Resolución de la crisis vocacional durante la experiencia universitaria
Proyecto de grado
Diana Isabel Osorio Montoya
Asesora de investigación
Ximena Castro
Universidad Icesi
Facultad de Derecho y Ciencias Sociales
Programa de Psicología
Santiago de Cali
2012
Justificación
En el ámbito universitario es común encontrar estudiantes que abandonan o se retrasan en
sus estudios debido a una gran variedad de razones. Como expresa el Ministerio de
Educación Nacional sobre la definición del concepto de deserción estudiantil, estas razones
pueden estar influenciadas por variables socioeconómicas, personales o académicas. Pero
aunque la definición de la deserción estudiantil siga en discusión, en consenso se concreta
como el abandono que puede ser explicado desde diversas variables como las mencionadas.
Es de resaltar que Tinto (1989) sostiene que el estudio de este tema es complejo pues
Abstract
La deserción estudiantil es uno de los principales fenómenos que las instituciones
universitarias se esmeran por reducir abordando las diferentes perspectivas que
intervienen en ella. Algunos estudios han encontrado que la deserción estudiantil en
la universidad está significativamente influenciada por los procesos de elección
vocacional de los alumnos (Aparicio y Garzuzi, 2006; Luján, Ponti y Sánchez, 2010;
Shearer, 2009). En la presente investigación se entrevistaron estudiantes de la
universidad Icesi que tomaron la decisión de cambiar la carrera que eligieron en un
primer momento, con el objetivo de conocer cómo resuelven esa crisis vocacional y
conocer el papel de la institución universitaria en dicho proceso de una nueva
elección. Desde la teoría de la psicología del desarrollo, los resultados evidencian
cómo los estudiantes que viven una duda vocacional, llevan a cabo un primer
proceso de elección que difiere sustancialmente del segundo proceso, el cual resulta
mucho más elaborado.
Los cambios de la modernidad que tanto afectan al individuo, tienen un gran efecto
en el joven que precisamente se encuentra en esta etapa de formación de su
identidad, momento en el que participan de nuevas experiencias; lo cual hace que
este no sea el único momento, o el más adecuado para cualquiera que haga su
elección vocacional.
Palabras clave: Deserción estudiantil, elección vocacional, orientación vocacional,
madurez vocacional, etapa universitaria.
además de que se puede ver desde distintas perspectivas también se puede analizar por los
tipos de abandono o por sus causas (Guzmán et al, 2009: 20).
Los primeros estudios sobre deserción estudiantil explican esta como el fracaso para
continuar los estudios superiores que lleva a un resultado que no corresponde a la voluntad
del estudiante (Tinto, 1989). Por su parte Vincent Tinto (1975), plantea a grandes rasgos
que esta se define por la movilización del estudiante a otras universidades, otros programas,
la repetición o la cancelación definitiva de los estudios y no necesariamente en todos estos
casos implica un fracaso, en su sentido estricto. Para él la deserción estudiantil depende de
la perspectiva desde la que se mire, ya sea la del individuo, o la de la institución, o la del
Estado; por lo tanto lo que varía en este fenómeno son las razones por las que cada
individuo lo hace. Es por esto que esta definición se ajusta a los intereses del presente
estudio, que busca indagar a través de un abordaje subjetivo.la posible relación de los
procesos de elección vocacional con la deserción estudiantil en la experiencia universitaria
Algunos estudios han encontrado que la deserción estudiantil en la universidad está
significativamente influenciada por los procesos de elección vocacional de los alumnos
(Aparicio y Garzuzi, 2006; Luján, Ponti y Sánchez, 2010; Shearer, 2009). Muchos de ellos
ingresan a la universidad sin metas claras o sin un proyecto de vida establecido, lo cual
hace que en el transcurso de esta se presente una incertidumbre o inseguridad por la carrera
que se ha elegido en un primer momento. Como consecuencia, esta confusión comienza a
tener efectos en el individuo, tanto en su rendimiento académico como en lo personal, y
hasta en lo laboral si nunca se hace nada al respecto. Si se tiene en cuenta que la elección
vocacional forma parte de la identidad personal, esta confusión puede llegar a tener efectos
a nivel de su salud mental, pues hay quienes viven esta situación como una crisis y tomar la
decisión de efectuar un cambio les puede resultar muy difícil (Luján et al, 2010).
En ese momento de confusión se justifica una intervención que ayude al estudiante
universitario a tomar una nueva decisión. Aunque resulta difícil saber si en estas
circunstancias la mayoría de instituciones universitarias tienen algo que ofrecer a los
estudiantes que todavía tratan de definir su situación vocacional en este lugar, se encuentra
que existen muy pocos estudios e investigaciones sobre orientación vocacional en la etapa
universitaria. Por una parte, los trabajos en orientación vocacional se enfocan en su mayoría
en estudiantes de secundaria, próximos al grado. Por otra, lo que se ha encontrado sobre
posibles cambios en el curso de la carrera, son estudios norteamericanos (Rhodes &
Dhoering, 1983; Murphy et al, 2010), que contemplan este cambio como algo del ámbito
laboral más que del ámbito universitario, probablemente debido a su sistema universitario,
que difiere del latinoamericano, puesto que no exige que se deba ingresar a la educación
superior con una profesión elegida, sino que esta decisión se puede ir elaborando en su
transcurso.
Tomando como ejemplo universidades en Argentina (la Universidad Nacional de Rio
Cuarto, la Universidad de Buenos Aires o la Universidad Nacional de La Plata, entre otras1)
se encuentra que la mayoría cuenta con centros especializados de orientación vocacional
para jóvenes y adultos, miembros o no de estas, dentro de los cuales pueden buscar
asesoramiento para llevar a cabo la elaboración de proyectos de vida o resolución de dudas
frente a decisión vocacional. Adicionalmente, cuentan específicamente con áreas y talleres
de Reorientación Vocacional para estudiantes de la universidad que necesiten replantear
una primera elección realizada. Una mejor comprensión de los procesos de orientación
vocacional en la educación superior puede contribuir a disminuir niveles de deserción
estudiantil en la medida que se implementen dispositivos de atención que se centren
solucionar problemas relacionados con dichos procesos.
Lo anterior manifiesta claramente un aspecto sobre el que se puede investigar en las
universidades. Una orientación vocacional en este lugar puede ofrecer una ayuda a
1 Información tomada de páginas web de las universidades mencionadas.
estudiantes que consiga evitar en cierta medida su deserción y les brinde una mejor
experiencia universitaria, con lo cual además se disminuyen costos en tiempo y en dinero
tanto a la comunidad estudiantil como a la institución. De esto surge la importancia de una
investigación, en este caso en la universidad Icesi, en la que se trate de identificar cómo han
manejado y resuelto una situación de indecisión vocacional los estudiantes universitarios, y
cómo la institución ha respondido en estos casos.
Marco teórico
Los jóvenes que se encuentran cerca de terminar su educación media, comienzan a
preguntarse sobre lo que será su futuro de ahí en adelante y para el resto de su vida. Para
aquellos que dentro de sus planes se contempla la universidad como el paso a seguir,
aparece un nuevo reto: establecer un proyecto de vida que implica inevitablemente una
elección vocacional. Pero ¿cómo construyen este proyecto los jóvenes en la actualidad?
La elección vocacional es un proceso que está influenciado por la historia personal del
sujeto, por su contexto cultural y las relaciones que ha establecido con familia, maestros o
pares (Aparicio y Garzuzi, 2006; Guerra, Simón y Quevedo, 2007; Casullo, 1996). En este
proceso el sujeto se debe encargar de conocer los factores internos (Percepciones,
experiencias, habilidades y rasgos personales) y factores externos como las ofertas
profesionales y laborales que ofrece el contexto, los cuales son relevantes para realizar su
elección (Aparicio y Garzuzi, 2006; Casullo, 1996). Esta decisión implica un cambio
significativo ya que se trata de escoger lo que más satisfaga. Igualmente esta elección
define un quehacer que formará parte de la identidad profesional, de ahí la importancia de
conocerse bien a sí mismo.
Al momento de tomar una decisión sobre su vocación, los jóvenes se hallan en un contexto
en el que les es difícil saber qué tiene el futuro para ellos, especialmente en una sociedad
como la colombiana en la que la posibilidad de conseguir un trabajo, y que sea de buena
calidad, no es alta para la mayoría2 (Botello y Velásquez, 2006; Aparicio y Garzuzi,
2006:17). Estas dos características pueden entrar a luchar con los verdaderos intereses o las
habilidades del sujeto. Además de esto, se tiene también una gran influencia por parte de la
cultura posmoderna que se configura en la actualidad, donde hay nuevas libertades y
nuevas ataduras para los sujetos. Libertades para escoger entre una gran variedad de
profesiones nuevas, además de las tradicionales, que responden a las demandas de la misma
actualidad. Y factores del día a día, como la influencia que pueden tener las tecnologías de
comunicación e información, elementos que se han apoderado de la transmisión ilimitada
de información, que no siempre brinda el mejor contenido para el individuo sino que en la
mayor de las veces se encargan de impactar y orientar comportamientos hacia un consumo
permanente. Gracias a la gran capacidad de producción, característica de esta etapa
posmoderna inseparable del capitalismo, se ha dado que la sociedad misma no pueda
mantener una misma forma pues está sorprendida constantemente por cambios, por
adelantos y perfeccionamientos de los cuales nadie se quiere perder (Bauman, 2007).
Por lo tanto se tiene que la elección vocacional del individuo “sufre no solo las presiones
subjetivas y familiares, sino las que proceden del ámbito escolar y de las propuestas
culturales y sociales” de la época (Muller, 1994 en Aparicio et al, 2006). Por esto en la
actualidad se puede comprender la elección vocacional como una decisión que puede
cambiar en cualquier momento si el sujeto lo desea, sin significar necesariamente un
fracaso, pues se encuentra en un contexto abundante de nuevas opciones y estilos de vida.
2 Botello y Velásquez (2006) plantean cómo la reforma laboral del 2002, bajo la Ley 782,
afectó la calidad del trabajo en términos de cantidad salarial, a favor de aumentar la
cantidad de plazas de trabajo para tener una participación más competitiva en el mercado
internacional.
