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2Editorial

Presidente Apóstol Dr. Sergio Enríquez

DirectoraLicda. Paola Enríquez

Coordinador EditorialRafael Molina

Diagramación Rafael Molina

Diseño de portadaAlfredo Ríos

Preguntas y [email protected]

Impreso enDinámica Gráfica S.A.

[email protected]

EQUIPO DE TRABAJOCuando se habla de blasfemia el primer concepto que se nos viene a la mente es aquel que se refiere a proferir insultos verbales en contra de una divinidad, y aunque esto sea cierto, también es hasta algún punto solamente la punta del iceberg, ya que cuando analizamos detenidamente debajo de la letra, nos damos cuenta que hay otras cosas que no son necesariemente verbales

sino acciones que pueden considerarse blasfemias; podríamos resumir entonces que la blasfemia se divide en insultos verbales, pero también en acciones blasfemas; en ambos tipos de ofensas es necesario saber qué es una blasfemia ya que cuando Pablo entrega al enemigo a Himeneo es para que aprenda a no blasfemar y tal parece que su blasfemia era decir que la resurrección ya había pasado; no era entonces necesariamente un insulto tal como lo entendemos sino una herejía convertida en blasfemia y cuando se habla en Proverbios 30:9 que el robar se convierte en una blasfemia contra el Señor, nos vamos dando cuenta que necesitamos un poco más de entendimiento del tema.

En esta revista trataremos de hablar un poco de este tipo de ofensa llamada: “La Blasfemia” y esperamos que todas las que han sido encontradas en el mapa Bíblico sean expuestas, para que a la luz de las escrituras nosotros podamos excluirlas de nuestro caminar cristiano.

Bendiciones

Sergio Enríquez

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APOSTÓLICOConsejo

“Está a las puertas tu Primavera!!”

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3EDICIÓN 103 | OCTUBRE 2018

“Y dijo el Señor a Moisés: ¿Hasta cuándo ha de blasfemar de mí ese pueblo? ¿Hasta cuándo no han de creerme, después de tantos milagros como he hecho a su vista?” FTA Núm 14:11

La mayoría de los cristianos probable-mente piense que solamente los impíos, pecadores o inconversos blasfeman en contra de Dios o acerca de lo que es considerado santo. Sin embargo, el texto base de este artículo, nos muestra que cuando el Señor le dijo a Moisés “¿Hasta cuándo ha de blasfemar ese pueblo?” se estaba refiriendo al pueblo de Israel, nación que en ese momento era conside-rada el pueblo de Dios. Esto nos muestra que dentro del pueblo de Dios también hay personas que blasfeman o han blasfemado.

Para poder entender mejor a que clase de blasfemia se refiere el versículo en mención, vamos a analizar lo que gira alrededor de esta porción de la Escritura, con el propósito de ver introspectiva-mente, porque tal vez sin darnos cuenta hemos blasfemado o podríamos estar haciéndolo.

El capítulo 13 del libro de Números describe el momento cuando Moisés envió doce espías para reconocer la tierra de Canaán, la tierra de la promesa, y describe el informe que los espías dieron a Moisés y a su pueblo.

Dicho informe se basó en todo lo que aquellos hombres habían visto en su recorrido por la tierra, tanto lo bueno como lo malo. Y en este punto es donde se originó el problema que dio lugar a que el pueblo de Dios blasfemara, y como consecuencia terminaran vagando en el desierto por cuarenta años.

En nuestro texto base, la palabra blasfemar se deriva de la palabra hebrea Naáts, y según los diccionarios Strong y Chávez, significa hacer blasfemar, entre otros significados que veremos más adelante.

Esto nos enseña que hacer que otros

blasfemen, es conside-rado una blasfemia.

De los doce espías que envió Moisés a reconocer la tierra, diez de ellos dieron un mal informe

al pueblo de Dios. Dicho informe se enfocó más en lo malo que en lo bueno, un informe que exaltó más el poder del enemigo que el favor de Dios para su pueblo. El informe iba acompañado de menosprecio, y causó desánimo y desaliento a Israel, causándoles temor. El mal informe trajo duda e incredulidad al pueblo de Dios, provocando una reacción en cadena terrible, ya que aquel pueblo al oír aquellos comentarios nefastos y para nada alentadores, lo primero que hicieron fue murmurar contra Moisés y planificar la forma de volver a Egipto.

“Y dieron un mal informe a los hijos de Israel de la tierra que habían recono-cido...” (LBLA Núm 13:32)

Al leer otras traducciones de este versí-culo, podemos entender la profundidad y alcance que tubo dicho informe que causó esta blasfemia dentro del pueblo de Dios:

(CST) “Y empezaron a describir con negros colores el país que habían explorado...”

(FTA) “Y desacreditaron entre los hijos de Israel la tierra que habían visto...”

(LPD) “Y divulgaron entre los israelitas falsos rumores acerca del país que habían explorado...”

(KDSH) “y ellos difundieron un reporte negativo acerca de la tierra que ellos habían reconocido...”

Cuando recordamos la forma de cómo Dios describió la buena tierra que les daría como herencia a los israelitas, nos damos cuenta que Josué y Caleb al enfocarse en todo lo bueno que aquella tierra tenía, agradaron a Dios a dar el informe correc-tamente. Prácticamente los malos infor-mantes estaban no solamente desacre-ditando la tierra de Canaán, también la estaban descalificando, asegurando que no se podía conquistar. Pero lo más terrible era que estaban desacreditando a Dios y sus promesas, ya que Dios les dijo que los llevaría a una buena tierra y se las entregaría. Prácticamente estaban diciendo que Dios les había mentido y que morirían si intentaban poseer la promesa divina.

Estos malos informantes representan a ministros del evangelio que desaniman a la iglesia en la conquista de sus promesas, siendo una de las más grandes e impor-tantes promesas, la pronta venida del Señor Jesucristo. Cuando se le quita al pueblo de Dios la esperanza de aquello que en fe están esperando, se les puede conducir a la blasfemia.

Volviendo a la palabra blasfemia, según el término hebreo naáts (H5006), blasfemar es menospreciar, despreciar, tener en poco, escarnecer y tratar algo con irreverencia. Por esa razón, algunas biblias tradujeron el texto así:

(CST) “¿Hasta cuándo me va a menos-preciar este pueblo? ¿Hasta cuándo va a desconfiar de mí...?»

(BNP) “¿Hasta cuándo me despreciará este pueblo? ¿Hasta cuándo no me creerán...?”

En conclusión podemos decir que al oír el mal informe, el pueblo de Dios blasfemó al dejar de confiar en Dios, a pesar de los milagros que habían visto, no creyeron que el Señor los podía introducir en la tierra deseable. En este caso la blasfemia, que es considerada una manera de menospreciar al Señor, se basó en la incredulidad. No creerle a Dios después de haber visto su poder, es blasfemar. Es poner en tela de duda Su Palabra, es creerle más a los hombres que a Dios.

Así como por el oír viene la fe, también por el oír viene la anti-fe (incredulidad).

MIRA BIEN LO QUE OYES Y A QUIEN OYES. La medicina y antídoto en contra de esta clase de blasfemia es LA FE. Créele al Señor y confía en sus promesas.

Citas Bíblicas para estudio

Números 13:1-3Números 13:25-33Números 14:1-4

Números 14:6-9Números 14:22-24Números 14:36-38

Blasfemia: La IncredulidadHilmar Ochoa

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4 EDICIÓN 103 | OCTUBRE 2018

“…pero si El Señor hiciere una cosa nunca vista, de manera que la tierra, abriendo su boca, se los trague a ellos y a todas sus cosas, y bajen vivos al infierno, sabréis entonces que han blasfemado contra El Señor.” (Núm. 16.30 – FTA)

En diferentes versiones de la Biblia el capítulo 16 del libro de Números tiene por título: “La Rebelión de Coré”, lo cual, de acuerdo con el texto y la versión citados, nos deja ver que la rebelión es una forma de blasfemar contra El Señor. En virtud de lo anterior se hace necesario definir qué es la rebelión, así como analizar las causas y consecuencias de la misma, a fin de extirpar cualquier vestigio de ella en nuestro corazón.

En primer lugar, el término rebelión proviene del latín rebelium que a su vez es un término compuesto por el prefijo re que denota la reiteración de algo y belium que significa guerra, de manera que en un sentido literal se refiere a una guerra u oposición reiterada contra algún tipo de autoridad, ya sea ésta una persona o una institución. Sin embargo, un concepto más amplio de dicho término es el “levantamiento en contra de una autoridad o un gobierno, en especial cuando se realiza con el fin de derrocarlo y sustituirlo por otro”.

Esto concuerda con el relato bíblico, que dice que Coré y la gente que se unió a él se levantaron contra de Moisés, lo cual se traduce de la palabra hebrea Qûm (H6965 - Strong) que literalmente signi-fica levantarse, pero también se traduce como oponerse o resistir a alguien. Asimismo el término contra se traduce del hebreo Pânîym (H6440) que también se usa en el pasaje que describe a Nimrod como un poderoso cazador delante del Señor (Gén. 10.9).

Ahora bien, si consideramos algunas de las posibles causas de la rebelión de Coré, debemos tener presente que él era primo de Moisés, puesto que Coré

era hijo de Izhar, e Izhar era hermano de Amram, padre de Moisés (Éxo. 6.18-21), y sin lugar a dudas, cuando una persona tiene una relación cercana con un siervo de Dios, y mayormente si se trata de un vínculo familiar, es muy fácil que vea sus debilidades y defectos, y eso mismo le conduzca a menospreciarle y rechazar la autoridad que le ha sido dada de parte de Dios.

Por otra parte, Coré quiso mostrarse como un defensor de los derechos del pueblo y buscar un trato igual para todos, haciendo ver a Moisés y Aarón como tiranos que se habían levantado y enseñoreado del pueblo. Sin embargo esta actitud, lejos de ser algo bueno, se asemeja en gran manera al concepto del socialismo, el cual se define como “una doctrina política y económica que propugna la propiedad y administración de los medios de producción por parte de las clases trabajadoras, con el fin de lograr una organización de la sociedad en la cual exista igualdad política, social y económica de todas las personas”.

Desafortunadamente, esa forma de pensamiento se ha infiltrado en muchas congregaciones que dicen ser cristianas, en las que han suprimido los ministerios y las jerarquías eclesiásticas, sustitu-yéndolos por términos como “Coach de Vida” para dar la apariencia de que son gente sencilla y ecuánime en el trato hacia los demás, a tal punto que en sus reuniones se sientan en círculos para que todos tengan el mismo nivel de acerca-miento y las mismas oportunidades de participar.

Otro aspecto importante es que Coré quiso usurpar el sacerdocio, lo cual denota una falta de identidad y el menosprecio hacia el privilegio que había recibido de parte de Dios, puesto que siendo levita tenía el privilegio de haber sido apartado para el servicio en el santuario, pero más aún, siendo descendiente de Coat tenía el privilegio de llevar sobre sus hombros las cosas más sagradas del tabernáculo cuando el campamento se movía de un lugar a otro. Sin embargo, Coré quería ser sacerdote, lo cual le fue conferido

exclusivamente a la casa de Aarón.

