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EADIC – Escuela Técnica Especializada

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MONOGRAFÍA

Prefabricación vs industralización

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FORMACIÓN EADIC es una escuela especializada en el ámbito de la

Ingeniería y la Arquitectura

Nace de la visión de profesionales del sector que, conscientes del cambio

tecnológico y económico tan profundo que se está produciendo apuestan

por una formación de calidad en un entorno flexible, ameno e innovador,

y cien por cien orientada al entorno profesional, donde se prioriza la co-

municación entre alumno y profesor y se persigue el intercambio de cono-

cimientos y experiencias más allá del aula.

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Calle Medea, 4, (Madrid)

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Escuela de Formación Técnica para Ingenieros y Arquitectos

Contenido

1. PREFABRICACIÓN VS INDUSTRIALIZACIÓN .............................................................................. 4

1.1. CONCEPTOS Y TERMINOLOGÍA ............................................................................................................ 4

1.1.1. DEFINICIÓN DE PREFABRICACIÓN ............................................................................................... 6

1.1.2. DEFINICIÓN DE INDUSTRIALIZACIÓN ............................................................................................ 9

1.2. OTROS CONCEPTOS A TENER EN CUENTA......................................................................................... 10

1.2.1. NO TODA LA INDUSTRIALIZACIÓN ES PREFABRICACIÓN ........................................................... 10

1.2.2. NO TODA LA PREFABRICACIÓN ES INDUSTRIALIZACIÓN ........................................................... 12

2. TIPOS DE INDUSTRIALIZACIÓN DE LA EDIFICACIÓN ............................................................ 14

2.1. PREFABRICACIÓN CERRADA .............................................................................................................. 14

2.2. PREFABRICACIÓN SINGULAR ............................................................................................................. 15

2.3. INDUSTRIALIZACIÓN CERRADA .......................................................................................................... 15

2.4. INDUSTRIALIZACIÓN ABIERTA SINGULAR ........................................................................................... 16

2.5. INDUSTRIALIZACIÓN DE CATÁLOGOS COMPATIBLES (S.3C) ............................................................. 16

2.6. INDUSTRIALIZACIÓN ABIERTA ............................................................................................................ 16

2.7. INDUSTRIALIZACIÓN DE SOLUCIONES MIXTAS ................................................................................... 17

3. ALGUNAS REFLEXIONES ............................................................................................................... 17

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1. Prefabricación Vs Industrialización

La “Torre Dinámica” de David Fisher (rascacielos giratorio de Dubai)

Resulta curioso que, aún en nuestros días, las palabras “prefabricación” e “industrializa-

ción” generen reservas, recelos y rechazos tanto a arquitectos como a usuarios de edifi-

caciones residenciales. Y es que, aunque veremos próximamente que no es cierto, sigue

existiendo la creencia de que la industrialización necesariamente es repetición, calco,

monotonía y construcción masiva. Los arquitectos quieren crear su propia criatura, con

personalidad, carácter y entidad propia; y los usuarios no quieren vivir en colmenas, pro-

mociones baratas y de baja calidad. Son dos pretensiones totalmente lícitas y exigibles,

pero ni la industrialización ni la prefabricación son su amenaza ni tienen vocación de anu-

larlas.

Para conseguir que, por una parte, la flexibilidad, estética, diversidad, calidad, versatili-

dad, economía, y por otra, la industrialización de la construcción no sean polos opuestos

de una misma realidad, hace falta primero comprender qué pretende esta emergente tec-

nología, y segundo desarrollarla con inteligencia y honestidad para llevarla a buen puerto,

a un puerto en el que haya alguien esperando. Como decía Lucio Costa en 1934 (no fue

publicado en castellano hasta 13 años más tarde), “es necesario que todos -arquitectos,

ingenieros, constructores y público en general- comprendan las ventajas, posibilidades y

belleza propia que la nueva técnica permite, para que entonces la industria se interese

[…]. No podemos esperar que ella tome para sí todos los riesgos de la iniciativa, empe-

ñándose en producir aquello que los únicos interesados todavía no le reclaman”.