Debido a su trascendencia esta decisión no siempre resulta fácil de hacer, hay quienes
manifiestan problemas que hacen difícil esta elección. Entre estos problemas se pueden
identificar dudas sobre continuar o no con estudios superiores, la indecisión entre distintas
opciones, el contraste entre alternativas opuestas a las que se aspira, o la inseguridad sobre
las capacidades propias para resolver obstáculos que se visibilicen en una u otra alternativa
(Casullo, 1996). María Martina Casullo (1996) presenta que los análisis en la falta de
decisión muestran que generalmente se relaciona con una falta de confianza en sí mismo,
con incompatibilidad de los intereses del sujeto con un campo laboral específico, o con
factores externos como las expectativas de los familiares los cuales juegan un papel
influyente en la elección. Se debe mencionar que se ha encontrado que la preocupación de
los padres por el futuro de sus hijos llega a limitar la comunicación con estos. Cuando el
estudiante decide no continuar con la carrera que ellos valoraban tienden a dejar de ofrecer
apoyo, lo cual se refleja en cuestionamientos y amenazas sobre las nuevas decisiones que
harían. En estas situaciones los familiares olvidan que la toma de decisiones no se da del
mismo modo para todos los sujetos (Martínez, 2012).
Con el fin de esclarecer algunos de los factores relevantes para hacer una elección en este
sentido, al sujeto le corresponde encargarse de conseguir la información adecuada y
necesaria, para identificar qué es lo que va a enfrentar en el transcurso de su carrera y de su
vida laboral. Psicólogos del desarrollo afirman que la tarea principal del individuo es
descubrir sus habilidades e intereses, reunir información sobre distintas carreras y reducir el
número de posibles elecciones. (Feldman, 2002: 95). Igualmente cabe resaltar los factores
del contexto que muestran más directamente cómo los adolescentes refuerzan sus
inclinaciones iniciales por una carrera en particular, a pesar de tratarse de algo que requiera
principalmente un esfuerzo personal. Estos factores contextuales son principalmente las
tendencias sociales y políticas del momento, las condiciones macroeconómicas, la
experiencia educacional, las actitudes y valores familiares, y las propias experiencias
iniciales de trabajo del adolescente (Feldman, 2002)
De modo que para que esta búsqueda sea lo más conveniente posible se debe contar por un
lado, con fuentes objetivas y especializadas como artículos introductorios a su disciplina,
profesionales representantes de esta, o instituciones que la enseñen. Por otro lado, se debe
tener en cuenta la influencia de las relaciones con otros, como la familia o los pares, fuentes
que inevitablemente proporcionaran información o una percepción de lo que significa una u
otra profesión. Aunque estas fuentes no siempre sean las mejores para todos los casos, pues
la información que brinden puede estar atravesada por los intereses personales de ellos,
como suele suceder con muchos padres, se debe reconocer que siempre entrarán a mediar
en dicha decisión y no se pueden relegar; forman parte de la historia del sujeto, de lo que
este ha alcanzado a conocer por medio de ellos. Vale añadir que hoy en día se cuenta con
herramientas como el internet, que puede ofrecer cualquier cantidad de información. Sin
embargo los jóvenes no siempre hacen el mejor uso de esta para orientase adecuadamente
(Guerra et al, 2007), pues proporciona tanta información que dificulta diferenciar lo que
verdaderamente es relevante, más aun para un adolescente que apenas está adentrándose al
plano profesional. Para ello el estudiante requerirá llevar a cabo un ejercicio de búsqueda e
integración de información y de abstraer lo que será significativo para guiar su proceso de
elección.
Crisis Vocacional en la Etapa Universitaria
A pesar de toda teorización en el tema y ayuda ofrecida al joven se encuentra que los
estudiantes universitarios que han hecho una elección, no han resuelto su problema de la
elección vocacional. Cuando experimentan inseguridad sobre su elección hay quienes
sufren durante ese periodo universitario y lo viven como un fracaso, entonces aparece lo
que se denomina una “crisis vocacional” (Luján et al, 2010). Esta representa un momento
de desequilibrio en el que no se tiene claridad sobre la identidad vocacional y por lo tanto
se dificulta llevar a cabo un proyecto de vida. Esta es transitoria y exige un reajuste y,
aunque se pueda vivir como una situación de conflicto, porque no se continúa o completa
algo, también es una oportunidad de aprendizaje sobre sí mismo (Luján et al, 2010).
En el caso de la experiencia universitaria, la Universidad Javeriana de Bogotá expone en su
texto “¿Des-orientados?: Mapas y rutas para la orientación vocacional” (Martínez, 2012)
que los estudiantes que desean cambiar de carrera tienen como motivo principal la
sensación de desconexión entre sus verdaderos deseos y la elección que han realizado en el
pasado. Esto se debe a varios motivos: Uno, la primera elección trató de responder a
expectativas sociales, principalmente del ámbito familiar, que llevan al estudiante a elegir
“lo más recomendable”. Otra razón es que el individuo hace su elección a partir de la
idealización que obedece a modas o supuestos sobre una profesión, lo cual se reduce a una
mala información. También sucede que exámenes de ingreso o costos económicos no
permiten elegir una carrera que siempre se deseó y por lo tanto esto deriva en frustración o
deserción. Por otro lado, el rendimiento académico es otro elemento que lleva a
reconsiderar la elección de una profesión, pues hay quienes tienen vacios en conocimientos
básicos desde el colegio, o no se acostumbran a un nuevo ritmo académico como el de la
universidad. Por último hay quienes se desmotivan cuando ingresan al ciclo profesional de
la carrera puesto que no encuentran conexión con el ciclo básico inicial, por lo tanto se
llevan sorpresas en semestres avanzados.
Los estudiantes universitarios que acuden en busca de orientación generalmente se ven
afectados en muchos aspectos emocionales como en su autoestima, debido a la
equivocación en la elección inicial; sumando la falta de claridad de intereses, aptitudes y
sueños; con diversas consecuencias como la sensación de ansiedad o miedo a la nueva
elección; baja tolerancia a la frustración; niveles de exigencia desmedidos; incapacidad de
superar problemas y culpa por defraudar expectativas familiares (Martínez, 2012).
Orientación y decisión vocacional
A raíz de lo descrito anteriormente puede aparecer el interés del adolescente, quien se
encuentra cerca de ingresar a la etapa universitaria, por una herramienta adicional de ayuda:
la orientación vocacional, la cual se define por tener como objetivo ayudar al sujeto que ha
tenido dificultad en hacer su elección vocacional. Se puede decir que generalmente se
ofrece con un abordaje preventivo (Luján et al, 2010) debido a que se promueve
principalmente entre estudiantes de educación media, que están cercanos a hacer la
transición hacia la educación superior, con la intención de evitar o solucionar la dificultad
que pueda representar tomar tal decisión, pero aun así se encuentran numerosos casos de
estudiantes universitarios que la necesitan aun después de realizar una elección que no fue
apropiada, durante la experiencia universitaria.
Existen diversas teorías que definen cómo se dan los procesos relacionados con la elección
y la orientación vocacional. María Casullo (1996) sugiere cinco: teorías sobre las
interacciones sujeto-medio ambiente, teorías del aprendizaje social, propuestas desde la
perspectiva del desarrollo, teorías de la personalidad y aportes de la teoría psicoanalítica. A
pesar tratarse de diferentes perspectivas todas plantean algo en común; cada individuo debe
identificar en sí mismo sus capacidades e intereses y en su contexto lo que tiene disponible
(Casullo, 1996). Según cada modelo y teoría se afirma que cada individuo tiene una
determinada evaluación de sí mismo, que se ha formado de una u otra forma a lo largo de
su vida, y es ese conjunto de situaciones lo que interviene en la toma de la decisión. Casi
todas las teorías sobre la elección vocacional explican este proceso desde una perspectiva
evolutiva, que generalmente sugieren procesos de elección los cuales inician con la fantasía
general del adolescente y terminan con la elección vocacional real y apropiada con
intereses y habilidades del adulto joven (Feldman, 2002).
Perspectiva de la Psicología del desarrollo
Una de las teorías que aborda la elección vocacional por medio de etapas es la perspectiva
que propone la psicología del desarrollo. Ésta plantea que la apreciación de las habilidades
e intereses del sujeto se construye a lo largo de su vida, al igual que las apreciaciones del
ámbito laboral, pero la decisión adecuada dependerá de la capacidad para integrar estos dos
factores (Casullo, 1996).
La propuesta de elección vocacional desde la psicología del desarrollo está esencialmente
representada por la teoría clásica de Donald Super (1962), quien plantea que el concepto de
sí mismo cambia a lo largo del tiempo y por lo tanto el desarrollo profesional se puede dar
durante de toda la vida. La elección de la carrera obedece a una serie de eventos que se dan
a lo largo de la vida del individuo. Este proceso sigue modelos que corresponden a etapas
de la vida de la persona quien experimenta y quien es resultado de factores psicológicos,
físicos y sociales que interactúan durante su existencia (Álvarez, 2008).
Dentro de esta teoría, Super desarrolla el concepto de madurez vocacional, el cual puede
corresponder o no a una edad cronológica, y se refiere básicamente al ciclo que vive el
individuo a la hora de hacer la elección. Trabajos de Super (1957) y Ginzberg et al (1951)
sugieren que los individuos pasan por tres etapas básicas para escoger una carrera inicial.
Primero un periodo exploratorio en el que consideran qué intereses, valores y talentos se
tiene. Segundo un periodo de cristalización en el que el individuo considera opciones más
específicas de carreras que realmente podrían elegir, teniendo en cuenta ventajas y
desventajas. Por último una etapa de especificación en la que los jóvenes toman decisiones
concretas sobre la carrera a la que van a ingresar (Feldman, 2002).