Esto mismo sucede en la actualidad con muchas personas que pretenden ser reconocidas como ministros del Señor sin haber sido llamados por Él; o bien aquéllos que sí fueron llamados al ministerio pero pretenden un ministerio que consideran más importante que el ministerio que Dios les dio, de manera que menosprecian lo que tienen y rechazan a quienes verdaderamente fueron llamados por Dios.

Tal es el caso de muchos pastores que fueron llamados por Dios para apacentar Su rebaño, pero pretenden ser recono-cidos como apóstoles o profetas, pues consideran que estos ministerios son más importantes o de mayor relevancia que el ministerio al que fueron llamados, de manera que no sólo se oponen y rechazan a los verdaderos apóstoles y profetas, sino usurpan un llamamiento y una función a los que no fueron llamados.

Definitivamente, las consecuencias de la rebelión son nefastas, puesto que en el caso de Coré, primeramente Moisés oró al Señor para que no fueran aceptadas sus ofrendas, pero más aún, todos los que se rebelaron juntamente con él trajeron muerte y destrucción sobre sí mismos y sobre su casa, descendiendo vivos al Seol como una señal clara de que habían blasfe-mado contra el Señor.

La Rebelión

Citas Bíblicas para estudio

La rebelión (1 Samuel 15.23)Coré (Judas 1.10-11)Los hijos de Coat (Números 4.1-4)Datán y Abiram (Números 26.8-10)On, hijo de Pelet (Números 16.1)Los que descienden al Seol (Proverbios 1.10-12)

Marco Vinicio Castillo

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5EDICIÓN 103 | OCTUBRE 2018

“Porque yo los introduciré en una tierra que mana leche y miel, la que prometí con juramento a sus padres. Mas ellos cuando hayan comido, y se hayan hartado y engrosado, se pasarán a los dioses ajenos y los servirán, y blasfe-marán de mí, y quebrantarán mi pacto”. (Deuteronomio 31:20 FTA)

En este pasaje de la Biblia podemos ver cómo se puede llegar a blasfemar; la idolatría es una forma de blasfemia que se dá luego que Israel se sacia, cuando tiene abundancia, cuando se hace fuerte, cuando se llena de orgullo, se olvida del Dios que lo engrandeció, se vuelve a dioses extraños y los adora; veamos este proceso para entender cómo se llega a este pecado.

“Cuando se hayan multiplicado tus ganados y tus rebaños, y hayan aumen-tado tu plata y tu oro y sean abundantes tus riquezas, no te vuelvas orgulloso ni olvides al Señor tu Dios, quien te sacó de Egipto, la tierra donde viviste como esclavo” (Deuteronomio 8:13, 14 NVI). Vemos cómo Dios les recuerda su salida de Egipto y las promesas que están por obtener, sin embargo les advierte contra el orgullo ya que al ser prosperados de forma tan grande podrían pensar que fue por sus fuerzas. La palabra orgullo en este pasaje también se puede interpretar como poderoso, o sea que podría estar diciendo el Señor “no te vuelvas poderoso o fuerte”; esto nos recuerda al rey Uzías, que cuando se hizo fuerte (poderoso, orgulloso) quiso usurpar el lugar de los sacerdotes, no le correspondía esa función, pero su egolatría (idolatría), al hacerse fuerte lo hizo pensar que podía hacer algo para lo que no había sido llamado y así blasfemó contra el Señor. También podemos mencionar a aquel hombre llamado Amán, que había sido engrandecido por el rey, sin embrago eso lo hizo hacer de sí mismo un ídolo, pensó que era el centro de atención, incluso planificó un desfile en su honor y su final fue la muerte.

“Te dará buenos pastizales para que se alimenten tus animales, y tendrás todo lo que quieras comer. Pero ten cuidado. No dejes que tu corazón sea engañado y entonces te alejes del SEÑOR y sirvas y rindas culto a otros dioses” (Deuteronomio 11:15, 16 NTV).

Otro de los elementos que pueden llevar a la idolatría y por consiguiente a la blasfemia es el dejar que el corazón sea engañado, por la abundancia de riqueza.

De nuevo Israel se enfrenta a la abundancia, pero el Señor le da una advertencia, para no ser engañado en su corazón al ver y disfrutar la prosperidad. En la parábola del Sembrador uno de los enemigos de la Palabra es el engaño de las riquezas; recordemos al hombre que acumuló muchas riquezas y dijo “alma mía, muchos bienes tienes depositados para muchos años, descansa, come y bebe”, no sabía que esa misma noche moriría y todo lo que había acumulado ¿de quién sería? Nos llama la atención su amor y confianza en el dinero y la necesidad de tener más y solo acumular, esto se llama avaricia lo cual es una forma de idolatría y por ende blasfemia.

El ejemplo de Salomón

El hijo de David que fue escogido por Dios, fue engrandecido, su reino fue poderoso y con enormes riquezas, sin embargo le dio rienda suelta a lo sexual, al sentirse poderoso olvidó que era débil, que tenía un problema en esa área y no hizo caso a la orden de Dios de no unirse a mujeres extranjeras, tuvo mil mujeres que desviaron su corazón hacia otros dioses y no se entregó por completo al Señor; solo porque David, su padre, era muy amado por Dios no fue cortado, sin embargo vemos cómo se desvió y se volvió un idólatra o sea un blasfemo.

El ejemplo de Nabal

Recordemos a este hombre insensato que fue prosperado gracias al cuidado que David había tenido de él al cuidar sus bienes; sin embargo cuando David le

pide ayuda él le responde así: “¿quién es David?” y no le da provisión, se le olvida quién lo ayudó, lo que nos recuerda Proverbios 30:9 “no sea que me sacie y te niegue; y pregunte ¿Quién es el Señor?”. El tener mucho puede llevar a la insen-satez de la avaricia, que como escribimos unas líneas atrás, es idolatría, que es igual a blasfemia.

El ejemplo de Ezequías

“Y muchos traían presentes al Señor en Jerusalén y presentes valiosos a Ezequías, rey de Judá, de modo que después de esto fue engrandecido delante de todas las naciones”. (2 Crónicas 32:23 LBLA)

Este rey fue engrandecido pero su corazón se volvió orgulloso, al punto que Dios lo enfermó, pero no correspondió bien a la misericordia del Señor, entonces el mal vino sobre él, sobre Judá y sobre Jerusalén, pero el corazón de este rey cambió; cuenta el relato bíblico que humilló su corazón, pero no solo él sino todo el pueblo, esto hizo que obtuvieran misericordia de Dios, entonces siguió siendo prosperado el resto de sus días. El humillar el corazón cuando somos prosperados, será un antídoto contra la idolatría, sabremos quién nos ha dado todas las riquezas y no lo olvidaremos, no se engrandecerá nuestro corazón, por concecuencia no caeremos en la idolatría que es una forma de blasfemia contra Dios.

Orgullo+Idolatría=

BlasfemiaWilly González

Citas Bíblicas para estudio

Salmos 51:252 Crónicas 26:16 LBLALucas 12:19 RVMarcos 4:19

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6 EDICIÓN 103 | OCTUBRE 2018

Cuando escuchamos la palabra “Blasfemia”, uno de los pensamientos que nos viene, es de alguien que insultó a Dios; pero la blasfemia es atribuir cosas de Dios al diablo, o cosas del diablo a Dios; por ejemplo: SRV Mateo 12:24 “Mas los Fariseos, oyéndolo, decían: Éste no echa fuera los demonios, sino por Beelzebub, príncipe de los demonios.” Los fariseos le estaban atribuyendo al diablo la obra que Jesucristo estaba haciendo; ellos estaban blasfemando, y en cierta forma es una de las condiciones en que un cristiano puede caer. A la blasfemia le antecede una herejía, es parte de un proceso que se va dando antes de llegar a una apostasía; con la ayuda del Espíritu Santo miremos hacia nuestro interno y si tenemos actitudes que nos están llevando a esa condición, podemos pedirle que sean extirpadas, para seguir agradando al Señor y ser tomados como dignos de ser arrebatados.

Un ejemplo que vemos plasmado en la Biblia sobre la blasfemia, es del sumo sacerdote Elí y de sus hijos que eran sacerdotes; 1 Samuel 3:13 R60 “Y le mostraré que yo juzgaré su casa para siempre, por la iniquidad que él sabe; porque sus hijos han blasfemado a Dios, y él no los ha estorbado”.

Analizaremos las actitudes que tuvo Elí y la de sus hijos, para que la Biblia diga que fueron blasfemos. Elí antes de ser sumo sacerdote le correspondía llevar el papel de padre de familia, y por consiguiente ser un ejemplo a seguir por sus hijos; Elí era el guía de su casa y por consiguiente siendo sumo sacerdote una de sus funciones era estar dentro del templo, pero vemos en (1 Samuel 1:9) que Elí se encontraba sentado en una silla al lado del poste de la entrada del templo; si somos guías en nuestra familia, debemos dar el ejemplo de congregarnos, servir al Señor, etc. Él

Había perdido su visión y había perdido el discernimiento en lo espiritual, ya que Ana estaba derramando su alma y Elí la confunde con una borracha.

Elí no corrigió a sus hijos cuando supo que ellos violaban a las mujeres que dormían en el templo. LBA 1 Samuel 2:24 “No, hijos míos; porque no es bueno el informe que oigo circular por el pueblo del SEÑOR.” Si como padres no corregimos a tiempo a nuestros hijos, les estamos abriendo la puerta a que lleguen a blasfemar. Elí llegó a honrar más a sus hijos que a Dios y la Biblia lo relaciona con el pisotear el sacrificio del Señor, LBA 1 Samuel 2:29 «¿Por qué pisoteáis mi sacrificio y mi ofrenda que he ordenado en mi morada, y honras a tus hijos más que a mí, engordándoos con lo mejor de cada ofrenda de mi pueblo Israel?” Tenía a sus hijos como ídolos, el Señor se enoja con Elí y le profetiza que su casa va a perecer; LBA 1 Samuel 2:30 “Por tanto, el SEÑOR, Dios de Israel, declara: “Ciertamente yo había dicho que tu casa y la casa de tu padre andarían delante de mí para siempre”; pero ahora el SEÑOR declara: “Lejos esté esto de mí, porque yo honraré a los que me honran, y los que me menosprecian serán tenidos en poco.” Al final muere cuando le dicen que habían raptado el Arca del Pacto, y murió golpeándose su cerviz.

Puede ser que tengamos actitudes como las de Elí, y eso puede destruir a nuestra familia. Al hablar de sus hijos, estos eran dos hombres llamados “Ofni”, su nombre significa: Hambre, Afanoso, Pugilista; Ofni era alguien que no se saciaba, alguien que se afanaba por todo, una persona que peleaba con todos; su hermano se llamaba “Finees”, su nombre significa: Boca de bronce, es decir que una de sus actitudes que le caracteri-zaban, es que siempre de su boca salían juicios en contra de la gente.

