el cambio de valores en américa latina

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  • EL CAMBIO DE VALORES EN AMRICA LATINA HALLAZGOS DE LA ENCUESTA MUNDIAL DE VALORES

  • El cambio de valores en Amrica Latina

    Hallazgos de la Encuesta Mundial de Valores

    Marita Carballo

    Alejandro Moreno

    (Coordinadores)

  • El cambio de valores en Amrica Latina. Hallazgos de la Encuesta Mundial de Valores

    Primera edicin: marzo de 2013

    D.R. Centro de Estudios Sociales y de Opinin PblicaCmara de Diputados / LXII LegislaturaAv. Congreso de la Unin 66Edificio I, Primer PisoCol. El ParqueMxico, D.F.Tel. 5036-0000 ext. [email protected]://diputados.gob.mx/cesop

    ISBN: 978-607-7919-15-5

    Gustavo Meixueiro NjeraDireccin editorialJ. Guadalupe Crdenas SnchezDiseo de portadaAlejandro Lpez MorcilloEdicin Jos Olalde Montes de OcaFormacin

    Se prohibe la reproduccin total o parcial de esta obra incluido el diseo tipogrfico y de portada, sea cual fuere el medio, electrnico o mecnico, sin el consentimiento por escrito del editor.

    Impreso en Mxico / Printed in Mexico

  • Introduccin: el estudio de los valores en Amrica LatinaMarita Carballo y Alejandro Moreno

    Existe Latinoamrica? Un anlisis global de diferencias transculturalesRonald Inglehart y Marita Carballo

    La felicidad en Amrica Latina: una exploracin conceptual y empricaMarita Carballo

    La libertad de elegir: comparando Amrica Latina con otras regiones del mundoAlejandro Moreno

    Las creencias religiosas y el cambio cultural: evidencia de PerCatalina Romero

    Valores racionales y seculares: la medicin de capital social en ColombiaJohn Sudarsky

    El sol latinoamericano: cambio o permanencia de valores? Reflexiones sobre ChileMarta Lagos

    ndice

    9

    17

    45

    85

    127

    153

    203

  • Bibliografa

    Acerca de los autores

    229

    239

  • [9]

    Cmo han cambiado los valores en las sociedades latinoamericanas du-rante las ltimas dcadas? A qu se atribuyen dichos cambios? Cules son las nuevas expresiones valorativas que predominan en las socieda-des latinoamericanas ya entrado el siglo XXI? Este libro es una compi-lacin de artculos realizados por los investigadores latinoamericanos responsables de la Encuesta Mundial de Valores, conocida internacio-nalmente como World Values Survey en la regin. Cada uno de ellos aborda un aspecto valorativo como la felicidad, la libertad, las creencias religiosas, la racionalidad y el capital social para reflexionar acerca de su impacto en la sociedad, la poltica y la economa. Los autores llevan a cabo esta tarea de una forma comparativa, mirando similitudes y dife-rencias con otros pases y regiones, pero tambin de manera longitudi-nal, apoyndose en las series de tiempo que han sido posibles gracias al estudio sistemtico de los valores que permite establecer la magnitud y la direccin del cambio en los sistemas de creencias.

    El proyecto conocido como World Values Survey inici a principios de los aos ochenta en 24 pases del mundo, entre los cuales se inclu-yeron dos latinoamericanos, Argentina y Mxico. Este estudio interna-cional constituye uno de los esfuerzos ms ambiciosos, ms prolficos y ms citados de las ciencias sociales hoy en da, y se ha expandido a

    Introduccin: el estudio de los valores en Amrica Latina

    Marita Carballo y Alejandro Moreno

  • 10 EL CAMBIO DE VALORES EN AMRICA LATINA

    casi cien pases en cinco rondas quinquenales concluidas y una sex-ta que an est llevndose a cabo. Basta asomarse a la red en busca de referencias al World Values Survey para darse cuenta de que su uso es amplio y ciertamente multidisciplinario. Adems de ofrecer una perspectiva de los valores en la regin latinoamericana y sus implica-ciones para el mercado, la democracia y la organizacin social, este libro es tambin un homenaje al profesor Ronald Inglehart, fundador y actual presidente de la Asociacin de la Encuesta Mundial de Valores. El profesor Inglehart ha sido capaz, desde su posicin acadmica en la Universidad de Michigan, de fortalecer una de las redes de cientficos sociales ms importantes del mundo. sta incluye, por supuesto, a una comunidad profesional y acadmica en varias instituciones y centros de investigacin en Amrica Latina.

    Adems de la constitucin de esta red de investigadores, los esfuerzos coordinados en torno de la Encuesta Mundial de Valores han estableci-do un esquema de anlisis comparativo que domina la literatura sobe cultura poltica y valores. El estudio y su documentacin es de acceso pblico en la pgina www.worldvaluessurvey.org, en donde tambin se encuentran distintos anlisis, datos y la informacin de la red de investi-gadores que hace el proyecto posible, incluido el comit ejecutivo de la encuesta, cuya sede est en Estocolmo, Suecia. La Encuesta Mundial de Valores, y sus subsecuentes rondas de entrevistas, ofrece una puntual medicin de los valores y las actitudes ms elementales de los pueblos, que abarca ya tres dcadas de estudio. Pero, adems de ello, ha servido para la generacin de una de las teoras ms comprensivas acerca del cambio cultural, mejor conocida como cambio intergeneracional de va-lores, desarrollada por Ronald Inglehart. Nuestro propsito en este vo-lumen es analizar y reflexionar acerca de los resultados de la encuesta a la luz de las experiencias y los puntos de vista de los latinoamericanos.

    Por ello, el primer captulo del libro es la reproduccin de un artculo del profesor Inglehart y de Marita Carballo, el cual fue publicado previa-mente en diversos foros acadmicos, tanto en ingls como en espaol. El ttulo es ms que elocuente y provocador: Existe Latinoamrica? Como explican los autores en sus primeras lneas, esta pregunta no ha sido puramente retrica ni obedece al simple hecho de que la proximi-dad geogrfica de los pases latinoamericanos implique que haya cul-turas similares, sino que evoca a una congruencia cultural o valorativa

  • 11INTRODUCCIN: EL ESTUDIO DE LOS VALORES EN AMRICA LATINA

    que resulta de experiencias histricas, lingsticas, religiosas y polticas, como si hubiese efectivamente una cultura o un conjunto de valores al cual podemos llamar de manera inequvoca latinoamericano. El artcu lo es perfecto para comenzar este libro por varias razones. Prime-ro, porque nos invita a cuestionar si Amrica Latina es una zona cul-tural, distinta de otras zonas culturales como las sealadas por Samuel Huntington en el Choque de las civilizaciones (1998) o por el propio Ronald Inglehart en su desarrollo y definicin de un mapa cultural del mundo (Inglehart 1990, 1997; Inglehart y Baker, 2000; Inglehart y Welzel, 2005). En ese mapa cultural, creado a partir de la Encuesta Mundial de Valores, la mayora de los pases latinoamericanos suelen agruparse en unas coordenadas similares, reflejando la permanencia de sus valores tradicionales a pesar de sus experiencias modernizadoras, y atrapados entre los valores de supervivencia que reflejan la escasez, la pobreza y la desigualdad, por un lado, y los valores de expresin pro-pia y libertad individual que muestran el paso apresurado de algunos segmentos sociales hacia culturas de bienestar.

    Estos conceptos nos llevan a una segunda razn por la cual el artcu-lo de Inglehart y Carballo nos sirve como base conceptual para todo el libro. En ste se explican las dimensiones valorativas del modelo de cambio cultural de Inglehart que han influido y servido como guas conceptuales para la encuesta que se lleva a cabo en el mundo en olas quinquenales. La primera dimensin se basa en los postulados de la teora de la modernizacin y diferencia los valores tradicionales en los que la familia, la religin y la obediencia, entre otros, contrastan de manera antagnica con los valores denominados modernos y que son influenciados por los procesos de modernizacin y secularizacin que derivan en una mayor autonoma individual, entre otros aspectos. El esquema de Inglehart se ha aplicado en varios pases del mundo y sirve como ventana a un conjunto de elementos que rara vez se observan con tanta claridad, si no es por los datos de estudios como la encuesta de valores.

    No es por nada que una de las primera obras de Ronald Inglehart llevara el ttulo de La revolucin silenciosa, en la cual se describa el cambio gradual de valores que experimentaron las sociedades europeas en la poca de la posguerra, resultado no slo de un reemplazo gene-racional, sino tambin de una poca de mayor estabilidad y prosperi-

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    dad. El surgimiento de los valores posmaterialistas europeos que dieron lugar a nuevas manifestaciones sociales, nuevas demandas ciudadanas y cambios en las formas de organizacin social tradicional, redefini la agenda de los estudios de valores, pero era slo la punta del iceberg de lo que Inglehart denomin posteriormente una transformacin cultural mucho ms profunda que, adems, ha sido reconocida en otras regio-nes en la medida en que la Encuesta Mundial de Valores ha ampliado su cobertura geogrfica en Asia, frica, el Medio Oriente y, por supuesto, Amrica Latina. En ese sentido, el esquema de Inglehart se toma como punto de partida para estudiar el cambio de valores en Amrica Latina, lo cual lleva a confirmar algunos de sus postulados pero tambin cues-tionar otros, como el hecho de esperar cambios predecibles que ya se han observado en sociedades ms desarrolladas econmicamente.

    Un tercer elemento que aporta la reproduccin del primer captulo es contar con los mapas de valores que han hecho de la literatura deriva-da de la Encuesta Mundial de Valores un constante referente. Mirar los mapas de valores es despertar la fascinacin y la controversia. Son su-gerentes, pero tambin generan resistencia. Son ejercicios cuantitativos, pero bien pueden reflejar las particularidades del desarrollo histrico de las sociedades, sus legados religiosos y, por qu no, coloniales, como es el caso de Iberoamrica. Los mapas de valores permiten observar y discutir diferencias y similitudes de los sistemas de creencias en las sociedades posindustriales de Europa y Norteamrica, en el mundo pos-comunista, en las crecientes economas asiticas, en las tradicionales sociedades africanas, en el mundo islmico y, por supuesto, en Amrica Latina.

    Los captulos del libro estn preparados por los investigadores res-ponsables de la Encuesta Mundial de Valores en varios pases latinoa-mericanos: Marita Carballo en Argentina, Alejandro Moreno en Mxico, Catalina Romero en Per, John Sudarsky en Colombia y Marta Lagos en Chile. Cada uno de ellos aborda su temtica desde una perspectiva comparativa echando mano de la encuesta internacional, para luego profundizar en sus respectivos pases recurriendo a estudios y encues-tas que complementan el marco analtico de la Encuesta Mundial de Valores.

