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Resumen Ejecutivo
En el presente informe se realiza un análisis crítico del modelo económico y la
crisis de los años 80 basados en los 4 enfoques con la finalidad de considerar
las bases del modelo, medidas económicas tomadas durante el periodo, sus
razones y efectos que genera la crisis, todo esto ocurrido en el colapso
económico de 1973, lo cual produjo que esta crisis económica se manifestara
con una inflación de tres dígitos, esta cifra se estima que llegó a un 606%, la
más alta en la historia de Chile. Se produjo un incremento en el déficit fiscal,
multiplicó la cantidad de dinero y esto depreció la moneda. Estas medidas
instauradas durante estos años causaron un crecimiento transitorio del
consumo y producción del país, mientras se mantenía la inflación a niveles
razonables.
Introducción
Desarrollo análisis del Modelo Económico y la crisis de los años 80
“Una evaluación del Modelo Económico”
El experimento de política económica monetarista realizado por la dictadura militar chilena, con las teorías de Milton Friedman y los llamados Chicago boys, ha resultado un fracaso total, que reconocen incluso los más fervientes partidarios del régimen. Mientras Friedman niega haber sido un asesor económico de la Junta Militar chilena, ésta trata en los últimos tiempos de dar un giro hacia la "economía mixta", con una importante intervención del sector público, algo que difícilmente podrá mitigar la grave crisis actual. Un enviado especial de EL PAIS informa sobre la situación social y económica en Chile.
El cuadro económico chileno es, efectivamente, poco alentador. El crecimiento del Producto Nacional Bruto será este año de un 13% negativo; la deuda externa supera los 16.000 millones de dólares. El desempleo, según datos oficiales, se acerca al 25%, de la población activa, pero si se incluyen en él los traba adores acogidos al llamado plan de empleo mínimo (PEM) supera el 30%. Las empresas, con altísimo endeudamiento, quiebran a un ritmo de 500 por año. La inflación, inicialmente contenida por las medidas monetaristas, crece peligrosamente, rondando ya el 20%. Y el hambre está presente en los arrabales de Santiago de Chile, a sólo unos kilómetros del aparentemente próspero barrio norte.La revista APSI, cerrada recientemente por el régimen militar, resumía así, a finales de septiembre, la situación económica tras el rotundo fracaso del modeloultraliberal experimentado en Chile por los seguidores de las teorías de Friedman: "Porque es un fracaso que la tasa de crecimiento de estos nueve años no llegue al 3% anual (la histórica en Chile es del 4,7%); que el desempleo haya sido entre dos y tres veces superior al del pasado; que los salarios reales sean hoy inferiores a los de hace diez años; y que -bajando a los bienes terrenales- tengamos hoy en Chile menos carne por habitante, menos leche, menos cereales, menos huevos que en 1972".
1
1 Noticia diario el país 18 noviembre 1982
“Modelo Neoliberal y Desarrollo Nacional: Un Desencuentro”
Principalmente estamos situados en un contexto donde durante casi una
década se ha pretendido moldear al país con lo que se consagro “la verdadera”
ciencia económica, tras el paso por unos años de decadencia. Todo lo
implementado fue en post de la búsqueda de una democracia estable. Pero
¿Por qué fracaso este modelo tan aclamado?
Dentro del escrito, Álvaro García cuestiona dos grandes dimensiones del
problema de la instauración y practica del modelo neoliberal:
- Fundamentos económicos de la proposición del modelo.
- La idea de hombre y sociedad que promueve el modelo, permitiendo el
potenciar el desarrollo tanto de la nación como el de persona natural.
Es importante mencionar que dentro de los fundamentos económicos del
modelo, para la su instauración es imprescindible que:
“El Estado intervenga para lograr un óptimo social”. Pero tras la toma de poder
por parte del mando militar, se optó por no reconocer la realidad compleja que
pasaba la economía nacional, privando el rol del estado, eliminando toda
posibilidad de desarrollo económico y social. También se puede mencionar el
sesgo social que ha ocurrido tras la intervención pública y por último la mala
gestión que tuvieron los altos mandos en el manejo de la economía.
