educar para la paz un asunto impostergab
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La educación para la paz, documento realizado como parte de la entrega de la materia de educación para la paz.TRANSCRIPT
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Asignatura:
Proyectos de educación para la Paz, la Ciudadanía y los Derechos Humanos
Catedrático:
Dr. José Carlos García Ramírez
La paz un asunto impostergable (La educación en los procesos pacificadores)
José Roberto Jiménez Rosique Gerardo Martínez Hernández
INSTITUTO MCLAREN DE PEDAGOGÍA CRÍTICA
DOCTORADO EN PEDAGOGÍA Y EDUCACIÓN POPULAR
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Ensenada, B.C., Verano, 2014
Introducción
“Tengan ustedes coraje, amigos míos. El pacifismo no es una jalea dulzona que algunos creen; el coraje pone en nosotros una convicción impetuosa que no puede quedársenos estática. Digámosla cada día en donde estemos, por donde vayamos, hasta que tome cuerpo y cree una ‘militancia de paz’ la cual llene el
aire denso y sucio y vaya purificándolo. Sigan ustedes nombrándola contra viento y marea...”.
La palabra maldita Gabriela Mistral (1989-1957)
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La paz se alimenta de la paz para que sea duradera, y para que ésta se sostenga como
tal, requiere de su construcción cotidiana, del convencimiento de su importancia y de la
condición de nacer de las entrañas de la necesidad y no del edicto del que la niega con
la guerra o del perverso que la abandera sólo para perpetuarse en el poder.
En el fragmento de un amplio texto de Gabriela Mistral que se empleó como epígrafe
da cuenta de esa necesidad y del compromiso de forjarla en la cotidianidad, siendo a la
vez una premisa que dibuja la realidad de ayer y de hoy sin que todavía hayamos
encontrado la forma de hacerla valer, no asi, el avergonzarnos de nuestra ineptitud por
no haberla alcanzado.
Educar para la paz parece también una consigna cansada de repetirse, empleada para
justificar posturas, para darle el peso al discurso vacío y para hacernos creer que
vivimos una democracia que aspira al bienestar común en una paz real y duradera.
Nada más falso, cuando a todas luces el hombre sostiene su poder con la violencia,
cuando las policías mundiales juzgan y castigan a discreción, imponiendo con la
concordia disfrazada sus intereses por encima de la razón, cuando oprimen sin
misericordia a pueblos indefensos, cuando engañan, abusan, esquilman y asesinan por
la invención de una paz simulada.
1 Céspedes, Mario, Comp. (1978) Recados para América. Textos de Gabriela Mistral. Santiago de Chile:
Revista Pluma y Pincel/Instituto de Ciencias Alejandro Lipschutz.
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Sin embargo, en este mundo desquiciado, violento, enajenado y consumista, hay
todavía palabras que reconfortan, actos que enorgullecen, que anidan esperanzas y
que hacen creer que en la utopía de una paz, sostenida en su cansada condición
abstracta, aún podemos transitarla ─en una praxis organizada─ a lo concreto.
La educación es una herramienta impoluta con la que podemos limpiar el camino
trillado, desazolvar la democracia y encontrar nuevas rutas para imaginar y llevar a la
práctica procesos de pacificación.
Objetivos:
Con el entendido que la realidad supera a la ficción, cabe aun imaginar que fincar
opciones para el bien común es una ruta por la que debemos caminar y uno de los
objetivos de este trabajo es confiar en el hecho de que la educación aun conserva su
potencial emancipador y que su éxito depende de cuan comprometidos estemos para
asumirlo.