    En el Captulo 2, Marita Carballo se enfoca en la felicidad, uno de los temas ms emblemticos de la Encuesta Mundial de Valores. Las

  • 13INTRODUCCIN: EL ESTUDIO DE LOS VALORES EN AMRICA LATINA

    sociedades latinoamericanas, a pesar de sus niveles de pobreza y desi-gualdad, se perciben entre las sociedades ms felices del mundo. En su anlisis, Carballo discute el concepto de felicidad y las mediciones que se han hecho a travs de la encuesta. Con base en stas, la autora de-sarrolla un anlisis emprico que le permite concluir que la felicidad no slo refleja condiciones objetivas y materiales de las personas, sino que se conecta de manera clara y distinguible con algunos valores y creen-cias, con la religin, con la valoracin de la familia y, en particular, con el sentido de libertad de elegir. Respecto de esto ltimo, Carballo seala que quienes consideran tener un mayor grado de libertad y control sobre su vida son quienes manifiestan mayores niveles de felicidad. Luego de mostrar varias relaciones empricas entre diversos correlativos de la felicidad, Carballo desarrolla una estrategia cualitativa para aden-trarse ms en este fenmeno, particularmente en el caso argentino, en el cual encuentra una fuerte conexin entre el sentido de felicidad y los valores religiosos.

    En el Captulo 3, Alejandro Moreno retoma el sentimiento de libertad de eleccin, el cual no slo se relaciona de manera importante con la felicidad o bienestar subjetivo, sino que adems es un concepto crucial en los modelos abiertos e individualistas de mercado y de democracia. En las ltimas dcadas Amrica Latina ha desarrollado instituciones en ambos mbitos, el de las relaciones comerciales y el de las relaciones polticas que se basan en esquemas de competencia. En stos la libertad del individuo es central. No obstante, la atencin que tanto la demo-cracia como el mercado han tenido en la regin sobrepasa un punto medular: Se sienten libres los latinoamericanos luego de experimentar procesos de liberalizacin poltica, econmica e incluso social? Moreno ofrece un anlisis en el que se observa la varianza en los sentimientos de libertad de eleccin y los componentes individuales y sociales que hacen que algunos individuos (y sociedades) se sientan ms libres que otros. En su anlisis, el autor compara los determinantes individuales de la libertad de elegir en Amrica Latina con los de otras regiones del mundo, y nos recuerda que en la actualidad el discurso poltico est inpregnado del concepto de libertad individual.

    En el Captulo 4, Catalina Romero explora las creencias religiosas de los latinoamericanos. Analiza cmo stas definen buena parte del sistema de valores en la regin y complementa su diagnstico profun-

  • 14 EL CAMBIO DE VALORES EN AMRICA LATINA

    dizando en el estudio de la religiosidad de los peruanos en particular. Romero nos recuerda algunas de las caracterizaciones que se han he-cho acerca de la regin latinoamericana como una tierra encantada en oposicin al desencanto que trae la modernidad racionalista y burocr-tica, y nos describe cmo la Encuesta Mundial de Valores ha retratado a la regin de manera muy ntida. Entre lo que ms caracteriza a los latinoamericanos, seala Romero, es la persistencia de la religin, no obstante el proceso de secularizacin empujado por la modernizacin. La religiosidad subsiste en la regin junto con la pobreza y la desigual-dad. Para la autora, la religin es un espacio de tradicin, pero tambin de transformacin, as como de construccin comunitaria; y documenta que, lejos de desaparecer, la religiosidad est aumentando, particular-mente si se le ve representada por la importancia que las personas dan a Dios en sus vidas.

    El tema de la racionalidad-secular se trata en el Captulo 5, con el anlisis que John Sudarsky hace del capital social en Colombia. El au-tor explica los valores racionales y seculares y argumenta cmo stos constituyen tambin una parte central de los valores latinoamericanos. Su anlisis se centra en el capital social en una regin en la que pre-dominan la desconfianza y la desorganizacin. Sudarsky ha trabajado durante varios aos en el tema del capital social de Colombia y sus anlisis se benefician de datos que ha generado en diversas ciudades de ese pas, los cuales aade a los hallazgos de la Encuesta Mundial de Valores. El capital social, nos dice, se inserta en un sistema de institu-ciones de eleccin popular y de representacin poltica, por lo cual es fundamental entenderlo. Para ello, empezamos por definirlo y medirlo. En este captulo nos percatamos de que la medicin del capital social no es tan sencilla, ya que, al igual que otros aspectos valorativos, abarca varias facetas de expresin y organizacin social, como la confianza, la solidaridad, la reciprocidad.

    A esto Sudarsky aade tambin el concepto de informacin, por lo que en el agregado su anlisis bien pudiera extenderse a una concep-cin ms amplia y profunda de ciudadana. Al final, esa ciudadana se organiza (o no) y lleva a cabo acciones y toma de decisiones en un entorno institucional, pero tambin cultural. No obstante, se trata de una ciudadana cambiante, reflejo de la transformacin que tambin van experimentando sus entornos poltico y econmico. El captulo de

  • 15INTRODUCCIN: EL ESTUDIO DE LOS VALORES EN AMRICA LATINA

    Sudarsky es una ventana valorativa a los importantes temas de participa-cin y sociedad civil, por lo que sus implicaciones para las democracias latinoamericanas son fundamentales.

    En su conjunto, estos cuatro captulos apuntan cada uno hacia los polos del mapa de valores de Inglehart. La felicidad y la libertad de eleccin son punta de lanza en el eje de los valores de supervivencia vs. expresin propia, mientras que la religiosidad y la racionalidad son polos opuestos en el eje de valores de autoridad tradicional y moder-nidad. Los cuatro artculos toman, pues, valores emblemticos del es-quema de Inglehart para entender el cambio cultural. De esta manera, los captulos no slo analizan los valores, sino que lo hacen dentro de las coordenadas de cambio que ha definido el estudio mundial al que se hace referencia.

    El ltimo captulo, preparado por Marta Lagos, ofrece una panormi-ca del cambio y permanencia de los valores en Amrica Latina vista a travs de la experiencia chilena. Con base en una amplia experiencia de observacin de las sociedades latinoamericanas, la tambin presi-denta del estudio Latinobarmetro analiza y reflexiona empleando una metfora: existe un sol latinoamericano que distingue a esta regin de otras? Con esta pregunta y sus intentos de respuesta, la autora cierra el libro que fue abierto de igual manera y con la misma pregunta: Existe Latinoamrica? Es una regin culturalmente distinguible de las dems? Para Lagos, los cambios sociales en la regin latinoamericana han de-safiado las expectativas tericas y han puesto bajo cuestionamiento los estereotipos. Se trata de sociedades en cambio, como alguna vez dira el politlogo Samuel Huntington, que no slo rebasan a sus instituciones, sino que llegan a rebasarse a s mismas. Lagos argumenta, por ejemplo, que en las sombras constatamos al mismo tiempo que lo que era tole-rable ayer ya no es tolerable hoy. El desarrollo humano que observan Inglehart y Welzel con base en la encuesta de valores tiene su propia expresin latinoamericana, seala Lagos. Su captulo, profundamente reflexivo, cierra la discusin del libro en torno a los valores, pero segu-ramente abre nuevas discusiones y, por qu no, preocupaciones.

    Esta coleccin de artculos plantea preguntas con valor terico y em-prico en las ciencias sociales, pero tambin vierte cuestionamientos prcticos para las formas de organizacin econmica y poltica que pre-valecen hoy en da, como el mercado y la democracia. Los polticos, los

  • 16 EL CAMBIO DE VALORES EN AMRICA LATINA

    gobernantes y los representantes populares latinoamericanos pueden encontrar aqu un mapa de accin, ver reflejadas las preocupaciones ms significativas de los ciudadanos en sus propios pases y con ello alimentar, evaluar y dirigir las polticas pblicas. Los estudiosos de la cultura y de los valores pueden tambin encontrar una mina llena de piedras preciosas que brillan y definen el carcter y la forma de ser de los pueblos de la regin. Los ciudadanos en general pueden ob-servar un espejo dinmico, un espejo que no slo les muestra cmo son, sino cmo se han transformado y hacia dnde se dirigen las nuevas transformaciones sociales. Como argumenta Marta Lagos en sus conclusiones, el lector que ha terminado de leer estas lneas ten-dr muchos argumentos en su mente que refutan esta fotografa que nos desnuda como sociedad. De ser as, creemos que el esfuerzo de recoleccin y anlisis de datos ha valido la pena.

  • [17]

    Existe Latinoamrica? Un anlisis global de diferencias transculturales1

    Ronald Inglehart y Marita Carballo

    Los programas acadmicos y centros de investigacin enfocados a Lati-noamrica se basan en la premisa de que esta parte del mundo constitu-ye algo ms que una mera expresin geogrfica: se supone que define una regin cultural coherente, con habitantes que muestran concepcio-nes de mundo y valores distintivos que los llevan a pensar y actuar de manera diferente a las personas de otras culturas. Sin embargo, la exis-tencia de reas culturales significativas ha sido cuestionada desde diver-sas perspectivas. La pregunta es: constituye Latinoamrica una regin cultural coherente?, una cuestin que forma parte de otra ms amplia: existen zonas culturales coherentes? Un interrogante que integra otro an ms bsico: es la cultura una variable estable que produce impac-tos en la vida econmica, poltica y social? La cultura importa? Los datos obtenidos por la Encuesta Mundial de Valores que se aplic en ms de 90 pases y que se presentan en este trabajo permiten ofrecer algunas respuestas. Los datos revelan un impresionante nivel de coherencia in-terna en los valores bsicos sostenidos por las personas de diferentes sociedades, incluyendo Latinoamrica.

    1 Este texto se public en Perfiles Latinoamericanos, ao 16, nm. 31, enero-junio de 2008, una publicacin peridica de la FLACSO Mxico.

  • 18 EL CAMBIO DE VALORES EN AMRICA LATINA

    Existe Latinoamrica?

    Ms de una dcada atrs (1997) los autores de este artculo se pregunta-ban: Existe Latinoamrica? La pregunta no era retrica. Los centros de estudios latinoamericanos y otros de estudios regionales se basan en el supuesto de que Latinoamrica, ms que una expresin geogrfica arbi-traria, define una regin cultural coherente, cuyos habitantes mantienen valores y visiones del mundo que los hacen pensar y comportarse de manera diferente a las personas de otras culturas.

    El cuestionamiento ms poderoso de este punto de vista proviene de los acadmicos de la eleccin racional, quienes aluden ocasionalmente a la importancia de las diferencias culturales, pero cuyos modelos por lo general las ignoran, suponiendo de manera implcita que en una situacin dada todas las personas tomarn las mismas decisiones racio-nales, sin importar las perspectivas culturales. Sin embargo, si es cierto que existen diferencias significativas entre las visiones del mundo y las motivaciones de las personas en diversas zonas culturales, una eleccin racional que aplica en Estados Unidos podra describir sin exactitud el comportamiento de la gente en otras culturas.

