el alma

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EL ALMA Conociendo de forma general la composición del hombre (espíritu, alma y cuerpo), nos adentraremos en describir y analizar los componentes y dinámicas del alma, y cómo alineamos nuestra alma a la dirección del espíritu. Principalmente, nuestra alma tiene tres funciones o partes, que son: las emociones, la voluntad y la mente. 1Ts 5:23 Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. Rom 12:2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Efe 4:17-19 Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón; los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza. Cuando observamos a un cristiano almático (anímico) vemos en su vida una forma cíclica, a veces está muy feliz, contento por lo que le está pasando, y al otro día ya piensa en desaparecer de la tierra por la tristeza que tiene. Además de esto, es muy sensible a los cambios de su entorno, y le afectan de una manera excesiva, no adecuándose a las transformaciones de su ambiente. Estos fenómenos existen debido a que la persona es controlada por el sentimiento y no por el espíritu. Como el impulso dominante en su forma de andar sigue siendo la emoción, no habiendo sido entregado a la cruz, su espíritu no recibe el reforzamiento del Espíritu Santo. Por ello su espíritu es débil e incapaz de someter a la emoción, es totalmente gobernado por ella. En su relación con Dios, vemos que a veces dice que el Señor es lo único en su vida, que lo ama mucho, que no puede vivir sin Él, pero con sus actos nunca lo honra ya que sólo se centra en sí mismo.

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La importancia del alma en el proceso del alineamiento del creyente

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Page 1: El alma

EL ALMA Conociendo de forma general la composición del hombre (espíritu, alma y cuerpo), nos adentraremos en describir y analizar los componentes y dinámicas del alma, y cómo alineamos nuestra alma a la dirección del espíritu. Principalmente, nuestra alma tiene tres funciones o partes, que son: las emociones, la voluntad y la mente. 1Ts 5:23 Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. Rom 12:2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Efe 4:17-19 Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros

gentiles, que andan en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón; los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza.

Cuando observamos a un cristiano almático (anímico) vemos en su vida una forma cíclica, a veces está muy feliz, contento por lo que le está pasando, y al otro día ya piensa en desaparecer de la tierra por la tristeza que tiene. Además de esto, es muy sensible a los cambios de su entorno, y le afectan de una manera excesiva, no adecuándose a las transformaciones de su ambiente. Estos fenómenos existen debido a que la persona es controlada por el sentimiento y no por el espíritu. Como el impulso dominante en su forma de andar sigue siendo la emoción, no habiendo sido entregado a la cruz, su espíritu no recibe el reforzamiento del Espíritu Santo. Por ello su espíritu es débil e incapaz de someter a la emoción, es totalmente gobernado por ella.

En su relación con Dios, vemos que a veces dice que el Señor es lo único en su vida, que lo ama mucho, que no puede vivir sin Él, pero con sus actos nunca lo honra ya que sólo se centra en sí mismo.

Page 2: El alma

I. Emociones.

Las emociones son los estados emocionales, como el enojo, la alegría, la tristeza, etc. en los que se ve afectada una persona. Acá veremos las emociones como los estados y apetitos del alma.

Es importante reconocer los estados y apetitos del alma para no contaminar lo que proviene de nuestro espíritu, esto porque hay veces en que sentimos algo y no sabemos si viene o no de parte de Dios o de nuestra alma.

La emoción puede ser denominada el enemigo más formidable en la vida de un cristiano espiritual, esto lo vemos ejemplificado en grandes líderes que a causa de su vida emocional afectaron grandemente su vida espiritual.

Los sentidos del espíritu son delicados y muy agudos, de manera que el alma debe estar lo más callada y con la menor autoridad posible. El silencio total de la emoción es una condición indispensable para andar por el espíritu.

El estar guiados por las emociones del alma es posible que no sólo incapacite al creyente a andar en el espíritu, sino que además, directamente lo empuje a andar en la carne.