Educar para la paz es la propuesta central de este ensayo, sin embargo en esa
construcción creemos pertinente que la clave es asumir la transversalidad como
instrumento de compromiso en todos los actores sociales (docente, dicente,
administrativos y comunidad en general); no obstante, en la intensión de desenmarañar
el ovillo, fuimos encontrando en ella otras potencialidades y entre estas, el hecho de
entender la violencia en los centros escolares más allá del síntoma desligado de los
avatares del contexto, que finalmente también fue hacer notar, como lo hicieron otros
autores, la importancia de mirar por encima del circuito escolar, para encontrar las
causales básicas que la propician, tanto en el estudiante como en el docente, y mostrar
que el velo intencionado con que el sistema la ha cubierto, dificulta el hecho de poder
construir procesos para la pacificación.
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Educar en la transversalidad para la paz
Aun cuando se habla que la educación para la paz no es una opción más sino una
necesidad que toda institución debe asumir y que el derecho formal de la paz debe ser
convertido en derecho real, los sucesos actuales de clara imposición por los países
hegemónicos (del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, por ejemplo),
muestran que la paz es un instrumento con el que justifican las guerras y mantienen la
supremacía.
Aún con lo categórico que parezca lo antes dicho (que en cierta forma lo es) educar
para la paz sigue siendo un medio con el que podemos argumentar con justicia el
sentido a la vida, que incluso, conscientes de las determinaciones de las naciones
dominantes, no podemos dejar de verla como imperativo insoslayable para justificarnos
como seres humanos propositivos y dignos.
Educar para la paz es educar en valores y actitudes éticas, que hoy se asume como un
proceso natural y consustancial al ser humano y que debemos suponer contribuye a
descubrir críticamente la realidad compleja y conflictiva para situarnos en ella y poder,
de esa manera, actuar en consecuencia.
Ante tales hechos, educar para la paz requiere de una acción formativa integral que
considere de manera equilibrada tanto los aspectos intelectuales, como axiológicos y
éticos; que asuma la convivencia, la igualdad de oportunidades y la diferencia; que
busque favorecer una visión sistémica del individuo y de su contexto en general, que
fortalezca el desarrollo armónico, como caminos viables e imprescindibles para la
libertad individual y de la humanidad en su conjunto. Será una postura ética y
democrática, y por tanto participativa y consensuada; una postura transversal que haga
posible la aplicación de una justicia distributiva para los marginados, las minorías y los
más débiles. La transversalidad como un concepto que permita humanizar la acción
educativa procurando una vida más digna para todos.
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La educación en valores debe procurar que cada alumno, interactuando con sus
semejantes, sea capaz de construir su propia estimativa de valores, su consciencia
crítica; aquella que hará posible su vida social, el respeto a los derechos y libertades
fundamentales y el desarrollo de hábitos de convivencia democrática. De ahí lo
trascendente de educar en el respeto a las normas cuando son justas y a
desobedecerlas cuando no lo son, Educar en valores es educar para la cordialidad
donde está implícita una relación simétrica entre los participantes, una relación no
violenta, de respeto, de cordura a la diferencia y ello nos tendrá que hacer
responsables de la educación para la paz, tanto a nivel personal como social, local e
internacional.
Cada vez es más apremiante entender nuestro rol social desde la responsabilidad que
ello implica, como sustancial e ineludible el compromiso educativo para favorecer los
procesos pacificadores; de ahí que educar para la paz desde la perspectiva de la
transversalidad en el currículo, que comprometa a cada docente asumir la pacificación
y la convivencia desde el ámbito de su materia, sea hoy piedra angular en el
entendimiento de lo que realmente significa el respeto a la diferencia, la
responsabilidad y la dignidad como una ruta para vivir en armonía. Ante ello y en esa
transversalidad referida, la escuela tendrá que entenderse como un espacio de
integración comunitaria en donde predominen valores, se alimente el conocimiento, se
fortalezca la cultura, se induzca la investigación, se premie la innovación, pero sobre
todo, se adquiera consciencia social participativa y crítica.
Siendo así, el posibilitar mecanismos de prevención, fomentar actitudes, valores y
hábitos de convivencia pacífica y de respeto a las libertades particulares y a los
derechos que históricamente han alcanzado las masas oprimidas, haría posible
enfrentar con mayor eficacia el fenómeno de la violencia de los centros escolares y
contribuiríamos a entender, prevenir y evitar la violencia estructural que anida y da
razón a los aspectos más perversos del hombre.