Otro fundamento que puede ser irrefutable, pero que llevado a la práctica no
ocurrió, es “la asignación óptima de todos los recursos disponibles en la
economía”, ya que en Chile el 20% más rico de la población tiene mayor poder
adquisitivo, por lo tanto, cuando se habla del mercado, simplemente se está
acotando solo a este sector privilegiado de la población. De esta manera se
logra confirmar la desigualdad existente durante estos años en el país.
Esto también genera la creación de un carácter monopólico o más bien
oligopólico, donde la apertura comercial aparece como una solución, dado que
firmas nacionales se ven en la obligación de competir con firmas de otros
países llevándolos a no poder fijar sus precios. Sin embargo, dado el alto poder
adquisitivo que los dueños de estas firmas, existen las condiciones por parte de
ellos para poder transformarse en pequeños importadores, manteniendo el
poder dentro del mercado chileno y fracasando nuevamente la asignación
óptima para la sociedad.
También se intentó que “el país orientara su estructura productiva hacia el
desarrollo de los sectores que tengan mayores ventajas comparativas”, y para
esto se tomaron medidas en donde se eliminaron las restricciones impuestas
por el estado al mercado internacional. Esto básicamente significo devolver a
las empresas multinacionales parte de las firmas nacionalizadas en el gobierno
de Salvador Allende.
Todo esto genero una idea errónea donde se pensaba que Chile se encontraba
en condiciones de competir en el mercado extranjero, en la cual demostraba
que nos estábamos enfrentado perfectamente a una competencia desigual,
dado los altos niveles de proteccionismo y fomento de sus exportaciones que
ellos tenían.
Tras la apertura comercial, otro aspecto fundamental que no fue tomado en
cuenta es el nivel y estabilidad del tipo de cambio, que tras fluctuaciones en el
precio de los mercados extranjeros y de los costos internos, la situación no fue
del todo favorable para el desarrollo nacional. Además se le suma una escasa
inversión interna, agudizando la problemática que enfrenta el país. Finalmente,
el modelo de desarrollo según las ventajas comparativas, sobre todo en las
condiciones en que se implantó, sólo podía conducir a una agudización de la
dependencia económica con el exterior y a una destrucción de la capacidad
productiva nacional.
Otro aspecto que se debería fortalecer este modelo era una “rápida
acumulación, concentración del ingreso y disminución del costo de mano de
obra”. Todo esto cimentado en que:
- Los grupos con altos ingresos tiene propensión a ahorrar, por ende una
la mayor concentración del ingreso llevaría a una mayor tasa de
acumulación.
- La baja en los salarios, daría paso a generar ventajas comparativas.
- Tras un mayor gasto de los grupos más vulnerables, llevaría a que una
concentración del ingreso, una disminución en la demanda agregada, lo
que conlleva a menores presiones inflacionarias.
Finalmente tras la concentración del ingreso y el aumento de la pobreza dentro
del país, no genero el esperado aumento en la tasa de ahorro, sino más bien
se mantuvo en tasas inferiores al 20% más bajo que en décadas anteriores.
Como último fundamento y uno de los más importantes es el “conjunto del
instrumental de política económica utilizada”. Donde los encargados de guiar y
sacar a flote al país, pensaron que la economía se comportaría como en los
textos más simples de dicha materia, lo cual fue un error.
La aplicación de una política monetaria restrictiva, era la solución para lograr
controlar la situación fiscal del país. Todo esto llevo a la fijación de salarios que
disminuyó la demanda agregada, pero durante el mismo periodo se permitió a
algunas entidades financieras operar sin ningún tipo de restricción, lo que hacía
indudablemente aumentar la oferta monetaria, lo cual contradecía todo el plan
efectuado por el poder al mando. Aun así la restricción fue tan grande que llevo
a una recesión económica entre 1975 y 1976, y además genero un aumento
descontrolado en la inflación.