“Un cristiano emocional puede ser comparado a un estanque con tierra y lodo en el fondo: en tanto que nadie agita el agua, el estanque parece transparente y limpio, pero en el momento que alguien la agita, aparece el verdadero carácter de turbidez”.

Muchas veces, los cristianos usamos la emoción como medidor de la espiritualidad, si nos sentimos bien en un culto, o en situaciones afines creemos que estamos bien con Dios y andamos alineados, pero esto puede estar muy lejos de la realidad. Debemos ser precavidos, de no confundir esto, ya que si andamos almáticos después de un sentimiento de felicidad podemos caer en uno de tristeza y decaimiento. Cabe mencionar también que la frialdad y la ausencia de fervor no significan un decaimiento en lo espiritual, el no “sentir la presencia de Dios, no significa que no esté Dios presente.

Con esto no quiero decir que el cristiano deba neutralizar sus emociones y así considerarse espiritual; sino que, debe controlarlas nuestro espíritu y no dejarse guiar sólo por ellas. Una frialdad en sus emociones precipita al creyente para que pierda interés en la obra de Dios, le priva del afecto hacia sus hermanos y no disfruta lo que Dios quiere para él. “Debido a la resistencia del hombre exterior a obrar, el hombre interior del creyente es aprisionado y la vida del espíritu es impotente para fluir fuera”. Muchas veces he visto a creyente almáticos, que se han dado cuenta de su estado y lo que han hecho ha sido reprimir y anular toda emoción que sienten, creyendo que con esto se acercarían más a Dios y no cometerían más errores, pero fueron aislándose rápidamente de sus hermanos y al final caían bajo un decaimiento tanto emocional y espiritual.

Page 3: El alma

Hay dos razones de por qué se anda según la guía de la emoción:

1. Como no entienden lo que es andar conforme al espíritu, ni nunca han procurado andar de esta manera (ya que la desconocen), de modo natural andan conforme al momento de la emoción. No se guían por su espíritu porque desconocen este aspecto de su vida. Los sentimientos tienen un gran control dado que su espíritu poco poder tiene para contrarrestar los deseos del alma, o para manifestar que hay algo espiritual que seguir.

2. Incluso aquellos que han experimentado la división del espíritu y el alma, y que reconocen los estímulos de la emoción como anímicos y de momento resisten, no pueden por menos que andar según la emoción. Esto es, debido al éxito del fraude espiritual (éxito del fraude del alma queriendo parecer el espíritu). Antes de que alguien pase a ser espiritual, se siente abrumado por sus sentimientos emocionales poderosos, pero después de haberse vuelto espiritual, su emoción con frecuencia hace ver que es su sentido espiritual. Por fuera es muy difícil diferenciar estos dos, porque dan la impresión de que son idénticos. Por falta de conocimiento los santos pueden ser engañados. Y como consecuencia exhiben muchas acciones carnales.

El andar del cristiano debería seguir una norma clara. Pero si su emoción no es entregada a la muerte, no puede mantenerse con un estándar permanente. Vivirá según el capricho de sus sentimientos vacilantes y no en conformidad con un principio definido.

En una ocasión, el día anterior a una reunión de líderes, surgió un malentendido y el líder que debía ir junto a su acompañante discutieron entre sí. Esto provocó que el líder no fuese a la reunión pues había discutido con su acompañante y perdió la oportunidad de influir en esa reunión. Tal vez es un ejemplo poco significativo, pero esto sucede muchas veces antes de algún evento espiritual importante. Este líder, a causa de sus emociones no fue a esta reunión, si se hubiese guiado por los principios espirituales, hubiese cayado sus emociones y haber ido. Las tinieblas saben que las emociones son un factor relevante en nuestro comportamiento, así que muchas veces atacan por esos lados.

