... no hurté mi ros-tro a los ultrajes y al salivazo...”

“Fue maltratado, pero él se do-blegó y no abre su boca; es comocordero llevado al matadero...”

Ese texto, modelo que lo fue, se-gún Joachim Jeremías, del Cristo delos Sinópticos, orienta a Sucasasen su intento de hacer inteligible,desde una concepción mesiánicarenovada y crítica, esa forma de malradical que se concretó, en la his-toria del Israel empírico, en el ho-locausto de los años treinta.

El libro de Sucasas interesa atodo aquél a quien la cuestión re-ligiosa resulta importante y rele-vante, más allá de las frivolidadesinsulsas de un pensamiento únicoque padece crónica fobia respecto atodo lo que se refiere al vínculo en-tre Dios, Hombre y Mundo (sus-tento, desde Kant hasta Rosenz-weig, de lo que verdaderamenteimporta en el ámbito del pensa-miento filosófico).

EUGENIO TRÍAS

Levinas: lectura de un palimpsesto

� El libro de Alberto Sucasas interesa a todo aquél a quien

la cuestión religiosa resulta importante y relevante, más

allá de las frivolidades insulsas de un pensamiento único

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L E T R A S / L I N G Ü Í S T I C A

E L C U L T U R A L 1 - 2 - 2 0 0 7 P Á G I N A 2 4

SON varios los artículos de relieve que reúne este número de “Ínsula”:el de Yvan Lissorgues analiza la perspectiva crítica literaria de Juan Cha-bás; Pedro Carrero Eras escribe un interesante ensayo sobre la idea deltiempo en El Jarama de Sánchez Ferlosio, con ocasión del 50 aniversa-rio de la novela, y José Antonio Expósito Hernández, a la luz de recien-tes datos biográficos, aporta “Nuevos descubrimientos sobre Rimas, Ariastristes y Jardines lejanos de Juan Ramón Jiménez”.

I N S U L AEE DD II TT OO RR AA :: AA RR AA NN TT XX AA GG ÓÓ MM EE ZZ SS AA NN CC HH OO .. NN ºº 77 22 00 .. 55 ’’ 88 22 EE UU RR OO SS

UN año después de la muerte de Julián Marías, fundador de “Cuentay Razón”, la revista le rinde homenaje recuperando su ensayo “Espa-ña: una reconquista de la libertad”, publicado en su primer número. Ade-más, amigos y discípulos como Helio Carpintero, Alicia Villar, AntonioHernández Sonseca, Rafael Ansón, Juan Padilla, Javier Pardo de Santa-yana, Juan del Agua o Julio Almeida reivindican “con obligado agrade-cimiento” su importancia en la filosofía y la historia contemporáneas.

C U E N T A Y R A Z Ó NDD II RR EE CC TT OO RR AA :: LL EE TT II CC II AA EE SS CC AA RR DD ÓÓ .. NN ºº 11 44 44 .. 55 EE UU RR OO SS

R e v i s t a s

RENAUD RICHARD (COORD.)

C á t e d r a . M a d r i d , 2 0 0 6 .6 0 0 p á g i n a s , 2 1 e u r o s

En el Preámbulo a la últimaedición, –la vigésima se-gunda– del año 2001, de su

Diccionario de la Lengua Española, laReal Academia Española destacabala colaboración de las Academias deAmérica y de Filipinas en la revisióny en la incorporación de voces y deacepciones propias de cada país, quehabía redundado –señalaba enton-ces– en que “se ha más que dupli-cado el número de americanismos enartículos, acepciones y marcas, queen este momento superan las 28.000.Con ello nos situamos en el caminocorrecto para conseguir un diccio-nario verdaderamente panhispánico,reflejo no solo del español peninsu-lar sino del de todo el mundo his-panohablante”. Pero ese camino eslargo y, mientras se completa la labor,otros diccionarios se ocupan de re-coger las palabras, las acepciones ylos giros propios de algunos paísesamericanos o, incluso, intentan re-flejar todos los usos léxicos del es-pañol de América.

Este diccionario, coordinado porRenaud Richard –y firmado comocoautores por Raúl Caplán, ThierryDavo, Daniel Lévêque, Alberto Pi-neau, León Sigal y Annie Vignal-Ra-mos–, es una obra de utilidad y éxitoconstatados, ya que hablamos de su

tercera edición. A través de las no-tas a las sucesivas ediciones, se pue-de seguir la evolución del dicciona-rio. Concebido para facilitar la lecturade textos hispanoamericanos con-temporáneos y redactado en españolpeninsular, se basa en un corpus fun-damentalmente literario, elaboradoa partir de textos de casi 400 narra-dores de todos los países hispanoa-mericanos, más otros procedentes deperiódicos y obras didácticas, quesuma 6.500 acepciones no recogi-das por la Academia. Estas acepcio-nes, muchas veces ampliación delárea geográfica de usos documenta-dos por el DRAE de forma más res-tringida, se comprueban en más de70 diccionarios de hispanoamerica-nismos y, en caso de no localizarlas enellos, se recurre a un sistema de con-sultas con informantes. Resultan lla-mativos los numerosos casos de de-rivación morfosemántica, tancaracterísticos del español de Amé-rica, que a veces se recogen con ex-

ceso de celo, ya que pueden dedu-cirse de un uso contextual, si bien ala larga podrían llegar a constituirseen acepciones propiamente dichas.

Merece la pena destacar la im-portancia que, desde la segunda edi-ción, el diccionario presta al espa-ñol de los Estados Unidos, peroconviene recordarque aún no rige paraese español una nor-ma propia del país yque muchas veceshabría que diferen-ciar entre un uso me-xicano, puertorri-queño, etcétera, do-cumentado en una obra escrita allíy una acepción propia de la mayo-ría de esos hispanohablantes.

Probablemente los lexicógrafospodrían ponerle “peros” técnicos aeste Diccionario de hispanoamericanis-mos: por ejemplo, que haya abrevia-turas para usos coloquiales, familia-res, humorísticos, vulgares, etc., pero

que casi no se empleen en la expli-cación de las acepciones, con lo cualpueden parecer cultos usos como“onde a” en Perú o la frase “y otrasyerbas”, en México y Argentina,como sinónimo de “etcétera”; que“verso” como “estrofa” en un pasa-je del Martín Fierro sirva para darlocomo de Argentina; que “una pocade” aparezca como frase de Méxicoy Venezuela con el sentido de “unapizca”, un uso no culto de casi todoel mundo hispanohablante; que sedé “tal parece que” como frase me-xicana, porque se haya documenta-do en Rulfo, para “según parece”,cuando es construcción tradicional;que “pelea de gallos” merezca unaacepción como frase para “riña de ga-llos con apuestas” en Guatemala y

Colombia; o quehaya entradas para“Venus”, “uno delos dim. del nombreVenustiano”; “na-riz”, parte del nom-bre de lugar “Narizdel Diablo”, o“Neto”, “nombre

propio. Ernesto”.Sin embargo, este Diccionario de

hispanoamericanismos resulta de inte-rés indudable para los usuarios quebusca: lectores de literatura hispa-noamericana, traductores e hispano-hablantes cultos en general.

PILAR GARCÍA MOUTON

� Se basa en un corpus

fundamentalmente li-

terario, que suma 6500

acepciones no reco-

gidas por la Academia

Diccionario de hispanoamericanismosno recogidos por la Real Academia

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E L C U L T U R A L 1 - 2 - 2 0 0 7 P Á G I N A 2 5

L E T R A S / S O C I O L O G Í A

REYMUNDO SÁNCHEZ

Tr a d u c c i ó n d e C a r l o s A b r e uB a r a t a r i a . B a r c e l o n a , 2 0 0 63 6 5 p á g i n a s , 2 0 e u r o s

Este volumen es la autobio-grafía de un Latin Kingpuertorriqueño emigrado a

Chicago que deja la banda antesde cumplir los veinte años con el ob-jetivo de rehacer su maltrecha vida.Reymundo Sánchez es el nombre fic-ticio de un chico nacido en 1963,hijo de una madre de dieciséis añosque nunca ejerció como tal y de unpadre de setenta y cuatro, con seishijos de otro matrimonio. Falleci-do su progenitor a los cinco años ycasada de nuevo su madre, el niñoes maltratado por sus primos. El ma-yor de ellos le viola.

La familia decide trasladarse aChicago y se instala en un barriolatino en el que las relaciones con loshispanos de otras procedencias es-tán cargadas de recelo. Los mexi-canos son especialmente difíciles.Desaparecido el segundo marido, lamadre de Reymundo se casa con unobeso maloliente y pegón. La es-cuela se convierte en el refugio deun niño que crece sin cariño familiary que va observando el comporta-miento, los gestos de aparente so-

lidaridad de las bandas. Los spa-nish lords le gustan, ahí militan al-gunos de sus colegas de colegio y ensu territorio se inicia, con once años,en la marihuana, el alcohol, la mas-turbación, las peleas y el odio a la po-licía y a la autoridad.

Respeto es la palabra mágica, elsalvoconducto que permite circularpor los territorios marcados comopropios por las bandas. Hacerse res-petar requiere ser un macho vio-lento. A los trece años es desvirgadopor la madre, de treinta y cinco años,de una colega del barrio. Sus padresvuelven a Puerto Rico, pero hartosde un Reymundo que se ha con-vertido en un adolescente atravesa-do y difícil, deciden que retorne aChicago con un tío suyo traficantede drogas. Aquí es cuando, ya sinlímites, entra en una espiral de vio-

lencia, alcohol, sexo y drogas, que enmás de una ocasión le pondrán alborde de la muerte.

En la escuela, Reymundo seconvierte en un matón despreocu-pado del aprendizaje, en un dés-pota en las relaciones interperso-nales y en un abusador en el sexo. Yano pega como antescon un bate de béis-bol, su primer muer-to cae con los cartu-chos de una escopetarecortada. Luegovendrán las pistolas.Así es como le reci-ben los Latin Kings.En solemne ceremo-nia le coronan comomiembro tras la ple-garia universal quetodos los Kings estánobligados a saber dememoria. Acto segui-do el oficiante “segolpeó el lado iz-quierdo del pechocon el puño derecho,alzó la mano, la besóe hizo la seña de losKings” (pulgar, índi-ce y meñique exten-didos hacia arriba, do-blados hacia abajo los otros dos).Tras los rezos llegó la ritual paliza detres minutos de duración que deberecibir todo novicio tanto para entrarcomo para salir de la banda. Los treschicos encargados de administrar

la brutal paliza le abrazarían despuésllamándole “amor, hermano”. Porúltimo, recibió un cuaderno en elque estaban escritas las leyes y ora-ciones de los Latin Kings. Tras fi-nalizar el acto, las chicas, las Queens,rivalizarán por acostarse con el nue-vo miembro de la familia, bautizado

como King Lil Locopara la brillante ca-rrera delictiva queparece aguardar a unadolescente que yaes un asesino y queseguirá matando has-ta que, tras ser encar-celado, maltrecho yrechazado por los su-yos decida cambiarde vida.

Reymundo Sán-chez trata de justifi-car su brutalidad cri-minal como algo queviene de una familiarota y de una juven-tud latina margina-da racialmente, quebusca protección enlas bandas. Estas pá-ginas muestran tam-bién que la violencia,la ocupación por la

fuerza de un territorio urbano es,junto con el sexo, la drogadiccióny el rechazo al trabajo, algo esen-cial para estas hordas despiadadas.

BERNABÉ SARABIA

Latin king. Mi vida sangrienta

MARIA GREENFIELD

REYES LATINOSPublicado por Temas deHoy (Madrid, 2005, 320páginas, 17’50 euros),Santiago Botello y ÁngelMoya ofrecen en su libroReyes Latinos un com-pleto estudio de las nor-mas de comportamientode esta banda urbana,cada vez más poderosa,que pretende el controlde determinados ba-rrios, así como de susbandas rivales, especial-mente los Ñetas, consti-tuidas en su mayoría pormenores de edad, tandispuestos a estropearsu vida como a extorsio-nar la de los demás.

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E L C U L T U R A L 1 - 2 - 2 0 0 7 P Á G I N A 2 6

L E T R A S / L O S L I B R O S M Á S V E N D I D O S

Ficción(SEMANA ANTERIOR/SEMANAS EN LISTA)

22.. Corsarios de Levante . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .2/6Arturo Pérez-Reverte. ALFAGUARA

33.. La fortuna de Matilde Turpin . . . . . . . . . . . . . . . 4/10Álvaro Pombo. PLANETA

44. Todo bajo el cielo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .3/16Mat i lde Asens i . PLANETA

55. Kafka en la orilla . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .8/9Haruk i Murakami. TUSQUETS

66.. La canción de los misioneros . . . . . . . . . . . . . . . . . . .7/4John Le Carré. PLAZA & JANÉS

77. Inés del alma mía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .5/18Isabe l A l lende. PLAZA & JANÉS

88. Los libros arden mal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . -/8Manuel R ivas. ALFAGUARA

99. La bruja de Portobello . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .8/12Paulo Coe lho. PLANETA

1100. El quinto día . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .-/1Frank Schätz ing. PLANETA

1. EL ALMA ESTÁ EN EL CEREBRO . . . . . . . . . . . . . . . . . . .2/9Eduardo Punset. AGUILAR

22. Anatomía del miedo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .5/6José Anton io Mar ina. ANAGRAMA

33. Maestros de la República . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4/8

44. Estambul . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .3/11Orhan Pamuk. MONDADORI

55. De la noche a la mañana. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1/15Feder ico J iménez Losantos. LA ESFERA DE LOS LIBROS

66. En el búnker con Hitler . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .-/1Bernd Freytag von Lor inghoven. CRÍTICA

77. Resentidos, torpes y traidores . . . . . . . . . . . . . . .-/1Al fonso Uss ía. EDICIONES B

88. Sabina, en carne viva . . . . . . . . . . . . . . . . . 7/20J. Sab ina/ J. Menéndez F lores. EDICIONES B

99. Los niños vienen sin manual . . . . . . . . . . . . . . . . .-/1M. Giménez. Agu i lar

1100. La gramática descomplicada . . . . . . . . . . . . . . . .9/15Álex Gr i je lmo. TAURUS

11. EL PERFUME . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .1/7Patr ick Süsk ind. BOOKET

22. Historia del rey transparente . . . . . . . . . . . .8/18Rosa Montero. PUNTO DE LECTURA

33. El capitán Alatriste . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .5/19A. Pérez Reverte. PUNTO DE LECTURA

44. Déjame que te cuente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3/53Jorge Bucay. PUNTO DE LECTURA

55. Tus zonas erróneas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . -/1WAYNE W. Dyer. DEBOLSILLO

66. Una soledad demasiado ruidosa . . . . . . . . . . . . .-/1B. Hraba l . DESTINO

77. Aprendiz de sabio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .-/1Bernabé Tierno. DEBOLSILLO

88. Los pilares de la tierra . . . . . . . . . . . . . . . . . .2/2Ken Fo l let . DEBOLSILLO

99. El camino de los ingleses . . . . . . . . . . . . . . . . -/1Anton io So ler. DESTINO

1100. Memorias de una geisha . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .-/1Arthur Go lden. PUNTO DE LECTURA

11. POESÍA (1980-2005) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .-/9Luis Garc ía Montero. TUSQUETS

22. Antología poética . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .4/10Anton io Gamoneda. ALIANZA

33. Tara . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .10/7E lena Mede l . DVD

44. Sílabas negras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .-/1Anton io Gamoneda. UNIVERSIDAD DE SALAMANCA

55. Todos nosotros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .1/19Raymond Carver. BARTLEBY

66. Libro del anhelo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .-/15Leonard Cohen. MONDADORI

77. Poesía amorosa: antología . . . . . . . . . . . . . . . . . .6/2Rainer M. R i lke. HIPERIÓN

88. Antología de poetas persas . . . . . . . . . . . . . . . . . -/1R. Cas inos-Assens. ARCA EDICIONES

99. Ideogramas en China . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .-/1Henr i Michaux. CÍRCULO DE BELLAS ARTES

1100. Canción de cuna . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5/17W. H. Auden. LUMEN

No f icción(SEMANA ANTERIOR/SEMANAS EN LISTA)

Bols i l lo(SEMANA ANTERIOR/SEMANAS EN LISTA)

Poesía(SEMANA ANTERIOR/SEMANAS EN LISTA)

· ALBACETE: Herso · ALMERÍA: Sintagma · ÁVILA: Senen · BADAJOZ: Universitas · BARCELONA: La Central, Casa del Libro · BILBAO: Casa del Libro · BURGOS: Mainel · CÁDIZ: Quorum · CASTELLÓN: Plácido Gómez · CIUDAD REAL: Manantial · CÓRDOBA: Luque · LA CORUÑA: Arenas · CUENCA: Juan Evangelio · GERONA: Geli · GRANADA: Continental· GUADALAJARA: Cobos · HUELVA: Saltés · HUESCA: Másdelibros · JAÉN: Metrópolis · LEÓN: Pastor · LOGROÑO: Santos Ochoa · LUGO: Souto · MADRID: Antonio Machado, Casadel Libro, El Corte Inglés, FNAC, Hiperión, Manzano, Vips · MÁLAGA: Rayuela · MURCIA: Diego Marín · OVIEDO: Ojanguren · PALENCIA: Alfar · PALMA DE MALLORCA: Literanta· LAS PALMAS: Canaima · PAMPLONA: Universitaria · SALAMANCA: Cervantes · SANTA CRUZ DE TENERIFE: La Isla · SANTANDER: Estudio · SAN SEBASTIÁN: Lagun · SEGOVIA: Vallés· SEVILLA: Casa del Libro · SORIA: Las Heras · TERUEL: Senda · VALENCIA: París-Valencia · VALLADOLID: Oletvm · VITORIA: Study · ZAMORA: Pya · ZARAGOZA: Central

11.. LA CATEDRAL DEL MAR . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1/38I ldefonso Fa lcones. GRIJALBO

11. LOS MITOS DE LA HISTORIA...Fe l ipe Pigna (P laneta)

22. Arte menorBet ina Gonzá lez (C lar ín/A l faguara)

33. Matemática, ¿estás ahí?Adr ián Paenza (S ig lo XXI)

44. El inocenteJohn Gr isham (Ed ic iones B)

55. El conquistador Feder ico Andahaz i (P laneta)

Argentina

11. INÉS DEL ALMA MÍAIsabe l A l lende (Sudamer icana)

22. Pasiones griegasRoberto Ampuero (Planeta)

33. Travesuras de la niña malaMario Vargas L losa (A l faguara)

44. La catedral del marI ldefonso Fa lcones (Gr i ja lbo)

55. La bruja de PortobelloPaulo Coe lho (P laneta)

Chi le

11. PLUM LOVIN’Janet Evanov ich (St. Mart in 's Press)

22. For one mor dayMitch Albom (Hyper ion))

33. CrossJames Patterson (L i t t le , Brown)

44. The hunters W.E.B. Griffin (Putnam)

55. NextMichael Crichton (Harper Co l l ins)

Estados Unidos

11. LES BIENVEILLANTES Jonathan L i t te l l (Ga l l imard)

22. L’Héritage (II). L’aîne Christopher Paolini (Bayard Jeunesse)

33. Odette Toulemonde et otres...Er ic-Emmanue l Schmitt (A lb in Miche l)

44. Hommes entre eux Jean-Paul Dubois (L'Olivier)

55. Une breve histoire de l’avenirJacques Atta l i (Fayard)

Francia

11. HANNIBAL RISING Thomas Harr is (He inemann)

22. CloseMart ina Co le (Headl ine)

33. The naming of the deadIan Rank in (Or ion)

44. Treasure of Khan Cl ive y D irk Cuss ler (M Joseph)

55. The Sound of Laughter Peter Kay (Century)

Reino Unido

Medios consultados:

LA NACIÓN (Argentina), MERCURIO (Chile),

THE NEW YORK TIMES (Estados Unidos),LE MONDE (Francia),

THE TIMES (Reino Unido).