Estas actitudes que manifestaban, los iban llevando poco a poco a ser unos

blasfemos. La Biblia los describe como indignos, perversos, no conocían al Señor (1Sam. 2:12); no respetaban ni seguían la instrucción de Dios, referente a las ofrendas ya que ellos tomaban con garfios la carne de la ofrenda, antes de quemar la grosura que le correspondía a Dios. Ellos usurpaban los derechos del Señor (le quitaban la prioridad) y del adorador al tomar porciones del sacri-ficio que no les correspondían. Pero los hijos de Elí, dice la Biblia que llegaron a menospreciar las ofrendas. LBA 1 Samuel 2:17 “El pecado de los jóvenes era muy grande delante del SEÑOR, porque los hombres menospreciaban la ofrenda del SEÑOR.”

La muerte Ofni y de Finees ya Dios se lo había profetizado a Elí; LBA 1 Samuel 2:34 “Y para ti, ésta será la señal que vendrá en cuanto a tus dos hijos, Ofni y Finees: en el mismo día morirán los dos.” Una de las cosas que marcaron el inicio de la blasfemia fue que Elí dejó de enseñar la palabra de Dios, y como no tenía comunión con Dios, ya no tuvo visiones para advertirle al pueblo; LBA 1 Samuel 3:1 “El joven Samuel servía al SEÑOR en presencia de Elí. La palabra del SEÑOR escaseaba en aquellos días, las visiones no eran frecuentes.” Debemos pedirle al Señor que nos guarde de creer o hablar herejías que nos lleven a una blasfemia y que lleguemos a apostatar.

La blasfemia de Elí

y sus hijosRamiro Sagastume

Citas Bíblicas para estudio

1 Juan 2:182 Tesalonicenses 2:3-4Proverbios 4:181 Samuel 4:17Levítico 3: 3-5Éxodo 29: 27-28

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7EDICIÓN 103 | OCTUBRE 2018

En la segunda carta a los Tesalonicenses, la Biblia nos enseña que antes del día del Señor, se manifestará una apostasía generalizada. Pero para que haya una apostasía generalizada, tiene que haber primero una involución individual del cristiano, que inicie con la dureza del corazón a causa del pecado, la falta de arrepentimiento, y no ponerse a cuentas con Dios. Luego se continuará con la herejía, pasando después a la blasfemia, y por último, se llegará a la apostasía.

Quizás sea muy evidente saber ¿qué es un pecado y una herejía?, pero es muy válido preguntarnos ¿Qué es la blasfemia? La respuesta es amplia: Es una ofensa en contra de lo sagrado, o tiene que ver con una acción inapropiada en relación al uso de lo sagrado y del nombre de Dios. Entonces, para detectar qué actitudes o acciones podrían estarnos llevando a la blasfemia, estudiaremos en este artículo al rey David, y la serie de hechos que lo vincularon con una gran blasfemia en contra de Dios: BTX3 2 Samuel 12:14

“Pero como con este asunto has blasfe-mado grandemente de YHVH, el hijo que te ha nacido ciertamente morirá”.

No salió a la batalla en la primavera (2 Sa. 11:1)

Este era el tiempo designado para que los reyes salieran a la batalla, y David decidió quedarse en Jerusalén y no pelear. Nosotros somos reyes y sacerdotes, por lo tanto, nos toca batallar, no podemos esperar que alguien más pelee la batalla que nos corresponde. El dejar de servirle a Dios en las funciones que nos atañen, también es una acción que produce una falta en contra de Él (Deu. 28:47-48).

Se volvió perezoso (2 Sa.11:2)

La Palabra nos enseña que David se levantó al atardecer. Cuando todo el ejército se encontraba en la batalla arriesgando su vida, él descansaba. Podríamos buscar justificaciones para dejar de hacer lo que nos corresponde

(Pro. 22:13), pero delante de Dios, las responsabilidades se deben de cumplir. La pereza puede incluso llegar a dejar puertas abiertas para el pecado (2 Sam 12:4).

Tomó lo que no le pertenecía (2 Sa. 12:4)

Aunque en este caso se habla particular-mente de cómo David tomó a la mujer de Urías (la cual no le correspondía); debemos entender que a Dios no le agrada que tomemos lo que le corres-ponde a alguien más. El profeta Natán, al reprender a David, le mostró su caso como alguien que había tomado una pertenencia ajena. La involución de un cristiano se puede diagnosticar, precisa-mente si alguien toma lo que no le corres-ponde. Esto se observa por ejemplo, en aquellos cristianos que deciden dejar de entregar al Señor el diezmo y disponen del mismo, olvidando que es propiedad de Él.

Planeó un asesinato, actuando en lo oculto (2 Sa. 11:14, 2 Sa. 12:12)

David concibió un plan malévolo en lo secreto. Y actuando en lo oculto, ordenó que pusieran a Urías, esposo de Betzabé, al frente de la batalla. El objetivo era la muerte de Urías a manos del enemigo, no del propio rey de Israel, para que nunca saliera a luz todo lo malo que David había hecho. Y a causa de esto, murieron muchos israelitas más, israe-litas a quienes el rey tenía la obligación de proteger. Por la Palabra, entendemos que las acciones y sentimientos, nos llevan a cometer este mismo pecado, pues con el pensamiento y nuestras actitudes, podemos estar matando a nuestros hermanos, tal como lo hizo el rey David. 1 Juan 3:15 nos enseña que todo el que aborrece a su hermano es un asesino. Por lo tanto, actitudes como esta, que quizás no se hablan en público ni se demuestran abiertamente, deben ser erradicadas del corazón de los hijos de Dios.

No tuvo misericordia (2 Sa. 12:5)

Dios envió al profeta Natán para exponer un pecado a David. David, al escuchar el caso, se llenó de furia, y sin misericordia

emitió una sentencia, sin saber que se juzgaba a sí mismo. Pero esto pasó, porque David había dejado de examinar su corazón. Le fue muy fácil ver una situación incorrecta en el exterior, pero era incapaz de ver lo que había dentro de él, y no buscó la ayuda necesaria para evitar caer en el pecado en que se vio envuelto. David quizás ni se dio cuenta que estaba involucionando. Debemos analizar este ejemplo, ya que un hijo de Dios nunca debe sentirse autosuficiente para vencer el pecado. Tenemos un Dios de misericordia, que levanta siervos y siervas dentro de su pueblo, para poder atender las necesidades de cada uno de sus hijos, y por medio del consejo y la ministración del alma, nos ayudan a escapar del pecado.

Al final, David logró entender que estaba pecando contra el Señor (2 Samuel 12:13). Vimos que sus acciones fueron consideradas una gran blasfemia contra Dios, pero David, al reconocer su falta y entrar en razón, apeló a la misericordia y piedad del Señor (Salmo 51:1). El rey David se volvió de corazón y fue perdo-nado por el Señor. De la misma manera, en este tiempo final, el Señor está llamando a aquellos que como David, han estado blasfemando grandemente de Dios con sus acciones, para que enderecen su camino, se vuelvan a Él, y encuentren el perdón y el gozo de vivir consagrados para El Señor.

La gran BlasfemiaSergio Licardie y Julio Lacán

Citas Bíblicas para estudio

Judas 1:22-23Mateo 12:31Apocalipsis 16:212Ti 2:16-18

Salmo 51:4-15Juan 16:8

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8 EDICIÓN 103 | OCTUBRE 2018

Al analizar el contexto de lo que el Señor nos enseña en Su Palabra acerca de la blasfemia, entendemos que blasfemar no es solamente con palabras pronun-ciadas con nuestra boca necesariamente. La blasfemia, en sus diferentes facetas o formas de verse consiste en actitudes que desagradan y blasfeman el nombre del Señor.

Recordando lo dicho por nuestro Señor Jesucristo “de la abundancia del corazón, habla la boca“ (Mateo 12:34) podemos decir que la blasfemia comienza en el corazón. Muchas veces, el reflejo de lo que hay en nuestro corazón también se ve en nuestras actitudes, en nuestras obras ante el Señor. Dios pesa el corazón y le paga conforme a sus obras (Jeremías 17:9-10).

Partiendo de esto, es impresionante ver cómo hoy por hoy hay mucho pueblo de Dios haciendo cosas que en vez de exaltar el Nombre del Señor, lo deshonran y blasfeman contra Él con sus actitudes.

En el caso de Israel, ellos tuvieron actitudes no correctas delante del Señor, actitudes que llegaron al punto que aconteciera en ellos un endurecimiento parcial, una pausa en cuanto a su trato hasta que haya entrado para salvación lo que la biblia llama “La plenitud de los gentiles” (Romanos 11:25). Tomando en cuenta que todo lo que a Israel le acontece es una sombra, una figura, un ejemplo para nosotros que nos ha alcan-zado el final de los tiempos (1Corintios 10:11), cuidémonos de caer con nuestras actitudes en la blasfemia que ellos cayeron, llegando al punto de llegar a involucionar, llegando a la apostasía (Jeremías 8:5).

2 Reyes 17:9 NBE “Los israelitas blasfe-maron contra el Señor, su Dios; en todo

lugar habitado, desde las torres de vigilancia hasta las plazas fuertes, se erigieron lugares de culto”.

Leyendo el contexto del texto mencio-nado en 2 Reyes, nos damos cuenta que lo que Israel hizo para blasfemar el Nombre del Señor fue no prestar oído a lo que Dios les estaba mandando, el no adorar a dioses extraños que las naciones que Dios había expulsado de delante de sus ojos adoraban. “Habían seguido las prácticas de las naciones paganas que el SEÑOR había expulsado de la tierra de su paso, así como las prácticas que los reyes de Israel habían introducido”. (2 Reyes 17:8)

La idolatría es una blasfemia delante de los ojos del Señor. La idolatría va más allá de lo que en la tradición se entiende como el hecho de rendirle culto a una imagen, de hecho; en sustancia, idolatría es poner en primer lugar cualquier cosa o persona antes que al Señor. ¿Cuántos de nosotros en su momento hemos caído en esto?

HACER COSAS EN LO OCULTO

Leyendo como los eruditos traducen el texto de 2 Reyes 17:9 en diferentes versiones y traducciones Bíblicas, como por ejemplo RV60 escriben en vez de la palabra blasfemia, la expresión “hicieron secretamente cosas”; versiones como TNM traducen que ellos “se pusieron a escudriñar las cosas que no eran rectas”. Aplicándolo a nuestra vida cotidiana, cuántos de nosotros no estaremos yendo a la iglesia, quizá levantando nuestras manos “santamente” delante de los ojos de los hombres pero viviendo con la actitud de un blasfemo delante de los ojos del Señor en lo secreto.

Con cuánta razón Isaías profetizó diciendo: “¡Hipócritas! Bien profetizó Isaías de vosotros cuando dijo: Este pueblo con los labios me honra, pero su corazón está muy lejos de mí” (Mateo

15:7-8). El apóstol Pablo dijo también: “Porque es vergonzoso aun hablar de las cosas que ellos hacen en secreto. Pero todas las cosas se hacen visibles cuando son expuestas por la luz, pues todo lo que se hace visible es luz”. (Efesios 5:12-13)

¿Cuánto pueblo de Dios por el engaño del diablo estará viviendo en tinieblas?

Recordemos que Dios ama la verdad en lo íntimo, y más que de sacrificios, al Señor le agrada nuestra actitud de obediencia en amor hacía Él.

Recordemos también que entre las 18 características del carácter del anticristo están las personas que son blasfemos (2Timoteo 3:2). El Señor quiere que nuestras actitudes sean de un amor puro y sincero delante de sus ojos, la Biblia dice: “Queridos hijos, que nuestro amor no quede sólo en palabras; mostremos la verdad por medio de nuestras acciones” (1Juan 3:18).