Según Álvarez (2008) hay un proceso de desarrollo que se da para lograr la madurez para la
carrera, o madurez vocacional. Este autor expone que el modelo de Super plantea que la
madurez vocacional cuenta distintas variables que la estructuran, como la planificación para
la carrera (tiempo), la exploración de carrera (recursos), información (búsqueda), la toma
de decisiones, y orientación a la realidad. Por lo tanto el desarrollo para la madurez
vocacional, que implica tener claridad en dichas variables, tiene las siguientes
características:
- El ritmo de desarrollo no es uniforme en las distintas variables dependiendo de la
edad o el nivel educativo del individuo. A medida que el sujeto tiene más edad o
está en niveles o grados educativos más avanzados tiene un mayor desarrollo de
madurez para la carrera.
- La mayoría de los adolecentes que cursan su educación media no han alcanzado un
nivel de desarrollo de madurez vocacional que les permita afrontar la toma de
decisión con garantías de éxito.
- La madurez vocacional en el adolescente de educación media es un rasgo menos
desarrollado que otros relacionados con ella como la inteligencia, autoconcepto,
nivel socioeconómico, logros académicos, aspectos de personalidad, entre otros.
- Las dimensiones que muestran un mayor desarrollo con la edad o con la educación,
son la búsqueda de información, la toma de decisiones y la planificación de carrera;
y la que presenta un menor desarrollo es la de exploración de recursos.
Adicional a esto, Super esboza una idea sobre la Psicología de la Vocación, la cual se
centra en tres aspectos: Primero, todo sujeto puede incorporarse al mundo del trabajo y sus
habilidades son compatibles con ciertos campos. Segundo, los autoconceptos vocacionales
se originan en la infancia y están influidos por personas, bien sean del entorno familiar o
externas a este, que realizan oficios específicos. Y tercero, las opciones laborales del sujeto
pueden cambiar en el tiempo.
Dentro del campo de orientación vocacional es muy común ver el uso de numerosas escalas
de medición o tests que abordan varios de estos conceptos y que intentan determinar cuáles
son las capacidades del individuo y a qué campo laboral están orientadas. Regularmente se
aplican estas escalas a estudiantes de bachillerato con la esperanza de que los resultados de
éstas orienten al individuo o que muestren cómo está el estudiante en el proceso de
elección. ¿Pero qué tanto en realidad pueden decir los resultados de aquellas, distinto a lo
que pueda decir el estudiante por sí mismo sobre su deseo?
Identidad vocacional
Ya se ha mencionado que la elección vocacional es un proceso de cambios, de
conocimiento de sí mismo, y por lo tanto se puede afirmar que va íntimamente relacionado
con la construcción de identidad. La identidad es el discurso del individuo sobre sus
características las cuales lo diferencian y le dan sentido; ésta se construye y se transforma
continuamente gracias a los intercambios que se dan en las relaciones sociales (Larrain,
2003:32). Entrar a formar parte de la cultura del trabajo es un factor fundamental en la
conformación de identidad. El oficio elegido permitirá insertarse en la comunidad y en la
sociedad, dándole al sujeto una posición en ella y generándole un sentido de pertenencia a
esta (Casullo: 1996:23).
La identidad vocacional-ocupacional como la identidad personal, da autonomía,
particulariza y es susceptible de transformaciones con el tiempo. Esta forma parte de lo que
define a la persona, pues dentro de la sociedad post-industrial de hoy en día, el único modo
de subsistir es el trabajo, así la vida de todo individuo comienza a organizarse en torno a
este, y es la preparación, el estudio y la especialización en distintas áreas de conocimiento,
lo que será de utilidad para establecer una profesión. De esa amplia gama de alternativas
que tiene el joven, debería resultar una elección vocacional que sea la que más bienestar y
complacencia le dé.
Dentro de la orientación vocacional, en lo que refiere a la identidad y la profesión se habla
de una formación en identidad de carrera o identidad vocacional; campo en el que London
y Mone ((1987) en Feldman, 2002), plantean un modelo por etapas que consta de un
proceso de tres frentes. Este inicia en la infancia y adolescencia con un interés por ciertas
carreras y el reconocimiento de algunas habilidades. Luego, cerca de los veinte años de
edad el joven ya percibe algunas carreras y recibe retroalimentación sobre la formulación
de sus objetivos de carrera. Finalmente, desarrollan una Identidad de Carrera donde
adquieren un compromiso con sus trabajos y profesiones y tienen una mejor perspectiva
para los años que les esperan.
Es reciente la creciente preocupación de investigaciones por la dificultad que puede tener
un adolescente para tomar alguna decisión sobre su carrera. La formación de una identidad
de carrera inicial no implica que esta nunca pueda cambiar o evolucionar en el futuro. Las
necesidades vocacionales de cada individuo y circunstancias externas cambian
considerablemente con el tiempo y como consecuencia las identidades vocacionales
también lo hacen. Pero a lo que se debe prestar atención en cuanto a esto es a la resistencia
o inhabilidad de los jóvenes adultos para siquiera comenzar una carrera, o en su defecto de
consolidar un proyecto de vida.
El proceso de la Formación de Identidad de Carrera es donde se presentan mayores
problemas para la elección vocacional. Los jóvenes piensan mucho sobre sus alternativas
pero son incapaces de comprometerse con una sola línea de trabajo. Con el deseo de
mantener las opciones abiertas, los jóvenes hoy se aproximan a dicha elección con mayor
terror; no solo el equivocarse de elección produce tal sensación, sino también la de tener
que renunciar a otras opciones, a otras posibles identidades. Es esta confusión lo que
impide el inicio de una carrera o de identificarse con alguna (Feldman, 2002).
Hay tres comportamientos que retrasan la formación de la identidad de carrera: El
aplazamiento en la toma de decisión, que puede ser resultado de una evitación defensiva,
como consecuencia del miedo a hacer una elección equivocada; los cambios frecuentes de
caminos vocacionales, aunque es natural que se presenten mientras reconocen sus fortalezas
y debilidades y las demandas reales de cada carrera; por último, la inhabilidad para
formular metas tempranas sobre su profesión, pues algunos individuos quedan atrapados en
el intento o se quedan en la búsqueda de una solución perfecta, que se ve limitada por
extensivos criterios de elección (Feldman, 2002).
Según Daniel Feldman en su texto “Work Careers” (2002) algunos factores que influyen en
estos retrasos son diferencias demográficas, personalidad, cantidad y tipos de habilidades, y
presiones normativas. Las diferencias demográficas generalmente se refieren al género y a
situaciones que puedan llevar en ocasiones al hombre a tomar un empleo antes de iniciar
una profesión; además plantea que el hecho de que las mujeres maduren más rápido
conlleva a que identifiquen más rápida y apropiadamente metas vocacionales. Respecto a la
personalidad, expone que la evidencia es clara y consistente en que los sujetos con baja
autoestima tienen más probabilidad de experimentar retrasos en la formación de identidad
de carrera, debido a que generalmente tienen menos precisión sobre la percepción de sí
mismos y evalúan duramente sus capacidades. Los intereses y habilidades tienen una
estrecha relación con la carrera en que alguien se desempeña, por lo tanto una gran cantidad
de habilidades e intereses también puede influir en la indecisión de carrera o en la
formación de la identidad de carrera. Finalmente, reconoce la influencia del ámbito familiar
tanto de padres como de hermanos u otros parientes cercanos; se ha encontrado que los
hermanos menores son más influenciados por los hermanos mayores que viceversa, y los
hermanos mayores son más influenciados por los padres que los hermanos menores
Estos retrasos traen consecuencias tanto negativas como positivas. Feldman (2002) expresa
también que quienes se toman más tiempo en hacer su elección se encuentran más
satisfechos con su elección y por lo tanto tienen un mejor bienestar psicológico respecto a
su profesión. Aunque por el lado económico las consecuencias negativas implican mayores
gastos y más retrasos en obtener un título. Lo anterior lleva a un retraso en la consecución
de un empleo y de ganancias; y adicionalmente en la búsqueda de trabajo los empleadores
cuestionarán lo sucedido en el tiempo perdido o en la extensión en tiempo para conseguir la
profesión.
Pos-Modernidad y subjetividad
Nunca antes los seres humanos habían tenido la necesidad de tomar tantas decisiones, de
tener que elegir entre tantas alternativas, por lo tanto se puede reafirmar lo que dice
Kolakowski (Bauman, 2007), la libertad de hoy en día nos lleva a tener que tomar
decisiones y esto viene dado por nuestra humanidad, lo cual dota de singularidad nuestra
existencia.
En la elección vocacional, la búsqueda no se refiere al simple hecho de encontrar cualquier
labor en que ocuparse, sino de una búsqueda que necesita una reflexión profunda del ser, de
lo que es la subjetividad y la particularidad de cada individuo, pues se trata de llevar a cabo
la construcción de un proyecto de vida satisfactorio, que corresponda a cómo se identifica
el sujeto, quien se está preguntando ¿Quién quiero ser? que se está cuestionando por su
futuro (Muller, 2011). Apreciando esta singularidad, escuchando qué tiene para expresar el
sujeto, se puede hacer una mejor aproximación al problema, en la que se pueda comprender
las percepciones del adolescente, y los elementos que están representando una dificultad en
la toma de la decisión.
El ser humano, frecuentemente se ve afectado por la rapidez de los cambios del medio
actual, en los que se conoce que no hay reglas preestablecidas que se puedan seguir y que
aseguren un buen futuro, lo cual lo llena de incertidumbre. Está la presión de las
expectativas sociales que exigen una continuidad de los estudios, un grado profesional ya
no es suficiente, constantemente se está renovando el conocimiento y esto implica tomar
más decisiones a futuro, pues actualmente ha tomado un gran valor el conocimiento
especializado. Aparte de todo, se cuenta con la influencia de la economía del mercado que
tanto repercute en la sociedad, llegando al punto que lleva incluso a la educación superior a
comercializarse obedeciendo al impulso de la economía más que a la necesidad de los
aspirantes.
Objetivos
La intención de esta investigación es indagar cualitativamente acerca de los modos como
los estudiantes de la universidad Icesi han enfrentado y tramitado una duda o una indecisión
vocacional durante su experiencia universitaria.
Objetivos específicos:
Conocer ¿cómo enfrentan (recursos, estrategias, momentos) los estudiantes
universitarios una indecisión o duda sobre su elección vocacional?