1.1. Conceptos y terminología

Pese a la creciente evolución que ha tenido en los últimos tiempos el mundo de la edifi-

cación y, por ende, de la construcción, aún a día de hoy se siguen confundiendo dos con-

ceptos similares pero diferentes: prefabricación e industrialización. Tal es así que en nu-

merosas publicaciones, informes y catálogos, se suele utilizar expresiones del tipo “sis-

temas constructivos industrializados” y “elementos prefabricados” como si fuesen sinó-

nimos.

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Para entender cómo y cuándo surgió el nacimiento de la industrialización de la vivienda

(o de la edificación en general), sería conveniente discernir claramente las diferencias en-

tre estos dos términos.

Para hacernos una idea de lo complicado que resulta establecer con exactitud la defini-

ción de “prefabricación” y de “construcción industrializada”, nos remitiremos a un hecho

sencillo pero ilustrativo. Numerosas definiciones interesantes de autores y entidades rele-

vantes en la materia fueron ya recogidas en “Prefabricación: Teoría y Práctica”, un Semi-

nario sobre Prefabricación celebrado en 1974 (Anexo I). Curiosamente, ninguna de ellas

Casas como bicicletas

Uno de los principales objetivos de la prefabricación es la estan-darización de la construcción. El arquitecto e historiador inglés William Richard Lethaby decía, allá por 1911, que deberíamos in-tentar producir casas tan eficientes como una simple bicicleta. Y es que, efectivamente, las bicicletas, a costa de ser un producto altamente estandarizado, son el paradigma de la eficiencia. De este modo, Lethaby reflejaba brillantemente su idea funcionalista de hacer “casas buenas y honestas”. Desde entonces, y principalmente a raíz de la experiencia de la producción en cadena que comenzara Henry Ford, se han plan-teado comparaciones similares, como ya hicieran Le Corbusier y Gropius, con coches, barcos, aviones, etc.

Módulo prefabricado en fase de montaje en un barco de gran en-

vergadura por parte de la empresa Daewoo

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coincide, aunque algunas sí que comparten una serie de ideas esenciales que podrían

definir el núcleo central de cada uno de los conceptos. Se puede apreciar que algunas de

ellas se pueden incluso contradecir ligeramente, pero tras su lectura dejan un sustrato y

un poso que ayuda a fomentar la reflexión.

1.1.1. Definición de prefabricación

No ha sido hasta hace poco que la palabra prefabricado ha encontrado cabida en el

DRAE (Diccionario de la Real Academia de la Lengua) refiriéndose a aquella construc-

ción cuyas partes esenciales se envían ya fabricadas al lugar de su emplazamiento, don-

de solo hay que acoplarlas y fijarlas. Matizando un poco más esta definición genérica,

podríamos describir la prefabricación como el sistema constructivo basado en el dise-

ño y producción de componentes y subsistemas elaborados en serie en una fábrica

o taller fuera de su ubicación final y que en su posición definitiva, tras una fase de

montaje simple, precisa y no laboriosa, conforman el todo o una parte de un edifi-

cio o construcción.

De dicha definición, es importante tener en cuenta los siguientes aspectos:

- Diseño y producción: contra la idea de que la prefabricación es eminentemente

producción, hay que tener en cuenta que se han de disponer una serie de fases

previas igualmente importantes: investigación, innovación, planificación, diseño,

optimización, etc. Las principales ventajas que trae consigo la prefabricación na-

cen de considerar el diseño y la ejecución del conjunto arquitectónico como un

único proceso coordinado, permitiendo abordar todos los condicionantes construc-

tivos y organizativos globalmente.