Maria Anton ia Ig les ias. LA ESFERA DE LOS LIBROS

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HECHOS PROBADOS

QUE D. Javier publicó un ar-tículo de opinión (El País Se-

manal, 21-I-07) en el que censu-raba actitudes hostiles e incívicasde algunos asistentes a una ma-nifestación de la AVT. Ítem más:que D. Javier expresaba tambiénsu opinión de que la AVT, “des-de que el señor Alcaraz se pusoal frente”, le parece beligerante,politizada y poco razonable. Ítemmás: que lamenta D. Javier este (asu parecer) hecho en su artículoy el daño que en su opinión cau-sa a la propia AVT. Ítem plus: queen su artículo, D. Javier no ase-gura que los perpetradores de lasconductas reprobables fueranmiembros de la AVT, sino que deforma explícita matiza: “no fuela única víctima de las Víctimas,o sus jaleadores”.

QUE al citado artículo de opi-nión, la AVT no ha respondi-

do con una opinión en sentido con-trario o una refutación. Ni muchomenos: ha interpuesto una que-rella judicial acusando a D. Javierde un delito de injurias.

FUNDAMENTOS DE DERECHO

Los hechos probados han sidocalificados por el ministerio

fiscal como constitutivos de un de-lito de injurias. D. Javier, acadé-mico de la Española y escritor dereconocido prestigio, ha expuestouna opinión contraria a la actitudy conducta que ha ido adoptan-do la AVT desde que la preside D.Francisco José Alcaraz. Y lo ha he-

cho como es habitual en los artí-culos de opinión al menos desdelos tiempos de Larra: a partir deuna anécdota personal (real o in-ventada, pero verosímil en cual-quier caso) que da pie a la refle-xión de alcance más general. Así

mismo, como es habitual al menosdesde los tiempos de Quevedo, haexpresado su opinión con contun-dencia verbal, utilizando palabrascomo “energúmenos” o “guerra-civilistas” y realizando una com-paración con la guerra civil. Entodo ello no se aprecia el menor in-dicio de ilícito penal, antes bien:se trata de la conducta habitual enlos escritores que expresan unaopinión y no se aprecia en ella niánimo de ofender ni falta de res-peto, y mucho menos si se com-parara el tono de D. Javier con unaemisión al azar de la COPE o unartículo cualquiera del Sr. JiménezLosantos. En la anécdota que D.Javier relata tampoco se aprecia enabsoluto el requisito legal de ha-berse llevado a cabo “con cono-cimiento de su falsedad o temera-rio desprecio a la verdad”. Tengao no razón, D. Javier tiene derechoa opinar que la AVT promueve elenfrentamiento (que es lo que seentiende por una actitud “guerra-civilista”) o de opinar que, bajola dirección del Sr. Alcaraz, la AVT

se encuentra “espiritada o ende-moniada” (que es como definenuestro Diccionario de Autorida-des la voz “energúmeno”). Encambio, lo que sorprende (e in-cluso apena) a este tribunal es lareacción de la AVT al contestar auna opinión con una querella ju-dicial. Al hacerlo parece perseguirun único fin: dar la razón a D. Ja-vier, ya que esta respuesta des-proporcionada y zafia es conductapropia de energúmenos, es decir,de una “persona furiosa, alborota-da” (Diccionario académico) o dela que “está muy encolerizada oque se pone así con facilidad”(María Moliner), o bien “se ex-presa con violencia o con extre-mismo, por ejemplo hablando depolítica” (María Moliner).

ACUERDO

Que debo absolver y absuelvocon todos los pronunciamien-

tos favorables a D. Javier del deli-to de injurias que se le imputa.Que debo iniciar diligencias paraque se procese de inmediato a laAVT y a su presidente por los de-litos de energumenismo al cubo,atentado contra la libertad de ex-presión, uso frívolo y obtuso delsistema judicial y quebrantamien-to malicioso de la pacífica convi-vencia intelectual. Otrosí: este tri-bunal manifiesta su solidaridadcon D. Javier a este respecto. Tam-bién defiende y protege su dere-cho a opinar con la contundenciaque considere conveniente y sobretodo aquello que se le antoje y ex-presa su más firme repulsa a la re-acción cizañera, improcedente einquisitorial de la AVT. Así lo pronuncio, mando y firmo

L E T R A S / E N P R I M E R A I N S T A N C I A

E L C U L T U R A L 1 - 2 - 2 0 0 7 P Á G I N A 2 7

Han sido vistas las diligencias seguidas contra

D. Javier Marías

SALA SEGUNDA DE LO PERIODÍSTICO

Contra esta resolución cabe interponerrecurso de apelación en el plazo de sietedías ante el juzgado digital de segundaestancia: WWW.ELCULTURAL.ES

*

22

11

RAFAEL REIG

a instancia de la Asociación de Víctimas del Terrorismo(AVT) y ha sido probado y así se declara como:

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La publicación, en 1995, del li-bro de Hal Foster El retor-no de lo real fue tomado, por

quienes hicieron una lectura super-ficial del mismo, como una especiede indulgencia plenaria para el do-cumentalismo. La deconstrucciónde los ochenta, las despiadadas, y enmuchos casos interesadas, críticashacia cierta forma de entender lafotografía han ido siendo dejadas

de lado (a veces por los mismos quelas lanzaron) para volver a poner eldocumentalismo de actualidad, tan-to creativa como mercantil.

Afortunadamente, Documentos nocae en ese fácil mundo de las ten-dencias y si se aproxima al documen-talismo contemporáneo lo hace aaquellos autores que partieron de lascríticas de los ochenta a los principiosclásicos de la fotografía para plantear

una mirada doble: hacia el mundohistórico (cualquiera se atreve adesignar lo real hoy día) y hacia lafotografía misma como medio de re-presentación, con sus especificida-des y sus limitaciones.

Quizá la principal objección quepueda hacérsele a la exposición essu título. Uno de los temas de de-bate sobre el documentalismo fue sudelimitación como género. Si con-

sideramos que la fotografía es un re-gistro de la realidad, toda foto esun documento y por lo tanto el gé-nero se disuelve: tanto puede do-cumentar una artificiosa foto demoda como una imagen de Sebas-tiaõ Salgado. Hay que ir por tantoa la idea del documentalismo comoun modelo de discurso basado en elprincipio de centro / periferia. Unnúcleo ideológico más o menos es-

Retazos de realidad(es)DOCUMENTOS, LA MEMORIA DEL FUTURO. ·· C O M I S A R I A : R o s a O l i v a r e s . KO L D O M I T X E L E N A . U r d a n e t a , 9 . S A N S E B A ST I Á N . H a s t a e l 1 7 d e m a r z o .

A R T E

E L C U L T U R A L 1 - 2 - 2 0 0 7 P Á G I N A 2 8

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table y unos bordes en constantemutación.

La selección de obras y autoreshecha por Rosa Olivares se sitúa másbien en ese difuso borde, abarcan-do desde modernas relecturas delgénero, como la serie de Alec Sothsobre las cataratas del Niágara comodestino de bodas cutres, hasta la la-bor de documentacióndesarrollada porWalid Raad y el Atlas Group recu-perando imágenes de archivos po-liciales y de otras procedencias.

Soth es un buen ejemplo, juntocon Luc Delahaye, de la evolucióndel documentalismo y la búsqueda

de nuevos cauces de difusión para elgénero. Ambos pertenecen a laagencia Magnum pero ambos, tam-bién, han dado un paso atrás, visual yprofesional, en su obra. Parece comosi el cambio del documentalismo re-alizado para los medios al artístico in-cluyera una especie de distancia-miento (ese paso atrás), que en Sothse manifiesta por la combinaciónde lenguajes y en Delahaye (que tie-ne una carrera más dilatada como fo-toperiodista) en la adopción de unformato diferente de cámara (pano-rámico) y un mayor distanciamientodel tema en la toma de la imagen.Delahaye siempre ha querido emu-lar en este nuevo trabajo el concep-to del tableau d’histoire, pero sus fotosterminan quedando en una tierra denadie que no siempre logra la “ar-tisticidad” pretendida. El caso delAtlas Group es totalmente diferen-te. La apretada colección de imá-genes en pequeño formato mues-tra una época concreta de la guerradel Líbano: la de los atentados concoches bomba. Las fotos, muchasprocedentes de atestados policia-les, muestran siempre el mismo ob-jeto: el motor, la única parte del co-che que la explosión no destruye,aunque pueda lanzar a más de cienmetros de distancia. Pero la acumu-lación de imágenes termina, y ahíestá su interés, por documentar algomuy distinto: la mirada. Las dife-rencias culturales entre la miradade los fotoperiodistas occidentales yla de quienes hicieron esas fotos:funcionarios o fotógrafos locales.

En ese mismo concepto, aunquede forma más irónica, incide Jacques

Fournel, con una serie de imáge-nes que, con la apariencia de sosasinstantáneas turísticas, plantean jus-tamente la crítica del uso y el con-sumo que la cultura occidental hacedel otro y de un exotismo domesti-cado por las agencias de viajes. Tam-bién juega con la dimensión social de

la imagen el argentino SebastiánFriedman, en una serie de dípticosen las que muestra a empleadas delhogar (criadas) en la casa de sus em-pleadores, en una imagen, y en lasuya propia. La mujer sirve así denexo de unión entre dos entornos so-ciales cuyas diferencias se vanabriendo a lo largo de la serie.

Uno de los temas de debate delos ochenta fue la capacidad evoca-

dora de la imagen fotográfica y sufunción metonímica. La disyuntivaentre lo que vemos y lo que sabemosha sido desde siempre el eje de tra-bajo de Bleda y Rosa, de los que laexposición muestra algunas imáge-nes de su trabajo, Orígenes, a la es-pera de su pronta conclusión. En lamisma línea se sitúa el vídeo del co-lombiano Juan Manuel Echevarría,en la que los habitantes de un pue-blo cantan, ante una cámara que losregistra en un primer plano corto, lascanciones que ellos mismos hancompuesto sobre una matanza ocu-rrida en su localidad.

En último lugar, y bastante fue-ra del contexto que crean el restode las obras, se sitúa la instalación deAnn-Sofi Sidén sobre las formas decastigo de los delitos cometidos pormujeres en la Suecia del siglo XVI.Ni el tema, ni su tratamiento, pare-cen encajar en el conjunto, pero ellono viene sino a reforzar la dificul-tad que entraña el que todo, al finy al cabo, tienda a convertirse, o serconvertido, en documento.

RAMÓN ESPARZA

AALLEECC SSOOTTHH:: NNIIAAGGAARRAA,, 22000044--22000055..

DDCCHHAA..,, JJAACCQQUUEESS FFOOUURRNNEELL,,

AAUUTTOOUURR DDUU MMOONNDDEE ,, 11997788--22000066..

JJUUNNTTOO AA EESSTTAASS LLÍÍNNEEAASS:: JJ..MM.. EECCHHAA --

VVAARRRRÍÍAA:: BBOOCCAASS DDEE CCEENNIIZZAA ,, 22000033--22000044

BB RR II AA NN MM CC KK EE EE :: DD EE TT RR II TT UU SS ,, 22 00 00 22

E L C U L T U R A L 1 - 2 - 2 0 0 7 P Á G I N A 2 9

� La exposición no cae en el

fácil mundo de las tenden-

cias. La selección de obras

abarca desde modernas re-

lecturas del género hasta la

labor de documentación

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A R T E / E X P O S I C I O N E S

Con un brillante recordatorioclásico se abre esta expo-sición sobre últimas pro-

puestas del género que llamamos di-bujos animados, denominación queen 1912 le dieron los estudios ame-ricanos Éclair y que ahora empiezaa ser sustituida en la comunidad ar-tística por las de animazione povera(animación pobre) y dessins sans pa-pier (dibujos sin papel). Es una ex-posición excelente por la calidad yrepresentatividad de sus conteni-dos, y llena de actualidad e interés.No podía ser de otra forma: estan-do ahora a la alza la práctica del di-bujo entre los artistas jóvenes –quelo valoran por su capacidad de cons-trucción y sugestión, y por su senci-llez, inmediatez, intimismo y poderde comunicación–, y habiéndoseconvertido las imágenes en movimien-to en paradigma de nuestra culturavisual, resulta lógico que sean cadavez más los artistas que dotan demovimiento a sus dibujos mediantelas técnicas de animación del len-guaje cinematográfico, videográficoy de mediaciónelectrónica. El re-cordatorio históricoque da título y por-tada a esta muestraes la proyección delcorto Fantasmagorie,obra de Emil Cohl–ilustrador de revis-tas de variedades–,que se mostró enParís en el verano de 1908 y que estenido por piedra fundacional de losdibujos animados. Fue –y siguesiendo– un comienzo lleno de fan-tasía, apariciones, movimiento, ac-

ción, representación y espectacu-laridad.

En la historia centenaria de la ani-mación se conocen conexiones en-tre vanguardia, cine y dibujo, des-de el dadá al surrealismo, pasando enla década de 1920 por las animacio-nes abstractas del pintor Walter Rutt-mann y por el cultivo del corto deanimación del cineasta René Clair.No obstante, el interés de museos,curators y tratadistas suscitado poreste género a partir de Animations,muestra inaugurada en el P.S. 1 deNueva York en 2001, se ha focaliza-do sobre la animación pobre, valo-rándola no ya por las aportaciones desu proceso técnico, sino por las de suproceso creativo, que revela clavesconstructivas y representativas par-ticulares. Es ahí donde se alinea estaexposición comisariada por Juan An-tonio Álvarez Reyes para el ICO, re-afirmando el interés por el dibujoque tiene esta institución, que yaprodujo otra muestra memorable dedibujo contemporáneo, Arte Termi-ta contra Elefante Blanco (2004), y que

últimamente haabierto una líneaexpositiva atenta alvídeo. Juega estavez una baza fuerade lo común, pre-sentando obra im-portante de treceartistas actualesmuy activos en elcircuito internacio-

nal, y uno más –Juan Zamora– queconstituye algo así como el descu-brimiento luminoso de un jovencí-simo artista “pregonado”, lo quesiempre tiene mordiente.

Tres de los representados se in-tegran entre los grandes extraterrito-riales –“no son de ninguna parte”–del circuito internacional: el argelinoAdel Abdessemed, con su fastuosainterpretación del arabesco comoafirmación de vida; el belga FrancisAlÿs, con sus instalaciones que mez-clan dibujo, música y mobiliario do-méstico; y la pakistaní Shahzia Si-kander, con su mezcla de miniaturaraiput, imaginería hindú y musul-mana. Los tres utilizan la animación

como instrumento de subversión es-tética, mientras Kara Walker (silue-tas y cicloramas sobre la esclavitud enEE.UU.), William Kentridge (car-boncillos sobre el apartheid en Sud-áfrica) y el pekinés Gu Dexin (bre-ves y “pobres” animaciones sobrela crueldad ejercida sobre los débiles)enfrentan bravamente el arte a las es-tructuras del poder. En el dominiomás intimista de las micropolíticas semueven las narraciones familiaresfragmentadas de Vicente Blanco, los

Del lápizal píxel

FANTASMAGORÍA. DIBUJO EN MOVIMIENTO. ·· C O M I S A R I O : J u a n A n t o n i o Á l v a r e z R e y e s .

M U S E O C O L E C C I O N E S I C O . Z o r r i l l a , 3 . M A D R I D . H a s t a e l 1 8 d e m a r z o .

� La exposición juega

una baza fuera de lo

común presentando

obra importante de

trece artistas actuales

y un descubrimiento

PP II AA RR ÖÖ NN II CC KK EE :: UU NN TT II TT LL EE DD EE AA MM EE SS MM OO DD EE LL ,, 22 00 00 11

JJ .. TT OO BB II AA SS AA NN DD EE RR SS OO NN ::

88 77 99 CC OO LL OO UU RR ,, 22 00 00 22

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A R T E / E X P O S I C I O N E S

exquisitos dibujos feministas de Zi-lla Leutenegger y los crueles cartoonsde Raymond Pettibon. Mención es-pecial merecen las narraciones au-tónomas que, a partir de historias ci-nematográficas ajenas, realizan J.Tobias Anderson (sobre Con la muer-te en los talones) y Mrzyk & Morice-au (con su obsesivo bestiario con-temporáneo). El universo de luz,superposiciones y vibración óptica deJacco Olivier constituye un territoriodiferente, ¿el de la pintura animada?,

como también son muy distintos loscollages arquitectónicos de Pia Rö-nicke sobre la fascinación y desen-canto de la utopía modernista. Y otrosubrayado especial para el citadoJuan Zamora por la poesía descon-certante de sus pequeñas y mons-truosas criaturas, así como por sus sor-prendentes facultades de creador desonidos, apoyo valiosísimo en los do-minios de la animación.

JOSÉ MARÍN-MEDINA

En la todavía corta trayectoria de Paula Rubio Infante hay una se-rie de constantes que quedan plenamente definidas en esta ex-posición que ahora presenta en la también joven galería For-

mato Cómodo y que constituye su mejor trabajo hasta la fecha.Escenarios inquietantes de una violencia velada, estrategias que inci-den en lo sensorial o las agitaciones y arritmias narrativas (y formales)son los ejes que vertebran un proyecto que reúne aquí dibujo, pintu-ra, fotografía, instalación y vídeo. Rubio Infante (Madrid, 1977) sur-gió al abrigo de la extinta galería Ka. En una de esas colectivas re-cuerdo un trabajo deRubio Infante consistenteen un falso muro en cuyoreverso se escondía unagenerosa cantidad de pes-cado fresco. Su progresi-va putrefacción y el olorque desprendía daba formay sentido a la pieza.

Más madurada, certera ycoherente, Entre pecho y es-palda es también, aunqueno tan radical como enton-ces, un ataque a la obser-vación complaciente delarte, fundada desde un pris-ma tradicional, en este caso a través de dos elementos, el sillón oreje-ro y los galgos con los que la artista construye su trama. Si el primero alu-de a síntomas desidiosos relacionados, según la artista, a un ciertoconformismo burgués, los segundos remiten a la caza como tradicióncasposa y rancia. La pieza central de la exposición es uno de estos si-llones hecho jirones. Dos fotografías de gran formato que muestran gal-gos famélicos se apoyan –literalmente– en él. Las imágenes son tur-badoras y el montaje, aristado y punzante.

Una violencia implícita y el aroma de lo siniestro, acentuado enlas pinturas y dibujos de pequeño formato que muestran galgos ex-haustos y que se mezclan, significativamente, con fotografías de pre-sos de Abu Ghraib, resumen este conjunto de trabajos que se cierra conuna muy esclarecedora doble proyección de vídeo. En una de ellas, losgalgos aparecen abandonados a su suerte, inútiles ya para los cazado-res. Al ritmo de Suspiros de España esperan, nerviosos, el final. Son imá-genes que hablan de insensibilidad e indiferencia en el marco deuna tradición retrógrada. La otra proyección muestra a unos tapice-ros desmontando cuidadosamente el sillón hasta dejarlo en su es-queleto, muy cerca, también, de su final.

JAVIER HONTORIA

Rubio Infante,desde el desgarroENTRE PECHO Y ESPALDA. · G A L E R Í A F O R M ATO C Ó M O D O . Lo p e d e Ve g a , 5 .

M A D R I D . H a s t a e l 1 7 d e f e b r e r o . D e s d e 2 3 0 a 6 . 0 0 0 E .

EE.. CCOOHHLL:: FFAATTAASSMMAAGGOORRIIEE,, 11990088.. DDCCHHAA.. ,, JJ .. ZZAAMMOORRAA:: MMEEDDIIOO EELLEEFFAANNTTEE,, 22000066

EE NN TT RR EE PP EE CC HH OO YY EE SS PP AA LL DD AA ,, 22 00 00 66 ..

II NN SS TT AA LL AA CC II ÓÓ NN

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A R T E / E X P O S I C I O N E S

E L C U L T U R A L 1 - 2 - 2 0 0 7 P Á G I N A 3 2

Dionisio González, vestir la arquitecturaCARTOGRAFÍAS PARA A REMOÇAO. · G A L E R Í A M A X E ST R E L L A . S a n t o To m é , 6 . M A D R I D . H a s t a e l 3 d e m a r z o . D e 4 . 0 0 0 a 4 0 . 0 0 0 E .