Muchas veces, nos preguntamos por qué nos vienen cosas malas, pero muchas veces lo malo viene por consecuencia de nuestras actitudes no agradables delante de los ojos del Señor (2Reyes 17:7). Escudriñemos nuestro corazón y volvámonos al Señor, “Rasgad vuestro corazón y no vuestros vestidos; volved ahora al SEÑOR vuestro Dios, porque Él es compasivo y clemente, lento para la ira, abundante en misericordia, y se arrepiente de infligir el mal” (Joel 2:13).

La Blasfemia de IsraelPablo Enríquez y Pablo Orellana

Citas Bíblicas para estudio

2Timoteo 3:2Mateo 12:34Jeremías 8:52Reyes 17:9

Efesios 5:12-131Corintios 10:11

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9EDICIÓN 103 | OCTUBRE 2018

A la luz de la Palabra de Dios la blasfemia es el vínculo entre la herejía y la apostasía esta última puede ser reversible o irrever-sible, es decir, a la manera de Pedro que luego de negar al Señor logró alcanzar el perdón o como Judas que perdió su salvación; además la blasfemia está íntimamente relacionada con los últimos días del fin ya que un evento de apostasía a gran escala precederá la revelación del hombre inicuo (el anticristo), el espíritu de esté, el cual ya está en acción, tratará de conducir a los cristianos por medio de herejías a que blasfemen para poder así más fácilmente empujarlos a la apostasía; de estas verdades podemos entender la importancia de conocer acerca de la blasfemia, que es en realidad según el concepto de Dios, para poder evitarla y no exponerse al riesgo de ser engañados y conducidos a apostatar.

El concepto que usualmente se maneja acerca de blasfemia es: pensamientos o palabras en contra de Dios, concepto incompleto a la luz de la palabra, si tomamos en cuenta el versículo que en su parte final dice “…no sea que robe y blasfeme el nombre de mi Dios” (Prov. 30:9), en donde claramente vemos que el acto de robar es un tipo de blasfemia contra Dios; de esa manera en la Biblia hay diferentes actitudes o acciones que son un tipo de blasfemia contra Dios y que tenemos que conocer para no caer en ellas.

En el versículo: “para que le dijesen: Así ha dicho Ezequías: Este día es día de angustia, de reprensión y de blasfemia; porque los hijos están a punto de nacer, y la que da a luz no tiene fuerzas” (2Re 19:3 RV60). El rey Ezequías se refiere a las amenazas y las palabras dichas contra Dios por el capitán del rey de Asiria al tratar de forzar a rendirse a Jerusalén. Cuando nosotros estudiamos este versí-culo y vemos el significado en hebreo de la palabra traducida como blasfemia (ne’atsah H5007 strong`s) en este

versículo y las diferentes traducciones de la misma, la relacionan con escarnio, deshonra, infamia. Es decir el escarnio, la deshonra y la infamia están relacionados con la blasfemia.

El escarnio como blasfemia

El escarnio es una burla persistente que tiene como propósito causar vergüenza o deshonor, en la relación directa con Dios el pueblo de Israel escarneció a Dios, blasfemó cuando dijo acerca del becerro de oro, este es tu dios que te sacó de Egipto; en el libro de Nehemías 9:18 se hace referencia a este suceso y se usa la palabra ne’atsah, es decir atribuir un suceso provocado por Dios a otra persona o circunstancia es escarnecer, blasfemar, deshonrar a Dios, como ejemplo el cristiano que le atribuye su éxito a su propia capacidad, olvidando que todo don perfecto viene de Dios está blasfemando, el que le atribuye su seguridad al dinero y no a Dios también está blasfemando.

Cuando una persona se burla de otra y con esta le causa vergüenza podría estar blasfemando a Dios, si tomamos en cuenta el principio de que lo que hacemos o dejamos de hacer a los que vemos también lo hacemos o dejamos de hacer al que no vemos, es decir a Dios.

La deshonra como blasfemia

Deshonrar es quitar la honra, la buena reputación, es disminuir las cualidades de algo o alguien, en Malaquías 1:6 Dios le reclama a su pueblo acerca de su honor como Padre ya que el pueblo ha menospreciado, le ha quitado valor a su mesa, llevando ofrenda coja y enferma, cuando se lleva a Dios como diezmo u ofrenda lo que sobra y no lo mejor y primero, se está deshonrando a Dios como padre y si seguimos en la línea que hemos estado explicando esta sería una forma de blasfemar a Dios.

La Biblia nos llama a honrar a diferentes personas: a los ancianos por su edad, a los padres por su jerarquía dentro de la iglesia, a quienes han alcanzado

una posición de honor aún dentro de la sociedad; si no honramos a aquellos que vemos y Dios quiere que honremos, no estaremos honrando a Dios que no vemos, deshonrar a alguien es blasfemar contra esta persona y podríamos estar blasfemando con esto a Dios.

La infamia como blasfemia

La infamia es el descrédito, disminuir o hacer perder la reputación de alguien; esto nuevamente puede ser directa-mente contra Dios o contra una persona, el ejemplo claro de esto es el chisme, cuando se habla mal de una persona desacreditándola ya sea verdad o falso, ya sea al hablar o cuando se comparte por la redes sociales noticias sobre personas desacreditándolas, en la línea de pensamiento que hemos seguido, podemos inferir que esto también puede llegar a ser una blasfemia contra Dios.

No tener fuerza para dar a luz como blasfemia

El versículo de 2 Reyes 19:3 en su parte final dice que es día de blasfemia porque la que va a dar a luz no tiene fuerza para hacerlo, por qué habría de ser blasfemia no tener fuerza?

A la luz de la palabra Pro 24:10 explica que el que en el día de angustia, es flojo, ocioso, abandona o niega sus fuerzas serán disminuidas, no hacer lo que se debe en el día de la angustia podría convertirse en una blasfemia a Dios.

La Blasfemia de la deshonraJuan Luis Elías Cárcamo

Citas Bíblicas para estudio

Exo 20:12Rom 13:71 Ti 5:17Lev 19:32

Rom 2:10

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10 EDICIÓN 103 | OCTUBRE 2018

“Sin embargo, a pesar de todo esto, fueron desobedientes y se rebelaron contra ti. Dieron la espalda a tu ley, mataron a tus profetas, quienes les advertían que volvieran a ti, y cometieron terribles blasfemias” (Nehemías 9:26 NTV)

El término “Blasfemia” según diccionarios seculares y bíblicos se define, como toda expresión o acción ofensiva e injuriosa, contra Dios, sus representantes, y sus cosas sagradas. La blasfemia inicia por uno o varios pensamientos que concluyen en expresiones y acciones en contra de Dios o de sus siervos. Las blasfemias que se describen en el versículo base de este artículo, llegaron a ser graves luego de un proceso de acciones ofensivas en contra del Señor. El Señor bendijo al pueblo de Israel mientras anduvieron en el desierto, les dio alimento físico y espiritual, les mostró señales, prodigios y maravillas, pero ellos terminaron por ofenderle en gran manera (Neh. 9:6-26). Las terribles blasfemias forman parte un proceso involutivo de cinco pasos, es decir cayeron en un camino de anti gracia, tal y como se desarrolla a continuación:

Ser desobediente

La desobediencia es no hacer lo que ordenan las normas o las autoridades superiores; la Biblia dice que por la desobediencia de un hombre (Adán), todos los hombres fueron constituidos pecadores; algunos fueron considerados hijos de desobediencia, gobernados por el espíritu del que domina las tinieblas, y sobre ellos está determinada la ira de Dios. Israel fue rechazado y dispersado entre las naciones para andar errantes, no entraron en el reposo del Señor a causa de su desobediencia (Ro. 5:19; Ef. 2:2; 5:6; Os. 9:17; Heb. 4:6-11).

Saúl fue rechazado como rey de Israel por su desobediencia. Dios le ordenó a través del profeta Samuel que exterminara a los amalecitas y a todo lo que poseían, sin embargo no mató a su rey, ni destruyó por completo a lo mejor de sus ganados,

ni a toda cosa buena; El Señor dijo que le pesaba haber hecho rey a Saúl, porque había dejado de seguirle y no había cumplido sus mandamientos. Samuel le dijo a Saúl que obedecer es mejor que un sacrificio, además que la desobediencia es considerada como iniquidad e idola-tría (1 Sa. 15:1-23).

Rebelarse

Rebelarse es negarse a obedecer, es poner total resistencia a quien tiene la autoridad. El Señor dijo a través del profeta Samuel que la rebelión es como el pecado de hechicería o de adivinación (1 Sa. 15:23). En el hebreo hay siete palabras que pueden traducirse como rebelión, sus significados también dan el entendimiento de lo que es rebelarse, y permiten describir a una persona rebelde, como alguien que se mantiene en constante enojo o ira y queja en contra de la autoridad o de lo que ésta ha determinado; describe a una persona que actúa encubiertamente y traicione-ramente; la amargura que es una especie de tristeza y enojo, provoca que las personas caigan en rebeldía, es decir, en apostasía; una persona rebelde se separa de la autoridad, pelea contra ella hasta provocar revueltas en tres ámbitos, el nacional, el moral y el religioso.

Darle la espalda a la ley del Señor

En un sentido simbólico el darle la espalda a alguien que merece atención, es sinónimo de traición o abandono. El darle la espalda a la ley del Señor implica no tomarla en cuenta para nada, considerarla indigna de respeto; la ley del Señor debe tenerse ante los ojos de forma continua, debe leerse y estudiarse ya que sirve para guiar los pensamientos y dirigir nuestras acciones (Jer. 32:33).

Matar a los profetas del Señor

La Palabra de Dios, deja ver que ciertos israelitas martirizaron a sus propios profetas; a algunos los mataron a pedradas, aserrados, y a espada. Los profetas que fueron mártires del Señor, murieron por causa del mensaje que llevaban, porque éste no era agradable,

ya que señalaba el pecado, la desobe-diencia, la rebeldía, la idolatría del pueblo de Israel, así como, el juicio que les sobrevendría por estas causas. Gran parte de la iglesia mata a los profetas, al rechazar sus mensajes y su profecía al no reconocer o valorar el verdadero minis-terio profético (1 Re. 19:10; Heb. 11:37; Mt. 23:37).

Terribles blasfemias

El proceso involutivo de ofensas al Señor concluyó en terribles blasfemias; la Biblia moderna Pratt traduce está frase como grandes provocaciones hacía el Señor. La frase “La Provocación” determina el momento en donde el pueblo de Israel encendió en ira al Señor, a causa de su incredulidad, desobediencia, rebeldía; ellos murmuraron cuando en Refidim se vieron faltos de agua, contendieron contra de Moisés, con lo cual tentaron al Señor dudando que Él estuviera con ellos (Heb. 3:7-19; Exo. 17:1).

Durante la gran tribulación se manifes-tará el dragón, quien le dará autoridad a la primera bestia para que hable palabras arrogantes y blasfemias durante cuarenta y dos meses, abrirá su boca para hablar terribles blasfemias contra Dios, para blasfemar su nombre y su tabernáculo, es decir, contra los que moran en el cielo (Ap. 13:1-8).