    La existencia de reas culturales significativas tambin ha sido cues-tionada con otros argumentos. La teora de la modernizacin se enfoca a las diferencias entre las sociedades tradicionales y las modernas, cada una caracterizada por instituciones econmicas, polticas, sociales y culturales distintivas. Esta perspectiva tiende a atribuir las diferencias que existen entre las sociedades latinoamericanas y las altamente indus-trializadas a los niveles de desarrollo econmico propios de cada una: a medida que se desarrolle la economa, estas diferencias tendern a desaparecer. Las diferencias entre las diversas culturas tradicionales tienden a ser ignoradas.

    La utilidad de Amrica Latina como una frontera cultural significa-tiva podra tambin ser debatida por otras razones. Geogrficamente, Latinoamrica se extiende sobre un enorme territorio. Se puede decir que su coherencia depende de la persistente influencia de su herencia cultural hispana, el rasgo principal que las sociedades que la integran tienen en comn. Pero esto implica que Espaa y Portugal la fuente de esta herencia comn deberan estar incluidas. La entidad significa-tiva, entonces, debera definirse como una zona cultural hispana.

  • 19EXISTE LATINOAMRICA? UN ANLISIS GLOBAL DE DIFERENCIAS

    Por otro lado, tambin se podra argir que no es tanto su patrimonio lingstico, sino ms bien la religin catlica romana la que ha configu-rado a las sociedades latinoamericanas de manera decisiva. Eso implica que la frontera cultural se ubica de manera crucial entre las sociedades histricamente catlicas y el resto del mundo. Sin embargo, tambin se podran proponer otros lmites. La cuestin es: constituye Latinoamri-ca una regin cultural? A su vez, este interrogante implica otro ms b-sico: la cultura es una variable estable que tiene un impacto importante sobre la vida poltica, econmica y social? Es importante la cultura?

    Las encuestas mundiales de valores

    Las encuestas mundiales de valores (EMV) permiten responder las ante-riores preguntas, pues proporcionan datos de encuestas nacionales re-presentativas que cubren casi 90% de la poblacin mundial. Las EMV pro-veen una rica base de datos transcultural que explora las orientaciones respecto de la religin, la poltica, el trabajo, el crecimiento econmico, los valores familiares, las normas sociales y los roles de gnero. Tales encuestas cubren la gama completa de variacin, desde sociedades con un ingreso per cpita por debajo de los 300 dlares por ao, hasta aque-llas con un ingreso mayor de 40 mil dlares por ao; y desde democra-cias arraigadas con economas de mercado, hasta estados autoritarios y sociedades comunistas. Ya que las encuestas mundiales de valores proporcionan datos acerca de ms de 90 pases, se pueden utilizar las caractersticas de la propia sociedad como variables, posibilitando as la realizacin de anlisis estadsticamente significativos que atravesaran desde el nivel individual hasta el social. Este artculo examina las rela-ciones entre los sistemas de valores de sociedades especficas y sus ca-ractersticas econmicas, lingsticas, religiosas, geogrficas y polticas. La evidencia muestra zonas culturales distintivas y coherentes?

    Acaso zonas culturales especficas se caracterizan por tener sistemas de creencias o actitudes coherentes? Y si es as, por qu?

    Existen patrones culturales coherentes entre los pueblos latinoamerica-nos? No sera sorprendente encontrar que tuvieran opiniones relativa-

  • 20 EL CAMBIO DE VALORES EN AMRICA LATINA

    mente similares sobre un tema u otro, pero eso no sera del todo relevan-te. El concepto de una cultura comn implica que un grupo dado tiende a compartir una visin completa del mundo, y con ello manifiesta un pa-trn coherente y tpico de valores a travs de una amplia gama de temas.

    No se puede suponer que esto sea cierto. Hace varias dcadas, Con-verse (1964) demostr que los sistemas de creencias de los pblicos en masa no muestran gran consistencia: las actitudes colectivas respecto de varios temas estn slo levemente relacionadas entre s. Conocer la actitud de un individuo sobre un tema no permite predecir su posicin en cuanto a otros asuntos. Este hallazgo, aunque controvertido en su tiempo, se ha confirmado de forma repetida a lo largo de las dca-das sucesivas. Si las actitudes masivas no muestran mayor consistencia, cmo es posible que las personas de una regin determinada, como Latinoamrica, mantengan visiones del mundo consistentes que las dis-tinguen de la gente de otras zonas culturales?

    De hecho, eso es lo que sucede. Los datos obtenidos por las encues-tas aplicadas a un gran nmero de sociedades revelan una coherencia asombrosa de los valores bsicos entre distintas sociedades. Aunque las actitudes respecto de asuntos polticos especficos como los que es-tudi Converse presentan poca consistencia, los valores bsicos como la orientacin religiosa, el sentimiento de orgullo nacional y la actitud hacia la autoridad, son aspectos que, en la mayora de las personas, estn enraizados en su visin de vida.

    Muchas personas carecen de preferencias arraigadas o, literalmente, no tienen ninguna posicin en cuanto a la regulacin gubernamental de los servicios pblicos de energa elctrica. En cambio, a preguntas como Qu tan importante es la religin en su vida?, los entrevistados responden de manera muy variada para algunos es inmensamente importante y para otros no lo es en absoluto, pero la mayora tiene un sentido claro y perdurable de la importancia que tiene el tema, y son capaces de expresarlo con nitidez.

    Adems, se encontraron enormes diferencias entre los valores bsicos de personas pertenecientes a diversos grupos culturales. No obstan-te que la consistencia en el mbito individual es relativamente baja, determinadas sociedades mantienen visiones del mundo bastante con-sistentes y distintivas. Es posible que esto suceda debido a que, en un determinado entorno econmico y tecnolgico, ciertos componentes

  • 21EXISTE LATINOAMRICA? UN ANLISIS GLOBAL DE DIFERENCIAS

    culturales tienden a ir juntos, ya que se apoyan de manera mutua y son propicios para la supervivencia de una sociedad dada (Inglehart, 1997).

    Esta interpretacin se fundamenta en una versin modificada de la teora de la modernizacin.

    La Encuesta Mundial de Valores fue diseada para poner a prueba la hiptesis de que el desarrollo econmico conduce a cambios especfi-cos, y lgicamente relacionados, en los valores y sistemas de creencias de las multitudes.

    Este artculo no supone que todos los elementos culturales estn su-jetos al cambio y conduzcan a una cultura global uniformada. No hay razn por la que los chinos tengan que abstenerse de utilizar palillos para comer, o que los argentinos renuncien al tango y aprendan a bailar la polka.

    Pero ciertos cambios culturales y polticos parecen ligarse de manera lgica con la dinmica del proceso de modernizacin, entre ellos se encuentran la urbanizacin, la industrializacin, la ocupacin especiali-zada y el proceso extensivo de alfabetizacin.

    Lo anterior implica que el desarrollo econmico, y los cambios cultu-ral y poltico marchan juntos en patrones coherentes que son, en cierta medida, predecibles. Esta afirmacin es controvertida. Significa que al-gunas trayectorias de cambios socio-econmicos son ms factibles que otras y, en consecuencia, que ciertos cambios son previsibles. Una vez que la sociedad se ha embarcado en la industrializacin, es muy proba-ble que ocurra todo un sndrome de cambios relacionados con el proce-so, desde la movilizacin masiva hasta la disminucin de las diferencias entre los roles de gnero.

    Aunque toda versin simplista de la teora de la modernizacin se ha echado por tierra desde entonces, aqu estamos de acuerdo con que ciertos escenarios de cambio social son ms probables que otros, y se aportar la evidencia emprica que apoya esta proposicin.

    La teora de la modernizacin implica que:

    1. Los diversos elementos culturales son proclives a ir juntos en patro-nes coherentes. Por ejemplo, acaso en las sociedades que ponen un nfasis relativamente fuerte en la religin existe una tendencia a favorecer tambin las familias grandes (o a respetar la autoridad u otras actitudes distintivas)? Si cada cultura se desarrolla por se-

  • 22 EL CAMBIO DE VALORES EN AMRICA LATINA

    parado, no habra correlacin entre elementos como stos, y no se encontraran patrones consistentes.

    2. Existen patrones culturales coherentes, y stos estn ligados al de-sarrollo econmico y tecnolgico.

    Modernizacin y cambio cultural

    En el siglo XIX y a principios del XX, tericos de la modernizacin, desde Karl Marx hasta Max Weber, estudiaron la sociedad industrial emergente e intentaron realizar predicciones sobre su futuro. Sus anlisis sobre el cambio cultural destacaban el aumento de la racionalidad y el debilita-miento de la religin, y suponan que estos procesos seguiran progre-sando en forma lineal; el futuro sera una continuacin de las mismas tendencias ocurridas durante el siglo XIX.

    Desde la perspectiva del presente, resulta claro que la modernizacin es ms compleja de lo que anticipaban esas visiones. El nmero de trabaja-dores industriales ya no crece desde hace varias dcadas en las sociedades econmicas avanzadas, y ya casi nadie espera una revolucin proletaria.

    Adems, cada vez es ms evidente que la religin no ha desapareci-do, como se haba pronosticado. Tambin es obvio que la moderniza-cin no puede ser equiparada con la occidentalizacin, como suponan los primeros anlisis. Sociedades no occidentales en Asia Oriental han sobrepasado los modelos occidentales en aspectos clave de la moder-nizacin; por ejemplo, en los ndices de crecimiento econmico y en la expectativa de vida, y hoy pocos observadores atribuyen a Occidente una superioridad moral.

    Con todo, a pesar de que en la actualidad pocas personas aceptan la versin original marxista de la teora de la modernizacin, uno de sus conceptos centrales parece tener vigencia: se trata de la percepcin de que, una vez que da comienzo, la industrializacin produce profundas consecuencias sociales y culturales, que van desde el aumento de los niveles educativos hasta los cambios en los roles de gnero.

    Este trabajo traza un mapa de la variacin transcultural a partir de los datos de la Encuesta Mundial de Valores y de la Encuesta Europea de Valores, las cuales han medido las creencias y los valores de un gran nmero de personas en el mundo. Estas encuestas ofrecen una riqu-sima fuente de informacin sin precedente que ayuda a entender las

  • 23EXISTE LATINOAMRICA? UN ANLISIS GLOBAL DE DIFERENCIAS

    relaciones entre el desarrollo econmico y el cambio social y poltico. Los resultados muestran que, incluso durante el periodo relativamente corto que transcurri desde que se aplic la primera serie de EMV en 1981, han ocurrido cambios importantes en los valores y las creencias de esas sociedades.

    Dichos cambios se hallan fuertemente vinculados a los movimien tos econmicos experimentados por una sociedad determinada. Como se de mostrar, el desarrollo econmico est asociado con cambios pre vi si -bles que se alejan de normas y valores absolutos, en direccin a un sn-drome de valores cada vez ms racionales, ms tolerantes, con un ma yor grado de confianza y de carcter posindustrial. La evidencia encontrada pone de relieve tanto un cambio cultural masivo como tambin la persis-tencia de valores tradicionales.