HH EE LL II ÓÓ PP OO LL II SS II ,, 22 00 00 66 .. FF OO TT OO GG RR AA FF ÍÍ AA SS II LL II CC OO NN AA DD AA // MM EE TT AA CC RR II LL AA TT OO ,, 11 88 00 XX 99 00 00 CC MM ..

El espacio habitable y sus me-táforas de lugar, escenario,ambiente y circunstancias

han conformado si no la totalidad,sí el núcleo y las obras a mi entendermás atractivas y provechosas de Dio-nisio González, una de cuyas pie-zas primerizas, fechada hace una dé-cada, llevaba por título La casaSoliman: fotografías en cajas de luzcual ventanas simuladas abiertas aun pausado cielo de nubes quietas.

He de decir, sin embargo, que lasprimeras suyas que vi fueron lasRooms, de 1999-2000: también ca-jas de luz, acumuladas como lasconstrucciones infantiles de cubos,en cada una de la cuales embutíasu cuerpo, doblándose como con-torsionista, una persona joven y deprocedencia geográfica distinta, lle-gadas incluso del vecino exotismo dela inmigración.

Puede decirse que, en verdad,esos dos, el espacio y la persona ale-daña, han sido los motivos centra-les de un trabajo que, si bien se hadispersado territorialmente para al-canzar así concreciones ciertas, tam-bién ha articulado y condensado tan-to sus dispositivos formales como losfundamentos vertebradores de su in-tervención cívica.

Hay una lógica progresión en laspropuestas hechas por Dionisio

González en lo que va de siglo.Mientras una parte de su producciónse ocupa principalmente de la situa-ción de las mujeres y la explotaciónduplicada que sufren por su sexo ysu condición, ya sea con sus cuer-pos desnudos exhibidos en piscinas,colgadas como ropa en un armarioo protagonistas desvestidas en unshow, otra, más numerosa y a mimodo de ver más concluyente y ca-tegórica, viste, desviste y hace actuara la arquitectura como intérpretede la realidad social y como actriz deun papel soñado, aunque posible.

Para hacer sólo referencia a dosseries vinculadas a la que nos ocu-pa y ahora expone –ésta unida in-deleblemente al proyecto PauliceiaDesvariada, que fue su primeramuestra en la galería Max Estrella–,mencionaré, en primer término, lasllamativas a la vez que punzantes ysarcásticas Situ-acciones, de 2001, enlas mansiones de La Habana, rui-nas sobrepuestas digitalmente de in-mensos escaparates transparentes,que dejaban ver el derrumbe de unasociedad mientras anunciaban, festi-va y luminosamente, “Revolución”;y las Encripaciones, que proponían,como soluciones habitacionales, con-tainers injertados en las edificacio-nes populares.

Cartografías para a remoçao pro-

pone, en dos inmensos murales fo-tográficos digitalizados y un vídeo–éste quizás excesivamente didácti-co–, sustituir las operaciones inmo-biliarias en curso en las favelas deSão Paulo, basadas en su demolicióny la construcción de “pobres vivien-das verticales para pobres”, por laasunción de la cultura horizontal, deconstrucción precaria, pero coad-yuvante de la identidad y del en-cuadramiento social, mediante unabrillantísima intervención que in-corpora la arquitectura high tech y eldiseño contemporáneos a su estruc-tura fractal.

Destacaría, de inmediato, lagenerosidad y amplitud de un pro-yecto que, en palabras del propio ar-tista, quiere llevar la arquitecturade alta tecnología, en maternidades,hospitales, juzgados, etc., a los barri-os surgidos de la oleada del hambre,a la vez que busca la sostenibilidadde la cultura de esos asentamientosy, en su aspecto formal, la extraor-dinaria “factura” que González haalcanzado en el uso de la digitaliza-ción. Su dominio hace fiel y literal lasimulada “verdad” de su ciudad po-sible, al punto que no sólo nos lahace deseable, sino más que factible,ya existente.

MARIANO NAVARRO

Aunque asturiano de naci-miento (Gijón, 1965) DionisioGonzález vive y trabaja en Se-villa, en cuya Universidad sedoctoró y en la que actual-mente ejerce su labor docen-te. Dueño de una prolongadaformación multimedia encine, televisión, vídeo e info-mática, recibida en Londres,Edimburgo y Portugal, expu-so individualmente, por pri-mera vez, en 1990. Cuenta condiversos premios entre losque destaca el Premio PilarJuncosa-Sotheby’s de la Fun-dación Pilar y Joan Miró. Susúltimas exposiciones han te-nido lugar en la Kunstvereinde Heidelberg, la galería Ma-rio Sequeira, de Braga (Por-tugal) y la galería Ulrich Fie-dler, de Colonia (Alemania).

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Manuel Prego de Oliver fueconsiderado como uno delos principales exponen-

tes del panorama pictórico gallego delos años 50 y 60. Nacido en 1915,no será hasta después de la GuerraCivil cuando arranque una carreraplástica que se desenvolverá siem-pre dentro de las coordenadas pro-pias del arte español de la posgue-rra pero ciertamente no alejado delas de algunos artistas del exilio ga-llego como Maside (con el que notardará en encontrarse en algunamuestra internacional de arte galle-go), ni tampoco remoto de ciertaspremisas de la pintura de Solana o lapluma de Torrente Ballester.

Como puede verse en esta expo-sición antológica que se celebra pocodespués del vigésimo aniversario desu fallecimiento, los fundamentosdel punto de vista, los intereses y los

temas de Prego andan siempre vin-culados a su tierra, al paisaje, la luzy a ciertos personajes arquetípicosque recuerdan a los del Barroco es-pañol: mendigos, niños solos, ani-males, campesinas… Era pintor demarinas, montes y umbrías, barcas,mareas y algunos bodegones, siem-pre mucho más apegado al terruño,a la vida sencilla de la Galicia pro-funda oceánica y rural que a la aca-demia y lo meramente decorativo.También llevó a cabo diversos retra-tos a lo largo de su trayectoria. Asi-mismo, y aunque no se refleje enla presente exposición de la Casade Galicia, no cabe duda de que hayque destacar la faceta probable-mente más conocida de la expresiónpictórica de Prego: sus ilustracio-nes para publicaciones como ABCo Blanco y Negro. No es casualidadque el retrato de Vicente Risco sea

una obra destacada entre lo quecuelga en estas salas.

Esta es una oportunidad para co-nocer el legado de un pintor conser-vador, respetuoso con los ecos y si-lencios de sus motivos y obras , tantocomo un apasionado del color y la ar-monía. Tras un primer periodo depruebas que coincidiría con el finalde la Guerra Civil, se consagra a unagama terrosa con cierta tendencia a lomonocromático y un granulado fuer-te y vibrante. Eso, al menos hasta la

llegada de los 80, cuando se apreciaun giro de depuración y finura ar-mónica: un asalto de la madurez yla pureza. No en vano en estos días,el catedrático de filología gallega Ba-silio Losada, amigo del pintor, re-cordaba cómo poco antes de su óbitoen abril de 1986, el pintor le había de-clarado sentirse conmovido por ha-ber encontrado "el color azul que lle-vaba toda mi vida buscando".

ABEL H. POZUELO

DD EE SS NN UU DD OO ,, 11 99 77 77

En recuerdo deManuel Prego

CASA DE GALICIA. · C a s a d o d e l A l i s a l , 8 . M A D R I D . H a s t a e l 4 d e f e b r e r o .

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Bajo la batuta de Paco Salinasy el Patrocinio de la Funda-ción Cajamurcia, Fotoen-

cuentros llega este año a su séptimaedición. A través 15 exposiciones re-partidas entre instituciones y gale-rías, el tema propuesto en esta oca-sión es “la mirada animal”. Lafotografía de Fernando Maquieiraque sirve de portada al catálogo, unsimio con la mirada perdida, mues-tra ya, desde el principio, el discursode fondo de gran parte de las expo-siciones: la animalidad entendidadesde un prisma de empatía, el ani-mal más como sujeto que como cosa.La propia idea de “mirada” es bas-tante humana: mirada-de y mirada-hacia. En las dos direcciones y, enocasiones, cambiando los papeles.En este sentido, uno de los tropos demuchas de las fotografías expues-tas es la presencia del globo oculardel animal como elemento apelati-vo al espectador, cumpliendo la fun-ción de lo que Barthes llamaba elpunctum, lo que nos punza y con-mueve. Un viaje a través de granparte de las obras, nos hace cons-cientes de una mirada que nos in-terroga. Un ojo que nos devuelvela mirada, que nos informa de algoque también somos: espejos en losque nos vemos reconocidos, en losque se expone nuestra animalidad,lo que siempre nos acecha y nos afa-namos en soterrar. La muestra deLucien Clergue sobre Picasso y laanimalidad se refiere precisamentea eso, a la fiera lautreamontesca queencontramos en la mirada animal.

Destacar una exposición de Fo-

toencuentros siempre es complica-do, aunque merece especial aten-ción, tanto por sus dimensionescomo por su excepcionalidad, la deEliott Erwitt en el Centro Culturallas Claras. Sus fotografías de perrosse encuentran en esa línea de “hu-manidad” presente en el discursogeneral. De hecho, el propio fotó-

grafo ha afirmado en alguna ocasiónque, más que de animales, sus fo-tos son de “gente”. Los perros siem-pre aparecen acompañados de susdueños. Miran a cámara, pero es sucompañía la que los dota de huma-nidad. Ahí el animal aparece comoun prójimo, como lo cercano. Comoen el resto de las exposiciones, los

animales se muestran por lo queson, pero también por su relacióncon el hombre.

La humanidad del animal estátambién presente en las fotos deCristóbal Hara, Lola Montserrat,Mireya Masó, y, por supuesto, Ma-quieira, cuyos animales “videntes”nos aguantan la mirada. Por otra par-

te, un imaginario más surrealista ycaprichoso, con una visión que vadesde lo microscópico y el mundode los insectos al casi onírico de lafantasía, lo encontramos en Clau-dia Rodríguez Borja, Juan RamónPuyol o Ciuco Guitiérrez. Y, por su-puesto, otras visiones: “documen-tal”, como la de Pedro López Es-parza; “cientifista”, como la de LuisCastelo; “política”, como la deEduardo Cortils; o “esteticista”,como las siniestras fotografías deJuan de Sande en las que el animalno llega a ser del todo visible y se en-cuentra pre-supuesto.

Al final, no se trata de otra cosaque de hacer visible lo que, en cier-to modo, es invisible. Idea que apa-rece de modo palpable en la obra deCortills, en la que se denuncia la ex-tinción de más de mil especies sobreun fondo de golondrinas que pare-cen a punto de partir, como si la si-tuación fuese inminente. Quizá lle-gamos demasiado tarde, y sólo nosqueda ya, como muestra Luis Cas-telo, la posibilidad de rememorar losejemplares perdidos, la labor delfotógrafo de taxidermias: dar cuentadel fin del fin.

MIGUEL Á. HERNÁNDEZ-NAVARRO

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EE LL II OO TT TT EE RR WW II TT TT :: NN UU EE VV AA YY OO RR KK ,, EE EE UU UU .. 11 99 77 33 .. DD EE RR EE CC HH AA ,, LL UU II SS CC AA SS TT EE LL OO :: BB AA BB YY RR OO UU SS AA BB AA BB YY RR OO UU SS AA .. 22 00 00 66

FotoencuentrosLa condición animal

FOTOENCUENTROS. · Va r i o s e s p a c i o s . M U R C I A . H a s t a e l 1 8 d e f e b r e r o

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Coproducida por el CCCB yel Museo Ordrupgaard deCopenhague, la exposi-

ción confronta la obra del pintor Vil-hem Hammershøi (1864-1916) yla del cineasta Carl Theodor Dre-yer (1889-1968), en un diálogo en-tre pintura y cine que provoca in-tercambios de sentido queenriquecen la interpretación de am-bos universos.

Hammershøi y Dreyer son pre-sentados como las figuras más em-blemáticas de la cultura danesa con-temporánea. Y sin embargo, más alláde su entorno cultural, Hammershøino es un nombre especialmente fre-cuente en las historias que se han es-crito del arte moderno. Y si esto esasí es porque los centros hegemóni-cos y los esquemas canónicos hanmonopolizado una idea de moder-nidad y una cartografía que ha eclip-sado otras experiencias de una par-ticular riqueza. En este sentido, lapintura finisecular escandinava, en-tre el realismo y el simbolismo, sor-prende por su calidad y Hammers-høi es uno entre otros muchospintores de una densa tradición. Losartistas escandinavos poseen una vi-sión austera y límpida de las cosas.La suya es una pintura introvertida,contenida, de una acusada sole-dad… un arte del silencio.

Dreyer, aunque no es especial-mente conocido por el gran público,es uno de los cineastas más consi-derados de la historia del cine y norequiere presentación. Películascomo La pasión de Juana de Arco(1927) Ordet (1955) o Gertrud (1964)figuran siempre en los rankings delas mejores películas de la cinema-tografía universal. Su obra es de una

gran belleza plástica y buena partede ella aborda una problemáticamística y religiosa, pero con una es-pecial capacidad comunicativa.

Se ha afirmado que Hammers-høi no tuvo sucesión en el ámbitode la pintura, porque el arte mo-derno derivaría por derroteros muydistintos. En cambio, su obra ten-drá continuidad en Dreyer, quetrasladará su universo al cine. Aho-ra bien, aunque no sea una proble-mática que podamos desarrollaraquí, me interesa señalar que nose trata de un caso aislado. En tér-minos generales, la cultura figurati-va que llega hasta el XIX, el dis-positivo visual y narrativo elaboradopor la pintura y el teatro, tiene sucontinuidad y evolución en el cine.Más aún, el cine significa su cul-minación. Esto implica que los es-quemas perspectivos y ficcionalesdecimonónicos, lejos de quedar an-quilosados –como cuestionaronciertos sectores de la modernidad–demostraron su vitalidad y capaci-dad de adaptación en el lenguajemás vivo del siglo XX, el cine.

En Copenhague, donde se pre-sentó primero, la exposición seguíaun planteamiento tradicional y nopor ello falto de interés: situadosen paralelo, se buscaban similitudesentre los dos creadores. En Barce-lona, la lectura se ha dejado másabierta en términos de sugeren-cias… El protagonista de la expo-sición no es ni Hammershøi –aun-que de él se presentan 36 pinturas–ni Dreyer –del que se exhiben frag-mentos de sus filmes al inicio de lamuestra–, sino el montaje. Proyec-tado por el estudio de arquitectosRCR (Rafael Aranda, Carme Pigem

y Ramón Vilalta), éste consiste enun pasillo laberíntico forrado de geo-textil, una especie de gasa utiliza-da en la construcción que matiza laluz. Efectivamente, la intención eracontrolar y filtrar la iluminación y re-producir (metafóricamente) la luzde la pintura de Hammershøi y delos films de Dreyer. La filosofía delCCCB es la de una apuesta por la“maquinaria escénica”, indepen-dientemente del motivo u objetoexhibido, algo que a veces no se lo-gra controlar del todo. En esta oca-sión se trata de un montaje de una

gran belleza, aunque posee efec-tos distorsionadores: no sé si la luzfiltrada y los juegos lumínicos conlos que se exhiben las obras son losque había previsto el artista, o si setrata de un añadido artificial… Entodo caso, como montaje efímero,ofrece una perspectiva suplemen-taria que tal vez puede enriquecerla obra. Aún más, estas lecturas sonposibles porque la pintura de Ham-mershøi es tan rica y compleja quelas puede integrar.

JAUME VIDAL OLIVERAS

Hammershøi a la luz de Dreyer

HAMMERSHØI Y DREYER. · C O M I S A R I O S : A . - B . F o n s m a r k , A . R o s e n v o l d H v i d t ,

C . Ty b j e r g y J . B a l l ó . C C C B . M o n t a l e g r e , 5 . B A R C E LO N A . H a s t a e l 1 d e m a y o .

LA CONTINUIDAD. Aunque se ha afirmado que Hammershøi no tuvo sucesión en el ám-bito de la pintura, sí tuvo continuidad en Dreyer, que trasladará su universo al cine.Es evidente en estas dos obras: la pintura Los ventanales, 1913, y La palabra (Ordet), 1955.

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¿Cómo pasan las cosasque fija la memoria co-lectiva? ¿Con qué aso-

ciamos los hechos que constituyen latrama de la historia? Hoy más quenunca lo que seguimos llamando his-toriaes sobre todo representación, ima-gen, y cada vez menos relato. Y estedesnivel, esta fluctuación de sentido,es lo que permite apreciar esta mag-nífica exposición. El acontecimientoesuna iniciativa de Régis Durand, elanterior director del Jeu de Paume,sustituido recientemente en ese car-go por la española Marta Gili, quienha trabajado para su preparación con

un equipo de cinco comisarios, diri-gido a su vez por Michel Poivert.

Con un enfoque temático, lamuestra se articula en cinco seccio-nes que no se abordan cronológica-mente, sino como núcleos temáticos:La guerra de Crimea (1853-1856),La conquista del aire (1909-1911), El11 de septiembre de 2001, Las va-caciones pagadas (1936) y La caídadel muro de Berlín (9 de noviem-bre de 1989). Aunque en los cincocasos se trata de acontecimientos quetienen un alcance mundial, la guerrade Crimea, el conflicto bélico queenfrentó al Imperio Ruso con Ingla-

terra, Francia y otros aliados, y la con-cesión de las vacaciones pagadas alos trabajadores por vez primera enla historia bajo el gobierno del Fren-te Popular francés, uno de los másgrandes avances sociales del sigloveinte, tienen una incidencia espe-cial en la historia de Francia.

Si en la sección dedicada a la gue-rra de Crimea podemos ver cómola pintura de historia deja paso a losdibujos y grabados de las revistasilustradas de la época y a las prime-ras fotografías, en los otros bloquesse aprecia el papel central de la fo-tografía, y también de sus derivados:

el cine y el vídeo, en la fijación co-lectiva de las imágenes de los acon-tecimientos. Con ello, podemos des-tacar ya un rasgo importante que laexposición pone de manifiesto: esasimágenes pertenecen en todos loscasos a los medios de comunicaciónde masas: periódicos, noticieros ci-nematográficos, informativos de te-levisión. Son, en un sentido prima-rio y directo, comunicación.

Es una cuestión decisiva, en undoble sentido. Por un lado, porquenos permite establecer una diferen-cia sumamente relevante entre el ca-rácter masivo, repetitivo, indiferen-

A R T E / P A R Í S

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LL ÉÉ OO NN GG II MM PP EE LL :: II SS SS YY -- LL EE SS -- MM OO UU LL II NN EE AA UU XX .. SS AA LL II DD AA DD EE LL DD II RR II GG II BB LL EE MM II LL II TT AA RR ““ LL EE TT EE MM PP SS ”” PP AA RR AA EE LL DD EE SS FF II LL EE DD EE LL 11 44 DD EE JJ UU LL II OO DD EE 11 99 11 11

El acontecimiento La imagen que fija la vida

EL ACONTECIMIENTO. ·· C O M I S A R I O S : R é g i s D u r a n d y M i c h e l Po i v e r t . J EU D E PAU M E . P l a c e d e l a C o n c o r d e . PA R Í S . H a s t a e l 1 d e a b r i l .

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ciado, de las imágenes que fijan losacontecimientos históricos en elmundo contemporáneo y el caráctersingular, irrepetible, diferente, dela imagen artística que privilegia ensí mismo el valor del instante esté-tico. Por otro, porque si la fijación delacontecimiento se establece a travésde elementos de representación es-tereotipados e inmediatamente re-conocibles en una escala cada vezmás global por su repetición, el man-tenimiento de relatos históricos al-ternativos, de tradiciones cultura-les diferentes, resulta cada vez másproblemático: todos hemos vividodirectamente en la imagen la caídadel muro de Berlín o la barbarie delataque a las Torres Gemelas, sin serberlineses o neoyorquinos.