Identificar los motivos por las cuales dichas dudas se han presentado en los jóvenes.
Caracterizar el proceso de elección y reorientación vocacional de los estudiantes
que han cambiado de carrera.
Identificar cuál ha sido el papel de la institución en la reorientación vocacional del
estudiante.
Propuesta metodológica
Las investigaciones en orientación vocacional en la mayoría de ocasiones tienen un enfoque
cuantitativo que busca mostrar relaciones causales, tratando de explicar y de generalizar
comportamientos de los estudiantes, como por ejemplo el modo de elección o los efectos de
una intervención, con lo que generalmente se usan distintas escalas y test de medición de
dichos comportamientos (Aparicio & Garzuzi, 2006; Castellano, 2007; Lucas; 2001;
Shearer, 2009.).
Carpio y Guerra (2007) expresan que “la naturaleza de las cuestiones de investigación
guían y orientan el proceso de indagación y por tanto la elección de una u otra
metodología”. Por lo tanto se concibe aquí, que a diferencia de las investigaciones
mencionadas en el párrafo anterior, sabiendo que se desea explorar la percepción y las
valoraciones que tienen los estudiantes, con el propósito de indagar los modos como
enfrentan una duda vocacional durante su experiencia universitaria, resulta de interés la
metodología cualitativa ya que se quiere conocer, en palabras de ellos, esta situación. La
forma como se percibe la realidad social a partir de dicho método de investigación se ajusta
a los propósitos de esta investigación. (Bonilla, 1995)
Cabe resaltar que, a diferencia de la metodología cuantitativa, la flexibilidad y la apertura
de la metodología cualitativa, resulta aun más atractiva, gracias a que abre la posibilidad de
encontrar elementos desconocidos o que no se pretendían tener en cuenta y que pueden ser
de gran utilidad para comprender el fenómeno investigado.
El rol que el investigador toma en este paradigma ayuda a conocer un poco más a fondo la
subjetividad del individuo investigado, pues este debe propiciar un diálogo y una
comunicación directa en el que se le permite transmitir todas sus percepciones e
impresiones de la realidad que se pretende conocer. Para lograr esto se usaran entrevistas en
profundidad para conocer como experimentó e interpretó dicha situación cada individuo y a
partir de ello indagar los modos en que enfrentan un momento de indecisión vocacional
(Bonilla, 1995).
La población seleccionada son estudiantes de la universidad Icesi que hayan tomado la
decisión de cambiar la carrera que eligieron en un primer momento. Para lo anterior se hace
un muestreo intencional y de bola de nieve de estudiantes que ya han efectuado un cambio
de carrera.
Al tratarse de una investigación cualitativa, después de una exhausta revisión del material
disponible, el modo en que se producirán resultados partirá de una categorización, análisis e
interpretación del material. Esta clasificación de datos es de gran importancia puesto que
con ella se comienza a comprender los relatos de cada sujeto, puede permitir generar
hipótesis explicativas y hará más explicito el significado de lo que se expresó verbalmente
(Martínez, 1999).
Resultados y Análisis
Para el presente trabajo se realizaron 10 entrevistas a estudiantes de la universidad Icesi que
han pasado de una carrera a otra durante su etapa universitaria, lo cual permite conocer sus
experiencias y sus percepciones sobre el proceso del cambio, para así identificar lo
investigado anteriormente sobre la elección vocacional.
Los sujetos investigados tienen las siguientes características:
Sujeto Edad Primera Carrera Segunda Carrera
Sujeto # 1 20 años Economía con
énfasis en políticas
públicas
Economía y
negocios
internacionales
Sujeto # 2 23 años Administración de
empresas
Diseño industrial y
Sujeto # 3 24 años Ingeniería de
sistemas
Economía con
énfasis en políticas
públicas
Sujeto # 4 22 años Economía y
negocios
internacionales
Ciencias políticas
Sujeto # 5 22 años Mercadeo y
publicidad
Diseño Industrial
Sujeto # 6 21 años Medicina Mercadeo y
publicidad
Sujeto # 7 18 años Economía y
negocios
internacionales
Psicología
Sujeto # 8 18 años Química
farmacéutica
Psicología
Sujeto # 9 18 años Medicina Psicología
Sujeto # 10 19 años Contaduría pública y
finanzas
internacionales
Música
Las siguientes categorías de análisis surgen luego de integrar información recogida en el
marco teórico y una sistematización de los datos en la que se encuentra que estas cuestiones
tienen una influencia importante en el proceso de elección vocacional.
Búsqueda de información:
Este paso en el proceso de elección vocacional resulta sumamente importante en el
momento de hacer una elección satisfactoria. Las entrevistas de los estudiantes demuestran
que en su primera elección la búsqueda de información fue relegada, desatendida e incluso
algunos reconocen que en este aspecto reside el error que cometieron.
Algunos de los estudiantes tienen en común que su elección es tan circunstancial, que en
ningún momento se observa un proceso reflexión sobre su búsqueda o si quiera búsqueda
alguna, lo cual termina en una elección basada en una primera impresión donde no se
corroboran prejuicios, estereotipos o creencias que traen con su historia personal.
Sujeto #1: “Miré en Internet, y después yo vine aquí al Icesi interactiva… Era para
Economía con énfasis en políticas públicas y yo me fijé mas en “Economía” y ya dije ahí
voy. Me informé acá y fue como, qué bonito me hablaron, entonces ahí me quedé”
Sujeto #3: “Yo creo que ese fue un problema, que no me informé así mucho. Cuando estaba
en el colegio, yo dije quiero estudiar ingeniería de sistemas en la Icesi y ya… nunca me
informé exactamente en cómo era el pensum, ni en cómo estaba diseñada la carrera, ni
para que iba, todo fue como a la carrera”
Por otro lado hay otros que si cuentan con un poco más de información respecto al ámbito
laboral de la profesión, pero no advierten lo que requiere alcanzarla.
Sujeto #2: “Yo solamente pensaba que tenia buen espíritu empresarial o algo así y dije yo
soy bueno para esto…Pero no pensaba en cuanto me iba a ganar, aunque si pensaba en
que me iba a dar esa libertad laboral… Tampoco pensé en qué materias iba a ver, que ese
fue como el error más grande, y de resto las otras carreras no me llamaban mucho la
atención”
Sujeto #9: “Bueno, yo en los contenidos de las materias no me fijé casi, yo lo que más me
fijé fue en el dinero, pero principalmente lo que yo iba a hacer en el futuro, yo me
imaginaba en un consultorio, en una clínica atendiendo gente, pacientes…”
Siendo una decisión tan importante, los fragmentos muestran cómo los adolescentes hacen
su elección en base a fantasías sobre cómo sería su futuro con aquella profesión, en
particular por sus resultados económicos y de prestigio, las cuales aun pudiendo ser reales
no corresponden a sus intereses luego de conocer los esfuerzos, conocimientos y aptitudes
necesarias para alcanzar una profesión. Lo anterior refuerza la idea de la importancia de
contar con distintas fuentes que además sean objetivas y especializadas en el tema, bien sea
con profesionales, con textos informativos o con visitas a universidades o lugares de trabajo
específicos de cada profesión.
Proceso de toma de decisión vocacional en la educación media:
La toma de una decisión tan trascendental como la profesión a ejercer se ve determinada
por la historia personal del sujeto y por su contexto social como mencionan distintos
autores (Aparicio y Garzuzi, 2006; Guerra, Simón y Quevedo, 2007; Casullo, 1996). Las
entrevistas reflejan como esta decisión efectivamente se ve influenciada con factores
determinantes como los padres, las tendencias sociales o referencias personales, que toman
una parte importante en la historia del adolescente. Pero en ocasiones algunos de estos
factores pueden llevar a que el estudiante no tome una decisión por sí mismo, autónoma,
informada y deliberada.
Sujeto #1: “De un momento a otro fue como yo quiero algo administrativo y ya. Cuando yo
llegué a esta universidad lo primero que me presentaron fue economía y políticas públicas
y quien me la presentó fue no sé, como Wow. Y Dije: Si! yo quiero estudiar eso, sin
pensarlo”
Sujeto # 2: “Fue sin pensarlo mucho, como que ¿usted qué va a estudiar? y pues miremos a
ver que hay y ya, no más....
Los sujetos #1 y #2 muestran algo particular, pues expresan que no pensaron mucho al
hacer su elección a pesar de que en ningún momento comentaron tener presiones externas
de algún tipo.
Sujeto #8: A mí me iba bien en química en el colegio entonces eso influyó y yo siempre
había querido periodismo, pero mis papas decían que no, que eso no. Entonces pues la otra
opción era química y ahí sí me dijeron que si.
Sujeto #10: “Cuando salí del colegio tenía claro que quería estudiar música y creía que iba
a estudiar música. Cuando le dije mami voy a estudiar música, dijo no espere yo no le voy a
pagar eso, y yo como así?... Quedé desestabilizado horrible. Ella dijo le voy a pagar una
carrera que le de plata, que le sirva”.
Los sujetos #8 y #10 muestran algo distinto. Su elección evidentemente estuvo determinada por la
posición de los padres frente a sus intereses, los cuales desaprobaban. El estudiante aquí pierde
autonomía en su elección y esto trae consecuencias en su experiencia académica universitaria.
El Sujeto #3 por su parte deja ver cómo las tendencias sociales, en particular la relacionada con
tecnología, tan distintiva en la actualidad, <intervino en su decisión. “Cuando te hacen esas
pruebas de psicología, dijeron que yo era bueno como para una ingeniería y todo eso, y en ese
tiempo estaba lo de la tecnología así encima, y me gustaban mucho los computadores, entonces
comencé estudiando ingeniería de sistemas”
Como expresa Feldman (2002) los estudiantes se interesan en una carrera obedeciendo a
factores contextuales como condiciones macroeconómicas, valores familiares, o tendencias
sociales llamativas sin tener en consideración que esta decisión requiere de un compromiso
personal. Los fragmentos de las entrevistas en general evidencian visiblemente la falta de
ese compromiso personal por hacer su elección, pues no parece ser una decisión meditada
sino más bien una decisión repentina y fortuita, que en estos casos cuentan con la influencia
o de quien vende la carrera, o de los padres que apoyan económicamente y entran a
intermediar fuertemente en la elección. En especial las expectativas de asenso social de los
padres llevan a relegar el papel principal que debe ejercer el adolescente en la elección de
su vocación, en esta primera elección se pierde el sujeto, quien se supone tiene más claridad
sobre sí mismo, sobre cuáles son sus afinidades y gustos. De aquí surge la importancia de
que ese compromiso personal sea realizado por el estudiante, pues es fundamental para
lograr una elección que de verdad responda con su vocación.
