Download - Zaldua Sopransi Longo 27
Fazendo Gênero 8 - Corpo, Violência e Poder
Florianópolis, de 25 a 28 de agosto de 2008
La participación de las Mujeres Fortalezas, Debilidades y Desafíos.
Graciela Zaldúa, María Belén Sopransi, Roxana Longo (Instituição: Facultad de Psicología de la
Universidad de Buenos Aires, Proyecto UBACyT “Praxis Psicosocial comunitaria en salud” (2004-
7) y Programa de Extensión Universitaria “Observatorio de Prevención y Promoción de la Salud
Comunitaria.)
Participación; Movimiento Social; Género
ST 27 - Reconfigurações do público e do privado e os limites do protagonismo feminino.
Introducción
El objetivo de esta presentación es transmitir dos experiencias de intervención-investigación acción
participativa, que facilitaron nuevos modos de hacer y pensar ciudadanía, relaciones de género,
subjetividades, participación y prácticas de resistencia.
El dispositivo implementado en cogestión con la asamblea barrial de Castro Barros y Rivadavia en
la Ciudad de Buenos Aires consistió en Talleres de Reflexión desde la perspectiva de género, que
revisaron cuestiones vinculadas con el trabajo, la ciudadanía, la subjetividad y las estrategias de
resistencia a las opresiones.
Y por otro lado el “Estudio Epidemiológico Comunitario de las Condiciones de Salud en General
Mosconi – Salta”, su objetivo fue explorar las condiciones de vida y los perfiles de salud
enfermedad de hombres y mujeres de General Mosconi (Provincia de Salta en el noroeste argentino)
y construir un Informe Alternativo desde un paradigma interpretativo crítico y participativo.
El propósito de esta presentación es examinar las condiciones de posibilidad de prácticas de
participación, autonomía y resistencia emancipatoria y los obstáculos materiales y simbólicos, en
ambos colectivos (trabajadores/as afectados por el modelo de privatización en Salta) y las
Asambleas Barriales (mujeres de capas medias y medias-bajas organizadas a partir de la crisis
económica, social y política de finales del 2001 en Buenos Aires).
Desde la modalidad de estudios de casos se indagan los sistemas de enunciación y representación de
l@s actor@s sociales y las afectaciones colectivas y singulares, por la triple inequidad de clase,
género y cultura. A través de la triangulación de técnicas y fuentes y abordajes cualitativos en
territorio identificamos, sistematizamos y priorizamos problemas y estrategias de transformación de
las condiciones de existencia.
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Desde una visión integral de la salud y la calidad de vida en los diversos contextos sociomateriales,
la Psicología Social Comunitaria (PSC) intenta comprender el campo de las demandas,
percepciones, representaciones, necesidades y satisfactores como construcciones históricas y
contradictorias (necesidades alienadas-superfluas y necesidades radicales), y desnaturalizar-
problematizar los condicionantes socio-históricos del proceso salud/enfermedad/atención para
posibilitar estrategias que favorezcan la creación de espacios salutíferos de contención y sostén,
promotores de autonomía y enunciación de los sujetos (Zaldúa, 2000). En este sentido, la
intervención e investigación en movimientos sociales, nos permitió acercarnos a nuevos emergentes
de las acciones colectivas, fenómenos de movilización dentro de los que focalizamos el
reposicionamiento de las mujeres tanto al interior de los mismos como hacia la sociedad en general;
además de los correlatos que surgían como efecto de estas nuevas formas de actuar.
Hablamos pues de la problematización en este caso del rol tradicional de las mujeres así como de
las estrategias colectivas que encuentran para trastocarlo, y que emergen al interior de alternativas
de organización surgidas en períodos críticos como fueron los primeros años de este siglo para
Argentina.
Opciones epistémicas y metodológicas
El paradigma de la Psicología Social Comunitaria Crítica (PSC) aborda el campo dinámico de las
problemáticas de la salud colectiva emergentes en el contexto del capitalismo tardío, contemplando
el atravesamiento de condicionantes históricos, materiales y simbólico-ideológicos en la producción
de subjetividades: desigualdades, contradicciones y opresiones de clase, género, etnia y cultura, que
definen relaciones sociales hegemónicas de dominación y sumisión-subordinación (capital,
patriarcado, raza blanca, cultura occidental). Al referenciar la PSC a la Teoría Crítica, se asume que
ontológicamente está basada en el realismo histórico, su epistemología es transaccional y
subjetivista; y la metodología aplicada es dialógica y dialéctica (Guba y Lincoln, 1997).
