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Los escritores se la juegan EL CULTURAL 1-7 de septiembre de 2005 www.elcultural.es “¿A quién no le gusta jugar con la historia? Philip Roth Terry Gilliam, en Venecia “Me he vengado de los hermanos Grimm” Ópera Las mil caras de la temporada George Steiner escribe sobre su idea de Europa El escritor nos descubre las claves de La conjura contra América

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Page 1: EL CULTURAL · 1-7 de septiembre de 2005 SUMARIO EL CULTURAL 1-9-2005 PÁGINA 3 Edita Prensa Europea S.A. Pradillo, 42. Madrid-28002 Tel.: 91413 27 06 fax 914132708

Los escritoresse la juegan

EL CULTURAL1-7 de septiembre de 2005 www.elcultural.es

“¿A quién no le gusta jugar con la historia?”Philip Roth

Terry Gilliam, en Venecia“Me he vengado de los hermanos Grimm”

ÓperaLas mil caras de la temporada

George Steinerescribe sobre su idea de Europa

El escritor nos descubre lasclaves de La conjura contra América

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S U M A R I O

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Edita Prensa Europea S.A.Pradillo, 42. Madrid-28002

Tel.: 91413 27 06fax 914132708

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Director de publicidad:Carlos Piccioni (tel.

915856005) email: carlos.piccioni@el-

mundo.es

El Cultural se vendeconjuntamente con el diario

EL MUNDO. Imprime Rotedic. Dpto.

legal: GU452-98

FundadorLuis María Anson

DirectoraBlanca Berasátegui

Jefes de Redacción: NuriaAzancot, Javier López

Rejas. Jefes de Sección:Paula Achiaga, Liz

Perales. Redacción: MaríaIsabel Falagán, Carlos

Forteza, Itzíar deFrancisco, CristinaJaramillo, Martín

López–Vega, CarlosReviriego

Críticos Gonzalo Alonso,Juan Avilés, David Barro, Án-gel Basanta, Kosme de Ba-rañano, J.M. Benítez Ariza,Pilar Castro, J. L. Clemente,Antonio Colinas, Jacinta Cre-mades, Cristóbal Cuevas, F.Díaz de Castro, Diego Don-cel, Ramón Esparza, José J.Etayo, Carlos F. Heredero, J.-Andrés Gallego, A.García-Abril, J. L. García Martín, C.García-Osuna, D. Giralt-Mi-racle, Álvaro Guibert, José A.Gurpegui, Abel H. Pozuelo,Javier Hernando, BeatrizHernanz, Javier Hontoria,Luis G. Iberni, José Jiménez,Patxi Lanceros, R. LópezBlanco, Joaquín Marco, J.Marín-Medina, Víctor Mo-rales, Jacobo Muñoz, RafaelNarbona, Mariano Navarro,R. Núñez Florencio, Bernar-do Palomo, José M. Parreño,J. L. Pérez de Arteaga, Ro-mán Piña, D. Plácido, ArturoReverter, Luis Ribot, O. Ruiz-Manjón, Sergi Sánchez, CareSantos, Bernabé Sarabia, S.Sanz Villanueva, Ricardo Se-nabre, Guillermo Solana,Eugenio Trías, J. Vidal Oli-veras, JavierVillán, Darío Vi-llanueva y Elena Vozmediano.

EL CULTURAL

LAS CUATRO ESQUINAS4. La idea de Europa, por George Steiner. 5. Isabel Coixet en El Foco

ARTE24. Arte italiano para el fin del milenio en Palma de Mallorca, por Pilar Ribal 26. El Patio Herreriano re-

descubre A ua Crag, por Mariano Navarro. 27. ArteIraní contemporáneo en el Koldo Mitxelena,

por Ramón Esparza. 28. Antonio Murado, a lo grande en su ciudad natal, por David Barro. 29. El

MACBA presenta por vez primera en España la obra de Stanley Brouwn, Jaume Vidal Oliveras.

TEATRO32. Amparo Soler Leal y Asunción Balaguer/ juntas por primera vez en Al menos no es Navidad,

por Itziar de Francisco 34. El Ballet de la Scala de Milán desembarca en el Real, por Laura Kumin

MÚSICA40. Las mil caras de la ópera que viene/ Recorrido por los estrenos y protagonistas de la temporada lírica que co-

mienza, por L.G. Iberni/C. Forteza 44. Bychkov prepara Lohengrin en España, por A. Reverter. 46. Discos

CINE36. Entrevista con Terry Gilliam/Compite en el 62 Festival de Venecia con El secreto de

los hermanos Grimm, por Ferrán Viladevall 38. Entre Clooney y Oliveira/Las películas de Vene-

cia, por Carlos Reviriego 39. De estreno/ Princesas, de Fernando León, por Carlos F. Heredero

PORTADAPhilip Roth, retrato de Grau Santos

ÚLTIMA PALABRA50. José Sacristán/ protagoniza Almacenados en el Teatro Fígaro de Madrid, por Liz Perales

CIENCIA48. Las prioridades científicas del nuevo curso/Universidad, becas, fichajes,

inversiones y divulgación, pendientes para septiembre, por José Antonio López Guerrero.

LETRAS6. Philip Roth reinventa el siglo XX: “¿Quiere decir si yo también tengo miedo al caos? Sí,

estamos desamparados”, por Sacha Verna. La conjura contra América, por Philip Roth.12. El libro de la semana: Amor líquido, de Zygmunt Bauman, por Manuel Barrios 15. Iri-barren/ Seguro que esta historia te suena, por Díaz de Castro. 16. González Ledesma/Senabre ante Cinco

mujeres y media. 17. Almudena Grandes/Sanz Villanueva se detiene en Estaciones de paso. 18. Chico Buar-que/J. Marco recorre Budapest. 19. Chéjov/ Consejos a un escritor, por Germán Gullón. 20. Cabrera In-fante/Benítez Ariza y Un oficio del siglo XX. 21. Lassale/Raymond Aron: un liberal resistente, por Juan Avilés. 22.Joseph Perez/Luis Ribot reseña Los judíos en España. 23. VV. AA./Historia de la Ciencia, por J. J. Etayo.

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VAN desde los cafés de Copenhague ante loscuales pasaba Kierkegaard en sus contrados pa-seos hasta los mostradores de Palermo. No haycafés primeros ni determinantes en Moscú, quees ya un suburbio de Asia. Muy pocos en In-glaterra después de una moda pasajera en elsiglo XVIII. Ninguno en Norteamérica fueradel puesto avanzado galo de New Orleans. Sitrazamos el mapa de los cafés, tendremos unode los indicadores esenciales de la “idea de Eu-ropa”.

El café es un lugar para la cita y la conspira-ción, para el debate intelectual y para el cotilleo,para el flâneur y para el poeta o el metafísicocon su cuaderno. Está abierto a todos; sin em-bargo, es también un club, una masonería de re-conocimiento político o artístico-literario y depresencia programática. Una taza de café, unacopa de vino, un té con ron proporcionan unlocal en el que trabajar, soñar, jugar al ajedrez osimplemente mantenerse caliente todo el día.Es el club del espíritu y la poste-restante [aparta-do de correos] de los homeless. En el Milán deStendhal, en la Venecia de Casanova, en el Pa-rís de Baudelaire, el café albergó a la oposiciónpolítica que existía, al liberalismo clandestino.Tres cafés principales de la Viena imperial yde entreguerras ofrecieron el ágora, el centro

de la elocuencia y la rivalidad, a escuelas con-trapuestas de estética y economía política, de psi-conalálisis y filosofía. Quienes quisieran conocera Freud o a Karl Kraus, a Musil o a Carnap, sa-bían exactamente en qué café buscarlos, en quéStammtisch [mesa] se sentaban. Danton y Ro-bespierre se reunieron por última vez en el Pro-cope. Cuando las luces se apagaron en Euro-pa, en agosto de 1914, Jaurès fue asesinado enun café. En un café de Génova escribe Lenin sutratado sobre empirocriticismo y juega al ajedrezcon Trotski.

Obsérvense las diferencias ontológicas. Unpub inglés, un bar irlandés tienen su propia

aura y sus mitologías. ¿Qué sería de la literatu-ra irlandesa sin los bares de Dublín? Si no hu-biera existido la Museum Tavern, ¿dónde se ha-bría tropezado el Dr. Watson con SherlockHolmes? Pero no son cafés. No tienen mesas deajedrez, ni periódicos gratuitos en sus perchas, adisposición de los clientes. Sólo muy reciente-mente se ha convertido el propio café en unacostumbre pública en Gran Bretaña, y conser-va su halo italiano. El bar americano desempe-ña un papel vital en la literatura y el eros nor-teamericano, en el carisma icónico de ScottFitzgerald y Humphrey Bogart. La historia del

jazz es inseparable de él. Pero el bar america-no es un santuario de luz tenue, incluso de os-curidad. Retumba con la música, muchas ve-ces ensordecedora. Su sociología, su tejidopsicológico están impregnados de sexualidad,de la presencia de mujeres, bien sea esperada,soñada o real. Nadie escribe tomos sobre feno-menología en la mesa de un bar americano (com-párese con Sartre). Hay que pedir nuevas be-bidas si uno quiere seguir siendo bienvenido.Hay “gorilas” para expulsar a los no deseados.Cada uno de estos rasgos define un ethos radi-calmente distinto del propio del Café Central,el Deux Magots o el Florian. “Habrá mitologíamientras haya mendigos”, dijo Walter Benjamin,un apasionado entendido en cafés y peregrinoentre ellos. Mientras haya cafés, la “idea deEuropa” tendrá contenido.

Europa ha sido y es paseada. Esto es funda-mental. La cartografía de Europa tiene su origenen las capacidades de los pies humanos, en loque se considera son sus horizontes. Los hom-bres y mujeres europeos han caminado por susmapas, de aldea en aldea, de pueblo en pue-blo, de ciudad en ciudad. La mayoría de las ve-ces, las distancias poseen una escala humana,pueden ser dominadas por el viajero a pie, por elperegrino a Compostela, por el promeneur, ya seasolitario, ya gregario. Hay trechos de terreno ári-do, intimidatorio; hay ciénagas; se elevan altascumbres. Pero ninguna de estas cosas consti-tuye un obstáculo definitivo. No hay sáharas, nohay badlands, no hay tundras impracticables.Los tramos montañosos tienen sus refugioscomo los parques tienen sus bancos. Los Holz-wege [caminos de bosque] de Heidegger guían

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¿Por qué echamos tanto demenos a Fernando LázaroCarreter? ¿Será porque lastelevisiones, públicas yprivadas, insisten enagredir al castellano? ¿Qué

dardos dirigiría a expre-siones escuchadas esteagosto como, por ejemplo,“no me estires de lalengua”, “déjame hacerun incisivo”, “no quieremeterse en el trapo”, o“intenta campear eltemporal”?

¿Por qué la Comunidad deMadrid esperó al pasado 5de agosto para anunciarque iba a destinar 2’4millones de euros paracelebrar el IV Centenariodel Quijote repartiendopor entregas en otoño lanovela de Cervantes en el

metro? ¿Imprevisión odemasiada previsión, esdecir, no se les habíaocurrido antes, prefirierondejarlo tras los calores, ocreyeron mejor esperar aque se agotase el impactode la edición de laAcademia y Santillana?

¿Tan escasos de ideasandan los editores de noficción españoles que handebido recurrir, una vezmás, a Franco, para arran-car la temporada? Al me-nos media docena de títu-los revisará su figura antesde que acabe 2005. �

LL AA SS CC UU AA TT RR OO EE SS QQ UU II NN AA SS

Los pararrayos tienen que estar conectados a la tierra. Hasta las ideas más abs-tractas y especulativas deben estar ancladas en la realidad, a la esencia delas cosas. ¿Qué sucede, pues, con la “idea de Europa”? Europa está com-puesta de cafés. Éstos se extienden desde el café favorito de Pessoa enLisboa hasta los cafés de Odesa frecuentados por los gangstersde Isaak Bábel.

¿Por qué?

La idea de EuropaPOR GEORGE STEINER

sde

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por el más tenebroso de los bosques. Europano tiene ningún Valle de la Muerte, ningunaAmazonia, ningún “outback” intransitable parael viajero.

Este hecho determina una relación esencialentre la humanidad europea y su paisaje.

Metafóricamente –pero también materialmen-te–, ese paisaje ha sido moldeado, humaniza-do por pies y manos. Como en ninguna otra par-te del planeta, a las costas, campos, bosques ycolinas de Europa, desde La Coruña hasta SanPetersburgo, desde Estocolmo hasta Messina,les ha dado forma no tanto el tiempo cronoló-gico como el humano e histórico. En el borde delglaciar está sentado Manfredo. Chateaubrianddeclama en los cabos peñascosos. Nuestros cam-pos, estén cubiertos de nieve o en el amarillo me-diodía del verano, son los que conocieron Brueg-hel o Monet o Van Gogh. Los bosques másumbríos contienen ninfas o hadas, ogros o pin-torescos ermitaños. Al viajero nunca le parece es-tar muy lejos del campanario del próximo pue-blo. Desde tiempo inmemorial, los ríos hantenido vados, vados incluso para bueyes, “Ox-fords”, y puentes para bailar en ellos, como el deAvignon. Las bellezas de Europa son totalmen-te inseparables de la pátina del tiempo huma-nizado.

Una vez más, la diferencia con Norteaméri-ca, mucho más con África y Australia, es radi-cal. Uno no va a pie de una población americanaa la siguiente. Los desiertos del interior austra-liano, del suroeste americano, los “grandes bos-

ques” de los estados del pacífico o de Alaska, soncasi impracticables. La magnificencia del GranCañón, de los pantanos de Florida, de Ayer’sRock, en la inmensidad australiana, es la de undinamismo tectónico, geológico, casi amenaza-doramente irrelevante para el hombre. De ahí lasensación, con frecuencia expresada por turistasque viajan desde Europa al Nuevo Mundo o alas Antípodas, de que los paisajes europeos hanido a la manicura, de que sus horizontes sofocan.De ahí la sensación de que los “grandes cie-los” americanos, surafricanos, australianos, sondesconocidos en Europa. A ojos americanos, in-cluso las nubes europeas pueden parecer do-mesticadas: atestadas están de antiguos diosescon vestiduras de Tiépolo.

Algunos elementos integrantes del pensa-miento y la sensibilidad europeos son, en el sen-tido originario de la palabra, “pedestres”. Sucadencia y su secuencia son las del caminante.En la filosofía y en la retórica griegas, los peri-patéticos son, literalmente, los que viajan a piede una polisa otra, aquellos cuyas enseñanzas sonitinerantes. En la métrica y en las convencio-nes poéticas de Occidente, el “pie”, el “com-pás”, el enjambement [encabalgamiento] de ver-sos o estrofas nos recuerda la estrecha intimidadque existe entre el cuerpo humano recorrien-do la tierra y las artes de la imaginería. Buena par-te de la teorización más incisiva es generadapor el acto de caminar. �

La idea de Europa, de George Steiner, aparece lasemana que viene en Siruela.

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Hoy presenta al público delFestival de Venecia su quinto ymejor largometraje, La vidasecreta de las palabras, o mejor,

The Secret Lifeof Words, por-que como ya esnatural en ella,ha vuelto arodar en inglésy con actoresde fama inter-

nacional: Tim Robbins, SarahPolley y Julie Christie. Harealizado ya tantos spots que desu cine puede distraer ciertotono de anuncio de Evax, perovisto su último y escalofriantetrabajo (financiado por Almo-dóvar), no es posible obviar suextraordinaria sensibilidad en unmundo afectado de amnesia que,como todo su cine, está pobladode almas rotas y solitarias. Ladesesperada necesidad decomunicación de sus criaturasdebe de ser la que le impulsa ahacer cine, para así poder unir aextraños en lavanderías (Mi vidasin mí), encontrar formas deredención al otro lado delteléfono (Cosas que nunca te dije)o maldecir las guerras con elpoder del silencio (La vida secretade las palabras). Tal y comopercibe la vida –luminosa porfuera, negra por dentro–, nosorprende que Carver, Waits yHopper se cuenten entre susanimales sagrados, ni que a losdoce años leyera a Proust y a loscatorce amara a Dreyer. �

El foco

REBOREDO Y SAÑUDO

Isabel Coixet

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L E T R A S

–¿En qué consiste ser judío? –No pienso responder a esa pre-

gunta.–¿Porque no tiene respuesta?–No, existe una respuesta. Pero

habría que escribir un libro. Cosaque ya ha hecho mucha gente. Lea20 ó 25 libros y trate de componeruna respuesta. Eso que llamamos“judío” no existe en absoluto.

La actitud despectiva de Israel–Entonces ¿de qué estamos ha-

blando cuando hablamos de judíos?–Hablamos de innumerables ti-

pos de judíos. Estos tipos están muyinfluenciados por los países donde vi-ven. Por ejemplo, a los israelíes les re-sulta dificilísimo entender la clase devida que llevan los judíos en EstadosUnidos. La ideología israelí se dife-rencia tanto de la de los judíos esta-dounidenses que hasta los israelíescarentes de ideología son incapacesde imaginarse viviendo aquí. Inclu-so gente como Amos Oz o Jehoshuatienen una actitud despectiva hacialos judíos estadounidenses. Es algoabsolutamente disparatado.

–¿Cuáles son los rasgos distintivosde la vida judía en Estados Unidos?

–Su variedad. El que a la mayoríade los judíos estadounidenses les im-porta un comino el hecho de ser ju-díos. Eso fastidia lo indecible a los is-raelíes. ¡Y el éxito! Lo que hanconseguido los judíos en EE.UU. ycómo lo han hecho constituye uno delos logros más grandes de la historiadel pueblo judío desde tiempos delos romanos. Llegaron aquí a decenasde miles, la mayoría entre 1890 y1910, sin dinero, sin un idioma con elque hacerse entender y fueron capa-ces de lograr este éxito colosal. Y nome estoy refiriendo a la riqueza. Fueun éxito colosal el que los judíos en-

contraran un lugar donde vivir feli-ces. Y es un éxito que aún perdura.

–En La conjura contra Américadescribe una versión alternativa delcurso de la historia, Franklin D. Roo-sevelt no sale reelegido en 1940 yel nuevo presidente es CharlesLindbergh, un antisemita declaradoque firma un tratado de paz con Hit-ler. ¿En el verdadero Estados Uni-dos no hubo nunca el menor rastrode ese antisemitismo latente y fi-nalmente manifiesto que usted des-cribe con tanta precisión en su libro?

–Por supuesto que había anti-semitismo en Estados Unidos. Losaños 30 fueron una mala época paralos judíos en cualquier lugar delmundo. Sin embargo, en EstadosUnidos no llegó a repetirse lo quesucedió en Europa. Ése es el asun-to que más me interesaba mientrasescribía esta novela: el hecho de queaquí no hubiera ocurrido una catás-trofe. La racha de suerte con quela historia obsequió a los judíos eneste país. Y ahora ha dado comienzola segunda oleada de suerte: Esta-dos Unidos ha abierto sus puertasa los hispanos y a los asiáticos, y losjudíos han dejado de ser conside-rados una minoría. La mayoría de losestadounidenses menores de 40años no son capaces de identificarcomo tal un nombre judío. Los ju-díos somos ahora uno de tantos.¿Puede imaginarse la dicha que esorepresenta? A lo mejor el futuro de-para una tragedia al pueblo judío eneste país, pero tengo serias dudas. Alos judíos les gusta Estados Unidosy la democracia estadounidense, y ala democracia estadounidense legustan los judíos.

–En La conjura contra América, losjudíos son víctimas de la represiónbajo el gobierno de Lindbergh. Sin

embargo, los protagonistas judíos desus primeras novelas intentaban es-capar a la desesperada al destino ju-dío de convertirse en víctimas. ¿Quéha sentido como escritor al probaresta nueva variante?

Contra el victimismo judío–Al principio me resistía a escri-

bir este libro precisamente porqueno quería que todo girara en tornoa una atormentada familia judía. Lacondición de víctima de los judíosnunca ha sido un elemento inte-grante de mi escritura, jamás se haconvertido en una obsesión perso-nal. Así que me dije: “¿Qué demo-nios estás haciendo? Si eso es lo úl-timo sobre lo que te gustaría escri-bir”. Pero al final transigí. Pensé:“Limítate a hacerlo y a ver quépasa”. A partir de ese momento con-centré todos mis esfuerzos en pre-sentar todo de la manera más rea-lista posible. Estaba claro que ése erauno de mis objetivos al escribir estanovela, ser tan fiel a la verdad comofuera posible. A excepción, natu-ralmente, de la ficción central deconvertir a Lindbergh en presiden-te. El Newark que describo es el Ne-wark en el que me he criado. La fa-milia que retrato es mi familiainmersa en una situación ficticia.

–En principio, las trabas que hande afrontar sus protagonistas a lo lar-go de la novela parecen mucho másinofensivas que la persecución de losjudíos en Alemania.

–Tenía que dar con la justa me-dida. No quería campos de concen-tración. Quería idear una versión es-tadounidense, una versión en la quetambién hubiera lugar para la sonri-sa. Y quería que al principio no es-tuviese nada claro si las acciones delgobierno de Lindbergh formaban

Se ha hecho esperar, pero lapróxima semana aparece alfin en España La conjuracontra América, la novela conla que hace un año PhilipRoth sacudió los cimientosdel mundo literario norte-americano. El eterno can-didato al premio Nobel selanza con un relato familiarde historia-ficción sobrequé hubiese ocurrido si en1942, en plena II GuerraMundial, Roosevelt hubie-se sido derrotado en las ur-nas por Charles Lindbergh,héroe de la aviación filona-zi y aislacionista que firmaun pacto de no agresión conHitler. El Cultural ha con-versado con el escritor sobreel libro, al tiempo que ade-lantamos dos fragmentos dela novela, que publica Mon-dadori la próxima semana.

“Tenemos que estar agradecidos por cada momento

PhilipRoth

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parte de una persecución planificadade los judíos o no. Sandy, el hermanode Philip, es enviado a Kentucky apasar las vacaciones con una familiade granjeros cristianos en el marco deun programa de actividades del Go-bierno. Regresa sano y salvo, se ha di-vertido mucho, ha comido cerdo yle han tratado bien: ¿qué hay de an-tisemita en ello? El padre insiste,pero Sandy le tacha de paranoico.Quería describir la inseguridad queexperimenta un judío en semejantesituación. Estoy seguro de que noexiste un solo judío inteligente entodo el mundo que no se haya vistoinmerso en una situación como éstaalguna vez y no haya pensado: “Esoesconde una actitud antisemita”,para luego llegar a una conclusióndistinta: “No, no y no, ha sido unareacción exagerada por mi parte, nodebería ser tan susceptible”.

Lindbergh el aislacionista–¿Por qué Lindbergh no dejó de

ser un héroe para los estadouniden-ses a pesar de su antisemitismo?

–Los únicos que se escandali-zaron por el antisemitismo de Lind-bergh fueron los propios judíos. Poreso todavía se le considera un hé-roe en este país. Pero no he preten-dido cambiar esta actitud con mi li-bro. Mi libro es pura especulación.Además, bajo el Gobierno de mi pre-sidente Lindbergh tampoco hay fas-cismo. Su Estados Unidos es unademocracia de derechas que firmaun tratado de paz con Alemania paramantener al país al margen de la gue-rra que se está librando en Europa.Me he cuidado mucho de convertira Lindbergh en un fascista. Se tratade un político de derechas, un ais-lacionista que ha sido elegido presi-dente por el pueblo estadounidense.

–¿Por qué hace desaparecer aLindbergh al final de la novela?

–Porque me gustaban las posi-bilidades narrativas que surgían encuanto Lindbergh se perdía juntocon su avión: su desaparición da pie

a que la gente haga conjeturas deli-rantes. Yo he vivido el asesinato deKennedy y sé lo que ocurre tras lamuerte repentina de un personajeimportante. Es un momento en elque todo es posible. Un momentoen el que un país es capaz de seguirlos derroteros más dispares. En minovela se responsabiliza a los judíosde la desaparición de Lindbergh.Burton K. Wheeler se convierte enpresidente e implanta la ley mar-cial y los antisemitas se sienten librespara hacer lo que siempre les ha gus-tado hacer. Surge una teoría sobre

una supuesta conspiración que aca-ba teniendo consecuencias fatales.Por si todavía no lo sabíamos, el 11-S dejó bien claro que nada más pro-ducirse grandes acontecimientos trá-gicos empiezan a circular miles deteorías sobre conspiraciones.

–Siempre ha ideado historias deficción, pero en este libro escribe porvez primera historia ficticia. ¿Quéle ha parecido la experiencia?

–Francamente buena. ¿A ustedno le gustaría jugar con la historiauniversal? Desgraciadamente, la ma-yoría de los críticos literarios esta-

dounidenses han malinterpretado ellibro desde casi todos los puntos devista. Entre otras cosas, han dado porsupuesto que yo quería denunciaralgo o a alguien: a Lindbergh, aWheeler, a Estados Unidos, qué seyo. Por supuesto, eso no es más queuna completa bobada. Aunque enrealidad no es de extrañar que sedigan semejantes necedades dado elnivel que tiene la crítica literaria eneste país. Eso demuestra una vezmás lo bien que leen los críticos lostextos que reseñan. Los peores sonlos de “The New York Times”. Y se-guro que no me cree si le digo queson así hasta donde me alcanza lamemoria. Pero ésa es otra historia.

Un caos inmenso–Cuando leemos libros de his-

toria, ésta aparece como algo muy or-denado, como una sucesión exactade causas y efectos. Pero el presen-te es un caos inmenso. ¿Le molestaa usted este caos?

–¿Quiere decir que si yo tambiéntengo miedo? Sí. Por supuesto, noexperimentamos el presente comohistoria. Lo experimentamos comoaquello que ocurre en el momento.El momento próximo es totalmenteimprevisible. Traté de este mismohecho en La mancha humana. En Laconjura... lo vuelvo a hacer: la histo-ria entra precipitadamente en la ha-bitación de uno como un caballo des-bocado. Pero se lo repito: uno notrata de arreglárselas con la historiasino con el caballo en la habitación.Uno está completamente desam-parado. La familia Roth de mi no-vela lleva ese desamparo hasta ladesesperación. Nos puede pasar lomismo a cada uno de nosotros. En elfondo tenemos que estar agradeci-dos por cada momento en el que lahistoria le deja a uno en paz.

–¿En qué medida la escritura re-presenta para usted un medio nosólo para inventar historias alternati-vas, como en esta novela, sino tam-bién autobiografías alternativas?

–A decir verdad, la pregunta yacontiene la respuesta. Sí, una y otravez he creado en mis novelas auto-

“La mayoría de los críticos estadounidenses han malinterpretado el libro desde casi todos los puntos de vista. Entre

otras cosas, han dado por supuesto que yo quería denunciar algo o a alguien. Los peores son los del ‘New York Times’”

ALBERT BONNIERS

en que la historia le deja a uno en paz”

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L E T R A S

PP HH II LL II PP RR OO TT HH RR EE II NN VV EE NN TT AA LL AA HH II SS TT OO RR II AA

biografías alternativas. En esto pro-bablemente no me diferencio de-masiado de la mayoría de escrito-res. Creamos mundos que no hemosvisitado, crisis que no hemos vivi-do, peligros con los que no nos he-mos enfrentado. Uno se traslada allaboratorio. En La conjura contraAmérica, me llevo a toda mi familia.Me pregunto: “¿qué pasaría si...?”, ybusco una respuesta comprensible.

La pérdida de memoria–Así que su vida le proporciona la

materia a su escritura. ¿No teme queesa materia se agote? También tieneuna fuente limitada de experiencias.