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Entender la violencia intraescolar como elemento de la violencia estructural en la construcción de la paz
Educar para la paz es, además, aprender a formular procesos pacificadores y esto
resulta incomprensible cuando se asume que la violencia intraescolar es un fenómeno
descontextualizado de la realidad social, o peor todavía cuando es considerada
expresión propia de las minorías marginales. “La violencia estructural, escribe Sonia
Ulate (2010)2, es la suma total de todos los choques incrustados en las estructuras
sociales y mundiales, que hacen referencia a situaciones de explotación, discriminación
y marginación”, y que al reproducir el discurso tendencioso que señala la causa de la
violencia ajena al contexto escolar, a la disfunción individual del estudiante, a la
violencia intrafamiliar en un psicologismo, reducen de manera perversa lo social a la
familia, al barrio y a la naturalización de los fenómenos sociales, velando cínicamente
la realidad de esta torcida y nada justa estructura social.
La corrosiva violencia estructural no es causante única de atrasos tercermundistas,
afecta por igual otros niveles, aunque es probable que con repercusiones diferentes,
Julio Vidanes explica que:
La violencia estructural se manifiesta en los centros, como algo difuso, en la gestión
burocrática, en los estilos docentes rutinarios y poco participativos, en las resistencias a
cambios renovadores, en modos corporativistas, en modelos de evaluación, en
contenidos obsoletos, en aprendizajes implícitos (currículo oculto) como la
domesticación, la obediencia, la pasividad, el individualismo, la meritocrática, el miedo a
los conflictos, la estratificación de roles, la ausencia de compromiso con el entorno, la
competitividad, la organización arquitectónica, etc. También se produce un tipo de
2 _Ulate Fallas, Sonia (2010) ¿Violencia escolar o violencia en los centros educativos? Ayuda docente.
Para una Patria libre, soberana, honesta y solidaria. Consultado en línea, desde: http://www.apse.or.cr/webapse/docen/docen15.htm
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violencia epistemológica cuando se percibe fragmentariamente la realidad en múltiples
aspectos del saber separados en asignaturas. (Vidanes Diez, 2007)3
Una reflexión que deja ver la penetración, los alcances de la violencia estructural en el
propio espacio educativo, que afecta por igual a Europa, Asia y América, que de no
entenderla y aceptarla negamos la posibilidad al cambio y postergamos la educación
para la no violencia, reproduciendo la condición enajenante y sumisa que hace
imposible alcanzar la paz.
Sin embargo, en la mayoría de nuestros contextos latinoamericanos, sometidos, por
sus propios gobiernos incompetentes y corruptos, (dependientes de intereses
particularmente estadounidenses), parece que desdibujar la realidad de la violencia en
los centros escolares es una condición que busca incapacitar al docente para abordar
el problema en su complejidad, no así para reproducir la versión oficial de su origen
aparente; todo ello en un retorcido juego de culpas que impiden abordar la violencia
desde su origen real, haciendo imposible educar para la paz.
A manera de cierre
Asumir la paz sin luchar por construirla suele ser condición común que hace difícil
valorarla y a la vez, ser uno de las aspectos que contribuyen a aceptarla sin siquiera
deducir que quien la pregona casi siempre está detrás negándola al alimentar la
discordia, al propiciar egoísmos y al favorecer la solución de los conflictos con violencia
más severa, radical incluso, como podemos verla en la absurda guerra sionista
maquinada contra el pueblo palestino por el fundamentalista gobierno israelí, con el
apoyo logístico de Norteamérica y la anuencia del avieso Consejo de Seguridad de la
Naciones Unidas.