Terribles BlasfemiasOswaldo Gutiérrez & Rita de Gutiérrez

Citas Bíblicas para estudio

Kaas (H3708)Maal (H4603)Meriy (H4805)Meshuwbah (H4878)

Carah (H5627)Pasha (H6586)Pesha (6588)

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11EDICIÓN 103 | OCTUBRE 2018

La palabra del Señor en Job 1.5 dice: “Y ocurría que al finalizar los días del festín, Job enviaba por ellos para purificarlos, y levantándose de madrugada, ofrecía holocaustos por todos ellos, conforme a su número, pues decía Job: Quizás mis hijos han pecado contra ’Elohim y blasfemado en su corazón. Así hacía Job siempre”. Llama la atención que a pesar de ser hijos de un siervo amado por el Señor, Job levantara holocausto por cada uno de ellos, tratando de enmendar, anular o apelando a la misericordia de nuestro Dios, por si alguno de ellos hubiera blasfemado contra Dios. La palabra BLASFEMAR que aparece en el versículo anterior, según el Diccionario Strong, se desprende de la raíz BARAK (H1288) que dentro de sus significados están: arrodi-llarse, bendecir con abundancia, dar bendición, bienaventurado, blasfemar, maldecir, dichoso, proferir y saludar.

Generalmente asociamos la palabra BARAK con bendición y es correcto, pero no es casualidad que también tenga otros significados no muy agradables como: Blasfemar, maldecir o proferir.

LA BLASFEMIA: Tiene un papel prota-gónico en la apostasía y para ello usted, amado hermano y hermana que lee este tema, debe recordar que la apostasía antecede al día del Señor y ella es producto de un proceso involutivo que empieza con la Herejía, continúa con la Blasfemia y termina con la Apostasía. La blasfemia etimológicamente significa: Palabra ofensiva, injuriosa, contume-liosa, de escarnio, pero en su uso estricto se refiere a una: ofensa verbal contra la majestad divina, según Wikipedia. El Diccionario Holmman indica que blasfemar es: una ofensa en contra de lo sagrado o una acción inapropiada en relación al uso del nombre de Dios. Eso quiere decir que el propósito de la herejía es contaminar el corazón, porque de la abundancia del corazón hablará la boca (Mt. 12:34). Otro ejemplo de

cómo la apostasía trabaja en el corazón, lo tenemos con Luzbel, ya que propuso en su corazón subir a las nubes y hacerse semejante al Altísimo (Is. 14:14).

Definitivamente aquella persona que blasfema en contral del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo no lo hace de la noche a la mañana, si no que hay un proceso de involución, podemos decir que uno de los elementos que se hace evidente es la necedad. Esa forma de actuar está ligada a aquella persona que habla mal de otra o aquel que tiene labios menti-rosos (Pr. 10:18 SRV). Otro elemento que se manifiesta en el blasfemo es que toma en vano el nombre del Señor ya que constantemente está jurando en su nombre, contrario a lo que nos dice la palabra en Salmos 139:20 RV60. El Blasfemo es orgulloso, esto, le impide reconocer su ignorarnacia o su condi-ción y por ello se desvía y se enfrasca en discusiones sin sentido (1 Ti. 6:4); adicional a ello el blasfemo no cree que el Señor pueda perdonar pecados (Mc 2:7) y constantemente está llenando su corazón de cosas malas que no edifican y que conducen a las obras de la carne (Mt. 15:19).

MALDECIR: Este es otro de los signi-ficados de la palabra BARAK (H1288). Según el Diccionario Libre, maldecir es: Sentir o expresar irritación o enfado contra una cosa, una situación o una persona. Quejarse de una cosa o criti-carla, despotricar, decir faltas o defectos de una o más personas y difamar. Estos significados nos amplían el panorama de lo que significa maldecir. Hay personas en la iglesia que todo les parece mal y critican la forma en la cual están las sillas, el color de las paredes, la forma de vestir de los hermanos y hermanas, la alabanza, los coros que se entonan, los Ministros y otros; pero esto no es más que producto de un corazón mezquino y amargado lo delicado de todo esto es que esas personas están utilizando Rhemas Argos es decir: Palabrería vana y profana, blasfemando, pero antes de ello habiendo tenido que caer en impiedad, es decir que dejaron de practicar la piedad. Este tipo de personas general-mente busca maestros conforme a sus concupiscencias, que definitiamente llevarán a esa persona a la herejía (2 Tim 2:16-18).

Nosotros como hijos de Dios debemos tener mucho cuidado de lo que hablamos

y alejarnos de toda palabra ociosa o Rhema Poneros que no es más que: palabra dañina, mala, perversa y maligna. La persona que tiene Rhema Poneros en su boca está o ha involucionado y por consiguiente su intención es hacer mal a alguien por medio de mentiras, falso testimonio e insultos. Vemos a la luz de la escritura cómo Balaam inició su carrera como profeta del Señor, pero su corazón se desvió y ayudó a Balac a ponerle tropiezo a los israelitas (Nm. 23:11). Es interesante que según el Diccionaro de Nombres Hitchcock, BALAC significa vacío o devastador y esto es justamente lo que hacen ciertos hermanos con su boca, es decir, devastar la imagen o la reputación de un hermano o hermana. Recordemos que en nuestra boca y lengua tenemos poder para dar vida o muerte (Pr. 18:21). Nosotros debemos dar frutos agrada-bles y dulces para nuestro amado, por consiguiente debemos ejercitarnos en la unidad, dejar el egoísmo, vanagloria y considerar a nuestro hermano como más importante que nosotros, sin buscar nuestros propios intereses.

La palabra del Señor en 1 Pedro 2:1:2 nos dice: “Por tanto, desechando toda malicia y todo engaño, e hipocresías, envidias y toda difamación, desead como niños recién nacidos, la leche pura de la palabra, para que por ella crezcáis para salvación”. Usted y yo amado hermano debemos dar gracias continuamente al Señor porque Él nos redimió de la maldición, de la ley, anuló el acta de los decretos que había en contra de nosotros (Col 2:14). ¡ MARANATHA ¡

JobEdwin Castañeda

Citas Bíblicas para estudio

Job 1.5Proverbios. 10:18 Salmos 139:202 Tim 2:16-18

Proverbios 18:211 Pedro 2:1:2

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12 EDICIÓN 103 | OCTUBRE 2018

La blasfemia es una etapa previa a la apostasía y se manifiesta cuando alguien después de haber creído termina burlándose de Dios, de sus promesas o de sucesos tan importantes como su venida; los tales son burladores, refiere el apóstol Pedro cuando apercibe que serán una señal de los últimos tiempos (2Pedro 3:3).

La blasfemia es la culminación de otro proceso descrito en el salmo uno capitulo uno que incluye andar en el consejo de impíos, detenerse en el camino de los pecadores y finalmente sentarse en la silla de los burladores (blasfemos), lo que se convierte en el desvío hacia la blasfemia. Pero ¿Cómo es que sucede esto? Al respecto deberíamos aclarar que el estado inicial de un burlador es haber sido cristiano, que caminó en el Señor (Juan 14:6) y en el consejo del Espíritu Santo y que fue seducido por el consejo de aquellos que la biblia identifica como faltos de piedad porque no reconocen a Dios sabiendo de Él, porque son “impíos”.

En esta etapa inicial preocupa el efecto de dicho consejo en la vida de algunos creyentes; en la biblia podemos ver que los burladores restringen la verdad y sabiendo que la práctica de sus malas costumbres tiene como paga la muerte, incentivan a otros a que las practiquen, lo cual sucede cuando tal influencia encuentra un receptor que no ha sido inhabilitado en el alma del cristiano (Rom 7:23).

Por eso el pueblo cae, a causa del mal consejo (Prov. 11:14) y caer significa comenzar a caminar por el camino de la impiedad; es prestar oídos a la idolatría, al desenfreno y a las cosas del mundo; cerrándolos a la palabra de Dios, lo que propicia la pérdida paulatina de la fe (Rom 10:17) y si esta actitud no se corrige a tiempo, se corre el riesgo de continuar en el proceso de involución hasta lograr detenerse en el camino de los pecadores.

Esta segunda etapa incluye la suspen-sión toda acción de búsqueda, implica detenerse para escuchar, ver, contemplar y palpar en este caso el pecado, como si fuera la antítesis de lo que describe el apóstol Juan respecto al verbo de vida (1 Juan 1:1) por eso detenerse en el camino del pecado puede alejar la misericordia de Dios.

Esto es abandonar la senda de rectitud, para andar en caminos tenebrosos, en donde hacer el mal constituye deleite y practicar la perversidad es motivo de regocijo (Prov. 2:12-14), es aprender y adquirir una forma de vida conforme al pecado hasta llegar a convertirse en un necio e insensato que a pesar de la misericordia de Dios no consigue ver su equivocación (Prov. 12:15).

En esta etapa como en otras, el objetivo del enemigo de nuestras almas son los hijos de Dios, principalmente aquellos que evitan las “complicaciones” es decir que cuestionan el por qué de los límites o del reconocimiento de autoridad, llamados generalmente simples porque son vulnerables a las artes seductoras del pecado (Prov. 7:1-27).

Este tipo de seducción se le atribuye, según la biblia, a la mujer extraña que se viste como ramera y es astuta de corazón; lamentablemente una de las deducciones respecto a esta figura nos orienta a pensar en una iglesia infiel que sabiendo que su marido tardará en volver (Cristo) se dedica a engañar a jóvenes incautos, conduciéndolos a la etapa final de este proceso.

Recordemos entonces que este proceso inició caminando en el consejo de los impíos, luego deteniéndose en el camino de pecadores, hasta llegar a esta condición, algunas biblias lo traducen al español como sentarse en silla de burladores o escarnecedores pero en el original hebreo también se puede traducir como permanecer en la morada de escarnecedores.

Prácticamente es haber caído en la trampa de la mujer extraña, como

un buey va al matadero que no se ha dado cuenta que esto le costará la vida (Prov. 7:22-23) consumando el pecado y asumiendo la forma de vida libertina y desenfrenada aprendida en las etapas anteriores, por tal razón la biblia habla de los burladores como personajes sarcás-ticos y desenfrenados.

Estas son las consecuencias de habitar en moradas de maldad y haber asumido una actitud rebelde en contra de la palabra de Dios como sucedió con la tribu de Coré (Num 16:26), por eso vemos que a manera de burla buscan justificar su propio pecado cuestionando la veracidad de las promesas de Dios diciendo ¿Dónde está la promesa de su venida?

Ellos dicen, nuestros padres hablaron de lo mismo y nada ha sucedido, no comprenden que lo que llaman tardanza es realmente misericordia (2 Pedro 3:4-9), razón tiene la Palabra cuando afirma que estos blasfeman de las cosas que no entienden, porque esto sólo es posible por medio de la revelación del Espíritu Santo (Jud 1:10).

