editorial s · en las mujeres, por el contrario, lo usual son las constantes miradas tímidas...

20
E DITORIAL S Supongo que escribir una revista puede implicar diversos propósitos; que van desde los más selectos y aburridos (léase académicos), tales como compartir una sesuda investigación con una comunidad de ilustrados; pasando por los obligatorios, ligados a comunicar e informar algo concerniente a cualquier tema; hasta los más superficiales y tristemente más populares, que no implican otra cosa que distraer y entretener. Nuestra joven revista, que aun busca su identidad, se compone de una serie de piezas que no requieren mayor elucidación. La mayoría de los artículos versan sobre el predecible tema que por excelencia debe interesar a cualquier adolescente y probablemente a cualquier individuo a quien la postmodernidad no haya convertido en un completo cínico: el amor, al respecto del cual se acude a criterios antropológicos, psicológicos e incluso estratégicos. Otro tema que aparece de manera recurrente es el comportamiento adolescente circunscrito a la necesidad de experimentar con o sin ayuda de la pirotecnia asociada a la música, la tecnología o el consumo de sustancias (fase estética diría Kierkegaard). Se exploran también las complicaciones de la vida universitaria, apelando de manera un poco dramática al estrés del salón o al desahogo del pasillo. Intercalados con éstos artículos, se encuentran un par de textos algo más “científicos”, elaborados por docente; cuya tortuosa lectura no niego, pero me abstengo de recomendar. Todos los títulos transitan de manera general sobre lo que implica ser un adolescente, de modo particular sobre lo qué es ser un adolescente que estudia en la PUCESA y de forma específica sobre cómo se viven esas experiencias cuando estudias Psicología. Probablemente compartir esa cosmovisión de manera sencilla e incluso coloquial con otros universitarios, sea el modesto fin del primer número de ésta revista. Marlon Mayorga

Upload: trinhliem

Post on 21-Sep-2018

213 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

EDITORIAL

SSupongo que escribir una revista puede implicar diversos propósitos; que van desde los más selectos y aburridos (léase académicos), tales como compartir una sesuda investigación con una comunidad de ilustrados; pasando por los obligatorios, ligados a comunicar e informar algo concerniente a cualquier tema; hasta los más superficiales y tristemente más populares, que no implican otra cosa que distraer y entretener.

Nuestra joven revista, que aun busca su identidad, se compone de una serie de piezas que no requieren mayor elucidación. La mayoría de los artículos versan sobre el predecible tema que por excelencia debe interesar a cualquier adolescente y probablemente a cualquier individuo a quien la postmodernidad no haya convertido en un completo cínico: el amor, al respecto del cual se acude a criterios antropológicos, psicológicos e incluso estratégicos. Otro tema que aparece de manera recurrente es el comportamiento adolescente circunscrito a la necesidad de experimentar con o sin ayuda de la pirotecnia asociada a la música, la tecnología o el consumo de sustancias (fase estética diría Kierkegaard). Se exploran también las complicaciones de la vida universitaria, apelando de manera un poco dramática al estrés del salón o al desahogo del pasillo. Intercalados con éstos artículos, se encuentran un par de textos algo más “científicos”, elaborados por docente; cuya tortuosa lectura no niego, pero me abstengo de recomendar.

Todos los títulos transitan de manera general sobre lo que implica ser un adolescente, de modo particular sobre lo qué es ser un adolescente que estudia en la PUCESA y de forma específica sobre cómo se viven esas experiencias cuando estudias Psicología. Probablemente compartir esa cosmovisión de manera sencilla e incluso coloquial con otros universitarios, sea el modesto fin del primer número de ésta revista.

Marlon Mayorga

4

DDe seguro alguna vez has salido de tu aula con el simple deseo de despejar tu mente de tanta materia recibida, del estrés de una prueba o simplemente porque no te gusta estar encerrado. De hecho, supongo que lo haces muy a menudo. En fin, cuando sales de tu aula, ¿en qué se centra tu atención? Puede ser en el hecho de que el baño esté cerrado por limpieza, en las personas sentadas en las sillas del pasillo estudiando a último momento o tal vez en el típico atrasado a tu curso, esperando a que se termine la hora para poder entrar.

Hay muchas situaciones interesantes, pero una que llama mucho la atención es el desfile de modas de todos los días, en el que todas las chicas de la Escuela hacen de modelos, y los pasillos se convierten en su pasarela: tacos, aretes, blusas, vestidos, jeans, pulseras, bufandas y demás, todos de variados y llamativos colores, tamaños y costos. De esta manera roban las miradas de todos los dedicados estudiantes, quienes inocentemente se ven obligados a desviar su atención hacia las angelicales, sexys y hermosas futuras psicólogas.

Según Desmond Morris, zoólogo y etólogo inglés, ésta es la primera etapa de cortejo en los seres humanos, a la cual denomina “mirada al cuerpo”. En ella, la persona de sexo opuesto trata de verse bien frente a las potenciales parejas. Hace todo lo posible para que le miren, tratando de sobresalir de los demás para ser tomado en cuenta. Hombres y mujeres establecen su territorio, ya sea el grupo de amigos que se reúnen fuera de su aula junto a la puerta, el grupo de amigas que se juntan en las sillas de los pasillos, las chicas tímidas que solo se asoman por la puerta o los que salen a socializar en el pasillo con todo el mundo. Cada quien define su territorio y es donde empiezan los juegos de cortejo, los cuales son pequeños movimientos que a primera vista parecen normales pero, si nos fijamos un poco, pueden comunicar mucho de una persona.

En los hombres, lo más común es pararse derechos, inflar el pecho y ampliar los hombros, tratando de indicar fuerza y seguridad en sí mismos. En las mujeres, por el contrario, lo usual son las constantes miradas tímidas seguidas de risitas coquetas y un caminar con un atractivo movimiento de caderas. Todos estos gestos, tanto de hombres como de mujeres, envían un solo mensaje: “¡Aquí estoy, mírame!”. La segunda fase, según Morris, es la de “mirada a los ojos”, en donde dos parejas intercambian miradas entre sí. Y, debido a que la mirada es algo que no se puede ignorar, la persona observada puede responder de dos maneras: sonreír positivamente e iniciar una conversación o ignorarlo y pasarlo por alto. Pero, si la persona responde positivamente, empieza la siguiente fase de cortejo: hablar.

Hablar es una fase un tanto riesgosa debido a que en ella intervienen al menos dos factores: lo que se dice y cómo se dice (lenguaje digital y analógico, diría Watzlawick). Esta fase generalmente inicia con algo que Morris denomina “platica preparatoria”, que consiste en pequeñas frases poco comunes, un tanto interesantes, y con las que se puede armar temas de conversación. A medida que avanza la confianza, los participantes pueden llegar a temas más íntimos y personales. Sin embargo, hay que entender que en esta etapa la persona trata de promocionar y vender su inteligencia, su encanto y su atractivo, intentando controlar el tono de voz y tratando de sonar seguros de sí mismos, todo en función de cautivar a la otra persona.

En el ámbito psicológico, las etapas de cortejo se dan debido a la constante búsqueda del ser humano de alguien del sexo opuesto con quien compartir experiencias, tanto vivenciales como amorosas. Por todo esto podemos concluir con la frase de Ginsberg: “El amor es el deseo irresistible de sentirse irresistiblemente deseado”.

ISMAEL ALBÁN

“El amor es el deseo irresistible de sentirse irresistiblemente deseado”.

Louis Ginsberg

5

Tfascinación frente a lo extraño y diferente, debido a que la persona interesante y atrayente se torna difícil de sobrellevar, en parejas comunes esta etapa es decisiva para continuar la relación, puesto que se analiza los pros y los contras del otro y se evalúa las diferencias. En parejas poco comunes, este proceso es mucho más significativo y complejo, ya que las diferencias y consiguientes necesidades de acoplamiento se ven maximizadas.

La tensión producida en estas relaciones provoca que las diferencias antes vistas como “lindas” o “románticas” se conviertan en cargas insoportables, que no calzan en el estilo de vida del otro y desgastan la relación, llevándola al borde del fracaso y a un paso del adiós. Sin embargo, esto no es una regla general debido a que existen parejas que, a pesar de esta tensión y dificultad de adaptación, deciden afrontar la crisis y crecer a partir de ella. Es decir, de las mismas diferencias logran encontrar un punto intermedio, desarrollar semejanzas y hacer que su relación funcione.