Todo esto nos da esta hermosamuestra, muy meditada en su plan-teamiento y desarrollo, y excelente-mente presentada en su montaje: im-presionante, por ejemplo, lareproducción de las primeras páginasde la prensa de Estados Unidos al díasiguiente del ataque terrorista del 11de septiembre de 2001, con varian-tes en la tipografía o el diseño, perosiempre con la misma imagen de lastorres en llamas. O también el es-pacio con las fotografías anónimastras el ataque a Nueva York, o los que

reconstruyen las calles de Berlín conel ambiente que se vivía, con la te-levisión mostrando en directo a lagente cruzando de un lado a otro dela ciudad: una frontera definitiva-mente rota. La intención no es plan-tear cuestiones estéticas, o ligadasal arte, sino mostrar la manera en quelas imágenes (insisto: las imágenesmasivas)construyen nuestra percep-

ción de los acontecimientos. En de-finitiva, estamos hablando de nuestrotiempo. Y, al hacerlo, también del de-bilitamiento de los sentidos de la his-toria: un género en su origen narra-tivo,conviene no olvidarlo, que comotantas otras cosas de nuestra tradiciónde cultura fue inventado por los an-tiguos griegos. Antes de la invenciónde la historia, antes de la utilizacióndemocrática de la escritura, en aque-lla Grecia lejana la palabra mítica ypoética fijaba en la memoria colec-tiva lo que si no desaparecía en elolvido. Después, la palabra compar-

tida en la escritura permitía forjarun patrimonio común de valoresdonde se forjaban los ciudadanos.Hoy, apenas sin palabras, con esetópico banal una y mil veces repeti-do por el que supuestamente unaimagen vale más que mil palabras, loque seguimos llamando historia sevacía, se convierte en mera sombra,en apariencia. Nunca como ahora lacomplejidad de la vida, de los acon-tecimientos, se representó de mane-ra tan esquemática, tan simple.

JOSÉ JIMÉNEZ

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TT HH OO MM AA SS RR UU FF FF :: JJ PP EE GG NN YY 00 22 ,, 22 00 00 44 .. DD CC HH AA .. ,, NN UU EE SS TT RR OO SS HH ÉÉ RR OO EE SS AA MM EE RR II CC AA NN OO SS ,, OO BB JJ EE TT OO CC OO NN MM EE MM OO RR AA TT II VV OO ,, 22 00 00 22

�La intencion de esta hermosa muestra no es plantear cues-

tiones estéticas sino mostrar la manera en que las imáge-

nes construyen nuestra percepción de los acontecimientos

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A R Q U I T E C T U R A

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En la memoria del proyectose explica la voluntad porparte del estudio de arqui-

tectura Enric Miralles & BenedettaTagliabue de realizar la nueva sedede Gas Natural en Barcelona comoun edificio con una “voluntad muyclara de ser compatible con su en-torno urbano”, destacando la frag-mentación del volumen para res-ponder a las diferentes escalas ysituaciones urbanas: la ciudad, el ba-rrio de la Barceloneta, las vivien-das próximas y un parque. El edi-

ficio se gestó en 1999 (un año an-tes de la muerte de Miralles) resul-tado de un primer premio en el con-curso internacional convocado parasu construcción.

Si bien es cierto que el edificiobusca esa constante integración conlo que le rodea, se perfora para per-mitir los recorridos, establece es-pacios urbanos previos de peque-ña escala y modifica su forma yaltura para este fin, no menos cier-to es que cuesta encontrar en él esesentido tan “Miralles” en el mane-

jo de los materiales y geometrías,ese sentido osado, emocionante ycomplejo que hemos visto en el ce-menterio de Igualada, los pabello-nes de tiro con arco de Vall de He-brón, los polideportivos de Huescao Alicante, o en el Parlamento deEscocia en Edimburgo, por citaralgunas de sus obras más celebradas.

Introduce una planta de pers-pectiva abierta, en la que la torrede 86 metros establece una relacióncon otras torres de la ciudad que, anivel peatonal, aparecen dibujadasen las fachadas; una pieza en mén-sula establece un espacio urbano in-ferior, y otra pieza con un desarro-llo lineal de ochenta metros delimitaestos espacios. Y todo envuelto me-diante un muro cortina de vidrio queproporciona la unidad a los volú-menes y que marca la diferencia res-pecto a otros proyectos del estudio,en los que cada cuerpo y fragmen-to tenían su materialidad propia. Di-cha materialidad existía sin embargoen fases de desarrollo del proyecto,pues podemos encontrar maquetasen las que los volúmenes se tratancon diferentes materiales.

La densidad del pensamientodel arquitecto, que tan pronto con-

vertía una fachada de simple ladri-llo en una obra de arte o se recrea-ba en el modo de acotar un crois-sant, se disuelve en un edificio queni en sus planos (tan elogiados siem-pre) ni en su construcción (tan sor-prendente siempre) nos habla delmejor Miralles.

En su lugar podremos encon-trar si visitamos el edificio de la Bar-celoneta unas relaciones que se ase-mejan más al mundo de JeanNouvel, en la ruptura de los volú-menes por medio de los reflejos,opacidades y transparencias que losdiferentes vidrios crean entre sí. Eledificio desaparece entonces fun-diéndose unas partes en otras, im-pidiendo los brillos del sol multipli-cados en sus fachadas su visión hastael punto de cegarnos, y confun-diéndose lo real con lo virtual enun todo que se une con el cielo para,en ciertos momentos, hacerlo des-aparecer.

Pero el gas no es denso, y nosempeñamos entonces en buscar aun Miralles que no se ve, en un edi-ficio que en ciertos momentos, pa-rece no existir.

RAÚL DEL VALLE

El gas no es denso

Miralles & Tagliabue firma la nuevasede de Gas Natural en Barcelona

TT RR EE SS II MM ÁÁ GG EE NN EE SS DD EE LL AA TT OO RR RR EE DD EE GG AA SS NN AA TT UU RR AA LL

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Heiner Müller creía firme-mente que la única mane-ra posible de evitar la ca-

tástrofe era mostrarla. Y VicenteLeón, creador y director del CicloAutor del festival Escena Contem-poránea, que ha ofrecido este año sucasa a Elfriede Jelinek, considera elespacio teatral como “el mejor si-tio para denunciar lo que ocurre anuestro alrededor porque el teatroes algo vivo. La pantalla de cine vo-mita al mundo pero no te mancha,el teatro sí. Puedes bajar la miradapero la sangre que emana del teatroy su catástrofe es mucho más eficaz.En otros espacios o medios todo esmucho más aséptico mientras queen el teatro las cosas duelen más”.

Bajo esta premisa, León ha con-vertido su casa del Ciclo Autor en unespacio que viene siendo referen-te a la hora de hablar de dramaturgiacontemporánea en Madrid, por elque han pasado autores como Hei-ner Müller y Bernard- Marie Koltès;Michel Azama y Caryl Churchill;además de Samuel Beckett o Ha-rold Pinter, todos grandes creadorescuyo aporte a la renovación de la es-tética teatral –y la idea misma dela noción de “teatralidad”– ha sidouno de los ejes centrales de su apa-rato creativo. Según este perfil, lapremio Nobel austriaca conecta a la

perfección con la filosofía del ciclo.“Por sus características y persona-lidad, no creo que haya otro espaciomejor para ella”, asegura León, quecree que “difícilmente podrá ocu-par otros espacios”. Incluso el di-rector considera que “programar aJelinek es una decisión muy acerta-da para el ciclo al mismo tiempo queincómoda”, debido a lo “incómo-da que puede ser su misma escri-tura”.

Fracaso feminista. Las obras deJelinek han sido desde el principioun auténtico mazazo para la socie-dad austriaca que, según la escrito-ra, está dominada por la hipocresíade la clase pequeñoburguesa y noha conseguido superar todavía supasado nazi. Este planteamientohizo que fuera calificada por los crí-ticos de su país –con los que, comoel resto de la prensa, no se lleva nadabien– de feminista radical, una eti-queta con la que la autora se decla-ra a gusto afirmando que tan sólo rei-vindica la potestad de poner derelieve los mecanismos de domi-nación masculina a los que toda-vía, insiste, está sometida la mujer.“Lo que Elfriede nos viene a decires que, hasta cierto punto, el femi-nismo ha fracasado en cuanto a quelo que ha permitido a la mujer des-

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El festival Escena Contemporánea cede su casa delCiclo Autor a la Nobel Elfriede Jelinek, en lo que su-pone prácticamente su estreno teatral en España. Del6 al 18 de febrero, el festival acogerá la representaciónde tres obras de la escritora austriaca y conferenciassobre una autora radical e incómoda en su país.

T E A T R O

Escena radicalEl Ciclo Autor estrena en España tres obras de Elfriede Jelinek

EPA

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prenderse del poder masculino y en-trar a formar parte de la sociedadcapitalista es, precisamente, el usode las mismas estrategias de poderque el hombre ha venido utilizan-do en la sociedad occidental paradominar a la mujer”, asegura León.

Críticas sin tapujos. En cualquiercaso nos encontramos ante una es-critora de enorme lucidez que ha cri-ticado sin tapujos todas las hipocre-sías y patologías –como ejemplobasta recordar a Isabel Huppert en elpapel principal de la versión cine-matográfica de La profesora de piano–de la sociedad vienesa, en particular,y del mundo occidental en general.

La radicalidad de Jelinek comoautora, por el contrario, permite ungran juego a los dramaturgos, direc-tores y actores que montan sus obras.Los textos conducen a los creadoresartísticos al atrayente reino de la pa-radoja, por donde pueden transitarpor un rico campo en el que el ca-rácter narrativo se impone, la posi-bilidad de conflicto y diálogo se di-luyen, y predomina el caráctermusical y rítmico de la palabra fren-te a su dramaticidad.

Ese camino hace que sus perso-najes queden reducidos a voces es-cindidas del pensamiento de la au-tora que planea sobre la escena. Y esahí donde surge una nueva y ma-yor paradoja, la de que una escrito-ra crítica con el autoritarismo ideo-lógico que subyace bajo la sociedad

occidental termine imponiéndoseen lo que escribe. O lo que es lo mis-mo, cómo escribir sobre el autorita-rismo del poder sin ejercer ese mis-mo autoritarismo sobre el objeto decreación.

Esta paradoja la podrá ver el pú-blico madrileño bajo distintos pris-mas, enfocados tanto desde Espa-

ña como Austria. Del país de Jelinekllegará a Madrid una embajada for-mada por Sigrid Löffler, directora dela revista Literaturen, que inauguraráel ciclo con un conferencia sobre la

obra de la autora el 6 de febrero en laReal Escuela de Arte Dramático.

Compañía vienesa. Posteriormen-te, el Burgtheater Vienna estrenaráen España La muerte y la doncella IV-Jackie. La obra del teatro nacionalaustriaco, con dirección de DanielaKranz, repasa la vida llena de brillo

y glamour, deseo de poder y deses-peración de Jacqueline Bouvier, másconocida por los apellidos Kennedyu Onassis, con “un montaje de pe-queño formato donde aparecen per-sonajes femeninos históricos quehan marcado los elementos atávi-cos de todos los seres humanos, so-bre todo los de la condición feme-nina”. Para ello, la compañía remiteal espacio de una conferencia deprensa para la que ha creado unaescenografía con muy pocos ele-mentos, excepto por el gran núme-ro de micrófonos presentes, delantede una pared de cristal en la que seproyectan sin parar imágenes de laactriz en su papel de Jackie y del pro-pio personaje de la obra.

El resto del ciclo tiene sello es-

pañol. La debutante Siglo XXI re-presentará Clara S del 7 al 9 de fe-brero, mientras que Teatro de LaEsquirla, la compañía de León, es-trenará La muerte y la doncella V -Lapared. La obra, al igual que la refe-rida a Jackie Kennedy-Onassis, for-ma parte de los denominados ‘Dra-mas de las princesas’, que desgrananlas principales contradicciones dela condición humana, según Jelinek.Estas son el conflicto realidad-deseo,la dolorosa capacidad de armonizarlibertad con necesidad y la esclavi-tud que supone necesitar al otro,además de presentar el eterno due-lo entre razón e instinto, por un lado,y el de poder y libertad, por el otro.

JOSÉ MANUEL MORA

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EL casi estreno es-cénico de Elfrie-

de Jelinek en Españaque supone el ciclo de-dicado por EscenaContemporánea no esel único debut de estosdías. La cita con la No-bel austriaca significaasimismo el bautismode una nueva compa-ñía, la Siglo XXI.La formación acaba deser creada por la RealEscuela de Arte Dra-mático de Madrid (RE-SAD), a través de la fundación que tiene el cen-tro para abordar el teatro contemporáneo einvestigar los nuevos lenguajes de la escenaactual, para los que cuenta con jóvenes profe-sionales titulados en las diferentes ramas de lapropia escuela, que acaba de celebrar 175 añosde existencia.

La compañía debuta con Clara S. El mon-taje, dirigido por Óscar Miranda, fábula el en-cuentro anacrónico entre Clara y Robert Schu-mann con Gabriele D’Anunzio, el hedonistapoeta y héroe nacional italiano. Jelinek per-

mite a la compositoraClara Schumann unaoportunidad para ac-tuar en circunstanciasdistintas a las que su-cedieron en la realidad,como hizo tambiéncuando montó unaobra sobre qué pasocon Nora, la protago-nista de Casa de muñe-cas, después de dar elfamoso portazo con elque abandonó el hogar.En la obra que estre-nará en Madrid la nue-

va compañía, la abnegada Clara ha acudido consu marido, ya en total estado de demencia, a lavilla de Gabrielle D’Anunzio en busca de di-nero para cuidar del enfermo. El escritor italia-no aparece dibujado como un viejo verde quevende su apoyo a cambio de favores que Clarano está dispuesta a ofrecer. Su existencia comoartista se ha agotado en su labor de madre, pa-reja y cuerpo del genio, pero nunca como mujer.Pero no sabe, quizá Clara fuera feliz con esatriple condición de madre, pareja y cuerpo deSchumann.

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� Jelinek permite, como autora, un gran juego a los

dramaturgos, directores y actores que montan sus obras.

Los textos conducen al atrayente reino de la paradoja

Una compañía para el Siglo XXI

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D A N Z A / T E A T R O

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Bocca se despideEl bailarín emprende su última gira

Madrid acoge el estreno español de Adiós, hermano cruel

Julio Bocca inicia su última gira española con un ballet narrativo. El baila-rín debutará el 7 de febrero en el Teatro Albéniz, con Adiós, hermano cruel,una obra de Ana María Stekelman que luego llevará por media España.

“La danza me ha dadomás satisfaccio-nes que dolo-

res”, responde Julio Boc-ca cuando se lepregunta si le ha me-recido la pena dedi-carse a un arte que,a sus 40 años, le obli-ga a retirase .Y que ledeja con secuelas fí-sicas para el resto desu vida, “heridas deguerra” que procedende sus dos décadas comouna de las estrellas del Ame-rican Ballet, formación a la queya dijo adiós el verano pasado,como ahora hará con el públi-co español.

La despedida de Bocca co-menzará el próximo miércoles, en el Teatro Albé-niz de Madrid, donde el bailarín estrenará con sucompañía del Ballet Argentino Adiós, hermano cruel.Luego emprenderá una gira que llevará a ambospor Zaragoza, Valencia y otras ciudades españolasque concluirá en Bilbao, del 20 al 25 de marzo, aun-que para el verano Bocca volverá a España para bai-lar en varios festivales. En esta ocasión, sin hacerningún ballet narrativo como ahora.

La elección de una obra como la de Anna MaríaStekelman –un ballet con elementos neoclásicos ycontemporáneos que parte del texto del drama-turgo coetáneo de Shakespeare, John Ford, Lásti-ma que sea una puta, sobre el amor incestuoso y des-graciado de dos hermanos– refleja el carácterluchador de Bocca que se retira con un estrenoen vez de hacerlo con un espectáculo fácil.

“No quería hacer pedacitos, como siemprehago, quería contar una historia entera”, explicael bailarín, para poder despedirse “bien arriba y de-jar un buen recuerdo” en el público, cuando to-

davía está bien, aunque reconozcaque cada vez le cuesta más

mantenerse en forma y en-trenarse.

Pero donde no hayesos problemas es so-bre el escenario. Enci-ma de las tablas, Boc-ca ha aprendido adisfrutar con las pe-queñas cosas, ha lle-gado al punto de ha-

cerlo con “un gesto decabeza, de una mirada”,

sin tener que estar pen-diente de otras que antes le

preocupaban más.Estos detalles demuestran

una madurez por parte del bai-larín argentino que le permitenmirar atrás y comparar el presen-

te y el pasado del ballet. Para Bocca –que ironiza conque ya le ha llegado “el tiempo de decir en mi épo-ca...”– los nuevos bailarines llegan con una “calidadmaravillosa, pero sin personalidad artística”.

“No sé si depende de los maestros, de la formade enseñar, o también es una cuestión de cada uno,pero siento que ahora todo es más físico y que todoslos personajes que se hacen son iguales”.

Ese problema no lo tenía Bocca. El bailarín “pro-curaba leer el libro, ver la película” e informarse todolo que pudiera de cada nuevo rol que interpretarapara después llevarlo a cabo desde su punto de vis-ta, que siempre implicaba “llevarlo a esta época”.Así hizo legendarios personajes, de los que recuer-da con espacial cariño los protagonistas de Romeo yJulieta, Manon y Don Quijote.

Con el último dice que se divertía mucho, mien-tras que los otros los escoge porque plantean una“historia que contar” en cada obra, algo que ahorano ocurre en el mundo del ballet, excepto con co-reógrafos como Boris Eifman. RAFAEL ESTEBAN

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Un artista crea un mundo propiodonde sus recursos internos se en-

cuentran con su entorno. El del coreó-grafo, bailarín y artista plástico de origenchino Shen Wei se nutre de unas fuen-tes excepcionalmente ricas que el pú-blico español descubrirá esta semanacuando su compañía debute en el Tea-tro Central de Sevilla.

Nacido en Hunan, Shen Wei se for-mó en la ópera tradicional china antesde ingresar en la primera compañía dedanza moderna del país, la GuangdongModern Dance Company. Allí se desa-rrolló como bailarín y coreógrafo antesde trasladarse a Nueva York donde, enel año 2000, fundó su propia formación.Con sus trabajos de gran formato ha for-jado un lenguaje en el que la danza con-vive con el teatro, la ópera china, la pin-tura y la escultura para crear unaimpactante unión en escena.

El programa doble que presenta enSevilla comienza con La consagraciónde la primavera, obra de 2003 que lehabía intrigado durante más de una dé-cada. Los bailarines se desplazan enci-ma de un inmenso lienzo abstracto detrazos blancos, negros y grises para darcuerpo a las complejas estructuras rít-micas y melódicas de la partitura em-blemática de Stravinsky, esta vez en laversión para dos pianos de Fazil Say.