Esquema de planificación y diseño de módulos habitacionales de Daewoo

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- Elaborados en serie: Si bien es cierto que en su gran mayoría los productos pre-

fabricados se ejecutan en serie, no podemos olvidar que no siempre es así. Las

ventajas que aportan la fabricación en serie son numerosas: Mayor calidad (auto-

matización de tareas), facilidad de fabricación (uso de máquinas, patrones o mol-

des), menores costes (optimización de flujos y compra de materia prima al por

mayor), mayores tiradas y alta productividad, menor tiempo de producción, mano

de obra más fácil de formar, etc. No obstante, la prefabricación de tiradas cortas,

o incluso únicas, también puede ser rentable e interesante en según qué circuns-

tancias: aumento de calidad, mejor control de producción, seguridad constructiva,

independencia de condiciones meteorológicas, ahorro de tiempos de ejecución,

pre-elaboración y almacenamiento hasta el momento de la colocación definitiva,

etc.

Pods para baños fabricados en serie por la empresa Eurocomponents

- En una fábrica o taller fuera de su ubicación final: Este concepto es el causante de

que a la prefabricación también se le llame fabricación o sistema off-site (“fuera de

obra”). Es importante destacar que las instalaciones en las que se ejecutan los

componentes o subsistemas prefabricados pueden estar tan lejos como se quiera

o tan cerca, como incluso a pie de obra. En este segundo caso, las condiciones

de producción e incorporación de equipamiento de mayor calidad podrían ser más

complicadas, dado el carácter temporal del taller a pie de obra; sin embargo, apa-

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recen ventajas adicionales como puede ser el ahorro en transporte, la necesidad

de menor espacio de almacenaje, la flexibilidad en función del avance de las

obras, etc.

Transporte de paneles de hormigón prefabricado desde fábrica a obra

- Fase de montaje simple, precisa y no laboriosa: Cuando un edificio es prefabrica-

do, las operaciones en el terreno son esencialmente de montaje, y no de elabora-

ción. Tal y como apuntaba Howard T. Fisher, si hay que mezclar, cortar, verter,

ajustar y remendar, no es prefabricación. Una buena referencia para conocer el

grado de prefabricación de un edificio es la cantidad de residuos generados en la

obra; cuanta mayor cantidad de escombros y suciedad, menos índice de prefabri-

cación presenta el inmueble.

El complejo de apartamentos Changwon (Corea) en construcción.

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- Conforman el todo o una parte: La prefabricación no requiere que la totalidad de la

construcción se haya llevado a cabo mediante elementos previamente elaborados

en fábrica o taller. Aunque la filosofía del prefabismo tienda a conseguir la planifi-

cación de construcciones totalmente industrializadas, en ocasiones eso no es po-

sible o interesante, y el proceso de prefabricación se proyecta de forma parcial.

Ejemplo de elementos para el montaje de vivienda prefabricada (Climablock)

Aunque resulte contradictorio, el término prefabricación sigue teniendo una connotación

despectiva, lo cual ya adelantaba el diseñador y arquitecto autodidacta Jean Prouvé,

cuando decía que lo que se califica como prefabricado acaba asimilándose a edificio pro-

visional. Y decimos que es contradictorio porque la prefabricación conlleva, en la mayoría

de los casos, un aumento de calidad, perfeccionamiento y seguridad.

1.1.2. Definición de industrialización

Por su parte, la palabra industrialización es de acepción bastante más amplia, aceptada

y positiva. Se podría definir como el proceso productivo que, de forma racional y au-

tomatizada, implica la aplicación de tecnologías avanzadas al proceso de diseño,

producción, fabricación y gestión, empleando materiales, medios de transporte y

técnicas mecanizadas en serie para obtener una mayor productividad.

Una definición tan extensa y compleja arrastra consigo un sinfín de condicionantes que

iremos viendo a lo largo de la presente exposición. Sin pretender ser exhaustivo en la

enumeración, a continuación se presentan algunas de las principales ventajas asociadas

a la industrialización e, indirectamente, a la prefabricación:

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Aumento de la calidad

Mayor seguridad laboral

Reducción de mano de obra no especializada

Reducción de escombros y deshechos

Mayor respeto al medio ambiente

Reducción del plazo de construcción

Mayor organización y planificación

Medios auxiliares mas livianos

T30 Hotel, de 30 plantas, construido en China en tan solo 360 horas, mediante métodos industrializados, por Broad Sustainable Building. Enlace al vídeo