Tips

Si te sientes atraído por alguien muy diferente a ti, conoce más sobre él antes de arriesgarte a una relación. Así podrás evitar muchas desilusiones y más bien conservar a un amigo en el proceso normal de una relación, el mismo que implica: acercarse, conocerse, aceptarse y amarse.

Sin embargo, si te ganaron las ganas de estar con él y la relación ya está en camino, podrías poner en marcha alguno de los siguientes tips:

• Se deben desarrollar intereses mutuos. Recordemos que “interés” significa “lo que está entre”, lo que nos une; es decir, hacer cosas que a la otra persona le gusten, y así conocerse más.

• Si sus intereses no son de tu agrado ni los tuyas del agrado de tu pareja, prueba hacer algo nuevo que ninguno de los dos haya intentado antes. Con cada prueba pueden encontrar algo que les guste a ambos y mantener su individualidad.

• Si a veces no soportas sus diferencias, puedes recurrir a un recurso propuesto por Watzlawick, ligado a la naturaleza analógica de la comunicación. Él sugiere valorar la intención del otro y validar sus razones. Dicho de otro modo, si te lleva al cine (lo cual odias), valora su intención de compartir su tiempo contigo y valida su gusto por dicha actividad.

No intentes cambiar a tu pareja, pues eso haría que sus diferencias se ahonden más. Por el contrario, intenten caminar juntos. Es posible que aprendan a apreciar el punto de vista del otro y que, además, tu forma de ver el mundo se amplíe, lo que es otra forma de ser más inteligente.

PAMELA ARÉVALO & DIANA BARRIONUEVO

CÓMO SEGUIR LA ATRACCIÓN POR LOSOPUESTOS Y NO MORIR EN EL INTENTO

Todos amamos la relación de pareja de Marge y Homero; del burro de Shrek con su dragona; de Walle y Eva; de la Dama y el Vagabundo o del típico motociclista rockero con la niña fresa de la escuela. Nos parecen interesantes, fascinantes, posibles, a pesar de todo. Muchas veces incluso deseamos tener un romance como el de ellos. Pero pocas nos preguntamos cómo es que personajes tan diferentes y disparejos pueden tener un romance tan lindo, o será simplemente porque los cuentos de hadas y la televisión nunca nos mostraron su convivencia. Qué sucede cuando los créditos terminan, cuando Marge pide una boleta de amparo por la violencia de su esposo alcohólico, cuando la dragona rostiza al burro en medio de un pleito, cuando Walle sufre una precoz pérdida de aceite en la primera noche, cuando la familia de la Dama no acepta al Vagabundo…

La atracción por los opuestos surge de la ilusión de complementariedad. Es decir, así como los polos positivos atraen a los negativos y viceversa, las personas se sienten estimuladas por la novedad de lo diferente, por el reto de superar lo imposible, por la oportunidad de explorar nuevos escenarios o, como diría Wilde, por “ver el otro lado del jardín”. El sociólogo Robert Winch (2012) señala que las necesidades de una persona extrovertida y dominante complementan de una forma natural a las de una persona tímida y sumisa; el afán de orden del obsesivo se ve relajado por la locuacidad de la histriónica; la necesidad del masoquista encuentra respuesta en la demanda del sádico. Por lo que una persona no tendría empacho en decir: “Mi novio y yo somos perfectos, el uno para el otro. Yo soy acuario, una persona decidida, y él es libra, alguien que no puede tomar decisiones; pero siempre está encantado de hacer lo que yo he decidido”.

TensiónHay que entender que, por principio de oposición, las diferencias generan dificultades de adaptación. En este tipo de parejas, no muy comunes, evidentemente se genera cierto grado de tensión. Después de que pasa la primera etapa de

6

SSi diriges tu atención hacia el bolsillo, notarás que ahí está tu quinto, sexto o séptimo celular. Seguramente, también acabas de notar que cambias de celular más a menudo, quizá cada seis meses. ¿Esto es una necesidad funcional? Mejor dicho, ¿por qué necesitamos cambiar de celular tanto? Existen estudios científicos sobre el porqué de esto. La respuesta es sorprendente y más compleja de lo que imaginamos.

Como sabemos, la raza humana, por naturaleza, se ve obligada a cubrir necesidades nunca satisfechas. Esto, que originalmente tiene que ver con elementos básicos para nuestra supervivencia, después se traslada a las cosas y al consumismo. Es así que esta cualidad o defecto hace que cada vez queramos y produzcamos más.

Costo de los celulares que poseen los estudiantes

Número de celulares que han tenido los estudiantes

Como se aprecia, la mayoría de los estudiantes tiene celulares que bordean los 300 dólares. Más del 30% son dueños de celulares que cuestan entre 500 y 1200 dólares. El número de estudiantes que tienen celulares con un valor inferior a 100 dólares casi no existe.

Pese a no tener más de 20 años, en promedio, los estudiantes entrevistados han cambiado sus celulares 8 veces; lo que representa un cambio cada 6 meses.

En el caso de las necesidades, éstas usualmente surgen por la carencia de algo que, en la mayoría de los casos, no tiene que ver con lo esencial. En sus estudios, Abraham Maslow, el psicólogo norteamericano, establece la jerarquización de las necesidades del hombre y lo hace acomodándolas en una pirámide. Él afirma que si una persona no puede satisfacer primero sus necesidades más básicas, nunca podrá satisfacer necesidades sociales más complejas. Es notable, sin embargo, que muchas veces ocurre lo contrario: Las personas se avocan primero a satisfacer necesidades que no lo son; por ejemplo, a tener un celular de último modelo porque seguramente piensan que eso les hará más interesantes ante los demás, pues, en la sociedad en que vivimos se valora lo que uno tiene, no lo que uno es.

Así, un estudio realizado al interior de la Escuela de Psicología, entre enero y mayo de 2013, revela hasta qué punto el celular es fundamental en la vida de los jóvenes. Por ejemplo, el 70% de los encuestados dice tener celulares que sobrepasan los 700 dólares. Las marcas varían entre BlackBerry, IPhone y Samsung, entre otros. El resto de los encuestados dice tener celulares que no bordean los 500 dólares. Asimismo, muchos estudiantes indican sentir un gran “afecto” por su celular, porque lo ven como parte de sus vidas y no pueden vivir sin él. Para ellos el celular es un ser animado que les ayuda a no sentirse solos y a elevar su autoestima. Sin embargo, una minoría aún usa el celular como teléfono, para hacer llamadas y recibir o enviar mensajes. Estos datos se los puede ver en los gráficos, a continuación.

ANTHONY BARAHONA, KEVIN PORRAS & ANDRÉS SÁNCHEZ

CUANDO LAREPRESENTATIVIDAD SOCIAL VIENE CON WHATSAPP

 

0  

5  

10  

15  

Estudiantes  

 

0  5  

10  15  20  

4  celulares  

5  celulares  

6  celulares  

7  celulares  

8  celulares  

9  celulares  

10  celulares  

12  celulares  

Estudiantes  

7

TTerminas una relación larga y lo que primero que haces es tomar tu reproductor de música y poner una de esas canciones deprimentes o, como se dice vulgarmente, “canciones corta-venas” y, en la soledad de tu habitación, empiezas a pensar en que estás solo, en que nadie te quiere, en que quieres comer gusanos. O, al revés, cuando vas a un concierto, aunque al principio vayas a la fuerza, poco a poco empiezas a sentirte eufórico y te pones a saltar y a bailar por todo lado. Pero, ¿qué fue primero, el huevo o la gallina, la música o el estado de ánimo?

Aunque lo usual es pensar que el estado de ánimo es primero, William James (1910), padre del funcionalismo, en su teoría señala que un acto, incluso uno impuesto, puede crear una emoción acorde al mismo. Él manifiesta que, como respuesta a las experiencias y a los estímulos ambientales, el sistema nervioso autónomo crea reacciones fisiológicas, a partir de las cuales se crean las emociones. Por consiguiente, cualquier tipo de música puede generar, por sí mismo, emociones consecuentes.

O, tal vez la percepción usual es la correcta. El estado de ánimo te lleva a buscar estímulos que lo refuercen. Es decir, cuando te sientes feliz, inconscientemente buscas música que te ponga aún más feliz; o, cuando estás enojado, buscas ritmos y letras más destructivas que te ayuden a expresar toda la bronca que tienes dentro, a tal punto que muchas veces la música expresa tus sentimientos de mejor manera que ti mismo.