La opción epistémica y metodológica de la IAP se basa en una ética relacional, no reificante de la
otredad, y comprende a la investigación y la intervención comunitaria como parte de un mismo
proceso. Fals Borda (1985) la describe como: “una metodología dentro de un proceso vivencial, un
ciclo productivo satisfactorio de vida y trabajo en las comunidades en busca de ‘poder’ y no tan
sólo de ‘desarrollo’ para los pueblos de base, un proceso que incluye simultáneamente educación de
adultos, investigación científica y acción política, y en el cual se consideran el análisis crítico, el
diagnóstico de situaciones y la práctica como fuentes de conocimiento”. Nuestro hacer se referencia
en estas líneas de trabajo que posibilita la IAP. Basada en una ética relacional y crítica, la IAP
concibe la investigación-intervención como momentos de un mismo proceso de producción de
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conocimientos. Se combinan técnicas cualitativas y cuantitativas de recolección y análisis de
datos, así como triangulación de fuentes e instrumentos, asistida por procesador. En este caso
se trabajó mediante grupos focales, talleres participativos, observaciones participantes y
relatos de vida.
Nuevos movimientos sociales en Argentina
Los nuevos movimientos sociales en la Argentina, se caracterizan por ser una forma de acción
colectiva que contempla la solidaridad, el desarrollo de un conflicto entre diversos actores en lucha
y el despliegue de conductas que van más allá de las reglas que impone el sistema político (Melucci,
1984; Giarraca, 2001).
Uno de estos movimientos es el Movimiento de Trabajadores Desocupados (M.T.D´s). Desde una
perspectiva crítica revisa la sociedad, la cultura hegemónica y reconstruye nuevas maneras de
proceder y de pensar el mundo social, político y cultural. La redefinición activa del contexto,
provino no solamente de los hombres activistas y ex delegados sindicales, sino también de las
mujeres; y es que en los M.T.D´s, la presencia de las mujeres adquiere una importancia fundamental
Frente al avance del neoliberalismo, uno de los movimientos sociales que han adquirido visibilidad
en el espacio público, son los M.T.D´s. Es destacable la participación de las mujeres en términos
cuantitativos y también cualitativos en la mayoría de los M.T.D´s (conformados por un 90% de
mujeres).
Las asambleas populares irrumpen en Buenos Aires a partir de la crisis de 2001, con la
intencionalidad del ejercicio del estatuto de ciudadanía, de visibilidad como sujetos sociales que
enuncian y demandan participación en lo público frente a la catástrofe social. Los procesos de
exclusión social se aceleraron con los planes económicos de la última dictadura militar que
disciplinó con el terror, y los procesos democráticos posteriores continuaron los endeudamientos
sistemáticos, la desocupación, la vulneración laboral y social del ajuste neoliberal. Estas operatorias
de destitución de ciudadanía afectaron las condiciones de vida y la producción de subjetividades
(Zaldúa, 2000). La conjugación histórica de ambos (dictadura-neoliberalismo) instó a que la
ciudadanía se reserve toda actitud crítica y colectiva de resistencia y compromiso social, además de
poseer una capacidad instrumental de penetrar y moldear al imaginario social y la vida cotidiana
(Rebellato, 1999). Pero si bien este nuevo tipo de colonización fue y es difícil de resistir, a partir
de diciembre de 2001 se inauguraron nuevos tipos de organizaciones y movimientos sociales. Las
asambleas populares y los movimientos de trabajador@s desocupados, aunque han decrecido
cuantitativamente; algunos han comenzado a construir nuevas relaciones, nuevos vínculos y formas
de sentir y hacer política rompiendo con estructuras tradicionales. Los nuevos protagonismos ponen
en cuestión el sentido habitual de la participación. En estos puntos de resistencia nos encontramos
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con nuevos instituyentes, en la mayoría de los casos protagonizados por mujeres. Su presencia en
los nuevos movimientos sociales propone la reflexión de la configuración, la dinámica, las
necesidades y las prácticas de los sujetos involucrados en el proceso, puesto que enhebra nuevos
desafíos sociales, políticos y culturales al calor de luchas emancipatorias. Las mujeres desafían, en
muchos casos sin saberlo, un mandato social impuesto que intentan desarmar desde su accionar en
la cotidianeidad de las organizaciones sociales.