Percepción del proceso de elección vocacional en la educación media:
El proceso de orientación vocacional se caracteriza por facilitar al estudiante su elección
vocacional, razón por la que se ofrece en la educación media de modo que cuando el
estudiante ingrese a la universidad tenga una elección definida (Luján et al, 2010). Aun así
se tienen muchos casos en los que se lleva a cabo dicho proceso pero la elección no resultó
satisfactoria. Para quienes tuvo tal resultado se encuentran varios elementos en común
sobre su percepción del proceso de orientación vocacional que recibieron, en donde la
mayoría afirman tener una percepción negativa del proceso y consideran que este no les
ayudó a elegir, no tuvo resultados acertados, o no le dieron el valor que hubiesen querido.
Sujeto #2: “Es súper mediocre, nos hicieron un examen como vocacional, faltando no sé
cuanto tiempo para graduarse de once y decía usted es bueno para esto… pero yo ni
siquiera me acuerdo que me salió…”
Sujeto # 3: “Creo que solamente lo de las pruebas, las pruebas psicotécnicas algo así y
unas pruebas como el ICFES… igual eso es bobo porque mi colegio siempre se ha
caracterizado por la biología y la física. Por ejemplo la biología te la metían mucho por
encima, entonces uno sacaba sesenta y cinco puntos en biología, y te decían usted tiene que
ser médico, pero era porque te la metían, ahora yo no me acuerdo nada de biología”
Sujeto #9: “Lo que pasa es que en los colegios falta orientación vocacional. Yo creo que si
yo hubiera tenido una orientación vocacional mejor de pronto si le hubiera dado más
importancia a eso… a nosotros nos hicieron un test una señora y mi me salió en el primer
resultado que economía y relaciones internacionales… me ponían un resto de cosas que yo
odio. Después hicieron unas entrevistas personales pero era más bien llegar y hablarle a la
profesora de lo que uno quería ser, pero no era que hiciera una evaluación para cada
persona, sino más bien ”contame qué vas a hacer con tu vida” y ya.”
Por otro lado hay unos pocos que no les dieron tal oportunidad en sus escuelas, y otros que
tuvieron un proceso más elaborado durante su último grado en la escuela pero aun así no
dio buenos resultados, según su percepción.
Sujeto #1: “En once no hubo proceso de orientación. Fue como cada uno de ustedes verán
que hacen. El colegio se divide por ramas, comercial, industrial y académica, eso era lo
que uno escogía en grado octavo.”
Sujeto #5: “Si de hecho nosotros tenemos una materia que se llamaba proyectos entonces
era con la psicóloga, solo en 11, una hora. Entonces ella nos hacia análisis DOFA y todas
esas cosas, todo ese proceso para saber tu perfil y me salió como arquitectura, diseño, arte,
ese perfil profesional”
Sujeto #6: “Desde 12 uno tiene una clase... el señor habla sólo sobre eso, era como día de
por medio, como tres veces a la semana, entonces allí te cuentan sus experiencias, también
estaba la psicóloga y como también tenés que hacer un proyecto de grado, ese está
orientado sobre tu carrera, entonces eso te ayuda a ver, a investigar varios lugares, y yo lo
hice sobre medicina. Entonces te formulan tu decisión, como por qué quieres estudiar eso?
dónde lo quisieras estudiar? qué te ves haciendo en cinco años? Te preparan para llegar a
las entrevistas, te hacen entrevistas”.
En todos estos fragmentos en los que la mayoría de entrevistados (9 de 10), reciben algo de
orientación vocacional se puede observar que el estudiante esperaba una gran ayuda, pero
aun cuando la recibieron consideran que no fue suficiente. Se debe evaluar aquí qué tanto
percibe el estudiante que debe poner de su parte y a qué debe responder tal motivación de
tomar un papel protagónico en esa decisión, pues finalmente hacen una nueva elección que
depende solamente de ellos.
Entendiendo la madurez vocacional como “las conductas que manifiesta la persona al tratar
de realizar las diferentes tareas del desarrollo de la carrera, propias de cada etapa
madurativa” (Álvarez, 2008) las categorías de análisis anteriores y ésta muestran que los
estudiantes que han hecho elecciones insatisfactorias no han cumplido con elaborar las
dimensiones del desarrollo de la carrera (como la planificación de la carrera, el uso de
recursos de exploración, la información, la toma de la decisión, la orientación a la realidad
), pues numerosas veces expresan que “no le presté atención al proceso”, o “no le di
importancia”, “no me informé bien”, “no me fijé bien”, etc.
El modo en que los estudiantes abordan este proceso de orientación vocacional en la
educación media refleja por otro lado cómo se construyen estas decisiones desde la
perspectiva de la psicología del desarrollo que concibe que los sujetos construyen y
modifican autopercepciones y elaboran representaciones del mundo del trabajo a lo largo de
toda su vida (Casullo, 1996). Se tiene en este caso que los jóvenes no habían elaborado
totalmente sus autoconceptos (capacidades y afinidades), o no tienen conocimiento sobre la
profesión, lo que probablemente llevó a que la elección no resultara totalmente
satisfactoria; mostrando que la madurez vocacional no se había desarrollado lo suficiente
para hacer una elección más apropiada.
Momento de duda y cambio:
Después de un proceso de elección tan dudoso y desinteresado, como el que han recorrido
algunos jóvenes como aquellos en las entrevistas, aparecen las consecuencias.
Consecuencias que en algunos casos son experiencias negativas y en otros no, pero que al
fin al cabo implican costos económicos y emocionales y en muchas ocasiones requieren de
un apoyo más especializado. Tal como presenta el texto de Martínez (2012) los estudiantes
comienzan a tener la sensación de desconexión entre lo que están estudiando y lo que
realmente desean.
Se presentan en aquellos momentos disgustos y dificultades con la carrera elegida, con
sensaciones de desespero, miedo o frustración.
Sujeto #1: “cuando empecé a encaminarme por el énfasis dije no, no es lo mío, que estoy
haciendo acá metido”
Sujeto # 3: “La verdad no me vi en el futuro como un ingeniero de sistemas, primero las
materias de programación me iba re mal, segundo con la gente que estaba alrededor no
era como del mismo tipo de gustos… y no le encontraba mucho gusto como para dedicarle
tiempo, entonces prácticamente estaba tirando todo a la basura”.
Sujeto #6: “No sentía que las clases me gustaban y decía esto no es lo mío, era la primera
clase de química y yo decía yo que voy a hacer en esta clase. El estilo de vida estudiar
medicina es completamente entregado y a mí me gusta hacer otras actividades aparte de
estudiar obviamente”.
Sujeto #9: “Fue un día que yo me levanté y yo dije no me aguanto más no voy a ir, al otro
día no me aguanto más hoy tampoco voy a ir… hasta que me di cuenta que ya habían
pasado dos semanas sin que yo fuera a la Universidad y dije no, es que no quiero ir, no
quiero volver… Y mi mamá me regañaba horrible, “que ¿usted por qué no va a la
Universidad, que le pasa? que irresponsabilidad, ese semestre tan costoso”; y yo no era
capaz de decirles que ya no quería estudiar más eso”
Sujeto #10: “Yo nunca entré con convicción de estudiar Contaduría, jamás. Yo te pongo
este ejemplo vos no vas a sentir la emoción y ese sentimiento de hacer un estado de
resultados jamás, en comparación con estar en una tarima tocando, haciendo un solo,
interpretando una canción bellísima…”.
Luego de tal experiencia tan negativa, el estudiante se encuentra en la necesidad de realizar
un cambio. Para efectuar este cambio aparecen distintos obstáculos, como la falta de
claridad frente a una vocación. Por lo tanto después de llevar a cabo una tarea en la que se
reflexione sobre los propios intereses, cualidades y se recolecte información, se logra
identificar esa vocación, lo cual lleva al momento propicio para decididamente formalizar
ese cambio tan esperado.
Sujeto #3: “En ese tiempo salió la carrera de Economía con énfasis en política, ya iba
como en segundo semestre, y una amiga me explicó todo y me llevó donde el Director de
programa y me gustó mucho entonces ahí hice el cambio”.
Sujeto # 5: “Yo tenía una amiga acá en la U y ella tenía muchos amigos de Diseño
entonces siempre manteníamos allá en Bienestar, en el taller de diseño, y uno los veía
haciendo trabajos y decía, ay, tan chévere, era verlos hacer las cosas.”
Sujeto #6: “Yo dije bueno lo que más me gusta, con lo que me siento más identificada,
como lo que va con mi estilo de vida, que también me quede tiempo para otras cosas y eso
fue básicamente lo que me hizo decidir por mercadeo.”
Sujeto # 9: “Me di cuenta que a mí lo que me gustaba era escribir y me di cuenta que
amaba hacer ensayos, críticas todo eso… Mis papas me dijeron que si era tan buena para
escribir que porque no estudiaba comunicación social, pero no me gustaba, derecho
tampoco me gustaba, entonces fui descartando y quedé como en las humanidades, lo que es
antropología, sociología y psicología y lo que más me gustaba era psicología”
Estos relatos muestran cómo los estudiantes abordan de un nuevo modo ese proceso de
elección, dónde se reelaboran los autoconceptos, se clarifican intereses y habilidades y se
lleva a cabo una mejor búsqueda sobre las carreras afines. Aparece de nuevo el sujeto, los
jóvenes ya pueden expresar “me interesa una cosa u otra”, y así se les facilita la
identificación de una vocación. Se puede afirmar entonces que logran una madurez
vocacional, llevan a cabo conductas características que permiten alcanzar dicho desarrollo,
toman la autonomía para hacer decisiones sobre su vida y su futuro.