Para continuar contestado la pregunta que inicialmente se planteó, acudí al “Juan Soto”, un amigo conocido. Él me dijo que al momento de crear sus canciones dark, se encontraba en estados emocionales depresivos o de ira. De la misma manera, mantuve una conversación muy amena con un artista de hip hop llamado “Joker 13”. Al hablar de sus canciones, dijo lo siguiente: “Dejo que fluyan solas y no depende de mí, sino de la inspiración que tenga en ese momento”. Adicionalmente, le entrevisté a un miembro del club de música. En su caso, él señaló que la música no depende de sus estados de ánimo, sino de la necesidad de crear y tocar canciones que influyan sobre las personas para hacerlas reflexionar, principalmente en espacios religiosos. Para él, la música es la que puede llegar al alma y generar estados emocionales de manera, por así decirlo, “artificial”.

Vemos, entonces, que las dos posibilidades, música que genera emociones o emociones que busquen música que las refuercen, son reales. Por ello me atrevo a recomendarte que si estás “depre”, no busques estímulos que te depriman aún más. Al contrario, utiliza el principio de James, actividades agradables que te pueden ayudar a sobrellevar el día. En cambio, si éstas feliz, pues a celebrarlo, musicalmente, claro está.

SANTIAGO BARRENO

A LA MÚSICA POR LA EMOCIÓNO A LA EMOCIÓN POR LA MÚSICA

8

LLa formación académica de los estudiantes es de sacrificio y entrega constante, ya que se trata de la posibilidad de alcanzar un sueño largamente deseado, un proceso lleno de dedicación y pasión. Así que estudias, te desvelas, pasas malas noches, te sacas el aire, todo con el fin de llegar a ser, como decía papá, “alguien en la vida”. Pero, cuando el proceso termina, ¿en qué trabajas? He aquí las referencias de algunos de los estudiantes que ya se graduaron de nuestra joven Escuela.

Alex Urquizo

Antes de graduarse, Alex ocupó el cargo de psicólogo en un colegio de Riobamba. Sin embargo, en agosto de 2012 empezó a trabajar como psicólogo clínico en la Dirección de Recursos Humanos y Cultos del Ministerio de Justicia, en Quito. Realizó su trabajo con un equipo multidisciplinario, incluyendo psicólogos, abogados y trabajadores sociales. Una de sus tareas es planificar talleres ligados a la logística y sensibilización sobre derechos humanos y equidad de género, dirigidos a servidores públicos.

Alex nos cuenta que “trabajar con abogados ha sido un mundo nuevo, en el que he tenido que permanecer abierto a nuevas ideas”. Dice que, por ejemplo, los abogados poseen una formación rectilínea, y piensa que, gracias a sus aportes, ha conocido y creado la diversidad. Por eso indica que disfruta aprender de Derecho, leyes, legislación, tratados y políticas nacionales e internacionales.

Álvaro Lima

Álvaro es un psicólogo organizacional que se graduó en diciembre de 2012. Actualmente trabaja en el SRI, lugar en el que realizó sus prácticas preprofesionales. Su trabajo implica atención e interacción con los contribuyentes, esto es, debe comunicarse y relacionarse eficazmente.

Dice que al ser un profesional joven, muchas de las veces lo tratan precisamente como a alguien que aún no tiene experiencia. “Siento que me sobreprotegen y eso no permite que me desarrolle profesionalmente”, dice. Pero, también señala que si, con tus conocimientos y destrezas, demuestras que eres todo un profesional, de a poco te dejarán crecer en tu labor. Por tanto, resulta evidente que mientras mejor formados estemos, mayor espacio obtendremos en nuestro futuro trabajo.

Lorena Hurtado

Lorena se graduó en 2012. Es docente de nuestra Escuela aunque mantiene su consulta privada. Hay que recalcar que fue la mejor egresada de su promoción. Ella ha estudiado mucho. Posee un título previo en Psicología Industrial y, desde su experiencia, cree que es más duro estudiar que trabajar, debido a que, como estudiante, debes acoplarte a normas, horarios, tareas… No así en el trabajo, donde puedes ir a tu ritmo cuando el trabajo es de libre ejercicio. Cuando trabajas para alguien, esa situación cambia.

Lorena disfruta mucho de su consulta aunque en ocasiones hay elementos inesperados, dice. Nos cuenta que en una consulta atendió a una paciente que entre llantos se quejaba de una vecina malvada. Sin embargo, al salir de la sesión le esperaba justamente la “malvada” para una cita. Como es lógico, la primera nunca más regresó. “El ambiente psicológico está contaminado”, dice.

JUAN CARLOS CARRERA

¿Y EN QUÉ VAS A TRABAJAR MAÑANA?

9

Verónica Molina

Verónica se graduó en marzo de 2012. Desde entonces trabaja como docente de la UTA, psicóloga de la UNIANDES y perito judicial. Así, en la UTA ella está dedicada a realizarse como docente. En la UNIANDES, en cambio, ella es la que resuelve situaciones de crisis aunque también desarrolla procesos psicoterapéuticos con los estudiantes becados, las familias y la sociedad. Y, en lo relacionado a la judicatura, Verónica realiza evaluaciones multidisciplinarias.

¡Nada mal para un año de trabajo!

Vinicio Ramírez

Vinicio se graduó en octubre de 2012. Fue psicólogo de la Clínica Guadalupana y actualmente trabaja en el Ministerio de Relaciones Laborales, como psicólogo encargado del Servicio Civil Ciudadano de la Región de Chimborazo y Cotopaxi. Su trabajo se centra en psicoeducación, asesoramiento, procesos de evaluación y terapia individual y grupal.

Vinicio señala que, desde su experiencia, el estudio y el trabajo son espacios que exigen mucha dedicación y una serie de sacrificios personales porque, según él, existen una serie de responsabilidades ineludibles, a las que el estudiante o el profesional debe responder con eficacia y eficiencia.

Diana Garcés

Se graduó en mayo de 2012 y se desempeña como docente en nuestra Universidad. Fue la segunda mejor egresada de su promoción, por apenas una décima. Adicionalmente, Diana es psicóloga clínica en una guardería de la localidad.

El trabajo ha cambado su forma de ver el mundo. Antes, mientras estaba en el colegio, veía a los profesores como figuras lejanas. Sin embargo, dice que en la universidad sintió que el vínculo entre profesor y estudiante se fortaleció. (Así es nuestra Escuela). Muchas veces ese factor le motivaba a seguir adelante en su carrera. Por eso siente que el contacto entre las personas es sumamente importante.

“Me siento orgullosa y feliz de haber conocido a mis profesores y de que ellos hayan depositado su confianza en mí. A esto no puedo darle nombre”, dice.

Edwin Mosquera

Edwin se graduó en Psicología Clínica en junio de 2012 aunque también lo hizo en Derecho. Es lo que podríamos llamar un “psicoabogado”. Actualmente es el intendente de policía de Pastaza.

Sus dos intereses crecieron juntos. Edwin realizó su tesis de psicología sobre un caso de psicopatía. Antes de graduarse fue asesor jurídico y profesor de la Ley de Tránsito en las escuelas de conducción. Actualmente trabaja de lunes a viernes, y cada 15 días realiza operativos de control, participa en audiencias extrajudiciales, es juez de paz (lo que significa que puede sancionar a personas que han cometido contravenciones) y, por supuesto, utiliza herramientas psicológicas en todos sus labores.

“Pasar en criminalística y observar las necropsias de víctimas de violaciones o mutilaciones hicieron que mi formación forense sea mayor”, dice.

María Augusta Cueva

María Augusta se graduó en octubre de 2012. Sin embargo, antes de hacerlo trabajó en la Fundación Cuesta Holguín en un proyecto de inserción laboral de personas con capacidades especiales. A ellas les brindó seguimiento y asesoramiento. También colaboró en áreas de psicoeducación en el colegio Luis A. Martínez.

María Augusta es un caso un poco distinto a los anteriores porque ella aún no ha renunciado a la necesidad de seguir estudiando y aprendiendo. Pues, actualmente está por iniciar una maestría en Psicoanálisis en la Universidad Católica de Guayaquil.

Conclusión

Como vemos, los sueños se van consolidando poco a poco y de manera siempre creciente. Hay dos casos que debemos resaltar, son los de Diana Garcés y Lorena Hurtado, que llegaron a ser docentes de nuestra Escuela. Entonces, ¿por qué no apuntar a la luna como todos los entrevistados lo han hecho?