1.2. Otros conceptos a tener en cuenta

Ambos conceptos son similares pero, no obstante, no significan lo mismo. Para ilustrar

este hecho, a continuación exponemos algunos ejemplos:

1.2.1. No toda la industrialización es prefabricación

Para poner en evidencia que no toda la industrialización (de la construcción en nuestro

caso) es prefabricación, pondremos como ejemplo el caso de los ladrillos. Los primeros

ladrillos aparecieron en Mesopotamia como una evolución del adobe (sin cocer) que ya

se utilizaba anteriormente. En el momento en el que se comenzaron a producir en serie y

en una fábrica fija (horno de cocción), ya se podría decir que se comenzó a industrializar

su producción.

http://www.youtube.com/watch?v=NYFef_HRxRQ

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Dos tipos muy diferentes de producción de ladrillos: una en Sindht (Malasia) y otra en la

factoría de Equipceramic en Marruecos.

Sin embargo, no se podría decir que una fachada realizada en obra, in situ, pero con la-

drillo producido industrialmente, sea una fachada prefabricada. En efecto, los ladrillos se

han conformado y cocido en serie en una fábrica (ubicada en función del lugar de extrac-

ción de la arcilla, del transporte y del emplazamiento final de los ladrillos) y en obra úni-

camente se han ensamblado entre sí, por lo que sí que se ha industrializado la fabrica-

ción del ladrillo. No obstante, una hoja exterior de fachada nunca podría ser considerada

como un prefabricado por necesitar de mano de obra especializada (caravisteros) y una

tarea laboriosa fruto de arduo trabajo. Tomando en consideración la definición de Fisher,

como hay que mezclar, cortar, verter y ajustar, no se trata de prefabricación.

Ahora bien, ¿cómo podríamos conseguir realizar un muro de ladrillos de forma prefabri-

cada? Pues la solución la tendríamos en el proceso por el cual se elaborara dicho muro

en taller o fábrica, a pie de obra o a distancia, pero de tal modo que llegara totalmente

terminado y en su ubicación final tan sólo hubiera que montarlo y fijarlo. Hoy en día, la

automatización de la construcción de muros y fachadas de ladrillos está a la orden del

día, por lo que la inclusión de tabiques de ladrillos prefabricados es realmente sencilla y

provechosa.

Proceso de elaboración y montaje de tabiques de ladrillo prefabricados (Alpina)

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1.2.2. No toda la prefabricación es industrialización

Hay autores que consideran que los templos griegos, o las catedrales góticas, sí que eran

edificios prefabricados, compuestos por sillares labrados y acabados en un centro de

producción unificado (que perfectamente podría ser la cantera, para ahorrar transporte

innecesario de piedra desbastada), que tras una fase de montaje simple y precisa, con-

formaban la estructura y el conjunto arquitectónico más esencial de la construcción. Sin

embargo, aunque diéramos por válida esta consideración, en ningún modo podríamos

decir que se tratara de edificación industrializada, por razones obvias.

Del mismo modo, la construcción del edificio Habitat 67 para la Expo de Montreal de

1967, se realizó de forma prefabricada, pues se instaló una factoría a pie de obra para

conformar los cajones de hormigón armado; estos elementos de grandes dimensiones

(12x5x3m) que constituirían las células de las que se componía el edificio final, fueron

conformados en moldes especiales para la ocasión, estacionados en un medio controlado

y manejados de forma mecánica. No obstante, aunque no cabe duda de su carácter de

prefabricado, sería difícil considerar a este proceso constructivo como industrializado, por

no ser automatizado, en serie o en cadena, con poca mano de obra o de gran productivi-

dad.

Imagen de Habitat 67 para la Expo de Montreal de 1967. Desmoldeo de un módulo pre-

fabricado a pie de obra y perspectiva parcial del conjunto una vez terminado.

La clarificación de estos conceptos es importante porque desde hace muchos años se

vienen utilizando impropiamente los términos y conceptos previamente explicados. De

hecho, no es extraño toparse con expresiones tan contradictorias como “edificios prefa-

bricados in-situ”, contra el concepto de que in-situ sólo se realiza el montaje.