    A lo largo de gran parte de la historia, la mayora de la gente no tena certeza de su supervivencia. Sin embargo, el notable crecimiento econmico de la era posterior a la Segunda Guerra Mundial, as como el surgimiento del Estado de bienestar, produjeron condiciones fundamen-talmente nuevas en las sociedades industriales avanzadas. Las cohortes nacidas durante la posguerra en esos pases crecieron en condiciones de prosperidad sin paralelo en la historia humana, y el Estado de bien-estar reforz la seguridad en su propia supervivencia, lo que produjo un cambio intergeneracional de valores que est transformando de forma gradual la poltica y las normas culturales en las sociedades industriales avanzadas.

    El aspecto ms documentado de este cambio es el paso de priorida-des materialistas a posmaterialistas. La abundante evidencia acumulada desde 1970 hasta la fecha demuestra que el paso intergeneracional de prioridades materialistas a posmaterialistas est transformando el com-portamiento y las metas de la gente en las sociedades industriales avan-zadas (Inglehart, 1997; Inglehart y Welzel, 2005). No obstante, investi-gaciones recientes han descubierto que esta tendencia es slo uno de los aspectos de un cambio cultural ms amplio en el que los valores de supervivencia transitan a los valores de autoexpresin.

    Estn surgiendo nuevos valores que conllevan una serie de transfor-maciones en la sociedad, desde la igualdad de derechos para la mujer hasta el establecimiento de instituciones polticas democrticas y la ca-da de regmenes comunistas. El auge de valores posmodernistas modi-

  • 24 EL CAMBIO DE VALORES EN AMRICA LATINA

    fica la agenda poltica de la sociedad industrial avanzada, alejndola de su nfasis en un crecimiento econmico a cualquier precio, y llevndola a una ms acuciante preocupacin por los costos que ste causa al me-dio ambiente. Tambin ha producido la modificacin de las divisiones polticas que han pasado de las basadas en conflictos entre las clases sociales, a clivajes sobre asuntos culturales y a temas relacionados con la calidad de vida.

    Una vez que fue posible su industrializacin, las sociedades en proceso de modernizacin se concentraron en lograr un crecimiento econmico rpido como la mejor manera de maximizar el bienestar. Pero ninguna es-trategia es la ptima para todas las circunstancias. La modernizacin tuvo un xito importante en cuanto a elevar las expectativas de vida, pero sus beneficios han empezado a producir rendimientos decrecientes en las sociedades industriales avanzadas. La supervivencia/autoexpresin es un cambio en las estrategias de supervivencia que se desplazan ahora de la maximizacin del crecimiento econmico a la maximizacin de la super-vivencia y el bienestar a travs de cambios en el estilo de vida. Cada uno de esos procesos es origen de una dimensin significativa de diferencias transnacionales en las creencias bsicas y los valores.

    Una perspectiva global de las diferencias transculturales: hallazgos empricos

    Se han descrito los patrones de variacin transcultural que se esperaba encontrar, adems de su porqu. Ahora las diferencias transculturales sern examinadas empricamente, tal como se reflejan en la informacin que proporcionan las encuestas realizadas en diversas sociedades alre-dedor del mundo. Lo primero sera preguntar si los diferentes compo-nentes religiosos, sociales, econmicos y polticos de determinadas cul-turas estn relacionados de manera aleatoria, o si van juntos, con ciertas combinaciones coherentes con ms probabilidad de darse que otras.

    La religin tiene un papel mucho ms trascendente en algunas so-ciedades que en otras. En Nigeria, 85% de la poblacin respondi que la religin era muy importante en sus vidas; en Turqua, la cifra fue de 61%; en Polonia y en Estados Unidos, 53%; en Italia, 34%; en Gran Bretaa, 16%; en Rusia fue de 12%; en Dinamarca, 9%; en Japn, 6% y en China, 1%. Las actitudes acerca de la religin no slo varan inmen-

  • 25EXISTE LATINOAMRICA? UN ANLISIS GLOBAL DE DIFERENCIAS

    samente de una sociedad a otra, sino que son parte de un conjunto de actitudes fuertemente relacionadas entre s.

    En muchas sociedades de las que se tienen datos la relacin entre el nfasis sobre la religiosidad y el orgullo nacional es asombrosamente fuerte (r = .71). Lo mismo sucede con muchas otras actitudes. Lejos de actuar de manera independiente, se ha encontrado que las dos di-mensiones principales de variacin transcultural estructuran una amplia gama de actitudes. Las personas de una sociedad difieren de las de otra, no nada ms en cuanto a opiniones o actitudes aisladas, sino ms an: sostienen una visin del mundo diferente.

    Dos olas principales de cambios econmicos y tecnolgicos han ge-nerado dos dimensiones clave de variacin transcultural: 1) la tradicio-nal/secular-racional, que refleja el contraste entre los valores relativa-mente religiosos y tradicionales por lo general predominantes en las sociedades agrcolas y los valores relativamente seculares, burocrti-cos y racionales que por lo comn dominan en las sociedades urba-nas e industrializadas; y 2) la supervivencia/autoexpresin, dimensin que cubre una amplia gama de creencias y valores, y refleja el despla-zamiento intergeneracional de un nfasis en la seguridad econmica y fsica, hacia una creciente preocupacin por la autoexpresin, el bien-estar subjetivo y la calidad de vida.

    Estas dimensiones representan slidos aspectos de la variacin trans-cultural, y permiten ubicar a cualquier sociedad en un mapa bidimen-sional que refleja su posicin relativa en un momento dado. Sin em-bargo, estn ocurriendo cambios graduales que transforman muchos aspectos de la sociedad a lo largo de esas dimensiones. Uno de los ms importantes es que el mayor nfasis en los valores de autoexpresin aumenta la probabilidad de que surjan y prosperen las instituciones polticas democrticas.

    El anlisis que aqu se desarrolla tiene su base en un conjunto de datos provenientes de encuestas que representan a casi 90% de la po-blacin mundial. Los datos obtenidos por las EMV indican que estn ocurriendo cambios culturales relevantes, y tambin que la tradicin religiosa y la historia colonial, as como otros factores histricos esen-ciales de una sociedad, dan sitio a la formacin de tradiciones culturales distintivas que siguen influyendo sobre el sistema de valores de una sociedad, a pesar de las fuerzas de la modernizacin.

  • 26 EL CAMBIO DE VALORES EN AMRICA LATINA

    Cada una de las dos grandes etapas del desarrollo econmico moder-no ha ocasionado el surgimiento de un nivel significativo de diferencias de valores a escala transnacional. El anlisis de factores de datos en el mbito nacional, provenientes de las 43 sociedades estudiadas en la Encuesta Mundial de Valores de 1990, encontr que dos dimensiones principales explican ms de la mitad de la varianza transnacional de ms de 20 variables relacionadas con valores bsicos en una amplia gama de mbitos, que van desde la poltica hasta la vida econmica y el comportamiento sexual (Inglehart, 1997).

    Cada dimensin contiene un eje principal de variacin transcultural que incluye un gran nmero de valores diferentes. El Cuadro 1 muestra los resultados del anlisis ms reciente que se basan en datos de ms de 70 sociedades agregadas a escala nacional. Aunque cada una de las dos dimensiones principales se vincula a decenas de valores, por razones tcnicas los ndices fueron construidos utilizando slo cinco indicadores clave para cada una de las dos dimensiones.

    Los valores humanos muestran una coherencia sorprendente; las dos dimensiones explican perfectamente 71% de la variacin transcultural entre estos diez temas. An ms impresionante es que cada dimensin abarca una amplia gama de otras actitudes que se extienden a travs de mbitos aparentemente diversos.

    El Cuadro 2 muestra las correlaciones de 24 variables adicionales relacionadas de manera relativamente fuerte con la primera dimensin, mostrando correlaciones superiores de 0.40.

    Las sociedades con valores tradicionales enfatizan la preponderan-cia de la religin, la obediencia a la autoridad, los lazos entre padres e hijos y las familias con padre y madre, as como estndares morales absolutos; estas sociedades rechazan el divorcio, el aborto, la eutanasia y el suicidio, y tienden a ser ms patriotas y nacionalistas. En contraste, las sociedades con valores seculares-racionales muestran preferencias contrarias respecto de todos esos temas.

    El Cuadro 3 desglosa 31 variables adicionales estrechamente vincula-das con la dimensin de supervivencia/autoexpresin, la cual tambin abarca una amplia gama de creencias y valores. La polarizacin de valo-res materialistas y posmaterialistas es un componente central que refleja un cambio intergeneracional de opinin que consiste en el trnsito del nfasis en la seguridad econmica y fsica, sobre todo, hacia un crecien-

  • Primer factor (46% de varianza)

    Los valores tradicionales enfatizan lo siguiente:

    Dios es muy importante en la vida del encuestado.Es ms importante para un nio aprender obediencia y fe religiosa que independencia y determinacin (ndice de autonoma).El aborto nunca es justi cable.El encuestado tiene un fuerte sentimiento de orgullo nacional.El encuestado favorece un mayor respeto por la autoridad.

    (Valores seculares-reacionales enfatizan lo contrario)

    Factor Loadings

    0.91

    0.880.820.810.73

    Cuadro 1. Dos dimensiones de variacin transcultural

    Segundo factor (25% de varianza)

    Los valores de supervivencia enfatizan lo siguiente:

    El encuestado da prioridad a la seguridad econmica y fsica sobre la autoexpresin y la calidad de vida. [4item Materialist/Posmaterialist Values Index].

    El encuestado se describe como no muy feliz.La homosexualidad nunca es justi cable.No ha rmado una peticin, ni lo har nunca.Debes ser muy cauteloso antes de con ar en las personas.

    (Valores de autoexpresin enfatizan lo contrario)

    Factor Loadings

    0.87

    0.810.770.740.46

    Las polaridades originales varan; las a rmaciones arriba muestran cmo cada tem se relaciona con el factor dado.Fuente: datos a nivel nacional de la Encuesta Mundial de Valores.(Factores=2, rotacin por mtodo varimax, exclusin de casos segn lista).