–La pregunta me hace estreme-cer. Podría ser. Por otra parte, no creoque sea la materia la que acabe conlos escritores. Más bien creo que estoguarda relación con la pérdida de lamemoria inmediata, un fenómenobastante frecuente en la vejez. Afor-tunadamente por ahora sólo tengodificultades para acordarme de losnombres. Pero sé de un escritor queno puede recordar lo que ha escritoel día anterior. Es horrible. Hay quereleer las últimas 50 páginas o máspara reconstruir el momento al quehas llegado. Por supuesto, a uno legustaría que saliera bien, pero el pro-blema reside en que ya no se pue-de establecer la relación con el todo.Uno se pierde en los instantes.

–En La conjura contra América ela-bora un retrato muy preciso del Ne-wark de los años 30 y 40. ¿Regresóusted para esta novela al lugar de suinfancia para refrescarse la memoria?

–Siempre he vuelto a visitar Ne-wark a lo largo de los años. Se dio lafeliz coincidencia que la revista sui-

za “Du” quisiera dedicarme un nú-mero. Aquella gente quería ver lacasa donde nací, así que organizamosuna excursión de un día a Newark.Era julio y hacía un calor infernal.Newark es hoy una de las zonas máspeligrosas de América. Pero la calleen la que crecí volvió a ser habita-ble gracias al dinero del Estado. Estácasi igual que durante mi infancia.

–¿Y la casa?–Llamamos y le pregunté a la

inquilina si me daba permiso paraver el piso en el que crecí, que sig-nificaba mucho para mí. Fue muy,muy amable. Dijo que sí. Avisó alhombre que ahora vive en el piso ypude entrar. Se lo digo: fue uno delos momentos más bellos de mi vida.El piso estaba como lo recordaba:el suelo de parquet, el rincón, so-bre cuyo suelo caía la luz del sol. Lacapa de pintura de las paredes, quees demasiado gruesa porque se pin-taron con excesiva frecuencia. De re-pente, todo volvía a estar allí. Aque-llo no me bastaba en absoluto, eincluso pregunté si podía abrir ar-marios. Pero ahora veía a mi madreotra vez delante de mí, cómo tras-teaba allí dentro. No me quería ir deninguna manera y buscaba todas las

excusas imaginablespara quedarme unrato más. Le hubierapagado con muchogusto al inquilino delpiso y me hubieramudado al momento.Nuestro alquiler as-cendía a 48 dólares ysupuse que el inquili-

no ahora no debía de pagar muchomás. Fue una experiencia especta-cular.

–Así que ¿pudo usted disponerde amplios recursos para La conjuracontra América?

–Lo veía todo muy claro. Unaúnica oportunidad para escribir esta

novela. Todo suena muy sentimen-tal, pero no creo haber transfiguradoel lugar de mi infancia o mi propia in-fancia. Crecí realmente muy prote-gido. Vivíamos en un barrio estu-pendo, un barrio de trabajadores conbuenas escuelas y vecinos amables.Tenía amigos increíbles y la vida dela comunidad judía –en esta zona deNewark prácticamente sólo vivíanjudíos– era enormemente rica. Hubola guerra, por supuesto, pero comotodos los que me rodeaban se por-taban tan admirablemente, de niñosjamás tuvimos miedo de verdad.

–Sin embargo, el Philip de su no-vela se siente tan desesperado endos ocasiones que intenta escapar.¿Más tarde no se atrevió usted nun-ca a hacerlo?

–No. Yo era un jovencito ama-ble, a quien le gustaba su casa, sucocina, su madre y su cama. Aún megustaría tener todo aquello. No, nun-ca pensé en escaparme. Pero cuandoterminé el instituto estaba decididoa dejar aquella pequeña co-munidad, como la mayoría de jóve-nes. Durante un año estuve en el co-legio de Newark por motivos econó-micos. Después fui a un colegio enPensilvania, y aquello fue el princi-pio de mi independencia. Tenía unacuriosidad inaudita y empecé a leerlibros en serio. Sabía que EstadosUnidos ofrecía algo más que la co-modidad de Newark. De Pensilva-nia me fui a Chicago para seguir es-tudiando, luego me enrolé en elejército, más tarde partí hacia Italiacon una beca, hasta que al final ate-rricé en Connecticut. Lo que que-ría decir: nunca tuve la intención deromper la relación con mi familia ocon mi pasado. Quería marcharme,pero por curiosidad, no por despecho.

–No ha vuelto a vivir jamás enNewark.

–Lo gracioso es que dejé mi casapara salir por el mundo, y después he

pasado el resto de mi vida escri-biendo sobre mi casa.

–Ha aclarado repetidamente queno escribió La conjura contra Américacon la intención de dibujar un re-trato de la situación política actual enEstados Unidos. Pero, ¿qué aspec-to tendrían Estados Unidos y elmundo si no hubieran ocurrido losatentados del 11-S?

–(Un silencio muy largo) No losé. Lo único que sé es que este Go-bierno, hasta el 11-S, tenía un per-fil del todo mediocre. Se esperabancuatro aburridos años bajo una Ad-ministración ineficaz, que hubieraconcentrado toda su energía en ha-cer aún más ricos a los más ricos deEstados Unidos y a engrandecer aúnmás a las grandes multinacionales.Este Gobierno todavía trabaja enello y lo seguirá haciendo. Intentadesmontar todos los avances de laera Roosvelt, el New Deal. Intentaeliminar todo lo que recuerde lige-ramente a un Estado del bienestar.Por supuesto, eso es criminal. Si nohubieran ocurrido los hechos del 11-S... pero el fascismo fundamenta-lista islámico se hubiera hecho oír.De todas maneras, se habría produ-cido un enfrentamiento entre Es-tados Unidos y el Islam, y entre el Is-lam y Europa. Así que el mundo talvez no tenga un aspecto tan distinto.

Afganistán e Iraq–¿Y las guerras en Afganistán e

Iraq?–Sin el 11-S probablemente no

hubiéramos vivido ninguna guerraen Afganistán. Evidentemente,Bush quería declarar la guerra a Iraqdesde que empezó su mandato. Aunsin los atentados, este Gobierno hu-biera encontrado pretextos para oca-sionar daños en el mundo, los queactualmente está causando.

SACHA VERNA

“Este Gobierno, hasta el 11-S, tenía un perfil

del todo mediocre. Se esperaban cuatro abu-

rridos años bajo una Administración inefi-

caz, que hubiera concentrado toda su ener-

gía en hacer aún más ricos a los más ricos”

“¿Quiere decir que si yo también tengo miedo? Sí. La historia entra precipitadamente en la

habitación de uno como un caballo desbocado. Pero se lo repito: uno no trata de arreglárselas

con la historia sino con el caballo en la habitación. Uno está completamente desamparado”

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L E T R A S

PP HH II LL II PP RR OO TT HH RR EE II NN VV EE NN TT AA LL AA HH II SS TT OO RR II AA

Lo s resultados de las elecciones de no-viembre ni siquiera estuvieron igualados.Lindbergh consiguió el cincuenta y sie-

te por ciento del voto popular y, con un triunfoaplastante, ganó en cuarenta y siete estados. Losúnicos donde perdió fueron Nueva York, el es-tado natal de FDR, y, tan sólo por dos mil vo-tos, Maryland, donde la gran población de fun-cionarios federales votó abrumadoramente porRoosevelt, mientras que el presidente pudo re-tener –como no le fue posible en ningún otrolugar por debajo de la línea Mason-Dixon– lalealtad de casi la mitad de los votantes demó-cratas del viejo sur. Aunque a la mañana siguientea las elecciones predominaba la incredulidad, so-bre todo entre los encuestadores, el día des-pués todo el mundo pareció entenderlo todo, ylos comentaristas de radio y los columnistas de laprensa presentaron la noticia como si la derrotade Roosevelt hubiera estado predeterminada.Según sus explicaciones, lo ocurrido era quelos norteamericanos no habían sido capaces deromper con la tradición de losdos mandatos presidencialesque George Washington habíainstituido y que ningún presi-dente antes de Roosevelt sehabía atrevido a cuestionar. Porotro lado, después de la De-presión, la renaciente confian-za tanto de jóvenes como ma-yores se había visto estimuladapor la relativa juventud deLindbergh y su aspecto ele-gante y atlético, en tan mar-cado contraste con los serios impedimentos fí-sicos con los que FDR cargaba como víctimade la poliomielitis. Y estaba también el prodi-gio de la aviación y el nuevo estilo de vida queprometía: Lindbergh, que ya era el dueño del airey había batido el récord de vuelo de larga dis-tancia, podía conducir con conocimiento de cau-sa a sus compatriotas al mundo desconocido delfuturo aeronáutico, al tiempo que les garantiza-ba con su conducta puritana y anticuada quelos logros de la ingeniería moderna no tenían porqué erosionar los valores del pasado. Los ex-pertos llegaron a la conclusión de que los nor-

teamericanos del siglo XX, cansados de enfren-tarse a una crisis cada década, ansiaban la nor-malidad, y lo que Charles A. Lindbergh repre-sentaba era la normalidad elevada a unasproporciones heroicas, un hombre decente concara de honradez y una voz normal y corrienteque había demostrado al planeta entero, de unmodo deslumbrante, el valor para ponerse al fren-te, la fortaleza para moldear la historia y, natu-ralmente, la capacidad de trascender la tragediapersonal. Si Lindbergh prometía que no habríaguerra, entonces no la habría: para la gran ma-yoría de la población era así de sencillo.

Peores aún para nosotros que el resultadode las elecciones fueron las semanas que siguie-ron a la toma de posesión, cuando el nuevo pre-sidente norteamericano viajó a Islandia paraentrevistarse personalmente con Adolf Hitlery, tras dos días de conversaciones “cordiales”, fir-mar un “acuerdo” que garantizaba unas rela-ciones pacíficas entre Alemania y Estados Uni-dos. Hubo manifestaciones contra el Acuerdo de

Islandia en una docena de ciu-dades norteamericanas, y dis-cursos apasionados en la Cá-mara Baja y el Senadopronunciados por congresis-tas demócratas que habían so-brevivido a la aplastante vic-toria republicana y quecondenaban a Lindbergh portratar con un tirano fascista ase-sino como su igual y aceptarcomo lugar de su reunión unreino insular históricamente

fiel a una monarquía democrática cuya conquis-ta los nazis ya habían llevado a cabo, una tragedianacional para Dinamarca, claramente deplorablepara el pueblo y su rey, pero que la visita de Lind-bergh a Reykjavik parecía aprobar tácitamente.

Cuando el presidente regresó a Washingtondesde Islandia (una formación de vuelo de diezgrandes aviones de patrulla de la armada queescoltaban al nuevo Interceptor Lockheed bi-motor que él mismo pilotaba), el discurso que di-rigió a la nación constó sólo de cinco frases. “Aho-ra está garantizado que este gran país noparticipará en la guerra en Europa”. Así comen-

zaba el histórico mensaje, y proseguía hasta suconclusión del modo siguiente: “No nos unire-mos a ningún bando bélico en ningún lugar delglobo. Al mismo tiempo, seguiremos armandoa Estados unidos y adiestrando a nuestros jóve-nes de las fuerzas armadas en el uso de la tec-nología militar más avanzada. La clave de nues-tra invulnerabilidad es el desarrollo de la aviaciónnorteamericana, incluida la tecnología de loscohetes. De este modo, nuestros límites conti-nentales serán inexpugnables a los ataques des-de el exterior, mientras mantenemos una neu-tralidad estricta” [...].

Los peores y más extendidos actos de vio-lencia tuvieron lugar en Detroit, donde estaba lasede en el Medio Oeste del “sacerdote de laradio”, el padre Couglin y su Frente Cristianoque odiaba a los judíos, así como la del ministroadulador de las masas conocido como “el decanode los antisemitas, el reverendo Gerald L. K.Smith, que predicaba que “el carácter cristianoes la verdadera base del auténtico americanis-mo”. Detroit, claro está, era también el hogarde la industria automovilística y del anciano se-cretario del Interior de Lindbergh, Henry Ford,cuyo periódico declaradamente antisemita, el“Dearborn Independent”, publicado en la dé-cada de 1920, se proponía “una investigaciónde la cuestión judía” que Ford acabó por publi-car en cuatro volúmenes con un total de casimil páginas, una obra titulada El judío interna-cional, en la que indicaba que, en la limpiezade Estados Unidos, “no se perdona al judío in-ternacional ni a sus satélites como enemigosdeliberados de cuanto los anglosajones entien-den por civilización”.

Era de esperar que organizaciones como laUnión Americana de Libertades Civiles y emi-nentes periodistas liberales como John Gun-ther y Dorothy Thompson se indignaran porlos disturbios de Detroit e hicieran público su re-chazo de inmediato, pero lo mismo le sucedía amuchos norteamericanos convencionales de cla-se media que, aunque considerasen repugnan-tes a Walter Winchell y su retórica y entendieranque “se estaba buscando problemas”, tambiénse sentían consternados por los informes de lostestigos presenciales sobre cómo los alborotos

La conjura contra AméricaPOR PHILIP ROTH

El nuevo presidente nor-

teamericano viajó a Islan-

dia para entrevistarse

personalmente con Adolf

Hitler y firmar un acuer-

do que garantizaba unas

relaciones pacíficas

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que comenzaron en la primera parada de Win-chell en Hamtramck (el barrio residencial habi-tado principalmente por trabajadores de la in-dustria automovilística y sus familias, donde sedecía que vivía la mayor población polaca fuerade Varsovia) se habían extendido de un modosospechoso, en cuestión de minutos, a la calleDoce, a Linwood y luego al bulevar Dexter. Allí,en los mayores barrios judíos de la ciudad, hubosaqueo de tiendas y rotura de escaparates, judíosatrapados en el exterior fueron atacados y gol-peados y se encendieron cruces empapadas dequeroseno en los céspedes de lujosas mansionesa lo largo del bulevar Chicago y ante las modes-tas viviendas para dos familias de los pintores,fontaneros, carniceros, panaderos, chatarreros ytenderos que vivían en Webb y Tuxedo, y enlos pequeños patios con suelo de tierra de losjudíos más pobres en Pingry y Euclid. A mediatarde, solo momentos antes de que finalizara lajornada escolar, lanzaron una bomba incendia-ria contra el vestíbulo de la escuela primaria Win-terhalter, donde la mitad del alumnado era judía,otra en el vestíbulo de Central High, cuyo cuer-po estudiantil era judío en un noventa y cinco por

ciento, otra a través de una ventana del institu-to Sholem Aleichem, una organización culturalque Coughlin había identificado ridículamentecomo comunista, y una cuarta en el exterior deotro de los blancos “comunistas” de Couhlin,la Alianza de los Trabajadores Judíos. A conti-nuación se produjo el ataque a los lugares de cul-to. No solo rompieron las ventanasy pintarrajearon las paredes deaproximadamente la mitad de lastreinta y tantas sinagogas ortodo-xas de la ciudad, sino que, cuan-do iban a comenzar los servicios re-ligiosos de acuerdo con el horarioprevisto, se produjo una explosiónen los escalones del prestigiosotemplo Shaarey Zedek, en el bu-levar Chicago. La explosión causógraves daños a la exótica fachada central de di-seño moruno del arquitecto Albert Kahn, las tresgrandes entradas arqueadas que mostraban lla-mativamente a una población de clase obreraen un estilo a todas luces antiamericano. Cincotranseúntes, ninguno de ellos judío, resultaronheridos a causa de los escombros desprendidos

de la fachada, pero, por lo demás, no se infor-mó de víctimas.

Al anochecer, varios centenares de los trein-ta mil judíos de la ciudad habían huido para re-fugiarse en Windsor, Ontario, al otro lado delrío Detroit, y la historia norteamericana había re-gistrado su primer pogromo a gran escala, cuyomodelo eran claramente las “manifestaciones es-pontáneas” contra los judíos de Alemania co-nocidas como Kristallnacht, la Noche de los Cris-tales Rotos, cuyas atrocidades fueron planeadasy perpetradas por los nazis cuatro años atrás y queel padre Coughlin defendió entonces en su ta-bloide semanal “Social Justice” como una reac-ción de los alemanes contra el “comunismo deinspiración judía”. La página editorial del “De-troit Times” justificó de manera similar la Kris-tallnacht de Detroit como la reacción violenta,desafortunada pero inevitable y totalmente com-prensible, a las actividades del intruso alborota-dor que el periódico identificaba como “el de-magogo judío cuyo propósito desde el comienzohabía sido incitar la cólera de los americanospatriotas con su traicionera agitación populache-ra”.

Una semana después del ataque de septiem-bre contra los judíos de Detroit, al que no hi-cieron frente con diligencia ni el gobernador deMichigan ni el alcalde de la ciudad, se produje-ron nuevos actos de violencia contra las casas,tiendas y sinagogas de los barrios judíos en Cle-veland, Cincinnati, Indianápolis y Saint Louis,violencia que los enemigos de Winchell atribu-yeron a sus apariciones deliberadamente des-afiantes en aquellas ciudades tras el cataclismoque había instigado en Detroit, y que el mismo

Winchell (que en Indianá-polis se libró por los pelosde ser alcanzado por unalosa arrojada desde un te-jado y que le rompió el cue-llo a uno de sus guardaes-paldas) explicaba por el“clima de odio” que ema-naba de la Casa Blanca.Nuestra propia calle en Ne-wark se encontraba a mu-

chos cientos de kilómetros del bulevar Dexter deDetroit, ninguno de nosotros había estado nun-ca en esa ciudad y, antes de septiembre de 1942,todo lo que los chicos de la manzana sabíamos deDetroit era que en su equipo de béisbol profe-sional sólo había un jugador judío, la estrella delos Tigers, el primer base Hank Greenberg. �

LL II NN DD BB EE RR GG HH YY EE LL SS PP II RR II TT OO FF SS TT .. LL OO UU II SS ,, CC OO NN EE LL QQ UU EE CC RR UU ZZ ÓÓ PP OO RR PP RR II MM EE RR AA VV EE ZZ EE LLAA TT LL ÁÁ NN TT II CC OO DD EE NN UU EE VV AA YY OO RR KK AA PP AA RR ÍÍ SS

Una semana después del

ataque de septiembre

contra los judíos de De-

troit se produjeron nuevos

actos de violencia contra

casas y sinagogas judías

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L E T R A S

EE LL LL II BB RR OO DD EE LL AA SS EE MM AA NN AA

ES la angustia ambivalente del que-rer “vivir juntos y separados” lo queconstituye para el prestigioso soció-logo polaco uno de los elementosmás destacados de la condición hu-mana actual, que aquí examina conlujo de detalles, del sexo sin com-promiso a las parejas semiadosadas.Pero Bauman hace algo más que li-mitarse a constatar esta situación oa divagar acerca de las peculiarida-des del amor y la sexualidad ennuestros días, por más que su librotenga un confesado carácter frag-mentario. Sus consideraciones sobreesta nueva fragilidad de los vínculosamorosos pretenden ser, ante todo,una llamada de atención acerca delpreocupante desmoronamiento dela solidaridad en una sociedad cadavez más individualizada, donde elamor al prójimo se ve sustituido porel miedo al extraño.

Con el análisis de dichas para-dojas del amor en tiempos de fuertedisolución de los vínculos sociales,Bauman vuelve así a ejemplificar di-versos pormenores de su conocidodiagnóstico sobre la ambigüedad in-herente a esta etapa de la moderni-

dad que él suele calificarcomo “líquida”. La novedadde su libro, publicado origi-nalmente en inglés en 2003,lo es, por tanto, más por ex-tensión del campo de aplica-ción de sus tesis que por in-tensión, puesto que Bauman yahabía definido suficientementeesta especificidad de nuestro tiem-po en obras anteriores como Moder-nidad líquida (2000). Allí, en efecto,se había referido ya al contraste en-tre la primera modernidad o moder-nidad en su fase “sólida” –dondela labor ilustrada de desintegraciónde las autoridades y lealtades tradi-cionales se efectuó básicamente a finde dejar sitio a principios más sólidosy duraderos– y la nueva fase des-plegada a lo largo del siglo XX, don-de la emancipación de la economíade sus antiguas ataduras propició laextensión de una racionalidad ins-trumental, guiada por el puro cál-culo de beneficios, a todos los ám-bitos de la vida. Amparada en unapresunta defensa de la libertad in-dividual, la creciente desregulacióno “flexibilización” de mercados y

puestos de trabajo havenido desposeyendo desde en-tonces a los antiguos Estados-nación de su capacidad paraintervenir frente a los po-deres económicos globa-les, al tiempo que laquiebra del viejo nú-cleo de creenciascompartidas por latotalidad social haido forzando a losindividuosa buscarsolucionesprivadas alos proble-mas públi-cos, generando

¿Liquidez o liquidación del amor? ¿Hemos acabado con el amor a base de con-ferirle flexibilidad, falta de consistencia y duración a nuestros vínculosafectivos? En esta nueva entrega de sus atinadas observaciones sobrelos cambios de actitud y mentalidad que comporta la sociedad glo-balizada, Bauman escoge como protagonista principal a lasrelaciones humanas, profundizando en las paradojasdel eros contemporáneo, siempre avaro de seguri-dad en el trato con los demás, derrochador en la bús-queda de oportunidades más atractivas y, al mismotiempo, temeroso de establecer lazos fuertes.

Amor líquidoAcerca de la fragilidad de los vínculos humanosZZ YY GG MM UU NN TT BB AA UU MM AA NN .. T R A D. M AYA Y E N R I Q U E A G U I LU Z . F O N D O D E C U LT U R A E C O N Ó M I C A . M A D R I D, 2 0 0 5 . 2 0 6 P Á G I N A S , 1 1 E U R O S

GUSI BEJER

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ese nuevo territorio de lo que Bau-man llama “políticas de la vida”,donde florecen alianzas tenues e in-tercambios fugaces.

Disueltos los nexos entre elec-ciones personales y acciones colec-tivas, el espacio de la modernidad sefluidifica y vuelve inestable. La li-quidez de la modernidad es resul-tado, así pues, de su privatización yes por este motivo por lo que Bau-man analiza la especial fragilidad

que revisten hoy día los vínculoshumanos como un caso destaca-

do de la lógica del consumoque rige esta sociedad.

Ello, unido a la ya men-cionada fragmentariedad

del discurso, puededesorientar un tanto allector no familiarizadocon la obra de Bauman,quien en el primer ca-pítulo inscribe sus re-flexiones en una larga y

venerable tradición, que,

de Platón a Freud, ha indagado en lanaturaleza última del amor. Muchasde las apreciaciones de ese primercapítulo parecen oponer a las “rela-ciones de bolsillo” de nuestro tiem-po (relaciones que uno se guarda sincultivarlas a diario, sólo para sacar-las cuando hace falta), con inequí-voco tono de reproche, un modelode amor “eterno” algo trasnocha-do. Conviene no olvidar, sin em-bargo, que el objetivo final de Bau-man es dilucidar cómo la urgenciaconsumista, al permear todas las es-feras de nuestra existencia, distor-siona igualmente el terreno de losafectos, forzándonos a pensar las re-laciones en términos de costes y be-neficios. Quiere inspirar una éticaresponsable y solidaria, sin que elsuyo sea el discurso de un moralis-ta escandalizado por la promiscuidadactual. Precisamente el hecho de ha-ber intentado afinar la esquemáticadistinción entre modernidad y pos-tmodernidad nos advierte de que

Bauman es consciente de que la cri-sis y fluidificación de las relacionesafectivas es un fenómeno experi-mentado desde la primera moder-nidad.

Tal fue ya, por remontarnos a unejemplo destacado, el tema de lagran novela de Goethe, Las afini-dades electivas, que exploró cómo laextraña química del deseo impul-saba a algunas parejas a disolver susotrora firmes lazos amorosos y a en-tablar nuevas relaciones. El trágicodesenlace de los personajes arreba-tados por la pasión era una adver-tencia del gran poeta del clasicis-mo alemán para que el individuose contuviera en los límites de unapersonalidad armoniosa, con unaidentidad centrada en sus compro-misos sociales y profesionales, talcomo luego teorizara Max Weber enLa ética protestante y el espíritu del ca-pitalismo. Hoy, en cambio, la éticadel trabajo y la fidelidad a la profe-sión han sido reemplazadas por unaestética del consumo y su diversidadde ofertas (comerciales, laborales,sentimentales).

Esto es verdaderamente lo quepreocupa a Bauman: lo que se es-conde tras tanta fluidez e incons-tancia. No el que nuestros deseosfluctúen o el que vivamos varias his-torias de amor, sino más bien el quetodas esas vidas e historias posean elcarácter de simulacros, de “vidasdesperdiciadas” también, al fin y alcabo como las de otros parias de lamodernidad, porque en ningún casoestamos dispuestos a asumir uncompromiso duradero. Aquí radicael punto doliente de los amores lí-quidos del presente, en el hechode que el arte de romper las rela-ciones y salir ileso de ellas supere

ampliamente al arte de componer lasrelaciones, según se aprecia en laspáginas de tantas revistas del cora-zón o en las recetas de tantos gabi-netes de autoayuda, que nos adies-tran sobre el nuevo espíritu de losvínculos afectivos. Simplemente setrata de aprender a preservarnos,como consumidores de otros que noquieren gastarse a sí mismos. Elauge de esos consultorios para la vidafeliz –tema sobre el que tambiénacaba de publicar un libro excelen-te Francisco Vázquez García (Tras laautoestima. Variaciones sobre el yo ex-presivo en la modernidad tardía), lafascinación por los contactos a dis-tancia que permiten las nuevas tec-nologías o la obsesión por la fama in-mediata de los más celebradosconcursos televisivos (que destilanun único mensaje: competir e im-ponerse al resto es la clave del éxito)son algunos ejemplos destacados deesta nueva sensibilidad. Medianteellos, Bauman explica la importan-cia decisiva que hoy adopta el temade las “relaciones”, así como la ex-trema ambivalencia y ansiedad conque nos enfrentamos a ellas.

Con su habitual talento, buenapluma y agudeza crítica, Bauman haescrito un nuevo capítulo de esa his-toria oculta de nuestra modernidadtardía, que Erich Fromm describióen términos de “miedo a la liber-tad”. Deudor del análisis de la so-ciedad disciplinaria de los frankfur-tianos y Foucault, ha acertado adesenmascarar la rigidez que siguelatiendo en esta sociedad aparente-mente tan flexible y le ha puestonuevo, rotundo título: miedo alamor.

MANUEL BARRIOS CASARES

L E T R A S

Vidas desperdiciadasEl análisis de los miedos e incertidumbres que atenazan al hombre

contemporáneo emprendido en Amor líquido tiene su continuación enla temática de Vidas desperdiciadas, obra recientemente traducidatambién al castellano. Para Bauman, la paradoja suprema de la cultu-ra de los residuos en que vivimos se resume en la circunstancia deque esos productos de consumo que desechamos a diario simbolizanasimismo nuestra propia obsolescencia y desechabilidad. La angus-tia de sentirnos superfluos, inútiles y rechazados debería incitarnos auna búsqueda más humilde y solidaria del abrazo humano, sugiere esteprofesor emérito de las Universidades de Leeds y Varsovia. Sin em-

bargo, el homo oeconomicus y consumens de nuestro tiempo,que todo lo valora en términos de rendimiento y beneficio,

ha distorsionado por completo ese precepto fundante detoda civilización que exige amar al prójimo. Temeroso élmismo de ser consumido y luego arrojado a la basura, se pa-rapeta tras los muros de la privacidad y procura que nada, ni

siquiera el amor, le altere y le haga sentir extraño, entablan-do con los demás una versión más de ese juego de la convivencia

humana que a diario nos enseñan los diferentes programas estrellasde la tele-realidad, donde la supervivencia es la meta y ganar dicho

juego pasa por saberse servirse de los otros para explotarlos en bene-ficio propio, evitando el destino final de los desechados.