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Hechos interesantes de Habitat ‘67

Habitat ’67, proyecto del arquitecto Moshe Safdie’s, nació a partir de su proyecto de tesis ("A Three-Dimensional Modular Building System") y posterior informe al respecto ("A Case for City Li-ving"). Con tan solo 4 moldes para homigonar los módulos, se consiguió crear un complejo habitacional de 158 viviendas distribuidas en 12 plantas, con 15 configuraciones de viviendas diferentes, utili-zando un total de 365 módulos prefabricados. Curiosamente, el proyecto original tenía previsto un tamaño de obra mucho mayor, empleando 950 unidades prefabricadas, que en vez de ser de planta rectangular eran romboidales. Originalmente, también ha-bía previsto incluir un edificio de 22 plantas para equipamientos como escuelas, tiendas, oficinas, etc. Pese al aparentemente caótico resultado de la disposición de módulos, todo el conjunto está perfectamente estudiado para que todas las viviendas dispongan de su propia zona privada ajardinada. Dado el éxito que tuvo Habitat ‘67, posteriores encargos le fue-ron adjudicados a Safdie para realizar proyectos arquitectónicos similares en otras partes del mundo, como Nueva York, Puerto Rico, Israel, Rochester o Terán. En dichos proyectos, el arquitec-to israelí exploró diferentes geometrías modulares, incluyendo hexaedros, octaedros y otras formas compuestas. Ninguno de ellos se llevó finalmente a cabo. Sin embargo, Habitat ’67 es el único edificio de la Expo ’67 de Montreal que se sigue empleando para el uso con el que fue concebido originalmente.

Módulo prefabricado en fase de montaje

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2. Tipos de industrialización de la edificación

Para entender no sólo la evolución, sino también el estado actual de la industrialización

de la edificación, es necesario mostrar el panorama de las diferentes experiencias y filo-

sofías de construcción “off-site” que se han dado a lo largo de la historia hasta nuestros

días. Para hacerlo, nos valdremos de una división tentativa realizada por Julián Salas, en

la que matizaremos una serie de aspectos importantes.

2.1. Prefabricación cerrada

Se trata de la prefabricación convencional que históricamente se vino realizando en se-

ries masivas para promociones de gran número de viviendas, con escasa flexibilidad en

el diseño, crujías reducidas (por condicionantes de transporte) y configuraciones princi-

palmente lineales (por simplificación). Generalmente se ha tratado de la construcción de

edificios a partir de grandes elementos pesados (de ahí su denominación de prefabrica-

ción cerrada o pesada), con paneles de hormigón armado.

Evidentemente, existen brillantes excepciones, como La Grand Borne, en París, del arqui-

tecto Emile Aillaud a finales de los años 60, que rompe las reglas jugando con disposicio-

nes curvilíneas, pieles cerámicas y brillantes colores.

Prefabricación fascista

“Un ejemplo brutal: Prora, en Rügen, un edificio de 4,5 km de longitud idéntica. Es fascista más allá de toda expresión. Adolfo Hitler había querido alojar allí a 20.000 veraneantes nazis merito-rios, todos delante del mismo bello paisaje. Y no ha sido sino muy recientemente cuando algo ha basculado y ya se puede confirmar que aquello era fascista. Antes, se consideraba estúpi-damente que era una arquitectura bien hecha, un poco larga, quizás...”

Lucien Kroll, arquitecto

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Vista aérea y detalle de una calle de La Grand Borne, en París.

2.2. Prefabricación singular

Uno de los ejemplos más paradigmáticos sea probablemente Habitat ’67. Como ya se ha

explicado con anterioridad, su método constructivo se basó en la yuxtaposición de módu-

los prefabricados, hormigonados en cuatro moldes específicamente diseñados para este

único proyecto. Se trata, pues, de la prefabricación cerrada concebida para proyectos

únicos y singulares, sin intención de aprovechar sus componentes o subsistemas para

otras obras o construcciones distintas.