Reorientación / segunda elección
Para la segunda elección que hacen los estudiantes se puede ver que este proceso cambia
completamente, se aborda de un nuevo modo. Al momento de efectuar el cambio de carrera
se encargan de buscar personas cercanas al campo profesional, o incluso repetir un proceso
de orientación vocacional en algunos casos.
Sujeto #2: “Lo primero que hice fue investigar mucho de qué carrera era diseño industrial,
preguntarle a muchas personas que conocía que estaban en la carrera”
Sujeto # 6: “Obviamente después me informe primero en la que yo me veía era el mercadeo
porque siempre me gustó y obviamente me puse a ver el pénsum... Pues yo hablé con él
Directos de la carrera, y él me dijo como por qué tu decisión, por qué te querés cambiar?,
qué es lo que te gusta el mercadeo?, y él la verdad me sirvió mucho porque me explicó más
o menos también que era el mercadeo, lo que uno iba a hacer”
Sujeto #8: “Yo busqué la psicóloga porque en parte yo dije sí, que tal entrar a psicología y
que me diera cuenta que tampoco era lo mío. Entonces me contacté con la psicóloga y la
psicóloga me hizo pues el test, súper completo, eran varios test, uno en matemáticas, de
lógica, de comprensión de lectura, de formación de oraciones, de orden de números, de
resolución de problemas, después me hizo uno de personalidad, después uno de las
carreras y una entrevista.
Entender la importancia de la búsqueda de información permite discernir si verdaderamente
se tienen tanto intereses como aptitudes y habilidades para llevar a cabo una u otra
profesión, de aquí que sea uno muy importante y uno que se requiere en gran medida de un
esfuerzo personal tal como se refleja en lo expresado por los estudiantes. Un mejor
conocimiento de sí mismo más esta búsqueda integral que cuenta con diversas fuentes es
fundamental en la orientación para un joven quien apenas está ingresando al mundo
profesional.
Algunos fragmentos muestran además el papel que toma la universidad en la nueva
elección. En ninguna de las entrevistas se habla de una aproximación al área de Bienestar
Universitario o algún programa similar que ayude en este aspecto. El papel de la
universidad se ve reflejado en la ayuda que dan los directores de carrera a quienes los han
buscado, más no como un servicio que se ofrezca desde la institución.
Aspecto Familiar:
En el proceso de elección vocacional una de las principales fuentes de información e
influencia en la historia del sujeto está protagonizada por el ámbito familiar. Las presiones
y expectativas de familiares, quienes ven la elección de la carrera altamente ligada con el
factor socioeconómico, como bien pueden ser aceptadas por el joven aspirante universitario
también pueden presentarse como obstáculos. En este sentido se ven casos en los que los
jóvenes eligen sus intereses con una influencia familiar como expresa el sujeto #3 quien
había iniciado Ingeniería de Sistemas y finalmente eligió Economía con políticas públicas:
“Yo creo que es de familia, porque mi mama también es muy apasionada por la política y
el derecho… Mi hermana si estudio derecho, yo ahora economía y política, yo creo que es
más un gusto de familia. O al contrario la primera elección del sujeto #9 se basó en los
intereses familiares, creyendo que de verdad le gustaba: “O sea en el momento entrar a la
carrera si lo hice por la presión familiar y porque pensé que me iba a gustar, pero después
de darme cuenta que a mí no me gustó, yo no pensaba seguirlo haciendo”
Para lograr superar dicho obstáculo, en el caso de quienes viven una duda vocacional se
requiere, como en los demás aspectos de la elección vocacional, de los esfuerzos personales
del adolescente por hacer una nueva elección deliberada y esencialmente autónoma. Este
proceso puede facilitar tener más elementos a la hora de argumentar ante los padres que se
imponen como obstáculos para persuadirlos que comprendan por qué este cambio será más
conveniente.
Sujeto #8: “Yo empecé a plantearles Psicología a mis papas y obviamente me dijeron que
no, porque a los padres como que no les gusta que uno estudie psicología, y me decían que
no, que me iba a morir de hambre, que eso era para la gente rara… Y dijeron te vamos a
hacer es un test de personalidad porque si tu cambias carrera ya no te puedes volver a
cambiar, entonces yo hice ese test de personalidad y me salieron todas las humanidades y
medicina, pero la que más salía era psicología, entonces la psicóloga me dijo que yo tenía
el perfil, la personalidad, las aptitudes....”
Sujeto # 7: “Yo llegué un día ya desesperado, con ganas de cortarme las venas, entonces
mi mamá me preguntó ¿qué le pasa? entonces yo le dije no mamá yo no quiero estudiar
más economía, ni nada de eso, entonces me dijo ¿qué se va poner a hacer? ¿Va a meterse a
medicina? entonces yo le dije, no ma, yo estoy pensando en sociología o psicología y dijo
No... Entonces yo le dije no ma es que mira... le entré pues por el lado de la psicología
clínica, le dije mamá mira yo voy a tratar personas igual que en la medicina, entonces me
le fui metiendo por ese ladito…”
Sujeto # 10: “Yo tenía plata y dije mire el recibo de las materias que cancelé, esto va en
serio y ellos ahí mismo se timbraron y ellos ahí sí, “el va en serio”. Me sentaron y dijeron
venga ¿lo pensó bien? Y yo sí, y ellos piénselo… y yo dije: mamá yo llevo pensando esto
desde primer semestre!”
Identidad:
Respecto a la identidad se puede afirmar sin duda que esta no es estática, dota de
subjetividad al individuo, y se transforma en el intercambio de las relaciones sociales.
Como ya se había mencionado así mismo sucede con la identidad vocacional la cual otorga
en gran medida al sujeto su particularidad. En este sentido se encuentran casos de quienes
afirman con seguridad cómo se identificaban en un futuro sin saber que esto podía cambiar.
Un ejemplo de ello es el relato del sujeto #8 quien expresaba que:” Si, mi meta era trabajar
con cosméticos y yo me veía en eso, yo me imaginaba con una empresa en eso”, pero
posteriormente decidió dejar Química por Psicología. O el caso del sujeto #6 y # 9 quienes
con seguridad creían que iban a estudiar medicina y tenían planeado especializarse en
ginecología y neurología respectivamente, pero finalmente eligieron carreras distintas.
Sin embargo, como expresa Feldman (2002) sobre la indecisión vocacional, lo preocupante
en este aspecto sería que no se encontrara afinidad alguna con cualquier carrera. El hecho
de tomarse más tiempo eligiendo no implica solamente resultados negativos sino al
contrario satisfacción y evolución en el aspecto identitario, pues se logra un mejor
conocimiento de sí mismo. Esto muestra cómo sus intereses y gustos personales, con los
que se identifican y se describen a sí mismos son llevados al plano profesional.
Los estudiantes que eligen como nueva vocación la parte artística, como diseño industrial o
música lo manifiestan así:
Sujeto #2: “Me gusta porque permiten de alguna forma expresar como una parte artística
que dentro de mi yo creo que es muy fuerte, y tratar de hacerlo como para algo inteligente”
Sujeto #10: “...este tipo de carreras artísticas son cosas que uno si no tiene talento y amor
o una afinidad… no se puede”
En el caso de quien eligió psicología menciona:
“A mí lo primero que me llamó la atención es que a mí me gusta mucho escribir, soy muy
literaria y esta carrera es mucho, pues lo que he vivido hasta ahora, de escribir, de leer y
analizar, criticar, comentar” (sujeto #9)
En el caso del sujeto #6 quien elige posteriormente mercadeo expresa:
“Siempre he sido como una persona muy comercial, me gusta mucho vender y me gusta
como planear estrategias para ver la gente como se comporta, como lo de causa y efecto”
El hecho de que se vean proyectados a futuro da cuenta de una identificación con una
vocación, con una elección que han realizado. Sus relatos en los que demuestran ese deseo,
pasión y compromiso son ejemplo de esa integridad con su vocación
Discusión
La crisis vocacional que se presenta en la etapa universitaria en algunos estudiantes
requiere de una orientación que permita clarificar aspectos personales, del contexto social y
del mundo laboral. Desde la orientación vocacional, como herramienta de ayuda para quien
no tiene claridad en la toma de decisiones vocacionales (Casullo, 1996), se puede encontrar
soluciones a dichos problemas. Pero se aprecia en la historia de los adolescentes
universitarios que si bien esta herramienta es frecuentemente ofrecida en los últimos grados
de su educación media, en ocasiones no parece ser suficiente para resolver los problemas
relacionados con la elección. Por lo tanto surgen algunas preguntas: ¿Qué tanto esperan los
jóvenes de la orientación? ¿Falta claridad sobre cuál es su papel en este proceso?
Todas las teorías sobre la elección y la orientación vocacional expresan claramente algo en
común, cada individuo debería ser capaz de identificar en sí mismo sus capacidades e
intereses, cada uno tiene una percepción de sí mismo que se ha formado a lo largo de su
historia, de acuerdo al contexto social en el que se encuentra, y eso será fundamental en el
momento de hacer su elección (Casullo, 1996). Entonces, ¿a qué se debe que el estudiante,
teniendo las herramientas para tomar una decisión, no esté seguro de lo que quiere para su
futuro? ¿O después de hacer uso esas herramientas cambien su decisión?
Los resultados anteriormente mostrados evidencian cómo los estudiantes que viven una
duda vocacional, llevan a cabo un primer proceso de elección que difiere sustancialmente
del segundo proceso, el cual resulta mucho más elaborado. En las entrevistas se encuentra
que los primeros procesos de elección la búsqueda de información no tuvo la importancia
necesaria para recoger datos adecuados que dieran cuenta de lo que iban a enfrentar tanto
en la universidad como en el campo laboral; los estudiantes explícitamente expresan que
este paso en la elección no se llevo a cabo minuciosamente. La toma de la decisión
vocacional en la educación media estuvo mediada por factores externos como las presiones
familiares en unos casos donde los padres exigían profesiones que tradicionalmente tienen
un alto valor social, por la probabilidad de emplearse y tener una mejor calidad de vida
gracias a la remuneración. Para otros jóvenes estuvo mediada por tendencias sociales
características de la época, como el caso de quien creía que por gustarle los computadores
estudiar ingeniería de sistemas iba a ser una elección satisfactoria. Adicionalmente se
encuentra que a pesar de recibir una orientación vocacional en la educación media algunos
afirman que no le dieron importancia necesaria o percibieron que no era adecuada.