Es la angustia ambivalente del querer “vivir juntos y sepa-

rados” lo que constituye para el prestigioso sociólogo polaco

Zygmunt Bauman uno de los elementos más destacados de

la condición humana actual, que aquí examina con lujo de

detalles, del sexo sin compromiso a las parejas semiadosadas

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LIBROS MÁS VENDIDOSFICCIÓN AUTOR EDITORIAL PUESTO ANT. SEMANAS

1 La conspiración . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Dan Brown . . . . . . . . . . . . . . . . . .Umbriel . . . . . . . . . . . . .1 . . . . . . . . . . . .112 La Biblia de barro . . . . . . . . . . . . . . . . . .Julia Navarro . . . . . . . . . . . . .Plaza & Janés . . . . . . . . .4 . . . . . . . . . . . .183 La sombra del viento . . . . . . . . . . . . . . .Carlos Ruiz Zafón . . . . . . . . . .Planeta . . . . . . . . . . . . . .7 . . . . . . . . . . .1454 Ángeles y demonios . . . . . . . . . . . . . . . .Dan Brown . . . . . . . . . . . . . . .Umbriel . . . . . . . . . . . . .2 . . . . . . . . . . . .435 La pirámide . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Henning Mankell . . . . . . . . . . . .Tusquets . . . . . . . . . . . . .9 . . . . . . . . . . . .136 La velocidad de la luz . . . . . . . . . . . . . . .Javier Cercas . . . . . . . . . . . . . . . . .Tusquets . . . . . . . . . . . . .3 . . . . . . . . . . . .197 Las canicas, “las cuquis” y el novio... . . .Alfonso Ussía . . . . . . . . . . . . .Ediciones B . . . . . . . . . .5 . . . . . . . . . . . . .78 Tokio Blues . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Haruki Murakami . . . . . . . . . .Tusquets . . . . . . . . . . . . .- . . . . . . . . . . . . . .39 En el blanco . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Ken Follett . . . . . . . . . . . . . . .Mondadori . . . . . . . . . . .6 . . . . . . . . . . . . 23

10 La mujer justa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Sándor Márai . . . . . . . . . . . . . . . .Salamandra . . . . . . . . . . .8 . . . . . . . . . . . .16

NO FICCIÓN1 La fuerza del optimismo . . . . . . . . . . . .Luis Rojas Marcos . . . . . . . . . .Aguilar . . . . . . . . . . . . . . .1 . . . . . . . . . . . .132 La pasión india . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Javier Moro . . . . . . . . . . . . . . . . .Seix Barral . . . . . . . . . . . . .9 . . . . . . . . . . . . . .223 Adolfo Suárez: Una tragedia griega . . . . .José García Abad . . . . . . . . . . . .La Esfera de los Libros . . .6 . . . . . . . . . . . . . .124 Las damas de Oriente . . . . . . . . . . . . . .Cristina Morató . . . . . . . . . . . .Plaza & Janés . . . . . . . . .- . . . . . . . . . . . . .155 Enigma: De las Pirámides de Egipto... . . .Juan Antonio Cebrián . . . . . . .Temas de hoy . . . . . . . .10 . . . . . . . . . . . . .26 La inteligencia fracasada . . . . . . . . . . . .José Antonio Marina . . . . . . . .Anagrama . . . . . . . . . . . .2 . . . . . . . . . . . .307 Los masones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .César Vidal . . . . . . . . . . . . . . . .Planeta . . . . . . . . . . . . . . .5 . . . . . . . . . . . .268 El colapso de la República . . . . . . . . . . . . .Stanley G. Payne . . . . . . . . . . . .La Esfera de los Libros . . .4 . . . . . . . . . . . . . . .69 Paracuellos-Katyn . . . . . . . . . . . . . . . . .César Vidal . . . . . . . . . . . . . . .LibrosLibres . . . . . . . . . .7 . . . . . . . . . . . .21

10 El aprendiz de sabio . . . . . . . . . . . . . . . .Bernabé Tierno . . . . . . . . . . . .Grijalbo . . . . . . . . . . . . . .- . . . . . . . . . . . . . .1

BOLSILLO1 El ingenioso hidalgo don Quijote... . . . .Miguel de Cervantes . . . . . . . . .Espasa . . . . . . . . . . . . . . .2 . . . . . . . . . . . .192 La hermandad de la Sábana Santa . . . . .Julia Navarro . . . . . . . . . . . . . .DeBolsillo . . . . . . . . . . . .1 . . . . . . . . . . . .193 El año que trafiqué con mujeres . . . . . . .Antonio de Salas . . . . . . . . . . .Booket . . . . . . . . . . . . . . .3 . . . . . . . . . . . .124 El enigma del cuatro . . . . . . . . . . . . . . .I. Caldwell/ T. Dustin . . . . . .Puzzle . . . . . . . . . . . . . . .5 . . . . . . . . . . . . .55 El enigma Vivaldi . . . . . . . . . . . . . . . . .Peter Harris . . . . . . . . . . . . . .DeBolsillo . . . . . . . . . . . .4 . . . . . . . . . . . .286 Ubik . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Philip K. Dick . . . . . . . . . . . . .Puzzle . . . . . . . . . . . . . . .- . . . . . . . . . . . . . .17 El alquimista impaciente . . . . . . . . . . . .Lorenzo Silva . . . . . . . . . . . . .Booket . . . . . . . . . . . . . . .7 . . . . . . . . . . . . .48 Robinson Crusoe . . . . . . . . . . . . . . . . . .Daniel Defoe . . . . . . . . . . . . .Debolsillo . . . . . . . . . . . .- . . . . . . . . . . . . . .19 El librero de Kabul . . . . . . . . . . . . . . . . .Asne Seierstad . . . . . . . . . . . .Maeva . . . . . . . . . . . . . . .6 . . . . . . . . . . . . .9

10 Inquieta compañía . . . . . . . . . . . . . . . . .Carlos Fuentes . . . . . . . . . . . .Punto de Lectura . . . . . .9 . . . . . . . . . . . . 14

POESÍA 1 Campo abierto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Seamus Heaney . . . . . . . . . . .Visor . . . . . . . . . . . . . . . .1 . . . . . . . . . . . . .52 Poemas escogidos . . . . . . . . . . . . . . . . . .Adam Zagajewski . . . . . . . . . .Pre-Textos . . . . . . . . . . .5 . . . . . . . . . . . . .43 Limpiar pescado . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Luis Muñoz . . . . . . . . . . . . . .Visor . . . . . . . . . . . . . . . .2 . . . . . . . . . . . .164 La piedra alada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .José Watanabe . . . . . . . . . . . . .Pre-Textos . . . . . . . . . . .4 . . . . . . . . . . . .225 Cuaderno de verdor . . . . . . . . . . . . . . . .Philippe Jacottet . . . . . . . . . . .Bartleby . . . . . . . . . . . . .6 . . . . . . . . . . . . .46 Actos sacramentales . . . . . . . . . . . . . . . .Kenneth Rexroth . . . . . . . . . .Gadir . . . . . . . . . . . . . . . .7 . . . . . . . . . . . . .77 La Odisea . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Derek Walcott . . . . . . . . . . . . .Visor . . . . . . . . . . . . . . . .- . . . . . . . . . . . . . .18 Hormigas sin sombra. El libro del haiku . . .Maurice Coyaud . . . . . . . . . . .Dvd . . . . . . . . . . . . . . . .3 . . . . . . . . . . . . .99 Es difícil ser feliz una tarde . . . . . . . . . .Gloria Fuertes . . . . . . . . . . . . .Torremozas . . . . . . . . . . .8 . . . . . . . . . . . . .3

10 Soy vuestra voz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Anna Ajmátova . . . . . . . . . . . .Hiperión . . . . . . . . . . . . .9 . . . . . . . . . . . .15Albacete: Herso Almería: Sintagma Ávila: Senen Badajoz: Universitas Barcelona: La Central, Casa del Libro Bilbao: Casa del Libro Burgos: MainelCáceres: Cerezo Cádiz: Manuel de Falla Castellón: Plácido Gómez Ciudad Real: Manantial Córdoba: Luque La Coruña: Arenas Cuenca: Juan EvangelioGerona: Geli Granada: Continental Guadalajara: Cobos Huelva: Saltés Huesca: Casa de las Novelas Jaén: Metrópolis, Gutiérrez León: Pastor Logroño:Santos Ochoa Lugo: Souto Madrid: Antonio Machado, Casa del Libro, El Corte Inglés, FNAC, Manzano, Vips Málaga: Rayuela Melilla: Mateo Murcia: Diego Marín Oviedo: Ojanguren Palencia: Alfar Palma de Mallorca: Signo Las Palmas: Canaima Pamplona: Gómez, Universitaria Salamanca:Cervantes, Plaza Universitaria Santa Cruz de Tenerife: La Isla Santander: Estudio San Sebastián: Lagun Segovia: Vallés Sevilla:Casa del Libro Soria: Las Heras Teruel: Senda Valencia: Soriano, París-Valencia Valladolid: Oletvm Vitoria: Study Zamora: Pya Zaragoza: Central.

ARGENTINA1 El ZahirPaulo Coelho (Planeta)2 El código Da VinciDan Brown (Umbriel)3 La conspiraciónDan Brown (Umbriel)4 Bar del infiernoAlejandro Dolina (Planeta)5 Entre la nada y la eternidadRoberto Pettinato (Ediciones B)

ESTADOS UNIDOS1 Da Vinci CodeDan Brown (Doubleday)2 The HistorianElisabeth Kostova (Little, Brown)3 LifeguardJ. Patterson/ A. Gross (Little, Brown)

4 The Mermaid ChairSue Monk (Viking)5 The Fairtax BookN. Boortz/ J. Linder (Reagan/HarperCollins)

FRANCIA1 Harry Potter et le prince de Sang-MêléJ. K. Rowling (Gallimard)2 Vous RevoirMarc Levy (Robert Laffont)3 Anges et démonsDan Brown (Lattes)4 Le chevalier de Sainte-HermineAlexandre Dumas (Phebus)5 Le ZahirPaulo Coelho (Flammarion)

ITALIA1 La luna di cartaAndrea Camilleri (Feltrinelli)2 Non buttiamoci giùNick Hornby (Guanda)3 Il viaggiatore notturnoMaurizio Maggiani (Feltrinelli)4 Lo ZahirPaulo Coelho (Bompiani)5 Angeli e demoniDan Brown (Mondadori)

PORTUGAL1 Anjos e DemóniosDan Brown (Bertrand)2 Quem ama acreditaNicholas Sparks (Presença)3 O Zahir Paulo Coelho (Pergaminho)4 O Código Da Vinci Dan Brown (Bertrand)5 Pessoas como nósMargarida R. Pinto (Oficina do Livro)

Medios consultados:La Nación (Argentina), The NewYork Times (EE. UU.), Le Monde(Francia), La República (Italia),Público (Portugal).

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LA poesía del autor ha crecido en in-tensidad, en penetración de la reali-dad y en potencialidad de emoción,pero también ha mantenido lo esen-cial de unos presupuestos estéticosque, partiendo de la cercanía al lla-mado “realismo sucio” y al modelode Roger Wolfe, mostraban ya ple-namente su personalidady su tono propios desdeSerie B (1998), su segundolibro.

No parece el suyo uncamino poético en pos denovedades, sino el delahondamiento en una vi-sión de la realidad que Iri-barren ya tenía madura-da cuando se decidió apublicar poemas, muchotiempo después de estar-los escribiendo, una visiónde alcance crítico y social,pero eminentemente per-sonal y auténtica. Si su lenguaje, ellenguaje de la calle, el de la espon-taneidad común, se ha ido depu-rando en favor de la precisión delas estampas urbanas y de sus su-gerencias, inevitablemente se sigueenfrentando a los riesgos de su am-biente necesario –la ciudad, con susenseñanzas, o esas tan criticadas ba-rras de bar desde las que se escribenlos poemas– y a ese otro riesgo quese asume al escribir como se hablao al dejarse caer en la tentación delchascarrillo y de la anécdota trivial,más evidentes pero no más critica-bles que las trivialidades vestidas deintelectualismo de otras opcionesestéticas más pretenciosas.

Con esa sorna cómplice del hu-mor euskaldún, que sirve para re-frenar la emoción y que abunda ensus poemas mezclada con la ternuray con el improperio, el propio Iri-barren se retrata irónicamente en al-guna poética autocrítica, como “Porteléfono” –“hay ciertas asperezas,/

ciertos giros,/ciertos versos agudos,/cierta utilización/indiscriminada deltaco,/cierta disposición/versal, cier-tos/poemas demasiado breves,/cier-ta tendencia/al chiste fácil.../En fin,no quisiera/amargarte la mañana[...]”–, o en la continuada reflexiónurbana de corte manuelmachadianoy antipoético de sus poemas más au-ténticos.

Son éstos los que van trazando elplano de una cotidianidad pobladade soledades y desvalimiento desdela cual su personaje conquista al lec-tor gracias a una mirada crítica quedeja constancia del desengaño, delas contradicciones morales y delpaso siniestro de la edad pero tam-

bién de la irredimible aspiración auna plenitud fugaz cuya mejor ex-presión son los poemas de y sobre larelación amorosa analizada en susclaroscuros, el tema clave en me-dio de tanta noche derrotada, de tan-tos despertares desolados. El mismotítulo del conjunto, Seguro que estahistoria te suena, no deja lugar a du-das sobre su invitación a la compli-cidad ni sobre el carácter narrativo yconfesional de esta poesía que sabeiluminar una visión lírica por detrásde su sencillez aparente: “Teveía/hacer esas cosas sencillas/que

tú haces/para que elmundo/entre en ra-zón;//y no sabía/a quién/darle las gracias”.

Más cerca en lo sen-timental de Carver yChandler que de Bu-kowski o DashiellHammet, referentesobvios, Iribarren indagacon acierto en la com-plejidad de las emocio-nes de cualquier ser hu-mano de hoy, sabeplasmar a sus perdedo-res, a sus camareros, a

sus viejos, a tantos malamados, conironía y con emoción, evitando unaretórica del adjetivo y la metáforaque no cuadraría a su estilo, yendoal grano para que sean sus delga-dos versos los que nos alcancen des-de su inconveniente y provocativoregistro coloquial, aunque a veces sepermita elevar sus palabras y su rit-mo en tributo al amor, “unidos sólo/por este raro amor impronunciable”.Dejando claro que este mundo estámal hecho, Iribarren insiste en afir-mar sus seducciones, pese a todo:“Es la ciudad –pienso–,/ es la vida.Y me gusta”.

FRANCISCO DÍAZ DE CASTRO

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Seguro que esta historia te suenaKK AA RR MM EE LL OO CC .. II RR II BB AA RR RR EE NN .. R E N A C I M I E N T O . S E V I L L A , 2 0 0 5 . 3 1 7 P Á G I N A S , 2 0 E U R O S

L E T R A S

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La reunión de la obra de Karmelo C. Iribarren (1959)en un solo volumen evidencia la unidad y la coheren-cia de su mundo poético, desde el cuaderno inicial Ba-res y noches (1993) y La condición urbana (1995) hasta ellibro inédito aquí incluido, La frontera y otros poemas.

� “La amputada pierna de Rim-baud/ocupa la mitad de mi cere-bro”, dicen dos versos de Huéspedde tu voz (Visor), nuevo libro depoemas del también pintor JuanMassana. En él todo cabe: esa pier-na amputada, su ciudad, Barcelo-na, “desde el tobogán de los bu-levares/hasta el pescante del mar”.No falta algún pastiche, pero eltono general es fresco y sugeridorde mil y un matices.

� Has desaparecido con el sol (Edi-ción Personal) es el título que Ha-rutyun Harutyunyan, poeta arme-nio afincado en Sevilla y escritor encastellano, ha elegido para su úl-tima colección de versos. Neorro-manticismo con abundancia deimágenes es lo que encontramosen estos versos sinceros, corazónen mano.

� Daniel Casado (Cáceres, 1975)escribió El proyector de sombras(Editora Regional de Extrema-dura) antes que sus otros libros pu-blicados, pero es ahora cuando vela luz. Un libro de poemas en pro-sa (la próxima moda) que gustade la alegoría que une recuerdo ylección, “aunque mi infancia seagolpe de nuevo a la puerta”. Unacierto, en cualquier caso, haber-lo rescatado.

�Aguatinta (Difácil) es el título dela última entrega de Fernando Me-néndez (1953), seguramente elpoeta español que más dedicaciónle ha prestado a un género, el hai-ku, que ya es tan nuestro como ja-ponés. “Sales del bosque/para verlas estrellas/de tus insomnios”,dice uno de los incluidos en este li-bro; “El viento pasa/hasta los díascambian/de mariposas”, otro. Luz,delicadeza. M.L–V.

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C. CABALLERO

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LA afición a las narraciones de in-triga llevó más tarde a González Le-desma, cuando “Silver Kane” era yaun recuerdo lejano, a crear el per-sonaje del solitario policía Méndez,con muchos años de servicio a las es-paldas, muchos desengaños y muchanostalgia, que ha protagonizado al-gunas de las novelas anteriores delautor y vuelve a hacerlo ahora, ya alborde de la jubilación y cada vez másafectado por las diferencias entre lajusticia y la ley en una sociedad queevoluciona vertiginosamente. Cincomujeres y media es, naturalmente, unanovela de intriga, poblada de asesi-nos, mamporreros y hampones, perotambién de constructores enrique-

cidos, de gentes envueltas en turbiosnegocios, de abogados corruptos, dechantajistas de altos vuelos. Hay crí-menes y misterios, pero sólo comoun componente más de lo que esmás valioso en la obra: el retrato des-carnado de una sociedad que ha su-frido una atroz perversión de los an-

tiguos valores, como sintetiza PedroAnselmo: “La idea de la dignidaddel trabajo ha sido sustituida por laidea de la dignidad del subsidio. Ladignidad del centro obrero ha sido

sustituida por la dignidad del club dejubilados. La dignidad de la iz-quierda, por la dignidad de la eco-logía. La agitación universitaria porla agitación de la antiglobalización,que viene a ser como una fiesta deaniversario. Los obreros ya no pidenla revolución, sino el confort, y ya noquieren que el capitalista se vaya,sino que el capitalista les regale unabutaca” (pág. 330).

Todo esto, además, se encierra enun relato que no renuncia a ningunaforma narrativa: tercera persona enpresente, monólogo interior, relatotradicional en pasado, fragmentos ensegunda persona... Los movimien-tos, las sensaciones, los rasgos des-criptivos se reducen con frecuenciaa puros y escuetos enunciados no-minales, a la manera del mejor Si-menon: “La escalera tortuosa. Elolor a detergente en los descansillos.Los peldaños en que había apare-cido el muerto” (pág. 282). Pero,

sobre todo, el punto de vista domi-nante es el de Méndez, y su mira-da tiñe el mundo circundante de unanostalgia casi elegíaca: las viejas ta-bernas, los rincones que aún sobre-viven de la antigua ciudad, las cos-tumbres y personas desaparecidas.Méndez es el superviviente de unasociedad añorada de la que sólo que-dan vestigios. No es extraño, por tan-to, que esta visión se traslade al libroy que casi todos los personajes arras-tren el recuerdo de un pasado en elque la vida parecía ser mejor, másgrata y hermosa. Muchos de ellosson seres vencidos, que se han ren-dido a la desdicha –como la suicidaElena Bustos–, o que procuran con-servar un rescoldo de dignidad ensus vidas, como Anna Parra o EvaFerrer. El novelista traza con habi-lidad sus perfiles, pero le interesa so-bre todo el fondo de recuerdos o cir-cunstancias adversas en que semueven, en medio de esa Barcelonaya desfigurada por el progreso cuyaevocación, declarada o implícita, im-pregna la novela de melancolía.

La antigua dedicación a las no-velas de sesenta páginas enseña, sinduda, a manejar un ritmo narrativocomo el de Cinco mujeres y media, quepermite al lector seguir sin dificulta-des las historias alternantes de losdistintos personajes y percatarse delas relaciones ocultas existentes en-tre ellos. Hay diálogos eficaces y ro-tundos, como los del comisario conlos abogados, y algún desliz cons-tructivo: en la conversación entreMadero y Eva Ferrer (págs. 263 ss.)se dan como informaciones nuevasalgunas que ya habían surgido en uncoloquio anterior (págs. 215 ss.),como si se hubiera producido undesajuste entre dos versiones de laescena.

RICARDO SENABRE

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Cinco mujeres y mediaFF RR AA NN CC II SS CC OO GG OO NN ZZ ÁÁ LL EE ZZ LL EE DD EE SS MM AA .. P L A N E T A . B A R C E L O N A , 2 0 0 5 . 3 9 0 P Á G I N A S , 2 0 ’ 5 0 E U R O S

L E T R A S

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Cuando, en 1984, Francis-co González Ledesma ob-tuvo el premio Planeta porsu novela Crónica sentimentalen rojo, era ya un escritoravezado. Había publicadodurante años nu-merosas novelasde quiosco con elseudónimo “Sil-ver Kane” –entreotros–, y en la po-pular colección“Servicio secre-to” de Bruguerafiguran novelas suyas comoLos muertos vuelven de noche,Devuélvanme mi ataúdo Nue-ve muertos y medio, que pa-rece preludiar, a medio si-glo de distancia, el título deesta última obra del autor.

SANTI COGOLLUDO

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Estaciones de pasoAA LL MM UU DD EE NN AA GG RR AA NN DD EE SS .. T U S Q U E T S . B A R C E L O N A , 2 0 0 5 . 2 8 7 P Á G I N A S

FRENTE a la tendencia reciente quedesdeña la anécdota en su sentidotradicional, Grandes viene presen-tando peripecias marcadaspor la indagación psicológi-ca en los conflictos moralesde sus personajes. En estalínea, verdadera apuesta afavor del valor comunica-tivo de la literatura, se rea-firma en Estaciones de paso,que es un conjunto unitariode novelas de corta exten-sión inspiradas en una ideaque subyace a todas ellas.Esa idea se plasma a la ma-nera de una alegoría en eltítulo: la juventud o la ado-lescencia son el escenariode experiencias circunstanciales, es-tación de paso en el trayecto generalde una existencia, que, sin embargo,marcan el rumbo entero de algunasvidas.

Las cinco breves novelas recreanotras tantas ocasiones decisivas. Enla primera, un quinceañero sueltala rabia por la muerte de un herma-no en un trastornado soliloquio alhilo de la derrota de su equipo defútbol. A este escueto relato del sin-sentido existencial sigue otro másextenso en el que una chica refieresu desconcierto, a medio camino dela frustración laboral y de una sal-vadora reafirmación de la memoria.Viene luego la historia de un chicoque evoca el nacimiento y el ejer-cicio de su compromiso antifran-quista en contraste con la deriva de-gradada del primo suyo que le abriólos ojos a la política. El cuarto rela-

to indaga en la intimidad dolorida deuna joven enfrentada a la familia yafligida por el estado de invalidez

irreversible del padre. Cierra el librouna historia de amor, la de un pati-to feo y tímido, un chico dotado parala música que se encariña con unaprostituta.

Todas estas historias se sustentanen un mismo principio: son relatosformativos que muestran el descu-brimiento del mundo y, en conse-cuencia, el acceso a la madurez.También comparten idéntica pers-pectiva: en cada caso es el o la pro-tagonista quien refiere en su propiavoz los episodios de ese significativopasado y lo hace con una clara vo-luntad narrativa, es decir, con la con-ciencia de contar los hechos desdeuna óptica posterior que los ilumi-na y les da un sentido. Este punto devista novelesco constituye un acier-to. Por un lado, la confesionalidadproporciona el timbre de algo au-téntico al doloroso descubrimiento

de la realidad. No se trata de expe-riencias referidas sino vividas, quebrotan con la especial densidad de losentido y alcanzan gran fuerza me-diante un ejercicio lúcido, laceran-te unas veces, analítico otras, del re-cuerdo. Además, se convierten enmateria de la conciencia madura gra-cias al explícito enjuiciamiento re-trospectivo. Sale, así, un muestrario

suficientemente amplio y variado deejemplos que ilustran el fenómenogenérico indicado, el peso de la ado-lescencia en la persona adulta.

El muestrario de AlmudenaGrandes tiene el mérito primero deresultar interesante por la presen-tación de unas historias en sí mismascuriosas y originales, complejas perosin rebuscamientos y que logran unailusión de verdad. Ha tendido la au-tora en otras obras suyas a la proliji-dad anecdótica, pero aquí ciñe lossucesos a lo necesario y cuenta lo jus-to; nada más fuerza quizás un pocola situación en el monólogo inicial.Sólo por lo bien contado que estálo que les ocurre a esos jóvenes me-rece la pena leer el libro.

Los episodios tienen una sólidabase en la recreación de un buen nú-mero de personajes, variados por susdiversas circunstancias, culturales y

sociales, y por sus diferencias psi-cológicas. Hace Grandes un fructí-fero ejercicio de indagación en los re-covecos de la intimidad, y lodesarrolla con recursos versátiles,se acerca a la violencia, el dolor y elegoísmo, explora la soledad y la frus-tración, y da también paso a la ter-nura. Por lo común, tiende la escri-tora madrileña a una escritura moral

que en ocasiones se le haido hacia una moralizaciónejemplarizante. En estosrelatos, en cambio, evita laslecciones y deja que esasvidas digan por sí mismascómo es para ellas el mun-do. Pero en todos los casosaparecen los personajes fil-trados por la lente del es-critor que derrama com-prensión. Grandes tiende amostrar proximidad éticacon el sufrimiento y sim-patía con la voluntad de su-perar los retos. Así que no

son historias surgidas de la mente deun escritor impasible e indiferente,sino propuestas algo cálidas que en-trañan una visión afirmativa de laexistencia, sin desconocer, por ello,la adversidad y el dolor.

En conjunto, la obra produce unaimpresión de sencillez, pero es en-gañosa. Hay un atento cuidado de laestructura de cada historia y una no-table exigencia al afrontar el juego devoces que requieren. En el ordenverbal, Grandes se esmera en buscarlas diferenciaciones lingüísticas con-venientes para que sus emotivos ca-sos resulten convincentes y verda-deros. No tiene en aparienciaEstaciones de paso el peso ni la am-bición de otros libros voluminosos desu autora, y, sin embargo, me pare-ce uno de los mejores suyos.

SANTOS SANZ VILLANUEVA

Desde su aparición hace tres lustros, Almudena Grandes hamostrado una innata capacidad para contar historias, y laha cultivado sin tapujos, cada vez, incluso, con más énfa-sis, a despecho de la concepción modernista de la novela quetiene en poco el arte de construir argumentos sólidos.

L E T R A S

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JOSÉ AYMA

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BudapestCC HH II CC OO BB UU AA RR QQ UU EE .. T R A D . M A R I O M E R L I N O . S A L A M A N D R A , 2 0 0 5 . 1 5 9 P Á G S , 1 0 ’ 7 6 E .

PERO la obra que se consideramás lograda de su producciónes Budapest, publicada en Brasilen 2003. Pese a su relativa bre-vedad, se propone problemas tra-dicionales en la novela contem-poránea: la doble existencia quese corresponde con la de la len-gua, es decir, el significado dela identidad. Asimismo, aborda laautoría literaria y la trascenden-cia personal de la literatura mis-ma, aunque todo ello se trata des-de el humor. Y es de sobraconocida la dificultad de cons-truir mundos literarios eficacesdesde lo que Cortázar en Rayue-la definía como un “roman co-mique”. Chico Buarque consi-gue hacernos partícipes de dosespacios literarios bien distintos:Río de Janeiro y Budapest, ciu-dad ésta que dará título a la no-vela. De hecho es a través de lalengua húngara, de su musicali-dad y su atracción, como el pro-tagonista se adentrará en lo quehabrá de cambiar su vida.