10

AAunque la vida universitaria implica largas horas de trabajo, consultas en la biblioteca y muchas tareas, también tiene que ver con desarrollar habilidades sociales porque se reconoce la importancia de conocer a otras personas y otros estilos de vida. En este sentido, los clubs, los eventos especiales y las exposiciones, entre otros, cumplen un papel necesario. Y, a pesar que unos espacios son más constructivos que otros, hay que reconocer que una de las formas de socialización más frecuentes para los jóvenes es el alcohol.

El consumo, que al principio es experimental (solo esta vez), poco a poco se vuelve ocasional (cuando alguien invita). Luego pasa a ser frecuente (ingerir licor religiosamente cada jueves) y, casi sin darnos cuenta, termina siendo excesivo (“abuso”, dicen los expertos). Ésta modalidad de consumo es la que da lugar al incumplimiento de obligaciones: no presentas los trabajos y descuidas los exámenes; incluso corres el riesgo de

Pregunta 3

¿Con qué frecuencia tomas 6 o más copas en una reunión?

Pregunta 4

¿En el último año, con qué frecuencia estuviste en situaciones en las que no pudiste parar de beber?

Pregunta 5

¿En el último año, con qué frecuencia no has podido realizar lo que se esperaba de ti por beber?

Pregunta 6

¿En el último año, con qué frecuencia necesitaste una primera copa por la mañana para ponerte en marcha después de una ocasión de intensa bebida?

ser suspendido de la institución y hasta te puedes ver inmerso en actividades vergonzosas o riesgosas, tales como aquella serenata desafinada frente a la casa de tu exnovia o aquel automóvil incrustado a un árbol en alguna calle desconocida.

A continuación se muestran los resultados de un test realizado a estudiantes de los primeros años de nuestra Universidad, entre enero y mayo de 2013. Como se puede observar, los resultados de las últimas preguntas son dignos de mayor análisis.

Test de Alcoholismo

Pregunta 1

¿Con qué frecuencia tomas bebidas que contienen alcohol?

Pregunta 2

¿Cuántas copas que contienen alcohol tomas en una típica reunión social?

DAYANARA CHÁVEZ & GRACE GAVILÁNEZ

ALCOHOLCON, CÓMO Y SIN PORQUÉ

11

S

Pregunta 7

¿En el último año, con qué frecuencia tuviste sentimientos de culpao experimentaste remordimientos después de beber?

Pregunta 8

¿En el último año, con qué frecuencia no pudiste recordar lo que sucedió la noche anteriordebido a que habías estado bebiendo?

Pregunta 9

¿Has resultado lesionado (u otra persona ha resultado lesionada) como resultado de tu forma de beber?

Pregunta 10

¿Tienes un pariente, amigo o profesional de la salud que se haya preocupado por tu consumo de alcohol o te haya sugerido interrumpir la bebida?

ConclusiónComo se puede observar, el consumo de los estudiantes de primer año hace tiempo que dejo de ser experimental. En realidad, como lo demuestra la encuesta, se convirtió en ocasional y, en algunos casos, hasta frecuente. Dado que el siguiente nivel es el abuso de alcohol, solo podemos esperar que el ciclo disminuya y no aumente.

¿Sabías que en la Escuela hay un enorme número de personas que vienen a estudiar desde otras ciudades? En el primer semestre, la cifra bordea el 70%. Son estudiantes que provienen de ciudades tan distintas como: La Maná, Lago Agrio, Latacunga, Pujilí, Puyo, Riobamba, Salcedo, Sucúa, Tena; y la lista es larga.

Sin embargo, su dificultad no reside en elegir una carrera, pues todos queremos llegar a trascender, sea en lo que sea. Lo difícil es tener el valor para trasladarse a lugares desconocidos y dejar atrás todo, la familia, los amigos, el novio, la novia, la ciudad… Es más, si se toma en cuenta el esfuerzo que hay que hacer para adaptarse a otro estilo de vida, lleno de cambios, las potenciales crisis personales no se dejan esperar. El problema es que el ambiente cambia más rápido que las posibilidades de adaptación de cada estudiante. Es decir, ahora él debe, desde su nueva libertad, ser administrador de su tiempo, su dedicación, su dinero, su recreación e inclusive de las personas a las que les permite acercarse a su vida.

Para hablar desde la perspectiva de los actores, una compañera de primer semestre comentó que, tras dejarlo todo, al principio no logró acoplarse al nuevo ambiente. Dijo que le costó hacer amigos y ser independiente. Pero, señaló que inicialmente resistió, para no defraudar a sus padres. Y añadió que poco a poco ha desarrollado objetivos propios: terminar su carrera y poder servir a la sociedad. Por su parte, otra compañera señaló que trasladarse a Ambato ha sido una experiencia triste, pero a la vez emocionante porque encontró nuevos amigos (novios potenciales, algunos de ellos) y no tendrá que estar vigilada por su padres todo el tiempo. Finalmente, otro compañero nos dijo que al inicio fue un poco difícil hacer amigos y acoplarse a nuevas costumbres, pero que, una vez que hizo amigos, ha sido “chévere” estar en esta ciudad. Eso sí, todos señalan que lo más importante es tener en cuenta los estudios para poder ser alguien en la vida.

Así, a través de entrevistas no estructuradas, descubrimos que 3 de cada 5 estudiantes “emigrantes” dicen sentirse muy tristes, por estar lejos de sus familias y amigos, lo que les produce deseos permanentes de volver a sus casas. Muchos dicen que lo único que les mantiene aquí es la necesidad de alcanzar su meta profesional. Por lo que, como hemos podido constatar, venir de otras provincias tiene un valor agregado.

SOFÍA CHILUISA & ANAHÍ FRUTOS

EL VALOR AGREGADODE SER “ESTUDIANTE DE FUERA”

12

QLa Belleza de la Fea, ¿La Bonita la Desea?

Querer muchas cosas, ésta parece ser una aspiración que muchas personas comparten. Sin embargo, cuando nos detenemos a reflexionar sobre el tema, nos damos cuenta que lo que más deseamos las personas es darle un carácter humano a nuestras vidas. Es así que desarrollar relaciones humanas, en particular relaciones de amor, es una aspiración que nos une a la mayoría de personas. Por eso podemos argumentar que la condición humana básica implica encontrar pareja. Así, cuando nos sentimos interesados en alguna persona, para lograr acceder a ella utilizamos todas las herramientas a nuestro alcance, principalmente la habilidad de seducir. Esto es algo que nos permite cautivar su atención y obtener su aprobación. La seducción hace que seamos recordados aun cuando físicamente no estemos presentes. Es más, solo después de haberse conectado con nuestra mente y nuestras emociones, la otra persona podrá maravillarse con nuestra hermosura física.

Las Reglas de Juego en la Seducción

Aunque pareciera insignificante, todos poseemos un rasgo, una virtud, a veces un defecto, que nos hace deseables ante

el sexo opuesto. Pero, en realidad, no nos damos cuenta de poseerlo. Para saber cómo y cuándo utilizarlo, primero es indispensable que lo identifiquemos.

Empecemos por conocer que no deberíamos hacer a la hora de seducir:

1. Según la psicóloga chilena, Pilar Sordo, existen mujeres que tienen lo que se conoce como “fijación uterina”, una necesidad obsesiva de intentar rehabilitar hombres que, en justicia, son un caso perdido, como: el bebedor de fin de semana, el mujeriego de barrio o el vago sin oficio ni beneficio, entre otros. Lo mismo sucede con las mujeres que, encubiertas en la frase “yo le voy cambiar” o, mejor aún, “él va a cambiar por mí”, recurren a relaciones comparables a la abnegación de una madre, como una prueba de su capacidad y su valor personal; pues, si logran tener éxito, ahí donde otras han fracasado, no solo probarían su valor personal, sino que demostrarían que son mejores que sus predecesoras.

2. Otra de las formas con que las hembras humanas matan el objetivo final de la seducción es vivir el rol de diosa Afrodita, dedicándose a ofertar una fantasía lujuriosa, cimentada en ser la voluptuosa mujer de breves faldas y profundos escotes -que levanta miradas, que seduce al pasar, que escudada en la frase “mercadería que no se exhibe, no se vende”-. Es la mujer que consigue ser el centro de atención y silbido de cuanto hombre la rodea. Estas mujeres atraen poderosamente, pero solo de una manera superficial; pues, si bien despiertan deseo, paradójicamente impiden la posibilidad de llegar a algo serio con ellas. Son mujeres que califican para “la amiga con derecho, el pasatiempo de viernes sin nada que hacer, el agarre de fin de semana”. Una persona así admite esto por su intensa necesidad de protección, aprobación y afecto, por lo que hay que recordar que, a diferencia del hombre, para la mujer el sexo es una forma de afecto.