También opero sobre las expectativas de los empresarios, recurriendo al
mecanismo de extorción de cifras del IPC (hecho documentado hasta el día de
hoy por el instituto nacional estadístico), lo cual distorsiono numerosos
indicadores socioeconómicos y llevo a que los reajustes salariales
permanecieran por debajo de la efectiva alza de precios.
El dogmatismo alcanzó su punto álgido en 1979, cuando se aplicó el llamado
"enfoque monetario de la balanza de pagos". Esta nueva doctrina suponía que
la inflación era equivalente a las variaciones de los precios externos y del tipo
de cambio. Por lo tanto, fijar el tipo de cambio era la solución para lograr una
tasa de inflación semejante a la de los países con los cuales se comercia.
Finalmente el ajuste no se produjo, lo que ocurrió fue un deterioro de la
posición competitiva de la economía nacional, disminuyendo las ventas,
aumentando el desempleo y cayendo en la producción. Además, sólo se
postergó la inflación mediante la mantención forzada del tipo de cambio.
Por otro lado la evaluación del modelo y su aplicabilidad, no puede restringirse
solamente a fundamentos económicos, sino hay que tener en mente una
concepción de la sociedad y del ser humano.
El modelo plantea que:
- El individuo es un ser básicamente económico racional.
- El individuo es esencialmente hedonista.
- El individuo es un ser autónomo y separado de su entorno social y
natural.
Sin embargo la concepción del ser humano y de la sociedad es la primera y
fundamental falla del modelo aplicado durante este periodo. La concepción
hedonista, economicista e individualista del ser humano es diferente a la cultura
y a los intereses de la gran mayoría de los chilenos.
Es imposible constituir modelo social libre sin contar con un sistema común de
valores, ya que los valores que subyacen al "homo oeconomicus" no
constituyen esa base común. Esta ha sido la más profunda razón para
mantener un gobierno autoritario.
Este modelo fracasó, ya que existe aún una disputa frente al sentir y pensar del
chileno promedio.
Finalmente el modelo Neoliberal implementado durante este periodo, según el
autor, no logro repuntar dado las malas prácticas a utilizar y las suposiciones
básicas que implicaba el modelo económico que no se aplicaban a la realidad
del país.
Aún existen diferencias frente los sectores que dominan la economía,
demostrándose que el rol del estado, no logra solucionar con total efectividad
las ineficiencias que se encuentran dentro de la economía. Sin embargo hay
que seguir en la búsqueda de la eficiencia del modelo, a través de la humildad
y dialogo.
“Crecimiento, Recesión y Mercado”La crisis económica que se sostuvo durante este periodo, se ve atribuida a
problemas cíclicos y no estructurales, donde todo no se debe a una falla del
sistema de libre mercado, sino por las deficiencias políticas y económicas que
se implementaron en los diferentes acontecimientos.
Es importante mencionar que el escrito se encuentra enfocado principalmente
al fenómeno recesivo que ocurrió en dicho periodo, buscando si existe una
deficiencia en la administración del país (economía, política, entre otros) o en la
operación del mercado.
Durante los años 1974 y 1982 la tasa de crecimiento anual de la trayectoria
central es en promedio de un 4,3%, la cual comparada con años anteriores
(1950 – 1970), no existe mayor diferencia en sus números. Aun así, se debe
tener en cuenta que el modelo económico de desarrollo implementado es más
ambicioso, llevándolo a ser evaluado de acuerdo a las circunstancias internas
y externas que ocurren en la nación.