El brasileño José Costa formaparte de una extraña asociaciónde escritores anónimos, capacesde elaborar desde discursos polí-

ticos, autobiografías de encargohasta novelas, que celebran suscongresos en diversas ciudades.La acción se inicia cuando elavión realiza una escala forzosaen Budapest y en la televisióndel hotel del aeropuerto descu-bre el húngaro, “única lengua delmundo que, según las malas len-guas, el diablo respeta”. Costaestaba casado con Vanda, una pe-riodista de éxito de la que tieneun hijo, y ella desconocía los tra-bajos literarios de su marido,quien formaba sociedad con Ál-varo en la agencia “Cuña & Cos-ta Agencia Cultural”, que ofrecíaservicios literarios de todo orden.Los inicios del relato se centranen las características de su tra-bajo, en las dificultades de com-partir la vida profesional de Van-da y en el orgullo del prota-gonista por escribir una literatu-ra anónima. El desencadenanteserán las memorias noveladasque ha de escribir para un eje-cutivo alemán, con quien seidentifica, sirviéndose de 20 cas-setes que más tarde abandona-rá para seguir su propia inventi-va. Porque lo que convierte el

alemán en un personaje de in-terés es la adopción de la nuevalengua (el portugués) en la quese escribe, bajo su nombre, el li-bro. Entre los celos, el libro queha finalizado, pero que pretendeque no se publique y el deterio-ro de sus relaciones familiares,decide trasladarse a Budapest yaprender el húngaro. Su profe-sora y después amante, Kriska,resulta una mujer tan exigenteen el aprendizaje del idioma quesu discípulo acabará, de humilla-ción en humillación, en el des-ánimo. También ella estaba ca-sada, tenía un hijo y a través de élse comunicaba con su marido. Seacentúan así, con aire de fábula,los paralelismos familiares, aun-que el protagonista altere inclu-so su nombre, y se haya conver-tido en Zsoze Kósta. Durante eltormentoso aprendizaje este per-sonaje, ya de doble vida, regre-sa a Río, donde descubrirá que lanovela del alemán se ha publica-do con notable éxito, que su mu-jer lee su best-seller. Regresa a Bu-dapest, luego a Río, para acabaren la capital húngara.

Los constantes paralelismos,las aventuras del protagonistaque es capaz de vivir en dosmundos, en dos lenguas y condos mujeres producen una se-rie de contrastes que se resuel-ven con humor. Es, también,una novela construida con deli-berados simbolismos, sobre lasfronteras culturales y la fragili-dad del individuo. Con algo deChejov, Kafka y Borges, ChicoBuarque ha elaborado una me-táfora de la vida intelectual y dellenguaje sin ninguna pretensiónrealista.

JOAQUÍN MARCO

Cantante y compositor brasileño de prestigio inter-nacional, no es la primera vez que Chico Buarque (Ríode Janeiro, 1944) se adentra en el género narrativo,como hiciera en Estorbo (1991) y Benjamín (1995).

L E T R A S

NN OO VV EE LL AA

Final del veranoPPHHIILLIIPPPPEE BBEESSSSOONN.. TRAD. MANUEL

TALENS. ALIANZA, 2005. 154 PÁGS, 1 1 ’ 5 0 E .

AMÉRICA. Cerca de Boston. Un bar. Cuatropersonajes. ¿Hemos contado la historia? Ed-ward Hopper lo hubiera hecho en uno de loscuadros que inspira al francés Philippe Bes-son su tercera novela, Final del verano. Elautor traza palabras y silencios en la boca decuatro personajes tan comunes y tan huma-nos que el lector aprenderá a conocer y apre-ciar, a medida que descubre su resentidopasado común, a todos ellos. A la espera deuna tormenta que nunca llega, Louise aguar-da en el bar Phillies, en Cap Code, a su aman-te Norman. Lleva el traje rojo de seducir.Ben, el barman, ya conoce sus costumbres,sus bebidas, sus vestimentas, su vida. Co-noce a Louise desde hace años y ha leídotodas sus obras de teatro. Louise lo sabe yse enorgullece. Es una escritora de éxito laque aguarda, en ese ambiente bochornoso,estancado en el tiempo, enmudecido de so-ledad. Hasta que la puerta del bar se abre eirrumpe su pasado. Stephen Townsend de-sea reconocer el error que cometió al dejar-la, hace cinco años.

La búsqueda con precaución de las pa-labras ciertas hacen hablar a la pareja conla mirada. Pero Louise no se fía. ¿Quiénle prueba que una vez más no le están ten-diendo una trampa? Leemos los recuerdos,sentimos la avalancha de sentimientos. Mi-radas a los ojos para descubrir el rencor, lagratitud, el amor. Pero ni una palabra demás. Y entre todo, frases sueltas de una tre-menda franqueza, recibidas como balasde cañón. Y comprendemos que esa tran-quilidad no es natural y que los persona-jes esconden una tormenta de fiebre con-tenida. Besson demuestra su talento denarrador al reproducir con claridad y be-lleza el sentimiento de abandono que vivensus personajes, extraviados en una vida abu-rrida. Absorbidos por sus pensamientos, ala espera en una vida en la que “ya nadie losespera”, los personajes de Final del veranoatraviesan ese momento insospechado enel que sus vidas retomarán su verdaderocurso.

JACINTA CREMADES

MICHEL EULER

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Consejos a un escritorAANNTTÓÓNN CCHHÉÉJJOOVV.. T RA D. J E S Ú S GA R C Í A GA B A LD Ó N Y E N R I Q U E P I Q U E R O S C UA D R O S. F U E N T ETA JA . M A D R I D, 2 0 0 5 . 17 6 P Á G S , 1 9 E .

POR fortuna, un buen amigo suyo,Gorki, añadió contenido a la descrip-ción del currículo diciendo que“Chéjov camina por la tierra como unmédico por el hospital; hay muchospacientes, pero no hay medicinas,y, además, el médico no está segurode que las medicinas sirvan para na-da”. La biografía del renombrado es-critor ruso rebosa de episodios difíci-les. La familia procedía de Taganrog,un puerto en el mar de Azov, don-de su abuelo fue esclavo. Su padre te-nía una tienda de ultramarinos cuan-do nació Antón. Tras la ruina paternahuyen a Moscú y comienza los es-tudios de medicina. Para que la fa-milia pudiera comer caliente todoslos días, se dedica a escribir cente-nares de cuentos y esbozos en re-vistas humorísticas. Compaginó lamedicina y la literatura. Vivía cercade Moscú, y pronto se hizo famoso,ganando el premio Pushkin de lite-ratura, que otorgaba la Academiarusa, en 1888. La tuberculosis le hizomudarse a Crimea y a partir de 1900vivió en Yalta, siendo vecino y amigode Tolstoi y de Gorki. Otro episo-dio destacado de su vida fue el via-je a la isla de Sajalín, donde se en-viaba a los convictos. Su interés porlas condiciones de vida de los des-heredados y por su destino le per-mitió escribir sus mejores cuentos yun volumen que acaba de reeditarAlba, La isla de Sajalín. Lo visto allíy las experiencias propias le lleva-ron a aceptar que la naturaleza hu-mana es imperfecta, muy en la vetade los grandes escritores, cuyo ico-no es Shakespeare, de fuerte saborrealista. El éxito de sus relatos cor-

tos y de sus obrasteatrales le convir-tieron en una figurarespetada. Sus car-tas, de las que eneste volumen tenemos buena mues-tra, atestiguan sus buenas relacio-nes con intelectuales de su tiempoy de su agudeza crítica.

Su definición del cometido delescritor resulta meridiana. Debe ac-tuar, dice, como un químico, paraquien ningún producto de la tierra

resulta impuro, y añade, incluso “laspasiones ruines son tan inherentes ala vida como las buenas” (pág. 103).Para él la literatura debía buscar larealidad y representarla con la mayorverdad posible. No creía en la posi-bilidad de que una obra de conte-nido fuerte pudiese hacer daño allector, porque “al fin y al cabo nin-guna literatura logra sobrepasar el ci-nismo de la vida real, con una copano vas a emborrachar a quien ya sebebió un barril” (pág. 102).

Los cuentos de Chéjov han teni-do siempre éxito en España –re-cuerdo el tomo Narraciones, de Bi-blioteca Básica Salvat, que acomienzos de los 70 fue muy leído–,y sus dramas son representados conuna cierta regularidad, pienso en Eljardín de los cerezos o El tío Vania. Sin

embargo, aunque citas y partes de suabundante correspondencia eran yaconocidas, este tomo antología decartas literarias suyas nos presentaa un Chéjov desconocido, un pro-fundo conocedor de los resortes delrelato y del drama.

Entendemos por qué era unmaestro de lo breve, pues insiste endiversas cartas, dirigidas a su herma-no, a su editor, en que hay que cortary re-escribir. La literatura, repiteincansable, es un trabajo, el de re-visar y pulir. Añade que el yo no hacefalta para nada en esta empresa. Lomejor es describir lo que vemos, loestudiado en otros. La prisa y la fal-ta de observación son los enemigosnaturales del artista novel. Los per-sonajes, comenta, no llegan a la men-te del creador como las olas del marllegan a la orilla. Son siempre el “re-sultado de la observación y del estu-dio de la vida” (pág. 72). Quien creaque la tarea es sencilla se equivoca,es tan complicado como confeccio-nar un frac de un uniforme viejo desoldado. Y hablando de confección,le preocupan los finales. Se queja dela falta de originalidad de los propiosy de los ajenos. Lo fácil es que losprotagonistas se casen o se peguenun tiro. Chéjov fue un gran artista,consciente como pocos de su arte.Sus consejos merecen ser atendidos.

GERMÁN GULLÓN

“A grandes rasgos, éste es mi currículo: la medicina esmi legítima esposa; la literatura la ilegítima”. Antón Ché-jov (1860-1904) gustaba de expresarse así, con suma bre-vedad, e hizo de ello un arte.

L E T R A S

EE PP II SS TT OO LL AA RR II OO

El centenario de la muerte de

Chéjov nos ha regalado nume-rosas reediciones. Además de la desus Cuentos completos o sus Cartas,vale la pena destacar Unos buenoszapatos y un cuaderno de notas(Alba), en la que, a partir de lo na-rrado por el dramaturgo ruso sobresu visita a la isla de Sajalín, Piero

Brunello ofrece “un prontuario de consejos ba-sados en el modo en el que Chéjov llevó a cabo lainvestigación sobre la isla de los deportados”.

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PERO ese contexto cambiante apenastiene reflejo en la selección de críti-cas que el escritor dio a la imprentaen 1973 bajo el título Un oficio del si-glo XX. Al menos, explícitamente:una de las consecuencias palpablesde la colaboración periodística ex-tendida en el tiempo es que acabasiendo una bitácora de la evolucióndel alma de quien la ejerce y de lapercepción que éste pueda tener delmundo circundante. Así, en estostextos de cine aparentemente des-

conectados de la dura cotidianidadentrevemos el paso del cosmopoli-tismo ligero de los ambientes cultosde la Habana precastrista al inevita-ble empacho proselitista posterior.Por fortuna, “G. Caín”, el alter egode Cabrera Infante que firma estascrónicas, no llega a traspasar la invi-sible frontera que separa ambas ac-titudes ante la vida y el arte. De he-cho, pronto consumaría su rupturacon el régimen. Y resulta significa-tivo que esta compilación se hiciera

mientras meditaba ese paso decisivo.Un oficio del siglo XX es, ante todo,

el mapa tentativo de un vasto uni-verso sentimental. Para “Caín”, elcine es el gran arte del siglo XX, sumayor y casi exclusivo proveedorde mitos y el termómetro más fia-ble para detectar los cambios en lasensibilidad colectiva. Y, si bien el crí-tico siente un genuino interés por lasmanifestaciones de este arte en dis-tintos países, no desaprovecha nin-guna ocasión para afirmar que la ma-yor y mejor cinematografía delmundo es la norteamericana. Vistadesde un punto de vista no muy dis-tinto al que sostenían sus coetáneoscolaboradores de Cahiers du cinéma,aunque con matices propios: “Caín”,por ejemplo, tiene palabras de apre-ciación para guionistas, directores defotografía, actores, etc., y no practi-ca el cerrado concepto de autoría pre-conizado por los jóvenes críticos fran-ceses, restringido al director.

Más interesante resulta el tono yla actitud con que el autor se dirigea sus lectores. En más de una entre-vista posterior, ya en el exilio, se la-menta Cabrera de la pérdida de supúblico natural, el lector habanero.Seguramente no ignoraba que esepúblico no podía ser sino una inven-ción, como ponen de manifiesto es-tas páginas, dirigidas a un lector queno es sino un fiel trasunto del críti-co: culto, frívolo, cosmopolita, cu-rioso, epicúreo y algo propenso a lamelancolía y a la nostalgia de un pa-sado perpetuamente reinventado.Ante ese lector cómplice “Caín” escapaz de postular el advenimiento deun nuevo romanticismo, reacción na-tural a los secos “neorrealismos” quehabían ocupado las cinematografíasde la posguerra. Vértigo, la película deHitchcock por la que “el cronista”,como gusta llamarse, siente una de-clarada predilección, se presentacomo buque insignia de este movi-miento nonato.

Pero este voluntarismo no restalucidez al crítico: por el contrario, pa-rece fruto lógico de su tendencia aenmarcar cuanto ve en los grandesflujos estéticos e ideológicos de sutiempo. En este sentido, cada cróni-ca de “Caín” es un cumplido ensayosobre la cuestión central del film delque se ocupa, ya sea el mundo deTennessee Williams o los retos a lamoralidad establecida que significa-ron, en su día, filmes como ...Y Dioscreó a la mujer o Lolita. Que “Caín”,al mismo tiempo, fuese forjando unestilo personal, y hasta adiestrán-dose en el ejercicio del juego de pa-labras, su marca de fábrica, no pa-rece sino una secuela inevitable. Y escurioso que este Oficio... provisio-nal no fuese sino un modo de apren-der el otro oficio, el definitivo.

JOSÉ MANUEL BENÍTEZ ARIZA

Entre 1954 y 1960, mientrasCuba conocía el ocaso de Ba-tista, el triunfo de la revolu-ción y la rápida evolución delnuevo régimen hacia una

dictadura comunista, el entonces veinteañero GuillermoCabrera Infante ejerció la crítica de cine, primero en larevista Carteles y luego en el periódico Revolución.

L E T R A S

BB II OO GG RR AA FF ÍÍ AA

BAJO el magisterio intelectual de Blasco Ibáñez yla batuta política y moral de Azaña, Carlos Esplá (Ali-cante 1895-México 1971) se convertiría en un pe-riodista destacado en la lucha contra la dictadurade Primo de Rivera y en un influyente servidor de laRepública: llegó a ser subsecretario de Gobernacióny de la Presidencia con Azaña y ministro de Propa-ganda con Negrín. Pero donde su figura adquiere unrelieve propio es en el exilio. Desperdigados y pocoa poco desaparecidos los gestores republicanos, Es-plá tratará inútilmente de unificar los restos de la opo-sición exterior a Franco, tan dividida y enfrentada enla diáspora como lo estuvo durante la guerra civil.Poco a poco, a través de sus etapas en Washington,Nueva York y México, los sueños del regreso a la pa-tria y a una pronta restauración democrática se des-vanecen mientras se consolida el franquismo. La

epopeya vital de quien fue uno de los guías repu-blicanos del exilio se va trocando en la monótonacondición de administrador de unos fondos en soli-daridad con una entelequia. Lástima que toda estaapasionante desazón hacia el olvido –el drama de unade las generaciones más cultas de la historia de Es-paña–, se cuente aquí en las notas sueltas de undiario desigual, que no renuncia ni a los chascarrillos,a veces falto de apoyo contextual para dar más en-jundia a lo que corre el riesgo de quedarse en meroapunte literario. Por fortuna, los lúcidos diagnósticosde Esplá sobre figuras del destierro y sobre el con-formismo interior (el diario concluye diez años antesde la muerte de Franco) restituye el interés de unostextos narrados con pulso de escritor.

RAMÓN PEDRÓS

Mi vida hecha cenizas. Diarios 1920-1965CC AA RR LL OO SS EE SS PP LL ÁÁ RR II ZZ OO .. E D . P E D R O LU I S A N G O S T O Y E N C A R N A F E R N Á N D E Z

R E N A C I M I E N T O . S E V I L L A , 2 0 0 5 . 3 7 7 P Á G I N A S , 1 9 ’2 5 E U R O S

Un oficio del siglo XX GG UU II LL LL EE RR MM OO CC AA BB RR EE RR AA II NN FF AA NN TT EE .. A L F A G U A R A . M A D R I D , 2 0 0 5 . 5 5 1 P Á G I N A S , 1 6 E U R O S

BEGOÑA RIVAS

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Raymond Aron: un liberal resistenteJJ OO SS ÉÉ MM AA RR ÍÍ AA LL AA SS SS AA LL LL EE .. F A E S . M A D R I D , 2 0 0 5 . 3 6 9 P Á G I N A S , 1 0 E U R O S

A caballo del veinte aniversario de sumuerte, ocurrida en 1982, y del cen-tenario de su nacimiento, que tuvolugar en 1905, la Fundación para elAnálisis y los Estudios Sociales(FAES) organizó el año 2004 un se-minario sobre el pensamiento deRaymond Aron, cuyas ponencias sepublican ahora en forma de libro. Setrata de una iniciativa digna de elo-gio, porque no conviene que susagudos análisis sobre algunos de losproblemas centrales queden olvida-dos por la errónea suposición de notienen relevancia para las cuestionesmuy distintas que nos preocupan acomienzos del siglo XXI.

Tanto más en cuanto que Arontampoco tuvo un gran impacto enla elite intelectual española en susaños formativos del final de la dic-tadura. En su evocación personal deaquellos años, Alejandro Muñoz-Alonso recuerda cómo para un joveninteresado en los estudios socialesy políticos no era entonces fácil cen-trar su atención en Aron. A pesar dela dictadura, la influencia intelectualfrancesa era muy grande, comosiempre lo había sido en nuestropaís, pero el pensador más admiradoera Jean-Paul Sartre, mientras queen el terreno más estrictamente aca-démico la influencia mayor era lade Maurice Duverger, quien por en-tonces defendía la tesis de la con-vergencia progresiva de los sistemasoccidental y soviético. Las posicio-nes firmemente antitotalitarias, y portanto anticomunistas, de Aron po-dían parecer un tanto extremadas,mientras que su denuncia de los su-

cesos de mayo de 1968 como unagran mascarada le daba la imagen deun conservador anticuado, incapazde comprender los nuevos rumbosde la sociedad. Para quienes en elopresivo ambiente del tardofran-

quismo deseaban abrirse a las nue-vas ideas no parecía el mejor guía.

Hoy sabemos que no era así, queAron fue un agudo analista de sutiempo, un tiempo dominado pri-mero por la marcha hacia la segundaguerra mundial y luego por una gue-rra fría que él describió, en una fra-se brillante, como una situación depaz imposible y guerra improbable.Para quienes quieran comprenderese aspecto esencial del siglo XXque fue el enfrentamiento entre lademocracia liberal y los totalitaris-mos de derecha e izquierda, sus li-bros, desde aquel Opio de los intelec-

tuales con el que denunció en 1955los falsos mitos del marxismo hastasus Memorias, publicadas en 1983, re-presentan una buena aproximación.

Los trece ensayos que integranRaymond Aron: un liberal resistente,abordan distintos aspectos de su pen-samiento, con desigual fortuna comoes habitual en este tipo de libros co-lectivos. Al lector que no parta deun conocimiento previo de la obra deAron cabe recomendarle que co-mience su lectura por el ensayo de

José María Las-salle, que pro-porciona unavisión de con-junto de la mis-ma. Por su par-te NicolásBaverez, autorde una biogra-fía de Aron pu-blicada en1995, concluyesu ensayo conuna reflexiónsobre los pro-blemas actua-les a la luz delpensamientode aquél. Una

de sus conclusiones se refiere a la ne-cesidad de reconstruir el vínculo tras-atlántico, en un momento en que larespuesta de los Estados Unidos alterrorismo, que ha primado los as-pectos puramente militares y nacio-nales, ha obtenido unos resultadosefectivos modestos y ha dete-riorado profundamente su imagen;mientras que la Unión Europea, casiinexistente en los planos militar y di-plomático, ha presenciado el suce-sivo hundimiento del pacto de es-tabilidad y del proyecto constitu-cional.

JUAN AVILÉS

En la larga línea de los intelectuales franceses que handejado su impronta en la cultura occidental, una línea enla que se inscriben Montaigne y Pascal, Diderot y Voltai-re, Tocqueville y Zola, Camus y Sartre, Raymond Aron ocu-pa un lugar destacado, que no siempre se le ha reconocido.

L E T R A S

EE NN SS AA YY OO

La filosofía de la historia yde la sociología alemana

fueron los temas que más inte-resaron al filósofo francés Ray-mond Aron (1906-1983) desde sujuventud. A partir de su análisisllega a la conclusión de la arbi-trariedad de la historia, por loque se enfrenta a la dificultadde hablar de “objetividad históri-ca”. Dentro de esta misma líneade pensamiento establece que lo

que más se podría acercar a laobjetividad es la metodologíapara el estudio de esta disciplina.Fue uno de los grandes analis-tas de la sociedad actual y de laactuación de los intelectuales deizquierda. Trabajó estrechamen-te con De Gaulle. A partir de 1945impartió clases en el Ecole Natio-nale d’Administration y del Ins-titut d’ ètudes Politiques. De suproducción literaria cabe des-tacar Introduction a la philoso-phia de l'historie, Dimensions dela conscience historique, o La so-cieté industrielle et la guerre.

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EE LL CC EE NN TT EE NN AA RR II OO DD EE AA RR OO NN ,, AA GG UU DD OO AA NN AA LL II SS TT AA DD EE SS UU TT II EE MM PP OO ,, HH AA PP AA SS AA DD OO DD EE SS AA PP EE RR CC II BB II DD OO

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SÓLO sus considerables y variadosconocimientos le permiten abordarla dilatada historia de los judíos enEspaña con la profundidad y el equi-librio con que lo hace. No se trataya del libro de un modernista, sinode un estudio que va desde lostiempos remotos de la presencia dedicho grupo hasta la actualidad.Como el propio autor avisa –y re-sulta lógico al tratarse de una sínte-sis– no ha pretendido aportar nadasustancialmente nuevo y su únicaoriginalidad son algunas observacio-nes y comentarios. Pero el mérito dellibro está en buena medida en ellos,en esa moderación a la que aludía an-tes. En un tema tan polémico, la sen-satez y ponderación del autor es unagarantía, mucho más cuando, comoen este caso, se basa en una infor-mación exhaustiva.

Así, y entre otras muchas preci-siones, Pérez señala que hasta bienentrado el siglo XIX, con el surgi-miento del concepto moderno deraza, el judaísmo había sido única-mente una religión y no una etnia.Rechaza asimismo el mito de la con-vivencia medieval de las tres reli-

giones, y recuerda el significado his-tórico negativo del término “tole-rancia”, distinto al sentido positivoque tiene en la actualidad. A partirde la distinción entre cultura judíay cultura de los judíos, critica tam-bién el mito de las tres culturas, afir-mando que en la España medievalsólo hubo dos culturas dominantes,primero la musulmana y despuésla cristiana, a las que hubieron de in-corporarse los judíos. En relación conlas actividades de los judíos hispa-

nos, rechaza los tópicos de su dedi-cación mayoritaria al préstamo y alcomercio.

Estas y otras matizaciones se vandesgranando a través de un precisorecorrido histórico que analiza los pe-

riodos de auge y de difi-cultades de los judíos his-panos, así como suscostumbres, o los fre-cuentes conflictos con lasculturas dominantes. Noobstante, afirma que losjudíos de España gozaronde un estatus legal y pe-nal autónomo sin igual enningún país europeo, loque propició la llegada dejudíos de otras nacionescuando fueron desterra-dos de Alemania, Ingla-terra o Francia en los si-glos XIII y XIV. Analizael antijudaismo, sus raí-

ces y manifestaciones, y estudia tam-bién pormenorizadamente las per-secuciones hispanas de finales delsiglo XIV y la expulsión de 1492, quesupuso el final legal de los judíosen España, rechazando, de forma ra-zonada, las exageraciones sobre elnúmero de los expulsados o las con-secuencias de la expulsión. No se ol-vida, obviamente, del problema delos conversos, los judíos bautizados,cuyo notable aumento tras las per-secuciones de finales del siglo XIV

llevaría a la creación de la Inquisi-ción, encargada de vigilar la purezade la fe.

Expulsados los judíos, el proble-ma converso continuó, convirtién-dose en una obsesión religiosa y so-cial durante los siglos XVI y XVII.Pérez admite la existencia de crip-tojudaismo, pero también señala lafrecuencia de las conversiones sin-ceras. Su estudio, sin embargo, no secentra tanto en la peripecia de losconversos hispanos como en la suer-te de los expulsados, las accidenta-das peregrinaciones de muchos deellos, o las personalidades más des-tacadas. La huella de los judíos ex-pulsados le permite llegar hasta la ac-tualidad, a través del análisis delmantenimiento de la cultura sefar-dí y sus manifestaciones, así como lacrisis que atraviesa. Se ocupa tam-bién de la actitud frente a los ju-díos en la España posterior a los Aus-trias, las repercusiones del antisemi-tismo contemporáneo, o la épocade Franco, para concluir con un ca-pitulo titulado “Sefarad hoy”.

Nos hallamos, en suma, ante unasíntesis imprescindible para quiendesee conocer la historia de los ju-díos españoles, dramática y comple-ja –como la de todos ellos– pero concaracterísticas específicas que Pérezdesgrana con gran acierto.

LUIS RIBOT

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Los judíos en EspañaJJ OO SS EE PP HH PP ÉÉ RR EE ZZ .. M A R C I A L P O N S . M A D R I D , 2 0 0 5 . 3 6 0 P Á G I N A S , 1 9 ’ 2 5 E U R O S

L E T R A S

EE NN SS AA YY OO

Joseph Pérez nos tiene acostumbrados a magníficas sínte-sis sobre la historia de España, cuyos ingredientes básicosson: conocimientos, mesura y amenidad, administradossiempre en las proporciones precisas para atraer no sólo al lec-tor aficionado a la historia sino también a los especialistas.

El ExtramundiDD II RR :: ÁÁ NN GG EE LL AA BB UU ÍÍ NN .. NN ºº 44 22 ,, 99 EE UU RR OO SS

ZutDD II RR EE CC TT OO RR :: JJ UU AA NN BB OO NN II LL LL AA .. NN ºº 11 ,, 11 00 EE UU RR OO SS

R E V I S T A S

EL Quijote es también quien más se pasea por la revista de Iria Flavia,que recupera un puñado de textos de Cela alrededor de Cervantes (des-de su discurso de aceptación del premio en 1995 a otros como “Escenilla dela invención de los cervantistas” o “Leyendo el Quijote en busca de una solapalabra”) e incluye el ensayo de Adolfo Sotelo “Las aventuras del malfa-dado Don Quijote de Américo Castro y Camilo José Cela”. Escribentambién Benjamín Prado, Vicente Gallego y Javier Zardoya.

DE todo hay en esta nueva revista malagueña que pretende, según edito-rial, “compartir una cabalgata de nombres propios, de sitios interesantes,de obras que nos parece deben destacarse”. Los nombres de esta primera ca-balgata son Juan Cobos Wilkins, que se acuesta con Peter Pan y despierta conBarrie; Boris Groys con el espléndido ensayo “La ciudad en la era de su re-producción turística”; Jesús Aguado en tren por la India; dos cuentos de J. D.Salinger; y el propio Juan Bonilla entre fotógrafos. Lujos varios.

CARLOS MIRALLES

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Y verdaderamente, un simple índi-ce de lo que aquí se contiene bas-taría para llenar cumplidamente estapágina. Su propó-sito es hacer verque la ciencia esun bien cultural alque no son ajenascualesquiera ma-nifestaciones ma-teriales o espiri-tuales: tecnología,economía, políticao religión. Y lo aco-meten concen-trando su atenciónen dos grandes polos, las cienciasde la naturaleza y las matemáticasutilizadas por ellas, con las sucesivasramificaciones de ambas.