  • Cuadro 2. Correlativo de valores tradicionales vs. seculares-racionales

    Los valores tradicionales enfatizan lo siguiente:

    La religin es muy importante en la vida del encuestado.El encuestado cree en el Cielo.Una de las principales metas en la vida ha sido darles orgullo a sus padres.El encuestado cree en el in erno.El encuestado asiste regularmente a la iglesia.El encuestado tiene mucha con anza en las iglesias del pas.El encuestado encuentra consuelo y fortaleza en la religin.El encuestado se describe como una persona religiosa.La eutanasia nunca es justi cable.El trabajo es muy importante en la vida del encuestado.Debera haber limitaciones ms estrictas a la venta de productos extranjeros aqu.El suicidio nunca es justi cable.El deber de los padres es hacer lo mejor por sus hijos, incluso a costa de su propio bienestar.El encuestado raramente, o nunca, discute sobre poltica.El encuestado se coloca a la Derecha en una escala de Izquierda a Derecha.El divorcio nunca es justi cable.Existen pautas absolutamente claras sobre el bien y el mal.Expresar las preferencias propias es claramente ms importante que comprender las preferencias de los otros.Los problemas ecolgicos de mi pas pueden ser resueltos sin acuerdos internacionales que se hagan cargo de ellos.Si una mujer gana ms dinero que su esposo, es casi seguro que esto cause problemas.Siempre debemos querer y respetar a nuestros padres, sin importar su comportamiento.La familia es muy importante en la vida del encuestado.Est relativamente a favor de que el ejrcito gobierne el pas.Est a favor de tener un nmero relativamente alto de hijos.(Los valores seculares-racionales enfatizan lo contrario)

    Correlacin con valores adicionales/

    seculares racionales0,890,880,810,760,750,720,710,660,650,63

    0,610,60

    0,570,57

    0,570,560,56

    0,56

    0,53

    0,49

    0,450,430,410,40

    El nmero en la columna a la derecha muestra el grado de correlacin de cada variable con el ndice de Valores Tradicionales/Seculares-racionales. Las polaridades varan; las a rmaciones arriba muestran cmo se relaciona cada tema con el ndice de Valores Tradicionales/Seculares-racionales.

    Fuente: datos a nivel nacional de las encuestas mundiales de valores.

  • 29EXISTE LATINOAMRICA? UN ANLISIS GLOBAL DE DIFERENCIAS

    te hincapi en asuntos relacionados con la autoexpresin, el bienestar subjetivo y la calidad de vida.

    Las sociedades que califican alto en valores de supervivencia tienden a fortalecer las orientaciones materialistas y los roles tradicionales de gnero; estas sociedades muestran una relativa intolerancia a extranje-ros, homosexuales y otros out-groups, niveles relativamente bajos de bienestar subjetivo, califican bajo en confianza interpersonal, y enfati-zan el trabajo arduo ms que la imaginacin o la tolerancia como

    Cuadro 3. Correlativos de valores de supervivencia vs. autoexpresin

    Los valores de supervivencia enfatizan lo siguiente:

    Los hombres son mejores lderes polticos que las mujeres.El encuestado no est satisfecho con la situacin nanciera de su hogar.Una mujer debe tener hijos para sentirse realizada.Rechaza a los extranjeros, a los homosexuales y a las personas con sida como vecinos.Est a favor de poner ms nfasis en el desarrollo de la tecnologa.No ha reciclado objetos para proteger el medio ambiente.No ha asistido a una reunin o rmado una peticin para proteger el medio ambiente.En la bsqueda de empleo, son ms importantes un buen ingreso y un trabajo seguro que la sensacin de logro y trabajar con personas de tu agrado.Est relativamente a favor de la propiedad gubernamental de negocios e industrias.Un nio necesita un hogar con padre y madre para crecer felizmente.No describe su salud como muy buena.Uno siempre debe querer y respetar a sus padres, sin importar su comportamiento.Cuando escasean los empleos, los hombres tienen ms derecho a un empleo que las mujeres.La prostitucin nunca es justi cable.El gobierno debera asumir una mayor responsabilidad para satisfacer las necesidades de todos.Tiene mucha libertad de eleccin o control sobre su vida.La educacin universitaria es ms importante para un joven que para una joven (para un hombre que para una mujer).No est a favor de un menor nfasis en el dinero y en las pertenencias (los bienes) materiales.

    Correlacin con valores de supervivencia/

    autoexpresin0,86

    0,830,83

    0,810,780,78

    0,750,74

    0,74

    0,73

    0,730,71

    0,69

    0,690,68

    0,670,67

    0,66

    0,66

  • 30 EL CAMBIO DE VALORES EN AMRICA LATINA

    Cuadro 3. Correlativos de valores de supervivencia vs. autoexpresinLos valores de supervivencia enfatizan lo siguiente:

    Rechaza a personas con antecedentes criminales como vecinos.Rechaza a los bebedores empedernidos como vecinos.El trabajo arduo es una de las cosas ms importantes que se debe ensear a un/a nio/a.La imaginacin no es una de las cosas ms importantes que se debe ensear a un/a nio/a.La tolerancia y el respeto a otras personas no son las cosas ms importantes que se deben ensear a un/a nio/a.Los descubrimientos cient cos ayudarn, en lugar de daar, a la humanidad.El tiempo libre no es muy importante en la vida.Las amistades no son muy importantes en la vida. Tener un lder fuerte que no tenga que ocuparse con el parlamento o con elecciones sera una buena forma de gobierno.No ha tomado, ni tomar parte en un boicot.Debera aumentarse la propiedad gubernamental de los negocios y la industria.La democracia no es necesariamente la mejor forma de gobierno.Se opone a enviar ayuda econmica a pases ms pobres.

    (Los valores de autoexpresin enfatizan lo opuesto)

    Correlacin con valores de supervivencia/autoexpresin

    0,650,64

    0,620,62

    0,60

    0,60

    0,58

    0,560,56

    0,550,450,42

    El nmero en la columna a la derecha muestra a qu grado se correlaciona cada variable con el ndice de Valores de Supervivencia/Autoexpresin. Las polaridades originales varan; las a rmaciones arriba muestran cmo se relaciona cada tema con el ndice de Valores Tradicionales/Seculares-Racionales.

    Fuente: datos a nivel nacional de las encuestas mundiales de valores.

    el asunto esencial que se debe ensear a los nios. Sociedades que en-fatizan valores de autoexpresin, exhiben preferencias opuestas acerca de todos estos temas.

    Existe Latinoamrica? Una geografa cultural del mundo

    Los autores de este artculo han encontrado que existen patrones cohe-rentes de variacin transcultural en los que personas de ciertas socie-

  • 31EXISTE LATINOAMRICA? UN ANLISIS GLOBAL DE DIFERENCIAS

    dades asumen posiciones sumamente distintivas de manera muy con-sistente a travs de una amplia gama de orientaciones que van desde la poltica hasta la religin y las normas sexuales.

    Ello significa que ahora se puede responder a la pregunta: tienen los pueblos de Amrica Latina visiones del mundo relativamente similares?

    La Figura 1 muestra la ubicacin de cada sociedad en las dos dimen-siones discutidas hasta ahora, con base en la calificacin del factor medio de cada pas en cada una de ellas, tal como fueron medidas en la En-cuesta Mundial de Valores de 1990-1991 (la primera serie de encuestas de valores que cubran la gama completa de sociedades, mientras que la de 1981 se limit, sobre todo, a sociedades con ingresos altos, aunque incluy tambin a tres pases con ingresos medios). Las sociedades con orientaciones culturales similares en las encuestas estn cercanas unas a otras en la figura, y se localizan dentro de grupos significativos.

    En primer lugar, es claro que los sistemas de valores en los pases ms ricos difieren sistemticamente de los ms pobres. Estos ltimos tienden a ubicarse en la parte inferior izquierda de la Figura 1, mientras que los pa-ses ricos estn en el cuadrante superior derecho. No obstante que existen algunas desviaciones (Estados Unidos, por ejemplo, ostenta mayor grado de valores tradicionales de lo que se podra pronosticar con base en su PNB), la correlacin general entre valores y desarrollo econmico es muy alta.

    El patrn, adems, es coherente en muchos otros aspectos. Por ejem-plo, los cuatro pases latinoamericanos incluidos en la Encuesta Mundial de Valores de 1990 aparecen en un grupo compacto, lo cual refleja que, desde una perspectiva global, tienen sistemas de valores relativamente similares. Si se hubiera encontrado que la visin del mundo del pueblo brasileo era ms cercana a la de Suecia o China, o si Rusia se hubiera ubicado en el centro del grupo latinoamericano, entonces hubiese sido difcil sostener el concepto de una cultura latinoamericana. Sin em-bargo, los pueblos de las cuatro sociedades latinoamericanas revelan de manera consistente valores relativamente similares a travs de una amplia gama de temas.

    De forma similar, las dos sociedades africanas se ubican en otro gru-po relativamente compacto. Y las tres sociedades de influencia confu-cionista del este de Asia aparecen en otro grupo que se superpone de manera parcial con otro ms, el de las sociedades ex comunistas. Las

  • Nota: La ubicacin de 43 sociedades sondeadas en las Encuestas de Valores de 1990-1992 respecto a dos dimensiones clave de variacin transcultural. Las escalas en cada eje indican la calificacin media de factores (mean factor score) de cada pas en esa dimensin. Fuente: Adaptado de Inglehart y Carballo (1997: 38).

    Figura 1. Mapa cultural del mundo alrededor de 1990

  • 33EXISTE LATINOAMRICA? UN ANLISIS GLOBAL DE DIFERENCIAS

    sociedades histricamente catlicas de Europa Occidental caen dentro de otro grupo compacto. A pesar de que en Europa Occidental la asis-tencia a la iglesia ha disminuido bastante en aos recientes, las socieda-des histricamente protestantes del norte de Europa aparecen en otro grupo (con Alemania Oriental localizada en el cruce entre Europa del Norte y el grupo de pases ex comunistas, como sera lo indicado por su experiencia histrica).

    Estados Unidos y Canad constituyen un grupo norteamericano y ste podra extenderse hasta incluir a otras sociedades angloparlantes. Polonia es atpica, pues presenta ms valores tradicionales que otras sociedades ex comunistas de Europa Oriental. Pero, en general, los sistemas de valores de la mayora de la gente en el mundo no son alea-torios, aunque estn formados por diversos factores. Esos valores ma-nifiestan patrones fuertemente coherentes que deben ser interpretados con mucho cuidado.

    En la Figura 1 los cinco pases nrdicos Noruega, Islandia, Di-namarca, Finlandia y Suecia forman un grupo compacto dentro del conjunto de pases noreuropeos. Sus historias se relacionan entre s y tienen culturas similares; estos pases muestran un nivel moderadamen-te alto en la visin cultural asociada con la autoridad secular-racional, y son punteros en el mundo en cuanto a valores posmodernos.

    Tales pases tienen cierta proximidad geogrfica, pero el hecho de ser Estados de bienestar prsperos y tradicionalmente protestantes pa-rece tener ms consecuencia que su proximidad geogrfica. Por tanto, Holanda, que no es un pas nrdico pero es histricamente protestante y hoy un prspero Estado de bienestar, se ubica justo en medio del grupo nrdico. A pesar de su vecindad con Blgica y que comparte un lenguaje comn con la mitad de los belgas, Holanda se halla de manera cultural ms cercana a los pases nrdicos que a Blgica. Histricamen-te, Holanda ha sido influida por el protestantismo; incluso los catlicos holandeses contemporneos son notablemente calvinistas.