La propuesta de la PSC de intervenir en los fenómenos comunitarios supone una renuncia a la
simplicidad y al reduccionismo. Epistemológicamente, se asume el desafío de pensar desde la
complejidad del problema abordado, distinguiendo los componentes de la realidad sin anular sus
interrelaciones, conjugando las contradicciones presentes, sin aplicar la disyunción, utilizando la
racionalidad autocrítica, sin caer en la racionalización positivista (Morin, 1995). Es decir que al
trabajar con movimientos de trabajador@s desocupad@s y espacios asamblearios y con sus
participantes no estamos viendo las transformaciones subjetivas y prácticas de participación como
elementos o variables inconexas, al contrario las identificamos como partes de una complejidad
mayor: la crisis social y económica, con la que guardan una relación dialéctica.
Es pertinente hacer esta aclaración puesto que las reflexiones y resultados aquí vertidos surgen de
perspectivas de análisis que incorporan categorías históricas y sociales construyendo una
perspectiva de la praxis psicosocial en la PSC que a decir de Montero (2001) facilita entender las
necesidades como aspectos de la cotidianeidad sentidos como insatisfactorios, problemáticos,
perturbadores y limitantes de un modo de vida a los que no se tiene derecho. Esta perspectiva
converge y se enriquece del enfoque praxiológico de la Epidemiología Crítica, que tiene como
punto de partida la actividad práctica social de seres concretos históricamente, evitando hacernos
caer en abstracciones vacías que reducen el conocimiento (Breilh, 2003).
Asamblea Barrial de Castro Barros y Rivadavia en Buenos Aires
En la Asamblea de Castro Barros y Rivadavia: se trató de un proceso de trabajo de dos años en los
que fuimos abordando, analizando y compartiendo distintas temáticas vinculadas a las
problemáticas que se nos presenta como mujeres. Este proyecto con el grupo de mujeres de la
asamblea tuvo el objetivo de propiciar el fortalecimiento de las mujeres y la democratización de las
relaciones privadas y públicas. Problematizar el universo simbólico que define las identidades
femeninas y masculinas, y que opera para resignificar los roles y las relaciones de poder que hay en
la sociedad (Pousada, 2000).
La necesidad de apuntar a las acciones cotidianas desde lo micropolítico para cuestionar dicho
dominio, es uno de los ejes de la intervención. Las micropolíticas “apuntan a conseguir
transformaciones a nivel molecular: instituciones, relaciones personales, prácticas grupales no
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piramidales. Se trata de lograr aplicaciones no coercitivas del poder, resistencias creativas, acciones
liberadoras mínimas, cotidianas, constantes, personales y sociales” (Foucault, 1996). Y de esta
manera, poder generar instituyentes que desdibujen poco a poco las relaciones de poder que no nos
permiten ser protagonistas, hacedores de nuestra propia historia. En el proceso de trabajo cada
mujer fue develando e interpelando al sistema patriarcal en su vida cotidiana, como por ejemplo
estos relatos: "tengo una reunión de mujeres, aunque en mi familia se rían." (Vecina, Ama de
casa)... "El no tener plata mía me condicionaba" (vecina, desempleada) "El machismo està en los
lugares” ( vecina, empleada)
Nos posicionamos desde una ética dialógica para recorrer un camino donde juntas leemos y
construimos la realidad: co-descubrimiento y co-transformación. Los temas a tratar en cada
encuentro surgieron de los intereses del grupo. La planificación del taller ha sido horizontal,
consensuamos modalidades y temas, y también se elaboró la convocatoria para el taller. Los temas
relevantes fueron: los mandatos, el poder y el dinero, el cuerpo y la femenidad, la violencia pública
y privada; la maternidad.
La metodología fue dinámica, flexible, y participativa, respetando las diferencias e intentando
integrar lo individual y lo colectivo. Se trabajó en dos modalidades: trabajos grupales e instancias
plenarias. La utilización de herramientas técnicas se realizó en función a los objetivos que nos
propusimos en el proceso y en el taller específico. Al hacer las propuestas de técnicas a utilizar
pensamos sus posibilidades y sus límites. Algunas de las técnicas implementadas fueron:
vivenciales (dinámicas de presentación, de comunicación); con actuación, socio-dramáticas;
auditivas y audiovisuales (canciones, poemas, videos); visuales (afiches, artículos de diarios,
papelógrafo, relatos biográficos, dibujos, imágenes); escritura (elaboración de auto-retrato,
autobiografía).