Así, la primitiva medicina y lasmatemáticas junto con la astronomíasuponen los primeros vagidos, toda-vía con ciertos componentes míticos,de una ciencia que aspira a ser un sis-tema de represencación cognosciti-va y un control de la realidad naturaly social. Los griegos la dotan de uncarácter metodológico y filosófico,con propuestas que se pueden de-fender y justificar. Los tres máximosmatemáticos helenísticos, Euclides,Arquímedes y Apolonio instituyenla matemática abstracta, que sirve debase a la mecánica, ingeniería, óp-tica, música y astronomía; como dis-ciplinas adheridas en la Edad Mediase les incorporarán también el álge-bra, la ciencia experimental, la ci-nemática o, en las ciencias de la na-turaleza, la alquimia, la medicina y lahistoria natural. Tiempo éste en elque irrumpen los pueblos invaso-

res de Roma, luego el Islam con susaportaciones y, finalmente, florece elRenacimiento cristiano.

El siguiente gran ca-pítulo se ocupa de laciencia moderna, la delsiglo XVII, que se sueleidentificar con el helio-centrismo y la mecánicanewtoniana pero quepresenta muchas máscaras y camps nuevos.Los modelos astronó-micos de Copérnico,Kepler y Galileo culminaron con lasíntesis de la filosofía natural deNewton, regida por principios mate-máticos en los que también se apo-yan otros desarrollos de la física. Encuanto a las ciencias de la naturaleza,refractarias algunas, como las biomé-dicas, el método de Newton, cuen-tan con los estudios en anatomía y fis-liología humanas de Vesalio y deHarvey pero se echa de ver un pro-

cedimiento sistemático de organi-zar los reinos naturales, en lo que seadelanta quizá la botánica.

Llegamos al sigloXVIII, la ciencia de laIlustración, con sus ide-as de progreso y predo-minio de la razón. Elavance de la técnicaprovoca la revoluciónindustrial. La filosofíanatural se abre al ex-peirmento y el calor, laelectricidad y la mete-orología pasan a ser ob-

jeto de estudio de esa física experi-mental. Está también la física exacta,porque el método matemático seva extendiendo a casi todas las es-feras de la actividad humana. Y aun-que los físicos aspiraban al empleode formulaciones algebraicas, comoson las de Euler y Lagrange, la lla-mada “física matemática” tardará unsiglo en llegar. Y empieza la revolu-ción química, que personifica La-

voisier definiendo el papel del oxí-geno y estableciendo la nomencla-tura química. La historia natural re-gistra entre otras las polémicas deLineo y Buffon sobre la clasificacióntaxonómica. Es el XIX el siglo dela ciencia que alienta la fe en el pro-greso económico y tecnológico. Suprestigio e influencia crece sobretodo en la biología y en las cienciashumanas. Asoma ya la especializa-ción en terrenos que transitan elelectromagnetismo, la relatividad, latermodinámica y la física estadística,y, en la química, la espectroscopía, laradiactividad y los modelos atómi-cos. Las ciencias naturales van im-poniendo sus teorías morfológicasy evolucionistas y desde la paleon-tología a la teoría celular y la micro-biología se anotan nuevos descu-

brimientos.Los profesores Solís y

Sellés se arriesgan por úl-timo a penetrar en el sigloXX y analizar sus logros:física cuántica, astrofísica,micro y macrocosmos, ge-nética, biología molecu-lar... La ciencia sienta suposición a través de susrelaciones con el Estado,la industria y la sociedad:ejemplos respectivos, lasaplicaciones militares, laelectrónica y un sistemade vida impensable un si-glo atrás. Lo dije ya: todo

esto no es siquiera un mínimo es-caparate de lo que aquí encontrará ellector; y podrá seguirlo sin tropie-zos técnicos, como quien lee un librode amenos relatos o de historia. Encuadros aparte, las clásicas “venta-nas”, encontrará si lo desea más ex-plicaciones de esta estupenda narra-ción de la gran aventura de la ciencia.

JOSÉ JAVIER ETAYO

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Historia de la cienciaCC AA RR LL OO SS SS OO LL ÍÍ SS YY MM AA NN UU EE LL SS EE LL LL ÉÉ SS .. E S P A S A . M A D R I D , 2 0 0 5 . 1 1 9 1 P Á G I N A S , 3 8 ’ 3 7 E U R O S

L E T R A S

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Sería pretensión vana intentar reducir a los estrechos límites de un comentario el caudal deinformación que ofrece este libro. A otra escala es lo que les sucede a sus autores en rela-ción con el tema que abordan: “No es tarea sencilla escribir una historia de la ciencia que vayade Stonehenge al telescopio espacial Hubble o siquiera sea de Aristóteles a Einstein”.

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ADAPTADA a sus dimensiones, ocu-pa un lateral del vestíbulo del Cen-tre Cultural Contemporani Pelai-res aquella magistral interpretaciónplástica, todo un manifiesto de Ma-rio Merz, de la famosa progresiónmatemática de Fibonacci (ideadapor el abad Leonardo da Pisa en elsiglo XII), por la cual no sólo todo nú-mero resulta de la suma de los dosanteriores, sino que toda línea rectase prolonga hacia el infinito hastaconfigurar la espiral. Realizada enplena actividad del grupo de artis-tas aglutinado por Germano Celant,esta singular obra sin título, de di-mensiones variables y datada ini-cialmente en el año 1971, ejempli-fica probablemente el espíritu, laactitud y los principios éticos y es-

téticos que alentaron las búsque-das de aquellos jóvenes que a me-diados de los sesenta hicieron que elmundo internacional del arte vol-viera su atención a la vieja Europa.

Junto a la profunda y filosóficaimagen de vida y tiempo del ya fa-llecido maestro de los iglús, la es-trella poligonal de Mimmo Palladi-no (uno de los dos artistas reunidosno adscrito al “Arte Povera”), yacesobre la vetusta piedra como metá-fora de ese conflicto siempre reno-vado entre el hombre y la naturalezay esa tendencia innata al orden enla mesura que delata las raíces, in-exorablemente clasicistas, del almaitaliana.

Un poco más allá, tras el cristal,tintinea la llama prendida por Jannis

Kounellis sobre la opacidad de unaplancha de hierro industrial.

Cerca de esa magistral pieza delmaestro (de 1990), unos zapatos lle-nos de vasos y apresados por ban-das de plomo sobre un texto ilegiblelanzan al visitante esa provocadorainterrogación que es la imagen arte.

Fueron ellos –muchos de los queintegran esta excelente muestra–quienes devolvieron la imperfeccióny la sombra al arte contemporáneo,impregnando de misterio y ambi-güedad sus creaciones. Prendieronde nuevo la luz de la palabra y dieronforma a la inquietud: “Non c'è unasola immagine del mondo, una solaimmagine della mente –escribíaClaudio Parmigiani en 1995– chenon sia letteraria”. Buscaron la be-

lleza de lo pobre, lo banal y lo pre-cario –de todo aquello susceptible deser poseído por la huella– y trans-formaron las formas haciéndolas si-nónimas de sus propias actitudes.Fue otra suerte de “salto en el va-cío”, uno distinto al de aquel nú-cleo francés que buscaba tambiénprecipitarse en el espacio. Ellos lo hi-cieron significando la experiencia,combatiendo el “hacer” haciendo vi-sible la fuerza del “ser”. Sustitui-dos en los grandes eventos que re-visan el “arte actual” por las jóvenesgeneraciones, a menudo se nos es-capa que su contribución va más alláde las páginas ya escritas de la his-toria del arte.

Con las excepciones de MarioMerz, fallecido en 2003, y de Alig-

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A R T E

El arte que fue huella, LL AA FF OO RR MM AA RR EE SS TT II TT UU II TT AA .. AA RR TT EE II TT AA LL II AA NN OO DD EE FF II NN DD EE MM II LL EE NN II OO .. CC OO MM :: MM AA RR CC OO MM EE NN EE GG UU ZZ ZZ OO YY FF RR EE DD EE RR II CC PP RR YY NN AA .. CC EE NN TT RR OO

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hiero & Boetti, desaparecido en1994, los artistas seleccionados en Laforma restituita... siguen activos yrealizando interesantes proyectos,como, entre otros, la reciente inter-vención de Giulio Paolini en la co-lección del Mart o las últimas ins-talaciones de Parmigiani con ceniza.Sólo Domenico Bianchi, autor de losexquisitos lienzos de cera con di-bujos de fibra de vidrio, (un niñoen los sesenta), ha sido incluido porafinidades artísticas.

No ha sido casual que los comi-sarios Frederic Pinya y Marco Me-neguzzo hayan abierto esta mues-tra de dimensión museística que seplantea la pervivencia del arte ita-liano, con una paradigmática insta-lación, la de Merz, que invita a mirar

alternativamente hacia el pasado y elfuturo, hacia lo individual y lo uni-versal, hacia la obra exacta del hom-

bre y hacia la obra, siempre aleatoria,de la naturaleza.

Tan ambicioso planteamientoinicial, que hace que recordemos lasimportantes contribuciones de otrosinsignes compañeros de viaje estavez ausentes, como Penone, Cal-zolari o Anselmo, se desarrolla conobras históricas como el Suelo deAlighiero Boetti de 1966 –una con-tundente respuesta a la fría perfec-ción minimalista de las Floor Piecesde Carl André, del mismo año–, o losdos “mapas” del propio Boetti –unopintado sobre papel entelado en1986 y otro, el de 1990, bordado so-bre algodón–, que merecen espa-cio propio en cualquier museo. Pro-bablemente nunca mejor que hoypodría su aguda mirada ser plena-

mente apreciada. Las hay, como Elobservador preso de la comprensión, lá-piz y pintura al temple sobre telade Claudio Parmiggiani, que son flo-res raras en el mercado. Hay lugarpara obras familiares como los espe-jos de Pistoletto, para pequeñas sor-presas, como el lápiz sobre papelde Marisa Merz de 1988, y momen-tos álgidos como nuestro encuen-tro con el Bis a bis de 1992 de Giu-lio Paolini, o sus Intervalos de 1984,torsos demediados que cautivan conla poderosa levedad de su presencia,dando prueba del talento y el ex-quisito sentido estético de un artis-ta, el más conceptual del grupo, queha dedicado gran parte de su tra-yectoria a reflexionar sobre concep-tos artísticos teóricos, como el de lamímesis, aquí ejemplificado.

En el tiempo de la globalidad ylas contaminaciones lingüísticas, elcruce de miradas de estos diez ar-tistas mantiene su amplísima y nadaconvencional gama de recursos, téc-nicas y materiales: Descolocado, la be-llísima obra realizada este mismoaño por Claudio Parmigiani, es“sólo” “humo sobre tabla”. Marzioy Mariano de Gilberto Zorio, la re-ciente indagación del artista quede tantas formas distintas ha explo-rado el tema de la energía, conviveen la más estrecha sintonía con esacomposición sin título de 1990 en laque el artista dibujó una estrella decobre de cinco puntas sobre un fon-do de brea. Incluso las pinturas dePalladino, plenamente deudoras desu trabajo en los ochenta, han sabi-do incorporar nuevos rasgos de hi-bridez.

Veinte o treinta años y su gran di-versidad separan algunas de estasobras. Pero todas, antiguas y re-cientes, se yerguen igualmente alti-vas como una consistente alterna-tiva y un contrapunto a esa dialécticade lo circunstancial y lo efímero quetiende a dominar la escena artísticaactual.

PILAR RIBAL

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sombra y silencio CC UU LL TT UU RR AA LL PP EE LL AA II RR EE SS .. CC // .. VV EE RR ÍÍ ,, 33 .. PP AA LL MM AA DD EE MM AA LL LL OO RR CC AA .. HH AA SS TT AA EE LL 22 00 DD EE NN OO VV II EE MM BB RR EE

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A R T E

¡QUE bien suena esa definición:Colectivo de Acción Artística y Es-pacio Alternativo!, dice Luis Fran-cisco Pérez, cuando se refiere a laque de sí mismos daban, hace aho-ra veinte años, los integrantes deA Ua Crag, un grupo de artistas quefundaron, en Aranda de Duero(Burgos), un centro autogestionarioe independiente, con una vocacióninternacional y una voluntad pe-dagógica, si no didáctica, paralela,que desarrolló su labor desde 1985hasta 1996, con un periodo espe-cialmente álgido entre 1988-1993.

Si actualmente hay cierta una-nimidad de juicio sobre lo ocurri-do en la escena artística en la “ale-gre” década de los ochenta, consombras mayores y más espesasque las luces que la iluminan, y,ciertamente también, hay un re-conocimiento explícito de que granparte de los movimientos entoncesdesencadenados no fueron sinooportunismos mercantiles, llamamás la atención, y así lo certifica estaoportuna exposición, la solidez y co-herencia de una propuesta surgidaextramuros del mercado, con la pre-tensión de servirse de él en la me-dida que considerase adecuada, sin

renunciar a sus fuentes de proce-dencia ni a una actividad en un tan-to por ciento elevadísima disidentede las tendencias en promoción,que empleaba para su funciona-miento cauces en apariencia tradi-cionales –así la inauguración del Es-pacio-Galería A Ua Crag, lascolaboraciones con otras salas, lapresencia en ARCO, las publica-ciones y ediciones de arte– sin ol-vidar en lo que fueron pioneros, suámbito internacional, del que cabedecir que, en la medida de sus in-versiones, alcanzó un éxito que parasí quisieran quiénes hicieron costo-sísimas campañas de promociónevacuadas ineluctiblemente conel fracaso.

No citaré por su nombre a todossus componentes –entre ellos Mi-quel Cid, Rufo Criado, Rafael La-mata o Jesús Max–, ni todas sus ex-posiciones –sólo las hechas enRheinlandhalle, de Colonia; A(rt)Ssenede, en Assenede, Bélgica; enel Centrum Beelde Kunst, de Rot-terdam, Holanda; en la ChapelleSaint Louis de la Salpetrière, de Pa-rís y el Musée Bonat de Bayonne–,ni las restantes actividades que rea-lizaron, pues están precisa y coor-

dinadamente documentadas en laexposición, sino que señalaré la ac-tualidad y vigencia de sus iniciati-vas y de tantas piezas ahora reuni-das, vinculadas a la expansión deldiscurso político, a la interrelaciónarte-naturaleza y su configuraciónen el espacio público y el privado,lo corpóreo que abarca desde laidentidad a la participación perfor-mativa, la incorporación no artifi-ciosa de los nuevos medios sin re-nunciar a disciplinas habituales,etc., así como su ilación con la tra-dición centroeuropea más que conla norteamericana. Un espectro losuficientemente amplio como paraque el paso de los años no nos hayadistanciado de ellos ni escatimadovigencia a sus proposiciones.

La muestra, a mi juicio, es unejemplo a seguir para el conoci-miento de lo que, surgido en el ám-bito local, lo sobrepasa hasta el pun-to de hacerlo imprescindible tantoen ese mismo terreno –al que des-graciadamente se dirige la mayorparte de la estrecha actividad autó-noma y municipal–, como en aque-llos donde impulsó su reflexión.

MARIANO NAVARRO

EL momento político de Irán re-cuerda, salvando las muchas distan-cias, el que vivió España en la dé-cada de los setenta; con todos losanhelos y contradicciones, como hanvenido a demostrar las últimas elec-ciones presidenciales, de una socie-dad que se sale por las costuras enque ha estado encorsetada. De ahí elinterés por conocer más directa-mente su realidad social,más allá de los tópicos, acu-ñados por George Bush ycompañía, del “Eje delMal”, o el país sometido alfanatismo religioso. Y, des-de luego, uno de los modosde hacerlo es tomar el pulsoa la creación artística con-temporánea, expresiónsiempre, pero más en tiem-pos de mudanza política eideológica, de los deseos decambio.

Después de la Revoluciónse suma a la serie de expo-siciones sobre arte contem-poráneo iraní que han sidopresentadas tanto en Espa-ña como en otros países eu-ropeos, aglutinando crea-dores de dentro y fuera delpaís, con la diferencia demiradas que tal combina-ción implica. El problemaes que uno sale de la mues-tra con un cierto regustoamericano, cuando lo quehabía ido a ver es justa-mente una exposición dearte diferente.

Un vistazo a los planteamientosesgrimidos por el comisario, OctavioZaya, viene a reforzar esa primeraimpresión, al poner el acento en elhecho de que son “artistas contem-poráneos de Irán” y no artistas “ira-níes”, en cuanto que traten una te-mática concreta o encuadren suactividad en un marco cultural o dis-cursivo determinado. De las tresacepciones de lo nacional, Zaya sequeda con la vecindad administra-tiva, negando explícitamente el va-

Agua crujiente: ¡Qué bien suena!AA UU AA CC RR AA GG __ AA GG UU AA CC RR UU JJ II EE NN TT EE .. C O M I S A R I O : R U F O C R I A D O . M U S E O P A T I O

H E R R E R I A N O . J O R G E G U I L L É N , 6 . V A L L A D O L I D . H A S T A E L 1 8 D E S E P T I E M B R E

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lor de las otras dos. Ciertamente, estole permite conformar una combi-nación de creadores y temas que, enalgunos casos, como los de DavidAbir, Kouros Esmaeli, nada tienenque ver con lo vernáculo, lo iraní (pormás difícil que resulte dar un con-tenido a este concepto). Pero tam-bién cae en la contradicción de agru-parlos bajo un título que hace

referencia explícita al momento so-ciopolítico de Irán para luego ne-garnos una lectura, incompleta, par-cial, o lo que se quiera, de la situaciónactual de la sociedad farsi.

Lo que Octavio Zaya plantea noes una exposición sobre el arte ira-ní, sino una visión americanizada, oc-cidentalizada, del arte iraní; pasadapor el filtro de los intereses del lla-mado arte internacional (entendi-do como estructura de mercado).El hecho de centrar la selección de

obras en la fotografía y el vídeo, queel comisario defiende como mediosnetamente contemporáneos, puedeser entendido, desde esta perspecti-va, como una muestra más de eseaherrojar el arte, sea de donde sea,a los criterios de las grandes galerías.

El modo en que la muestra abor-da el arte iraní plantea también elproblema de la interpretación, a pe-

sar de que su comisario eluda la cues-tión afirmado que “el arte no comu-nica realidad, ni experiencia, nihistoria. De hecho, el arte no comu-nica nada”. Sin duda, uno de los pro-blemas del arte contemporáneo es suescasa efectividad comunicativa,pero eso no quiere decir que la co-municación no sea su objetivo. Y unamuestra como ésta plantea la difi-cultad añadida de establecer una lec-tura correcta ante la presencia de dossistemas de valores que se mezclan,

pero también se contradicen. Ideo-logía y perspectiva (el hecho de viviren el exilio, en el país o entre dosmundos) determinan códigos muydiferentes aparentemente estable-cidos sobre un mismo sistema de sig-nificantes.

Afortunadamente, todo lo ex-puesto no impide el disfrute indi-vidualizado de las obras y constatar

la calidad, aunque con altibajos, delas piezas seleccionadas. Quizá unode los trabajos más emblemáticossea el de Shadi Gadirian, cuya serieQajar (su trabajo de fin de carrera enla escuela de arte) consiste en una se-rie de retratos, compuestos siguien-do los estereotipos vigentes a co-mienzos del pasado siglo, en los quesuma al traje tradicional femeninoelementos de la sociedad moderna:aspiradoras, radiocasetes o latas derefresco. Parecida lectura puede ob-

tenerse de la obra de Saregh Tiraf-kan, que plantea toda una subver-sión de los principios de identidadsexual a través de una mirada iróni-ca a las tradiciones culturales de supaís. O del mosaico de imágenes to-madas de las fotonovelas emitidaspor la televisión iraní firmada porFarhad Moshiri.

En el extremo opuesto podría-

mos situar a David Abir, cuya insta-lación combina geometría y sonido,o el vídeo de Shahryar Nashat, ro-dado en Roma y centrada en el in-dividuo, transculturalmente enten-dido. Y claro, la emblemática, ydebatida, Shirin Neshat, represen-tante del arte iraní en el exilio y crea-dora de buena parte de los mitos quemanejamos sobre eso que venimosa llamar lo iraní.

RAMÓN ESPARZA

A R T E

Irán, al gusto internacionalUU ÉÉ SS DD EE LL AA RR EE VV OO LL UU CC II ÓÓ NN .. C O M . : O C TA V I O Z A Y A . K O L D O M I T X E L E N A . U R D A N E TA , 9 . S A N S E B A S T I Á N . H A S TA E L 1 8 D E S E P T I E M B R E

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ANTE un verano desolador en lo quea propuestas artísticas en Galicia serefiere, sobresale la muestra que An-tonio Murado (Lugo, 1964) ha pre-parado para el Museo Provincial deLugo como una de las pocas citas im-prescindibles. Dirigido por EncarnaLago, el Museo, de pretensionesmodestas, viene realizando una in-teresante promoción de los artistaslucenses que no podemos dejar dereconocer –prestando una especialatención a las publicaciones–, so-bre todo si comparamos su labor con

la de otros lugares en Galicia hoy do-minados por la pereza y la desidia.

En este caso, la exposición deAntonio Murado resulta sorpren-dente. De todos los proyectos expo-sitivos de Murado éste ha sido el másatrevido; también el más personale íntimo. Hace unos años, a propó-sito de la excelente muestra que esteartista ofrecía en el CGAC, señalabaen estas mismas páginas cómo Mu-rado trataba de no diferenciar lo fi-gurativo de lo abstracto, augurandoen esta advertencia su visión de lapintura. Hablaba, entonces, de unpaisaje sentido, constituido desde laesencia y el gesto mínimo, pero tam-bién desde esos matices sublimesque descubrimos en las inmensida-des nubladas sin puntos de fuga,capaces de activar nuestra imagina-ción y recuerdo, de retratar la vida deun modo indefinido, como viaje in-sinuado e intemporal como el hielotantas veces buscado en los paisa-jes del artista. Y todo esto está pre-sente en esta muestra, aparente-mente tan diferente.

La exposición, titulada AM34x24Vol.1, se compone de 109 obras queconforman un diario visual y escrito,ya que muchas de las piezas tienenuna leyenda –hay que decir que untanto cursi– que da sentido a cadaimagen. Esta incursión de la narrati-va ha de verse como una suerte degabinete donde el artista revela supasado más íntimo, como artista ypersona. Así, además de revisar todas

las series en las que ha trabajado has-ta el momento, introduce retratos fa-miliares como los de sus padres osu hermano, el escritor Miguel-Anxo, con pétalos en un poema deRimbaud, su libro de ciencia natu-rales o la fantástica pieza que repre-senta el Parsifal con la sangre comosímbolo del espíritu. Incluye, inclu-so, a artistas como Francisco Leiroque interpreta a un personaje de fic-ción, en este caso a un terratenientey esclavista brasileño. Todo cabe eneste juego kitschde representacionese ilusiones pintadas que, al fin y alcabo, no es más que la propia historiade la pintura en tanto que recopila-ción de fragmentos de realidad.

Tal vez, merezca la penarecordar a Gerhard Richtercuando afirma que “la másbanal fotografía de aficionadoes más bonita que el mejorcuadro de Cézanne”, paracomprender que esta recu-peración de lo familiar y co-nocido a través de la fotogra-fía no es más que transportarlo que es imagen al estatutode realidad, recurso no lejano–aunque tan distante parez-ca– de la actitud de un War-hol que veía en la máquina deserigrafiar una valiosa opor-tunidad para reproducir lasreproducciones. Entiendoque Murado pensará en esasfotografías como pequeñoscuadros y que tratara de mo-

dificarlas a partir de esa mirada mio-pe, richteriana, como de amateur, ca-paz de desbordar su sentido banal.

Concluimos, por tanto, en estesignificativo punto de inflexión en latrayectoria de Murado, un ejerciciode memoria y un atrevido desordenen quien, hasta hoy, se había carac-terizado por un desarrollo del tra-bajo serial; aunque quizás, el carác-ter entretejido de este trabajo,hubiéramos podido intuirlo en eljuego de contrarios que se hacía ex-plícito en su más reciente inclinaciónpor trabajar el díptico y su lógica des-doblada.

DAVID BARRO

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Memoria e intimidad de Antonio MuradoAA MM 33 44 XX 22 44 VV OO LL .. 11 .. M U S E O P R O V I N C I A L D E L U G O .. P Z A D E L A S O L E D A D S / N . L U G O . H A S T A E L 2 5 D E S E P T I E M B R E

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A R T E

EL proyecto de Stanley Brouwnconsiste, a grandes rasgos, en con-tar sus pasos –con la precisión másrigurosa posible–y establecer me-didas entre su cuerpo, sus des-plazamientos y el lugar. Cons-ciente o inconscientemente, enBrouwn hay implícita una ideamuy hermosa: el hombre –o laimaginación del hombre– comomedición de todas las cosas.Brouwn utiliza antiguas unida-des de longitud (pies, codos, varas)fundamentadas en la mayor par-te de los casos en referencias cor-porales. Los sistemas variaban deun lugar a otro, pero esta diversi-dad desapareció con la implanta-ción del sistema métrico decimaly la uniformidad que trajeron lostiempos modernos. En otros casos,emplea medidas de longitud es-trictamente subjetivas…

Sin embargo, en esta exposi-ción advierto un elemento para-dójico: la perversión de cualquierrelación creativa del hombre conel lugar o el espacio. Y es precisa-mente en la materialización de laidea de Brouwn, esta afirmacióndel hombre como medición de to-das las cosas, donde se revela estacontradicción hasta la locura. Laexposición consiste única y exclu-sivamente, y repetidas hasta lasaciedad, en mediciones… Esteefecto de multiplicación, en unalógica que se despliega hasta el in-finito, posee efectos disolventes ydesorientadores. La acumulaciónde medidas se convierte en unasuerte de monumento al absurdoy conlleva implícitamente la ne-gación del concepto que la sos-tiene, la noción de medida, estoes, el medio por el cual evaluamos

las cosas, nos orientamos y toma-mos distancias.

Stanley Brouwn ha construidoun laberinto, o mejor, un territorioautista al subvertir los principioscardinales de orientación. Éste es,me parece, el resultado de todauna trayectoria consagrada a unaidea, mensaje que es extensiblea buena parte del arte contempo-ráneo. Al volcar y trastocar las con-venciones, aquellos artistas de lossesenta descubrieron la cara ocul-ta del arte y la cultura, revelaronsus vísceras fétidas… Pero ahoraesta obra, estos artistas, se me an-tojan como una gran carcajada alo-cada e histérica que se repite sincontención de manera nerviosa.Tan solo se oye esta carcajadahueca.