Finalmente el Señor nos exhorta a mantenernos firmes en la fe, orando, esperándolo, teniendo misericordia de los que dudan, arrebatando del fuego a otros porque Él nos guardara sin caída para presentarnos delante de su gloria en el tiempo previsto (Jud 1:20-25) por esa razón el hombre que escapa a estas argucias del enemigo es llamado Bienaventurado (Sal 1:1)

El desvío que conduce a la BlasfemiaFernando Alvarez

Citas Bíblicas para estudio

Prov. 1:22Prov. 1:32Prov. 1:10Gal 3:1-3

Mar 8:181 Sam 25:10

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13EDICIÓN 103 | OCTUBRE 2018

“No permitan que nadie les engañe, porque ese día no vendrá antes que venga la apostasía, es decir la caída de aquellos que han profesado ser cristianos lo cual ya ha sido profetizado”. (2 Tesalonicenses 2:3 AMP)

La palabra “apostasía” viene del término griego apostasía (ἀποστασία) que significa salida, defección, revuelta o rebelión. Describe a aquella persona que ha abandonado voluntaria y conscien-temente su fe en Dios, concretamente en Jesucristo. La biblia nos manda que contendamos ardientemente por la fe que de una vez para siempre fue entregada a los santos (Judas 1:3); recordemos que la fe viene por el oír y el oír, por la palabra de Dios (Romanos 10:17). El espíritu del anticristo, el cual ya está en acción, está dejando fluir ríos de doctrinas para confundir a la iglesia del Señor. Dios le mostró al apóstol Pablo que vendría una apostasía generalizada en la que la mayoría de cristianos ya ha caído.

Caer en esa apostasía, es un proceso; el primer paso es la herejía, la cual surge motivada por un un acto de la carne para luego llegar a la apostasía a través de la blasfemia, la cual conlleva varias etapas involutivas hasta llegar a aquella blasfemia tan temible, la blasfemia contra el Espíritu Santo, siendo este el eslabón para llegar a la apostasía.

La apostasía, está íntimamente ligada con la palabra divorcio, recordemos que no se puede divorciar nadie que no esté casado, dando a entender que no puede apostatar alguien que no haya sido de la fe. La persona que en algún momento tuvo fe y la devolvió, por supuesto, blasfemando al devolverla se dice que apostató. Existen dos tipos de apostasía: la apostasía reversible y la apostasía irreversible. La apostasía reversible es la que tuvo Pedro al maldecir y blasfemar para que le creyeran que él no andaba con Jesús cuando le preguntaron si era uno de ellos; incluso cambió su manera

de hablar y empezó a insultar y a blasfemar. Sí, apostato, pero su apostasía fue reversible, no se perdió porque tuvo un verdadero arrepentimiento y por lo tanto tuvo un verdadero cambio en su manera de pensar, lo que resultó para él en que esa apostasía fuera anulada.

Ahora bien, un perfecto ejemplo acerca de la apostasía irreversible sería la de Judas. Este vendió a Jesús, a pesar de haber sido contado como su discípulo, de haber escuchado al igual que los otros discípulos; y aunque quiso regresar después de haber hecho ese trato de vender a Jesús, ya no pudo, no sintió arrepentimiento, si no remordimiento y por supuesto después de semejante blasfemia, esta apostasía fue completa-mente irreversible en él.

Proverbios 30:9 BTX3 “No sea que, harto, te niegue y diga:¿Quién es YHVH? O que, siendo pobre, hurte, y blasfeme el nombre de mi Dios”.

LBLA 1Timoteo 4:1-3 “Pero el Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos algunos apostatarán de la fe, prestando atención a espíritus engaña-dores y a doctrinas de demonios”.

Dios nos ha llamado a ser vencedores, la biblia nos enseña qué cosas debemos vencer y una de esas cosas es el mundo (Juan 16:33), con la fe se vence al mundo (1Juan 5:4); hay que vencer el mal con el bien (Romanos 12:21); también hay que vencer el espíritu del anticristo, el cual ya se encuentra en acción, según lo describe la biblia. Efesios 5:11 “Y no participéis en las obras estériles de las tinieblas, sino más bien, desenmascaradlas;”

En este último tiempo en el que nos ha tocado vivir, el espíritu del anticristo va a querer engañarnos; con falsas señales, milagros engañosos presentándose como si fuera “Dios” para que blasfememos apostatando de la verdadera fe. El apóstol Pablo escribió en 2 Timoteo 1:12 “yo sé en quién he creído…” Y nosotros como iglesia del Señor Jesucristo debemos estar atentos y no ignorar las artimañas del enemigo, no ir en pos de shows

demostrando falsos milagros, que solo le dan a la gente un momento de entreteni-miento; no sea que caigamos en el error del rey Saúl que, al no responderle Dios como él esperaba o pensaba, mandó a buscar a la pitonisa de Endor.

El Señor le contesto al apóstol Pablo: “Bástate de mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad”. (2 Corintios 12:9).

RVR60 Esdras 4:2-4 “Vinieron a Zorobabel y a los jefes de casas paternas, y les dijeron: Edificaremos con vosotros, porque como vosotros, buscamos a vuestro Dios, y a él ofrecemos sacrificios desde los días de Esar-hadón rey de Asiria, que nos hizo venir aquí. Zorobabel, Jesúa, y los demás jefes de casas paternas de Israel dijeron: No nos conviene edificar con vosotros casa a nuestro Dios, sino que nosotros solos la edificaremos a Jehová Dios de Israel, como nos mandó el rey Ciro, rey de Persia”.

En el pasaje anterior hubo un intento de ecumenismo que es igual a caer en apostasía lo bueno es que Zorobabel y Jesúa se opusieron. Recordemos que Dios abomina las mezclas y no podemos mezclarnos con la gente que anda mal con el Señor, debemos aprender a discernir con la ayuda del Espíritu Santo lo que proviene de Dios y lo que no, para no caer en un espíritu de error.

Jimena de Enríquez

Citas Bíblicas para estudio

Romanos 12:21Efesios 5:11Romanos 10:171Timoteo 4:1-3

Esdras 4:2-4Juan 16:33

La Blasfemia

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14 EDICIÓN 103 | OCTUBRE 2018

La Blasfemia contra el Espíritu Santo no es un acto sino un proceso. Nadie cae de la noche a la mañana, ni cae en apostasía si primero no ha caído en herejía y en blasfemia. Todo comienza en el corazón, cuando alguien se aparta del amor de Dios y practica la impiedad y como consecuencia, la conciencia se va endureciendo hasta cauterizarse (1 Ti. 1:19-20); en este punto del proceso, se comienza a dar oídos a falsos maestros y se cae en herejía voluntariamente, buscando que dichas herejías avalen el estilo de vida impía que se está viviendo. El fruto de esto son las palabras vanas y ociosas que salen de un corazón vacío de Dios y llegan a involucionar a maldiciones y calumnias en contra de Dios, de sus ministros, de las glorias angélicas que los cubren, de su tabernáculo celestial y de los santos.

La palabra blasfemia viene de la raíz hebrea H5007 neatsá que significa: escarnio, abominación, blasfemia, injuria; y de la raíz griega G988 blasfemia que significa: vilipendio (específicamente contra Dios): blasfemia, maldición, maledicencia. En (Mr 7:22-23 VM) la palabra nos dice que es una de las 13 cosas malas que salen del corazón del hombre. Según el Diccionario Swanson significa: charla maliciosa, calumnia (Mt. 15:19); blasfemia, el contenido de la difamación o la calumnia (Lc. 5:21). Esta palabra está íntimamente ligada con amargura, enojo, ira, gritería y toda malicia (Ef. 4:31), de lo cual nos debemos despojar. (Col. 3:8) nos dice que también dejemos las palabras deshonestas de nuestra boca. (1Ti. 6:4) nos deja ver que las blasfemias, junto con las envidias, pleitos y malas sospechas, nacen de contiendas de palabras.

(Mateo 12:31-32) toda blasfemia contra Dios Padre y Dios Hijo puede ser perdo-nada, como en el caso del apóstol Pedro cuando le negó tres veces, sin embargo, la blasfemia contra el Espíritu Santo, esa

no será perdonada, porque al no tener cuerpo, se está blasfemando contra la misma esencia de Dios.

La Blasfemia contra el Espíritu Santo es un proceso involutivo que tiene varios escalones los cuales son:

Enojar al Espíritu Santo (Is. 63:10) “Mas ellos fueron rebeldes, e hicieron enojar su santo Espíritu”. La palabra rebeldía según el original hebreo significa separarse de la autoridad justa, este proceso de rebelión tiene la mira puesta en la independencia o la autonomía (1 R. 12:19 RVA).

Apagarlo (1 Ts. 5:19-20) “No apaguéis al Espíritu”. Apagar al Espíritu es callarlo para que no hable ni redarguya el corazón.

Contristarlo (Ef. 4:30) “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios...” La manera en que el Espíritu se contrista es pecando y actuando impíamente.

Mentirle (Hch. 5:3) “Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo...” Cuando tratamos de engañar al ministro que nos cubre o a una autoridad, le estamos mintiendo al Espíritu Santo.

Tentarlo (Hch. 5:9) “Y Pedro le dijo: ¿Por qué convinisteis en tentar al Espíritu del Señor?” Cuando nos vamos en contra de la verdad y lo establecido por Dios, estamos tentando al Espíritu.

Resistirlo (Hch. 7:51) “¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo”. Resistirlo es oponerse a Él y a lo que Él hace o dice.

Blasfemia contra el Espíritu (1 S. 16:14; Hch 7:42) al final de este proceso, el Espíritu se aparta, como le sucedió al rey Saúl, y al pueblo de Israel.

Según (Mar 12:31-32), la blasfemia contra el Espíritu Santo también se puede dar en un proceso de caída en la manera de hablar de una persona, cuando deja de escuchar la Palabra de

Dios y presta oídos a falsos maestros. Esto producirá que en su corazón y en su boca surjan expresiones malas, iniciando una involución hasta llegar a blasfemar. Este proceso se menciona en la Biblia como: Rhema Argos, Rhema Ponerós y Rhema Blasfemos.

Rhema Argos G692, es una palabra ociosa producto de inactividad, ociosidad, de estar desocupado. La Biblia dice que “de toda palabra vana u ociosa, se dará cuenta en el día del juicio“ (Mt 12:36). Esta puede ser producida aún por una persona cristiana que no desee servir ni activar en la obra, iniciando un proceso de involución en lugar de ir creciendo en la fe.

Rhema Ponerós G4190, es una palabra mala, dañina, maligna, es decir perversa o malvada. Perverso significa sumamente malo, que causa daño intencional-mente. Esta puede pronunciarse contra cristianos que por su fe son insultados o perseguidos (Mt. 5:11). El mejor antídoto contra estas injurias u ofensas es ser llenos del Espíritu Santo y de la Palabra Logos y Rhema, que, al hacerse vida en nuestro corazón, transforma nuestro ser y da mucho fruto.

Rhema Blasphemos G987, es una palabra blasfema. La persona que cae en esto ya involucionó hasta decir este tipo de palabras, porque sigue sus sentidos, su sensualidad y termina blasfemando el camino de la verdad (2P. 2:2). Una de las formas de blasfemar es negar conocer al Señor (Mt 26:74), esto lo hacen quienes tienen el espíritu del anticristo (1Jn. 4:3).

La Blasfemia contra el Espíritu SantoLouissete Moscoso y Sammy Pérez

Citas Bíblicas para estudio

1 Ti 4:1-2 He 10:22 2 Ti 4:3Lc 6:45Ti 2:12

Vilipendio: Desprecio, falta de estima, denigra-ción de alguien o algo (RAE).