TERESA DURÁN

CÓMO LOGRAR QUE SE MUERAN POR Ti

13

3. En cuanto a los hombres, Alejandra Vallejo Nágera, en su libro, Psicología de la seducción, describe a los caballeros que son malos seductores. Según ella, estos hombres son los que se plantan frente a la mujer como el hombre bienhechor, el confidente fiel, el compañero incondicional, que protege del peligro, que provee un hombro sobre el cual llorar, que estará a tu lado sin importar la hora o el lugar. Sin embargo, penosamente se convierte en tan buen amigo que la pareja se queda atrapada precisamente en la zona del amigo, por lo que llega a ser visto con la misma familiaridad y ausencia de sensualidad de cualquier hermano. Esta forma de actuar es provocada por su intenso miedo al rechazo. Son hombres que prefieren ser vistos como los únicos que verdaderamente comprenden a la otra persona. Se sienten atados a un sentimiento de querer ser el hombre ideal, el héroe salvador, el santo redentor; pero tristemente a los santos solo se los tiene para pedirles milagros y nadie, en su sano juicio, ha osado pensar en una aventura con uno de ellos.

4. Entre su grupo de amigos, también es común encontrar al sujeto que dice “sabérselas todas”. Este todólogo, que intenta conquistar con sus vastos conocimientos en todas las áreas de la experiencia humana, no se da cuenta que es un excelente repelente de chicas. Además de ser un insoportable aburrido, que con su aire intelectual propone temas que, lejos de producir interés en una conversación, genera estados de comatoso bostezo, resulta sumamente antipático, pues aprovecha toda oportunidad para que, ávido de reconocimiento, se luzca con sus propias respuestas y termine exhibiendo aquello de lo que carece: su ansia de ser admirado, querido y aceptado, a través de su intelecto.

5. Nágera también identifica al divo. Éste es el hombre que vende glamur con su habitual exceso de vanidad. Es Narciso personificado, en pleno siglo XXI. Es aquel que todos invitan a las fiestas, el Adonis del grupo. Este espécimen parece tener complejo de piloto de fórmula uno: el motor del auto ruge, el volumen de la canción retumba en los oídos de quienes tienen la desgracia de verlo pasar, su asiento está tan inclinado que apenas y alcanza la mínima visibilidad exigida. Además, tiene el peinado Justin Bieber, el bronceado David Beckham, la camisa Ricky Martin y, si gusta del reggaetón, cabello a lo Goku, blin blin de Daddy Yankee y la característica exposición de boxers, que por cierto debe ser bastante incómodo. El divo guarda una fuerte necesidad emocional de reconocimiento. Su

masculinidad está determinada por el parecer más que por el ser. Le teme a sus propios afectos y a perder su hombría ante el grupo.

Para seducir no interesa tener el cuerpo, rostro o imagen perfecta. En realidad, solo debes:

1. Según el biólogo Desmond Morris, en el mundo masculino el elemento seductor fijado por la evolución se reduce a la sonrisa de la mujer, que se traduce como signo de apertura al contacto, es decir, permite a que te le acerques. Otro mecanismo que no pasa desapercibido para el varón, dentro del proceso de cortejo humano, es la ruborización o, lo que es lo mismo, “el que se te suban los colores al rostro”. Es lo que le envía al hombre un mensaje que dice “inocente – casta – pura”. Para él, la silueta de la mujer debería ser como un reloj de arena: “pechos abultados, cintura estrecha y caderas anchas”, no por apariencia física sino porque, traducido al mundo masculino, significa que esta mujer está lista para procrear.

2. Por su parte, Pilar Sordo afirma que a la mujer le seduce, sin duda alguna, un hombre con humor, alguien que tenga la capacidad de mantener una plática amena, con dulzura y galantería. Según ella, esto hace que la mujer asuma que el caballero es inteligente. Otra característica importante para la hembra humana, sin embargo, está ligada a la capacidad para protegerla y cuidarla, fundamentada en la mayor fortaleza del cuerpo masculino: hombros anchos, sobre una cintura más estrecha. Ella busca en el hombre madurez (en ocasiones asociada a la edad), además de estabilidad en el ámbito emocional y económico. No se trata de un interés por conveniencia, sino porque estas características masculinas le dicen a la mujer que él será un buen padre y proveedor para sus crías.

Conclusión

La naturaleza ha permitido que desarrollemos las características mencionadas con el fin de unir al hombre y a la mujer. Es importante entender que el 99% de las personas en el mundo vive en pareja, por ello desarrollamos el proceso de cortejo. Por lo tanto, te sugiero aceptar tus reacciones fisiológicas naturales. Recuerda: Lo importante es sacar provecho de ellas y no avergonzarte. Al final entenderás que son una parte innata de los seres humanos que nos prepara para el ansiado encuentro entre un hombre y una mujer.

14

EANDRÉS LÓPEZ

ESA FAUNA VARIOPINTA

En nuestra Escuela podemos encontrar una abundante gama de estudiantes, por lo que empezaremos con una reseña de los especímenes más comunes, desde la modesta perspectiva de este estudiante.

Adoradores

Son estudiantes que, a pesar de sus amistades e influencias, tienen cierto apego hacia su maestro. Su relación es tal que solo podría compararse con la devoción a una deidad. No olvidemos que Borges señala que toda persona que no es un irresponsable empieza imitando a alguien. Le imita de manera impersonal porque le confunde con la verdad. Estos estudiantes son conocidos vulgarmente como “lambiscones”. Se los encuentra en casi todos los cursos y se los puede identificar facialmente: poseen, como hobby, el interpretar cada petición de un profesor, por mínima que ésta sea, como una orden que se obedece de manera abyecta. Estos estudiantes tienen, como función, ser los ojos, los oídos y la boca de los profesores; por ende imponen cierto respeto en sus pares.

Escolares

Son estudiantes cuya actitud (sistemas de creencias, emociones y pensamientos) y comportamiento no han cambiado en los últimos cinco años. Es más, creen que su comportamiento no debe variar según la institución o el paso de los años. Estos estudiantes son reconocidos por sus rasgos de adolescencia. Son niños sumisos y temerosos o, bien, imberbes resabiados sin causa aparente. La patología está en los extremos, decía un profesor; la salud en el justo medio,

añadía Aristóteles (bueno, eso también lo dijo ese profesor, parafraseando a Aristóteles).

Modelos

Son estudiantes cuya única prioridad es modelar en el pasillo de Psicología. (Recuérdese que el “desfile” es una fase importante del cortejo de apareamiento (¡qué palabrota!)). Se los puede encontrar en todos los niveles académicos y en grados de amateur a profesional. Su modus operandi obligatorio es:

1. kit de accesorios de belleza,2. sendos paseos por el pasillo,3. charla superficial pero actual,4. accesorios tecnológicos y moda,5. viajes y eventos sociales y6. saludos para todo el mundo.

Esta rutina, claro está, debe repetirse hasta cinco veces al día porque de lo contrario pueden perder popularidad.

Princesas y Princesos

Son estudiantes cuya corona otorgada y reverenciada por ellos mismos, o por gente cercana a ellos, les da el privilegio de poseer cierto trato social que los beneficia en muchos aspectos y los limita en otros. Uno de estos privilegios es que tienen alergia a estratos sociales menores. Son una mezcla de flemáticos, narcisistas y sanguíneos porque de cierta forma poseen otro tipo de sangre que los hace más especiales. No lo digo yo, lo dice su ADN. Los aspectos en que se ven limitados son situaciones poco importantes, tales como el contacto humano.

Psicólogos Innatos

Estos estudiantes tienen la palabra “polémica” escrita en su frente, rasgo que demuestra que son descendientes directos de genios en la rama. Ellos

poseen la asombrosa capacidad de cuestionar o preguntar cada aspecto aprendido en la Facultad. Aunque por lo general se encuentran en los cursos inferiores, demuestran un conocimiento tan eficaz como para poder aconsejar a sus amigas sobre cómo el psicoanálisis puede solucionar su vida en un santiamén. Estos estudiantes, además, tienen una mente muy abierta o un ego muy grande, particular que permite que se la pasen aprendiendo algo nuevo siempre.