2.3. Industrialización cerrada

La mayoría de los elementos, componentes y subsistemas con los que se ejecuta la

construcción en cuestión, proceden de una sola industria o grupo industrial. Se trata-

ría de una industrialización por medio de sistemas de catálogo de procedencia única. Se-

ría el caso, entre otros, de las construcciones modulares tridimensionales, en donde los

módulos o unidades habitacionales llegan a obra totalmente terminados, con estructura,

cerramientos, instalaciones, etc. y tan sólo hace falta acoplarlos entre sí para configurar

definitivamente el edificio.

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Promoción pública de 36 viviendas en Torelló por la empresa Modultec mediante módulos tridimensionales industrializados.

2.4. Industrialización abierta singular

En este caso, se llama singular, o por encargo, a aquella industrialización abierta en la

que la planificación y ejecución del proyecto es motivada por un encargo concreto, un ca-

so singular o demandado. Es necesaria la coordinación y negociación con los proveedo-

res, para aportar componentes adaptados a las necesidades del proyecto.

2.5. Industrialización de catálogos compatibles (S.3c)

Dentro de esta categoría, entraría en juego el S.3c, que no es otra cosa que la abreviatu-

ra de Sistemas de Construcción por Componentes Compatibles. Los componentes

compatibles son, en general, piezas industriales estandarizadas que pertenecen a diver-

sos catálogos de distintas empresas, siendo posible su ensamblaje de modo sencillo y di-

recto. De ahí también su denominación de “sistemas plug-in”. Nos encontramos, pues,

ante “mecanos abiertos” dispuestos para un montaje versátil permitiendo, entre otros as-

pectos:

– la normalización en un marco amplísimo de carácter internacional,

– el desarrollo en el ámbito de la construcción en seco,

– su carácter de componentes: “piezas que al colocarse en el lugar que les corresponde

dentro del sistema, pueden entrar en funcionamiento inmediatamente”, independiente-

mente de que se trate de instalaciones, estructura, fachada, etc. Son precisamente los

fabricantes los primeros interesados en que sus productos sean susceptibles de ser utili-

zados como componentes en cualquier obra arquitectónica.

2.6. Industrialización abierta

En estos casos, la procedencia, tipología, materiales y modo de fabricación de los ele-

mentos, componentes y subsistemas es diversa y muy divergente, pues no es únicamen-

te de un fabricante. De este modo, las soluciones no son únicas ni explícitamente gene-

radas, sino que se basan en un alfabeto de componentes y subsistemas ilimitado que

permite generar infinidad de soluciones todas ellas diferentes.

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Diferentes componentes o unidades constructivas de un edificio construido mediante in-dustrialización abierta: estructura metálica con losas alveolares de hormigón y escalera

prefabricada de hormigón armado

Se podría decir que en un sistema abierto de construcción no es necesario un proyecto

concreto de partida, sino que la clave es la utilización detallada de un conjunto de ele-

mentos que pueden combinarse de maneras diversas. Se podría utilizar una definición

adicional que apunta Julián Salas:

“Organización completa de partes diferentes en la que las relaciones entre ellas están

perfectamente definidas y determinadas mediante reglas explícitas.”

Todo ello conlleva consigo definir, además de los elementos materiales en sí, la modula-

ción, tolerancias, organización, prestaciones de materiales, información requerida y apor-

tada, etc.

2.7. Industrialización de soluciones mixtas

Como su propio nombre indica, se trataría de la adopción de algunas de las soluciones

descritas más arriba combinadas entre sí.

3. Algunas reflexiones

Los últimos datos acerca de la tecnificación en la construcción en los países más desa-

rrollados arrojan resultados innegables. La tendencia natural, o tecnológica, de la edifica-

ción va del camino de la industrialización.

Por ejemplo, en Suecia, el 25% de las viviendas de nueva construcción se realizan me-

diante construcción modular tridimensional, en donde todo, excepto la cubierta, viene

terminado de fábrica (ej: proyecto IKEA Boklok). En Finlandia, la construcción industriali-

zada está muy arraigada desde las dos últimas décadas, plasmándose especialmente en

la edificación (70% viviendas, 80% oficinas y 90% industrial). Japón es probablemente el

paradigma de la construcción industrializada, con numerosas experiencias y empresas

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embarcadas en la automatización y robotización de la construcción industrializada y mo-

dular; la marca Toyota es el ejemplo más palpable de la adaptación de la línea de fabri-

cación de automóviles a la industrialización de la edificación.