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“Pero cuando los judíos vieron la muche-dumbre, se llenaron de celo, y blasfe-mando, contradecían lo que Pablo decía”. (Hechos 13:45 LBLA)

Blasfemar contra Dios no es solamente con palabras sino también con actitudes, en el texto anterior vemos que contra-decir es una forma de blasfemia, “contradecir” implica decir lo contrario, resistirse, oponerse o rebelarse a lo que otra persona dice, interesantemente este pasaje está en el capítulo 13, lo que nos habla de rebelión. ¿Quiénes contradicen y contra qué se oponen?

Los judíos se oponían a la gracia

En Hechos 13:43 vemos que los apóstoles Pablo y Bernabé están exhortando a las personas a permanecer firmes en la gracia, les estaban enseñando que ya no eran salvos por ley sino por gracia, un favor inmerecido, pero a los judíos no les agradó y se opusieron. Cuando se desecha la gracia y se quiere volver a la ley para ser perfeccionado por ella, se está cayendo en una blasfemia al punto que los apóstoles dejaron de predicar allí y se fueron a anunciar la gracia a los gentiles.

Elimas el mago, se opone a la fe

En Hechos 13:8 un hombre llamado Elimas se opone al mensaje de los apóstoles para evitar que el procónsul Sergio Paulo aceptara a Cristo, este hombre se oponía a través del engaño, el fraude y la mentira, era un falso profeta, decía que hablaba de parte de Dios pero era un mago, lo que nos recuerda a Balaam que empezó siendo un profeta verdadero y terminó como un adivino por buscar las ganancias. Cuando se tergiversa el Evangelio para bien propio, o se dice que Dios ha hablado y no es verdad se está blasfemando contra Dios, por eso Elimas quedó ciego, viviendo en tinieblas.

Alejandro el calderero se opone a la enseñanza apostólica

“Alejandro, el calderero, me hizo mucho

daño; el Señor le retribuirá conforme a sus hechos. Tú también cuídate de él, pues se opone vigorosamente a nuestra enseñanza” (2 Timoteo 4:14, 15 LBLA).

Este hombre se oponía con tenacidad a la doctrina apostólica, contradiciendo la enseñanza; es interesante que el nombre Alejandro significa “defensor del hombre”; una de las formas de oposición al mensaje divino es el humanismo, es decir querer hacer las cosas divinas con capacidades humanas; debió haber sido un hombre persuasivo ya que Pablo le recomendó a Timoteo que se cuidara de él. Oponerse a la enseñanza apostó-lica en estos tiempos y más aún con pensamientos humanos es una forma de blasfemia a Dios.

Diótrefes se opone a la autoridad

“Yo escribí una carta a la iglesia, pero Diótrefes no acepta mi autoridad, pues le gusta mandar”. (3 Juan 1:9 TLA)

Este hombre claramente se oponía a la autoridad apostólica, no aceptando delegados, porque no los recibía, y si alguien lo hacía lo expulsaba de la iglesia, sojuzgaba a las ovejas, lo cual denota un espíritu de control, también hablaba mal de los que lo cubrían, definitivamente una persona amargada. Querer tener el control de todo, tener rencor contra la autoridad, querer ser el primero en importancia y no recibir delegaciones es oponerse y por lo tanto es una forma de blasfemia.

Coré se opone al Señor

“Tú y tu gente se han reunido para oponerse al Señor, porque ¿quién es Aarón para que murmuren contra él?” (Números 16:11 NVI) Este pasaje habla de la rebelión de un hombre llamado Coré, quien con otras personas se levan-taron contra Moisés y murmuraron de Aarón, queriendo usurpar. Otra forma de oposición es murmurar en contra de las autoridades delegadas por Dios, lo cual lleva a la rebelión y a la división, con su actitud estaba blasfemando y recordemos cuál fue su final.

Sanbalat y Tobías se oponen a la restau-ración

En Nehemías capítulo cuatro aparecen estos personajes, que se oponen a la restauración de la ciudad, el Evangelio en el cual hemos creído es para restauración de vidas, de hogares, de economías pero también de otras cosas como lo es el tabernáculo de David (la alabanza y la adoración). Esto lo hicieron a través de la burla; en la actualidad hay burladores del Evangelio o de la Venida del Señor, sin embargo igual que en el tiempo de Nehemías Dios ha levantado nobles o ministros que edifican las murallas sin miedo, ya que con una mano trabajaban y con la otra llevan la espada, la Palabra de Dios. Al oponerse a la restauración de todas estas cosas se blasfema contra Dios.

¿Cómo enfrentamos esta oposición?

Con la espada de la Palabra como lo hicieron los restauradores, en Tito 1:9 LBLA dice que hay que retener la palabra que es conforme a la enseñanza para exhortar con sana doctrina y refutar a los que contradicen, somos llamados a enfrentarnos a los que blasfeman. También en 2 Timoteo 2: 25-26 BHTI el apóstol Pablo menciona que el siervo de Dios debe reprender con dulzura a los contradictores (a los que se oponen) porque quizá Dios les conceda conver-tirse y conocer la verdad. Pero ¡Evitemos caer en el error! Y a la manera de Apolos también refutemos vigorosamente a los que se oponen (Hechos 18:28 LBLA).

Piedad de González

Citas Bíblicas para estudio

Hechos 18:5,6 1 Tesalonicences 2:14-163 Juan 1:10 Kadosh2 Timoteo 3:8 LBLA Tito 1:10,11 Tito 2:5,9 (LBLA) Números 16:19-21 (NVI)

La contradicción una forma de Blasfemia

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16 EDICIÓN 103 | OCTUBRE 2018

Cuando vamos a los diccionarios bíblicos para ver la definición de lo que es una blasfemia la describen como: hablar impíamente, hablar profanamente, difamar, injuriar, hablar mal, en contra de la divinidad de Dios. Básicamente estas definiciones nos enfocan en la forma que se habla, se refieren a las palabras ofensivas que se pronuncian, pero también debemos considerar que las actitudes de una persona pueden caer en el grado de blasfemia contra Dios, por eso la importancia de verlo a la luz de la Palabra de Dios, para cuidar en nuestras vidas, el no caer en esa condición.

Romanos 2:24 LBLA “Porque el nombre de Dios es blasfemado entre los gentiles por causa de vosotros, tal como está escrito”.

La causa por la cual los gentiles, los no creyentes, blasfemaban el nombre de Dios, era por la actitud de los judíos creyentes que conociendo la ley de Dios, no se comportaban de acuerdo a ella; era por aquellos que predicando tener conocimiento de Dios, sus actitudes no concordaban con lo que enseñaban, de tal manera que el Apóstol Pablo nos muestra en el contexto de este pasaje que había creyentes que apoyándose en el conocimiento de la ley, violaban la ley, deshonraban a Dios, predicando el no robar y robaban; enseñando que no se debe cometer adulterio y adulte-raban; todo esto daba lugar a que los no creyentes (gentiles) de aquel tiempo, tuvieran motivo para difamar el nombre de nuestro Dios. Por eso Pablo aclara que no solo es tener conocimiento de la ley de Dios, sino también el cumplirla. Cuando la palabra de Dios se introduce en el corazón, cambia la forma de vida del hijo de Dios, por eso no se debe quedar solo en conocimiento.

Uno de los pasajes que muestra clara-mente que el blasfemar va íntimamente ligado con las actitudes y la conducta de

un cristiano lo encontramos en Tito 2:5, el Apóstol Pablo haciendo las recomen-daciones a Tito para que enseñe la sana doctrina e indicándole las cualidades de las mujeres ancianas: “que sean reverentes en su conducta, no calumnia-doras, no esclavas del vino y que enseñen lo bueno, para que ellas puedan enseñar a las mujeres jóvenes a que amen a sus esposos y a sus hijos, que les enseñen a ser prudentes, puras, hacendosas, amables, sujetas a sus esposos”.

Pero toda esta enseñanza tiene un propósito: que la palabra de Dios no sea blasfemada. La actitud y conducta que solicita Pablo para las esposas jóvenes, es una forma de vida que tiene que ver con su forma de ser, de tal manera que al cumplirlas, sin mediar palabras, están predicando con su ejemplo la verdad de Cristo en sus corazones, de está manera aún las mujeres que tenían esposos desobedientes a la palabra de Dios podían ser ganados por la conducta de ellas, como lo describe el Apóstol Pedro (1Pedro 3:1). Una mala conducta puede provocar que el nombre de Dios o la palabra de Dios sea blasfemada, pero una conducta sobria puede hacer que el nombre de Dios sea glorificado.

Dios nos muestra en su palabra su gran misericordia, en que aquellos que blasfeman el nombre de Cristo, pueden encontrar en Él el perdón, como en el caso del Apóstol Pablo, que era un perseguidor de la iglesia, que hacía muchos males en contra del nombre de Jesús de Nazaret, encerrando en cárceles a muchos santos y cuando eran condenados a muerte él daba su consentimiento contra ellos. También los castigaba en todas las sinagogas y trataba hacer que blasfemaran, de tal manera que los perseguía locamente enfurecido, pero en este camino de la blasfemia, se encontró con un ministro del Señor, lleno del Espíritu Santo, fiel, con sabiduría de parte de Dios: Esteban, quien fue llevado ante el concilio porque fue acusado de hablar palabras blasfemas contra Moisés y contra Dios; pero Esteban daba testi-monio de las escrituras desde Abraham

hasta David y Salomón, les dijo a los del concilio que al igual que sus padres que habían matado a los profetas, ellos habían entregado y asesinado a Cristo, el justo; no pudiendo resistir más, lo llevaron fuera de la ciudad y lo apedrearon pero esa muerte fue contemplada por Pablo, muerte que impregnó su corazón, de tal manera que ya convertido Pablo lo llamó: “El testigo Esteban”.

El ver la muerte de un santo que no negó, ni blasfemó en contra de Dios por lo que estaba ocurriendo en su vida, sino que mostró valentía y convicción de un Dios vivo, hizo que Pablo recibiera un testi-monio del amor hacia Dios, testimonio que más adelante dio su fruto cuando Cristo se manifestó a Pablo.

La actitud y conducta de Esteban nos muestra cómo un hombre lleno del Señor puede hacer que el nombre de nuestro Dios sea glorificado. Nosotros como hijos de Dios al mostrar nuestra conducta santa y piadosa podemos acallar las voces de aquellos que blasfeman el nombre de nuestro buen Dios, ya sea porque no lo conocen o porque han recibido malos testimonios de otros creyentes, nosotros podemos impactar sus corazones mostrándoles una conducta totalmente diferente, de tal manera que los haga recapacitar y considerar a Dios en sus vidas.

