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7/25/2019 Vivir con enfermedad mental
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i vida es plenamente normal,
conmsordenque anteseso
s,y conun tratamientode por
vida, por supuesto, que he
acoplado tambin con normalidad, como
la mujer adulta que incorpora una pldora
anticonceptiva a la suya. La gran diferen-
cia conunapersonasana,quizs,esla in-
certidumbre que me exaspera de no sa-
ber si volver a tener otra crisis maana,
dentro de un mes o nunca jams.
Beatriz tiene un trastorno bipolar, convi-
ve con l y con sus pastillas. Trabaja,tie-
ne familia y amigos. Y todos en su entor-
no conocen su enfermedad. Esono cam-
bia nada,y ella es feliz.
Sin embargo el de Beatriz no es un caso
ejemplar, por extrao, aunque s lo es
por servir de ejemplo,por mostrar lo que
se puede lograr,lo que se debera lograr.
Con un tratamiento adecuado la mayo-
ra de las personas con trastornos men-
tales graves podran normalizar su vida
socialy laboralmente. Un tratamiento ade-
cuado incluye,adems de la medicacin,
la psicoeducacin del paciente y su fa-
milia,la rehabilitacin psicosocial,los cui-
dados de enfermera comunitaria, el em-
pleo con apoyo, la educacin con apoyo
y la disponibilidad de un sistema de alo-
jamientosy de pensiones adecuado para
satisfacer las necesidades diversas y
cambiantes que resultan de la evolucin
tambin diversa y cambiante de los tras-
tornos mentales,explica el especialista
en Psiquiatra, Manuel Gmez Beneyto.
Pero no ocurre as, la mayora de las per-
sonas con enfermedad mental viven en
un mundo aparte, discriminados, es-
tigmatizados. Beatriz tambin sinti ese
rechazo,el estigma:Por supuesto. Lo he
sentido siempre, de hecho, durante mu-
chos aos he ocultado mi trastorno bi-
polar en trabajos,o a personas quecono-
ca, por el miedo a afrontar sus reaccio-
nes, sus crticas, sus miedos. He per-
dido muchos amigos en el camino y tam-
bin varios trabajos porque, inevitable-
mente, cuando la enfermedad se mani-
fiesta en todo su esplendor no se puede
ocultar. Hoy da, gracias a Dios,mi entor-
no familiar y laboral lo saben, y no tengo
que ocultar nada, pero todava me sor-
prendo en situaciones en que silencio
mi dolencia para no ahuyentar a la per-
sona que tengo en frente, para no per-
der una ocasin propicia para mi vida,
en un intento inevitable de que no vuel-
van a suceder catstrofes, que se preci-
pitan sin remedio, aunque ahora ms
espaciadas en el tiempo.
La enfermedad mental es una de las
discapacidades que ms ha tardado en
mostrarse a la sociedad, afirma Jos M
Snchez Monge, presidente de FEAFES
(Confederacin Espaola de Agrupacio-
nes de Familiares y Personas con Enfer-
medad Mental): De momento no esta-
mosmuy bien atendidosy porlo tanto se-
guimos siendo los grandes olvidados;
es verdad que sigue existiendo estigma
en la sociedad y porlo tanto prejuicios que
impiden en muchos momentos atender-
la adecuadamente. Losdos temas de los
que siempre hablamos nosotros,en FEA-
FES, son esos,hay que conocer la enfer-
medad, los trastornos mentales y luego
formarse para conocer los caminos que
logren atenderlas adecuadamente.