Foldinges una reflexión sobre el actode doblar un objeto o cuerpo que cuen-ta con música de John Tavener y cantosbudistas tibetanos. Los bailarines dela obra, que aparecen con sus cuerposbrillantes cubiertos de rojo y negro, danvida a una visión surrealista de textu-ras en transformación con largas telasblancas y un fondo pintado a mano ins-pirado en una acuarela china del sigloXVIII. Son ejemplos de la danza abs-tracta, pero profundamente humana,de un coreógrafo que ha creado todo ununiverso de dos mundos. LAURA KUMIN

Shen Wei debutaen Sevilla con unprograma doble

DANZA ABSTRACTA EN EL CENTRAL

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E S T R E N O S

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P O R T U L A N O S

El invierno

Se equivoca Magüi Mira cuando dice que Elcuento de Invierno llevaba décadas sin represen-tarse aquí. Juan Pastor hizo una versión, hu-milde, pero con mucho encanto, hace unos años,y en el CDN si no recuerdo mal. Es cierto, porlo demás, que se trata de una de las obras sha-kespearianas menos representadas, no sólo en-tre nosotros, sino en la propia Inglaterra, y sedebe a que el texto desconcierta a no pocos gran-des directores. Hasta el propio Peter Brook pin-chó en hueso cuando puso en escena esta pieza.Los eruditos suelen hermanarla con La tempes-tad bajo el discutible apéndice de “las obrasdel perdón”. La tempestad se ha quedado la famay el prestigio crítico, pero El cuentoes mucho máshermosa, quizá la obra más bella jamás escritapor el Bardo. La palabra tale, cuento, carece eninglés de esa acepción predominantementeinfantil que nosotros le aplicamos; el título alu-de a la tradición anglosajona de contar relatosfantásticos y hasta fantasmales en la época delsolsticio de invierno, tradición que procede dela Edad Media y llega hasta Dickens y su cele-bérrima historia sobre el avaro Scrooge. El cuen-

to es una meditación madura y serena, de altí-simo nivel simbólico, sobre el paso del tiempo yel poder regenerador del amor, entendido éstedesde la perspectiva hermética, tan común en ladramaturgia shakespeariana. En este sentido,como explica Jean Paris, Hermione, Paulina yPerdita representan el triple reino de la fideli-dad, la bondad y la gracia que, al actuar en con-junto, devuelve al rey al centro perdido. El final,con la escena de la resurrección, es un inmejo-rable ejemplo de lo que los antiguos directoresde ópera llamaban “hacer el cisne de Lohengrin”,es decir, de la dificultad de representar lo que,a priori, es irrepresentable por su carácter tras-cendente. Reducir todo este riquísimo mundode sugerencias a un alegato contra la violenciadoméstica es un capricho, una frivolidad ina-ceptable. Mutilar severamente el texto para for-zarle a aceptar la lectura impuesta es una agre-sión sin justificación alguna. Y, sin embargo, éstaes la pauta en gran parte de nuestro teatro.

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“Reducir la obra a un alegatocontra la violencia es un capricho”

Jerónimo López Mozoajusta cuentas con la me-moria. Con la de la socie-

dad española y, en cierto modo,con la propia, la de la época quele tocó vivir durante gran par-te de su vida en El arquitecto y elrelojero. La obra, con la que elautor ganó el Premio Arnichesde Teatro de hace cuatro años,sube al escenario del TeatroGalileo de Madrid con direc-ción de Luis Maluenda .

El arquitecto y el relojero esla disputa entre memoria y ol-vido que se da entre los dosprofesionales del título. LópezMozo junta a dos personas dis-pares en el simbólico reloj de laPuerta del Sol. Por un lado estáel arquitecto, al que le han en-comendado el lavado del edi-ficio que albergó la siniestra Di-rección General de Seguridad.

Y por el otro, el relojero encar-gado de conservar en perfectoestado la máquina que certifi-ca para la mayoría de los espa-ñoles el cambio de año.

Recuerdos archivados. Elprimero encarna la falta de in-terés sobre lo que ocurrió en elrégimen franquista. Para el ar-quitecto, el pasado es algo queya ocurrió y al que no hay quesacar del baúl de los recuerdosdonde está archivado. Por lotanto, el trabajo que tiene quehacer para poner al día el edi-ficio de la Puerta del Sol, queserá la sede del gobierno ele-gido en las urnas, es un encar-go profesional que esperacumplir con la mayor efica-cia, sin importarle lo que allípasó y lo que simboliza ade-centar la antigua DGS.

El relojero, en cambio, noestá dispuesto a olvidar. Élquiere recordar y que los de-más recuerden el ejemplo delos que fueron detenidos y su-frieron tortura en un edificio entorno al cual se celebra la en-trada y salida de cada año. Ade-más, busca hacerles justicia,por lo que los encuentros quetiene con el arquitecto mien-tras pasan los 18 meses de la re-modelación se convierten enuna controversia entre ambosen la que López Mozo tomapartido por la reivindicación dela memoria, según el directordel montaje.

El estreno de la obra supo-ne asimismo reivindicar la fi-gura de López Mozo, uno delos principales miembros dela llamada generación perdidade dramaturgos españoles.

La vida está llena de oportunidades decambio que pueden surgir en cual-quier momento. Un encuentro, por

ejemplo, insospechado entre una mujer madu-ra que supuestamente ha triunfado en la viday un joven ciego al que ha contratado para pasarunas horas en un hotel puede ser el desenca-denante de una nueva vida, a poco que am-bos sean capaces de abrirse y dejarse llevarpor lo que sean capaz de dar y recibir el unodel otro.

Al menos eso es la propuesta que hace Pa-loma Pedrero en Los ojos de la noche, el textode la autora que las compañías Argos, cubana,y Teatro del Alma, española, estrenaron en elTeatro Nacional de la isla y ahora llevan a la sala

Ítaca de Madrid, donde estarán desde hoy has-ta el próximo día 11. La obra llegará poste-riormente a Barcelona, al teatro Versus, queacogerá sus representaciones entre el 14 y el 25de febrero.

El montaje –con dirección del cubano Pan-cho García e interpretación de Mónica Guffantiy Pepe Ronda– reivindica la capacidad de in-tercambio entre las personas. Cualquiera, so-bre todo un desconocido y de característicasopuestas, puede ayudar a sacar del abismo aquien se encuentre hundido en un hoyo. Aun-que para salir del lugar, necesita primero abrir-se y confiar en quien no esperaba, que le pue-de llevar desde el más hondo y oscuro dolorhasta la más inquietante esperanza.

Memoria contra olvido, en Galileo

Paloma Pedrero llega con Los ojos de la noche

Jerónimo López Mozo estrena en Madrid El arquitecto y el relojero

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AP

Después de una tormentosa estancia en EEUU, Paul Verhoeven regresa a su Holanda natal. El desmedido autor de Deli-cias turcas y Eric, oficial de la reina, que luego realizó en Hollywood películas tan extravagantes como Robocop, Instinto básicoo Showgirls, vuelve a sus orígenes con El libro negro, que se estrena mañana en nuestro país. El Cultural ha hablado con eldirector sobre su actitud ante la realidad y sobre su retorno al cine holandés con la producción más cara de su historia.

Paul Verhoeven“Me parece más natural la guerra que la paz”

C I N E

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Transmite la misma energía desmedidaal hablar que al filmar. Ninguna pre-gunta le hace dudar y se lanza a res-

ponder sin temer ni a las reiteraciones ni al con-tagioso desorden de su discurso. El premiohonorífico recibido en Sitges reactivó su ner-viosa verborrea, a la que acompañaba con unagestualidad más eléctrica que estudiada. Conel pelo gris y los vaqueros gastados, Paul Ver-hoeven (Amsterdam, 1938) presentaba El libronegro en el certamen catalán. Tras su tormentosoparéntesis americano, supone el regreso a su Ho-landa natal y la revisión de la memoria históricae íntima de un periodo, el de la ocupación nazi,que vivió en carne viva e inocente. No es la pri-mera vez que retrata esa época: ya en Eric, ofi-cial de la reina, que fue nominada al Globo de Oroa la mejor película extranjera y despertó la cu-riosidad del mismísimo Spiel-berg, se acercó a las estrategiasde la Resistencia holandesapara neutralizar el éxito de lastropas de Hitler.

–¿Es El libro negro unaprolongación femenina deEric, oficial de la reina?

–Son películas comple-mentarias sobre un mismoperiodo histórico, al que ob-servan desde perspectivasopuestas. Eric, oficial de la rei-na tiene una visión más he-roica de los holandeses, y mu-cho más maniquea de losalemanes. El libro negro habla,sobre todo, de la última par-te de la ocupación nazi enHolanda, en la que todo fuebastante más sórdido paraambos bandos.

El libro negro cuenta la his-toria de Rachel Steinn (espléndida Carice vanHouten), cantante judía que, tras intentar huir sinéxito de la Holanda ocupada, se une a la Resis-tencia bajo el nombre de Ellis de Vries. Acaba-rá enamorándose de un oficial alemán al que haestado utilizando para sacar información secretade los movimientos de la Gestapo. Es la prime-ra de una cadena de paradojas y dilemas mora-les que convierten a la película en una montañarusa emocional en la que no hay buenos ni malos,sino todo lo contrario. Si algo caracteriza a El libronegro es la rapidez con que sus personajes sequitan la máscara, convirtiéndose en su néme-

sis en un periquete. Bien y mal no son las doscaras de una misma moneda, porque la monedasólo tiene una cara. De ahí que la visión queVerhoeven tiene de la guerra sea inherente a latraición constante de nuestros propios principiosy a una ley del ojo por ojo que el pueblo holandéscultivó sin sentir vergüenza, castigando sin pie-dad a los colaboracionistas nazis.

–Siempre me ha parecido curioso que losholandeses se hicieran los héroes cuando ha-blaban de su comportamiento con los judíos enla Segunda Guerra Mundial, cuando fuimos delos países que actuaron con mayor lasitud al res-pecto. Simplemente, dejábamos que los nazis selos llevaran y los mataran. Nunca fuimos como losdaneses, que hicieron todo lo posible para rete-nerlos e impedir el genocidio. Por eso me inte-resaba realizar una película sobre ese periodo que

compartiera en todo momento el punto de vis-ta de una muchacha judía, que, aunque es vic-timizada, nunca se hace la víctima. Lo único quequiere es sobrevivir.

Pura víscera. El cine de Verhoeven es pura vís-cera. Tachado de provocador, ha roto todos los ta-bús impuestos por las convenciones moralesde una sociedad a la que siempre mira de reo-jo, dispuesto a practicar la autopsia de nues-tros más exquisitos cadáveres. Un chico des-cubre su homosexualidad cuando lo violan unosgamberros en Vivir a tope; un escritor atormen-

tado sueña con quitarle los calzoncillos a suamante crucificado en El cuarto hombre; la car-ne de un villano se derrite en Robocop despuésde que la violenta imposición de la ley ganepor puntos a la hostilidad de la delincuencia.Todo este catálogo de imágenes subversivasha hervido en la mente de este licenciado enCiencias Exactas que filma siempre desde las en-trañas, y no desde la razón. El legado de su pa-sado matemático permanece en su interés porla tecnología, en entender el rodaje como unaecuación de varias incógnitas que sólo él puederesponder. Luego está el misterio de las emo-ciones que salpican la pantalla, todo lo que nose puede controlar desde la desarmante lógica delsentido común.

–¿De dónde procede su interés por la vio-lencia y sus efectos?

–Creo que mi predilección poresa imaginería tiene que ver conmi infancia durante la guerra. Es-taba acostumbrado a ver cadáveres,a escuchar a los aviones británi-cos que se dirigían hacia Alemania.De ahí que la violencia siempreme haya parecido algo natural. Dehecho, me parece más natural laguerra que la paz. Un escritor ho-landés que sufrió la ocupación nazicuando era adolescente solía de-cir que la guerra es la norma y lapaz la excepción. Cuando en Eric,oficial de la reina le dicen al prota-gonista, interpretado por RutgerHauer, que se ha declarado la gue-rra, afirma: “Un poco de guerra tie-ne su interés”. Y en esa frase hayalgo de mí que reconozco. No séexactamente de dónde viene, deigual modo que Buñuel, cineastaque me encanta, tampoco sabía de

dónde venían sus obsesiones. Lo que no quieredecir que esté a favor de la guerra.

Aunque El libro negro sea su película menosagresiva en muchos, muchos años, el Verhoe-ven auténtico, el que no aparta la cara ante lo vul-gar o lo repugnante, asoma el morro a través deuna secuencia de humillación pública particu-larmente desagradable. El apego a la realidad, pormuy cruda que sea, es una de las constantes delcine de Verhoeven, obsesionado por equilibrar sulado irracional desde su afecto por lo empírico.

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(Pasa a la página siguiente)

No me gusta evitar la realidad, prefiero serle fiel.Y si eso supone cruzar ciertos límites, no es problema mío”

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–Soy un realista. Si hay una violación, quie-ro mostrarla. Si hay una bomba y alguien sufreuna herida mortal, quiero mostrarla. No me gus-ta evitar la realidad, prefiero serle fiel. Y si eso su-pone cruzar ciertos límites, no es problema mío.El problema lo tiene quien juzga. Aunque tengoque reconocer que en El libro negro me he con-tenido. Quizás sea porque me he hecho mayor,pero lo cierto es que en este caso cualquier des-nudo o escena de violencia está plenamentejustificada en el guión.

¿Quién habla de sexo débil? La mujer ver-hoeviana sabe usar el poder de su sexualidad aun-que sea a costa de devorar al hombre por el quese siente atraída. Hay en esa lucha de fuerzas–la que une a Cathy Tippel con la Sharon Sto-ne de Instinto básico– una reivindicación de lofemenino hecha desde una mirada profunda-mente masculina. En cierto modo, Verhoeven esun feminista: en sus películas la mujer siempreestá por encima del hombre. Un solo cruce depiernas puede derrotar siglos de dominaciónpatriarcal. Ellas son el sexo, y el sexo lo puedetodo.

–Me gustan mucho más las mujeres que loshombres. Me parecen más fuertes y más inteli-gentes. Es algo que sé desde que tengo uso de ra-zón, desde que iba al colegio, una idea con la quehe crecido. De ahí que mis personajes femeninossiempre tomen las riendasde su destino, porque de-ben defenderse de una so-ciedad que aún hoy sigue ri-giéndose por patronessexistas. Por ejemplo, mehabría encantado rodar una película sobre Jua-na de Arco. Creo que las películas que se hanacercado a su figura no le han hecho justicia. Fuemi mujer, Martine, la que me empujó a que acep-tara la oferta que me hizo Hollywood, porqueyo no tenía el coraje para dar el paso. Era unmomento en que la “inteligentsia” de mi país meacusaba de obsceno, mis películas no interesabanal Gobierno, y mi única salida era marcharme.Había estado varias veces en Estados Unidos mo-viendo proyectos pero nunca acababa de deci-

dirme. También fue Martine la que me animóa aceptar la dirección de Instinto básico. Puedeimaginar lo agradecido que le estoy...

Pervesa ambigüedad. La etapa americana deVerhoeven coincide con su cine ideológica-mente más guerrillero. Desde una perversa am-bigüedad moral, películas como Robocop oStarship Troopers confrontan al espectador conuna visión sarcástica y demoledora del impe-rialismo americano. Resistente al vitriolo delholandés errante, a la crítica estadounidensele ha costado distinguir el grano de la paja, iden-tificando con frecuencia al cineasta con undiscurso protofascista, de raíces claramente pa-ródicas, que no hacía otra cosa que cuestionarla hipocresía de un país que se cree por enci-ma del bien y del mal.

–Con Robocop y Starship Troopers, obviamenteestaba haciendo películas políticas disfrazadasde cine de género. En el primer caso hablaba de laviolencia de la política urbana estadounidense yen el segundo de las consecuencias del interven-cionismo militar. Partiendo de una novela de Ro-bert Heinlein que podía ser entendida fácilmen-te como una apología del fascismo, me avancé,unos cuantos años antes de Afganistán e Irak, a losefectos de la política internacional de EstadosUnidos. Me interesaba utilizar los recursos ex-

presivos de la ciencia-ficción a través de imágenesinspiradas directamente en el cine de Leni Rie-fensthal para explicar un clima de tensión queya se estaba gestando durante el gobierno de Clin-ton. ¿Qué ocurría cuando los americanos invadíanterritorio enemigo? Que los insectos reaccionabancon violencia, igual que los terroristas de Al-Qaeda reaccionaron con el 11-S.

No es casual que El libro negro sea la conse-cuencia de seis años de vacaciones forzadas. Sufama de cineasta incómodo, añadida al fracaso de

la que, según Jacques Rivette, es una de lasmejores películas norteamericanas de los no-venta, Showgirls (es el único ralizador que se atre-vió a recoger en persona el Razzie al Peor Di-rector del Año), le compró a Verhoeven un billetede vuelta a Holanda. Su tendencia al exceso (consus 17 millones de euros de presupuesto, es lelfilme holandés más caro de la Historia) ha hechode su regreso a los orígenes todo un espectácu-lo que parece aglutinar, en sus casi dos horas ymedia de metraje, material suficiente para trescintas. Y es que El libro negro es, más que una pe-lícula bélica, un serial de aventuras, una novelapulp de impactante vitalidad.

–Llegó un momento de mi carrera en la queestaba harto de la ciencia-ficción y quería volvera retomar mi faceta más realista. En cierto modo,con El hombre sin sombra me daba la sensaciónde que me estaba perdiendo a mí mismo. Me es-taba convirtiendo en un director al servicio delos estudios, un cineasta a sueldo y sin perso-nalidad. El caso es que después del 11-S el cinecomercial americano quería huir completa-mente de la realidad. No hay más que repasar lalista de grandes éxitos de los últimos años (HarryPotter, Spiderman, la saga de El señor de los ani-llos) para darse cuenta de lo difícil que me ibaa resultar cambiar de tono. Y así fue: durantecuatro o cinco años no recibí ni un solo guión que

me interesara. Decidí vol-ver a mis orígenes y cola-borar con Gerald Soete-man [su guionista habitualen la etapa holandesa]que, por cierto, detesta la

ciencia-ficción. Empezamos a hablar de un pro-yecto que habíamos barajado realizar en lossetenta, el de El libro negro, y nos pusimos a des-arrollarlo. Fue un proceso largo, de casi tres años,porque el primer guión no funcionaba y en-tonces cambiamos el sexo del protagonista ylo reescribimos entero. Y gracias a El libro ne-gro puedo decir que me he reencontrado con-migo mismo.

SERGI SÁNCHEZ

C I N E / E N T R E V I S T A A P A U L V E R H O E V E N

Difícil imaginar las películas que forjaron la cinefiliaadolescente de Paul Verhoeven. Fascinado por la lecturade las memorias de Luis Buñuel, Mi último suspiro, director cuya rica imagine-ría ha alimentado el aliento surrealista de su obra, su educación sentimentalno progresó en las aulas del cine de autor sino en las del cine clásico de Holly-wood. Los rastros de sus películas favoritas pueden olerse en las aventuras de Eltemible burlón, con un sonriente y saltarín Burt Lancaster, o en la brutalidad dis-frazada de propaganda didáctica y anticomunista de La guerra de los mundos,

o en la Bestia enamorada de la Bella en King Kong, mons-truo tierno que para Verhoeven no era otra cosa que un

ángel vengador del Antiguo Testamento, o en la desarmante ingenuidad de Tarzánen Nueva York, o en las comedias sofisticadas de Ernst Lubistch, o en las para-noicas intrigas de Fritz Lang, o en los musicales de Fred Astaire y Ginger Ro-gers. No deja de ser lógica su adhesión al lenguaje del cine comercial. Despuésde todo, Verhoeven es el paradigma del cineasta que intenta encontrar unequilibrio entre sus intereses como artista y las necesidades del gran público.

Una cinefilia aventurera

Las mujeres son más fuertes y más inteligentes que loshombres. Es algo que sé desde que tengo uso de razón. De ahí quemis personajes femeninos siempre tomen las riendas de su destino”“

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C I N E / E S T R E N O

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Pocas películas de los últimos años se re-cuerdan tan singulares como Hedwig andthe Angry Inch (2001), un musical-sexual,

de estética glam y espíritu desvergonzado, queescribió, dirigió y protagonizó John CameronMitchell (Texas, 1963). Con este delicioso filme,no sólo se ganó un puesto en la avanzadilla delnuevo cine indie norteamericano que parece es-tar resurgiendo bajo el influjo del 11-S, sino quesobre todo reveló su talento para inyectar altasdosis de fresca insolencia y de singular bellezaen un panorama cinematográfico demasiadopreocupado por guardar las formas y preservarcierto tipo de moral. Seis años después de su ad-mirable debut, regresa a las pantallas con Short-bus, una película no menos desmadrada y desa-fiante, aunque sí más desaliñada que aquélla.Tragicomedia coral de seres inadapatados en unaNueva York sensible a los apagones de luz, elsexo es en Shortbus el único decurso existen-cial de sus habitantes, rasero bajo el que mi-den sus emociones, frustraciones, sueños y amo-res. “Me cansé de ver películas recientes (NineSongs, entre ellas) queparecían tratar el sexocon naturalidad, perosiempre desde unpunto de vista negati-vo –afirma CameronMitchell–. Me dio porpensar que todos los directores tienen com-plejos de culpa con el sexo. Yo también fui edu-cado en la tradicción cristiana, pero el sexo tam-bién es divertido, es político, es sano, no sóloes un generador de miedos”.