Raros

En la jerga estudiantil, “raro” abarca a muchos tipos de personas. Es utilizado como una forma de englobar todo lo que no se considera “normal”, entendiéndose con esto aquello que ha salido de un catálogo de Hollister. En esta clasificación entran estudiantes con diversas tendencias sexuales, políticas, religiosas o subculturales. En la PUCESA hay muchos estudiantes así, pero lo que los convierte en raros es que llevan estas creencias a un nivel mucho más extremo y lo defienden mucho, aunque no exista amenaza. Batallas irreales, típico de los adolescentes.

Semaneros

Son estudiantes que consideran la posibilidad de pasar la universidad en bares como “Don Pepe”, las “Billas Uniandes” y otras huecas estudiantiles. Incluso toman tutorías en estos lugares en su tiempo libre. Se los reconoce fácilmente porque, por lo general, usan gafas en medio de la oscuridad del pasillo, para evitar que sus delatoras ojeras hablen por ellos. Son muy sociales y, aunque llamativos y seductores, tienen estilo; esto incluye, en las mujeres, zapatos cómodos (obviamente para bailar) y mucho maquillaje; en los hombres, en cambio, el vestuario no cambia mucho, solo par de gafas, botella de agua, peinado y ropa estereotipada. Suelen moverse en manadas, especialmente si alguien de aquella horda tiene un carro (aunque sea un minúsculo Suzuki).

Hasta aquí la lista, antes de que alguien acuse a mi pluma de amargada o, peor aún, de transferencial.

15

E UBELÉN LÓPEZ DR. MARLON MAYORGA

PORQUÉ TE PARECES A LA

TÍA EDUVIGESTODA ACCIÓN TIENE UNA REACCIÓN

En Ficciones, Borges sostiene que a la Historia le gustan las simetrías y los leves anacronismos, esas cosas que se repiten de marea cíclica. Este principio incluso abarca a los hogares. Por ejemplo, quizá en tu casa hayas notado que tu hermana se parece a tu madre, que a su vez se parece a tu abuela, y ella a la bisabuela… Así, la rígida e intratable prima María se parece a la tía Eduviges, que a su vez se parece a la abuela Clotilde, cuyo cuadro cuelga en la sala, por su puesto, con ese inconfundible gesto de rigidez e insociabilidad.

Científicamente, que los roles familiares o patrones de comportamiento se repitan dentro de una familia no es efecto del destino, por el contrario, se debe a algo que los teóricos llaman la “teoría de las constelaciones familiares”. Según esta hipótesis, la transmisión de conflictos, preocupaciones y comportamientos familiares a través de las generaciones determina los problemas actuales en una familia. Esta transferencia se da de forma inconsciente, por lo que no nos damos cuenta de lo que ha pasado a lo largo de nuestra historia familiar, específicamente, de cuáles son los roles y comportamientos que repetimos.

Permítanme una confidencia. Dentro de mi familia, durante muchas generaciones, se ha dado esta dinámica: mis abuelos tuvieron la entonces normal y ahora monumental cifra de ocho hijos, los cuales, como diría Camilo José Cela, estando en “edad de merecer”, formaron familias independientes. Hasta este momento, cinco de los ocho hermanos se han divorciado por razones idénticas, pero demasiado privadas para ser expuestas en este breve artículo. La generación de tíos divorciados engendró una serie de hijos, la mitad de los cuales se casó para posteriormente divorciarse, por razones exactamente iguales a las de sus progenitores. Como entenderán, los primos solteros empezamos a preocuparnos por ese “destino”. Es más, hasta el momento he rechazado tres propuestas de matrimonio.

Usualmente pensamos que el comportamiento de una persona se desprende de sus propiedades o características distintivas. Él se porta así, decimos, porque él es así, porque esa es su forma característica de ser. Sin embargo, un acercamiento más directo a las conductas nos permite entender que éstas no son características de los sujetos que componen ese sistema, sino características de las relaciones del sistema mismo. Así, Juan o María no son violentos per se; lo son dentro de las relaciones del sistema en que viven. Es decir, esta propiedad, la de ser violentos, bien puede modificarse en otros espacios si estos son modificados por cualquier acción externa. En otras palabras, la violencia que los miembros de un sistema presentan no es constitutiva de ellos, como lo son su cabeza o sus brazos, es simplemente una conducta que se ha creado dentro de su relación, y a partir de ella.

Para mitigar el estupor que esta afirmación puede despertar utilizaré una analogía. El número 8 no es un número grande o pequeño en sí mismo, lo es en relación a otros números, mayor que 7 o menor que 9. El ser menor o mayor que no es característico de 8, es característico de sus relaciones. Del mismo modo, en la relación de violencia entre Juan y María, la agresividad no es característica de Juan o María, sino de la relación que viven. Por tanto, lo único que podemos decir es que su agresividad es una expresión del sistema en el que viven, que construyen y que poco a poco les va construyendo. No somos, somos en relación a.

Las relaciones y comportamientos de los sistemas poseen una dinámica circular de retroalimentaciones (A afecta a B, que afecta a A, que afecta a…), la misma que tiende a mantenerse aunque los resultados sean inadecuados o patológicos. Esta estabilidad recibe el nombre de “retroalimentación negativa” y se encarga de mantener la permanencia de un sistema. Las personas suelen optar por aquello que conocen, independientemente de si es bueno o malo, debido a que el cambio genera incertidumbre, temor y exige una serie de adaptaciones cognitivas, emocionales y conductuales. Lo conocido nos provee seguridad; de ahí la razón de ser del dicho: “mejor malo conocido que bueno por conocer”.

16

Esta estabilidad o permanencia en el tiempo, esta retroalimentación negativa, difícilmente se rompe desde dentro del sistema, ya que éste se ha adaptado a un status quo que le brinda un determinado nivel de seguridad o comodidad. El cambio del sistema habrá de obrarse por influencias cercanas, pero externas (e.g. consejos de familiares, la irrupción de un nuevo interés romántico, un nuevo trabajo, un cambio de ciudad provocado por el trabajo, intervención psicoterapéutica, etc.). Dicho cambio recibirá el nombre de “retroalimentación positiva” no porque genera efectos positivos en el sistema, sino porque genera cambios, que pueden ser negativos y enfrenten a los miembros del sistema a nuevos retos, potencialmente críticos.

Cualquier conducta o interacción inadecuada y hasta patológica se va estructurando hasta volverse estable, permanente y redundante. A partir de ello puede denominarse justamente “redundancia” porque adquiere una dinámica rígida, inamovible y hasta predecible, donde X alza la voz a Y, quien reacciona gritando ferozmente a X, quien a su vez responde empujando a Y… Esta redundancia no se producirá de manera accidental o aislada, sino que se convertirá en un patrón estable de conducta, con alcances probablemente mayores en cada nueva interacción (i.e. una suerte de escalada armamentista). Hay que señalar que curiosamente los miembros de un sistema son incapaces de ver o entender sus redundancias, las cuales, para un observador externo entrenado, son fácilmente identificables, como si se trataran de una representación teatral que tristemente ocurre una y otra vez.

El sistema de relaciones violentas también podría ser entendido y consecuentemente graficado a través de una dinámica circular. La circularidad del patrón propuesto no es simplemente un artificio geométrico, del concepto de círculo. De la circularidad se desprenden ciertas implicaciones teóricas dignas de ser tomadas en cuanta: la naturaleza fundamental del círculo y, por tanto, de un

sistema circular es que no tiene principio ni fin. Es decir, no existe un punto que pueda ser considerado de partida, por lo que no existe una conducta violenta única que engendró a las subsiguientes. Así, toda conducta agresiva es principio de nuevas conductas agresivas. Debido a eso, no existe un culpable o una víctima. Todos los miembros del sistema son cocreadores del conflicto que viven. Lo único que cambia son los roles que se ejecutan, los cuales tienden a generar mayores simpatías o antipatías.

Así se genera que Y, que fue inicialmente increpada por X, asuma que su conducta agresiva es simplemente una reacción a la conducta de X, razón por la cual no es responsable de la misma ni de las consecuencias que ésta pueda ocasionar y, debido a ello, no tiene porqué modificar su proceder o detener la escalada gradual del mismo. Por el contrario, Y esperará que sea X quien cambie o detenga su proceder y, solamente cuando éste lo haya hecho, ella lo hará también.