Sinembargoel caminono parecefcil,tal
y como explica el especialista Gmez
Beneyto: Para cambiar el estigma,prime-
ro hay que tener en cuenta que la lucha
es a largo plazo, en una, dos o tres ge-
neraciones. La segunda cuestin es que
el trabajo hay que hacerlo fundamental-
mente con los nios y los adolescentes,
en las escuelas, en pequeos grupos y,
si puede ser, con personas que presen-
tan trastornos mentales,con charlas, ta-
lleres que lleven ellos a cabo, que los
estudiantes entren en contacto real; eso
es lo ms eficaz, pero es muy caro y co-
mo es a largo plazo, en general los in-
tereses polticos no van por ah; los pol-
ticos necesitan efectos inmediatos y vi-
sibles,con fines electorales,cualquier co-
sa que suponga un efecto a largo plazo,
como es acabar con el estigma, o la pre-
vencin de los trastornos o la promocin
de la salud mental, cuyos efectos son a
10-30 aos, no interesa.
LAESTRATEGIADE2006
A finales de los aos 70 y comienzos
de los ochenta se inici la reforma psi-
quitrica en nuestro pas conel desman-
telamiento de los hospitales psiquitri-
cos, pero la Administracin no asign
los recursos necesarios para atender a
los pacientes en la comunidad y la refor-
ma se qued a medias. Desde entonces
hemos mejorado, pero insuficientemen-
te.El retraso de nuestro pas respecto de
otros en Europa no hace ms que crecer
enlos ltimosaos. Espaa figura a laco-
la de lospases europeos en trminos de
presupuesto asignado a salud mental.
As lo resume como testigo de primera
fila el Catedrtico Gmez Beneyto.
Algo hemos avanzado, aunque sea po-
co. Europa y la Organizacin Mundial dela Salud (OMS) se hanencargado de ello.
El Plan de Accinen Salud Mentalde Hel-
sinki, avalado por la OMS y la Comisin
Europea, ha servido de base para la ela-
boracin de la Estrategia en Salud Men-
tal del Sistema Nacional de Salud en
nuestro pas. Dicha estrategia, aproba-
da en 2006, es una buena herramienta,
segn Snchez Monge: Seguimos pen-
sando que es un instrumento adecuado,
porquese ha conseguido poner de acuer-
do a varias comunidades, aunque poda
haber salido mucho mejor. El problemaes
quehay que desarrollarla e implantarla en
todas las comunidades y los ritmos son
muy diferentes en cada una.
Gmez Beneyto tambin observa un be-
neficio en esta iniciativa,aunque existentodava grandes obstculos que salvar:
Es la mejor estrategia posible en nues-
tro pas en este momento y es el resul-
tado de un consenso alcanzadoentrelas
Comunidades Autnomas en torno a los
mnimos necesarios para modernizar la
atencin a la salud mental; el problema
es que no son recomendaciones estric-
tas y rigurosas, cabe una cierta holgura
de interpretacin y segn la comunidad
autnoma, sus recursos y otras circuns-
tancias, habr una interpretacin ms
blanda o ms estricta. Algunas comuni-
dades estn actuando de una manera
adecuada y otras incluso se resisten ac-
tivamente. Creo que a largo plazo se ir
ajustando,pero no es todocuestin de re-
cursos, hay aspectos organizativos o de
gestin que cuesta cambiar, por ejemplo,
la mentalidad de algunos gerentes o di-
rectores de hospitales.
Beatriz es una persona con enfermedad mental y tiene una vida plena, lo ha
logrado tras aos de lucha y de bsqueda. Jos Mara Snchez Monge
preside una organizacin que trabaja por y para la salud mental, y asegura
que todo est mejor ahora, pero que an son los grandes olvidados y por
siempre estigmatizados. Manuel Gmez Beneyto, psiquiatra, suea con un
futuro mejor, donde los recursos sean mayores y, sobre todo, estn bien
Blanca Abella
Vivir plenamente con enfermedad
Ms de cuatromillones de
espaoles tienenun trastorno
mental, un millnde ellos, grave
La vidaal margen?La vidaal margen?