Finalmente se puede extraer que el crecimiento obtenido entre 1974 – 1982 ha
estado esencialmente basado en la maximización de los recursos productivos
existentes. También hay que tener en cuenta la tendencia creciente de ahorro e
inversión que se produjo hasta 1980, la cual refleja que progresivamente se
iban estableciendo bases sólidas para un alto y sostenido crecimiento. De todo
esto se puede apreciar como la economía Chilena va experimentando cambios
en su modelo de desarrollo. Sin embargo, gran parte de las transformaciones
finalizaron cuando ya se estaba a puertas de entrar a un periodo de recesión
demostrando que la estructura comercial que mantiene a la nación es
esencialmente mixta, donde el Estado jugaba un rol sin dinamismo propio y un
sector privado pequeño y concentrado.
Los cambios a que se ve enfrentados el país, genera dos grandes periodos de
recesiones, donde la primera fue la corrección de serios desequilibrios causado
en el gobierno socialista, basándose en la contracción del gasto público, alzas
en los impuestos, devaluación del peso y una gradual reducción en la tasa de
expansión monetaria. Y también, teniendo en cuenta la severa recesión
mundial ocurrida en 1975.
Ya desde 1976, existe una recuperación económica, donde se puede ver a
través del mejoramiento de cuenta externas y un aumento progresivo en las
reservas internacionales. También la aplicación de una política cambiaria ágil,
hizo al tipo de cambio proteger la competitividad de la producción nacional y
neutralizar las presiones monetarias desestabilizadoras que provenían de la
balanza de pagos. Esto genero significativas reevaluaciones del peso, a cual
disminuyeron expectativas inflacionarias.
Finalmente el periodo de recuperación se ve truncado en 1978. La economía
inició, entonces, un nuevo ciclo, cuya fase expansiva alcanzó su punto culmine
a mediados de 1981. Así, entre 1976 - 1981, el tipo de cambio real y la tasa de
interés real descendieron, en tanto que los salarios reales se encontraban en
alza. Estas tendencias fueron bruscamente invertidas en 1981- 1982, y ello
afectando a los planes de consumidores e inversionistas.
El profundo quiebre en el curso del tipo de cambio real, las remuneraciones
reales y los intereses reales provocaron desconcierto, el cual genero un debate
público donde se interpreta que después de todo, las empresas privadas son
tan ineficientes como las públicas.
Tras del problema cambiario ocurrido entre 1979 – 1981, llevo a una pérdida de
competitividad, viéndose reflejada en una expansión de las importaciones y una
progresiva disminución en el sector exportador. Donde el punto más atacado
ha sido la política de aranceles uniformes y bajos.
Finalmente la causa que parece más importante es la gruesa influencia de
capitales externos durante 1980 y 1981; hay quienes sostienen que el mercado
falló por cuanto generó un ingreso excesivo de crédito externo. Tras el
argumento de que las buenas perspectivas de la economía chilena hacia 1980,
dieron lugar al optimismo que alentó ambiciosos proyectos de consumo e
inversión. El optimismo se pudo apreciar en consumidores, inversionistas,
empresarios y banqueros nacionales y extranjeros. Estos últimos facilitaron al
sector privado la elevada suma de créditos externos que llevo a un desajuste
en el tipo de cambio real. También el hecho de generar nuevos contratos y
programas de gasto social que fueron promovidos por el propio Gobierno hasta
fines de 1981, hace pensar que ni siquiera las autoridades económicas
sospechaban el modo de operar de un régimen de cambio fijo aquejado de un
desequilibrio de balanza de pagos.
Dada la amenaza de un problema monetario, son muchos los factores que han
contribuido a elevar el costo real del crédito, aunque la versión más popular le
atribuye el alza de la tasa de interés a una excesiva demanda de crédito, la
cual provendría de la resistencia del mercado a ajustar su comportamiento a
las deprimidas condiciones actuales de la economía. Este punto de vista está
asociado al diagnóstico del exceso de optimismo y de endeudamiento. De esta
forma se sostiene que los proyectos de consumo e inversión en el período del
auge han terminado causando abultadas pérdidas.