Paradójicamente, en EEUU, país donde aparecieron algunas de las primeras iniciativas

en la prefabricación, construye el 95% de las viviendas mediante métodos tradicionales.

Desafortunadamente, España tampoco está al frente de la vanguardia edificatoria, y

aunque sí que hay un número creciente de proyectos de construcción industrializada, aún

queda mucho camino por recorrer. Se comienzan a ver iniciativas prometedoras con pro-

yectos de I+D para la construcción off-site (ver Anexo II), aunque también se adaptan a

medidas de urgencia para incluir estas tecnologías en aquellas promociones necesitadas

de apremio y agilidad. Como muestra, la construcción de 300 viviendas industrializadas,

en un plazo de 6 meses, para realojar a los damnificados por el terremoto de Lorca en el

año 2011.

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Hacíamos informática antes de que ésta existiera

“Decidimos diseñar 75 viviendas diferentes en lugar de una sola repetida. Esto es ciertamente más complicado hacerlo a mano, pero un instrumento rápido permite esta diversidad, esta comple-jidad. Sin este instrumento, no estoy muy seguro de que pueda conseguirse fácilmente. A mano, sin embargo, también lo hacíamos, pero nos metíamos en un berenjenal a la hora de desarrollar nuestros "componen-tes". La verdad es que hacíamos informática antes de que ésta existiera, únicamente a base de pegatinas, algo así como prefa-bricados de papel. Un parque de piezas de recambio, una serie de ventanas en pegatinas, por ejemplo, permitía un gran número de "estándares" con un grado imperceptible y suficiente de repe-tición. Luego llegó la informática. Nos permitió conseguir de una forma sencilla un grado de diversidad infinitamente superior que a mano.” “[…] He mostrado setenta y cinco vivienda que hemos construido en Saint Dizier: las ventanas son todas del mismo fabricante, pe-ro son todas diferentes y por el mismo precio. En Haarlem, en los Países bajos, hemos diseñado 129 viviendas con los ajustadísi-mos presupuestos holandeses: hay 250 dimensiones diferentes de ventanas y no ha costado más caro. ¿Por qué rechazar esta posibilidad? No hay más que meter en el ordenador todas las dimensiones en abscisas y coordenadas. Es fácil y además, la diversidad no resulta cara de gestionar. A mano era mucho más difícil: había que rehacer 250 veces el mismo dibujo, lo cual llevó rápidamente a que se convirtiera en una arquitectura de fotoco-piadora, y eso es algo que ya no se parece a nada.”

Lucien Kroll, arquitecto

Residencia para estudiantes Wolluvé St. Lambert de Lucien Kroll

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Del mismo modo que, como se citaba a Ortega y Gasset al comienzo del documento (“la

técnica es el esfuerzo para ahorrar esfuerzo”), se podría decir que la industrialización es

la prefabricación para ahorrar en fabricación. El futuro de la edificación no radicará en

crear los mejores y más eficientes edificios, sino en conseguir la tecnología más eficiente

para construir los mejores edificios.

Ante la pregunta, ¿y por qué industrializar la construcción de viviendas?, y si todo lo ex-

puesto hasta el momento y en lo sucesivo no fuese suficiente para responderla, siempre

queda la respuesta más obvia y simple: porque todo aquel que ha estado alguna vez en

alguna obra de construcción tradicional, sabe que las cosas se pueden hacer infinitamen-

te mejor de lo que se vienen haciendo. O en palabras de Henry Ford:

“Todo puede hacerse incondicionalmente mejor de lo que se ha venido haciendo hasta

ahora.”

Esas mejoras pasan por planificar, racionalizar, mecanizar y automatizar; y todo eso junto

significa industrializar.

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