10Reportaje cermi.es El peridico de la discapacidad MARZO 2010
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7/25/2019 Vivir con enfermedad mental
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Su visines, de nuevo a largo plazo: Que-
da muchoporque cualquiercambio gene-
ra incertidumbres, una cierta angustia y
portantouna resistencia a cambiar. Creo
quela estrategia es un iniciode un proce-
so que ir evolucionando a lo largo de
los aos, que estsometido a evaluacin
y habr que ir mejorndola y aunque se
pusiera en marcha en su totalidad, el efec-
to sobre la salud mental tardara mu-
chos aos en manifestarse.
ASPECTOSSANITARIOS
Los trasmisoresde mi cerebrofuncionan
de una forma diferente y por ello mi es-
tado de nimo puede verse alterado.
Los primeros aos, desde que me diag-nosticaronun trastorno bipolar, fueronuna
constante agona, una rebelin contra
todoy todos,una negacinabsoluta En
un largusimo peregrinar, he ido entrete-
jiendo nuevamente mi red social. A fuer-
zade repetirsemis crisis de euforia y las
consiguientesdepresiones,fui rindindo-
me a las evidencias y aprendiendo por el
mtodo del ensayoy error. Paspor unmi-
llar de terapias alternativas y logr darcon
una psiquiatra experta en trastornos bi-
polares que me dej en manos de mi ac-
tual terapeuta, que es el que ha logrado
nivelar la medicacin hasta el punto en el
que me encuentroahora:tres aos dees-
tabilidad completa.
Beatriz recuerda los primeros momen-
tos con un gesto de cansancio, con laimpresinde habervivido algorealmente
duro. Y poda haber resultado ms fcil
y rpido si nuestro pas contara con ms
recursos y una gestin adecuada.
La atencin primaria y la pediatra son
fundamentales para prevencin y para
atencin de trastorno mentales leves. Se
podradescargaras a lasunidades de sa-
lud mental, especializados en trastornos
mentales graves. Faltan todava herra-
mientas, tiempo, personas, adems de
formacin e informacin, explica el pre-
sidente de FEAFES.
Para Gmez Beneyto, la asignatura pen-
diente de la salud mental en nuestro pa-s est clara: La insuficiencia de recur-
sos para aplicar tratamientos psicolgi-
cosa laspersonasque sufrentrastornos
depresivos y de ansiedad y tambin la fal-
ta de recursos y la aplicacin de formas
de gestin clnica inapropiadas para pro-
mocionar la autonoma de las personas
que padecen trastornos mentales gra-
ves. Uno de esos problemas, la gestin
clnica,se refleja en el tratamiento que re-
ciben actualmente muchas personas con
enfermedad mental: Existe una tenden-
cia creciente a considerar que la so-
lucin de los trastornos agudos consiste
exclusivamente en prescribir frmacos,
olvidando los aspectos psicolgicos que
deben ser abordados adems con psi-
coterapia, y tambin otra tendencia cre-
ciente a considerar que los trastornosde
larga evolucin son incurables y que por
lo tanto no cabe para ellos ms solucin
que alojarlos de por vida en hospitales o
residencias, en vez de incrementar los re-cursos paramejorarsu rehabilitacin e in-
clusinsocial. Ambas cosas tienden a en-
cronizarla evolucin de los trastornosau-
mentado as el gasto sanitario y el sufri-
miento de los pacientes.
Beatriz se encuentra muy bien en su si-
tuacin actual, pero echa en falta al-
gunas atenciones: Una terapia indi-
vidual,muchoms profunda,ms frecuen-
te, que me ayude a superar los miedos,
las limitaciones que, sin saber por qu,
me ha trado la enfermedad mental. Una
persona cuyo nimo sube hasta cotas
anormales e inimaginables, tarde o tem-
prano, tiene que bajar y, cuando lo hace,
cae en picado a un mundo donde su au-
toestimase diluye hasta desaparecer, de-
jndola desamparad a para afrontar elmundo real,el quetanto tememos desde
esa otra oscura perspectiva de la depre-
sin. Las personas con enfermedad men-
tal necesitamos que nos ayuden a ahon-
dar en nuestra psiquis,a comprendernos,
a valorarnos,a superarnos. Necesitamos
especialistas en este ramo que nos cui-
den, que nos mimen, que nos ayuden
a salir de las trampas que nosotros
mismos nos hemos puesto.