Naturalmente, el juicio del mercado no es infalible y, en períodos de crisis, las
expectativas pueden ser particularmente confusas. Es por eso que al Estado le
cabe un rol de orientación a través de sus políticas macroeconómicas. Y es
aquí donde los partidarios de la planificación central suponen que los
encargados gubernamentales resultan más eficientes que el mercado para
detectar los proyectos viables. Por eso recomiendan el control y la asignación
centralizada del crédito.
Finalmente, la intervención del Estado destinada a forzar dicho ajuste tendría
un efecto contractivo sobre el gasto nacional y ello acentuaría la depresión de
las ventas, la producción y el empleo.
Tras los problemas cambiarios y monetarios, aparece la evolución de las
remuneraciones, donde existe un considerable aumento entre los años 1978 –
1981.
Teniendo en cuenta que los costos laborales son un ingrediente importante de
la competitividad del producto nacional, puede apreciarse que durante 1970,
los salarios y el tipo de cambio se encontraban en la razón 1:1, luego en 1979
dicha razón había disminuido a 1:1,5 y terminando en 1981 con una mejora de
1:0,9 en dicha razón.
Por otro lado el comportamiento de las remuneraciones nominales ha
repercutido también sobre la tasa de interés, ya que la trayectoria de los
sueldos y salarios suele conferirle cierta rigidez al nivel de precios. También la
reajustabilidad automática de las remuneraciones del sector público y de los
trabajadores con contratos individuales de trabajo y del salario piso establecido
en la ley de negociación colectiva han sido estimados responsables de la
rigidez de salarios. En estas circunstancias, la aplicación de una restricción
monetaria como la que ocurrió en Chile durante 1981 y 1982 contrajo la
liquidez real y elevó el costo real de los créditos.
Es indudable que dichos factores acentuaron el problema. Sin embargo, debe
señalarse que diferentes estudios económicos comprueban que los salarios
nominales son inflexibles en diversos contextos institucionales. La teoría
económica le atribuye a ello la existencia de ciclos económicos, y la discusión
macroeconómica de los dos últimos decenios se ha centrado en la búsqueda
de explicaciones y soluciones a la inflexibilidad salarial. La explicación más
convincente le asigna la responsabilidad del problema a la inercia de las
predicciones de inflación que deben introducir en sus negociaciones los
trabajadores y los empleadores. Todo esto ha llevado a proponer la aplicación
de las políticas de ingresos, las cuales establecen pautas para la evolución de
los salarios y los precios.
En conclusión, tras la herencia del gobierno anterior y la falta de dinamismo en
la economía mundial, se ha podido probar que el modelo prevaleciente durante
los años de 1950 a 1970, se habría generado un crecimiento inferior bajo las
condiciones internacionales de 1974 a 1982. Sin embargo, habrían existido
mejores condiciones en cuanto al empleo e inversión si se hubiese explotado el
carácter mixto de una economía en tiempos de desestatización.
También la acelerada expansión económica entre 1978 y 1981, y su caída
desde entonces en adelante; puede explicarse por perturbadores movimientos
en el tipo de cambio real, el costo real de créditos y las remuneraciones reales.
Existe una interpretación donde el mercado, los gobiernistas y opositores
produjeron señales erróneas en áreas claves de la economía, dejando en
evidencia que la falla ha estado en la insuficiencia del mercado en materia de
orientación macroeconómica, donde la principal razón se encuentra en una
percepción negativa y simplista acerca de la función de las políticas
económicas.
Años
Tasa
Crecimiento del
PIB (%)
Inflación
(%)
Crecimiento
salarios reales
promedios
(%)
Desempleo
(%)
1974 1 369 2,3 9,1
1975 -12,3 343,3 -3,4 14,9
1976 3,2 198 3 12,7
1977 8,3 84,2 10,3 11,8
1978 7,8 37,2 6,3 14,2
1979 7,1 38,9 8,3 13,6
1980 7,7 31,2 8,6 10,4
1981 6,7 9,5 9 11,3
1982 -13,4 20,7 0,3 19,6
Fuente: Sabatini, Wormald (2004), p. 50
Conclusiones
Bibliografia