Hay que aclarar que la percepción de Y, respecto de los eventos, es exactamente la misma que tiene X, pues él recibió el grito de ésta y solo la empujó, motivado por su provocación; pero también está esperando que sea ella quien cambie primero. Está por demás decir que tanto X como Y pueden esperar eternamente por el cambio del otro, sin que éste se produzca, ya que cada uno se ve a sí mismo como una víctima pasiva del suceso global. Es decir, ambos consideran a sus propias conductas como reactivas a las de los otros, lo cual los deslinda de cualquier responsabilidad, al tiempo que los lleva a responsabilizar a los otros de manera absoluta de los resultados general. Este fenómeno ocasiona que cada uno de los miembros del sistema renuncie a cualquier enmienda en su propia conducta y paralelamente espere modificaciones en la conducta del otro (desde su criterio, único responsable de la situación). Esto, finalmente, imposibilita la resolución o término de las conductas agresivas del sistema.

17

EPSC. RODRIGO MORETA

DE LA EXPERIMENTACIÓN A LA ADICCIÓN

En nuestro entorno, el uso de drogas despierta un debate social. Por ejemplo, las posturas oficiales ligadas a la abstinencia discuten con quienes defienden su uso y su promoción. En el medio está la opinión pública. Su heterogeneidad la convierte en un actor vulnerable y en un juez intransigente. Por otra parte, se requiere definir el consumo de sustancias de la dependencia como problema social. Así, Pérez Franco (2008, p. 1) opina que: “Desde el punto de vista salubrista, los únicos consumos de sustancias psicoactivas (SP) que representan un real problema sanitario son el alcohol y el tabaco”. Esto nos ayuda a aclarar la adicción es un problema de salud que involucra a muchas personas –cada vez más vulnerables y con más riesgos y, por supuesto, consecuencias.

En esta ocasión, nos concentraremos en el paso de la abstinencia a la adicción. En este sentido, Becoña

(2002a) establece que: “Una persona no comienza a consumir hoy una droga y mañana tiene una dependencia de la misma. El proceso es más complejo, más lento y predecible” (p. 55). Así, el autor hace referencia a la existencia de al menos seis fases que abarcan cuatro momentos fundamentales: la abstinencia, la dependencia, el abandono y la recaída.

“Podemos claramente diferenciar una fase previa o de predisposición, una fase de conocimiento, una fase de experimentación e inicio al consumo de sustancias, la fase de consolidación, pasando del uso al abuso y a la dependencia, la fase de abandono o mantenimiento y la fase de recaída” (Becoña, 2002a, p. 55). A continuación, la tabla 1 describe las fases de la dependencia, según éste autor.

18

Fase Descripción Fase previa o de predisposición

! Comprende factores que incrementan o disminuyen la probabilidad de consumo.

! Deben considerarse los factores de riesgo y de protección. Fase de conocimiento

! La persona tiene conocimiento de la existencia de una sustancia, de la que le dicen que produce determinados efectos.

! Su contacto y conocimiento dependerán de la disponibilidad existente y del interés por consumirlas

! Habitualmente se presenta en la adolescencia o adultez temprana.

! Dependerá de si los amigos o familiares le inducen al consumo. ! Esta fase puede conducir a la experimentación, al inicio del

consumo o al no consumo. Por tanto, conocer los factores de riesgo, los métodos de protección y las características de la adolescencia es importante.

Fase de experimentación o evolutiva

! Tiene una relación estrecha con el conocimiento y posterior prueba.

! Debido a que en la actualidad el conocimiento sobre las distintas drogas es mucho mayor y a edades más tempranas, la adolescencia está asociada a esta fase.

! En esta etapa se puede hablar del consumo de drogas como recreación o, incluso, como una forma de “aguantar mejor la diversión”.

Fase de consolidación

! En esta fase se da paso al abuso y a la dependencia. El elemento que hace que la persona consuma o deje de hacerlo es el efecto positivo o negativo que tenga la experiencia en la persona.

! El consumir o no estará relacionado a cómo sus pares, su familia y la propia persona reaccione. Sus pares pueden o no aceptar su conducta; pero, también pueden reforzarla o castigarla. Por tanto, en esta etapa es importante si el consumo se ha producido o no con ellos.

Fase de abandono o mantenimiento

! Debido a que cualquier conducta discurre a lo largo de un continuo temporal, unos abandonarán el consumo después de una o varias pruebas, otros lo harán después de un período corto o largo de consumo y otros consumirán ininterrumpidamente durante muchos años o a lo largo de toda la vida. Los últimos serían los que están en la fase de mantenimiento del consumo.

! Los que abandonan el consumo pueden hacerlo por causas externas o internas. Las primeras pueden incluir la presión familiar, social o legal, entre otras. Las secundarias, por el contrario, incluye los problemas que la persona puede tener, que pueden ser personales, físicos, afectivos y sociales, entre otros.

! Aquí, el tratamiento para que la persona deje de consumir cobra su máxima importancia porque puede conseguir que él o ella se abstenga, y hacer que esa abstención se mantenga a largo plazo.

Fase de recaída ! Esta fase puede o no ocurrir. La adicción consolidada puede considerarse como una conducta aprendida difícil de extinguir.

BibliografíaBecoña, E. (2002a). Bases científicas de la prevención de las drogodependencias. Madrid: Delegación del Gobierno del Plan Nacional de Drogas. ----------. (2002b). Bases teóricas de la prevención. Madrid: Plan Nacional sobre Drogas.Pérez Franco, J. (2008). Adicciones, Apuntes para uso exclusivo de docencia. Santiago: Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Universidad de Chile.

Tabla 1 - Fases de la dependencia, según Becoña

Fuente: Creación propia

19

RPRISCILA PEÑAFIEL, ADRIANA PEÑAHERRERA & YLEINE RODRÍGUEZ

LOS CAMBIOS EN LAS PREFERENCIAS ROMÁNTICAS DE LA MUJER

¿Recuerdas cuando tenías 14 o 15 años y no te importaba si era mujeriego, vago, rebelde sin causa o peleonero de fin de semana y aun así aceptabas ser su enamorada por el simple hecho de que era el chico más guapo y popular del colegio? Pero ahora todo cambio. Al mujeriego y vago le cambiaste por el fiel e inteligente; al rebelde irremediable y peleonero, por el tranquilo y bien comportado.

A pesar de que los hombres dicen que las mujeres somos incomprensibles, muchos estudios científicos han demostrado que el gusto de las mujeres responde a ciertos patrones estables a la hora de elegir pareja; es decir, han detectado un elemento sumamente importante en nuestro desarrollo: a medida que la mujer madura, su manera de ver las relaciones evoluciona. Por ejemplo, en la etapa de la adolescencia una chica no buscará a una persona pensando en estabilidad emocional, sino que más bien se dejará llevar por la ilusión del momento. Ella se dejará impactar por el joven que tiene buen aspecto físico y socialmente aceptado. De esta manera la adolescente se hará acreedora a un cierto tipo de popularidad que le hará sentirse bien.

Por el contrario, a partir de los 20 años, edad en la que se puede decir que la mujer ha vivido suficientes experiencias como para saber qué quiere para su vida, ella empezará a buscar en un hombre algunos de los siguientes elementos: a) hegemonía de origen, es decir, alguien con una categoría social común, b) estabilidad emocional, ligada a la comprensión, apoyo y fidelidad, factores que le permitirán sentirse motivada a formar con él una relación estable con ambiciones de futuro y c) estabilidad económica, no como una forma de frío interés, sino porque un hombre responsable y trabajador puede convertirse en un mejor proveedor para los hijos.

Estos criterios fueron obtenidos a través de entrevistas que se realizaron a varias mujeres de la Universidad. A continuación presentamos los comentarios de algunas de ellas.

¿Qué Buscas o Buscabas en un Hombre a los 13 a 15 Años?

Paula (15 años): A mi edad busco una relación corta; que mi enamorado sea guapo, que tenga carro, que sea bien popular y que sea amigo de mis amigas, para salir iguales a todo lado.

María Belén (18 años): Yo busco a un chico que sea respetuoso, alegre, divertido, que no sea serio ni aburrido, con buenos sentimientos, que sea un año mayor que mí. No me centro mucho en lo económico y las comodidades de un carro así.

Andrea (22 años): Yo busco una persona respetuosa, que sea guapo, que con el pasar del tiempo comparta mis sentimientos, que me corresponda, que le guste hacer las cosas que me gustan, que compartamos el tiempo juntos, que sea sincero y que le guste pasar tiempo con mi familia y amigos. En lo económico no me importa mucho, pero sí que sea estable.