3 _Vidanes Díez, Julio (2007), La educación para la paz y la no violencia. Revista Iberoamericana de
Educación. Núm. 42/2. Consultado en línea desde: http://www.rieoei.org/experiencias146.htm
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En esas condiciones de simulación descarada es difícil comprometerse con los
procesos de pacificación, como difícil es entender el peso de la educación como
instrumento para alcanzar la libertad y soslayar la violencia por su infausta condición;
un círculo en el que todos participamos desde encrucijadas diferentes, pero sin
responsabilizarnos lo suficiente para buscar el cambio, para romper el circuito y asumir
que en el constructo de la libertad, la educación como responsabilidad social y como
vía para proponer soluciones a conflictos, será también la senda con la que
enfrentaremos la violencia estructural y uno de los posibles caminos para
emanciparnos y construir la utopía concreta de la paz.
Bibliografía
_Céspedes, Mario, Comp. (1978) Recados para América. Textos de Gabriela Mistral. Santiago de Chile: Revista Pluma y Pincel/Instituto de Ciencias Alejandro Lipschutz.
Cibergrafía _Ulate Fallas, Sonia (2010) ¿Violencia escolar o violencia en los centros educativos? Ayuda docente. Para una Patria libre, soberana, honesta y solidaria. Consultado en línea, desde: http://www.apse.or.cr/webapse/docen/docen15.htm
_Vidanes Díez, Julio (2007), La educación para la paz y la no violencia. Revista Iberoamericana de Educación. Núm. 42/2. Consultado en línea desde: http://www.rieoei.org/experiencias146.htm
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Proyecto de intervención
Forjando una nueva ciudadanía (Espacios de diálogo y debate en los centros escolares)
Justificación:
Con el entendido que la violencia generada dentro de los centros escolares tiene
orígenes múltiples, que la violencia estructural que la propicia sienta sus bases en los
sistemas de gobierno con poco compromiso democrático, que su accionar corrupto da
sentido a los desajustes sociales originados por la precaria educación, la pobreza en
todos sus rangos, la desigualdad social, la desinformación o la información
malintencionada brindada por los medios de comunicación, las simulaciones morales
generadas por las religiones y un largo listado más de condiciones que perpetúan las
grandes diferencias sociales; se hace imperativo tomar medidas no únicamente para
paliar las situaciones sino para revertirlas, y entre estas, el crear consciencia de
quiénes somos, dónde estamos y qué queremos para vivir un mañana con dignidad,
obliga a proponer rutas; el diálogo4 y el debate5, son recursos que pueden contribuir de
manera directa a esa realidad porque clarifican dudas, propician el entendimiento y
hacen posible la propuesta de soluciones. Nuestro proyecto de intervención apuesta
por ellos proponiéndolos como recursos para forjar una nueva ciudadanía.
4 Discusión sobre un asunto o sobre un problema con la intención de llegar a un acuerdo o de encontrar
una solución.
5 Discusión en la que dos o más personas opinan acerca de uno o varios temas y en la que cada uno
expone sus ideas y defiende sus opiniones e intereses.
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Objetivo:
Promover e incentivar el diálogo y la discusión en los centros escolares sobre las
formas de violencia simbólica que manipula la hegemonía para justificar sus intereses,
pretendiendo con ello que los participantes (docentes, dicentes, administradores y
comunidad) logren identificar los elementos que directa o indirectamente les afectan,
que conozcan las repercusiones sociales de las reformas legislativas y que muestren
posturas de rechazo si lo consideran pertinente, asumiendo las responsabilidades en el
rol que desempeñen, todo esto como un camino viable para la prevención y la
generación de posibles soluciones.
Recurrir a los procesos artísticos para dejar constancia de las conclusiones, con la
finalidad de transmitir de manera alternativa los saberes generados en los espacios de
diálogo y debate.
Estrategia:
Formar mesas de trabajo en las que participen por igual los actores escolares y su
comunidad, para dialogar y debatir sobre los temas actuales de la reforma educativa,
energética y laboral que repercuten en su cotidianidad, afectan su bienestar y
oscurecen su porvenir, y develar el alto contenido de violencia simbólica que poseen y
que simuladamente se dejan percibir a través de la intimidación y el miedo.