Una vida bajo principios difiere en gran manera de una vida emocional. Todo el que actúa por la emoción no tiene el menor interés ni en los principios ni en la razón, sino solo sus sentimientos. Si está contento, es posible que intente emprender algo que ordinariamente sabría que no es razonable. Pero cuando se siente frío, melancólico o deprimido, no va a hacer nada más que cumplir con su deber apenas, porque el sentimiento falla al acompañarle. Si los hijos de Dios prestáramos atención a nuestras emociones, notaríamos lo cambiante que es y lo peligroso que es andar conforme a las mismas.

Page 4: El alma

Así como hay personas que se guían según su alma, hay congregaciones que se guían según su alma, o según su mente, o según su espíritu, y cada una tiene ventajas y desventajas.

Congregaciones guiadas por:

Descripción Ventajas Desventajas

Alma

Toda congregación que de acuerdo a lo que “sientan en su alma” se moverán, esto quiere decir, que si hay un suceso triste llorarán y pensarán que Dios les manda pruebas, o si están todos bien y alegres, celebrarán con canciones rápidas, sus mensajes serán entusiastas, etc. Tienen alta relación con las alabanzas que cantan, dependiendo qué canción se escuche, su alma los llevará a momentos con el Señor.

En las instancias en que están entusiastas, pueden hacer mucho por el Señor, se emocionan al ir a hacer una obra ya sea evangelística, de ayuda social, de servicio, etc. Nadie detiene su emoción, son como Pedro antes de que Jesús fuera a la cruz, dan todo por el Señor, apenas ven alguna amenaza sacan su espada y le cortan la oreja a cualquiera, pero en los momentos de dificultades, cuando se necesita tener una madurez, pueden llegar a negar al Señor y volver a su antigua vida.

No tienen una base sólida en su relación con el Señor, cualquier dificultad los aparta. Al ser su guía el alma, su caminar dependerá del estado de su alma, e irán a cultos y reuniones dependiendo de cómo se sientan. No tienen una visión clara de las cosas, porque sólo ven lo que sus ojos ven, se conforman con sentir la presencia del Señor y no ven más allá.

Mente

Su espíritu

Page 5: El alma

Las emociones abarcan los afectos, los deseos y sentimientos.

Afectos. Cuando el cristiano se consagra es relativamente fácil entregar su tiempo, dinero, poder, etc., pero el ofrecer sus afectos es muy difícil. Pero si no ofrece sus afectos no ha ofrecido nada. Dios exige amor absoluto de sus hijos, es decir, con todo el corazón, alma y mente. El amor hacia los suyos es el más grande rival del amor a Dios en el corazón del creyente. El Señor no sólo espera que el cristiano trabaje para él, sino, sobre todo, que le ame.

Deseos. Los deseos del alma se centran en el «yo», para su deleite y exaltación. Estos son quitados por la operación de la cruz. Y entonces ya no hay ansiedad por alcanzarlos; hay reposo. No hay frustración, porque ya nada se desea sino a Dios. Los deseos sólo provocan inquietud y afán, y nunca serán enteramente satisfechos. Cuando el cristiano está satisfecho con lo que Dios le da, tiene reposo. La vida espiritual es una vida satisfecha en Dios.

Los sentimientos son un camino con muchos altibajos. Cuando están en la cúspide, el creyente piensa que está en su estado óptimo, que es espiritual; y cuando, por el contrario, se siente frío y seco, piensa que es anímico y carnal. Esto no es así: en ambos casos, es un cristiano anímico y anda por sentimientos.

¿Por qué Dios concede sentimientos de felicidad y luego los retira? Para que el creyente se conozca en toda su fragilidad e inestabilidad, y para que, dominando sus sentimientos, pueda dominar el ambiente. Él quiere que el creyente le sirva, ya sea que esté feliz o que esté triste. También retira esos sentimientos para que el creyente entrene su voluntad. La vida de fe puede ser llamada la vida de la voluntad, puesto que la fe no se ve afectada por aquello que se siente.

Un creyente emocional es inútil en las manos de Dios. Sólo apegando la voluntad a la de Él, se halla perfecto reposo.