El modo en que se lleva a cabo la nueva elección permite ver las estrategias para enfrentar
dicha duda. Para quienes tomaron una primera decisión más bien intuitiva y poco pensada,
luego de ver que no se sentían satisfechos con la carrera que estudiaban, la estrategia
implicó una reflexión sobre lo que querían de acuerdo a sus intereses y una mejor búsqueda
sobre la carrera, teniendo en cuenta fuentes objetivas y profesionales o estudiantes de la
misma. Para quienes no tomaron una decisión autónoma por la influencia de los padres, la
estrategia también requirió de un proceso de reflexión y búsqueda integral; y
posteriormente significó un enfrentamiento con ellos, pues luego de tener claridad de lo que
querían para su futuro lograron demostrar a su familia cual era su deseo.
Surge entonces la reflexión sobre los motivos o razones que llevan a que se presente una
duda vocacional. Inicialmente se puede afirmar que uno de los motivos corresponde al
modo en que se hace la primera elección. Los resultados muestran que en todos los casos
los estudiantes hacen aquella elección rápidamente, dejando de lado una gran cantidad de
aspectos sobre los que se debe razonar antes de tomar una decisión vocacional, como los
elementos propios del sujeto, la realidad sociocultural, e información sobre la carrera de
interés que incluye factores como el pénsum, los enfoques, las oportunidades laborales, etc.
La perspectiva de la psicología del desarrollo tiene una concepción evolutiva de la elección
vocacional como un proceso por etapas en el que los sujetos construyen y modifican
autopercepciones a lo largo de su vida y construyen representaciones del mundo del trabajo,
donde la decisión adecuada dependerá del encuentro integrador entre los dos tipos de
imágenes (Casullo, 1996). De modo que otro modo de explicar por qué el estudiante
experimenta una duda vocacional y por qué probablemente teniendo las herramientas para
tomar una elección satisfactoria no resulte así, corresponde al concepto de Madurez
Vocacional que se enmarca dentro de la perspectiva de la psicología del desarrollo.
El concepto de Madurez Vocacional inicialmente presentado por Donald Super se refiere al
ciclo que lleva a cabo el sujeto a la hora de tomar su decisión. La madurez vocacional se
logra con 3 etapas centrales ya mencionadas: exploración, donde se tienen en cuenta
talentos e intereses; cristalización, donde se reducen las alternativas de interés teniendo en
consideración ventajas y desventajas; y especificación donde se hace una elección
definitiva. Dicho en otras palabras, como se establece en el simposio que se lleva a cabo en
Montreal en 1974 para consensuar el concepto, la madurez para la carrera es “la
disposición para hacer frente a las tareas vocacionales o al desarrollo de la carrera con
los que uno se encuentra, comparado con otros que están en la misma etapa de la vida y
frente a las mismas tareas de desarrollo” (Álvarez, 2008). Las entrevistas a los estudiantes
evidencian este concepto. Los resultados muestran en aspectos como, el proceso de
orientación vocacional, la toma de la primera decisión y la búsqueda de información, que su
labor y su esfuerzo en la primera elección es pasiva y desinteresada, ya que no realizan
ningún tipo de investigación y se dejan influenciar fácilmente por su entorno familiar y
social. El caso del sujeto #9 es reflejo de esta situación pues expresa sobre su primera
elección lo siguiente: “ni siquiera fue una decisión que yo tomara, antes de graduarme
desde chiquita había dicho que médica porque toda mi familia está en ese campo… yo los
contenidos de las materias no me fijé casi, lo que más me fijé fue en el dinero, pero
principalmente lo que yo iba a hacer en el futuro yo me imaginaba en un consultorio, en
una clínica”. Distinta es su disposición en la segunda elección, en la que después de verse
insatisfechos y disgustados con la carrera que estudian, deciden hacer una deliberación
sobre sus verdaderos intereses y talentos, y asimismo una búsqueda exhaustiva que permita
tomar una decisión más conveniente, con la que se vean más identificados. En este mismo
caso el sujeto #9, cuando tiene claro que no le interesa medicina reconoce lo que es afín a
su gusto “A mí lo que me gustaba era escribir y me di cuenta que amaba hacer ensayos,
críticas todo eso… y la decisión la tomé yo sola y después yo fui a hablar con la Directora
sobre el cambio de carrera y todo eso y ella si me ayudó…”
Álvarez (2008) en su artículo “La madurez para la carrera. Una prioridad en educación
secundaria” expresa que una de las característica del proceso de elección vocacional está
relacionada con el ritmo de desarrollo de la madurez para la carrera, el cual no es uniforme
en todos sus aspectos, como se hace visible en el caso de los estudiantes que tienen
intereses opuestos a su familia, pero no lo suficientemente claros para enfrentar estas
diferencias. Una precisión en dichos aspectos no debería permitir que la decisión sea
realizada por otros factores ajenos a sus verdaderos gustos. La situación del sujeto # 8 quien
pensó ser periodista sin seguridad pero sus padres no lo aceptaron, resultó en una deserción
y llevó a una crisis en la carrera elegida que requirió de un nuevo proceso de elección
vocacional.
Otra característica de este proceso se refiere a la edad o el grado educativo. Entre más
avanzados sea este factor, mayor madurez vocacional se tiene, lo cual se evidencia en las
diferencias de tiempo, de distintos jóvenes, que les toma realizar decisiones vocacionales.
Para los jóvenes entrevistados fue necesario llegar a la etapa universitaria para darse cuenta
de que su elección no era satisfactoria y no se ajustaba a sus capacidades y afinidades. Así
mismo esta etapa también fue útil para descubrir nuevas alternativas y tener mejores
conocimientos sobre sí mismo.
A modo de síntesis se propone el siguiente cuadro que condensa cómo se da en general
todo el proceso de la elección vocacional en estudiantes universitarios que viven una crisis
vocacional durante la etapa universitaria.
Cuadro No. 1. Procesos de elección, crisis y re-elección vocacional
En la imagen se aprecia que en los dos momentos de elección intervienen las mismas
variables, solo que en cada uno la influencia de cada una difiere. En la elección vocacional
durante la educación media la búsqueda y reflexión tanto de factores personales internos y
la de externos, o referentes a la carrera y el contexto social, no se tienen totalmente claros,
lo que resulta en una dificultad para establecer una identidad con características asociables
a una profesión, permitiendo entonces que factores ajenos a la subjetividad del individuo
tomen más fuerza a la hora de llevar a cabo la decisión, como las presiones y expectativas
familiares, por lo tanto esta decisión se caracteriza por ser dependiente de la opinión de un
tercero.
Cuando esta primera elección se hace de este modo resulta probable que durante la etapa
universitaria se presente una crisis vocacional. Esta crisis lleva al adolescente a hacer una
nueva elección en la que tendrá que hacer frente a las tareas de elección vocacional que
Re – elección
en la universidad
Crisis
Familia
Identidad Profesional
Elección en
la educación media
Búsqueda y reflexión (factores externos e
internos)
Familia Identidad
Percepción
del proceso
de
orientación
vocacional Búsqueda y reflexión (factores externos e
internos)
Dependiente Autónoma
requieren de un mayor esfuerzo y participación del estudiante, es decir enfrentará la
elección con una madurez vocacional.
En la segunda elección el joven universitario lleva cabo un proceso de búsqueda de
información y de reflexión sobre características personales en el que tiene claridad sobre lo
que le interesa y lo que es capaz de hacer. Con esto se logra hacer una elección de manera
autónoma en la que las decisiones se toman a conciencia y sin permitir que la influencia de
terceros sea mayor a los deseos propios. En este caso la familia sigue siendo una variable
importante pero con el objetivo de tranzar la aceptación de una nueva elección, cuando esta
se ha presentado como un obstáculo. Finalmente así se logra concretar una elección y
construir una identidad profesional
Feldman (2002) respecto a los cambios de carrera explica que mientras los individuos
comienzan a explorar varias opciones de carrera disponibles, normalmente reducen sus
opciones eliminando los campos con los cuales no tienen afinidad alguna. Como resultado
de este proceso, muchos adolescentes tienen más certeza sobre qué carreras quieren evitar
que sobre las carreras que quieren llevar a cabo. Este autor también expone que repetir y
extender los cambios de carrera se ha aumentado y se está convirtiendo en algo común
entre adolescentes y jóvenes adultos. Por ejemplo más y más estudiantes cambian de
universidad y se gradúan más lento debido a que han cambiado los títulos que quieren
obtener como profesionales (National Center for Education Statistics, 1996, 1999, en
Feldman, 2002). Esto demuestra la importancia de la necesidad de una nueva concepción
sobre la orientación vocacional, la cual no solo se ofrezca en adolescentes en bachillerato.
Las universidades son un espacio educativo, donde abundan jóvenes adolescentes con
incertidumbres tanto identitarias, como profesionales, por lo que un espacio de orientación
en la institución resultará conveniente no solo para los estudiantes sino también para la
universidad en su esfuerzo por evitar la deserción estudiantil, e incluso el bajo rendimiento
académico. En los resultados se observa que la mayoría de estudiantes que eligen una
nueva carrera han acudido a directores de carrera para afirmar sus intereses, por lo tanto el
papel de la universidad ha sido muy importante y beneficioso, en el sentido en que lo
estudiantes que ya se encuentran en ella, y tienen algunos intereses precisados, cuentan con
acceso a profesionales y estudiantes de una carrera que deseen investigar. Pero ¿qué
sucederá con aquellos que no tienen claridad todavía sobre sus intereses? ¿A dónde van, si
ya no están en bachillerato donde principalmente ofrecen esos espacios?
