el comedor de

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El comedor de Loscertales Cuando yo era pequeña, vivíamos en un piso que eran dos unidos. Y esto, que debería haber supuesto tener muchísimo espacio, no era así. La forma de vida que llevábamos y la distribución de la casa hacía que tuviéramos muchas estancias pero bastante pequeñas todas ellas. La estancia mayor correspondía al comedor. Pero no era un comedor como otros, ni siquiera un comedor que utilizáramos a diario, sino uno de esos reservados para las grandes ocasiones: comidas familiares, cumpleaños, navidades… Ese comedor tenía un glamour especial. No era un comedor cualquiera sino “Un comedor de Loscertales”. Creo que no fue hasta el final de mi infancia que me enteré en qué consistía aquello, Loscertales era una tienda de muebles de los años 50, una tienda carísima y caracterizada por la calidad de sus muebles. Era por ese motivo por el cual el comedor era intocable. Y lo fue durante años. Una pregunta surgió: ¿y si vendemos el comedor?. Mi madre me miró con cara de espanto: “era de tu abuela” “es buenísimo y de Loscertales” “lo hemos tenido toda la vida”… Pero quizás este fue el momento. Llamamos a unos anticuarios del Rastro que lo compraron en seguida, y por un precio estupendo. Y cuando, de repente, después de haber convivido con él toda la vida, vimos la habitación por primera vez desnuda, vacía, la sensación de pérdida se solapaba con la de alegría por haber conseguido, por fin, dejar un espacio libre que podría ser amueblado con otros enseres que podrían no ser tan bonitos, no ser tan caros y no ser de Loscertales pero que eran los que íbamos a necesitar y disfrutar… Y al final, las historias del comedor y las de las relaciones son paralelas o pueden serlo. Y nos da miedo, o

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El comedor deLoscertalesCuando yo era pequea, vivamos en un piso que eran dos unidos. Y esto, que debera haber supuesto tener muchsimo espacio, no era as. La forma de vida que llevbamos y la distribucin de la casa haca que tuviramos muchas estancias pero bastante pequeas todas ellas.La estancia mayor corresponda al comedor. Pero no era un comedor como otros, ni siquiera un comedor que utilizramos a diario, sino uno de esos reservados para las grandes ocasiones: comidas familiares, cumpleaos, navidadesEse comedor tena un glamour especial. No era un comedor cualquiera sino Un comedor deLoscertales. Creo que no fue hasta el final de mi infancia que me enter en qu consista aquello, Loscertales era una tienda de muebles de los aos 50, una tienda carsima y caracterizada por la calidad de sus muebles.Era por ese motivo por el cual el comedor era intocable. Y lo fue durante aos. Una pregunta surgi: y si vendemos el comedor?. Mi madre me mir con cara de espanto: era de tu abuela es buensimo y deLoscertales lo hemos tenido toda la vidaPero quizs este fue el momento. Llamamos a unos anticuarios del Rastro que lo compraron en seguida, y por un precio estupendo.Y cuando, de repente, despus de haber convivido con l toda la vida, vimos la habitacin por primera vez desnuda, vaca, la sensacin de prdida se solapaba con la de alegra por haber conseguido, por fin, dejar un espacio libre que podra ser amueblado con otros enseres que podran no ser tan bonitos, no ser tan caros y no ser deLoscertalespero que eran los que bamos a necesitar y disfrutarY al final, las historias del comedor y las de las relaciones son paralelas o pueden serlo. Y nos da miedo, o vrtigosacarlas de nuestra vida, a veces por la sensacin de vaco que pueden dejar, otras porque no se sabe si el lanzarse al acantilado sin flotador es una buena idea.