JAUME VIUDAL OLIVERAS

Stanley Brouwnla medida de la locura

MM AA CC BB AA .. P L A Z A D E L A N G E L S , 1 . B A R C E L O N A . H A S T A E L 2 5 D E N O V I E M B R E

II NN TT EE RR VV EE NN CC II ÓÓ NN DD EE SS TT AA NN LL EE YY BB RR OO UU WW NN

EE NN EE LL EE XX TT EE RR II OO RR DD EE LL MM AA CC BB AA

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E L C U L T U R A L 1 - 9 - 2 0 0 5 P Á G I N A 3 0

A R T E

MP & MP RosadoDD OO MM UU SS AA RR TT II UU MM .. A V . D E L A A L D E -

H U E L A , S / N . H A S T A E L 1 1 D E S E P -

T I E M B R E

A la hora de valorar el trabajo de MP & MP Rosa-do es necesario insistir, por mucho que se haya re-petido, en el hecho de que se trata de un tándem formado por dosgemelos: Miguel Pablo y Manuel Pedro Rosado. Y mucho mássabiendo que el principal argumento en su obra es la búsquedade razones que expliquen la idea de identidad, algo que, como se-ría de esperar en un caso de estas características, da pie a un in-teresante juego de tensiones. Tras su paso por el Centro de Artede Santa Mónica de Barcelona, MP & MP Rosado han realiza-do una instalación en el Domus Artium de Salamanca siguien-do las premisas que han hecho de su trabajo uno de los más in-teresantes de la jóven escultura española. Entre éstas, hemosde destacar, sin duda, esa conciencia escenógrafica que tras-ciende la percepción escultórica. En los últimos tiempos, losRosado han trabajado con muros y paredes lo cual subraya esa vo-luntad escenográfica, pero al mismo tiempo consi-guen que el espectador se instale en la duda.¿Dón-de se encuentran los personajes? ¿Están siendoabsorbidos por el muro o acaso son expulsados porél? Las piezas que se pueden ver en Salamanca sehan montado en espacios de transición, lo que ami juicio es acertado porque acentúa esa persis-tente indeterminación, la sensación de encontrar-se siempre en un espacio intermedio y ambiguo. Losmuros, como en Santa Mónica, y los suelos, comoaquí en Salamanca, no son sino obstáculos que di-viden un espacio en dos. De este modo, se crea un escenariopropicio para esta reflexión sobre presencias y ausencias, casi comoun mirarse permanente en un espejo opaco. JAVIER HONTORIA

Chema LumbrerasCC AA CC MM ÁÁ LL AA GG AA . A L E M A N I A S / N . M Á L A G A . H A S T A

E L 4 D E S E P T I E M B R E

UNO de los planteamientos más acertados de la programaciónde CAC Málaga es la permanente fusión entre el arte interna-cional, el nacional y lo bueno que se hace en la ciudad donde seencuentra este centro, único con cierta racionalidad, criterio yfinanciación de cuantos existen en Andalucía. Entre los artistasque ocupan un espacio seguro en el panorama ma-lagueño actual se encuentra Chema Lumbreras(1957), activo ejecutor de una plástica variada queha ido conformando diversos postulados plásticosque dejaban entrever una compleja representacióndonde la realidad planteaba sus posiciones más dis-pares. Esta exposición redunda en la identidadrepresentativa. El autor nos conduce por una se-rie de instalaciones donde unas minúsculas escul-

turas componen una jocosa metáfora de la reali-dad. Estos juguetitos, burdamente realizados a con-ciencia con alambres y pasta de papel, escenificanuna historia dentro de un teatro imposible dondetodo está supeditado a la magia de una imagen quenos transporta a una realidad cuestionada por el pro-pio desarrollo existencial.Los personajes de las

historias de Lumbreras, realizados en una mínima escala, po-tencian la intervención del espectador, promueven una compli-cidad de intenciones y marcan unas rutas donde se gestionauna ficción perfectamente estructurada para provocar la visiónmágica de una historia con muchos elementos que cuestionan unproceso existencial. Todo queda supeditado a una fina ironía, mor-daz a veces, festiva otras, siempre desorbitada y que parte deuna sabia arquitectura conceptual –la filosofía y la literatura enperfecto maridaje–para acabar en un desarrollo de la propiaexistencia que, a fuerza de mostrar su posición más concreta, adop-ta un feliz desarrollo mediato trasunto de una realidad más quealienante. BERNARDO PALOMO

Fran HerbelloEE SS PP AA CC II OO AA NN EE XX OO .. MM AA RR CC OO .. R Ú A P R Í N -

C I P E , 5 4 . V I G O . H A S T A E L 4 D E S E P -

T I E M B R E

FRAN Herbello, gallego nacido en Suiza en 1977, pre-senta ahora una curiosa instalación que debemos en-tender como coherente actuación social fiel a sus pre-supuestos formales y/o conceptuales. La muestracuenta con dos propuestas, un vídeo y una diverti-

da instalación que consiste en nada más –y nada menos–que laplantación de un campo de hierba en el interior del espacio ex-positivo, ocupando su totalidad. Otra vez, Fran Herbello juegacon elementos cotidianos para acabar alterando la realidad consencillas manipulaciones cercanas al ejercicio de la performan-ce, desde un perro que ladra al visitante cuando se acerca, hastala oportunidad de sentarse, caminar o dormir un rato en esahierba. Herbello trabaja la diferencia desde un particular paisa-jismo que evoca memorias de lo rural culturizado –unos altavocesemiten sonido de grillos–, en una instalación que se ofrece a modode escaparate de los transeúntes. El título –Souvenir– enfatiza esteuniverso de recuerdo y arqueología de la memoria, pero tam-bién una dislocación de lo perdido. En el fondo, Herbello nosquiere situar ante los problemas del tiempo y la pérdida, desde

un cuerpo que no encuentra su lugar hasta, en estecaso, un paisaje usurpado, que no encaja aunquepretenda, como todo souvenir, adquirir unas mismassensaciones. Se intuye así, cierto nihilismo exis-tencial que nace, eso sí, desde la ironía, como esteperro que vigila el Museo en ausencia de alarmas,cámaras y otros mecanismos que asociamos a laseguridad de estos espacios. Siempre desde la me-moria, desde ese tiempo ya perdido. D. B.

MM PP && MM PP

RR OO SS AA DD OO ::

VV II SS TT AA DD EE LL AA

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FALTAN apenas 24 horas para el es-treno y Asunción Balaguer y Ampa-ro Soler Leal repasan diálogos, apu-ran réplicas, repiten entradas ysalidas en agotadoras jornadas de en-sayo. Balaguer ha permanecido re-tirada de las tablas más de 20 años,hasta que hace unos meses volviócomo actriz y productora de La lunade lluvia. A Soler Leal la pudimosver hace cuatro años en el Don JuanTenorio de Alfonso Zurro, pero hasido el director y autor Carles Al-berola quien ha reunido a estas dosveteranas por primera vez en unaobra y les ha brindado dos perso-najes protagonistas tiernos, iróni-cos y “muy reales” que les permitiránrenovar su ya ganada credibilidaden la escena española.

–¿Qué les decidió a embarcarseen este proyecto?

–Asunción Balaguer: Yo estabatrabajando en el montaje de La lunade lluvia, pero cuando la productoraPentación me propuso participar enesta obra no dudé en dejarlo a un ladopara volcarme en Al menos no es Na-vidad. Tengo que confesar un mo-

tivo oculto: me emocionaba vol-ver a trabajar, a mi edad, en el te-atro Bellas Artes, donde empecé micarrera de la mano de José Tamayo.Daré lo mejor de mí en este papelpensando en él.

–Amparo Soler Leal: Yo sólohago lo que me gusta, y este textome encantó. El personaje es muybueno y el reparto espléndido.

Ausencia de teatralidad–En teatro no abundan los pa-

peles protagonistas para actores ma-yores. ¿Por qué? ¿No interesan?

–A. Soler Leal: Yo creo que en tea-tro siempre hay papeles para nosotrosa diferencia del cine o la televisión,donde no se nos hace mucho caso.Como decía Fernando Fernán-Gómez “si no puedo hacer de DonJuan interpretaré al alcalde de Zala-mea o al rey Lear”.

–A. Balaguer: Lo que pasa es quelo que hacen los jóvenes da más jue-go, puesto que todo lo que les su-cede es nuevo, su vida es una con-tinua sorpresa. Sin embargo, losmayores tenemos más pasado: po-

demos resumir más experiencias enuna frase que cualquier veinteañe-ro. Tenemos muchas cosas que de-cir y muchos recursos para lucharcontra nuestros problemas.

–Sorprende que sea un autor re-lativamente joven quien reflexio-ne sobre ello.

–A. Balaguer: Sí, alguien que caletan hondo en el alma de un mayordebe tener una gran sensibilidad.

–¿Y se ven reflejadas en los pro-blemas que aborda esta obra?

–A. Soler Leal: Sí, sobre todo mehe identificado mucho con la iro-nía y la ambigüedad de mi perso-naje, esa doble cara que a veces lahace parecer buena y otras real-mente malvada.

–A. Balaguer: A mí también meencanta su humor, pero sobre todoquiero destacar la verdad de estaobra, la ausencia de “teatralidad”.Lo que sucede en escena es como siestuviera ocurriendo de verdad, sonproblemas y situaciones muy reales.

–Leyendo el texto casi se pue-de adivinar a quién dará vida cadauna de ustedes...

–A. Balaguer: Eso se debe al tra-bajo de escritura de Alberola. Ade-más, es muy difícil no identificarsecon los personajes. De Encarna, mipapel, me gusta su coquetería, suternura y su alegría. A veces, du-rante los ensayos se me hace unnudo en la garganta...

–Pero su personaje se inventala realidad...

–A. Balaguer: Eso sí que nos se-para a la una de la otra. Yo no lo ne-cesito. Intento vivir, no fingir.

Preparar el personaje–¿En la piel de qué tipo de per-

sonajes le gusta meterse?–A.Balaguer: Me gustan mucho

los papeles dramáticos, aunque PacoRabal siempre me decía que teníauna vis cómica que debía explotar.

–A. Soler Leal: Yo sin embargome guío por la manera que tengande expresarse.

–¿Cómo preparan los papeles?–A. Soler Leal: Estudio mucho e

intento enriquecerlos en los ensa-yos. Además Carles Alberola se fijaen todo y aporta muchas ideas.

T E A T R O

mparo Soler Leal

La temporada teatral comienza con la recuperación de dos grandesdamas del teatro español que prometen dar una clase magistral de in-terpretación: Asunción Balaguer y Amparo Soler Leal. Las actricesmedirán talento y oficio a partir de mañana en el teatro Bellas Artesde Madrid donde protagonizarán Al menos no es Navidad, un retrato agri-dulce de la vejez dirigida y escrita por el valenciano Carles Alberola.

Las dos actrices se reinventan en su vuelta a las tablas

Asunción Balaguer

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–A.Balaguer: Me gusta darle lavuelta al personaje e imaginar cómoreaccionaría yo en su situación.También es fundamental el enfo-que del director, que normalmen-te ve las posibilidades de cada uno.Eso sí, hay que estudiar mucho. A mílas tres horas diarias no me las quitanadie... Casi siempre estudio en lacama y luego me grabo, pero tambiénrepaso en el autobús o en la calle...

–Como actrices y espectadoras,¿qué les parece el nivel de la escenaespañola?

–A.Balaguer: Yo creo que está ga-nando en calidad pero aún quedamucho por hacer, sobre todo a ni-vel interpretativo. En teatro todoestá inventado, siempre es el mismoy tiene unas normas que no cam-bian, pero que se pueden mejorar.Hay que evolucionar perfeccionan-do nuestro arte, mejorando la diccióny el gesto. Debemos cuidar esa fa-ceta del teatro que creo que es la másimportante. Con un buen actor sóloes necesario un foco y una cortina,pues son capaces de crear un mundoa través de su palabra y su gesto.

–A. Soler Leal: Yo vivo en Barce-lona y el teatro de allí, que casi siem-pre se hace en catalán, es muy mo-derno, incluso un poco difícil a veces.El de Madrid es más asequible.

–¿Hay algo en la maquinaria tea-tral que no funcione como debería?

–A. Soler Leal: A mí no me gus-tan las reivindicaciones ni mirar ha-cia atrás. Hay que vivir el día a día.

–A.Balaguer: El actor mayor estámuy desprotegido por el Estado.Nuestra vejez es muy triste; le asus-taría saber la situación de algunoscompañeros. ¡La pensión de PacoRabal era de 100.000 pesetas y lamía de 50.000!

–Asunción Balaguer trabajó mu-cho tiempo con José Tamayo. Su

concepción escénica y su forma deentender la dramaturgia españolafue un auténtico revulsivo. ¿Cómodefiniría su escuela?

–A.Balaguer: Tamayo revolucio-nó la escena y la liberó de estereo-tipos. Creía en la capacidad de cadauno y no en las categorías. Nos en-señó humildad y aprendí que to-dos somos sustituibles. Favoreciómucho el espíritu de compañía, algoque ahora se ha perdido.

–¿Cómo ven a las nuevas gene-raciones de intérpretes en España?

–A. Soler Leal: Como en todo,hay quien tiene talento y quien no.Sólo los primeros triunfan y se adap-tan al teatro, que es lo más difícil.

–A.Balaguer: Yo creo que ahoraestán mucho más preparados por-que existen innumerables acade-mias y cursillos. Antes lo aprendíastodo en la escena porque apenas ha-bía una enseñanza teórica del oficio.Ahora salen muy preparados perosin trabajo. Antes, teníamos traba-jo pero no una preparación previa.

–¿Dónde podemos disfrutar deuna mayor calidad interpretativa, enla televisión, en el cine o en el teatro?

–A.Balaguer: La televisión seestá convirtiendo en una salida paramuchos actores pero no todo elmundo funciona bien en todos losmedios. Hay actores muy buenosante la pantalla pero que no fun-cionan en el teatro. Pero el teatroes la madre del cordero, es lo más di-fícil, y quien sabe hacer teatro sabeactuar en cualquier otro medio.

–A. Soler Leal: Desde luego eslo más sacrificado y lo que tiene másriesgo. Salir a escena es un examen enel que no es posible equivocarse. Enla pantalla todo se puede arreglar,pero en teatro no hay marcha atrás.

ITZIAR DE FRANCISCO

MERCEDES RODRÍGUEZ

Balaguer: “Esta obra des-

taca por su humor y por la

ausencia de teatralidad. Lo

que sucede en escena es

como si estuviera ocurrien-

do de verdad, son problemas

y situaciones muy reales”

Soler Leal: Yo vivo en Bar-

celona y el teatro de allí, que

casi siempre se hace en ca-

talán, es muy moderno, in-

cluso un poco difícil a ve-

ces. La cartelera de Madrid

es más asequible”

MERCEDES RODRÍGUEZ

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T E A T R O

DD AA NN ZZ AA

DESDE que el teatro de LaScala fue inaugurado en1778 su Ballet ha aportadoa la danza figuras clavecomo el innovador Salvato-re Viganó, –que desarrollóel papel del cuerpo de bai-le–, el bailarín, maestro yteórico Carlo Blasis, –quetuvo un papel decisivo enel desarrollo de la técnicadel ballet clásico–, y másadelante el gran maestroEnrico Cecchetti, tan im-portante para la formaciónde los bailarines rusos y, enla última etapa de su vida,director de la ilustre escue-la del Ballet de La Scala. Laapertura de la compañía italiana abailarines internacionales y la ex-portación de figuras ilustres de ladanza procedentes de La Scala, es-pecialmente durante la Rusia impe-rial, tuvieron una gran importanciapara el desarrollo de la danza escé-nica occidental. Bailarinas asociadascon La Scala y su escuela fueron Ma-rie Taglioni, Carlotta Grisi, FannyCerrito, Lucile Grahn, Pierina Leg-nani, y más recientemente la granCarla Fracci, Luciana Savignano,

Paolo Bortoluzzi o Alessandra Ferri.La compañía guarda en su reperto-rio grandes clásicos (incluídos variosmontajes realizados por Rudolf Nu-reyev) y obras destacadas de los co-reógrafos más representativos del si-glo XX, entre ellos Michel Fokine,Léonide Massine, George Balan-chine, Roland Petit, John Cranko,Kenneth Macmillan, John Neu-meier, Maurice Béjart, Jerome Rob-

bins, Jiri Kylian o William Forsythe.Para su temporada en el Teatro

Real el Ballet de La Scala, bajo la di-rección de Fréderic Olivieri, ha ele-gido un programa triple: Tema y Va-riaciones de Balanchine, The Cage deJerome Robbins, y como contrasteal repertorio estadounidense, LaConsagración de la Primavera deMaurice Béjart, todos incorporadosel año pasado en el repertorio de lacompañía. En 1947 Balanchine reci-bió un encargo de los directores del

American Ballet Theatre: la creaciónde un ballet con la música del últimomovimiento de la Suite n°3 en Sol Ma-yor para orquestade Tchaikovsky quepodría aprovechar la técnica y ele-gancia del bailarín Igor Youskevitch.La obra, de media hora, con 12 va-riaciones para la pareja principal, so-listas y cuerpo de baile, fue creada enun tiempo récord de 39 horas y leaportó al coreógrafo renovador la

oportunidad de rendir un inteligen-te homenaje a la gran tradición delballet ruso que le había formado, aPetipa y al compositor, en cuya par-titura se apoyó Balanchine.

Insectos como inspiración. Cuatroaños más tarde el New York City Ba-llet, dirigido por Balanchine, estrenóun nuevo ballet del americano Je-rome Robbins, coreógrafo estable dela compañía, conocido también porsus excelentes creaciones para el tea-

tro musical en las cuales la danzaasumía un papel principal y orgáni-co. Se trataba de The Cage (La Jau-la), con música de Igor Stravinsky,una dramática y despiadada visióndel mundo de los insectos dondelas hembras devoran a los machosuna vez terminada la copulación. Elcrítico Edwin Denby describió TheCagecomo “implacable, disciplinada,de visión clara y precisa”.

Para terminar, una lec-tura particular de La Con-sagración de la Primavera,estrenada con gran éxito en1959, en la cual un jovenBéjart, que hasta entoncesprefería investigar corrien-tes más contemporáneas,volvió a una partitura com-pleja ya explorada por otroscoreógrafos, para conver-tir la historia del sacrificioritual en un himno vitalis-ta y universal al amor.

Las seis actuaciones dela gran compañía italiana(los días 6, 7, 8, 9 y 11)constituyen el 50% de laprogramación anual dedanza del coliseo, que másadelante se completará conla invitación al English Na-tional Ballet. La creación

de un público interesado porla danza, fiel, informado y capaz derealizar una crítica fundamentada esuna labor de años. Requiere unavisión comprometida, paciencia yvoluntad presupuestaria y mediá-tica. Cuesta comprender por quéuno de los pocos teatros públicos deEspaña capaces de realizar una pro-gramación de gran formato relega ladanza a una presencia meramentesimbólica.

LAURA KUMIN

El Teatro Real comienza lanueva temporada con el Ba-llet del Teatro de La Scala deMilán, compañía cuya larga eilustre trayectoria está ínti-mamente ligada a la historiadel ballet europeo. El pro-grama reúne coreo-grafías de Balanchine,Robbins y Béjart.

El ballet italiano se presenta el día 6 con piezas de Balanchine, Béjart y Robbins

La Scala baila en el Real

EE SS CC EE NN AA DD EE LL AA CC OO NN SS AA GG RR AA CC II ÓÓ NN DD EE LL AA PP RR II MM AA VV EE RR AA ,, DD EE MM AA UU RR II CC EE BB ÉÉ JJ AA RR TT

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C I N E

“Huyo de la idea de intelectualizar lo que hago”

El singular cineasta Terry Gilliam tie-ne dos películas terminadas que pre-sentará al mundo en apenas una sema-na. En el 62 Festival de Venecia que comenzó anochecompite estos días con El secreto de los hermanos Grimm –quellega a salas españolas el próximo día 9–, mientras que en elfestival de Toronto, que comienza el próximo jueves, par-

ticipará con Tideland. El ex deMonty Pyton, autor de filmes tanimpactantes y rebosantes de ima-

ginación como Brazil o 12 monos, ha hablado con El Cul-tural justo antes de su visita a Venecia. Además, repasa-mos la programación de un certamen que este año secaracteriza por su capacidad para aunar arte y espectáculo.

Terry GilliamÉRASE una vez un tipo excéntrico,gracioso y algo incomprendido. Al-guien cuya pasión por explorar los lí-mites de la imaginación le llevó aadentrarse en uno de los mundosmás fértiles de la ficción: el creadopor los hermanos Grimm. Para nocaer en lo predecible mezcló la fan-tasía de sus cuentos con dosis derealidad, que ilustró a través de la re-lación entre los dos hermanos –in-terpretados por Matt Damon y He-ath Ledger–, fabricando así unbrebaje mágico bautizado como Elsecreto de los hermanos Grimm.

Para obterner la poción desea-da, tuvo que pelear legendarias ba-tallas como la de “la nariz”. Una tri-fulca que se originó cuando su señorfeudal –el caballero Harvey Weins-tein, productor y hombre de grandesfortunas–, insistió en eliminar unaprótesis nasal de uno de los prota-gonistas por juzgar que quedaría“irreconocible”. Hubo más broncas,y aunque no corrió la sangre, sí quehicieron mella en nuestro héroe, ellegendario Terry Gilliam (campesi-no de Minessotta nacido en 1940).Un hombre único e irrepetible, ca-paz de luchar por mantener la inte-

gridad de su imaginación incluso apesar de salir perdiendo, como elfrustrado intento de llevar la vida deDon Quijote a la gran pantalla. Algoque planea hacer “cuando se solu-cionen todos los escollos legales”.

–¿Por qué decidió hacer esta pe-lícula?

–Porque necesitaba el dinero yestaba en la calle pidiendo limosna

(risas). No, en serio, creo que fue lapelícula que me quería hacer a mí.No me dajaba tranquilo. Me gusta-ba la idea de los dos hermanos ti-madores que se aprovechan del pue-blo llano haciendo ver que tienenpoderes. Además, siempre me hangustado los cuentos. Hacer esta pe-lícula me ha permitido vengarme delo que sus cuentos [de los Hermanos

Grimm] le hicieron a mi mentecuando era pequeño.

El rey desnudo–¿Alguno que le gustara más que

el resto cuando era niño?–Desafortunadamente mi favo-

rito fue escrito por Hans ChristianAndersen. Es El traje nuevo del em-perador. El que cuenta que todos

Venecia62

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le dan la razón al emperador que estádesnudo pensando que lleva un tra-je estupendo y es un niño el que seatreve a decir la verdad. De algunaforma es la esencia de cómo inter-preto las cosas. Cualquier cosa quehaga, por más rara o rocambolescaque parezca, tiene un aire de ino-cencia. Intento huir de la idea deintelectualizar lo que hago.

–¿Hay algún cuento que le asus-tara de pequeño y que haya lleva-do consigo desde entonces?

–No. Y eso es lo extraño. Nohubo ninguno que me asustara.Todo lo contrario. Me fascinaban.Creo que las primeras pesadillas queme llegaron de algo externo fueronlas que padecí con El ladrón de Bag-dad. Cuando (el protagonista) sequeda atrapado en esa telaraña gi-gante y le atacan las arañas. Me des-pertaba por la mañana con las sába-nas enrolladas en mi cuerpo,gritando. Como ves, otro símbolo de

sentirse atrapado. Nosé si alguien lo ha no-tado pero en todas mispelículas hay jaulas.De alguna forma es la base de todafantasía y de la imaginación. Esca-parse de la prisión que supone larealidad. Cuando era joven quería vi-vir en otras épocas, o lo que fuera.Ahora ya no escapo sino que quiero

tener la posibilidad de ver el mundode la forma que quiero verlo. Y de al-guna forma animar a otra gente a queconstruyan el mundo más que de-jar que otra gente lo haga por ellos.Ahora recuerdo que hubo un pun-to justo antes de abandonar Améri-ca que estaba en la playa de SantaMónica con mi novia. El sol se es-taba poniendo, se oía con fuerza el iry venir de las olas acompañando elcanto de las gaviotas. Estaba ena-morado. En ese momento empecé acuestionar si realmente era así o si es-taba programado para creerlo por lacantidad de anuncios que te dicenque así tiene que ser.

Contra el sistema–Mucha gente considera Brazil

su obra maestra. ¿Está de acuerdo?–Digamos que será la película por

la que seré recordado. La que pro-bablemente ha tenido más impac-to y la gente todavía hoy habla sobreella. Incluso los jóvenes. Algunosque dicen que Brazil es una pelí-cula muy actual y se preguntan cómopude hacerla hace tantos años. Lesdigo que el mundo siempre ha sidoasí (como lo describo en la pelícu-la). En la época que hice Brazil tam-bién había terrorismo. Lo que pasaes que a la gente hay que recordár-selo constantemente. De algunaforma fue el filme más catártico quehe hecho, ya que tenía un gran sen-

timiento de iraembotellado ymuchas cosasque quería sa-car de dentro.Cosas contra elsistema. En esesentido siguesiendo una pe-lícula especta-cular. Todas laspelículas tie-nen significa-dos distintos

para mí, pero no las veo con fre-cuencia. Casi nunca.

–¿Cree que debe justificar su po-pularidad con mensajes revolucio-narios o “molestos” para algunos?

–Todo lo que he hecho y dicho se

origina desde el momento en queme doy cuenta de que el mundo noes un lugar perfecto. Ese descubri-miento me crea malestar y, comoconsecuencia, no paro de hacer rui-do. No tiene nada que ver con serpopular. Es una de las razones por lasque no me gustan los admiradores.Porque tienen expectativas a la horade conocerme. Es como dijo JohnLennon: “Son todos unos jodidoscampesinos” (risas). Cuando no ha-ces lo que esperan quedan desen-cantados.

–Usted habla de que no quieresentirse propiedad de nadie, sin em-bargo está casado.

–Lo sé. Pero eso no quiere decirque esté disfrutando del matrimonio(risas). Es duro porque soy una cria-tura muy independiente. Mi pro-blema es que tengo una gran esposa.No es que sea mi dueña sino que meprotege. Llevamos casados 37 años.Mucho tiempo sufriendo. (risas)

–A veces se asocia a gente congran imaginación con aquellos quehan sufrido situaciones traumáticaso infancias difíciles. ¿Pero ese no essu caso, no?

–No, qué va. Tuve una infanciamagnífica aunque parezca mentira.Ni me encontré solo ni nada. Vivíaen el campo con unos padres estu-pendos. Por cierto que mi madre haestado escribiendo su autobiografíay he leído algunos pasajes y me des-cribía como el hijo perfecto. Estabajugando fuera todo el día, disfru-tando de la vida y leyendo libros.Una vez me metí en el tema de loscuentos, quise ser un caballero me-dieval, pero no es que huyera delmundo real. Todo lo contrario. Meencantaba. Quizás esto sea lo inte-resante. Cuando veo películas fan-tásticas me da la sensación de queson un método de escapismo. Se vanhacia otros mundos. No tienen nin-guna relación con el nuestro. Creoque mi mente está en medio de todoesto. Me gustan ambos mundos.

–¿Cree que todo el mundo tie-ne el mismo poder de imaginaciónsólo que no saben explotarlo?

–No sé. Antes pensaba que mi vi-sión del mundo era la misma que la

del resto de la gente. Me sorpren-día cuando la gente me decía quemis creaciones o mis ideas eran raras.A mí me parecía normal lo que yo ha-cía. Creo que quizá sí que yo tengauna imaginación más intensa queotra gente. Lo interesante, porejemplo, fue que en la década de los60, cuando empezó a circular el áci-do, yo nunca tomé. Me preocupa-ba porque lo que la gente me des-cribía eran cosas que yo ya veía sinnecesidad de la droga. Me temía quecon ácido mi imaginación iría muchomás allá, y no quería arriesgarme.

–¿Se considera un incompren-dido?

–No creo que sea tan difícil decomprender. Mi actitud sobre todolo que hago es que haya suficientegente que le guste lo que hago y quesu presencia justifique la inversiónque se ha hecho en la película. Esoes todo. Para mí todas mis películashan sido rentables. Ninguna de ellasha sido un gran éxito de taquilla,pero las que han funcionado mejorse hicieron con poco dinero. Así quesegún mis teorías, todas mis pelí-culas son comerciales. Lástima queHollywood no opine lo mismo.

Libertad y confianza–De la época que participó con

Monty Python, ¿qué es lo queaprendió o se llevó consigo?