Partiendo de un recorrido histórico, identificar los logros de las pasadas luchas
revolucionarias atendiendo a las causas que les dieron origen, mostrando analogías de
hechos con la realidad actual; discutir sus repercusiones sociales, desenmascarar la
violencia simbólica y proponer medidas preventivas o soluciones posibles en las que
siempre impere el sentido de la responsabilidad y compromiso social.
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Herramientas de trabajo y sus objetivos:
_Presentaciones de los puntos a discutir a través de medios como Power Point o Prezi,
enriqueciéndolas con imágenes y frases contundentes de fácil identificación con el
problema; proyectando Videos históricos de comprobada veracidad y de ser posible
confrontándolos con los tendenciosos videos oficialistas; empleando pancartas,
cartulinas, volantes que informen de manera sencilla y escueta las ideas centrales.
_Contar con un espacio cómodo, bien ventilado e iluminado correctamente, que posea
equipamiento indispensable (mesas, sillas, pizarrones, rotafolios, de ser posibles
computadoras y proyectores)
_Bebidas refrescantes (aguas frescas), refrigerios (bocadillos nutritivos) servidos en los
recesos, que sirvan de estimulantes, que hagan amena la reunión y favorezcan
coparticipación.
Población objetivo:
_Adolescentes nivel medio superior y superior, docentes, padres de familia y
comunidad en general.
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Cronograma de sesión:
Primera sesión:
00:00 Inicio Presentación del taller, explicación de objetivos y reglas de trabajo. Utilización del método comunidades educativas de las pedagogías del sur.
Proyecciones en Power Point, Prezi o cualquier otro medio
:15 Exposición de caso generador
Análisis de una situación específica a través de su devenir histórico.
Láminas, rotafolios, proyecciones en Power Point o Prezi, videos.
:30 Invitación a generar analogías históricas
Mesa de diálogo Lluvia de ideas, rotafolios.
:45 Propuestas teóricas que pueden aportar al conocimiento por parte del coordinador
Presentación de algunas herramientas de construcción de pensamiento sobre temas similares en otras partes del mundo.
Láminas, rotafolios, proyecciones en Power Point o Prezi, videos.
:50 Debate sobre la realidad y sus repercusiones
Debate y promoción de la confrontación. Promoción de subjetividades e intersubjetividades.
Moderación constante para la viabilidad.
1:20 Conclusiones Identificación de los saberes adquiridos.
Escribir reseña o bitácora de las conclusiones.
Segunda sesión con la misma estrategia, pero invitando a que los participantes elijan
el tema generador.
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Tercera sesión, creación de una obra artística que refleje el producto de las
conclusiones y un posible seguimiento.
Fechas probables de sesiones:
Los tres primeros viernes de cada mes durante una hora y media.
Evidencias físicas de los resultados:
Realizar con los actores escolares, la comunidad y la supervisión y apoyo de un artista
visual:
_Murales[WFIS1] que vayan mostrando el resultado de las diferentes sesiones con los
múltiples grupos.
_Ejercicios de performances que aborden el tema discutido
_Piezas de arte instalación que por su riqueza de posibilidades puedan realizarse con
los propios elementos de su contexto
Aspectos técnicos para su implementación:
Lugar: Escuela (aula de juntas, muros de los patios de recreo, muros externos, etc.),
espacios públicos de la comunidad.
Tamaño de grupos participantes: variable
Impacto: Escolar, familiar y comunitario
Tiempo de preparación aproximado: Un mes
Costo aproximado de realización: 200 pesos por taller
Posibilidad de reinversión: Donativo voluntario por participante.
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Esquema del proceso:
Taller
Apoyo escolar y comunitario
Materiales y espacios
Participación de actores escolares, comunidad y artista visual.
Acciones
artísticas