Unión de Trabajadores/as Desocupados de General Mosconi (UTD)
La Unión de Trabajadores Desocupados/as de General Mosconi en Salta, es un movimiento social
que denuncia las graves problemáticas ambientales, producto a la contaminación en la región
debido a la intensa deforestación y la explotación petrolera. Este territorio cuenta con siete etnias
diversas, y un número importante de mujeres que forman parte de la UTD. El movimiento surge
producto de las transformaciones en el campo económico, político, social, y de la subjetividad, a
mediados de la década de los noventa. Frente a este escenario, la UTD se constituye como un
espacio de demanda de trabajo, de condiciones de vida, de defensa del medio ambiente, del
territorio y de participación comunitaria.
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Un aspecto importante a considerar es la participación de las mujeres en términos cuantitativos y
también cualitativos. La mayoría de las mujeres que participan en la UTD, en un primer momento,
comienzan a participar para solucionar sus problemáticas inmediatas:
“Comencé a participar por necesidad.” (Integrante de la UTD- Taller de costura)
“Vine a la UTD para resolver determinados problemas relacionados con la subsidencia de sus
hijos e hijas”. (Integrante de la UTD)
“Nosotras las mujeres, fuimos adelante, porque pesamos en nuestros hijos, en el futuro de nuestros
hijos” (Integrante de la UTD- cooperativa de Vivienda de la UTD)
Si bien en una primera instancia su participación se relaciona con representaciones sociales
construidas en torno al rol de las mujeres como cuidadoras, protectoras, etc. A partir de allí, muchas
mujeres desde prácticas concretas van asumiendo diversas tareas en la organización. Por ejemplo,
trabajan en la cooperativa de costura, pero también en la construcción de viviendas, refaccionando
escuelas, salitas de primeros auxilios. Son coordinadoras de las cooperativas que tiene la
organización. También organizan el día del niño/a, las ollas populares, eventos culturales, etc. Es
decir, desarrollan al mismo tiempo tareas convencionales y no convencionales que desenvuelven
las mujeres. Dicho proceso de participación se relaciona con la categoría de sincretismo, entendida
como la articulación de elementos y/o prácticas tradicionales y alternativas. La participación de las
mujeres en la UTD ha propiciado que algunas de ellas vayan descubriendo sus potencialidades
silenciadas por años. Además de ir descubriendo que en el colectivo muchos de los problemas
vividos desde la singularidad, individualidad, soledad, se entrecruzan, se comparten y son similares.
A partir de ese encuentro, van generando procesos de fortalecimientos colectivos donde los dolores,
la crítica y la autocrítica están presentes, pero también las felicidades, los afectos, las alegrías, la
revalorización de sus cualidades y sus capacidades.
En el participar se juega un papel clave, las mujeres comienzan a repensar su propia realidad, su
vida cotidiana, los vínculos que generan y las diversas problemáticas con las que se encuentran. De
esta manera, algunas mujeres van asumiendo la importancia de reflexionar sobre la dimensión de
género. Van descubriendo que la realidad biológica no basta para explicar el comportamiento
diferenciado de lo masculino y lo femenino en la sociedad.
Comentarios finales
Aún cuando las poblaciones con las que se trabajó tienen características disímiles, al implementar el
modelo de IAP pudimos constatar la plasticidad que brindan las técnicas utilizadas: cualitativas y
participativas. Esto nos lleva también a identificar similitudes en los procesos vividos por ambas
poblaciones. Si bien ambas poblaciones pasan mediante esta participación a ser de hecho
visibilizadas socialmente; las intervenciones relatadas abrieron espacios para repensar en colectivo
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estos procesos que tenían efectos concretos, pero no eran del todo resignificados. Esta perspectiva
de la IAP permitió también la co-construcción de saberes diversos en torno a las dimensiones de
género, participación y ciudadanía. Es importante destacar que a pesar de las diferencias específicas
entre ambos colectivos de mujeres, se observan condiciones similares en las tensiones y
transformaciones vividas en el pasaje del ámbito privado al público, que implica la entrada de la
mujer en la participación política. Estos efectos subjetivos se materializan en cambios en el
posicionamiento en relación a reconocerse sujetos activos de derecho a través del proceso de
empoderamiento del colectivo de mujeres. En este sentido, reafirmamos la validez ético política de
la IAP, a través de las relaciones de transferencia Universidad - Colectivos Sociales, en las que se
promueve una perspectiva constructiva de género y de un proyecto sociohistórico de
transformación social.
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