–Supongo que confianza. Era-mos libres de hacer lo que quería-mos. Nadie nos decía nada y des-cubrimos que había millones depersonas que disfrutaban con nues-tras creaciones. Eso te da confian-za. Es por esa razón que me meto enestas batallas. Porque me sorpren-de que me digan qué es lo que ten-go que hacer. Ya sé lo que tengo quehacer. Mira mi pasado, lo que he he-cho. Todo el mundo dijo que lo deMonty Python no iba a funcionar, ymira. Algunos no confiaron en mispelículas, y mira. Pero no es una con-fianza total. Tenía tan poca confian-za en mí mismo antes, que la que headquirido con los años sólo me hapuesto en una mejor posición.

FERRÁN VILADEVALL

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“Para mí todas mis películas han sido rentables. Ninguna de ellas ha sido un gran éxito de taquilla, pero las que han funcionado me-

jor se hicieron con poco dinero. Según mi teoría, todas mis películas son comerciales. Lástima que Hollywood no opine lo mismo”

“Hacer esta pe-

lícula me ha

permitido ven-

garme de lo que

los cuentos de

los hermanos

Grimm le hicieron a mi

mente cuando era pequeño”

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66 22 FF EE SS TT II VV AA LL DD EE VV EE NN EE CC II AA .. PP RR OO GG RR AA MM AA CC II ÓÓ NN

COMO Cannes o Berlín, el Festival deCine de Venecia tiene también suenvidiable nómina de nombres pro-pios, acaso no tan fieles ni resplan-decientes, pero de un interés másque probado en este luminoso es-pectáculo, mitad mercado, mitadarte, que es el cine. El éxito de esta62 edición del festival, tal y como sos-tiene su director Marco Müller, pasaprecisamente por la necesidad deromper esa barrera que separa arte deindustria, de dar con películas quemerezcan entrar en el limbo de loscinéfilos pero también en el paraísode las taquillas. Pretende que los fil-mes hablen por sí mismos, ajenos acriterios ecuménicos o a si respondena la llamada del cine de autor o delcine de palomitas: “Un filme pue-de ser muy divertido, pero tambiénmuy inteligente”,asegura, a pesar deque este año tampo-co ha venido WoodyAllen (viejo amigodel festival) a darle larazón.

Así que con unpie aquí y otro allá, elresultado es una pro-gramación que se justifica a sí mismacon una sección oficial a concurso dedieciocho películas, en la que cabetanto la reválida en la dirección de lasuperestrella George Clooney (GoodNight and Good Luck, en la que aca-so podamos comprobar si su estu-penda ópera prima en realidad erasuya), como la nueva entrega deldirector más jovial de Europa, el lusoManoel de Oliveira, que a sus 96años presentará su película 38, Es-pelho magico.

De un extremo a otro caben pro-ducciones chinas, francesas, portu-guesas, norteamericanas, británicas,

rusas... y, por supuesto, italianas.Nada menos que seis largometrajescon participación local competiránpor el León de Oro, lo que al me-nos invita a pensar que este año losorganizadores han barrido para casamás de la cuenta. Y eso que Benig-ni finalmente no ha llegado a tiempo.Moretti tampoco está. ¿Entonces?Abel Ferrara, figura no menos inter-nacional, competirá con Mary, don-de Juliette Binoche da vida a unaactriz obsesionada con María Mag-dalena. El resto de la representa-ción patria corresponde al incansablePupi Avati (La seconda noptte di noz-ze), al director de Sostiene Pereira, Ro-berto Faenza (con I giorni dell’abban-dono), y a la directora CristinaComencini (La bestia nel cuore). Ade-más, la inversión italiana también

se dejará ver en los trabajos francesesGabrielle, del casi siempre interesan-te Patrice Chéreau, y en Lés amantsréguliers, dirigida por Phillipe Ga-rrel. La necesaria cuota francesa decualquier festival que se precie que-dará completa con el trabajo de Lau-rent Cantet Vers le sud.

Horizontes españoles. De cine es-pañol, a falta de un Amenábar paraque vuelva a arrasar con el tipo decine que gusta en Venecia (comercialpero suficientemente artístico), lojustito. En la sección “Horizontes”estrenará Isabel Coixet La vida secre-ta de las palabras, mientras que Jau-me Balagueró también participa sinderecho a premio con Frágiles. Queambos hayan rodado en inglés y conactores internacionales (Tim Rob-

bins y Sarah Polley, ella; Calista ‘AllyMcBeal’ Flockhart, él) da que pen-sar sobre el tipo de cine español quequieren los programadores. Sirva deconsuelo que el corto Contracuerpo,del madrileño Eduardo Chapero-Jackson, sí se ha rodado en españoly ha conseguido colarse para compe-tir en su correspondiente categoría.

Otras citas de interés, volviendo ala Sección Oficial de largometrajes,corresponden a directores tan apre-ciados bajo la fórmula “arte + co-mercio” como el brasileño FernandoMeirelles (Ciudad de Dios) o el corea-no Park Chan-wook (Old Boy). Ten-dremos la oportunidad de saciar lasexpectativas creadas en torno a elloscon El jardinero fiel, una insólita co-producción de Gran Bretaña, Kenia yAlemania, y con Sympathy for Lady Ven-geance, en la que el coreano se pasa ala comedia sin olvidar su talento para elthriller. Sumándose a la representaciónobligada de cine asiático, el hongkonésStanley Kwang compite con Chang-hen ge, mientras que el taiwanés AngLee lo hace con Brokeback Mountain,si bien el filme es una producción conel sello norteamericano de los westerns

El cine español, a través de Coixet y Balagueró, participa fuera de concurso

Entre George Clooney y Oliveira

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(género al que vuelve tras la desme-dida Hulkacaso para sacarse la mala es-pina de Cabalga con el diablo).

Más cine en habla inglesa: apartedel interesante regreso de Terry Gi-lliam con El secreto de los hermanosGrimm (superada ya la frustración desu imposible Quijote y con otra pelí-cula en cartera, Tideland), el otro britá-nico a competición, John Madden, po-dría dar la sorpresa con Proof, dondeAnthony Hopkins interpreta a un bri-llante matemático con disfuncionescerebrales (uno de esos papeles idea-dos para el Oscar). Y de título tan in-die como su hacedor, el americanoJohn Turturro participa con su terce-ra experiencia detrás de la cámara enRomance & Cigarretes, un “dirty musi-cal” que sucede en Nueva York.

Personalidad americana. Las sec-ciones paralelas tienen también unmarcado acento americano, con pre-ferencia por cineastas consagradosy de probada personalidad. Fuera decompetición se proyectarán comoanticipo algunas de las produccionesestadounidenses que pronto ocu-parán nuestras salas, como los nue-vos trabajos de Ron Howard (Cin-derella Man), Steven Soderbergh(Bubble), Tim Burton (La novia ca-dáver), Cameron Crowe (Elisabeth-town), John Singleton (Four Bro-thers) o Lasse Halström (Casanova).La sección “Horizontes”, sin em-

bargo, apuesta por uncine más secreto, pro-picio a las sorpresas,con nombres comoWerner Herzog (TheWild Blue Yonder) o¡Franco Battiato!(Musikanten), de nue-vo detrás de la cáma-ra. Así, manteniendoel tipo entre el cieloy la tierra, sigue enmarcha el festival decine más anciano delmundo.

CARLOS REVIRIEGO

LA tradición narrativa del realismoencuentra en las películas de Fer-nando León de Aranoa una vía re-flexiva que abre la puerta a la in-dagación lírica y al juego dialécticocon la función del imaginario sin de-jar de tener presentes sus referentessociales. Bajo diferentes pretextosargumentales, sus imágenes mues-tran la capacidad de la fantasía paraembellecer la vida, nos hablan delpoder de la imaginación para re-crear una existencia distinta y mejorque la verdadera, desvelan a la re-presentación como refugio de la rea-lidad y radiografían el impulso so-ñador que le permite al ser humanofantasear con una salida reconfor-tante para sus carencias.

Un breve cuento literario (La-piceros), el cortometraje Sirenas, laspelículas Familia, Barrio y Los lu-nes al sol muestran la coherencia deun discurso que las imágenes dePrincesas prolongan ahora desdeidéntica perspectiva. Los adoles-centes periféricos y los trabajadoresen paro de los dos últimos títulos de-jan paso aquí a las prostitutas ca-llejeras que se sueñan a sí mismascomo princesas. Se configura deesta forma un compacto tríptico so-bre la marginación social que semueve entre las coordenadas delrealismo y la vena fantasiosa quedespliegan sus protagonistas.

Unos y otros necesitan creer quehabitan un mundo mejor cuando seaferran a los simulacros que les ayu-dan a sobrevivir. Así son tambiénCaye (Candela Peña) y Zulema(Micaela Nevárez), dos putas dearrabal –una española y otra domi-

nicana– que se miran como rivales,pero que aprenden a convivir enmedio de un desolado descampadoo dentro de la peluquería en la quese refugian con otras compañeraspara compartir su soledad, a la es-pera de ese día que ocurre una solavez en la vida, al abrigo de una nos-talgia que sólo puede ser del futu-ro soñado.

El problema consiste aquí, a di-ferencia de lo que ocurría en Ba-rrio y en Los lunes al sol, en que lapuesta en escena ilustra esas ideassin que éstas lleguen a encarnar enverdaderas imágenes. El discurso lí-rico que trata de poetizar la sordidez(propio de unas prostitutas que sólopueden ser creación de FernandoLeón de Aranoa) se confunde de-masiadas veces con una represen-tación que embellece la realidad. Ladistancia entre los anhelos de lasprotagonistas y la mirada del cineas-ta se difumina de igual manera queel uso generalizado del teleobjetivoaplana y emborrona los escenariospor los que se mueven los perso-najes hasta casi abstraerlos del mun-do real. El guión sustituye a la vidacomo ciertos videoclips insertos en

el relato (otra forma engañosa depoetización: véase la secuencia delas prostitutas en la calle mientrassuena el tema Mi vida) desnatura-lizan el supuesto realismo del retra-to social.

Algunos hallazgos de concepto(la historia no trata tanto de la pros-titución como de la vida cotidianade las putas) y de planificación (lautilización expresiva de los cristalesy de las ventanas) conviven con al-gunos clichés demasiado equívocos(esa peluquería que parece salida deuna sitcom televisiva) y con ciertas fi-guras que devienen estereotipos (lamadre de Caye es un personajeconstruido sobre el mismo andamioque sostenía al del padre de Manuen Barrio). Permanece, eso sí, unmundo reconocible como propio yexclusivo de su creador dentro deun cuento que alienta expresas pre-tensiones redentoristas, situado amedio camino entre la fábula y elrealismo, pero sin que las imáge-nes de Princesas parezcan saber quélugar o qué diapasón otorgar a cadauna de estas dimensiones.

CARLOS F. HEREDERO

PPRRIINNCCEESSAASS

Director: FERNANDO LEÓN DE ARA-

NOA / Intérpretes: CANDELA PEÑA,

MICAELA NEVÁREZ, MARIANA COR-

DERO / Guionista: FERNANDO LEÓN

ESTRENO: 2 SEPTIEMBRE 113 MIN.

Una fábula incierta

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M Ú S I C A

Las mil caras de laQUE la lírica se ha convertido en unode los mayores focos de atracción de lacultura internacional no lo duda nadie,teniendo en cuenta los cientos demontajes que se llevan a cabo, con lle-nos a rebosar. Entre toda esta mare-jada de estrenos absolutos, revisio-nes y coproducciones múltiples,destacan las batutas. Es el año de KentNagano, norteamericano de origenasiático, esperanza “amarilla” de laCosta Oeste que viene a impulsar alinfinito a su casa, la Ópera de Los An-geles, con ganas de competir con elmismo Metropolitan. Vuelven a los fo-sos directores anclados en el camposinfónico, como Mariss Jansons, Chris-toph Eschenbach, Riccardo Chaillyo Lorin Maazel. Y abundan los estre-nos, menos en España, entre los que

destacan los norteamericanos que hanencontrado un filón en su literatura.

Tres eventos abren la temporadalírica, cada uno con característicasmuy diferentes. El primero un estre-no mundial con el que la DeutscheOper de Berlín –la mediana entrelas casas líricas de la capital germana–quiere dar primero, por si acaso die-ra dos veces. Eim Atemzug-Die Odysseees una obra de Isabel Mundry, una fi-gura bastante reconocida en Alema-nia. Antigua alumna de Hans Zender,galardonada con el “Boris Blacher”,está muy vinculada a Berlín y ha sidoubicada en la órbita de Heiner Goeb-bels. El montaje se verá con direcciónescénica de Reinhild Hoffmann yofrece la segura batuta de Peter Run-del en el foso (Deutsche Oper Berlin,

7 de septiembre). El segundo tienelugar al otro lado del Atlántico. Allí, laÓpera de Los Angeles se decanta poruna pieza cómica francesa, La Gran-de Duchesse de Gerolstein, de JacquesOffenbach y se la encomienda, nadamenos, que al director de Pretty Wo-man, Garry Marshall.

Vuelve Von Stade. El reparto está en-cabezado por una figura que parecíamedio retirada, Frederica von Sta-de, pero siempre genial, acompañadade Paul Groves, Anthony Laciura yRod Gilfry (Los Angeles Opera, 10 deseptiembre). El tercer acontecimien-to tiene lugar en París, y está prota-gonizado por una obra poco habitualen el repertorio, Cardillac de PaulHindemith. Gérard Mortier ha reu-

La cartelera lírica inter-nacional vuelve con fuer-za esta temporada. Elprotagonismo correspon-de, en este curso, a las ba-tutas. Algunas regresancon timidez, como MarissJansons o Christoph Es-chenbach, y con retos te-mibles. Otras vienen asentar cátedra, como Ric-cardo Chailly con Verdiy Lorin Maazel en Pucci-ni. Emerge la potente vozde Kent Nagano, con unpie en Europa y otro enEstados Unidos, que im-pulsa al primer plano a laÓpera de Los Angeles,cada vez más influida porsu vecina Hollywood.Nacen varios estrenos ab-solutos que confirman lavitalidad norteamericanagracias a John Adams, To-bias Picker y el cinema-tográfico Elliot Golden-thal. Europa mantiene eltipo gracias a la finlande-sa Kaija Saariaho. Y per-duran las estrellas desiempre: Barenboim,Mehta, Domingo, PeterSellars o Bob Wilson.

Los estrenos y el regreso de las grandesbatutas protagonizan el curso lírico

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nido un importante conjunto de in-térpretes, donde figuran el citadoNagano –buen recreador del mundolírico del siglo XX–, Angela Denoke,Christopher Ventris, Charles Work-mann, mientras que la producción sela concede a André Engel, muyapreciado tras su montaje de K, la

ópera de Manoury (Opéra Natio-nal de Paris, 24 de septiembre).

Poco a poco la obra póstuma, einacabada, de Arnold Schoenberg,Moses und Aaron, va entrando en losteatros líricos. Curiosamente en estatemporada son dos centros geográfi-camente muy próximos, Munich y

Viena, los que parecen decididos acompetir en este ámbito. La ciudadbávara, medio despide con una delas creaciones más difíciles del re-pertorio a Zubin Mehta –cuya labormuniquesa no se sabe si valorar conmás pena o más gloria– y enco-mienda su montaje a un hombre se-

guro, David Poutney. Como prota-gonista, el todoterreno John Tom-linson (Bayerische Staatsoper, 28 dejunio). Por su parte, los austriacosacuden a una figura como Willy Dec-ker que, por mucho que se equivo-que, suele pinchar en carne. Más lla-mativa, e insospechada en estaslides, resulta la batuta. Que Danie-le Gatti va hacia arriba no lo niega na-die –y más si acaba confirmándosesu posible aterrizaje en la Scala– conlo que triunfar con una pieza comoésta en la Viena heredera de la Se-gunda Escuela, confirmaría las ten-dencias. Para ayudar, dos nombresimportantes: Franz Grundheber,muy querido en aquellos pagos, yel tenor Thomas Moser (WienerStaatsoper, 3 de junio).

Wilson y la Tetralogía. Wagnersiempre es un referente y, si cabe,más en los últimos años. En estaocasión los ojos –si cabe más que losoídos– deberán estar atentos a lavisión que de dos obras trascenden-tes llevará a cabo Robert Wilson ysus bien desarrolladas tendenciasminimalistas. El Châtelet de Parisha tirado la casa por la ventana paraofrecer, nada más y nada menos,toda la Tetralogía, recuperando (ytransformando) la producción que elregisseur americano hizo para Zurich.En el foso estará un personaje queraramente lo frecuenta, el alemánChristoph Eschebanch, junto con suOrquesta de París a la que está apunto de decir “au revoir”. Arriba,un reparto de primera que incluye aPlácido Domingo, sentando cátedracomo Sigmund, Jukka Rasilainencomo Wotan, Linda Watson, PetraMaria Schnitzer, Jon Frederic West,y algún lujo como el barítono –yapreciado liederista– DietrichHenschel como Gunther en el Oca-so de los Dioses. El mismo Wilson setrasladará a la Ópera de Los Ange-les de la mano del propio Plácido

Domingo para interpretar Par-sifal, con el omnipresente Na-gano y la buena compañía deMatti Salminen (26 de no-viembre, Los Angeles Opera).

A no olvidar otras dos citas

ópera que vieneEENNSSAAYYOO DDEE EEIINNAATTEEMMZZUUGG -- DDIIEE

OODDYYSSSSEEEE DDEEIISSAABBEELL MMUUNNDDRRYY

EENN LLAA DDEEUUTTSSCCHHEEOOPPEERR DDEE BBEERRLLÍÍNN

UN acontecimiento mundial supone el estreno de Dr.Atomic, la tercera ópera –tras Nixon in China y The Deathof Klinghoffer– de John Adams (Massachusetts, 1947).El encargo de la Ópera de San Francisco ha vueltoa unir a ese incombustible tándem que conforma elcompositor junto al también norteamericano PeterSellars (ambos en la imagen). Éste último es también

el responsable del libreto que narra las últimas ho-ras del equipo de científicos y militares que ensaya-ron en el desierto de Nuevo Mé-xico el lanzamiento de la primerabomba atómica. Donal Runniclesdirige a un reparto encabezadopor el barítono Gerald Finley.

Peter Sellars y el Dr. Atomic

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BERN

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wagnerianas. Lohengrin revive enViena. El montaje es de Barry Koski–que va precedido de una fama de“enfant terrible” que asusta– y en elterreno musical se mira a un ruso ger-manizado, Semyon Bychkov, queviene apoyado por un reparto decierto peso, aunque un tanto mor-boso: Kwangchul Youn, Johan Bo-tha, Soile Isokoski, Falk Struck-mann y, atención, Agnes Baltsa(Wiener Staatsoper, 3 de diciembre).Por su parte, Barenboim está dis-puesto a reverdecer sus éxitos bay-reuthianos con una nueva produc-ción de Tristán e Isolda. Elresponsable es un hombre valioso,Stefan Bachmann, reconocido enel mundo del teatro alemán. Y comosolistas, gente de la casa: Peter Seif-fert, René Pape, Katarina Dalayman,Roman Trekel y Michelle DeYoung(Berliner Staatsoper, 8 de abril).

Pucccini imprescindible. Si Wag-ner es imprescindible, Puccini nolo es menos. Hay abundantes mues-tras de interés. Así, la principal, se daen Londres. La Royal Opera ha de-cidido realizar una nueva producciónde Tosca, tantas veces vista en la in-terpretación de la Callas. Es la granapuesta del curso y se han decididopor una figura valorada en el terrenodramático en el Reino Unido, Jo-nathan Kent. Y para subrayar elacontecimiento, se ha reunido unreparto de lujo: la rumana AngelaGheorghiu, dispuesta a reinar en elCovent Garden, bien secundada porel mexicano Marcelo Álvarez y el ga-lés Bryn Terfel. En el foso, una ba-tuta musical y puccinianana como esla de Antonio Pappano (CoventGarden, 13 de junio).

Curiosamente, no es la única Tos-ca grande de la tempora-da. A orillas del Pacífico,Los Angeles apuesta porun director de prestigio,formado en la escuela in-glesa, que lo mismo poneen escena un musicalque un drama shakes-

peareano. Ian Judge regresa tras sureciente éxito con Romeo y Julieta ylo hace con dos pesos pesados, Vio-leta Urmana y Samuel Ramey, asícomo Salvatore Licitra para cantar el“Adiós a la vida” más célebre de lalírica. Mayor desconfianza suscitaKent Nagano en el foso, aunquenunca se sabe (Los Angeles Opera,19 de noviembre). Y no hay dos sintres. En la Scala, a partir de la cono-cida producción de Luca Ronconi,Lissner se ha traído de la oreja paraimpartir doctrina a su querido Maa-zel que, en sus tiempos vieneses,ya dio pruebas de que conoce bienal compositor de Lucca. El repartoes, nunca mejor dicho, otro cantar,

aunque Daniela Dessì es capaz detodo. Otra cosa son Walter Fraccaroy Carlo Guelfi, si bien la batuta deMaazel puede hacer milagros (Tea-tro alla Scala, 13 de abril)

Inmensa curiosidad – o más bienhabría que decir morbo–, se generaante una nueva producción que laDeutsche Oper propone en Berlíndel Tríptico. Y no es tanto por un re-parto lleno de nombres sólidos comoCristina Gallardo-Domas, Paolo Ga-vanelli, Vincenzo La Scola o Alber-to Rinaldi, ni tampoco por la batu-ta, la artesanal aunque seria deStefano Ranzani. Es por el monta-je, encomendado a Katharina Wag-ner. Ni que decir tiene que una bis-

nieta del autor de Tannhäuser (es hijade Wolfgang) relea la Trilogía puc-ciniana tiene su aquel (DeutscheOper Berlin, 8 de enero).

No estamos en tiem-pos de buenas cosechasverdianas. Y resulta tris-te de constatar teniendoen cuenta que, al menos,hay más tenores que enotras épocas. En la próxi-ma temporada, sin em-

bargo, es una batuta la que se alzacon todo el protagonismo. RiccardoChailly afronta dos retos, uno en sucasa de toda la vida, Milán, y otroen la adquirida recientemente,Leipzig. La espantada de RiccardoMuti ha permitido el regreso deChailly a la Scala y lo hará nada me-nos que con Rigoletto, en la conoci-da y aparente producción de GilbertDeflo, con un reparto en principioadecuado: Leo Nucci, la húngaraAndrea Röst y Marcelo Álvarez(Teatro alla Scala, 24 de enero). EnLeipzig, con la Oper y la Gewand-haus bajo su absoluto control,Chailly promete con un Ballo in mas-chera, en la producción de Emma-no Olmi, que apuesta por figuras amedio conocer: Chiara Tagi, Fran-co Vasallo y Massimiliano Pisapia(Oper Leipzig, 12 de noviembre).

Rusia en alza. Y si la ópera verdia-na no está en su mejor momento, sinembargo sí lo está la rusa. Tres mon-tajes destacan en esta ocasión, aun-que por diferentes razones. LaStaatsoper berlinesa de Daniel Ba-renboim, con el maestro argentinoen el foso, se lanza a una nueva pro-ducción de la obra maestra de Mus-sorgski, Boris Godunov. Para ellocontará con un reparto de habituales(Uta Priew, Hanno Müller-Brach-mann, Alexander Vinogradov, Ka-tharina Kammerloher) presidido porel talante, y el talento, del bajo dela casa, René Pape, voz de modacomo pocos. La lectura estará a car-go de Dmitri Tcherniakov, figura enalza en la escena rusa (Berliner Staat-

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M Ú S I C A

EL éxito internacional de L’Amour de loin (El amor lejano) de la finlan-desa Kaija Saariaho (1952) ha sobrepasado ya el que obtuvieran sus com-patriotas Sallinen, Kokkonen o Rautavaara. La obravio la luz en el verano de 2000 en el Festival deSalzburgo. En el Théâtre du Châtelet de París sepodrá volver a escuchar el próximo marzo. Para esemismo mes se espera el estreno de su nueva ópe-ra Adriana Mater, encargo de la Ópera de París. Elescritor libanés, afincado en Francia, Amin Maa-louf es el responsable del libreto que narra la tor-tuosa historia de Adriana, joven habitante de un pueblo golpeado porla guerra –se supone que en los Balcanes– que es raptada y violada por unmiembro de su comunidad. El hijo que va a nacer, acabada la guerra,deberá enfrentarse a su pasado. En el foso, el también finlandés Esa-Pek-ka Salonen, mientras que la escena es responsabilidad de Peter Sellars.

PARA el próximo mayo se espera el estreno de la que será la primera ópe-ra del compositor Elliot Goldenthal (Nueva York, 1954), reconocido so-bre todo por ser el autor de un buen número de bandas sonoras como lasde Alien, Batman o Frida, ésta última premiada con un Oscar. Grendel,que así se llama la obra, es un encargo de la Ópera de Los Angeles y está

basada en la turbulenta novela épica de JohnGardner. La escena corre a cargo de la directora decine Julie Taymor (Titus, Frida), actual parejadel músico, que ya ha anunciado espectacularesefectos visuales muy al estilo de Hollywood.Steven Sloane dirigirá a un equipo vocal en elque destacan Denyce Graves y Richard Croft.

Saariaho y Maalouf, cita en París

Made in Hollywood

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soper, 11 de diciembre). Esta mis-ma ópera podrá verse en Bruselas,con Kazushi Ono, leído por KlausMichael Grüber, y con decoradosdel versátil artista español Eduar-do Arroyo. El veterano José vanDam puede funcionar en el rolprincipal. (La Monnaie, 18 deabril). Algo más al norte, en Ams-terdam, se tendrá el gusto de asis-tir, con total probabilidad, a la úni-ca aparición en el foso de unabatuta estrella, la de Mariss Jan-sons, sin duda suficiente garantíapara una obra que le va como po-cas, Lady Macbeth de Shostakovich.Con una producción de Martin Ku-sej, cuenta entre los protagonistasa Anatoli Kotsjerga, ChristopherVentris y Nikita Storojev (De Ne-derlandse Opera, 3 de junio).

LUIS G. IBERNI

CUESTA encontrar en las principales temporadas denuestro país propuestas que puedan en realidad cali-ficarse de auténticos acontecimientos. Frente a la ava-lancha de estrenos y recuperaciones del pasado año–Gaudí, L’Upupa, Elena y Constantino o La Dolores–,en esta ocasión es en la escena o en la calidad vocal don-de algunas producciones adquieren protagonismo ocierto morbo. Éste es el caso del prometedor DonGiovanni con el que el Teatro Real inaugura este mesel curso. La nueva lectura, encomendada a Lluís Pas-qual y con el solvente Víctor Pablo en el foso, reuni-rá a un reparto sólido: Álvarez, Bayo, Regazzo, Bros yGanassi. A destacar también el reestreno contempo-ráneo de La conquista di Granata de Arrieta, con LópezCobos al frente de un adecuado elenco. A la ABAObilbaína hay que agradecerle la programación de un tí-tulo tan difícil de escuchar en nuestro país como es Ru-salka de Dvorák. Para octubre se espera el montaje,proveniente de Lyon, que estará dirigido en lo musi-cal por el checo Jirí Kout y para cuyo papel principal secuenta con una soprano muy en alza, la norteameri-

cana Sondra Radvanovsky.Muchas miradas estarántambién puestas en la Salo-mé con la que arrancará ennoviembre la escueta tem-porada del Maestranza deSevilla. Supone el estreno dePedro Halffter en el podio yacomo superintendente de la casa y cuenta con el avalescénico de Willy Decker. Aparecen voces de presti-gio como las de Nancy Gustafson (en la imagen) oRené Kollo. De igual forma, merece valorarse el es-fuerzo de Oviedo de enfrascarse en una nueva pro-ducción, aunque sea de la algo rancia Favorita deDonizetti. Verá la luz en enero, firmada por el joven To-más Muñoz. Figuran buenas voces como las de Do-lora Zajick, Josep Bros y Stephano Palatchi. Ese mis-mo mes llegará al Liceo una nueva producción deWozzeck de indudable interés: el siempre polémico Ca-lixto Bieito asume la escena y, como contrapeso, eldirector musical de la casa, Sebastian Weigle. C. F.