El área de Bienestar Universitario de la universidad Icesi ofrece un espacio de atención a
estudiantes con bajo rendimiento académico por medio de un programa denominado Ícaro,
de modo que puedan resolver las situaciones que están causando dicho problema. Si entre
estas está la orientación vocacional, se les ofrece una ayuda, pero es un servicio algo
exclusivo, poco conocido y no es esta la línea principal del programa.
En un artículo (2007) del portal de noticias del Ministerio de Educación de Colombia, una
psicóloga afirma que "un 96 por ciento de los estudiantes sale a ensayo y error o toma una
u otra opción con orientación no profesional, o ninguna orientación. Los jóvenes están
haciendo la elección al azar". De ser así, ¿por qué no considerar la orientación dentro del
espacio universitario teniendo en cuenta la teoría desde la perspectiva de la psicología del
desarrollo que reconoce la diferencia temporal de cada sujeto para enfrentar dicha decisión?
En lugar de seguir pensando que la orientación vocacional corresponde sólo a la educación
media.
Los cambios de la modernidad que tanto afectan al individuo, tienen un gran efecto en el
joven que precisamente se encuentra en esta etapa de formación de su identidad, momento
en el que participan de nuevas experiencias; lo cual hace que este no sea el único momento,
o el más adecuado para cualquiera que deba hacer su elección vocacional. Las entrevistas
muestran que los estudiantes encuentran posterior a su primera elección, alternativas que no
habían considerado antes, bien sea por falta de información o por la novedad de las mismas
carreras como por ejemplo las de Diseño; profesiones que son relativamente nuevas o que
no son consideradas tradicionales. Por lo tanto se resalta, la necesidad de que la institución
universitaria comprenda que el estudiante que allí se encuentra aún pueda necesitar
orientación sobre lo que querrá para su futuro. En el ámbito universitario el sujeto se
aproxima más a lo que se puede aprender o conocer en las distintas profesiones, pues en
realidad poco de esto se puede advertir estando en la escuela, por esto no se debe olvidar
que es factible un cambio en ese momento que requiera de nuevo una orientación que la
universidad puede brindar, sin significar una falla en la orientación vocacional en la
escuela.
En la ciudad de Cali no todas las universidades cuentan con centros especializados en
orientación vocacional como en las ciudades de Argentina, donde la mayoría los tienen y
ofrecen orientación vocacional a la mayor cantidad de población posible, incluyendo
estudiantes tanto de secundaria como de la misma institución. Sin embargo en Bogotá se
pueden encontrar algunas universidades con propuestas interesantes en este aspecto. La
universidad de los andes cuenta con un programa denominado “Programa de Estudios
Dirigidos” el cual tiene una oferta muy acertada para quienes están elaborando ese proceso
de elección y no tienen definido un campo vocacional, permitiendo iniciar la etapa
universitaria. Este tiene como propósito promover la exploración cercana y objetiva sobre
distintas áreas de conocimiento, con una orientación especializada en un plazo máximo de
tiempo. Por otro lado en la universidad Javeriana de Bogotá si tiene un centro de
orientación vocacional con las mismas alternativas de las universidades en Argentina en
orientación vocacional.
El ministerio de educación nacional sugiere en su texto deserción estudiantil (2009): “las
políticas institucionales deberían dirigirse a: fomentar programas de apoyo académico,
facilitar la transferencia de estudiantes entre programas, mejorar los mecanismos de
regulación en el ingreso de estudiantes que cursan simultáneamente carreras en otras
instituciones de educación superior, incrementar y mejorar la información que se entrega a
los aspirantes sobre los programas ofrecidos, crear programas de ayuda financiera para
los estudiantes de estrato bajo y para los que provienen de otras ciudades e impulsar la
orientación vocacional y profesional previa”. De todo esto debería manifestarse el valor
que las universidades podrían darle a la necesidad del estudiante, no basta solo con lograr
que estos ingresen a la institución, también es necesario ofrecer una experiencia que los
enriquezca profesionalmente, que los mantenga interesados por una disciplina u otra, y que
pueda responder a los aprietos que eventualmente se le presenten, teniendo en cuenta cómo
el contexto actual puede afectarlos.
Referencias
Abandonan por bajo rendimiento. (2007). Publicado por El País, Cali. Obtenido el 28 de
noviembre de 2012 de: http://www.mineducacion.gov.co/observatorio/1722/article-
137537.html.
ÁLVAREZ, M. (2008). La madurez para la carrera, una prioridad en educación secundaria.
Revista electrónica de investigación Psicoeducativa. N° 16, Vol 6 (3) 2008, pp: 749 – 772
APARICIO, M; GARZUZI, V. (2006). Dinámicas identitarias, procesos vocacionales y su
relación con el abandono de los estudios. Un análisis en alumnos ingresantes a la
universidad. Revista de orientación vocacional, Volumen (20). Páginas: 15-36.
BAUMAN, Z. (2000) Consumismo y nuevos pobres. Barcelona: Editorial Gedisa,
BAUMAN, Z (2007) Vida líquida. Buenos Aires: Editorial Paidós.
BONILLA, E (1995) Más allá del dilema de los métodos. Bogotá: Grupo editorial Norma
BOTELLO, S y VELÁSQUEZ, L. (2006) Revista Divergencia. Universidad Externado de
Colombia N.º 4. Páginas: 7-10
CASULLO, M. (1996). EL proceso de tomar decisiones. En Casullo, M. y Cayssials, A.
(Editores): Proyecto de vida y decisión vocacional. Buenos Aires: Paidós. Páginas: 31-64
CASULLO, M. (1996). Análisis de algunos modelos teóricos. En Casullo, M. y Cayssials,
A.: Proyecto de vida y decisión vocacional. Buenos Aires: Paidós. Páginas: 65-99
CARPIO, A; GUERRA, L.M (2007) La orientación profesional de los alumnos que
ingresan a la educación superior. Revista Brasileira de Orientação Profissional (online)
vol.8, n.2 [citado 2011-08-22], pp. 11-24. Disponible en:
<http://pepsic.bvsalud.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1679-
33902007000200003&lng=pt&nrm=iso>. ISSN 1679-3390.
FELDMAN, D. (2002). When you come to a fork in the road, take it. En Feldman, D: Work
Careers: A Developmental Perspective. San Francisco: Jossey-Bass. Páginas: 93 – 119
GUERRA, L.M; SIMÓN, O; QUEVEDO, T. (2007). La orientación profesional: una
mirada desde la visión de los estudiantes. Revista Pedagogía Universitaria, Volumen XII
No.1. Páginas: 47-57
GUZMAN, C et al (2009). Deserción Estudiantil en la Educación Superior Colombiana:
Metodología de seguimiento, diagnóstico y elementos para su prevención. Bogotá:
Ministerio de Educación Nacional. Recuperado el 9 de enero de 2013 de:
http://www.mineducacion.gov.co/sistemasdeinformacion/1735/articles-
254702_libro_desercion.pdf
MURPHY, K; BLUSTEIN, D; BOHLIG, A; PLATT, M. (2010). The college-to-career
transition: an exploration of emerging adulthood. Journal of Counseling and Development.
LARRAIN, J. (2003) El Concepto de Identidad. Revista FAMECOS, No. 21, Pag: 30-42
LUJÁN S, NIEVA M, PONTI L, SANCHEZ M. (2010) Aportes de los procesos de
orientación y reorientación Vocacional en la construcción y sostenimiento de los Proyectos
de futuro de los jóvenes. Recuperado el 5 de abril de 2011 del sitio web de la Universidad
Nacional Rio Cuarto: http://www.unrc.edu.ar/unrc/academica.
MARTÍNEZ, M. (2012). ¿Des-orientados?: Mapas y rutas para la orientación vocacional.
Bogotá: Editorial Pontificia Universidad Javeriana, 2012
MARTINEZ, M (1999) La investigación cualitativa etnográfica en educación. Manual
teórico práctico. Mexico: Editorial trillas.
MULLER, M. (2011) Subjetividad y orientación vocacional profesional. La Plata,
Disponible en <http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1851-
88932004000100003&lng=es&nrm=iso>. Accedido el 14 marzo 2011.
Pontificia Universidad Javeriana Bogotá. Programa de cursos. Recuperado el martes 8 de
enero de 2013 de: http://puj-
portal.javeriana.edu.co/portal/page/portal/PORTAL_VERSION_2009_2010/es_cursos_pre
universitarios
PRIDEAUX, L., & CREED, P. A. (2001). Career maturity, career decision-making self-
efficacy and career indecision: A review 0/the accrued evidence. Tesis de maestría no
publicada, Griffith University, Gold Coast, Australia.
SUPER, D. (1962). Psicología de la Vida Profesional. Madrid: Ediciones Rialf.
RHODES, S., & DHOERING, M.(1983). An Integrated Model of Career Change.
Academy of Management Review, 1983, Vol. 8, No. 4, Pag: 631-639.
TINTO, V. (1989). Definir la deserción: una cuestión de perspectiva. Revista de la
Educación Superior. ANUIES. Vol. XVII (3), numero 71, julio-septiembre de 1989
TINTO, V. "Dropout from Higher Education: A Theoretical Synthesis of Recent
Research" Review of Educational Research, 1975, 43 (1), 89-125.
Universidad Nacional de La Plata. Re-Orientación Vocacional. Recuperado el 5 de abril de
2011 de: http://www.unlp.edu.ar/articulo/2008/9/22/orientacion_vocacional_re_orientacion
Universidad de Buenos Aires. Departamento de Orientación Vocacional. Recuperado el 5
de abril de 2011 de: http://www.cbc.uba.ar/dat/prog/dov.html
Universidad Nacional de Río Cuarto. Talleres de Reorientación Vocacional. Recuperado el
5 de abril de 2011 de:http://www.unrc.edu.ar/unrc/academica/ov_talleres_reorientacion.htm
Universidad de los Andes. Programa de Estudios Dirigidos. Recuperado el martes 8 de
Enero de 2013 de:
http://catalogo.uniandes.edu.co/Catalogo_General_2011/Formacion_Integral/estudios_dirig
idos.php