La Blasfemia de los inconversosAbraham De La Cruz

Citas Bíblicas para estudio

LBLA 2 Pedro 2:1-2LBLA 1 Pedro 4:14TSJ 1 Pedro 4:4TSJ Tito 3:2LBLA 1 Timoteo 6:1LBLA 1 Timoteo 1:20

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17EDICIÓN 103 | OCTUBRE 2018

Debemos recordar que estamos recibiendo instrucción y enseñanza acerca de la forma en la que estamos avanzando hacia nuestro Canaán. El pueblo de Israel llevó al desierto consigo el tabernáculo de Moloc y la estrella del dios Ranfán. Creo que podemos pensar que al hacerlo, tuvo una doble vida. Quiero decir, mientras Dios les instruía en cuanto a la ley, ellos tenían otro dios con otro tabernáculo, con otro lugar de encuentro, otra comunión. Mientras Dios mostraba su gloria, su amor y gran poder, el pueblo tenía la oportunidad de buscar al dios en cuyo vientre se consume la semilla, la simiente. Hay otras actitudes que pueden compararse a lo que hizo Israel en el desierto. Veamos estos versos:

2Pe 2:10-12 LBLA “Especialmente a los que andan tras la carne en sus deseos corrompidos y desprecian la autoridad. Atrevidos y obstinados, no tiemblan cuando blasfeman de las majestades angélicas, (11) cuando los ángeles, que son mayores en fuerza y en potencia, no pronuncian juicio injurioso contra ellos delante del Señor. (12) Pero éstos, como animales irracionales, nacidos como criaturas de instinto para ser capturados y destruidos, blasfemando de lo que ignoran, serán también destruidos con la destrucción de esas criaturas”.

En el verso 10 vemos la palabra blasfemia, la cual en el original griego (G989) es “blasphemos”. La composición de esta palabra denota dos cosas, herir y rumor. Podemos entender entonces que la blasfemia tiene que ver con lo que se dice. Y por supuesto, lo relacionamos con Lucas 6:45 LBLA “El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo que es bueno; y el hombre malo, del mal tesoro saca lo que es malo; porque de la abundancia del corazón habla su boca”. Veamos entonces que sucede en estos versos. Debemos observar dos tipos de énfasis. El primero es acerca de lo ministerial en el que estos versos hacen referencia a falsos profetas y maestros. Naturalmente que hemos de poner atención a esto y de hecho

puede consultar versiones anteriores de esta revista con ese tema. Pero hay un segundo aspecto, y es el comporta-miento de estos hombres, el cual no es exclusivo de estos falsos ministros, sino que puede llegar hasta nosotros, hasta los hombres comunes. ¿Cuáles son sus características? Este es un resumen: Andan conforme a la carne, desprecian la autoridad, son atrevidos y obstinados (les gusta hacer su voluntad, son arrogantes), son irracionales, blasfeman lo que no entienden. Tienen los ojos llenos de adulterio, no dejan de pecar, seducen a otros, se ejercitan en la avaricia.

Rom 8:5 “Porque los que viven conforme a la carne, ponen la mente en las cosas de la carne, pero los que viven conforme al Espíritu, en las cosas del Espíritu”.

Vivir conforme a la carne

Entonces el que vive conforme a la carne abre espacios para la blasfemia. La Biblia dice que la paga del pecado es muerte, esto es un proceso de reducción de la vida hasta que se llega a cero. Vivir conforme a la carne es no dominar al viejo hombre, es seguir las bajas pasiones. Conste que por bajas pasiones no solo se entienden temas sexuales sino también de egoísmo, deseo de poder y destrucción de otros. David es un ejemplo de cómo se desarro-llan estas cosas, pero tome en cuenta que no estamos diciendo que David fue blasfemo, porque recuerde su gran virtud, arrepentirse con todo su corazón.

Despreciar la autoridad

Menospreciar o retar a la autoridad finalmente llevarán a una blasfemia según este contexto. Creo que a nadie le gustaría que le incluyan bajo estos términos, pero veamos que dice la Biblia. ¿Cuántos de los que retaron a la autoridad en la Biblia tuvieron un buen final? Es fácil, ninguno. Un buen ejemplo de lo que pasa al despreciar la autoridad está en Absalón, hijo de David.

Atrevidos y obstinados

Le mencionaba que esto significa que les gusta hacer su voluntad y que son arrogantes. Pues estos comportamientos claramente se oponen a la humildad y a

hacer la voluntad del Señor.

Son irracionales

Es decir, no obedecen razón. Recuerde el ejemplo de Nabal en 1 Samuel 25.1-10 para obtener el contexto.

Blasfeman de lo que no entienden

Esta parte es interesante. ¿Como puede alguien hablar de lo que no entiende? La verdad, ocurre muy seguido. Lo peor es que no es solo hablar, en el contexto de los versos de 2 Pedro 2, entendemos que hay una oposición a las cosas de Dios. Pero note, hay un tema de conoci-miento y por eso es importante que con diligencia obtengamos el conocimiento que viene de la Palabra de Dios. No sea que, en nuestra ignorancia, hablemos de lo que no entendemos.

Tienen los ojos llenos de adulterio

Finalmente, hay en sus ojos contami-nación sexual. No sé si usted se había dado cuenta que este pecado lo expone a la blasfemia. Eso es una razón más para guardar nuestra mente y corazón. El pecado de orden sexual no se queda solamente en la carne, afecta el alma y el espíritu de las personas.

Todas estas características y tal vez otras más, se combinan para hacer que el hombre cometa blasfemia. Recuerde, el proceso del pecado estorba nuestra comunión con Dios y si se le permite continuar, afecta nuestra actividad sacer-dotal, y por tanto afecta nuestra casa.

Raymundo Rodríguez

Citas Bíblicas para estudio

Proverbios 21.24Marcos 7.14-23Judas 1. 8-102 Tesalonicenses 2.31 Timoteo 6.4

La Blasfemia y la carne

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18 EDICIÓN 103 | OCTUBRE 2018

Apo 2:9 “Yo conozco tu tribulación y tu pobreza (pero tú eres rico), y la blasfemia de los que se dicen ser judíos y no lo son, sino que son sinagoga de Satanás”.

En este versículo la palabra blasfemia se traduce del griego como VILIPENDIO (específicamente contra Dios); vilipendio según diccionario de la RAE significa: desprecio, falta de estima, denigración de alguien o algo; también el diccionario Vine explica que es hablar maldición, maledicencia (como en Marcos 7:22 se dice que es una de las cosas malas que salen del corazón del hombre). Diccionario Swanson dice que es un vituperio: censura o desaprobación que una persona hace con mucha dureza contra algo o alguien. Estos datos le resultarán útiles para darle luz a este breve estudio donde queremos exponer cuál era la blasfemia de los que se decían judíos y no lo eran y cómo llegan al punto de ser miembros activos de la sinagoga de Satanás.

Empecemos diciendo que Apocalípsis 2.9 se refiere a las cosas o eventos que sucederán en el final de los tiempos permitiendo que tomemos nota en nuestra vida para lograr alcanzar, como creyentes una vida eterna junto con Cristo en su reino.

Empecemos por lo más importante y afirmemos rotundamente que JESUS ES DIOS. Hoy en día vivimos en una sociedad que niega con sus actos, enseñanzas y leyes, el lugar de Dios en la vida de sus miembros. No quieren reconocer que Jesús es Dios, que se hizo hombre a sí mismo, es decir, tomó la forma de los hombres naciendo de vientre de mujer, nació, creció, predicó las buenas nuevas de salvación, murió en la cruz humillado como el peor de los delincuentes, fue sepultado, bajó al infierno y resucitó; estuvo entre sus discípulos por 40 días enseñándoles acerca del reino de los cielos y luego subió a ocupar su trono, enviando a su Espíritu Santo para enseñarnos la verdad de todas las cosas; vendrá en lo secreto a llevarse con Él a

su novia, la iglesia, en lo que conocemos como el rapto y de nuevo volverá en su segunda venida para juzgar a las naciones, las cuales intentarán pelear contra Él pero no lo vencerán.

Sinagoga de satanás se le llama la congregación de la gente que quieren confundir a los creyentes exigiéndoles comportamientos, formas de vestir, rituales y confesión de cosas que no están en el corazón de Dios; es un movimiento de menosprecio por las cosas santas, tratando de denigrar con burla y falsos argumentos las verdades de Dios trastocando la Biblia con pensa-mientos de hombre; Los judíos observan la ley o Torá al pie de la letra hasta el día de hoy con vehemencia y celo pero en muchos casos se ha dejado al Dios que inspiró esa ley a través de Moisés; para ese tiempo Dios consideró necesario poner leyes y estatutos para ordenar a su pueblo y que alcanzaran así conquistar Canaán y distinguirse de los extranjeros o paganos como la nación que Dios había escogido para bendecir. Pero ese mismo Dios consideró venir Él mismo en forma de hombre a darle de nuevo vida a esa ley que se volvió obsoleta para el tiempo que venía: el tiempo de la Gracia. Juan 3:16 dice que “de tal manera amó Dios al mundo que envió a su Hijo unigénito para que todo aquel que en Él crea no se pierda más tenga vida eterna”.

Esto no era solo para los judíos, era para todo el mundo; entonces negar a Jesús como el Hijo de Dios y Dios mismo es desaprobar con dureza el plan de Dios para salvar a los hombres. Los fariseos del tiempo de Jesús le acusaron de falso maestro, de hereje y blasfemo porque dijo que Él era el Hijo de Dios, lo rechazaron a Él y a sus enseñanzas, no se dieron la oportunidad de avanzar en la evolución del amor de Dios hacia la humanidad, siendo ellos cabeza del movimiento. Manipulados por las tinieblas oscure-cieron el conocimiento de la gente y se quedaron estancados en la ley; por eso Dios decidió darnos la oportunidad a los gentiles o paganos de conocerle, y tuvo éxito enviando a los apóstoles del cordero a enseñar y bautizar a los

nuevos creyentes. Ciertamente hubieron problemas entre ellos porque estaban pasando la estafeta de la ley a lo que el apóstol Pablo le llama: La gracia. En este cambio los judíos querían sostener que la salvación era todavía por las obras de la ley y pretendían hacer que los gentiles también se rigieran a la ley de Moisés. El verdadero judío no es el que defiende la ley hasta la muerte (Rom 2:28), cuidé-monos de dejar que aquellos que se dicen ser judíos y no lo son tratando de imponer su blasfemia nos hagan tropezar en el conocimiento de Cristo.

No renunciaremos al amor de Dios expresado en su Hijo Jesucristo; sería una blasfemia contra Dios negarle y pretender que con circuncidarnos en lo literal, los hombres, agradamos a Dios; o negar que el Espíritu Santo también es Dios y es quien nos enseñará desde dentro de nosotros mismos la verdad; o renunciar a la bendición de contar con los 5 minis-terios, apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros para la edificación de los santos para la obra del ministerio; o qué diremos de la comunión y juicio personal en la preciosa Santa Cena; no negaremos que Dios ama al dador alegre; le enseñaremos a las mujeres creyentes que es una bendición que se cubran con un velo sus cabezas, como una señal para las potestades y sujeción; no dejaremos que la iglesia del Señor apostate negando tan grande y valioso sacrificio de Jesús para salvación y perdón de los pecados.f

La Blasfemia de los judaizantesRafael Molina

Citas Bíblicas para estudio

Mateo 16:6 Guardar de la levadura de los fariseos.Lucas 12:8 Confesar a Jesús ante los hombres.Filipenses 2:1-11 Misterio de Dios haciéndose hombre.Mateo 12:32 blasfemia contra el Espíritu Santo.

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