Adriana (24 años): Como madre soltera, no busco una relación pasajera, sino una pareja estable, que pueda tener una relación buena conmigo y, sobre todo, con mi hijo, que es lo más importante.

Daniela (26 años): Como una mujer que ya se graduó de la universidad busco seguridad, es decir, estabilidad económica y emocional.

20

EGABRIEL REYES

EL ALCOHOL: POR QUÉ EL Dr Jekyll SE CONVIERTE EN MR HYDE

Es viernes y, al estar en una fiesta disfrutando de la música, de ver a los amigos, de conversar o intentar conversar con la chica que te gusta, empiezas por tomar un vaso de cerveza, un shot de licor o, si te la das de refinado, tal vez una copa de vino. Luego tomas otro; después otro y otro más y, de pronto, empieza la transfiguración: Jekyll se convierte en Hyde. Comienzas a reírte en forma exagerada sin notarlo. ¡Dices cosas que jamás deberías decir! Intentas llamar a la novia que te dejó para convencerla de regresar con un argumento infalible. Probablemente luego lloras hablando de la amistad. Finalmente, tus movimientos son tan lentos que se te dificulta moverte. Bueno, todo eso se debe a que nuestro viejo amigo, el cerebro, poco a poco ha ido sucumbiendo a los efectos del alcohol. Déjame explicarte mejor.

Varias investigaciones han determinado que el licor afecta la corteza cerebral, responsable de la conciencia (ya sabes, diferenciar el bien del mal, lo gracioso de lo ridículo…), cuando has tomado más de un vaso de cerveza, tres copas de vino o un shot de licor, en menos de una hora. El lóbulo frontal, que desarrolla funciones ejecutivas y es el encargado del comportamiento inhibitorio, es decir, el que te permite controlarte y no hacer papelones (e.g. darte de golpes con tu mejor amigo o tratar de conquistar a la novia de tu primo), ve disminuido su funcionamiento y vuelve a la persona agresiva-impulsiva (traducción: una bestia), con un lenguaje coprolálico (tres de cada cuatro palabras son malas palabras) y con una desinhibición en su conducta sexual, que seguramente avergonzaría a Casanova.

Asimismo, el lóbulo temporal, encargado de la memoria sensorial de corto y largo plazo, empieza a verse afectado. ¿Te suenan familiares estas frases: “creo que se me borró el cassette”, “a qué hora me hice ese

tatuaje en forma de corazón” o “como llegó ese hombre disfrazado de payaso a mi cama”? Además, se disminuye la audición, lo que provoca hipoacusia, la responsable de hacer que la persona comience a gritar, como para despertar a los muertos y convocar a la policía.

Otra estructura que se ve comprometida es el lóbulo parietal-somatosensorial. El sujeto ve disminuida la posibilidad de percibir las sensaciones (i.e. la temperatura, el dolor, la textura), razón por la cual es capaz de soportar y saborear un licor más fuerte que el ácido sulfúrico, aguantar la más aparatosa caída diciendo “no pasó nada” o resistir el frío de la madrugada en camisa de manga corta. Por supuesto, dado que estos “súper poderes” desaparecen al día siguiente, la resaca que le espera al adolorido festejador es descomunal.

Finalmente, el lóbulo occipital, que controla la visión, también se ve comprometido. Todo se vuelve borroso. El campo visual se constriñe y ocasiona, entre otras cosas, una visión de túnel (central y nítida, pero que hace que la periferia desaparezca). También produce distorsión de distancias en los objetos (lo lejano se ve cercano y viceversa) y afecta los ganglios basales, lo que estropea la coordinación motora, hace más lento los reflejos y disminuye la respuestas. Supongo que entenderás lo estúpido (séame disculpado el exabrupto) que resulta manejar en esas condiciones.

Supongo, además, que entiendes que el afán no es sorprender, sino explicar y, en el mejor de los casos, lograr que quien lea estas líneas evite una de las características más adolescentes de todo adolescente: pensar que a pesar de lo que hacemos “no ha de pasar nada”.

2Según los estudios, la cerveza tiene 5% grados de alcohol; el vino, 12; el tequila, whisky, vodka, ron, ginebra, pájaro azul, papelito y bolo loco, entre otros, 40.

2

21

QJOSÉ SAN MARTIN

EL ESTRÉS EN EL ESTUDIANTE UNIVERSITARIO

¿Qué tanto salgo con mis amigos? ¿Por qué para mí las farras se terminan mucho antes de las 2 am? ¿Desde cuándo dormir se convirtió en un concepto abstracto? Éstas son algunas de las preguntas que un estudiante universitario tiene que confrontar. En este artículo intentaré determinar las causas, los efectos y las soluciones para frenar el estrés de su vida diaria.

El estrés es sinónimo de cambio. Y, como sabemos, nadie está listo para cambios, especialmente los que alteran o modifican nuestro status quo (i.e. rutina). Los cambios pueden incluir los que se producen a partir del ingreso a la universidad: ya no duermes mucho, te hacen falta tus amigos del colegio o simplemente ya no comes a las horas habituales, claro, debido a la diversidad de tareas que debes realizar, la falta de tiempo para completarlas y demás. Son cambios básicos que experimentas al entrar a este nuevo mundo. ¿Cuestión de adaptación, quizá?

En los estudiantes “primerizos” se pueden identificar signos de estrés asociados a los cambios iniciales

y a la dificultad de adaptación, mientras que en los estudiantes que se encuentran en la mitad de su carrera el nivel de adaptación probablemente ha mejorado, por lo que generalmente gozan de una relativa estabilidad que se pierde totalmente al acercarse el término de su carrera. Así, los estudiantes “terminales” lucen agobiados, angustiados, desequilibrados, por terminar la tesis antes de que la tesis termine con ellos.

Reconocemos que el ritmo de vida es acelerado y las fuentes que causan el estrés se multiplican día a día. Reconocemos también que resulta imposible ralentizar el ritmo del mundo que nos rodea. Sufrir los efectos del estrés no es una fatalidad. Según algunos investigadores, cuanto más regulada esté nuestra biología interna, más significativa será nuestra capacidad de adaptación. Además, debemos ser conscientes que el estrés es una herramienta que nos mantiene alerta ante cualquier eventualidad.

El Estrés en el Sistema Nervioso

Nuestra respuesta biológica ante el estrés está controlada por nuestro sistema nervioso. Ante la percepción de peligro, el sistema nervioso empieza a “acelerarse”, es decir, nos prepara para la huida: el corazón y la respiración se aceleran, la tensión muscular aumenta y lo propio pasa con la presión sanguínea. Esta respuesta fisiológica de “lucha por la supervivencia” es esencial en nuestra especie. Desde nuestro inicio, esto nos permitió cazar a nuestras presas o huir de nuestros

2

22

depredadores. Concluida la amenaza, el sistema nervioso de “freno” toma el relevo. Es el que toma la posta ante la situación, y todo nuestro organismo vuelve a la normalidad. Es aquí cuando, habiendo cazado la presa, nos disponemos a disfrutarla como reyes de la selva de cemento.

Cuando las condiciones de vida no permiten que el “freno” se active, el estrés prolongado puede producir problemas mucho más graves y favorecer los resfriados, facilitar trastornos respiratorios, generar úlceras, propiciar diabetes, elevar la presión y afectar la función cardiaca, por ejemplo. Para aquellos que tienen la capacidad de controlarlo y ponerlo a su servicio, el estrés se convierte en un agente impulsador, una especie de amigo cercano que facilita el trabajo; pero, claro, también está presente la siempre “anal” eficiencia y eficacia, que no podemos negar.

Investigación

Durante enero y mayo de 2013, se realizaron encuestas a varios estudiantes de Psicología y se pudieron extraer algunos resultados, incluyendo los siguientes.

• De los alumnos entre 18 y 22 años, el 92% manifiesta presentar dolor de cuello o de espalda durante los últimos 3 meses. Solamente el 8% no ha presentado cambio alguno en su organismo.

• Los alumnos de primer nivel presentan cambios un tanto extremos en su ritmo de vida: duermen un promedio de 2 a 5 horas diarias, debido, más que nada, a la acumulación de tareas.

• Para combatir el estrés, los estudiantes practican algún deporte (25%), pero la mayoría duerme como si no hubiera mañana (75%).