el ascetismo en nietzsche

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EL ASCETISMO EN NIETZSCHE En el tercer tratado de “La genealogía de la moral” Nietzsche se propone analizar el ideal ascético. El filósofo muestra hasta qué punto este ideal se construye sobre un rotundo odio a la vida. El mundo se dividía otrora entre los espíritus nobles y fuertes y el populacho cobarde, demasiado débil para abrazar la vida en toda su intensidad. De este escalafón innoble surge el asceta como sublimación de esa cobardía de los débiles por la vida, y esa cobardía quintaesenciada se transforma en el odio del asceta hacia la existencia. A través de la impresión que produce en el rebaño de esclavos el odio extremo del asceta, este puede convertirse en su pastor. Nietzsche expone que, efectivamente, todas las religiones han tenido una casta sacerdotal que han realizado diferentes votos como la castidad, la pobreza, el ayuno, el silencio, la automortificación... que denotan la separación que el sacerdote establece entre él y la experiencia vital e instintiva. El sacerdote es el ser más inteligente ya que es en ese huir del instinto donde nace un reconcentrarse en uno mismo que se llama inteligencia, pero, a la vez, es el más inhumano de los hombres, en tanto que es humano amar la existencia. Aunque la figura del sacerdote está en decadencia en Occidente no el ideal ascético en sí. Un ejemplo de ello es el científico que encerrado en su laboratorio concentra su mente en una parcela insignificante del mundo para intentar explicarla. El científico, de esta manera, anula su voluntad de verdad y de vida, y concentra toda su energía vital en cálculos y en construir estructuras explicativas sobre el mundo que lo apartan de lo realmente real. La actividad científica ha sustituido, de esta manera, a la religión, y ha impuesto a sus fieles una férrea disciplina antivital. El científico concentrado en su tarea es la

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Page 1: El Ascetismo en Nietzsche

EL ASCETISMO EN NIETZSCHE

En el tercer tratado de “La genealogía de la moral” Nietzsche se propone analizar el ideal ascético. El filósofo muestra hasta qué punto este ideal se construye sobre un rotundo odio a la vida. El mundo se dividía otrora entre los espíritus nobles y fuertes y el populacho cobarde, demasiado débil para abrazar la vida en toda su intensidad. De este escalafón innoble surge el asceta como sublimación de esa cobardía de los débiles por la vida, y esa cobardía quintaesenciada se transforma en el odio del asceta hacia la existencia. A través de la impresión que produce en el rebaño de esclavos el odio extremo del asceta, este puede convertirse en su pastor. Nietzsche expone que, efectivamente, todas las religiones han tenido una casta sacerdotal que han realizado diferentes votos como la castidad, la pobreza, el ayuno, el silencio, la automortificación... que denotan la separación que el sacerdote establece entre él y la experiencia vital e instintiva. El sacerdote es el ser más inteligente ya que es en ese huir del instinto donde nace un reconcentrarse en uno mismo que se llama inteligencia, pero, a la vez, es el más inhumano de los hombres, en tanto que es humano amar la existencia.

Aunque la figura del sacerdote está en decadencia en Occidente no el ideal ascético en sí. Un ejemplo de ello es el científico que encerrado en su laboratorio concentra su mente en una parcela insignificante del mundo para intentar explicarla. El científico, de esta manera, anula su voluntad de verdad y de vida, y concentra toda su energía vital en cálculos y en construir estructuras explicativas sobre el mundo que lo apartan de lo realmente real. La actividad científica ha sustituido, de esta manera, a la religión, y ha impuesto a sus fieles una férrea disciplina antivital. El científico concentrado en su tarea es la nueva versión del faquir obsesionado en la búsqueda de la divinidad, el científico solo ha sustituido a Dios por el Progreso.

Sin entrar a profundizar en esta idea de Nietzsche, sí debo admitir que me resulta sugerente. Desde hace algún tiempo vengo cavilando el escribir algo sobre como la ciencia ha tomado el relevo a la religión, al menos en Occidente, y esta lectura me ha abierto algunas líneas de interpretación. Pensando en figuras como Charles Darwin o Marie Curie no puede uno dejar de admitir que el análisis nietzscheano, si no tiene una validez total, tiene cierta agudeza tan habitual en este autor.

Page 2: El Ascetismo en Nietzsche

Dejo para terminar un fragmento de la obra de Nietzsche “La genealogía de la moral” en el que se explica este tema:

“Como hemos dicho, ocurre lo contrario: allí donde la ciencia no es la más reciente forma de aparición del ideal ascético, – son casos demasiado raros, nobles y escogidos como para que el juicio general pudiera ser torcido por ellos –, la ciencia es hoy un escondrijo para toda especie de mal humor, incredulidad, gusano roedor, despectio sui [desprecio de si], mala conciencia, – es el desasosiego propio de la ausencia de un ideal, el sufrimiento por la falta del gran amor, la insuficiencia de una sobriedad involuntaria. ¡Oh, cuántas cosas no oculta hoy la ciencia! ¡Cuántas debe al menos ocultar! La capacidad de nuestros mejores estudiosos, su irreflexiva laboriosidad, su cerebro en ebullición día y noche, incluso su maestría en el oficio – ¡con cuánta frecuencia ocurre que el auténtico sentido de todo eso consiste en cegarse a sí mismo los ojos para no ver algo! La ciencia como medio de aturdirse a sí mismo: ¿conocéis esto?... A veces con una palabra inofensiva herimos a los doctos hasta el tuétano –todo el que trata con ellos lo ha experimentado–, indisponemos contra nosotros a nuestros amigos doctos en el instante en que pensamos honrarlos, los sacamos de sus casillas meramente porque fuimos demasiado burdos para adivinar con quién estamos tratando en realidad, con seres que sufren y que no quieren confesarse a sí mismos lo que son, con seres aturdidos e irreflexivos que no temen más que una sola cosa: llegar a cobrar conciencia...”

Friedrich Nietzsche; La genealogía de la moral; Tratado III parágrafo 23, traducción de Andrés Sánchez Pascual.