En tiempos como los que agonizan a nuestroalrededor, una película como Shortbus, espe-cialmente si está realizada en Nueva York, pre-tende dejar constancia de que bajo nuevas len-tes morales, todavía hay motivos para celebrar lavida. En el salón de juegos y lujurias donde se

reúnen los protagonistas del film (incluso un an-tiguo alcalde gay de la ciudad), que recuerdana los antros del underground neoyorquino detiempos ‘warholianos’, el local ‘Shortbus’ (en re-ferencia al transporte escolar donde viajan losalumnos disminuidos y superdotados) es el mi-crocosmos marginal de una sociedad hedonis-ta y desencantada que se resiste a perecer bajoel gobierno de los necios. “Se respira cierta at-mósfera de los sesenta, pero con menos espe-ranza –asegura el director–. El optimismo denuestro tiempo es necesariamente moderado.Ya no creemos en las utopías”.

Sin pudor. La Estatua de la Libertad que abre lapelícula da paso a un genérico sobrevolando lagran metropóli con la narración paralela de variosorgasmos simultáneos (y reales), que establecensaludablemente la actitud indómita y apologé-tica del film. “A partir de ahí, el espectador seva encontrar con un sexo que no admite el pu-dor, como tampoco lo admito yo en mi vida”,argumenta el director. Vida y cine se retroali-

mentan en Shortbus,realizada en coopera-ción creativa con losactores, quienes desa-rrollaron sus persona-jes y tramas a lo largode dos años y medio.

El método de íntima convivencia y creación con-junta, deudor confeso de las técnicas de Cassa-vetes –“es más importante el proceso de fabri-cación que su resultado final”– queda patente enunas imágenes que respiran vida y que laten alritmo del frenesí emocional contemporáneo. Taly como revela un cautivador plano del film, elsexo se integra en la propuesta como lo haceun chorro de semen en un cuadro de Pollock.

CARLOS REVIRIEGO

EL género menos visitado por Julia Roberts esuno de los que, en apariencia, mejor se adap-tan a sus registros interpretativos y a las expre-siones alertas de su rostro. Stephen Frears, ci-neasta dotado de un ojo clínico para los actores,fue quien introdujo a la Roberts en el terror, me-jor, en el gótico. La inocencia, la candidez, la be-lleza incorrupta que emana de ella es una pre-sa diseñada para las sombras y las tinieblas.Nunca podría ser una villana (y nunca lo hasido), pero es el perfecto objeto de seduccióndel mal (como lo fue Winona Ryder para el Dra-cula de Coppola). En la piel de la sirvienta MaryReilly, Julia Roberts se convierte en el punto devista exclusivo de una de las más grandes yaterradoras historias fantásticas jamás concebi-das, la del doctor Jekyll y Mr. Hyde, míticodoble personaje interpretado aquí por el ca-maleónico, intenso John Malkovich.

De partida, cualquier relectura de un textoclásico, cualquier ramificación por los alrede-dores de su dramaturgia, suscita el interés de re-encontrarnos con una atmósfera, un tono, unaforma concreta de hablar del mundo. El pro-blema es que lo que era originalmente un re-lato fantástico (el de Robert Louis Stevenson)se reescribió como si fuera un drama amoroso (lanovela de Valerie Martin) y después se adaptópara la pantalla como un filme de terror (conguión de Cristopher Hampton). El resultado seresiente de una inevitable crisis de identidad.Acaso como el propio Jekyll/Hyde, el film estádeterminado por una doble personalidad de na-turalezas supuestamente incompatibles, aun-que dependientes. Así, la fascinación de MaryReilly por Henry Jekyll, y el rechazo inicial quele provoca Edward Hyde, no pueden sino trans-formarse en las dos caras del mismo amor.

El Cultural entrega el próximo jueves,por sólo 7,50 euros, el DVD Mary Reilly(1996), una indagación en la mítica de

Jeckyll y Hyde dirigida por Frears.

John Cameron Mitchell vuelve con la desafiante Shortbus

M A RY R E I L LY

C U R I O S I D A D E S

·· El director Tim Burton fue la primera opción para di-rigir el filme, pero al recibir el guión de Ed Wood cam-bió de proyecto.·· La película compitió por el Oso de Oro en el Festival deBerlín de 1996.

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Sexo en Nueva York

� “Para mí es más importante elproceso de fabricación de una pe-lícula que su resultado final”, sos-tiene John Cameron Mitchell

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M Ú S I C A

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EL pasado septiembre VasilyPetrenko se convertía, a sus29 años, en el más joven ti-

tular de la Royal Liverpool Philhar-monic en su siglo y medio de histo-ria y el primer maestro ruso enhacerse con el cargo. Dos meses des-

pués de su llegada, el periódico TheTimes situó a su nuevo conjunto ala altura de las tres grandes or-questas londinenses. Atrás que-daban los diez años, de los 7 alos 17, en los que “vivió” en laEscuela de Música de los Ni-ños Cantores de San Peters-burgo, la más antigua y eli-tista de la extinta UniónSoviética: “En su origen nu-tría de cantantes a las capillasdel palacio del Zar y más tar-de pasó a ser una cantera defuturos directores. Sólo ingre-saban varones. Aquello erauna auténtica locura de com-petitividad con un terrible sis-tema de selección. Había 25plazas para 500 solicitudes y, añotras año, eran expulsados los que

no daban la talla. Al final acaba-mos sólo cinco”, señala. En Es-

paña se dio tímidamente a conocertras hacerse con el primer premio delConcurso de Dirección de Cadaquésen 2004, “un paso definitivo para mi

lanzamiento internacional. Un pun-to de inflexión en mi carrera. ¡Meahorró diez años de trabajo!”. Un re-conocimiento que llegó tras variastemporadas en la Ópera Estatal desu ciudad, donde sumó más de 30 tí-tulos a su repertorio,y tras visitar losteatros de Hamburgo o Bruselas.

–¿Nació allí su amor por la ópera?–Dirigir ópera es como condu-

cir un enorme trailer. El aparataje esmucho mayor que si haces reperto-rio sinfónico. Puedes impresionar amucha más gente pero al mismotiempo la flexibilidad de la orquestaes menor, no puedes estar tan aten-to al detalle. Intento hacer toda laque puedo, el problema es que unaproducción de ópera requiere tresmeses de trabajo y eso es muchotiempo. Hoy lo dosifico, haré un Bo-ris Godunov en la Nederlanse Operay en octubre La Bohème en La Co-ruña, pero en un futuro tendré mástiempo para la Scala, la Bastilla oLa Moneda de Bruselas, que ya mehan llamado.

–¿Es diferente dirigir en su país ahacerlo en el resto de Europa?

–En Rusia no existen los sindi-catos de orquesta. Allí los directo-res son auténticos dictadores, muyopresivos. Si quieres ensayar cincohoras lo haces y punto. No hay bu-

El director ruso Vasily Petrenko (San Petersburgo, 1976), titular de laRoyal Liverpool Philharmonic, acaba de triunfar junto a la Joven Or-questa Nacional y este mes volverá a la Sinfónica de Castilla y León, dela que es principal director invitado. El joven maestro ha hablado con ElCultural del papel de nuestro país en su carrera y de sus resultados enLiverpool, que han hecho temblar a las grandes formaciones inglesas.

Vasily Petrenko

MAR

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“En Rusia los directores son auténticos dictadores”

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rocracia, no hay que consultar. Elloslo deciden todo. Además, los músi-cos europeos y americanos son másamigables, el ambiente dentro de lasorquestas es más agradable, me di-vierto bastante más trabajando conellos. Si llegas con ese talante a unaorquesta rusa te comen, si no vas conmano dura pensarán que eres unblando... Mejor no llegar sonrien-do. Como director invitado, los pri-meros diez minutos en una orques-ta rusa son muy importantes. Pero heaprendido mucho con ellos ya que,frente a Europa, tocan más con el co-razón que con la cabeza.

–Jansons, Temirkanov o Salonenhan sido sus maestros.

–Intenté coger lo mejor de cadauno, pero tuve claro desde el prin-cipio que no quería tener ídolos odioses a los que imitar. He queridobuscar siempre mi propio estilo.

El Dios Valery Gergiev–¿Es Gergiev un modelo?–No. Su trabajo es admirable, se

ha construido un gran monumentopara sí mismo como es el Mariinskide San Petersburgo. Hemos habladomuchas veces, sobre todo en los avio-nes. Me acuerdo que hace un año leconté todo los compromisos que es-taba adquiriendo, la cantidad de con-ciertos que hacía o cómo cambiaba depaís dos veces por semana. Le pre-gunté cómo sobrevivía él a todo esoy me dijo “te sugiero que no lleves lamisma vida que yo estoy haciendo”.Es un genio pero hace demasiado.Lo sabe pero no puede parar.

–¿Siente predilección hacia algúntipo de repertorio?

–Simplemente disfruto muchocon la música. No entiendo a esos di-rectores rusos que se pasan toda lavida dirigiendo las Sinfonías Cuartay Sexta de Chaikovski. No aspiro aespecializarme, cada vez que abrouna nueva partitura me emociono,siento fuego en mis venas.

–Su técnica gestual aúna elegan-cia y autoridad.

–Mis profesores me decían que sitodo está en orden en tu cabeza en-tonces irá bien en tus manos. Para undirector lo más importante es sabercon claridad lo que quiere en cadamomento, tanto de la música comode los músicos. Si cuentas con esa vi-sión clara en tu cabeza tu gesto seráigualmente diáfano. Con sinceridad,nunca he ensayado frente al espejo ome he grabado en video. Para mí esun proceso cerebral que fluye de for-ma natural.

–¿Cómo llegó a Liverpool?–Es una gran historia. En di-

ciembre de 2004 me llamaron de laRoyal Philharmonic para dirigir unconcierto para el que se habían que-dado sin presupuesto. Les veníamuy bien contratarme ya que yo porentonces era un director descono-cido y, sobre todo, muy barato. Meacuerdo que hice Prokoviev, Brahmsy Rimski. El concierto fue un éxitoy enseguida se estableció una rela-ción muy cordial con la orquesta.Más tarde he sabido que durante lossiguientes siete meses la adminis-tración de la orquesta envió a una se-

rie de “oteadores” a verme dirigirpor el mundo. No sé cuántas vecesfueron porque a veces se anuncia-ban y otras no. La última vez fue, cu-riosamente, en Tenerife. Cenandodespués del concierto aparecierondos “caballeros” ingleses, se iden-tificaron y me propusieron el car-go. Allí empezó todo.

–¿Cómo ve a su orquesta?–Ésta es una temporada impor-

tante. Se cumplen los 800 años de

la fundación de la ciudad y, por otrolado, en 2008 Liverpool será capitaleuropea de la cultura. Desde que lle-gué en septiembre ha sido una épo-ca muy estimulante. La orquesta tie-ne un gran potencial que residesobre todo en su juventud ya quela media de edad de los músicos es34 años. Hay mucho entusiasmo,ambición y disposición para trabajar.No me importa tanto que toquenmucho sino que lo hagan mejor.

–¿Competirá con las grandes for-maciones inglesas?

–A los dos meses de aterrizar allí,The Times nos situó al mismo nivel delas tres grandes londinenses. ¡Lacompetencia está servida! Gergieven la London Symphony y yo en Li-verpool. Utilizando una metáfora fut-bolística, ha sonado el silbato. Em-pieza el partido (risas)...

–Su llegada a Liverpool ha pro-vocado una gran excitación...

–Es una ciudad muy especial, conuna gran tradición y dos religiones, lamúsica y el fútbol. Tiene una de lasorquestas más antiguas de Inglaterray ha sido la cuna de grandes del popy el rock. Cuenta con el mayor fes-tival veraniego de música al aire librede Europa, donde se combinan to-dos los géneros incluyendo la clásica.Eso es muy importante, gracias a élmucha gente que nunca en su vidase había acercado a nuestro auditoriose decidió a hacerlo entonces.

–¿Su imagen cercana al artista depop ha ayudado también?

–(Risas). Bueno, dejémoslo enalgo más moderna del concepto ha-bitual de director. Intento revitalizarla audiencia, hay que dar publicidad.Si algunas jovencitas vienen a unconcierto para verme bienvenidassean. Eso no me asusta, lo veo in-cluso divertido. Lo más importantees la música, sea clásica, funky o pop.De hecho entre los artistas de éste úl-timo género hay músicos con talen-to a los que respeto mucho.

CARLOS FORTEZA

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Valery Gergiev me dijo

‘no lleves la misma vida que

hago yo’. Es un genio pero

hace demasiado. Lo sabe

pero no puede parar”

“Sé que mi imagen es más

moderna del concepto habi-

tual de director. Si hay jo-

vencitas que vienen para

verme bienvenidas sean

Con su recién estrenado puesto de titularen Liverpool, Petrenko se ha sumado a

la oleada de jóvenes maestros rusos que pa-recen haber invadido el mercado europeo yamericano y que dan señales de convertirseen futuras “grandes” batutas. Es el ejem-plo de Tugan Sojiev, que es, a sus 27 años,titular de la Orquesta del Capitole de Tou-louse y que tan buena impresión causara ensu reciente lectura de El amor de las tres na-

ranjas en el Teatro Real de Madrid. “Com-partí pupitre con Tugan en el conservatoriode San Petersburgo –señala Petrenko– tieneun gran talento”. Ya hay un buen númerode directores que destacan por su trabajo:el moscovita Vladimir Jurowski (1972), di-

rector principal de la Orquesta Nacional Rusay, a partir de septiembre, de la London Phil-harmonic; o Kirill Petrenko (Omsk, 1972),Director Musical de la Komische Oper deBerlín. “Creo que conformamos una gran ge-neración de maestros rusos. Tenemos lo me-jor de la escuela soviética de directores y, ala vez, hemos podido enriquecernos con elreconocimiento y el aprendizaje en el ex-tranjero”, asegura Petrenko.

Los nuevos cachorros rusos

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De envidiar

“El Real y el Liceo necesitan alternar títulos en fin de semana”

M Ú S I C A

HAY dos teatros en el mundo que admiran por lagran baraja artística que manejan. No hay di-rector de escena o musical ni cantante de pri-mera línea que no figure en sus temporadas. Sonel Met neoyorquino y la Ópera de Zurich. Nopuede haber más contraste entre sus tamaños desala y escenario. Uno es, con la Bastilla, posi-blemente el de mayor aforo del mundo, el otrono superará a nuestra Zarzuela. En ambos tie-ne un gran peso la iniciativa privada, favoreci-da por las peculiares características sociales y fis-cales de ambos países. El mecenazgo, ése quetanto buscan nuestros teatros, tiene en EEUUuna amplia desgravación. En Zurich firman con-tratos artísticos por periodos de tiempo de formaque incluso sea posible justificar una residen-cia y reducir impuestos. El caso es aplicar la ima-ginación y las posibles ventajas propias.

Pero además de contar con todos los grandesnombres hay otro aspecto que suscita admira-ción y envidia: la cantidad de títulos que com-ponen sus temporadas y la frecuencia con quese pasa de uno a otro. La semana pasada se ofre-cía en Nueva York La Bohème, El primer empe-rador, Cavallería, Payasos, Traviata y Lucia diLammermoor. En Suiza, algunos menos, Fidelio,

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TRES de los padres de la música norteamerica-na acaparan mañana el programa de la OrquestaSinfónica de Euskadi. Aaron Copland, GeorgeGershwin y Leonard Bernstein en los atriles,bajo la dirección del también pianista WayneMarshall, conforman este repertorio netamentenorteamericano que se escuchará mañana enel Euskalduna de San Sebastián. De Copland se

interpretarán El Salón México y la suite de Billythe Kid, dos piezas en las que se deja sentir ellejano oeste y la música popular mexicana. DeGershwin poca presentación necesitan la cine-matográfica Un americano en París y I got Rhytm,que compartirán protagonismo con su menosoída Lullaby para cuerdas. Prelude, Fugue and Riffs,de Bernstein, completa el programa.

Sonidos de Norteamérica en San Sebastián

Semele, El triunfo del tiempo y también Lucia.Por cierto con Bartoli, Beczala, Kaufmann, Sal-minen, Carsen, Flimm, Christie, Minkowski,etc. Pero es más, allí se pudo ver Semele el sá-bado, Fidelio el domingo al mediodía y El triun-fo ese mismo día por la noche. Algo así, a lo quehay que añadir cambios para ensayos, sucedefrecuentemente aunque Zurich cuente con unamaquinaria escénica antediluviana.

Sabemos que una cosa es un teatro de re-pertorio, como los citados, y otra uno de tem-porada como todos los españoles, pero de al-guna forma, al menos en Madrid y Barcelona,habría que llegar a un compromiso interme-dio. No es razonable que en las dos mayores ciu-dades de España, país turístico por excelencia,no se pueda ofrecer a nuestros visitantes el atrac-tivo de, al menos, dos títulos de viernes a do-mingo. ¿Más técnicos? ¿Más presupuesto? Qui-zá sí, pero también imaginación.

C I C L O S / D A N N O R S K E O P E R A E N I B E R M U S I C A

Wagner con sabor noruego

B. A

UMÜL

LER

NO es frecuente que en los ciclos de Iber-música se programe ópera, aunque aveces se haya hecho. Recordemos

aquel primer acto de La walkiria de Wagner.Siempre gusta escuchar, en un curso sinfónicoo camerístico a la voz humana. Las que albergala Ópera de Noruega no son fuera de serie y noestán entre las más conocidas del firmamentooperístico, pero mantienen un nivel muy acep-table. Dan Norske Opera es una institución fun-dada en 1930, impulsada más tarde por la gran so-prano wagneriana Kirsten Flagstad. Actualmentecuenta con un equipo de casi 600 personas, queson las que ponen en pie, día a día, el Teatro, cuyasede se trasladará en 2008 al puerto de Oslo.

Es una organización cuyo buen funciona-miento, sin cosas de especial relumbrón, ha-bría que imitar. Posee ya una notable expe-riencia en todo tipo de montajes, entre ellos elde varias obras de Wagner, la Tetralogía en pri-mer lugar. Es justamente en esa faceta dedica-da al compositor teutón en la que van a lucirseestos artistas en su visita a Madrid los próxi-mos días 7 y 8 de este mes. La comitiva está pre-sidida por el director musical de la entidad, OlafHenzold, que estará en el imaginario foso paradar cuenta de la totalidad de El oro del Rin, pró-logo de aquel ciclo, y del segundo acto, el másintenso desde un punto de vista lírico, de Tris-tán e Isolda, con el aditamento del Preludio de la

ópera y, de los tan tristanescos Wesendoncklieder. Siempre es una experiencia impagable es-

cuchar la música de esta ópera wagneriana demadurez. El empleo en ella de lo que se dioen denominar melodía infinita, en la que las no-tas se suceden en una interminable línea con-tinua que se alimenta de forma permanente así misma; el uso de un rotundo cromatismo enbusca de una iridiscencia de un fulgor irresisti-ble, de un barroquismo fuera de norma; la uti-lización de una armonía muy funcional pero sor-prendente en la que los centros tonales setrasladan de lugar, o las agregaciones de acordesson elementos que el compositor va esgrimien-do en la construcción de ese discurso, que serecrea y reproduce de manera imparable y quetiene su culminación en el célebre dúo de amor.