Algo parecido reclaman desde FEA-
FES: Cuando hace tiempo hicimos
nuestro planteamiento de tratamiento
ambulatorio involuntariolo que hacamos
es plantear quehabaque buscaruna he-rramienta para que la persona fuera a
recuperar las capacidades que haba
perdido, no entendamos que el
dar una medicacin sea una
herramienta adecuada.
Eso era una parte
del tratamiento, que es mucho ms am-
plio, con una terapia y una intervencin
alargada en el tiempo,tieneque haber un
periodo de psicoterapia.
ESTIGMAYTRABAJO
Me duele decirlo, pero apenas conozco
personascon enfermedad mental quees-
tn integradas socialmente. Muchos de
mis compaeros de terapia no viven una
vida normal. La gran mayora recibe una
msera pensin por discapacidad que,des-
de mi punto de vista, les incapacita an
ms, ya que les recluye al mbito del ho-
gar y les deprime ms delo que depors
estn.La tristezahace mella en sussem-
blantesy,sinembargo,son personastalen-tosas, alegres por dentro, fuertes porque
hanvistosus vidas bocabajo tantas veces
y tantas otras han sabido dar la vuelta a
esa experiencia para seguir viviendo. Pe-
ro,en el fondo,me pareceque la mayora
de ellas sobreviven, no viven como los
dems porque no se les acepta, por los
prejuicios,el miedo a lo diferente. Por su-
puesto, existen loables excepciones, pe-
ro siempre son aquellas que trabajan
Queda mucho por hacer, mucho espacio
que rellenar en los medios de comunica-
cin,muchas voces quese alcen y hablen,
muchas personas con enfermedad men-
talque se levanten y publiquen
unas vidas queson ensean-
zas en s mismas, un ejemplo de supera-
cin. Beatriz habla as desde su ex-periencia.
Mesiguepreocupandoun po-
co el que en el mundo de
las ideas estamos to-
dos de acuer-
do,el
problema es que esas ideas hay que lle-
varlas a efecto y eso parece que cuesta
ms, afirma Snchez Monge. Y asegu-
ra: Somosla discapacidad invisible, la so-
ciedad no saben que estas personaspue-
den trabajar adecuadamente. Es verdad
que en muchos casos necesitan apoyos y
en otros tambin formacin, no hay que
olvidar que esta enfermedad suele llegar
entre los 18 y los 35aos, y muchasper-
sonas no han acabado su formacin, por
tanto hay que mejorarla; pero si se des-
conoce a la persona, difcilmente se dan
oportunidades y la mejor manera de re-
cuperarse es lograr un trabajo.
As lo entiende tambin Gmez Beneyto:
El principal problema al que se enfrentauna persona con enfermedad mental en
el mbito laboral es el estigma, lo que a
su vez conlleva discriminacin y margina-
cinsocial; si estuviera todomejor gestio-
nado, inclusolos trastornos mentalesgra-
ves trabajaran y seran productivos.
Beatriz: A veces me siento como el cer-
dito del cuento, el de la casa de papel o
demadera,eseen elque vieneel lobo so-
pla y latiraabajo. Si tan solosupiera que
lo que estoy construyendo ahora tiene la
consistencia de ladrillosindestructibles...
Pero nadie puede asegurrmeloy he de vi-
vir cadauno demis dascon lain-
certidumbre,perocon la es-
peranza mantenida.
Slo el 5 porciento de laspersonas con
enfermedad mentaltiene un empleo
regular
En EEUU laesquizofrenia llevaconsigo un gasto,entre sanitarios e
indirectos, prximoal del cncer
11Reportaje cermi.es El peridico de la discapacidad MARZO 2010