el altruismo y egoismo en una concisa ponderación espirita (jorge hessen)
DESCRIPTION
ALTRUISMO Y EGOÍSMO (JORGE HESSENTRANSCRIPT
ALTRUISMO Y EGOISMO EN UNA
EL ALTRUISMO Y EGOISMO EN UNA
CONCISA PONDERACIÓN ESPIRITA
Jorge Hessen
Nuevas investigaciones revelan que el principio de la evolución
puede ocurrir en términos también más caritativos de lo que
habituamos concebir. Contrariando la vieja tesis de Charles Darwin
que sugería ser mejor para el hombre tomar decisiones
favoreciendo a si mismo (egoísmo), estudiosos han alegado que el
principio evolucionista solo favorece a los altruistas. Tales
investigaciones atestiguaron que si los hombres eligiesen
desempeñar relaciones egoístas, la raza humana podría haber sido
extinguida del planeta. Siendo así la abnegación y el espíritu
cooperativo trazan la conservación de la humanidad- (1)
Edward Wilson, de la Universidad de Harvard, Estados Unidos,
afianza que la evolución del altruismo es el problema teórico
central de la socio biología (2). La cuestión ya intrigaba al padre
de la Teoría de la Evolución, que en 1871, en el libro “El <origen del
Hombre”, utilizo la selección del grupo para explicar la evolución de
la moralidad humana. Darwin defendía que el comportamiento
moral no trae ventaja para el individuo, que lucraría más
desobedeciendo las reglas para actuar de acuerdo con su propia
voluntad. Aunque, reconozca que una tribu regida por valores que
enfaticen “El espíritu de patriotismo, fidelidad, obediencia, coraje
y solidaridad. ciertamente será más coherente y organizada y así
tendrá mayores probabilidades de ganar la carrera por los
recursos naturales o territorios con tribus menos virtuosas. Por
lo tanto, la selección natural actuará no solamente sobre
individuos, más también sobre grupos competidores.
En la visión del biólogo Robert Trivers, de la Universidad de
Rutgers, en Nova Jersey los seres humanos, son menos cooperativos
que los insectos sociales [hormigas y abejas]. Entretanto, sus
colegas Williams Hamilton, considerado uno de los mayores
teóricos de la evolución de todos los tiempos y Richard Dawkins,
de la Universidad de Oxford, entienden que la naturaleza no es
prodiga y guarda tantos o más ejemplos de egoísmo como de
altruismo. (3)
Algunos teóricos afirman que entre los humanos hay un sistema de
altruismo reciproco con un medio de intercambio - dinero - que
unió al mundo entero en una economía inter-ligada, más con
muchos más conflictos internos y mucho menos altruismo. Se
afirma que quien es altruista con los “suyos” no es generoso – es
nepotista. (4) ¿Será que podemos calificar de altruismo aquello que
hacemos con vistas a una retribución futura? Queda la sensación
de que, bajo la piel de cordero del altruismo, vamos siempre a
encontrar un lobo egoísta. Más allá, es exactamente lo que afirmó
en 1974 el biólogo americano Michael Ghiselin: “araña a un
altruista, y usted verá sangrar a un egoísta”. (5)
La palabra “altruismo” fue cuñada en 1831, por Augusto Comte,
Padre del Positivismo, para caracterizar el conjunto de las
disposiciones humanas (individuales y colectivas) que inclinan a
los hombres a dedicarse a los otros. Ese concepto se opone, por
tanto, al egoísmo, que son las inclinaciones específicas y
exclusivamente individuales ( personales o colectivas).
El pensador Samuel Bowles (6) pone en duda la teoría de Darwin
sobre la idea de que los hombres son enteramente egoístas. El
comportamiento humano es mucho más complejo que la teoría
supone de la evolución. Para Bowles la selección natural puede
producir especies altruistas y cooperativas. Diversas pesquisas que
realizó demostraron que la selección natural puede producir
especies altruistas y cooperativas – en vez de seres humanos
enteramente egoístas. En el punto de vista de Samuel Bowles, o
naturalista Charles Darwin estaba errado. Bowles radicaliza su
tesis al afirmar que las personas se ayudaban antes de existir la
biblia. Para el, ayudar es un acto humano, sin necesariamente estar
relacionado a aprendizaje de una religión. La mayoría de las
personas no actúa de manera egoísta, como se creía antiguamente
a la luz de la teoría de la evolución, hasta porque, menos de un
tercio de las personas es egoísta. El mundo se está tornando más
altruista y menos egoísta según la concepción de Bowles. (7)
¿Será que la tesis Bowles procede? Las instrucciones de los Espíritus
no lo confirman. “Teniendo el Espiritismo, la tarea de colaborar
para el desenvolvimiento moral de la humanidad, lo que elevará a
la Tierra en la Jerarquía de los mundos, el egoísmo es el blanco,
para lo cual, los espiritas, principalmente, “deben dirigir sus
armas, sus fuerzas y todo su coraje”, combatiéndolo en si
mismo.”(8) El egoísmo, considerado por Emmanuel, como el “hijo
del orgullo” y el “monstruo devorador de todas las inteligencias”,
porque las domina, direccionándolas para el mal, el dolor y el
sufrimiento, “es la fuente de todas las miserias terrenas”, porque
lleva al hombre a pensar solamente en sí, impidiéndolo de hacer
crecer el amor, inherente en sí, en el ser espiritual, en la
potencialidad a ser desenvuelta por su voluntad. “La Tierra es un
planeta sorprendente, un rico pedigrí, más el único elemento que
ahí desentona de la naturaleza es justamente el hombre,
avasallado por el egoísmo. El actual estado del espíritu del hombre
moderno, que tanto se preocupa con el “bienestar en la vida”, Ganar
dinero”, y “trabajar para enriquecerse” constituye una fuerte
expresión ignorancia de los valores espirituales en la Tierra, donde
se verifica la inversión de casi todas las conquistas morales. Ese
exceso de inquietud, no más desenfrenado egoísmo, ha provocado
la crisis moral del mundo. Cara a eso los mayores obstáculos que
Dios encuentra en nosotros, para que recibamos su socorro
indirecto, afectuoso y eficiente son oriundos de la ausencia de
humildad sincera en los corazones; para el examen de la propia
situación de egoísmo.” (9)
Las anomalías morales en los procedimientos de desorden y de
brutalidad son indicios de atraso moral o de estacionamiento en el
exclusivismo- “Las criaturas, de un modo general, tienen aún
mucho de la tribu, encontrándose encarcelados en los instintos
propiamente humanos, en la lucha de las posiciones y de las
adquisiciones, dentro de un egoísmo casi feroz, como si guardasen
consigo, indefinidamente, las herencias de la vida animal.” (10)
La doctrina Espirita expone que en la eclosión de los manifiestos
egoístas, innatos en los seres humanos, hay siempre el sabor
amargo de la inutilidad en el corazón de los seres desengañados
por la hegemonía del individualismo. En ese sentimiento de
frustración puede degustar la expansión de sus búsquedas
irresistibles y profundas para lo “más alto”. En esa oportunidad, el
altruismo, la fraternidad y el amor conquistan una nueva expresión
en lo íntimo de la criatura, a fin de que el hombre pueda alcanzar el
gran vuelo para los más excesos destinos.