    A pesar de que en la actualidad la influencia de las iglesias en la sociedad europea occidental est desapareciendo, las tradiciones reli-giosas contribuyeron a la formacin de culturas nacionales que an per-duran. Consecuentemente, Holanda se coloca entre Noruega y Suecia.

    Blgica, Francia, Italia, Espaa, Portugal y Austria constituyen otro grupo en el espacio cultural de la Figura 1. No obstante que el nivel

  • 34 EL CAMBIO DE VALORES EN AMRICA LATINA

    de asistencia a la iglesia ha disminuido de manera drstica, todos estos pases son histricamente catlicos. Adems, este grupo est prximo a otro (abrumadoramente catlico), el latinoamericano, que incluye a Mxico, Argentina, Chile y Brasil, pases predominantemente catlicos que forman un grupo bastante coherente. Se podra ampliar este raci-mo para incluir a otros cuatro pases histricamente catlicos: Polonia, Hungra, Eslovenia y Letonia.

    Los ltimos cuatro pases son atpicos, tal vez debido a que la pros-peridad que experimentaron los pases catlicos de Europa Occidental no lleg hasta ellos, y estn ms impregnados de valores de superviven-cia que el resto del grupo catlico. En la dimensin de modernizacin, sin embargo, sus valores son casi tan tradicionales como los de otros pases catlicos (y tienen ms valores tradicionales que otros pases ex comunistas).

    Las regiones alemanas antes divididas entre Alemania Occidental y Alemania Oriental eran an Estados independientes cuando se llevaron a cabo estas encuestas y, por tanto, fueron sondeadas por separado. Aunque Alemania Occidental se ubica en el cuadrante superior derecho junto con otras sociedades de Europa Occidental, y Alemania Oriental se encuentra en el cuadrante superior izquierdo que contiene a la ma-yora de las sociedades histricamente comunistas, estas dos sociedades estn relativamente cercanas una a la otra en las dos dimensiones cul-turales principales.

    Desde 1945 hasta 1990, el rgimen comunista realiz un esfuerzo masivo para reformar la cultura de Alemania Oriental, con el objeto de que apoyara al rgimen marxista, ateo y autoritario. Al mismo tiempo, los poderes occidentales dedicaron esfuerzos masivos para rehacer la cultura poltica, con el objetivo de apoyar la democracia liberal occi-dental orientada al mercado. Parece que los 45 aos que estos Estados estuvieron bajo regmenes por completo diferentes tuvieron su impacto: hacia 1990, haba cierta distancia entre las dos sociedades, especial-mente en la dimensin de supervivencia/autoexpresin. Pero an ms impresionante es el hecho de que, desde una perspectiva global, los valores culturales bsicos de ambas sociedades seguan siendo relativa-mente parecidos.

    Este experimento natural indica que, aun cuando un rgimen rea-liza un esfuerzo consciente y coordinado, su capacidad para cambiar

  • 35EXISTE LATINOAMRICA? UN ANLISIS GLOBAL DE DIFERENCIAS

    la cultura subyacente es limitada. Despus de 45 aos bajo institucio-nes polticas y econmicas radicalmente diferentes, Alemania Oriental y Alemania Occidental continuaron siendo tan similares entre s en sus valores bsicos como los Estados Unidos y Canad.

    Casi la mitad de las sociedades comunistas o ex comunistas se ubi-can en el cuadrante superior izquierdo. stas se caracterizan, en primer lugar, por valores de supervivencia y, en segundo, por un fuerte nfasis en la autoridad del Estado ms que en la autoridad tradicional. Polonia es atpica, y se distingue de otras sociedades comunistas por sus fuertes valores religiosos tradicionales. China es atpica, pero en la direccin opuesta se trata de la sociedad menos religiosa y la ms orientada al Estado de todos los casos con informacin. Las posiciones de estas sociedades reflejan sus patrimonios culturales distintivos. Por un lado, la adherencia a la iglesia catlica ha constituido un pilar en la lucha por la independencia en Polonia desde 1792, papel que volvi a cum-plir en la dcada de 1980, lo que reactiv el papel de la religin en la cultura nacional polaca.

    China, por otra parte, ha experimentado un sistema cultural relati-vamente secular durante dos mil aos, y la autoridad burocrtica se desarroll dentro del confucionismo mucho antes de que llegara al Oc-cidente. Por consiguiente, China, al igual que las otras sociedades con influencia confucionista en Asia del Este, posee el componente buro-crtico de la cultura moderna desde hace mucho tiempo. Hasta hace poco, les hacan falta los otros componentes principales de sta, es decir, el nfasis en la ciencia y la tecnologa y el aprecio de los logros econmicos; pero, una vez que stos fueron adoptados, su tradicin burocrtica secular probablemente contribuy a facilitar un rpido de-sarrollo econmico. El tradicional nfasis chino sobre el Estado proba-blemente termin fortalecido por cuatro dcadas de socialismo. Tam-bin Japn otra sociedad con influencia confucionista, as como Alemania Oriental y Alemania Occidental, se caracterizan por un nfasis relativamente acentuado en la autoridad secular-racional.

    La mayora de las sociedades comunistas y ex comunistas estn orientadas hacia la autoridad secular-racional, y no a la autoridad reli-giosa. Su gente ha experimentado regmenes comunistas que duraron de cuatro a ocho dcadas, los cuales reprimieron de manera sistemtica la religin, y donde es perfectamente realista considerar que la poltica

  • 36 EL CAMBIO DE VALORES EN AMRICA LATINA

    es importante, ya que la vida econmica y cultural, e incluso las proba-bilidades de la propia supervivencia, dependen del Estado.

    Los Estados comunistas fueron probablemente las sociedades ms burocratizadas, centralizadas y seculares en la historia, y mantenan a la ciencia y la tecnologa en tan alta estima que, para legitimar su poder, sus lites alegaban que no gobernaban con base en el proceso falible y poco cientfico del gobierno de la mayora, sino de acuerdo con los principios del socialismo cientfico. Segn estos estndares, los estados comunistas representaban la culminacin de la modernizacin y, por tanto, parece apropiado que aparezcan (en la Figura 1) cerca del polo de la modernizacin en la dimensin de autoridad tradicional/secular-racional.

    En lo que concierne a Amrica Latina, se encontraron muestras de la existencia de una cultura latinoamericana. Sin embargo, la realidad est compuesta de varias capas. Los puntos que ubican a cada sociedad en la Figura 1 estn determinados por la investigacin emprica, pero los lmites trazados a su alrededor reflejan consideraciones tericas y podran ser, alternativamente, trazados de maneras distintas. Desde el punto de vista emprico, s existe un grupo latinoamericano, pero sus lmites se podran ampliar fcilmente para incluir a Espaa y Portugal.

    Se tendra entonces un conjunto hispnico, ya que Espaa y Portugal se encuentran tan cercanos a Mxico y Argentina, como stos a Chile y Brasil. Pero, adems, Italia (una de las principales fuentes de inmigra-cin a Amrica Latina) tambin est prxima a ellos. Finalmente, el con-junto latinoamericano se podra fusionar de igual modo con el europeo catlico y con partes de Europa Oriental para crear un grupo catlico amplio, pero razonablemente compacto, que contuviera a todas las so-ciedades histricamente catlicas. Tanto de manera terica como emp-rica, todos estos grupos se traslapan o coinciden. Existe Latinoamrica, claro, pero sta refleja la convergencia de una variedad de influencias econmicas, religiosas e histricas.

    Pueden las instituciones determinar la cultura?

    Los pases histricamente protestantes, tanto del norte de Europa como del norte de Amrica, conforman un gran grupo en cuanto a una amplia gama de valores bsicos; de manera similar, los pases histricamente

  • 37EXISTE LATINOAMRICA? UN ANLISIS GLOBAL DE DIFERENCIAS

    catlicos en Europa Occidental, Amrica Latina y Europa Oriental for-man otro conjunto extenso, pero razonablemente homogneo.

    A pesar de los enormes cambios asociados con la modernizacin eco-nmica y social, y no obstante las grandes transformaciones sociopol-ticas relacionadas con la dominacin comunista a lo largo de la guerra fra en varias sociedades histricamente catlicas, desde una perspectiva global stas conservan an valores culturales relativamente similares tal como sucede con las sociedades histricamente protestantes.

    Las sociedades catlicas conforman un grupo que se caracteriza por valores ms tradicionales y por enfatizar los de supervivencia, en com-paracin con la mayora de sociedades protestantes. En esta figura, Po-lonia e Irlanda encajan en un conjunto amplio de sociedades que han sido moldeadas por el catolicismo romano.

    A primera vista, esto podra constituir prueba suficiente para una interpretacin basada en el determinismo institucional. Ahora, si ste significa simplemente que las instituciones de una sociedad se encuen-tran entre los factores que contribuyen a moldear su cultura, eso sera indudablemente correcto. Sin embargo, el determinismo institucional con frecuencia es llevado a una afirmacin mucho ms radical. Se ha llegado a suponer que las instituciones determinan, por s solas, los valores culturales de una sociedad, de manera que no es necesario tomar en cuenta los factores culturales: si cambiamos las instituciones, automticamente la cultura cambiar para ajustarse a ellas. Pero si ana-lizamos con ms cuidado la evidencia, se hace claro que esta postura es insostenible.

    Entre las sociedades protestantes y las catlicas existen enormes di-ferencias culturales pero, por lo general, esto no refleja las influencias directas de las iglesias catlica y protestante de hoy en da, ya que una influencia directa de la iglesia en la actualidad es muy dbil en muchos de esos pases. Aunque en Polonia y en Irlanda (y en Estados Unidos) contina siendo alto, el nivel de asistencia a la iglesia ha decado drs-ticamente en la mayor parte de los pases histricamente catlicos; y ha disminuido an ms en la mayora de las sociedades europeas histri-camente protestantes, al punto que algunos observadores se refieren a los pases nrdicos como sociedades poscristianas.

    Las sociedades histricamente catlicas y las histricamente protes-tantes an muestran valores muy distintos, incluso entre los segmentos

  • 38 EL CAMBIO DE VALORES EN AMRICA LATINA

    de poblacin que en la actualidad no tienen ningn contacto con la iglesia. Estos valores persisten como parte del legado cultural de deter-minadas naciones, pero ya no por influencia directa de las instituciones religiosas.

    Ese legado o patrimonio cultural ha sido moldeado por las experien-cias econmicas, polticas y sociales de un determinado pueblo, inclui-do el hecho, por ejemplo, de que las sociedades protestantes se hayan industrializado antes que la mayora de las sociedades catlicas. Esto, a su vez, en una etapa an ms temprana de la historia, pudiera haber-se relacionado con las diferencias religiosas (tal como sugiere Weber), pero ciertamente no se trata de un caso de determinismo institucional directo.