La mezzosoprano Randi Stene, una de las fi-guras de la compañía, canta los Wesendonck,pero interviene asimismo como Brangania yFricka. Tristán será el inglés John Treleavent–esforzado Menelas en Helena la Egipcia deStrauss del Real hace unos meses– e Isolde, Kir-si Tiihonen, mientras que Marke vendrá servi-do por Carsten Cabel, a quien también hemosoído por aquí alguna vez, y Kurwenal por el to-doterreno Trond Halstein Moe, que estarán, res-pectivamente, como Fasolt y Wotan, en DasRheingold. John Wegner cantará Alberich y KjellMagnus Sandve, Loge. A. REVERTER

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A C T U A L I D A D

EL Real Coliseo de Carlos III deEl Escorial acoge el ciclo “Fe-brero Lírico” que organiza laComunidad de Madrid y quecomienza mañana. Con un pro-grama dominado por la obra deDomenico Scarlatti –se cum-plen 250 años de su muerte– lacita se inaugura con la actuaciónde Los Músicos de su Alteza,que interpretarán su Concertonº 3 y la pieza Amor aumenta el valor de José de Nebra. A lo largo deeste mes desfilarán por el coliseo matrileño la Orquesta Barroca Divi-no Sospiro, La Barroca de Limoges, y las formaciones Harmónica Sphae-ra y Forma Antiqua. Scarlatti preside, de nuevo, los programas.

WOLFGANG Rihm(Karlsruhe, 1952) esuno de los composito-res alemanes más im-portantes de su gene-ración y uno de los másconocidos dentro del mo-vimiento llamado “nuevasimplicidad”. Alumno aventajadode Stockhausen y Nono –a quienha dedicado algunas de sus obras–Rihm ha trabajado con los nom-bres más sobresalientes de la van-guardia artística alemana, comoGeorg Büchner y Heiner Müller.

Ahora se programa en elAuditorio Nacional laintegral de sus Cuar-tetos de cuerda dentrodel festival de creación

contemporánea Musi-cadhoy, que dirige Xa-

vier Güell. El cuarteto Min-guet –Ulrich Isfort, AnneteReisinger, Irene Schwalb y Mat-thias Diener– es el encargado deafrontar, a lo largo de tres jornadas,estas obras. Los cuartetos del I alV–, esta tarde; del VI al VIII, ma-ñana; y del IX al XII, el sábado.

El “Febrero lírico” calienta el invierno

ELllamado “Karajan de la músicaantigua”, Christopher Hogwood,se pone de nuevo al frente de laSinfónica de Granada –de la que esprincipal director invitado– paraabordar mañana un programa do-ble protagonziado por Haydn: LaSinfonía núm. 100, conocida como“Militar”, y suMisa in Augustiis , lla-mada “Nelson”. El que fuera fun-dador de la Academy of AncientMusic ha destacado en varias oca-siones la capacidad de esta forma-ción andaluza de “afrontar con cri-terios especiales el repertoriohabitual”. La soprano inglesa Ca-rolyn Sampson y la contralto Ca-therine Wyn-Rogers encabezan elreparto. También mañana, pero enel Auditorio de Madrid, otra re-cocnocida batuta, –Paul McCreesh(Londres, 1960)– aterriza en latemporada de abono de la Or-questa Nacional para hacerse car-go de La creaciónde Haydn. El fun-dador de los Gabrieli Consort andPlayers intentará de dotar de nue-vas luces al célebre oratorio, cimadel barroco. Entre lo vocal desta-ca el tenor finlandés Topi Lehti-puu, reciente revelación.

Hogwood yMcCreesh se

reparten a Haydn

EL Banco Santander celebra sus150 años de vida con música. Lohará durante los meses de febre-ro, abril y junio con un programaque comienza mañana en el Au-ditorio Nacional y que está orga-nizado por la Fundación de la ci-tada entidad y la FundaciónAlbéniz. Por él desfilarán los di-rectores Antoni Ros Marbà, Je-sús López Cobos y HansjörgSchellengerger. El encargado deinaugurar el ciclo “Orquestas paraun aniversario” es el pianista y di-rector finlandés Ralf Gothoni,quien se pondrá al frente de laCamerata del Instituto Interna-cional de Música de Cámara deMadrid. En los atriles se escucha-rá la Pequeña Sinfonía para instru-mentos de viento de Charles Gou-nod, y el inusual Concierto parapiano de Alfred Schnittke , juntoal Cuarteto núm. 16 de Mozart. Elpróximo día 15 de febrero RosMarbà tomará el relevo para diri-gir obras de Rodolfo Halffter–Obertura Festiva, op. 21–, RichardStrauss – su Concierto para oboe ypequeña orquesta– y la conocidaSinfonía Escocesa de Mendelssohn.

150 años en primera línea

del pentagrama

Wolfgang Rihm, integral en Madrid

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Todo comenzó el año 2000,cuando Miguel Marín, queestudiaba Artes Escénicas

en Nueva York, sintió la necesidadde sustituir las compañías localesde flamenco que se movían por Es-tados Unidos cargadas de tópicos porla presencia de artistas españoles.“Intentaba que el público nortea-mericano conociera la realidad y plu-ralidad del flamenco de hoy”, re-cuerda Marín, máximo responsabledel certamen en la actualidad.

A partir de 2001 desembarcan losprimeros artistas flamencos de lamano de Marín: “Al principio fue

muy duro. Eran actuaciones perdi-das en la densa programación neo-yorquina y los periódicos no res-pondían. Entonces cambié la tácticay reemplacé los conciertos únicospor ciclos de mucha repercusión,arropados de clases magistrales, ac-tividades, conferencias, espectácu-los para niños en las escuelas... Al fi-nal, se ha transformado en un granacontecimiento”.

Con el éxito, los principales me-dios de comunicación le dedican pá-ginas enteras y, por fin, ponen derelieve una actividad de poco caladohasta entonces: “El Flamenco Fes-

tival se ha convertido en uno de losprincipales eventos culturales de laciudad de Nueva York” (Newsday),“El Flamenco Festival es ahora unode los más grandes eventos de dan-za en Nueva York” (New York Ti-mes). Aunque el Festival viaja esteaño por Montreal, Toronto, SanFrancisco, Los Ángeles, Miami, Bos-ton, Washington, Newark, Chicagoo Londres (“El Sadler’s Wells cose-chó un gran éxito con el primer Fla-menco Festival. Una segunda edi-ción lo confirma como una citaineludible”, publicó The Times), esNueva York la ciudad que lo acoge

de una manera más clara y decisi-va. “El City Center es la casa delFlamenco Festival”, dice MiguelMarín. “Nueva York, que no tienenada que ver con el resto del país, esun punto de encuentro, la Córdobacalifal de hoy, el lugar donde se mez-clan las distintas culturas y dondelo que hacemos goza de una especialrepercusión. Mi sueño es establecerun intercambio entre los artistas fla-mencos y los de todo el mundo queviven allí, para que se produzca unenriquecimiento mutuo”.

Consagrados y jóvenes. Este añoel Festival –que ha pasado de 11 es-pectáculos, 40 artistas y 14.000 es-pectadores en su edición de 2001,a 55 espectáculos, 180 artistas y78.000 espectadores en 2006– estárepresentado por figuras consagradascomo los guitarristas Paco de Lu-cía, Gerardo Núñez, José AntonioRodríguez o José Luis Montón, loscantaores El Pele, Miguel Poveday Estrella Morente –que abre el fes-tival en el Town Hall de NuevaYork–, las bailaoras Carmen Cortés,Eva Yerbabuena, Sara Baras –quienlo clausura los días 24 y 25 en el Ze-llerbach Hall de San Francisco–, Isa-bel Bayón, Rafaela Carrasco o LolaGreco, el bailaor Joaquín Grilo, jun-to a los jóvenes que comienzan aocupar lugares destacados en lasprogramaciones flamencas: los bai-laores Marco Flores, Olga Pericet,Manuel Liñán, La Moneta, Sele-ne Muñoz y el cantaor Pitingo, alos que se unen los pianistas Da-vid Peña Dorantes y Rosa TorresPardo. Miguel Marín dice que “la lí-nea que seguimos es la diversidad ysorprender al público con algo queno conoce a la vez que ofrecemosla máxima calidad. La misión delFestival no es presentar flamencotradicional ni contemporáneo, sinola gran variedad de este arte”.

JOSÉ MARÍA VELÁZQUEZ-GAZTELU

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DDEE AARRRRIIBBAA AA AABBAAJJOO YY DDEE IIZZDDAA.. AA DDCCHHAA::

SS AA RR AA BB AA RR AA SS ,, PP AA CC OO DD EE LL UU CC ÍÍ AA ,, EE VV AA

YYEERRBBAABBUUEENNAA YY EESSTTRREELLLLAA MMOORREENNTTEE

Casi 200 artistas se dan cita en el Flamenco Festival que inaugura este sábado en Nueva YorkEstrella Morente . En el certamen, que clausura Sara Baras el 25 de febrero en San Francisco,actuarán nombres consagrados como Lola Greco, Miguel Poveda y Eva Yerbabuena.

El Flamenco Festivalconquista América

Paco de Lucía encabeza un cartel lleno de figuras

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Labailaora Carmen Cortés y el guitarrista Gerardo Nú-ñez son dos de los artistas más internacionales queeste año han sido invitados a participar en el Festival.

– Pregunta: ¿Cuál es el mayor valor del certamen?– Carmen Cortés: Sobre todo trae a nuevos públicos

y es un magnífico escaparate para tu trabajo. – Gerardo Núñez: Tiene una poderosa di-

fusión, tanto por la categoría de los esce-narios donde actuamos como por la re-percusión a través de los medios másinfluyentes. Llevamos bastante tiempo via-jando y observamos que lo que más despier-ta el flamenco es pasión.

– C.C.: El interés es general, y más cuando se pre-sentan espectáculos cuidados y de calidad.

– P.: Cortés presenta Mujeres de Lorca. ¿Quiénes sony cómo las ha recuperado para el flamenco?

– C.C.: En los textos de Lorca las mujeres son las quellevan el peso y a ellas hemos querido trasladar, por me-dio de la danza flamenca, la expresión dramática y elsentido de la libertad con que las caracterizó su au-tor. He elegido a Mariana Pineda, Doña Rosita, Yerma,Bernarda Alba, la Zapatera Prodigiosa, y también está

la luna, que es un símbolo muypresente en Bodas de sangre.

– P.: ¿Se puede prepararuna actuación con vistas alpúblico extranjero?

– C.C.: En mi caso nunca me lohe planteado. Creo que el baile flamen-

co posee la suficiente elegancia, poder de transmi-sión e impacto visual y artístico, como para no tenerque reelaborarlo pensando en un público de fuera.

– G.N.: Pero los tópicos existen y en algunos mo-mentos quieren ver lunares y toreros.

– C.C.: Depende de quién lo haga y el tratamiento quese le dé.

– P.: Y si esos tópicos se usan con inteligencia ¿pue-den dejar de serlo?

– C.C.: Por supuesto, pero eso es lo más difícil.

– P.: ¿Qué elementos necesita un espectáculo oconcierto flamenco para triunfar fuera de España?

– C.C.: Con un zapateado potentísimo, obtienesun aplauso cerrado. Pero lo principal es darle formaa lo que llevas en tu interior. Eso es lo que marca la

pauta de un buen espectáculo flamenco.–G.N.: Lo más complicado es conectar con

el público. En ocasiones, un virtuosismoefectista te sirve para llamar la aten-ción y, cuando el público ya está recepti-

vo, desarrollar nuestra obra.– P.: ¿Qué repercusión han tenido los via-

jes en sus carreras artísticas?– C.C.: Lo que más me ha enriquecido es conocer

otras culturas. Recuerdo que en París asistí a unespectáculo de danza contemporánea de Carolyn Car-son y me quedé fascinada.

– G.N.: A mí lo que realmente me ha emocionadoes que la Sinfónica de Hamburgo haya orquestadomi música. Cuando oigo a ese conjunto tan maravi-lloso interpretando las composiciones de ese mu-chacho que salía de su casa de Jerez con su guita-rrita, me quedo sobrecogido. J. M. V. G.

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GERARDO NÚÑEZ / Guitarrista · CARMEN CORTÉS / Bailaora

“Un potentísimo zapateado es garantía

de un aplauso”

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FERRÁN SOR

Obras para pianoforte

J. M. ROGER/R. HARADA

T R I T Ó T D 0 0 3 3

FERRÁN Sor ha pasado a lahistoria fundamentalmentecomo artista dedicado, comoinstrumentista y composi-tor, a la guitarra. Sin embar-go, era un músico muycompleto, que escribía consoltura ópera (Il Telemaconell'isola di Calipso) y sonatasy danzas para fortepiano. Sehizo célebre en Londres –adonde, como afrancesado,había huido en 1815, co-menzando así un largo éxo-do del que nunca regresa-ría– como maestro de canto.En este disco, que incluyeobras para pianoforte a cua-tro manos, los artistas Josep-Maria Roger y Rumiko Ha-rada –que han grabado yapara Cantus las sonatas delcompositor– recrean congusto y excelente aire ochocolecciones de tres valsescada una y una Sonata sobretemas suecos, obras de salóntodas dedicadas a damas dela alta aristocracia de Lon-dres. A. REVERTER

JOSÉ Mª VITIER

30 años de música

J. Mª VITIER, PIANO

S E L LO AU TO R 0 1 2 3 0 2

LA biografía artística delpianista y compositor JoséMaría Vitier (La Habana,1954) cumple ahora treintadécadas. El aniversario secelebra con esta caja de sie-te CD’s y dos DVD’s, dondese retratan todas las estéticasde este versátil creador. Asíuno puede descubrir tantolos latidos populares del Ca-ribe como sus derivacionespor los mares del jazz, la mú-sica clásica contemporáneao la música para cine. Vitierobtuvo notoriedad gracias alas bandas sonoras de El si-glo de las luces, Cosas que dejéen La Habana y Fresa y Cho-colate, recogidas aquí sucin-tamente. El estuche tam-bién nos descubre suoratorio sinfónico Salmo delas Américas o su Misa Criollay se completa con un parti-cular acercamiento al uni-verso poético de autorescomo Juan Ramón Jiménez,bajo el título Canciones delbuen amor. P. SANZ

MENDELSSOHN/BRUCH

Conciertos para violín

J. JANSEN/R. CHAILLY

D EC CA 4 7 5 8 1 3 3

ARCO ágil y preciso, sonori-dad delgada pero intensa,bien regulada, con maticesy ataques muy refinados yun estilo recuperador, perodesde un punto de vistamuy moderno, de ciertos as-pectos de fraseo propios delbarroco. Son rasgos de es-tas interpretaciones de laholandesa Janine Jansen(Utrecht, 1978). La instru-mentista hace alarde de gus-to y dibuja con exquisitezlas animadas figuras quepueblan estos dos consabi-dos conciertos, el de Men-delssohn y el nº 1 de Bruch.Colaboran con presteza ysolidez sinfónica la Ge-wandhaus de Leipzig y sutitular, Riccardo Chailly. Ad-mirable la exposición delbello Adagio de Bruch, refi-nado pero no sacarinoso enesta versión. Se incluyetambién la Romanza en famayor de este último músi-co, en la que Jansen tocaigual de bien la viola. A. R.

M Ú S I C A / D I S C O S

Discos más vendidos

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11.. CONCIERTO AÑO NUEVO VARIOS Z. METHA Dg

TÍTULO AUTOR INTÉRPRETE DISCOGRÁFICA

22.. Recital de zarzuela VARIOS C. ÁLVAREZ Rtve33.. 100 best classics-Callas VARIOS M. CALLAS Emi44.. Suite d’un goût étranger M. MARAIS J. SAVALL Al ia Vox55.. E. Scharzkopf: 1915-2006 VARIOS VARIOS Emi66.. T’estim i t’estimaré VARIOS J. CARRERAS Discmedi77.. Delirio G. F. HAENDEL N. DESSAY/E. HAÏM Virg in88.. Álbum Ruso VARIOS A. NETREBKO Dg99.. Arias de zarzuela J. NEBRA M. BAYO/E. LÓPEZ BANZO Hm

1100.. Opera Proibita G. F. HAENDEL, A. CALDARA C. BARTOLI/M. MINKOWSKI Decca

FEDERICO MORENO TORROBA: LUISA FERNANDA

DOMINGO/HERRERA/CANTARERO/BROS. J. LÓPEZ COBOS, DIRECTOR. CORO Y ORQUESTA TITULAR DEL TEATRO REAL

D G G 0 0 2 8 9 4 7 6 5 8 2 5 2

El Teatro Real de Madrid se ha lanzado al ga-lope por el campo de las grabaciones y las co-sas además le están saliendo bien. La presen-

te Luisa Fernanda proviene de representaciones en elTeatro Real, como queda claro por los aplausos aunquesea difícil de hallarlo en la carpeta. La producción na-ció en la Scala de Milán en versión de concierto con Plá-cido Domingo, María José Montiel y José Bros en losprincipales papeles, viajó más tarde a Washington y re-caló en el Real ya con escenografía completa en juniodel año pasado.

No deja de resultar cuanto menos curioso que no seescogiese para esta grabación y la del dvd el repartode la Scala, Washington o la primera del Real y queNancy Herrera figure aquí en lugar de una María JoséMontiel que estaba magnífica y realmente superior a lamezzo canaria, quien cumple sin más. Bros, con un tim-bre cada día mas bello y amplio que cada día corre más,es un magnífico Javier, con un “De este apacible rin-cón” de impecable línea. La granadina Mariola Can-tarero resulta un lujo para el relativo poco peso de la Du-quesa Carolina y todo el reparto da lo mejor de sí,empezando por Ángel Rodríguez en la habanera delsoldado. Plácido Domingo aborda a Vidal, papel de ba-rítono, la cuerda con la que él empezó y con la que pro-bablemente termine su carrera, puesto que SimonBoccanegra parece ya estar fijado para el Real. No esla suya la voz ideal para el personaje y por ello tiene aúnmás merito su trabajo, auténticamente entregado yemocionante, como basta comprobar en la frase “Mon-taranza de mis montes”, difícil de superar.

Jesús López Cobos realiza una lectura peculiar,puesto que da tumbos entre la zarzuela, la opereta yel musical. Se echa en falta su auténtico sonido, perohabrá quien disfrute con una Luisa Fernanda sofisti-cada. GONZALO ALONSO

Una Luisa sofisticada

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El cambio climático ha saltado a la opi-nión pública. Empieza a ser motivo dedebate entre los ciudadanos. Hasta los

grandes empresarios norteamericanos han pe-dido a su presidente, George W. Bush, que Es-tados Unidos reduzca los gases contaminantes.Curiosamente, la práctica totalidadde críticas sobre el calentamientoglobal actual aparecen en Internet,en los medios de comunicación y enalgunos libros de divulgación. Sinembargo, ¿existe debate en la co-munidad científica? Parece que elproblema aún no ha llegado ni a loscongresos ni a las revistas especia-lizadas. Por este motivo, Manuel To-haria y Manuel Vázquez Abeledodebaten esta situación.

–¿Qué influencia está teniendoel Sol en la subida actual de tem-peraturas?

–Manuel Toharia. La influenciadel Sol sobre la atmósfera terrestrees obvia. Ahora bien, lo que está endiscusión es la mayor o menor in-fluencia que podrían ejercer las va-riaciones de la actividad solar en losclimas terrestres. El Sol no es unabola de fuego permanente sino unconjunto de reacciones termonucle-ares que hacen que su superficiealcance casi 6.000 grados, y en su in-terior haya muchos millones de gra-dos. Las variaciones de la actividadsolar, es decir de la energía que emi-te, son conocidas desde hace tiem-po y tienen relación con lo que des-de la Tierra vemos como “manchas”en su superficie. Hay otras variaciones de esasemisiones, y se puede decir que, en general, co-nocemos mal cómo afectan a la atmósfera te-rrestre. Aunque sin duda le afectan.

–Manuel Vázquez Abeledo. Las observacionesnos dicen que la cantidad de energía que nos llegadel Sol varía con el ciclo de actividad magnética de11 años. Durante el máximo tenemos más energíay por lo tanto hemos de esperar un calentamiento.

Las fluctuaciones son tan pequeñas, 0.1%, que elefecto sobre el clima terrestre sería despreciable.Pueden existir diferentes mecanismos que am-plifiquen la débil influencia solar, pero ni aúnasí se ha podido explicar la subida de tempera-turas terrestres a partir de 1970. La influencia

de la actividad solar sobre el climaterrestre puede reconocerse muchomejor antes del comienzo de la ac-ción humana.