España: la escena asume el riesgo

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LA temporada lírica empieza con un plato fuerte,aunque sea en versión concertante: dos sesio-nes dedicadas a Lohengrin de Wagner que se desa-rrollan en ciudades periféricas que habitualmen-te no cuentan con este tipo de repertorio: LaCoruña –para sus Amigos de la Ópera– y Sala-manca. Días 7 y 10 de septiembre, respectiva-mente. Alguien ha de-finido esta ópera comola plasmación dramá-tico-musical de unsueño inevitable de lahumanidad: hacer rea-lidad el imperio de lajusticia a través de unmilagro. Wagner veíaen Lohengrin al pro-totipo de artista mo-derno, una sombra desí mismo que es in-comprendido por el mundo circundante.

Lohengrin se aparta ya de la estructura dividi-da en números, aunque se establezcan períodosreconocibles, que llegan un poco más allá queTannhäuser y preconizan la melodía infinita, elrecitado cantado dramático del Anillo.Es una granópera romántica, como subrayaba Wagner, perodentro de ella hay mucho más. La armonía tie-ne un efecto casi tímbrico, que se inicia en el Pre-ludio, donde se expone, en los violines en divi-si, el gran tema del Grial, y se muestra después en

las relaciones tonales, que crean, como dice Dahl-haus, combinaciones musicales de reposo y agi-tación. Para estos conciertos septembrinos secuenta con una orquesta joven, en pleno ascen-so, la de Castilla-León, y con un Coro compe-tente, el Nacional Checo. Y, esto es lo impor-tante, con una batuta capaz de organizar con

soltura, la del ruso-ju-dío Semyon Bychkov,un músico solvente, noprofundo, pero inten-so, de gesto amplio ysugerente. Veremos sien esta ocasión alcanzael nivel que le hemosconocido reciente-mente en sus Strauss,preparándose ante elreto de hacer una nue-va producción en Vie-

na. El equipo de solistas viene encabezado por eltenor sudafricano Johan Botha (1965), un can-tante sólido, de emisión quizá un tanto engolada,de instrumento muy apto para el hijo de Parsi-fal. Otra cosa será la expresión, tan vívida y cálidaen esta ópera. La joven sueca Erika Sunnegardh,que anda cantando últimamente Turandots, seráElsa. Ojo, porque el personaje lo que pide es unalírica con cuerpo. Los muy dignos Petra Lang, Al-fred Walker, Johann Tilli (algo flojo de graves)y Ángel Ódena completan el reparto. A. REVERTER

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M Ú S I C A

El repasoLA clave del verano nos la han dado los titula-res. “Tamino viaja al asilo”, “Wagner va de cam-ping” o “Hule, formica y duralex” reflejan elcentro de la polémica y los fracasos rotundosde este verano festivalero. El público cada vezestá más harto de tomaduras de pelo de los di-rectores de escena y los abucheos han sido cons-tantes. Hasta para un dios en Pésaro como esRonconi. Algún artista también se ha rebela-do. Así María Bayo o Renato Palumbo con Mar-tinoty. La primera mantuvo una bronca feno-menal que afectó a sus nervios de cara a lainterpretación de Bianca e Falliero, donde fuepitada, aunque la crítica española se callase enuna muestra más de falta de respeto a la verdad.Y así Pésaro, Bayreuth y tantos otros han pasa-do con más pena que gloria. Villazón se conso-lidó en Salzburgo –cada día será más difícilverle en España– y Anna Netrebko, su parejaen Traviata, se llevó de calle a los nuevos mi-llonarios de su país. Una voz como tantas, peroposee lo que se lleva: fotogenia, bellas piernas yestupenda escena... Y una casa de discos pro-mocionándola a tope. A través de Radio Clási-ca, con criterios incomprensibles para elecciónde retransmisiones, hemos escuchado tenores ysopranos desgañitándose. Por cierto, ¿entrabaen las recomendaciones de los expertos delEnte tirar la casa por la ventana con dos locu-tores para una misma retransmisión de la finaldel Concurso de Piano de Santander? Porqueen la radio echamos mucho de menos los siem-pre sabios comentarios de Pérez de Arteaga, quesólo seguimos por TVE2. No hablo más por“Pietá, bel capo mio”.

Este verano han trabajado más por ahí fue-ra nuestras mujeres que nuestros hombres pero,la verdad, tampoco demasiado. Porque, si qui-tamos la conexión de Pésaro, ¿qué queda? Casinada: Beaumont en Salzburgo –atención a estamezzo– y Cantarero bajo paraguas liceísta en Sa-volina. ¿Qué pasa con los nuestros? Los festi-vales no los consideran. Por lo demás, Domin-go dejó claro en Londres quien es quién todavíay Barenboim hizo su agosto.

Lissner anunció ya sus planes para la Scalacon una clara renovación a cargo de sus ami-gos de siempre y algún extra de peso, pero noaclaró qué otras responsabilidades abandonaráy cometió el error de no incluir a Muti en su pro-gramación. Sus fans preparan con cañones eldebut de Harding en Idomeneo. BECKMESSER.COM

Bychkov prepara Lohengrin en España

LA Quincena Musical de SanSebastián concluye el sábadosu 66 edición con Fidelio deBeethoven. Se escuchará enversión de concierto, con di-rección del extitular de la Or-questa de Valencia, MiguelÁngel Gómez Martínez,quien, al frente de la Sinfóni-ca de Euskadi y el Orfeón Do-nostiarra, guiará a un correctoreparto encabezado por JayneCasselman, Robert Brubaker yAlan Titus. Para hoy se espe-ra la visita de la Joven Orques-ta Gustav Mahler con IngoMetzmacher en el podio yMatthias Goerne como solista.

LA actividad musical berline-sa parece no detenerse nun-ca. Hoy mismo comienza elMusikfest que hasta el próxi-mo día 13 reunirá en la sedela Filarmónica de la ciudad aalgunas de las más prestigiosasformaciones del mundo comolas Filarmónicas Checa y deLondres, la Concertgebouwo la de Cámara de Europa. Ma-rek Janowski, Thomas Adès,Daniel Barenboim, SimonRattle, Mariss Jansons o LorinMaazel son algunas de las fi-guras convocadas para esta edi-ción centrada en la música deleste y, en especial, la checa.

CON el apéndice “SeptiembreSinfónico” la Orquesta Nacio-nal de España propone parael próximo miércoles en el Au-ditorio Nacional un popularprograma americano con al-gunas de las más célebres com-posiciones debidas a autoresde ese país.Rubén Gimeno di-rigirá la Danza de la venganzadel ballet Medea de SamuelBarber y la Rhapsody in bluepara piano y orquesta de Gers-hwin, con Rosa Torres Pardocomo solista. Las Danzas sinfó-nicas de West Side Story, deBernstein, y El salón México, deCopland, completarán la cita.

Fidelio despide ONE en AméricaFiesta en Berlín

THOMAS KOST

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M Ú S I C A

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La Tetralogía del Liceo

CHARLES LLOYDJUMPING THE CREEK

C. LLOYD, SAXO

ECM 982 4130

DEDE su regreso en los80’ a la primera líneadiscográfica, a CharlesLloyd se le amontonan loséxitos. Su última creación,entre el arrebato improvi-sado del free-jazz y laenergía del post-bop,cuenta con la madurez deun soplo que se sabetriunfador de una largabatalla. Su edad –67primaveras–, no impide laagilidad y frescura de unfraseo que siempreencuentra salidascreativas en sus saxos altoy tenor, y esa suerte desoprano hindú que es eltaragato. Aquí, además, seacompaña de algunos desus más fieles aliados:Geri Allen (piano), RobertHurst (contrabajo) y Eric Harland (batería).Ocho piezas propias y dos vibrantes versiones de Ne me quite pas(Brel ) y Come Sunday(Ellington) conforman lacompilación. P. SANZ

Z. DE LA CRUZCONCIERTO ATLÁNTICO

G. GONZÁLEZ/L. SEGERSTAM

COL-LEGNO WWE 20242

EL Concierto para piano nº 1, Atlántico, encargo delFestival de Canarias de2001 muestra una de lasparticularidades de laautora madrileña: lahabilidad para conseguirefectos de poderosadimensión poética ymisterio partiendo de uncálculo muy meditado delos intervalos y de lasrelaciones armónicas. Enesta obra alcanza unahermosa síntesis entrefolclore canario e inspira-ción propia. Sonoridadesmuy sutiles, que recuerdanal mejor Bartók en algúnmomento, emanan delConcierto, tocado espléndi-damente por GuillermoGonzález y la OrquestaFilarmónica de Helsinkibajo la batuta de LeifSegerstam. La luz del aire(2000), Latir isleño (1998) y Soledad (1998) completanel programa, que acredita la valía de unacompositora. A. REVERTER

RICHARD WAGNER: TETRALOGÍA.POLASKI/STRUCKMANN/HALFVARSON/WATSON/BERKELEY

-STEELE/TRELEAVEN/SALMINEN/BRAUN, ETC. ORQUESTA Y COROS DEL LICEO. B.DE BILLY, DIRECCIÓN

MUSICAL. H.KUPFER, DIRECCIÓN ESCÉNICA. OPUS ARTE. 4 CAJAS/11 DVDS.

TIENE su mérito que una producción inicialmente no ori-ginal del Liceo sea comercializada por éste en DVD.La firma de Harry Kupfer como director de escena hasido fundamental en este sentido, pues pocos reúnen hoydía su calidad y su tirón comercial. La producción, enla que la iluminación juega un papel fundamental, nospresenta la lucha entre un mundo natural corrompido porla tecnología humana y, como no podía ser de otra forma,con momentos muyacertados y otros notanto. Sobrecogecuando Wotan, enEl oro del Rhin, ex-clama “Es el final” ybruscamente y conincreíble estrépitocae una rama secadel enorme árbol delas cenizas del mun-do en el que se cen-tra toda esa parte dela acción.

Bertand de Billydirige con fluidez,pero lejos de la pasión, emotividad o grandeza de lasbatutas bajo las que nos hemos acostumbrado a escucharel Anillo. De otro lado, es cierto que la Orquesta del Li-ceo ha mejorado mucho, pero aún se halla muy lejosde su homóloga en Bayreuth, como queda patente enbastantes episodios, “cabalgata” incluída.

Es sabido que estamos en plena crisis de determi-nados tipos de voces, los barítonos verdianos o los hé-roes wagnerianos. Así no es de extrañar que Richard Ber-keley-Steele o John Treleaven resulten un tantoforzados como Sigmundo o Sigfrido. Los años han pa-sado por Deborah Polaski, que conserva gran parte delpoderío de Brunhilda aunque dé menos la parte más frá-gil de su personalidad. Otro tanto le sucede a Linda Wat-son como Siglinda. Por su parte Falk Struckmann esun Wotan de autoridad mermada. No son sino los tiem-pos que corren y resulta muy difícil, si no imposible, reu-nir repartos completamente idóneos. En cualquier casoel esfuerzo ha valido la pena y ha quedado un ciclomuy aseado que muestra los grandes avances realizadospor el Liceo. GONZALO ALONSO

SHUMANN/BLOCH OBRAS PARA CHELO

PAAVO JÄRVI/TRULS MÖRK

VIRGIN 5 45664 2

AFINACIÓN, sentidoexpresivo, fraseo bienperfilado y sonoridad llenason armas del chelistanoruego Mörk (1961).Sobre ellas edifica lainterpretación del Conciertode Schumann, al queotorga, desde una ópticaheredera de la tradición,lirismo y reflexión. Nosupera su propia recrea-ción de 1994 para EMI,con la Radio de Colonia yVonk, más intensa y conmejor colaboraciónorquestal. En la modernaversión ha sustituido elcálido chelo Montagna de1723 por un más límpido yquizá menos vibranteStradivarius de 1713. Unbien cantado Kol Nidrei deBruch y un matizadoSchelomo, la singularrapsodia hebraica deBloch, completan el CD.Discreto y funcionalacompañamiento de laFilarmónica de RadioFrancia y Paavo Järvi. A. R.

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C I E N C I AFGE

COMO profesor universitario, y aho-ra que está a punto de comenzar unnuevo curso académico, me veo enla tentación de hacer un sucinto re-paso a algunas de las asignaturas que,desde mi óptica, quedan pendientesen torno al desarrollo de la ciencia enEspaña; en torno al puesto que en in-vestigación ocupamos y que debe-ríamos, por coherencia económica,ocupar en el ámbito internacional.

1. Universidad: cambiar la LOUSigue pendiente la modificación

de la LOU; hasta el momento actualno existe una propuesta al respectopor parte del Gobierno, aspecto queobviamente puede repercutir en el

desarrollo inmediato de los pilaresbásicos de la universidad: docenciae investigación. Por otra parte, la pu-blicación de los Reales Decretos55/2005 y 56/2005 de 21 de enero pa-sado establecen la estructura de lasenseñanzas universitarias (Grado yPosgrado) y agilizan la puesta enmarcha del proceso de armonizacióndel sistema universitario español alEspacio Europeo de Educación Su-perior (EEES).

La Unión Europea mantiene suobjetivo fundamental de coordina-ción de las políticas educativas de to-dos sus miembros; claro está, bajo elmáximo respeto a la diversidad deculturas y a la autonomía universita-

ria. En el proceso están desempe-ñando un papel decisivo las redes decolaboración de instituciones uni-versitarias europeas y el desarrollo deprogramas de movilidad interuni-versitarias.

No obstante, muchos académi-cos e investigadores españoles seplantean la viabilidad y convenien-cia del EEES, habida cuenta del altogrado de aceptación que tienennuestros investigadores actuales encualquier laboratorio del mundo, sinarmonización “anglosajona” de pormedio. El informe CRECE presen-tado por Joan Guinovart el pasado 20de junio en La Moncloa da cuentade la complementariedad de la ac-

tividad docente e investigadora en launiversidad.

Desde este prisma se proponeflexibilizar ambas actividades, sinque tengan que coincidir necesa-riamente año a año, y establecer me-canismos rigurosos de evaluación.En cualquier caso, y bajo ningúnconcepto, hay que alejarse del hechoindiscutible de que la Universidad,en su conjunto, debe representarel eje central de la investigación.

2. Becarios e investigación básicaBajo este eufemismo de “beca-

rio” se esconde uno de los aspectosmás acuciantes de la política cien-tífica española. 2005 representa un

El informe CRECE reciente-mente presentado por Joan J.

Guinovart sirve de base alcientífico José Antonio Ló-

pez Guerrero para analizarlas cinco asignaturas pendien-

des de la ciencia española ante el nuevo curso, entrelas que destacan la modificación de la LOU, la situa-ción de los becarios,las inversiones públicas y privadasy la necesaria expansión de la cultura científica.

Prioridades del nuevo cursoUniversidad, becas, fichajes, inversiones y divulgación, pendientes para septiembre

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Se invierte muy poco en investigación básica (0,15% de nuestro PIB), lo que dificulta notablemente el trabajo de los in-

vestigadores y la viabilidad de sus proyectos; somos uno de los países de nuestro entorno que menos patentes registra

año de lucha continua y de logrostímidos para la Federación de Jó-venes Investigadores (FJI/Preca-rios), quienes consideran que su tra-bajo de investigación sigue sin laadecuada consideración en el ámbi-to político y social, muy lejos de sushomólogos de la Unión Europea, ig-norándose las recomendaciones fun-damentales de la Comisión Europeadel 11 de marzo de 2005 relativa ala Carta del Investigador y al Códi-go de conducta para la contrataciónde investigadores.

Se invierte muy poco en inves-tigación básica (el 0,15% del PIB,frente a más del 0,30% de nuestroentorno económico), lo que dificul-ta notablemente el trabajo de los in-vestigadores y la viabilidad de susproyectos; somos uno de los paísesde nuestro entorno que menos pa-tentes registra (¡hasta 30 veces me-nos que Alemania!), lo que supone,por lo tanto, una tasa muy baja deconversión del trabajo en el labo-ratorio en innovación aprovechable,como señala la COSCE. Los beca-rios de investigación persiguen as-pectos tan superados en otros ám-bitos laborales como la dignificacióny protección de su función; esto es,cotización a la seguridad social, se-guro de desempleo y sustitución delas becas por contratos laborales entoda regla.

La estructura piramidal del ám-bito científico produce una drásticareducción de las oportunidades la-borales en los estamentos superio-res; por lo que, en muchos casos, alinvestigador no le queda otra sali-da que el abandono o emigración aotros países. La creación de contra-tos de investigación del tipo de losconocidos “Ramón y Cajal”, aunquerepresentan un claro avance, mue-ren en sí mismos, sin continuidadclara en la mayoría de los casos, porlo que una posible solución pasaríapor la realización de un importanteesfuerzo legislativo para la estructu-ración de una verdadera alternativacientífica paralela a la actual carrerafuncionarial.

3. Los “posdoc” y la excelencia.Una consecuencia lógica de lo

anteriormente expuesto, aunque nola única, es la formación de cientí-ficos españoles en el extranjero; loque empieza siendo un “posdoc”obligado para seguir en el “tren cien-tífico oficial”, acaba constituyendoen muchos casos, y ante la falta deofertas atractivas para la reincorpo-ración (que no reinserción), una al-ternativa indefinida a la investiga-ción en España. La fuga de cerebroses un hecho que preocupa a la Ad-ministración. Como he indicado an-teriormente, nuestros jóvenes (y notan jóvenes) científicos representanuna mano de obra muy “golosa” enla mayoría de los países punteros:EEUU, Inglaterra, Alemania oFrancia (básicamente por el mis-mo orden...).

En este sentido, el informeCRECE propone la creación de unaestructura de investigación alterna-tiva, con figuras contractuales eva-luables, pero indefinidas, tal y comoexisten en los mejores centros de in-vestigación del mundo. En cual-quier caso, la ciencia española cuen-ta con el trabajo de jóvenescientíficos de excelencia que se hanreincorporado tras un periplo pla-gado de éxito por los mejores labo-ratorios del planeta.

Este sería el caso de Oscar Marín(premio Eury: European Young In-vestigators Awards) y Ángel Barco(Marie Curie Excellence GrantTeam Leader), ambos del Institu-to de Neurociencias de Alicante; oMaría A. Blasco (medalla de oro dela Organización Europea de Biolo-gía Molecular), del Centro Nacionalde Investigaciones Oncológicas. Porotra parte, a lo largo del presente añose ha estado gestionando la definiti-va colaboración, sin renunciar a la in-vestigación en sus laboratorios ac-tuales, de algunos de los mejorescientíficos españoles, líderes mun-diales en sus respectivos campos. Eneste sentido cabe señalar a Juan Car-los Izpisúa, director del Centro deMedicina Regenerativa de Barcelo-

na e Investigador del Instituto Salkde San Diego, California; ValentínFuster, presidente del nuevo Co-mité Externo de Asesoramiento yEvaluación del Centro Nacional deInvestigaciones Cardiovasculares(CNIC) y director de la unidad car-diovascular del Mount Sinai Scho-ol of Medicine, Nueva York; y JoanMassagué (premio Príncipe de As-turias 2004), director del departa-mento de Biología Genética delCáncer, Memorial Sloan-KetteringCancer Center, Nueva York, presi-dente del comité asesor del ParqueCientífico y promotor del despeguedel programa sobre metástasis quedesarrollará el Instituto de Investi-gación Biomédica, ambos en Barce-lona.

4. Inversiones: interacción entreel sector público y privado.

España cuenta con una de lastasas de inversión privada en inves-tigación más bajas de toda la UniónEuropea. La ciencia española estáestructurada básicamente en tres pi-lares públicos: el Consejo Superiorde Investigaciones Científicas(CSIC), el Instituto de Salud CarlosIII (ISCIII) y la Universidad. Es-tos pilares muestran múltiples in-terconexiones entre sí, con otros Or-ganismos Públicos de Investigación(OPI) y con diferentes empresas pri-vadas. Las universidades, como con-junto que incluye a los hospitalesuniversitarios, forman un complejoinvestigador mayor que el CSIC;siendo frecuente, además, la consti-tución de centros mixtos CSIC-Uni-versidad como el Centro de BiologíaMolecular Severo Ochoa o El Ins-tituto de Investigaciones Biomédi-cas Alberto Sols. Desde la COSCEse le pide al CSIC que pase a trans-formarse en un activo para las uni-versidades y que estas últimas rei-vindiquen el fortalecimiento delprimero.

Un papel importante del ISCIIIpara el futuro sería, en este ámbito,favorecer e implementar una carre-ra científica en los hospitales. En

cualquier caso, y a pesar de consti-tuir organismos estatales depen-dientes del ministerio de Educacióny Ciencia (CSIC) o Sanidad y Con-sumo (ISCIII), su presencia en todoel territorio español implica de unaforma directa a las administracio-nes autonómicas; éstas, afortuna-damente, son cada día más activasy comprometen mayores presu-puestos en la promoción de la in-vestigación. Una vía prometedora deinteracción entre la investigaciónpública y privada la constituyen losParques Científicos, representan-do un entorno adecuado de interac-ción mutua entre universidades,centros de investigación, empresasy administraciones públicas. Sin em-bargo, el punto débil de estos com-plejos de investigación continúasiendo la financiación estable; éstees uno de los detalles cruciales queestá dificultando el despegue, entreotros, del Parque Científico de Ma-drid, creado por las principales uni-versidades madrileñas, a pesar dehaberse incorporado a su patronatoel CSIC, CIEMAT, Grupo Santan-der Central Hispano o el Ayunta-miento de Madrid, entre otros. Fi-nalmente, el reciente programa delISCIII de coordinación de redes te-máticas de centros de investigación,como la Red de Vacunas coordina-da por José Alcamí, podría constituirotra buena base de interacción cien-tífico-económica entre la Adminis-tración y la Industria.

5. Un puente: la cultura científica.Por último, no querría finalizar

sin mencionar la importante laborque representa la cultura científica;puente real de comunicación de losinvestigadores y la sociedad. El Mi-nisterio y los diferentes centros deinvestigación han tomado concien-cia de ello ofertando, entre otras ini-ciativas, proyectos I+D+I de divul-gación tecnológica y científica ycreando departamentos de culturacientífica, respectivamente.

JOSÉ ANTONIO LÓPEZ GUERRERO

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L A Ú L T I M A P A L A B R A

J O S E S A C R I S T Á N

“En mi oficio es fundamental que el personaje te ponga cachondo”PREGUNTA: Almacenados tratade la alienación queprovoca el trabajo. ¿Eloficio de actor es incompa-tible con esa sensación?RESPUESTA: Pues sí, yo tengo lainmensa suerte de estar enlas antípodas del señorLino (el personaje queinterpreta en el teatro).Para mí el trabajo siguesiendo lo que da sentido ami vida. Es una suerte delcopón la que tengo, porqueme cuesta diferenciar entremi vida y el teatro.P: El no contemplar suoficio como un trabajo¿explicaría la injustificadafama de vagos que tienenlos actores? R: ¡Joder! ¡Qué poco seconoce el trasfondo denuestro oficio! El actortrabaja muchísimo, y luegoestá el esfuerzo y la tensiónde estar en la cuerda floja,de tener o no trabajo,aunque no sea mi caso,pues tengo la suerte depoder elegir. Tenemos esafama y otras peores, pero elque quiera dedicarse a estoque piense en dejarlo sicree que funciona así.P: ¿Qué le sedujo de estaobra de David Desola?R: Desola es joven perotiene una mirada muy

lúcida y crítica sobre elhombre de hoy. Ha escritola tragicomedia de dosperdedores: un hombre apunto de jubilarse y otrojoven que viene a sustituir-le en el trabajo.P: ¿Compagina el teatro conel cine por devoción, portradición o por necesidad? R: Lo compaginé en misinicios por necesidad, peroahora cuando hago unacosa no hago la otra, no sepuede: es una barbaridad.Hubo un tiempo en el querodaba dos películas (Mata-Hari y La Revoltosa) yluego me iba al teatro conOsinaga a hacer dosfunciones. P: ¿Y qué le parece que hayadesaparecido la funcióndoble de teatro?R: Estupendo. Esa era unade las servidumbresmás terribles queteníamos losactores, la cosa másmiserable que hasufrido el teatroespañol. Tener querepetir dos veces al díael mismo personaje estaen contradicción con laesencia misma del actor,de transformarse en otro.También fue difícilconseguir el día de

descanso. Pero fue unaépoca que yo sufrí poco,afortunadamente merescató el cine.P: ¿Hoy es la televisiónquien rescata a los actores?R: Desde luego, pues es lamayor fuente de contrata-ción. P: ¿Qué fatiga más el cine,el teatro o la televisión?R: Lo que más fatiga es lamediocridad, hacer algo enlo que no se cree. Esto escomo la cita amorosa, esagotador si no hay nada quehacer. Aquí es fundamentalque el encuentro con elpersonaje te pongacachondo. Entonces lafatiga o la incomodidadpasa al segundo plano.

P: ¿Dónde se mide un actor?R: Yo jamás he distinguidoentre medios o géneros. Esigual de difícil hacertragedia que comedia ycreo que un actor se mideperfectamente en cine,teatro o televisión. Tododepende del personaje yde la historia. P: Muchos nos quedamoscon la boca abierta al oírlecantar en El Hombre de laMancha.R: Porque usted no sabíaque yo he cantadozarzuela. Debuté en el 68con El huesped del sevillanoy estuve dos años. Soy unatonadillera frustrada, mehubiera gustado ser laMárquez Piquer, pero nopudo ser. Heredé de mispadres el interés por cantar,me es muy familiar.

P: Y su etapa musical¿está cerrada?

R: No, para nada. Peroel musical es un

género muycostoso y lostítulos son

limitados, por loque no es fácil

encajar. P: Frente a la

imagen de actorcómico que el cine

forjó de usted, suspersonajes teatrales sonmás trágicos.R: Como le digo, afortuna-damente puedo elegir, perono es algo premeditado. Enel cine, los papeles que meofrecen son escasos y pocointeresantes. Y en el teatrohe hecho recientementeMuerte de un viajante, de

Miller, o Danza Macabra,de Strindberg.P: Convivió con la pléyadede grandes cómicos delcine español. ¿Quérecuerdos tiene?R: Alfredo Landa y yo, quepertenecemos a unageneración posterior a todoese grupo de cómicos,siempre decimos que nosponemos de rodillas antetanto talento como el dePepe Isbert, Riquelme,Manolo Morán... Sí, fue untiempo en el que lossecundarios eran unosactores inmensos. Es unageneración irrepetible,pero también hoy hayactores formidables, queestán muy próximos a laverdad. P: ¿Se ha preguntado porqué antes se hacían tantascomedias y ahora tanpocas? R: Por razones de mercado.Entonces se hacían 200películas y el públicodemandaba este género. P: ¿Reniega de alguna de laspelículas que ha hecho?R: De ninguna. Tengo unrespeto grandísimo portodos los directores yproductores con los que hetrabajado y que confiaronen mi, José Luis Dibildos,Mariano Ozores, Orduña,Fernán Gómez... Sídiferencio entre laspelículas previas a latransición y las posteriores,a partir de Vida conyugal, enéstas últimas mi responsa-bilidad ha sido mayor.

LIZ PERALES

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Al tiempo que prepara un serie de ficción de tintes ecológi-cos para TVE, José Sacristán (Chinchón, 1937) sigue fiel a las ta-blas: el día 6 presenta en el Fígaro de Madrid Almacenados,tragicomedia de David Desola que protagoniza con Carlos Santos. Élpertenece a una estirpe casi extinguida, la de los cómicos. A susespaldas tiene más de un centenar de películas que le han propor-cionado gran popularidad; pero sus orígenes fueron el teatro y tambiénla zarzuela, un género que pudo retomar cuando estrenó el musical El hom-bre de la Mancha (con Paloma San Basilio) hace ya casi dos lustros.

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