    Hay un notable grado de coherencia en estas diferencias transcultu-rales. En la Figura 1, cuarenta de las 43 sociedades se ubican en grupos compactos con legados culturales coherentes, como Amrica Latina, Eu-ropa Oriental o Asia Oriental. Existen slo tres excepciones: Polonia, Irlanda e Irlanda del Norte. Tanto Polonia como Irlanda pueden ser de-finidas como sociedades hipercatlicas, ya que ambas fueron ocupadas y dominadas durante siglos por poderosos vecinos no catlicos, y las dos respondieron a las presiones de asimilacin cultural con un intenso y renovado nfasis en su herencia catlica romana como medio para mantener su identidad nacional. Irnicamente, este mismo fenmeno pudo haber llevado a una reaccin similar a los protestantes irlandeses, los cuales constituyen una pequea minora en Irlanda y pueden ser definidos como hiperprotestantes.

    En la mayor parte de los pases las diferencias culturales son un reflejo de la experiencia histrica total de esas sociedades, y no de la influencia actual de sus respectivas iglesias. Este punto es evidente cuando se examinan los sistemas de valores de sociedades como las de Suiza, Holanda y Alemania; todas ellas fueron sociedades histrica-mente protestantes, pero (como consecuencia de diferentes niveles de natalidad, diferentes grados de desgaste religioso y la inmigracin de catlicos) hoy tienen casi el mismo nmero de catlicos practicantes que de protestantes practicantes. A pesar de esta nueva composicin religiosa, estos tres pases manifiestan valores tpicamente protestantes. Ms an, en estas sociedades, catlicos y protestantes no muestran valo-res marcadamente diferentes; por ejemplo, los catlicos holandeses de

  • 39EXISTE LATINOAMRICA? UN ANLISIS GLOBAL DE DIFERENCIAS

    hoy son casi tan calvinistas como los miembros de la Iglesia Reformista Holandesa.

    La ideologa comunista se ha descrito como una religin secular, y las sociedades histricamente comunistas tambin forman un grupo coherente que coincide slo de manera parcial con el grupo catlico. Trece de las 14 sociedades ex comunistas se ubican dentro de un grupo compacto en el cuadrante superior izquierdo, y este grupo europeo oriental podra ser expandido para incluir a China y a Alemania Orien-tal. Como se ha notado, aunque estn localizados en dos continentes diferentes y abarcan ambos lados de la divisin catlico-protestante, los cinco pases angloparlantes tambin estn cercanos unos a otros en este mapa cultural; el factor unificante en este caso es una lengua comn. Pero la influencia ms dominante de todas parece ser la del desarrollo econmico.

    Tanto la dimensin de modernizacin como la de supervivencia/au-toexpresin tienen una alta correlacin con el nivel de desarrollo eco-nmico de una sociedad. Los valores de las sociedades ms ricas y los de las ms pobres difieren sistemticamente.

    Se hace obvio que el determinismo institucional sera una interpreta-cin demasiado simple de la evidencia. No obstante el claro impacto de las instituciones religiosas, los factores econmicos, polticos, geogrfi-cos, lingsticos y otros, desempean tambin papeles fundamentales. La visin del mundo de un pueblo refleja la totalidad de su legado histrico.

    Sin embargo, el patrn est lejos de ser aleatorio y es de suponer que tampoco lo ser en el futuro. A pesar de la considerable variacin entre las sociedades latinoamericanas, los datos comparativos que re-presentan a la mayor parte de la poblacin mundial ponen de mani-fiesto una zona latinoamericana coherente. Asimismo, es evidente que existe una amplia gama de otras zonas culturales distintivas.

    La estabilidad del mapa cultural a travs del tiempo

    Estas dimensiones de variacin transcultural son slidas: cuando el an-lisis de factores se aplic de nuevo a los datos de las encuestas de 1995 a 1998, surgieron las mismas dos dimensiones de variacin transcultural, incluso cuando el nuevo anlisis se basaba en 23 pases adicionales no contemplados en el estudio anterior (Inglehart y Baker, 2000). De igual

  • 40 EL CAMBIO DE VALORES EN AMRICA LATINA

    manera, las mismas dos dimensiones aparecen en el anlisis de datos de las encuestas de 2000-2001 aunque numerosos pases haban sido agregados a la muestra, incluidas ocho sociedades predominantemente islmicas, una regin cultural que haba sido un tanto ignorada por las encuestas anteriores (Inglehart y Welzel, 2005).

    Si se compara el mapa que se fundamenta en las encuestas de 1990 con el que se basa en las de 1995, inicialmente parecen ser el mismo que muestra grupos de pases (la Europa protestante, los pases anglo-parlantes, las sociedades latinoamericanas, las sociedades confucionis-tas) en la misma posicin relativa, a pesar de que cada serie de encues-tas sucesivas no slo haba sido realizada aproximadamente cinco aos despus de la anterior, sino que inclua muchos casos que no haban sido cubiertos en encuestas previas (Figura 2).

    Adems, estas sociedades se acomodan en grupos coherentes y su ubicacin traduce sus niveles de desarrollo econmico: las sociedades ms pobres hacia la esquina inferior izquierda y las ms ricas cerca de la esquina superior derecha de la Figura 1. Pero la herencia religiosa, el lenguaje, la condicin geogrfica y el hecho de haber experimentado, o no, un rgimen comunista, tambin parecen tener influencia sobre la ubicacin cultural de estas sociedades.

    Figura 2. Mapa cultural del mundo alrededor de 1995

    Fuente. Datos de la Encuesta Mundial de Valores.

  • 41EXISTE LATINOAMRICA? UN ANLISIS GLOBAL DE DIFERENCIAS

    As, las sociedades nrdicas constituyen un grupo coherente cerca de la parte superior derecha que forma parte de un grupo noreuropeo ms amplio (histricamente protestante). Los pases de la Europa catlica forman otro grupo coherente; mientras que las sociedades de influencia confucionista del este de Asia integran otro ms. Europa Oriental for-ma otro grupo que cae en una zona ex comunista ms amplia que la incorpora a ella misma, adems de posiciones culturalmente contiguas del norte de Europa y Asia Oriental. Estados Unidos y Canad forman un grupo norteamericano compacto en las cuatro encuestas; pero ste es parte de una zona angloparlante ms extensa que incluye a Gran Bretaa, Repblica de Irlanda e Irlanda del Norte.

    Australia tambin se ubica en esta zona angloparlante. Este pas no se incluy en la encuesta de 1990, por lo que no aparece en los an-lisis previos, pero fue muestreado en 1981 y los datos indican que, no obstante la gran distancia geogrfica, Australia est culturalmente muy cercana a Gran Bretaa y Canad. La conclusin sera que existe un patrn coherente de diferencias transculturales en el cual destaca ms la continuidad que el cambio.

    Las dos dimensiones estudiadas son notablemente slidas. La compa-racin de los resultados entre las recientes tercera y cuarta series de la EMV arroja que, de una serie a la siguiente, hay una correlacin de 0.92 entre las posiciones de pases especficos en la dimensin de valores tradicionales/seculares-racionales. En la dimensin supervivencia/auto-expresin, las posiciones de los pases son todava ms estables: hay una correlacin de 0.95 entre las posiciones de la primera ola de en-cuestas y las de la siguiente que se realiz cinco aos despus. Aunque estn ocurriendo cambios importantes dentro de estas dimensiones, las posiciones relativas de los pases son altamente estables (figuras 3 y 4).

    Conclusin

    Se debe sealar que este anlisis ha puesto a prueba la cuestin de la existencia de una cultura latinoamericana (o confucionista o anglopar-lante). Y se podra imaginar que un estudio como ste, diseado para analizar particularmente los rasgos distintivos de la cultura hispana fren-te a las culturas confucionista o anglosajona, pudiera arrojar contrastes ms marcados entre las visiones del mundo de los respectivos pueblos.

  • 42 EL CAMBIO DE VALORES EN AMRICA LATINA

    No obstante, el anlisis presentado se basa en un conjunto de datos que fue diseado para enfocarse en asuntos no especficos de una regin, sino que son significativos en casi cualquier sociedad del mundo. Sin embargo, se han encontrado zonas culturales claramente distintas.

    Adems, a esta investigacin la motiv el inters por conceptos re-lacionados con el desarrollo y surge para examinar cmo el desarro-llo econmico produce cambios culturales sistemticos vinculados a los procesos de modernizacin y los de supervivencia/autoexpresin, respectivamente. En efecto, lo hallado indica que cada uno de estos procesos se liga a una dimensin importante de variacin transcultural. Empero, vale la pena enfatizar que, incluso en un anlisis diseado para enfocarse en los procesos del desarrollo, surgieron patrones coherentes y culturalmente distintivos que pueden ser descritos con facilidad como

    Figura 3. Mapa cultural del mundo alrededor del ao 2000

    Fuente. Datos de la Encuesta Mundial de Valores.

  • 43EXISTE LATINOAMRICA? UN ANLISIS GLOBAL DE DIFERENCIAS

    Figura 4. Mapa cultural del mundo alrededor del ao 2006

    Fuente: datos de la Encuesta Mundial de Valores.

    latinoamericanos (o hispanos), africanos, confucionistas, angloparlan-tes, ex comunistas, y as de manera sucesiva.

    Esta investigacin ha particularizado, principalmente, en los patrones extensos de cambios globales, y tal vez, continuar hacindolo en el futuro.

    Aun as, se debe respetar lo indicado por los datos. Un hallazgo re-levante es que existen zonas culturales distintivas, incluso por encima del hecho de que estas sociedades tienen niveles muy diferentes de desarrollo econmico y diversos niveles de modernizacin y de super-vivencia/autoexpresin.

  • 44 EL CAMBIO DE VALORES EN AMRICA LATINA

    Las EMV revelan enormes diferencias entre los valores bsicos de personas en distintas zonas culturales. Estas diferencias transculturales son coherentes y relativamente estables. Tambin tienen consecuencias importantes en cuanto al comportamiento. Para demostrar este ltimo punto se requerira un espacio mucho mayor del disponible en este tra-bajo, pero una gran cantidad de evidencia indica que las variables cul-turales examinadas aqu estn fuertemente vinculadas con una variedad de caractersticas sociales importantes, que van desde la persistencia de una democracia estable, hasta los ndices de crecimiento econmico y de fertilidad.

    La eleccin racional obvia de un norteamericano tpico puede no ser la eleccin racional de un islmico fundamentalista. Para entender la visin del mundo de un pueblo dado y sus implicaciones, es nece-sario tener un conocimiento detallado de la historia y la cultura de esa sociedad.

    A pesar de la evidente importancia de los factores econmicos, si-guiendo la lnea de la teora de la modernizacin (y de la superviven-cia/autoexpresin), tambin las instituciones religiosas, la experiencia poltica, el lenguaje, la ubicacin geogrfica y otros factores de una sociedad, tienen un papel importante en la formacin de su sistema de valores. Los factores econmicos no determinan por s solos lo que la gente desea y su manera de comportarse. La visin del mundo de una nacin determinada refleja la totalidad de su legado histrico.