–¿Podría tratarse de un momen-to crucial en la historia de nuestraclimatología como lo fue, en senti-do contrario, el llamado mínimo deMaunder?

–MVA. El descubrimiento deque nuestra estrella también varíacon períodos de cientos de años, allápor 1976, constituyó un hito de granimportancia para la Física Solar. Po-demos simplificar la descripción dela evolución de la actividad solaren los últimos dos mil años con unmáximo en la Edad Media, un mí-nimo en el siglo XVII (mínimo deMaunder) y el máximo actual. Enlos dos primeros casos coincidie-ron con respectivas fases de calen-tamiento y enfriamiento del climaterrestre. Sin embargo, la fase de ca-lentamiento esperable del máxi-mo actual de la actividad solar haquedado enmascarada por otro ca-lentamiento mayor y más rápidodebido al ser humano.

–M.T. No parece que estemos,como ocurrió cuando el mínimo deMaunder, en un periodo muy pro-

longado (un siglo o más) de irregularidades enla energía solar radiante. Si el Sol tiene que vercon el reciente (menos de 30 años) aumentosostenido de las temperaturas no debe ser la úni-ca causa. Aunque no es descartable su influencia.

–¿Puede hablarse de un simple ciclo climá-tico o de algo más severo y definitivo?

Un problema casi irreversible, un proceso coyuntu-ral o, como sentenció Al Gore, una verdad incómo-da. El cambio climático divide al mundo científico, poreso El Cultural ha puesto cara a cara las opiniones

de Manuel Toharia, director del Museo de las CienciasPríncipe Felipe de Valencia, y Manuel Vázquez Abe-ledo, del Instituto de Astrofísica de Canarias, en torno alas cuestiones más candentes de nuestra climatología.

E L C U L T U R A L 1 - 2 - 2 0 0 7 P Á G I N A 5 5

C I E N C I A

Toharia Vázquez

Abeledo

Cara a cara

(Pasa a la página siguiente)

en torno al cambio climático

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–M.T. Es difícil pronunciarse categórica-mente, aunque muchos lo hagan. Tenemos cons-tancia de cambios muy brutales de los climassin intervención alguna de la mano del hombre.No sólo el mínimo de Maunder, sino sobre todoel comienzo del Holoceno, hace 10.000 años, queno es un periodo de tiempo inabarcable por laimaginación como los cambios climáticos muchomás antiguos, de hace muchos millones de años.Cuando terminó la última glaciación, el DryasReciente, las temperaturas subieron en muypocos siglos, quizá sólo dos o tres, muchos grados.Y no sabemos realmente por qué. Lo de ahora ¿esalgo parecido? ¿O tiene que ver con ese aumen-to del CO2 del 30% en un siglo que tanto preo-cupa? ¿O se juntan el hambre y la gana de comer?

–MVA. La historia de la Tierra está llena decambios en el clima caracterizados por diferentesamplitudes, períodos de variación y causas. Laasociación de variaciones en la concentraciónde gases invernadero y cambios climáticos ha sidouna constante de dicha historia. El calentamien-to actual tiene su principal raíz en la emisión dedióxido de carbono (CO2) a la atmósfera proce-dente de la quema de combustibles fósiles (car-bón, petróleo y gas natural). Este proceso tienelugar a tal ritmo que la absorción de este gas porlas plantas y los océanos no puede proceder conla misma rapidez y por lo tanto la concentracióndel CO2 en la atmósfera aumenta y con ello latemperatura. En unos pocos años se está devol-viendo a la atmósfera el carbono que tardó mu-chos millones de años en acumularse en los se-dimentos terrestres. El ciclo climático será severopara nuestra civilización y muchas especies bio-lógicas, pero nada definitivo para el planeta nisu biosfera global. En unos cuantos centenaresde años la Tierra retomará el equilibrio.

–¿Qué ocurrirá si superamos los 2ºC de subi-da en los próximos años?

–MVA.En primer lugar comprobar que no he-mos hecho nada para evitarlo, aun siendo cons-cientes de las consecuen-cias, y que por lo tanto elproceso seguirá en marcha.El deshielo de Groenlandiay el frenado de las corrien-tes marinas serían entoncestemas de urgente preocu-pación. En el mundo sub-desarrollado las guerras porel agua potable empezarána ser habituales.

M.T.Se trata de un pro-

medio, como todo lo que serefiere a los cambios climá-ticos. No sabemos si esasubida ocurrirá a lo largo detodo el año, si será la mismaen todo el planeta o serápeor en unos sitios que enotros, si habrá inviernosmenos fríos, o veranos mu-cho más tórridos, o menoslluvia, o más lluvia peromás torrencial... Ni siquie-ra sabemos predecir con precisión dónde habrárepercusiones muy negativas, sólo algo negativaso incluso positivas... Las predicciones tienenun enorme margen de incertidumbre en todas es-tas cuestiones.

–¿Hay motivo de alarma ante fenómenoscomo la sequía o el deshielo polar?

M.T. En España, climatológicamente ha-blando no hay sequía, diga lo que diga el Mi-nisterio de Medio Ambiente. Es cierto que el añopasado fue sequísimo, de los más; pero los añosanteriores fueron bastante más lluviosos de lo nor-mal. Y este año se inició con un otoño muy llu-vioso (muchísimo) en toda España excepto el ex-tremo oriental y suroriental y luego ha seguidocon dos meses secos. Veremos qué pasa en lo quequeda de invierno y en primavera... En todo caso,climatológicamente hablando el promedio es queen los últimos decenios en España ha llovido máso menos lo de siempre, o quizá un poco más. Otracosa es que ahora gastemos –y malgastemos– mu-chísima más agua que antes. Y que nos falte agua,haya o no sequía. Para tener tanta agua como laque gastamos (sobre todo en agricultura, y nosiempre razonablemente) necesitaríamos que llo-viese todo los años más del doble de lo que llue-ve en promedio. Y eso no es razonable. En cuan-to al deshielo polar, en la época en que losvikingos descubrieron y colonizaron Groenlan-dia la llamaron Tierra Verde; no debía haberhielo en el polo norte en verano. En cuanto a laAntártida, disminuye el hielo flotante de los

bordes, pero aumenta eldel interior.

–MVA. A lo largo detoda su historia la civiliza-ción humana ha sido muyfrágil con respecto a loscambios climáticos. Lasclases menos favorecidashan sido también las máscastigadas. La menor habi-tabilidad de las zonas cos-teras, mayores ritmos de

emigración y graves per-juicios en la agricultura y elturismo serían algunos delos efectos de los fenóme-nos citados.

–¿Qué medidas inme-diatas deberían tomar losgobiernos ante esta situa-ción?

–MVA.La solución se-ría una sustitución gradualen la forma actual de ge-

nerar energía mediante la quema de combusti-bles fósiles. La transición a nuevas fuentes deenergía ha transcurrido de esta forma en el pa-sado sin mayores traumas. Sin embargo, en nues-tros días vivimos como si no fuera a existir el fu-turo, lo que nos llevará seguramente a un cambiobrusco que modificará nuestra forma de vivir.Quisiera ser optimista y pensar que entonces lacapacidad de inventiva del ser humano hará me-nos gravosa la adaptación a los nuevos tiempos.

–M.T.El modelo energético de los países ri-cos, que intentan copiar los países BRIC en desa-rrollo (Brasil, Rusia, India y China), es despilfa-rrador de recursos y enormemente emisor deCO2 y otros gases de efecto invernadero. Pero so-bre todo supone que un porcentaje pequeñode la humanidad consume más de las tres cuartaspartes de los recursos naturales. Y eso es insos-tenible. Aunque sólo fuera por esta razón, y almargen del cambio climático, es urgentísimo, ob-viamente, reducir esas emisiones cambiandopoco a poco el modelo energético: más ahorro,más eficiencia, más renovables.

–¿Qué actitud debe mantener la comunidadcientífica?

M.T. Su papel es esencial: aprender más,colmar los muchos vacíos que aún subsisten en elconocimiento que rodea todas estas cuestiones.Incluídas las investigaciones en torno a la mejoradel modelo energético y un mejor uso de las re-novables.

–MVA. Seguir las reglas básicas del métodocientífico, es decir comprobar la bondad de nues-tras hipótesis mediante la observación y la ex-perimentación. Todo ello con una gran actitud crí-tica hacia el propio trabajo conociendo laslimitaciones intrínsecas que tiene nuestro acce-so al conocimiento mediante modelos. No hemosde ser ni alarmistas ni escépticos.En estos mo-mentos existen varios campos en donde se debeintensificar la investigación: los aerosoles, la for-mación de nubes y el calentamiento de los océ-anos. Todavía nuestra ignorancia es grande sobreestos temas.

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C I E N C I A / C A R A A C A R A

En los últimos dece-nios en España ha llovidomás o menos lo de siem-pre, otra cosa es que aho-ra gastemos, y malgaste-mos, muchísima más aguaque antes” MANUEL TOHARIA

No hemos de ser nialarmistas ni escépticos.En estos momentos, existenvarios campos donde sedebe intensificar la inves-tigación: aerosoles, nubes,océanos...” VÁZQUEZ ABELEDO

“(Viene de la página anterior)

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Al parecer, Charles Darwin, padre de la Te-oría de la Evolución, eludía consciente-mente utilizar la palabra evolución. Ello

era debido a que tal palabra poseía connotaciones,no de cambio, que sí las tiene, sino de cambio conprogreso o mejora, lo que para él carecía deun estricto rigor biológico. Es curioso, seña-laba Stephen Gould, que Darwin se quedaracasi solo en su insistencia en que el cambioorgánico conducía a los individuos sólo a al-canzar una mayor adaptación al medio am-biente sin que ello conllevara ningún idealabstracto de progreso (definido éste por unamayor complejidad estructural o de ascensoprogresivo de lo inferior a lo superior). En otraspalabras, Darwin se esforzaba en señalar el hecho,hoy bien sabido, de que los seres vivos, sus genes,mutan, cambian y que tales mutaciones o cambiospasan a los hijos, es decir, se heredan. El éxito o elfracaso de estos cambios, dando lugar a una mayoro nula supervivencia, viene determinado por lascondiciones del medio ambiente. En esencia estoindica que el proceso evolutivo es un juego en-tre mutación genética al azar y un determinanteque es el medio ambiente y que en períodos con-cretos ha favorecido una determinada línea de mu-taciones. Nada más. Ver en este proceso un sen-tido teledirigido hacia un objetivo determinado,por ejemplo la aparición del hombre, es para mu-chos biólogos, y como señalaba Gould “un pre-juicio antropocéntrico de la peor especie” sin fun-damento biológico alguno.

A la luz de estas consideraciones sobre evo-lución y progreso, inferior o superior, co-bra sentido aquella pregunta que se hizo

Asimov con aparente ingenuidad. ¿Quién está másy mejor capacitado: un hombre o una ostra? Yreconocer que, a pesar de las enormes potencia-lidades del hombre, si la Tierra fuese de prontoanegada por el agua, el hombre presumiblemen-te perecería mientras que las ostras sobrevivirí-an. Así pues, la capacidad o superioridad de unadeterminada especie no puede ser consideradaa menos que ésta se enmarque dentro de un me-dio ambiente determinado. Y es en este sentido

que se cuestiona la idea de que la línea evoluti-va que ha dado lugar a un cerebro grande y com-plejo como el del hombre se considere definiti-vamente como superior respecto a otrastendencias evolutivas que han llevado a la apari-ción de un cerebro cada vez más pequeño, pre-sumiblemente estúpido.

Y esto último refiere a que hay diferentes tiposde mamíferos acuáticos y otros animales que, alparecer, han seguido una línea evolutiva con laaparición de un menor tamaño cerebral y una ma-yor capacidad y tiempo de inmersión en el agua.De hecho el cerebro es el órgano limitante en elconsumo de oxígeno, de ahí que a menor tamañocerebral menor consumo de oxígeno y mayortiempo de inmersión, lo cual confiere al animal im-portantes ventajas biológicas, entre ellas un ma-yor tiempo y capacidad para encontrar alimen-tos y mayor habilidad para escapar de losdepredadores. Lógicamente, estos animales concerebros pequeños son muy torpes para el des-arrollo de ciertas habilidades que requieren de uncerebro grande y complejo. En otras palabras esalgo así como si esta línea evolutiva hubiese sa-crificado la inteligencia a cambio de una mayor ca-

pacidad de supervivencia, o si se quiere, a costa deuna relativa estupidez. Es por esto que, bajo cier-tas condiciones, la relativa estupidez ha podido serun determinante evolutivo más poderoso para una

serie de especies, y bajo ciertas condiciones, quela relativa inteligencia. Piénsese por ejemploen la tortuga de agua dulce, un pequeño rep-til, capaz de estar sumergida bajo el agua másde una semana y por tanto con un cerebroque funciona en condiciones nulas de oxí-geno. Como ha señalado el profesor EugenRobin, de la Universidad de Stanford “en

cierto sentido hay animales que han cortadola línea evolutiva hacia la inteligencia por el

desarrollo de una increíble capacidad de so-portar una profunda depleción de oxígeno. Cual-quiera que sea la sabiduría de esta elección, des-de un punto de vista evolutivo, es importanteresaltar que la tortuga, por ejemplo, ha sobrevi-vido como animal estúpido mas de doscientos mi-llones de años”.

Es difícil decidir cuál de las dos caracterís-ticas, inteligencia versus estupidez o ce-rebro grande y complejo versus peque-

ño y simple, tiene, a la larga, un mayor valor desupervivencia. Presumiblemente ello dependeráde los posibles cambios que ocurran en el medioambiente a lo largo del tiempo y no pareciera,en este sentido, que las predicciones que se hacenpara el año 2050 sean muy optimistas para la es-pecie humana. Y es que, efectivamente, el cúmulode CO2 en la atmósfera, la destrucción de losgrandes bancos de pesca oceánicos y el aumen-to de la población mundial, puede llegar a tal pun-to de no retorno que hace cuestionar la “supe-rior inteligencia” humana. En cualquier caso, noparece caber duda de que la tortuga, con sus dos-cientos millones de años de existencia, ha pasa-do con sobresaliente por un durísimo banco depruebas que ha llevado a la extinción a muchísi-mas especies. Pruebas, por otra parte, de las quela especie humana siquiera tiene un atisbo, consolo el millón de años de su existencia.

FRANCISCO MORA

LL AA TT OO RR TT UU GG AA ,, ¿¿ UU NN AA NN II MM AA LL EE SS TT ÚÚ PP II DD OO ??

L A C U L T U R A D E L A C I E N C I A

¿Es la estupidez un determinante evolutivo? El catedrático de Fisiología de la Universidad Compluten-se de Madrid Francisco Mora reflexiona para El Cultural sobre la supervivencia en animales con cere-bros grandes y pequeños (como en el caso de la tortuga) y desafía el concepto de superioridad evolutiva.

Las ventajas de ser estúpido

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L A Ú L T I M A P A L A B R A

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“Si he de ampliar la casa por los premios, la amplío”PREGUNTA: Cambia el veranode Argentina por elinvierno europeo, ¿tanto legusta España?RESPUESTA: Pues sí. Es horade verla en invierno y nosólo en verano. Me gustamucho España, es unplacer volver y ver a losamigos. P: Desde 1976 hace Sobre elamor y otros cuentos, ¿no secansa de la obra?R: No, porque ha cambiadomucho con el tiempo. Sóloconserva del original uncuento de García Márquez.Es un espectáculo sobre elamor, tratado con humor.El amor prodigioso, elsimple, que es el que másgracia nos hace. Perosiempre va variando.P: No sólo es la palabra laque está en el escenario.No para, canta...R: Hago lo que puedo.Canto alguna canción,interpreto distintospersonajes,...P: ¿Ha sacado algunaconclusión sobre el amor?R: Es el normalizador deesta vida, tiene que vercon las leyes universales.Lo que nos moviliza atodos.P: Ha conseguido juntar aVargas Llosa y GarcíaMárquez sin que sepeleen, ¿cómo lo hahecho?R: Los tengo hace muchotiempo juntos, aunque aGarcía Márquez desde elprincipio y a Vargas Llosadesde que hice La señoritade Tacna. No creo quetengan ningún problema.Me lo habrían dicho, y no

lo han hecho.P: Sigamos con el amor,¿cómo es en GarcíaMárquez?R: El amor es muy impor-tante en toda su narrativa.Y en el espectáculo es tanfuerte que una personamuerta resucita y cambia atoda la población. Es unamor mágico, la magia dela vida. P: ¿Y en Vargas Llosa?R: Vargas Llosa tambiénhabla del amor como algomágico, a pesar de que esel amor de una solterona.Pero es una solterona queha conocido el amorprofundo y que supo darlocon generosidad.P: ¿ Y en Lope deVega?R: Sabe de qué hablaporque ha vivido elamor con muchaspasiones. Lope deVega sabe muchode amor ymujeres.P: Y la guindaes NormaAleandro…R: Yo sólointercalo textosmíos, hago uncuento de cuentoscon costumbres popularesy textos de otros autorescomo Muñoz Seca y otros.Sin traducción, todos

escritos en español, seacolombiano, argentino…P: Hija de actores, ¿qué esel teatro para usted?R: La felicidad. Debuté alos 13 años, así que si nome gustara, me habría ido.El teatro me ha hecho felizy me sigue haciendo feliz.Es un don que se puedehacer con cualquier edad, alos 20 años, o empezarlo alos 60.P: ¿Y el cine?R: Es muy diferente. En elcine todo es más grande.Pero el estudio uno loencara igual en los dos

casos. La expresividadtambién es otra. Entre elactor y el público hay unamáquina con una lente, nohay un escenario. Y lavisión es la de otra personaque ve los personajes deotra manera.P: ¿Se puede amar a los dosa la vez y no volverse loco?R: Sí. Pero lo que nuncaharía es hacer las dos cosasa la vez. Sería hacerlo todomal. Tampoco dirigir yactuar a la vez.P: Titula Vargas Llosa enun artículo sobre Laseñorita de Tacna que laliteratura son Mentirasverdaderas, ¿cómo nacenlas historias?R: Esa es una definición de

Vargas Llosa. Yo no creoque el teatro seamentira, es unarealidad diferente ala cotidiana, pero

es verdad.P: ¿Cómonacen lashistorias queescribe NormaAleandro?R: Yo cuento loque me hamotivado. Lo

trabajo sin trabajo, mesurge de la nada o de lainspiración. Además, comono escribo para publicar,sino por casualidad, tengo

la libertad para escribir delo que me divierte, sinimportar a quién vandirigidas, como ocurre conlos escritores.P: “Inventar no es otra cosaque tomarse ciertosdesquites hacia la vida quenos ha tocado vivir”,continúa Vargas Llosa...R: Yo no escribo paradesquitarme, lo hago paradivertirme y pasarlo bien. P: ¿Y para escribir necesitavestirse de Rigurosaetiqueta?R: No precisamente, todolo contrario. Escribo dondeestoy, como sea, en loshoteles y aviones, que sonunos sitios ideales paraescribir, porque no puedeshacer nada.P: ¿Y por qué se cuentancuentos, por qué loscuenta usted?R: Nada hay que no meguste más que contar, comoa todos. Contar historias esla profesión más antiguadel mundo, que hacíandesde los más antiguos, losque pintaban en lasparedes o daban gritos,saltaban al aire, y tocabanen los árboles, hasta ahora.Siempre se ha hecho.P: Una curiosidad, ¿tienesitio para más premios ensu casa?R: (Risas). Pierda ustedcuidado que tengo sitiopara más. Y si no tengositio en la biblioteca, laampliaré. Y si no puedoampliarla más, ampliaré lacasa, y si no, me iré adormir fuera.

RAFAEL ESTEBAN

La actriz argentina Norma Aleandro vuelve a España con un espectá-culo unipersonal que estrenó en 1976 y que ha cambiado con el tiem-po. Sobre el amor... y otros cuentos está ahora formado con textos de Lope deVega, Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa y la propia Alean-dro, entre otros autores, que representará mañana en Málaga en el co-mienzo de una gira que le llevará por localidades como Gijón o Madrid.

GUSI BEJER

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