    Notas

    Las encuestas de valores de 1981 fueron efectuadas en realidad de 1981 a 1983; y las encuestas de 1990 se realizaron en el periodo 1990-1993. En ambos casos, sin embargo, la mayor parte de las encuestas fue llevada a cabo en el ao inicial. La tercera ola (1995) de encuestas se aplic entre 1995 y 1997, la cuarta serie (2000) de 1999 a 2002, y la quinta (2006) se inici a finales de 2005 y fue concluida a finales de 2007. Los mapas culturales globales en este artculo estn basados en los datos ms recientes obtenidos en cada pas; la mayora de estas en-cuestas se realiz durante la serie que indica el mapa, pero si se carece de datos sobre un pas en esa serie, se muestran los resultados de la serie anterior, con propsitos de comparacin.

  • [45]

    La felicidad en Amrica Latina: una exploracin conceptual y emprica

    La vida es el arte del encuentro.

    Vinicius de Moraes

    La felicidad es un cmo, no un por qu; un talento, no un objeto.

    Herman Hesse

    En este captulo se desarrolla un anlisis sobre la felicidad en Amrica Latina, utilizando los datos de las sucesivas olas de la Encuesta Mundial de Valores y el resultado de grupos de discusin y entrevistas en profundidad realizadas en la Argentina. El captulo est dividido en tres partes. En la primera, presentamos las premisas principales de la nueva literatura sobre la felicidad y el bienestar subjetivo. En la segunda, realizamos un anlisis descriptivo de las principales variables asociadas de manera significativa con la felicidad en la regin. Por ltimo, presentaremos las nociones de felicidad que tienen los individuos, poniendo el foco en sus repertorios discursivos. Al concluir, nos concentramos en las implicancias que tienen estos hallazgos para pensar el desarrollo de las sociedades y las polticas pblicas.

    Introduccin

    Comprender la felicidad es una empresa compleja que asombra e interesa tanto a las personas en general como a los especialistas en ciencias sociales y filsofos. Qu es la felicidad? Por qu algunos individuos manifiestan ser ms felices y sentirse ms alegres que otros?

    Marita Carballo

  • 46 EL CAMBIO DE VALORES EN AMRICA LATINA

    Qu factores determinan la felicidad? Por qu hay pases y culturas ms felices que otras? Qu se entiende por felicidad en Latinoamrica? Estas son algunas de las tantas preguntas que guan nuestro anlisis y han insitado la indagacin sobre ese concepto.

    La felicidad es considerada como el fin mximo en la vida y continua siendo objeto de indagacin cientfica desde tiempos remotos. Dada la elusividad de su naturaleza anmica, estuvo mucho tiempo excluida de un anlisis cuantitativo riguroso.

    Por lo tanto, la mayor parte de los interrogantes con los que hemos comenzado son hoy un desafo tan grande para la investigacin cientfica y social como lo han sido para los principales pensadores en la historia de la civilizacin. Sin embargo, desde hace poco ms de cuatro dcadas, la felicidad se ha convirtido en objeto de estudio dentro de un campo social de investigacin ms amplio e inter-disciplinario al que se le ha dado el nombre de Calidad de Vida o Buen Vivir (Quality of Life).1 Este hecho ha dado paso a su estudio desde una perspectiva estandarizada y sistemtica.

    Como ellos, nosotros intentaremos abordar la felicidad desde una ptica emprica. La argumentacin que desarrollaremos tiene la siguiente estructura: en el apartado que sigue, haremos un breve recorrido por las principales nociones, ideas y proposiciones de Aristteles (384-322) y de Jeremy Bentham (1748-1832) para focalizarnos en aquellos conceptos e ideas que nos han ayudado a enfocar nuestro anlisis, a elaborar nuestras preguntas de investigacin y a ajustar nuestros supuestos. Una vez desarrollado ese marco terico, avanzaremos en el anlisis emprico de la felicidad en las sociedades latinoamericanas. Abordaremos una serie de ideas que comienzan en Aristteles para luego centrarnos en aquellas que provienen del iluminismo liberal de Bentham, pues buena parte de la gnesis del nuevo campo de estudio sobre la Calidad de Vida yace en las visiones de estos dos autores.

    En la segunda parte del captulo, expondremos una lgica de la indagacin para entender la felicidad en Amrica Latina y las metodologas de investigacin que utilizaremos. Cundo y cmo se

    1 Una de las mejores revisiones sobre la literatura de la felicidad, la hemos en-contrado en (Veenhoven, Ruut 1997). Tambin pueden consultarse Layard (2005), y los trabajos del Wellbeing in Developing Countries Research Group en http://www.welldev.org.uk/.

  • 47LA FELICIDAD EN AMRICA LATINA: UNA EXPLORACIN CONCEPTUAL

    siente y se representa la felicidad en las personas? Cmo contar, cmo poner en palabras este estado de nimo? En esta parte, explicaremos las ventajas de un enfoque metodolgico mixto y comenzaremos por un anlisis cuantitativo de los factores que afectan a la felicidad en la regin y en el mundo. Luego utilizaremos las representaciones, el imaginario, las narrativas y el sentido comn de los individuos. En la tercera seccin, presentaremos los resultados del anlisis cualitativo de las entrevistas y discusiones de grupo para llegar a una definicin sobre la felicidad que sea empricamente operativa y tericamente relevante. Por ltimo, evaluaremos cmo los resultados del anlisis de la felicidad podran ser utilizados en nuestras sociedades latinoamericanas.

    Cmo puede una sociedad organizarse en trminos de debates, procesos y polticas pblicas para promover y garantizar la felicidad, el bienestar y calidad de vida de los ciudadanos que la integran? Qu rol debera tener el Estado? Y Qu rol deberan tener la sociedad civil organizada, las empresas privadas y los ciudadanos para alcanzar este bien? Nuestra intencin es promover la discusin de los hallazgos empricos asociados al concepto de felicidad para pensar polticas y debates que apunten a elevar valores como la confianza, la libertad individual y el desarrollo equitable sostenible.

    Marco terico

    En esta seccin nos propondremos aclarar la eleccin de ciertos aspectos del enfoque aristotlico y de los postulados de Jeremy Bentham para adentrarnos en las propociciones contemporneas de la literatura sobre la Calidad de Vida (o Buen Vivir) que ubican a la felicidad en un primer plano analtico y como una variable dependiente.

    La felicidad como acciones virtuosas con un fin

    De modo general, nos interesa del sistema de conocimiento aristotlico su propuesta por un realismo prctico enraizado en el presente de los hechos. A diferencia de Platn, (y como veremos ms adelante, de Bentham) su mtodo filosfico no parte de principios o ideas universales a priori, sino que intenta encontrar en lo particular, aquello que es esencial. Este modo de analizar la realidad se manifiesta, por

  • 48 EL CAMBIO DE VALORES EN AMRICA LATINA

    ejemplo, en su aproximacin a la poltica. A sta, Aristteles la concibe como (...) una ciencia prctica y no una ciencia de la observacin (teortikos), capaz, por ende, de ser modificada por la intervencin humana (Garca Gual y Prez Jimnez 1997: 22; para un anlisis ms desarrollado, ver Wolin 1993: 13-20).

    Si nos movemos especficamente hacia la nocin aristotlica de felicidad, encontraremos un argumento claro: la felicidad es un concepto sin el cul no se puede entender la escencia de los hombres. Aristteles plante que la felicidad es el nico bien que los hombres buscan en s mismo y que su conquista significa el fin ltimo del ser humano (tica a Nicmaco). De all que la verdadera felicidad sea una virtud capaz de ser alcanzada mediante acciones.

    Para analizar y concocer la naturaleza de la felicidad, Aristteles cre una clasificacin dual basada en las formas para alcanzarla. Por un lado, englob aquellas acciones que tienden hacia lo concreto en el sentido de lo prctico, al logro virtuoso de un objetivo, como puede ser un oficio o una habilidad. Y por otro, mencion obras a las que situ por fuera de la primera clase. stas se hallan, por as decirlo, en un plano ms elevado; relacionado con el aprendizaje incesante de lo nuevo, con la adquisicin y elaboracin de conocimiento tanto en el plano del pensamiento terico y abstracto como en el de la praxis concreta de una disciplina. En otras palabras, este segundo tipo de acciones las asoci al dominio cabal de una ciencia y, en ltima instancia, al desarrollo de la sabidura, de la razn y de la conciencia. Se podran mencionar, en el contexto de la Grecia antigua, a la biologa, la medicina y la arquitectura urbana.

    Est claro que en el pensamiento aristotlico, la tica y los valores se concretan en la poltica. [2] Y esto es as porque, para alcanzar la plenitud de la felicidad que es el desarrollo de la sabidura, la razn y la conciencia, (en suma, la armona), se necesitan determinadas condiciones y circunstancias que slo se dan dentro de una organizacin social y poltica.

    La felicidad como ciencia

    Si se lee el pensamiento de Jeremy Bentham en clave poltica, se puede observar una composicin que an hoy es novedosa y constituye una

  • 49LA FELICIDAD EN AMRICA LATINA: UNA EXPLORACIN CONCEPTUAL

    exploracin que atravesiesa toda su obra y sintetiza su propuesta. El autor formul este axioma fundamental en A Fragment on Government, uno de sus escritos de juventud: Es la felicidad ms grande y del mayor nmero de personas la medida del bien y del mal.

    Qu significacin y qu implicancias tiene este axioma fundamental? Por qu es un autor tan citado en la literatura sobre la felicidad? Cmo podemos utilizar las nociones de gobierno en Bentham para abordar la genealoga del concepto felicidad y procurarle sentido hoy?

    Ms que de raz utilitarista, el pensamiento de Bentham se enmarca dentro del iluminismo liberal y racional. Su obra esta marcada por el deseo de fundar una tica, un sistema legal y un sistema de conocimiento alternativo capaz de provocar transformaciones sociales concretas con el fin de que los individuos conquisten autonoma individual dentro de un nuevo orden de instituciones basadas en normas morales.

    Desde su pasin iluminista por la matemtica e infludo por la idea de Ciencia, Bentham es uno de los pensadores que ms han contribuido a convertir la especulacin poltico-filosfica en una ciencia de los fenmenos humanos. Como han sealado muchos comentaristas de sus textos, la empresa intelectual de Bentham es radical, en el sentido de que se propuso fundar un nuevo cuerpo de nociones para pensar la moral, las normas y el gobierno democrtico (por ejemplo: Harrison 1990, Held 1996). Ms adelante, volveremos a Bentham cuando discutamos los cambios que implican pensar las sociedades latinoamericanas, no desde el punto de vista de su resultado (o producto) sino desde el de un valor como la felicidad, que es un proceso individual y colectivo.

    De la misma manera que Aristteles propone entender la felicidad como un proceso, Bentham presenta (con su felicific calculus) la medicin de nuestras acciones que conllevan a un estado de placer o de pena. Fue gracias a este giro en la comprensin de la felicidad como una accin cua